ANÁLISIS TECNOLÓGICOS Y PROSPECTIVOS SECTORIALES Insumos para el agro Responsable: Norma Nudelman FEBRERO 2016 AUTORIDADES ■ Presidente de la Nación Ing. Mauricio Macri ■ Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Dr. Lino Barañao ■ Secretario de Planeamiento y Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva Dr. Miguel Ángel Blesa ■ Subsecretario de Estudios y Prospectiva Lic. Jorge Robbio ■ Director Nacional de Estudios Dr. Ing. Martín Villanueva RECONOCIMIENTOS Los estudios sobre complejos productivos industriales fueron coordinados por el Dr. Juan Santarcángelo y asistidos por el Lic. Martín Kalos. La supervisión y revisión de los trabajos estuvo a cargo del equipo técnico del Programa Nacional de Prospectiva Tecnológica (Programa Nacional PRONAPTEC) perteneciente a la Dirección Nacional de Estudios del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva: Lic. Alicia Recalde. ■ Lic. Manuel Marí. ■ Lic. Ricardo Carri. ■ A.E. Adriana Sánchez Rico. ■ Se agradece a los diferentes actores del sector gubernamental, del sistema científicotecnológico y del sector productivo que participaron de los distintos ámbitos de consulta del Proyecto. No habría sido posible elaborar este documento sin la construcción colectiva de conocimientos. Por consultas y/o sugerencias, por favor dirigirse a [email protected] El contenido de la presente publicación es responsabilidad de sus autores y no representa la posición u opinión del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. El estudio se realizó entre entre octubre de 2012 y abril de 2013. COMPLEJO INSUMOS PARA EL AGRO 1. PROCESOS PRODUCTIVOS Y TECNOLÓGICAS ACTUALES 1.1 Mapa tecno-productivo del complejo: nivel mundial y nacional La madrugada del tercer milenio nos encuentra en un inédito, creciente y acelerado proceso de cambio, donde los formidables desarrollos cientifico-tecnológicos, las comunicaciones, el agotamiento de los recursos naturales y la calidad del ambiente para una población creciente, generan una desconocida interdependencia social, cultural, politica y económica, entre pueblos, países y regiones. (Scoppa, 2011). Las buenas prácticas de agricultura implican “la aplicación del conocimiento disponible a la utilización sustentable de los recursos naturales básicos para la producción, en forma benévola, de productos agrícolas alimentarios y no alimentarios inocuos y saludables, a la vez que se procura la viabilidad económica y la estabilidad social” (FAO 2010, Nudelman 2011). 1.1.1 Nivel mundial. La población del mundo creció de 1000 M a principios del siglo XIX a 3000 M en 1960. La tasa de crecimiento comenzó a disminuir desde fines de la década del 60 hasta llegar actualmente a valores cercanos a 1,1% anual, la tasa de fecundidad mundial se redujo de 5 a 2,6 hijos por mujer en las últimas 5 décadas, y se espera que se reduzca a 2 hijos para el 2050 (UN, 2008). La superficie total cultivada en el mundo se mantuvo relativamente estable a partir de 1960. Sin embargo, la producción de los cultivos se incrementó marcadamente durante las últimas 4 décadas (Figura 1) debido, principalmente, a un aumento en los rendimientos por unidad de superficie como consecuencia del proceso denominado “Revolución Verde” (Nudelman 2004) Los mayores cambios consistieron en: disponibilidad de fertilizante nitrogenado relativamente barato; mayor potencial de rendimiento de cultivares con genes de tolerancia a enfermedades, que permitió 1 disminución en el vuelco asociado con altas dosis de fertilizantes, y mayor insensibilidad foto-periódica proveyendo amplia adaptación a distintas latitudes; nuevos herbicidas que hicieron posible la difusión de estos cultivares (pobres competidores con las malezas), y la siembra directa; nuevos germoplasmas y continuo mejoramiento genético, etc. Rendimiento cereales (qq/ha) 60 y = 0.44x - 851 R2 = 0.99 50 40 30 20 10 0 1950 1970 1990 2010 2030 2050 Años Estos cambios resultaron en aumentos a razón de 44 kg ha-1 año-1 en los rendimientos promedio globales de los principales cereales durante las últimas 4 décadas. Esto condujo a que el aumento de la producción de alimentos durante la segunda mitad del siglo XX fue mayor aún que el crecimiento poblacional, generando un incremento promedio en la producción agrícola per cápita de más de 30% en 50 años. No obstante, este incremento no fue parejo, ya que en Africa subsahara el índice de la producción agrícola/cápita cayó ca.10% en las últimas 5 décadas (FAO 2011). A modo de ejemplo de cómo la mayor tecnología aplicada al agro en el país, ha contribuido a alcanzar logros sustanciales, es interesante comparar la evolución de los rendimientos de maíz desde los años 1960 hasta la actualidad en 3 países: Estados Unidos, Argentina y Kenia (Figura 2). Para los dos primeros países se advierte un importante aumento en los rindes (con pendientes muy semejantes), producto de las mejoras introducidas por las prácticas de la “Revolución Verde”, mientras que para países como Kenia, los rindes se han mantenido prácticamente constantes. 2 12 Rendimiento Maíz (tn/ha) y = 0.118x - 227 R2 = 0.89 10 8 6 y = 0.107x - 209 R2 = 0.87 4 y = 0.011x - 19 R2 = 0.32 2 0 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010 2020 Años 1.1.2 Nivel nacional El sistema del complejo de granos en Argentina tiene características muy particulares que condicionan a los distintos eslabones que participan en el proceso; atomización y estacionalidad de la producción, especialización espacial, concentración de la demanda, variabilidad de la oferta, necesidades de financiamiento y alta dependencia de los mercados internacionales. Con ca.40 millones (M) de hectáreas (ha) sembradas con granos y oleaginosas, pasturas y otros cultivos, la Argentina es hoy el 8º productor y 7º exportador mundial de alimentos; con la producción argentina se alimentan a más de 400 M de personas. En el plano nacional, también se han aplicado varias de las tecnologías innovadoras de la “revolución verde”. En especial, la superficie cultivada bajo el sistema de siembra directa ha crecido exponencialmente en la última década: de 5.5 M de ha. hacia finales de los 90’s a más de 32 M en 2010 y ca. 37 M en 2012. Es relevante destacar que este enorme crecimiento fue posible por la aplicación de prácticas innovadoras en la producción agrícola nacional. La Figura 3 muestra la evolución del área sembrada desde la década del ´90 a la actualidad, y la Figura 4 muestra la evolución de la cosecha de granos. El resultante 3 de comparar ambas evoluciones es el rinde, que creció gracias a la aplicación de más y mejor tecnología; este crecimiento es aún mayor si se considera que en éste período la soja sustituyó buena parte del área destinada a maíz, con naturales menores rindes, los cultivos se extendieron cada vez más a zonas menos núcleo destinadas anteriormente a ganadería y crecieron las áreas con dos cosechas anuales, todos efectos que disminuyen el rinde promedio. El uso de fertilizante es una de las principales herramientas, y el crecimiento observado en la producción, es el resultante del manejo integrado de varias tecnologías. Area sembrada (millones de ha) 39 36 33 30 27 24 21 18 15 12 9 6 3 0 26,7 26,1 26,726,7 27,5 21,1 20,9 20,7 27,7 28,9 29,6 29,1 31,3 33,1 34,7735,74 32,1 31,2 22,2 23,1 19,7 20,3 91 92 93 94 95 96 97 98 99 0 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 Millones de Toneladas 110 103,6 100 94 97 94,9 90 85 90 77 80 66,9 70 65 60,3 60 71 70 68 70 61,5 54,2 50 40 35,5 39,2 41,7 40,6 40,9 45,8 44 30 20 10 0 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 11 12 El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MINAGRI) ha hecho una estimación de la producción de los principales granos. En la Tabla 1 se muestran los seis principales cultivos de granos: soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada. En cada caso, se estima el rinde promedio resultante; el valor entre paréntesis en el maíz 4 responde a las áreas de este cultivo cosechadas para silo antes de arribar a la producción granaria de este cereal. Por último, estima un rinde “promedio país” para cada uno de los cultivos. El Plan Estratégico PEA 2 del MINAGRI proyecta, para el año 2020, aumentar a 42 M de ha la siembra de granos y llegar a una producción de 160 M Toneladas (Tn). 2011/2012 PRODUCCION kg HECTAREAS 18.530.000 RINDE PROMEDIO Kg/ha SOJA 41.500.000 MAIZ 20.100.000 TRIGO 13.190.000 4.630.000 2.849 GIRASOL 3.340.000 1.850.000 1.805 SORGO 3.950.000 1.326.000 2.979 CEBADA C. 4.080.000 1.167.000 3.496 5.000.000 (940.000) 2.240 4.951 Otra mejora sustancial para el aumento del rinde ha sido la implementación de tecnologías para el uso racional del agua. El International Plant Nutrition Institute (IPNI), ha desarrollado un sistema que, a partir de un rinde determinado, sobre un cultivo específico y con una humedad también definida, informa cual sería la extracción de nutrientes neta resultante para dicha cosecha. A partir del 2000, la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA, 2012) de Santa Fe, el IPNI y Agroservicios Pampeanos realizaron una serie de estudios para medir el efecto de la fertilización con N, P y S en la producción de tres granos: trigo, maíz y soja, en zona núcleo, en 11 sitios del sur de Santa Fe y el Centro Oeste de Córdoba. Todas las parcelas recibieron idéntico tratamiento, excepto en la fertilización. Las parcelas testigo, sin fertilizar, mostraron un claro empobrecimiento de sus nutrientes, mientras que las parcelas fertilizadas mejoraron claramente sus índices, con impactos adicionales en carbono y uso del agua. 5 Entre los insumos mayoritarios para los cultivos masivos de granos (cereales+oleaginosas) cabe distinguir: Fitosanitarios: juegan un papel clave para el control de plagas, en la mayoria de los casos, los niveles de productividad y rentabilidad de un cultivo sólo se pueden alcanzar mediante la aplicación adecuada de fitosanitarios. En los últimos años, se ha cambiado el concepto de “eliminar” una plaga por el de “mantenerla por debajo del daño del nivel económico” (Nudelman, 2011). La industria argentina de fitosanitarios es un sector que genera productos para cubrir las demandas de la producción agrícola. Localmente se sintetizan y formulan productos genéricos con lo que se cubre un elevado porcentaje de las necesidades para la producción. Los productos patentados se importan, ya sea como principio activo o producto formulado, y tienen precios que superan a los genéricos (Capparelli, 2012). Herbicidas: moléculas con capacidad desfoliante, diseñadas para combatir malezas, su uso es esencial en la reciente tecnología de siembra directa, junto con el desarrollo de especies genéticamente modificadas que son resistentes al herbicida, hicieron posible la llamada “Revolución Verde”(Nudelman, 2004). El incremento en el uso de herbicidas es notable. En el año 2010 se utilizaron aproximadamente 232 M de L de fitosanitarios de los cuales 207 M de L de herbicidas y en particular casi 193 M de L correspondieron al glifosato, 21,5 M de insecticidas, 3,5 M de fungicidas (CASAFE Top 30). Mientras que en 2011 se utilizaron unos 380 M de L de fitosanitarios de los cuales 300 M de L de herbicidas y casi 250 M de L correspondieron al glifosato, 40 M de insecticidas, y 30 M de fungicidas. Fertilizantes: Es importante definir que fertilizante es toda sustancia natural o sintética que suministra uno o más nutrientes esenciales para los vegetales, y enmienda es un producto de naturaleza química u orgánica que incorporada al suelo modifica favorablemente sus características físicas y/o químicas y/o su actividad biológica (Melgar 2012). La constante extracción de los suelos, sumada a las invenciones genéticas con potenciales y exigencias mucho más elevadas, han ido degradando la capacidad de producción de nutrientes de los suelos. Cada año los principales cultivos agrícolas extraen entre 3.7 y 4.5 6 millones de toneladas de nutrientes, equivalente a entre 8 y 10 M de Tn de fertilizantes; se reponen por la vía de la fertilización solo entre 3 y 3.8 M de Tn. de fertilizantes, quedando el resto sin reponer. La actual exigencia de producir más sólo se logra por la vía de agregar fertilizantes o por algunas capacidades biológicas para obtener esos nutrientes de otro origen. El consumo nacional de fertilizantes en 2011 fue de 3.7 M de Tn explicando una facturación de USD 2.000 M. (CIAFA & Fertilizar Asociación Civil, 2012). Semillas: insumo básico de la agricultura, constituyen un punto estratégico para la producción agropecuaria, es pieza fundamental de la industria agroalimentaria y de la economía argentina. El mercado argentino de Semillas es de 800 M de USD, 2º en importancia en Latinoamérica y “pilar tecnológico básico de la cadena agroindustrial argentina (Domingo, 2009). 1.2 Existencia de clusters, parques tecnológicos específicos y/o instituciones de I+D específicas. Vínculos entre ellas y entre el sector público y privado Clusters: Se define como “cluster” el conjunto de empresas, industrias e instituciones públicas y de apoyo técnico vinculados a la producción, industrialización y comercialización. A este respecto, se reconoce que: La producción de Fitosanitarios se distribuye en varias provincias. Existen alrededor de 400 empresas registradas en SENASA, pero la actividad principal de formulación y síntesis se concentra en unas 100. Las empresas en el país realizan la adaptación e investigación pertinente para las condiciones locales. A través del INTA se cubren a veces situaciones de necesidad en las economías regionales. Semillas: los clusters están concentrados en el eje territorial PergaminoVenado Tuerto, en un radio de 180 km. En este territorio se han instalado aproximadamente 878 empresas con el objetivo de producir semillas. El clúster se compone por ca. de 2,5 M de ha cultivables donde, durante la campaña 08/09, se cultivaron un total de 419.875 ha de maíz, sorgo, girasol, 7 soja y trigo de las 558.403 ha totales que se cultivaron en el país. De las 709.010 Tn producidas durante el mismo período, 538.965 Tn se han producido dentro del Cluster Semillero. La facturación nacional por la venta de Semillas es de aproximadamente 772 M de US$, 600 M se facturan dentro del Clúster. Asimismo, el 90% de la producción del Germoplasma Nacional se produce dentro del clúster a través de 34 empresas que se dedican a la actividad (Cassini, 2012). Fertilizantes: La Tabla 2 muestra el uso de los fertilizantes más utilizados en los principales cultivos del país. La producción para el agregado de nutrientes (meso y micronutrientes) son tecnologías que se aplican en muchos lugares del mundo, pero no son habituales en nuestro país. El esquema de comercialización, a partir de las empresas importadoras o productoras locales, incluye un sinnúmero de negocios y distribuidores que, esparcidos por todo el país, ofrecen el fertilizante en sus diversas formas. 8 Uso de Nitrógeno Fósforo Potasio P2O5 K2O 67.000 258.000 25.000 50.000 244.000 133.000 8.000 20.000 228.000 142.000 6.000 12.000 17.000 27.000 1.000 1.000 46.000 27.000 2.000 3.000 40.000 24.000 1.000 2.000 642.000 611.000 43.000 88.000 Fertilizantes SOJA Tn 870.000 MAIZ Tn 880.000 TRIGO Tn 780.000 GIRASOL Tn 79.000 SORGO Tn 160.000 CEBADA Tn 130.000 TOTAL Tn 2.899.000 Azufre En el mercado de agroquímicos, los actores principales se organizan básicamente en dos entidades: La Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE), que agrupa a 29 compañías vinculadas a la protección y nutrición vegetal. Entre los socios se cuentan las empresas más grandes del sector, muchas de carácter multinacional, tales como BASF, Bayer, Dow, DuPont, Monsanto o Syngenta. La Cámara de la Industria de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA), que tiene 42 socios y nuclea a compañías de origen nacional como ASP, Atanor, Gleba o Reposo, de acción multinacional también dirigida al mercado local como Agrofina, Bunge, Mosai (Cargill), Profertil, Reposo (UPL de origen indio). 9 Localmente se realizan investigaciones para mejorar resultados agronómicos, descollando en ello principalmente el INTA y Fertilizar Asociación Civil, etc. Las Bolsas de Comercio más importantes en cuanto a la comercialización de granos en la Argentina son la Bolsa de Comercio de Rosario y la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, seguidas por las Bolsas de Cereales de Bahía Blanca, Córdoba, Entre Ríos, Necochea y la Bolsa de Comercio de Santa Fe. 1.3 Principales tendencias en la comercialización de la producción local: mercado interno y mercado externo Cultura del agronegocio. Los importantes cambios producidos en las ultimas dos décadas, tales como: la introducción de tecnología agrícola importada, el paradigma globalizador, los medios de comunicación masivos, las innovaciones en las TIC, las ideas sobre una “ruralidad globalizada”, han hecho que la toma de decisiones en el negocio del agro, antes centralizado en el “productor”, se desglose ahora en distintos agentes. La innovación implica saberes especializados, no solo de agronomía, sino también en el manejo del “negocio” con eje en el proceso de globalización, y que requiere de asesoramientos diversos como biotecnología, sistemas informáticos, climatología, macroeconomía, mercados mundiales, etc. (Patrouilleau, 2012). Con respecto a la comercializacion de los distintos insumos, cabe distinguir: Fitosanitarios: La mayor parte de la producción local se destina al mercado interno (Ver datos impo, expo en SENASA, 2012). En la Figura 5a se muestra la distribución general en el mercado clasificada por tipo de producto. 10 Es también interesante examinar la distribución de fitosanitarios excluyendo el glifosato (Figura 5b). Adquieren así mayor importancia los pesticidas: distintos tipos de productos que se utilizan para combatir diversas plagas según el cultivo. La gestión y aplicación segura y responsable de fitosanitarios está presente como principio y/o requisito en la mayoría de los programas de certificación voluntaria más demandados por el mercado internacional. En la Argentina se implementan y certifican varios programas, con distinto grado de participación en función del tipo de producción y las características de la demanda. Desde programas como Globalgap, de aplicación ampliamente difundida en el sector hortícola y frutícola exportador; hasta programas más recientes, de aplicación a la agricultura extensiva que son traccionados principalmente por la demanda de biocombustibles sostenible de la normativa europea, como lo son RTRS (Round Table on Responsible Soy), ISCC (International Sustainability and Carbon Certification) y 2BSvs (Biomass Biofuels voluntary scheme). Existen también iniciativas locales de programas de certificación que intentan satisfacer la demanda de los mercados y de la sociedad en general de una producción agrícola responsable y sostenible, como el caso del programa de Agricultura Certificada de AAPRESID (Bogliani, 2012). Semillas: En Argentina están presentes casi todas las empresas (Criaderos) internacionales más destacadas del mundo; además existen 736 semilleros nacionales multiplicadores de semillas. El mercado está bien provisto para cubrir la siembra de los 35 M de ha que se cultivan en la Argentina, además ha crecido mucho en la exportación de simientes para la siembra de granos, que actualmente ronda los 11 250 M de US$, principalmente en soja y maíz, y también en otros cultivos como sorgo, girasol y trigo. Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), fundada en 1949, está formada por alrededor de 73 socios, entre los que se encuentran empresas involucradas en todas las etapas de la producción de este insumo, de la investigación, a la multiplicación y comercialización (Casini, 2012). El desafío actual, desde el punto de vista de la producción de semilla, es aumentar en cantidad y calidad para proveer al mercado externo. El mercado internacional de semillas está creciendo significativamente y Argentina puede jugar un papel muy importante por la infraestructura de producción que tiene. Se estima que en los próximos años la demanda de cantidad y de calidad de simientes será mayor, por tal razón las empresas están encaminadas hacia la mejora de su producción. Esto representa una gran oportunidad para los criaderos y principalmente para los semilleros multiplicadores que buscan cada vez más incrementar su negocio. Por último, el PEA 2 del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, proyecta, para el año 2020, aumentar a 42 M de hectáreas la siembra de granos, “lo cual va a demandar una cantidad apreciable de semillas”. Para la producción para el mercado interno se necesitarán aproximadamente unas 14.000 ha adicionales de producción de semillas. Fertilizantes: De acuerdo a estadísticas suministradas por Fertilizar Asociación Civil en su página de internet, el uso de fertilizantes en los principales cultivos que se realizan en la Argentina durante la campaña 2010-2011 puede resumirse en la Tabla 1. Como es fácil de observar, nitrógeno y fósforo son los dos nutrientes más utilizados (Gambaudo, 2012). Con respecto al primero de ellos su utilización marca claramente la consecuencia de la disminución del contenido de materia orgánica de los suelos, que es la reserva natural de este elemento. Con el fósforo ocurre lo mismo, su disminución en el suelo fue muy importante con el agravante que no existe en el país explotación minera que suministre la materia prima para la elaboración de fertilizante. Los fertilizantes fosforados son principalmente de origen importado (81%), siendo los mismos manejados en un 80% por 8 empresas. En el caso de los fertilizantes nitrogenados la situación es totalmente diferente, siendo el 70% de origen nacional. Así se cuenta (Gambaudo, 2012, Arakelian, 2012) con: 12 Plantas de Urea (nitrógeno) de muy diferente tamaño que cubren con excedentes la demanda de urea del mercado local. Si la demanda crece esta capacidad se verá superada; existe un proyecto en sus inicios de una nueva planta en Tierra del Fuego. Respecto del fósforo, es absolutamente antieconómico producir localmente varios de los fertilizantes con ese elemento (hay grandes yacimientos en África, Fixen, 2009). Es muy poco el potasio que se está utilizando en estos cultivos debido principalmente que en los suelos pampeanos predominan arcillas con altos contenidos de este nutrimento. El azufre del suelo proviene en un 96% de la materia orgánica, por lo tanto la disminución de ésta pone de manifiesto también, como con el nitrógeno, carencia de este elemento. Hay yacimientos con azufre de lenta solubilidad y está la posibilidad de aportar fertilizantes con azufre altamente soluble, de fabricación local. Por otro lado, no existe información fidedigna sobre la cantidad de fertilizantes con micronutrientes que se comercializan, pero es necesario destacar que hay varias compañías que se encuentran vendiendo fertilizantes compuestos en donde se los incluye (Melgar, 2012; Fertilizar Asociación Civil, 2012). Desarrollos mineros o de producción son de capital intensivo y su puesta en marcha demanda varios años. Actualmente nuestro país cuenta con: 2 emprendimientos mineros, para buscar la extracción de sales de Potasio, con destino al mercado local y la mayor parte a la exportación. 2 plantas para Superfosfato Simple (Fósforo y Azufre) con proyectos de crecimiento para ir acompañando la demanda del mercado. 13 Existen también algunas plantas de menor tamaño de fertilizantes más específicos como el Tiosulfato de Amonio y/o de Potasio, Sulfato de Amonio, y dos para producir UAN. Por el momento, no hay previstas otras inversiones. Los datos del mercado (SENASA, 2012) muestran que los principales fertilizantes importados son Fosfatos (DAP y MAP) y el Nitrato de Amonio. En resumen, Argentina cuenta con yacimientos mineros de Potasio con inversiones en curso; produce urea, siempre que se cuente con el aporte del gas necesario. Dado que la falta de gas ha ocurrido en los últimos años, esto va en desmedro de la producción local. Es imperioso tener en cuenta que las interrupciones del suministro de gas generan problemas operativos y reducen la vida útil de este tipo de inversiones, que son de capital intensivo. Con respecto a la comercialización de la producción local, cabe distinguir: Acopio. Elemento acondicionamiento, esencial: clasificación incluye y actividades distribución, de involucra almacenamiento, a productores y comerciantes, acopiadores, cooperativas, industriales, exportadores y terminales portuarias. En relación al almacenamiento de granos, la industria nacional ocupa el 100% del mercado, tanto en sistemas tradicionales (silos, celdas y secadoras), como en bolsas plásticas para almacenamiento de granos. En el caso del almacenamiento de granos en bolsas plásticas, Argentina es líder a nivel mundial, con más de 35 millones de toneladas embolsadas por año. (Senesi, 2012) Exportación La producción local tiene un fuerte componente exportador, sobre todo al tener en cuenta el gran peso en la producción que tiene el complejo sojero. Con una tendencia a la industrialización local, con destino exportación, aceites, pellets y biocombustibles constituyen la matriz exportadora. El 90% de la soja se exporta en sus distintas formas, el 50% del maíz y el 60% del trigo (Senesi 2012). Mercados a futuro. Los mercados de futuros son descubridores de precios y proporcionan el ámbito necesario para la formación de los mismos. La Operatoria de Futuro es muy importante, ya que permite que la oferta y la demanda se autoregulen, 14 evitando de ese modo las bruscas oscilaciones en los precios de los granos. Además, los Mercados a Término reciben, procesan y difunden todo tipo de información local e internacional sobre las distintas variables que inciden en la conformación de los precios de los productos que cotiza. Asimismo, también se pueden negociar opciones de compra (call) o de venta (put) sobre estos futuros, no comprometiendo el físico en sí mismo. Actividades comerciales colaterales. La actividad agrícola, con un volumen de producción de ca. 100 millones de toneladas, genera una gran actividad comercial colateral en áreas como transporte, comercialización, puertos, actividades de servicios en los puntos de origen o de salida de los productos, insumos en la producción, en el almacenaje y en la comercialización. En el rubro transporte, estimamos que están involucrados, más de 3,5 millones de viajes de camión con su consumo relacionado en combustibles, repuestos, servicios, peajes (Senesi 2012). 1.4 Grado de heterogeneidad intrasectorial Las dos cámaras más importantes: CASAFE y CIAFA muestran un importante grado de heterogeneidad intrasectorial, se identifican pequeñas empresas, medianas y grandes. La definición que se utiliza en la orientación de políticas públicas es la desarrollada por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y Desarrollo Regional en su resolución 21/2010. Existen, además, los llamados pequeños productores (PP). Actualmente no hay unanimidad respecto de la delimitación de las características que posee el PP agropecuario, pero ciertas características, surgen en forma reiterada: la agricultura familiar y el grado de capitalización de la explotación. Respecto de la actividad agrícola, los PP ocupan 4.129.757 hectáreas destinadas a la agricultura extensiva de oleaginosas y cereales (Negri, 2012). En el circuito comercial se observa la existencia de distintos actores, estructurados en tres etapas: una primaria, una secundaria y una terciaria, conforme al análisis de quiénes son los participantes en cada una de ellas (Senesi, 2012). 15 El nivel primario está dado por la relación comercial entre productores y acopiadores o cooperativas. El nivel secundario los acopiadores y las cooperativas pasan a actuar como vendedores, siendo la industria y los exportadores los compradores. El nivel terciario o tercera etapa del proceso de comercialización agrícola es la conocida comúnmente como mercado FOB e incluye las compras y ventas que se dan entre exportadores e importadores de granos, aceites y harinas. Por otro lado, cabe destacar que la producción y comercialización de insumos agrícolas es dependiente de muchas variables, algunas ya mencionadas en el punto (a). Por ejemplo, en 2008 se registraron importantes cambios en el conjunto de los cultivos con respecto a las tendencias en años anteriores, con referencia al mercado de fitosanitarios, hubo una caída de 11%, siendo la facturación un 30% superior debido a una compensación por el aumento en el precio de los mismos. Mientras que en 2011 hubo un incremento del 5%, originándose este crecimiento fundamentalmente en el área destinada al cultivo de soja (Kleffmann Group, 2009). Las empresas transnacionales (ET) fueron las motorizadoras de la globalización de las cadenas de valor; las PyME y otros perfiles empresarios tienen ahora la oportunidad de acceder a éstas y agregar valor sobresaliendo en una pequeña parte de la cadena. Surgen constantemente nuevos nichos para la oferta de nuevos productos y servicios, permitiendo a las PyME aprovechar su flexibilidad y habilidad para adaptarse rápidamente a las nuevas oportunidades. 1.5 Disponibilidad de recursos humanos para el sector. Puede considerarse que la disponibilidad de recursos humanos, tanto para investigación como desarrollo tecnológico y producción, es satisfactoria y están bien capacitados para llevar adelante importantes contribuciones para el área: hay varios ejemplos recientes tanto en el sector científico-tecnológico, como en el sector productivo y de comercialización. 16 En el sector científico cabe destacar el alto grado de desarrollo alcanzado en áreas relacionadas con la Biología Molecular, la Genética y la Biotecnología. Hay logros muy significativos que ya han sido aplicados exitosamente al sector agropecuario: los desarrollos realizados unos años atrás por el grupo del Dr. L. Barañao (actual M. de C y Tecnología), los aplicados en el grupo núcleo, en especial Rosario (UNR e Institutos) o las patentes más recientes del grupo de Raquel Chan (UNL) son unos pocos ejemplos de la capacidad científica de los recursos humanos nacionales en esa área. Deberían incrementarse los estímulos y apoyos a grupos de calidad que trabajan en otras áreas de frontera, de interés nacional. En los aspectos tecnológicos resalta el desarrollo de la informática, las comunicaciones e Internet que posibilitan que un individuo acceda fácilmente a una vasta cantidad de información y se contacte rápidamente con cualquier lugar del planeta. La demanda de alimentos de los emergentes sigue creciendo a muy buen ritmo (pese a que el crecimiento de su población cayó de 8,7 a 2,8%). Tales son su magnitud y su probable duración que la oportunidad para la Argentina de este gran cambio de la economía global es mayor que la de hace más de un siglo (ver detalles en http://www.producirconservando.org.ar/trabajos.php) La Argentina está desaprovechando en buena medida esta oportunidad, ya que por las deficientes políticas agroalimentarias deja de producir cada año 20.000 M de US$, de los cuales se exportarían 15.000 M. Son necesarias medidas estables de políticas de crecimiento para garantizar inversiones y estimular los sectores locales, para un mejor aprovechamiento de los recursos humanos existentes, tanto en sus capacidades científicas y tecnológicas, de innovación, como así también de los sectores de producción, de comercialización y empresariales, así como innovaciones organizacionales (Llach, 2012). 17 2 LAS TECNOLOGÍAS DEL FUTURO EN EL COMPLEJO A NIVEL MUNDIAL Nivel Mundial. En este contexto neorganizado, definido por inéditos niveles de estructuración y jerarquía, se conforman nuevos y contundentes arquetipos, tales como la preservación de la biodiversidad, la contaminacion de suelos y aguas, los organismos genéticamente modificados, el uso de los agroquimicos, el eventual cambio climático global y la explotacion sustentable de la naturaleza. Ellos son los verdaderos ejes centrales alrededor de los cuales se dirime y estructura el nuevo orden internacional y se presentan ya como una variable al sistema de precios y competitividad, lo mismo que las “barreras ecológicas” como otra forma de proteccionismo. (Scoppa, 2011) 2.1 Posible mapa tecno-productivo del complejo en el año 2020. La superficie cultivada del planeta es de alrededor de 15 M de km2 mientras que la superficie potencialmente cultivable duplica ese valor (Norse et al., 1992). Según algunas estimaciones, se necesitará incrementar la superficie cultivada entre 5 y 8% para satisfacer sólo las demandas de alimentos para el 2050 (Bruinsma, 2009, Fischer, 2009). Considerando además las demandas de biocombustibles y biomateriales y la compensación por urbanización y degradación de tierras, los requerimientos adicionales de área cultivada hacia el 2050 son sustancialmente mayores (Bringezu et al., 2010). Sudamérica y África disponen de extensas superficies aún no explotadas, aunque en su mayoría corresponden a ambientes frágiles susceptibles a la degradación. La situación en estas regiones contrasta con la del continente Asiático en el cual la mayor parte de la superficie con capacidad agrícola está actualmente bajo cultivo. Las actuales preocupaciones y legislaciones sobre la expansión de la superficie cultivada hacia regiones más susceptibles hacen que los principales esfuerzos para incrementar la producción deban enfocarse principalmente en los rendimientos por unidad de área (Bringezu et al., 2010). En este sentido, Bruinsma (2009) estima que 18 los incrementos en los rendimientos por unidad de superficie aportarán cerca del 80% del aumento requerido en producción agrícola para el 2050. El mundo experimenta una fuerte globalización caracterizada por una creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países que incluye componentes ambientales, tecnológicos, geopolíticos, económicos, culturales e institucionales (Wolf, 2004; Bhagwati, 2004). Surgen cuestionamientos al consumo excesivo y a la concentración económica, indicadores de la fragilidad del sistema socio-económico mundial. Los mercados se globalizan y florecen corporaciones transnacionales, sociedades civiles internacionalmente conectadas y relevantes actores globales. Estos hechos indican que estamos en una fase temprana de transición acelerada de un nuevo proceso histórico con resultados difíciles de predecir, pero dependientes de las decisiones y acciones que tomemos (Raskin et al., 2002). Enfrentamos grandes desafíos en relación con la demanda de productos agrícolas y de energía, la degradación ambiental y la pobreza. Las demandas de productos agrícolas continúan creciendo debido al aumento de la población, la mejora en la calidad de la dieta de muchos habitantes y los crecientes requerimientos de biocombustibles y biomateriales. Según recientes estimaciones, la población mundial actualmente ronda los 7000 M y tenderá a estabilizarse en alrededor de 9000 M a mediados del siglo XXI, cuando las tasas de natalidad y mortalidad estén en valores bajos y cerca del equilibrio. Estos valores difieren entre las distintas regiones del mundo, pero los datos en su conjunto indican que la población se incrementará en alrededor de 2000 M de habitantes hacia el 2050 correspondiendo la totalidad de este incremento a las regiones menos desarrolladas (Figura 6; UN, 2008, variante media). 19 Población (x106) 12000 9000 6000 3000 0 1900 1950 2000 2050 2100 Años Se esperan incrementos de más del 200% en el ingreso per cápita medio de los habitantes del mundo para las próximas 4 décadas (World Bank, 2009; LCAM, 2009). Este aumento redundará en incrementos de 10% en la cantidad de calorías/dia/ individuo (2790 a 3100 Kcal) y del 42% en el consumo medio anual de carne (38 a 54 kg por habitante por año) para el año 2050 (FAO, 2011; LCAM, 2009). Las brechas entre los rendimientos potenciales y reales pueden reducirse debido al uso de fertilizantes y otros agroquímicos, al riego, la mecanización, la adaptación de los cultivares a los ambientes de producción, etc. Estas brechas, expresadas como porcentaje de los rendimientos reales, rondan el 50% en áreas más tecnificadas y pueden alcanzar valores superiores al 200% en regiones menos desarrolladas (Fischer y Edmeades, 2010). La tabla 3 muestra los rindes para 6 principales cultivos. Miles de Ton. Soja Maíz Trigo Girasol Sorgo Cebada Mundial 261.600 844.405 650.881 30.559 55.655 123.477 Rinde (kg/ha) 2.555 5.215 3.000 1.323 1.374 2.578 U.S.A. 90.610 316.165 60.103 1.240 8.773 3.925 Rinde (kg/ha) 2.922 9.592 3.118 1.636 4.508 3.933 Brasil 68.519 56.060 6.037 80 1.505 274 Rinde (kg/ha) 2.942 4.375 2.773 1.143 2.330 3.262 ARGENTINA 41.500 20.100 13.190 3.340 3.950 4.080 20 RINDE (kg/ha) 2.240 4.951 2.849 1.805 2.979 3.496 Si los rendimientos de maíz de los 10 principales países productores del mundo con bajas productividades aumentaran hasta el nivel de la media global, se cubriría el 80% de la demanda de este grano durante los próximos 10 años (Edgerton, 2009). Resulta también alentador que recientemente se hayan obtenido cultivares de maíz y trigo que combinan alta potencialidad y alta estabilidad de rendimiento (Santa Eduviges, 2010, Tester y Landgridge, 2010) y que existe amplio margen para reducir las pérdidas por adversidades bióticas en los cereales, que hoy rondan el 30% a nivel global (Oerke, 2006). 2.2 Posibilidad de adopción y/o desarrollo en el país de las tecnologías clave El manejo racional de los recursos implica disponer de técnicas para: Reducir la erosión y degradación de los suelos (labranza reducida, siembra directa, cultivos en franja, cultivos de cobertura, rotaciones adecuadas, fijación biológica de N, abonos orgánicos, fertilización eficiente, etc.). Evitar la contaminación química (transgénicos, control biológico e integrado de plagas, uso racional de agroquímicos, uso de productos menos nocivos, etc.). Reducir la salinización (riego racional, cultivares tolerantes a sales, etc.). Un uso más eficiente de recursos e insumos (cultivares de mayor estabilidad y potencial de rendimiento, manejo adecuado de cultivos y del riego, agricultura de precisión, etc). Mantenimiento de la biodiversidad (refugios, limitaciones a la deforestación, etc.). 21 Algunas de estas técnicas ya han sido desarrolladas y aplicadas con éxito (Huang et al., 2002; Trewavas, 2002; Tilman et al., 2002; Toenniessen, 2003); otras necesitan de un mayor esfuerzo en investigación y/o adaptación tecnológica (Edgerton, 2009; Tester y Langridge, 2010; Phillips, 2010; Fedoroff et al., 2010). El conjunto de técnicas indicadas, bien implementadas, puede contribuir a producir los alimentos requeridos y a la reducción del impacto ambiental (JICA-INTA, 2004). Las nuevas reglas de juego demandan todo un conjunto de instrumentos de política comercial e impositiva novedosos por parte de los gobiernos. En el modo tradicional de comercio la aplicación de tarifas sobre insumos, podían derivar en un deterioro en la competitividad de las exportaciones del producto final y una caída en las ventas externas. En este nuevo esquema, las tarifas sobre insumos, siendo que significan un aumento en los costos de desarrollar algún proceso, pueden llevar a que toda la producción del mismo sea localizada en otro país, y así se pierde toda su producción local. En el caso de los insumos de origen biológico son menores las posibilidades de que la amenaza de trasladar la producción a otro país se concrete, ya que su factibilidad está limitada por las condicionalidades físicas (de la naturaleza y suelo) que imponen este tipo de producción. Aun así, políticas no adecuadas pueden llevar a que las cadenas dejen de desarrollar más actividades y desplegar mayores inversiones localmente. Un área en la que se abrieron nuevas oportunidades para los países emergentes, es en las estrategias de offshoring, o prestación remota de servicios corporativos para las ET. Según la UNCTAD, uno de los principales factores son los cambios tecnológicos que facilitaron el desarrollo de los procesos de offshoring (UNCTAD, 2004). Este fenómeno, en parte, está reflejado en el aumento del peso del rubro business services en el total de la IED en servicios, de 26 a 36% entre 1989-91 y 2002-2004 (UNCTAD, 2006). Siendo que las ET son protagonistas relevantes del fenómeno, las políticas que se apliquen en relación a la radicación de capital externo tendrán impacto directo sobre la conformación de cadenas globales de valor, la radicación de 22 eslabones sobre el territorio nacional y las posibilidades de escalar hacia eslabones más complejos al interior de la misma. En el sector de Fitosanitarios, muchas empresas de productos patentados radican su inversión para formulación en Brasil, por ejemplo, luego ingresan a nuestro país ya formulados. La inversión para sintetizar y/o formular productos que tengan patentes y pasen a ser genéricos está desalentada a nivel nacional en la actual coyuntura (CIAFA, 2012). 2.3 Principales limitantes para la adopción y/o desarrollo en el país de tecnologías innovadoras que se avizoran Un tema que preocupa a nivel mundial es la interacción entre el mercado energético y el agroalimentario, a saber: La demanda mundial de energía crecerá de 13 a 46 terawatts año durante el siglo XXI (Kruse et al., 2005). El petróleo es la principal fuente actual de energía, su disponibilidad es limitada (WEO, 2009), lo que explica el importante incremento en la demanda de biocombustibles que estamos experimentando (WRI, 2007). En el ciclo 2007/08, se utilizaron 84 M de Tn de maíz para obtención de etanol y se espera que la demanda se incremente a 143 M de Tn en 10 años (Edgerton, 2009). La demanda de maíz para este fin aumentaría sólo hasta alrededor del año 2020, ya que a partir de esta fecha los biocombustibles en base a grano serían gradualmente desplazados por biocombustibles de segunda generación basados en celulosa. Por otro lado, el aumento en la población mundial y en la calidad de vida de sus habitantes que se espera para el 2020, demandará un incremento de la producción agroalimentaria. (Figura 7) Considerando estos factores conjuntamente, e incluyendo otros posibles destinos como biomateriales, se proyectan demandas mundiales de cereales de 3.500 a 4.000 M de Tn para el año 2050 según los escenarios considerados (Tweeten y Thompson, 2008; Rosegrant et al., 2008; Fischer et al., 23 2009, Tester y Langridge, 2010; Edgerton, 2009), o sea incrementos de 75 a 100 % sobre la producción del año 2000. Satisfacer estas demandas requerirá mantener o incluso aumentar la actual tasa de incremento en la producción global de cereales de 31 M de Tn por año (Figura 7), la mayor parte de estos incrementos se deberán producir en los países en vías de Producción de cereales (millones de tn) desarrollo (Fischer et al., 2009; Tester y Langridge, 2010). 4000 y = 30,7x - 59251 3500 2 R = 0,9743 3000 2500 2000 1500 1000 500 0 1950 1970 1990 2010 2030 2050 Años El rendimiento teórico máximo de la fotosíntesis, relacionado a la luz blanca, es 6.6%. Los valores máximos alcanzados en la práctica son 2.4 a 3.2% para caña de azúcar, sorgo y maíz; 1.7 a 1.9% para remolacha azucarera y eucaliptus. En promedio, el rendimiento de la fotosíntesis es de alrededor de 5%. Bajo circunstancias favorables, pueden cosecharse 30–70 toneladas de biomasa seca por hectárea y por año (Nudelman, 2012). La producción mundial de biomasa es de aproximadamente 170.000 millones de toneladas anuales, de las cuales sin embargo, sólo el 3% o sea 6000 millones de toneladas anuales son cultivadas, cosechadas y utilizadas (alimentos y no alimentos). “Comer o carburar”. En un país gran productor de granos como es Argentina, que genera anualmente millones de toneladas de biomasa, la producción de biocombustibles es de importancia, tanto para el consumo interno como para exportación. Hay muchas ONGs que cuestionan el desarrollo de biocombustibles, sin discriminar si se producen a partir de granos (primera generación) o de biomasa no 24 alimentaria. Como en otros aspectos del uso de agroquímicos, es esencial la difusión del conocimiento, para contrarrestar fundamentalismos extremos. La primacía de la agenda de seguridad alimentaria mundial podría forzar factores concurrentes que harían emerger a nivel mundial los desarrollos de biocombustibles de segunda y tercera generación, e incluso acelerar los tiempos de paradigmas energéticos alternativos. autoabastecimiento o para Argentina debería exportación, posicionarse cubriendo la ya sea para demanda interna de combustibles y conservar el rol de exportador eficiente de biocombustibles no derivados de soja o maíz, sino de fuentes para las cuales el balance energético resulta claramente superavitario, generando nuevos polos regionales de desarrollo en el país (Patrouilleau, 2012). 2.4 Capacidades existentes en el país para la adopción y/o desarrollo de dichas tecnologías. En el área de producción de cereales y oleaginosas para consumo humano, cabe destacar: Los rendimientos promedio mundiales por unidad de superficie de maíz, trigo y arroz aumentan a razón de 82, 27 y 39 kg ha-1 año-1, respectivamente (Fischer y Edmeades, 2010). Estas tasas proyectadas a futuro resultan en rendimientos cercanos a los necesarios para satisfacer la demanda de maíz en las próximas décadas, pero no la de trigo, aunque en estas estimaciones debe tenerse presente que los rendimientos están fuertemente afectados por coyunturas políticas, relación de precios y costos, ambiente y, sobre todo, por la tecnología (Sadras et al., 2009). La intensificación en la cantidad de cultivos por año, práctica que aumenta la eficiencia de captura de agua y radiación por parte de las plantas (Caviglia y Andrade, 2010), puede contribuir al incremento requerido de la producción para el 2050 en un 14% (Bruinsma, 2009). Considerando conjuntamente la superficie con aptitud agrícola y las posibilidades de intensificación, el potencial de la tierra para producir alimentos 25 supera a la futura demanda estabilizada; pero el desafío consiste en hacerlo a un costo aceptable para el planeta (Nature, 2010; Godfray et al., 2010). Con respecto al área de producción de biocombustibles, merecen mención algunos aspectos esenciales: En 2006, el Congreso de la Nación sancionó una ley de Biocombustibles con regímenes de promoción, de regulación y promoción para la producción y uso sustentable, mezcla con combustibles fósiles y sujetos beneficiarios del régimen promocional. Los cálculos más pesimistas admiten que se necesitarán unas 650.000 toneladas anuales de biodiesel y 200.000 de etanol para producir las mezclas y cumplir con la norma. En principio, la capacidad instalada ya para producir combustibles a partir de vegetales supera las 2.000.000 de toneladas destinadas en su gran parte al mercado externo. Un informe de Investigaciones Económicas Sectoriales señaló que en los primeros 8 meses del año 2009, se exportaron 527 millones de dólares en bios con un alza del 73,9% en volumen con respecto al mismo período del año anterior (Nudelman 2012). La interacción entre los industriales y los centros académicos (especialmente aquéllos ubicados en las zonas productoras) es muy intensa, dada la necesidad que tienen las plantas productoras de formar a sus cuadros técnicos para mejorar la producción y respetar estándares de calidad. Los puertos ubicados a la vera del Paraná en los departamentos San Lorenzo, Rosario y Villa Constitución, albergan varias de las principales plantas productoras de bio aprovechando la cercanía con las terminales granarias. Argentina produjo en el año 2010 unos 2,5 millones de toneladas de biodiesel a partir del aceite de soja. La mayoría de las plantas productoras está radicada en la provincia de Santa Fe. En junio, el precio del biodiesel para el mercado interno fue fijado por la Secretaría de Energía en U$S 872 dólares por tonelada, casi 90 dólares por encima del valor de exportación de una tonelada de aceite de soja. Con el nuevo corte autorizado, el consumo interno pasaría de 800 mil a más de 1 millón de toneladas anuales. 26 Existen importantes centros de investigación que interactúan con el sector productivo, entre ellos puede mencionarse el INCAPE (Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica), dependiente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y del CONICET, ubicado en la Pcia. de Santa Fe, una de las zonas más productivas en biomasa. Se estima que se pueden producir 1,8 millones de toneladas de biocombustible por año en la zona del Gran Rosario. En el 2010 se exportaron más de 2 millones de toneladas de biocombustible, con destino principal a Europa, según las estadísticas de la Cámara Argentina de Biocombustibles basadas en datos de la aduana. El crecimiento del sector es exponencial, ya que la exportación se inició con 168 toneladas en 2007 (Nudelman, 2012). 2.5 Desarrollos tecnológicos implementados en el sector pero que no se aplican a nivel local. Hoy estamos experimentando una prodigiosa innovación en la agricultura, la biotecnología. Con técnicas como la transgénesis, la mutagénesis y la selección asistida por marcadores moleculares, la biotecnología contribuye o puede contribuir a la producción agrícola en tres grandes áreas: La disminución del uso de agroquímicos peligrosos para el ambiente utilizando variedades que expresan tolerancia a herbicidas, insectos o enfermedades. La mejora y diversificación de la calidad alimenticia de los productos agrícolas. El aumento del potencial de rendimiento y su estabilidad. (Edgerton, 2009; Andrade et al., 2009). Surgen algunas dudas sobre los beneficios del uso de la ingeniería genética en los cultivos (Gourman Sherman, 2009) y se indican algunos riesgos para la salud humana y animal o para el ambiente relacionados con toxicidad, alergenicidad, flujo de genes, efectos perjudiciales sobre organismos benéficos y desarrollo de resistencias 27 en plagas y patógenos, los que pueden y deben ser detectados, evaluados y minimizados a través de procesos de investigación y transferencia de conocimiento (Raimondi et al., 2002). Alcanzar la meta de una producción agrícola sustentable requerirá de esfuerzos integrados de especialistas de distintas disciplinas; el incremento de la producción no sólo debe ser considerado como un aumento en el uso de insumos, sino que deberá incluir como factor preponderante las tecnologías de procesos y de conocimientos (Satorre, 2004). El conocimiento de los procesos y mecanismos determinantes del crecimiento y del rendimiento de los cultivos contribuye al aumento sustentable de la producción, ya que: Nos orienta en la elección de las prácticas más apropiadas para un manejo eficiente y adecuado de los insumos y recursos (Andrade y Sadras, 2002; Andrade et al., 2005; Andrade et al., 2010). Guía al mejorador y al biotecnólogo en la obtención de genotipos de mayor potencial de rendimiento más eficientes y mejor adaptados a ambientes actuales y futuros (Edmeades et al., 2004; Wollenweber et al., 2005; Andrade et al., 2009; Sala y Andrade, 2010). Un desarrollo aún escasamente aplicado en el país es la producción de biocombustibles de segunda generación a partir de algas. Una pileta de algas bien ubicada puede producir combustible renovable, sin comprometer el uso de tierras cultivables, o utilizar el agua que es necesaria para la producción de alimentos. Se pueden hacer crecer las algas en ambientes propicios, y pueden usarse en lugar de los combustibles a base de residuos fósiles. Para extraer el aceite de las algas, primero se secan y pulveriza las algas, se usa hexano para extraer el aceite, y se recupera el hexano mediante destilación. En muchos casos las instalaciones tratan de reducir costos por medio del reciclado de energía de otras partes del proceso (Nudelman 2012). 28 Para lograr que la ciencia y la tecnología contribuyan a alcanzar el objetivo de producir los alimentos necesarios para el 2050 reduciendo a la vez el impacto ambiental, se deben realizar las inversiones necesarias en investigación y desarrollo agrícola y tomar medidas adecuadas de política agrícola (FAO, 2009). Desafortunadamente, y contrariamente a lo deseable, la inversión en investigación y desarrollo agrícola se reduce o se mantiene en el mundo con pocas excepciones (Pardey y Pingali, 2010). 2.6 Capacidades disponibles en el sistema de CyT que permitan avanzar Resulta difícil hacer predicciones fehacientes ante la gran complejidad y combinación de variables, no obstante, se pueden plantear posibles escenarios a nivel mundial (Raskin et al. (2002), y efectuar diversos análisis en el contexto local (Patrouilleau et al.). A nivel mundial, sobre la base de una imperiosa necesidad de cambios sustanciales, se presenta un escenario que consiste en la reafirmación y potenciación de movimientos, hoy incipientes, que alzan principios morales de compromiso ambiental y social, lo que denominan la Gran Transición, en la que el conocimiento y la innovación pueden estar al servicio de los principios de compromiso ambiental y social de la Gran Transición; la tecnología implica también organizaciones y personas portadoras de intenciones, conocimientos y habilidades (Giuliano, 2007). Si dichas intenciones y sus correspondientes acciones se subordinan a compromisos sociales y ambientales, la tecnología y la innovación serán un medio fundamental para lograr un mundo más justo y sustentable. Contribuyen a dicho objetivo el desarrollo de nuevas técnicas de comunicaciones que generalizan y distribuyen el conocimiento, acercan a las personas y posiciones reduciendo confrontaciones y asisten a conformar redes sociales que comienzan a controlar excesos de gobiernos y empresas (Arébalos y Alonso, 2009). Por otro lado, una mayor educación, la reducción de los conflictos, el compromiso de los gobiernos y el fortalecimiento de los nuevos valores (Monckeberg, 1993; Raskin et al., 2002) pueden contribuir a reducir o erradicar la pobreza. 29 A nivel nacional, poseemos la capacidad para responder a los grandes desafíos que se nos presentan, es especialmente destacable el desarrollo alcanzado por el sector en: Biotecnología, área de gran relevancia en la cual el país tiene un sólido reconocimiento a nivel mundial. Además, en este espacio las micro y pequeñas empresas pueden lograr emprendimientos significativos. Existe aproximadamente un centenar de empresas dedicadas a biotecnología con fuerte impacto en el sector agrícola. En particular, las empresas de Biotecnología dedicadas a la producción de inoculantes representan más del 15% de la facturación total de las empresas biotecnológicas. El sector de inoculantes está compuesto por más de 50 empresas, en su mayoría de origen nacional; sólo dos son extranjeras: Nitragin y Becker Underwood. A modo de ejemplo, se muestra en la Figura 8 la distribución de la industria de inoculantes que se encuentra conformada en más del 70% de micro empresas, un 20% de PyME y un 8% de grandes empresas. 72% Micro 20% 8% PyMES Grandes Como toda generación/aplicación de conocimiento, debemos canalizarla a través de una sólida estructura científico tecnológica, evitando posturas ambientalistas extremas que no valoran adecuadamente dicha capacidad innovadora. Por otro lado, también deben evitarse posiciones tecnocéntricas extremas que no toman total conciencia de que la tecnología no es neutra, sino que puede presentar riesgos para nuestro entorno, que deben ser controlados y estudiados sus potenciales efectos. (Trucco, 2012) 30 Se necesitan, además: Políticas, incentivos y regulaciones adecuadas basadas en sólidos conocimientos aportados por la ciencia y la tecnología. Inversiones en infraestructura, transferencia tecnológica, monitoreo ambiental. Vigorosos esfuerzos por la educación y la capacitación de la población en materia de sustentabilidad. Una cuestión trascendente para el sistema agroalimentario es la variabilidad del clima, comúnmente referida como cambio climático (CC). La referencia prospectiva de la evolución del CC puede referirse a la Segunda Comunicación Nacional de Cambio Climático -2CN- sobre escenarios concebidos al horizonte 2080. Existe evidencia retrospectiva respecto a los cambios ya operados en el clima de Argentina en los últimos 30 años que, entre otros efectos, diera lugar a la notable ampliación de la frontera agropecuaria hacia el semiárido. No puede asegurarse que para el 2030 el impacto del cambio climático por venir sea mayor al ya registrado en el país. La tendencia proyectada por el inventario de la 2CN prevé un mayor peso de las emisiones por generación de energía. Las proyecciones indicarían que el aumento de la superficie destinada a la agricultura y otros usos, podrían hacer que la Argentina en 2030 dejara de ser sumidero para transformarse en emisor de CO2 (Patrouilleau, 2012). Un instrumento de alcance global para aprovechar las capacidades científicotecnológicas existentes en distintos sectores en el país, es el desarrollo y/o fortalecimiento de redes o tramas (Casini, 2012) para lo que se debería contemplar: La identificación de una serie de objetivos estratégicos de políticas públicas cuyos resultados sean de beneficio mutuo para los integrantes de la trama. La selección de un conjunto acotado de tramas sobre las cuales operar, en función de su efecto difusor sobre otras actividades, el empleo y la 31 generación y difusión de innovaciones. Una metodología de gestión basada en la noción de Proyecto Estratégico por trama. Un Contrato de Gestión acotado temporalmente y sujeto a auditoría entre el sector público que ejecute la política y determinados actores que controlan algunos nodos claves de la red. Los objetivos de dicho contrato deberían contener las metas precisas cuantificadas a lograr en los diversos ámbitos (empleo, inversión, saldo neto con el exterior, desarrollo y difusión de innovaciones). Se trata de llegar a un número importante de agentes a través de unos pocos, aprovechando la institucionalidad privada ya existente con una coordinación pública adecuada. 2.7 Áreas de vacancia en las líneas de investigación a nivel local con impacto productivo El sector necesita ampliar sus recursos humanos, tanto en cantidad como en capacidad, ya sea a nivel gerencial como operativo; se hace necesaria una capacitación dinámica y permanente en: las nuevas tecnologías de comunicación; las nuevas tecnologías para la toma de decisiones; las herramientas disponibles (GPS, navegadores satelitales, GIS, etc). Dentro de los principales problemas tecnológicos de la producción, podemos destacar: La falta de reconocimiento de la propiedad intelectual de los eventos biotecnológicos en cultivos varietales, que retrasan la incorporación de los mismos al proceso productivo. 32 El modelo de tenencia de la tierra, que al ser rentada en períodos cortos, reduce la posibilidad de armar esquemas rotacionales de cultivos de largo plazo. La falta de reconocimiento comercial de la calidad diferencial de los productos que igualan los esfuerzos tecnológicos de la producción. Las problemáticas ambientales que crecen en importancia por la presión de las sociedades sobre la producción o por los contratos internacionales que aumentan su nivel de exigencia. La escasez de estudios de cómo la variabilidad climática y el cambio climático influyen en el desarrollo de plagas y enfermedades. Debemos profundizar las tecnologías de monitoreo de pulverizaciones de agroquímicos, el recupero de envases de agroquímicos usados, la correcta aplicación de fertilizantes, el almacenamiento y transporte seguro de agroquímicos, las mediciones de huella de carbono y de huella hídrica. En las regiones de Cuyo y Patagonia se debería hacer un uso más eficiente de los sistemas de riego, de manera de disminuir los efectos de la falta de agua. Se deberían encarar medidas de mitigación como la detención de la deforestación y la ayuda a la regeneración, la repoblación forestal y la agrosilvicultura, de manera que la cubierta vegetal no permita la liberación de CO2 y el mantenimiento de la cobertura boscosa actúe como sumidero de GEI.. (Patrouilleau, 2012). Las aproximaciones deben ser multidisciplinarias e integradoras, ya que los problemas que enfrentamos son sistémicos y complejos (Godfray et al., 2010; Morín, 2011) 33 2.8 Analice la influencia de las principales políticas sobre el desarrollo del sector Las principales medidas políticas (Senesi 2012, Patrouilleau, 2012) requeridas para el desarrollo del sector son: Inversiones en infraestructura vial, ferroviaria, de vías navegables y de puertos que permitan la logística de una producción creciente con menor impacto ambiental y en la salud de las comunidades vinculadas con la actividad. Apoyo institucional y económico a proyectos de inversión en energías limpias, eólicas, solares y de biogás. Apoyo institucional y económico a proyectos de investigación e inversión en el desarrollo de proyectos que reduzcan el impacto ambiental como Agricultura Certificada, certificación de Huella de Carbono, certificación de Huella Hídrica y mitigación de ambas mediciones. Política de desarrollo industrial en áreas como la Patagonia, Cuyo, NOA y NEA. Desgravación de las inversiones o apoyo a actividades científicas-tecnológicas realizadas en el marco de entidades público/privadas. Fuerte seguimiento desde el área Salud de los impactos de las actividades económicas del sector, con medidas de remediación o de protección de la salud. Medidas de reducción de los residuos y efluentes de la actividad. Con respecto al apoyo en el área científica se requieren, entre otras, las siguientes medidas: Mayor desarrollo de la industria espacial con satélites propios dedicados a la 34 captura de imágenes en forma frecuente y de disponibilidad para la toma de decisiones privada y pública. Nuevas metodologías de utilización de los productos agropecuarios. Desarrollos tecnológicos en cultivos locales, o adaptados a los ambientes de las áreas sensibles. En el aspecto tecnológico, requerimos: Mayor disponibilidad de redes de comunicación satelital, a través de satélites nacionales que mejoren las comunicaciones del sector en todos los puntos del país. Desarrollos cartográficos actualizados y de fácil acceso. Manejo de las catástrofes climáticas, a través de inversiones en infraestructura o medidas de adaptación. Facilidad de acceso a dispositivos de monitoreo y de relevamiento de datos, como monitoreadores de aplicación, estaciones meteorológicas conectadas a internet distribuidas por toda la región productiva, aviones no tripulados con cámaras sensibles, etc. Por otro lado, se deberían poner en funcionamiento políticas que favorezcan el desarrollo de tramas insertas en cadenas globales de valor en el país (Casini, 2012). Esto requiere considerar algunos aspectos particulares del caso local: La necesidad por exhibir políticas con impactos sustantivos a corto plazo, especialmente en terrenos sensibles como los del empleo y el sector externo. La existencia de un arsenal de instrumentos de políticas económicas ya establecidos que, (más allá de su nivel de utilización), se encuentran desperdigados en diversas instancias públicas y al que acceden 35 selectivamente algunos actores económicos. La falta de una política integral y la escasa atención a necesidades derivadas de una estrategia de este tipo en la definición de políticas de alto impacto como la de infraestructura o formación de los recursos humanos. Severas restricciones en las capacidades (económicas y humanas) de los gobiernos, y un paulatino desplazamiento de las decisiones sectoriales y microeconómicas de inversión a las órbitas de los gobiernos provinciales o municipales (o a programas específicos financiados por instancias internacionales). 36 3. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES EN INVESTIGACIÓN, DESARROLLO E INNOVACIÓN 3.1. Oportunidades y amenazas identificadas Oportunidades: la proyección de la producción de alimentos para las próximas décadas implica un enorme desafío a nuestra capacidad creativa e innovadora en cuanto al cuidado de los ambientes así como de los servicios ecosistémicos que ellos proveen. Nivel mundial La meta es alcanzar una producción agrícola sustentable que consiste en producir la cantidad de alimentos para satisfacer de manera continua y rentable las necesidades de la creciente población haciendo un uso eficiente y seguro de los recursos naturales y de los insumos externos y asegurando los servicios ecosistémicos para la sociedad (Ikerd, 1990; Solig, 2001; Tilman et al., 2002). Viglizzo et al. (2011) y Satorre (2005) afirman que la erosión hídrica y eólica han menguado con la implementación de la siembra directa o las labranzas reducidas, rotaciones apropiadas, etc. no obstante los cuidados deben seguir intensificándose. Además, las tecnologías descriptas pueden ser utilizadas para mejorar la producción y el nivel de vida de muchos productores pequeños que habitan zonas degradadas o contaminadas (Huang et al., 2002; Bourne, 2009; Gurian Sherman, 2009; Godfray et al., 2010) y para alcanzar una producción agrícola más homeostática, con mayor eficiencia de uso de recursos e insumos externos y/o con menor dependencia de insumos no renovables y/o contaminantes. 37 Nivel nacional Oportunidades. Analizando la muy abundante importación de insumos agrícolas que realiza Argentina actualmente, es importante destacar que por lo menos 50 de los fitosanitarios de mayor consumo podrían fabricarse y/o formularse en el país. Entre ellos, cabe mencionar productos en volúmenes superiores a las 200 Tn, tales como: Abamectina; acetoclor; carbendazim; clorimuron etil; clorpirifos; cieprmetrina; dicamba; difenoconazole; dimetoato; flurocloridona; fomesafen; fosfuro de aluminio; glifosato; hidrazida maleica; hidroxido de cobre; imazetapir; imidacloprid; lambdacialotrina; oxicloruro de cobre; paraquat; picloram; tebuconazole (Arakelian, 2012). A modo de ejemplo, teniendo en cuenta los datos publicados por SENASA, 2012 de las importaciones 2009, 2010 y 2011, una estimación grosera de proyección para 3 productos mayoritarios (excluyendo glifosato) indica para el 2020 aprox. en miles de Tn acetoclor 20; atrazina 45; clorpirifos 5. Acetoclor y atrazina cuadriplicarían el consumo actual, clorpirifós crecería 10 %, y es incierto el crecimiento en glifosato De todos modos, la tendencia global indica tratar de disminuir el uso de agroquímicos a lo estrictamente necesario. (Nudelman, Alvarez 2012). Endosulfán, otro agroquímico de uso intensivo en la actualidad, deberá discontinuarse para el 2013 por Res. SAyDS. Amenazas. El principal peligro radica en que la agricultura ejerce una gran presión sobre el medio ambiente comprometiendo la producción de alimentos en cantidad y calidad. Según diferentes estimaciones, las pérdidas anuales de tierras agrícolas por erosión suman de 2 a 5 M de ha, a lo que hay que sumar las pérdidas por urbanización, salinización y contaminación (Bringezu et al., 2010). Las deforestaciones, el laboreo excesivo de los suelos y la importante intensificación de la producción agrícola basada en agroquímicos, originaron problemas de degradación ambiental y de contaminación. Estos datos son alarmantes y preocupa la magnitud de la tarea a encarar (Bourne, 2009, Gurian Sherman, 2009). 38 Los principales efectos negativos de la actividad agrícola sobre el ambiente, que es preciso tener en cuenta en nuestro país, son: la erosión y degradación del suelo por deforestación y laboreo excesivo, la pérdida de nutrientes del suelo, la contaminación con biocidas que afectan a vertebrados e insectos benéficos, la pérdida de biodiversidad, la acumulación de nitratos y otros productos químicos en las napas, las pérdidas de tierra agrícola por salinización, el agotamiento de las fuentes de agua En suma, es una amenaza, la pérdida de servicios ecosistémicos. (JICA-INTA, 2004; Viglizzo et al., 2011). Estos efectos no son parejos en toda el área cultivada, a saber: En las regiones más pobres, la mala distribución de los recursos, la marginalidad y la necesidad de alimentos fuerzan a los agricultores a cultivar tierras de alta pendiente, poco profundas y semiáridas sin los recursos adecuados, por lo que los suelos son degradados y erosionados. Por el contrario, en áreas donde el nivel tecnológico de la producción es alto, los principales problemas surgen del mal uso del riego que produce degradación de tierras por salinización y del uso indiscriminado de biocidas y fertilizantes que produce una seria contaminación ambiental y atenta contra la inocuidad de los alimentos. Viglizzo et al. (2011) y Huang et al. (2002) concluyen que los riesgos de contaminación química se han reducido por la utilización adecuada de productos menos tóxicos y de menor persistencia y por el uso de transgénicos. No obstante, la amenaza del fuerte impacto ambiental debe tenerse siempre presente, y adoptar las prácticas recomendadas por la FAO para una producción agrícola sustentable. 39 3.2. Fortalezas y debilidades de la base científica, tecnológica y empresarial de la Argentina para enfrentar los desafíos que se esperan en el año 2020. Nivel mundial Además de los problemas relacionados con la producción agrícola deben considerarse los problemas vinculados con la disponibilidad de energía y agua dulce (WEO, 2009; UNEP, 2002; INTA 2010) y con el cambio climático, en el que efectos antrópicos ocasionados por la emisión de gases de efecto invernadero (IPCC 2007; Magrin, 2007) se suman a los ciclos naturales (Petit et al., 1999; Mann et al., 2009). La huella ecológica, entendida como el área necesaria para producir los recursos que consumimos y disponer de los desechos que generamos (Wackernagel y Rees, 1996), hoy supera en casi 40 % a la capacidad bioproductiva del planeta y, de continuar la tendencia, este desfase superará el 100% hacia el año 2050 (GFN, 2008). Estos datos indican que se están utilizando recursos a una tasa mayor a la de regeneración, especialmente en los países desarrollados (GFN, 2008). La inseguridad alimentaria y los serios problemas de desnutrición tienen otras causas más determinantes que la capacidad de producir alimentos y la situación ambiental. Hay tendencias a descentralización, democratización y respeto por los derechos humanos, y experimentamos un incremento en el desarrollo de muchos países medido a través de caídas en tasa de fecundidad e incrementos en expectativa de vida. Pero, la crisis del 2008 incrementó el número de habitantes desnutridos en el mundo de 800 a 1000 M a pesar de que aumentó la producción agrícola per cápita. África Subsahara es la región con mayor porcentaje de personas mal alimentadas y el sur de Asia, la región con mayor número de desnutridos (UN, 2008). Es la pobreza, no la escasez de alimentos, la principal raíz de este serio problema (Monckeberg, 1993; Butler, 2010; Nature, 2010). La pobreza y la marginalidad constituyen las mayores causas de la inseguridad alimentaria en muchos países del mundo (Arriagada, 2000; Cittadini, 2010) y éstas generalmente se sustentan en 40 conflictos, en la negligencia, corrupción o inoperancia de sus gobiernos, y en la explotación de los países más poderosos. Nivel nacional El escenario 2020 es un modelo complejo; la I+D juega importante rol, ya que la producción agropecuaria será de alta tecnología, con insumos como: Agroquímicos, con nuevas formulaciones, más amigables con el ambiente, que permitan la reducción de envases plásticos, en contenedores retornables de volúmenes mayores. Semillas compuestas por eventos tecnológicos que permitan una especificidad en las características deseadas, en el balance de aminoácidos, nutrientes, precursores de medicamentos, protegidas desde el origen con tratamientos fungicidas, insecticidas y biológicos para alcanzar su máximo potencial. Desarrollo de especies resistentes tanto al stress térmico, como al defecto o exceso de agua, así como germoplasmas adaptados a stress biótico y abiótico. Productos biológicos que controlen plagas o que permitan el mejor desarrollo de los cultivos como inoculantes, bacterias fijadoras de nutrientes, atractantes específicos por plaga, feromonas. Tecnologías de reducción del consumo de agua, tanto en las aplicaciones de insumos, como en las operaciones de riego suplementario, que permitan sustentar cultivos en áreas favorables por clima y que de esa manera reduzcan la huella hídrica. Tecnologías de logística de insumos o de productos commodities, que contemplen nuevas formas de energía para reducir el impacto ambiental de la 41 huella de carbono. Desarrollos de control de la emisión de metano en la producción ganadera, para mejorar sus aspectos ambientales. Tecnologías para la reducción de desechos sólidos y líquidos en la producción agropecuaria. Integración total entre los productores e industrializadores y comercializadores a través de una adecuada política de contratos. El Estado, aún hoy día, se presenta como poco estructurado, con escasa capacidad económica y financiera, con recursos humanos poco profesionalizados y enfrentando múltiples demandas sociales de carácter perentorio, las que obligan a replantear las estrategias de las políticas públicas en el día a día. En contrapartida, la política de tramas toma como punto de partida la necesidad de un Estado Activo en el fomento de la producción y el empleo para dar respuestas a las nuevas restricciones y desafíos que impone un marco de economía abierta y crecientemente globalizada (Casini,2012). El proceso de fragmentación productiva y su deslocalización territorial asociada, derivado de la globalización, se ha visto favorecido por los avances en las tecnologías de la comunicación y logística, tanto como por el persistente avance de las políticas de liberalización comercial (reducción de los aranceles, anulación de las cuotas, etc.). Con respecto a la base empresarial, merece destacarse el desarrollo y/o fortalecimiento de redes para lo cual pueden formularse diversos modelos para la promoción de tramas. Entre los más adecuados para la situación del país merece considerar el modelo de intereses concretos en círculos concéntricos expansivos, en el cual la idea central es ir armando la red paulatinamente, partiendo de un grupo de acuerdo reducido y, en la medida que tengan éxitos, ampliarlo al resto de la actividad. (Cassini, 2012) La estrategia opera a partir de identificar y solucionar un problema (o una oportunidad de negocios) concreto, cuyos beneficios sean provechosos para el conjunto. En su dinámica requiere de: 42 La existencia de un agente articulador que por prestigio logre convocar a un número acotado de actores cuyos intereses sean concordantes. Se identifique un problema u oportunidad de negocio cuya posibilidad de solución o concreción no pueda ser individual ni sus resultados apropiables por actores extra grupo. La cuantificación de las pérdidas ocultas asociadas con el problema o con las ganancias eventuales resultantes de la oportunidad de negocios. La concreción de un plan de actividades y el reparto de las responsabilidades. Los mecanismos de gestión y administración que rodearán al proyecto. 3.3. Algunas medidas de política, científicas y tecnológicas y económicas, para la adopción y/o desarrollo en el país de las tecnologías clave para el desarrollo del complejo. Para que en el futuro la huella ecológica se reduzca a valores equiparables a la capacidad bio-productiva, es imperioso controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, morigerar nuestras demandas, utilizar energías renovables y limpias, hacer un uso más eficiente de recursos e insumos, proteger el suelo y los suministros de agua dulce, mantener la biodiversidad y limitar la producción de desechos. Disponemos de métodos y técnicas para incrementar la producción y satisfacer los futuros requerimientos de alimentos y energía, pero el gran desafío consiste en alcanzar estas metas evitando traspasar los límites que garantizan un uso seguro de los recursos (Godfray et al., 2010; Rockstrom et al., 2009). Las necesidades para un desarrollo social y ambientalmente sustentable, que reditúan a largo plazo, se contraponen con ideologías que representan formas radicales de individualismo y supervivencia del más apto (Thurow, 1996). 43 La dotación de infraestructura es uno de los aspectos claves que influyen sobre la competitividad de la producción agroindustrial. Se relaciona con factores directamente vinculados a la producción y a la productividad como el riego, y con el amplio espectro de la infraestructura física y logística que canaliza la producción a los mercados, tanto internos como externos. (Patrouilleau, 2012). Es imperioso aumentar la inversión pública en obras que detentan una orientación generalista, desarrollar proyecto de riego con impacto a nivel nacional y revertir la concentración de ciertos segmentos productivos agroalimentarios, tales como acopio, procesamiento, y recuperar lugares significativos en términos de presencia del Estado en actividades logísticas que necesitan de su apoyo, como son el transporte marítimo-fluvial y el ferroviario (Patrouilleau, 2012). Avanzar en la conformación de una red de comunicaciones físicas que permita no sólo la conformación de productos en el exterior, sino también las interacciones entre las regiones y el vínculo hacia el Pacífico. También es importante recuperar cierto accionar del Estado sobre el transporte marítimo para poder manejar uno de los costos centrales, que es para la Argentina el transporte intercontinental (Patrouilleau, 2012). La posibilidad de avanzar dentro de la cadena de valor hacia actividades más complejas está fuertemente asociada al rol que juegan las políticas públicas. En este sentido, merecen destacarse acciones tales como: Ofrecer incentivos a las firmas extranjeras para realizar actividades de I+D y cooperar con universidades y centros de investigación locales. Promover la educación técnica y científica. Estimular altos niveles de integración nacional por la vía del desarrollo de proveedores. Favorecer los esfuerzos innovativos (incluyendo la ingeniería reversa) por parte de los fabricantes locales (Lall, 2000; Hobday, 2000). 44 Desarrollar y fortalecer redes a lo largo del tiempo, (Cassini, 2012) requiere una mínima estabilidad (política, de funcionarios, de financiamiento, etc.) con objetivos de políticas tales como: Aumentar el grado de integración nacional de los eslabonamientos existentes. Fortalecer el tipo de vínculos que los agentes que forman parte de la trama establecen entre sí y con los sistemas territoriales en los que actúan. Inducir la adopción de formas contractuales (formales o informales) en las relaciones que asumen. Aumentar la complejidad de las tramas en términos de las competencias endógenas adquiridas, lo que requiere operar sobre la capacidad innovativa potencial de la trama, los sistemas de capacitación y la forma en que se organiza el proceso de trabajo. Mejorar la inserción internacional para tener una presión competitiva que les obligue a un proceso innovativo continuo, y para fortalecer las cuentas externas del país. Considerar las barreras existentes y las potencialidades para el desarrollo de las tramas desde una perspectiva estratégica (intensidad de cambio tecnológico, trayectoria evolutiva, marco institucional y estrategia de las empresas líderes con visiones globales). Fomentar la generación de empleo de calidad en las empresas pertenecientes a la trama. La estrategia consiste en que, en la medida que los proyectos iniciales son exitosos, el propio mercado tiende a copiar y reproducir el esquema de funcionamiento. (Cassini, 2012) Dificultades. La estrategia de construcción de redes en base al modelo de círculos concéntricos expansivos puede quedar reducida a un conjunto de casos exitosos, pero sin mayor relevancia. En particular, si el desarrollo es exitoso, base de negocios 45 competitivos y pasibles de ser copiado y transferidos, los propios desarrolladores dejarán de tener incentivos para incorporar más actores al sistema. Por otro lado, si el esquema prospera, y se le suman estamentos a la red, se tornará necesario generar alguna organicidad. 46 4. CONCLUSIONES GENERALES Poseemos capacidad intrínseca para responder a los problemas que hoy enfrentamos, y podemos lograr los objetivos de satisfacer la demanda futura de productos agrícolas y de alcanzar un desarrollo sustentable, basados en nuestra capacidad creativa e innovadora. Hacer ciencia y tecnología forma parte de nuestra naturaleza, no podemos ni debemos volver atrás. Frente a este magnífico potencial tecnológico, grande es nuestra responsabilidad por el hambre, la pobreza y la degradación ambiental que hoy experimentamos. Debemos lograr que los beneficios derivados de la capacidad de innovar y crear sean para todos y perdurables. 47 ASESORES. Se agradece profundamente relevantes contribuciones aportadas, entre otros, por los siguientes expertos: Dr. Fernando Andrade INTA Balcarce (BA) - Facultad de Ciencias Agrarias UNMP - CONICET. Ing. Agr. Andrés Arakelian CIAFA (Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos) Ing. Agr. Mario Bogliani INTA. Instituto de Ingeniería Rural. (Castelar) Ing. Agr. Cristiano Cassini INTA. Coordinador Area Estratégica - Estación Exp. Agropecuaria, Manfredi (Córdoba) Ing. Agr. Carlos Caparelli CIAFA (Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos) Ing. Agr. Sebastián Gambaudo INTA. Estación Experimental Agropecuaria Rafaela (Santa Fe) Ing Agr. Juan Cruz Jaime CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes). Ing. Daniel Mazzarella SENASA, (Dirección Nacional de Agroquímicos, producción veterinaria y alimentos) Ing. Agr. Ricardo Negri AACREA Responsable en I+D Lic. Rubén Patrouilleau INTA. Director: Unidad de Coyuntura y Prospectiva. Dr. Carlos Scoppa. Presidente de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria. Ing. Agr. Sebastián Senesi Facultad de Agronomía. Universidad de Buenos Aires. Dr. Víctor Trucco Bioceres S. A. 48 REFERENCIAS AACREA Asoc. Arg. de Consorcios Regionales de Exp. 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