REVISTA DE LA FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN TERCERA ÉPOCA Humanidades NÚMERO 3 FEBRERO-MARZO 2009 Ana María Cardero García, J. Alejandro Salcedo Aquino, Emilio Reyes Ruiz Ciencias Socioeconómicas Juan José Sanabria López, Rubén Cuéllar Laureano Diseño y Edificación José Luis Caballero Facio Matemáticas e Ingeniería Jorge Javier Jiménez Zamudio y Jeanett López García Diálogos Raúl Alcalá y Mauricio Beuchot Obra gráfica Melquiades González TERCERA ÉPOCA Dr. José Narro Robles RECTOR Dr. Sergio Alcocer Martínez de Castro SECRETARIO GENERAL Mtro. Juan José Pérez Castañeda SECRETARIO ADMINISTRATIVO Dra. Rosaura Ruiz Gutiérrez SECRETARIA DE DESARROLLO INSTITUCIONAL MC. Ramiro Jesús Sandoval SECRETARIO DE SERVICIOS A LA COMUNIDAD UNIVERSITARIA Mtra. Hermelinda Osorio Carranza DIRECTORA Dr. José Alejandro Salcedo Aquino SECRETARIO GENERAL Mtro. Adalberto López López SECRETARIO DE ESTUDIOS PROFESIONALES Profra. Carla Povero Cantú SECRETARIA DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA Y VINCULACIÓN INSTITUCIONAL C.D. Amada López Tamanaja SECRETARIA ADMINISTRATIVA Lic. Rubén Ortiz Frutis COORDINADOR DE SERVICIOS ACADÉMICOS Editorial La revista Multidisciplina, Tercera Época, es producto del esfuerzo contundente y decidido de promover la investigación realizada en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán como la entidad multidisciplinaria más diversa de la unam, por los campos disciplinarios que cultiva. Este tercer número nos da idea de esta diversidad de disciplinas que en Acatlán se imparten, contando con artículos de distinguidos catedráticos en las áreas de ciencia política, filosof ía, humanidades, relaciones internacionales, lingüística, matemáticas aplicadas y diseño gráfico. La doctora Ana María Cardero García nos ofrece un trabajo enmarcado en los campos de la semántica léxica y del cambio semántico, como procesos que inciden en la creación y revitalización léxica, además de la neología semántica, centrando su exposición en uno de los cambios semánticos, el de la metáfora. Por su parte el doctor Alejandro Salcedo Aquino nos hace reflexionar sobre el papel de la universidad pública en la región de América Latina. Subraya que para que la universidad pública retome y asuma el cumplimiento de su compromiso histórico con la nación tendrá que enfrentar grandes desaf íos, como la resignificación más alta de la autonomía a través de su ejercicio pleno, entendida como una necesidad indispensable frente a la dependencia o intervención de cualquier forma de poder político o económico; así como la atención a las necesidades y aspiraciones educativas de la sociedad y los requerimientos para el desarrollo de los países, como organizadora y reformadora de la vida cultural. El maestro Juan José Sanabria López en su artículo “La administración pública norteamericana en el siglo xx” ofrece un panorama ideológico que aborda a los autores más representativos de la administración pública en Estados Unidos en el siglo pasado, además de considerar la consolidación de un Estado federal y una sociedad urbana e industrializada con los elementos estructurales y funcio- nales que le permitan a este país hacer frente a los retos internos y externos que le plantea el escenario de principios del siglo xxi. Para la disciplina de las Relaciones Internacionales encontramos el artículo del maestro Rubén Cuéllar Laureano, cuya línea principal es el análisis del objeto de estudio, marco conceptual, cuerpo teórico y método de esta disciplina, con el objetivo de explorar el modelo de la ciencia como referente epistemológico. En otro orden de ideas, el maestro Emilio Reyes Ruiz describe en su artículo el saber filosófico del mundo novohispano cuya unidad cultural reposaba en la significación religiosa de lo divino, analizando también cómo la escolástica en Nueva España se concebía como una sabiduría filosófica alentada desde esta perspectiva. En el área del Diseño Gráfico el maestro José Luis Caballero Facio emprende una reflexión sobre cómo adquieren el conocimiento los estudiantes de la licenciatura en esa disciplina, a partir del aprendizaje, mediante un recorrido histórico de la implementación y su impacto en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Y para concluir este tercer número, el maestro Jorge Javier Jiménez Zamudio y la maestra Jeanett López García, desde las Matemáticas y las Ingenierías, analizan los métodos de resolución de un sistema dinámico autónomo con sus debidas complicaciones técnicas, específicamente al tratarse de matrices no diagonalizables. Y proponen la resolución de éstas entrelazando los conceptos de formas de Jordan, matriz exponencial y equivalencia cualitativa. Compartimos el deseo de que la revista Multidisciplina siga creciendo y consolidándose como un referente y canal de difusión de la producción de los conocimientos de los académicos de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Comité Editorial de la revista Multidisciplina, Tercera Época Comité Editorial Fundador de la revista , Tercera Época Mtra. Hermelinda Osorio Carranza Dr. Alejandro Salcedo Aquino Mtro. Adalberto López López Dr. Guillermo González Rivera Dr. Eduardo Torres Espinosa Rodolfo Bucio Editor Silvia Moreno Fernández Leonardo Castillo Edición y producción Oak Editorial Diseño gráfico y formación Contacto: [email protected] Av. Alcanfores y San Juan Totoltepec s/n, Santa Cruz Acatlán, Naucalpan, Edo. de México, C.P. 53150. Traducciones realizadas por María del Carmen Andrade Chalve, responsable de la Sección de Traducciones del cei de la fes Acatlán ÍNDICE Humanidades 14 La universidad pública: retos en el contexto de la globalización J. Alejandro Salcedo Aquino 23 El pensamiento filosófico en la ciudad de México durante la colonia: una muralla contra el tiempo Emilio Reyes Ruiz Impresa en marzo de 2009 por Oak Editorial, sa de cv, Cerrada de Veracruz 110, c-302, Jesús del Monte, Huixquilucan, Estado de México, CP 52764 Tiraje: 1,000 ejemplares Costo por ejemplar: $80.00 mn Ciencias Socioeconómicas 37 La administración pública norteamericana en el siglo xx Juan José Sanabria López 53 Ciencia y Relaciones Internacionales Rubén Cuéllar Laureano Multidisciplina es nombre registrado en la Dirección de Reservas de Derechos del Instituto Nacional del Derecho de Autor. Reserva del título 04-2008-111212225300-102. Los demás registros en trámite. 5 Bastón de ciego o la realidad de un concepto invisible Ana María Cardero García Diseño y Edificación 75 Una reflexión acerca del aprendizaje en la licenciatura en Diseño Gráfico José Luis Caballero Facio Matemáticas e Ingeniería 83 Transferencia entre los métodos mono-registro del cálculo integral, matriz exponencial y formas de Jordan en sistemas dinámicos con auto-espacios deficientes Jorge Javier Jiménez Zamudio y Jeanett López García Diálogos 103 Los límites de la hermenéutica analógica Raúl Alcalá 107 Respuesta a “Los límites de la hermenéutica analógica” Mauricio Beuchot Letrillas 110 Cirugía reconstructiva Dulce María Delgadillo Bastón de ciego o la realidad de un concepto invisible Ana María Cardero García • RESUMEN Este trabajo se sitúa en el campo de la semántica léxica y de manera más específica dentro de los procesos de cambio semántico. Estos inciden especialmente en la revitalización del léxico, en la creación léxica, en la neología semántica. Diversas áreas de conocimiento han atendido los cambios de significado como son la retórica, la semántica y la pragmática. Centramos la exposición en uno solo de los cambios semánticos, el de la metáfora, como un proceso incrustado en las lenguas de especialidad, productivo y de comportamiento muy interesante y diverso. El objetivo es realizar un análisis de este desarrollo de creación de términos técnicos y científicos revisándolos desde la perspectiva cognitiva (Lakoff, Johnson, 1986). PALABRAS CLAVE Semántica léxica. Neología semántica. Metáforas. Geometría fractal. ABSTRACT This paper is situated in the field of lexical semantics, and more specifically, in the processes of semantic change. These processes have a special influence on the revitalization of lexicon, lexical creation, and semantic neology. Different areas of knowledge have paid attention to changes of meaning such as rhetoric, semantics, and pragmatics. We concentrate the exposition on just one of the semantic changes, the metaphor, as a process embedded in the languages of specialization, productive and of very interesting and diverse behavior. The objective is to make an analysis of this development of creation of technical and scientific terms revising them from the cognitive perspective (Lakoff, Johnson 1986). KEY WORDS Lexical Semantics. Semantic Neology. Metaphors. Fractal Geometry. Marco teórico que la emplea o en su caso produce. Por tanto hacemos a un lado las que son producto de la traducción y nos abocamos a revisar las que podemos dar fe de su empleo por profesionales mexicanos, en su tarea de la misma forma que en su difusión, aunque hayan sido acuñadas en otra lengua. d) Partimos de la idea del lenguaje como un instrumento de comunicación, por lo tanto lo consideramos funcional, la función y el significado condicionan la forma. El funcionalismo sustituye el concepto de forma por el de función que resulta más claro. e) Dentro de la semántica consideramos a las metáforas como una clase abierta, es decir, pertenece al campo del léxico. Por otra parte también discurrimos en torno a los aspectos de comportamiento del significado que prevalecen en las terminologías. Básicamente se puede decir que privilegia la homonimia sobre la polisemia. La respuesta a esta situación está en relación con la misma organización de las terminologías en sentido estricto y sentido lato. Sentido estricto cuando los términos son propios y exclusivos de esa terminología por lo menos en un tiempo; sentido lato cuando los términos son compartidos por varias tecnologías o ciencias en su caso, pero que adquieren su especificidad en la organización conceptual y categorización de la que se trate en la terminología estudiada. El término adquiere las marcas de significado que le dan el área temática y subárea temática a la que pertenezca. En cuanto a la polisemia hay casos que han resultado de dif ícil desambiguación entre la polisemia y la homonimia dentro del árbol de dominio de la especialidad, como ocurre con el término telemetría, proceso de control de satélites que pertenece a la misma área temática y subárea y se define de la misma manera, se hace referencia “a la medida a distancia”, pero ésta puede ser realizada desde el satélite a la tierra o de la tierra al satélite y esto hace que se le tenga que dar al término en su definición la especificidad de cada uno de los casos. En relación con la sinonimia esta se trata de evitar debido a la organización del material salvo en ocasiones como en las que conviven un término extranjero y uno español, o bien cuando la a) Nuestro trabajo se ubica dentro del léxico de la lengua en el subconjunto de los vocabularios especializados, como un dominio diferente al común, como el grupo de términos que emplean los especialistas de una actividad profesional particular, ya sea técnica o científica, subconjunto de un sistema lingüístico abierto cuya función básicamente referencial lo hace operar como puente entre el sistema lingüístico y la realidad externa. Con esta definición de vocabulario planteamos la relación de la lengua con el mundo. La relación semántica-referencia es un viejo problema de la lingüística semántica. La lengua como receptáculo de la experiencia de una comunidad de profesionales ya sean técnicos o científicos a los que une un objeto de estudio, la lengua le da forma a esa experiencia de la realidad profesional y le permite manifestar la categorización de la misma. Esta relación y las experiencias compartidas que los unen y caracterizan crean una visión del mundo. b) Partimos del análisis de las metáforas en las terminologías organizadas conceptualmente, es decir, su categorización ya ha sido establecida con anterioridad, se ha realizado un proceso ordenador de categorías y subcategorías constituidas en áreas y subáreas temáticas. c) El análisis del material es en vivo, las metáforas observadas son producto de la organización del perfil y especificidad de cada una de las terminologías trabajadas con anterioridad. Ahora bien, de qué tipo de terminologías podemos partir para el análisis metafórico. Desde luego en principio de las que se producen en vocabularios especializados en los que han sido considerados los profesionales, los textos y los procesos comunicativos que resultan representativos de su uso en México. Si partimos de este principio debemos de tener la garantía de que no prevalezcan en los vocabularios especializados revisados las traducciones, pues desvirtuaría el análisis mismo de la metáfora al realizarlo in vitro, sin tomar en cuenta el origen de las creaciones metafóricas y desde luego sin considerar el perfil sociocultural del profesional El análisis del material Las metáforas en el lenguaje cinematográfico Para el análisis partimos de los aspectos pragmáticos de reconocimiento y percibimos que hay una violación de principios en el acto de habla, que nos permite calcular al área a la pertenecen los términos que son metáforas y de restricción para reconocer el valor específico en el que se basa la metáfora correspondiente. Prestamos atención a los valores surgidos entre el grupo de trabajadores que la crea, con pocos estudios y mucha experiencia en el trabajo manual que realizan, lo que nos permite acotar el valor metafórico que se les da. Observamos en las metáforas analizadas cómo se relaciona el concepto con la designación metafórica y vemos que se pueden vincular de las siguientes formas: a) Metáfora conceptual de imagen relacionada con animales. Área de equipo eléctrico: Pulpo. “Cable del que salen varios ramales con contactos eléctricos”. Dominio origen los objetos de trabajo tienen forma de animales. Dominio destino tipo de conexión eléctrica. Entre las correspondencias perceptivas del dominio origen, un cable con una forma de pulpo con ocho patas; con el dominio destino se mantienen relaciones de contorno y hay una correspondencia de carácter topológica (Talmy, 2006), por las necesidades de designación de objetos con cierta dinámica en el trabajo diario. b) Metáfora conceptual de imagen relacionada con objetos. Área de sonido: Caña. En el ámbito de cine también se dan metáforas que son cosas como es el caso de Caña: “tubo de aluminio, que se compone de varios tramos telescopiables entre sí, que se usa para sostener a mano un micrófono por encima de la cabeza de los actores”, término que pertenece al área de sonido. Esta designación metafórica se basa en la proyección de la forma esquemática que se pa Humanidades ciencia o la técnica de la que se trate cuenta con una incipiente organización que la hace dudar entre una acepción u otra por lo conflictos teóricos que puede ocasionar. f ) Como lo hemos venido haciendo nos acercamos a los vocabularios especializados para observar cómo se relacionan los aspectos del significado y las circunstancias pragmáticas de la comunicación científica de acuerdo al empleo de los profesionales de la áreas. También reflexionamos en torno al marco de interpretación que debe ser compartido entre el emisor y el destinatario. De los siete principios que enumera Searle (1979) se pueden distinguir tres tipos de estrategias diferentes: 1) De reconocimiento, si hay que buscar una interpretación metafórica por la violación de los principios que regulan la conversación y los actos de habla, en este caso especializados. 2) De cálculo: estrategias para calcular los diferentes valores surgidos no sólo de los rasgos semánticos sino también atribuidos por nuestro conocimiento del mundo y de la ciencia o técnica de que se trate. 3) De restricción: estrategias para restringir las posibilidades e identificar de entre todos los valores posibles el factor concreto sobre el que se basa la metáfora de acuerdo al área temática y subárea temática a la que pertenezca. Este modelo muestra que las interpretaciones dependen no sólo de la información del significado en el léxico sino también de informaciones que no son estrictamente gramaticales y que provienen de conocimientos extralingüísticos. Con la metáfora especilizada contestamos a la pregunta ¿qué es?, no ¿qué significa? Se trata de respuestas enciclopédicas intensionales. También incluimos en nuestra reflexión a Millán y Narotzky (en Lakoff-Johnson, 1995, p. 12), cuando explican el “modelo dialéctico en el que la experiencia y los campos metafóricos del lenguaje se generan y modifican en un enfrentamiento continuo”. Por lo tanto son objeto de nuestra atención las metáforas que se producen en los vocabularios especializados de acuerdo con los principios que hemos expuesto en los párrafos anteriores. rece a una caña de pescar de un dominio origen con un dominio destino en el que se pesca la voz del actor. Como vemos, se trata de una representación visual de un concepto relacionado con un objeto. Los científicos y sus creaciones metafóricas • Geometría fractal Como señalamos las terminologías en su organización llevan sobrentendida una categorización por inclusión. La semántica nos permite identificar el significado literal o contenido convencional de las expresiones y la pragmática con detalles del contexto debe proporcionar la situación para la correcta interpretación metafórica. Se manifiesta en la creación metafórica lo que somos y la manera en que interactuamos con nuestro ambiente f ísico y cultural e intentamos explicar lo que se aplica para conocer. Las metáforas interesan a especialistas de distintas áreas: la economía, la química, la f ísica, la ecología, la medicina, etc., y escriben y explican su interés por ellas desde cada una de las perspectivas de que se trate. En este caso hemos seleccionado dos metáforas del área de geometría de fractales, ya que nos apoyamos en un trabajo reciente (Fujii, 2006) de integración de un glosario y el análisis lingüístico del mismo que se ha realizado en el selexter, con especialistas mexicanos del área. Para Benoit Mandelbrot, el padre de la geometría fractal, la observación de la naturaleza resulta primordial y de ahí el interés de la geometría fractal por las formas naturales y se pregunta: “¿Por qué a menudo se describe la geometría como algo ‘frío’ y ‘seco’? Una de las razones es su incapacidad de describir la forma de una nube, una montaña, una costa o un árbol. Ni las nubes son esféricas, ni las montañas cónicas, ni las costas circulares, ni la corteza es suave, ni tampoco el rayo es rectilíneo” (Mandelbrot, 1997). La geometría fractal es una rama de la geometría que puede ser aplicada para describir y estudiar la forma y las relaciones entre objetos y fenómenos cuya característica peculiar es la irregularidad, rugosidad y fragmentación a todas las escalas de observación. Veamos sus metáforas. McCormick et al. (1987) sostienen que “visualization offers a method of seeing the unseen”. Me- c) Metáfora conceptual de imagen relacionada con movimiento. Área de doblaje: Rock’n roll. Con Rock’n roll, anglicismo con el que se hace referencia a un “control del proyector cinematográfico, que mediante un sistema electrónico hace que avance y retroceda la película desde y hasta un pietaje determinado, con objeto de repetir la imagen del parlamento para que el actor o el doblador pueda sincronizar su parte con el movimiento de los labios; se usa también en la grabación de los efectos sonoros para hacer los ruidos en sincronía”. En el dominio conceptual de origen un ritmo musical hace girar a las personas de un lado a otro, mismo que resulta semejante al que realiza un aparato del dominio destino que gira con un movimiento similar para grabar la voz sincronizada con el movimiento de los labios. Consideramos las metáforas analizadas en los párrafos anteriores como conceptos producto de una categorización establecida que se relacionan con imágenes, cosas y movimientos de la vida cotidiana. Estas metáforas manifiestan la realidad del nivel sociocultural de los técnicos y manuales del área de cine. Hay que señalar que son unidades universales, representadas por un sustantivo. Las metáforas revisadas en estos párrafos se elaboran a partir de conceptos que podemos visualizar, contrastar y distinguir en la realidad del entorno de trabajo y de la misma manera alcanzamos a señalar los objetos a los que designan. En estos sus denominaciones alternan con el nombre real del equipo, inclusive con la marca del mismo, se percibe un cierto espíritu lúdico en la creación de estas metáforas implícitamente crípticas para los no iniciados en la técnica. Seminario de Lexicología, Lexicograf ía y Terminología del Programa de Investigación de la fes Acatlán. Aunque en inglés esté constituido por dos palabras. Figura 1b Humanidades Figura 1a Figura 1. Imagen de un copo de nieve natural (a) y su modelo fractal (b) diante la observación de la imagen resultante de la aplicación de algoritmos específicos los especialistas dan vida a un término, el cual logra formar en la mente una imagen de un concepto abstracto. Con las metáforas que a continuación analizamos se parte de un concepto producto de una abstracción e intentan aclararlo por medio de una imagen. de ningún objeto real, ya sea éste un copo de jabón, una nube de lluvia o volcánica, un pequeño asteroide o un pedazo de cobre nativo. Tampoco pretenden ser el resultado de una teoría que simule los distintos aspectos —químicos, f ísico-químicos e hidrodinámicos— de la formación real de los copos… Estos copos existen únicamente en la memoria de una computadora. Nunca se realizaron modelos tridimensionales de los mismos, y el sombreado es obra también del diseño por computadora. 1) Creación metafórica de la imagen de un concepto abstracto. Área temática de fractales geométricos y a la subárea de fractales regulares: Copo de nieve. El término pertenece al área temática de fractales geométricos y a la subárea de fractales regulares. Está representado sintácticamente por un sustantivo, una preposición y otro sustantivo. El especialista dice que los copos de nieve se ramifican de forma irregular —como se aprecia a simple vista en la Figura 1a— manteniendo la autosimilitud de su forma, lo cual es fácil de describir en términos matemáticos mediante la geometría fractal. Después de observar la imagen digital resultante de la iteración de un modelo fractal (Figura 1b) en el monitor de un equipo de cómputo, producto de un algoritmo basado en la ley de potencia correspondiente, Mandelbrot recalca que “…dejando vagar la mente, resulta dif ícil no asociarlas con diversos aspectos de la naturaleza”. El desarrollo de los copos de nieve puede ser explicado mediante un modelo de crecimiento fractal. De esta metáfora el especialista nos explica el proceso de creación. El dominio origen es un concepto abstracto que explica una característica de los fractales geométricos regulares. En la naturaleza se observa un elemento producto de un fenómeno meteorológico como es el copo de nieve que le permite al receptor visualizar la abstracción en el dominio meta. Reconocemos en el acto de habla un interpretación metafórica con valores surgidos de nuestro conocimiento del mundo y de restricción en el área y subárea temática a la que pertenecen que nos lleva de la abstracción de un concepto a designación que nos permita reconocerlo asociándolo a la realidad. 2) Creación metafórica de la imagen de un concepto abstracto. Área temática de fractales de la naturaleza y a la subárea de objetos y fenómenos fractales: Montañas que nunca han existido. Otra metáfora es Montañas que nunca han Hay que apresurarse a señalar que no se trata de fotograf ías ni de reconstrucciones por computadora En Mandelbrot, La geometría fractal de la naturaleza, 1997, p. 28. existido, perteneciente al área temática de fractales de la naturaleza y a la subárea de objetos y fenómenos fractales. Lo primero que salta a la vista es la estructura sintáctica del término. En otras terminologías, como la de control de satélites, encontramos formas sintácticas que llevan incrustados participios en forma absoluta que no designan metáforas, como: Unidad codificadora de telemetría (unidad que codifica la telemetría); Unidad manejadora de la válvula (unidad que maneja la válvula). Estas metáforas no están estructuradas de forma explicita con una adjetiva incrustada. Como ocurre con la que nos encontramos revisando… que nunca han existido. Mandelbrot propuso un modelo geológico para describir las montañas que poseen texturas autoafines. Junto con su estudiante Voss encontró un algoritmo para producir imágenes de montañas “artificiales” con apariencia real en la pantalla de la computadora (Figura 2a). A estas montañas generadas mediante programas computacionales, que poseen un aspecto tan natural como las reales (Figura 2b), las denominó Montañas que nunca han existido (Mountains that never where). Figuran entre los objetos más famosos simulados con alta exactitud mediante herramientas computacionales. El dominio origen no está en la naturaleza pero se puede evocar una imagen de la misma para crear en el dominio meta la re- Figura 2a presentación abstracta de un concepto negando su existencia. Estos algoritmos se emplean para crear imágenes de ciencia ficción que vemos en las películas y en los videojuegos. Este término resulta interesante en particular. Además de presentarse funcionalmente como una oración adjetiva especificativa negativa, es un ejemplo de las necesidades de alto nivel de abstracción de la geometría fractal y del puente que se establece entre la imagen obtenida por los especialistas y el entorno f ísico real al cual se asemeja. • La nanotecnología Ahora procedemos a analizar dos metáforas que aparecen en un texto de divulgación sobre nanotecnología: Bastón de ciego y Corral cuántico (Figuras 3a y c). Este texto fue diseñado para divulgar entre neófitos, básicamente estudiantes que inician sus estudios de física, las características y capacidades de esta tecnología. En trabajos anteriores hemos revisado lo que la física nos dice al respecto de esta área de conocimiento (Cardero, 2006, pp. 483-493). 1) Bastón de ciego. En esta metáfora el concepto abstracto que se representa explica cómo por medio de computadoras cuánticas, quantum-bits (qbits), mediante una punta muy fina de dimensiones atómicas Figura 2b Figura 2. Montañas generadas mediante un modelo fractal (a) e imagen digital de las montañas Rocallosas en Montana (b) 10 na con la creación de instrumentos que pueden manipular a los átomos, en este caso estilete que lee paisajes atómicos. Es una forma de representar el conocimiento del dominio origen al dominio destino. Metáfora conceptual relacionada con una tecnología muy avanzada y las dificultades de su designación sobre todo y en este caso en específico para la divulgación de la misma. en 1981 los investigadores de uno de los centros de investigación de ibm, localizado en Suiza, Gerd Binnig y Heinrich Rohrer, dieron a conocer a la comunidad científica una herramienta revolucionaria, diseñada por ellos, a la cual llamaron stm. Esta nueva herramienta representó uno de los pasos más importantes dados por la humanidad para el control y la manipulación de los átomos y de las estructuras formadas por éstos. Pero ¿qué es un stm? Básicamente es una punta súper fina o un estilete de dimensiones atómicas que al deslizarse sobre una superficie recoge información sobre ésta. Es de alguna forma un bastón de ciego de tamaño atómico. Figura 3b. Superficie de un metal que lee un bastón de ciego Figura 3c. Superficie de un paisaje atómico, un corral cuántico Esta imagen muestra un corral cuántico. Se trata de un espacio cercado por átomos en el que se confina en el centro un átomo. El cuanto es una cantidad discreta de energía de un átomo o molécula, proporcional a la frecuencia de la radiación emitida o absorbida por estos. También lo encontramos con la graf ía quanto. Se trata de otra de las lecturas que realiza el bastón de ciego, pero hay que describirla a los neófitos para que estos la imaginen. Figura 3a Como vemos aparecen una serie de correspondencias que permiten enlazar el dominio origen con el dominio destino. Las correspondencias son epistémicas. Se trata de proporcionar datos suficientes para lo inviable al ojo humano y lo que la ciencia, o en este caso la tecnología, proporcio11 Humanidades podemos percibir formas no conocidas y consideradas como imposibles. El papel de las computadoras en el entramado científico es modelar o simular tanto fenómenos como estructuras nanoscópicas. El dominio origen es un objeto con características especiales que permite a las personas con discapacidad visual circular leyendo el suelo auxiliándose de un bastón. Comencemos entonces con las herramientas. Nos dice Sosa (2004) que El dominio origen es un cercado, que a diferencia de los referentes conocidos por el receptor no encierra ni plantas ni animales como usualmente ocurre, en este caso está constituido por átomos que a su vez contienen un átomo. Aparecen en la metáfora una serie de correspondencias que nos permiten relacionar cognitivamente el dominio origen con el dominio destino. Las correspondencias son epistémicos, con el doble propósito de permitir relacionar el dominio origen con el dominio meta y hacer visible y divulgar un conocimiento a personas que se inician en el conocimiento de esta tecnología. El divulgador es a su vez un profesional de la f ísica que intenta por medio de la metáfora transferir conocimientos básicos de la tecnología. Observamos las diferencias entre las metáforas de la tecnología de elaboración de películas, trabajo que siempre se realiza contrarreloj por lo que tienen que ser muy efectivas, claras e identificables para el trabajador, por lo que entendemos resulta más económico emplear unidades univerbales que el trabajo de un científico que tiene que elaborar una metáfora que nos ilustre de la mejor manera posible un concepto abstracto, por lo que en ocasiones se requiere de unidades mayores para expresarlo. Estas metáforas, términos pluriverbales, tienen una mayor capacidad de sorprendernos y percibimos en ellas un gusto de parte del especialista en la creación de la misma, que tiene como objetivo transmitir un concepto de la manera más clara posible, cuando para describirlas necesitan más de una palabra. Esto no quiere decir que en geometría de fractales no haya también metáforas universales; si con un sustantivo el científico puede crear un concepto que da como resultado una metáfora, lo hace. En geometría de fractales nos explican que las metáforas son producto de un proceso de abstracción resultado de un algoritmo producto del análisis de un fractal que hay que hacer visible y su imagen bien puede surgir de confrontación de la naturaleza. Con la abstracción de hechos de la naturaleza está organizado el campo conceptual de fractales. Tanto Copo de nieve como Montañas que nunca han existido son términos en sentido lato, es decir, pertenecen a áreas comunes de la vida diaria y de la naturaleza, de ello se valen sus creadores para explicarlas, partiendo de la realidad. Las metáforas Bastón de ciego y Corral cuántico resultan más operativas, describen conceptos de algo nunca visto como es la manipulación de los átomos y la representación de los paisajes atómicos que sólo se pueden percibir por microscopios hechos exprofeso en nanotecnología. Percibimos en los campos conceptuales un enfrentamiento continuo. Entender las metáforas de la geometría de fractales y de la nanotecnología nos resulta más dif ícil porque antes tenemos que adentrarnos, aunque sea a un nivel muy superficial, en la definición del campo de estudio y situarnos en las áreas temáticas y subáreas temá- Observaciones finales En general estudiamos la metáfora como una transferencia de una categoría aislada por otra categoría de dominio diferente pero análogo y coherente en su estructura interna en los dominios en relación que se asocian de distintas formas. Consideramos en las metáforas revisadas en este trabajo una complejidad mayor. Las metáforas creadas en el ambiente de cine son metáforas conceptuales de imagen, visualizaciones esquemáticas. Decimos que son conceptuales ya que son la representación mental de un objeto que topológicamente rodea al técnico y así lo categoriza. Pero además hay que añadir que están organizadas como conceptos de un área específica de conocimiento, porque representan en si mismas un término producto de la organización de léxico especializado que emplean y comparten especialistas y técnicos con niveles socioculturales diversos y percibimos en estas creaciones metafóricas ciertas situaciones lúdicas y un cierto afán críptico para los no iniciados en el ambiente cinematográfico. Son designaciones que crean y emplean los técnicos para separar su habilidad en el foro del conocimiento muy especializado de los especialistas y técnicos que provienen de ambientes académicos. Estos términos se comparten con otras áreas de conocimiento por lo que los clasificamos de sentido lato. 12 Beatriz Fujii Oleshko, “La terminología de la geometría fractal: un análisis lingüístico” (investigación concluida). George Lakoff y Mark Johnson, Metáforas de la vida cotidiana, Barcelona, Cátedra, 1986. Benoit Mandelbrot, La geometría fractal de la naturaleza, Barcelona, Tusquets, 1997. B. H. McCormick, T. A. DeFatim y M. D. Brown, “Visualization in Scientific Computing: Definition, Domain, and Recommendations”, en Computer Graphics, 21, 1987, pp. 3-13. J. R. Searle, “Metaphors”, en Expression a Meaning. Studies in the Theory of Speech Acts, Cambridge University Press, 1979. Iván Sosa, Nanotecnología. Instantáneas del cambio tecnológico, México, Universidad de la Ciudad de México, 2004 (Umbral, 1). Leonard Talmy, “How Language Structures Concepts”, conferencia dictada en el Instituto de Investigaciones Filosóficas, unam, 2006. Ana María Cardero García es doctora en lingüística aplicada, actualmente profesora-investigadora titular “C” tiempo completo definitiva en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán; pertenece al Sistema Nacional de Investigadores, nivel ii. Sus líneas de investigación se centran en la lexicología, la lexicograf ía y la terminología; trabaja en proyectos como la iniciación a la gramática, morfología, sintaxis y terminología y neología en el periodismo actual, entre otros. Bibliografía Ana María Cardero García, “El cambio tecnológico y la terminología. La nanotecnología”, en La terminología en el siglo xxi. Contribución a la cultura de la paz, la diversidad y la sostenibilidad, Actas de ix Simposio Iberoamericano de Terminología riterm, 2006, pp. 483-493. 13 Humanidades ticas a las que pertenece para entenderlas lo suficiente y abordarlas. Por eso los científicos de la f ísica nos tienen que precisar cómo operan en la abstracción, lo que hacen, pues el conocimiento puede ser más dif ícil de comprender. Por lo que mantenemos nuestro principio de acercarnos a los profesionales de las áreas de conocimiento de las ciencias y las técnicas para partir de una interpretación tanto semántica cognitiva como de construcción del conocimiento más clara. Este trabajo ha sido un acercamiento al tema tan complejo que se asoma a la interpretación metafórica desde la terminología y sus principios de organización, que cumple con el afán de interpretar mejor los vocabularios especializados y contribuye y aporta desde la terminología otros caminos para revisarlos. Díganme, sabiendo que el lenguaje no es inocente, si por un momento no percibimos, en los anteriores ejemplos, la complejidad y la sorpresa por el lenguaje mismo. No empleamos el lenguaje, somos lenguaje. Tan misteriosos y tan vastos. El lenguaje es apenas un espejo de la dimensión extrema de aquello que por buen y oscuro nombre le seguimos llamando, con asombro, la realidad. La universidad pública: retos en el contexto de la globalización J. Alejandro Salcedo Aquino • RESUMEN En la actualidad se ha percibido la definición de muchas políticas en los países de América Latina que de manera precisa afectan lo que ha sido una tradición en la formación intelectual de la región; tal es el caso de la universidad pública. Con el propósito de plantear algunos rasgos significativos de los retos de la universidad latinoamericana en este rubro, esta reflexión parte del papel que la universidad ha desempeñado en nuestros países en la construcción de los proyectos de nación y en la construcción misma de los países. Paralelamente al proyecto de construcción del Estado se dio el de la construcción de una universidad nacional que sirviera de proyecto nacional, no sólo en el plano político, económico, sino también en el cultural. Ese fue el plan que se le asignó a la universidad; y comenzaron a surgir en las universidades los grandes planteamientos acerca de los nuevos desaf íos. Se desarrollaron grandes proyectos y se generaron capacidades de gran lucidez. Pero la pregunta al presente es acerca de ¿por qué estos esfuerzos no han sido permanentes? Podemos estar de acuerdo en la afirmación de que la educación debe contribuir a forjar un proyecto de nación, un proyecto de país; no obstante, el problema es que si no está claro un proyecto de país, entonces, ante esa ausencia, ¿se forma para la globalización? ¿Para qué queremos que las universidades funcionen? Es claro que este debate va más allá de la educación, comprende al conjunto de las posibilidades de conocimiento y la acción que las frena no es sólo un problema pedagógico, económico, tecnológico, político ni cultural; es, en definitiva y en última instancia un problema también de valores. Pero ¿qué valores estamos proyectando en las universidades? PALABRAS CLAVE Universidad pública. Globalización. Subalternidad. Sociedad del conocimiento. Redes sociales de innovación. ABSTRACT At present, the definition of many policies has been perceived in Latin American countries that affect directly what has been a tradition in the intellectual formation of the region; such is the case of the public university. With the purpose of posing some significant issues of the challenges of the Latin American university in this matter, this reflection starts from the role the university has played in our countries in the construction of the national projects and 14 KEY WORDS Public university. Globalization. Subalternity. Society of Knowledge. Social Innovation Nets. Líneas introductorias noamericanos; y como actor que participa en la transformación de largo alcance la universidad pública no puede ser un sujeto de cambio si ella misma no se renueva, si no se convierte a su vez en objeto de cambio. Con el propósito de plantear algunos rasgos significativos de los retos de la universidad latinoamericana en este rubro, esta reflexión parte del papel que la universidad ha desempeñado en nuestros países en la construcción de los proyectos de nación y en la construcción misma de los países. Paralelamente al proyecto de construcción del Estado se dio el de la construcción de una universidad nacional que sirviera de proyecto nacional, no sólo en el plano político, económico, sino también en el cultural. Ese fue el plan que se le asignó a la universidad; y comenzaron a surgir en las universidades los grandes planteamientos acerca de los nuevos desaf íos. Se desarrollaron grandes proyectos y se generaron capacidades de gran lucidez. Pero la pregunta al presente es acerca de ¿por qué estos esfuerzos no han sido permanentes? Es previsible que para que la universidad pública retome y asuma el cumplimiento de su compromiso histórico con la nación tendrá que enfrentar grandes desaf íos, entre los cuales se pueden señalar: la resignificación más alta de la El propósito de esta reflexión es contribuir al debate en torno a la búsqueda de alternativas para la aproximación a soluciones de la educación superior en el contexto de la globalización. Recientemente la educación superior de los países latinoamericanos ha padecido una fase crítica, marcada por el desencuentro entre la universidad pública y las políticas económica y educativa impulsadas por los gobiernos, sobre todo de corte neoliberal, e impuestas desde fuera por organismos financieros internacionales. La evolución académica e institucional de la educación superior tendió a frenarse y el papel de la universidad pública y la solidez de sus comunidades a debilitarse. Ante el embate de signo economicista y el riesgo de la mercantilización de las relaciones universitarias las principales instituciones públicas han tenido que orientarse a la defensa de los logros alcanzados hasta hace más de dos décadas, así como a garantizar que los Estados cumplan a cabalidad la responsabilidad social de su financiamiento y la búsqueda, ardua en algunos casos, de recursos complementarios. No obstante, la universidad pública debe estar a la altura de las circunstancias y honrar la alta encomienda que ha tenido en la historia de varios países lati15 Humanidades in the very construction of the countries. The construction of a State project arose together with the construction of a national university that served as a national project, not only in the political and economical level, but also in the cultural one. That was the plan assigned to the university, thus giving rise in universities to great proposals to the new challenges. Great projects were developed and capacities of great clarity were generated. But the question today is why these efforts have not been permanent. Nowadays, we can agree on the statement that education must cooperate to shape a national project, a country project. However, the problem is that if a country project is not clear, then facing this absence, is it formed for globalization? What do we want universities for? It is clear that this debate goes beyond education, it comprises the set of possibilities of knowledge, and the action that holds them back is not only a pedagogical, economical, technological, political or cultural problem, it is absolutely as a last resource, a problem of values as well. But, what values are we projecting in universities? autonomía a través de su ejercicio pleno, entendida como necesidad indispensable frente a la dependencia o intervención de cualquier forma de poder político o económico; la atención a las necesidades y aspiraciones educativas de la sociedad y los requerimientos para el desarrollo de los países, como organizadora y reformadora de la vida cultural del país; y la reforma y transformación de la universidad pública hacia nuevos modelos educativos innovadores, flexibles e interdisciplinarios. Para tal efecto, este trabajo abordará cuatro apartados en donde se esbozarán algunas de las ideas más importantes del papel de la universidad pública en el presente: “Contexto y tradición”, donde se enfatiza la importancia de la memoria histórica de las instituciones universitarias y los riesgos del peso del tradicionalismo; se alude a algunos de los “Retos de la universidad pública” sobre todo en el contexto actual de la globalización y sus repercusiones; “Reconfiguración de la visión de la universidad pública” que involucre a la comunidad universitaria para formar profesionales dotados de los más amplios conocimientos, capacidades y habilidades que les permitan pensar, crear, innovar, trabajar multi e interdisciplinariamente para contribuir al desarrollo y transformación de su entorno social; y al final se plantean algunas aproximaciones conclusivas, relativas a propuestas alternativas ante los contextos planteados en este desarrollo. conocimientos y la lógica del misticismo a través de las escuelas catedralicias difundidas mediante las guerras y contactos comerciales, así como la diversificación de las estructuras sociales de Europa, favorecieron el surgimiento de las universidades. Fueron Italia, Francia, Inglaterra y España los países donde se institucionalizaron primero esas organizaciones. La Universidad de Bolonia, 1080; en el centro del poder político, la Universidad de París, 1150; Oxford en 1168, y finalmente la Universidad de Salamanca en 1215 con una influencia determinante en Latinoamérica. Sin embargo, es preciso considerar que el tradicionalismo es uno de los procedimientos lógicos de carácter autoritario más frecuentemente utilizado para validar las creencias; junto con el criterio del tiempo y el número de seguidores y prestigio integra la lógica del autoritarismo como uno de los criterios reales para validar alguna creencia. No se tiene la seguridad de que todo material histórico corresponda efectivamente a un cuerpo de teoría; “…podría decirse que toda concepción histórica corresponde a una particular visión del mundo (ideología). Lo que debe entenderse por universidad va a depender de cómo y con qué enfoque está planteada la pregunta, Contexto y tradición Casi cinco siglos de presencia de las universidades en la región latinoamericana implican llevar a cabo un esfuerzo por contextualizar su desenvolvimiento y, en consecuencia, intentar definir cuál pudiera ser su nuevo carácter. En esta discusión es necesario tener presente el peso de la tradición vinculada a sucesos de carácter político, económico y cultural, por ejemplo, en España y Portugal a fines de la Edad Media. La Edad Media europea vería surgir los procesos que desencadenaron el surgimiento masivo de nuevos sistemas sociales dentro de los cuales surgen las organizaciones universitarias. El aumento de los 16 dores han definido a la universidad como medio para la legitimación de las estructuras sociales y culturales de las sociedades; para otros, las universidades son vehículos para que los individuos tengan más oportunidades de inclusión social. Lo cierto es que, como subraya Béjar Navarro, tanto el sistema educacional, como el científico, no son ajenos a los intereses políticos, económicos y personales. Por ello es inútil buscar la especificidad funcional de las organizaciones universitarias en torno a una función o a un par de ellas. No obstante, pensar a la universidad como un elemento importante de la razón de Estado, por ejemplo, incluiría no una ni dos de sus funciones, sino prácticamente todas. De aquí que las universidades sean organizaciones multifuncionales cuyo entorno no permanece fijo; la única constante es que la universidad está en la sociedad; lo variable es la capacidad de respuesta frente a un entorno cada vez más complejo. Retos de la universidad pública en América Latina En el presente se lleva a cabo un proceso de redefinición de muchas políticas en los países de América Latina que afectan lo que ha sido la tradición en la formación intelectual de esta región, tal es el caso de la universidad pública. Hay una premisa a partir de la cual se puede plantear esta reflexión: la que se refiere al papel que la universidad ha desarrollado, por lo menos desde comienzos del siglo xix en adelante, en la construcción de varios países latinoamericanos; en la formación de los que han sido mentores, tanto en el plano ideológico como en el educativo, cuya contribución ha permitido en algunos casos ir erigiendo a veces dramáticamente los países de América Latina, mediante un continuo esfuerzo por construirse, y a veces seguido por otro nuevo esfuerzo de destruirse o cambiarse, para volverse a constituir. De aquí la importancia de recuperar la conformación de colectivos sociales cimentados en la memoria que alumbre hacia el futuro. En paralelo al proyecto de construcción del Estado se dio la construcción de una universidad nacional que sirviera al proyecto nacional; Véase Raúl Béjar Navarro y Mario Salinas, “Educación superior y universidad pública”, en Raúl Béjar Navarro y Jorge Isaac (coords), Universidad superior y universidad pública, México, fes Acatlán/Plaza y Valdés, 2005, p. 88. Véase T. Parsons y G. Platt, The American University, Cambridge, Harvard University Press, 1973. 17 Humanidades y queda por resolver cuál sería el punto de vista más adecuado”. En los orígenes de la universidad se percibe una tenue demarcación de sus límites respecto de su entorno; se trata de una especie de “entramado de comunicación autorreferencial”, proceso que emplea la recursividad de sus operaciones básicas para estructurarse y, a partir de ahí, organizar sus relaciones funcionales, y en torno a sus tradiciones. Hay múltiples caracterizaciones acerca de la universidad como representación del nivel más alto del sistema educativo, cuya función es desarrollar conocimiento científico, humanístico y técnico, para lo cual realizan tareas de investigación; o como el lugar donde se obtienen los títulos que acreditan las competencias en estos campos; o como organizaciones encargadas del avance del conocimiento, donde se enseña, entrena y examina a los estudiantes en variados campos profesionales y científicos. Los propósitos intelectuales definen su prevalencia en los niveles de competencia más altos en estos campos. Pero todas estas referencias tienen un significado relativo, pues no todos los sistemas científicos se valen únicamente de las universidades para alcanzar sus objetivos, ya se trate de institutos, laboratorios independientes, centros privados u otras organizaciones. En el contexto latinoamericano la correlación universidad-investigación es válida, y se ha alejado progresivamente del ámbito anglosajón, donde el nuevo conocimiento científico lo desarrollan las grandes corporaciones transnacionales. Otras caracterizaciones funcionales de las universidades, orientadas a la formación de recursos humanos requeridos para el mercado laboral o el entorno social, se centran en la formación de profesionales funcionales y eficientes. Parsons y Platt agregan a estas caracterizaciones una función ideológica: la reproducción de las ideologías sociales y de los intelectuales. Y otros investiga- este es un hecho histórico importante en el que se destacaron grandes intelectuales, porque se pensaba que habría que construirse no sólo en el plano político o en el económico sino también en el cultural. Este fue el proyecto que se le asignó a la universidad. Por esta razón comenzaron a surgir en las universidades los grandes planteamientos acerca de los nuevos desaf íos, pero tales esfuerzos no han sido permanentes. De acuerdo con Hugo Zemelman un aspecto que afecta de manera directa a la universidad y que, si nos atuviéramos, según su opinión, a las grandes concepciones que se forjaron en América Latina en la época de los cincuenta o sesenta del siglo xx, tiene que ver con un fenómeno que debe ser analizado y atendido de manera inmediata, y es lo que identifica como subalternidad. ¿Qué pasa —pregunta Zemelman— con los sistemas de enseñanza en esta región del mundo que son reproductores de patrones de subalternidad? De acuerdo con esta perspectiva, estamos enfrentando la necesidad de tomar como prioritario el papel de la educación en la construcción de los países, lo cual conlleva un serio problema. Podemos estar de acuerdo en que “la educación debe contribuir a forjar un proyecto de nación, un proyecto de país”, pero ante la ausencia de tal proyecto ¿para qué se forma?, ¿para la globalización? El contexto general de la globalización nos plantea, entre otras advertencias y desaf íos: i) el desarrollo de la sociedad humana es reversible, la sociedad puede volver atrás, lo cual representa a la vez consecuencias en el plano de los grandes temas epistemológicos y metodológicos: ¿qué es conocer la realidad?, ¿cómo resolver sus problemas?; ii) otro de los desaf íos es que la historia es una construcción de los hombres, o no es nada; no hay leyes que garanticen algo: ¿cómo hay que pensar la realidad, cómo estudiarla?, ¿cuál es su sentido, cuál es su valor? Tales desaf íos deben resolverse en gran medida en la universidad. Lo que se ha denominado globalización puede ser entendido tanto como un proceso progresivo como conflictivo; en la realidad aparece como la reorganización desigual de la división internacional del trabajo en amplias zonas geoeconómicas y del capital, en marcos definidos de integración, en bloques de dominio de las potencias industriales y tecnológicas. Este proceso no está generando un incremento uniforme de progreso y desarrollo en todas las regiones del mundo. Más bien, como señala Tünnermann, se está dando una globalización fragmentada o segmentada que concentra las ventajas del desarrollo en un sector relativamente reducido de la población mundial y crea profundas brechas de desigualdad, en términos de calidad de vida y acceso a los bienes económicos y culturales, entre los distintos componentes de las sociedades nacionales, tanto en los países industrializados como en los países subdesarrollados. De esto se infiere que el tipo de sociedad que se está formando está diferenciada, entonces, por una base tecnológica más diversificada que, de acuerdo con Axel Dridiksson, tiene como materia prima fundamental la información y el conocimiento, en donde sus productos modernos usan cada vez menos recursos naturales. Tal creación de productos con mayor densidad tecnológica responde a la mayor sofisticación, creatividad e inteligencia de la fuerza de trabajo; pues el conocimiento, única fuente de ventaja competitiva a largo plazo, sólo puede ser desarrollado por medio de las habilidades de los individuos organizados socialmente. Es por esto que como característica del nuevo tiempo en el que nos encontramos está el cambio de las instituciones educativas, una redefinición del papel de la investigación científica y la explosión y uso generalizado de los vehículos de información y comunicación. Si la sociedad Véase Carlos Tünnermann, “La educación superior de América Latina y el Caribe en su contexto económico, político y social”, en cresalc-unesco, Hacia una nueva educación superior, París, 1998, p. 109. Véase Axel Dridiksson, La universidad de la innovación. Una estrategia de transformación para la construcción de universidades del futuro, México, unam/Plaza y Valdés, 2005, p. 131. Idem. Véase Hugo Zemelman, “La universidad pública en América Latina”, en Raúl Béjar Navarro y Jorge Isaac (coords), op. cit., p. 199. 18 de conjugar es la que estuvo representada en la universidad pública de América Latina y es la que en este momento se trata de reivindicar en cualquiera de nuestros contextos. No obstante, la función de entidades productoras de conocimiento social y económico se ha convertido en el paradigma que ha modificado el perfil de las universidades e instituciones de diferente tipo y nivel para impulsar o consolidar sus sectores de fortaleza, sobre todo en la formación de nuevos recursos humanos en la investigación experimental y aplicada, en vistas a la constitución de lo que se ha dado en denominar la transición hacia una “sociedad del conocimiento”. Como subraya Dridiksson, esto ha significado una ruptura trascendental con la tradicional concepción de institución educativa concentrada en el conocimiento por sí mismo, lo que implica que está ocurriendo una profunda transformación en las bases, en las misiones y en los paradigmas organizacionales de las universidades. Reconfiguración de la visión de la universidad pública El nuevo paradigma de la globalización de la economía y de la inserción interdependiente de las localidades, de la producción del conocimiento científico-tecnológico y de los sistemas de información, representa un momento histórico, como una categoría de transición que impone un conjunto de cambios cuyos efectos pueden ser drásticos e impredecibles, puesto que ello implica un reordenamiento profundo de las estructuras económicas, sociales, culturales, productivas, institucionales y educativas. Esto significa que en el nuevo contexto si nuestras universidades no alcanzan a comprender el momento histórico que se vive, se podrán ver amenazadas por la gran expansión y uso de nuevos conocimientos y será más patente su rezago. Tal situación impone la necesidad de una búsqueda intensa de sistemas y mecanismos originales, sobre todo de carácter educativo, de desarrollo, de nuevas capacidades relacionadas con la producción y la transferencia Reflexiones de León Olivé presentadas en el iv Encuentro Internacional de Filosof ía de la Cultura y Multiculturalismo, celebrado en Campeche, el 1 de diciembre de 2008, en su ponencia “Autonomía y proyecto nacional”. Véase Hugo Zemelman, op. cit., p. 211. 19 Véase Axel Dridiksson, op. cit., p. 132. Humanidades está en un proceso de mutación, también lo están los sistemas de educación superior con las inevitables paradojas que ello conlleva. De acuerdo con León Olivé si se piensa el tipo de políticas que deberían seguir países como los de América Latina para promover el crecimiento de prácticas generadoras y transformadoras de conocimiento que tengan el efecto de impulsar el desarrollo social, y no sólo un desarrollo económico que pueda no llevar a una sociedad justa, una respuesta general es que deberíamos perseguir políticas en el terreno educativo, así como en ciencia y tecnología, que promuevan las capacidades de las personas para incorporarse y participar en un tipo particular de sistemas generadores y transformadores de conocimiento que se dirijan expresamente al estudio de problemas específicos y a proponer soluciones; que puedan apropiarse del conocimiento exógeno necesario para comprender el problema en cuestión y proponer soluciones; y que sean capaces de generar ellas mismas el conocimiento que no puede encontrarse previamente construido y que es necesario para entender y resolver el problema de que se trate. Desde esta perspectiva el objetivo de las políticas debería ser construir auténticos sistemas de innovación, sensibles al contexto cultural; y las instituciones de educación superior deberían impulsar nuevas formas de trabajo, para estar atentas a las necesidades sociales. Por otra parte, Zemelman nos advierte que la subalternidad se expresa también en la tecnocratización del conocimiento. Un conocimiento en el cual no hay problemas, cuando lo esencial es el problema, la pregunta. A partir de los griegos, dice, éstas son viejas verdades que de pronto es necesario recordar; pues si el hombre no piensa, muere, si no especula, muere en cuanto tal. Esto significa que no se trata nada más de saber hacer, tiene que haber un saber pensar, para después resolver un saber hacer. Y esa adecuación tan dif ícil social de los conocimientos, para encontrar soluciones adecuadas dentro de un marco de pleno desarrollo humano, de preservación y fortalecimiento de las identidades culturales y de crecimiento económico sustentable del Estado y el entorno nacional, que preserve además el medio ambiente para el pleno desarrollo de las generaciones futuras. El reto es construir o consolidar una propuesta desde la visión que involucre la comunidad universitaria para formar profesionales dotados de los más amplios conocimientos, capacidades y habilidades que les permitan pensar, crear, innovar, trabajar multi e interdisciplinariamente para contribuir al desarrollo y transformación de su entorno social, así como para preservar y desarrollar valores sociales y humanos como los de libertad, justicia, democracia, respeto, solidaridad, pluralidad y conservación del medio ambiente, entre otros. La universidad pública deberá constituirse en una institución de alto nivel y calidad educativa, de prestigio regional, con nichos de desarrollo académico acordes con la vocación natural de su identidad cultural, que le permita proyectarse nacional e internacionalmente. En consecuencia, la visión de la universidad pública puede plantearse como “ser una institución de educación superior con liderazgo moral, científico, tecnológico y cultural que busque permanentemente el desarrollo humano sustentable, identificada con su medio social y su entorno nacional e internacional”.10 De esto se desprende una particular orientación general que guiará los procesos de cambio, de fortalecimiento y de consolidación, lo cual constituye su misión, sus políticas fundamentales, sus acciones prioritarias, sus objetivos y sus programas estratégicos. Cabe destacar que este perfil de institución de carácter innovador, como muchas de nuestras universidades latinoamericanas, se desarrollan bajo los principios que les han dado origen, como son la autonomía, libertad académica, democracia, igualdad, interdisciplinariedad, relación con el entorno e identidad, en el cumplimiento de su visión y su misión estratégica. Reflexiones finales De seguro estamos en un proceso de transformación de la universidad en cuanto a las exigencias del conocimiento, y es probable que debamos comenzar a revisarla con otros parámetros, los de una universidad pública ya no tan encasillada en el discurso de los cuarenta, de los cincuenta, sesenta o setenta, que se llamó, como en el caso de México, el proyecto nacional. Es claro que la globalización no está resolviendo el problema de lo nacional, más bien se perciben dinamismos pulverizadores de lo nacional, en el sentido de mostrar las heterogeneidades y propiciar la homogenización, aunque la globalización tiene aspectos que pueden ser complementarios y no necesariamente excluyentes. La universidad pública tiene un papel fundamental para preservar la pluralidad y la democracia, como un espacio de disenso, donde se legitima el disenso, y un espacio donde se legitiman las opciones de construcción y los consensos. Se trata de la exigencia de pluralidades, de aperturas de opciones, lo cual supone tener muy claro que las sociedades no están construidas de una vez y para siempre, que no pueden someterse a un prediscurso que les anticipe cómo será el futuro. Como señala Zemelman, en la medida que lo aceptemos de manera acrítica retroalimentamos la subalternidad, que se expresa también en la tecnocratización del conocimiento, en el cual supuestamente no hay problemas, no hay preguntas, y lo esencial son las preguntas, los problemas y sus vías de solución. El reto en nuestros modelos educativos consiste en plantear la construcción de un conocimiento que no deje fuera, por su afán y precisión formales, regiones de la realidad significativas para la definición de prácticas de transformación social.11 De manera adicional hay que señalar que la educación superior enfrenta grandes desaf íos, sobre todo en lo que se refiere al diseño de planes de estudio. Comparto la idea de León Olivé en el sentido de que la formación disciplinaria sigue Véase Hugo Zemelman, Los horizontes de la razón, México, Antropos/El Colegio de México, 1992, p. 48. 11 10 Ibid., p. 134. 20 21 Humanidades esto quiere decir que hay que garantizar la participación de quienes tienen los problemas, desde la conceptualización misma del problema, hasta su solución. De aquí que es necesaria la cooperación de representantes de los grupos que serán afectados y, en su caso, beneficiados, así como de especialistas de diversas disciplinas, incluyendo científicos sociales y humanistas. Así pues, la misión histórica de la universidad pública es una función de su capacidad para asimilar el cambio social. Desde la perspectiva del deber ser de la universidad pública, ésta deberá incluir, como históricamente ya lo ha hecho, el desarrollo cultural, científico y tecnológico; el progreso industrial y el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. Para ello deberá consolidar la formación axiológica de los ciudadanos con base en los principios de autodeterminación, la autonomía, el respeto, la disciplina, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación y la participación en toda acción que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida en cualquiera siendo indispensable, pero ésta debe impartirse de tal manera que los egresados tengan los conocimientos y, sobre todo, las habilidades para participar creativamente en sistemas sociales de innovación. Asimismo, las instituciones que realizan investigación tienen el reto de impulsar investigaciones interdisciplinarias pues muchos problemas del presente exigen ese tipo de aproximación. Me parece fundamental el planteamiento de Olivé cuando señala que las políticas de ciencia, tecnología e innovación deben desarrollarse de manera integral junto con las políticas educativas, culturales y económicas, y deberían estar orientadas hacia la construcción y fortalecimiento de lo que él denomina redes sociales de innovación, que incluyen a los sistemas y procesos donde se genera el conocimiento, pero también a los mecanismos que garantizan que tal conocimiento será aprovechado socialmente para satisfacer demandas de diferentes sectores, pero por medios aceptables desde el punto de vista de quienes serán afectados. De acuerdo con Olivé de los contextos propios de la sociedad: familiar, escolar, vecinal e institucional.12 La educación universitaria no debe limitarse a aportar las herramientas necesarias para la adaptación a la sociedad, al mundo exterior o, como señalan Raúl Béjar y Mario Salinas, a ciertas normas perennes de bondad, verdad y belleza; deberá ser una continua reconstrucción de la experiencia. Es la reconstrucción o reorganización de la experiencia que contribuye al significado de ésta y aumenta la capacidad para orientar su curso subsecuente. De aquí que es necesario recuperar algunos principios propios de la tradición cultural; es decir, que aun con la aceleración de la historia moderna, con sus trascendentales cataclismos culturales, económicos, sociales y políticos, hay aspectos que preservar y que son propios de las identidades colectivas. Por último, cabe señalar que la solución al problema de la educación pública y su defensa se inserta, como en el caso de México, en un proyecto nacional alternativo, a la vez democrático y patriótico, social y cultural, respetuoso de los derechos humanos y de los derechos de los pueblos. Este carácter nacional de la universidad pública, entre otros aspectos, deberá tener presente una educación cívica cuya misión será formar e informar el pensamiento crítico, responsable y participativo de ciudadanos multidimensionales.13 Como conciencia crítica de la nación la universidad pública posee el patrimonio cultural, la tradición, la información y los recursos para seguir siendo un puntal de desarrollo nacional. Pero también la universidad pública, al fortalecer los aspectos afectivos en la educación de sus profesionales, estimulará la disposición para que actúen moralmente, pues tal sentimiento ha sido considerado uno de los factores más importantes que articula el saber con el hacer en la dimensión moral, algo de lo que están urgidas nuestras sociedades y donde la universidad pública podrá incidir con eficacia para fortalecer el sentido de pertenencia al país y promover una educación cívica congruente y corresponsable. Es significativo que la unesco insista en la promoción de cuatro principios que habrá que llevar a la práctica: libertad de expresión, acceso a la educación, acceso universal a la información y respeto a la diversidad cultural y lingüística. Éstos son nuestros retos. Bibliografía Raúl Béjar Navarro y Jorge Isaac (coords.), Universidad superior y universidad pública, México, fes Acatlán/Plaza y Valdés, 2005. Inés Castro (coord.), Educación y ciudadanía, México, Centro de Estudios sobre la Universidad, unam/Plaza y Valdés, 2006. Axel Dridiksson, La universidad de la innovación. Una estrategia de transformación para la construcción de universidades del futuro, México, unam/Plaza y Valdés, 2005. León Olivé, “Autonomía y proyecto nacional”, ponencia presentada en el iv Encuentro Internacional de Filosof ía de la Cultura y Multiculturalismo, Campeche, 2008. T. Parsons y G. Platt, The American University, Cambridge, Harvard University Press, 1973. Carlos Tünnermann, “La educación superior de América Latina y el Caribe en su contexto económico, político y social”, en cresalc-unesco, Hacia una nueva educación superior, París, 1998. Hugo Zemelman, “La universidad pública en América Latina”, en Raúl Béjar Navarro y Jorge Isaac (coords.), op. cit. __________, Los horizontes de la razón, México, Antropos/El Colegio de México, 1992. J. Alejandro Salcedo Aquino es doctor en filosof ía por la Facultad de Filosof ía y Letras de la unam. Profesor titular de tiempo completo en la fes Acatlán en el área de epistemología. Imparte el Seminario de Investigación: Filosof ía de la cultura y el curso Teorías de la verdad. Es miembro de la Asociación Filosófica de México, A.C., y del Sistema Nacional de Investigadores nivel i. Autor y coordinador de diversos libros, entre los que destacan: Tradiciones democráticas en conflicto y Senderos identitarios. Horizonte multidisciplinario. Raúl Béjar Navarro y Mario Salinas, op. cit., p. 121. Una investigación relevante en este aspecto es la de Silvia L. Conde, “La educación ciudadana: desaf íos y huellas del camino andado”, en Inés Castro (coord.), Educación y ciudadanía, México, Centro de Estudios sobre la Universidad, unam/Plaza y Valdés, 2006, pp. 81-111. 12 13 22 El pensamiento filosófico en la Ciudad de México durante la colonia: una muralla contra el tiempo Emilio Reyes Ruiz • RESUMEN Hablando de los colegios y de la universidad en la Ciudad de México, así como del tipo de vida intelectual que hubo en ellos, este ensayo intenta comprender el sentido del saber filosófico en un mundo novohispano cuya unidad cultural reposaba en la significación religiosa de lo divino. Conscientes de que el predominio de la temporalidad va en detrimento de la creencia en la divinidad, conventos, colegios y universidades fueron una fortaleza dentro de Nueva España. La defendían de un enemigo: el tiempo, o su forma más concreta, la llegada de la modernidad. Mostrando sus vínculos con lo divino, la escolástica en Nueva España se concebía como una sabiduría filosófica alentada por la divinidad; y el filósofo, declarándose ante todo un creyente, se concebía como un sabio con aprobación de Dios. Desde cada aula de colegios y universidades ambas figuras estaban diseñadas para “conjurar intelectualmente” el paso del tiempo. Reafirmaban, así, una voluntad de inmutabilidad: Nueva España era una cultura que quería durar, permanecer, no estaba diseñada para cambiar. De ahí que ambas figuras del saber puedan verse como alimentos intelectuales de la religiosidad y muros culturales contra la modernidad. PALABRAS CLAVE Divinidad. Escolástica. Filósofo. Fortalezas. Intemporalidad. ABSTRACT This article tries to explore the meaning of philosophical knowledge in a Novo-Hispanic World, whose cultural unity was based on the religious meaning of the divine. Given that the predominant belief in temporality went against the belief in divinity, convents, schools and universities became a kind of fortress in New Spain. They defended it from one enemy: time, or in its more concrete form, the coming of modern times. Demonstrating their relationship with the divine, the scholastic trend in New Spain was conceived as a philosophical wisdom 23 encouraged by a divinity, and the philosopher, holding the position of a believer above all, was conceived as a wise man having God’s approval. In every classroom in schools and universities, the figures of God and the philosopher were designed to “intellectually conspire” against the passing of time. In this way they reaffirmed a determination of immutability: New Spain was a culture that wanted to endure, to persist; it was not designed to change. Hence, both knowledge figures can be seen as providing intellectual religious sustentation and cultural walls against modern times. KEY WORDS Divinity. Scholastic group. Philosopher. Fortresses. Untemporality. lador de la imagen del universo en su totalidad. El Dios creador es una significación central. Es una creación imaginaria —es decir, perteneciente al orden de lo imaginario— que actúa en Nueva España como un sentido organizador de los comportamientos humanos y de las relaciones sociales. Si la unidad del mundo novohispano reposa sobre la significación imaginaria de lo divino, significa que el modelo colonial del mundo —del cual el Dios creador es una de sus bases— tratará de participar simbólicamente de uno de los atributos esenciales de esa figura divina, a saber: la no-temporalidad o intemporalidad. En su condición de colonia Nueva España se concebirá como parte de un mundo hispánico-cristiano que se ve a sí mismo como una formación cultural intemporal. Podría decirse que si alguna cultura merecía el adjetivo cerrada fue la del imperio español. Y ese carácter se había extendido a sus colonias, entre ellas Nueva España. Introducción La comprensión de un periodo histórico que abarcó tres siglos presupone comprender la cultura, la vida y el comportamiento de los hombres de esa época. Esto significa, en primer lugar, reconstruir el sistema de representaciones y de valores vigentes entonces; significa también poner al descubierto los “hábitos de conciencia” de tales hombres, su modo de ver, de entender y de valorar su realidad; sistema de representaciones que guía, a fin de cuentas, sus comportamientos y lo que está en la base de su noción de realidad. Ese sistema de representaciones y valores se encuentra sintetizado en un solo término: cristianismo. En el periodo conocido como colonia el factor de unidad más importante era la religión cristiana: es impensable ese mundo fuera del cristianismo. Uno de los principales papeles de la religión —de todas las religiones— es insertar de una u otra manera el ser de la humanidad en un sistema del cual forman parte los dioses y el mundo. El cristianismo no es la excepción: sus principios configuraron una sociedad que ve en tales principios su justificación y legitimidad. En el sistema de representaciones y valores de la sociedad novohispana la idea del Dios creador es una necesidad absoluta para la concepción del universo, elemento sin el cual el hombre es incapaz de explicarse el mundo y de orientarse en él. Dios es la verdad suprema para el hombre novohispano, es el elemento organizador y estructurador de sus ideas, de sus imágenes y representaciones; es la referencia de todos sus valores, el principio regu- Sobre la peculiaridad de esta forma de entender a la divinidad como Dios creador en el campo del desarrollo del pensamiento filosófico medieval, en contraste con filósofos griegos como Platón y Aristóteles (para quienes la idea de un Dios creador no es algo característico en su pensamiento filosófico), puede confrontarse el interesante escrito de Alexandre Koyré “Aristotelismo y platonismo en la filosof ía de la Edad Media”, en su libro Estudios de historia del pensamiento científico, México, Siglo xxi, 1980. Sobre la importancia de la figura del Dios creador dentro del imaginario de la cultura medieval, ya no sólo en el campo filosófico, puede verse el libro de César González Ochoa A lo invisible por lo visible. Imágenes del occidente medieval, México, unam, 1995, en particular la primera y segunda parte: “La dimensión de lo imaginario”, pp. 19-48, y “El tiempo en el imaginario medieval”, pp. 49-78. 24 Humanidades La novohispana era una sociedad cerrada al exterior y al porvenir, cerrada al cambio, al paso del tiempo. Y esa intemporalidad se vinculaba, a su vez, con su carácter tradicionalmente hermético, impermeable o impenetrable, es decir, Nueva España se muestra como una formación cultural cuya mentalidad no incorpora en sus esquemas de conciencia la posibilidad o necesidad de cambiar: no manifiesta una apertura ni injerencia o penetración de todo aquello que tenga que ver con los cambios. Al contrario: la configuración cultural novohispana expresa una voluntad de permanencia o de inmutabilidad. Su ideal de cultura estaba alentado por uno de los atributos fundamentales de la divinidad: la aspiración a la eternidad. “Nueva España —dice Octavio Paz— no estaba hecha para cambiar sino para durar… aspiraba a la intemporalidad: su ideal no era el cambio ni su consecuencia moderna: el culto al progreso. Su ideal era la estabilidad y la permanencia; su visión de la perfección era imitar, en la tierra, el orden eterno”. ¿Cómo participó de todo esto el tipo de pensamiento filosófico existente en México durante el periodo colonial: la escolástica?, ¿cómo expresaba, y al mismo tiempo respondía, a esa voluntad de permanencia e inmutabilidad, a ese ideal de estabilidad? Brindar una respuesta es el propósito de este escrito. Colegios y universidades de la cultura novohispana: divinidad sí, tiempo no Nueva España fue un vasto territorio cuya distribución geográfica y arquitectónica reflejaba el orden imaginario de su organización cultural mediante el cual se confería sentido a las acciones humanas dentro de ese sistema de referencias formado por un Dios creador y un mundo creado: en su territorio geo-arquitéctónico se enfrentaban y confrontaban las siguientes construcciones: el palacio (el príncipe y su corte), el ayuntamiento (el pueblo en su pluralidad de jerarquías y jurisdicciones) y la catedral (la ortodoxia religiosa). Pero, 25 es lo que hay que tener presente cuando se habla de la universidad en la ciudad de México durante el periodo colonial, así como de los conventos con sus respectivos colegios: no tenían por función examinar y discutir los principios que fundaban a la sociedad sino defenderlos. Precisamente el trasplante y la sede de las ideas filosóficas en la ciudad de México fue la Universidad Real y Pontificia. Establecida por decreto real, expedido por Carlos V, en 1551, fue elevada a Universidad Pontificia en 1562. La apertura de la universidad tuvo lugar en 1553. En ese proceso de trasplantación tuvieron que ver también diversos colegios de la ciudad de México, entre los cuales podemos mencionar los siguientes: el Colegio del Convento de Santo Domingo, fundado por la orden dominica y donde estudiço, por ejemplo, Tomás Mercado; el Colegio del Convento de San Agustín, fundado en la capital por los agustinos a la cual, por ejemplo, perteneció Fray Alonso de la Vera Cruz (quien también fuera profesor, en 1553, en la recién fundada Universidad de México); el Colegio de San Pedro y San Pablo, fundado en 1574 por los jesuitas; el Colegio de San Ildefonso surge de la …había además otras tres construcciones —dice Octavio Paz—: el convento (junto con todos sus colegios), la universidad y la fortaleza. El convento y la universidad eran los centros del saber; la fortaleza defendía a la nación del exterior. Pero el convento y la universidad también eran fortalezas: no defendían a la Nueva España de enemigos concretos (como los invasores); la defendían de un enemigo más abstracto pero tan o más mortífero: ese enemigo era el tiempo. Guardianes de la ortodoxia, los colegios y la universidad no tenían por función examinar y discutir los principios que fundaban a la sociedad sino defenderlos. Y podría decirse que esa fue la función del saber filosófico escolástico que se desenvolvió dentro de estos centros culturales concebidos de alguna forma como fortalezas: defender los principios que fundaban a la sociedad novohispana, no criticarlos; una defensa de principios que al mismo tiempo implicaba una defensa contra ese enemigo mortífero que es el tiempo. En este sentido, y contribuyendo a este propósito de la intemporalidad o inmutabilidad, la escolástica del mundo novohispano había hecho de cada celda en los conventos y de cada aula en los colegios y universidades una fortaleza. Pero también de cada comportamiento, de cada actitud, de cada acción, de cada idea, argumento, razonamiento, expresión o de cada palabra. Y esto se manifestaron dos tipos de reacción contra la penetración de ideas que sustentaban una valoración del cristianismo diferente a la ortodoxa: 1) la reacción institucional del Tribunal de la Santa Fe, y 2) la reacción personal o no institucional representada por la literatura apologética de escritores misoneístas como Mariano Vallarta, Ignacio Cigala y Cristóbal Mariano Coriche. El interés por instituir la Universidad de México se muestra en que fue establecida por decreto real, expedido por Carlos V, el 21 de septiembre de 1551, para ser elevada a Universidad Pontificia, con la Cédula Real de “Mater”, por Felipe II, el 17 de octubre de 1562. La apertura de la Universidad tuvo lugar el 25 de enero de 1553. La constitución y organización de la Universidad de México tuvo como modelo a la Universidad de Salamanca, en España, que era la más floreciente en esa época. Muchos de los datos sobre estos centros del saber, como fueron los colegios y las universidades, los he extraído del libro de Juan Manuel Terán Mata, El pensamiento filosófico en la ciudad de México, México, Colección Popular Ciudad de México, 1975. Se trata de un volumen que, dentro de la brevedad que lo caracteriza, posee bastante información sobre la fundación y ubicación de instituciones educativas en la ciudad de México durante el periodo colonial. Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe, México, Fondo de Cultura Económica, 2004, p. 66. Pablo González Casanova tiene un libro titulado Misoneísmo y modernidad cristiana en el siglo xviii en México, México, El Colegio de México, 1948. En éste el autor desarrolla ideas interesantes que, de alguna forma, relaciono con esta caracterización de la cultura novohispana como “impenetrable”, “cerrada” o “intemporal”. Tomando como punto de partida tanto el carácter tradicionalmente impenetrable de la cultura hispanoamericana como el choque entre el espíritu escolástico mexicano y el espíritu europeo moderno, González Casanova explica cómo, a pesar de su decadencia, la ortodoxia hispanoamericana poseía la fuerza material e intelectual suficiente para generar un movimiento de reacción contra las nuevas concepciones que penetraran desde el exterior. Es así como el autor expondrá los procedimientos, instrumentos, actitudes y argumentos que caracterizaron a dos elementos que conformaron un verdadero bloque de impenetrabilidad cultural y en los que 26 f ía era concebida ante todo como guardiana de la fe cristiana. Para todo pensador del periodo colonial (por lo menos hasta mediados del siglo xviii) que se desenvolvía en colegios o universidades era imposible concebir un afán de saber que no condujera al conocimiento de Dios: la naturaleza se entendía como un espejo donde el hombre podía contemplar la imagen de Dios. “Per visibilidad ad invisibilidad” (“a lo invisible por lo visible”), dice San Pablo, para mostrar que a partir del conocimiento del universo creado podemos elevarnos al conocimiento de las propiedades invisibles de Dios. La presencia de Dios se descubre en el orden de la naturaleza. De aquí una caracterización inherente al saber escolástico como saber filosófico: se trata de un saber donde el pensamiento filosófico está entrecruzado con sentimientos religiosos y formas de explicación “científicas” nunca peleadas con la ortodoxia cristiana ni con sus dogmas o principios religiosos. Este saber fue la respuesta a la necesidad cristiana de unir el pensamiento filosófico con el credo religioso, de fusionar las especulaciones de lo creado con las contemplaciones de lo divino, posibilitar la hermandad entre ciencia y religión. Toda su labor había sido racionalizar y sistematizar la fe. Haciendo esto la escolástica construía esquemas y hábitos de conciencia que, revelándose como un sistema de estructuras mentales defensivas, al transmitirse y difundirse dentro de las celdas o aulas de los colegios y de las universidades los convertían en fortalezas mentales. La escolástica, como generadora de estas fortalezas ideológicas de la sociedad colonial, responde a una mentalidad novohispana que se caracteriza por la imposibilidad de expresarse al margen de ciertas referencias religiosas o dogmas de la visión cristiana del mundo, de los cuales la imagen del Dios creador constituye una significación central. Esto la llevaba a autoconcebirse como una filosof ía guardiana de la fe, como una filosof ía dominada por la creencia de que no podía haber un progreso que estuviera por encima de la misma fe o la pusiera en duda: las verdades católicas poseen los atributos de ser verdades absolutas y eternas, por lo cual sólo podía haber Sobre la escolástica o de cómo conjurar al “demonio del tiempo” en los colegios y universidades El pensamiento filosófico en la colonia —quizá como toda la filosof ía medieval— se sitúa dentro de una religión revelada. El filósofo o todo el que se encuentra vinculado a la filosof ía escribiendo obras, enseñando, elaborando cursos, debatiendo tesis o argumentos, etc., era creyente. Su filosoPor esto, para el filósofo creyente ciertos problemas están resueltos por anticipado. De este modo, por ejemplo, el filósofo antiguo puede preguntarse si hay dioses y cuántos hay, mientras que el filósofo medieval no. De nuevo, sobre este tema de la presencia de Dios o dioses en el pensamiento filosófico occidental, véase A. Koyré, op. cit. Refiriéndose a las diferencias entre filosof ía medieval y filosof ía griega clásica, este autor dice: “En la Edad Media ya no se pueden plantear cuestiones parecidas. Se puede preguntar, sin duda, cómo se puede demostrar la existencia de Dios, y no tanto si existe o no. Pero la pluralidad de dioses ya no tiene sentido: todo el mundo sabe que Dios sólo puede ser único. Además, mientras que Platón o Aristóteles se forman libremente su concepción de Dios, el filósofo medieval sabe, generalmente hablando, que el suyo es un Dios creador (una concepción muy dif ícil de captar por la filosof ía). Sabe además sobre Dios, sobre él mismo, sobre el mundo, sobre su destino, muchas otras cosas que le enseña la religión. Sabe, por lo menos, que las enseña. Frente a esta enseñanza necesita tomar partido. Necesita, además, frente a la religión, justificar su actividad filosófica; y, por otro lado, necesita, frente a la filosof ía, justificar la existencia de la religión. Esto creaba una situación tensa y complicada en extremo. Afortunadamente, podría decirse, pues fueron esta tensión y esta complicación en las relaciones entre filosof ía y la religión, la razón y la fe, las que han alimentado el desarrollo filosófico de Occidente”, pp. 20-21. 27 Humanidades fusión de diferentes colegios jesuitas, entre ellos el antes mencionado junto con el de San Miguel, San Bernardo y San Gregorio; el Colegio de San Miguel el Grande dirigido por la Congregación del Oratorio u Oratorianos. Pero ¿cómo la organización del saber filosófico escolástico que fluyó en estos ámbitos culturales —celdas, aulas, colegios, conventos, universidades— estaba diseñada para fungir como una fortaleza mental contra la experiencia de la temporalidad? descubrimientos sobre verdades secundarias; en este sentido, el progreso en el campo del saber era concebible como algo secundario o subordinado siempre a esa virtud sobrenatural que es la fe cristiana. Si la imagen que una sociedad se forma del universo es inseparable de la imagen que se hace de sí misma, entonces no es de extrañar que durante el periodo colonial quienes se vinculaban de una u otra forma al saber participasen de esa imagen: el hombre vinculado a la actividad intelectual del saber filosófico y científico participa de todo esto a partir del sistema de referencias suministrado por su formación dentro de una orden religiosa y la consiguiente escuela de pensamiento que profesase. Para él no podía haber un progreso en el terreno del saber filosófico y científico que estuviera por encima de la fe o la pusiera en duda. Y esto no es casual. Se trataba de un sabio cuyo horizonte de saber se movía dentro de los límites de una visión cristiana del mundo: un mundo donde Dios, Cristo y el Espíritu Santo formaban una Trinidad en la cual debía creerse, hacia la cual debía manifestarse fe, respeto, credibilidad, humildad. Un mundo cuya creación por voluntad divina es creíble; un mundo donde Adán y Eva tienen que ver con la existencia de un paraíso y con la expulsión debida al pecado original cometido por ellos; un mundo donde existen milagros, ángeles, pecados, demonios, almas, pero también cuerpos que, entre más mortificados o castigados sean, mayormente contribuyen a que la persona se “santifique” o “purifique”; un mundo donde las vírgenes nunca maculadas por el cuerpo masculino son capaces de concebir; un mundo vinculado a la idea de salvación y perdón de nuestros pecados; un mundo donde el sentido de las oraciones, de los rezos está vinculado a una forma de vida ético-religiosa; un mundo de creyentes y de herejes, de defensores y enemigos de la fe cristiana; un mundo de lo mundano y un mundo de lo divino; en fin, un mundo que permite hablar de la existencia de “demonios en los conventos” o de las “trampas de la fe”. Por esto no es de extrañar que la filosof ía novohispana se viera como una filosof ía alentada por la divinidad y que el filósofo novohispano se viese como un sabio con la aprobación de Dios. Dentro de las celdas de los conventos y aulas de colegios, como los de San Pedro y San Pablo, Santo Domingo, San Ildefonso, San Agustín y otros; en las aulas de la universidad en la ciudad de México, la escolástica participaba, así, en lo que ha sido el papel fundamental de toda religión, a saber: insertar el conjunto de los hombres en un conjunto más amplio que incluye al mundo y a los dioses. Sentido profundo de esta sabiduría escolástica de ir de lo visible a lo invisible. de Fernando Benítez, Los demonios en el convento: sexo y religión en la Nueva España, México, Era, 1985; y el título del libro ya citado de O. Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. No es curioso encontrar planteamientos como los de Ignacio Cigala sobre la importancia del tipo de filosof ía escolástica que se enseñaba tanto en las universidades como en los colegios de México (y, en general, Nueva España). Contrastándola con la filosof ía moderna, Cigala nos dice lo siguiente sobre la filosof ía escolástica: [la filosof ía escolástica que se­] enseña en nuestras universidades ya se propasó de útil a necesaria, desde Estas dos últimas expresiones aluden al título del libro 28 cuenta para comprender la dinámica estructural del saber filosófico novohispano, a saber: apreciar cómo pugnaban y discutían las órdenes religiosas antes y durante la presencia de la modernidad, cómo disponían de sus ideas, cómo las acomodaron una vez que llegó. Si bien es cierto que los colegios de las distintas órdenes religiosas y la universidad son dos cosas fundamentales que concentran esa presencia y sentido del saber filosófico novohispano, también lo es que la dinámica o manera en que actuaban estas órdenes dentro y fuera de esos espacios era fundamental. Las órdenes más connotadas eran las de los franciscanos (que profesaban la escuela del escotismo); los dominicos y agustinos (que eran tomistas), y los jesuitas (que eran suarecianos). Cada escuela u orden religiosa se apegaba y seguía a cierto autor o autores (San Agustín, Santo Tomás, Francisco Suárez, Duns Escoto, etc.) y a través de ellos leía y entendía aspectos relativos al cristianismo, así como la visión del mundo en él implícita. Los argumentos respecto a las consideradas Sagradas Escrituras, el contacto con el mundo natural y el conjunto de fenómenos visibles que lo constituyen, los planteamientos relativos a las conductas o comportamientos morales, los discursos sobre las buenas o malas costumbres, la manera de relacionarse, apropiarse, valorar o repudiar tradiciones culturales pasadas, incluidas sobre todo las filosóficas como la aristotélica o platónica, etc.; todo esto se fundamentaba, nutría o desarrollaba con el debate acalorado provocado por las pugnas enardecidas entre esas diferentes órdenes religiosas que profesaban orgullosamente escuelas diferentes: cada orden sentía el orgullo de ser o más docta o más ingeniosa que las otras por tener un maestro como Santo Tomás, o como Duns Escoto, o como Molina, o Francisco Suárez, etc., al cual seguir. Estas disputas eran las que, en algún momento, fomentaban la actividad intelectual del saber escolástico al verse las órdenes religiosas en la necesidad de mostrar entre sí cuál de las diferentes escuelas de pensamiento que profesaba se revelaba como la más adecuada, ingeniosa o inteligente frente a las demás. Dentro de este ámbito la práctica de la disputa fue fundamental para quien se Si hablamos de que celdas y aulas de colegios y universidades novohispanas constituían, a su manera, fortalezas ideológico-culturales mediante las cuales se legitimaba el carácter intemporal, inmutable, impenetrable, cerrado de una sociedad basada en la ortodoxia de la cultura cristiana, hay algo fundamental en su funcionamiento o caracterización que también debe tenerse en que el Gran Alberto y su discípulo, y nuestro maestro Santo Tomás, San Buenaventura, Escoto, Suárez, Molina, Vázquez, y todos los doctores católicos la incorporaron en la teología más divina, para la que es inconducentísima la filosof ía moderna, con todo el mundo imaginario de Descartes y machinas de los observadores. Todo esto digo que es impertinente para la teología más sublime; pues aunque por ese rumbo llegaran a comprender la naturaleza, de que aún están muy distantes, sólo podrían levantarse de allí, al simple conocimiento de su autor Dios, contra los ateístas; pero nunca sabrían hacer racional nuestra fe sobrenatural, como la escolástica, que después de demostrar la evidente credibilidad de los misterios revelados, prosigue con el hilo de formalísimas consecuencias, a deducir de la Sagrada Escritura, concilios y padres, aquellas verdades altísimas, con que la santa Iglesia romana fomenta la piedad de sus hijos, y confunde la impiedad de sus rebeldes (citado en González Casanova, op. cit., pp. 128-129). Aquí Cigala dice algo interesante: tiene de su parte toda la razón al analizar las ventajas de la filosof ía escolástica y afirmar su superioridad sobre la filosof ía moderna en el estudio del dogma católico. Toda la labor de la escolástica fue racionalizar y sistematizar la fe. La filosof ía escolástica había servido a la religión. Y la filosof ía siempre había tenido razón de ser en el mundo cristiano, en cuanto era auxiliar y sostén de la teología, en cuanto que aclaraba y precisaba el mundo divino. Una filosof ía “profana” era una inútil filosof ía. Los escolásticos mexicanos iban a acusar de inútil a la filosof ía moderna. No sin justificación. En su defensa de la utilidad religiosa de la escolástica, en contraste con la filosof ía moderna, Cigala —como otros escolásticos— iba a emplear la larga práctica que tenía en discutir, para defenderse y atacar a sus enemigos. Iba a hacer una comparación de valores entre la moderna filosof ía y la tradicional. La filosof ía escolástica era más útil y necesaria a la religión y podía conocer la naturaleza mejor que la “mecánica”. Para un mayor desarrollo de las ideas de Cigala, véase González Casanova, op. cit., capítulo iii. 29 Humanidades Las disputas filosóficas en Nueva España: alimento intelectual de la religiosidad y muro cultural contra la modernidad identificaba con una orden religiosa y con una escuela de pensamiento: saber argumentar era parte de saber discutir, de saber debatir, y viceversa. A pesar de ser órdenes que profesaban escuelas distintas estaban de acuerdo en lo fundamental: la conservación de la fe cristiana (y sus dogmas u ortodoxia religiosa). Sin embargo variaban en algunos aspectos que pudieran parecer superficiales pero que, por el tipo de disputas apasionadas que generaban, evidenciaban que no lo eran. Basándose en algunos de los actos de filosof ía y teología celebrados en la Universidad de México, hay autores como González Casanova que, habiendo estudiado este periodo colonial, dan una idea de lo que era esa dialéctica y de cómo funcionaba el pensamiento escolástico en la colonia. Refiriéndose a ellos se alcanza a apreciar el carácter violento que cobraban, mismo que se explica a través de tres móviles distintos: primero, el orgullo de pertenecer a una de las órdenes existentes que intervenían en cuestiones filosóficas (la dominica, la franciscana y la de los jesuitas); segundo, la conciencia que tenían cada uno de sus miembros de pertenecer a una de las tres escuelas principales (tomista, escotista y suarista, lo cual tiene que ver mucho con la idea del principio de autoridad); y, finalmente, un vivo sentimiento religioso que a todos poseía y que se mezclaba a cada paso con sus reflexiones y argumentaciones. Señalar la pasión que ponían las órdenes religiosas en sus luchas internas —entre dominicos, franciscanos y jesuitas (si queremos pensar en órdenes religiosas), entre escotistas, tomistas o agustinianos (si queremos enfatizar más la escuela que seguía cada orden religiosa)— y decir que éstas condicionaron el pensamiento filosófico novohispano, no es sino una manera adecuada para comprender otro de los focos de la cultura colonial. Desde estas perspectivas de la pertenencia orgullosa a una orden, de la identificación con una escuela de pensamiento y del debate necesario con las otras órdenes y escuelas de pensamiento, hay que comprender más integralmente el sentido de los comportamientos de diferentes personajes del periodo colonial vinculados a las labores de los colegios, conventos o de la universidad en la ciudad de México. Se podría mencionar una lista muy larga de personajes pertenecientes a diferentes órdenes religiosas que estudiaron o enseñaron en alguna de estas construcciones o espacios. En el siglo xvi: Tomás Mercado, de la orden de los dominicos, quien estudió filosof ía y teología en el Colegio del Convento de Santo Domingo de la ciudad de México, donde se ordenó sacerdote en 1558; Fray Alonso de la Vera Cruz quien en 1553 fue profesor en la Universidad de México, enseñando Sagrada Escritura y teología escolástica, impulsando siempre la filosof ía; el padre Pedro de Hortigosa, jesuita, quien estuvo en el Colegio de San Pedro y San Pablo; Antonio Rubio, jesuita enviado a México en 1576 para enseñar filosof ía y teología en el Colegio de San pedro y San Pablo. En el siglo xvii: Antonio de Hinojosa, de la orden dominica, quien enseñó teología en el Convento de Santo Domingo y en 1603 fue lector de filosof ía; también realizó estudios en la Universidad mexicana, donde en 1606 se graduó de maestro o doctor en teología; Francisco Naranjo, de la orden de los dominicos, quien estudió en Santo Domingo, de México, enseñó en conventos de la orden y luego en la Universidad; Juan de Rueda, de la orden de los agustinos, quien se desempeñó como lector de teología en el Colegio de San Pedro y San Pablo de México; Fray Francisco Hernández, de la orden de La Merced, quien enseñó teología en la Universidad de México; Carlos de Sigüenza y Góngora, quien había pertenecido Ibid. Véase en particular el primer capítulo, donde el autor desarrolla mucho de estas controversias dialécticas existentes entre las diferentes órdenes religiosas del mundo novohispano. En los actos universitarios encuentra González Casanova huellas de las corrientes teológicas que disputaban entre sí, y siguiéndolos con prudencia descubre la intimidad de las disputas, los móviles de los concursantes y la razón de sus argumentos. Carlos de Sigüenza y Góngora nació en la ciudad de México en 1645. Entró a la Compañía de Jesús, para la cual emitió sus votos simples el 15 de agosto de 1662, en el célebre Colegio de Tepotzotlán. Dos años después publicó un extenso poema, lleno de piedad hacia la Virgen de Guadalupe, titulado Primavera Indiana. Consideraba auténtica su vocación jesuita, por ello se sintió frustrado y tuvo 30 rector del Colegio de San Pablo; Fray Simón José Cervantes, agustino, quien dictó un curso en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo; Gregorio Vázquez de Puga, jesuita, quien escribió un curso filosófico en el mismo colegio y también dio cátedra en Puebla, de 1715 a 1717; el padre José Maldonado, jesuita, escribe un curso en 1721-1724 que comprende un volumen de lógica, otro de f ísica y otro de metaf ísica, dictados en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo; el padre Nicolás Prieto, de la orden de los jesuitas, quien enseñó filosof ía en el Colegio Máximo de San pedro y San Pablo en 1729; también en este colegio estuvieron impartiendo cursos otros jesuitas como Juan Francisco López, Pedro Ignacio de Avílez, José Luis Falcumbelli, José de Zamora; el padre Pablo Robledo, jesuita, enseñó filosof ía en el Colegio de San Ildefonso, de México, en 1740-1742; José Mariano de Vallarta y Palma, jesuita, maestro de filosof ía en el Colegio Máximo de la ciudad de México en 1749.12 También debemos mencionar a los siguientes pensadores del siglo xviii, en su mayoría jesuitas, por el tipo de vínculo que establecieron con la modernidad y que se ha convertido en causa de diferentes interpretaciones: Diego José Abad, quien entró en el Colegio de San Ildefonso en México, en 1748 pasó al Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, de la capital, a estudiar teología, y en 1754 se le llamó al Colegio Máximo a siempre un monto de culpa después de que, en 1667, se le pidió que abandonará la Compañía por haberlo sorprendido en una correría nocturna fuera del convento. A pesar de ello no guardó el menor resentimiento (sino, más bien, sentimientos de culpabilidad) hacia los jesuitas, a quienes siempre trató con reverencia y consideraba sus maestros. Retomó, incluso, el camino del sacerdocio, entonces para ser clérigo secular, y estudió teología en la Real y Pontificia Universidad de México. Muchos de los datos biográficos de algunos personajes mencionados aquí los he extraído del libro de Mauricio Beuchot, Estudios de historia y de filosof ía en el México colonial, México, unam, 1991. 10 Para no dejarla pasar inadvertida, cabría mencionar aquí la presencia de Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo xvii. Juana Ramírez de Asbaje, o Sor Juana Inés de la Cruz, nació en la alquería de San Miguel Nepantla, de la jurisdicción de Amecameca, y murió en México en 1695. Tras dejar la vida de la corte virreinal profesó con las monjas jerónimas en 1669; en el convento de San Jerónimo se dedicó con tanto afán al estudio que progresó mucho en las más variadas disciplinas. Entre estas últimas se contaba la filosof ía. 11 Coriche era natural de la Puebla de los Ángeles, donde ingresó a la orden de Santo Domingo. Fue maestro en sagrada teología, prior y regente de estudios del convento principal, rector del real colegio de San Luis de aquella ciudad y provincial de la provincia de San Miguel y Santos Ángeles. No se sabe mucho más de él. Este autor, junto con Cigala —antes mencionado—, es abordado en el capítulo tercero del libro de González Casanova, citado. Don José Mariano Vallarta y Palma nació en Puebla de los Ángeles el 18 de julio de 1719. En 1734 entró en Tepotzotlán —colegio de jesuitas instalado en un pueblo cercano a la capital del virreinato— y allí comenzó su vida religiosa. Designado más tarde para el magisterio, enseñó en México la gramática, y obtuvo constante éxito entre sus discípulos. En 1745 lo llamaron para que enseñara filosof ía en Puebla, y años más tarde, en 1749, pasó a México a enseñar esa materia y obtuvo la cátedra de Sagrada Escritura. Obtuvo el nombramiento de prefecto de estudios del Colegio de San Ildefonso y fue puesto en el seminario de México para presidir a los teólogos. Se doctoró por la universidad, y en ella regentó la cátedra de Suárez hasta 1767. Restauró la Academia, donde reunía a sus compañeros para discutir sobre problemas de ciencia, o bien sobre opúsculos latinos, poesía, oraciones sagradas, etc.; sirvió hasta la expatriación de los jesuitas de México en 1767. Murió en Bolonia en 1790. También sobre Vallarta, véase adelante la nota 15. 12 31 Humanidades a la Compañía de Jesús para ser, después, expulsado de ella y quien estudió teología en la Real y Pontificia Universidad de México.10 En el siglo xviii: Fray Antonio Mancilla, de la orden de los dominicos, quien apareció en el Colegio de Porta Coeli, de México, como sacerdote y con el cargo de maestro de estudiantes, y ya había dictado durante un trienio su curso de filosof ía. También de esta misma orden y en el mismo Colegio de Porta Coeli están Antonio Viar y Larrimbe, Vicente Aragón, José Ignacio Cuéllar, Manuel López de Aragón (otros dominicos que se mencionan pero no enseñaron en la ciudad de México: Fray José Jiménez de Villaseñor y Cristobal Coriche);11 José Gallegos, dominico que profesó la filosof ía en el Convento de Santo Domingo, de México, en 1769; Fray Fermín de Ylarregui, de la orden de los agustinos, quien enseñó en México, en el Colegio de San Pablo de 1717 a 1718; Manuel Murillo, agustino, quien fuera enseñar filosof ía;13 Francisco Javier Alegre, quien enseñó gramática y retórica en el Colegio de San Pedro y San Pablo; Francisco Javier Clavijero, quien fue prefecto del Colegio de San Ildefonso y enseñó retórica en el Colegio de San Pedro y San Pablo y trabajó también en el Colegio de San Gregorio;14 el padre José Antonio Fernández, de la Congregación del Oratorio u Oratoriano, quien en San Miguel el Grande elaboró un discurso sobre historia de la filosof ía de Aristóteles, su inutilidad para la sagrada teología y las ventajas de la filosof ía moderna ecléctica; Juan Benito Díaz de Gamarra, oratoriano, estudió en el Colegio de San Ildefonso, y luego realiza estudios en el Colegio de San Miguel el Grande, desempeñó su docencia filosófica en el mismo colegio, incluso llegó a ser calificador y comisario del Santo Oficio en 1778. Todos estos fueron personajes vinculados, de una u otra forma, a esos espacios concretos donde se difundía, transmitía, asimilaba, preservaba, discutía, todo lo relativo al saber dentro de la cultura novohispana: los espacios de las aulas situadas dentro de unos espacios f ísico-arquitectónicos más amplios como son un colegio, un convento o una universidad. Pero fueron espacios f ísico-arquitectónicos mediados por un Además de otros escritos científico-matemáticos, literarios y teológicos, Abad dejó un escrito filosófico titulado Tratado del conocimiento de Dios, pero la mejor muestra de sus conocimientos en esta campo es su Curso filosófico o Philosophia, que es el primer intento de asimilar, a decir de Beuchot, y no simplemente atacar las ideas modernas. 14 El padre Clavijero nació el 9 de septiembre de 1732 en el puerto de Veracruz. En 1741 entró en el Colegio de San Jerónimo de los jesuitas en Puebla, y después en el de San Ignacio. Los bibliógrafos mencionan varias obras de Clavijero sobre filosof ía o relacionadas con ella. Pero hay problemas, porque de algunas sólo tenemos la referencia y no se conservan. Maneiro habla de un Curso de filosof ía, del cual sólo se conserva la Física y no las otras partes. Tampoco se conserva el Diálogo entre Paleófilo y Filaletes, que sería un opúsculo en contra del argumento de autoridad en la f ísica. Además de la Física particular se conserva su Historia antigua de México, que contiene disertaciones filosóficas y además otros elementos dispersos relacionados con la filosof ía, como la historia de la cosmovisión indígena y consideraciones de antropología filosófica y filosof ía de la historia. 13 32 caso sería el de Francisco Ignacio Cigala).16 Fue maestro de filosof ía en el Colegio Máximo de la ciudad de México, también ejerció como prefecto de estudios en el Colegio de San Ildefonso de México, se doctoró en la universidad, y en ella dirigió la cátedra sobre Francisco Suárez. Los títulos de dos de sus escritos son significativos: El sabio con aprobación de Dios y Cartas al hermano cristiano. En el primer escrito, El sabio con aprobación de Dios, Mariano Vallarta, atacando a la modernidad, describe las virtudes que deben tener los teólogos. Según él los teólogos —únicos verdaderos sabios— son la fuente de la vida cristiana. Son los guías, conciencias de conciencias. Su manera de ser y su manera de pensar están, como en todas las ovejas de Cristo, íntimamente unidas. Vallarta escoge en este escrito la figura del mexicano Eguiara y Eguren17 para hablar de las virtudes y del pensamiento que debería poseer todo sabio católico o sabio con aprobación de Dios. Dirigiéndose al claustro de la Real y Pontificia Universidad, hace en su escrito una evocación de los méritos y servicios personales de Eguiara y Eguren para acomodarlo a la idea de un sabio por antonomasia, dueño de una filosof ía alentada por la divinidad. Mediante este discurso de la filosóficas y religiosas, que surgen en el siglo xvii y se desarrollan a través del xviii. 16 Francisco Ignacio Cigala era natural de La Habana, donde estudió las artes liberales con los padres franciscanos. Habiendo pasado a México, como era buen f ísico y matemático se dedicó a perfeccionar las siembras de la caña dulce y la construcción de ingenios y trapiches para beneficio del azúcar. En la provincia de Tehuacán halló un establecimiento, donde continuó cultivando también su ingenio natural con la lección de los buenos y modernos libros de Europa. Entre éstos llegaron a sus manos los que a la sazón publicaba el filósofo español Benito Jerónimo Feijoo, que le dieron motivo para escribir a aquel filósofo español varias cartas de las que sólo se conoce una. En su capítulo tercero González Casanova trabaja esta carta de Cigala a Feijoo, de la cual doy aquí la referencia bibliográfica: Francisco Ignacio Cigala, Cartas al Illmo. y Rvmo. Mtro. F. Benito Jerónimo Feijoo Montenegro, que le escribía sobre el teatro crítico universal. Carta segunda, México, Imp. de la Biblioteca Mexicana, 1760, s.p. 17 José Eguiara y Eguren, muerto en 1763, y conocido más por su Biblioteca Mexicana que por sus obras teológicas. Mariano Vallarta o la defensa de los sabios con aprobación de Dios A manera de ejemplo de todo lo anterior terminaré este trabajo haciendo referencia al caso del jesuita Mariano Vallarta y Palma15 (otro posible A raíz de la expulsión de los jesuitas de Nueva España, Mariano de Vallarta y Palma pasó a Italia, para vivir allí hasta el fin de sus días. Dos obras resultan de interés para comprender el pensamiento de Vallarta en esta segunda época: Regulae Observandae ut cum Católica Ecclesia vere sentiamus, publicado en Roma bajo su nombre, en 1778, y Juliani Pociii ad Christianum Philadelphum de Cunnilis Philosophici epistolae publicada un año después (1779) en Luca, provincia de Toscana. La segunda editada bajo el pseudónimo de Julián Poncio es un ataque a las ideas 15 33 Humanidades sentido simbólico fuertemente religioso: la preservación de la cultura cristiana y su respectiva forma de vida ético-religiosa. Los personajes o sujetos del saber, las órdenes religiosas, los colegios, los conventos, las universidades en la ciudad de México, no eran la excepción: compartiendo el sistema de representaciones de la vida éticoreligiosa del cristianismo formaron parte de una formación “arquitectónica” más amplia: la arquitectura cultural de un mundo novohispano que se autoconcebía como una realidad que buscaba la preservación, la permanencia; un mundo y una realidad cuyo sistema de representaciones les revelaba que habían sido creados por gracia divina; y lo que Dios ha creado, ninguna de sus criaturas lo puede destruir —aunque se lo propusiera. En este sentido, era un mundo cultural simbólicamente cerrado al exterior y al porvenir; cerrado al cambio, al paso del tiempo o a la historia. De ahí su impermeabilidad, su hermetismo cultural, su aspiración a la intemporalidad, su resistencia a cambiar. De ahí que el aula, la celda, el colegio, el convento, la universidad, puedan verse como fortalezas ideológicas: el saber escolástico que en ellos fluía participaba directamente del simbolismo inherente a su sistema cultural de representaciones. Son la expresión de espacios concretos donde fluía un saber filosófico escolástico que se autoconcebía como un tipo de sabiduría muy peculiar: una sabiduría alentada por la divinidad. ejemplaridad de Eguiara, el autor ataca a los que no son sabios con aprobación de Dios. Vallarta, al dirigirse a la Universidad, procuraba con el ejemplo de este hombre inclinar, tanto a los teólogos que le escuchaban como a maestros y a estudiantes que lo leían, a llevar una vida que fuera la más opuesta a las ideas modernas: la oposición no debía estar sólo en el pensamiento sino en la raíz misma de la vida de los sabios. La fuerza debía radicar en las costumbres, en la manera de ser, en la vida penitente y virtuosa. Era necesaria la luz de la escolástica; pero para luchar contra la nueva razón no debía oponerse nada más la razón sino la religiosidad, el fuego, el ímpetu de la vida espiritual. Esta vida espiritual debería llegar, como en Eguiara, a hacerlos sentirse fuertes en Dios y por Dios. Pedirían a Dios la luz para alcanzar la sabiduría. Unirían así religión y ciencia, fe y conocimiento, costumbres y saber. Harían ejercicios espirituales, castigarían su cuerpo “con rudos golpes de una tirana disciplina” y, como Eguiara, usarían cilicios de alambre para mortificarse. Así, con esa humildad, con esa devoción, con esa fe, su espíritu se instruiría en las ciencias de la filosof ía y de la teología, adquiriendo la sapientia, esto es, el conocimiento de las cosas humanas y divinas. De este modo el autor se pregunta lo siguiente, ofreciendo a continuación su respuesta: La segunda obra mencionada de este autor, Cartas al hermano cristiano, elaborada y publicada después de la expulsión de los jesuitas (1767),19 es un ataque a las ideas filosóficas y religiosas que surgen en el siglo xvii y se desarrollan a través del xviii en el mundo europeo. Cuando Vallarta llegó a Europa se encontró con un ambiente intelectual que contrastaba del todo con el de Nueva España, y vio una “verdadera plaga de hombres que se llamaban filósofos” que dominaba la ciencia, la filosof ía y las costumbres. Su escepticismo lo llevó a indagar y a reflexionar sobre el desarrollo de esa plaga, y descubrió un hecho sutil —el de los caminos ocultos de la filosof ía moderna— que expresó en Cartas al hermano cristiano. Vallarta, en este escrito, pretendió destrozar por completo a los filósofos (modernos) y aun quitarles el nombre de tales. Los pintó malignos y perversos, y llamó caminos ocultos a sus estratagemas empleadas en el campo de la enseñanza. La expresión “caminos ocultos” la aplica tomando como ejemplo la figura de la guerra donde los enemigos construyen secretamente subterráneos para tomar las ciudades que no pueden tomar por la propia fuerza. Para este autor, la filosof ía de su luz sobre toda la que puede dar la naturaleza. Estudió y supo aquella filosof ía que está hermanada con la teología sobrenatural en los principios en que deduce sus conclusiones. No paró en la filosof ía, sino instruido en ella pasó a estudiar y saber teología… Unió las especulaciones de lo criado con las contemplaciones de lo divino; los alcances del entendimiento con los descubrimientos de la revelación; y las probabilidades del discurso con las seguridades de la verdad de Dios”, citado en González Casanova, op. cit., p. 141. 19 En 1767 por orden de Carlos III fue expulsada de México, como de otros dominios españoles, la Compañía de Jesús. Mariano de Vallarta y Palma pasó a Italia, para vivir allí hasta el día de su muerte. El cambio de lugar fue también para él un cambio en el tiempo. El golpe recibido y el haber descubierto hacia dónde llevaban a la cultura católica europea unas ideas que en América apenas estaban floreciendo, que en Europa habían florecido un siglo antes, en igual o parecida forma que en el Nuevo Mundo, debió aumentar su suspicacia y hacer vivir a quienes se preocupaban del mal de la filosof ía, no sólo un viaje a través del océano sino a través de la modernidad —pero un viaje poco placentero por el “paisaje cultural” cambiante donde se apreciaba un derrumbe de lo que daba vida y unidad al mundo cristiano: la fe.s ¿Reprobó Dios la filosof ía, y qué filosof ía? ¿Cuál si no la contraria a la fe divina? La que desdice de la religión cristiana. La que está sumergida en la naturaleza sin atención a las verdades reveladas. La que sólo se versa y advierte en indagar curiosidades de lo sensible y lo corpóreo sin respeto a Dios. La que por estar destituida de su luz se precipita en errores, como cayeron en algunos Platón, Aristóteles, Epicuro.18 José Mariano Vallarta, El sabio con aprobación de Dios. Sermón fúnebre dedicado a don Juan Joseph de Eguiara y Eguren, s.p.i., 1763, p. 8, obra tratada en el libro de González Casanova. Interesante es la siguiente concepción que ofrece Vallarta sobre Eguiara y Eguren: “Así pues no fue sabio de los reprobados de Dios el doctor Eguiara. Estudió y supo la filosof ía hasta poder enseñarla: por eso fue catedrático de ella. Pero no fue su filosof ía sin fe, ni sin aprecio 18 34 ritu del hombre. Las autoridades debían precaverse de esos caminos ocultos, de esos caminos apenas perceptibles; pero también cada uno de los cristianos. El análisis que hace Vallarta de la confabulación de artes y ciencias modernas contra el cristianismo, sus sutiles impugnaciones del espíritu de la modernidad, su visión del cambio que sufre el siglo al secularizarse las costumbres, las artes y el pensamiento, su llamado de alarma y la pretensión que tiene de descubrir los más grandes peligros de su mundo, sus deducciones sobre las doctrinas en apariencia inofensivas al pensamiento católico; todo esto puede ser juzgado como ingenuo si se le considera aislado de la mentalidad apologética del mundo en el cual se formó. Sin embargo, perteneciendo como muchos de sus contemporáneos a una orden que profesaba una escuela o seguía a un autor y, con base a eso, disputaba con órdenes que profesaban otra escuela, Vallarta fue un escolástico que se desenvolvió dentro de los colegios de los conventos y dentro de la universidad de la ciudad de México exaltando el orgullo de pertenecer a una orden y de profesar a un autor. Fue un sabio/creyente que elaboró también escritos como los dos anteriormente considerados —El sabio con aprobación de Dios y Cartas al hermano cristiano— para combatir una modernidad por ser peligrosa y nociva a los principios de la vida cristiana. 35 Humanidades y los filósofos (modernos) habían ido adquiriendo poderío en su rebelión contra la ortodoxia cristiana, sin que los pensadores más católicos se dieran cuenta, y habían sembrado minas que estaban prontas a derrumbar la fe. Según Vallarta los filósofos modernos habían dirigido una lucha oculta y tenaz, invadiéndolo todo: las academias, los santuarios, las casas de magnates, las aulas reales, etc., con objeto de colocar en el altar a su diosa: la razón. Primero habían adquirido para sí el título de sabios, después se habían rodeado de fama, dando consejos y alcanzando la dignidad de magistrados, finalmente habían introducido su pensamiento a través de todas las ciencias: la gramática, la oratoria, la poética, la lógica, la f ísica, la metaf ísica, la ética, la matemática, la teología y la historia. Con ardides o con ingenuidad habían pervertido la religión y la filosof ía hasta ponerlas en el estado lamentable en que se encontraban. De nada servía que se dijeran y creyeran religiosos si creían que la existencia de Dios sólo se puede probar por la razón. Con ella no podían probar la existencia de un Dios remunerador, ni de un Dios trino. La sola razón traía tales inconvenientes y contrariaba la fe y la palabra de Cristo tantas veces que no se le podía llamar así, ni hacer excepciones dejándola suelta una u otra vez. Había que negarla y repudiarla siempre y ver cómo se filtraba en el espíritu y cómo se había filtrado con el tiempo en el espí- Conclusión orientarse en él. Dios es la verdad suprema para el hombre colonial, es el elemento organizador y estructurador de sus ideas, de sus imágenes y de sus representaciones; es la referencia de todos sus valores, el principio regulador de la imagen del universo en su totalidad. Los espacios del saber en la ciudad de México durante el periodo colonial no son la excepción sino más bien la confirmación de esto. Por esto, podría concluir afirmando que el saber escolástico novohispano se autoconcebía dentro de su mundo cultural como algo doblemente positivo: expresión de un don divino y alimento intelectual de la religiosidad. Por todo lo anterior, Mariano Vallarta —como muchos “sabios” o filósofos del mundo novohispano— puede ser considerado como uno de los ejemplos más concretos que permiten ilustrar la idea que se ha manejado: al igual que el mundo hispánico metropolitano, el mundo novohispano colonial era una sociedad cerrada —cerrada al exterior y al porvenir. No estaba hecha para cambiar sino para durar. Era una construcción sociocultural que aspiraba a la intemporalidad. Su ideal era la estabilidad y la permanencia. Por esto mismo fue una configuración cultural orientada no a alcanzar la modernidad sino a combatirla. Su ideal no era el cambio ni su consecuencia moderna: el culto al progreso. Dentro de Nueva España tanto los conventos y sus respectivos colegios así como la universidad eran fortalezas: la defendían de un enemigo, ese enemigo era el tiempo en su forma más concreta: la llegada de la modernidad. Inmersa en un mundo lleno de referencias religiosas. La escolástica había hecho una fortaleza de cada celda en los conventos y de cada aula en los colegios y universidades. Vallarta, como muchos de los contemplados en este trabajo, son ejemplos de esto. Por eso se autoconcebían y defendían a sí mismos como los sabios con aprobación de Dios, también veían a su pensamiento filosófico tradicional y a sus respectivas obras como expresión de una sabiduría alentada por la divinidad, y se sentían con la autoridad moral, intelectual y filosófica de dirigir discursos a sus “hermanos cristianos”. Viéndose a sí mismos de esta manera participaban del hermetismo de esa construcción sociocultural novohispana que, como colonia española, veía el culto al progreso como una amenaza para su ideal de permanencia y estabilidad de un orden religioso donde la fe en un Dios creador es la mayor virtud del mundo cristiano. En la sociedad colonial la creencia en un Dios creador es una necesidad absoluta para la concepción del universo, es un elemento sin el cual el hombre es incapaz de explicarse el mundo y de Bibliografía Fernando Benítez, Los demonios en el convento: sexo y religión en la Nueva España, México, Era, 1985. Mauricio Beuchot, Estudios de historia y de filosof ía en el México colonial, México, unam, 1991. Pablo González Casanova, Misoneísmo y modernidad cristiana en el siglo xviii en México, México, El Colegio de México, 1948. César González Ochoa, A lo invisible por lo visible. Imágenes del occidente medieval, México, unam, 1995. Alexandre Koyré, Estudios de historia del pensamiento científico, México, Siglo xxi, 1980. Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe, México, Fondo de Cultura Económica, 1982. Juan Manuel Terán Mata, El pensamiento filosófico en la ciudad de México, México, Colección Popular Ciudad de México, 1975. Emilio Reyes Ruiz es maestro en filosof ía; profesorinvestigador de la fes Acatlán adscrito a la División de Humanidades. La línea de investigación que maneja es la historia de la filosof ía en México, su relación con los conflictos de alteridad existentes entre cultura mexicana y cultura europea. Actualmente desarrolla el proyecto “Problemas epistemológicos de la investigación de la Historia de la Filosof ía en México: los casos de Miguel León Portilla y Mauricio Beuchot”. 36 La administración pública norteamericana en el siglo xx Juan José Sanabria López • RESUMEN El presente artículo hace un recuento de los autores más representativos del pensamiento publiadministrativo norteamericano del siglo pasado, iniciando con el artículo fundador de Woodrow Wilson hasta llegar a la llamada New Public Managment (npm). La construcción de la administración pública norteamericana va de la mano con la consolidación de un Estado federal y una sociedad urbana e industrializada; sin embargo, se considera que a fin de contar con los elementos estructurales y funcionales que le permitan a Estados Unidos hacer frente a los retos internos y externos que plantea el escenario de principios del siglo xxi, se necesita un Estado fuerte y por ello no es conveniente una “administración pública mínima” como lo plantea la New Public Management. PALABRAS CLAVE Estado. Administración pública. Crisis. Reforma. ABSTRACT The present article talks about the most representative authors of the last century and their thinking in the area of American Public Administration, beginning with the seminal article by Woodrow Wilson and ending with the so-called New Public Management (npm). The construction of American Public Administration goes hand-in-hand with the consolidation of a Federal State and an urban and industrialized society. However, in order to have the structural and functional elements for the United States to face the internal and external challenges of the beginning of the 21st century scenario, a strong state is necessary and therefore a “minimum public administration”, as posed by New Public Management. is not expedient. KEY WORDS State. Public Administration. Crisis. Reform. 37 Introducción Para este efecto el artículo se encuentra dividido en cuatro apartados: en el primero ofrecemos una rápida descripción de la construcción del Estado norteamericano, destacando el papel fundamental de la guerra civil, además se abordan las ideas principales sobre la administración pública que conciben autores como Wilson, Goodnow, Taylor y Fayol. La segunda parte revisa la fase que comprende de los años 20 al término de la segunda guerra mundial, y que es el periodo en que se consolida la llamada ciencia de la administración pública a través de los aportes de White, Willoughby y Gulick. El tercer apartado abarca de la guerra de Corea a la crisis de los años 70 en que se hacen presentes las críticas a los excesos del enfoque científico de la administración pública en las voces de Waldo, Lasswell y Simon. La cuarta y última parte abarca del arribo de Reagan a la presidencia hasta los inicios del siglo xxi, en donde figuran los trabajos de Barzelay, Gaebler, Osborne y Gore que dan forma a la New Public Management. Estados Unidos ha sido una de las potencias hegemónicas que se hicieron presentes en el escenario de la política mundial durante el siglo xx. En la guerra fría encabezó a las democracias capitalistas y al término de dicho conflicto se presentó como la única gran potencia militar a principios del siglo xxi. Su papel desempeñado a nivel internacional va de la mano con la construcción de una administración pública federal que atiende además complejos compromisos internos. En Estados Unidos el interés por el estudio en la política y la administración pública se da a fines del siglo xix con el paso de una sociedad agrícola y rural a un Estado urbano e industrial que requirió de estructuras de gobierno más consistentes y de agentes mejor preparados. De la misma manera que se hace presente la influencia de este país en los ámbitos económico y cultural, es patente la presencia del pensamiento administrativo norteamericano en todo el orbe. Sin embargo las preocupaciones domésticas determinadas por su historia, la naturaleza de su régimen político, su obsesión por fórmulas eficaces de organización y funcionamiento de la burocracia y por limitar la acción del gobierno federal a favor de una mayor libertad para los ciudadanos, se imitan en todo el mundo, lo que finalmente encarna en fórmulas que predican el Estado mínimo que alude a una operación eficaz y eficiente de la administración pública. Lo paradójico de esta situación es que Estados Unidos no podría ser la gran potencia hegemónica militar sin un Estado federal firme, fuerte con un gran número de servidores públicos y con múltiples organizaciones públicas y agencias especializadas, que tienen amplia presencia en la vida cotidiana de sus ciudadanos, en contraste con lo que predican los teóricos. Este artículo tiene por objetivo describir el desarrollo de la construcción del Estado federal norteamericano y de los enfoques teóricos que han dado vida a la ciencia de la administración pública norteamericana, desde el artículo fundador de Woodrow Wilson en 1887 hasta la New Public Management. Construyendo el Estado norteamericano Durante los primeros 50 años de su historia Estados Unidos contó con un sistema de gobierno federal descentralizado. Este modelo de gobierno corresponde a las ideas de los Padres Fundadores, quienes plasmaron en la Constitución su preocupación por la protección de las libertades individuales contra la intromisión del gobierno; todo esto en el contexto de una sociedad de corte rural, con una economía en la que predomina la autosubsistencia y sin tecnología en gran escala. Así, la Constitución de Estados Unidos le dio amplios poderes y legitimidad popular al Congreso, pero tanto la presidencia como el aparato administrativo nacional fueron instituciones débiles y sin desarrollo durante los inicios de la república. Un indicador de lo anterior es el hecho de que en 1802 había sólo 2,700 funcionarios públicos y para 1871 aún eran sólo 50,000. Incluso el ejército era minúsculo, pues la defensa nacional se basaba en milicias locales de voluntarios. 38 Véase John M. Ackerman, “La política del desarrollo ad- Estos cambios se presentaron de la mano con una serie de problemas complejos: ministrativo en Estados Unidos”, en Gestión y política pública, vol. xiv, núm. 2, México, cide, segundo semestre, 2005, p. 230 Los más urgentes fueron los problemas de la distribución de la riqueza, del control de las vastas y poderosas acumulaciones de capital, del mantenimiento de una democracia política bajo el impacto de una economía nada democrática, del desempleo en gran escala y de los trastornos obreros, del hacinamiento en las urbes y la asimilación de los nacidos en el extranjero, de la mengua de los ingresos de los granjeros y el aumento en el número de aparceros, de la conservación de los recursos naturales que rápidamente estaban siendo agotados por una explotación desenfrenada, de las responsabilidades en ultramar y en materia de política mundial, y de la adaptación de las instituciones políticas, formadas para satisfacer las necesidades de una pequeña república rural, a las desafiantes demandas de una gran nación industrial. Hacia fines del siglo xix los logros materiales que alcanzó Estados Unidos eran enormes, sin embargo para algunos críticos esto se logró a costa de un atraso social y cultural igual de elevado. Estos reformadores pusieron sobre todo el acento en la complicidad descarada entre las grandes fortunas y el poder político. La crítica a la corrupción la encabezaron personajes como Theodore Roosevelt y Woodrow Wilson. Este último en su toma de posesión como presidente de Estados Unidos expresó: El mal ha venido con el bien, y mucho oro excelente se ha manchado [...] Nos hemos enorgullecido de las realizaciones de nuestras industrias, pero hasta ahora no nos hemos puesto a considerar suficientemente los costos humanos [...] Con el gran gobierno vinieron numerosas cosas secretas, profundas, que hemos tardado demasiado en contemplar y revisar con ojos candorosos y sin miedo. El gran gobierno que amamos, con demasiada frecuencia ha sido utilizado con fines particulares egoístas, y quienes lo han utilizado se han olvidado del pueblo. Allan Nervins, Henry Steele y Jeffrey Morris, Breve historia de los Estados Unidos, México, fce, 1994, pp. 239-240. Citado en ibid., p. 336. 39 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS A diferencia de lo que ocurrió en Europa y en gran parte del resto del mundo, donde se consolidaron primero aparatos estatales fuertes y después la redacción de constituciones de corte democrático que buscan limitarlos, Estados Unidos invirtió el proceso estableciendo primero su Constitución y muy posteriormente, a regañadientes, la consolidación de un Estado federal con amplia presencia en la vida de la sociedad. La guerra civil es el elemento que servirá como detonador en la trasformación de Estados Unidos ya que proporcionó un enorme estímulo a la industria, aceleró la explotación de recursos naturales, el desarrollo de las manufacturas en gran escala, el crecimiento de la banca de inversión, la ampliación del comercio exterior e hizo pasar a primer plano a una nueva generación de “capitanes de la industria” y de “amos del capital”. En este punto la consolidación del mercado nacional fue crucial porque permitió el surgimiento de la empresa comercial moderna gracias a su habilidad para organizar la producción de bienes industriales complejos en grandes volúmenes con más eficiencia. Las pequeñas empresas se convirtieron en grandes empresas, la sociedad por acciones se convirtió en el instrumento efectivo de la nueva economía y los trust y consorcios se convirtieron en su forma característica de organización. La guerra civil también aceleró la construcción de la red de ferrocarriles y de telégrafos; estimuló las invenciones y su aplicación en aparatos para ahorrar trabajo tanto en la agricultura como la industria; y creó condiciones favorables para el crecimiento de las ciudades en donde se ofreció trabajo a centenares de miles de inmigrantes que no tardaron en llegar al nuevo mundo. En el plano internacional Estados Unidos comenzó a caminar por el sendero que lo llevaría a constituirse en potencia mundial. Hacia fines del siglo xix avanzó por el Caribe y el Pacífico arrebatándole a España sus últimas posesiones coloniales. Wilson perteneció a un grupo de intelectuales que hacia el último cuarto del siglo xix reformaron la educación superior en su país. Entre 1870 y 1880 las universidades norteamericanas adaptaron la Staatwissenschaft (Ciencia del Estado) que se impartía en las universidades alemanas a fin de formar personas que fuesen capaces de buscar un método similar al de las ciencias naturales para el estudio de la política. En su artículo “The Study of Administration” (“El estudio de la administración”), que apareció en la Political Science Quarterly en junio de 1887, estableció que el objeto del estudio administrativo tiene dos metas, primero descubrir qué puede hacer adecuada y exitosamente el gobierno, y además, cómo puede hacerlo con la máxima eficiencia y al mínimo costo posible, de dinero o esfuerzo. Para alcanzar este doble objetivo se deben tomar en cuenta tres elementos: El campo de la administración es el campo de los negocios, por lo tanto las cuestiones administrativas no son cuestiones políticas, no obstante la política establece las tareas de la administración: “La administración es la parte más obvia del gobierno; es este mismo en acción; es el aspecto más visible del gobierno, el ejecutivo, el operativo; y es, por supuesto tan antigua como él mismo”. Respecto al método señala que “...ya que en ningún otro sitio de todo el campo de la política podríamos hacer uso del método histórico comparado con más seguridad que en el campo de la administración... No podremos nunca aprender nuestras debilidades o virtudes comparándonos con nosotros mismos”. Si la ciencia de la administración nace en el contexto de las monarquías europeas se necesita adaptar sus principios a la democracia norteamericana: “Precisamente el hecho de que hemos logrado por completo el gobierno popular, ha hecho la tarea de organizar ese reinado sumamente complicado. Para hacer algún avance debemos instruir y persuadir a un monarca multimillonario llamado opinión pública; empresa mucho menos viable que influir en un único monarca, llamado rey”.10 La opinión pública debe desempeñar el papel de crítico de la autoridad sin tolerarle que se entrometa.11 Por eso Wilson ubicó a la ciencia administrativa dentro de la ciencia política definiendo a la administración como el gobierno en acción, y para su estudio recomendó el método comparativo-histórico, a fin de adaptar los principios generales a las condiciones concretas del pueblo norteamericano: i. La historia del estudio, es decir, lo que otros han hecho en la misma línea. ii. Averiguar exactamente cuál es el objeto de estudio. iii. Determinar los mejores métodos para desarrollar el objeto de estudio. Por cuanto a la historia del estudio, considera que la ciencia de la administración es la rama más reciente de la ciencia política, la cual posee una antigüedad de 2,200 años. La ciencia de la administración tiene su origen en Europa y se desarrolló principalmente en Francia y Alemania en el contexto de la monarquía. El objeto de estudio administrativo consiste en “rescatar los métodos ejecutivos de la confusión y el costo de experimento empírico y ponerlos sobre cimientos profundamente enclavados en principios estables”. Los proyectos doctrinarios deben ser pospuestos a las prácticas probadas. Los arreglos no sólo sancionados por experiencias concluyentes en algún otro lado, sino que además congenien con los há- Woodrow Wilson, “El estudio de la administración”, en Revista de Administración Pública. Antología 1-54, México, inap, febrero, 1983, p. 383. Ibid., pp. 384 y 387. Ibid., p. 393. Idem. Ibid., p. 384. Ibid., p. 400. 10 Ibid., p. 391. Cursivas en el original. 11 Ibid., p. 396. 40 Uno de los aspectos en que mayor énfasis hará la ciencia de la administración norteamericana es la llamada dicotomía política-administración. Wilson buscó separar a la administración como una función diferente de la política, a fin de que la administración se erigiera como objeto de estudio específico y que, por tanto, tuviese cabida dentro del ámbito académico; y además como base para un servicio público libre de la lucha partidaria y de los grupos de interés. Más tarde, y en esta tónica, Frank Goodnow en 1900 sostuvo en su obra Politics and Administration (Política y administración) que la acción del Estado puede consistir en las operaciones necesarias para la expresión de su voluntad, o en la ejecución de dicha voluntad. Estas funciones son la política (la expresión de la voluntad) y la administración (la ejecución de la voluntad).13 12 13 Georges Langrod, El pensamiento administrativo no jurídico. Vicisitudes y renacimiento, Madrid, Publicaciones del Centro de Formación y Perfeccionamiento de Funcionarios, 1964, pp. 20-21. 15 Idalberto Chiavenato, Introducción a la teoría general de la administración, México, Mc Graw-Hill, 1992, p. 41. 16 Ibid., p. 43. 14 Ibid., p. 401. Ibid., pp. 349, 353. 41 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS Georges Langrod por su parte comenta que sin la tradición cameralista ni de la ciencia de la policía la ciencia administrativa norteamericana se vio marcada con la idea del engineering approach que se desarrolló poderosamente desde las primeras décadas del siglo xx conocida como Scientific Management Movement, en donde se trató de erigir fundamentos científicos para la administración en general, puesto que se consideró que en el fondo las líneas generales de desarrollo de los estudios de la administración pública y de la gestión de los asuntos privados son las mismas.14 Frederick Winslow Taylor fundó la llamada escuela de la administración científica que pretendió aumentar la eficiencia de la organización industrial con base en la racionalización del trabajo operario. El carácter científico de dicha administración se atribuyó por el intento de aplicar los métodos de la ciencia a los problemas de la administración, métodos que consistían fundamentalmente en la observación y la medición.15 En este sentido Taylor se dio a la tarea de analizar las tareas de cada operario, es decir, descompuso sus movimientos y procesos de trabajo, perfeccionándolos y racionalizándolos. Para él la improvisación debe ceder el lugar a la planeación, y el empirismo a la ciencia. Publicó en 1911 su libro The Principles of Scientific Management (Principios de ciencia administrativa), donde concluyó que la racionalización del trabajo operario debería acompañarse de una estructuración de la empresa en general para hacerla coherente con la aplicación de sus principios.16 Bajo el impulso de las ideas del sistema de Taylor de “time and motions study” (“tiempos y bitos norteamericanos, deben preferirse sin duda a la perfección teórica. En una palabra, la habilidad segura y práctica del estadista debe ir primero; la doctrina de armario, en segundo lugar. El qué hacer cosmopolita debe ser siempre dirigido por el cómo hacerlo norteamericano.12 movimientos”) y de la división del trabajo basada en un estudio atento y minucioso del tiempo y de los movimientos, la corriente americana tomó un aspecto “tecnológico”, consagrando muchos esfuerzos a las técnicas eficaces y a los resultados de las experiencias prácticas en general. Pero en Francia fue Henry Fayol quien en su obra Administration industrielle et générale (Administración industrial y general), aparecida en 1916, señaló que la función administrativa se caracteriza por su actuación sobre el personal y, sobre todo, trata del arte de manejar a los hombres. Este arte se compone de varios elementos: previsión, organización, mando, coordinación y control; mientras que las otras funciones pondrían en juego a la materia y a las máquinas.17 Para Fayol la administración como toda ciencia se debe basar en leyes o principios generales. Adopta la idea de principio porque no posee una connotación de rigidez, ya que no hay nada absoluto en materia administrativa, y por tanto los principios se adoptan a cualquier circunstancia.18 En este punto podemos señalar que a diferencia de las ciencias administrativas europeas en las cuales la teoría del Estado impulsó la construcción de aparatos gubernamentales siguiendo un esquema de centralización del poder político, en contraste la administración pública norteamericana fue “ascendiendo” de las ciudades a los estados para llegar finalmente al orden federal, a partir de reformas básicas con base en el “mejoramiento moral” y el “idealismo democrático”, dando como resultado una ciencia de la administración pública inductiva, experimental, fragmentaria, aplicada, reformista, por lo menos en contraste con las ciencias administrativas de otros lugares.19 El enfoque “científico” de la administración pública Para la década de 1920 se habían creado cientos de nuevos programas y servicios federales y la burocracia federal había crecido a casi 600,000 personas. Esto representa más de cinco veces el tamaño que el sector gubernamental tenía durante la década de 1870. Una de las razones más importantes de que esto ocurriera fue que la expansión de la burocracia llegó a ser considerada crucial para apuntalar la legitimidad del régimen, ya que la construcción de un aparato administrativo nacional tenía el doble potencial de promover el desarrollo de la compañía privada y ofrecer nuevos derechos y garantías al ciudadano promedio.20 En 1926 Leonard White publicó el primer libro de texto sobre administración pública en Norteamérica: Introduction to the Study of Public Administration (Introducción al estudio de la administración pública), donde destaca cuatro premisas:21 1. La administración pública es un proceso único, o sea que es uniforme en sus características. 2. El estudio de la administración pública debe iniciar en su base gerencial y no en la base legal. 3. La administración pública es un arte que tiende a transformarse en ciencia. 4. La administración pública ha sido y será el corazón de los problemas del gobierno moderno. El segundo texto sobre administración pública se publicó un año después, siendo el autor F. W. Willoughby, con el título Principles of Public Administration (Principios de administración pública), en donde insistió en la necesidad de Georges Langrod, op. cit., pp. 18-20. Idalberto Chiavenato, op. cit., p. 84. 19 Richard J. Stillman II, “¿A dónde va la administración pública estadunidense?”, en Gestión y política pública, vol. xvii, núm. 1, México, cide, primer semestre, 2008, p. 221. 17 John M. Ackerman, op. cit., p. 238. Leonard White, Introduction to the Study of Public Administration, citado por Beauregard González, La administración pública norteamericana. Origen, crítica y crisis, México, Fontamara, 1987, p. 50. 18 20 21 42 del electorado (que se tradujo en 523 votos a su favor en el Colegio Electoral, de un total de 531 electores que entonces lo integraban). Con este apoyo, el presidente se encontró en condiciones de modificar la estructura del New Deal. Para fines de los años treinta el gobierno norteamericano adoptó un razonamiento económico de corte keynesiano. El New Deal liberal fue reconceptualizado en términos de un keynesianismo social que se plasmó en la formulación de diversos programas y en la creación de agencias federales a través de las cuales se pudiera coordinar y ejercer el gasto. Sin embargo, la fuerza de los grandes terratenientes sureños junto a otros grupos empresariales conservadores que se escudaban en la defensa de los poderes locales, así como la determinación del Congreso en bloquear la reorganización y el fortalecimiento del ejecutivo, determinaron la imposibilidad de construir un sistema permanente de gasto público coordinado a nivel nacional. Finalmente, el gobierno norteamericano recurrió a un keynesianismo de corte comercial, es decir, que el gobierno federal se limitó a controlar la inflación más que a eliminar el desempleo. Esto lo consiguió por medio de recortes de impuestos y de ajustes al gasto público. En el ámbito de la operación de la administración pública durante este periodo la influencia del pensamiento de Fayol en Estados Unidos se plasma en los trabajos de una comisión presidida por Luther Gulick en los años anteriores a la segunda guerra mundial. La célebre fórmula de Gulick, posdcorb (Planning, Organizing, Staffing, Directing, Coordinating, Reporting, Budgeting), no es más que una aplicación del fayolismo para designar las distintas operaciones que en conjunto forman la función administrativa. En general durante esta época la confianza en los logros derivados de la sistematización y aplicación de las ciencias naturales era muy grande, de ahí que se consideraba que todas las ciencias sociales deberían seguir el método científico. De esta forma, las ideas que conformaron la concepción cientificista que sobre la administración pública se construyó en Estados Unidos hacia la mitad del siglo xx son: F. W. Willoughby, Principles of Public Administration, citado por Beauregard González, ibid., pp. 51-52. 23 John M. Ackerman, op. cit., p. 243. 22 43 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS desarrollar a la administración pública sobre la base de principios: “...en administración pública existen ciertos principios fundamentales de aplicación general, análogos a aquellos que caracterizan cualquier ciencia, que deben ser implantadas si el fin u objeto de la administración es la eficiencia; estos principios deben de estar determinados por el método científico de la investigación”.22 Buena parte de los teóricos de esta época tienen una enorme confianza en que estos principios de carácter universal darían racionalidad y eficiencia a la organización y a los procedimientos del aparato gubernamental nacional que se estaba construyendo. Sin embargo, un reto que tendrían que enfrentar se presenta en 1929 con la Gran Depresión. Estados Unidos antes de 1929 carecía de un sistema de beneficios públicos para amortiguar el paro, mientras que las obras y la beneficencia públicas eran responsabilidad de los niveles local y estatal de gobierno. Franklin D. Roosevelt, presidente en turno de origen demócrata, planteó en 1933 un primer New Deal de corte liberal, en el que recurrió al déficit gubernamental “temporal y de bajo costo” dirigido a financiar obras públicas para hacer frente al creciente desempleo. Pero, no se puso en marcha un programa explícito de recuperación económica nacional con base en estos instrumentos. Roosevelt se esforzó por expandir el gasto gubernamental, intervenir en la economía y fortalecer las capacidades administrativas en repuesta a la Gran Depresión. Es así que para fines de 1934 se habían creado casi 60 nuevas agencias; para 1937 alrededor de 100 agencias o unidades administrativas dependían directamente del presidente. En 1931, había aproximadamente 310 mil empleados federales civiles, pero para 1939 había 900 mil, en 1941 el número había alcanzado un millón ochocientos mil y para 1945 había tres millones ochocientos mil empleados.23 En las elecciones de 1936 Roosevelt consiguió su reelección con 27,752, 869 votos, 60.2% 1. La política, con su mundo de valores e intereses, no debe mezclarse con la administración dado que ésta es objetiva y neutral. 2. El fin de la administración es la eficiencia, que se plasmará en la realidad por medio de la puesta en práctica de los conocimientos de especialistas en la resolución de problemas. 3. La administración, en consecuencia, puede eregirse como una rama del conocimiento científico que proporciona los principios (probados en la práctica) que guían la actuación de los especialistas. ril tuvieron su máximo desarrollo, pero al mismo tiempo se empieza a generar la crítica a las teorías sobre la organización formal que desembocará en un interés por el estudio del comportamiento. Esta línea científica, que se inicia con las investigaciones sobre la incentivación en el trabajo, termina acercando la materia al área científica de la psicología social. Además y con motivo de la segunda guerra mundial la sociedad se moviliza y organiza para hacer frente al esfuerzo bélico y determina una intervención de la administración norteamericana en proporciones antes desconocidas. También por este periodo Talcott Parsons traduce al inglés la obra de Max Weber que causó un fuerte impacto al ofrecer un modelo de comprensión de los fenómenos burocráticos.25 Al terminar la guerra era enorme el daño sufrido por los países beligerantes. Era necesario reconstruir las ciudades y contar con la infraestructura de los niveles de la preguerra, excepto en Estados Unidos. A partir de ese momento Estados Unidos experimentó un prolongado auge gracias a la demanda de bienes de parte del gobierno, de los usuarios nacionales y de las naciones extranjeras que superó a la oferta. Sin embargo, el auge estuvo acompañado de un incremento en los precios y de inflación: Sin embargo, la disidencia a esta línea de tratamiento de la administración pública provocó una reacción vigorosa que se manifestó en las siguientes observaciones y críticas:24 1. Se reconoce que los problemas de planificación, administración fiscal, organización y métodos, administración de personal, relaciones humanas en el trabajo, etc., son aspectos del gobierno y como tales deben analizarse desde el punto de vista de los procesos políticos en los cuales están compenetrados. 2. Se desarrolla el interés por el contenido psicológico, antropológico y sociológico de esos fenómenos. 3. Gradualmente se manifiesta la necesidad de una comprensión de la interrelación que existe en la realidad entre todas las fases de una cultura y la consecuente conveniencia de unificar las enseñanzas de las ciencias sociales. El presidente Harry S. Truman, en su informe económico al Congreso, de principios del año de 1947, pudo hacer mención de muchos factores alentadores: una planta industrial agrandada y mejorada, una masa de trabajadores más grande y mejor entrenada, abundancia de capitales para el crecimiento industrial y un enorme inventario de pedidos que todavía no se habían podido atender. Pero en el otro platillo de la balanza tuvo que mencionar la reducción de la capacidad de compra causada por los precios altos; el descontento de importantes grupos de trabajadores, con el consiguiente peligro de huelgas y la posibilidad de que las inversiones pudieran bajar.26 Crítica al cientificismo de la administración pública Durante la década 1936-1946 los estudios referidos a la organización formal y el enfoque ingenie- Mariano Baena del Alcázar, Curso de ciencia administrativa, Madrid, Tecnos, 1988, p. 64. 26 Allan Nevins et al., op. cit., p. 489. 25 Pedro Muñoz Amato, Introducción a la administración pública, t. I, México, fce, 1986, pp. 23-24. 24 44 Además, se hizo presente el hecho de que la población estaba creciendo. Estados Unidos contaban con 19 millones de habitantes en 1940, situación que orilló a aumentar la presión sobre los suministros y los precios. Mientras tanto, y a pesar de la prosperidad, resultó imposible reducir la deuda de este país que en 1949 alcanzó la cifra de 257 mil millones de dólares,27 y con el paso del tiempo la economía norteamericana dependió cada vez más de los gastos del gobierno. Por su parte, la guerra de Corea (1950-1953) provocó la reactivación de la economía norteamericana y también favoreció a los países europeos y al Japón. Los estilos y los gustos estadunidenses se difundieron a partir de este periodo por medio de las novedades discográficas, televisivas y cinematográficas; estableciendo modelos que luego serían copiados a escala internacional. La presencia de tropas estadunidenses en todo el mundo confirmaba la importancia de esta cultura popular “americanizada”. Después de la guerra de Corea se pensó que se produciría otro hundimiento en la economía como el de 1929. Pero ese hundimiento nunca se produjo. En lugar de ello, hasta 1973 la economía occidental, bajo el liderazgo estadunidense, conoció una etapa de crecimiento sostenido. 27 Los problemas con que ahora nos enfrentamos exigen para su solución no solo el ejercicio de la razón para resolverlo, sino también imaginación para abarcar su extensión y alcance. ¿Es posible construir una democracia fuerte si no existe acuerdo sobre los fines que se persiguen, en lugar de admisión de discrepancias y pluralidad de valores? La ciencia ha creado un nuevo ámbito de discusión. ¿Cuál es la relación de la esfera de las ciencias con la administración? ¿Con la política? Si los administradores han de utilizar la “ciencia”, ¿hasta dónde debe extenderse la pirámide estatal, qué concepciones metodológicas científicas hemos de aceptar y cuál es la relación de la ciencia con los “fines”?29 El enfoque de políticas públicas considera que no existe una distinción entre ciencia política y administración pública. En 1951 Harold D. Lasswell elaboró su propuesta de Policies Sciences (Ciencias de políticas) en la que abogaba por una Omar Guerrero, La teoría administrativa de la ciencia política, México, unam, 1976, pp. 49-60. 29 Dwight Waldo, The Administrative State, citado por Beauregard González, op. cit., p. 68. Cursivas en el original. 28 Ibid., p. 491. 45 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS Durante este periodo Omar Guerrero identifica tres orientaciones que repudian a la vieja administración pública cientificista y que coinciden en ubicar los estudios en administración pública sobre supuestos políticos, pero que difieren en la forma de tratar este planteamiento. Estos son la teoría política de la administración pública, el enfoque de políticas públicas y la orientación conductista.28 La teoría política de la administración pública pretende establecer a la administración pública como disciplina dentro de la ciencia política (de la manera en que la concebía Wilson), porque el gobierno en acción como objeto de estudio de la administración pública es, a su vez, una manifestación del objeto de estudio de la ciencia política: el poder. Así, Dwight Waldo señala: disciplina multidisciplinaria, también señalaba la necesidad de tomar en cuenta el contexto en el que se desarrolla la acción gubernamental, y procurar una comunicación constante y fluida entre la academia y la práctica cotidiana, a fin de encontrase en condiciones de definir, explicar e incluso predecir los fenómenos sociales. Con el uso de la política pública se trató de conciliar los intereses de los individuos y grupos que forman la sociedad, intentando incorporar la opinión, la participación, la corresponsabilidad y el dinero de los privados, en su calidad de ciudadanos electores y contribuyentes en las decisiones de gobierno.30 Pero si bien con la política pública se procuró superar las limitaciones que presentaban los trabajos de los politólogos y los publiadministrativistas sobre el mejoramiento de los procesos y servicios gubernamentales, para fines de los años sesenta y principios de los setenta imperó la influencia de la investigación de operaciones, el análisis de sistemas y la economía, aportaciones que era importantes pero, paradójicamente, limitadas. Por último, la orientación conductista manifiesta también la inquietud por conciliar la tecnocracia con la administración democrática y el interés por estudiar la influencia del medio ambiente en el individuo y la organización. Así se dio paso a los estudios sociológicos y socio-psicológicos emprendidos por Herbert A. Simon en Administrative Behavior (El comportamiento administrativo), en donde criticando los excesos de la administración científica señala que “Un defecto fatal de los actuales principios administrativos es que, lo mismo que los proverbios, surgen por parejas. Para casi todos los principios se puede encontrar otro principio contradictorio, igualmente plausible y aceptable. No existe nada en la teoría que indique cuál es el que se debe aplicar, a pesar de que los dos principios del par lleven a recomendaciones organizativas exactamente opuestas”.31 Lo que debe hacer la ciencia administrativa, por lo tanto, es precisar sus conceptos de tal forma que le permitan describir las situaciones administrativas en términos aplicables a la teoría, es decir, que el significado de los conceptos se refiera a situaciones empíricas, ya que considera que la administración hasta entonces carece de realismo, así la administración podrá comenzar a desarrollar principios sobre conceptos operativos y no al revés.32 Además, considera que el enfoque cientificista de la administración no es realista porque en el proceso de toma de decisiones el individuo se encuentra limitado por su capacidad, hábitos, reflejos, valores y conocimientos. Estas limitaciones se refieren a elementos fisiológicos, psicológicos, etc., que afectan a todo individuo, y por ende a la estructura de toda organización, y por tal deben ser tomados en cuenta a fin de contar con una percepción más completa de la realidad administrativa.33 En los años posteriores a los aportes de Waldo, Simon y Lasswell se producen muchos trabajos de investigación que abordan a la administración pública desde diferentes ángulos, enfoques y disciplinas, pero con una tendencia siempre creciente hacia el tecnicismo: la investigación de operaciones, la teoría de sistemas, la economía, la teoría de las decisiones, la sociología de la organización, la psicología, la antropología, entre otras. La más importante aplicación de los intentos de racionalidad al Estado la lleva a cabo Robert McNamara en el Departamento de Defensa en 1964, especialmente en el aspecto financiero; en este marco se pretende con estos modelos que sean alcanzados los objetivos prioritarios del gobierno a través de una máxima racionalización y eficiencia en su cumplimiento, incluidas las metas de cambio social durante la administración de Lyndon B. Johnson. Pero más tarde, en la década de los setenta, la crisis generada por la derrota en Vietnam y la Luis F. Aguilar Villanueva, “Estudio introductorio”, en Luis F. Aguilar Villanueva, El estudio de las políticas públicas, México, Miguel Ángel Porrúa, 1992, p 36. 31 Herbert Simon, El comportamiento administrativo. Es- tudio de los procesos decisorios en la organización administrativa, Buenos Aires, Aguilar, 1988, p. 21. 32 Ibid., pp. 36-39. 33 Ibid., pp. 39-41. 30 46 Reagan consideraba que el resurgimiento económico de Estados Unidos vendría con el fortalecimiento del sector privado, para ello actuó en favor de la reducción de impuestos, los recortes en los gastos (incluidos, naturalmente, los programas sociales) que no tuvieran relación con la defensa, la liquidación de las regulaciones administrativas gubernamentales y el fortalecimiento del papel de los estados de la Unión. Con énfasis en una lógica de recorte presupuestario, se redujo el número de funcionarios federales, ya que se les considera como un obstáculo para la reforma. Esta coyuntura generó desmotivación y desorganización entre el personal, disminuyendo esta área, por tal, su atractivo para el empleo. Mientras, en la alta función pública se reclutó personal en función de su lealtad al presidente más que por su capacidad. Conseguir que los estados federados aceptaran asumir algunas de las responsabilidades del gobierno central no tuvo mucho éxito, aunque se generaron innovaciones en la forma y el tipo de prestación de servicios, así como en la regulación de los mismos.35 Sin embargo, Reagan pronto percibió que era imposible mantener un presupuesto equilibrado reduciendo impuestos y aumentando los gastos de defensa. Finalmente el gobierno de Reagan incurrió en los déficits más grandes de la historia de ese país: en 1984 el presupuesto federal ascendió a un billón de dólares, el déficit a 250 mil millones, el déficit en la balanza comercial a cerca de 60 mil millones de dólares.36 Con los cambios introducidos por el gobierno de Reagan se percibió a la democracia como una fuerza que debe conquistar a la burocracia para tratar de instaurar procesos provenientes de prácticas empresariales privadas en la prestación de servicios con el propósito de que el gobierno trabaje de manera similar al sector privado. También se planteó con más fuerza en el ámbito académico la necesidad de redefinir el objeto de Reforma del Estado y New Public Management Durante la década de los sesenta la larga prosperidad económica de la posguerra comenzó a decaer, principalmente porque para entonces ya se había agotado el estímulo de desarrollo destinado a la reconstrucción y el predominio mundial de la economía norteamericana. Tanto la Comunidad Económica Europea como Japón ya no dependían de Estados Unidos para el financiamiento de la reactivación de sus respectivas economías, e incluso le disputan mercados y áreas de expansión industrial y comercial. Además, la rigidez de los procesos de producción alrededor de los cuales se organizaron las grandes empresas transnacionales norteamericanas, europeas y japonesas, se hizo evidente en la baja de las tasas de ganancia con mercados saturados de bienes de consumo. La crisis de 1973 provocó la cuadruplicación de los precios de los hidrocarburos, y como consecuencia del alza del petróleo la balanza de los Estados industrializados se desequilibró gravemente. Sin embargo, a diferencia de la Gran Depresión de la década de los treinta, las depresiones económicas de 1974 a 1975 y de 1979 a 1981 no llevaron a los gobiernos a limitar, o a reducir, su relación con el resto de las naciones. Muy al contrario, continuaron con un proceso de integración comercial mundial. La Comunidad Europea y, muy especialmente Japón, reclamaron a partir de entonces una dirección más colegiada de la economía y un mayor cumplimiento por parte de Estados Unidos de sus responsabilidades respecto del buen funcionamiento del capitalismo. En 1980 el republicano Ronald Reagan ganó las elecciones en Estados Unidos con la difusión de un mensaje sencillo: “el gobierno grande y el gasto desordenado eran malos; las reducciones de impuestos, lo militar, y los Estados Unidos de Norteamérica eran buenos”.34 34 Michel Crozier, Cómo reformar al Estado. Tres países, tres estrategias: Suecia, Japón y Estados Unidos, México, fce, 1995, pp. 111-151. 36 Allan Nervins et al., op. cit., pp. 616-617. 35 Allan Nervins et al., op. cit., pp. 610-611. 47 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS devaluación del dólar ponen en tela de juicio la fiabilidad de los nuevos estudios y técnicas. estudio de la administración pública pasando de la tradicional institución gubernamental en un marco nacional, al estudio de las organizaciones públicas en un contexto global. Así como ha pasado el sector empresarial del control vertical a la descentralización y la explotación del conocimiento, la administración pública debe renovarse para hacer frente a las transformaciones en la naturaleza del gobierno nacional. El cambio y la innovación en la estructura y funcionamiento del gobierno como objeto de los estudios administrativos muestra su última versión en Creating a Government that Works Better and Costs Less. The Report of the National Permormance Review (Un gobierno más efectivo y menos costoso. El Informe de la National Performance Review), que publicó el vicepresidente Al Gore en 1994. Dicho documento tiene como bases las ideas desarrolladas por Osborne y Gaebler así como las propuestas de Barzelay. Michael Barzelay en 1992 en Breaking Through Bureaucracy. A New Vision for Managing Government (Atravesando la burocracia. Una nueva perspectiva de la administración pública) sostiene la necesidad de romper con el viejo paradigma burocrático que se muestra disfuncional para los nuevos tiempos. Propone un paradigma posburocrático que para su puesta en marcha requiere el cambio de valores en la organización burocrática. Los siguientes pares de proposiciones resumen las principales líneas del cambio de una cultura burocrática tradicional a una cultura en que predominan, como en la organización empresarial globalizada, una gestión de calidad enfocada a las necesidades del cliente:37 2. Una dependencia burocrática se enfoca en las funciones y las responsabilidades de sus partes. Una dependencia impulsada por el cliente se enfoca en ayudar a que toda la organización funcione como equipo. 3. Una dependencia burocrática se define tanto por la cantidad de recursos que controla como por las tareas que desempeña. Una dependencia impulsada por el cliente se define por los resultados que logra en beneficio de sus clientes. 4. Una dependencia burocrática controla los costos. Una dependencia impulsada por el cliente crea un valor neto de costo. 5. Una dependencia burocrática se aferra a la rutina. Una dependencia impulsada por el cliente modifica sus operaciones como respuesta a las demandas cambiantes de sus servicios. 6. Una dependencia burocrática lucha por ganar terreno. Una dependencia impulsada por el cliente compite por obtener más negocio. 7. Una dependencia burocrática insiste en seguir los procedimientos normales. Una dependencia impulsada por el clien- 1. Una dependencia burocrática se enfoca en sus propias necesidades y perspectivas. Una dependencia impulsada por el cliente se enfoca en las necesidades y las perspectivas de éste. Michel Barzelay, Atravesando la burocracia. Una nueva perspectiva de la administración pública, México, fce/ cncp/ap, 1998, p. 47. 37 48 sidades de sus clientes, no las de la burocracia. 7) Un gobierno empresarial debe generar recursos en vez de gastarlos. 8) La labor de dirigir implica una acción superior a la correctora o curadora: la prevención. 9) El gobierno debe descentralizarse y pasará de la acción por jerarquía a la acción por trabajo en equipo. 10) El gobierno debe orientarse por el mercado, observándolo e impulsándolo como generador básico de eficiencia. Sin embargo, estos estudios pecan de un simplismo prescriptivo, es decir que con base en estudios de caso, aparentemente exitosos, se presentan vías de solución y transformación de los problemas de toda la organización burocrática gubernamental tradicional. La fórmula para afrontar los retos de la globalización se basa en combinar los esfuerzos de un Estado modesto, Estado regulador o Estado inteligente con la acción de organizaciones no gubernamentales, empresas privadas, organismos internacionales, etc., a fin de atender los asuntos públicos, los cuales dejan de ser monopolio exclusivo de la acción directa del gobierno. Bajo estas condiciones las dependencias gubernamentales requieren una mayor autonomía para lo cual se propone adoptar el sistema de organización en redes de las empresas. En este marco busca consolidarse la gestión pública (public management). Sonia Ospina, a principios de los noventa, señaló que por Cualquier organización que se enfoque en las necesidades del cliente tiene más posibilidades de sobrevivir en un medio de intensa competencia. Por su parte David Osborne y Ted Gaebler publicaron en 1992 Reinventing Government: How the Entrepreneurial Spirit is Transforming the Public Sector (Un nuevo modelo de gobierno: cómo transforma el espíritu empresarial al sector público), donde proponen diez medidas sustantivas del nuevo modelo de gobierno: 1) Hacer del gobierno un catalizador, dirigir el timón en vez de remar. 2) El gobierno pertenece a la comunidad. El gobierno debe posibilitar y facilitar la acción de ésta para resolver los problemas, no entregarle servicios para pretender resolverlos. 3) Cuando el gobierno debe entregar y diseñar un servicio tiene que enfrentarse a la competencia. 4) Las agencias de gobierno deben ser guiadas por el cumplimiento de una misión, no por reglas. 5) Un gobierno que se evalúa por sus resultados y no por la forma en que gasta sus recursos permite generar una dinámica flexible de acción. 6) Las agencias de gobierno deben cumplir con las expectativas y satisfacer las nece- …administración pública (public administration) se entiende una orientación tradicional centrada en la aplicación de las funciones administrativas genéricas con cierto grado de pasividad y orientación hacia el statu quo. Este se asocia con una concepción de la administración como disciplina aplicada, y basada en la utilización mecanicista de conceptos tradicionales; mientras que la gestión pública (public management), por su parte, connota una orientación más agresiva, orientada a la acción y a la solución creativa de los problemas de la adminis49 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS te introduce la opción en sus sistemas operativos, cuando al hacerlo cumple un propósito. 8. Una dependencia burocrática anuncia políticas y planes. Una dependencia impulsada por el cliente emprende con sus clientes una comunicación en ambos sentidos, con objeto de evaluar y revisar su estrategia operativa. 9. Una dependencia burocrática separa el trabajo de pensar del trabajo de hacer. Una dependencia impulsada por el cliente otorga la autoridad a los empleados operativos de emitir juicios sobre el modo de mejorar tanto el servicio al cliente como su valor. 3. Incorporación de comparaciones cada vez mejor desarrolladas, basadas en la experiencia de la gestión pública y la privada. 4. Orientación hacia la gestión estratégica. 5. Preocupación por cuestiones de proceso. 6. Mayor concentración en el administrador público de carrera que en el ejecutivo político. tración dentro de un contexto de innovación y con la ayuda de instrumentos racionales.38 Los problemas que atraen la atención de la public management se relacionan con el manejo de recursos (humanos, informativos, financieros y materiales), la interrelación con otras dependencias y con el usuario o cliente del servicio que se le provee.39 Los primeros estudios sobre gestión pública se dan a fines de los setenta y principios de los ochenta en las escuelas comerciales y en las escuelas de políticas públicas en Estados Unidos.40 En las escuelas de políticas públicas la gestión pública hace referencia a Barry Bozeman considera que los puntos en común de ambas tendencias son: 1. La preocupación por algo más que la administración interna de las dependencias (un enfoque interorganizacional de la gestión externa). 2. Respeto a la función de la política en la administración. 3. Una orientación prescriptiva e interés por mejorar la eficiencia administrativa. 4. Aprecio del aprendizaje por experiencia. 1. Reconocimiento de la importancia del análisis de las políticas para la gestión pública. 2. Aprendizaje basado en la experiencia de los practicantes. 3. Preocupación por destilar lecciones y trasmitirlas de una manera fácil de comprender. 4. Promoción del diálogo entre administradores experimentados o ejecutivos políticos y estudiosos de la gestión pública. Sin embargo, si la public management critica a la administración pública por su sesgo discursivo en detrimento del desarrollo de las habilidades y herramientas necesarias para enfrentar problemas reales, el riesgo que corre es la ausencia de un discurso sistemático dotado de conceptos claros y precisos en favor del acento en las experiencias concretas esperando acumular material suficiente para empezar a recomendar comportamientos.41 A fines del siglo xx la gerencia pública con su método inductivo se ve a sí misma como heredera de la ciencia de la administración pública en el marco de un Estado regulador modificado en su estructura interna y en su relación con la sociedad por los fenómenos inherentes a la globalización. Su interés, por lo tanto, recae en el trabajo del ejecutivo político en las políticas de alto nivel, no en la administración cotidiana. Mientras que las escuelas comerciales se inclinan por un punto de vista más cercano a la administración tradicional: 1. Mayor orientación hacia la investigación y la teoría. 2. Capacidad de adaptar y difundir métodos, técnicas y teorías de una variedad de disciplinas. Sonia Ospina Bozzi, “Gestión, política pública y desarrollo social: hacia la profesionalización de la gestión pública”, en Gestión y políticas públicas, núm. 1. México, cide, enero-junio, 1993, p. 38. Cursivas en el original. 39 Enrique Cabrero Mendoza, “Estudio introductorio”, en Barry Bozeman, La gestión pública. Su situación actual, México, fce/cncp/ap/Universidad Autónoma de Tlaxcala, 1998, pp. 22-23. 40 Ibid., pp. 37-41. 38 A manera de reflexión final De esta forma, en los inicios del siglo xxi estamos presenciando un gran debate sobre el papel del Estado en las ciencias administrativas norte41 50 Enrique Cabrero, “Estudio introductorio”, op. cit., p. 27. pensar en los papeles administrativos en términos de regatear, equilibrar, negociar, de encontrar compromisos y términos medios, lo que funciona, no de alcanzar un idealismo que postula una situación paradisíaca. Tienden a ser en extremo particularistas, restringidos a un único organismo, programa, momento, lugar, con generalizaciones limitadas, sin aclarar cómo manejar completa y profundamente los inmensos desaf íos que le esperan, guiando al conjunto del sector público de manera creativa. d) Una cuarta faceta de la administración pública estadunidense es la de quienes proponen el Estado tecnocrático global. Este grupo propone adoptar soluciones técnicas genéricas, sin referencia a las tradiciones culturales norteamericanas ni de ningún otro lugar a manera de panacea, técnicas como la investigación de operaciones, medición estadística del desempeño, análisis costo-beneficio, metodologías-herramienta o la aplicación generalizada de técnicas presupuestales como ppb (planeación, programación, presupuestación) o zbb (presupuesto de base cero). Esta copiosa bibliograf ía refleja una fe profunda en la ciencia aplicada directamente a tratar y resolver problemas administrativos espinosos. Pero si bien sus metodologías colectivas pueden ocuparse de cuestiones administrativas de nivel operativo carecen de un aparato crítico de índole estratégica que aporte elementos para dar dirección a la sociedad estadunidense del nuevo siglo. a) Los seguidores en la creencia sobre el Estado mínimo, que se presentan a favor de volver al barrio, la comunidad, las entidades no gubernamentales con o sin fines de lucro, para promover el bienestar público; haciendo hincapié en el empleo de técnicas y procedimientos gubernamentales cada vez más descentralizados, con una máxima dependencia de los sectores privados y de otros tipos para proveer la enorme mayoría de los bienes y servicios. Sin embargo esta postura no aclara cómo Estados Unidos se encontrarán en condiciones de funcionar como la última superpotencia global de la actualidad sin un aparato estatal fuerte, ya que no han demostrado cómo el mercado libre, las empresas privadas, los mecanismos comunales no gubernamentales, pueden proporcionar de manera efectiva la enorme diversidad de servicios que exige una economía tecnológica avanzada para 300 millones de personas. b) En una segunda faceta de las ciencias administrativas estadunidenses de inicios de siglo puede encontrarse la idea de construir un Estado firme. Esta corriente atrae a quienes deben enfrentarse directamente a los dif íciles y complejos detalles de hacer que funcionen los organismos públicos, de tal forma que apoyan una administración pública efectiva con una amplia autoridad de toma de decisiones, como un todo. Sin embargo, van en contra de las fuerzas históricas y constitucionales que en ese país se siguen oponiendo a los argumentos en pro del Estado. c) Los llamados teóricos preestatalistas que plantean un curso intermedio para la administración pública estadunidense, es decir que apuestan por el ajuste incremental, no por las grandes reformas; prefieren 42 A pesar de que Estados Unidos ha jugado un importante papel en el mundo durante buena parte del siglo xx, la construcción de una burocracia central es un hecho muy reciente y que resulta polémico en la cultura política de ese país. La paradoja de esta situación es que Estados Unidos se presenta como la sociedad más radicalmente antiestatista del mundo, pero en realidad se gobierna a sí misma, y gobierna otros, como la últi- Richard J. Stillman II, op. cit., pp. 234-237. 51 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS americanas, en el cual se plantean por lo menos cuatro tendencias:42 ma superpotencia global, a través de un enorme y poderoso Estado. Herbert A. Simon, El comportamiento administrativo. Estudio de los procesos decisorios en la organización administrativa, Buenos Aires, Aguilar, 1988. Albert Somit y Joseph Tanenhaus, El desarrollo de la ciencia política estadunidense, México, Gernika, 1988. Bibliografía Luis F. Aguilar Villanueva, “Estudio introductorio”, en El estudio de las políticas públicas, México, Miguel Ángel Porrúa, 1992, pp. 15-74. Mariano Baena del Alcázar, Curso de ciencia administrativa, Madrid, Tecnos, 1988. Michael Barzelay, Atravesando la burocracia. Una nueva perspectiva de la administración pública, México, fce/cncp/ap, 1998. Barry Bozeman (coord.), La gestión pública. Su situación actual, México, fce/cncp/ap/Universidad Autónoma de Tlaxcala, 1998. Enrique Cabrero, “Estudio introductorio”, en Barry Bozeman (coord.), op. cit., pp. 19-36. Idalberto Chiavenato, Introducción a la teoría general de la administración, México, Mc Graw-Hill, 1992. Michel Crozier, Cómo reformar al Estado. Tres países, tres estrategias: Suecia, Japón y Estados Unidos, México, fce, 1995. Beauregard González, La administración pública norteamericana. Origen, crítica y crisis, México, Fontamara, 1987. Omar Guerrero, Teoría administrativa de la ciencia política, México, unam, 1976. Georges Langrod, El pensamiento administrativo no jurídico. Vicisitudes y renacimiento, Madrid, Publicaciones del Centro de Formación y Perfeccionamiento de Funcionarios, 1964. Pedro Muñoz Amato, Introducción a la administración pública, t. i, México, fce, 1986. Allan Nervins, Henry Steele y Jeffrey Morris, Breve historia de los Estados Unidos, México, fce, 1994. David Osborne y Ted Gaebler, Un nuevo modelo de gobierno. Cómo transforma el espíritu empresarial al sector público, México, Gernika, 1994. Hemerografía John M. Ackerman, “La política del desarrollo administrativo en Estados Unidos”, en Gestión y política pública, vol. xiv, núm. 2, México, cide, segundo semestre, 2005, pp. 227-255. David Arellano Gault, “Gestión pública en Estados Unidos: crisis y estado del arte”, en Gestión y política pública, vol. iv, núm. 1, México, cide, primer semestre, 1995, pp. 119-147. Frank Goodnow, “Política y administración: Funciones primarias del Estado”, en Revista de Administración Pública. Antología 1-54, México, inap, febrero, 1983, pp. 345-355. Sonia M. Ospina Bozzi, “Gestión, políticas públicas y desarrollo social: hacia la profesionalización de la gestión pública”, en Gestión y política pública, vol. ii, núm. 1, México, cide, primer semestre, 1993, pp. 35-56. Richard J. Stillman II, “¿A dónde va la administración pública estadunidense?”, en Gestión y política pública, vol. xvii, núm. 1, México, cide, primer semestre, 2008, pp. 217-238. Woodrow Wilson, “El estudio de la administración”, en Revista de Administración Pública. Antología 1-54, México, inap, febrero, 1983, pp. 383-402. Juan José Sanabria López es maestro en administración pública por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam. Profesor en la División de Ciencias Socioeconómicas de la fes Acatlán. Es compilador de la Antología de teoría de la administración pública, y autor del libro La ciencia de la administración pública, ambos editados por la unam. 52 Ciencia y Relaciones Internacionales Rubén Cuéllar Laureano • RESUMEN Entre los estudiosos de las Relaciones Internacionales (ri) no existe consenso respecto del objeto de estudio, marco conceptual, cuerpo teórico y método disciplinario. En consecuencia las investigaciones toman rutas diversas de las que no podemos esperar congruencia y coherencia en sus resultados, menos una acumulación ordenada y homogénea del conocimiento generado. No obstante, la disciplina ri permanece viva al menos en sus académicos, investigadores y estudiosos, sin necesidad aparente de las guías que toda disciplina requiere para su adecuada operatividad y funcionalidad. Entonces ¿por qué buscar ese consenso? La respuesta no es sencilla. Habrá quienes consideren innecesaria una estructura disciplinaria para investigar o estudiar Relaciones Internacionales, pues desde sus orígenes como área de estudio ha carecido de tales elementos disciplinarios o, por el contrario, ha operado con diversidad de ellos, y no por eso ha desaparecido o ha sido tajantemente desacreditada su importancia. Por otro lado, habrá quienes sostengan que es indispensable una estructura disciplinaria bien definida, completa y diferenciada de otras, científicas y no científicas. Este trabajo se orienta en esta perspectiva. El objetivo de esta investigación es explorar el modelo de la ciencia como referente epistemológico de la disciplina Relaciones Internacionales. PALABRAS CLAVE Relaciones internaciones. Ciencia. Estructura disciplinaria. Internacionalistas. ABSTRACT Among Foreign Affairs specialists there is no consensus about the object of study, the conceptual framework, the theoretical bases, or the disciplinary methodology. As a consequence, research has taken several paths which have not produced consistent or coherent results, let alone generated an orderly and homogeneous accumulation of knowledge. La disciplina RI tiene sus orígenes desde fines de la primera guerra mundial (Hollis y Smith, Explaining and Undestanding International Relations, 1990, p. 6). 53 Nevertheless, the discipline of FA (Foreign Affairs) is still thriving without the apparent need of the guidelines that all other disciplines require to operate and function adequately. Then, why should we look for a consensus? The answer is not easy. There might be those who consider a disciplinary structure to research or study Foreign Affairs unnecessary. On the other hand, others might hold that a well defined disciplinary structure is indispensable, complete and different from other disciplines, whether scientific or not. This paper is focuses on the latter perspective with the objective of exploring the model of science as an epistemological framework for the discipline of Foreign Affairs. KEY WORDS Foreign Affairs. Science. Disciplinary Structure. Foreign Affairs Specialists. La ciencia son científicas. La f ísica, la química y la biología, por ejemplo, son disciplinas científicas, en tanto que aquellas “...que no pueden utilizar el método científico —por ejemplo, por limitarse a la consecución de datos— no son ciencia, aunque pueden suministrar a la ciencia material en bruto: tal es el caso de la geograf ía. Ni tampoco son ciencias las doctrinas y prácticas que, como el psicoanálisis, se niegan a utilizar el método científico...” Ciencia designa a un corpus teórico y empírico que integra de manera racional y objetiva, consistente y sistemática, al conocimiento generado por la labor de investigación científica. En la ciencia convergen las estructuras de las distintas disciplinas científicas, apoyadas sobre la lógica y la matemática como instrumentos para la reconstrucción de conceptos y de las relaciones que existen entre hechos y sus aspectos intrínsecos, lo que permite establecer postulados sobre los que se va construyendo el conocimiento. Concepto El término ciencia denota un carácter especial, exclusivo, específico, incluso de solidez y superioridad ante el resto de los otros campos de conocimiento. También contiene un rasgo distintivo respecto de las demás actividades humanas. La ciencia es una noción sencilla en lo conceptual, aunque profunda en lo que respecta a su estructura epistemológica. No existe, por ejemplo, una ciencia de la mecanograf ía ni una ciencia de la conducción de automóviles. Cuando hablamos de una ciencia nos referimos a un todo teórico integrado, sistematizado y metódicamente estructurado que integra el conocimiento sobre las bases, principios y referentes estrictamente científicos. Una disciplina de la ciencia es aquella que utiliza el método científico en su investigación con el fin de aprehender y explicar la realidad. La ciencia la construyen disciplinas, las cuales guían sus actividades de investigación con el método científico. Por disciplina entendemos al área del conocimiento humano con una estructura cognoscitiva específica, y que, junto con las demás disciplinas que componen a la ciencia, cultiva el método científico. Las disciplinas que no guíen sus investigaciones por el método científico no La biología, por su objeto de estudio, la evolución humana y de las especies, y su taxonomía, quedaría al margen del cuerpo disciplinario de la ciencia, pero gracias a sus trascendentales aportaciones al desarrollo de la ciencia, guiadas por el método científico, hoy es considerada un pilar científico. El descubrimiento del ácido desoxorribonucleico (adn) y su manipulación artificial son en la actualidad dos aportaciones de la biología a la matriz disciplinaria de la ciencia, y que sin duda está incidiendo también en las disciplinas sociales. Mario Bunge, La investigación…, op. cit., p. 14. Mario Bunge, La investigación científica, México, Siglo xxi, 2000, p. 5. 54 8) Demarcar los límites de dominio en los cuales sean “válidas” las conjeturas y las técnicas, y formular los nuevos problemas originados por la investigación. Para que tales operaciones conlleven a un adecuado fin desde el punto de vista científico hay reglas o consideraciones a observar en el proceso de investigación científica, de las que se mencionan algunas: El método El rasgo más significativo de la ciencia es su método, el método científico. El método es un recurso para indagar y encontrar respuestas a las interrogantes de la naturaleza cognoscitiva del ser humano. También ordena y da coherencia a las ideas, conceptos y razonamientos acerca de lo que se pretende conocer. El método se forma por una serie de reglas que orientan el proceso de investigación. En este sentido el método es el enlace entre la inquietud por conocer y el conocimiento de la realidad. El método científico ayuda a eliminar gran parte de la subjetividad en la interpretación de la realidad en estudio. El método científico, o método de la investigación científica es la guía de la investigación científica y advierte diversas operaciones fundamentales: r1.El problema debe formularse con precisión y, al principio, con la mayor especificidad posible. r2.Las conjeturas deben ser precisas y fundadas de algún modo, y no deben ser suposiciones que no comprometan en concreto ni tampoco ocurrencias sin fundamento visible. r3.La contrastación de la hipótesis debe ser dura, no laxa. r4.Considerar cada hipótesis como parcialmente verdadera y evitar que la que hayamos confirmado satisfactoriamente sea una verdad absoluta. r5.Preguntarse por qué la respuesta obtenida es así, y no de otra forma. 1) Elaborar preguntas bien formuladas y verosímilmente fundadas. 2) Proponer conjeturas fundadas y contrastables con la experiencia, que den respuesta a las preguntas. 3) Derivar consecuencias lógicas de las conjeturas. 4) Estimar técnicas que permitan someter las conjeturas a contrastación. 5) Someter también dichas técnicas a contrastación, para comprobar su relevancia y la fe que merecen. 6) Efectuar la contrastación e interpretar sus resultados. 7) Estimar la “veracidad” de las conjeturas y la “confiabilidad” de las técnicas. Sin embargo, guiarse por estas operaciones y observar cabalmente las reglas de investigación no significa que se obtendrán resultados infalibles, pero sí formarán parte de un cuerpo de conocimientos coherente y consistente con los precedentes obtenidos con ayuda de criterios similares en la actividad científica. Por tanto, en esta labor no está asegurado el éxito ni se tiene la certeza absoluta de alcanzar las metas programadas, pero la guía que ofrecen los modelos teóricos-conceptuales, elaborados con rigor metódico y con el mayor apego a la realidad, han demostrado su Tales reglas están justificadas teóricamente, en tanto que están a la vez fundamentadas y sistemáticamente conformadas. También están justificadas en la práctica porque no se conocen otras normas que sean adecuadas para alcanzar las metas de toda disciplina, la construcción de modelos conceptuales con la mayor “veracidad” posible (ibid., p. 10). Mario Bunge, La ciencia, p. 33. M. Tamayo y Tamayo, El proceso de la investigación científica, p. 29. Mario Bunge, La investigación…, p. 14. 55 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS En la ciencia el conocimiento requiere ser verificado mediante la confrontación con la realidad. Esto se logra mediante la construcción de hipótesis y su sometimiento a prueba empírica, constituyéndose en un mecanismo seguro de progreso científico. operatividad confiable y, sobre todo, han puesto en evidencia el desarrollo de la ciencia con un innegable impacto en la vida del hombre y sus sociedades. Segundo, porque es evidente y mensurable el progreso de la ciencia y sus disciplinas. De hecho no sólo ha transformado al individuo ni a sus relaciones sociales, sino que ha impactado directa o indirectamente la forma en que interactúan los grupos, los pueblos y las naciones del mundo. Tercero, el desarrollo científico es constante y, en algunas áreas, vertiginoso, y no depende de los acontecimientos mundiales ni de las políticas gubernamentales o estatales ni tampoco de los intereses particulares. Más bien éstos se apoyan en los avances científicos para fortalecer su posición y su competitividad a nivel internacional. De hecho los principios éticos y morales no son restricciones reales a su desarrollo, y sólo el espíritu cognoscitivo puede autoimponerse límites en su labor científica.10 El progreso científico La capacidad de la ciencia y sus disciplinas para generar conocimiento y avanzar consistentemente hacia metas cognoscitivas es un aporte innegable, a menos que exista otra forma de construir el conocimiento cuyos logros sean más consistentemente probados y cuyo impacto en la vida del hombre sea al menos de igual trascendencia. Pero aceptemos el reto: ¿por qué apelar a la ciencia para conocer el progreso o desarrollo de las Relaciones Internacionales? ¿Por qué contrastar el progreso de las Relaciones Internacionales con el progreso científico? Porque no hay otra forma de conocimiento más exitoso que el de la ciencia, pero sobre todo: El progreso de la ciencia es unidireccional, es decir, su avance es permanente hacia metas que demarcan los resultados precedentes del proceso científico, sin oportunidad para los retrocesos en planteamientos teóricos. Por ejemplo, Newton tuvo que reformular el concepto de masa sobre los principios del sistema nuevo; o el caso del concepto átomo, propuesto por Demócrito de Abdera hacia 400 a. C., que desde principios del siglo xx fue redefinido conforme los nuevos descubrimientos, conceptos y modelos teóricos de la f ísica nuclear. El avance científico prosigue su trayectoria sobre las fronteras cognoscitivas sin importar si éstos son benéficos o no para la vida del hombre o para sus sociedades. Este avance adquiere es- Primero, porque la ciencia es una unidad en sí misma, cuyo desarrollo y progreso no depende exclusivamente de los avances de alguna de sus disciplinas científicas, pero los logros de cada una de ellas implica el avance de la ciencia en su conjunto, y en consecuencia también de las demás disciplinas. De esta forma todas las disciplinas científicas contribuyen, con sus estructuras disciplinarias en constante renovación y actualización, con sus modelos teóricos y conceptuales, así como con sus resultados, al progreso del conocimiento científico en general. No se desconoce, sin embargo, que existen áreas estratégicas en el desarrollo científico y tecnológico que son impulsadas con grandes financiamientos, como la f ísica de partículas, la ingeniería aeroespacial, las ciencias genómicas, los nuevos materiales, las neurociencias, la robótica, la biotecnología, entre otras. Pero este apoyo en general se otorga sobre avances que logra la comunidad científica de universidades, institutos y centros de investigación, sean éstos civiles, militares o gubernamentales, que dan forma finalmente a tecnologías estratégicas de punta. 10 Podemos considerar que la ciencia y sus disciplinas, en principio, buscan conocer la naturaleza. Sus grandes metas están condicionadas por las interrogantes que a simple vista parecen inverosímiles para el espíritu poco inquieto en la búsqueda del nuevo conocimiento, pero que en realidad han guiado las búsquedas más profundas de la existencia humana, por ejemplo: ¿de donde proviene el hombre? ¿Cuál es su relación con el universo? ¿Hacia dónde se dirige? 56 La “cientificidad” de la disciplina ri En buena parte de los estudios disciplinarios en ri es una práctica común determinar como premisa que las Relaciones Internacionales son una ciencia, y que pertenece al grupo de las “ciencias sociales”, sin esclarecer las implicaciones teóricas y conceptuales de estas afirmaciones. Las Relaciones Internacionales, en un sentido rígido, son una disciplina no-científica no sólo porque en las investigaciones se desestima el uso del método científico, sino porque además en sus estudios disciplinarios se usan tantos métodos como investigaciones se desarrollan, es decir, se practican métodos heterogéneos11 en la actividad de investigación, lo que le impide identificar una trayectoria de progreso de la disciplina. Esta heterogeneidad metodológica complica su progreso disciplinario. Múltiples métodos y diversos objetos de estudios representan riqueza en recursos para el estudio disciplinario, pero no fortaleza científica. Aún es necesario un estudio serio acerca de las potenciales bondades de una heterogeneidad disciplinaria, pues sin duda habrá en ello ciertas ventajas ante otras áreas que, en este aspecto, sólo siguen un camino. Quizá la riqueza de un cuerpo heterogéneo estribe en esas diversas formas de proceder, aunque ello conduzca, sin embargo, a resultados diferentes para un mismo objeto de estudio. Una disciplina científica tiene un objeto de estudio claramente identificado, representativo de una sección de la realidad, y que integrada al cuerpo de la ciencia, donde confluyen las demás disciplinas, interactúa para entender, aprehender y explicar la realidad en sus partes y en su totalidad. La ciencia estudia la realidad, de por sí variada y en constante cambio, mediante modelos pecificidad cuando se transforma en una aplicación tecnológica o cimenta las bases de un gran descubrimiento. La inmoralidad y perversidad de que se acusa a algunos avances científicos, como la fisión nuclear o la mutación artificial de virus y bacterias como armas de destrucción, radican exclusivamente en quiénes deciden tal uso y no en el desarrollo ni en la dinámica de la ciencia. Podemos decir, sin afán de realizar por lo pronto un planteamiento teórico generalizado, que los avances científicos y los progresos tecnológicos parecen determinar los acontecimientos internacionales que transforman el devenir mundial. Existe una relación estrecha entre el desarrollo científico y tecnológico y la dinámica internacional, lo que tentativamente podría anticipar sucesos que transformará el equilibrio de fuerzas a nivel mundial. El progreso disciplinario de las ri puede realizarse mediante el análisis de los momentos de impulso más importantes o de las crisis agudas que modifican el ordenamiento mundial, sobre la base del avance científico y su impacto sobre esas transformaciones internacionales. El caso del objeto de estudio lo abordamos desde el punto de vista de la ciencia como una referencia para el caso de las Relaciones Internacionales. En este ensayo no se pretende agotar la discusión sobre el objeto de estudio disciplinario, pero sería indispensable abrir más líneas de estudio sobre éste y otros elementos disciplinarios en las Relaciones Internacionales actuales. 11 57 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS Las Relaciones Internacionales parciales adecuadamente interconectados y conjugados, y no a través de uno solo de ellos; modelos que son productos del trabajo disciplinario en un frecuente ajuste con la realidad (a su vez en constante transformación), pero también de la amplitud y la profundidad del instrumental teórico y conceptual con que cuenta la ciencia y sus disciplinas.12 Sobre esta dinámica, las disciplinas no-científicas podrían construir en conjunto una riqueza conceptual y teórica, al explicar con ese potencial una parte sustancial de la gran realidad en la que está inmerso el ser humano. El reto aquí es contar con un referente básico que permita estimar adecuadamente el desarrollo, los avances y los aportes de la disciplina ri al corpus cognoscitivo en general. En particular aquellas disciplinas relacionadas con “lo social” podrían conformar una heterogeneidad metodológica, y las Relaciones Internacionales serían el lugar común, el punto que integra, el centro de interacciones y demás vínculos disciplinarios. Sin embargo, aún prevalece la idea de que las Relaciones Internacionales como rama de estudio está compuesta sólo con las partes “internacionales” de las disciplinas “sociales” como historia, geograf ía, política, derecho, economía, sociología, entre otras13 (Figura 1). Lo inconveniente aquí es, además de la enorme diversidad metodológica —incluso la inexistencia de ésta—, los distintos propósitos y objetos de estudio14 que todas ellas le imprimen. Ello complica la conjugación o la interacción coherente de las estructuras disciplinarias, lo que Figura 1. Composición disciplinaria de las Relaciones Internacionales. Prevalece la idea de que la disciplina ri se forma sólo de las fracciones de carácter internacional de algunas disciplinas de “lo social”. Otras áreas de estudio que alimentan el conocimiento de la disciplina ri son: diplomacia, estrategia castrense, psicología, filosof ía, antropología, matemáticas. de paso constituye un reto a superar por la disciplina Relaciones Internacionales. La ciencia representa, por su parte, la unidad de las disciplinas y el lugar natural de sus planteamientos y nuevos descubrimientos, y no el aglutinante externo a ellas; la ciencia no es solamente un refugio ni quien establece directrices ni dicta reglas de investigación; no exige arbitrariamente el establecimiento de una teoría o de un lenguaje común a todas ellas. De alguna forma la ciencia es el rector disciplinario que no establece políticas ni lineamientos estrictos a seguir por las disciplinas que la integran, pero simboliza la guía de la investigación científica. Tanto el método como los demás componentes de la estructura científica son, en estricto sentido, modelos ideales, los cuales constituyen la columna vertebral de los estudios e investigaciones científicas. Véase Francisco Dávila, Teoría, ciencia y metodología en la era de la modernidad, México, Fontamara, 1996, pp. 136-137. 13 Celestino del Arenal, Introducción al estudio de las relaciones internacionales, pp. 464-465. González Souza (1979) destaca que la opinión generalizada de que la disciplina ri tiene como objeto de estudio sólo la parte internacional de las relaciones que se desarrollan en el mundo (González Souza, “Una concepción totalizadora de las...”, pp. 12 y 15). 14 En general las llamadas disciplinas sociales tienen por objeto de estudio la sociedad y las relaciones entre los hombres. Pero no olvidemos que la ciencia es una actividad humana y que sus disciplinas las realizan los hombres y grupos de ellos que se estudian desde las disciplinas sociales. 12 El problema del objeto de estudio El objeto de estudio es la parte que da especificidad a una disciplina científica, la identifica y la distingue de las demás. La falta de un objeto de 58 no se ha referido a ideas como objeto de estudio, y menos aún a abstracciones puras, espirituales o utópicas. Los resultados del idealismo normativo y originario son hoy la parte nomotética de un campo más amplio que cubre la disciplina RI. Podemos afirmar que la disciplina Relaciones Internacionales no es idealista, y sí por el contrario es fáctica como, por ejemplo, lo son la mayoría de las disciplinas científicas, las cuales recurren a la realidad misma, personificada por la experiencia para convalidar sus planteamientos.17 Es importante destacar que las disciplinas científicas no eluden el uso de modelos altamente abstractos como instrumentos de análisis y estudio para su labor cognoscitiva, pues ellos son un recurso sustancial de su actividad, pero son resultado de un proceso de investigación rigurosa y sostenida en conocimientos científicos precedentes. Es adecuado, entonces, ubicar las Relaciones Internacionales en la parte fáctica del corpus cognoscitivo en general. Luego entonces las Relaciones Internacionales se refieren a los hechos, a la realidad, esa que podemos percibir a través de nuestros sentidos y nuestro intelecto. Y nos preguntamos de nuevo, ¿cuál realidad? ¿Sólo la internacional o su totalidad? La falta de un acuerdo entre especialistas sobre la realidad específica de la cual se encarga la disciplina ri18 es per se un problema estructural cuya consecuencia inmediata es precisamente un rasgo de no-cientificidad.19 en Revista Mexicana de Ciencia Política, año xvi, núm. 63, México, unam, enero-marzo, 1971, pp. 5-23. También se puede consultar en Ileana Cid (comp.), Lecturas básicas para introducción al estudio de relaciones internacionales, México, fcpys, unam, 2001. Véase también V. Batta y R. Casasola, “La evolución de las relaciones internacionales como disciplina científica desde la segunda guerra mundial”, en I Coloquio Internacional de Primavera El Estudio Científico de las Relaciones Internacionales, México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Dirección General de Publicaciones, unam, 1978, pp. 15-30. 17 Véase Mario Bunge, La ciencia…, p. 19. 18 Esta divergencia en la realidad de estudio de la disciplina proviene desde la misma denominación de la disciplina (véase Celestino del Arenal, Introducción al estudio…, op. cit., pp. 19-23). 19 Celestino del Arenal sostiene que a partir del replanteo de los postulados del realismo político por parte de algu- Véase Mario Bunge, La ciencia…, pp. 11-15. E. Cárdenas Elorduy, “El camino hacia la teoría de las relaciones internacionales (biograf ía de una disciplina)”, 15 16 59 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS estudio específico desorienta el camino disciplinario; implica desconocer hacia dónde enfocar los esfuerzos de estudio, o tener muchos de ellos significa dispersión en la actividad de investigación. En general las disciplinas sociales tienen como objeto de estudio a la sociedad y las relaciones humanas. En este sentido, siendo la ciencia el resultado de una actividad de hombres en sociedad, aquélla tendría que formar parte del estudio de todas las disciplinas sociales. Sin embargo, la ciencia como actividad humana se ha desprendido de los atavíos sociales y ha tomado su propio lugar como una forma específica de conocimiento. Una primera percepción acerca de las Relaciones Internacionales es que su objeto de estudio tiene que ver básicamente con la realidad. Pero ¿cuál realidad? A lo largo de su vida como disciplina las Relaciones Internacionales han adoptado y acumulado diversos objetos de estudio: las relaciones entre los Estados, los nacionalismos, la búsqueda de una paz permanente, la conflictiva internacional y su solución, el comercio local, regional y mundial, la política del poder, las integraciones y desintegraciones regionales, el medio ambiente, las religiones, las culturas, entre otros. Todos ellos son aspectos que si bien no podemos palpar o encerrar en un laboratorio, sí son manifestaciones de nuestro entendimiento de la realidad internacional. De aquí que las Relaciones Internacionales podrían ubicarse dentro de la parte fáctica de la ciencia, con su misión de conocer con mayor precisión los sucesos de la realidad.15 Las Relaciones Internacionales, como resultado de la concepción moralista de la búsqueda de una paz mundial duradera, han sido estudiadas sobre bases puramente idealistas. Aunque el resultado de tal idealismo fue la creación de organismos, mecanismos e instrumentos jurídicos de alcance mundial que sentaron las bases institucionales para el fomento y mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales (etapa jurídica),16 lo cierto es que desde entonces la disciplina El estudio de la realidad en su totalidad como objeto de estudio ya ha sido propuesto por Luis González Souza (1978), quien sostiene que la especificidad característica de la disciplina, la realidad mundial, puede estudiarse como objeto de estudio de la disciplina entendiéndolo como una unidad, como un todo real y concreto, a través del prisma del materialismo dialéctico e histórico. De acuerdo con esta perspectiva, la disciplina ri es la mejor posicionada “…para estudiar la realidad en su totalidad y como una totalidad”,20 que le permite concatenar e integrar esa realidad. La concepción totalizadora de la disciplina ri podría ser un prisma que facilita, según el autor, el análisis de la realidad como un mismo fenómeno en constante movimiento, en donde interactúan todos sus componentes económico, político, jurídico, etc. Las Relaciones Internacionales tienen ese potencial unificador de las parcelas en que se ha dividido la realidad mundial. La perspectiva totalizadora es un aporte destacado para la disciplina, pero la falta de continuidad en estudios vistos desde este prisma teórico no nos permite dilucidar sus atributos o sus desperfectos, además de que el materialismo dialéctico e histórico del que deriva esta perspectiva teórica tiene su propio método, diferente al de la ciencia moderna. Posiblemente esto tenga que ver, como sostiene el autor, con el predomi- nio de la ideología de las sociedades desarrolladas, no obstante integrar en un solo enfoque la realidad mundial en su totalidad. Pero ni la ciencia ni las humanidades cubren juntas toda la realidad. Es precisamente este vacío que las disciplinas sociales intentan llenar. Al menos podemos sostener que la realidad social es a las disciplinas sociales en su conjunto como la realidad internacional es a la disciplina RI en particular. No se le podría exigir a la sociología explicar la composición molecular de los suelos del fondo del mar porque para ello existen disciplinas científicas como la química, la geología, la geof ísica, las cuales, con base en modelos teóricos construidos a partir de la realidad, y a partir de corroboraciones previas y controladas,21 dan respuestas a las interrogantes científicas. Tampoco podemos exigir a la biología que estudie la conflictiva del Medio Oriente, pues son aspectos que no son parte de su objeto de estudio. Pero eso no quiere decir que la química, geología y biología no tienen nada que decir acerca del derrumbe del bloque soviético, por ejemplo. De hecho la solidez de sus modelos teóricos les permite acercarse a ese problema, no obstante estar fuera de su campo y de su especialidad. Por el contrario, la sociología dif ícilmente podría hacer alguna aportación acerca, por ejemplo, del mapeo y de la manipulación genética, avances científicos que por su parte ya están produciendo transformaciones importantes en los campos antes considerados de exclusividad social; o el derecho, por ejemplo, dif ícilmente podría al menos opinar con fundamentos disciplinarios sobre las consecuencias del Big Bang que conlleva implicaciones éticas y morales en los dogmas religiosos e ideológicos en todo el mundo; o la economía por lo pronto está imposibilitada para explicar el nos especialistas de seguridad nacional en Estados Unidos nace una nueva ola teórica llamada conductista en el estudio de las relaciones internaciones, que adoptan como base de la investigación los elementos estructurales de la ciencia y sus disciplinas como son sus técnicas, modelos lógicos y método. 20 Luis González Souza, “Una concepción totalizadora de las Relaciones Internacionales: clave para comprender la especificidad e importancia de la disciplina”, en Relaciones Internacionales, vol. 6, núm. 23, México, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, unam, octubre-diciembre, 1978, p. 9. Este objeto de estudio de la disciplina, es decir, la realidad mundial, se compone de todas las relaciones que se generan al nivel internacional: económicas, políticas, jurídicas, ideológicas, culturales, etc., pero con la peculiaridad necesaria de ser éstas relevantes en el desarrollo de los eventos mundiales. También los fenómenos (manifestaciones aparentes de la realidad), procesos (movimiento constante de la realidad) y tendencias (curso que esa realidad puede tomar en un determinado contexto histórico) son parte de esa realidad (ibid., pp. 12-13). No siempre el proceso de corroboración y contrastación a través de técnicas, instrumentos y mediciones directas de la realidad en estudio convalidan los modelos teóricos, pues muchos de los descubrimientos más destacados se derivaron de fenómenos que se presentaron durante ese proceso de manera extraordinaria e inesperada, y que hasta hoy son parte del conocimiento científico aceptado que marcan las fronteras cognoscitivas. 21 60 impacto en las sociedades del descubrimiento de agua en estado sólido encontrada en las superficies lunar y marciana. Desde hace medio siglo las disciplinas científicas y su estructura interna se han ganado el reconocimiento de su consistencia de gran parte de las disciplinas sociales. En los años cincuenta los conductistas y cientifistas interpretaron el mundo y los acontecimientos a través del instrumental teórico y metodológico de la ciencia, y sostuvieron que las Relaciones Internacionales son lo suficientemente amplias y complejas como para ceñirlas a un solo campo de las disciplinas sociales.22 Entonces, ¿qué parte de esa realidad le corresponde estudiar a las Relaciones Internacionales? Sin duda no lo es toda, porque existen las disciplinas de la ciencia y de las humanidades que se encargan de la porción correspondiente de la reaCelestino del Arenal, Introducción al estudio…, op. cit., p. 115. 22 23 61 Véase Graciela Arroyo, Metodología de las relaciones in- CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS lidad mejor que cualquier otra. Pero afirmar que le corresponde sólo la parte “internacional” tampoco es del todo claro, ni tampoco es conveniente para la disciplina, aunque esta idea predomine en el panorama, porque implica autolimitaciones disciplinarias profundas. ¿Dicha realidad “internacional” sólo se circunscribe al mapa político actual? ¿Incluye descubrimientos científicos asombrosos fuera de la atmósfera terrestre o extraordinarios hallazgos en sus fantásticas profundidades marinas? ¿Esa realidad internacional incluye el estudio de un cráter submarino en aguas internacionales con implicaciones en la producción potencial y control de precios del petróleo? ¿O incluye el estudio de una masa metálica con significaciones espirituales y religiosas para millones de personas? ¿Cómo asimilar el impacto del calentamiento global en la economía internacional con la extinción de especies marinas que vulneraría la seguridad alimentaria? ¿La realidad internacional incluye el deshielo de los polos y sus consecuentes elevaciones del nivel de los océanos y su desalinización? Lo evidente, al menos como primera aproximación, es que la disciplina ri se ha enfocado más a realidades inmediatas —que pronto son rebasadas— que a fenómenos potencial y poderosamente revolucionarios de la vida internacional. Las perspectivas de los diversos tópicos que en la actualidad abarca la disciplina son producto de lógicas de trabajo que varían según el estilo y preferencia de sus investigadores. Hasta hoy los planteamientos disciplinarios de las ri carecen además del carácter predictivo, rasgo fundamental para toda disciplina científica, que les permite demarcar las fronteras del conocimiento, y que en adelante se convierten en planteamientos hipotéticos que guían el avance de la ciencia en su conjunto. Las fronteras cognoscitivas ofrecen la oportunidad de construir y reconstruir mediante la crítica rigurosa las teorías, métodos y conceptos de la disciplina, y generan nuevas explicaciones y nuevas interpretaciones de la realidad, dando lugar a revoluciones del conocimiento disciplinario.23 El potencial interdisciplinario Una disciplina científica se caracteriza no sólo por tener una estructura disciplinaria definida y completa, sino porque forma parte de un cuerpo más general llamada ciencia, punto nodal donde confluyen los conocimientos generados y donde se cataliza la interacción entre estructuras disciplinarias. Pero ¿cómo interactúan y operan las estructuras disciplinarias en ese punto de confluencia las ri? Existen nociones que se han propuesto para fomentar y explicar la integración disciplinaria: multidisciplinariedad, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. La noción de multidisciplinaridad (Quincy Wright, 1955) sostiene la confluencia de los conocimientos de otras disciplinas al estudio de los fenómenos sociales, y que desde su aparición rompió con la disputa que prevalecía hasta entonces entre las disciplinas sociales que defendían su exclusividad sobre el tratamiento de los asuntos del mundo.24 Para Georges Gusdorf (1977) la multidisciplinariedad, también conocida como pluridisciplinariedad, acumula y aglomera los conocimientos y perspectivas de distintas disciplinas que no se interconectan. La interdisciplinariedad implica un nivel de interacción entre sus componentes que facilita un diálogo entre ellas, se articulan y adquieren coherencia de las perspectivas. Sin embargo, esta interconexión puede alcanzar una mayor convergencia y comunión entre esos campos del saber en lo que se denomina transdisciplinariedad, la cual designa a “...una perspectiva de objetivos que reunirá en el horizonte del saber, según una dimensión horizontal o vertical, las interacciones y preocupaciones de las diversas epistemologías...” 25 La perspectiva transdisciplinaria ha sido considerada como un paso posterior a la interdisciplinariedad (Cobo, 1986), es decir, que supera los límites que impone la interdisciplinariedad, de forma que todas las disciplinas y sus conocimientos se integran en un sistema unificado. Esta perspectiva transdisciplinaria también está relacionada con la capacidad de integración y síntesis de datos aportados por otras disciplinas al estudio de la realidad internacional (Del Arenal, 1990).26 La interdisciplinariedad es la noción integradora de las disciplinas y los conocimientos que más se ha desarrollado: sostiene que dos o más disciplinas interactúan entre sí en estructuras, teorías, conceptos, información, incluso en ideas. La perspectiva interdisciplinaria pretende, además de conformar un cuerpo general del conocimiento con el aporte de las demás disciplinas, procesar dicha integración para retroalimentar a sus componentes. Con base en esta noción las diversas formas epistemológicas se conjugan para conformar una estructura disciplinaria integral. La ciencia observa un comportamiento interdisciplinario, en el que la interacción entre teorías, conceptos, métodos, objetos de estudio, instrumentos técnico-analíticos, resultados e información va creando nuevas áreas de estudio necesarias, en ese proceso interactivo, para la aprehensión de la realidad. Entre las disciplinas científicas el método es el punto común que facilita su integración. El método científico guía en general la investigación científica y permite a sus disciplinas converger en ese punto común que es la ciencia. Así todas ellas integran un cuerpo general congruente y consistente con sus grandes metas y objetivos, incluso trascienden esos límites interdisciplinarios hacia un mayor grado de conjugación. Entre las disciplinas sociales la interacción es más una aglomeración de datos e información que una interconexión estructural, pues al no haber un procedimiento más o menos común de ternacionales, México, Oxford University Press, 1999, p. 8. 24 I. Cid (comp.), Lecturas básicas para introducción al estudio de relaciones internacionales, México, fcpys, unam, 2001, p. 15. El carácter “internacional” de las ri requiere indudablemente de un análisis profundo y un consenso entre los especialistas, pues el término contiene implicaciones profundas en la gnoseología de la propia disciplina, más allá de su historia. Véanse Quincy Wright, The Study of Internacional Relations, 1955, cap. 1, pp. 3-8, y Celestino del Arenal, Introducción al estudio…, op. cit., pp. 416-426. 25 G. Gusdorf, “Pasado, presente y futuro de la investiga- ción interdisciplinaria”, en Apostel et al., Interdisciplinariedad y ciencias humanas, 1983, p. 41. 26 Del Arenal, op. cit., p. 465. Cita, para ello, a Shonfield (1972), Preiswerk (1977) y Gusdorf (1977). 62 dad gnoseológica. La multidisciplinariedad que caracteriza en la actualidad a la disciplina ri le permite estar más cerca de la integración interdisciplinaria que cualquier otra disciplina de “lo social”. Por ello entre éstas la disciplina ri es el lugar más adecuado para la conformación de una estructura disciplinaria común y complementaria entre sí, lo que al mismo tiempo es su fin y su medio. Esto quiere decir que las disciplinas sociales requieren trazar ese objetivo conjugándose30 entre sí, de manera tal que reditúe en la construcción de la unidad epistémica. El estado actual de la disciplina ri no sólo anima a formularse como ese lugar común de las disciplinas sociales, sino que la obliga a construirse a sí misma como ese centro de interdisciplinariedad, lo cual sólo podrá acceder a través del fortalecimiento de su estructura disciplinaria. González Souza (1979) señala que la posibilidad de que la disciplina sea el punto nodal de una integración interdisciplinaria puede lograrse “…únicamente determinando la especificidad de las Relaciones Internacionales… ya que de lo contrario, ésta quedaría reducida a la de un simple recipiente multidisciplinario o a la de un apéndice de alguna otra disciplina”.31 Por lo pronto encontrar los mecanismos de conjugación para alcanzar la interdisciplinariedad dentro de la disciplina debería estar presente en todas las investigaciones ante la inconveniente práctica de muy diversos métodos (incluso de su ausencia) y amplia gama de objetos de estudio. Lo cierto es que para todas las ramas del saber su grado de integración en ese corpus interdisciplinario, es decir más allá de una complementación o mera yuxtaposición de conocimientos,32 marca la diferencia entre disciplinas científicas y no científicas. Véase Roberto Peña, “Interdisciplinariedad y cientificidad en relaciones internacionales”, en I. Cid (comp.), Lecturas básicas…, op. cit., p. 187. 28 Un rasgo distintivo de las disciplinas científicas es su carácter predictivo, que va más allá del cálculo preciso de un eclipse solar o de la cantidad de calor que producirá una reacción nuclear. La predictibilidad en la ciencia no es determinista, más bien se basa en aproximaciones (probabilísticas) que derivan de planteamientos metodológicamente sustentados y con alto nivel de continuidad en el conocimiento generado. 29 Véase D. Mattei y R. Pahre, Las nuevas ciencias sociales. La marginalidad creadora, 1995, en cuyo capítulo 7, “Hibridación: la recombinación de fragmentos de ciencias”, pp. 79-93, sostienen que en las periferias de cada disciplina es donde con frecuencia se generan innovaciones cognoscitivas y donde se obtienen los resultados más importantes e innovadores. 27 Las disciplinas sociales requerirán confluir al mismo punto que es la unidad interdisciplinaria, para lo cual deberán superar obstáculos estructurales y crear mecanismos y proyectos conjuntos tendientes a ese objetivo común. 31 Luis González Souza, “Una concepción totalizadora de las…”, op. cit., p. 22. 32 Graciela Arroyo P., “Interdisciplinariedad: ¿viejo o nuevo reto?”, en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, año xxxviii, núm. 154, México, División de Estudios de Posgrado, fcpys, unam, octubre-diciembre, 1993, pp. 9-17. 30 63 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS cómo alcanzar las metas cada una de ellas recurre en la práctica a su lógica y a sus procedimientos particulares, por lo que la interacción se torna superficial y laxa, haciendo dif ícil el consenso entre tantas y tan variadas formas, propósitos y lógicas de investigación. La disciplina ri no escapa a esta práctica,27 pero al integrarse por partes de otras disciplinas sociales que dan forma a su estructura básica con que opera la convierte en un vehículo de integración disciplinaria. El reto está en impulsar y acelerar la integración estructural, procesamiento disciplinario y síntesis entre todas las disciplinas sociales. La predictibilidad28 sería una consecuencia directa de la práctica científica adoptada en la estructura de las RI, y cuyas fronteras demarcadas se convierten en hipótesis potenciales de investigación. De hecho las ri no sólo reúnen e integran a su corpus cognoscitivo el conocimiento relacionado con lo “internacional” de cada disciplina, sino que opera con ellos en sus fronteras.29 El procedimiento interdisciplinario articularía a varios niveles a las demás disciplinas que la conforman y auxilian; la naturaleza de la disciplina ri la hace el factor potencial de integración. La perspectiva interdisciplinaria en RI permitiría integrar, sintetizar y reconstruir el conocimiento generado a través de la complementación de datos, interacción de estructuras disciplinarias, conformación de un lenguaje interdisciplinario homogéneo y la construcción de una nueva uni- El acercamiento de la disciplina ri a la ciencia El acercamiento de la disciplina Relaciones Internacionales a la estructura disciplinaria de la ciencia no obliga a aquella a lograr progresos en la abstracción y aprehensión de la naturaleza, al desarrollo de nuevas teorías científicas o a la explicación de algunos de los grandes enigmas del hombre. Pero tampoco la disciplina ri puede quedar al margen, por ejemplo, del impacto de la clonación humana como un nuevo factor de reordenamiento mundial, de los avances potenciales de la biología molecular o la química para la recombinación genética de virus letales como armas bioquímicas, o el impacto social de los viajes tripulados y automatizados más allá del satélite terrestre. Por ello, en principio, habría que definir con precisión y claridad lo que significa realidad internacional, así como sus alcances en tiempos y contexto, y cuyo contenido conceptual requerirá de un consenso disciplinario, tomando en cuenta las nuevas tendencias y los nuevos fenómenos mundiales que la transforman en todo momento y espacio. Abrir indiscriminadamente el espectro de la realidad en estudio conduciría a la disciplina a mayor dispersión, lo que no quiere decir amplitud de conocimiento. En este caso sería mejor preguntarse ¿cómo integrar los posibles temas de estudio de la disciplina? ¿Cuáles son los más congruentes con la naturaleza de la disciplina? Si los cambios frecuentes en la realidad internacional dificultan el encuentro de una razón de ser específica y consistente de la disciplina, entonces esa dinámica de la realidad internacional podría constituirse en su objeto de estudio. Pero ¿cómo operan esos cambios? ¿Cómo se transforma esa realidad? ¿Hay parámetros constantes en los grandes cambios? ¿Cómo abstraer y aprehender ese dinamismo? Estas son interrogantes que también son trascendentales para la estructura de las disciplinas sociales en general,33 que requieren adaptarse, con oportunidad y eficacia, como lo deben hacer las Relaciones Internacionales, a los cambios frecuentes de la realidad internacional. No obstante que la realidad se transforme a cada instante —lo que también sucede con la naturaleza y sus fenómenos, que se transforman constantemente pero a otro ritmo—, la disciplina RI requiere de un punto de referencia en torno al cual operar dentro de esos cambios y evitar así la dispersión en el conocimiento generado. ¿Cuál es el punto de referencia? Por lo pronto no sería el objeto de estudio porque no sólo no hay acuerdo al respecto entre especialistas sino que podrían aparecer más según las circunstancias novedosas o el resurgimiento de viejos actores con nuevas aspiraciones y circunstancias. Mientras no haya acuerdo sobre este particular no podría ser un punto de referencia convincente ni adecuado para abstraer esa dinámica. El marco teórico vasto y con potencial de crecimiento es plausible para cualquier rama de conocimiento, entre las que se encuentra la disciplina ri, pues ello la fortalece y la orienta hacia las fronteras cognoscitivas. Por lo pronto, la disciplina ri está en una etapa de proliferación teórica34 R. Cuéllar, “El paradigma científico: un modelo para el análisis disciplinario de las Relaciones Internacionales”, 34 33 G. Arroyo, “Puntos de vista en torno a…”, pp. 53-54. 64 distinguido de los demás. Obtenido de la historia, la diplomacia, la estrategia militar, el derecho internacional y la geograf ía al inicio, y conforme ha ido desarrollándose ha incluido términos de sociología, economía y política, el marco conceptual de la disciplina deberá figurar en sus investigaciones y en sus resultados. Por supuesto que en esta circunstancia no escapa la posibilidad de que las ri adquieran su cientificidad ni su especificidad ni que se debilite su estructura disciplinaria. La diversidad de métodos, y la escasez de alguno básico o disciplinario, dificulta la acumulación sistemática del conocimiento. De aquí que el punto de referencia propuesto para estudiar la realidad internacional y operar con oportunidad dentro de sus cambios es la adopción de un método, entendido como un procedimiento que guía la investigación disciplinaria y que conduce hacia las metas proyectadas. No tener un método disciplinario definido sin una meta clara es como lanzarse a la aventura para abrir nuevos caminos cognoscitivos, y llegar a alguna parte del espectro de la realidad, lo que no es desvirtuante desde el punto de vista filosófico y gnoseológico, pues es una forma básica de la investigación científica, y en algún momento habrá de develarse esa realidad, pero esta práctica podría orillar al emprendedor a tomar una ruta dispersante con respecto a los fundamentos de la disciplina que practica. Diversos objetos de estudio y distintas estrategias de investigación dispersan la construcción del conocimiento disciplinario. La variedad en métodos parece ser una poderosa herramienta disciplinaria en cuanto a que ello representa una riqueza estructural necesaria, por ejemplo, al momento de encontrar soluciones específicas y adecuadas a las crisis económicas en distintos países y regiones del mundo, al mismo tiempo que los impactos sociológicos de epidemias en zonas vulnerables resueltas desde las perspectivas de los derechos humanos, o para explicar disciplinariamente el resurgimiento de los nacionalismos y la explosividad de los fundamentalismos religiosos en diversos y muy distintos lugares en todo el mundo, desde la perspectiva del realismo político o desde el prisma del choque de civilizaciones. Pero a fin de cuentas en Relaciones Internacionales, 90, septiembre-diciembre, 2002, pp. 38-40. 35 El Diccionario de política internacional, de Edmundo Hernández-Vela es quizás el más importante esfuerzo reciente por establecer el cuerpo conceptual de la disciplina RI desde la perspectiva mexicana. Este trabajo, por lo pronto, allanaría el camino a la congruencia conceptual de los estudios disciplinarios, pero ello supone invariablemente que la comunidad de estudiosos lo adopte como base de consulta y referente obligado en las investigaciones. Un diccionario es sólo eso, un referente conceptual. 65 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS —aunque buena parte de ésta se haya gestado en otros campos de estudio—, lo cual es signo de progreso. Sin embargo, no contar con resultados plausibles y evidentes la debilita en comparación con los logros de las demás disciplinas sociales, sobre todo ante las científicas. Las inherentes diferencias en supuestos básicos, objetos de estudio y métodos entre los distintos debates que han caracterizado al estudio de las Relaciones Internacionales han dificultado la ubicación de un punto de referencia claro y plausible de comparación entre uno y otro enfoque. Los sucesos que dan forma a la realidad internacional, hasta ahora delante de los estudios disciplinarios, son los puntos referenciales más importantes de los progresos en estudio de las Relaciones Internacionales, pero se requiere al menos que éstas se desarrollen muy próximas a ellos en el tiempo. Un signo de fortaleza sería promover la proliferación de teorías y modelos sobre la realidad internacional en tanto conduzca a resultados prácticos y plausibles. En el caso de las ciencias la búsqueda del nuevo conocimiento transita por la creatividad auténtica de sus investigadores, orientada por los grandes enigmas de la vida del hombre, sobre los que cada disciplina científica se encarga de recorrer una parte del camino hacia las respuestas. La teoría del Big Bang, por ejemplo, explica teóricamente el origen del universo y con ello posiblemente el origen del hombre, y de allí las demás disciplinas pueden alimentar su actividad investigadora. Tampoco el marco conceptual de la disciplina ri podría ser punto de partida. A pesar de sus avances es este aspecto,35 aún requiere consolidar un cuerpo conceptual generalizado y claramente alguna de ellas obtendrá resultados razonablemente plausibles. Por ello es necesario, desde el punto de vista disciplinario, preguntarse ¿cuál es la más adecuada para la disciplina ri? ¿Depende del problema a resolver o del objeto de estudio? Para las Relaciones Internacionales es preferible evitar la diversidad de métodos y la subjetividad que implica seleccionar alguno de la gama de posibilidades. Requiere orientar su investigación mediante un método homogéneo, apropiado y plausible, que le imprima la rigurosidad que exige una estructura disciplinaria seria y sólida. En el caso de las disciplinas no-científicas, en especial las relacionadas con “lo social”, métodos diferentes para un mismo objeto de estudio, independientemente de los resultados, se consideran “aceptables” bajo los criterios personales que dominan la forma de hacer investigación. En este sentido ningún método puede desacreditar a los demás. Un método sólo podría argumentar superioridad sobre los otros con respecto al número de estudios que lo toman como guía de investigación, y por el nivel de aceptación de sus resultados en la comunidad especializada. Podría decir que un método ha tenido más resultados, en número, que el otro, pero nunca que sus operaciones y sus reglas son más importantes.36 Para la ciencia relajar las formas de abordar cada objeto de estudio sería una ruptura de la unidad metódica, y sobre todo significaría el deterioro de la ciencia en sí misma y del modelo cognoscitivo que representa, pues lo que la caracteriza, junto con sus disciplinas integrantes, es el método científico como hilo conductor de las investigaciones. El método científico imprime la coherencia, consistencia y universalidad suficientes en los resultados científicos. Las disciplinas sociales requieren de realizar esfuerzos hacia una conjugación metódica si desean considerarse como parte del grupo de la ciencia. Si no es este su objetivo, al menos requieren del consenso de la definición de lo que significa ciencia aplicable a ellas, a fin de diferenciar su significado y su estructura de la que corresponde estrictamente al cuerpo de las disciplinas científicas. En particular es indispensable consensuar entre especialistas de “lo social” un corpus metódico común y general que guíe las investigaciones de las disciplinas sociales, y con ello encontrar la congruencia necesaria en la metodología disciplinaria para la investigación. De hecho la consolidación de un corpus metódico homogéneo de las disciplinas sociales puede ser no-científica, pero requiere de consistencia con respecto a una esfera claramente identificable de objetos de estudio en su conjunto37 y para cada una de ellas. No obstante, el paso adicional hacia la consolidación de una estructura científica es la operación y uso del método científico en la investigación de las disciplinas sociales, que técnicamente es sencillo adoptar y porque es el instrumento de la ciencia que ha permitido a su cuerpo de disciplinas interactuar con consistencia entre sí ampliando los alcances de todas ellas. Por su naturaleza y su estructura disciplinaria38 la disciplina Relaciones Internacionales podría ser el factor que reúna y conjugue esta metodología común, incluso podría contrastarla y probarla en el terreno científico. La etapa de transformación estructural por la que atraviesa la disciplina ri39 ofrece la oportunidad para La diversidad de objetos de estudio entre disciplinas sociales es una riqueza por su variedad, pero una debilidad en la identificación del fundamento estructural de una disciplina, además de que produce dispersión en sus resultados y dificulta la acumulación sistemática del conocimiento generado. 38 La disciplina ri tiene una estructura disciplinaria incompleta comparada con otras ramas del campo social, y su potencial disciplinario se reduce en tanto no alcance la coherencia y la continuidad en sus resultados y en la acumulación del conocimiento. Adicionalmente la dificultad que le imprimen los grandes cambios de todo orden alrededor del mundo y la diversidad de objetos de estudio que ellos implican, obligan a la disciplina ri a orientar o complementar de manera reiterada su estructura disciplinaria. 39 Véase G. Arroyo, Metodología en relaciones internacionales, p. 132. Graciela Arroyo sostiene que como ciencia 37 En el cuerpo general de la ciencia es relativamente sencillo estimar el progreso y aportaciones de cada disciplina científica dada la accesibilidad a la información acerca del número de científicos, sus líneas de investigación y sus publicaciones, y dada la efectividad con que la labor científica queda registrada, de manera rigurosa y sistemática, en los anales de cada disciplina. 36 66 Diversas y muy variados caminos para estudiar los distintos objetos de estudio de las Relaciones Internacionales Ruta de investigación y objetos de estudio en las Relaciones Internacionales. No existe rigurosidad metodológica en la elección del punto de partida en cada investigación, ni en la ruta hacia cada objeto de estudio. construir su cuerpo disciplinario con base en la coherencia y homogeneidad metodológica, comparable con la que cuentan las disciplinas científicas. a la disciplina. La rigurosidad científica está en la adopción y aplicación del método científico como guía de la investigación en ri.40 El método científico es una guía en la investigación o indagación de objetos, sucesos y fenómenos. Es científico porque es el que se usa en el proceso de investigación científica. En la disciplina ri el método científico debe entenderse más como un procedimiento que orienta la investigación que como un mecanismo de teorización;41 es un instrumento disciplinario para aproximar nuestro interés natural por cono- El método científico en la disciplina ri La diferencia entre una disciplina abierta, heterogénea y dispersa, y una disciplina congruente, sólidamente estructurada y con un perfil claro y homogéneo, es el método. Si el método científico es el modelo de metodología a seguir por la disciplina ri, ¿cómo operarlo en la situación actual de las Relaciones Internacionales? La respuesta es tomarlo como eje vertebral de nuestra investigación, sin descartar sus adecuaciones y ajustes Véase G. Arroyo, “Nuevos problemas teóricos en el estudio de las relaciones internacionales”, en Relaciones Internacionales, vol. xv, núm. 60, México, fcpys, unam, octubre-diciembre, 1993, p. 118. 41 Véase Celestino del Arenal, Introducción a las…, op. cit., pp. 471-473. 40 histórica la disciplina ri atraviesa por una etapa de redefinición de contenidos y formas. 67 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS Figura 2 Relaciones internacionales cer la realidad internacional. Sólo los resultados de la investigación rigurosa hace posible la demarcación de fronteras cognoscitivas plausibles y sólidamente fundamentadas sobre planteamientos disciplinarios más consistentes y cercanos a esa realidad. En la Figura 3 observamos que el método científico tiene un solo origen, pero ello no quiere decir que metodológicamente exista un único punto de partida común a todas las investigaciones científicas. Más bien cada origen es la continuación de las fronteras cognoscitivas propuestas en investigación precedentes, y que su meta (objetos de estudio) está claramente definido e identificado para cada disciplina. El método científico es una ruta probada y la más exitosa con la que se cuenta en la actualidad para la construcción del conocimiento. Si las disciplinas científicas tienen objeto de estudio definido para cada una de ellas, ¿por qué dibujar distintos caminos? Las disciplinas científicas guían sus investigaciones con el método científico, el cual, según cada disciplina, y cuando es adecuado, lo adecua y ajustan. ¿Por qué es unidireccional y rectilíneo el método científico? Lo que se pretende representar con ese trazo recto es que el método científico es el instrumento probado y más exitoso de aproximación a la realidad en estudio. Ahora bien, en la investigación básica, esa que nace de las ideas novedosas y arriesgadas, y de las inquietudes no ordinarias, el origen de cada investigación puede ser variado, y por consecuencia el método de investigación no está restringido a uno sólo. De hecho el génesis y fin último de la investigación básica es innovar en métodos, técnicas e ideas. El problema aquí es que una disciplina esté cultivada en su mayoría por investigaciones aventuradas, y que domine la práctica de la investigación básica, pues ello si bien podría en contadas ocasiones gestar un importante avance y progreso en la ciencia —con sus consecuentes beneficios a la naturaleza cognoscitiva del ser humano—, lo más probable es que esta actividad se desprenda del compromiso que indispensablemente una disciplina científica requiere de su comunidad de investigadores, lo que desfavorece la seriedad y rigurosidad del conocimiento disciplinario que aspira a ser científico. Ciencia Objeto de estudio Origen Un camino congruente para cada objeto de estudio de las disciplinas científicas Figura 3. Rutas de investigación y objetos de estudio de la ciencia y sus disciplinas. El método científico es la guía básica de la investigación que se ajusta ligeramente para adecuarlo a los objetivos de estudio de aquellas disciplinas científicas que lo requieren. 68 congruencia a la construcción del conocimiento disciplinario, lo que permitiría el acceso a la identificación de los puntos de partida de las investigaciones. Aunque en la Figura 4 se observa que el método científico aplicado para cada objeto de estudio nace en un punto común de partida, lo que se propone es utilizar dicho método en cada una de las investigaciones operable incluso partiendo de distintos puntos. En general los pasos que sigue el método científico constituyen el modelo de método para todas las disciplinas científicas, quizá con alguna adecuación mínima acorde con el objeto de estudio y con los propósitos de cada investigación. No debe perderse de vista que el método científico es un recurso epistémico que permite el acercamiento, como otros métodos, al conocimiento de la realidad en estudio, a través de los proyectos de investigación. El método científico por sí solo no garantiza la generación de conocimiento, pero si guía, mediante un procedimiento sólidamente estructurado y casi invariante en su operación, la búsqueda del nuevo conocimiento. Figura 4. El método científico en las rutas de investigación en ri. 69 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS La adopción del método científico imprimiría cierta uniformidad en la forma de realizar las investigaciones, sin importar la diversidad de objetos de estudio que caracterizan a la disciplina ri. Esto no quiere decir que la amplia gama de objetos de estudio se pueda restringir con la aplicación del método científico, pues no obstante que ello produciría beneficios estructurales, aquella continuará siendo un rasgo característico de la disciplina, en tanto no exista un consenso al respecto. El aporte del método científico sería en principio evitar contradicciones que resulten de los estudios de un mismo objeto de estudio, bajo la guía de un camino específico. Una interpretación de estos beneficios metodológicos se muestra en la Figura 4. Obsérvese también en la Figura 4 que no obstante las distintas rutas que operan en las investigaciones en ri, así como los diversos objetos de estudio que forman parte de su estructura disciplinaria, la aplicación del método científico guiaría consistentemente los estudios y facilitaría la continuidad en su proceso cognoscitivo. Es decir, utilizar un método plausible en los estudios daría Un procedimiento que se incluye en esa guía específica de investigación es la práctica más o menos generalizada que se llama estado del arte o revisión de la literatura, cuyo lugar en el proceso de la investigación es crucial,42 y consiste en involucrar ampliamente al investigador en los avances más recientes en el mundo sobre el tema de estudio, algo que por los años ochenta comenzó a ser una práctica altamente funcional gracias al desarrollo de las telecomunicaciones y las redes de información electrónica de cobertura global. Conocer el estado del arte tiene el fin de involucrarse en las líneas de investigación desarrolladas, sus avances y sus resultados en cualquier parte de mundo, lo que permite a las disciplinas científicas dar continuidad a los trabajos precedentes e ir adelante sobre bases firmes hacia los temas de frontera. A los investigadores este procedimiento devela la veracidad43 de sus planteamientos y la originalidad de sus ideas, y orienta el camino hacia los nuevos campos del conocimiento. Aquí juegan un papel sustancial las publicaciones especializadas y las demás fuentes documentales de la disciplina, junto con las técnicas de búsqueda de información y el seguimiento de los acontecimientos internacionales. Ello no restringe la crítica ni la discusión teórica. Lo menos conveniente para la disciplina ri en su camino a su cientificidad sería negar y desacreditar por completo al paradigma científico, a menos que se tenga para ello un planteamiento más sólido en la explicación de los fenómenos en estudio y la predicción de otros nuevos. Los demás puntos del procedimiento de investigación científica aplicables al estudio de las ri son las siguientes: Formular preguntas creíbles y bien fundadas. En toda investigación, científica o no, las preguntas son el inicio de la búsqueda cognoscitiva. Preguntas ligeras o mal planteadas dificultan el acercamiento al tema de estudio y muy probablemente desvían los esfuerzos a aspectos distantes de las metas originales. Una pregunta bien formulada conduce a identificar el tema central del estudio, lo que favorece la investigación, además de que rigurosamente construida, la pregunta misma podría contener los primeros visos de solución. Plantear hipótesis sustentadas en la experiencia y contrastables con ella, que den respuesta a las preguntas. Este aspecto es muy importante para las Relaciones Internacionales, pues a falta de mecanismos de verificación experimental la construcción y el planteamiento de las hipótesis es clave en la investigación disciplinaria. El apego de las hipótesis a la experiencia, sin embargo, sólo las hará más próximas a ser adecuadas para entender esa sección de la realidad. Graciela Arroyo44 ha señalado que la disciplina ri debe aspirar a fundamentar sólidamente cada hipótesis planteada y, eventualmente, a su confirmación empírica. Este paso del procedimiento debe realizarse con profundo compromiso con la disciplina. Derivar consecuencias lógicas de las hipótesis. Este punto se refiere a la estimación de las Es importante señalar que el estado del arte es más un procedimiento del proceso de investigación que del método científico, pero que, como sucede en los estudios de las disciplinas científicas, es una etapa indispensable al inicio de toda investigación, y recurrente en toda la actividad indagadora. 43 El criterio de verdad no es un rasgo indispensable en la labor de aprehender la realidad, pues cada disciplina podría sostener, en su especialidad, que lo que se dice es “la verdad”. Sin embargo en el cuerpo de la ciencia la verdad es aquel conocimiento científico, probado y confirmado por los medios “válidos” para la ciencia, que sustenta la base de nuevas búsquedas disciplinarias. Dif ícilmente las disciplinas sociales podrían poner en tela de juicio a los conocimientos generados y cultivados por la ciencia por su solidez, coherencia, consistencia con la estructura disciplinaria y con las funciones y metas de cada una de las disciplinas que la componen. Por el contrario, las disciplinas científicas han servido y han incursionado en la solución de los problemas de “lo social”, con planteamientos que han sido al menos escuchados y tomados en cuenta. Las Relaciones Internacionales no escapan a la crítica científica, incluso de las demás disciplinas sociales, y no por ello es “inválida” o “equivocada”. 42 44 G. Arroyo, La metodología en las…, op. cit., pp. 79, 80 y 143. 70 avance disciplinario y de la ciencia en su conjunto. Estimar la “veracidad” de las hipótesis y la “confiabilidad” de las técnicas. Es un paso que puede ser opcional en la investigación de las Relaciones Internacionales, pues en los dos anteriores el método verificó las hipótesis y la confiabilidad de las técnicas científicas. En el caso de las Relaciones Internacionales la “veracidad” de las hipótesis no depende de un instrumento o una técnica de laboratorio, sino que está en la consistencia, coherencia y solidez disciplinaria con que se hayan formulado las bases de la investigación. Desde luego la única forma de convalidar las hipótesis en Relaciones Internacionales es mediante la consumación de los sucesos internacionales, los que a fin de cuentas las fortalecen o invalidan. La meta es, en este sentido, alcanzar la congruencia disciplinaria en los planteamientos hipotéticos que facilitan la construcción sólida de planteamientos teóricos de la disciplina ri. Demarcar los límites de dominio en los cuales sean “válidas” las hipótesis y las técnicas. Este se refiere al alcance “válido” de las hipótesis, lo que delimita el espacio y el tiempo en que se pueden aplicar, pues sólo responden a una parte de la realidad o a determinados aspectos del suceso o fenómeno, dependiendo del alcance de la propia investigación. En el caso de la disciplina ri este paso dependerá del objeto de estudio que se haya elegido y del alcance del cuerpo de hipótesis. Por esta razón cultivar diversos objetos de estudio no es conveniente para la disciplina en su tarea de producir y sistematizar coherente y consistentemente el conocimiento disciplinario. Formular los nuevos problemas originados por la investigación. Este procedimiento nos conduce a establecer, en las disciplinas científicas, las fronteras del conocimiento. Recordemos que no todos los estudios e investigaciones científicas con71 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS probables consecuencias que derivarían del mismo planteamiento hipotético, así como de la “veracidad” y consistencia con la realidad de las hipótesis. Podemos entender que esta parte del procedimiento es la parte predictiva del método científico. Elegir y argumentar las técnicas que permitan someter las hipótesis a contrastación. En el caso de las disciplina científicas la contrastación de hipótesis con la experimentación y la observación de fenómenos es un recurso accesible. A lo largo de los siglos de la ciencia los científicos se las han arreglado para diseñar y construir equipos e instrumentos para la reproducción en laboratorio del fenómeno en estudio y la comprobación o refutación de sus hipótesis. El uso de la estadística como técnica de estimación y comparación es fundamental en toda labor científica, y ésta al menos deberá ser parte sustancial en el estudio de las Relaciones Internacionales. Someter dichas técnicas a contrastación, para comprobar su relevancia y la fe que merecen. En la ciencia este punto queda implícito al momento de elegir las técnicas, los equipos y los instrumentos de contrastación, de los cuales ya se ha probado su confiabilidad en investigaciones precedentes. Sólo la efectividad de los nuevos diseños se somete a una intensa prueba experimental, hasta convertirse en parte del equipo científico. Efectuar la contrastación e interpretar sus resultados. Este paso es el más importante de la investigación científica, pues en él se confirman o se refutan las hipótesis a través de la contrastación teórica y experimental, pero además permite evaluar el avance o retroceso no sólo de la investigación sino de la disciplina en sí misma. Resultados no verosímiles o inconsistentes con la realidad en estudio conducen a reinterpretarlos sobre la base teórica dominante en ese campo. Resultados convincentes y plausibles son muestra del ducen a nuevos descubrimientos, pues parte de ellos no logran las perspectivas esperadas. Muchos de los nuevos descubrimientos han sido encontrados como resultado inesperado de un proceso riguroso de investigación científica. Los nuevos descubrimientos se producen cuando aparecen inconsistencias en los modelos científicos, lo que genera investigaciones que salen de los esquemas dominantes, abriendo el campo a nuevas ideas y nuevos planteamientos fuera de la práctica científica ordinaria. En el caso de las Relaciones Internacionales la formulación de nuevos problemas, surgidos a partir de los resultados de la investigación disciplinaria sólida y consistentemente realizada sobre conocimientos precedentes también rigurosos, es parte de un proceso que le permitiría acumular de manera sistemática el nuevo conocimiento, y orientarse hacia esas fronteras disciplinarias de forma estrictamente científica. y las nuevas fronteras del conocimiento disciplinario. Estas fronteras cognoscitivas serán el potencial cuerpo hipotético de las siguientes investigaciones. El método científico aplicado a las Relaciones Internacionales consistiría en general en lo siguiente: Toda investigación científica no termina hasta ser escrita y publicada. La etapa final de toda investigación es la presentación y publicación de los resultados,45 a través de los canales especializados de cada disciplina, práctica generalmente aceptada en todos los círculos académicos y de investigación. Publicar los resultados de la investigación abre las posibilidades de precisar, ampliar y consolidar ese conocimiento a través de la discusión abierta. Aquí reside la importancia de las publicaciones con autoridad y rigor arbitral para toda disciplina científica, que divulguen los resultados. Estos resultados deben ser presentados bajo criterios estrictamente científicos, y en los que deberán figurar todos los componentes metodológicos descritos, especificando las fuentes de información, procedimientos de análisis de interpretación de datos, técnicas de organización, figuras, esquemas y gráficas que sinteticen el análisis y demarquen la nueva problemática • Conocer con precisión el estado del arte del tema a estudiar. • Formular preguntas de investigación. • Plantear hipótesis que den respuesta a las preguntas. • Elegir las técnicas de contrastación de las hipótesis. • Aplicar las técnicas de contrastación (convalidación). • Estimar la “veracidad” y el alcance (dominio) de las hipótesis. • Identificar la nueva problemática generada por la investigación. • Presentar los resultados de la investigación. Como puede apreciarse, este procedimiento no es novedoso para quienes se han dedicado a la investigación en ri. La propuesta es asumir el método científico con rigor en las investigaciones de la disciplina, con los pequeños ajustes que los Heinz Dieterich, Nueva guía para la investigación científica, México, Ariel, 1996, p. 209. 45 72 Bibliografía L. Apostel et al., Interdisciplinariedad y ciencias humanas, Madrid, unesco/Tecnos, 1983, 339 pp. Celestino del Arenal, Introducción a las relaciones internacionales, 3ª ed., Madrid, 1990, 495 pp. Graciela Arroyo Pichardo, Metodología de las relaciones internacionales, México, Oxford University Press, 1999, 165 pp. Barry Barnes, Sobre ciencia, Madrid, Labor, 1985, 150 pp. Mario Bunge, La ciencia. Su método y su filosof ía, México, Siglo xxi, 1980, 110 pp. , La investigación científica. Su estrategia y su filosof ía, México, Siglo xxi, 2000, 805 pp. Rafael Calduch Cervera, Relaciones internacionales, Madrid, Ciencias Sociales, 1991, 412 pp. Ileana Cid Capetillo (comp.), Lecturas básicas para introducción al estudio de relaciones internacionales, México, fcpys, unam, 2001, 285 pp. Juan Manuel Cobo Suero, Interdisciplinariedad y universidad, Madrid, Universidad Politécnica Comillas, 1986, 79 pp. Francisco R. Dávila Aldás, Teoría, ciencia y metodología en la era de la modernidad, 2ª ed. corregida, México, Fontamara, 1996, 260 pp. Heinz Dieterich, Nueva guía para la investigación científica, México, Ariel, 1996, 229 pp. Mattei Dogan y R. Parhe, Las nuevas ciencias sociales. La marginalidad creadora, México, Grijalbo, 1995, 293 pp. Javier Echeverría, Introducción a la metodología de la ciencia. La filosof ía de la ciencia en el siglo xx, Madrid, Cátedra, 1999, 343 pp. John Henry, The Science Revolution and the origin of Modern Science, Hong Kong, St. Martin’s Press, 1997, 137 pp. Martin Hollis y Steve Smith, Explaining and Understanding International Relations, Londres, Clarendon Press-Oxford, 1991, 226 pp. Ekkehart Kirppendorff, Las relaciones internacionales como ciencia, México, Fondo de Cultura Económica, 1985, 162 pp. Hugo R. Mancuso, Metodología de la investigación en ciencias sociales, Buenos Aires, Paidós, 2001, 285 pp. Marcel Merle et al., El estudio científico de las relaciones internacionales, Primer Coloquio Internacional de Primavera, México, fcpys, unam, 1978, 208 pp. Conclusiones La disciplina Relaciones Internacionales requiere evitar la heterogeneidad en el cuerpo metodológico, y cultivar la construcción y proliferación teórica dentro de su núcleo en la búsqueda de respuestas a los problemas que presenta la realidad internacional. Ello conlleva a precisar el campo de conocimiento que abarca esa realidad internacional e identificar con precisión su objeto de estudio. La fortaleza metodológica estará también en la conformación de un corpus básico que guíe la investigación e imprima coherencia en los resultados disciplinarios. Para ello se propone incorporar a la estructura disciplinaria de las Relaciones Internacionales el método científico como hilo conductor de la investigación. El rigor científico de la disciplina se encuentra en el uso del método científico como guía de investigación, pues es el recurso estructural que media entre el estado actual de la disciplina ri y su calidad científica. La disciplina ri requiere de proyectar sus estudios más allá de las realidades inmediatas a través de modelos teóricos convalidados con esa realidad, sin eludir los planteamientos predictivos, aun cuando se carezca de oportunidades o medios factuales de contrastación. La estimación de las tendencias de los acontecimientos internacionales está en relación directa con los resultados consistentes con la realidad y con la acumulación sistemática del conocimiento disciplinario. Es indispensable poner atención a los resultados disciplinarios y al procedimiento de investigación. El recurso adicional para el fortalecimiento de la disciplina es su potencial integrador y convergente de las disciplinas sociales hacia su cientificidad, mediante la asimilación, procesamiento y síntesis de los distintos campos gnoseológicos en un cuerpo interdisciplinario común. 73 CIENCIAS SOCIOECONÓMICAS estudios disciplinarios pudieran requerir, lo que dará la consistencia y uniformidad necesaria para acercar al estudio de las Relaciones Internacionales al desarrollo científico moderno. , El estudio científico de las relaciones internacionales, Segundo Coloquio Internacional de Primavera, México, fcpys, unam, 1978. Manuel Mendoza y Vince Napoli, Introducción a las ciencias sociales, 4ª ed., México, McGraw-Hill, 1997, 638 pp. Gustavo Palomares Lerma, Teoría y conceptos de las relaciones internacionales, 3ª ed., Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1998 (Relaciones Internacionales, 1. Ciencia Política y Sociología), 212 pp. Ruy Pérez Tamayo, ¿Existe el método científico? Historia y realidad, México, Fondo de Cultura Económica, 1998 (La Ciencia Para Todos, 161), 297 pp. Mario Tamayo y Tamayo, El proceso de la investigación científica, 4ª ed., México, Limusa/Noriega, 2002, 440 pp. J. A. Vásquez, Relaciones internacionales. El pensamiento de los clásicos, México, Limusa/Noriega, 1994, 420 pp. Immanuel Wallerstein (coord.), Abrir las ciencias sociales, México, Siglo xxi/ceiiich, unam, 1996, 144 pp. , Impensar las ciencias sociales, México, Siglo xxi/ceiiich, unam, 1998, 309 pp. Quincy Wright, The Study of International Relations, Appleton-Century-Crofts, 1955, 642 pp. , “Nuevos problemas teóricos en el estudio de las relaciones internacionales”, en Relaciones Internacionales, núm. 60, vol. xv, México, fcpys, unam, octubre-diciembre, 1993, pp. 115-119. , “Fronteras del conocimiento en las cien cias sociales”, en Acta Sociológica, núm. 32, México, fcpys, unam, mayo-agosto, 2001, pp. 141-147. Emilio Cárdenas Elorduy, “El camino hacia la teoría de las relaciones internacionales (biograf ía de una disciplina)”, en Revista Mexicana de Ciencia Política, núm. 63, México, fcpys, unam, eneromarzo, 1971, pp. 5-23. Rubén Cuéllar Laureano, “El paradigma científico: un modelo para el análisis disciplinario de las relaciones internacionales”, en Relaciones Internacionales, núm. 90, México, fcpys, unam, septiembre-diciembre, 2002. Leopoldo González Aguayo, “La geopolítica en el planteamiento teórico metodológico de las relaciones internacionales”, en Relaciones Internacionales, núm. 74, México, fcpys, unam, mayo-agosto, 1997. Luis F. González Souza, “Una concepción totalizadora de las relaciones internacionales: clave para comprender la especificidad e importancia de la disciplina”, en Relaciones Internacionales, núm. 23, vol. 6, México, fcpys, unam, octubrediciembre, 1978, pp. 7-25. Adrián Guillermo Aguilar, “La evaluación de la investigación en geograf ía en la unam (o las ciencias sociales en el mundo de las ‘duras’)”, en Ciencia, núm. 3, vol. 51, México, Academia Mexicana de Ciencias, septiembre, 2000, pp. 28-35. Gilda Waldman M., “Repensando las ciencias sociales: de las fronteras disciplinarias al cruce transdisciplinario”, en Acta Sociológica, núm. 32, México, fcpys, unam, mayo-agosto, 2001, pp. 119-139. Hemerografía Graciela Arroyo Pichardo, “Enseñanza e investigación de las relaciones internacionales”, en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, núms. 136-137, México, fcpys, unam, abrilseptiembre, 1989. , “Puntos de vista en torno a la teoría y la praxis de las relaciones internacionales del fin de la era bipolar”, en Relaciones Internacionales, núm. 54, vol. xiv, México, fcpys, unam, abril-junio, 1992, pp. 51-60. , “Interdisciplinariedad. ¿Viejo o nuevo reto?”, en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales, núm. 154, vol. xxxviii, quinta época, México, fcpys, unam, octubre-diciembre, 1993, pp. 9-17. Rubén Cuéllar Laureano es profesor de la licenciatura en Relaciones Internacionales adscrito al Programa Político de la fes Acatlán, y al Centro de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Es maestro en estudios en Relaciones Internacionales por la unam. Realiza el doctorado en ciencias políticas y sociales en la fcpys. 74 Una reflexión acerca del aprendizaje en la licenciatura en Diseño Gráfico José Luis Caballero Facio • resumen El presente es un estudio sobre cómo adquieren el conocimiento los estudiantes de la licenciatura en Diseño Gráfico a partir del aprendizaje, con la intención de participar en la reflexión académica de la Facultad. Para ello se realiza un recorrido histórico del desarrollo de la carrera, así como de la teoría del aprendizaje significativo, donde se identifican elementos pedagógicos y sociológicos para la planeación del trabajo académico. Palabras clave Aprendizaje significativo. Consolidación del aprendizaje. Construcción del aprendizaje. ABSTRACT In this paper, I present a study of the way students majoring in Graphic Design acquire knowledge, and learn, with the purpose of participating in the academic reflection on teaching in this area. With this in mind, I give a historical account of the implementation of this major in the Facultad de Estudios Superiores Acatlán of the unam, as well as discussion of the theory of significant learning, enabling me to identify pedagogical and sociological elements that are important for the planning of our academic work in this field. KEY WORDS Meaningful Learning. Consolidation of learning. Construction of learning. 75 Introducción permitirían reconsiderar la eficacia del proceso de enseñanza-aprendizaje. El gobierno federal estableció líneas estratégicas que posibilitaban a las instituciones de educación superior el mejoramiento de las condiciones educativas, para satisfacer las expectativas sociales y responder a las necesidades del país. Fue necesario diagnosticarla desde un punto de vista integral: infraestructura, equipamiento, profesionalización de la planta docente y actualización de planes de estudio, para conocer y establecer el parámetro de calidad educativa de cada institución de educación superior (ies), y ofrecer así las condiciones favorables en el proceso enseñanza-aprendizaje. La Universidad Nacional Autónoma de México buscó y busca una eficiente administración de los planes de estudio e impulsar el trabajo docente en el proceso de enseñanza-aprendizaje desde un punto de vista protagónico, de tal forma que ofrezca a la sociedad la posibilidad de desarrollarse como nación. En 1987, semestre 88-i, inicia el programa académico de la licenciatura en Diseño Gráfico en la enep Acatlán, con el plan de estudios de la Escuela Nacional de Artes Plásticas. En la actualidad el Programa de Fortalecimiento Académico del Plan de Desarrollo 2005-2009 de la fes Acatlán establece la importancia de la investigación educativa para el fortalecimiento de los procesos de enseñanza-aprendizaje, atendiendo a los indicadores de aprovechamiento escolar, de no acreditación y de la eficiencia terminal. A partir de ello y como referente de esta reflexión apliqué un cuestionario con el fin de conocer el perfil académico, familiar y personal del Este trabajo es una reflexión sobre la forma en que el estudiante de la licenciatura en Diseño Gráfico de la fes Acatlán construye el aprendizaje. Comencé a analizar esto a partir de las actividades extracurriculares realizadas por los estudiantes, pues observé que el anclaje de conocimientos en los alumnos se basaba en la formación práctica de la profesión. Razón por la cual al identificar cómo se adquiere el conocimiento es posible que los jóvenes estudiantes obtengan y consoliden nuevos aprendizajes. Explicación Para comprender el fenómeno realizo un recorrido histórico de la fes Acatlán, de algunas políticas educativas y señalo lo observado en los actores en el momento de la enseñanza y el aprendizaje; también se hace notar la importancia de la complementariedad de las disciplinas como Diseño Gráfico, pedagogía y sociología, que sustentan una visión más acertada en torno a la adquisición de los aprendizajes. El porqué del tema El interés de este trabajo es comprender, a partir de las áreas de conocimiento mencionadas, elementos que indiquen si existe la adecuada apropiación del saber y la clasificación teóricapráctica en que se apoya la construcción del conocimiento. Historia En 1974 la Dirección General de Planeación de la Universidad Nacional Autónoma de México realizó la propuesta de descentralización de la institución y presentó, a las Comisiones de Reglamento y Trabajo Académico, el estudio que fundamentó la creación de más centros educativos fuera de la Ciudad Universitaria. Esta propuesta visualizaba a la educación como un factor de desarrollo, sustentada, científica, objetiva, racional, interdisciplinaria y mensurable, creando así la base de indicadores que Louis Cohen y Manion Lawrence, Métodos de investigación educativa, Madrid, La Muralla, 1990, p. 131. Establecen que la encuesta permite describir la naturaleza de las condiciones existentes, identifica normas o patrones contra los que se puedan comparar las condiciones existentes y determinar las relaciones que hay entre acontecimientos específicos. El instrumento de investigación educativa fue la encuesta, por el número de la muestra, con el fin de establecer las condiciones del aprendizaje en el estudiante de Diseño Gráfico de la fes Acatlán. Se estructuraron las preguntas de tipo acción que indagan acerca de lo que las personas realizan, y de hechos que permite identificar datos reales. Las preguntas fueron abiertas y cerradas. 76 1. El desarrollo de una tecnología adecuada para el entrenamiento, promovida durante y después de la segunda guerra mundial por el sector militar. 2. Las propuestas educativas del conductismo operante de Skinner. 3. Las reformas educativas de ese país. Durante la guerra fría la Unión Soviética ganó liderazgo al lanzar el primer satélite fuera de la órbita terrestre. Ante este hecho se inicia un análisis de la calidad del sistema educativo norteamericano, pues se dan cuenta que no han impulsado la enseñanza científica y tecnológica que beneficie el desarrollo del país. Para la década de los setenta los trabajos de la psicología educativa se encaminaron a una teoría propia, tratando de alejar la desconfianza que provocaba saber que su sustento provenía de la psicología general Desarrollo La psicología educativa Surge a fines del siglo xix y principios del xx, en Estados Unidos principalmente, además de Inglaterra, Francia y Suiza. Tres principios fundamentales la sustentan: 1. Las diferencias individuales; 2. La psicología del niño; 3. La psicología del aprendizaje. Los dos primeros principios se desarrollaron en Europa, realizando estudios profundos sobre ellos; el tercero, en Estados Unidos, impulsada por el psicólogo E. L. Thorndike, al sostener que era “necesario extender o extrapolar el trabajo realizado en el laboratorio al campo educacional, utilizándolo como conocimiento instrumental para realizar distintas tareas pedagógicas”. La investigación psicoeducativa dejó de ser simplemente la situación de prueba donde tendría que verse el grado de aplicabilidad de los principios obtenidos por la psicología experimental y en situaciones de laboratorio, y dejó de centrarse en la búsqueda de las mejores condiciones para aplicar tales principios a situaciones educativas. En su lugar surgió la creciente convicción que había que desarrollar un corpus psicoeducativo propio y elaborar un saber tecnológico a partir de él. El paradigma cognitivo Surge en la década de los cincuenta, con la intención de indagar “los procesos de creación y la educación, México, Paidós Mexicana, p. 27. Ibid., p. 36. Gerardo Hernández Rojas, Paradigmas en psicología de 77 DISEÑo Y EDIFICACIÓN Judo, psicólogo educativo de principios del siglo xx, difería de Thorndike, al estipular que los problemas de la educación deberían ser los motivadores de la investigación del aprendizaje y no el pensamiento del investigador. Se mostró interesado en distintas materias del estudio del aprendizaje. Para la década de los cincuenta la psicología educativa recibió mayor impulso debido a tres circunstancias coyunturales en Estados Unidos: estudiante en la adquisición del conocimiento. La información recabada me indicó que la mayoría de los encuestados están satisfechos con el aprendizaje adquirido a lo largo de sus estudios. Los alumnos consideran que han obtenido conocimientos por tener asignaturas agradables, buenos profesores y una fuerte inclinación a la práctica. Este indicador refleja la tendencia al desarrollo de la práctica en todas las asignaturas. La preferencia se basa en el uso de la tecnología al hacer sentir que el desarrollo de habilidades fortalece el aprendizaje y, por lo tanto, se considera su enseñanza correcta. En el diagnóstico realizado también se les preguntó en qué asignaturas se sentían mejor preparados. Como es de suponer, las clasificadas como prácticas obtuvieron el mayor porcentaje. Al preguntarles nuevamente por qué, indicaron que por existir mayor práctica. Entonces, la relación entre la parte teórica y la práctica se deberá sustentar adecuadamente ante el grupo escolar. Esto se puede lograr al momento en que el trabajo docente utilice ejemplos que les permitan asimilar mejor el conocimiento, además de un lenguaje claro, una selección acertada de los materiales de clase y, por consiguiente, una explicación correcta y oportuna. construcción de los significados y producciones simbólicas, empleados por los hombres para conocer la realidad circundante”. El paradigma cognitivo establece su enfoque en las representaciones mentales, para determinar cómo el individuo produce y desarrolla sus conductas: “Muchos de los trabajos del paradigma se han orientado a describir y explicar los mecanismos de la mente humana y para ello han propuesto varios modelos teóricos. Estos modelos pretenden dar cuenta de cómo se realiza el procesamiento de la información, desde que ésta ingresa al sistema cognitivo hasta que finalmente se utiliza para ejecutar una conducta determinada”. En el estudio de las representaciones mentales los investigadores están apoyados en la inferencia, ya que los objetos son entidades no observables directamente, por ello es necesario examinar al individuo y efectuar análisis que permitan una explicación del proceso de aprendizaje. Las estrategias para la investigación de los procesos cognitivos parten de la introspección, la investigación empírica, la entrevista y la simulación. David P. Ausubel, investigador de psicología de la educación y el estudio de cuestiones educativas dentro del aula, elaboró la teoría del aprendizaje significativo que parte de la idea de que existe un estudiante activo que aprende a aprender y a pensar. Para lograr este fin la planeación de las experiencias de aprendizaje deben estar enfocadas en este sentido; la exploración, la experimentación, la solución de problemas y la reflexión son momentos que el docente debe permitir en los alumnos para que encuentren el sentido y se motiven hacia el aprendizaje. El aprendizaje significativo de Ausubel tiene gran relevancia al establecer su propuesta de aprendizaje dentro del contexto escolar y su carácter indiscutiblemente aplicado. Ausubel establece dos etapas en el aprendizaje: 1. Cómo incorpora el estudiante la información a su estructura. 2. La planeación de la enseñanza. La teoría del aprendizaje significativo de Ausubel Está basada en estudios sobre la adquisición del aprendizaje de asignaturas escolares para la retención del conocimiento significativo, y evitar que exista el aprendizaje por memorización, por repetición o sin sentido para la estructura cognoscitiva de los alumnos. Para que el aprendizaje significativo cubra las expectativas de la retención de la enseñanza de las materias de estudio se hace necesario presentar al alumno una organización lógica para su aprendizaje, con la que logre ir estructurando el conocimiento a partir de los aprendizajes adquiridos con anterioridad. La organización arbitraria por falta de planeación docente provoca que el estudiante no encuentre sentido a la enseñanza del maestro, por carecer en su estructura mental de los puntos de sustento que le permitan organizar la información. Para que el proceso de enseñanza-aprendizaje otorgue los beneficios de la apropiación del saber, con claridad y sentido propio, de un área de conocimiento, es importante que exista una interacción entre iguales donde haya un intercambio de ideas, conceptos, mensajes, etc. “En el proceso de enseñanza y en la interacción y comunicación social se intenta evitar que cada individuo piense y comprenda diferente de los demás... en primer lugar, porque el propio sentido lógico es inherente a las preposiciones potencialmente significativas y además porque es notoria la comunidad interindividual de experiencia (back-ground) ideacional en individuos de una misma cultura”. El aprendizaje significativo establece la importancia de que los contenidos escolares sean totalmente transparentes, para poder adquirir los cuerpos de información que necesitan ser aprendidos por los individuos. Sin embargo, lo que en realidad busca la propuesta de Ausubel es que exista un aprendizaje de contenidos significativos a partir de la organización y presentación de la enseñanza, apoyada en los conocimientos preJoao B. Araujo y B. Clifton Chadwick, Tecnología educacional. Teorías de instrucción, Barcelona, Paidós, 1993, p. 19. Ibid., p. 120. Ibid., p. 125. 78 En el aprendizaje significativo los componentes tienen un significado que en conjunto con el alumno y su actitud hacia el aprendizaje los va integrando a su estructura cognoscitiva, interiorizando así el conocimiento de una manera individual (véanse Esquemas). Esquema 1. Material significativo La concepción de la teoría del aprendizaje significativo Aquí importa cómo el concepto y preposiciones impactan en la adquisición del aprendizaje, marcando la diferencia entre apropiación y memorización del conocimiento. La concepción se identifica por que, en primer término, está el concepto, donde la adquisición del conocimiento es unitario, al que se integra la estructura mental; en segundo término, están las preposiciones: son ideas compuestas que se relacionan a elementos significativos compuestos. Como ejemplo podemos mencionar que la definición de creatividad en los alumnos de Diseño Gráfico es un concepto; sin embargo, para comprender, desarrollar y retener este nuevo aprendizaje es necesario involucrar operaciones mentales que integran diferentes tipos de pensamiento, como el vertical y lateral, la incubación, la innovación, la funcionalidad y la originalidad; todos buscan el anclaje a partir del concepto que debe apoyar la modificación de la estructura mental y cobran significación al componerse de ideas que se conjugan para desarrollar, en un entendimiento global, el proceso de la creatividad, convirtiéndose en una preposición. Esquema 2. Aprendizaje significativo El contenido de la materia de estudio puede poseer, cuando mucho, significado lógico. Pero esa relacionabilidad intencionada y sustancial de las preposiciones lógicamente significativas con la estructura cognoscitiva de un alumno en particular es lo que las hace potencialmente significativas para éste; y así se origina la posibilidad de transformar el significado lógico en psicológico en el transcurso del aprendizaje significativo. David P. Ausubel, Psicología educativa, México, Trillas, 1995, p. 55. 79 DISEÑo Y EDIFICACIÓN vios de los alumnos. La intención es evitar que lleve a cabo una relación arbitraria y no concordante con el área de conocimiento, al no poder integrar los contenidos de la materia de estudio a la estructura cognoscitiva, puesto que no cuenta con alguna base que facilite la construcción del saber de las cosas que generen nuevas ideas. En la tarea del aprendizaje no sólo la actitud hacia éste determina la internalización del conocimiento. La adquisición de los significados por parte de los alumnos le indica al docente la estructuración y desarrollo de la clase, buscando que exista un aprendizaje real, distante del aprendizaje por repetición. El significado en sí cobra relevancia al ser éste el impulsor del conocimiento potencial o significativo. En el primer caso el conocimiento potencial integra los elementos del aprendizaje presentados a los alumnos; en el segundo, la elección correcta del lenguaje, materiales de clase por el docente y la aceptación de que existe la construcción de los saberes por cada estudiante hace del trabajo del docente un detonador del aprendizaje significativo. El significado presenta dos vertientes: el significado y lo significativo. El significado establece una relación de asociaciones convirtiéndose en un proceso ordinario que encuentra su definición a partir de elementos familiares subjetivos de la persona en uso constante. Lo significativo se integra al reconocer referentes concretos que surgen, sobre todo, de un proceso de jeraquización dentro de un área de conocimiento. Las instituciones educativas deben cubrir ciertos aspectos que han de repercutir en la preparación de los alumnos El diseñador gráfico debe ser un profesional capaz de generar la integración social a partir del trabajo que realiza; debe ser portador de una concepción totalizadora de elementos conceptuales, prácticos, históricos y sociales que adquiere a partir de una formación integral. El estudiante busca su posición dentro de los espacios escolares, compartir entre sus iguales el conocimiento adquirido, cuestionarse lo que “tú” aprendiste y lo que “yo” aprendí, tratar de ubicar los significados del aprendizaje y comprender el discurso del docente que logre provocar en él una actitud congruente con su preparación. La enseñanza, en consecuencia, adquiere dimensiones más allá de transferir conocimientos indicados en un programa de asignatura. Entender el rol del alumno dentro del aula supone entender en qué nivel se debe organizar la enseñanza. En el verdadero aprendizaje de proposiciones verbales uno aprende el significado de una nueva idea compuesta en el sentido de que: a) se genera la proposición combinando o relacionando unas con otras muchas palabras individuales, cada una de las cuales representan un referente unitario, y b) las palabras individuales se combinan de tal manera (generalmente en forma de oración) que una idea Esquema 3. Significado Significativo 80 La idea general de que el aprendizaje significativo facilita la obtención del conocimiento nuevo se determina por la vinculación, de una manera intencionada y relacionable, con los conceptos y preposiciones que están ya internalizados en la estructura mental del individuo, convirtiendo el aprendizaje en menos vulnerable, al ampliar el horizonte de conocimiento de los estudiantes. Un buen anclaje de ideas evita que el educando las exprese literalmente del docente. La actitud repetitiva es fomentada para que el estudiante lleve en sus estructuras mentales asociaciones arbitrarias, por lo que relaciona los significados de una manera única, evitando crear cadenas de asociaciones que le permitan ordenar en un todo su estructura mental, negándose la adquisición de un nuevo conocimiento. Esquema 4. Adquisición del conocimiento La enseñanza-aprendizaje En consecuencia, y de acuerdo con Torres del Castillo, “el perfil del docente deseado debe ser como un sujeto polivalente, profesional competente, agente del cambio, prácticamente reflexivo, profesor investigador, intelectual crítico e intelectual transformador”.10 Esta actitud debe subsistir en la idea del docente para de otorgar los conocimientos que funcionen como incluyentes, que clarifiquen y estabilicen en el estudiante sus referentes, al utiLos porcentajes establecieron una tendencia. La adquisición de conocimientos debe partir de la adecuada integración del nuevo aprendizaje en los estudiantes de la licenciatura en Diseño Gráfico, en donde la obtención del saber permita la existencia de una evocación de sus experiencias para que puedan analizar, conocer y generalizar los simbolismos empleados en la disciplina. Uti- Ibid. Paulo Freire, Pedagogía de la autonomía, México, Siglo xxi, 1997, p. 28. 10 Barth, 1990; Delors y otros, 1996; Hargreaves, 1994; Gimeno, 1992; Jung, 1994; ocde, 1991; Schon, 1992; unesco, 1990, 1998, citados por Rosa María Torres del Castillo, “Nuevo papel docente. ¿Qué modelo de formación y para qué modelo educativo?”, en Perfiles Educativos, núm. 82, México, cise-unam, p. 7. 81 DISEÑo Y EDIFICACIÓN lizar un lenguaje que esté en el nivel de las estructuras mentales de cada alumno que de paso a un proceso de análisis y relacionabilidad de los significados. La presentación de materiales planeados para reforzar la interiorización del conocimiento facilitan la discriminación y jerarquización de los saberes de la disciplina. resultante es más que la suma de los significados de las palabras componentes individuales. En las condiciones del verdadero aprendizaje los educandos se van transformando en sujetos reales de la construcción y de la reconstrucción del saber enseñado, al lado del educador, igualmente sujeto del proceso. lizando el conocimiento con sentido para poder establecer el pensamiento lógico, para que exista una retención del conocimiento en su interior y logre así un anclaje adecuado en el desarrollo del pensamiento psicológico, con el que modifique las estructuras mentales. Al conseguir lo anterior es posible inducir una construcción adecuada de los saberes de la profesión, donde se relacionen las experiencias de aprendizaje adquiridas en una reorganización del conocimiento que dé paso a la consolidación del mismo. la existencia de pensamientos que, en su conjunto, analicen y discutan acerca de los fenómenos y comportamientos del mismo ser humano en la búsqueda constante de presentar caminos que mejoren el campo del saber. Es necesario que el docente ejecute con mayor destreza su función, que el alumno crezca en los saberes propios de su disciplina y que la institución ofrezca a ambos un espacio de reflexión y crítica que les permita visualizar y entender el potencial de cada uno desde una perspectiva del currículo escolar. Bibliografía D. Ausubel, Psicología educativa, México, Trillas, 1976. _______, Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo, México, Trillas, 1993. J. B. Araujo y B. C. Chadwick, Tecnología educacional. Teorías de instrucción, Barcelona, Paidós, 1993. R. Béjar et al., El desarrollo de la organización de la enep Acatlán, 1975-1980, México, Dirección General de Publicaciones, unam, 1981. L. Cohen y L. Manion, Métodos de investigación educativa, Madrid, La Muralla (Aula Abierta), 1990. J. Eggleston, Sociología del currículo escolar, Buenos Aires, Troquel, 1980. P. Freire, Pedagogía de la autonomía, México, Siglo xxi, 1997. _______, La importancia de leer y el proceso de liberación, México, Siglo xxi, 1999. G. Hernández, Paradigmas en psicología de la educación, México, Paidós, 2001. Las facultades y escuelas de la unam, 1929-1979, 3 vols., México, Dirección General de Publicaciones, unam, vol. i, 1979. R. M. Torres, “Nuevo papel docente. ¿Qué modelo de formación y para qué modelo educativo?”, en Perfiles Educativos, México, 1998. P. Scott, “El rol cambiante de la Universidad en la producción de nuevo conocimiento”, en Pensamiento Universitario, núm. 8, año 6, México, 1999. Consideraciones Las teorías sobre aprendizaje y el estudio de grupos sociales sustentan cómo aprendemos los individuos, cómo se retienen y adquieren los conocimientos. Para ello es necesario conocer a los actores en el proceso de enseñanza y aprendizaje, con lo que se consigue establecer el perfil de cada uno y ubicar la teoría más adecuada de este proceso para entender el papel del docente y del alumno. Se debe reafirmar que el sustento del aprendizaje no debe estar basado sólo en la práctica, como se pudo identificar, con la idea de reforzar el trabajo intelectual. En este caso el sustento de la teoría del aprendizaje significativo permite observar la importancia de jerarquizar el aprendizaje desde el significado de las palabras, relación de significado con el objeto y el universo de preposiciones. Se debe analizar la importancia que tienen los referentes culturales y educativos de cada alumno para lograr una consolidación durante la construcción de su aprendizaje, con la intención de que el estudiante otorgue la argumentación correcta de los trabajos presentados al docente que indique una adecuada adquisición del saber. Esta reflexión invita a desarrollar mecanismos que mejoren el desempeño del trabajo académico para que los estudiantes anclen el conocimiento y puedan lograr la adquisición de los nuevos aprendizajes al ir cursando los semestres en el plan de estudios. En consecuencia, vemos que la manera en cómo se interrelaciona el hombre puede provocar José Luis Caballero Facio es maestro en artes visuales por la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Cursó el diplomado en usos de las nuevas tecnologías en la educación, por el Centro de Investigaciones y Servicios Educativos de la unam. Su labor docente la realiza adscrito a la División de Diseño y Edificación como profesor de carrera en la licenciatura en Diseño Gráfico de la fes Acatlán. 82 Transferencia entre los métodos mono-registro del cálculo integral, matriz exponencial y formas de Jordan en sistemas dinámicos con auto-espacios deficientes Jorge Javier Jiménez Zamudio y Jeanett López García • RESUMEN Los métodos de resolución de un sistema dinámico autónomo ˙¶ x=A x , 3-dimensional (3 x 3) ~¶ no presentan mayores dificultades respecto a lo realizado para sistemas planares (2 x 2), aunque sí pueden llegar a surgir ciertas complicaciones técnicas, específicamente al tratarse de matrices no diagonalizables. Estas dificultades pueden superarse entrelazando los conceptos de formas de Jordan, matriz exponencial y equivalencia cualitativa, considerados cada uno de ellos como representaciones mono-registro, es decir, bajo la perspectiva de un solo marco, que no favorecen los procesos de transferencia. En consecuencia se proponen los puentes para transitar de unas a otras de las diferentes representaciones, evidenciando su equivalencia matemática al resolver un sistema de ecuaciones diferenciales. Colateralmente se propone un algoritmo, de máxima parsimonia, sobre la base del juego de marcos, de tipo multi-registro, para la obtención de la solución analítica de sistemas de ecuaciones diferenciales lineales de 3 x 3 con espacios característicos deficientes cuya dimensión del núcleo es 1 y 2. El algoritmo ha sido diseñado para ser utilizado esencialmente por profesionales no matemáticos, aunque no excluye la posibilidad de ser aprovechado por estos últimos en aras de economía computacional. PALABRAS CLAVE Espacios característicos deficientes. Formas de Jordan. Matriz exponencial. Solución de sistemas de ecuaciones diferenciales. 83 ABSTRACT The resolution methods of an autonomous dynamic system ˙x¶ = A ~ x¶, 3-dimensional (3 x 3) do not show greater difficulty when compared to what has been done for planar systems (2 x 2), even though some technical complications might come up, specifically when we are dealing with non diagonalizable matrices. These difficulties can be overcome interweaving the concepts of Jordan forms, matrix exponential and qualitative equivalence, echo of them considered as mono-register representations, that is, under the perspective o fan only frame, that do not favor the processes of transference. As a consequence, “bridges” are proposed, in order to go from one representation to the other, making evident their mathematical equivalence, solving a system of differential equations. In a collateral way, an algorithm is proposed, of a maximum parsimony, on the basis of a frame game, of a multi-register kind, to obtain an analytical solution of systems of linear differential equations of with characteristic deficient spaces whose kernel’s dimension is 1 and 2. The algorithm has been designed to be used mainly by non mathematician professionals, although the possibility of being used by mathematicians is not excluded for the sake of economizing computation. KEY WORDS Characteristic deficient spaces. Jordan forms. Matrix exponential. Solution of systems of differential equations. Introducción La solución de sistemas de ecuaciones diferenciales lineales autónomos de 3 x 3 a través de valores y vectores propios es relativamente sencilla en tanto los autovalores generen espacios característicos completos. Sin embargo, los libros de texto relativos al tema por un lado omiten un tratamiento explícito [2, 3] para el caso correspondiente a los espacios que son deficientes, o por otro presentan una descripción muy técnica y formal [1, 4, 5, 7, 10, 11], pero en ambos casos dan un tratamiento discursivo que no favorece la transición entre diferentes representaciones semióticas (marcos de referencia únicos o desarticulados), al ser tratados los conceptos de formas de Jordan y matriz exponencial cada uno por separado, limitándose a proporcionar un algoritmo, en general basado en el desarrollo operativo de un ejemplo ad-hoc, que no distingue entre las dimensiones 1 o 2 del núcleo de la transformación. Los usuarios de las matemáticas —no necesariamente matemáticos— en su quehacer cotidiano precisan cambiar de un punto de vista a otro, interpretar de diferentes formas los problemas que se plantean resolver, a formularlos de distinta manera, es decir, a transportarlos de un marco a otro, al menos parcialmente, para confrontar los problemas planteados en marcos diferentes y en consecuencia del uso de herramientas matemáticas diferentes. Un marco, concebido como una noción dinámica, está constituido por objetos de una rama de las matemáticas, de las relaciones entre los objetos, de sus formulaciones eventualmente diversas y de la imágenes mentales asociadas a esos objetos y a esas relaciones. 84 Espacios característicos deficientes Supóngase que λ es un valor característico de la matriz A ~ . Entonces la multiplicidad geométrica de λ es la dimensión del espacio característico que le corresponde (el cual es la dimensión del núcleo de la matriz (A ~ – λI ~ ). Es decir Multiplicidad geométrica de λ = dimEλ = dimker (A ~ – λI ~) Una matriz de 3 x 3 tiene tres vectores característicos independientes si y sólo si la multiplicidad geométrica de cada valor característico es igual a su multiplicidad algebraica (esta última se puede entender como las veces que se repite un valor característico). Para entender los espacios característicos deficientes es necesario conocer el concepto de núcleo (o kernel en inglés). Dada una aplicación lineal f : V ä W, su núcleo es el subespacio de V que forman los vectores que tienen por imagen el vector ¶0 . El conjunto imagen f (V ) es un subespacio vectorial de W y se denota por Im(f ). Además, si se tiene un conjunto de vectores ¶ v 1,…, ¶ v n que sea un sistema generador de f (V ), entonces el rango de f es Con objeto de reforzar el contenido semántico de la presentación, la notación para matrices será a través de letras mayúsculas, con un acento circunflejo en su base. Dado que A : Rn ä Rn, entonces la matriz ~ A puede ser conceptualizada como un operador. ~ 85 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA Dos marcos pueden implicar los mismos objetos y diferir por las imágenes mentales y el problema involucrados. Por lo demás, la familiaridad y la experiencia pueden conducir a conflictos entre lo que se espera y lo que se produce efectivamente con dichas representaciones y, por consiguiente, a renovar las imágenes o hacerlas evolucionar. Un cambio de marco es un medio para obtener formulaciones diferentes de un problema sin ser necesariamente equivalentes por completo, permiten un nuevo acceso a las dificultades encontradas y a la puesta en acción de herramientas y técnicas que no se imponían en la primera y/o alguna de las siguientes formulaciones. En suma, las traducciones de un marco a otro conducen a técnicas nuevas, al enriquecimiento del marco original y los marcos auxiliares de trabajo. En matemáticas las representaciones semióticas sobre un marco de referencia, que son indispensables para fines de comunicación, precisan la posibilidad de efectuar transformaciones sobre los objetos matemáticos y éstas dependen directamente del sistema de representación semiótico utilizado. La utilización de representaciones semióticas es primordial para la actividad matemática y parece ser intrínseca a ésta [6]. A continuación se presenta una revisión simplificada de los objetos matemáticos presentes en el algoritmo que se propone para que, a partir de los resultados parciales de cada uno de ellos, se proceda primero a establecer sus interrelaciones, para pasar a su aplicación a casos particulares y por último, a partir de la integración de las diferentes formulaciones, proceder a una generalización que genere el algoritmo basado en el cambio de marcos. El núcleo de la aplicación lineal se denotará por ker ( f ) y corresponde al conjunto (1) Por lo demás, si el espacio V tiene dimensión finita, entonces se cumple que (2) En la literatura [5, 7] se puede encontrar que algunos autores le llaman nulidad a la dimensión del núcleo. La dimensión del espacio V, para el caso que se desarrolla en el presente artículo, por tratarse de matrices de 3 x 3, será siempre 3, es decir, dimV = 3, y lo que variará, por tratarse de espacios característicos deficientes serán: dim ( f (V )) y en consecuencia dim ker ( f ). Una de las formas más sencillas de entender y manipular la notación matricial corresponde a las formas canónicas. Éstas son una representación estándar a la que se reducen ciertas matrices mediante algún conjunto de operaciones [9]. Si todos los valores propios de una matriz A ~ son diferentes y no nulos, entonces bajo la transformación de semejanza T -1 AT, donde T es la matriz cuyas columnas son los vectores propios de A ~ (algunas veces llamada la matriz de transición o de paso [8]), existirá una única forma canónica de Jordan y será la matriz diagonal cuyas entradas diferentes de cero son los valores propios de A ~ . Una forma económica de reconocer si un espacio característico es o no deficiente es T verificar si la matriz (para el caso no complejo) es igual a su transpuesta, es decir, A ~ =A ~ (matriz hermitiana). El espacio característico de una forma de Jordan diagonalizable será siempre no deficiente, pues siempre es posible determinar un conjunto completo de autovectores, sin importar la multiplicidad de sus autovalores. Valor característico λ de multiplicidad 3 Retomando la ecuación (1), que señala que ker ( f ) = {v¶ЄV | f (v¶) = ¶0 }, entonces si el espacio característico no es deficiente, habrá tres autovectores linealmente independientes que satisfacen f (v ) = 0 , f (v ) = 0 , y f (v ) = 0 , es decir, la dimensión del núcleo o kernel ¶1 ¶ ¶2 ¶ ¶3 ¶ de f (v¶) en este caso será 3. (3) Evidentemente, el caso anterior, que genera una base de R3, es decir, que llena todo el espacio (con tres vectores característicos linealmente independientes) no implica problema alguno, no así en los casos para los cuales sólo existan uno o dos vectores característicos, mismos que trataremos a continuación. Núcleo con dimensión uno. Sabemos que no todas las matrices son semejantes a una matriz diagonal. Por ejemplo, la matriz Se dice que un operador A : Rn ä Rn, es diagonal si su matriz es diagonal en alguna base. Tal base es ~ llamada la base característica o auto-base. 86 , la dimensión del kernel de su imagen será 1, es decir, dim ker (A ~ – λI ~ ) = 1 y asimismo, dim rang (A – λI ) = 2. Por consiguiente, la notación que se utilizará en lo que sigue para ~ ~ esta forma de Jordan será (4) por lo que se puede escribir razón por la cual, para completar la base en R3 se deberán calcular, adicionalmente, dos vectores generalizados en la forma usual de encadenamiento de vectores característicos generalizados (véase, por ejemplo, p. 441 [3]). Núcleo con dimensión dos. Una segunda forma de Jordan importante para el presente trabajo es , la cual tiene dos vectores propios linealmente independientes, por lo que la dimensión del núcleo o kernel de su imagen será de dos y por lo tanto su rango será 1. En congruencia con el caso de dimensión uno, se seguirá que la notación a usar será (5) por lo que se puede escribir (6) 87 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA no puede transformarse en una matriz diagonal por medio de una transformación de semejanza para cualquier valor de λ ≠ 0, ya que J tiene un único vector propio linealmente ~ independiente y, por lo tanto, su espacio característico es deficiente. En consecuencia, una vez más sobre la base de la ecuación (1), se tendrá que para una matriz de Jordan de la forma razón por la cual, para completar la base en R3 se deberá calcular, adicionalmente, un vector generalizado. Una de las características importantes de la forma de Jordan que tiene implicaciones relevantes en el cálculo de sus vectores característicos es el hecho de que la matriz al elevarse al cuadrado se anula, es decir es nilpotente con k = 2: (7) No obstante, la matriz (7) tiene por base dos de los vectores canónicos, es decir y (8) Matriz exponencial Sea A ~ una matriz de coeficientes constantes de 3 x 3, entonces la exponencial de la matriz A ~ es (9) En general, el producto entre matrices no es conmutativo, sin embargo, dadas dos matrices A B , si A B = ~B A ~ y ~ ~~ ~ entonces se tiene que (10) Una matriz es nilpotente si después de elevarla a la potencia k resulta ser nula, donde k es el valor mínimo para el que se presenta este resultado. 4 Se adoptará el término matriz exponencial que responde a usos y costumbres [4, 8], en lugar de su acepción formal de exponencial de una matriz. 3 88 (11) Relación matrices-soluciones de un sistema de ecuaciones diferenciales Si se tiene una matriz A de 3 x 3, entonces la única solución de un problema de valor inicial ˙¶ x =A x , con ¶ x (0) = ¶ x 0 es ~¶ (12) Supóngase que x¶1(t), x¶2(t), y x¶3(t) forman un conjunto fundamental de soluciones del sistem ˙x¶ = A ~ x¶ de 3 x 3 sobre un intervalo α < t < β, entonces se puede proponer una matriz cuyas columnas sean los vectores x¶1(t), x¶2(t), y x¶3(t), que sea una matriz fundamental del sistema. Se dice que ψ(t) es una matriz fundamental, no única, del sistema ˙x¶ = A ~ x¶ si sus n ~ columnas son n soluciones linealmente independientes del citado sistema. Así para un sistema de 3 x 3 una matriz fundamental, está determinada por: (13) Si además ψ(0) = ~I , entonces la matriz fundamental suele representarse por Φ(t), es ~ ~ decir, Φ(0) = ψ(0) = ~I . A Φ(t). Algunos autores [4, 11] la denominan matriz exponencial ~ ~ ~ para recalcar la unicidad de la solución del problema de valor inicial. La relación entre matriz fundamental y matriz exponencial es Φ(t) = ψ(t)ψ-1(0) ~ ~ ~ Matriz exponencial para formas de Jordan Se desarrollará solamente lo relativo a matrices exponenciales para los casos de matrices no diagonalizables, ya que las diagonalizables no requieren de tratamiento especial alguno. Como vimos, para reconocer si una forma de Jordan es diagonalizable, se debe T verificar si se cumple que A ~ =A ~ . En lo relativo con los espacios característicos deficientes asociados a una matriz A ~ , considérense las siguientes dos matrices no diagonalizables: (14) 89 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA Este último resultado será aplicado para calcular la matriz exponencial de una matriz no diagonal. Adicionalmente, en el contexto de la matriz de transición se tiene que si se -1 tiene la matriz B ~ =T ~ A ~T ~ entonces y (15) y deseamos hallar sus respectivas exponenciales, es decir, se desea conocer el resultado de (16) y (17) Véase que (14) siempre se puede separar en una suma de matrices (18) Aplicando la ecuación (9), se puede probar que (19) Dado que el producto de las matrices del lado derecho de la ecuación (18) es conmutativo, se tiene que: 90 (20) Por lo que, haciendo el producto de (19) con (20) obtenemos Finalmente hemos obtenido e(tJ~ dim 1) (21) Si se procede de la misma manera con (15), es decir, representar la matriz original como la suma de una matriz diagonal y otra que en este caso será nilpotente, es decir, que al multiplicarse por sí misma en algún momento se anulará (en este caso se anula al elevar al cuadrado) se tiene: (22) 91 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA Véase que aplicando una vez más la ecuación (9) se tiene que Nuevamente, el producto de las matrices del lado derecho de la ecuación (22) es conmutativo, por lo que Aplicando la ecuación (9) al segundo término de la última expresión se tiene (23) por lo que multiplicando (19) y (23) se obtiene (24) En consecuencia, el resultado de (17) es (25) Aplicando (12) a (21) o (25) se tiene que la solución al problema de valor inicial ˙x¶ = A ~ x¶ con , con A ~ una de las formas de Jordan~J dim1 y ~J dim2 dadas por las ecuaciones (4) y (5) está dada por (26a) o (26b) respectivamente. 92 (26b) Cambio de coordenadas y equivalencia topológica Sea un sistema de ecuaciones diferenciales ˙y = ~ B y y supóngase que se tiene una matriz ¶ ¶ -1 de transición T , 3 x 3, no singular. Si B = T ~ ~ ~ A ~T ~ entonces el sistema de ecuaciones diferenciales toma la forma: (27) Considérese un sistema de ecuaciones diferenciales diferente al anterior, digamos (28) Si y es solución de (27) entonces, la relación entre ambos sistemas proporciona la solu¶ ción de (28) que es dado por el cambio de coordenadas (29) La aseveración anterior es fácil de verificar. Tómese x =T ¶ ~ y y derívese respecto al tiempo: ¶ (30) sustituyendo (27) en (30) (31) sustituyendo (29) en (31) se obtiene verificándose la validez de la ecuación (29). Lo anterior implica una equivalencia topológica, cuya justificación teórica es la siguiente. 93 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA (26a) Supongamos dos sistemas de ecuaciones diferenciales ˙¶ x =A x y ˙¶ x =~ B¶ x , cuyos flujos ~¶ A B son, respectivamente Φ ~ y Φ ~, entonces los dos sistemas son topológicamente equivalentes (conjugados o similares) si existe un homeomorfismo h : R3 ö R3 que satisface (32) La trascendencia de (32) radica en el hecho de que si existe un homeomorfismo entre dos sistemas de ecuaciones diferenciales, entonces conociendo la solución (el flujo) de uno de los sistemas existe la posibilidad de encontrar la solución (el flujo) del otro. Si bien el homeomorfismo lleva las curvas solución de un sistema al otro, no dice el cómo hallarlo. La importancia de esta definición se hará patente en la siguiente sección. Equivalencia topológica y matriz exponencial Sean dos sistemas de ecuaciones diferenciales topológicamente equivalentes, digamos ˙¶ x =A x y ˙y = ~ B y , cuyas soluciones a un problema de valor inicial son, respectivamente: ~¶ ¶ ¶ (33) y (34) donde ¶ x 0 = y 0. Por el cambio de coordenadas en (29) se tiene ¶ (35) sustituyendo (33) y (34) en (35) (36) Esta última ecuación establece explícitamente la posibilidad de determinar una solución de un sistema de ecuaciones diferenciales conociendo la solución de otro sistema y la matriz de transformación asociada al primero. Solución de un sistema de ecuaciones diferenciales ad-hoc a través del cálculo integral Sea el sistema de ecuaciones diferenciales con a, bЄR y x, y, z funciones reales dependientes de t: Una forma de hacer referencia a la solución de un sistema de ecuaciones diferenciales, resaltando la dependencia de las condiciones iniciales, es llamarla a ésta como flujo. Este último nombre sugiere imaginarse los puntos de R3 fluyendo simultáneamente a lo largo de las curvas solución [2, 10]. 94 Para resolver (37), tomando en cuenta que ˙y y ż son ecuaciones desacopladas, y que éstas corresponden a ecuaciones diferenciales separables, entonces pueden resolverse fácilmente a través de las técnicas que proporciona el cálculo diferencial e integral. Por lo tanto y(t) = k2eat z(t) = k1eat Sustituyendo en la primera de las ecuaciones del sistema ˙x se obtiene x(t) = k3eat + k2bteat Así, se tiene que Aplicando a la expresión anterior las condiciones iniciales (38) Véase que la matriz de coeficientes de la ecuación (37) puede equipararse con la forma de Jordan J dim2. ~ Transferencia entre registros Con base en las secciones previas se pondrán de manifiesto las relaciones entre los diferentes registros de representación a partir de los cuales se presentan los siguientes resultados: Los tres primeros incisos muestran las equivalencias entre las representaciones a través de valores y vectores característicos y la matriz exponencial aplicada a las formas de Jordan. El cuarto inciso muestra los puentes entre las soluciones que aporta el cálculo 95 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA (37) integral por una parte y la matriz exponencial aplicada a las formas de Jordan por la otra parte. (i) Las soluciones linealmente independientes de un sistema de ecuaciones diferenciales lineales autónomo cuya matriz de coeficientes sea de la forma se corresponderán con las columnas de la exponencial de la matriz , es decir , , (39) (ii) Las soluciones linealmente independientes de un sistema de ecuaciones diferenciales lineales autónomo cuya matriz de coeficientes sea de la forma se corresponderán con las columnas de la exponencial de una matriz , es decir, , , 96 (40) (41) donde los ¶ x i son las soluciones obtenidas a través de los valores y vectores característicos. La ecuación (39) vista bajo el principio de superposición es La ecuación (40) vista bajo el principio de superposición es (iv) Para mostrar el transito de la representación de la solución de un sistema de ecuaciones diferenciales obtenida a través del cálculo integral a las soluciones con valores y vectores propios y la matriz exponencial aplicada a las formas de Jordan procedemos a igualar (38) con (26b) (42) Expresando el lado derecho de (42) a través de los vectores característicos 97 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA (iii)Estos dos últimos resultados, (39) y (40), evidencian la solución general del sistema de ecuaciones diferenciales a partir de los valores y vectores característicos. Lo anterior es posible si se interpreta que el conjunto {x , x , x } conforma el espacio vec¶1 ¶2 ¶3 torial que tratándose de un problema de valores iniciales determina unívocamente una solución del sistema de ecuaciones diferenciales. Dado que el sistema de ecuaciones diferenciales es lineal, entonces es posible aplicar el principio de superposición (combinación lineal) a los elementos de la base, es decir realizando las operaciones (43) De donde si a = λ, b = 1, entonces se ha obtenido la equivalencia buscada. A manera de resumen, en la Figura 1 se propone una representación gráfica que esboza las equivalencias analizadas en el cuerpo del documento entre los diferentes registros. Figura 1. Equivalencias de las soluciones de los mono-registros: cálculo integral, matriz exponencial, vectores propios y formas de Jordan para resolver sistemas de ecuaciones diferenciales lineales. 98 Con el andamiaje teórico que proporciona la transferencia de registros, como un producto adicional, se propone un algoritmo de máxima parsimonia para la obtención de la solución analítica de sistemas de ecuaciones diferenciales lineales de 3x 3, con espacios característicos deficientes cuya dimensión del núcleo es 1 y 2. Cabe señalar que si el algoritmo resuelve los problemas con espacios característicos deficientes, entonces también funciona para los casos no deficientes y no sólo de de dimensión 3. Supuesto: Sea un sistema ˙x¶ = A ~ x¶ de ecuaciones diferenciales 3 x 3 con un autovalor repetido triple, y con un espacio característico deficiente: 1. Hállese la matriz de transformación T ~ compuesta por los autovectores asociados a -1 la matriz A , tal que J = T A T corresponda a una de las formas de Jordan (4) o (5). ~ ~ ~ ~~ 2. Hágase el producto de la matriz T por la exponencial de la matriz que corresponda ~ tJ ~ para obtener una matriz fundamental Ψ (t). al caso, es decir, T e ~ 3. Las columnas de la matriz resultante serán soluciones linealmente independientes del sistema original. No obstante la solución que se obtendrá podría no ser única. Para asegurar la unicidad debe hacerse Φ(t) = ψ(t)ψ-1(0) ~ ~ ~ Por lo tanto la solución única del sistema es ¶ x = Φ(t)x¶0. ~ Aplicación del algoritmo a sólo el caso del núcleo de dimensión dos Para mostrar la parsimonia del método y favorecer la interiorización de las transferencias entre los registros se ejemplifica la aplicación del algoritmo para el caso de un espacio deficiente de dimensión 2. Sea el sistema Este sistema tiene un único valor característico triple λ1 = 2. Sus dos únicos vectores característicos son ó Para obtener el vector que falta para completar la base se propone un vector ¶ v 2 que no sea una combinación lineal de los vectores propios hallados de antemano, es decir , pudiéndose proponer No se ejemplifica el caso del núcleo de dimensión 1, dado que el proceso sería esencialmente el mismo y además corresponde al caso más frecuentemente encontrado en la literatura, aunque desde luego el tratamiento se desarrolla de manera diferente al presente. 99 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA El algoritmo o Tomando para calcular ¶ v 1 a través de (A–λ1I ) ¶ v2 = ¶ v 1 se obtiene de entre los muchos posibles (v¶1 puede ser cualquier múltiplo de (–1,–1–1)T). Para formar la matriz de transformación T ~ tomemos entonces donde sólo el tercer vector es un vector característico. Otra posible elección puede ser , y . A continuación se desarrollará “en paralelo”, es decir, usando cada uno de los dos vecto-1 res anteriores, el proceso para obtener la forma de Jordan J dim2 = T ~ A ~T ~ (que es única). ~ (44) o La matriz obtenida en (44) corresponde a una forma de Jordan de la forma (5), por lo tanto una matriz exponencial asociada es . En consecuencia una matriz fundamental del sistema a resolver será dado por tA tJ ~ ~ Ψ ~ (t) = e = T ~e 100 MATEMÁTICAS E INGENIERÍA Dado que , entonces por lo que su matriz exponencial es Así la solución del sistema dado será (45) Nótese que la ecuación (45) se corresponde con la encontrada a través de los vectores característicos. Los vectores característicos que conforman la base contenidos en la matriz T ~ así como la base canónica en R3 se encuentran representados en la Figura 2. 101 Figura 2. Comparación entre dos sistemas de coordenadas, el canónico sobre los ejes y el sistema de referencia del problema desarrollado. Conclusiones A partir de la revisión y análisis de las relaciones entre los tres mono-registros, se puede concluir lo siguiente: • La aplicación del juego de marcos ha permitido establecer explícitamente las relaciones entre objetos matemáticos, en cuyo tratamiento éstos se perciben aparentemente desligados, y además ha permitido introducir un algoritmo que lleve a la solución expedita de sistemas con espacios característicos deficientes. Así entonces la ecuación (42) relaciona el resultado de un sistema ad-hoc con el obtenido por matriz exponencial. • La existencia de una teoría definitiva para los sistemas lineales ha favorecido la transición entre diferentes representaciones semióticas, y operativamente ha coadyuvado a hallar soluciones de un sistema de ecuaciones diferenciales, si éste puede ser llevado a alguna de las formas de Jordan J dim1 o J dim2, tal como se ha ~ ~ establecido en el algoritmo desarrollado. Bibliografía [1] Vladimir Arnold, Ordinary Differential Equations, The mit Press, 1973. [2] D. K. Arrowsmith y C. M. Place, Dynamical Systems: Differential equations, maps and chaotic behaviour, Chapman & All/crc, 1992. [3] William Boyce y Richard DiPrima, Ecuaciones diferenciales y problemas con valores a la frontera, México, Limusa, 1967. [4] Robert Borrelli y Courtney Coleman, Ecuaciones diferenciales. Una perspectiva de modelación, México, Oxford University Press, 2002. [5] Juan de Burgos, Álgebra lineal, Madrid, McGraw-Hill, 1993. [6] R. Duval, Semiosis y pensamiento humano, Bogotá, Universidad del Valle, 1999. [7] Stanley Grossman, Álgebra lineal, México, McGraw-Hill Interamericana, 1992. [8] C. Fernández Pérez et al., Ecuaciones diferenciales y en diferencias. Sistemas dinámicos, Madrid, Thomson, 2003. [9] Luis Manuel Hernández Gallardo, “La forma canónica de Jordan”, Revista del Seminario de Enseñanza y Titulación, vol. x, núm. 92, México, uam, 1994. [10] Morris Hirsch y Stephen Smale, Ecuaciones diferenciales, sistemas dinámicos y álgebra lineal, Madrid, Alianza, 1983. [11] Morris Hirsch, Stephen Smale y Robert Devaney, Differential Equations, Dynamical Systems, and an Introduction to Chaos, Elsevier, 2004. Jeanett López García es candidata a maestra en ciencias. Posee dos licenciaturas, una en matemáticas aplicadas y computación y otra en f ísica. Su labor docente la ha realizado en la unam, el ipn, la unitec y la uacm. Jorge Javier Jiménez Zamudio es candidato a doctor en evaluación, además de contar con el grado de maestro en educación matemática. Su labor como profesor titular “C” la realiza adscrito a la División de Matemáticas e Ingeniería de la fes Acatlán. Su línea de investigación se centra en el estudio de los sistemas dinámicos. 102 DIáLOGOS Los límites de la hermenéutica analógica Raúl Alcalá Entre el univocismo de la primera mitad (cuya máxima representación se encuentra en parte del positivismo lógico) y el equivocismo de la segunda mitad (a la que nos llevó el posmodernismo recalcitrante) del siglo pasado (no sólo en el campo de la epistemología sino también en la ética y la ontología), la hermenéutica analógica propuesta por el filósofo mexicano Mauricio Beuchot ha encontrado su lugar natural. Cierto, es una propuesta sugerente que nos permite enfrentarnos, en tanto que podemos comprenderlo, al mundo actual. Entre los grandes beneficios, desde mi punto de vista, que tiene la hermenéutica analógica es que nos permite guardar distancia de la rígida visión de la modernidad, tan altiva y prepotente, como bien afirma Beuchot, pero “guardar distancia” no quiere decir olvidarla sin más, algo de ella se rescata, por ello no permite que caigamos en el otro extremo, en aquel en que se tira por la borda la ontología, la metaf ísica, el sujeto, etc. De tal manera que cualquier cosa es válida, que es el mundo al que nos puede arrastrar el posmodernismo a ultranza. Otro de los beneficios es que rescata al símbolo, a la phronesis, a la retórica del cajón de los olvidos y les otorga un lugar preponderante dentro de la hermenéutica. Sostengo, además, que la propuesta del filósofo mexicano está un paso adelante respecto a otras propuestas hermenéuticas, me refiero al caso de la aplicación. Gadamer, por ejemplo, sostiene que la comprensión, la interpretación y la aplicación no son asuntos independientes sino que forman parte de un proceso unitario, en sus palabras: Una ley no pide ser entendida históricamente sino la interpretación debe conectarla en su validez jurídica. Del mismo modo el texto de un mensaje religioso no desea ser comprendido como un mero documento histórico sino de manera que pueda ejercer su efecto redentor. En ambos caso esto implica que si el texto, ley o mensaje de salvación, deja de ser entendido adecuadamente, esto es, de acuerdo con las pretensiones que él mismo mantiene, debe ser comprendido en cada comento y en cada situación concreta de una manera nueva y distinta. Comprender es siempre también aplicar. Tal parece que aquí la aplicación se queda al nivel del comprender en un determinado momento, momento en el que se encuentran la comprensión, la interpelación y la aplicación. Cierto, Gadamer sostiene que un médico que puede interpretar correctamente los síntomas de un paciente pero no tenga ni idea de cómo tratarH. G. Gadamer, Verdad y método, 6ª ed., trad. Ana Agud Aparicio y Rafael de Aparicio, Salamanca, Sígueme, 1977, p. 380. 103 lo, sería un mal médico. Beuchot, por su parte, ha impulsado la aplicación de su propuesta en diferentes campos como si fuese un especie de método. Así, en un reciente libro nos presenta cómo se aplica la hermenéutica analógica en filosof ía, psicología, pedagogía, multiculturalismo y derechos humanos, ampliando con ello el campo de la aplicación de la hermenéutica. Esto es algo que debemos festejar pues se nos dice de manera concreta y precisa cómo bajar del mundo teórico al práctico. Sin embargo, no nos dice cuál es límite de estas posibles aplicaciones, de tal manera que podríamos seguir con la cadena y mencionar economía, sociología, astronomía, astrología, cartomancia, etc. No se hace mención de las ciencias exactas, tal vez para no comprometerse con la aplicación de la hermenéutica analógica a proposiciones como el teorema de Gödel. Pero con ello deja este rasgo de su propuesta a la intuición de sus seguidores. Habría que ver si en la aplicación a casos concretos es posible la aplicación de la hermenéutica analógica. Por ejemplo, aunque se considere que nos permite comprender lo que ocurre en la pedagogía, a la hora de impartir una clase se puede ver que su aplicación de manera precisa no es posible; podemos pensar también en el caso de la comprensión del Antiguo Testamento, en el que si bien puede tener una función importante la hermenéutica analógica, no así, creo, en el caso de una norma dentro de ella. En otras palabras, el mandato ¡no matarás! no requiere de la hermenéutica analógica para su comprensión. Por otro lado, al no poner límites a su propuesta resulta que tal parece cabe en cualquier lado y entonces se le puede aplicar el argumento popperiano de que es imposible refutarla. Popper sostenía que si una teoría es tan amplia que puede explicarlo todo entonces está vacía, como es el caso de religión y el marxismo. Claro que aquí habría que acotar el papel de la refutación, pues si se considera a la hermenéutica analógica como tal entonces, de acuerdo con los requerimientos de la filosof ía de la ciencia, podría ser refutada; sin embargo, si se le considera como un programa de trabajo la posibilidad de la refutación no tendría sentido, pues un programa de trabajo no es refutable, sólo es un conjunto de procedimientos a seguir para obtener un fin, pero en este sentido es tan válido como cualquier otro, de manera que la hermenéutica analógica sería un camino más, no el único. Tampoco se trata de sustituir a la epistemología por la hermenéutica, como sostuvo Rorty. Desde luego, es un camino más para obtener conocimiento, no el único. Esa fue la postura epistemológica heredada de la modernidad a la que le hizo frente la hermenéutica, puso en duda la idea de que la ciencia fuera la única fuente de conocimiento. No podemos ahora sostener que en realidad la única fuente de conocimiento es la hermenéutica, pues sería cometer el mismo error que tanto se le ha criticado a la modernidad. Así, no hay que abandonar la epistemología, como proponía Rorty, ni hay que sustituirla por la hermenéutica como el camino para acceder al conocimiento, nada más hay que aceptar que la realidad se deja conocer de diversas maneras. La hermenéutica analógica es una de ellas, pero, repito, no la única. Esto es lo que le da un sentido más amplio al pluralismo, la posibilidad de optar entre varios caminos y por ello tener la apertura para generar diversas interpretaciones y no con- Mauricio Beuchot, Compendio de hermenéutica analógica, México, 2007, Torres y Asociados. 104 por ello aceptada, aunque con un amplio rechazo por parte de la comunidad internacional. De aquí que la comprensión y la justificación sean dos cosas distintas. La primera tiene que ver con la capacidad de interpretación del intérprete, la segunda con su capacidad de argumentación, no necesariamente bajo los criterios de un argumento lógico; y ambas relacionadas con la situación concreta a la que se enfrenta, con su propia historia y con la comunidad ante la cual se pretende justificar una interpretación, que es la comunidad a la que pertenece el intérprete. Por otro lado, la hermenéutica analógica tiene un cierto aire de la dialéctica desarrollada por Heráclito en el sentido de que este filósofo consideró que ambos extremos se necesitaban uno al otro. Para Heráclito la realidad es una lucha de contrarios que siempre se encuentran en conflicto, sin embargo hay un logos que todo regula permitiendo que el cosmos mantenga un equilibrio, una armonía. Este logos es a la vez un elemento unificador y ordenador de aquellos que siendo contrarios se necesitan; como unificador, o mejor, conciliador, hace de la guerra, concordia; de la desproporción, proporción; de la separación, encuentro. Como ordenador reúne a las tensiones proporcionalmente. Luz María Álvarez sostiene esto de la siguiente manera: En la visión cosmológica heraclítea se asume que todas las cosas están en constante movimiento, cambio o devenir: nada permanece igual. Sin embargo, en virtud de que nada existe sin su correlativo contrario, ocurre que el cambio supone también la permanencia. “Cambiando reposa”, afirma Heráclito, y es que el puro cambio no daría razón del orden y el equilibrio cosmológicos, sino, por el contrario, de una falta de gobierno. El cambio absoluto sería la exclusión de la permanencia, misma que implicaría la ruptura del equilibrio de tensiones, que es lo que constituye al ser. Raúl Alcalá, “El papel de la retórica en la transición al posmodernismo”, en Helena Beristáin (comp.), El horizonte interdisciplinario de la retórica, México, unam, 2001. Luz María Álvarez, Ética y dialéctica, México, fes Acatlán, 2006, p.18. 105 DIáLOGOS tar con diferentes interpretaciones a partir de un único camino: la hermenéutica analógica. Una de las desventajas de la hermenéutica analógica es que es una propuesta dif ícil de criticar por la gran amplitud que manifiesta. Es una desventaja porque, como hemos mencionado, parece caber todo en ella y entonces se convierte en dogma, es decir, en una propuesta que se acepta de manera ciega pensando que cabe en cualquier lado. Llevada al campo del mundo indígena resulta que el indio se asume como tal, se es o no se es indio, no es mestizo, es indio. De la misma manera que una mujer embarazada no lo está más o menos, está o no está embarazada, no hay espacio que ocupar entre dos extremos porque se está necesariamente en alguno de ellos. Creo en la capacidad creativa del ser humano, en dejarle la libertad para ejercerla, con independencia de si se utiliza una hermenéutica romántica, filosófica o analógica, lo importante, en última instancia, son las razones que tengo para sostener una interpretación y cómo ésta me permite tomar decisiones prácticas, no quedarme sólo en el ámbito de la mera comprensión sino comprometerme con una decisión tomada. Se me podría techar de popperiano sosteniendo que distingo entre el contexto de justificación y el contexto de descubrimiento afirmando que este último carece de importancia. No tendría ningún problema con esta afirmación. Sin embargo, sostendría que en el campo de las justificaciones tiene un papel importante, desde el punto de vista de la hermenéutica, el contexto de descubrimiento, porque desde él se parte para la elaboración de una interpretación, en pocas palabras, es el contexto de vida. Aquí conviene hacer una aclaración importante: comprender una acción no es justificarla. Puedo comprender por qué Hitler actuó como lo hizo, pero tal comprensión no lo justifica ni ante mí ni ante la historia, aunque uno se podría preguntar: ¿cuál sería la justificación si hubiera triunfado el nazismo? Recordemos que en su momento las atrocidades perpetradas por el nazismo se justificaban para ellos mismos de alguna manera, así como la intervención en Irak por parte de USA fue justificada ante su Congreso y Esta visión heraclítea, creo, es lo que está como fondo en la propuesta de Mauricio Beuchot. Sin embargo, conviene mencionar que la propuesta de Heráclito nos remite a un logos como algo natural, no así la propuesta de Beuchot que nos lleva a un logos artificial, algo creado por el ser humano que le permite ser el mediador entre los extremos con el recurso de la hermenéutica analógica, y como un logos artificial debe tener límite, pues de no ser así como producto no natural implicaría que el ser humano sería ilimitado. Permítaseme ahora hacer dos citas de una reciente obra de Mauricio Beuchot, en la primera pretende hacer resurgir a la ontología: “Seguramente no una ontología que tenga las pretensiones de los pensadores modernos, tan altivos y prepotentes en sus planteamientos ontológicos. Pero tampoco esa ontología demasiado ‘débil’, a veces sumamente light, como suele ser casi todo el pensamiento reciente, sino una ontología al mismo tiempo debilitada en sus pretensiones de fundamentación absoluta…” Intercambien “ontología” por “hermenéutica analógica” y presten atención a la parte en itálicas para comprender que la hermenéutica analógica no tiene pretensiones de fundamentación últi- ma. Es más, no existe la hermenéutica como algo único, lo que existe son diferentes propuestas hermenéuticas: “En efecto, la hermenéutica es el saber de la interpretación, esto es, de la comprensión de textos, y no hay texto más dif ícil de interpretar que el simbólico. Por eso es muy importante la hermenéutica que elijamos, ya que los símbolos son los que en el fondo y en definitiva orienta nuestro camino en el mundo”. Reconoce Beuchot la diversidad de la hermenéutica. Que él se incline por la analógica no quiere decir que se desentienda de las otras y menos que le reste importancia o que niegue su existencia. Para finalizar, quiero enfatizar lo siguiente: no sostengo que la hermenéutica analógica no sirve para nada, al contrario, mi pretensión es defenderla de sus propios seguidores, pues considero que han exagerado sus beneficios corriendo el peligro de convertirla en superflua. Tampoco quiero poner en entredicho la capacidad de Mauricio Beuchot, a quien considero no sólo un gran amigo sino uno de los más importantes filósofos mexicanos de la actualidad, con una envidiable capacidad de trabajo. Pero poco favor le hacemos si no tomamos una actitud crítica hacia su pensamiento, que no a su persona. Mauricio Beuchot, Hermenéutica analógica, símbolo, mito y filosof ía, México, unam, 2007, p. 10; las últimas itálicas son mías. 106 Ibid., pp. 25-26; las itálicas con mías. Mauricio Beuchot En un inteligente artículo Raúl Alcalá hace algunas observaciones muy atinadas respecto a la hermenéutica analógica. Las hace respecto de algunas aplicaciones que se han dado a dicho instrumento cognoscitivo en disciplinas como la pedagogía, la psicología y el derecho, en las que se ha mostrado fructífera. Pero señala algunas cosas que son importantes. En primer lugar, no se marcan los límites de aplicación de la hermenéutica analógica, de modo que parece un método que aspira a ser único, una especie de panacea que viene a desbancar a todos los otros métodos. Para responder a esto quisiera comenzar indicando que, por supuesto, la hermenéutica analógica no aspira a ser el nuevo discurso del método, que viene a arruinar a todos los otros métodos habidos y por haber. Sería contradictorio con la misma analogía, sería incurrir en el univocismo. En efecto, la misma noción de analogía se introduce al ver las dificultades que conlleva el conocimiento unívoco, que sólo se puede alcanzar contadas veces, si es que puede alcanzarse. Así, la analogía es sinónimo de modestia o humildad en el conocer; en nuestro caso, es el abandono de las ilusiones univocistas de la modernidad. Pero también es resistencia ante la desilusión posmoderna de la racionalidad, de toda racionalidad, y trata de conservar algo de ella, incluso de la modernidad. Aun cuando la modernidad es criticable, lo es más por los excesos que cometió que por los caminos por donde iba orientada. De este modo, la hermenéutica analógica no pretende presentarse como panacea, no puede hacerlo. Antes al contrario, es conciencia de las limitaciones de nuestros alcances cognoscitivos. Claro que tiene límites, tanto en su teoría como en sus aplicaciones. En cuanto a la teoría hay muchos conceptos, aledaños al de analogía, y el de la analogía misma, que se resisten a la elucidación o aclaración completa, conservando siempre un margen de oscuridad y de ambigüedad, a veces desesperante. En cuanto a sus aplicaciones a diversas disciplinas, trataré de señalar algunas de esas limitaciones. La hermenéutica analógica, como toda hermenéutica, tiene mayor aplicación a las ciencias humanas y sociales que a las ciencias formales y naturales. Por eso se ha centrado sobre todo en las humanidades. Pero incluso en ella se han visto algunas deficiencias. Por ejemplo, aun cuando la economía es una de estas ciencias, requiere lo más que se pueda de univocidad, lo mismo en ramas como la administración, la contabilidad, etc. Pero donde al parecer ha encontrado la hermenéutica analógica aplicaciones válidas y útiles ha sido la misma filosof ía, la literatura, la historia, la filología, el derecho, la psicología y la pedagogía. No es posible sustanciar todas estas R. Alcalá, “Los límites de la hermenéutica analógica”. M. Beuchot, Compendio de hermenéutica analógica, op. cit. 107 DIáLOGOS Respuesta a “Los límites de la hermenéutica analógica” aplicaciones, pero se han hecho y parece que con provecho. Otra cosa que pregunta Alcalá es si la hermenéutica analógica es refutable. De no serlo sería colocada por Popper como metaf ísica y no como ciencia. Por supuesto que hay un aspecto en el que es refutable. He sostenido en varias partes que en hermenéutica procedemos por hipótesis interpretativas de los textos, en ese sentido una hipótesis tiene que contrastarse, y ya que es dif ícil si no imposible verificarla por lo menos puede refutarse y ser cambiada por otra conjetura. En esa medida se escapa del calificativo de metaf ísica (que los epistemólogos tienden a emparejar con la astrología, la alquimia o la parapsicología) y se acerca a la ciencia, aunque no creo que pueda llamarse ciencia o científica propiamente. Heidegger y Gadamer ponían la hermenéutica más del lado de la ontología (esto es, de la metaf ísica) que del de las ciencias (en contra del positivismo lógico, que ya estaba actuante en su tiempo). Dice Alcalá que tampoco se justifica dejar la epistemología para adoptar la hermenéutica, como pedía Rorty. Es verdad, pero la hermenéutica analógica, en la misma línea de Rorty, es un reconocimiento de que la epistemología se extralimitó en sus pretensiones de cientificidad. Se atuvo al modelo de las ciencias f ísico-matemáticas, y trató de conquistar la perfecta univocidad en todas las disciplinas, incluso en las humanísticas. A diferencia de Rorty, creo que la hermenéutica puede ser un buen auxiliar de la epistemología, en lugar de oponerse a ella. Se complementan, ya que la hermenéutica comprende bien a las ciencias humanas y sociales, que la epistemología subyugó y les impuso paradigmas que no siempre les quedaban de manera exacta. Para delimitar un poco la hermenéutica analógica, según pide Alcalá (pues le parece que es demasiado amplia y todo parece caber en ella), hay que decir que la analogía se aplica a aquellas cosas cuyo conocimiento no alcanza la precisión, pero que tampoco se desea que caigan en la ambigüedad absoluta, en la equivocidad. En esta línea, la hermenéutica analógica, como cualquier hermenéutica, claro que desea in- terpretar lo más correctamente posible un texto, y para sustentar una interpretación se basará en las razones o argumentos que haya para eso. Pero la analogicidad consistirá en que no se exigirá una prueba contundente, sin márgenes de error, cosa que se puede pedir a las ciencias formales pero no en otras, ni siquiera en las naturales. También se prueba en la praxis, por las consecuencias prácticas que se siguen de mi interpretación (un poco de manera cercana al pragmatismo). También es preciso distinguir la comprensión de la justificación, pues se puede comprender la acción de alguien sin poder justificarla. Creo 108 en una ontología equívoca, que no tiene fundamento ninguno. Es una ontología analógica, que acepta un fundamento analógico también, es decir, nuestro conocimiento de lo que fundamenta no sólo nos alcanza para conocer un fundamento que se muestra movedizo, no con la inmovilidad, no la contundencia de lo inconcuso. Al menos ésa es nuestra experiencia humana, de fundamentación existencial y viva, no fija y estática. Se quiere evitar tanto el fundacionismo univocista de la modernidad (que encontraba tal fundamento en el sujeto, en el yo) como el antifundacionismo equivocista de muchos posmodernos, que no aceptan fundamento alguno, ni siquiera débil. Asimismo, tiene razón Alcalá cuando dice que la hermenéutica analógica no desconoce otras hermenéuticas; hay muchas que aportan cosas valiosas. De lo que se trata es de criticar las que ostentan demasiada univocidad, ya que en hermenéutica resulta inalcanzable, y las que caen en demasiada equivocidad, la cual es inservible. En este rango intermedio, según sus intencionalidades y recursos, se mueve una constelación de hermenéuticas diversas, que pueden colaborar entre ellas. Es debido a esta pugna por frenar los excesos de la posmodernidad (relativismo excesivo, antifundacionismo recalcitrante y nihilismo desesperado) que ha surgido la hermenéutica analógica, pero también reconociendo las justas críticas que la posmodernidad ha hecho de los excesos de la modernidad (racionalismo a ultranza, universalismo exagerado y metarrelatos pretensiosos), que han abierto caminos en la actualidad. Por último, expreso mi gratitud a Raúl Alcalá como un interlocutor valioso. Es un excelente amigo, precisamente porque se toma el trabajo de criticar lo que el otro amigo hace, y eso para compartir con él lo que percibe y reflexiona. Todo lo cual es parte de la amistad. Además, siempre será pertinente lo que se atribuye a Aristóteles: “Amicus Plato, sed magis amica veritas”. M. Beuchot, Tratado de hermenéutica analógica. Hacia un nuevo modelo de la interpretación, 3ª ed., México, unam/ Ítaca, 2005, pp. 81-92, el capítulo titulado “La argumentación en la hermenéutica. El paradigma de Perelman”. Adopto el paradigma de Chaim Perleman porque está a mitad de camino entre la dialéctica y la retórica. R. Alcalá, “El papel de la retórica en la transición al posmodernismo”, op. cit. 109 M. Beuchot, Tratado…, op. cit., pp. 97-121. DIáLOGOS que la comprensión es el paso previo de la justificación. Y precisamente he considerado la argumentación retórica como el contexto de la justificación posterior al contexto de descubrimiento. Digamos que en el descubrimiento interviene la comprensión (es la intuición, que lleva a un hipótesis explicativa o, en este caso, interpretativa) y en la justificación interviene la explicación y el raciocinio (que tiene diversos niveles: apodíctico, tópico o retórico), y es la argumentación retórica la que me parece que debe tener, como mínimo. El propio Alcalá, en otros trabajos, ha ponderado la importancia de la retórica para pasar de la lógica deductiva a la teoría de la argumentación no, como él dice, de la modernidad a la posmodernidad. También es cierto que la hermenéutica analógica tiene un parecido con la dialéctica. Sólo que se trataría de una dialéctica en la que se buscaría la convivencia de los opuestos, no su mutua destrucción. En una ocasión estuve en una mesa redonda con Baudrillard y Mafesoli en el posgrado de la Facultad de Ciencias Políticas. Después de presentar la hermenéutica analógica, Mafesoli me dijo que le parecía interesante porque era una dialéctica premoderna, es decir, no como la hegeliano-marxista, que busca la superación de los opuestos en una síntesis superior, sino como la dialéctica presocrática, en especial la de Heráclito, que deja que los opuestos convivan y vivan precisamente de su tensión o en la tensión. En cuanto a la relación de la hermenéutica analógica con la ontología, Alcalá ha entendido bien que no se trata de volver a una ontología unívoca, ya que no es posible, después de las críticas de la posmodernidad. Pero tampoco se hunde Cirugía reconstructiva Hoy tomé el libro que olvidaste en mi casa hace tiempo y que leí durante aquellos días en los que las esperadas vacaciones habían llegado. Lo tenía en el librero de la sala y lo saqué para revivir las sensaciones que tuve al leerlo por primera vez. Al tenerlo en las manos miré su portada dura y azul, el color de sus hojas y la forma de las letras de cada página. Como recordarás, cuando lo sacaste de tu bolsa para mostrármelo observamos que la pasta del libro se estaba despegando. Ahora, cuando lo vi así, maltratado, descuidado, demasiado usado, sentí una gran pena pues éste, como el resto de libros que he leído, me ha proporcionado momentos de verdad agradables. Siempre he creído que los libros son tan delicados que semejan niños y como a ellos hay que cuidarlos dado que su contenido nos puede deparar cosas sorprendentes pues —con una temporalidad tangible o no— nos transmiten sensacionales experiencias y un aprendizaje general de lenguaje, lugares, personas, situaciones, etc. Nos hacen viajar y conocer lo real y lo fantástico; la historia sucedida y aquella con la que la imaginación o el sentimiento de un escritor nos hace soñar. Es por eso que hay que conservarlos en mejor estado. Esto no significa que deban estar guardados, no. Imagínate, sería como mantener a un niño quieto en un solo sitio, sin darle la oportunidad de hablar, moverse, brincar o jugar y con ello nos privaríamos de disfrutar de sus ocurrencias, de sus preguntas inocentes pero profundas que, como las historias contadas en los libros, casi siempre nos hacen pensar en esas cosas que siendo adultos y por estar demasiado ocupados omitimos. Pero volviendo a tu libro, decidí que no podría volver a ser leído si no lo reparaba. Como dijiste aquel día, habría de tener mucha paciencia para, con calma y cuidado, reunir los pedazos de papel que estaban separados. Quizá cuando lo veas creerás que mi curiosidad no alcanzó para dejarlo como nuevo. Pero el resultado final no es que esté reparado o no, porque finalmente lo está. Más bien lo que quiero decirte es que durante el proceso que seguí sentí que tenía entre mis manos una cosa viva y delicada. Qué curioso, como si estuviera mirando a un paciente que llega al consultorio médico aquejado de una dolencia que no sabe de dónde viene. Con heridas externas visibles e internas que hay que descubrir y curar. Entonces, al tocarlo para realizar un examen de su condición f ísica y tener un diagnóstico fidedigno de su estado, mi imaginación me hizo sentir como las palpitaciones de un corazón las de las palabras que contiene el libro y que describen con un sentido poético los sentimientos de su autor. Cual arterias y venas, las líneas de cada renglón me condujeron a detectar coágulos o bloqueos representados por acotaciones hechas para destacar una expresión, un verso de mayor peso específico en nuestro corazón. Algunas de esas marcas se hicieron al margen de la página pero al fin no dejan de ser obstrucciones en el paisaje fluido de los párrafos y la historia contada. Sin embargo, las consideré marcas de melanina sobre las páginas, lunares en los que reparamos cuando, al observar la piel de una persona, nuestros ojos topan con ellos y nos llaman la atención pero con serenidad sabemos que no representan en el paciente una dolencia f ísica mayor. Encontré además que las hojas del libro habían adquirido un tono amarillento; como la piel de una persona enferma que ha perdido su ter110 LETRILLAS sura y suavidad y que al tocarla se siente seca y maltratada por el paso del tiempo y la exposición a los cambios de clima. En la piel los rayos del sol y los cambios metabólicos así como la pérdida de turgencia en las capas dérmicas externas acrecientan el número de células muertas; en el caso del libro la manipulación a la que se le somete al leerlo provoca que la grasa de nuestras manos impregne las hojas y éstas vayan perdiendo parte de su textura original. Siguiendo con el análisis acerqué el libro a mi nariz y detecté que su olor ya no era aquel de la tinta recién tatuada sobre las fibras de celulosa del papel. Afortunadamente y por su condición de ser un objeto casi inerte, no presentaba el olor dulzón de los cuerpos vivos enfermos atacados por infecciones bacterianas sino que olía a humedad, encierro y un poco a tierra. Después, observé meticulosamente la parte más dañada y me enfoqué en esos pequeños trozos de papel azul despegado que debían quedar al ras de la orilla blanca, en el canto del lomo del libro. De manera análoga a las dislocaciones en el esqueleto de un organismo pensé que esos puntos de rotura del papel podrían ocasionar visibles deficiencias en el andar del libro. En su abrir y cerrar de páginas, en el quiebre de su columna vertebral. Una vez que, a mi juicio, determiné la magnitud de la lesión, ideé una estrategia de curación. Así, igual que con una herida, limpié la zona deteriorada. En principio creí que, por facilidad, lo mejor hubiera sido unir las piezas con un trozo de cinta adhesiva, ya sabes, la cinta mágica transparente. Sin embargo, me sirvió haberte comentado lo que pensaba hacer porque me sugeriste usar el pegamento blanco. Si, esto era lo más ade111 Como de verdad sentía que estaba operando a un organismo vivo, imaginé que, exactamente igual a las personas, los libros también se lesionan y sus heridas están representadas por la rotura, el desgajamiento y la separación de sus hojas. Si las heridas no se atienden, si se descuidan, inevitablemente derivarán en una septicemia, misma que puede extenderse por todas las hojas y entonces al paso del tiempo la apariencia de éstas se hará purulenta y desagradable. Si el descuido del libro continúa, parte de él se puede gangrenar y la mutilación será el paso siguiente. Los libros no tienen una leyenda que indique sus condiciones de almacenamiento. Nada que nos diga que deben conservarse en un lugar libre de humedad por lo que están expuestos al ataque de microorganismos como los hongos. Ni siquiera tienen la oportunidad de autodefenderse con un sistema inmunológico que les sirva de barrera de contención a la agresión de esos organismos; no producen citocinas, interferón o factores de coagulación, por lo que el descuido al dejar que las hojas se desprendan puede conducir a su pérdida, lo que sería similar a una falla en el proceso de coagulación sanguínea, simplemente el paciente se desangra y muere. Así, en el caso del libro el sentido del texto se pierde, pues las palabras se van separando y con ello se quiebran las ideas y las sensaciones que el autor ha querido transmitirnos. En ambos casos el fin es terrible y fatal. Bueno, pero ahora tu libro está sano. Lo podemos leer con la tranquilidad de saber que no se seguirá despegando. No sé cuánto dure la curación pues como mencioné, la manipulación es un factor determinante en el proceso de infección y propagación de cualquier enfermedad que llegue a aquejar a éste, nuestro querido libro. Sin embargo espero que perdure por mucho tiempo. Tampoco sé cuántas personas más puedan leerlo pero estoy segura de que quien lo haga lo disfrutará tanto como nosotros. cuado. Imaginé que con la cinta el libro parecería tener sobre su rostro una cicatriz como resultado de una cirugía mal practicada. Entonces, busqué un poco de pegamento e inicié una tarea meticulosa y como un cirujano me aboqué a tratar de reconstruir pedazo a pedazo el aspecto inicial del libro. Tomando el pegamento coloqué un poco a lo largo de toda la parte despegada. En este punto, en el que ya no había marcha atrás pues al agregar el pegamento debía continuar con el proceso, tuve el cuidado de no poner demasiado material sabiendo que esto sería como un exceso de anestesia sobre mi paciente y podría causar más perjuicio que mejoría. Parecería una tarea trivial, pero te aseguro que la tomé tan en serio y me metí tanto en el papel, del libro y como cirujano, que al ver el grueso cartón que forma el lomo y la portada, observé que estaba no sólo despegado sino que había un desgajamiento de las delgadas láminas de papel cuya compactación daba ese grosor que, como una piel, protegía el atado de hojas. Y así, al igual que como se van uniendo las capas de fibras musculares durante una cirugía, fui pegando una a una esas láminas. Cuando terminé, me di cuenta que había hecho un buen trabajo, pero siempre quedan cicatrices. Y es que, debido a que tantas veces tomamos el libro para descubrir en su contenido las experiencias ajenas que hicimos propias, nuestras manos al tocarlo propiciaron que algunos trozos del papel de la cubierta se fueran perdiendo; en consecuencia hay algunos sitios que ya no tenían pequeñísimos pedazos de papel azul quedando la huella blanca del papel desnudo. En ese momento creí que una solución sería injertar trocitos de otro papel, pero de manera similar a lo observado en los transplantes en los seres humanos, debía encontrar una compatibilidad total en el material usado. Esto no era un trabajo fácil dado que debía considerar la textura y el color del papel del paciente y pensé que después de todo al libro quizá no le importara quedar con pequeñas cicatrices; igual hubieran sido en la piel de una persona las marcas que dejan la aguja y el hilo. Dulce María Delgadillo 112