HUFFINGTONPOST.ES Ser transparente es decir siempre la verdad

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Esther Arizmendi
Presidenta del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno
Ser transparente es decir
siempre la verdad
Publicado: 10/12/2015 07:00
Hace unos días, acudí al colegio público El Quijote, de Vallecas Villa en
Madrid, a entregar un premio a uno de los niños que participó en el primer
concurso infantil Qué es la transparencia para ti, organizado por el Consejo
de Transparencia y Buen Gobierno. Diego, el niño que recibía su diploma,
había escrito que "ser transparente es ser visible".
Días antes, otros niños premiados nos dijeron que "ser transparente es que
no te puedan llamar mentiroso", o que "ser transparente es decir siempre la
verdad, y si estoy jugando a la play no puedo decir que estoy trabajando".
Las frases entrañables de estos niños, desde su inocencia, me descubrían
que estaban en lo cierto. Porque la transparencia no es otra cosa que contar
las cosas, que nos descubran los datos que hasta ahora estaban ocultos, que
los políticos nos cuenten lo que hacen, que nos describan cómo gastan
nuestros impuestos. En definitiva, que nuestros gestores públicos nos digan
la verdad.
Han pasado dos años desde que el 10 de diciembre de 2013 nuestro
Parlamento aprobara la Ley de transparencia, acceso a la información
pública y buen gobierno. Dos años de espera hasta que la ventana de la
transparencia ha quedado abierta definitivamente en toda España,
obligando a todas las administraciones públicas a servir una información que
ya es propiedad de los ciudadanos, que tienen el derecho y el deber de
saber y de participar en la vida pública.
Quizá los ciudadanos de los territorios, hoy, se hayan levantado como cada
día y acudan a su trabajo elucubrando sobre asuntos que les gustaría
conocer. ¿Cómo se gastan mis impuestos? ¿Quién habrá tomado esta
decisión? ¿Quién es el responsable de esta medida que me afecta? Todo
parece seguir igual. Sin embargo, no es así. En todos los territorios ya no hay
excusas, no hay más plazos, ni silencios. Todas las preguntas, en el ejercicio
del derecho a saber, están amparadas por una Ley, y el ciudadano tiene que
recibir respuestas veraces y concretas.
Como todos los grandes cambios, la Ley crea un órgano independiente en la
Administración General del Estado, el Consejo de Transparencia y Buen
Gobierno, y su homólogo en los distintos territorios autonómicos, para
vigilar que ese derecho se garantice.
Extraordinaria oportunidad para pasar de la queja a la acción, para
implicarse en la toma de decisiones, para observar y demandar una
rendición
de
cuentas
tantas
veces
deseada.
Para que la transparencia se produzca, es necesario que todos nos
impliquemos y que las administraciones públicas, que se han organizado
durante estos tres años para gestionar la información, cumplan con la
transparencia gracias al conjunto de empleados públicos preparados y
comprometidos con el derecho a saber de los ciudadanos.
Son importantes en esta carrera los medios de comunicación y las redes
sociales, que hoy palpitan a ritmo veloz haciendo que lo que alguien
pregunta pase inmediatamente a ser propiedad de todos.
También las universidades, que habrán de formar expertos que trabajen en
el afianzamiento de este nuevo derecho que se extenderá en la sociedad,
creciendo junto a una democracia cada vez más participativa. Las ONG, que
tanto trabajaron y esperaron diez legislaturas reclamando una Ley como la
que ahora tenemos. Y todos nosotros, ciudadanos críticos, exigentes, que
deseamos volver a creer en lo público y tener confianza en nuestras
instituciones, tan valiosas y tan denostadas.
Unos cuantos podremos hacer mucho, pero muchos podremos hacerlo
todo. La propia Ley lo dice de forma contundente en su preámbulo: "Sólo
cuando la acción de los responsables públicos se somete a escrutinio,
podremos hablar del inicio de un proceso en el que los poderes públicos
comienzan a responder a una sociedad que demanda participación".
Tantas veces hemos pedido participar, saber, conocer... que, ahora que
tenemos esta posibilidad, no podemos negarnos a exigir la transparencia.
Mientras amanece un día especial, principio de un futuro cuyo cambio está
en nuestras manos, recordemos las palabras de los niños del concurso: "Ser
transparente es decir siempre la verdad".
¿Habrá que esperar una generación? Creo que no, la Administración General
del Estado, con solo un año en transparencia, ha visto cómo más de cuatro
millones de ciudadanos se han asomado a sus datos, más de 3.400 han
solicitado información, y más de 400 han reclamado al Consejo de
Transparencia que, en un cincuenta por ciento de los casos, ha dado la razón
al ciudadano. Hoy se suben a la transparencia las comunidades autónomas y
las entidades locales. Toda España camina ya en transparencia, todos los
ciudadanos, sin excepciones, tienen ya derecho a preguntar, a demandar
información en todos los territorios.
La transparencia ya es un derecho de todos y un deber a saber, a exigir, a
participar. Es el momento y no debemos esperar más. Apuesta por la
transparencia.
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