Política editorial EDUCACIÓN FÍSICA, RECREACIÓN Y DEPORTE Ímpetus es u na publicación del programa Licenciatura en Educación Física y Deportes de la Universidad de los Llanos, dedicada a la difusión de informes finales y parciales de investigación, reflexiones teóricas, entrevistas, traducciones y reseñas críticas en el campo de la educación física, la recreación y el deporte, y como tal pretende ser un foro académico de discusión y divulgación de los aportes de profesores, estudiantes e investigadores en las siguientes áreas: • • • • • Fundamentación de la educación física, la recreación y el deporte como disciplinas científicas y humanísticas, y su reflexión desde las diversas metodologías de investigación en el área. Análisis de problemas contemporáneos de la educación física, la recreación y el deporte y su relación con los contextos culturales. Análisis de la enseñanza de los campos de acción del sector, entendidos como campos profesionales y de indagación. Análisis de la relación cuerpo-subjetividad y cuerpo-sociedad. Relación de la calidad de vida con las expresiones motrices en las sociedades contemporáneas. Instrucciones para presentación de artículos Ímpetus invita a autores nacionales e internacionales dedicados a la enseñanza e investigación de la educación física, la recreación, el deporte y áreas afines a enviar sus colaboraciones. Las condiciones para su publicación son las siguientes: • • • • • • • Los trabajos deben ser inéditos o con autorización para reproducir todo material que esté protegido por derechos de autor. El material será sometido a evaluadores externos que reúnan condiciones de idoneidad y reconocimiento en el área de reflexión. El Consejo Editorial estará constituido por distinguidos miembros de la comunidad nacional en las áreas de interés de la disciplina, lo cual garantiza transparencia y calidad. Los artículos deberán ser escritos preferiblemente en castellano, aunque se aceptan colaboraciones en inglés. Los artículos deberán contar con título (máximo 15 palabras), resumen y palabras claves, cuerpo del artículo y referencias bibliográficas siguiendo el sistema arábigo. Deben enviarse dos (2) copias de los artículos en papel y formato digital en programa Word para PC a la dirección del programa Licenciatura en Educación Física y Deportes, Universidad de los Llanos. Los artículos no excederán las 15 páginas de extensión escritas a 1.5 espacios en fuente Times New Roman. Ímpetus no garantiza que toda colaboración sea publicada. Con fundamento en la selección efectuada por el Consejo Editorial, se envían los artículos a evaluadores externos anónimos, quienes eventualmente podrán sugerir modificaciones formales y/o estructurales de los documentos. En caso de no incluir el artículo, el autor será previamente notificado. Obra de Gustavo Mendoza Universidad de los Llanos Programa Licenciatura en Educación Física y Deportes 50 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos Curriculum vitae Universidad de los Llanos - Unillanos Revista Ímpetus Número 2, año 2007 Programa Licenciatura en Educación Física y Deportes, Escuela de Pedagogía, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad de los Llanos Jairo Iván Frías Carreño Rector Rosalba Isaza Vera Decana Facultad de Ciencias Humanas Fernando Campos Polo Director Héctor Rolando Chaparro Hurtado Editor Claudia Maritza Guzmán Ariza Coordinación editorial Gabriel Romero Vicerrector Académico Albeiro Sánchez Medina Vicerrector de Recursos Universitarios José Ariel Rodríguez Director Instituto de Investigaciones de la Orinoquia Colombiana (IIOC) Álvaro Urrea Piñeros Director Instituto de Proyección Social Alberto José Manuel Velásquez Arjona Director Escuela de Pedagogía Napoleón Murcia, Ph.D. Elvia Correa, Ms.C. Fernando Campos Polo, Ms.C. Silvana Vilodre Goellner, Ph.D. (Universidad Federal do Río Grande do Sul, Brasil) Víctor Jairo Chinchilla, Ms. C Consejo editorial Redacción, canje y suscripción Revista Ímpetus Programa Licenciatura en Educación Física y Deportes Universidad de los Llanos Nancy Elizabeth Ganz Doctora en Educación, Universidad de San Andrés; Magister Scientiae en Didáctica, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (1999). Especialista en Didáctica, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (1998). Licenciada en Ciencias de la Educación, Universidad de Buenos Aires. Rubiela Arboleda Gómez Doctora en Estudios Científicos Sociales, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, ITESO, Tlaquepaque, Jalisco, México. Maestría en Problemas Sociales Contemporáneos, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. 1996. Antropóloga, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. Licenciada en Educación Física, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. 1983. Silvana Vilodre Goellner Licenciada em Educação Física pela UFSM (1986); Mestre em Ciências do Movimento Humano pela UNIVERSIDADE Federal do Rio Grande do Sul (1993); Doutora em Educação pela Universidade Estadual de Campinas (1999); Profesora de pregrado y posgrado del Curso de Educación Física de la Universidade Federal do Rio Grande do Sul. Coordinadora del Programa de Posgrado en Ciencias del Movimiento Humano (UFRGS) y del Centro de Memoria del deporte de la Escuela da Educación Física de la UFRGS e o GRECCO; miembro del Grupo de Estudio sobre Cultura e Corpo. David Leonardo Quitián Roldán Sociólogo, Universidad Nacional de Colombia; candidato a Magíster en Antropología Social, U. Nacional. Napoleón Murcia Peña Doctorado en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Universidad de Manizales, Colombia; Magister en Educación, Universidad de Caldas, Colombia; Licenciado en Educación Física, Universidad Surcolombiana. Víctor Jairo Chinchilla Licenciado en educación física. Actualmente coordina la especialización en Didáctica de la Educación Física de la Universidad Pedagógica Nacional. Magister en Historia de la Educación y la Pedagogía. Héctor Rolando Chaparro H. Comunicador social-periodista (UJTL), especialista en Filosofía de la Ciencias (Universidad El Bosque); estudios de maestría en Comunicación (Universidad Javeriana); miembro del grupo de estudio “Pedagogía e investigación”. Gustavo Mendoza Autor de las obras que ilustran la revista Constantino Castelblanco Fotografía Proyectos y Eventos Asociados Producción Tel. (8) 669 1257 - 313-321 0880 Villavicencio • Meta • Colombia Telefax: (8) 6698294 Sede Barcelona km. 12 vía Puerto López Villavicencio, Meta, Colombia, S.A. [email protected] 4 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 Los autores son enteramente responsables de sus propios textos. Revista Ímpetus 49 El artículo tiene como objetivo la presentación de un Proyecto de Cambio de Plan de estudios realizado por la Comisión de Plan de Estudios de la Licenciatura en Educación Física que dicta la Universidad Nacional de Luján, Argentina. Como miembros de la Comisión de Plan de estudios, la revisión pretende relatar este proyecto que ha llevado casi dos años y medio de gestión, para el cambio curricular de la carrera. Si bien se remite a un cambio curricular de una carrera universitaria, se destaca que uno de los requisitos para sus ingresantes es poseer la titulación de profesor de educación física. "Consolidating a change of drifting in Physical Education studies". The article has as objective the presentation of a Project of Change of Plan of studies carried out by the Commission of Plan of Studies of the Degree in Physical Education that dictates the National University of Luján, Argentina. As members of the Commission of Plan of studies, the one that of project of this of relating of it seeks of revision there is almost of having taken it makes half of and of years of change of high rail of management, for curricular of the career. Although it is remitted to a curricular change of an university career, he/she stands out that one of the requirements for their entering ones is to possess professor's of physical education. “Guayos, guantes, bielas y fuelles: fútbol, boxeo, ciclismo y música como prácticas diacríticas de identidad latinoamericana”, David Leonardo Quitián Roldán Pese a que asistimos a la desaparición de las fronteras nacionales y al derrumbamiento de los nacionalismos propios del siglo XVIII aun sobreviven rasgos y rastros de identidad que nos permiten diferenciar grupos sociales por sus peculiaridades y particularidades. Sin embargo, el aparente fracaso del ideal que recoge lo nacional- republicano no implica desarrollos semejantes en todas partes: en latinoamérica afrontamos crisis que conjugan la consolidación del estado nacional con la disolución del mismo en lo que Daniel Pécaut llamó modernismo sin modernidad. Tal situación permite que todavía se enarbolen banderas de lo nacional que buscan –cual santo grial- la esencia que nos identifica como cultura; esto es, la identidad. En el ámbito de esa búsqueda se instala esta ponencia que acopia la observación profunda de los antropólogos y el análisis sociológico para reflexionar genéricamente sobre “el ser latinoamericano” y, particularmente, sobre el “ser nacional”, en este caso “el ser colombiano”; ello a partir de la forma sui generis como la sociedad colombiana asume prácticas como el fútbol, el boxeo, el ciclismo y cómo apropia el vernáculo ritmo vallenato, tomando como referentes de cavilación a oficiantes privilegiados de esos oficios como Willington Ortiz, Pambelé, el 'Zipa' Forero y Alejo Durán. Epistemología y educación física, Víctor Jairo Chinchilla G. El punto de partida de la reflexión refiere a los diferentes enfoques que investigan las relaciones entre el sujeto que conoce, el objeto del conocimiento y las formas como se conoce, de la manera como las concibe la epistemología. De la manera como se comprendan o se asuman estas relaciones se desprenden diferentes consecuencias en el sentido del conocimiento, la enseñanza y la construcción de políticas públicas. Ahora bien, ¿qué caracteriza el conocimiento de la educación física? ¿Qué se conoce? ¿Cómo se conoce? ¿Cuál es el papel del sujeto del conocimiento? ¿Cómo interviene el contexto? En la educación física el conocimiento fluctúa entre la visión griega de episteme, referido válido o verdadero, o de la ciencia, y doxa, referido a la opinión o conocimiento común, lo cual genera las diferentes significaciones en los planos académico, educativo y político social. Theory and physical education, Victor Jairo Chinchilla G. The starting point of the reflection refers to the different focuses that they investigate the relationships among the fellow that knows, the object of the knowledge and the forms like one knows, in the way like it conceives them the theory. In the way like they are understood or these relationships are assumed they come off different consequences in the sense of the knowledge, the teaching and the construction of political public. Now then, what does it characterize the knowledge of the physical education? What is it known of? How is it known of? Which is the paper of the subject of the knowledge? How context of high rail does it intervene of? In the physical education the knowledge fluctuates among the Greek vision of episteme, referred valid or true, or of the science, and doxa, referred to the opinion or common knowledge, that which generates the different significances in the academic, educational and political social plans. A nuestros lectores En esta nueva edición, Ímpetus ofrece a sus lectores las memorias del I Congreso Internacional de Educación Física y II de Recreación de la Orinoquia, evento realizado en las instalaciones de la Universidad de los Llanos en el mes de noviembre de 2007, y que contó con una muy generosa participación de profesionales del sector y público interesado. Resultado de este esfuerzo, el programa Licenciatura en Educación Física y Deportes tuvo la afortunada oportunidad de contar en un mismo escenario con algunos de los más importantes académicos del área a nivel nacional, y dos muy destacadas representaciones internacionales: las profesoras Silvana Vilodre Goellner, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul de Brasil, y Nancy Ganz, de la Universidad Nacional de Luján, Argentina. Los aportes de estos reconocidos intelectuales de la cultura física reforzaron en mucho la reveladora experiencia con la cual contó nuestra comunidad académica de participar en las conferencias del maestro Pierre Parlebas, sin duda alguna uno de los epistemólogos de mayor realce a nivel internacional y uno de los padres simbólicos la educación física, quien desde su propuesta sobre la necesidad de que la disciplina se emancipe de discursos externos con la praxiología motriz, descubrió para todos nosotros caminos alternos para entender y actuar en nuestra responsabilidad como profesionales del sector en la región de la Orinoquia. Así que este nuevo número de Ímpetus se antoja una suerte de sumario y contraste entre los discursos y las prácticas de otras regiones del país y los discursos y las prácticas locales, en una suerte de diálogo entre la región y la nación, que necesariamente debe entenderse de ida y vuelta, como ejercicio de interlocución e interpelación permanente. La profesora Rubiela Arboleda, experta internacional en temáticas de cultura corporal y miembro activo del grupo de estudio “Cultura somática” del Instituto Universitario de la Universidad de Antioquia, 48 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos nos ofrece una visión panorámica de la educación física desde esta perspectiva; la doctora Silvana Vilodre Goellner propone reconocer la importancia que la investigación en historia posee para la educación física y el deporte en la formación de maestros en el área. Un amigo entrañable del programa Licenciatura en Educación Física de la Universidad de los Llanos, el profesor Napoleón Murcia, coordinador del grupo de estudio “Mundos Simbólicos” de la Universidad de Caldas, reconoce la clase de educación física como un escenario propicio para la construcción del sentido de lo humano, de la misma manera que lo hace Nancy Ganz, quien desde el proceso de reestructuración curricular llevado a cabo en su alma mater ofrece a los lectores la consolidación del cambio de plan de estudios de la carrera de Licenciado en Educación Física de la Universidad Nacional de Luján. A juicio del sociólogo David Leonardo Quitián Roldán, las señales de identidad en Latinoamérica exceden la visión tradicional del patrimonio y la nacionalidad, y se instala en otras prácticas identitarias: guayos, guantes, bielas y fuelles, o el fútbol, el boxeo, el ciclismo y la música; en una vía alterna, el profesor Víctor Jairo Chinchilla ofrece elementos conceptuales parta entender el intrincado campo de reflexión existente entre epistemología y educación física, en un pensar sostenido que ha acompañado desde siempre su inquietud intelectual. La sección “Universias” revela a los lectores de Ímpetus situaciones de análisis propias de la disciplina en nuestro contexto universitario unillanista, de manera que en sus páginas se estimule la labor intelectual, investigativa y académica de su comunidad académica. En este caso particular, el profesor Héctor Rolando Chaparro reflexiona sobre la investigación y la ciencia en la Universidad. El editor - 2 - 200 7 1 “Soccer shoes”, gloves, bellows of and of connecting rods: soccer of high rail, boxing of high rail, the diacritic ones of practical of as of music of and of cycling of high rail of Latin American of identity In spite of the fact that we attend the disappearance of the national frontiers and the landslide of the nationalisms characteristic of the XVIII century features and rakes of identity that allow to differ social groups for their peculiarities and particularities even survive. However, the apparent failure of the ideal that picks up the national thing - republican doesn't imply similar developments everywhere: in Latin America we confront crisis that conjugate the consolidation of the national state with the breakup of the same one in that that Daniel Pécaut called modernism without modernity. Such a situation allows that still you flaming flags of the national thing that -like sacred grail looks for- the essence that identifies us as culture; this is, the identity. In the environment of that search he/she settles this report that gathers the deep observation of the anthropologists and the sociological analysis to meditate generically on "the Latin American" being and, particularly, on the national" "being, in this case "the Colombian" being; it starting from the form sui generis like the Colombian society assumes practical as the soccer, the boxing, the cycling and how it adapts the vernacular rhythm “vallenato”, taking as relating of pondering to officiating privileged of those occupations like Willington Ortiz, Pambelé, the 'Zipa' Forero and “Alejo” Durán. Revista Ímpetus 5 Resúmenes y abstracts “Reflexiones tempranas sobre educación física y cultura corporal”, Rubiela Arboleda, Ph.D. El artículo trabaja la necesidad de reconocer estatuto epistemológico para la educación física, en el camino de desheredarla de ciencias y disciplinas de las cuales es eventualmente subsidiaria, como la biología, la física y en general las ciencias de la salud. Para la autora, la motricidad es una posibilidad infinita del ser humano, tiene un valor, que como existe permanentemente no es pensado, no es reflexionado, es un patrimonio dado, no hay que conquistarlo por ejemplo como el saber, otros tipos de saber. Ese saber perceptivo está allí y poco se teoriza. La motricidad tiene contenidos, tiene significados, está en un entorno que le da particularidades culturales: por eso se habla de u na etnomotricidad, porque desde ella también se construye el grupo cultural. La motricidad no sólo es un producto del entorno sino que participa en la construcción del entorno y permite entonces que haya identidades de grupo. La motricidad cumple un papel social importante como constructora del entorno. Meditate early on physical education and corporal culture The article works the necessity to recognize statute for the physical education, in the one on the way to disinheriting her of sciences and disciplines of which is possibly subsidiary, as the biology, the physics and in general the sciences of the health. For the author, the motricity it is the human being's infinite possibility, it has a value that like it exists permanently it is not thought, it is not meditated, it is a given patrimony, it is not necessary to conquer it for example as the knowledge, other types of knowing. That perceptive knowledge is there and little it is speculated. The motricity has contents, it has meanings, it is in an environment that gives cultural particularities: for that reason it is spoken of an “etnomotricidad”, because from her the cultural group is also built. The motricity is not only a product of the environment but rather it participates in the construction of the environment and it allows then there to be group identities. The motricity completes a social important paper as manufacturer of the environment. The importance of the study and the investigation in history of the physical education and the sport in the formation of professors For the author of the text, the history it is a narration on the past that can make us remember something that happened already, but it can also make forget, in the measure in that, when counting so much about a time that is no longer more. It requires it that the investigator, the specialist, recognizes that the election and interpretation of the sources, the historical investigation demands care, attention, dedication and minutiae. It demands reflection, because pesquisar is to think. And to think is very different to tenar opinion on something. To think presupposes rationality, reflection, argumentative, practical exercise that are essential in the contemporary world where the computational new technologies, associated to the strong presence of the media of masses, promote a consumption easy and many superficial times of the information. “La clase de educación física: hacia la construcción de lo humano”, Napoleón Murcia, Ph.D. A partir de algunas consideraciones sobre el aprendizaje, el texto busca realizar un proceso de reflexión sobre lo que significa aprender para lograr nuestra naturaleza de Humanos, asumiendo que el principal objetivo de cualquier proceso educativo es llevar al niño al reconocimiento de sí mismo, de los demás y de lo demás. Para ello es indispensable aprender y enseñar a pensar desde la reflexión sobre el conocimiento específico, lo cual, en una relación de consecuencia, estaría propiciando el aprendizaje significativo. Si esto es posible con cualquier tipo de conocimiento, también debemos afrontarlo y asumirlo en la Educación física, si lo que deseamos es trascender el activismo pedagógico y la sola instrucción. En este marco de justificaciones, una de las formas que permite la reflexión constante es hacer de la clase un proceso de investigación, con lo cual no sólo se resignifican las prácticas sino que se construyen nuevos discursos que permiten a la postre un espacio social importante. The class of physical education: toward the construction of humanity Starting from some considerations on the learning, the text looks for to carry out a reflection process on what means to learn to achieve our nature of Human, assuming that the main objective of any educational process is to take to the boy to the recognition of if same, of the other ones and of the rest. For it is indispensable to learn and to teach to think from the reflection on the specific knowledge, that which, in a consequence relationship, it would be propitiating the significant learning. If this is possible with any type of knowledge, we should also confront it and to assume it in the physical Education, if what we want is to transcend the pedagogic activism and the single instruction. In this mark of justifications, one in the ways that allows the constant reflection is to make of the class an investigation process, with that which not only you rename the practices but rather new speeches are built that allow a social important space at last. “Consolidando un cambio de plan de estudios de la carrera de Licenciado en Educación Física”, Nancy Ganz, Ms.C. - 2 - 200 7 1 “La importancia del estudio y la investigación en historia de la educación física y el deporte en la formación de profesores”, Silvana Vilodre Goellner, Ph.D. Para la autora del texto, la historia es una narración sobre el pasado que nos puede hacer recordar algo que ya pasó, pero también puede hacer olvidar, en la medida en que, al contar sobre un tiempo que ya no está más, la historia tanto puede “celebrar” lo que debe ser recordado como “invisibilizar” lo que debe ser olvidado. Ello requiere que el investigador, el estudioso, reconozca que la elección e interpretación de las fuentes, la investigación histórica exige cuidado, atención, dedicación y minucia. Exige reflexión, pues pesquisar es pensar. Y pensar es muy diferente a tenar opinión sobre algo. Pensar presupone racionalidad, reflexión, ejercicio argumentativo, prácticas que son esenciales en el mundo contemporáneo donde las nuevas tecnologías computacionales e informacionales, asociadas a la fuerte presencia de los medios de comunicación de masas, promueven un consumo fácil y muchas veces superficial de la información Revista Ímpetus 47 como la discutida por Prigogine en sus estudios sobre las estructuras disipativas y que ha llegado incluso a proponer cierto tipo de “pedagogía del caos”. Una que reconozca con Esther Díaz que “nuestro presente ha generado una episteme polifacética. Los territorios de cada disciplina de estudio ya no están determinados de manera férrea. Los márgenes epistemológicos de las distintas ciencias se flexibilizan y sus corpus se hacen más complejos”. Una, en fin, en la que como en el epígrafe de Borges, se nos libere de la pretensión de equilibrio y homeostasis en la que la tiene subsumida un sistema administrativo completamente clásico e irremediablemente obsoleto, que no reconoce este nuevo capítulo de nuestra historia. Dossier Referencias bibliográficas BORGES, Jorge Luis. Obras completas, Buenos Aires, Emece, 1989. MARTÍNEZ, Miguel. El paradigma emergente (Hacia una nueva teoría de la racionalidad científica), Editorial Trillas, México, 1997. GERGEN, Kenet. Hacia una psicología postmoderna, Universidad Autónoma de México, 1988. PRIGOGINE, I. y Stengers, I. La nueva alianza. Metamorfosis de la ciencia, Madrid, Alianza, 1983. PRIGOGINE, I. El fin de las certidumbres, Santiago de Chile, Andrés Bello, 1996. MEJÍA, Marco Raúl, “Las nuevas comunicaciones educativas: de lo escrito a lo digital”, ponencia presentada a la III Semana Iberoamericana de la Educación, Bogotá, 1994. RAMONET, Ignacio, “El pensamiento único y nuevos amos del mundo”. En CHOMSKY,N. y RAMONET,I., Cómo nos venden la moto, Icaria, Barcelona, 1995. Villavicencio (vereda Barcelona), agosto de 2007 46 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 Obra de Gustavo Mendoza Revista Ímpetus 7 Reflexiones tempranas sobre educación física y cultura corporal Rubiela Arboleda, Ph. D. internacional, para construir una episteme propia de la educación física. Se está avanzando en la elaboración y sustentación teórica de la motricidad como el objeto de estudio de una disciplina por construir que sería la educación física. (En este sentido, entiendo que cuando se propuso esta temática hayan dicho que esto sería más una profesión y que otros digan que es algo muy puntual; es justamente por este antecedente tanto histórico como cultural que pesa sobre el cuerpo, sobre la motricidad y sobre ese concepto de educación física). La comunidad académica está en la tarea de construir un objeto de estudio alrededor de la motricidad. Si bien se piensa que la motricidad podría ser objeto de la medicina u objeto de la fisioterapia y la rehabilitación, uno diría que la perspectiva en que se concibe la motricidad en la educación física es mucho más compleja, no es uno de los asuntos que por ejemplo observan la medicina o la rehabilitación o la fisioterapia, sino que sería la motricidad vista con una dimensión que configura el sujeto y que se proyecta a un escenario de lo social que desborda el aspecto biologicista. Esa motricidad, todavía para muchos autores, está limitada a un fenómeno neurofuncional que da como respuesta un acto físico de desplazamiento de segmentos. Digamos que la nueva propuesta de motricidad es verla como una posibilidad de comunicación del sujeto, de expresión de la subjetividad, que por supuesto no sólo desborda lo biológico, sino que lo diferencia. En ese sentido, el movimiento estaría referido más a una condición natural, instintiva, genética, que compartimos con muchos seres vivos, mientras que la motricidad pertenecería más a un terreno de la voluntad, de la propositividad, de una intencionalidad puesta en el acto mismo. A esto agrega la escuela española -punto al que yo particularmente aún no llegoque la motricidad sería sólo aquello que genere placer y que permita el desarrollo integral del sujeto. Me parece un tanto sesgado el concepto porque hay muchos movimientos que hacemos con voluntad, con intencionalidad, y no necesariamente participan del desarrollo integral del sujeto. Algunos autores plantean que no se debe hablar de motricidad sino de psicomotricidad, y que esta es la que la de la intencionalidad al movimiento. A ese respecto, se puede hablar de psicomotricidad, sociomotricidad, etnomotricidad, conceptos que partirían necesariamente del análisis muy puntual de lo que sería lo esencial y e integrador: la motricidad. En la actualidad hay un afán de un grupo español, “Kon-trastes”, de hablar de la motricidad como un aspecto totalmente cualificado a raíz del movimiento, es 8 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos económico, que llevaron a que la alianza entre investigación científica e innovación tecnológica se mixturara en algo que resulta ahora casi impensable deslindar: el valor de la ciencia y la independencia de sus consecuencias sobre el mercado. Las innovaciones tecnológicas se transforman en motor de las ventajas competitivas en u n mercado globalizado (o mundializado, según la retórica de preferencia), y por ende la ciencia deviene asunto crucial para las políticas económicas de las naciones en la actualidad. Bien plantea Martínez (1997) cuando, al proponer su tesis de “ciencia emergente”, lo hace sustentado en los siguientes postulados: • La ciencia descansa en el orden de los sistemas abiertos como respuesta a la causalidad y simplicidad de la ciencia tradicional. • La nueva ciencia debe descansar en una ontología en la cual el hombre sea el centro del saber bajo parámetros de totalidad e interrelación de los fenómenos que explica. • El paradigma emergente concibe el conocimiento personal no como una imagen simplista positivista de los procesos cognitivos básicos que requiere el hombre para explicar su realidad, sino una nueva visión que incita al entendimiento dialéctico entre el objeto y el sujeto, y fundamentalmente del contexto socio-histórico que rodea las interpretaciones teóricas subjetivas del sujeto que investiga. • La metacomunicación y la autorreferencia hacen que el espíritu crítico reflexivo del hombre sea transmitido a través de procesos de comunicación sociales e institucionales. • La ciencia, en su nueva interpretación, debe estructurarse bajo el principio de complementariedad del conocimiento. Razones como las anteriores nos ponen actualmente en condiciones de abordar la cuestión central de esta reflexión: una nueva agenda de la educación superior en lo tocante a la investigación y su formación, pues ¿cuál es su papel frente a la corporativización de la ciencia y su instrumentalización en el resultado, el retorno financiero y la eficiencia? La universidad contemporánea no puede abandonar ninguna de las funciones que le dieron origen y que la promovieron al puesto destacado que tiene en las modernas culturas occidentales. No puede ceder a las presiones de la sociedad civil globalizada que la incita a adoptar como único criterio la innovación tecnológica como valor supremo de cientificidad. Su interés fundamental, no sólo en términos históricos sino muy actuales, es construir teoría: una que la aleje de simplificaciones técnicas y que desarrolle programas de pensamiento, desde la complejidad, que den respuestas a las necesidades locales y seccionales, con la mirada siempre universal de Tolstoi. Una que comprenda que no todo el conocimiento es en la actualidad necesario sino, acaso, descartable, en una especie de entropía - 2 - 200 7 1 Primero quiero referirme un poco al concepto de educación física. Frente a ese concepto generalmente tenemos una idea preconcebida. Probablemente eso pasa con muchas disciplinas. Cuando, por ejemplo, nos dicen antropología, sociología o sicología tenemos un imaginario de lo que son, pero cuando se trata de educación física, no tenemos esa claridad, justamente por tocar dos esferas especiales del sujeto y de la vida humana como son el cuerpo y la motricidad. Todos de alguna manera hemos tenido una experiencia directa con la educación física, una experiencia de vida, sea porque en la escuela nos obligaban a hacer una actividad física rigurosa y en consecuencia imaginamos que es u n régimen disciplinario, porque fuimos deportistas activos y justamente creemos que la educación física es una codificación del cuerpo, con técnicas depuradas y decantadas en búsqueda del rendimiento o porque fuimos sometidos a ciertas prácticas y la vemos entonces como un ejercicio militar y de formación moral y disciplinaria. Como quiera que sea es un concepto complejo; no es para nada esa idea que nos da el significante. Creo particularmente que ese significante ha traído consecuencias serias a la apreciación y al estatuto académico que puede tener en los usuarios, en los académicos y en el ciudadano común y corriente. Es un concepto, que de entrada, plantea un dualismo, una escisión: la educación de lo físico, la educación de lo orgánico, de lo físico referido a lo natural; plantea pues el famoso dualismo, el cual es inevitable pero que puede verse más reconciliado en otros momentos: el cuerpo por un lado, lo educativo por el otro, lo formativo, lo intelectual. La escisión que ha marcado también la historia de occidente cuerpo/alma, materia/ espíritu. Esa ha sido una de las premisas frente a la educación física y que por lo general ha asociado el concepto a lo biologista. La idea que tenemos entonces es referida al cuerpo como organicidad, lo cual hace que se quede en un territorio bastante limitado: la educación física vista como un asunto biologista y técnico. Igualmente este significante, desde sus orígenes, remite al territorio de lo pedagógico y en la esfera de la escuela. Esta limitación a la esfera de la escuela finalmente se convierte en una misma "tragedia" de la educación física, puesto que moriría en este escenario y moriría entonces una vez el sujeto abandone la sistema educativo. Desaparecería allí la educación física. En este momento se le apuesta a otros conceptos: al concepto de motricidad. Hay una búsqueda de la comunidad académica, no sólo local sino también de las tradiciones fue la adhesión y la aceptación confiada de los relatos míticos y de sus lecciones, la metafísica en cambio sustituyó esa actitud por una posición inquisitiva, y esencialmente reflexiva, en la que la divergencia está siempre presupuesta, y en la que el fin consiste en la búsqueda de una solución al disenso mediante posiciones que unifiquen las perspectivas contrapuestas del recurso a primeros principios y causas últimas, concebidos como ideales de la razón. De esta manera la metafísica se constituye en soporte de las verdades racionales, en tanto fundamentadas en la razón misma. Sin embargo, esta larga primacía (del conocimiento filosófico como ciencia de la verdad racional y su método reflexivo o especulativo) llegó también a su fin. Ese momento fue conducido de la mano de la sociedad moderna y del nacimiento de las ciencias positivas (básicamente en el campo de las ciencias naturales), con Galileo, Newton, Lavoisier, Laplace. Esa nueva versión de las ciencias destronó a la metafísica e instaló el reinado de la mecánica, primero, y de la física y la química, después. El grito de guerra de estos nuevos cruzados fue el cuidado que la física debería tener frente a la metafísica, según Newton. Sin embargo, ello no quiere decir en forma alguna que a la ciencia experimental le haya sonado la hora de su transformación en la revolución científico-técnica en el sentido actual. Todavía el nombre de ciencia es otorgado a aquellos que descubren razones, leyes, regularidades en la naturaleza y que nos permiten comprender el sistema de las cosas: el “modelo” sigue demostrando su imperio en los sistemas económicos o en la reflexión pedagógica, en las artes o en la literatura, en la física o en las ciencias no experimentales. Sumariamente podemos afirmar que con el paso del mito al logos se dejo atrás (pero sin que desapareciera totalmente) la primacía de la verdad tradicional en beneficio de la verdad racional de la filosofía y de sus grandes socios: la matemática y la astronomía, aplicadas al vasto campo de las mediciones y la administración de los ciclos de la producción. Con el paso de la filosofía a las ciencias positivas, se deja ahora atrás la primacía de la verdad racional (sin que desaparezca totalmente) en beneficio de la verdad experimental de la mecánica y las restantes ciencias naturales, que se fueron sumando gradualmente a medida que se acercaban tanto la revolución industrial como los ciclos productivos del naciente capitalismo y la sociedad burguesa. Lo que se inició en los siglos XVI y XVII (la revolución científica) seguiría evolucionando inevitablemente con el desarrollo de la industria, hasta ingresar a la ya mencionada revolución científicotécnica. El dominio del universo macrocósmico, sumado al desarrollo en las tecnologías electrónicas, revolucionó de manera impensada la telemática, la informática y la robótica, y, por ende, a todas las relaciones de producción. La biotecnología, por su parte, y los desarrollos de nuevos materiales, introdujeron novedades en las estrategias de desarrollo Revista Ímpetus 45 Ciencia, investigación y formación: el caso de la Universidad de los Llanos Esa gradual desintegración de las fuerzas que componen el universo, es la entropía. Una vez alcanzado el máximo de entropía, una vez igualadas las diversas temperaturas, una vez excluida (o compensada) toda acción de un cuerpo sobre otro, el mundo será un fortuito concurso de átomos. En el centro profundo de las estrellas, ese difícil y mortal equilibrio ha sido logrado. A fuerza de intercambios el universo entero lo alcanzará y estará tibio y muerto. La luz se va perdiendo en calor; el universo, minuto por minuto, se hace invisible. Se hace más liviano, también. Alguna vez, ya no será más que calor: calor equilibrado, inmóvil, igual. Entonces habrá muerto. Jorge Luis Borges, La doctrina de los ciclos Héctor Rolando Chaparro Hurtado encendido, pero, ¿qué es emoción? En el instante mismo en que se intenta una definición precisa que pueda ser útil en el contexto de los fenómenos observables, la palabra se distancia de su uso estrictamente polisémico y se incorpora, como habíamos dicho, a las gramáticas de la cotidianidad. ¿A quien corresponde, por ejemplo, definir hoy qué es la vida?: ¿a biólogos, físicos, químicos, filósofos, historiadores, literatos, periodistas, religiosos, metafísicos, maestros de escuela, padres de familia?, ¿a todos ellos a la vez?, ¿a cada uno? No interesa tanto lo que la palabra define, sino el diálogo que se crea en torno de ella. Una sola palabra, vida, comprende un extenso diálogo que transciende las culturas, las temporalidades, las teleologías mismas. Ello podría dar cuenta preliminar del porqué del fin de los sistemas filosóficos en la búsqueda por la verdad de la ciencia contemporánea. He aquí también por qué las sociedades que se desinteresan por el desarrollo de esta nueva ciencia asociada a la tecnología corren el riesgo de quedar sin remedio al margen de esta historia actual, marcada por el desarrollo económico. Y he aquí, consecuentemente, las razones por las cuales es necesario replantear el sentido de ciencia en la Universidad, para avanzar de la perspectiva tecnocrática/instrumental que claramente se evidencia en la actualidad, hacia una que responda más a las necesidades del contexto actual, esto es, desde el pensamiento múltiple y variado de la complejidad y de la necesidad de exceder la lógica binaria, bipolar, formal, que campea en nuestras instituciones y en la vida universitaria. Para ello es necesario antes que nada, pues, acordar que eso que llamamos “conocimiento” y “ciencia” ha variado significativamente (de forma y de contenido) a lo largo de la historia humana, pero que no lo ha hecho caprichosamente, sino por causas muy profundas relacionadas con las modificaciones en las formas de vida. Fácilmente se pueden reconocer al menos dos formas y contenidos diferentes y contrapuestos que disputaron en la vida humana el lugar del saber. Ellas se han consagrado literariamente con los términos mitos y logos. Este tránsito, llamado del pensamiento mítico al pensamiento lógico, pese a su antigüedad, sigue siendo un lugar común con el cual frecuentemente referimos del paso de las sociedades premodernas a las llamadas civilizaciones. Si el rasgo dominante de la mitología como baluarte 44 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos de la manifestación y el fin es la motricidad en sí misma, el regodeo está en la ejecución de acto, el fin no está puesto fuera de la acción, lo que seguiría siendo motricidad pero cotidiana, donde estarían lo laboral y lo doméstico; en el territorio de la educación física nos referiríamos más pues a las expresiones motrices. Diríamos, entonces, que el concepto de motricidad evoca inmediatamente el concepto de corporeidad, también diferenciándolo desde esta escuela española que me parece interesante, aunque es un avance, muy elemental; uno lee a Eugenia Trigo o a Manuel Sergio, quienes están liderando estas propuestas, y todavía siente que es un asunto un tanto "naciente", un estadio infantil del desarrollo espistémico; sin embargo es algo bastante valioso. Ellos apuntan también al concepto de corporeidad diferenciándolo del cuerpo, el cuerpo referido como organicidad y la corporeidad como una conciencia de sí mismo, o sea la corporeidad como la conciencia del cuerpo. Esa conciencia del cuerpo entendida en varias dimensiones como la posibilidad que yo tengo de percibir el cuerpo, de entender lo que le sucede, esto es, un concepto integral donde están lo psíquico, lo biológico, lo cultural haciendo presencia y como la posibilidad de percibir con el cuerpo, el cuerpo como un receptor de mensajes permanentes que nos permite tener una conciencia, no sólo en sí mismo, sino del otro, de los otros, que lo están rodeando. Hay un concepto de Ommo Gruppe, inspirador de esta corriente de la corporeidad, y que me voy a permitir leer: "Mientras que el animal se agota en su ser corporal, el hombre [yo diría el ser humano] lo excede y lo supera, porque él no es solamente cuerpo, no solamente vive como cuerpo sino que también se experimenta a sí mismo como cuerpo, vive su cuerpo como suyo, conoce su cuerpo, toma sus posturas frente a él, puede distanciarse de él, puede disponer de su corporeidad”. Detrás de este concepto de motricidad está este otro concepto de corporeidad que también excede al de estructura orgánica, va más allá, e incluye la incidencia del entorno en ese sujeto. En consecuencia, es posible expresar que la motricidad es movimiento, más conciencia, más expresividad; entonces está el asunto: el sujeto y la conciencia del sujeto. Ahora bien, la motricidad se sale del límite de la reflexión académica, que ha participado en la construcción de cultura desde siempre, como una actitud reflexiva frente al entorno que lo modifica, que participa, que hace que nos comuniquemos con él, acompaña tanto la historia ontogenética como filogenética, no es nada nuevo. La motricidad tiene contenidos, tiene significados, está en un entorno que le da particularidades culturales: por eso se habla de una etnomotricidad, porque desde ella también se construye el grupo cultural. La motricidad no sólo es un producto del entorno sino que participa en la construcción del entorno y permite entonces que haya identidades de grupo. La motricidad entonces cumple un papel social importante, es constructora del - 2 - 200 7 1 Estamos sin duda inmersos en una revolución, que no es la anhelada –o vituperada- “revolución social”, sino en una revolución que ha sido bautizada “científicotécnica”. Una suerte de segunda “revolución industrial” (en virtud de que, como lo planteara Ramonet, ya no se trata de reemplazar algunas funciones del cuerpo humano sino, incluso, algunos rasgos característicos de su conciencia), pero cuyo elemento distintivo, decimos, ya no es la introducción de nuevas fuerzas productivas materiales (v.gr. la máquina de vapor, el motor a explosión, etc.) sino la transformación del mismísimo conocimiento científico en potencia de producción. Es decir, nos encontramos ante una revolución fruto de una inesperada alianza o amalgama casi de forma inmediata en innovaciones tecnológicas, y estas a su vez en la causa de incrementos en la productividad de los sistemas financieros. Consecuentemente, la ciencia se ha transformado en un motor del crecimiento de las economías en las sociedades contemporáneas. De esta manera la ciencia define, constantemente, nuevos usos del lenguaje: crea taxonomías, genera vocabulario novedoso y recupera sentido a palabras del lenguaje no científico de uso cotidiano. Ciertamente, el aparataje simbólico conformado por neologismos científicos –especialmente gracias a la química– es mayor que el léxico conformado por palabras de uso común en cualquier lengua. Palabras como relatividad, difuso y átomo reforzaron y adquirieron nuevos significados que traspasaron la barrera del uso estrictamente científico, y sin embargo poco a poco se filtraron a un uso intelectual que comprende, entre otros, las artes, las ciencias sociales y la literatura. A su turno, cierta filosofía empieza a contribuir a que términos y conceptos de la ciencia pasen a tener sentido en contextos humanísticos, pero también en las artes. Palabras como caos, orden, límite, diferencia, energía, disipación, potencia e infinito fueron asimiladas por la matemática y las ciencias cuando ya eran de dominio público. Y, últimamente, conceptos como inteligencia y conciencia han hecho que la propia ciencia haya desbordado sus propios límites, o al menos los haya enfrentado, debido a que estas expresiones tienen enormes cargas filosóficas, teológicas y cotidianas. Cuando en la década de los 90 del s. XX el estudio del cerebro avanzó enormemente, ciencias como la psicología y la neurología se acercaron más que nunca, y algunos llegaron a pensar que era posible un abordaje material de las emociones. Este debate aún está decir, el movimiento como u na condición neurofuncional que permite que los segmentos del cuerpo se desplacen y hagan acciones pero que, más allá de ello, hay unos componentes de esa motricidad que la hacen particularmente humana, en tanto una condición dada por una conciencia. Ellos hablan de cómo en cada acto motriz está el sujeto integrado, no está un sujeto segmentado. Están de acuerdo con la idea según la cual la motricidad permite comunicar, la motricidad permite socializar, permite la comunicación con los otros, que permite la creatividad, es decir, que no se puede limitar al territorio de lo técnico, codificado y establecido, sino que como motricidad debe ir más allá y que sólo eso permite el desarrollo del ser humano en un contexto determinado. Así, la motricidad se configura como garantía de participación del sujeto en un colectivo que lo diferencia y también le da una identidad y una pertenencia a un medio. Se trata de trasladar el desagregado convencional naturaleza-cultura al escenario de la complejidad, y abandonar la discusión sobre hasta dónde es ese cuerpo natural y hasta dónde es cultural y hasta dónde es movimiento y hasta dónde es motricidad, sino, más vale, avanzar en la propuesta de un concepto que recoja todo y que le dé una identidad disciplinar a la educación física desde la motricidad. No estamos desconociendo a la biología, disciplina que está mediando en el acto motriz; no obstante creemos que no se limita a ello. Es posible decir que en este concepto de motricidad se está involucrando también el pensamiento del sujeto y los sentimientos. Particularmente, he propuesto un concepto para lo más específico de la motricidad que trabajamos en educación física, y es el término de expresiones motrices, en tanto está comportando una interioridad. Ese significante está muy crudo, no hay un desarrollo epistemológico que le pueda dar un piso sólido. Está la propuesta, la hemos acuñado en la línea investigación Cultura Somática e igualmente en la propuesta de transformación curricular del Instituto de Educación Física de la Universidad de Antioquia; pero no hay todavía una madurez conceptual. La expresión corporal es una escuela que interpreta la motricidad de una manera específica; vamos a ver aplicaciones de los conceptos en muchos territorios, en muchos escenarios y con múltiples acepciones. Podríamos decir que todos ellos configuran las expresiones motrices. Cuando hablamos de las expresiones motrices, hacemos referencia a aquellas acciones hechas con distintos fines: agonístico, lúdico, estético, preventivo, de mantenimiento, de rehabilitación y de salud, entre otros, organizadas según su lógica interna y gracias a la cual se admiten o se prohiben gestos, se ofrecen pautas de comportamiento, se crean actitudes, se promueven creencias, que pese a ser repetitivas e instrumentales, encierran intenciones del ejecutante y cuyo fin está contenido en sí misma. Cuando yo práctico la danza, por ejemplo, están el cuerpo y el movimiento en el centro Revista Ímpetus 9 rápidamente, lo tenemos en la mano, el cerebro motriz: a la mano la vemos con sus huesos, su estructura, sus tendones y sus ligamentos, su formación anatómica, pero finalmente, con esa mano, hacemos más de mil movimientos diarios, con la mano estamos todo el tiempo ejecutando acciones y comu nicándonos. Muchas veces se aprende un idioma, y si no se aprende la géstica y la motricidad que lo acompaña, es muy probable que no le entiendan. Veamos la mano y un pie de un gibón, un gorila y un humano, los momentos tan parecidos que tenían hasta llegar a diferenciarse gracias a la participación en la vida activa. Desde una mirada un poco mecánica que hace por ejemplo Lorite Mena, un antropólogo quien ha trabajado esto de los orígenes y de la clasificación sexual del trabajo, la mano, al interactuar con el entorno, empieza a enviar informaciones al cerebro que lo van cualificando, de manera que revela cómo la motricidad, que posibilita el contacto con el mundo de los objetos, introduce una información al cerebro que lo modifica. Rastrear esa mano, desde diferentes aspectos, no sólo como ejecutora sino como emisora de lenguaje, deja ver su participación en la elaboración de un lenguaje, de gestos con significado. No siempre los mensajes que emitimos con el cuerpo y la motricidad son voluntarios, sin embargo, pese a que no queremos decir estamos diciendo. Algunos de estos lenguajes tienen una categoría universal. Al mirar una mano sabemos si pertenece o no a nuestro entorno, reconocemos que está signada, que tiene una práctica determinada, es una mano construida a su vez por la cultura. En lo que quiero insistir es que entre la motricidad, el contexto y el cuerpo hay una relación dialógica, una relación permanente donde hay una incidencia bilateral. La mano se propone pues como herramienta en sí misma, como registradora de la historia personal y también de la historia colectiva. La mano entonces participa en la cultura desde cosas muy toscas como observábamos al principio: en la construcción de herramientas, de instrumentos de piedra, en la participación en la cacería, hasta llegar a movimientos muy finos como los que demanda la tecnología contemporánea. En este rapidísimo vuelo, vemos cómo la motricidad se va acomodando y se va transformando según cada comunidad, según cada contexto, y cómo la motricidad corresponde a las demandas culturales también. Es necesario retomar un poco la historia para ubicar la educación física en los diferentes contextos: la motricidad históricamente, y hasta el sol de hoy, se ha comprometido con asuntos como la preparación para la guerra, la búsqueda de la salud, la generación de recreación, de placer y la potencialización del sentido lúdico; es una dimensión humana significativa para formar en valores, para "moralizar" mediante el ejercicio y para asistir al ser humano en sus afanes de alcanzar una apariencia estética ideal. La motricidad desde siempre ha cumplido con unos objetivos en el Universias Obra de Gustavo Mendoza 10 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 entorno. Hay una demanda del placer, de la lúdica, de la expresividad frente al cuerpo en movimiento: la corporeidad y la motricidad son participación, son presencia y son significación. La motricidad ha participado en la construcción de la cultura desde siempre. Si le damos una mirada rápida a la filogenia, encontramos que tanto en la historia de la humanidad como en la historia del sujeto hay presencia del acto motor desde los más arcaicos cimientos, desde los orígenes; es una condición prístina. Si bien en el útero hablamos más de movimiento que de motricidad, ya los movimientos en el mundo intrauterino permiten una comunicación, es decir: un ginecobstetra sabe que con un tipo de movimiento determinado se está anunciando un sufrimiento fetal, una precipitación de un parto, un cambio en el estado de ese ser intrauterino. Muchas veces en el bebé se manifiestan los estados de ausencia de oxígeno con movimiento o con la negación del movimiento, es decir, el movimiento intrauterino, los sonidos fetales, están permitiendo al médico saber de ese sujeto intrauterino. Yo me atrevo a decir, con mucho orgullo -porque creo que la motricidad es una posibilidad infinita del ser humano-, que tenemos ahí un valor, que como lo tenemos permanentemente no lo pensamos, no lo reflexionamos, es un patrimonio dado, no hay que conquistarlo por ejemplo como el saber, otros tipos de saber. Ese saber perceptivo está allí y poco lo pensamos. Creo la motricidad ha jugado un papel muy importante en esa transformación "del mono en hombre", por decirlo así tan burdamente; ha participado en esa configuración de la cultura. Pensemos en los instrumentos: si no es por la motricidad no podríamos fabricar artefactos. De hecho, la clasificación hasta llegar a homo sapiens tenía que ver con las características motrices: homo habilis por la condición de hacer movimientos precisos y puntuales, homo erectus por una condición corporal. Fueron los tamaños del cráneo, la condición corporal, las posibilidades motrices las que permitieron clasificar al sujeto, darle una categoría. La motricidad es garantía de la supervivencia. La motricidad, pues, es la asistencia a los "fundamentales" de la vida humana. Si uno observa por ejemplo la postura erecta que nos diferencia y nos da una condición humana, que es una actividad aprendida, que tenemos que enseñarla, y tal vez es la enseñanza que más aplicadamente nos empeñamos en transmitir a los nuevos sujetos, con cada humano nuevo nos dedicamos a la tarea de mostrarle cómo se camina, estamos mostrando la importancia de la motricidad en la participación de la vida. Desde siempre, entonces, la motricidad ha ocupado un lugar importante las construcciones, no sólo técnicas desde el punto de vista del sustento, sino también participando en las creaciones artísticas que han posibilitado el tránsito. Un ejemplo inmediato y que tocaré muy Revista Ímpetus 43 Conceptos Fundantes El hombre dueño y señor de su cuerpo. El hombre, adaptado a través de su cuerpo, al entorno. Objetivos, contenidos, formas antropo-socioculturalmente naturales. Niveles de implicación Universalidad: aspectos y relaciones del movimiento, metodologías. De la apariencia a la esencia: calidad del movimiento. Evolución como lucha de contrarios: desarrollo del movimiento, aprendizaje motor Ciencia del movimiento humano es un ciencia específica Partir de la existencia corporal como totalidad y como unidad Ciencia aplicada. El organismo, sistema autónomo, sólo puede desarrollarse mediante la interacción con su entorno La educación por el movimiento se basa en el análisis funcional. Conducta motriz Acción motriz Situación motriz Lógica interna de las acciones motrices Metodología Métodos antropológicos y filosóficos Métodos psicocinéticos Materialismo dialéctico Morfología del movimiento: observación, comparación, experimentación, testimonio De las ciencias auxiliares Metodología de complementación de psicología, biología y ciencias sociales. Métodospsicocinético: aprendizaje perceptivo motoraprendizaje motor cognitivo Modelización matemática Sistematización Aplicaciones -implicaciones Factores de ejecución para mejorar las capacidades de eficiencia física. Inteligencia motriz. Vivencia integral del movimiento. Hábito del movimiento. Asunción personal de la conducta corporal. Formación y educación. Conservación de la salud Trabajo físico, defensa y creación artística Medio de comunicación Medio de conocimiento Desarrollo intelectual basado en el equilibrio afectivo ampliado por el movimiento Educación del cuerpo para un desarrollo equilibrado. Imagen positiva de sí mismo Gestionar la propia vida física Construcción de una ciencia autónoma Orientación transversal a todas las prácticas lúdicas, corporales y expresivas 2. Investigar las prácticas en contexto Hay coincidencia en diferentes autores en el sentido que la delimitación del objeto de la educación física no se hace por las prácticas, pues por su naturaleza las prácticas tienen su propias características que pueden ser aprovechadas para Ejemplo Categorías Principios Objeto Objetivos Conceptos Método Implicaciones Prácticas Ejemplos Cuidado de sí Relaciones con el medio Juegos Deportes Danzas Laborales Lúdicas Ocio Esta perspectiva de investigación asigna a las prácticas el carácter de objetos de conocimiento y no sólo de medios, lo cual implica un nuevo tipo de lenguajes y de lógicas que reconceptualizan y abren nuevas posibilidades al campo de la educación física. 3. Definir líneas de acción a partir de la enseñanza La enseñanza constituye el proceso fu ndamental integrador del conocimiento de los niveles de aplicación didáctica hasta su proyección al campo social y cultural, al Epistemología Enseñanza diferentes propósitos educativos. En este sentido, el mismo modelo de categorías estudiados para los paradigmas se puede utilizar para el estudio de las prácticas. Para facilitar ese estudio, se pueden identificar campos de prácticas. Concepciones campo de producción de conocimiento. Se trata de realizar un trabajo de comprensión integradora, en la cual hay u nidad entre las concepciones epistemológicas, las prácticas seleccionadas, los procesos didácticos, la proyección social y la producción cultural, a partir de la apropiación para la vida diaria y para la producción de nuevas prácticas y sentidos. El siguiente cuadro ilustra la unidad de las relaciones de los diferentes componentes de la enseñanza. Procedimientos Proyección social Enfoques de enseñanza DIDÁCTICA INVESTIGATIVA Y DE PROYECTOS Referencias bibliográficas 42 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos Por su lado el Renacimiento, como la recuperación de los valores típicamente clásicos, recoge de allí los contenidos estéticos de la armonía y el equilibrio saludable como pilares de una tradición que coloca al hombre en el centro de la naturaleza. Es tal vez en este tránsito del Renacimiento en el cual se prefigura una primera noción de educación física: allí lo corpóreo alcanza una dimensión de posibilidad experiencial del espíritu, lo cual supone, a juzgar por la obra Sadoleto, el imperativo de fortalecer la educación física, ya no como preparación militar sino como serenidad y equilibrio para el espíritu. Es, entonces, posteriormente cuando una burguesía en maduración, y sobre los presupuestos y aportes del empirismo, ya no se satisface con una concepción espiritual y militarista de ejercicio y/o la gimnasia, sino que busca localizar el cuerpo como realidad empírica visible y necesaria para la configuración del niño, esto es, del hombre moderno en ciernes. Sin embargo, en aquel periodo comprendido entre los siglos XVII y XVIII no hubo unanimidad en la convicción del auge y consolidación de dicha visión. A propósito F. Legrand apunta que el siglo XVII constituyó un freno en el desarrollo en el que venía la educación física, en abierta contraposición a Ulmann, para quien dichos siglos representaron el antecedente que permitiría hablar, por primera vez, de una noción y una práctica más compleja e institucionalizada de la educación física. Es tal vez Locke, anota Vásquez, quien de manera inaugural coloca al cuerpo en el centro del proyecto educativo. Bajo estos presupuestos y a partir de la concepción naturalista de Rabelais, Rousseau y Pestalozzi, entre otros, aparece la educación física como asunto decisivo en la educación, en la formación de esa naturaleza indivisa del ser humano en tanto cuerpo y alma. Allí es tal vez Rousseau el personaje central en la primera y más moderna concepción de la educación, y de la educación física, en particular. Pero en honor a la justicia es Pestalozzi, seguidor de Rousseau, quien trasciende la idea de un retorno por la esencia de lo natural en el ser humano, y propone como fin de la educación física la construcción de un ser completo (cuerpo- corazónr a z ó n) , u n i n d i v i d u o d e c o m p e t e n c i a s y disponibilidades motrices, afectivas y éticas. Llegados a este punto, y de acuerdo con esta síntesis, a partir del naturalismo, en particular el pestalozziano, la visión tradicional intelectualista de la educación pasa por un punto de ruptura y tiende a acercarse a una mirada integradora de la misma y del ser humano que tiene como su propósito. Finalmente, y a grandes rasgos, el siglo XIX constituye un desplazamiento en la discusión sobre la importancia en la formación del cuerpo y el espíritu como un dualismo insalvable, dejando el espacio al debate en torno del método o métodos de formación en el cual toman parte diversas escuelas y enfoques como la alemana, la sueca, la francesa y, por supuesto, la escuela británica, emergida de la clásica concepción del deporte. - 2 - 200 7 1 VARGAS GUILLÉN, Germán. Tratado de epistemología. Universidad Pedagógica Nacional. Bogotá, 200,2006. CAGIGAL, José María. “Bases antropofilosóficas para una educación física”, en Cultura intelectual y cultura física. Kapeluz, Buenos Aires, 1979. MEINEL, Kurt. Didáctica del movimiento. Editorial Orbe, Habana, 1977. LE BOULCH, Jean. Hacia una ciencia del movimiento humano. Paidos. Buenos Aires, 1992; El cuerpo en la escuela en el siglo XXI. Inde, Barcelona, 2001. PARLEBAS. Pierre, Juegos, deportes y sociedad. Léxico de praxiología motriz. Paidotribo, Barcelona, 2001. entorno. Un pequeño recorrido histórico sintetizado a partir del trabajo realizado por la profesora Benilde Vásquez nos ilustra sobre el particular: No obstante la tradición intelectualista que privilegia los contenidos axiológicos- espirituales en desmedro de la naturaleza corporal de lo propiamente humano, al decir de Benilde Vásquez en la introducción a su síntesis histórica sobre la concepción y asunción de la educación y del cuerpo en los momentos y culturas más representativas de la humanidad, en Occidente, y a través del tiempo, el cuerpo ha pasado por diversos y variables modos de entenderse y asumirse. Aunque de hecho la constante ha sido que el soma, como concepto y realidad, sea el resultado de las concepciones propias y particulares de cada época, de la ideología y cosmovisión imperantes, es claro que educación y cuerpo se han movido - en sentido histórico y literal- en medio de una órbita con distintas modalidades de acuerdo con la época. Aun en la Grecia clásica, en su visión metafísica y unitaria, aparece una mirada de la educación corporal construida a partir de la conjunción entre cuerpo y alma como los dos componentes de una sola entidad, cuyos elementos aportan en distintas proporciones. Sin embargo, es bueno precisar que tanto en la Grecia espartana como en la ateniense el asunto alcanzó un valor antropológico en relación con el ejercicio como posibilidad de eficacia en los fines militares, en el caso de Esparta por ejemplo, y como expresión de depuración estética, espiritual, y como medio para obtener la salud como garantía del equilibrio, en el caso de Atenas; ello hubo de alcanzar su máxima dimensión a partir de la visión aristotélica y prístinamente naturalista de la educación y de la educación física. Ya en el mundo romano, la consideración por el cultivo del cuerpo mostraba los rasgos de una decadente herencia helenística; de allí que para la época, tanto el ejercicio como el cuerpo mismo fueron reducidos a su utilidad militar, a objeto para el ocio o, en particular, a las frívolas actividades luctatorias del circo. Al fin y al cabo, desde Cicerón hasta Séneca el cuerpo se subordinaba a las altas aspiraciones del alma, esto es, cuerpo y ejercicio como un medio en sí. En relación con la Edad Media, apunta Vásquez en su síntesis, el rasgo dualista se acentúa en claro detrimento de los valores clásicos atribuidos a la educación del cuerpo. Así, la influencia de un platonismo filtrado por la tradición cristiana original opera no sólo una separación sino contraposición que terminó proscribiendo lo corporal, excepción hecha de Agustín Hipona y, muy posteriormente, Tomás de Aquino, quienes mantienen el dualismo pero rescatan un valor intrínseco del cuerpo en relación con la noción de salud, y en el caso de este último, un nuevo acercamiento a la concepción naturalista proveniente de Aristóteles. En general, en este periodo el cristianismo, aunque ocasionalmente, concedió valor al ejercicio sólo en algunos escenarios del ocio y, por otro lado, se ocupó con esmero de excluirlo del ámbito educativo. Revista Ímpetus 11 las escuelas que han hecho más presencia en el discurso de la educación física y que han logrado desarrollarla más: • La escuela española, de mucha influencia en las prácticas pedagógicas, cercana a la francesa, en cabeza de Pierre Parlebas. Esta escuela intenta un tratamiento del cuerpo como un todo y propone atender la motricidad desde esferas que integran al sujeto con su entorno. • La escuela cubana, que ha influido mucho en nuestra educación, heredera de la línea rusa. En esta escuela se hace referencia a la cultura física, y en ella la disciplina, la técnica y el rendimiento son los aspectos relevantes de la práctica motriz. Se puede inferir una cierta rigidez militar en la propuesta, más instructiva que formativa. • La escuela alemana propone el concepto de deporte como el significante para el todas las prácticas motrices y abre una reflexión muy seria del deporte en la vida social. Si bien hace aportes muy significativos en torno de la importancia y las metodologías para intervención de la motricidad en la educación, también tienen un desarrollo teórico y empírico innovador alrededor de la presencia de la motricidad en las interacciones sociales y en la búsqueda de salud de los sujetos. Desde allí se ha liderado la propuesta "deporte para todos". Es posible decir que en nuestro escenario local se han hecho adaptaciones de una y otra escuela, lo cual ha mediatizado el desarrollo disciplinar y ha favorecido la consolidación de los diferentes enfoques y tendencias en la interpretación de la motricidad como objeto de estudio de la educación física. Entre las tendencias o líneas claves de pensamiento en que se mueve la educación física aplicada se pueden reconocer: 1. Análisis de los enfoques de la educación física contemporánea El análisis de cada enfoque se realiza a través de las siguientes categorías: Campos del trabajo epistemológico • Principios: como matriz que contiene una “verdad primera” • Objeto: realidad sobre la que se conoce • Objetivos: perspectivas hacia las cuales apunta el conocimiento del objeto. • Conceptos: fundamentos que expresan el conocimiento del objeto. • Método: como intento de acceso a las cosas, como atribución de significado a ellas, como construcción de conocimiento pretendidamente válidos. • Implicaciones: asociaciones, aplicaciones y campos de relación del objeto estudiado Desde la perspectiva expuesta, un trabajo epistemológico en educación física debe fundamentar tres campos de objetivos: académicos, pedagógico-didácticos y político sociales. En el campo académico, orientado a: • Construcción disciplinar • Formación de investigadores • Construcción de comunidad académica En el campo pedagógico-didáctico, dirigido a : • Fundamentación de la enseñanza • Transformación de la enseñanza • Fundamentación de una didáctica investigativa y de proyectos Algu nos ejemplos de enfoque más extendidos en Colombia. Se señalan sólo algunos autores: • • • • En el campo político social; orientado a: • Ser base de políticas públicas • Comprensión y uso de prácticas corporales en la vida Humanista: José María Cagigal, España. Materialismo dialéctico: Kurt Meinel, Alemania. PsicoBiologista: Jean Le Boulch, Francia. Estructuralista: Pierre Parlebas, Francia. Cuadro comparativo de enfoques de educación física Autor • La psicomotricidad, que trata de explorar la motricidad del sujeto, se dirige al cuerpo como entidad psicosomática en la cual existe u na interacción e interdependencia entre la estructura motriz, el yo y el medio. Personalmente he impulsado el concepto de motogénesis, que hace referencia al potencial motriz que subyace en cada sujeto y a la educación física como posibilidad de explorar ese potencial. En este sentido se aproxima a la mirada psicomotriz . [5] J.M. Cagigal [6] K. Meinel Le Boulch [7] P. Parlebas [8] Principios El hombre como unidad antropológica. Dos realidades: cuerpo, movimiento. El cuerpo: tener y ser cuerpo. El movimiento como instrumento antropológico natural. El entorno: sociedad y mundo. El movimiento para interactuar con el medio e intervenir directamente en él. Como práctica y objeto de conocimiento. Trabajo y lenguaje Evolución cualitativa y colectiva Movimiento como acción Rechazo al dualismo metodológico de Descartes, a la concepción de cuerpo instrumento. Ciencia del movimiento humano debe partir de la existencia corporal como totalidad y unidad. Cuerpo propio en oposición al cuerpo objeto. Diálogo racionalismo - realismo, lo racional y lo sensible. Construcción de una ciencia autónoma: la ciencia de la acción motriz Sistema de relaciones que da sentido. Educación física: pedagogía de las conductas motrices. Objeto Ser corporal en el mundo necesitado de movimiento para relacionarse con el entorno y la sociedad humana. Comportamiento motor del hombre con el mundo exterior: intencionalidad pedagógica del movimiento humano Movimiento humano para educar Conducta motriz. El nombre que se mueve Acción motriz: especificidad de la praxiología motriz. Objetivos Capacidad fisiológica Integración psicofísica (equilibrio personal) Adaptación al medio físico, al espacio. Integración en el mundo social Caracterización de los rasgos esenciales de una ejecución óptima. Clasificación y sistematización: investigación del desarrollo del movimiento en la vida individual. Caracterización del aprendizaje dinámico. Investigación del desarrollo histórico de las técnicas deportivas y la dinámica deportiva. Adiestramiento de la visión del movimiento: enseñanza, evaluación. Aplicación a otras prácticas. Conocimiento y aceptación de sí. Mejor ajuste de la conducta. Verdadera autonomía y acceso a la responsabilidad en el marco de la vida social. Construcción de una ciencia autónoma de la acción motriz Clasificación y sistematización de juegos y de las situaciones motrices Elaborar un lenguaje científico. Orientar la pedagogía y la didáctica de la educación física - 2 - 200 [5] Cagigal, José María. “Bases antropofilosóficas para una educación física”, en Cultura intelectual y cultura física. Kapeluz, Buenos Aires, 1979 [6] Meinel, Kurt. Didáctica del movimiento. Editorial Orbe, Habana, 1977. [7] Le Boulch,Jean. Hacia una ciencia del movimiento humano. Paidos, Buenos Aires, 1992; El cuerpo en la escuela en el siglo XXI, Inde, Barcelona, 2001. [8] Parlebas, Pierre. Juegos, deporte y sociedad. Léxico de praxiología motríz. Paidotribo, Barcelona, 2001. 7 12 Ruta metodológica Para el cumplimiento de los objetivos en los tres campos expuestos, se señala la siguiente ruta metodológica: 1. Investigar los paradigmas o enfoques 2. Investigar las prácticas en contexto 3. Definir líneas de acción a partir de la enseñanza como eje Un análisis de estos problemas muestra que una de las debilidades de la educación física es la de su fundamentación epistemológica y teórica, así como la dispersión en la sustentación de su objeto, que es causa para que los funcionarios de turno tomen sus propias decisiones, incluso cambiando los conceptos. • La deportivista, que ofrece la técnica deportiva basada en las disciplinas convencionales y que trabaja con la codificación del cuerpo y de la motricidad. Sus principios son la técnica, la productividad, la competencia. Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos cotidiana • Integración enseñanza, prácticas corporales y políticas públicas acabado con los organismos que dirigían supervisaban y apoyaban los planes de educación física. Ni en el propio Ministerio de Educación queda una dependencia de la educación física como una muestra de la manera como las leyes expresan un reconocimiento de la educación física, pero las reformas administrativas niegan la posibilidad de su realización. 1 Pero, de ese acontecer histórico, ¿qué se hereda en Colombia?: En el siglo XIX, alrededor de 1826, se implementa en el país la educación lancasteriana. En ese modelo de educación el cuerpo es silenciado totalmente, se propone que es necesario vigilar a los educandos, controlar el cuerpo en sus diferentes manifestaciones, incluso la voz. Se trata de la educación física de las formaciones, de lo rígido, del control. Luego viene la escuela pestalozziana, que se instala en el país en 1870, que habla más del sujeto libertario. Pestalozzi también pone los sentidos a participar en la adquisición del conocimiento, como lo hiciera Rousseau, y reivindica el cuerpo en su totalidad. Aquí la educación física hace parte de la formación, en la cual la consideración del cuerpo integra el proceso. Es importante mencionar la escuela católica, que volverá a someter el cuerpo, lo volverá a silenciar, hará juicios sobre ese cuerpo, en tanto lo observa como fuente de la perdición. Es el momento donde se instaura la práctica de los internados acompañada con la de los castigos sobre el cuerpo; así pues, el cuerpo tendría que padecer las consecuencias de un comportamiento inadecuado. Es un cuerpo visto como recipiente vacío, vulnerable al mal. En contravía, se implementa en Colombia la denominada escuela activa, que significó la liberación del cuerpo, devolverle la palabra a la motricidad, asociada a la idea también de libertad, de comunicación con el entorno y la preparación de sujetos para la vida social. Finalmente es importante dar cuenta de la escuela técnica, que todavía padecemos, en la cual se observa al cuerpo como instrumento, como máquina, en la cual el sujeto desaparece e interesa más la producción y la reproducción, donde imperan la tecnología, los programas, las sistematizaciones, y el sujeto queda aislado, desaparece como tal. Ello deviene codificación del cuerpo y en un resurgimiento de la educación militar asociada a la educación física. Me parece importante llamar la intención sobre la escuela defensiva, un período entre el siglo XIX y XX en Colombia, en la cual hay una suerte de vigilancia sobre el cuerpo porque hay miedo al deterioro de la raza. Se somete a juicio los cuerpos y se ejerce una vigilancia permanente de esa motricidad, se propone el médico escolar que será quien decida sobre las cualidades del sujeto, una especie de segregación que no sólo atentaría contra aquellos que tuvieran algún problema físico sino contra los pobres, e incluso llevaría a una segregación racial. En ese período Martín Restrepo escribe la Cartilla antialcohólica, un manual dedicado a la prevención de drogas y licores, buscando tener ciudadanos más adecuados al cuerpo deseado para "una raza selecta". Frente a la educación física y a su aplicación en la formación de los sujetos, se pueden establecer unas escuelas muy contundentes, principalmente por su influencia en nuestro medio. A continuación menciono Revista Ímpetus 41 Epistemología y educación física Víctor Jairo Chinchilla G,. Ms. C. El objetivo de la ponencia es analizar las relaciones entre epistemología y educación física, en la perspectiva de adelantar el trabajo epistemológico como una estrategia para la comprensión de los grandes problemas de la educación física y la construcción de las alternativas de solución, desde una mirada crítica que reconoce el conjunto de tensiones y relaciones que se producen en el proceso de producción, enseñanza y divulgación del conocimiento. El punto de partida de la reflexión epistemológica se sitúa en los diferentes enfoques que investigan las relaciones entre el sujeto que conoce, el objeto del conocimiento y las formas como se conoce. De la manera como se comprendan o se asuman estas relaciones, se desprenden diferentes consecuencias en el sentido del conocimiento, la enseñanza y la construcción de políticas públicas. Ahora bien, ¿qué caracteriza el conocimiento de la educación física? ¿Qué se conoce? ¿Cómo se conoce? ¿Cuál es el papel del sujeto del conocimiento? ¿Cómo interviene el contexto? En la educación física el conocimiento fluctúa entre la visión griega de episteme, referido válido o verdadero, o de la ciencia, y doxa, referido a la opinión o conocimiento común, lo cual genera las diferentes significaciones en los planos académico, educativo y político social. Estos interrogantes han sido abordados por diferentes autores y corrientes que analizaremos más adelante. Por ahora diremos que la tradicional disputa por el objeto no se resuelve a través de ejercicios lógicos, sino de trabajos de construcción que conllevan a procesos de investigación ampliamente vivenciados y experimentados en el terreno práctico. La epistemología como camino La búsqueda de respuesta a este problema que caracterizan la educación física actual se sintetiza en tres preguntas interrelacionadas: • ¿Por qué, en el momento actual, se extiende el interés por la epistemología? • ¿Para qué investigar la fu ndamentación epistemológica de la educación física? • ¿Cómo abordar la investigación epistemológica en educación física? La epistemología se entiende como el camino adecuado para comprender y actuar frente a los grandes problemas de la educación física en sus campos educativo, académico, social y político. Aquí el concepto de epistemología es amplio y dinámico. Una aproximación[1] a ella la caracteriza como lógica de la producción de conocimientos, referida a los modos general y científico de la epistemología; la búsqueda de certeza, el estudio del “aumento” del conocimiento, el tránsito de la certidumbre a la validez, las normas de la validez y la pertinencia social. La epistemología entendida como función filosófica o intercientífica, referida a criterios generales del conocimiento científico, que cambia según la corriente filosófica[2]. Para la Escuela de Frankfurt será la eticidad, para el positivismo lógico la coherencia y la consistencia, para el racionalismo crítico la deductibilidad, la falsabilidad y la probabilidad; para el constructivismo, la génesis y el desarrollo del conocimiento; para la fenomenología, la comprensión y la intencionalidad. En el paso del plano filosófico al científico, la epistemología interroga a cada disciplina por la legitimidad de lo que estudia[3] .También se puede entender cono el estudio del método, aceptado como “el análisis de los requerimientos que debe atender cualquier intento de conocimiento para llegar a tener fundamentos que los acrediten como pertinentes y atinentes a las cosas mismas”[4]. Problemas interrelacionados Una síntesis de los problemas contemporáneos de la educación física se puede expresar en los siguientes elementos: • Dependencia y subordinación en lo académico, referido a que en el campo de constitución como disciplina, la educación física ha dependido de las ciencias naturales y sociales y su transposición ha sido mecánica en muchos casos, de tal forma que los conceptos que se han utilizado no son pertinentes a la explicación y comprensión específica de la educación física. • Desarticulación de la teoría y la práctica en la enseñanza: expresada en la no correspondencia entre los conceptos teóricos, las prácticas de enseñanza, el contexto sociocultural. Separación entre los enunciados de los planes curriculares y su realización, además de la falta de coherencia y unidad entre los diferentes componentes del currículo y la enseñanza. • Reduccionismo en lo social: referido a la no apropiación de los aprendizajes escolares para su aplicación a la vida como hábito y como valor. Se considera la educación física como un área exclusiva de la edad escolar, y no se avanza en su diversificación en todas las edades y campos de desenvolvimiento del ser humano. • Desistitucionalización en lo político, demostrado en la relación entre los enunciados de la ley y las condiciones de administración y gestión. Se han • La sociomotricidad, que establece todas las interacciones que se dan por medio de las prácticas colectivas y que pone a la educación física en circulación como discurso social: propone cómo en torno de la motricidad se crean una suerte de microculturas, con sus pactos éticos propios, sus códigos gestuales singulares y su sistema de comunicación particular. • La lúdica: esta tendencia sitúa al juego como medio y como fin para integrar y estimular las diferentes dimensiones del sujeto, reivindica el placer y trabaja con las manifestaciones mucho más cotidianas de la actividad motriz. • La expresión corporal: muy cercana a la psicomotricidad, propone al cuerpo como territorio para la exploración sensorial. Otorga a los sentidos u na importancia significativa para acceder conocimiento del "sí mismo" y del "otro" y para generar una interacción entre el sujeto el mundo. Establece tres esferas básicas para la intervención: autopercepción (lo introyectivo), alteropercepción (lo proyectivo), la interacción (lo extensivo). • La mirada de la salud: esta tendencia ha hecho de la actividad física un medio para la conservación del cuerpo en sus funciones vitales. Obedece más a una valoración del cuerpo como entidad orgánica y en esa dirección la actividad física adquiere un carácter un tanto terapéutico que se alimenta de los discursos de la medicina y de la dietética para argumentar su intervención. En estas tendencias vemos cómo se repiten asuntos que la educación física tradicionalmente ha contemplado: la consecución de la salud, el disfrute, la formación de valores, la consecución del ideal estético, entre otros. En este sentido podemos definir a la educación física como un dispositivo de la cultura para hacer que el cuerpo corresponda a parámetros particulares de cada contexto, un medio históricamente funcional para hacer participar a ese cuerpo desde unas aristas que establece el entorno, lo compromete y le da un sentido y un significado de acuerdo con sus demandas. En consecuencia, es posible proponer tres núcleos problémicos en los cuales se organizan los asuntos que la disciplina está atendiendo: calidad de vida como posibilidad de potenciar el sujeto de proporcionar el bienestar, donde se incluyen aspectos como la salud y la lúdica; la construcción y reconstrucción del tejido social como mecanismo para generar interacciones sociales, movilizar búsquedas colectivas y garantizar la convivencia, la solidaridad y los grupos de apoyo desde la experiencia de la motricidad; finalmente, la disciplina tiene el compromiso de pensar la motricidad en sí misma y de construir su episteme en torno a ella. La educación física se configura como un factor de protección que permite alcanzar una suerte de "capacidad vital" para exponerse permanentemente a la incertidumbre de la vida y para participar activamente en la construcción del propio porvenir. En este punto surge la siguiente pregunta: si la educación física corresponde a un contexto cultural y constituye un recurso de la cultura para "tallar el cuerpo" de acuerdo con sus prescripciones ¿a qué modelo de cuerpo le apuesta en la actualidad? Con el cambio de cultura, que para algunos es la nueva cultura y para otros es la cibercultura, ¿a qué cuerpo estaríamos apuntando, cómo se establece la relación naturaleza y cultura que se juega allí, cómo establecer ese equilibrio?, ¿cuál es el modelo, por ejemplo de lo masculino y lo femenino? Esto si se tiene en cuenta que la educación física ha sido heredera de la estructura profu ndamente masculina asociada al deporte, y que para la mujer y para el hombre se han diseñado sistemas motrices que corresponden al imaginario de hombre y de mujer que se tiene Referencias bibliográficas SERGIO, Manuel. Um corte epistemológico. De la educacao física a la motricidade humana. Lisboa. Instituto Piaget. 1999. GRUPPE, Ommo. Teoría pedagógica de la Educación Física. Madrid: INEF. 1976. MENA, Lorite. La muerte en el simbolismo del cuerpo. Una perspectiva antropológica. Pensamiento, vol. 59, nº 223, 2003, 29-51. VÁZQUEZ, Benilde. La educación física en la educación básica. Madrid. Gymnos. 1989. PARLEBAS, Pierre. Perspectivas para una educación moderna. España. Instituto Andaluz del Deporte, 1986. 40 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 [1] Vargas Guillén, Germán. Tratado de Epistemología. Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá, 2006. [2] Vargas Guillen, idem. [3] Idem. [4] Idem, p 59. Revista Ímpetus 13 La importancia del estudio y la investigación en historia de la educación física y el deporte en la formación de profesores Silvana Vilodre Goellner, Ph.D. Clásica. En ese período, o sea, desde el inicio del siglo XX hasta mediados del mismo, existían pocas iniciativas en Brasil para escribir sobre su historia, en especial sobre los deportes, lo mismo de la educación física. Vale recordar que es a partir de los años treinta que el Estado se empeña en concretar varias acciones en el campo específico de las prácticas corporales y deportivas, identificando a la educación física y el deporte como espacios de intervención en la educación de los ciudadanos, en el sentido de la valorización del cuerpo estéticamente bello y del perfeccionamiento físico de cuerpos saludables y aptos, capaces de enfrentar los desafíos de la vida modernizada. En esa primera fase, la concepción que orientaba los estudios históricos se dirigen, grosso modo, a: La utilización bien estricta de fuentes; un carácter “militante” de la historia que sirve para probar y legitimar algo ya previamente establecido irreversiblemente; la preocupación central exacerbada con el relevamiento de datos, nombres y hechos; una historia pautada única y exclusivamente en la apariencia de los grandes exponentes; una historia que no busca una periodización interna y que prefiere vincularse a la periodización política general. Una historia trazada superficialmente en largos períodos (MELO, 1999: 15) Aún percibiendo diversas lagunas en esa producción es necesario reconocer el esfuerzo de diferentes autores que, con la intención de escribir y enseñar historia de la educación física y del deporte, producirán conocimientos desde una perspectiva aún bastante limitada acerca del conocimiento histórico. Aún considero importante mencionar que muchos de los autores que escribieron en ese período sobre la historia son militares, cronistas deportivos o aficionados a esa práctica cultural. Una segunda fase en la producción del conocimiento histórico en la educación física brasileña puede ser identificada a partir de la obra de Inezil Penna Marinho (1915-1987), indiscutiblemente uno de los mayores estudiosos de la historia de la educación física y del deporte en el país. Si bien su obra no significó una ruptura con la perspectiva de la historia factualdescriptiva, consagrada en el período anterior, es considerada como un marco en la educación física brasileña, tanto por tener buenas referencias teóricas como porque resultaba de un arduo trabajo de búsqueda y utilización de fuentes primarias. Inezil Penna Marinho escribió 11 obras sobre historia de la educación física y el deporte brasileños, un hecho inédito si notamos que en el período anterior los La valentía y las ciclas como impronta nacional El ciclismo es una actividad que implica un elemento exterior a la corporalidad: el caballito de acero que carga la humanidad del héroe moderno de las carreteras. Dicha extensión no se mueve un ápice sin la voluntad de su soberano, y en esa actividad corporal, como sucede en el fútbol, el boxeo y el vallenato, puede producir desenlaces fatales. El ciclista por antonomasia en Colombia es Efraín Forero, tanto así, que probablemente fue el hombre más popular de nuestro país en la década del cincuenta, al ganarse la primera Vuelta a Colombia tres años después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y de la inauguración apresurada del campeonato de fútbol colombiano: en 1951. Su fama se puede describir en la siguiente anécdota: los señores que hoy rondan por los 75 años cuentan que siendo niños solían llamar a las canicas, las ruedas infantiles tipo hula-hula y hasta las mismas llantas de bicicletas con el genérico “forero” que denotaba al campeón ciclístico de esos tiempos. El “Indomable Zipa” debe su seudónimo deportivo a dos circunstancias principales: su tenacidad (cuestión indispensable para el mundo de los tubulares) y su lugar de nacimiento: él llegó al mundo el mismo año en que se realizó el primer mundial de fútbol, en 1930, y lo hizo en la ciudad muisca de Zipaquirá, que debe su nombre a los aborígenes allí asentados que estaban gobernados por dos figuras: el Zipa y el Zaque. De allí que el apodo del obrero de la Planta de soda zipaquireña también signifique liderazgo, virtud que Efraín Forero demostró no sólo en la ronda nacional, sino también en sus títulos centroamericano (Guatemala, 1950), bolivariano (Venezuela, 1951) y en sus tres coronas nacionales en persecución por equipos; además de sus cuatro medallas de oro en la ruta y en la persecución individual de Colombia. Esa virilidad para el triunfo, ya identificada en los otros tres protagonistas de ponencia, también se expresó en su fertilidad y en su aire enamoradizo: Forero tiene seis hijos y dos matrimonios en su haber. La Vuelta a Colombia es la prueba más importante de América y su prestigio se debe a las duras condiciones climáticas y geográficas de las que tanto nos vanagloriamos al describir la riqueza natural de nuestro suelo (que tenemos dos costas oceánicas, todos los pisos térmicos, que somos los segundos en biodiversidad, que ostentamos el primer lugar en especies de aves y flores, las mejores esmeraldas, el mejor café del mundo, la bahía más linda de América… etc., etc.). Leyenda que llega hasta naciones adelantadas en este deporte como Francia, España, Italia y Alemania que han enviado sus campeones a disputar sin éxito nuestra prueba. De ello pueden dar fe los franceses Bernard Hinault y Laurent Fignon. Apenas dos forasteros se han vestido con la camiseta de la victoria en nuestras quebradas carreteras: el francés José Beyaert en 1952 y el español José Gómez del Moral en el 54. A propósito de Hinault, quíntuple campeón del Tour de Francia, recordemos que éste superdotado conformó junto al escalador fusagasugueño Lucho Herrera, la temida “Bomba 14 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos H” (por sus iniciales) que tanto pavor inspiró en el pelotón de ciclistas de los tures franceses del 85 y 86. Agreguemos que el heredero del pedal del Zipa Forero, que es Herrera, ha sido el único latinoamericano en ganar la Vuelta a España, en 1987. Muchas etapas y pruebas generales han ganado los nuestros en la metrópoli europea; por esa circunstancia ha llegado a decirse que somos potencia ciclística. Los colombianos hemos acuñado u n estilo de correr: el estilo de los trepadores o escarabajos que le enseñaron al mundo la magia de la panela (que los soviéticos nos robaron pensando que era un doping inédito, cuando es un endulzante natural extraído de la caña de azúcar). Tal ha sido el auge de los nuestros en Europa que muchos ciclistas colombianos, particularmente de Boyacá, son coequiperos de flamantes equipos deportivos del mundo; incluso en la década de oro (del 85 al 95) tuvimos como gregarios de escuadras nacionales a ruteros europeos. Así mismo, el jersey de pepas rojas y fondo blanco que distingue a los campeones de la montaña llegó a ser propiedad colombiana en la década de los años ochenta, lo cual habla del poderío de los corredores nuestros en las cuestas del Viejo Mundo; tanto es así que hasta la emblemática marca “Café de Colombia” patrocinó un team nacional en Europa y era el sponsor oficial de los premios de montaña europeos que serían ganados por los “cafeteritos” o “escarabajos” colombianos. El Zipa Forero fue el primer gentleman de las bielas y su madre, acompañante incondicional, fue la primera mujer ciclista de nuestra patria. El ciclismo fomentó el desarrollo técnico de la radio (obligada a mejorar para transmitir en directo, desde carretera, a los expectantes aficionados que pegaban sus orejas al radio transistor) y se nutrió de patrocinios de la prensa para su desarrollo: el diario El Tiempo, por ejemplo, fue el primer auspiciador de la ronda nacional. Por esa relación entrañable entre prensa/radio y ciclismo, por esa rivalidad por la supremacía popular que los entronice como “deporte nacional” que todavía mantienen fútbol y ciclismo y por esa tensión regionalista entre paisas y boyacenses (ahora condimentada por bogotanos y vallecaucanos), el ciclismo y el Zipa Forero son invitados de honor de cualquier descripción densa de la colombianidad vista a través de la simbiótica relación máquina- hombre, que es subsidiaria de la leyenda del centauro (alianza de jinete y caballo) que recrea buena parte de lo que somos como colombianos. Referencias bibliográfícas ARCHETTI, Eduardo (2003). Masculinidades. Fútbol, tango y polo en la Argentina. Buenos Aires: Antropofagia. BRODERICK, Walter (2005). Camilo: el cura guerrillero. Bogotá: Intermedio Editores. CAMACHO GUIZADO, Álvaro (1988). Droga y sociedad en Colombia: El poder y el estigma. Bogotá: CEREC/CIDSE. DA MATTA, Roberto (comp.) (1982). O universo do futebol: esporte e sociedade brasileira. Río de Janeiro: Pinakotheke. -------- (1983). Carnavais, malandros e heróis. Para uma sociologia do dilema brasileiro. Zahar, Río de Janeiro. GALEANO, Eduardo (1995). El fútbol a sol y sombra. Madrid: Siglo XXI. RODRÍGUEZ, Nelson (1958). “La realeza de Pelé”. Manchete Esportiva (Marzo). p. 14-16. SAMPER PIZANO, Daniel (2005). “El vallenato”. Semana (Abril). p. 25. WADE, Peter. (2002). Música, raza y nación. Bogotá: Vicepresidencia de la - 2 - 200 7 1 ¿Por qué el estudio de la historia de la educación física y del deporte es importante en la formación profesional? ¿Qué aplicabilidad tienen los conocimientos oriundos de esa área en la actuación cotidiana de los profesores de educación física?¿Qué relación puede ser establecida entre el conocimiento histórico y el presente vivido? Preguntas como estas a menudo aparecen en las discusiones acerca de la formación de profesores de educación física, cuya acción se vuelca cada vez más a atender un creciente mercado de productos y servicios destinados a los cuidados con el cuerpo, a la salud y a la educación de niños, jóvenes y adultos. En Brasil esta disciplina forma parte de los cursos de educación física desde los años treinta del siglo XX, cuando surgieron las primeras iniciativas destinadas a la formación de profesionales para actuar en ese campo de trabajo, dominado hasta entonces por médicos y militares. Desde ese período diferentes matrices epistemológicas y teóricas han orientado las investigaciones realizadas por autores brasileños, así como el tratamiento del conocimiento histórico al interior de las instituciones escolares y universitarias. De un modo bastante general, es posible afirmar que desde sus inicios hasta aproximadamente los años treinta del siglo XX, las disciplinas relacionadas con la historia, ya sea de la educación física como del deporte, estaban mucho más orientadas al estudio de la memoria deportiva nacional e internacional que fundamentadas en investigaciones historiográficas. Más que analizar los contextos donde surgirían las diferentes actividades corporales y deportivas vivenciadas por brasileños y brasileñas, la centralidad de esos estudios se situaba en describir y memorizar datos, eventos, héroes y acontecimientos considerados significativos para esas prácticas. Creo importante mencionar esa escasa preocupación con la producción de investigación histórica, porque la considero como bibliografía básica a ser trabajada en las clases con nuestros alumnos y alumnas. Para analizar el estudio de la historia y la formación de profesores de educación física en Brasil, pienso que es importante explicitar en unos pocos renglones, el proceso de estructuración de la historiografía brasileña. En ese sentido es posible destacar, como lo hizo Víctor Andrade de Melo, tres fases en lo que respecta a la producción del conocimiento histórico. La primera, de carácter embrionario, se desarrolló a través de la adopción de libros de autores extranjeros cuyas obras mencionaban los orígenes y la evolución de la educación física y del deporte desde la Antigüedad que estigmatiza al pueblo colombiano con las nefastas consecuencias derivadas de ello. Revista Ímpetus 39 Pambelé; la década del 70. La condición narrativa del vallenato, la sencillez de su triada instrumental, su representatividad étnica y una dosis importante de buena prensa permitieron que la música del primo hermano del bandoneón; el acordeón, saliera de fondas y caminos y ocupara clubes, salones, estudios de grabación, casetas y estadios. Conjuntos e intérpretes como Rafael Escalona (compositor de más de 95 obras y quien llevó el ritmo a los salones diplomáticos), “Buitraguito“ (el primero en grabar un vallenato), Bovea y sus Vallenatos, el Binomio de Oro, los Hermanos Zuleta, los Hermanos López, Jorge Oñate, nuestro Alejo Durán, Colacho Mendoza, Diomedes Díaz, Alfredo Gutiérrez (condecorado en 1989 como el mejor acordeonista del mundo), Los Betos; entre otros, contribuyeron a la difusión del vallenato en toda la patria. Luego Carlitos Vives con su orquesta “Tierra del olvido” se encargaría de pasearlo por el extranjero y las obras de García Márquez le suministrarían el sostén mítico al que debe su reconocimiento como elemento cultural y literario. Pero es Alejo Durán, el que resume y sintetiza lo esencial del vallenato: lo popular y plebeyo de su origen, su excelsa y misteriosa creatividad, la temática de sus composiciones (las letras del paseo “039“, la puya “Pedazo de acordeón”, el merengue “La Fiesta de Mario López”, el son “Fidelina” y otras canciones como “Alicia adorada” y “La perra” dan fe de ello), su capacidad de improvisación, el talante interpretativo, la maestría de ejecución del acordeón (alma y vida del ritmo) y su empatía con el vivir y el sentir del pueblo son sus mejores cartas de presentación para ser considerado, por encima del venerado “Cacique de la Junta” (Diomedes Díaz) y del tres veces coronado Alfredo Gutiérrez, con el título honorífico de Rey de Reyes que le fuera birlado en el año de 1987 por un jurado antipopular. El 'Negro Grande' está a la misma altura del mítico Francisco el Hombre (que venció al diablo cantando, en ritmo vallenato, el Credo cristiano al revés). Por todos los ríos de tinta escritos sobre su vida (en la que fue padre 25 veces), por los homenajes y especiales periodísticos hechos sobre él (incluidos varios ensayos, documentales y el seriado televisivo), Alejo es el personaje idóneo para hacer un paseo literario, a través de su biografía, por la cultura vallenata y la cultura nacional. Sobre el vallenato podríamos concluir, a priori, que es un ámbito en el que la nación se encuentra en lo regional y que en él están implícitas prácticas como la alegría exagerada de lo popular, el culto al amor romántico (de los hombres héroes y las mujeres sumisas y abnegadas) y el machismo. Éste último elemento identitario encarna otras facetas: la virilidad exacerbada y la sensación de muerte que subyace en buena cantidad de composiciones vallenatas. Dos cosas evidencian lo anterior; los cantantes vallenatos son eso: hombres que cantan vallenatos, no mujeres. De igual manera, en esta patria de fatalismo y fatalidades, de irrespeto a la vida y de nefastos fenómenos como el precio por la cabeza de los contradictores, tanto de la institucionalidad[12] como de la criminalidad,[13] que tienen como ejemplos paradigmáticos el sicariato de las comu nas medellinenses y los asesinos a sueldo amparados por el Estado, no resulta del todo sorprendente ver el número de muertes ficticias (en las letras vallenatas) y reales sucedidas en el gremio vallenatero: al menos seis artistas han parodiado la existencia andariega- aventurera pregonada en sus cantos al fallecer de forma trágica en el último tiempo (asesinados como Rafael Orozco, en 1991) o accidentados, sea en siniestros aéreos como le sucedió al acordeonero Juancho Rois (+ en 1994) o muertos en carretera como el joven cantante Kaleth Morales y Jesús Manuel (+ en 2005 y 2006, respectivamente); además de infausto deceso del cantante guajiro Adaníez. Otros más se han visto envueltos en crímenes pasionales como Diomedes Díaz (nuestro O. J. Simpson ya que fue exonerado por la justicia por el presunto asesinato de la joven Doris Adriana Niño, pero condenado por la opinión pública nacional en sondeos periodísticos como el de eltiempo.com en mayo de 2005). Sin embargo, la muerte más sinecdótica es la de la única mujer que se ganó el mote divino en un ambiente masculino; hacemos alusión a Patricia Teherán, la “diosa del vallenato” muerta en carretera, como varios colegas, en 1995. De otra parte, no sobra advertir que las mismas relaciones mafiosas tradicionalmente atribuidas por la literatura al boxeo (el 'bajo mundo del box' del que Hemingway, Mailer y Cortázar nos hablaran en sus escritos) tienen en Colombia su referente particular en el fútbol (ejemplos: el América de Cali propiedad de los Rodríguez Orejuela, los clubes Atlético Nacional, Deportivo Independiente Medellín y Envigado Fútbol Club auspiciados por el Cartel de Medellín y Millonarios del “Mexicano” Rodríguez Gacha) y su referente general en el conjunto de la sociedad: una 'sociedad narcotizada,' según las acomodadas versiones cinematográficas de Hollywood. Tanto así que sociólogos como Álvaro Camacho Guizado (1988) y la prensa en general hablan de la “cultura del atajo”, de la “cultura de la mafia” y de la “cultura traqueta”; pues bien, ese influjo narco- delincuencial también ha recalado en el ámbito del vallenato donde saludos públicos de algunos cantantes en medio de sus presentaciones tienen como destinatarios a personajes que después resultan ser capos de las drogas (como ahora sucede con prestantes políticos y personajes nacionales cuya aura inmaculada se ha enturbiado por cuenta del destape que la prensa bautizó como la 'parapolítica'). Lo propio podemos decir del ciclismo en el que Roberto “Osito” Escobar, hermano de Pablo Escobar -y su principal lugarteniente- fue nombrado, después de su retiro deportivo, como entrenador del equipo nacional. Examinar con lupa esas actividades es constatar como las redes del tráfico ilegal de estupefacientes han permeado amplias franjas de nuestra sociedad y alimentan, a veces con exceso, el imaginario exterior autores y profesores se dedicaban básicamente a reproducir en sus investigaciones y en sus clases conocimientos sobre historia mundial de esas prácticas corporales. Otros autores aparecerán en esa segunda fase, que se diferencia de la anterior precisamente por el desarrollo de investigaciones relacionadas con el contexto nacional. La concepción historiográfica que sustenta esas investigaciones está marcada, como en la fase anterior, por la descripción y memorización de hechos, datos y nombres, sin haber un análisis del material hallado, lo que Meter Burke (1991) denominó como historia episódica. A partir de los años ochenta del siglo XX otras concepciones historiográficas adquieren visibilidad en la investigación brasileña, influenciando significativamente el trabajo con la historia de la educación física y el deporte y marcando el inicio de la tercera fase apuntada por Víctor Melo. Ese período es bastante fecundo para Brasil. El gobierno militar comienza a perder fuerza y la sociedad civil conquista, a través de largos períodos de disputa, la apertura política, las elecciones directas y la disminución de la censura, lo que posibilita el surgimiento de nuevas perspectivas culturales, científicas y pedagógicas. La historia episódica deja de ser hegemónica y los análisis críticos, politizados y contextualizados, invaden la producción académica en el país. Primeramente bajo la influencia de la vertiente teórica marxista surgen investigaciones que, más allá de la descripción de los datos, privilegian los análisis que intentan entender la constitución de la educación física y el deporte a través de una mirada crítica. En esa perspectiva, además de destacar datos, acontecimientos, eventos y personajes, se torna imperativo analizarlos e interpretarlos a partir del contexto social, político, económico y cultural en que fueron producidos. Al igual que la vertiente marxista, en ese momento varios abordajes teóricos y metodológicos comenzaron a surgir y sus estudios e investigaciones fueron y son referentes bibliográficos en los programas que constituyen las disciplinas que abordan el conocimiento histórico en los cursos de formación profesional. Escuela de los Anales, MicroHistoria, Historia Oral, Historia Cultural, Nueva Historia, Historia Social, Historia de la Vida cotidiana, Historia Posestructuralista y otras se expresan en vertientes epistemológicas que establecen las bases teóricas y metodológicas a diferentes trabajos que abordan la educación física y el deporte y sus diferentes manifestaciones en el contexto mundial y brasileño, tanto de carácter nacional como regional y local. Realizada esta breve explicitación acerca de los principales momentos del hacer historiográfico brasileño, esclarezco la comprensión a través de la cual trabajo con historia, tanto en la producción de investigación como en la enseñanza a nivel de pregrado y posgrado, donde administro disciplinas sobre Historia de la Educación Física y del Deporte. Se presenta aquí una pregunta básica que debe ser respondida: finalmente, ¿qué es historia? Entiendo que la historia es sólo una narración sobre el pasado que nos puede hacer recordar algo que ya pasó, pero también puede hacer olvidar, en la medida en que, al contar sobre un tiempo que ya no está más, la historia tanto puede “celebrar” lo que debe ser recordado como “invisibilizar” lo que debe ser olvidado. En este sentido, es necesario pensar que la narrativa histórica es resultante de un entrelazamiento de objetividades y subjetividades, de percepciones, de miradas, de posibilidades de análisis, siempre situados. En última instancia, la historia misma está históricamente situada, anclada en el tiempo, y produce una narración del mundo de acuerdo con intereses personales, políticos, sociales, económicos, culturales, étnicos, etc., evidenciando, sobre todo, la imposibilidad de describir lo real tal cual es. “Toda la investigación historiográfica se articula con un lugar de producción socioeconómico, político y cultural y está sometido a imposiciones, ligada a privilegios, enraizada en u na particularidad” (CERTEAU, 1982, p. 66). En otras palabras: la historia no es neutra y se traduce en uno de los múltiples discursos que existen acerca del mundo, de lo real y de la humanidad, teniendo su territorialidad ligada a lo que ya aconteció, al pasado. Aun siendo palabras próximas, vale resaltar que historia y pasado son cosas absolutamente diferentes, visto que: “El pasado y la historia no están unidos uno a otro de tal manera que se pueda tener únicamente una lectura histórica del pasado. El pasado y la historia existen libres uno del otro; están muy distantes entre sí en tiempo y espacio. Esto es porque el mismo objeto de investigación puede ser interpretado por diferentes prácticas discursivas (…) al mismo tiempo en que, en cada una de estas prácticas, hay diferentes lecturas interpretativas en el tiempo y el espacio”. (JENKINS, 2004, p.24) Entender la historia como una narrativa o como un discurso sobre lo real presupone aceptar que ella está lejos de revelar una supuesta verdad acontecida en el pasado o de constituirse propiamente como pasado, como se pensaba otrora. Significa percibir que el conocimiento histórico es una construcción que contiene numerosas reflexiones como, por ejemplo, las fuentes a ser trabajadas, las opciones teóricometodológicas, la trama, la organización del texto, las interpretaciones, la narrativa, la subjetividad de quien escribe y la mediación entre el pasado (objeto de investigación) y el presente (tiempo en el cual escribe el historiador). “La historia tiene como meta alcanzar la verdad de lo acontecido, pero no como mímesis. Entre aquello que tuvo lugar un día, en un tiempo físico ya transcurrido e irreversible, y el texto que cuenta lo que ocurrió, hay una mediación”. (PESAVENTO, 2003, p. 50). A partir de esta explicitación podemos dirigir mi pregunta básica para el campo de las prácticas corporales y deportivas y de ese modo indagar 38 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 [12] Recordar los esperpénticos comerciales de “Se busca” que, como en el viejo oeste, se ofrecen onerosas cifras ya no por la cabeza de un sioux, sino por un forajido de las FARC. [13] En época de “Los Extraditables”, Escobar ofrecía a los cazarrecompensas cinco millones de pesos por la muerte de un policía y dos millones si éste quedaba herido. Revista Ímpetus 15 física y el deporte, es posible pensar que entender su historicidad significa comprender que no todas las prácticas que vivenciamos hoy fueron siempre así. Significa desnaturalizar lo que parece ser absolutamente natural. La exigencia de un cuerpo magro y moldeado por la ejercitación física, por ejemplo, es reciente y deriva del movimiento fitness surgido en el contexto americano de los años 70 del siglo XX. O sea que no siempre las imposiciones fueron esas ni siempre ése fue considerado un cuerpo bello y saludable como lo es en la actualidad. Estudiar e investigar la historia de la educación física y del deporte es, por lo tanto, establecer nexos entre diferentes épocas, sabiendo que el pasado es algo que no se puede modificar, sólo comprender. El presente, en cambio, es algo en construcción cuya historia depende también de nuestra acción concreta como mujeres y hombres, “de sus construcciones sociales, de su actuación en la sociedad. La historia nos ayuda a entender que el hombre tiene y tuvo una acción concreta: lo que tenemos actualmente fue construido y no es fruto de la casualidad, tampoco estaba escrito en u n “libro de los destinos”. Todos, queriéndolo, sabiéndolo o no, formamos parte de la historia. Al mismo tiempo somos y hacemos historia” (MELO, 1998; 53). Ser y hacer historia no significa afirmar que tengamos todas las posibilidades de hacernos la historia de la forma que deseamos e imaginamos. Existe una serie de barreras, impedimentos, condicionantes sociales que muchas veces nos impiden seguir el camino deseado, aunque este es muchas veces un fruto del pasado que, querramos o no, influye sobre nuestras acciones presentes. Estudiando historia podemos entender mejor el tiempo presente lo que nos posibilita, más fácilmente, vislumbrar perspectivas futuras. Identificar, entonces, en la historia una posibilidad de conocer más sobre la educación física y el deporte expresa una postura de investigación que permite conocer más profundamente las ideologías, los valores, los preconceptos, las premisas sobre las cuales se fundaran esas prácticas. No obstante u na reserva debe ser formulada: estudiar o investigar la historia de la educación física y el deporte no es solamente aguzar la curiosidad, agrupar datos, fechas, acontecimientos históricos, nombres de héroes y heroínas. Presupone método investigativo, densidad teórica, rigor metodológico, disciplina y dedicación. Vale recordar que para abordar históricamente un tema (ya sea de estudio o de investigación) algunos cuidados son fundamentales. Uno de ellos reside en la cuestión de las fuentes escogidas, entendidas aquí como aquellos locales, documentos, declaraciones, imágenes, sobre las cuales colocamos nuestra mirada. En este particular es pertinente resaltar que aquello que determina las fuentes a ser indagadas, es, precisamente, el tema a ser investigado, o sea, aquello que está siendo problematizado. Realizada esta selección (delimitación del tema), comienza a aflorar la investigación, por guerrillero más viejo del mundo que es 'Tirofijo' o con el exitoso icono comercial de Juan Valdés y su mula Conchita? Antes de abordar esas preguntas admitamos que hoy no sería descabellado que alguien dijera que la colombianidad se puede descubrir en las estrellas musicales del momento: Juanes y Shakira (declarados por El Tiempo como los personajes del 2006) o en el prestigioso Fernando Botero, para muchos el mejor pintor vivo de Iberoamérica, cuestión que sería sin duda contrastada por los que, hablando de música, evocarían, entre otros, a Lucho Bermúdez, Jorge Villamil y Rafael Escalona o los que, entrando en terrenos del pincel, aclamarían a Obregón y/o Caballero ¿Por qué la dificultad para encontrar un personaje que convoque la unidad nacional en torno a un digno representante de la cultura colombiana?… por otro lado ¿Será ese el punto? ¿No será, más bien, que la colombianidad es tan compleja y plural como lo advierte nuestra Constitución Política?[8] Una de las vetas que ofrece esta discusión es el asunto de la particularidad y la originalidad; en Colombia, para seguir con la música, existen ritmos vernáculos como el joropo (también venezolano), el currulao[9], el porro, el bullerengue, la puya, el bambuco, la cumbia y el vallenato, y son estos tres últimos géneros los que más prestigio han alcanzado allende las fronteras: “Colombia es Bambuco… es Cumbia” y “Colombia es Vallenato” han sido titulares comunes en las noticias musicales internacionales (de hecho el vallenato ya es categoría de los Grammy latinos). Ahora, es bueno decir que no toda Colombia es bambuquera, cumbiambera ni vallenatera, y que el primer ritmo mencionado es oriundo y fecundo de la región andina colombiana y que las otras dos músicas son propias del Atlántico colombiano; por lo que más que “músicas nacionales” son “músicas costeñas” o “músicas corronchas”, que es como los cachacos (la gente del interior) denominan peyorativamente al vallenato. Sin embargo, gracias a Carlos Vives y su álbum “Clásicos de la provincia”, el vallenato logró visibilidad internacional que, desde entonces, se ha ido optimizando (ya al menos no lo escriben con “B” del cetáceo ballenato). Y si a eso le agregamos la circunstancia de que esta melodía fue acogida por los últimos presidentes de la República (Gaviria, Samper, Pastrana y Uribe)[10] que lo han utilizado -a través de sus cancillerías- como elemento diplomático, se comprenderá mejor su internacionalización: recordemos “los niños del vallenato”, considerados como “embajadores” de la cultura colombiana (impulsados por ministras de cultura 'vallenatas,' como la asesinada Consuelo Araujonoguera y la resistida María Consuelo Araujo) al visitar exitosamente, con acordeón, caja y guacharaca, varios países europeos en el 2005 y oficiar como huéspedes de honor en la Casa Blanca; así mismo - 2 - 200 7 16 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos traigamos a cuento el sombrero 'vueltiao' -alusivo al folclor vallenato- que es la prenda más reputada de Colombia y una de las más conocidas en el exterior: en el segundo semestre de 2005 la revista Semana contrató una encuesta, emulando las hechas en el Reino Unido, Italia y España[11], en la que se preguntaba cuál era el símbolo representativo de Colombia, y este sombrero de caña flecha elaborado por los indios zenues fue el rotundo ganador con el 20% (entre 40 símbolos candidatos) de los votos de los lectores. Igualmente, ex presidentes como López Michelsen lo promovieron todo el tiempo y presidentes como Álvaro Uribe se lo han calado para amainar sus aceradas intervenciones, y sus hijos (los de Uribe) tienen una boyante empresa artesanal cuyo producto más vendido es el sombrero cordobés de vueltas impares. Hablar de música es hablar de cultura, y hablar de cultura es hablar de nacionalidad, ya que los ritmos tienen una cuna, un desarrollo y unos representantes; así la cueca identifica a Chile, la trova y el son a Cuba, el merengue a la República Dominicana, la Polca a los territorios de la antigua Checoslovaquia, el pasodoble a España, la tarantella a Italia y el tango a Argentina. Con ello podríamos concluir que en cada país hay un ritmo que si bien no predomina en toda su geografía ya está exaltado como baile o música nacional y de esta manera (o de otras más informales- comerciales) ha llegado a otras latitudes que reconocen en él al país de su procedencia. Así, por ejemplo, el bambuco fue considerado en todo el siglo XIX y en dos décadas del XX como la música colombiana por excelencia: estuvo en La Scala de Milán, se llevó al Palacio de Zarzuela en Madrid y se hizo famoso en América al ser interpretado por célebres soneros cubanos, amén de su copiosa presencia en suelo mexicano, hasta el punto de que existe aún, o existió hasta hace poco, un festival del bambuco en Mérida. Después del fulgurante cuarto de hora de la música andina, le llegaría el turno a un aire distinto, la cumbia, que fue la predominante de 1920 hasta comienzos de los 70's, tiempo en el cual –según el antropólogo británico Peter Wade (2002)- los colombianos mostramos nuestra definitiva predilección por los ritmos de la Costa Caribe y, lo más importante, los países vecinos aceptaron el cambio de sonido embajador. Daniel Samper Pizano (2005), en una de sus columnas semanales, nos cuenta que “tras la internacionalización de la cumbia le surgieron hijas en los países andinos, aunque se lamenta su adopción musical en formas bastante planas 'más chucuchucu que cumbia,' teniendo su culmen en la cultura proletaria de Argentina”. Estamos en tiempos del vallenato con un estilo estándar, internacional; cuando la mayoría de colombianos sabemos que son cuatro aires: el son, el paseo, el merengue y la puya. La supremacía vallenata se empezaría a gestar en simultánea con la leyenda de [8] El primer artículo de la CN dice “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista…”. [9] Danza- ritmo africano/ colombiano subdivida en: berejú, patacoré, juga, bámbara negra y caderona. [10] Incluso el fallecido ex presidente liberal Alfonso López Michelsen, inventor del Festival de la Leyenda Vallenata junto a García Márquez y la “Cacica” Consuelo Araujonoguera, fue considerado el hombre que más sabía de vallenato en Colombia y fue jurado ad honorem del Festival. [11] Se escogieron como íconos nacionales del Reino Unido, Italia y España, respectivamente, la tasa de té, Da Vinci y el Quijote. 1 ¿finalmente en qué consiste investigar la historia de la educación física y del deporte? ¿Sería, por ejemplo, encontrar la verdad del pasado, narrar sus acontecimientos más importantes, enaltecer los nombres de hombres y mujeres que figuran como personalidades heroicas? ¿O sería traer para el tiempo presente algunos ideales de la civilización clásica, cuyas representaciones estéticas aún hoy se vinculan al universo iconográfico de la educación física y el deporte? Pensemos: ¿no permanece aún la Venus de Milo como un sinónimo de belleza femenina? Sí, aquella estatua esculpida en la Antigüedad cuyos brazos fueran corroídos por el tiempo y que, aún así, simboliza la armonía y el equilibrio de un cuerpo perfecto. El Discóbolo, famosa escultura del artista griego Mirón, ¿no es una imagen que a menudo aparece ilustrando publicidades de la formación en diferentes escuelas de educación física, muchas de las cuales consideran a la historia algo menor o ni siquiera existe? ¿Y los Juegos Olímpicos no son, aún hoy, estudiados como referencias de acciones realizadas para la celebración de la paz mundial y cofraternización de diferentes naciones, etnias o culturas, al mismo tiempo que la corrupción, los intereses económicos, el doping, el terrorismo, la exacerbación del rendimiento son elementos que constituyen esos juegos? Pensando en el campo de la historia de la educación física y del deporte, es posible vislumbrar un horizonte pleno de multiplicidades, de interpretaciones, de miradas, de formas de narrar varios acontecimientos como, por ejemplo, historia de diferentes modalidades deportivas, de instituciones (clubes, asociaciones deportivas, comités olímpicos, federaciones y confederaciones), personas (atletas, técnicos, dirigentes, profesores, etc.), eventos, competiciones de nivel internacional, nacional, regional y local. Esa multiplicidad de temas y los diferentes abordajes teórico-metodológicos que pueden ser tomados para analizarlos sugieren la fecundidad del universo de la investigación histórica y, sobre todo, permiten observar en qué medida la práctica de la investigación es determinante en la formación profesional de los profesores en cuanto a la calificación de su intervención, ocurra esta en la escuela o fuera de ella. Pienso a la investigación (en historia o en cualquier otra área del conocimiento) como una inversión personal o colectiva que incluye exploración, indagación y descubrimiento, acción que necesita ser constantemente fortalecida porque nos remite a una actitud creadora que hace anhelar el deseo de conocer algo que desconocemos o sólo conocemos parcialmente. El gusto por la investigación es producto de un aprendizaje y precisa ser forjado en nuestros alumnos y alumnas, en la medida que vivimos en un tiempo donde la superficialidad de las informaciones y la rapidez con que son producidas y divulgadas colaboran para que nos acomodemos ante lo que es expuesto, muchas veces, como una verdad irrefutable. Reinsertando esa discusión al campo de la educación Revista Ímpetus 37 Pero, en gracia de discusión, digamos que el 'Viejo Willie' sufrió las mismas dificultades de infancia y discriminación que Pelé; su descubrimiento fue tan azaroso como casual, y su promoción social resulta modélica para la moral burguesa occidental: los dos saltaron de oscuros equipos parroquiales a clubes capitalinos. De allí -en tiempos de retiro- a la pantalla chica y luego a la dirigencia política. Otra coincidencia que comparten tiene que ver con el espíritu suramericano: mientras en Francia no hay duda que el mejor futbolista de ellos es Platini y en Alemania Beckenbauer, en Brasil existe división pública entre Garrincha y Pelé y en Colombia entre el Pibe Valderrama y Willington Ortiz. Rematemos con este apunte: el delantero tumaqueño alcanzó a jugar en tiempos del rey brasileño y su primer equipo profesional, Los Millonarios de Bogotá, es de los pocos clubes del mundo que se dio el gusto de derrotar dos veces al invencible Santos de Edson Arantes (en 1967 y 1971). Pero ese habitus[5] brasileño mostrado por el hijo preferido de Tres Corazones no se le puede endilgar al “Loco de Louisville”, que no llega a tanto en cuanto a encarnación “del ser nacional” de la patria del Tío Sam; sobre todo por la dificultad que ello entraña si tenemos en cuenta la diversidad étnico- racial que hace de EE.UU. una nación de inmigrantes. Sin embargo, podemos reseñar que Muhammad Alí sí fue un icono de las comunidades afroamericanas, al fungir como militante de los Black Power, de los antibelicistas (fue objetor de conciencia en Vietnam) e, incluso, un activista del islamismo (se rebautizó como Muhammad y se enroló con los Black Muslims); todo un prontuario emancipatorio que lo contrapone a otro ídolo de la época, James Dean, al apoyar su rebeldía en la causa antirracista y el segregacionismo propios de su Kentucky natal y del país gringo en general. Algo parecido ocurre con el hijo de San Basilio de Palenque, quien para el imaginario público combina la candidez del provinciano con la socarronería del pueblerino; el Viejo Pambe (considerado por la revista The Ring como el segundo boxeador del mundo, detrás de Alí, en 1974) es el autor de varios aforismos que han hecho leyenda; el más conocido -y el más desmentido- es el que dice “es mejor ser rico que pobre”. Así mismo, el campeón de los welter juniors es el mejor exponente de lo que Da Matta (1983) llama el espíritu 'jeitinho' (la manera de ser) que está colmado de 'malandragem' (viveza) que le hizo emplear muchas veces el discurso autoritario (propio de la Colombia burocrática) resumido en la pregunta “¿Usted sabe con quién está hablando?” que después reeditaría el futbolista Faustino Asprilla cuando, cansado del asedio de la prensa, le reclamó a un insistente periodista que quién era el para molestarle cuando él (“El Tino”) se ganaba 50 millones a la semana. Identidades y alteridades en la voz y el espíritu: del contraste al complemento Los uruguayos, con la desaparición del último charrúa, trasladaron simbólicamente esa etnia al tótem nacional: la selección absoluta, expresada en el fetiche de la casaca celeste que investirá de bravura a quien la porte (al equipo de la “garra charrúa”). Por ello, a los habitantes de la margen oriental del Río de la Plata no les queda muy difícil definirse en el cuerpo y el ser del “Negro”, el 'Jefe' de la hazaña del “Maracanazo”, Obdulio Varela, inmortalizado por Eduardo Galeano en libros como El fútbol a sol y sombra (1995). Así mismo, los ecuatorianos se identifican con el recién desaparecido Alberto Spencer (un tercio de inglés, otro de mestizo y el restante de indígena huasipungo); los argentinos van desde el genio aristocrático de Borges y la rebeldía del Che, al talento lunfardo de Gardel y el potrero de Maradona. Los 'manitos' se describen a través del México Profundo expresado en su ascendiente mayaazteca y en personajes como Cantinflas, Chespirito, María Félix y Frida Kahlo; los peruanos encontraron en la figura del cholo a la mejor encarnación del lustroso pasado inca y de la herencia española; de igual manera Brasil baila su samba con Pelé y su bossa nova con Garrincha[6] ¿Y Colombia? ¿Qué pasa con nuestro país? ¿Será acaso que nuestro patrón es el descubridor genovés al que le debemos el nombre del país?, ¿o es que nuestra figura más relevante -la que convoca los idearios de ejército oficial y de las guerrillas- es la del venezolano Simón Bolívar? No sobra argumentar que la procedencia de El Libertador nunca ha constituido un complejo para los colombianos (aunque sí lo fue para el neogranadino Francisco de Paula Santander), de hecho se acepta como una verdad de a puño su espíritu supranacionalista que hoy día es la esencia del movimiento chavista- bolivariano liderado por el hermano país llanero. Pero sí es pertinente agregar la ironía del ensayista William Ospina[7], quien narra que para colmo de males la mujer que integra, junto al inventor de la Gran Colombia, la pareja más celebrada de la historia patria, tampoco es colombiana: es la quiteña Manuelita Sáenz. ¿Quien o qué será lo que nos identifica como patria unitaria? La cuestión parece un despropósito en estos tiempos de globalización y posmodernidad, donde los nacionalismos se diluyen en la pretendida aldea global; pero, como se puede concluir en párrafos previos, todavía tenemos una asignatura pendiente: arribar a nuestra modernidad reconociéndonos como u n producto único, sui generis, y a esto se puede llegar por la vía más expedita: respondiéndonos qué o quienes nos representan. Volvamos, entonces, al interrogante que desembocó esta reflexión ¿Será que los herederos de los chibchas nos reflejamos en el 'Gabito' de las letras y el “Patrón” de la droga? ¿Nos correspondemos con el 36 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos una imagen, una poesía, una música, un traje deportivo, una pelota, la arquitectura de una plaza de juegos pueden ser observadas como importantes fuentes históricas que dicen cosas de un tiempo que ya pasó. Razón por la cual debemos mirar hacia esos objetos y situaciones reconociendo en ellos la posibilidad de ofrecernos infinitas interpretaciones profundizando, de ese modo, nuestros análisis. Además de la elección e interpretación de las fuentes, la investigación histórica exige cuidado, atención, dedicación y minucia. Exige, sobre todo, reflexión, pues pesquisar es pensar. Y pensar es muy diferente a tenar opinión sobre algo. Pensar presupone racionalidad, reflexión, ejercicio argumentativo, prácticas que son esenciales en el mundo contemporáneo donde las nuevas tecnologías computacionales e informacionales, asociadas a la fuerte presencia de los medios de comunicación de masas, promueven un consumo fácil y muchas veces superficial de la información. Me refiero a la televisión, al video y a la informática como fuentes de investigación. Es innegable que en la sociedad contemporánea, esos artefactos tecnológicos forman parte de la inteligibilidad y la sensibilidad de niños, jóvenes y adultos. En la urgencia y la superficialidad de la información, muchas personas se educan por las imágenes y los sonidos a que asisten diariamente, y para quienes el texto escrito, más que un desafío, es una dificultad. Frente a esa constatación emerge un gran desafío para los profesores: aprender y enseñar a meditar sobre los contenidos producidos por los medios contemporáneos y realizar una mediación entre éstos y el saber escolar y universitario porque, como bien sabemos, con la excepción de los videos didácticos, los filmes comerciales y los programas de televisión, no son producidos para atender las demandas de educación formal, aunque sean muy utilizados en las clases. Además de los medios (televisivos, cinematográficos, impresos, sonoros y publicitarios) la Internet es una realidad que ya no puede ser ignorada en el ámbito de la investigación, sea esta histórica o no. Esto puede ser fácilmente verificado en el acceso directo a sites de individuos, grupos e instituciones, en la participación de grupos y listas de discusión, en la lectura de los periódicos electrónicos (revistas, boletines), en la visita a bibliotecas nacionales e internacionales, en las consultas a las tesis y disertaciones, en la participación en tiempo real- en eventos, exposiciones, competiciones deportivas, entre otros. Si por un lado el acceso a esas informaciones facilita muchos de los trayectos de una investigación, no podemos sostener una lectura ingenua de esa utilización. En la gran red hay muchas informaciones poco confiables, entre otras razones porque, así como el cine, el video o la televisión, la Internet no fue pensada para atender la educación formal. No estoy queriendo demonizar a Internet. Creo en su importancia y frecuentemente recurro a ella como fuente de investigación pero, es necesario decirlo, no - 2 - 200 7 1 [4] Pelé bromea sobre el particular al decir “Que Maradona se compare conmigo cuando patee con la derecha y sepa cabecear”. [5] Expresión sociológica acuñada por Pierre Bourdieu que podría ser sinónima del “talante” al que se refería el político conservador Álvaro Gómez Hurtado. El habitus es el sistema subjetivo de expectativas y predisposiciones adquirido a través de las experiencias previas del sujeto. [6] Es inevitable no asociar a Garrincha con ese aire brasileño ya que todos recordamos el idilio que perdió a Manoel Francisco Dos Santos -Mané Garrincha- con Elsa Soares, la estelar cantante de bossa nova, por quien “la alegría do povo” dejó a Doña Nair y a siete hijos. [7] Comentario de William Ospina en entrevista televisada con Jorge Consuegra. Señal Colombia. 20/02/2006. cuanto en historia “todo comienza con el gesto de separar, de reunir, de transformar en 'documentos' ciertos objetos distribuidos de otra manera. Esta nueva distribución cultural es el primer trabajo del historiador” (DE CERTAU, 1982, p. 65). Cuanto más variadas fueran las fuentes, más fecunda puede ser la investigación. Documentos oficiales, periódicos, revistas, diarios, correspondencias, actas, libros de registros y tantos otros documentos escritos pueden tornarse fuentes importantes de investigación, así como fotografías, objetos, equipamientos deportivos, medallas, predios, monumentos, vestuario, cuadros, filmes… En fin, todo puede llegar a ser una fuente histórica si se articula con el problema a ser investigado y con el período de investigación. Cualquier producción, sea de una persona, grupo, institución, puede contribuir a la comprensión de una determinada época, lo cual sólo será posible si hubiere una articulación con la pregunta inicial que se quiere responder. En ese sentido, las fuentes documentales, así como las fuentes iconográficas o sonoras, son de importancia equivalente. Esta observación adquiere relevancia por cuanto hasta mediados de los años treinta del siglo XX lo que hoy denominamos la “historia tradicional o historizante” establecía ciertas jerarquías entre las fuentes, siendo las documentales o escritas aquellas que ganaban mayor o tal vez única relevancia por ser consideradas las más “verdaderas”. Digamos que esta percepción ha sido puesta en jaque desde los historiadores franceses de la escuela de los Analles que, al cuestionar la noción de testimonio, advertían de la necesidad de ampliar la noción de fuente. Marc Bloch, en su libro Introducción a la historia, al referir a la diversidad de fuentes afirma que constituye una gran ilusión imaginar que a cada problema histórico corresponda un tipo único de documento, especializado en esa función, “por el contrario, cuanto más se procura alcanzar profundidad, menos es permitido esperar otra luz que no sea la de los rayos convergentes de testimonios diversísimos en su naturaleza” (s.d., 62). Imaginemos una situación: investigar la inserción de las mujeres brasileñas en una modalidad deportiva como, por ejemplo, la natación. Para un análisis como este muchas pueden ser las fuentes utilizadas, tanto en cantidad como en diversidad. Además de registros oficiales de clubes, periódicos y revistas, es muy pertinente recorrer otros vestigios del pasado como, por ejemplo, fotografías (tanto aquellas publicadas en los periódicos como las guardadas en álbumes de familia), testimonios de nadadoras antiguas o de personas que las acompañaron, filmes, trajes de baño, programas de competiciones, medallas, diarios personales, trofeos, etc., pues esos “documentos” son testimonios del pasado y nos ayudan a entender cuándo las mujeres comenzaron a nadar públicamente, las pruebas que disputaban, las resistencias y los incentivos que tenían por parte de familiares, dirigentes deportivos, educadores, etc. Con esto quiero decir que Revista Ímpetus 17 como fuente única. Para finalizar me gustaría decir que la investigación en historia precisa de fuentes primarias, es decir, de documentos originales y éstos, en términos generales, se encuentran fuera de la red mundial de computadoras. Por eso es necesario tener, en los cursos de formación profesional, u na disciplina como historia: para que los alumnos y alumnas perciban que la investigación se hace de diferentes formas, entre ellas leyendo a los autores clásicos, lo que por sí justificaría su presencia en los currículos escolares y universitarios. Pero, más allá de eso, como la historia no es una materia muerta, su estudio es imprescindible para conocer el presente, entender el mundo y a nosotros mismos y, a partir de esa comprensión, proyectarnos al futuro. Futuro que es hecho por la acción concreta de mujeres y hombres cuyas historias personales expresan experiencias que, al ser compartidas, hacen brotar otras transformando el actuar humano en un proceso siempre innovador, porque es siempre diferente e imprevisible. Referencias bibliográficas BLOCH, Marc. Introdução à História. Lisboa: Publicações Europa-América, s.d. CERTEAU, Michel de. A escrita da História. Rio de Janeiro: Forense Universitária, 1982. JENKINS, Keith. A História repensada. São Paulo: Contexto, 2004. LE GOFF, Jacques. A História do Quotidiano. En: ARIÈS, P., DUBY, G. e LE GOFF, Jacques. História e Nova História. Lisboa: teorema, 1994. MELO, Victor A. História da Educação Física e do Esporte no Brasil: panorama, perspectivas e propostas. Rio de Janeiro: IBASA, 1998. PESAVENTO, Sandra J. História & História Cultural. Belo Horizonte: Autêntica, 2003. masculinos, homofóbicos, en donde la virilidad siempre se pone a prueba. ¿Por qué no prosperaron las Vueltas a Colombia para mujeres? ¿Llegará una fecha en que el boxeo femenino deje de ser un mero acto exhibicionista, exótico, para convertirse en el espectáculo deportivo propio del mundo testicular? ¿Veremos algún domingo una liga profesional femenina de fútbol, avalada por la Dimayor? ¿Coronarán en la Tarima de Francisco el Hombre de Valledupar a una reina vallenata? La industria cultural- deportiva y su vocero oficial, el periodismo deportivo y cultural (que se ha confundido con el farandulero), son contundentes: el boxeo “es pa' machos”, el ciclismo “para superhombres” (for iron men), el fútbol “es cosa de varones” y en las letras vallenatas (al igual que en el tango y la salsa) las mujeres aparecen como musa inspiradora, como compañeras de vida o como antagonistas, más no como relatorasprotagonistas. Claro, esas expresiones entrecomilladas son acuñadas por la prensa, son figuraciones con pretensión de ser metarrelatos que están, por tanto, plagadas de ideología (con acentos de discriminación de género), escritas en salas de redacción y, en gran medida, impuestas a públicos ávidos de productos periodísticos, massmediatizados, que por el vértigo noticioso no digieren tales contenidos, por lo que dichos enunciados no pueden ser considerados como inocentes ni espontáneos y sus contenidos constituyen generalizaciones que desembocan en estereotipados clichés. Además del deporte y la música, esta ponencia considera una actividad más como preclaro exponente de identidad: el periodismo, sobre todo el deportivo inscrito en el género de crónica que ha contribuido, decisivamente en la creación de lo que la sociología y la antropología llaman imaginarios colectivos y “discursos públicos”, según variables como el consumo de mercado, la empatía con las fuentes de información o las disímiles políticas editoriales. Identidades y alteridades en manos y pies: algo más que meras coincidencias Que me perdonen/ si yo me quejo/ pero me gusta más como la canta Alejo Soy Pacífico, soy Caribe/ y en Santa Marta juego fútbol con el Pibe Quiero gritarlo/ lo voy hacé/ ¡Viva Palenque y viva Pambelé! Fragmento de vallenato “Pa' Mayté” de Carlos Vives Mientras Luther King y “Bobby” Kennedy caían abatidos por las balas asesinas de la intransigencia político- cultural; mientras Vietnam ardía en barbarie y en México, en los previos de la olimpiada, cientos de estudiantes eran masacrados en la Plaza de Tlatelolco; mientras en París daban carta de ciudadanía a la minifalda y la pastilla anticonceptiva y en Brasil encontraban un sustituto popular a la realeza de los extintos Pedros en cabeza (“en los pies“) de 'o rei Pelé'; en Colombia creábamos el primer Instituto de la Juventud y el Deporte (Coldeportes) y coronábamos a nuestro primer rey criollo, el cesarense Alejo Durán Díaz, quien fue proclamado como soberano absoluto del Primer Festival de la Leyenda Vallenata celebrado en la Provincia de Padilla y Valledupar en el año de 1968. Alejo lograba ese éxito cuatro años antes de que Willington Ortiz debutara en Los Millonarios, con gol incluido, en un partido ante Internacional de Porto Alegre y que Pambelé lograse en Panamá su primer título mundial ante Peppermint Frazer. El rebelde Antonio Cervantes nació en el primer pueblo liberto de la Nueva Granada: San Basilio de Palenque, en las goteras de la primera ciudad que soportó, en Suramérica, un asedio filibustero y la segunda (detrás de Caracas) en alcanzar la Independencia de los españoles, aquel glorioso 11 de noviembre de 1811, lo que le valdría -luego de resistir un sitio de más de tres meses- ser designada con el honroso mote de “La Heroica“. Pambelé vio la luz mundana en tierra doblemente emancipada: la de los descendientes africanos que, tal como lo canta Joe Arroyo en “Rebelión”[2], no toleraron más la esclavitud colonial y la de criollos que inspirados en la traducción de los Derechos del Hombre de Antonio Nariño, se alzaron contra la Corona alegando autonomía política del Imperio Borbón. De contera, el Kid Pambelé germinó en la navidad del año en que sucumbió el holocausto nazi y con él la II Guerra Mundial, que daría nacimiento a la ONU. Una comparación forzada diría que Antonio Cervantes fue nuestro “Cassius Clay” y que Willington Ortiz fue nuestro Pelé. Claro que esas aseveraciones pueden constituir una herejía para muchos, ya que el peso pesado estadounidense y el número diez brasileño son considerados los mejores de todos los tiempos en sus artes, con un dato adicional: la nacionalidad brasileña reside, al decir de autores como el dramaturgo Nelson Rodríguez (1958), en todos los atributos físicos y personales de Edson Arantes Do Nascimiento: desde el color ébano de su piel, su ascendencia africana, su malicia lusitana, su gracia para la finta (el amague, también propio de la capoeira), para la danza (la gambeta, bellamente expresada en la samba), su creatividad (él inventó al número “10” del fútbol moderno), su generosidad caribeña, su valentía hermafrodita de indígena amazónico[3] y su ambición mestiza que lo erigiera como el mejor de su generación y como el mejor por siempre, de allí que sea difícil cualquier parangón con otro futbolista, ya que hasta Maradona[4] luce incompleto al lado de Pelé. 18 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 [2] Un fragmento de canción reza: Quiero contarle mi hermano un pedacito de la historia negra/ de la historia nuestra, caballero/ Y dice así:/ en los años 1600/ cuando el tirano mandó/ las playas de Cartagena/ aquella historia vivió/Cuando aquí llegaban esos negreros/ Africanos en cadenas besaban mi tierra/ Esclavitud perpetua/ Coro: Esclavitud perpetua (bis) […] Un matrimonio africano/ Esclavos de un español/ Él les daba muy mal trato/ y a su negra le pegó/ Y fue allí, se rebeló el negro guapo/ Tomo venganza por su amor/ Y aún se escucha en la verja/ No le pegue a mi negra/ No le pegue a la negra (bis)/ No, no, no, no, no (bis)… [3] El nombre de “Amazonas” se debe al pavor ocasionado en las huestes de Francisco de Orellana por tener que enfrentarse a indígenas (mujeres, claro está) de igual ferocidad a las del mito griego. Revista Ímpetus 35 La clase de educación física: hacia la construcción de lo humano Guayos, guantes, bielas y fuelles: fútbol, boxeo, ciclismo y música como prácticas diacríticas de identidad latinoamericana David Leonardo Quitián Roldán Eduardo Archetti (2003) sugiere que la identidad nacional argentina se manifiesta a través de tres prácticas: el fútbol, el polo y el tango; dos experiencias populares y una elitista. Roberto Da Matta (1982) sentencia que el Brasil con mayúscula se conoce por la samba, el Carnaval de Río de Janeiro y lo que la prensa conoce como el 'jogo bonito' de su selección de fútbol. A su vez, Walter Broderick (2005) en su biografía de Camilo Torres Restrepo, el cura guerrillero, nos dice que nuestro país es conocido mundialmente por el gángster y por el Nóbel. Así mismo, para economistas como Beethoven Herrera[1] es claro que nuestra patria fue conocida en el siglo XIX por la exportación de quina, en el XX por otros productos de la tierra como el algodón, el cacao, el banano (¿de ahí lo de banana republic?), las esmeraldas, el petróleo y su majestad café; y que será recordada en el XXI por ser despensa mundial de cultivos alucinógenos. Decir Argentina, entonces, es decir tango; decir Brasil es decir carnaval y decir Colombia es decir café o cocaína. Más que cosas canjeables por su calidad de materias primas; tal como acontece con las piedras preciosas de Muzo y Chivor, el crudo de Cusiana y Cupiagua o el tinto suave del eje cafetero; más que figuras iconográficas del talante nacional construidas y reproducidas incesantemente por los medios masivos de comunicación, como sucede con el narcotraficante Pablo Escobar y con el escritor García Márquez; quienes más expresan rasgos genuinos de colombianidad son personajes como Antonio Cervantes Reyes, Efraín Forero Triviño, Willington José Ortiz Palacios y Gilberto Alejandro Durán Díaz. Esto sin desconocer que los fundadores del Cartel de Medellín y de Macondo no alberguen poderosos elementos identitarios de lo nacional: al fin y al cabo son tan colombianos como los atrás mencionados (así uno esté muerto y otro en un exilio voluntario); sólo que sus imágenes están saturadas -para usar una expresión que describe la narrativa de Gabo- del realismo mágico de nuestra prensa local: son más un constructo massmediático que real. Si para el colombiano promedio los cuatro nombres sugeridos no aportan ninguna pista de tales personas y sus actividades, sus remoquetes sí permiten su identificación plena (quizá ello suceda por la tradición guerrerista de nuestra nación, plagada de alias de combate de bandoleros, guerrilleros, mafiosos y paramilitares como “Sangrenegra“, “Tirofijo”, “El mexicano” o “Jorge 40”): ellos son, respectivamente, el “Kid” Pambelé, el “Indomable Zipa”, el “Viejo Willie” y el “Negro” Alejo Durán. Un boxeador, un ciclista, un futbolista y un canta- autor vallenato; dicho de otra forma: un palenquero cimarrón cooptado por su eficaz “mano de obra“, un asalariado fabril cundinamarqués descubierto por su veloz carrera sobre un “caballito de acero“, un afrodescendiente cazado por sus “pies de obra” y un juglar que se volvió leyenda. Dos negros, un cachaco y un criollito de pura cepa. Para más señas geográficas: un pugilista y un cantador acordeonero de la costa caribe, un corredor pasista de la meseta cundiboyacense y un delantero derecho del litoral pacífico. De ellos, uno se ganó la vida con sus temibles manos, otro con el aguante de sus piernas, uno más con la habilidad de sus pies y el que nos falta con su magnifica voz y las composiciones propias que ella compartía. Tres de estos personajes interpretaron prácticas europeas: el box y el football (británicas), le velo- ciclismo (francesa) y el cuarto fue artífice de una creación colombiana: el vallenato, concebido y parido en el Valle del Cacique Upar. Los cuatro se enfrentaron a condiciones adversas de su tiempo y su sociedad; los cuatro fueron pioneros en sus respectivos campos; los cuatro triunfaron, se cubrieron con el manto de la gloria y estuvieron en la cúspide deportiva y artística en niveles nacionales e internacionales, y los cuatro fracasaron, en distintos grados y de distintas maneras, padeciendo –incluso- el deceso físico de varios colegas en el desarrollo de oficios tan peligrosos o sufrieron la muerte simbólica (el olvido y la miseria). ¿Y por qué no hay mujer en este cuarteto arbitrario? El interrogante surge con obviedad, mas su respuesta no es evidente: sí existen mujeres en la misógina lista escogida, lo que ocurre es que ellas tienen calidad ubicua; están en todas partes pero no aparecen en la liza protagónica. Razón no amparada en la manida frase que reza “detrás de todo gran hombre hay una gran mujer” ya que estos y otros varones se criaron en ambientes matriarcales, femeninos y, en todo caso, de amplia presencia mujeril (sean estas novias, esposas, madres, abuelas, hermanas, primas, tías y vecinas), cuyas representantes alentaron, contribuyeron y avivaron sus sueños sin que sus aportes tengan reconocimiento público ya que en ese entonces, más que ahora, a las del sexo de Eva se les concedía autoridad en lo privado y lo íntimo, mas no en el ámbito público, de la calle, la cancha, la tarima y el tinglado. En últimas: esa idiosincrasia asimétrica expresada en la cultura machista era (es) el pan de cada día en nuestro país, particularmente en las provincias, con un ingrediente adicional: las prácticas sociales aquí referenciadas (boxeo, ciclismo, fútbol y vallenato) son, con excepciones, campos de acción exclusivamente Napoleón Murcia Peña, Ph.D. Presentación Gadamer y Husserl (1977) asocian el aprendizaje con la capacidad para actuar adecuadamente según las circu nstancias del entorno de actuación (mundo existencial). Esta consideración pone de manifiesto la necesidad de relación significativa de cualquier tipo de aprendizaje, toda vez que se considera como tal sólo cuando puede ser aplicado adecuadamente. El anterior planteamiento encuentra estrecha relación con las ideas desarrolladas por Vigotsky en lo relacionado a la significatividad social del aprendizaje, con las propuestas de Ausubel en torno al aprendizaje significativo y las propuestas de Brunner en relación con el aprendizaje por descubrimiento. Desde las consideraciones anteriores, será necesario reflexionar en torno a interrogantes como los siguientes: ¿Hablar de aprendizaje significativo será acaso reducir el proceso de enseñanza a la instrucción y transmisión de conocimientos? ¿Acaso para hacer que el aprendizaje sea significativo es conveniente que el conocimiento enseñado sea el resultado de los procesos científicos, o es necesario comprender el proceso de adquisición de esos resultados para que en verdad sea significativo? ¿O es acaso necesario simplificar la enseñanza, “bajarla a nivel del niño”, para que pueda ser significativa? ¿En tal caso no estaríamos convirtiendo ese conocimiento en un obstáculo del conocimiento científico, tal y como lo cuestiona Bachelard? ¿Acaso nuestra pretensión no está en elevar el nivel de cientificidad de la educación? ¿Acaso existen áreas del conocimiento donde se está condenado a realizar acciones que sólo impliquen mecanización, caso particular de la educación física? ¿Acaso el gran interrogante a desarrollar estaría relacionado con cómo hacer para lograr aprendizajes altamente significativos y comprensivos sin perder el norte científico que debe tener la educación actual? En las tendencias pedagógicas de la última década existe un consenso en la consideración de la pedagogía como el proceso de reflexión sobre la educación, lo que implicaría el análisis no solamente de las teorías sobre la educación y sus modelos, sino de las formas como se han desarrollado y se están desarrollando las prácticas del acto educativo (Ávila, 1991; Bedoya, 1998-2000; Zambrano, 2000). Desarrollar procesos de aprendizaje significativo implica, entonces, dinamizar la movilidad del conocimiento mediante la indagación permanente, la deconstrucción y reestructuración, que lleven a nuevos procesos de resignificación de las realidades estudiadas. De otro lado, el análisis del concepto “aprendizaje” nos lanza a una imbricada cadena de relaciones teóricas que es necesario abordar para comprender de mejor manera la temática particular referida al aprendizaje significativo. Las actuales teorías de la complejización de las ciencias desarrolladas por Edgar Morin, Maturana o Capra permiten suponer que para analizar un concepto es necesario asumirlo desde su red de relaciones con otros saberes, pues solamente los intersticios de esa relación nos llevan a la comprensión real del fenómeno. Los planteamientos de Morin se relacionan con los descubrimientos de la neurociencia, toda vez que lo que ocurre a nivel del cerebro cuando se produce un aprendizaje es un proceso sináptico que se presenta en red (Coperías, 2000), lo cual significa que las interconexiones dadas no son aisladas entre sí, sino que obedecen a un sentido otorgado por sus relaciones. Eso es lo que hace que el conocimiento sea duradero, en tanto las conexiones sinápticas se fortalecen entre sí, en la medida que se constituyan en redes de significado. “Dependiendo del grado de activación y relaciones durante la experiencia sensorial, algunas sinapsis desaparecen, otras quedan reforzadas e incluso surgen nuevos contactos sinápticos”. En realidad como lo afirma el mismo Donald Hebb (quien formuló el modelo memorístico) “La huella de un recuerdo fruto de una experiencia ocurre y se mantiene por medio de modificaciones celulares, que primero trazan y luego consolidan la estructura especial de las redes neuronales”. Los elementos anteriores nos permiten comprender que si se trata de lograr un verdadero aprendizaje significativo es necesario trascender hacia lo simbólico de los sujetos, a ese mundo que desde Savater (1995) implica acompañamiento y no mera transmisión. Por eso, para hacer el abordaje de la pregunta sobre cómo hacer para lograr aprendizajes altamente significativos y comprensivos sin perder el norte científico que debe tener la educación actual, es necesario primero referenciar el concepto de aprendizaje con todas sus imbricadas relaciones. El aprendizaje Abordar el proceso de educación es ciertamente complejo, si se tiene en cuenta que implica por lo menos el análisis de dos interrogantes que han movido la curiosidad de sicólogos, pedagogos, filósofos y sociólogos. Dos interrogantes que se relacionan con la idea del hombre por conocerse. El primero es el relacionado con lo que Husserl preguntaría sobre cómo se llega a ser lo que se es, lo que implica un análisis que trasciende el proceso de conocimiento. El segundo, relacionado con el análisis de la naturaleza y 34 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 [1] Idea presentada por Beethoven Herrera (et al) en conferencia presentada en junio de 1999 en la Universidad Nacional de Colombia. Revista Ímpetus 19 organización de ese conocimiento, referido al qué ocurre cuando se educa. El qué ocurre cuando se educa se ha intentado explicar desde el aprendizaje, pues se supone que lo que ocurre cuando se educa es que se aprende algo. ¿Pero acaso el aprendizaje es todo lo que el ser humano necesita para ser lo que es? Se podría aceptar que en la constitución de nuestra naturaleza humana intervienen procesos tanto biológicos como culturales y sociales. Las teorías de la sicología sociocultural de Vigotski y sus colaboradores*, quienes ponen el empeño en las mediaciones simbólicas, son una buena base para sostener esta idea, así mismo las teorías del construccionismo social de Shotter,[1] según las cuales los procesos de desarrollo humano estarían ligados a la construcción y deconstrucción de imaginarios sociales. Desde esta consideración, la gran parte de la constitución de nuestra naturaleza humana deviene del aprendizaje, pues lo que otorga nuestra naturaleza genética y biológica sólo es posible desarrollarlo mediante procesos de interacción social que generen aprendizajes significativos culturales y sociales. Pero la consideración de aprendizaje no siempre ha sido asumida de la misma manera; ha cambiado según las influencias epistemológicas y metodológicas de las épocas. Bower y Hilgard[2] (1996) consideran a propósito que en este sentido han existido varias teorías que intentan explicar el proceso de aprendizaje: a. Las de la acumulación, que consideran el conocimiento como un agregado de ideas que se van guardando en la caja cerebral para ser utilizadas posteriormente. Estas teorías asumen que el estudiante es una hoja en blanco que hay que llenar. Pablo Freire, al hacer referencia a este tipo de educación, la asemeja a un banco donde se deposita el conocimiento y luego, mediante un examen, se saca por cuotas, según la necesidad e intención del maestro. b. Las teorías conexionistas o asociacionistas. Derivadas de la consideración de que el conocimiento es producto de los estímulos externos, los que van formando en el sujeto unas ciertas conexiones que se convierten en respuestas a unos determinados estímulos. Sus principales impulsores fueron Thorndike con su teoría del conexionismo, Pavlov con el condicionamiento clásico y Skinner con la propuesta sobre condicionamiento operante y reflejo condicionado. Sus hallazgos fueron aplicadas posteriormente en la sicología conductual. c. Las teorías no conexionistas o las teorías de la gestalt y del insight. Estas teorías consideran que el aprendizaje depende de la forma como esté organizado el ambiente. Si el ambiente es apropiado, el aprendizaje se da por insight o iluminación. Su principal impulsor fue Kohler Esta categorización realizada por los autores no toma en cuenta una cuarta teoría que se comienza a visualizar a nivel educativo a partir de las propuestas de Rosseau en relación con el autodesarrollo y que ha sido acogida, entre otros, por Piaget con la teoría de la desequilibración – equilibración – acomodación, y por Vigotsky con la teoría del aprendizaje social; dicha teoría es rescatada por Pozo[3], Murcia Taborda y Ángel[4] como las teorías de la reestructuración. Son aquellas que asumen el aprendizaje humano no como proceso acumulativo o que responda a las relaciones directas estímulo respuesta, ni sujeto al insigth dado por el entorno, sino que el aprendizaje humano es ante todo un proceso reestructurativo, en el cual los conceptos y proposiciones internalizadas se reestructuran permanentemente mediante otros conceptos y proposiciones que se van asimilando. ¿Cómo se llega a ser lo que se es? Es claro que asumir una idea de aprendizaje desde las teorías de la acumulación, conexionistas e incluso no conexionistas sería arriesgado para una propuesta educativa, pues se podría incurrir en el problema de considerar el aprendizaje como limitado a estímulos y respuestas o a soluciones sin reflexión, que dependen básicamente de la organización de la imagen, lo cual sería una gran limitante para la constitución de nuestra naturaleza humana que no sólo depende de estímulos e imágenes sino de incorporaciones subjetivas y sociales sobre el otro, lo otro y sobre nosotros mismos. Aquí las teorías de la reestructuración ofrecen una opción importante para trascender hacia esa comprensión del mundo de los objetos, de los sujetos y de nuestro propio mundo. Sería aproximarse a una condición exclusivamente humana, que no está referida únicamente a la “obtención de conocimientos a través de la experiencia” (Bower y Hilgard), sino que trasciende hacia una opción mucho más compleja e irreductible que es la naturaleza humana, una naturaleza que además de la apariencia biológica y física de la cultura, la sociedad y el mundo, involucra su esencia ético - estética y expresiva, además de la preocupación por los estímulos de la realidad empírica, y que se preocupa por los sentimientos, actitudes y percepciones tanto en el mundo subjetivo como en el mundo social. En una educación desde la reestructuración es necesario partir de considerar que nuestro “ser humano” no está dado únicamente por la naturaleza genética y logro de los fines ha primado por sobre la consideración de la ética de los medios pedagógicos y que, cuando esto ocurre, es porque una ideología de la eficacia ha tendido a privilegiar los resultados a costa de la consideración de la correspondencia entre la modalidad de la formación que se brinda y la libertad del sujeto. No todas las formas de influencia sobre las personas pueden considerarse legítimas. “Se puede enseñar de diferentes maneras: a partir de lecturas de obras pedagógicas, de relatos o de observaciones directas estamos en condiciones de afirmar que se enseña y se enseñó empleando diversos métodos en el transcurso de la historia, en distintos pueblos y en cada época, y aún hoy se enseña recurriendo a una gran cantidad de estrategias de enseñanza. No son todas de igual valor ni eficaces para el logro de propósitos educativos. “Los contenidos de la enseñanza provienen de campos disciplinarios organizados que están demarcados de acuerdo con los objetos de conocimiento de que se ocupan, las metodologías de investigación y validación de los conocimientos que emplean, los temas que tratan y los conceptos que construyen, así como también de las estructuras de conocimiento que desarrollan. Por su parte, las decisiones de para qué hay que aprender y qué es lo que las personas deben aprender en cada uno de los ciclos de su vida, desde la niñez a la vida adulta, han variado según los marcos sociales, culturales, económicos, políticos y también filosóficos de cada pueblo, cultura, época, clase social y género. La historia y la sociología de la educación nos muestran que, a pesar de que la educación se ha democratizado en todos los niveles que constituyen los sistemas educativos, difundiéndose a sectores sociales que antes estaban excluidos de la educación formal, los aprendizajes en realidad no son iguales para todos. Sólo algunos alumnos logran desarrollar habilidades cognitivas de orden superior y altos niveles de conocimiento. Otros fracasan o quedan rezagados, sin poder completar los estudios o sin acceder a los niveles superiores del sistema. Sí creemos que esta situación no es deseable y debe ser transformada para lograr la inclusión de todos en altos niveles de desempeño y de información” (2007:21). Enseñar no es fácil; el profesor no nace (¿o sí?) con talento para enseñar; en el caso de poseerlo, la intuición le será suficiente para resolver los problemas que se presentan en su trabajo. Si pensáramos que todo está bien en la educación o que es poco lo que se puede hacer para mejorarla, entonces construir conocimientos didácticos sería una tarea superflua y sin sentido. De esta manera, el pensamiento didáctico del nuevo plan, intenta revisar y sostenerse sobre las raíces de los supuestos que se han enumerado, porque pensamos que se puede enseñar mejor, que es necesario revisar permanentemente los currículos; porque es necesario seleccionar y usar bien las estrategias de enseñanza y crear nuevas maneras de enseñar y de evaluar; porque tenemos el compromiso de lograr que todos los alumnos aprendan y construyan toda clase de saberes que les son indispensables en su vida personal, en sus relaciones sociales como ciudadanos y como trabajadores; porque para fundamentar seriamente las decisiones y las prácticas pedagógicas es necesario integrar los aportes de diferentes disciplinas así como realizar investigaciones en el campo específico de la enseñanza, y porque la reflexión debe acompañar sistemáticamente todas las tareas relacionadas con la acción de enseñar… por todo ello es necesario contar con teoría didáctica. Cuando nos preguntamos por ejemplo: ¿cuáles son los fines del nuevo plan?, ¿cómo lograr esos fines?; cómo traducir los fines en objetivos a corto, mediano o largo plazo?, ¿cómo enseñar a todos para que aprendan lo más importante y con los mejores resultados?, ¿qué enseñar?, ¿cuándo enseñar?, ¿cómo construir secuencias de aprendizaje?, ¿cuál es el mejor diseño de los materiales que usan los profesores y los alumnos en clase y cuáles son los más adecuados para enseñar y aprender? las respuestas son, en una importante medida, responsabilidad del pensamiento didáctico de los profesores (y otros actores) que llevamos a cabo la nueva propuesta curricular. Estamos convencidos de que un trabajo colegiado, abierto, sostenido y riguroso con estas premisas del nuevo plan colaborará en la formación de futuros licenciados más comprometidos con un desarrollo profesional y social en sentido amplio hacia las prácticas de la educación física y deportiva. Referencias bibliográfícas CAMILLONI, A. 2007. Comp. El saber didáctico. Editorial Paidós. Argentina. DAVINI, M.C. 2000. Universidad Virtual de Quilmes. Módulo de currículum. Argentina. DE ALBA, A. 1997. Comp. El curriculum universitario. De cara al nuevo milenio. Centro de Estudios sobre la Universidad. Plaza y Valdés Editores. México. Universidad Nacional de Luján. Res. CSNº 408/06. 21712/06. ZABALZA, M. A. 2003. Curriculum universitario innovador. ¿Nuevos planes de estudio en moldes y costumbres viejas?, Universidad Politécnica de Valencia. Europa punto de Encuentro. Tercera Jornada de Formación de Coordinadores. Este autor desarrolló su propuesta de educación desde la perspectiva de los instrumentos sicológicos, según la cual los procesos de conocimiento se desarrollan cuando se utilizan mediadores socioculturales.(ver: Vigotski . Lev. S. Pensamiento y lenguaje. Ediciones Fausto, Buenos aires 1993 y Kozulin Alex, Instrumentos sicológicos, Paidós. 20 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 7 1 [1] John Shotter. Realidades conversacionales. Amorrortu ediciones. Buenos Aires 2001. [2] Bower Gordon y Ernest Hilgard. Teorías del aprendizaje. Trillas. México 1996. [3] Pozo. [4] Murcia, Napoleón. Taborda Javier y Luis Fernando Angel. El entrenamiento deportivo infantil. Un enfoque desde la problematización motriz. Kinesis, Armenia, 1998. Revista Ímpetus 33 • El curriculum provee un modelo al cual deben ajustarse las prácticas educativas. • El curriculum es u n proyecto práctico de elaboración colectiva. biológica, sino básicamente por nuestra naturaleza cultual y social, esto es, que tal y como lo afirma Savater[5] no nacemos humanos sino que llegamos a serlo gracias a nuestra característica inacabada, que además de necesitar un proceso de hominización (madurar, desarrollarse como tal desde lo biológico) necesita de un proceso de humanización (volverse humano) (Trigo y cols. 2000:53). Sería necesario asumir la idea de ambigüedad kantiana en tanto no nacemos siendo lo que llegamos a ser. “¿Significa esto que el hombre no es hombre? ¿Si el hombre necesita humanizarse, entonces el hombre no es lo que es?, dicho de otra forma: si humanizar significa ser hombre, la condición para ello es no serlo previamente; pero si es al hombre al que hay que educar, esto equivaldría a que el educando es hombre, es imposible de ser educado sin ser persona y a la vez no lo es, precisamente por ser todavía susceptible de humanización..”.[6] No somos humanos, entonces, únicamente por lo que aprendemos desde la experiencia sensible relacionada con las interconexiones neuronales; lo somos, por lo que nos vamos estructurando en las relaciones de sentido y significado inmersas en el mundo simbólico de las comunidades con las que interactuamos. Esa percepción de lo simbólico trasciende la sola captación o internalización de pautas culturales hacia la comprensión de mundos de significados y significantes”imaginarios” que son los que permiten que seamos realmente humanos, en tanto devienen de humanos y requieren de procesos humanos para internalizarse y exteriorizarse. Es necesario tomar como referente la idea central de las teorías socioculturales, en tanto en la medida del conocimiento de los demás nos conocemos a nosotros mismos; ese proceso de autoconocimiento se logra de la mejor forma cuando existen mediaciones intencionadas. Pero estas consideraciones respecto de la educación necesariamente nos lanzan a nuevas formas de relación en el acto educativo, a nuevas formas de relación pedagógica. Formas que bien podrían estar consideradas desde las mediaciones socioculturales en tanto se constituyen en un proceso de reestructuración del conocimiento. Lo que se resignifica son los conocimientos previos que el estudiante posee y para ello se puede acudir a los instrumentos sicológicos que propone Vigotsky, en cuyo caso se consideraría la medicación como base para la constante resignificación de los preconceptos. Aquí se llega a nuestra naturaleza humana desde las proximidades sociales y culturales que vamos enriqueciendo, incluso desde antes de nacer. Estas formas podrían asumirse también desde las propuestas de desarrollo y crecimiento expuestas por Piaget, en cuyo caso la base de nuestra naturaleza humana no estaría dada por las relaciones socioculturales sino por nuestra naturaleza biológica y psicológica que es influida por el ambiente. En cualquiera de los casos, tanto en los desarrollos de Vigotsky como en las propuestas de Piaget, es 32 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos - 2 - 200 fundamental la socialización, bien para enriquecer lo que nuestra naturaleza biológica nos presenta o bien para adoptar una naturaleza que se va dando desde estas relaciones con el entorno. Está claro que no llegaríamos a ser lo que somos, no lograríamos nuestra naturaleza humana, de no ser por los procesos de socialización que tenemos durante toda nuestra historia de vida. Este principio se evidencia tanto en el desarrollo filogenético como ontogenético, pues gracias a que somos de naturaleza social nos hemos formado también como especie. Gracias a la socialización que iniciamos en nuestras familias nos introducimos al mundo simbólico de las culturas, aprendemos a conocer al otro y la naturaleza de los otros, no mediante lecciones escritas, diría Savater, sino mediante la introducción de nuestra naturaleza humana en la naturaleza humana de los demás: de los grupos, de las personas, de las instituciones y de las organizaciones creadas por estas personas e instituciones. Gracias a la socialización llegamos a constituirnos como seres humanos. En consideración con lo anterior, el escenario inicial de la socialización es el mundo de la vida, ese mundo de la doxa, de la opinión, en el que aún no existen críticas sobre lo que somos y llegaremos a ser. Como dice Habermas, un mundo donde se comienzan a dar las bases para todo tipo de racionalidad. La pedagogía como proceso de reflexión sobre lo educativo Los antecedentes históricos de la educación y la pedagogía nos ubican en diferentes prácticas y enfoques, todos ellos devenidos de la concepción de hombre y sociedad, como lo expresa Suárez (1991). La noción cosmologista de hombre y sociedad llevó a que las primeras formas de perpetuar los conocimientos fueran a partir de su transmisión de generación en generación, mediante la enseñanza de quien sabe a quien ignora. En realidad la enseñanza sería considerada como necesidad para poder subsistir en un mundo adverso donde imperaba (como lo demostrara Darwin) la selección natural de las especies. La enseñanza, entonces, se constituye en la más antigua de las prácticas de transmisión de conocimiento, y por tanto se desarrolla desde los más elementales postulados: el que sabe enseña a quien no lo sabe. Por eso Savater asegura que todos enseñamos algo alguna vez, pues nuestra naturaleza humana tiene esa vocación; sin embargo, no todos podemos enseñar de todo, pues para poder enseñar se necesita saber lo que se va a enseñar. Tal vez por eso el paso del tiempo fue desarrollando conocimientos que no todos podían enseñar, y cuya tarea era delegada a los ancianos. Pero cuando el conocimiento creció y se complejizó no era posible aprenderse mediado por cualquier forma de transmisión, sino que exigió la organización de formas específicas para hacerlo en lo que se vino a desarrollar una didáctica y una metodología específicas para enseñar. [5] Savater, Fernando. El valor de educar. Ariel, Barcelona, 1997. [6] Barrio, 1998. 7 1 Dentro del primer ítem mencionado, aparecen las perspectivas que: a. entienden al curriculum como un cuerpo organizado de conocimientos, que concentra los contenidos a enseñar (entendido fundamentalmente como plan de estudios o programa, característico de los niveles medio, superior y universitario); b. entienden al curriculum como una declaración de objetivos de aprendizaje, es decir, desde una concepción técnica que utiliza las metáforas de la ingeniería y la gestión industrial, con un criterio eficientista de modo que, a través de una metodología científica, prescribe los resultados de la instrucción (tal como lo entienden Bobbit, Johnson, Mager, Gagné); c. entienden al curriculum como a un plan integral para la enseñanza, donde no sólo se prescriben los resultados de la instrucción sino que incluye aspectos propios de las tareas de enseñanza. Tal es el caso de Tyler y de Taba, que comparten el supuesto de que, para mejorar la educación, los docentes necesitan aprender a tomar decisiones de modo eficiente y científico. El curriculum no se reduce ni a una lista de conocimientos ni a los objetivos que expresan lo que el alumno debe saber, sino es un método para tomar decisiones racionales. Esta concepción ha alcanzado una difusión universal, y está presente en los documentos curriculares argentinos de las décadas del 70 y del 80. En estas tres concepciones anteriores, el curriculum es considerado como un plan-modelo de lo que se desea que ocurra en las instituciones educativas, y la práctica pedagógica es u na aplicación del modelo. Estas concepciones del curriculum como plan-modelo se amplían y toman otros matices bajo la perspectiva de lo que se conoce como “Escuela Nueva” (1920-1930), y que define al curriculum a partir de la noción de experiencia. Esta concepción tuvo diversas influencias en nuestro país, en el nivel inicial y los primeros grados de la escuela primaria: las formas de seleccionar los temas y organizar actividades como los centros de interés surgen de este movimiento. (Son sus represen-tantes Dewey, Kirkpatrick y Alexander). En el segundo sentido, se entiende al curriculum como un proyecto práctico de elaboración colectiva y se rechaza la división tajante entre curriculum y práctica pedagógica. Se propone que no es posible sostener propósitos educativos ni postular contenidos y procedimientos de enseñanza si no se consideran las condiciones que definen la práctica educativa en toda institución. Representantes de estos movimientos característicos de las últimas tres décadas son Schwab, Eisner, Stenhouse (llamados “prácticos”, “reconceptualistas”, o “de u n modelo procesual”, respectivamente). Por el momento no podemos mencionar ni identificar con claridad el impacto de esta perspectiva en las prácticas pedagógicas de nuestro país. Desde otra perspectiva que no es la pedagógica —la sociológica— se ha puesto en juego una mirada diferente del curriculum, probablemente vinculada con sus concepciones como experiencia de la década del 20. Esta perspectiva sociológica se basa en un punto de vista fundamentalmente descriptivo y explicativo, desde “lo que sucede” en las instituciones educativas, lo cual no sólo impacta con fuerza, sino que “corre” el eje de la mirada curricular. Ejemplos de ello son las conceptualizaciones de curriculum oculto de Jackson y miradas que muestran las cuestiones más políticas presentes en el curriculum (Apple, Giroux, por ejemplo). En la Argentina, al igual que en otros países con sistemas educativos estatales centralizados a nivel nacional, la noción de curriculum se identifica con el documento que normativiza los fines, contenidos a enseñar y actividades de enseñanza. Proporcionan a autoridades, profesores, maestros y estudiantes mayor o menor autonomía. El curriculum regula las prácticas de enseñanza, por lo cual será aquel o aquellos instrumentos oficiales que se consideren legítimos y principales a través del cual, en cada país o región, el Estado ordena las prácticas y determina cuál es el saber oficializado. En nuestro país estos documentos adoptan la forma de un libro que llega a las escuelas y los maestros deben aplicar: siempre tendieron a adoptar la forma de un cuerpo organizado de conocimientos o de un plan integral para la enseñanza, más o menos abierto, con mayor o menor nivel de flexibilidad y apertura para la acción del maestro. El curriculum siempre fue en nuestro país un terreno donde el Estado y las instancias de conducción del sistema ejercieron una intervención vigilante. Ahora bien, nos detenemos en el plan real, es decir lo que está sucediendo en el ejercicio de la propuesta durante el año 2007, y es allí donde comienza nuestra preocupación por lo que podríamos denominar “el pensamiento didáctico del nuevo diseño”: un núcleo a veces invisible pero ampliamente permeable en lo cotidiano y que refleja las múltiples creencias populares o teorías implícitas con las que trabajamos los profesores. Una reconocida didacta argentina, A. Camilloni (2007), nos dice que la didáctica es una disciplina que habla de la enseñanza y que se ocupa del estudio y del diseño del curriculum, de las estrategias de la enseñanza, de la programación de la enseñanza, de los problemas de su puesta en práctica y de la evaluación de los aprendizajes y de la enseñanza. Este acercamiento teórico explicita que la educación ha asumido variadas formas según los fines que la animan, de acuerdo con las concepciones de sociedad, de cultura y de hombre que le sirven de sustento: “Es así que cuando estudiamos diferentes sistemas educativos organizados en el transcurso de la historia, encontramos que muchos se sustentan sobre diferentes formas de persuasión y que algunos adoptan, incluso, modalidades de adoctrinamiento. Con frecuencia el Revista Ímpetus 21 educativo, lo que hace que se planifique la educación como en las industrias pensando en producir en serie, y con el menor gasto posible de insumos. La influencia de esta tendencia en la educación física no se deja esperar: la cosificación del niño y del adulto se hace evidente en todos los escenarios de trabajo del ejercicio. Se entrena al niño pensando en los factores de la fábrica, se dicta la clase desde estos paradigmas, se entrena al deportista y se cosifica de tal manera, que se llega a negociar con él como propiedad privada. Influida por los paradigmas positivistas provenientes de la modernidad -a partir de los descubrimientos de Galileo, cuando introdujo los criterios de exactitud y que lograron su mayoría de edad con los descubrimientos newtonianos y posteriormente con los desarrollos logrados por Descartes en torno al método científico racionalista-, la pedagogía asume los postulados de Augusto Comte quien, al darle aplicación a estas teorías racionalistas en el campo de las ciencias sociales, introdujo el positivismo para el estudio de las sociedades y comportamientos humanos “Las ciencias sociales, diría Comte,deben utilizar los mismos métodos que han dado validez a las ciencias naturales y físicas si quieren pretender su cientificidad” (Ospina Herrera, 1992). Evidentemente esta influencia positivista simplificó el concepto, que por el afán de cientificidad se asimiló con la instrucción e incluso con la forma más primitiva de transmitir el conocimiento: la enseñanza. Bedoya (2000,b,9) considera a propósito que “el conductismo y el positivismo han orientado este tratamiento de la educación desde la operatividad para volverla manejable, controlable, desde los criterios de la eficiencia donde lo que interesa es el actuar mediante la observación, la medición y la manipulación”. No significa lo anterior que la enseñanza no sea importante en el proceso educativo. Lo que debe quedar claro es que la educación y con mayor razón la pedagogía debe trascender hacia la reflexión y el pensamiento. Por eso Ávila (1991, 36) establece una distinción operativa entre pedagogía y educación: “La educación, dice el autor, es un conjunto de prácticas e instituciones que se han organizado lentamente (...) un proceso de comunicación entre dos generaciones. Alguien (la generación adulta) entrega algo (los resultados de su experiencia) a alguien (a la generación joven... es una socialización metódica de la joven generación...)”. Entre tanto, la pedagogía consiste no en acciones sino en teorías sobre la acción: “Estas teorías son maneras de concebir la educación... consiste en una cierta manera de reflexionar sobre los asuntos de la educación”. Desde las influencias del transhumanismo que vuelve la cara al sujeto humano y su esencia, las nuevas tendencias pedagógicas buscan asumirse como posibilidad de reflexionar sobre el proceso educativo, como posibilidad de preguntarse sobre el papel de este proceso en el encuentro con la naturaleza del hombre. Surgen entonces propuestas que buscan hacer del a. Bloque Bases teóricas y epistemológicas Teorías de la Educación y la Educación Física Teorías Psicológicas de los Grupos y las Instituciones Hs Sem. 4 4 Hs. Totales 64 64 b. Bloque Investigación Teorías y Técnicas de Resolución de Problemas Estadística aplicada a la Investigación Metodología de la Investigación Taller de Diseño de tesis Tesis 4 4 4 4 4 64 64 64 64 64 c. Bloque Idioma Inglés I Inglés II 4 4 64 64 4 4 4 4 64 64 64 64 4 4 4 64 64 64 d. Bloque Problemas centrales de la Ed. Física y los Deportes Sociología del Cuerpo y el Deporte Historia Social de la Educación Física en la Argentina Enfoques Inclusivos en Educación Física Psicología del Cuerpo y el Deporte 2. Ciclo de Formación Focalizada e. Bloque orientaciones Gestión de la actividad física y deportiva Planeamiento y Gestión de Políticas en Educación Física y Deporte Administración Aplicada Taller de Gestión de Proyectos Problemáticas Sociales y Educativas 14. Planeamiento y Gestión de Políticas en Educación Física y Deporte 15. Niñez, Adolescencia y Cultura (Física) 16. Actividad Física del Adulto y la Tercera edad 64 64 64 14. Actividad Física del Adulto y la Tercera Edad 15. Actividad Física y Salud Pública 16. Teoría y técnicas de trabajo corporal (1) 17. Actividad física para personas con necesidades especiales (1) 4 4 4 4 64 64 64 64 Algunas conceptualizaciones 1. Podemos comenzar diciendo que la palabra curriculum tiene acepciones dadas por el uso y concepciones desde la perspectiva pedagógica: con respecto al uso, el curriculum es una norma oficial escrita. En el mundo de las instituciones educativas, lo primero que se entiende cuando se habla de curriculum es un texto elaborado por los Ministerios de Educación que contiene temas e instrucciones, recomendaciones y sugerencias destinadas a guiar la actividad de maestros y profesores. Los maestros y profesores en nuestro país utilizan el curriculum a la hora de realizar planificaciones: el curriculum aparece como una norma externa a la escuela, algo que viene “de arriba”. Pero por distintos motivos, no siempre los docentes “obedecen” la normativa oficial plasmada en el curriculum, y se establecen entonces ciertos márgenes de autonomía. De todos modos, en función de lo anterior, la acepción de uso en la Argentina define una concepción simple y restringida de curriculum en relación con el desarrollo conceptual que intentamos realizar; no por eso hay que perder de vista esta acepción. Respecto de las concepciones desde la perspectiva pedagógica, y ahora sí tratando de integrar distintos temas, podemos pensar que: - 2 - 200 7 22 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos 4 4 4 Salud individual y Comunitaria 1 La complejización de las sociedades trajo consigo las intenciones implícitas para poder sostener un orden social, lo que llevó a utilizar la enseñanza para formar, de acuerdo con unas necesidades e intereses políticos y sociales determinados. Surge en consecuencia la educación como organización intencionada de la enseñanza para formar (dar forma) (Bedoya, 2000; Ávila, 1991). Deviene posteriormente la concepción trascendentalista del hombre, en la que se consideraba como ser de paso por el mundo y su cuerpo un castigo, que debería sacrificarse para alcanzar la purificación del alma. Esta noción de hombre y sociedad llevó a que los griegos defendieran un ideal naturalista de la educación amparado, dirá Bedoya (2000), en una concepción filosófica idealista, o realismo de las ideas, y que Platón formulara en los diálogos de La república. Se pretendía entonces mantener la forma natural como el hombre había llegado al mundo: quien llegó como esclavo debería ser educado como esclavo, y quien llegó como jerarca, debería educarse para mantener esta posición. El problema evidente es que la educación fue utilizada para mantener las divisiones sociales y los intereses del Estado. Esta visión, apoyada en el paradigma positivista, se ve reflejada por ejemplo en los Diálogos, La república y Las leyes de Platón: “Construyamos, pues, con el pensamiento un Estado donde su base se constituya con nuestras necesidades... el Estado mejor organizado será aquel en donde todos los individuos que lo conforman convergen para lograr el fin político: la justicia, según sus diversas aptitudes o disposiciones naturales” (Zambrano, 2000:31). Precisamente las desviaciones a que había sido sometida la educación llevaron a reflexionar acerca de ella, de sus funciones, su razón de ser, sus actos educativos, su propia naturaleza. Por eso autores como Bedoya (2000), Ávila (1991), Casado (1993) y Boom (2000), entre otros, consideran que la pedagogía debe constituirse como el proceso de reflexión sobre lo educativo, lo cual, evidentemente, involucraría el acto educativo, que es la preocupación de Flórez (1995) al definir el objeto de estudio de la pedagogía. Pese a que la consolidación de la pedagogía se comienza a percibir apenas en el siglo XVII con los aportes de Comennio, desde Sócrates se evidencia una necesidad de hacer del proceso educativo un escenario para el encuentro con la duda y la reflexión mediante la mayéutica. Es la concepción de homo faber, hombre fábrica, proveniente del desarrollo industrial la que cosifica al ser humano al asociarlo con las máquinas y la producción en serie, la que absorbe los brotes reflexivos de la pedagogía y la instrumentaliza. Precisamente la modernidad, al asumir el positivismo como fundamento de los estudios sociales, asocia también las ideas de la industria y sus procesos de producción al sujeto humano: se produce y se consume, entonces se tiene valor. Pero esta concepción de la economía y la producción se aplica también a lo Revista Ímpetus 31 • Asegurar la apertura al pluralismo conceptual en la actividad académica de la carrera. • Afianzar el compromiso con el desarrollo de los alcances de la educación física, particularmente en los contextos sociales y culturales más desfavorecidos, fortaleciendo la capacidad de los futuros licenciados para producir proyectos innovadores y compromiso con la función social que asumen. • Fortalecer en los licenciados la actitud de exigencia y estudio constante para su crecimiento académico y progreso profesional. Perfil del licenciado El/la Licenciado/a en Educación Física es un egresado/a universitario/a capaz de asesorar, planificar, gestionar la práctica de la educación física en instituciones educativas (formales y no formales) y orientadas a la salud individual y comunitaria, a partir de sólidos conocimientos de su campo específico y de las disciplinas básicas y sociales que intervienen en la comprensión de los fenómenos que allí se generan. Entiende a la educación física como un campo de conocimiento y de prácticas culturales y sociales que incluye a la “formación físico - motriz” de las personas, pero no es reductible a ella. Reconoce que el mejoramiento de la calidad de la intervención en los espacios antes mencionados exige revisar y actualizar permanentemente las propias capacidades y conocimientos, acorde con los cambios culturales y las transformaciones científicas y tecnológicas. Tiene una actitud responsable y cooperativa que le permite asumir el compromiso social de su práctica profesional e implicarse en el trabajo interdisciplinario. Posee una formación amplia y diversificada para el desempeño de los roles encuadrados en las diversas orientaciones del plan. Cabe destacar que en esta presentación las premisas desarrolladas así como los objetivos y el perfil de los egresados- responden a las incumbencias del plan que el Ministerio de Cultura y Educación le otorga validez nacional al título por Resolución Nº 3397/92. Esta modificación del plan no significa el cambio de incumbencias. Organización curricular Considerando los antecedentes antes mencionados y a partir de identificar diversos ámbitos de desempeño profesional para el licenciado, se propone el diseño de una carrera de Licenciatura en Educación Física con tres (3) orientaciones: a. Gestión de la actividad física y deportiva. b. Problemáticas sociales y educativas. c. Salud individual y comunitaria. Para ello el plan de estudios estará organizado en dos (2) Ciclos, a saber 1. Ciclo de Formación General 2. Ciclo de Formación Focalizada 1. Ciclo de Formación General Las materias que componen esta etapa parten de considerar que el futuro licenciado es un profesional que realiza tareas de estudio, producción, transmisión y aplicación de conocimientos de la educación física. Esto supone concebir su tarea como una acción pedagógica tanto en los espacios educativos como asistenciales, por lo requiere conocimientos profundo de las teorías y prácticas que permitan la compresión de los procesos sociales, institucionales e individuales que dan sentido a la intervención desde la especialidad en los diversos ámbitos de ejercicio. Materias Se opta por una organización en bloques que reúnen asignaturas a partir de criterios específicos. Cada bloque agrupa materias en fu nción de su naturaleza epistemológica (bloque a), su función propedéutica para la producción de conocimiento (bloques b y c), la especificidad para el campo de la educación física (bloque d) y la conformación de la orientación ( bloque e). Dado que se prevé un seguimiento de la implementación del proyecto como parte del proceso de revisión una permanente, dicha organización en bloques intenta mantener los criterios que dan sentido a la composición del plan, permitiendo sin embargo la modificación de asignaturas (talleres, seminarios o materias) al interior de los bloques si los resultados de dicha revisión lo aconsejan. proceso educativo el escenario de encuentro con lo que nos hace humanos, con eso que nos hace trascender como seres superiores, con eso que está constituido por esencias y apariencias, por aquello que nos permite comprender al otro y a lo otro y que nos posibilita la introducción en el mundo simbólico de las sociedades y culturas (Casado, 1993; Savater, 1995; Ávila, 1991; Bedoya, 2000,a,b; Zambrano, 2000; Flórez, 1995, entre otros). En este marco de referencia se pueden encontrar propuestas como la pedagogía razonante, la antropología pedagógica, la pedagogía como autorregulación cultural, la pedagogía conceptual, la pedagogía como encuentro con el otro: todas ellas pretenden romper los paradigmas de la pedagogía vista desde el positivismo y acuden a una propuesta más subjetivista que permita volver la mirada de lo educativo hacia el reconocimiento del otro y autorreconocimiento como sujetos humanos que sentimos, actuamos, nos relacionamos y asimilamos signos y símbolos socioculturales. En estas nuevas perspectivas pedagógicas, el conocimiento debe constituirse en un medio para enseñar a pensar, y el pensamiento en un escenario de reflexión sobre la naturaleza humana. Si hacemos de la acción motriz, cualquiera que esta fuere, una posibilidad para enseñar a reflexionar, no solamente estaríamos ayudando a formar ese sujeto motrizmente apto para desempeñarse en cualquier esfera de este campo, incluso el deportivo, sino que estaríamos ayudando a constituir ese mundo de hombres y mujeres justos que asumen cualquier tipo de conocimiento como u na excusa, pretexto para reflexionar sobre su naturaleza humana, sobre la importancia del otro, lo otro y su particular importancia en un ecosistema que así la reclama. ¿Aprender a pensar desde lo motriz? Heidegger (2000,2), al proponer un análisis desde el pensamiento de Nietzsche en relación con lo que significa pensar, considera que es desde este autor cuando se comienza a perfilar su verdadero sentido, pues sus planteamientos abarcan diversos ámbitos, en una especie de articulación multidimensional con lo que es y llegará a ser: “Lo pensado de su pensamiento es unívoco, si lo hubo, pero lo unívoco es pluridimensional, en dimensiones que ensamblan unas con otras. Una de las razones que para ello hay es que los pensamientos de Nietzsche están reu nidos convenientemente, au nque transformados, sin excepción todos los motivos del pensamiento occidental”. ¿Fue el pensamiento de Nietzsche una reflexión sobre la realidad que lo circundaba, en un esfuerzo por encontrar las opciones y tendencias que esta realidad le podría mostrar? ¿Acaso una reflexión con posibilidades de visualizar las prospectivas que esas realidades le estaban mostrando, tal y como la propone Ávila (1994: 71), al asumir la necesidad de desarrollar la pedagogía como anticipación del porvenir? Pero lo que 30 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos queda claro en la interpretación de Heidegger es que la reflexión nietzscheana consideraba la complejización de la realidad del mundo y de la vida; una realidad que se complejizaba al proponer el animal racional como aquel que va más allá de lo físico y sensible y su esencia inacabada para realizarse como superhombre: “...pero jamás debemos buscar la figura de la esencia del superhombre en aquellos personajes que son promovidos como altos funcionarios de una voluntad de poder superficial y mal interpretada a los puestos cumbres de las diversas formas de organización de aquella... El superhombre va más allá del hombre cual ha sido hasta ahora y que por eso es el último hombre..”. ¿Pero cómo enseñar a pensar cuando el pensamiento implica, además de reflexión, conciliación con la complejidad del conocimiento? Cuando Edgar Morin (2000) propone la necesidad de tener en cuenta los siete saberes de la educación, en verdad está realizando una propuesta para enseñar a pensar; pues se piensa cuando se trasciende la asimilación de información hacia la reflexión sobre esa información recibida y cuando esa reflexión es asumida desde la complejidad que implica el conocer y aprender. Por eso cuando propone enseñar al niño el problema del riesgo del error y la ilusión en los procesos de transmisión (primer saber), está asociando la naturaleza informe del conocimiento, está asumiendo el conocimiento como no acabado y estático: como posibilidad de ser reflexionado. Es la reflexión sobre el conocimiento asimilado lo que haría posible la disminución de los errores e ilusiones en las procesos de enseñanza. En esta perspectiva está de acuerdo Bedoya (2000ª) cuando propone, desde Bachelard, la necesidad de movilizar el conocimiento, para que no se radicalice como obstáculo epistemológico. El conocimiento como un medio para enseñar a pensar, para enseñar a reflexionar su posibilidad de error y acierto. ¿Es acaso el movimiento humano estable y rígido? Si así lo fuera, ¿cuál es la diferencia con el movimiento animal? Estos dos interrogantes nos llevan a considerar que se puede movilizar el movimiento trabajado en la clase de educación física, pues si es producción social, ¿por qué no se puede modificar? ¿Acaso se está aprendiendo y enseñando a pensar cuando el conocimiento no es pertinente? (segundo saber), ¿acaso sin la pertinencia contextuada del conocimiento el estudiante puede encontrar significancia en la información que se le está otorgando? Estos son interrogantes que vale la pena explorar cuando necesitamos referir el aprendizaje significativo y comprensivo. Morin (2000:14-18), al proponer los principios de un conocimiento pertinente, considera que la influencia positivista del mundo occidental que se fundamenta en la separación de las disciplinas y el fraccionamiento del objeto, separa el objeto del medio como si el conocimiento fuese puramente objetivo, desconociendo que en realidad es una traducción de datos sensoriales y una reconstrucción mental. Por eso en la educación es necesario integrar los datos al - 2 - 200 7 1 Plan de estudios Característica de la carrera: de grado. Título que expide la Universidad: Licenciado/a en Educación Física. No se incluyen las orientaciones en el mismo. Condiciones de ingreso: podrán acceder únicamente los egresados de Universidades y/o Institutos de Profesores en Educación Física con título de Profesor Nacional de Educación Física o Profesor de Educación Física con validez nacional. Duración teórica: 4 cuatrimestres. Régimen: cuatrimestral (16 semanas) Carácter: presencial, teórico-práctico. Asignaturas: 16 Tesis 300 hs. R.C.S. 243/03 Carga horaria total: 1260 hs. Revista Ímpetus 23 mundialidad para hacerlos más significativos: “Cada humano rico o pobre, del sur o del norte, del este o del oeste, lleva en sí, sin saberlo, el planeta entero. La mundialización es a la vez evidente, subconsciente, omnipresente” (Morin, 2000:55). Desde las consideraciones de Morin sería necesario enseñar a pensar desde: • La conciencia antropológica, que reconoce nuestra unidad en nuestra diversidad. • La conciencia ecológica, o sea la conciencia de habitar con todos los otros seres mortales una misma esfera viviente (biosfera). • La conciencia cívica terrenal, de responsabilidad y solidaridad para con los hijos de la tierra • La conciencia espiritual de la humana condición, que viene del ejercicio complejo del pensamiento y que nos permite a la vez criticarnos mutuamente, auto criticarnos y comprendernos entre sí. Resulta importante considerar en los procesos educativos la incertidumbre (quinto saber), para desde esta opción histórica enseñar y aprender a pensar. La historia está cargada de casos inciertos. ¿Acaso cuando la enseñamos como mutaciones inconexas con la vida, o cuando la presentamos como evoluciones lineales, estamos haciendo gala de la realidad comprensiva de esta historia? El acontecer histórico es una carga de incertidumbres, bifurcaciones y desviaciones, que nada tiene que ver con un acontecer lineal. Por eso resulta tan difícil adivinar el futuro, pues solamente se pueden encontrar posibles tendencias en el pasado y presente que no aseguran el acontecer del futuro. En este sentido dirá Morin: “Toda evolución es el logro de una desviación cuyo desarrollo transforma el sistema donde ella misma ha nacido. Ella desorganiza el sistema, reorganizándolo. Las grandes transformaciones son morfogénesis, creadoras de formas nuevas, que pueden constituir verdaderas metamorfosis”. Es posible que si la educación nos permite comprender la incertidumbre de la historia y de la sociedad desde la incertidumbre misma de lo educativo, si hacemos de la educación el escenario de encuentro con lo incierto, la imaginación, el sueño y el proyecto, podremos estar permitiendo que se piense desde la incertidumbre que la vida implica ser pensada. Evidentemente, los métodos convencionales y heteroestructurales no facilitan esta posibilidad, puesto que por su influencia positivista todo está calculado y fríamente planeado para transmitir la información. La educación entonces, al ser considerada como la instrucción acerca de un tipo de conocimiento determinado, no tiene nada que ver con el reflexionar sobre otras posibilidades de concebir ese conocimiento, pues es absoluto y verdadero, por tanto el alumno debe aprenderlo sin ninguna objeción. El reconocimiento de las incertidumbres como opción importante en el proceso de aprender y enseñar Objetivos de la carrera en el nuevo plan de estudios La especificidad de la educación física, en tanto campo de conocimiento e intervención que contiene y supera a la formación físico-motriz de las personas. La premisa a. conduce a la necesidad de identificar áreas problemáticas específicas hacia las cuales se orientará la formación. Las preguntas a las que el plan pretende dar respuesta es ¿Qué papel desempeña y puede desempeñar la educación física, en su forma específica de gimnasia, deporte y juego, en las funciones de socialización que realizan las instituciones públicas y privadas en el actual contexto cultural y socioeconómico local y latinoamericano? ¿Qué papel desempeñan y pueden desempeñar dichas prácticas en las funciones de prevención y promoción de la salud que se realizan en las diversas instituciones? Es a partir de aquí que se reconocen nuevos temas a incluir y reforzar en la formación de los graduados. Una vez ponderada como prioritaria la atención de las dificultades educativas, sociales y sanitarias de la población, corresponde redimensionar el peso de las orientaciones para las que alguna vez existió una demanda efectiva de formación. Tal el caso de la perspectiva del rendimiento deportivo, que cuenta en nuestro país con un bajo porcentaje de practicantes (entre el 1% y 3% de la población). En el proceso de elaboración de este proyecto se identifican ciertos objetos de estudio y áreas de conocimiento a jerarquizar. Dentro de la misma lógica, y considerando que un plan de carrera es un conjunto de materias que debe cumplir un número limitado de horas reloj, algunas disciplinas del plan anterior quedan integradas en otras asignaturas nuevas. Este proceso de • Brindar un sólido conocimiento conceptual y metodológico para el desarrollo de líneas de estudio e investigación en el campo de la educación física. • Promover y facilitar el acceso de los alumnos a las producciones de investigación, así como el desarrollo de capacidades para la búsqueda, sistematización y producción de conocimientos e información en el ámbito de su quehacer profesional. • Brindar el conocimiento teórico e instrumental necesario para la planificación, organización y conducción de la actividad física en instituciones educativas y demás ámbitos sociales y comunitarios (educativos y del ámbito de la salud). • Promover la formación teórica y de intervención para la realización de tareas de asesoramiento en educación física en los procesos educativos de carácter sistemático, en escuelas y demás ámbitos sociales y comunitarios. • Promover y dar herramientas para la inserción de los licenciados en equipos interdisciplinarios que trabajen en la elaboración de políticas, planes, programas y proyectos educativos, de promoción de la salud y desarrollo comunitario que incluyan actividades lúdicas, gimnásticas y deportivas en los ámbitos de la educación y la salud. • Crear condiciones para el desarrollo de estilos de trabajo y relaciones docentes-alumnos que permitan generar u na comu nidad académica capaz de concretar las exigencias explicitadas en el plan. • Estimular el tratamiento transdisciplinario, sistemático y riguroso de los problemas y las prácticas de la educación física y el deporte. - 2 - 200 7 24 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos selección reconsidera la orientación de los nuevos objetos de estudio, de modo que la formación contenga las diversas áreas de conocimiento que hacen a una comprensión integrada de la realidad y permitan construir un abordaje más completo de las problemáticas y una práctica profesional más satisfactoria. Se aspira, también, a formar licenciados en la especialidad, productores de conocimientos y de proyectos pedagógicos, de salud, etc. en contextos reales, socializando sus experiencias con los diversos especialistas con los que trabajará a futuro, por lo que las asignaturas deben aportar además los conocimientos y habilidades necesarios para realizar investigación en el campo específico. La premisa b exige, además de incluir algunas asignaturas centradas en temáticas especializadas, prever la creación de espacios de práctica durante la formación. Para ello se promoverá la oferta de trabajos de campo, pasantías y residencias (en escuelas, centros de salud, centros educativos comunitarios, centros culturales, universidades, etc.) con acompañamiento de los docentes. a. Que las instituciones de educación superior, mediante sus propuestas curriculares, preparan recursos humanos para la realización de una práctica profesional determinada, y que dicha práctica debe estar directamente vinculada con los problemas de los grupos mayoritarios del país (Ysunza Breña, 1997). b. Que la producción de conocimientos a través de la investigación es una de las tareas básicas que dan identidad a la educación universitaria, ya sea por el aporte a la formación de los profesionales como por el desarrollo de cada uno de los campos de intervención y saberes específicos. Se entiende a la investigación como dimensión continua de la formación. c. Que la formación de los profesionales debe contemplar la atención a las demandas de la práctica. Esto supone estar preparados para responder a problemáticas difusas, en escenarios de incertidumbre, que en general suponen conflicto de valores. Lo anterior exige contemplar instancias superadoras de la racionalidad técnica, planteando desde la propuesta curricular núcleos temáticos específicos del campo profesional y espacios de práctica reflexiva (Schön, 1991). 1 contexto para que sea pertinente. Bedoya (2000b:9-17), coincidiendo con esta idea, y al proponer la necesidad de abordar una pedagogía razonante, piensa que el mayor obstáculo que esta propuesta tiene es la forma como el positivismo y el conductismo han orientado el tratamiento pedagógico desde lo operacional para poderlo manejar y controlar desde criterios de eficiencia, en los que lo que interesa es actuar, en una clara relación de la pedagogía con el pragmatismo. En el campo particular de relación que nos ocupa, la educación física, se considera que un conocimiento motor es pertinente cuando se tienen en cuenta las capacidades del niño: no puede ser pertinente un movimiento técnico deportivo si aún no están formadas las estructuras cognoscitivas y motrices que lo posibiliten. Es reconocido que en niños hasta de 10 años no son pertinentes los movimientos que busquen el adiestramiento técnico. El tercer gran vacío de la educación reflexionado por Morin es asumido por Savater (1995), Bedoya (2000,a,b), Zambrano (2000), Trigo y cols. (1999), entre otros, al considerar que la esencia de la pedagogía y de la educación debe ser el encuentro con el otro y su propio yo, y debe estar orientada, principalmente, a la reflexión sobre eso que nos hace humanos. ¿Es acaso la asimilación de conocimientos inconexos y desligados de la realidad lo que constituye la verdadera esencia de lo humano? ¿Será acaso la particularidad de lo humano, la hominización, alcanzada mediante los procesos de maduración y desarrollo?, ¿o acaso es la humanización, proveniente de la naturaleza inacabada del hombre, lo que en realidad nos obliga a ser proyectos para lograr ser lo que llegamos a ser, como lo dijera Kant? ¿Acaso estamos aprendiendo o enseñando a pensar cuando asumimos la transmisión de conocimientos únicos, sin permitirnos su reflexión en relación con el contexto histórico social y la naturaleza humana? Tal vez si reflexionamos sobre estos y otros aspectos del conocimiento pertinente, estemos realmente siendo pedagogos. El vacío identificado por Morin como el problema de la falta de identidad terrenal (cuarto saber) no es menos importante en el proceso de enseñar a pensar. En este momento histórico social donde los agentes convencionales de socialización (la familia, la iglesia, la escuela) han perdido gran poder y han sido absorbidos por agentes mucho más potentes en tanto emporios de masificación de la información (televisión, radio, internet). La educación en esta era planetaria debe redefinir su forma de “transmitir” el conocimiento, pensándolo desde las necesidades inminentes de globalización y “mundialidad”. La instrucción ya no es llamativa, pues existen muchas formas de enseñar, que además de facilitar el aprendizaje permiten la relación del conocimiento que se adquiere con las realidades mundiales. Por lo tanto, los conocimientos que se aprenden son en realidad, ahora más que nunca, conocimientos que deben confrontarse con Revista Ímpetus 29 Departamento de Básicas Introducción a la matemática Anatomía-fisiología Física Bioquímica Fisiología de la Actividad Física Computación Estadística Biomecánica Departamento de Sociales Sociología Planeamiento Administración Metodología de la Investigación I Metodología de la Investigación II Taller de Integración I Taller de Integración II De un primer análisis de curriculum, resultante de la combinación perfil/composición de asignaturas, puede decirse que el plan del '91 prioriza en la formación de los núcleos de conocimiento de las ciencias exactas y naturales o (formales y experimentales), considerados básicos para “evaluar las posibilidades y limitaciones del organismo humano”. Los conocimientos de las “ciencias sociales”, en sentido amplio, se incluyen como conocimientos instrumentales a los efectos de articular los conocimientos anteriores. El plan incluye también otros conocimientos instrumentales para la planificación y la investigación. Otro aspecto observable de dicho plan, desde los fundamentos del proyecto hasta el plan aprobado, es que la lógica de la formación del licenciado contiene y mantiene la perspectiva de la formación del profesor de educación física (a pesar de no incluir la preparación específica en didáctica y contenidos sustantivos de la disciplina), aún cuando desde el proyecto se propone ampliar el campo de desempeño del graduado. La permanencia de la racionalidad del profesorado en esta instancia universitaria es posible de interpretar a partir de la participación de algunos actores de la Dirección Nacional de Educación Física en el diseño, escenario de actuación de los tradicionales actores de los INEFs (Institutos Nacionales de Educación Física) y las supervisiones de la rama. Departamento de Básicas Introducción a la matemática Computación Estadística aplicada a la investigación Fisiología del trabajo físico (*) Física (**) Bioquímica (*) Biomecánica (**) Modificación del año 1997 Luego de algunos años de dictado de la carrera, y a propuesta de la Comisión de Plan de Estudios, el Consejo Superior de la Universidad aprueba la modificación del Plan de la Carrera de Licenciatura en Educación Física por Resolución C.S.Nº 172/97. Dicha reforma se realiza manteniendo en rasgos generales el perfil definido en el plan original y sin afectar las incumbencias que suponen la validez nacional del título. Si bien tales incumbencias son de carácter general (en lo que respecta al potencial desempeño profesional del egresado), y el título de grado no explicita orientación o especialización, la composición curricular del plan de 1997 refuerza la formación del Licenciado en el área de Gestión. Se mantiene la perspectiva orgánico-funcional como base de la formación para responder a las incumbencias profesionales del título. Se mejora la especificidad y pertinencia de algunas asignaturas del Departamento de Educación. Un punto a destacar es que, aún sin modificar el perfil ni las incumbencias, el nuevo plan reduce sustancialmente la cantidad de asignaturas (de 21 a 14), la carga horaria semanal (de 5 hs/sem a 4 hs/sem en la mayoría de las asignaturas), la formación para la investigación (cambiando dos metodologías por un seminario de investigación y diseño de tesis). El plan de estudios se compone de las siguientes asignaturas por departamento Departamento de Sociales Administración aplicada Taller de planeamiento Taller de gestión de proyectos Seminario de investigación y diseño de tesis (*) El alumno debe optar por una de ellas (**) Idem Departamento de Educación Seminario Teorías de la Educación Psicología de los grupos y las instituciones Psicología del cuerpo y el deporte Idioma I Idioma II resuelve la composición de las materias que atienden los conocimientos de anatomía-fisiología y biomecánica, denominados “del Área Biológica” en la definición del perfil del graduado. Proyecto actual En el proyecto que se presenta en esta ocasión, el diseño del plan de estudios parte de algunas premisas de base, a saber: a pensar nos ubica en la consideración de la naturaleza inacabada del hombre, que como se mencionaba anteriormente, es una condición particular del sujeto humano. El ser inacabado, proyecto, el estado de neotenia permanente en que el hombre se desarrolla su vida, nos proporciona una ayuda de gran valía para la comprensión de la incertidumbre humana. Por eso cuando acudimos a la pedagogía para reflexionar sobre lo humano, lo que nos hace humanos, estamos reconociendo y enfrentando la realidad de incertidumbre del mundo social y cultural. Morin propone enfrentar básicamente tres tipos de incertidumbre: • La incertidumbre del conocimiento. • La incertidumbre de lo real. • Las incertidumbres y la ecología de la acción, lo cual significa la incertidumbre que debe asumirse siempre que se tome una decisión o elección en la cual interviene una especie de ecología de la acción, pues tan pronto el individuo emprende una acción, ésta empieza a escapar a sus intenciones. Es de considerar que en la acción física humana las incertidumbres motrices son inherentes al movimiento humano, pues su particular flexibilidad lleva a que se adecue según las circunstancias; incluso en el entrenamiento de rendimiento se debe enseñar al deportista a jugar con la incertidumbre motriz, pues en gran número de deportes esta define la capacidad del éxito. Otro de los grandes vacíos que se consideran en la educación convencional es la falta de comprensión del conocimiento. Por eso Morin propone enseñar la comprensión (sexto conocimiento), una comprensión que no solamente debe abarcar el campo de lo humano planetario, sino que debe centrarse en el campo de lo individual y familiar, donde al parecer se está presentando con mayor preponderancia la falta de comprensión. La información no lleva a la comprensión, pues comprender significa básicamente abarcar dos dimensiones: la dimensión de la comprensión intelectual y la dimensión de la comprensión intersubjetiva. La comprensión intelectual se ajusta a su etimología: aprehender en conjunto (el texto y su contexto, las partes y el todo, lo múltiple y lo individual). En este tipo de comprensión la explicación resulta de gran valor. Entre tanto la comprensión humana sobrepasa la explicación, pues comparte un conocimiento de sujeto a sujeto, en lo que Savater asume como la necesidad de introducirse en la comunidad para asimilar el mundo de lo simbólico. “Entrar en cualquier comunidad exige internarse en una espesura de ponderaciones simbólicas”. Por eso la escuela, dice Savater, “debe formar no solo el núcleo básico del desarrollo cognitivo, sino también el núcleo básico de la personalidad. Ni siquiera el más estrecho utilitarismo autoriza hoy, ni probablemente autorizó nu nca, 28 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos menospreciar la formación social e inquisitiva del carácter frente al aprendizaje de datos o procedimientos técnicos”. La alternativa para enseñar a pensar mediante la comprensión podría desarrollarse mediante el trabajo sobre las competencias comunicativas y los actos de habla, propuestos entre otros por Benveniste, Searle, Wittgestein, Grise y Habermas, toda vez que ello implica el reconocimiento del otro mediante la relación dialéctica que otorga la hermenéutica filosófica. ¿Y en educación física qué hay para comprender? ¿Acaso la acción motriz no es u na fuente inagotable de comunicación? ¿Acaso en el deporte o en el juego no ven cifrada los niños su vida de relaciones, y en ellos mismos se construyen sus propio significados? Claro que el ejercicio, el deporte, la danza son los medios más propicios para comprendernos y para hacernos comprender; por algo un adolescente diría “la danza es como el espejo donde yo me veo; mediante ella expreso lo que soy y siento, y quiero llevar mediante ella las quejas y reclamos de mi comunidad ”(Murcia y Jaramillo, 2000). Existe, desde la perspectiva de Morin, un gran vacío en la educación cuales el relacionado con la ética del género humano. Esta reflexión debe partir de considerar la complejidad del género humano devenida de la tríada individuo-sociedad-especie. Los individuos, dice el autor, son más que el producto de un proceso de reproducción, pues la interacción lograda en estos procesos lleva a constituir la sociedad humana, la cual a su vez interactúa sobre los individuos. De estas interacciones emerge la cultura, que a su turno las articula y les da un valor. Por tanto individuo, sociedad y especie se conservan en sentido completo, se sostienen, se retroalimentan. Son en realidad productores uno del otro. Desde esta perspectiva una ética propiamente humana, o sea una antropoética, debe considerarse como una ética de la auto-eco-organización entre estos tres términos, pues es mediante la relación de ceder y recibir un poco de la esencia de cada uno de estos factores que se constituye nuestra conciencia y nuestro espíritu particularmente humano. Por eso una educación que asuma la ética del género humano como factor de reflexión es una educación del reconocimiento del otro y de lo otro. Es una educación que parte de la comunicación y los acuerdos sobre unos mínimos para poder comprendernos mejor y comprender nuestro papel en el Universo. Adela Cortina (1991) considera a propósito que la ética comunicativa es aquella que se constituye sobre la base del respeto al hombre y la naturaleza, como acuerdos mínimos que orienten las acciones y las decisiones de los sujetos. En este mismo sentido, De Zubiría Samper (1995) considera que los valores en general no se dan por ósmosis ni mediante una cátedra, sino que se viven en las relaciones cotidianas que se hacen posibles en los encuentros negociados de las reglas, las normas de convivencia, etc. - 2 - 200 7 1 Cabe señalar que en el momento de diseño y aprobación del Plan, la Gestión Deportiva se presenta como una nueva área de desempeño profesional, por lo que la inclusión de disciplinas que fortalecen la formación en esa línea da cuenta de la respuesta desde el curriculum a cierta demanda social hacia el campo de la educación física. No puede afirmarse lo mismo del modo en que se Departamento de Educación Seminario de Teorías de la Educación Psicología Psicología Social Inglés I Inglés II Inglés III Revista Ímpetus 25 En síntesis, es posible enseñar y aprender a pensar cuando asumimos el conocimiento como u na posibilidad de reflexión sobre la complejidad de todo cuanto nos rodea, cuando valoramos lo que somos y lo que podremos llegar a ser. Se dice que el ejercicio y el juego son los medios más propicios para que el niño/niña aprenda las nociones de responsabilidad, honestidad y otra cantidad de valores éticos que se han ido socavando. Sin embargo, si no se asumen como posibilidad de reflexión en la clase, el juego y el ejercicio pueden ser incluso un obstáculo para su potenciación, toda vez que si se juega por imposición del profesor, si se realiza el ejercicio dictado por el docente y no se permite cuestionar reflexionar, crear, dinamizar, construir y deconstruir el juego o el ejercicio, se está cayendo en el conocimiento absoluto, irrebatible y vertical que desde Bachelard es en sí mismo un obstáculo para el conocimiento científico. Desde estas consideraciones, y siguiendo a Murcia, Taborda y Ángel (1998:69), para posibilitar un aprendizaje significativo en educación física es necesario: a. Tener en cuenta el aprendizaje motriz previo que el alumno posee, no sólo el conocimiento que domina en su desempeño motor sino aquel que, aunque no domine, tiene claro, ya que posee en su estructura mental un esquema cognitivo del mismo. b. Los procesos de entrenamiento deportivo infantil deben entender la necesidad de ir reestructurando los esquemas mentales sobre los esquemas preexistentes de forma progresiva, para lograr que no sean una carga sin sentido para el niño, pues esto puede llevar a la desmotivación y a la pedida de interés, elementos claves en los aprendizajes comprensivos. c. Al presentar los procesos de educación física, deben tenerse en cuenta no sólo los contenidos posibles a tratar, sino los métodos que posibiliten formas multivariadas de aprendizaje: del concepto a lo práctico, de lo práctico al concepto, etc., para hacer posible una conciencia del movimiento que lleve a un aprendizaje comprensivo del gesto motor. d. La investigación debe ser el eje de trabajo en estas nuevas formas de experienciar la reflexión como escenario de lo pedagógico. Referencias bibliográficas Consolidando un cambio de plan de estudios de la carrera de Licenciado en Educación Física Nancy Ganz, Ms. C. El documento presente parte de algunas premisas, a saber: Que las instituciones de educación superior, mediante sus propuestas curriculares deberían preparar recursos humanos para la realización de una práctica profesional determinada y que dicha práctica debería estar directamente vinculada con los problemas de los grupos mayoritarios del país. (Ysunza Breña, 1997). Que la formación de los profesionales que deben atender las demandas de la práctica se deberían preparar para responder a problemáticas difusas, en escenarios de incertidumbre que en general suponen conflictos de valores. Esto exigiría contemplar instancias superadoras de la racionalidad técnica, planteando desde la propuesta curricular núcleos temáticos específicos del campo profesional y espacios de práctica reflexiva (Schön, 1991). Que todo cambio de plan debería proponerse la modificación de las estrategias de enseñanza y fundamentalmente las de evaluación (Camilloni, 2001). Son parte de esta presentación las conceptualizaciones teóricas correspondientes al momento de “arquitectura del diseño” de lo que constituyó la estructuración de un nuevo plan en sus dimensiones político-pedagógicas, así como la presentación empírica de sus principales componentes y, dentro de lo que es el desarrollo curricular, la visibilidad de los primeros obstáculos empíricos reconocidos; así mismo, el intercambio y la reflexión entre colegas, equipos de investigación y profesores de las u niversidades convocadas son experiencias que en la educación superior constituyen plataformas indispensables para el enriquecimiento en la formación de los docentes, y que en nuestro caso dentro de la Licenciatura en Educación Física son principales objetivos a conseguir. Plan de estudios de origen de la carrera El plan de la carrera que da origen a la Licenciatura en Educación Física de la Universidad Nacional de Luján es aprobado por Resolución del Consejo Superior (Resolución C.S.Nº 177/91, Expediente Nº 5439/90), y el Ministerio de Cultura y Educación le otorga validez nacional al título por Resolución Nº 3397/92. En el Artículo 2º de dicha resolución se establecen como incumbencias profesionales del título de Licenciado en Educación Física las siguientes: 26 Licenciatura en Educación Física y Deportes • Universidad de los Llanos • Realizar estudios e investigaciones referidos a la formación físico-motriz en función del juego, la gimnasia y el deporte. • Planificar, organizar y conducir servicios e instituciones dedicados a la recreación, la gimnasia y el deporte. • Programar y conducir exhibiciones, torneos y competencias gimnásticas y deportivas y actividades recreativas. • Programar, conducir y evaluar procesos de entrenamiento deportivo de alto rendimiento. • Asesorar acerca de la formación físico-motriz en función del juego, la gimnasia y el deporte. • Programar, conducir y evaluar actividades lúdicas, gimnásticas y deportivas destinadas al desarrollo del potencial físico motriz de personas afectadas en su capacidad física. • Asesorar acerca de la formación físico-motriz en el contexto de los procesos educativos de carácter sistemático. • Participar en la elaboración de planes y programas y proyectos educativos, de promoción de la salud y de desarrollo comunitario que incluyan actividades lúdicas, gimnásticas y deportivas. • Participar en la elaboración de políticas y normas relativas a la promoción e implementación de actividades recreativas, gimnásticas y deportivas. En dicho plan de estudios la definición del perfil del egresado se centra en la producción de un graduado universitario “capaz de orientar la formación físicomotriz en función del juego, la gimnasia y el deporte”, “de contribuir al perfeccionamiento de dicha formación sobre la base de estudios e investigaciones”, que realiza la “promoción y conducción de las actividades que le competen, con fines educativos, preventivos, correctivos, recreativos y competitivos”. El perfil supone impartirle “conocimientos de anatomía-fisiología y biomecánica” que debe ser capaz de articular “con los diferentes marcos teóricosmetodológicos provenientes de las ciencias sociales”. En función de ello, el plan de estudios se compone de un total de veintiún (21) asignaturas distribuidas por departamento de la siguiente forma: - 2 - 200 7 1 ÁVILA PENAGOS, Rafael. Pedagogía y autorregulación cultural. Santafé de Bogotá: Colección Pedagogía Siglo XXI, 1991. BACHELARD, Gaston. 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