Antonio Viñao Frago: “Sistema educativo nacional e ilustración: un análisis comparativo de la política educativa ilustrada” en Sociedad, Cultura y Educación, Centro de Investigación y Documentación Educativa. Universidad Complutense de Madrid. “Por sistema educativo nacional entendemos una red o conjunto de instituciones de educación formal, diferenciadas y relacionadas entre sí, gestionadas y/o controladas por agentes públicos, costeadas por el erario público y a cargo de profesores nombrados y supervisados por dichos agentes y retribuidos con cargo a un presupuesto asimismo público. En esta definición (…) hemos rehuido del término “estatal” a fin de que bajo el adjetivo “público” quepan tanto los modelos centralizados como los descentralizados. Hechos o aspectos básicos en la formación de estos sistemas serían: a) El desplazamiento hacia organismos públicos de funciones y tareas hasta entonces ejercidas por instituciones eclesiásticas. Y, correlativamente, un cierto control e inspección sobre los establecimientos educativos a cargo del clero regular o secular –incluso seminarios- si se pretendían efectos civiles – o sea, públicos- para los estudios en ellos cursados. b) En relación con el aparato estatal, la configuración de una administración central y territorial de gestión e inspección. Una administración en la que, con el tiempo, los órganos unipersonales irán desplazando a los colegiados (un residuo del Antiguo Régimen) c) La profesionalización de los docentes mediante su selección, nombramiento y pago por organismos públicos, la creación de centros específicos para su formación (academias, escuelas modelo, escuelas normales), la exclusión –con apoyo estatal o municipal- de quienes careciesen del título correspondiente y la difusión, entre los profesores y maestros, de un “ethos” o conjunto de normas y valores – una ética civil- consecuente con su nuevo status social y profesional de agentes públicos y mediadores culturales. d) La renovación o introducción desde el poder público de aquellos contenidos y disciplinas acordes, en cada momento, con los propósitos y miras gubernamentales (por ejemplo, en las reformas ilustradas españolas, de autores jansenitas y regalistas y textos representativos de la ciencia moderna, en cuanto a la renovación de disciplinas ya existentes, y del derecho natural y de agentes, derecho patrio, economía, comercio, dibujo, náutica, agricultura, matemáticas o física experimental, en cuanto a las disciplinas a introducir o difundir). e) Por último, la extensión y difusión de una red escolar con arreglo a criterios al menos en parte uniformes, de índole diferenciada y jerarquizada en función de los destinatarios, pero eso sí, con pretensiones de alcanzar –encuadrar y clasificar- a toda la población infantil y adolescente.