Educación para la salud: ¿por qué duele la espalda

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Aldadis.net La revista de educación
Enero de 2007 <> Número 11
Depósito Legal: AL-61_2004
ISSN: 1697-8005
Educación para la salud: ¿por qué duele la espalda? El
niño y su espalda.
Carlos López Roldán.
El dolor es una de las maneras que tiene nuestro cuerpo para comunicarnos su
falta de bienestar, de la misma forma que sentimos hambre si no comemos, o sed
si no bebemos.
En el caso de la espalda, pocas veces el dolor es causado por una enfermedad
concreta de la columna vertebral; refleja simplemente que ella no se siente
confortable en determinadas posiciones, o no puede realizar con facilidad algunas
de las actividades a la que la sometemos.
Sin embargo, podríamos preguntarnos: ¿porqué con el mismo modo de vida, unas
personas padecen el dolor y otras no?
La respuesta radica en que es necesario que se den un conjunto de factores o
causas para que se desarrolle el dolor de espalda, sin contar la propia constitución
individual de cada columna vertebral, que la hará más o menos vulnerable a las
diferentes situaciones.
Ocurre además que con el paso de los años, y tras alcanzar el punto máximo de
nuestra condición física ( alrededor de los 20 años ), nuestra columna vertebral
sufre un proceso natural de deterioro o envejecimiento. Este proceso de
envejecimiento es tan natural, que no se pone de manifiesto salvo que sometamos
a nuestra columna a actividades, para las cuáles ha dejado de estar preparada.
Cuando esto ocurre nos lo comunica a través del dolor.
En definitiva, la espalda duele comúnmente a causa de nuestras costumbres y
forma de vivir, de tal manera que si no se modifican éstas, podemos provocar
alteraciones y enfermedades en nuestra columna vertebral.
LA SOLUCIÓN ES PREVENCIÓN.
Para prevenir los padecimientos dolorosos de la espalda es necesario conocer
aquellas posturas y actividades, que ponen en riesgo nuestra columna, y saber
igualmente de que forma se pueden corregir.
En general, la columna vertebral puede sufrir en las siguientes ocasiones:
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™ Cuando la mantenemos mucho tiempo en la misma posición.
Recomendaciones:
1) No
estar
de
pie, sentado, acostado, conducir…, durante
largos
períodos de tiempo.
2) Cambiar de posición a intervalos regulares.
™ Cuando adoptamos posturas que aumentan sus curvas.
Recomendaciones:
1) Dormir preferentemente de lado.
2) No usar tacones altos.
3) No encorvarse ni mantenerse excesivamente erguidos.
4) Realizar ejercicio físico para mantener fuertes los músculos
5) Evitar el exceso de barriga
™ Cuando adoptamos posiciones forzadas o realizamos movimientos bruscos
o mal controlados.
Recomendaciones:
1) Evitar giros repetidos de la columna.
2) Evitar el levantamiento forzado de los brazos por encima de la
cabeza.
3) Evitar doblar la cintura para coger objetos del suelo.
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™ Cuando realizamos grandes esfuerzos, o pequeños pero repetidos en muchas
ocasiones.
Recomendaciones:
1) Para el levantamiento de objetos pesados es aconsejable doblar
rodillas
y
caderas, acercándolos
enseguida
al
cuerpo
y
transportándolo cerca de él.
2) De forma general para realizar cualquier esfuerzo deberíamos
asegurarnos que estamos preparado para ello.
EL NIÑO Y SU ESPALDA.
Indudablemente son los niños y adolescentes, los que al tener las columnas más
jóvenes y fuertes presentan menos riesgos para los padecimientos dolorosos de la
espalda; sin embargo, a estas edades se desarrollan las llamadas desviaciones del
raquis.
Es conveniente por tanto, observar periódicamente la aparición de asimetrías en la
espalda
de
nuestros
hijos, pues
podrían
reflejar
la
existencia
de
estas
desviaciones. Pero es importante saber que son las niñas en período puberal (
antes o durante las primeras menstruaciones ), las que con mayor frecuencia las
presentan, por lo que requieren mayor control.
Cualquier niño en edad escolar será un adulto en el futuro, y la posibilidad de
que ese adulto sufra de dolor en la espalda dependerá sobre todo del mal uso
que se haga de ella. Parece primordial que la educación sobre los cuidados de la
espalda se inicie en la escuela.
Pero el niño como tal, también puede sufrir dolores vertebrales, siendo éste un
problema cada vez más frecuente. Cuando un niño se queja reiteradamente de
dolor en la espalda, puede tratarse de una lesión importante y se debe consultar
al médico, sobre todo si se dan las siguientes circunstancias:
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•
El dolor aumenta por las noches.
•
No disminuye con el reposo en cama.
•
No se alivia con calmantes.
•
Cuando el niño “tuerza” su columna para protegerse del dolor.
•
Cuando haya tenido previamente un traumatismo.
Sin embargo, la mayoría de los dolores de espalda en el niño son banales,
debiéndose fundamentalmente a tres causas:
1) Uso prolongado de la postura de sentado.
2) Uso de muebles incorrectos para el estudio
3) Práctica indiscriminada de actividades deportivas.
La postura fundamental que el niño adopta para el estudio es la de sentado,
obligando a su columna a soportar el peso del tronco.
Hay que hacer notar además que, en muchas ocasiones, esta postura llega a ser
abusiva, por el exceso de los “deberes” extraescolares, lo cual también obliga al
niño a un transporte de peso, a veces inadecuado para su edad.
Si además tenemos en cuenta que el niño lee de manera óptima a una distancia
aproximada de 30 cm., la sobrecarga de la columna se ve agravada con al uso de
mesa demasiado bajas, que les obliga a mantener flexionados el cuello y la
cintura, favoreciendo la aparición de dolor.
Recomendaciones:
1) Programar la actividad escolar, de forma que se pueda combinar con
juegos que requieran actividad física.
2) Evitar el abuso de “ la tele “ ya que esto obliga al niño a permanecer
sentado la mayoría del tiempo.
3) Uso correcto de muebles para el estudio.
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