UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO SECRETARIA DE RECTORÍA DIRECCIÓN DE IDENTIDAD UNIVERSITARIA COLEGIO DE CRONISTAS “LA IDENTIDAD COMO PATRIMONIO CULTURAL INTANGIBLE: CASO EL ALUMNO DEL NIVEL MEDIO SUPERIOR DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO” L.L.E. Federico Martínez Gómez M. en P.D. María Lilia Castañeda López Plantel “Nezahualcóyotl” de la Escuela Preparatoria “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” L.L.E. Federico Martínez Gómez M. en P.D. María Lilia Castañeda López Plantel “Nezahualcóyotl” de la Escuela Preparatoria Resumen El alumno de nivel medio superior es generalmente adolescente, edad en que el estudiante consolida sus valores personales; en este sentido, la identidad institucional es factor importante para promover los valores universitarios, de tal modo que se internalicen en el educando como parte de su formación, con el acompañamiento y la experiencia del docente; por lo tanto, la identidad, en tanto patrimonio cultural intangible, es tradicional y contemporánea, integradora, representativa y basada en la comunidad. La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México En los noventa la UNESCO instrumenta el programa Patrimonio Cultural Inmaterial, como una manera de preservar y respetar el conocimiento y las prácticas tradicionales de las comunidades; y en 1997 se crea el programa: Proclamación de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad; finalmente, en octubre de 2003, la Conferencia General aprueba la Convención Internacional para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial” (Manero, 2000).Es así que el conjunto de conocimientos, representaciones y visiones culturales, tradiciones, usos, costumbres, sistema de significados, formas de expresión simbólica son la condición primaria para la representación material del patrimonio cultural. “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” 2 En este sentido, existe el convencimiento cada vez más profundo en los ámbitos culturales e institucionales de que: “la riqueza histórica y artística, lejos de ser concebida como una reminiscencia del pasado, representa uno de los factores esenciales en la formación de la sociedad, en la reafirmación de sus señas de identidad y en la dinamización socioeconómica y cultural de los territorios” (Manero, 2000). Esto debe ser crucial para que los gobiernos y las instancias correspondientes, promuevan la identidad como parte esencial de la memoria de la humanidad; pues tenemos muy arraigado el concepto de patrimonio ligado a monumentos y dejando de lado el patrimonio cultural intangible del cual es parte la identidad. De este modo, en tanto patrimonio cultural intangible, la identidad consigna tanto lo tradicional como lo contemporáneo; ya que los usos, costumbres, tradiciones, acontecimientos consignados son parte de ella; la identidad también es integradora, porque compartimos expresiones culturales parecidas en distintos ámbitos; y al mismo tiempo es representativa, porque se transmite de generación en generación a toda la comunidad y es reconocida por ésta. La identidad es el sentido de pertenencia a algo o alguien. A través de ella se van construyendo distintos elementos que nos identifican con unos y, al mismo tiempo, nos diferencian con otros. En este sentido, los símbolos y valores de la institución, como los que tenemos en la Universidad Autónoma del Estado de México, dan sentido de pertenencia. De tal manera que la identidad nos confiere un compromiso institucional y social; porque ser universitario es ser, ante todo, humanista. Centrándonos en la identidad universitaria en los alumnos del nivel medio superior, podemos decir que el adolescente toma consciencia de su presente y su futuro, pero al mismo tiempo empieza a fijar su rumbo en la vida y toma decisiones que pueden ser determinantes. Así, es de primordial importancia acompañarlos en esta etapa fomentando en ellos los valores universitarios a efecto de que sean asertivos en la toma de decisiones y acciones. “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” 3 Por tal razón, la identidad universitaria asume una gestión ética que promueve los valores, coadyuvando a que el preparatoriano analice sus fortalezas, debilidades y talentos, aspectos que irán desarrollando y aprovechando durante su juventud y edad adulta. La transformación del ser humano se da a través de la difusión del conocimiento, la ciencia y la cultura, y del desarrollo de la creación, el arte, la investigación y la docencia. Por tal razón, la universidad busca transformar y promover el sentido de la vida humana, tanto en la persona como en la sociedad (Esquivel, 2008, p.18-19). La Universidad es una institución de enseñanza, de cambio y transformación social, Transmisora de cultura, generadora y promotora de la ciencia, formadora de profesionales y transformadora de la vida social (Esquivel, 2008, p. 81). De este modo, la identidad universitaria es el humanismo: Formadora y transformadora del hombre. “La Universidad es en nosotros y nosotros en la universidad” (Universitas, No. 24, p. 12). La identidad universitaria se construye en la medida en que tenemos la universidad que queremos ser: Transformadora. Es de vital importancia hacer una reflexión acerca de que el ser humano debe aprender a conocerse a sí mismo, con el apoyo de otros, en nuestro caso, los educandos requieren de nuestro acompañamiento; para contribuir a estructurar su formación de manera fundamental mediante la convivencia, el diálogo y otros elementos de interacción, de ahí que Jonás (1995, p. 28) menciona que donde los hombres se relacionan con los hombres, la inteligencia ha de ser ligada a la moralidad, pues ésta es el alma de la existencia humana. Sin duda estamos enmarcados en un esquema de saberes compartidos, donde se va aprendiendo a ser honorable, sabio o virtuoso, donde el saber se convierte en un deber urgente, formando parte de una ética de trascendencia, donde nuevas exigencias dan pauta a una nueva filosofía de vida de ambos actores: adolescentes y sociedad (Guerra, et.al., 2011, p. 28). “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” 4 En este sentido, la identidad es parte de un movimiento actitudinal en el acompañamiento de los jóvenes; ya que la identidad de la Universidad Autónoma del Estado de México se apuntala en principios éticos y morales; por eso cuando hablamos de identidad tenemos que hacer referencia a los valores humanos y, en nuestro caso, también a los símbolos que dan sustento a nuestra universidad, que nos permiten compartir tradición, historia, raíces, valores y rasgos. Nuestra universidad es doblemente centenaria y eso le imprime un bagaje de símbolos y valores que cada uno de nosotros debemos transmitir, con sentimientos de identidad y orgullo de pertenencia; ya que los símbolos universitarios representan las más elevadas aspiraciones del hombre. La identidad es humanismo y por lo tanto es una actitud creadora y transformadora, que permite el conocimiento y reconocimiento de sí mismo en relación con los otros, y, por tanto, se desarrollan las virtudes y se potencializan los valores. Y es que sólo el profundo y armonioso desarrollo de la persona humana puede legitimar, en última instancia, la existencia de una Universidad. (Basave, 1971, p. 75). La función de la universidad en primer lugar deberá ir encaminada a proporcionar a la persona la posibilidad de un desarrollo humano tal, que lo lleve a integrarse a la sociedad, como fuente de cambio. La primera finalidad de la universidad no es formar profesionales, sino seres humanos íntegros individual y socialmente. (Corral, p.18). En este sentido, la identidad cobra relevancia en tanto que imbuye sus valores a los integrantes de la misma. La preocupación por los valores en los sistemas educativos nacionales e internacionales, según lo señala Manuel González Alfayate (Cfr. Álvarez, Ma. Nieves, et. al., 2000, p. 43) debe establecerse como una línea fundamental de acción para fomentar una postura ética de actuación que sirva como base en la convivencia de nuestra sociedad, tomando en cuenta los códigos ontológicos que organicen las pautas de comportamiento ético de sus integrantes. “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” 5 De tal suerte que una de las estrategias pertinentes sería dar relevancia al tema de la identidad, como vehículo de los valores universitarios, para actuar a favor de una adolescencia de bien en un marco educativo integral, que propicie el desarrollo sostenible de los adolescentes en nuestra sociedad. De esta manera se sustenta el cumplimiento del ideario universitario con relación a una educación humanista, aproximando lo disciplinar, lo que conforma el saber al ‘aprender a ser’ entrelazado con las vivencias de la realidad, bajo las experiencias adquiridas asistemáticamente y que suelen ser más complejas. Manuel González (Cfr. Álvarez, Ma. Nieves, et. al., 2000, p. 44) cuestiona si los valores se deben difundir y cuáles son los más inminentes para potenciar; en consecuencia, también qué contravalores deben ser erradicados. Los valores aceptados tienen que ser los que regulan nuestro sistema de convivencia y definen el sentido de nuestra educación, favorecen en los estudiantes el pleno desarrollo de su personalidad para ser. Educar en la dimensión moral significa educar su autonomía, su racionalidad, su capacidad de diálogo, con el fin de construir principios y normas que actúen sobre su conocimiento y sobre su conducta, que impliquen al pensar y actuar de cada ser humano, para que respetando la libertad de todas las personas, sea posible su maduración ética. (Cfr. Álvarez, Ma. Nieves, et. al., 2000, p. 45). Como antecedente a esta estructura, el adolecente se desenvuelve bajo reglas permisibles, experimentando límites y estructurando su comportamiento bajo causas y efectos espontáneos, inesperados, sorpresivos, estrés y justificaciones no muy válidas para su sistema de mandos. En consonancia con estas experiencias, su análisis de lo correcto y lo incorrecto, le motiva a vivir bajo un esquema de moralidad congruente a su contexto. Tomando en cuenta estos planteamientos, en el ámbito educativo se pueden identificar elementos significativos que establezcan los razonamientos adecuados para promover la responsabilidad, el diálogo, la reciprocidad, tolerancia y la ayuda mutua, entre otros valores. “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” 6 Los juicios, de lo correcto y lo incorrecto, como juicios acerca de razones y acerca de justificaciones, son tales que existen para preocuparnos por ellos y para concederles un gran peso al decidir cómo actuar y cómo vivir. La identidad universitaria, en tanto humanismo, es una forma de ser que rescata, promueve, crea valores y forja un ideal del ser humano. (Esquivel, 2008, p. 18); ya que sólo el profundo y armonioso desarrollo de la persona humana puede legitimar, en última instancia, la existencia de una Universidad; porque la universidad es la institución en que el hombre recibe su formación de hombre. Desde este punto de vista, la identidad es pertinente para la valoración moral en el ámbito educativo, así como para promover el diálogo con los adolescentes, a efecto de instrumentar acciones adecuadas, mediante metodologías didácticas que lo conduzcan a una autentica reflexión; para que asuma su papel como universitario y fortalezca su sentido de pertenencia en el ánimo de que sea mejor persona. Los valores siempre han existido: la bondad, la felicidad, la belleza, el bien, de acuerdo a criterios estéticos, éticos, utilitarios, etc. El valor es lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad parte de ella. La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad. Los valores institucionales son valores compartidos, identificados y trasmitidos por los propios integrantes de la institución. Esto obliga al docente a buscar un fortalecimiento personal en la identidad para forjar una cultura de la identidad, que fortalezca los valores apuntalados en la propia identidad institucional. En conclusión: la identidad universitaria es patrimonio cultural intangible, que se transmite en cada generación; para promover el desarrollo de virtudes en el adolescente con visión humanista, en tanto que es esencia de la universidad. “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” 7 BIBLIOGRAFÍA Aikawa, Noriko (2004). “Visión histórica de la preparación de la convención internacional de la UNESCO para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial”, en: Museum International, 221-222: UNESCO. Álvarez, Ma. Nieves, et.al. (2000). Valores y temas transversales en el currículum. Claves para la innovación Educativa. GRAO, Barcelona. Basave Fernández del Valle, Agustín. (1971). Ser y Quehacer de la Universidad, UANL, Monterrey. Esquivel Estrada, Noé Héctor. (2008). La universidad humanista ¿Utopía alcanzable?, UAEM, Toluca. Gaceta Universitaria, (2009). 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Cuadernos del centro de Estudios sobre la Universidad, No. 24, ¿Qué es Universidad?, diciembre de 1999 “La identidad como patrimonio cultural intangible: caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” 8 9 “La identidad patrimonio cultural “2014, 70como Aniversario de la intangible: Autonomía caso el alumno del nivel medio superior de la Universidad Autónoma del Estado de México” ICLA-UAEM”