DISCURSO DEL EMBAJADOR DE CHILE D. SERGIO ROMERO P. AL CONDECORAR AL PRESIDENTE DE PRISA D. JUAN LUIS CEBRIAN ECHARRI EN LA EMBAJADA DE CHILE, Madrid, 9.01.2014 Con sentimientos de gratitud quisiera hacer un especial reconocimiento de todos quienes nos acompañan con vuestra presencia, en la Embajada de Chile ante el Reino de España, por ser partícipes de una importante ceremonia, en que nuestro país distingue a don Juan Luis Cebrián Echarri. Sus condiciones extraordinarias y relevantes por su aporte a la relación chileno-española lo han hecho merecedor a la Condecoración “Bernardo O”Higgins” en el grado de Gran Oficial, que es la distinción más alta que confiere el gobierno de mi país. Es un muy grato momento para mí el poder cumplir con esta misión que nos ha sido encomendada por el Supremo Gobierno del Presidente Don Sebastián Piñera Echenique ya que compartimos plenamente los fundados motivos que la originan y que tienen raíces profundas en el fecundo trabajo que Juan Luis Cebrián ha cumplido en su vida profesional y que lo han vinculado con Chile, por décadas, tras propósitos que nosotros reconocemos como fecundos y productivos. Su acción ha permitido construir fundamentos sólidos no sólo en la relación bilateral sino, como bien sabemos, en toda la región iberoamericana por cuyo desarrollo Juan Luis Cebrián ha mostrado un apasionamiento que lo convierte en un adalid que no desperdicia tribuna para mostrar ese enamoramiento por el cultivo del lenguaje que es, a no dudarlo, la herramienta básica de la gran hermandad de nuestras dos tierras. Hace poco tiempo tuvimos el gratísimo honor de acompañarle en la presentación del director de El Mercurio, don Cristián Zegers Ariztía, en el Foro de la Comunicación donde no pudimos dejar de sentir el tremendo orgullo que nos brindaron dos grandes del periodismo escrito que, aunque sea por la anécdota aquella de ser espectadores devotos de “Cantando Bajo la Lluvia”, tienen plenas coincidencias “porque estamos cantando continuamente bajo los rayos y truenos que nos caen”, en una exquisita metáfora del periodismo de gran nivel que ambos propician. En aquella oportunidad se planteó que “la situación de la crisis que está viviendo Europa, paradójicamente, podría favorecer la disposición para alcanzar un espacio informativo común iberoamericano del que venimos hablando hace cerca de treinta años, y que sigue siendo urgente y necesario”. Se añadía que es una realidad la redistribución de poder global que sacude todas las áreas geográficas. Los países emergentes marcan mayor comercio, más inversión y mejores tasas de crecimiento que los desarrollados, y asimismo, una parte sustancial de Latinoamérica incrementa un desarrollo sostenible, mientras inicia un proceso integrador. Por lo anterior, nos asiste la esperanza de gravitar ahora con algún mayor peso político y económico, el que Latinoamérica no ha cesado de perder desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Al menos, así lo anticipan nuestros medios periodísticos al revalorizar los contenidos de su entorno vecinal y regional —antes muy descuidados—. También es más visible ahora la percepción de vecinos y de zonas latinoamericanas interdependientes. Y, además, en paralelo, España recobra su interés hacia nosotros, donde hizo una apuesta económica en los años 90, que le ha reportado frutos considerables en sus actuales dificultades. La nueva coyuntura, asegura Cristián Zegers, se refleja en los principales periódicos latinoamericanos, cuyo foco noticioso internacional, predominantemente norteamericano y europeo, ya es atraído por la proyección del Asia-Pacífico. Convertida China en el principal socio comercial de países como Brasil, Chile y Perú, es lógico que el referente virtualmente único no sea ya, como solía serlo, Estados Unidos”. Estoy seguro que Juan Luis Cebrián comparte en gran medida esta visión. Ha venido trabajando, como lo decíamos, con el importante conglomerado de PRISA, desde hace décadas en el sector educativo, a través de Santillana, y también es propietaria de la primera cadena de radio (Iberoamericana Radio Chile) desde 2007, y El País se edita y distribuye allí diariamente desde 2010. La presencia de PRISA en nuestro país e Iberoamérica tiene la impronta de respetar no sólo las legislaturas de cada país sino las identidades propias que conforman bajo la Gran Mancha, como lo expresaría Carlos Fuentes, una misma cultura de mil colores. Ese, creemos interpretar, es el sentir más profundo de Juan Luis que ha contribuido a acercar a nuestras naciones y buscar innovaciones como lo señala él mismo en el primer Foro de la Comunicación de Cádiz al proponer la necesidad de establecer bilateralidades legislativas que permitan que también nuestros países inviertan en los mismos campos que España lo ha venido haciendo en las última décadas en nuestra región. Los conceptos de Juan Luis Cebrián en su “Carta a un joven periodista” hoy tienen plena vigencia en el mundo. Efectivamente ha tenido una gran andadura en Chile como en otros países en donde los Honorios pueden encontrar respuestas a sus interrogantes. Estamos frente a un maestro de periodistas que ha hecho de su vida un testimonio de consecuencia y coherencia. Trabajar en ello es para nosotros motivo de reconocimiento que en parte hace justicia con la condecoración que hoy le imponemos y así como apreciamos que desde la páginas de El País se ha reconocido a la transición chilena como un hito ejemplar, al igual que su desarrollo económico que hoy es valorado por las condiciones de certeza jurídica y estabilidad que representa. Y en lo político por la continuidad institucional y su adhesión democrática a través de la alternancia en el poder que no siempre es tenida en cuenta. Nos complace de forma especial destacar un ámbito en el que ese brío de Juan Luis Cebrián, como lo es la promoción de nuestra misma lengua, le ha concentrado su énfasis y particular empeño. Me refiero a como la cultura está destacada en muchas partes del periódico, en sus páginas de opinión y muy especialmente en su suplemento Babelia, que aparece cada sábado. Hace apenas un par de meses el titular de Babelia se refería a la literatura chilena y la industria editorial del país en las últimas dos décadas, así como en otra ocasión han aparecido figuras del llamado nuevo “Boom” latinoamericano. Todo esto es parte de una línea editorial que se propone preservar la cultura por sobre cualquier eventualidad y en ella nuestro país siempre ha sido protagonista. Un aspecto muy relevante que debemos destacar, con relieves especiales, es la Edición para Iberoamérica –que llega a Chile a través de las páginas de La Tercera–, en la cual este Embajador ha tenido siempre las puertas abiertas para la reflexión en temas tan trascendentes como las relaciones actuales entre Chile y España; la consolidación de la Alianza del Pacífico; el modelo de desarrollo chileno; alguna situación puntual que ha valido la pena comentar. Me comentaban directores de medios chilenos lo trascendente que es hacer reflexiones en El País, y cómo eso tiene una inmediata repercusión en todo el mundo de habla hispana. Nuestro homenajeado. Premio Nacional de Periodismo, Medalla a la Libertad de Expresión, miembro de la Real Academia Española, entre muchos reconocimientos es, para el orgullo de Chile, un digno merecedor de la más alta distinción que puede otorgar nuestro país a un ciudadano extranjero, y de allí que, para quienes estamos finalizando nuestra Misión en España que ya alcanza a cerca de cuatro años, es una oportunidad para agradecer a esta gran Nación la acogida y el afecto recibido. Procedemos, entonces, a distinguir con la condecoración de la Orden Bernardo O’Higgins en el Grado de Gran Oficial a don Juan Luis Cebrián Echarrri. ¡Felicitaciones y Muchas Gracias! Madrid, 9 de enero de 2014