TEMA 27: Trastornos de las glándulas salivares

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Ma Moya López & A. Velasco Llorca
TEMA 27: Trastornos de las glándulas salivares
Diciembre de 2005. Revisado en Enero de 2007; Marzo de 2008
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Introducción.
Lesiones reactivas.
Mucocele.
Quiste de retención mucosa.
2.3. Sialolitiasis.
2.4. Sialadenitis esclerosante crónica.
Procesos inmunitarios.
Síndrome de Sjögren.
Tumores Benignos.
Adenoma pleomorfo.
Cistadenoma papilar linfomatoso.
Tumores malignos.
Carcinoma mucoepidermoide.
Carcinoma adenoide quístico.
Introducción
Las enfermedades de las glándulas salivales modican la secreción y composición salival. La función que desempeña la saliva en el mantenimiento de la
salud bucodental es indispensable. Las glándulas salivales se dividen en glándulas mayores o principales: parótida, submaxilares y sublinguales; y las menores
o accesorias, formando grupos glandulares distribuidos por el paladar, la mucosa vestibular y el suelo de la boca. Las glándulas salivares son derivados
ectodérmicos, en los que se diferencias tres tipos de células: mucosas, serosas
y mioepiteliales. La glándula parótida es una glándula de secreción serosa y
drena al conducto de Stenon. La glándula submaxilar que drena al conducto de
Wharton en el suelo de la boca, es una glándula de secreción seromucosa. La
glándula sublingual es la más pequeña de las glándulas mayores, su secreción es
seromucosa y drena a través del conducto de Bartholin al conducto de Wharton.
Existen de 500 a 1000 glándulas menores, son glándulas de secreción mucosa,
a excepción de las glándulas serosas de Von Ebner, localizadas en las papilas
circunvaladas de la lengua.
Histológicamente las células acinares están rodeadas por células mioepiteliales
contráctiles rodeadas de una membrana basal. Las secreciones acinares pasan
de los conductos intercalados al conducto estriado, de mayor tamaño, ambos
revestidos por epitelio cúbico. La saliva es transportada después, con ayuda de
las células mioepiteliales contráctiles, a los conductos extralobulillares, de epitelio cilíndrico estraticado, y sale nalmente de la mucosa a través del conducto
excretor, revestido por epitelio plano estraticado.
Los procesos patológicos que afectan a las glándulas seromucosas son lesiones
reactivas y obstructivas, infecciones, trastornos inmunopatológicos y neoplasias.
Un rasgo común a todos estos procesos es la tumefacción glandular. Las lesiones infecciosas y obstructivas son habitualmente dolorosas, mientras que los
trastornos inmunológicos y neoplásicos suelen caracterizarse por una tumefacción indolora.
LESIONES REACTIVAS
Las glándulas salivales reaccionan ante una lesión u obstrucción sufriendo
una degeneración atróca y necrosis con sustitución del parénquima por células
inamatorias y, en último lugar, una cicatriz brosa. Las enfermedades que
se consideran de naturaleza reactivas no son infecciosas, sino que representan
respuestas a traumatismos directos o a la obstrucción el ujo salival. Algunas
son de etiología desconocida. La obstrucción del ujo puede ser consecuencia del
bloqueo del conducto por un objeto intraluminal, de la estenosis del conducto
por un estrechamiento de la luz o de la sección de un conducto, con acúmulo de
mucina en el tejido.
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Mucocele
Es una tumefacción tisular formada por moco acumulado tras escapar al
tejido conjuntivo a partir de un conducto roto. Las glándulas salivares menores
del labio inferior son las más propensas a la rotura de sus conductos, por lesiones o mordeduras de la mucosa. Los mucoceles afectan muy rara vez a las
glándulas salivares mayores. Suelen aparecer en niños y adultos jóvenes, aunque
pueden aparecer a cualquier edad. Afectan por igual a hombres y a mujeres. La
localización más afectada es la supercie mucosa del labio inferior, seguida por
la mucosa bucal, el suelo de la boca, la cara ventral de la lengua y el paladar. La
duración es variable, desde unos pocos días hasta incluso 3 años. Puede presentarse como una lesión supercial de color azulado e indolora que se percibe a la
palpación siendo ésta uctuante. Otras veces está situado inmediatamente por
debajo del epitelio y semejan una vesícula que puede romperse por traumatismo.
El aspecto clínico se corresponde con una tumefacción nodular submucosa bien
circunscrita, asintomático, y generalmente unilateral. Su tamaño puede llegar
desde los escasos milímetros hasta el centímetro.
Histológicamente el epitelio supercial está distendido por el acúmulo de
mucina. Esta mucina suele estar cercada por un borde de tejido de granulación.
No existe revestimiento epitelial. El material mucinoso es basólo y contiene
neutrólos e histiocitos espumosos grandes, redondos. Los mucoceles pueden
clasicarse en dos grupos según su mecanismo de producción: mucoceles por
extravasación y mucoceles por retención.
El mucocele por extravasación representa la forma más frecuente y la mayoría
de los casos aparecen entre los 10 y los 30 años de edad; siendo los traumatismos
como mordedura del labio inferior o microtraumas por aparatos de ortodoncias
el agente etiológico que más los origina. Este fenómeno se explica por un trauma
que afecta al conducto excretor de la glándula y que tiene como consecuencia la
ruptura del mismo con salida de moco hacia el interior del tejido.
El mucocele por retención ocurre por el acúmulo de sialomucina por obstrucción del conducto excretor. La causa es el bloqueo del conducto salival.
Son menos frecuentes y aparecen en pacientes de edad avanzada. Se observa
en los mucoceles de retención la formación de una cavidad revestida de células
cuboidales procedentes de los ductos excretores, en su interior se haya el liquido
mucoide. El tratamiento es quirúrgico, practicando una extirpación completa.
Quiste de retención mucosa
Es una tumefacción causada por la obstrucción del conducto excretor de una
glándula salival, dando origen a una dilatación del conducto; y el epitelio que
lo tapiza prolifera originándose de esta forma un quiste de retención mucosa
limitada por una línea de epitelio, siendo difícil de observar. Estos quistes no
suelen afectar a las glándulas salivares mayores; cuando lo hacen suelen ser
múltiples. Con mayor frecuencia, los quistes de retención mucosa afectan a las
glándulas salivares orales menores, formando lesiones solitarias. Los verdaderos
quistes de retención mucosa son más frecuentes en adultos entre la tercera y
octava décadas de la vida, aunque pueden aparecer a cualquier edad. El 90%
de los quistes de las glándulas mayores tiene lugar en la glándula parótida. La
edad media de los pacientes con quistes en dicha localización es de 45 años. En
la cavidad oral la localización más frecuente es el suelo de la boca, seguido por la
mucosa bucal y el labio inferior. Las lesiones son indoloras, quísticas uctuantes
y generalmente, superciales. En tal caso muestran un aspecto translúcido y
azulado.
Un tipo de quiste que afecta a la glándulas salivares menores es el quiste
oncocitoide, más frecuente en la mucosa bucal y los labios de pacientes mayores
(la edad media es de 60 años)
Histológicamente el epitelio plano estraticado de la supercie mucosa de la
cavidad oral se halla distendido por una cavidad quística revestida por epitelio
ductal cúbico. El citoplasma de estas células de revestimiento ductal es eosinó-
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lo. A veces aparecen con pequeñas proyecciones papilares hacia la luz del
quiste. El tratamiento de elección es la extirpación simple.
Sialolitiasis
Se corresponde con la obstrucción del drenaje de una glándula mayor, como
consecuencia del depósito de masas calcicadas en la luz del conducto de excreción. Los cálculos son el resultado de la mineralización de restos, que pueden
incluir células epiteliales exfoliadas, tapones de moco, colonias de bacterias,
etc. La composición mineral es básicamente calcio fosfato y tienen morfología
redondeada. La sialolitiasis afecta de modo diferente a las distintas glándulas,
siendo la submandibular la más afectada, seguida de la parótida y la sublingual.
La sialolitiasis puede condicionar infecciones retrógradas, que se maniestan por
los signos clásicos: incremento de la temperatura con marcados signos inamatorios y secreción purulenta a través de conducto de drenaje.
Epidemiológicamente, la sialolitiasis corresponde al 30% de la patología salival. Se puede presentar a cualquier edad pero es más frecuente en los adultos
entre 30 y 60 años. Hay un ligero predominio en los varones.
Los factores de riesgo implicados en el desarrollo de los cálculos salivares se
clasican en tres grupos: 1) Factor bioquímico (sobresaturación salival en iones
de Ca y PO4, pH alcalino y formación de matriz orgánica), 2) Factor infeccioso
y 3) Factor mecánico (hiposialia, trayecto ascendente del conducto de Warthon
y micromalformación del sistema ductal).
Las manifestaciones clínicas de la sialolitiasis son por un lado las derivadas
de la inamación del conducto donde se asienta el cálculo (sialodoquitis ), y por
otra parte las producidas por la inamación de la glándula (sialoadenitis ).
La sialodoquitis se caracteriza por el hinchazón del conducto, se acompaña
de dolor. La sialoadenitis puede ser reversible o irreversible. El tratamiento
denitivo es la eliminación del cálculo. Muchos pueden eliminarse mediante
manipulación manual del cálculo a través del oricio del conducto principal.
Sialadenitis esclerosante crónica
Es la inamación crónica del tejido glandular salival con sustitución de los
acinos por linfocitos, célula plasmáticas y tejido broso, pero con conservación
de gran parte de la arquitectura ductal. Se debe a la extravasación de moco o
a la obstrucción de un conducto por cálculos salivares. Además, la sialadenitis
puede deberse a traumatismos directos o compresión de las glándulas y sus
conductos. Cuando se produce una degeneración con sustitución brosa e inamación crónica, el proceso se denomina sialadenitis esclerosante crónica. La
glándula salival mayor obstruida aumenta de tamaño debido a la acumulación
de secreciones en el sistema ductal y, posteriormente, a su inltración por células inamatorias. En las glándulas salivares menores, diversas proliferaciones
epiteliales superciales, como papilomas o carcinomas de células planas, pueden
obstruir la luz de un conducto menor o comprimir los conductos extralobulillares
que salen de la glándula. Los rebordes de las prótesis dentales, si tiene longitud
excesiva, pueden comprimir glándulas salivares del vestíbulo, provocando una
sialadenitis. Además, las neoplasias de las glándulas salivares pueden comprimir
glándulas adyacentes normales, obstruyéndolas.
PROCESOS INMUNITARIOS
Cuando una enfermedad autoinmune afecta a las glándulas salivares mayores, suelen asociarse con una afectación similar de las glándulas lagrimales. El
proceso inmunitario que tiene lugar en el tejido salival es crónico y progresivo y
acaba con la destrucción de los acinos por células inamatorias. Las glándulas
aumentan de tamaño bilateralmente y funcionan mal, provocando xerostomía.
El patrón histológico consiste en una inltración por linfocitos T que median la
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destrucción de las células acinares y una proliferación reactiva del epitelio ductal.
Una manifestación típica de enfermedad mediada por procesos inmunitarios es
la enfermedad multisistémica conocida como síndrome de Sjögren (SS).
Síndrome de Sjögren (SS)
El Síndrome de Sjögren es un proceso inamatorio crónico, de carácter multisistémico clásicamente denido por la asociación:
Queratoconjuntivitis seca (sequedad ocular)
Xerostomía (sequedad bucal)
Enfermedad reumática, generalmente la artritis reumatoide.
Tiene como resultado la destrucción de las glándulas exocrinas, mediada por
linfocitos, lo que determina una disminución o ausencia de secreción glandular.
Se denomina síndrome de Sjögren primario o enfermedad de Sjögren cuando
afecta a las glándulas salivares y glándulas lacrimales. Cuando va unido a una
enfermedad del tejido conectivo como artritis reumatoide, lupus eritematoso u
otra enfermedad de base inmunitaria, se denomina síndrome de Sjögren secundario. Existe un 25% de los casos donde el proceso linfoproliferativo se extiende
a otros órganos sin glándulas exocrinas tales como el pulmón, riñón y músculo,
denominándose a estas situaciones de síndrome Sjögren extraglandular. Afecta
hasta el 0,5 % de la población, siendo el 80-90% pacientes del sexo femenino,
con edad de presentación entre los 40-60 años. Es poco frecuente en niños.
Los pacientes pediátricos generalmente presentan otros trastornos autoinmunes
antes de desarrollar el síndrome de Sjogren.
Este síndrome afecta al 3% de la población. La enfermedad no es hereditaria, se ha observado asociación con ciertos genotipos del HLA. Es la segunda
enfermedad del tejido conectivo más frecuente después de la artritis reumatoide.
La forma secundaria es más prevalente que la primaria. En aproximadamente
un 45% de los pacientes con SS se observa un aumento de tamaño de la glándula parótida. Cuando existe, suele ser bilateral y, también puede afectar a las
glándulas submandibulares. El síndrome también ocasiona sequedad de otras
mucosas como las fosas nasales, faringe, genitales y aparato respiratorio, produciendo en ocasiones atroa de la mucosa esofágica o gástrica y disminución
de la secreción pancreática.
Una de las consecuencias de la xerostomía es la gran frecuencia de caries
radicular, también ocasiona la predisposición a las infecciones orales especialmente la candidiasis.
Las lesiones extraglandulares son ocasionales y pueden llegar a afectarse
hígado, riñón y pulmón. También pueden aparecer lesiones gastrointestinales,
de SNC y vasculitis. Se produce una inltración linfocitaria del parénquima de
estos órganos, que pueden terminar produciendo atroa (cirrosis biliar primaria,
nefritis intestinal y brosis pulmonar intersticial difusa).
Los hallazgos histológicos de las glándulas salivares incluyen una densa inltración de linfocitos, alrededor de las estructuras ductales, con atroa de los
acinos. Existe una hiperplasia de las células epiteliales ductales con gradual
obstrucción del lumen y desarrollo de islotes de células mioepiteliales formadas
a partir del epitelio ductal proliferante. Pueden ser denidos diversos estados
inamatorios dependiendo del grado de severidad.
La etiología del síndrome de Sjögren es desconocida. Se considera como un
proceso de base inmunitaria. Se han formulado numerosas hipótesis en las que
se hallan implicados diversos factores (víricos, inmunológicos, genéticos, hormonales). Una de las hipótesis más aceptada sería la de que estímulos exógenos
como infecciones por virus, fármacos o un trasplante de médula ósea, podrían actuar como factores iniciadores sobre una población genéticamente predispuesta,
determinando una alteración en los mecanismos inmunológicos, con inltración
de células T y B. Linfocitos B hiperactivos producen autoanticuerpos y se forman inmunocomplejos. El décit funcional de los receptores Fc y su bloqueo
por inmunocomplejos perpetuaría la enfermedad.
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Los síntomas del Síndrome de Sjögren son similares a los de muchas otras enfermedades por lo que su diagnóstico puede tomar tiempo. El tiempo promedio
desde el primer síntoma a un diagnóstico es de 2 a 8 años.
El tratamiento es diferente para cada persona, dependiendo de cuáles partes
del cuerpo son afectadas. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas. La
resequedad en los ojos se puede tratar con lágrimas articiales tan frecuentemente como sea necesario, o se puede aplicar un ungüento lubricante para los
ojos al momento de acostarse. La resequedad en la boca puede mejorar al tomar
un poquito de agua a lo largo del día, masticar chicle sin azúcar y evitar medicamentos que causen resequedad como los antihistamínicos y descongestionantes.
Igualmente, existen medicamentos, como la pilocarpina, que incrementan el ujo
de saliva. El cepillado frecuente de los dientes, el uso de hilo dental y las revisiones dentales periódicas pueden prevenir las caries dentales severas asociadas
con la resequedad de la boca. El SS secundario requerirá a menudo tratamiento
adicional, incluyendo agentes inmunosupresores.
TUMORES BENIGNOS
Los tumores de las glándulas salivales pueden derivar del epitelio salival
(parenquimatoso) o del estroma conjuntivo (mesenquimales). Más del 70% de
los tumores salivales se desarrollan en las glándulas principales; menos del 30%
lo hacen en las glándulas menores. Los tumores parenquimatosos benignos son
adenomas, mientras los tumores malignos de las glándulas salivales se clasican como adenocarcinomas. Estos tumores pueden aparecer a cualquier edad.
Afectan con mayor frecuencia a mujeres que a hombres. En la glándula parótida
casi el 70% de los tumores son adenomas benignos, mientras que en las glándulas
submaxilares sólo lo son el 50%. La mayoría de los adenomas benignos son bien
delimitados, no inltrantes y encapsulados. Entre los tumores benignos el más
frecuente es el adenoma pleomorfo. También es frecuente el cistadenoma papilar
linfomatoso.
Adenoma pleomorfo
Es el tumor más común de todas las neoplasias salivares representando el
70-80% de todos los tumores benignos. También se le ha llamado tumor mixto
benigno. Es más frecuente en mujeres y el pico de edad media se sitúa hacia
los 40 años. La localización preferente es en la glándula parótida, son menos
frecuentes en las glándulas submandibulares y resultan relativamente raros en
las glándulas salivares menores. En la glándula parótida suele afectar al lóbulo
supercial, en forma de una masa evidente delante del lóbulo de a oreja y encima
del ángulo de la mandíbula. Es un tumor de crecimiento lento e intermitente.
Asintomático, se acompaña algunas veces de sensación de tensión en la región del
desarrollo tumoral. Se encuentra circunscrito y bien delimitado. De consistencia
dura y tacto homogéneo, se puede movilizar fácilmente. Generalmente el tiempo
de evolución hasta que se maniesta clínicamente oscila entre 2 y 5 años. Esta
tumefacción, generalmente única, no suele afectar a piel o mucosa y tampoco
suele provocar parálisis facial ni adenopatías.
Histopatología : La característica histológica típica es el aspecto heterogéneo
del tumor. Las células tumorales forman conductos, ácinos, túbulos, bandas
o placas. Las células epiteliales son pequeñas y oscuras y con contornos que
oscilan entre cúbicos y fusiformes. Estos elementos epiteliales se encuentran
inmersos en un estroma de tejido conjuntivo laxo, a menudo mixoide, en el que
a veces se identican islotes de aspecto cartilaginoso o, más rara vez, osteoides.
Los datos inmunohistoquímicos indican que todos estos distintos tipos celulares,
incluidos el estroma, son de estirpe mioepitelial.
A menudo, el tumor ha evolucionado durante años antes de que el paciente
acuda al médico. La resonancia magnética (RM) es una técnica diagnóstica able para determinar la extensión de la enfermedad especialmente en las glándu-
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las salivares mayores; la presencia de una marcada cápsula brosa es importante
para distinguir entre tumores salivares benignos y malignos.
El tratamiento de este tumor, como el del resto de la tumoraciones benignas
es quirúrgico con un margen de tejido sano, debido a que tiende a inltrar la
cápsula, especialmente en las glándulas salivales mayores, no así en las menores.
La cirugía suele ser suciente para erradicar el proceso. Se ha de tener en cuenta
que este tumor tiene una pseudocápsula que puede ser atravesada por prolongaciones del tumor, de ahí que su resección por enucleación o con márgenes
estrechos puede signicar una recidiva.
Aunque los adenomas pleomorfos se hallan bien encapsulados, pueden perforar la cápsula creando un carcinoma llamado carcinoma ex adenoma pleomorfo
o tumor mixto maligno. La incidencia de transformación maligna aumenta con
la duración del tumor. Lamentablemente, cuando aparecen, estos cánceres son
unas de las neoplasias más agresivas de las glándulas salivares.
Cistadenoma papilar linfomatoso
También conocido como Tumor de Warthin. Es un tumor benigno, poco
frecuente, afecta prácticamente de forma exclusiva a la región de la glándula
parótida y parece corresponderse a tejido salival heterotópico que quedó atrapado en un ganglio linfático regional durante la embriogénesis. Suele ser pequeño, bien delimitado, redondeado u ovoide y al corte muestra hendiduras o
espacios quísticos con contenido mucoso sobre un fondo blando de color gris.
Clínicamente se muestra como una lesión indolora, rme y de límites netos. Su
crecimiento es muy lento y al comprimirlo con los dedos el tumor es pastoso.
Microscópicamente, presenta dos características típicas: 1) una capa epitelial
formada por dos hileras que revisten las hendiduras y los espacios quísticos y
2) un tejido linfático bien desarrollado, a veces con folículos linfáticos, que se
disponen inmediatamente por debajo del epitelio. La transformación maligna
es rara. Se trata de un proceso tumoral en el que la incidencia más alta se da
en el sexo masculino. La mayoría de los casos se dan en pacientes entre 35-50
años, pero puede aparecer en edades avanzadas. Aproximadamente el 10% de
los casos son bilaterales.
El tratamiento mediante la enucleación simple es probablemente suciente
para la mayoría de los cistadenomas papilares linfomatosos; no obstante, debido
a su posible multicentricidad, la mayoría de los cirujanos recomiendan la lobectomía supercial para prevenir la aparición de un nuevo tumor posteriormente.
La transformación maligna es rara y en la mitad de los casos descritos el paciente
había estado expuesto a radiación previa.
TUMORES MALIGNOS
Los tumores malignos constituyen un 20% del total de los tumores de las
glándulas salivales, siendo los más habituales el carcinoma mucoepidermoide y
el carcinoma adenoide quístico. Los adenocarcinomas no están encapsulados y
presentan generalmente signos de invasión de tejido conjuntivo adyacente.
Carcinoma mucoepidermoide
Es el tumor maligno más frecuente de las glándulas salivares mayores y
menores, supone el 27% de las neoplasias salivales malignas. Afecta preferentemente a la glándula parótida seguida de las glándulas salivares menores y la
glándula submaxilar. Puede aparecer a cualquier edad, y aunque predomina
en personas de edad avanzadas, es la neoplasia de las glándulas salivares más
frecuente de la infancia.
Clínicamente se distingue el carcinoma mucoepidermoide de bajo grado de
malignidad que aparece como una masa indolora de lento crecimiento y pequeño tamaño, de la variante de peor pronóstico (alto grado de malignidad)
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cuyo crecimiento es rápido y provoca dolor en estadíos iniciales. Está constituido por células escamosas, células productoras de moco y células intermedias y
muestra histológicamente un amplio espectro de diferenciación, desde tumores
epidermoides sólidos hasta tumores quísticos de contenido mucoso.
El manejo de estos tumores depende de la extensión y el grado histológico.
El pronóstico suele ser malo porque muchos son diagnosticados en estadios avanzados. El tratamiento consiste en la exéresis quirúrgica de la glándula afectada,
con márgenes de seguridad, complementada o no con tratamiento radioterápico.
Se realizará un vaciamiento ganglionar de cuello sólo cuando exista evidencia
clínica.
Carcinoma adenoide quístico
Es un tumor maligno de las glándulas salivales, formado por células cúbicas
que forman un patrón sólido, cribiforme (aspecto de queso suizo) o tubular,
con tendencia a la invasión de los espacios linfáticos perineurales. Afecta preferentemente a las glándulas submaxilar y sublingual. Cuando aparece en las
glándulas salivales menores se localiza sobre todo en el paladar. Representa el
4% de los tumores salivales y el 15% de los malignos. Tiene una distribución
por sexos similar; respecto a la edad, aparece en mayores de 50 años.
Llama la atención la tendencia a la invasión local y a la recidiva después de
la extirpación quirúrgica. No sólo aparecen en la cavidad bucal sino también
en las glándulas lacrimales, nasofaringe, cavidad nasal, senos paranasales y vías
respiratorias inferiores.
Histológicamente las células se parecen a las unidades secretoras del tejido
salival y pueden ser mucosas, serosas o seromucosas. Son células ricas en citoplasma, de contenido ligeramente basólo. Las células acinares se disponen en
diversos patrones de crecimiento: sólido, microquístico, quístico papilar y folicular. La neoplasia es de crecimiento lento, no obstante invade precozmente el
hueso a través de los espacios medulares sin destruir trabéculas óseas. También
puede producir dolor y parálisis del V o VII par si existe invasión perineural.
Provoca metástasis en pulmón, nódulos linfáticos y hueso. Aunque la mayoría de
los carcinomas adenoides quísticos no metastizan durante muchos años, resultan
difíciles de erradicar por completo, y su pronóstico a largo plazo es malo. El
tratamiento consiste en la parotidectomía total, con sacricio del nervio facial
en caso de afectación del mismo.
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