las sociedades civiles como contribuyentes del impuesto sobre

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CIRCULAR INFORMATIVA NÚM. 151229
LAS SOCIEDADES CIVILES COMO CONTRIBUYENTES DEL IMPUESTO
SOBRE SOCIEDADES: VA DESPEJÁNDOSE EL PANORAMA
El presente artículo trata de dilucidar qué implicaciones tienen los nuevos
pronunciamientos de la Dirección General de Tributos en las consultas vinculantes V370415, V3569-15 y V1148-15, en relación con la tributación de comunidades de bienes y de
sociedades civiles.
El artículo 7.1a) de la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre Sociedades,
establece que, a partir de 1 de enero de 2016:
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan nuevos contribuyentes al Impuesto de Sociedades, las
sociedades civiles con objeto mercantil, a diferencia de lo que ocurría con anterioridad a 1
de enero de 2016, fecha en la que todas las sociedades civiles, con independencia de su
objeto, tributaban bajo el régimen de atribución de rentas.
Se admite la existencia de sociedades civiles con objeto mercantil y con personalidad
jurídica, que actúan en el tráfico jurídico como tales. En esta línea, la inclusión de las
sociedades civiles con personalidad jurídica y objeto mercantil como contribuyentes en el
Impuesto de Sociedades responde a la necesidad de homogeneizar la tributación de todas
las figuras jurídicas, cualquiera que sea la forma societaria elegida.
Como se ha mencionado, las condiciones para la tributación de las sociedades civiles en el
Impuesto de Sociedades son dos. En primer lugar, que éstas tengan personalidad jurídica. Y
en segundo lugar, que su objeto sea mercantil. Ahora se procederá a explicar cómo se
concretan estos dos extremos en el ámbito tributario.
Para tener personalidad jurídica, los socios de la sociedad civil han de tener voluntad de
actuar frente a terceros como una entidad. Para su constitución no se requiere una
solemnidad determinada, pero es necesario que los pactos entre los socios no sean secretos.
En el ámbito tributario, es necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal
frente a la Administración Tributaria, a efectos de la asignación de un número de
identificación fiscal.
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Adicionalmente, la consideración de contribuyente a efectos de la tributación en el
Impuesto de Sociedades requiere que la sociedad tenga un objeto mercantil. Se entenderá
por objeto mercantil la realización de una actividad económica de producción, intercambio
o prestación de servicios para el mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil. En
este sentido, quedan excluidas las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, al ser actividades ajenas al ámbito
mercantil.
Comunidades de bienes
En atención a lo que se ha dispuesto, las comunidades de bienes seguirán tributando, a
partir de 1 de enero de 2016, como entidad en atribución de rentas conforme al régimen
especial regulado en la Sección 2ª del Título X de la LIRPF, ya que el único contribuyente
que se incorpora al Impuesto de Sociedades son las sociedades civiles con objeto mercantil.
Sociedades civiles profesionales
En cuanto a las sociedades civiles, se considera relevante hacer mención al régimen de
tributación de las sociedades civiles profesionales. La Dirección General de Tributos, en sus
pronunciamientos, considera que una actividad profesional se realiza con carácter no
mercantil en el caso de que aplique la Ley 2/2007 de Sociedades Profesionales. Dicha ley
define las sociedades profesionales como aquellas que tengan por objeto social el ejercicio
en común de una actividad profesional, cuando los actos propios de la misma sean
ejecutados directamente bajo la razón o denominación social y le sean atribuidos a la
sociedad los derechos y obligaciones inherentes al ejercicio de la actividad profesional
como titular de la relación jurídica establecida con el cliente.
Por lo tanto, la sociedad civil que realice actividades profesionales y no esté constituida
como sociedad civil profesional a efectos de la Ley 2/2007, en ejercicios iniciados a partir
de 1 de enero de 2016 pasará a ser contribuyente del Impuesto de Sociedades.
Tributación de los socios profesionales
Los socios profesionales de las sociedades civiles que pasan a contribuir en el Impuesto de
Sociedades, se considera que están en la misma situación que los socios de sociedades
capitalistas. Las retribuciones percibidas por los socios tendrán la naturaleza de
rendimientos íntegros de la actividad económica, a efectos de la tributación en el IRPF, tal y
como se determina en el artículo 27.1 de la Ley del IRPF 26/2014. No obstante, para
determinar el alcance del artículo, se debe considerar que el mismo no se refiere a
actividades que el socio pueda realizar a título individual o al margen de la sociedad, sino a
actividades realizadas por el socio en favor de la sociedad o prestadas por la sociedad
mediante sus socios.
De acuerdo con el artículo 18 de la misma ley, la valoración de las retribuciones
correspondientes a los servicios prestados por los socios en favor de la sociedad, con
independencia de su naturaleza, se realizará por su valor normal de mercado. Para la
determinación de dicho valor se pueden utilizar los distintos métodos enumerados en el
artículo 18.4 de la Ley 27/2014 del Impuesto de Sociedades (método del libre precio
comparable, del coste incrementado, etc.).
Debemos advertir que existe una norma tácita en cuanto a que el 85% de los beneficios
previos de la sociedad de profesionales sean destinados a honorarios de los socios, y sólo el
restante 15% a dividendos.
En conclusión, con la reforma introducida en el Impuesto de Sociedades las sociedades
civiles con objeto mercantil pasan a ser nuevos contribuyentes en el impuesto. En relación
a ello, y a efectos de la tributación, es importante conocer si éstas tienen personalidad
jurídica y objeto mercantil, tal y como se ha señalado previamente. En caso contrario, y de
manera igual a las comunidades de bienes, no serán contribuyentes en el Impuesto de
Sociedades.
Independientemente de lo enrevesada de esta realidad fiscal, hay que valorar con mucho
tiento, cualquier otra derivada mercantil o contractual que pueda conllevar cualquier
cambio a realizar.
Joaquim Coma
área fiscal
29 de diciembre de 2015
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