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Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
REGISTRO N° 2/2014
///la ciudad de Buenos Aires, a los
febrero
de
la
seis
del mes de
del año dos mil catorce, se reúne la Sala IV
Cámara
Federal
de
Casación
Penal
integrada
por
el
doctor Gustavo M. Hornos como Presidente, los doctores Juan
Carlos
Gemignani
asistidos
por
el
y
Mariano
Hernán
Secretario
Borinsky
actuante,
a
como
los
Vocales,
efectos
de
resolver los recursos de casación presentados a fs. 31/39 y
41/71 vta. de la presente causa Nro. 15.116 del registro de
esta Sala IV, caratulada: “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/
recurso de casación”; de la que RESULTA:
I. Que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de
Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la
causa nº 238 “J” de su registro, con fecha 20 de octubre de
2011 resolvió –en lo que aquí interesa–: “…I.– RECHAZA[R] las
nulidades planteadas por las defensas (arts. 167 inc. 2º;
168,
169;
170
C.P.P.N.);
(…)
III.–
CONDENA[R]
a
Alfredo
Daniel Repucci (…) a la pena de CUATRO AÑOS y CINCO MESES de
PRISIÓN,
multa
de
PESOS
QUINIENTOS;
accesorias
legales
y
costas, por considerarlo partícipe primario del delito de
transporte de estupefacientes, en concurso real con tenencia
simple de estupefacientes en carácter de autor (arts. 5º inc.
c, 14 primera parte de la ley 23737; 12, 29 inc. 3º, 40, 41,
45 y 55 del C.P.); (…) V. CONDENA[R] a Alcides Retamar (…) a
la pena de OCHO AÑOS DE PRISIÓN, multa de PESOS CINCO MIL;
accesorias legales y costas, por considerarlo organizador de
tráfico
de
estupefacientes
con
relación
a
dos
hechos
de
transporte de estupefacientes (art. 7 en función del art. 5
inc. c de la ley 23.737) en carácter de autor (arts. 12, 29
inc. 3º, 40, 41 y 45 del C.P.); VI. UNIFICA[R] la condena
impuesta en el punto V con la de CUATRO AÑOS y SEIS MESES DE
PRISIÓN dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal
Nro. 4 de San Martín provincia de Buenos Aires en la causa
nro. 2215, en la PENA ÚNICA de ONCE AÑOS DE PRISION (art. 58
del C.P.); VII.– CONDENA[R] a José Edelmiro Brito (…) a la
1
pena de UN AÑO DE PRISIÓN de ejecución condicional, multa de
PESOS
ONCE
CON
considerarlo
VEIN[TI]CINCO
autor
penalmente
CENTAVOS;
responsable
costas,
del
por
delito
de
tenencia simple de estupefacientes (art. 14 primer parte de
la ley 23.737; 26, 29 inc. 3º, 40, 41 y 45 del C.P.); (…)
IX.– CONDENA[R] a Mario Héctor Mansilla (…) a la pena (…) de
OCHO AÑOS DE PRISIÓN, multa de PESOS CINCO MIL; accesorias
legales y costas, por considerarlo organizador de tráfico de
estupefacientes con relación a dos hechos de transporte de
estupefacientes (art. 7 en función del art. 5 inc. c de la
ley 23.737) en carácter de autor (12, 29 inc. 3º, 40, 41 y 45
del C.P.). Declarándolo reincidente por segunda vez (art. 50
del C.P.); (…) XI. HACER SABER al Sr. Defensor Público, Dr.
Adolfo
Muschietti,
en
la
medida
en
que
los
hechos
que
invocara en su alegato, no han sido valorados de igual modo
por el Tribunal, corresponde no hacer lugar a la remisión de
testimonios
solicitada;
(…)
XV.–
[ABSTENERSE]
DE
REGULAR
HONORARIOS a las Defensas Públicas en virtud de que no se ha
demostrado que sus asistidos se encuentran económicamente en
condiciones para afrontar su costo…” (cfr. fs. 7541/7570 vta.
del principal).
II.
recursos
de
Que
contra
casación
la
dicha
defensa
sentencia
técnica
de
interpusieron
Mario
Héctor
Mansilla (cfr. fs. 31/39), doctor Guillermo A. Gowland, y el
Defensor Público Oficial doctor Adolfo Miguel Francisco José
Muschietti a fs. 41/71 vta., en representación de Alfredo
Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro Brito, los
que fueron concedidos por el tribunal a quo (cfr. fs. 72/75)
y
mantenidos
en
respectivamente;
esta
sin
instancia
adhesión
a
fs.
Fiscal
89
General
y
en
87,
esta
instancia.
III.
1)
Recurso
de
casación
interpuesto
por
la
defensa técnica de Mario Héctor Mansilla (fs. 31/39).
La defensa encarriló su recurso en ambos incisos
del art. 456 del C.P.P.N. y alegó:
A)
Nulidad
de
las
tareas
de
investigación
e
informes realizados por la Gendarmería Nacional relativos a
2
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
los residuos domiciliarios correspondientes al imputado José
Edelmiro Brito (informes de fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta.).
La defensa sostuvo que no se dio cumplimiento con
lo dispuesto por los arts. 138 y 139 del C.P.P.N. en los
informes de fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta. Puso de resalto que
de
dichos
informes
se
extrajo
prueba
relevante
para
la
investigación, ya que dieron cuenta de la conexión entre José
Edelmiro Brito, su mujer y Carlos Alberto Berdún. Agregó que
dicha conexión permitió individualizar a las demás personas
que fueron sometidas a proceso, entre las que se encuentra su
asistido Mansilla. Citó jurisprudencia y doctrina en apoyo a
su postura.
B)
Arbitraria
valoración
probatoria
y
errónea
aplicación de la ley sustantiva.
La
escogida
defensa
por
estupefacientes)
el
entendió
a
no
quo
se
que
la
calificación
(organización
compadece
con
el
de
plexo
legal
tráfico
de
probatorio
acumulado en el debate. Sostuvo que no existe prueba que
corrobore los indicios que surgen de las escuchas telefónicas
que fueron valoradas por el tribunal para atribuirle dicha
calificación a su asistido. Expresó que en el fallo no se
especifican los roles y tareas de cada imputado y que se le
da
fuerza
probatoria
a
los
dichos
del
arrepentido
Carlos
Alberto Berdún, los que tampoco se encuentran corroborados
por otros elementos de juicio.
En esa misma línea, dijo que no hay prueba que
acredite que Mario Héctor Mansilla haya organizado junto con
Alcides Retamar los transportes de sustancias estupefacientes
que se les reprochan. Sostuvo que, a lo sumo, la calificación
legal que podría atribuírsele a Mario Héctor Mansilla es la
de autor mediato del delito de transporte de estupefacientes,
por lo que así solicitó que se case la sentencia.
En consecuencia, solicitó que se revoque el punto I
del fallo recurrido, se haga lugar al planteo de nulidad y se
absuelva a Mario Héctor Mansilla.
Hizo reserva del caso federal.
2) Recurso de casación interpuesto por la defensa
3
oficial de Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José
Edelmiro Brito (fs. 41/71 vta.).
La recurrente encarriló su recurso en ambos incisos
del art. 456 del C.P.P.N.
A)
Nulidad
por
falta
de
requerimiento
de
instrucción Fiscal y por delegación de la instrucción en el
Ministerio Público Fiscal.
En primer lugar, sostuvo que no hubo requerimiento
de instrucción –art. 180 y 188 C.P.P.N.– y se agravió del
significado que se le pretende asignar al acta de fs. 1 como
noticia criminis. En segundo lugar, alegó que la delegación
de
la
investigación
al
Fiscal
fue
decidida
por
una
vía
impropia y tardía, y que se desarrolló sin control judicial.
Discrepó con los argumentos esgrimidos por el a quo y dijo
que no se puede relativizar la transgresión de la división de
poderes y el principio acusatorio. Señaló que la identidad
del imputado se conoció desde el mismo inicio de la causa y
que
dicha
circunstancia
impedía
que
el
juez
delegue
la
instrucción de la causa al Agente Fiscal en los términos del
art. 196 bis del C.P.P.N.
B)
Nulidad
de
las
tareas
de
investigación
e
informes realizados por la Gendarmería Nacional relativos a
los residuos domiciliarios correspondientes al imputado José
Edelmiro Brito (informes de fs. 93/94 vta. y 416).
Al
respecto,
expresó
que
dicho
planteo
fue
presentado como una cuestión preliminar al debate, y que el
tribunal al diferir su análisis –al momento del dictado de la
sentencia– menoscabó los derechos de la defensa.
Además, sostuvo que los tres jueces al expedirse
sobre la cuestión no conformaron mayoría de fundamentos, por
lo cual solicitó la nulidad del decisorio en este sentido.
Asimismo, el recurrente alegó el incumplimiento de
las reglas de los arts. 138, 139 y 140 del C.P.P.N., puesto
que lo allí obtenido por el personal preventor no fue mera
información, sino prueba y tal diferencia es sustancial a la
hora de decidir.
Resaltó que lo que se ataca es la incorporación a
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Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
la causa de elementos probatorios que no fueron obtenidos con
las formas que la ley establece. El recurrente señaló que
jamás se comunicó el secuestro al juez ni se labraron las
actas
que
documentaran
este
acontecer
para
su
control,
precisando personas intervinientes, motivos de la ausencia de
testigos, detalle de objetos, efectos o elementos de interés
obtenidos en cada acto.
C)
Nulidad del alegato Fiscal.
La
defensa
postuló
la
nulidad
del
alegato
del
Fiscal de juicio por falta de descripción de circunstancias
de tiempo, modo y lugar del hecho de organización de tráfico
de estupefacientes que se le imputó a Retamar.
Explicó que la acusación fue confusa por la falta
de
descripción
del
hecho
y
de
la
actividad
y
de
roles
atribuidos a cada uno de los imputados, y –específicamente–
se refirió a la situación de su defendido Alcides Retamar.
Asimismo, puso de resalto las incongruencias que, a
su
entender,
registró
el
alegato
Fiscal.
Expresó
que
la
acusación confundió en todo momento los términos de organizar
y financiar.
Hizo hincapié a su vez en el déficit probatorio de
la acusación fiscal para tener por acreditada la conducta que
se
le
achaca
a
su
defendido
e
invocó
una
violación
al
principio de oralidad, por haber el Fiscal de juicio leído
parte de su alegato.
Por otra parte, sostuvo que correspondía declarar
la
nulidad
de
la
acusación
Fiscal
por
cuanto
violó
el
principio de igualdad de las partes, pues el representante
del Ministerio Público Fiscal hizo una discriminación entre
un imputado al que siempre quiso beneficiar (el arrepentido
Carlos Alberto Berdún) y sus otros consortes de causa (Mario
Héctor Mansilla y Alcides Retamar).
D)
Nulidad
de
la
sentencia
por
falta
de
fundamentación respecto de los puntos dispositivos XI y XV.
La
defensa
alegó
que
deben
descalificarse
las
conclusiones a las que se arribó en la sentencia en los
puntos XI y XV del veredicto. Particularmente, con relación
5
al punto dispositivo XI, por el cual se dispuso no hacer
lugar
a
defensa
la
extracción
–por
la
de
testimonios
presunta
comisión
solicitada
de
los
por
la
delitos
de
incumplimiento de los deberes de funcionario público respecto
del personal preventor que intervino: en los informes de fs.
93/94 vta. y 416/vta. y en el allanamiento del domicilio de
Repucci;
Mariano
y
por
Espil
el
Di
presunto
Rocco–,
falso
se
testimonio
agravió
con
del
testigo
relación
a
la
fundamentación del a quo al resolver en sentido contrario a
lo
solicitado
por
la
defensa.
Con
relación
al
punto
dispositivo XV criticó que no se haya considerado acreditado
que los imputados (Gutiérrez y Brito) pudieran afrontar el
costo de la defensa.
E)
Agravios relativos a José Edelmiro Brito.
En primer lugar, la defensa sostuvo que el hecho
por el que fue llevado a juicio José Edelmiro Brito encuadra
dentro de la figura prevista en el art. 14, segundo párrafo,
de
la
ley
23.737
y,
consecuentemente,
consideró
que
correspondía absolverse a su asistido por aplicación de la
doctrina de “Arriola” de la C.S.J.N.
La recurrente agregó que no fueron considerados por
el a quo el informe de salud de José Edelmiro Brito y la
adicción a las drogas a la cual el nombrado hizo referencia
en su indagatoria.
En la misma dirección, la impugnante expresó que la
droga fue secuestrada en el domicilio de José Edelmiro Brito,
y
que
la
circunstancia
de
haber
sido
incautado
el
estupefaciente en el interior de la pata de una silla rota,
deja entrever que José Edelmiro Brito se ha guiado por el fin
de resguardar al máximo su conducta antisocial, ocultando la
droga de terceros y de algunos miembros de su intimidad.
Agregó que la sustancia hallada en su domicilio presentaba
signos de haber estado allí desde hace mucho tiempo, lo que
permite
deducir
entonces
su
destino
inequívoco
para
el
consumo.
Señaló que los sucesos a los que aludió el a quo
para fundar la calificación legal del hecho no integraron el
6
Cámara Federal de Casación Penal
supuesto
fáctico
que
se
le
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
endilgó
al
nombrado
en
la
acusación.
Asimismo,
la
defensa
sostuvo
que
no
corresponde
valorar los aspectos de la conducta que se le imputaba a la
señora
Graciela
Mabel
González
(pareja
de
José
Edelmiro
Brito) en tanto ella no ha sido parte en el juicio oral (por
habérsele suspendido el juicio a prueba a su favor en los
términos del art. 76 bis y ter del C.P.), y que tampoco
corresponde traer a la audiencia los dichos de la nombrada en
forma de testigo. Señaló que el tribunal de origen valoró
algunos aspectos de la conducta de González sin considerar
sus
descargos
o
explicaciones
en
torno
al
hecho
que
en
definitiva se le imputó a su pareja.
Por otra parte, la defensa invocó la presunción de
inocencia
y
el
principio
“favor
rei”
como
elemento
determinante en la calificación del hecho bajo el segundo
párrafo del art. 14 de la ley 23.737.
F)
Agravios relativos a Alcides Retamar.
Alegó un déficit probatorio en orden a acreditar
los hechos reprochados a su asistido. Señaló que no existen
escuchas telefónicas en las cuales Alcides Retamar aluda a
tomar intervención en la obtención de la droga transportada,
aporte
dinero
o
estupefacientes.
“estructuras”
Sostuvo
que
para
en
el
las
tráfico
de
conversaciones
telefónicas sólo se menciona a una persona a la que apodan el
viejo, sin que se hubiera podido determinar que dicha persona
resulte
Alcides
Retamar.
Expresó
que
de
las
escuchas
telefónicas valoradas por el a quo sólo dan cuenta de que
Alcides Retamar asistió a la esposa de su amigo detenido
(Carlos Alberto Berdún) o que conversaba con Mario Héctor
Mansilla sobre la detención del nombrado Berdún.
Resaltó
que
solamente
la
declaración
de
Carlos
Alberto Berdún en los términos del art. 29 ter de la ley
23.737 vincula a Alcides Retamar con la actividad ilícita
investigada
iniciales
y
de
que
su
si
bien
intervención,
pudieron
las
mismas
corroboradas por pruebas durante el debate.
7
existir
no
sospechas
se
vieron
La
defensa
sostuvo
que
la
situación
de
Alcides
Retamar fue tratada en forma conjunta con la de Mario Héctor
Mansilla
y
que,
en
función
de
ello,
se
asimilaron
las
situaciones de los nombrados, estableciéndose la intervención
de Alcides Retamar en los hechos investigados –por analogía a
la de Mario Héctor Mansilla– sin referencia directa a su
conducta.
Asimismo, la recurrente se agravió con relación a
la pena impuesta a Alcides Retamar. Señaló que el a quo, al
individualizar
recurrió
la
sanción
analógicamente
a
penal
la
asignada
situación
al
de
nombrado,
Mario
Héctor
Mansilla, sin aludir a sus condiciones personales y que el
monto
punitivo
designado
por
el
a
quo
sólo
fue
para
justificar su prolongada detención. Finalmente, criticó el
monto de la pena única impuesta a Retamar y alegó que la
misma es mayor a la que se le asignó a su consorte de causa
Mansilla, quien fue declarado reincidente por segunda vez.
Citó jurisprudencia.
G)
Agravios relativos a Alfredo Daniel Repucci.
La defensa señaló que la participación primaria que
se le endilga a Alfredo Daniel Repucci en el transporte de
estupefacientes en cabeza de Facundo Matías Gutiérrez debe
ser entendida como un aporte individual y de ayuda a otro que
encuadra en la figura del confabulador prevista en el art. 29
bis de la ley 23.737 o, en su caso, como partícipe secundario
del referido hecho de transporte. Señaló que Alfredo Daniel
Repucci sólo efectuó un aporte de presentación o acercamiento
entre quien requería una persona y otro que estaba dispuesto
a hacer lo requerido.
Agregó
Repucci
que
–consistente
el
en
ofrecimiento
recuperar
de
los
Alfredo
Daniel
estupefacientes
abandonados por Facundo Matías Gutiérrez en el micro– es un
acto que no tuvo principio de ejecución y que lo que ofreció
hacer era una acción imposible –de peligro inexistente– en
tanto el material estupefaciente se encontraba en poder del
juez.
Con
relación
a
la
tenencia
8
de
las
sustancias
Cámara Federal de Casación Penal
estupefacientes
secuestradas
en
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
su
domicilio
particular,
entendió que el fallo también carece de fundamentos. Señaló
que
se
omitió
considerar
las
condiciones
en
las
que
fue
realizado el allanamiento y el secuestro de la sustancia. La
defensa
relevó
ciertas
circunstancias
que
no
fueron
descriptas en el acta respectiva, y señaló que no se han
hecho
salvedades
para
descartar
que
la
droga
haya
sido
colocada en el lugar por un tercero.
Finalmente, solicitó que se revoque la sentencia en
todo
cuanto
es
motivo
de
agravio,
que
se
regulen
los
honorarios requeridos por la Defensoría Pública Oficial y que
se absuelvan a sus defendidos de los hechos por los que
fueron condenados.
Hizo reserva del caso federal.
IV. Que en el término de oficina, se presentó el
Fiscal General ante esta instancia, doctor Ricardo Gustavo
Wechsler,
quien
solicitó
fundadamente
el
rechazo
de
los
recursos de casación interpuestos (cfr. fs. 91/96).
V. Que a fs. 101/102 esta Sala IV C.F.C.P. declaró
abstracto el tratamiento de la cuestión traída a estudio en
el recurso de casación interpuesto a fs. 41/71 vta. “respecto
del punto dispositivo XV de la resolución recurrida en cuanto
dispuso abstenerse de regular honorarios (…) en relación a
Facundo Matías Gutiérrez”.
VI. Que con motivo de la audiencia fijada a los
efectos previstos por los arts. 465, último párrafo y 468 del
C.P.P.N.,
la
doctora
Eleonora
Devoto,
Defensora
Pública
Oficial, presentó breves notas (cfr. fs. 136/140 y 141).
En dicha oportunidad, la doctora Eleonora Devoto
planteó la nulidad de las actuaciones obrantes a fs. 11 y 12
y de lo actuado en consecuencia. En lo sustancial, señaló que
la designación y actuación del doctor Juan Manuel Troitiño y
del
doctor
Diego
Gastón
Fernández
Pezzano,
en
calidad
de
Fiscales Federales Ad-Hoc, no respetó la normativa aplicable
al caso y que dichas designaciones han sido en desmedro del
orden de la lista de abogados confeccionada de conformidad
con
la
Resolución
PGN
35/98.
9
Cuestionó
que
el
doctor
Fernández Pezzano asuma el cargo sin cumplir con el juramento
que dispone el art. 8 de la ley 24.946.
Asimismo, puso de resalto que la excusación del
doctor Troitiño no respetó el trámite de rigor (art. 71 del
C.P.P.N.), y que dicho acto procesal (fs. 11) y la aceptación
del cargo del doctor Fernández Pezzano de fs. 12 carecen de
la firma del correspondiente Secretario (art. 140 C.P.P.N.),
por lo que propició la nulidad de dichas actuaciones.
Por
solicitó
que
lo
se
expuesto,
haga
la
lugar
doctora
al
planteo
Eleonora
de
Devoto
nulidad
y
se
disponga la absolución de sus defendidos; en subsidio, se
haga lugar a los agravios expuestos en el recurso de casación
interpuesto y se proceda según allí se solicita. Hizo reserva
del caso federal.
VII. Superado el término de oficina y la audiencia
de informes prevista en los arts. 465, último párrafo y 468
del
C.P.P.N.
(cfr.
fs.
141),
quedaron
las
actuaciones
en
estado de ser resueltas. Que efectuado el sorteo de ley para
que los señores jueces emitan su voto, resultó el siguiente
orden sucesivo de votación: doctor Mariano Hernán Borinsky,
Juan Carlos Gemignani y Gustavo M. Hornos.
El señor juez doctor Mariano Hernán Borinsky dijo:
I. Liminarmente, por cuestiones de orden lógico, y
en tanto resultan agravios comunes de las partes recurrentes,
habré de tratar las nulidades planteadas por las defensas.
1)
Nulidad
de
las
actuaciones
por
falta
de
requerimiento de instrucción del Fiscal y por delegación de
la investigación en el Ministerio Público Fiscal.
En
primer
término,
cabe
tratar
el
agravio
del
Defensor Oficial que asiste técnicamente a Alfredo Daniel
Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro Brito, referido a
que el acto que dio inicio a estas actuaciones (fs. 1 y vta.)
no constituye una ‘noticia criminis’ sino una denuncia. Al
respecto, contrariamente a lo alegado por el impugnante, he
de
señalar
que
el
acto
de
fs.
1
y
vta.
constituye
una
‘noticia criminis’ que habilita la investigación que ejecutó
el Ministerio Público Fiscal del hecho anoticiado en estas
10
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
actuaciones.
Ello es así, por cuanto conforme surge de fs. 1 y
vta., dos personas que no quisieron identificarse por temor a
que se afecte su integridad física y la de sus familiares,
comparecieron ante el Juzgado Federal de Primera Instancia de
Ushuaia y manifestaron que “’una persona que vive en la tira
26
del
Barrio
Monte
Gallinero
de
apellido
Britos’
(…)
ocultaría [en dicho domicilio] en el interior de las patas de
una mesa, bolsas fraccionadas con cocaína, como así también
en
la
cocina
de
su
casa.
Asimismo
dicha
persona
también
tendría sustancias estupefacientes en un domicilio ubicado en
la calle Sánchez Caballero (…) y que [el] local de venta de
ropa de la calle Kuanip, denominado ‘Tu estilo’, frente al
comercio
de
‘Rumbo
Sur’,
sería
también
utilizado
para
la
comercialización de dichas sustancias”. Dicha información fue
documentada por disposición del juez ante los Secretarios
actuantes (cfr. fs. 1 y vta.).
De la lectura de dicha acta, se aprecia que los
datos aportados por las personas que comparecieron al Juzgado
Federal de Primera Instancia de Ushuaia dando cuenta de la
existencia
de
un
hecho
que,
en
principio,
constituiría
delito, ingresa en el concepto de “información” que comprende
–según
el
diccionario
de
la
Real
Academia
Española–
la
“…comunicación o adquisición de conocimientos que permiten
ampliar
o
precisar
los
que
se
poseen
sobre
una
materia
determinada”. De acuerdo con esta distinción, la ‘notitia
criminis’ aportada por un informante anónimo tan solo provee
de una hipótesis delictiva la cual debe ser confirmada o
desmentida mediante los elementos de prueba que eventualmente
se reúnan en la investigación iniciada a partir de aquel
anoticiamiento (cfr. C.F.C.P., Sala IV in re: “NACUSSE, Jesús
Aldo R. y otros s/recurso de casación”, causa N° 14.328, reg.
2227/12, rta. 19/11/2012).
En
segundo
lugar,
con
relación
a
los
agravios
traídos a estudio referidos a la supuesta actuación oficiosa
por parte del juez de instrucción, resulta de aplicación al
caso, “mutatis mutandis”, lo expuesto por el suscripto en las
11
causas “Del Valle Gómez, Dominga s/recurso de casación” –
causa Nro. 14.063, reg. Nro. 1895.4, rta. el 15/10/12–, y
“Torrico Barrientos, Peter Raúl s/recurso de casación” –causa
Nro. 10911, reg. Nro. 178/12.4, rta. 28/02/2012 y sus citas–,
ambas del registro de esta Sala IV de la C.F.C.P. En dichos
precedentes sostuve que el Código Procesal Penal de la Nación
en su artículo 195 prevé como actos promotores de la acción
penal al requerimiento de instrucción Fiscal (art. 180 y 188
C.P.P.N.) o a la prevención o información policial, siendo
éstas las formas en que puede iniciarse la instrucción. Y que
la “prevención” implica una pesquisa documentada a través de
actas; e “información” es el mero anoticiamiento de un hecho
que constituye prima facie un delito.
En el mismo sentido, indiqué que desde la reforma
constitucional de 1994, el titular de la acción penal en los
delitos de acción pública es el Ministerio Público Fiscal
(art. 120 de la C.N. y arts. 1 y 25, inc. “c” de la ley
24.946).
Dichas
disposiciones
legales
no
resultan
incompatibles con lo dispuesto por el Código Procesal Penal
de la Nación en su artículo 195, en cuanto esta última norma,
prevé
como
actos
promotores
de
la
acción
penal
a
la
requisitoria fiscal o a la prevención o información policial,
siendo
éstas
las
formas
en
que
puede
ser
iniciada
la
instrucción.
Asimismo,
consideré
que
el
requerimiento
de
instrucción por parte del fiscal procede cuando la denuncia
de un delito de acción pública se formule directamente ante
el magistrado o las fuerzas de seguridad, siempre que aquél
no decidiera hacer uso de la facultad que le acuerda el
primer
párrafo
del
artículo
196
(arts.
180
y
188
del
C.P.P.N.). Ello como consecuencia del principio “ne procedat
iudex ex officio” (cfr. causas “Del Valle Gómez” y “Torrico
Barrientos” citadas ut supra).
Bajo dichas premisas, que resultan de aplicación al
caso traído en revisión, se advierte que el inicio de la
presente causa no constituyó una actuación oficiosa del juez
de instrucción. Ello es así por cuanto, ante la información
12
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
de la posible comisión de un delito que fue suministrada por
dos
personas
que
no
se
identificaron
por
temor
a
sus
integridades físicas y la de sus familias, el magistrado de
grado documentó la misma (cfr. fs. 1 y vta.) y, sin otro
trámite, remitió el legajo a conocimiento del Agente Fiscal
para que proceda a su investigación (cfr. fs. 2).
En consecuencia, cabe concluir que la dirección de
la
investigación
inicio–
en
de
manos
realización
de
la
del
tareas
presente
Agente
causa
Fiscal,
investigativas
estuvo
quien
a
–desde
su
encomendó
la
personal
de
la
Gendarmería Nacional Argentina, practicando diversas medidas
de prueba dentro de sus facultades, dándole la pertinente
intervención al juez de grado en numerosas oportunidades –a
los efectos de que se dispongan allanamientos, intervenciones
telefónicas, etc.–, y solicitándole luego, a medida que la
hipótesis delictiva se ampliaba y cobraba verosimilitud, las
indagatorias de cada imputado y sus respectivas detenciones –
salvo el caso de Carlos Alberto Berdún, cuya detención se
produjo
por
el
accionar
directo
de
la
prevención,
cuya
legalidad no se encuentra controvertida en esta instancia–.
Por ello, le asiste razón al a quo en cuanto a que
“…en
lo
que
a
la
legalidad
del
proceso
importa,
(…)
la
pesquisa fue efectivamente dirigida [desde el comienzo de la
investigación] por el titular de la acción penal, quien la
ejerció
en
el
Ministerio,
marco
y
de
con
las
atribuciones
prescindencia
propias
del
de
su
requerimiento
instructorio reclamado por las Defensas, acto que resulta
exigible en la etapa instructoria cuando es el juez quien ha
de
dirigir
la
investigación,
y
en
tanto
le
está
vedado
proceder de oficio (ne procedat iudex ex officio)…”.
Por ende, cabe concluir que la defensa no logró
demostrar
en
esta
instancia
que
el
desarrollo
de
la
investigación haya constituido una violación al principio “ne
procedat iudex ex officio”.
Finalmente, con respecto a las críticas que formula
la
defensa
produjo
la
en
lo
relativo
delegación
de
a
la
13
los
términos
en
investigación
en
los
que
cabeza
se
del
Ministerio Público Fiscal (primero en los términos del art.
196 bis –cfr. fs. 2– y luego de acuerdo al art. 196, primer
párrafo, ambos del C.P.P.N. –cfr. fs. 30–), he de señalar que
la recurrente no ha logrado demostrar en esta instancia que
la delegación de la instrucción que cuestiona haya comportado
perjuicio alguno a los intereses de la defensa.
En
consecuencia,
el
agravio
que
presenta
el
recurrente resulta ser meramente formal y, por lo tanto, el
mismo
no
puede
declaración
concreto
prosperar.
de
para
nulidad
alguna
de
Ello
es
procesal
las
así,
toda
requiere
partes,
pues
vez
un
no
que
la
perjuicio
procede
su
declaración en el sólo interés del formal cumplimiento de la
ley (Fallos: 298:312), resultando inaceptable en el ámbito
del derecho procesal la declaración de la nulidad por la
nulidad misma (Fallos: 322:507), por lo cual corresponde el
rechazo de las críticas efectuadas en ese sentido.
2) Nulidad vinculada con la intervención de los
representantes del Ministerio Público Fiscal, doctores Juan
Manuel Troitiño y Diego Gastón Fernández Pezzano.
Que la defensa oficial presentó las breves notas
agregadas
a
fs.
136/140,
en
cuya
oportunidad,
en
lo
sustancial, cuestionó la designación y actuación del doctor
Juan
Manuel
Troitiño
y
del
doctor
Diego
Gastón
Fernández
Pezzano, en calidad de Fiscales Federales Ad-Hoc. Señaló que
se desconoce el método por el cual el doctor Troitiño fue
designado como Fiscal Federal Ad-Hoc, cuestionando a su vez
la legitimación y facultad de éste para que –tras excusarse
de intervenir— designe directamente en su reemplazo al doctor
Fernández Pezzano, ambos abogados de la matrícula. En ese
sentido, señaló que dichas designaciones debieron al menos
ser “verificadas” y/o “autorizadas” por algún Magistrado en
funciones,
con
cargo
legalmente
instituido
y
mediando
un
control constante de las gestiones que desarrolle el Fiscal
Ad-Hoc.
Asimismo, sostuvo que pese a que tanto el doctor
Troitiño como el doctor Fernández Pezzano integraban la lista
de abogados confeccionada de conformidad con la Resolución
14
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
PGN 35/98, no se observó el orden de prelación de dicha
lista, en el cual en primer lugar se encontraba la doctora
Victoria
Mercedes
Pomeraniec.
A
su
vez,
cuestionó
que
el
doctor Fernández Pezzano asumió el cargo sin cumplir con el
juramento que dispone el art. 8 de la ley 24.946.
A criterio de la recurrente, dichas designaciones
no se compadecen con el régimen general previsto en el art.
11 de la ley 24.946 (B.O. 23/03/98), ni con la normativa
reglamentaria establecida (resoluciones PGN 13/98 y 35/98),
puesto que ninguna de dichas disposiciones contempla como
alternativa –aún como vía de excepción— la selección directa
de abogados particulares “en el cargo de Magistrado vacante
del Ministerio Público”.
A su vez, puso de resalto que la excusación del
doctor Troitiño no respetó el trámite de rigor (art. 71 del
C.P.P.N.), y que las piezas procesales obrantes a fs. 11
(nota de excusación del doctor Troitiño) y fs. 12 (aceptación
del cargo del doctor Fernández Pezzano) carecen de la firma
del
correspondiente
Secretario
que
otorga
fe
respecto
de
quien suscribe (art. 140 C.P.P.N.), por lo que propició la
nulidad de dichas actuaciones.
Reseñado ello, cabe señalar que la recurrente no
demostró el perjuicio concreto que le habría irrogado a sus
asistidos la concreta actuación de los doctores Juan Manuel
Troitiño
y
Diego
Gastón
Fernández
Pezzano
en
calidad
de
Fiscales Federales Ad-Hoc en estas actuaciones, máxime si se
tiene en cuenta que en relación al primero de los nombrados
la defensa admite que no tuvo intervención en el caso por
haberse excusado y que con relación al nombrado en segundo
lugar la recurrente ni siquiera ha precisado los concretos
actos
procesales
que
realizó
como
representante
del
Ministerio Público Fiscal.
En dichas circunstancias, se advierte la ausencia
de
demostración
relación
a
la
del
agravio
planteado
intervención
de
los
por
la
defensa
nombrados
en
con
estas
actuaciones, a lo que cabe añadir que en el caso de autos se
observa que –en lo sustancial— la actividad persecutoria del
15
Estado fue llevada a cabo por representantes del Ministerio
Público Fiscal que no fueron cuestionados por la defensa. En
ese sentido, cabe destacar que el impulso de la acción penal
–en el marco de la instrucción delegada en los términos del
art.
196
bis
del
C.P.P.N.—
concretado
con
la
orden
de
desarrollar tareas investigativas relacionadas con la noticia
criminis (cfr. fs. 4), el requerimiento de elevación a juicio
de las actuaciones (cfr. fs. 5744/5969), el ofrecimiento de
prueba (cfr. fs. 6833/6849 vta.) y el alegato acusatorio con
el correspondiente pedido de pena (cfr. fs. 7528/7534 vta. y
7548/7548
vta.)
Ministerio
fueron
Público
efectuadas
Fiscal,
cuya
por
representantes
legitimación
no
ha
del
sido
cuestionada en el sub examine.
En el particular caso de autos, se advierte que la
defensa no ha logrado demostrar que la actuación concreta de
los
doctores
Troitiño
y
Fernández
Pezzano
como
Fiscales
Federales Ad-Hoc haya comportado la alegada violación del
derecho de defensa en juicio y el debido proceso legal.
Al
respecto,
corresponde
destacar
la
doctrina
sentada por nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación,
en orden a que la declaración de nulidad procesal requiere un
perjuicio concreto para alguna de las partes, pues no procede
su declaración en el sólo interés del formal cumplimiento de
la
ley
(Fallos:
295:961;
298:312;
330:4549),
resultando
inaceptable en el ámbito del derecho procesal la declaración
de
la
nulidad
por
la
nulidad
misma
(Fallos:
303:554;
322:507).
En esa inteligencia, ya he tenido oportunidad de
pronunciarme en el sentido de que las nulidades tienen un
ámbito de aplicación restrictivo, no son un fin en sí mismas
pues se requiere la producción de un gravamen cierto que
lleve a justificar una decisión contraria a la adoptada en la
sentencia; de adverso, aún a despecho de su irregularidad, el
acto no puede ser invalidado en el solo beneficio de la ley
(conf. “Cuevas, Mauricio Isabelino s/ recurso de casación”,
cnº 14.447, reg. nº 30 15.972.4 del 12/11/11; “Paita, Ricardo
Alberto y otro s/ recurso de casación”, cnº 9538, reg. nº
16
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
755.4 del 17/05/12; “Lucas, José Andrés y otro s/ recurso de
casación”, cn° 14.943, reg. nº 848/12 del 24/05/12; “Rojas,
Isabel y otra s/ recurso de casación”, cnº 13.293, reg. nº
899/12 del 06/06/12 –todas del registro de la Sala IV de esta
C.F.C.P.—, entre otras).
Por
lo
demás,
dada
la
falta
de
demostración
de
perjuicio derivado de la concreta actuación de Troitiño y
Fernández Pezzano, deviene inoficioso el tratamiento de los
restantes
planteos
de
la
defensa
vinculados
al
trámite
y
presuntos vicios formales relacionados con la excusación de
Troitiño y la aceptación del cargo por Fernández Pezzano.
En virtud de lo expuesto, el planteo de nulidad en
examen no puede prosperar.
3) Nulidad del alegato del Fiscal con respecto a la
acusación que alcanza a Retamar y Mansilla.
Adelanto que el agravio introducido por la defensa
no tendrá acogida favorable en esta instancia.
No puede soslayarse que el agravio que plantea el
recurrente es una reedición del que alegara durante la etapa
de juicio, el cual mereció debida respuesta por parte del
colegiado de la instancia anterior. Ello así, por cuanto en
la sentencia se afirmó que “…la estructura del alegato y la
valoración
de
la
prueba,
justifiquen
la
declaración
tampoco
que
se
son
cuestiones
impetra
pues
el
que
acto
cumplido por la fiscalía satisface su cometido al precisar
puntualmente cuál es el hecho atribuido a cada uno de los
imputados, cómo sustenta su conclusión, cuál es la aplicación
legal que asigna y la pena que pide. Las deficiencias que el
Dr.
Muschietti
analizar
el
señala
fondo
serán
del
materia
asunto.
de
Las
tratamiento
al
deficiencias
o
discrepancias que existen en la valoración de la prueba, con
este
alcance,
tienen
suficiente
respuesta
en
la
decisión
final…” (cfr. fs. 7549 vta.).
Por lo demás, de la lectura del acta de debate
(cfr. fs. 7528/7534 vta.), se aprecia que el Fiscal General
ha concretado su alegato acusatorio, efectuando una correcta
evaluación
del
material
probatorio
17
incorporado
al
debate,
tratando
particularmente
imputado,
señalando
resultas
del
juicio
la
los
situación
hechos
oral.
que
Asimismo,
procesal
consideró
el
de
cada
probados
representante
a
del
Ministerio Público Fiscal precisó la imputación que estimó
acertada
con
respecto
a
cada
uno
de
los
inculpados,
postulando –con fundamentos– la calificación legal de los
hechos y solicitando pena privativa de la libertad para cada
uno de ellos.
Particularmente, con relación al agravio traído a
estudio,
el
señor
Fiscal
ha
expuesto
que
Mario
Héctor
Mansilla y Alcides Retamar han tenido un nivel protagónico en
los sucesos investigados, pues ellos eran quienes organizaban
y financiaban la actividad ilícita enjuiciada, la que según
ese Ministerio se venía desarrollando desde tiempo antes y se
siguió
desenvolviendo
pese
a
frustrados
intentos
de
transporte de estupefacientes.
La defensa no ha logrado demostrar que el alegato
del
Fiscal
General
de
la
instancia
anterior
carezca
de
claridad y detalles, a lo que cabe añadir que tampoco se
advierte que el requerimiento de elevación a juicio no cumpla
con los requisitos establecidos en el art. 347 del C.P.P.N.
En el debate, el Fiscal puntualizó que Alcides Retamar era
quien conseguía los estupefacientes y Mario Héctor Mansilla
quien se
encargaba
de
la
logística,
siendo
una
actividad
común el impartir directivas y realizar aportes económicos,
poniendo de resalto el proceder de la organización: como por
ejemplo
los
movimientos
migratorios
por
corto
tiempo,
importantes giros de dinero remitidos bajo identidad falsa
por
parte
de
la
esposa
de
José
Edelmiro
Brito
a
Carlos
Alberto Berdún, una mecánica común en comunicarse Berdún,
Brito, Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar desde y hacia
teléfonos que eran permanentemente sustituidos por otros y
llamadas telefónicas de Carlos Alberto Berdún y Mario Héctor
Mansilla a personas de Tierra del Fuego sospechadas de vender
estupefacientes. A su vez, el Fiscal hizo referencia a que
existía
una
comercializar
estructura
jerarquizada
estupefacientes,
18
y
que
con
la
la
finalidad
de
disponibilidad
de
Cámara Federal de Casación Penal
medios
materiales
no
sólo
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
abarcaba
el
costo
de
los
estupefacientes, sino también de vehículos, pago de pasajes y
teléfonos.
El Fiscal General citó las pruebas en las que apoyó
su posición, dando cuenta de las conductas de los acusados. A
modo de ejemplo, entre muchas otras, se refirió a los dos
hechos
de
transporte
fracasados
que
estuvieron
en
cabeza
Gutiérrez y Berdún (personas condenadas por transporte de
estupefacientes en la presente causa), citó una conversación
en la que Mario Héctor Mansilla expresaba que él y Alcides
Retamar habían perdido unos $100.000 por la interceptación de
la droga que habían enviado por intermedio de Carlos Alberto
Berdún
y
Facundo
Matías
Gutiérrez.
También
aludió
a
otra
conversación en la que Carlos Alberto Berdún se reportaba con
Alcides
Retamar
indicándole
su
ubicación.
Asimismo,
se
refirió a llamadas en las que Alcides Retamar le dijo a
Carlos Alberto Berdún que se tomara un vuelo y volviera, u
otras en las que se referían a sumas de dinero y contactos.
Citó las conversaciones mantenidas luego de la detención de
Carlos Alberto Berdún, y otras en las cuales planificaban
otro
nuevo
viaje
con
el
objetivo
de
transportar
estupefacientes.
En suma, analizadas las constancias de autos, cabe
señalar que la defensa no logró demostrar que el alegato del
Fiscal
General
al
cierre
del
debate
hubiera
resultado
incompleto o confuso para afectar el ejercicio del derecho de
defensa en juicio de los imputados (art. 18 C.N.).
A
distinguido
su
vez,
cabe
razonablemente
señalar
la
que
situación
la
de
fiscalía
Carlos
ha
Alberto
Berdún de la de los otros coimputados (considerándolo como un
arrepentido en los términos del art. 29 ter de la ley 23.737,
con otro nivel de protagonismo, a punto tal de señalar que
Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar eran sus “patrones”,
entre otras distinciones), por lo que en modo alguno puede
avalarse la violación al principio de igualdad que alegó la
defensa (art. 16 C.N.) sobre este aspecto.
Finalmente, con respecto a la supuesta violación al
19
principio
de
oralidad
que
invocó
la
parte
recurrente
corresponde estar a lo afirmado por el a quo en cuanto a que
“no ha existido una lectura de un memorial que quiebre la
pauta del art. 393 del C.P.P.N.”.
En virtud de lo expuesto, no se advierte violación
alguna a las garantías constitucionales invocadas (defensa en
juicio
y
principio
de
igualdad,
arts.
18
y
16
C.N.,
respectivamente). Los agravios traídos a estudio constituyen
una
reedición
de
los
recibieron
adecuada
rebatidos
en
consecuencia,
introducidos
respuesta
esta
por
instancia
corresponde
el
por
rechazar
la
en
a
el
debate,
quo,
el
y
no
que
fueron
recurrente.
alegada
En
nulidad
del
alegato fiscal –acusación– que se formuló contra Mansilla y
Retamar.
4) Nulidad referida a los procedimientos e informes
realizados
residuos
por
la
Gendarmería
domiciliarios
Nacional
correspondientes
relativos
al
a
imputado
los
José
Edelmiro Brito (informes de fs. 93/94 vta. y 416/vta.).
A fin de ingresar a los agravios traídos a estudio,
cabe señalar que los informes elaborados por la Gendarmería
Nacional –Escuadrón 44 de Ushuaia– (fs. 93/94 vta. y fs.
416/vta., incorporados al debate conforme surge del proveído
de fs. 6907/6921 y acta de fs. 7527 vta.–) dan cuenta de
seguimientos
y
“vigilancias
encubiertas”
efectuados
por
personal de dicha fuerza en el marco de la investigación de
la presente causa que estaba a cargo del Ministerio Público
Fiscal. En dichos informes, se documentó –entre otras cosas–
que
personal
de
dicha
fuerza
recolectó
los
residuos
que
habían sido dejados en lugares públicos por José Edelmiro
Brito,
y
se
detalló
la
información
que
surgía
de
los
elementos que allí fueron encontrados –constancias de giros
de
dinero,
telefonía
números
móvil,
de
entre
tarjetas
otros–
de
cargas
(cfr.
fs.
prepagas
93/94
vta.
de
y
416/vta.).
En
primer
lugar,
con
relación
al
agravio
de
la
defensa referido a que el tribunal difirió el tratamiento del
planteo de nulidad, he de señalar que el proceder del a quo
20
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
luce ajustado a lo dispuesto por el art. 377 C.P.P.N., a lo
que cabe añadir que la recurrente tampoco demostró en esta
instancia
que
la
postergación
–por
parte
del
a
quo–
del
análisis del planteo aludido hubiera afectado la garantía de
la defensa en juicio (art. 18 C.N.).
En segundo lugar, la recurrente alegó que, en lo
que hace a este planteo de nulidad, la sentencia carece de
mayoría sustancial de fundamentos.
El
agravio
que
presenta
la
defensa
debe
ser
analizado a la luz de las pautas fijadas por de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación (Fallos 308:139, 326:1885,
entre otros) en cuanto estableció que “[l]a contraposición
entre los argumentos de los jueces priva a la resolución de
aquello que debe constituir su esencia, es decir una unidad
lógico–jurídica,
cuya
validez
depende
no
sólo
de
que
la
mayoría convenga en lo atinente a la parte dispositiva, sino
que
también
ostente
una
sustancial
coincidencia
en
los
fundamentos que permitan llegar a una conclusión adoptada por
la mayoría absoluta de los miembros del tribunal”.
Bajo dichos parámetros, he de señalar que no le
asiste razón a la defensa. De la lectura de la sentencia
impugnada
doctor
surge
Roberto
propiciada
por
que
la
Mario
el
doctora
Spratt
doctor
Ana
han
Luis
María
D’Alessio
adherido
Alberto
a
la
Giménez,
y
el
solución
juez
que
lideró el Acuerdo y postuló el rechazo del planteo de nulidad
invocado por la defensa durante el juicio. En este sentido,
se
advierte
que
los
jueces
de
la
instancia
anterior
coincidieron sustancialmente en que la recolección –por parte
de
la
prevención–
Edelmiro
Brito
de
en
los
modo
residuos
alguno
domiciliarios
afectaron
los
de
José
derechos
constitucionales de intimidad y privacidad (arts. 18 y 19
C.N.) que alegó la defensa. A su vez, los doctores Giménez y
D’Alessio
compartieron
la
idea
de
que
los
informes
cuestionados no han constituido prueba directa, coincidiendo
con ello el Dr. Spratt, quien afirmó “en el análisis ex post
facto realizado en la instancia del Juicio, [el valor de
dichos
informes]
como
demostración
21
de
una
actividad
de
tráfico
de
estupefacientes
fundamentos,
los
correspondía
hacer
es
irrelevante”.
sentenciantes
lugar
a
la
Por
consideraron
nulidad
tales
que
planteada
por
no
la
defensa.
De lo expuesto, no se advierte ni la defensa logró
demostrar que la sentencia recurrida adolezca de ausencia de
mayoría
de
fundamentos
en
lo
relativo
al
rechazo
de
la
nulidad planteada por el recurrente, en los términos de la
C.S.J.N. reseñados ut supra (Fallos 308:139, 326:1885, entre
otros). En
ese
sentido,
cabe
señalar
que
las
precisiones
efectuadas por cada uno de los magistrados del tribunal oral
–en sus respectivos votos– no alteraron los fundamentos y las
conclusiones
comunes
que
fueron
compartidas,
por
lo
que
corresponde rechazar el agravio que presentó la defensa.
Dicho ello, sobre el fondo de la cuestión, comparto
las conclusiones a las que arribó el a quo en cuanto a que,
en el particular caso de autos, las tareas de investigación
llevadas a cabo por personal de la Gendarmería Nacional –
consistente en revisar los residuos domiciliarios de José
Edelmiro Brito dejados en la vía pública– no afectaron el
derecho a la privacidad e intimidad del imputado. Ello así,
por cuanto la conducta de Brito de dejar en un cesto público
sus
residuos
“razonable
domiciliarios
expectativa
implicó
de
su
renuncia
privacidad”
a
la
protegida
constitucionalmente sobre los elementos desechados por él. En
consecuencia, resulta acertado lo expuesto por el Dr. Giménez
en cuanto a que la revisación de las cosas abandonadas por
José Edelmiro Brito “no requería recaudos especiales”.
El
conocimiento
obtenido
y
documentado
por
el
personal de Gendarmería Nacional en los informes de fs. 93/94
vta. y fs. 416/vta., con motivo de la revisión de la basura
dejada por José Edelmiro Brito en la vía pública, no afectó
garantía constitucional alguna.
Ahora
incorporado
bien,
legalmente
la
la
recurrente
expresó
información
que
no
documentada
se
en
ha
los
informes obrantes fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta. en la medida
22
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
que no se observaron las solemnidades previstas en los arts.
138, 139, 140, 230 bis y 231 del C.P.P.N.
Con relación a ello, –como se refirió supra– de las
constancias agregadas a la causa surge que el personal de
Gendarmería
Nacional
que
investigativas
se
partir
informes
de
416/vta.,
los
el
elementos
limitó
resultado
que
intervino
a
dar
cuenta,
obrantes
de
fueron
en
a
dichas
las
tareas
fs.
particularmente
93/94
tareas,
encontrados
en
vta.
a
y
fs.
detallando
los
los
residuos
domiciliarios. Ello, con el propósito de que la información
recabada
sea
puesta
en
conocimiento
de
quien
conducía
la
investigación (Agente Fiscal), indicando a su vez las medidas
que
se
estimaban
pertinentes
para
profundizar
la
investigación.
La defensa se limita a alegar el incumplimiento de
las solemnidades previstas en los artículos 138, 139 y 140
del C.P.P.N. que no puede prosperar ni tiene entidad para
invalidar la actividad cumplida por los órganos de seguridad,
en tanto en dichos informes se dio cuenta de la información y
del conocimiento obtenido en la diligencia de investigación
llevada a cabo.
En consecuencia, contrariamente a lo alegado por la
defensa, no se observa que los informes de fs. 93/94 y fs.
416/vta.
constituyan
prueba
incorporada
a
la
causa
contrariando disposiciones legales.
El recurrente no ha logrado demostrar la alegada
violación al derecho de defensa en juicio (art. 18 C.N.).
Ello así, ni bien se advierte que la defensa contó con la
posibilidad
de
interrogar
y
hacer
interrogar
durante
el
juicio (art. 8.2.f C.A.D.H. y art. 14.3.e, P.I.D.C.yP.) a
quienes suscribieron los informes cuestionados y a los demás
integrantes
del
Procedimientos
Grupo
contra
Operativo
el
de
Investigaciones
Narcotráfico
(GOIP)
y
que
intervinieron en las tareas investigativas, controlando de
ese modo la prueba producida y valorada por el tribunal de
origen.
23
Por lo expuesto, corresponde rechazar la nulidad
que postuló la defensa.
II. Superadas las críticas tratadas en el acápite
anterior, corresponde analizar los agravios que alegan las
defensas con respecto a la acreditación de los hechos, el
juicio
de
responsabilidad
determinación
traída
en
de
la
pena
revisión.
penal,
que
Ello,
se
en
subsunción
legal
y
efectuó
en
la
sentencia
medida
de
los
agravios
la
planteados en cada caso en particular.
Agravios relativos a José Edelmiro Brito.
La
defensa
del
nombrado
no
cuestionó
la
materialidad del hecho ni la participación de su asistido en
el
mismo.
Su
agravio
se
centró
en
la
calificación
legal
definida en la sentencia para el hecho por el cual se condenó
a José Edelmiro Brito. La asistencia técnica del nombrado
entendió
que
correspondía
calificarse
el
hecho
como
constitutivo del delito de tenencia de estupefacientes para
consumo personal (art. 14, segunda parte de la ley 23.737) y
que, a partir de ello, correspondía aplicar la doctrina que
emerge del Fallo “Arriola” de la C.S.J.N.
Resulta pertinente recordar José Edelmiro Brito fue
juzgado
y
condenado
en
la
presente
causa
por
habérsele
secuestrado el 1/4/08 de su domicilio particular –sito en
Barrio
Monte
Gallinero,
Tira
26
“A”,
Depto.
1,
Ushuaia,
Tierra del Fuego– 5,27 grs. de cocaína en dos envoltorios de
nylon (equivalente a 9 dosis umbrales). Dicha sustancia fue
encontrada oculta en el interior de la pata de una mesa (cfr.
acta
de
fs.
1967/1978
y
peritaje
de
fs.
2318/2320,
incorporados por lectura al debate a fs. 7527 vta.).
Con
relación
a
la
crítica
introducida
por
la
defensa, el tribunal de origen dio acabada respuesta a la
misma. Ello es así, por cuanto se descartó que la tenencia
del
estupefaciente
Edelmiro
Brito
secuestrado
hubiese
estado
en
el
domicilio
destinada
a
de
su
José
consumo
personal.
Para ello, el a quo ponderó las declaraciones del
arrepentido
Carlos
Alberto
Berdún,
24
quien
manifestó
que
a
Cámara Federal de Casación Penal
pedido
de
Mario
Héctor
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
Mansilla,
él
le
entregaba
estupefacientes a José Edelmiro Brito –quien se domiciliaba
en la Tira 26 del Barrio Monte Gallinero, Ushuaia–, y que el
nombrado Brito –a los efectos de distribuir la mercadería–
trabajaba con personal policial del lugar (cfr. fs. 2248 y
fs. 3607/3609, incorporados por lectura al debate –cfr. fs.
7527 vta.–).
Asimismo,
a
los
fines
del
juicio
de
subsunción
legal, los magistrados sentenciantes tuvieron en cuenta la
existencia de numerosas comunicaciones; particularmente cabe
resaltar
las
utilizados
434/436,
existentes
por
fs.
Berdún
entre
y
455/459
por
e
los
Brito
abonados
(cfr.
impresiones
telefónicos
informes
de
fs.
de
fs.
492/495,
incorporados por lectura al debate –cfr. fs. 7527 vta.–).
También
consideraron
los
giros
de
dinero
enviados
por
Graciela Mabel González (pareja de José Edelmiro Brito) bajo
identidad falsa hacia Carlos Alberto Berdún, modalidad ésta
que denota el ocultamiento de la actividad ilícita que se
investigaba. Dichos envíos de dinero surgen del informe de
fs. 144/148 (incorporado por lectura al debate –cfr. fs. 7527
vta.–),
en
el
cual
consta
4
giros
de
dinero
–por
una
totalidad de $11.500– efectuados por Graciela Mabel González
bajo el nombre de “María Alejandra Paz” hacia Carlos Alberto
Berdún, por intermedio de “Western Union”, realizados entre
el 24/4/07 y 24/8/07.
En dichas condiciones, se aprecia que el juicio de
subsunción
legal
que
efectuó
el
tribunal
a
quo
sobre
la
conducta por la que fue llevado a juicio José Edelmiro Brito
(art. 14, primera parte de la ley 23.737), se efectuó con
suficiente
fundamentación,
observando
las
concretas
particularidades del caso y con sujeción a la calificación
jurídica que propició el Fiscal General en el debate.
Por lo demás, la alegada condición de consumidor de
estupefacientes de José Edelmiro Brito, resulta insuficiente
para modificar la calificación legal del hecho por el que
resultó condenado Brito. Ello así, por cuanto conforme lo
expuso el tribunal a quo, los informes médicos que se le
25
practicaron a Brito no dan cuenta de un consumo actual de
estupefacientes, los cuales se condicen con la imposibilidad
de consumir drogas por razones de salud que alegó el propio
imputado (cfr. fs. 4003/4005 del principal e informes de fs.
62 y 142/143 del “Cuaderno de prueba de la defensa sobre
informes médicos…”, todos incorporados por lectura al debate
–fs. 7527 vta./7528–).
Por lo expuesto, corresponde rechazar el recurso de
casación interpuesto por la defensa.
Agravios
relativos
a
Mario
Héctor
Mansilla
y
Alcides Retamar.
Al igual que lo hiciera el tribunal de origen, para
evitar
repeticiones
conjuntamente
las
innecesarias,
situaciones
habré
procesales
de
de
tratar
Mario
Héctor
Mansilla y Alcides Retamar en la medida que intervinieron en
los hechos imputados de manera conjunta. Los nombrados fueron
condenados por ser considerados organizadores de tráfico de
estupefacientes con relación a los dos hechos de transporte
de
estupefacientes
que
se
tuvieron
por
probados
en
las
presentes actuaciones (art. 7, en función del art. 5, inc.
“c”, de la ley 23.737), ambos en calidad de autores.
La
defensa
de
Mario
Héctor
Mansilla,
sintéticamente, sostuvo que no hay prueba que acredite que el
nombrado
haya
organizado
junto
con
Alcides
Retamar
los
transportes de sustancias estupefacientes que se le imputan.
Además, alegó que no se describieron las tareas que habrían
realizado cada uno de ellos y postuló, en todo caso, que
correspondería adoptar la calificación de autor mediato del
delito
de
transporte
de
estupefacientes.
Consecuentemente,
solicitó su absolución y, subsidiariamente, que se case la
sentencia con el alcance indicado.
La asistencia letrada de Alcides Retamar, sostuvo
que no se detallaron los roles que habrían desempeñado cada
uno
de
los
imputados
y
que
no
se
ha
demostrado
la
intervención de su asistido en los hechos investigados en
autos. Resaltó que solamente la declaración de Carlos Alberto
Berdún, prestada en los términos del art. 29 ter de la ley
26
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
23.737, vincula a Alcides Retamar con la actividad ilícita
investigada.
Además,
señaló
que
si
bien
en
un
principio
pudieron haber existido sospechas sobre la intervención de su
pupilo, las mismas no fueron corroboradas. Sostuvo que las
llamadas
que
se
registraron
en
autos
sólo
dan
cuenta
de
conversaciones mantenidas luego de la detención de Carlos
Alberto Berdún.
Adelanto
defensas
no
que
puede
las
críticas
prosperar.
Ello
efectuadas
así,
por
por
las
cuanto
la
sentencia recurrida se encuentra debidamente fundada y en la
misma se tuvo correctamente por acreditado –con el grado de
certeza que requiere una sentencia condenatoria– el hecho que
se le atribuye a Mansilla y Retamar y la responsabilidad
penal de los mismos.
En
efecto,
en
primer
lugar,
cabe
tratar
la
intervención de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar en el
transporte
de
estupefacientes
protagonizado
por
Carlos
Alberto Berdún. Resulta pertinente señalar que el tribunal
oral tuvo por acreditado que el 6 de noviembre de 2007 Carlos
Alberto
Berdún
mientras
fue
detenido
trasladaba
oculto
en
en
la
el
ruta
nacional
automóvil
nº
Peugeot
205
504,
dominio SPR–409, que conducía, 4,288 kgs. de clorhidrato de
cocaína y 9,139 kgs. de picadura de marihuana (acondicionada
y distribuida en distintas partes del vehículo). Cabe aclarar
que Carlos Alberto Berdún fue condenado en esta causa a la
pena de tres años y un mes de prisión, multa de $300 y
costas,
delito
por
de
considerarlo
transporte
de
autor
penalmente
estupefacientes,
responsable
agravado
por
del
la
intervención de tres o más personas en el hecho, en concurso
real con tenencia simple de estupefacientes (art. 5, inciso
“c”, art. 11, inciso “c”, art. 14, primera parte, y 29 ter de
la ley 23.737, y arts. 45 y 55 del C.P.). Dicha sentencia
condenatoria se encuentra firme (cfr. consentimiento prestado
por Carlos Alberto Berdún a fs. 7575).
Para vincular a Mario Héctor Mansilla y Alcides
Retamar en el evento reseñado, se reparó en las declaraciones
de Carlos Alberto Berdún incorporadas al debate (cfr. auto de
27
fs. 6907/6921 y lo puntualizado en el acta de debate a fs.
7464
y
a
fs.
7527
vta.),
quien
–en
su
condición
de
arrepentido– dijo que la droga que tenía y que secuestraron
en su poder pertenecía a Alcides Retamar –a quien lo llamaban
“el viejo”–. Expresó también que Alcides Retamar le ofrecía
viajes y que “la mercadería siempre era llevada al Sr. Mario
Héctor
Mansilla,
quien
dirigía
toda
la
operación
del
sur
argentino”. Acotó que Alcides Retamar siempre viajaba a esos
destinos –a la par que se concretaban los transportes de
estupefacientes por medio de transportes públicos– pero sólo
para realizar el cobro de los paquetes enviados. Asimismo,
refirió
que
Alcides
Retamar
le
proveía
la
droga
a
Mario
Héctor Mansilla (cfr. declaraciones obrantes a fs. 2246/2271,
incorporados
por
lectura
al
debate
–cfr.
auto
de
fs.
6907/6921 y lo puntualizado en el acta de debate a fs. 7464 y
a fs. 7527 vta.–).
El testimonio del arrepentido se vio corroborado
con los diálogos telefónicos –posteriores a la detención de
Carlos Alberto Berdún– entre Alcides Retamar, Mario Héctor
Mansilla y otros interlocutores. En ese sentido el a quo
ponderó
verificó
dichas
que
conversaciones,
Alcides
Retamar
a
través
y
Mario
de
las
Héctor
cuales
Mansilla
realizaban la actividad en conjunto, conectándolos con el
suceso protagonizado por Carlos Alberto Berdún –conforme éste
lo había expuesto–.
En ese sentido, se ponderó el llamado de Alcides
Retamar (‘el viejo’) en el cual le advirtió a Mario Héctor
Mansilla sobre la detención de Carlos Alberto Berdún (‘el
gordo’) y le pidió que “vaya hacia allá porque ‘parece que el
gordo
tuvo
problemas’
diciéndole
que
estaba
‘internado’”
(cfr. transcripciones de escuchas telefónicas mantenidas el
6/11/07
por
el
abonado
1011/1012, incorporadas
nº
por
02920643727,
lectura
al
obrante
debate
a
a
fs.
fs.
7527
vta.). Se tuvo por probado que en dicha conversación Mario
Héctor Mansilla hablaba con Alcides Retamar, afirmación que
fue sustentada en “las siguientes conversaciones que Mansilla
tiene desde su teléfono, en las que comenta que ‘el viejo’
28
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
(Retamar) acaba de avisarle que ‘el gordo’ ‘perdió’ (diálogo
identificado como nº 18); y cuando habla con Dani (Repucci) y
le explica (…) que ‘el gordo’ había tenido un accidente, para
finalmente
explicarle
que
había
sido
detenido
(‘cayó
en
cana’), refiriéndole también que había sido advertido por ‘el
viejo’. Allí le agrega que transportaba estupefacientes hacia
su lugar (‘venía con gilada para acá’)”. Dicha afirmación
encuentra
sustento
telefónicas
del
en
las
abonado
transcripciones
nº
02920643727
de
escuchas
obrantes
a
fs.
1012/1014, incorporadas por lectura al debate a fs. 7527 vta.
Asimismo, se reparó en otros diálogos telefónicos
que tuvieron como protagonistas a Mario Héctor Mansilla y
Alcides
Retamar
de
los
cuales
surge
que
éstos
se
habían
reunido y que hablaron con la mujer de Carlos Alberto Berdún,
Andrea
resaltó
Alagastino,
que
procurando
hablaron
de
la
tranquilizarla.
situación
de
El
Carlos
a
quo
Alberto
Berdún, y de lo que podía llegar a suceder en la causa, a la
vez que Andrea Alagastino le comentó del allanamiento en su
domicilio y de lo que encontraron allí. A su vez, el tribunal
resaltó
que
Alcides
Retamar
(‘el
viejo’)
le
mencionó
a
Alagastino que el abogado iba a sacar a Carlos Alberto Berdún
en quince días y le aseguraron que no la iban a dejar en
banda ni a ella ni a su hijo. Lo expuesto por el tribunal
encuentra sustento en las transcripciones de las escuchas
telefónicas
mantenidas
el
día
7/11/07
por
el
abonado
nº
02920–643727, las cuales fueron incorporadas al debate (cfr.
fs. 1027/1030 y fs. 7527 vta.).
El tribunal tuvo por probado que Alcides Retamar
era la persona a la cual aludían como “el viejo” en las
conversaciones
reseñadas.
Se
puso
de
resalto
que
dicha
circunstancia surge de la conversación referida en el párrafo
inmediato anterior, en la cual Andrea Alagastino se refirió a
su interlocutor como “Alcides”, el cual resulta ser el nombre
de pila de Retamar. A ello cabe adunar que, las declaraciones
efectuadas
en
calidad
de
arrepentido
por
Carlos
Alberto
Berdún (que fueron citadas ut supra), quien particularmente
puso de resalto que con dicho apodo (‘el viejo’) era conocido
29
Alcides Retamar.
En ese sentido, el a quo sostuvo también que “las
llamadas tanto por el reconocimiento parcial de las mismas
por parte del imputado Berdún, cuanto por los teléfonos de
los que provenían, en poder de los encartados, y por la
posterior confirmación en los hechos del contenido de las
mismas
permite
afirmar,
sin
hesitación,
que
provenían
de
organizadores
del
tráfico
de
Mansilla y Retamar”.
La
calidad
de
estupefacientes de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar,
también
se
ve
reflejado
en
las
conversaciones
del
8
de
noviembre de 2007, en las cuales se destaca la referencia que
hace Mario Héctor Mansilla (siempre con relación a Alcides
Retamar) en cuanto al negocio de estupefacientes que llevaba
a cabo con el nombrado al referir –siempre en modo plural–
que
perdieron
afrontar
como
–aportando
sesenta
‘una
mil
luca’
pesos
cada
y
que
uno–
debían
los
ahora
gastos
de
mantenimiento de la familia Berdún (‘es así, si está con
nosotros, tiene que estar con nosotros, el que está conmigo
yo lo voy atender hasta el final’), dando cuenta de esa
manera del vínculo que conformaban (en orden a los negocios
ilícitos que emprendían) y que la estructura funcional que
integraban se extendía incluso al soporte económico de la
familia de Berdún. En el marco de dicho diálogo Mario Héctor
Mansilla refirió que estaba con “el viejo” y comentó que
andaban
buscando
a
ambos.
Lo
considerado
por
el
tribunal
encuentra respaldo en las transcripciones de las escuchas
telefónicas mantenidas aquél día por el abonado nº 02920–
643727, las cuales fueron incorporadas al debate (cfr. fs.
1038/1041 vta. y fs. 7527 vta.).
A su vez, el a quo puso de resalto –como se señaló–
que Mario Héctor Mansilla se comunicó con 'el negro', con
quien compartió los pormenores de la detención de Berdún y a
quien le peticionó que a través de un abogado se averigüe más
sobre la investigación que se llevaba a cabo en el Juzgado
Federal de Ushuaia. En el marco de dicha charla le recordó su
nombre completo (‘soy Mario Héctor Mansilla Mario Héctor’); y
30
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
luego solicitó que el abogado averigüe por Alcides Retamar
(cfr. transcripciones obrantes a fs. 1057/1059, fs. 1071/1073
y fs. 1234/1236, incorporadas por lectura al debate –fs. 7527
vta.–).
Lo
expuesto,
valorado
en
conjunto,
resulta
suficiente para tener por acreditado, con el grado de certeza
que requiere una sentencia condenatoria, que el transporte de
estupefacientes protagonizado por Carlos Alberto Berdún fue
realizado bajo la dirección y organización de Mario Héctor
Mansilla y Alcides Retamar.
Por otra parte, cabe memorar que Facundo Matías
Gutiérrez
fue
sentencia
juzgado
y
condenado
condenatoria
consentimiento
prestado
se
por
en
esta
encuentra
el
imputado
causa
–cuya
firme
a fs.
(cfr.
7576)– por
haber transportado el día 14 de noviembre de 2007, en el
micro de la empresa Via–TAC, interno 9.609, dominio FQS–095,
176 tizas de cocaína –en una mochila negra y gris–, con un
peso
aproximado
de
2,66
kgs.
En
este
suceso
también
se
comprobó la intervención de Mario Héctor Mansilla y Alcides
Retamar en calidad de organizadores.
Para acreditar dicho extremo, el a quo valoró que a
pocos días de la detención de Carlos Alberto Berdún, el 9 de
noviembre de 2007, se registraron diálogos telefónicos entre
Mario Héctor Mansilla y Alfredo Daniel Repucci.
Destacó que en dichos diálogos telefónicos Mario
Héctor
Mansilla
intención
de
le
manifestó
concretar
a
otro
Alfredo
Daniel
nuevo
Repucci su
negocio
ilícito,
comentándole a su vez sobre la necesidad de conseguir una
persona
de
confianza
para
llevar
‘las
cosas’
(los
estupefacientes), refiriendo que se trataría de ‘un kilito
nomás’
llamada
debate
(cfr.
nº
transcripción
45,
conforme
obrantes
surge
de
del
a
fs.
fs.
cassette
nº
1082/1085
7527
vta.).
5,
lado
“B”,
incorporadas
En
ese
al
marco,
Alfredo Daniel Repucci (Dani) le dijo a Mario Héctor Mansilla
que
le
iba
a
conseguir
una
persona,
explicándole
que
se
trataba de ‘el gordo Facundo’ (Facundo Matías Gutiérrez),
quien ya había colaborado en otra oportunidad (yendo hasta
31
allá
abajo),
señalándole
también
que
le
iba
a
pagar
mil
pesos. Asimismo, en dicho diálogo acordaron que Mario Héctor
Mansilla pasaría a buscar a Facundo Matías Gutiérrez cuando
éste llegase a Bahía Blanca, y convinieron que se sacara un
pasaje hasta dicha ciudad, pues ello sería más seguro (cfr.
transcripción del cassette nº 5, lado “B”, llamada nº 54,
obrante a fs. 1087/1089, incorporada por lectura al debate a
fs. 7527 vta.).
Conforme surge de la conversación reseñada en el
párrafo inmediato anterior, el a quo también tuvo en cuenta
que Mario Héctor Mansilla le indicó a Alfredo Daniel Repucci
que ya había hablado con ‘el viejo’ (Alcides Retamar) y que
contaban
con
su
visto
participación
de
éste
bueno,
último
teniendo
en
la
por
acreditado
actividad
ilícita
la
que
desarrollaba en conjunto con el primero de los nombrados.
El
tribunal
oral
ponderó
a
su
vez
distintos
diálogos entre Alfredo Daniel Repucci y Mario Héctor Mansilla
en los cuales se ultimaban los detalles de la operación,
haciéndose hincapié, conforme surge de las transcripciones de
fs. 1240/1241, incorporadas por lectura al debate (fs. 7527
vta.), que “[e]l 13 de noviembre se concreta una llamada de
Mansilla a Repucci en la que le avisa que ya está listo, y le
da un horario: 3:45 hs. de la madrugada, le dice también el
nombre de la compañía de ómnibus: Vía Tac; y el destino:
Bahía Blanca”.
Luego,
conforme
surge
de
las
transcripciones
obrantes a fs. 1247/1252 (incorporadas por lectura al debate
–fs. 7527 vta.–), el tribunal ponderó que el día 14/11/07
Facundo
Matías
recriminándole
Gutiérrez
que
‘lo
llamó
a
mandaron
Mario
al
Héctor
muere’.
Mansilla
De
dichas
constancias surge que Facundo Matías Gutiérrez le explicó que
él se estaba por bajar en Bahía Blanca, pero al advertir la
presencia de personal de Gendarmería Nacional, retrocedió en
sus pasos y descartó la mochila en la parte trasera del
colectivo. Cabe señalar que, el personal preventor lo hizo
descender del ómnibus mas sólo le requisaron el equipaje que
estaba
en
la
bodega.
El
colectivo
32
siguió
su
rumbo
y
la
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
mochila con estupefacientes fue hallada por un pasajero, la
cual luego fue puesta a disposición de las autoridades de San
Antonio Oeste. La secuencia de todo lo sucedido se encuentra
acreditada por las coincidentes declaraciones prestadas en el
debate
por
los
pasajeros
del
colectivo,
su
chofer
y
el
personal preventor interviniente (Luis Armando Vázquez Tejo,
Ramón
Alicio
Cisterna,
Laura
Alejandra
Fraser,
Noelia
Fernández, Víctor Daniel Farías, Pedro Pablo Moreno –cfr.
acta de fs. 7491/7493 vta. y fs. 7518/7519 vta.–).
También se puso de resalto que luego de lo reseñado
en el párrafo inmediato anterior, se registraron una serie de
diálogos entre Mario Héctor Mansilla y otras personas con el
objetivo
de
recuperar
estupefacientes
que
la
aquélla
mochila
con
el
contenía,
lo
cual
material
se
vio
frustrado en virtud de que la referida mochila fue puesta a
disposición de las autoridades de San Antonio Oeste (cfr.
transcripciones de las escuchas telefónicas sobre el abonado
nº 02920–643727 obrantes a fs. 1252/1261, las cuales fueron
incorporadas al debate por lectura).
Asimismo, y ya frustrado el negocio ilícito, el
tribunal ponderó que, conforme surge de las transcripciones
obrantes a fs. 1259/1261 referidas ut supra (incorporadas por
lectura al debate –fs. 7527 vta.–), con fecha 14/11/07 Mario
Héctor
Mansilla
le
refirió
a
Alfredo
Daniel
Repucci
que
estaba en apuros económicos con Alcides Retamar (‘cincuenta
otra vez para abajo’, ‘ya estamos quebrados con el viejo
casi’, ‘la otra vez perdimos las cosas, el auto del viejo y
ahora otra vez’). Ello fue ponderado por el a quo para dar
cuenta de esta manera que tanto Mario Héctor Mansilla como
Alcides Retamar, se vieron involucrados en la organización
del
transporte
de
estupefacientes
también
en
esta
nueva
cobrado
mayor
oportunidad.
Si
bien
Mario
Héctor
Mansilla
ha
protagonismo en el transporte de estupefacientes llevado a
cabo por Facundo Matías Gutiérrez, no es menos cierto que un
análisis global y en conjunto de la prueba reunida en autos
permite vincular a Alcides Retamar en este hecho cometido
33
apenas 8 días después del perpetrado por Berdún. En efecto,
Retamar fue consultado para llevarlo a cabo y se estableció
que
sufrió pérdidas
estupefacientes
efectuado
económicas
llevado
Gutiérrez;
a
tanto
cabo
todo
lo
en
por
cual
el
transporte
Berdún
permite
como
de
en
el
constatar
el
dominio que tenían ambos imputados en la organización de la
actividad delictiva enjuiciada.
En ese sentido, luce acertada la conclusión del
tribunal oral en cuanto a que “las declaraciones de Berdún en
su condición de arrepentido, y que encuentran corroboración
en los distintos elementos de la causa, sindican a Mansilla y
Retamar como aquellos actores principales de las operaciones
de
tráfico
en
general
y
de
los
dos
hechos
puntuales
en
particular”.
El tribunal de origen ponderó a su vez la estrecha
relación que existía entre los nombrados (Alcides Retamar y
Mario Héctor Mansilla) y Carlos Alberto Berdún. La misma,
surge no sólo de los diálogos mantenidos entre los nombrados
previamente a la detención de Berdún, sino también a partir
de los registros de los distintos viajes y cruces fronterizos
que realizaron en conjunto a través del Paso Internacional
San Sebastián –Tierra del Fuego– (cfr. informe de fs. 201/205
incorporado por lectura al debate –fs. 7527 vta.–), y el
apoyo brindado por Alcides Retamar y Mario Héctor Mansilla a
la familia de Berdún al producirse su detención en el marco
de la presente causa.
En definitiva, quedó suficientemente acreditado en
la sentencia impugnada que tanto Mario Héctor Mansilla como
Alcides Retamar conformaron una estructura funcional, bajo
cuya
orden
y
dirección
se
perpetraron
los
transportes
de
estupefacientes llevados a cabo por Carlos Alberto Berdún y
por
Facundo
Matías
Gutiérrez.
Ellos
fueron
quienes
organizaban los recursos humanos y materiales para llevar
adelante el tráfico de estupefacientes que emprendían. Esto
significa: preparación de los viajes, ya sea en transporte
público o en vehículos particulares, reclutaban personas para
que transporten los estupefacientes –o requerían a terceros
34
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
para que lo hagan por ellos (tal el caso de Gutiérrez)–, y
coordinaban el manejo económico para afrontarlos.
En virtud de lo expuesto, cabe concluir que en la
sentencia recurrida se ha acreditado –con el grado de certeza
que requiere una sentencia condenatoria– la responsabilidad
penal de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar a tenor del
art. 7, en función del art. 5, inciso “c” de la ley 23.737, a
partir de una valoración amplia de la totalidad de la prueba
reunida,
de
conformidad
racional
(art.
398
de
a
las
reglas
C.P.P.N.),
de
sin
la
que
sana
se
crítica
advierta
la
arbitrariedad alegada por la defensa.
Contrariamente
a
lo
sostenido
por
la
asistencia
letrada de los imputados, del examen hasta aquí realizado,
los
magistrados
de
la
instancia
anterior
han
valorado
y
formado su convicción en la reconstrucción histórica de los
hechos,
a
partir
brindando
de
razones
pruebas
colectadas
suficientes
a
la
en
hora
la
de
causa
fundar
y
la
sentencia (art. 123 y 404, inc. 2 del C.P.P.N.).
En
consecuencia,
el
fallo
traído
en
revisión
constituye el resultado de la aplicación razonada del derecho
vigente a las concretas y válidas constancias agregadas a la
causa.
Por
ende,
la
sentencia
se
encuentra
debidamente
fundada y, por lo tanto, debe ser homologada.
Finalmente, en lo concerniente a la postura de la
defensa en cuanto alegó que Mario Héctor Mansilla debe ser
considerado
como
autor
mediato
de
transporte
de
estupefacientes –2 hechos–, cabe señalar que el recurrente se
ha limitado a afirmar dicho extremo, sin demostrar que en el
caso
concurran
configure
la
los
autoría
presupuestos
mediata
que
necesarios
invoca.
Por
para
que
ende,
se
dicha
posición debe ser descartada.
Al margen de ello, considero que la calificación
adoptada por el a quo –art. 7 de la ley 23.737– luce ajustada
a derecho. En este sentido, cabe señalar que “las conductas
del
art.
7º
de
organizar
y
financiar
cualquiera
de
las
actividades ilícitas a que se refieren los arts. 5º y 6º,
[todos
de
la
ley
23.737],
se
35
encuentran
provistas
de
autonomía e individualidad propia como tipo penal respecto de
las previstas en estos últimos artículos –a los que se hayan
vinculadas– únicamente por la referencia que la misma norma
hace a las actividades incluidas en ellos; sólo se requiere
para la configuración [de las conductas del art. 7º de la
referida ley] que alguna de las acciones de los arts. 5º y 6º
premencionados sea financiada u organizada por alguien pero
no
que
el
autor
las
despliegue
materialmente.
Basta,
por
consiguiente, que el organizador realice una tarea puramente
intelectual,
que
también
puede
extenderse
a
establecer
contactos, relacionar personas, etc.” (cfr. D’Alessio, Andrés
José “Código Penal Comentado y Anotado”, 2º ed., La Ley,
Buenos Aires, 2011, Tomo III, pág. 1053/54 –comentario con
cita de jurisprudencia–).
Conforme lo expuesto, en el caso de autos, si bien
ni Mario Héctor Mansilla ni Alcides Retamar intervinieron en
la ejecución material del transporte de estupefacientes, sus
aportes consistieron –como ya se expuso– en la elaboración
del plan para posibilitar la actividad ilícita (transporte de
estupefacientes), y en la coordinación de la logística de las
operaciones:
esto
es
atribuyendo
roles,
distribuyendo
las
tareas (administración de los medios humanos y materiales)
para la consecución de la finalidad perseguida, sin que se
advierta vicio alguno en la decisión recurrida.
En ese sentido, cabe apuntar que con relación a la
figura prevista en el art. 7º de la Ley 23737, TAZZA señala
que “[l]a jurisprudencia argentina, (…) ha sostenido que el
organizador de esas actividades es quien articula los medios
necesarios para conseguir la finalidad ilegal del tráfico de
estupefacientes,
sentido
de
merced
relacionar
a
su
actividad
personas,
desarrollada
proveer
en
instrumentos,
facilitar contactos con personas que proveerían del material
espurio, la conexión con potenciales compradores, y en fin,
toda
actividad
que
revela
organizacional,
aún
cuando
la
existencia
realice
una
de
tarea
un
dominio
puramente
intelectual” (Cfr. aut. cit., El Comercio de Estupefacientes.
Análisis de los Aspectos Objetivos y Subjetivos de los Tipos
36
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
Penales, Nova Tesis, Buenos Aires, 2008, pág. 233).
Por ello, cabe concluir que la calificación legal
escogida por el a quo (art. 7, en función del art. 5, inciso
“c” –en la modalidad de transporte– de la ley 23.737; en
calidad
de
autores)
luce
ajustada
a
derecho
y
a
las
constancias de la causa.
En razón de lo expuesto, corresponde rechazar los
recursos de casación interpuestos por la defensa de Mario
Héctor Mansilla y Alcides Retamar.
Agravios relativos a Alfredo Daniel Repucci.
Cabe
recordar
que
se
tuvo
por
acreditado
que
Alfredo Daniel Repucci, a pedido de Mario Héctor Mansilla,
fue el encargado de contactar y reclutar a Facundo Matías
Gutiérrez,
para
que
éste
realice
el
transporte
de
estupefacientes que tuvo lugar el 14/11/2007 (hecho reseñado
ut supra). Su conducta fue calificada como constitutiva del
delito
de
transporte
de
estupefacientes,
en
calidad
de
partícipe primario (art. 5, inc. “c” de la ley 23.737 y art.
45 del C.P.).
La
defensa
del
nombrado
no
cuestionó
la
materialidad del hecho, sino que alegó que la participación
primaria que se le endilgó a Alfredo Daniel Repucci en el
transporte
de
estupefacientes
que
realizó
Facundo
Matías
Gutiérrez debe ser entendida como un aporte individual y de
ayuda a otro que trafica bajo los alcances del confabulador
prevista en el art. 29 bis de la ley 23.737 o, en su caso,
como
partícipe
secundario
del
delito
de
transporte
de
estupefacientes.
Puntualmente, con relación al agravio referido al
grado de participación que corresponde asignarle al aporte de
Alfredo
comparto
Daniel
lo
asignársele
Repucci
expuesto
al
en
por
nombrado
el
particular
el
a
quo
un
rol
en
caso
cuanto
necesario
de
a
en
autos,
que
el
debe
hecho
imputado. Ello es así, en la medida que fue el encargado de
contactar y reclutar a Facundo Matías Gutiérrez para que éste
realice el transporte de estupefacientes que tuvo lugar el
día 14/11/2007.
37
Al respecto, cabe señalar que el a quo, al valorar
la prueba reunida en autos, puso de resalto que Mario Héctor
Mansilla
quería
concretar
un
nuevo
negocio
ilícito.
Tras
ciertos intentos frustrados por conseguir a una persona para
el transporte de estupefacientes, Mario Héctor Mansilla se
comunicó
el
9/11/07
con
Alfredo
Daniel
Repucci,
a
quien
conocía y a quien le comentó que necesitaba una persona de
confianza
Alfredo
para
Daniel
llevar
‘las
Repucci
cosas’
pudo
(los
comprender
estupefacientes).
y
satisfacer
las
pretensiones ilícitas de aquél (‘al gordo te lo mando’) –cfr.
transcripción del cassette nº 5, lado “B”, llamada nº 45,
obrante a fs. 1082/1085, incorporada por lectura al debate a
fs. 7527 vta.–. En este sentido, se tuvo por probado que
Alfredo Daniel Repucci cumplió –en el mismo día– con la tarea
encomendada por Mario Héctor Mansilla. Según surge de los
diálogos
Daniel
obtenidos
Repucci
consiguió
‘un
le
en
las
escuchas
manifestó
chabón’
a
(Facundo
telefónicas,
Mario
Matías
Héctor
Alfredo
Mansilla
Gutiérrez)
que
para
el
traslado de estupefacientes –que según sus dichos ya había
cooperado en otra oportunidad–, y convinieron a su vez que
Repucci sacaría el pasaje hasta “Bahía” (cfr. transcripción
del cassette nº 5, lado “B”, llamada nº 54, obrante a fs.
1087/1089,
incorporada
por
lectura
al
debate
a
fs.
7527
vta.).
Asimismo, el tribunal de origen también ponderó las
conversaciones subsiguientes de fecha 13/11/07 que, conforme
surge
de
abonado
las
nº
transcripciones
02920643727
de
(cfr.
escuchas
fs.
telefónicas
1240/1241
lo
que
del
fue
incorporado por lectura al debate –fs. 7527 vta.–),
revelan
las
que
particularidades
del
viaje,
la
empresa
en
se
realizaría, el día y la hora. A su vez, luego de la detención
de Facundo Matías Gutiérrez en la terminal de Bahía Blanca
con fecha 14/11/07, Mario Héctor Mansilla se comunicó con
Alfredo Daniel Repucci, para explicarle que Facundo Matías
Gutiérrez fue detenido allí por Gendarmería Nacional y que la
mochila
con
estupefacientes
había
quedado
a
bordo
del
colectivo de la empresa Vía Tac –que siguió viaje–, ante lo
38
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
cual Alfredo Daniel Repucci se ofreció para recuperarla (‘si
viene ahí en el cole yo puedo subir aca’), lo cual encuentra
sustento
en
las
transcripciones
1252/1253
incorporadas
por
telefónicas
lectura
al
debate
(cfr.
fs.
fs.
7527
a
vta.).
Todo lo expuesto cobra virtualidad al analizar el
aporte de Alfredo Daniel Repucci. De acuerdo a la situación
de contexto descripta y de conformidad a cuanto dispone el
art. 45 del C.P., resulta acertado considerar que Alfredo
Daniel Repucci ha prestado una cooperación esencial en el
transporte de estupefacientes que llevó a cabo Facundo Matías
Gutiérrez el día 14/11/07, pues sin la misma dicho transporte
de estupefacientes no se habría producido. En ese sentido,
resulta
pertinente
señalar
que
BACIGALUPO
enseña
que
“el
cooperador necesario es el que en la etapa de preparación del
hecho aporta al mismo una contribución sin la cual el delito
no
hubiera
podido
cometerse”
(Cfr.
Bacigalupo,
Enrique
“Derecho Penal, Parte General” 2º edición, Hammurabi, Buenos
Aires, 1999, pág. 530).
Las
circunstancias
comprobadas
en
la
causa
respaldan adecuadamente la calificación legal escogida por el
sentenciante, no logrando demostrar la defensa la errónea
aplicación en la ley substantiva.
Por
argumentos
calificación
otra
parte,
suficientes
legal
al
la
en
defensa
sustento
hecho
de
endilgado
a
tampoco
la
aportó
pretendida
Alfredo
Daniel
Repucci bajo la figura del art. 29 bis de la ley 23.737.
Dicho tipo penal “es un delito permanente que se ejecuta
mientras dure el acuerdo y hasta que comienza la ejecución
del
delito
pactado”
(Cfr.
D’Alessio,
Andrés
José
“Código
Penal Comentado y Anotado”, 2º ed., La Ley, Buenos Aires,
2011, Tomo III, pág. 1116). En ese sentido, cabe señalar que
el acuerdo en cometer alguno de los delitos contemplados en
la ley 23.737, consiste en la decisión común que caracteriza
a
la
participación
criminal,
que
incluirá
el
plan
y
el
reparto de funciones entre los distintos intervinientes, y
que dará lugar a que, “ya comenzada la ejecución del hecho,
39
algunos sean autores o coautores y otros partícipes primarios
o secundarios” (Idem, pág. 1114).
Bajo dichos parámetros, cabe señalar que en el caso
a estudio no quedan dudas de que se consumó el delito de
transporte
de
estupefacientes
por
el
cual
fue
condenado
Facundo Matías Gutiérrez. Por ello, el aporte necesario de
Alfredo Daniel Repucci al hecho protagonizado por Facundo
Matías
Gutiérrez
no
puede
considerarse
sino
como
una
cooperación a dicho suceso en los términos del art. 45 del
C.P.
Por ello, la calificación legal escogida por el
tribunal de origen (art. 5º, inciso “c” de la ley 23.737, en
la modalidad de transporte de estupefacientes, en calidad de
partícipe
derecho
necesario
y
a
las
–art.
45
del
constancias
C.P.–)
de
la
luce
ajustada
causa.
Por
a
ende,
corresponde rechazar las críticas que formuló la defensa en
este sentido.
Por
condenado
otra
por
parte,
habérsele
Alfredo
Daniel
secuestrado
el
Repucci
24/4/08
en
fue
su
domicilio –ubicado en la calle 6 número 566 de la localidad
de Sierra Grande, Río Negro– 124,36 grs. de cocaína y 10,31
grs. de marihuana (cfr. acta de fs. 2836/2838, incorporada
por lectura al debate a fs. 7527 vta.). El tribunal oral
calificó la conducta atribuida a Alfredo Daniel Repucci como
constitutiva
del
estupefacientes,
en
delito
de
carácter
de
tenencia
autor
(art.
simple
14,
de
primer
párrafo, ley 23.737).
Con
respecto
a
este
hecho,
la
defensa
alegó
la
posibilidad de que la droga allí secuestrada hubiera sido
puesta por un tercero, pues la puerta de acceso al domicilio
del imputado se encontraba abierta con anterioridad a que se
produjera el allanamiento de la finca.
En
acreditado
en
ese
sentido,
autos
que
cabe
el
señalar
allanamiento
que
al
se
encuentra
domicilio
de
Alfredo Daniel Repucci se demoró en virtud de que el personal
preventor
no
contaba
con
“personal
especializado
en
allanamientos de drogas” y que por ello se tuvo que recurrir
40
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
a las autoridades de “Viedma, distante a unos 300 kilómetros
de Sierra Grande”. Dicha circunstancia fue explicada en el
debate por José Alfredo Jiménez, oficial de la Policía de Río
Negro, quien expresó que una vez que arribó el personal de
toxicomanía se procedió al ingreso a la vivienda. El citado
testigo
señaló
que
era
“probable
que
se
pusiera
por
precaución una consigna policial en el domicilio a allanar,
hasta la llegada de la gente de toxicomanía que fue convocada
en Viedma”.
Si bien surge de las constancias agregadas a la
causa que la puerta del domicilio de Alfredo Daniel Repucci
se encontraba abierta con anterioridad a que se concretara el
allanamiento (cfr. declaraciones prestadas en el debate por
Roberto Luis Centeno y Angélica Delmira Rosales obrantes a
fs. 7473 vta. y fs. 7474, respectivamente), lo cierto es que
se dejó constancia en el acta respectiva (cfr. fs. 2836/2838,
incorporada por lectura al debate a fs. 7527 vta.) que el
acceso
a
dicho
policial,
que
domicilio
se
fue
fue
custodiado
relevando
hasta
por
el
un
puesto
momento
del
allanamiento, tal como también lo afirmó la testigo Rosales
en el debate.
Sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, cabe resaltar
que el propio Alfredo Daniel Repucci, al prestar declaración
indagatoria a fs. 4695/4698 –que fue incorporada por lectura
al
debate
a
fs.
estupefaciente
propiedad
y
desconocida
consecuencia,
7463
vta.–,
secuestrado
que
la
el
se
lo
noche
planteo
reconoció
en
su
había
anterior
que
que
domicilio
comprado
al
formuló
a
el
era
una
material
de
persona
procedimiento.
la
defensa
su
En
resulta
inadmisible.
En razón de lo expuesto, corresponde rechazar el
recurso interpuesto por la defensa de Alfredo Daniel Repucci.
Pena impuesta a Alcides Retamar.
Cabe señalar que, a efectos de graduar la pena de
Alcides
Retamar,
el
“a
quo”
se
remitió
a
las
razones
meritadas al momento de fijar la sanción de Mario Héctor
Mansilla. En esa dirección, se consideró que la conducta de
41
Alcides Retamar se subsumió en la figura de organizador de
tráfico
de
estupefacientes
con
relación
a
dos
hechos
de
transporte de estupefacientes (arts. 7, en función del art.
5, inc. “c”, de la ley 23.737) y por el que debe responder
penalmente en calidad de autor.
Asimismo, se tuvo en cuenta que si bien los hechos
reprochados se referían a una cantidad importante de droga,
no se trataba de una organización de gran envergadura, a lo
que
cabe
añadir
que
los
transportes
no
sólo
incluyeron
marihuana sino también cocaína.
Por
otro
lado,
se
advierte
que
el
tribunal
de
origen le impuso a Alcides Retamar la pena de ocho (8) años
de prisión, multa de pesos cinco mil –$5.000–, accesorias
legales y costas. Es decir, le asignó el mínimo de la pena de
prisión prevista para el delito por el cual fue condenado
(art.
7º,
en
función
del
art.
5,
inciso
“c”
de
la
ley
23.737).
Con relación a la pena única de 11 (once) años de
prisión asignada a Retamar, cabe señalar que el tribunal de
origen unificó la pena impuesta en la presente causa (8 años
de
prisión)
con
la
impuesta
por
el
Tribunal
Oral
en
lo
Criminal Federal nro. 4 de San Martín, provincia de Buenos
Aires en la causa nro. 2215, de cuatro (4) años y seis (6)
meses
de
prisión
(cfr.
fs.
7454/7455
vta.),
por
considerárselo partícipe necesario del delito de transporte
de estupefacientes en su modalidad de tenencia con fines de
comercialización de materias primas y precursores químicos
para su fabricación.
En
consecuencia,
se
advierte
que
aplicando
el
sistema composicional de penas, el a quo le impuso a Alcides
Retamar una pena única inferior en (1) año y once (11) meses
a la resultante de la suma aritmética de los montos punitivos
de las condenas involucradas.
En su razón, no se observa, ni la defensa logró
demostrar en esta instancia que la pena única impuesta por el
tribunal de origen resulte desproporcional con la magnitud de
los injustos y el grado de culpabilidad exhibido por Alcides
42
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
Retamar.
Para así concluir, tengo en cuenta, de acuerdo a la
escala penal computable y a tenor de lo normado por los arts.
40
y
41
Retamar,
del
su
C.P.,
edad
las
condiciones
(nació
el
personales
18/9/58),
las
de
Alcides
circunstancias
apuntadas precedentemente y las características concretas de
los hechos por infracción a la ley 23.737 ventilados en las
dos
condenas
resoluciones
objeto
de
obrantes
particularmente
la
unificación
a
fs.
cantidad
–relevadas
7229/7241
y
el
y
tipo
de
en
las
7242/7263–,
sustancias
estupefacientes involucradas en cada evento.
En
consecuencia,
corresponde
rechazar
la
arbitrariedad alegada por la defensa. En este sentido, cabe
recordar
que
la
doctrina
de
la
arbitrariedad
posee
un
carácter estrictamente excepcional y exige, por lo tanto, que
medie un apartamiento inequívoco de las normas que rigen el
caso
o
una
absoluta
carencia
de
fundamentación
(Fallos
295:140, 329:2206 y sus citas; 330:133, entre otros). De allí
que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido de
modo reiterado que dicha doctrina no es invocable en tanto la
sentencia contenga fundamentos jurídicos mínimos que impidan
su
descalificación
como
acto
judicial
(Fallos:
290:95;
325:924 y sus citas, entre otros), déficit que, vale señalar,
no ha sido demostrado por el recurrente.
IV. Por otro lado, la defensa entendió que debe
anularse el punto dispositivo XV de la decisión impugnada en
cuanto resolvió: “ABSTEN[ERSE] DE REGULAR HONORARIOS a las
Defensas Públicas en virtud de que no se ha demostrado que
sus asistido se encuentr[en] económicamente en condiciones
para afrontar su costo”. Cabe señalar que dicho agravio sólo
subsiste en la actualidad con relación a José Edelmiro Brito
dado que a fs. 101/102 vta. esta Sala IV de la C.F.C.P.
declaró abstracto dicho planteo con respecto a Facundo Matías
Gutiérrez (Reg. nº 1072/12, rta. el 27/6/12, decisión que se
encuentra firme).
Con relación a la crítica en estudio, cabe señalar
que lo resuelto en este aspecto por el a quo no constituye
43
sentencia
definitiva
ni
equiparable
a
tal,
en
tanto
el
Tribunal Oral sólo se limitó a abstenerse de regular los
honorarios “en virtud de que no se ha demostrado que sus
asistidos se encuentr[en] económicamente en condiciones para
afrontar
su
costo”,
por
lo
cual
la
cuestión
puede
ser
reeditada por esa parte.
Sin perjuicio de ello, resulta pertinente señalar
que
tradicionalmente
pública
oficial
se
sanción
de
ley
Público,
la
B.O.
el
servicio
caracterizó
24.946
23/3/98)
por
(Ley
se
prestado
su
la
gratuidad.
Orgánica
autorizó
por
la
del
defensa
Con
la
Ministerio
regulación
de
honorarios en beneficio de dicho Ministerio para el caso que
el imputado resulte condenado y cuente con medios económicos
suficientes para solventar la defensa (cfr. art. 63 de la ley
citada).
En consecuencia, toda vez que la defensa no logró
demostrar en esta instancia que se encuentren reunidos en
autos los extremos previstos por el artículo 63 de la ley
24.946 –esto es: que el imputado condenado cuente con medios
económicos suficientes para solventar la defensa, respecto de
lo cual el tribunal hizo alusión en el punto dispositivo XV–,
corresponde declarar inadmisible el agravio traído a estudio.
V. Por otra parte, la defensa señaló que no ha sido
tratada la solicitud de extracción de testimonios que esa
parte
había
efectuado
durante
el
debate
(por
la
presunta
comisión de los delitos de incumplimiento de los deberes de
funcionario
público
respecto
del
personal
preventor
que
intervino en los informes de fs. 93/94 vta. y 416/vta. y en
el allanamiento del domicilio de Repucci; y por el presunto
falso
testimonio
Mariano
Espil
Di
en
el
que
Rocco).
habría
En
ese
incurrido
sentido,
la
el
testigo
recurrente
entendió que debía anularse el punto dispositivo XI de la
decisión impugnada en cuanto resolvió “HACER SABER al Sr.
Defensor Público, Dr. Adolfo Muschietti, en la medida en que
los hechos que invocara en su alegato, no han sido valorados
de igual modo por el Tribunal, corresponde no hacer lugar a
la remisión de testimonios solicitadas”.
44
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
Que con respecto a la impugnación presentada en
relación a la alegada falta de fundamentación del decisorio
respecto de lo resuelto en su punto dispositivo XI, cabe
señalar
que
el
fallo
recurrido
ofrece
en
dicho
punto
dispositivo sustento suficiente a dicha conclusión; máxime
cuando al respecto alude y hace remisión a la interpretación
diversa de la prueba efectuada por el a quo en relación a la
pretendida por el recurrente sobre el particular.
La
defensa
no
ha
logrado
demostrar
en
esta
instancia los defectos de fundamentación que puedan superar
las conclusiones a las que arribó el tribunal de juicio,
razón por la cual corresponde rechazar su recurso también en
este punto.
VI. Por todo lo expuesto, corresponde: I. Rechazar
los recursos de casación interpuestos por la defensa técnica
de Mario Héctor Mansilla a fs. 31/39, doctor Guillermo A.
Gowland, y el Defensor Público Oficial doctor Adolfo Miguel
Francisco José Muschietti a fs. 41/71 vta., en representación
de Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro
Brito (arts. 470 y 471 a contrario sensu, del C.P.P.N.); sin
costas
en
la
instancia
(arts.
530
y
531
in
fine
del
C.P.P.N.). II. Tener presente la reserva del caso federal
efectuada por las partes.
El señor juez Juan Carlos Gemignani dijo:
I.
argumentos
Que por coincidir en lo sustancial con los
expuestos
consideraciones
en
su
voto,
efectuadas
por
mi
habré
de
colega
adherir
Mariano
a
las
Hernán
Borinsky, sin perjuicio de realizar unas breves precisiones
en orden a la cuestión de la autoría introducida por la
defensa de Alfredo Daniel Repucci y cuyo exclusivo objetivo
será el de precisar los términos de la imputación en relación
a la problemática de la accesoriedad, en la medida que no
existe
un
agravio
partivo
acusatorio
que
autorice
la
quo
que
el
de
su
revisión.
Así
premencionado
pues,
Repucci
tuvo
fue
por
el
probado
el
encargado,
a
a
pedido
consorte de causa Mansilla, de contactar y reclutar a Facundo
45
Matías Gutiérrez para que éste llevara adelante el transporte
de estupefacientes que se desplegara el día 14 de noviembre
de 2007 y que culminara con el secuestro de 2,9 kilogramos de
sustancia
estupefaciente
que
presentaba
en
su
composición
clorhidrato de cocaína.
De tal suerte, tal como sostuve en la causa nro.
3/13
caratulada
“Cafferata,
Ulises
y
otros
s/
recurso
de
casación”, reg. 1718.13 de esta Sala IV rta. el día 16/09/13,
al producirse un contacto social disvalioso, la pura relación
circunscrita a dos personas (autor y víctima) carece de toda
relevancia, pues siempre cabe identificar a terceras personas
que han configurado de determinada manera el contacto social
y que por tanto también son potenciales autores -quién sea
denominado "autor" y quién "tercero" depende únicamente de la
circunstancia de cuál sea la persona con la que se inicie el
análisis al intentar resolver un caso-. (JAKOBS, Günther, La
imputación
objetiva
en
derecho
penal,
Ed.
Ad-Hoc,
Buenos
Aires, 1997, pag. 15).
En esa dirección, quien realiza actos ejecutivos no
sólo ejecuta su propio hecho, sino el hecho de todos, en cuyo
caso, la ejecución es al mismo tiempo su propio injusto y
también el injusto de cada uno de los partícipes (JAKOBS, op.
citada, pag. 76).
Luego,
si
imputar
significa
establecer
o
reconstruir las reglas según las cuales se procede a definir
como “causa” determinante de un riesgo, de entre todas las
existentes,
al
intervinientes,
realizado
y
por
definirlos
uno
por
ello
procedimiento
explicativo
que
competencia
ejercicio
roles,
aportes
o
fácticos;
los
de
términos
o
varios
como
distingue
y
pero
no
de
los
responsables;
aportes
en
definiciones
por
virtud
de
autor
de
y
partícipe resultan provisorias y mudables.
Así las cosas, considero que el aporte realizado
por
Repucci,
susceptible
de
lejos
de
reproche
un
penal,
rol
secundario,
incluso
por
resultaría
encima
de
la
participación primaria.
II. Respecto del agravio introducido por la defensa
46
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
en el escrito de breves notas presentada en la oportunidad
procesal prevista en los art. 465, último párrafo y 468 del
C.P.P.N.,
considero
tratamiento
de
que
más
cuestiones
allá
de
traídas
no
a
compartir
estudio
en
el
dicha
instancia -pues el Tribunal debe limitarse al estudio de los
motivos propuestos ab initio al interponerse el recurso de
que se trate- considero que en el particular corresponde su
consideración por cuanto se advierte que se ha objetado la
intervención
del
Ministerio
Fiscal,
lo
cual
se
encuentra
expresamente sancionado con la nulidad en el artículo 167
inciso 1º) del C.P.P.N.
De
tal
suerte
y
si
bien
comparto
las
consideraciones expresadas por el Dr. Borinsky en cuanto a
que no se ha acreditado un perjuicio concreto en orden a la
nulidad invocada, no menos cierto es que el irregular trámite
que
sucedió
a
la
designación
del
Agente
Fiscal
que
circunstancialmente intervino en el expediente, amerita que
se arbitren los medios necesarios para que ello no vuelva a
ocurrir.
Se
advierte
además
que
las
especiales
características de la jurisdicción en que se desarrollaron
los hechos, dificulta el régimen de subrogancia establecido
en el primer párrafo del artículo 11 de la Ley orgánica del
Ministerio Público, lo que deriva en la necesidad de recurrir
a
una
lista
correspondientes
de
abogados
de
inconvenientes
la
matrícula
como
el
ello
se
que
con
aquí
se
sus
ha
presentado.
Vale
normativamente
destacar
tanto
en
que
la
ley
24.946
halla
como
previsto
en
sus
resoluciones complementarias, las PGN 13/98 y PGN 35/98. Es
de esta normativa de la que se desprende que el entonces
Procurador General de la Nación exhortó a no hacer recaer, en
la medida de lo posible, el peso de tareas propias sobre
aquellos que ejercen libremente su profesión de abogado conf. párrafo cuarto de la resolución PGN 35/98-.
III. Por lo demás, los embates de la defensa no han
logrado desvirtuar el razonamiento efectuado por el a quo en
47
su sentencia, la cual, luce como una pieza fundada y motivada
sin
vicios
de
logicidad
que
la
resientan
como
acto
jurisdiccional válido.
IV. Con estas breves consideraciones, adhiero al
rechazo los recursos interpuestos por las defensas técnicas
de Mario Héctor Mansilla, Alfredo Daniel Repucci, Alcides
Retamar y José Adelmiro Brito. Sin costas (arts. 530 y 531
del CPPN).
Así voto.El doctor Gustavo M. Hornos dijo:
Adhiero en lo sustancial al voto del distinguido
colega
que
lidera
el
sentencia
recurrida,
nulidades
planteadas,
acuerdo,
en
lo
la
en
tanto
relativo
ponderación
entiendo
al
de
que
rechazo
las
de
pruebas,
la
las
la
acreditación de la ocurrencia de los hechos juzgados y la
participación que en los mismos les cupo a los encausados, se
encuentra
correctamente
fundada
y
no
presenta
fisuras
de
logicidad en su razonamiento.
Es que las conclusiones a las que se arriba en el
fallo constituyen la derivación necesaria y razonada de las
constancias de la causa, y la aplicación del derecho vigente
al caso concreto, contando con el grado de certeza necesario
exigido a todo veredicto de condena, sin que las críticas que
formulan las defensas logren conmover lo resuelto como acto
jurisdiccional
válido
(arts.
123,
398,
404,
inc.
2º
del
C.P.P.N.).
Por
lo
fundamentación
demás,
del
tampoco
quantum
advierto
punitivo
defectos
seleccionado
en
la
por
el
tribunal de mérito respecto de Alcides Retamar, en tanto el a
quo dilucidó la sanción aplicable a los hechos por los que se
lo condenara en esta causa –y practicó la correspondiente
unificación
de
penas—
con
estricto
apego
a
las
pautas
previstas en los arts. 40 y 41 del ordenamiento sustantivo,
tornando
así
inviable
el
embate
que
sobre
esta
cuestión
deduce el casacionista.
Finalmente, y respecto del agravio introducido por
la
defensa
en
la
oportunidad
48
procesal
prevista
en
los
Cámara Federal de Casación Penal
Causa N°
15.116 –Sala
IV– C.F.C.P “MANSILLA,
Mario Héctor y otros s/
recurso de casación“
artículos 465, último párrafo y 468 del C.P.P.N., comparto
también los argumentos desarrollados por el magistrado que
lidera la votación en punto a que no ha logrado el recurrente
demostrar
el
advierte
que
real
–como
alcance
bien
de
lo
su
agravio,
puntualiza
máxime
el
si
se
colega—,
la
actividad persecutoria relevante en esta pesquisa fue llevada
a cabo por fiscales cuya legitimidad no luce cuestionada.
Con
estas
breves
consideraciones,
adhiero
a
la
solución propiciada por el Dr. Borinsky.
En mérito del Acuerdo que antecede, el Tribunal,
RESUELVE:
I. RECHAZAR los recursos de casación interpuestos
por la defensa técnica de Mario Héctor Mansilla a fs. 31/39,
doctor Guillermo A. Gowland, y el Defensor Público Oficial
doctor Adolfo Miguel Francisco José Muschietti a fs. 41/71
vta., en representación de Alfredo Daniel Repucci, Alcides
Retamar y José Edelmiro Brito (arts. 470 y 471 a contrario
sensu, del C.P.P.N.); sin costas en la instancia (arts. 530 y
531 in fine del C.P.P.N.).
II.
TENER
PRESENTE
la
reserva
del
caso
federal
efectuada por las partes.
Regístrese, notifíquese, comuníquese a la Dirección
de Comunicación Pública de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación por intermedio de la Secretaría de Jurisprudencia de
esta Cámara (Acordada 15/13, C.S.J.N.) y remítase al tribunal
de origen, sirviendo la presente de atenta nota de envío.
JUAN CARLOS GEMIGNANI
MARIANO HERNÁN BORINSKY
GUSTAVO M. HORNOS
49
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