La VoIP, en el punto de mira de los ciberpiratas Gemma Tonijuan Expansión 25/02/05 Los problemas de seguridad pueden ser un freno para el desarrollo de esta tecnología. Una de las formas de proteger las conversaciones es encriptar las llamadas. La cada vez más popular VoIP –telefonía por Internet–parece llamada a revolucionar el panorama de las telecomunicaciones. No en vano, esta tecnología permitirá a las empresas mantener comunicaciones gratuitas a través de Internet con tarifas más económicas. También simplifica la estructura de redes, evita el doble cableado de oficinas y rebaja los costes de mantenimiento (voz y datos comparten la misma red). Estas ventajas podrían convencer a 26 millones de usuarios en 2008, según la Asociación de Industrias de Telecomunicaciones. En la misma línea, Gartner espera que en el 2007 un 97% de los sistemas de telefonía que se instalen en Estados Unidos serán VoIP o híbridos. Seguridad Pero a medida que crece su popularidad aumentan las preocupaciones por la seguridad de las comunicaciones vía VoIP. Estos problemas de seguridad no sólo comprometen el contenido de una conversación, sino también la información sobre la propia llamada. Estos datos podrían ser interceptados y registrados por terceros para conocer las llamadas entrantes y salientes de un terminal, configurar y dirigir llamadas sin consentimiento del propietario o grabar los datos de todos sus contactos para “bombardear” sus buzones de voz IP con spit (Spam over Internet Telephony), técnica bautizada como bombing o Vbombing. Otro riesgo es que los paquetes de datos sean interceptados para alterar los parámetros de una llamada, escuchar una conversación o retransmitirla íntegramente. Las llamadas también están expuestas al riesgo del “secuestro” por parte de hackers, lo que abre una serie de posibilidades maliciosas que van desde el redireccionamiento hasta el robo de identidad, también conocido como spoofin. Una de las formas de proteger las comunicaciones basadas en voz sobre IP es la “encriptación”, tanto de la señal de la llamada (para que las direcciones de teléfono no aparezcan con claridad) como de los paquetes de datos (lo que prácticamente impide insertar palabras en una conversación). Esto implica perder ancho de banda, algo que se solucionaría, según los expertos, cambiando a la última versión del Protocolo de Internet (IPv6). Además, es importante proteger periódicamente de hackers y spammers los elementos que componen la red VoIP (terminales, gatekeepers, gateways, enrutadores, conmutadores, etc.) con las actualizaciones y parches oportunos. Estructurar la red separando vo z y datos para llevar una gestión paralela puede ser de ayuda también a la hora de garantizar una mayor seguridad y calidad del servicio. Conscientes de los retos de seguridad que plantea la voz IP, una veintena de firmas de seguridad y redes –como 3Com, Siemens y Symantec– han constituido la VoIP Security Alliance (VOIPSA). Su objetivo, contrarrestar los potenciales riesgos de seguridad que amenazan el despliegue masivo de la voz sobre IP, investigando e informando a los usuarios sobre formas de proteger sus comunicaciones. Por su parte, el National Institute of Standards and Technology (NIST) de Estados Unidos ha alertado sobre las “vulnerabilidades inherentes” al protocolo VoIP, que atribuye, ante todo, a que las redes de datos están mucho más expuestas al abuso por parte de terceros que las redes telefónicas tradicionales. Mientras, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EEUU ha propuesto que las conversaciones por Internet estén sujetas a la vigilancia de la policía y los servicios de espionaje, previa autorización judicial. Paralelamente, Bruselas ha instado a sus reguladores a crear un entorno legal propicio al desarrollo de los servicios de VoIP que les permita competir con las redes tradicionales. Pocos ataques Algunos expertos señalan que los servicios de voz IP han sufrido hasta ahora pocos ataques porque el número de usuarios –5 millones en todo el mundo, según un informe de Point Topic– es todavía reducido. Pero lo cierto es que ni los riesgos que comporta usar el protocolo VoIP son muy distintos de los que amenazan al resto de redes IP, ni los agujeros de seguridad de su software son más grandes que los de otros programas que utilizamos habitualmente. En realidad, los problemas asociados a la voz IP son los propios de una tecnología todavía incipiente que debe perfeccionarse con su uso, pero también con el abuso que inevitablemente se dará, como ya ha sucedido con innovaciones como el e-mail. ¿Cuál es el mínimo de seguridad que se puede exigir a la VoIP? Una solución no demasiado compleja Francisco Javier Núñez, Gerente de PwC Los problemas relativos al protocolo VoIP no distan de los que afectan a las redes de datos convencionales, con el agravante de que utilizan tecnologías más “populares” y accesib les para los usuarios de la Red. Esto favorece la posibilidad de ataques de denegación de servicio (DoS), que producen la interrupción temporal de todas las comunicaciones. A este tipo de vulnerabilidad se le añaden las propias del protocolo utilizado y de los sistemas operativos de las máquinas que controlan las comunicaciones (IP PBX, gateways, etc.), que pueden ser aprovechadas por virus y usuarios malintencionados para escuchar las comunicaciones, interrumpirlas o incluso realizar llamadas gratis. La solución no es compleja y pasa por incorporar a la infraestructura de VoIP controles similares a los adoptados en la organización en una adecuada política de seguridad, como son el cifrado de las comunicaciones, el establecimiento de niveles de acceso a los recursos, una apropiada segregación de las redes de datos y voz, la adopción de políticas de filtrado y el establecimiento de procedimientos seguros de operación y mantenimiento. El problema es legal Brian Subirana, profesor del IESE Cuando aparecen tecnologías rompedoras, la sociedad reacciona con fobias diversas. Por ejemplo, bajo el pretexto de que estaba contaminado, se prohibió el consumo de hielo refrigerado por neveras gracias a la presión de los proveedores de hielo. Con VoIP, está claro que hay problemas relativos a la seguridad, de hecho los mismos que con el par de cobre. La diferencia es tal vez la facilidad aparente y la escala con la que se pueden realizar intrusiones. No obstante, existen soluciones técnicas a dicho problema. La seguridad no es nunca del 100%, pero pueden mitigarse las posibles vulnerabilidades. En mi opinión, el principal problema no está en las posibles intrusiones sino en los problemas legales que puedan derivarse de ellas. Por ejemplo, el hecho de efectuar llamadas por VoIP en las que se discutan temas confidenciales pueden ser consideradas por un juez prueba de una mala gestión de datos confidenciales. Posibles problemas derivados de la utilización de VoIP también pueden ser considerados como un incumplimiento de los niveles de servicio. El marco regulatorio es, una vez más, un freno para la innovación y difusión de nuevas tecnologías y una herramienta de defensa para el statu quo.