Las zonas rurales de Europa: un recurso inestimable para todos

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SPEECH/03/534
Dr. Franz Fischler
Miembro de la Comisión Europea Responsable de Agricultura,
Desarrollo Rural y Pesca
Las zonas rurales de Europa: un
recurso
inestimable
para
todos
nosotros.-.Discurso de inauguración
Conferenza europea sobre el desarrollo rural
Salzburgo, 13 de noviembre de 2003
Eure Königliche Hoheit, sehr geehrte Minister und Abgeordnete, meine sehr
verehrten Damen und Herren!
Guten Morgen und ein herzliches Grüß Gott hier in Salzburg!
Auch wenn ich natürlich nicht ganz unvoreingenommen bin, so kann ich mir doch
keine bessere Stadt vorstellen, in der die zweite Europäische Konferenz über
ländliche Entwicklung abgehalten werden könnte. Prinz Felipe hat von der
beeindruckenden Landschaft, der spektakulären und dramatischen Kulisse, dem
reichen und vielfältigen kulturellen Erbe Europas gesprochen - dies alles findet sich
hier in Salzburg auf beispielhafte Weise wieder und gibt dieser Konferenz einen
wunderbaren Rahmen. Ein herzliches Dankeschön an die österreichische
Regierung für ihre Unterstützung bei der Organisation dieser bedeutenden
Konferenz.
Meine Damen und Herren!
Es ist ein Privileg für uns alle, zur ländlichen Entwicklung beitragen zu dürfen, wir
haben jedoch auch eine große Verantwortung zu tragen. In unseren ländlichen
Gebieten ist ein großer Teil unserer Bevölkerung zu Hause, aber auch viel
Innovation, Fachwissen sowie ein reiches kulturelles und ökologisches Erbe. All
dies ist ein unschätzbares Kapital, aus dem wir großen Nutzen ziehen können.
Aber: das Ganze ist nicht so einfach. Unsere ländlichen Gebiete sind nicht nur ein
wertvolles Kapital, sondern auch eine Quelle von Ressourcen, mit denen man
vorsichtig umgehen muss und die bereits beträchtlich ausgeschöpft sind. Die
Landgebiete stellen, wie Herr Professor Bryden vorhin sagte, eine große und sehr
komplexe Herausforderung dar. Gerade wenn eine Landschaft sehr malerisch ist,
ist sie in ökologischer Hinsicht oft sehr empfindlich. Die ländliche Bevölkerung mag
noch so tüchtig sein, mangelnde Infrastruktur, fehlende Dienstleistungen und
unzureichende Vermarktungsmöglichkeiten können sie enorm einschränken. Auch
das vielfältige Erbe kann durch Entvölkerung und den Verlust von Fachwissen, das
mit den Menschen abwandert, gefährdet sein.
Wir stehen kurz vor der größten Erweiterung, die die Europäische Union je erlebt
hat. Das ist eine neue Herausforderung, der wir mit der reformierten Agrarpolitik
gerecht werden müssen.
Wir sind hier in Salzburg zusammengekommen, um unsere Erfahrungen in der
ländlichen Entwicklung Europas, die wir in den letzten Jahren gemacht haben, zu
diskutieren und zu bewerten, und um gemeinsam darüber nachzudenken, was
getan werden muss, um die nachhaltige Entwicklung unserer ländlichen Gebiete zu
verbessern.
Señoras y caballeros:
Cuando se aprobó la Agenda 2000 hace cuatro años, asistimos al nacimiento de lo
que se convertiría un día en una política madura de desarrollo rural de la UE.
Todavía no lo hemos conseguido del todo, pero hemos progresado. Las
publicaciones incluidas en la carpeta de documentación de la conferencia revelan
una programación de desarrollo rural bastante impresionante en el período
comprendido entre 2000 y 2006. Un ejemplo puede ser la financiación, que ha
ascendido a más de 60.000 millones de euros durante esos años, si incluimos los
nuevos Estados miembros, repartidos entre más de 250 programas. Esta cantidad
se duplica si añadimos la cofinanciación nacional. Así pues, estamos hablando de
importantes sumas de dinero ya invertidas en las zonas rurales de la UE.
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Pero, ¿estamos aprovechando bien este dinero? ¿Qué éxito ha tenido nuestra
política hasta ahora? El profesor Bryden nos ha enseñado un cuadro bastante
diverso de realidades rurales y coincido con él en afirmar que todavía queda mucho
por hacer. Me preocupa especialmente el hecho de que, en varias zonas rurales, la
despoblación siga siendo un problema grave, ligado a las bajas tasas de natalidad
y a las altas tasas de mortalidad, además de a la emigración de los jóvenes.
Afortunadamente, también hay zonas rurales donde la población está creciendo,
aunque a veces a costa de profundos cambios en el tejido social.
También me preocupa lo afirmado por el profesor Bryden sobre la falta de acceso a
los servicios públicos, a la enseñanza superior y a la formación permanente, sobre
la falta de oportunidades de empleo y, más en general, sobre su nivel de vida más
bajo. Nuestra red de expertos de los países del centro y este de Europa ha
realizado hace poco un trabajo para nosotros en que señalan que estos problemas
se agravarán tras la ampliación. En varias regiones rurales, existe un número
mayor de niños en edad escolar que en las ciudades. Muchas veces este hecho va
unido con la vuelta al campo de trabajadores procedentes de las ciudades. Estas
dos tendencias han aumentado la presión sobre los sistemas educativos y de
formación. Al mismo tiempo, la pobreza se está agravando en muchas zonas
rurales. La conclusión de los expertos es que un empleo no agrario y fuentes de
ingresos alternativas tendrán una importancia cada vez más decisiva para el
bienestar socioeconómico de la población rural.
Pero aunque estos problemas y dificultades me preocupan mucho, también creo
que hay razones para sentirse animados: animados por lo conseguido hasta ahora,
por el gran número, cada vez mayor, de ejemplos de progreso y de éxito y, sobre
todo, por el compromiso de personas y organizaciones, de mujeres y jóvenes, en
favor de las zonas rurales, tanto en los Estados miembros actuales como en los
futuros. Sin duda debemos ser optimistas sobre nuestras zonas rurales. Su función
es indispensable en nuestras sociedades cada vez más urbanas. Sus paisajes
agrarios y sus bosques son un gran recurso de Europa, igual que el patrimonio
cultural que representan, y las personas que viven y trabajan allí, sin olvidar las
asociaciones de desarrollo rural, muchas de las cuales están representadas aquí
hoy.
Tenemos pruebas de ello en toda la UE para quien quiera verlas. Hemos pedido a
los Estados miembros que nos den ejemplos de éxitos, de sus mejores prácticas de
desarrollo rural. La respuesta obtenida es impresionante. Recibirán una primera
muestra en esta conferencia. Y cuando hayamos examinado todo esta
documentación, se compilará en una publicación. Será una buena indicación de la
amplia gama de actividades realizadas y de cómo se está aprovechando el dinero
en beneficio de las zonas rurales. Por ejemplo, miren los proyectos innovadores
que emplean a jóvenes e introducen tecnología de la información en zonas rurales
de Finlandia. Miren los planteamientos integrados de granjas del Reino Unido,
donde se aunan la protección de la naturaleza y una producción respetuosa con el
medio ambiente de productos cárnicos de calidad. O miren los proyectos de
agroturismo de Grecia, con cultivo tradicional de olivos, alojamiento en granjas y
cocina tradicional.
Éstos son sólo 3 ejemplos entre otros muchos de norte a sur en ámbitos muy
diversos. Las visitas organizadas con la ayuda de las autoridades austríacas y
alemanas más adelante durante la conferencia nos darán una mejor idea de lo que
significa el desarrollo rural en la práctica.
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Sí, hay muchos ejemplos de buenas prácticas. Y, afortunadamente, también hay
varias regiones rurales que progresan rápidamente, regiones que no sólo crecen
económicamente y aumentan su población, sino que también crean numerosos
puestos de trabajo. Los cambios tecnológicos, de las formas de vida y de las
expectativas de los consumidores brindan nuevas oportunidades de desarrollo a las
zonas rurales, por lo que sería equivocado equiparar automáticamente las zonas
rurales con desventajas en lo que respecta al desarrollo económico y el empleo.
Por supuesto, el crecimiento suscita otros problemas de sostenibilidad, de intrusión
del desarrollo urbano, de peligros para el paisaje y los hábitats, de presiones sobre
las estructuras tradicionales y el patrimonio cultural. Pero si preguntan a cualquier
persona que viva en una de estas zonas más dinámicas, verán que la ruralidad no
es una desventaja, sino todo lo contrario.
Debemos velar por que el crecimiento sea sólido y sostenible, por que las
asociaciones locales puedan aprovechar los puntos fuertes de la región y por que
nuestras zonas rurales políticas puedan aprovechar lo mejor posible las
oportunidades disponibles. Estas ambiciones no pueden dejarse para mañana. El
futuro empieza hoy.
Y el objeto de la presente conferencia de Salzburgo, casi a medio camino del
período actual de la programación, no es sólo reflejar y examinar lo experimentado
hasta ahora. También queremos mirar hacia adelante, decidir la dirección que
deseamos tome la política de desarrollo rural y, para hacerlo, necesitamos la
aportación de todas las principales partes interesadas.
Pero si queremos sembrar las semillas de una Europa rural sostenible, tenemos
que arrancar algunas malas hierbas que pueden impedir su crecimiento. Tenemos
que considerar el qué y el cómo de nuestra política de desarrollo rural: en primer
lugar, nuestros objetivos, lo que queremos conseguir y, en segundo, cómo
queremos alcanzar esos objetivos, cómo aplicar nuestra política. Y, por supuesto,
dos de las cuestiones clave al respecto son la de una mayor atención a la
sostenibilidad y la de una mayor sencillez y eficacia de la política.
Cuando hablo de lo que queremos conseguir, es importante recordar que no
empezamos de la nada. En el período de programación anterior teníamos una serie
de instrumentos separados, que se fundieron en una única normativa conforme a la
Agenda 2000. En nuestra política actual tenemos un surtido de 22 medidas de
desarrollo rural, que han han pasado a 26 tras nuestra reforma de la PAC, a partir
de las cuales los Estados miembros puedan elaborar sus programas. Es verdad
que, en su estructura y objetivos, muchas de estas medidas reflejan más su historia
y orígenes que unos objetivos políticos globales, pero ahí están y creo que tenemos
que aprovecharlas, igual que las decisiones recientes sobre el marco
presupuestario de la CAP. Como ya sabrán, la cumbre de Bruselas de 2002 acordó
el marco financiero para una UE ampliada hasta 2013 (políticas de mercado de la
PAC y complemento de ingresos), preparando así el camino a la adhesión de los
países candidatos. Y aunque se haya dejado sin fijar el importe total de financiación
que se destina al desarrollo rural, el Consejo Europeo se declaró en favor de
mantener una agricultura multifuncional en todas las zonas rurales de Europa.
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Ahora, en este contexto, ¿cómo vamos a orientar la política hacia un futuro más
sostenible?
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¿Cómo podemos aprovechar la ayuda a la reestructuración para aumentar la
competitividad del sector agrícola e impulsar el aspecto económico de la
sostenibilidad?
¿Cómo puede fomentar el apoyo a la gestión del suelo la conservación tanto
del medio ambiente rural como del campo?
Por último, ¿podemos hacer más para consolidar el tejido social de las zonas
rurales? Por ejemplo, ¿cómo podemos mejorar la calidad de vida de las
sociedades rurales? ¿Cómo podemos fomentar la diversificación para que haya
otras formas de actividad económica? Es decir, ¿cómo podemos velar por que
el campo funcione a todo motor?
Son ustedes, como partes interesadas, quienes deben decidir si los objetivos e
instrumentos ahora disponibles siguen conviniendo para responder a estas
preguntas en las circunstancias futuras. Mi opinión personal es que nuestro
planteamiento de un desarrollo sostenible de las zonas rurales debe centrarse en
estas tres áreas principales de intervención (competitividad, medio ambiente y la
sociedad rural en general).
Naturalmente, existen otras muchas cuestiones relacionadas que espero nuestros
ponentes planteen y traten durante los próximos días: ¿Dónde fijamos exactamente
las prioridades de cofinanciación comunitaria? ¿Cómo adaptamos y mejoramos
nuestras herramientas de desarrollo rural? ¿Necesitamos herramientas distintas en
una UE ampliada? ¿Cómo tenemos en cuenta lo relacionado con la solidaridad y la
cohesión? ¿Cómo garantizamos las sinergias y complementariedades con otras
políticas comunitarias y nacionales?
Luego está la cuestión de cómo aplicamos la política de desarrollo rural.
A este respecto, creo que existe un gran margen para cambiar cómo hacemos las
cosas. Aunque haya ejemplos de muchos proyectos excelentes, algunos de los
cuales recordé antes, estoy seguro de que podemos acelerar el ritmo. El reto radica
en mejorar la calidad de lo que hacemos, en cómo combinamos las medidas para
conseguir un verdadero desarrollo rural y en cómo aprovechamos el potencial
presente sobre el terreno.
Esto se relaciona en parte con la simplificación. Muchos piensan, y yo creo que
tienen razón, que nuestro sistema actual de aplicación de políticas es a veces
innecesariamente complicado e inflexible.
Tenemos que repartir de nuevo las funciones y responsabilidades entre los agentes
políticos, en especial la Comisión y los Estados miembros. En mi opinión, la
Comisión debe participar menos en la aplicación detallada y la gestión cotidiana de
los programas y dedicar más esfuerzos a un diálogo político con los Estados
miembros sobre los objetivos y resultados. Los Estados miembros deberían
disfrutar de una mayor flexibilidad, pero también asumir más responsabilidades y
dar cuenta de los resultados de los programas. Estoy seguro de que esto también
los haría más eficaces.
Si queremos aumentar la financiación del desarrollo rural, tenemos que velar por
que el dinero añadido se traduzca más fácilmente en un desarrollo rural sobre el
terreno. Así pues, ¿qué podemos hacer concretamente para redefinir las funciones
y simplificar la programación, la gestión financiera y los sistemas de control?
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Un desafío específico relacionado con la calidad aúna el planteamiento más
descendente de la programación general del desarrollo rural con el planteamiento
ascendente de LEADER. A fin de cuentas, el desarrollo rural tiene que ver sobre
todo con la gente, facilitando a los agentes rurales, agricultores o no, asumir la
responsabilidad de su propio destino, confiándoles el proceso de desarrollo rural.
¿Cómo podemos devolver a la tierra nuestra política de desarrollo rural? ¿Cómo
podemos hacer de la misma un instrumento de las sociedades rurales, no sólo para
ellas? ¿Cómo podemos facilitar un intercambio de buenas ideas y de mejores
prácticas a través del trabajo en red? Ayudar a nuestras sociedades rurales a que
prosperen o se saneen por sí mismas, como ha dicho el profesor Bryden, será
crucial para mantener el campo vivo y diverso.
Señoras y señores:
Me gustaría hacer hincapié en el hecho de que todas estas preocupaciones y
temas no son abstractos o especulativos. Nuestras ideas y debates importan. Las
decisiones recientes sobre la ampliación y la reforma han modificado otra vez el
panorama más general y, dentro de unos meses, la Comisión presentará
propuestas importantes sobre las futuras políticas.
Tenemos que estudiar el tema de las nuevas perspectivas financieras. ¿Cuáles
deberían ser las principales prioridades políticas de la Unión después de 2006? Y,
¿cuánto dinero debería asignarse a cada política?
El acuerdo de reforma de la PAC de este verano ya nos ha ayudado a avanzar al
transferir significativamente la financiación de las políticas de mercado al desarrollo
rural mediante un procedimiento de modulación. El tercer informe de cohesión de la
Comisión también abordará la relación entre el desarrollo rural y la política de
cohesión y fijará las orientaciones principales para el futuro de los Fondos
estructurales teniendo en cuenta la ampliación.
Señoras y señores:
Todas estas decisiones son importantes y tendrán un impacto considerable en
nuestras zonas rurales. A este respecto, creo que esta conferencia puede constituir
una señal buena y clara en favor del desarrollo rural. No sólo se debería evaluar lo
conseguido hasta ahora sino también determinar las necesidades, las
oportunidades y los retos a que se enfrentarán nuestras zonas rurales en una
Europa ampliada. Y no cabe duda de que necesitaremos un grado de financiación
suficiente para hacerles frente.
No menos importante, las conclusiones de la conferencia serán una gran
contribución a la formulación por la Comisión de sus propuestas de política para
después de 2006 y a la normativa sobre desarrollo rural que sucederá a la vigente.
Para concluir, señoras y señores, la conferencia de Salzburgo nos brinda la
oportunidad de realizar el futuro del campo, introducir nuevas ideas, crear nuevas
oportunidades donde se hayan perdido y garantizar un crecimiento económico en
las zonas que, durante demasiado tiempo, se han considerado ricas en recursos
naturales, pero pobres en dinero.
Y cuando hablo de desarrollo rural, no me refiero únicamente a facilitar mercados,
servicios y oportunidades a la población rural, sino también a hacer más accesible
el campo a la población urbana en general, y estoy de acuerdo con el Príncipe
Felipe cuando afirma que tenemos que esforzarnos más por hacerlo posible.
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En Europa tenemos el privilegio de tener al alcance un entorno tan rico y diverso y
de poder contemplar fragmentos de nuestra historia en el paisaje que se abre ante
nuestros ojos Esto no se debe dar por sentado ni dejarse para otro día. Las zonas
urbanas y rurales se consideran mundos aparte con demasiada frecuencia, pero
cuando pienso en la ciudad de Salzburgo y en su región me doy cuenta de que la
línea divisoria no es tan ancha como se cree.
Se podría decir que, ocupándonos del presente, el futuro se nos dará por
añadidura. Pero, ¿de verdad es el desarrollo sostenible así de sencillo? ¿Cómo
integramos las numerosas facetas y complejidades de nuestras zonas rurales en
una política que abarque todo el desarrollo rural? ¿Cómo podemos conservar estas
zonas sin volverlas anticuadas? ¿Cómo podemos facilitar a la población rural las
mismas oportunidades que a los habitantes de las ciudades sin poner en peligro los
demás elementos? ¿Cómo podemos ajustar nuestros objetivos ambientales y
económicos?
La política de desarrollo rural no versa sólo sobre cómo los agricultores tratan el
campo ni sobre cómo crear una especie de museo al aire libre, sino sobre un futuro
rural de verdad para una verdadera población rural.
Me he tomado la libertad de hacer muchas preguntas y de animarles a trabajar
dura y provechosamente en los grupos. Espero con impaciencia los informes de las
discusiones, el debate y las conclusiones de mañana, que espero constituyan una
señal clara sobre el futuro de nuestra política. En suma, espero que esta
conferencia nos ayude a sembrar las semillas de un futuro rural sostenible en toda
Europa.
Gracias por su atención.
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