INTERVENCION CAMBIARIA El debilitamiento del peso no implica una crisis económica, como a algunos medios y personas desorientadas o desorientadoras les gusta difundir, aunque requería un posicionamiento oficial. Las autoridades financieras aprovecharon el marco de la convención de los banqueros para expresar su opinión acerca del tema cambiario y lo hicieron bien. El Secretario de Hacienda no logró explayarse contundentemente. Hace tiempo que le ha costado afianzarse en el centro del escenario económico nacional, por la crisis de credibilidad que padece el gobierno. Según el más reciente sondeo de opinión pública de GEA–ISA, tres de cada diez mexicanos no le cree nada el Presidente Peña Nieto. Es difícil pensar que sus colaboradores cercanos tengan mejor calificación. Cada vez que el Secretario Videgaray asoma la cabeza, le tiran con fuerza. Esta vez fue el Wall Street Journal, cuestionando nuevamente la compra de la casa de Malinalco y generando una controversia si se adquirió o no con ventaja. Por su parte, el Gobernador del Banco de México fue claro y conciso sobre el asunto cambiario. Los banqueros centrales están entrenados a hablar poco y decir menos, excepto cuando las circunstancias ameritan otra forma. Así es mejor, ya que una opinión equivocada de su parte, o tergiversada por terceros, siempre puede ocasionar un corto circuito en los mercados financieros. Esta vez las opiniones de Banxico han sido claras y abundantes. En voz del Gobernador Carstens: “Diría que el peso al día de hoy está subvaluado”; “el tipo de cambio, al final del día, debe estar anclado por los fundamentos de la economía y la realidad es que si tenemos fundamentos fuertes”; “no descartaría una apreciación sustancial del peso”; “las reservas (internacionales), están ahí para que se usen cuando sea necesario y sólo pueden ser utilizadas para estabilizar un mercado cambiario”. Más clara, ni el agua. El banco central está incómodo con la devaluación que ha sufrido el peso --que como mencioné en mi pasada colaboración no refleja un problema de la economía mexicana, más bien es causada por fenómenos imputables a EUA (el incremento casi inminente de sus tasas de interés y la apreciación del dólar con relación al euro y el yen, entre otras monedas)-- y está dispuesto a intervenir en en el mercado cambiario para eliminar la subvaluación que el propio Gobernador de Banxico refiere. Fue oportuno el anuncio que el banco central vendería aproximadamente US $ 3,100 millones de dólares de sus reservas internacionales de aquí hasta junio. Dicha acción ya comenzó a generar los efectos deseados. En poco más de una semana, el dólar ha bajado 45 centavos. A veces los mercados son como los adolescentes, que enloquecen por momentos y necesitan una guía para recuperar la cordura. Carstens no dijo cuál sería un nivel normal para la paridad, sin embargo podría pensarse que es algo cercano al que tenía antes de que se desorbitaran el precio del petróleo, a la baja, y el dólar al alza, en comparación con otras monedas distintas del peso. Quizá algo entre $13.5 y $14 pesos por dólar sería razonable. Nadie sabe si los US $3,100 millones de dólares que venderá Banxico en el mercado cambiario serán suficientes para lograr dicho fin, pero no importa mucho ya que el banco central dispone de muchos más, producto de una acumulación continua de reservas internacionales por varios años. No hay que olvidar que entre 2009 y 2010, justo en la peor crisis internacional desde los 30´s del siglo pasado, el banco central inyectó discretamente poco más de US $31 mil millones de dólares al mercado cambiario y con ello la paridad peso-dólar se redujo de $14.7 a $11.7 en ese periodo. Esta vez no se requerirán tantas divisas para normalizar el mercado de divisas, solamente hay que darle tiempo al tiempo y los efectos al final serán los deseados. GEA Grupo de Economistas y Asociados