FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES SEDE ACADÉMICA DE MÉXICO Maestría en derechos humanos y democracia VI (sexta) promoción 2012-2014 Las facultades de los jueces de amparo para realizar una interpretación conforme en materia de reparaciones del artículo 77 de la Ley de Amparo. Tesis que para obtener el grado de Maestro en Derechos Humanos y Democracia Presenta: Ernesto Martínez Andreu. Director de tesis: Santiago Aguirre. Línea de Investigación: “Estado, democracia y derechos humanos” México, D.F. a Enero de 2015. Se agradece al Consejo de la Judicatura Federal el apoyo brindado para la realización de estos estudios. Para Sitlali y Sofía, con mucho amor. ÍNDICE INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………………........1 CAPÍTULO I. LA INCORPORACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS A PARTIR DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL 1. Aspectos relevantes de la reforma constitucional de 10 de junio de 2011……………………..4 2. Contradicción de tesis 293/2011 sobre los derechos humanos contenidos en los Tratados Internaciones en los que el Estado Mexicano sea parte………………..……….………………10 3. Caso Radilla Pacheco contra los Estados Unidos Mexicanos, sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos………………………………………………………….14 4. Expediente varios 912/2010 sobre el caso Radilla……………………………………………18 CAPÍTULO II. LA REPARACIÓN A LAS VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS 1. Derecho de acceso a la justicia……………………………………………………………….23 2. La reparación a las violaciones de Derechos Humanos como un elemento del derecho de acceso a la justicia……………………………………………………………………………….24 3. Tipos de reparación…………………………………………………………………………...28 3.1. Restitutio in integrum……………………………………………………………………….30 3.2. Reparaciones materiales………………………………………………………………….....31 3.2.1. Daño emergente…………………………………………………………………………...34 3.2.2. Lucro Cesante o Pérdida de Ingresos…………………...………………………………...34 3.2.3. El Daño Inmaterial…………...…………………………………………………………...35 3.2.4. Proyecto de Vida………..………………………………………………………………..37 3.2.5 Otras formas de reparación: restitución, satisfacción y garantías de no repetición, deber de actuar en el ámbito interno……………………………………………………………………....38 CAPÍTULO III. LA REPARACIÓN POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS A TRAVÉS DEL JUICIO DE AMPARO 1. Efectos de la sentencia de amparo…………………………….................................................46 1.1. Interpretación tradicional…………………………………………………………………...46 1.2. Interpretación conforme con los estándares internacionales en materia de Derechos Humanos…………………………………………………………………………………………55 2. Consecuencias de cada una de las interpretaciones del artículo 77 de la nueva Ley de Amparo…………………………………………………………………………………………..63 3. Casos prácticos sobre reparación integral de los derechos humanos a través del juicio de amparo…………………………………………………………………………………………...64 3.1. Juicio de amparo 417/2012 y acumulados 420/2012 y 428/2012…………………………..64 3.2. Juicio de amparo 373/2011………………………………………………………………….77 CAPÍTULO IV. CONCLUSIONES…………………………………………………………..……………………..……..83 BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………..……..85 INTRODUCCIÓN La nueva normativa surgida con motivo de las reformas constitucionales en materia de derechos humanos y juicio de amparo, así como la nueva Ley de Amparo, debe ser analizada e interpretada para que en México se implementen los estándares internacionales en materia de reparaciones por violaciones a los Derechos Humanos. El artículo 77 de la Ley de Amparo establece la forma en que debe repararse la violación a los derechos humanos, señalando dos supuestos: el primero cuando el acto reclamado sea de carácter positivo, se restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho vulnerado, y se restablecerán las cosas al estado que guardaban antes de la violación; el segundo cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o bien que implique una omisión, se obligará a la autoridad a respetar el derecho que se trate y a cumplir con lo que se exija. Dicho precepto resulta confuso por las interpretaciones que de su texto pueden realizarse respecto de la expresión “restitución” ya que puede optarse por una interpretación tradicional (la cual identifica la restitución como una especie de nulidad: dejar sin efectos el acto violatorio de derechos humanos y volver las cosas al estado que guardaban antes de la violación), o una interpretación conforme (la cual tiene su origen en la incorporación de los estándares internacionales en materia de reparaciones por violaciones a los derechos humanos, que comprenda la restitutio in integrum, o bien, la indemnización, medidas de derecho interno, la satisfacción, la rehabilitación, las garantías de no repetición o supervisión, la investigación y sanción de los responsables, y el pago de costas y gastos). Por lo cual este estudio tiene como objetivos determinar si los Jueces de Amparo tienen la facultad de interpretar el contenido del artículo 77 de la Ley de Amparo conforme a la Constitución y a los estándares internacionales en materia de reparaciones por violaciones a los derechos humanos; analizar la incorporación de los derechos humanos a partir de la reforma Constitucional de 2011; analizar la reparación a las violaciones de derechos 1 humanos, a partir del derecho de acceso a la justicia y analizar la reparación por violaciones a los derechos humanos a través del juicio de amparo. El método para abordar el tema de investigación en este trabajo será el del análisis jurídico, en específico la dogmática jurídica en un sentido crítico, si bien, dicho método tiene como interés principal la norma de derecho y la forma en que ésta da solución a un problema concreto, tratando de desentrañar el sentido formal, con la finalidad de determinar si el cuerpo normativo relativo a la materia en análisis es coherente, completo o sistemático, en este caso se pretenderá practicar una dogmática que acepte el papel valorativo que tiene la interpretación del derecho positivo y su aspecto operativo. El análisis de la normativa del juicio de amparo, a la luz de las reformas constitucionales en materia de derechos humanos y juicio de amparo, implica un aspecto operativo, es decir, cómo funciona la norma jurídica, en específico el artículo 77 de la Ley de Amparo, que prevé la forma en que debe repararse la violación a los derechos fundamentales del quejoso. La disyuntiva que se presenta en la interpretación del artículo 77 de la Ley de Amparo resulta un problema que debe resolverse, en virtud de que, según la posición que se adopte, puede lograrse la plena eficacia del derecho de acceso a la justicia, del que la reparación del daño forma parte importante. Conviene precisar que recientemente la CoIDH ha condenado a México por violaciones a los derechos humanos en diversos asuntos (Caso Cabrera García y Montiel Flores 2010, caso Rosendo Cantú y otra 2010, caso Fernández Ortega y otros 2010, caso Radilla Pacheco 2009, caso González y otras 2009, caso Castañeda Gutman 2008) y las reparaciones ordenadas por dicho Órgano Jurisdiccional imponen obligaciones de derecho internacional al Estado, lo cual hace que el estudio de la forma en que debe interpretarse el artículo 77 de la Ley de Amparo, sea de gran trascendencia ya que de conformidad con las disposiciones de derecho internacional de derechos humanos forman parte del bloque de constitucionalidad –parámetro único de regularidad constitucional- al que deben sujetarse la producción normativa, la interpretación normativa y los actos de autoridad. De tal suerte, 2 que los juzgadores deben realizar un control difuso de constitucionalidad de las normas secundarias, lo cual incluye interpretarlas conforme al orden constitucional, integrado por la Constitución, y los tratados internacionales de derechos humanos, y adoptar la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en términos de la contradicción de tesis 293/2011. En caso de optar la por interpretación tradicional del artículo 77 de la Ley de Amparo, que sólo alcance la nulidad del acto violatorio de derechos humanos, el derecho de acceso a la justicia no tendrá eficacia real en México, ya que el juicio de amparo, es el medio específico de protección de tales derechos, ya que al no estar incorporados en la norma los tipos de reparación que deriven de la “restitutio in integrum”, se podría concluir que los jueces no están facultados para poder reparar totalmente las violaciones a los derechos humanos que soliciten los individuos mediante el ejercicio del derecho de acceso a la justicia. Por lo anterior, el deber de reparar que se estudiará en esta tesis es el juicio de amparo y no otros medios de reparación existentes en el ordenamiento jurídico mexicano, ya que lo que se busca en este análisis es estudiar la reparación que se da en los casos que llegan hasta dicho medio de control constitucional, con lo cual no se niega la existencia de diferentes vías de reparación en caso de violación de derechos humanos, sino que se limita el objeto de la investigación. 3 CAPÍTULO I LA INCORPORACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS A PARTIR DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL. Conviene precisar que por razones de método el desarrollo de este capítulo no se hará en un orden cronológico, sino en una lógica de consecuencias normativas. En primer lugar se analizará la reforma constitucional de 10 de junio de 2011, ya que a través de ella se transformaron las relaciones entre el derecho interno e internacional; posteriormente, se estudiará el contenido de la contradicción de tesis 293/2011, en la que se confirma la existencia de un parámetro único de regularidad constitucional conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que forman parte del ordenamiento jurídico mexicano; se estudiará el Caso Radilla Pacheco contra el Estado Mexicano, sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos mediante el cual se señala la obligación de las autoridades jurisdiccionales de ejercer un control de convencionalidad ex officio entre las normas internas y la Convención Americana y la interpretación que al respecto ha hecho la Corte Interamericana, como parte de la obligación general de garantía para finalmente analizar el contenido del expediente varios 912/2010, a través del cual coloca el control de convencionalidad dentro de un modelo de control difuso de la constitucional afirmando que los jueces del país deben realizarlo. 1. ASPECTOS RELEVANTES DE LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 10 DE JUNIO DE 2011. La reforma constitucional en materia de Derechos Humanos, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de 2011, es considerada como un cambio constitucional de gran relevancia, en materia de derechos humanos, al respecto, Miguel Carbonell, señala que “La reforma constitucional en materia de derechos humanos de 2011, tendrá un impacto profundo en nuestras concepciones de los derechos fundamentales.”(Carbonell 2013) El cambio fue tan importante que con dicha reforma se dio inicio a la apertura de la 10ª época de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, situación que anticipa a ser un factor 4 para reconstruir y uniformar la jurisprudencia sobre derechos fundamentales en beneficio de los justiciables. (Ferrer y Sánchez 2013:25). Las modificaciones en materia de derechos humanos se realizaron en la denominación del capítulo I del título primero, así como a los artículos 1, 3, 11, 15, 18, 29, 33, 89, 97, 102 apartado B, y 105, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Para describir dichos cambios resulta pertinente tomar en cuenta la división que hace al respecto Carmona Tinoco, la cual a continuación se transcribe: 1) Cambios sustantivos o al sector material (esta división deriva de la armonización constitucional con el derecho internacional de los derechos humanos): a. Modificación a la denominación misma del capítulo que agrupa a los derechos humanos; b. Otorgamiento de rango constitucional a los tratados internacionales en materia de derechos humanos; c. Ampliación de hipótesis de no discriminación; d. Educación en materia de derechos humanos; e. Derecho de asilo y de refugio; f. Respeto a los derechos humanos en la operación del sistema penitenciario, y g. Los derechos humanos como principio de la política exterior mexicana. 2) Cambios operativos o al sector de garantía (Inciden en las posibilidades procesales de hacer valer los derechos ante los operadores jurídicos, por lo que les otorgan herramientas para tal efecto): a. Interpretación conforme; b. Principio pro persona; 5 c. Principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad; las obligaciones de prevención, investigación, sanción y reparación de violaciones a los derechos humanos; d. Prohibición de celebrar tratados que alteren o menoscaben los derechos humanos, tanto los previstos en la Constitución como en otros instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados; e. Regulación de los límites, casos y condiciones para la suspensión y restricción provisional del ejercicio de algunos derechos humanos; f. Requisito de previa audiencia para la expulsión de extranjeros; g. Exigencia de que las autoridades funden, motiven y hagan pública, en su caso, la negativa de aceptar o cumplir las recomendaciones que les dirijan las comisiones de derechos humanos, así como la posibilidad de que las autoridades comparezcan ante los órganos legislativos correspondientes a explicar los motivos de su negativa; h. Ampliación de la competencia de las comisiones de derechos humanos, para conocer de asuntos laborales; i. Traslado a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, de la facultad investigadora asignada originalmente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación; j. Posibilidad de que las acciones de inconstitucionalidad que puedan presentar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y los organismos respectivos de las entidades federativas, en el ámbito de su respectiva competencia, contra leyes de carácter federal, estatal y del Distrito Federal, así como de tratados internacionales, se puedan enderezar respecto a violaciones a los derechos humanos previstos en la Constitución, pero también en los tratados internacionales de derechos humanos. (Carmona y Carbonell, 2013:40-41) Para efectos de este trabajo, es oportuno analizar el contenido del artículo 1 constitucional, el cual es el siguiente: “1o. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los 6 que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley. Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.” (CPEUM Art. 1) Dicho precepto es acorde a los estándares internacionales que hoy rigen la materia de protección de derechos humanos pues otorga a los jueces las herramientas necesarias para que la impartición de justicia sea democrática en el sentido de que los jueces tienen la obligación de resolver los asuntos favoreciendo a las personas la protección más amplia, debido a la incorporación o reforzamiento de los requisitos siguientes: a) Ampliación del catálogo de derechos humanos; lo cual significa que puede haber más y mejores derechos que los que la Constitución y la jurisprudencia del Poder Judicial de la Federación hasta ahora han reconocido, de manera que el juez debe aplicar en sus 7 resoluciones los derechos humanos que tengan más fuerza para la defensa de las personas. b) Deberes de protección; todos los juzgadores tienen la obligación de dejar sin efectos aquellos actos e inaplicar leyes que estimen contrarios a los derechos humanos, es decir, leyes constitucionales e internacionales. c) Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. d) El Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley. e) La interpretación conforme y el principio pro persona, implican que los jueces al resolver los asuntos en materia de derechos humanos, deberán elegir el derecho más favorable para las personas, y en las leyes deberán de interpretarse conforme al texto de la constitución. f) Cuando se susciten conflictos respecto a cómo interpretar un derecho humano en específico, los operadores jurídicos deberán atender, en cumplimiento al principio pro persona, a las interpretaciones que resulten más amplias o menos restrictivas para los derechos de las personas. g) Proporcionalidad de las restricciones a derechos humanos, los razonamientos de interés social y orden público que hagan valer las autoridades para restringir derechos humanos, no siempre deberán vencer sobre el interés individual, pues es necesario esa restricción tenga una finalidad legítima, proporcional y razonable. Para Jorge Ulises Carmona Tinoco, la reforma Constitucional, “es una reforma que armoniza la Constitución federal con los compromisos internacionales que México ha 8 adoptado, gracias a la ratificación de la gran mayoría de tratados universales y regionales en la materia.” (Carmona Tinoco, 2013) Respecto a la reforma constitucionalidad en materia de amparo, la cual fue aprobada y entró en vigor el 4 de octubre de 2011 se advierte que el Constituyente Permanente modificó el juicio de amparo en diversos aspectos, siendo los siguientes: se cambió el objeto directo del juicio; se amplió la legitimación activa de los promoventes; se modificó el principio de relatividad de las sentencias y con esto la inclusión de la declaratoria general de inconstitucionalidad; la inclusión del amparo directo adhesivo y en materia de suspensión se obligó al juez de amparo a efectuar una ponderación de la apariencia del buen derecho y la no afectación del interés social. Es oportuno analizar el contenido del artículo 103 constitucional, el cual es el siguiente: “103. Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite: I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por esta Constitución, así como por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte; II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los estados o la esfera de competencia del Distrito Federal; y III. Por normas generales o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal.”.(CPEUM Art. 103) De dicho precepto se advierte que se amplió el parámetro de control a los tratados internacionales. 9 2. CONTRADICCIÓN DE TESIS 293/2011 SOBRE LOS DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES EN LOS QUE EL ESTADO MEXICANO SEA PARTE. (CONTRADICCIÓN DE TESIS 293/2011). En enero de 2014 el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió, por mayoría de diez votos la contradicción de tesis 293/2011, entre los criterios sostenidos por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito y por el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito. El Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa y de Trabajo del Décimo Primer Circuito, señaló que en los casos de que se trate de un conflicto que verse sobre derechos humanos, los tratados o convenciones internacionales suscritos por el Estado mexicano, deben ubicarse a nivel de la Constitución. Por otra parte, el Séptimo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito estableció que los tratados internacionales se ubican jerárquicamente por encima de las leyes federales y en Segundo plano respecto de la Constitución Federal. Los criterios que los Tribunales Colegiados contendientes analizaron en los diversos amparos directos sometidos a su consideración se resumen en los siguientes puntos jurídicos, los cuales constituyen la litis del asunto: 1. La posición jerárquica de los tratados internacionales en materia de derechos humanos en relación con la Constitución; 2. El carácter de la jurisprudencia en materia de derechos humanos emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos; y 3. El control de convencionalidad. 4. En concordancia con la decisión tomada en el Caso Radilla se estimó que no debe establecerse el carácter vinculante de los criterios interamericanos en aquéllos asuntos en los que el Estado mexicano no fue parte, siendo que éstos solamente pueden resultar 10 orientadores. Por otra parte, en los asuntos donde el Estado mexicano fue parte, por supuesto resultan obligatorios pero de conformidad con las restricciones expresas contenidas en la Constitución. En la resolución dilucidaron varias cuestiones de forma definitiva que son las siguientes: 1. La no distinción de la fuente, ya sea constitucional o convencional, por la cual derivan los derechos humanos; 2. El reconocimiento de rango constitucional de los derechos humanos de fuente internacional; 3. La armonización a través del principio pro persona de las normas nacionales e internacionales; 4. La prevalencia de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos cuando prevea expresamente una restricción al ejercicio de Derechos Humanos; 5. La obligatoriedad de toda la jurisprudencia de la Corte Interamericana para los jueces del Estado mexicano, siempre que sea más favorable para la persona. De dicha contradicción derivaron las siguientes jurisprudencias con carácter obligatorio: “DERECHOS HUMANOS CONTENIDOS EN LA CONSTITUCIÓN Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES. CONSTITUYEN EL PARÁMETRO DE CONTROL DE REGULARIDAD CONSTITUCIONAL, PERO CUANDO EN LA CONSTITUCIÓN HAYA UNA RESTRICCIÓN EXPRESA AL EJERCICIO DE AQUÉLLOS, SE DEBE ESTAR A LO QUE ESTABLECE EL TEXTO CONSTITUCIONAL. El primer párrafo del artículo 1o. constitucional reconoce un conjunto de derechos humanos cuyas fuentes son la Constitución y los tratados internacionales de los cuales el Estado Mexicano sea parte. De la interpretación literal, sistemática y originalista del contenido de las reformas constitucionales de seis y diez de junio de dos mil once, se desprende que las normas de derechos humanos, independientemente de su fuente, no se relacionan en términos 11 jerárquicos, entendiendo que, derivado de la parte final del primer párrafo del citado artículo 1o., cuando en la Constitución haya una restricción expresa al ejercicio de los derechos humanos, se deberá estar a lo que indica la norma constitucional, ya que el principio que le brinda supremacía comporta el encumbramiento de la Constitución como norma fundamental del orden jurídico mexicano, lo que a su vez implica que el resto de las normas jurídicas deben ser acordes con la misma, tanto en un sentido formal como material, circunstancia que no ha cambiado; lo que sí ha evolucionado a raíz de las reformas constitucionales en comento es la configuración del conjunto de normas jurídicas respecto de las cuales puede predicarse dicha supremacía en el orden jurídico mexicano. Esta transformación se explica por la ampliación del catálogo de derechos humanos previsto dentro de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual evidentemente puede calificarse como parte del conjunto normativo que goza de esta supremacía constitucional. En este sentido, los derechos humanos, en su conjunto, constituyen el parámetro de control de regularidad constitucional, conforme al cual debe analizarse la validez de las normas y actos que forman parte del orden jurídico mexicano.” (Tesis P.J. 20/2014 (10a.), Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 5, abril de 2014, tomo I, página 202) La jurisprudencia antes transcrita desarrolla el tema relativo a la posición jerárquica de los tratados internacionales en materia de derechos humanos en relación con la Constitución, señalando que las normas de derechos humanos, independientemente de su fuente, no se relacionan en términos jerárquicos, sin embargo, en caso de existir una restricción expresa al ejercicio de los derechos humanos en la Constitución General, se debe atender a lo que indica ésta norma. “JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. ES VINCULANTE PARA LOS JUECES MEXICANOS SIEMPRE QUE SEA MÁS FAVORABLE A LA PERSONA. Los 12 criterios jurisprudenciales de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con independencia de que el Estado Mexicano haya sido parte en el litigio ante dicho tribunal, resultan vinculantes para los Jueces nacionales al constituir una extensión de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, toda vez que en dichos criterios se determina el contenido de los derechos humanos establecidos en ese tratado. La fuerza vinculante de la jurisprudencia interamericana se desprende del propio mandato establecido en el artículo 1o. constitucional, pues el principio pro persona obliga a los Jueces nacionales a resolver cada caso atendiendo a la interpretación más favorable a la persona. En cumplimiento de este mandato constitucional, los operadores jurídicos deben atender a lo siguiente: (i) cuando el criterio se haya emitido en un caso en el que el Estado Mexicano no haya sido parte, la aplicabilidad del precedente al caso específico debe determinarse con base en la verificación de la existencia de las mismas razones que motivaron el pronunciamiento; (ii) en todos los casos en que sea posible, debe armonizarse la jurisprudencia interamericana con la nacional; y (iii) de ser imposible la armonización, debe aplicarse el criterio que resulte más favorecedor para la protección de los derechos humanos.”(Tesis P./J. 21/2014, Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, página 204) La tesis anterior determina el carácter que deberá tener la jurisprudencia en materia de derechos humanos emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, señalando que dichos criterios, con independencia de que el Estado mexicano haya sido parte en el litigio llevado ante dicho Tribunal, resultan vinculantes para los Jueces nacionales ya que en ellos se determina el contenido de los derechos humanos contenidos en la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Por tanto, es ésta última tesis jurisprudencial la que ayuda a reafirmar ésta investigación porque los criterios de la Corte Interamericana de Derechos Humanos incluyen las diversas formas de reparación y al ser obligatorios para los operadores jurídicos mexicanos 13 (incluidos los jueces de amparo), los gobernados resultarían más beneficiados en esta materia. 3. CASO RADILLA PACHECO CONTRA LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, SENTENCIA EMITIDA POR LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS. El 23 de noviembre de 2009 la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió sentencia del caso Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos, en la que determinó que el Estado mexicano era responsable por violaciones a derechos humanos. Los hechos que rodean el asunto son en síntesis los siguientes: Rosendo Radilla Pacheco realizó obras sociales y estuvo involucrado en la vida política, así como en la organización de campesinos de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Radilla Pacheco y su hijo Rosendo Radilla Martínez menor de edad, viajaban el 25 de agosto de 1974 en un autobús desde Atoyac de Álvarez a Chilpancingo, Guerrero. El autobús fue detenido en dos ocasiones por retenes, en el segundo retén, agentes militares retuvieron al señor Radilla bajo la consideración de que componía corridos dejando libre únicamente al menor. Radilla Pacheco fue visto por última vez en el Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez con signos de maltrato físico. Sus familiares, formularon la denuncia hasta el 14 de mayo de 1999 y posteriormente en los años de 1992, 1999 y 2000, las hijas del señor Radilla Pacheco presentaron diversas denuncias penales por la desaparición forzada de su padre y en contra de quien resultase responsable, que quedaron rezagadas por diversas razones procesales. Con motivo de la Recomendación 026/2001, emitida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, por Acuerdo Presidencial de 27 de noviembre de 2001, se creó la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, donde se inició la averiguación previa relativa a las denuncias presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por desapariciones forzadas ocurridas durante la década de los 70 y 14 principios de los años 80 en nuestro país. En el año 2006, por Acuerdo del Procurador General de la República se abrogó aquél en que se designó al Fiscal Especial, asimismo se ordenó que las averiguaciones previas instruidas por la Fiscalía Especial fueran turnadas a la Coordinación General de Investigación de dicha Procuraduría, y se dio inició a la averiguación previa SIEDF/CGI/454/20007 dentro de la cual se acumuló entre otras 122 indagatorias la relativa a la desaparición del señor Radilla. Después de varios años la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sometió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos una demanda en contra de México. En la sentencia la Corte estimó que el sometimiento de detenidos a cuerpos represivos oficiales, agentes estatales o particulares que actúen con su aquiescencia o tolerancia que impunemente practiquen la tortura y el asesinato representa, por sí mismo, una infracción al deber de prevención de violaciones a los derechos a la integridad personal y a la vida, aún en el supuesto de que no puedan demostrarse los hechos de torturas o de privación de la vida de la persona en el caso concreto. Para la Corte la desaparición forzada es violatoria del derecho a la integridad personal porque el aislamiento prolongado e incomunicación coactiva constituye un tratamiento cruel e inhumano. De igual forma, la Corte estimó que el señor Rosendo Radilla fue detenido por militares del Ejército el 25 de agosto de 1974, ya que fue trasladado al Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez, donde permaneció detenido por varias semanas y lugar en el que fue visto por última vez, con los ojos vendados y signos de maltrato físico. Después de más de 35 años desde la detención del señor Radilla, sus familiares desconocen su paradero, y a la fecha el Estado no ha dado respuesta sobre su destino. El esquema de las detenciones realizadas en esa época lleva a la concluir que el señor Rosendo Radilla fue detenido por ser considerado simpatizante de la guerrilla. En ese orden 15 de ideas, la Corte consideró al Estado responsable por la violación al derecho a la libertad e integridad personal, y a la vida del señor Rosendo Radilla Pacheco, en relación con lo dispuesto en los artículos I y XI de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas. Asimismo, destaca de la sentencia que la Corte subrayó que los jueces nacionales resolvieron que la desaparición forzada denunciada era de la competencia de la jurisdicción militar, conforme a lo dispuesto en el artículo 13 de la Constitución y el artículo 57, fracción II, inciso a), del Código de Justicia Militar. La Corte desautorizó dichas sentencias, al estimar que la detención y desaparición forzada del señor Radilla, no tienen relación con la disciplina castrense. Consideró que resultaron afectados bienes jurídicos como la vida, la integridad personal, la libertad personal y el reconocimiento de la personalidad jurídica del señor Radilla y que esas conductas son contrarias a los deberes de respeto y protección de los derechos humanos y, por tanto, están excluidas de la competencia de la jurisdicción militar. Para la Corte, el hecho de que el delito sea cometido por militares en los momentos de estar en servicio o con motivo de actos del mismo es insuficiente para que su conocimiento corresponda a la justicia penal castrense, lo que genera que la disposición legal opere como una regla y no como una excepción, característica indispensable de la jurisdicción militar para ser conforme a los estándares de la CADH. En consecuencia, la Corte declaró que se privó a la señora Tita Radilla de la posibilidad de impugnar la competencia de los tribunales militares para conocer de asuntos que, por su naturaleza, debieron corresponder a las autoridades del fuero ordinario; resolvió que la participación de la víctima en procesos penales no está limitada solamente a la reparación del daño, sino a hacer efectivos sus derechos a conocer la verdad y a la justicia. 16 La Corte determinó que el juicio amparo no fue efectivo para permitir a la señora Tita Radilla impugnar el conocimiento de la detención y posterior desaparición forzada de su padre, el señor Rosendo Radilla Pacheco, por la jurisdicción militar. La Corte estimó que la sentencia constituye una forma de reparación y determinó las siguientes obligaciones a cargo del Estado: a. Con la debida diligencia y dentro de un plazo razonable la investigación y, en su caso, los procesos penales que tramiten en relación con la detención y desaparición forzada del señor Radilla, para determinar las responsabilidades penales y aplicar efectivamente las sanciones y consecuencias que la ley prevea. b. Seguir adelante con la búsqueda efectiva y la localización inmediata del señor Rosendo Radilla Pacheco o, en su caso, de sus restos mortales. c. Acoger en un plazo razonable las reformas legislativas pertinentes para compatibilizar Código de Justicia Militar con los estándares internacionales y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH). d. Publicar en el Diario Oficial de la Federación y en diverso diario de amplia circulación nacional, determinadas partes de la sentencia así como publicar íntegramente el Fallo en el sitio web oficial de la Procuraduría General de la República, en un plazo de seis y dos meses. e. Realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad en relación con los hechos del caso y en desagravio a la memoria del señor Rosendo Radilla Pacheco, así como una semblanza de la vida del señor Rosendo Radilla Pacheco. f. A través de instituciones públicas de salud otorgar a las víctimas declaradas en el fallo atención psicológica y/o psiquiátrica gratuita, inmediata, adecuada y efectiva. 17 g. Dentro del plazo de un año pagar las cantidades fijadas por concepto de indemnización por daño material e inmaterial, y el reintegro de costas y gastos, según corresponda. h. Rendir dentro del plazo de un año al Tribunal un informe sobre las medidas adoptadas para cumplir con el fallo. (Benavides 2013: 38). i. Implementar, en un plazo sensato programas o cursos permanentes relativos al análisis de la jurisprudencia del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos en relación con los límites de la jurisdicción penal militar, así como un programa de formación sobre la debida investigación y juzgamiento de hechos constitutivos de desaparición forzada de personas. Ya que dentro de las medidas de satisfacción y garantías de no repetición la Corte determinó que en cuanto a las prácticas judiciales, cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermados por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En este sentido, el Poder Judicial debe ejercer un “control de convencionalidad” ex officio entre las normas internas y la Convención Americana, en el marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes, por lo cual, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana. Con base en lo anterior, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se avocó a discutir sobre dicha obligación lo que derivó en el expediente varios 912/2010 el cual se analizará en el siguiente apartado. 4. EXPEDIENTE VARIOS 912/2010 SOBRE EL CASO RADILLA. (EXP-VARIOS-912/2010,). En el Expediente Varios 912/2010, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de votos, emitió un fallo que ha transformado el entendimiento de las 18 relaciones entre derecho nacional e internacional, a propósito de la eficacia de los derechos humanos. En dicha resolución se determinó que todas las autoridades del Estado mexicano, dentro del ámbito de sus competencias, están obligadas a velar por los derechos humanos contenidos en los instrumentos internacionales firmados por nuestro país y los contenidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, asimismo deberán optar por el principio pro persona. El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación señaló que el contenido de los artículos 1º y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos debe tomarse en consideración para determinar el marco dentro del que debe realizarse este control de convencionalidad, situación que será distinta al control concentrado que tradicionalmente operaba en nuestro sistema jurídico. Es el caso de la última parte del artículo 133 en relación con el artículo 1º en donde los jueces están obligados a preferir los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los Tratados Internacionales, a pesar de las disposiciones en contrario establecidas en cualquier norma inferior. Se determinó que a la fecha existen dos vertientes dentro del modelo de control de constitucionalidad en el orden jurídico de nuestro país de conformidad con el modelo de control de convencionalidad como se vio anteriormente: a) El control concentrado en los órganos del Poder Judicial de la Federación con vías directas de control: acciones de inconstitucionalidad, controversias constitucionales y el juicio de amparo directo e indirecto; 19 b) El control por parte de los jueces del país en forma incidental durante los procesos ordinarios en los que son competentes, sin necesidad de abrir un expediente por cuerda separada. En cuanto al control de convencionalidad los jueces no pueden hacer una declaración general sobre la invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que consideren contrarias a los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados pero sí están obligados a dejar de aplicar las normas inferiores y dando preferencia a lo dispuesto en la Constitución y en los tratados en esta materia. Se concluyó que el análisis del control de convencionalidad que deberán ejercer todos los jueces del país se integra de la manera siguiente: a. Los derechos humanos contenidos en los artículos 1º y 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la jurisprudencia emitida por el Poder Judicial de la Federación y los contenidos en Tratados Internacionales en los que el Estado mexicano sea parte. b. Los Criterios en las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en las que el Estado mexicano haya sido parte. c. Los criterios en los que el Estado mexicano no haya sido parte, que tuvieran el carácter orientador. Este tipo de interpretación por parte de los jueces los lleva a realizar tres pasos: 1. Interpretación en sentido amplio, que significa que los jueces deben interpretar el orden jurídico conforme a los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el Estado mexicano sea parte, favoreciendo siempre a las personas la protección más amplia. 2. Interpretación en sentido estricto, en el caso de que existan varias interpretaciones válidas deben preferir aquélla que hace a la ley acorde a los derechos humanos 20 establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado mexicano sea parte, para evitar vulnerar el contenido esencial de estos derechos. 3. Inaplicación de la ley cuando las alternativas que se citaron con anterioridad no sean posibles, no afecta el principio de división de poderes y del federalismo, y fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado mexicano es parte. Es muy importante que todas las autoridades del Estado mexicano apliquen las normas haciendo la interpretación más favorable a la persona para lograr su protección más amplia. De lo anterior, se evidencia la forma en que el Estado mexicano a través del Poder Judicial de la Federación dio cumplimiento a una sentencia de la Corte Interamericana en la que fue condenado y cómo a través de ello se vio obligado a analizar sobre la internalización del derecho internacional en materia de derechos humanos y en consecuencia se comenzó a rediseñar las obligaciones que los operadores judiciales deben observar al emitir sus sentencias cuando estudien una violación a los derechos humanos. Además, el nuevo marco normativo en materia de derechos humanos se ha visto robustecido por algunos criterios posteriores de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de entre los que destacan el siguiente, emitido por su Primera Sala: “REPARACIÓN INTEGRAL DEL DAÑO O JUSTA INDEMNIZACIÓN. ESTE DERECHO FUNDAMENTAL QUEDÓ INCORPORADO AL ORDENAMIENTO JURÍDICO MEXICANO A RAÍZ DE LA REFORMA AL ARTÍCULO 1o. CONSTITUCIONAL, PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 10 DE JUNIO DE 2011. El decreto de reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, publicado en el medio de difusión y fecha referidos, tuvo por objeto ampliar el marco jurídico en la 21 protección de los derechos fundamentales y obligar a los órganos del Estado a promoverlos, respetarlos, protegerlos y garantizarlos, para lo cual se consideró necesario incorporar a la Ley Fundamental los derechos humanos previstos en los tratados internacionales celebrados por el Estado Mexicano, a fin de que trasciendan y se garantice su aplicación a todo el ordenamiento jurídico, no sólo como normas secundarias, pues de los procesos legislativos correspondientes se advierte que la intención del Constituyente Permanente es garantizar que se apliquen eficaz y directamente, así como incorporar expresamente en el artículo 1o. constitucional el principio de interpretación de los tratados internacionales en materia de derechos humanos, conocido como pro personae o pro homine, que indica que éstos deben interpretarse favoreciendo la protección más amplia posible y limitando del modo más estricto posible las normas que los menoscaban. De conformidad con lo anterior, corresponde al Estado tomar las medidas necesarias para asegurar que cualquier violación a los derechos fundamentales de los gobernados, ocasionada por particulares, sea reparada por el causante del daño. Así, a partir de la entrada en vigor de la citada reforma constitucional, el derecho a una reparación integral o justa indemnización ante la vulneración de derechos fundamentales, previsto en el artículo 63 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, puede considerarse incorporado al ordenamiento jurídico mexicano.” (Tesis 1a. CXCIV/2012 (10a.), Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Tomo 1, abril de 2012, página 522) 22 CAPITULO II LA REPARACIÓN A LAS VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS 1. DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA. El derecho de acceso a la justicia se encuentra contemplado en el marco positivo mexicano, en el artículo 17 Constitucional y señala que ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales. (CPEUM, art. 17, primer y segundo párrafo) “De la lectura del artículo 17 constitucional, se desprende que ahí radica el derecho de acceso a la justicia, que ha sido definido ya, por la segunda sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin de que através de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa y en su caso, se ejecute esa decisión.” (Tesis 1a/J. 42/2007) En el plano internacional, la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) del que México forma parte, respecto al derecho de acceso a la Justicia, ha se señalado lo siguiente: “8. Garantías Judiciales. I. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación 23 penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.” El acceso a la justicia supone entonces la obligación del Estado, de crear mecanismos institucionales suficientes para que cualquier persona que vea conculcado alguno de sus derechos fundamentes, pueda acudir a un tribunal dotado de las suficientes garantías para obtener la reparación de esa violación. (Carbonell, 2009, pág. 722) El derecho de acceso a la justicia resulta de trascendental importancia, ya que funciona en compañía de los demás derechos fundamentales reconocidos por el Estado Mexicano, por lo que en base a dicho derecho, se obliga al Estado, a tener Tribunales envestidos de legitimidad, y facultades para poder dotar al gobernado de garantías de imparcialidad, para dirimir controversias entre particulares o bien en lo que corresponde nuestro tema, mantener intacta la esfera jurídica de Derechos los Humanos de cada persona en territorio Nacional. 2. LA REPARACIÓN A LAS VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS COMO UN ELEMENTO DEL DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA. En México, el mecanismo de protección y de control de constitucionalidad por excelencia es el Juicio de Amparo, contemplado en los artículos 103 y 107 de la Constitución General. Dicho juicio es el mecanismo de protección que tienen las personas para la protección de su esfera jurídica fundamental reconocida por la Constitución en su artículo primero, frente a los actos de la autoridad Estatal, evitando acciones u omisiones de la misma en perjuicio de todo individuo en México. La facultad de conocer del Juicio de Amparo se encuentra reservada a los Tribunales de la Federación, de conformidad con el artículo 103, fracciones I, II y III, de la Constitución Federal Mexicana, el cual establece lo siguiente: 24 “103. Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite: I. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad que violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por esta Constitución, así como por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte; II. Por normas generales o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los estados o la esfera de competencia del Distrito Federal, y III. Por normas generales o actos de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal.” (CPEUM, art. 103) En el precepto antes transcrito y en el artículo 107 Constitucional se encuentra el procedimiento a seguir para invocar la protección federal de derechos humanos el cual se encuentra reglamentado en la Ley de Amparo, Reglamentaria del artículo 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; cuyo objeto es resolver toda controversia que se suscite: “1o. El juicio de amparo tiene por objeto resolver toda controversia que se suscite: I. Por normas generales, actos u omisiones de autoridad que violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte; II. Por normas generales, actos u omisiones de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados o la esfera de competencias del Distrito Federal, siempre y cuando se violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas para su protección por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y III. Por normas generales, actos u omisiones de las autoridades de los Estados o del Distrito Federal, que invadan la esfera de competencia de la autoridad federal, 25 siempre y cuando se violen los derechos humanos reconocidos y las garantías otorgadas por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El amparo protege a los individuos frente a normas generales, actos u omisiones por parte de los poderes públicos o de particulares en los casos señalados en la presente Ley.” En materia Internacional la Convención Americana sobre Derechos Humanos señala que: “25. Protección Judicial 1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales. 2. Los Estados Partes se comprometen: a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso; b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el recurso.” Dicha Convención señala que los órganos competentes para conocer los asuntos relacionados con el cumplimiento de los compromisos contraídos por los Estados Partes en esta Convención, lo son la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Interamericana de Derechos Humanos.(CADH, art. 33) Derivado de lo anterior, se puede concluir que en México existe en su marco jurídico, mecanismos mediante los cuales individuo pueda hacer valer su derecho de acceso a la justicia, para combatir cualquier intento o violación de hecho en su esfera de derechos humanos. 26 En lo que respecta al tema referente a la reparación a las violaciones de derechos humanos, los ordenamientos contemplados tanto en la Ley de Amparo, así como en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, señalan lo siguiente, respectivamente: Los efectos de la concesión del amparo serán: “77. Los efectos de la concesión del amparo serán: I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija.” La Convención Americana sobre Derechos Humanos señala que: “63. 1. Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad protegidos en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados. Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte lesionada. 2. En casos de extrema gravedad y urgencia, y cuando se haga necesario evitar daños irreparables a las personas, la Corte, en los asuntos que esté conociendo, podrá tomar las medidas provisionales que considere pertinentes. Si se tratare de asuntos que aún no estén sometidos a su conocimiento, podrá actuar a solicitud de la Comisión.” 27 Como se mencionó en el artículo 77 de la Ley de Amparo vigente, se establece como efectos de la concesión del amparo dos posibilidades, dependiendo del tipo de acto reclamado de que se trate; si el acto reclamado es de carácter positivo, se restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y, si el acto reclamado es de carácter negativo o implique una omisión, se deberá obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija. El contenido del artículo 63 de la Convención Americana establece que cuando la Corte decida que hubo violación a un derecho, se dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho y si fuera procedente, se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte agraviada. La Convención Americana Sobre Derechos Humanos ha definido el concepto de reparación en los siguientes términos: “La reparación del daño ocasionado por la infracción de una obligación internacional requiere, siempre que sea posible, la plena restitución (restitutio in integrum), la cual consiste en el restablecimiento de la situación anterior. De no ser esto posible, como en el presente caso, cabe al tribunal internacional determinar una serie de medidas para, además de garantizar los derechos conculcados, reparar las consecuencias que las infracciones produjeron, así como establecer el pago de una indemnización como compensación por los daños ocasionados.” (Caso Castillo Caesar Vs. Trinidad y Tobago, 2005: párr. 122) 3. TIPOS DE REPARACIÓN Las diversas formas que pueden adoptar las reparaciones de acuerdo con el derecho internacional incluyen: 28 Indemnización se trata de una compensación por todo perjuicio que resulte como consecuencia de una violación y que fuere evaluable económicamente. Se concede en casos de daño físico o mental; de pérdida de oportunidades incluyendo las relativas a la educación; de daños materiales y pérdidas de ingresos incluido el lucro cesante; de daños a la reputación o a la dignidad; así como para los gastos de asistencia jurídica o de otros expertos, de medicinas o de servicios médicos. (CADH, art. 63.1) Compensación que se refiere a aquellas medidas que buscan compensar los daños sufridos a través de la cuantificación de los daños, donde el daño se entiende como algo que va mucho más allá de la perdida económica, e incluye la lesión física y mental y, en algunos casos, también la lesión moral. (Caso Gutiérrez Soler Vs. Colombia, 2005: párr. 70) Rehabilitación que se refiere a medidas que proveen atención social, médica y psicológica, así como servicios legales. (Caso Suárez Peralta Vs. Ecuador, 2013: párr. 164) Investigación se refiere a que la Comisión Interamericana solicita a la Corte que ordene al Estado: a) realizar una investigación judicial completa, imparcial y efectiva, de manera expedita, con el objeto de establecer las circunstancias del caso, así como identificar a todas las personas que participaron en el mismo en los diferentes niveles de decisión y ejecución, y aplicar las sanciones que sean del caso, y b) realizar una investigación judicial completa, imparcial y efectiva, de manera expedita, con el objeto de investigar las obstrucciones de justicia en el proceso. Investigar y dar a conocer los hechos que se puedan establecer fehacientemente; procesar y castigar a los responsables; remover todos los obstáculos fácticos y jurídicos que puedan dificultar el esclarecimiento judicial exhaustivo de las violaciones a los derechos humanos perpetradas en el caso. La Corte reitera que durante la investigación y el juzgamiento, el Estado debe asegurar el pleno acceso y capacidad de actuar de las víctimas en todas las etapas. Además, los resultados de los procesos deberán ser públicamente divulgados, con la finalidad de que la sociedad conozca la verdad de los hechos. (Caso Castillo Páez Vs. Perú, 1997: párr. 90) 29 Pago de costas y gastos están comprendidas en el concepto de reparación consagrado en el artículo 63.1 de la Convención Americana, en razón de que la actividad desplegada por los familiares de la víctima con el fin de dar con su paradero y, posteriormente, obtener justicia tanto a nivel nacional como internacional, implica erogaciones que deben ser compensadas cuando se declara la responsabilidad internacional del Estado mediante sentencia condenatoria. En cuanto al reembolso, corresponde al Tribunal apreciar prudentemente su alcance, que comprende los gastos generados ante las autoridades de la jurisdicción interna y los realizados en el curso del proceso ante el sistema interamericano, teniendo en cuenta la acreditación de los gastos realizados, las circunstancias del caso concreto y la naturaleza de la jurisdicción internacional de protección de los derechos humanos. Esta apreciación puede ser realizada con base en el principio de equidad y apreciando los gastos señalados por las partes, siempre que su quantum sea razonable. (Caso Castillo Caesar Vs. Trinidad y Tobago, 2005: párr. 122) 3.1 Restituo in integrum. Como se ha analizado en materia de reparaciones, siempre se deberá buscar regresar las cosas al estado que guardaban antes de la violación al derecho fundamental de que se trate, “Cuando se trate de violación por acción, consiste en el restablecimiento de la situación que debería haber permanecido si la violación no se hubiere cometido.” (Rodríguez Manzo 2007:118) si es en caso contrario, es decir por alguna omisión, esta se traduce en motivar la actuación para que se logre la satisfacción reparatoria del derecho fundamental vulnerado ante tal omisión. Buscar siempre la restitutio in integrum, se mostrara ineficiente e ineficaz tanto en el plano nacional, así como en materia internacional, ya que en ciertos casos, no será posible desaparecer las consecuencias que la acción u omisión en su caso pueda dar el efecto reparador que debe de contener y perseguir toda sentencia. (Nash Rojas, 2009) 30 La restitutio in integrum solamente es prescindible cuando es físicamente imposible, nunca por obstáculos de la práctica o la legislación interna. La Restitutio in Integrum implica el reestablecimiento de la situación anterior y la eliminación de los efectos que la violación produjo, así como una indemnización como compensación por los daños causados. Sin embargo, teniendo en cuenta la situación de discriminación estructural en la que se enmarcan los hechos ocurridos, las reparaciones deben tener una vocación transformadora de dicha situación, de tal forma que las mismas tengan un efecto no solo restitutivo sino también correctivo. (Caso González y otras (Campo Algodonero) Vs. México, 2009: párr. 450) Resulta importante distinguir la restauración de la Restitutio in Integrum, esta última implica la adopción de medidas que sean conducentes a establecer la situación que, en toda probabilidad, habría existido si la violación no hubiere sido cometida. La diferencia entre dichas acepciones, por lo tanto, reside en el hecho que la restauración refiere a la situación que existía al momento en la violación ocurrió, mientras que la Restitutio in Integrum depende de un ejercicio de formulación hipotética que describe el progreso posible de esta situación en el tiempo. (Rodríguez Manzo 2007:154) Consideró que en muchos casos de violaciones a derechos humanos, no es posible la restitutio in integrum, por lo que, teniendo en cuenta la naturaleza del bien afectado, la reparación se realiza, mediante una justa indemnización o compensación pecuniaria y además se deben adoptar las medidas de carácter positivo necesarias para asegurar que no se repitan hechos lesivos ocurridos. 3.2 Reparaciones materiales. Restitución es el restablecimiento de la situación que existía antes de que se cometiera el ilícito internacional. Estas medidas van desde la restauración de derechos tales como la ciudadanía y la libertad, la restitución del empleo y otros beneficios, hasta la restitución de 31 propiedades. (Caso Apitz Barbera y otros (Corte Primera de lo Contencioso Administrativo) Vs Venezuela, 2008: párr. 169) Satisfacción y garantías de no repetición, las que constituyen categorías especialmente amplias, pues incluyen medidas tan disímiles como el cese de las violaciones, la verificación de hechos, disculpas oficiales y sentencias judiciales que restablecen la dignididad y reputación de las víctimas, plena revelación pública de la verdad, búsqueda, identificación y entrega de los restos de personas fallecidas o desparecidas, junto con la aplicación de sanciones judiciales o administrativas a los autores de los crímenes, y reformas institucionales. Se plantea el deber del Estado de adoptar medidas adecuadas para que las víctimas no puedan volver a ser objeto de violaciones que vulneren su dignidad. Entre ellas figuran: Medidas de satisfacción: como la cesación de las violaciones, la verificación de los hechos y la publicidad de la verdad; la declaración oficial o la decisión judicial de reparación de la dignidad, de la reputación y de otros derechos de las víctimas; la disculpa y el reconocimiento público de los hechos y de las responsabilidades; las conmemoraciones y los homenajes a las víctimas; o la enseñanza y la difusión de la verdad histórica. Medidas de prevención: incluyen la disolución de grupos armados no oficiales vinculados directa o indirectamente al Estado o de grupos paraestatales; las medidas administrativas o de otra índole relativas a los agentes de Estado implicados en violaciones graves de los derechos humanos. La reparación material es todo detrimento o pérdida de los ingresos de la víctima, en tal sentido la Corte Interamericana se ha manifestado de la siguiente forma: “La corte se referirá en este acápite a lo correspondiente al daño material, el cual supone la pérdida o detrimento de los ingresos de la víctima, los gastos efectuados 32 con motivo de los hechos y las consecuencias de carácter pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del caso sub judice, para lo cual, cuando corresponde, fija un monto indemnizatorio que busque compensar las consecuencias patrimoniales de las violaciones que han sido declaradas en la presente sentencia.” (Caso Gutiérrez Soler Vs. Colombia, 2005: párr. 74) Por otro lado, Rodríguez Manzo señala que el daño material es: “En contraste con las dimensiones humanos del daño físico y moral, el daño material se refiere exclusivamente al detrimento del patrimonio o activos de la parte lesionada: en otras palabras, el impacto dinerario de la violación. El Daño material ha sido dividido para su consideración en tres rubros: lucro cesante, daño emergente, y costas y gastos.” (Rodríguez Manzo 2007:144) La reparación material se da esencialmente por la indemnización, se ha establecido que la indemnización debe ser comprensiva del daño material (daño emergente y lucro cesante o pérdida de ingresos) y del inmaterial o daño moral. (Nash Rojas, 2009) Para Sergio García Ramírez, la indemnización es: “En la teoría general de los actos ilícitos se reconoce que la indemnización constituye la reparación por excelencia. Permite compensar con un bien útil, universalmente apreciado – el dinero -, la pérdida o el menoscabo de un bien diferente, que no es posible reponer o rescatar conforme a su propia naturaleza. El ejemplo más impresionante de esta compensación de un bien con otro, absolutamente distinto y ciertamente menor en la jerarquía de los bienes jurídicos, es la reparación por la pérdida de la vida. En este caso, la reparación adquiere, fundamentalmente, la forma de una indemnización pecuniaria.” (García Ramirez, 2003:144) 33 3.2.1 Daño Emergente: Como parte de la indemnización que por motivo de reparación de la violación de un derecho fundamental, se encuentra la indemnización por daño emergente, que es el equivalente a los gastos directos o inmediatos que ha debido cubrir la víctima o sus representantes con ocasión del ilícito. (Caso de los Niños de la Calle (Villagrán Morales y otros Vs. Guatemala, 2001: párr. 84) La Corte Interamericana de Derechos Humanos, nos dice Nash, ha tratado una serie de medidas como parte de la reparación del daño emergente: “Compensación por los gastos directos emanados de la violación sufrida. Reparación por los salarios que deja de percibir la víctima en razón de la violación de los derechos convencionales; Compensar los gastos médicos y de otro tipo que haya incurrido la víctima o sus familiares en razón de la violación convencional. Gastos médicos futuros que pueda involucrar un tratamiento vinculado con las violaciones convencionales.” (Nash Rojas, 2009:43-44) 3.2.2 Lucro Cesante o Pérdida de Ingresos: Otro de los elementos en que se puede constituir la indemnización, es lo que refiere al lucro cesante o pérdida de ingresos, al respecto Rodríguez Manzo, lo define como: “Constituye todo el ingreso que la víctima no recibió como resultado de la violación, y generalmente se refiere a la interrupción de salarios, honorarios y retribuciones. Por lo tanto, refleja el efecto dañino sobre condiciones objetivas de las que efectivamente disfrutaban la víctima, así como la probabilidad que existía de que dichas condiciones continuasen y progresasen si la violación no se hubiera consumado. El Lucro cesante tiene referente automático en el nivel de educación de 34 la víctima, sus calificaciones profesionales, salarios y beneficios laborales.” (Rodríguez Manzo 2007:145) Al respecto Claudio Nash Rojas, al entrar en el estudio de lo que al lucro cesante se refiere, nos dice que estas indemnizaciones tienen relación con las pérdidas patrimoniales por una merma de ingreso, y abunda en lo siguiente: “La corte en algunos casos ha seguido un criterio estricto para determinar el daño material indirecto. En efecto, en algunos casos determinó que el lucro cesante debía calcularse en base a la siguiente formula: ‘de acuerdo con los ingresos que habría de recibir la víctima hasta su posible fallecimiento natural’, fallecimiento que debe ser considerado atendiendo a las expectativas de vida en el país del cual era natural la víctima. Asimismo, ha establecido que debe estarse a las expectativas de la vida laboral en el país respectivo y a los ingresos posibles de la víctima y, en caso de que esto último no fuera posible de determinar, se procede a fijar su cuantía sobre la base de los ingresos mínimos establecidos en la legislación interna, ya sea el ingreso general, o bien aquel correspondiente a las labores que desempeñaba la víctima.(Nash Rojas, 2009:47) El cálculo para establecer el lucro cesante toma en cuenta: edad de la víctima, años por vivir conforme a su expectativa vital, ingreso (real o mínimo vigente), inclusive adiciones legalmente previstas e intereses que permitan actualizar el valor del ingreso. (García Ramírez, 2003) 3.2.3 El daño inmaterial Por daño inmaterial debe atenderse a la vulneración interna que sufre el individuo, por la comisión de un ilícito o violación de derechos y libertades, es decir, en sus sentimientos, en sus emociones, en su “psique”, aquí estriba lo más complicado al momento de emitir una 35 sentencia, ya que no son cuantificables en términos monetarios, al ser imponderables por su propia naturaleza. Al respecto, Rodríguez Manzo aborda el concepto de daño moral de la forma siguiente: “Daño Moral: Relacionado con el psique del individuo. Ha sido asociado con la experiencia, en diversos grados, de miedo y sufrimiento: ansiedad, humillación, degradación y la inculcación de sentimientos de inferioridad, inseguridad, frustración e impotencia. También ha sido asociado con la obstaculización de valores culturales que sean particularmente significativos para la parte lesionada y ha visto como equivalente con la violación de la integridad personal.” (Rodríguez Manzo, 2007:144) En el derecho positivo mexicano encontramos que el Código Civil Federal antes Código Civil para el Distrito Federal en materia Común y para toda la República en Materia Federal, en su artículo 1916 define al daño moral de la siguiente manera: “1916. Por daño moral se entiende la afectación que una persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien en la consideración que de sí misma tienen los demás. Se presumirá que hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la libertad o la integridad física o psíquica de las personas.” El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, intentado interpretar los presupuestos necesarios para la procedencia de la acción relativa al daño moral, mediante la siguiente tesis, que dice: “Mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de treinta y uno de diciembre de mil novecientos ochenta y dos, se estableció por primera vez el concepto de daño moral en el artículo 1916 del Código Civil para el Distrito 36 Federal, como la alteración profunda que una persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor, reputación, vida privada, configuración y aspectos físicos, o bien, en la consideración que de sí misma tienen los demás, producida por un hecho, actividad, conducta o comportamiento ilícitos. Los tratadistas conciben el daño moral como la privación o disminución de aquellos bienes que tienen un valor notable en la vida del hombre, como son la paz, la tranquilidad del espíritu, la libertad individual, la integridad física, el honor, entre otros. Sobre esa base, para que sea procedente la acción de daño moral, es menester que el actor demuestre los siguientes elementos: a) la existencia de un hecho o conducta ilícita provocada por una persona denominada autora; b) que ese hecho o conducta ilícita produzca afectación a una determinada persona, en cualquiera de los bienes que a título ejemplificativo tutela el artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal; y, c) que haya una relación de causalidad adecuada entre el hecho antijurídico y el daño.”(Tesis I.3o.C.368 C/2002) La Corte Interamericana de Derecho Humanos se ha inclinado, en términos generales, por la doctrina del daño moral como pretium doloris, esto es, establecer un vínculo directo entre el daño moral con el padecimiento y sufrimiento de la víctima.(Nash Rojas, 2009) 3.2.4 Proyecto de Vida La Corte Interamericana recientemente ha establecido en su jurisprudencia en materia de reparaciones que el término de daño al Proyecto de Vida, se distingue del daño emergente y el lucro cesante, que se estudió anteriormente. En cuanto a esta nueva vía de reparación, llamada Proyecto de Vida, diversos autores lo abordan de formas distintas en cuanto a su utilidad, pero primero veamos qué es lo que al concepto se refiere. 37 Sergio García Ramírez comenta lo siguiente: “La noción del daño al proyecto de vida, que va más allá de la pérdida de oportunidades, generalmente vinculada con la frustración de una expectativa razonable, se elabora al torno a la idea de realización personal y tiene como referencias diversos datos de la personalidad y el desarrollo individual, que sustentan las expectativas del individuo y su capacidad para acceder a ellas; hay un límite o factor de calificación: la racionalidad o razonabilidad de esas expectativas.”(García Ramírez, 2003:150) Al respecto Claudio Nash Rojas comenta que parafraseando a la propia Corte Interamericana “el denominado proyecto de vida atiende a la realización integral de la persona afectada, considerando su vocación, aptitudes, circunstancias, potencialidades y aspiraciones que le permitan fijarse razonablemente determinadas expectativas y acceder a ellas.” (Nash Rojas, 2009) Tenemos pues que el daño al proyecto de vida está ampliamente ligado a las reparaciones inmateriales que se han estudiado, pero la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha tratado de encapsular para un estudio desde la perspectiva de una “medida de satisfacción” (Nash,2009) para lograr cada vez más un restitutio integrum por más complicado que sea este de lograr. 3.2.5 Otras formas de reparación: restitución, satisfacción y garantías de no repetición, deber de actuar en el ámbito interno. Como se ha venido analizando en cuanto a las reparaciones al daño inmaterial, son meramente para el logro de indemnizar a quien ha sufrido o bien a quienes por consecuencia del sufrimiento son víctimas del actuar violatorio de garantías, tomando el rol de beneficiarios. 38 Existen, medidas en cuanto a reparaciones se refiere, que no existen con el objeto indemnizatorio de las anteriores, que son llamados por la doctrina así como por la jurisprudencia internacional, restitución, satisfacción y garantías de no repetición, deber de actuar en el ámbito interno, que son a toda luz medidas de protección y desarrollo en sentido amplio. En cuanto a las medidas de restitución, conforme a los Principios de Naciones Unidas se señala que: “La restitución, siempre que sea posible, ha de devolver a la víctima la situación anterior a la violación manifiesta de las normas internacionales de derechos humanos o a la violación grave del derecho internacional humanitario. La restitución comprende, según corresponda, el establecimiento de la libertad, el disfrute de los derechos humanos, la identidad, la vida familiar y la ciudadanía, el regreso a su lugar de residencia, la reintegración de su empleo y la devolución de sus bienes.” (Nash Rojas, 59) Las medidas de satisfacción adoptadas en los principios de Naciones Unidas, rescatadas por Nash Rojas, y que abundan para su correcto entendimiento, son las siguientes: “a) Medidas eficaces para conseguir la cesación de las violaciones continuadas; b) La verificación de los hechos y la revelación pública y completa de la verdad, en la medida en que esa revelación no provoque más daños o amenace la seguridad y los intereses de la víctima, de sus familiares, de los testigos o de personas que han intervenido para ayudar a la víctima o impedir que se produzcan nuevas violaciones; c) La búsqueda de las personas desaparecidas, de las identidades de los niños secuestrados y de los cadáveres de las personas asesinadas, y la ayuda para recuperarlos, identificarlos y volver a inhumarlos según el deseo explícito o presunto de la víctima o de las prácticas culturales de su familia y comunidad; 39 d) Una declaración oficial o decisión judicial que restablezca la dignidad, la reputación y los derechos de la víctima y de las personas estrechamente vinculadas a ella; e) Una disculpa pública que incluya el reconocimiento de los hechos y la aceptación de responsabilidades; f) La aplicación de sanciones judiciales o administrativas a los responsables de las violaciones; g) Conmemoraciones y homenajes a las víctimas; h) La inclusión de una exposición precisa de las violaciones ocurridas en la enseñanza de las normas internaciones de derechos humanos y el derecho internacional humanitario, así como en el material didáctico a todos los niveles.” (Nash Rojas, 2009:60-61) Se advierte que las medidas de reparación, en cuanto a satisfacción se refiere, van encaminadas a la reivindicación social de la víctima o víctimas en su caso, para lograr abonar a la compensación del daño en su esfera no patrimonial, buscando dar a la sociedad su honor violentado por la vulneración de sus garantías básicas, “en términos generales busca la disculpa pública o el reconocimiento de una conducta indebida y el castigo de las y los responsables.”. (Rodríguez Manzo, 2007) En cuanto a las garantías de no repetición, se ha señalado por parte de los principios de Naciones Unidas, y que fortalecen en gran medida nuestro estudio, y resulta conveniente su mención. Señalan: “a) El ejercicio de un control efectivo de las autoridades civiles sobre las fuerzas armadas y de seguridad.; b) La garantía de que todos los procedimientos civiles y militares se justan a las normas internacionales relativas a las garantías procesales, la equidad y la imparcialidad; c) El fortalecimiento de la independencia del Poder Judicial; 40 d) La protección de los profesionales del derecho, la salud, y la asistencia sanitaria, la información y otros sectores conexos, así como de los defensores de los derechos humanos; e) La educación, de modo prioritario y permanente, de todos los sectores de la sociedad respecto de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario y la capacitación den esta materia de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, así como de las fuerzas armadas y de seguridad; f) La promoción de la observancia de los códigos de conducta y de las normas éticas, en particular las normas internacionales, por los funcionarios públicos, inclusive el personal de las fuerzas de seguridad, los establecimientos penitenciarios, los medios de información, la salud, la psicología, los servicios sociales y las fuerzas armadas, además del personal de empresas comerciales; h) La revisión y reforma de las leyes que contribuyan a las violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y a las violaciones graves del derecho humanitario.” (Nash Rojas, 2009:61-62) Por último, las medidas de reparación en el ámbito internacional denominadas por la jurisprudencia y la doctrina, garantías de deber de actuar en el ámbito interno, que como su nombre indica, nos da luz de lo que infiere, sin embargo, atendiendo a la doctrina que interpreta la jurisprudencia de la corte, señala lo siguiente: “La corte ha señalado que, en aquellos casos que se han producido violaciones de los derechos y libertades convencionales, el Estado tiene el deber de actuar en el ámbito interno de forma tal que se determine la verdad de los hechos violatorios de la Convención, se juzgue y sancione a los responsables y se repare a las víctimas. Todo ello en el entendido de que las situaciones de impunidad pueden inducir a futuras violaciones de derechos humanos.”(Nash Rojas, 2009:67) Los principios de las Naciones Unidas sobre los derechos de las víctimas en materia de Derechos Humanos ubican las garantías de deber de actuar en el ámbito interno, dentro de 41 las garantías de satisfacción, sin embargo la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha creado un tipo especial para sus resolutivos en materia de reparaciones. Las garantías de deber de actuar en el ámbito interno, tienden a garantizar lo que establece la Convención Americana de Derechos Humanos, en su primer artículo, que dice: “1. Obligación de Respetar los Derechos. 1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.” (CADH, Art.1) Resultan de suma importancia las garantías que se estudian en cuanto al deber que tiene el Estado para actuar dentro de su ámbito de competencia, ya que debe respetar el derecho que tiene la sociedad, para que el Estado realice las investigaciones correspondientes de acuerdo a su marco normativo positivo y sancione a los responsables de violaciones Derechos Humanos. Para Nash Rojas, este es un derecho colectivo e individual, a la verdad misma, con lo que coincide el Juez Cancado Trindade, quien nos señala: “El derecho a la verdad se ha examinado en un doble plano, que implica una misma o muy semejante consideración: saber la realidad de ciertos hechos. A partir de ese conocimiento se construirá una consecuencia jurídica, política o moral de diversa naturaleza. Por una parte, se asigna aquel derecho a la sociedad en su conjunto; por la otra, el derecho se atribuye a la víctima, directa o indirecta, de la conducta violatoria del derecho humano.” (Nash Rojas, 2009:71) 42 El deber del Estado, como es su obligación Constitucional, resulta en preservar el orden público y la sana convivencia, sancionando los actos antisociales de los ciudadanos, y a su vez de las autoridades, por lo que la importancia tal, de dar seguimiento cuando se vulnere un derecho fundamental es trascendental, ya que debe buscar que no haya impunidad en el País, y garantizar la no repetición de ello, pero no ocultando la realidad, sino sancionando, con su poder legal a quienes hayan sido responsables. Precisadas, en forma general, los tipos de reparación a las violaciones de derechos humanos, considero que todas tienen cabida a través del juicio de amparo en México. El artículo 1º de la Constitución Federal, tercer párrafo, establece la obligación del Estado mexicano de reparar las violaciones a los derechos humanos cometidas en contra de las personas dentro del territorio mexicano por cualquier autoridad en el ámbito de su competencia. Este deber de reparación implica eliminar el daño causado a la víctima con un acto inconstitucional, en la forma y medida en que sea posible, pues, como se vio, existen múltiples formas para que el Estado haga frente a sus deberes de protección con respecto a una persona afectada en sus derechos fundamentales. En tales condiciones, el Estado mexicano se encuentra obligado a reparar adecuadamente a las víctimas de violaciones a los derechos humanos, en virtud de que ello deriva tanto del régimen previsto constitucionalmente como de los instrumentos internacionales ratificados por México y de los criterios de organismos internacionales, los cuales se manifiestan claramente en el sentido de que es un derecho efectivo de las personas agraviadas a nivel fundamental obtener una reparación Esa reparación debe darse a través de medidas individuales tendientes a restituir, indemnizar y rehabilitar a la víctima; así como con garantías de no repetición, las cuales deben dictarse, en forma proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño sufrido, es 43 decir, tomando en cuenta las características especiales del caso concreto y la naturaleza de la violación reclamada. Apoya lo anterior, la tesis aprobada por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que a continuación se cita: “DERECHOS HUMANOS. SU VIOLACIÓN GENERA UN DEBER DE REPARACIÓN ADECUADA EN FAVOR DE LA VÍCTIMA O DE SUS FAMILIARES, A CARGO DE LOS PODERES PÚBLICOS COMPETENTES. Las víctimas de violaciones a los derechos humanos o sus familiares, tienen derecho a la reparación adecuada del daño sufrido, la cual debe concretarse a través de medidas individuales tendientes a restituir, indemnizar y rehabilitar a la víctima, así como de medidas de satisfacción de alcance general y garantías de no repetición, mediante los procedimientos previstos legalmente para esos efectos, lo cual no es una concesión graciosa, sino el cumplimiento de una obligación jurídica. Lo anterior deriva tanto del régimen previsto constitucionalmente como de los instrumentos internacionales ratificados por México y de los criterios de organismos internacionales, los cuales se manifiestan claramente en el sentido de que es un derecho efectivo de las personas agraviadas a nivel fundamental obtener una reparación proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño sufrido.” (Tesis P.LXVII/2010, , Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Tomo XXXIII, enero de 2011, tomo I, página 28) La Corte Interamericana de Derechos Humanos es un ejemplo en cuanto al uso de diversos tipos de reparaciones, a efecto de eliminar el daño cometido a las víctimas y/o sus familiares consecuencia de la violación a sus derechos humanos. 44 En tal orden de ideas, dentro del juicio de amparo es posible que las reparaciones se dicten tomando en cuenta los mismos criterios en que se ha sustentado la Corte Interamericana de Derechos Humanos para reparar las violaciones a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, lo que es acorde con el deber constitucional del Estado mexicano de reparar adecuadamente a las personas en sus derechos humanos violados; así como a proporcionar un recurso judicial efectivo que permita cumplir con dicho deber. El Estado mexicano a través del juicio de amparo se encuentra obligado a eliminar el daño ocasionado por dicha violación a través de cualquier forma de reparación e incluso en el supuesto expreso de que no hubiera forma alguna de reparación material, la sola declaración de la existencia de la violación perpetrada podría erigirse como una reparación simbólica que el Estado debe a las personas afectadas, máxime si esa declaración pudiera servir de prueba para un diverso juicio, por ejemplo de responsabilidad patrimonial del Estado. 45 CAPÍTULO III LA REPARACIÓN POR VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS A TRAVÉS DEL JUICIO DE AMPARO 1. EFECTOS DE LA SENTENCIA DE AMPARO. Para entender cuáles son los efectos que debe de tener una sentencia de amparo, se debe de atender a cómo el juez de amparo ha venido interpretando el texto normativo de la Ley Reglamentaria de la materia al momento de emitir la resolución restitutoria, y como deberá de hacerlo acorde a los estándares internacionales que hoy en día obligan al Estado Mexicano a cumplir. 1.1 Interpretación tradicional Tradicionalmente en la Ley de Amparo abrogada, la interpretación que se realizaba de los efectos de una sentencia de amparo rezaban al tenor del texto normativo contenido en el artículo 80 de dicha norma, el cual precisaba lo siguiente: “80. La sentencia que conceda el amparo tendrá por objeto restituir al agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación, cuando el acto reclamado sea de carácter positivo; y cuando sea de carácter negativo, el efecto del amparo será obligar a la autoridad responsable a que obre en el sentido de respetar la garantía de que se trate y a cumplir, por su parte, lo que la misma garantía exija.” Ignacio Burgoa al respecto señala que del texto normativo del artículo 80 de la Ley de Amparo abrogada se desprende dos hipótesis (positivo o negativo) según las cuales varían los efectos jurídicos de las sentencias de amparo, y lo relata de la siguiente manera: 46 “El efecto genérico de la sentencia de amparo que conceda la protección de la Justicia Federal consiste en todo caso en la invalidación del acto o de los actos reclamados y en la declaración de su ineficacia jurídica, procediéndose en su consecuencia, conforme a la diferente naturaleza del acto reclamado (positivo o negativo) y según que haya habido o no contravención de garantías individuales o invasión de competencia federales o locales, en su caso (violación actual o violación potencial.”(Burgoa, 2000:526) De igual forma, diversos autores, en la doctrina (Azuela 1968, Castro 1994, Fix-Zamudio y Ferrer 2006, Fix-Zamudio 1999, Góngora 1994, González 1998, Noriega 1993, Orantes 1951, Vallarta 1989, SCJN 1994) al analizar las reparaciones en el Juicio de Amparo estudian el contenido del artículo 80 de la Ley de Amparo, en el mismo sentido en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo ha interpretado, el cual es similar al contenido del precepto 77 de la Ley de Amparo vigente. El Poder Judicial de la Federación interpretó el artículo 80 de la Ley de Amparo, lo cual se evidencia en los siguientes criterios de tesis: “SENTENCIAS DE AMPARO. EFECTOS. El efecto jurídico de la sentencia definitiva que se pronuncie en el juicio constitucional, concediendo el amparo, es volver las cosas al estado que tenían antes de la violación de garantías, nulificando el acto reclamado y los subsecuentes que de él se deriven.” (Tesis 493. Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. SENTENCIAS DE AMPARO. EFECTOS. Apéndice de 1995, Parte SCJN, Tomo VI, pagina 326, Quinta Época) “AMPARO, EFECTO DE LAS SENTENCIAS EN MATERIA DE.-La primera parte del artículo 80 de la Ley de Amparo establece: "La sentencia que concede el amparo tendrá por objeto restituir al agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación, cuando el acto reclamado sea de carácter positivo.". Para aplicar el 47 precepto, es preciso determinar en cada caso concreto cual ha sido la garantía individual violada, con objeto de que la protección constitucional se circunscriba a la restitución en el pleno y también exclusivo goce de dicha garantía. De este modo, si lo reclamado consiste simplemente en que se dictó la resolución sin oír al interesado, la reparación consistirá en que se oiga al referido interesado. Y procede en este caso, como en cualquier otro, la anulación del acto reclamado, pero éste puede renacer una vez que se ha cumplido con la observancia de que el afectado sea oído. En otros casos, en cambio, el acto es intrínseco y radicalmente inconstitucional. En casos tales, el acto se anula sin que pueda reaparecer jamás. De lo expuesto se infiere que hay dos clases de efectos de las ejecutorias de amparo: una en que la protección se conceda limitada y concretamente para ciertos efectos, y otra en que el amparo se otorga con un efecto que no es necesario expresar, según es el aniquilamiento total y definitivo del acto reclamado. En la primera clase, es necesario puntualizar los efectos del amparo, no sólo para que la autoridad responsable tenga una norma precisa al cumplimentar en forma positiva la ejecutoria, sino también porque a ello obliga el artículo 80 al establecer que la restitución se referirá al goce de la garantía individual violada, lo que se traduce en que el acto se anula para el efecto restringido y expreso que considera la ejecutoria. En la jurisprudencia de la Segunda Sala que se formó a partir del 17 de febrero de 1954, se asienta lo que sigue: "cuando la causa de la protección concedida sea la falta de fundamentación del acto reclamado, es evidente que para restituir al agraviado en el pleno goce de la garantía violada y para que, sobre todo, se restablezcan las cosas al estado que guardaban antes de la violación, debe dejarse insubsistente el acto, sin hacerse salvedad alguna, por no establecerlo ni la ley ni la propia sentencia.". Al respecto, debe señalarse una diferencia en cuanto a la falta de fundamentación del acto reclamado, a que en términos generales alude la citada jurisprudencia. Cuando la falta de fundamentación es intrínseca, o sea cuando el acto no encuentra dicha fundamentación en la ley, la anulación del acto mediante el otorgamiento del amparo, debe ser absoluta y definitiva, porque no puede sobrevivir en parte ni renacer nunca una resolución que intrínsecamente está 48 en desacuerdo con la ley. Pero cuando la falta de fundamentación es meramente procesal, debido a que la autoridad responsable no expresó esa fundamentación al interesado, entonces se está en presencia de una violación que debe anularse para el efecto de que se pronuncie una nueva en la que se observe el requisito formal de comunicar la fundamentación al interesado. Este último requisito mira en realidad a la garantía de audiencia, ya que sin expresar el fundamento legal y los motivos de hecho del acto de autoridad, el afectado no está en posibilidad de aceptar o de combatir ese acto.” (Tesis 23. Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. AMPARO, EFECTO DE LAS SENTENCIAS EN MATERIA DE. Apéndice 2000, Común, P.R.SCJN, Tomo VI, página 17, Sexta época) “SENTENCIAS DE AMPARO, ALCANCE LEGAL DE LAS. Para precisar el alcance legal que tienen las sentencias definitivas que se pronuncien en los juicios de amparo, precisa referir ante todo sus efectos y limitaciones desde que esta defensa constitucional extraordinaria fue establecida por primera vez en nuestro régimen jurídico federal, hasta como están señalados en la Constitución vigente. Por iniciativa de don Mariano Otero ante el Congreso Constituyente de 1846 y la urgencia "de acompañar el restablecimiento de la Federación -como decía en aquélla, de una garantía suficiente para asegurar que no se repetirán más ... los ataques dados por los poderes de los Estados y por los mismos de la Federación a los particulares", era preciso que se elevase "a gran altura al Poder Judicial de la Federación, dándole el derecho de proteger a todos los habitantes de la República en el goce de los derechos que les asegure la Constitución y las leyes constitucionales, contra todos los atentados del Ejecutivo o del Legislativo, ya de los Estados o de la Unión", el propio Congreso acogió la defensa del particular contra tales actos (que posteriormente fueron ampliados a los provenientes de los Poderes Judiciales de los Estados y de la Federación) a través del juicio de amparo, aunque limitando el alcance de las sentencias definitivas que en tales juicios se pronunciaren. Y así, el artículo 25 del Acta Constitutiva y de Reformas sancionada por el Congreso Extraordinario Constituyente el 18 de mayo de 1847, 49 estatuía: "Artículo 25. Los tribunales de la Federación ampararán a cualquier habitante de la República en el ejercicio y conservación de los derechos que le concedan esta Constitución y las leyes constitucionales, contra todo ataque de los Poderes Legislativo y Ejecutivo, ya de la Federación, ya de los Estados; limitándose dichos tribunales a impartir su protección en el caso particular sobre que verse el proceso, sin hacer ninguna declaración general, respecto de la ley o del acto que lo motivare". Mediante una acertada diferenciación propuesta por la comisión encargada de redactar la Constitución de 1857, que ella misma la calificó como "la reforma tal vez más importante que tiene el proyecto de tratar de las controversias que se susciten por leyes o actos de la Federación o de los Estados, que ataquen sus respectivas facultades o que violen las garantías otorgadas por la Constitución", el Constituyente de 1856 reservó al juicio de amparo, propiamente tal, el conocer de toda controversia que se suscite por leyes o actos de cualquiera autoridad que violen las garantías individuales, por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados y por leyes o actos de las autoridades de éstos que invadan la esfera de la autoridad federal; excluyendo las demás controversias en materia federal, para que de ellas conociese el mismo Poder Judicial de la Federación actuando en juicios de su jurisdicción ordinaria; y limitando también el alcance de las sentencias pronunciadas en amparo. De esta manera, los artículos 101 y 102 de la citada Constitución de 57 establecían: "Artículo 101. Los Tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite: I. Por leyes o actos de cualquier autoridad que violen las garantías individuales. II. Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados. III. Por leyes o actos de las autoridades de éstos, que invadan la esfera de la autoridad federal"; y el "Artículo 102. Todos los juicios de que habla el artículo anterior, se seguirán a petición de la parte agraviada, por medio de procedimientos y formas del orden jurídico, que determinará una ley. La sentencia será tal, siempre, que sólo se ocupe de individuos particulares, limitándose a protegerlos y ampararlos en el caso especial sobre que verse el proceso, sin hacer ninguna declaración general respecto de la ley o acto que la 50 motivare". Finalmente, la Constitución vigente, de 5 de febrero de 1917, conservó tal diferenciación jurisdiccional, encomendando al Poder Judicial de la Federación el conocimiento de ambas clases de controversias y dándole por ello plenitud de jurisdicción constitucional extraordinaria en los casos de amparo y ordinaria en los demás, en éstos, cuando sólo se controviertan cuestiones meramente legales en materia federal; y conservó el mismo alcance limitado en las sentencias pronunciadas en los juicios de amparo. Así dicen los artículos relativos: "Artículo 103. Los tribunales de la Federación resolverán toda controversia que se suscite: I. Por leyes o actos de la autoridad que violen las garantías individuales. II. Por leyes o actos de la autoridad federal que vulneren o restrinjan la soberanía de los Estados. III. Por leyes o actos de las autoridades de éstos, que invadan la esfera de la autoridad federal", y 107, fracciones I y II, en su texto actual: "Artículo 107. Todas las controversias de que habla el artículo 103 se sujetarán a los procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de acuerdo con las bases siguientes: "I. El juicio de amparo se seguirá siempre a instancia de parte agraviada. II. La sentencia será siempre tal, que sólo se ocupe de individuos particulares, limitándose a ampararlos y protegerlos en el caso especial sobre el que verse la queja, sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la motivare"; la Ley de Amparo, al reglamentar este precepto constitucional, consignó lo siguiente en el párrafo primero de su artículo 76: "Las sentencias que se pronuncien en los juicios de amparo sólo se ocuparán de los individuos particulares o de las personas morales, privadas u oficiales que lo hubiesen solicitado, limitándose a ampararlos y protegerlos, si procediere, en el caso especial sobre el que verse la demanda sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la motivare". Por otra parte y para el fin que se persigue, es preciso señalar que jurídicamente la acción de amparo no es un derecho de acción procesal ordinaria civil, penal o administrativa (que fundamentalmente consiste en motivar la prestación por parte del Estado de su actividad jurisdiccional para la declaración del derecho incierto de los particulares o del Estado como sujeto de derecho privado, y para la realización forzosa de sus intereses cuando su tutela sea 51 cierta); sino que es puramente constitucional, nace directamente de la Constitución; va dirigida a controlar el acto de la autoridad, no la ley común; no le interesa la violación de derechos efectuada por particulares y entre particulares, ni los obstáculos que se opongan a la realización de la norma jurídica. La acción de amparo no tutela los intereses que en el acto jurisdiccional ordinario se han dejado a los tribunales comunes; sino que va dirigida a hacer respetar la propia Constitución cuando la autoridad ha rebasado sus límites. De aquí que la sentencia de amparo no satisfaga de manera preferente intereses tutelados por la norma jurídica meramente legal o ley común; ya que, como culminación de la acción constitucional extraordinaria, se limita a amparar y proteger al agraviado sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que la motivare; y por ello el efecto jurídico de una sentencia de amparo es el de restituir al propio agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación si el acto reclamado es de carácter positivo, u obligando a la autoridad responsable a que obre en el sentido de respetar la garantía de que se trate y a cumplir por su parte lo que la misma garantía exija, si aquél es negativo, según lo consigna el artículo 80 de la Ley de Amparo. Congruente con lo antes expuesto se ha pronunciado la jurisprudencia de este Alto Tribunal, como es de verse por las tesis 175 y 176, publicadas a fojas 316 y 317, respectivamente, de la Sexta Parte de su compilación 1917-1965 (correspondientes a las tesis 173 y 174 del Apéndice de Jurisprudencia 1917-1975, Octava Parte, páginas 296 y 297) que dice así: "175. SENTENCIAS DE AMPARO. Sólo pueden resolver sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto que se reclama, y nunca sobre cuestiones cuya decisión compete a los tribunales del fuero común"; y "176. SENTENCIAS DE AMPARO. El efecto jurídico de la sentencia definitiva que se pronuncie en el juicio constitucional, concediendo el amparo, es volver las cosas al estado que tenían antes de la violación de garantías, nulificando el acto reclamado y los subsecuentes que de él se deriven". Dada, pues, la naturaleza jurídica propia de ambas acciones, esencialmente diferentes entre sí, es por lo que la sentencia de amparo en ningún caso puede tener efectos erga 52 omnes, ya que, según se ha dicho, sólo se ocupa de personas particulares sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que motivare la queja; lo que no sucede en las pronunciadas en los juicios comunes, que frecuentemente sí tienen esas consecuencias, como sucede en todas las sentencias declarativas. Consecuentemente con lo anteriormente expuesto, esta Sala se ve impedida para pronunciar en el caso una sentencia de fondo. En efecto, de concederse la protección constitucional a los quejosos, o sea, de resolverse que es inconstitucional el decreto del Ejecutivo Federal impugnado que abrogó el de 28 de marzo de 1947 (que había declarado saturada la industria cigarrera en el país), la consecuencia lógica de la ejecutoria que en tal sentido se pronunciare, sería que subsistiera la prohibición consignada en el primer decreto, es decir, la de que ninguna persona pudiera establecer una fábrica de cigarros, hubiese sido o no oída y vencida en juicio, no obstante que a todos favorece el levantamiento de tal prohibición. Un fallo de esta naturaleza tendría, pues, efectos y consecuencias erga omnes; lo cual contraría y desconocería la naturaleza propia de las sentencias pronunciadas en los juicios de amparo, que, como ya quedó precisado, sólo han de ocuparse de personas particulares sin hacer una declaración general respecto de la ley o acto que motivare la queja. Es por esto que en estos casos resulta improcedente la acción constitucional a virtud de lo mandado por el artículo 73, fracción XVIII, de la Ley de Amparo, en relación con los artículos 107, fracción II, párrafo primero, de la Constitución Federal y 76, párrafo primero, de la misma ley reglamentaria; lo que, en suma, lleva a la conclusión de confirmar el sobreseimiento recurrido.” (Informe 1974, Segunda Parte, Segunda Sala tesis 37, Página 114. Informa 1979, Segunda Parte, Segunda Sala, tesis 142, página 124. Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. SENTENCIAS DE AMPARO, ALCANCE LEGAL DE LAS. Semanario Judicial de la FEDERACIÓN Volumen 121-126, Página 70, Séptima Época) “EFECTOS DE LA SENTENCIA DE AMPARO. De acuerdo con lo establecido en el artículo 80 de la Ley de Amparo y en la tesis de jurisprudencia número 174, 53 publicada en la página 297 de la Octava Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación de 1975, con el texto siguiente: "SENTENCIAS DE AMPARO. El efecto jurídico de la sentencia definitiva que se pronuncie en el juicio constitucional, concediendo el amparo, es volver las cosas al estado que tenían antes de la violación de garantías, nulificando el acto reclamado y los subsecuentes que de él se deriven"; y en virtud de que el juicio de garantías debe tener siempre una finalidad práctica y no ser medio para realizar una actividad meramente especulativa, para la procedencia del mismo es menester que la sentencia que en él se dicte, en el supuesto de que sea favorable a la parte quejosa, pueda producir la restitución al agraviado en el pleno goce de la garantía individual violada, de manera que se restablezcan las cosas al estado que guardaban antes de la violación cuando el acto reclamado sea de carácter positivo, o cuando sea de carácter negativo (o constituya una abstención) se obligue a la autoridad responsable a que obre en el sentido de respetar la garantía de que se trate y a cumplir, por su parte, lo que la misma garantía exija.“ (Tesis 141. Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. EFECTOS DE LA SENTENCIA DE AMPARO. Semanario Judicial de la Federación, Volumen 151-156, Tercera Parte. Séptima Época. Pág. 119) En términos generales el amparo fue creado para restituir al agraviado en el pleno goce del derecho constitucional violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación, protección de la justicia de la federal que se da en base a los derechos reconocidos por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los derechos reconocidos por las Leyes emanadas de la misma. En conclusión, la interpretación tradicional de los efectos de la sentencia de amparo, identifica a la restitución como una especie de nulidad, es decir, dejar sin efectos el acto violatorio de derechos humanos y volver las cosas al estado que guardaban antes de la violación. En ese contexto, el derecho de acceso a la justicia pierde eficacia real, ya que a través del juicio de amparo (medio específico de protección de derechos humanos), no se 54 podría reparar las violaciones a los derechos humanos de los quejosos, al no estar incorporados en la norma los tipos de reparación derivados de la “restitutio in integrum”. 1.2 Interpretación conforme a los estándares internacionales en materia de Derechos Humanos. El Estado Mexicano mediante reforma constitucional en materia de Derechos Humanos aprobada por el Constituyente Mexicana y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio de 2011, se adhirió a los estándares internacionales que en materia de Derechos Humanos rigen hoy la cooperación internacional. De trascendental importancia resulta analizar el artículo primero constitucional, que cambió radicalmente, para ser reformado y adicionado con dos párrafos, quedando de la siguiente manera: “1. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. Las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia favoreciendo en todo tiempo a las personas la protección más amplia. Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias, tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad. En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, en los términos que establezca la ley. 55 Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por este solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.”. Del primer párrafo se desprende una “internalización del derecho constitucional” (Ferrer Mc-Gregor) en el sentido de que no serán únicamente reconocidos los derechos humanos contenidos en la Constitución mexicana, sino que más allá de ellos, también lo aquellos reconocidos en los tratados internacionales de los que la Nación Mexicana sea parte. La Ley de Amparo vigente, Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 77, señala los efectos que tendrá la sentencia de amparo dictada en un procedimiento de protección constitucional ante los Tribunales Constitucionales correspondientes, de la siguiente manera: “77. Los efectos de la concesión del amparo serán: I. Cuando el acto reclamado sea de carácter positivo se restituirá al quejoso en el pleno goce del derecho violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación; y II. Cuando el acto reclamado sea de carácter negativo o implique una omisión, obligar a la autoridad responsable a respetar el derecho de que se trate y a cumplir lo que el mismo exija. En el último considerando de la sentencia que conceda el amparo, el juzgador deberá determinar con precisión los efectos del mismo, especificando las medidas que las autoridades o particulares deban adoptar para asegurar su estricto cumplimiento y la restitución del quejoso en el goce del derecho. 56 En asuntos del orden penal en que se reclame una orden de aprehensión o auto de vinculación a proceso en delitos que la ley no considere como graves, la sentencia que conceda el amparo surtirá efectos inmediatos, sin perjuicio de que pueda ser revocada mediante el recurso de revisión; salvo que se reclame el auto de vinculación a proceso y el amparo se conceda por vicios formales. En caso de que el efecto de la sentencia sea la libertad del quejoso, ésta se decretará bajo las medidas de aseguramiento que el órgano jurisdiccional estime necesarias, a fin de que el quejoso no evada la acción de la justicia. En todo caso, la sentencia surtirá sus efectos, cuando se declare ejecutoriada o cause estado por ministerio de ley.” (LAR 103 Y 107 CPEUM, art 77) De la transcripción del artículo 77 de la Ley de Amparo se aprecia (como se ha mencionado en capítulos anteriores) que el efecto de una sentencia de amparo deberá en todo momento buscar la restitución al quejoso en el pleno goce del derecho vulnerado, o bien en lo más cercano a que se repare el daño ocasionado, precisando el Juez de Amparo, en la sentencia las medidas que las autoridades o particulares deban adoptar para asegurar el cumplimiento y la restitución en el goce del derecho que se trate. Raúl Pérez Johnston, no conforme con el texto establecido en los numerales 77 y 78 de la Ley de Amparo, al considerarlos limitados y restrictivos de cómo entender la reparación que debe contener la sentencia de amparo, señala lo siguiente: “ … debemos decir que el artículo 77 de la Ley de Amparo, simplemente establece que el efecto de la sentencia concesoria es restituir en el goce de la garantía o derecho violado al particular, y que esta restitución- igual como sucedía con los interdictos restitutorios o con la interpretación histórica de las primeras leyes de amparo-, según la naturaleza del acto, puede consistir en dos posibilidades: I) En tratándose de actos positivos, el efecto del juicio de amparo será el de restablecer las cosas al estado que guardaban antes de la violación; II) Tratándose de actos 57 negativos, obligar a la autoridad a actuar en el sentido de respetar el derecho y a cumplir con lo que dicho derecho exija.”(Pérez Johnston,2013) Al respecto de los efectos que tiene una sentencia de amparo, los Tribunales de Amparo han realizado ya una interpretación del contenido del artículo 77 de la Ley de Amparo vigente en el marco positivo mexicano, obligatoria para los jueces de amparo, al ser ya una tesis de jurisprudencia, y la cual es la siguiente: “SENTENCIAS DE AMPARO. SUS EFECTOS (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 77 DE LA LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE). El citado artículo regula los efectos de la concesión del amparo, distinguiendo entre los actos reclamados de carácter positivo y negativo. Cuando sean de carácter positivo, el efecto es restituir al quejoso en el pleno goce del derecho violado, restableciendo las cosas al estado que guardaban antes de la violación, lo que implica que la autoridad responsable deje insubsistente su acto que fue declarado inconstitucional. Cuando se trate de un acto de carácter negativo o que implique una omisión, el efecto será el de obligar a la autoridad responsable a que obre en el sentido de respetar el derecho de que se trata y a cumplir, lo que éste exija. Sin embargo, cuando el acto es judicial y se trata de una cuestión litigiosa, por la naturaleza del asunto, no puede dejar de resolverse, en acatamiento a las garantías de debido proceso y acceso pleno a la administración de justicia que establecen los artículos 14 y 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Por tanto, la autoridad judicial siempre deberá dictar una sentencia en la que atienda a la declaración de inconstitucionalidad y subsane ese vicio, con las consecuencias jurídicas procesales y sustantivas que implique.” (Tesis de Jurisprudencia I.3º. C. j/6 (10a.). Tribunales Colegiados de Circuito. SENTENCIAS DE AMPARO. SUS EFECTOS (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 77 DE LA LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE). Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Enero de 2014, Décima Época, Tomo IV. Pag. 2895) 58 Sin dejar a un lado que derivado de la reforma que se comenta en párrafos que anteceden, se debe de buscar siempre en materia de derechos humanos la interpretación por parte del Juez de Amparo de conformidad con la Constitución Mexicana y con los tratados internacionales de derechos humanos de los que México sea parte y en su aplicación se observaran aquellas que resulten más favorables a la persona que fue vulnerada en su esfera jurídica elemental. Eduardo Ferrer Mc- Gregor señala que la nueva cláusula de interpretación conforme, contenida en el artículo primero constitucional prevé un mandato interpretativo en materia de derechos humanos. “Se trata de la constitucionalización de un criterio o principio hermenéutico específico de los derechos fundamentales, que de manera poco clara y aislada venía realizando la Suprema Corte en los últimos años.” (Ferrer Mac-Gregor, 2012) Al respecto de lo anterior, José Luis Caballero Ochoa señala que “la interpretación conforme” es la respuesta constitucional para acompañar la incorporación de los tratados internacionales sobre derechos humanos al orden interno.(Caballero Ochoa,2013) Por su parte Raúl Pérez Johnston abunda en que las disposiciones de las leyes reglamentarias de la Constitución, deben de interpretarse de manera armónica, en acatamiento del artículo primero constitucional, esto es, el Juez de Amparo está obligado a buscar la reparación integral que se encuentren vigentes en el marco normativo mexicano, así como a la fuente internacional, como es el caso de la Ley General de Victimas, Reglamentaria del Párrafo Tercero del Artículo Primero Constitucional que en efecto guarda estrecha relación en cuanto al concepto de reparaciones en el país, y la cual contempla la reparación integral que debe de buscar una sentencia de amparo. Sirve de apoyo citar la Tesis de Jurisprudencia emitida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que señala sobre los pasos a seguir por los jueces para control de constitucionalidad y convencionalidad en materia de derechos humanos: 59 “PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. La posibilidad de inaplicación de leyes por los jueces del país, en ningún momento supone la eliminación o el desconocimiento de la presunción de constitucionalidad de ellas, sino que, precisamente, parte de esta presunción al permitir hacer el contraste previo a su aplicación. En ese orden de ideas, el Poder Judicial al ejercer un control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos, deberá realizar los siguientes pasos: a) Interpretación conforme en sentido amplio, lo que significa que los jueces del país -al igual que todas las demás autoridades del Estado Mexicano-, deben interpretar el orden jurídico a la luz y conforme a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los cuales el Estado Mexicano sea parte, favoreciendo en todo tiempo a las personas con la protección más amplia; b) Interpretación conforme en sentido estricto, lo que significa que cuando hay varias interpretaciones jurídicamente válidas, los jueces deben, partiendo de la presunción de constitucionalidad de las leyes, preferir aquella que hace a la ley acorde a los derechos humanos reconocidos en la Constitución y en los tratados internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte, para evitar incidir o vulnerar el contenido esencial de estos derechos; y, c) Inaplicación de la ley cuando las alternativas anteriores no son posibles. Lo anterior no afecta o rompe con la lógica de los principios de división de poderes y de federalismo, sino que fortalece el papel de los jueces al ser el último recurso para asegurar la primacía y aplicación efectiva de los derechos humanos establecidos en la Constitución y en los tratados internacionales de los cuales el Estado Mexicano es parte.” (Tesis P. LXIX/2011. Pleno Suprema Corte de Justicia de la Nación. PASOS A SEGUIR EN EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD Y CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Diciembre 2011, Décima Época, Libro III, Tomo I, Pág. 552) 60 Como antecedente de la anterior tesis jurisprudencial, es necesario señalar que fue a consecuencia de la sentencia sobre excepciones preliminares, fondo, reparaciones y costas, en el Caso Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos que el 23 de noviembre de 2009 dictara la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Dentro de las múltiples conclusiones a las que llego la corte, se encuentra lo referente al control de convencionalidad, reiterando con ello a los jueces mexicanos que la obligación de realizar dicho control recae sobre ellos, en el considerando 339 de la sentencia de la corte, establece: “En relación con las prácticas judiciales, este Tribunal ha establecido en su jurisprudencia que es consciente de que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y, por ello, están obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces, como parte del aparato del Estado, también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención, no se vean mermadas por la publicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer un control de convencionalidad ex officio entre las normas internas y la Convención Americana, evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana, intérprete último de la Convención Americana. (Caso Radilla Pacheco vs Estados Unidos Mexicanos. Sentencia del 23 de noviembre de 2009. Considerando 339) Por tanto, la interpretación conforme, al tener su origen en la incorporación de los estándares internacionales en materia de reparaciones por violaciones a los derechos humanos, comprende la “restitutio in integrum”, o bien, la indemnización (daños y 61 perjuicios, daño moral, costas), daño al proyecto de vida, medidas de derecho interno, la satisfacción, rehabilitación, garantías de no repetición o supervisión. Lo anterior se ve reflejado en las sentencias en las que el Estado mexicano ha sido condenado por violaciones a los derechos humanos; en el caso Castañeda Gutman, el primero que la corte se pronunció en materia de reparaciones a cargo del Estado mexicano, la corte Interamericana de Derechos Humanos dispuso diversas medidas tales como indemnización, gastos, costas y publicación de la sentencia. En la sentencia dictada en el caso Campo Algodonero, se planteó a propósito de crímenes contra mujeres cometidos durante más de una década en Ciudad Juárez, el tema de las violaciones de derechos por motivos de género. En el caso Rosendo Cantú figuran reparaciones de diverso carácter tanto dirigidas a la compensación en favor de las víctimas por los daños causados como atentan a la modificación de patrones, normas y prácticas generadoras de violaciones. En el caso Cabrera y Montiel, hubo condena a indemnizar, publicar y reconocer la responsabilidad del estado. Tratamiento médico y psicológico de quienes lo requieran y acepten. Modificación de la Ley Castrense. El caso Rosendo Radilla la Corte, al determinar que el Estado mexicano era responsable de diversas violaciones a los derechos humanos determinó dentro de su condena la obligación de investigar los hechos e identificar, juzgar y, en su caso, sancionar a los responsables, estableció medidas de satisfacción y garantías de no repetición, tales como continuar con la búsqueda efectiva y la localización inmediata de Rosendo Radilla Pacheco o, en su caso, de sus restos mortales, reformar la legislación penal conforme con los estándares internacionales en la materia, etc., así como establecer programas permanentes de análisis de la jurisprudencia del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos entre otras; por último también lo condenó al pago de indemnizaciones, compensaciones, costas y gastos. En el caso de Inés Fernández Ortega, en el que el Estado mexicano también fue condenado, la Corte determinó que México estaba obligado a investigar los hechos e identificar, juzgar 62 y eventualmente sancionar a los responsables; adecuar su derecho interno a los estándares internacionales en materia de justicia, ordenándole reformar la Constitución Política y el Código de Justicia Militar, etc., a realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad, entre otros. De igual forma, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido en la parte condenatoria de algunas sentencias, la indemnización por daños, pago de costas y gastos, atención en instituciones de salud, publicación de la sentencia, reconocimiento de responsabilidad, atención médica, medidas conducentes a facilitar el reacomodo de las víctimas en sus comunidades, el reconocimiento público, desagravio a las víctimas y a la sociedad por parte del Estado, atención psicológica en instituciones públicas u organismos privados, facilitación de estudios, dotación de recursos, protección de la salud a la víctimas y familiares, así como medidas de seguridad para desplazados. 2. Consecuencias de cada una de las interpretaciones del artículo 77 de la Nueva Ley de Amparo. El gran paso que México ha dado en materia de Derechos Humanos es de suma importancia, colocando al País en los estándares más altos en cuanto a la defensa de derechos fundamentales, internacionalmente hablando; al respecto de dicha reforma, el Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Jorge Mario Pardo Rebolledo, refiere:“(…) Hoy tenemos un marco constitucional renovado, nuevo en muchos aspectos por lo que se refiere a la defensa, protección y garantía de los derechos humanos, evidentemente la vocación de nuestra Constitución y de nuestros órganos de control constitucional tradicional siempre ha sido la defensa de los derechos humanos, pero a partir de esta reforma tenemos, por llamarlo de alguna manera, nuevas herramientas y mayores elementos para poder llevar a cabo nuestra función.”. La forma en que anterior o tradicionalmente se entendía los efectos de una sentencia de amparo han quedado rebasados, ya que resultaba limitante para el Juez de Amparo tener 63 que constreñirse únicamente al texto de nuestra constitución y con herramientas nacionales tratar de restituir al ciudadano violentado en su esfera de derechos humanos en el goce del derecho que se trate. Hoy es distinto, la interpretación que se haga para efecto de que en la aplicación del artículo 77 de la Ley de Amparo, deberá hacerse en base al artículo primero Constitucional, lo que le da herramientas para que apoye su decisión con la Jurisprudencia Internacional consagrada en los Tratados del que México sea parte, aunado a que el marco positivo mexicano cuenta con la Ley General de Victimas, Reglamentaria del Párrafo Tercero del Artículo Primero Constitucional, estando en condiciones de buscar como fin último del efecto de una sentencia de amparo, la plena restitución (Restitutio in Integrum) o bien la mayor reparación posible acorde a los estándares de reparación que analizamos en el capítulo anterior. 3. Casos prácticos sobre reparación integral de los derechos humanos a través del juicio de amparo. En nuestro sistema constitucional existen ejemplos sobre la forma en que a través del juicio de amparo se han puesto en práctica las formas de reparación en análisis, por citar algunas, a continuación haremos referencia a dos sentencias. 3.1. Juicio de amparo 417/2012 y acumulados 420/2012 y 428/2012. En la sentencia dictada en el juicio de amparo 417/2012 y acumulados 420/2012 y 428/2012, por el Juez Fernando Silva García, entonces titular del Juzgado Sexto de Distrito del Centro Auxiliar de la Primera región con residencia en Cuernavaca, Morelos, el dos de octubre de dos mil doce. Los antecedentes del juicio de amparo son los siguientes: La paciente es derechohabiente del Instituto Mexicano del Seguro Social, e inició observación médica en la clínica 92 de dicha institución de atención social por problemas 64 en su salud (dolor abdominal bajo la ingle y pierna izquierda) en el año dos mil dos, recibiendo tratamiento por parte de dicho instituto, sin mejoría, hasta el año dos mil cinco, año en el cual se acudió ante un médico particular, para que le realizara unos estudios, obteniendo como resultado un diagnóstico de problemas en los ovarios. El treinta y uno de agosto de dos mil cinco ingresó al Hospital General Regional número 196 del instituto demandado, y previamente confirmado el diagnostico de problemas en los ovarios, el día uno de septiembre de dos mil cinco le fue practicada una cirugía por el médico ********** (demandado en el juicio de origen), sin embargo debido a una lesión que se le ocasionó en el colon durante la intervención, se solicitó el apoyo del doctor ********** (demandado en el juicio de origen) quien, temporalmente, solventó la lesión ocasionada conectando el colon al abdomen de la paciente a fin de que pudiera evacuar. Posteriormente, el veinte de diciembre de dos mil cinco, el médico mencionado en segundo término realizó otra cirugía a la paciente a fin de restablecer el tránsito intestinal, sin embargo, le ocasionó una perforación de doce centímetros del colon hacia la vagina, y le rompió la vejiga, lo que ocasionó que evacuara por vía vaginal. Consecuentemente, debido a las complicaciones de salud por la mala cirugía practicada, fue intervenida nuevamente el seis de enero de dos mil seis por el mismo doctor a efecto de corregir la perforación en el colon y vagina, cirugía que le ocasionó diversos padecimientos en los intestinos, desnutrición severa, entre otras. Por tanto, el trece de enero de dos mil seis fue trasladada al Centro Médico *********** con pronóstico grave, y el uno de febrero de dos mil seis, con motivo de la infección abdominal que presentaba, diversos médicos le realizaron lavado y drenaje del área afectada, extrayendo dos litros de líquido intestinal, y la trasladaron al área de terapia intensiva. Posteriormente, en diversas fechas le fueron realizados constantes tratamientos médicos por las complicaciones de salud que presentaba la afectada, entre ellas, infecciones 65 abdominales (lo que ocasionó que como método hospitalario permaneciera con la herida abierta por más de quince días), obstrucciones intestinales, depresión, entre otros. A partir de esa fecha, la paciente comenzó a presentar diversos padecimientos y constantes asistencias ante los médicos, clínicas y psiquiatras dependientes del Instituto demandado para ser tratada de los múltiples malestares ocasionados por las malas cirugías practicadas. Se destaca que el propio instituto declaró la invalidez permanente de la paciente debido a los padecimientos de salud que ocasionaron las cirugías practicadas. Lo anterior dio origen a que se dictara en favor de la quejosa, en la vía ordinaria, una sentencia donde se condenó a los doctores y al Instituto en el que laboraban a pagar el daño moral causado a la peticionaria de amparo. Ello dio origen a una resolución en la que se cuantificó el monto económico que se le debía pagar por concepto de daño moral. En el juicio de aparo se controvirtió ese monto y el Juez de Distrito resolvió que, tomando en consideración que en la sentencia definitiva se fijaron las bases conforme a las cuales se debía efectuar la cuantificación por daño moral causado a la quejosa ********** consistente en las diversas lesiones en su salud tanto física como psíquica, a partir de la cirugía practicada el primero de septiembre de dos mil cinco, en la que se ocasionó la pérdida funcional del recto sigmoides, al haber sido perforado, trayendo como consecuencia la práctica de una colostomía derivativa. Al realizar la reconexión respectiva en diversa intervención quirúrgica se le ocasionó una perforación en la vejiga y en la vagina ocasionándole en consecuencia una fistula colorectocistovaginal, oclusiones intestinales, desnutrición, neumonía, derrame pleural y pericardio, edema generalizado, fibromialgia subsecuente, hipotensión arterial, cicatriz queloide, peritonitis, resección intestinal, hombro congelado, así como la necesidad de 66 cinco intervenciones quirúrgicas, entre otras consecuencias, que quedaron debidamente precisadas y acreditadas dentro del juicio natural. Lo que le causó una afectación a sus derechos a la integridad personal (física y emocional), derecho a su salud, derecho a su vida privada y a su derecho al trabajo, lo cual generó las afectaciones a que se refiere el artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal, el cual fija los supuestos que debe observar el juzgador para la cuantificación de la reparación moral. El Juez de Distrito consideró que las cantidades expuestas por la perito oficial y la designada por la parte actora, son las que constitucional y humanamente pueden cumplir con la función satisfactoria del daño moral causado a la quejosa, ya que sin sustituir o eliminar todas las consecuencias negativas que le ocasionaron a la amparista por los daños a su salud física, emocional y psíquica, sí son necesarias para mitigar el daño ocasionado, de modo que concedió el amparo a la quejosa. Resolvió que existe obligación de pago tanto de los médicos como del instituto codemandados, ya que la responsabilidad de los primeros no excluye la obligación del segundo o viceversa; por el contrario, conforme a la ley, todos se encuentran vinculados con el pago de la reparación del daño por mala praxis médica, máxime que los porcentajes a cargo de los responsables del daño deben determinarse atendiendo a los principios de proporcionalidad y razonabilidad jurídica, lo cual justifica que deba atenderse a la capacidad económica de cada uno de los codemandados a esos efectos. Esto es, los tres codemandados deben pagar a la paciente afectada en forma simultánea y de acuerdo a su capacidad económica, a fin de respetar a los principios de proporcionalidad y razonabilidad jurídica que operan en materia de daño moral. (Juicio de amparo El Juez de Distrito hizo un pronunciamiento específico sobre garantías de no repetición en el sentido siguiente: 67 “IV. Garantías de “no repetición” de la violación al derecho a la salud y del pago efectivo del daño moral por mala praxis médica. Este juzgador considera que el instituto Mexicano del Seguro Social tiene un carácter sui Géneris en el presente asunto, por ser parte quejosa en el juicio de amparo y también una de las partes que participó en la afectación de los derechos humanos de la paciente, por lo cual la concesión del amparo se debe hacer extensiva frente al Instituto Mexicano del Seguro Social, puesto que si bien es cierto, no le asiste el carácter de autoridad responsable, se encuentra vinculada con su cumplimiento, en razón a que, como ha quedado precisado en las consideraciones previas, toda práctica en los hospitales (públicos y privados) que resulte contraria a los derechos humanos a la integridad personal y a la salud de los pacientes, actualiza mala praxis médica, así como la obligación de pago de daños y perjuicios. Asimismo, este juzgador ha considerado en diversa sentencia dictada en el juicio de amparo ********** el veintiocho de febrero de dos mil doce, que en términos del artículo 1º de la Constitución Federal, tercer párrafo, existe la obligación del Estado mexicano de reparar las violaciones a los derechos humanos cometidas en contra de las personas dentro del territorio mexicano por cualquier autoridad en el ámbito de su competencia. En tales condiciones, el Estado mexicano se encuentra obligado a reparar adecuadamente a las víctimas de violaciones a los derechos humanos a través de medidas individuales tendientes a restituir, indemnizar y rehabilitar a la víctima; así como con medidas de satisfacción de alcance general (incluso las exclusivamente declarativas) y garantías de no repetición. Apoya lo anterior la siguiente tesis aislada: “DERECHOS HUMANOS. SU VIOLACIÓN GENERA UN DEBER DE REPARACIÓN ADECUADA EN FAVOR DE LA VÍCTIMA O DE SUS 68 FAMILIARES, A CARGO DE LOS PODERES PÚBLICOS COMPETENTES. Las víctimas de violaciones a los derechos humanos o sus familiares, tienen derecho a la reparación adecuada del daño sufrido, la cual debe concretarse a través de medidas individuales tendientes a restituir, indemnizar y rehabilitar a la víctima, así como de medidas de satisfacción de alcance general y garantías de no repetición, mediante los procedimientos previstos legalmente para esos efectos, lo cual no es una concesión graciosa, sino el cumplimiento de una obligación jurídica. Lo anterior deriva tanto del régimen previsto constitucionalmente como de los instrumentos internacionales ratificados por México y de los criterios de organismos internacionales, los cuales se manifiestan claramente en el sentido de que es un derecho efectivo de las personas agraviadas a nivel fundamental obtener una reparación proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño sufrido”. En esos términos y atendiendo a la obligación del Estado Mexicano a salvaguardar el derecho humano a la salud, este juzgador considera que el Instituto Mexicano del Seguro Social, como institución con obligación constitucional de proteger la salud de gran parte de la población y prestar los servicios médicos necesarios para tal efecto, en caso de no tenerlo regulado y previsto actualmente, se encuentra obligado a crear los mecanismos necesarios para que los médicos a su cargo sean capacitados y actualizados profesionalmente en forma periódica y cuenten con un seguro de responsabilidad civil profesional que ampare la mala praxis médica en que pudieran incurrir en su actividad cotidiana con los pacientes que acuden ante dicha institución, asimismo, dicho instituto, tiene el deber de vigilar que dichos mecanismos surtan plenos efectos para que, tanto la parte afectada de la mala praxis médica, como el responsable y el propio instituto, no se vean afectados de manera desmedida e injustificada económica y patrimonialmente derivado de los posibles daños ocasionados. Máxime si se toma en consideración que uno de los elementos componentes de la reparación del daño, lo es precisamente la situación económica de la víctima y de los responsables. 69 DÉCIMO CUARTO. Efectos de la sentencia de amparo. En esos términos, con fundamento en el artículo 80 de la ley de la materia, se concede el amparo y protección de la Justicia Federal solicitado por la quejosa ***** para el efecto de que la autoridad responsable Tercera Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal: Deje insubsistente el acto reclamado consistente en la resolución de diecinueve de abril de dos mil doce, dictada en el toca 430/2011. Emita una nueva debidamente fundada y motivada en la que, siguiendo los lineamientos precisados en el considerando anterior determine la cantidad que por concepto de daño moral deberán pagar los codemandados ***** y ***** así como el Instituto Mexicano del Seguro Social, a la actora *****, cantidad que no deberá ser menor a $22´611,602.41 (veintidós millones ciento noventa y un mil ochocientos pesos con ochenta y un centavos, moneda nacional), pues a consideración de este juzgador la única alternativa constitucionalmente válida que tiene la Sala es que la reparación del daño moral se cuantifique de manera equivalente a los graves e irreversibles daños sufridos en la salud física y mental de la quejosa, como quedó acreditado en el juicio de origen, pues en caso contrario se atentaría contra el derecho fundamental a la salud previsto en el artículo 4° constitucional y contra los principios de proporcionalidad y razonabilidad jurídica. Con las facultades que la ley le otorga a la Sala responsable y con la plena jurisdicción que le corresponde, deberá ordenar se realice la investigación correspondiente a fin de que se acredite o desvirtúe la existencia del seguro de responsabilidad civil profesional que, la quejosa afirma, tienen los médicos enjuiciados, para que en caso de que exista, en forma preferente, se haga efectivo en términos de lo establecido en los artículos 19, 21 y 145 a 150 Bis de la Ley para el Contrato de Seguro, y los aplicables de la Ley General de Instituciones y Sociedades Mutualistas de Seguros, principalmente, con el objeto de no afectar de manera desmedida el patrimonio y el presupuesto asignado al Instituto Mexicano 70 del Seguro Social, y con ello, el ámbito de sus funciones constitucionalmente determinadas, cuyo objetivo primordial es la asistencia a la salud pública que es de interés social, derecho humano consagrado en el artículo 4° Constitucional. Para lo cual deberá tomar en cuenta las consideraciones y lineamientos precisados en el considerando Décimo Segundo y en el punto número II del Décimo Tercer del presente fallo. Ordene que una vez realizada la investigación mencionada en el número anterior, y atendiendo al resultado, se fije de manera definitiva el porcentaje que corresponderá pagar a cada uno de los obligados codemandados por concepto de daño moral; esto es, en caso de que los médicos demandados cuenten con la protección del mencionado seguro deberán cubrir el treinta por ciento cada uno y el restante cuarenta por ciento el instituto de seguridad social; por otra parte, si no cuentan con dicho seguro, deberán cubrir el cinco por ciento cada uno de los doctores, y el resto lo deberá solventar el Instituto Mexicano del Seguro Social, lo anterior de acuerdo a las consideraciones expuestas en el considerando Décimo Segundo y los lineamientos establecidos en el numeral II del considerando Décimo Tercero de esta resolución. Ordene que se realice el pago de manera inmediata de la cantidad de $5´013,259.74 (cinco millones trece mil doscientos cincuenta y nueve pesos con setenta y cuatro centavos, moneda nacional), que corresponde a la suma del numerario que ha erogado y dejado de percibir la quejosa a partir de la fecha en que se le ocasionaron los daños (uno de septiembre de dos mil cinco) al mes de septiembre del presente año, la cual se obtiene de las ecuaciones realizadas sobre los montos fijados en las tablas respectivas, establecidas en el considerando Décimo Segundo del presente fallo, atendiendo a los razonamientos expuestos en dicho apartado, siguiendo los lineamientos destacados en el numeral III del Décimo Tercer considerando de esta resolución. 71 Resuelva, en forma paralela a la investigación de la existencia o inexistencia del seguro de responsabilidad civil profesional de los médicos codemandados, que se realicen los pagos anuales determinados que correspondan, a partir de la fecha de emisión de esta sentencia, de acuerdo a las tablas respectivas precisadas en el considerando Décimo Segundo de este fallo, mismos que deberán ser solventados por el Instituto Mexicano del Seguro Social, ya que a esta parte corresponde cubrir, como mínimo, el cuarenta por ciento sobre la cantidad que se fije como reparación del daño moral cuando exista el seguro de responsabilidad civil profesional y el sesenta por ciento restante corresponderá a los médicos demandados en partes iguales; por el contrario, si no existe el seguro mencionado, el instituto demandado cubrirá el noventa por ciento de la reparación del daño moral y cinco por ciento cada uno de los doctores; en cualquier caso, el porcentaje que corresponda pagar al Instituto Mexicano del Seguro Social no podrá ser menor a la cantidad de $9´044,640.96 (nueve millones cuarenta y cuatro mil seiscientos cuarenta pesos con noventa y seis centavos, moneda nacional), de acuerdo a lo expuesto en el numeral III del considerado Décimo Tercero de esta resolución. Determine que el pago de la indemnización por daño moral podrá cubrirse en ejercicios anuales de manera oportuna y previa a cada plazo determinado, con el objeto de no afectar en forma desmedida e irrazonable al patrimonio de los codemandados, en virtud de que la reparación del daño no tiene como objeto el enriquecimiento de la afectada, lo anterior en términos de lo establecido en los considerandos Décimo Segundo y Décimo Tercero, numeral III de esta sentencia. Finalmente, para que la Sala ordene al Instituto Mexicano del Seguro Social en el ámbito de su competencia, a que prevea, en caso de que actualmente no se encuentre previsto y regulado, la manera y los mecanismos para que todos los médicos que laboran para dicha institución sean capacitados y actualizados profesionalmente en forma periódica y para que todos ellos se encuentren amparados por un seguro de responsabilidad civil profesional vigente, a fin de que exista la posibilidad material de una reparación efectiva como garantía de no 72 repetición de la situación de incertidumbre con respecto al pago por daño moral derivado de mala praxis médica. Lo anterior, en términos de lo dispuesto en el numeral IV del considerando Décimo Tercero del presente fallo”. Los efectos otorgados a la sentencia de amparo reseñada responden a la obligación del Estado Mexicano de reparar adecuadamente a las víctimas de violaciones a los derechos humanos a través de medidas individuales tendientes a restituir, indemnizar y rehabilitar a la víctima; así como con medidas de satisfacción de alcance general y garantías de no repetición, pues obligó al Instituto de salud donde se practicaron las intervenciones a crear los mecanismos necesarios para que los médicos a su cargo sean capacitados y actualizados profesionalmente en forma periódica y cuenten con un seguro de responsabilidad civil profesional que ampare la mala praxis médica en que pudieran incurrir en su actividad cotidiana con los pacientes que acuden ante dicha institución. El dictado de esas medidas de reparación encuentra similitud con las formas de reparación que decretó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Ximenes Lopes vs Brasil en los términos siguientes: “D) OTRAS FORMAS DE REPARACIÓN (MEDIDAS DE SATISFACCIÓN Y GARANTÍAS DE NO REPETICIÓN) 240. En este apartado el Tribunal determinará aquellas medidas de satisfacción que buscan reparar el daño inmaterial, que no tienen alcance pecuniario, así como también dispondrá medidas de alcance o repercusión públicos. 241. Para efectos de una disculpa pública para los familiares de la víctima, la Corte valora y aprecia el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional 73 realizado por el Estado durante la audiencia pública celebrada el 30 de noviembre de 2005, en relación con el presente caso (supra párrs. 36 y 63). 242. Además, este Tribunal destaca el hecho de que el 3 de noviembre de 2005 el Estado renombró el Centro de Atención Psicosocial de Sobral (CAPS), que fue instalado en la ciudad Sobral en el marco de la creación de la Red de Atención Integral a la Salud Mental, con el nombre de “Centro de Atención Psicosocial Damião Ximenes Lopes”. Igualmente, el Estado designó la Sala en donde se realizó la Tercera Conferencia de Salud Mental con el nombre Damião Ximenes Lopes. Ello contribuye a despertar la conciencia para evitar la repetición de hechos lesivos como los ocurridos en el presente caso y conservar viva la memoria de la víctima. 243. Asimismo, la Corte reconoce que el Estado ha adoptado internamente una serie de medidas para mejorar las condiciones de la atención psiquiátrica en las diversas instituciones dentro del Sistema Único de Salud (SUS). Algunas de esas medidas fueron adoptadas por el Municipio de Sobral, a saber: se constituyó una comisión para investigar la responsabilidad de la Casa de Reposo Guararapes en relación con la muerte del señor Damião Ximenes Lopes; fue implementada la Red de Atención Integral a la Salud Mental de Sobral; en el año 2000 se celebró un convenio entre el Programa Salud en la Familia y el Equipo de Salud Mental del Municipio de Sobral; se estableció una Unidad de Internación Psiquiátrica dentro del Hospital General Estevan Ponte del Municipio de Sobral; un Centro de Atención Psicosocial (CAPS) especializado en el tratamiento de personas con sicosis y neurosis; un Centro de Atención Psicosocial (CAPS) especializado en el tratamiento de personas con dependencia del alcohol y otras sustancias sicotrópicas; el Servicio Residencial Terapéutico; una unidad ambulatorial de Psiquiatría Regionalizada en el Centro de Especialidades Médicas, y equipos del Programa Salud en la Familia. Igualmente, el Estado ha adoptado varias medidas a nivel nacional, entre las que se encuentran la aprobación de la Ley No. 10.216, en el año 2001, conocida como “Ley de Reforma Psiquiátrica”; la realización del 74 Seminario “Derecho a la Salud Mental reglamentación y aplicación de la Ley No. 10.216” el 23 de noviembre de 2001; la realización de la III Conferencia Nacional de Salud Mental en diciembre del año 2001; la creación a partir del año 2002 del Programa Nacional de Evaluación de los Servicios Hospitalarios Psiquiátricos; la implementación en el año 2004 del Programa de Reestructuración Hospitalaria del Sistema Único de Salud; la implementación del “Programa de Regreso a la Casa”, y la consolidación en el año 2004 del Forum de Coordinadores de Salud Mental. 244. Este Tribunal valora que el Estado haya adoptado las referidas medidas, cuya eficaz aplicación permitirá mejorar la atención de salud, su regulación y fiscalización en el marco del Sistema Único de Salud. a) Obligación de investigar los hechos que generaron las violaciones del presente caso 245. Los familiares de víctimas de violaciones de derechos humanos tienen el derecho a un recurso efectivo. El conocimiento de la verdad de lo ocurrido en violaciones de derechos humanos como las del presente caso, es un derecho inalienable y un medio importante de reparación para la víctima y en su caso, para sus familiares y es una forma de esclarecimiento fundamental para que la sociedad pueda desarrollar mecanismos propios de reproche y prevención de violaciones como esas en el futuro. 246. En consecuencia, los familiares de las víctimas tienen el derecho, y los Estados la correspondiente obligación, a que lo sucedido sea efectivamente investigado por las autoridades estatales, de que se siga un proceso contra los presuntos responsables de estos ilícitos y, en su caso, de que se les impongan las sanciones pertinentes. 247. En el presente caso la Corte estableció que, transcurridos más de seis años de los hechos, los autores de los tratos crueles, inhumanos y degradantes así como de 75 la muerte del señor Damião Ximenes Lopes no han sido responsabilizados, prevaleciendo la impunidad. 248. La Corte advierte que el Estado debe garantizar que en un plazo razonable el proceso interno tendiente a investigar y sancionar a los responsables de los hechos de este caso surta sus debidos efectos, dando aplicabilidad directa en el derecho interno a la normativa de protección de la Convención Americana. b) Publicación de la sentencia 249. Conforme lo ha dispuesto en otros casos, como medida de satisfacción, el Estado deberá publicar en el Diario Oficial y en otro diario de amplia circulación nacional, por una sola vez, el capítulo VII relativo a los Hechos Probados de esta Sentencia, sin las notas al pie de página correspondientes, y además, la parte resolutiva de la misma. Para estas publicaciones se fija el plazo de seis meses, a partir de la notificación de la presente Sentencia. c) Establecimiento de programas de capacitación 250. Quedó probado en el presente caso que al momento de los hechos no existía una adecuada atención para el tratamiento e internación de personas con discapacidad mental, como en el caso de la Casa de Reposo Guararapes, institución que brindaba ese servicio dentro del Sistema Único de Salud. Si bien se destaca el hecho de que el Estado ha adoptado diversas medidas destinadas a mejorar esa atención, este Tribunal considera que el Estado debe continuar desarrollando un programa de formación y capacitación para el personal médico, psiquiátrico, psicológico, de enfermería, auxiliares de enfermería y para todas aquellas personas vinculadas con la atención de Salud Mental, en particular, sobre los principios que deben regir el trato a ser ofrecido a las personas que padecen de discapacidad mental, conforme a los estándares internacionales en la materia y aquellos establecidos en la presente Sentencia (supra párrs. 130 al 135).”. 76 3.2. Juicio de amparo 373/2011. En la diversa sentencia dictada en el juicio de amparo 373/2011, por el Juez Fernando Silva García, entonces titular del Juzgado Sexto de Distrito del Centro Auxiliar de la Primera región con residencia en Cuernavaca, Morelos, el veintiocho de febrero de dos mil doce. Los antecedentes del juicio de amparo son los siguientes: ********** de nacionalidad Mexicana/Canadiense y *********** de nacionalidad Canadiense son padres de ********** quien nació el 5 de junio de 2006 en Montreal, Canadá contando actualmente con 5 años de edad. El menor ********** junto con sus padres, tuvo su residencia en Montreal, Canadá hasta el 5 de diciembre de 2007, fecha en que su madre se trasladó, junto con su hijo **********a la Ciudad de México, sin que, a la fecha, ninguno de los dos hubiere regresado a Canadá. Con motivo de esos hechos, el 20 de noviembre de 2008 el padre del menor ********** solicitó ante la Corte de Québec la restitución de su menor hijo, aduciendo que él únicamente había dado autorización para que el menor saliera del país por un periodo máximo de seis meses, plazo que, en ese momento, ya se encontraba excedido, aunado al hecho de que la madre del menor le había informado que ni ella ni el niño regresarían a Canadá. El 10 de diciembre de 2008 la Corte de Québec ordenó el regreso del menor ********** a Montreal para el 20 de diciembre de 2008 o antes, autorizando al padre del niño a que, en caso de incumplimiento de la madre, aquél podría ir a México a buscar a su hijo y llevarlo de vuelta a Canadá. Asimismo, la Corte fijó un régimen de convivencia entre el niño y su madre, régimen que debía llevarse a cabo en Montreal; asimismo prohibía a la madre del niño a salir de Québec. Finalmente fijó el 9 de enero de 2009 para que se 77 llevara una audiencia con la partes de manera que pudiera determinar las modalidades de la guarda y custodia del niño, así como derechos accesorios a ésta. Dicha determinación fue enviada a México a través del Ministerio de Justicia de Québec, Canadá para hacer efectivo el cumplimiento y aplicación de la Convención de la Haya sobre los Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional, en lo que respecta a la localización y restitución del menor ********** a Canadá. El Juez consideró inconstitucional el proceso de restitución internacional de menor porque no fue notificada ni emplazada al procedimiento a la madre del menor quejoso porque fue privada del derecho de guarda y custodia de hecho que venía ejerciendo sobre el niño desde el año dos mil siete en nuestro país, sin que previamente a la privación de su libertad y la del niño, tuviera la oportunidad de ser oída en el procedimiento donde se decidirá sobre la restitución o no del niño quejoso a Canadá. También consideró inconstitucional que la detención de la madre y del niño trajo consigo la violación al derecho fundamental a la integridad y libertad personal de la madre y niño quejosos. En efecto, de los hechos del caso se puede advertir que sin mediar emplazamiento o notificación alguna, el día catorce de junio de dos mil once, la madre y el niño fueron interceptados por la Policía Ministerial Federal a las afueras del Poder Judicial de la Federación con residencia en Cuernavaca, Morelos y fueron trasladados por medio de la fuerza al Juzgado Décimo Tercero de lo Familiar en el Distrito Federal. Hechos consecuencia de las órdenes emitidas por el juez responsable de fechas uno de abril y trece de junio de dos mil once. Dicha privación de la libertad durante el traslado de Cuernavaca, Morelos al Distrito Federal, aun cuando no hubieren existido otros maltratos físicos o de otra índole, presume la violación a la integridad psíquica y moral de los quejosos, ya que la separación forzosa del menor de su madre, así como el uso de la fuerza pública para subirlos al vehículo que los trasladaría al Distrito Federal, resulta por sí mismo, un hecho traumático y perturbador 78 que los puso en una situación de particular vulnerabilidad, máxime que la madre quejosa refirió que durante el traslado estuvo incomunicada pues los agentes ministeriales le prohibieron el uso de su teléfono celular, sin que el dicho de la quejosa hubiere sido desvirtuado en la secuela del procedimiento. La juez responsable una vez que resguardo al menor en el Juzgado del que es titular, ordenó que el menor permaneciera con su progenitor hasta el día siguiente quince de junio de dos mil once, fecha que en que se continuaría la audiencia de ese día catorce de junio de dos mil once. La juez responsable, según se observa, omitió escuchar al menor previamente a determinar que el niño permaneciera ese día con su padre, como se ve, no tomó en cuenta lo que el niño deseaba y sentía, máxime que durante los últimos cuatro años se había encontrado permanentemente a lado de su progenitora, lo que hacía indispensable escuchar al menor en ese momento. Tanto el Juez Décimo Tercero de lo Familiar en el Distrito Federal como el Director General de Protección a Mexicanos en el Exterior y el Director de Derechos de Familia, violaron en perjuicio de la parte quejosa sus derechos fundamentales al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, al omitir llevar a cabo la etapa de mediación dentro del procedimiento de restitución del menor quejoso. Al precisar los efectos del amparo, el Juez de Distrito hizo un pronunciamiento específico sobre garantías de no repetición en el sentido siguiente: “DÉCIMO QUINTO. Efectos de la sentencia. Este juzgador encuentra que la Constitución Federal en su artículo 1º impone a los operadores jurídicos el deber de reparar en caso de que se hayan violado derechos humanos, a ese respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha 79 establecido que una reparación integral y adecuada, en el marco de la Convención, exige medidas de rehabilitación, satisfacción, y garantías de no repetición. En cumplimiento a dicho mandamiento constitucional, este juzgador concede la protección constitucional para los siguientes efectos: a) Que el juez familiar responsable garantice la no repetición de las violaciones perpretadas a la parte quejosa consistentes en la violación al derecho fundamental de audiencia, debido proceso, integridad y libertad personal; así como el derecho fundamental del menor a ser oído oportunamente en un procedimiento judicial o administrativo, en términos de los considerandos noveno y décimo de esta resolución. b) Que el juez familiar garantice al menor y a su madre un tratamiento psicológico que ayude a reparar el daño que sufrieron en su integridad psíquica y moral, por los hechos ocurridos el catorce de junio de dos mil once a las afueras del Poder Judicial de la Federación, con residencia en Cuernavaca, Morelos, en términos del considerando noveno de esta resolución. c) Que el juez familiar responsable, sin dejar insubsistente todo lo actuado en el procedimiento de restitución, realice la etapa de mediación entre las partes en el procedimiento, misma que deberá llevarse a cabo ante un mediador, quien deberá ser un tercero neutral que asista a las partes a lograr su propio acuerdo y tomar sus decisiones, pudiendo ser un terapeuta especialista en terapia familiar o de pareja, en términos del considerando décimo primero de esta resolución. d) Que el juez familiar responsable permita a la madre del niño abandonar su jurisdicción únicamente para los efectos de dar cumplimiento a la obligación impuesta por el Juez Cuarto de Distrito en el Estado de Morelos dentro del expediente 916/2009-4, en términos del considerando décimo segundo de esta resolución. e) Que el juez familiar responsable fije un horario flexible para que se lleven a cabo las convivencias con su menor hijo, en tanto que el padre del niño tiene su residencia fuera del el país, por lo que se deberá garantizar que el Centro de 80 Convivencias preste sus servicios permanentemente en el horario señalado cada que el padre visite a su hijo y mientras se resuelve el procedimiento de restitución del hijo de las partes. Asimismo, se considera que el juez responsable debe garantizar una comunicación libre y espontánea entre el menor quejoso y su padre, ya sea por vía telefónica, electrónica o cualquier otra tecnología que lo permita, mientras se decida en definitiva sobre su restitución, por lo que deberá apercibir a la madre del menor para que no obstaculizara dicha comunicación y, por el contrario, fomente el afianzamiento de los lazos paterno-filiales entre el padre de su hijo y el niño, en términos del considerando décimo tercero de esta resolución”. Dada la especificidad del caso, sólo algunos de los efectos otorgados a la sentencia de amparo encuentran similitud con las formas de reparación que decretó la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Cabrera García y Montiel Flores vs México en los términos siguientes: “Medidas de rehabilitación i) Atención médica y psicológica 218. La Comisión solicitó a la Corte que ordene al Estado adoptar medidas de rehabilitación médica y psicológica a favor de las víctimas. Por su parte, los representantes agregaron que dicha atención debe ser realizada “por profesionales competentes, que incluya la provisión de medicamentos que requieran”. También solicitaron a la Corte que declare que el Estado debe hacerse cargo de “otros gastos que genere la provisión del tratamiento, tales como el transporte, entre otras necesidades que puedan presentarse”. Cabe destacar que para los representantes la “atención médica [debe ser] de calidad vitalicia […] en razón de la [alegada] tortura que [se] les [habría] inflingi[do a los señores Cabrera y Montiel]”. Además, en sus alegatos finales escritos, solicitaron se lleve a cabo “mediante un 81 esquema de reembolso que permita a las víctimas escoger a médicos y psicólogos de su confianza”. 219. En el informe psicológico de la perito Ana Deutsch se diagnosticó que las víctimas tenían síntomas de estrés post traumático y de depresión mayor, vinculados al daño físico derivado de los atentados a la integridad personal que sufrieron (supra párr. 125). Por su parte, el perito Quiroga indicó que los atentados a la integridad personal ocurridos habían generado síntomas que permanecen hasta el día de hoy y que justifican atención médica. 220. La Corte estima, como lo ha hecho en otros casos, que es preciso disponer una medida de reparación que brinde una atención adecuada a los padecimientos físicos y psicológicos sufridos por las víctimas, atendiendo a sus especificidades. Por lo tanto, habiendo constatado las violaciones y los daños sufridos por las víctimas, el Tribunal considera necesario ordenar medidas de rehabilitación en el presente caso. Asimismo, la Corte observa que actualmente el señor Montiel Flores no reside en México y que el señor Cabrera García no reside en el estado de Guerrero y desea que su sitio de residencia no sea revelado por razones de seguridad.”. 82 CAPÍTULO IV CONCLUSIONES Con base en el estudio anterior, se puede concluir que con motivo de las reformas estructurales a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de junio de 2011 en materia de derechos humanos y en materia de amparo, el marco normativo a través del cual se debe interpretar los derechos humanos en México ha cambiado, por lo tanto los operadores jurídicos deben atender a dichas reformas al momento de hacer sus sentencias. Tal como se expresó en capítulos precedentes el contenido del artículo 1 constitucional contempla que todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos por la Constitución y por los tratados internacionales en los que el Estado mexicano sea parte, de igual forma establece dos herramientas interpretativas cuya aplicación resulta obligatoria en lo que se refiere a las normas de derechos humanos, la interpretación conforme y el principio pro persona. Además, el nuevo marco normativo en materia de derechos humanos se ha visto robustecido por lo resuelto en el caso Radilla y la contradicción de tesis 293/2011 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El derecho de acceso a la justicia refleja su eficacia en las reparaciones a las violaciones de los derechos humanos, ya que la existencia de un mecanismo a través del cual el gobernado pueda hacer valer alguna violación a su esfera jurídica tiene como finalidad que, en caso de existir dicha violación, el Estado procure y repare al quejoso en sus derechos vulnerados. En México el mecanismo idóneo para reparar dichas violaciones es el juicio de amparo. Por tanto, a la luz del nuevo marco normativo en materia de derechos humanos se concluye que los jueces de amparo deben interpretar el contenido del artículo 77 de la Ley de Amparo conforme a los estándares internacionales en materia de reparaciones por violaciones a los derechos humanos, atendiendo a la indemnización, compensación, 83 rehabilitación, investigación y pago de costas y gastos, ya que con ello se da cumplimiento al mandato constitucional contenido en el artículo 1 constitucional. Dicha conclusión es consecuencia del uso de las herramientas de hermenéutica de interpretación conforme y principio pro persona, a través del cual se advirtió que si bien el legislador no contempló otro tipo de reparaciones en la Ley de Amparo, la figura de reparaciones sí se encuentra desarrollada en el ámbito internacional, por lo tanto los operadores judiciales deben de atender a dichas normas con la finalidad de hacer efectivo el derecho de acceso a la justicia y otorgar mayor protección de los derechos humanos a los justiciables. No se podría atender a la interpretación tradicional del artículo referido, la cual era utilizada como una especie de nulidad, en la que se dejaba sin efectos el acto violatorio de derechos y humanos y se volvieran las cosas al estado que guardaban antes de la violación, porque sería contrariar el mandato constitucional contenido en el artículo 1. En consecuencia el operador judicial está facultado para interpretar el artículo 77 de la Ley de Amparo conforme con la Constitución y los Tratados Internacionales en materia de derechos humanos. 84 BIBLIOGRAFÍA Acuña, Juan Manuel, “La internalización de la sentencia del Caso Radilla y los cambios estructurales en el sistema de control jurisdiccional en México”, México. Azuela, Mariano (1968). “Naturaleza de la actividad desarrollada por un Juez de Amparo”, Introducción al Estudio del Amparo. Benavides, Luis Ángel (2010). “La reparación del daño a víctimas de violaciones a los derechos humanos a la luz de la Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Derechos Humanos México”, Revista del Centro Nacional de Derechos Humanos, núm. 14, Sección de Artículos. Burgoa, Ignacio (2000). “El juicio de amparo”, Trigesimaséptima Edición, Ed. Porrúa, México. Caballero Ochoa José Luis (2013). “La interpretación conforme. 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