“diaz bessone” cncp. - Poder Judicial de la Nación

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Poder Judicial de la Nación
EXCARCELACIÓN. INF. ART. 5 INC. C) LEY
23.737.
DENEGATORIA.
PLENARIO
“DIAZ
BESSONE” CNCP.
BASES NORMATIVAS Y JURISPRUDENCIALES EN MATERIA DE
RESTRICCIÓN
A
LA
LIBERTAD
DURANTE
LA
ETAPA
DE
INSTRUCCIÓN PENAL.
EL PLENARIO “DIAZ BESSONE” Y SU APLICACIÓN AL CASO.
PRESUNCIÓN DE FUGA SEGÚN LA PENA EN EXPECTATIVA,
PRESUNCIÓN IURIS TANTUM (Dr. Pacilio, con adhesión
del Dr. Nogueira)
DISIDENCIA
SOBRE
LA
DENEGATORIA
DE
USO OFICIAL
EXCARCELACIÓN.
Sin necesidad de emitir juicio sobre la constitucionalidad
y/o vigencia de la presunción iuris tantum de que la pena en
expectativa o la imposibilidad de la ejecución condicional de
la
pena
pueden
entorpecimiento
categórica
al
circunstancias
indicar
del
proceso,
sentar
no
la
como
bastan
presunción
la
doctrina
regla
principal
para
evaluar
la
de
fuga
plenaria
que
o
es
aquellas
procedencia
o
improcedencia de la excarcelación o eximición de prisión,
sino
que
deben
valorarse
en
forma
conjunta
con
otros
parámetros tales como los establecidos en el art. 319 del
ordenamiento ritual a los fines de determinar la existencia
de riesgo procesal.
*
Si
bien
el
ilícito
enrostrado
reviste
prima
facie
cualidades graves, de las restantes circunstancias objetivas
de las actuaciones no encuentro elemento alguno para estimar
que pueda entorpecer el desarrollo futuro del proceso en caso
de recuperar su libertad. A la luz de la jurisprudencia de
los Tribunales Orales de distintas jurisdicciones en cuanto a
la
determinación
difícil
de
conjeturar
la
que,
pena
en
en
casos
caso
de
similares
recaer
resulta
sentencia
definitiva, la pena a imponer pueda superar los ocho años de
prisión.(Dr. Vallefín)
PODER JUDICIAL DE LA NACIÓN
///Plata, abril 16 de 2009.R.S.3 T.65 f* 137
VISTO: Este expte. nro. 5182, “Incidente de:
excarcelación
a
favor
de
Rodrigo
Ariel
Álvarez”,
procedente del Juzgado en lo Criminal y Correccional
Federal Nro. 2 de Lomas de Zamora y
CONSIDERANDO QUE:
El doctor Pacilio dijo:
I.
Antecedentes.
1.
El
defensor
de
Rodrigo
Ariel
Álvarez
solicitó el beneficio de la excarcelación en favor
de su asistido e invocó la aplicación del Acuerdo
Nro. 13 de la Cámara Nacional de Casación Penal (fs.
1/4).
La
fiscal
subrogante
se
opuso
a
tal
concesión y el magistrado denegó la solicitud (fs.
6/14).
2.
De
esa
decisión
apeló
el
defensor
particular, a fs. 15/16. Alegó que su defendido no
cometió el delito que se le imputa, que el causante
dio explicaciones acerca de sus medios de vida y
solicitó la aplicación del plenario “Díaz Bessone”.
II. Tratamiento del recurso.
A) Bases normativas y jurisprudenciales en
materia
de
restricción
a
la
libertad
durante
la
etapa de instrucción penal.
1.
En
numerosos
precedentes
esta
Sala
ha
sostenido que la restricción de la libertad de una
persona durante el transcurso de una investigación,
debe estar precedida -más allá de la escala penal
que
fija
el
valoración
delito
que
objetiva
se
le
de
enrostra-
las
de
una
circunstancias
particulares del hecho.
Una
aplicación
rígida
y
literal
de
las
causales prescriptas por los artículos 316 y 317 del
Código Procesal Penal de la Nación vedaría al juez
Poder Judicial de la Nación
de
la
posibilidad
de
examinar
las
circunstancias
concretas del caso para decidir la procedencia o no
de la excarcelación (véase Ottaviano, Santiago, ALa
prisión preventiva: presupuestos para su dictado y
limitación
temporal@,
publicado
en
Los
derechos
humanos en el proceso penal, coordinado por Luis M.
García, Ábaco, Buenos Aires, 2002,
capítulo III, p.
203 y siguientes).
Este argumento, por lo demás, concuerda con
la línea seguida por la jurisprudencia de distintos
tribunales nacionales, que sustancialmente considera
que las reglas establecidas en los arts. 316 y 317
USO OFICIAL
del
Código
Procesal
Penal
de
la
Nación
no
constituyen una presunción iure et de iure, sino que
deben interpretarse armónicamente con el principio
de
inocencia
(conf.
Cámara
Nacional
de
Casación
Penal, Sala III, autos “Machieraldo, Ana M.L. s/
rec.
de
casación”,
sentencia
del
22/12/2004,
publicado en “Suplemento de Jurisprudencia Penal y
Procesal Penal” (“La Ley ”) del 29/04/05, p. 3).
Destacándose asimismo que aún cuando la imputación
del
nuevo
delito
pueda
culminar
en
una
pena
de
efectivo encierro, esa sola circunstancia no permite
dejar de lado el análisis de otros elementos del
juicio que pueden posibilitar un mejor conocimiento
de
la
existencia
“presunción
de
del
fuga”
riesgo
(conf.
de
Cámara
la
conocida
Nacional
de
Casación Penal, Sala IV, autos “Beraja, Rubén E. y
otros”, sentencia del 26/05/2005, en “La Ley” 2005F-610 o “Jurisprudencia Argentina” 2005-III-712).
Sobre el punto en examen, la Sala III de la
Cámara Nacional de Casación Penal -apoyada en el
informe
2/97
de
la
Comisión
Interamericana
de
Derechos Humanos- in re “Chabán, Omar Emir s/recurso
de casación” sentencia del 24-11-05, destacó -con
independencia
de
la
solución
que,
por
mayoría,
alcanzó- los principios que gobiernan la materia en
cuestión, a los que esta Sala se ha ajustado.
Todo lo expuesto evidencia que la gravedad
de la sanción no puede ser tomada como la única
pauta que permita apreciar la admisibilidad de la
excarcelación
del
imputado,
sino
que
se
impone
evaluar todas las circunstancias del caso. Porque
precisamente,
en
el
circunstancias,
se
contexto
emplazan
los
de
dichas
argumentos
que
llevan a admitir o a descartar la existencia de una
razón
que
respeto
justifique
a
la
apartarse
libertad
de
personal
la
regla
(conf.
del
Gialdino,
Rolando E., “La prisión preventiva en el derecho
internacional
de
“Investigaciones”
los
3
derechos
[1999],
humanos”,
Corte
Revista
Suprema
de
Justicia de la Nación, p. 667 y siguientes).
Para completar el análisis cabe agregar que
la posible morigeración que debe hacerse en torno a
la aplicación de tales pautas como fundamento del
encierro
preventivo,
para
estar
acorde
a
las
exigencias de los organismos internacionales -que en
el ámbito nacional diera lugar a la sanción de la
ley 24.390 y su modificatoria 25.430- se ciñe a los
casos en que su prolongación resulte de una magnitud
tal que, de acuerdo a las circunstancias del caso
concreto,
lo
haga
aparecer
como
irrazonable.
En
otras palabras es frente a esa hipótesis temporal
que
resulta
necesario
acudir
a
la
valoración
de
otros criterios para evaluar la proporcionalidad de
la extensión de la prisión preventiva.
2. Más allá de la doctrina y jurisprudencia
nacional e internacional en que esta Sala ha fundado
Poder Judicial de la Nación
sus anteriores decisiones, el fallo plenario número
13 de la Cámara Nacional de Casación Penal, emitido
el pasado 30 de octubre de 2008 en los autos “Díaz
Bessone, Ramón G. s/ recurso de inaplicabilidad de
ley”, impone la observancia de los parámetro en él
establecidos.
La doctrina plenaria referida establece que
“(n)o basta en materia de excarcelación o eximición
de prisión para su denegación la imposibilidad de
futura
pudiere
condena
de
ejecución
corresponderle
al
condicional,
imputado
o
una
que
pena
privativa de la libertad superior a ocho años (arts.
USO OFICIAL
316 y 317 del C.P.P.N.), sino que deben valorarse en
forma conjunta con otros parámetros tales como los
establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual
a los fines de determinar la existencia de riesgo
procesal”.
2.1. En primer lugar, ha de señalarse que
los sucesivos votos que conformaron la mayoría del
plenario
sostuvieron
la
constitucionalidad
de
los
artículos que constituyen el régimen de la libertad
ambulatoria
de
las
personas
sometidas
a
proceso
penal.
Ello importa que, la presunción de fuga o
entorpecimiento
del
proceso,
que
los
legisladores
consideraron probada por el sólo hecho de que al
imputado pudiera corresponderle una pena privativa
de la libertad superior a ocho años de prisión o si
prima facie no procediera la ejecución condicional
de la eventual condena, permanece plenamente vigente
y operante en el ordenamiento adjetivo.
2.2. Como consecuencia de ello los señores
jueces procedieron a fijar el alcance y naturaleza
que, por vía de interpretación, debe acordarse a tal
presunción.
2.2.1. Respecto del tipo de presunción en la
que
deben
encuadrarse
las
contenidas
en
los
artículos 312, 316 y 317 del CPP, la mayoría es
conteste en que esta presunción es de las llamadas
iuris
tantum.
Ello
significa
que
podrá
desvirtuársela mediante el aporte de elementos que
demuestren
que
la
amenaza
de
pena
que
se
cierne
sobre el imputado o la efectividad de la pena a
cumplir, no provocaran indefectiblemente la fuga del
encartado ni lo compelerán a desplegar maniobras que
entorpezcan
la
curso;
desde
o,
prosecución
otro
del
proceso
lado,
que
penal
la
en
libertad
ambulatoria del causante, no constituye un obstáculo
real y concreto a la buena marcha del proceso.
Así
fue
expresado
en
los
respectivos
fundamentos que integraron la mayoría del plenario:
“Sin embargo, de un tiempo a esta parte, he variado
mi criterio, en favor de una interpretación de los
arts.
316
y
317
del
C.P.P.N.
según
la
cual
su
aplicación no es automática, sino que son pautas
establecidas
presunción
por
iuris
el
legislador
tantum.”
que
(voto
operan
del
doctor
como
Pedro
David); “Con estas breves consideraciones voto en el
sentido de que la presunción legal establecida por
el
artículo
316
del
catálogo
instrumental
puede
resultar desvirtuada por prueba en contrario.” (voto
del doctor Juan E. Fégoli); “(Q)ueda claro también,
a
partir
Comisión
Pacto
de
de
interpretación
Interamericana
San
hermenéutica
jerarquía
la
de
Derechos
Rica,
José
de
Costa
valida
y
ajustada
constitucional,
que
es
la
a
realiza
Humanos
que
las
que
la
la
del
única
normas
de
acuerde
al
Poder Judicial de la Nación
referido artículo 316 el carácter de una presunción
iuris tantum.” (Voto del doctor Eduardo R. Riggi);
“(e)ntonces, las pautas contenidas en los artículos
316, 317 y concordantes del Código Procesal Penal de
la
Nación
con
lo
sólo
pueden
dispuesto
considerándoselas
iure
et
de
Hornos);
en
los
(Voto
lo
armónicamente
artículos
presunciones
iure”
(P)or
interpretarse
iuris
del
tanto,
280
y
319,
tantum,
doctor
y
no
Gustavo
M.
corresponde
trabajar
siempre sobre una presunción “iuris tantum”, pues la
previsión legal no resulta de aplicación automática
y
de
pleno
derecho,
sino
permeable
a
una
USO OFICIAL
demostración adversa que acredite la inexistencia de
riesgo procesal alguno.”
(Voto del doctor Mariano
González Palazzo), entre otros.
2.2.2. Sentado lo anterior, se advierte que
el mencionado plenario atribuye a la amenaza de pena
superior a ocho años de prisión, o a su cumplimiento
efectivo, un fuerte grado de probabilidad de generar
la elusión del imputado o, al menos, una actividad
encaminada a socavar el éxito del proceso penal.
Así, el voto que lidera la mayoría expresó
“(S)in
embargo,
flexible,
la
posibilidad
aún
fuerza
de
fuga
considerándolo
de
convicción
o
un
baremo
respecto
entorpecimiento
a
de
la
la
investigación que arrastra la escala penal prevista
para el delito endilgado no es menor, ni tampoco
irrazonable.” que Apara que la presunción carezca de
virtualidad,
deberá
cuestionada,
con
resultar
éxito;
pues
indefectiblemente
si
no
se
la
controvierte -y desvirtúa por prueba en contrario-,
la presunción operará plenamente. Así solo en el
supuesto de que se pretenda desvirtuar la presunción
legal, habrá de decidir si ella continúa rigiendo o
si, por el contrario, ha perdido virtualidad y deja
habilitada la libertad” y que “para la pretendida
destrucción
de
la
arrimarse
mayor
descalificantes
de
presunción
legal,
cantidad
de
ella,
cuanto
deberán
elementos
más
alto
sea
el
monto de la pena que se espera en definitiva” (Voto
del doctor Pedro David).
En igual sentido, el doctor Riggi sostuvo
que “(N)o obstante lo expuesto, resulta innegable
que las previsiones del artículo 316 del rito penal
resultan
de
ineludible
aplicación,
excepto
en
aquellos casos en que la presunción legal resulte
conmovida por los elementos de juicio obrantes en el
sumario y que demuestren el desacierto en el caso de
observar
dicha
presunción.
En
efecto,
la
circunstancia que la norma contenida en el artículo
316 debe ser tenida como una presunción iuris tantum
no
autoriza
a
desconocer
su
existencia
y
operatividad, dado que en la medida en que se trata
de derecho positivo vigente, su aplicación a los
supuestos
que
disposiciones
se
encuentran
resulta
un
abarcados
imperativo
por
sus
legal.”.
Y
añadió: “(D)e esta manera, la presunción legal que
indica que en aquellos casos en que los imputados se
enfrenten
privativa
a
la
de
posibilidad
la
de
libertad
una
severa
habrán
de
pena
intentar
profugarse debe ser tenida en cuenta al momento de
decidir sobre su excarcelación; y sólo corresponderá
apartarse de la referida disposición legal cuando
concurran
comprobables
elementos
que
de
juicio
demuestren
el
objetivos
y
desacierto
-
disfuncional o irracional- de lo que la ley presume.
Justamente
por
ello
–porque
admite
prueba
en
contrario-, es que la referida presunción es iuris
Poder Judicial de la Nación
tantum. Y no está de más señalar que tal prueba (la
que confronte con la solución legal) debe existir y
ser constatable, pues de lo contrario la presunción
mantiene todo su valor y efecto.”.
La misma línea interpretativa fue seguida
por los doctores Juan E. Fégoli, Gustavo M. Hornos y
Mariano González Pallazzo.
3.
Como
conclusión
de
lo
hasta
aquí
reseñado, puede inferirse que las previsiones de los
artículos 312, 316 y 317 del Código Procesal Penal,
en
cuanto
suponen
intentará
eludir
que
la
el
imputado
acción
de
de
la
un
delito
justicia
o
USO OFICIAL
entorpecerá la marcha del proceso cuando la amenaza
de pena sea mayor a ocho años de prisión o la pena
será
de
efectivo
cumplimiento,
son
presunciones
iuris tantum que pueden ser destruidas mediante la
producción de prueba en contrario.
Asimismo, cabe concluir que esa calidad de
iuris
tantum,
en
nada
modifica
su
calidad
de
presunción legal pues la amenaza de sufrir una pena
de las características descriptas por el artículo
316
del
CPP,
es
un
fuerte
indicador
de
riesgo
procesal que sólo puede ser desvirtuado mediante la
producción
contundente
certeza
de
prueba
que
de
concreta,
permita
que
ese
al
seria,
juzgador
elevado
sólida
llegar
riesgo
a
ha
y
la
sido
neutralizado.
B) Su aplicación al caso.
Desde
la
perspectiva
expuesta
en
los
considerandos que anteceden en la situación que se
plantea en el caso, las circunstancias invocadas por
la defensa de Rodrigo Ariel Álvarez en su escrito
recursivo,
no
alcanzan
a
desvirtuar
la
fuerte
presunción de que habrá de eludir el accionar de la
justicia
que
trae
aparejada
la
magnitud
de
la
amenaza de pena que se cierne sobre él en función
del delito por el que se lo ha acusado, esto es el
previsto por el artículo 5to., inciso “c”, agravado
por el artículo 11, inciso “c” de la ley 23.737 (fs.
894/913 y vta., del expediente principal).
A
ello
debe
añadirse
que
Álvarez
se
encuentra detenido desde el día 6 de noviembre de
2008
(fs.
tiempo
393/396,
del
transcurrido
en
expediente
detención
principal).
cautelar
no
El
es
desproporcionado a la luz de la pena amenazada (de 6
a 20 años de prisión) y tampoco lo es con relación
al estado de la instrucción. En efecto, si bien la
investigación ha avanzado, al punto de permitir el
dictado del auto de procesamiento, lo cierto es que
aún resta realizar medidas probatorias tendientes a
consolidar la investigación.
Por las razones que anteceden, se concluye
que la fuerte presunción basada en la escala penal
prevista para el delito imputado al causante, no ha
sido desvirtuada.
Por
tanto
corresponde
confirmar
la
resolución de fs. 11/14.
El doctor Nogueira dijo:
Que adhiere al voto del doctor Pacilio.
El doctor Vallefín dijo:
1.
Los
antecedentes
fácticos,
la decisión recurrida y los agravios del recurrente
se
encuentran
suficientemente
desarrollados
en
el
voto precedente y a él me remito en este punto.
2.
constitucionales,
legales,
Los
principios
jurisprudenciales
y
doctrinarios que gobiernan la excarcelación también
se hallan adecuadamente expuestos en el punto “II.A”
Poder Judicial de la Nación
de
dicho
voto.
Por
cierto,
esta
Sala,
con
mi
adhesión, ha sostenido de modo reiterado que es un
test complejo al que deben someterse los pedidos de
excarcelación
y
que
debe
desecharse
aquél
basado
sólo en la gravedad del delito imputado.
A tales pautas cabe añadir el
fallo plenario número 13 de la Cámara Nacional de
Casación Penal, emitido el
los
autos
“Díaz
30 de octubre de 2008 en
Bessone,
Ramón
G.
s/
recurso
de
inaplicabilidad de ley”, que impone la observancia
de
los
parámetros
allí
establecidos
y
que
se
encuentran transcriptos en el voto anterior.
USO OFICIAL
3.
Es,
precisamente,
esta
evaluación integral del asunto la que me conduce a
la
convicción
de
que
el
pedido
formulado
debe
admitirse.
En
emitir
juicio
sobre
efecto,
la
sin
necesidad
constitucionalidad
de
y/o
vigencia de la presunción iuris tantum de que la
pena
en
expectativa
o
la
imposibilidad
de
la
ejecución condicional de la pena pueden indicar la
presunción de fuga o entorpecimiento del proceso, la
doctrina plenaria es categórica al sentar como regla
principal que aquellas circunstancias no bastan para
evaluar
la
procedencia
o
improcedencia
de
la
excarcelación o eximición de prisión, sino que deben
valorarse
tales
en
como
forma
los
conjunta
con
establecidos
en
otros
el
parámetros
art.
319
del
ordenamiento ritual a los fines de determinar la
existencia de riesgo procesal.
Es
decir,
ratifica
los
mismos puntales orientadores a los que esta Sala
viene
remitiendo
en
sus
precedentes
en
materia
excarcelatoria y que se resumen en lo siguiente: a)
la fundada sospecha de culpabilidad del encausado en
el hecho delictivo; b) la gravedad de los hechos
concretos
del
proceso;
c)
las
circunstancias
personales del imputado (individuales, familiares,
morales
y
patrimoniales,
rebeldías
anteriores,
antecedentes penales y contravencionales, etc.); d)
la
posibilidad
de
reiteración
de
la
conducta
delictual, así como el riesgo de que obstaculice la
investigación impidiendo o demorando la acumulación
de
prueba
o
conspirando
investigados
en
el
con
curso
otros
normal
que
del
estén
proceso
judicial.
Es,
precisamente,
sobre
estas
bases que fundamentaré la solución que ya anticipé.
4.
En
efecto,
Rodrigo
Ariel Alvarez se encuentra procesado en orden al
delito reprimido por el artículo 5 inc. “c” y 11
inc.
“c”
de
tenencia
la
de
ley
23.737,
en
estupefacientes
la
modalidad
de
con
fines
de
comercialización agravado por la intervención de más
de
tres
personas
organizadas
para
cometerlo
(fs.
894/913 y vta. del expediente principal).
Si bien el ilícito enrostrado
reviste
prima
restantes
facie
circunstancias
actuaciones
no
estimar
Rodrigo
que
cualidades
encuentro
graves,
objetivas
elemento
Alvarez
pueda
de
las
de
las
alguno
para
entorpecer
el
desarrollo futuro del proceso en caso de recuperar
su libertad.
En
efecto,
el
imputado
no
registra antecedentes penales, cuenta con domicilio
fijo en el que habita con su pareja, tiene un hijo y
trabaja
Zamora
en
dos
(fs.637,
comercios
683/685
y
emplazados
en
Lomas
1187/1189
de
la
de
causa
Poder Judicial de la Nación
principal),
circunstancias
personales
y
patrimoniales que habilitan -en un examen preliminar
de
la
cuestión-
a
concluir
que
aquél
detenta
un
arraigo que permitirá su futura localización. Ello
por conducto de las herramientas con las que cuenta
el
a
quo
para
asegurar
la
comparecencia
del
causante, a través de las cauciones establecidas en
el art. 320 y siguientes del Código Procesal Penal
de
la
Nación
y,
fundamentalmente,
con
las
obligaciones contenidas en el art. 310, a las que
remite el art. 321 del mismo cuerpo legal.
A
todo
lo
expuesto
resta
USO OFICIAL
agregar que a la luz de la jurisprudencia de los
Tribunales
cuanto
a
Orales
la
de
distintas
determinación
de
jurisdicciones
la
pena
en
en
casos
similares resulta difícil conjeturar que, en caso de
recaer sentencia definitiva, la pena a imponer pueda
superar los ocho años de prisión.
5. Estas razones, a mi juicio,
resultan
apelada
suficientes
y
conceder
beneficio excarcela
para
a
revocar
Rodrigo
la
Ariel
resolución
Alvarez
el
torio, bajo la caución que el
magistrado de origen estime corresponder.
Así lo voto.
Por
ello,
SE
RESUELVE,
por
mayoría:
Confirmar la decisión de fs. 11/14.
Regístrese. Notifíquese. Devuélvase.
Fdo.
Carlos
Alberto
Nogueira,
Antonio
Pacilio y Carlos Alberto Vallefín. Ante mí: María
Alejandra Martín.
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