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LA INOCENTE LAURA, COMEDIA DE LOPE DE VEGA
Dr. Manuel Antonio González Víquez
El teatro de Lope
La poesía dramática representa una acción, difiere en esto de la poesía épica y de la
novela porque estos géneros relatan la acción o las acciones. En la poesía dramática los
actores desarrollan la acción simulada ante el público espectador, para el cual se hizo.
La obra dramática, ya sea comedia o tragedia, debe tener unidad en su asunto para
evitar que la atención de los espectadores se disperse o se pierda.
La acción requiere dinamismo porque no es un estado de alma lo que se va a
representar sino una serie conexa de hechos vitales que deben aprisionar el interés del
espectador en un mundo cerrado y verosímil, imagen de la vida, como el que fabrica
Lope.
La capacidad de un buen dramaturgo se pone a prueba especialmente en la creación
de caracteres, en la creación de personajes de carne y hueso, con todas sus virtudes y
defectos, pero necesariamente debe cuidar, equilibrar la complejidad psicológica de sus
personajes con una acción fluida interesante.
En la obra dramática se distinguen fácilmente tres partes: introducción o
exposición, nudo y desenlace. Por medio del diálogo, los espectadores van conociendo
incluso hasta los antecedentes, del enredo o de los acontecimientos, sin necesidad de que
haya un personaje encargado especialmente para hacer el planteamiento o la explicación
del argumento en sus líneas principales.
"En el acto primero ponga el caso,
En el segundo enlace los sucesos;
de suerte que hasta el medio del tercero
apenas juzgue nadie en lo que para" (1)
En nudo o trama se apropia casi de la totalidad de la obra y con sus momentos de
duda y tensión debe sorprender al espectador en cuanto al desenlace. Lope lo recomienda
así:
·
"Dividido en dos partes el asunto,
ponga la conexión desde el principio;
hasta qye vaya declinando el paso;
pero la solución no la permita,
hasta que llegue la postrera escena;
porque en sabiendo el vulgo el fin que tiene,
vuelve el rostro a la puerta, y las espaldas
al que esperó tres horas cara a cara;
que no hay más que saber que en lo que para~· (2)
La obra de teatro está dividida en actos. El número de actos puede ser de cinco,
cuatro o de tres, en los dramas, comedias y tragedias. En la edad de Oro fueron de tres
actos.
"El sujeto elegido escriba en prosa
y en tres actos de tiempo le reparta,
procurando, si puede, en cada uno
no interrumpir el término del dia" (3)
Las escenas son partes menores que están determinadas por la entrada o salida de
personajes.
115
"Tenga cada acto cuatro pliegos solos,
que doce están medidos con el tiempo
y la paciencia del que está escuchando;" (4)
En los siglos XVI y XVII se presentó un asunto para discutir, de enorme
importancia para la vida del teatro, el de las tres unidades: acción, tiempo y lugar. Los
principales teatros: francés, inglés, y español, tenían que decidir si aceptaban las
recomendaciones de los teorizantes aristotélicos o si se encaminaban libremente por una
ruta propia. El inglés y el teatro español creyeron en la libertad artística; se
desentendieron de las unidades férreas y mezclaron además lo trágico y lo cómico y fue
Lope de Vega quien proporcionó al pueblo ibérico un nuevo, delicioso y variado teatro.
"No hay que advertir que pase en el período
de un sol, que es Consejo de Aristóteles.
porque ya le perdimos el respecto
cuando mezclamos la setencia trágica
a la humanidad de la bajeza cómica". (5)
Debemos agregar que el Fénix además de las anteriores libertades introdujo en el
teatro español de "figura de donaire", apenas embrionaria en el teatro anterior.
La temática de Lope se nutrió en la épica, en el Romancero, en la historia de su
pueblo, por eso en su teatro ecnontramos a España entera, con la que reían o meditaban
sus espectadores.
Gran popularidad y éxito le proporcionó a Lope el filón de "la honra" porque no
era esto algo ideal sino una objetiva noción, como dice Américo Castro "vitalmente
realizada en un proceso de vida singularizada". (6) Oigamos a Lope:
"Los casos de la honra son mejores.
porque mueven con más fuerza a toda gente,
con ello las acciones virtuosas
que la virutd es donde quiera amada; (7)
LA INOCENTE LAURA
Primer acto
Al levantarse el telón se aparecen en la sala de la casa de Rodulfo, en Nápoles, la
Duquesa Leonarda, y el Conde Ricardo, huésped del matrimonio. Ricardo,ha sidp de una
cadena que Leonarda lleva al cuello la requiere de amores, a lo que no accede:
Conde, aunque hermano del Rey,
Mira que es injusta ley
Conmigo atraverse así:
Y ese, Ricardo, no es
Oficio de huésped.
Escena primera.
Rodulfo, Duque de Santángel, sospecha las intenciones de Ricardo pero no
demuestra su desconfianza. Ricardo se adelanta y le explica:
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Esta cadena
Es a propósito en todo
De una que quisiera hacer
Y estoy mirando la hechura;
Que cierta dama procura
Mi pensamiento prender
Y yo querría primero
Ponerla en prisión con otro.
Escena segunda.
La Duquesa accede a la petición de su marido y regala su cadena a Ricardo. Este
con un juego de palabras da seguridad, jurando a Rodulfo, de que no pretende a
Leonarda.
La prenda por quien suspiro
Duque, no la conocéis
A lo que el Duque Replica:
Juradlo.
Ricardo lo responde:
Por dios lo juro
Y sé que soy perjuro
Aunque en casa la tenéis;
Que quien por otra la deja
No conoce su valor).
Escena Tercera
El Duque, ingenuamente, comunica a Ricardo un secreto de amor con la
recomendación de no contarlo a la Duquesa celosa. Ricardo le dice:
.
.
,. !
¡Donaire, pnmo, tenelS.
¿Yo a la Duquesa?
Escena Tercera.
Confiesa que está enamorado de Laura, la mujer de Roberto. Ricardo no considera
que sea incorrecto que se desee a la mujer de un amigo máxime cuando la belleza es
grande como en el caso de Laura porque justifica cualquier desatino:
Esa es la ley del gusto,
Que muy pocas leyes sabe,
Mas huélgome de saber
Que lo bueno en cualquier parte
se debe amar.
Escena Tercera.
Desea terciar, celestinescamente, en la conquista que iniciara Rodulfo porque así
aprenderá como lo hace el practicamente, a la par del médico ya maestro:
Veré qué medios, qué engaños
Pone tu ciencia famosa
A una mujer virtuosa;
Y si son propios o extraños;
Que pues puedo entrar contigo.
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No será malo aprender
Cómo visitas mujer
De un hombre noble y tu amigo.
Escena Tercera.
Rodulfo ha detenninado ausentar a Roberto con unas cartas importantes para la
corte de esta manera podrá actuar libremente enamorando a Laura; Ricardo encomia la
industria:
Notable envidia me has dado
¡Ah cielos! Si yo pudiera
Ausentar el de la mía!
Escena Tercera.
En la sala de la casa de Roberto (escena IV) se despiden Laura y su marido Roberto
que va hacia la corte con cartas de "importancia", Roberto, ilusionado, por que esta es la
gran oportunidad para que le conozca el Rey y lo ayude a surgir en la vida, idea esta no
compartida por Laura que conoce a la Corte como una quimera y un cansado vivir.
Roberto interpreta las ideas de Laura como producto de celos y temor de ausencia, en
resumen, egoísmo de mujer; no acepta sus consejos ni sus previsiones, le promete
recordarla mucho, parte luego. Laura comprende que el Duque envía lejos a Roberto para
tratar de hacerle aJguna violencia. Prefiere hacerle frente a las acechanzas de Rodulfo que
decirle la situación creada a su marido o escribirle pues teme a la lengua escrita más que a
la oral porque en aquélla no se puede medir la reacción del interlocutor:
La tinta llaman veneno:
Pues no se le dé en su luto,
sino quede esta violencia
A mi honrada resistencia,
Que es palma, y es dulce el fruto
Quede mis historia, si alguna
De este mi amor ha de haber,
A lo que quisiere hacer
Escena Sexta
El gusto de la fortuna.
Ricardo, infidente, comunica a Leonarda las intenciones del Duque Rodulfo para
con Laura, además agrega que ha enviado a Roberto a la Corte con intención de que lo
maten de camino. Leonarda, incrédula, replica que estas son argucias para despertarle los
celos. Ricardo le insiste que el Duque tiene, además, intenciones de matarlo para luego
casarse con Laura. Finalmente Ricardo logra convencer a Leonarda del peligro que la
acecha y ésta piensa que lo mejor es avisar pronto a Roberto para que regrese a Santángel,
y juntos librarse de los planes de -Rodulfo,\ a quien no cree conveniente contarle lo que
sabe por temor a descubrir el amor que Ricardo le profesa y su traición al Duque.
Una vez probado todo lo que Ricardo ha dicho a Leonarda, ésta se verá obligada a
entregarse carnalmente al Conde Ricardo porque ese es el precio que le ha impuesto.
El duque recibe en su casa a Tiberio y a Clenardo, criados quienes le informan de la
partida de Roberto hacia la Corte pero Leonarda no logra oir los comentarios. Leonarda
cree justo visitar a Laura para que no se sienta tan sola, inclusive desea traerla a casa, con
lo que despierta sospechas en Rodulfo, siente que algo sabe su mujer de sus caprichos
amorosos.
Ricardo con grande urgencia parte por el camino que lleva Roberto hasta lograr
alcanzarlo y lo insta a que regrese; le relata todos los pormenores del engaño que ha
tramado Rodulfo, y le hace ver el peligro en que están Leonarda y Laura. Además ordena
a Galo que parta hacia la Corte con las cartas y con la noticia de que Roberto ha sido
atacado por unos hombres...
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Laura se adelanta a la visita proyectada por Leonarda pues se siente muy sola y
triste con la partida de Roberto mas Leonarda interpreta la visita como falsedad y
embuste, cuando no hay en ello más que sinceridad igual que en sus actitudes y palabras.
Leonardo complica la situación al acompañar a Laura de regreso a su casa. Poco
tiempo después llegan Andronio y Roberto, disfrazado a la casa de Leonarda, y cambian
impresiones sobre la traición de la cual son víctimas y de la actitud que deberán tomar
conjuntamente, aunque le parece prematuro actuar a Leonarda y dice:
Sufrir, Roberto, es forzoso;
Que aún, me queda algún recelo
Escena XV.
De que apuesto no es verdad.
Roberto con su bondad característica le responde:
Si es verdad, yo sé que el Cielo
Castigará su maldad,
Viendo mi inocente celo.
(Idem.)
Ricardo le insiste a Rodulfo que Laura no le desprecia; lo estimula para que
continúe su plan amoroso en contra de la desamparada y honesta mujer; al mismo tiempo
ve el progreso en sus quimeras porque ha logrado convencer tanto a Leonarda como a
Roberto de que son víctimas de una infidelidad conyugal. Con todo, este temerario
calumniador por un momento se espanta de lo que pueda resultar su insidia:
Algún monstruo vendrá a ser
el parto de esta quimera.
Escena XV.
Finalmente, Rodulfo ronda a Laura, y por intervención y embuste de Ricardo logra
que ésta escuche sus palabras; mientras tanto Ricardo ha logrado que Leonarda y Roberto
observen esta escena desde lejos, con lo que confirma el deshonor.
Para librarse Laura de las intenciones de Rodulfo le dice:
Yo quisiera
Tener llave para abriros
Mas tiempo largo nos queda.
Mueran los que vos sabéis
Nunca los ausentes vuelvan;
Que vos, Seifor, seréis mío,
y yo solamente vuestra.
Sólo os pido que esta noche
Os vais, porque no se entienda
Escena XIX.
lo que tratamos los dos.
, Al escuchar estas declaraciones ambos agraviados juran matar a sus respetivos
conyuges.
Los acontecimientos han ocurrido en un día, en Santágel, con una verdadera unidad
de acción, tiempo y lugar. Los personajes se han presentado casi todos; los hilos
tramáticos los ha llevado Ricardo. Este acto es la introducción perfecta de la comedia; son
muy pocos los elementos que luego se añadirán.
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Segundo Acto
En la sala del palacio del Duque están reunidos Ricardo, Leonarda y Roberto. 1
primero asesora a los agraviados sobre los asesinatos que deben cometer; con la maye
sangre fría recomienda:
Roberto
Se vaya secretamante
A su casa, donde intente
El fin de nuestro concierto
Dando muerte con recato
A Laura.
Escena Primera.
En cuanto a la muerte de Rodulfo respecta, cree Ricardo que es más convenient
que sea el Rey quien la ejecute, con lo cual salva la responsabilidad a su futura mujer pm
el Rey es persona social y no es posible establecer juicio contra él. Sugiere encargarse d
decirle al Rey que Rodulfo es traidor, haría para este efecto un viaje a Nápoles
expondría el asunto a su hermano y lo confirmaría con una carta acusatoria de Leonard
y otra de Roberto.
Ricardo cree oportuna la ocasión para recordarle a Leonarda lo obligada que le est
Leonarda reconoce su compromiso pero no le adelantará, por ahora, ninguna recompem
porque hasta el presente el Duque sigue siendo su marido.
Roberto y Laura, silenciosamente deciden abandonar el pueblo en la noch1
marcharán por la costa.
En la escena VI Galo está en el Real Palacio de Nápoles contando al Rey el trist
final de Roberto; el Rey ofrece soldados para que le acompañen en la búsquedi
entretando Ricardo ha llegado con las cartas de Leonarda y de Roberto, con las cual~
iniciará la gran intriga contra el Duque:
Muchos días
Me regaló Rodulfo, finalmente
Me dijo que si yo valor tenía,
Tu corona en la frente me pondría.
Escena VII.
Le cuenta al Rey, además, que Roberto ha regresado herido al pueblo víctima de u
asalto organizado por Rodulfo y que está en camino a Nápoles con Laura su mujer. Par
mejor proveer muestra las cartas al Rey. En este tiempo Roberto y Laura caminan por 1
costa, confusos y meditabundos, hasta que Roberto decide asesinarla con su daga. Pocc
minutos después encuentra Galo a su señor con la daga sangrante, con deseos de suicidars
por el acto cometido:
Los dos
Muramos; mas, amor, vos
No me permitáis perder
Por una ingrata mujer
El alma, imagen de Dios.
Escena XII
Ambos se dirigen a la Corte.
La escena XIII se desarrolla en la casa del Duque de Santángel, hay cambio de luga1
Con mucho temor inicia el viaje a la Corte, porque la carta del Rey expresa urgencia:
secreto, además le preocupa que Roberto o Ricardo puedan sorprenderlo con algun
treta. Leonarda lo anima para que marche hacia la Corte y al mismo tiempo piensa:
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¿Qué haré yo para poder
Dar más fuerza al engaño?
No hay daño que iguale al daño
De vengarse una mujer.
Al Rey le quiero escribir
Que el Duque le va a matar.
Escena XIV.
En la escena XV hay cambio de lugar, se desarrolla en el campo, camino a la casa de
Fílida. Laura, moribunda, es recogida por Belardo y Tirreno, dos generosos pastores que
están acongojados por la gravedad de la heridas que tiene la joven; están asombrados con
su belleza. Laura en su agonía pronuncia algunas palabras de amor para Roberto. Fílida,
la pastora, con gran cariño maternal se hace cargo de las curaciones.
Roberto en la Corte comenta la muerte de Laura con Ricardo y finalmente dice:
Mi honor en fin descansa satisfecho.
Escena XVIII.
El Rey envía a Otario para haga venir a Leonarda a la Corte para premiarla por su
aviso. Roberto es premiado con el nombramiento de capitán de la guardia del Rey.
En el palacio se prepara una emboscada para Rodulfo y el más activo colaborador es
Ricardo.
Por la entrada al palacio del Rey de Nápoles entran el Duque Rodulfo, vestido a la
francesa y su criado Tiberio, Rodulfo continúa preocupado, desconfiado; lleva sus dos
pistolas cebadas como le recomendó Leonarda. En la escena XXII y última, Rodulfo cree
que se está tramando alguna traición al Rey aprovechando las fiestas natalicias. El Rey
mismo embozado, se le acerca y le pregunta:
¿Sois de los han de dar muerte al Rey?
El Duque cae en la trampa, al dar corriente a la pregunta:
Reparaba
En si sois de ellos, Señor.
Descubiertas así las intenciones del Duque, el Rey ordena a los soldados que le
prendan y le desarmen. Las dos pistolas comprueban las intenciones del Duque, y el Rey
dispone:
Llevadle luego a una torre
(A Tiberio) Y tú, vil que acompañabas
Un traidor, en el tormento
Dirás los demás ...
Acto Tercero
En este acto el autor rompe la unidad de tiempo, pues han transcurrido dos años.
Las unidades de lugar se mantienen y la unidad de acción estrecha fuertemente todos los
hilos con un personaje central, Ricardo, que amalgama todos los enredos.
Aparecen, Laura, dos años más tarde, vestida de truhán y Belardo de criado, en el
palacio del Rey en donde vive también Leonarda. Belardo encubrirá a Laura para que
nadie pueda identificarla.
En la Corte es sabida la afición que tiene el Rey por Leonarda. Roberto está a cargo
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de la ejecución de Rodulfo con la que está de acuerdo, en principio, Leonarda:
Pues diréisle al capitán
Que si al Duque ha de dar muerte
Que se ejecute de suerte,
Que a los que a la mira están
No lo sepan por agora;
Que tiene deudos y amigos.
Escena 11.
El truhán ofrece a Leonarda cantar una canción que las entrañas penetra, cuando
ésta se entera de que se refiere a la cautiva Laura se enfada:
No nombre esa cruel;
Que aún me lastima su fama.
Escena 111.
Laura comenta la actitud del Duque Rodulfo y le dice a Leonarda que no la ha
traicionado como le han hecho saber. Leonarda muy sospechosa observa al truhán y lo
encuentra muy parecido a Laura.
El Duque en la cárcel, en la torre, confiesa a Roberto la verdad en relación con
Laura:
Si en mi vida me habló palabra tierna,
Si en mi vida me tuvo amor ninguno,
Baje mi alma a la prisión eterna
De la que vivo, sin remedio alguno.
Escena IV.
Con poca valentía afronta su situación y culpa de todo a Ricardo.
Ese bastardo que hoy al Rey gobierna.
Idem.
Roberto al conocer la verdad promete salvarle haciéndole un funeral fingido.
Ricardo mientras tanto está preocupado porque su hermano, el Rey está
preparando matrimonio con Leonarda.
Laura espera que Rodulfo pueda entrevistarse con Leonarda pero ésta la responde:
En la otra vida será.
Escena VI.
Ricardo cree conveniente recordarle a Leonarda su compromiso de entrega pero con
mucho desenfado e indiferencia le contesta:
Si he de casar. ¿no es mejor
Un rey que un conde bastardo? .
Escena XIV.
Ricardo, en momentos desesperados, pues se siente despreciado, conjuntamente con su criado Andronio inventa una nueva infamia, y acusa a Leonarda de tener
relaciones con el truhán. Este será condenado a morir en el campo y Roberto será el
encargado de ejecutarlo, pero se excusa por el parecido que éste tiene con Laura.
Tengo tan grande recelo
De que la maté inocente,
Y que fuí a su amor ingrato,
Que porque este es su retrato,
Le miró piadosamente.
Escena XIV.
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Galo se encargará de darle muerte en un jardín pues no tiene escrúpulos ni temor a
la justicia porque el Rey lo ordena. La escena XVI se llena de emoción y al mismo tiempo
tiene un pincelazo jocoso porque cuando Galo dedice matar al truhán aparece el Duque, a
quien Galo tenía por muerto, decidido a evitar el crimen. Galo huye desesperado.
Laura y el Duque se reconocen en la escena XVII, llega así el clímax , con
intenciones complementarias de p perdón y arrepentimiento.
A estas alturas de la comedia van uniéndose todos los hilos pues ya el Rey sabe que
Ricardo quiere casarse con Leonarda, intención que lo ha llevado a tejer grandes infamias
y a ocasionar tantas desgracias.
Leonarda ha descubierto la mentira de Ricardo y sufre por la muerte, que según
ella, sufrió su esposo el Duque.
Laura y Rodulfo preparan industria para alterar el palacio.
Leonarda y el Rey pagan con la misma moneda a Ricardo pues lo hacen caer en una
celada en la cual Leonarda decide entregarse por matrimonio y conspiran para obtener el
trono; cuando Ricardo acepta la idea propuesta por Leonarda el Rey sale de su escondite
desde donde ha escuchado las malas intenciones de su hermanastro.
Sorprendido el bastardo por la actitud de Leonarda, la interroga:
¿Qué has hecho?
A lo que Leonarda contesta:
Engañar a quien profesa
Hacer con su falso pecho
engaños a todo el mundo.
Escena XIX.
Roberto anuncia al Rey de la muerte de Fénix, en presencia de Leonarda y Ricardo.
El Rey tardíamente hace público su arrepentimiento por haberla ordenado.
Tremendamente indignada Leonarda se dirige a Ricardo:
¿Con qué podrás pagar, Ricardo fiero,
Tantas muertes? ¿No hasta que tú fueses
Por quien muriese el Duque, sino un hombre
Inocente, inculpable y que vivía
Escena XX.
De dar placer y no pesar a nadie.
Ricardo Replica a lo anterior:
Ya estof en tanto mal por causa tuya
Que como a los jueces les responden
Iglesia solamente los culpados,
Tu amor responderé, tu amor respondo
A cuanto me pregunten, tu amor digo,
Tu amor será respuesta de mi culpa; Que con decir amor, digo disculpa.
Escena XX.
Con profunda tristeza oye Belardo, de labios del Rey, la noticia de la muerte de
Fénix y entonces relata brevemente la historia de Laura en casa de pastores. Al oir estas
palabras Roberto desepera y exclama:
Ricardo, la esposa mía
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Maté dos veces por tí
¡Vive Dios, si no estuviera
El Rey presente! . . .
Escena XXI
Ricardo se despide de la escena justificándose de nuevo:
De amor fue la libertad
Y de amor el alma esclava
Amor, digo, amor fue todo.
Escena XXI.
Aristo anuncia la llegada de dos caballeros de España, bien puestos y bien armados,
el Rey los hace pasar adelante. Laura y el Duque con capas y sayos vaqueros, rebozos,
sombreros de plumas, dagas y espadas fingen ser caballeros de Santiago que desean vengar
la muerte que causó Roberto y las Traiciones de Ricardo. El rey, agradecido, les responde
que los desafíos proceden en las cosas dudosas pero que en este caso toda la culpa es de su
hermano "de padre aunque no lo creo".
El Rey desea premiar a la sufrida pareja Roberto y Leonarda, casándolos pero en
este momento se descubren Laura y Rodulfo; los matrimonios se reconcilian y el Rey los
abraza. Belardo muy feliz dice a Laura:
De mi servicio no aguardo
Más premio que verte viva.
Escena XIV.
El rey pide pena de muerte para Ricardo pero los ofendidos· piden que pierda su
gracia y su estado, lo destierran del reino. A Belardo lo premia con la aldea que le
correspondiera a Ricardo. Belardo pone fin a la comedia "La inocente Laura y traiciones
de Ricardo" y así se cumple con la justicia poética del Siglo de Oro.
Cuando hemos llegado al final de la Comedia concluimos que este género, destinado
únicamente para ser representado, resulta poesía muy agradable para ser leída, con lo que
comprobamos la labor de retoque iniciada por el autor a partir de 1617, año en que sufre
rudas críticas en la Universidad de Alcalá de Henares.
Fecha de la inocente Laura
En la cronología de las obras de Lope de Vega se dan distintas fechas para la
inocente Laura.
Hugo Renner y Américo Castro en "Vida de Lope de Vega" la ubican entre 1604 y
1647. La parte XVI contiene las siguientes comedias: El premio de la hermosura, Adonis
y Venus, los prados de León, Mirad a quien alabáis, las mujeres sin hombres, la fábula de
Perseo, El laberinto de Creta, la serrana de Tormes, Las grandezas de Alejandro La
Felisarda, La inocente Laura, Lo fingido verdadero, o vida, muerte y martirio de San
Ginéz.
En la B.A.E., tomo 111, página 539, parte XVI se clasifica "Madrid: 1621
(Mus. Brit. y Labouchire) Madrid: 1622. (Schack) ".
Restori considera que La inocente Laura es anterior a 1621 y retocada en 1622.
Morley da como fechas aproximadas 1604-12, probablemente 1604-8.
Buchanan distingue, según Morley, un período entre 1600 y 1610 en que Lope
estuvo experimentando con la redondilla como el exclusivo octosilábico para la comedia,
y finalmente decidió contra este excesivo uso. Esta opinión es la que orienta a Morley
cuando dice que la comedia fue aprobada en 1620 y publicada en 1621.
La inocente Laura está dedicada a Don Diego Jiménez de Vargas, caballero
del hábito de Santiago.
124
Versificación
Hay en las comedias de Lope una poliometría enorme, porque los personajes
expresarán un estado de ánimo en diferentes metros, según el caso y así lo recomienda el
autor:
Las décimas son buenas para quejas;
las relaciones piden romances,
Aunque en octavas lucen en extremo.
Son los tercetos para cosas graves,
y para las de amor las redondillas. (8)
El hablar rústico o común lo oiremos expresado en romancillos o en endechas.
La inocente Laura inicia sus actos con redondillas, que predominarán en la comedia,
y los concluye con romances.
Según Morley las primeras comedias con todos sus tres actos iniciados con
redondillas y concluidos con romances fueron:
El Secretario de sí mismo (1599-1606), Los Guanches de Tenerife (1604-1606),
La buena guarda (1610). Anotaremos que la inocente Laura no lleva ningún soneto.
Tres pasajes con tres asonancias: El Acto primero concluye con romance en e-a, el
Acto Segundo concluye con un romance en a-a, y el Acto Tercero con un romance en
a-o.
Encontramos también en la obra algunos endecasílabos libres con rima blanca (9),
revolucionario, anticipándose Lope al movimiento romántico.
A partir de la escena XII del Acto primero se inician las quintillas, terminan en la
escena XVI para volver a aparecer en número de cuatro en la escena IX del Acto Tercero.
En la escena XVII del Acto primero y en la escena XVIII, nos encontramos con tres
octavas reales con un estribillo: "Qué bien tendrá quien de mujer confía". En la escena
XXI del Segundo Acto también tenemos cinco octavas reales.
Finalmente podemos asegurar que Lope cuida con gran exquisitez la versificación,
lo mismo hace con el idioma.
Los personajes
Se dice con mucha frecuencia que en el teatro de Lope de Vega no se establece un
personaje "tipo" como el Segismundo de Calderón o el Don Juan de Tirso, La Celestina
de Fernando de Rojas o el Quijote de Cervantes.
Lope no pretendió nunca crear arquetipos, es decir, personajes con rasgos
permanentes y duraderos. Todos sus personajes conforman el conjunto vivo, activo; de sus
comedias. Posteriormente con Tirso y con Calderón veremos el personaje-arquetipo, muy
universal y abstracto. En Lope encontramos un modelo de personajes fijos, que andan por
la calle, por el vecindario: el galán, el hombre viejo, la dama enamorada, el pueblo o la
gente del pueblo en la figura del "villano", el cortesano o el noble de vieja tradición como
lo es el comendador, el rey o su representante, "la figura de donaire"; no son estos
dementos abstractos, están circulando en la vida, como sus obras.
La inocente Laura nos presenta quince personajes. Con sus palabras y actitudes se
van configurando libremente y al final de la comedia nos queda una idea muy clara de
todos y cada uno de los personajes. Veamos algunos: Ricardo, el protagonista, es muy del
gusto del teatro de la Edad de Oro, encama rasgos típicos de una modalidad lopesca. Es
un obseso que desea locamente a Leonarda y para conseguirla no escatima ni esfuerzo, ni
125
embutes, ni infamias, podríamos decir ·que es un caso de antifama. Es un individuo
inescrupuloso y desleal a quien podría aplicarse el principio maquiavélico de "el fin
justifica los medios". Lope lo crea con media sangre noble y al final hace que el Rey, su
hermanastro, lo ponga en duda. Cuando se retira de la escena no creemos en sus palabras
porque estamos convencidos de su maldad, nos suenan a burla en sus labios las palabras
cielo y Sefior.
Rodulfo aunque no al extremo de Ricardo es también un obseso, pues los deseos de
poseer a Laura, mujer honrada, lo llevan a cometer graves faltas. Así razona su
persecución:
A Laura quiero yo bien.
Por cosa ajena y hermosa;
Mas no aborrezco a mi esposa
Que la quiero bien también.
Escena X
Acto l.
Loenarda es una mujer de pocas luces, ambiciosa en lo que a posición cortesana se
refiere. Fue fácil instrumento de Ricardo. Finalmente, el autor con su afición feminista, le
permite arrepentirse y reivindicarse ante el público.
Bien sabe Dios si estoy arrepentido,
Y que no lo estará poco Roberto
Que ha conocido el alma de Ricardo.
Escena XII, A. III.
Laura es no solamente bella físicamente sino moral y espiritualmente. Fiel a su
marido, enamorada de él hasta lo más profundo; por medio de Tiberio nos damos cuenta
de la despedida de Roberto y Laura en que ésta se le muestra con su llanto como "unas
perlas lloradas sobre un clavel carmesí". Escena IX, Acto primero. Al finalizar el Primer
Acto esta mujer tiene completamente atrapados todos nuestros afectos.
Roberto ambiciona estar en la Corte, progresar, figurar socialmente. Es un hombre
noble, bueno, violento en cosas del honor, enamorado de su esposa. Con todo, fue
sorprendido por Ricardo. Galo, como todos los criados, es incondicional de su amo,
aunque su comportamiento sea incorrecto. En estas relaciones el amo puede fiar hasta la
honra misma en su criado ..
El Rey de Nápoles se interesa mucho en las intrigas domésticas y en los premios que
tiene que otorgar a las personas que le son leales. Es un tanto ligero en sus
determinaciones y no medita sobre la trascendencia de la pena de muerte que impone a
algunos súbditos, especialmente a Rodulfo y a Fénix.
Tirreno y Fílida son pastores de gran corazón y a pesar de la brevedad de su
actuación captan todo nuestro cariiio.
Belardo (Lope) afectuoso y fraternal, representa a su clase, es desinteresado, así lo
manifiesta cuando se identifica Laura:
De mi servicio no aguardo
Más premio que verte viva.
Escena XXIV, Acto Tercer o.
Laura vestida de Truhan
En el Acto Tercero, escena primera, aparece Laura vestida de hombre, acompañada
por Belardo, vestido de criado, con un instrumento musical; quedan frente a Leonarda en
la escena 111.
En el teatro del siglo XVII español aparecen mujeres vestidas de hombre. Desean
ellas conseguir por medio de su fuerza aventuras guerreras o por medio de su astucia
126
recobrar a su hombre amado. El origen de este drisfraz está en 14 literatura italiana. (10)
Recordemos a Marfisa y a Bradamante, de Boiardo, en Orlando Enamorado, luego
aprovechados por Ariosto en Orlando Furioso, libro leido con gran fruición en España.
"Puede pues asegurarse que fue la obra de Ariosto más que la de Boiardo la que
influyó de manera decisiva en la creación de las figuras femeninas en la comedia
española". (11)
Lope de Rueda en su comedia intitulada Los Engañados disfraza a Lelia de hombre
aunque no explota recurso como sí lo harán posteriormente Lope de Vega, Tirso de
Molina, Calderón, Montalbán, A. Zamora, etc.
Definitivamente, la variedad de mujeres con disfraz masculino es más rica en el
teatro de Lope de Vega que en el teatro italiano (12)
Los celos
No podían faltar en la comedia de Lope porque en materia de amor los consideraba
necesarios. "Pronto los celos hieren con sus rayos azules el alma de Lope. Pero su alma de
poeta, no su susceptibilidad del hombre". (13)
Esta pasión es la que Ricardo explota especialmente en Leonarda y así ella misma
nos da a conocer la eficacia del arma usada por su pretendiente:
Tu industria conozco ahora
Celos tus celos aplican.
¡Oh Conde! Discreto eres;
Que es cebo en las mujeres
Con mayor presteza pican.
Escena VII, Acto l.
La muerte de Rodulfo fue planeada por:
Celos y miedo
Me hicieron pretender esa venganza.
Ese. XIII. A. 3o.
A VP.ces resultan irresistibles:
Mu~ho pueden los celos.
Escena XVII, Acto III.
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Debemos recordar que en tiempos de Lope, los poetas, dramaturgos, ensayistas,
novelistas y los filósofos y moralistas estudiaron esta pasión; Pedro Pérez de Saavedra
escribió una obra que se intitula "Zelos humanos y divinos".
Una de las ideas que Lope tenía sobre los celos nos la da a conocer por boca de Don
Fernando, en el Caballero de Olmedo:
Son celos, don Rodrigo, una quimera
Que ese forma de envidia, viento y sombra,
Con que lo incierto imaginado altera,
Un fantasma que de noche asombra,
Un pensamiento que a locura inclina
Y una mentira que de verdad se nombra.
Acto 11. Verso 471-76
Aunque en algunos casos serán celos nobles y generosos esto no es lo más corriente.
Hubo en tiempo de Lope dos tendencias, una que consideraba que no hay perfecto
amor sin celos y la contraria que consideraba que el amor puede realizarse adecuadamenete sin celos excesivos. Otro elemento considerado por Lope y que venía desde Ovidio es
la ausencia, causa del olvido.
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El honor a la venganza
Dijimos que el Romancero y las Crónicas con su enorme material contribuyen al
teatro del Siglo XVI y XVII, don Ramón Menéndez Pidal nos dice "los temas y el espíritu
de la epopeya se transplantan íntegros al teatro" (14); dos temas de ellos son el Honor y la
venganza.
Roberto haciendo eco de su tradición, dice, al pensar en el deshonor que le causa la
infidelidad conyugal de Laura
Si a quien me quita el honor
Su justa muerte procuro
Disculpa tengo bastante.
Escena primera, Acto II
En materia de honra nos dice don Ramón "aunque la honra se gana con actos
propios, depende de actos ajenos, de la estimación y fama que otorgan los demás. Así es
que se pierde igualmente por actos ajenos cuando cualquiera retira su consideración y
respeto a otro: una bofetada, un mentís deshonran si no ve vengan, y la deshonra es a par
de muerte". (15)
De acuerdo con las ideas de la Edad Media y de la dramática de la Edad de Oro la
venganza deberá producirse, en lo posible, antes de que el agravio llegue a realizarse,
porque el infamado es un cadáver al perder el bien y la honra, pues la deshonra es muerte
y la honra es vida la cual se defiende matando.
Mi honor en fin descanse satisfecho
Déjeme el vano amor con sus placeres;
Honra quiero en el mundo. Roberto, escena XVII, Acto H.
Aunque a Laura adoro
Mi honra es mayor tesoro
Pasaré su pecho ingrato. Roberto, escena primera Acto II
La muerte de Laura no es ocasionada tanto por celos como por honor, es un acto
necesario por lo que no lleva en la escena una al ta carga dramática.
Roberto es víctima de una dura ley social de la que no puede escapar pero no le está
vedado expresar su queja amorosa y por ese motivo le oímos decir estoicamente:
¡Ay cielos! La muerte doy
A la propia vida mía.
Escena segunda, Acto II
Sentimos que Roberto al planear la muerte de Laura en frío pero en realidad lo que
ocurre es que el agraviado ha meditado ya su decisión y ha entrado en un período de
serenidad ante la muerte, esta es una de las características de la venganza del teatro de la
época aúrea de la literatura española:
Por la costa iremos
Porque te alegre el mar:
Sus aguas te han de alegrar
Cunado por los pies te den.
Yo los teñiré, traidora
En tu sangre.
Escena quinta, Acto segundo.
Mi vida pusiste al filo
Del acero de un traidor
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Que me quitaba el honor
Hoy morirás.
Escena XI, Acto Segundo.
Todo hombre digno ha de conservar intacto el precioso patrimonio del honor social
de que cada uno es depositado y guardián, honor que anima la existencia de la
comunidad, para vivir su vida colectiva con elevado ánimo y virtuoso esfuerzo". (16) Si
este patrimonio se ve ultrajado el castigo deberá servirle de ejemplo:
Pero quien tanto deseo
De mi deshonra ha tenido
Tendrá castigo de todo
Tan presto, que ejemplo sea.
Escena V, Acto Segundo
El sacrificio del sentimiento amoroso ante la fuerza social es incontrovertible:
Amor, mi honor he vengado.
Mucho ha podido el honor,
Pues no me venció el amor.
Escena XII, Acto Segundo
Salgamos Galo de aquí
Que muerto por ir a vella ...
Mas ya no estará tan bella
Después que muerte la día
Amor ¿iré a verla? Sí
Honor ¿iré a verla? No
Idem.
Laura mi honor te mató.
El honor se le impone a Roberto como un deber doloroso, ante el cual no debe
ceder; su comportamiento tiene que ser heroico, sufrido, pues está de por medio un bien
social.
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NOTAS
l.
Lope de Vega, Arte nuevo de hacer comedias, pág. 17, Colección Austral, Espasa, Calpe,
Madrid.
2.
Idem Op. Cit. página 16.
3.
Idem. Op. Cit. página 15. Lope prescinde de la prosa como vehículo total del diálogo y lo
reemplaza por el verso, especiahnente por el metro octosilábico en el romance, las rendodillas,
quintillas y décimas para el diálogo, los sonetos para los monólogos.
4.
Op. cit. página 18.
5.
Op. cit. página, 15.
6.
Américo Castro, de la Edad conflictiva, Tauros, Madrid, página 56.
7.
Lope de Vega, Op. cit. página 18.
8.
Arte nuevo de hacer comedias.
9.
Acto primero, escena XI; Acto segundo, escena XVII.
10.
Carmen Bravo Villasante, La mujer vestida de hombre en el teatro español (Siglos XVI-XVII)
Rev. de Occidente, Madrid.
11.
ldem. Op. cit.
12.
La Escolástica Celosa, el Alcalde Mayor, Los hechos de Garcilaso, las proezas ·de Reinaldos, la
Francesilla, El Galán Castrucho, El ginovés liberal, El lacayo fingido, el blasón de Chaves, Dios
hace Reyes, el Caballero de Illescas, Loco por el cielo. (Lope nos ofrece también el disfraz a lo
divino).
13.
Joaquín Entrembasaguas, Vivir y crear de Lope de Vega, Tomo I; C.S.I.C. página 63.
14.
Ramón Menéndez Pidal, España y su Historia, Madrid, Ediciones Minotauro, página 365.
15.
Idem. Op. cit. página 357.
16.
Idem. Op. cit, página 360.
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