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SESIÓN DEL DÍA MIÉRCOLES 15/05/2013
14.- Fundador Don Francisco Piria. (Designación a la Ruta N° 37).
Se pasa a considerar el asunto que figura en segundo término del orden del día:
"Fundador Don Francisco Piria. (Designación a la Ruta N° 37)".
——En discusión general.
Tiene la palabra el miembro informante, señor Diputado Orrico.
SEÑOR ORRICO.- Señora Presidenta: allá por febrero de 1952, una de las publicaciones
más prestigiosas que han existido en la historia del Uruguay, el Semanario "Marcha", se
refirió de la siguiente manera a don Francisco Piria: "Es un hombre al que el país le debe
un reconocimiento".
De alguna manera, denominar "Fundador Francisco Piria" a la ruta que une a Pan
de Azúcar con Piriápolis es una forma de seguir pagando todo lo que le debemos a este
hombre cuya vida es inabarcable en una sesión de la Cámara como esta, ya que fue
absolutamente multifacético y su vida es una gran aventura y está rodeada de leyendas
porque, en realidad, él mismo se encargaba de crear su propia historia. De pronto, el rigor
de la ciencia histórica no lo alcanza en todo su esplendor.
Voy a hablar de don Francisco Piria fundamentalmente en lo que tiene que ver con
la creación de esa maravilla que existe en el Uruguay -uno de los lugares únicos en el
mundo-, que se llama Piriápolis, pero dejo sentado acá que se puede hablar de muchas
cosas más de don Francisco.
Don Francisco nació en el año 1847, en plena Guerra Grande, en la ciudad de
Montevideo. A César di Candia le gusta imaginar lo que debe haber sido aquella pareja de
italianos que venían a inscribir a un bebé en la Iglesia Matriz, en aquellas calles de barro
terribles que tenía Montevideo en esos años, en un país sacudido por una guerra; tal vez los
sueños de aquellos italianos de venir a hacerse la América y de pasar en un lugar tranquilo
se estaban haciendo polvo por el propio desarrollo de la guerra.
César di Candia dice que, en realidad, no se sabe muy bien qué pasó en los veinte
años de la historia de Piria. Oficialmente o semioficialmente se dice que sus padres lo
sacaron del país y lo llevaron a Italia, donde lo crió un tío, que era cura, y una serie de
historias de ese tipo. Di Candia es de los que sostienen que, en realidad, eso no está
totalmente demostrado, pero podría ser. De todas formas, eso no es lo más importante. Lo
más importante de esto es que aquel señor, aquel hijo de Lorenzo Plácido Piria y Serafina
Grosso, fue bautizado como Fernando Juan Santiago Francisco María -todos esos nombres
llevaba don Francisco Piria-, y que nació el 21 de agosto de 1847.
Lo cierto es que alrededor de los veinte años aparece instalado como rematador.
Tenía una casa de remates a su nombre. Ya sorprende que un individuo tan joven encarara
una actividad de este tipo. Ahí se destaca por muchas cosas. En primer lugar, es un
individuo de una inteligencia superior y, entonces, con la mentalidad que podemos tener
hoy en cuanto a la gestión de las empresas, en pleno siglo XXI, nos sorprende la capacidad
que tuvo Piria de comprender dos cosas: la importancia de la propaganda y, con ella, la
importancia de la aplicación de las técnicas de venta cuando se quiere vender algo. No se
vende algo simplemente porque alguien lo viene a buscar. Don Francisco tenía un
concepto mucho más avanzado. Hay que recordar que hoy las empresas gastan miles y
miles de dólares en capacitar a sus empleados especializados para que puedan vender, y en
capacitar a sus empleados para que puedan hacer propaganda en sentido correcto. Él era un
intuitivo de todo esto. Bastan algunos ejemplos para ilustrarlo. Uno de los avisos de sus
remates decía: "Gran bazar y remate bajo el Mercado Viejo. ¿Hay casa que venda tan
barato? ¡No! ¿Hay casa que posea un surtido tan variado? ¡No! ¿Hay casa que venda
tanto? ¡No! Peines, pañuelos de todas clases, cigarros, tabaco, loza, cristales, pianos,
álbumes. En fin, hay de todo. Acuda usted y verá lo que nunca ha visto en Montevideo".
Acá hay que destacar varias cosas. Si uno aplica en esto una técnica moderna de
cómo está haciendo marketing don Francisco, se dará cuenta de que lo que está haciendo
es, en primer lugar, un ofrecimiento del producto, que va a llenar determinadas
necesidades y, en segundo término, está diciendo que lo hace en condiciones más
ventajosas que cualquier otro. Y agrega además, que nunca se vio esto en Montevideo. O
sea que esto es algo absolutamente original y hay que aprovecharlo.
Asimismo, en su forma de hablar, él decía que tomaba a algunos grandulones que
andaban sin hacer nada, cerca del mercado, les daba unos folletos y esa gente salía a
repartirlos. Resulta que más de cien años después hay gente repartiendo folletos en 18 de
Julio, porque se demostró que el sistema servía. ¡Pero en la época de Piria nadie repartía
nada! De manera que estos son los auténticos adelantados.
La habilidad negociadora de Piria, siendo muy joven, fue tremenda. Un día -vaya a
saber por qué- compró metros y metros de tela gruesa. Entonces, hizo unos abrigos que
bautizó "Remington". ¿Por qué Remington? Por la marca de rifles Remington, que eran lo
último. Inventó la frase publicitaria: "Venga a buscar su Remington", sin decir lo que era.
Y la gente iba a buscar su Remington, y resulta que se llevaba un saco. Lo interesante de
esto es que, según el propio Piria -en realidad no sabemos si es así porque a veces a Piria se
le escapaba algún cero-, con esta técnica llegó a vender cinco mil sacos. Si imaginamos el
Montevideo del último cuarto del siglo XIX advertiremos que es una cifra impresionante.
Piria también fue un gran fundador de barrios. No sólo tendría que ser recordado
por Piriápolis, sino porque fundó setenta barrios en Montevideo y varios en el interior.
Sorprende la capacidad de venta que tenía este hombre. Esto es la aplicación de las
técnicas de venta modernas que están en cualquier manual de esos que se enseñan en
ADM o en tantos lugares, que este hombre intuitivamente ya aplicaba. Lo primero que se
enseña en un manual de ventas es que hay que presentar el producto.
En una ocasión Piria sale a vender unos lotes que tenía en Las Piedras, y hace
folletos. Lo primero que hace es presentar el producto: "El aire más puro que se respira.
Acaba de construirse un nuevo circo de carreras nacionales. Allí se goza de la salud y
sobra." -y miren la frase que continúa- "Solo los doctores de medicina se mueren de
hambre. En Las Piedras nadie muere antes de los 100 años". Como ustedes ven, quedó
presentado el producto diciendo: "Compre un local en Las Piedras. Usted va a tener un
lugar absolutamente sano; acá los únicos que se mueren de hambre son los médicos,
porque no tienen trabajo, y usted va a vivir cien años". Después dice cuál es la ventaja del
producto para quien lo quiera: "El dinero mejor invertido. Los bancos pagan un interés
insignificante (cuando no quiebran)". Hay que recordar que la última etapa del siglo XIX
fue de quiebre de bancos, así que Piria sabía dónde se estaba metiendo. Para terminar su
presentación Piria le financia el proyecto de compra y le dice: "Con lo que economiza en
cigarrillos se puede salir de pobre de la noche a la mañana". En una palabra, les decía:
"Compre un terreno en Las Piedras. Cómpreselo a Piria. Se lo va a vender más barato.
Usted va a tener un lugar donde estar absolutamente sano y va a hacer el mejor negocio de
su vida, y resulta que de un día para el otro se va a convertir en rico". Esa era la técnica de
venta de Francisco Piria que llama la atención un siglo y pico después.
Como un adelantado que era Piria, también tuvo la capacidad de desarrollar su
negocio de manera absolutamente original. No era solamente un señor que vendía lotes;
era un señor que iba a buscar a los que tenían que comprar los lotes. Cuando uno piensa
que un hombre va a vender terrenos, ¿en qué piensa? En alguien que pone un aviso en
algún lado, y que va a ser visto por otras personas. Pero Piria organizaba absolutamente
todo. Si no, vean esto. En un loteo determinado propone: "Viaje gratis en ferrocarril al
lugar del remate. Gran fiesta campestre: la mejor banda de música, asado con cuero,
carreras de sortijas, ricos vinos, buenos habanos". Así vendía Piria. Y esto hizo decir a ese
gran intelectual y humorista uruguayo que fue Wimpi: "Cuando el hombre llegue a la luna
se va a encontrar un cartel de 'Piria vende'".
Esta es la presentación de este hombre. Cuando uno a veces pelea para que en el
Uruguay se haga cine, es porque realmente creo que es imprescindible que alguien un día
haga una película sobre este hombre, porque su historia, en otros aspectos, no solo da para
hacer una película sino una serie completa.
Voy a aclarar que yo amo Piriápolis. Creo que los mejores momentos que he
pasado con mi familia fueron en Piriápolis y sus alrededores. De manera que me siento
absolutamente tocado por este tema. En realidad, soy un agradecido a don Francisco.
Lo cierto es que por allá por 1890 compra un montón de tierras -algo así como
2.400 hectáreas- entre lo que hoy es Pan de Azúcar y Piriápolis. Crea su establecimiento
agronómico en los alrededores del cerro Pan de Azúcar. Cultiva tabaco, uvas -con las que
luego hace vino-, olivares y extrae granito. Como anécdota interesante, don Brenno
Benedetti, abuelo de don Mario Benedetti es contratado como enólogo por don Francisco
para su producción de vino. Hay muchas historias alrededor de estas producciones de Piria.
En general no funcionaron, pero lo que hay que ver acá es el sentido de la aventura de este
hombre, que en forma permanente se lanzaba a cosas absolutamente nuevas, en lugares
donde nadie daba dos vintenes hasta ese momento.
Pero Piria -y acá viene la historia más impactante de Piriápolis- fue el primer
individuo en el Uruguay que tuvo la capacidad de ver la importancia que tenía la costa para
el turismo. Hasta ese momento la costa era una porquería; eran arenales que no servían
para nada, y eran tierras que prácticamente no tenían la consideración que hoy tienen. Y
eso lo da la creación de un hombre, porque la naturaleza siempre fue la misma. El que
cambió la mentalidad fue un hombre capaz de decir: "No; esto no necesariamente es así".
Entonces, también aplicando una técnica de ventas que hoy se utiliza, la pregunta que se
hizo, tal vez, fue: "¿Cómo hago para transformar en ventajas, frente al posible adquirente,
estas que hoy aparecen como desventajas? Y por ahí aparece una frase que demuestra de
alguna manera lo que él quería hacer: "La ciudad balnearia del porvenir".
Piriápolis es un ejemplo originalísimo en el país, porque Piria no se limitaba a
vender lotes; Piria tenía una concepción unitaria y universal de lo que era hacer una ciudad
balnearia. No alcanzaba con vender los lotes. Había que hacer mucho más; había que crear
obras de infraestructura, de embellecimiento de la ciudad que hicieran que cuando esa
ciudad que estaba en simiente, creciera, fuera atractiva para los turistas que quería buscar,
entre los cuales, naturalmente, estaban los argentinos, que eran el mercado al cual quería
dirigirse. Por eso el nombre que tienen las calles de Piriápolis: Talcahuano, Avenida de
Mayo, Rambla de Los Argentinos, que están muy vinculadas a nuestros hermanos.
Piria empieza a construir algo que termina en 1897 y que todos conocemos como
El Castillo y el Gran Hotel Piriápolis, que se construyó antes que el Argentino Hotel.
En 1912 se realizan los primeros remates, pero tal como decía, Piria siempre
miraba más allá. Así que los remates los hacía el propio Piria pero también Bullrich en
Buenos Aires. De manera que tenía una capacidad muy grande de advertir cuál era el
mercado al que tenía que dirigirse.
En aquellos tiempos se construyeron las tres fuentes: la de la Virgen de la falda del
Cerro del Inglés, -que hoy es el San Antonio-, la de Venus, y la del monumento al Toro.
En 1916, se inaugura la rambla de Piriápolis, sobre la que hasta hoy se escribe. Hay
críticos importantes que dicen que se cometió un error porque se atentó contra las dunas.
Yo voy a decir simplemente una cosa: cuando Piria lo hizo ¡nadie sabía nada de esto!
¡Nadie tenía la menor idea de que si pasaba una ruta por ahí se alteraba algo! Creo que
juzgar la historia con la mentalidad de hoy es una injusticia muy grande. Lo que Piria hizo,
más allá de todo, fue una hermosura. Ahora, nosotros nos apañamos como podemos para
tratar de mantenerla. Tampoco se le puede reprochar a un hombre una idea si en su
momento no había elementos científicos adecuados para decir: "esto así no se puede
hacer". Eso es hacer trampas y, con el diario del lunes todos ganamos las carreras.
En 1920 se pone la piedra fundamental del Argentino Hotel. En 1910, el
famosísimo tren de Piria empieza a unir la estación Pan de Azúcar con Piriápolis. Además
-lo que decíamos: Piria siempre estaba mirando más allá-, la empresa Mihanovich hacía la
carrera entre Buenos Aires y Piriápolis, con una parada previa en Montevideo.
Le voy a pedir a mi Secretaria, Cristina Luna, tan eficiente, que pase a la siguiente
imagen, por favor. Ese que vemos es el Castillo de Piria. Es una foto antigua del castillo.
Es una hermosura, como lo miren, desde el punto de vista arquitectónico. Pero si uno se
para en la ruta y lo observa, advierte cómo quien lo hizo tuvo la virtud de encajar
perfectamente en el paisaje una construcción de ese tipo.
Hay muchas historias acerca de este castillo. Se sabe que Piria había colocado en su
entrada algunos elementos que representaban sus ideas filosóficas, sobre todo, de su
vinculación al alquimismo y otro tipo de organizaciones.
La imagen que sigue es una fotografía que muestra el castillo más o menos como
está hoy: pueden ver que afuera está totalmente pelado, y a eso me voy a referir.
En el parque que está delante del castillo había una figura en bronce del dios
Mercurio que era una réplica exacta de la estatua encontrada en las ruinas de Herculano.
Como recordarán, Herculano fue una de las ciudades que quedó aplastada por el Vesubio.
Allí había una estatua de este dios, que fue reproducida en bronce para el Uruguay, y don
Francisco la colocó en el jardín. El Mercurio de los romanos se correspondía al Hermes de
los griegos y era patrón de los alquimistas.
Bueno, hay críticas que tenemos que hacer. Lo que voy a decir no es simpático
pero a veces nuestros antepasados le erraron muy feo: esta réplica del dios Mercurio fue
vendida como hojalata. ¡Vaya a saber para qué cosa se utilizó su bronce! Pero lo cierto es
que desapareció; no existe más.
En la vía de acceso al castillo había estatuas que representaban los siete astros del
mundo antiguo: Luna, Marte, Venus, Mercurio, Júpiter, Saturno y el Sol. En el argot de los
alquimistas los astros representan los diferentes metales.
Entre el castillo y las caballerizas estaba la estatua de Neptuno, que formaba parte
de una gran fuente, impresionante. Naturalmente, yo no la vi. He visto sus fotos. Todavía
hay por lo menos algún documento gráfico que dice "Esto era así", pero, lamentablemente,
si uno va a ese lugar lo único que puede hacer es imaginarlo, porque alguno de nuestros
mayores abandonó aquello y ¡vaya a saber qué pasó con las cosas que allí estaban, que
eran una verdadera hermosura!
Además, para los alquimistas, Neptuno es el símbolo de la vía húmeda, uno de los
caminos de los alquimistas para la prosecución de lo que ellos llaman "la gran obra".
En la próxima imagen vemos el tren de Piria: ese trencito unía la estación de Pan
de Azúcar con Piriápolis. Tenía vagones cerrados y otros como los que se aprecian en la
foto. Uno se imagina un 10 de enero, saliendo de esa estación en ese tren y aquello debería
ser una hermosura. Lamentablemente, a mí no me dio para conocerlo cuando funcionaba.
¿Qué pasó con el trencito de Piria? Bueno, que también, en el año 1957, a algún iluminado
se le ocurrió que eso había que destartalarlo todo.
Gracias al esfuerzo de gente que con mucho trabajo logró reunir piezas y demás,
hoy tenemos un museo de Piria, al que tendríamos que ayudar mucho más.
Pasamos a la siguiente imagen: en la Villa Paradicini, en Italia, había una Venus y
la que aparece aquí es una réplica exacta de esa estatua. Esta está sobre la falda del Cerro
del Toro y diría que realmente es un lugar hermosísimo. Si uno va caminando por Europa
y ve algo como eso hasta le saca fotos, pero como estamos en Piriápolis capaz que no nos
damos cuenta y seguimos de largo.
Esto es hermosísimo: estamos viendo una foto nocturna, que no llega a traducir
exactamente lo que se ve en la noche, porque hay una luz celeste que la ilumina muy bien.
En la fotografía que sigue podemos apreciar la vista diurna. Como pueden ver, la
Venus está ubicada dentro de un gran parque que se ve desde el camino Los Arrayanes.
Todo el decorado que aparece ahí eran creaciones de don Francisco, que no se quedaba en
la chiquita en el sentido de que él embellecía los lugares porque quería hacer más grata la
vida de quienes por allí pasaban.
La siguiente es una fotografía de la estatua del toro, que está colocada a más de
cincuenta metros de altura, en el Cerro del Toro, que forma parte de la Sierra de Las
Ánimas. Es una escultura de bronce de cincuenta toneladas, que se trajo de París. Por
suerte, no la vendieron en ningún remate. Acá no se ve, pero de su boca sale un chorro de
agua que recoge de una vertiente de agua mineral que surge del cerro.
A continuación, podemos ver una imagen antigua de la rambla de Piriápolis. Sobre
la izquierda está la vieja estación de trenes, donde hoy se ubica la Prefectura; sobre la
derecha se ve el Hotel Colón y más atrás algunas otras construcciones. Sería envidiable
estar en Piriápolis con tan poca gente allí, ¿no? Tal vez, eso sea un poco egoísta.
La siguiente imagen muestra otra vista de la rambla, y quiero detenerme un
segundito en esto. Allí, sobre el lado izquierdo hay un edificio de dos plantas -no más- y
atrás se ve el cerro. No sé quién fue el genio que lo autorizó, pero lo cierto es que hoy, hay
allí un mamotreto insoportable, de no sé cuántos metros de altura, que le saca toda la
visibilidad al cerro. Es más, si eso hubiera continuado, algún día íbamos a ir caminando
por la rambla de Piriápolis y tendríamos que explicar -en mi caso, a mis nietos, porque a
mis hijos ya les explico poca cosa-: "Miren, ahí atrás hay un cerro".
Por suerte, esto se paró. Espero que nunca más lo hagan, porque realmente no
tenemos derecho a destruir la belleza que la naturaleza nos da; tenemos que tratar de
convivir con ella. Y ese terrible edificio no solo quita la vista del cerro, sino que cuando
uno va, por ejemplo, por la Avenida de Mayo, en lugar de ver ese maravilloso mar
piriapolense se encuentra con ese mamotreto de cemento que no le deja ver nada. ¡Ojalá
esto no pase más! Ya pasó. Pero ojalá que estas generaciones y las futuras entiendan que la
belleza es una cuestión que hay que cuidar porque si no, se aja y luego de que se aja no hay
arreglo posible, ya que es muy difícil hacerle cirugía estética a las ciudades.
En la siguiente imagen tenemos otra visión de Piriápolis ya desarrollada, con un
cierto movimiento, probablemente sea una foto de los años cuarenta.
Aquí podemos apreciar una de las maravillas de Piriápolis: el Argentino Hotel, del
cual todos nos sentimos orgullosos, pero donde hay que destacar la actuación de quienes
estuvieron al frente de él cuando en algún momento estuvo a punto, no sé si de ser
demolido, pero sí de que el tiempo, piadosamente, se ocupara de él. Es por eso que quiero
recordar hoy a Méndez Requena, porque fue quien lo levantó y es realmente maravilloso.
La piedra fundamental de este hotel se puso en 1920 y fue colocada por el Presidente
Baltasar Brum.
Esta es una vista diurna del Argentino Hotel -realmente es una belleza-, ubicado
exactamente frente a la playa de Piriápolis, en un lugar privilegiado, que actualmente
brinda servicios de muy buena categoría que hacen que uno lo pueda ver todo el año
funcionando.
La lencería de hilo del Argentino Hotel se trajo de Italia; la vajilla, de Alemania; la
cristalería, de Checoslovaquia y el mobiliario de Austria. Eso fue el Argentino Hotel.
——Señor Presidente: usted, que es de la zona, sabrá de esto.
Yo voy a ir terminando y quiero decir que nuestro mejor homenaje a don Francisco
Piria es ir a Piriápolis y extasiarse. A Piriápolis hay que ir y disfrutarlo. Hay que mirarlo;
hay que no romper; hay que no meter unas redes enormes para sacar miles de pescados:
hay que seguir conservando aquello artesanal que Piriápolis posee. ¡Piriápolis debe ser un
lugar de casas bajas! ¡Piriápolis no puede ser un edificio! ¡Piriápolis no puede tener
edificios de treinta pisos! Piriápolis es un muro que tenemos en el país y tiene que durar
muchos años así porque si no, va a ser otra cosa, y no tenemos derecho a negar a las
generaciones futuras el disfrute que Piriápolis nos brinda.
Cuidar, cuidar y cuidar lo que se tiene; conservar, no tirar, ser cautos con las
demoliciones. ¡No podemos romper la historia! Somos un país demasiado joven como para
ver permanentemente demoliciones de cosas que uno dice: pero ¡cómo se puede estar
tirando esto! Estamos tirando la historia; estamos tirando la memoria. ¡No podemos
convertirnos en ciudades sin memoria! ¡Vamos a los lugares donde la memoria existe!
Porque resulta que si no, en nombre del progreso, capaz que a alguna persona se le ocurre
un día entubar el Gran Canal de Venecia. ¿Por qué no? ¡Si después de todo, molesta, y es
mejor andar en el asfalto que arriba del agua!
¡Así no se hace esto! El futuro se construye a partir de lo que construyeron las
generaciones anteriores: así se hace el futuro. Y naturalmente que algo vamos a tener que
tirar, porque siempre que existe evolución hay alguna ruptura y alguna muerte, si se quiere
decir así. Pero tenemos que defender el futuro a partir del presente y tenemos un presente
demasiado rico como para destruirlo.
En definitiva, me siento orgulloso, como piriapolense adoptivo -aunque lo mío es
Punta Colorada-, de haber podido realizar este homenaje a don Francisco Piria. Es muy
merecido y contribuye al ejercicio de la memoria.
Naturalmente, habría mucho más para hablar de don Francisco. Su historia es de
novela: los libros que escribió; inclusive hasta su peripecia personal, que no fue fácil, por
decirlo de algún modo. Pero, en definitiva, yo creo que esta Cámara hace muy bien
poniéndole precisamente a esa Ruta Nº 37, que une Pan de Azúcar con Piriápolis, el
nombre de "Fundador Francisco Piria".
Gracias, señor Presidente.
SEÑOR PRESIDENTE (Cardoso).- La Mesa informa al plenario que se encuentran
presentes en la barra Miguel Piria, bisnieto de don Francisco Piria, y su madre, junto con
vecinos de Piriápolis.
Tiene la palabra la señora Diputada Ontaneda.
SEÑORA ONTANEDA.- Señor Presidente: en el día de hoy daremos media sanción a un
proyecto de ley que presentáramos en diciembre de 2010 en este Cuerpo y que luego fuera
diligenciado a la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y
Administración de esta Cámara, que lo aprobó el día 20 de marzo del año en curso. Más
allá de eso, queremos señalar que este proyecto fue inspirado en el petitorio de vecinos de
Piriápolis y Pan de Azúcar, que fuera reiterado por los señores Concejales del Municipio
de Piriápolis en oportunidad de sesionar la Junta Departamental en el Pabellón de Las
Rosas, al cumplirse los 120 años de la fundación del balneario. Allí nos comprometimos a
presentar este proyecto que, como señaláramos, recibirá media sanción en el día de hoy.
Estamos dando cumplimiento a una acción departamental de similar contenido y
espíritu que se gestó hace 93 años por parte de vecinos de Maldonado y San Carlos, así
como de Pan de Azúcar y Piriápolis. Como señala la prensa de la época, los mencionados
vecinos de los pueblos del departamento se convocaron para efectuar un reconocimiento
público a la acción fundadora de Francisco Piria, que se llevó a cabo el día 30 de mayo de
1920, instancia esta que concitó la presencia de autoridades nacionales y departamentales,
así como de vecinos de todos los puntos del departamento y de Montevideo, que llegaron
en trenes expresos a la estación de Pan de Azúcar. Este hecho, muy significativo por la
concurrencia y por las expresiones vertidas por los asistentes, determinó que el Consejo de
Administración de Maldonado, para reconocer la acción fundadora de Piria -como
dijéramos- y la importancia departamental de su obra, emitiera una resolución que
señalaba que el camino carretero que unía Pan de Azúcar con Piriápolis se denominara
Francisco Piria.
Narra el profesor Rubens Rodríguez -un recopilador estudioso de la historia de
nuestra zona y del departamento- cómo se inició esta inquietud y cómo no llegó a
concretarse por aquel entonces. Daré lectura a la resolución del Consejo de Administración
de Maldonado, documento aportado por el citado profesor. El Consejo de Administración
de Maldonado resolvió: "Desígnase con el nombre de Francisco Piria el camino carretero
que conduce desde Pan de Azúcar hasta Piriápolis" y el artículo 2º establecía: "Recábese la
autorización correspondiente de la honorable Cámara Representativa, de conformidad a lo
establecido por el artículo 24, Letra F, con exposición de motivos del integrante del
Consejo, Esc. Conrado Sáenz, firmando como Presidente. Ad Hoc, Alejandro E. Requena,
Secretario, Eustaquio B. Curbelo".
Por problemas de jurisdicción no se podía dar cumplimiento a lo resuelto, ya que
aun el camino carretero estaba en tierras de propiedad de Piria. Los documentos de la
época señalan que el citado camino carretero se construyó asumiendo don Francisco Piria
el gasto y la conservación.
En el año 1930, en la prensa de Pan de Azúcar se publica que, ante la situación
económica que se vive en el país y la región, como paliativo, se realizarán obras públicas,
por lo que Piria hace entrega al Estado del trozo de carretera Pan de Azúcar-Piriápolis y se
destinan $ 3.000 para la reparación. En ese momento, Piria fundamentaba así: "Por la crisis
y muchos brazos desocupados, sería necesario comenzar las obras", demostrando aquí y
así su vocación keynesiana. Además, recuerda que ese camino carretero y el trencito de
Piria que partía de la estación de trenes de Pan de Azúcar con destino al Puerto de los
Ingleses, en Piriápolis, son la única comunicación que tiene el balneario con la Ruta N° 9.
Recordemos cómo en el comienzo de la obra de Francisco Piria se llegaba a la zona y a
otros puntos del departamento. En 1890 se llegaba a Minas para ir a San Carlos por dentro
de las sierras; se llegaba hasta Montes para ir a Piriápolis. Esto lo señalan documentos de
la época y el autor del libro "Por los tiempos de Francisco Piria", Luis Martínez Cherro,
cuando detalla los primeros viajes de Piria y de su acompañante, don Policarpo Piedrecilla
al departamento.
Posteriormente, con la extensión del ferrocarril, se llegaría a Estación La Sierra -hoy
Gregorio Aznárez-; luego de abandonar el tren, en cada estación se continuaba el camino en
diligencia, salvando arroyos a veces crecidos y muchos caminos que solo eran sendas. La
última parada antes de llegar a las tierras adquiridas por La Industrial y al Puerto del Inglés
era en Pan de Azúcar, donde se pernoctaba en la Fonda de los Catalanes, padrón que hoy se
ubica frente a la plaza, en esquina cruzada con el Banco de la República.
Recién en 1907 el departamento se mueve por la extensión ferroviaria hasta la
capital del departamento, lo que beneficia a Pan de Azúcar y San Carlos. Tiempo después
se inauguraba el famoso trencito de Piria -que mencionaba el señor Diputado Orrico y
mostraba en imágenes-, que conectaba Pan de Azúcar con Piriápolis. Muchos de los que
hoy tenemos cerca de sesenta y cinco años pudimos disfrutar de él porque era una
comunidad en la cual "El Catalán", que era el que comandaba la máquina y el guarda del
trencito, hacía una parada intermedia, cerca de Pan de Azúcar, subía a todos los muchachos
del barrio -eso sí, en el salón cerrado; nunca pudimos viajar en el salón abierto, que era una
belleza porque se pasaba por todos lados- y nos llevaba hasta Piriápolis y nos traía, o nos
llevaba a la estación de Pan de Azúcar y nos traía.
La construcción del puente sobre el arroyo Pan de Azúcar, que data del año 1913,
propició la obra del trencito -este puente fue reestructurado hace poco, alrededor del año
2000-; en aquella época comenzó la pintoresca rutina del pasaje del trencito de Piria por
todos esos lugares.
Más allá de que en nuestra exposición de motivos señaláramos la importancia de la
obra de don Francisco Piria, que muy bien destacara el señor Diputado Orrico, y de la
impronta dejada a lo largo de todo el balneario y las zonas aledañas, los legisladores
reconocieron que este eje vial vertebra la mayor concentración de emprendimientos,
marcando el espíritu desarrollista en extensión y dejando en la zona vocaciones que se han
mantenido en el tiempo y otras que hoy resurgen, como la vid, los olivos y las
construcciones en piedra.
El 16 de diciembre decíamos que en Piriápolis se hacía difícil innovar. Sin
quererlo, Francisco Piria, acérrimo enemigo de la figura herencia, de alguna manera dejó la
herencia "piriana" en todas sus obras. Expresábamos que el balneario Piriápolis guarda el
recogimiento y las características originales, a pesar de los avances y del progreso, pues
este último a veces lastima lo que realmente nos ofrece a diario ese paisaje paradisíaco.
Para terminar, quiero agradecer a la Cámara y a la Comisión por haber tenido en
cuenta este petitorio. También queremos dejar nuestro reconocimiento a quienes, a través
de la investigación y la recopilación de nuestra historia, nos han aportado luz para poder,
objetivamente y en forma documentada, fundamentar este proyecto de ley.
Deseamos dejar expreso agradecimiento a nuestro compañero ex Edil de la Junta
Departamental de Maldonado, el escritor Luis Martínez Cherro-autor del libro "Por los
tiempos de Piria"-; al profesor Rubens Rodríguez, investigador, periodista, columnista de la
prensa del departamento; a Fidias Pla Muró, un viejo luchador social de Piriápolis que
también alterna con Pan de Azúcar por sus columnas que leemos semanalmente -todos ellos
estudiosos de la historia de don Francisco Piria, que con su esfuerzo permanente hacen
conocer la historia de nuestros pueblos-; a los familiares de don Francisco Piria aquí
presentes y a los que aún nos aportan su historia, los señores Concejales de Piriápolis y de
Pan de Azúcar -quienes estuvieron presentes en la sesión pasada, oportunidad en que este
homenaje no pudo llevarse adelante-; a los ciudadanos de Piriápolis y de Pan de Azúcar
cuyos antepasados fueron hacedores de esta obra -nuestros pueblos se alimentaron
permanentemente de las obras de Piria como fuente laboral-, y a vecinos que en los últimos
tiempos trabajaron en los emprendimientos a lo largo de esta ruta y que aún nos aportan sus
vivencias.
Particularmente a nuestros antepasados que trabajaron en la piedra, que fueron los
primeros anarcos que estuvieron en la obra de Piria, vaya nuestro recuerdo y nuestro
emocionado homenaje.
Gracias, señor Presidente.
SEÑOR PRESIDENTE (Cardoso).- Si no se hace uso de la palabra, se va a votar si se
pasa a la discusión particular.
——Cincuenta y ocho por la afirmativa: AFIRMATIVA. Unanimidad.
En discusión particular.
Léase el artículo único.
——En discusión.
Si no se hace uso de la palabra, se va a votar.
——Cincuenta y siete en cincuenta y ocho: AFIRMATIVA.
SEÑORA ONTANEDA.- Señor Presidente: solicito que la versión taquigráfica de mis
palabras sea enviada al Municipio de Piriápolis, al Municipio de Pan de Azúcar, a la Junta
Departamental, a los familiares de Piria, a las instituciones sociales y a los medios de
comunicación del departamento de Maldonado.
Gracias, señor Presidente.
SEÑOR PRESIDENTE (Cardoso).- Se va a votar el trámite solicitado.
——Cincuenta y seis en cincuenta y siete: AFIRMATIVA.
Queda aprobado el proyecto y se comunicará al Senado.
SEÑOR SOUZA.- ¡Que se comunique de inmediato!
SEÑOR PRESIDENTE (Cardoso).- Se va a votar.
——Cincuenta y cinco en cincuenta y seis: AFIRMATIVA.
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