heterogeneidad laboral en la trayectoria de los trabajadores

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CENTRO DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA
Avance de PROYECTO
HETEROGENEIDAD LABORAL
EN LA TRAYECTORIA DE LOS TRABAJADORES INDEPENDIENTES
DE LA INDUSTRIA TEXTIL Y DEL VESTIDO
Mtra. Adriana Pérez Amador
Dr. Octavio Maza Díaz
Aguascalientes, Ags. de mayo de 2012
Índice General
Índice de Gráficas
1
Índice de Ilustraciones
1
Resumen
2
Abstract
2
Introducción
3
Planteamiento del problema
4
Unidad de análisis
6
Dimensión temporal
8
Dimensión espacial
9
Características socio-demográficas de los municipios seleccionados.
10
Población
10
Los trabajadores independientes en la a industria textil y del vestido de los municipios
seleccionados.
11
Referentes teóricos.
Heterogeneidad laboral
14
14
Heterogeneidad en términos de sector formal e informal (trabajo asalariado y no asalariado)
14
Heterogeneidad en términos de flexibilidad productiva.
15
Heterogeneidad en términos de Precariedad Laboral
16
Discusión actual sobre las formas no típicas de trabajo
17
El Concepto ampliado de trabajo y el sujeto laboral ampliado
17
Relaciones capital-trabajo como puente para visibilizar la Relación entre trabajo y construcción
del sujeto
21
Elementos objetivos y subjetivos de las trayectorias
Bibliografía
24
27
Índice de Gráficas
Gráfica 1 Estados Unidos Mexicanos. Población ocupada según posición en la ocupación ........................ 7
Gráfica 2 Zona Metropolitana Moroleón-Uriangato. Población ocupada según posición en la ocupación 12
Gráfica 3 Zona Metropolitana Moroleón-Uriangato. Trabajadores independientes según actividad
económica.................................................................................................................................................... 13
Índice de Ilustraciones
Mapa 1. Ubicación geográfica ...................................................................................................... 10
1
Resumen
La intención que guía la presente investigación es visibilizar la relación entre trabajo y
construcción del sujeto a través del análisis de su trayectoria laboral, observando la
heterogeneidad al interior de la misma y rescatando sus elementos objetivos subjetivos. Se elige
como categoría de análisis a los a los trabajadores independientes, es decir hombres y mujeres no
subordinados, ya sean patrones o trabajadores por cuenta propia. Como estudio de caso, se
consideran las actividades de manufactura y comercio en la industria textil y del vestido de la
zona metropolitana conformada por los municipios de Moroleón y Uriangato, en el estado de
Guanajuato; y los municipios de San Miguel el Alto y Villa Hidalgo, en el estado de Jalisco.
Por una parte, se adopta una visión longitudinal que permita comprender la complejidad y
evidenciar la heterogeneidad al interior de la propia trayectoria laboral de los sujetos; así como
sus diferencias por género y generación. Por otra, se adopta un enfoque mixto que permita el uso
de fuentes cuantitativas y cualitativas de corte longitudinal, para abordar las dimensiones
objetivas y subjetivas de la trayectoria. En primera instancia se exploran las trayectorias en una
fuente de datos cuantitativa para observar qué tan heterogéneas son y cuál es su interrelación con
otras trayectorias vitales. En seguida, se pretende reconstruir las interpretaciones y los
significados que los actores atribuyen a sus acciones, decisiones y a los riesgos económicos que
afrontan a lo largo de su trayectoria laboral.
Palabras
clave:
relación
trabajo-construcción
del
sujeto,
trayectoria laboral,
trabajo
independiente, riesgo objetivo y subjetivo.
Abstract
The intention that guides this research is to show the relationship between work and construction
of the subject through an analysis of his labor history, noting the heterogeneity within the same
cohort and considering its subjective elements. As a category of analysis it chose to the selfemployed, women and men who are not subordinated, whether employers or self-employed. As a
case of study, are considered manufacturing and trade activities in textiles and clothing in the
metropolitan area comprised of municipalities and Uriangato Moroleón in the state of
Guanajuato, and the municipalities of San Miguel el Alto and Villa Hidalgo in the state of
Jalisco.
2
First, it's adopted a longitudinal view for understanding the complexity and evidence of
heterogeneity within the life course of the cohort, as well as their differences by gender and
generation. Furthermore, adopting a mixed methodology, that allows the use of longitudinal
quantitative and qualitative sources, will address the objective and subjective dimensions of labor
history. First, trajectories are explored in a quantitative data source to see how heterogeneous
they are and what their relationship with another life trajectories. Next, will reconstruct the
interpretations and meanings that actors attach to their actions, decisions and the economic risks
they encounter throughout their trajectories.
Keywords: relationship labor-construction of person; labor trajectory, independent work,
objective and subjective risk.
Introducción
El presente proyecto se suma a la línea temática "Políticas para el Empleo y el Trabajo" de la Red
Temática "Pobreza y Desarrollo Urbano", incluida entre las Redes Temáticas Conacyt de
Investigación. El objetivo general de la Red es identificar, caracterizar y analizar diversos
mercados de trabajo y modelos de organización productiva, con el propósito de generar
propuestas de política pública para el desarrollo regional y proveer insumos a los gobiernos
locales para diseñar estrategias de promoción del desarrollo económico.
En esta investigación se aborda la heterogeneidad presente en la trayectoria laboral de los
trabajadores independientes de la industria textil y del vestido en México, tomando como
estudios de caso la zona metropolitana conformada por los municipios de Moroleón y Uriangato,
en el estado de Guanajuato; y los municipios de San Miguel el Alto y Villa Hidalgo, en el estado
de Jalisco.
Uno de los casos que se abordan, la Zona Metropolitana de Moroleón y Uriangato, presenta
elementos que permiten vincularlos a los procesos de industrialización difusa. Estos “tienen
lugar en áreas tradicionalmente rurales y están originaos en el trabajo domiciliario y la gestación
de microempresas” (Saraví, 1998, pág. 252). También se observan modelos de organización
productiva flexible, en cuanto a las relaciones interempresariales y las relaciones capital trabajo
(Saraví, 1998, pág. 261).
En este contexto, lo que interesa es analizar la relación entre trabajo y construcción del sujeto
laboral y sus diferencias intra e intergeneracionales, así como por género. Para dicho análisis, se
3
pretende reconstruir la trayectoria laboral de las y los trabajadores autónomos o no subordinados.
Se trata de trabajadores independientes, es decir, hombres y mujeres que son patrones o
empleadores y trabajadores por cuenta propia, actores centrales en los procesos de
industrialización y en el desempeño de los modelos productivos que se abordan.
Con la intención de tener una visión del problema más amplia a partir de la articulación de
niveles de análisis y fuentes de diversos tipos (Blanco & Pacheco, En busca de la “metodología
mixta” entre un estudio de corte cualitativo y el seguimiento de una cohorte en una encuesta
retrospectiva, 2002), se propone el uso de una metodología mixta (Teddlie & Tashakkori, 2010).
En primera instancia se propone explorar las trayectorias en una fuente de datos cuantitativa, para
observar qué tan heterogéneas son las trayectorias laborales y cuál es su interrelación con otras
trayectorias vitales. A partir de los elementos objetivos que de este análisis se desprendan, se
considera indispensable abordar la dimensión subjetiva de las trayectorias para una mejor
comprensión de su construcción. Así, el abordaje cualitativo se hará a través de entrevistas en
profundidad con el fin de reconstruir las interpretaciones y estrategias de inserción y movilidad
laboral, así como los significados que los actores atribuyen a sus acciones y decisiones a lo largo
de su trayectoria laboral y a su interrelación con otras trayectorias vitales, observando del mismo
modo, la heterogeneidad al interior de la cohorte y las diferencias por género y generación.
En el primer apartado de este trabajo intenta definir con precisión el objeto de estudio, en la
forma de un planteamiento del problema, delimitado teórica, metodológica y empíricamente. Es
decir, se precisan las corrientes y enfoques, modelos o tipos de acercamiento metodológico y
técnico que se pretenda emplear; así como los espacios, tiempos, casos, y categorías muéstrales y
poblaciones que se utilizarán. El segundo apartado expone una revisión sobre discusión teórica con
el fin de dar sustento al objeto de investigación. Finalmente, el tercer apartado presenta la propuesta
metodológica inicial diseñada para la investigación en desarrollo, así como los instrumentos
tentativos para el trabajo de campo.
Planteamiento del problema
En el contexto de la creciente heterogeneidad laboral y la discusión actual sobre las formas no
típicas de trabajo (Pacheco & de la Garza, 2011), en esta investigación se quiere retomar dos
aspectos centrales en dicha cuestión: primero la propuesta teórica-conceptual, desde la visión de
la sociología del trabajo, de pasar de un concepto restringido clásico del trabajo a uno ampliado
4
que no se restringa al asalariado (de la Graza, 2011); segundo, “la tarea de visibilizar la relación
entre trabajo y construcción del sujeto” (Pacheco & de la Garza, 2011, pág. 14).
Por ello, en esta investigación interesa aproximarse al estudio del trabajo desde el punto de vista
de los actores sociales y, como lo plantea de la Garza (De la Garza, 2006), ir del concepto
ampliado de trabajo al de sujeto laboral ampliado. Entre los distintos actores sociales en el mundo
del trabajo, se elige como categoría de análisis a los trabajadores independientes, definidos como
empleadores o trabajadores por cuenta propia. Lo anterior implica abordar sólo una parte de la
heterogeneidad laboral que, como se retomará más adelante, tiene que ver con la coexistencia de
diferentes tipos de trabajadores; vistos desde la perspectiva de los actores sociales; pero también
mirados desde otras perspectivas teóricas, que tienen que ver con el tipo de actividad productiva;
o bien, con las condiciones del mercado laboral, ya sea formal e informal, seguro e inseguro,
típicamente capitalistas y no típicamente capitalistas, entre otros.
Sin embargo, se rescata otra dimensión de la heterogeneidad laboral, la que se presenta al interior
de la propia trayectoria de vida de los sujetos, pues como los señala María Eugenia de la O, “una
trayectoria laboral no es homogénea en sus respuesta y lógicas” (De la O & Medina, 2008, pág.
58). En la realidad, las trayectorias laborales son más complejas de lo que dan cuenta indicadores
transversales de ocupación y empleo, pues un individuo puede presentar múltiples estadios como
población económicamente activa o no activa; diferente combinaciones en el orden de su estatus
de ocupación, desocupación o subempleo, ya sea que se encuentre en el trabajo formal o en el
sector informal. Puede experimentar distintas posiciones en la ocupación; así como diferencias en
sus condiciones laborales, ya san precarias o seguras en términos de ingreso, estabilidad y
prestaciones.
Pero más allá de los indicadores, se pretende reconstruir las percepciones y valoraciones de las
condiciones laborales; los significados que los actores atribuyen a sus acciones, decisiones y
estrategias de inserción y movilidad a lo largo de su trayectoria laboral; y para nuestros actores,
un elemento importante es indagar sobre la percepción de los riesgos económicos que se les van
presentando como trabajadores independientes.
Considerando todos estos elementos, la intención que guía la presente investigación es visibilizar
la relación entre trabajo y construcción del sujeto a través del análisis de su trayectoria laboral,
observando la heterogeneidad al interior de la misma y rescatando sus elementos objetivos
5
subjetivos. Se elige como categoría de análisis a los a los trabajadores independientes, es decir
hombres y mujeres no subordinados, ya sean patrones o trabajadores por cuenta propia. Como
estudio de caso, se consideran las actividades de manufactura y comercio en la industria textil y
del vestido de la zona metropolitana conformada por los municipios de Moroleón y Uriangato,
en el estado de Guanajuato; y los municipios de San Miguel el Alto y Villa Hidalgo, en el estado
de Jalisco.
Analizar la trayectoria laboral de los trabajadores independientes desde su dimensión objetiva y
subjetiva plantea dos retos teórico metodológicos. Por una parte, implica adoptar una visión
longitudinal que permita comprender la complejidad y evidenciar la heterogeneidad al interior de
la propia trayectoria laboral de los sujetos; es probable nuestros actores, aunque ahora son cuenta
propia o empleadores, a lo largo de su trayectoria laboral se movieron en diferentes posiciones.
Por otra parte implica adoptar un enfoque mixto que permita el uso de fuentes cuantitativas y
cualitativas, este caso, de corte longitudinal, para abordar las dimensiones objetivas y subjetivas
de la trayectoria.
A continuación se describe la unidad de análisis se abunda en la delimitación espacio-temporal.
Unidad de análisis
Al abordar el tema del trabajo desde la perspectiva de los actores, se eligió como categoría de
análisis a los trabajadores independientes. Entre ellos se encuentran los empresarios quienes de
acuerdo con Marcela Hernández, “hasta ahora ha sido un espacio despreciado por los estudiosos
y que arroja un déficit de conocimiento acerca de cómo ha cambiado este sujeto” (Hernández,
2006). En México, hasta antes de la crisis económica global de 2009 la investigación sociológica
y demográfica se concentraba en analizar las condiciones laborales deficitarias (García &
Sánchez, 2011). La crisis genera niveles de desempleo no vistos antes que invitan a estudiar no
solo las condiciones del empleo sino las del desempleo. Pero el análisis de los trabajadores no
subordinados sigue un tanto relegado.
Para identificar a los trabajadores que actualmente son autónomos o no subordinados. La variable
posición en la ocupación permite clasificar a la población ocupada en dos categorías, subordinada
e independiente, según su relación con los medios de producción y con la propiedad de los bienes
y servicios generados en el desempeño de su trabajo.
6
Si bien pueden o no disponer de sus propias herramientas, los trabajadores subordinados no son
dueños del bien o servicio que elaboran o venden ni deciden cómo o dónde promover sus
productos o servicios, por lo tanto el trabajador subordinado por defunción no enfrenta ningún
tipo de riesgo económico.
Por su parte, los trabajadores autónomos están representados por los trabajadores independientes:
todos aquellos que trabajan en un negocio propio, en el que no depende de algún jefe o superior e
incluye a los miembros de una cooperativa. Se clasifican en dos grupos según cuenten o no con
trabajadores remunerados: empleadores y trabajadores por cuenta propia.
Partiendo de la Población total, de acuerdo con las cifras preliminares de la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo (ENOE), de cada 100 hombres de 14 años y más 77.4 son económicamente
activos y en el caso de las mujeres la relación es de 42.2 por cada 100. La población ocupada
representa 94.4 por ciento, de los cuales 62.6 fueron hombres y 37.4 por ciento mujeres. Del total
de la población ocupada, la
Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo muestra que los
trabajadores subordinados, es decir, la población que trabaja para una unidad económica en la
que depende de un patrón, jefe o superior, representan 72.6% del total de ocupados. Estas cifras
corresponden al tercer trimestre del 2011.
En México 5 de cada 100 trabajadores son empleadores (patrones) y cerca de 23 de cada 100
trabajan por cuenta propia, en suma, los trabajadores independientes representan el 27.4% de la
población ocupada. Así, los trabajadores independientes obtienen ingresos por la venta de los
productos (o servicios) resultantes de su trabajo; disponen de sus propias herramientas o medios
de producción y buscan su materia prima y/o clientes; así mismo, son dueños del bien o producto
que elaboran o que venden; deciden cómo y dónde promover sus productos y/o servicios
enfrentando el riesgo económico de perder o ganar. La siguiente gráfica muestra la distribución
de la población ocupada según su posición en la ocupación.
Gráfica 1
Estados Unidos Mexicanos. Población ocupada según posición en la ocupación
7
Fuente: INEGI. Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Tercer trimestre de 2011.
Cabe aclarar que entre los trabajadores subordinados un pequeño porcentaje son trabajadores
familiares no remunerados, estos son 6.6% del total de población ocupada, de modo que no están
sujetos estrictamente al régimen salarial que hemos definido, sin embargo entran en la
clasificación al sólo contar con su fuerza de trabajo. Por su parte, el trabajador subordinado que
sí es remunerado puede o no ser asalariado en términos de contar con un contrato. Los primeros
representaban en 2010 el 65% de la población ocupada, y los no asalariados el 5%. Por ello se
dice que mucho del trabajo independiente es en realidad un refugio ante el escaso empleo
asalariado. Si lo es o no, y esto se discute a partir de los referentes teóricos, como trabajadores
independientes los sujetos enfrentan riesgos económicos que no enfrentan los trabajadores
subordinados (aunque incluso parte de las actividades que se les deleguen, a los gerentes por
ejemplo, impliquen general estrategias al respecto)
Así la característica fundamental de nuestra categoría de análisis es el riesgo económico al que se
enfrenta todo trabajador independiente.
Dimensión temporal
8
La dimensión temporal tiene un lugar central en la presente investigación porque la
heterogeneidad será vista desde la trayectoria de los sujetos laborales, lo que implica un análisis
de corte longitudinal. Con ello además se busca evitar “el problema de las a sincronías entre la
evolución conceptual y la generación de información” planteado por un grupo de expertos
(Pacheco & de la Garza, 2011, pág. 15). Si “gran parte de la investigación en el campo de los
mercados y la fuerza de trabajo… se ha planteado desde un corte sincrónico” (Blanco, 2002, pág.
448) 1 , es porque los estudios diacrónicos están muchas veces restringidos por la falta de
información que permita llevar a cabo análisis longitudinales. Afortunadamente, en México se
cuenta con fuentes estadísticas que permiten elaborar este tipo de análisis. Pero se ha dicho que
más allá de los elementos objetivos, la intención de tener una visión del problema más amplia a
partir de la articulación de niveles de análisis y fuentes de diversos tipos (Blanco & Pacheco, En
busca de la “metodología mixta” entre un estudio de corte cualitativo y el seguimiento de una
cohorte en una encuesta retrospectiva, 2002), por lo que se hará el uso de una metodología mixta
(Teddlie & Tashakkori, 2010). Esta propuesta será ampliada en el apartado metodológico.
Aquí solo queda mencionar que el trabajo de campo se llevará a cabo durante el semestre enerojunio de 2013. Este es el momento o punto de partida retrospectivo para la construcción de la
trayectoria a través del relato de los sujetos. Por su parte, la fuente estadística trunca la trayectoria
en el 2011, al momento del levantamiento de la encuesta. La unidad de observación de la fuente
estadística es la vivienda particular, mientras que la información cualitativa puede obtenerse tanto
en la vivienda particular como en el taller o la empresa.
Dimensión espacial
En esta investigación se toma como estudios de caso la zona metropolitana conformada por los
municipios de Moroleón y Uriangato, en el estado de Guanajuato; y los municipios de San
Miguel el Alto y Villa Hidalgo, en el estado de Jalisco.
San Miguel el Alto hace referencia a su ubicación en la región de Los Altos de Jalisco; Villa
Hidalgo ubica en la región Altos Norte de la misma entidad. Por su parte, Moroleón y Uriangato
se encuentran conurbados intermunicipalmente al sur de Guanajuato, conformando la Zona
Metropolitana Moroleón-Uriangato (ZMMU).
1
Mercedes Blanco se refiere en este caso a un aspecto central en los estudios del mercado y la
fuerza de trabajo: la participación femenina y la relación trabajo-familia.
9
Mapa 1.
Ubicación geográfica
Fuente: Sitio del INEGI en Internet: www.inegi.org.mx
Características socio-demográficas de los municipios seleccionados.
Población
De acuerdo con el último censo, la población de Guanajuato fue de 5 486 372 personas al 12 de
junio de 2010[2], 48.11% son hombres y 51.89% son mujeres, 92.7 por cada 100 hombres. El
tamaño promedio del hogar coincide con el promedio de ocupantes por vivienda, que
corresponde a 4.3 personas.
En ese año, la población total de Moroleón fue de 49 364. Cuarenta y siete de cada cien son
hombres y 52.84% son mujeres, por lo que la razón de sexo es de 89.3 mujeres por cada 100
hombres. El tamaño promedio del hogar coincide con el promedio de ocupantes por vivienda, que
corresponde a 3.8 personas.
2
Cifras definitivas que incluyen a la población estimada que corresponde a las viviendas sin
información de ocupantes. Fuente: Sitio del INEGI en Internet: www.inegi.org.mx.
10
La población de Uriangato fue de 59 305, 47.77% son hombres y 52.23% son mujeres, de modo
que por cada cien hombres hay 91.5 mujeres. El tamaño promedio del hogar coincide con el
promedio de ocupantes por vivienda, que corresponde a 4 personas. Ambos municipios abarcan
cerca de 2% de la población total de la entidad.
Por su parte, la población de Jalisco fue de 7 350 682; los municipios de San Miguel el alto y
Villa Hidalgo contaban con una población de 31 166 personas y 18 711 respectivamente,
abarcando juntos sólo el 0.68% de la población de la entidad. Las razones de sexo son 96, 92.8 y
93.5 mujeres por cada cien hombres, respectivamente. El tamaño promedio del hogar de la
entidad y los dos municipios elegidos coincide con el promedio de ocupantes por vivienda, que
corresponde a 4 personas en la entidad y 4.1 en los dos municipios.
Los trabajadores independientes en la a industria textil y del vestido de los municipios seleccionados.
Ya se mencionó que en México 5 de cada 100 trabajadores son empleadores o patrones y cerca de
23 de cada 100 trabajan por cuenta propia, de tal forma que los trabajadores independientes en el
país abarcan 27.4% de la población ocupada, según cifras de la Encuesta nacional de ocupación y
Empleo correspondientes al tercer trimestre del 2011. Las cifras del censo 2010 coinciden: cerca
de 66 por cada 100 se ubicó en el rubro de trabajadores subordinados y remunerados; cerca de 23
por ciento labora por su cuenta, sin emplear personal pagado; 6 por ciento son trabajadores sin
remuneración (en su mayoría familiares) y cerca de 5 por ciento son propietarios de los bienes de
producción.
A partir de la muestra censal 2010, representativa a nivel municipal, es posible hacer una
caracterización de los trabajadores en los contextos donde se están estudiando, gracias a que el
cuestionario ampliado del censo indaga sobre posición en la ocupación y sector de actividad
económica, lo que nos permite saber qué peso tienen los trabajadores por cuenta propia y
empleadores en estos contextos.
La gráfica 3 muestra la distribución de la población por posición en la ocupación de la Zona
Metropolitana Moroleón-Uriangato. El trabajador subordinado abarca 69% de la población
ocupada, 1.7 de cada cien son trabajadores familiares sin pago y 27.8% son trabajadores
independientes, cifra similar a la que se observa a nivel nacional. La distribución al interior de los
municipios que conforman la zona metropolitana es un poco distinta: En Moroleón son
independientes cerca de 30% y en Uriangato cerca de 26%.
11
En la gráfica 3 también se muestra que cerca de 19% son trabajadores por cuenta propia y 8.6%
son empleadores. Los primeros representan a 69% del total de trabajadores independientes y los
empleadores representan a 31 de cada cien trabajadores no subordinados.
En Moroleón, de los trabajadores independientes, cerca de 24% son empleadores (7 de cada cien
ocupados). En Uriangato los patrones representan hasta 38% de los trabajadores no subordinados.
Llama la atención que este municipio los patrones son cerca de 10% de toda la población
ocupada, el doble que a nivel nacional.
Gráfica 2
Zona Metropolitana Moroleón-Uriangato.
Población ocupada según posición en la ocupación
1.7
1.5
8.6
69.0
27.8
19.2
Subordinado
Trabajador familiar sin pago
No especificado
Patrón o empleador
Cuenta propia
Fuente: INEGI. Censo de población y vivienda 2010. Micro datos de la muestra censal.
Respecto a la población ocupada por sector de actividad, en el territorio nacional, 13.5 por ciento
de la población ocupada labora en el sector primario; 24.1 por ciento en el secundario e industrial
y 61.8 por ciento se ubicó en el terciario o en el de servicios, mientras que 0.6 por ciento no
especificó su actividad.
12
La muestra censal permite observar la importancia que tienen las actividades de manufactura y
comercio de productos textiles, incluyendo prendas de vestir. Treinta y seis de cada cien
trabajadores independientes en los Municipios de Moroleón y Uriangato se dedican solo a las
actividades mencionadas. Como lo muestra la Gráfica 4, en la zona metropolitana MoroleónUriangato, los trabajadores independientes dedicados a las actividades que abarcan la
manufactura y comercio de productos textiles, incluyendo prendas de vestir, representan 33.21%
del total de empleadores y trabajadores por cuenta propia (15 y 18 de cada cien trabajadores
independientes, respectivamente). De este total la fabricación abarca el 46% y el comercio el
54%
Gráfica 3
Zona Metropolitana Moroleón-Uriangato.
Trabajadores independientes según actividad económica
23.93
15.14
33.21
33.82
18.07
9.04
Primario
Otros
Servicios
Fabricación de insumos, acabados y productos texiles incluyendo prendas de vestir
Comercio de productos textiles, bisutería, accesorios de vestir y calzado
Fuente: INEGI. Censo de población y vivienda 2010. Micro datos de la muestra censal.
13
Referentes teóricos.
Heterogeneidad laboral
Como ya se mencionó, en México existe una creciente heterogeneidad laboral (Pacheco & de la
Garza, 2011). Si bien esta investigación se centra en el análisis de la heterogeneidad que se
presenta al interior de la propia trayectoria laboral de los sujetos, vale la pena retomar la
discusión de la heterogeneidad en su carácter macro y para ello existen distintas vertientes
teóricas en torno al tema (Pacheco, 2004). Brígida García señala lo difícil que es sistematizar los
conceptos clave, traducidos en indicadores, por los diferentes significados que tienen dentro de
los diversos enfoques (García, Las carencias laborales en México, 2011). La intención es contar
con criterios teóricos y empíricos claros para determinar si en el contexto de flexibilidad laboral
de este estudio, los casos que se aborda pueden definirse como mercados de trabajo no
típicamente capitalistas.
Heterogeneidad en términos de sector formal e informal (trabajo asalariado y no asalariado)
Partiendo de la discusión dada alrededor de los años setenta, cuando la OIT acuñe el término de
trabajo informal, para referirse al trabajo no asalariado, la principal limitación de este concepto es
la falta de un marco teórico que permita un consenso respecto a la definición del término.
Todavía hoy se cuestiona la potencia teórica de los conceptos que explican las formas de trabajo
heterogéneas (Gil, 2010).
La heterogeneidad también puede entenderse en términos del tamaño del establecimiento, como
lo señala el Programa Regional de Empleo para América Latina y el Caribe (PREALC, 1991).
De acuerdo con este enfoque la informalidad está en el trabajo no profesional ni técnico que se
presenta en establecimientos de cinco a menos trabajadores.
Desde el enfoque regulacionista, como lo plantean entre otros, la informalidad representa una
expresión de la flexibilización que adoptan las empresas en cuanto a regulaciones laborales
(Castell & Portes, 1989). Se trata de trabajo que no cuenta con prestaciones de ley; así como el
trabajo que se lleva a cabo en establecimientos económicos no registrados.
Sin embargo, Pérez Sainz señala que ante la compleja realidad emergente que la restructuración
productiva está induciendo, resulta obsoleto clasificar al mercado de trabajo en categorías
mutuamente excluyentes, ya que éstas pueden combinarse en una misma realidad social (Pérez
Sainz, 1996). Los términos antagónicos para definir al trabajo han dejado de tener vigencia en la
14
medida en que, por ejemplo, la micro tecnología ha dejado obsoleta la asociación entre tamaño
del establecimiento y tecnología simple.
Mora y de Oliveira asocian el tamaño del establecimiento con el nivel de productividad, y
afirman que el tamaño “sigue siendo un factor clave en el análisis de las probabilidades que tiene
la mano de obra de acceder a empleos que permitan el ejercicio de los derechos laborales básicos
y el logro de un ingreso por encima de los niveles de subsistencia más elementales” (Mora & de
Oliveira, 2010, pág. 132).
Desde la perspectiva de los Nuevos Estudios Laborales, “no hay duda que tecnologías de punta,
ahorradoras de mano de obra” están presentes en nuestra Latinoamérica desde los ochenta”... Sin
embrago se ha constatado que, “a nivel nacional, la extensión de las nuevas tecnologías
comprende un número reducido de empresas, sobre todo dirigidas hacia el mercado externo y de
tamaño grande.” (De la Garza, 2006, pág. 5).
Novick y Carrillo señalan, al respecto de las nuevas formas de organización de los procesos
productivos, que las ventajas comparadas se pueden crear por su naturaleza dinámica, donde la
tecnología y el desarrollo de procesos de aprendizaje individuales y colectivos de carácter social
condicionan el éxito económico de países empresas y regiones. Esto se da porque los procesos de
aprendizaje colectivo favorables al surgimiento de procesos de desarrollo basados en la
acumulación de competencias tecnológicos, organizacionales y de comercialización (Novick &
Carrillo, 2006).
Heterogeneidad en términos de flexibilidad productiva.
La flexibilidad considera elementos como las tendencias del empleo ye l desempleo; los salarios;
las formas de contratación; la duración del trabajo y de la jornada y la capacidad de negociación
colectiva. La flexibilización es lo que mejor define el contexto laboral de nuestro país.
Boltanski identifica dos tipos de flexibilidad: una al interior de las empresas, que se caracterizaría
por la polivalencia, autocontrol, desarrollo de la autonomía, etc., y que sería una manera que han
tenido los empresarios de trasladar la incertidumbre del mercado a los asalariados (trabajadores
subordinados); y otro tipo de flexibilidad externa, que supondría una organización de trabajo en
red, a través de subcontrataciones, con la cual se tiene acceso a mano de obra “maleable en
términos de empleo (empleos precarios, interinos, trabajadores independientes), de horarios o de
duración del trabajo (tiempo parcial, horarios variables)” (Boltanski, 2002:300).
15
En este sentido Tokman, destaca que el deterioro en la estructura del empleo es consecuencia de
su informalización, terciarización y desprotección y señala la dificultad de compatibilizar la
flexibilidad con la protección laboral (Tokman, 2003). En México, “el mercado laboral estaría
perdiendo capacidad de promover procesos de ciudadanización e inclusión social a raíz del
avance de las prácticas de flexibilización unilateral, las políticas de desregulación laboral y la
pérdida de poder de negociación de los sindicatos” (Mora & de Oliveira, 2010, pág. 132).
En el contexto de la industria maquiladora en México, María Eugenia de la O advierte que “en
cuatro décadas de participación activa, las mujeres no mejoraron su condición laboral (De la O &
Medina, 2008, pág. 52). Refiriéndose a toda la fuerza laboral asalariada, Mora y de Oliveira,
afirman que “es muy poco probable que las desigualdades laborales observadas puedan ceder si,
como hasta el presente, las estrategias de competitividad internacional del país continúan
asentando este elemento como aspecto clave de su inserción en los mercados internacionales”
(Mora & de Oliveira, 2010, pág. 131).
Heterogeneidad en términos de Precariedad Laboral
La precariedad se refiere a condiciones deficitarias de trabajo: aquellos que no cuentan con
contrato, que son inestables o a tiempo determinado; que no cuenta con prestaciones sociales; que
cuenta con bajos ingresos. En lo que a la naturaleza del empleo se refiere, de acuerdo con
Boltanski, la precariedad estaría vinculada con el trabajo interino o discontinuo, con contrato de
duración determinada, a tiempo parcial; o con la ubicación dentro de empresas subcontratistas,
las cuales recurren al trabajo precario porque dependen de manera muy significativa de las
variaciones del mercado (Boltanski, 2002:312). Este autor menciona que las grandes empresas,
que en principio ofrecen empleos seguros, en realidad sólo lo hacen para un cierto número de
trabajadores fijos. Otros, los subcontratados, trabajan en condiciones precarias, pues se les
emplea sólo para determinados períodos, los de mayor demanda de producción que requieren
horas complementarias de trabajo.
“Los interinos constituyen, de este modo, “una mano de obra móvil, barata, sin ventajas sociales,
convencionales o estatutarias, que permite a las empresas disminuir el número de sus trabajadores
asalariados titulares” y pagar a los subcontratados sólo las horas realmente trabajadas, evadiendo
las “horas muertas” o improductivas por descanso o capacitación (G. Lyon-Caen, cit. en
Boltanski, 2002:314).
16
En esta línea, Boltanski (2002) habla de los excluidos o “abandonados a su suerte”, que serían los
trabajadores con menor cualificación (los menos competentes), los más frágiles física y
psíquicamente y los menos jóvenes (por ser menos maleables) (Boltanski, 2002:326).
Sin embargo, el mismo autor señala que también los empleos fijos o “seguros” se han ido
precarizando, pues cada vez requieren de mayores cualificaciones e intensidad del trabajo a
cambio de un salario idéntico” (Boltanski, 2002:355).
Mora y de Oliveira concluyen que “entre los jóvenes parece ser necesario adquirir niveles
educativos muy elevados, por encima del de educación superior básica, para acceder a una
inserción laboral que favorezca el acceso a los derechos laborales básicos y remuneraciones que
permitan el logro de una vida digna... esto constituye en sí mismo un factor de desigualdad social,
ya que sólo una proporción pequeña de la fuerza laboral logra acceder a un nivel educativo tan
alto y, adicionalmente, las oportunidades para alcanzar este logro se distribuyen de forma
inequitativa, según el estrato social” (Mora & de Oliveira, 2010, pág. 133). Sin embargo, en los
contextos que estudiamos ¿se observa que importa más la calificación para el trabajo que el nivel
de escolaridad? ¿Es el capital social, la red de relaciones, el que permite la inserción laboral y la
permanencia o logro de trabajos que permitan el logro de una vida digna?
Discusión actual sobre las formas no típicas de trabajo
La discusión sobre lo no típicamente capitalista ha estado mediada por el abordaje de aquellas
ocupaciones no asalariadas pero que tienen diferentes formas de insertarse, pero generalmente en
condiciones de vulnerable. Se trata también de trabajos temporales o discontinuos; realizados en
horarios no habituales; el trabajo subcontratado; el autoempleo.
Hemos querido abordad ejemplos que si bien se tratan de tipos de inserción distinta al trabajo
asalariado, resultaron casos exitosos al sobrevivir a las condiciones de vulnerabilidad. En esta
discusión Luis Reygadas plantea un elemento importante en la discusión de lo atípico, los
elementos subjetivos del trabajo. En uno de los casos que analiza señala que “si bien las
dimensiones objetivas y subjetivas… están relacionadas, no existe una correspondencia exacta
entre ambas” (Reygadas, 2011). Interesa mucho indagar cómo fue la experiencia subjetiva de los
sujetos, cuya trayectoria laboral puede definirse como exitosa, al momento de afrontar los riesgos
económicos y la situación de vulnerabilidad definida con elementos objetivos.
El Concepto ampliado de trabajo y el sujeto laboral ampliado
17
La discusión teórica-conceptual, desde la visión de la sociología del trabajo, de pasar de un
concepto restringido clásico del trabajo a uno ampliado que no se restringa al asalariado (de la
Graza, 2011); permite entender los significados que los actores atribuyen a sus acciones y
decisiones a lo largo de su trayectoria laboral y a su interrelación con otras trayectorias vitales en
virtud de que “un trabajador… tiene interacciones y experiencias en otros mundos (además del
espacio laboral) articulados de manera inmediata
o no con el trabajador…los mundos del
consumo, del esparcimiento, en la familia pueden reconocer traslapes con la actividad
productiva”.
De forma que “un
concepto de trabajo ampliado otro de sujetos laborales
ampliado… donde los sujetos se pueden constituir en territorios y tiempos no laborales, aunque
manteniendo vinculación con lo laboral ampliado… y contando con su experiencia laboral
detrás.” (De la Garza, 2006, pág. 23 y 24).
Si bien la trayectoria es entendida como la construcción de la experiencia social y cultural que
construye el sujeto, adjudicándole un carácter dual, dicha experiencia a su vez construye al
sujeto. Se asume que en la conformación de las trayectorias, el trabajador no sólo es influido por
las circunstancias, sino que existe una “conciencia práctica” en su acción. “Entre estructura y
acción social media la subjetividad, entendida como proceso de dar sentido” (De la Garza, 2006,
pág. 23). Para comprender lo anterior, Giddens plantea una teoría acerca del sujeto actuante al
poniendo énfasis no en el sujeto mismo, sino en su praxis. La noción de actor que sostiene
Giddens es la de aquél que sabe lo que hace y es capaz de explicarlo con razones. Por ello afirma
que la característica del “agente o sujeto humano” es la “conciencia práctica” (Giddens, 1998:44).
Esa conciencia no implica que el sujeto actúe siempre intencionalmente. Para aclarar este punto,
Giddens introduce la diferencia entre obrar, que denota un hacer; y actuar, que implica
intencionalidad en el acto: saber que tendrá una particular cualidad y resultado (Ibíd.: 46-47).
Giddens sostiene que los actores “tienen una comprensión teórica continua sobre los fundamentos
de su actividad”, aun cuando habitualmente actúen por rutina (Ibíd.: 43). Además, uno de los
aspectos más relevantes del agente es su capacidad de “ejercer alguna clase de poder”. Esta
capacidad se entiende como aptitud para “producir una diferencia”, para influir causalmente en
otros (Ibíd.: 51).
La acción, para Giddens, implica siempre una aptitud transformadora, aunque en ocasiones el
poder de los individuos se vea constreñido por circunstancias específicas hasta el punto de
18
dejarlos “carentes de opción” (Ibíd.: 51-52). Esas circunstancias específicas en que actúan los
sujetos las denomina “contextos de acción”. El contexto supone los límites espacio-temporal
(simbólico o físico); la comparecencia de actores y un empleo reflexivo de estos fenómenos “para
influir o gobernar el decurso de la interacción” (Ibíd.: 308).
Según la teoría de la estructuración, en una interacción, los contextos son producidos y
reproducidos. De ahí que para Giddens, estructura no sea algo “externo” a la libre iniciativa del
individuo, algo que restringe su acción, sino que es el resultado de la reproducción de prácticas
sociales; no constituye un “armazón” o “esqueleto” de la sociedad, sino un “orden virtual” con
“propiedades estructurales” (Íbid:53-54.61). 57
Según Giddens, el modo en que se estructura la sociedad es dual: “el momento de la producción
de la acción es también un momento de reproducción en los contextos donde se escenifica
cotidianamente la vida social”. Es decir, al actuar se constituyen tanto los agentes como las
estructuras. El proceso anterior no es expresado como un dualismo (entendido como exclusión de
alguno de los términos) sino como dualidad (como dos aspectos de un mismo fenómeno) (ibíd.:
62).
El modo en que los agentes reproducen las condiciones que hacen posible la práctica social es a
través de reglas (técnicas o procedimientos generalizados) y de recursos (materiales o
intelectuales). Las reglas, junto con los recursos, proporcionan “la aptitud generalizada de
responder a un espectro indeterminado de circunstancias sociales y de influir sobre este” (Ibíd.:
57-58).
Giddens concluye que “La historia humana es creada por actividades intencionales, pero no es un
proyecto intentado” (Ibíd.: 63). Es decir, en la conformación de las estructuras, ni se dan por
supuestas las razones de los agentes, ni se sostiene que la sociedad sea la creación de actores
individuales (Ibíd.: 62-63.240). Las estructuras son “propiedades articuladoras que consienten la
“ligazón” de un espacio-tiempo en sistemas sociales: las propiedades por las que se vuelve
posible que prácticas sociales discerniblemente similares existan a lo largo de segmentos
variables de tiempo y espacio, y que presten a éstos una forma “sistémica” (Ibíd.: 53-54). Esto
nos permite asumir que el trabajador no sólo es influido por las circunstancias, sino que, tal como
lo sostiene Giddens, también es capaz de transformarlas.
19
La relación entre sujeto y estructura se da a través de la interiorización de lo objetivo por parte
del sujeto (habitus). Es decir, el entorno social va inscribiendo en el sujeto “esquemas mentales y
corporales de percepción, apreciación y acción” (Bourdieu y Wacquant, 1995:23). El habitus es
uno de los conceptos contemporáneos más conocidos para hablar del nexo entre estructura y
sujeto. Según Pierre Bourdieu, existen dos estructuras que conforman el universo social: la
denominada “objetividad del primer orden”, establecida por la “distribución de los recursos
materiales y de los modos de apropiación de los bienes y valores socialmente escasos”; y la
“objetividad del segundo orden”, que son “sistemas de clasificación, de esquemas mentales y
corporales que fungen como matriz simbólica de las actividades prácticas, conductas,
pensamientos, sentimientos y juicios de los agentes sociales” (Bourdieu y Wacquant, 1995:18).
Las estructuras de la objetividad del segundo orden son las que Bourdieu denomina hábitus, el
cual es entendido como las “estructuras mentales o cognitivas para manejar el mundo social”
(Ibíd.: 21). Es decir, que el hábitus es el sistema de disposiciones adquiridas por medio del
aprendizaje implícito o explícito que funciona como un sistema de esquemas generadores, genera
estrategias que pueden estar objetivamente conformes con los intereses objetivos de sus autores
sin haber sido concebidas expresamente con este fin (Bourdieu, 2005). En Una invitación a la
sociología reflexiva Bourdieu señala que “el propósito principal de esta noción (de hábitus) es
romper con la filosofía intelectualista de la acción, representada en particular por la teoría del
homo economicus como agente racional, puesta otra vez de moda recientemente por la teoría de
la elección racional, cuando ya había sido repudiada por un buen número de economistas (a
menudo sin decirlo o explicitarlo por completo). La intención de explicar la lógica real de la
práctica —expresión que constituye un oxímoron en sí misma, ya que el sello de la práctica es ser
"lógica", tener una lógica sin tener a la lógica por principio— me llevó a proponer una teoría de
la práctica como el producto de un sentido práctico, un "sentido del juego" socialmente
constituido (Bourdieu 1977a, 1990a). En principio, quería explicar las formas más modestas de la
práctica —los rituales, las elecciones matrimoniales, la conducta económica mundana de la vida
cotidiana, etc. —, escapando tanto al objetivismo de la acción entendida como una reacción
mecánica "sin agente" como al subjetivismo que retrata la acción como prosecución deliberada de
una intención consciente, el libre proyecto de una conciencia postulando sus propios fines y
maximizando sus utilidades a través de un cálculo racional. Una segunda función fundamental de
la noción de hábitus —de la que también debo decir que hace referencia antes que nada a una
20
postura (o, si lo prefieren, un hábitus científico), esto es, a una determinada manera de construir y
comprender la práctica en su lógica específica (incluso temporal)— es romper con otro par
opositivo no menos mortal y sin duda considerablemente más difícil de vencer: oponiéndose al
materialismo positivista, la teoría de la práctica como práctica postula que los objetos de
conocimiento son construidos, y no pasivamente registrados, y oponiéndose al idealismo
intelectualista, nos recuerda que el principio de esta construcción se encuentra en el sistema
socialmente constituido de disposiciones estructuradas y estructurantes adquirido en la práctica y
constantemente dirigido a funciones prácticas.” (Bourdieu, 2005, p. 180 y181)
Relaciones capital-trabajo como puente para visibilizar la Relación entre trabajo y construcción del sujeto
Como se ha dicho, en esta investigación interesa aproximarse al estudio del trabajo desde el
punto de vista de los actores sociales y, como lo plantea de la Garza (De la Garza, 2006), ir del
concepto ampliado de trabajo al de sujeto laboral ampliado. El análisis de la trayectoria de los
sujetos laborales implica desplazarnos de las relaciones estructurales en el mercado laboral a lo
que pasa con el individuo. En el debate de las nuevas formas de organización del proceso
productivo, las relaciones capital-trabajo nos permite pasar de la heterogeneidad laboral a nivel
macro a la heterogeneidad a nivel de los sujetos laborales.
Uno de los rasgos por lo que se caracteriza al capitalismo es el régimen salarial. Tanto Marx
como Weber sitúan esta forma de organización del trabajo en el centro de su definición de
capitalismo. Boltanski considera el régimen salarial con independencia de las formas jurídicas
contractuales de las que pueda revestirse, de modo que en esta categoría entrarían todos los
trabajadores subordinados (asalariados y los remunerados no asalariados): “lo importante es que
existe una parte de la población que no detenta nada o muy poco capital y en cuyo beneficio no
está orientado naturalmente el sistema…Un rasgo importante del régimen salarial es que el
trabajador asalariado es teóricamente libre de mostrar su rechazo a trabajar en las condiciones
propuestas por el capitalista, al igual que éste es también libre de no proporcionar empleos en las
condiciones demandadas por el trabajador. Sin embargo, la relación es desigual en la medida que
el trabajador no puede sobrevivir mucho tiempo sin trabajar. No obstante, la situación es bastante
diferente de la del trabajo forzado o la esclavitud y presupone siempre por este motivo una cierta
dosis de sumisión voluntaria” (Boltansky, 2002).
21
Considerando el régimen salarial como forma de organización del trabajo capitalista, es posible
observar sujetos laborales como categorías excluyentes: trabajadores subordinados a dicho
régimen y trabajadores independientes. Los trabajadores subordinados están representados por
aquella parte de la población “que obtiene ingresos por la venta de su fuerza de trabajo y no por
la venta de los productos resultantes de su trabajo; que además no dispone de medios de
producción y que depende para trabajar, por lo tanto, de las decisiones de quienes los detentan,
pues en virtud del derecho de propiedad, estos últimos pueden negarles el uso de dichos medios
y; finalmente, que abandona, en el marco de la relación salarial y a cambio de su remuneración,
todo derecho de propiedad sobre el resultado de su esfuerzo, que va a parar íntegramente a manos
de los detentores del capital” (Boltansky, 2002). Por su parte, los trabajadores autónomos, en
oposición a los primeros, estarían representados por aquella población que obtiene ingresos por la
venta de los productos o servicios resultantes de su trabajo, que dispone de sus propias
herramientas o medios de producción y que es dueña del bien o producto que elabora o que
vende.
En esta investigación nos centraremos en los trabajadores autónomos con el fin de entender su
inserción o movilidad hacia esta posición en la ocupación. Entre los trabajadores independientes,
se encuentran los empresarios, quienes “son los principales actores que encarnan el capital
privado” (Ramírez Carrillo, 2010, pág. 240). Marcela Hernández define al sujeto empresarial
“como aquel que ocupa una posición dentro de la estructura de la organización (sea el dueño de
los medios de producción o que por delegación cumpla las funciones de dirección” (Hernández,
2006) en virtud de que “la actividad empresarial implica experiencia y conocimientos del
negocio, del mercado, de las distintas formas de financiamiento, en resolver problemas fiscales y
laborales, de cómo relacionarse con sus competidores y clientes, etc.” Entonces considera como
empresario principalmente a aquel de la pequeña y mediana empresa y deja fuera al trabajador
por cuenta propia y al microempresario, pues a estos los considera como refugio de mano de
obra, en términos de la baja supervivencia de estas empresas (que va de 1 a 5 años).
Sin embargo, aquí se considera a todo el trabajador independiente, porque su condición de no
subordinación le obliga a enfrentar los riesgos económicos que no enfrenta el trabajador
subordinado (aunque por delegación algunos subordinados deban generar estrategias al respecto).
Otra razón para considerar a todo el trabajado independiente, no solo el empresario, se detalla a
continuación.
22
Es cierto que ante la incapacidad gubernamental y para afrontar la crisis derivada del capitalismo,
una importante proporción de la fuerza de trabajo está incorporada a ámbitos ocupacionales poco
convencionales. “Desde hace décadas la población económicamente activa abarca varias
estrategias como la creación de autoempleos como comercio al menudeo; la creación de
pequeños establecimientos económicos no registrados, como en el caso de las y los vendedores
ambulantes; el trabajo doméstico; el trabajo familiar, que generalmente es trabajo no
remunerado” (Pacheco, 2004) y diversas formas de producción al interior del espacio doméstico
(Miraftab, 1996).
Sin embargo, a diferencia de los que se observa en la Ciudad de México, donde el estudio de
Pacheco muestra que gran parte del trabajo no asalariado en el comercio y los servicios se da en
pequeñas unidades económicas, indicando que lo que existe en nuestros mercados son formas de
trabajo no típicamente capitalistas que constituyen espacios de refugio de mano de obra, que
establecen distintos grados de subordinación respecto a los sectores típicamente capitalistas y que
(Pacheco, Ciudad de México, heterogénea y desigual: Un estudio sobre el mercado de trabajo,
2004); los casos que aquí se abordan, si bien pueden convertirse en algunas formas alternativas
al trabajo asalariado (subordinado) no serían espacios de refugio de mano de obra en la medida
en que pueden llegar a ser actividades bien remuneradas y no de subsistencia. Al final, analizando
a todos los trabajadores independientes será posible hacer la distinción entre lo que es espacio de
refugio y lo que no.
Nuestros casos se presentan elementos que, de acuerdo con Saraví, permiten vincularlos a los
procesos de industrialización difusa. Estos “tienen lugar en áreas tradicionalmente rurales y están
originaos en el trabajo domiciliario y la gestación de microempresas” (Saraví, 1998, pág. 252).
También se observan modelos de organización productiva flexible, en cuanto a las relaciones
interempresariales y las relaciones capital trabajo (Saraví, 1998, pág. 261). En estos modelos
flexibles se observa escaso empleo asalariado (aunque si remunerado)
y predominio de la
precariedad en las condiciones de trabajo en cuanto a la ausencia de contrato, prestaciones,
horarios y salario fijo. Pero al mismo tiempo, se observa escaso subempleo; alto nivel de
especialización, a pesar de no tener modelos de industrialización tradicionales; así como una
importante presencia de trabajo artesanal, micro empresas, trabajo familiar, y actividades de
servicios. Una característica de los distritos industriales es la supervivencia a partir de aumento
en la competitividad.
23
Pero a partir de la relación que los trabajadores independientes tienen con el capital y el riesgo
económico que por ello enfrentan, val el apena rescatar la noción de riesgo y, en ese sentido,
saber ¿se arriesgaron? ¿Se arriesgaron a aumentar su competitividad? ¿Qué pasa con los
individuos insertos en ese proceso? La trayectoria nos permitirá ver y discutir la heterogeneidad a
nivel del individuo, a partir de ejes explicativos del curso de vida y de la acción social.
Elementos objetivos y subjetivos de las trayectorias
En esta investigación se adopta la noción de trayectoria como proceso. Para Bourdieu la noción
de trayectoria se entiende “como una serie de posiciones sucesivamente ocupadas por el mismo
agente en un espacio que está a su vez en evolución constante, sujeto a transformaciones
permanentes”3. Los acontecimientos biográficos son definidos por Bourdieu “como otras tantas
posiciones y desplazamientos en el espacio social,… como los diferentes estados sucesivos de la
estructura de las diferentes especies de capital en juego en el campo en consideración" (Bourdieu
& Wacquant, 2005, pág. 291).
María Eugenia de la O señala que la trayectoria labora está conformada por la “experiencia social
y cultural que construyen los sujetos a través del tiempo en relación a las condiciones del
mercado. La reconstrucción de las trayectorias laborales requiere abordar la historia personal,
familiar y social de los sujetos” (De la O & Medina, 2008, pág. 50).
Para abordar el concepto de sujetos laborales son indispensables las trayectorias porque permiten
estudiar a los trabajadores en el trabajo y fuera del mismo. Y porque, como afirma de la Garza,
cuando la población no encuentra empleo en el sector formal no permanece en la inactividad,
“menudean los trabajos de tiempo parcial, por horas, por temporada, los de los migrantes, los
informales, los no estructurados, los precarios (De la Garza, 2006, pág. 23). La trayectoria es
diversa; no siempre es exitosa o únicamente precaria. Vale la pena observar si cierta posición en
la ocupación si cierto trabajo viene de la inactividad o de la precariedad.
Objetivos
3
Bourdieu señala que “tratar de entender una vida como una serie única y autosuficiente de eventos sucesivos sin
ningún otro vínculo que la asociación con el 'sujeto' cuya constancia es sin duda meramente la de un nombre propio,
es casi tan absurdo como tratar de darle sentido a un recorrido en el metro sin tomar en cuenta la estructura de la red
de subterráneos, esto es, la matriz de las relaciones objetivas entre las diferentes estaciones de tren” (Bourdieu &
Wacquant, 2005, pág. 291).
24
a) Visibilizar la relación entre trabajo y construcción del sujeto a través del análisis de su
trayectoria laboral.
b) Observar la heterogeneidad al interior de la trayectoria laboral de los trabajadores
independientes de la industria textil y del vestido en los municipios seleccionados, a partir
de sus elementos objetivos.
c) Analizar la trayectoria laboral de los trabajadores independientes desde su dimensión
subjetiva, rescatando los significados que los actores atribuyen a sus acciones, decisiones
y estrategias para afrontar los riesgos económicos a lo largo de su trayectoria.
d) Visibilizar la relación entre otras trayectorias vitales que se vinculen con la laboral
considerada como eje. Identificar si existe relación entre capital social y capital cultural
con la inserción y movilidad laboral.
Preguntas de investigación
1. ¿Cómo se da la relación entre trabajo y construcción del sujeto, cómo se constituyen los
sujetos en los distintos territorios y tiempos laborales que conforman sus trayectorias?
2. A partir de sus elementos objetivos ¿Qué tan heterogéneas son las trayectorias laborales
al interior de una cohorte de trabajadores independientes de la industria textil y del
vestido en los municipios seleccionados?
3. ¿Qué significados atribuyen los sujetos a sus acciones, decisiones y estrategias para
afrontar los riesgos económicos a lo largo de su trayectoria laboral y a su interrelación con
otras trayectorias vitales?
4. ¿Cómo se construyen las trayectorias laborales de los trabajadores independientes, en
relación con otras trayectorias vitales?
5. ¿cómo se da el aprendizaje y cooperación entre los empresarios de los municipios
estudiados? ¿Qué tipo combinación se da en la interrelación capital cultural –trabajo y
capital social –trabajo? ¿Es más la calificación para el trabajo que el nivel de escolaridad?
¿Es el capital social es el que determina la inserción laboral en trabajos que permitan el
logro de una vida digna?
Aspectos Metodológicos
25
Análisis descriptivo trasversal
Se considera apropiado un análisis de correspondencia en virtud de ser una técnica relacional de
análisis de datos (Bourdieu & Wacquant, 2005), a través de tablas de contingencia que permitan
observar las relaciones entre las variables estructurales. Fuentes: En México existen fuentes de
información estadística que, gracias a la periodicidad con las que se recaba dicha información,
permiten analizar cambios y tendencias a partir de indicadores transversales con diferentes
niveles de desagregación geográfica.
Análisis longitudinal
Para un análisis de corte longitudinal son restringidas las fuentes que permiten el análisis de
trayectorias desde su dimensión objetiva; pero afortunadamente en México existen fuentes
estadísticas con este corte. Para abordar además la dimensión subjetiva, relativa a los significados
que los sujetos atribuyen a la configuración e interrelación de sus trayectorias, es necesaria la
articulación de niveles de análisis y fuentes de diversos tipos que permita tener una visión del
problema más amplia (Blanco & Pacheco, En busca de la “metodología mixta” entre un estudio
de corte cualitativo y el seguimiento de una cohorte en una encuesta retrospectiva, 2002). Por lo
tanto, para este análisis será necesario el uso de la metodología mixta. Aquí se acepta la idea de
que nos encontramos en un “tercer momento metodológico”, que supone la no incompatibilidad
entre los enfoques cualitativos y cuantitativos; y se adopta el recomendado “bilingüismo
metodológico” (Teddlie & Tashakkori, 2010). Estos argumentos deberán discutirse más
ampliamente, durante la construcción del capítulo metodológico.
Por ahora, en primera instancia se propone explorar las trayectorias en una fuente de datos
cuantitativa, para observar al interior de la generación ¿qué tan heterogéneas son las trayectorias
laborales? y ¿cuál es su interrelación con otras trayectorias vitales?
Tentativamente se propone el uso de la Encuesta Demográfica Retrospectiva (Eder), realizada por
el Instituto Nacional de Estadística y Geografía del 8 de agosto al 11 de septiembre de 2011 y
tuvo lugar en 32 ciudades del país como un módulo asociado a la Encuesta Nacional de
Ocupación y Empleo (ENOE).
El proyecto recaba información sobre las siguientes seis
trayectorias vitales, considerando eventos con duración mínima de un año: 1. Migratoria; 2.
escolar (asistencia en los distintos niveles del sistema educativo nacional); 3. Laboral (funciones,
ocupación, actividad, posición, tamaño de la empresa, duración de la jornada, periodos en los que
26
la persona fue el principal sostén económico del hogar); 4. Residencial (con los padres, algún
hermano, otro familiar); 5. Conyugal (considerando también residencia con suegros u otro
familiar político); 6. Anticonceptiva. Así mismo, se recaban información sobre antecedentes de
los padres (edad, escolaridad, ocupación), situación socioeconómica y de salud en la infancia e
información sobre bienes y características de la vivienda actual. Empleando como eje la
trayectoria laboral, la EDER permite observar su interrelación de con otras trayectorias vitales.
Este análisis cuantitativo servirá como exploración inicial. Quizá al interior de la propia cohorte
sea posible encontrar tipologías que permitan combinar varias dimensiones de las trayectorias y
así visibilizar su complejidad, más allá de lo que permiten categorías más simples o dicotómicas
(Martínez, 1997).
A partir de los elementos objetivos que de este análisis se desprendan, se considera indispensable
abordar la dimensión subjetiva de las trayectorias para una comprensión más amplia de las
mismas. Así, el abordaje cualitativo se hará a través de entrevistas en profundidad con el fin de
reconstruir las interpretaciones y estrategias de inserción y movilidad laboral, así como los
significados que los actores atribuyen a sus acciones, decisiones y a los riesgos que afrontan a lo
largo de su trayectoria laboral. Indagando también los sujetos atribuyen a la configuración de su
trayectoria y a su interrelación con otras, observando del mismo modo, la heterogeneidad al
interior de la cohorte y las diferencias por género y generación. Abordar las trayectorias desde
una perspectiva cualitativa permitirá aproximarnos a los niveles de desagregación geográfica
deseados.
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