Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ REGISTRO N° 2/2014 ///la ciudad de Buenos Aires, a los febrero de la seis del mes de del año dos mil catorce, se reúne la Sala IV Cámara Federal de Casación Penal integrada por el doctor Gustavo M. Hornos como Presidente, los doctores Juan Carlos Gemignani asistidos por el y Mariano Hernán Secretario Borinsky actuante, a como los Vocales, efectos de resolver los recursos de casación presentados a fs. 31/39 y 41/71 vta. de la presente causa Nro. 15.116 del registro de esta Sala IV, caratulada: “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación”; de la que RESULTA: I. Que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la causa nº 238 “J” de su registro, con fecha 20 de octubre de 2011 resolvió –en lo que aquí interesa–: “…I.– RECHAZA[R] las nulidades planteadas por las defensas (arts. 167 inc. 2º; 168, 169; 170 C.P.P.N.); (…) III.– CONDENA[R] a Alfredo Daniel Repucci (…) a la pena de CUATRO AÑOS y CINCO MESES de PRISIÓN, multa de PESOS QUINIENTOS; accesorias legales y costas, por considerarlo partícipe primario del delito de transporte de estupefacientes, en concurso real con tenencia simple de estupefacientes en carácter de autor (arts. 5º inc. c, 14 primera parte de la ley 23737; 12, 29 inc. 3º, 40, 41, 45 y 55 del C.P.); (…) V. CONDENA[R] a Alcides Retamar (…) a la pena de OCHO AÑOS DE PRISIÓN, multa de PESOS CINCO MIL; accesorias legales y costas, por considerarlo organizador de tráfico de estupefacientes con relación a dos hechos de transporte de estupefacientes (art. 7 en función del art. 5 inc. c de la ley 23.737) en carácter de autor (arts. 12, 29 inc. 3º, 40, 41 y 45 del C.P.); VI. UNIFICA[R] la condena impuesta en el punto V con la de CUATRO AÑOS y SEIS MESES DE PRISIÓN dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 4 de San Martín provincia de Buenos Aires en la causa nro. 2215, en la PENA ÚNICA de ONCE AÑOS DE PRISION (art. 58 del C.P.); VII.– CONDENA[R] a José Edelmiro Brito (…) a la 1 pena de UN AÑO DE PRISIÓN de ejecución condicional, multa de PESOS ONCE CON considerarlo VEIN[TI]CINCO autor penalmente CENTAVOS; responsable costas, del por delito de tenencia simple de estupefacientes (art. 14 primer parte de la ley 23.737; 26, 29 inc. 3º, 40, 41 y 45 del C.P.); (…) IX.– CONDENA[R] a Mario Héctor Mansilla (…) a la pena (…) de OCHO AÑOS DE PRISIÓN, multa de PESOS CINCO MIL; accesorias legales y costas, por considerarlo organizador de tráfico de estupefacientes con relación a dos hechos de transporte de estupefacientes (art. 7 en función del art. 5 inc. c de la ley 23.737) en carácter de autor (12, 29 inc. 3º, 40, 41 y 45 del C.P.). Declarándolo reincidente por segunda vez (art. 50 del C.P.); (…) XI. HACER SABER al Sr. Defensor Público, Dr. Adolfo Muschietti, en la medida en que los hechos que invocara en su alegato, no han sido valorados de igual modo por el Tribunal, corresponde no hacer lugar a la remisión de testimonios solicitada; (…) XV.– [ABSTENERSE] DE REGULAR HONORARIOS a las Defensas Públicas en virtud de que no se ha demostrado que sus asistidos se encuentran económicamente en condiciones para afrontar su costo…” (cfr. fs. 7541/7570 vta. del principal). II. recursos de Que contra casación la dicha defensa sentencia técnica de interpusieron Mario Héctor Mansilla (cfr. fs. 31/39), doctor Guillermo A. Gowland, y el Defensor Público Oficial doctor Adolfo Miguel Francisco José Muschietti a fs. 41/71 vta., en representación de Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro Brito, los que fueron concedidos por el tribunal a quo (cfr. fs. 72/75) y mantenidos en respectivamente; esta sin instancia adhesión a fs. Fiscal 89 General y en 87, esta instancia. III. 1) Recurso de casación interpuesto por la defensa técnica de Mario Héctor Mansilla (fs. 31/39). La defensa encarriló su recurso en ambos incisos del art. 456 del C.P.P.N. y alegó: A) Nulidad de las tareas de investigación e informes realizados por la Gendarmería Nacional relativos a 2 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ los residuos domiciliarios correspondientes al imputado José Edelmiro Brito (informes de fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta.). La defensa sostuvo que no se dio cumplimiento con lo dispuesto por los arts. 138 y 139 del C.P.P.N. en los informes de fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta. Puso de resalto que de dichos informes se extrajo prueba relevante para la investigación, ya que dieron cuenta de la conexión entre José Edelmiro Brito, su mujer y Carlos Alberto Berdún. Agregó que dicha conexión permitió individualizar a las demás personas que fueron sometidas a proceso, entre las que se encuentra su asistido Mansilla. Citó jurisprudencia y doctrina en apoyo a su postura. B) Arbitraria valoración probatoria y errónea aplicación de la ley sustantiva. La escogida defensa por estupefacientes) el entendió a no quo se que la calificación (organización compadece con el de plexo legal tráfico de probatorio acumulado en el debate. Sostuvo que no existe prueba que corrobore los indicios que surgen de las escuchas telefónicas que fueron valoradas por el tribunal para atribuirle dicha calificación a su asistido. Expresó que en el fallo no se especifican los roles y tareas de cada imputado y que se le da fuerza probatoria a los dichos del arrepentido Carlos Alberto Berdún, los que tampoco se encuentran corroborados por otros elementos de juicio. En esa misma línea, dijo que no hay prueba que acredite que Mario Héctor Mansilla haya organizado junto con Alcides Retamar los transportes de sustancias estupefacientes que se les reprochan. Sostuvo que, a lo sumo, la calificación legal que podría atribuírsele a Mario Héctor Mansilla es la de autor mediato del delito de transporte de estupefacientes, por lo que así solicitó que se case la sentencia. En consecuencia, solicitó que se revoque el punto I del fallo recurrido, se haga lugar al planteo de nulidad y se absuelva a Mario Héctor Mansilla. Hizo reserva del caso federal. 2) Recurso de casación interpuesto por la defensa 3 oficial de Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro Brito (fs. 41/71 vta.). La recurrente encarriló su recurso en ambos incisos del art. 456 del C.P.P.N. A) Nulidad por falta de requerimiento de instrucción Fiscal y por delegación de la instrucción en el Ministerio Público Fiscal. En primer lugar, sostuvo que no hubo requerimiento de instrucción –art. 180 y 188 C.P.P.N.– y se agravió del significado que se le pretende asignar al acta de fs. 1 como noticia criminis. En segundo lugar, alegó que la delegación de la investigación al Fiscal fue decidida por una vía impropia y tardía, y que se desarrolló sin control judicial. Discrepó con los argumentos esgrimidos por el a quo y dijo que no se puede relativizar la transgresión de la división de poderes y el principio acusatorio. Señaló que la identidad del imputado se conoció desde el mismo inicio de la causa y que dicha circunstancia impedía que el juez delegue la instrucción de la causa al Agente Fiscal en los términos del art. 196 bis del C.P.P.N. B) Nulidad de las tareas de investigación e informes realizados por la Gendarmería Nacional relativos a los residuos domiciliarios correspondientes al imputado José Edelmiro Brito (informes de fs. 93/94 vta. y 416). Al respecto, expresó que dicho planteo fue presentado como una cuestión preliminar al debate, y que el tribunal al diferir su análisis –al momento del dictado de la sentencia– menoscabó los derechos de la defensa. Además, sostuvo que los tres jueces al expedirse sobre la cuestión no conformaron mayoría de fundamentos, por lo cual solicitó la nulidad del decisorio en este sentido. Asimismo, el recurrente alegó el incumplimiento de las reglas de los arts. 138, 139 y 140 del C.P.P.N., puesto que lo allí obtenido por el personal preventor no fue mera información, sino prueba y tal diferencia es sustancial a la hora de decidir. Resaltó que lo que se ataca es la incorporación a 4 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ la causa de elementos probatorios que no fueron obtenidos con las formas que la ley establece. El recurrente señaló que jamás se comunicó el secuestro al juez ni se labraron las actas que documentaran este acontecer para su control, precisando personas intervinientes, motivos de la ausencia de testigos, detalle de objetos, efectos o elementos de interés obtenidos en cada acto. C) Nulidad del alegato Fiscal. La defensa postuló la nulidad del alegato del Fiscal de juicio por falta de descripción de circunstancias de tiempo, modo y lugar del hecho de organización de tráfico de estupefacientes que se le imputó a Retamar. Explicó que la acusación fue confusa por la falta de descripción del hecho y de la actividad y de roles atribuidos a cada uno de los imputados, y –específicamente– se refirió a la situación de su defendido Alcides Retamar. Asimismo, puso de resalto las incongruencias que, a su entender, registró el alegato Fiscal. Expresó que la acusación confundió en todo momento los términos de organizar y financiar. Hizo hincapié a su vez en el déficit probatorio de la acusación fiscal para tener por acreditada la conducta que se le achaca a su defendido e invocó una violación al principio de oralidad, por haber el Fiscal de juicio leído parte de su alegato. Por otra parte, sostuvo que correspondía declarar la nulidad de la acusación Fiscal por cuanto violó el principio de igualdad de las partes, pues el representante del Ministerio Público Fiscal hizo una discriminación entre un imputado al que siempre quiso beneficiar (el arrepentido Carlos Alberto Berdún) y sus otros consortes de causa (Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar). D) Nulidad de la sentencia por falta de fundamentación respecto de los puntos dispositivos XI y XV. La defensa alegó que deben descalificarse las conclusiones a las que se arribó en la sentencia en los puntos XI y XV del veredicto. Particularmente, con relación 5 al punto dispositivo XI, por el cual se dispuso no hacer lugar a defensa la extracción –por la de testimonios presunta comisión solicitada de los por la delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público respecto del personal preventor que intervino: en los informes de fs. 93/94 vta. y 416/vta. y en el allanamiento del domicilio de Repucci; Mariano y por Espil el Di presunto Rocco–, falso se testimonio agravió con del testigo relación a la fundamentación del a quo al resolver en sentido contrario a lo solicitado por la defensa. Con relación al punto dispositivo XV criticó que no se haya considerado acreditado que los imputados (Gutiérrez y Brito) pudieran afrontar el costo de la defensa. E) Agravios relativos a José Edelmiro Brito. En primer lugar, la defensa sostuvo que el hecho por el que fue llevado a juicio José Edelmiro Brito encuadra dentro de la figura prevista en el art. 14, segundo párrafo, de la ley 23.737 y, consecuentemente, consideró que correspondía absolverse a su asistido por aplicación de la doctrina de “Arriola” de la C.S.J.N. La recurrente agregó que no fueron considerados por el a quo el informe de salud de José Edelmiro Brito y la adicción a las drogas a la cual el nombrado hizo referencia en su indagatoria. En la misma dirección, la impugnante expresó que la droga fue secuestrada en el domicilio de José Edelmiro Brito, y que la circunstancia de haber sido incautado el estupefaciente en el interior de la pata de una silla rota, deja entrever que José Edelmiro Brito se ha guiado por el fin de resguardar al máximo su conducta antisocial, ocultando la droga de terceros y de algunos miembros de su intimidad. Agregó que la sustancia hallada en su domicilio presentaba signos de haber estado allí desde hace mucho tiempo, lo que permite deducir entonces su destino inequívoco para el consumo. Señaló que los sucesos a los que aludió el a quo para fundar la calificación legal del hecho no integraron el 6 Cámara Federal de Casación Penal supuesto fáctico que se le Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ endilgó al nombrado en la acusación. Asimismo, la defensa sostuvo que no corresponde valorar los aspectos de la conducta que se le imputaba a la señora Graciela Mabel González (pareja de José Edelmiro Brito) en tanto ella no ha sido parte en el juicio oral (por habérsele suspendido el juicio a prueba a su favor en los términos del art. 76 bis y ter del C.P.), y que tampoco corresponde traer a la audiencia los dichos de la nombrada en forma de testigo. Señaló que el tribunal de origen valoró algunos aspectos de la conducta de González sin considerar sus descargos o explicaciones en torno al hecho que en definitiva se le imputó a su pareja. Por otra parte, la defensa invocó la presunción de inocencia y el principio “favor rei” como elemento determinante en la calificación del hecho bajo el segundo párrafo del art. 14 de la ley 23.737. F) Agravios relativos a Alcides Retamar. Alegó un déficit probatorio en orden a acreditar los hechos reprochados a su asistido. Señaló que no existen escuchas telefónicas en las cuales Alcides Retamar aluda a tomar intervención en la obtención de la droga transportada, aporte dinero o estupefacientes. “estructuras” Sostuvo que para en el las tráfico de conversaciones telefónicas sólo se menciona a una persona a la que apodan el viejo, sin que se hubiera podido determinar que dicha persona resulte Alcides Retamar. Expresó que de las escuchas telefónicas valoradas por el a quo sólo dan cuenta de que Alcides Retamar asistió a la esposa de su amigo detenido (Carlos Alberto Berdún) o que conversaba con Mario Héctor Mansilla sobre la detención del nombrado Berdún. Resaltó que solamente la declaración de Carlos Alberto Berdún en los términos del art. 29 ter de la ley 23.737 vincula a Alcides Retamar con la actividad ilícita investigada iniciales y de que su si bien intervención, pudieron las mismas corroboradas por pruebas durante el debate. 7 existir no sospechas se vieron La defensa sostuvo que la situación de Alcides Retamar fue tratada en forma conjunta con la de Mario Héctor Mansilla y que, en función de ello, se asimilaron las situaciones de los nombrados, estableciéndose la intervención de Alcides Retamar en los hechos investigados –por analogía a la de Mario Héctor Mansilla– sin referencia directa a su conducta. Asimismo, la recurrente se agravió con relación a la pena impuesta a Alcides Retamar. Señaló que el a quo, al individualizar recurrió la sanción analógicamente a penal la asignada situación al de nombrado, Mario Héctor Mansilla, sin aludir a sus condiciones personales y que el monto punitivo designado por el a quo sólo fue para justificar su prolongada detención. Finalmente, criticó el monto de la pena única impuesta a Retamar y alegó que la misma es mayor a la que se le asignó a su consorte de causa Mansilla, quien fue declarado reincidente por segunda vez. Citó jurisprudencia. G) Agravios relativos a Alfredo Daniel Repucci. La defensa señaló que la participación primaria que se le endilga a Alfredo Daniel Repucci en el transporte de estupefacientes en cabeza de Facundo Matías Gutiérrez debe ser entendida como un aporte individual y de ayuda a otro que encuadra en la figura del confabulador prevista en el art. 29 bis de la ley 23.737 o, en su caso, como partícipe secundario del referido hecho de transporte. Señaló que Alfredo Daniel Repucci sólo efectuó un aporte de presentación o acercamiento entre quien requería una persona y otro que estaba dispuesto a hacer lo requerido. Agregó Repucci que –consistente el en ofrecimiento recuperar de los Alfredo Daniel estupefacientes abandonados por Facundo Matías Gutiérrez en el micro– es un acto que no tuvo principio de ejecución y que lo que ofreció hacer era una acción imposible –de peligro inexistente– en tanto el material estupefaciente se encontraba en poder del juez. Con relación a la tenencia 8 de las sustancias Cámara Federal de Casación Penal estupefacientes secuestradas en Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ su domicilio particular, entendió que el fallo también carece de fundamentos. Señaló que se omitió considerar las condiciones en las que fue realizado el allanamiento y el secuestro de la sustancia. La defensa relevó ciertas circunstancias que no fueron descriptas en el acta respectiva, y señaló que no se han hecho salvedades para descartar que la droga haya sido colocada en el lugar por un tercero. Finalmente, solicitó que se revoque la sentencia en todo cuanto es motivo de agravio, que se regulen los honorarios requeridos por la Defensoría Pública Oficial y que se absuelvan a sus defendidos de los hechos por los que fueron condenados. Hizo reserva del caso federal. IV. Que en el término de oficina, se presentó el Fiscal General ante esta instancia, doctor Ricardo Gustavo Wechsler, quien solicitó fundadamente el rechazo de los recursos de casación interpuestos (cfr. fs. 91/96). V. Que a fs. 101/102 esta Sala IV C.F.C.P. declaró abstracto el tratamiento de la cuestión traída a estudio en el recurso de casación interpuesto a fs. 41/71 vta. “respecto del punto dispositivo XV de la resolución recurrida en cuanto dispuso abstenerse de regular honorarios (…) en relación a Facundo Matías Gutiérrez”. VI. Que con motivo de la audiencia fijada a los efectos previstos por los arts. 465, último párrafo y 468 del C.P.P.N., la doctora Eleonora Devoto, Defensora Pública Oficial, presentó breves notas (cfr. fs. 136/140 y 141). En dicha oportunidad, la doctora Eleonora Devoto planteó la nulidad de las actuaciones obrantes a fs. 11 y 12 y de lo actuado en consecuencia. En lo sustancial, señaló que la designación y actuación del doctor Juan Manuel Troitiño y del doctor Diego Gastón Fernández Pezzano, en calidad de Fiscales Federales Ad-Hoc, no respetó la normativa aplicable al caso y que dichas designaciones han sido en desmedro del orden de la lista de abogados confeccionada de conformidad con la Resolución PGN 35/98. 9 Cuestionó que el doctor Fernández Pezzano asuma el cargo sin cumplir con el juramento que dispone el art. 8 de la ley 24.946. Asimismo, puso de resalto que la excusación del doctor Troitiño no respetó el trámite de rigor (art. 71 del C.P.P.N.), y que dicho acto procesal (fs. 11) y la aceptación del cargo del doctor Fernández Pezzano de fs. 12 carecen de la firma del correspondiente Secretario (art. 140 C.P.P.N.), por lo que propició la nulidad de dichas actuaciones. Por solicitó que lo se expuesto, haga la lugar doctora al planteo Eleonora de Devoto nulidad y se disponga la absolución de sus defendidos; en subsidio, se haga lugar a los agravios expuestos en el recurso de casación interpuesto y se proceda según allí se solicita. Hizo reserva del caso federal. VII. Superado el término de oficina y la audiencia de informes prevista en los arts. 465, último párrafo y 468 del C.P.P.N. (cfr. fs. 141), quedaron las actuaciones en estado de ser resueltas. Que efectuado el sorteo de ley para que los señores jueces emitan su voto, resultó el siguiente orden sucesivo de votación: doctor Mariano Hernán Borinsky, Juan Carlos Gemignani y Gustavo M. Hornos. El señor juez doctor Mariano Hernán Borinsky dijo: I. Liminarmente, por cuestiones de orden lógico, y en tanto resultan agravios comunes de las partes recurrentes, habré de tratar las nulidades planteadas por las defensas. 1) Nulidad de las actuaciones por falta de requerimiento de instrucción del Fiscal y por delegación de la investigación en el Ministerio Público Fiscal. En primer término, cabe tratar el agravio del Defensor Oficial que asiste técnicamente a Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro Brito, referido a que el acto que dio inicio a estas actuaciones (fs. 1 y vta.) no constituye una ‘noticia criminis’ sino una denuncia. Al respecto, contrariamente a lo alegado por el impugnante, he de señalar que el acto de fs. 1 y vta. constituye una ‘noticia criminis’ que habilita la investigación que ejecutó el Ministerio Público Fiscal del hecho anoticiado en estas 10 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ actuaciones. Ello es así, por cuanto conforme surge de fs. 1 y vta., dos personas que no quisieron identificarse por temor a que se afecte su integridad física y la de sus familiares, comparecieron ante el Juzgado Federal de Primera Instancia de Ushuaia y manifestaron que “’una persona que vive en la tira 26 del Barrio Monte Gallinero de apellido Britos’ (…) ocultaría [en dicho domicilio] en el interior de las patas de una mesa, bolsas fraccionadas con cocaína, como así también en la cocina de su casa. Asimismo dicha persona también tendría sustancias estupefacientes en un domicilio ubicado en la calle Sánchez Caballero (…) y que [el] local de venta de ropa de la calle Kuanip, denominado ‘Tu estilo’, frente al comercio de ‘Rumbo Sur’, sería también utilizado para la comercialización de dichas sustancias”. Dicha información fue documentada por disposición del juez ante los Secretarios actuantes (cfr. fs. 1 y vta.). De la lectura de dicha acta, se aprecia que los datos aportados por las personas que comparecieron al Juzgado Federal de Primera Instancia de Ushuaia dando cuenta de la existencia de un hecho que, en principio, constituiría delito, ingresa en el concepto de “información” que comprende –según el diccionario de la Real Academia Española– la “…comunicación o adquisición de conocimientos que permiten ampliar o precisar los que se poseen sobre una materia determinada”. De acuerdo con esta distinción, la ‘notitia criminis’ aportada por un informante anónimo tan solo provee de una hipótesis delictiva la cual debe ser confirmada o desmentida mediante los elementos de prueba que eventualmente se reúnan en la investigación iniciada a partir de aquel anoticiamiento (cfr. C.F.C.P., Sala IV in re: “NACUSSE, Jesús Aldo R. y otros s/recurso de casación”, causa N° 14.328, reg. 2227/12, rta. 19/11/2012). En segundo lugar, con relación a los agravios traídos a estudio referidos a la supuesta actuación oficiosa por parte del juez de instrucción, resulta de aplicación al caso, “mutatis mutandis”, lo expuesto por el suscripto en las 11 causas “Del Valle Gómez, Dominga s/recurso de casación” – causa Nro. 14.063, reg. Nro. 1895.4, rta. el 15/10/12–, y “Torrico Barrientos, Peter Raúl s/recurso de casación” –causa Nro. 10911, reg. Nro. 178/12.4, rta. 28/02/2012 y sus citas–, ambas del registro de esta Sala IV de la C.F.C.P. En dichos precedentes sostuve que el Código Procesal Penal de la Nación en su artículo 195 prevé como actos promotores de la acción penal al requerimiento de instrucción Fiscal (art. 180 y 188 C.P.P.N.) o a la prevención o información policial, siendo éstas las formas en que puede iniciarse la instrucción. Y que la “prevención” implica una pesquisa documentada a través de actas; e “información” es el mero anoticiamiento de un hecho que constituye prima facie un delito. En el mismo sentido, indiqué que desde la reforma constitucional de 1994, el titular de la acción penal en los delitos de acción pública es el Ministerio Público Fiscal (art. 120 de la C.N. y arts. 1 y 25, inc. “c” de la ley 24.946). Dichas disposiciones legales no resultan incompatibles con lo dispuesto por el Código Procesal Penal de la Nación en su artículo 195, en cuanto esta última norma, prevé como actos promotores de la acción penal a la requisitoria fiscal o a la prevención o información policial, siendo éstas las formas en que puede ser iniciada la instrucción. Asimismo, consideré que el requerimiento de instrucción por parte del fiscal procede cuando la denuncia de un delito de acción pública se formule directamente ante el magistrado o las fuerzas de seguridad, siempre que aquél no decidiera hacer uso de la facultad que le acuerda el primer párrafo del artículo 196 (arts. 180 y 188 del C.P.P.N.). Ello como consecuencia del principio “ne procedat iudex ex officio” (cfr. causas “Del Valle Gómez” y “Torrico Barrientos” citadas ut supra). Bajo dichas premisas, que resultan de aplicación al caso traído en revisión, se advierte que el inicio de la presente causa no constituyó una actuación oficiosa del juez de instrucción. Ello es así por cuanto, ante la información 12 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ de la posible comisión de un delito que fue suministrada por dos personas que no se identificaron por temor a sus integridades físicas y la de sus familias, el magistrado de grado documentó la misma (cfr. fs. 1 y vta.) y, sin otro trámite, remitió el legajo a conocimiento del Agente Fiscal para que proceda a su investigación (cfr. fs. 2). En consecuencia, cabe concluir que la dirección de la investigación inicio– en de manos realización de la del tareas presente Agente causa Fiscal, investigativas estuvo quien a –desde su encomendó la personal de la Gendarmería Nacional Argentina, practicando diversas medidas de prueba dentro de sus facultades, dándole la pertinente intervención al juez de grado en numerosas oportunidades –a los efectos de que se dispongan allanamientos, intervenciones telefónicas, etc.–, y solicitándole luego, a medida que la hipótesis delictiva se ampliaba y cobraba verosimilitud, las indagatorias de cada imputado y sus respectivas detenciones – salvo el caso de Carlos Alberto Berdún, cuya detención se produjo por el accionar directo de la prevención, cuya legalidad no se encuentra controvertida en esta instancia–. Por ello, le asiste razón al a quo en cuanto a que “…en lo que a la legalidad del proceso importa, (…) la pesquisa fue efectivamente dirigida [desde el comienzo de la investigación] por el titular de la acción penal, quien la ejerció en el Ministerio, marco y de con las atribuciones prescindencia propias del de su requerimiento instructorio reclamado por las Defensas, acto que resulta exigible en la etapa instructoria cuando es el juez quien ha de dirigir la investigación, y en tanto le está vedado proceder de oficio (ne procedat iudex ex officio)…”. Por ende, cabe concluir que la defensa no logró demostrar en esta instancia que el desarrollo de la investigación haya constituido una violación al principio “ne procedat iudex ex officio”. Finalmente, con respecto a las críticas que formula la defensa produjo la en lo relativo delegación de a la 13 los términos en investigación en los que cabeza se del Ministerio Público Fiscal (primero en los términos del art. 196 bis –cfr. fs. 2– y luego de acuerdo al art. 196, primer párrafo, ambos del C.P.P.N. –cfr. fs. 30–), he de señalar que la recurrente no ha logrado demostrar en esta instancia que la delegación de la instrucción que cuestiona haya comportado perjuicio alguno a los intereses de la defensa. En consecuencia, el agravio que presenta el recurrente resulta ser meramente formal y, por lo tanto, el mismo no puede declaración concreto prosperar. de para nulidad alguna de Ello es procesal las así, toda requiere partes, pues vez un no que la perjuicio procede su declaración en el sólo interés del formal cumplimiento de la ley (Fallos: 298:312), resultando inaceptable en el ámbito del derecho procesal la declaración de la nulidad por la nulidad misma (Fallos: 322:507), por lo cual corresponde el rechazo de las críticas efectuadas en ese sentido. 2) Nulidad vinculada con la intervención de los representantes del Ministerio Público Fiscal, doctores Juan Manuel Troitiño y Diego Gastón Fernández Pezzano. Que la defensa oficial presentó las breves notas agregadas a fs. 136/140, en cuya oportunidad, en lo sustancial, cuestionó la designación y actuación del doctor Juan Manuel Troitiño y del doctor Diego Gastón Fernández Pezzano, en calidad de Fiscales Federales Ad-Hoc. Señaló que se desconoce el método por el cual el doctor Troitiño fue designado como Fiscal Federal Ad-Hoc, cuestionando a su vez la legitimación y facultad de éste para que –tras excusarse de intervenir— designe directamente en su reemplazo al doctor Fernández Pezzano, ambos abogados de la matrícula. En ese sentido, señaló que dichas designaciones debieron al menos ser “verificadas” y/o “autorizadas” por algún Magistrado en funciones, con cargo legalmente instituido y mediando un control constante de las gestiones que desarrolle el Fiscal Ad-Hoc. Asimismo, sostuvo que pese a que tanto el doctor Troitiño como el doctor Fernández Pezzano integraban la lista de abogados confeccionada de conformidad con la Resolución 14 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ PGN 35/98, no se observó el orden de prelación de dicha lista, en el cual en primer lugar se encontraba la doctora Victoria Mercedes Pomeraniec. A su vez, cuestionó que el doctor Fernández Pezzano asumió el cargo sin cumplir con el juramento que dispone el art. 8 de la ley 24.946. A criterio de la recurrente, dichas designaciones no se compadecen con el régimen general previsto en el art. 11 de la ley 24.946 (B.O. 23/03/98), ni con la normativa reglamentaria establecida (resoluciones PGN 13/98 y 35/98), puesto que ninguna de dichas disposiciones contempla como alternativa –aún como vía de excepción— la selección directa de abogados particulares “en el cargo de Magistrado vacante del Ministerio Público”. A su vez, puso de resalto que la excusación del doctor Troitiño no respetó el trámite de rigor (art. 71 del C.P.P.N.), y que las piezas procesales obrantes a fs. 11 (nota de excusación del doctor Troitiño) y fs. 12 (aceptación del cargo del doctor Fernández Pezzano) carecen de la firma del correspondiente Secretario que otorga fe respecto de quien suscribe (art. 140 C.P.P.N.), por lo que propició la nulidad de dichas actuaciones. Reseñado ello, cabe señalar que la recurrente no demostró el perjuicio concreto que le habría irrogado a sus asistidos la concreta actuación de los doctores Juan Manuel Troitiño y Diego Gastón Fernández Pezzano en calidad de Fiscales Federales Ad-Hoc en estas actuaciones, máxime si se tiene en cuenta que en relación al primero de los nombrados la defensa admite que no tuvo intervención en el caso por haberse excusado y que con relación al nombrado en segundo lugar la recurrente ni siquiera ha precisado los concretos actos procesales que realizó como representante del Ministerio Público Fiscal. En dichas circunstancias, se advierte la ausencia de demostración relación a la del agravio planteado intervención de los por la defensa nombrados en con estas actuaciones, a lo que cabe añadir que en el caso de autos se observa que –en lo sustancial— la actividad persecutoria del 15 Estado fue llevada a cabo por representantes del Ministerio Público Fiscal que no fueron cuestionados por la defensa. En ese sentido, cabe destacar que el impulso de la acción penal –en el marco de la instrucción delegada en los términos del art. 196 bis del C.P.P.N.— concretado con la orden de desarrollar tareas investigativas relacionadas con la noticia criminis (cfr. fs. 4), el requerimiento de elevación a juicio de las actuaciones (cfr. fs. 5744/5969), el ofrecimiento de prueba (cfr. fs. 6833/6849 vta.) y el alegato acusatorio con el correspondiente pedido de pena (cfr. fs. 7528/7534 vta. y 7548/7548 vta.) Ministerio fueron Público efectuadas Fiscal, cuya por representantes legitimación no ha del sido cuestionada en el sub examine. En el particular caso de autos, se advierte que la defensa no ha logrado demostrar que la actuación concreta de los doctores Troitiño y Fernández Pezzano como Fiscales Federales Ad-Hoc haya comportado la alegada violación del derecho de defensa en juicio y el debido proceso legal. Al respecto, corresponde destacar la doctrina sentada por nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación, en orden a que la declaración de nulidad procesal requiere un perjuicio concreto para alguna de las partes, pues no procede su declaración en el sólo interés del formal cumplimiento de la ley (Fallos: 295:961; 298:312; 330:4549), resultando inaceptable en el ámbito del derecho procesal la declaración de la nulidad por la nulidad misma (Fallos: 303:554; 322:507). En esa inteligencia, ya he tenido oportunidad de pronunciarme en el sentido de que las nulidades tienen un ámbito de aplicación restrictivo, no son un fin en sí mismas pues se requiere la producción de un gravamen cierto que lleve a justificar una decisión contraria a la adoptada en la sentencia; de adverso, aún a despecho de su irregularidad, el acto no puede ser invalidado en el solo beneficio de la ley (conf. “Cuevas, Mauricio Isabelino s/ recurso de casación”, cnº 14.447, reg. nº 30 15.972.4 del 12/11/11; “Paita, Ricardo Alberto y otro s/ recurso de casación”, cnº 9538, reg. nº 16 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ 755.4 del 17/05/12; “Lucas, José Andrés y otro s/ recurso de casación”, cn° 14.943, reg. nº 848/12 del 24/05/12; “Rojas, Isabel y otra s/ recurso de casación”, cnº 13.293, reg. nº 899/12 del 06/06/12 –todas del registro de la Sala IV de esta C.F.C.P.—, entre otras). Por lo demás, dada la falta de demostración de perjuicio derivado de la concreta actuación de Troitiño y Fernández Pezzano, deviene inoficioso el tratamiento de los restantes planteos de la defensa vinculados al trámite y presuntos vicios formales relacionados con la excusación de Troitiño y la aceptación del cargo por Fernández Pezzano. En virtud de lo expuesto, el planteo de nulidad en examen no puede prosperar. 3) Nulidad del alegato del Fiscal con respecto a la acusación que alcanza a Retamar y Mansilla. Adelanto que el agravio introducido por la defensa no tendrá acogida favorable en esta instancia. No puede soslayarse que el agravio que plantea el recurrente es una reedición del que alegara durante la etapa de juicio, el cual mereció debida respuesta por parte del colegiado de la instancia anterior. Ello así, por cuanto en la sentencia se afirmó que “…la estructura del alegato y la valoración de la prueba, justifiquen la declaración tampoco que se son cuestiones impetra pues el que acto cumplido por la fiscalía satisface su cometido al precisar puntualmente cuál es el hecho atribuido a cada uno de los imputados, cómo sustenta su conclusión, cuál es la aplicación legal que asigna y la pena que pide. Las deficiencias que el Dr. Muschietti analizar el señala fondo serán del materia asunto. de Las tratamiento al deficiencias o discrepancias que existen en la valoración de la prueba, con este alcance, tienen suficiente respuesta en la decisión final…” (cfr. fs. 7549 vta.). Por lo demás, de la lectura del acta de debate (cfr. fs. 7528/7534 vta.), se aprecia que el Fiscal General ha concretado su alegato acusatorio, efectuando una correcta evaluación del material probatorio 17 incorporado al debate, tratando particularmente imputado, señalando resultas del juicio la los situación hechos oral. que Asimismo, procesal consideró el de cada probados representante a del Ministerio Público Fiscal precisó la imputación que estimó acertada con respecto a cada uno de los inculpados, postulando –con fundamentos– la calificación legal de los hechos y solicitando pena privativa de la libertad para cada uno de ellos. Particularmente, con relación al agravio traído a estudio, el señor Fiscal ha expuesto que Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar han tenido un nivel protagónico en los sucesos investigados, pues ellos eran quienes organizaban y financiaban la actividad ilícita enjuiciada, la que según ese Ministerio se venía desarrollando desde tiempo antes y se siguió desenvolviendo pese a frustrados intentos de transporte de estupefacientes. La defensa no ha logrado demostrar que el alegato del Fiscal General de la instancia anterior carezca de claridad y detalles, a lo que cabe añadir que tampoco se advierte que el requerimiento de elevación a juicio no cumpla con los requisitos establecidos en el art. 347 del C.P.P.N. En el debate, el Fiscal puntualizó que Alcides Retamar era quien conseguía los estupefacientes y Mario Héctor Mansilla quien se encargaba de la logística, siendo una actividad común el impartir directivas y realizar aportes económicos, poniendo de resalto el proceder de la organización: como por ejemplo los movimientos migratorios por corto tiempo, importantes giros de dinero remitidos bajo identidad falsa por parte de la esposa de José Edelmiro Brito a Carlos Alberto Berdún, una mecánica común en comunicarse Berdún, Brito, Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar desde y hacia teléfonos que eran permanentemente sustituidos por otros y llamadas telefónicas de Carlos Alberto Berdún y Mario Héctor Mansilla a personas de Tierra del Fuego sospechadas de vender estupefacientes. A su vez, el Fiscal hizo referencia a que existía una comercializar estructura jerarquizada estupefacientes, 18 y que con la la finalidad de disponibilidad de Cámara Federal de Casación Penal medios materiales no sólo Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ abarcaba el costo de los estupefacientes, sino también de vehículos, pago de pasajes y teléfonos. El Fiscal General citó las pruebas en las que apoyó su posición, dando cuenta de las conductas de los acusados. A modo de ejemplo, entre muchas otras, se refirió a los dos hechos de transporte fracasados que estuvieron en cabeza Gutiérrez y Berdún (personas condenadas por transporte de estupefacientes en la presente causa), citó una conversación en la que Mario Héctor Mansilla expresaba que él y Alcides Retamar habían perdido unos $100.000 por la interceptación de la droga que habían enviado por intermedio de Carlos Alberto Berdún y Facundo Matías Gutiérrez. También aludió a otra conversación en la que Carlos Alberto Berdún se reportaba con Alcides Retamar indicándole su ubicación. Asimismo, se refirió a llamadas en las que Alcides Retamar le dijo a Carlos Alberto Berdún que se tomara un vuelo y volviera, u otras en las que se referían a sumas de dinero y contactos. Citó las conversaciones mantenidas luego de la detención de Carlos Alberto Berdún, y otras en las cuales planificaban otro nuevo viaje con el objetivo de transportar estupefacientes. En suma, analizadas las constancias de autos, cabe señalar que la defensa no logró demostrar que el alegato del Fiscal General al cierre del debate hubiera resultado incompleto o confuso para afectar el ejercicio del derecho de defensa en juicio de los imputados (art. 18 C.N.). A distinguido su vez, cabe razonablemente señalar la que situación la de fiscalía Carlos ha Alberto Berdún de la de los otros coimputados (considerándolo como un arrepentido en los términos del art. 29 ter de la ley 23.737, con otro nivel de protagonismo, a punto tal de señalar que Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar eran sus “patrones”, entre otras distinciones), por lo que en modo alguno puede avalarse la violación al principio de igualdad que alegó la defensa (art. 16 C.N.) sobre este aspecto. Finalmente, con respecto a la supuesta violación al 19 principio de oralidad que invocó la parte recurrente corresponde estar a lo afirmado por el a quo en cuanto a que “no ha existido una lectura de un memorial que quiebre la pauta del art. 393 del C.P.P.N.”. En virtud de lo expuesto, no se advierte violación alguna a las garantías constitucionales invocadas (defensa en juicio y principio de igualdad, arts. 18 y 16 C.N., respectivamente). Los agravios traídos a estudio constituyen una reedición de los recibieron adecuada rebatidos en consecuencia, introducidos respuesta esta por instancia corresponde el por rechazar la en a el debate, quo, el y no que fueron recurrente. alegada En nulidad del alegato fiscal –acusación– que se formuló contra Mansilla y Retamar. 4) Nulidad referida a los procedimientos e informes realizados residuos por la Gendarmería domiciliarios Nacional correspondientes relativos al a imputado los José Edelmiro Brito (informes de fs. 93/94 vta. y 416/vta.). A fin de ingresar a los agravios traídos a estudio, cabe señalar que los informes elaborados por la Gendarmería Nacional –Escuadrón 44 de Ushuaia– (fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta., incorporados al debate conforme surge del proveído de fs. 6907/6921 y acta de fs. 7527 vta.–) dan cuenta de seguimientos y “vigilancias encubiertas” efectuados por personal de dicha fuerza en el marco de la investigación de la presente causa que estaba a cargo del Ministerio Público Fiscal. En dichos informes, se documentó –entre otras cosas– que personal de dicha fuerza recolectó los residuos que habían sido dejados en lugares públicos por José Edelmiro Brito, y se detalló la información que surgía de los elementos que allí fueron encontrados –constancias de giros de dinero, telefonía números móvil, de entre tarjetas otros– de cargas (cfr. fs. prepagas 93/94 vta. de y 416/vta.). En primer lugar, con relación al agravio de la defensa referido a que el tribunal difirió el tratamiento del planteo de nulidad, he de señalar que el proceder del a quo 20 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ luce ajustado a lo dispuesto por el art. 377 C.P.P.N., a lo que cabe añadir que la recurrente tampoco demostró en esta instancia que la postergación –por parte del a quo– del análisis del planteo aludido hubiera afectado la garantía de la defensa en juicio (art. 18 C.N.). En segundo lugar, la recurrente alegó que, en lo que hace a este planteo de nulidad, la sentencia carece de mayoría sustancial de fundamentos. El agravio que presenta la defensa debe ser analizado a la luz de las pautas fijadas por de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (Fallos 308:139, 326:1885, entre otros) en cuanto estableció que “[l]a contraposición entre los argumentos de los jueces priva a la resolución de aquello que debe constituir su esencia, es decir una unidad lógico–jurídica, cuya validez depende no sólo de que la mayoría convenga en lo atinente a la parte dispositiva, sino que también ostente una sustancial coincidencia en los fundamentos que permitan llegar a una conclusión adoptada por la mayoría absoluta de los miembros del tribunal”. Bajo dichos parámetros, he de señalar que no le asiste razón a la defensa. De la lectura de la sentencia impugnada doctor surge Roberto propiciada por que la Mario el doctora Spratt doctor Ana han Luis María D’Alessio adherido Alberto a la Giménez, y el solución juez que lideró el Acuerdo y postuló el rechazo del planteo de nulidad invocado por la defensa durante el juicio. En este sentido, se advierte que los jueces de la instancia anterior coincidieron sustancialmente en que la recolección –por parte de la prevención– Edelmiro Brito de en los modo residuos alguno domiciliarios afectaron los de José derechos constitucionales de intimidad y privacidad (arts. 18 y 19 C.N.) que alegó la defensa. A su vez, los doctores Giménez y D’Alessio compartieron la idea de que los informes cuestionados no han constituido prueba directa, coincidiendo con ello el Dr. Spratt, quien afirmó “en el análisis ex post facto realizado en la instancia del Juicio, [el valor de dichos informes] como demostración 21 de una actividad de tráfico de estupefacientes fundamentos, los correspondía hacer es irrelevante”. sentenciantes lugar a la Por consideraron nulidad tales que planteada por no la defensa. De lo expuesto, no se advierte ni la defensa logró demostrar que la sentencia recurrida adolezca de ausencia de mayoría de fundamentos en lo relativo al rechazo de la nulidad planteada por el recurrente, en los términos de la C.S.J.N. reseñados ut supra (Fallos 308:139, 326:1885, entre otros). En ese sentido, cabe señalar que las precisiones efectuadas por cada uno de los magistrados del tribunal oral –en sus respectivos votos– no alteraron los fundamentos y las conclusiones comunes que fueron compartidas, por lo que corresponde rechazar el agravio que presentó la defensa. Dicho ello, sobre el fondo de la cuestión, comparto las conclusiones a las que arribó el a quo en cuanto a que, en el particular caso de autos, las tareas de investigación llevadas a cabo por personal de la Gendarmería Nacional – consistente en revisar los residuos domiciliarios de José Edelmiro Brito dejados en la vía pública– no afectaron el derecho a la privacidad e intimidad del imputado. Ello así, por cuanto la conducta de Brito de dejar en un cesto público sus residuos “razonable domiciliarios expectativa implicó de su renuncia privacidad” a la protegida constitucionalmente sobre los elementos desechados por él. En consecuencia, resulta acertado lo expuesto por el Dr. Giménez en cuanto a que la revisación de las cosas abandonadas por José Edelmiro Brito “no requería recaudos especiales”. El conocimiento obtenido y documentado por el personal de Gendarmería Nacional en los informes de fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta., con motivo de la revisión de la basura dejada por José Edelmiro Brito en la vía pública, no afectó garantía constitucional alguna. Ahora incorporado bien, legalmente la la recurrente expresó información que no documentada se en ha los informes obrantes fs. 93/94 vta. y fs. 416/vta. en la medida 22 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ que no se observaron las solemnidades previstas en los arts. 138, 139, 140, 230 bis y 231 del C.P.P.N. Con relación a ello, –como se refirió supra– de las constancias agregadas a la causa surge que el personal de Gendarmería Nacional que investigativas se partir informes de 416/vta., los el elementos limitó resultado que intervino a dar cuenta, obrantes de fueron en a dichas las tareas fs. particularmente 93/94 tareas, encontrados en vta. a y fs. detallando los los residuos domiciliarios. Ello, con el propósito de que la información recabada sea puesta en conocimiento de quien conducía la investigación (Agente Fiscal), indicando a su vez las medidas que se estimaban pertinentes para profundizar la investigación. La defensa se limita a alegar el incumplimiento de las solemnidades previstas en los artículos 138, 139 y 140 del C.P.P.N. que no puede prosperar ni tiene entidad para invalidar la actividad cumplida por los órganos de seguridad, en tanto en dichos informes se dio cuenta de la información y del conocimiento obtenido en la diligencia de investigación llevada a cabo. En consecuencia, contrariamente a lo alegado por la defensa, no se observa que los informes de fs. 93/94 y fs. 416/vta. constituyan prueba incorporada a la causa contrariando disposiciones legales. El recurrente no ha logrado demostrar la alegada violación al derecho de defensa en juicio (art. 18 C.N.). Ello así, ni bien se advierte que la defensa contó con la posibilidad de interrogar y hacer interrogar durante el juicio (art. 8.2.f C.A.D.H. y art. 14.3.e, P.I.D.C.yP.) a quienes suscribieron los informes cuestionados y a los demás integrantes del Procedimientos Grupo contra Operativo el de Investigaciones Narcotráfico (GOIP) y que intervinieron en las tareas investigativas, controlando de ese modo la prueba producida y valorada por el tribunal de origen. 23 Por lo expuesto, corresponde rechazar la nulidad que postuló la defensa. II. Superadas las críticas tratadas en el acápite anterior, corresponde analizar los agravios que alegan las defensas con respecto a la acreditación de los hechos, el juicio de responsabilidad determinación traída en de la pena revisión. penal, que Ello, se en subsunción legal y efectuó en la sentencia medida de los agravios la planteados en cada caso en particular. Agravios relativos a José Edelmiro Brito. La defensa del nombrado no cuestionó la materialidad del hecho ni la participación de su asistido en el mismo. Su agravio se centró en la calificación legal definida en la sentencia para el hecho por el cual se condenó a José Edelmiro Brito. La asistencia técnica del nombrado entendió que correspondía calificarse el hecho como constitutivo del delito de tenencia de estupefacientes para consumo personal (art. 14, segunda parte de la ley 23.737) y que, a partir de ello, correspondía aplicar la doctrina que emerge del Fallo “Arriola” de la C.S.J.N. Resulta pertinente recordar José Edelmiro Brito fue juzgado y condenado en la presente causa por habérsele secuestrado el 1/4/08 de su domicilio particular –sito en Barrio Monte Gallinero, Tira 26 “A”, Depto. 1, Ushuaia, Tierra del Fuego– 5,27 grs. de cocaína en dos envoltorios de nylon (equivalente a 9 dosis umbrales). Dicha sustancia fue encontrada oculta en el interior de la pata de una mesa (cfr. acta de fs. 1967/1978 y peritaje de fs. 2318/2320, incorporados por lectura al debate a fs. 7527 vta.). Con relación a la crítica introducida por la defensa, el tribunal de origen dio acabada respuesta a la misma. Ello es así, por cuanto se descartó que la tenencia del estupefaciente Edelmiro Brito secuestrado hubiese estado en el domicilio destinada a de su José consumo personal. Para ello, el a quo ponderó las declaraciones del arrepentido Carlos Alberto Berdún, 24 quien manifestó que a Cámara Federal de Casación Penal pedido de Mario Héctor Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ Mansilla, él le entregaba estupefacientes a José Edelmiro Brito –quien se domiciliaba en la Tira 26 del Barrio Monte Gallinero, Ushuaia–, y que el nombrado Brito –a los efectos de distribuir la mercadería– trabajaba con personal policial del lugar (cfr. fs. 2248 y fs. 3607/3609, incorporados por lectura al debate –cfr. fs. 7527 vta.–). Asimismo, a los fines del juicio de subsunción legal, los magistrados sentenciantes tuvieron en cuenta la existencia de numerosas comunicaciones; particularmente cabe resaltar las utilizados 434/436, existentes por fs. Berdún entre y 455/459 por e los Brito abonados (cfr. impresiones telefónicos informes de fs. de fs. 492/495, incorporados por lectura al debate –cfr. fs. 7527 vta.–). También consideraron los giros de dinero enviados por Graciela Mabel González (pareja de José Edelmiro Brito) bajo identidad falsa hacia Carlos Alberto Berdún, modalidad ésta que denota el ocultamiento de la actividad ilícita que se investigaba. Dichos envíos de dinero surgen del informe de fs. 144/148 (incorporado por lectura al debate –cfr. fs. 7527 vta.–), en el cual consta 4 giros de dinero –por una totalidad de $11.500– efectuados por Graciela Mabel González bajo el nombre de “María Alejandra Paz” hacia Carlos Alberto Berdún, por intermedio de “Western Union”, realizados entre el 24/4/07 y 24/8/07. En dichas condiciones, se aprecia que el juicio de subsunción legal que efectuó el tribunal a quo sobre la conducta por la que fue llevado a juicio José Edelmiro Brito (art. 14, primera parte de la ley 23.737), se efectuó con suficiente fundamentación, observando las concretas particularidades del caso y con sujeción a la calificación jurídica que propició el Fiscal General en el debate. Por lo demás, la alegada condición de consumidor de estupefacientes de José Edelmiro Brito, resulta insuficiente para modificar la calificación legal del hecho por el que resultó condenado Brito. Ello así, por cuanto conforme lo expuso el tribunal a quo, los informes médicos que se le 25 practicaron a Brito no dan cuenta de un consumo actual de estupefacientes, los cuales se condicen con la imposibilidad de consumir drogas por razones de salud que alegó el propio imputado (cfr. fs. 4003/4005 del principal e informes de fs. 62 y 142/143 del “Cuaderno de prueba de la defensa sobre informes médicos…”, todos incorporados por lectura al debate –fs. 7527 vta./7528–). Por lo expuesto, corresponde rechazar el recurso de casación interpuesto por la defensa. Agravios relativos a Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar. Al igual que lo hiciera el tribunal de origen, para evitar repeticiones conjuntamente las innecesarias, situaciones habré procesales de de tratar Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar en la medida que intervinieron en los hechos imputados de manera conjunta. Los nombrados fueron condenados por ser considerados organizadores de tráfico de estupefacientes con relación a los dos hechos de transporte de estupefacientes que se tuvieron por probados en las presentes actuaciones (art. 7, en función del art. 5, inc. “c”, de la ley 23.737), ambos en calidad de autores. La defensa de Mario Héctor Mansilla, sintéticamente, sostuvo que no hay prueba que acredite que el nombrado haya organizado junto con Alcides Retamar los transportes de sustancias estupefacientes que se le imputan. Además, alegó que no se describieron las tareas que habrían realizado cada uno de ellos y postuló, en todo caso, que correspondería adoptar la calificación de autor mediato del delito de transporte de estupefacientes. Consecuentemente, solicitó su absolución y, subsidiariamente, que se case la sentencia con el alcance indicado. La asistencia letrada de Alcides Retamar, sostuvo que no se detallaron los roles que habrían desempeñado cada uno de los imputados y que no se ha demostrado la intervención de su asistido en los hechos investigados en autos. Resaltó que solamente la declaración de Carlos Alberto Berdún, prestada en los términos del art. 29 ter de la ley 26 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ 23.737, vincula a Alcides Retamar con la actividad ilícita investigada. Además, señaló que si bien en un principio pudieron haber existido sospechas sobre la intervención de su pupilo, las mismas no fueron corroboradas. Sostuvo que las llamadas que se registraron en autos sólo dan cuenta de conversaciones mantenidas luego de la detención de Carlos Alberto Berdún. Adelanto defensas no que puede las críticas prosperar. Ello efectuadas así, por por las cuanto la sentencia recurrida se encuentra debidamente fundada y en la misma se tuvo correctamente por acreditado –con el grado de certeza que requiere una sentencia condenatoria– el hecho que se le atribuye a Mansilla y Retamar y la responsabilidad penal de los mismos. En efecto, en primer lugar, cabe tratar la intervención de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar en el transporte de estupefacientes protagonizado por Carlos Alberto Berdún. Resulta pertinente señalar que el tribunal oral tuvo por acreditado que el 6 de noviembre de 2007 Carlos Alberto Berdún mientras fue detenido trasladaba oculto en en la el ruta nacional automóvil nº Peugeot 205 504, dominio SPR–409, que conducía, 4,288 kgs. de clorhidrato de cocaína y 9,139 kgs. de picadura de marihuana (acondicionada y distribuida en distintas partes del vehículo). Cabe aclarar que Carlos Alberto Berdún fue condenado en esta causa a la pena de tres años y un mes de prisión, multa de $300 y costas, delito por de considerarlo transporte de autor penalmente estupefacientes, responsable agravado por del la intervención de tres o más personas en el hecho, en concurso real con tenencia simple de estupefacientes (art. 5, inciso “c”, art. 11, inciso “c”, art. 14, primera parte, y 29 ter de la ley 23.737, y arts. 45 y 55 del C.P.). Dicha sentencia condenatoria se encuentra firme (cfr. consentimiento prestado por Carlos Alberto Berdún a fs. 7575). Para vincular a Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar en el evento reseñado, se reparó en las declaraciones de Carlos Alberto Berdún incorporadas al debate (cfr. auto de 27 fs. 6907/6921 y lo puntualizado en el acta de debate a fs. 7464 y a fs. 7527 vta.), quien –en su condición de arrepentido– dijo que la droga que tenía y que secuestraron en su poder pertenecía a Alcides Retamar –a quien lo llamaban “el viejo”–. Expresó también que Alcides Retamar le ofrecía viajes y que “la mercadería siempre era llevada al Sr. Mario Héctor Mansilla, quien dirigía toda la operación del sur argentino”. Acotó que Alcides Retamar siempre viajaba a esos destinos –a la par que se concretaban los transportes de estupefacientes por medio de transportes públicos– pero sólo para realizar el cobro de los paquetes enviados. Asimismo, refirió que Alcides Retamar le proveía la droga a Mario Héctor Mansilla (cfr. declaraciones obrantes a fs. 2246/2271, incorporados por lectura al debate –cfr. auto de fs. 6907/6921 y lo puntualizado en el acta de debate a fs. 7464 y a fs. 7527 vta.–). El testimonio del arrepentido se vio corroborado con los diálogos telefónicos –posteriores a la detención de Carlos Alberto Berdún– entre Alcides Retamar, Mario Héctor Mansilla y otros interlocutores. En ese sentido el a quo ponderó verificó dichas que conversaciones, Alcides Retamar a través y Mario de las Héctor cuales Mansilla realizaban la actividad en conjunto, conectándolos con el suceso protagonizado por Carlos Alberto Berdún –conforme éste lo había expuesto–. En ese sentido, se ponderó el llamado de Alcides Retamar (‘el viejo’) en el cual le advirtió a Mario Héctor Mansilla sobre la detención de Carlos Alberto Berdún (‘el gordo’) y le pidió que “vaya hacia allá porque ‘parece que el gordo tuvo problemas’ diciéndole que estaba ‘internado’” (cfr. transcripciones de escuchas telefónicas mantenidas el 6/11/07 por el abonado 1011/1012, incorporadas nº por 02920643727, lectura al obrante debate a a fs. fs. 7527 vta.). Se tuvo por probado que en dicha conversación Mario Héctor Mansilla hablaba con Alcides Retamar, afirmación que fue sustentada en “las siguientes conversaciones que Mansilla tiene desde su teléfono, en las que comenta que ‘el viejo’ 28 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ (Retamar) acaba de avisarle que ‘el gordo’ ‘perdió’ (diálogo identificado como nº 18); y cuando habla con Dani (Repucci) y le explica (…) que ‘el gordo’ había tenido un accidente, para finalmente explicarle que había sido detenido (‘cayó en cana’), refiriéndole también que había sido advertido por ‘el viejo’. Allí le agrega que transportaba estupefacientes hacia su lugar (‘venía con gilada para acá’)”. Dicha afirmación encuentra sustento telefónicas del en las abonado transcripciones nº 02920643727 de escuchas obrantes a fs. 1012/1014, incorporadas por lectura al debate a fs. 7527 vta. Asimismo, se reparó en otros diálogos telefónicos que tuvieron como protagonistas a Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar de los cuales surge que éstos se habían reunido y que hablaron con la mujer de Carlos Alberto Berdún, Andrea resaltó Alagastino, que procurando hablaron de la tranquilizarla. situación de El Carlos a quo Alberto Berdún, y de lo que podía llegar a suceder en la causa, a la vez que Andrea Alagastino le comentó del allanamiento en su domicilio y de lo que encontraron allí. A su vez, el tribunal resaltó que Alcides Retamar (‘el viejo’) le mencionó a Alagastino que el abogado iba a sacar a Carlos Alberto Berdún en quince días y le aseguraron que no la iban a dejar en banda ni a ella ni a su hijo. Lo expuesto por el tribunal encuentra sustento en las transcripciones de las escuchas telefónicas mantenidas el día 7/11/07 por el abonado nº 02920–643727, las cuales fueron incorporadas al debate (cfr. fs. 1027/1030 y fs. 7527 vta.). El tribunal tuvo por probado que Alcides Retamar era la persona a la cual aludían como “el viejo” en las conversaciones reseñadas. Se puso de resalto que dicha circunstancia surge de la conversación referida en el párrafo inmediato anterior, en la cual Andrea Alagastino se refirió a su interlocutor como “Alcides”, el cual resulta ser el nombre de pila de Retamar. A ello cabe adunar que, las declaraciones efectuadas en calidad de arrepentido por Carlos Alberto Berdún (que fueron citadas ut supra), quien particularmente puso de resalto que con dicho apodo (‘el viejo’) era conocido 29 Alcides Retamar. En ese sentido, el a quo sostuvo también que “las llamadas tanto por el reconocimiento parcial de las mismas por parte del imputado Berdún, cuanto por los teléfonos de los que provenían, en poder de los encartados, y por la posterior confirmación en los hechos del contenido de las mismas permite afirmar, sin hesitación, que provenían de organizadores del tráfico de Mansilla y Retamar”. La calidad de estupefacientes de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar, también se ve reflejado en las conversaciones del 8 de noviembre de 2007, en las cuales se destaca la referencia que hace Mario Héctor Mansilla (siempre con relación a Alcides Retamar) en cuanto al negocio de estupefacientes que llevaba a cabo con el nombrado al referir –siempre en modo plural– que perdieron afrontar como –aportando sesenta ‘una mil luca’ pesos cada y que uno– debían los ahora gastos de mantenimiento de la familia Berdún (‘es así, si está con nosotros, tiene que estar con nosotros, el que está conmigo yo lo voy atender hasta el final’), dando cuenta de esa manera del vínculo que conformaban (en orden a los negocios ilícitos que emprendían) y que la estructura funcional que integraban se extendía incluso al soporte económico de la familia de Berdún. En el marco de dicho diálogo Mario Héctor Mansilla refirió que estaba con “el viejo” y comentó que andaban buscando a ambos. Lo considerado por el tribunal encuentra respaldo en las transcripciones de las escuchas telefónicas mantenidas aquél día por el abonado nº 02920– 643727, las cuales fueron incorporadas al debate (cfr. fs. 1038/1041 vta. y fs. 7527 vta.). A su vez, el a quo puso de resalto –como se señaló– que Mario Héctor Mansilla se comunicó con 'el negro', con quien compartió los pormenores de la detención de Berdún y a quien le peticionó que a través de un abogado se averigüe más sobre la investigación que se llevaba a cabo en el Juzgado Federal de Ushuaia. En el marco de dicha charla le recordó su nombre completo (‘soy Mario Héctor Mansilla Mario Héctor’); y 30 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ luego solicitó que el abogado averigüe por Alcides Retamar (cfr. transcripciones obrantes a fs. 1057/1059, fs. 1071/1073 y fs. 1234/1236, incorporadas por lectura al debate –fs. 7527 vta.–). Lo expuesto, valorado en conjunto, resulta suficiente para tener por acreditado, con el grado de certeza que requiere una sentencia condenatoria, que el transporte de estupefacientes protagonizado por Carlos Alberto Berdún fue realizado bajo la dirección y organización de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar. Por otra parte, cabe memorar que Facundo Matías Gutiérrez fue sentencia juzgado y condenado condenatoria consentimiento prestado se por en esta encuentra el imputado causa –cuya firme a fs. (cfr. 7576)– por haber transportado el día 14 de noviembre de 2007, en el micro de la empresa Via–TAC, interno 9.609, dominio FQS–095, 176 tizas de cocaína –en una mochila negra y gris–, con un peso aproximado de 2,66 kgs. En este suceso también se comprobó la intervención de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar en calidad de organizadores. Para acreditar dicho extremo, el a quo valoró que a pocos días de la detención de Carlos Alberto Berdún, el 9 de noviembre de 2007, se registraron diálogos telefónicos entre Mario Héctor Mansilla y Alfredo Daniel Repucci. Destacó que en dichos diálogos telefónicos Mario Héctor Mansilla intención de le manifestó concretar a otro Alfredo Daniel nuevo Repucci su negocio ilícito, comentándole a su vez sobre la necesidad de conseguir una persona de confianza para llevar ‘las cosas’ (los estupefacientes), refiriendo que se trataría de ‘un kilito nomás’ llamada debate (cfr. nº transcripción 45, conforme obrantes surge de del a fs. fs. cassette nº 1082/1085 7527 vta.). 5, lado “B”, incorporadas En ese al marco, Alfredo Daniel Repucci (Dani) le dijo a Mario Héctor Mansilla que le iba a conseguir una persona, explicándole que se trataba de ‘el gordo Facundo’ (Facundo Matías Gutiérrez), quien ya había colaborado en otra oportunidad (yendo hasta 31 allá abajo), señalándole también que le iba a pagar mil pesos. Asimismo, en dicho diálogo acordaron que Mario Héctor Mansilla pasaría a buscar a Facundo Matías Gutiérrez cuando éste llegase a Bahía Blanca, y convinieron que se sacara un pasaje hasta dicha ciudad, pues ello sería más seguro (cfr. transcripción del cassette nº 5, lado “B”, llamada nº 54, obrante a fs. 1087/1089, incorporada por lectura al debate a fs. 7527 vta.). Conforme surge de la conversación reseñada en el párrafo inmediato anterior, el a quo también tuvo en cuenta que Mario Héctor Mansilla le indicó a Alfredo Daniel Repucci que ya había hablado con ‘el viejo’ (Alcides Retamar) y que contaban con su visto participación de éste bueno, último teniendo en la por acreditado actividad ilícita la que desarrollaba en conjunto con el primero de los nombrados. El tribunal oral ponderó a su vez distintos diálogos entre Alfredo Daniel Repucci y Mario Héctor Mansilla en los cuales se ultimaban los detalles de la operación, haciéndose hincapié, conforme surge de las transcripciones de fs. 1240/1241, incorporadas por lectura al debate (fs. 7527 vta.), que “[e]l 13 de noviembre se concreta una llamada de Mansilla a Repucci en la que le avisa que ya está listo, y le da un horario: 3:45 hs. de la madrugada, le dice también el nombre de la compañía de ómnibus: Vía Tac; y el destino: Bahía Blanca”. Luego, conforme surge de las transcripciones obrantes a fs. 1247/1252 (incorporadas por lectura al debate –fs. 7527 vta.–), el tribunal ponderó que el día 14/11/07 Facundo Matías recriminándole Gutiérrez que ‘lo llamó a mandaron Mario al Héctor muere’. Mansilla De dichas constancias surge que Facundo Matías Gutiérrez le explicó que él se estaba por bajar en Bahía Blanca, pero al advertir la presencia de personal de Gendarmería Nacional, retrocedió en sus pasos y descartó la mochila en la parte trasera del colectivo. Cabe señalar que, el personal preventor lo hizo descender del ómnibus mas sólo le requisaron el equipaje que estaba en la bodega. El colectivo 32 siguió su rumbo y la Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ mochila con estupefacientes fue hallada por un pasajero, la cual luego fue puesta a disposición de las autoridades de San Antonio Oeste. La secuencia de todo lo sucedido se encuentra acreditada por las coincidentes declaraciones prestadas en el debate por los pasajeros del colectivo, su chofer y el personal preventor interviniente (Luis Armando Vázquez Tejo, Ramón Alicio Cisterna, Laura Alejandra Fraser, Noelia Fernández, Víctor Daniel Farías, Pedro Pablo Moreno –cfr. acta de fs. 7491/7493 vta. y fs. 7518/7519 vta.–). También se puso de resalto que luego de lo reseñado en el párrafo inmediato anterior, se registraron una serie de diálogos entre Mario Héctor Mansilla y otras personas con el objetivo de recuperar estupefacientes que la aquélla mochila con el contenía, lo cual material se vio frustrado en virtud de que la referida mochila fue puesta a disposición de las autoridades de San Antonio Oeste (cfr. transcripciones de las escuchas telefónicas sobre el abonado nº 02920–643727 obrantes a fs. 1252/1261, las cuales fueron incorporadas al debate por lectura). Asimismo, y ya frustrado el negocio ilícito, el tribunal ponderó que, conforme surge de las transcripciones obrantes a fs. 1259/1261 referidas ut supra (incorporadas por lectura al debate –fs. 7527 vta.–), con fecha 14/11/07 Mario Héctor Mansilla le refirió a Alfredo Daniel Repucci que estaba en apuros económicos con Alcides Retamar (‘cincuenta otra vez para abajo’, ‘ya estamos quebrados con el viejo casi’, ‘la otra vez perdimos las cosas, el auto del viejo y ahora otra vez’). Ello fue ponderado por el a quo para dar cuenta de esta manera que tanto Mario Héctor Mansilla como Alcides Retamar, se vieron involucrados en la organización del transporte de estupefacientes también en esta nueva cobrado mayor oportunidad. Si bien Mario Héctor Mansilla ha protagonismo en el transporte de estupefacientes llevado a cabo por Facundo Matías Gutiérrez, no es menos cierto que un análisis global y en conjunto de la prueba reunida en autos permite vincular a Alcides Retamar en este hecho cometido 33 apenas 8 días después del perpetrado por Berdún. En efecto, Retamar fue consultado para llevarlo a cabo y se estableció que sufrió pérdidas estupefacientes efectuado económicas llevado Gutiérrez; a tanto cabo todo lo en por cual el transporte Berdún permite como de en el constatar el dominio que tenían ambos imputados en la organización de la actividad delictiva enjuiciada. En ese sentido, luce acertada la conclusión del tribunal oral en cuanto a que “las declaraciones de Berdún en su condición de arrepentido, y que encuentran corroboración en los distintos elementos de la causa, sindican a Mansilla y Retamar como aquellos actores principales de las operaciones de tráfico en general y de los dos hechos puntuales en particular”. El tribunal de origen ponderó a su vez la estrecha relación que existía entre los nombrados (Alcides Retamar y Mario Héctor Mansilla) y Carlos Alberto Berdún. La misma, surge no sólo de los diálogos mantenidos entre los nombrados previamente a la detención de Berdún, sino también a partir de los registros de los distintos viajes y cruces fronterizos que realizaron en conjunto a través del Paso Internacional San Sebastián –Tierra del Fuego– (cfr. informe de fs. 201/205 incorporado por lectura al debate –fs. 7527 vta.–), y el apoyo brindado por Alcides Retamar y Mario Héctor Mansilla a la familia de Berdún al producirse su detención en el marco de la presente causa. En definitiva, quedó suficientemente acreditado en la sentencia impugnada que tanto Mario Héctor Mansilla como Alcides Retamar conformaron una estructura funcional, bajo cuya orden y dirección se perpetraron los transportes de estupefacientes llevados a cabo por Carlos Alberto Berdún y por Facundo Matías Gutiérrez. Ellos fueron quienes organizaban los recursos humanos y materiales para llevar adelante el tráfico de estupefacientes que emprendían. Esto significa: preparación de los viajes, ya sea en transporte público o en vehículos particulares, reclutaban personas para que transporten los estupefacientes –o requerían a terceros 34 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ para que lo hagan por ellos (tal el caso de Gutiérrez)–, y coordinaban el manejo económico para afrontarlos. En virtud de lo expuesto, cabe concluir que en la sentencia recurrida se ha acreditado –con el grado de certeza que requiere una sentencia condenatoria– la responsabilidad penal de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar a tenor del art. 7, en función del art. 5, inciso “c” de la ley 23.737, a partir de una valoración amplia de la totalidad de la prueba reunida, de conformidad racional (art. 398 de a las reglas C.P.P.N.), de sin la que sana se crítica advierta la arbitrariedad alegada por la defensa. Contrariamente a lo sostenido por la asistencia letrada de los imputados, del examen hasta aquí realizado, los magistrados de la instancia anterior han valorado y formado su convicción en la reconstrucción histórica de los hechos, a partir brindando de razones pruebas colectadas suficientes a la en hora la de causa fundar y la sentencia (art. 123 y 404, inc. 2 del C.P.P.N.). En consecuencia, el fallo traído en revisión constituye el resultado de la aplicación razonada del derecho vigente a las concretas y válidas constancias agregadas a la causa. Por ende, la sentencia se encuentra debidamente fundada y, por lo tanto, debe ser homologada. Finalmente, en lo concerniente a la postura de la defensa en cuanto alegó que Mario Héctor Mansilla debe ser considerado como autor mediato de transporte de estupefacientes –2 hechos–, cabe señalar que el recurrente se ha limitado a afirmar dicho extremo, sin demostrar que en el caso concurran configure la los autoría presupuestos mediata que necesarios invoca. Por para que ende, se dicha posición debe ser descartada. Al margen de ello, considero que la calificación adoptada por el a quo –art. 7 de la ley 23.737– luce ajustada a derecho. En este sentido, cabe señalar que “las conductas del art. 7º de organizar y financiar cualquiera de las actividades ilícitas a que se refieren los arts. 5º y 6º, [todos de la ley 23.737], se 35 encuentran provistas de autonomía e individualidad propia como tipo penal respecto de las previstas en estos últimos artículos –a los que se hayan vinculadas– únicamente por la referencia que la misma norma hace a las actividades incluidas en ellos; sólo se requiere para la configuración [de las conductas del art. 7º de la referida ley] que alguna de las acciones de los arts. 5º y 6º premencionados sea financiada u organizada por alguien pero no que el autor las despliegue materialmente. Basta, por consiguiente, que el organizador realice una tarea puramente intelectual, que también puede extenderse a establecer contactos, relacionar personas, etc.” (cfr. D’Alessio, Andrés José “Código Penal Comentado y Anotado”, 2º ed., La Ley, Buenos Aires, 2011, Tomo III, pág. 1053/54 –comentario con cita de jurisprudencia–). Conforme lo expuesto, en el caso de autos, si bien ni Mario Héctor Mansilla ni Alcides Retamar intervinieron en la ejecución material del transporte de estupefacientes, sus aportes consistieron –como ya se expuso– en la elaboración del plan para posibilitar la actividad ilícita (transporte de estupefacientes), y en la coordinación de la logística de las operaciones: esto es atribuyendo roles, distribuyendo las tareas (administración de los medios humanos y materiales) para la consecución de la finalidad perseguida, sin que se advierta vicio alguno en la decisión recurrida. En ese sentido, cabe apuntar que con relación a la figura prevista en el art. 7º de la Ley 23737, TAZZA señala que “[l]a jurisprudencia argentina, (…) ha sostenido que el organizador de esas actividades es quien articula los medios necesarios para conseguir la finalidad ilegal del tráfico de estupefacientes, sentido de merced relacionar a su actividad personas, desarrollada proveer en instrumentos, facilitar contactos con personas que proveerían del material espurio, la conexión con potenciales compradores, y en fin, toda actividad que revela organizacional, aún cuando la existencia realice una de tarea un dominio puramente intelectual” (Cfr. aut. cit., El Comercio de Estupefacientes. Análisis de los Aspectos Objetivos y Subjetivos de los Tipos 36 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ Penales, Nova Tesis, Buenos Aires, 2008, pág. 233). Por ello, cabe concluir que la calificación legal escogida por el a quo (art. 7, en función del art. 5, inciso “c” –en la modalidad de transporte– de la ley 23.737; en calidad de autores) luce ajustada a derecho y a las constancias de la causa. En razón de lo expuesto, corresponde rechazar los recursos de casación interpuestos por la defensa de Mario Héctor Mansilla y Alcides Retamar. Agravios relativos a Alfredo Daniel Repucci. Cabe recordar que se tuvo por acreditado que Alfredo Daniel Repucci, a pedido de Mario Héctor Mansilla, fue el encargado de contactar y reclutar a Facundo Matías Gutiérrez, para que éste realice el transporte de estupefacientes que tuvo lugar el 14/11/2007 (hecho reseñado ut supra). Su conducta fue calificada como constitutiva del delito de transporte de estupefacientes, en calidad de partícipe primario (art. 5, inc. “c” de la ley 23.737 y art. 45 del C.P.). La defensa del nombrado no cuestionó la materialidad del hecho, sino que alegó que la participación primaria que se le endilgó a Alfredo Daniel Repucci en el transporte de estupefacientes que realizó Facundo Matías Gutiérrez debe ser entendida como un aporte individual y de ayuda a otro que trafica bajo los alcances del confabulador prevista en el art. 29 bis de la ley 23.737 o, en su caso, como partícipe secundario del delito de transporte de estupefacientes. Puntualmente, con relación al agravio referido al grado de participación que corresponde asignarle al aporte de Alfredo comparto Daniel lo asignársele Repucci expuesto al en por nombrado el particular el a quo un rol en caso cuanto necesario de a en autos, que el debe hecho imputado. Ello es así, en la medida que fue el encargado de contactar y reclutar a Facundo Matías Gutiérrez para que éste realice el transporte de estupefacientes que tuvo lugar el día 14/11/2007. 37 Al respecto, cabe señalar que el a quo, al valorar la prueba reunida en autos, puso de resalto que Mario Héctor Mansilla quería concretar un nuevo negocio ilícito. Tras ciertos intentos frustrados por conseguir a una persona para el transporte de estupefacientes, Mario Héctor Mansilla se comunicó el 9/11/07 con Alfredo Daniel Repucci, a quien conocía y a quien le comentó que necesitaba una persona de confianza Alfredo para Daniel llevar ‘las Repucci cosas’ pudo (los comprender estupefacientes). y satisfacer las pretensiones ilícitas de aquél (‘al gordo te lo mando’) –cfr. transcripción del cassette nº 5, lado “B”, llamada nº 45, obrante a fs. 1082/1085, incorporada por lectura al debate a fs. 7527 vta.–. En este sentido, se tuvo por probado que Alfredo Daniel Repucci cumplió –en el mismo día– con la tarea encomendada por Mario Héctor Mansilla. Según surge de los diálogos Daniel obtenidos Repucci consiguió ‘un le en las escuchas manifestó chabón’ a (Facundo telefónicas, Mario Matías Héctor Alfredo Mansilla Gutiérrez) que para el traslado de estupefacientes –que según sus dichos ya había cooperado en otra oportunidad–, y convinieron a su vez que Repucci sacaría el pasaje hasta “Bahía” (cfr. transcripción del cassette nº 5, lado “B”, llamada nº 54, obrante a fs. 1087/1089, incorporada por lectura al debate a fs. 7527 vta.). Asimismo, el tribunal de origen también ponderó las conversaciones subsiguientes de fecha 13/11/07 que, conforme surge de abonado las nº transcripciones 02920643727 de (cfr. escuchas fs. telefónicas 1240/1241 lo que del fue incorporado por lectura al debate –fs. 7527 vta.–), revelan las que particularidades del viaje, la empresa en se realizaría, el día y la hora. A su vez, luego de la detención de Facundo Matías Gutiérrez en la terminal de Bahía Blanca con fecha 14/11/07, Mario Héctor Mansilla se comunicó con Alfredo Daniel Repucci, para explicarle que Facundo Matías Gutiérrez fue detenido allí por Gendarmería Nacional y que la mochila con estupefacientes había quedado a bordo del colectivo de la empresa Vía Tac –que siguió viaje–, ante lo 38 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ cual Alfredo Daniel Repucci se ofreció para recuperarla (‘si viene ahí en el cole yo puedo subir aca’), lo cual encuentra sustento en las transcripciones 1252/1253 incorporadas por telefónicas lectura al debate (cfr. fs. fs. 7527 a vta.). Todo lo expuesto cobra virtualidad al analizar el aporte de Alfredo Daniel Repucci. De acuerdo a la situación de contexto descripta y de conformidad a cuanto dispone el art. 45 del C.P., resulta acertado considerar que Alfredo Daniel Repucci ha prestado una cooperación esencial en el transporte de estupefacientes que llevó a cabo Facundo Matías Gutiérrez el día 14/11/07, pues sin la misma dicho transporte de estupefacientes no se habría producido. En ese sentido, resulta pertinente señalar que BACIGALUPO enseña que “el cooperador necesario es el que en la etapa de preparación del hecho aporta al mismo una contribución sin la cual el delito no hubiera podido cometerse” (Cfr. Bacigalupo, Enrique “Derecho Penal, Parte General” 2º edición, Hammurabi, Buenos Aires, 1999, pág. 530). Las circunstancias comprobadas en la causa respaldan adecuadamente la calificación legal escogida por el sentenciante, no logrando demostrar la defensa la errónea aplicación en la ley substantiva. Por argumentos calificación otra parte, suficientes legal al la en defensa sustento hecho de endilgado a tampoco la aportó pretendida Alfredo Daniel Repucci bajo la figura del art. 29 bis de la ley 23.737. Dicho tipo penal “es un delito permanente que se ejecuta mientras dure el acuerdo y hasta que comienza la ejecución del delito pactado” (Cfr. D’Alessio, Andrés José “Código Penal Comentado y Anotado”, 2º ed., La Ley, Buenos Aires, 2011, Tomo III, pág. 1116). En ese sentido, cabe señalar que el acuerdo en cometer alguno de los delitos contemplados en la ley 23.737, consiste en la decisión común que caracteriza a la participación criminal, que incluirá el plan y el reparto de funciones entre los distintos intervinientes, y que dará lugar a que, “ya comenzada la ejecución del hecho, 39 algunos sean autores o coautores y otros partícipes primarios o secundarios” (Idem, pág. 1114). Bajo dichos parámetros, cabe señalar que en el caso a estudio no quedan dudas de que se consumó el delito de transporte de estupefacientes por el cual fue condenado Facundo Matías Gutiérrez. Por ello, el aporte necesario de Alfredo Daniel Repucci al hecho protagonizado por Facundo Matías Gutiérrez no puede considerarse sino como una cooperación a dicho suceso en los términos del art. 45 del C.P. Por ello, la calificación legal escogida por el tribunal de origen (art. 5º, inciso “c” de la ley 23.737, en la modalidad de transporte de estupefacientes, en calidad de partícipe derecho necesario y a las –art. 45 del constancias C.P.–) de la luce ajustada causa. Por a ende, corresponde rechazar las críticas que formuló la defensa en este sentido. Por condenado otra por parte, habérsele Alfredo Daniel secuestrado el Repucci 24/4/08 en fue su domicilio –ubicado en la calle 6 número 566 de la localidad de Sierra Grande, Río Negro– 124,36 grs. de cocaína y 10,31 grs. de marihuana (cfr. acta de fs. 2836/2838, incorporada por lectura al debate a fs. 7527 vta.). El tribunal oral calificó la conducta atribuida a Alfredo Daniel Repucci como constitutiva del estupefacientes, en delito de carácter de tenencia autor (art. simple 14, de primer párrafo, ley 23.737). Con respecto a este hecho, la defensa alegó la posibilidad de que la droga allí secuestrada hubiera sido puesta por un tercero, pues la puerta de acceso al domicilio del imputado se encontraba abierta con anterioridad a que se produjera el allanamiento de la finca. En acreditado en ese sentido, autos que cabe el señalar allanamiento que al se encuentra domicilio de Alfredo Daniel Repucci se demoró en virtud de que el personal preventor no contaba con “personal especializado en allanamientos de drogas” y que por ello se tuvo que recurrir 40 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ a las autoridades de “Viedma, distante a unos 300 kilómetros de Sierra Grande”. Dicha circunstancia fue explicada en el debate por José Alfredo Jiménez, oficial de la Policía de Río Negro, quien expresó que una vez que arribó el personal de toxicomanía se procedió al ingreso a la vivienda. El citado testigo señaló que era “probable que se pusiera por precaución una consigna policial en el domicilio a allanar, hasta la llegada de la gente de toxicomanía que fue convocada en Viedma”. Si bien surge de las constancias agregadas a la causa que la puerta del domicilio de Alfredo Daniel Repucci se encontraba abierta con anterioridad a que se concretara el allanamiento (cfr. declaraciones prestadas en el debate por Roberto Luis Centeno y Angélica Delmira Rosales obrantes a fs. 7473 vta. y fs. 7474, respectivamente), lo cierto es que se dejó constancia en el acta respectiva (cfr. fs. 2836/2838, incorporada por lectura al debate a fs. 7527 vta.) que el acceso a dicho policial, que domicilio se fue fue custodiado relevando hasta por el un puesto momento del allanamiento, tal como también lo afirmó la testigo Rosales en el debate. Sin perjuicio de lo dicho hasta aquí, cabe resaltar que el propio Alfredo Daniel Repucci, al prestar declaración indagatoria a fs. 4695/4698 –que fue incorporada por lectura al debate a fs. estupefaciente propiedad y desconocida consecuencia, 7463 vta.–, secuestrado que la el se lo noche planteo reconoció en su había anterior que que domicilio comprado al formuló a el era una material de persona procedimiento. la defensa su En resulta inadmisible. En razón de lo expuesto, corresponde rechazar el recurso interpuesto por la defensa de Alfredo Daniel Repucci. Pena impuesta a Alcides Retamar. Cabe señalar que, a efectos de graduar la pena de Alcides Retamar, el “a quo” se remitió a las razones meritadas al momento de fijar la sanción de Mario Héctor Mansilla. En esa dirección, se consideró que la conducta de 41 Alcides Retamar se subsumió en la figura de organizador de tráfico de estupefacientes con relación a dos hechos de transporte de estupefacientes (arts. 7, en función del art. 5, inc. “c”, de la ley 23.737) y por el que debe responder penalmente en calidad de autor. Asimismo, se tuvo en cuenta que si bien los hechos reprochados se referían a una cantidad importante de droga, no se trataba de una organización de gran envergadura, a lo que cabe añadir que los transportes no sólo incluyeron marihuana sino también cocaína. Por otro lado, se advierte que el tribunal de origen le impuso a Alcides Retamar la pena de ocho (8) años de prisión, multa de pesos cinco mil –$5.000–, accesorias legales y costas. Es decir, le asignó el mínimo de la pena de prisión prevista para el delito por el cual fue condenado (art. 7º, en función del art. 5, inciso “c” de la ley 23.737). Con relación a la pena única de 11 (once) años de prisión asignada a Retamar, cabe señalar que el tribunal de origen unificó la pena impuesta en la presente causa (8 años de prisión) con la impuesta por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal nro. 4 de San Martín, provincia de Buenos Aires en la causa nro. 2215, de cuatro (4) años y seis (6) meses de prisión (cfr. fs. 7454/7455 vta.), por considerárselo partícipe necesario del delito de transporte de estupefacientes en su modalidad de tenencia con fines de comercialización de materias primas y precursores químicos para su fabricación. En consecuencia, se advierte que aplicando el sistema composicional de penas, el a quo le impuso a Alcides Retamar una pena única inferior en (1) año y once (11) meses a la resultante de la suma aritmética de los montos punitivos de las condenas involucradas. En su razón, no se observa, ni la defensa logró demostrar en esta instancia que la pena única impuesta por el tribunal de origen resulte desproporcional con la magnitud de los injustos y el grado de culpabilidad exhibido por Alcides 42 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ Retamar. Para así concluir, tengo en cuenta, de acuerdo a la escala penal computable y a tenor de lo normado por los arts. 40 y 41 Retamar, del su C.P., edad las condiciones (nació el personales 18/9/58), las de Alcides circunstancias apuntadas precedentemente y las características concretas de los hechos por infracción a la ley 23.737 ventilados en las dos condenas resoluciones objeto de obrantes particularmente la unificación a fs. cantidad –relevadas 7229/7241 y el y tipo de en las 7242/7263–, sustancias estupefacientes involucradas en cada evento. En consecuencia, corresponde rechazar la arbitrariedad alegada por la defensa. En este sentido, cabe recordar que la doctrina de la arbitrariedad posee un carácter estrictamente excepcional y exige, por lo tanto, que medie un apartamiento inequívoco de las normas que rigen el caso o una absoluta carencia de fundamentación (Fallos 295:140, 329:2206 y sus citas; 330:133, entre otros). De allí que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido de modo reiterado que dicha doctrina no es invocable en tanto la sentencia contenga fundamentos jurídicos mínimos que impidan su descalificación como acto judicial (Fallos: 290:95; 325:924 y sus citas, entre otros), déficit que, vale señalar, no ha sido demostrado por el recurrente. IV. Por otro lado, la defensa entendió que debe anularse el punto dispositivo XV de la decisión impugnada en cuanto resolvió: “ABSTEN[ERSE] DE REGULAR HONORARIOS a las Defensas Públicas en virtud de que no se ha demostrado que sus asistido se encuentr[en] económicamente en condiciones para afrontar su costo”. Cabe señalar que dicho agravio sólo subsiste en la actualidad con relación a José Edelmiro Brito dado que a fs. 101/102 vta. esta Sala IV de la C.F.C.P. declaró abstracto dicho planteo con respecto a Facundo Matías Gutiérrez (Reg. nº 1072/12, rta. el 27/6/12, decisión que se encuentra firme). Con relación a la crítica en estudio, cabe señalar que lo resuelto en este aspecto por el a quo no constituye 43 sentencia definitiva ni equiparable a tal, en tanto el Tribunal Oral sólo se limitó a abstenerse de regular los honorarios “en virtud de que no se ha demostrado que sus asistidos se encuentr[en] económicamente en condiciones para afrontar su costo”, por lo cual la cuestión puede ser reeditada por esa parte. Sin perjuicio de ello, resulta pertinente señalar que tradicionalmente pública oficial se sanción de ley Público, la B.O. el servicio caracterizó 24.946 23/3/98) por (Ley se prestado su la gratuidad. Orgánica autorizó por la del defensa Con la Ministerio regulación de honorarios en beneficio de dicho Ministerio para el caso que el imputado resulte condenado y cuente con medios económicos suficientes para solventar la defensa (cfr. art. 63 de la ley citada). En consecuencia, toda vez que la defensa no logró demostrar en esta instancia que se encuentren reunidos en autos los extremos previstos por el artículo 63 de la ley 24.946 –esto es: que el imputado condenado cuente con medios económicos suficientes para solventar la defensa, respecto de lo cual el tribunal hizo alusión en el punto dispositivo XV–, corresponde declarar inadmisible el agravio traído a estudio. V. Por otra parte, la defensa señaló que no ha sido tratada la solicitud de extracción de testimonios que esa parte había efectuado durante el debate (por la presunta comisión de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público respecto del personal preventor que intervino en los informes de fs. 93/94 vta. y 416/vta. y en el allanamiento del domicilio de Repucci; y por el presunto falso testimonio Mariano Espil Di en el que Rocco). habría En ese incurrido sentido, la el testigo recurrente entendió que debía anularse el punto dispositivo XI de la decisión impugnada en cuanto resolvió “HACER SABER al Sr. Defensor Público, Dr. Adolfo Muschietti, en la medida en que los hechos que invocara en su alegato, no han sido valorados de igual modo por el Tribunal, corresponde no hacer lugar a la remisión de testimonios solicitadas”. 44 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ Que con respecto a la impugnación presentada en relación a la alegada falta de fundamentación del decisorio respecto de lo resuelto en su punto dispositivo XI, cabe señalar que el fallo recurrido ofrece en dicho punto dispositivo sustento suficiente a dicha conclusión; máxime cuando al respecto alude y hace remisión a la interpretación diversa de la prueba efectuada por el a quo en relación a la pretendida por el recurrente sobre el particular. La defensa no ha logrado demostrar en esta instancia los defectos de fundamentación que puedan superar las conclusiones a las que arribó el tribunal de juicio, razón por la cual corresponde rechazar su recurso también en este punto. VI. Por todo lo expuesto, corresponde: I. Rechazar los recursos de casación interpuestos por la defensa técnica de Mario Héctor Mansilla a fs. 31/39, doctor Guillermo A. Gowland, y el Defensor Público Oficial doctor Adolfo Miguel Francisco José Muschietti a fs. 41/71 vta., en representación de Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro Brito (arts. 470 y 471 a contrario sensu, del C.P.P.N.); sin costas en la instancia (arts. 530 y 531 in fine del C.P.P.N.). II. Tener presente la reserva del caso federal efectuada por las partes. El señor juez Juan Carlos Gemignani dijo: I. argumentos Que por coincidir en lo sustancial con los expuestos consideraciones en su voto, efectuadas por mi habré de colega adherir Mariano a las Hernán Borinsky, sin perjuicio de realizar unas breves precisiones en orden a la cuestión de la autoría introducida por la defensa de Alfredo Daniel Repucci y cuyo exclusivo objetivo será el de precisar los términos de la imputación en relación a la problemática de la accesoriedad, en la medida que no existe un agravio partivo acusatorio que autorice la quo que el de su revisión. Así premencionado pues, Repucci tuvo fue por el probado el encargado, a a pedido consorte de causa Mansilla, de contactar y reclutar a Facundo 45 Matías Gutiérrez para que éste llevara adelante el transporte de estupefacientes que se desplegara el día 14 de noviembre de 2007 y que culminara con el secuestro de 2,9 kilogramos de sustancia estupefaciente que presentaba en su composición clorhidrato de cocaína. De tal suerte, tal como sostuve en la causa nro. 3/13 caratulada “Cafferata, Ulises y otros s/ recurso de casación”, reg. 1718.13 de esta Sala IV rta. el día 16/09/13, al producirse un contacto social disvalioso, la pura relación circunscrita a dos personas (autor y víctima) carece de toda relevancia, pues siempre cabe identificar a terceras personas que han configurado de determinada manera el contacto social y que por tanto también son potenciales autores -quién sea denominado "autor" y quién "tercero" depende únicamente de la circunstancia de cuál sea la persona con la que se inicie el análisis al intentar resolver un caso-. (JAKOBS, Günther, La imputación objetiva en derecho penal, Ed. Ad-Hoc, Buenos Aires, 1997, pag. 15). En esa dirección, quien realiza actos ejecutivos no sólo ejecuta su propio hecho, sino el hecho de todos, en cuyo caso, la ejecución es al mismo tiempo su propio injusto y también el injusto de cada uno de los partícipes (JAKOBS, op. citada, pag. 76). Luego, si imputar significa establecer o reconstruir las reglas según las cuales se procede a definir como “causa” determinante de un riesgo, de entre todas las existentes, al intervinientes, realizado y por definirlos uno por ello procedimiento explicativo que competencia ejercicio roles, aportes o fácticos; los de términos o varios como distingue y pero no de los responsables; aportes en definiciones por virtud de autor de y partícipe resultan provisorias y mudables. Así las cosas, considero que el aporte realizado por Repucci, susceptible de lejos de reproche un penal, rol secundario, incluso por resultaría encima de la participación primaria. II. Respecto del agravio introducido por la defensa 46 Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ en el escrito de breves notas presentada en la oportunidad procesal prevista en los art. 465, último párrafo y 468 del C.P.P.N., considero tratamiento de que más cuestiones allá de traídas no a compartir estudio en el dicha instancia -pues el Tribunal debe limitarse al estudio de los motivos propuestos ab initio al interponerse el recurso de que se trate- considero que en el particular corresponde su consideración por cuanto se advierte que se ha objetado la intervención del Ministerio Fiscal, lo cual se encuentra expresamente sancionado con la nulidad en el artículo 167 inciso 1º) del C.P.P.N. De tal suerte y si bien comparto las consideraciones expresadas por el Dr. Borinsky en cuanto a que no se ha acreditado un perjuicio concreto en orden a la nulidad invocada, no menos cierto es que el irregular trámite que sucedió a la designación del Agente Fiscal que circunstancialmente intervino en el expediente, amerita que se arbitren los medios necesarios para que ello no vuelva a ocurrir. Se advierte además que las especiales características de la jurisdicción en que se desarrollaron los hechos, dificulta el régimen de subrogancia establecido en el primer párrafo del artículo 11 de la Ley orgánica del Ministerio Público, lo que deriva en la necesidad de recurrir a una lista correspondientes de abogados de inconvenientes la matrícula como el ello se que con aquí se sus ha presentado. Vale normativamente destacar tanto en que la ley 24.946 halla como previsto en sus resoluciones complementarias, las PGN 13/98 y PGN 35/98. Es de esta normativa de la que se desprende que el entonces Procurador General de la Nación exhortó a no hacer recaer, en la medida de lo posible, el peso de tareas propias sobre aquellos que ejercen libremente su profesión de abogado conf. párrafo cuarto de la resolución PGN 35/98-. III. Por lo demás, los embates de la defensa no han logrado desvirtuar el razonamiento efectuado por el a quo en 47 su sentencia, la cual, luce como una pieza fundada y motivada sin vicios de logicidad que la resientan como acto jurisdiccional válido. IV. Con estas breves consideraciones, adhiero al rechazo los recursos interpuestos por las defensas técnicas de Mario Héctor Mansilla, Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Adelmiro Brito. Sin costas (arts. 530 y 531 del CPPN). Así voto.El doctor Gustavo M. Hornos dijo: Adhiero en lo sustancial al voto del distinguido colega que lidera el sentencia recurrida, nulidades planteadas, acuerdo, en lo la en tanto relativo ponderación entiendo al de que rechazo las de pruebas, la las la acreditación de la ocurrencia de los hechos juzgados y la participación que en los mismos les cupo a los encausados, se encuentra correctamente fundada y no presenta fisuras de logicidad en su razonamiento. Es que las conclusiones a las que se arriba en el fallo constituyen la derivación necesaria y razonada de las constancias de la causa, y la aplicación del derecho vigente al caso concreto, contando con el grado de certeza necesario exigido a todo veredicto de condena, sin que las críticas que formulan las defensas logren conmover lo resuelto como acto jurisdiccional válido (arts. 123, 398, 404, inc. 2º del C.P.P.N.). Por lo fundamentación demás, del tampoco quantum advierto punitivo defectos seleccionado en la por el tribunal de mérito respecto de Alcides Retamar, en tanto el a quo dilucidó la sanción aplicable a los hechos por los que se lo condenara en esta causa –y practicó la correspondiente unificación de penas— con estricto apego a las pautas previstas en los arts. 40 y 41 del ordenamiento sustantivo, tornando así inviable el embate que sobre esta cuestión deduce el casacionista. Finalmente, y respecto del agravio introducido por la defensa en la oportunidad 48 procesal prevista en los Cámara Federal de Casación Penal Causa N° 15.116 –Sala IV– C.F.C.P “MANSILLA, Mario Héctor y otros s/ recurso de casación“ artículos 465, último párrafo y 468 del C.P.P.N., comparto también los argumentos desarrollados por el magistrado que lidera la votación en punto a que no ha logrado el recurrente demostrar el advierte que real –como alcance bien de lo su agravio, puntualiza máxime el si se colega—, la actividad persecutoria relevante en esta pesquisa fue llevada a cabo por fiscales cuya legitimidad no luce cuestionada. Con estas breves consideraciones, adhiero a la solución propiciada por el Dr. Borinsky. En mérito del Acuerdo que antecede, el Tribunal, RESUELVE: I. RECHAZAR los recursos de casación interpuestos por la defensa técnica de Mario Héctor Mansilla a fs. 31/39, doctor Guillermo A. Gowland, y el Defensor Público Oficial doctor Adolfo Miguel Francisco José Muschietti a fs. 41/71 vta., en representación de Alfredo Daniel Repucci, Alcides Retamar y José Edelmiro Brito (arts. 470 y 471 a contrario sensu, del C.P.P.N.); sin costas en la instancia (arts. 530 y 531 in fine del C.P.P.N.). II. TENER PRESENTE la reserva del caso federal efectuada por las partes. Regístrese, notifíquese, comuníquese a la Dirección de Comunicación Pública de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por intermedio de la Secretaría de Jurisprudencia de esta Cámara (Acordada 15/13, C.S.J.N.) y remítase al tribunal de origen, sirviendo la presente de atenta nota de envío. JUAN CARLOS GEMIGNANI MARIANO HERNÁN BORINSKY GUSTAVO M. HORNOS 49