Gyslinc_R_Elizabeth - Repositorio Académico

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ELlZABETH GVSLlNC R. -
JUAN C. SAAVEDRA A. -
JUAN S. GOMEZ J.
DIFERENCIAS INTERSEXUALES EN LA CONDUCTA CRIMINAL VIOLENTA
UNA APROXIMACION
MULTIDISCIPLlNARIA
PARA UN MODELO
ETIOLOGICO
RESUMEN
Se analiza la conducta criminal violenta desde diversos niveles
explicativos. Específicamente, critica las aproximaciones aisladas al problema, y postula como método adecuado uno que implemente una integración formalmente coherente de carácter interdisciplinaria. Posteriormente se enfoca el hecho de la mayor prevalencia de esta conducta en hombres en relación a las mujeres. Esto permite un método mas apropiado
para aproximarse adecuadamente al problema de la etiologia de la criminalidad. Se describen brevemente las diferentes aproximaciones teóricas y explicativas y su desarrollo histórico.
Basado en lo anterior, se parte de la premisa que un adecuado modelo explicativo debe integrar lo exógeno, socio-cultural (como nivel soclocultural, aceptación de creencias machistas, habilidad de interacciones sociales y entomo familiar, habilidad verbal en hombres y mujeres,
etc)., con lo endógeno, psicobiológico (como perfil neuroendocrino, aspectos anatomofuncionales del sistema nel vioso en hombres y mujeres,
la neuroblologia de la agresividad, efecto de andrógenos y estrógenos,
variaciones circadianas, etc.).
Todos los factores se integran y se conceptua/lzan en forma general como un sistema de coordenadas, las que proveen un perfil de "criminalidad potencial" de un individuo. Lo anterior tendria consecuencias sico-sociales y legales, además de consecuencias experimentalmente verif/cables por el método científico, todo lo cual se expone brevemente.
DIFERENCIAS INTERSEXUALES EN LA CONDUCTA CRIMINAL VIOLENTA
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1. INTRODUCCION
Estadísticamente' se ha demostrada a nivel mundial que hambres
y mujeres evidencian una diferencia significativa en cuanta a conducta
criminal, tanta en cantidad cama en calidad de delitas cametidas. Este
fenómenO' nO' parece haber sidO' suficientemente analizada can la rigurasidad científica que ame'rita para llegar a canacer las causas de ésta.
Preguntar la adecuada y abtener respuestas pertinentes puede traducirse en un modela teórico, etialógica e integrativa, útil para lagrar un mejar entendimientO' de la canducta criminal, muy 'e'specialmente cuando
ésta supane agresianes vialentas a terceras. En farma más específica, si
tenemas un universO' (hambres más mujelres), en e'l cual s'e,abserva que
el 50% de este universO' tiende a expresar cierta canducta, y el otro 50%
tiendel a ,la cantrario, las diferencias entre ambas grupas debe'rían entre·
g,ar respuestas para una explicación etialógica de la canducta que interesa camprender.
La Hteratura acercaidelas diferencias canductua'les entre 100ssexas
e's abundante, pera sin embarga se sabe muy poca 'acerca del origen de
tales dife'rencias. Datos procedentes de diversas fuentes camienzan a
identificar las distintas cantribucianes de los factares biológicas y culturales en el origen y desarra'lla del las diferencias canductuales entre
sexas. En este sentida Anastasi (1), después de extensas 'investigaciO'nes
cancluye que "las factares culturales san básicas en la diiie'renciación
de,1rO'l de 100ssexas y en las correspO'ndientes diferencias canductuales.
Sin embarga, a pesar de que las diferencias físicas cO'ntribuyen, esta
cantribución sue'le ser indirecta y superpuesta can factares culturales.
En estos casos 'San las inferencias saciales abtenidas a partir de las
difel'1encias físicas y nO' 'las propias diferencias biológica-sexuales, las
que canducen a desarrollas divergentes de la pelrsonalidad en ambas
sexas". Dada lo expuesto, el emplea del análisis multidisciplinaria se
hace completamente necesaria ya que el ser humanO'es multicausada en
su campartamienta y, par ,lo tanta, nO'existe campO' alguna del saber que
pueda pretender monapalizar la exp'licación de este camportamienta. Si
esta es válida para la que 5181 denamina conducta "narmal" a "adaptativa",
la es también cuandO' se trata de analizar canductas que vialan ,la narma·
tivamente establecido y configuran una situación prablemática para la
saciedad.
Par ella, en ,lo que sigue se empleará una apraximación multidisciplinaria a fin de, crear un madela etialóg'ica para estudiar las diferencias
intersexuales en la canducta criminal vialenta.
11. JUSTIFICACION DE LA SELECCION DEL PROBLEMA.
a) Importancia
Teórica del Problema:
DesdelO's camienzos de ,la cansa!'idación de la c'riminología coma
disciplina empírica y científica, a mediadas del sig'la :XIX, Junta al pasiti-
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vismo crimonológico (en particular al nacimiento de la Scuola Positiva
Italiana, cuyo princip'al representante, Cesare Lombroso, 'es conocido por
sus teorías del determinismo y el atavismo biológico como exp,licación
para la e.tiología de la conducta delictiva), la etiología de las conductas
criminales ha, sido un problema latamente discutido. Definiremos la conducta criminal como aquel comportamiento, variablemente explícito, de
auto o heteroagresividad del cual resulta un daño a los individuos y/o
su entorno sociocultura-l, y que además es sancionado por el código legal
vigente. Han habido diversas aproximaciones teóricas y empíricas lelOrelación a explicaciones de este fenómeno, las que tratan de comprenderlo
desde perspe,ctivas s'ingulares y unidisciplinarias. No se observan intentos rigurosos para logra-r crear modelos que integren y estmcturen de
manera coherente, en un sistema hipótetico,
las distintas variables
involucradas en la conducta antisocial.
Es así como coexisten, en
forma paralela y más o men01s aislada, expHcaciones de corte biológico (en relación a factores ge.néticos, neurológicos, endocrinos, bioquímicos, etc.), psicológicas (psicoanálisis, conductismo, fenomeno~
logía, siquiatría,
etc.), sociológico
(teoría de la sub-cultura, deprivación y pobreza, teoría de la anomia, enfoque del '''labeHing''), e incluso
explicaciones de tipo político-económicas (enfoque marxista, criminología
orítica). Es posible apreciar en la bibliografía quel dos importantes grupos
de factores generales, los que corr,esponden a los elementos socioculturales (los aquí denominados factores exógenos) y a los ellementos neu·
robiológicos (llamados aquí factores endógenos), no parecen haber sido
integrados en un modelo interdisciplinario y coherente (2). Es notorio en
algunas hipótesis etiológicas la carencia del manejo de información reciente sobre las relaciones psicobio!ógicas que han aportado las neurociencias, y sus relaciones con otra ramas del saber. En le'ste tipo de problemáticaes común ,la tendencia a que los diferentes tipos de aproximaciones se focalicen en forma estl'le,cha en un campo aisilado del saber.
Ello puede llevar a una proliferación del "saber" que no tiene límites en
su ignorancia de ,la totalidad (3).
Existe un fenómeno que no ha sido suficientemente estudiado en
relación a la conducta criminal: el hecho epidemiológico y bio-estadístico
de que entre hombres y mujeres ,existen claras diferencias, cuantitativas 'i
cualitativas, en relación a la conducta criminal. Así, en cuanto a 'la frecuencIa de 8 a 10 veces más que las mujeres (4). Por otro lado, mientras los
hombres cometen un mayor espectro de conductas antisociales, las mujeres tienden a focalizarS'e! en un rango más estr'echo de ellas. Particularmente, en relación alas conductas criminales violentas con resultado de
daño o mue'rte a terceros, las mujeres tilenden a cometer parricidio (en
una concepción amplia del término, incluyendo al cónyuge, al conviviente
y a los hijos, es curioso' observar que las mujeres en forma infrecuente
causan la muerte intencional de padres o hermanos, como sucede en el
caso de los hombres) e infanticidio con una frecu'encia relativamente mayor, en relación al grupo de hombres. Según Howard (5), el homicidio ha
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sido tradicionalmente un fenómeno que ocurre entre familiares, conocidos y amigos. Esto no debería sorprender ya que cualquIera es más proclive a matar a una pe,rsona cercana que a un desconocido (excepción a
este hecho son 'los "'amados asesinos en serie, ausentes hasta el momento en Chi'le). Este hecho se presenta en forma casi absoluta en el
caso de ,las mujeres (c:Jn excepción del delito terrorista): a diferencia de
los hombres, es casi nula la probabilidad de Que una mujer cometa homicidioen una riña o en un asalto. Este, hecho, al cual se le pueden dar múl
tiples explicaciones superficiales, requiere de un aná.Jisis riguroso a nivel multidisciplinario. En 'la práctica se observa que, cuando una mujer
mata, por regla general tilene fuertes lazos afectivos con su víctima. Ann
Jones intenta examinar el fenómeno de la mujer homicida desde una
perspectiva histórica, tratando de establecer cons'xiones entre esta conducta criminal y lo ,que ella denomina "deformaciones culturales", para
referirse a 'la socialización que reciben las muje,re's en cuanto a lo Que
deberían ser sus conductas socialmente deseables (6). Jorge Pérez Sánchez se 118,fierea su vez a la importancia de los factores ligados al pro·
ceso de socialización, cuyo estudio puede contribnir a explicar la eSCal'lR
participación femenina en el delito (7). Se han ide.ntificado variables de
orden psicológico, con un fuerte componente de aorendizaje social, que
se encuentran presentes en diferente grado en el hombre yla mujer. A
modo de ejemplo, se plant>s'ael sentimiento de culpa, y la capacidad empática, variables inhibidoras de ,la conducta agresiva y violenta, ,las cuales serían superiores en la mujer que en el hombre. Por otra parte SiS'ha
encontrado que los varones, delincuentes o no, poseen menos inhibicIones internas que las mujeres. Aparentemente, a éstas les es más difícil
ps'rcibir estímulos agresivos en materiales neutros y atrib~!ir intenciona·
lidad violenta a ,la conducta de los otros. También se ha des~ubierto que
los hombres tienen un umbral de provocación más bajo que ,las mujeres
ante estímulos hostHes.
Conjuntamente con las variables ya citadas, cabe, señalar la existencia de dos teorías -referidas al proceso de social'ización que son rele·
vantes p'ara el modelo etiológico propuesto en esM trabajo. En la teoría
del control, Hirchi afirma que los sujetos en general contienen sus deseos de violar la ley debido a los vínculos qU8llos unen con la sociedad (8).
Ello implica, respecto ala diferencia conductualintersexo,
que los hombres se sienten menos vinculados a las costumbres y normas sociales
que las mujel1es. Esto explicaría en cierta medida ,la mayor participación
de ellos en la delincuencia. Por otro lado, se encuentra la teoría de la contención, que propone el alejamiento del individuo de las conductas antisocial!8's en referencia a sus propios locus de control interno y externo,
los cuales son favorecidos si ,la persona tiene una autovaloración positiva
de sí misma o una elevada autoestima (9).
Finalmente, cabe destacar la existencia de factores que muestran
la estr;echa relación entre delitos y roles sexuales aprendidos. Desde
muy temprana edad, niños y niñas aprenden un determinado rol basado
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en diferentes eXipectativas sociales, se espera que las niñas adopten una
postura más conformista y obsie'rvante de ,las normas establecidas, mientras que los varones son frecuentemente recompensados por salirse de
dichas normas (esto es visiblemente notorio en los estratos socioe'conómicos más bajos). El control social es más fue,rte en las niñas, las cuales
están más sujetas a la disciplina y a ,la supervisión de todas las instancias de socialización.
En un estudio descriptivo r.ealizado por Doris Banchik en Chile sobre un grupo de mujie'res que cometieron panicidio en 1982, es posible
apreciar que ,la motivación principal del acto homicida fue el maltrato
frsico y ¡psicológico, crónico e inevitable, por parte de la víctima (10). Esto
apoya la teoría del alto umbral de reacción ante la provocación hostil
de la muJer en relación al hombre. Al momento de cometer e,1parricidio,
la gran mayoría de ellas se hallaba en un estado de descontrol emocional, implementando ag,resiones pobr.emente estructuradas (conductas impulsivas y no planifi'cadas, características de una reacción ante el quiebre
del umbral de resistencia a la provocación). Otro aspecto destacable de
'e'ste trabajo es que una característica significativa de este grupo de mujeres está configurada por una influencia sociocultural temprana desfavorable (padres alcohólicos, pobreza, abandono fami,lia,r, baja escolaridad.
deprivación sociocultura,l, violencia intrafamiliar, etc.). Este tipo de influencia desfavorable repe'rcutiría significativamente en la apropiada internaHzación del rol social típicamente femenino, desvirtuándolo o empobreciéndolo. También se aprecia que la gran mayoría de el,las presentaba un coeficiente intelectua'l limítrofe o inferior a lo normal, sumado a
características de personalidad pobremente' adaptativas o patológicas.
Cabe preguntarse por cierto si estas deficiencias de la capacidad intelectual son producto de los genes o del ambiiente sociocultural temprano.
En relación a aspectos de,1conocimiento general al nivel neurobiológico se sabe que, prácticamente en todas las iS'species, las conductas agresivas son mucho más frecuentes en los machos que en las hemde agresividad
parece ser
modulada
bras (11). Esta diferencia
por niveles de andrógenos, durante períodos críticos del desarrollo,
como los perinatales. Se sabe que niveles altos de andrógenos, espe'cialmente testosterona, promueven la diferenciación
morfofuncional del
sistema nervioso desde uno de tipo más femenino, hacia uno con características masculinas. En monos hembras sometidas a la administración de propionato de testosterona durante el período perinatal, se ha observado que 'este tratamiento afecta p'armanentemente la
respuesta del sistema nervioso adulto a ,la testoste.rona. Estas monas,
al administrárseles
testosterona. se comportan en forma más agresiva frente a congéneres y a otras especies. La administración
de
testosterona a monas no sometidas perinatalmente a este tratamiento,
no provoca ,este cambio. En el mono macho, en condiciones normales, el
s'istema nervioso modificado precozmente por el efectoandrogénico
es
capaz posteriormente de reaccionar y expresar agresividad, tanto en relación a altos nive\'e's de testosterona característicos de los adultos, co-
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mo también frente a eventas ambientales cantingentes mas a menas específicas. En la especie humana, las factores endacrinas ta,les coma nIveles mas altas de, andrógenas en períadas críticos y durante ·Ia adultez
en el hombre, también parecen ser permisivas de canductas agresivas.
Sin embarga, aquí entra en juega el canjunta de variables saciocultura·les,
espe'cialmente aquellas estructuradas cama sistemas de creenci'as.. Son
de especial interés las creencias sabre el 1'0'1 de las sexas en 'la sociedad,
particularmente en relación al espectrO' de actitudes y canductas denaminadas camúnmente "machisma". Par ejemplO', se ha sugerida que las
caracteres secundarios del sexO' masculina en la ¡espede humana, coma
el mayar des¡;¡rralla de 'la masa muscular y fuerza física, fueran seleccianadas par adaptación. EUa se podría relacianar a las funciones de cazadar y gueJ'\reraque las machas da' esta especie ejercían en las saciedades primitivas (12).
La anteriar se ha carrela'Cianada a una mayor especialización del
hemisferiO' cerebral derecha de este sexO',can la cans'ecuente mayar competencia visua-espacial de las hambres respecta de las mujeres. Existen
evidencias neuropsicalóg;icas y funcionales de un desarrolla morfafuncianal mayor de ambas hemisferias cerebrales, la que se expresa 'en una
mayar capacidad verbal. Par ejemplO', la aptitud verbal se desarrolla primera en las niñas que en las niñas y. en estimulación dicótlca, la's mujeres muestran una superiaridad frente a las estímulas verbales en relación a las hambres (12).
La ante'rior indica que en la especie humana la biológica se encuentra imbricada íntimamente can la cultural. Así, resulta que en relación a ,las canductas agresivas, las de las hambres san de un tipO' más
psicamatar, can mayar usa de vialencia física, en comparación a la de
las mujel'es, cuya agresividad es mayor en el ámbitO' psicaverbal. Esta
permite inferir que fas canductas criminales violentas de 'la mujer deberían estar más relacionadas al ,entarna ve,rbal inmediata y, de esta farma.
can el sistema familiar. Toda ella lleva a sugerir que un importante factal' en la diferencia del tipO' de criminalidad entre hambres y mujeres
carrespondería a que las mujeres nO' s'8'rían sicabiológicamente susceptibles de cometer ag'res'ianes criminales físicas, puesta que el símbala
verbal reemplazaría, desplazándola, ala agresión física dil'lecta propia
del sexO' masculina.
Para finalizar este punta, canviene discutir un aspectO' metadalógica central. Este dice que, en el universO' farmado por mUjie'resy hambres.
el estudia del sub-grupa formada por las mujeres que cometen conductas
c'riminales violentas can un perfil característica lleva la acatar lelOmejor
farma el problema de la criminalidad en general. Es de'cir, el estudia de
las mujeres y sus canductas criminales específicas, generaría una farma
de interrelación más sistemática y metadológicamente más abardable
entre las factares exógenas y endógenas ante'riarmente expuestas.
b) Importancia Práctica de la Solución del Problema:
De probarse el modela hipotética como una teoría válida en I'a cual
basars'e para praponer políticas de acción en materias públicas de crimi-
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nología, 'se lograría una aproximación más coherente y formal a ciertos
aspectos de las bases metodológicas de la ciencia penitenciaria actual.
En forma explícita, es posible plante'ar 'las siguientes líneas de acción:
1) Prevención secundaria de crímenes violentos: 'realizar una inte~ención sobre el conjunto de sujetos condenados por crímenes viol,entos. Esta intervención se realizaría a nivel psicológico, médico, social. etc.,
dentro :de los recintos carcelarios o fuera de' ellos bajo el sistema de
medidas alternativas de cumplimiento de condenas (Ley Nq 18.216).
2) Rehabi'litación multídisciplinaria de sujetos reincidentes en delitos que' implican conductas agresivas violentas, especialmente con resultado de muerte. Para ello se podría diseñar un esquema que considere variablesestrcturales
y funcionales, dentro y fuera de los centros de
~eclusión que incluya el manejo de aspectos tales como la clasificación
de la población penal, tipificación de los individuos para poder seleccionarlos, y programas de atención multiprofesional a esta población penal
específica. Estos programas deberían integrar aspectos sociales y familiares (mediante· el trabajo sistematizado de asistentes sociales), sicológicos (a través del análisis de la estructura de la personalidad, terapias
de rehabilitación, etc.), biomédicos (control de perfiles bioquímicos y
ritmos circadianos,terapias
endocrinológlcas, psicofarmacológicas, etc.)
y, sin pretender :3'xhaustividad, intervención de orden macrosocial a nivel
del entorno cultural (con el aporte de sociólogos y antropólogos).
3) Nu~vo e~!oque, en el ámbito jurídico, del análisis de las penas
!a reconslderaclOn de los elementos de imputabilidad, en relación a
eXimentes y/o atenuantes. Por ejemplo. si la locura o demencia (Art. 10
N9 .1.del Códi9? Penal C.hileno) es un. eximente y una causal de inimputabllldad, tambJen debena serIo un nivel significativamente alto de andrógenos en un sujeto' dado en una situación específica (si el modelo
es correcto). Ello, porque se confIguraría una interacción entre factores
endógenos yexógenos inmanejabie para el sujeto. A este respecto. cabe recordar que el Artículo 11 del Código Penal Chileno plantea como
atenuante la acción cometida bajo arrebato u obcecación, conceptos que
no están claramente establecidos ni operacional mente definidos por nuestro sistema jurídico. Dicho de otra forma, aparentemente el código Penal "intuye" variables subyacentes a la conducta criminal que no ha sido posible definir ni operacionalizar por falta de un paradigma coherente. Cuando ,se establezca un buen modelo etiológico de la conducta criminal,este servirá de apoyo para el legislador en el momento de tipificar las conductas jurídicamente punibles y adscribirles una adecuada sanción. Sobre este punto, podemos hacer una sugerencia de implementación
inmediata. Ella ,consiste en realizar un análisis de los códigos penales
de otros países a fin de.ver si se han definido factores atenuantes o agravantes de tipo bioquímico(p. ej .. nivel anómalo de algunos compuestos
químicos), e implmentar la legislación chilena con ellos, junto con definir los exámenes que serán legalmente aceptados.
y
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e) Desarrollo
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Histórico del Problema.
Desde el siglo pasado, diversas
investigaciones han tratado de
explicar el comportamiento humano en ge.neral y en especial el criminal, en función de procesos hormonales o endocrinos patológicos y disfunciones endocrinas determinadas (ya que este sistema se relaciona
a lo neurovegetativo, y este con la vida afectiva). El auge de estas teorías ocurrió en paralelo a la evolución de la moderna endocrinología (2).
Este proceso se inició, aparentemente, con la obra de Wohler, quien sintetizó la urea, molécula producida hasta el mome.nto sólo por el cuerpo
humano. Bernard, a mediados del siglo pasado, trazó la diferencia entre
glándulas exógenas y endógenas. Por otra parte, Addison descubrió la
función de las glándulas suprarrenales y Takamine, conjuntamente con
Aldrich, lograron aislar la adrena!ína, siendo Stalingen el que denominó
"hormonas" a la secreción de las glándulas endocrinas (13). De este modo nació la idea del hombre como se.r "químico" con todas sus consecuenci~s, particularmente la consideración del desajuste o desequilibri?, del
componente hormonal del individuo como concepto central de la nueva criminología".
El primer libro norteamericano que responde a este enfoque es
"The New Criminology" de Max G. Schlapp y E. H. Smith (publicado en
19281. para quienes el crimen no era otra cosa que las consecuencias
de una perturbación emocional derivada de un desajuste hormonal. A
Marañón s,e ·I'e debe el haber puesto de manifiesto las conexiones del
ámbito endocrino con el psicológico y la influencia de la actividad glandularen el compO'rtamiento humano {2}.
En los últimos años, especialmente en el marco de la delincuencia
Bgresiva y sexual, han proliferado investigaciones ace.rca de la posible relación de los niveles de t'estosterona y la ·conducta criminal masculina.
La incidencia criminógena de un elevado nivel de esta hormona como determinante de la agresividad del varón fue destacada por Kreuz y Rose
en 1972, al detectar un nivel superior al normal de dicho esteroide en
reclusos que habían cometido delitos violentos, en comparación con los
restantes internos y el correspondiente grupo control (14).
Existen por otra parte numerosos estudios sobre la criminalidad
femenina, los que han demostrado que la mujer comete un porcentaje
Significativo de delitos con motivo de. ciertos desajustes hormonales propios del ciclo menstrual. También :existe evidencia empírica de cambios
notables en la conducta de las mujeres en virtud de procesos asociados
a la función reproductiva, como por ejemplo la de.presión, la psicosis
postparto y los síndromes premenstrual y climatérico (15, 16). Sin embargo, no existe evidencia concluyente de que una alteración de los niveles hormonales sea, por si misma, la causa o factor determinante de
tales comportamientos en las mujeres. Es posible pensar que dichas disfunciones nQ son sino un factor más que ,contri bUfe , en unión a otros,
a la expilcación de aquellos. Si bien la endocrinología ha pue.sto de relieve la influencia de la actividad hormonal sobre el temperamento y carácter del individuo, es utópico pensar que una teoría de la criminología
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estrictamente endocrino lógica sea capaz de dar cuenta por si sola del
Gcmplejo fenómeno criminal.
En lo que se refie.re a las teorías socioculturalmente
orienta~~s
acerca de la criminalidad, ellas surgieron históricamente como reacclon
frente al positivismo biológico, siendo mérito indiscutible d~ las ~ismas
el haber demostrado la insuficiencia y parcialidad de cualqUier teona monocausal para dar cuenta de la complejidad de la conducta delictiva.
Las primeras teorizaciones de corte sociológico, en un sentido am;:>Ijo, están representadas por el enfoque conocido como "estadística
moral" (su precursor fue Quetelet, belga de mediados del siglo XIX), la
cual en síntesis presentaba los siguientes postulados: 1) ,el crimen es
un fenómeno social, no un acontecimiento individual 2) ,e,1cirmen es
u'1a magnitud regular constante y mensurable y, 3) el delito es normal,
;nevitable e incluso necesario dentro de la sociedad. La importancia de
este enfoque radica en haber vjsualizado al crimen como un fenómeno
de masas, como hecho social y como una magnitud mensurable estadísticamente, perspectiva actualmente ineludible.
Posteriormente, el francés Lacassagne recalcó la importancia del
medio social, en el sentido de que la desorganización social promueve
la criminalidad. Etiológicamente, asignó dos causas fundamentales para
la cond",cta delictiva: los factores individuales y los sociales, tomando
los primeros como predisponentes y los segundos como determinantes
causales.
Otros enfoques más modernos derivan de la sociobiología creada
por Wilson en 1975, cuya característica
principal es la consideración
del factor biológico sU'mad'o al factor ambiental más el proceso de aprendizaje como recíprocamente interdependientes (17). Para la sociobiología
moderna, el hombre es un organismo biosocial de modo tal que su conducta estaría influida por condiciones físicas y ambientales. En segundo lugar
destaca que todo comportamiento social, incluido el criminal, es aprendido.
Dicho aprendizaje no se controlaría a través de procesos sociales de interacción, sino por otros de naturaleza bioquímica y celular. El hombre
aprendería en virtud de un complejo mecanismo en el cual interviene el
sistema nervioso central. Jeffrey formula esta concepción del siguiente
modo gráfico: código genético x medio ambiente = código cerebral x medio ambiente = conducta (18).
Como se puede observar, el desarrollo histórico del problema ha
evolucionado desde enfoques monocausales hacia otros multicausales, si
bien no se ha logrado llegar a la visión global izada e integradora planteada por el modelo de, análisis a multinivel.
d) Línea de Investigación Futura.
Como se recalcó al comienzo, cualquier línea de investigación futura debe ser de carácter multidisciplinario. Para comprender mejor este concepto, a continuación resumimos lo que se entiende como análisis a multinivel. El concepto de nivel se refiere a la diversidad de grados de profundización bajo los cuales se puede analizar o representar un
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determinado fenómeno {incluyendo las conductas humanas). De este modo el nivel de organización de un nivel psicológico puede variar desde lo
molecular a lo celular, pasando por el tejido, el órgano, el sistema, el organismo, el entorno físico, llegando al ámbito socio-cultural. Se puede
observar que el nivel de análisis mediante las neurociencias se ubica entre los más básicos, mientras ,que la sicología social se ocupa de análisis macroscópicos, es decir de-I individuo y sus interacciones con el grupo y su entorno socio-cultural. De este modo estos campos de especialidad difieren en cuanto al nivel de análisis del fenómeno conductual y no
en cuanto al fenómeno mismo en estudio. Por ejemplo, al estudiar la
agresión, 'el fraccionamiento y las medi'Ciones del tenómeno resultan
disgregadas, o incluso discordantes, al comparar sus resultados. En consecuencia, los conceptos y variables rara vez tendrán coincidencia isomorfológica. El análisis de multinivel ha sido definido como "el estudio
de un fenómeno, desde varias perspectivas, graduándolas desde lo neurobiológico (microscópico) hasta lo sociopsicológico (macroscópico)"
(3). El enfoque inte.grador plantea que el análisis de un fenómeno a un
solo nivel de organización puede informar, afinar o restringir inferencias
basadas en observaciones proveníentes de otro nivel de análisis y, de
esta forma, se puede llegar a estimaciones y teorizaciones generales acerca de fenómenos psicológicos complejos.
Existen al menos tres razones para plantear que el análisis a multinivel de problemas conductuales complejos (como la conducta socialmente desviada o francamente criminal) y sociales, debe responder a un
modelo integrador. En primer lugar, los sistemas complejos no pueden
ser entendidos como una simple extrapolación de las propiedades de sus
componentes elementales. Este punto se refiere a que los distintos niveles de análisis deben ser tomados más como complementarios que como
alternativas de solución. Una segunda razón es que cada nivel de organización constituye una forma particular de examinar un fenómeno como
el comportamiento. De este modo, ninguno por sí solo es el más adecuado para resolver todos los problemas psicológicos. Por últi,:"O, a menudo
se gana precisión en el conocimiento cuando se logra transitar ¿Jesd~ g~neralizaciones acerca de operaciones sobre elementos molares, hacia
generalizaciones acerca de operaciones en microelementos.
La doctrina del análisis de multiniveles establ'ece que existen fenómenos que derivan de eventos pe.rtenecientes a un conjunto determinado de niveles, y que son más claramente comprensibles analizándolos a
través de todos estos niveles.
Este enfoque tiene tres principios básicos: 1) El principio cel det~rminismo múlti~le, 2) El pri~cipio del determinismo no aditivo (las prop~edades de un sistema no siempre son predecibles a partir de las propiedades de sus partes, a menos que las propiedades del sistema hayan
sido claramente establecidas y analizadas a través de los diferentes) y
3) El principio del determinismo recíproco (que se refiere a las influencias
mutuas entre los factores micro y macroscópicos). Todos estos principios
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deben ser tomados en cuenta al delinear investigaciones futuras acerca
del fenómeno. Dicho de otra forma, la capacidad de predicción de cualquier investigación aislada acerca de variables puntuales de un hecho
psicosociobiológico resultará a la larga ser solo un listado de resultados
y microteorías parciales. Aún cuando cada una de estas microteorías da
una visión válida en su dominio acerca del fenómeno en estudio son, en
el mejor de los casos, solamente una pieza más dentro de un puzzle conceptual mucho más extenso. Como una forma de operacional izar brevemente los conceptos expuestos, se plantean las siguientes líneas de investigación para avanzar en el estudio del problema:
1. Reunir, analizar, priorizar y sintetizar las investigaciones que ya
existen al respecto en los diferentes campos disciplinarios que se- han
ocupado del tema. Formar equipos de estudio multidisciplinario con el fin
de correlacionar e integrar los datos teóricos y empíricos a través del
uso del metanálisis, herramienta útil para la implementación práctica de
fa doctrina de los multiniveles.
2, Investigar la existencia de campos disciplinarios que puedan
aportar datos al respecto que no hayan sido incorporados significativamente hasta la fecha, como por ejemplo las técnicas de las ciencias de
la educación, el efecto de los medios de comunicación de masas, la influencia del abuso de drogas y la implementación de nuevos paradigmas
políticos, tales como la economía social de mercado.
3. Diseñar modelos de investigación empírica en base a muestreo
estratificado, tanto de la población penal como de la población general,
bajo la forma de diseño cuasi-experimentales
con el fin de someter El
prueba el modelo propuesto (que nosotros sepamos, nunca ha sido realizado en nuestro país un estudio sobre la conducta criminal basado en
un modelo multidisciplinario).
III-FORMULACION DE UN SISTEMA DE HIPOTESIS
a) Unidades de análisis de las hipótesis.
Las unidades de análisis de las hipóte.sis serán un grupo de individuos de sexo femenino, los cuales serán estudiados operacionalrnente
como se expone en el punto d).
b) Conjunto de Hipótesis empíricamente contra,stables: Axiomas
Básicos o conjunto de suposiciones iniciales (Hipótesis. Axiomáticas).
1) Un factor necesario para la expresión del fenómeno conducta
criminal violenta es el conjunto de conductas denotadas como agresividad y sus consecuencias observables en el entorno físico-cultural.
2) Los diferentes tipos de conductas agresivas son multicausadas.
3) <laagresividad, al formar parte del continuo conductual, 'está similarmente condicionada a la mantención del estado homeostático del organismo entendido como un sistema (esto se logra al equilibrar un conjunto
de parámetros morfofuncionales internos, tales como parámetros bioquímicos), en relación al conjunto d3 parámetros del entorno físico-cultural
DIFERENCIAS INTERSEXUALES EN LA CONDUCTA CRIMINAL VIOLENTA
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(romo la habilidad verbal, el nivel sociocultural y la actitud frente al machismo).
4) El Sistema neuroendocrino de hombres y mujeres es morfofuncionalmente diferente.
5) El entorno sociocultural, específicamente el sistema de creencias sobre el rol social de los sexos, afecta en forma diferente a hombres
y mujeres, repercutiendo en su e,spectro conductual.
Hipótesis Específicas.
1) La conducta criminal viulenta de, las mujeres debería variar en
relación a los cambios neuroendocrinos del ciclo menstrual y del climaterio. Específicamente, mientras menor sea la relación entre los niveles de
andrógenos/estrógenos, habrá una mayor posibilidad de conducta criminal
violenta. Por lo tanto, la mayor incidencia de criminalidad violenta ocurrirá en el período premenstrual y post-menstrual inmediato.
2) La valorización del machismo como algo positivo estará inversamente relacionada a la conducta criminal violenta. Así, las mujeres que
aceptan el machismo deberán tener una incidencia menor de criminalidad.
Los parámetros socioculturales, tales como el sistema de creencias sobre
el rol de la mujer en la sociedad, limitan, condicionan y predisponen a
formas dete,rminadas de conductas criminales violentas. Específicamente
el rol de la mujer en la sociedad debe circunscribirse prioritariamente a
su rol de esposa y madre. La evidencia apoya que esta creencia sobre el
rol femenino es válida para Chile y, en general, para América Latina. Este
conjunto de creencias sistematizadas como el mito del machismo, modula y gatilla la agresividad, interactuando con eventos ambientales como
violencia intrafamiliar, consumo de alcohol, etc.
3) Basado en evidencias recientes, se ha planteado que los proce,80S sociales influyen sobre los eventos neuroquímicos en una forma recíproca a como lo hacen los estados neuroquímicos sobre la conducta social. Por ello se postula que los niveles de andrógenos en las mujeres
están relacionados a los eventos ambientales gatillantes tales como maltrato físico continuo por parte de su potencial víctima, deprivación sociocultural, etc. {19,20). Es decir, a mayor violencia ambiental vivenciada
como tal por una mujer desde edad temprana, mayores niveles de andrógenos de ésta (esto tanto en mujeres con conducta criminal violenta como en el grupo control que tengan esa condición).
4) A mayor habilidad verbal de las mujeres, corresponde,rá una
menor gravedad y frecuencia de conducta criminal violenta, como parricidio.
5) El individuo más proclive a ser víctima de parricidio es el hombre
que deja de actuar en e,l rol que le asigna la creencia machista, la de proveedor, que es la función social primordial y más valorada por la mujer,
especialmente en los medios :socioculturales bajos.
6) Como en los medios socioculturales deprivados y/o rurales los
nive,les de violencia y actividad física explicita son mayores que en los
I~
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ELlZABETH GYSLlNC R. -
J'UAN C. SAAVEDRA A. -,JUAN
S. GOMEZ J.
medios socioculturales altos, los niveles de andrógenos en las mujeres
de los estratos deprivados serán relativamente mayores, así como el tipo
y frecuencia de crímenes violentos.
e) Tipos' de Nexos entre' los Conceptos de las Hipótesis.
Los nexos no son causales sino relacionales o asociados en forma
probabilística,. No hay ningún nexo suficiente, sólo contin9'entes y necesarios en relación a las hipótesis axiomáticas. Esto es típico de la estructuración de una teoría sistémica de estudio de multinivel, en que la resultante (conducta criminal violenta), se visual iza como un sistema conceptual en el cual todas sus partes se interrelacionan entre sí, y ninguna
por si da cuenta del observable.
d) Operalización de las variables.
1) Existencia o no de conducta criminal violenta.
2) Perfil promedio mensual del estado neuroendocrino.
3) Perfil del medio sociocultural, obtenidas a través de encuestas
adecuadas, y habilidad verbal, medida por sub-test verbales del WAIS.
4) Actitud frente al machismo (encuesta adecuada). Esto parametriza un. perfil en cada sujeto de análisis, que se grafica como la interrelación entre tres ejes de coorden3das (x, y, z): x corresponde a la cuantificación promedio de la relación andrógenos/estrógenos plasmática, y
corresponde a un puntaje de nivel sociocultural y rendimiento verbal (encuesta de nivel sociocultural y sub-test verbal del WAIS), y z corresponde al puntaje del grado de aceptación del machismo, por medio de una
medición de la valoración individual del nivel de aceptación o rechazo de
actitudes machistas por parte de cada mujer, medida por una encuesta
de actitudes axiológicas relativa al machismo (orientado al análisis de la
autopercepción de las mujeres con respecto a su rol dentro de la sociedad). Además, la medición se realiza en el grupo de estudio, conformado
por mujeres condenadas por conducta criminal violenta, y en grupos control formados por familiares de sexo femenino, de edades y entorno físico-cultural similar, no condenadas por criminalidad violenta. Para integrar el factor variación de estos paráme.tros a través del tiempo, cada participante del estudio 'será sometida a tres evaluaciones (x, y, z) en relación al ciclo menstrual.
IV-EXPLlCACION V TEORIZACION
a) Exp\licacicmes para cada una de las hipótesis.
Las explicaciones de cada una de las hipótesis se encuentran expuestas en el punto 11 y en algunos acápites del sistema de hipótesis.
b) Organización de las' Hipótesis como sistema hipot3tieo deductivo
El modelo teorético propuesto se puede. resumir en la siguiente
forma (21). El objeto a estudiar, la conducta criminal violenta, se con-
DIFERENCIAS INTERS.EXUALESEN LA CONDUCTA CRIMINAL VIOLENTA
67
ceptualiza por la interrelación probabilística y permisiva entre niveles
de andrógenos que dificultan (al ser bajos) o facilitan (al ser altos) las
conductas agresivas. Estas conductas pueden :ser moduladas por la habilidad verbal (a menor habilidad de manejo simbólico verbal, mayor
agresividad psicomotora). La mayor o menor actividad pSicomotóra se
relaciona a un mayor o menor nivel de andrógenos, modulando relacionalmente la conducta agresiva. La mayor o menor cantidad de andrógenos
disponible modula la capacidad verbal en el ciclo menstrual, siendo esta
capacidad relativamente menos eficaz en los períodos perimenstruales,
lo que aumenta la agresividad en dicho período. !El entorno de aceptación
o rechazo de las creencias machistas modula relacionalmente la agresividad, siendo esta me·nor con una mayor aceptación cognitiva verbal de
ellas (capacidad de racionalizarlas). A mayor aceptación de machismo,
menor habilidad verbal, mayor stress y más disponibilidad de andrógenos
plasmáticos. En los períodos perimenstruales, el rechazo a las ~onductas
machistas será mayor y sinergísticame.nte aumentada por los niveles relativamente mayores de andrógenos y una menor capacidad verbal.
c) Caracter axiomático de la teoría.
Axioma 1: La conducta criminal violenta resulta de una conducta
agresiva anormal, la cual es facilitada por niveles relativos más altos de
andrógenos, menor habilidad verbal, y menor aceptación del machismo.
Axioma 11: La conducta criminal violenta de las mujeres tendrá
una mayor incidencia en los períodos perime.nstruales.
Axioma 111:(general). La conducta criminal violenta obedece en
general a factores exógenos y endógenos los que abarcan la totalidad de
los procesos individuales y del entorno sociocultural en el cual se encuentra inserto el individuo.
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