escrito preliminar de la comunidad mayagna de awas tingni

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SOLICITUD Y DECLARACIÓN PRELIMINAR
DE LA COMUNIDAD MAYAGNA DE AWAS TINGNI
SOBRE REPARACIONES Y COSTAS
ANTE LA CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
EN EL CASO DE LA
COMUNIDAD INDÍGENA MAYAGNA (SUMO) DE AWAS TINGNI
CONTRA LA REPÚBLICA DE NICARAGUA
INTRODUCCIÓN
1.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en adelante la
“Comisión” o la “Comisión Interamericana”) ha presentado a la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (en adelante la “Corte”) una demanda en contra de la República de
Nicaragua (en adelante el “Estado” o el “Estado de Nicaragua”) con relación al caso de la
Comunidad Indígena Mayagna (Sumo) de Awas Tingni (en adelante la “Comunidad” o la
“Comunidad Awas Tingni”). La Comisión plantea que el Estado ha violado la Convención
Americana sobre Derechos Humanos (en adelante la “Convención” o la “Convención
Americana”) por no tomar medidas necesarias para garantizar los derechos de la Comunidad en
relación a su tierra tradicional, inclusive demarcación o titulación, y por el otorgamiento de una
concesión a la compañía Sol del Caribe, S.A. (en adelante “SOLCARSA”) para cortar madera en
dicha tierra. La demanda además plantea que el Estado de Nicaragua ha violado la Convención
Americana al no garantizar un recurso judicial efectivo para responder a las demandas de la
Comunidad sobre su tierra y recursos naturales tradicionales.
2.
De acuerdo al procedimiento seguido por la Corte en casos anteriores y al
Reglamento de la Corte vigente hasta las etapas finales del presente caso,1 la Comisión en su
demanda declaró que:
La Comisión reserva respetuosamente el derecho de presentar un escrito
separado referente a reparaciones y costas en este caso, en la etapa
apropiada del procedimiento seguido ante la Honorable Corte, y el de
ofrecer, en ese momento, argumentos y pruebas referentes a esos
aspectos del caso.2
1
Véase Reglamento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que entró en vigor el 1 de enero de 1997, y
fue suplido por el Reglamento de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, aprobado por la Corte en su XLIX
período ordinario de sesiones, en vigor desde el 1 de junio de 2001.
2
Demanda de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el Caso de la Comunidad Indígena Mayagna (Sumo) de Awas Tingni Contra la República de
Nicaragua, 4 de junio de 1998, párr. 195 (en adelante “Demanda de la Comisión”).
3.
Después de haber fallado en contra de las excepciones preliminares
interpuestas por el Estado, la Corte convocó una audiencia pública sobre el fondo del caso. En
esta audiencia, celebrada los días 16, 17, y 18 de noviembre del año 2000 en la sede de la Corte,
fueron presentados pruebas y argumentos orales respecto la responsabilidad del Estado por
violaciones a la Convención Americana.3 Posteriormente, el 10 de agosto último, dentro del
plazo sentado por la Corte en su comunicación del 6 de julio, la Comisión presentó a la Corte su
escrito de alegatos finales sobre la responsabilidad del Estado.4
4.
El 31 de julio del presente año, la Corte se dirigió a la Comisión pidiendo que
presentára pruebas sobre daños y costas en el caso. Este proceder de la Corte llegó al
conocimiento del representante legal de la Comunidad, el Profesor James Anaya, el 17 de agosto
a las 15:30 de la tarde, por medio de una comunicación telefónica de la Comisión
Interamericana.
5.
La Comunidad Awas Tingni presenta este escrito a través de su representante
legal debidamente acreditado, y en base al artículo 23 del Reglamento de la Corte que permite a
las presuntas víctimas o sus representanes legales en los casos ante la Corte presentar solicitudes,
argumentos y pruebas en forma autónoma. La Comunidad también fundamenta este escrito en
los artículos 38 y 39 del Reglamento, según los cuales “las partes podrán solicitar al Presidente la
celebración de otros actos de procedimiento escrito” y el “Presidente ...fijará las audiencias que
fueren necesarias.”
6.
En el presente escrito la Comunidad solicita a la Corte o su Presidente sentar
un procedimiento, con plazos razonables que deberán iniciarse posteriormente a una sentencia
que establezca la responsabilidad del Estado, para recibir pruebas pertinentes a las reparaciones y
costas. La Comunidad solicita que en este procedimiento se incluya la presentación de pruebas
documentales adicionales, la convocación de una audiencia para la presentación de testigos y
peritos, y una visita in situ para observar, investigar y confirmar la naturaleza de los daños
materiales y morales sufridos por la Comunidad.
7.
Sin prejuicio a cualquier derecho que tenga la Comunidad de entregar un
escrito posterior y pruebas adicionales al respecto, la Comunidad incluye en el presente una
declaración preliminar sobre reparaciones y costas con indicaciones de las pruebas que la
sustentan.
3
Véase Corte I.D.H., Caso Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni: Transcripción de la audiencia pública sobre
el fondo, celebrada los días 16, 17 y 18 de noviembre de 2000, en la sede de la Corte (en adelante “Transcripción de
la audiencia sobre el fondo”).
4
Véase Alegatos Finales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ante la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el Caso de la Comunidad Indígena Mayagna (Sumo) de Awas Tingni Contra la República de
Nicaragua, 10 de agosto de 2001 (en adelante “Alegatos Finales de la Comisión”).
2
I. LA COMUNIDAD AWAS TINGNI DEBERÁ GOZAR DE UNA OPORTUNIDAD
ADECUADA PARA PRESENTAR PRUEBAS DOCUMENTALES Y ORALES SOBRE DAÑOS Y
COSTAS, DE LA MISMA MANERA QUE HAN GOZADO LAS VÍCTIMAS EN LOS OTROS
CASOS CONTENCIOSOS DECIDIDOS POR LA CORTE
8.
En su importante tratado sobre el sistema interamericano de protección de los
derechos humanos, el Dr. Héctor Faúndez Ledesma observa que:
Ciertamente, una consecuencia necesaria de la violación de la
Convención es el deber de reparar los efectos de la misma e indemnizar a
la parte lesionada....en esta fase del procedimiento es donde se plantea
con mayor vigor la necesidad de una participación autónoma de la
víctima.5
En el mismo sentido, la Dra. Dinah Shelton afirma que la participación autónoma y directa de las
víctimas en los procedimientos ante la Corte “podría ser un requisito del debido proceso.”6 La
Corte Interamericana ha reconocido las implicaciones de una participación autónoma de las
presuntas víctimas en el debido proceso, sobre todo en la fase de reparaciones, cuando garantizó
esa participación en el artículo 23 de su Reglamento y en los procedimientos seguidos en casos
anteriores.
9.
Los dos elementos básicos del debido proceso son la notificación y la
oportunidad de participación.7 Sin la notificación y oportunidad adecuada, queda diluido y sin
efecto el derecho de las presuntas víctimas de participar en el proceso, derecho afirmado por el
artículo 23 del Reglamento de la Corte.
10.
La Comunidad afirma respetuosamente que hasta la fecha sus representantes
legales debidamente acreditados no han recibido de la Corte ninguna notificación sobre la
entrega de pruebas de daños y costas. El 17 de agosto último, el representante legal de la
Comunidad, Profesor James Anaya recibió, vía telefónica de la Comisión, noticia sobre la
comunicación recibida por la misma Comisión sobre el tema. Sin embargo, sus representantes
no han recibido ningúna notificación directa de la Corte, pese a lo establecido en el mencionado
artículo 23. Además, la Comunidad plantea respetuosamente que, para poder gozar de una
oportunidad adecuada para participar efectivamente en la etapa de reparaciones, la Corte debería
sentar un plazo razonable para la entrega de escritos y pruebas sobre daños y costas, un plazo
consistente con su práctica de casos anteriores.
11.
Con pocas excepciones, la práctica consistente de la Corte en sus casos
anteriores ha sido recibir las pruebas sobre daños y costas despúes de haberse pronunciado sobre
5
Héctor Faúndez Ledesma, El sistema interamericano de protección de los derechos humanos: aspectos
institucionales y procesales (San José, C.R.: Instituto Interamericano de Derechos Humanos, 1996), pag. 389.
6
Dinah Shelton, “Reparations in the Inter-American System”, en David Harris & Stephen Livingston, eds., The
Inter-American System of Human Rights (Oxford: Clarendon Press, 1998), pags. 152, 171-73 (traducción del
original en inglés).
7
Véase Erwin Chemerinsky, Constitutional Law: Principles and Policies (New York: Aspen Law & Business,
1997), pag. 450-53 (haciendo referencia a la jurisprudencia de la Corte Suprema de los Estados Unidos).
3
la responsabilidad del estado interestado.8 Esta práctica fue confirmada por una resolución de la
Corte en la cual señala que la determinación de las reparaciones e indemnizaciones constituye
una etapa nueva y distinta del proceso, posterior a la sentencia sobre el fondo del asunto.9
Dentro de esta práctica relacionada a la fase de reparaciones, el plazo de tiempo sentado por la
Corte para la entrega de pruebas de daños y costas ha sido de dos meses o más10, y este plazo no
se ordena antes del lapso de un periódo de hasta seis meses, proporcionando que las partes
intenten llegar a un acuerdo sobre las reparaciones11. Adicionalmente, en varios casos la Corte
ha convocado audiencias públicas en la fase de reparaciones para la presentación de pruebas
orales pertinentes, y por lo menos en un caso la Corte realizó una visita in situ para investigar los
hechos sobre los daños ocasionados.12
12.
Esta práctica anterior de la Corte demuestra cumplimento con los requisitos
del debido proceso en relación al mandato del artículo 63.1 de la Convención Americana que
establece que “la Corte dispondrá que se garantice al lesionado en el goce de su derecho o
libertad conculcados ..., que se reparen las consecuencias de la medida o situación que ha
configurado la vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a la parte
lesionada”. El debido proceso es un requisito para el cumplimiento del artículo 63.1, como ha
reconocido la Corte al conducir los procedimientos sobre reparaciones en varios otros casos.
Tanto la Comisión Interamericana como la Comunidad consideran que es imprescindible el
gozar de las mismas oportunidades de participación que se han generado dentro de esos otros
casos que han llegado a la Corte.
13.
La Comunidad está conciente de que, bajo el nuevo Reglamento de la Corte,
se contempla que las reparaciones y costas se litigarán conjuntamente con el asunto de
responsabilidad, lo que significa un cambio en el procedimiento de los casos contenciosos ante la
Corte. Sin embargo, este cambio en el procedimiento, que no entró en vigor hasta tres años
despues de haber sido iniciado el presente caso, no debería perjudicar los derechos sustantivos y
procesales de la Comunidad. Aplicar retroactivamente este cambio en el procedimiento al
presente caso tendría el resultado injusto de negar o limitar la oportunidad de la Comisión y la
Comunidad de presentar argumentos y pruebas sobre reparaciones y costas.
8
Faúndez Ledesma, supra, pág. 390.
Resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del 19 de septiembre de 1995, párrafo 4 de la parte
considerativa.
10
Véase, por ejemplo, Corte I.D.H., Caso de Caballero Delgado y Salgado, sentencia de reparaciones de 29 de enero
de 1997, párr. 7 (la Corte sentó el plazo desde el 15 de marzo 1996 hasta el 15 de mayo de 1996 ); Corte I.D.H.,
Caso de Garrido y Biagorria, sentencia de 27 de augosto de 1998, párr. 25 (plazo desde el 5 de febrero de 1997 hasta
el 7 de abril de 1997); Corte I.D.H., Caso de Aloeboetoe y otros, sentencia de reparaciones de 10 de sep. de 1993,
Serie C. No. 15, párr. 13 (plazo desde el 18 de enero de 1992 hasta el 31 de marzo de 1992); Corte I. D.H., Caso
Suárez Rosero, sentencia de reparaciones de 20 de enero de 1999, Serie C. No. 44, párr. 4(1)-(2) (Corte otorga a la
CIDH, al señor Rafael Iván Suárez Rosero (víctima) y a sus familiares o representantes un plazo desde el 10 de
diciembre de 1997 hasta el 10 de febrero de 1998 para que "presantáran un escrito y las pruebas de que dispusieron
para la determinación de las indemnizaciones y gastos en este caso").
11
Véase, por ejemplo, Corte I.D.H., Caso de Velasquez Rodríguez, sentencia de daños compensatorios de 21 julio
de 1989, Serie C. No. 7, párr. 2; Corte I.D.H., Caso de El Amparo, sentencia de reparaciones de 14 sep. de 1966,
párr. 5; Corte I.D.H., Caso de Neira Alegría y otros, sentencia de reparaciones de 19 de sep. de 1996, párr. 5.
12
Véase Aloeboetoe y otros, supra, párr. 40.
9
4
14.
La aplicación del nuevo Reglamento al presente caso deberá ajustarse a los
criterios y normas de procedimiento que han regido en los momentos de cada fase del litigio. La
Comisión Interamericana acató esos criterios y normas vigentes cuando en su demanda
explicitamente se reservó el derecho de presentar escritos y pruebas de daños y costas en una
fase posterior de reparaciones. También seguía los criterios y normas de procedimiento vigentes
cuando presentó pruebas orales en la audiencia sobre el fondo. Dentro de las limitaciones de
tiempo sentados por la Corte para la audiencia, la Comisión dirigió sus pruebas hacia demostrar
la responsabilidad del Estado, dejando para una ocasión posterior, de acuerdo a la práctica de la
Corte, las pruebas sobre reparaciones y costas.
15.
El Reglamento actualmente vigente señala una flexibilidad en la definición del
procedimento, dando al Presidente de la Corte la potestad de celebrar actos de procedimiento
adicionales a los que vienen especificados en el Reglamento.13 La Corte ha afirmado que la
Convención Americana deberá ser interpretada en favor del individuo, quien es el sujeto del
sistema interamericana de protección de los derechos humanos.14 El mismo principio debe regir
la interpretación y aplicación del Reglamento de la Corte, en beneficio de los individuos quienes
conforman una comunidad indígena.
16.
La naturaleza sumamente compleja de este caso novedoso merece un
procedimiento detallado sobre las reparaciones, ya que se tratará de determinar varios elementos
de daños materiales sufridos por una comunidad indígena respecto a sus derechos sobre recursos
naturales, y de calcular los daños morales causados por el Estado al violar y no garantizar esos
derechos, y al dejar la comunidad sin un recurso judicial efectivo.15 Dado que la tierra y los
recursos naturales constituyen la base de la sobre vivencia e integridad cultural de la Comunidad
Awas Tingni, los actos y omisiones del Estado han puesto a la Comunidad en una situación
precaria en relación a su existencia y identidad, lo que configura un daño moral en dimensiones
múltiples que la Corte debería estudiar detenidamente.
17.
Por lo tanto la Comunidad solicita que en el presente caso la Corte siga su
práctica anterior de emitir su sentencia sobre la responsabilidad del Estado y dejar para una fase
posterior la adjudicación de las reparaciones y costas en caso de que la sentencia señale la
responsabilidad del Estado.
18.
Con respecto a la fase de reparaciones, la Comunidad solicita que la Corte o
su Presidente establezca un procedimiento posterior a la sentencia sobre responsabilidad,
semejante a los procedimentos en casos anteriores, para la entrega de argumentos y pruebas
adicionales relativos a los daños y costas. La Comunidad solicita que este procedimiento incluya
una audiencia pública, además de la oportunidad de presentar escritos y pruebas documentales
adicionales. La Comunidad considera que una audiencia es necesaria para que la Corte pueda
apreciar las declaraciones orales de testigos y peritos sobre los impactos culturales, sociales,
psicológicos, enonómicos, y físicos que la Comuniad ha sufrido a causa de la vulneración de sus
derechos. Una audiencia en la fase de reparaciones en el presente caso no es menos justificable
que en casos anteriores en que audiencias de este tipo han sido celebradas, tal como en el caso
13
Véase artículos 38 y 39 del Reglamento de la Corte.
Corte I.D.H., Caso de Viviana Gallardo y otros, sentencia de 13 de nov. de 1981, Serie A. No. 101-81, párr.16.
15
Véase, infra, párrs. 19, 22-24, 26-28.
14
5
Caballero Delgado y Salgado, el caso Garrido y Biagorria, y el caso Aloeboetoe, y otros casos.16
Además, la Comunidad solicita que la Corte designe un representante para realizar una visita in
situ, tal como se hizo en el caso Aloeboetoe, para poder investigar los daños.17 La Comunidad
considera que, dado su autoridad, la Corte prodría discubrir hechos sobre la conducta del Estado
y los daños resultantes que de otra manera podrían quedarse ocultos; y también considera que la
naturaleza especial del caso amerita que la Corte conozca de cerca la manera en que vive la
Comunidad y en que medida ha sido afectada por la vulneración de sus derechos.
II. DECLARACIÓN PRELIMINAR DE REPARACIONES Y COSTAS RECLAMADAS
19.
La Comunidad afirma que, tal como ha demostrado la Comisión en sus
multiples comunicaciones a la Corte y en la audiencia pública sobre el fondo, el Estado de
Nicaragua es responsable por violaciones de los derechos humanos de la Comunidad Awas
Tingni y sus miembros. A pesar de sus repetidos esfuerzos ante los oficiales del Estado, la
Comunidad Awas Tigni no goza de un título formal u otro acto oficial del Estado que manifiesta
reconocimiento de algún derecho sobre la tierra que viene usando y ocupando tradicionalmene.
El Estado ha sido negligente y aribitrario frente a las solicitudes de titulación de Awas Tingni, y
oficiales del Estado han actuado intencionalmente para minar el reclamo legítimo de la
Comunidad. Esta situación configura una violación de los artículos 1, 2, 21 y otros de la
Convención Americana, los que en su conjunto establecen el derecho a medidas afirmativas para
garantizar la tenencia tradicional de las comunidades indígenas. Sumado a esto, el Estado violó
en forma activa el derecho a la propiedad y otros derechos humanos relacionados, al otorgar la
concesión a SOLCARSA para cortar madera dentro de la tierrra usada y ocupada por la
Comunidad sin ni siquiera consultar con la Comunidad o tomar en cuenta sus intereses.18
Adémas, se han configurado violaciones del derecho a un recurso judicial efectivo del artículo 25
de la Convención por las múltiples veces en que los esfuerzos de la Comunidad de acudir a los
tribunales nacionales han resultado infructuosos.
20.
Dado las violaciones de los derechos humanos de la Comunidad y sus
miembros, le corresponde a la Corte bajo el artículo 63 de la Convención ordenar medidas
reparadoras, inclusive una indemnización por los daños causados, y el pago de costas. Sin
prejuicio a cualquier derecho que tenga la Comunidad de entregar posteriormente un escrito y
pruebas adicionales al respecto, la Comunidad hace a continuación una declaración preliminar
sobre reparaciones y costas e indica las pruebas que la sustentan.
A. Reparaciones Reclamadas: Medidas oficiales para garantizar la tenencia
tradicional y recursos judiciales efectivos, e indemnización de US$1,500,000 por
daños morales y materiales
21.
Medidas Reparadoras. Para reparar las violaciones de derechos humanos
señaladas, la Corte deberá ordenar al Estado de Nicaragua lo siguiente:
16
Véase, Caballero Delgado y Salgado, supra, párr. 12; Garrido y Biagorria, supra, párr. 30; Aloeboetoe y otros,
supra, párr. 13.
17
Véase Shelton, supra, pag. 161.
18
Véase Escrito de Alegatos Finales de la Comisión, supra, párrs. 26-35, 59-74.
6
a. Establecer un procedimiento, de acuerdo a las normas legales internacionales y
nacionales pertinentes, que tenga como resultado la pronta demarcación y el
reconocimiento oficial de los derechos específicos de la Comunidad Awas Tingni
sobre sus tierras y recursos naturales comunales;
b. Dentro del tal procedimiento, establecer o facilitar un mecanismo de concertación
entre la Comunidad Awas Tingni y las comunidades indígenas aledañas para
llegar a un entendimiento sobre sus derechos territoriales respectivos;
c. Abstenerse de otorgar o considerar el otorgamiento de cualquira concesión para el
aprovechamiento de recursos naturales en las tierras usadas y ocupadas por Awas
Tingni, hasta que la cuestión de la tenencia de la tierra que afecta Awas Tingni
haya sido resuelta, o que se haya llegado a un acuerdo específico entre el Estado y
la Comunidad sobre el asunto;
d. Identificar y sancionar a los oficiales del Estado responsables por los actos y las
omisiones que han perjudicado los derechos sobre las tierras tradicionales de la
Comunidad de Awas Tingni;
e. Establecer mecanismos adecuados dentro de las agencias estatales para evitar
futuras decisiones que perjudiquen o violen los derechos tradicionales de las
comunidades indígenas sobre sus tierras y recursos naturales;
f. Establecer un reglamento o ley que garantize a las comunidades indígenas la
demarcación y titulación de sus tierras que han ocupado y usado tradicionalmente
y el goze efectivo de sus derechos de propiedad sobre esas tierras;
g. Adoptar medidas específicas para crear, facilitar, y garantizar real y
comprobablemente el acceso a la justicia para las comunidades indígenas, incluso
medidas para fortalecer y capacitar tanto a sus tribunales como a sus agencias
gobernamentales para atender de manera adecuada las necesidades y derechos de
las comunidades indígenas;
h. Reformar la ley de amparo para crear un recurso que sea verdaderamente simple
y accessible para las comunidades indígenas y hacer las demás reformas
necesarias para agilizar el proceso judicial;
i. Tomar cada de las medidas aquí mencionadas en consulta y con la aprobación de
las comunidades indígenas afectadas; y
j. Pagar a la Comunidad una indemnización de US$1,500,000.00 por los daños
morales y materiales que la Comunidad ha sufrido por la vulneración de sus
derechos, de acuerdo a lo planteado a continuación.
22.
Indemnización por daños morales. Los hechos comprobados justifican una
indemnización a la Comunidad por daños morales. La actuación negligente, arbitraria, e
7
intencional del Estado, frente al reclamo de la Comunidad sobre la tierra donde vive y desarrolla
sus actividades culturales y de subsistencia, ha dejado la Comunidad en una situación precaria e
insegura, lo que afectó a sus patrones sociales, culturales, y económicos. La situación precaria e
insegura de la Comunidad se incrementó cuando el Estado otorgó la concesión a la compañía
SOLCARSA para cortar madera en tierras ocupadas y usadas por la Comunidad, inclusive en
áreas de significado religioso y cultural. El efecto negativo de la concesión a SOLCARSA
comenzó con la entrada de agentes de la compañía dentro de la tierra tradicional de la
Comunidad para realizar inventarios forestales y otras actividades preparatorias, lo que ocasionó
daños morales a la Comunidad aún antes del inicio del corte de madera por la compañía. El
inicio de operaciones forestales sin controles ambientales adecuados, y la insistencia del Estado
en dejar vigente la concesión, aún despues de que fuera declarado inconsitucional por la Corte
Suprema de Justicia de Nicaragua, añadieron más daños sufridos por la Comunidad. Por muchos
años la Comunidad ha tenido que aguantar no sólo el rechazo de su reclamo legítimo y el
otorgamiento de la concesión a SOLCARSA, sino también ha tenido que enfrentarse con actos
del Estado cuya intención era minar su reclamo, tales como los actos de oficiales estatales
instigando algunas comunidades vecinas a que se opusieron al reclamo de la Comunidad y la
divulgación intencional de información errónea sobre el reclamo. Estos actos han tenido un
impacto negativo en cuanto a las relaciones de la Comunidad con sus vecinos, lo que ha costado
un gran esfuerzo de la Comunidad y sus lideres en superarlo.
23.
La Comunidad también ha sufrido daños morales por la falta de un recurso
jurídico efectivo por la cual ampararse de la violación de sus derechos sobre tierras y recursos
naturales. La Comunidad hizo varios esfuezos ante los tribunales nacionales para contrarrestar la
concesión a SOLCARSA y exigir la tramitación de su solicitud de titulación, pero estos
esfuerzos resultaron en procesos alargados que terminaron con sentencias judiciales o actitudes
oficiales que manifestaban injustamente el rechazo completo de la legitimidad de los reclamos de
la Comunidad. La ansiedad, energía, y tiempo que estos esfuerzos costaron a la Comunidad
resultaron en un sentido de desesperación e indefensibilidad frente a las graves amenazas que
enfrentaba.
24.
Pruebas de estos daños a la Comunidad Awas Tingni se encuentran entre los
documentos ya presentados por la Comisión a la Corte19 y en el testimonio y peritaje presentado
por la Comisión en la audiencia pública sobre el fondo.20 La Comunidad presentará documentos
de prueba adicionales que incluirán, entre otros, comunicaciones escritas de oficiales estatales,
declaraciones escritas de miembros de la Comunidad y otros ciudadanos de Nicaragua, informes
de expertos y videos sobre los impactos ambientales de las operaciones forestales de
19
Véase, por ejemplo, Anexos C.18 (Recorte de Prensa: "It's Indians vs. Loggers in Nicaragua", The New York
Times, Tues. June 25, 1996), C.31 (Recorte de Prensa: "Concesión ilegal continúa despale en Atlántico Norte", La
Tribuna, edición 29 de mayo de 1997), C.32 (Recorte de Prensa: "Los árboles caen lejos y nadie los oye", La
Tribuna, edición 29 de mayo de 1997), C.33 (Recorte de Prensa: Edurne Arbeloa, "Un despale en tierra de nadie",
La Tribuna, edición 12 de junio de 1997), C.39 (Lic. Magda Lanuz, "SOLCARSA tampoco hace caso a Resolución
Ministerial" Guía Ambientalista), C.40 ("Priviatizing the Rain Forest--A New Era of Concessions", Cepad Report,
junio/julio de 1997, págs. 17, 19-21) de la Demanda de la Comisión, supra.
20
VéaseTranscripción de la audiencia sobre el fondo, supra,, págs. 28-35 (testimonio del testigo Charlie Maclean;
págs. 69-81 (declaración del perito Rodolfo Stavenhagen); págs. 83-96 (testimonio del testigo Guillermo Castilleja);
págs. 115-122 (testimonio del testigo Brooklyn Rivera); págs. 124-133 (testimonio del testigo Humbert Thompson);
págs 136-147 (testimonio del testigo Wilfredo Mclean); págs. 176-192 (declaración del perito Lottie Cunningham).
8
SOLCARSA, informes de la abogada Maria Luisa Acosta y sus obervaciones personales de los
actos del Estado, informes de los antropólogos Charles Hale y Theodore Macdonald sobre la
condición de la Comunidad, y recortes de prensa. Además, la Comunidad propone los siguientes
testigos y peritos para la presentación de evidencia oral: El Dr. Charles Hale y Dr. Rodolfo
Stavenhagen como peritos, para testificar sobre los impacto sociales, culturales, y psicológicos
resultantes de las amanazas a la tenencia de tierra de las comunidades indígenas y la falta de un
recurso efectivo de derecho interno; El Dr. Theodore Macdonald, la Sra. Emma Caddy, el Sr.
Charlie Mclean, el Sr. Yotam Lopez, el Sr. Wilfredo McClean, el Sr, Modesto Frank, y la Sra.
Melba Mclean como testigos para declarar sobre tales impactos en el caso particular de Awas
Tingni; además de otros posibles testigos y peritos.
25.
Los daños morales sufridos por la Comunidad justifican una indemnización de
por lo menos US$750,000. Esta cuantía es razonable en vista de las sentencias anteriores donde
la Corte ordena con base en equidad el pago de indemnización por daños morales. Por ejemplo,
en el caso Genie Lacayo la Corte ordenó el pago de US$20,000.00 a los familares de la víctima
de un asesinato, no por la muerte de la víctima sino por falta de una investigación policial
adecuada sobre las condiciones de su muerte.21 En el presente caso el daño moral ha sido sufrido
no solo por una persona sino por una comunidad entera cuya población ahora suma más de mil
personas,22 y se trata de la sobrevivencia colectiva de la Comunidad y sus derechos humanos
fundamentales que han sido amenazados por actos negligentes e intencionales de oficiales del
Estado, hasta ahora impunemente. Precedentes de la Corte Europea de Derechos Humanos
también señalan la justificación para la cantidad de indemnización reclamada por los daños
morales señalados. En el caso de Guillemin v. France, por ejemplo, la peticionaria recibió
aproximadamente US$34,407 en daños morales por la ansiedad y incertidumbre que sufrió como
resultado de los procedimientos jurídicos que ella levantó afin de recibir una compensación justa
para su propiedad expropiada y oponerse a ésta.23
26.
Indemnización por daños materiales. Además de haber sufrido daños
morales por las violaciones de sus derechos sobre tierras y recursos naturales, la Comunidad ha
sufrido daños materiales por los cuales deberá recibir una indemnización adicional. Primero, la
Comunidad ha sufrido una pérdida de oportunidades económicas por los actos y omisiones del
Estado con relación a su tierra tradicional. Sin tener asegurados dentro del sistema jurídico
estatal sus derechos sobre tierras y recursos naturales, la Comunidad no ha podido dessarrollar el
potencial económico de los recursos naturales dentro de esas tierras. El otorgamiento de la
concesión a SOLCARSA aseguró que la Comunidad no pudiera avanzar con su reclamo sobre el
área de la concesión y disfrutar plenamente de sus derechos a los recursos naturales dentro de esa
área. Aún si la Comunidad comparte reclamos y derechos dentro del área de la concesión con
otras comunidades, la pérdida económica para la Comunidad Awas Tingni es real. Relacionado
21
Véase Corte I.D.H., Caso Genie Lacayo, Sentencia de 29 de enero de 1997, párr. 95.
Véase Escrito de Alegatos Finales de la Comisión, supra, párrs. 6-7.
23
Véase Guillemin v. France, (1998) 25 EHRR 432. La Corte declaró que "Mrs. Guillemin has already sustained
indisputable non-pecuniary damages as she has been and still is living in a state of uncertainty and anxiety about the
outcome of the proceedings in issue." También véase Matos E Silva, LTD v. Portugal (1997) 24 EHRR 573, (la
Corte ordenó daños morales de aproximadamente $45,030.84 por los 13 años de incertidumbre sufrido por la
víctima debido a la expropiación amenazada de su propiedad, la cual constituyó una injerencia a su derecho de
disfrute pacífico de su propiedad); Casciarolo v. Italy, (1991) ECHR 5/1991/257/328 ($US 33,339 en daños
morales); Bonzano v. France, (1985) ECHR 5/1985/91/138 ($US 175,000 en daños morales).
22
9
a esto está la pérdida de ingresos resultante de la no renovación por el Estado del convenio
tripartito entre la Comunidad, el Estado, y la compañía forestal MADENSA que fue negociado
con el asesorameinto del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). Después de que se venció
en 1999 el termino inicial de cinco años del convenio, el Estado rechazó los esfuerzos de la
Comunidad y MADENSA de renovarlo con base en la posición de que el área de
aprovechamiento forestal no estaba formalmente titulada en favor de la Comunidad, una posición
contraria a la que habia tomado el Estado anteriormente al firmar el convenio. Estudios
económicos que serán elaborados por el ingeniero forestal Hans Akesson y Emma Caddy,
expertos en recurso naturales y desarrollo económico, y posiblemente algún otro experto en
economía, demostrarán que la Comunidad ha perdido por lo menos US$500,000 por concepto de
oportunidades económicas y lucro cesante desde que la Comunidad ha dado a conocer al Estado
su reclamo territorial al inició de los años 1990. La Comunidad entregará los escritos de estos
estudios como documentos de prueba, y además propone que los autores de estos estudios den
declaraciones en calidad de peritos en la solicitada audiencia pública sobre reparaciones.
27.
Segundo, la Comunidad ha sufrido daños materiales a causa de la tala ilegal
de árboles por la compañía SOLCARSA. Tal como constan en una declaración jurada ya
entregada a la Corte, miembros de la Comunidad han visto incontables árboles tumbados dentro
del área de la concesión a SOLCARSA que corresponde con su tierra comunal.24 El Estado
mismo ha admitido la tala de madera ilegal y dañina por parte de la compañía, multándola con la
cantidad de 1,000,000 de córdobas nicaragüenses, lo que entonces significaba alrededor de
US$100,000.25 Sin embargo, la Comunidad no ha sido compensada para esta tala de madera ni
por los daños ambientales relacionados. El Estado deberá indemnizar a la Comunidad por estos
daños materiales con el pago de por lo menos $50,000. Pruebas adicionales a las ya entregadas a
la Corte para justificar este reclamo de indemnización incluiran los escritos y, si se da la
oportunidad, las declaraciones orales del ingeniero forestal Claude Leduc, Victor Campos, o
Magda Lanuza de la organización ambiental Centro Humboldt.
28.
Tercero, la Comundad ha sido lesionada por las invasiones a sus tierras por
personas ajenas de la Comunidad. Sin una demarcación o titulación oficial de su tierra comunal,
la comunidad ha estado vulnerable a estas invasiones, y en algunos casos estas invasiones han
sido específicamente autorizadas por el Estado. Desde que se inició el presente caso dentro del
sistema interamericano, han llegado cada vez más personas de otros lugares para asentarse en las
tierras de la Comunidad, lo que ha resultado en una perdida de áreas extensivas de sus tierras
comunales. Si esta pérdida resulta ser irreversible, la Comunidad deberá ser indemnizada por
ella con un pago de por lo menos US$200,000. Pruebas que justifiquen esta indemnización
incluiran informes escritos, fotografías, y testimonio oral de miembros de la Comunidad, y
además incluirá un estudio económico elaborado por Emma Caddy o algún otro experto en la
materia sobre el valor de la propiedad perdida.
29.
Por los daños materiales señalados, más los daños morales, se justifíca una
indemnización en el monto de US$1,500,000. El aspecto colectivo de los derechos vulnerados
24
Véase Anexo C.29 de la Demanda de la Comisión (Declaración de Yotam López Espinoza del 11 de junio del
1997), supra.
25
Véase Ibid, párr. 138 y su Anexo C.30 (Resolución Ministerial No. 02-97 del MARENA, del 16 de mayo de
1997).
10
de la Comunidad hace que los daños sufridos por la Comunidad también sean de carácter
colectivo, y por lo tanto la indemnización deberá ser pagada a la Comunidad como tal.26
B. Costas Reclamadas
30.
La Corte ha señalado:
Las costas constituyen un asunto por considerar dentro del
concepto de reparación al que se refiere el artículo 63.1 de la
Convención, puesto que derivan naturalmente de la actividad
desplegada por la víctima, sus derechohabientes o sus
representantes para obtener la resolución jurisdiccional en la que se
reconozca la violación cometida y se fijen sus consecuencias
jurídicas. Dicho de otra manera, la actividad desplegada por
aquéllos para acceder a la justicia que la Convención provee
implica o puede implicar erogaciones y compromisos de carácter
económico que deben ser compensados a la víctima cuando se
dicta sentencia condenatoria.27
31.
La Comunidad Awas Tingni y sus representantes han realizado un esfuerzo de
varios años para obtener una resolución jurisdiccional en que se reconozca la violación de los
derechos de la Comunidad y se fijen consecuencias jurídicas que reparen esa violación. En este
esfuerzo, que ha incluido procesos al interior de la jurisdicción nacional y procesos alargardos y
complejos dentro de los órganos interamericanos,28 se han efectuado varios gastos y se ha
consumido una gran cantidad de trabajo profesional que deben ser compensados.
1. Gastos de transporte, comunicación y otros – US$100,000.00
32.
Los gastos necesarios que la Comunidad ha efectuado han incluido gastos de
transporte a Managua y Matalpa, Nicaragua, para iniciar y seguir los recursos de amparo
interpuestos por la Comunidad y para peticionar a oficiales estatales; gastos de transporte a
Puerto Cabezas, la sede de la Región Autónoma Atlántico Norte, para peticionar a oficiales
estatales que trabajan a nivel regional; viajes a Washington, D.C. y a San José, Costa Rica para
participar en reuniones y audiencias dentro del sistema interamericano; gastos para la
participación de testigos y peritos en las audiencias en Washington y San José; los viajes de sus
abogados desde los Estados Unidos y Bluefields, Nicaragua a Awas Tingni para consultar con la
Comunidad; telefono y fax para comunicaciones entre los dirigentes de la Comunidad, sus
26
Véase Study Concerning the Right to Restitution, Compensation and Rehabilitation for Victims of Gross
Violations of Human Rights and Fundamental Freedoms, final report submitted by Mr. Theo Van Boven, Special
Rapporteur to the Sub-Commission on Prevention of Discrimination and Protection of Minorities, UN Doc.
E/CN.4/Sub.2/1993, sec. VII (sobre la necesidad en casos apropriados de reparación colectiva para comunidades y
grupos).
27
Corte I.D.H., Caso Garrido y Baigorria, Reparaciones (art. 63(1) Convención Americana sobre Derechos
Humanos), Sentencia de 27 de agosto de 1998 (Ser. C) No. 39 (1998), parr. 79.
28
Véase el expediente del caso ante la Comisión, que comienza con la petición de la Comunidad del 2 de octubre de
1995, después de que la Comunidad había fracaso con peticiones dentro de la jurisdicción nacional; y el expediente
del Caso ante la Corte, que comineza con la demanda de la Comisión del 4 de junio de 1998.
11
abogados, otros asesores, y la Comisión Interamericana; la contratación de expertos técnicos; y
otros gastos que posteriormente se señalarán con pruebas apropiadas.
33.
La Comunidad y sus representantes están en el proceso de elaborar una
exposición detallada de los gastos específicas y copilar las pruebas apropiadas. En este momento
se puede aproximar que los gastos suman a por lo menos US$100,000.00.
2. Honorarios de los abogados – US$260,000
34.
Entre las costas que deben ser compensadas figuran aquellas que
corresponden al labor indispensable de los abogados quienes han representado y asesorado a la
Comunidad durante los procesos nacionales e internacionales. De acuerdo a la jurispudencia de
la Corte, el quantum de la compensación para los honorarios los abogados se determina “sobre
una base equitativa y teniendo en cuenta la ‘conexión suficiente’ entre aquéllas y los resultados
alcanzados.”29 Para valorar el aporte de los abogados, se debe tomar en cuenta elementos tal
como “el aporte de pruebas que tiendan a demostrar los hechos expuestos en la demanda, el
conocimiento acabado de la jurisprudencia internacional y, en general, todo aquello que permita
evaluar la calidad y pertinencia del trabajo efectuado.”30
35.
La Comunidad entregará a la Corte posteriormente un resumen detallado del
trabajo realizado por sus abogados en que se señala el tipo de trabajo y su relación con las varias
fases del caso, las horas trabajadas, las calificaciones profesionales de estos abogados, y la
dificultad y complejidad del trabajo sobre este caso novedoso. Por el momento se le comunica a
la Corte lo siguiente al respecto.
36.
El Profesor James Anaya, catedrático de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Arizona, ha sido el abogado principal de la Comunidad durante todas las fases
del caso dentro de los procesos nacionales e internacionales. Ha sido el investigador y autor
principal de todos los escritos y recursos que fueron presentados a los tribunales nacionales y
otras autoridades estatales y a la Comisión Interamericana a nombre de la Comunidad. Además,
ha sido el autor principal de todos los escritos sustantivos entregados a nombre de la Comisión a
la Corte en el caso, y es quien ha dirigido la presentación de pruebas documentales y orales ante
la Corte. Graduado de la Facultad de Derecho de la Universidad Harvard, es un experto de varios
años en la materia de derecho internacional, derechos humanos, y los derechos de los pueblos
indígenas, y ha publicado varios libros y artículos sobre estos temas. Ha dedicado mas de 2,500
horas al caso desde que se inició en 1995, lo que viene reflejado en parte en los expedientes del
caso ante la Comisión y la Corte. Se estima que el valor de su trabajo es de por lo menos
US$170,000.
37.
La señora María Luisa Acosta, abogada nicaragüense, ha trabajado con el
Profesor Anaya durante todas las fases del caso, inclusive trabajo de investigación y redacción de
documentos, especialmente dentro de los procesos domésticos. Se responsabilizó por la
29
Caso Garrido y Baigorria, supra, párr. 82 (citando Eur. Court H. R., Brincat v. Italy Judgment of 26 November,
1992, Series A no. 249-A).
30
Caso Garrido y Baigorria, supra, párr. 83.
12
tramitación de los recursos de amparo que se plantearon a nombre de la Comunidad ante los
tribunales nacionales, y su permanencia en Nicaragüa ha sido imprescindible para las
comunicaciones con oficiales estatales y las consultas constantes que los abogados han realizado
con la Comunidad. La Sra. Acosta viajó regularmente a la remota Comunidad para recaudar
información y consultar con la Comunidad sobre los procesos legales que sus abogados
realizaban. La Sra. Acosta es graduada de la Universidad del Rosario en Bogotá, Colombia y la
Facultad de Derecho de la Universidad de Iowa, y es reconocida como una experta sobre los
derechos de los pueblos indígenas dentro del derecho nicaragüense. Ha dedicado mas de 2,500
horas de trabajo al caso, y se estima que el valor de este trabajo es de por lo menos US$80,000.
38.
El Sr. Todd Crider, junto con algunos de sus colegas de la firma de abogados
Simpson Thacher & Bartlett de Nueva York, ha asistido al Professor Anaya en la redacción de
las comuniaciones a la Comisión Interamericana y la Corte, y en la elaboración de las estrategias
a seguir en todas las fases del caso dentro del sistema interamericano. Un graduado de la
Facultad de Derecho de la Universidad Columbia, el Sr. Crider es un socio (partner) de la
mencionada firma y tiene extensiva experiencia y conocimiento en asuntos de derecho
internacional. Se estima que la contribución del Sr. Crider y sus colegas tiene un valor de por lo
menos US$10,000.
PETITORIO
39.
Por las razones expuestas anteriormente y en los escritos de la Comisión
Interamericana en el presente caso, y con base en los artículos 23, 38, y 39 del Reglamento de la
Corte, la Comunidad Awas Tingni solicita a la honorable Corte y su Presidente:
a. Emitir su sentencia sobre el fondo del caso, declarando que el Estado de
Nicaragua ha violado la Convención Americana de Derechos Humanos en
detrimento de la Comunidad Awas Tingni, tal como se ha señalado en los escritos
de la Comisión; y
Posteriormente,
b. Sentar un plazo razonable para la presentación, por la Comunidad Awas Tingni,
de un escrito y pruebas documentales suplementando la declaración preliminar de
Awas Tingni sobre reparaciones y costas;
c. Convocar una audiencia pública para recibir testimonio y peritaje sobre los daños
y reparaciones en el caso;
d. Realizar una visita in situ para investigar y confimar los daños sufridos por la
Comunidad; y
e. Ordenar medidas reparadoras, indemnización, y el pago de costas de acuerdo a las
pruebas señaladas.
13
Respetuosamente entregado el día 22 de agosto de 2001
por el Representante legal de la Comunidad Awas Tingni
___________________________________________
Profesor S. James Anaya
The University of Arizona
James E. Rogers College of Law
1201 E. Speedway Blvd.
Tucson, Arizona 85721-0176
Estados Unidos de América
Telf.: (520)626-6341
Fax: (520)621-9140
14
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