“Ciencia y Tecnología Industrial en la Manchuela en el primer tercio

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“Ciencia y
Tecnología
Industrial en la
Manchuela en el
primer tercio del
siglo XX”
Irene Temporal Espada
ÍNDICE
1. Contexto histórico ........................................................................................... 2
2. Introducción al tema ....................................................................................... 3
3. Desarrollo industrial ........................................................................................ 5
3.1 Fábricas de harina .................................................................................... 5
3.2 Navajería .................................................................................................. 6
3.3 Fábricas de aceite y vino .......................................................................... 7
3.4 Fábricas de conservas .............................................................................. 7
3.5 Minas de sal.............................................................................................. 8
3.6 Yesería ................................................................................................... 10
4. Desarrollo científico y tecnológico ................................................................ 11
4.1 Electricidad ............................................................................................. 11
4.2 Telefonía ................................................................................................. 12
4.3 Cine y radio............................................................................................. 12
4.4 Transportes............................................................................................. 13
5. Conclusión.................................................................................................... 15
6. Bibliografía ................................................................................................... 16
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1. CONTEXTO HISTÓRICO
La España del primer tercio del siglo XX, está marcada por la crisis y la
inestabilidad en todos los aspectos.
Los gobiernos turnistas y corruptos de la Restauración, caracterizados por el
fraude electoral generalizado, se alternaban en el poder haciendo caso omiso a
los problemas heredados de la sociedad española, entre ellos el analfabetismo
y las grandes diferencias sociales.
En 1902 Alfonso XIII llegaba al trono. Desde entonces, cabe destacar algunos
acontecimientos que marcaron la historia española:


En 1909 se producía “La Semana Trágica de Barcelona”, la cual tuvo un
brutal coste humano.
En 1921 el ejército español destinado en Marruecos sufría un fuerte
revés: más de trece mil soldados morían en el “Desastre de Annual”.
Las tensiones sociales crecían al tiempo que aumentaba la crisis económica. El
“boom” que se había vivido durante la Primera Guerra Mundial producto de la
posición neutral de España como abastecedora de los países beligerantes,
decaía precipitadamente tras el fin del conflicto.
A ello debemos sumarle la influencia de la Revolución Rusa, hecho que
suscitaba deseos revolucionarios entre los más desencantados.
Esta situación convulsa derivó en la dictadura de Primo de Rivera (1923), la
cual coincidió con los denominados “Felices Años 20”.
Además de ello, el “Desembarco de Alhucemas” (1925) por
el que se ponía fin a la guerra con Marruecos, incrementó
considerablemente la popularidad del dictador.
Pero este periodo de relativa tranquilidad comenzaría a dar
muestras de desgaste con la llegada de los primeros
síntomas del crack de la Bolsa de Nueva York de 1929.
Las fuerzas antimonárquicas, a pesar de ser sustancialmente
heterogéneas, se aliaron bajo el Pacto de San Sebastián y
finalmente, aunque, gracias al vigente caciquismo, las
elecciones dieron la victoria a los partidarios de la
Primo de
monarquía, la derrota de estos en las grandes ciudades Miguel
Rivera
provocó que el 14 de abril de 1931 fuese proclamada la
República.
Esta, que tantas esperanzas había despertado, derivó en una cruenta guerra
civil. Las medidas que el gobierno tomaba eran, por un lado vistas como
insuficientes, y por otro como excesivas.
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Haciendo mayor hincapié en la situación de Castilla – La Mancha, es
imprescindible hablar de subdesarrollo, analfabetismo, predominio de la Iglesia
en todos los ámbitos y dominio de las familias terratenientes que ejercían su
función de caciques.
En las zonas de la Mancha latifundista, en los años próximos al fin de la
República, los conflictos entre jornaleros y patronos se sucedieron de forma
activa, pudiéndose señalar a Tarazona de la Mancha como ejemplo.
Es en esta época cuando la idea de una Comunidad Manchega empieza a
plantearse de forma seria, aunque no se reconocería como tal hasta la
Constitución de 1978.
Todo ello justifica, pues, el atraso y decadencia de nuestra región. De ahí que
mucha gente optara por emprender una nueva vida emigrando a las ciudades e
incluso al extranjero.
Las circunstancias, tal y como señalaba Ortega y Gasset, constituyen una parte
fundamental dentro de la búsqueda del porqué. De este modo, el tema que
trataremos a lo largo de las siguientes páginas, debe entenderse como
producto de todo lo anterior
2. INTRODUCCIÓN
La importancia de las fuentes orales, teniendo en cuenta la relativa
cercanía de los años que comprenden lo exigido en el trabajo, resulta
verdaderamente significativa. Por este motivo me he decantado por servirme
de ellas para fundamentar los datos que a continuación presentaré.
Minglanilla, municipio situado en la provincia de Cuenca, concretamente en la
zona limítrofe que separa Castilla - La Mancha y la Comunidad Valenciana,
además de ser el pueblo que me acoge desde el mismo día de mi nacimiento,
servirá de ejemplo para una mejor comprensión de los avances tecnológicos e
industriales que se desarrollaron en la Manchuela a lo largo del primer tercio
del siglo XX.
Su ventajosa situación geográfica, ya que la antigua carretera de Valencia
(actual A-3) discurre próxima al municipio, supuso un importante estímulo,
responsable en parte de albergar numerosas fábricas de aceite, de harina o
alcohol, sin olvidarnos de la relevancia de las minas de sal y las canteras de
yeso.
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El sector de la comunicación no queda al margen de todo ello, dos líneas de
diligencias comunicaban Minglanilla con Valencia y Cuenca. Además, la
llegada del teléfono acortó distancias entre zonas que en otro tiempo
parecieron demasiado lejanas.
Quizá sea la disposición de la electricidad a nivel particular el avance más
significativo, ya que marca un antes y un después en la forma del trabajo y por
supuesto en la forma de vida. La mayoría de las labores que pasen por nuestra
cabeza requieren de la electricidad para llevarse a cabo, y no sólo las “faenas”,
sino también aquéllos medios que favorecen el disfrute de nuestro tiempo libre,
como bien puede ser el cine o la radio.
Antes de que pudiésemos beneficiarnos de esta gran ayuda de forma
extendida, era el hombre con sus manos y su empeño quien, a fuerza de
martillo y otros muchos enseres, elaboraba y perfeccionaba todo lo necesario
para la época.
A través de este análisis introductorio, se puede apreciar que la situación
industrial y de desarrollo tecnológico que presentaba la Manchuela, teniendo en
cuenta el avance que se vivía en otras partes de España o Europa, no era de
excesivo auge, pero tampoco cabría catalogarla como de subdesarrollo total.
Todo ello será explicado en las páginas sucesivas.
Labrador faenando
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3. DESARROLLO INDUSTRIAL
3.1 Fábricas de harina
Si por algún negocio industrial destacó Castilla – La Mancha, fue por las
harineras. Durante los años de la Primera Guerra Mundial (1914 – 1918)
España vivió un verdadero boom al convertirse en abastecedora de los países
beligerantes. Una mayor demanda requería una mayor oferta, por esta razón
las fábricas de harina aumentaron considerablemente su producción, hecho en
parte favorecido por la disposición de energía eléctrica.
Siguiendo el ejemplo de las fábricas de harina localizadas en Minglanilla, se
puede decir que en principio, las fábricas
contaban con uno o dos molinos
rudimentarios movidos por animales de
tiro.
A parte de tratar ellos mismos el trigo,
recibían harina ya molida de los diversos
molinos particulares dispersos por el
pueblo. De este modo, éstos no sólo
podían ser movidos por burros o mulas,
sino también por la fuerza del agua.
Así, en el paso del río Cabriel existían
casas privadas, hoy día cubiertas por el
Pantano de Contreras, que contaban con Noria de un molino
una noria. Ésta, a través de una
canalización, giraba con el paso del agua.
Pero a medida que se mejoraron las instalaciones eléctricas, los dueños de las
fábricas comenzaron a comprar máquinas más modernas, cuya función era la
misma: moler el trigo hasta producir harina.
Una vez finalizado el proceso, ésta era empaquetada en sacos de 100
kilogramos.
En el ámbito local, la harina era fundamentalmente vendida a los hornos
panaderos, además de transportada a los alrededores y a Valencia,
primeramente por los carreteros y después con los camiones.
Tras el fin de la Gran Guerra, el negocio, al igual que otros muchos, se sumió
en una grave crisis. Crisis que derivó, años después, en la desaparición de este
tipo de fábricas en el ámbito rural de la Manchuela al no poder competir con las
grandes producciones de las ciudades.
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3.2 Navajería
Es de especial relevancia, dentro del ámbito de la Manchuela, la
industria de las navajas. En la mayoría de los pueblos era común encontrar
alguna familia navajera que, de modo artesanal, elaborara dichos productos
como sustento familiar.
Destaca sin lugar a dudas la ciudad de Albacete, así como el municipio de
Madrigueras.
Por su parte, Minglanilla contaba por aquél entonces con cuatro familias
navajeras. Los materiales que utilizaban, traídos de Valencia o aprovechados
de otros objetos, eran el asta de toro para las empuñaduras, y el acero para el
filo.
Para su elaboración, contaban con herramientas como la cizalla, con la que
cortaban el acero; el yunque y la fragua para calentar y modelar el hierro; y la
rueda de afilar movida por un motor, con la que pulían y afilaban tanto cuchillos
de uso doméstico y carnicero como navajas.
Una vez finalizado el proceso, se
procedía a la venta de éstos. Una
práctica muy extendida era la de
viajar de feria en feria a propósito
de las fiestas de los pueblos de
los alrededores (Casas Ibáñez,
Motilla del Palancar, Iniesta,
Ledaña… e incluso Tejeda).
Por supuesto, la opción de la
venta por parte de los carreteros
fue muy relevante. Éstos la
compraban a los artesanos
locales y la vendían en otros
pueblos por un precio más
Navajeros en una feria
elevado.
Con el paso de los años, la función artesana de los navajeros fue decayendo
hasta la entera mecanización de la producción. Este hecho propició el triunfo
de Albacete como ciudad navajera y el abandono de la industria en el resto de
los pueblos.
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3.3 Fábricas de aceite y vino
Actualmente, la producción de vino y aceite se halla organizada en
cooperativas.
Sin embargo, durante los primeros años del siglo XX, fábricas particulares se
encargaban
de
la
elaboración de los mismos.
Minglanilla
contaba
entonces
con
varias
fábricas dedicadas a dicho
negocio.
Éste consistía en lo
siguiente: los agricultores
llevaban los frutos a las
fábricas y, una vez allí,
eran molidos mediante
molinos. Al igual que en las
fábricas de harinas, en Molino de una fábrica de aceite
principio, las maquinarias
eran movidas por animales de tiro, pero tiempo después los molinos eléctricos
desbancaron lo rudimentario de la producción.
Una vez elaborado el producto, los dueños de la fábrica se quedaban parte de
lo producido, siendo éste el beneficio obtenido.
Por su parte, los agricultores acudían a recoger su respectivo aceite o vino con
bidones o bombonas propias, ya que en las fábricas no se envasaba el
producto.
Particularmente en Minglanilla, el coste de la molienda de la aceituna llegó a
ser tan abusivo que muchos agricultores decidieron agruparse para formar la
Cooperativa.
3.4 Fábricas de conservas
Dentro del ámbito de Castilla,
la ausencia de un clima propicio para
el cultivo de los huertos impidió el
completo desarrollo de fábricas
destinadas
al
tratamiento
y
empaquetamiento
de
tales
productos.
Sin embargo, la zona que comprende
la ribera del Cabriel, actualmente
anegada por la presencia del
pantano de Contreras, albergaba
Interior de una fábrica de conservas
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multitud de huertas de diversa variedad, cuyas frutas y hortalizas eran
aprovechadas por fábricas de este tipo.
Como ejemplo puede señalarse la Fábrica de Conservas Vegetales de
Sebastián Garrido (Minglanilla).
La industrialización en este sector se observa en la maquinaria empleada,
sobre todo en la elaboración de los recipientes que contenían el producto,
pudiéndose hablar casi de una cadena de montaje: contaban con cuatro
máquinas principales controladas y supervisadas generalmente por mujeres. La
primera de ellas destinada a cortar la hojalata, la segunda para hacer los botes
en sí, la tercera para realizar las tapas y por último, una para estañarlas.
Además de ello, poseían grandes calderas en las que cocían y escaldaban las
hortalizas y frutas.
Una vez finalizado el proceso de producción, las trabajadoras se encargaban
de adherirles las etiquetas que señalaban el nombre de la fábrica y de qué
producto se trataba, tal y como puede verse en la ilustración. Después de este
último detalle, el jefe de la fábrica repartía con un pequeño camión, uno de los
primeros que llegaron al pueblo, por la zona de la Valencia y de la Manchuela.
Etiqueta de una lata de conservas
3.5 Minas de sal
Tal y como hemos señalado en la introducción, la explotación de las
minas de sal de Minglanilla se constituyó como una de las actividades más
extendidas durante esos años. Estamos hablando en este caso, de una
actividad propia y particular del municipio.
Estas ya fueron conocidas y explotadas por los romanos. Así lo recoge Plinio
en el siguiente fragmento de su Naturalis Historia (libro 31, capítulo 7):
“In Hispania quoque Citeriore Egelastae dicitur glebis pene translucentibus, qui
iam pridem palma a plerisque medicis inter omnia salis genera perhibetur”
8
Cuya traducción libre sería la siguiente: “También en la Hispania Citerior se
habla de Egelasta por sus terrenos casi translúcidos, la cual fue mencionada
por muchos médicos.”
Aunque se hace referencia a Egelasta (Iniesta), al hablar de “terrenos
translúcidos” es imprescindible señalar a Minglanilla, a 19 kilómetros de
distancia, como centro de los mismos. De hecho, se conserva parte del camino
romano que unía ambas localidades.
El yacimiento contaba con
dos pozos, uno de escalas
para facilitar la entrada, y el
de
extracción.
Fundamentalmente
se
extraía de éstos halita,
conocida como “sal gema”,
haciendo uso para ello del
sistema
“cámaras
y
pilares”. Éste consistía en
abrir espacios en su interior
sustentados por pilares de
roca. Como se puede
apreciar, apenas requería
mecanización, siendo la Entrada al yacimiento
fuerza del hombre, el
verdadero motor de la obtención del mineral.
Como curiosidad específica de estas minas, las diversas galerías que
componían el yacimiento fueron denominadas con los nombres de las calles
principales del pueblo, para así evitar el equívoco durante el trabajo.
La extracción y posterior subida de los bloques salinos al pueblo se efectuaba
con la indispensable ayuda de burros y mulas.
Una vez en el pueblo, la sal era almacenada en “El Salero”, localizado en el
centro de la localidad, de ahí que en la actualidad la plaza principal reciba el
nombre de Plaza del Salero.
Allí podía ser tratada o no en función de la finalidad de su uso: o bien la molían
con un molino para su uso doméstico, o bien la utilizaban tal cual la extraían
como alimento para el ganado y los caballos.
Multitud de pueblos de los alrededores, tanto de la Manchuela como de
Valencia, acudían a “El Salero” para proveerse de la sal de Minglanilla. Además
de ello, con la ayuda del transporte de la época: los carreteros, ésta era
transportada de un punto a otro en función de la demanda.
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3.6 Yesería
Otra actividad industrial muy vinculada con el punto anterior, es el
trabajo de los yeseros.
El terreno que circunda las minas anteriormente nombradas está formado por
multitud de canteras en aquél entonces explotadas por familias a las que, en la
actualidad, les sigue perteneciendo el terreno.
Eran los miembros de las propias
familias los que fundamentalmente
componían la mano de obra, al
igual que en el resto de las
industrias.
El yeso, tras un tratamiento
específico llevado a cabo por los
mismos que lo extraían, era
principalmente empleado en la
construcción. Además de ello, otro
de sus usos era blanquear las
fachadas de las típicas casas
castellanas.
La extracción del yeso de las
canteras se veía facilitado por el
uso
de
barrenos,
cartuchos
explosivos que, en tiempos de
guerra,
eran
meticulosamente
controlados por las autoridades.
Horno de yeso
Cerca de las canteras, los yeseros construían los hornos donde, una vez
partidas las rocas grandes con ayuda de mazas, éstas eran quemadas durante
un día entero con el objetivo de reblandecerlas.
Cuando estaban listas para su tratamiento, como en el apartado anterior, el
yeso era transportado hacia el pueblo con ayuda de carros tirados por mulas.
Allí, las diversas familias de yeseros contaban con sus propios talleres. En
éstos, con ayuda de un molino tirado por burros, el yeso era molido, con mayor
o menor intensidad en función de su uso posterior. Aproximadamente a
mediados del primer tercio de siglo, la electricidad comenzó a extenderse, y
uno de sus primeros usos fue el de facilitar el trabajo del hombre. En este caso,
algunos molinos empezaron a ser movidos por dicha energía.
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4. DESARROLLO CIENTÍFICO Y
TECNOLÓGICO
4.1 Electricidad
La extensión de esta fuente de energía supuso un gran impulso para el
progreso. Muchas de las máquinas ya existentes, antes movidas por animales
o por la fuerza del agua, evolucionaron a otras que se valían de la electricidad
para realizar su función. De ahí la importancia de ésta en lo relativo a la
industria y la ciencia.
En el ámbito del hogar, los carburos, lámparas generadoras de luz a partir de la
ignición de un gas; los candiles y faroles que funcionaban con la quema del
aceite, eran los instrumentos más utilizados para iluminar las estancias durante
las noches. La llegada de la electricidad a las casas de los pueblos de la
Manchuela se produjo aproximadamente en los primeros años del siglo XX. En
principio, tan solo una bombilla iluminaba la habitación principal de los hogares,
siendo frecuente durante algunos años más el uso de los carburos y candiles.
En Minglanilla, la electricidad provenía de las fábricas de la luz situadas a
orillas del río Cabriel. Cabe destacar la fábrica de luz de Mirasol, cuya energía
también era transportada hasta pueblos como Iniesta.
La generación de electricidad se realizaba aprovechando un salto de agua del
río. Las turbinas situadas en dicha fábrica recibían el impulso y la fuerza del
agua, produciendo electricidad. De este modo, se instalaron los primeros
transformadores en el pueblo, a partir de los cuales la energía era transportada,
no con tanta potencia como en la actualidad, a través de cables distribuidos
mediante postes de madera, muchos de ellos, sujetos a las fachadas de las
casas.
La llegada de la electricidad facilitó el desarrollo de otras muchas actividades,
no sólo relacionadas con el trabajo y la industria, sino también con el ocio y la
comunicación, tal y como veremos a continuación.
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4.2 Telefonía
El hecho de que actualmente cada persona posea su propio teléfono con
el que poder comunicarse sin cables y a largas distancias, resultaría casi
mágico para los contemporáneos del primer tercio del siglo
XX.
En estos años, el relativamente recién
inventado teléfono (1876) comienza a
extenderse al uso urbano, y así a la
Manchuela.
En Minglanilla, se instala la primera oficina
de teléfonos en casa de un particular. Ésta
contaba con una central principal donde
conectaban las llamadas solicitadas y con
tres cabinas separadas en las que, de
forma privada, las personas podían hablar.
Los servicios tenían un coste y, años
después, con la dictadura de Primo de
Rivera, éste sería homogéneamente
establecido por el gobierno al monopolizar
el negocio con la Telefónica.
Telefonista
4.3 Cine y radio
En 1895 los hermanos Lumière proyectaban por primera vez una
pequeña película que marcó el comienzo de una nueva era.
El cinematógrafo fue la primera máquina capaz de filmar y proyectar imágenes
en movimiento a través del reflejo de un haz de luz por medio de lentes ópticas.
Las salas de cine comenzaron, a partir de entonces, a proliferar por todo el
territorio español. Se puede decir que a principios del siglo XX los habitantes de
la Manchuela disfrutaban de forma habitual del considerado séptimo arte.
Siguiendo el ejemplo de la primera sala de cine inaugurada en Minglanilla, se
puede decir que en la parte posterior se encontraba el cinematógrafo, cuyas
imágenes eran proyectadas sobre una amplia tela blanca meticulosamente
colgada en la pared principal.
La máquina de cine funcionaba con electricidad y para aumentar el haz de luz
de la proyección, se empleaban dos carbonos que ardían. Es por ello por lo
que muchas veces la película resultaba dañada. Para evitar su pérdida total,
los cinematógrafos contaban con un mecanismo que, al accionarse, cortaba el
rollo de película.
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De este modo, por el módico precio de una peseta, aquellos jóvenes que se lo
podían permitir, acudían cada fin de semana para divertirse durante unas
horas.
Casi de forma contemporánea, el fenómeno mediático que supuso la llegada
de la radio comenzaba a despegar. No sería hasta la dictadura de Primo de
Rivera cuando se impusiera de forma definitiva, ya que este mandatario vio en
dicho medio un efectivo canal de propaganda.
En la zona de la Manchuela a nivel particular, las radios no estaban
excesivamente extendidas. Es frecuente escuchar entre nuestros mayores que
apenas cuatro “arradios” podían ser escuchadas antes de la guerra, siendo
más acusada todavía la ausencia de televisores.
El aparato de la radio en sí era grande y rudimentario. Éste contaba con dos
pequeñas ruletas que facilitaban la sintonización de las emisoras. Los
programas que se emitían estaban profundamente influidos por las ideologías,
hecho que se acentuó sobremanera durante la Guerra Civil.
4.4 Transportes
La facilidad con la que hoy en día los productos que consumimos son
transportados de un lugar a otro, dista mucho de la situación que se vivía en el
primer tercio del siglo XX. Y ya no sólo lo relativo a los productos sino también
a las personas.
La función que actualmente
realiza un camión equivale
directamente a lo que entonces
llevaba a cabo un carretero, con
la diferencia de que las
distancias recorridas no eran
tan largas. Se trataba pues, de
recorridos comarcales.
Éstos, con ayuda de sus carros
tirados por una o dos mulas, se
encargaban de llevar de un lado Carretero con odre de vino
a otro los productos propios de
su localidad de origen o, por el contrario, de traer a sus pueblos productos que
escasearan en los mismos.
El negocio en sí consistía en comprar a un precio y venderlo a otro superior, de
modo que obtenían un cierto beneficio.
Por otro lado el transporte de personas se veía bastante dificultado por la
escasez de medios para hacerlo. Sólo la gente adinerada podía permitirse
tener un vehículo particular con el que desplazarse, primordialmente diligencias
o coches de caballos.
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El avance en lo que concierne a los transportes se observa en la producción de
los primeros camiones. Pocos podían verse en los pueblos que componen la
Manchuela, sin embargo su particular funcionamiento, llama la atención.
El camionero ponía en marcha el motor y éste, a través de un sistema de
cadenas, transmitía el movimiento a unos engranajes mayores, procedimiento
que nos recuerda a las
bicicletas.
El problema llegaba en las
cuestas pronunciadas. Para
que el camión tuviera más
potencia, el conductor debía
pararlo y cambiar el piñón de
una
forma
totalmente
manual. Ni que decir tiene
que el motor funcionaba con
gasolina.
Del
mismo
modo
se Coche de línea Cuenca - Utiel
fabricaron
los
primeros
coches de línea, coincidiendo, tiempo después, con la construcción de la red de
carreteras llevada a cabo durante la dictadura de Primo de Rivera.
Es preciso señalar que subir en lo que actualmente conocemos como autobús,
no estaba al alcance de cualquiera.
En Minglanilla, a diferencia de
muchos pueblos de la zona, y
en parte debido a su ventajosa
situación geográfica, hacía
parada el coche de línea que
cubría el trayecto Cuenca –
Utiel, tal y como puede
observarse en la fotografía de
la derecha.
En el año 1900 se matriculaba
en España el primer automóvil.
El desarrollo de todos estos
transportes impulsó el negocio
Primera gasolinera de Minglanilla
de las gasolineras.
A finales del primer tercio, en Minglanilla se instala la primera gasolinera de su
historia a orillas de la carretera que une Madrid y Valencia. En principio tan sólo
disponían de gasolina, puesto que era el combustible principal, años más tarde
se introduciría el gasoil.
El procedimiento de extracción de la gasolina, almacenada en depósitos
subterráneos, era efectuado por el propio gasolinero a través de unas
palancas, conduciendo el combustible a los depósitos exteriores de cristal
donde medían la cantidad.
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Por aquél entonces, CAMPSA, se establece como monopolio estatal del
petróleo y sus derivados.
Sería en esta época cuando se plantaran las primeras semillas del progreso
que florecerían completamente años más tarde al servirse del boom económico
de los años 60.
5. CONCLUSIÓN
Aunque para llevar a cabo el trabajo me haya centrado en la localidad de
Minglanilla, el resultado del mismo es perfectamente aplicable al resto de la
Manchuela. Las diferencias entre la ciencia e industria de unos pueblos u otros
son mínimas, exceptuando los negocios particulares de cada uno de ellos,
como en Minglanilla se han señalado las minas de sal.
Puede parecer contradictorio, pero en la actualidad, la mayoría de los pueblos
de la Manchuela presentan un menor número de negocios relacionados con la
industria. El desarrollo de España en la segunda de mitad del siglo XX provocó
que las ciudades fueran los principales focos industriales, ocasionando en los
pueblos una decadencia irremediable.
Ligado a este hecho, resulta evidente el masivo éxodo rural que implicó el
declive de las industrias en los pueblos.
Como afirmaba el filósofo Henri Bergson, “el presente sólo se forma del
pasado, y lo que se encuentra en el efecto ya se encontraba en la causa”, es
decir, para comprender la situación actual es imprescindible tener muy
presente nuestro pasado en todos sus aspectos.
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6. BIBLIOGRAFÍA
Tal y como ha quedado referido en la introducción, la información en la
que se basa el trabajo aquí presente, ha sido fundamentalmente extraída de
fuentes orales.
¿Quién mejor que un testigo directo de la situación vivida en el primer tercio del
siglo XX, podría explicar lo que entonces se correspondía a su día a día?
Por tanto, me resulta imprescindible nombrar a las siguientes personas, que
vivieron entonces en Minglanilla y lo siguen haciendo en la actualidad:
 Vicente Espada Garrido, agricultor.
 Mariano Martínez López, yesero.
 Pilar Garrido Cano, puericultora y nieta de Sebastián Garrido, dueño de
la fábrica de conservas.
 Julián Navarro Roda, cuchillero.
 Esteban Peñarrubia Espada, carpintero.
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