AMPARO DIRECTO 801/2011. Número de registro: 23317 Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: Libro IV, Enero de 2012 Página: 4087 PROPIEDAD INDUSTRIAL. IMPORTANCIA DEL ISOTIPO EN LA CONFRONTACIÓN DE MARCAS MIXTAS O COMPUESTAS, PARA DETERMINAR SI SON SEMEJANTES EN GRADO DE CONFUSIÓN. PROPIEDAD INDUSTRIAL. PARA DETERMINAR SI UNA MARCA MIXTA ES SEMEJANTE A OTRA EN GRADO DE CONFUSIÓN, ES FACTIBLE ATENDER AL ISOTIPO O COMPONENTE FUNDAMENTAL. PROPIEDAD INDUSTRIAL. TÉCNICA PARA REALIZAR EL EXAMEN DE NOVEDAD DE LAS MARCAS Y VERIFICAR SI NO SE ACTUALIZA LA PROHIBICIÓN DE SU REGISTRO EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 90, FRACCIÓN XVI, DE LA LEY RELATIVA. AMPARO DIRECTO 801/2011. PRODUCTOS NATURALES DEL CENTRO, S.A. DE C.V. 24 DE NOVIEMBRE DE 2011. UNANIMIDAD DE VOTOS. PONENTE: ARMANDO CORTÉS GALVÁN. SECRETARIO: ROBERTO FRAGA JIMÉNEZ. CONSIDERANDO: OCTAVO. El examen de la demanda de garantías pone de manifiesto que la solicitante de amparo formula en vía de conceptos de violación, en esencia, los argumentos siguientes: a) La Sala responsable infringió los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, en relación con los numerales 50 y 51 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo, pues contrario a lo que resolvió, en el caso no se actualiza el supuesto de prohibición a que se refiere el artículo 90, fracción XVI, de la Ley de Propiedad Industrial, habida cuenta que el registro marcario de la quejosa pretende proteger productos distintos (café, té, cacao, confitería, dulces y caramelos, entre otros), a los amparados por la marca opuesta como anterioridad (bebidas de chocolate). b) El fallo reclamado es inconstitucional, en virtud de que la Sala responsable no expuso los motivos por los que consideró que los productos amparados por las marcas en pugna se comercializan en los mismos canales de distribución y se dirigen al mismo público consumidor; además, no señaló las razones por las que debe estimarse que este último puede -1- AMPARO DIRECTO 801/2011. confundir las citadas marcas, infiriendo que provienen de un solo titular. c) El examen comparativo del registro marcario de la quejosa (Zuma zumareza y diseño) y de la marca ya registrada (Choco zuma y diseño), pone de manifiesto que no existe semejanza en grado de confusión gráfica, fonética y conceptual o ideológica, a más que amparan productos distintos que no originan confusión entre el público que los consume. Para analizar la eficacia de los argumentos sintetizados, es pertinente señalar que de las constancias del juicio de nulidad número 1790/10-EPI-01-6, del índice de la Sala Especializada en Materia de Propiedad Intelectual del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, que tienen valor probatorio pleno en términos de lo dispuesto en los artículos 129 y 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, según lo permite el artículo 2o. de esta última legislación, se desprende que la empresa Productos Naturales del Centro, Sociedad Anónima de Capital Variable, demandó la nulidad de la resolución contenida en el oficio número MA/M/1985/1007977 del dieciocho de mayo de dos mil diez, a través de la cual la coordinadora departamental de Examen de Marcas "C" del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial negó el registro de la marca denominada "Zuma zumareza y diseño". Seguido por su cauce legal el juicio de nulidad, la Sala responsable pronunció sentencia en la que reconoció la validez del acto combatido, al considerar que se fundó y motivó debidamente la decisión de negar el registro marcario en comento. A esa conclusión arribó la juzgadora, pues señaló que la marca a registrar resulta semejante tanto fonética como gráfica y conceptualmente respecto de la marca registrada con anterioridad, denominada "Choco zuma y diseño", a más que amparan la comercialización de productos similares, como son la confitería, dulces y caramelos de chocolate; de ahí que si las marcas en cuestión pueden resultar confusas para el público consumidor, se actualiza la prohibición contenida en la fracción XVI del artículo 90 de la Ley de la Propiedad Industrial. Por cuestión de método, en primer lugar debe decirse que es ineficaz el concepto de violación resumido en el inciso b), pues la Sala responsable no incurrió en la violación formal referida por la impetrante de garantías. En efecto, de la lectura integral del fallo reclamado se desprende que la juzgadora expuso las razones y circunstancias especiales por las que concluyó que las marcas en pugna están dirigidas al mismo público consumidor, a más de tener el mismo canal de distribución y sector comercial, de lo que se sigue que pueden confundirse. Sobre el particular, la Sala Fiscal sostuvo que las marcas en controversia amparan productos de la misma clase internacional (treinta), pues mientras que la marca registrada "Choco zuma -2- AMPARO DIRECTO 801/2011. y diseño" protege chocolate en todos sus tipos o presentaciones, el registro marcario de la quejosa ampara, entre otros, la confitería, dulces y caramelos, entre los que indudablemente, afirma la Juzgadora, se encuentra el chocolate. En esa tesitura, la responsable determinó que si las marcas en pugna son susceptibles de amparar productos similares, como son la confitería, dulces y caramelos de chocolate, es indudable que tienen los mismos canales de distribución, público consumidor y sector comercial, por lo que no pueden coexistir. Luego, la juzgadora concluyó que si las marcas en pugna protegen productos similares o coincidentes y, además, son gráfica y fonéticamente semejantes, en razón de que contienen un elemento común, como es la palabra "Zuma", es inconcuso que el público consumidor puede confundirse al considerar que provienen del mismo titular. Desde esa perspectiva, resulta patente que contrario a lo afirmado por la impetrante de garantías, la Sala responsable expuso las razones por las cuales arribó a la conclusión de que las marcas sujetas a debate se comercializan en los mismos canales de distribución y se dirigen al mismo público consumidor, situación que las vuelve confusas. Así, la peticionaria de garantías no debió limitarse a plantear una violación formal en que la Sala responsable no incurrió al dictar la sentencia reclamada, sino que estaba obligada a controvertir las consideraciones que sustentó la juzgadora en ese sentido, por lo que al no haberlo hecho así, es indudable la ineficacia del argumento estudiado. Precisado lo anterior, debe decirse que también son ineficaces los restantes conceptos de violación formulados por la quejosa, identificados con los incisos a) y c), en razón de que la aquí quejosa repite argumentos que expuso a título de conceptos de impugnación en su demanda de nulidad, sin controvertir las consideraciones que adoptó la Sala responsable, a fin de desestimarlos. Se afirma tal postura, ya que la amparista reitera los razonamientos que expresó en el capítulo de conceptos de anulación de su ocurso litigioso (fojas ocho a quince del expediente de nulidad), en el que argumentó, básicamente, que no se actualiza la hipótesis normativa contenida en la fracción XVI del artículo 90 de la Ley de la Propiedad Industrial, habida cuenta de que no existe semejanza en grado de confusión gráfica, fonética y conceptual o ideológica entre el registro marcario de aquélla (Zuma zumareza y diseño) y la marca opuesta como anterioridad (Choco zuma y diseño), a más de que amparan productos distintos que no originan confusión al público consumidor; por tanto, resulta lógico que los conceptos de violación de mérito no se encuentran encaminados a controvertir los razonamientos y fundamentos legales en que se apoyó la sentencia reclamada para sobreseer en el juicio; porque no es posible jurídicamente tomar en cuenta argumentos formulados en una época, -3- AMPARO DIRECTO 801/2011. para atacar un acto jurídico inexistente que surgió con posterioridad, por tanto, resultan ineficaces los planteamientos en estudio. Lo anterior se robustece si se toma en cuenta que los argumentos en cuestión, al ser una reproducción esencial de lo planteado en la demanda de nulidad promovida por la ahora quejosa, se encuentran dirigidos a controvertir los motivos y fundamentos de la resolución impugnada, sin exponer razonamientos contundentes en relación con las consideraciones que sustentan el fallo de la Sala responsable en cuanto al particular. Corrobora la ineficacia destacada el hecho de que la accionante omitió controvertir lo razonado por la Sala responsable en el sentido de que debe tenerse por consentida la semejanza en grado de confusión fonética entre las marcas en pugna, determinada por la autoridad demandada en la resolución impugnada, en tanto que aquélla no esgrimió conceptos de impugnación dirigidos a combatir esa decisión; máxime que esta última es acertada, pues del estudio comparativo de las aludidas marcas se advierte que contienen un elemento dominante (Zuma), que a primer golpe de voz las hace similares y, por tanto, confusas. Asimismo, la peticionaria de garantías nada dice en relación con lo sostenido por la juzgadora referente a que la locución "Zuma" se traduce en un elemento dominante de las marcas en pugna que las hace semejantes en grado de confusión visual o gráfica, ya que a primer golpe de vista es la palabra que más destaca respecto de las demás que también conforman aquéllas. En ese sentido, la quejosa tampoco controvierte lo asumido por la Sala Fiscal en el sentido de que las palabras "Choco" y "Zumareza", que integran las marcas en pugna, no son distintivas ni suficientes para estimar que se trata de marcas distintas, en tanto contienen el elemento común "Zuma"; máxime que el examen comparativo de los diseños de las marcas de mérito revela que la citada palabra "Zuma" constituye el elemento principal de ambos signos marcarios. De igual modo, la amparista no desvirtúa lo concluido por la Sala Fiscal referente a que las marcas en controversia tienen los mismos canales de distribución, público consumidor y sector comercial, ya que amparan productos de la misma clase internacional (treinta), pues mientras que la marca registrada "Choco zuma y diseño" protege chocolate en todos sus tipos o presentaciones, el registro marcario de la quejosa ampara, entre otros, la confitería, dulces y caramelos, entre los que se encuentran los de chocolate, por lo que aquéllas no pueden coexistir. Luego, la quejosa debió controvertir el examen comparativo que efectuó la Sala Fiscal, en función del cual, afirma, las marcas en pugna resultan semejantes en grado de confusión fonética, gráfica y conceptual o ideológica; asimismo, debió exponer los motivos o razones -4- AMPARO DIRECTO 801/2011. por los que debe estimarse que contrario a lo que aquélla resolvió, la locución "Zuma" no se traduce en un elemento dominante de las referidas marcas, respecto del cual el público consumidor pueda considerar que son iguales o provienen de un mismo titular. Bajo esa óptica, es pertinente recordar que de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 103 y 107 de la Constitución General de la República, y 44, 46 y 158 de la Ley de Amparo, el particular que obtuvo sentencia definitiva desfavorable a sus intereses puede promover el juicio de amparo directo, expresando los conceptos de violación que considere le causa el fallo reclamado. Luego, si en los planteamientos en cuestión la quejosa no combate aquél y se limita a reiterar sustancialmente los argumentos que expuso en su demanda de nulidad, como sucedió en el caso, es innegable que el concepto de violación en cita resulta ineficaz, pues la materia del juicio de amparo directo es la sentencia reclamada y no los fundamentos y motivos expresados en los actos impugnados en el juicio contencioso administrativo. En conclusión, es palmario que la quejosa se limita a reproducir argumentos que expuso como conceptos de anulación en la demanda contenciosa administrativa, sin controvertir las consideraciones que sirvieron de base a la Sala responsable para demostrar su ineficacia jurídica, lo que conduce a la convicción de que tales planteamientos no se encaminan a cuestionar el fallo reclamado y, por ende, son ineficaces para conceder la protección constitucional solicitada. Resulta aplicable al caso, por su contenido y alcance, la jurisprudencia 166, emitida por la Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en el Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, Séptima Época, Tomo VI, Parte SCJN, visible en la página 112, que es del tenor siguiente: "CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. Si el quejoso, sustancialmente repite, en sus conceptos de violación, los agravios que hizo valer ante el tribunal responsable, pero se olvida de impugnar los fundamentos de la sentencia reclamada, que dieron respuesta a tales agravios, debe concluirse que dichos conceptos son inoperantes porque, por una parte en el amparo no se debe resolver si el fallo de primer grado estuvo bien o mal dictado sino si los fundamentos de la sentencia reclamada, que se ocuparon de aquellos agravios, son o no violatorios de garantías; y por otra, porque si tales fundamentos no aparecen combatidos en la demanda de amparo, se mantienen vivos para continuar rigiendo la sentencia que se reclama." Sólo a título de abundamiento, este Tribunal Colegiado considera oportuno señalar que resulta jurídico que la Sala responsable haya reconocido la validez de la resolución impugnada, en la que se negó el registro de la marca "Zuma zumareza y diseño", habida cuenta que resulta semejante en grado de confusión fonética y gráfica o visual respecto del registro marcario opuesto como anterioridad "Choco zuma" y, en esa medida, se ubica en el supuesto a que se refiere el artículo 90, fracción XVI, de la Ley de la Propiedad Industrial. -5- AMPARO DIRECTO 801/2011. Para avalar la certeza de tal afirmación, es pertinente destacar que el artículo 88 de la Ley de la Propiedad Industrial establece los requisitos que debe reunir un signo para ser registrable como marca, a saber: I. Distintividad. Es la función principal de la marca, ya que por ella se diferencian los productos o servicios que se encuentran en el mercado relevante, de otros similares, para que el consumidor pueda individualizarlos y singularizarlos, en virtud de que estos matices garantizan el derecho a una libre elección de los consumidores y protegen los intereses del titular de la marca, con el fin de lograr una competencia leal. Un signo puede pasar al uso general que lo transforma en común, sin que pueda ser indicativo de un producto o de sus características, esto es, será irregistrable por carecer de la calidad de distintividad, en virtud de que se otorgaría de forma indebida a su titular un monopolio sobre la designación de los productos o servicios que ampare; salvo que se encuentre complementado con otros signos o imágenes que, utilizados en un sentido diverso al original, adquieran una fuerza expresiva suficiente para asignarle capacidad distintiva, en relación con el producto o servicio respectivos, sin perjuicio de que dicho signo pueda continuar utilizándose libremente en el ámbito común. II. Perceptibilidad. Es la posibilidad que tiene un signo para poder ser captado por cualquier persona a través de los sentidos. Este requisito permite que el sujeto identifique a la marca y la asocie con un producto o servicio determinado, pues como bien inmaterial que es, por tanto, es menester que lo intangible (corpus misticum) se materialice (corpus mechanichum), adquiriendo una representación exterior que pueda ser diferenciada por el consumidor. III. Susceptibilidad de representación gráfica. Es la condición que determina que el signo marcario pueda ser expresado o descrito materialmente, a fin de que la persona que lo observe se forme una idea de él, para lo que se utilizan medios como palabras y figuras, entre otros. De lo expuesto se desprenden las reglas generales para que sea registrable una marca, pues de acuerdo con las diversas disposiciones de la Ley de la Propiedad Industrial, cualquier tipo de palabra o signo pueden emplearse y ser registrados como marca, siempre y cuando no se incurra en alguna de las prohibiciones que la propia ley establece a ciertos términos que no pueden usarse con tal propósito; sin embargo, es menester hacer hincapié que en la naturaleza de la marca, tanto desde el punto de vista jurídico, económico, como social, su función básicamente es distinguir o identificar ante el público consumidor los productos o servicios que se van a amparar con su registro, frente a artículos idénticos o semejantes en el mercado nacional. -6- AMPARO DIRECTO 801/2011. Las excepciones a las reglas mencionadas están contenidas, esencialmente, en el artículo 90 de la citada legislación, de entre las que destaca, para lo que interesa a este estudio, la dispuesta en su fracción XVI, que es del tenor siguiente: Ley de la Propiedad Industrial "Artículo 90. No serán registrables como marca: ... XVI. Una marca que sea idéntica o semejante en grado de confusión a otra en trámite de registro presentada con anterioridad o a una registrada y vigente, aplicada a los mismos o similares productos o servicios. Sin embargo, sí podrá registrarse una marca que sea idéntica a otra ya registrada, si la solicitud es planteada por el mismo titular, para aplicarla a productos o servicios similares, y ..." El precepto invocado establece una serie de hipótesis con base en las cuales se impide el registro como marca de diversas denominaciones, diseños y formas, que por alguna razón se consideran inapropiados para ser empleados como marca, las cuales se relacionan, fundamentalmente, con la agrupación que la doctrina ha clasificado en prohibiciones absolutas y relativas. Las prohibiciones absolutas se refieren a la aptitud del signo en sí; son casos en los que la ley prohíbe su registro, bien por falta de capacidad distintiva en relación con el producto o servicio para el que se solicita (en los casos de los signos genéricos, usuales o descriptivos); por constituir una indicación de procedencia no susceptible de apropiación como marca individual; o porque la marca es engañosa, ilícita o consiste en símbolos inapropiables. Por el contrario, las prohibiciones relativas comprenden aquellos casos en los que el signo, aun siendo registrable, no está disponible porque ampare derechos anteriores reconocidos a terceros; contemplan, sobre todo, los intereses jurídico-privados de los titulares de las marcas o signos anteriores con los que la marca que se pretende registrar puedan entrar en conflicto. Estos derechos previos de terceros se constituyen como un derecho de propiedad intelectual o industrial sobre el signo que se pretende adoptar como marca, o bien derivan de la protección que en la esfera civil se otorga al nombre o a los signos identificadores de la persona y a la propia imagen. El obstáculo dispuesto en la transcrita fracción XVI del artículo 90 es una típica prohibición relativa, en tanto impone el deber de negar el registro de aquellos signos que se pretenden adoptar como marca, cuando existan derechos anteriores de terceros reconocidos sobre los propios signos, es decir, siguiendo la tradición que al respecto han establecido las leyes en esta materia, observa como pauta general que no se puede registrar una marca que sea idéntica o semejante en grado de confusión a otra ya registrada y vigente o en trámite, aplicada a los mismos o similares productos o servicios. -7- AMPARO DIRECTO 801/2011. Significativo resulta señalar que para verificar si procede otorgar el registro de una marca, debe efectuarse lo que tanto en la práctica como en la doctrina se conoce como "examen de novedad", que consiste en una comparación entre la marca cuya inscripción se solicita y todas las marcas registradas previamente o que se encuentren en trámite con anterioridad, y que protejan productos o servicios de la misma clase. Además, al realizarse el examen de novedad en comento, deben ponderarse, entre otros aspectos, el tipo de marca que se pretende registrar, pues de este factor depende en gran medida la forma en que debe realizarse la comparación entre los signos marcarios, pues no es lo mismo confrontar marcas nominativas, en las que el aspecto fundamental que las distingue es el fonético, que hacer un examen comparativo entre marcas tridimensionales o mixtas, en las que debe atenderse a otros elementos como el visual e ideológico. En tal sentido, es menester precisar que en el ámbito de la propiedad intelectual se ha reconocido que existen diversos tipos de marcas, las que desde el punto de vista del objeto a distinguir, pueden clasificarse en: que protegen productos o servicios; en tanto que por su composición, integración o formación, las marcas pueden ser: nominativas (conocida también como denominativas), innominadas (figurativas, emblemáticas o gráficas), tridimensional (plásticas) o mixtas (compuestas). Las marcas nominativas o denominativas son las que identifican un producto o servicio a partir de una palabra o conjunto de letras, números, y algunos signos y caracteres del alfabeto, sin tomar en consideración su forma o dibujo. Estas marcas deben distinguirse fonéticamente de los signos marcarios que protejan productos o servicios de su misma especie, esto es, que se ubiquen en la misma clase. A su vez, las marcas innominadas también conocidas como figurativas, emblemáticas o gráficas, son las que consisten en dibujos o figuras características que, independientemente de su nombre o denominación, sirven para designar los productos a que se aplican, las que se diferencian visualmente a otras marcas. Por tanto, no pueden reconocerse fonéticamente sino sólo visualmente. En cambio, las marcas tridimensionales o plásticas corresponden a la forma de los productos o sus empaques, envases o envoltorios, siempre y cuando sean característicos y los distingan de productos de su misma clase. Mientras que las marcas mixtas o también conocidas como compuestas, se conforman por un elemento denominativo (una o varias palabras) y un elemento gráfico (una o varias imágenes), existiendo siempre un elemento predominante, o como lo denomina parte de la doctrina "la dimensión característica" de la marca mixta, que consiste en la identificación de uno de los elementos componentes de la marca como principal, lo que en otras palabras -8- AMPARO DIRECTO 801/2011. significa, que entre el elemento gráfico y el denominativo, hay siempre uno más importante o determinante que el otro, el cual se conoce como "isotipo". El isotipo o elemento isotípico se refiere a la parte icónica o más reconocible del diseño de una marca, por lo que se considera que es el elemento constitutivo o fundamental de un diseño de identidad. La palabra isotipo hace referencia a aquello que es "igual al tipo", esto es, que en cualquier bosquejo o proyecto en que aparezca ese componente determinante o isotípico, automáticamente produzca en la mente del consumidor destinatario la idea de que proviene del titular de una marca con cierto prestigio o reconocida en el ámbito comercial. De lo expuesto se colige que para realizar el examen comparativo entre dos marcas, a efecto de verificar si son semejantes al grado de inducir a confusión a los consumidores de los productos o servicios que protegen, debe tomarse en cuenta además de la clase en que éstos se encuentren catalogados, el tipo de signos marcarios que estén en conflicto, para determinar cuál es el enfoque conforme al cual debe efectuarse dicho análisis, pues si se trata de marcas nominativas, el punto de vista idóneo para regir la valoración será el aspecto fonético, dado que aquéllas se conforman generalmente por un conjunto de letras o palabras, por lo que se distinguen por su pronunciación; empero, si revisten el carácter de marcas innominadas o figurativas (emblemáticas o gráficas), entonces tendrá especial relevancia el examen gráfico o visual, ya que a través de este sentido podrá dilucidarse si por la similitud de los diseños puede producirse la mencionada confusión; escrutinio que también sería aplicable para las marcas tridimensionales. Especial mención merecen las marcas mixtas o compuestas, pues al conformarse por un elemento denominativo y otro gráfico, debe verificarse en primer término cuál de ellos es el componente fundamental o isotipo del diseño de los signos marcarios en conflicto, a efecto de determinar qué punto de vista es el idóneo para realizar el examen comparativo entre éstos, pues si lo que distingue a la marca es el eslogan o conjunto de letras que formen parte de su diseño, entonces el escrutinio debe realizarse, preponderantemente, desde el aspecto fonético, pero si la parte icónica o relevante es la figura del diseño, tendrá que aplicarse principalmente el punto de vista gráfico para determinar si existe semejanza en grado de confusión. En este punto cabe señalar que si el isotipo de una marca consiste en una imagen o dibujo bien definido, al realizar el examen comparativo con otro signo marcario, para verificar si son semejantes al grado de inducir a confusión a los consumidores de los productos o servicios que protegen, debe tomarse en cuenta la impresión que produzcan en éstos a golpe de vista las similitudes de los diseños, sin particularizar en diferencias que sólo puedan apreciarse con un análisis minucioso y detallado, pues éste no se realiza generalmente por aquellas personas, habida cuenta que basta que el elemento isotípico sea semejante entre dichas marcas, para que automáticamente produzca en la mente del consumidor destinatario la idea de que -9- AMPARO DIRECTO 801/2011. provienen del mismo titular. Resulta oportuno destacar que si el isotipo de las marcas en conflicto consiste en un dibujo abstracto no definido, formado incluso por símbolos que tienen cierto significado, entonces debe acudirse a la semiótica que es la ciencia que se encarga del estudio de los signos, su estructura y la relación entre el significante y el concepto de significado, a efecto de verificar si lo que representan los símbolos que conforman el diseño son del conocimiento del común de las personas, o del sector de la población a la que se dirigen los servicios o productos, para que pueda determinarse si pueden inducir a confusión a los consumidores, pero si no son conocidos normalmente por los individuos comunes, entonces debe atenderse únicamente al examen de las marcas desde el aspecto gráfico. Las anteriores precisiones tienen sustento en la tesis I.15o.A.151 A, sustentada por este Tribunal Colegiado, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXII, octubre de 2010, visible en la página 3154, cuyos rubro y texto son los siguientes: "PROPIEDAD INDUSTRIAL. IMPORTANCIA DEL ISOTIPO EN LA CONFRONTACIÓN DE MARCAS MIXTAS O COMPUESTAS, PARA DETERMINAR SI SON SEMEJANTES EN GRADO DE CONFUSIÓN. La palabra isotipo hace referencia a aquello que es "igual al tipo", por lo que el elemento isotípico se refiere a la parte icónica o más reconocible y fundamental de un diseño de identidad, de ahí que en cualquier bosquejo o proyecto en que aparezca ese componente determinante, automáticamente produzca en la mente del consumidor destinatario la idea de que proviene del titular de una marca con cierto prestigio o reconocida en el ámbito comercial. En ese tenor, cuando se comparan marcas mixtas o compuestas, que se conforman por un elemento denominativo y otro gráfico, debe verificarse en primer término cuál es el componente fundamental o isotipo del diseño, a efecto de determinar qué parámetro es el idóneo para realizar el escrutinio, pues si lo que distingue a la marca es el eslogan o conjunto de letras que forman parte de su diseño, entonces debe realizarse a partir del aspecto fonético, pero si la parte icónica o relevante es la figura del diseño, tendrá que aplicarse principalmente la perspectiva gráfica para determinar si existe la semejanza de mérito. En esa tesitura, si el isotipo de una marca mixta registrada consiste en una imagen o dibujo bien definido, éste no podrá ser utilizado por otro signo marcario que proteja productos o servicios de la misma clase, pues no puede permitirse que otro diseño destinado a operar en el mismo sector comercial se registre utilizando una figura similar, ya que podría generar confusión en los consumidores de esos productos, al inducirlos al error de pensar que provienen de un solo titular, dado que aquéllos únicamente toman en cuenta las similitudes que a ‘golpe de vista’ tengan las figuras, sin particularizar en diferencias que sólo puedan apreciarse con un análisis minucioso y detallado, con lo que se aprovecharía del prestigio que la marca registrada tenga en el sector en que se comercialice." -10- AMPARO DIRECTO 801/2011. Desde esa perspectiva, es necesario destacar que el examen de similitud que efectuó la autoridad demandada, en la resolución impugnada en el juicio de nulidad cuya validez reconoció la Sala responsable en la sentencia reclamada, se sustentó en un aspecto esencial, esto es, la similitud fonética y gráfica o visual de los signos marcarios en cuestión. En tales términos, el estudio comparativo de las marcas debatidas, ambas de naturaleza mixta o compuesta, en tanto se conforman por elementos denominativos y gráficos, pone de manifiesto que tienen un componente fundamental o isotipo que consiste en la secuencia de letras en común "Zuma", por lo que desde el punto de vista fonético y gráfico es evidente que entre esos signos sí existe semejanza al grado de que pueden inducir al error a los consumidores, pues la impresión que producen las locuciones a golpe de voz y vista genera en la mente de aquéllos la idea de que provienen del mismo titular, máxime que las marcas protegen productos de la misma clase internacional, es decir, la número 30 relativa a bebidas, confitería, dulces y caramelos, entre otros. Se expone tal aserto, en virtud de que la parte icónica o más reconocible de la marca registrada con anterioridad es el elemento denominativo "Zuma", por lo que no puede permitirse que otro signo marcario que proteja productos de la misma clase se registre utilizando ese elemento isotípico o uno similar, pues obviamente generará confusión en los consumidores de esos productos o servicios, al inducirlos al error de que éstos provienen de un mismo titular, con lo que se aprovecharía del prestigio que las marcas registradas tengan en el sector en que aquéllos se comercialicen; de ahí que las diferencias fonéticas y visuales que pudieran presentar las marcas en conflicto, por un diseño adicional, no son suficientes para distinguirlas y evitar la confusión, máxime si esa diferencia consiste en dos palabras (Zumareza y Choco), que se complementan con el elemento dominante, como se advierte de la siguiente reproducción: Ver reproducción Por consiguiente, resulta jurídico que la Sala responsable haya determinado que la marca que pretende registrar la actora, es decir, "Zuma zumareza", es semejante en grado de confusión con la registrada "Choco zuma", desde el punto de vista fonético y gráfico, toda vez que resulta patente que es idéntico el elemento predominante de tales signos marcarios, esto es, el eslogan o conjunto de letras "Zuma". Cobra aplicación a las consideraciones anteriores, por su contenido y alcance, la tesis sustentada por este Tribunal Colegiado, identificada con el número I.15o.A.150 A, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXII, octubre de 2010, visible en la página 3155, cuyos rubro y texto son: "PROPIEDAD INDUSTRIAL. PARA DETERMINAR SI UNA MARCA MIXTA ES -11- AMPARO DIRECTO 801/2011. SEMEJANTE A OTRA EN GRADO DE CONFUSIÓN, ES FACTIBLE ATENDER AL ISOTIPO O COMPONENTE FUNDAMENTAL. Para determinar si procede otorgar o rechazar la petición de registro de una marca, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial debe realizar el ‘examen de novedad’ relativo, confrontando la marca cuya inscripción se pretende con todas las marcas registradas previamente o que se encuentren en trámite con anterioridad, y que protejan productos o servicios de la misma clase, por lo que al abordar tal análisis tiene que tomar en cuenta, entre otros elementos, el tipo de marca que se pretende registrar, pues de este factor depende en gran medida la forma en que debe realizarse la comparación entre los signos marcarios, dado que no es lo mismo confrontar marcas nominativas, en las que el aspecto fundamental que las distingue es el fonético, que hacer un examen comparativo entre marcas tridimensionales o mixtas, que deben atender a otros elementos como el visual e ideológico. Significativo resulta destacar que tratándose de las marcas mixtas o compuestas, que se conforman por un elemento denominativo y otro gráfico, debe verificarse en primer término cuál de éstos es el componente fundamental o isotipo del diseño de los signos marcarios en conflicto, a efecto de determinar qué parámetro es el idóneo para realizar el examen comparativo entre éstos, pues si lo que distingue a la marca es el eslogan o conjunto de letras que formen parte de su diseño, entonces el escrutinio debe realizarse preponderantemente desde el aspecto fonético, pero si la parte icónica o relevante es la figura del diseño, tendrá que aplicarse principalmente la perspectiva gráfica para determinar si existe semejanza en grado de confusión. Es importante precisar que si el isotipo de una marca mixta consiste en una imagen o dibujo bien definido, al realizar el examen comparativo con otro signo marcario para verificar si son semejantes al grado de inducir a confusión a los consumidores de los productos o servicios que protegen, debe tomarse en cuenta la impresión que produzcan en éstos, a golpe de vista, las similitudes de los diseños, sin particularizar en diferencias que sólo puedan apreciarse con un análisis minucioso y detallado, pues éste no se realiza generalmente por aquellas personas, habida cuenta que basta que el elemento isotípico sea semejante entre dichas marcas, para que automáticamente produzca en la mente del consumidor destinatario la idea de que provienen del mismo titular. En cambio, si el isotipo de las marcas en conflicto consiste en un dibujo abstracto no definido, formado incluso por símbolos que tienen cierto significado, entonces debe acudirse a la semiótica, ciencia que se encarga del estudio de los signos, su estructura y la relación entre el significante y el concepto de significado, a efecto de verificar si lo que representan los símbolos que conforman el diseño son del conocimiento del común de las personas, o del sector de la población a la que se dirigen los servicios o productos, para que pueda determinarse si pueden inducir a confusión a los consumidores, pero si no son conocidos normalmente por los individuos comunes, entonces debe atenderse únicamente al examen de las marcas desde el aspecto gráfico." De tal suerte, se sostiene que es relevante la similitud del elemento isotípico "Zuma" dentro del signo propuesto, por lo que no se satisface el requisito de originalidad que deben cumplir los registros marcarios, a más que aquella coincidencia creará, a primer golpe de voz y vista -12- AMPARO DIRECTO 801/2011. del público consumidor, confusión, debido a que amparan la comercialización de productos similares, como son confitería, dulces y caramelos de chocolate. Así, el elemento predominante "Zuma" trae consigo la desestimación implícita de las demás figuras o leyendas que rodean a aquella palabra, máxime que al existir similitud en la referida dimensión característica creará en el ánimo del público consumidor la idea de que el registro propuesto se trata de una variante de la marca ya registrada, esto es, "Choco zuma". En tales términos, es inconcuso que el componente fundamental coincidente de "Zuma" en el signo propuesto "Zuma zumareza y diseño" sí tiene semejanza en grado de confusión (fonética y visual), con la marca registrada "Choco zuma y diseño", pues la posición de ese elemento denominativo fundamental trae consigo la idea o concepto de que se trata de una variante de las marcas registradas, dado que se incluye en su integridad en el texto propuesto. Resulta ilustrativa a las consideraciones expuestas, en lo conducente, la tesis sustentada por este Tribunal Colegiado, identificada con el número I.15o.A.149 A, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXII, octubre de 2010, visible en la página 3156, cuyos rubro y texto son los siguientes: "PROPIEDAD INDUSTRIAL. TÉCNICA PARA REALIZAR EL EXAMEN DE NOVEDAD DE LAS MARCAS Y VERIFICAR SI NO SE ACTUALIZA LA PROHIBICIÓN DE SU REGISTRO EN TÉRMINOS DEL ARTÍCULO 90, FRACCIÓN XVI, DE LA LEY RELATIVA. El citado numeral impone el deber de negar el registro de una marca que sea idéntica o semejante en grado de confusión a otra ya registrada vigente o en trámite, aplicada a iguales o similares productos o servicios que pretenda amparar, por lo que la autoridad administrativa encargada de otorgar dicho registro, que es el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, debe realizar lo que tanto en la práctica como en la doctrina se conoce como ‘examen de novedad’, que consiste en una comparación entre la marca cuya inscripción se solicita y todas aquellas registradas previamente o que se encuentren en trámite con anterioridad, a efecto de verificar si son semejantes al grado de inducir a confusión a los consumidores de los productos o servicios a los que están dirigidos. Ahora bien, al realizar dicho examen debe tomarse en cuenta, además de la clase en que esos productos o servicios se encuentren clasificados, el tipo de signos marcarios que estén en conflicto, para determinar cuál es el enfoque conforme al que debe efectuarse dicho análisis, pues si se trata de marcas nominativas el parámetro idóneo para regir la valoración será el aspecto fonético, dado que aquéllas se conforman generalmente por un conjunto de letras o palabras, por lo que se distinguen por su pronunciación; empero, si revisten el carácter de marcas innominadas o figurativas (emblemáticas o gráficas), entonces tendrá especial relevancia el examen gráfico o visual, ya que a través de este sentido podrá dilucidarse si por la similitud de los diseños es factible producirse la mencionada confusión; escrutinio que también sería aplicable para las marcas tridimensionales. Especial mención merecen las -13- AMPARO DIRECTO 801/2011. marcas mixtas o compuestas, dado que al conformarse por un elemento denominativo y otro gráfico, debe verificarse en primer término cuál de ellos es el componente fundamental o isotipo del diseño de los signos marcarios en conflicto, a efecto de determinar qué criterio es el idóneo para realizar el examen comparativo entre éstos, pues si lo que distingue a la marca es el eslogan o conjunto de letras que forman parte de su diseño, entonces el análisis debe realizarse preponderantemente desde el aspecto fonético, pero si la parte icónica o relevante es la figura del diseño, tendrá que aplicarse principalmente la perspectiva gráfica para determinar si existe semejanza en grado de confusión." Ante la evidenciada ineficacia de los conceptos de violación que se hicieron valer y, por tanto, no probada la violación de garantías alegada, sin que en el caso exista materia para suplir la deficiencia de los argumentos esgrimidos, ya que no se actualiza alguno de los supuestos previstos en el artículo 76 Bis de Ley de Amparo, debe negarse el amparo y la protección de la Justicia Federal solicitados por la quejosa. Por lo expuesto, fundado y con apoyo, además, en los artículos 1o., fracción I, 76 a 79, 184, 188, 190 y 192 de la Ley de Amparo, se resuelve: ÚNICO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege a Productos Naturales del Centro, Sociedad Anónima de Capital Variable, contra el acto que reclamó de la Sala Especializada en Materia de Propiedad Intelectual del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, consistente en la sentencia del veinticinco de mayo de dos mil once, dictada en el juicio de nulidad número 1790/10-EPI-01-6. Notifíquese; con testimonio de esta ejecutoria, devuélvanse los autos a su lugar de procedencia y, en su oportunidad, archívese el expediente como asunto concluido. Así, por unanimidad de votos de los Magistrados Armando Cortés Galván (presidente), David Delgadillo Guerrero y Cuauhtémoc Carlock Sánchez, lo resolvió el Décimo Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, siendo ponente el primero de los nombrados. -14-