UNCPBA- Infosura postparto en una yegua Pura Sangre de Carrera

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Facultad de Ciencias Veterinarias
-U.N.C.P.B.A-
Infosura postparto en una yegua
Pura Sangre de Carrera
Iarussi, Ignacio; Ferrer Reyes, Ramón; Confalonieri, Omar.
Mayo, 2016
Tandil
Infosura postparto en una yegua Pura Sangre de Carrera.
Tesina de la Orientación Producción Equina, presentada como parte de los
requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Iarussi, Ignacio.
Tutor: Médico veterinario, Ferrer Reyes, Ramón.
Director: Médico veterinario, Dr. en Ciencia animal, Confalonieri, Omar
Eduardo.
Evaluador: Médico veterinario, Dr. Ghezzi, Marcelo Daniel.
Resumen:
La infosura, o laminitis, es una inflamación del corion ó lámina sensible de la mano
o del pie, que posee numerosas causas. Entre ellas se encuentra la
microtrombosis inducida por endotoxinas (comúnmente por sobreingestión de
granos), alteraciones en la dinámica vascular y destrucción de la membrana basal
por enzimas. Además existen otras causas, como anormalidades endócrinas
(Síndrome de Cushing), enfermedades respiratorias virales y miopatía por fatiga.
Todas ellas dan por resultado un grado variable de rotura de la interdigitación de
las láminas de la mano o del pie, lo que deriva en la presencia de los signos
clínicos como dolor, claudicación, temblores musculares, aumento de la frecuencia
respiratoria, hipertermia, calor al tacto en la superficie de la muralla y aumento del
pulso digital, además de adoptar la postura típica con las manos o los pies hacia
adelante para aliviar el dolor. El curso puede ir desde una forma prodrómica (antes
de la aparición de los signos), hasta una aguda o crónica (cuando hay evidencia
de desplazamiento de la falange distal dentro del casco). El diagnóstico se basa
en la historia clínica, la observación de los signos, bloqueos nerviosos,
radiografías y venografías. Aunque actualmente existen otros métodos como la
resonancia magnética (MRI) y la termografía. Se ha avanzado mucho en cuanto al
tratamiento de la enfermedad. Hoy en día existen nuevas técnicas y drogas
disponibles para el tratamiento con el fin de mejorar la calidad de vida del animal,
aliviando el dolor. Cuando no es posible el tratamiento médico se debe recurrir al
quirúrgico para corregir los defectos estructurales del casco. En este trabajo se
desarrolla y describe un caso clínico de infosura aguda, profundizando sobre el
tema, haciendo hincapié en el diagnóstico y sus posibles tratamientos. Se
pretende dar una visión nueva y actualizada al concepto de infosura pero sin dejar
de lado, los métodos diagnósticos y terapéuticos clásicos de la enfermedad.
Palabras claves: infosura, láminas, aguda, tratamiento.
Índice:
1
Introducción: ................................................................................................... 1
2
Revisión bibliográfica: .................................................................................... 3
2.1
Anatomía del dedo y de la articulación metacarpo o metatarso
falangiana (nudo): ................................................................................................... 3
2.2
Etiología: ............................................................................................... 25
2.3
Curso de la laminitis: ............................................................................. 36
2.4
Signos clínicos de la laminitis: .............................................................. 36
2.4.1
Infosura aguda: ........................................................................... 36
2.4.2
Infosura refractaria: ..................................................................... 39
2.4.3
Infosura crónica:.......................................................................... 40
2.5
Diagnóstico: .......................................................................................... 43
2.5.1
Diagnóstico radiológico: .............................................................. 43
2.5.2
Bloqueos nerviosos: .................................................................... 54
2.5.3
Venografía:.................................................................................. 55
2.5.4
Cintigrafía: ................................................................................... 56
2.5.5
Resonancia magnética: ............................................................... 59
2.5.6
Tomografía computada: .............................................................. 61
2.5.7
Termografía:................................................................................ 62
2.6
Tratamiento: .......................................................................................... 64
2.6.1
Tratamiento médico: ................................................................... 64
2.6.2
Rebajado y confinamiento: .......................................................... 70
2.6.3
Herrado: ...................................................................................... 71
2.6.4
Tratamiento quirúrgico: ............................................................... 84
3
3.1
Materiales y métodos: .................................................................................. 92
Presentación del caso clínico:............................................................... 92
4
Discusión:.................................................................................................... 113
5
Conclusión: ................................................................................................. 115
6
Referencias bibliográficas: ........................................................................ 117
1
Introducción:
La infosura (laminitis) es una inflamación del córion o lámina sensible de la mano y
del pie. Sin embargo, constituye una secuencia de procesos que dan por resultado
un grado variable de rotura de la interdigitación de las láminas primarias y
secundarias, epidérmicas y dérmicas que unen el córion, tejido vivo y sensible que
forma la dermis, con la epidermis modificada con tejido queratinizado, insensible
que forma el casco. Si la misma es extensa, afectará a la pared del casco y la
falange distal tendrá una tendencia a la rotación y posteriormente, al hundimiento
(Baxter, 2011).
Es una enfermedad multisistémica compleja afectada por los aparatos digestivo,
cardiovascular, hemático, renal, endócrino, musculoesquelético, tegumentario e
inmunológico, que provocan una inflamación local y conducen a una claudicación
característica (Colahan et al., 1998).
El resultado posible incluye la recuperación completa, el desprendimiento del
casco, la muerte, o la transición a un estadio crónico (Colahan et al., 1998).
Los factores causales que producen el desarrollo de la infosura en el caballo
incluyen las alteraciones inflamatorias del tracto gastrointestinal, la sobrecarga de
granos, pastorear gramíneas en ciertos meses del año, retención de la placenta o
metritis, la pleuroneumonía, endotoxemia o sepsis, la enfermedad de Cushing, el
apoyo prolongado sobre un miembro y la ingestión de viruta de madera de nogal
(Baxter, 2011).
Otros factores menos frecuentes incluyen el rebajado de cascos demasiado bajos,
hacer ejercicio sobre terrenos duros, administración de grandes dosis de
corticoides, alimentación con una dieta rica en estrógenos y reacciones alérgicas a
ciertos medicamentos (Baxter, 2011).
Las investigaciones científicas han arrojado luz sobre los acontecimientos
fisiopatológicos involucrados en la laminitis; sin embargo, se necesitan estudios
adicionales para desentrañar los misterios que quedan sobre la iniciación y
propagación de la enfermedad. El desarrollo de una más completa comprensión
de la cascada de eventos involucrados en el inicio y la propagación de la laminitis,
1
debería ayudar a los veterinarios a desarrollar terapias más racionales, eficaces y
rentables para prevenir y tratar esta enfermedad (Reed et al., 2004).
El objetivo de este trabajo es presentar un caso clínico de infosura postparto en
una yegua madre, ocurrido durante el transcurso de mi residencia en la temporada
2014, en un haras dedicado a la cría de caballos sangre pura de carrera. El haras
está ubicado en la localidad de Pilar (provincia de Buenos Aires).
2
2
Revisión bibliográfica:
2.1 Anatomía del dedo y de la articulación metacarpo o
metatarso falangiana (nudo):
Base ósea:
El dedo equino está formado por todos los elementos incluidos dentro del casco y
la falange proximal (cuartilla), una región que incluye los huesos como la falange
distal (tercera falange o tejuelo), la falange media (segunda falange o corona) y la
falange proximal (primera falange o cuartilla) y las estructuras asociadas a ellas,
como el hueso sesamoideo distal (navicular), y los dos huesos sesamoideos
proximales (grandes sesamoideos), este último, junto con la articulación
metacarpo o metatarso falangiana, forma parte de la región metacarpo o
metatarso falangiana (del nudo o del menudillo), (Baxter, 2011).
3
Figura 1: Corte sagital del dedo (Modificado de Denoix, 2010).
Mano y pie:
La mano y el pie del caballo se reduce al dedo III (tercer dedo) y el casco es su
órgano digital, el mismo se define como una caja cornea ungueal con capacidad
de deformación elástica (König y Liebich, 2005). Es la continuación modificada de
la epidermis y comprende un grueso estrato externo de tejido córneo y un delgado
estrato interno de tejido germinativo. Este último se encuentra adyacente al córion,
una extensión de la dermis, el que se une con el periostio modificado de la falange
distal (García Liñeiro, 2008).
La mano y el pie también incluyen todo lo contenido en el casco cómo el córion
(tejido conectivo, dermis), almohadilla digital, falange distal y sus cartílagos,
articulación interflangiana distal, extremidad distal de la falange media,
sesamoideo distal (navicular), bolsa sinovial sesamoideana distal (bolsa
podotroclear o bolsa navicular), ligamentos, tendones de los músculos extensor
4
digital común, músculo interóseo III (ligamento suspensor del nudo), flexor digital
superficial y flexor digital profundo, vasos sanguíneos y nervios. La piel localizada
entre los talones también forma parte del pie (Modificado de Baxter, 2011).
Estructura del casco:
Desde la superficie a la profundidad, en la mano y el pie se pueden encontrar los
estratos tectorial (externo), medio y laminar (interno), para luego hallar el córion, el
periostio y la falange distal (García Liñeiro, 2008).
El casco se continúa con la epidermis en el borde coronario. Aquí la dermis de la
piel se continúa con la dermis del casco (córion). Las regiones del córion
corresponden a las partes del casco debajo de las cuales se localizan: córion
perióplico, coronario, laminar (lámina), de la ranilla y de la palma (Baxter, 2011).
Las superficies de apoyo consisten en la palma o suela, la ranilla, los talones, las
barras y la superficie de apoyo de la pared.
Figura 2: Estructura interna de un casco equino, donde se diferencia el perióple,
blando y no pigmentado (P). En los candados de los talones, las láminas se
reflejan internamente dirigiéndose hacia la ranilla para formar las barras (B) (Pollit,
1998).
5
Pared del casco (muralla):
Está constituida por tres capas: el estrato externo (estrato tectorio), medio e
interno (laminar). El estrato superficial externo es una delgada capa de cuernos
que se extiende distalmente desde el perióple (una capa blanca que recubre el
córion para darle impermeabilidad al casco) hasta una distancia variable, la cual
disminuye con la edad. La gran masa que conforma el espesor de la pared es el
estrato medio, el cual está constituido por túbulo córneos y cuernos intertubulares.
Los primeros se generan en el estrato basal de la epidermis coronaria, cubriendo a
las papilas largas del córion coronario. Los cuernos intertubulares se forman entre
las proyecciones (Baxter, 2011).
La pared externa, lámina o muralla puede ser dividida por su topografía en
diferentes sectores (König y Liebich, 2005) (figura 3).
-Parte dorsal, pinzas o lumbres.
-Parte lateral o cuartos.
-Partes laterales móviles o talones.
-Partes inflexas, barras o candado.
Figura 3: Vistas del casco, distribución descriptiva de los elementos anatómicos.
(Modificado de Stashak, 2004).
6
Desde las lumbres, la pared sufre un adelgazamiento progresivo y se pone más
elástica hacia los talones, donde su espesor aumenta nuevamente en la unión con
las barras (pulpejos) (Baxter, 2011).
La palma:
Ligeramente cóncava no debe soportar peso sobre su superficie de apoyo,
excepto cerca de la unión con la línea blanca, pero soporta el paso interno
transmitido desde la superficie solear de la falange distal llevado a través del
corion solear.
La ranilla:
Es una masa en forma de cuña de epitelio escamoso estratificado queratinizado,
más blanda que otras partes del casco debido a su contenido de agua del 50%.
Las glándulas apócrinas, masas esféricas de túbulos presente en el córion de la
ranilla, extienden sus conductos para liberar secreciones en la superficie de la
ranilla. Su superficie de apoyo presenta un vértice dorsal y un surco central
(laguna central) encerrado por dos ramas (figura 3). Las proyecciones proximales
de la ranilla permanecen en contacto con la almohadilla digital. La cara palmar de
la ranilla se une al pulpejo de los talones. Las papilas del córion de la ranilla son
algo más largas que las del córion solear (Baxter, 2011).
Estabilidad de la falange distal:
La falange distal es la base anatómica del casco, está ubicada de manera que su
cara craneal es paralela a la pared el casco (figura 4). El tejido laminar, se encarga
de mantener la falange distal en su correcta posición con respecto a la pared del
casco, soportando no sólo la tensión hacia distal producida por el peso del animal,
sino también la tensión generada por el tendón del musculo flexor digital profundo,
el cual se inserta en la parte palmar o plantar en la línea semilunar de la falange
distal, tensión que produce al hacer tracción hacia distal y hacia palmar o plantar
(Modificado de Castillo, 2009).
7
La fijación de la falange distal a la cápsula ungular, se produce por la unión entre
la capa parietal (periostio) de la falange y la cara dorsolateral interna de la pared
córnea, mediante la dermis que existe entre ellos. Por lo tanto, el peso corporal
derivado por el esqueleto de los miembros, no descansa directamente sobre la
superficie solar del casco, sino que es derivado como fuerza de tracción hacia la
pared córnea del casco (König y Liebich, 2005).
La falange distal se mantiene en posición por medio de la acción de un complejo
sistema de fuerzas:
•
Fuerza de tracción ejercida por el tendón del músculo flexor digital profundo
que se inserta en la línea semilunar de la falange distal.
•
Fuerza de tracción ejercida por el tendón del músculo extensor digital
común o largo que se inserta en el proceso extensor de la falange distal.
•
Engranaje laminar conformado entre las laminillas epidérmicas y dérmicas
del córion laminar.
•
Fuerza descendente del peso del cuerpo.
•
Fuerzas ascendentes dadas por la contrareacción del piso.
•
Soporte dado por la suela y el córion solar, en el caballo sin herradura.
8
Figura 4: Imagen radiográfica de un casco normal donde se aprecia la posición de
la falange distal con respecto a la muralla y a la suela (Castillo, 2009).
En los adultos, el ángulo entre la pared dorsal del casco y la suela del miembro
torácico, es de 45°- 50°, mientras que en el casco del miembro pelviano, es menos
agudo, y mide 50°- 55°. Proporcionalmente, la relación que existe entre la longitud
de la lumbre y del talón en el casco de la mano, es de 3:1. Mientras que en el
casco del pie es de 2:1. Las partes laterales de la pared medial del casco son, con
respecto al suelo, más perpendiculares que las de la pared lateral. Por este motivo
es posible diferenciar el casco izquierdo del derecho. La cara solar de casco de la
mano es circular. En cambio, en el miembro pelviano tiene forma oval (König y
Liebich, 2005).
9
Biomecánica del casco:
La tracción ejercida por la falange distal sobre la cara interna de la lámina o pared
cornea durante el apoyo, desencadena la mecánica del casco. La parte proximal
del dorso del casco desciende hacia adentro y la parte de los talones de la pared
cornea se ensancha hacia afuera (movimiento de los talones). La concavidad de la
suela se aplana un poco y la ranilla se aplasta de modo que la formación en W
visible con el corte transversal se torna más ancha y más plana.
Durante la fase en sostén o suspensión, las partes mencionadas del casco
vuelven a su posición original porque la elasticidad de la cápsula ungular lo
permite. Esta mecánica del casco prohíbe clavar las herraduras en la región de los
talones. En el dorso y en la parte lateral de la pared del casco, el clavo emerge
sobre la zona alba en determinado ángulo y se clava (König y Liebich, 2005).
Las láminas están constituidas por láminas epidérmicas primarias cornificadas
(extensiones de la epidermis) y las correspondientes láminas dérmicas primarias
no cornificadas del córion (extensiones de la dermis). Cada lámina primaria
contiene muchas otras secundarias cuya interdigitación provee la fuerza necesaria
para soportar la falange distal dentro del casco (García Liñeiro, 2008).
El tejido conectivo de colágeno denso muy inervado y vascularizado del córion
coronario (dermis) presenta papilas elongadas dirigidas distalmente. El córion
laminar (lámina) forma una serie de láminas que se interdigitan con las
epidérmicas del estrato interno de la muralla.
Las laminillas epidérmicas se encuentran unidas al córion laminar por medio de
hemidesmosomas de su membrana basal. Para el crecimiento vertical de la pared
es necesario que estos hemidesmosomas sean degradados en forma controlada;
ésto se logra por la activación de las metaloproteasas locales.
Desde el córion perióplico solear y cuneato (de la ranilla) se desprenden papilas
más cortas. El córion proporciona sensibilidad, así como alimentación e inserción
para el epitelio escamoso estratificado suprayacente que conforma la epidermis
ungueal (Baxter, 2011).
10
Figura 5: Tejido laminar del casco, con forma de pliegues, altamente irrigado
fundamental para mantener la falange distal correctamente posicionada (Castillo,
2009).
Distal al surco coronario se encuentran algunas de las 600 láminas epidérmicas
primarias del estrato interno que se interdigitan con las láminas dérmicas primarias
del córion laminar (figura 6). Entre 100 y 150 láminas secundarias se desprenden
en ángulo desde cada lámina primaria, aumentando la unión entre el casco y el
córion (figura 7) (Baxter, 2011).
11
Figura 6: Corte histológico transversal de la cara interna de la pared del casco
(Pollit, 1998).
12
Figura 7: Corte histológico transversal de una lámina epidérmica (Pollit, 1998).
Referencias: A= Arterias, PEL = Laminilla epidérmica primaria, C = Capilares,
SEL = Laminilla epidérmica secundaria, V= Venas.
La mayor parte de la epidermis, el estrato córneo, está desprovista de
terminaciones nerviosas, es la parte no sensitiva de la mano y del pie. Sin
embargo, unas pocas terminaciones nerviosas provenientes de los nervios que se
encuentran en el córion penetran en las células del estrato basal de la epidermis.
Además de muchas terminaciones sensitivas, el córion contiene terminaciones
motoras simpáticas para los vasos sanguíneos (Baxter, 2011).
Los términos láminas sensibles e insensibles se refieren a la presencia y ausencia
respectiva de nervios. En consecuencia, no son sinónimos de láminas dérmicas y
epidérmicas, respectivamente. Las láminas sensibles incluyen las láminas
dérmicas y el estrato germinativo de la lámina epidérmica. Las láminas insensibles
se refieren a las láminas epidérmicas, excepto las correspondientes al estrato
germinativo (García Liñeiro, 2008).
13
El córion coronario y perióplico y el estrato basal de la epidermis coronaria y
perióplica constituyen la banda (o rodete) coronario (Baxter, 2011).
En la región coronaria, el estrato basal de la epidermis ungueal es una capa
simple de queratinocitos cilíndricos proliferantes localizados sobre y entre largas
papilas dérmicas. Esta proliferación fuerza a las células distalmente dentro del
ancho estrato medio de la pared del casco, formando una epidermis tubular e
intertubular que sufre cornificación. Unos pocos estratos de células poliédricas se
unen por medio de desmosomas constituyendo la región correspondiente al
estrato espinoso de la epidermis cutánea. El resto de la epidermis es un estrato
córneo de queratinocitos escamosos anucleados.
La siguiente secuencia de eventos en la cornificación de la muralla conduce a la
apoptosis de los queratinocitos, dando lugar a las células muertas pero
funcionales del estrato corneo (Baxter, 2011):
•
En el estrato basal: síntesis temprana de queratina.
•
En el estrato espinoso: síntesis de queratina, formación de filamentos
intermedios y ensamble dentro del citoesqueleto por medio de las proteínas
asociadas con los filamentos intermedios.
•
En el estrato córneo: los queratinocitos se ponen rígidos mediante el
entrecruzamiento de las proteínas que envuelven las células, se produce la
secreción de un lípido en el cual quedan embebidos los queratinocitos maduros.
Crecimiento del tejido córneo:
La tasa de crecimiento del tejido corneo en los diferentes segmentos del casco es
muy variable y presenta grandes diferencias individuales, su intensidad es mucho
mayor hasta los 5 años de edad, que en animales mayores.
El córion coronario crece unos 8 a 10 cm por año y por lo tanto se renueva
anualmente, mientras que el tejido córneo de la suela y la ranilla solo se renueva a
razón de unos 6 cm por año. Existe una tasa de crecimiento alta durante los
meses cálidos y un crecimiento mucho menor durante los meses fríos. El desgaste
14
del córion se correlaciona con su crecimiento, que depende de la nutrición de la
epidermis del casco (König y Liebich, 2005).
Cartílagos:
Los cartílagos medial y lateral de la falange distal (cartílagos ungueales) se
encuentran debajo del córion entre el casco y la piel, cubiertos sobre su cara
abaxial por el plexo venoso coronario. Se extienden proximalmente desde cada
apófisis palmar del hueso hasta cerca del borde coronario del casco, donde se los
puede palpar (Baxter, 2011).
Ligamentos:
Hay cinco ligamentos que estabilizan cada cartílago:
•
Ligamento dorsal proximal del cartílago ungular, ligamento prominente y
corto que se extiende desde la superficie dorsal de la falange media hacia la parte
dorsal del cartílago.
•
Ligamento palmar lateral, banda elástica, mal definida, que se extiende
desde el borde lateral de la falange proximal hasta el borde proximal del cartílago;
también desprende una rama para la almohadilla digital.
•
Ligamento distal del cartílago ungular, constituido por varias fibras cortas
insertadas en la parte distal del cartílago hasta la falange distal.
•
Ligamento dorsal distal del cartílago ungular, se extiende desde la cara
dorsal del cartílago hasta la terminación del tendón de inserción del músculo
extensor digital común o largo. La porción dorsal de cada cartílago también sirve
como parte e inserción distal para el respectivo ligamento colateral de la
articulación interfalangeana proximal (de la corona).
•
Una extensión del ligamento sesamoideo colateral que fija el extremo
del hueso sesamoideo distal al cartílago de la falange distal.
La almohadilla digital, llena el espacio existente entre los cartílagos ungueales.
El hueso sesamoideo distal se mantiene en su posición por medio de tres
ligamentos que constituyen el aparato suspensorio del hueso sesamoideo
15
distal: dos ligamentos sesamoideos colaterales (ligamento suspensor del
navicular), y el ligamento impar del hueso sesamoideo distal, que estabiliza
distalmente al hueso sesamoideo distal.
Tendones:
•
El tendón de inserción del músculo extensor digital superficial
(miembro torácico) o tendón extensor digital largo (en el miembro pelviano),
desciende por la cara dorsal de la falange proximal y termina en la apófisis
extensora de la falange distal, recibiendo un ligamento desde cada cartílago para
la falange distal en su punto de inserción.
•
El tendón de inserción del músculo flexor digital superficial termina
bifurcándose en dos ramas que se insertan en
los tubérculos palmares o
plantares ubicados a cada lado del extremo proximal de la falange media en
palmar a los ligamentos colaterales de la articulación interfalangeana proximal
(cuartilla).
En la región caudal del radio presenta una brida de refuerzo denominada brida
radial o ligamento frenador proximal.
•
El tendón de inserción del músculo flexor digital profundo desciende
entre las dos ramas del tendón flexor digital superficial que le forma la mánica
flexora, anillo que contiene en su interior a este tendón, evitando que se desplace
hacia palmar o plantar. La vaina sinovial envuelve a ambos tendones, incluyendo
ambas ramas del tendón flexor digital superficial y continúa alrededor del flexor
digital profundo hasta llegar al ligamento “T”. Este último es la porción fibrosa que
se inserta en el centro de la superficie palmar de la falange media. El tendón
recorre la región palmar o plantar, en palmar o plantar del músculo interóseo III
(también llamado entrecuerda, ligamento suspensor del nudo u órgano de Ruini) y
dorsal al tendón del músculo flexor digital superficial.
En la parte media del metacarpo o metatarso posee una brida de refuerzo denominada brida carpiana o ligamento frenador distal que se origina a partir del
ligamento palmar del carpo.
16
Figura 8: Los 4 ligamentos que estabilizan al cartílago ungular de la falange
distal, 1: Ligamento dorsal proximal del cartílago ungular, 2: Ligamento palmar
lateral, 3: Ligamento distal del cartílago ungular, 4: Ligamento dorsal distal del
cartílago ungular (Stashak, 2004).
17
Irrigación:
Arterias:
La irrigación sanguínea del casco se realiza por dos arterias digitales palmar o
plantar, que se originan de la arteria digital palmar común II o de la arteria
metatarsiana dorsal III respectivamente, las mismas, se dividen en el cuarto distal
del metacarpo entre los tendones de los músculos flexores digitales y el músculo
interóseo III, para formar las ramas lateral y medial (König y Liebich, 2005). Varias
ramas de estas arterias se desprenden hacia las tres regiones anatómicas
arbitrarias de la mano y del pie. En primer lugar, el córion coronario caudal y las
láminas de la porción caudal de la pared del casco son irrigadas por la arteria del
bulbo de los talones, la arteria para las láminas de los talones y la arteria dorsal de
la falange distal. El córion coronario dorsal esta irrigado por la arteria dorsal de la
falange media. Por último las láminas y el córion de la porción dorsal de la pared
del casco, están irrigadas por ramas de las arterias mediodorsales de la falange
distal y la arteria circunfleja, todas ramas que se desprenden del arco terminal.
Las arterias mediodorsales de la falange distal irrigan la mitad proximal de las
láminas dorsales. Estas también se encuentran irrigadas por ramas de la arteria
circunfleja denominadas arterias laminares dorsales. Otras ramas de la arteria
circunfleja cursan distal a la falange distal para irrigar el córion solar (Colahan et
al., 1998).
Arterias del hueso sesamoideo distal y de la falange distal:
De las arterias digitales palmares medial y lateral nacen ramas situadas en
proximal y distal del hueso sesamoideo distal (hueso navicular) que se denominan,
respectivamente, arterias naviculares proximal y distal, y penetran en la falange
distal, a través de los orificios palmares, para formar el arco terminal. Algunas
ramas del arco terminal atraviesan la superficie dorsal de la falange distal para
irrigar el córion laminar y anastomosarse y formar la arteria circunfleja palmar. La
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vascularización del córion de la palma depende de ramas axiales de la arteria
circunfleja (Pollit, 1998).
Figura 9: Arterias del hueso sesamoideo distal y de la falange distal (Modificado
de Baxter, 2011).
En el miembro pelviano, también contribuyen las débiles arterias digitales
plantares comunes II y III. Las dos arterias digitales palmares / plantares emiten a
la altura de la falange media, las ramas para la almohadilla digital y una arteria
coronaria lateral y otra medial para el propio hueso.
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Figura 10: Arterias del pie equino (Pollit 2010).
Después de emitir ramas hacia la ranilla del casco y hacia el córion de la pared de
las partes dorales del dedo, de sus superficies laterales y de los talones, se
introducen en el foramen lateral y medial de la suela, y se anastomosan para
formar el arco terminal. Este emite 8 a 10 ramas que salen dorsalmente de la cara
parietal de la falange distal. Otros 8 a 10 vasos que discurren distalmente,
emergen por los forámenes marginales del borde de la suela, y se unen para
formar la arteria del borde de la suela (König y Liebich, 2005).
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Venas:
Las venas forman un denso plexo vascular en la dermis o córion que distalmente,
forma la vena del borde de la suela y está comunicado con el arco terminal
venoso.
Existen 3 plexos venosos interconectados en la mano y el pie:
•
El plexo venoso dorsal, que se encuentra en la parte profunda del córion
laminar.
•
El plexo venoso palmar /plantar, que se encuentra en la parte profunda del
córion solar y en las superficies axiales internas de los cartílagos de la falange
distal.
•
El plexo venoso coronario, se encuentra en el rodete coronario, que cubre el
tendón del músculo extensor digital y las superficies exteriores abaxial de los
cartílagos de la falange distal. Se anastomosa con el plexo venoso palmar / plantar
a través de los agujeros presentes en los cartílagos (ambos lados de los cartílagos
están cubiertos por plexos venosos), (Pollit, 2010).
El drenaje sanguíneo definitivo se produce por numerosas venas coronales, por
ramas de la vena de la almohadilla digital y también por vía de la vena del borde
de la suela; todas ellas desembocan en las venas digitales palmares / plantares
laterales y mediales, o en el arco terminal formado por estas venas (König y
Liebich, 2005).
Las venas profundas dentro de la mano y del pie no tienen válvulas, aunque éstas
aparecen más superficiales, en las venas coronarias, subcoronarias y en el talón
(Pollit, 2010).
El extenso sistema venoso de la mano y del pie, aparte de su función circulatoria,
actúa en la amortiguación de choques absorbiendo parte del impacto de la fase de
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apoyo. La mano y el pie actúan como bomba impulsora del retorno venoso ya que
las venas del mismo no poseen válvulas; durante la fase de apoyo los plexos
venosos son comprimidos entre el casco y la falange distal, forzando así a la
sangre en sentido ascendente.
Microcirculación dérmica de la mano y del pie:
Los vasos sanguíneos forman parte de la dermis y cada lámina dérmica está
limitada por láminas epidérmicas. Las papilas dérmicas del perióple, las bandas
coronarias, la porción distal de la lámina, la ranilla y la palma presentan, cada una,
una arteria y una vena central envueltas por un esqueleto de capilares finos
(Baxter, 2011).
Desde los vasos parietales emergen arterias y venas axiales que se alternan entre
sí a lo largo de toda la lámina. Existen anastomosis arteriovenosas que surgen de
algunas ramas de las arterias axiales y nunca de las propias arterias axiales. Las
venas laminares anastomosadas drenan el lecho capilar.
Las ramas de las arterias axiales se conectan entre si y forman un plexo
anastomótico del que, en último término, nacen los capilares (Pollit, 1998).
Existen 2 funciones propuestas para esta microcirculación: la primera consiste en
evitar el daño tisular inducido por el frío, mediante la vasodilatación periódica.
La otra función propuesta es la de actuar como válvula de seguridad para evitar
los cambios bruscos de presión dentro del casco que se producen durante el
galope y salto (Baxter, 2011).
22
Figura 11: Microcirculación dérmica de la mano y del pie, además se observan
papilas dérmicas del córion y la interdigitación laminar de la falange distal. (Pollit
2010).
23
Inervación:
Miembro torácico:
La inervación sensitiva del casco, se realiza exclusivamente por el nervio mediano.
Sus nervios digitales palmares comunes II y III pasan a formar los nervios digitales
palmares lateral y medial, después de haber emitido una rama dorsal que discurre
hacia los segmentos del limbo, de la corona y de la pared. A la altura de la
articulación metacarpo falangiana, los nervios digitales palmares laterales y
mediales, emiten ramas para la almohadilla digital que van hacia la almohadilla y
la articulación interfalángica distal, y más adelante, inervan la parte palmar del
cartílago ungular de la falange distal y del córion parietal, además de la suela y la
ranilla.
Miembro pelviano:
Los nervios digitales plantares comunes II y III derivan del nervio tibial y se
subdividen
de
la
misma
manera
que
se
describió
para
los
nervios
correspondientes del miembro torácico. En el dorso del casco existe una
inervación adicional por los nervios metatarsianos dorsales lateral y medial del
nervio peróneo profundo.
24
2.2 Etiología:
La infosura (o también llamado laminitis) es una inflamación de la lámina sensible
de la mano o del pie. Sin embargo, es una secuencia de procesos que dan por
resultado un grado variable de rotura de la interdigitación de las láminas primarias
y secundarias, epidérmicas y dérmicas. Si la misma es extensa, afectará a la
pared del casco y la falange distal tendrá una tendencia a la rotación y
posteriormente, al hundimiento (Baxter, 2011).
Las causas propuestas para la infosura incluyen:
•
Microtrombosis inducida por endotoxinas,
•
Alteraciones en la dinámica vascular, ya sea por derivaciones del flujo
sanguíneo laminar a través de anastomosis arteriovenosas así como
también por medio de la vasoconstricción y el edema.
•
Destrucción de la membrana basal por enzimas laminares activadas
(Baxter, 2011).
El mecanismo mejor entendido es la microtrombosis inducida por endotoxinas,
que se origina, comunmente, a partir de una sobreingestión de granos,
principalmente maiz, cebada, trigo y en raras ocaciones, sorgo (carbohidratos).
La sobrecarga intestinal con carbohidratos altera el balance intestinal. La flora
bacteriana productora de ácido láctico (predominantemente Streptococcus bovis,
streptococcus equinus y Lactobacillus spp)
se desarrolla a expensas de las
demás poblaciones bacterianas. El ácido láctico, producto final del metabolismo de
carbohidratos, se produce en exceso, disminuyendo el pH intestinal hasta 4
(normalmente varia de 6.5 a 7), (Calle Torres, 2008 ). La acidez intraluminal es
muy perjudicial para las bacterias gramnegativas de la familia enterobacteriaceae.
Con la muerte de éstas, se liberan lipopolisacáridos de las células, denominados
endotoxinas. Estas actúan junto con el ácido láctico dañando la mucosa y
permitiendo que las endotoxinas y el lactato alcancen la circulación portal en un
25
lapso de 24 a 72 hs. Debido a sus profundos efectos sobre la circulación, las
endotoxinas causan derivaciones arteriovenosas, disminución de la circulación
hepática y provocando daño hepatocelular. Con la superación de los mecanismos
hepáticos de depuración se produce la endotoxemia y la acidosis láctica (Colahan
et al., 1998).
La endotoxemia da lugar a complejos eventos sistémicos y locales. La respuesta
inflamatoria
libera
mediadores
de
la
inflamación,
como
catecolaminas,
prostaglandinas (tromboxanos y prostaciclina), histamina, serotonina, caquectina e
interleucina 1. El resultado es un incremento del flujo de sangre de la mano o el
pie por medio de las arterias digitales, circulación de las anastomosis
arteriovenosas de la microcirculación digital, disminución de la perfusión capilar
del dedo e isquemia.
El grado de dolor es proporcional al grado de isquemia. Sin embargo, los
mediadores de la inflamación local tambien pueden contribuir. El dolor estimula la
liberación de catecolaminas, liberadas por las glándulas adrenales, potencia la
vasocontricción de las anastomosis arteriovenosas en la base de las láminas y
perpetúa la isquemia.
Además, las catecolaminas tambien pueden contribuir al desarrollo de
hipertención sistémica durante el inicio de la claudicación.
La desviación de los líquidos de los compartimientos en la microcirculación da
lugar a un edema digital, lo que aumenta la presión del líquido intersticial,
compatible con un síndrome compartimental, lo que genera isquemia por
compresión. Si estos cambios son importantes la isquemia puede progresar hasta
llegar a la necrosis laminar.
También se produce una coagulopatía que se asocia con la activación del factor
Hageman (factor XII), daño endotelial y agregación plaquetaria (Colahan et al.,
1998).
Los cambios en los perfiles de coagulación incluyen la prolongación del tiempo de
tromboplastina parcial activada y la aparición de productos de la degradación de la
26
fibrina. Este perfil de coagulación es compatible con una coagulación intravascular
diseminada (CID).
Otra teoría implicada en el desarrollo de la infusura, se basa en la derivación del
flujo sanguíneo laminar a través de anastomosis arteriovenosas (AAV) en la
microcirculación de la mano o el pie (Alteraciones vasculares). Las AAV están
involucradas en la termoregulación del miembro. En condiciones de mucho frío, la
dilatación de las AAV puede aportar sangre arterial caliente con rapidez a los
tejidos para impedir la congelación. Sin embargo, la sangre es drenada a partir del
lecho capilar cuando la dilatación de las AAV está al máximo, de tal modo que la
derivación de la sangre sólo puede hacerse de manera periódica; las células
epidérmicas avasculares de la unión falange distal - casco dependen de la
circulación capilar para su supervivencia.
Cuando las AAV están cerradas (figura 12), la sangre circula con lentitud por los
capilares y contribuye al intercambio de gases y a las necesidades de nutrientes
de la epidermis.
Cuando las AAV se encuentran abiertas a la circulación, están en modo
denominado de termoregulación (Pollit, 1998).
Figura 12 : Esquema de la microcirculación del casco (Pollit, 1998).
27
Durante el desarrollo de la infosura, las AAV permanecen dilatadas durante largos
períodos (unas 18 hs) y derivan sangre alejándola del lecho capilar de las células
epidérmicas laminares (figura 13). Privadas de su irrigación sanguínea (isquemia),
las células epidérmicas pierden sus uniones entre unas y otras y con la membrana
basal, entonces la arquitectura de la unión falange distal – casco se deteriora.
Mientras está ocurriendo esta dilatación inicial de las AAV no existen signos
clínicos de dolor en la extremidad (Pollit, 1998).
Figura 13: Esquema de la vasodilatación de las anastomosis arteriovenosas con
posterior isquemia (Pollit, 1998).
La isquemia empeora si la dilatación de las AAV persiste. Las láminas epidérmicas
se separan de su membrana basal, se distienden y se alargan. La distancia entre
la pared interna del casco y la superficie dorsal de la falange distal aumenta a
medida que una tira de la otra (figura 14).
28
Figura 14: Esquema de la separación y alargamiento laminar con proliferación de
células basales de crecimiento rápido (Pollit, 1998).
Los signos clínicos de dolor son evidentes cuando la falange distal empieza a
descender en el interior del casco hacia la palma (Pollit, 1998).
La separación laminar va dejando un espacio, que aumenta, a medida que el
músculo flexor digital profundo tracciona la falange distal, la cual se encuentra sin
soporte. Dicho espacio se llena con células basales de crecimiento rápido
formando un tejido blando que impide que la falange vuelva a su sitio, este tejido
se denomina cuña laminar (figura 15) (Calle Torres, 2008).
29
Figura 15: Imágen de un corte sagital donde se evidencia separación entre la
falange distal y la pared dorsal del casco. El tejido situado entre la pared interna
del caso y el hueso es anormal. Está constituido por tejido epidérmico en
proliferación denominado “cuña laminar”. Además se observa un claro
hundimiento de la falange distal con una zona hemorragica en su vértice (flecha
inferior). También se observa una zona hemorrágica (flecha superior), debido al
traumatismo generado por la presion (Pollit, 1998).
Además existe otra teoría descripta, la teoría tóxica, en la cual toxinas liberadas a
la circulación (principalmente de Staphilococcus bovis), arriban al miembro y
generan la activación exagerada y descontrolada de las metaloproteasas 2 y 9 que
rompen la unión entre las células epiteliales de las laminillas epidérmicas y el
córion laminar por degradación de los hemidesmosomas de la membrana basal
(Reed et al., 2004). En condiciones normales, estas enzimas controlan la
disolución de las láminas dérmicas y epidérmicas, a medida que va creciendo el
casco. Pero en este caso se activan sin inhibición de modo que se produce un
daño del engranaje dérmico-epidérmico dañando su función de soporte de la
falange distal.
30
En los casos de infosura post parto, generalmente está asociada la retención de
placenta y posterior metritis. El epitelio uterino alterado, junto a la presencia de
bacterias gramnegativas dentro de la luz uterina, puede permitir el desarrollo de la
endotoxemia, la cual, sumada a citoquinas proinflamatorias y productos de células
necróticas, causan daño a nivel de la microcirculación laminar del pie y otros
órganos como el hígado.
La estrangulación-obstrucción intestinal, que se caracteriza por la interrupción
del flujo sanguíneo al intestino afectado, con la subsiguiente isquemia, necrosis
intestinal y endotoxemia, es causa descripta de infosura (Baxter, 2011).
La enfermedad también puede darse en los caballos que se encuentran en
pasturas suculentas en etapa de rápido crecimiento, en especial en aquellas con
un alto contenido de leguminosas, como el trébol y la alfalfa. Las pasturas no
leguminosas también pueden producir el síndrome, incluyendo aquellas con un
alto porcentaje de festuca. Aunque es clásico asociar la infosura con la ingestión
de forraje de primavera en rápido crecimiento, su prevalencia también puede
aumentar tras ingerir cualquier pastura con estas características, como en las
situaciones en las que se producen lluvias luego de un período de sequía o en el
otoño. En todos los casos, las pasturas contienen un alto contenido de hidratos de
carbono (fructános) los cuales son responsables de generar una disbacteriosis
(García Liñeiro, 2008).
Una teoría descripta es la mecánica ó traumática, la cual se basa en que, la
causa de infosura es por trauma directo en el dedo y no a una enfermedad
primaria sistémica. Es el resultado de repetidas concusiones causadas por el
trabajo excesivo de caballos no preparados sobre superficies duras.
Se han asociado a los corticoides con el inicio del desarrollo de la infosura, ya
que favorecen el desarrollo de la reacción de Shwartzman (una reacción de
hipersensibilidad tisular local caracterizada por necrosis dérmica hemorrágica), lo
31
que explica el porqué de la aparición de la laminitis por medio del uso de estos
fármacos. Por lo tanto es fundamental tener en cuenta que ante la sospecha de
laminitis, nunca se deben utilizar corticoides como forma de tratamiento, y siempre
deberá tenerse especial cuidado cuando éstos sean utilizados en otros tipos de
afecciones (Baxter, 2011).
Es posible que existan otras causas, como anormalidades endócrinas (Síndrome
de Cushing), enfermedades respiratorias virales y miopatía por fatiga.
El síndrome de Cushing se da normalmente en ponies y en caballos adultos y se
debe a una disfunción e hiperplasia de la hipófisis específicamente de la pars
intermedia (Stashak, 2004). Esta disfunción normalmente está correlacionada con
la presencia de un adenoma en dicha glándula. Resultaría en un aumento en la
liberación de la hormona liberadora de corticotropina (CRH) sobre la hipófisis y
ésta a su vez produciría un aumento en la liberación de adenocorticotrofina
(ACTH). La ACTH actuaría a nivel adrenal, sobre la zona fasciculada y reticular de
la corteza de la glándula liberándose glucocorticoides. También podría deberse a
que la adenohipófisis no logra detectar la concentración plasmática de cortisol
(falla en el sistema de retroalimentación negativa) lo que origina una secreción
constante
de
ACTH
y
como
consecuencia
concentraciones
altas
de
glucocorticoides. Otra posibilidad es que exista una disminución en la síntesis de
dopamina por parte del hipotálamo, ésta es la encargada de inhibir la pars
intermedia de la adenohipófisis aumentándose así la liberación de ACTH (Reed et
al., 2004).
Este desbalance hormonal trae como consecuencia:
•
Aumento del catabolismo proteico.
•
Incremento de la producción de glucosa y glucógeno (hiperglucemia).
•
Elevación de las concentraciones plasmáticas de lípidos (provoca cambios
ateroscleróticos en los vasos sanguíneos).
32
•
Disminución de la formación ósea y aumento de la reabsorción ósea.
•
Inhibición de la respuesta inflamatoria a la lesión tisular.
•
Inmunosupresión.
Debido a la inmunosupresión hay mayor riesgo a infecciones, inducción de la
apoptosis de eosinófilos y de otros granulocitos e inhibición de la proliferación
tanto de macrófagos como de linfocitos, al igual que de las células presentadoras
de antígenos y reducción del número de mastocitos.
Los corticoides al actuar en el hígado producen un aumento de la
gluconeogénesis, lo que eleva la glucosa en sangre. Por otra parte aumenta el
catabolismo proteico, disminuyendo las GLUT 4, enzimas
encargadas de
incorporar glucosa a los tejidos insulinodependientes. Esto hace que aumente la
secreción de insulina en respuesta a este aumento de glucosa sérica para tratar
de restablecer los niveles normales de la misma en sangre. Se ha constatado que
la toxicidad por insulina parece ser un factor clave en el desencadenamiento de la
laminitis cuando los valores de insulina plasmática superan los 100 μ IU / ml
[rango normal = 8-30 μ IU / ml] (Pollit, 2010).
También se ha descripto la enfermedad renal como causa de laminitis crónica
(Colahan, et al., 1998) Se desconoce aún exactamente la etiología de la
glomerulonefritis, pero existen varias posibilidades como la reacción de
Shwartzman,
hipertensión
persistente
por aumento
en
la liberación
de
catecolaminas cómo producto de una alteración adrenal o un fenómeno
inmunomediado, generalmente asociado a una enfermedad sistémica que genera
complejos antígeno/anticuerpo circulantes que se depositan en el glomérulo
lesionándolo.
Los ponies obesos que padecen estrés de gestación, inanición, transporte, pueden
desarrollar una hiperlipemia que cursa con depresión grave, pérdida de apetito y
33
hepatopatía asociada a esta enfermedad. Éstos suelen desarrollar una infosura
grave (Reed et al., 2004).
Hay muchas otras causas. Por razones desconocidas, el consumo exagerado de
agua fría por un caballo con excesivo calor puede conducir a infosura (tal vez por
el íleo paralítico secundario y la fermentación anormal que este fenómeno induce).
La ingesta de viruta proveniente de la madera del nogal negro (junglans nigra),
empleada para las camas de los equinos, provoca edema de los miembros y
laminitis; el principio tóxico sospechado es el “Juglone” (Stashak, 2004).
En resumen podemos nombrar las causas propuestas para el desarrollo de la
laminitis o infosura:
•
Microtrombosis inducida por endotoxinas.
•
Alteraciones en la dinámica vascular.
•
Destrucción de la membrana basal por enzimas laminares activadas.
•
Retención de placenta y posterior metritis.
•
Síndrome estrangulación-obstrucción intestinal.
•
Enfermedades respiratorias virales.
•
Miopatía por fatiga.
•
Disbacteriosis producida por exceso de hidratos de carbono (fructános)
presentes en pasturas suculentas.
•
Repetidas concusiones por trabajo excesivo.
•
Uso de corticoides en presencia de laminitis.
•
Alteraciones hormonales como el síndrome de Cushing.
•
Síndrome de resistencia a la insulina.
•
Enfermedad renal (glomerulonefritis).
•
Hiperlipemia.
•
Ingesta exagerada de agua fría.
•
Ingesta de viruta de madera de Nogal negro (junglans nigra).
34
•
Hipotiroidismo.
•
Fitoestrógenos.
•
Reacciones alérgicas.
Estas causas, aparentemente no relacionadas, tienen en común la activación de la
respuesta antiinflamatoria local que progresa muy rápidamente (Cayado Robledo,
2008).
35
2.3 Curso de la laminitis:
La literatura describe tres presentaciones de la enfermedad: una presentación de
desarrollo (también llamada prodrómica), una forma aguda y otra crónica.
La fase prodrómica es el período que posee una enfermedad con riesgo de
desarrollar laminitis (por ejemplo un caso de enterocolitis séptica o una cirugía de
abdomen agudo) antes de la aparición de los signos clínicos.
La fase aguda cursa con signos clínicos de laminitis, pero no existen signos
radiográficos de rotación de la falange distal.
La fase crónica se refiere al período después que la rotación de la falange ha
ocurrido.
El desplazamiento de la falange distal puede ocurrir dentro de pocos días del inicio
de los signos clínicos de la laminitis. La etapa crónica cubre una gran amplitud de
presentaciones clínicas que van desde un caballo con láminas inestables, hasta
un desplazamiento temprano de la falange distal o una laminitis crónica con varios
años de iniciada.
2.4 Signos clínicos de la laminitis:
El comienzo de los signos clínicos comúnmente tienen lugar luego de las 24 a 72
horas de ocurrido el proceso séptico. Cuando la causa es la disbacteriosis ,como
consecuencia de la sobrecarga de carbohidratos, los signos tienen lugar en
primavera, durante el consumo de pasturas suculentas en estado de rápido
crecimiento. Si la causa es la sobrecarga de peso por trabajo excesivo, el
comienzo de los signos no está claro: puede ocurrir en cuestión de días, semanas
o meses de ocurrido el esfuerzo por trabajo (Baxter, 2011).
2.4.1 Infosura aguda:
La infosura aguda puede subdividirse en:
•
Subaguda (forma leve).
•
Aguda (forma grave).
•
Refractaria (sin respuesta).
36
La infosura subaguda es una forma leve de la enfermedad con signos clínicos
poco pronunciados. Suele verse en animales que se encuentran trabajando sobre
superficies duras, aquellos con cascos que se rebajan demasiado y aquellos que
están expuestos a la viruta de madera de nogal. A menudo los signos clínicos de
ésta suelen resolverse con rapidez sin lesión laminar permanente y no se produce
la rotación de la falange distal (Stashak, 2004).
La forma subaguda puede ser difícil de diagnosticar y los signos clínicos incluyen:
un moderado aumento del pulso digital, pisar sobre la mano o el pie elevándolo
incesantemente cada pocos segundos, leve claudicación (detectada cuando el
animal marcha en círculo), y dolor localizado sobre las pinzas. Estos caballos
suelen desarrollar lesión laminar leve e instaurando un tratamiento adecuado y
precozmente se recuperan por completo (Stashak, 2004).
En la forma aguda los signos clínicos son más graves, la enfermedad no responde
con rapidez al tratamiento y es más probable que se produzca el movimiento de la
falange distal (Stashak, 2004).
Los signos incluyen ansiedad, temblores musculares, aumento de la frecuencia
respiratoria y elevación variable de la temperatura rectal. A la palpación, se puede
percibir calor sobre la muralla y el rodete coronario en uno o varios cascos (Baxter,
2011). También se observa un aumento de la fuerza de pulso en la zona
adyacente (Stashak, 2004). Es posible observar depresión y anorexia asociadas a
dolor abdominal leve y diarrea transitoria de bajo volumen (García Liñeiro, 2008).
Estos signos deben ser interpretados en contexto con la claudicación y los demás
signos sistémicos, porque un aumento en la temperatura del casco puede ser
transitorio y la medición del pulso digital es muy subjetiva (Baxter, 2011).
El signo más evidente y significativo es la claudicación; cuando se encuentran
afectados ambas manos de los miembros torácicos, el caballo lleva las manos
hacia delante, colocando el peso sobre la región de los talones (figura 16). Cuando
los cuatro miembros se encuentran afectados, los pacientes tienden a echarse
durante períodos prolongados. Cuando se levanta, el caballo lleva sus pies bajo el
37
cuerpo y coloca las manos caudalmente de tal forma que se estrecha la base de
sustentación. Si se afecta sólo un miembro, como resultado del soporte de peso
sobre dicho miembro (infosura de apoyo), el caballo comenzará a desviar el peso
sobre la otra mano ó pie.
Figura 16: Postura típica para aliviar la presión de los miembros torácicos (Baxter,
2011).
38
La laminitis es variable en cuanto a los signos, ya que va desde ser difícilmente
detectable hasta un grado de dolor que provoque la recumbencia del animal
(Baxter, 2011). La AAEP (American Association of Equines Practitioners) ha
propuesto 5 grados para valorar las claudicaciones:
Grado
Claudicación asociada y alteraciones en la marcha
0
Claudicación imperceptible.
1
Claudicación difícil de observar, no varía bajo ninguna circunstancia. En
posición de estación, el caballo levanta las manos y/ó los pies en forma
constante a menudo a intervalos de pocos segundos. Al caminar no
muestra ninguna claudicación evidente ante ojos inexpertos, pero el
trote tiene movimientos cortos.
2
Claudicación difícil de observar al paso y al trote en línea recta. El
caballo se mueve pero la marcha es característica de la infosura,
estando el equino “plantado de adelante”. Se puede elevar uno de los
miembros, pudiendo soportar el peso en el contralateral.
3
Claudicación bien evidente al trote bajo todas las circunstancias.
4
Claudicación obvia. Marcada inclinación de la cabeza, tropiezos y/ó
acortamiento del paso.
5
Claudicación obvia: mínimo soporte del peso en movimiento o en
reposo, incapacidad para moverse.
Cuadro 1: Grados de claudicaciones según la AAEP (Baxter, 2011).
2.4.2 Infosura refractaria:
Son aquellos que padecen infosura aguda que no responden, o lo hacen en un
grado mínimo, al tratamiento dentro de los 7 a 10 días iniciales. Se cree que este
tipo de infosura indica degeneración e inflamación grave y, por lo general, tiene un
pronóstico desfavorable para el paciente (Stashak, 2004).
39
2.4.3 Infosura crónica:
La infosura crónica es una continuación de un estadio agudo y comienza con el
primer signo de movimiento (desplazamiento) de la falange distal dentro de la
cápsula del casco. También se observan diferentes grados de claudicación y
deformación del casco que varían con la duración de la enfermedad y el tipo de
desplazamiento.
Actualmente, no es posible predecir si los caballos con laminitis aguda
progresarán hasta laminitis crónica y mucho menos cuándo ocurrirá o si va a
suceder (O’ Grady, 2003).
Debido a que en general se han realizado las investigaciones sobre la laminitis
aguda, el tratamiento para la laminitis crónica es generalmente empírico, basado
en la experiencia del médico encargado / herrador. El mayor desafío para el
veterinario y el herrador es mejorar la morfología y función de las extremidades
que
pueden
tener
un
potencial
para
desarrollar
cambios
estructurales
sustanciales, y posiblemente permanentes (O’ Grady, 2003).
La infosura crónica se puede dividir en:
•
crónica precoz.
•
crónica activa.
•
crónica estable.
El estadio crónico precoz comienza con el primer signo de movimiento de la
falange distal (engrosamiento laminar, rotación o desplazamiento distal). Algunos
casos se resuelven con un mínimo deslizamiento mientras que otros continúan
moviendose y, en algunos, se produce la rotación en sentido distal o el
desprendimiento del casco (Stashak, 2004).
40
En el estadio crónico activo, el hueso de la uña está rotado, permanece inestable
y puede perforar la palma. Los abscesos palmares son frecuentes (Stashak,
2004).
En el estadio crónico estable, el hueso de la uña se encuentra estable, el casco y
la palma comienzan a crecer nuevamente y por lo general hay una mejoría clínica.
Las alteraciones en el crecimiento del casco incluyen depresiones en la pared
dorsal, una convergencia dorsal de los anillos de la muralla, lumbres en mal
estado, y descenso de la palma. Se presume que estos cambios son el resultado
de la alteración de la irrigación vascular y la pérdida de la interdigitación laminar
(Stashak, 2004).
Hay 3 manifestaciones del desplazamiento de la falange distal: rotación capsular
dorsal, desplazamiento distal (hundimiento), y rotación o el desplazamiento distal
mediolateral
asimétrica
(Figura
17).
Puede
existir
simultáneamente
una
combinación de las 3 formas de desplazamiento (O’ Grady, 2010).
41
Figura 17: (A) Rotación capsular dorsal, (B) rotación medio-lateral, y (C)
desplazamiento distal (hundimiento) (O’ Grady, 2010).
Uno de los primeros signos de desplazamiento mediolateral es una notable falta
de crecimiento de la pared del casco en la corona en el lado afectado (O’ Grady,
2010).
En el inicio de laminitis crónica, el resultado final es difícil de predecir, pero el
indicador más importante para la supervivencia es la gravedad de la lesión inicial
en las laminillas. Las radiografías iniciales no necesariamente se correlacionan
bien con la funcionalidad o el resultado morfológico.
El espesor de la suela y el ángulo entre la superficie solar de la falange distal y el
suelo son los mejores indicadores para predecir el grado de dificultad en el
tratamiento de los caballos con rotación capsular dorsal. Ambos parámetros
parecen ser más útiles que utilizar unicamente el grado de rotación, para predecir
el éxito en la rehabilitación del caballo (O’ Grady, 2010).
42
2.5 Diagnóstico:
El diagnóstico de infosura se basa en la reseña, la anamnesis, los signos clínicos,
radiológicos y venográficos y, solo en ocasiones, en la anestesia local diagnóstica.
La fase aguda de la laminitis es fácil de diagnosticar, debido a la historia clínica,
la postura característica, y al examen digital exhaustivo. El diagnóstico puede
ser mucho más difícil en los casos leves o crónicos, sobre todo en los caballos
más viejos que pueden tener artropatías bilaterales en las extremidades distales
que contribuye a la claudicación (Baxter, 2011).
2.5.1 Diagnóstico radiológico:
Es recomendable, antes de tomar la radiografía, limpiar el casco y colocar un
objeto radiopaco cómo alambre sobre la superficie de la muralla y otro en el
vértice de la ranilla, para poder delimitar perfectamente los bordes del casco.
Además se deben rellenar las lagunas laterales con masilla o plastilina, para evitar
confundir a estas con fracturas de falange distal. Si está herrado, es aconsejable
desherrarlo y realizar un desvasado.
Las radiografías deben realizarse ante el primer signo de infosura, ya que sirven
como dato basal, para la posterior comparación y determinar si hay cambios
radiológicos.
El desplazamiento de la falange distal se hace evidente en las imágenes
radiográficas, permitiendo el diagnóstico clínico y su clasificación como factor
diferenciador (Baxter, 2011).
43
Para efectuar una correcta evaluación de la falange distal, se tienen en cuenta las
siguientes determinaciones radiológicas:
Figura 18: Mediciones radiográficas de la falange distal normal y con laminitis
Referencias: A y B, son esquemas de un dedo normal; la línea a es paralela a la
pared del casco, mientras que la línea b es paralela a la superfice dorsal de la
falange distal. La línea c es paralela a la suela del casco. El ángulo formado entre
a y c es el eje del casco. El ángulo b/c es el eje del pie. 1p es el espesor de los
tejidos blandos dorsales medidos 5 mm distal a la unión del proceso de extensor
de la falange distal con la corteza dorsal del casco. 1d es el espesor de los tejidos
blandos dorsales medidos 6 mm proximal al punto más distal de la corteza dorsal.
La línea D/N es la longitud de la falange distal, distancia comprendida entre el
borde distal de la cara dorsal y la unión con el borde solar o punta de la falange
44
distal con el borde articular de el hueso sesamoideo distal. La distancia 3 es la
distancia vertical medida entre la banda coronaria y el borde proximal del proceso
extensor de la falange distal.
En casos donde hay laminitis, podemos observar desplazamiento de la falange
distal, cómo muestra la imágen C, donde se ve un dedo con laminitis crónica,
exibiendo rotación de la falange distal. Aquí, las líneas A y B ya no son paralelas y
convergen de manera proximal formando un ángulo AB o ángulo de rotación. La
distancia 1’d es mayor que la 1'p. En el esquema D, se observa un dedo con
laminitis crónica, presentando hundimiento de la falange distal, aquí, la distancia 3'
es mayor y la distancia 1 "p es igual a 1" d, pero ambos son mayores de lo
normal. La relación entre la distancia 1 "d con la distancia 2 será mayor de lo
normal. Es decir, que será mayor del 30% de la longitud de la falange distal,
medida desde la punta del hueso hasta su articulación con el hueso sesamoideo
distal (Modificado de Thrall, 2001).
45
Figura 19: Determinaciones radiológicas utilizadas en el diagnóstico de laminitis.
La diferencia entre A y B nos dan los grados de rotación que el animal presenta en
la patología (Modificado de Baxter, 2011).
Referencias:
•
FM: Factor de magnificación:
Longitud real del marcador/longitud radiológica del marcador:
Establecer radiológicamente la dimensión real de este segmento anatómico
estudiado es de importancia para confirmar el diagnóstico con precisión. El
tamaño de un segmento anatómico en la radiografía no corresponde a la
dimensión real del mismo, debido a la magnificación que causa la difracción de los
rayos X. Esto significa que, en menor o mayor medida, encontraremos los
segmentos anatómicos de mayor dimensión que la real en las radiografías. Para
evitar éste inconveniente se utilizan mediciones reales, realizadas sobre la
estructura anatómica, como por ejemplo la longitud de la pared dorsal del casco,
46
longitud real del marcador y se mide igual medida en la radiografía obtenida,
constituyendo la longitud radiológica del marcador. La ejecución de este estudio,
nos permitirá establecer el coeficiente de magnificación y ajustarlo en el sistema
de radiología para así obtener radiografías confiables; indispensables para realizar
el correcto diagnóstico.
•
A: Ángulo comprendido entre la superficie dorsal del casco y su superficie
distal.
•
B: Ángulo comprendido entre la superficie del hueso de la falange distal y la
superficie distal del casco.
•
C: Ángulo comprendido entre la superficie palmar o plantar del casco y su
superficie distal.
•
C/PE: Distancia comprendida entre la corona y el proceso extensor de la
falange distal.
•
P/H: Distancia comprendida entre la pared dorsal del casco y la corteza
dorsal de la falange distal.
•
D/N: Distancia comprendida entre la punta de la falange distal y el borde
articular del hueso sesamoido distal.
•
% D/N: Constituye el porcentaje de las veces que cabe la longitud de P/H
en la longitud D/N.
Animales con una distancia C/PE de 12 a 14 mm, mantienen la actividad atlética,
mientras que los que tienen una distancia P/H de 15 a 18 mm, son aptos para la
actividad atlética, y con una distancia de mas de 20 mm, no sobreviven.
El signo radiográfico más temprano que puede verse en la laminitis es el
engrosamiento de los tejidos blandos dorsal a la falange distal, esto es, cuando
esta medición (P/H) es mayor a 20 mm (Richardson y O’Brien, 1985).
La medida normal para el espesor de tejidos blandos de la pared dorsal del casco
en la raza thoroughbred, se halla en 14,3 ± 1 mm en la región indicada (Rose,
1983).
47
Figura 20: Radiografía con incidencia latero-medial del casco equino, mostrando
las diferentes medidas de referencia a la hora de evaluar una imágen radiográfica.
Referencias: a: Distancia desde el proceso extensor proximal, al aspecto proximal
de la pared del casco (inmediatamente distal a la banda coronaria); b: distancia
desde la superficie dorsal de la falange distal, a la superficie de la cápsula del
casco; b/c: La relación entre la distancia desde la superficie dorsal de la falange
distal, a la superficie dorsal de la cápsula del casco (b), con la longitud de la
falange distal (c), y d: la distancia desde el vértice de la falange distal a la
superficie solar de la palma, (Baxter, 2011).
48
Figura 21: Incidencia dorso-palmar mostrando asimetría en la posición de la
falange distal. La línea une los forámenes del canal semilunar, los cuales no son
paralelos al suelo. Además hay disparidad en el espacio de la articulación
interfalangiana distal respecto al lado lateral y medial
Referencias: a: Forámen lateral del canal semilunar; b: forámen medial del canal
semilunar; c: forámen interarticular de la articulación interfalangiana distal, (O’
Grady, 2010).
49
Los puntos importantes para determinar el pronóstico y guiar el tratamiento
consisten en medir: el espesor de la pared dorsal del casco, el ángulo de la
superficie solar de la falange distal en relación al suelo, el grado de rotación de la
falange, la distancia entre el margen dorsal de la falange distal y el suelo y el
espesor de la suela (O’ Grady, 2010).
Los signos radiológicos precoces que sugieren infosura incluyen una leve reacción
ósea junto a la cara dorsal de la falange distal y la ampliación de la distancia entre
la falange distal y la cara dorsal de la muralla. Esta distancia debe ser inferior a
18-20 mm en los caballos normales o menos de 30% de la longitud palmar de la
falange distal, medida desde la punta del hueso hasta su articulación con el hueso
sesamoideo distal (Baxter, 2011).
Se ha descripto que la rotación palmar o plantar promedio de la falange distal en
los caballos normales es de 0,5° ± 1,3° e inferior a 4°. Si no se detectan
anormalidades en las radiografías, pero los signos perduran por 1º a 14 días, es
probable que se haya producido la rotación o el desplazamiento de la falange
distal. Por lo tanto, se deben tomar radiografías seriadas para controlar la
progresión de la enfermedad y determinar el éxito del tratamiento elegido.
Cabe diferenciar entre los signos radiográficos observados durante el transcurso
de la laminitis aguda y los signos observados durante la laminitis crónica:
Laminitis aguda: El engrosamiento del tejido laminar ocurre sin desviación
palmar o plantar y puede verse tan temprano como a las 48-72 hs luego del
comienzo de la laminitis. Luego, con la pérdida de la unión de las láminas con las
laminillas de la mano o del pie, resultan en la pérdida del soporte de la superficie
dorsal de la falange distal (Thrall, 2001).
Las fuerzas de tracción del tendón del músculo flexor digital profundo se combinan
para forzar la punta de la falange distal lejos de la pared del casco.
La línea radiolúcida en la unión de las láminas o laminillas es otra anormalidad
radiográfica. Se observa como una línea simple radiolúcida en la vista lateral o
como una serie de líneas paralelas en la vista oblicuo-dorsal 65 grados-proximal50
palmodistal de la falange distal. Ésta línea radiolúcida ha sido atribuida al aire
disecante entre la pared del casco y el córion laminar (Thrall, 2001).
Laminitis crónica: Se caracteriza por los siguientes cambios radiográficos de la
falange distal:
•
Desviación palmar o plantar de la falange distal.
•
Superficie dorsal indistinguible.
•
Aumento del número de canales dirigidos hacia la superficie dorsal.
•
Fractura patológica de la punta de la mano o del pie.
•
Formas remodeladas de la punta de la mano o del pie con una apariencia
elongada de “punta de esqui”.
El grado de desviación de la falange distal se usa como signo de pronóstico en la
evaluación de los caballos con laminitis (Thrall, 2001).
Caballos con:
•
< de 5,5 grados de desviación: pronóstico favorable.
•
De 6,8 a 11,5 grados de desviación: pronóstico reservado.
•
> de 11,5 grados de desviación: no sirven para la competencia. A veces se
pueden usar para cría (Thrall, 2001).
51
Se debe diferenciar entre la rotación capsular y la rotación de falange distal.
(O’ Grady, 2003).
En la rotación capsular, la cápsula del casco (estructura córnea de la mano o del
pie) diverge de la superficie dorsal de la falange distal, pero la alineación del eje
podofalángico, es normal, es decir, de 53º a 58º para el miembro torácico y de 55º
a 60º para el pelviano (figura 22), (Stashak 2004).
Figura 22: Falange con rotación capsular. La pared del casco dorsal diverge de la
superficie dorsal de la falange distal, pero la alineación del eje podofalángico es
normal (fotografía del autor).
Referencias: a: Eje de la falange proximal; b: Eje de la falange media; c: Eje de la
falange distal; d: Eje de la pared dorsal del casco.
52
En la rotación de la falange distal, ésta, se desplaza en relación con el eje
podofalángico de la falange proximal y falange media, es decir, hay un grado
anormal de flexión en el tendón del músculo flexor digital profundo en reposo
(Figura 23).
La rotación de la falange distal indica acortamiento funcional del tendón del
músculo flexor digital profundo (O’ Grady, 2003).
Figura 23: La falange distal pierde su alineación con relación al eje longitudinal.
Hay un grado anormal de flexión en la articulación interfalángica distal (Fotografía
del autor).
Referencias: a: Eje de la falange proximal; b: Eje de la falange media; c: Eje de la
falange distal.
53
2.5.2 Bloqueos nerviosos:
En la laminitis aguda, algunos autores recomiendan la utilización de bloqueos
nerviosos con lidocaína al 2% para obtener el diagnóstico. El bloqueo abaxial de
los huesos sesamoideos, es de elección debido al corto período de acción para
limitar la posibilidad que, al caminar, cause más daño sobre las laminillas que se
hallan comprometidas.
Las ventajas de este bloqueo consisten en permitir al clínico obtener rápidamente
las radiografías de buena calidad y sin forzar al caballo, realizar el exámen de la
superficie solar y evaluar la participación de los miembros pelvianos (Baxter,
2011).
Sin embargo, en ocasiones el caballo con infosura crónica no mostrará una
respuesta completa al bloqueo, lo que podría ser consecuencia de la presencia de
un foco álgido muscular en la región proximal del miembro (Stashak, 2004).
En estos casos, si son leves, lo mejor es bloquear inicialmente el dedo con un
bloqueo del nervio digital palmar o plantar, ya que bloquea el dolor solar (el
bloqueo nervioso de casi todas las estructuras dentro de la mano o del pie a
excepción de las láminas dorsales) como consecuencia de una falange distal
desplazada, pero no bloquea el dolor laminar dorsal en la mayoría de los caballos.
Así, si el bloqueo del nervio digital palmar o plantar suprime la cojera en el
miembro afectado, es probable que el dolor sea debido al dolor solar y que las
láminas son estables, es decir que no han perdido su unión entre sí. Si con el
bloqueo del nervio no mejora la cojera y en cambio, el bloqueo del nervio abaxial
de los huesos sesamoideos lo suprime, es probable que haya un componente
laminar en el dolor (Baxter, 2011).
Es importante diferenciar si la claudicación es debida a una laminitis o a otros
problemas musculoesqueléticos. Se debe realizar la flexión forzada del miembro
antes de hacer cualquier bloqueo nervioso. Si hay respuesta a esta flexión, podría
estar indicando la presencia de una artropatía no relacionada con la laminitis. La
más común es la artropatía de la articulación interfalangiana proximal (Baxter,
2011).
54
Cuando el caballo no responde al bloqueo nervioso del nervio dorso palmar se
puede efectuar un bloqueo en anillo, por encima de la corona, para diferenciar de
otras patologías como el síndrome navicular o el dolor palmar.
En casos graves de laminitis crónica, un bloqueo nervioso no suele ser suficiente
para quitar la claudicación.
2.5.3 Venografía:
El venograma digital es un procedimiento de diagnóstico que utiliza la radiografía
mediante la inyección endovenosa de un medio de contraste iónico yodado como
el diatrizoato de meglumina, (Temistac®) y diatrizoato sódico (Hypaque® ó
Triyosom®), (D’arpe y Bernardini, 2010), para evaluar el grado de compromiso
vascular en un caballo con laminitis. Se inyecta el medio de contraste en las venas
digitales, dando lugar al llenado retrógrado de las arterias (Figura 24). Las áreas
de perfusión anormal o reducida indican cambios patológicos en los tejidos
blandos de la mano o del pie (Godoy Pinto y García Liñeiro, 2011).
Figura 24: Perfusión normal del dedo equino. Se ha inyectado un medio de
contraste para poder observar las venas digitales (Godoy Pinto y García Liñeiro,
2011).
55
Figura 25: Perfusión venosa disminuida en el borde próximo dorsal de la falange
distal. Se hace visible al observar la falta de radiocontraste en la región
mencionada (Godoy Pinto y García Liñeiro, 2011).
2.5.4 Cintigrafía:
También llamada gammagrafía nuclear (gammagrafía ósea) utiliza una fuente
radiactiva (tecnecio-99) y un agente aglutinante para identificar áreas en las que
los osteoblastos (células formadoras de hueso) captan mayor radiación, debido a
que durante el proceso de cicatrización, está aumentada la actividad de estos
últimos. La radiación emitida por el equino es captada por la gammacámara
formando así la imágen (Baxter, 2011).
Se puede demostrar la absorción ósea o aumento del flujo sanguíneo relacionado
con una zona en particular (Carter, 2015).
56
Figura 26: Forma
en la que se realiza
una cintigrafía en
ambos
torácicos.
miembros
(Baxter,
2011).
La cintigrafía se utiliza a menudo cuando se desconoce la región del dolor. Luego
de haber fracasado en el diagnóstico por medio de la utilización de métodos
convencionales, tales como los bloqueos nerviosos. (Carter, 2015)
Figura 27: Cintigrafía normal del dedo
equino. Nótese que no se distingue ningún
área en particular, salvo las epífisis de los
huesos, lugar donde hay crecimiento óseo
(Baxter, 2011).
57
El estudio consta de 3 fases:
•
Vascular: Para examinar el flujo sanguíneo en determinadas áreas, y
tiene particular importancia en la evaluación del trauma de las
extremidades o áreas con una perfusión inadecuada. El flujo sanguíneo
disminuido puede verse cuando hay laminitis (figura 28).
•
Tejidos blandos: provee información útil cuando hay laminitis aguda,
particularmente en las extremidades, debido a la capacidad de
identificar cambios (especialmente aumentos) del flujo sanguíneo.
•
Retardada: provee información del esqueleto. La alta sensibilidad de
esta fase para detectar cambios tempranos en el metabolismo del
hueso, antes que sea detectable por la radiografía, hace que sea útil en
la laminitis aguda.
Figura 28: Cintigrafía del dedo en un caballo con infosura. (Carter, 2015)
58
Figura 29: Vista solar del miembro pelviano
derecho, véase la concentración de material
de contraste en la falange distal, compatible
con laminitis (Baxter, 2011).
2.5.5 Resonancia magnética:
Este método utiliza un campo magnético para producir imágenes detalladas de los
tejidos blandos como tendones y ligamentos, y también de tejidos duros (óseo). La
ventaja de este método es su alta sensibilidad a los cambios en la anatomía y su
alta calidad de imagen, ya que funciona creando un campo magnético alrededor
de cada célula, polarizando protones hidrógeno, a la vez que un sistema de
algoritmos lo transforma en una imagen nítida.
La resonancia está indicada cuando el dolor está localizado en un área anatómica
y otros métodos de diagnóstico por imágenes han fallado en emitir un diagnóstico
certero. El dolor, debe estar localizado, ya que la resonancia no es un método de
rastreo (screening), debido a sus altos costos en cuanto a las instalaciones y los
equipos necesarios (Baxter, 2011).
El riesgo de este método es que el equino debe ser sometido a anestesia general,
generando así un peligro que no lo tienen otros métodos diagnósticos.
59
Figura 30: Equino sometido a anestesia general, con el fin de realizar una
resonancia magnética de los miembros torácicos (Thompson, 2014).
Por ello se desarrolló la resonancia magnética con el equino en estación, sin
necesidad de someter al caballo a anestesia general. Esto permite obtener
imágenes del equino en estación sin el tiempo, los gastos y los riesgos asociados
con la anestesia general (figura 31), (Thompson, 2014).
60
Figura 31: Sistema de resonancia magnética con el equino en estación
(Thompson, 2014).
2.5.6 Tomografía computada:
Este método combina el uso de una computadora digital con un generador de
rayos X, creando imágenes detalladas de secciones axiales de órganos y partes
del cuerpo del animal (Baxter, 2011).
La tomografía computada (TC) proporciona una imágen que combina el tejido
blando, el hueso y las venas, en alta resolución.
En medicina equina, su uso es frecuente y permite demostrar anormalidades
óseas, sobretodo en la región de la cabeza (Baxter, 2011).
Los diagnósticos por TC, con o sin el uso de medio de contraste, pueden permitir
el reconocimiento rápido y detallado del estado de los miembros.
61
2.5.7 Termografía:
Es la representación en una imagen de la temperatura de la superficie de un
objeto. Es una técnica no invasiva, que mide el calor emitido. Esto lo hace útil para
detectar inflamaciones en cualquier zona del cuerpo (Baxter, 2011).
Uno de los factores más importantes a considerar antes de comprar una cámara
termográfica, es el rango de su espectro. Para usos médicos lo ideal es utilizar el
rango de 8 a 14 micrones, porque éste es el pico de emisión de la piel.
Muchos autores prefieren la termografía en tiempo real, porque ésta elimina
cualquier problema de movimiento y el operador puede inmediatamente observar
el cambio.
Figura 32: Miembro distal normal de un equino. Las áreas más cálidas
corresponden a la vasculatura. A) Vista dorsal de ambos miembros torácicos, B)
vista palmar de ambos miembros torácicos, C) vista lateral izquierda de ambos
miembros torácicos, D) vista lateral derecha de ambos miembros pelvianos
(Baxter, 2011).
62
La anormalidad consiste en encontrar calor en las zonas donde no sería esperabe
hallar cambios en el patrón térmico normal.
En la inflamación, el signo cardinal es el calor, que se corresponde con la
circulación aumentada. Sin embargo, existen enfermedades en las que hay una
disminución del flujo sanguíneo, debido a una inflamación, por ejemplo cuando
hay trombosis de los vasos, infarto en los tejidos o cambio en el tono simpático.
Ciertos factores se deben controlar para generar una imagen termográfica
confiable: movimiento, radiación externa (como luz solar), temperatura ambiental
(20° C preferentemente) y presencia de artefactos eléctricos.
63
2.6 Tratamiento:
El tratamiento tiene como objetivos: eliminar la causa de la enfermedad, aliviar el
dolor, disminuir la inflamación, mantener o restablecer el flujo de sangre hacia las
láminas, y evitar el desplazamiento de la falange distal (Kaneps y Turner, 2004).
Es necesario corregir cualquier condición primaria presente, como la retención de
la placenta, la bacteriemia/septicemia, la diarrea o las alteraciones intestinales.
Cuando el cuadro clínico está presente, deben evitarse el estrés del transporte, el
ambiente y el ejercicio (García Liñeiro, 2008).
2.6.1 Tratamiento médico:
Terapia antiinflamatoria:
•
Antiinflamatorios no esteroideos:
La fenilbutazona es el AINE utilizado con mayor frecuencia para el tratamiento de
la infosura aguda. Se administra a razón de 4.4 mg/kg, por vía oral o intravenosa,
cada 12 hs durante 3 ó 4 días, luego se debe reducir la dosis a los 2,2 mg/kg los
siguientes 7 a 10 días. Los efectos generados son reducción de la inflamación, del
edema y del dolor.
También se emplea para controlar mejor el dolor la meglumina de flunixín a
razón de 1,1 mg/kg IV cada 12 hs o 0,25 mg/kg cada 8 hs durante 3 ó 4 días. Se
puede emplear sólo o con la fenilbutazona a una dosis más baja (0,5 mg/kg) si el
caballo tiene signos que sugieren endotoxemia o sepsis. Se debe asegurar que el
animal esté correctamente hidratado y no posea compromiso renal ni úlceras
gástricas (Baxter, 2011).
El Ketoprofeno está indicado en casos que se desea reemplazar a la meglumina
de flunixín cuando el paciente tiene compromiso renal ó ulcera gástrica
comprobada. A dosis de 2,2 mg/kg IV cada 12 hs durante 4 ó 5 días, puede llegar
a ser más efectivo que la fenilbutazona o la meglumina de flunixín para combatir la
inflamación, ya que actúa tanto por la vía de la lipoxigenasa como la de las
prostaglandinas en la cascada del ácido araquidónico (Baxter, 2011).
64
El meloxicam es una opción muy segura ya que posee mayor selectividad por la
COX-2 y casi no posee efectos secundarios ni efectos vasculares desfavorables
(Baxter, 2011).
El Dimetilsufóxido (DMSO) actúa como captador de los radicales libres y como
un potente antiinflamatorio que puede evitar la lesión por reperfusión a nivel de los
tejidos isquémicos. Su dosis es 0,1 g/kg IV cada 12 hs durante 2 ó 3 días (Baxter,
2011).
Se ha propuesto el empleo de pentoxifilina en la terapia antiinflamatoria. Se
desconoce si su eficacia se debe a la inhibición de la respuesta inflamatoria,
inhibición de las metaloproteasas 2 y 9, ó por sus efectos vasculares.
La crioterapia digital también contribuye a prevenir o disminuir la inflamación,
como se ha demostrado en un modelo experimental de sobrecarga intestinal con
carbohidratos (Baxter, 2011).
65
Figura 33: Evaluación de la crioterapia en un miembro individual. Utilizando una
bota de goma (Ice Bigfoot Boots), el miembro torácico izquierdo fue sumergido en
agua y hielo a una temperatura media de 0,5-1,7° C.
Referencias: A) Miembro torácico izquierdo introducido dentro de la bota llena de
hielo. Notese que se colocó un sensor de temperatura en el miembro torácico
izquierdo (contralateral) para comprar la diferencia de temperatura; B) Sensor de
temperatura, el cuál va colocado en la superficie dorsal de ambos miembros; C)
Vista más cercana del sensor, una vez colocado en su posición (Pollit, 2010).
66
Figura 34: Sistema de aplicación de la crioterapia, consistente en un baño de
retención de agua de madera hasta un nivel justo por debajo del carpo. El agua se
enfría a 1°C y recircula a través de una bomba de refrigeración e intercambiador
de calor (recuadro) (Pollit, 2010).
Recientemente se ha empleado una droga antiinflamatoria descubierta hace más
de 40 años, pero hasta ahora nunca empleada en equinos, llamada t- TUBC, por
sus
siglas
en
ingles
trans-4{4-[3-(4-Trifluoro-methoxy-phenyl)-ureido]-
cyclohexyloxy}-benzoic acid (Alonso Guedes et al., 2015).
La mayoría de los analgésicos se concentran en inhibir los derivados del ácido
araquidónico como la ciclooxigenasa (COX), pero el t- TUBC se encarga de inhibir
la enzima epóxido hidrolasa, presente en procesos inflamatorios, siendo una vía
alternativa para combatir la inflamación (Alonso Guedes et al., 2015). Se necesitan
más datos para afirmar su eficacia en el tratamiento de la laminitis, pero es una
propuesta a considerar en el futuro.
67
Se debe evitar en forma estricta la administración de corticoides en el tratamiento
de la laminitis ya que genera empeoramiento de la vasoconstricción provocada por
las
catecolaminas,
aumento
de
la
coagulopatía,
e
incremento
de
la
hipersensibilidad. Los corticoides aumentan la gravedad de la laminitis, prologan
su curso y pueden inducir su iniciación (Colahan et al., 1998).
Medicamentos que aumentan el flujo sanguíneo:
El objetivo del uso de vasodilatadores es mejorar la perfusión laminar.
La mayoría de los fármacos que se han introducido para lograr un aumento del
flujo sanguíneo (por ejemplo, isoxsuprina, pentoxifilina y pasta de nitroglicerina),
han demostrado ser ineficaces en el caballo. El único fármaco capaz de aumentar
el flujo de sangre es la Acepromacina a razón de 0,03- 0,06 mg/kg vía IM cada 6
u 8 hs, durante 3 a 5 días, pero sólo aumenta de flujo durante un corto período
(30 minutos aproximadamente) cuando es administrada intramuscular (Baxter,
2011).
Terapia anticoagulante:
•
Aspirina:
Se ha observado que la aspirina, a una dosis de 10 a 20 mg/kg oral en días
alternos, inhibe la agregación plaquetaria lo cual debería minimizar, en teoría, la
microtrombosis dentro de la lámina. Esta dosis tiene mínimas propiedades
antiinflamatorias y no se le conocen efectos colaterales, pudiendo utilizarse con
seguridad en combinación con otros AINE`s, tales como la fenilbutazona y la
meglumina de flunixín (Stashak, 2004).
•
Heparina de bajo peso molecular:
Utilizada inicialmente sólo como anticoagulante, ahora se ha demostrado que
posee propiedades antiinflamatorias (debido a que las plaquetas y los factores de
coagulación están implicados en la respuesta pro inflamatoria), una dosis de 40 a
80 UI/kg por vía intravenosa o subcutánea, cada12 horas (García Liñeiro, 2008).
68
Es controvertido su uso en la profilaxis de la laminitis (Baxter, 2011).
Analgesia:
Recientemente ha habido interés en los fármacos de infusión a tasa constante
(CRI, por sus siglas en inglés, Constant Rate Infusion) para el tratamiento del dolor
en caballos con infosura grave, como complementario al tratamiento con AINE’s.
Existe
una
combinación
de
ketamina,
morfina,
lidocaína,
detomidina
y
acepromacina (“Pentafusion”). Algunas de estas drogas tienen efectos sobre la
motilidad gastrointestinal por lo que debe monitorearse de cerca al animal (Baxter,
2011).
Inmunización:
La inmunización activa es alcanzada por la aplicación de “vacunas” contra las
endotoxinas de microorganismos gramnegativos. La pasiva se logra con la
administración de suero recogido de caballos hiperinmunizados con la “vacuna”.
El objetivo es la prevención, aplicando el suero o la vacuna durante el inicio de
cualquier enfermedad mediada por endotoxinas, como diarrea, cólicos y
sobrecarga de carbohidratos (Colahan et al., 1998).
Otros tratamientos médicos
La suplementación con biotina y metionina para mejorar la cantidad y calidad de
crecimiento del casco puede utilizarse en el tratamiento de la infosura. La
suplementación con biotina en la dieta a una dosis de 15 mg/día ha demostrado
aumentar la tasa de crecimiento y endurecer el casco en caballos normales. Es
probable que la suplementación con biotina no importe en el tratamiento inicial de
la infosura aguda, pero puede ser de gran utilidad para la terapéutica a largo plazo
de los caballos que se están recuperando de la infosura (Stashak, 2004).
69
2.6.2 Rebajado y confinamiento:
El único rebajado que debe realizarse al casco de un caballo con infosura aguda
es el de las pinzas en aproximadamente 15 a 20 grados. Esto puede llevarse a
cabo con tenazas o escofina. Se utiliza la pinza de tentar para determinar cuánto
deberá extenderse el rebajado de las lumbres dentro de la palma; se comienza
dorsalmente a la región dolorosa de la palma. Este rebajado de las pinzas se
realiza para disminuir la fuerza de apoyo sobre la cara dorsal de la muralla,
reduciendo de esta manera la continua rotura de la lámina y disminuyendo el
brazo de palanca requerido para el despegue del dedo durante la marcha.
También reduce la presión sobre el tendón del músculo flexor digital profundo
durante la fase del paso y expone la porción caudal del dedo al apoyo, la que en la
mayoría de los casos es la región menos dolorosa. En los casos de infosura grave
y cuando se presenta gran dolor, el rebajado se retrasa hasta que el caballo tenga
la comodidad suficiente como para soportar dicho procedimiento (Stashak, 2004).
También existe como alternativa durante el desarrollo de la infosura, la aplicación
de un vendaje en el dedo que proporcione soporte a la ranilla. Para ésto, se
necesitan dos vendas. Una se pone encima de la ranilla, sin desenrollar, y con la
otra se fija al casco. La venda que se ha puesto encima de la ranilla hace la
función de una herradura de corazón e impide que el hueso de la falange distal,
situado por encima de la ranilla, pueda descender dentro del casco (Fernández
Baquero, 2011).
Los caballos con infosura aguda deben colocarse en un box con arena seca, en lo
posible con 15 cm. de espesor, o una cama blanda para minimizar el choque del
dedo cuando éste apoya y disminuir la fuerza del brazo de palanca requerido para
el inicio de la fase de elevación (despegue) del paso. Se puede añadir viruta a la
arena para favorecer el decúbito. Los caballos que prefieran permanecer en
decúbito deben dejarse en dicha posición, y si se comienzan a desarrollar úlceras
por presión, se puede utilizar una manta para protegerlas. Está contraindicado el
ejercicio forzado (Stashak, 2004).
70
2.6.3 Herrado:
Herradura de barra corazón (HBC):
Este tipo de herradura es básicamente una herradura de barra con una extensión
en V a nivel de la ranilla. Está diseñada para ejercer presión sobre esta última
estructura, dando así apoyo a la falange distal (figuras 35 y 36).
La ranilla no participa normalmente en la distribución del peso cuando el dedo
toma contacto con el suelo. La estabilización de la falange distal que sostiene el
esqueleto axial parece ser necesaria para limitar la destrucción total del dedo
infosurado. Una correcta aplicación de la HBC permite cambios en la distribución
de las cargas alejando de esta manera las presiones que se producen sobre la
falange distal.
La HBC debe ajustarse de manera tal que apoye sobre la ranilla ejerciendo una
leve presión en todo su largo (Baxter, 2011).
Es peligroso colocar una HBC sin tener el conocimiento de la ubicación de la
falange distal dentro del casco, por lo tanto, la utilización de la HBC está indicada
para lograr la reubicación de dicha falange. Se puede saber su ubicación mediante
la utilización de radiografías (Colahan, et al., 1998).
Cuando la laminitis provoca la basculación de la falange distal, la HBC debe
realizarse teniendo en cuenta las estructuras internas del dedo. Si el soporte de la
herradura que está en ventral de la ranilla, está hacia dorsal, incrementa la
laminitis, lo que producirá aún más dolor y por ende claudicación (Baxter, 2011).
71
Figura 35: Herradura de barra de corazón sin colocar (Colahan, et al., 1998).
Figura 36: Herradura colocada correctamente en la base del casco (Colahan, et
al., 1998).
72
Elevación de talónes:
La principal fuerza que causa la separación progresiva de las láminas afectadas,
sería el peso del caballo transferido a través del esqueleto de las extremidades
hacia la falange distal. La tensión que genera el tendón del MFDP insertado en la
cresta semilunar de la falange distal, provoca que ésta, se separe del sistema que
la une al casco y rote (Baxter, 2011). Durante la laminitis aguda la elevación de los
talones de 12 a 18 grados, disminuye la tensión biomecánica que produce el
tendón del MFDP en un 50-60%, lo que disminuye el dolor, la separación de las
laminillas y el aumento de la cuña laminar (Pollit, 2004).
Cuando la radiografía no muestra rotación de la falange distal, se puede proceder
inmediatamente a la elevación de los talones. Cuando la rotación se produjo, se
hace necesario desvasar el casco para normalizar la posición de la falange distal
en relación a este, antes de realizar la elevación de los talones.
73
Figura 37: Elevación de los talones. (A) (Narnic ultimate cuff). Posee una cuña en
el talón y una pinza biselada, lo que le permite al dedo bascular hacia dorsal,
disminuyendo la tensión sobre el tendón del músculo flexor digital profundo. (B)
Soporte de suela que se añade al material y se venda, ó (C) se adhiere con
acrílico a la pared del casco, (Morrison, 2010).
74
Soporte para la herradura barra corazón:
Este método consiste en la utilización de la HBC, sumando a ésta, la elevación de
los talones y la utilización de un soporte de silicona como plantilla. Este método
consiste en forjar una herradura de aluminio de ½ pulgada de espesor y ¾
pulgadas de ancho.
La base de la ranilla se forja y se suelda a los talones, manteniendo el nivel de las
barras de la herradura.
La herradura en pinzas se trunca, lo que permite una mejor salida del miembro al
facilitar la ruptura del paso durante el movimiento. Se coloca una plantilla de cuero
a la herradura mediante remaches. El material de impresión debe aplicarse
solamente en las barras y la ranilla. Antes que el material se seque se coloca la
herradura utilizando solamente dos clavos, de esta manera el caballo aplica todo
su peso, moldeando el material de impresión y creando la plantilla de silicona que
estamos buscando. Luego se retira la herradura y se recorta todo el material que
pueda quedar debajo del borde solar de la falange distal y que permita ejercer
presión sobre esta zona. El casco se desvasa y la herradura se coloca respetando
los principios anatómicos descriptos con anterioridad (Fernández Baquero, 2011).
75
Figura 38: Soporte de silicona para la herradura barra de corazón. Aquí se colocó
material de impresión dental para brindar apoyo a la falange distal, manteniendo
unidas estructuras como la ranilla, la palma y las barras. Luego se colocó la
silicona y por encima se clavó una tapa de caucho (Fernández Baquero, 2011).
76
Figura 39: Luego de fraguada la silicona se coloca la HBC, excavando en el
material de impresión por debajo de la ranilla un canal por el cual saldrán
exudados y por donde se aplicará antisépticos. Se debe rellenar dicho canal con
algodón (Fernández Baquero, 2011).
Herradura en barra de corazón ajustable:
La principal diferencia con la anterior es que la barra no queda fija. Su extensión
caudal apoya en el surco de los talones formando una bisagra, y el vértice apoya
en una barra de soporte horizontal que se extiende de lado a lado en el nivel
deseado de la punta de la barra, mediante un tornillo que permite regularla para
dar la presión justa a la ranilla. Su principal ventaja es que permite ajustar con
frecuencia la barra para mantener una presión constante contra la ranilla a medida
que la muralla crece (García Liñeiro, 2008).
77
Figura 40: Herradura barra de corazón ajustable (Calle Torres, 2008).
El sistema de soporte digital equino:
La herradura “Natural Balance” desarrollada en Estados Unidos (figura 41),
combina un sistema de almohadillas, elevación de talones, apoyo en la ranilla y
silicona como material de impresión. Es conocido como Sistema de Soporte Digital
Equino, específicamente desarrollado para caballos que se infosuraron (Pollit,
2010).
78
Figura 41: Componentes del sistema natural balance. Referencias: Herradura
metálica adaptada para contener los demás componentes (A), la plantilla de
plástico con lugar específico para la ranilla (B), el suplemento adicional para la
ranilla (C) y el suplemento para elevación de talones (D), (Pollit, 2010).
Este ingenioso sistema permite ir regulando la altura de los talones de acuerdo a
la evolución del paciente. La herradura, en la parte de pinza y hombros, es
cuadrada, esto permite que el animal rompa el paso antes, a diferencia de una
herradura normal, lo que mejora su comodidad, mejorando la locomoción y
limitando aún más la separación y el desgarro de las laminillas dañadas. Las
almohadillas de polietileno se recomiendan usar durante las etapas más agudas
de la enfermedad. Cuando el caballo está estable clínicamente (lo que puede
tardar de 2 a 3 semanas), se puede prescindir de las almohadillas y colocar la
herradura sin éstas. Para completar el sistema se utilizan dos tipos de siliconas
que cuando se mezclan generan una base de impresión parecido al de una goma
con buena consistencia. Ésta base de impresión se aplica sobre la suela, las
barras y la ranilla (figura 42, B)
Desvasar correctamente el casco es fundamental para lograr el máximo provecho
de este sistema. La utilización de radiografías con incidencia láteromedial permiten
79
visualizar la posición de la falange distal dentro del dedo. El caballo es herrado de
acuerdo a la posición de la falange distal.
La respuesta que nos proporciona el caballo a la utilización de este tipo de terápia
puede utilizarse para lograr una mejor configuración de la herradura y de los
soportes utilizados y así de esta manera generar una mayor comodidad y un mejor
tratamiento terapéutico del paciente (Pollit, 2010).
Figura 42: Sistema de soporte digital equino, se aprecia la herradura “natural
balance”, la plantilla de plástico con lugar específico para la ranilla, el suplemento
adicional para la ranilla y el suplemento para la elevación de los talones (A). Luego
se coloca el material de impresión color azul (B); (Pollit, 2010).
Herradura Napoleónica o invertida:
Básicamente se trata de una herradura colocada al revés (figura 43). Pretende dar
una amplia base de apoyo a la región dorsal del casco, a la vez que impide el
apoyo y la tracción de la tapa en las pinzas. Ésta se elimina o se le da una
angulación tal que no le permita apoyar en el suelo.
80
Figura 43: Herradura invertida (Fernández Baquero, 2011).
Herradura Napoleónica con plantilla de poliuretano rígida y almohadilla de
silicona:
Permite el apoyo de la región dorsal del casco a la vez que protege a la palma
(figura 44).
Existen también plantillas con ranilla artificial que se pueden aplicar con un herraje
napoleónico y cumple la función de una herradura de barra de corazón.
81
Figura 44: Herradura Napoleónica con plantilla de poliuretano rígida y almohadilla
de silicona (O’Grady, 2010).
Herradura de madera:
Ésta se realiza a medida, sobre unas planchas de contrachapado (figura 45). La
superficie de contacto con el casco debe respetar la forma de este y la superficie
de contacto con el suelo. Se corta en ángulo para reducir la tracción sobre las
láminas cuando el dedo despega en cualquier dirección (figura 46); (O’Grady,
2010).
82
Figura 45: Herradura de madera (O’Grady, 2010).
Figura 46: Herradura de madera pegada con material de impresión, silicona y
adherida con tornillos al casco (Fernández Baquero, 2011).
83
Herradura con pegamento:
Se utiliza cuando el animal presenta gran dolor, incapaz de soportar el golpe del
martillo o cuando las paredes del casco se encuentran tan debilitadas que no
permiten la fijación de una herradura por medio de clavos.
El herraje del caballo con infosura crónica tiene que ser un herraje evolutivo. Al
igual que conseguimos cuando las lesiones van evolucionando, el herraje tiene
que ir adaptándose a la mejoría de la situación del caballo, porque nuestra meta
es que el caballo consiga la mayor funcionalidad posible con el herraje más
sencillo, es decir, que el caballo pueda trabajar lo mejor posible con una herradura
normal, no que tenga que llevar una ortopedia complicada y costosa durante el
resto de su vida (Fernández Baquero, 2011).
2.6.4 Tratamiento quirúrgico:
Resección de la muralla:
La resección de la muralla es una alternativa más para tratar de reestructurar la
arquitectura interna del dedo del caballo. La desorganización de estas estructuras
se produce por la propia deformación del casco y a su vez también, por la
formación de la cuña laminar. La resección temprana de la muralla en caballos con
laminitis crónica permite la descompresión de los tejidos internos del casco,
logrando de esta manera la alineación de las estructuras que estaban
comprometidas restableciéndose así la normal configuración del dedo (Pollit,
1998).
La resección de la pared dorsal de la muralla tiene varios objetivos. Previene las
fuerzas de desplazamiento provocadas por la pinza, restablece la perfusión
vascular normal y normaliza el alineamiento anatómico de la falange distal rotada
y la pared dorsal de la muralla, y promueve el alineamiento paralelo de los nuevos
túbulos desarrollados en el casco (García Liñeiro, 2008).
84
La resección de la muralla se hace 2 cm. en ventral de la corona (figura 47), se
coloca una HBC utilizando radiografías como referencia, una plantilla de cuero y
silicona aplicada en la zona de barras, ranilla y talones.
Figura 47: Comienzo de la resección de la muralla. Mediante un taladro se
delimitan los bordes para comenzar a resecar (Calle Torres, 2008).
85
Figura 48: Resección de la muralla. El tejido amarillo constituye la cuña laminar, la
cual se debe remover (Calle Torres, 2008).
Figura 49: Resultado de la resección de la muralla de ambas manos (Calle Torres,
2008).
86
Tenotomía del tendón del músculo flexor digital profundo:
Esta técnica se ha recomendado para ayudar a aliviar el dolor en caballos con
infosura crónica que no hayan respondido a otras formas de tratamiento.
Stashak (2004), también menciona la desmotomía del ligamento frenador
carpiano, cómo un procedimiento para disminuir la tensión sobre el tendón del
músculo flexor digital profundo.
La tenotomía del tendón MFDP en la región metacarpiana media es la técnica
preferida (figura 51). Se puede realizar con el caballo sedado, en estación (lo más
común) ó con anestesia general, y en algunos casos, la intervención puede
repetirse. El procedimiento, cuando se hace de la forma apropiada, restablece la
fuerza de apoyo del casco en ventral de la falange distal. Debido a que la
tenotomía causa subluxación de la articulación interfalangiana distal (figura 50-D)
e hiperextensión del dedo, suele utilizarse una herradura con extensión en los
talones para dar apoyo palmar a éstos. Las complicaciones en la zona de
cicatrización del tendón incluyen tumefacción, dolor, fibrosis y, en ocasiones,
contractura tendinosa (Stashak, 2004).
La tenotomía del tendón del músculo flexor digital profundo en la región de la
falange proximal también es una técnica que se ha utilizado, y para ello se
recomienda la anestesia general (Stashak, 2004).
87
Figura 50: Tenotomía del tendón del MFDP efectuada en estación (A). La
tenotomía permite el realineamiento de la falange distal rotada (B). Nótese luego
de 6 semanas la posición de la falange distal en la figura C. Puede ocurrir la
subluxación de la articulación interfalangiana distal luego del procedimiento (D).
(Baxter, 2011).
88
Figura 51: Procedimiento de tenotomía del músculo flexor digital profundo,
realizado en la región metacarpiana media con el caballo en estación (Morrison,
2010).
89
Desbridamiento y drenaje:
La sepsis digital es una complicación asociada a la laminitis. Pueden ocurrir
drenajes en la banda coronaria o en la suela. En la mayoría de los caballos la
infección se localiza en los tejidos blandos del dedo, pero ocasionalmente la
infección puede llegar a la falange distal. Si la suela es removida, la dermis solar
usualmente prolapsa (figura 52), y este tejido prolapsado es extremadamente
sensible a la presión. Cuando hay sepsis subsolar, es posible crear un drenaje a
través de la pared del casco hasta la suela. Si se efectúa un drenaje solar, deben
hacerse pequeños orificios en el lado opuesto del área afectada para el drenaje y
para permitir la inserción de un catéter o cánula mamaria para el lavaje con sales
saturadas de sulfato de magnesio (sales de Epsom).
La sepsis de la falange distal es difícil de diagnosticar y de tratar. Su diagnóstico
es difícil ya que, a la radiografía, la inflamación provocada por la sepsis es igual a
la inflamación de una lesión aséptica. En la mayoría de los casos la sepsis no
involucra al hueso, sin embargo es posible desarrollar una osteítis séptica luego
del contacto directo con hueso al realizar el drenaje.
Esta osteítis de la falange distal es más refractaria al tratamiento en caballos con
laminitis que en caballos con sepsis debido a otra causa.
La cirugía consiste en el curetaje del hueso, exponiendo la superficie dorsal de la
falange distal.
Figura 52: Tejido de granulación (flecha)
cubierto de fibrina, se puede ver el prolapso
de la dermis, secundaria al desplazamiento
de la falange distal. Se debe evitar remover la
suela en caballos con laminitis crónica para
evitar esta dolorosa complicación (Colahan,
et al., 1998).
90
Ranurado de la banda coronaria y resección:
Este procedimiento se efectúa para aliviar la presión sobre la banda coronaria con
el objetivo de incrementar el crecimiento de la pared del casco. Se crea una
discontinuidad entre el tejido más antiguo (parte distal) y el más joven (parte
proximal de la pared). La ranura se hace en dorsal de la pared del casco a nivel de
la base del proceso extensor, y se extiende a través de todo el espesor del estrato
medio de la pared desde una cuarta parte hasta la otra (Baxter, 2011).
La ranura puede ser parcial o completa. Está indicado para mejorar la dirección y
la velocidad con que crece el casco cuando otros métodos han fracasado. La
resección completa de la pared del casco, le quita a toda la pared, la carga del
peso en la superficie (O‘Grady, 2010).
Recientemente, ha sido descripta la resección de la banda coronaria intacta en
caballos con laminitis crónica inestable (figura 53). El resultado fue una inmediata
reducción del dolor (Baxter, 2011).
Figura 53: Ranurado de la banda coronaria y resección (Baxter, 2011).
91
3
Materiales y métodos:
3.1 Presentación del caso clínico:
El caso clínico se presentó en un haras ubicado en la localidad de Pilar (Provincia
de Buenos Aires) a 50 km de la Capital Federal. El mismo cuenta con 400 ha
destinadas totalmente a la cría de equinos de deporte, de las cuales, 200 ha son
de verdeo (Raigrás), 100 ha de pastura implantada (cebadilla, pasto ovillo y
raigrás) y 100 ha de campo natural.
Durante el año el número de animales fluctúa, pero en general el promedio es de
550, de los cuales 230 son yeguas madres con edades que van desde los 5 años
hasta los 20, aproximadamente.
Las yeguas están a campo y todos los días se las raciona por la mañana con 1,5
Kg. de avena, más 0,5 Kg. de alimento balanceado (Equidiet®).
A las hembras vacías, a partir del 1° de junio se las encierra a desde las 18 hs. en
un piquete con luz artificial (para lograr 14,5 hs de luz), y luego se las larga al
campo. Además, en este período, se hace un “flushing nutricional” con 3 kg de
avena.
Existe una población de 190 potrillos nacidos que se destetan a los 6 meses de
edad. A partir de ese momento comienzan a pasar la noche en boxes, en donde
se les administra, una o dos pencas de fardo de pastura, más 1 kg de avena,
previamente humedecida.
A medida que se aproxima la fecha probable de parto (aproximadamente 30 días
antes), se llevan las yeguas a los lotes con pastura frente a los boxes de
maternidad. Una vez que comienzan los signos clásicos de parto (bajada de la
ubre, “velitas” en los pezones, etc.), se las traslada a un piquete con luz artificial,
más próximo a los boxes.
En el haras, existe un sector destinado a los potrillos en cuida y normalmente el
número oscila alrededor de 130. Se varean todos los días a la mañana en una
pista de 1600 mts, destinada para tal fin, luego regresan a los boxes para recibir
92
una ración de 1.5 kg de avena, mezclada con 0,5 kg de alimento balanceado
formulado especialmente para potrillos (Semel®), 2 pencas de fardo de alfalfa y 2
de fardo de pastura.
Sanidad:
Planes sanitarios por categoría:
•
Yeguas preñadas con cría:
Se les aplican las siguientes vacunas:
-Vacuna (triple) anual contra influenza, encefalomielitis, tétanos (Fluvac Innovator
4®) en agosto.
-Vacuna contra rinoneumonitis al 5°-7°-9° mes (Pneumoabort- K ®).
-Vacuna contra salmonella (aborto infeccioso) al 4° mes, más adenitis (Clínica
equina ®).
-Desparasitación sistemática cada 3 meses con Ivermectina al 1.87 % (0.2 mg/kg
vía oral) y Praziquantel al 15 % (1-2.5 mg/kg vía oral).
•
Potrillos al pie:
-Son desparasitados cada 2 meses con piperazina al 53% (88 mg/kg vía oral) y
fenbendazol al 10% (50 mg/kg vía oral) por medio de sondaje nasogástrico,
intercalando esta combinación con Ivermectina al 1.87 % (0.2 mg/kg vía oral) y
Praziquantel al 15 % (1-2.5 mg/kg vía oral).
-También reciben la vacuna contra adenitis e influenza/rinoneumonitis (Fluvac
Innovator EHV 4/1®), 2 dosis con intervalo de 20 dias, logrando que la última dosis
administrada sea por lo menos 20 dias antes del destete (a los 6 meses de edad).
•
Potrillos 2 años:
-Vacuna (triple) anual contra influenza, encefalomielitis, tétanos (Fluvac Innovator
4®) en agosto.
-Son desparasitados cada 2 meses con piperazina al 53% (88 mg/kg vía oral) y
fenbendazol al 10% (50 mg/kg vía oral) por medio de sondaje nasogástrico,
93
intercalando esta combinación con Ivermectina al 1.87 % (0.2 mg/kg vía oral) y
Praziquantel al 15 % (1-2.5 mg/kg vía oral).
•
Padrillos son inmunizados anualmente:
-Contra influenza, encefalomielitis, tétanos (Fluvac Innovator 4®) en agosto.
-Contra la arteritis viral equina en el pre- inicio de la temporada de servicio.
-Se desparasitan sistemáticamente cada 3 meses con Ivermectina-praziquantel
(Pramox ®).
Todos los animales cuentan con el certificado de AIE y piroplasmosis negativos.
Estas pruebas se realizan cada 60 días.
Caso clínico:
El caso clínico se presentó en la mañana del 29 de julio de 2014 en una yegua de
10 años de edad SPC propiedad del haras y con un peso de aproximadamente
550 kg (figura 54).
Próxima a la fecha probable de parto, comenzó a las 10:00 am con la signología
típica, pero el cuadro clínico, no progresó. Se la observó sudada, muy inquieta, y
ésto se evidenció al echarse y pararse continuamente. Las contracciones, pese a
ser normales, no permitieron la visualización del potrillo, y por lo tanto, se decidió
realizar una palpación transrectal para corroborar su presencia y verificar la
estática fetal.
La presencia de materia fecal diarreica (profusa), enmascaró el cuadro clínico,
haciendo suponer un cuadro de abdomen agudo. La estática fetal no fue la
adecuada ya que el potrillo se ubicó con presentación craneal, ventroflexión de la
cabeza y posición lateral. Esta estática inapropiada se resolvió manualmente,
previa indicación de un derribo por medio de anestesia general, con 5 ml de
xylazina y 10 ml de ketamina vía EV en un box acondicionado para estos casos,
con el fin de colocar a la yegua en posición decúbito dorsal y lograr de esta
manera la apertura del canal de parto para facilitar las maniobras obstétricas.
Nació un potrillo macho de pelaje zaino, con un cuadro de apnea, por lo que se le
94
efectuó RCP (reanimación cardiopulmonar), comenzando a respirar y a mostrar
signos vitales normales aproximadamente a los 15 minutos.
Figura 54:
Potrillo recién
nacido, y la
yegua en
decúbito luego
del parto
(fotografía del
autor).
Se ubicó al potrillo en una colchoneta especialmente diseñada (figura 55), para
permitir que la postura sea la óptima y de esta manera facilitar la entrada de aire a
los pulmones.
95
Figura 55: Colchoneta para colocar al potrillo y brindarle correcta postura con la
finalidad de facilitar su respiración (fotografía del autor).
La yegua, por efecto de la anestesia, permaneció en posición de decúbito lateral,
dolorida por el trabajo de parto y aproximadamente a los 20 minutos se incorporó,
ayudada por el personal del haras, los cuales la sostuvieron y verificaron el
momento de finalización del efecto de las drogas administradas, hasta la
recuperación del equilibrio.
Se aconsejó trasladar a la yegua a un box cerrado y oscuro, para evitar
hiperreflexia e hipersensibilidad, frente a estímulos lumínicos y/ó sonoros, y de
esta manera lograr una recuperación exitosa. Ésto se debe a que los mayores
inconvenientes que se desarrollan durante la anestesia son los traumatismos, que
se hacen evidentes en el período de recuperación.
96
La paciente recibió, esa tarde, el tratamiento antibioticoterápia, indicándose 6 gr
de Ampicilina sódica vía endovenosa (EV) cada 8 hs (Ampiline®), con 40 ml de
Gentamicina al 8% vía EV cada 12 hs. Además, se le administró una ampolla de
penicilina y estreptomicina con acetonida de triamcinolona (Emestryn®) vía
intramuscular (IM) y 10 ml de meglumina de flunixín (Banamine) vía EV. La
placenta no se eliminó en tiempo y forma por lo que se anudó así misma, de
manera que ejerciera peso hacia abajo y de esta manera, facilitar su
desprendimiento, pero esta maniobra no resolvío la complicación ya que pasaron
dos horas y no fue eliminada. Para intentar la expulsión de la placenta, el
profesional actuante, resolvió administrar 3 ml. de oxitocina (Inerán) vía IM.
A continuación se hace una descripción del tratamiento indicado por el profesional
del establecimiento, obtenido de la planilla de tratamientos del haras.
Día 30/07/14:
Mañana:
Se le administró:
•
Ampicilina sódica: 6 gr cada 8 hs EV.
•
Meglumina de flunixín: 10 ml EV.
•
Fluidoterapia: se administraron 6 L de solución electrolítica – 6 L de
solución Ringer lactato (figura 56).
•
Observaciones: se presentó el paciente en muy mal estado general, con un
cuadro de depresión, anorexia y diarrea profusa de consistencia liquida, de
color verde oscuro y maloliente.
97
Parámetro
Valor hallado
Rango clínico en la yegua
T° (°c)
39,6
38 °c
Fr (rpm)
80 rpm
18 a 20 rpm
Fc (lpm)
120 lpm
30 a 40 lpm
Hto (%)
58%
32 a 52 %
TLC (’’)
2,5’’
Deshidratación leve: 2-3’’
Deshidratación moderada: 2-5’’
Deshidrtación grave: > 4’’
Cuadro N 2: Valores hallados en la yegua estudiada cómo caso clínico y valores
normales que permiten su compración (Ramirez Benavídez, 2005).
Se constató la presencia de restos placentarios retenidos dentro del útero, por lo
que se le administró nuevamente una dosis de 3 ml de oxitocina vía IM.
98
Figura 56: Administración endovenosa de soluciones parenterales, nótese que el
potrillo se encuentra al lado de la madre, en estación de pie y mamando (fotografía
del autor).
Tarde:
Se le administró:
•
Ampicilina sódica: 6 gr cada 8 hs EV.
•
Gentamicina: 40 ml cada 12 hs EV.
•
Protecto-entero-pectin®: 0,5 L vía oral (VO).
•
Carbón activado: 12 pastillas cada 8 hs VO.
•
Fluidoterapia: 7 L de Ringer lactato.
99
Noche:
Se le administró:
•
Ampicilina sódica: 6 gr cada 8 hs EV.
•
Carbón activado: 12 pastillas cada 8 hs VO.
Observaciones: A las 40 hs postparto, la placenta fue eliminada totalmente y se
indicó realizar una ecografía para corroborar su ausencia.
Día 31/07/14:
Mañana:
Se le administró:
•
Ampicilina sódica: 6 gr cada 8 hs EV.
•
Gentamicina: 40 ml cada 12 hs EV.
•
Meglumina de flunixín: 10 ml EV.
•
Acepromacina: 1,5 ml IM.
•
Dimetilsufóxido (DMSO): 150 ml EV.
•
Carbón activado: 12 pastillas cada 8 hs VO.
•
Vaselina líquida: 4 L por sonda nasogástrica.
•
Fluidoterapia: - 6 L de solución electrolítica balanceada.
-1,8 L de plasma hiperinmune.
-1 L de solución de dextrosa al 5%.
-2 L de solución fisiológica de ClNa.
•
Observaciones: a la mañana, el paciente presentó dolor en los miembros
torácicos con dificultad para mantenerse de pie y caminar (figura 57).
100
Parámetro
Valor hallado
Rango clínico en la yegua
T° (°c)
40°c
38 °c
Fr (rpm)
82 rpm
18 a 20 rpm
Fc (lpm)
115 lpm
30 a 40 lpm
Hto (%)
56 %
32 a 52 %
TLC (’’)
2,5’’
Deshidratación leve: 2-3’’
Deshidratación moderada: 2-5’’
Deshidrtación grave: > 4’’
Cuadro N 3: Valores hallados en la yegua estudiada cómo caso clínico y valores
normales que permiten su compración (Ramirez Benavídez, 2005).
101
Figura 57: La yegua hacia esfuerzos por pararse, pero éstos eran inútiles, debido
al dolor en las extremidades (fotografía del autor).
102
Se indicó el estudio radiológico (figuras 58, 59, 60 y 61), de los miembros
torácicos y de los miembros pelvianos, para evaluar la posición de las falanges
distales y demás estructuras internas de los cascos:
Figura 58: Incidencia latero-medial
del miembro torácico derecho. Se
colocó un objeto radiopaco sobre
la superficie dorsal del casco a
modo de referencia para evaluar la
posición de la falange distal, la cual
se encontraba con cierto grado de
rotación capsular.
Ref: a;b;c: eje podofalángico,
(fotografía del autor).
Figura 59: Incidencia dorso-palmar
de la extremidad del miembro
torácico
derecho.
Se
puede
apreciar la asimetría en la posición
de los talones: el lado lateral se
encuentra
descendido
con
respecto al medial
Ref: a) Forámen vascular medial;
b)
Forámen
vascular
lateral,
(fotografía del autor).
103
Figura 60: Incidencia lateromedial de la extremidad del
miembro torácico izquierdo.
También se observa un cierto
grado de rotación capsular.
Ref: a;b;c: eje podofalángico,
(fotografía del autor).
Figura
61:
Incidencia
dorso-
palmar de la extremidad del
miembro
torácico
izquierdo.
También se observa asimetría en
la altura de los talones.
Ref: a) Forámen vascular lateral;
b) Forámen vascular medial,
(fotografía del autor).
104
Más tarde, la yegua continuó en posición de decúbito lateral con un manifiesto
cuadro disneico y dificultad para incorporarse (figura 62). Se complicó el cuadro
clínico al aparecer un leve desprendimiento del casco en la región de la corona en
ambos miembros torácicos (figura 63). El cuadro diarreico continuó con las
mismas características anteriormente descriptas.
Figura 62: Posición de decúbito lateral. En esta fotografía se puede observar la
región del anca y periné de la yegua con restos de materia fecal debido al cuadro
entérico que estaba sufriendo (fotografía del autor).
105
Figura 63: En esta fotografía se puede observar en el miembro torácico derecho
del paciente que brota líquido hemorrágico de la región de la corona. En esta
instancia, la yegua presentó imposibilidad total para incorporarse (fotografía del
autor).
106
Tarde:
Se le administró:
•
Ampicilina sódica: 6 gr cada 8 hs EV.
•
Butorfanol: 0,5 ml EV.
•
Xylazina: 2 ml EV.
Observaciones: El cuadro clínico se manifestó con depresión, anorexia, diarrea y
hemorragia en las coronas de ambos miembros torácicos y pelvianos (figura 64).
Figura 64: Hemorragia en la corona del miembro torácico derecho (fotografía del
autor).
107
Parámetro
Valor hallado
Rango clínico en la yegua
T° (°c)
39°c
38 °c
Fr (rpm)
90 rpm
18 a 20 rpm
Fc (lpm)
120 lpm
30 a 40 lpm
Hto (%)
54%
32 a 52 %
TLC (’’)
2,5’’
Deshidratación leve: 2-3’’
Deshidratación moderada: 2-5’’
Deshidrtación grave: > 4’’
Cuadro N° 4: Valores hallados en la yegua estudiada cómo caso clínico y valores
normales que permiten su compración (Ramirez Benavídez, 2005).
Noche:
Se le administró:
•
Ampicilina sódica: 6 gr cada 8 hs EV.
•
Meglumina de flunixín: 10 ml EV.
Día 01/08/14:
Mañana:
Se le administró:
•
Ampicilina sódica: 6 gr cada 8 hs EV.
•
Gentamicina: 40 ml cada 12 hs EV.
•
Crema de bismuto: 1 L por sonda nasogástrica.
•
Carbón activado: 20 pastillas VO.
•
Fluidoterapia: 10 L de solución de Ringer lactato EV.
•
Dipirona: 50 ml EV (Novalgina®)
108
Observaciones:
El
cuadro
clínico
se
presentaba
con
el
paciente
en
descompensación con cuadro diarreico y en decúbito lateral debido a la
imposibilidad de incorporarse.
El cuadro clínico empeoró con la presencia de un líquido hemorrágico drenando
en la región de la corona de los miembros torácicos y pelvianos (figura 64). Y más
tarde se observó un desprendimiento incompleto de los cascos de los cuatro
miembros (figura 65).
Parámetro
Valor hallado
Rango clínico en la yegua
T° (°c)
38,9°c
38 °c
Fr (rpm)
76 rpm
18 a 20 rpm
Fc (lpm)
108 lpm
30 a 40 lpm
Hto (%)
-
32 a 52 %
TLC (’’)
3’’
Deshidratación leve: 2-3’’
Deshidratación moderada: 2-5’’
Deshidrtación grave: > 4’’
Cuadro N° 5: Valores hallados en la yegua estudiada cómo caso clínico y valores
normales que permiten su compración (Ramirez Benavídez, 2005).
109
Figura 65: Miembro pelviano derecho donde se observa el desprendimiento
incompleto del casco (fotografía del autor).
Tarde:
Se le administró:
•
Butorfanol: 0,5 ml EV.
•
Xylazina: 2 ml EV
Observaciones: El cuadro clínico se presentó con el paciente en decúbito lateral,
con mucho dolor y presencia de escoriaciones en la región del anca. Se observó
que los cascos de los cuatro miembros se desprendieron completamente (figura
66).
Ante la presencia de este cuadro clínico se decidió practicar la eutanasia del
animal.
110
Epidermis: tejido córneo o
queratinizado, insensible y
avascular
Dermis: córion sensible,
vascularizado
Figura 66: Se observa claramente el desprendimiento completo del casco del
miembro pelviano derecho, con la falange distal totalmente expuesta (fotografía
del autor).
111
Luego del desprendimiento del casco, se observaron áreas necróticas más
oscuras sobre el tejido córneo de la suela, de la ranilla, de la región laminar y de la
región perióplica. Esta necrosis se debe a la rotura de la interdigitación de las
láminas y a la pérdida de irrigación en el tejido córneo de todas las estructuras de
la cara interna del casco (Figura 67).
Tejido córneo perióplico
Tejido córneo
laminar
Cara interna de la
suela
Tejido córneo
de la suela
Tejido córneo
de la ranilla
Cara externa de
la pared del
casco
Surco perióplico
Figura 67: Vista interna del casco desprendido del miembro pelviano derecho. Se
observan áreas necróticas (fotografía del autor).
112
4
Discusión:
Consideraciones del diagnóstico:
En concordancia a lo dicho por O’Grady, (2010) y Baxter, (2011), las bases del
diagnóstico se establecieron con la historia clínica del animal, los signos
presentados y la experiencia previa del equipo veterinario del establecimiento.
Además, acorde a lo propuesto por Carter, (2015), el profesional del
establecimiento indicó como método complementario de diagnóstico la radiografía
en las primeras fases del cuadro clínico, y ésto nuevamente coincide con lo
recomendado por O’ Grady, (2010) y Baxter, (2011).
Pese a que Baxter, (2011), recomienda el uso de bloqueos nerviosos en los
miembros cómo método de diagnóstico, debido a la velocidad con que se
desarrolló el cuadro clínico, no se realizó tal método y esto hubiera sido favorable
para obtener imágenes radiográficas, examinar la superficie solar y evaluar la
participación de los miembros pelvianos, sin forzar al animal.
El uso de la venografía digital recomendada por Godoy Pinto y García Liñeiro,
(2011), tampoco se llevó a cabo, ya que, según el criterio del médico veterinario
actuante, no es un método indispensable para arribar a un diagnóstico. Mediante
otras técnicas, cómo el exámen clínico digital o la radiografía, se pueden obtener
datos que revelen el estado de las extremidades.
Durante el transcurso del caso clínico, no se utilizaron la cintigrafía, termografía,
resonancia magnética y la tomografía computada propuesta por Baxter, (2011) y
Carter, (2015), ya que, pese a que son excelentes métodos de diagnóstico, el
profesional actuante consideró que no se amoldan a las posibilidades diagnósticas
que pueden desarrollarse en un haras de éstas características en la república
Argentina. Existen muchas limitaciones en cuanto a los costos, las instalaciones
necesarias y los equipos utilizados.
113
Consideraciones del tratamiento:
Coincidentemente a lo publicado por García Liñeiro, (2008) y Baxter, (2011), el
profesional actuante indicó la utilización de Acepromacina por vía IM para
aumentar el flujo sanguíneo laminar.
Inmediatamente a la aparición de los primeros signos de la afección podal, se
indicó colocar al paciente sobre una superficie blanda, en reposo absoluto para
evitar la rotación de la falange distal, distribuir mejor el peso en la suela para
generar un mínimo compromiso del flujo sanguíneo y un máximo confort en
estación, tal como lo indican Stashak, (2004) y García Liñeiro, (2008).
Una vez diagnosticada la afección podal, no se utilizaron corticoides debido a la
posibilidad de la aparición de cuadros clínicos de laminitis luego de la utilización
de estas drogas, de acuerdo a lo publicado por Colahan, et al, (1998).
En contraposición a lo que afirma Baker, (2012), en ningún momento se indicó la
crioterápia en los miembros, con el fin de lograr un efecto antiinflamatorio.
Recordamos
que
este
autor,
en
una
yegua
con
laminitis
inducida
experimentalmente mediante la sobrecarga intestinal con carbohidratos, menciona
que con la crioterapia digital se logra un efecto antiinflamatorio, vasoconstrictor y
se disminuye la demanda de oxígeno en los tejidos.
Para lograr la analgesia en este severo caso de laminitis, el paciente fue tratado
con butorfanol y xylazina en la posología descripta anteriormente, y ésto realmente
coincide con el tratamiento de infosura prescripto por Baxter, (2011).
Kaneps y Turner, (2004), indican que en casos de infosura, el tratamiento debe
orientarse a eliminar la causa de la enfermedad, contrarrestar el cuadro de
endotoxemia, disminuir la inflamación de las láminas y mantener su flujo
sanguíneo. Esto coincide totalmente con los objetivos del tratamiento prescripto
por el médico veterinario del establecimiento.
114
5
Conclusión:
La asociación de una disbacteriosis previa al parto (evidenciada en el cuadro
diarreico observado), combinada con la endotoxemia, asociada al síndrome de
retención de placenta-metritis, desencadenó el cuadro clínico por el cuál la yegua
no se pudo recuperar. Debido a la combinación de estos factores asociados, todos
los esfuerzos por salvar la vida del animal, fueron en vano.
Los resultados obtenidos demuestran que conjuntamente con el tratamiento
médico se debería haber efectuado un desvasado correctivo seguido de un herraje
terapéutico, una vez diagnosticado el inicio de la patología, ya que en estos casos,
la utilización de soportes de la ranilla, almohadillas o herraduras, mejoran el
pronóstico. La finalidad es evitar la rotación de la falange distal y distribuir mejor el
peso en los cascos para aliviar el dolor.
Debido a la rapidez del curso que tuvo este caso clínico, no se llegó a efectuar
ningún tipo de desvasado correctivo, ni colocar herraduras. El trabajo conjunto
entre el médico veterinario y el herrador, hace posible realizar el tratamiento
integral de la patología, sin dejar de lado el restablecimiento de la estructura
normal del casco. Esto sería recomendable, a tener en cuenta, ante la aparición
de un nuevo caso clínico de estas características en el establecimiento.
Por lo tanto, tener en cuenta el grado de lesión permite determinar que tratamiento
se adecua mejor para cada caso, aún cuando el compromiso vascular sea leve
durante el comienzo de la infosura, más grave cuando se está en presencia de
infosura aguda, donde se puede hallar basculación de la falange distal, o cuando
la laminitis es crónica, donde la anatomía normal del casco se ha perdido. Hay que
tener en cuenta que estos tratamientos son a largo plazo y requieren de un
constante seguimiento. De ésto depende el éxito o el fracaso del plan terapéutico.
115
Luego de haber abordado el tema y consultado a diferentes autores, de distintas
escuelas de Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Argentina y sus metodologías
de trabajo, debemos tener en cuenta, la magnitud y la velocidad con la que se
desarrolló el cuadro clínico, tuvo pronóstico desfavorable y, pese al manejo del
tratamiento adoptado en principio correcto, resultó imposible revertirlo y salvar la
vida del animal.
116
6
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