Insumo para la Reflexión CARRERA PROFESIONAL DOCENTE Insumo para la Reflexión Carrera Profesional Docente Nuestros profesores y profesoras son parte fundamental en la construcción de una nueva sociedad, una sociedad que esté basada en la justicia, participación y democracia. Dado lo anterior, es necesario devolverle la importancia a quienes hoy propician el aprendizaje y el pensamiento crítico de las nuevas generaciones, a través de la dignificación de su labor y el reconocimiento de ella, y además, hacerlos partícipes y protagonistas de los cambios que los involucran directamente a ellos(as) y a nosotros, indirectamente, dado que sus condiciones laborales, por ejemplo repercuten en la calidad educativa. Por lo mismo, es necesario que trabajemos en torno a Carrera Docente, pero debemos superar la etapa diagnóstica y comprender que el conflicto no es solo de las y los profesores, sino que de toda la ciudadanía puesto que en conjunto debemos decidir la educación que queremos para el país que queremos. I. Contexto histórico La profesión docente durante los siglos XIX y XX fue un pilar fundamental en el desarrollo educacional de Chile; a través de la educación era el Estado quien formaba ciudadanos y ciudadanas que ayudaron a sustentar una sociedad en donde la educación era el corazón de la transformación social, todo esto bajo la política de un estado docente, quien entregaba a los(as) profesores un rol protagónico en la construcción del país y una participación activa en todos los procesos políticos y sociales que en ese entonces permitieron por ejemplo, la creación de la ley de instrucción primaria obligatoria y la participación en políticas de experimentación pedagógicas, entre otros. Este modelo de desarrollo es interrumpido y reemplazado durante la dictadura cívico-militar, ampliando así el poder del mercado en distintos espacios sociales. La mercantilización de la educación, impuesta desde entonces genera el inicio del camino que ha hecho que el profesor tenga un rol desvalorizado dentro de la sociedad hoy en día, despojándose de su empoderamiento profesional sobre su labor y terminando con condición de funcionario(a) público. En resumen, el/la profesor(a) pierde su rol protagónico en la educación adquiriendo un carácter subalterno frente a una nueva figura, la del sostenedor privado. Frente a ello, hoy continúan las transformaciones neoliberales, enfocadas principalmente en la expansión del ) desde una visión holística del estudiante en cada una de sus etapas, procesos afectivos, emocionales, cognitivos, socioculturales; entendiendo que el proceso enseñanza y aprendizaje se da en más espacios que la sala misma; y que por otra parte nos permita avanzar en cambios que hagan retroceder a los mecanismos de mercado actualmente vigentes en la profesión docente. II. Conflicto actual El pasado lunes 20 de abril de 2015, la Presidenta de la República firmó y presentó el proyecto de ley titulado “Nueva Política Nacional Docente”, iniciativa que busca materializar uno de los compromisos del Programa del Gobierno de Michelle Bachelet en materia educacional: “...una carrera docente que, entre otros aspectos, defina mejores remuneraciones; introduzca incentivos y aumente gradualmente el número de horas de la jornada laboral docente que se destine a trabajo fuera del aula. La carrera docente debe instalar el desarrollo profesional y el desempeño de calidad como elemento central de la carrera y debe establecer la reducción gradual del número máximo de estudiantes por curso en la educación subvencionada ...” Este proyecto ya ingresó a tramitación a la Cámara de Diputados y aunque en la discusión prelegislativa, el MINEDUC se reunió en reiteradas ocasiones con los representantes del Colegio de Profesores para consensuar un proyecto de reforma con el que el gremio se sintiera representado, finalmente el Proyecto no cuenta con el apoyo de las y los profesores, quienes han anunciado que seguirán movilizándose para que sus propuestas sean incorporadas a la reforma. El Proyecto modifica diversos cuerpos legales pero principalmente el Estatuto Docente, aplicables a los profesionales de la educación de establecimientos de educación básica y media, municipales y particulares subvencionados; de establecimientos de educación parvularia particulares subvencionados; y, de establecimientos de educación técnico-profesional de administración delegada. III. ANÁLISIS PARA AVANZAR HACIA UNA NUEVA CONCEPCIÓN DE LA PROFESIÓN DOCENTE • Acceso En el año 2014, alrededor de 14.670 estudiantes accedieron a las carreras de Pedagogía actualmente ofrecidas en Chile, estas cifras durante los últimos años han ido en aumento (Gráfico 1) lo que es fiel reflejo de la cantidad de programas impartidos tanto en universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica. Estas cifras nos muestran la expansión de un mercado de formación de profesores que no responde a un proyecto educativo a nivel país, generando una lógica de competencia entre los docentes producto del escaso campo laboral, el cual responde en cierta parte a la desvalorización que la misma sociedad le ha otorgado al ejercicio docente, priorizando de esta forma, otras áreas del saber. Por otra parte el acceso al sistema educacional superior y a la profesión docente se encuentran regidos bajo el sistema único de admisión, resultando ser un instrumento que genera competencia entre las instituciones educacionales y los estudiantes, y además, segrega y discrimina según sea la situación socioeconómica del estudiantado. Al ser la educación un derecho social que debiera estar garantizado por el Estado, es este quien debería fomentar un acceso igualitario para todos y todas, pero de forma contraria nos encontramos con la PSU, prueba que medirá los conocimientos “aptos” para comenzar la educación superior, en especial carreras de pedagogía como lo estipula el proyecto de carrera profesional docente. De esta forma, es que el proyecto de Carrera Profesional Docente es insuficiente en temas de acceso hacia la docencia, teniendo en cuenta que valida la PSU como el único método de acceso al sistema educativo superior, perpetuando de esta forma la inequidad y segregación existente en la sociedad. • Formación inicial docente Hoy sin duda alguna el fortalecimiento de la formación inicial de los profesores es clave en la revalorización de la labor docente, en este sentido uno de los pilares fundamentales es la modificación de la definición de “profesional de la educación” para otorgarle carácter universitario a la actividad docente, y así relevar solo a los profesores con grado de licenciados en educación la calidad para ejercer docencia en la educación prebásica, básica y media. Este punto define correctamente el reconocimiento de la pedagogía como un saber de carácter profesional e impartido bajo instituciones que formen profesores capaces de enseñar a aprender, investigar y que además, sean profesionales que busquen innovar en sus metodologías. Asimismo, se establece la acreditación obligatoria tanto de las universidades que imparten la profesión, como de las carreras de pedagogía. Relacionado con esto, se establecen como requisitos para el ingreso de los estudiantes, alguno de los siguientes: a) Encontrarse en el percentil 70 o superior de la PSU o el instrumento que la reemplace. b) Obtener un NEM dentro del 30% superior de su establecimiento educacional. c) Haber realizado un programa de preparación y acceso de estudiantes de enseñanza media para continuar estudios de pedagogía en la educación superior reconocido por el Ministerio de Educación. d) Aplicación obligatoria de la evaluación diagnóstica de la formación inicial, que la universidad deberá aplicar a todos los estudiantes de sus carreras de pedagogía Estas propuestas relativas a la acreditación buscan elevar los estándares de calidad de las carreras de pedagogía como la solución al problema, sin embargo la acreditación ha demostrado no favorecer la mejora de los programas de formación, ya que perpetúa la lógica de externalizar los procesos de certificación, que no aseguran una orientación pública al sistema educativo. • Desarrollo profesional El perfeccionamiento, ahora denominado “Formación para el Desarrollo de los Profesionales de la Educación” tendrá aplicación universal, es decir, tanto para los profesores de la educación municipal como de la educación particular subvencionada. El Proyecto amplía su objeto, estableciendo de manera específica la actualización de conocimientos disciplinarios y pedagógicos, dominio de instrumentos curriculares vigentes y actualización de nuevas metodologías y técnicas para el mejor desempeño de sus funciones. Asimismo, se agrega que la formación debe relacionarse con la función desempeñada por el profesional, el proyecto educativo institucional, el plan de mejoramiento educativo y el territorio del establecimiento donde se desempeña. Para lo anterior, se mantiene la autorización a las mismas instituciones actuales para ofrecer estos cursos o programa, es decir: Sostenedores; el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del MINEDUC (CPEIP) e instituciones públicas o privadas con cursos o programas certificados por el CPEIP. La certificación y facultad de sancionar a las instituciones que incumplan las condiciones de ejecución se mantiene en el CPEIP, con algunos requisitos adicionales que se agregan con el Proyecto. Asimismo, se modifican algunos de los criterios para la asignación de becas, incorporando la alta concentración de alumnos prioritarios del establecimiento donde se desempeña el/la profesor(a) entre ellos. Carrera profesional 1. Se crea el proceso de inducción y mentoría de aplicación universal a todos los profesores que trabajan en establecimientos financiados por el Estado. El proceso de inducción tiene por objeto apoyar y acompañar a un(a) docente principiante (aquel/aquella que no ha ejercido la docencia o lo ha hecho por menos de 10 meses) en su inmersión al ejercicio profesional, que tiene carácter de voluntario y una duración de hasta 10 meses dentro de un año lectivo. Para esto, la mentoría es entregada a docentes mentores que requieren formación específica y estar inscritos en un registro llevado para tal efecto por el CPEIP. Los cupos disponibles para el proceso serán determinados según el presupuesto anual establecido en la Ley de Presupuestos y los criterios para la asignación de mentores son: trabajar en la misma comuna e impartir el mismo nivel de enseñanza que los docentes principiantes postulantes y se preferirá a los mentores con mejor evaluación docente, que cuenten con grados universitarios de magíster o doctor asociados a la labor de mentoría y con mayor experiencia profesional. 2. El Desarrollo Profesional Docente se define como un sistema progresivo de avance en la experiencia profesional y certificación de competencias pedagógicas y conocimientos disciplinarios de los profesionales de la educación, que se estructura en base a tramos que reflejan dicho avance. El ingreso a esta estructura, que es obligatoria para los profesionales de la educación que se desempeñan en la educación que recibe subvención del Estado y los cargos directivos y técnico-pedagógicos de la educación municipal, da derecho a percibir una Asignación por Desarrollo Profesional Docente. Este sistema también se hace aplicable, con algunas limitaciones, a los profesionales de la educación parvularia que se desempeñan en establecimientos de educación parvularia que reciben subvención permanente del Estado. Los docentes principiantes tienen un plazo de tres años desde el inicio de su ejercicio profesional para certificarse en el Desarrollo Profesional Docente, que se extiende a cuatro si el docente no ha podido acceder a la inducción por causas que le son ajenas a su voluntad. El incumplimiento de este plazo, da origen a la desvinculación, sin que pueda ser contratado por el mismo sostenedor por 2 años. Es decir, si bien el proceso de inducción es voluntario y tiene recursos limitados, este requisito establecido al inicio de Desarrollo Profesional Docente lo convierte en una exigencia prácticamente obligatoria. El Desarrollo Profesional Docente se compone de dos fases, estructuradas en cinco tramos: Fase obligatoria: Tramo inicial: tiene como requisito al menos dos años de ejercicio profesional docente y tiene una duración de cuatro años. Los docentes certificados en este tramo tienen un plazo máximo de nueve años para certificarse en el tramo siguiente. El incumplimiento de este plazo genera la pérdida de la certificación en el tramo inicial y la desvinculación, sin poder ser contratado por el mismo sostenedor durante cinco años. Tramo temprano: tiene como requisito al menos seis años de ejercicio profesional docente y tiene una duración de cuatro años. Tramo avanzado: tiene como requisito al menos seis años de ejercicio profesional docente. La certificación en este tramo habilita para ejercer funciones docente directiva y de unidad técnico pedagógica, formar parte de las comisiones calificadoras que eligen los directores de establecimientos municipales y desempeñar la función de mentor. Fase voluntaria: Tramo Superior: tiene como requisito al menos diez años de experiencia profesional docente y cuatro años de ejercicio en el tramo avanzado. Tramo Experto: tiene como requisito al menos catorce años de experiencia profesional docente y cuatro años de ejercicio en el tramo avanzado. La certificación de competencias pedagógicas y conocimientos disciplinarios para la avance a cada tramo queda a cargo del CPEIP. Estas se relacionan con las bases curriculares y el cumplimiento de estándares de desempeño profesional. Los instrumentos de medición se aplicarán cada cuatro años y los niveles de logro determinan el tramo del desarrollo profesional al que dan acceso. Estos son: a) una prueba escrita de conocimientos disciplinarios; y, b) un portafolio profesional de competencias pedagógicas para medir la práctica de la función docente, que es el mismo instrumento ya contemplado por el sistema de evaluación docente. • Condiciones laborales de retiro Uno de los puntos fundamentales al que hace referencia el Proyecto de Carrera Profesional Docente es el incremento de la remuneración, teniendo en cuenta que ha sido una demanda histórica el reconocer la profesión docente como un factor primordial de cambio. Sin embargo, al hablar del aumento salarial, se deben explicitar los mecanismos que permitan dicha alza, priorizando el salario base por sobre la asignación por tramo de desarrollo profesional. Otro aspecto a considerar sobre las condiciones laborales, es el aumento de horas no lectivas. Si bien, se plantea un aumento de horas, dicho porcentaje no viene a satisfacer las necesidades que profesoras y profesores tienen en torno a la planificación de los momentos de enseñanza y aprendizaje. Dichos procesos son complejos y diversos, entendiendo los distintos contextos de los establecimientos, estudiantes y profesores (as). De esta manera, es que la atención a la diversidad no solo pasa por la planificación sino también por la personalización de la enseñanza, algo que no contempla el proyecto manteniendo el mismo número de estudiantes por sala. Asimismo, un aspecto favorable del proyecto es la eliminación del rol permisivo de los sostenedores en la negociación colectiva de los profesores y profesoras de los colegios particulares subvencionados. Aún así, queda camino por recorrer en virtud de avanzar en los derechos laborales de las y los profesores, estableciendo condiciones dignas y estables de trabajo, en pos de disminuir el agobio laboral y dignificar la profesión docente iv. Tarea pendiente, Avanzar hacia la construcción de una reforma con vocación de mayorías Tras este análisis, es posible visibilizar que este proyecto y su esencia mantiene la lógica de un Estado subsidiario, en especial de un “Estado evaluador”, donde no se expresa de manera sustantiva la responsabilidad social y estatal sobre la formación docente. En general se profundiza el paradigma de mercado ya que concibe su centralidad en la regularización del desarrollo profesional docente actualmente utilizado y los incentivos económicos vinculados a este, el cual contiene las lógicas competitivas y tecnocráticas que traen consigo consecuencias graves en la educación chilena, aplicando mecanismos de medición del desempeño a nivel individual en desmedro de los esfuerzos colectivos para lograr concretar mejoras en metodologías de enseñanza- aprendizaje para la comunidad educativa en general, propiciando una concepción del proyecto más en el campo de la “rendición de cuentas” (que de las “mejoras a la calidad”) que poco tienen que ver con la sala de clases, y por ende con la enseñanza. Una reforma profunda a la educación y a Carrera Profesional Docente solo puede surgir de un acuerdo social amplio. La transversalidad del apoyo al proyecto en los sectores conservadores puede estimular la falsa idea de que la reforma actual descansa en una legitimidad suficiente. Pero ese consenso es el de los actores que nos han llevado a la bizarra condición actual de la educación chilena, y no el de la ciudadanía, la fuerza que nos permitió la conciencia de la crisis actual, y la única que puede permitir virar de rumbo. Una reforma solo puede ser desarrollada en acuerdo con las fuerzas sociales, que con nuestra movilización, hemos abierto la posibilidad de realizar los cambios. Los (as) profesores tienen un rol protagónico que jugar en esta perspectiva, así como la ciudadanía organizada. La oportunidad de cambio sigue abierta y no podemos desperdiciarla. Bajo lo anteriormente descrito, es se hace primordial abrir el debate en torno a principios claves que debieran estar presentes para la construcción de un Proyecto de Carrera Profesional Docente que tenga la amplitud y validación social necesaria. En virtud de esto, es que proponemos nutrir el debate de las asambleas, sobre todo de las carreras de pedagogía en torno al desarrollo de ciertas claridades. ¿Cuál es rol que debe tener la educación dentro de la sociedad? ¿Cuál es el rol de un profesor o de una profesora en la construcción del conocimiento y hacia donde debe estar orientado? ¿De qué manera somos capaces de transformar el paradigma individualista de esta reforma, a uno que sea de caracter colaborativo y que aprecie la construcción de un proyecto educativo colectivo y comunitario? ¿Cuáles son los principios y pilares que debe sostener la carrera profesional docente para así ser legitimada por la sociedad en su conjunto? ¿De qué manera somos capaces de aportar como estudiantes a un proyecto de CPD que contemple los principios definidos anteriormente?