ECO-16 LA GESTIÓN DE LA PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN PEQUEÑAS Y MEDIANAS EXPLOTACIONES DE OLIVAR EMILIO TORRES VELASCO Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Jaén. Jaén. España FORO ECONÓMICO Y SOCIAL RESUMEN Resulta familiar el término “sostenibilidad del cultivo” aplicado a conceptos ambientales, pero éste es mucho más amplio y en la actualidad no sólo debe entenderse e interpretarse en este sentido, ya que es absolutamente necesario aplicarlo a la denominada “sostenibilidad social”, especialmente referido a aspectos ligados a las condiciones de seguridad y salud en el sector, de modo, que este asunto constituye hoy en día una de las mayores preocupaciones de la sociedad y que como tal debe ser abordada. La implantación y grado de conciencia sobre aspectos de seguridad y salud en el sector del olivar, es cuando menos escasa, de modo que la finalidad es ofrecer un poco de luz sobre determinadas cuestiones de la legislación sobre seguridad laboral vigente. Así, se realiza un análisis en cuanto a situación y problemática del sector y se justifica la necesidad de implantar y abordar cuestiones de seguridad, aspectos legales de la ley de prevención de riesgos laborales, la gestión de la documentación e implantación de la misma en las pequeñas y medianas explotaciones de olivar, los principales riesgos en la explotación de olivar y las medidas preventivas que se deben adoptar en las tareas básicas y que mayor demanda de mano de obra utilizan y que por tanto presentan mayores índices de siniestralidad laboral, que son los trabajos de recolección de la cosecha y las tareas de poda y trituración de restos de poda y manejo de maquinaria agrícola. Con este trabajo, se pretende acercar y mejorar el conocimiento de la ley de prevención de riesgos laborales en pequeñas y medianas explotaciones de olivar y contribuir al favorecimiento de la denominada “cultura preventiva”, factor fundamental para mejorar las condiciones de trabajo en el olivar. INTRODUCCIÓN El olivar es el principal de los cultivos mediterráneos tanto en su vertiente económica como social. En Andalucía el cultivo de olivar ha configurado tanto el paisaje como el tejido socioeconómico, realidad palpable especialmente en aquellas zonas o áreas geográficas donde constituye un monocultivo. Para mostrar dicha realidad y ofrecer una idea de la importancia del olivar y sus productos en Andalucía podemos recurrir a cifras oficiales, así sólo en la Comunidad Autónoma de Andalucía el olivar ocupa una extensión total de 1.478.897 Ha (campaña 98/99). Esto, representa el 30 % de la superficie total cultivada y respecto a la Producción Final Agraria en Andalucía el sector oleícola representa el 28 % de ésta. Estas cifras nos pueden dar una idea de la dimensión social y económica del cultivo, tratándose de un cultivo de enorme importancia económica y social, así sólo en el olivar se registran aproximadamente 250.000 olivareros / empresarios. Desde el punto de vista del empleo las cifras indican de nuevo lo afirmado en líneas anteriores, de manera que sólo en campaña de recolección se generan una media de 23.000.000 de jornales / año, lo que representa aproximadamente un 30 % del empleo agrario de Andalucía, generando por tanto una alta tasa de empleo en determinadas épocas. Por tanto, el olivar se configura como un Sector Estratégico no sólo desde el punto de vista ambiental, sino social, económico y laboral. Retomando el tema objetivo del presente trabajo, que no es otro que la seguridad y salud en el ámbito del sector del olivar, hemos de indicar que dicho sector ha sufrido un cambio espectacular debido a la modernización de este, especialmente referido a la incorporación de maquinaria en las explotaciones agrícolas. 1 Esta realidad, referida a la importancia socioeconómica del cultivo, así como a la alta tasa de empleo que ocupa el sector y la constante incorporación e innovación tecnológica en relación a la maquinaria agrícola ha supuesto unas cifras de siniestralidad laboral crecientes en los últimos años, situación que debe ser modificada de manera ostensible en aras a conseguir mayores niveles de seguridad y salud en dicho ámbito. La sostenibilidad del sector no se refiere exclusivamente a conceptos medioambientales y productivistas, sino también a sostenibilidad social, y un factor de importancia en este sentido es la seguridad y salud en el sector. Así, podemos comprobar, que no sólo disponemos de las conocidas legislaciones al respecto, propiamente dichas, sino que incluso ya se han considerado estos aspectos mediante mecanismos y procedimientos que aseguren dicha seguridad y salud de los trabajadores del sector, así podemos comprobar como los recientes Reglamentos Específicos de Producción Integrada en Olivar y en Industrias de Obtención de Aceite de Oliva, incluyen en su desarrollo reglamentario la mención expresa de medidas de protección ambiental y de prevención de riesgos laborales de obligado cumplimiento en los citados reglamentos. SITUACIÓN DEL SECTOR En las últimas décadas se han producido toda una serie de avances tecnológicos en el sector del olivar, que han redundado en una serie de mejoras y beneficios a todos los niveles, mejoras tales como el aumento de las producciones, mejora de la calidad de éstas, mejora de la sanidad de los cultivos, aumento de la rentabilidad de las explotaciones y por tanto aumento de las rentas del agricultor, disminución de la carga de trabajo y mejora general de las condiciones de vida en el ámbito rural, etc..., de modo que en la actualidad no se entendería una olivicultura eficaz, moderna y rentable sin el uso de dicha tecnología, es decir, maquinaria agrícola, agroquímicos, mejora de las comunicaciones y de las condiciones de vida que lleva asociada, etc… De forma paralela a estos beneficios también han aparecido una serie de consecuencias no deseadas y peligrosas, derivadas del amplio uso y a veces negligente de dicha tecnología. Entre las principales consecuencias negativas se encuentra el aumento del número de accidentes de trabajo provocados por el empleo de maquinaria agrícola en las explotaciones de olivar. El mal uso y manejo de dicha maquinaria, así como la existencia de un desconocimiento generalizado y conductas negligentes en el ámbito laboral, en referencia a la seguridad y protección de la salud, a menudo hacen de ésta una actividad no exenta de graves riesgos y peligros para la salud de los trabajadores que desarrollan su actividad en el contexto agrícola. Desde hace algunos años son varios los países europeos, entre ellos, España y por extensión las diferentes comunidades autónomas que la integran, las que han comprendido la importancia que debe otorgarse al concepto de prevención en el desarrollo de estrategias que posibiliten las oportunas medidas de prevención, en un país donde la incidencia de este tipo de siniestros o accidentes de índole laboral sigue siendo especialmente alta. Sobre todo con las especiales características de índole técnica, y socioeconómicas, que rodean a nuestras explotaciones agrícolas, donde el obligado uso de este tipo de maquinaria se hace necesario para conseguir productos competitivos y lograr la rentabilidad de las explotaciones agropecuarias. Por otra parte, y si nos situamos en el contexto europeo, el conjunto de requisitos legales, técnicos y de uso que requiere el empleo de maquinaria agrícola se vuelve cada día más complejo, siendo por tanto necesario el disponer de herramientas y/o mecanismos que aseguren y garanticen unas necesarias y adecuadas condiciones de seguridad y salud en dichas explotaciones agrarias. En relación al cultivo del olivar, el indicio más claro respecto a la necesidad de divulgar, implantar y consolidar la ley de prevención de riesgos laborales, en su sentido más amplio, se puede comprobar con las siguientes cifras oficiales: Estadística de accidentalidad para las campañas de poda y recolección en la provincia de Jaén. Campaña 2001/2002: 2 Nº DE ACCIDENTES LEVES GRAVES MORTALES TOTALES Nº DE ACCIDENTES LEVES GRAVES MORTALES TOTALES 2001 / 2002 1.169 44 0 1.213 2001 / 2002 2002 / 2003 566 8 2 576 2003 / 2004 564 7 0 571 2002 / 2003 2003 / 2004 106 2 0 108 60 1 1 62 69 2 0 71 Fuente: Centro de Prevención de Riesgos Laborales de Jaén. Junta de Andalucía. Problemática asociada Es evidente que la ley de prevención de riesgos laborales, es de obligado cumplimiento en todos los sectores económicos y productivos, incluido el sector agrario en general y el sector olivarero en particular. Por este mismo motivo, afecta a todo tipo de explotaciones, independientemente del tamaño y naturaleza de éstas, de modo que están incluidas las medianas y pequeñas explotaciones agrícolas de olivar. En este sentido, es de sobra conocido que la realidad del sector es otra, ya que la estadística de oficial es menor que la real. Así, en el sector realizan trabajos un buen número de personas jubiladas, trabajadores de otros sectores y que sin ser agricultores a título principal realizan trabajos más o menos esporádicos en el sector agrario y que en el caso de sufrir un accidente de trabajo no lo declaran en dicho sector y como tal. También muchas de las labores se realizan en un contexto y relación de tipo familiar y de vecindad, así como una alta proporción de trabajadores autónomos. Son precisamente las pequeñas explotaciones de olivar, donde la implantación de la ley es más deficiente y ésta se realiza en mayores condiciones de precariedad. Otros factores que influyen en la escasa implantación de la ley y muy relacionados con la existencia de determinadas condiciones socioeconómicas y culturales son: 1. Atomización del sector, es decir, la mayor parte de las explotaciones se pueden clasificar como pequeñas explotaciones y éstas tienen una alta dispersión. 2. Profundo desconocimiento de la ley por parte de los empresarios y los trabajadores, así como de la obligación de hacer prevención real y efectiva. 3. El empleo que se genera es de corta duración, por lo que es igualmente de escasa cualificación, excepto determinadas tareas o labores como es la poda. 4. Bajo número de controles por parte de la Administración, debido por un lado a la escasa dotación de plantillas de personal de la inspección de trabajo y gabinetes de prevención y al alto número de explotaciones y su dispersión geográfica. 5. Escasa o nula “cultura preventiva”, pues existe la creencia generalizada de que los accidentes de trabajo son inevitables e inherentes al mismo. Todo esto condiciona la escasa “cultura preventiva” existente, así como las dificultades para la formación e información tanto de empresarios como de trabajadores. Un problema añadido, es el continuo y creciente acceso de mano de obra de origen inmigrante, a los trabajos que se realizan en el sector, con todos los problemas que conllevan situaciones de ilegalidad y marginalidad, barreras culturales y de idioma, etc... LA LEY DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES Hemos visto como el sector del olivar se encuentra entre uno de los cultivos con mayor siniestralidad laboral. Este argumento tiene el suficiente peso para justificar la adopción de cuantas medidas sean aplicables y posibles, en aras de conseguir mayores niveles de seguridad y salud. 3 Por otra parte, la práctica del cultivo del olivar, es en sí misma una actividad económica y por tanto se ve obligada al cumplimiento de la normativa de seguridad y salud en el trabajo en la actualidad vigente, es decir, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cuyo objetivo es evitar y/o reducir los accidentes y enfermedades profesionales del sector y consecuentemente mejorar las condiciones del entorno de trabajo en las distintas tareas del cultivo del olivar para proteger la salud y la seguridad de sus trabajadores. Es también un objetivo de esta ley la promoción y afianzamiento de una verdadera cultura de la prevención que sea asumida por la gente del campo y la integren en su vida cotidiana. La Ley 31/1995, de 8 de Noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (BOE Nº 269, de 10 de noviembre de 1995), es la norma legal que junto con sus reglamentos y normativa específica regula y establece la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo. De entre sus aspectos, destacar el artículo 14, donde se establece el derecho de los trabajadores a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo. Entre otros aspectos, se establecen las obligaciones y derechos de empresarios y trabajadores, y estos son: PRINCIPALES OBLIGACIONES ESPECÍFICAS DEL EMPRESARIO AGRICOLA Evaluación de los riesgos de su explotación Facilitar a sus trabajadores equipos de trabajo y medios de protección. Información, consulta y participación de los trabajadores. Formación a los trabajadores. Medidas de emergencia. Adopción de medidas ante riesgos graves e inminentes. Vigilancia de la salud. Documentación sobre prevención. Protección de trabajadores especialmente sensibles. PRINCIPALES OBLIGACIONES ESPECÍFICAS DEL TRABAJADOR AGRÍCOLA Autoprotección y cooperación con el empresario agrícola en materia preventiva. Usar adecuadamente maquinaria y herramientas. Cuidado y conservación de los equipos de protección. Informar de cualquier situación de peligro. Cumplimiento con las medidas de protección y con las obligaciones establecidas. Cooperar con el empresario para garantizar unas condiciones de trabajo seguras. ¿Para que un empresario cumpla con sus obligaciones al respecto, de qué opciones dispone? Asumir personalmente la actividad preventiva. Designar trabajadores para llevar a cabo la actividad preventiva. Recurrir a un Servicio de Prevención Ajeno (S.P.A.). Constituir un Servicio de Prevención Propio. LA GESTIÓN DOCUMENTAL DE LA PREVENCIÓN Uno de los aspectos más engorrosos y problemáticos en cuanto a la aplicación de la ley de prevención de riesgos laborales es la gestión documental de la misma, es decir, el empresario agrícola debe disponer de la documentación necesaria y que acredite la asunción de sus obligaciones en materia de prevención. Esta documentación, ha de ser, al menos, la siguiente: 1. Plan de Prevención de Riesgos Laborales, que es el documento donde se define la estructura organizativa de la empresa, responsabilidades, funciones, prácticas, procedimientos, procesos y recursos necesarios para llevar a cabo la actividad preventiva. 2. Evaluación de riesgos. 3. Planificación de la actividad preventiva. 4. Las medidas de protección y de prevención a adoptar y en su caso, el material de protección que deba usarse. 5. El resultado de los controles periódicos de las condiciones de trabajo y de la actividad de los trabajadores. 6. La práctica de los reconocimientos médicos (vigilancia de la salud). 4 7. La relación de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales que hayan causado al trabajador una incapacidad laboral superior a un día de trabajo. Podríamos decir, que el conjunto de estos documentos conforman el llamado “Manual del Sistema de Prevención”, el cual describe el sistema de gestión de la prevención de riesgos laborales adoptado por la empresa y es el documento de referencia a la hora de implantar, mantener y mejorar dicho sistema. La empresa es la responsable de la elaboración del manual que debe ser mantenido al día según se precise. Desde un punto de vista práctico, se puede afirmar que los pilares básicos del sistema de prevención giran entorno a los siguientes documentos: 1. 2. 3. 4. Evaluación de riesgos. Planificación de la actividad preventiva. Formación e información. Vigilancia de la salud. Respecto al punto tres, indicar que la formación ha de ser teórica y práctica y específica de cada trabajo o tarea concreta, actualizada y donde se incluyan las medidas de emergencia y primeros auxilios. También es obligatorio elaborar y poner a disposición de la autoridad laboral la documentación que exige la ley de prevención de riesgos laborales, por lo que el empresario deberá realizar y conservar el conjunto de documentos mencionados con dos finalidades: • • Para tener a disposición y llevar a la práctica las medidas de seguridad establecidas. Para mostrar a la autoridad laboral siempre que le sea requerida. En relación a la gestión de la documentación, indicar, que el cumplimiento simple y meramente formal de la ley, además de ser absolutamente ineficaz desde el punto de vista de la mejora de las condiciones de seguridad es contraproducente, pues no contribuye a ésta y puede ser sancionado por la autoridad laboral si se estima oportuno. PRINCIPALES RIESGOS EN EL SECTOR DEL OLIVAR Los principales riesgos asociados al sector del olivar son: Tareas de poda y trituración de restos: cortes por uso de motosierras, hachas y caídas al trepar a los árboles, proyecciones de restos de poda, etc... Recolección: sobreesfuerzos y lesiones dorsolumbares al manejar cargas de forma inadecuada, proyecciones de frutos y otras partículas en cara y ojos, así como golpes y caídas por el uso de maquinaria agrícola, especialmente empleo del tractor y maquinaria asociada, con riesgos de atrapamiento en transmisiones y tomas de fuerza y riesgos de vuelco, en especial en zonas de pendiente. Uso de plaguicidas y fertilizantes, con riesgos de intoxicación. Golpes y cortes por empleo de herramientas manuales, desvareto, poda,... Utilización de subproductos del olivar: Proyecciones de astillas, maderas y otros elementos en las tareas de triturado y picado de ramones y leñas. Ruido y vibraciones con el uso de vibradoras, sopladoras y otro tipo de maquinaria agrícola. Sobreesfuerzos y carga física. Caídas al mismo y distinto nivel. Quemaduras debido a los trabajos de quema de restos de poda. PROPUESTAS PARA EL SECTOR Dada la importancia económica y social del olivar, parecería lógico elaborar un diagnóstico más exhaustivo sobre la realidad y situación del mismo en este aspecto, con la idea de detectar carencias y necesidades. Por este motivo, se propone la realización de campañas de sensibilización en relación a las condiciones de seguridad y salud para todo el sector. Así las propuestas se concretan en las 5 siguientes, todas ellas con el objetivo de mejorar las condiciones de seguridad y salud y fomentar la “cultura preventiva” en el mismo: Acciones de difusión, asesoramiento, concienciación y difusión de la cultura preventiva en el sector. Campañas de sensibilización en materia de prevención. Formación e información, tanto para empresario como para trabajadores. Mejora de los equipos de trabajo (ejemplo: maquinaria agrícola). Uso y empleo de equipos de protección individual adecuados. Divulgación de la Ley de Prevención y de sus principales aspectos. Hábitos de seguridad e higiene en trabajadores y empresarios. Cursos específicos sobre seguridad con el tractor y otra maquinaria agrícola, así como relativos a la carga física de trabajo. PRINCIPALES RIESGOS Y MEDIDAS PREVENTIVAS EN EL CULTIVO DE OLIVAR RECOLECCIÓN Se trata de una actividad que precisa de una alta demanda de mano de obra, por lo que la accidentalidad asociada, es igualmente alta. Los principales riesgos son: Cortes y pinchazos con ramas y hojas. Proyección de partículas y frutos sobre cara y ojos. Fatiga y daños dorsolumbares y musculares, con sobreesfuerzos y adopción de posturas forzadas, así como daños en articulaciones de miembros inferiores durante las tareas de soleo. Vibraciones y ruido derivados del empleo de maquinaria agrícola (vibradoras, sopladoras, tractores,...). Torceduras de tobillo, esguinces, golpes. Atropellos y golpes con maquinaria agrícola. Atrapamiento en tomas de fuerza y ejes de transmisión de la maquinaria. Caídas y golpes al trepar y/o subir a los árboles y maquinaria. Medidas preventivas: Es obligatorio el uso de gafas de protección y guantes para evitar pinchazos con las ramas y proyección de partículas y frutos durante el vareo. En los casos en que los trabajadores tengan que recoger la aceituna del suelo con las manos, deberán usar rodilleras y guantes. El operario se situará, en todo momento, a una distancia de seguridad y prestará especial atención a vibradoras frontales, palas, plumas, cajones, etc... cuando estén operando, para evitar colisiones con las mismas. Así, se debe extremar la prudencia durante los movimientos y trabajos con maquinaria agrícola, asegurándose en todo momento de la parada total de dicha maquinaria para realizar trabajos en la zona de influencia de la misma, no debiendo en ningún caso realizar movimientos hasta tanto no se hayan retirado los trabajadores de su zona de influencia. Igualmente el tractorista o persona que manipule la máquina, deberá avisar acústicamente de las maniobras cuando haya operarios en la inmediaciones de la zona de trabajo de la máquina (vibradora frontal, tractor, remolques,...). El transporte de operarios a la finca se ha de realizar de forma segura, evitando el transporte en un remolque u otro medio no habilitado ni adecuado para ello. En éstos subir y bajar correctamente, emplear los dispositivos dispuestos al efecto. Evitar saltar desde remolques y tractores al suelo. Cuando se manejen mantones con aceitunas, el operario flexionará las piernas, nunca doblará la espalda. Para efectuar levantamientos de cargas pesadas (sacos, cajas, etc...), éstas se deben hacer utilizando el cuerpo como punto de apoyo. Es aconsejable la alternancia de tareas tanto por 6 levantamientos de peso, fardos,... como por el ejercicio de varear, dado que son tareas que suponen mucho esfuerzo físico y la adopción de posturas forzadas (trabajar con los brazos en alto). Cuando se use sopladora, vareadora o rodillos barredores, para evitar los efectos perniciosos de las vibraciones, es aconsejable la alternancia de tareas y efectuar descansos cortos pero repetidos. Se ha de emplear protección auditiva en trabajos con sopladora, vareadora, rodillo barredor,... y, cuando se varea junto a maquinaria vibradora. Esta protección auditiva puede ser tapones desechables o auriculares adecuados. En las zonas de trabajo (vareo de olivos, arrastre de mantones) próximas a vías de circulación de vehículos, como cunetas, señalizar la zona de trabajo y utilizar ropa reflectante y de alta visibilidad. Si se ha de circular por ellas, hacerlo por la izquierda. Evitar subir o trepar a los árboles para derribar frutos de ramas altas. Para evitar esguinces, torceduras de tobillo, así como lesiones de parecida naturaleza, se debe emplear calzado de seguridad y de sujeción adecuada (sujeción al pie y cerrado). En días de lluvia y con fuertes heladas, prestar especial atención al terreno para evitar caídas, resbalones, golpes,... No olvidar en la zona de trabajo o tajo el botiquín portátil. TRABAJOS DE PODA Los principales riesgos y accidentes más frecuentes asociados a esta tarea son: Cortes y golpes por rebote de la máquina al iniciar el corte. Proyección de elementos o partes de la cadena por rotura de la cadena de corte. Cortes en manos, piernas y cara. Proyección de partículas, virutas durante el corte en cara y ojos. Golpes y pinchazos con ramas del árbol. La motosierra debe disponer de los siguientes elementos de seguridad: Freno de cadena o de inercia, para evitar cortes cuando se produce un rebote, de modo que al producirse un rebote se activa automáticamente deteniendo la cadena al instante. También denominado “dispositivo antirrobote”. Resguardos en la parte trasera de la máquina. Dispositivo de tensado rápido de cadena. Mando unificado, de modo que, todas las funciones importantes de la máquina se controlen con una única palanca. Principales medidas preventivas a adoptar: La forma segura de transportar y guardar la motosierra es en una bolsa especial para ello. Se deben emplear los equipos de protección individual en todo momento: gafas de protección o pantalla protectora, tapones u orejeras de protección auditiva, guantes para trabajos con motosierra, ropa de protección anticorte (mandil, perneras, pantalones, mono de trabajo,...), botas de protección y casco. Todos estos equipos de protección individual deben estar homologados. La comodidad también es seguridad. Usar ropa cómoda y adecuada al clima y al terreno. Utilizar guantes antideslizantes, para garantizar la sujección de la máquina de forma segura. Sujetar la máquina con las dos manos. En las motosierras, la mano derecha debe ir siempre en la empuñadura trasera, aunque el podador sea zurdo. Para repostar combustible, siempre se debe apagar la máquina y hacerlo en espacio abierto y al aire libre. Debido a que los trabajos de poda exigen de un importante esfuerzo físico, el descanso es importante, ya que el cansancio aumenta los riesgos. Siempre se debe trabajar con buena visibilidad, limpia periódicamente las gafas o pantalla de seguridad. Si en la zona de trabajo hay varias personas, deja siempre un espacio de seguridad para evitar daños y accidentes. Realizar un mantenimiento y cuidados regulares y adecuados a la máquina. Así, el mantenimiento debe ser el adecuado en función del tipo de uso que se haga de ella y la frecuencia de éste. Se debe conocer la máquina de trabajo, leer las instrucciones de uso y sus características, antes de usarla por primera vez. 7 Por último, no se debe olvidar que ningún sistema o equipamiento de seguridad garantiza una protección absoluta. Nada reemplaza a una técnica de trabajo segura. TRITURACIÓN DE RESTOS DE PODA Para evitar atrapamientos, así como cortes, proyecciones y golpes con ramas y otros objetos: La alimentación de la tolva de la trituradora se realizará sin impulsar la carga y esperando a que el propio rodillo coja las ramas. El operario se situará fuera de la zona de proyección de la tolva para evitar la colisión de ramas proyectadas por la máquina. Se usarán guantes y gafas de protección contra astillas y otros restos de poda. Las medidas preventivas para evitar daños y molestias causadas por la exposición a ruido de la máquina: Se usarán auriculares o cualquier otro dispositivo de protección auditiva homologado para el uso de la máquina trituradora. EMPLEO DE TRACTOR Y MAQUINARIA AGRICOLA Vuelco del tractor (lateral o hacia atrás): Realizar maniobras suavemente, nunca arrancar de golpe. Usar velocidades moderadas. Adaptar la velocidad a las condiciones del terreno. Para bajadas, usar el freno motor. Para subir pendientes pronunciadas, usar la marcha atrás. No sobrepasar la carga máxima permitida, ni usar aperos inadecuados. Enganchar los aperos a la barra de tiro. No acercarse a zanjas, desniveles, taludes… Los tractores y otras máquinas autopropulsadas deben disponer de protecciones certificadas que eviten aplastamientos en caso de vuelco. Riesgo de caídas: Nunca subir o bajar del tractor en marcha. La subida y bajada se realizará siempre cara al vehículo. Los peldaños del tractor estarán limpios de barro y grasa. Riesgo de atropello: Comprobar que los frenos y luces del vehículo funcionan correctamente. Estacionar siempre sobre superficie llana. Al bajarse del vehículo, hacerlo por el lado contrario al del conductor. Avisar acústicamente de los movimientos de la maquinaria, cuando se realicen trabajos en las inmediaciones de ésta. Riesgo de atrapamiento: Extremar las precauciones en el enganche y desenganche de aperos. No acercarse a máquinas en funcionamiento si éstas tienen partes accesibles en movimiento. Está prohibido la anulación y/o eliminación de protecciones en las tomas de fuerza, ejes de transmisión, etc. Riesgo de incendio y explosión: Evitar el derrame de sustancias inflamables sobre el motor o el tubo de escape. Al repostar, mantener el vehículo apagado y no fumar. No limpiar el vehículo con disolventes inflamables. Llevar un extintor portátil. Riesgo de exposición a ruido y vibraciones: Disponer de un asiento regulable que posea una amortiguación cómoda. En modelos con cabina, procurar la máxima insonorización. En modelos sin cabina, usar tapones u orejeras. 8 Accidentes de tráfico: Respetar las normas del Código de Circulación. Revisar periódicamente frenos, neumáticos, luces y claxon. Nunca desplazar el tractor en punto muerto. Evitar los caminos que acceden a carreteras en puntos sin visibilidad: curvas, cambios de rasante… Siempre que sea posible, circular por el arcén. Señalizar cualquier maniobra con suficiente antelación. 9