Internet, redes sociales y el fenómeno del soldado

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Internet, redes sociales y el fenómeno del soldado-periodista. Un
reto para la gestión de la comunicación estratégica
Judith Santano Merchán
Estudiante de Grado en Ciencias Políticas y de la Administración, UNED
Coordinadora en Consulado General de Perú en Sevilla
Email: [email protected]
Resumen: Al igual que el ciudadano de a pie, los militares no se han diferenciado del
resto de la sociedad en cuanto a su uso intensivo de las nuevas tecnologías, Internet y
redes sociales. En una encuesta realizada en 2004 a soldados de los Estados Unidos al
inicio de la Guerra de Irak, se obtuvieron datos tan relevantes como que el 95%
utilizaba el correo electrónico y dos tercios lo utilizaban tres veces a la semana. De la
misma manera, los soldados se han ido aprovisionando de otros aparatos como cámaras
digitales, equipos de filmación, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, etc. Para
infortunio de los gestores de la comunicación institucional y estratégica, muchas de las
imágenes, relatos del campo de batalla y sobre operaciones son publicados por los
propios soldados participantes en el conflicto a través de blogs y publicaciones en
distintas redes sociales.
Palabras clave: nuevos medios, ejército, comunicación estratégica, soldado-periodista
Sobre la autora: Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia de Salamanca.
Máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Pablo de Olavide, para el que
defendió la tesina “La Seguridad Energética como factor condicionante en las RRII”. En
2013 consiguió el título de Experto Universitario en “Comunicación Pública y
Defensa”. Actualmente, cursa, a través de la UNED, el Grado de Ciencias Políticas, lo
cual compagina con su trabajo de Coordinadora General en el Consulado General de
Perú en Sevilla.
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1. INTRODUCCIÓN
Las nuevas tecnologías, el desarrollo del periodismo digital, de los blogs, redes
sociales, etc. han hecho mella en los canales convencionales/tradicionales de
información y comunicación. En nuestros días, existe una necesidad de inmediatez
consecuencia en parte, del boom de nuevos medios que permiten que la información
esté a la mano desde cualquier lugar del mundo y en cualquier soporte.
La sociedad-red que caracteriza a este nuevo siglo, tiene también su reflejo en
los cuerpos militares. El Profesor de Estudios de Seguridad en el londinense King’s
College, Thomas Rid, aduce que la nueva doctrina de la contrainsurgencia se reafirma
en la siguiente idea: “Incluso los militares estadounidenses están moviéndose hacia una
organización en red, en tanto que los líderes más jóvenes utilizan teléfonos móviles y
conexiones a Internet para solucionar problemas y resolver conflictos sin necesidad de
consultar a sus superiores en la cadena de mando” (Rid 2007).
Al igual que el ciudadano de a pie, los militares no se han diferenciado del resto
de la sociedad en cuanto a su uso intensivo de las nuevas tecnologías, Internet y redes
sociales. En una encuesta realizada en 2004 a soldados de los Estados Unidos al inicio
de la Guerra de Irak, se obtuvieron datos tan relevantes como que el 95% utilizaba el
correo electrónico y dos tercios lo utilizaban tres veces a la semana. De la misma
manera, los soldados se han ido aprovisionando de otros aparatos como cámaras
digitales, equipos de filmación, teléfonos móviles, ordenadores portátiles, etc. Para
infortunio de los gestores de la comunicación estratégica -en situaciones de conflicto
armado o no-, muchas de las imágenes y relatos de las actividades rutinarias y
profesionales son publicados por los propios soldados a través de blogs y publicaciones
en distintas redes sociales (Torres Soriano 2012, 138-139).
El propósito de este artículo es el de hacer un repaso sobre la crucial importancia
e impacto del desarrollo espectacular de Internet a lo largo de la pasada década, así
como plantear y revisar las consecuencias, fortalezas y debilidades vinculadas al acceso
de los soldados a la World Wide Web y al uso de servicios online como las redes
sociales y portales audiovisuales. Un reto en la gestión de la comunicación pública
estratégica de las Fuerzas Armadas.
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La primera parte del texto está dedicada a los fenómenos vinculados a los new
media, principalmente Internet y redes sociales, sobre los que se plantea el estudio de
experiencias en otros cuerpos militares occidentales. En la segunda parte, se revisa el
concepto de comunicación estratégica y la gestión de la comunicación en las Fuerzas
Armadas españolas, aportando algunas recomendaciones en relación con las posibles
respuestas institucionales sobre las comunicaciones online.
2. “TORMENTA PERFECTA” EN LOS EJÉRCITOS: INTERNET Y LAS
REDES SOCIALES
Transcurrida la primera década del siglo XXI, se tiene la sensación de que han
ocurrido cientos, miles de hechos y cambios, en tan solo unos años. La realidad es que
la cantidad de información y datos a los que nos hemos visto expuestos ha aumentado
de manera exponencial y ello se ha debido, principalmente, a la expansión de Internet y
a la popularidad de las redes sociales. Si ya a finales del siglo XX era previsible el
protagonismo de la World Wide Web y su influencia a la hora de facilitar el acceso a la
información a usuarios-receptores desde cualquier punto, podemos atrevernos a decir
que en nuestros días, desde la perspectiva occidental, es difícil imaginarse un mundo sin
Internet, redes sociales o sin información prácticamente inmediata.
Esta nueva era, a la que se conoce como “era digital” tiene en la sociedad un
impacto característico y no es aventurado calificar esta coyuntura como de “tormenta
perfecta”. El periodista Ángel Expósito propone el símil –en un estudio sobre los
medios de comunicación- para explicar la convergencia brusca de una serie de
elementos que están alterando (y alterarán) el curso de los medios, y que extrapolamos a
las corporaciones (Expósito 2010, 85-86). Con idea de enfatizar el cambio radical que
ha supuesto Internet, y en línea con lo anterior, cabe considerar a Internet como una
“tecnología disruptiva. Manuel Torres Soriano introduce su artículo Internet como
motor del cambio político: ciberoptimistas y ciberpesimistas, haciendo referencia a este
tipo de tecnologías disruptivas o rompedoras: “aquellas capaces de desplazar
innovaciones ya existentes y de provocar un profundo cambio en los actores que la
usan” (Torres Soriano 2013, 129). Atendiendo a las previsiones de Ángel Expósito en
su acercamiento a la revolución actual en los medios, los cambios bruscos que ha
provocado la irrupción de Internet, redes sociales y otras nuevas tecnologías vinculadas,
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permiten presagiar la redefinición de las aptitudes del profesional militar, la
redimensión de la corporación y cambios en el perfil del receptor de la información.
Como se verá más adelante, estas previsiones parecen estar materializándose en los
ejércitos del mundo occidental.
Hablar de Internet exige una aproximación conceptual a los new media o nuevos
medios. El término “nuevos medios” se refiere a un conjunto heterogéneo de medios de
comunicación: Internet, televisión por satélite, las redes sociales, televisión de pago,
talk shows, mensajería instantánea…dentro de este conjunto, Internet es el más
prominente.
Internet es más bien una red y “como tal implica un complejo sistema de
tecnologías, actores y contenidos que, gracias a la creciente convergencia, se integran en
los medios antiguos”. Gianpietro Mazzoleni propone algunos elementos que identifican
al fenómeno de Internet: “ha estimulado aparición de nuevas formas de agregación del
consenso y la movilización política; ha hecho posible formas de democracia directa; ha
quitado el monopolio de la información al periodismo tradicional; ha limitado la
capacidad de regímenes autoritarios para controlar los flujos de información; ha
ofrecido espacios al terrorismo y a la apología del odio; y ha ensanchado la digital
divide o diferencia tecnológica y cultural entre quienes pueden y tienen y quienes no
pueden y no tienen”(Mazzoleni 2010, 86-87).
Esta ciberesfera o ciberespacio creado por Internet se caracteriza además por una
oferta inconmensurable de información, por la libertad de crear contenidos y la libertad
de acceso y de actores. No puede hablarse de una autoridad que maneje o controle
Internet, la participación tiene mucho que ver con la cooperación y colaboración de los
actores. Francisco Marín Calahorro, vincula el hecho de la libertad de difundir
contenidos con la proliferación de las informaciones relacionadas con crisis, conflictos o
actividades internacionales de diversa índole. Teniendo en cuenta lo anterior, Marín
Calahorro alerta sobre el hecho de que Internet se ha mostrado como una herramienta
con amplio potencial en las crisis de finales del siglo XX. Así, pone como ejemplo el
sitiado a la ciudad de Sarajevo, el cual pudo romperse gracias a los correos electrónicos
enviados por algunos usuarios dando cuenta de su situación. A día de hoy se puede
afirmar -dadas las evidencias empíricas y la información que se irá aportando a lo largo
del presente texto- que Internet desempeña un papel cada vez más decisivo en los
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conflictos internacionales y. de otro lado, se ha convertido en el campo base para el
activismo político radical y para el terrorismo (Marín Calahorro 2004, 342-345).
Existen distintos estudios sobre el uso de Internet y redes sociales, gracias a las
cuales sabemos que el porcentaje de penetración de Internet a nivel mundial sobrepasa
tímidamente el 30% (según datos a junio de 2012). En esa misma fecha, la media
europea distaba mucho de esa cifra y ascendía al 73%. En el caso de España, de acuerdo
a la reciente publicación de la Asociación de Investigación de Medios Comunicación
(AIMC), desde 2004 al 2014 el número de usuarios de Internet ha aumentado en un
129%, ascendiendo al 68,1% de la población. De manera pormenorizada, los datos
revelan que la penetración de Internet se está igualando en cuanto a sexos y se percibe el
aumento de usuarios en franjas de edad mayores a los 45 años. También es destacable la
evolución sobre los puntos de acceso; entre los meses de febrero y marzo de 2013 y
2014, los resultados revelan que ha aumentado el acceso en la calle o medios de
transporte, lo que está directamente relacionado con la tenencia de dispositivos móviles.
Entre los servicios online más utilizados se destaca el email, redes sociales y la
mensajería instantánea. Y, según las respuestas de los encuestados, Youtube fue el sitio
más visitado por los usuarios en los 30 días anteriores a la entrevista (AIMC 2014).
2.1 Milblogging, el fenómeno del soldado-periodista
Como hemos visto, Internet ofrece a sus usuarios la posibilidad del envío y
recibo de información en tiempo real, sin un control aparente, lo que le ha convertido en
un escaparate idóneo para dar cabida a voces y perspectivas alternativas a la “posición
oficial” y ha fomentado la participación ciudadana. Con ello se explica que, en estos
últimos años, se haya asistido a un fenómeno asociado al uso de la red y de las nuevas
herramientas de comunicación: el periodismo ciudadano o citizen journalism.
Según la definición del que fuera Profesor en la Universidad de Leeds, Phillip
Taylor, el citizen journalist –aplicado al marco de un conflicto-es “un ciudadano normal
que coge una cámara y actúa como un periodista durante un conflicto, sin poseer unas
aptitudes académicas y técnicas mínimas. Son personas que nunca tienen consciencia
del riesgo o de la ética vinculada a la actividad diaria de los verdaderos periodistas ni
tampoco del trabajo desarrollado por los informadores en las oficinas de prensa de las
Organizaciones Internacionales” (Taylor 2002, 221-232). En términos generales, el
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periodista ciudadano se asemeja a la figura del freelance, con la particularidad de no
tener ninguna experiencia profesional aunque sí conozca bien el terreno en el que se
desarrolla los hechos o un conflicto. La necesidad de inmediatez informativa y de
recortar gastos ha favorecido que grandes agencias de noticias y medios sean
precisamente los responsables de la compra y proliferación de este fenómeno.
Relacionado con el “periodismo ciudadano”, y de manera complementaria a
este, cabe destacar el desarrollo de la blogosfera. Los cuadernos de bitácora virtuales o
blogs han permitido publicar informaciones y reflexiones sobre conflictos y temas de
Defensa en general, muchos de ellos apartados de la línea dominante de los grandes
medios de comunicación. Cada día se crean decenas de miles de blogs, cada 24 horas se
añaden millones de entradas en la blogosfera. Desde las primeras apariciones en 1999,
el fenómeno blog se ha desarrollado de manera exponencial llegando a convertirse en
medios de información de referencia (Ratliff 2007).
El principal valor de la información que contiene una entrada no es tanto lo
fidedigno de esta si no el hecho de ser de primera mano. Tal premisa explica el especial
interés de los medios de comunicación hacia los blogs nutridos por militares destacados
en una misión exterior, favoreciendo la consideración de una categoría que sería la del
soldado-periodista. El Profesor de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide,
Manuel Torres Soriano, plantea la existencia paradójica de soldados-periodistas, que
serían aquellos militares “que simultanean el combate con la generación de
información”.
Un paseo por la historia del milblogging
Los milblogs son aquellos cuadernos de bitácora escritos por miembros o
veteranos de las fuerzas armadas. Los primeros ejemplares surgieron con la aplicación
de la Global War on Terror (GWOT) y se convirtieron en algo habitual durante la
llamada Operación Freedom en Iraq. Esta tendencia se circunscribe especialmente a las
tropas estadounidenses que hicieron uso del blog como forma de canalizar sus rutinas,
como quien escribe un diario o cartas a sus familiares. Sin embargo, junto a estos
surgieron otros blogs de autores con un cariz más opinativo; algunos aparecieron con la
intención de erigirse como una fuente alternativa de información sobre el conflicto y
muestran su desacuerdo con las noticias publicadas por grandes medios.
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Es importante tener en cuenta que aunque haya transcendido el fenómeno de
soldados que, como si de periodistas se tratasen, capturan y vuelcan información y se
muestran críticos con el discurso mediático mainstream, la realidad es que en su
mayoría los milblogs eran pro-militares, contribuyendo al refuerzo del discurso
hegemónico sobre la guerra. Tan solo unos pocos publicaban contenidos críticos con las
decisiones de mando y con sus líderes políticos y militares (Carpentier et al. 2006)
(Miller 2009, 2-3).
De manera referencial, cabe destacar que algunos de esos soldados bloggers y
periodistas han regresado a su país para firmar contratos con editoriales interesadas en
sus historias. Así, Colby Buzzel, responsable del blog “My war: killing the time in Iraq”
o Matthew Currier Burden, creador del blog “Blog of War” han publicado sendos libros
con el título y contenidos de sus respectivos su blogs (Buzzel 2008) y hoy escriben
artículos para revistas de prestigio.
Asimismo es importante tener en cuenta que muchos de los blogs referenciados
en los trabajos estudiados por la que suscribe, a día de hoy, han dejado de estar
accesibles o se encuentran desactualizados. Prueba de ello es la página web
“Milblogging.com”, diseñada por Jean- Paul Borda en 2005 y que incluía blogs
militares de 29 países, y a la que hoy es imposible acceder. Entre las razones que
llevaron a Borda a unificar estos milblogs se encuentra su defensa del fenómeno del
milblogging como “un nuevo tipo de periodismo” (20minutos 2007)
2.2 Internet y Redes sociales: uso, abuso y limitaciones
Las redes sociales como Facebook, Twitter, Flickr o Instagram son un medio a
través de los cuales se comparten hechos, sucesos, experiencias diarias o vitales y, al
mismo tiempo, se obtienen de manera inmediata una respuesta por parte de familias y
amigos sobre los contenidos compartidos. La publicación de información y documentos
privados, aunque pocas veces se recuerde, comporta ciertos riesgos.
Los ejércitos occidentales son conscientes de que existe una nueva generación de
soldados que no entienden las comunicaciones si no es a través de las redes sociales.
Así, por ejemplo, Fuerzas Armadas como las del estado de Israel, considerando la
juventud de sus miembros y el interés de los jóvenes soldados por las nuevas
tecnologías, se ha preocupado por desarrollar campañas formativas y publicitarias para
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advertir a sus tropas del peligro de compartir ciertas imágenes e informaciones en las
redes sociales
La gestión de las redes sociales por el Ejército israelí
Afirmar que los militares israelíes han trabajado duramente el uso de las redes
sociales como un arma de información de guerra queda patente, con acciones como el
inicio de su propio canal de Youtube, desde el que comenzaron a dstribuir sus
elaboraciones audiovisuales de intercepciones aéreas durante la Operación Cast, entre
finales del 2008 y principios de 2009. Una campaña en la que incluso los diplomáticos
israelíes colgaron una conferencia de prensa en Twitter al respecto (Hodge 2010).
Sin embargo, su preocupación por el uso que sus soldados hacen de las redes
sociales no les ha evitado enfrentarse a verdaderos fracasos. Tal es así que, incluso, se
tuvo que abortar una operación de manera radical tras conocerse que un soldado había
publicado el lugar y hora exacta de la intervención en su página de Facebook. La
contra-respuesta de los militares israelíes se basó en una campaña total alertando a la
tropa sobre las filtraciones en Facebook antes de una operación.
El pasado año, tras una polémica vinculada a las fotografías que mujeres
soldados israelíes colgaron en redes sociales con escasa ropa y, en ocasiones, cargando
un arma, las Fuerzas Armadas israelíes publicaron nuevas directrices en relación con el
uso de redes sociales. El nuevo código implica la prohibición para aquellos soldados
que sirvan en unidades secretas de abrir perfiles en Facebook u otra red social.
Asimismo, a los militares no les será permitido identificarse como soldados ni tampoco
colgar fotografías uniformados. Tampoco podrán revelar su localización mediante el
servicio de inscripción del que disponen algunas redes sociales. En general, las
limitaciones se extienden a todos los rangos militares, en diferentes medidas. Es más, la
normativa da competencias al Departamento de Seguridad de la Información del
Ejército para la supervisión de las redes sociales y para garantizar que se cumple con las
regulaciones (Efe 2013).
Una vez más, según noticias recientes, pese a las rígidas limitaciones en las
redes sociales, a comienzos del mes de julio de este año, las autoridades israelíes se
vieron forzadas a tomar medidas frente a las llamadas de venganza difundidas a través
de las redes sociales por soldados y civiles, tras el asesinato de tres estudiantes judíos.
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En cuestión de días se produjo una oleada de fotografías, a modo de selfie, en las que
soldados israelíes –entre otros- mostraban la palabra “venganza”. Esta campaña fue
impulsada por una página Facebook que llevaba por título “El pueblo de Israel exige
venganza” y que contaba con más de 35000 likes al momento de su cierre, luego
reabierta (AFP 2014).
Límites a la comunicación en el Ejército estadounidense: Operations Security
Operations Security (OPSEC) es un proceso por el cual se busca la máxima
protección de aquella información clasificada que pudiera ser utilizada en contra de los
Estados Unidos. OPSEC está definida en la Directiva del Departamento de Defensa
5205.02 como sigue (Miller 2009):
“Proceso de identificación de información crítica y en consecuencia analizar
acciones apropiadas atendiendo a las operaciones militares y otras actividades para:
- Identificar aquellas acciones que pueden ser observadas por los sistemas de
inteligencia de los adversarios.
- Determinar los indicadores que los sistemas de inteligencias hostiles pudieran obtener
y que pudieran ser interpretados o unidos para conseguir información que les fuera útil.
- Seleccionar y ejecutar medidas para eliminar o reducir, hasta un nivel aceptable, las
vulnerabilidades de las acciones que el adversario tenga la oportunidad de explotar”.
Como puede apreciarse, OPSEC reta a los militares a mirar a través de los ojos
del adversario, definiéndose como tal aquellos individuos, grupos, países u
organizaciones que pudieran dañar a las personas, recursos o misiones del país. El
objetivo de la OPSEC es garantizar un ambiente seguro, partiendo del hecho de que
cualquier información que pase a dominio público está disponible para el adversario. En
relación con la última idea, cabe resaltar que cerca del 90% de la información se obtiene
desde una open source o fuente abierta. Una fuente abierta esta relacionada con
cualquier tipo de información, como se ha mencionado, que se encuentre disponible de
manera pública: en redes sociales, tweets, mensajes de texto, blogs, videos, fotografías,
mapas GPS, newsletters, revistas o artículos de periódicos. (DoD 2014)
Con el inesperado impacto de los milblogers y las filtraciones de material visual
como las fotografías de Abu Ghraib, el Ejército estadounidense se ha visto en la
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necesidad de responder normativamente a este fenómeno con regulaciones vinculadas a
las entradas de información en medios online. En un primer momento, al inicio de la
Guerra de Iraq, las acciones que se tomaron fueron órdenes de cese para aquellos
milbloggers más populares, lo cual les valió grandes críticas. Tras la primera etapa de
desconcierto, el Ejército estadounidense publicó sus primeros códigos en relación con la
regulación de la comunicación online:
- Política sobre Blogging de 2005. El Memorandum del DoD restringía las
comunicaciones online de los soldados en Iraq. La norma obligaba a los militares a
registrar sus blogs con los comandantes de la unidad y a supervisiones de contenidos.
La información enviada por email no fue contemplada en este código. Cualquier
miembro que infringiera las normas será castigado con el cierre del blog, el pago de una
multa o el descenso en el rango.
- Regulación de abril de 2007. La norma más reciente está estrechamente
vinculada a preservar la OPSEC. La regulación exige al soldado consultar previamente
con el oficial de seguridad para realizar una revisión previa antes de la publicación de
una información en una fuente abierta o foro público. La normativa es aplicable a
militares en activo, civiles trabajando para el ejército y a las familias de los militares
destacados (Cornyn 2008, 464).
A partir de las normas vigentes, el Ejército de los Estados Unidos ha puesto un
esfuerzo especial en las comunicaciones a través de nuevos medios y se han involucrado
en conferencias sobre blogging y nuevas tecnologías. Se ha venido revisando
minuciosamente la blogosfera militar o milblogosphere con el objetivo de acercarse a
los autores más reputados – ofreciéndoles material y entrevistas con el personal militar-,
entre otros (Carruthers 2011, 247). Con vistas a minimizar el goteo de información y al
amparo de la OPSEC, se han vetado accesos a plataformas como Youtube, Myspace y
hasta once redes sociales más, objetando además la sobrecarga de información que se
estaban sufriendo en las redes. “Necesitamos estar en cualquier lado en el que se
encuentren hombres y mujeres de uniforme y donde este el público. Si es Myspace o
Youtube, allí es donde necesitamos estar también” (Shachtman 2009).
Paralelamente, y en el contexto de la vital importancia que el Ejército concede a
las redes sociales y con ánimos de afianzar las comunicaciones privadas de los soldados,
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ha desarrollado una nueva herramienta disponible en la propia web oficial: Army
Knowledge Online (AKO). Esta nueva tecnología permite a los soldados y a sus
familiares tener acceso a reportes, información de interés, documentos y contacto con
otros soldados, otros familiares de soldados destacados, entre otros. AKO busca hacer
más fácil las conversaciones y comunicaciones a través de email, mensajería instantánea
y foros. (Bruhl 2009, 3)
3. LA GESTIÓN DE LA COMUNICACIÓN ESTRATÉGICA EN LA ERA DE
INTERNET Y LA WEB 3.0
En esta nueva sociedad de la revolución digital, como se ha reiterado en varias
ocasiones prima la inmediatez, acompañada de lo audiovisual. En la información
relacionada con la Defensa, la seguridad y los conflictos armados, las rutinas
informativas se aproximan a la siguiente afirmación de Robert Kaplan: “Si lo único que
se hace es perseguir los titulares- los mismos que proporcionan los aparatos
propagandísticos- siempre se estará detrás de la noticia” (Sapag 2005, 513-525).
El profesor de la Universidad de Granada, Javier García Marín, establece una
interesante aproximación al plantear el estudio del conflicto y la cobertura mediática
desde la perspectiva de la comunicación política, y que es importante tener en cuenta de
cara a la gestión de la comunicación. En ese sentido se diferencian dos tipos de temas de
acuerdo al impacto que estos generan sobre los ciudadanos: “los temas obtrusive,
aquellos donde los receptores del mensaje tienen experiencias directas sobre el
contenido del mensaje” y los temas unobtrusive, en los que los receptores no tienen
ninguna conexión con el tema informado. Si se tiene en cuenta lo anterior, se desprende
que en España la política exterior, los temas de Defensa y los conflictos internacionales
serían calificados como unobtrusive, por lo que al estar menos conectados a la vida
diaria de los ciudadanos, existe una tendencia y/o facilidad a que sean más susceptibles
de ser controlados por las oficinas de información gubernamentales (García Marín
2011)
Sin embargo, Internet y la World Wide Web en su conjunto tiene como especial
atributo la inexistencia de un ente que controle los contenidos y las publicaciones. Es
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más, la tendencia actual respecto al nuevo entorno en la ciberesfera un vínculo
semántico ulterior que complementa a las aptitudes de web social asociada a la web y el
entorno online.
A modo de resumen, en 2005, Tim O’Really acuña el término web 2.0 para
denominar a la nueva generación web basada en experiencias web colaborativas de
manera que la información y la comunicación se producían de manera multilateral. Los
servicios mejoraban cuanto mayor fuera su uso; su desarrollo estaba directamente
relacionado por el hyperlinking (un usuario referencia el contenido de otro dentro de su
página); los hipervínculos (proporciona al lector la oportunidad de acceder de manera
directa a otro contenido); el tagging (palabras clave creadas por los usuarios) y la
“inteligencia colectiva” Es este último concepto, según O`Reilly, el que permite hablar
de nuevos medios y distinguirlos de los medios tradicionales de comunicación. La
inteligencia colectiva contribuye al entendimiento y conocimientos de temas y
conceptos a través de la discusión participativa de muchas personas. (O`Reilly 2005)
(O´Reilly y Battelle 2009).
Transcurridos menos de diez años, de la revolución de la web 2.0 o web social,
ya se habla de la nueva generación web 3.0. Esta nueva fase “se encarga de definir el
significado de las palabras y facilitar que un contenido Web pueda ser portador de un
significado adicional que va más allá del propio significado textual de dicho contenido.
La Web 3.0 marca los principios para crear una base de conocimiento e información
semántica y cualitativa. Se pretenden con ello, almacenar las preferencias de los
usuarios y al mismo tiempo, poder atender de forma más precisa las demandas de
información y facilitar la accesibilidad a los contenidos digitales (…) La Web 3.0
gestionada en la nube y ejecutada desde cualquier dispositivo con una alto grado de
viralidad constituye un nuevo tipo de Web en la que se añade contenido semántico a los
documentos que la forman y ello conlleva que la ejecución de la misma sea realizada
por máquinas que, basándose en nuestros perfiles en la Red, descubren información para
nosotros” (Hernández y Küster, 2012).
Este es el nuevo entorno, que reconfigura el ciberespacio, en el que debe
gestionarse en la actualidad la información estratégica y el que exige, en consecuencia,
elaborar acciones comunicativas coherentes. En este punto se hace imprescindible
acercarnos al concepto e ideas vinculadas a la “comunicación estratégica”.
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En un informe específico, la Defense Science Board (DSB), el concepto de
“comunicación estratégica” se correspondería con:
“Un juego de actividades sostenible y coherentes que incluyen: comprensión de
identidades, actitudes, comportamientos y culturas,…aconsejando a los legisladores,
diplomáticos y militares sobre las implicaciones comunicativas que tienen sus
estrategias y elecciones políticas en la opinión pública…involucrándose en un diálogo
de ideas…influyendo en actitudes y comportamientos a través de estrategias de
comunicación… y midiendo el impacto de sus actividades” (DSB 2004, 60).
Por su parte, Richard Halloran, en un lenguaje menos formal propone la
siguiente definición:
“Es la forma de convencer a otras personas de aceptar las ideas de uno, sus
políticas o formas de acción. Significa persuadir a aliados y amigos para que continúen
tu lado,…a los neutros/indecisos para venir hacia tu lado y a los adversarios de que tú
tienes el poder y el deseo de mantenerte por encima de ellos. (Halloran 2007)
De manera complementaria, Sergio Sánchez Benítez, en su artículo “La
comunicación estratégica como política pública” plantea una serie de atributos que
califican a aquello que pretende ser “comunicación estratégica” (Sánchez Benítez 2011,
1-13):
-
“Sus mensajes deben ser el resultado de la integración consistente de los
mensajes de los distintos departamentos con proyección exterior (Asuntos
Exteriores, Defensa, Comercio, Cultura...).
-
Su contenido debe ser coherente con los hechos.
-
Tiene que reflejar valores ampliamente compartidos por la sociedad en su
conjunto.
-
No puede convertirse nunca en un instrumento de poder al servicio de un partido
o facción política"
En este listado también se pretende tener en cuenta una aportación teórica que si
bien nace aplicada a las corporaciones empresariales, la idea puede extrapolarse a
corporaciones como son los cuerpos militares. Justo Villafañe teoriza sobre la necesidad
de gestionar la comunicación intangible:
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“El espíritu del jazz expresa muy bien la filosofía de la comunicación intangible,
en la que lo esencial ya no es la suma de tareas, más o menos relacionadas entre sí, sino
la idea que subyace a todas ellas: lograr una suerte de ‘gestalt corporativa’(Villafañe
2012, 10).
A modo de resumen, y teniendo en cuenta las distintas perspectivas planteadas
con anterioridad en relación al concepto de “comunicación corporativa”, y siguiendo al
Mayor Jakob C. Bruhl, cabe incidir en que no se trata de algo que solo tiene lugar y/o se
desarrolla en altos niveles gubernamentales. Las distintas definiciones estriban en la
importancia de la comunicación y el diálogo, lo cual requiere un entendimiento por
parte de la audiencia, un interés por escuchar y confianza por parte de aquellos con los
que queremos comunicarnos (Bruhl 2009).
3.1 Soluciones y sugerencias de cara al uso de Internet en las Fuerzas Armadas
Bruhl plantea tres soluciones posibles, que giran sobre los ejes de las acciones de
seguridad y comunicación estratégica, en relación con los new media en el Ejército
estadounidense. La primera sería la del status quo, dejar las cosas como están. La define
como la solución más fácil, nadie gana ni pierde. Otro camino posible es el de la
prohibición o veto a los nuevos medios, sin impacto en el concepto estratégico de
seguridad operativa pero, de por contraste, con un impacto negativo en la comunicación
estratégica. Por último, Bruhl habla de la solución de apoyo o estímulo del uso de las
redes sociales. Según él mismo, esta vía no representa una amenaza real a la seguridad y
sí supone un impacto positivo en la comunicación estratégica a corto y medio plazo.
Esta solución precisa de una regulación específica y, de manera complementaria, el
desarrollo de programas de formación y la vigilancia de las actividades online de los
soldados (Bruhl 2009):
“En orden de implementar de manera efectiva esta idea, hay tres tareas
principales que deben ser cumplidas. Primero, el Ejército debe animar de manera activa
a los soldados a utilizar los nuevos medios. Segundo, el Ejército debe revisar las
regulaciones para identificar de manera clara lo que se espera de los soldados que han
uso de los nuevos medios, no sobrecargar a los comandantes con tareas administrativas
adicionales es una forma de mostrar confianza en los soldados para proceder de manera
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responsable. Finalmente, el Ejército debe prepararlos para esa responsabilidad
proporcionando educación adecuada e interesante”
3.2 El reto de Internet en la comunicación de las Fuerzas Armadas en España
Al circunscribirse al caso español, son muchos los factores a tener en cuenta de
cara a la gestión de aquellos mensajes relacionados con los activos comunicacionales y
la imagen institucional. Los grandes retos: llegar a los medios y a la opinión pública,
ambos con un desconocimiento generalizado sobre los temas de Defensa por lo que se
encuentran desconectados de las rutinas y labores del Ejército española; y gestionar la
información en la era digital y dentro del ciberespacio desde sus propias filas.
La gestión de la comunicación en general en el caso español, hasta fechas
recientes, ha estado lacrada por la falta de de oficiales con una cualificación apropiada
en el ámbito de la comunicación social. Como consecuencia, los encargados de las
labores de relaciones públicas fallaban en la comunicación con los medios y la opinión
pública al no disponer de la información que buscaban los periodistas, ni estar
autorizados a divulgar otras (Iturregui 2011).
Plantear un equilibrio entre el entorno web, la seguridad operativa y la
comunicación es una necesidad para los Ejércitos democráticos. Surge con ello un
dilema, el de la interacción de derechos fundamentales e Internet como riesgo para la
seguridad. La multiplicación del número de actores y su naturaleza, la red hace inútil
cualquier intento de las instituciones públicas por controlar y limitar los flujos
informativos sobre un conflicto. (Torres Soriano 2008, 42-43). Como se ha visto a lo
largo del texto, en estos años de fulgurante evolución y desarrollo de Internet y redes
sociales, se han planteado distintas normativas emitidas por ejércitos como el de EE.UU
o Israel sobre la publicación de información en open sources.
En España, existen normas aisladas que restringen el uso de Internet o de toma
de imágenes por motivos de seguridad y en relación con actividades de instrucción u
operaciones, por ejemplo. En general el acceso de los soldados a Internet es fácil. Así,
en las misiones en el extranjero la normalidad es la existencia de puntos de red wi-fi en
las zonas de vida o cafeterías, favoreciéndose del servicio de manera individual con
claves personales. El respeto a la privacidad de las comunicaciones es total. La facilidad
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de acceso a Internet ha favorecido la tenencia, entre los militares españoles, de propios
medios de acceso, con lo que pueden conectar desde sus alojamientos.
En los próximos meses, todo lo expuesto, deberá supeditarse a las prescripciones
de una nueva Ley Orgánica del Régimen Disciplinario en las Fuerzas Armadas, la cual
tiene como finalidad última de preservar las normas de comportamiento de los militares,
sobre todo, las relativas a la disciplina o la unidad. El espíritu de esta Ley, según los
legisladores se inserta en la doctrina vigente en materia de derechos fundamentales.
Sobre el todavía proyecto de Ley cabe mencionar especialmente la aprobación de un
capítulo dedicado a regular el régimen disciplinario aplicable en las unidades y al
personal destacados en zona de operaciones.
De otro lado, sobre las faltas, categorizadas en leves, graves y muy graves,
merecen especial atención algunos puntos que se vinculan directamente con actos
comunicativos, bien sean escritos u online (AUME 2014) (González 2012):
-
Expresar públicamente opiniones que, relacionadas estrictamente con el servicio
en las Fuerzas Armadas, no se ajusten a los límites derivados de la disciplina, o
la falta de consideración hacia los superiores, en especial las razones
descompuestas o réplicas desatentas, realizadas cualquiera de ellas de palabra,
por escrito o por medios telemáticos (falta leve)
-
Hacer peticiones, reclamaciones, quejas o manifestaciones contrarias a la
disciplina o basadas en aseveraciones falsas, así como formularlas con carácter
colectivo o a través de los medios de comunicación social. (falta grave)
-
El incumplimiento del deber de reserva sobre secretos oficiales y materias
clasificadas. (falta grave)
-
No guardar la debida discreción sobre materias objeto de reserva interna o sobre
asuntos relacionados con la seguridad y defensa nacional, así como hacer uso o
difundir por cualquier medio, hechos o datos no clasificados de los que haya
tenido conocimiento por su cargo o función, en perjuicio del interés público
(falta grave)
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Actualmente, desde cuerpos del Ejército español se imparte charlas y
conferencias relacionadas uso de Internet, blogs y redes sociales, alertando sobre las
debilidades del uso de Internet en materia de seguridad y privacidad, sobre todo de cara
a las misiones en el exterior. En estas charlas se exponen tambiñen algunos ejemplos de
individuos que han expuesto en Facebook, blogs o filtrado a la prensa, temas o
informaciones que comprometen la seguridad o la imagen de las Fuerzas Armadas, un
comportamiento que pueden tener sanciones disciplinarias como las contempladas en la
futura Ley del Régimen Disciplinario en las Fuerzas Armadas y sobre lo cual también
se informa.
No existen plataformas educativas virtuales o físicas similares a la elaborada por
el Departamento de Defensa de Estados Unidos, destinadas exclusivamente al proceso
de Operations Security y su relación con Internet y la publicación de información de
manera pública, o como los programas educativos del Ejército británico.
4. CONCLUSION
El ciberespacio se ha planteado como un reto para las Fuerzas Armadas a nivel
global. Se ha pasado de un control absoluto de la información, a través de las estrategias
de comunicación y propaganda, a una incertidumbre “gobernada” por el caos y la
heterogeneidad que caracteriza a Internet.
Como se ha mostrado a lo largo del texto, las nuevas generaciones de militares
retan a sus superiores y los superan en el uso y manejo de la comunicación online y
redes sociales. Este hecho ha marcado un antes y un después en ejércitos como el
americano, en el que se aprecia una tendencia y especial interés en manejar la
información que se vuelca en las redes sociales y otras open sources con miras a
preservar sus objetivos de seguridad.
Lo anteriormente expuesto está directamente relacionado con la gestión de la
comunicación estratégica, imprescindible en la difusión de información seleccionada o
para la imagen institucional democrática de los cuerpos militares. En la era digital, la
comunicación estratégica implica la existencia de un código normativo que permita el
control de la comunicación sin aislar a los derechos fundamentales de los que gozan los
soldados.
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En este punto, y en relación con el título del artículo, después de lo analizado
puede afirmarse que el fenómeno del soldado-periodista podría haber tenido mucho que
ver con la cobertura que los medios de comunicación tuvieron sobre algunos de ellos,
como se ha dicho, la realidad es que los blogs con información alternativa fueron un
número bastante reducido. Aun con todo, y partiendo de esta experiencia que
básicamente tuvo especial impacto en los Estados Unidos, cabe repensar en la figura un
profesional al que podamos llamar soldado-periodista, que no se limite exclusivamente
a volcar información online si no que este apelativo también sea aplicable a aquellos
profesionales vinculados a la gestión, difusión y mediatización de la comunicación
estratégica.
Para terminar, se plantean algunas cuestiones en relación con la comunicación
en las Fuerzas Armadas españolas y la preparación de sus profesionales en el ámbito de
Internet. ¿Estamos preparados para afrontar los retos que comporta el acceso de
nuestros soldados a las redes sociales? ¿La legislación vigente en el ámbito militar
contempla de manera específica sus usos con relación a la seguridad? ¿Se están
implantando con retraso las nuevas doctrinas sobre el apoyo y fomento del uso de redes
sociales como arma de comunicación estratégica? Las respuestas afirmativas o
negativas nos permitirán evaluar el nivel de preparación de nuestros cuerpos del Ejército
ante posibles filtraciones de información o para situaciones de guerras de información,
libradas de manera intensiva en el entorno virtual.
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