. Causa N° 28.634/2002: "Tocino Medina, Reynaldo Javier c/ PEN

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Causa N° 28.634/2002: "Tocino Medina, Reynaldo Javier c/ PEN Ley 25561 Dto
1570/01 y 214/02 s/ Amparo sobre Ley 25.561"
Buenos Aires, 30 de abril de 2007.
AUTOS Y VISTOS:
Los recursos de apelación interpuestos contra la sentencia de fs. 209/210, por la cual se
hizo lugar a la demanda interpuesta por la actora;
CONSIDERANDO:
I- Que no se cuenta en la causa con suficiente información y prueba documental acerca
del modo concreto de inversión del respectivo fondo por el que se reclama.
Tal circunstancia, por si sola, impide el progreso de la demanda por la vía y en las
condiciones intentadas.
II- Que en lo relativo a las costas, este Tribunal entiende que las diferencias
interpretativas a que este tipo de procesos ha dado lugar, habilitan un apartamiento del
principio objetivo de la derrota que se desprende del artículo 14 de la ley 16.986 (art.
68, segunda parte, CPCC).
Por lo expuesto, SE RESUELVE:
1) Por mayoría, revocar la sentencia apelada, rechazando la demanda interpuesta por el
actor.
2) Por unanimidad, imponer las costas de ambas instancias en el orden causado.
Regístrese, notifíquese a la parte actora -quedando a su cargo la notificación a los demás
interesados en la litis- y devuélvase.
LUIS CÉSAR OTERO
(en disidencia)
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ALEJANDRO JUAN USLENGHI
GUILLERMO PABLO GALLI
El Dr. Luis César Otero dijo:
I- Que, en reiteradas oportunidades me he pronunciado sobre la naturaleza de los
Fondos Comunes de Inversión, sus particularidades y los especiales riesgos que asumen
quienes las realizan (ver mi voto en "Scarinci de Ordoñez Rosa Elda", sentencia del 27
de septiembre de 2006).
Así, he sostenido que, conforme surge de la ley 24.083, los fondos comunes son
patrimonios carentes de personería jurídica que pueden estar integrados por valores
mobiliarios, metales preciosos, divisas, derechos y obligaciones derivados de
operaciones a futuro, instrumentos emitidos por entidades bancarias, dinero, etc., que
pertenecen a diversas personas a las que se les reconocen derechos de copropiedad
representados por cuotas partes. Y que actúan en ellos una sociedad gerente y una
depositaria, encargándose la primera de la administración y la segunda de la custodia de
los activos que componen las carteras de dichos fondos.
Tales cuotas, consideré, no constituyen depósitos bancarios realizados en la sociedad
gerente o depositaria, en el sentido de que éstos no garantizan ni asumen una obligación
de devolver con fondos propios las sumas aportadas por los suscriptores, esto es, no
responden por los riesgos propios de la inversión que implica tal sistema.
Pero, sin embargo, a este tipo de inversiones también se aplicó el régimen de
emergencia instituido a partir de la ley 25.561, pues la única forma de rescatar la parte
disponible de los mismos era pactando la conversión de los fondos pesificándolos a
razón de $ 1,40 por cada dólar, lo cual además no era entregado en su totalidad sino
reprogramado a plazo fijo y en letes.
Por ello, y en virtud de la analogía que se presentan entre ambas situaciones, es que
resulta igualmente aplicable a las mismas lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia
en los autos "Massa, Juan Agustín c/ Poder Ejecutivo Nacional -Dto 1570/01 y otro s/
amparo ley 16.986", el 27 de diciembre de 2006; debiendo -por lo tanto- restituirse
dichas sumas en la forma indicada en el precedente referido, tomando en cuenta el valor
de la cuota parte vigente a la fecha de pago, no pudiendo dichas pautas superar el valor
del tipo de cambio vigente a la fecha de pago a los fines de determinar el monto a
percibir.
II- Que en lo relativo a las costas, en virtud de las diferencias interpretativas a que este
tipo de procesos ha dado lugar, corresponde apartarse del principio objetivo de la
derrota, imponiéndolas -en ambas instancias- en el orden causado.
Por todo lo expuesto, voto por:
1) Dejar sin efecto la sentencia apelada, y declarar el derecho de la parte actora a
obtener el reintegro de su inversión, al valor de la cuota parte vigente a la fecha de pago,
con el alcance establecido en el considerando I, no pudiendo dichas pautas superar el
valor del tipo de cambio vigente a la fecha de pago a los fines de determinar el monto a
percibir.
2) Imponer las costas -en ambas instancias- en el orden causado.
LUIS CÉSAR OTERO
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