universidad nacional autónoma de méxico facultad de derecho

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE DERECHO
MANIFESTACIONES ANTICIPADAS DE LA VOLUNTAD:
UNA PROPUESTA FILOSÓFICA LEGITIMADORA DESDE
EL PENSAMIENTO UTILITARISTA DE HERBERT SPENCER
Y JOHN STUART MILL
TESIS QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE LICENCIADA EN DERECHO
PRESENTA:
C. LILIANA SOTO GÓMEZ
ASESOR: MAESTRO ALFONSO. E. OCHOA HOFFMAN
México, D. F., enero de 2007
Dedicatorias y Agradecimientos
A Dios. Porque tengo la sensación de quedarme sin palabras para agradecerte
todo lo que me has dado. Toda mi fe y amor.
Quiero dedicar esta tesis a mi familia, especialmente a ti mamá: por tu amor,
comprensión, tú sabes, por todo. Seguiré dando siempre lo mejor de mí.
Abue: Realmente admiro tu fortaleza y experiencia.
Tía Lilia: Por todo tu apoyo e interés en los diversos proyectos que hasta ahora
he emprendido.
A mi hermano Raúl: Por dar ese toque de alegría a mi vida.
A mis tíos Raúl y Abel: Todo mi aprecio y cariño.
Dra. Carmen Puga: Porque por tus conocimientos y consejos he aprendido
tanto. Créeme que los seguiré aplicando.
Quiero expresar mi más sincero a agradecimiento a quienes en diversas
formas han contribuido significativamente a mi formación académica. No
acabaría de mencionarlos en estas líneas; especialmente a mis maestros de la
Facultad de Derecho de esta máxima Casa de Estudios.
Hago una mención muy especial a quien confió en mí desde que el presente
trabajo era un proyecto con todos los deseos de ser llevado a cabo: mi asesor
Maestro Alfonso Ochoa Hofmann; por inspirarme ese gusto especial por la
Filosofía en sus clases de mi octavo semestre, por haber estado siempre al
pendiente, por sus sugerencias y observaciones; muchas gracias.
Hago extensiva mi gratitud a quienes me han apoyado dentro del Instituto de
Investigaciones Jurídicas:
Especialmente a la Dra. Ingrid Brena, por haberme dado la oportunidad de
aprender y trabajar dentro del Núcleo de Estudios Interdisciplinarios en Salud y
Derecho, por su apoyo durante mi estancia en el mismo y por sus valiosos
conocimientos, parte de ellos, sustento del presente trabajo.
Al Dr. José Antonio Caballero por aceptarme y así incorporarme como becaria
al área de Legislación y Jurisprudencia, por su apoyo y confianza.
Gracias a mis compañeros, por la oportunidad de juntos aprender.
A todos mis amigos por sus consejos, por permitirme compartir momentos
gratos, amenos, agradables, divertidos y aún los difíciles: gracias por estar ahí.
Índice
Pág.
Introducción………………………………………..……………………….………….1
CAPÍTULO I
Manifestaciones anticipadas de voluntad
1. 1 Denominación del tema………………………….………..………..……………7
1.1.1Concepto…………………………………….……..……….………………..7
1.1.1.2 Declaración del cuidado de la salud “living will”…………..…….11
1.1.1.3 Curador terapéutico (Health Care Proxy)………………..…....…12
1.2 Contenido……………………………………………………………..……....….14
1.2.3 Alimento e hidratación como parte del contenido………………….15
1.2.4 Ordenes de no resucitamiento…………………………...…………..18
1.3 Los mejores intereses del paciente………………………………………..…..18
1.4 Aspectos Jurídicos de las Manifestaciones Anticipadas de Voluntad: Un
Panorama Reciente……………………………………………….…………………19
1.4.1. Sujetos……………………………………………………………..…..20
1.4. 2 Formalidades………………………………………………………….20
1.4.2.1 Intervención del médico……………………………..…………21
1.4.3 Requisitos………………………………………………….……..22
1.4.3.1 La Capacidad como requisito…………….…………..……22
1.4.3.2
Declaración
por
escrito
como
respaldo
de
la
manifestación anticipada de la voluntad del paciente………..….23
1.4.3.3
Requisitos
del
curador
terapéutico
dentro
de
la
declaración por escrito de las manifestaciones anticipadas de la
voluntad………………………………………………………………..…..24
1.4.3.4
Elementos
subjetivos
que
deben
tomarse
en
cuenta……………………………………...………………………………24
1.5 Otras características del documento de Manifestaciones Anticipadas de
Voluntad.……………………………………………………………….……………..25
1.5.1 Cuándo surte efectos un documento de esta naturaleza…………25
1.6 Naturaleza jurídica……………………………………………………………....27
1.6.1 Fuerza vinculatoria………………………………………...……...….27
1.6.2 Figuras jurídicas que se han asociado a la denominación…...…..27
1.6.2.1 Acto jurídico…………………………………….………..….28
1.6.2.2 Negocio jurídico……………………………………..…..….28
1.6.2.3 Testamento……………………………………………….…29
1.6.2.4 Poder…………………………………………..……………..30
1.6.2.5 Declaración Unilateral de la voluntad……………………..31
1.6.2.6 Representación……………………………………..……….33
1.6.2.7 Objeción de conciencia………………….………………….34
1.6.2.7.8 La objeción a tratamientos médicos…………..………...34
CAPÍTULO II
Antecedentes de las Manifestaciones Anticipadas de la voluntad.
2.1 En busca del origen de las manifestaciones anticipadas de la voluntad….37
2.1.1 Antiguo modelo paternalista………………………………………….38
2.1.2 Razones que motivaron el surgimiento de esta figura dentro de la
relación médico paciente……………………………………………………………40
2.1.3 Derechos de ambas partes……………………….…………….…….41
2.1.3.1 Derechos de los pacientes…………………………………42
2.1.3.2 Derechos de los médicos……………………...…...…...….43
2.2 Principios a tomarse en cuenta…………………………………………….…..44
2.2.1 Beneficencia…………………………………………………………….……44
2.2.2 No maleficencia………………………………………………………...……45
2.2.3 Justicia…………………………………………………………………..…..45
2.2.4 Autonomía…..………………………………………………...…………….46
2.2.5 Consentimiento informado………….………………………………….….46
2.3 Responsabilidad: sus diversas acepciones dentro de la relación médico
paciente……………………………………………………………………………….47
2.3.1Lineamientos generales……………………….………………………48
2.4 Comentarios finales sobre el origen de las manifestaciones anticipadas de
la voluntad…………………………………………………………………………….52
CAPÍTULO III
3.0 Preámbulo….…………………………………………………………………… 54
3.0.1 Contexto Histórico de los autores en cuestión…...……………….. 54
3.0.2 La Teoría Liberal ……………………...………………………………56
3.1 Biografía de John Stuart Mill …………………………………………………..58
3.2 La Filosofía de John Stuart Mill………………………………………………..59
3.3 El Utilitarismo en Stuart Mill……………………………………..….…………..60
3.4 Una de las tesis Principales de Stuart Mill……………………………………63
3.4.1 Acto habitual de la voluntad………………………………………… 63
3. 5 Nociones de Felicidad………………………………………………………….64
3.5.1 Felicidad Individual……………………………………………………67
3.5.2 Felicidad Colectiva………………………….…..……….……………67
3. 5.2.1 Virtud y felicidad…………………….………………….….68
3.6 Moral en Stuart Mill…….…………………………………………..….…….….68
3.6.1 Clasificación de los deberes morales.…………………….…….….70
3.6.2 Acciones virtuosas………...……………….…………………….…...71
3.7 Nociones de Libertad…………………………………………………………. 71
3.7.1 La libertad individual…………………………..……………….…….72
3.7.2 Libertad colectiva…………………………………………….………74
3.8 Nociones de Política y Derecho…………………………………………….. 77
3.8.1 Justicia………………………………………………………………. 77
3.8.1.1 Justicia y derecho………………………………………... 78
3.8.2 Virtudes Judiciales…………………………………………………. 79
3.8.3 Papel del derecho…………………………………………………. 80
3.9 Ideas sobre religión……………………………………………………….…. 81
CAPÍTULO IV
Herbert Spencer
4.1 Biografía de Herbert Spencer………………………….…………..………….82
4.2 La Filosofía de Spencer…………………………………………..……………85
4.3 El Utilitarismo en Spencer………………………………………..……...….…85
4.4 Tesis principales de Spencer……………………………………………....… 86
4.4.1 Teoría Evolucionista……………………………………………….....86
4.4.2 Naturaleza humana…………………..………………………..………89
4.5 Nociones de Felicidad…………………………………………………...……. 91
4.5.1 Felicidad Individual …………………………………..………………91
4.5.2 Felicidad Colectiva……………………………………..……………. 91
4.6 Moral en Spencer………………………………………………..………….…. 91
4.7 Nociones de Libertad ……………………….…………………..…………..…92
4.7.1 Libertad individual………………………..…………………..………..…92
4.7.2 Libertad colectiva………………………………………..……..……….. 93
4.8 Nociones sobre Política y Derecho…………………………....……………. 95
4.8.1 Filosofía Política………………………….……………..……….……….95
4.8.2 Política y Derecho………………………………….….……..….………97
4.9 Ideas sobre Religión ………….…………...……………….…….……………99
4.10 Comentarios finales respecto de la exposición de ideas de Herbert
Spencer y John Stuart Mill…………………………………….………………….100
4.11 Supervivencia de las ideas de ambos autores………………………….. 101
CAPÍTULO V
Análisis y legitimación de las manifestaciones anticipadas de la voluntad desde
el pensamiento de Herbert Spencer y John Stuart Mill.
5.1 Resumen de motivos de la argumentación……….…………………….…..103
5.2 Presentación de la Argumentación………………………………..…………104
5.3 Validación directa desde el utilitarismo…………………………………….. 105
5.4 Una apología del utilitarismo…………………...……………………………. 107
5.4.1 Defensa al utilitarismo. La postura de Moore..……….………….. 108
5.5 Argumentación desde el utilitarismo de John Stuart Mill………….....…....111
5.5.1 Análisis aplicando las ideas de John Stuart Mill al tema………...111
5.5.2 Confrontación del interés individual y el interés colectivo aplicada al
tema.…………………………………………………………..…..…………113
5.5.3 Análisis de las manifestaciones anticipadas de la voluntad
tomando como eje la virtud en John Stuart Mill.l………….……………….…...115
5.5.4 Aplicación tema de las ideas sobre Justicia y Papel del Derecho de
John Stuart Mill……………………….………………………………....…116
5.5.5
Confrontación
del
panorama
del
autor
con
el
contexto
actual…………………………………………………..……..………….…119
5.5.6 Ideas de Libertad aplicadas al tema…………………………….. 119
5.5.7 Conclusión Parcial respecto de la posición de
John Stuart Mill…………………………………………………………...122
5.6 Argumentación desde el Utilitarismo de Herbert Spencer……………… 123
5.6.1 Ideas de felicidad y progreso aplicadas al tema….….…………123
5.6.2 Ideas de Libertad aplicadas al tema……………………….…..…125
5.6.3 El idóneo papel del Estado ante las Manifestaciones Anticipadas
de la Voluntad desde la ideas de Spencer…………….………………127
5.6.4 Conclusión Parcial respecto de la posición de
Herbert Spencer …………………………………………………........…130
Conclusiones……………………………………………………………….……..131
Anexos
Anexo 1 Cronología y obras de John Stuart Mill………………………….……...i
Anexo 2 Cronología y obras de Herbert Spencer………………………….…….iv
Anexo 3 Modelo de Manifestaciones Anticipadas de Voluntad………………..vii
Bibliografía………………………………………………….……………………….142
Introducción
“Después de la vida, la salud, es sin
duda el bien más preciado de nuestra
existencia. Cuando esta falta se
vislumbra la sombra de la enfermedad,
inicia todo un proceso de
incertidumbre y desolación que abre la
puerta a nuestros miedos y a la
reflexión sobre nuestras vidas” 1
Enrique Díaz Aranda
Actualmente nos encontramos en una época en la cual podemos tener puntos
de vista diversos acerca de grandes cambios a nuestro alrededor, resultantes
de los significativos avances de la ciencia; así como de las nuevas perspectivas
de vida que se abren ante nosotros como consecuencia. Lo anterior es una
razón fundamental para reflexionar acerca de las grandes responsabilidades
que provienen de dichos cambios que han dado lugar a las transformaciones
que experimenta nuestra sociedad; siempre con el fin de saber hacia dónde
nos orientamos como humanidad y saber cómo actuar con certeza en un
panorama donde entran en juego valores como la integridad y la dignidad del
ser humano con vistas hacia el futuro, pero con base en hechos previos, tales
como aquellos que han dado origen a las garantías que hoy gozamos.
1
Díaz Aranda Enrique en: Cano Valle Fernando. Percepciones acerca de la medicina y el derecho. Serie
Doctrina Jurídica, núm. 49. Instituto de Investigaciones Jurídicas. UNAM, México, 2001. Prólogo
Grandes ejemplos de los valores más preciados inmersos en esta serie
de cambios sociales experimentados día a día son la vida y la salud, mismos
que deberían ser siempre vistos dentro del ámbito predilecto de una sociedad
igualitaria. Poca importancia tiene la disminución de otras desigualdades
sociales si no se manifiesta en una vida sana y de mejor calidad2.
Aun los valores, con el paso del tiempo, cambian en su forma de ser
vistos. Ejemplo de ello es la salud. Han habido cambios entonces, desde las
formas
de
concebirla,
hoy
es
un
derecho
humano
protegido
constitucionalmente3; hasta las formas de preservarla, fin primordial de la
medicina, aquí es fundamental el papel del médico, el cual si no tiene los
conocimientos suficientes para diagnosticar, pronosticar y determinar el
tratamiento a seguir, difícilmente recuperaremos nuestra salud y nuestra vida
se convertirá en un infierno”4
Dentro de este contexto tienen lugar interesantes debates acerca de la
prevalencia de derechos fundamentales como la libertad, entendida esta como
la humana de determinar los propios actos,5 y con ella el deber de su ejercicio
responsable.
Ha surgido la inquietud de proteger particularmente en un amplio marco,
aquella de quien ha visto mermado su estado de salud; la presencia de una
enfermedad no debe ser motivo para no respetar el derecho a decidir de una
persona, dentro de un marco que respete derechos de ambas partes de la
relación ya mencionada, así como el marco jurídico al que estamos sujetos por
las normas que nos rigen en general.
Por esta razón debería evitarse que un ser humano, ante la presencia de
una enfermedad vea menoscabadas sus garantías fundamentales. Toda
2
Cano Valle Fernando. Percepciones acerca de la medicina y el derecho. Serie Doctrina Jurídica, núm 49.
Instituto de Investigaciones Jurídicas. UNAM, México, 2001. P. 8
3
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo 4ª 143 ed. Ed. Porrúa, México, 2006 p.
15
4
Cano Valle Fernando. Bioética. Temas Humanísticos y Jurídicos. Serie Estudios Jurídicos Núm.77
Instituto de Investigaciones Jurídicas. UNAM, México, 2005 p. XIII.
5
Diccionario Enciclopédico Océano Uno Edit. Océano, 2000
persona, sin importar sus condiciones, en este caso a las que se ve sujeta
dada la precariedad de su salud, debería decidir sobre cuál es la mejor forma
de sobrellevar su enfermedad y en un contexto de libertad verdadera respetar
incluso aquella decisión fundamentada que no necesariamente propicie alargar
una vida dependiente de medios artificiales a cambio de un sufrimiento cruel.
Una persona debe poder expresar su voluntad a no ser sometida a
tratamientos que intenten prolongar su vida en forma artificial en caso de
enfermedad o daño físico o psíquico grave que le cause sufrimiento o lo
incapacite para vivir una existencia racional y autónoma.6
Por otra parte, cabe la posibilidad que dado el estado de salud del paciente,
éste se encuentre impedido para expresar su voluntad y es aquí donde nos
encontramos ante una situación preocupante: cómo salvaguardar derechos u
agotar todas las posibilidades antes de vulnerar derechos como la autonomía
de la voluntad del paciente.7
Ahora bien, respecto de un marco general es posible visualizar los
instrumentos que van siendo creados en función de las necesidades actuales y
con el objeto de tutelar los más preciados derechos del ser humano.
El presente trabajo pretende abarcar enunciados que estableció una de las
más importantes
corrientes de la historia del siglo XIX, enmarcada en la
concepción de una sociedad liberal y acerca de formas particulares de ver la
libertad: el utilitarismo; como una manera de justificar la existencia de las
manifestaciones anticipadas de voluntad.
6
Brena Sesma Ingrid y Díaz Müller Luis T. Segundas Jornadas sobre Globalización y Derechos
Humanos: Bioética y Biotecnología. Instituto de Investigaciones Jurídicas México, 2004. P 16
7
La Ley Básica de la Autonomía de Pacientes y de Derechos y Obligaciones en materia de información y
Documentación clínica señala acerca de la autonomía y responsabilidad individual: Se habrá de respetar
la autonomía de la persona en lo que se refiere a la facultad de adoptar decisiones, asumiendo la
responsabilidad de éstas y respetando la autonomía de los demás. Para las personas que carecen de la
capacidad de ejercer su autonomía, se habrán de tomar medidas especiales para proteger sus derechos e
intereses.
Para tal efecto tomaré en cuenta como eje a seguir la visión tanto de John
Stuart Mill, como la de Herbert Spencer,
desarrollando sus corrientes
filosóficas para luego proceder a desarrollar su concepción de la libertad.
Nos hemos remitido a estos dos autores por la grandeza de su pensamiento,
dentro del cual resaltan sus ideas sobre la felicidad del hombre y la libertad,
mismas que a la luz de la ética actual siguen vigentes.
Los objetivos de este proyecto se limitan a los siguientes aspectos:
•
Analizar por medio de un estudio monográfico las ideologías de estos
dos autores y adaptarlas al contexto actual correspondiente a las
manifestaciones anticipadas de voluntad.
•
Demostrar que corresponde a una realidad y no puede dejarse de lado
el problema de decidir sobre sí mismo un paciente con base en su
autonomía.
•
Llevar a cabo la legitimación correspondiente desde estas posturas
filosóficas.
•
Establecer posibles argumentos que den bases probables desde la
filosofía, de transformar una regulación positiva en la materia.
Es cierto que no todos los aspectos de la vida humana están regulados, sin
embargo el Derecho busca estar a la par de aspectos de la realidad; abarcar
situaciones dignas de regularse es una posibilidad que debe tomar en cuenta
todo sistema jurídico en determinado momento.
No obstante las bases legislativas ya existentes e incluso aquéllas dadas
por la bioética,8se hace evidente la necesidad de buscar fundamentos que
legitimen la utilidad de este instrumento en la práctica. Hace falta un sustento
8
La Bioética como nueva disciplina científica que estudia los aspectos éticos de la medicina y la biología
en general, ha venido a enriquecer la tradicional ética profesional aumentando a los interlocutores; ya no
se trata solamente de reglas de normas de comportamiento para médicos y otros profesionales, se trata de
principios generales que rijan el comportamiento científico. Lolas Stepke, Fernando, Más allá del cuerpo.
La construcción narrativa de la salud, Chile, Andrés Bello, 1997, p. 22.
más fuerte: el de carácter filosófico. La filosofía no se diferencia de la ciencia
mas que por la generalidad de sus explicaciones, o dicho de otra forma, según
la propia definición de Spencer, "la ciencia está constituida de verdades, que
existen más o menos separadamente, y no conoce su integración... el
conocimiento de especies inferiores es el conocimiento no unificado; la ciencia
es el conocimiento parcialmente unificado; la filosofía es el conocimiento
completamente unificado".9
Ante los grandes debates actuales, lo que se busca es una adecuada
legitimación. Aunque se han hecho estos esfuerzos de regular positivamente y
pese a que estos esfuerzos han llegado ya a materializarse por medio de
legislación positiva, hay pocos argumentos legitimadores filosóficamente
hablando. Hacer patente la carencia de este tipo de sustento en las
manifestaciones anticipadas de voluntad es el motivo de la realización de este
trabajo.
El trabajo se desarrollará de la siguiente manera:
Definiremos los conceptos que relativos al tema, explicaremos su origen, y
proseguiremos a desarrollar las un contexto ideológico, base del sustento que
debe darse filosóficamente como punto de partida y soporte para una posible
regulación jurídica.
La propaganda efectuada a favor del reconocimiento y aplicación de las
manifestaciones anticipadas de la voluntad en diferentes ámbitos procura
inducir en muchos visos de negatividad y una falta de precisión entre conductas
correctas y conductas contrarias a la ética, y de ahí la necesidad de
fundamentar la importancia que ha demostrado tener en los Estados donde ya
es una realidad legislativa y hacer patente la falta que hacen en los que no lo
son.
9
Copleston, Frederick. Historia de la Filosofía 8: de Bentham a Rusell. Edit. Ariel. Barcelona, 2004P.128
El por qué de una justificación filosófica
Dado que la filosofía tiene como misión el conocimiento de la evolución
de todos los aspectos de la realidad y puesto que buscamos encontrar bases
filosóficas que legitimen el problema de las manifestaciones anticipadas de la
voluntad:
Los mejores argumentos que pueden darse como apoyo al derecho del
ser humano a decidir por sí sobre los tratamientos relativos a su estado de
salud; o si así lo desea, la delegación de este poder de decisión en alguien de
su confianza, solo pueden darse a través del conocimiento.
“El estudio de la Filosofía viene a ser hoy una herramienta necesaria
para que el jurista pueda entender, criticar y sobre todo encausar dicha
evolución política y social, de modo que sus resultados sirvan
realmente al progreso de las personas, los pueblos y la humanidad en
general, y no sean simplemente desarrollos tecnológicos que
degraden la vida humana.”10
Necesitamos remitirnos a bases ideológicas capaces de dar un sustento a
instituciones novedosas como las manifestaciones anticipadas de la voluntad,
con visos hacia una futura regulación probable.
10
Adame, Jorge. Filosofía Social para Juristas. UNAM. Ed. Mc Graw Hill. México, 1998 p. 19
CAPÍTULO I
Manifestaciones anticipadas de voluntad
La denominación jurídica de “manifestaciones anticipadas de la voluntad”, es
poco común, francamente desconocida aún como tal dentro del ámbito jurídico
nacional;
no sucede lo mismo cuando hablamos de la denominación de
testamento vital, ya crece el número de quienes identifican el tema o han
escuchado hablar de él.
Esto es sumamente preocupante, más si partimos del hecho de que
esta denominación ha tomado gran fuerza conforme pasa el tiempo, al grado
de haber sido ya regulada en un considerable número de países11, pese a esto,
aun existen discordancias y criterios diversos acerca del mejor nombre
castellanizado que debería dársele a lo que claramente entienden los
norteamericanos por “living will”.
1. 1 Denominación del tema
De acuerdo al lugar varían las denominaciones por las que se reconoce
esta figura, entre éstas podemos destacar: “testamento vital”, “para la vida” o
“biológico.”12
Y es que aun entre quienes hablan acerca de la misma denominación
hay pequeñas discrepancias que van desde factores como la traducción hasta
su origen tanto conceptual como de carácter legislativo, proceso que tampoco
clarifica del todo su significación.
1.1.1 Concepto
El término Living Will es utilizado como una denominación común para
las manifestaciones anticipadas o previstas. Las instrucciones de un
11
Como ejemplos de países que toman esta denominación encontramos a Estados Unidos y España. Cfr.
Legislación española y norteamericana que ha sido tomada en cuenta para nuestro objeto de estudio. Ver
referencias de leyes internacionales en el apartado de legislación en la Bibliografía.
12
Diversas interpretaciones del término norteamericano “living will”
testamento vital son usualmente una petición de que, llegado el caso, no se
prolongue la vida de un enfermo cuando no exista una perspectiva de salvar la
vida o las condiciones de ésta sean muy precarias. De acuerdo con la Dra.
Ingrid Brena Sesma, las peticiones no pueden romper con el principio de la
atención Médica ni violar derechos reconocidos a los pacientes.13
Si bien es verdad que no hay una unificación conceptual específica
internacional, y que si bien, el nombre podría ser lo de menos, lo más
importante es saber qué es y en qué consiste nuestra figura objeto.
Particularmente coincido con quienes ya las identifican claramente como
manifestaciones anticipadas de la voluntad y en el presente capítulo expondré
razones de por qué su naturaleza y objeto exigen una denominación como
ésta, al menos situándonos en nuestro sistema jurídico, en donde si bien,
podemos encontrar figuras semejantes, actualmente no hay ninguna existente
dentro de la cual pueda encuadrarse en su totalidad.
Mediante el estudio de otras diversas figuras preexistentes sabremos por
qué es necesario descartar la idea de tomarlas como puntos de partida y por
qué es más conveniente llamarlas manifestaciones anticipadas de voluntad.
En España surge la ley “sobre los derechos de información sobre la salud y
la autonomía del paciente y la documentación clínica” y a su vez la
denominación del mejor conocido como “testamento vital” con una propuesta
clara de denominación: “documento de voluntades anticipadas” y que contiene
las instrucciones a tener en cuenta cuando se encuentre (el paciente) en una
situación en la que las circunstancias que concurran no le permitan expresar
libremente su voluntad.14
13
Brena Sesma y Díaz Müller. Op. cit. p 18
14
Art. 8 Ley 21/2000, de Cataluña, sobre los derechos de información relativos a la salud, la autonomía
del paciente y la documentación clínica:
http://www.uv.es/~fevepa/2%20CPTA%20SEGUNDA%20/testavit.html 21 de noviembre de 2006
Las generalidades en que coinciden las diversas regulaciones que existen
ya, son la esencia del documento, de aquí se desprenden las múltiples
funciones de las manifestaciones anticipadas de voluntad; todas ellas
encaminadas hacia la idea mayoritaria de permitir al paciente máxima
autonomía en decidir acerca de todo tipo intervenciones médicas y/o
tratamientos que desea le sean o no aplicados ante una situación concreta,
previendo el caso de llegar a ser incompetente.
Tomando como referencia el concepto señalado, a simple vista pareciera
carecer de complicaciones en cuanto a su aplicación; sabiendo que la decisión
fue tomada directamente por el paciente, sin embargo, esta situación no
siempre es posible. Habrá veces en que el paciente no pueda manifestar su
voluntad, razón que seguramente ha dado lugar a la posibilidad de prever esta
situación por medio de la designación de un representante elegido por el propio
paciente en estos casos.
Si bien es cierto que el principal objetivo es respetar la voluntad del
paciente, también lo es que en situaciones de emergencia, cabe la posibilidad
que este haya caído en un estado que le impida expresarse, y dadas las
circunstancias alguien tiene que tomar la responsabilidad de decidir sobre él.
Siguiendo a la Dra. Brena, “la decisión debe ser la más objetiva y
proporcional posible a favor del enfermo y de respeto a su dignidad personal”15.
Lo mejor sería basar tal decisión en deseos expresados con anterioridad por él
mismo.
Generalmente es la familia quien asume esa responsabilidad:”con la
designación se evitarían los conflictos que puedan surgir cuando los parientes
no se pongan de acuerdo respecto a los tratamientos más adecuados para el
enfermo o cuáles se deban evitar. En todo caso, es mejor que la persona
nombre a su tutor y no que lo haga el médico o la legislación”.16
15
16
Op. Cit. Brena Sesma y Díaz Müller. P. 23
Ibídem p. 21
Las manifestaciones anticipadas de la voluntad nos permiten de esta
manera ofrecer asistencia al médico y a la familia del paciente en la tarea de
tomar decisiones acerca de las medidas de su cuidado, sin desvirtuar en
ningún momento su finalidad: el hecho de respetar y proteger la elección de
alguien, preferentemente sobre una decisión previa tomada sin la presión ni la
preocupación acerca de las formas y alternativas de cuidado.
Estas cualidades entre otras, son las que han contribuido al crecimiento de
la popularidad de esta figura: el qué hacer ante la variedad de situaciones que
pueden presentarse dado el deterioro de la salud de alguien.
Ha pasado ya cierto tiempo de su aparición y desde entonces han surgido
diversas formas de manifestaciones anticipadas de voluntad. Y tal como en el
caso de las denominaciones, hay generalidades que destacan su función.
Dadas las pautas y aspectos que las manifestaciones anticipadas de voluntad
abarcan, bajo las siguientes dos formas básicas se permite expresar deseos
futuros o voluntades anticipadas en cuanto a cuidados médicos se refiere: La
Declaración del cuidado de la salud “living will” y el poder perdurable del
representante para cuidados de la salud17 representante de hecho
18
o curador
terapéutico19.
Como puede observarse, podemos encontrar discrepancias en cuanto a
cuál sería el mejor término para definir el género manifestaciones anticipadas
de la voluntad; así, los conceptos que se desprenden de éstas no son la
excepción, por lo cual podemos encontrar gran variedad de denominaciones
respecto de un mismo término.20
Sin embargo, al revisar legislaciones positivas de carácter internacional21
sobre el tema que nos ocupa, es posible identificar claramente a qué se refiere
cada concepto independientemente de su denominación. A pesar de las
17
(durable power of attorney for health care), Nuestra traducción.
Op. Cit. Brena Sesma y Díaz Müller p. 23
19
Ibídem
20
V. gr. Al curador terapéutico se le conoce también como :”attorney in fact”, “Appointment of Health
Care Proxy," "Designation of Health Care Surrogate”, “decision maker”, o agente, entre otros.
21
Cfr. Referencias bibliográficas legislativas internacionales al final de esta tesis.
18
discrepancias, es posible distinguir varias constantes; puede considerarse una
de ellas, el hecho de que el género directrices o manifestaciones anticipadas
incluyan como especie el poder dado al representante del paciente en lo
relativo a los cuidados sobre su salud: el llamado curador terapéutico;
definición que adoptamos para efectos del desarrollo del presente trabajo a fin
de identificarlo claramente.
Conforme
al
estudio
del
presente
trabajo,
nuestra
definición
de
manifestación anticipada de voluntad es entendida como el documento en el
cual el paciente hace una declaración respecto del cuidado de su salud y
designa al curador terapéutico. A fin de poder dar sustento a mi definición
considero necesario explicar los elementos que la conforman, los cuales son y
pueden ser entendidos como:
1.1.1.2 Declaración del cuidado de la salud “living will”
La Declaración del cuidado de la salud está profundamente ligada al
concepto
de
“living
will”;
constituye
el
contenido
principal
de
las
manifestaciones anticipadas de voluntad, porque es su materialización; son
estatutos establecidos un documento que dirige a los médicos para actuar en
situaciones determinadas, durante la enfermedad del paciente; previendo el
hecho probable de que éste llegara a ser mentalmente incompetente o incapaz.
Su objeto es instruir al médico para no tomar medidas que el paciente, siendo
capaz, haya rechazado, en función de una previsión futura o aun en situaciones
presentes conservando su capacidad.
El cuerpo de esta declaración incluye las instrucciones previas dadas por el
paciente “advanced directives.”22 Aunque se considera que el género
directrices anticipadas incluye como especie al poder dado al denominado
“curador terapéutico”, en ocasiones se confunde el contenido con el continente,
lo cual no es problemático sabiendo que las manifestaciones anticipadas de
22
Health Care Advanced Directives. The Patient’s Right to decide.
http://www.fdhc.state.fl.us/MCHQ/Health_Facility_Regulation/HC_Advance_Directives/adv_dir.pdf#sea
rch=%22advanced%20directives%22 3 de febrero de 2006 Nuestra traducción.
voluntad pueden estar compuestas únicamente por instrucciones previas y por
lo tanto es válido usar indistintamente alguna de las dos denominaciones.
“Advanced Directives” o instrucciones previas son “estatutos orales o
escritos acerca de cómo el paciente desea que las decisiones médicas
referentes a su salud, deban ser tomadas en caso de no ser apto para tomarlas
por sí mismo o carezca de capacidad para expresarse.”23
Sin embargo, será necesario distinguir cuando las manifestaciones
anticipadas de voluntad, además de instrucciones previas incluyan la
designación del curador terapéutico, teniendo en cuenta que generalmente es
necesario preparar ambas formas combinables.
1.1.1.3 Curador terapéutico (Health Care Proxy)
Es el representante a quien el autor de un documento de voluntades
anticipadas designa otorgándole un poder perdurable para los cuidados
específicos de su salud, con el objeto de darle capacidad para tomar
decisiones en caso de que no pueda hacerlo por sí mismo.
En este tenor César Rivera ahonda más sobre la noción de
representante entendiéndolo como “…los familiares o amigos, cuando los hay,
a menudo actúan como la persona más próxima en la toma de decisiones
acerca de pacientes incompetentes”.24
Este representante comúnmente es un pariente o amigo cercano en quien
el paciente confía lo suficiente para dejar en sus manos prioritariamente un
poder de decisión sobre otros representantes potenciales, el curador terapéutico
aplica a todas las situaciones en las cuales el paciente es incapaz de tomar
decisiones. De esta suerte es que la función de los representantes tenga como
23
Ibídem.
Rivera Benítez César. Aspectos éticos de la eutanasia. En: Eutanasia. Aspectos jurídicos, filosóficos,
médicos y religiosos. Fernando Cano Valle, Enrique Díaz Aranda y Eugenia Maldonado de Lizalde
Coordinadores. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2005.
P 179.
24
principal labor, vigilar que los médicos apliquen el tipo de tratamiento que el
paciente desea recibir.
Cuando se otorga dicho poder con duración o vigencia considerable o más
aun, indeterminada, de representación exclusiva para cuidados de salud;
puede ser total o parcial según lo decida el paciente. La mayoría de los
pacientes otorgan a su representante lo que consideran razonable de acuerdo
a su criterio. Por ejemplo, la facultad específica para supervisar su tratamiento
en una enfermedad previamente diagnosticada.
El poder del curador terapéutico está limitado entonces para tomar
decisiones en aspectos concretos señalados por el paciente en el
documento que firmó y a actuar conforme a lo dispuesto en el documento
de voluntades anticipadas. Las pautas que delimitan su actuación se
enmarcan conforme al consentimiento o negación a cualquier tratamiento
médico que afecte la salud física o mental del paciente.
Generalmente existen excepciones para regular estas situaciones como lo
es el suministro de ciertos medicamentos psiquiátricos y el fin de un embarazo.
El curador terapéutico no puede autorizar actos que violen lo dispuesto por el
paciente en el documento, pero tampoco lo dispuesto por la ley.
Hay una situación en la cual las instrucciones específicas pueden ser
puestas en duda o ignoradas por completo: cuando hay embarazo. Es
conveniente especificar que en este caso, no se siga con lo establecido en el
documento de manifestaciones anticipadas de la voluntad, establecido ya sea
por la paciente o por el curador terapéutico. El que los médicos se sujeten o no
a las disposiciones de los pacientes depende de varios factores, incluyendo el
avance de la gestación, pues existen de por medio riesgos para la paciente y
para el feto. Si la paciente se encuentra en más allá del segundo trimestre de
embarazo, los médicos deben administrar los tratamientos necesarios que para
preservar la vida de la paciente y el feto. Y si las posibilidades de vida
prevalecen solo para uno de ellos, habrá una preferencia específica por la
madre.
1.2 Contenido
El contenido de las manifestaciones anticipadas de voluntad está
íntimamente relacionado con las funciones del curador terapéutico. Dentro de
las especificaciones que pueden ser contenido de las manifestaciones
anticipadas de la voluntad se encuentran las referentes a:
1.2.1Contratación o rechazo de personal médico
1.2.2 Toma de decisiones en restricciones médicas en cuanto a:
1.2.2.1 Control de visitas en el hospital
1.2.2.2 Acceso a expedientes médicos y cualquier otra información de
carácter personal.
1.2.2.3 Solicitud de intervención judicial si se requiere, en caso de que el
médico no se guíe por lo dispuesto en el documento en cuanto a la
aplicación o no aplicación de determinados tratamientos.
1.2.2.4Transfusiones
sanguíneas
y
productos
relacionados
para
realizarlas.
1.2.2.5 Respiración cardiopulmonar (RCP)
1.2.2.6 Pruebas diagnósticas
1.2.2.7 Diálisis
1.2.2.8 Administración de medicamentos
1.2.2.9 Uso de respirador y cirugías
1.2.2.10 Donación de órganos y disposición del cuerpo.
El número de estados norteamericanos25 en que se autoriza la disposición
del cuerpo como una de las disposiciones del curador terapéutico, incluyendo
25
Como ejemplos podemos citar a: California, Arkansas, California, Idaho, Kansas, Nuevo México,
Carolina del Norte, Oregon, Texas y Washington Nueva York y Missouri.
la autorización para realizar la autopsia o hacer expresos los deseos del titular
en cuanto a donación de órganos, se ha incrementado últimamente.
Las necesidades médicas del paciente pueden variar de acuerdo a las
circunstancias que se presenten, y para ello, el curador tiene el poder para
actuar y decidir de acuerdo a ellas. La autoridad del curador terapéutico con un
poder de esta naturaleza implica la posibilidad de que tal poder finalice como
consecuencia de la muerte del paciente.
1.2.3 Alimento e hidratación como parte del contenido
Hay personas que dado su estado y circunstancias no desean que sus
vidas sean prolongadas por medicamentos o de manera artificial. Por lo tanto
rechazan incluso agua y alimentos.
El contenido de las manifestaciones anticipadas de voluntad puede referirse
a estos dos elementos básicos de soporte vital ante la posibilidad de excluir
agua y alimento (nutrición e hidratación) del grupo de medicamentos que
tienden a prolongar la vida; pero existe controversia, ya que la nutrición e
hidratación brindan alivio al paciente, y la mayoría de los pacientes no
renuncian a cuidados paliativos para aliviar el dolor.
La calificación de extrema que pudiera como opinión darse a este tipo de
medidas no atravesaría este ámbito y caer en una acción de eutanasia pasiva,
desde que hoy no se considera la suspensión de alimentos e hidratación en un
lo que los médicos llaman un estado vegetativo persistente. La justificación
dada para ello encuentra su razón de ser en el concepto actual de futilidad:
Ejemplos de legislación son: Federal Patient Self- Determination Act y Natural Death Act. De
jurisprudencia, los fallos emitidos por la Corte suprema de Estados Unidos de Norteamérica.
Cfr. Abstracts de Legislación Norteamericana en Cano Valle et. Al. Eutanasia. Aspectos jurídicos,
filosóficos, médicos y religiosos. Op. Cit. P. p. 36 - 47
“Una acción puede ser fútil en una circunstancia y no en otra,
porque esta cualidad reside más en el análisis del objetivo que en
las características de su propia naturaleza. El estudio de la futilidad
médica se plantea en este tiempo por la incorporación masiva de
innumerables recursos tecnológicos diagnósticos y terapéuticos y
por el reconocimiento pleno del principio de autonomía que
confiere al paciente la decisión sobre su aplicabilidad en cada
caso. … La futilidad aparece así como un producto de la decisión
individual, absolutamente único y singular, particular para cada
uno, ligado al objetivo de vida y de naturaleza esencialmente
cualitativa”26.
Existe un control jurídico ya que un testamento vital no puede ser contrario
al ordenamiento legal, en general, es un límite impuesto a la autonomía de la
voluntad, consagrada en el principio previsto por legislaciones pertenecientes a
sistemas jurídicos de Derecho escrito como el nuestro. Nuestro Código Civil
Federal, en su artículo 1910 señala: El que obrando ilícitamente o contra las
buenas costumbres cause daño a otro, está obligado a repararlo, a menos que
demuestre que el daño se produjo como consecuencia de culpa o negligencia
inexcusable de la víctima. Si tomamos como referencia el artículo 8, estamos
conscientes de que los actos ejecutados contra el tenor de las leyes
prohibitivas o de interés publico serán nulos, excepto en los casos en que la ley
ordene lo contrario. Refiriéndose al principio de autonomía de la voluntad, el
Magistrado español José Luis Ibáñez afirma, “Este será, por lo tanto, el límite
jurídico que evitará que el instituto
prácticas eutanásicas”.
del testamento vital se deslice hacia
27
Algunos Estados norteamericanos como Carolina del Norte28, bajo estrictos
supuestos legales, permiten a los pacientes declinar de la nutrición artificial e
26
Blanco, Luis Guillermo, comp. Bioética y Bioderecho. Cuestiones Actuales. Ed. Universidad.
Argentina, 2002 P.p. 365 – 366.
27
Requero, José Luis. El Testamento Vital y las Voluntades Anticipadas. Aproximación al Ordenamiento
Español. http://www.institutodebioetica.org/revista/requero.pdf
28
http://www.nrlc.org/euthanasia/MODELN&HStateLaw.pdf Model Starvation and dehydration of
persons with disabilities Prevention Act. Revised January 2006. 3 de noviembre de 2006
hidratación a través de sus manifestaciones anticipadas de voluntad. Quienes
se encargan de dar cuidados, y siguen de buena fe lo dispuesto en el
documento, son provistos de inmunidad de responsabilidad civil y penal y
acciones disciplinarias profesionales. Por estas limitaciones, las declaraciones
para el cuidado de la salud son menos flexibles y comprensibles que el poder
del curador terapéutico.
Los cuidados paliativos pueden ser rechazados aun cuando el médico los
considere necesarios. Lo cual no es una constante, partiendo de la noción de
la ética del medico. El paciente puede tener la preocupación de qué tanto
puede ser el dolor que puede llegar a sentir durante una enfermedad, que
puede preferir el cese del tratamientos, lo cuales en un extremo pueden
producir encarnizamiento terapéutico en vez a sufrir un dolor extremo sin la
posibilidad de disminuirlo. “Por su parte el living Will es también una reacción
contra los excesos de la técnica”29
Con excesos de la técnica nos referimos a lo que en el ámbito médico se
conoce como encarnizamiento terapéutico, al que siempre se alude como
ejemplo de indignidad, es el resultado de un fenómeno cultural muy complejo y
multifactorial derivado de la excesiva aplicación de procedimientos tecnológicos
en la Medicina, de las desmesuradas expectativas de curación que se han
inculcado a la sociedad, del requerimiento de preservar siempre la vida
biológica como un valor sagrado y de la ausencia de una decisión médica
unívoca que asuma la existencia de límites en las acciones médicas.30 Y tiene
que ver también con el concepto de futilidad, que es la característica que
pueden tener algunos tratamientos médicos de ser excesivos, donde la calidad
de vida pasa a segundo término.
29
Caló, Emmanuelle. Bioética: Nuevos derechos y Autonomía de la voluntad, Traducción de Luigi Di
Vita Fornaciari. Ed. La Roca Argentina, Buenos Aires, p. 206
30
Op. Cit. Blanco, Luis Guillermo p. 368
1.2.4 Ordenes de no resucitamiento
Es la directriz que rechaza en caso de una emergencia médica que el
personal médico dé reanimación cardiopulmonar. En caso de hospitalización, el
médico puede agregar esta orden al expediente médico. Si no hay
hospitalización, se puede elaborar una preorden de no resucitamiento para
alertar a paramédicos en cualquier lugar donde pudiera presentarse esta
emergencia o facilitar ciertas medidas.
“En el living will encontramos entre las advanced directives una especie
de tabla con datos cruzados, donde a las voces “salud actual, ictus leve,
ictus medio, ictus grave, demencia leve, demencia grave, coma
permanente
y
enfermedad
terminal”
corresponden
las
casillas
“reanimación cardiopulmonar, pulmotor, diálisis, cirugía de urgencia,
transfusión de sangre, terapia antibiótica y alimentación artificial”, de
manera que se puedan realizar diferentes selecciones. En lo que hace a
las modalidades de ejecución del poder, se puede elegir: que los
delegados decidan individualmente o bien en grupo, que sus eventuales
desacuerdos sean resueltos por mayoría, que haya un margen de
discrecionalidad, etcétera”. 31
Además de los tratamientos citados, se pueden dar directrices relativas a
cuidados paliativos. Se asume ya en forma generalizada la idea de evitar el
dolor a toda costa.
1.3 Los mejores intereses del paciente
El paciente es en principio el único que puede disponer sobre su
tratamiento en cualquier momento; y decidir sobre los cuidados que desea
recibir. El hecho de encontrarse imposibilitado para hacerlo, no debe ser razón
para dejar de cumplir lo dispuso. Si tuvo lugar la previsión correspondiente, el
curador terapéutico deberá guiarse de acuerdo con los mejores intereses del
paciente, fundamentados en deseos expresados éste, previamente.
31
Ibídem. P. 229
“Al decidir cuáles son los “best interests” mejores intereses del
incapaz, la persona que otorga o rehúsa el consentimiento en su
lugar debe tomar en consideración:
1.3.1 Los valores y las convicciones que el mismo conoce como propios
de la persona incapaz (cuando era capaz) y cree que ésta seguiría teniendo si
todavía lo fuera;
1.3.2 Cualquier otra voluntad manifestada por la persona incapaz con
respecto al tratamiento que no sea necesario seguir, y los siguientes factores:
1.3.3 Si la enfermedad o la salud de la persona incapaz pueden
mejorar con el tratamiento médico;
1.3.4 Si la enfermedad o la salud de la persona incapaz pueden mejorar
sin el tratamiento;
1.3.5 Si el beneficio que la persona puede esperar del tratamiento es
superior a los relativos riesgos;
1.3.6 Si un tratamiento menos restrictivo o menos invasor podría
aportar el mismo beneficio que el tratamiento propuesto. “32
Las decisiones del curador terapéutico deben ser entonces congruentes
con las decisiones del paciente previamente expresadas o si es necesario de
acuerdo una serie de principios estándar que asegurarán el beneficio del
paciente en cada acción determinada por su propio curador terapéutico.
1.4 Aspectos Jurídicos de la Manifestaciones Anticipadas de
Voluntad: Un Panorama Reciente
Uno de los aspectos jurídicos más relevantes respecto de las voluntades
es su grado tanto de validez, como de fuerza vinculante; porque constituye una
forma de determinar, prever y prevenir las consecuencias jurídicas que
pudieran presentarse en su momento. En los países donde se ha legislado ya,
su reconocimiento depende de una serie de requisitos y formalidades que
garantizan un nivel mínimo de seguridad jurídica para el paciente y de ahí
hemos encontrado, se desprenden los siguientes elementos:
32
Ibídem p. 230
1.4.1. Sujetos
Tomando en cuenta
a quienes participan en la elaboración del
documento, a quienes obliga y a quienes afecta, encontramos a los siguientes
sujetos intervinientes:
El paciente: Es quien debe otorgar su firma para darle validez al
documento. La firma es el presupuesto de un respaldo ideal antes de cualquier
intervención médica, asentada cuando el paciente es sano y apto mentalmente.
Que le da control individual para decidir sobre su estado de salud.
Como ejemplo encontramos La Ley de California, de acuerdo a su
estricta redacción se requiere que el paciente firme el documento cuyas
palabras están prescritas exactamente en la ley, el cual dirige al médico a
abstenerse de aplicar tratamientos para alargar la vida del paciente cuando a
juicio del médico responsable, la muerte es inminente.
El curador terapéutico: en el documento de instrucciones previas el
otorgante podrá designar a un representante, que será el interlocutor válido y
necesario con el médico o el equipo sanitario para que, caso de no poder
expresar por sí mismo su voluntad, le sustituya, y que estará facultado para
interpretar los valores e instrucciones que consten en el documento de
instrucciones previas. Puede ser designado representante cualquier persona
mayor de edad, que no haya sido incapacitada legalmente para ello.33
1.4. 2 Formalidades
Además del paciente y su representante, y ya más bien como elementos
que harán de la manifestación anticipada de la voluntad, se necesita un
33
Cfr. Artículo 11.1 de la Ley 41/ 2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del
paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.
http://www2.san.gva.es/hguv/descargas/quiosco/Ley_41_2002.pdf 7 de enero de 2007
documento formal y jurídicamente válido. Las leyes generalmente autorizan
formas estándar, que requieren:
9 Ratificación ante testigos. El documento se firma preferiblemente en su
presencia
9 Fe dación ante notario público.
Dependiendo de la legislación, en algunos casos ambos son necesarios.
El documento de instrucciones previas se formalizará por escrito y mediante
uno de los siguientes procedimientos, a elección de la persona que lo otorga34:
a) Ante Notario, conforme a la legislación notarial.
b) Ante otro funcionario o empleado público autorizado por la autoridad
correspondiente35
c) Ante tres testigos, que han de ser mayores de edad con plena capacidad de
obrar quienes declaran, bajo su responsabilidad, que el otorgante es mayor de
edad, actúa libremente y no les consta que esté incapacitado judicialmente, así
como que, en su presencia, ha firmado el documento.
Como podemos ver, el propósito de estas formalidades es cerciorarse
del estado de salud mental y la edad del titular.
1.4.2.1 Intervención del médico
No es necesario el asesoramiento médico a la hora de elaborar un
testamento vital, sin embargo ayuda a familiarizarse con los términos de los
procedimientos médicos que son comúnmente administrados a pacientes con
enfermedades serias.
34
Ejemplo tomado del Decreto No. 80/2005, de 8 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de
Instrucciones previas y su registro. 8
35
En este caso es necesaria la intervención del encargado del Registro de Instrucciones Previas de la
Región de Murcia, quien funge como fedatario en virtud de escrito suscrito por el otorgante en su
presencia, con la indicación de su nombre y apellidos.
1.4.3 Requisitos
En este apartado procederemos a la mención y análisis de los requisitos
que la mayor parte de legislaciones de manifestaciones anticipadas de la
voluntad, tanto españolas como norteamericanas exige para su elaboración. La
serie que presentamos a continuación, bien podría considerarse un estándar.
1.4.3.1 La Capacidad como requisito
La celebración de todo contrato requiere necesariamente de ciertos
requisitos de validez, entre los cuales se encuentra el de la capacidad. El autor
del documento debe encontrarse en pleno uso de sus facultades y ser mayor
de edad; es decir, que sea capaz de entender claramente su contenido,
funcionamiento y operación; así como las circunstancias previstas.
La capacidad de ejercicio es ciertamente uno de los elementos de
validez condicionantes de un consentimiento pleno de quienes contratan, pues
se hace consistir en que éste, el consentimiento, debe formarse por
manifestaciones de voluntad correspondientes a personas capaces.36
De acuerdo a lo anterior, la capacidad para contratar podría ser tomada
como punto de referencia a ser aplicado a las manifestaciones anticipadas de
voluntad. El paciente debe no solo ser capaz entendiéndose la capacidad no
solo al cumplir los requisitos que marca el código civil vigente de la legislación
correspondiente37, sino además se hace patente la necesidad de un
consentimiento informado.
“Una intervención en el ámbito de la sanidad sólo podrá efectuarse
después de que la persona afectada haya dado su libre e informado
36
37
Domínguez Martínez Jorge Alfredo Derecho Civil. Contratos. 2ª ed. Porrúa, México, 2002. P. 34
El Doctor Jorge Alfredo Domínguez Martínez afirma que la insatisfacción de los requisitos legales para
considerar a alguien incapaz puede darse conforme a los siguientes supuestos:
• Una situación física negativa objetivamente mostrada por el interesado.
• Que la ley considere que el sujeto carece de las condiciones mentales o de conducta adecuadas para
conducirse por sí solo.
• La combinación de los dos factores anteriores: el hecho de que el sujeto, debido a su situación mental
real carezca de condiciones naturales que le permitan decidir personalmente y la ley, con base en
dicha situación real así lo catalogue. Ibid. P. 42
consentimiento. Dicha persona deberá recibir previamente una información
adecuada acerca de la finalidad y la naturaleza de la intervención, así como
sobre sus riesgos y consecuencias. En cualquier momento la persona afectada
podrá retirar libremente su consentimiento.”38
Los pacientes capaces39 lo pueden designar con el objeto de que tome
decisiones si ellos llegaran a perder su capacidad para hacerlo. Siempre y
cuando los pacientes sean capaces, ellos continúan ejerciendo sus propias
decisiones en el cuidado de su salud.
1.4.3.2 Declaración por escrito como respaldo de la manifestación
anticipada de la voluntad del paciente.
Se requiere de una manifestación por escrito donde se detalle el tipo de
cuidados que se desea o no recibir si sobreviene incapacidad. En la
declaración, es necesario incluir:
a) Identificación del otorgante y, en su caso, testigos y representantes si
los hubiera, mediante la expresión de sus nombres, apellidos, domicilio,
número de documento nacional de identidad, pasaporte u otro documento
válido con efectos legales de identificación.
b) Declaración de las instrucciones previas, con el contenido que se
indica en este artículo.40
38
Artículo 5 Regla general del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad del
Ser Humano con respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina, hecho en Oviedo el 4 de abril
de 1997, y firmado por los Estados miembros del Consejo de Europa, otros Estados y la Comunidad
Europea. http://www.filosofia.org/cod/c1997ast.htm
39
A decir del Dr. Domínguez Martínez, una persona con incapacidad natural, puede no haber sido
incapacitada judicialmente y carecer de la protección legal para su persona y sus bienes. La alteración de
sus facultades, no implica siempre ni de una manera automática la existencia de un proceso de
incapacidad, unas veces por negligencia, otras por ignorancia y otras por enfermedad, no se pide la
incapacitación legal. El incapacitado que no está incapacitado por Ley, es la persona que puede decirse
que tiene una incapacidad natural o una incapacidad de hecho.
40
En los términos dispuestos en el artículo 11 del la Ley española 41/2002, de 14 de noviembre, básica
reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y
documentación clínica, mediante el Decreto n.º 80/2005, de 8 de julio, se aprueba el Reglamento de
Instrucciones previas y su registro. En el artículo 2 de dicho decreto se desarrolla el contenido y
formalización del Documento de Instrucciones previas.
1.4.3.3 Requisitos del curador terapéutico dentro de la declaración
por escrito de las manifestaciones anticipadas de la voluntad.
Todos los poderes dados al curador terapéutico deben hacerse constar
por escrito. La firma es necesaria en todo documento que tenga que ver con la
declaración del cuidado de la salud (health care documents). Si la persona se
encuentra físicamente imposibilitada para firmar por sí misma, puede designar
a otra para que lo haga en su nombre, misma que ha de ser una persona con
capacidad jurídica plena.
1.4.3.4 Elementos subjetivos que deben tomarse en cuenta
Entre las bases y elementos que fundamentan una decisión de esta
naturaleza se encuentran:
Información suficiente que permita al paciente conocer las posibilidades y
opciones tratamientos.
“De hecho, para que el paciente pueda determinar lo que va a hacer con
su cuerpo (si va a someterse al tratamiento médico o no), debe tener los
suficientes elementos de juicio para tomar tal determinación”.41
Como medidas de control hacia el curador terapéutico y para prevenir
conflictos de intereses potenciales, se ha establecido: no pueden ser el médico
responsable o empleados de la institución médica tratante y curador
terapéutico la misma persona a menos que sean familiares del paciente. Tal es
el caso del estado norteamericano de California.
Las manifestaciones anticipadas de la voluntad deben establecerse por
medio de la expresión de un lenguaje cuya estructura no dificulte su
comprensión; para no dejar sin protección a las personas en fase terminal o
moribundas en cuanto a la autodeterminación; al tiempo que se adoptan las
medidas necesarias para:
41
Cano Valle. Bioética Temas Humanísticos y Jurídicos. Op. Cit. p. 27
“Dar eficacia al derecho de la persona en fase terminal o moribunda a
una información veraz y completa, pero proporcionada con compasión, sobre
su estado de salud, respetando, en su caso, el deseo del paciente a no ser
informado.42” y:
Cerciorarse de la ausencia de factores externos que ejerzan presión
sobre el paciente. Es fundamental “Garantizar que ningún enfermo terminal o
persona moribunda sea tratada contra su voluntad y que en esta materia no
actúa bajo la influencia o presión de un tercero. Además se debe garantizar
que su voluntad no se configura bajo presiones económicas.43”
1.5 Otras características del documento de Manifestaciones
Anticipadas de Voluntad.
Además de la serie de requisitos y formalidades de las que ya hemos
hablado, es necesario tomar en cuenta varias características no menos
importantes a la hora de hacer efectivo un documento de manifestaciones
anticipadas de voluntad.
1.5.1 Cuándo surte efectos un documento de esta naturaleza
Un documento de manifestaciones anticipadas de voluntad surte efectos
una vez que el médico determina la falta de capacidad para tomar decisiones
propias:
•
Cuando la persona no puede entender la naturaleza y las consecuencias de
las opciones disponibles para el cuidado de su salud y;
•
Cuando se pierde la habilidad de expresar su voluntad para los cuidados de
su salud ya sea en forma oral, escrita o por medio de señas.
42
Protección de los enfermos en la etapa final de su vida. Asamblea Parlamentaria del Consejo de
Europa. Recomendación 1418 (1999), adoptada el 25 de junio de 1999. Punto XII
http://www.bioeticaweb.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=304#search=%22Protecci
%C3%B3n%20de%20los%20enfermos%20en%20la%20etapa%20final%20de%20su%20vida.%20Asam
blea%20Parlamentaria%20del%20Consejo%20de%20Europa.%20Recomendaci%C3%B3n%201418%20
(1999)%2C%20adoptada%20el%2025%20de%20junio%20de%201999.%20%22 18 noviembre de 2006
43
Ibídem Punto XIV
Sin embargo, si el paciente se encuentra en un estado en el cual no
puede expresarse de ninguna manera, sus documentos surtirán efectos
inmediatamente. En caso de existir duda acerca de dicha pérdida total, el
médico, con la intervención del curador terapéutico o la de familiares cercanos,
decidirá cuándo es el momento apropiado para que dichos documentos sean
operativos.
Siguiendo el caso de California, es posible dar al curador terapéutico
autoridad para manejar el tratamiento médico inmediatamente. Esta opción se
considera por lo siguiente:
Actuación rápida. El curador terapéutico podrá tomar decisiones tan
pronto como lo crea necesario en función del estado que guarda el paciente,
aun antes de que el doctor confirme el estado de incapacidad.
Esto es sumamente importante cuando no se está bajo el cuidado de un
médico con el que se ha establecido una relación confiable.Lo anterior aplica
en cualquier tiempo una vez sobrevenida la incapacidad, o pérdida de la
conciencia, pero aun habiendo vida.
Al momento de hacerse efectivos los documentos, el curador terapéutico
puede comenzar la toma de decisiones, siempre y cuando estén dentro de lo
que el paciente dispuso o disponga en caso de no haber pérdida total de la
capacidad para comunicarse.
La efectividad inmediata de los documentos permite flexibilidad, en caso
de enfermedad, agotamiento extremo o cualquier otra circunstancia que haga
patente la necesidad del paciente de ser representado para tratar con los
médicos y analizar las opciones de tratamiento. Esto no significa dar al curador
terapéutico autoridad para sobrepasar límites en contra de la voluntad de su
representado en el tratamiento a seguir.
1.6 Naturaleza jurídica
En este punto pretendemos realizar un breve análisis jurídico para
determinar la esencia de esta figura dentro del mundo jurídico; si sería posible
que las manifestaciones anticipadas de la voluntad encontraran cabida en
alguna de las figuras jurídicas más cercanas que nuestro derecho contempla o
si sería necesario clasificarlas como una figura totalmente nueva y distinta de
las ya existentes.
1.6.1 Fuerza vinculatoria
El fin común de todas las regulaciones de las voluntades anticipadas es
impedir que la autoridad pueda intervenir si existe un testamento vital, con el
objeto de facilitar la toma de decisiones del médico.
El grado de vinculación jurídica de las manifestaciones de voluntad del
paciente varía de acuerdo al sistema jurídico y al lugar donde se aplican, tal es
el caso de España donde se reconoce actualmente con un grado de fuerza
jurídica considerable los deseos anticipados con anterioridad por el paciente,
inspirados en el respeto a la autonomía de la voluntad y en la protección y
respeto de la persona en todas aquellas circunstancias que impidan que ésta
se gobierne por sí misma.44
Creemos que lo anterior no significaría transgredir la ley, sino más bien
saber en qué casos es conveniente dejar de aplicarla por observar una actitud
de beneficencia, siempre y cuando no se perjudique a terceros y la acción no
vaya encaminada al suicidio, pues esto último, si bien encuentra relación con
éste tema, su estudio tendría que ir enfocado ya al de la eutanasia.
1.6.2 Figuras jurídicas que se han asociado a la denominación
Dentro de un contexto jurídico, es necesario reconocer que la eficacia de
las manifestaciones anticipadas de voluntad depende en gran medida de su
44
Preámbulo de la Ley Catalana del 29 de diciembre de 2000.
http://www.eutanasia.ws/textos/leycataluna.doc
fuerza vinculante, de ahí la necesidad de adentrar sobre el tema de la
naturaleza jurídica de las manifestaciones anticipadas de la voluntad.
1.6.2.1 Acto jurídico
El acto jurídico, es el acontecimiento del hombre en el cual interviene su
voluntad en forma directa y que por la motivación que hace de un supuesto
jurídico, produce consecuencias de derecho, siendo la voluntad relevante para
la producción de las consecuencias.
La distinción entre actos y hechos jurídicos sólo tendrá sentido en cuanto
admita por base el modo en que el orden jurídico considere y valore un hecho
dado. Si el orden jurídico toma en consideración el comportamiento del hombre
en sí mismo y, al atribuirle efectos jurídicos, valora la conciencia que suele
acompañarlo y la voluntad que naturalmente lo determina, el hecho se deberá
calificar de acto jurídico. 45
1.6.2.2 Negocio jurídico
Dado que el concepto de negocio jurídico es: éste en el cual la voluntad
del autor o de las partes, además de requerirse plenamente como en cualquier
acto, le es reconocida y permitida una labor creadora de consecuencias, por
comprender una gama de actos con esa posibilidad.46; es claro ver como las
manifestaciones anticipadas podrían caber dentro de este presupuestos. Sin
embargo, para efectos de denominación, resultaría esta ambigua en función de
la falta de concreción, ya que se perdería el concepto dentro de una gama tan
amplia.
Ahora bien su grado de juridicidad dependería de cómo es concebido
por las consecuencias de derecho que se produzcan, lo cual estaría ya sujeto a
las determinaciones previas de un orden jurídico establecido. En nuestro caso,
cabe recordar que las manifestaciones anticipadas de voluntad no están
contempladas por nuestro sistema legal.
45
Betti, Emilio. Teoría General del Negocio Jurídico. Trad. De Martín Pérez. Editorial Revista de
Derecho Privado Serie B.- Monografías Fundamentales de Derecho Privado y Público, XXVI. Madrid,
España, 1959 p. 11
46
Domínguez Martínez, Contratos. P. 9
1.6.2.3 Testamento
Testamento vital es una frase que suena contradictoria a expertos
legales un testamento es un documento cuyos términos son para ejecutarse
después de la muerte del testador; dirige acciones antes de la muerte del
testador.
El testamento es un acto jurídico unilateral, personalísimo, revocable y
libre, por el cual una persona capaz transmite sus bienes, derechos y
obligaciones que no se extinguen por la muerte a sus herederos o legatarios, o
declara y cumple deberes para después de la misma.47
Las razones que seguramente dieron lugar a que se denominara a las
manifestaciones anticipadas de voluntad testamento vital:
•
El testamento es un acto jurídico unilateral.
•
Es personalísimo, revocable y libre.
•
Debe ser ejecutado por persona capaz
•
Tiene por objeto la transmisión de bienes, derechos y obligaciones que
no se extingan por la muerte o la declaración y cumplimiento de
deberes.
Generalmente se piensa que por el testamento se transmiten únicamente
bienes, derechos y obligaciones; pero también puede tener por objeto la
declaración y cumplimiento de deberes como nombrar un tutor.
El Código Civil no dice que sea un acto jurídico unilateral, sino simplemente
que es un acto. Naturalmente que se caracteriza como acto jurídico porque es
una manifestación de voluntad que se hace con la intención de producir
consecuencias de derecho; y es unilateral porque solo interviene una
manifestación de voluntad.
Por lo tanto, el contenido por excelencia de un testamento es de carácter
patrimonial.
47
Rojina, Rafael. Compendio de Derecho Civil. Bienes, derechos reales y sucesiones. 32 ed. Porrúa,
México, 2000. p. 385
La manifestación de voluntad representa un acto volitivo y en ello podría
asemejarse al testamento. Cumple por consiguiente un elemento esencial de
acto jurídico, pero no encuadra en esta figura.
Si no hay manifestación de voluntad patrimonial, no hay testamento. Además,
“Descartamos su empleo por cuanto el problema que nos interesa es una
cuestión de vida y no de muerte”48
1.6.2.4 Poder
El poder o apoderamiento es el acto unilateral de voluntad por medio o
por conducto del cual se confiere la representación voluntaria. Para otorgar un
poder, basta la comparecencia del interesado ante el Notario (si se hace en
escritura pública) o la actividad individual del sujeto (si se hace en documento
privado), para expresarse deseo de conferir a una persona ciertas facultades
para que éste pueda realizar determinados actos a nombre del poderdante.
El poder es el instrumento o el medio para conferir la representación
voluntaria. Un representado siempre actúa en nombre del poderdante o
representado.
Cuando se confiere a una persona facultades para realizar cierto tipo de
actos a nombre de otra, se presume lógicamente que existe un contrato previo
o una relación anterior entre el poderdante y el apoderado. El negocio previo o
el convenio preexistente entre el poderdante y el apoderado es el negocio
subyacente del poder.49
Es usual y común que el poder tenga como antecedente, como negocio
previo o subyacente, un contrato de mandato50, cuyo objeto es; el hecho, como
contenido del hacer que es la manifestación de la conducta que constituye el
objeto del contrato, debe consistir en actos jurídicos.51
48
Blanco Op. Cit. p. 120
Zamora Valencia Miguel Angel. Contratos. Porrúa México 2000 P. 288
50
Ibíd. p 289
51
Ibíd. P 293
49
Como puede verse, esta figura del poder podría abarcar parcialmente un
ámbito de las manifestaciones anticipadas de voluntad: la actividad del curador
terapéutico, más no las manifestaciones en sí.
1.6.2.5
Declaración Unilateral de la voluntad
La cuestión más importante que se plantea respecto a la declaración
unilateral de voluntad como fuente de obligaciones, consiste en determinar si
realmente puede un sujeto, por su propia voluntad, autoobligarse. En el caso
de las manifestaciones anticipadas de la voluntad, más que una auto
obligación52 se busca obligar a terceras personas a respetar a la voluntad del
paciente.
El Derecho romano se fundó la autonomía de la voluntad para organizar
el régimen de los contratos y el derecho moderno, dentro del sistema
individualista, ha llevado hasta sus últimas consecuencias ese principio; en
materia de actos jurídicos unilaterales, no se ha reconocido que la declaración
unilateral de voluntad lícita y con interés jurídico, sea por sí sola una fuente
general de obligaciones.
La voluntad única o el consentimiento, tienen la misma función jurídica:
provocar las consecuencias de derecho que en estado potencial o abstracto se
encuentran en la norma, pero en la medida que ésta las contenga, de tal
manera que no podrá actualizarse lo que hipotéticamente no abarque la norma
jurídica.
En la actualidad se sostiene, que la naturaleza de la declaración
unilateral de voluntad, y su reglamentación se oponen a una aplicación general
de los principios legales en materia de contratos; no obstante que se proponga
un fin lícito, un objeto posible, se emita por persona capaz y no padezca de
vicio. En concepto de Rojina Villegas, existe en esta tesis un rigorismo extremo
52
La cual es susceptible de modificación, inclusive espontánea siendo el paciente capaz jurídicamente.
que no se compadece con la evolución del derecho y con la superación
constante de los principios que informaron el sistema individualista.
El autor concluye que el acto unilateral sí es capaz, en el derecho, de
crear efectos o consecuencias que impliquen la constitución de derechos
personales.53
No obstante lo expuesto, encontramos las siguientes razones por las
que las manifestaciones anticipadas de voluntad no pueden considerarse como
una declaración unilateral de voluntad.
La Declaración unilateral de voluntad: es entonces la exteriorización de
voluntad sancionada por la ley:
a) Dicha declaración implica para su autor la necesidad jurídica de
conservarse en aptitud de cumplir, voluntariamente, una prestación de
carácter patrimonial, a favor de una persona que eventualmente puede
llegar a existir, o si ya existe, aceptar la prestación ofrecida;
Las manifestaciones anticipadas de voluntad implican un contenido de
carácter no patrimonial.
Además, la persona generalmente ha perdido la capacidad en el momento
de surtir efectos su manifestación de voluntad expresada por ella misma con
anterioridad. Es lo que pretende prever el documento de manifestaciones
anticipadas de voluntad, por lo que no se encuentra en condiciones de cumplir
una prestación. El contenido de las manifestaciones hace referencia a la propia
persona que lo suscribe, no a favor de otro, lo cual implicaría ya una figura
jurídica distinta fuera de la declaración unilateral de la voluntad.
b) La prestación de carácter patrimonial hace nacer a favor de una persona
determinada, un derecho, sin necesidad de que esta acepte;
53
Rojina, Rafael. Compendio de Derecho Civil Teoría General de las Obligaciones 24 ed. Porrúa México,
2002 p. 208
En las manifestaciones anticipadas de voluntad es necesaria la aceptación
de la persona que manifiesta su voluntad acerca de las condiciones sobre
su tratamiento en caso de encontrarse en una situación de enfermedad que
la impidiera expresarse por sí misma.54
Una de las razones principales por las que no se encuentran las
manifestaciones anticipadas de voluntad
dentro del ámbito de las
declaraciones unilaterales de la voluntad, es por su contenido: la declaración
unilateral de la voluntad encierra una obligación, el carácter de las
manifestaciones anticipadas de voluntad aun es discutible.
1.6.2.6 Representación
La representación inicia con la incapacidad. Y supone dos condiciones:
1° Que el acto jurídico se ejecute por el representante, en nombre del
representado. 2° Que ese acto jurídico se realice por cuenta del representado.
2º El acto jurídico que se ejecuta en nombre del representado, siempre es por
su cuenta, pero el que se celebra por cuenta del representado no siempre es
en su nombre.
El acto jurídico se ejecuta por el representante en nombre del
representado. Esto significa que es la voluntad jurídica del representado,
aunque no su voluntad psicológica, la que concurre para la validez del acto
jurídico. En la doctrina de la ficción, se supone que es el representante un
instrumento del representado, pero que éste último, en realidad no comparece
en el acto jurídico.
En Estados Unidos, el proceso de representación es asimilado como la
ejecución de un poder perdurable del representante para el cuidado de la
salud.
54
Brena Sesma Ingrid y Díaz Müller Luis. Op. Cit. P 23
Sin embargo, transportando el uso de esta figura a nuestro sistema
jurídico relacionándolo con las manifestaciones anticipadas de voluntad, esto
no sería práctico, pues la incapacidad tendría que determinarse legalmente, lo
cual no funcionaría para el tipo de casos que se requeriría.
1.6.2.7 Objeción55 de conciencia
Consideramos que uno de los factores que han influido al otorgamiento
de fuerza vinculante a nuestra figura central en otros países, ha sido el respeto
a la actitud de quien rechaza determinada práctica médica, sabiendo las
probables consecuencias negativas que deriven de su objeción en función del
respeto a la libertad de creencias, opinión y de conciencia.
1.6.7.1.1 La objeción a tratamientos médicos.
Tras dar al paciente y a los familiares la información completa sobre el
diagnóstico y los tratamientos necesarios alternativos, si el paciente es adulto,
tiene plena capacidad de obrar y no está en juego la salud pública, el médico
debe respetar la decisión autónoma del paciente sobre su rechazo del
tratamiento por convicciones morales o religiosas. Sin embargo, cuando se
trata de adultos incapacitados o menores no emancipados, el criterio es que la
objeción de los padres o cuidadores legales no puede impedir la aplicación de
los tratamientos necesarios. Estas pautas son las más comúnmente seguidas
en países como España.
Se plantean situaciones conflictivas, que han creado el concepto de
objeción de conciencia, para así poder solucionar la colisión entre derechos de
los pacientes y del médico, en un marco de interés general.
“El elemento esencial del derecho de la objeción es la existencia
de una motivación moral en la conciencia del individuo.”56
55
Utilizamos éste término ante la ausencia de denominaciones en Derecho nacional y por que este es el
utilizado por textos en castellano. Ejemplo: Persona y derecho. Revista de fundamentación de las
Instituciones Jurídicas y de Derechos Humanos. No. 18, 1988.
56
López Hernández José. “La Objeción de conciencia en el ejercicio de la Medicina” en Anales del
derecho. Revista de la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia. Núm 15, Murcia, 1997 p. 42
Por un lado, la objeción de conciencia tiene un contenido de carácter
moral y por el otro, existe la obligación general de obedecer todas las normas
jurídicas vigentes.
Sin embargo, la obediencia al derecho no solamente implica un simple
cumplimiento racional basado en la coacción estatal ejercida en caso de
incumplimiento, puesto que las normas jurídicas tienen un fin que tiene que ver
con la moral. “En ocasiones, la identificación de algunas normas jurídicas
requiere de argumentos morales”57 Estos argumentos morales se localizan en
la conciencia del sujeto y que le impulsa a rechazar la aplicación de una norma
jurídica determinada. En este caso, se habla de decisiones adoptadas en
conciencia, es decir, en virtud de imperativos morales que tienen para el sujeto
el grado de instancia normativa suprema; de lo contrario, serían meras
opciones de conveniencia procedentes de la libertad de pensamiento.
La objeción de conciencia puede ir encaminada tanto hacia las
decisiones del paciente, como a las del médico. Hemos dado más
preponderancia hacia la objeción por parte del paciente porque su peso es de
vital importancia, sin olvidar que el médico no puede ser obligado a actuar en
contra de sus ideas. Como se verá más adelante, si no desea llevar a cabo
alguna instrucción del paciente por considerarla contraria a su ética profesional,
tiene otra opción a llevar a cabo sin violar la voluntad manifestada de este
último: si no la puede llevar a cabo o siente que no debería, si bien no puede
cometer una omisión, tiene el deber de delegarla porque ante la simple
posibilidad de que la persona no esté en condiciones de manifestar su voluntad
ya sea en forma transitoria, por efectos de medicamentos, o permanente, por
trastornos de salud, se le debe respetar su derecho a expresar sus deseos y
que éstos sean cumplidos.”58
57
Raz, Joseph. La autoridad del Derecho. Ensayos sobre Derecho y moral. UNAM, 1985 p. 66
58
Brena. Sesma Op cit. P 16
Ya se ha visto mediante el estudio de diversas figuras, las más cercanas
a la forma de las manifestaciones anticipadas de la voluntad, que no se les
puede encuadrar en ninguna figura jurídica con existencia. Aun cuando
coinciden en varios elementos de forma, considero que un adecuado criterio
que ya se ha usado es aquel que tiene en consideración su esencia y su
función.
Las manifestaciones anticipadas de la voluntad son sui géneris ya que
como se verá en el siguiente capítulo, surgieron de la bioética y a partir de
entonces interesó al derecho su regulación.
CAPÍTULO II
Antecedentes de las Manifestaciones Anticipadas de la
voluntad.
En el presente capítulo pretendemos indagar sobre un origen concreto
de las manifestaciones anticipadas de voluntad, como en todo estudio sobre la
historia de cualquier objeto de investigación, es necesario en el nuestro
encontrar cuál fue el punto de partida y motivos que generaron el surgimiento
de las manifestaciones anticipadas de la voluntad y saber de ésta forma, hacia
dónde nos dirigimos.
2.1 En busca del origen de las manifestaciones anticipadas de la
voluntad.
El objeto de este apartado es encontrar datos concretos respecto de las
primeras regulaciones de manifestaciones anticipadas de voluntad como
testamento vital. Si bien, ya se ha visto que se trata de una figura controvertida
en diversos ámbitos tanto de la teoría como de la práctica, es menester
reconocer que su origen indudablemente también lo es.
Remontándonos a los orígenes del Common Law, encontramos pautas
que probablemente le dieron origen como figura jurídica, existe una gran
relación que quizás tuvo que ver con su surgimiento: la herencia en vida como
práctica inglesa.
Como sabemos, el testamento como tal, surge en Roma. El testamento
en vida yace en las resoluciones de las cortes inglesas. Hay razón para creer
que el sistema fue usado por los cruzados que entregaban tierras a sus amigos
para su propia conveniencia durante su ausencia, incluso no expresaban
voluntad testamentaria sobre las tierras, instruyendo únicamente a sus amigos
de la disponibilidad en el caso de que su retorno no se realizase, las cortes del
common law, para estar seguras no disminuyeron esta intención y reconocieron
sólo la transmisión por título legal.
El testamento en vida durante las Cruzadas fue utilizado para dar
cumplimiento a varios propósitos.59 “las utilidades de los bienes no quedan en
manos del trustee sino de los beneficiarios de aquellas finalidades para la cual
se constituyen.
Así la explicación puede lograr los siguientes propósitos:
•
Para auxiliar a las personas que
por su minoría o incapacidad no
pueden directamente administrar.60
•
Para obtener una finalidad de beneficencia61
Lo anterior, si bien es un dato interesante sobre un posible origen de las
manifestaciones anticipadas de la voluntad, no fundamenta su razón de ser
específica actualmente.
Durante esta búsqueda hemos encontrado que varios países se atribuyen
su creación, la cual fue impulsada por razones derivadas de los avances de la
59
López Monroy José de Jesús. Sistema Jurídico del Common Law. Porrúa México, 2003 Pp. 63, 64
Ibíd. 104
61
Ibíd. 105
60
ciencia y la tecnología. Por lo tanto, las manifestaciones anticipadas de la
voluntad son de origen reciente dentro de la Bioética, concretamente surgen de
de la necesidad de evolución del antiguo modelo paternalista de la relación
médico – paciente.
2.1.1
Antiguo modelo paternalista
Hoy en día la relación entre médico y paciente ha cambiado
radicalmente. Antes se entendía como un binomio en el cual el paciente era un
sujeto totalmente pasivo y sujeto a las indicaciones dadas por el médico. Hoy
“…frente al modelo paternalista se han elevado voces que pugnan
por la autonomía del paciente. Los cambios en la relación con el
médico, entre
ellos el distanciamiento
sustituir los patrones de
jerarquía
vertical
y la necesidad de
por
otros
más
democráticos, han propiciado el reconocimiento del principio de
autonomía”.62
Los pacientes están acostumbrados a seguir las instrucciones escritas
que prescriben una forma certera de cuidado médico, usualmente una
medicación.
“Los servicios de salud se han transformado de una cultura que
confería absoluta libertad de tratamientos o intervenciones al
personal de salud, a otra que otorga la libertad de elección de
tratamiento por parte de los pacientes, que indudablemente
decidirán mejor que nadie cuánto, y con quién combatir su
enfermedad, al igual que cómo hacer llevadero su propio
padecer”63
Los médicos no están acostumbrados a recibir de sus pacientes
instrucciones escritas que prescriben cómo ellos, los médicos están para
proveer o no proveer tratamientos médicos, todavía, el testamento vital es
justamente un documento y está apareciendo en las oficinas de los médicos.
62
63
Brena Sesma Ingrid y Díaz Müller. Op. Cit. P. 15
Cano Valle Bioética Temas humanísticos y jurídicos Op. Cit. p. 23
Lo anterior es un reflejo de la fuerte necesidad de los pacientes deberían
acerca de tener un control sustancial sobre su cuidado médico.
“El cambio de cultura jurídica en la relación médico paciente ha
obligado a abandonar este vínculo personalizado, a veces
caracterizado por un sentido paternalista – compasivo y a veces
hasta autoritario o arbitrario, para pasara una nueva situación
en la que ya no se le llama paciente a la persona que recibe un
servicio de esta naturaleza, sino que ahora se le llama usuario,
y a los médicos y enfermeras prestadores de servicios de
salud.64
2.1.2
Razones que motivaron el surgimiento de esta figura dentro
de la relación médico paciente.
Las manifestaciones anticipadas de la voluntad han jugado un papel muy
importante por ser el medio revolucionario en su máxima expresión para
cambiar el papel del paciente de un sujeto pasivo a ser el eje de la interacción
con su médico. Lo anterior ha generado desconcierto dando lugar a todo tipo
de opiniones y argumentos, desde lo tradicional médica acerca de las
circunstancias en la cual la negación debería ser en sí misma denegada;
seguida por la incertidumbre y la ansiedad que aparecen en el manejo clínico.
Y es que “Debe advertirse que aun hoy en día, y a pesar de los avances
en el tratamiento del dolor y otras agravantes de las enfermedades terminales,
no son raros los pacientes en quienes el sufrimiento es insoportable”65De
acuerdo a la extensión y naturaleza del cuidado durante la enfermedad
terminal.
El que un paciente presente un documento sancionado legalmente o un
testamento vital no oficial al médico, pueden surgir dudas sobre de la
64
Idem.
Graus, Arnoldo. En Eutanasia: reflexión obligada. Eutanasia. Aspectos jurídicos, filosóficos, médicos y
religiosos. Op. Cit. P 160
65
interpretación. Si el médico y el paciente discuten conjuntamente las
voluntades e intenciones contenidas en el documento, puede alcanzarse un
acuerdo, tomando en cuenta la extensión y naturaleza del cuidado durante la
enfermedad. Es deseable que se alcance tal acuerdo. En el caso donde las
manifestaciones anticipadas de voluntad han de cumplirse después de que el
paciente ha dejado de ser un participante activo, las decisiones tienden a ser
más difíciles de tomar que aquellas tomadas por pacientes que pueden dar su
consentimiento informado. Aquí la opinión del médico es uno de los factores
que más influyen.
Ahora bien, no solamente como recurso provee autonomía al paciente,
sino también da la posibilidad de escoger no someterse sufrimientos y dolores
inútiles; incluso podría acabar con aspectos como la mercantilización de la
salud. “Desafortunadamente la práctica médica en grandes hospitales, la alta
tecnología y en algunas ocasiones la mercantilización de la práctica médica,
han deshumanizado la interacción de los protagonistas. Como resultado, en
innumerables situaciones, el anterior binomio médico – paciente se ha
transformado en una contienda. Los derechos de los pacientes se ven
confrontados con los derechos de los profesionales de la salud.”66 Y en esta
parte, cabe mencionar a manera de aclaración que las manifestaciones
anticipadas no fueron elaboradas hecha para respaldar la eutanasia, sino para
dar fin al ensañamiento terapéutico.
En primer lugar, cuando los proponentes del texto Ley 21/2000 del
Parlamento Catalán lo presentaron ante el Senado y los medios de
comunicación, insistieron en que no tenía “nada que ver con la eutanasia en
todas sus expresiones posibles”, que “no es ni en su espíritu ni en su letra una
ley de eutanasia, ni pasiva ni activa”, que si un médico no puede curar a un
paciente terminal y, cumpliendo su deber de aliviar el dolor, provoca
indirectamente el acortamiento de la vida “ a eso no se le puede llamar
eutanasia”, y de lo que se trata es de evitar el “ensañamiento terapéutico”67
66
Brena Sesma Ingrid y Díaz Müller Op. Cit. P 14
Brandariz García José Angel y Faraldo Cabana, Patricia, coord. Responsabilidad Penal del Personal
Sanitario, Netbiblo Coruña, España 2002 p. 17
67
2.1.3 Derechos de ambas partes.
El actual debate en torno a la relación médico paciente hay cuestiones
que requieren de un estudio que fundamente consecuencias que se dan
actualmente y dan lugar a controversias diversas.
Es menester reconocer los derechos de ambos sujetos, tanto médicos
como pacientes tomando en cuenta los derechos de ambos y el punto en que
éstos pueden confrontarse. Sin embargo, considero conveniente tomar como
punto de partida los derechos del paciente por ser quien padece, mientras el
médico posee el conocimiento68para curar y lograr el bienestar del paciente
como objeto fundamental, en la medida de sus posibilidades y circunstancias.
2.1.3.1 Derechos de los pacientes
Los pacientes tienen derecho a que se les dé a conocer las expectativas
reales sobre su estado de salud, es decir, las expectativas reales inequívocas.
La directiva médica es una lista de 12 intervenciones en cada uno de los cuatro
escenarios: enfermedad terminal, demencia, estado vegetativo persistente y
coma. Tales directivas específicas son útiles cuando el paciente y el médico
han discutido estas situaciones y el paciente ha tomado realmente decisiones
informadas, pero las directrices específicas dejan ser confusas si el paciente
expresa sus deseos o manifiesta su voluntad apreciando de lleno las
consecuencias y deliberando acerca de ellas.
Las discusiones dentro de la relación médico – paciente han continuado
a través del tiempo. Los médicos no deberían esperar entender las
preferencias del paciente después de una simple conversación. Además, las
elecciones de los pacientes y valores pueden cambiar tanto como su
enfermedad, la situación de su vida o la apreciación de su situación. Si el
paciente cambia de opinión, deben saberlo el médico y el representante y todas
las copias de esa directiva avanzada deben ser destruidas y completar o
elaborar una nueva.
68
Cano Valle y Moreno Sánchez José Antonio Op. Cit. P. 29
Los pacientes prefieren que las discusiones ocurran antes de que el
médico actúe: en la primera etapa del proceso natural de la enfermedad, y
temprano en la relación médico paciente. Si el médico espera hasta que el
deterioro clínico ya haya ocurrido, el paciente puede estar demasiado enfermo
para tomar decisiones informadas. Los médicos deberían informar a sus
pacientes acerca de las ventajas de las directrices avanzadas escritas y
motivar a sus pacientes a completarlas.
Han tenido lugar también discusiones de documentos en el historial
médico:
La nota del médico debe describir la toma de decisión del paciente
capaz, apreciación de las consecuencias de su elección y sus preferencias
específicas considerando intervenciones en situaciones diversas.
Los médicos deberían discutirlas cuando la pérdida de la capacidad no
fuera algo imprevisto. El objetivo de los médicos abarca serias enfermedades
crónicas, cuyo proceso no es predecible.
Los médicos deberían alentar a los pacientes a discutir con sus
representantes sus elecciones considerando el tratamiento de prolongación de
la vida y ayudar a hacerlo.
2.1.3.2 Derechos de los médicos
El punto de vista que toma Estados Unidos, basándose en lineamientos
constitucionales es permitir que se sigan este tipo de instrucciones aun cuando
el estado del paciente las restrinja. Los médicos están obligados a seguir las
directrices hechas por el paciente o a trasladarlo al servicio médico adecuado
para cumplirlas.
Aunque las instituciones médicas están obligadas a cumplir lo asentado
en el documento ante notario y a respetar las decisiones del curador
terapéutico, la cual se desprende de la voluntad del titular, cabe la posibilidad
de negación por parte del médicos y/o ciertas instituciones a seguir llevar a
cabo lo dispuesto por el paciente en sus manifestaciones anticipadas de
voluntad cuando:
- La decisión vaya en contra de la conciencia ética del médico; no puede
obligársele a realizar algo que él considera va en contra de sus principios.
- La decisión vaya en contra de políticas de salud de la institución, basadas en
razones de conciencia.
Esto no significa que las manifestaciones anticipadas de voluntad sean
ignoradas, ya que cualquier institución de servicios médicos que se niegue a
cumplir la voluntad del paciente o a seguir las instrucciones que señaló debe
informarlo así al mismo paciente o a su representante; si el paciente o el
curador terapéutico lo desean, el médico debe remitir al paciente a la brevedad
posible a una institución que esté en posibilidades de llevar a cabo los deseos
que el paciente dispuso. En algunos estados norteamericanos, la institución
médica que viola estas reglas puede ser responsabilizada legalmente (…) sea
que el derecho faculte al médico, o bien, incorpore la figura de la objeción de
conciencia. Lo ideal sería que una adecuada política de salud velara por que
las instituciones que ofrecen estos servicios contaran con una planta médica
ideológicamente plural que hiciera posible la realización de la autonomía de los
pacientes. Esta sería la única forma de evitar caer en un paternalismo médico
injustificado o en una violencia a la conciencia de los propios médicos”69
La discusión con los médicos ha demostrado ser menos común y
problemática que las directrices avanzadas escritas. A diferencia de las
declaraciones orales a parientes o amigos, las directrices al médico no son
comentarios casuales. Además, los médicos pueden constatar si las directrices
están basadas en información.
69
Vázquez Rodolfo. Algo más sobre suicidio asistido y eutanasia. En Salud y Derecho Memoria del
Congreso Internacional de Culturas y Sistemas Jurídicos Comparados en Instituto de Investigaciones
Jurídicas UNAM Ingrid Brena Sesma coord. México, 2005 P.70
2.2 Principios a tomarse en cuenta
Los principios que recoge la bioética para ser tomados en cuenta como
apoyo a la autonomía del paciente son:
2.2.1 Beneficencia
Este principio o concepto evidentemente se refiere a la búsqueda del bien o
beneficio del paciente, a la protección de sus derechos, a la obligación de
socorro y a las decisiones que requieren a veces un análisis de coste-beneficio
en la toma de decisiones terapéuticas, etc. Evitando tratamientos y medidas
ineficaces o fútiles, etc. Todo ello se deriva de que cada paciente es un fin
último en sí mismo, y la actividad diagnóstico - terapeútica es un instrumento a
su servicio.
Es importante reconocer que actuar por el beneficio de los pacientes es
un principio fundamental para los médicos, todas las intervenciones médicas
tienen ambos: beneficios y cargas, y los médicos deben estimar si los
beneficios de las intervenciones conllevan cargas para el paciente en particular
en la situación clínica dada. Las manifestaciones anticipadas de voluntad son el
mejor camino para tomar las decisiones de pacientes que ya no tienen
capacidad para tomar decisiones. En las discusiones con los pacientes, los
médicos pueden asegurar que las directrices son informadas, específicas y
actualizadas
2.2.2 No maleficencia
Este principio que ya era conocido y formulado desde la época hipocrática,
se refiere a la obligación de no hacer daño a los pacientes. Pero en nuestros
días y con los medios terapéuticos actuales el respeto no sólo y absoluto a la
vida en abstracto, sino también a la calidad de vida y la voluntad expresada por
los pacientes con derecho a su autonomía en las decisiones.
Los encargados de cuidados de salud pueden creer que están haciendo
sufrir al paciente si no le suministran cuidados paliativos o si ellos continúan
intervenciones que dan mínimas esperanzas o beneficios, pero un sí un dolor
considerable. El principio ético de no maleficencia permite a los proveedores de
servicios de salud abstenerse de intervenciones que causen un sufrimiento
significativo y prolonguen la vida del paciente por solo unas horas o días.
2.2.3 Justicia
Este principio encierra enfoques diferentes que implican disyuntivas de
acceso desigual a la atención sanitaria, necesidades desiguales ante recursos
limitados, oportunidad de elecciones sobre tratamientos a pacientes en listas
de espera, donación de órganos, sin tráfico económico de los mismos, etc.
Derecho a un mínimo decente de asistencia sanitaria, distribución y prioridades
en el uso de recursos económico-sanitarios. La atención sanitaria debe darse
en función de las necesidades de los pacientes.
2.2.4 Autonomía
El concepto de autonomía se está abriendo con muchas implicaciones
referentes a la capacidad de tomar decisiones de las personas, tanto
pacientes como médicos y armonizando las contradicciones y conflictos. La
autonomía no es un concepto aislado, porque toda decisión bien hecha
necesita de una base firme. La decisión tomada por el paciente requiere
haber sido tomada a conciencia.
2.2.5 Consentimiento Informado
Uno de los conceptos más relevantes actualmente tanto en el ámbito
jurídico, como en el de la bioética, lo constituye el denominado
“consentimiento informado”70, como expresión de la humanización de la
medicina y del progresivo abandono de la teoría paternalista médico –
paciente.
70
Artículo 6 del Proyecto de Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos. UNESCO
http://www.comisionunesco.cl/Unesco/Documentos/documento_bioetica.doc 7 de enero de 2006
El consentimiento informado apareció como un instrumento para
exponer la información al paciente facilitándole la comprensión de los hechos a
fin de obtener de él un consentimiento fundamentado. Supone una garantía
también para los médicos, quienes estando propensos a encontrarse en medio
de situaciones de conflicto, bien podrían actuar apoyándose en este concepto,
cuya evolución hace considerarlo pieza clave dentro la relación entre los
profesionales y los pacientes.
“El consentimiento bajo información (CBI) puede definirse como un
proceso mediante el cual se garantiza por escrito que después de
haber recibido y comprendido toda la información necesaria y
pertinente, el paciente ha expresado voluntariamente su intención
de participar en cualquier información, o su autorización para que
sobre él se efectúen procedimientos diagnósticos, tratamientos
médicos o intervenciones quirúrgicas de cualquier tipo, que
suponen molestias, riesgos o inconvenientes que previsiblemente
puedan afectar su salud o su dignidad, así como las alternativas
posibles, derechos, obligaciones y responsabilidades.71
Este conflicto de hechos y deberes se suele resolver según las
siguientes pautas:
Como una doctrina legal y un imperativo ético, el consentimiento
informado ha llegado a ser una herramienta central que no debe tomarse a la
ligera. Y aunque es difícil de alcanzar y de tratar algunas veces por las
controversias que encierra, ha llegado a ser un estándar de la buena práctica
médica.
2.3 Responsabilidad: sus diversas acepciones dentro de la relación
médico paciente.
Hablando ahora acerca de la responsabilidad dentro de la relación
médico paciente es necesario hacer referencia a lo siguiente:
71
Cano Valle. Op. Cit. Bioética. P. 25
Si responsabilidad es “la obligación de calcular las consecuencias de las
propias acciones antes de actuar”72, entonces el paciente será responsable por
sus propios actos. Y el médico sería responsable si cayera en el supuesto de
“la imputación de un hecho delictivo fuera de toda connotación directa y
exclusivamente referida a una actuación profesional, sino involucrando la
esfera personal del recurrido de manera que excede de los usos sociales y de
los límites que estos establecen.”73
Destaca entre la responsabilidad contractual y la extracontractual una
diversidad previa, la cual reside en sus fuentes, en la primera está el contrato y
en la segunda la ley.74En la responsabilidad contractual hay un grado de culpa
menor que en la extracontractual. El actuar del médico conforme a los deseos
expresados por el paciente no lo llevan a incurrir en responsabilidad legal o
extracontractual.
También es distinto el alcance del deber de reparar. Si todo contrato
implica una distribución de riesgos entre las partes, imputable a su autonomía
privada, esto debe reflejarse en la responsabilidad derivada del incumplimiento
de las disposiciones establecidas en el contrato, sin necesidad de extenderlo a
nivel extracontractual o legal.75 El médico en este caso es responsable
contractualmente de cumplir o contribuir a que se cumpla la voluntad del
paciente.
Ahora bien, en términos de responsabilidad la relación médico paciente
es en principio de naturaleza contractual, pero no hay que dejar de lado el
hecho de que la ley no se puede contravenir, salvo el caso de la objeción de
conciencia, en la cual el paciente debe hacerse responsable por sus propios
72
Fernández Santillán José.comp. Bobbio, Norberto: El filósofo y la política. Antología Fondo de Cultura
Económica México, 1996. P. 471
73
Galán, Julio César. Responsabilidad médica y consentimiento informado. Prólogo de Ricardo de Ángel
Yagüez. Editorial Civitas Madrid, España 2001 P. 217
74
Angel Yágüez Ricardo de. Puesto que ocupa el derecho de daños en el derecho de obligaciones.
Estudios de Deusto. Vol. 43/31. Enero – junio 1995. Universidad de Deusto. P. 22
75
Ibídem p. 24
actos y el médico debe cuidar de no caer en responsabilidad por no cumplir la
voluntad del paciente, limitada en cierta forma por lo extracontractual: la ley.
En la práctica médica sería conveniente la elaboración de modelos
sencillos en su redacción, evitando así tecnicismos donde no se explique lisa y
llanamente
al
paciente
el
procedimiento,
ventajas
e
inconvenientes,
complicaciones y riesgos bajo su propia responsabilidad y distinguir
perfectamente cuándo un médico incurre en responsabilidad por negligencia.
2.3.1 Lineamientos generales
Este conflicto de hechos y deberes se suele resolver según las
siguientes pautas:
Lo más importante es que todo se realice en un marco de legalidad que
no vulnere por otra parte, los derechos de los médicos, quienes también tienen
el derecho de negarse a dejar de aplicar tratamientos por razones también de
conciencia. La solución en este caso es canalizar al paciente con quien sí
puede cumplir con su voluntad sustentada en un previo consentimiento
informado dentro de un marco legal.
Los pacientes prefieren que las discusiones ocurran antes de que el
médico actúe: en la primera etapa del proceso natural de la enfermedad, y
temprano en la relación médico paciente. Si el médico espera hasta que el
deterioro clínico ya haya ocurrido, el paciente puede estar demasiado enfermo
para tomar decisiones informadas.
Es imposible intentar discutir todas las situaciones médicas futuras
posibles. La meta de las discusiones no es ser exhaustivas, pero sí tomar
decisiones informadas acerca de los probables escenarios y entender qué
consideraciones son importantes para el paciente.
“…aún cuando se tengan toda la información y toda la conciencia
posibles, es altamente improbable que el testamento biológico
pueda cubrir todas las situaciones futuras e incluir todas las
variables, lo cual implica que (…) su rol, por más preciso que sea,
deba ser enmarcado en forma realista, para evitar que la
autodeterminación pueda ser utilizada como una coartada para
encubrir decisiones ajenas”76
Los médicos si bien no deciden, pueden ser una guía fundamental a la
hora de tomar decisiones por ejemplo, el futuro de escenarios probables que
entrañan un resultado determinante o por el contrario, incierto y la única
certeza que se tiene son las agobiantes intervenciones; necesitan por tanto
describir las intervenciones y sus consecuencias probables. Entran aquí la
aceptación, disposición, magnitud, duración, posibilidades de mejora, etc.
Hablando de pacientes capaces, los médicos podrían promover
discusiones sobre la definición del padecimiento y:
¾ Clarificar términos ambiguos.
Los médicos necesitan preguntar al paciente qué tanto margen
permitirían a sus representantes al interpretar sus directrices, extrapolarlas a
situaciones imprevistas o rebasar sus directrices si así conviene a sus
intereses. Siguiendo tales preferencias respecto de los valores del paciente
como individuo.
¾ Discutir escenarios que es probable ocurran.
Los representantes pueden acertar a que el paciente quiere evitar a la
familia la carga emocional o financiera de una
prolongada enfermedad
terminal. Si hay una evidencia obligatoria que ese es el propio punto de vista
del paciente, debería ser respetado.
Los pacientes capaces pueden no querer una carga o pueden querer
evitar los gastos y el estrés de una enfermedad terminal. Suena razonable para
los representantes considerar estos factores cuando el paciente por el mismo
ya lo ha hecho, pero puede ser útil a los representantes considerar tales
factores cuando los pacientes no han establecido su importancia.
76
Op. Cit. Caló, Emmanuelle. p. 234
Algunos médicos creen que las intervenciones para la prolongación de
la vida deberían ser aplicadas a pacientes que carecen de capacidad de tomar
decisiones, a menos de que sean infructuosas, esta aproximación, sin
embargo, puede imponer intervenciones que son pesadas, pero brindan un
pequeño beneficio. El principio de actuar en nombre de los mejores intereses
de los pacientes provee una razón fuerte para decidir en qué casos deben
realizarse o no tales intervenciones.
¾ Juicio sustituto
Las directrices claras y específicas deben ser respetadas y previamente
discutidas pero a veces los pacientes han dado solamente directrices generales
o ninguna indicación de sus preferencias. A falta de directrices claras y
específicas los representantes deberían tratar de construir la decisión que el
paciente haría bajo determinadas circunstancias, tomando en cuenta todos los
conocimientos acerca del paciente.
Reconstruir las elecciones de los pacientes es justificado éticamente
porque se respeta su individualidad hasta donde es posible. Aun cuando los
pacientes no sean aptos para tomar decisiones informadas, es respetable
tratarlos como individuos únicos y tomar decisiones consistentes con su propia
concepción y circunstancias de vida. Los pacientes suelen confiar en un
miembro de su familia en particular u otro representante para tomar la mejor
decisión aún bajo circunstancias imprevistas.
Las decisiones para pacientes quienes carecen de capacidad para tomar
decisiones tienden a ser más difíciles de tonar que aquellas tomadas por
pacientes que pueden dar su consentimiento informado en su caso la negación.
Las predicciones de los pacientes hechas por el representante son más
exactas cuando representante y paciente han discutido sobre los resultados del
fin de la vida.
¾ Mejores intereses
En muchos casos, un juicio sustituto sería tan especulativo que es más
honesto para el representante y el médico para basar decisiones que ellos
creen es mejor para el paciente. Un consenso de ética médica y médicos
apoya las decisiones basadas en los mejores intereses del paciente. Tales
decisiones están justificadas por el principio guía de beneficencia: los médicos
deben actuar para el bienestar del paciente y necesitan pesar los beneficios y
cargas de intervenciones para el paciente.
“De alguna manera, apelar a las decisiones pasadas es otra forma de
hacer prevalecer el principio de autonomía personal recurriendo ahora a la
fidelidad y a la coherencia de la vida de la persona”.77
2.4 Comentarios finales sobre el origen de las manifestaciones
anticipadas de la voluntad.
En resumen, las manifestaciones anticipadas de voluntad son el mejor
camino para tomar las decisiones de pacientes que ya no tienen capacidad
para tomar decisiones. Pueden ser declaraciones orales o documentos tales
como el testamento vital o poderes perdurables del representante para
cuidados de salud, las más benevolentes y flexibles directrices avanzadas
señalan a un representante y expresan elecciones considerando tratamientos.
En las discusiones con los pacientes, los médicos pueden asegurar que las
directrices son informadas, específicas y actualizadas. En ausencia de
directrices avanzadas claras, los representantes deberían intentar hacer juicios
sustitutos. Si los valores y preferencias del paciente no son conocidos, las
decisiones basadas en los mejores intereses del paciente constituyen un
parámetro.
Actualmente, algunos documentos europeos reguladores de los
derechos de las personas78 en el ámbito de la salud otorgan un protagonismo
creciente a los pacientes en la toma de decisiones que les afectan, de modo
que los médicos, además de los conocimientos y competencia técnica, tienen
que ser capaces de ayudar a los pacientes a comprender la situación en la que
77
Vazquez Rodolfo. Op. Cit. P 73
Derecho Español. Código de deontología médica. Art. 7 “la voluntad del enfermo debe ser respetada
siempre, en la medida de lo posible. Cuando en enfermo, por razón de su estado de salud, no puede
expresar su voluntad, sus parientes deben ser prevenidos e informados, salvo urgencia o imposibilidad.
78
se encuentran para poder decidir al respecto. Esta nueva realidad legal
internacional y su implicación en las relaciones médico - paciente requiere de
los profesionales sanitarios un esfuerzo mayor, pues tiene que transmitir la
información necesaria sobre la que los pacientes sustenten sus decisiones, y
además deben tener en cuenta que regulaciones actuales79 no sólo exigen que
se respete la autonomía del paciente, sino que ésta se formalice en
determinados supuestos, cumpliendo ciertos requisitos.80
Ahora bien, tomando en cuenta los antecedentes de las manifestaciones
anticipadas de la voluntad en la bioética, dos países se disputan sus
antecedentes legislativos cronológicamente hablando: Estados Unidos y
España.
Con la finalidad de proteger la libertad de decisión del paciente dada la
gravedad de sus circunstancias, surgió en España a fines de la década pasada
la primera regulación de “testamento vital”81. Sin embargo, – se observa- tiene
una historia principalmente americana, originada por una corriente de ideas en
los años sesenta. Luego de su primer reconocimiento legislativo en el “Natural
Death Act” californiano de 1976, al final de los años ochenta, tras una
intervención de la “Nacional Conference of Commisionners on Uniform State
Laws”. Tal vez sea justo dar crédito a ambos países como los primeros en
legislar sobre manifestaciones anticipadas de voluntad.
Ley 21/2000 Cataluña regulatoria del consentimiento médico informado.
Articulo 5 de la Ley Básica de la Autonomía de pacientes y de derechos y obligaciones en materia de
información y documentación clínica.
Convenio del Consejo de Europa sobre los derechos humanos y la biomedicina, 1997, Informe
explicativo.
Ley reguladora del consentimiento informado y de la historia clínica de los pacientes.
http://www.eutanasia.ws/dmdTVEspana.html
80
Que el acto sea acto sea voluntario, con discernimiento, intención y libertad. 80 Blanco, Luis Guillermo.
Bioética y Bioderecho. Cuestiones Actuales. Ed. Universidad. Argentina, 2002 P. 118
81
En la proposición de Ley “Sobre los derechos de información sobre la salud y la autonomía del
paciente, y la documentación clínica”, de idéntico contenido a la Ley 21/2000 del Parlamento Catalán se
regula por vez primera sobre el documento de voluntades anticipadas, mediante el cual, una persona
mayor de edad puede expresar “las instrucciones a tener en cuenta cuando se encuentre en una situación
en la que las circunstancias que concurran no le permitan expresar personalmente su voluntad. Cfr: http:
www.todalaley.com/mostrarLey188p1tn.htm 27 de enero de 2007
CAPÍTULO III
John Stuart Mill
En el presente capítulo se abordarán las principales ideas de John Stuart
Mill, para posteriormente, aplicarlas en concreto al objeto primordial del
presente trabajo.
3.0 Preámbulo
A continuación procederemos a llevar a cabo la exposición ideológica
sobre la que se sustenta el presente trabajo; para los efectos ya descritos el
principio del mismo. Iniciaremos con la exposición relativa a Stuart Mill, para
continuar luego con la correspondiente a Herbert Spencer.
3.0.1 Contexto Histórico de los autores en cuestión
El siglo XVIII fue cuna de las ideas de libertad que surgieron como
reacción ante un gobierno que usaba al Derecho como una forma de represión
ante los intentos por alcanzar una mayor libertad. Posteriormente favorecería el
surgimiento de
las grandes revoluciones que defendieron a toda costa
la
libertad individual y pugnaron por su implantación como derecho fundamental
del ser humano.
La ilustración como fuente intelectual defendió la libertad como derecho
inherente al hombre a actuar sin cortapisas y a la vez hizo evidente la
necesidad de límites, formando así el ideal de organización social basada en
principios democráticos, reconociendo que los regímenes déspotas y
autoritarios son el resultado del menoscabo de los derechos individuales.
Si las ideas eran contrarias a estos principios, lo importante era
contenerlas para evitar injusticias: daños a la naciente democracia y a la
libertad general. La evolución de las ideas de democracia, tolerancia, respeto a
ideologías distintas; así como la disminución de la intervención del Estado y la
tendencia a promover la felicidad humana, hicieron que el liberalismo ganara
adeptos en varias partes del mundo, incluyendo Inglaterra.
La extensión del liberalismo trajo como consecuencia su desarrollo en
aspectos diversos que obedecían a la época y circunstancias de cada lugar.
Sin embargo, lo que unificó al liberalismo político fue la variedad de doctrinas
coincidentes en el respeto al ejercicio de la voluntad humana enmarcadas por
instituciones libres, propias de un régimen democrático.
La Revolución Francesa82 (1789) abolió el feudalismo y echó por tierra
las bases que sustentaban los regímenes monárquicos de aquel entonces,
tales como la teoría del origen divino del poder real en Francia y el absolutismo
imperante.
El Estado moderno, sobretodo en el caso del desarrollo francés, a partir
y a través de la monarquía absoluta – como ciclo integrante de la revolución
francesa- , capta la razón y la racionalidad difusa que en esta parte emerge y
se expande a partir de una constelación de fuerzas y procesos y del paso de un
sistema a otro. Este Estado moderno, variedad francesa, contribuye ya bajo la
monarquía absoluta a la aceleración de la decadencia del régimen feudal, al
desarrollo de la economía capitalista y de la sociedad burguesa. La Revolución
Francesa continúa esta tarea histórica del Antiguo Régimen, la libera de
rigideces y límites estrechos, la extiende y profundiza. El Estado capta los
cambios profundos del siglo XVIII que se manifiestan en la Revolución; se
racionaliza y centraliza; crea la ideología y los mitos que lo legitiman. La nueva
ideología emergente del Iluminismo y del proceso revolucionario establece un
lazo indisoluble entre Estado, razón, pueblo, nación. 83
82
Por lo que respecta al contexto histórico, después de la revolución sobrevino la Época del Terror y
posteriormente el Directorio
83
Kaplan, Marcos. Ciencia, Estado y Derecho en las Primeras Revoluciones Industriales. UNAM,
Instituto de Investigaciones Jurídicas. México, 2000. p. 108
En su momento logró establecer un gobierno representativo
y
posteriormente fue la fuente de inspiración de modelos de declaraciones de
libertad como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
durante siglo XVIII.
El siglo XIX transcurrió marcado por el auge del liberalismo, tras su triunfo
como corriente ideológica en gran parte de Europa. En primer lugar, la “unidad
sustancial” entre el pueblo y Estado, individuo y comunidad, propio de los
sistemas precapitalistas, es reemplazada por una serie de dualismos, ante y
sobre todo el planteado entre sociedad civil y Estado, como los dos términos en
que la sociedad moderna tiende a desdoblarse. El distanciamiento creciente
entre ambos términos es en parte herencia de la monarquía absoluta, y en
parte resultado de la lucha de la burguesía ascendente contra los resabios
feudales y el poder político del Antiguo régimen.84
La época burguesa, capitalista e industrial de mediados de esta época
encuentra una expresión clarísima en la moral utilitaria: La moralidad del
sentimiento utilitario es resultado de la capacidad humana para alcanzar la
virtud, entender la concepción humana del egoísmo y alejarse de él.
3.0.2 La Teoría Liberal
Según la teoría liberal, no compete a la acción estatal intervenir
afectando la esfera individual de las personas. Los derechos fundamentales
son
concebidos,
preferentemente,
como
derechos
a
la
libertad,
considerándolos en principio como derechos ilimitados. La intervención del
Estado en el ámbito de la libertad debe ser la menor posible.85
El liberalismo aplicado a diversos ámbitos, tales como el político,
económico y filosófico nació centrando como uno de sus principales ejes al
progreso visto desde perspectivas de bienestar y un desarrollo intelectual y
84
Ibídem. p 110
Nogueira Alcalá Humberto. Teoría y dogmática de los derechos fundamentales. UNAM Instituto de
Investigaciones Jurídicas. México, 2003 P. 167
85
moral que no admitía retrocesos. “La búsqueda de la felicidad, la libertad y el
bienestar individuales aquí en la Tierra se legitimaron”.86
En Gran Bretaña la corriente de pensamiento denominada liberalismo
fue promovida entre otros, por la Escuela del Utilitarismo de Jeremy Bentham
en principio. Bentham fue un filósofo británico quien en su momento se
preocupó por la problemática social de su tiempo. Su ética tiene el siguiente
axioma fundamental: la mayor felicidad para el mayor número de hombres.87 El
liberalismo utilitarista de Bentham tuvo efectos benéficos. El principio de su
teoría era: buscar la mayor satisfacción de las necesidades del mayor número
posible de Estados. El utilitarismo servía para determinar si una acción es
moral calculando las consecuencias buenas y malas que resultarían de una
acción específica. Si lo bueno supera a lo malo, entonces la acción era moral.
"El principio de utilidad significa aquel principio que aprueba o
desaprueba cada una de las acciones según la tendencia que
aparenta tener para aumentar o reducir la felicidad de la parte cuyo
interés está en cuestión; o, lo que es lo mismo en otras palabras,
para promover u oponerse a esa felicidad".88
El enfoque de Bentham hacia el utilitarismo fue cuantitativo. Stuart Mill,
como veremos, lo abordó cualitativamente.
Algunos principios de la ideología liberal y que Mill refleja en su obra
son la tolerancia y la conciliación.
Dado lo anterior, puede afirmarse que Mill escogió la senda racional de
tal ideología y se le considera por tanto perteneciente al intelectualismo liberal.
Los liberales insisten en que los individuos deben ser libres para decidir sobre
su propia concepción de la vida, asimismo celebran la liberación de los
individuos de cualquier tipo de adscripción y status que poseyeran con
86
Pastor, Marialba. Historia Universal. 3ª ed. Santillana, México, 2003. p. 73
Stuart Mill, John. El Utilitarismo seguido del ensayo Sobre la Libertad. Versión Castellana y prólogo
de Héctor Alberto Álvarez Ed. Americalee. Buenos Aires, 1945 (Prólogo).
88
Bentham, Jeremy An Introduction to the Principles of Morals and Legislation, impreso en 1781 y
publicado en 1789 (Batoche Books: Kitchener, ON Canada, 2000), p. 14.
87
anterioridad, pues creen en la autonomía de la voluntad como factor esencial
para la definición de las formas de vida particulares de las personas.89
Las ideas liberales se han formado por la confluencia de tres corrientes:
1) Una de derecho natural: apelación a los inalienables derechos
económicos del hombre.
2) Una filosófico – metafísica: creencia en una armonía preestablecida
dentro de una comunidad formada atómicamente.
3) Una utilitaria: los intereses del empresario capitalista, del artesano que
actúa fuera del gremio, del comerciante.90
Una vez expuesto de una manera general el entorno ideológico de Stuart
Mill, se procederá a exponer las ideas más representativas y acordes al tema,
las cuales posteriormente han de retomarse en el quinto capítulo. Para tal
efecto, han de tomarse como puntos de referencia dos de sus principales
obras: “El utilitarismo” y “Sobre la libertad”.
3.1 Biografía de John Stuart Mill
Stuart Mill91 fue filósofo y economista británico nacido en Londres en 1806 y
muerto en 1873 en Aviñón. Logró fundamentar los hechos presentes de su
tiempo en las corrientes filosóficas e ideas liberales del siglo XIX. Fue alguien
adelantado a su época por las ideas que caracterizaron su pensamiento. Su
obra se reconoce a la fecha como una de las reivindicaciones más elocuentes y
valiosas de la libertad en su más amplio sentido.92
Stuart Mill perteneció a la escuela utilitarista, la cual otorga a las
acciones el de carácter justas en función de su tendencia a la promoción o
89
Ibarra, Francisco en: Cáceres Enrique, Flores Imer B. et. al. Problemas Contemporáneos de la Filosofía
del Derecho. UNAM Instituto de Investigaciones Jurídicas. México, 2005. P. 332
90
Kaplan, Marcos. Op. Cit. P. 111
91
Existe controversia sobre el nombre del autor. No hay fuentes que afirmen claramente si Stuart era su
segundo nombre o primer apellido. Para efectos de la búsqueda bibliográfica seguimos el criterio del
Instituto de Investigaciones Jurídicas de llevarla a cabo en el siguiente orden Stuart Mill John, a pesar de
que la búsqueda como Mill, John Stuart no deja de producir por ello un menor número de resultados.
92
Cfr. Anexo 1: Cronología de Stuart Mill.
logro de la felicidad y las descalifica en la medida que provoquen dolor o
acerquen al hombre al sufrimiento.
“Es el criterio de lo justo e injusto, basado en el principio de procurar
proporcionar el mayor bien al mayor número de personas, según los recursos
disponibles”.93
La importancia del utilitarismo radica en la eficacia que suele tener en la
toma de decisiones diarias. Aplicando estos criterios utilitaristas, los cuales
serán expuestos en el presente capítulo, podremos saber si dichas decisiones
son o no morales.
Una de las más nobles y apasionadas defensas de la libertad la
encontramos en su pensamiento, reflejado a través de su obra. La ideología de
Mill fue de carácter individualista, un firme sostenedor de la libertad individual,
lo que se puede considerarse como un antecedente directo de la actual
concepción de la autonomía de la voluntad. Pero también estuvo totalmente
dispuesto a moderar su individualismo en pro del bien común, como veremos
más adelante.
A continuación se muestra brevemente un panorama general de la
época del autor, el contexto histórico que influyó su manera de pensar y las
principales características de las corrientes a las cuales perteneció, en primer
lugar, el liberalismo y concretamente el utilitarismo.
3.2 La Filosofía de Stuart Mill
Los principales aportes filosóficos se Stuart Mill se ven reflejados en su
Etica. El papel de la ética es fundamental; el cual radica en decirnos cuáles son
nuestros deberes y cómo conocerlos, señalando que no todo en la vida es
deber necesariamente; existen otros elementos que serán justos siempre y
93
León Correa Francisco Javier El debate sobre la eutanasia y la medicina actual. Centro de Bioética
Publicaciones
http://escuela.med.puc.cl/deptos/Bioetica/Publ/DebateEutanasiaMedicina.html 3 de octubre de 2006
cuando las reglas del deber no los condenen. Su objeto es la mayor felicidad
del mayor número de personas.
Las reglas del deber se determinan por respeto al interés público, es
decir, las reglas mínimas para cualquier sistema moral que consisten en la
abstención de cualquier conducta perniciosa para la sociedad.
La conveniencia utilitarista de Mill se centró en lo que es más benéfico
para la mayoría, mientras que su ética contribuyó a la idea de felicidad;
abandonó el egoísmo, supuso que el bienestar social concierne a todos los
hombres de buena voluntad y consideró la libertad, la integridad, el respeto a la
persona y la distinción personal como bienes intrínsecos. Hay una mayor
responsabilidad por parte de quienes influyen sobre la sociedad en general. Un
ejemplo: los médicos.
3.3 El Utilitarismo en Stuart Mil
La doctrina utrilitaria giró alrededor del eje que proponía aceptar la
utilidad
o principio de la mayor felicidad como fundamento de la moral,
sosteniendo que la justicia de las acciones de basa en su capacidad
o
incapacidad para promover la felicidad son justas en la proporción con que
tienden a promover la felicidad; e injustas en cuanto tienden a producir lo
contrario de la felicidad.94
La felicidad va ligada al placer y la ausencia de dolor; la infelicidad hacia
el dolor y ausencia de placer. Se trata de un parámetro basado en lo que como
seres humanos más deseamos, lo que más evitamos y por tanto, prevenimos.
“En efecto, la utilidad no sólo incluye la búsqueda de la felicidad,
sino también la prevención o mitigación de la desgracia; y si la
primera es quimérica, quedará el gran objetivo y la necesidad
imperativa de evitar la segunda.”95
94
Stuart Mill, John. El Utilitarismo seguido del ensayo “Sobre la Libertad.” Op,. Cit. p. 24
Stuart Mill John. El Utilitarismo. Traducción y prólogo de Ramón Castilla. 5 ed. Ed. Aguilar.
Argentina, 1974 p. 37
95
El principio de utilidad se prueba con el grado en que es deseable hacia
la felicidad o una parte de ella. Entendiéndola como la única finalidad de los
actos humanos cuya promoción es la única prueba eficaz para juzgar la
conducta humana. Lo anterior se hace evidente por la conciencia y la
observación tanto particular como general. En la medida en que se desea
porque es agradable se persigue el placer y se huye del dolor.
La utilidad antecede al placer porque que va más allá, el placer es
efímero y no necesariamente es la consecuencia de haber alcanzado un
estado de felicidad que implica estabilidad y no necesariamente placer; el cual,
no es la única finalidad de nuestras vidas, pues según Mill caeríamos en lo que
él llama una doctrina digna del cerdo: limitar nuestra capacidad para sentir
placer al grado de compararse con los que este tipo de animal puede tener,
cuando las facultades humanas rebasan las animales. No es comparable el
placer de un animal a la felicidad humana. Por lo tanto, es mejor estar
insatisfecho que ser infeliz”. Es mejor ser un hombre insatisfecho que un cerdo
satisfecho”.96
“Un ser de facultades más elevadas necesita más para ser feliz;
probablemente es capaz de sufrir más agudamente; y, con toda
seguridad; ofrece más puntos de acceso al sufrimiento que uno de
un tipo inferior; pero, a pesar de estas desventajas, nunca puede
desear verdaderamente hundirse en lo que él considera un grado
inferior de la existencia.”97
Además, ante conocimientos y capacidades de aprecio y gozo iguales
está la preferencia de existir de acuerdo a facultades superiores. El precio
podría ser la posibilidad de un sufrimiento más agudo. Aun así, nunca será
preferible un grado inferior de existencia. Estando frente a varias opciones, se
contempla una elección interna libre por naturaleza, y lo que guía al ser
humano es su sentido de la dignidad, inherente su calidad como tal. Dicha
calidad es una parte esencial de la felicidad.
96
97
Stuart Mill John. El Utilitarismo seguido del Ensayo sobre La Libertad. Op. cit. p. 28
Op. Cit. Stuart Mill El Utilitarismo p. 32
Es interesante ver cómo el autor resalta el sentido de la dignidad
humana centrándolo en el orgullo, al cual califica como un placer especial
consistente en la recompensa emocional del logro. Contempla la sensación que
el ser humano valora cuando ha conseguido algo que le brinda satisfacción. La
libertad personal es algo que contribuye a obtenerla.
“orgullo, nombre que se aplica sin discernimiento alguno a
los sentimientos más estimables y a algunos de los menos
estimables de que es capaz la humanidad: podremos
reducirla
al
amor
de
la
libertad
e
independencia
personal(…); podremos atribuirla al amor al poder o al amor
a las excitaciones, los cuales realmente contribuyen y entran
a formar parte de ella; pero su denominación más apropiada
es el sentido de la dignidad, el cual es poseído, en una u
otra forma, por todos los seres humanos,
aunque no en
exacta proporción con sus facultades más elevadas, y
constituye una parte tan esencial de la felicidad de aquellos
en quienes es fuerte, que nada que nada que choque con él
puede ser deseado por ellos, excepto momentáneamente”.98
El placer no depende de la cantidad. Al hacer una valoración, pesa más
la calidad. Sería absurdo suponer que los placeres dependen sólo de la
cantidad, siendo así que, al valorar todas las demás cosas, se toman en
consideración la cualidad tanto como la cantidad.99
La calidad, lo que marca la diferencia según Mill es la preferencia
mayoritaria: lo que es valioso para los más “no lo cambian por ninguna cantidad
del otro placer”; el “goce preferido”.
100
Lo cuantitativo evidentemente queda
superado por lo cualitativo porque prevalece como objetivo una existencia
carente de dolor y abundante en goces “en el mayor grado posible, tanto
cuantitativa como cualitativamente”. La capacidad de alcanzar altas facultades
puede no tener un camino placentero y ciertos placeres pueden causar daño.
98
Ibíd. p. 28
Op. Cit. Stuart Mill El Utilitarismo seguido del Ensayo sobre la Libertad p. 30
100
Op. Cit. Stuart Mill . El Utilitarismo p. 31
99
Así, alguien puede llegar a perjudicar su salud sabiendo que esta es un bien
mayor a cambio de un placer inferior, en una actitud indolente y egoísta. Lo
importante es tener juicio para reconocer lo valioso.
Un elemento de suma trascendencia para la comprensión de la teoría
utilitarista de Stuart Mill deriva de la comprensión de la noción de acto habitual
de la voluntad y su distinción con la noción de deseo
3.4 Una de las tesis Principales de Stuart Mill
3.4.1 Acto habitual de la voluntad
La voluntad es diferente del deseo101. Una persona virtuosa o con
propósitos firmes actúa sin pensar en si obtendrá placer o no de ese actuar. La
voluntad102 es un fenómeno activo y el deseo es un “estado de sensibilidad
pasiva”. 103
La voluntad puede surgir de un deseo y de ahí convertirse en hábito. La
mejor forma de reforzarla es deseándola, por ser agradable y exenta del dolor.
Así nace la voluntad de ser virtuoso. El hábito por sí solo no produce
necesariamente algo bueno; es un soporte. ”El hábito es la única cosa que da
certidumbre a la conducta y a los sentimientos”104 Dentro de sus características
está la de cumplir la intención general de la persona virtuosa. Entendiendo la
virtud como producto de la deliberación constante orientada hacia un fin
determinado.
Es importante para el ser humano confiar en los sentimientos y
conductas de los demás, y también en los propios. De ahí la trascendencia del
101
Deseo de acuerdo con Abbagnano puede tener dos significados, uno en donde se entiende le general
de apetito, o sea de principio que impulsa a un ser vivo a la acción, o uno más restringido que atiende a la
noción de Arist´teles como la apaetencia de lo placentero. Abbagnano Nicola. Diccionario de Filosofía,
Fondo de Cultura Económica, México, 2006 P.288
102
Es importante observar "que tanto en el caso de Bentham como en el de Mill existe, ademas de un
aparato teórico, una voluntad transformadora de la sociedad, un ánimo de proseguir y completar la tarea
de los ilustrados, colocando al hombre como individuo como fin último de la reforma y transformación
de la sociedad, Guisan Esperanza, El utilitarismo, en Camps, Victoria, Historia de la Ética, Vol. 2 Crítica,
2a Edición, España, p. 459
103
Stuart Mill. El Utilitarismo Op, cit. P. 76
104
Ibídem P.
cultivo de la independencia de la voluntad de obrar bien. Tal estado de la
voluntad, si bien no es un fin en sí, constituye un medio para alcanzar la virtud.
Intención habitual significa desear una cosa porque la queremos. Influye
el poder del hábito, el cual a veces es inconciente y otras veces se da por
volición conciente habitual: la fuerza del hábito que puede no ser la preferencia
deliberada.
El utilitarismo busca fomentar en lo colectivo la nobleza de carácter y la
felicidad del individuo.105 Hasta ahora, nos queda claro que no debemos
confundir a la felicidad con el placer; que no se trata de un aspecto cuantitativo,
que es más que la ausencia de dolor; ¿qué es la felicidad?
3. 5 Nociones de Felicidad
Grandes filósofos desde Aristóteles se han cuestionado acerca de qué
es en realidad la felicidad y han en que es la finalidad de la vida. No así el
éxtasis. La felicidad está formada por momentos de exaltación, dolores
escasos y variados y muchos placeres:
“una estabilidad. Una vida así compuesta siempre ha merecido el
nombre de felicidad para aquellos que han tenido la suerte de
disfrutarla.106
La felicidad es fin de conducta y criterio de la moral, el cual se distingue
claramente de la satisfacción. La felicidad tiene facultades superiores tales
como valores que nos obligan a pensar que no puede implicar simplemente
disfrutar. Ante la gran diferencia entre felicidad y satisfacción, tener facultades y
valores superiores puede implicar no disfrutar de ciertos placeres: su
satisfacción. Hay quienes se conforman con esto.
No es tarea sencilla explicar el significado de felicidad en unas cuantas
líneas, sin embargo, siguiendo a Mill, la felicidad es entonces el estado de
estabilidad del hombre que le permite experimentar sentimientos diversas
emociones, las cuales le producen satisfacción y tranquilidad.
105
106
Ibídem P. 36
Op. Cit. Stuart Mill . El Utilitarismo seguido del Ensayo sobre la Libertad Op. Cit. p. 32
Un concepto tan sencillo no aparenta las implicaciones que encierra
realmente la felicidad y pareciera no reflejar la magnitud con que es deseada.
El hombre busca la felicidad constantemente y en su afán por alcanzarla corre
el riesgo de confundirse o desilusionarse.
La búsqueda del hombre por la felicidad consiste en experimentar, vivir y
asumir
constantemente la búsqueda de nuevos logros.
El hombre puede
concebir a su felicidad como imperfecta. Sin embargo, está ahí la conciencia de
su capacidad para perfeccionarla.
Surgen también argumentos en contra y se dice que la felicidad no
puede ser el objeto de la vida y acción humana, dado que es inalcanzable. La
felicidad genera moralidad y conducta racional. La utilidad mitiga y previene la
desgracia “la humanidad se cree capaz de vivir”107 y seguramente también
quiere ser feliz. Hay por lo tanto, tendencia a lo bueno, a lo positivo.
Decir que la felicidad es imposible es una exageración, pues no es un
estado de placer de exaltación continuo y permanente. Según S. Mill, no
podemos esperar de la vida más de lo que puede dar, por lo que deberíamos
esperar tal vez no tanto para poder darnos cuenta de lo mucho que recibimos,
lo cual más disfrutable cuando no lo esperamos.
Así, la verdadera felicidad fue entendida por el autor como la capacidad
de obrar conscientemente sin pretender ser feliz; ya que si no estamos en una
constante búsqueda de la felicidad, podremos recibir más de lo que
esperamos. Stuart Mill catalogó a esta idea como el mejor procedimiento para
lograr la felicidad porque eleva a la persona ante los obstáculos, y la protege.
De ahí podemos inferir que habiendo calidad de vida, aun sin esperarla,
podemos esperar mucho.
107
Op. Cit. Stuart Mill El Utilitarismo p. 37
Los problemas generalmente provocan ansiedad, la cual puede evitarse
por medio de la protección que da la conciencia; pues brinda la seguridad y
serenidad porque le permite reconocer su acceso a satisfacciones ilimitadas.
Este hecho es la garantía de la felicidad lograda por medio de una existencia
tranquila y para alcanzarla basta una participación moderada: “tranquilidad y
estímulo”.108 Son medios efectivos y convincentes para alcanzarla.
Es sorprendente darse cuenta que en los pequeños placeres están los
grandes estímulos tendientes a evitar o aliviar el dolor.
“Lo que una vez se deseó como instrumento para el logro de la
felicidad, ha llegado a desearse por sí mismo. Pero, al ser deseado
por sí mismo, se desea como parte de la felicidad. La persona es, o
cree que sería feliz por su propia posesión; y es desgraciada si no
lo consigue. Este deseo no es más distinto del deseo de la felicidad
que el amor a la música o al amor de la salud. Todos ellos están
incluidos en la felicidad. Son algunos de los elementos que
integran el deseo de la felicidad. La felicidad no es una idea
abstracta, sino un todo concreto; y ésas son algunas de sus partes.
Y el criterio utilitarista lo sanciona y aprueba. La vida sería poca
cosa, estaría mal provista de fuentes de felicidad, si la naturaleza
no
proporcionara
estas
cosas
que,
siendo
originalmente
indiferentes, conducen o se asocian a la satisfacción de nuestros
deseos primitivos; y esto tanto por su intensidad como por la
permanencia que pueden alcanzar en el transcurso de la existencia
humana.109
Así para el ser humano, los hechos de vivir y desarrollar sus rasgos y
características personales; no son medios para alcanzar la felicidad; conforman
una parte esencial de la misma.
108
109
Ibídem p. 38
Ibídem P. 73
Si bien la felicidad es deseable como bien individual y colectivo, la virtud
es también deseada por sí misma, en forma desinteresada. Es necesaria para
la felicidad general.
3.5.1 Felicidad Individual
El utilitarismo promueve el fin de la virtud como fin individual. A la vez
promueve medios que forman parte del fin. Por ejemplo, la salud. Estos medios
podrían podría convertirse en el fin, puesto que la felicidad no es una idea
abstracta, sino no un todo concreto, y esas son algunas de sus partes. 110
Los medios pueden ser más valiosos por constituir fuentes de felicidad
que satisfagan deseos primitivos. La vida carecería de sentido sin tales medios.
Por ello son fuentes valiosas, por la permanencia que pueden llegar a tener en
el transcurso de nuestra existencia, más que por su intensidad.
3.5.2 Felicidad Colectiva
Ahora bien, es posible obrar sin ser feliz: el caso de los mártires, de
quienes sacrifican su felicidad. Este caso fue considerado noble por Stuart Mill:
la capacidad de renunciar a la felicidad propia no es desacreditable y puede ser
digno de honores y llegarse a considerar incluso como un acto virtuoso cuando
se hace en pro de la felicidad general, pero no es lo que se persigue: es lo que
puede hacerse, pero no debiera. Renunciar a la propia felicidad no es el mejor
modo de servir a los demás. Sólo un estado imperfecto del mundo es causa de
que el mejor estado de servir a los demás sea la renunciación a la propia
felicidad, reconociendo que mientras el mundo sea imperfecto no podrá
encontrarse en el hombre una virtud más elevada que la disposición a hacer tal
sacrificio.111
110
111
Idem
Ibídem p. 44
El hombre busca su propia felicidad. La eficacia de esta búsqueda
traería como consecuencia la felicidad de los más, haciendo menos necesario
el sacrificio de unos en pro de la felicidad de otros.
3.5.2.1 Virtud y felicidad
La virtud asociada a la conducción del placer y a la prevención del dolor
puede llegar a ser bien en sí misma e intensamente deseable. Su cultivo
desinteresado es un bien hacia los demás y su único límite es no contrariar la
promoción de la felicidad general. Así, la doctrina utilitaria exige el mayor
cultivo posible del amor a la virtud112-
Como nada es más deseable que la felicidad, directa o indirectamente,
se desean sus medios. La virtud determina placer en la medida en que se
alcanza.
Mill señala como obstáculos para alcanzar la felicidad “la miserable
educación actual y las miserables circunstancias sociales”113 Lo cual en nuestro
entorno actual no nos sonaría ajeno.- y como causas de insatisfacción al
egoísmo y la falta de cultivo intelectual.114
El intelecto promueve evitar que el hombre caiga en el interés egoísta
apartado de todo aquello que no se centre en su propia y miserable
individualidad. 115
112
Ibídem P. 74
Ibídem P. p. 37 38
114
Entendió éste por el propio autor como el interés por todo lo que le rodea en un marco de facultades
normales determinadas por el interés moral y no sólo la satisfacción de la curiosidad.
115
Stuart Mill Op. Cit. p. 39
113
La aportación de esfuerzos al progreso de la humanidad produce un
goce noble alejado del placer egoísta. La utilidad es perfeccionable en la
medida del progreso humano y pretende evitar el retraso de la civilización.
3. 6 Moral en Stuart Mill
Moral son las formas de vida de una sociedad constituida, los criterios
que ha adoptado en conjunto para discernir lo bueno de lo malo. La moral
utilitarista como sustento del pensamiento utilitario, es base de sus preceptos.,
pues reconoce al ser humano el poder de sacrificar su propio bien por el bien
de los otros. Sólo rehúsa admitir que el sacrificio sea un bien por sí mismo. Un
sacrificio que no aumenta ni tiende a aumentar la suma total de la felicidad, lo
considera desperdiciado.116
El fundamento firme de la moral utilitarista en los sentimientos sociales
de la humanidad es el siguiente: Las leyes y disposiciones sociales deben
basarse en el interés individual armónicamente vinculado con el interés común.
Un espíritu moral atiende a los demás excepto en lo que compromete sus
intereses personales. Las acciones buenas se centran en el individuo, pues de
su bien depende el mundo. El objeto de la virtud es la multiplicación de la
felicidad según la ética utilitaria y el único límite para alcanzar los pensamientos
virtuosos es no violar el derecho: “las esperanzas legítimas y autorizadas de
cualquiera”.117
Los fines tanto de la opinión como el de la educación consisten en
asumir la diferencia que hay entre la propia felicidad y el bienestar general,
indicar la relación que hay entre estos dos componentes, y promover el
segundo.
Ahora bien, moralmente encontramos los siguientes dos tipos de
sanciones:
116
117
Ibídem P. 43
Ibídem P. 45
2
Externas: “temor al disgusto de nuestro prójimo o del legislador del
universo”.
118
“voluntad independiente de las consecuencias personales de
nuestra conducta.”
3
Internas: Los sentimientos de nuestra conciencia o el dolor que provoca la
violación de un deber se traducen en remordimientos.
El principio utilitarista puede beneficiarse de la creencia de la obligación
moral basada en la sensación interna, aunque se considera que la obligación
moral tiene su sede fuera de la mente. Los sentimientos morales son
adquiridos y la facultad moral es una consecuencia de nuestra naturaleza.
La base de nuestros sentimientos es poderosa y al reconocerse la
felicidad general como criterio moral es el elemento que da fuerza a la moral
utilitaria. Al ser la felicidad el fin y objeto de esta moralidad en el trazo de un
camino hacia la felicidad, sea cual sea la adoptada, requiere de principios
subordinados.
La moralidad de las costumbres basada en la educación y en la opinión
tiende a ser obligatoria en sí misma. No es fácil resumir la moral en principios y
traducir estos en leyes.
3.6.1 Clasificación de los deberes morales.
La realización de actos morales con un marco de elección libre, no
podrían dar lugar a una noción de derecho toda vez que estos no obligan ni
compelen de manera necesaria a la búsqueda de un orden armónico; regulan
aspectos que podrían entenderse como no trascendentes. La noción de deber
para
el utlitarista es necesaria porque guarda implícitamente el derecho
correlativo de una o varias personas. La moralidad toda vez que es una forma
para poder concretar la búsqueda tanto individual como colectiva de la
felicidad, se debe de sujetar y se subordina ante los deberes.
118
Ibídem P. 58
El interés colectivo y el individual no están en conflicto. Las reglas
morales que dictan no hacer daño a los demás como límite de la libertad, son
vitales para el bienestar humano porque determinan los elementos sociales de
la humanidad y su observación mantiene la paz. Stuart Mill adopta el derecho
de asociación para dar seguridad a la existencia de la sociedad es el más
intenso caso de utilidad.
Stuart Mill identifica a los deberes como obligaciones perfectas, los
cuales se presumen justos, toda vez que son deberes que no solamente son
impuestos por el legislador sino por el sistema social que se busca autorregular
en su camino a la felicidad; el derecho tendrá que asumir la característica de
distinguir lo justo de lo injusto y lo conveniente de lo perjudicial, siendo
considerado como una necesidad moral dotada de fuerza obligatoria
Por el contrario, los deberes de obligación imperfecta obedecen a otras
obligaciones de la moral. Como ejemplos tenemos: la caridad y la beneficencia.
3.6.2 Acciones virtuosas
Las acciones no se califican por quien las realiza, sino por la acción de la
virtud; las buenas acciones hablan bien de quien las realiza aunque no lo
determinan totalmente.
En este contexto, la mala intención no puede
aprobarse.
Una acción que la ley asume como justa cuando no lo es, puede no ser
necesariamente virtuosa, porque la virtud va más allá. Ahora bien puede haber
actos o conductas censuradas por el Estado que bien podrían ser virtuosas.
La justicia no es solo una prioridad o deseo por realizarse, sino también
un deber hacer que se puede exigir tanto por vías jurídicas como morales; y
la justicia siempre será virtud.
3.7 Nociones de Libertad
John Stuart Mill publica “Sobre la libertad” en 1859. Esta obra constituye
uno de los escritos más liberales de todos los tiempos. En ella, Mill aportó su
contribución filosófica más importante sobre el controvertido tema de la libertad.
El hombre anhela ser libre, pues su pensamiento es libre por naturaleza.
Mill concibe al hombre como un ser libre, capaz de elegir, que se caracteriza
por buscar tanto fines como medios.
La libertad humana comprende: En primer lugar, el dominio entero de la
conciencia, que exige la libertad de pensamiento, de sentimiento, de expresión
y de publicación; en segundo lugar, exige libertad de nuestros gustos y libertad
para trazar nuestros propios fines, esto es, la libertad de acción, y en tercer
lugar, exige la libertad de asociación y de reunión. La historia nos muestra
hechos que han retardado la libertad de conciencia y de expresión.
3.7.1 La libertad individual
Una de las principales finalidades de Stuart Mill en el campo de la
libertad individual, fue la defensa del individuo frente a las presiones sociales.
Consideraba que ciertas costumbres van en detrimento de la verdadera
naturaleza humana; y que solo habrá un desarrollo adecuado del ser humano
a través del cultivo de la individualidad.
El utilitarismo rechaza las limitaciones que el derecho pueda imponer
para afectar la libertad individual, considerando que las restricciones son
necesarias para la vida en sociedad. Pero ello no impide rechazar las
limitaciones que se establezcan.
La libertad del individuo debe ser así limitada; no debe convertirse en un
perjuicio para los demás. Pero si se abstiene de molestar a los demás en lo
que les afecta y obra, meramente, según su propia inclinación y juicio en cosas
que sólo a el le refieren, las mismas razones que demuestran que la opinión
debe ser libre, prueban también que debe serle permitido poner en práctica
sus opiniones por su cuenta y riesgo119
De la concepción que Mill tiene del hombre como ser libre, se desprende
una de sus principales defensas de la libertad individual. Considera que el
hombre no puede desarrollarse, si no se encuentra libre de interferencias por
parte de otros hombres, al menos, en un área mínima de su vida, la libertad
personal que no puede menoscabarse bajo ningún concepto, ya que si ese
ámbito íntimo es violado el individuo se encontrará en una situación restringida
incluso para conseguir sus propios fines o aquellos que considera buenos y
justos.
“Nadie puede ser obligado justificadamente a realizar o no realizar
determinados actos, porque eso fuera mejor para el, porque le
haría feliz, porque, en opinión de los demás, hacerlo sería más
acertado o más justo. Estas son buenas razones para discutir,
razonar y persuadirle, pero no para obligarle o causarle
algún
perjuicio si obra de manera diferente. Para justificar esto sería
preciso pensar que la conducta de que se trata de disuadirle
producía un perjuicio a algún otro la única parte de la conducta de
cada uno por la que él es responsable ante la sociedad es la que
se refiere a los demás. En la parte que le concierne meramente a
él, su independencia es, de derecho, absoluta. Sobre sí mismo,
sobre su propio cuerpo y espíritu, el individuo es soberano. 120
Mill postula el desenvolvimiento de la individualidad como uno de los
principios esenciales del bienestar, y como un elemento que facilita el ajuste
entre los límites de la individualidad y de la intervención social. Analiza el límite
de las facultades del individuo sobre sí mismo y se cuestiona también dónde
empieza la soberanía de la sociedad, y marca una diferencia en relación con
119
Stuart Mill. John. Sobre la Libertad. Prólogo de Isaiah Berlin Tr. De Pablo de Azcárate. Ed. Alianza
Madrid, 1970. P. 127
120
Ibídem p. 68
los intereses de cada individuo. Considera que todo aquel individuo que recibe
la protección de la sociedad, debe una compensación por este beneficio.121
“El que deje al mundo, o cuando menos a su mundo, elegir por él
su plan de vida no necesita ninguna otra facultad más que la de
la imitación propia de los monos. El que escoge por sí mismo su
plan emplea todas sus facultades. Debe emplear la observación
para ver, el razonamiento y el juicio para prever, la actividad para
reunir los materiales de la decisión, el discernimiento para decidir,
y cuando ha decidido, la firmeza y el autodominio (self - control)
para sostener su deliberada decisión122
Para Mill, la coexistencia de diversidad de opiniones abre paso a la
verdad. Pensaba que no existe un concepto único de verdad, sino que la
verdad en los intereses prácticos de la vida, es una cuestión de conciliar y
combinar opiniones contrarias. El respeto a la diversidad de opiniones y
decisiones se alcanza por medio de la libertad.
“De igual modo que es útil, en tanto la humanidad sea imperfecta,
que existan diferentes opiniones, lo es que existan diferentes
maneras de vivir; que se deje al campo libre a los diferentes
caracteres, con tal de que no perjudiquen a los demás; y que el
valor de las distintas maneras de vivir sea prácticamente
demostrado, cuando alguien las considere convenientes. En una
palabra, es deseable que en las cosas que no conciernen
primariamente a los demás sea afirmada la individualidad123
Stuart Mill se pronunció contra la unanimidad de opiniones y a favor de
la más libre comparación de opiniones opuestas, propiciando así la estabilidad
del individuo entre los límites de la razón y la prudencia.
3.7.2 Libertad colectiva
121
Stuart Mill, John. Sobre la libertad. Traducción de José Meza Nieto Editorial Diana, México, 1965. P.
125
122
Op. Cit. Stuart Mill. John.Ed. Alianza P. 131
123
Ibídem p. 126
La vida en sociedad implica observar ciertas reglas y compromisos,
como: no perjudicar los intereses ajenos y participar equitativamente en los
trabajos necesarios para defender del daño a otros. Sostiene que si las
acciones de un individuo son perjudiciales a otro, o a sí mismo, pero sin llegar a
la violación, entonces el ofensor puede ser justamente castigado por la opinión,
pero no por la ley. Y si el acto de un individuo perjudica los intereses de otro,
entonces la sociedad tiene jurisdicción sobre él.
“No es vistiendo uniformemente todo lo que es individual en los
seres humanos como se hace de ellos un noble y hermoso objeto
de contemplación, sino cultivándolo y haciéndolo resaltar, dentro
de los límites impuestos por los derechos e intereses de los demás;
y como las obras participan de aquéllos que las ejecutan, por el
mismo proceso de la vida humana, haciéndose también rica,
diversa y animada, provee de más abundante alimento a los más
altos pensamientos y sentimientos elevados y fortalece el vínculo
que une a todo individuo a la raza haciéndola indefinidamente más
digna
de
que
se
pertenezca
a
ella.
En
proporción
al
desenvolvimiento de su individualidad, cada persona adquiere un
mayor valor para sí mismo y es capaz, por consiguiente, de adquirir
un mayor valor para los demás. Se da una mayor plenitud de vida
en su propia existencia y cuando hay más vida en las unidades hay
también más en la masa que se compone de ellas”124
Un fundamento base del utilitarismo es el siguiente: Todos tendremos la
libertad de elegir en una sociedad donde no haya sometimiento. Si no se daña
a otros debe ser por tanto permitida cualquier decisión.
Es clara la distinción entre el libertinaje como vicio, defecto o extremo al
equilibrio de la verdadera libertad como virtud, de cuya defensa factible se
encarga el sistema normativo.
Por otra parte es cierto que las personas no pueden utilizar su libertad
ilimitadamente. El verdadero sentido de la libertad se orienta a la protección de
124
Ibídem p. 136
todos y frenar las conductas negativas, lo cual no genera una libertad
incompleta. El respeto a las libertades ajenas no coarta la libertad personal, la
dignifica y evita el desorden.
“Las máximas son: primera, que el individuo no debe cuentas a la
sociedad por sus actos, en cuanto éstos no se refieren a los intereses de
ninguna otra persona, sino a él mismo. El consejo, la instrucción, la
persuasión, el aislamiento, si los demás lo consideran necesario para su
propio bien, son las únicas medidas por las cuales puede la sociedad,
justificadamente, expresar el disgusto o la desaprobación de su
conducta. Segunda, que los actos perjudiciales para los intereses de los
demás es responsable el individuo, el cual puede ser sometido a un
castigo legal o social, si la sociedad es de opinión que uno u otro es
necesario para su protección.”125
Stuart Mill afirmó que a la individualidad debe corresponder la parte de la
vida en la que el individuo es el principal actor; y a la sociedad la parte de la
vida en la que esté interesada
“Permítasenos que examinemos si las mismas razones no exigen
que los hombres sean libres para obrar según sus opiniones, para
llevarlas a la práctica en sus vidas sin impedimento físico o moral
por parte de sus semejantes, en tanto lo hagan a sus propios
riesgos y peligros.126
Stuart Mill delimitó muy bien el margen de intervención del poder estatal,
aclarando que no sería razón para rebasarlo, el que el propio individuo atentara
contra sí mismo.
”Que la única finalidad
por la cual el poder puede, con pleno
derecho, ser ejercido sobre un miembro de una comunidad
civilizada contra su voluntad, es que perjudique a los demás. Su
propio bien, físico o moral, no es justificación suficiente.127
125
Ibídem p. 180
Ibídem p. 126
127
Ibídem p. 65
126
El propósito de John Stuart Mill cuando postula la existencia de una
sociedad abierta y tolerante, responde a la creencia de que mientras más ricas
sean las vidas de los hombres y cuanto más amplio sea su campo de acción,
mayores serán las oportunidades y posibilidades que el hombre tenga de
proyectar su propio carácter hacia cosas nuevas: la sociedad es tanto más rica,
cuando más libremente se desarrolla y en cuanto piensa en razón del valor del
libre autodesarrollo del individuo. Mill impulsa no naturalmente la idea de
libertad a su último extremo compatible con la existencia y mantenimiento de la
armonía social. “la libertad del individuo debe ser, así limitada; el individuo no
debe convertirse en un perjuicio para los demás”. A condición de que se
abstenga de interferir en la libertad de los demás.
En un mundo corregible y mejorable, alguien con una adecuada calidad
moral, moderada y requisitos intelectuales puede tener una existencia
envidiable siempre y cuando no se le restrinja su libertad. “Para usar las
fuentes de felicidad a su alcance” y si escapa de las grandes fuentes de
sufrimiento físico y mental y la enfermedad. El punto es luchar contra estas
calamidades y la libertad juega un papel muy importante en esta lucha. Algunas
de ellas son inevitables, por lo que es un triunfo superarlas. La libertad es una
facultad del hombre de obrar de una u otra manera, o de no obrar, lo que le
responsabiliza de sus actos.
“No puede en buena justicia obligarse a un hombre a hacer o no
hacer una cosa porque esto fuera mejor para él, porque esto le
haría más feliz o porque en opinión de los demás esto sería más
prudente o más justo. Semejantes razones son buenas para
hacerle advertencias, discutir con él, convencerle o suplicarle, pero
nunca para obligarle o para causarle algún perjuicio si se empeña
en llevar adelante sus propósitos, para justificar la imposición sería
preciso que la conducta que trata de modificarse en un hombre
fuese nociva para algún otro.”128
3.8 Nociones de Política y Derecho
128
Stuart Mill. Libertad, Gobierno representativo, esclavitud femenina. Introducción por Lucas Verdú Tr.
De Martha C. C. de Iturbide. Editorial Tecnos Madrid 1965 p. 49
3.8.1 Justicia
Es importante saber qué determina la idea de justicia: si las leyes
generales o su naturaleza intrínseca. Los seres humanos traemos la idea de lo
justo y de lo injusto de manera nata.
La idea de justicia confiere un derecho personal que la ley otorga. La
justicia implica un derecho perteneciente a un individuo; los casos de justicia
como conveniencia pueden ser divididos en dos: el individual, en donde la
justicia es motivada por el deseo moralizado de venganza; y el colectivo donde
se fundamenta porque tal deseo individual une a la justicia con lo conveniente
en aras del bien social.
La injusticia supone un mal causado, un sujeto dañado y el actuar
desigual. Puede generarse un derecho moral exigible de la autoridad hacer mal
y alguien podrá ser legítimamente obligado al castigo. El deseo de castigar a la
persona se da por impulso a la defensa propia. La venganza no es moral, pero
puede llegar a serlo a causa del sentir de la sociedad, ya que el derecho del
injuriado se compone por el daño causado y por la exigencia del castigo.
Por una parte encontramos una pretensión válida; el acuerdo social de
garantizar un derecho siguiendo el principio de utilidad general; y por otra, la
fuerza de la obligación y la energía del sentimiento, como elemento racional y
la sed intensa de venganza, estos elementos derivados de la utilidad encierran
un interés de seguridad importante para todos los seres humanos necesario
para obrar. La seguridad implica inmunidad al mal y valor total de los bienes,
los cuales la sociedad desea sean duraderos.
3.8.1.1 Justicia y derecho
La justicia se basa en la utilidad como parte obligatoria de la moral. El
derecho son las reglas justas concernientes a proteger al ser humano y por lo
tanto obligan. Su esencia es la de un derecho individual que acepta esta
obligación.
La posición de J. S. Mill debe ser comprendida como una posición
temperada por la exigencia de la libertad con elementos éticos orientados a
establecer principios que el derecho reconoce: un buen ordenamiento debe ser
aquel que permita la libertad y por lo tanto formas de vida libres en un marco de
justicia.
Se encuentra en Stuart Mill que surge una libertad de la voluntad frente
a la utilidad social, la cual funciona como un criterio de equilibrio no excluyente.
Ante derechos y deberes encontrados, decide imparcialmente, y no se guía en
deseos personales.
Dar un bien a cambio de otro es un dictado de justicia y tiene una
evidente utilidad social. La justicia es superior a la simple conveniencia. La
responsabilidad de una persona ante lo
que ha hecho o evitado
voluntariamente es una máxima de justicia.
Hay quienes piensan que hay excepciones a este cumplimiento cuando
se trata de leyes inconvenientes o injustas; algo que influye es el bien general
la ley puede no reflejar necesariamente lo justo, por lo que no siempre va as
ser un criterio confiable. Aquí surge la diferencia entre derechos morales y
derechos legales. Se considera universalmente justo que cada persona reciba
lo que se merece (sea bueno o malo), e injusto que reciba un bien, o se le haga
sufrir un mal que no merece129. Mill admite la compatibilidad de la imparcialidad
con la justicia y su relación con la igualdad.
La idea de justicia entonces no tendría que ser siempre regulada según
Mill, ya que nadie desea que las leyes intervengan siempre en su vida y esto no
siempre va relacionado con el actuar cotidiano justo o injusto.
3.8.2 Virtudes Judiciales
La imparcialidad ligada a la justicia. Esta máxima se ajusta a la
conveniencia social y está dictada por la justicia “se estima que todas las
129
Ibídem p. 83
personas tienen derecho a un trato igual excepto cuando alguna conveniencia
social reconocida exige lo contrario”.130
La búsqueda de la mayor felicidad, el derecho de todos por igual para
alcanzarla siempre y cuando las condiciones inevitables de la vida humana y el
interés
general
lo
permitan,
“esos
límites
deben
ser
determinados
estrictamente”131
Las desigualdades sociales consideradas inconvenientes se asumen
como inútiles e injustas. La justicia es la denominación de ciertas necesidades
morales con un rango elevado en la escala utilitaria social y tienen una
obligatoriedad superior a otras necesidades. Hay excepciones: deberes
sociales importantes basados en casos particulares basados en principios
morales.
“La justicia sigue siendo el nombre apropiado
a ciertas utilidades
sociales que son mucho más importantes y por ende, más absolutas e
imperativas que todas las otras de la misma clase.”132
De ahí la necesidad de su defensa; Stuart Mill se centró en la postura de
entender la libertad no solamente como una posibilidad legal, sino como un
bien.
3.8.3 Papel del derecho
El utilitarismo considera al Estado y al Derecho como un "mal necesario"
para alcanzar el bien común, el bien social y exige acatamiento de la ley para
lograr la felicidad social. Consideró que dichas restricciones son la contribución
de los individuos para la felicidad social.
La
responsabilidad
moral
admite
acomodar
las
leyes
a
las
circunstancias. Deben intervenir el entendimiento y virtud individuales. Ante
conflicto de principios primarios con secundarios, se aplican los primeros.
130
Ibídem p. 110
Idem
132
Ibídem P. p. 112, 113
131
Las leyes que derivan de aspectos morales protegen al individuo de
daños que los demás pudieran causarle y son las más importantes dentro de la
sociedad porque son representativas de las necesidades sociales. Así, justicia
y la libertad para el utilitarismo están dadas por el bien social; ambas guían la
acción moral de cada individuo regulada por el derecho. 133
Dado que el criterio utilitario da prevalencia al interés de la humanidad,
es congruente la represión y previsión a conductas que violen la ley moral; aun
así, ningún sistema debe ser totalmente rígido por la naturaleza complicada del
acto humano ni tan tajante que condene u obligue a acciones o conductas
injustas.
Se considera injusto privar a alguien de su libertad o de cualquier otro
derecho protegido por la ley. Nadie puede eximirse del cumplimiento de la ley
puesto que este cumplimiento es de interés de la humanidad. Una idea se
constituye por el respeto a los derechos legales, y como aun en la ley puede
haber falibilidad.; existe la posibilidad de manifestar oposición a esta e intentar
su modificación por medios legales.
3.9 Ideas sobre religión
La atención al interés colectivo está presente en el ser humano porque
identifica sus sentimientos con los de sus semejantes. Por instinto se concibe
así mismo como alguien atento al bien de los demás, hay un sentimiento de
unidad con el resto y la religión tiene que ver.
El utilitarismo no se contrapone a principios presentes en la religión
porque la creación tuvo como objeto satisfacer el deseo de Dios de felicidad
para todas las criaturas. El utilitarismo coincide con la religión en la búsqueda
133
Para encontrar una idea compartida del bien de los ciudadanos adecuada a los propósitos políticos, el
liberalismo político busca una idea de ventaja racional en el seno de una cooperación política que sea
independiente de cualquier doctrina comprehensiva particular y que, por lo mismo, pueda convertirse en
el foco de un consenso entrecruzado”. John Rawls, El liberalismo político. Crítica, Barcelona, 1996., pp.
212-213.
de lo justo y su práctica; el sentido de la verdad como soporte del bienestar
social presente.
CAPÍTULO IV
Herbert Spencer
Herbert
Spencer,
en
el
siglo
XIX
afirmó
un
patrón
universal
de
transformaciones progresivas en el conocimiento, la ciencia y la sociedad.
Se toma para efectos del presente trabajo, parte de su ideología, por ser
modelo de pensamiento liberal con rasgos utilitaristas, ejemplos de ello son
encontrados en sus ideas sobre la función del gobierno y el carácter
fundamental de los derechos individuales.
4.1 Biografía de Herbert Spencer
Herbert Spencer nació en Derby Inglaterra el 27 de abril de 1820. Fue el
mayor de nueve hermanos y el único que sobrevivió a su infancia.
Su familia era metodista y disidente. Desde edad temprana fue
fuertemente influenciado por el individualismo, el antiestablecimiento y los
anticlericales puntos de vista de su padre George; un maestro de escuela poco
convencional. Así como por los puntos de vista benthamanianos de su tío
Thomas. Desde muy joven mostró un alto grado de independencia y resistencia
a la autoridad.
Una persona de intereses eclécticos, su educación fue larga e informal
fue sociólogo y psicólogo inglés, además de estudiar Geología y Biología.
Eventualmente
participó como ingeniero civil de caminos pero a sus
veintitantos cambio al periodismo y a la crítica política escrita.
De 1848 a 1853 contribuyó al manejo y estuvo a cargo de revistas y
periódicos intelectuales de su tiempo. Trabajó como escritor y subeditor para el
semanario “El Economista” y como resultado entró en contacto con un número
considerable de políticos controversiales. 134
Hasta la muerte de su tío Thomás, (1853) Spencer recibió una pequeña
herencia la cual le permitió dedicarse a escribir por el mismo sin depender de
un empleo regular. Comenzó así su larga serie de trabajos y publicaciones.
Inicialmente fue defensor de causas filosóficas radicales e ideas como
aquella de que la economía debería reflejar una política de laissez faire, dejar
hacer dejar pasar.
En 1851 en su primer libro “Estática Social”135, o las condiciones
esenciales para el aparecimiento de la felicidad humana, Spencer presenta una
síntesis del desarrollo de la libertad y su defensa enfocada particularmente a
las libertades individuales, basándose en la teoría evolucionista lamarckiana136.
En 1855 Spencer publicó su segundo libro “Los Principios de Fisiología”.
Por este tiempo empezó a experimentar serios problemas de salud
predominantemente mentales que lo afectarían por el resto de su vida. Esto lo
hizo buscar privacidad, y evitó aparecer en público.
A pesar de su precaria salud y de poder escribir solo por unas horas
cada día, se embarcó en un proyecto largo: los nueve volúmenes de “Un
Sistema de Filosofía Sintética” (1862 – 1893); la cual proveyó una cuenta
sistemática de sus puntos de vista en Biología, Sociología Ética y Política.
134
Como George Henry Lewes; George Eliot (Mary Ann Evans 1819 – 1880), quien sería la futura
amante de este último y con quien el propio Spencer tuvo una perdurable asociación puramente
intelectual; Thomas Caryle y T H. Huxley (1825 – 1895).
135
El término fue prestado de lo tratados de Augusto Comte con las condiciones del orden social, y fue
preliminarmente un estudio del progreso humano y la evolución “dinámica social”.
136
La teoría de la herencia de los caracteres adquiridos, la cual como sabemos, actualmente está
superada.
Dicha obra trajo consigo un amplio rango de información de las varias ciencias
tanto naturales como sociales y la organizó de acuerdo a los principios básicos
de su teoría evolucionista, la cual explicaremos en breve.
La “Filosofía Sintética” de Spencer estuvo inicialmente disponible solo a
través de una suscripción privada.
Más adelante su fama creció con sus
publicaciones. Contó entre sus admiradores a pensadores radicales
y
científicos prominentes incluyendo a Stuart Mill. En la década de 1860 y 1870
la influencia de la teoría evolucionista de Spencer fue a la par con la de Charles
Darwin.
Su trabajo fue también particularmente influenciador en los EUA, donde
su libro el estudio de sociología estuvo en el centro de una controversia por
1879 - 1880 en la Universidad de Yale entre un profesor William Graham
Summer y el presidente de la Universidad, Noah Porter.
La influencia de Spencer se extendió hasta las castas más altas de la
sociedad americana y en 1896, tres órganos de impartición de justicia de la
Suprema corte fueron declaradas spencerianas.
Su reputación tuvo su mayor auge en la década de 1870 y principios de
1880. Fue nominado para el premio Nóbel de literatura en 1902, sin embargo,
declinó muchos de los honores que le fueron dados.
Su salud se deterioró significativamente en las últimas dos décadas de
su vida y murió en un aislamiento relativo, luego de una larga enfermedad el
diciembre de 1903 en Brington.
Durante su vida se vendieron aproximadamente un millón de copias de
sus libros. Su trabajo ha sido traducido al francés, alemán, ruso, italiano,
español y sus ideas fueron populares en gran número de países como Polonia.
Sin embargo, el fin de su vida, causó sus puntos de vista políticos,
decayeran en popularidad y las corrientes dominantes liberales permitieran
más intervencionismo del Estado.
4.2 La Filosofía de Spencer
Spencer vio a la filosofía como un conocimiento completamente
unificado y coherente, cuyo objeto era establecer no sólo las conexiones
simples entre los datos sino también una concepción unitaria del por qué de las
cosas. Representa el conocimiento más general de la realidad: «El sentido
común es el nivel más bajo del conocimiento no-unificado; la ciencia es el
conocimiento parcialmente unificado; la filosofía es el conocimiento totalmente
unificado».137 La filosofía comienza con las generalizaciones más amplias de
las ciencias particulares que se sistematizan y se asocian para formar
conceptos aun más generales, hasta llegar a una unificación total del
conocimiento bajo primeros principios, «las proposiciones más generales de la
experiencia, no inferibles de ninguna más profunda y probadas al demostrarse
una congruencia completa entre las conclusiones que implican». La filosofía es,
entonces, una superciencia, un depósito de verdades inductivas de gran
generalidad que expresan las reglas que unifican el conocimiento y las
condiciones en que se produce la experiencia.
4.3 Utilitarismo en Spencer
Spencer adopta una versión del más grande principio de felicidad y por
tanto, se identifica con el utlitarismo: la definición de bien y el mal en términos
de sus consecuencias placenteras o dolorosas; la norma que discrimina lo
bueno de lo malo en función de su utilidad.
“Aunque acepto el utilitarismo en abstracto, no acepto ese
utilitarismo corriente que no reconoce como guía de la conducta
nada más allá de la generalizaciones empíricas; y he sostenido que
la moralidad así propiamente llamada, la ciencia de la buena
137
Spencer, Herbert. Primeros Principios. Op. Cit. P. 121
conducta, tiene por objeto determinar cómo y por qué son dañosos
ciertos modos de conducta, y otros beneficiosos. Estos resultados
buenos y malos pueden ser accidentales, pero tienen que ser
consecuencias necesarias de la constitución de las cosas; y creo
que el objeto de la ciencia de la moral es deducir de las leyes de la
vida y las condiciones de la existencia, qué clase de acciones
tienden necesariamente a producir felicidad, y cuáles otras a
producir infelicidad. Haciendo esto, sus deducciones pueden ser
aceptadas como leyes de conducta, y hay que conformarse a ellas
sin consideración a un cálculo indirecto de felicidad o desgracia”.138
A través de de su trabajo, Spencer vio a Bentham y a Mill como grandes
ejemplos, de hecho este último coincidió con algunos argumentos del gran
evolucionista.
Spencer identifica la vida social y la vida física. El objeto de la primera es
un organismo sometido a las mismas leyes que los organismos vivos. El
principio fundamental de la segunda es el de la evolución, del que deriva el
principio de adaptación: los organismos útiles se desarrollan, en tanto que los
organismos inútiles se atrofian; así, gracias a la adaptación al medio, se
realizará la mayor felicidad del mayor número.
4.4 Tesis principales de Spencer
4.4.1 Teoría Evolucionista
Spencer vio la vida humana no solo como la continuación, sino también
como el final de un largo proceso de evolución, y sostuvo que la sociedad
humana refleja los mismos principios evolutivos que los organismos biológicos
presentan en su desarrollo. Aceptó la existencia de un desarrollo paralelo de
cuerpo y mente, rechazando un dualismo que proponía un funcionamiento
mecánico del sistema nervioso central y el cerebro.
138
Spencer, Herbert. El progreso, su ley y su causa. tr. De Miguel de Unamuno. Ed. La España Moderna.
Madrid, Sf. P. 310.
La sociedad y las instituciones sociales como la economía- pueden
funcionar sin control externo, justo como el sistema digestivo o como los
organismos inferiores lo hacen.
En el primer volumen de sistema de filosofía sintética intitulada
“Primeros Principios” (1862) Spencer sostiene que todos los fenómenos podían
ser explicados en términos de un largo proceso de evolución139. Este principio
de
continuidad
consistía
en
que
los
organismos
homogéneos
eran
inestables,140de manera que la evolución constituye una norma de progreso.
Spencer toma la condición biológica de la humanidad como dato concreto,
innegable y esencial: el individuo y la sociedad son organismos que están en
constante contacto con el ambiente; todo órgano y toda acción son
instrumentos de supervivencia; la experiencia del pensamiento y los
razonamientos adquieren su valor al incrementar las oportunidades para
sobrevivir. Este proceso biológico es tanto un modelo filosófico como una
realidad fundamental.
“No solamente el organismo social entero es un bello ejemplo de la
ley de la evolución; lo son también todos los productos del
pensamiento y de la actividad humana, ya sean abstractos o
concretos, reales o ideales.” 141
La teoría evolucionista de Spencer en cierta forma proporcionó una
estructura completa y predeterminada para el tipo de variación puramente
biológica propuesto por Darwin, quien respetaba profundamente a Spencer.
139
140
141
Spencer, Herbert. Primeros Principios. Op. Cit P. 264
Ibídem P. 344
Spencer, Herbert. Primeros Principios Tr. De R. Wenzel. Editorial E.M.C.A. Buenos Aires, 1945 P.
298
Spencer sostuvo que el progreso era una necesidad, en función de la
adaptación del individuo a su medio social. De hecho fue él y no Darwin quien
lanzó la frase sobre vivencia del más apto, aunque Darwin empleó la expresión
en las últimas ediciones del origen de las especies.
“Una comprensión del desarrollo mental como un proceso de adaptación a
condiciones sociales, que están remoldeando continuamente el espíritu y son a
su vez remoldeadas por el, conducirá a una conciencia saludable de los efectos
más remotos producidos por las instituciones sobre el carácter, y enfrentará los
graves daños que ahora ocasiona una legislación ignorante.” 142
La concepción evolucionista de Spencer incluyó la teoría lamarckiana de la
herencia de características adquiridas y enfatizó la influencia directa de
agentes externos en el desarrollo del organismo. Negó que la evolución
estuviera basada en características y desarrollo del organismo y en un simple
principio de selección natural.
La explicación de dicha teoría dada desde una perspectiva biológica, se
daba en función de una especialización gradual: la de los organismos
biológicos a través de la autosuficiencia e individualización.
Si la naturaleza humana puede mejorar y cambiar, entonces, los puntos de
vista científicos, incluyendo los morales y políticos no permanecen estables.
“El conocimiento de todo objeto, no es, evidentemente, completo, si no
se le conoce en su pasado, en su presente y en su porvenir.143
Las palabras y las acciones de la vida suponen más o menos ese
conocimiento, actual o posible, de estados que han sido y de estados que
serán, y la mayoría de nuestros conocimientos implica esos elementos.
142
143
Spencer, Herbert. El progreso, su ley y su causa Op. Cit.. P. p. 353, 354
Spencer, Herbert. Social Statics. Versión Electrónica
http://oll.libertyfund.org/Texts/LFBooks/Spencer0236/SocialStatics/0331_Bk.html Nuestra Traducción
25 de noviembre de 2006
“Sin duda, no se conoce en todos sus detalles el futuro del hombre,
pero se le conoce en general; se sabe que morirá; que su cuerpo se
descompondrá, y esos hechos completan el plan de los cambios que
ha de experimentar.” 144
4.4.2 Naturaleza humana
Si bien Spencer reconoció la importancia del entendimiento de los
individuos en términos colectivos en tanto partes del mismo, también reconoció
que como tales eran mutuamente dependientes, sin que esta última provocara
subordinación al organismo colectivo. La naturaleza humana es el agregado de
instintos y sentimientos que a través del tiempo llegan a ser adaptados a la
existencia social.
Los individuos poseen identidad y valor propios. Y aunque lo que
caracterizó el desarrollo de los
organismos fue la tendencia a la
individualización145, a la par se encontraba una inclinación natural en los seres
por conseguir lo que fuera para preservar sus vidas.
Analizando al ser humano, esta inclinación natural se refleja en la
característica del interés racional individualizado. La tendencia hacia el interés
individual proviene de sociedades primitivas. Spencer creyó que un primer
factor motivante que de tal tendencia fue en un principio la amenaza de
violencia y guerra.
Paradójicamente, Spencer fundamentó el punto de vista social orgánico
empezando con las características de los entes individuales; podría deducir se
usando las leyes de la naturaleza, qué provocaría vida y felicidad humana.
Creyó que la vida social era una extensión de la vida de un cuerpo humano, y
que los organismos sociales reflejaban lo mismo que principios de evolución de
144
145
Spencer, Herbert. Op. Cit. Primeros Principios. P. 241.
Spencer, Herbert. Social Statics. Op. cit.
las leyes de los entes biológicos146. La existencia de tales leyes, entonces,
brinda una base para la ciencia moral para determinar como deben actuar los
individuos y qué es lo que constituye la felicidad humana.
El principio general de la tendencia al equilibrio147, ha sido, como los otros,
reconocido en todas las formas
de la evolución, y tocante a las más
importantes y complejas, la evolución psíquica y la social, hemos concluido que
su penúltima etapa, o sea la inmediatamente anterior al equilibrio, debe ser el
estado más perfecto y feliz en que es posible concebir a la humanidad. 148
Spencer llevó lejos su fe en la ciencia a través de un método sintético:
El propósito de cada área o ciencia de investigación es formular información y
derivar de los fenómenos analizados los principios básicos de las leyes que los
sustentan. Los principios conformados por resultados de búsquedas y
experimentos en las otras ciencias suelen tener explicaciones altamente
certeras. Las evidencias y conclusiones de cada ciencia son relevantes porque
materialmente afectan las conclusiones de otras.
El método de Spencer es científico y empírico. Fue influenciado
significativamente por el positivismo
de Augusto Comte. Por el carácter
empírico del conocimiento científico y su convicción con la vida biológica y su
proceso de evolución.
“La ciencia debe ser juzgada por sí misma, y sólo la inteligencia
más degradada dejará de ver que la ciencia es digna de todo
respeto. Haya o no otra revelación, desde luego tenemos una en
la ciencia, la de las leyes del universo, hecha por la inteligencia
humana; cada hombre debe discutirla y comprobarla por sí
mismo cuanto, pueda, y una vez comprobada, someterse
humildemente a sus decretos.”149
146
147
Lamarck
Spencer, Herbert. Primeros Principios. Op.cit. p. 411
148
Ibídem p. 466
149
Spencer, Herbert.Primeros Principios. Op. Cit.P. 25
El conocimiento científico fue primeramente empírico, lo que no es
perceptible y podría no ser empíricamente probado no podría ser tampoco
conocido.
El conocimiento es sujeto de cambio: lo más importante en la ciencia es
modificar nuestras ideas conforme a sus avances.
4.5 Nociones de Felicidad
4.5.1 Felicidad Individual
Dadas las variaciones en el temperamento y carácter del individuo,
Spencer reconoció que no había parámetros exactos para determinar lo que la
felicidad es específicamente150. Sin embargo concluye que la felicidad es la
cantidad de placer sobre el dolor, y el bien es lo que contribuye al desarrollo de
la vida del organismo o lo que es prácticamente lo mismo: lo que provee esa
cantidad de placer sobre el dolor.
4.5.2 Felicidad Colectiva
La felicidad entonces refleja la completa adaptación de un organismo
individual a su medio ambiente, en otras palabras, felicidad es aquello que los
individuos humanos buscan por naturaleza.
Según Spencer, de la misma ley de la evolución resulta una armonía
progresiva entre la felicidad de cada uno y la felicidad de todos; cuando estén
plenamente realizados, los hombres practicarán un sacrificio recíproco respecto
de los otros, no por deber sino por deseo y entusiasmo.
4.6 Moral en Spencer
Todo desarrollo tanto social como natural reflejaba Para Spencer “la
universalidad de la ley”. Incluyendo
“leyes de la vida”, las condiciones de
existencia social y el reconocimiento de la vida como valor fundamental.
150
http://oll.libertyfund.org/Texts/LFBooks/Spencer0236/SocialStatics/0331_Bk.html#LFBK0331pt02ch05 Nuestra traducción
Spencer daba valor moral a las acciones dependiendo de su utilidad.
La ciencia moral es capaz de deducir qué tipo de principios promueven
la vida y producen felicidad.151
La ética de Spencer y su filosofía moral dependen de una teoría de “ley
natural”. La teoría evolucionista podría brindar una base para una teoría política
compleja e incluso filosófica.
4.7 Nociones de Libertad
Para que los seres humanos se desarrollen adecuadamente, según
Spencer debe haber tan pocas restricciones como sea posible, y esta es la
naturaleza primaria de la libertad.
Para Spencer la libertad era el poder de hacer lo que uno desea152, el cual
estaba determinado por un cúmulo de experiencias previas. Spencer vio en
este análisis ético la culminación de una ideología absoluta, cuya base era la
producción de placer puro sobre el dolor en el largo recorrido de la vida
humana.153
4.7.1 Libertad individual
Sin embargo, hay ética spenceriana más allá de estos postulados. Como
individuos, llegamos a ser altamente conscientes de nuestra individualidad,
pero también de la individualidad de los demás. De estas premisas nace la ley
151
Recordemos que los principios que promueven la vida y producen felicidad desde el utilitarismo se
basan en la búsqueda de placer y en hacer acopio de los recursos disponibles. La moral es capaz de
determinar qué actos humanos son valiosos en base a este parámetro. Ejemplos de principios valiosos
según el utilitarismo son: la libertad y la justicia.
152
Spencer, Herbert. The Principles of Ethics. Versión Electrónica.
http://oll.libertyfund.org/Texts/LFBooks/Spencer0236/PrinciplesOfPsychology/0625_Bk.html. Nuestra
Traducción 25 de noviembre de 2006
153
Los puntos de vista de Spencer aquí plasmados fueron rechazados por Stuart Mill. Su principal
objeción era que la teoría de los deseos naturales de Spencer era inadecuada al no dar razón de los
sentimientos del hombre hacia sus acciones.
de la libertad equitativa. Este primer principio es ese “Cada hombre es libre de
hacer todo lo que desee, siempre y cuando no infrinja la libertad equitativa de
otro hombre”.
Por la libertad total de ejercer sus facultades, se entiende la libertad
completa de hacer todo lo que sus facultades le permitan o, en otras palabras,
hacer su voluntad y se puede decir que si el individuo es libre de hacer todo lo
que desea, en el entendido de no traspasar los derechos de otros, entonces, es
libre de hacer cosas que sean injuriosas para el mismo. Es libre de beber o de
cometer suicidio.154
Basándonos en los escritos de Spencer, nuestro sentido de la moral
puede guiar el reconocimiento de la existencia de los derechos individuales, así
como ayudarnos a identificar claramente cuándo se vulneran tales derechos.
A simple vista, el pensamiento de Spencer pareciera reflejar una ética
egoísta, pero analizando a fondo, percibimos que el egoísmo racional no
entraría en conflicto con otros en la búsqueda de los propios intereses
personales. Aún así, cuidar de alguien que no tiene relación directa con sí
mismo –como soportar el desempleo- es por consiguiente alguien que no solo
no se interesa en sí mismo, sino que impulsa la pereza y trabaja contra la
evolución. En este sentido, al menos, la inequidad social fue explicada, nunca
justificada, por los principios evolutivos.
“Toda condición indispensable para la vida
individual es, bajo un
doble concepto, indispensable condición para la vida social. “155
4.7.2 Libertad colectiva
Spencer vio a la sociedad más allá de un agregado de individuos. Pensó
que los seres humanos mostraban una simpatía natural y preocupación por sus
semejantes. Destaca la existencia de una característica e intereses comunes
154
http://oll.libertyfund.org/Texts/LFBooks/Spencer0236/SocialStatics/0331_Bk.html#LFBK0331pt02ch05 Nuestra traducción.
155
Spencer, Herbert. El Individuo contra el Estado. Gráficas Soler, Obras Fundamentales de la Filosofía
España, 1999. P.142
en los seres humanos eventualmente necesaria, no solo para el desarrollo
individual, sino para el general.
Sin embargo, Spencer sostuvo que el altruismo y la compasión más allá
de la unidad familiar fueron sentimientos que vinieron a existir solo
recientemente en los seres humanos; compasión, que habría que observarla en
cuanto se muestra para la prole, los enfermos y los ancianos, y para con los
enemigos.156
El progreso como característica inevitable de la evolución, solo se logra a
través del libre ejercicio de las facultades de los miembros que la conforman.
“La evolución social nos presenta un paralelismo perfecto, con lo que
se observa en la evolución biológica157.
Spencer sostuvo una teoría del sentido moral, según la cual había un
mecanismo natural –un sentido innato de la moral en los seres humanos-, por
el cual llegaban a intuiciones morales ciertas de las cuales se deducían leyes
de conducta.158 Más tarde describió esos “principios” del sentido moral y de
simpatía como efectos de experiencias instintivas o heredadas” De tal sentido
moral, se desprende su idea sobre la ‘persistencia de la fuerza’.159 La
persistencia de la fuerza era un principio de la naturaleza imposible de ser
creado artificialmente. Por lo tanto, ningún Estado o gobierno podría promover
el sistema moral; nunca más de lo que podría promover la existencia de la
fuerza física.
Solo si se deja a los hombres vivir como lo deseen, de manera que su vida
sólo concierna a ellos mismos, habrá un verdadero progreso de la civilización.
156
Spencer, Herbert. El progreso, su ley y su causa Op. Cit.. P. 352
Spencer, Herbert. La Ciencia Social. Fundamentos de la Sociología. Traducción de Wenzel. Biblioteca
Contemporánea. Barcelona sf.
158
Principles of Ethics. Versión Electrónica
http://oll.libertyfund.org/Texts/LFBooks/Spencer0236/PrinciplesEthics/HTMLs/015502_Pt05_Apps.html
Nuestra Traducción. 27 de noviembre de 2006
159
Spencer, Herbert. Primeros Principios Op. Cit. P 164
157
“Así, en las sociedades humanas el progreso se realiza siempre en
el sentido de la absorción de los movimientos individuales por los
movimientos sociales.”160
De lo contrario, la verdad no podrá brotar, no habrá oportunidad para la
espontaneidad y la originalidad, ni podrá fluir el genio, la energía mental y el
valor moral de los individuos. La falta de una comunicación libre de ideas en
este sentido es un agravante.
Spencer defiende las libertades civiles en nombre de la libertad
individual del hombre, la reivindicación del individuo frente al Estado, y el peso
relativo de la autoridad. Pero sobretodo, frente a la costumbre y la opinión
pública:
Le interesó argumentar sobre el problema relativo a la naturaleza y los
límites del poder que el orden social ejerce legítimamente sobre el individuo, al
ser éste en aquél un problema importante que había sido relegado y poco
examinado. Consideró que el límite entre la intervención social y la
independencia individual es un asunto en el que nada está terminado, por el
contrario, todo está por realizarse.
A pesar de los intentos de Spencer por separar el dominio público del
privado, los límites entre ambos parecen difíciles de delimitar. En su opinión
siempre ha existido una pugna entre los gobernantes y gobernados.
4.8 Nociones sobre Política y Derecho
4.8.1 Filosofía Política
A pesar de defender ampliamente el individualismo, Spencer resaltó la
importancia de la vida en comunidad. Por la relación de dependencia mutua,
entre sus integrantes y porque sin la prioridad de lo individual como parte de lo
160
Spencer, Herbert. Primeros Principios. Op. Cit. P. 329
colectivo la sociedad sería nada: sin la suma de sus unidades, simplemente, no
existiría. Este punto es el fundamento de su filosofía política.
“El lenguaje en que el Estado dicta sus leyes y comunica órdenes a
sus agentes, es un instrumento que no se debe al legislador; ha
nacido, con entera independencia de la acción de éste, de las
relaciones entabladas entre los individuos al perseguir la satisfacción
de sus deseos personales”. 161
Por su aportación a la ley de la libertad equitativa y su idea de que la ley y el
Estado necesariamente interferirían con esta, insistió en una política extensiva
de laissez faire.
Parte del supuesto de que la sociedad humana es un orden espontáneo
respecto al cual el Gobierno es sólo la Institución adecuada para garantizar la
permanencia de esa espontaneidad. Piensa que el individuo es libre por
naturaleza y que los derechos sólo existen para asegurar esa libertad.
Desde el momento en que hay coacción, la libertad está violada, aun
cuando los que cohíban se imaginen que obran por el bien del ciudadano
cohibido. 162
La naturaleza humana no es una máquina que se construye según un
modelo y dispuesta a hacer exactamente el trabajo que le sea prescrito, sino un
árbol que necesita crecer y desarrollarse por todos lados, según las tendencias
de sus fuerzas interiores que hacen de él una cosa viva. Para nuestro autor, la
libertad consiste básicamente en una rigurosa limitación del derecho a
coaccionar.
161
162
Spencer, Herbert. El Individuo contra el Estado. Op. Cit. P. 94
Spencer, Herbert. La Justicia. Bibioteca de Jurisprudencia, Filosofía e Historia. Ed. La España
Moderna. Madrid. S.f.
“Cada nueva injerencia del Estado da mayor fuerza a la opinión tácita
de que el gobierno debe suprimir todos los males y asegurar el goce
de todos los bienes.” 163
4.8.2 Política y Derecho
Spencer califica de crueles a los hombres que niegan a consentir que la
lucha por la existencia acarree a algunas personas los males que son
consecuencia lógica de su incapacidad y mala conducta; por amargar más la
vida de otras personas y a sus familias, por inflingirles males artificiales,
además de los naturales que tienen que soportar.
Según Spencer, la educación, religión, economía y cuidado de enfermos
e indigentes no debía estar a cargo del Estado. Por lo tanto, la ley y la
autoridad pública tienen como propósito general: la administración de justicia
(equiparada con la libertad y la protección de derechos). Estos puntos llegaron
a ser el objetivo del trabajo posterior de Spencer en filosofía política y
particularmente, en el hombre contra el Estado. Otras verdades generales que
el ciudadano y aun mas el legislador debieran pensar hasta asimilarlas por
completo, se revelan cuando nos preguntamos cómo se producen las
actividades sociales y nos convencemos de que son el resultado colectivo de
los deseos individuales, que procura cada cual satisfacer siguiendo el camino
que le parece más fácil, según su hábito y pensamiento preexistentes, esto es,
siguiendo la línea de menor resistencia. 164
Interesantemente Spencer reconoce que los derechos no son
moralmente hereditarios, pero pueden llegan a serlo por el sólo reconocimiento
que alguien hace de sus derechos en relación con los de los demás. Lo anterior
encuentra explicación en el hecho de que la herencia social influencia las
formas de legislar a través del tiempo, pero solo serán válidas en tanto sean
163
Spencer, Herbert. El individuo contra el Estado, Op. Cit. P. 53
164
Ibídem. P. 92
recogidas por el Derecho, teniendo en cuenta que el Derecho proporciona
leyes en función de las necesidades de una comunidad.
Lo anterior es una consecuencia del principio de la libertad equitativa en
función de la igualdad ante la ley.
Spencer concluyó que cada quien tenía derechos individuales en virtud
de su calidad de ser humano;
165
y que tales derechos eran esenciales para el
progreso social (estos derechos incluían derechos a la vida, libertad, propiedad,
libre expresión, igualdad de la mujer, sufragio universal y el derecho a “ignorar”
al Estado.
Consideró que el utilitarismo aplicado a la ley y al Estado era
inconsistente porque tácitamente asumía la existencia de demandas de
derechos con peso tanto moral como legal independientemente de la ley
positiva.
Y finalmente se manifiesta contra el parlamentarismo, pues lo veía como
un poder arbitrario en manos de ignorantes:
“No obstante, los males producidos por los legisladores, muy
superiores en número a los causados por los curanderos
atrevidos, son visibles para cualquiera que eche una mirada a
la historia.”166
Mantuvo
que
la
acción
gubernamental
requiere
no
solo
del
consentimiento individual, sino que el modelo de asociación política debería ser
como una Empresa de abastecimiento, donde los dirigentes nunca puedan
actuar por un bien cierto excepto por los deseos explícitos de los accionistas.
Fundada en la cooperación voluntaria, en lugar de basarse en la
obligatoria, la vida industrial,
165
tal como la conocemos ahora, habitúa a los
Spencer Herbert. Social Statics. Versión Electrónica
http://oll.libertyfund.org/Texts/LFBooks/Spencer0236/SocialStatics/0331_Bk.html#LF-BK0331pt02ch05
Nuestra traducción. 21 de nov de 2006
166
Spencer, Herbert. El Individuo contra el Estado. Op. Cit. P. 73
hombres a obrar con independencia, les impulsa a resistir los excesos de la
coacción gubernamental. 167
Ahora bien, el hecho de que el parlamento intente hacer más para
proteger los derechos de los ciudadanos imponiendo una concepción de
bienestar basado en una minoría, no se distingue de una tiranía.
4. 9 Ideas sobre Religión
Del punto de vista explicado en el párrafo anterior acerca de la
necesidad de demostración empírica para el conocimiento de los fenómenos,
se desprende que no podemos conocer la naturaleza de la realidad en sí
misma y que habrá hechos imposibles de conocer168.
“Así pretende conocer la grandeza y la pequeñez de la
inteligencia humana, su poder en el dominio de la experiencia y
de su impotencia fuera de él; se forma idea exacta de la
incomprensibilidad del hecho más sencillo considerado en sí
mismo, en su esencia íntima, en la cual se convence
ineludiblemente de que nada puede ser explicado.”169
Desde que Spencer afirmó que no podemos conocer nada que no sea
empírico, no podemos saber tampoco si hay un Dios o su representación.
Spencer fue un crítico severo de la religión, así como de la doctrina
religiosa y su práctica, siendo éstas consideradas objetos inapropiados de la
investigación científica y su prueba. Su posición general sobre la religión era
agnóstica.
167
Ibíd. P. 152
168
Esto incluía el conocimiento completo de la naturaleza del espacio, tiempo, fuerza, moción y
sustancia.
169
Spencer, Herbert.Primeros Principios. Op. Cit. P. 64
“Los ulteriores progresos de la teología llegan a más avanzadas
afirmaciones. “Un Dios cognoscible no sería Dios”. “Creer que Dios
es como le imaginamos, es blasfemar”:170
El teísmo que no podía apoyarse ante la inexistencia de medios para
conocer lo divino, no habría forma de probarlo. Pero mientras no podamos
saber si las creencias religiosas son verdaderas, tampoco podemos saber si la
religión y sus fundamentos son falsos.
4.10 Comentarios finales respecto de la exposición de ideas de
Herbert Spencer y John Stuart Mill
Los liberales genuinos buscaron repeler aquellas leyes que ejercen
coerción y restringen a los individuos de hacer lo que creen conveniente. El
liberalismo temprano se caracteriza por calificar a la ley como restricción a la
libertad, como un mal justificado ante el cual es necesario preservar la libertad.
La posición liberal de Spencer y Stuart Mill sostiene una hipótesis: los
problemas sociales aparentemente se resolverían cuando el Gobierno dejara
de ir contra los intereses de los individuos.
Creer esto, sin embargo, puede conducirnos a un error, porque voluntad
del pueblo significa voluntad mayoritaria o más activa, y ésta puede llegar a ser
opresiva. Es un riesgo pensar que un Estado liberal no necesita restricciones,
ya que el respaldo mayor es el determinante campo de la opinión.
Un punto fundamental del autor en cuestión fue el separar la esfera
individual de la gubernamental. El Gobierno no puede interferir en la esfera
individual, aquella que pertenece sólo al individuo. En el caso concreto de
acciones que afecten a terceros, el Gobierno debe actuar solamente para guiar
políticas de protección a los derechos individuales.
170
Ibídem P. 45
4. 11 Supervivencia de las ideas de ambos autores
Los principios que ambos autores aportaron en la época de la cual ya
hemos hablado tuvieron gran auge en su momento. Sin embargo, la magnitud
de su importancia se ha hecho patente en épocas diversas, hasta alcanzar la
nuestra; en la cual se retoman, ahora para fundamentar soluciones a
problemas propios de nuestro acontecer temporal; tomando en cuenta que la
defensa de la libertad no es exclusiva de un tiempo, siempre habrá necesidad
de ella:
Stuart Mill bien predijo en esta frase la supervivencia de su obra,
“Libertad sobrevivirá, probablemente, a todas mis obras -con la posible
excepción a la Lógica -; porque la confusión de su espíritu con el mío ha hecho
de él una especie de texto filosófico de una verdad única, a la que los cambios
que progresivamente se suceden en la sociedad moderna tienden a dar relieve
más vigoroso: la importancia para el hombre y la sociedad de una gran
variedad de caracteres y de dar plena libertad a la naturaleza humana para
expansionarse en direcciones innumerables y confluentes.”171
Prueba de ello son los siguientes fragmentos tomados de la obra del
autor contemporáneo Fernando Savater, quien pareciera retomar una idea
utilitarista respecto a evitar el sufrimiento:
“La simpatía con el sufrimiento dirige nuestras acciones a
mitigarlo cuanto se pueda, a no aumentarlo voluntaria y
gratuitamente jamás”.172
Si algo debe destacar ante todo el respeto hacia las decisiones de todo
ser humano.
“La vida que intentamos conservar y perpetuar no es un mero
proceso biológico, sino un devenir de símbolos que se
entrecruzan en forma de memoria, de comunidad, de códigos, de
visiones de futuro, de afán por encontrar el sentido de cada gesto
y de cada tropiezo”.173
171
Stuart Mill John Autobiografía. Traducción de Juan Uña. Ed. Calpe. Madrid, 1921P. 244
Savater, Fernando. El valor de elegir. Editorial Ariel Barcelona, España 2003. p. 176
173
Ibídem P.p. 65, 66
172
Ya ambos filósofos habían hablado de los medios que constituyen el
camino a la felicidad, los cuales coinciden con los medios que actualmente
necesitamos para alcanzarla.
“Cada uno es el guardián natural de su propia salud, física,
mental y espiritual. La especie humana gana más dejando a cada
hombre vivir como le acomode que obligándole a vivir como les
acomode a los demás.”174
De modo que el correr del tiempo no provocará que los principios que
aceptan a la libertad como condición de responsabilidad del ser humano, sean
superados por otros contrarios.
CAPÍTULO V
174
Stuart Mill Sobre la Libertad. Ed. Alianza Op. Cit. P. 69
Análisis y legitimación de las manifestaciones anticipadas de la
voluntad desde el pensamiento de Herbert Spencer y John
Stuart Mill.
5.1 Resumen de motivos de la argumentación
La vida es un valor relevante en el ser humano. Implica más que llevar a
cabo las típicas funciones biológicas de nacer, crecer reproducirnos y morir
como consecuencia inevitable.
Va más allá de hechos orgánicos como
respirar. Si hay algo que nos distingue de las demás especies, es la capacidad
que poseemos para traducir nuestra propia existencia.
Lo anterior pareciera obvio, sin embargo, si analizamos a fondo la
problemática social actual, podremos darnos cuenta que lo más básico
pareciera quedar en el olvido: somos seres humanos, en el más amplio sentido
de la palabra, frente a la tecnología o al avance de la ciencia, ante el progreso
económico e independientemente de cualquier cambio en nuestro entorno.
Las tendencias sociales actuales se dirigen hacia la globalización, lo cual
provoca que todo gire alrededor de lo económico y los valores sean vistos
como satisfactores. Se ha llegado al grado de considerar objetos de mercado a
valores tan preciados en ser humano como la salud o la vida misma.
La dignidad es algo esencial. Actualmente se genera un problema
económico en torno al tratamiento o sostenimiento de un ser humano. Debido a
la mercantilización de la salud, muchas instituciones sanitarias,
han
deshumanizado la interacción de los protagonistas. 175
Recientemente ha resaltado un nuevo dilema en nuestra sociedad: si se
debe conservar la vida a como dé lugar y por todos los medios posibles aún en
situaciones extremas. Últimamente se trata de impedir la muerte natural por
175
Brena Sesma Ingrid. Op Cit. P. 13
medio de la tecnología no con fines caritativos ni de beneficencia, sino de lucro:
para obtener ganancias.
Vivimos en una cultura que se niega a ver el dolor compasivamente y evade
responsabilidades. Al no admitir la muerte cuando es inminente, se llega lo
antihumano. Llega a darse así una prolongación innecesaria del dolor mismo.
Es necesario precisar que la no-aplicación de tratamientos no es eutanasia,
ya que por alguien que tiene posibilidades de vivir, entendiendo la vida humana
en un sentido pleno, como el que planteaban Spencer y Mill, debe hacerse
todo.
Algunas veces el dolor es una señal para abrir los ojos y no para
escapar de él. Pero cuando ya no hay posibilidades es mejor que la persona
decida sobre sí misma y su decisión estará bien simplemente por ser propia.
Respecto de ciertos males inherentes a la naturaleza humana, solo es
posible que cambien de forma. Hay veces en que es posible detectar si tienen
o no remedio y cuando no lo haya, debemos evaluar la realidad y afrontarla.
No se debe subestimar a la vida, la cual en un momento está destinada
a terminar. Aferrarse a ella hasta el extremo no es saludable porque se está
yendo contra una ley de la naturaleza y se corre el riesgo de su degradación.
Y dado que el objeto de este trabajo buscar formas de legitimación de la
manifestación anticipada de la voluntad, a continuación se llevará a cabo el
análisis y argumentación correspondientes basados en el pensamiento
filosófico tanto de Herbert Spencer, como de John Stuart Mill, que legitiman
nuestra postura. Parte de este capítulo está dedicada a dar a conocer al lector
cómo dichos autores veían la vida humana.
5.2 Presentación de la Argumentación
Se procederá a exponer los argumentos que proponemos como sustento
filosófico, en el mismo orden en que fueron expuestas las ideas de nuestros
autores. Iniciaremos con los argumentos obtenidos del pensamiento de John
Stuart Mill, para proseguir con los de Herbert Spencer.
De la información recabada se desprende lo siguiente:
La importancia del utilitarismo radicaba en su eficacia para determinar si
una acción era o no moral, calculando las consecuencias buenas y/o malas que
resultarían de ella. Si lo bueno superaba lo malo, la acción era moral.
5.3 Validación directa desde el utilitarismo
Si bien considero interesante haber hecho un ensayo monográfico sobre
la visión de Stuart Mill y Spencer sobre un asunto tan complicado como las
manifestaciones anticipadas de la voluntad, la utilización de estos autores me
compele a poder validar al utilitarismo como una verdadera ética normativa
que pueda ayudarnos responder a casos difíciles como éste. Es un hecho que
una teoría como el utilitarismo tiene sus detractores como tiene intelectuales
que apoyen a ésta, mi opinión al respecto de esta teoría es que si bien es una
teoría hedonista176, que sostiene que estamos en búsqueda del placer, también
considera que si tenemos sentimientos sociales tenemos también el factor
"simpatía", que nos lleva a entender que los demás de igual forma desean
alcanzar el mencionado placer. Es una teoría social, en donde el fin de la moral
es por tanto, alcanzar la máxima felicidad, es decir el mayor placer para el
mayor número de seres vivos.
Este criterio se ha de elevar como un criterio racional, y de hecho ha
sido un principio que en su aplicación a la vida en sociedad, es un principio que
es base del desarrollo de la economía de bienestar y que inclusive fue clave
en la formulación de varias teorías jurídicas como la de Beccaria quien sostenía
el principio de la máxima felicidad posible para el mayor número de personas.
Mill será clave en esta interpretación hedonista pues la vuelve más específica,
ya que para el los placeres no se diferencian cuantitativa sino cualitativamente,
de manera que hay placeres inferiores y superiores; y que solamente las
personas que han experimentado placeres de ambos tipos pueden estar
176
El hedonismo ético (hedoné en griego significa placer) desea el placer como fin.
legitimadas para proceder a su clasificación, esto nos lleva a aducir que no
solamente es importante, por lo menos a los ojos de Stuart Mill el hecho de un
valor intrínseco en el acto humano, sino también las consecuencias que tienen,
toda vez que para poderle dar el valor intrínseco, se vuelve necesario
experimentar tanto los placeres inferiores y superiores, esto hace que la
voluntad de un individuo de no sufrir más dolor se vuelva racional, objetivo que
adquiere validez para toda la sociedad.
El utilitarismo puede ser severamente criticado, sin embargo como dijera
García Máynez:
"Lo anteriormente dicho no significa que el utilitarismo carezca por
completo de sentido dentro de la vida moral. Si por esa palabra se
entiende el prudente empleo de los medios para la consecución de
fines moralmente valiosos, entonces toda doctrina ética debe ser,
hasta cierto grado, utilitarista. De lo contrario, permanecería
estancada en el limbo de los ideales perennemente irrealizados sin
ejercer influencia alguna en la vida de los hombres"177
El utilitarismo hoy en día lo han intentado definir por dos vías178 el
utilitarismo de la regla, que recomienda más bien ajustar nuestras acciones a
las reglas habituales, ya consideradas morales por la probada utilidad general
de sus consecuencias con el fin de ahorrar energías y aprovechar la
experiencia vivida y el utilitarismo del acto en el que se demanda juzgar la
moralidad de las acciones caso por caso atendiendo a las consecuencias
previsibles de cada alternativa, lo cual nos llevaría a deducir que no solamente
valoran la cuestión de bondad sino la maldad de los actos humanos tanto por
su valor intrínseco como por sus consecuencias, y en un momento este criterio
de utilidad será fundamental y más sencillo de resolución a la luz de un
principio utilitarista.
177
178
García Máynez, Eduardo. Ética, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1944, p.p 82-83
Cortina, Adela. Ética. 3a ed. Akal. España 2001. P.79
5.4 Una apología al utilitarismo
Al utilitarismo se le pueden hacer una serie de objeciones. La más
importante se refiere al principio distributivo: la mayor felicidad para el mayor
número de hombres. Su aplicación produce graves conflictos, pues podría
malinterpretarse dando lugar a una idea de discriminación hacia los grupos
sociales menos numerosos.
“Cada persona posee una inviolabilidad fundada en la justicia que
ni siquiera el bienestar de la sociedad en conjunto puede atropellar.
Es por esta razón por la que la justicia niega que la pérdida de
libertad para algunos se vuelve justa por el hecho de que un mayor
bien es compartido por otros. No permite que los sacrificios
impuestos a unos sean compensados por la mayor cantidad de
ventajas disfrutadas por muchos. Por tanto, en una sociedad justa,
las libertades de la igualdad de ciudadanía se dan por establecidas
definitivamente, los derechos asegurados por la justicia no están
sujetos a regateos políticos ni al cálculo de intereses sociales. (...)
Siendo las primeras virtudes de la actividad humana, la verdad y la
justicia no pueden estar sujetas a transacciones”. 179
Stuart Mill, en relación a la aseveración expuesta por John Rawls, bien
contestaría a esta aseveración de de la siguiente manera:
“Los detractores del utilitarismo no siempre pueden ser acusados de
presentarlo bajo una apariencia tan desacreditada. Por el contrario,
los que tienen una justa idea de su carácter desinteresado, a veces
le reprochan
el que su criterio sea demasiado elevado para la
humanidad. Dicen que es demasiado exigir el que la gente deba
obrar siempre con el fin de promover los intereses generales de la
sociedad. Pero esto es equivocar la verdadera significación de un
179
Rawls, John. Teoría de la Justicia. Fondo de Cultura Económico, México, 2000. P.p. 17-18
criterio moral, y confundir las normas de las acciones con sus
motivos.”180
El acto de medir una acción con referencia a otra no es una condición de
carácter cuantitativo, sino cualitativo. Al ser cualitativo el posible estándar de
medición del fenómeno, éste se torna subjetivo y dependiente del individuo. La
calificación que éste último dé a la acción habrá de ser respaldable por una
mayoría que avale dicha medición. Está justificado atribuirle al gozo preferido
una superioridad cualitativa tal, que la cuantitativa resulta, en comparación, de
pequeña importancia.181
Y bien, si aún así insistiéramos en la necesidad de un criterio más
objetivo cuantitativo, podríamos recurrir a Bentham:
“-… El concepto de utilidad de Bentham, en tanto es entendido
como criterio objetivo de la bondad y maldad de la conducta
humana, guarda una cierta relación con el concepto de valor
empleado por la filosofía de los valores. (…)Llama la atención
que en el capítulo IV de su obra, en el que analiza los diversos
criterios para medir la intensidad de placer y el dolor, Bentham
emplea el concepto de valor. Sin embargo, lo emplea tan sólo
para referirse a la fuerza o intensidad del placer o dolor, es decir,
en una dimensión meramente cuantitativa y no cualitativa.”182
5.4.1 Defensa del utilitarismo. La postura de Moore.
Para Stuart Mill, lo útil o lo bueno es la felicidad, es una forma de
eudemonismo social. Si los bienes intrínsecos que nuestros actos pueden
aportar no se reducen a uno solo, sino a una pluralidad de ellos, tendremos
entonces un utilitarismo pluralista, de acuerdo con el cual lo bueno no es sólo
una cosa (el placer o la felicidad), sino varias que pueden considerase al
180
Stuart Mill John. El Utilitarismo. Op. Cit. P. 45
Ibídem P. 31
182
Torre, Carlos de la. La recepción de la filosofía de los valores en la filosofía del derecho. UNAM.
Instituto de Investigaciones Jurídicas. México, 2005. P. 32
181
mismo tiempo como buenas. Esta concepción pluralista la sostiene G. E.
Moore.183
Ahora bien, respecto de lo que se considera más provechoso para el mayor
número, las respuestas varían. Para Bentham el placer es lo único bueno y útil;
el utilitarismo se combina aquí con el hedonismo. Para Stuart Mill, lo útil o lo
bueno es la felicidad, es una forma de eudemonismo social. Si los bienes
intrínsecos que nuestros actos pueden aportar no se reducen a uno solo, sino a
una pluralidad de ellos, tendremos entonces un utilitarismo pluralista, de
acuerdo con el cual lo bueno no es sólo una cosa (el placer o la felicidad), sino
varias que pueden considerase al mismo tiempo como buenas. Esta
concepción pluralista la sostiene G. E. Moore
Y éste último punto, no podíamos dejarlo de mencionar, se confirma
también en la reducción de la ética a la teoría de la evolución de Spencer.
Moore se ocupa de la aplicación de la teoría de la evolución a la ética
por Spencer; discute la conexión del argumento evolucionista con el argumento
hedonista: el placer es el único bien y tener en cuenta la dirección de la
evolución es el mejor criterio para obtener el máximo grado de este último.
En ese contexto Moore distingue entre una ética declaradamente basada
en la ciencia y una ética sistemática y científica capaz de llevar a cabo una
discusión clara de los principios fundamentales de la ética y una declaración de
las razones últimas por las cuales una manera de actuar se considera mejor
que otra.184
183
Cfr. Moore, George E. , “The Conception of Intrinsec Value”, en Philosophical Studies, Londres,
Routledge & Fegan Paul, 1922.
184
Ibíd.. p. 102
La dirección en que las cosas vivas han evolucionado hasta ahora es, de
hecho, la dirección del progreso. De donde: lo "más evolucionado" es también
"mejor".185
Aunque la evolución no nos ayuda a descubrir qué resultados de
nuestros esfuerzos serán mejores, sí contribuye un poco a revelar qué es
posible asumir o aceptar y cuáles son los medios para asumirlo. Y en este
sentido la teoría de la evolución puede prestar algún servicio a la ética.
Aceptados los resultados generales de la teoría de la evolución siempre
se podrá decir que la moralidad del hombre consiste en hacer precisamente lo
contrario de lo que observamos en la naturaleza: la aspiración a "lo mejor",
entendido lo mejor como aquello que favorece el desarrollo evolutivo del
hombre con miras a la consecución de su felicidad.
Y puesto que la finalidad propia de un grupo social es la consecución de
la felicidad, ésta felicidad y su materialización en placeres puede ser asequible
a través de valores morales intrínsecos que permitan calificar cada uno de los
actos humanos. Dicha calificación no atiende a principios unilaterales, sino a la
consecución de la felicidad colectiva
Dado que es éstos párrafos intentamos reivindicar el utilitarismo ante
algunas posturas críticas del mismo, no consideramos reiterativo cerrar esta
parte respondiendo a la siguiente pregunta desde ¿Por qué una legitimación
desde el utilitarismo? Porque a la luz de la Ilustración, cuna de la defensa del
respeto a los derechos y libertades fundamentales, “se afirmó que el hombre
debe buscar lo que le es útil y le hace feliz”.186
185
Cfr. Moore, George Edward Principia ethica. Traducción de Núria Roig y edición de Joaquim Clotet.
Editorial Laia. Barcelona, 1982, págs. 7-11.
186
Fuentes López Carlos. El racionalismo jurídico. UNAM Instituto de Investigaciones Jurídicas.
México, 2003. P. 264
5.5 Argumentación desde el utilitarismo de John Stuart Mill.
El primer argumento que demuestra la validez de las manifestaciones
anticipadas de voluntad se encuentra en el utilitarismo de Stuart Mill: decidir por
uno mismo es una decisión moral, porque produce satisfacción. El ser humano
valora la sensación que obtiene al tomarla. La libertad personal es algo que
contribuye a obtenerla.
La libertad de decisión del individuo sobre su propio estado de salud va
encaminada a promover su felicidad. 187 Porque:
Prevenimos lo que queremos evitar y las manifestaciones anticipadas de
voluntad tienen un objeto de prevención para evitar la desgracia que trae
consigo la presencia de una enfermedad. Si un padecimiento requiere de un
tratamiento que provoca un gran sufrimiento, es legítimo alejarse de él.
Nadie desea el dolor ni el sufrimiento: es un argumento firme que sostiene
nuestra hipótesis.
5.5.1 Análisis aplicando las ideas de John Stuart Mill al tema
Stuart Mill concluyó que la felicidad es la finalidad de la vida del ser
humano y no debe ser confundida con el placer. Si la felicidad es el estado de
estabilidad del hombre que le permite experimentar sentimientos y diversas
emociones, las cuales le producen satisfacción y tranquilidad, la vida de alguien
que ya no es capaz de lograr esta estabilidad por carecer de sus facultades,
pierde todo sentido.
El carácter cualitativo de la felicidad le permite ir más allá de la ausencia
de dolor. Es cierto que éste último forma parte de nuestras vidas, porque no
estamos exentos de sentirlo en momentos determinados.
La calidad de vida no puede depender de la cantidad porque cuando no
son posibles ambas, se desea la primera. Si hay calidad de vida podemos
187
El utilitarismo coincide con la religión en la búsqueda de felicidad. Si las manifestaciones anticipadas
de voluntad buscan la tranquilidad del ser humano en un aspecto determinado encaminado al logro de la
felicidad, las manifestaciones anticipadas de voluntad no chocarían con la idea de religión de Stuart Mill
recibir incluso más de lo que deseamos. En un ser humano, no hay calidad de
vida cuando ésta depende de medios artificiales.
El sentido de la dignidad tiene que ver con la calidad de vida. Forma
parte esencial de la felicidad, la poseen todos los seres humanos, sirve de guía
y es altamente deseable.
Un ser humano que cuenta con capacidades y facultades mínimas
inherentes a su naturaleza, puede sobreponerse. No así alguien cuyo estado
de salud se ha deteriorado gravemente. La felicidad depende en gran medida
de nuestra salud, de ahí, la responsabilidad de conservarla y valorarla.
La búsqueda del hombre por la felicidad le brinda la oportunidad de vivir
experimentando y asumiendo nuevos logros. Y aun cuando pudiera fracasar en
esa búsqueda está ahí su conciencia como capacidad para iniciar nuevamente.
La conciencia es la facultad inherente al hombre para percibir la realidad.
Cuando falta, desaparece uno de los elementos fundamentales que le dan
sentido a su existencia.188 Sin conciencia el hombre es no es capaz de ser
feliz. Un estado de pérdida de salud grave puede traer consigo el riesgo de su
pérdida.
Alcanzar la felicidad puede no ser una tarea sencilla. Cuando por
cualquier circunstancia se torna difícil de conseguir, al menos buscamos la
mitigación del dolor. Es humanamente congruente que alguien decida no sufrir.
Si bien no es feliz, está en su derecho de cuando menos evitar el dolor; y si
algunos tratamientos lo implican, puede rechazarlos y es válido.
188
Los procesos de vida vegetativa en el cuerpo humano tienen una causalidad propia, independiente de
la voluntad. Todas las operaciones vegetativas, suelen pasar inadvertidas por la conciencia. Adame, Jorge.
Op. Cit. p. 97.
La decisión contenida en un documento de manifestaciones anticipadas
de voluntad puede no producir placer pero sí tranquilidad; el utilitarismo lo
justifica en uno de sus fundamentos principales. Elaborar un documento así
nos da la seguridad de que en ningún momento seremos sometidos a
sufrimiento y peor aun con fines de lucro si así lo deseamos.
El hombre busca fines y también medios. El objeto de las
manifestaciones anticipadas de voluntad en gran medida tiene que ver con la
salud, equiparada ésta como medio a un fin importantísimo: la felicidad. La
felicidad y la virtud se desean tanto individual, como colectivamente. En este
orden de ideas, la decisión que encierran las manifestaciones anticipadas de
voluntad es un acto virtuoso.
5.5.2 Confrontación del interés individual y el interés colectivo
aplicada al tema.
El bienestar individual produce el bienestar de la colectividad; el cual a
su vez produce justicia y libertad. El utilitarismo toma en cuenta lo más benéfico
para la mayoría, tomando como punto de referencia al individuo.189
El poder de decisión individual no entra en conflicto con el interés
colectivo, ni es pernicioso para la colectividad, en tanto no rebase la esfera del
propio individuo. Las manifestaciones anticipadas de voluntad respetan ese
límite, no hay por qué reprimir si se respeta el orden jurídico.
189
“El utilitarismo tiende a ver a la sociedad como cuerpo, en donde resulta posible sacrificar a unas
partes en virtud de las restantes. Y dicha operación puede ser tildada como ilegítima porque desconoce (lo
que Rawls denomina) la independencia y separabilidad de las personas: el hecho de que cada individuo
debe ser respetado como un ser autónomo, distinto de, y tan digno como, los demás. Este ejercicio
«globalizante» propio del utilitarismo, nos habla de una operación que, al menos, requiere de una especial
y muy sólida justificación”. Tal justificaciçon se encuentra en el utilitarismo mismo. Gargarella, Roberto.
“Las teorías de la justicia después de Rawls”. Paidos, Barcelona, 1999. p. 26
Las reglas morales que dictan no hacer daño a los demás como límite de
la libertad, son vitales para el bienestar humano porque determinan los
elementos sociales de la humanidad y su observación mantiene la paz.
En este sentido, si el bienestar individual se traduce en colectivo, las
manifestaciones anticipadas de voluntad, son válidas porque promueven una
libertad individual y en sí no encierran ningún daño a la colectividad.
Si las manifestaciones anticipadas de voluntad brindan tranquilidad,
entendida esta como parte de la felicidad, podemos asegurar que la
tranquilidad de un individuo que decide por si mismo no solo no afecta a otros,
sino que se puede traducir directa o indirectamente en un beneficio para la
comunidad a la cual pertenece.
Stuart Mill hablaba de los mártires: quienes sacrificaban su felicidad en
pro de un bien mayor, como el colectivo. Los consideraba dignos de
reconocimiento, pero no consideraba sus acciones como la mejor forma de
servir a los demás.
El hecho de vivir sin calidad de vida, según Mill no tiene justificación;
puesto que el sacrificio que provoca someterse al dolor no beneficia a nadie.Y
bien, aplicando esta aseveración al tema, podemos encontrarnos con
situaciones donde pudiera involucrarse a la familia del paciente que decide
detener un determinado tratamiento. Ante este hecho podría haber quien diga
que no se debiera llevar a cabo la voluntad del paciente para evitar el
sufrimiento de la familia. Esto no lo justifica Mill, porque el defiende el
individualismo y no considera válido el sacrificarse por los demás; importa el
individuo en sí.
No es fácil resumir la moral en principios y traducir estos en leyes. La
moralidad de las costumbres tiende a ser obligatoria para Mill; se sujeta con
deberes. La positivización de las manifestaciones anticipadas de voluntad en
otros países seguramente tuvo origen en una base moral.
El contenido de las manifestaciones anticipadas de voluntad se puede
considerar como deber de obligación perfecta equivalente a justicia: si bien el
derecho distingue lo justo de lo injusto, también distingue lo conveniente de lo
perjudicial como necesidad moral. Ya hemos visto que es moral. Ahora
sabremos que lejos de ser perjudiciales, resultan ser convenientes.
La caridad y la beneficencia son deberes de obligación imperfecta y se
relacionan con otras obligaciones morales. Coincidentemente ambas son
principios de la bioética,
el origen de las manifestaciones anticipadas de
voluntad. Encuadran dentro de los deberes de obligación imperfecta, y no por
ello pierden su fuerza moral.
5.5.3 Análisis de las manifestaciones anticipadas de la voluntad
tomando como eje la virtud en John Stuart Mill.
La virtud es el producto de la deliberación constante orientada hacia un
fin determinado. El consentimiento informado previo que debe haber antes de
cualquier documento de manifestaciones anticipadas de voluntad es producto
de la deliberación. La mejor forma de reforzar la virtud es deseándola, por ser
agradable y exenta del dolor. Así nace la voluntad de ser virtuoso.
La voluntad satisface la intención de la persona virtuosa, siempre y
cuando esa voluntad busque un beneficio individual como podría ser evitar el
dolor, fundamento utilitarista.
Tener voluntad sobre nuestra salud demuestra la presencia de confianza
en nuestros sentimientos y conductas, lo cual da pauta a confiar en los demás:
he ahí la posibilidad de confiar en alguien que nos pueda representar para la
toma de decisiones importantes. Tal estado de la voluntad constituye un medio
para alcanzar la virtud.
La voluntad se diferencia del deseo en que la voluntad es activa y el
deseo es pasivo. Debemos aceptar que una vida pasiva, como la que
cómodamente pudiéramos aceptar, no nos conviene para poder avanzar hacia
vivir de una manera activa.
Solo se respeta la autonomía del individuo cuando se le permite actuar
activamente. Lo que realmente prefiere no puede quedar en simple deseo o
actitud pasiva; necesita de una materialización. Si alguien no desea que su
salud pudiera correr el riesgo de convertirse en objeto de lucro, tal deseo se
activaría en un documento de manifestaciones anticipadas de voluntad.
La ética de Mill contribuyó a la idea de una felicidad incluyente apoyada
en bienes intrínsecos como la libertad, la integridad, el respeto a la persona y la
distinción personal. La defensa de tales elementos anterior es la razón de ser
de las manifestaciones anticipadas de voluntad. Someter a alguien a
tratamientos que resultan formas de tortura implica una falta de respeto a su
dignidad, a su integridad física. Moral y psicológica.
Un ejemplo claro de ética se encuentra en la función médica, por la gran
responsabilidad que tienen aquellos cuyo papel influye significativamente sobre
la sociedad: los médicos. Su rol consiste en respetar las decisiones de sus
pacientes.
5.5.4 Aplicación tema de las ideas sobre Justicia y Papel del
Derecho de John Stuart Mill
La justicia de S. Mill se basa en la utilidad como parte obligatoria de la
moral y determina la importancia de ciertas necesidades morales de acuerdo a
la escala utilitaria social. Juega un papel clave en la defensa de los derechos
individuales al darles un rango superior de obligatoriedad defendible.
Si la injusticia supone un mal causado, un sujeto dañado y un actuar
desigual, es legítimo y justo respetar la decisión respecto de la aplicación o no
aplicación de tratamientos conforme a los deseos del paciente en virtud de su
derecho individual a decidir. Si no se respeta este derecho, como consecuencia
resultan los elementos que según Stuart Mill son presupuestos de la
injusticia.190
El sufrimiento es injusto para alguien que no lo merece, pues se
considera justo que cada quien tiene lo que merece. Y aun cuando lo
mereciera, no podemos juzgar en este sentido quién es merecedor o no de
sufrimiento. Es totalmente legítimo que cualquiera se considere no merecedor
de dolor ni de sufrimiento y por tanto, es válido que elija no recibir tratamientos
dolorosos.
La
responsabilidad
moral
admite
acomodar
las
leyes
a
las
circunstancias. Este último acto requiere de entendimiento y virtud individuales.
El papel del derecho se reduce a positivizar los medios que le permitan al
hombre alcanzar la felicidad, así como las acciones morales de cada individuo;
protege al ser humano y obliga.
Como ya hemos visto, las manifestaciones anticipadas de voluntad,
guardan un estado de valor moral al tenor del utilitarismo y por lo tanto dignas
de considerarse por el derecho. El derecho extranjero ya ha dado este paso.
Las manifestaciones anticipadas de voluntad protegen la virtud individual. Si las
circunstancias demuestran que ante la mercantilización de la salud debe haber
algún medio de defensa, la inclusión de nuevas figuras es válida.
Los países que han legislado sobre el aspecto en cuestión han
demostrado estar en una posición que brinda a su nacionales libertad basada
en elementos y principios éticos que su derecho, en un marco justo, reconoce
como válidos. No solo se trata de una decisión moral, sino justa y digna de ser
considerada como tal.
190
Un sistema social justo define el ámbito dentro del cual los individuos tienen que desarrollar sus
objetivos, proporcionando un marco de derechos y oportunidades, así como los medios de satisfacción
dentro de los cuales estos fines puedan ser perseguidos equitativamente. La prioridad de la justicia se
explica, en parte, sosteniendo que los intereses que exigen la violación de la justicia carecen de valor.
Rawls, John. Op. Cit. P. 42
La libertad de la voluntad equilibra la preferencia ante derechos y
deberes encontrados. Permite una decisión imparcial guiada en deseos
personales.
Ante
este
aspecto
defendemos
nuestra
posición
nuevamente
destacando el derecho individual a decidir, esta vez apoyado en la libertad de
la voluntad según nuestro autor. No se trata de contraponer los derechos del
paciente ante sus deberes. Las manifestaciones anticipadas de voluntad son
un ejemplo de equilibrio, pues pueden verse como un derecho y un deber a
cumplir no solo por parte de los médicos, sino como uno de responsabilidad
que cada quien debe asumir respecto de su salud.
Tal responsabilidad se fundamenta en aquella que debe tener cada
persona ante lo que ha hecho o evitado voluntariamente. Lo anterior es una
máxima de justicia según Stuart Mill, pues la justicia no es simple conveniencia.
Coincidimos con él en que la justicia no siempre está regulada, porque
es difícil y en ciertos casos poco deseable, que haya leyes para todo.
Y si la no regulación de las manifestaciones anticipadas de la voluntad
encierra un problema, podríamos adoptar la postura de la Dra Brena: de
aplicarlas como negocio jurídico (…)en tanto se legisla de manera específica y
en vista de la función social que representan y por cumplir con todos loe (sic)
elementos de existencia y requisitos de validez consideramos que no existe
impedimento alguno para que las manifestaciones anticipadas de voluntad
puedan ser reconocidas como un negocio jurídico con las consecuencias
jurídicas que tal reconocimiento implica.191
La virtud en Stuart Mill rebasa a lo que es considerado justo. Puede
haber conductas censuradas por el Estado que bien podrían ser virtuosas aun
cuando fueran calificadas de injustas. Mill sostiene la existencia de elementos
191
Brena Sesma Ingrid. Manifestaciones Anticipadas de Voluntad: un paso de la Bioética al Derecho.
Disco: Segundo Congreso Internacional de Salud y Derecho del 24 al 27 de enero de 2006. Culturas y
Sistemas Jurídicos Comparados. Ponencia presentada en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM.
que serán justos siempre y cuando las reglas del deber no los condenen: Tal es
el caso de las manifestaciones anticipadas de voluntad. No las contempla el
Derecho en nuestro país, sin embargo, tampoco las prohíbe. Lo ideal sería que
las contemplara. Una razón: desde la ética de Mill son válidas.
Si el Estado llegara a censurarlas explícitamente, sin motivo, se trataría
de una acción virtuosa considerada injusta por el derecho aun cuando no lo
fuera. Mientras en México no se legisle sobre el tema, las manifestaciones
anticipadas de voluntad corresponderán de acuerdo a la clasificación de Mill a
un derecho moral que no es ilegal.
5.5.5 Confrontación del panorama del autor con el contexto actual
Actualmente
nos
encontramos
en
una
sociedad
con
grandes
desigualdades sociales, similar a la que formó parte del entorno de Stuart Mill.
Las desigualdades sociales son inconvenientes, inútiles e injustas. Por lo tanto
no son pretexto para decir que las manifestaciones anticipadas de voluntad
solo son para un sector social. Mill proponía señalar parámetros estrictos que
aseguraran el derecho de todos a la felicidad, tomando en cuenta las
condiciones y circunstancias propias de cada momento.
Nosotros, basándonos en esa idea, proponemos que las desigualdades
sociales no sean pretexto para que sectores vulnerables no pudieran decidir
sobre lo relativo a su salud.
Es objeto de crítica el tomar figuras del extranjero para implementarlas
en nuestro país, sin embargo, no podemos negar que muchas de ellas han
demostrado ser eficaces. Las manifestaciones anticipadas de la voluntad
seguramente podrían serlo adaptándolas correctamente a la realidad nacional.
5.5.6 Ideas de Libertad aplicadas al tema
Stuart Mill entendió la libertad no solo como una posibilidad legal, sino como
un bien consistente en la facultad del hombre para obrar o de no obrar, lo cual
lo responsabiliza de sus actos. Dado que el contenido solo afecta al individuo
que lo elabora, no se perjudica a la colectividad.
Además, defendió la libertad individual de las presiones sociales. El
desenvolvimiento de la individualidad es uno de los principios esenciales del
bienestar, y elemento facilitador del ajuste entre los límites de la individualidad
y de la intervención social.
Habló de las acciones perjudiciales de un individuo hacia sí mismo sin violar
el sistema normativo. Esta situación sólo puede ser objeto de crítica por parte
de la sociedad, nunca de represión legal. Si el cese de un tratamiento dañara al
individuo que lo rechazó, la sociedad no tendría jurisdicción sobre tal acción.
La libertad humana comprende el dominio entero de la conciencia, la
libertad para trazar nuestros propios fines o libertad de acción. El hombre
puede elegir disponer de un documento de manifestaciones anticipadas de
voluntad basado también en su libertad de conciencia. Desde luego,
recordando que la conciencia del paciente como parte de su capacidad forma
parte de los requisitos para elaborar un documento de manifestaciones
anticipadas de voluntad.
El hombre no puede desarrollarse, si no se encuentra libre de
interferencias por parte de otros hombres, al menos, en un área mínima de su
vida, la libertad personal que no puede menoscabarse bajo ningún concepto,
ya que si ese ámbito íntimo es violado el individuo se encontrará en una
situación restringida incluso para conseguir sus propios fines: aquellos que
considera buenos y justos. Si el cultivo de la individualidad produce seres
humanos bien desarrollados, tenemos un argumento más a nuestro favor.
Ciertas costumbres van en detrimento de la naturaleza humana. La
mercantilización de la salud es una de ellas. El mercado no puede ser más
importante que nuestro valor como seres humanos.
En un mundo corregible y mejorable, alguien con una adecuada calidad
moral, moderada y que cumpla ciertos requisitos intelectuales puede tener una
existencia envidiable siempre y cuando no se le restrinja su libertad. Para usar
las fuentes de felicidad a su alcance necesita escapar de las grandes fuentes
de sufrimiento físico, mental y de la enfermedad. El punto es luchar contra
estas calamidades y la libertad juega un papel muy importante en esta lucha.
El utilitarismo rechaza las limitaciones que el derecho pueda imponer
para afectar la libertad individual, considerando que las restricciones son
necesarias para la vida en sociedad. Pero ello no impide rechazar las
limitaciones que se establezcan.
Todos tendremos la libertad de elegir en una sociedad donde no haya
sometimiento. Si la decisión de rechazar determinados tratamientos médicos
no daña a otros, debe ser permitida. El único límite que encontrarían las
manifestaciones anticipadas de voluntad en este sentido, es no contrariar la
promoción de la felicidad general.
La distinción entre el libertinaje como vicio y el equilibrio de la verdadera
libertad como virtud, de cuya defensa se encarga el sistema normativo. No se
trata de legitimar el caso extremo particular de la eutanasia.
Las personas no pueden utilizar su libertad ilimitadamente. El verdadero
sentido de la libertad se orienta a la protección de todos y al freno de las
conductas negativas, lo cual no genera una libertad incompleta. El respeto a las
libertades ajenas no coarta la libertad personal, la dignifica y evita el desorden.
La individualidad toma como eje al actor. A la sociedad le interesa, pero no
decide por él.
Para Mill, la coexistencia de diversidad de opiniones abre paso a la
verdad. Para el no habían verdades absolutas, más bien había verdades
diversas en los intereses prácticos de la vida. Todo era cuestión de conciliar y
combinar opiniones contrarias. El respeto a la diversidad de opiniones y
decisiones se alcanza por medio de la libertad.
Se pronunció contra la unanimidad de opiniones y a favor de la más libre
comparación de opiniones opuestas, propiciando así la estabilidad del individuo
entre los límites de la razón y la prudencia. Es muy respetable la opinión de
cada quien. La mayoría desea ser libre y quien no quiera elaborar un
documento de voluntades anticipadas está en todo su derecho, pero a quien sí
lo quiera elaborar no se le debe negar esta opción dentro de las múltiples que
tiene el ser humano.
Pugnamos porque al menos esté en sus manos decidir entre una amplia
gama de probabilidades que le conduzcan a gozar de tranquilidad. Mientras
más ricas sean las vidas de los hombres y cuanto más amplio sea su campo de
acción, mayores serán las oportunidades y posibilidades que el hombre tenga
de proyectar su propio carácter hacia cosas nuevas.
Así, entre más opciones hayan, más amplia será su perspectiva para
desarrollarse. Proponemos que esta opción esté a su alcance porque en todo
momento estamos ante riesgos respecto de nuestra salud. Más aun teniendo
un diagnóstico certero y aun sin tenerlo debemos estar preparados.
5.5.7 Conclusión Parcial respecto de la posición de John Stuart Mill
Mill consideró al hombre como un ser de facultades elevadas, capaz de
sufrir agudamente; pero nunca merecedor una existencia inferior. Seguramente
en función de sus facultades también superiores, podrá tomar la decisión
correcta. Si no se respeta el derecho de libertad de elegir del hombre se
muestra desconfianza ante su capacidad.
No es posible degradar la existencia humana al lucro con la
mercantilización de la salud. Según Mill, no podemos esperar de la vida más de
lo que puede dar. Ni siquiera la tecnología puede rebasar este límite.
5.6 Argumentación desde el Utilitarismo de Herbert Spencer
Spencer define al bien y al mal en términos de sus consecuencias
placenteras o dolorosas. Daba valor moral a las acciones dependiendo de su
utilidad. Tenía por cierto que deberían suprimirse todos los sufrimientos. Por lo
tanto, el objeto de las manifestaciones anticipadas de voluntades moral, porque
su utilidad radica en evitar el sufrimiento que trae consigo el encarnizamiento
terapéutico.
5.6.1 Ideas de felicidad y progreso aplicadas al tema
La felicidad es la cantidad de placer sobre el dolor, y contribuye al
desarrollo de la vida del organismo. Un fundamento trascendente de Spencer
fue dado respecto de la evolución, del que deriva el principio de adaptación: los
organismos útiles se desarrollan, en tanto que los organismos inútiles se
atrofian, gracias a la adaptación al medio, se realizará la mayor felicidad del
mayor número en aras del bienestar colectivo.
Esta afirmación de Spencer puede sonar drástica; interpretándola
sabremos que los organismos útiles son los organismos saludables y son los
únicos capaces de ser felices. La felicidad es requisito sine qua non para la
completa adaptación del hombre a su medio ambiente, por lo que siempre la
buscamos por naturaleza.
Todo desarrollo social y natural reflejaba para Spencer las condiciones de
existencia social y el reconocimiento de la vida en un sentido amplio como valor
fundamental, parte de una ley universal. Aceptaba la muerte del hombre como
un hecho inevitable, parte de los cambios que tiene que experimentar. Una
aseveración necesaria sobre la vida es aceptar que no es eterna.
La evolución constituye una norma de progreso. Si el hombre no se adapta
a su medio, no puede progresar ni ser feliz. Desafortunadamente existen
estados consecuencia de procesos crónico - degenerativos en la salud humana
que en el peor de los casos pueden impedir estas posibilidades.
La explicación biológica se daba sobre la especialización gradual de los
organismos biológicos a través de la autosuficiencia e individualización. Según
Spencer, de la misma ley de la evolución resulta una armonía progresiva entre
la felicidad individual y general. El hecho de valerse por sí mismo
biológicamente es fundamental no solo para el ser humano individualmente,
sino para la sociedad en su conjunto.
Spencer confió en el ser humano y en su tendencia de este hacia el
progreso, entendido como una necesidad en función de la adaptación del
individuo a su medio social. El verdadero progreso de la civilización, como
característica inevitable de la evolución, sólo se logra a través del libre ejercicio
de las facultades de los miembros que la conforman y dejando a los hombres
vivir como lo deseen en lo concerniente a su persona.
Si la naturaleza humana puede mejorar y cambiar, los puntos de vista
científicos, morales y políticos no permanecen estables. Si necesita de cambios
en razón de su evolución, es benéfico aceptarlos. El punto de vista que
defendemos en el presente trabajo surgió como consecuencia de un cambio
producto del avance de la ciencia llevado al extremo. Su aceptación como
defensa de la dignidad del ser humano ante éste resultaría benéfica.
Para Spencer el fin del hombre era el desarrollo más alto y armonioso de
sus potencias para lograr un desarrollo consistente total; y la vida humana, la
continuación y el final de un largo proceso de evolución. Por lo tanto, Hay que
respetarla entendiéndola en el más amplio sentido de la palabra.
La virtud según Spencer es el fin último del comportamiento humano
Nuestro fin último debe ser el cumplimiento de condiciones necesarias para
alcanzar la forma de vida superior a la cual tiende el proceso evolutivo. De
alcanzarla se alcanzaría la felicidad. Algunas de las condiciones necesarias
para alcanzar esta meta son: presencia de funciones biológicas indispensables,
dominio sobre nuestro cuerpo, conciencia y capacidad para valernos por
nosotros mismos.
Aceptó la existencia de un desarrollo paralelo de cuerpo y mente,
rechazando un dualismo que proponía un funcionamiento mecánico del sistema
nervioso central y el cerebro.
Cuando hay daños al sistema nervioso central, el cuerpo humano no
puede ya funcionar. Es inútil mantener un cuerpo desconectado de la mente sin
posibilidades de que esta situación cambie. La técnica192 actualmente ha
llegado a extremos de mantener cuerpos aislados de la mente.193
Los individuos poseen identidad y valor propios. Lo que caracterizó el
desarrollo de los organismos fue la tendencia a la individualización y una
inclinación natural hacia preservar sus vidas. De ahí la responsabilidad del
cuidado de nuestra salud.
Los organismos sociales reflejaban lo mismo que principios de evolución
de las leyes de los entes biológicos. De manera que si al hombre no se le
permite evolucionar, este hecho repercute en la sociedad, y a estas alturas ya
sabemos que la evolución reaclama de cada individuo: El principio general de
la tendencia al equilibrio; debía ser en su última etapa el estado más perfecto
y feliz del ser humano.
5.6.2 Ideas de Libertad aplicadas al tema
La libertad que cada quien posee para decidir sobre lo que concierne a su
persona y concretamente respecto de su salud sin dañar a nadie, así como la
192
Entendida ésta como el encarnizamiento terapéutico, ya definido en el capítulo 2 de esta tesis.
Ver historia de dos casos en Dobernig Gago Mariana: El Testamento Vital ¿Una solución para Terri
Schiavo? Jurídica. Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana. Núm. 35
México, 2005. P. 443 – 451
193
libertad de los médicos a llevar a cabo las acciones que no contraríen su ética
encuentran sustento en los siguientes párrafos:
La naturaleza primaria de la libertad para Spencer era: Para que los
seres humanos se desarrollen adecuadamente, debían haber tan pocas
restricciones como fuera posible. Consistía en el poder determinado
por
experiencias previas, de hacer lo que uno desea.
Como individuos, llegamos a ser altamente conscientes
de nuestra
individualidad y de la de los demás, como fundamento de la ley de la libertad
equitativa: El egoísmo racional no entra en conflicto con otros en la búsqueda
de los intereses personales, pues toda condición indispensable para la vida
individual es indispensable para la vida social.
Los seres humanos mostraban una simpatía natural y preocupación por
sus semejantes, necesaria, para el desarrollo individual y general. Spencer vio
a la sociedad más allá de un agregado de individuos. El altruismo y la
compasión más allá de la unidad se muestran para la prole, los enfermos, los
ancianos, y para con los enemigos. No podemos permanecer indiferentes al
sufrimiento de otros.
Si la compasión debiera mostrarse incluso con el enemigo, con mayor
razón, debe mostrarse con todos los demás. La compasión y el altruismo, son
principios reconocidos por la bioética. Forman parte de la base de las
manifestaciones anticipadas de voluntad, pues ante el sufrimiento ajeno no
podemos ser indiferentes y si alguien desea parar tratamientos dolorosos,
debemos aceptar tal decisión en razón de estos principios.
Spencer reconoció la importancia del entendimiento de los individuos en
términos colectivos y la presencia de cierta dependencia bien diferenciada de
subordinación al organismo colectivo. Resaltó la importancia de la vida en
comunidad. Por la relación de dependencia mutua, entre sus integrantes y
porque sin la prioridad de lo individual como parte de lo colectivo la sociedad
sería nada: sin la suma de sus unidades, simplemente, no existiría. Defendió la
libertad total en el ser humano en un sentido muy amplio, al grado de
entenderla como el ejercicio de sus facultades en un contexto donde
permitieran hacer su voluntad aun cuando fueran sus acciones injuriosas para
él mismo. La única limitación era no traspasar los derechos de terceros. Incluso
era libre de cometer suicidio.
La facultad de decisión es propia del ser humano, hacer su voluntad es
posible si en virtud de tales facultades desea elaborar un documento de
manifestaciones anticipadas de la voluntad y sobretodo si de ninguna manera
traspasa los derechos de otros, Spencer incluso ya habla del caso extremo del
suicidio, el cual, como ya se mencionó con anterioridad, no es el objeto del
presente trabajo pero se deja abierta la posibilidad de un futuro análisis.
Si bien el objeto, no es legitimar la eutanasia, en último y más extremo de los
casos, ésta sería válida desde el pensamiento de Spencer.
5.6.3 El idóneo papel del Estado ante las Manifestaciones
Anticipadas de la Voluntad desde la ideas de Spencer
La sociedad humana es un orden espontáneo respecto al cual el
Gobierno es sólo la Institución adecuada para garantizar la permanencia de
esa espontaneidad. El individuo es libre por naturaleza y que los derechos sólo
existen para asegurar esa libertad.
Los problemas sociales se resolverían cuando el Gobierno dejara de ir
contra los intereses de los individuos: El Gobierno no puede interferir en la
esfera individual. En el caso concreto de acciones que afecten a terceros, el
éste debe actuar solamente para guiar políticas de protección a los derechos
individuales. Si las ideas eran contrarias a estos principios, lo importante era
contenerlas para evitar injusticias: daños a la democracia y a la libertad
general.
La historia entera del progreso social ha constituido una serie de
transiciones por las cuales una costumbre, o institución, tras otra, han
dejado de ser consideradas como una necesidad primaria de la
existencia social, para pasar a la categoría de la injusticia y la tiranía
universalmente estigmatizadas.194
Puesto que el gobierno debe suprimir todos los males y asegurar el goce de
todos los bienes, si interviene, debe hacerlo de manera positiva, dando pauta a
que los individuos ejerzan sus libertades en un amplio marco de decisión.
Según Spencer, la función primordial del Estado es poner remedio a las
miserias humanas o dar la posibilidad de que acaben: el sufrimiento es una
miseria humana desde el utilitarismo. Si ésta intervención se diera tomando en
cuenta problemas actuales como el tema en cuestión, sería aceptable.
Desde el momento en que hay coacción, la libertad está violada, aun
cuando los que cohíban se imaginen que obran por el bien del ciudadano. Para
nuestro autor, la libertad consiste básicamente en una rigurosa limitación del
derecho a coaccionar.195
Spencer concluyó que los derechos individuales que cada quien tenía por
su calidad de ser humano como el derecho a la libertad y el derecho a “ignorar”
al Estado eran esenciales para el progreso social.
El utilitarismo aplicado al Estado asumía la existencia de demandas de
derechos con peso tanto moral como legal independientemente de la ley
positiva. El panorama real reciente nos hace pensar en demandar al Estado el
reconocimiento legal de un hecho moral consistente en la defensa ante el lucro
194
195
Stuart Mill.John. El Utilitarismo. Op. Cit. P. 111
Spencer, Herbert. La Justicia. Biblioteca de Jurisprudencia, Filosofía e Historia. Ed. La España
Moderna. Madrid. S.f. p. 304
exagerado que se pretende hacer últimamente con la salud humana. El
utilitarismo consideraría válida esta demanda.
Si la vida industrial, impulsa a los hombres a obrar con independencia, y a
resistir los excesos de la coacción gubernamental, el contexto social actual es
idóneo para aceptar las manifestaciones anticipadas de la voluntad.
Ahora bien, si alguien en virtud de las garantías que goza, decide elaborar
un documento de manifestaciones anticipadas de voluntad, está en todo su
derecho; tomando en cuenta que el Estado no puede coartarle las garantías de
libertad que goza y que no afecta a nadie.
En Estados Unidos se ha llegado a establecer que si una persona desea
poner fin a su vida dejando desprotegidos a sus dependientes económicos, no
lo puede hacer196. Salvo esta situación que consideramos absurda, el Estado
no puede intervenir.
En su teoría del sentido moral Spencer habla de un mecanismo natural para
llegar a intuiciones morales ciertas
de las cuales se deducían leyes de
conducta einsistió en una política extensiva de laissez faire. El dejar hacer dejar
pasar,
no
debe
tomarse
aplicado
al
tema
como
un
sinónimo
de
irresponsabilidad ante nuestra salud. Estoy de acuerdo en que deben agotarse
los medios a nuestro alcance si es que vale la pena. Pero hay una pequeña o
gran línea entre esta posibilidad y el aferrarnos al sostenimiento de una vida
artificial, como lo hemos visto en dramáticos casos reales.197 Dejar hacer dejar
pasar debe tomarse en el sentido de responsabilidad que implica aceptar las
consecuencias de la naturaleza cuando son inminentes.
196
197
Cfr. Legislación Estadounidensehttp://www.dgcenter.org/acp/pdf/psda.pdf
Ver historia de dos casos en Dobernig Gago Mariana: El Testamento Vital ¿Una solución para Terri
Schiavo? Op. cit P. 443 – 451 o la noticia del aún más reciente caso del italiano Welbing en
http://www.aceprensa.com/art.cgi?articulo=13245 27 de diciembre de 2006
5.6.4 Conclusión Parcial respecto de la posición de Herbert Spencer
Basándonos en Spencer, nuestro sentido de la moral puede guiar el
reconocimiento de la existencia de los derechos individuales y ayudarnos a
identificar claramente cuándo se vulneran. Es digna de defensa la posición que
permita al paciente decidir a qué tratamientos médicos someterse o no, entre
otras razones, por su vulnerabilidad actual.
Cuando el gobierno intenta hacer más para proteger los derechos de los
ciudadanos imponiendo una concepción de bienestar basado en una minoría,
corre el riesgo de volverse tirano.
Nos encontramos en el siglo XXI y podemos considerar que si a alguien
se le restringe la toma de una decisión, se está ejerciendo una forma de
represión sobre su persona. Porque como clara y directamente lo podemos
inferir, tanto desde la postura de Stuart Mill, como desde la de Spencer, si el
Estado restringe la libertad humana; en razón de un gobierno a capricho,
indudablemente estaríamos hablando de una tiranía.
Conclusiones
A continuación expondremos brevemente las conclusiones que se desprenden
de nuestro trabajo de investigación:
1. En el primer capítulo de este trabajo de tesis nos ocupamos de hablar
sobre su denominación, de acuerdo a un marco conceptual previo;
explicamos por qué es adecuada la de manifestaciones anticipadas de la
voluntad aunque se reconozcan internacionalmente otras como
testamento vital. De ahí llegamos a la siguiente conclusión: las distintas
formas de reconocer a las manifestaciones anticipadas de la voluntad
conceptualmente varían de un lugar a otro aun cuando se refieren a lo
mismo. Si bien la conceptualización era importante, aun más lo era el
analizar su contenido. Respecto de la forma del documento, revisando
diversas leyes positivas respecto del tema, pudimos llegar a determinar
que generalmente se trata de dos especies de documentos: las
manifestaciones anticipadas de la voluntad del paciente en sí y un
segundo donde el paciente puede llevar a cabo la designación de su
curador terapéutico.
2. Posteriormente nos dedicamos a seleccionar lo requisitos en que
coinciden varias leyes tanto españolas como estadounidenses, para así
poder estandarizarlos de cierta forma.
Lo anterior, de ninguna manera significa que debamos contemplar a las
manifestaciones anticipadas de voluntad como una posibilidad de
regulación positiva nacional por el simple hecho que otros países lo
hayan hecho ya; sino más bien tomando en cuenta que:
Se requiere de un marco teórico mínimo como referente fundador básico
para la ciencia, aunado a su revisión en el momento en que es aplicado
a la realidad, lo que significa que la norma no siga siendo una
maquinaria fría de encuadre para los casos vitales, sino uno de los
referentes que apoyan la búsqueda de la verdad.198
Una verdad que responda a las verdaderas necesidades de nuestro
contexto social real.
198
Robles, María Elodia. Caos y derecho en: Cáceres Enrique, Flores Imer B. et. al. Problemas
Contemporáneos de la Filosofía del Derecho. UNAM Instituto de Investigaciones Jurídicas. México,
2005.P. 608
3. De este punto concluimos que bien podrían adaptarse a nuestra realidad
nacional, pues se asemejan a los que gran parte de los contratos en
México exigen (capacidad, consentimiento, presencia de testigos,
fedación pública, entre otros) y porque además no afectan el orden
jurídico. Cumplirían con la licitud de los actos jurídicos en México
siempre y cuando se respete el orden público, único límite impuesto a la
autonomía de la voluntad. Por lo tanto, no se justificaría legalmente el
suicidio asistido; y la presente investigación nos ha dado los elementos
para afirmar que detener el encarnizamiento terapéutico de ninguna
forma lo constituye. Sabemos ya de este término relativamente nuevo,
porque nos hemos basado en destacados autores que ya han
contribuido al tema por medio de investigaciones anteriores. Respecto
de sus valiosas aportaciones es que nosotros definimos nuestra postura
de rechazo
.
4. Asimismo llevamos a cabo un breve estudio jurídico acerca de los
alcances de las manifestaciones anticipadas de la voluntad: su
regulación en otros países ya es vinculante. Por nuestra parte, hicimos
un análisis breve acerca de cuál podría ser la mejor figura existente
donde pudiera encuadrar, llegando a la conclusión de que esto no sería
posible porque en ninguna figura específica encuadra totalmente. La
Dra. Ingrid Brena llevó a cabo un estudio donde propone que las
manifestaciones anticipadas de la voluntad sean consideradas un
negocio jurídico por cumplir los requisitos del mismo. Por nuestra parte
coincidimos parcialmente en el sentido de que si bien es un negocio
jurídico, hay muchos tipos de negocios y por lo tanto es necesario
especificar de qué tipo de negocio jurídico se trata. Nuestra postura
jurídica acorde a la denominación que como figura requiere, se basa en
la necesidad de reconocer a las manifestaciones anticipadas de la
voluntad como tales, una figura sui géneris cuyo objeto sabemos ahora
consiste en apoyar la idea mayoritaria de permitir al paciente máxima
autonomía en decidir acerca de todo tipo intervenciones médicas y/o
tratamientos que desea le sean o no aplicados ante una situación
concreta, previendo el caso de llegar a ser incompetente
5. Ahora bien, continuando con uno de los elementos que destacan como
parte de las manifestaciones anticipadas de la voluntad, hablaremos
ahora de cuál es nuestra opinión sobre la función del curador
terapéutico: Si alguien desea que alguien pueda decidir por él es otra
posibilidad que el Estado podría brindar: la realización de este papel
sobre decidir si se administran o no tratamientos, es una gran
responsabilidad que puede recogerse válidamente por el Derecho a
través de un poder otorgado, pues esta figura sí encuadra en figuras
jurídicas preexistentes. Ya está en manos del paciente esta decisión,
sabiendo lo que implica.
6. Una vez analizado lo correspondiente a la parte de conceptualización y
análisis
jurídico,
nos
remontamos
a
los
antecedentes
de
las
manifestaciones anticipadas de la voluntad para ver qué fue lo que
motivó su surgimiento: su origen se encuentra en dos países
fundamentalmente: Estados Unidos y España, motivo que nos llevó a
tomar como referencia varios puntos de legislaciones positivas aplicadas
a la fecha en tales países. Pudimos constatar que el ámbito internacional
ya se ha preocupado también por opinar respecto del tema claros
ejemplos de lo anterior los encontramos en: el Convenio para la
protección de los Derechos Humanos y la dignidad del ser humano con
respecto a las aplicaciones de la Biología y la Medicina Oviedo, del 4 de
abril de 1997 y la
Declaración Universal sobre Bioética y Derechos
Humanos de la UNESCO de 19 de octubre de 2005. Tratando de
remontarnos al origen más próximo coincidimos con aquellos autores
como la Dra. Ingrid Brena, que afirman que el origen más próximo de
esta reciente figura se encuentra en la bioética, concretamente en la
relación médico paciente, y como una necesidad para evitar la
mercantilización de la salud. Entre los beneficios que encuentra nuestra
figura objeto están: reconoce derechos y deberes de ambas partes de la
relación, tanto al médico como al paciente; al paciente le da libertad al
médico le facilita su actuación. Hicimos mención de los principios que la
bioética reconoce como fundamento, entre los cuales destaca la
autonomía de la voluntad del paciente. De acuerdo con esta serie de
principios entre los que resalta el consentimiento informado, este último
es el único al que corresponde tomar una decisión de este tipo; no así al
médico ni a la familia. Y no por tratarse de
una postura egoísta.
Posteriormente pudimos relacionar esta cuestión con el utilitarismo de
acuerdo al cual, lo que más importaba era el individuo, de cuyo bienestar
dependía el de la sociedad. De este punto cabe mencionar que las
manifestaciones anticipadas de la voluntad son sui géneris ya que,
surgieron de la bioética y a partir de entonces interesó al derecho de
otros países su regulación.
7. El tema que nos ocupa ha surgido como una necesidad ante una serie
de hechos que se están dando en el mundo del ser. Al Derecho
corresponde legitimar lo que sea necesario tomando en cuenta lo que
debe ser, y a la filosofía del derecho le corresponde dar las bases para
crear leyes que sean moralmente aceptables, justas y virtuosas.
Habiendo ya revisado argumentos a favor que da la bioética, aquellos
que reclama como necesidad la relación médico paciente, los que se
pueden apoyar en la objeción de conciencia como derecho y otros, nos
dimos cuenta que no eran suficientes, para legitimar el tema. La falta de
argumentos firmes aun dentro del derecho, fue lo que nos impulsó a
elaborar el presente trabajo, porque si bien la bioética y el derecho en
los países diversos que ya han legislado sobre el tema ya han hecho lo
que les corresponde, ahora tocó el turno la Filosofía a través los grandes
filósofos Herbert Spencer y John Stuart Mill.
8. Tomando como punto de referencia el derecho a ser reforzado con la
ideología de dichos autores, expuesta ya en los capítulos tercero y
cuarto, destaca lo siguiente: La moral en utilitarismo dependía de qué
tanto dolor o qué tanta felicidad eran capaces de producir las acciones:
la moralidad de las acciones residía en la evitación del dolor y el
acercamiento a la felicidad. La verdadera felicidad en el hombre fue
entendida por Stuart Mill como una estabilidad que le producía
tranquilidad para vivir las diversas facetas que los retos que la vida
misma implica. Todos estos puntos se pueden aplicar a nuestro entorno
como humanidad y por supuesto al tema de las manifestaciones
anticipadas de la voluntad: El rechazo al tratamiento es la primera acción
que privilegia las preferencias del paciente hasta el extremo de no
aceptar el tratamiento ofrecido, en virtud de un derecho que le permite
ejercer plenamente su autonomía en la elección de las alternativas
terapéuticas propuestas según el sufrimiento implícito, los presuntos
riesgos y la
calidad de vida futura en cada circunstancia199: Vivir,
desarrollar sus rasgos y características personales no son medios para
alcanzar la felicidad; conforman, una parte esencial de la misma según
Stuart Mill ahí radica el significado de la vida en su sentido más amplio.
9. Revisando los escritos de Herbert Spencer pudimos apreciar la
importancia que le daba al respeto hacia la persona humana por ser el
resultado de un proceso complejo de evolución que nos ha distinguido
de las demás especies. Resaltó en su doctrina el papel de la felicidad
en el progreso, fundamental para un desarrollo adecuado del ser
humano, al cual no puede degradársele mediante la mercantilización de
la salud. Luego seguimos con el papel del individuo dentro de la
sociedad y de ahí el propio Herbert Spencer concluye que la vida del
hombre solo tiene sentido cuando es útil a ésta. En la investigación
sobre este autor fue posible encontrar otros argumentos que apoyan
nuestra tesis, y que coinciden con principios de la bioética: No podemos
permanecer
indiferentes
ante
el
dolor
de
los
demás.
Las
manifestaciones anticipadas de voluntad recogen un principio utilitarista:
es válido alejarse del dolor y el sufrimiento. Aplicado al tema: podemos
entonces rechazar los tratamientos dolorosos que traen consigo el
encarnizamiento terapéutico y la futilidad.
10. Hemos encontrado argumentos firmes en la filosofía de estos dos
grandes
pensadores
como
base
fundamental
que
da
a
las
manifestaciones anticipadas de la voluntad el carácter de legítimas. El
199
Blanco, Luis Guillermo comp. Op. Cit. P. 368
fundamento filosófico está dado y da pauta a pensar con más
fundamentos en la posibilidad de legislar respecto del tema por lo
siguiente: Ahora sabemos que la calidad de vida depende más que de
factores biológicos de acuerdo a Spencer y Mill. Si nos espera una vida
artificial donde ya que no es posible sentir alegría tristeza dolor felicidad
y todo lo que la vida humana implica, no habrá dicha calidad y el sentido
de la vida se pierde, más aun en los casos donde falta uno de los más
importantes elementos del ser humano: su conciencia. Ambos autores
hablaban de la evitación el sufrimiento como un ideal, sin embargo, en
un marco de libertad se respeta la diversidad de opiniones, punto que
retomamos para justificar que si alguien desea llevar a sus extremos los
adelantos de la ciencia, debe ser respetada esa decisión, pues creemos
que ahí radica precisamente el valor de elegir.200
11. Tanto Herbert Spencer como John Stuart Mill pertenecieron a la
corriente utilitarista, la cual estuvo enmarcada en un contexto liberal y
coincidieron en su forma de concebir el sentido de la existencia del
hombre y su trascendencia, así como en el énfasis en considerar a la
libertad como el más preciado de los derechos humanos. Lo que nos
lleva a fundamentar nuestra postura en sus ideas sobre cuál debiera ser
la postura del Estado respecto de las libertades individuales. Afirmaron
la idea de que el Estado debe mantenerse al margen de las decisiones
de los individuos. A este correspondería en un momento determinado
recoger los principios ya planteados respecto de la situación real actual
que se presenta; brindar al individuo la posibilidad concreta de decidir
sobre los tratamientos médicos que le serán o no aplicados dadas las
circunstancias.
200
Esta idea en la actualidad está apoyada por Fernando Savater: “A mi juicio, elegir hoy la humanidad es
optar por un proyecto de autolimitación en lo tocante a cuanto podemos hacer, de simpatía solidaria ante
el sufrimiento de los semejantes y de respeto a la decisión inmanejable que lo humano debe conservar
para lo humano. Autolimitación, solidaridad, respeto: saberse humano no es aceptar un hecho -biológico o
cultural- sino tomar una decisión y emprender un camino. En cuanto a la autolimitación, consiste en
rebelarse contra el dogma oscurantista que suscriben los falsos progresistas, adoradores del mecanicismo
científico: <<cuanto puede hacerse, se hará; no es posible poner barreras al avance de la técnica>>. ¿Y
por qué no? La técnica es una herramienta, no un ideal en marcha. Debe estar al servicio de nuestros
valores, no dictarlos; lo contrario no es progreso ilustrado sino idolatría atávica enmascarada”. 200
12. Como lo hemos podido ver en el breve aparatado bajo la denominación
apología al utilitarismo, si bien este último podría verse interesantemente
confrontado con otros importantes autores como Rawls y Moore; hemos
podido ver que las ideas manifestadas a lo largo de
tesis no son
aisladas sino que representan en varios puntos, una posición común que
era de esperarse, pues parte del liberalismo.
13. Todo ello aplicado a la tesis que proponemos nos permite resolver las
interrogantes que pudieran desprenderse y a comprobar que la
legitimación del derecho encuentra su máxima expresión en la
investigación filosófica.
14. El propio Spencer justificaba tomar nuevas posturas ante nuevas
situaciones. Dado lo anterior podemos reconocer entonces que desde
que la ciencia avanza esto no solamente trae ventajas sino también el
afán de lucro desmedido en ámbitos inimaginables como el de la salud;
una razón más para la puesta en marcha de las manifestaciones
anticipadas de la voluntad.
15. Reiteramos nuestra postura de defender la vida cuando tiene sentido y
de no alargarla cuando éste deja de existir.
Al principio de nuestro
trabajo nos preguntábamos cuál era el verdadero sentido de la vida y
ahora lo sabemos basados en Stuart Mill y Herbert Spencer: lo es la
felicidad. Todo saber ético presupone una derivación de la noción de
ethos (costumbre), en este contexto podríamos hablar de nociones tales
como la armonía, la paz, el orden, sin embargo estas no son más que un
punto medio entre la noción que establecen como fin (paz, armonía,
orden) y un fin superior ser feliz, yo me someto a un orden ético por que
aspiro a que este me lleve a la felicidad que tanto anhelo. Aunque
busquemos otro tipo de fines como la paz y la armonía o el orden estos
no ocupan más que una escala inferior en la búsqueda de la felicidad,
buscar la paz es buscar ser feliz:
“Las cosas valiosas y agradables son aquellas que le parecen
como tales al hombre bueno. La actividad más preferible para
cada hombre será, entonces, la que está de acuerdo con su
propio modo de ser y para el hombre el hombre bueno será la
actividad de acuerdo con la virtud. La vida feliz, por otra parte,
se considera que es la vida conforme a la virtud, y esta vida tiene
lugar en el esfuerzo, no en la división”.201
Por lo tanto, consideramos que no hay una ciencia más allá de la
felicidad como criterio. La felicidad es la razón que motiva la obediencia en
un orden moral. Aunque busquemos otro tipo de fines alrededor del
conocimiento ético, como la paz, la armonía o el orden; estos no ocupan
más que una escala inferior en la búsquela de la felicidad, buscar la paz es
buscar ser feliz
16. Contrario a lo que algunos pudieran pensar, no se trata de legitimar una
pérdida de valores ni de menospreciar la vida. Precisamente ahora es
cuando vemos una mayor necesidad de preservar valores por los
procesos que atravesamos como sociedad y es ahora cuando
pugnamos por la no degradación de la vida humana, ante los riesgos
que tales procesos como la globalización implican.
17. El presente trabajo nos lleva a ver que la regulación de este tema en
nuestro país es una necesidad, pues bien podrían estar dándose casos
similares al de Terri Schiavo
en EUA o más recientemente el caso
Welby en Italia, y ante tal situación no podemos tomar una actitud
pasiva.
18. Nos encontramos ante dos situaciones contrapuestas: por un lado,
pertenecemos a un sistema de derecho escrito. Estados Unidos, a pesar
de no serlo, ha legislado sobre el tema; y por otro ha sido criticable el
201
Aristóteles, Ética a Nicómaco, trad. De María Raujo, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales,
1981 (1177a), libro I, pp. 395 y 396.
hecho de pretender abarcar todo lo que se da en la realidad. Respecto
de esta última situación, creemos que podría llegar a ser criticable
cuando se pretende legislar sobre aspectos ya legislados, lo cual crea
un exceso de legislación y crea dificultades para interpretar la ley. No así
la legislación sobre un aspecto no regulado que de continuar así, crea
inseguridad jurídica. Si el derecho pretende ir siempre a la par del
mundo de los hechos, creemos conveniente la inclusión en nuestra
legislación de las manifestaciones anticipadas de la voluntad para
proteger la seguridad jurídica de los pacientes. La validez de las
manifestaciones anticipadas de voluntad, demostrada desde la filosofía
de Spencer y S. Mill. Debería ser contemplada por el Derecho en
nuestro país cuanto antes. En la práctica sin embargo, no sería tarea
fácil hacer una legislación compatible con los diversos fines e intereses
de la sociedad, ya que son muy distintas las condiciones de salud
pública y por tanto muy diversas las situaciones que pudieran
presentarse. Copiar figuras del extranjero tomando lo mejor y
adaptándolo a nuestra realidad nacional es válido desde que:
19. Nos encontramos en un sistema de normas plasmadas en derecho
escrito que se está viendo rebasado por los avances que la ciencia trae
consigo. La aspiración del derecho es contemplar lo planteamientos que
van surgiendo de modo que no se produzcan lagunas que impidan el
respeto a las decisiones del individuo, las cuales han de ser tomadas
dentro del marco normativo vigente
La preocupación por una legislación que aborde este tipo de
problemáticas no es exclusiva de nuestra investigación; sin embargo
están las opiniones de los siguientes investigadores con quienes
concordamos por las razones que seguidas de su postura se dan a
continuación:
“El derecho como necesario actor, se convierte en agente
regulador de las nuevas situaciones aparecidas que deben ser
recogidas y reguladas en normas jurídicas. Tal regulación será
la garantía del respeto a los derechos y a la dignidad de los
seres humanos.” 202
En primer lugar se hace patente la necesidad de regular los
nuevos supuestos que podrían traer consigo en el peor de los casos,
restricciones a derechos tales como la autonomía de la voluntad del
paciente.
La función del derecho es destacar de la reflexión bioética, los
valores sociales dominantes y transformarlos en coacciones y
normas
de
conducta
sancionables
para
asegurar
su
cumplimiento.203
El trabajo legislativo actual por lo tanto, debe enfocarse a las
necesidades más apremiantes de certeza jurídica que exige nuestra
realidad social.
El derecho debe ser un mecanismo para positivizar la
Bioética. Es necesario que el legislador intervenga ordenando
conductas y puntualizando extremos que no pueden quedar al
libre
arbitrio
e
interpretación
de
profesionales
e
investigadores.204
En un estado como el que guardan la legislación y la práctica
mexicanas,
resultaría
torpe
y
poco
pertinente
buscar
soluciones a la problemática derivada de la legislación actual
sin conocer la forma en que se ha solucionado una
problemática similar en otros sitios.205
202
Brena, Ingrid. Salud y Derecho. Op. Cit. P. 18
Ibídem P. 24
204
Ídem.
205
Horacio Rangel Ortiz. En Salud y Derecho, Op. Cit. P. 251
203
En el derecho comparado, podemos encontrar herramientas útiles a
nuestros fines, puesto que pueden servir como punto de partida o
modelo para la discusión sobre la mejor adaptación que debería llevarse
a cabo en nuestro país. La propuesta encaminada a la eventual
adopción de tales herramientas a nivel legislativo, ha de ser objeto de
un futuro trabajo por nuestra parte.
20. Por lo tanto se requiere de un profundo análisis legislativo, mismo que
será seguramente objeto de un estudio posterior por nuestra parte, que
permita encontrar parámetros aplicables que permitan el ejercicio de una
libertad con las restricciones que se requieren con el fin de preservar el
orden público. En tanto no se legisle, consideramos una buena opción la
planteada por la Dra. Brena: aplicar las manifestaciones anticipadas de
la voluntad como un negocio jurídico.
21. El objeto planteado al principio de esta tesis respecto de nuestra postura
de defender la decisión que implica el rechazo los excesos de la técnica
dirigidos a agotar hasta el último recurso científico, se ha cumplido por lo
anteriormente expuesto. Consideramos a nuestra propuesta filosófica lo
suficientemente firme como para dar sustento a las manifestaciones
anticipadas de voluntad. Si esto no resultara suficiente, ¿qué más podría
hacer falta?
Anexo 1
Cronología y obras de John Stuart Mill
Cronología de John Stuart Mill206
1806 (20 de mayo): Nace John Stuart Mill, en Londres.
1809: Comienza el estudio del griego.
206
Fuente: Stuart Mill John. El Utilitarismo. Traducción y prólogo de Ramón Castilla. 5 ed. Ed. Aguilar.
Argentina, 1974
1814: Inicia el estudio del latín.
1818: Escribe una “historia del gobierno de Roma” y termina un libro en verso,
continuación de la Ilíada. Empieza sus estudios lógicos, con el Organón
aristotélico y la Computatiosire Lógica, de Hobbes.
1820: Va a Francia, donde permanece un año.
1822: Funda la “Sociedad Utilitaria”.
1823: Publica en The Traveller, de Londres, su primer artículo sobre economía.
1824: Colabora en la Westminster Review fundada por Bentham.
1826 – 1828: Sufre su primera crisis “espiritual”.
1830: En París se une a los seguidores de Saint Simón.
1831: Empieza sus Essays on some Unsettled Questions of Political Economy
(Ensayos sobre algunas cuestiones no resueltas en la Economía Política).
1834: Dirige la Revista London and Westminster. Prepara a System of Logic
(Sistema de Lógica).
1836: Sufre su segunda crisis nerviosa.
1839: Tercera crisis nerviosa.
1843: Publica a System of Logic (Sistema de Lógica).
1844: Publica los Essays on some Unsettled Questions of Political Economy
(Ensayos sobre algunas cuestiones no resueltas en la Economía Política).
1848: Publica Principles of Political Economy (Principios de Economía Política).
1851: Contrae matrimonio con la Sra. Taylor.
1854: Sufre su cuarta crisis nerviosa, que le obliga a retirarse a descansar
durante una temporada.
1858: Muere su esposa.
1859: On Liberty (sobre la Libertad) y Thoughts on Parliamentary Reform
(Pensamientos sobre la reforma parlamentaria).
1861: Considerations on Representative Government (Consideraciones sobre
el gobierno parlamentario).
1863: Utilitarism (El utilitarismo).
1865: Es elegido diputado en los Comunes. Publica Examination of Sir W.
Hamilton’s Philosophy (Examen de la Filosofía de Sir William Hamilton) y
Augusto Comte and Positivism (Augusto Comte y el Positivismo).
1866: Es nombrado Rector de la Universidad de St. Andrews.
1868: Escribe England and Ireland (Inglaterra e Irlanda).
1873: Autobiography (Autobiografía). Muere de erisipela Avignon (8 de mayo).
1874: Publicación de Nautre The Utility of Religión, and Theism (Tres Ensayos
sobre la Religión).207
Obras de John Stuart Mill
1843: Un sistema de Lógica
1844: Ensayos sobre algunas cuestiones disputadas en economía política.
1848: Principios de economía política; con algunas de sus aplicaciones a la
filosofía social.
1859: Sobre la libertad.
1860: Consideraciones sobre el Gobierno Representativo
1863: El utilitarismo.
207
Stuart Mill. El Utilitarismo. Ed. Aguilar Op. Cit. P. 54
1869: El sometimiento de las Mujeres.
1873: Autobiografía
Anexo 2
Cronología y obras de Herbert Spencer
Cronología de Herbert Spencer208
1820 Nace Herbert Spencer en Derby, Inglaterra.
1836 Finaliza su escolarización formal
208
Fuente: Bohannan, Paul. Antropología. Lecturas. 2 ed. Ed. McGrawHill, Madrid, 1993
1848 Se convierte en subeditor del periódico, The Economist y, poco después,
publicó su primer libro, Social Status.
1850 saca a la luz "Estática social", su ópera prima.
1852 Publica un artículo anónimo defendiendo la teoría de la evolución
orgánica.
1855 aparece Principles of Psychology, en el que basó condiciones mentales
en propiedades físicas y químicas particulares.
1857 Empieza a formular su sistema filosófico basado en la evolución, donde
prevé -por lo menos diez décadas antes de que fuese finalmente aceptado- que
una teoría de la evolución puede abarcar todos los fenómenos de la naturaleza.
1859 Publicación de Origin of Species, de Darwin, defendiendo la teoría de la
evolución orgánica.
1862 Aparece el primer trabajo de la serie First Principles, para cuyo
financiamiento, Spencer vendió 600 suscripciones a una serie llamada
Descriptive Sociology.
1864 Publicación de Principles of Biology, resultado de la colaboración directa
con Thomas HuxIey. En él abogaba por influencias ambientales directas en el
organismo y una tendencia de la evolución hacia el equilibrio.
1866 Su vida discurre únicamente entre asociaciones intelectuales y un viaje
anual a Escocia. Recopila una gran autobiografia; ayuda a fundar la Liga
AntiAgresión; visita Estados Unidos y escribe Man Versus the State (todo a
pesar de su aparente delicada salud).
1871Empieza a recoger algún provecho de su trabajo.
1877 Aparece Principles of Sociology
1896 Se publica el último volumen de Principles of Sociology.
1903 Muere en Bringhton dejando una considerable suma para continuar
Descriptive Sociology.
Obras de Herbert Spencer
La ideología de Spencer fue prácticamente plasmada en:
Sistema de filosofía sintética (11 volúmenes).
En su obra destacan:
La estática social (1850),
Principios de psicología (1855),
Primeros principios (1862)
Principios de biología (1864),
La clasificación de las ciencias (1864),
La sociología descriptiva (1873),
Estudio sociológico (1873).
La moral del comercio (1874).
Principios de sociología (1877-1896)
El individuo contra el Estado (1884).
Los factores de evolución orgánica (1887).
La inadecuada selección natural (1889).
Autobiografía (1904).
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