DIVISIÓN JURÍDICA 30 de julio, 2010 DJ-3041 Licenciado José Luis Alvarado Vargas Gerente de Área Área de Servicios Públicos Generales, Ambientales y Agropecuarios Estimado señor: Asunto: Respuesta a la solicitud de determinación de incompatibilidades y conflicto de intereses en relación con el nombramiento del Director de Proyecto para atender la Licitación Pública Internacional No. 2007LI-000139-01 del Poder Judicial. Damos respuesta a su oficio Nº DFOE-PGGAA-0463 del 23 de julio del 2010, recibido en esta División Jurídica el 27 de julio siguiente, mediante la cual solicita con el propósito de completar un estudio que realiza esa Área de Fiscalización en la Unidad Ejecutora del Programa Corte-BID del Poder Judicial, en lo relativo a la contratación de la empresa INDRA Sistemas S. A., derivada de la licitación en relación con Licitación Pública Internacional No. 2007LI-000139-01. Concretamente, solicita que este Despacho se pronuncie sobre si de acuerdo con la Ley de Contratación Administrativa, su Reglamento y demás normas conexas, existen incompatibilidades o conflicto de intereses en el nombramiento del señor Jorge Obando Sancho, como Director del Proyecto que desarrolla dicha empresa en el Poder Judicial, considerando que el señor Obando es el cónyuge de la Dra. Ana Virginia Calzada Miranda, quien ocupa el cargo de Magistrado Propietaria de la Sala Constitucional e integrante de la Corte Suprema de Justicia. I. Antecedentes Como aspectos a considerar para la emisión del criterio, el Área de Servicios Públicos Generales, Ambientales y Agropecuarios, destaca los siguientes: a) Que la adjudicación de la licitación pública antes citada, estuvo a cargo del Consejo Superior del Poder Judicial. A su vez, ese mismo órgano fue el responsable de aprobar la suscripción de la adenda al contrato firmado entre la empresa INDRA Sistemas S.A. y el Poder Judicial, producto de la contratación de marras. 2 b) Que el señor Jorge Obando Sancho fue contratado por la empresa adjudicataria a partir del 19 de enero de 2009, como Director de Proyecto para la prestación de servicios, de acuerdo con la oferta que esa entidad presentó para participar en la contratación en referencia. c) Que como parte de sus obligaciones, tendría las siguientes responsabilidades: supervisar las directrices generales para la consecución de los objetivos del proyecto en el plazo comprometido y acorde al presupuesto, dirigir y coordinar las actividades del proyecto, compartiendo hallazgos y aprovechando los insumos en forma oportuna y adecuada, con capacidad para coordinar las contribuciones de los especialistas de las distintas disciplinas, a fin de completar un producto final conjunto. d) Que de conformidad con el Registro Nacional, el señor Obando Sancho no aparece como apoderado, accionista o directivo de la empresa INDRA Sistemas S. A. II. Criterio de la División I. Sobre el régimen de prohibiciones en general Como punto de partida, es necesario señalar que dentro del ordenamiento jurídico costarricense el principio de libertad para contratar y el ejercicio de la libertad de empresa ostentan respaldo constitucional, de manera tal que como derechos fundamentales, solo pueden ser restringidos en los supuestos dictados por el artículo 28 constitucional, según el cual, éstos podrían limitarse, solo en el tanto su ejercicio dañe la moral social, el orden público, o los derechos iguales o superiores de terceros1. Bajo esa línea de pensamiento, tratándose del régimen de prohibiciones previsto en la Ley de Contratación Administrativa, dirigido a restringir la posibilidad de participación en los procedimientos de contratación promovidos por el Estado, sus órganos e instituciones, se debe señalar que su objetivo primordial es el de garantizar la transparencia en las contrataciones públicas, evitando la participación de personas que por alguna condición específica, relacionada con el cargo que ocupan, su relación de parentesco con un funcionario cubierto por la prohibición o bien su relación con el procedimiento contractual en sus diferentes etapas, podrían ver comprometidos sus intereses particulares con respecto al interés público que busca satisfacer el procedimiento de contratación promovido. Es decir, que las prohibiciones para contratar con la Administración tienen un carácter preventivo, tendiente a evitar posibles situaciones de conflicto de intereses o tráfico de influencias, en función de la protección de los principios que informan la contratación administrativa (transparencia, igualdad, libre competencia, entre otros). Particularmente, en cuanto al régimen de prohibiciones la Sala Constitucional ha indicado que: “…De acuerdo con esta disposición constitucional, el legislador no podrá regular mediante ley aquellas 1 En ese sentido puede verse el Voto No. 3495-92 de las catorce horas con treinta minutos del 19 de noviembre de 1992 la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. 3 actividades privadas que no se encuentren en los supuestos de excepción especialmente señalados. En el Derecho Constitucional costarricense el concepto de orden público alude a interés general o colectivo, en este sentido podrá ser regulado por el legislador aquellas actividades privadas externas (que trascienden el sujeto que las realiza) si así lo aconseja el bien común. El recurrente en el asunto base pretende participar en un concurso para la obtención de una placa de taxi y para la Sala resulta evidente que el interés general busca que la asignación de ese servicio público se haga de una manera objetiva y desprovista de influencias que puedan comprometer el trato igualitario que el Estado debe dar a todos los oferentes. (...) La Constitución también señala la posibilidad legislativa de regular la acción privada externa que pueda dañar a terceros y en el caso que nos ocupa la protección de los terceros (igualdad de oportunidad y trato) para todos los oferentes justifica que el legislador intervenga excluyendo a aquellos participantes en el proceso que por su condición personal –relación de parentesco con personas de influencia dentro del ámbito administrativo nacional- puedan alterar o comprometer esa igualdad. En este sentido debe recordarse que el contrato administrativo es “intuitu personae” y que las características concretas del oferente son de vital importancia para adjudicar el contrato. No quiere decir lo expuesto que la norma parta de que la simple condición de familiar de miembro de un funcionario público con influencia dentro del ámbito administrativo nacional, asegura la intervención de éste en el proceso; sin embargo, ello es una medida preventiva que tiende a evitar eventuales conflictos de intereses con los participantes en los concursos que no tienen esos vínculos familiares y Costa Rica se comprometió a nivel convencional a dictar este tipo de medidas precautorias. La legislación ha previsto la nulidad de los contratos que han sido obtenidos en transgresión a estas normas, sin embargo, la Sala estima que son las medidas precautorias como la recogida en el numeral 22 de la Ley de la Contratación Administrativa las que garantizan los principios del servicio público…”2 En ese orden, estas limitaciones se configuran como reserva de ley, por lo que únicamente el legislador puede restringir, legítimamente, el contenido de la libertad contractual, siempre y cuando, el ejercicio de este derecho atente contra la moral, las buenas costumbres o los derechos superiores o iguales de terceros. A su vez, al restringir estos derechos, deberá en todo momento, respetar siempre la proporcionalidad entre la limitación impuesta y el bien jurídico tutelado. Por consiguiente, más allá de su finalidad, la aplicación de las prohibiciones, debe circunscribirse a lo dispuesto en la normativa respectiva3, en forma restrictiva sin dejar lugar para interpretaciones amplias que vayan más allá del texto de la ley. De esa forma, se ha establecido un régimen de prohibiciones en atención al orden público, el cual se encuentra regulado en los artículos 22 y 22 bis de la Ley de Contratación Administrativa (reformados por el artículo 65 de la Ley No.8422 Ley contra la Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito en la Función Pública, de 6 de octubre de 2004). Cabe mencionar, que el régimen estipulado en los artículo 22 y 22 bis de la citada ley, aplica no solo a la participación dentro del procedimiento de contratación, sino que extiende su ámbito hasta la fase de ejecución del respectivo contrato, de tal modo que puede presentarse durante cualquier etapa del procedimiento de contratación, hasta el finiquito del contrato. 2 Voto No. 3050-2003 de las catorce horas con cincuenta y dos minutos del 23 de abril del 2003 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. 3 Lo anterior, considerando que las normas que imponen limitaciones a los derechos de los ciudadanos, al ser normas prohibitivas, deben ser interpretadas restrictivamente. 4 Además, en los últimos dos párrafos del artículo 22 clasifican las actuaciones que infringen la prohibición, como directa cuando la efectúa un funcionario que en virtud de sus atribuciones tiene la facultad jurídica de decidir, deliberar, opinar, asesorar o participar de cualquier otro modo en el proceso de selección y adjudicación de las ofertas, en la etapa de fiscalización posterior o en la etapa de ejecución contractual. Por otra parte, se configura la participación indirecta cuando a través de un tercero, persona física o jurídica, se busca eludir la aplicación de la prohibición. Ahora bien, propiamente, en cuanto a los supuestos de prohibición que han sido definidos por el legislador, en el inciso a) del artículo 22 bis de dicho cuerpo legal, se dispone que, se encuentran inhibidos de participar, directa o indirectamente, como oferentes en los procedimientos de contratación administrativa: “a) El presidente y los vicepresidentes de la República, los ministros y los viceministros, los diputados a la Asamblea Legislativa, los magistrados propietarios de la Corte Suprema de Justicia y los del Tribunal Supremo de Elecciones, el contralor y el subcontralor generales de la República, el procurador general y el procurador general adjunto de la República, el defensor y el defensor adjunto de los habitantes, el tesorero y el subtesorero nacionales, así como el proveedor y el subproveedor nacionales. En los casos de puestos de elección popular, la prohibición comenzará a surtir efectos desde que el Tribunal Supremo de Elecciones declare oficialmente el resultado de las elecciones.” De ese modo, se tiene que el cargo de magistrado propietario, que ocupa la señora Ana Virginia Calzada Miranda, se encuentra incluido dentro de la lista taxativa de puestos cubiertos por la prohibición para participar como oferentes en los procedimientos de contratación administrativa promovidos por cualquiera de las instituciones sometidas a la Ley de Contratación Administrativa. Asimismo, directamente relacionados con el inciso a), los incisos h) e i) del mismo artículo disponen que: “h) El cónyuge, el compañero o la compañera en la unión de hecho, de los funcionarios cubiertos por la prohibición, así como sus parientes por consanguinidad o afinidad hasta el tercer grado inclusive. / i) Las personas jurídicas en las cuales el cónyuge, el compañero, la compañera o los parientes indicados en el inciso anterior, sean titulares de más de un veinticinco por ciento (25%) del capital social o ejerzan algún puesto de dirección o representación.” Continuando con el análisis, se observa que la prohibición relacionada con el inciso h) se refiere a la restricción que se le impone a la persona física que tenga una relación de parentesco o afinidad, cuyas características coincidan con las descritas en la norma, con alguno de los funcionarios cubiertos por la prohibición. Mientras tanto, la prohibición contenida en el inciso i) resulta aplicable a aquellas personas jurídicas en las que una persona física que tenga una relación de parentesco o afinidad, cuyos supuestos fácticos coincidan con los descritos por la norma, con un funcionarios cubierto por la prohibición, participe en el capital accionario con más de un 25%, ejerza algún puesto de dirección o representación. De cara al caso sometido a nuestro conocimiento, estos serían los incisos, que restringen el derecho a participar como oferente o contratista en los procedimientos de contratación promovidos por las instituciones sometidas a la Ley de Contratación Administrativa, que le corresponde al señor Jorge Obando Sancho en su condición personal, como cónyuge de una persona cubierta por las prohibiciones en función del puesto que desempeña en la función pública, aunque bajo otras circunstancias podrían resultar aplicables otros inicios del citado artículo. 5 Teniendo clara esa premisa, corresponde entrar a valorar si mediante la situación acaecida dentro de la Licitación Pública Internacional No. 2007LI-000139-01, se podría estar trasgrediendo el régimen de prohibiciones en algún sentido. Primeramente, es oportuno descartar a priori la configuración del supuesto descrito en el inciso i) del artículo 22 bis de la Ley de Contratación Administrativa, tomando en consideración que para que este supuesto resulte aplicable, además de la relación de parentesco o afinidad, es necesario que el funcionario forme parte de la persona jurídica que contrata con el Estado, ya sea como representante, ocupando un puesto en la Junta Directiva de la empresa o bien siendo titular de más de un 25% del capital social. Por ende, siendo que en la misiva remitida a este Despacho se expone que de acuerdo con la información extraída del Registro Nacional, el señor Obando Sancho no aparece como apoderado, accionista o directivo de la empresa INDRA Sistemas S.A., este supuesto no resultaría aplicable. En segundo orden, en cuanto a la prohibición descrita en el inciso h), de conformidad con su ámbito de cobertura, aplicaría directamente impidiendo la participación como oferente de la persona cubierta por la prohibición, es decir que en este caso el señor Jorge Obando Sancho al estar cubierto por la prohibición, no podría participar directamente como persona física en los procedimientos de contratación promovidos por las instituciones sujetas a la Ley de Contratación Administrativa. Igualmente, este supuesto no llega a configurarse en el caso en estudio, considerando que el señor Obando no participó en carácter personal como oferente, dentro de la Licitación Pública Internacional No. 2007LI-000139-01. No obstante, como se mencionó anteriormente, el ámbito de aplicación de las prohibiciones definidas en el ordenamiento jurídico, no se limita exclusivamente a la participación directa de las personas cubiertas, sino que además implica una limitación para la participación indirecta, pretendiendo evitar que a través de una persona física o jurídica, se pretenda eludir el alcance de la prohibición. A manera de ejemplo, una de las formas a través de las que se puede pretender eludir el alcance de la prohibición, es la figura de la subcontratación. Así lo establece el artículo 62 de la Ley de Contratación Administrativa –y se reitera en el párrafo segundo del artículo 149 del Reglamento- al señalar que. “…los subcontratistas se encuentran sujetos a lo dispuesto en el artículo 22 bis…” de la Ley de Contratación Administrativa. Por esta razón, más adelante se procederá a analizar de la naturaleza de la subcontratación y sus diferencias con otras figuras aplicables. Asimismo, como se desprende del artículo 23 de la Ley de Contratación Administrativa, el propio legislador en el artículo 23 de ese cuerpo normativo, habilitó la posibilidad de levantar la prohibición dispuesta en los incisos h) e i), de forma previa a la posible contratación con la Administración, lo cual tiene sentido dada la finalidad perseguida por el régimen de prohibiciones. En ese sentido, el artículo en mención establece los casos en los cuales se puede proceder con el levantamiento respectivo, de la siguiente forma: “…La prohibición expresada en los incisos h) e i) del artículo anterior, podrá levantarse en los siguientes casos: a) Cuando se demuestre que la actividad comercial desplegada se ha ejercido por lo menos un año antes del nombramiento del funcionario que origina la prohibición. b) En el caso de directivos o representantes de una persona jurídica, cuando demuestren que ocupan 6 el puesto respectivo, por lo menos un año antes del nombramiento del funcionario que origina la prohibición. c) Cuando hayan transcurrido al menos seis meses desde que la participación social del pariente afectado fue cedida o traspasada, o de que este renunció al puesto o cargo de representación.” Finalmente, es menester indicar que el artículo 25 de la Ley de Contratación Administrativa establece los efectos ante el incumplimiento del régimen de prohibiciones, al estipular que su violación origina la nulidad absoluta del acto de adjudicación o contrato recaído a favor del inhibido, pudiendo acarear además, en perjuicio de la parte infractora, las sanciones establecidas por la misma ley. II. Sobre la subcontratación y otras figuras Debido al vertiginoso y ascendente volumen, complejidad y especialidad de los objetos contractuales requeridos por la Administración Público, para cumplir a cabalidad con el desempeño de sus funciones y la satisfacción de las necesidades del conglomerado social, cada vez es más frecuente que los contratistas del Estado, utilicen la figura de la subcontratación como un instrumento para cumplir adecuadamente con las obligaciones derivadas de los contratos administrativos. Fundamentalmente, el contratista recurre a esta figura, como un medio para cumplir de una mejor forma el contrato en los términos pactados (especificaciones, calidades, plazos, entre otros). La subcontratación ha sido definida por el jurista Guillermo Cabanellas de Torres como un: “…Nuevo contrato derivado o dependiente de otro previo, llamado básico u originario, y con su mismo contenido en todo o en parte. Los dos contratos coexistan, ya que la subcontratación no extingue el contrato básico ni afecta el vínculo que éste había establecido. Pero nace un nuevo vínculo contractual, distinto, aunque sea autónomo (Masnatta). / De ahí que se llame subcontratista, según expresa Capitant, la persona que, a precio fijo o a destajo, se encarga de la realización de una parte separada del trabajo, confiado en conjunto a un empresario principal.” (CABANELLAS DE TORRES (Guillermo), Diccionario Jurídico Elemental, 5 edición, Editorial Heliasta, 2001.). A su vez, en la Ley de Contratación Administrativa los artículos 584 y 625 se refieren a la subcontratación y aunque se encuentra dentro del Capítulo relativo a las contrataciones de obra pública, se ha interpretado que su utilización no es intrínseca a ésta. 4 Artículo 58. —Listado de subcontratación. Las empresas participantes en licitaciones de obra pública que deban subcontratar obras, maquinaria, equipo o materiales presentarán junto con la oferta, únicamente para calificar, un listado de subcontratación. En él, se indicarán los nombres de todas las empresas con las cuales se va a subcontratar; además, se aportará una certificación de los titulares del capital social y de los representantes legales de las empresas. 5 Artículo 62. —Límite de la subcontratación. El contratista no podrá subcontratar por más de un cincuenta por ciento (50%) del total de la obra, salvo autorización previa y expresa de la administración, cuando a juicio de esta última circunstancias muy calificadas así lo justifiquen. Sin embargo, la subcontratación no relevará al contratista de su responsabilidad por la ejecución total de la obra. Asimismo, los subcontratistas estarán sujetos a lo dispuesto en el artículo 22 bis de esta Ley. 7 El primero de los artículos mencionados, el numeral 58 de la Ley de Contratación administrativa y el 1496 de su respectivo Reglamento, se refieren al listado de subcontratación que deben presentar las empresas participantes que vayan a subcontratar obras, maquinaria, equipo o materiales. Mientras que el numeral 62 de la Ley de Contratación Administrativa y 697 de su Reglamento, establecen un límite al contratista, según el cual únicamente podrá subcontratar hasta el cincuenta por ciento de la totalidad de la obra, salvo autorización previa y expresa de la Administración. Se añade que la subcontratación, por ningún motivo, significará una relevación de la responsabilidad que le corresponde a la contratista por la ejecución total de la obra. De dichas normas se observa que tratándose de la subcontratación en los contratos administrativos, como se dijo anteriormente, en razón de su especialidad, la figura de la subcontratación se utiliza cada vez con más frecuencia, sin embargo la normativa existente en la materia, le dedica únicamente dos artículos de la Ley de Contratación Administrativa –y dos de su respectivo Reglamento- en los que se establece su régimen fundamental. Adicionalmente, para un mayor análisis, no es factible recurrir al frecuente recurso de revisar lo dispuesto en otras regulaciones del derecho común, que pudieren resultar compatible con la materia de contratación administrativa, por cuanto no existe una regulación general en cuanto a esta figura. Por consiguiente, para realizar un análisis de la figura y comprender su alcance y aplicación, resulta oportuno revisar la doctrina existente en cuanto a este tema y los criterios y precedentes en los que se haya estudiado la figura. Tal y como ha sido mencionado líneas atrás, la subcontratación se encuentra regulada de forma expresa en los citados artículos 58 y 62 de la Ley de Contratación Administrativa, así como en los ordinales 69 y 149 del Reglamento a dicha Ley, y si bien es una figura típica de los contratos de obra pública, también se ha permitido a manera excepcional su aplicación en las contrataciones de servicios. 6 Artículo 149. —Listado de subcontratación. En las licitaciones de obra pública, los participantes deberán presentar con su oferta el listado de todas las empresas a las que se planea subcontratar para llevar a cabo servicios o trabajos especializados. / En ese listado se indicarán los nombres de las personas físicas o jurídicas de quienes se pretende subcontratar y se aportará una declaración jurada de que no están afectas al régimen de prohibiciones previsto en la Ley de Contratación Administrativa, así como una certificación de los titulares de su capital social y de sus representantes legales, cuando ello corresponda. / En caso de que en la fase de ejecución se modifique el listado de subcontratistas, se deberá reportar con la antelación debida a la Administración, a fin de que ésta verifique lo previsto en el párrafo anterior en cuanto al régimen de prohibiciones. 7 Artículo 69. —Subcontratación. El oferente podrá subcontratar hasta en un 50% del monto adjudicado, salvo que la Administración autorice un monto mayor. En todo caso, la subcontratación no relevará al contratista de su responsabilidad. / Junto con la propuesta se aportará un listado de las empresas subcontratadas. En ese detalle, se indicarán los nombres de todas las empresas con las cuales se va a subcontratar, incluyendo su porcentaje de participación en el costo total de la oferta y se aportará una certificación de los titulares del capital social y de los representantes legales de aquellas. / No se considera subcontratación, la adquisición de suministros, aún cuando éstos conlleven su propia instalación, ni tampoco los compromisos asumidos por cada uno de los participantes consorciados. 8 A partir de lo dispuesto en la normativa indicada, es dable señalar que existen una serie de condiciones que deben cumplirse para poder considerar que se está de frente a la figura de la subcontratación, entre las cuales se encuentran que: 1) El objeto de la ejecución de la subcontratación, siempre será subsidiario y especializado respecto a la obligación principal; 2) La oferta debe contener necesariamente un listado de los subcontratistas que se pretende subcontratar8 y, 3) No es factible subcontratar por más de un 50% del total de la obra, salvo que existan circunstancias muy calificadas y la Administración así lo autorice. En ese sentido, esta Contraloría General en la resolución No. RC-213-2002 de las 12:00 horas del 5 de abril del 2002 indicó que: “.....conviene indicar que de acuerdo con la jurisprudencia emanada de esta Contraloría General sobre el particular, la figura de la subcontratación está regulada en la Ley de Contratación Administrativa para los contratos relativos a obra pública, no obstante se ha permitido, por vía excepción, que la subcontratación figure en otro tipo de contratos, aplicándoseles los principios y límites que se han establecido para los contratos de obra pública, a saber: “1) el objeto de la contratación, referido a la ejecución de una prestación especializada, siempre subsidiaria a la principal, 2) su necesaria presentación con la oferta y aceptación por la Administración y 3) su ajuste al límite porcentual del 50% en relación con la prestación contratada” (Oficio Nº 9225 DGCA-1021-96 de 6 de agosto de 1996). En el mismo oficio de referencia, la otrora Dirección General de Contratación Administrativa advirtió, en lo conducente, lo siguiente: “Así, la ‘subcontratación’ sólo se justifica en aquellos aspectos del contrato que requieran determinada especialización y que razonablemente no puedan ser exigidos al contratista principal”. Lo anterior quiere decir, como regla de principio, que la subcontratación está permitida y no vedada para contratos disímiles a los de obra pública, siempre que se cumplan los tres supuestos señalados supra....” (El destacado no corresponde al original). 8 Conviene precisar que ese listado no requiere en modo alguno la existencia de contratos con los subcontratistas. Al respecto ha indicado este órgano contralor que: “Por lo anterior este Despacho es del criterio de que exigir desde ya al oferente tener contratos suscritos con los subcontratistas (relación contractual que puede tornarse incierta e incluso inexistente) y tener que aportarlos desde la presentación de la plica va más allá del espíritu del artículo 69 del Reglamento a la Ley de Contratación Administrativa, pues tal norma como bien señala el objetante requiere del oferente la presentación de un listado de los eventuales subcontratistas, (el cual se sabe puede ser variado o modificado por el potencial oferente en un momento posterior) requerimiento que tiene como finalidad que la Administración cuente con un panorama de referencia de posibles empresas o personas físicas que podrían participar en el contrato y coadyuvarían con el contratista durante la ejecución contractual, así como tener un conocimiento de que no se vaya a violentar el régimen de prohibiciones para participar en procedimientos de contratación o que se vaya a superar el porcentaje máximo de participación que un sub contratista pueda llegar a tener en un determinado contrato.” Resolución No. R-DCA-128-2008 de las 8:00 horas del 31 de marzo de 2008. 9 En atención a dichos elementos esenciales que se deben precisar, para poder hablar que efectivamente existe una subcontratación, resulta procedente analizar con detenimiento el primer aspecto indicado anteriormente, a saber, que el objeto de la subcontratación es accesorio y especializado al contrato principal. En doctrina se ha indicado que la subcontratación se configura, siempre y cuando exista un contrato principal, a partir del cual surja o se configure un contrato accesorio que será el ejecutado por el subcontratista. En ese sentido se ha dicho que: “el subcontrato no tiene como objeto el contrato principal, sino sólo la ejecución material de determinadas partidas integrantes de dicho contrato principal (que se mantiene en todos sus términos inalterado). En otras palabras, el subcontrato no altera en modo alguno el contrato principal del que depende, de tal manera que el contratista originario mantiene el riesgo y ventura en la ejecución (directa o indirecta) de dicho contrato principal./ Ese contrato accesorio o derivado en que se traduce el subcontrato tiene naturaleza privada. El contratista subcontratante suscribirá los pactos que tenga por conveniente con el subcontratista (tercero ajeno al contrato principal) pactos en los que no participará la Administración contratante, por la sencilla razón de que no adopta la posición jurídica de parte en el subcontrato.” (García-Trevijano Garnica, Ernesto. La cesión del contrato administrativo. La subcontratación, Civitas, Madrid, 1997, p.93). Así debe mencionarse que el contrato accesorio tiene como finalidad asegurar el cumplimiento de una obligación principal, de manera que no puede subsistir sin ella, sin embargo tampoco puede llegar a convertirse en la contratación principal, sino que deriva de la misma. Con base a lo anterior se dice que el subcontrato no es más que un contrato derivado de otro anterior, y de su misma naturaleza, que ejerce una influencia determinante y decisiva, la cual se produce desde su nacimiento hasta su extinción, afectando el contenido y extensión del mismo, que no puede exceder, bajo ningún supuesto, los límites del contrato principal. Es decir, el subcontrato es derivado y dependiente de otro contrato, y surge a la vida como consecuencia de la necesidad del contratista, el cual, en lugar de ejecutar por sí mismo alguna de las obligaciones asumidas en el contrato originario, decide contratar con un tercero tareas de índole especializada, de frente al objeto contemplando en el contrato principal. Así, es conveniente señalar que la especialización en razón del objeto –a partir de la cual nace la necesidad de aplicar la figura jurídica de la subcontratación-, se origina en cuanto el contratista no asume un determinado servicio o trabajo, por cuanto, dentro de su giro normal de acción u organización no cuenta con la capacidad o experticia para efectuar la labor solicitada, razón por la cual se procede a subcontratar la ejecución de dicha prestación, en aras de cumplir con la realización total del objeto comprendido en el contrato original. Sin detrimento de lo anterior, debe tenerse en consideración que no toda contratación efectuada por un contratista de la Administración, implica subcontratación, así es el caso en el que una empresa que se dedica a un determinado giro o actividad comercial, deba contratar o suplirse de un elemento esencial, para poder cumplir con una determinada tarea que forma parte del objeto principal de la contratación. Es decir, puede ocurrir que una empresa se dedique a una determinada actividad y sea contratada para llevar a cabo la misma, pero para poder alcanzar esa obligación principal deba contratar determinados insumos o servicios con que no cuenta en ese momento, sin llegar al grado de 10 especialización que sí determina la subcontratación. En ese supuesto, se trataría propiamente de la ejecución de la obligación principal para la cual fue contratada y que en todo caso, dicha actividad siempre se encuentra ubicada dentro de su giro empresarial y no resulta en modo alguno ejecutada de forma separada al objeto principal, como sí sucede con la subcontratación. Dicho en otras palabras, considera este Despacho que es procedente indicar que no todo contrato celebrado entre un contratista de una Administración y un tercero, respecto del contrato principal, presupone una subcontratación. Así por ejemplo, la contratación de la mano de obra, o de los proveedores de materiales de construcción (contratos de aprovisionamiento), que una empresa constructora efectúa para llevar a cabo una obra, en principio, no debería ser considerada como subcontratación, ya que son necesarios o fundamentales para la propia empresa que presta el servicio, y son utilizados dentro o como parte para realizar la obligación principal de la contratación. En esa línea de pensamiento, se tiene que no todo contrato accesorio deba ser catalogado como uno de subcontratación, sino que el análisis dependerá del caso en concreto, y deberá tomarse en consideración si la nueva contratación se efectúa en razón de una imposibilidad del contratista para llevar a cabo una tarea especializada –en razón del objeto-, accesoria a la obligación principal contraída o bien, si la contratación adicional efectuada por el contratista de la Administración, se encuentra inmersa dentro del engranaje necesario para que la empresa contratista pueda alcanzar el correcto cumplimiento de las actividades contratadas por la Administración. En torno a lo anterior, es importante mencionar que la doctrina diferencia la subcontratación de otras figuras jurídicas, tales como los auxiliares y los sustitutos9, entendiendo a los primeros como una prolongación del contratista principal, bajo cuya dirección y vigilancia actúan, de forma tal que lo efectuado por el auxiliar se entiende realizado por el principal; y los segundos son aquellos individuos que son llamados por el contratista a una relación contractual, a efectos de desempeñar funciones atientes al contratante obligado. En cuanto a los auxiliares se ha indicado que es factible distinguir entre los auxiliares subordinados y los autónomos, así se ha dicho que: “…subordinados son, como dice Ferrara, aquellos dependientes que para llevar a cabo las misiones y encargos que se la han confiado contratan con los terceros por cuenta del empresario o principal. Están ligados a éste por un contrato laboral, del que deriva su subordinación y sometimiento a aquél. En cambio los auxiliares autónomos son ya colaboradores externos de la empresa, en la que no están integrados con el carácter laboral de los primeros, y cuya función es la de facilitar al empresario la conclusión de ciertos contratos o concluirlos personalmente por cuenta de aquél. Estos auxiliares autónomos pueden ser, como acabo de indicar, colaboradores estables (cuando están ligados al titular por una relación duradera) y colaboradores ocasionales (que son los que llevan a cabo gestiones concretas y particulares que, una vez conclusas, ponen fin a la relación surgida)” (López Vilas Ramón..El Subcontrato.Tecnos, Madrid, 1973, p.256). 9 “…El sustituto es, como queda dicho, alguien que ocasionalmente se subroga en el lugar del obligado, previa llamada de éste, y que no guarda con él vinculación profesional alguna de modo que su relación con el deudor u obligado queda funcionalmente centrada y reducida a la gestión encomendada. El sustituto se subroga en el puesto del principal y se integra así en la única relación existente…” (López Vilas Ramón..El Subcontrato.Tecnos, Madrid, 1973, p.258) 11 De conformidad con el texto de cita, es factible indicar que los auxiliares pueden ser sujetos que son contratados como funcionarios de planta de la contratista, ligados por un contrato laboral o bien puede existir un tipo de contratación con un determinado sujeto a efectos de que éste preste determinados servicios a nombre del obligado de la relación principal, sin que exista o se configure en ninguno de los casos la subcontratación. En ese sentido, alguna doctrina señala que para que se configure el concepto de auxiliar, deben procurarse dos requisitos esenciales, siendo el primero de ellos la existencia de una relación interna, con base a la cual la actividad desarrollada por el tercero se entiende hecha y a disposición del deudor; y el segundo elemento, que el deudor o contratista haya proporcionado al tercero los medios necesarios para el cumplimiento de la obligación, con indicación de su oportuno destino en la ejecución de la prestación.10 En el caso en cuestión, eventualmente podría valorarse la posibilidad de que se configuren ambos elementos de la mencionada figura jurídica, en tanto en el contrato suscrito entre la empresa INDRA Sistemas S.A. y el señor Jorge Obando Sancho se indica que: “OBLIGACIONES DE INDRA: 3.2 A proporcionar al Prestador de Servicios los recursos, las informaciones y directrices de carácter general necesarias para posibilitar la exacta y completa prestación de los Servicios. PROPIEDAD DE LOS DOCUMENTOS. 10.1 Todos los documentos elaborados por el Prestador de Servicios en el ámbito del presente Contrato serán propiedad de INDRA. 10.2 Todos los derechos patrimoniales y/o de explotación, incluyendo la reproducción, distribución, comercialización, alteración y cualesquiera otros, sobre todos los trabajos y cualquier creación del Prestador de Servicios que sean susceptibles de derechos de propiedad intelectual, serán propiedad 11 de INDRA” . Por otra parte es menester señalar que la propia doctrina ha establecido, que la diferencia entre el auxiliar y la subcontratación puede derivarse a partir de la responsabilidad del contratista principal. Así se ha dicho: “Junto a estas dos categorías de auxiliares y sustitutos, los subcontratantes propiamente dichos presenta unas peculiaridades que les distinguen de ambos. Frente al sometimiento y vinculación personal de los primeros y la inserción de los segundos en el puesto del deudor principal, por vía de la subrogación o transmisión operada, el contratante que subcontrata conserva la gama de derechos y obligaciones derivadas del contrato originario o básico, a la vez que asume las que creó con su subcontratante en el segundo contrato (subcontrato propiamente dicho), dando lugar así a una duplicidad de relaciones que caracteriza decisivamente el fenómeno subcontractual…El subcontrante, por tanto no actúa junto al obligado principal (como el auxiliar) ni pasa a ocupar su puesto (como el sustituto), sino que es parte contractual independiente de un contrato derivado de otro principal y básico. Es decir, frente a su independencia personal en el contrato de que es parte, destaca el sometimiento y dependencia objetiva del contrato mismo como tal.” (López Vilas Ramón..El Subcontrato.Tecnos, Madrid, 1973, p.260 ) De conformidad con lo expuesto, entiende este Despacho que bajo la aplicación de la figura de la subcontratación existe una dualidad de responsabilidades por parte del contratista que subcontrata, 10 Nicoló, L´adempimento dellóbligo altrui, Milán 1936, pág 33, citado en López Vilas Ramón. El Subcontrato.Tecnos, Madrid, 1973, p.255 11 Contrato de Prestación de servicios, suscrito entre la empresa INDRA Sistemas S.A. y el señor Jorge Obando Sancho, en el marco de la Consultoría “Rediseño de procesos en el Ministerio Público, la Defensa Pública y desarrollo, implantación e integración informática con Despachos Judiciales”, de fecha 19 de enero del año 2009. 12 sea, las que se derivan de la relación del contrato principal y las que se originan con ocasión de la subcontratación efectuada, quedando claro que bajo ningún supuesto se podría suponer que la subcontratación releve al contratista de su responsabilidad por la ejecución total de la obra. Diferente situación ocurre en el caso del auxiliar, en tanto únicamente existe una sola responsabilidad por parte del sujeto que contrata la obligación principal con la Administración Pública. Por otra parte, del análisis de los documentos enviados para el estudio, correspondientes a la Licitación Pública Internacional N° 2007LI-000139-01, se observa que como parte de la ejecución del objeto contractual, se solicitó que las empresas oferentes dispusieran de un profesional que fungiera como “Director de Proyecto”, en ese sentido el cartel expresamente dispuso: “Cada contratista designará un DIRECTOR de proyecto por cada una de las líneas de trabajo que le han sido adjudicadas (si fuera más de una), con pleno conocimiento de aspectos técnicos y administrativos atinentes a ella….”. Así, se estableció como requisito esencial para la ejecución de la totalidad del objeto contractual, que necesariamente los interesados en participar del concurso debía proponer como parte de su oferta - tal y como lo hizo la empresa INDRA Sistemas S.A.12-, a un profesional que suministrara dichos servicios esenciales para la consecución del proyecto adjudicado. Aunado a lo anterior, resulta de gran importancia señalar que el puesto de Director de Proyecto, se encuentra dispuesto como una parte integral de la totalidad del proyecto, es decir, no se podría deslindar o determinar un porcentaje exacto, acerca de cuál es su participación en la ejecución del objeto contractual, ya que el mismo forma parte de la integralidad de la obligación contraída por la empresa contratista. En ese sentido, resulta improbable concluir que estemos de frente a la figura de la subcontratación ya que no es posible precisar con exactitud qué parte específica del objeto contractual es efectuado por dicho profesional, sino que sus funciones son atinentes a la globalidad del objeto contractual y se configuran como un elemento propio de la obligación principal asumida por la empresa INDRA Sistemas S.A., es decir los servicios prestados por el señor Obando Sancho, son parte de la elaboración de un producto final conjunto. 12 En ese sentido, la oferta de la empresa INDRA Sistemas S.A. expresamente dispone: “EXPERIENCIA DE INDRA -1. Personal suministrado por la firma: 1 Director de Proyecto -1 Director Técnico…” asimismo respecto a al perfil y las funciones encargadas al Director de Proyecto se indicó: “Los principales Perfiles y sus funciones del equipo de trabajo propuesto por Indra para la ejecución de los trabajos definidos son los siguientes: El Director de Proyecto asume la máxima responsabilidad del proyecto ante el Director del Proyecto del Poder Judicial. Su misión consiste en supervisar las directrices generales para la consecución de los objetivos del proyecto con el nivel de calidad requerido, en el plazo comprometido y acorde al presupuesto ofertado. Tiene la responsabilidad de dirigir y coordinar las actividades del proyecto, compartiendo hallazgos y aprovechando los insumos en forma adecuada y oportuna; con una gran capacidad para coordinar las contribuciones de los especialistas de las distintas disciplinas a fin de completar un producto de final conjunto, tanto para el Ministerio Público como en Defensa Pública. Con su experiencia en análisis, rediseño de procesos e implementación de modelos gerenciales en Entidades Judiciales, podrá proporcionar elementos técnicos, legales y normativos al desarrollo de la consultoría, garantizando de esta manera que las propuestas presentadas coadyuven al fortalecimiento del proceso de modernización institucional en ambas entidades. 13 III. Sobre las incompatibilidades y los conflictos de intereses a la luz de la Ley No.8422 Habiendo analizado los alcances del régimen de prohibiciones previsto en la Ley de Contratación Administrativa, procede ahora referirnos a los supuestos contemplados a tal efecto por la Ley contra la Corrupción y el Enriquecimiento Ilícito en la Función Pública, No. 8422. En este sentido, cabe destacar que dentro de los fines de dicha Ley se encuentra el de fomentar la probidad en el ejercicio de la función pública, estableciendo para ello un régimen preventivo que pretende impedir el surgimiento de eventuales conflictos de interés. Bajo esa tesitura, quienes ocupen determinados cargos públicos no sólo deberán cumplir adecuadamente con sus funciones, si no que adicionalmente estarán obligados a no ejercer otras actividades, como sucede con relación al régimen de prohibición para el ejercicio de profesiones liberales, la prohibición del desempeño simultáneo de cargos públicos, y el régimen de las incompatibilidades, artículos 14, 17 y 18 respectivamente de la Ley No. 8422. En ese contexto, el artículo 1813 establece un impedimento para que las personas que ocupen alguno de los altos cargos públicos referenciados en forma taxativa se desempeñen a su vez como directivos, representantes o apoderados, o bien participen personalmente o por medio de otra persona jurídica en el capital accionario de empresas privadas que presten servicios o compitan con instituciones o empresas públicas, incompatibilidad que se extiende a una prohibición para ocupar 13 Artículo 18.—Incompatibilidades. El Presidente de la República, los vicepresidentes, diputados, magistrados propietarios del Poder Judicial y del Tribunal Supremo de Elecciones, los ministros, el contralor y el subcontralor generales de la República, el defensor y el defensor adjunto de los habitantes, el procurador general y el procurador general adjunto de la República, el regulador general de la República, los viceministros, los oficiales mayores, los miembros de junta directiva, los presidentes ejecutivos, los gerentes y subgerentes, los directores y subdirectores ejecutivos, los jefes de proveeduría, los auditores y subauditores internos de la Administración Pública y de las empresas públicas, así como los alcaldes municipales, no podrán ocupar simultáneamente cargos en juntas directivas; tampoco podrán figurar registralmente como representantes o apoderados de empresas privadas, ni tampoco participar en su capital accionario, personalmente o por medio de otra persona jurídica, cuando tales empresas presten servicios a instituciones o a empresas públicas que, por la naturaleza de su actividad comercial, compitan con ella. / La prohibición de ocupar cargos directivos y gerenciales o de poseer la representación legal también regirá en relación con cualquier entidad privada, con fines de lucro o sin ellos, que reciba recursos económicos del Estado. / Los funcionarios indicados contarán con un plazo de treinta días* hábiles para acreditar, ante la Contraloría General de la República, su renuncia al cargo respectivo y la debida inscripción registral de su separación; dicho plazo podrá ser prorrogado una sola vez por el órgano contralor, hasta por otro período igual. / ( Este plazo fue Ampliado por Resolución de la Contraloría General de la República de las15:00 horas del 10 de diciembre del 2004, en los siguientes términos: / "RESUELVE: / I.— Prorrogar el plazo de treinta días hábiles a que se refiere el artículo 18 de la Ley Nº 8422 "Ley contra la corrupción y el enriquecimiento ilícito en la función pública", por un período igual, para que los funcionarios cubiertos por dicho numeral, acrediten ante esta Contraloría General, su renuncia al cargo respectivo y la debida inscripción registral de su separación, o en su defecto certificación o declaración jurada de que se ha presentado ante el Registro respectivo la gestión de inscripción, así como darle seguimiento para su inscripción definitiva. Esto último no relevará a dichos funcionarios de la obligación de acreditar de forma inmediata la inscripción respectiva en cuanto la misma se haga efectiva, así como de cumplir con los trámites y requerimientos necesarios a fin de obtener dicha inscripción.) 14 cargos directivos y gerenciales, u ostentar la representación legal de entidades privadas -con o sin fines de lucro- que reciban recursos económicos del Estado. Es importante recalcar que la incompatibilidad refiere a la participación del funcionario público, sin que se contemple el caso de que sea un pariente por afinidad o consanguinidad el que ocupe el cargo en la junta directiva, figure como su representante o apoderado o participe en el capital social de empresas privadas que presten servicios a instituciones o a empresa públicas, o que compitan con instituciones o empresa públicas. No se vislumbra que la situación descrita, se contemple como uno de los supuestos regulados por el referido artículo 18 de la Ley No. 8422, pues si bien uno de los cargos referenciados es el del magistrado propietario de la Corte Suprema de Justicia, no se nos ha indicado –aspecto que debe verificarse- que quien ocupa dicho cargo figure como directivo, apoderado, representante o accionista de una empresa privada en los términos indicados.14 Llegados a este punto debe señalarse que si bien hemos advertido que en principio la situación descrita en términos generales en su oficio de consulta no configura como uno de los supuestos prohibidos en la normativa contra la corrupción y el enriquecimiento ilícito, es claro que adicionalmente correspondería analizar el asunto con relación a las reglas particulares que regulan esa contratación, a saber, el cartel y la normas emitidas al efecto por el Banco prestatario. Así, en este sentido, dispone el cartel en el numeral 1.6.1 que: “No se le podrá adjudicar el contrato a un consultor (incluyendo sus empleados y subconsultores) que tenga un negocio o relación familiar con un miembro del personal del contratante que esté directa o indirectamente involucrado en: (i) la preparación de los Términos de Referencia del Trabajo; (ii) el proceso de selección para dicho trabajo; (iii) la supervisión del contrato. No se podrá adjudicar el contrato a menos que el conflicto originado por esta relación haya sido resuelto a través del proceso de selección y ejecución del contrato de una manera aceptable al Banco.” (El subrayado no corresponde al orginal). A los efectos de esta contratación se estima entonces conflictiva la relación familiar que pudiera existir entre un miembro del personal del consultor –vinculado a éste ya sea por relación laboral o por subconsultores– y un miembro del personal del contratante, que en este caso sería la Corte Suprema del Poder Judicial. Ahora bien, según lo dispuesto en dicha cláusula tal prohibición no afectaría a cualquier miembro del personal de la Corte sino únicamente a los funcionarios que estén involucrados directa o indirectamente en alguna de las tres actividades expresamente mencionadas, a saber la preparación del cartel, la selección y la supervisión. 14 No está de más recalcar que la no configuración de la incompatibilidad no excluye la observancia del deber de probidad. En este sentido, en el oficio No. 2540 (DAGJ-537) del 3 de marzo de 2005: “No obstante lo anterior, conviene tener presente que el deber de probidad regulado en el artículo tercero de la Ley Nº 8422, obliga a que la gestión del funcionario público esté orientada a la satisfacción del interés público, asegurándose de guardar objetividad e imparcialidad en sus actuaciones, motivo por el cual la doble condición de gerente general de la ESPH SA y directivo de la Asociación Club Sport Herediano, le obliga a abstenerse de participar en las gestiones y decisiones que la ESPH SA deba tomar referente a toda relación contractual que en el presente o en el futuro se mantenga con la Asociación Club Sport Herediano.” 15 De la información aportada no se desprende que la Magistrada Calzada haya participado en forma directa o indirecta en alguna de dichas fases, por lo que únicamente en el caso de que la Corte Suprema de Justicia, llegare a determinar la participación de dicha funcionaria en ese sentido, con vista en el respectivo expediente, podría considerarse que se estaría en presencia de una relación conflictiva bajo la óptica del cartel. Aunado a lo anterior, la Corte Suprema de Justicia deberá comprobar que la relación entre el señor Obando y la empresa INDRA Sistemas S. A. califica como una relación laboral o como una subconsultoría y no como otra figura. De esa forma, dejamos evacuada la consulta planteada. Atentamente, Lic. German Brenes Roselló Gerente de División Lic. Marlene Chinchilla Carmiol Gerente Asociada ASS/AAA/APV/ fjm Ci: Archivo Central NI: DFOE-PGAA-0463 G: 2010000574-5 Lic. Elard Gonzalo Ortega Pérez Gerente Asociado