Desde Carnaby Street hasta el reconocimiento global o: La ingeniería papelera conquista mercados globales /INS. Todo comenzó en un pequeño estudio de diseño en una calle cercana a Carnaby Street. SANTORO era el pequeño negocio de Lucio y Meera Santoro dedicado al diseño gráfico innovador. Hoy en día, sus trabajos se encuentran en todo el mundo y han obtenido 50 premios internacionales por sus diseños, tarjetas de felicitación y libros tridimensionales. El primer gran éxito de la empresa se dio con sus tarjetas de felicitación desplegables — tridimensionales y con partes móviles— que llegan planas pero que se despliegan apenas se sacan del sobre. La colección se ha expandido con los años y ahora consiste en más de 90 tipos diferentes de tarjetas que se venden en todo el mundo, con más de 15 millones de destinatarios a la fecha. “Nunca me habría metido a esto de haber sabido cuánto trabajo hay que invertir en cada tarjeta”, comentó Lucio Santoro en la sala de exhibición de la empresa ubicada en su sede, en Rotunda Point, Wimbledon. “Este debe ser el nivel más alto de construcción en el que se use material a base de papel”. “Pero, por otro lado, las exigencias en el trabajo de construcción nos han protegido contra copias y plagios. Hay muchos otros productos que pueden copiarse más fácilmente”. Cuando el estudio se enfrascaba en la colección original de tarjetas desplegables, en la primera mitad de los años noventa, descubrieron la cartulina llamada Invercote, fabricada por Iggesund Paperboard. Desde entonces, todas las avanzadas colecciones del estudio se han hecho con Invercote. “Con Invercote obtenemos una calidad muy alta y uniforme”, afirmó Lucio Santoro. “Algunas de sus inusuales características son, sin embargo, más importantes que otras para nuestros propósitos. Su muy alta resistencia al desgarro nos permite crear detalles más finos y la construcción es asimismo más duradera". “Otra importante propiedad es la estabilidad dimensional. Son pocos quienes advierten que al trabajar en tres dimensiones debe asegurarse un registro perfecto no solo entre las tintas de impresión, sino también en la imagen impresa al reverso. La estabilidad dimensional es crucial para ello”. Al paso del tiempo, SANTORO ha creado un catálogo de diseños cuyo uso concesiona a otros usuarios, actividad que actualmente produce casi la mitad de los ingresos de la empresa. Los diseños de Santoro se encuentran impresos hoy en día en todo género de artículos, desde bolsos y artículos de regalo hasta enseres domésticos, cuadernos, cerámica, ropa y calzado, entre otros. Lucio y Meera han producido también tres libros en 3D: Journey to the Moon, Wild Oceans y Predators. Las refinadas tarjetas de felicitación siguen siendo una parte importante de las actividades comerciales de SANTORO. El año pasado la empresa lanzó su colección Pirouettes, que tiene grandes posibilidades de emular la popularidad de las tarjetas desplegables. “Le tenemos mucha fe a Pirouettes; ¡hay que tenerla cuando tarda uno dos años en diseñar una colección!”, dijo Lucio. “Las ventas han sido muy buenas hasta ahora, pero hay que esperar algunos años para ver si la colección está a la altura de los veinte años de popularidad que han acumulado las tarjetas desplegables”. En el estudio de diseño de SANTORO, en Londres, trabajan unas 30 personas, con otros 60 empleados repartidos por el mundo. Leyenda: “La resistencia al desgarro y la estabilidad dimensional de Invercote son importantísimas para nosotros como empresa dedicada a elaborar elegantes construcciones móviles con material a base de papel”, dijo Lucio Santoro, quien fundó SANTORO en 1985 junto con Meera Santoro.