álvaro uribe vélez - Editorial Oveja Negra

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PRÓLOGO
ÁLVARO URIBE VÉLEZ
Ex Presidente de Colombia
En La Trampa del Elefante los lectores encontrarán
un análisis sesudo y crítico sobre un tema de preocupación patriótica: los diálogos de paz que adelanta el gobierno de Juan Manuel Santos con las FARC y el ELN.
Son cinco capítulos que, sustentados en una rigurosa investigación, presentan un recorrido por los orígenes de la izquierda en Colombia, la evolución ideológica
y estratégica de ambos grupos guerrilleros, sus recientes acercamientos a la paz y las verdaderas intenciones
que subyacen a dichos esfuerzos.
Una cosa muy grave a la que ha contribuido el gobierno de Juan Manuel Santos, no obstante que él
participó en nuestro gobierno y en la primera elección
se hizo elegir con nuestras tesis, es alimentar una teoría a nivel nacional e internacional que supone que
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Álvaro Uribe Vélez
el dilema colombiano es entre guerra o diálogo, y eso
no es así. La guerra no es aplicable como concepto
al caso colombiano, y mucho menos el afirmar que la
guerra es entre el Ejército y la guerrilla pero no con la
población civil. Primero, confunde el deber estatal de
la seguridad en el Estado de Derecho con el concepto de guerra. Segundo, pone en pie de igualdad a las
Fuerzas Armadas con el terrorismo. Tercero, no excluye de ser potencial víctima sino a la población civil, y
de allí se deduce que autoriza que se siga asesinando a
soldados y policías. Cuando la Fuerza Pública percibe
que el Gobierno no la lidera, no le resuelve problemas,
no le importa la vida de sus integrantes, así la Fuerza
Pública no lo manifieste, en el fondo se desmotiva, y
esa desmotivación está contribuyendo hoy a un deterioro de la seguridad en Colombia.
Aquí lo que se pide es que haya seguridad en favor
de los ciudadanos frente a un desafío terrorista de todos los días. Nuestro gobierno actuó en un proceso de
desarticulación del terrorismo, de la violencia. En ese
proceso la seguridad se ejercía con valores democráticos y estaba acompañada de la promoción de inversión
y de la política social. Y el capítulo de la seguridad
tenía respeto por todas las voces del país, afectas o
desafectas al gobierno. Segundo, había todas las posibilidades de diálogo condicionado. Tercero, toda la
generosidad en la reinserción, con beneficios sí, pero
sin impunidad. Y cuarto, había la política social que
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La Trampa del Elefante
en el caso concreto de esas regiones, se llamaba política de consolidación que el Gobierno Santos ha venido
desmontando.
Ahora bien, el problema de los últimos años es que
ha habido un discurso grandilocuente de paz y un crecimiento aterrador de la violencia. Hay unas zonas del
país que estaban en franco proceso de recuperación democrática y hoy están de nuevo sometidas a la férula
del terrorismo; siguen asesinando soldados, policías y
civiles, reclutando menores, sembrando minas antipersonales, atentando contra la infraestructura y siguen
siendo el primer cartel de drogas del mundo.
Todo el mundo quiere la paz, pero no la claudicación
del Estado democrático ante las pretensiones del grupo
terrorista FARC, que no tiene representación social ni
política. Por eso hemos insistido en que negociar con el
terrorismo la agenda del país, significa validar el uso de
la violencia como forma de lograr resultados políticos,
además de constituir una injusticia con la democracia
y los partidos políticos que representan la legalidad y la
convivencia pacífica.
Para negociar con los violentos lo que realmente se
necesita es suspender las acciones terroristas. Para negociar con el terrorismo, la única agenda es la desmovilización, reinserción y entrega definitiva de armas. Para
negociar con el terrorismo se debe respetar la justicia
para que no haya impunidad.
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Álvaro Uribe Vélez
Presento la obra del doctor Guillermo Rodríguez,
con la seguridad de que se constituirá en una fuente
de consulta y reflexión sobre esas motivaciones ocultas
de los grupos guerrilleros a las que se refiere en estas
páginas, que van de la mano con la paz aparente que
divulga este gobierno en su discurso.
ÁLVARO URIBE VÉLEZ
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INTRODUCCIÓN
AL DESCUBIERTO
“No creas que porque hoy
tu adversario te propone la paz,
mañana no te va a hacer la guerra,
quítale las armas y bótalas al mar”.
Anónimo
Este libro no pretende presentar la guerra y la paz
como dos polos opuestos, ni mucho menos optar por
una o la otra. Se trata, más bien, de poner al desnudo el tema de las negociaciones de paz que adelantan
el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos y las
FARC —y a las que se ha sumado el ELN—, mostrando
cuáles son las intenciones de ambas partes y analizando si éstas corresponden a los intereses de la mayoría
de los colombianos; si tales intenciones se amoldan a
la realidad del país o si la paz está siendo manejada
de manera táctica por parte de los agentes que la negocian.
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Guillermo Rodríguez Martínez
Partamos entonces, de considerar que la paz es deseada por todos y es aquella que se pacta entre los
diferentes actores del conflicto para marcar el fin de
décadas de violencia. Sin embargo, de lo que hemos
visto hasta hoy día, se hace evidente que el Gobierno
Nacional, aunque tenga buenas intenciones, está profundamente equivocado en la manera de manejar el
proceso y ha cometido errores que pueden llevar a una
nueva frustración histórica en la búsqueda de la paz, a
menos que se corrija el rumbo.
Pero no se puede tomar partido a la ligera. Hay que
tener en cuenta lo que significa para los colombianos
alcanzar la paz y también que la propuesta más reciente
del ELN de “paremos la guerra para construir la paz” es
posible sólo mediante la consideración de los costos y
los beneficios posibles y reales, en vez de supuestos que
se quedan plasmados en los medios noticiosos. Es decir,
hay un precio a pagar, tanto para quienes han ostentado el poder, como para aquellos que lo han buscado
mediante la sangre, la devastación y la miseria.
El Artículo 22 de la Constitución Política de Colombia dice que “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”, y es por este motivo que este
libro tiene el propósito de denunciar ante los ciudadanos colombianos y ante la comunidad internacional,
el doble juego que las FARC y el ELN están llevando a
cabo; revelar la manera cómo estas dos agrupaciones
armadas pretenden engañar al Gobierno y manipular
nuevos movimientos sociales para propiciar el renacer
de la insurrección, con lo que buscarían adquirir un
poder político.
16
La Trampa del Elefante
Este nuevo esfuerzo de los dos grupos armados ilegales está basado en una estrategia que surge de una
evolución histórica en la concepción del poder y cómo
alcanzarlo, así como en unas nuevas orientaciones y
teorías políticas sobre la Revolución, tomadas principalmente del Foro de São Paulo y del Foro Social Mundial, además de basarse en las experiencias de gobiernos de izquierda en Cuba, Nicaragua, Venezuela,
Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina, pero sobre todo,
en las transformaciones que ha tenido el conflicto en
Colombia.
Para demostrar todo esto, el Centro de Pensamiento
Péndulo realizó una investigación sin la cual este libro
no hubiera sido posible, ya que ellos revisaron documentos, realizaron entrevistas con expertos en el tema
y, de igual manera, tuvieron en cuenta informaciones
que se encuentran en los portales virtuales de nuevos
movimientos sociales, tales como Marcha Patriótica, la
Coordinación de Organizaciones y Movimientos Sociales de Colombia, el movimiento Poder y Unidad Popular, en libros que se publicaron en años recientes sobre
el conflicto armado y en otros portales.
Sin embargo, los resultados de la investigación no
deben ser tomados como un obstáculo a los diálogos
entre el Gobierno y los grupos armados ilegales, sino
más bien como un argumento político que busca sensibilizar a los actores del conflicto para que se decidan
de una vez por todas a poner fin a la guerra con un
acuerdo definitivo; para que la izquierda radical busque las vías democráticas más aptas para exponer su
propuesta política y para que todos los colombianos
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Guillermo Rodríguez Martínez
apoyemos una salida negociada en la cual no existan
manipulaciones estratégicas, sino el bienestar de Colombia.
Un acuerdo de paz debería buscar además una reconstrucción del país en la cual predomine lo legítimo,
y la única manera de hacerlo es haciendo que las FARC
y el ELN abandonen las armas. De hecho, el artículo
22 de la Constitución, aquél que mencionábamos páginas antes, crea un escenario en el que el uso de las
armas debe hacerse sólo en caso de que la soberanía,
la independencia, la integridad del territorio nacional o
el orden constitucional del país estén en riesgo, haciendo que el uso de las armas en el que tanto insisten las
guerrillas sea ilegal. ¿Y cómo vamos a pretender llegar
a un acuerdo legítimo si la vía que buscan estos dos
grupos para exponer sus objetivos políticos es ilícita?
He ahí el gran problema.
Las dos guerrillas han aceptado un proceso de negociaciones con el Gobierno sólo porque así lo dictamina
el momento político que atraviesa el conflicto actualmente. Es decir, en este momento la estrategia ha cambiado porque ambos grupos armados ilegales se han
dado cuenta que la batalla militar no es el modo de
operar y, en cambio, optan por buscar una vía política,
en la cual se está tratando de reorganizar la izquierda polarizando a las masas con un tono combativo y
usando el diálogo como una nueva arma.
Es cierto que se ha producido y se mantendrá una
reducción en la intensidad del conflicto, pero no hay
que confundir la baja beligerancia con una desviación
de los objetivos que se han planteado las dos guerri18
La Trampa del Elefante
llas. Políticamente, las intenciones de ambos grupos
siguen intactas y su posición no refleja una conciencia
del daño que le han hecho a Colombia en más de 50
años de conflicto. Masacres, desplazamientos forzados,
reclutamiento de menores y atentados a la infraestructura del país son sólo unos pocos de los centenares de
crímenes que han cometido las guerrillas.
Aún así parece ser que, después de tanta devastación, la paz se logrará en cuestión de poco tiempo; pero
con ambas guerrillas todavía haciendo uso de las armas y sin dar claras señas de querer dejarlas y desmovilizarse, esa paz seguirá siendo sólo un concepto y no
una realidad; sólo un pedazo de un discurso político
que no es más que una trinchera para quienes desean
seguir haciendo de la guerra su modo de vida.
Todos los colombianos debemos abogar por la negociación. Los partidos políticos y los dueños del capital,
independientemente de su orientación ideológica, deberían estar obligados a crear escenarios en los que la
paz se pueda llevar a términos prácticos y en los que se
pueda conciliar. Pero de ese mismo modo, también los
ciudadanos de Colombia estamos en la obligación de
exigir a todos los actores del conflicto armado que se
nos hable con franqueza y sin ambigüedades y que ese
proceso de negociación sea coherente con los intereses
del grueso de la población.
Sólo mediante la franqueza y la apertura del diálogo será posible conformar un movimiento nacional
que apoye los diálogos de La Habana. Los colombianos estamos abiertos a esa posibilidad, pero los intereses ocultos y las declaraciones contradictorias son
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Guillermo Rodríguez Martínez
lo que impide que esto suceda. Un día los mandos de
las FARC nos dicen que “no están negociando porque
nada tienen que negociar” y que no piensan entregar
las armas ni desmovilizarse sólo para contradecirse al
poco tiempo.
¿Entonces cómo puede pretenderse un apoyo a la negociación si no se nos incluye en ella? Si bien es cierto
que es utópico pensar en que todos tendríamos que
coincidir en los compromisos y las soluciones de los
acuerdos, sí se puede llegar a un punto real y posible en el que prevalezca el interés común. No se puede
tratar de una paz como la que plantea Marx de sólo
“la ausencia de oposición al socialismo”1, sino de un
acuerdo y un compromiso que refleje las renuncias y
responsabilidades de todos; población civil, Gobierno o
guerrilla. La paz es el derecho de todos, pero la guerra,
en caso de amenaza a la integridad y la libertad de un
estado, es un deber para no quedar presos de la tiranía
de aquellos que buscan el poder por la fuerza.
De ese modo, las intenciones del gobierno de Juan
Manuel Santos y las guerrillas de las FARC y el ELN
deben ser examinadas sin matices intermedios, porque
así resulta más fácil revelar dónde están las trampas,
las dobles intenciones políticas. Y eso es precisamente lo
que hace este libro, claro está, comprobando y analizando rigurosamente documentos que permiten establecer
tales juicios que, por supuesto, no son incontrovertibles.
“En cuanto no se cumpla el precepto de oposición al socialismo, lo
previsible es la presencia de la lucha de clases, sólo hasta que las
clases medias y altas de la sociedad son reducidas y eliminadas, incluso
físicamente, no puede haber paz de ninguna naturaleza”. (Bravo, Gian
Mario. Guerra y paz en el pensamiento de Marx y en las discusiones de la
Primera Internacional, 1993, p. 339).
1
20
La Trampa del Elefante
Por eso, para aclarar y entender en qué consiste el
doble juego de las guerrillas, es necesario considerar
un panorama amplio que nos permita ver no sólo cuáles han sido las intenciones históricas de estos grupos
armados, sino cuáles son sus ambiciones ahora y en
qué se apoyan para poder llegar a hacer realidad su
proyecto político.
21
CAPÍTULO 1
POR DEBAJO DEL TABLERO
Una breve revisión
La izquierda surge como corriente política en Francia
después de la Revolución Francesa de 1789. Tras las
revueltas populares que se manifestaron en contra del
rey Luis XVI, en el año de 1791 se eligió una Asamblea
Legislativa que trabajó junto al rey en la elaboración de
nuevas leyes para ese país, y cuyos miembros electos
se reunieron en el Palacio de las Tullerías en París. Al
entrar al recinto, aquellos que apoyaban la monarquía y
su continuidad se ubicaron a la derecha, mientras que
los detractores del absolutismo y defensores de la democracia se situaron a la izquierda.
Sin embargo, hoy en día concebir a la izquierda como
una sola unidad sería un error. Con otros acontecimientos históricos como la Revolución Rusa de 1917 o
la misma Revolución Comunista de 1949 en China, esta
fuerza política ha ido adquiriendo distintos matices y
se ha ramificado en distintas tendencias. Resulta más
apropiado entonces hablar de las izquierdas, en plural,
23
Guillermo Rodríguez Martínez
“Y al emplear el plural “izquierdas” admito que no hay
una sola sino varias: la liberal, la socialista, la comunista, la evolucionaria o constitucional, la revolucionaria o
guerrillera, incluso la anarquista”. (Angulo, J, “Cuándo
yo digo izquierda (s), p.21, 2009).
Estas distintas vertientes de la izquierda a lo largo de
la historia y en distintas partes del mundo han tenido
diferentes posiciones y maneras de plantear sus objetivos. Por un lado, hay movimientos izquierdosos moderados, tales como el socialismo o el liberalismo, que buscan el poder por medio de los mecanismos democráticos
(como lo son las elecciones), que tienen en el centro de
su pensamiento un carácter reformista, y que enfocan
el ejercicio del poder político hacia una tendencia mixta
entre socialismo y capitalismo.
Pero existen facciones de esta fuerza política que son
mucho más radicales, como el comunismo, el anarquismo o el revolucionismo. Dichos movimientos pretenden
tomarse el poder por medio de la fuerza, tienen como
núcleo ideológico la extinción del capitalismo y ese radicalismo, independientemente de las condiciones, siempre busca propiciar la revolución.
En múltiples conflictos a lo largo del siglo pasado y
en distintas partes del mundo, esa izquierda radical,
la de carácter militarista y dogmático, ha sido la base
ideológica de miles de grupos armados ilegales y, más
específicamente, en Colombia, durante más de 50 años,
ese proyecto beligerante ha encontrado sus mayores exponentes en las guerrillas de las FARC y el ELN.
24
La Trampa del Elefante
La izquierda radical en Colombia
Las tendencias más fundamentalistas de la izquierda
llegaron primero a Colombia encarnadas en el Partido
Socialista Revolucionario (PSR) y luego en el Partido Comunista Colombiano (PCC). Desde su creación en el año
de 1930, el PCC organizó y familiarizó con su dogma
a núcleos campesinos, de los cuales surgieron líderes
agrarios que más tardes, en la década de los 50, fundaron los primeros grupos armados campesinos, con una
orientación claramente comunista. Uno de esos líderes
fue Isauro Yosa, mejor conocido como El Mayor Lister,
miembro del Partido Comunista desde el inicio de la década de los 30.
Luego del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948,
Yosa junto con otros miembros del Partido Comunista,
crearon un primer grupo guerrillero, que estaba disperso por distintas partes del sur del país y al cual posteriormente se unieron Ciro Trujillo, Jaime Guaraca, Jacobo Prías Alape “Charronegro” y Pedro Antonio Marín
Marín, conocido como “Manuel Marulanda Vélez” o “Tirofijo”.
Debido a las dificultades de desplazamiento que imponían la geografía colombiana y el acoso de milicias liberales durante varios años, se decidió en 1965 organizar el
grupo concentrándolo en territorios específicos, para un
año más tarde, en lo que se denominó la Segunda Conferencia del Bloque Sur, definir un plan de crecimiento
y estructuración para el grupo. Desde ese momento esas
milicias adoptaron el nombre de Fuerzas Armadas Revolcionarias de Colombia (FARC), habiendo escogido a
“Marulanda” como su máximo jefe. El grupo entonces co25
Guillermo Rodríguez Martínez
menzó a plantearse como una fuerza contra la violencia
bipartidista y contra los grupos tradicionales que tuvieron
el poder desde los inicios de la República, argumentando
que se trataba de un alzamiento en armas que le quería
hacer frente a la injusticia social en el país.
Mientras tanto, un grupo de estudiantes fue enviado a
Cuba por el Partido Comunista, donde recibieron entrenamiento en combate de guerrilla y profundizaron su conocimiento sobre la ideología fundamentalista del comunismo.
Un año más tarde regresaron a Colombia y fundaron la
Brigada José Antonio Galán que un tiempo después sería
conocida como el Ejército de Liberación Nacional (ELN),
estableciéndose en el Magdalena Medio; una zona que
además de tener varios ex militantes de guerrillas liberales, era una de las principales zonas petroleras del país.
El movimiento desde sus principios se planteó derrocar al Gobierno por la vía militar, para luego cambiar
el sistema político y económico de Colombia por uno
de extrema izquierda. Es decir, en un principio, el ELN
perseguía objetivos muy parecidos a los de las FARC y
tenía una política similar de “combatir el fuego con más
fuego”, ignorando por completo que eso sólo conducía a
avivar aún más las llamas del conflicto que vive el país.
Pero además de tener principios y propósitos similares, las FARC y el ELN también comparten una táctica
y peligrosa diplomacia internacional, que han llevado
a cabo durante décadas en varios países de Europa y
de América Latina. Con la Comisión Internacional (COMINTER) y el Frente Internacional (FI), la guerrilla no
sólo ha logrado contactar a movimientos y partidos de
izquierda, también ha conseguido su apoyo e incluso ha
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La Trampa del Elefante
establecido nexos con algunos gobiernos, especialmente
de Venezuela, Cuba y Ecuador.
La proyección internacional
Las FARC y el ELN tomaron desde un principio como
modelos de referencia los gobiernos de la Unión Soviética y Cuba y extendieron sus frentes hacia las fronteras
con los países vecinos de Ecuador y Venezuela. Incluso, en años recientes, ambas guerrillas cruzarían tales
fronteras para buscar un refugio de los hostigamientos
del Ejército Nacional. Aunque hay quienes dicen que las
FARC y el ELN atravesaron los límites geopolíticos de
manera clandestina, sin el conocimiento de los gobiernos vecinos, existen evidencias de que en realidad ambos grupos armados han contado con un apoyo y una
complicidad por parte de ambos países.
Lo que se ha publicado en prensa en años recientes
sobre la relación de las guerrillas colombianas con el
gobierno venezolano o el ecuatoriano, llevaría a pensar
que se trata de un fenómeno más bien reciente, pero
esos nexos vienen desde algunos años antes.
Si bien ahora el apoyo y la complicidad del gobierno
de Cuba se ha ido disminuyendo tras la creación del
Foro de São Paulo (tema que se ampliará más adelante),
el gobierno de Venezuela ha sido mucho más abierto en
su relación con las FARC y el ELN.
Dicha postura quedó en evidencia poco tiempo después de que Hugo Chávez asumiera la presidencia del
país vecino, pues “En 1999 Chávez se declaró neutral
en el conflicto colombiano, lo cual generó malestar en
27
Guillermo Rodríguez Martínez
el Gobierno Nacional, porque se le ponía en el mismo
nivel que a las organizaciones armadas ilegales”2 y, de
igual manera, dos años más tarde, procedió a declarar
ante los medios que a la guerrilla colombiana no podía
calificársele como terrorista porque eso truncaba cualquier posibilidad de dialogar con ella, apoyándose en
que, para ese entonces, el proceso de paz que las FARC
estaba sosteniendo con el gobierno de Andrés Pastrana
estaba en pleno desarrollo.
El territorio venezolano se fue convirtiendo en un refugio para integrantes de las FARC y del ELN, quienes se
establecían en áreas rurales y viajaban con frecuencia
a centros urbanos, sin que las autoridades venezolanas
hicieran algo para evitarlo. Una de las primeras pruebas
de dicha permisividad fue la presencia de Jesús María
Ballestas Tirado, alias “Yiyo”, integrante del ELN, quien,
después de haber dirigido el secuestro de un avión de
Avianca que cubría la ruta Bucaramanga-Bogotá el 12
de abril de 1999, se asiló en Venezuela.
Pese a que Ballestas fue capturado en febrero de 2001,
con un esfuerzo conjunto entre las autoridades colombianas y venezolanas, el Ministro del Interior venezolano de ese entonces, Luis Miquilena y una organización
protectora de derechos humanos llamada PROVEA (Programa Venezolano de Educación-Acción) lograron que el
guerrillero quedara en libertad, pues argumentaron que
la captura se había realizado de manera ilegal.
Tras esto, la Corte Suprema de Justicia colombiana
pidió la extradición de Ballestas para ser juzgado por
2
Diario El Colombiano en: http://www.elcolombiano.com/
BancoConocimiento/I/intercambio/intercambio.asp
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La Trampa del Elefante
los crimenes cometidos en Colombia, pero el gobierno de
Chávez negó la deportación unos instantes antes de que
el avión que transportaría al guerrillero despegara. “Al
día siguiente […] investigadores colombianos (según la
revista Cambio) lograron determinar que el ELN se movió con rapidez en la capital venezolana, logrando que
Chávez reversara la decisión de deportar al secuestrador hacia Colombia”3.
Finalmente la Fiscalía General de Venezuela capturó
a Ballestas y lo condenó a un año y medio de cárcel por
el delito de “forjamiento y utilización de documentos de
identidad falsos” y tras cumplir su condena, fue deportado a Colombia el 19 de julio de 2001.
Aunque ese primer roce no causó mayor crisis, las tensiones entre el gobierno de Colombia y el de Venezuela se
agudizaron cuando en diciembre de 2004 agentes de la
Interpol capturaron en Caracas a Ricardo Téllez, mejor
conocido como “Rodrigo Granda”, que era tan importante
para la proyección internacional de las FARC que se le
conocía como el “Canciller” de dicha organización.
Tras la captura, el presidente Chávez le exigió una
disculpa al gobierno de colombiano por considerar que
se había violado la soberanía de Venezuela. La exigencia
fue rechazada por el entonces presidente Álvaro Uribe
Vélez, que manifestó que si acaso “el país ofendido había
sido Colombia”. Debido a esa negativa, Chávez declaró
rotas las relaciones diplomáticas con Colombia, cerró la
frontera y retiró al embajador de Bogotá.
Sierra G, C, “Una propuesta de estrategia para colombia frente a la política
expansionista del socialismo del siglo XXI”, capítulo 1.7 “El secuestrador
del avión de Avianca”, Centro de Análisis Sociopolítico, p.p. 26-27, 2008
3
29
Guillermo Rodríguez Martínez
Para empeorar la situación aún más, tras la captura
de Granda, las FARC se pronunciaron, reclamándole al
gobierno de Chávez una posición clara sobre la seguridad de lo que ellos denominaron las demás “organizaciones bolivarianas”:
“Ante lo ocurrido en Caracas por el secuestro de
Ricardo, solicitamos al gobierno bolivariano de Venezuela fijar una posición clara frente a las garantías a las demás organizaciones bolivarianas que
eventualmente visiten su país para participar en
futuros eventos programados por los bolivarianos
de su país. Lo ocurrido al camarada Ricardo es
un deplorable precedente de esclarecer a la mayor
brevedad posible con la finalidad de despejar las
dudas y suspicacias propias de este inexplicable
hecho, y por constituir grave ofensa al movimiento
bolivariano de los tres países hermanos e hijos del
Libertador”4.
La complicidad del gobierno de Venezuela, si no era
ya lo suficientemente obvia, se hizo completamente evidente con la reacción que Hugo Chávez manifestó tras
la Operación Fénix de 2008. En ese operativo de las
fuerzas armadas colombianas, se dio de baja a Edgar
Devia Silva, mejor conocido como Raúl Reyes, quien era
el responsable principal de la Comisión Internacional
de las FARC y segundo al mando en el Secretariado de
esta guerrilla. Al conocer la noticia, el entonces presidente venezolano rompió relaciones diplomáticas con
Colombia y hasta llegó a amenazar con mover tropas a
la frontera, además de tildar la operación de “cobarde” y
4
Portal Rebelión, 2005, en: http://www.rebelion.org/noticia_pdf.
php?id=9536
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La Trampa del Elefante
“sanguinaria” en la alocución de su programa televisivo
“Aló Presidente” ese mismo día.
En esta operación se incautaron computadores portátiles y varias memorias USB que contenían información que además de comprobar nuevamente la notoria
cooperación entre el gobierno de Venezuela y las FARC,
también comprometían a Ecuador por lo permisible que
había sido con el control de la frontera con Colombia,
tanto así que las Fuerzas Armadas localizaron a “Reyes” en inmediaciones de la frontera con ese país y un
campamento que estaba prácticamente ubicado en territorio ecuatoriano.
Todos son hechos que resultarían sorpresivos de no saber que las FARC durante años se fueron adueñando de
territorios específicos en el sur del país, sobre todo los departamentos del Putumayo y el Caquetá, los cuales consideraban como una zona estratégica para “sacar provecho
por su capacidad para la siembra de coca, del acceso que
daban a recursos del exterior (…)”5, pero además, tal como
lo dejó en evidencia la Operación Fénix, la guerrilla utilizaba el territorio ecuatoriano como resguardo.
Pero más que permitir el asilo de la guerrilla colombiana en su territorio, el gobierno venezolano fue mucho
más allá que el de Ecuador, pues diseñó un juego de
guerra que se conoció como el “Plan de guerra Guaicaipuro” y que fue filtrado y difundido por internet el 1 de
febrero de 2008.
5
Instituto Internacional de Estudios Estratégico –IISS-, Los documentos
de las FARC, Venezuela, Ecuador y el archivo secreto de “Raúl Reyes”,
p.307, 2011.
31
Guillermo Rodríguez Martínez
Hay que aclarar que un juego de guerra es una simulación que hacen las fuerzas armadas de un país sobre
una situación bélica particular y, en el caso de “Guaicaipuro”, se planeaba una estrategia para conducir un
movimiento de tropas y así llevar a cabo una toma militar de la Guajira, y posteriormente de la capital, con
ayuda de la insurgencia colombiana.
La información filtrada sobre dicho plan fue publicada por la revista Semana y ese mismo día, el entonces
senador Germán Vargas Lleras realizó la denuncia de
dicho plan ante el Congreso de la República en Bogotá
y se dio a conocer que éste había sido realizado por la
División de Investigaciones del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional de Venezuela, como un plan
de choque contra una eventual invasión por parte de los
Estados Unidos, apoyados por Colombia.
Aunque se trataba de un simulacro, lo que no deja
de llamar la atención es que Chávez buscara aliarse a
escala internacional con las dos guerrillas colombianas,
tratando de que éstas fueran consideradas en distintas
partes del mundo como fuerzas insurgentes con un programa político. De esa manera, el 11 de enero de 2008,
ante la Asamblea Nacional de Venezuela, se refirió a las
guerrillas colombianas así:
“No son organizaciones terroristas, son verdaderos
ejércitos que ocupan espacio en Colombia, hay que
darles reconocimiento, son fuerzas insurgentes que
tienen un proyecto político, un proyecto bolivariano que aquí es respetado”. “Solicito a los gobiernos
del continente que retiren a las FARC y al ELN de
la lista de grupos terroristas. Pido a Europa que
32
La Trampa del Elefante
retire a las FARC y al ELN de la lista de grupos
terroristas del mundo porque eso tiene una sola
causa: la presión de Estados Unidos”6.
Parecía increíble que el Presidente de una nación soberana apoyara abiertamente y pidiera el reconocimiento de beligerancia a dos grupos que, internacionalmente, son considerados como terroristas por sus atroces
delitos y que están tan estrechamente vinculados con
el narcotráfico. Incluso sorprendía que pidiera que a las
guerrillas se les quitara de las listas de grupos terroristas, argumentando que esa era la única manera de
dialogar con las FARC o el ELN y que era el gobierno de
Estados Unidos el que presionaba a la comunidad internacional para que los considerara de manera negativa.
Pero, ¿qué había detrás de esa argumentación superflua? ¿Por qué Chávez veía en las dos guerrillas a verdaderos “ejércitos”? ¿Qué finalidad tenía atreverse a pedir
el reconocimiento de beligerancia y su exclusión de la
lista de organizaciones terroristas?
Nuevas doctrinas para la guerrilla
Lo que yacía en el fondo de todo esto, era que Chávez
se identificaba plenamente con el pensamiento de las
FARC y el ELN, porque antes de ser militar, él se formó
y se definió como revolucionario; primero militando en
las líneas del Partido de la Revolución Venezolana (PRV)
y posteriormente fundando su propio grupo, que llamó
Ejército de Liberación del Pueblo de Venezuela, que tuvo
6
W Radio, 2008, en: http://www.wradio.com.co/noticias/actualidad/
chavez-reconoce-proyecto-politico-de-las-farc/20080111/nota/531914.
aspx
33
Guillermo Rodríguez Martínez
una corta vida pero con el cual logró establecer otros
contactos con los sectores más radicales de Venezuela
en la década de los 607. Fue “miembro del equipo fundador del Frente Liberación Nacional (FLN) […] en 1967,
militante del FLN-FALN (Frente Armado de Liberación
Nacional)”8 en el mismo año y luego, en 1970, cofundó el
Partido de la Revolución Venezolana (PRV), siendo todos
movimientos radicales de izquierda.
Posteriormente, durante sus 17 años como Oficial del
Ejército Venezolano que empezaron en 1975 y culminaron en 1992, Chávez se dedicó a organizar, junto con
otros oficiales, pequeños núcleos revolucionarios que
fueron agrupados en lo que se llamó el “Frente militar
de carrera”. Dicho Frente, no sólo se dedicó a reclutar
oficiales, sino que además fortaleció sus vínculos con
el PRV, a tal punto que se propuso la creación del Tercer Ejército o Ejército de Bolívar, que era una alianza
entre militares y milicias revolucionaria. Además se establecieron contactos con líderes fundamentalistas del
mundo musulmán sunita, sobre todo en Irak, Libia y
Palestina9.
Esas células revolucionarias dentro del Ejército fueron creciendo y fortaleciéndose hasta que en 1991,
Chávez impulsó la creación del Comité Cívico Militar
con cuyo apoyo trató de dar un golpe de Estado un año
más tarde. Sin embargo, esa tentativa de tomar el poder
fue frustrada y los miembros del Comité fueron encarcelados en la prisión de Yare.
Garrido, Alberto. “Breve Manual para entender el Chavismo”, p. 3. 2007.
Revolución Bolivariana, Apuntes para la discusión, cuaderno No.1, p.2,
2010
9
Garrido. P. 2. 2007
7
8
34
La Trampa del Elefante
Tras dos años en la cárcel, Chávez estableció importantes contactos políticos con dirigentes de la izquierda venezolana y en 1997 fundó el Movimiento
V República (MVR), con el cual se presentó un año
más tarde como candidato a la Presidencia de Venezuela, ganando las elecciones. Una vez en el poder,
Chávez inició el proceso que él llamó la “revolución
bolivariana” o “revolución pacífica”, modificando varios artículos de la Constitución Política Venezolana e
implantando lo que consideraba como “Socialismo del
siglo XXI”.
Chávez asumió el poder en un momento en el que
las FARC habían logrado fortificar su estructura armada contundentemente, mientras que, por el contrario, el
ELN estaba debilitado y se debatía entre formar parte
de las FARC e iniciar un proceso de negociación con el
gobierno de Colombia. Como era de esperarse, la primera opción parecía más tentadora pues las FARC, desde
1998 hasta el 2002, aprovecharon el despeje de la zona
del Caguán para crear condiciones políticas, militares y
económicas que apuntaban a que esa guerrilla estaba
tramando una primera ofensiva general que se ejecutaría apenas se acabaran las negociaciones que habían
iniciado con el gobierno de Andrés Pastrana. Incluso,
durante 2001 y 2002, las FARC realizaron varios atentados y secuestros que llevaron a que el 20 de febrero
de 2002, en horas de la noche, el Presidente Pastrana
hiciera una alocución televisiva en la que presentó varias pruebas documentadas de que la guerrilla estuvo
usando la zona de distensión para fortalecerse, dando
por terminadas las negociaciones.
35
Guillermo Rodríguez Martínez
Horas más tarde, el Ejército colombiano lanzó uno de
los ataques más contundentes de su historia y haciendo
que cualquier plan que hubiera diseñado la guerrilla
se viera frustrado. De esa manera, las milicias de las
FARC se vieron obligadas a hacer un repliegue táctico,
en el cual recibieron los peores golpes militares de su
historia.
Comenzaba entonces a sentirse la aproximación de
un punto de quiebre que solucionaba el conflicto con la
guerrilla, pues parecía que llegaría un proceso de negociación en el que no había mayores condiciones; pero el
refugio que las FARC encontraron en Venezuela y Ecuador les ayudó a reponerse y sus dirigentes, viendo el
proceso de la “Revolución Bolivariana”, comprendieron
que estaban obligados a revisar su estrategia para llegar al poder, mientras que, más allá de la frontera, el
ELN encontró un territorio nuevo para trasladar su Comando Central y gran parte de la Dirección Nacional y
una situación política, social y económica que les hizo
entender también que eran otras las tácticas que debían
perseguir si querían seguir con sus aspiraciones.
La llegada de la izquierda al poder en Venezuela y
Ecuador abrió la posibilidad a las FARC y al ELN de
expandir su influencia más allá de las fronteras con estos dos países. La guerrilla inició entonces una serie de
contactos con otros grupos insurgentes en otros países
de Suramérica y prueba de esto es el artículo que el
diario El Tiempo publicó el 26 de abril de 2010 bajo el título de “Paraguay, en estado de excepción por guerrilla
vinculada con las FARC”, que denunciaba el vínculo que
existía entre la guerrilla colombiana y un grupo arma36
La Trampa del Elefante
do llamado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), el cual
estaba llevando a cabo varios secuestros, siendo el más
importante el de la hija del ex Presidente paraguayo,
Cecilia Cubas.
Pero tal vez lo más importante que encontraron las
FARC y el ELN en Venezuela fueron las nuevas doctrinas militares y de seguridad nacional que Chávez implementó como parte del proceso revolucionario bolivariano. Una de esas doctrinas que encontraron fue la
de la multipolaridad, una teoría contraria a la globalización, que se refiere a un esquema de organización
del poder dividido en varios núcleos. De esa manera,
no existiría una sola potencia que concentre la mayor
parte del poder en sí misma, como Estados Unidos, sino
varios centros que ejerzan la capacidad del poder. Asimismo, en la teoría unipolar, o de la globalización, las
guerras las libran fuerzas multinacionales; grandes y
poderosos ejércitos al estilo de la coalición que se formó
para las guerras contra Irak o en la guerra contra los
talibanes en Afganistán; pero en la teoría multipolar, las
guerras las libran ejércitos pequeños y grupos irregulares en lo que los teóricos de tal doctrina llaman “guerra
asimétrica”. Es decir, las FARC y el ELN, al cruzar la
frontera, encontraron cabida en un proyecto mundial
en el que sus aspiraciones revolucionarias pueden ser
tenidas en cuenta y apoyadas con armas por potencias
internacionales; porque Venezuela no es el único país
que ha adoptado esa doctrina. Países como Rusia o la
misma Corea del Norte, han estado acoplando las ideas
bélicas de la multipolaridad y han ampliado su arsenal
para hacer frente a una eventual guerra con Estados
Unidos a causa de los conflictos que han surgido en
37
Guillermo Rodríguez Martínez
Medio Oriente y que puedan presentarse en Centro y
Suramérica.
Ahora bien, tal vez el éxito que alcanzó a tener Chávez
en su plan mientras fue Presidente de Venezuela, no hubiera sido posible sin un factor tan fundamental como lo
es el petróleo. En 2001, cuando la Asamblea Nacional de
Venezuela aprobó una nueva Ley de Hidrocarburos, se
decretó que toda la producción venezolana de crudo sería de propiedad del Estado, con contadas excepciones
en las que el Gobierno ya era partícipe. Es decir, se trató
de una expropiación de la explotación petrolera para tener mayor control a una escala internacional pues, una
vez se es dueño de la producción de la quinta potencia
en producción de petróleo a nivel mundial, se pueden
hacer con más comodidad ciertas maniobras políticas
dentro de los esquemas de la izquierda radical pero, al
mismo tiempo, con más temor de una posible represalia
militar de Estados Unidos.
Precisamente por ese temor, Chávez tomó en serio las
tesis de la multipolaridad y la guerra asimétrica. De esa
manera, estrechó los vínculos con otros gobiernos radicales como Irán, Corea del Norte, Rusia, Libia y Siria
e introdujo un cambio sustancial en la organización,
el entrenamiento y la misión de las Fuerzas Armadas,
pues tras varias modificaciones y reformas a la Constitución, se llevó a cabo “la activación sin marco normativo de la Milicia Bolivariana”10, con lo cual fue convirtiendo a la Fuerza Armada Nacional en una especie de
ejército híbrido, en el que se combinaban los ejércitos
10
Revista Observatorio Económico-Legislativo, Reformas y Nuevas
Estructuras en las Fuerzas Armadas de Venezuela, periodo 1999-2012,
2013.
38
La Trampa del Elefante
de países que estaban bajo su influencia como Ecuador,
Bolivia o Nicaragua, con el propio ejército venezolano y
grupos irregulares provenientes de varios lugares, como
el MRTA de Perú, el Alfaro Vive Carajo de Ecuador o las
mismísimas FARC y el ELN.
Prueba más que fehaciente de esas intenciones fueron las declaraciones que alias “David”, ex integrante
del nivel político de las FARC, manifestó el 11 de mayo
de 2008, en una entrevista concedida al diario El Tiempo, en la que decía:
“Ya en el 2004 y el 2005 se empieza a hablar –y esa
propuesta la lanza Venezuela- de la creación de un
ejército continental, que en el 2005 se materializa
con la creación del Frente Bolivariano de Liberación (FBL), con la participación del ELN, las FARC,
el Movimiento Revolucionario Carapaica, el grupo
Ezequiel Zamora (estos últimos de Venezuela), un
reducto de los sandinistas y otros grupos del continente como Sendero Luminoso”.
Con la creación de ese “ejército continental”, Chávez
buscaba expandir su control sobre el terreno venezolano, tener influencia más allá de los límites geopolíticos
y fortalecer las líneas de su ejército para defenderse de
lo que consideraba como una “inminente invasión” de
Estados Unidos con apoyo de Colombia.
Las FARC y el ELN funcionaban a la perfección como
dos aliadas más de la Milicia Bolivariana por su afinidad ideológica y por dispersión que permitía conducir
acciones militares descentralizadas. Las dos guerrillas
colombianas le convenían a Chávez además porque, por
ejemplo, el ELN desde el 2005 había puesto en marcha
39
Guillermo Rodríguez Martínez
un plan llamado “Defensa en Amplio Territorio”, que
consistía en dispersar sus líneas y fortalecer su fuerza
en zonas fronterizas con Venezuela y Ecuador. Algo similar a lo que las FARC ha venido haciendo durante los
últimos 11 años, debido a la necesidad de sobrevivir a
las constantes arremetidas del Ejército Colombiano.
Además, Chávez introdujo en las FARC y el ELN un
cambio importante en la concepción de la guerra y un
sentido de gerencia internacional que regionalizó el conflicto en Colombia e hizo que gobiernos y grupos radicales de izquierda internacionales tuvieran incidencia.
Por más que las FARC y el ELN parezcan debilitadas
militarmente, ambos grupos han asesorado la formación de otras guerrillas en varios países de Centro y
Suramérica, como el Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP) en México y el Movimiento Revolucionario Tupac
Amarú (MRTA) en Perú, además de los Comuneros de
Liberación Nacional (C-LN), integrado por indígenas de
la provincia de Pastaza en el oriente de Ecuador.
La creación y resurgimiento de esta clase de grupos
constituye una amenaza proveniente de varios frentes
contra los intereses económicos y políticos de Estados
Unidos y sus aliados en la región, como Colombia. Y
aunque esos grupos parezcan pequeños en su capacidad militar y su experiencia, el apoyo armado de las
FARC y el ELN les ha dado fuerzas, al igual que lo ha
hecho el apoyo económico que les brinda la izquierda
internacional, particularmente el que les brinda el gobierno de Venezuela.
En los últimos 44 años (1960- 2014) han existido cerca de 150 grupos armados ilegales en Centro y Sura40
La Trampa del Elefante
mérica, los cuales hicieron parte de proyectos revolucionarios patrocinados por la izquierda internacional. La
gran mayoría de estos grupos finalmente no se consolidaron o, si lo hicieron, desaparecieron luego de la crisis
del comunismo de los años 90. Sin embargo, en varios
países como Colombia (FARC- ELN) y México (EZLN)
algunos grupos permanecieron vigentes. En otros países como Ecuador (Alfaro Vive Carajo- Comuneros de
Liberación Nacional), Perú (Movimiento Revolucionario
Tupac Amarú), y Venezuela (Fuerzas de Liberación Nacional), lograron resurgir y conservar cierta base social,
así como rearmarse.
Sin embargo, contrario a lo que podría pensarse frente
a ese panorama, la práctica de la guerra asimétrica en
Colombia por parte del ELN y de las FARC, no tiene como
propósito darle a las guerrillas una nueva estructura.
Dentro de la concepción estratégica de estos dos grupos
armados, ya no existe la idea de lograr un triunfo por la
vía armada. Los resultados y la dinámica de la guerra
en Colombia han forzado a la guerrilla a usar la guerra
asimétrica como apenas una manera de sobrevivir.
El papel de Ecuador
En su particular plan de supervivencia, la guerrilla
ha cruzado la frontera con Ecuador, país cuyo gobierno
ha sido más bien discreto frente al tema del conflicto
armado en Colombia. Al otro lado de la frontera sureña, las FARC y el ELN se han asentado y allí encuentran refugio y un lugar donde se les facilita desarrollar
actividades de narcotráfico y establecer más contactos
internacionales a través de su llamado Frente Interna41
Guillermo Rodríguez Martínez
cional (en el caso del ELN) y la Comisión Internacional
de las FARC.
Tal vez el caso más evidente de esta permanencia en
el país vecino fue la estadía de Édgar Devia Silva, alias
“Raúl Reyes”, quien había asentado un campamento en
la región de Santa Rosa de Sucumbíos, donde fue dado
de baja por el Ejército colombiano; pero también existen
otros hechos significativos, como la presencia en territorio ecuatoriano de “Milton Hernández”, quien en 2001
era el responsable del Frente Internacional del ELN para
América del Sur y el Caribe. Después de ser diagnosticado con cáncer, su remplazo, Willington Carlos Arévalo
(conocido bajo los alias de “Wilson, Ariel o El Flaco”),
también se asentó en Ecuador y coordinó actividades de
narcotráfico, tráfico ilegal de armas y siguió extendiendo las conexiones internacionales de esa guerrilla.
Pero todas estas actividades salieron de su clandestinidad cuando algunos medios de Ecuador demostraron
que sabían de la estadía de estos cabecillas en el país.
De esa manera, se publicó un artículo en el diario Hoy
de Ecuador con el que se denunciaba lo siguiente:
“A mediados de abril de 2008, una llamada telefónica,
calificada de reservada, dio cuenta de que en el país
se encontraba Willington Claro Arévalo (a) “Rubén
Vázquez o José Antonio Alcívar Molina”, quien, según
la primera información, registraba antecedentes en
Colombia por tráfico de armas y era conocido como
el comandante “Antonio”. Interpol confirmó días después que Claro Arévalo era elemento activo del Ejército de Liberación Nacional (ELN)”11.
11
42
Diario Digital Hoy.com.ec, edición 27 de julio de 2009
La Trampa del Elefante
La guerrilla colombiana incluso hizo saber de su presencia en aquél país cuando, en el mes de agosto de
2003, el ELN organizó un evento que se llamó “Biodiversidad quinto encuentro un paso adelante por la revolución y unidad latinoamericana”12, al cual asistieron
delegados de varias organizaciones de izquierda y otro
grupos insurgentes de Suramérica como UTOPÍA de Venezuela, El Frente Político Manuel Rodríguez de Chile,
el Ejército Boricua “Los macheteros” de Puerto Rico y
algunos cuantos más que ya se han mencionado anteriormente en este capítulo.
En ese encuentro, además, se plantearon varios temas relacionados con la vigencia de la lucha armada
revolucionaria, la necesidad de unidad entre los distintos grupos y la importancia de conocer más a fondo los
planes imperialistas y sus fuentes de dinero para así
saber cómo enfrentarlos. Pero además se habló de “materializar y plantearnos un accionar político-militar que
cohesione mas el espacio, lo revalide y nos pongamos en
la tónica de reconocernos y construir unidad revolucionaria continental”13, algo un poco similar a lo que quería lograr Chávez con su “Milicia Bolivariana”, llegando
a la conclusión de que ninguno de los grupos participantes del encuentro podía permitir que “el oportunismo, la socialdemocracia” les quitara espacios políticos,
pues el “objetivo es la construcción y el trabajo por el
poder popular. Para poder conquistar el poder popular
es necesario tener una conducción revolucionaria, un
Esta información se conoció de un documento incautado a Juan Carlos
Cuéllar Victoria, alias “Silvio”, representante de la Dirección Nacional del
ELN en el frente de guerra Suroccidental, quien fue capturado el 4 de
diciembre de 2004, en Chachagüí (Nariño).
13
ELN, documento “Biodiversidad V Encuentro”, 2003, p. 6-7.
12
43
Guillermo Rodríguez Martínez
gran movimiento de masas y una organización y lucha
militar”14. Nada más diciente sobre los proyectos de la
guerrilla y la izquierda radical.
Además, otro evento que tuvo lugar en Ecuador fue
un reunión que se llevó a cabo durante diciembre del
2003, entre “Raúl Reyes” y el representante del Comando Central del ELN Juan Carlos Cuéllar Avilar, alias
“Silvio”. Esta reunión se llevó a cabo en el campamento
donde fue abatido “Raúl Reyes” y tenía como propósito
un acuerdo para adoptar una estrategia conjunta que
permitiera enfrentar al gobierno de Álvaro Uribe Vélez,
pero este tema será tratado en profundidad en el tercer
capítulo de este libro.
Ahora bien, aunque el gobierno de Ecuador nunca estuvo muy inmiscuido en el conflicto colombiano, sí es
cierto que su permisividad facilitaba que las guerrillas
usaran la frontera para mover parte de su logística y el
apoyo que les fue brindado por grupos de la izquierda
radical en ese país, ayudó a que, por ejemplo, el ELN
haya logrado politizar algunas comunidades indígenas,
extendiendo sobre éstas su esquema de insurgencia armada.
Pero la expansión de sus doctrinas no se hubiera logrado si no hubieran conseguido establecer relaciones
con el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador (PCMLE) y algunos miembros del antiguo grupo Alfaro Vive Carajo. De hecho, en un documento incautado
a Luis Carlos Cuéllar, alias “Carlos Alberto” o “Silvio”,
aparece lo siguiente:
14
44
Ibíd.
La Trampa del Elefante
“ALFARO:... Durante este periodo se siguieron fortaleciendo las relaciones con las fuerzas amigas,
ya los del Alfaro estaban con nosotros en el MVC
desde el 2.000 y tenían la disposición de quedarse
hasta fortalecer un grupo de unos 20 o 30 compañeros que les permitiera jalonar una propuesta en
el vecindario, ellos se han mantenido en el campo
con nosotros, en el momento un grupo de 6 a 10
compañeros dentro de los que se encuentran los
principales mandos y desde acá han estado convocando a su militancia y vienen en un proceso de
reordenamiento y de reconstrucción de la organización”.
En cuanto a los contactos establecidos con el PCMLE,
fueron éstos los que les facilitaron el contacto con las
FARC en territorio ecuatoriano y pidieron asesoría al
ELN para la creación de dos pequeños grupos guerrilleros en las comunidades indígenas. Al respecto, el documento “ASPECTOS GENERALES DE LA EVALUACIÓN
PLENO DN-DFG ABRIL-04”, que era la ampliación de
las decisiones tomadas por el ELN en el VI Pleno de Dirección Nacional del año 2004, se dejó constancia de
la discusión que hubo en torno a “apoyar al pueblo del
vecino país en la construcción de un referente armado”. Pero el documento además afirmaba que se podía
abrir la posibilidad de unificar los pequeños grupos insurgentes en uno solo que colaborara con el ELN en la
lucha armada:
“De la mano nuestra se están dinamizando tres
proyectos importantes que ya tienen su acumulado
[…],en este sentido se está preparando la realiza45
Guillermo Rodríguez Martínez
ción de unas reuniones exploratorias, de lo conversado con ellos, vemos posibilidades muy grandes
de unificar estos procesos, la gran ventaja es que
sobre los tres, tenemos buena ascendencia y podemos a portar para que esto se logre en un tiempo no muy lejano, Hablamos de Alfaro, Gemelos y
Nanki”.
Como se puede ver, entonces, la estadía del ELN y las
FARC en Ecuador no fue sólo para encontrar un refugio
de los hostigamientos militares del Ejército de Colombia,
sino también una estrategia para buscar y hasta crear
aliados no solamente políticos, sino también armados.
El Foro de São Paulo y el Foro Mundial
El proyecto de las FARC y el ELN, como pudimos
ver, tiene una repercusión internacional bastante amplia; pero no son sólo los gobiernos de Cuba, Ecuador
y Venezuela que han sido aliados, permisivos o incluso
mentores de la guerrilla colombiana. En efecto, después del fracaso del socialismo en 1989 que provocó la
caída del muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética,
la izquierda radical tuvo que encontrar nuevas manera
de reorganizarse. Además, sin un apoyo económico y
político como el de la URSS, el gobierno de Cuba quedó
debilitado y mucho del apoyo abierto que profesó a la
revolución en distintas partes de América Latina, fue
moderándose poco a poco. Sin embargo, con un aporte
del Partido de los Trabajadores de Brasil y el apoyo del
gobierno de Cuba, Fidel Castro fundó en 1990 el Foro
de São Paulo, que recibe su nombre por la ciudad en
la que se llevó el primer encuentro de la organización
46
La Trampa del Elefante
liderada por el mismo presidente de Cuba y Luiz Inácio
Lula Da Silva.
El propósito del Foro era abrir los grandes debates de
la izquierda a un nivel internacional, además de buscar mecanismos e ideas para un nuevo orden mundial
y establecer una táctica política para contrarrestar el
modelo económico del neoliberalismo y la globalización.
Como era de esperarse, la conferencia ha recibido muchas críticas y sus detractores más renombrados han
sido por ejemplo, el venezolano Alejandro Peña Esclusa,
quien además de ser opositor al gobierno de Chávez, escribió el libro “El plan del Foro de Sao Paulo para destruir las Fuerzas Armadas”, donde menciona que uno
de los objetivos que se plantean en cada reunión del
Foro es “Transformar a los militares en brazo armado
del socialismo, y neutralizar la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”.
Pero Alejandro Peña no ha sido el único en señalar
el peligro que representa el Foro, también el periodista
Ricardo Puentes Melo escribió un artículo para Periodismo sin Fronteras titulado “El Foro de São Paulo, un
peligro para la democracia”. En éste Peña denuncia que
la conferencia tiene como propósito incentivar todo tipo
de actividades que fortalezcan los propósitos de la izquierda radical a lo largo y ancho del planeta:
“Los miembros del Foro de Sao Paulo reciben orden
de realizar manifestaciones, marchas patrióticas,
ejercer presión política internacional, y enviar ayuda financiera al régimen de Castro. Quienes llegan
a acceder a órganos de poder en sus respectivos
países, también cumplen con esta religiosa obliga47
Guillermo Rodríguez Martínez
ción. La financiación del Foro de Sao Paulo, para el
caso de Colombia, viene del narcotráfico. Ahí tenemos el cartel de las FARC”.
Pero más allá de la gravedad que implica la relación
no tan tácita del Foro de São Paulo con el narcotráfico, hay que tener en cuenta que muchos de los miembros participantes de la conferencia llegaron al poder
mediante la vía electoral una década más tarde. El
primero en hacerlo fue, nada más y nada menos que
Hugo Chávez en 1998, en Venezuela y así se abrió una
oleada de elecciones de mandatarios de movimientos de
izquierda (unos más radicales que otros), demostrando
que el Foro tenía un alcance mucho más grande del que
se había pensado:
“En la reunión del Foro de Sao Paulo de julio de
1992, el único partido de izquierda era el Partido
Comunista de Cuba (PCC), al que luego se le uniera
el triunfo de Hugo Chávez por el Polo Patriótico en
Venezuela, en 1998, le siguió Luiz Inácio Lula da
Silva por el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil en 2002, Tabaré Vásquez por el Frente Unido de
Uruguay en el 2004, Evo Morales por el Movimiento
al Socialismo (MAS) de Bolivia en el 2005, Daniel
Ortega por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSNL) de Nicaragua en el 2006, Francisco
Lugo por Alianza Patriótica para el Cambio (APC)
del Paraguay en el 2008, José Mujica por el Frente
Amplio (FA) de Uruguay en el 2009, Mauricio Funes por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, en el 2009,
Dilma Rousseff por el Partido de los Trabajadores
48
La Trampa del Elefante
(PT) de Brasil en el 2011, Ollanta Humala por el
Partido Nacionalista Peruano (PNP) en el 2011, en
conclusión, todos estos son partidos o movimientos
integrantes del Foro de Sao Paulo. En Coalición,
partidos integrantes del Foro eligieron como Presidentes en Argentina a Néstor y Cristina Kirchner.
Para Colombia, en esta década (2003-2013), la mayor votación de la izquierda ha sido para el Polo
Democrático Alternativo (PDA) y su candidato a la
presidencia de la República Carlos Gaviria. En la
actualidad, sólo Honduras, Chile, Colombia, Paraguay y Guatemala tienen gobiernos con perfiles de
derecha”15.
Pero estos sucesos no implicaron necesariamente un
fortalecimiento del Foro de São Paulo, pues en su desarrollo surgió una disputa muy importante que a duras penas salió a luz pública e involucró a Chávez y a
Lula, quienes provenían de dos corrientes de izquierda
muy distintas. Por un lado, Chávez era partidario de las
ideas más radicales, de la revolución armada e incluso
su grupo político, el Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV), es de tendencia Marxista-Leninista y
tiene como propósito refundar el sistema del país. Por
otra parte, Lula y el Partido de los Trabajadores de Brasil, es más moderado en sus planteamientos y más que
revolucionar el sistema, lo que quiere es reformarlo.
Al respecto de los roces entre las posiciones de ambos
mandatarios, otros presidentes de izquierda de Suramérica se pronunciaron al respecto en su momento para
desvirtuar el enfrentamiento, tal como lo hizo Rafael
Nelson Berrío Reyes, artículo “Vivir los valores de la izquierda”, libro La
izquierda del siglo XXI, p. 148-149, 2013
15
49
Guillermo Rodríguez Martínez
Correa el 19 de agosto de 2007 cuando declaró en Quito: “No es cierto que hay dos ejes, que Lula y Chávez se
disputan el liderazgo. Lula es muy amigo de Chávez y
también mío”.
Lo cierto es que Chávez, quien no tenía límites en sus
intromisiones políticas en los demás países de la región,
criticó al gobierno de Lula por el manejo tenue que daba
a ciertas situaciones de su país y esto generó un vaivén
de respuestas que documentó el Diario Listín en un artículo publicado el 2 de junio de 2007:
“El Presidente Luiz Inácio Lula da Silva salió ayer
viernes en defensa del Congreso brasileño ante las
críticas del mandatario venezolano, Hugo Chávez,
contra esa institución, y determinó que la cancillería convocará al embajador de Venezuela a dar
explicaciones”. “El Presidente venezolano respondió
que “el Congreso de Brasil debería preocuparse de
los problemas de Brasil”” y lo acusó de estar “subordinado” a Washington. Lula dijo que “Chávez
tiene que ocuparse de Venezuela, yo tengo que ocuparme de Brasil y el Presidente George W. Bush
tiene que ocuparse de Estados Unidos”.
Para agudizar aún más las diferencias con los planteamientos de Chávez y sus seguidores, Lula y el Partido de los Trabajadores nunca aceptó la participación de
agrupaciones armadas en el Foro de São Paulo mientras
que, por el contrario, Chávez siempre se mostró favorable
a que ese tipo de grupos participara en la cumbre. De
hecho, tales discrepancias fueron tratadas por el propio
ELN en un documento titulado “Anotaciones sobre el Foro
de São Paulo en donde se hallan comentarios al respecto:
50
La Trampa del Elefante
“Entender que las diversas maniobras del PT brasileño y de un sector del Frente Amplio, que no es
mayoritario dentro de su organización, obedecen
a una vieja contradicción política que pervive en
nuestro continente respecto a la utilización de las
formas de lucha. Cierto es que esta diferencia no
es nueva pero se ha acentuado en los últimos tiempos, después de la posesión de Lula en la presidencia del Brasil, además de revivir un viejo problema del PT con las FARC a quien acusan de violar
la soberanía, de retener ciudadanos brasileños y
ser excluyentes con sectores no armados del continente. Es bueno aclarar de manera informativa
esto último, porque aunque en términos generales
el PT cuestiona la presencia de la insurgencia en
el Grupo de Trabajo, respecto a nosotros actúan
con una política bilateral de mayor entendimiento
y comprensión”.
Las divergencias sobre éste y otros temas llevaron a
que dentro del grupo de trabajo del mismo Foro, algunos
líderes de izquierda internacional junto a representantes de las FARC y el ELN comenzaran a coordinar la
fundación de nuevas instancias de discusión y apoyo a
los proyectos más radicales. Así que en relación con eso,
el mismo documento de las “Anotaciones sobre el Foro
de São Paulo”, el ELN argumentó:
“Como existe la probabilidad que el PT brasileño
insista en la exclusión de la insurgencia colombiana de este espacio, aprovechando el próximo Foro,
somos del parecer en plantearles que ellos convoquen a un nuevo espacio de acuerdo con sus pro51
Guillermo Rodríguez Martínez
pias definiciones y nosotros acompañados de la
mayoría de fuerzas citadas en el párrafo anterior,
estaríamos dispuestos a trabajar por una especie
de refundación del Foro desde una perspectiva más
de izquierda […]”.
Por lo visto hasta este punto, y por el repunte del
Foro Social Mundial y su influencia en el surgimiento
de nuevos movimientos sociales, es posible que el Foro
de São Paulo, después de alcanzar un alto desarrollo de
sus políticas, haya entrado en declive. Este descenso,
además, es notorio en los documentos internos de las
FARC y del ELN, en los cuales se refieren más al segundo evento que al primero. Esta señal se nota en todos
los documentos que fueron objeto de estudio durante
el desarrollo de la V Escuela Nacional de Cuadros del
ELN en 2002. Para el caso de las FARC, los últimos planes conocidos “El renacer revolucionario de las masas”
y “2010-2014: Por una segunda y definitiva independencia”, contienen consideraciones muy puntuales sobre lo
que el Foro Social Mundial, considera como el “poder
político de los movimientos sociales”.
Las FARC y el ELN en el Foro de São Paulo
Pese a la reticencia de algunos miembros del Foro con
respecto a la participación de grupos armados, en 1995
las FARC y el ELN participaron por primera vez de la
conferencia y, en años siguientes, enviaron representantes a las reuniones.
Efectivamente, en el documento del ELN “Anotaciones sobre el Foro de São Paulo” del año 2002, se afirma que “como
52
La Trampa del Elefante
organización, somos miembros plenos desde sus años fundacionales y partícipes activos de su Grupo de Trabajo, que
actúa como una especie de ejecutivo entre foro y foro”.
No obstante, la presencia de la insurgencia colombiana no fue siempre bienvenida y eso creó una situación
tensa que disminuyó aún más el impacto del Foro, siendo que en septiembre de 2001, cuando el Partido de los
Trabajadores de Brasil convocó a la reunión del Grupo
de Trabajo en São Paulo, hubo roces con un delegado
de las FARC que quedaron documentados en el mismo
documento del ELN de las “Anotaciones”:
“Al inicio de las sesiones se hizo presente el delegado de las FARC quien es el representante permanente de esta organización en Brasil, su presencia
suscitó un fuerte debate entre los asistentes ya que
el PT y un sector del Frente Amplio de Uruguay vetaron su presencia en este espacio”.
Ante la presión del mismo PT de Brasil y miembros
del Frente Amplio de Uruguay, las FARC se vieron forzadas a retirarse del encuentro de ese año, pero “Finalmente se logró un acuerdo donde las FARC a conciencia
se retiran de la reunión bajo el compromiso que en las
próximas reuniones del Grupo de Trabajo no se aceptan
vetos de ningún tipo”16. Sin embargo, la guerrilla colombiana fue nuevamente rechazada pocos meses después,
cuando el 2 de marzo de 2002, Tabaré Vásquez asumió
la presidencia de Uruguay y se convocó a una reunión
del Grupo de Trabajo en Montevideo, de la cual la insurgencia colombiana recibió notificación sólo 5 días antes
y no pudo concretar su participación.
16
“Anotaciones sobre el Foro de São Paulo”, 2002.
53
Guillermo Rodríguez Martínez
Pese a los obstáculos impuestos para su presencia
en el Foro, el rechazo del PT Brasilero y Frente Amplio
del Uruguay no fueron suficientes y se demostraron ineficaces en implementar una prohibición tajante a las
guerrillas colombianas, pues tanto las FARC como el
ELN recurrieron a partidos y movimientos con los que
habían entablado relaciones en ediciones anteriores del
Foro, a tal punto que en el año 2007, en el Foro celebrado en Caracas, miembros del partido de Chávez entregaron folletos de las FARC a los asistentes del evento,
quedando el hecho registrado en una entrada del diario
brasilero Veja con el título en portugués de “Membros do
partido de Chávez distribuem folhetos das FARC”.
Foto tomada del diario brasileño Veja, julio 7 de 2007.
54
La Trampa del Elefante
El Foro Social Mundial y las nuevas teorías de
la izquierda radical
Debido a los impases que tuvo la insurgencia colombiana por su presencia en el Foro de São Paulo, ambos
grupos armados buscaron otros espacios de participación internacional, encontrándolo en el Foro Social
Mundial.
Dicho evento fue inaugurado en 2001 con la reunión
que se celebró en Porto Alegre, Brasil entre el 25 y el
30 de enero de ese año, pero sin duda muchos cronistas consideran que un antecedente fundamental fue el
Primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y
contra el Neoliberalismo organizado en Chiapas, México
por iniciativa del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), donde se pedía un mundo “donde quepan
todos los mundos” y donde además se dieron las primeras cooperaciones entre movimientos de todas partes
del mundo que luego participarían en el Foro Social.
En cuanto a los propósitos del Foro Social Mundial
(FSM), Jordi Calvo Rufanges, en su libro “El Foro Social
Mundial”, dice que se crea “como contraposición al Foro
de Davos, celebrado en Suiza, donde miembros de la élite política y económica profundizan en la justificación e
implantación de políticas neoliberales, que se basan en
el beneficio económico, la rentabilidad y la libre competencia. El evento, entonces, tiene como objetivo “discutir, debatir, proponer otro mundo posible y mostrar la
posibilidad de hacer las cosas de una forma distinta y
alternativa a lo que ofrecía el otro foro oficial”. Además,
desde su primera edición esta conferencia ha buscado
integrar todo tipo de movimientos sociales, lo que ha
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Guillermo Rodríguez Martínez
permitido ganar una mayor hegemonía en el mundo, alcanzando a sobrepasar las dimensiones del Foro de São
Paulo.
Los proyectos del FSM son, por encima de todo, ambiciosos e incluso uno de sus mayores pensadores,
Sousa Santos, lo define como una “utopía crítica” que
busca contraponerse al modelo neoliberal, buscando
cualquier alternativa que permita un sistema distinto
al capitalista.
El problema es que, aunque suene como un evento
más de la izquierda moderada, la radical también juega
un papel importante en la conferencia y ha adoptado
esas nuevas bases ideológicas para renovarse. Es decir,
grupos más radicales se han estado alimentando incluso de los pensamientos más refrenados de la izquierda
para fortalecer sus proyectos políticos y sus ambiciones de poder y, a través de estos nuevos planteamientos,
han redefinido su programa, su estrategia y su táctica.
En el caso concreto del ELN, un documento que se redactó durante el VI Congreso de su Dirección Nacional,
dejó en claro que los postulados de Sousa Santos y, en
general, del Foro Social Mundial, habían sido adoptados, pues veían que la revolución ahora sólo sería posible mediante “procesos revolucionarios y una nueva
conducción en los países del continente que articule en
la lucha […] a fuerzas revolucionarias, patrióticas, sectores contrarios a la globalización neoliberal […]”17.
Pero las guerrillas colombianas, con su participación
en el Foro Social Mundial, al igual que con su presencia
17
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ELN, Cuaderno No.3 del Militante, PROGRAMA, IV Congreso, p.6, 2006
La Trampa del Elefante
en el Foro de São Paulo, han ampliado su base ideológica y han logrado mantener relaciones muy fuertes con
distintos movimientos de la izquierda radical internacional. Aunque dichas relaciones han sufrido cambios
por el surgimiento de gobiernos de izquierda moderada
en Latinoamérica, la orientación dogmática sigue tendiendo hacia la toma del poder y la implementación de
un modelo socialista en Colombia.
Además, hay que considerar que el apoyo internacional a la insurgencia colombiana no sólo proviene de las
explícitas acciones o declaraciones de gobiernos como
los de Cuba, Venezuela o Nicaragua, sino también de
otros gobiernos (como Brasil, Argentina y Ecuador) que
no se han manifestado con contundencia en contra de
las FARC o del ELN y tienen actitudes permisivas o de
apoyo tácito hacia estos dos grupos armados.
Siendo que el proyecto de la insurgencia en Colombia
se mantiene intacto, se ha nutrido y se ha inspirado en
ver cómo otros movimientos de izquierda en América
Latina han logrado la toma del poder por la vía democrática, ¿qué nos hace pensar que las pretensiones de
las guerrillas han cambiado? ¿Qué nos lleva a creer que
las negociaciones entre las FARC, el ELN y el Gobierno
no son una estrategia para mantener vivo su proyecto
revolucionario?
No nos engañemos. Puede ser que, como veremos a
continuación, el arsenal físico de las guerrillas se haya
disminuido; pero el armamento ideológico de estos grupos ha crecido y esa paz de la que hablan, no es más
que un juego hipócrita, un cambio de dirección para
cumplir con sus objetivos.
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Guillermo Rodríguez Martínez
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