EXPEDIENTE ELECTRÓNICO Hoy el expediente electrónico muestra la suma total de los juicios que tienen los juzgados de primera instancia en Querétaro y San Juan del Río El usuario pueder ver en una sola pantalla el último acuerdo dictado en su expediente El usuario puede tener acceso a las constancias de las audiencias realizadas en el juzgado El usuario puede consultar las resoluciones civiles, mercantiles, familiares y penales INFORMES Dirección de Informática Centro de Justicia, Circuito Moisés Solana 1001, Col. Prados del Mirador Tel. (442) 238 79 00 ext. 336, horario de 8 a 16 horas de lunes a viernes [email protected] DE LA DIALÉCTICA PUNITIVA A LA DECONSTRUCCIÓN DE LA LIBERTAD Lic. Oscar Huicochea García Deconstrucción... término suave y elegante utilizado recientemente por un autor que creía en la no escritura, sujeto incrustado por infinidad de características poco reales que adquirían vigencia por el propio verso de las ideas, de-construir algo es probablemente el acto que mejor hacemos los seres humanos, fijamos el intelecto en lugares en los que la imaginación no puede llegar, adquirimos certezas de un entramado conceptual que pocas veces es entendido pero que en la mayoría de las oportunidades sirve como bagaje cognitivo, debo admitir que el encuentro con el autor se fijó en innumerables tardes porteñas en las cuales prevalecía una inquietud por desaparecer cualquier grafo y es que anhelar el sentir honesto de cada sujeto es una esperanza que se mantendrá viva por mucho tiempo, Derrida clasificó la postura lógica de la lingüística en una metáfora variable, supo determinar las consecuencias del uso y el resultado ante dicho evento, la deconstrucción de la realidad se sumó a la teoría del concepto mismo y es ahí donde vislumbré un espacio nuevo para trabajar, tomar como bastión principal a la libertad y hacer de ésta una herramienta útil en la excarcelación, retomé figuras arraigadas a mi idiosincrasia, es decir, robé conceptos mexicanos para transformarlos en comparativa viva en la Argentina, el resultado es un cúmulo de dudas que tienen a bien vivir en el paralelismo entre facto e intelecto. Deconstrucción... De nueva cuenta nos acercamos a un panorama que luce desolado, un terreno que se deja influenciar por la capacidad retórica de cada uno de los integrantes de esta polis, de-construir viene entonces a suplir lo no agotable, el término se vuelve fino y permite la variabilidad en su andar, existen millones de acepciones a las ideas como intentos por significarlas, de-construyo un instante para impregnarlo de supuesta verdad, sacrifico miles de historias por una opción que se presente ante todos como un añadido mentiroso, titulo nombres en nombre de lo abstracto sin saber a ciencia cierta qué se esconde detrás del relato, incontables episodios de nostalgia permiten revivir lo que algún día fue considerado como justo y que en la actualidad toma tintes de utopía, la libertad es aquella quimera con la cual se construyen los sueños más superficiales, en su nombre se han adquirido modelos de pensamiento que tienden a unificar criterios, somos testigos natos de lo que nos rodea, respiramos letras que poco contienen y expulsamos certezas ante lo sublime del momento, la materia penal trabaja de forma rigurosa con el imaginario social, su principal fuerza esta ubicada en la consciencia del “otro” y es por eso que en un tema tan específico como la excarcelación abrimos el panorama para mencionar lo indecible, aquel eslabón de lingüística que con su eterna figura universal moldea a cuanto mecanismo de elaboración se refiere, la libertad será el punto toral con el cual trataremos de idear una deconstrucción que vaya acorde con lo superlativo de su planteamiento. En los inicios del presente proyecto, se pensó realizar una comparativa entre la semántica penal mexicana y la argentina, dicho paralelismo viviente se sabía deudor de una comprensión ecléctica pero garante de una mirada diferente con la cual construir nuevos silogismos tendientes a indagar un poco más en los diferentes laberintos casuísticos que atrapan a la norma; la tarea resultó compleja, ya que no hay similitudes cognitivas que permitan una unión específica entre el lado causal de la extradición argentina y el similar ideológico en el proceso penal mexicano; sin embargo, la epistemología conserva muestras arcaicas que brindan una respuesta cercana ante el entendimiento de ambos fenómenos, la libertad fue tomada entonces como espejo de dos vistas ya que a través de su cromo se pudieron hacer patentes las diferencias y similitudes que envuelven a la creación de un medio legal que permite sujetar el continuo andar del individuo en la sociedad, de esta forma, resultó interesante inmiscuirse en las profundidades que atrapan a la excarcelación, hacernos sabedores de un complejo institucional que trabaja en actividad consciente siendo que su principal 17 arma será el aspecto indecible. Recuerdo que en las primeras clases se instaló un relato tendiente a retrotraernos, a profundizar en cuestiones temporales que dieron vida o vigencia al concepto mismo de excarcelación, mi realidad provocó que en cada derramamiento del discurso hablado se inscribiera una duda metódica que iba más allá de la simple curiosidad, debo ser sincero y admitir que en la mayoría de las ocasiones me encontraba inmerso entre mil puertas interpretativas y es que asimilar la historia ajena resulta comprometedor tanto en el aspecto de entendimiento como de creación literaria, el punto es que, tomando como referencia al movimiento mismo de lo excarcelable, pude vislumbrar un foco de interés, un espacio que se esconde por ser tan evidente, esa ironía que nos ataca y que provoca opacidad en la comunidad, a mi mente vino uno de los principales representantes de la corriente del poder: Foucault brindó la hermosa oportunidad de analizar al poder mismo como una estructura movible tendiente a controlar cada sector de la sociedad y a clasificar aquellos puntos en donde se concentra el imaginario social, de esta forma, se crearon hospitales, fábricas, universidades, cárceles, lugares destinados al sometimiento público con la variante de suministrar beneficio a la polis, la trama pareciera ser materia de ficción pero la “realidad” (como causa) es la encargada de ausentar cualquier aspecto dubitativo, la excarcelación pertenece de lleno al campo penal, a la supresión de la voluntad por parte de un cuerpo abstracto y es ahí donde retomé el lado histórico de la evolución en México para circunscribir los aspectos que matizan lo moldeable, descubrir la falacia simulada en verdad y postular nuevas tendencias que ayuden a desaparecer el velo eterno de ignorancia que se postra sobre las cabezas de miles de personas que se posicionan en la silueta trasera entre el objeto y la luz. comerciales y el hecho de posicionarme en su intensión de expandir las leyes hacia otras naciones, su fino trazo beligerante sería tomado como representante de miles de costumbres, sus conceptos serían robados para nunca devolverlos, resulta extraño que tantas comunidades hayan hecho suyas las inagotables estrategias plasmadas en los códigos antes mencionados, el articulado impuesto en el derecho civil pareciera ser la esencia de una constitución burguesa protectora de los derechos de propiedad, un código penal que era muestra de los diferentes movimientos sociológicos en Francia, la parte causal que impulsó a la elaboración de distintos cuerpos normativos no podría encontrar eco en las distintas naciones de América; la sociedad mexicana mantenía poca regularidad política en virtud de carecer de medios con los cuales ejercer la opinión; el cura Miguel Hidalgo luchaba incansablemente por expulsar a todos los españoles nacidos en el viejo continente, su postura eclesiástica producía que la mayoría de la población siguiera sus instrucciones con la fe que la misma iglesia imponía, parecía ser un movimiento de independencia puro; sin embargo, en el momento de modificar los distintos cuerpos normativos se carecía de fuerza para otorgar derechos a la colectividad, los procesos penales desconocían cualquier figura que fuera garante de la libertad y en la mayoría de las ocasiones se continuaba con un sistema inquisitorial de pena inmediata a la conducta cometida; los tiempos, según hacen referencia los relatos, eran extremadamente difíciles, la parte venidera resultaba comprometida para ejercer de una buena vez los cambios al interior de lo que todavía no se podía titular República Mexicana. El sistema procesalista penal en México ha tomado como principal fundamento cognitivo de libertad (excarcelación) a la fuga; en el año de 1857 se promulga la Constitución mexicana, documento legal que fija por primera vez las garantías del ciudadano aunque de forma muy escueta; dicha carta magna constituía el principal referente de la lucha entre liberales y conservadores. Diferentes intentos por copiar modelos europeos habían ocasionado que, en casi todo el territorio nacional, se suscitaran revueltas con las que se pretendía tomar el poder presidencial, la división de facultades políticas entre la Iglesia y el Estado era inexistente, la religión católica se hacía cargo de “solucionar” los principales problemas del País a cambio de constantes beneficios territoriales y económicos. Fue hasta la aparición de Benito Juárez cuando la mirada sociológica de los grandes jerarcas puso en entredicho el poder excesivo por parte de la congregación cristiana, se crearon diversas leyes de reforma que tenían por objetivo principal la deconstrucción del poder a manos de la Iglesia Católica; de esta forma, se aspiró a un nuevo sistema de conocimiento postulante de variables en el entendimiento, se importaron teorías civiles, penales, laborales y administrativas de Europa con la salvedad de no representar un paralelismo entre la sociedad mexicana. En cuanto al Código Penal, se hace referencia a la creación de procedimientos específicos para juzgar la conducta de los ciudadanos sin que se Dentro del gran cúmulo de relatos que forman el engranaje histórico en México, hay algunos que representan el grado primario que reinaba en el nuevo continente. Hacia el año 1810, México declara su “independencia” a manos de liberales, criollos míticos elaboraban diferentes teorías en las principales plazas públicas del Estado de Guanajuato manteniendo de forma firme la consigna de erradicar a los gachupines (españoles natos) sin dejar de alabar a la figura del Rey de España, este hecho en particular representa la dualidad cultural que ha permanecido de forma vigente a lo largo de cientos de años en lo que actualmente se conoce con el nombre de México, se construían ideales que solo servían como apariencia ante la colectividad, miles de personas murieron en el proceso de independencia sin que ésta cobrara vida en la “realidad”, los llamados virreyes de la Nueva España continuaban en sus cargos realizando las mismas actividades, México se declaraba “independiente” en forma pero no de ipso; como correspondencia legal, en todo el territorio mexicano seguía rigiendo la constitución de Cádiz (1812) y con ella, todo el cúmulo de códigos penales inspirados principalmente por la mano lejana de Napoleón Bonaparte, siempre imaginaba el momento en el que Napoleón elaboraba las leyes civiles, penales, 18 relativismo temporal que pocas veces es observado pero que en la mayoría de ocasiones es impuesto como resultado de las múltiples regiones del poder; así, el modelo de conducta y represión dio una vuelta de tuerca que trajo consigo un nuevo estilo de sujeción, la lingüística se posicionó a la vanguardia para elaborar un complejo sistema de entendimiento mediante el cual los sujetos se harían esclavos del límite expresivo, un medio que dejaría a un lado el análisis y comprensión del fenómeno mismo, lo visible se mantendría en el terreno de la opacidad, aquello que de tan evidente es poco entendido, la libertad fue modificada en su parte conceptual por el término cronos, millones de sujetos esperaron condenas en lugares que estaban diseñados para el letargo de las actividades, innumerables fuentes de aprendizaje se posicionaron en los centros de readaptación para crear el nuevo lazo entre delincuencia y riqueza, los reos que en su mayoría pertenecen a las clases más necesitadas eran (son) utilizados en nombre del engranaje económico reinante en las grandes urbes, la parte visual del castigo o pena se vio claramente cubierta por factores inconscientes que eran acompañados por leyes que en su espíritu contemplaban lo cierto, en México se alcanzaron sumas infinitas en las cuales se negaba el privilegio de la libertad provisional, el motivo siempre era escondido y aletargado en la secuencia temporal del proceso, era claro que ante la gran derrama económica por parte del Estado al mantener en las cárceles a millones de sujetos tendría que existir un beneficio de mayor jerarquía, tal referente se encontraba implícito en la nueva “clase social” creada con base en la dialéctica de la pena, un nuevo estrato de pensamiento con el cual se fijaba desde el interior el conocimiento hacia la repetición del iter criminis. Proceso o recorrido criminal que no encontraba su razón de ser en la parte educativa sino en la eliminación de toda posibilidad de resurgimiento social, se acotaban los derechos del ciudadano y con ello la negativa a un futuro, se fabricaban nuevos sujetos que servían como instrumentos en el círculo temático de la pobreza y riqueza. argumente algo con relación a la libertad. Fue hasta el año de 1917 cuando de forma expresa el Presidente Venustiano Carranza decretó, a través de distintos artículos, la necesidad de otorgar libertad al procesado hasta en tanto no se determinara su responsabilidad en el delito imputado; con esto, el Estado se hacia garante de la libertad en cada sujeto y bastaba solicitarla para que fuera obsequiada, el único requisito era que no hubiera motivos fundados con los cuales sospechar que el procesado se daría a la fuga, cabe destacar que este momento marca un simbolismo de poder en la historia penal de México ya que a partir de este instante la política criminal le dio entrada al movimiento carcelario de control laboral ejercido en casi todas las ciudades importantes del planeta. La dialéctica de la pena fue impuesta a través de distintas ideologías que incrustaron el lenguaje de lo cotidiano ocasionando que millones de causas mantuvieran el acatamiento de lo oculto, resulta asombroso observar la gran cantidad de expedientes judiciales en los que se negaba la libertad provisional sin que existiera alguna razón de peso para negarla; a esto se suma la terrible propuesta legislativa que en la mayoría de las ocasiones parecía buscar pretextos para aumentar el número de requisitos con los cuales obsequiaría la excarcelación, de contar con el supuesto de fuga se contempló la gravedad en los delitos, pero eso no fue suficiente, ya que en las últimas épocas se le dio intervención al Ministerio Público, personaje mítico que con la fuerza de su discurso podía juzgar a una persona antes de que el Juez emitiera resolución. Se le otorgó tanto poder al “representante de la sociedad” que, en la mayoría de casos, sirvió como pretexto para el control de la propia actividad judicial, dicho ente, que suele rondar en los pasillos donde la retórica es doblemente utilizada con fines persuasivos, hacía gala de un entendimiento poco comprendido, el discurso tenía el compromiso moral del respaldo pero en la realidad se podía percibir un conflicto entre lo que la boca pronunciaba y lo que la mente sabía que iba a enfatizar, la libertad misma era sacrificada en nombre de los intereses de pocas personas, relaciono el calificativo en virtud de la escasa concentración de riqueza en el mundo y más allá de eso por la logística estructurada y meditada por algunas cabezas sagradas, a mi mente viene una frase del autor Derrida en el libro titulado “ Dar (El) tiempo” que más o menos contempla el siguiente trazo: La novela narrativa marcaba imperiosos cambios en el trazo argumentativo, el factor de legitimación se importaba desde tierras europeas sin que existiera algo o alguien que le diera una connotación con base en las costumbres del país; de esta forma, se presentaba un cuerpo abstracto de normas que poco sabían de identidad y nacionalismo, la letra imperante carecía de representatividad al interior de la semántica vigente en territorio azteca. Por muchos años se derramaron ilusiones en terrenos que ocupaban las cárceles, constantes movimientos políticos se vieron inmersos en ocultar la tendencia de opresión que circundaba a todos los Países de América sin que alguien levantara la mano para hacer callar las voces tiranas, el aspecto medular de la teoría consistía en otorgar supuestos beneficios al interior de los centros de detención, se innovaba con la alegría de cientos de familias que admitían un proceso o “…Pues al dar todo el tiempo de uno mismo se da todo, se da el todo, si todo lo que se da está en el tiempo y si se da todo el tiempo de uno mismo…” 1 El lector (imagino) se formulará una pregunta sobre la relación que guarda la anterior cita con el cuerpo del presente trabajo, dicha duda revela la parte teleológica por parte del autor, el tiempo trae consigo la marcha considerable y permanente de los actuales modelos económicos de explotación, lo que antes era medido en términos de mercancía ahora es graduado por el 1 DERRIDA, Jaques. La palabra soplada. Barcelona, 1989. Disponible en World Wide Web http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm 19 evolución al estar en contacto con el cuerpo educativo carcelario, Foucault retoma desde el origen el trayecto de la pena, contempla lo variable de su imposición y la forma en la que ha evolucionado con el paso de los años, la principal estrategia consistió en eliminar el método público de ejecución por uno constante e inconsciente, con base en el discurso descentralizado de poder se lograron mayores beneficios que cuando se hacía de forma central, la pena dejó de ser el lado físico de sufrimiento para transformarse en el nuevo aparato de crecimiento económico, algunos intelectuales creyeron que la rebelión por parte de los reos sería un elemento de peso para acabar con el silogismo educativo, aunque el resultado se puede observar todavía en todos los procedimientos penales que concluyen con pena privativa de libertad, vivimos inmersos en terminologías vagas que deforman el proceso cognitivo, el reo (aquel que cuenta los días) no solo es secuestrado en su parte afectiva sino que es limitado en su accionar futuro, interminables sanciones se presentan en la misma sentencia, el campo temporal es fijado por el juez en tiempo presente sin que exista alguna reflexión sobre la ejecución y sus continuos efectos en la línea cronológica; la excarcelación se presenta así como un punto focal con el cual entender que la libertad del sujeto se tiene que rescatar a toda costa, que su vigencia no puede estar indefinida en numerus apertus y que el concepto mismo tendrá que ser materia de facto y no de jure. resulta incomprensible en un esquema lógico de conocimiento, lo intangible comprende el no-derecho, lo construido por el hombre a través de un conglomerado intelectual contiene límites que están fijados por la propia existencia del ser humano y no por la decisión cambiante en cada Tribunal, con lo anterior pretendo decir que el ser mantiene la carencia del propio concepto libertad; en si, resulta un intrincado filosófico que no esta en manos del juez (o de cualquier sujeto) por la dualidad vigente en su esencia, dicho bagaje argumentativo vio luz por el hecho de ser parte causal de lo indecible, la libertad se mantenía condenada a un destino imperante en la longitud fonética del término, su eficacia se postularía en teleologías teóricas moldeadoras de instantes, con esto se dio paso a una corriente codificadora que actuaba en nombre de ella, miles de artículos y sentencias judiciales legitimaban su discurso entre letras de ficción y apartados vanguardistas, el poder legislativo tendía a la unificación de criterios con base en la sujeción a la conducta, México retomaba el relato de lo crítico, la perfecta enseñanza que cubría plazas públicas en el este de Europa se constituía en el perfecto espejo para la mirada del “otro”, un “otro” que se sabía deudor de ideas y de proyecciones hacia un destino más amable, el territorio que había sido saqueado años atrás era de nuevo conquistado por cuenta propia en nombre de la educación carcelaria. “…El instante de la decisión es una locura, dice Kierkegaard. Es cierto, en particular con respecto al momento de la decisión justa que debe desgarrar el tiempo y desafiar las dialécticas. Es una locura. Una locura, ya que tal decisión es a la vez sobreactiva y padecida, encierra algo de pasivo, por no decir de inconsciente, como si el que decide fuera libre sólo si se dejara afectar por su propia decisión y como si ésta le viniera de otro…”3 “…El segundo gran momento en la imposición fue la Revolución francesa, cuando la unificación lingüística adquirió los tintes pedagógicos más represivos, en todo caso los más autoritarios…” 2 Que lejanos y distantes de razón nos encontramos los mexicanos en aquellos años donde las normas eran vistas como simple reflejo de una supuesta realidad, cronistas de casi toda la República se constituían en asambleas minoritarias que tenían por finalidad elucubrar el destino de una sociedad altamente productora de economía, personajes con nombre de presidente se postraban en la silla presidencial para repetir lo que el oráculo de Delfos había previsto, la psique colectiva era tomada como rehén ante millones de sujetos que se encontraban inmersos en caminos de opacidad, la libertad provisional podía encontrar fundamento y respaldo en diversas teorías proteccionistas de la sociedad, las mentiras eran pintadas en cuadros de verdad sin que se pudiera elaborar una comprensión tras el escenario de la fantasía. Derrida argumenta que en todo proceso lingüístico existe violencia como argumento legitimador, la educación es una de las armas con las cuales se consagró la especulación del reo dentro de las cárceles y es que ampliar los requisitos para otorgar la libertad provisional resultaba una típica muestra de lo que la deconstrucción hace en cada argumento indecible, imaginar el otorgamiento abstracto del término libertad “El momento de la decisión”, aquella etapa mental en la cual todo constructo toma vida por la parte frontal del encadenamiento lógico, las diversas posturas se anclan para limitar el acto mismo, el fallo siempre ha significado el lado secuencial de un proceso temporal por parte de quien detenta el poder; el Juez, personaje protagónico en la creación literaria, produce en el “instante” complejos laberintos de razón que tienen a bien representar lo impregnado en la norma o en su voluntad, fabrica en el acto un cúmulo de resultados que tendrán como lado casuístico a la deconstrucción propia del concepto, la libertad estará por lo tanto sometida a un engranaje narrativo que será validado por el supuesto normativo titulado ley y es justo aquí donde la excarcelación funda el punto mas álgido en la pirámide ficcional de la norma, ésta instala hipótesis que tienen por finalidad la eliminación del término para después provocar el nacimiento de nuevos clausulados técnicos portadores de sujeción al interior de la psique de la persona, México trató por muchos años de formalizar 2 Ibídem. DERRIDA, Jaques. El Derecho a la Justicia. Madrid, 1997. Disponible en World Wide Web http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm 3 20 BIBLIOTECA DEL PODER JUDICIAL Diversos temas jurídicos Acervo en videocasetes, discos compactos, revistas, gacetas y boletines Acceso electrónico al catálogo de la Biblioteca por medio de nuestro Sitio web www.tribunalqro.gob.mx Préstamo en sala para el público en general y préstamo a domicilio sólo para el personal del Poder Judicial todo tipo de conductas en la norma, imagino que al establecer un interminable número de supuestos a acontecer se estaría previniendo el cumplimiento del supuesto hipotético, dicha mentalidad ha provocado mutaciones conceptuales o dualidad en el contenido de las mismas, el proceso penal ha incrementado los incisos mediante los cuales se controla al ciudadano, lo que antes representaba evasión de “Justicia” ahora es contemplado como método mediato de enseñanza en el complicado desarrollo teórico de la economía, dicha hipótesis estaba respaldada por el grupo político sin que en el terreno de la forma se vislumbrara una razón de peso que pudiera soportar el andamiaje de la negatividad. La excarcelación se presenta entonces como un medio de acoplamiento a la teoría del delito vigente en el territorio a regir, con esto se quiere dejar en claro que los medios lingüísticos sirven como fundamento a las ideologías políticas detentadoras del discurso de unos cuantos, en el territorio mexicano se observa de forma clara que lo importante no ha sido la readaptación del sujeto a la sociedad sino el cumplimiento del proceso de pena en su etapa de entroncamiento con el sistema de clases sociales bajas, la decisión pasa por el camino político-social y no por el epistémico. Expectante ante lo venidero me posiciono en un espectro de oportunidades cronológicas que me remiten a un pasado conquistado por el discurso del “otro”, cientos de hipótesis se han impuesto en sujetos que carecen del código para entenderlas, observo la “realidad” de mi pueblo sin que encuentre ojos llenos de esperanza, se nota en la proximidad, un cansancio que sabe a presente arcaico, el cuerpo legislativo ha fungido tareas de repetición, las teorías penales no responden al llamado de la “costumbre” y se concretan en situaciones idílicas de conducta provenientes de otras esferas de acción, se ha derrochado gran cantidad de léxico tratando de legitimar los distintos postulados de unos cuantos sin que exista una lógica en la estructura de las premisas que la fundan, el desarrollo del presente trabajo tuvo a bien ser una muestra de los factores políticos que han limitado el concepto mismo de libertad, la deconstrucción del término se sabe constante y es por ello que en la menor oportunidad alzamos las manos para expresar con lo que queda (palabras) el rechazo total a un Estado de Derecho no emancipado, a un sistema jurídico que participa del oleaje eterno de lo no consciente, las parodias se han convertido en las figuras externas de representación, el mejor ejemplo lo encontramos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reformada en marzo del año 2008, una muestra que clarifica todo lo enunciado, una clara manifestación para denostar el nulo interés por hacer de la libertad un concepto vigente. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Reforma Marzo 20084 Artículo 18. Sólo por delito que merezca pena privativa de libertad habrá lugar a prisión preventiva. El sitio de ésta será distinto del que se destinare para la extinción de las penas y estarán completamente separados. Fotocopiado, impresión, exportación Horario corrido de lunes a viernes, de las 08:00 a las 19:00 hrs. Artículo 19.- El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras medidas cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad, así como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado previamente por la comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión preventiva, oficiosamente, en los casos de delincuencia organizada, homicidio doloso, violación, secuestro, delitos cometidos con medios violentos como armas y explosivos, así como delitos graves que determine la ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad y de la salud. 4 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Disponible en World Wide Web http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ 21 D U IE N T A AD OR AN I A Artículo 20.- B.I. A que se presuma su inocencia mientras no se declare su responsabilidad mediante sentencia emitida por el juez de la causa; La anterior transcripción contiene un clima temporal vigente, uno se encuentra imposibilitado para encontrar una vía legal con la cual solicitar la excarcelación, se ha dejado ausente su respirar provocador de ilusiones antes las cuales poder vencer el lado opresivo del sistema estatal, el antiguo artículo 20 de la Constitución otorgaba al imputado el derecho de permanecer en libertad en tanto se desarrollaba el proceso, ahora, en tiempos que recubren presente nos topamos con una iniciativa que no sólo dejó de lado la posibilidad de solicitar la excarcelación sino que aumentó las facultades de decisión para que el Ministerio Público pueda solicitar la prisión preventiva. C CI ON A I LA TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA ¿NECESITAS ORIENTACIÓN JURÍDICA? A través de las múltiples hojas que envuelven la historia del pueblo mexicano se han establecido pautas poco lógicas de comportamiento, interminables relatos que acontecen en tardes sin tiempo y en noches opacadas por la desesperación se han delimitado los pensamientos de unos cuantos, lo que al principio era contemplado como riesgo de fuga, protección a la sociedad ahora es mostrado en su etapa de silencio, el viejo artículo 20 de la Constitución mexicana establecía de forma expresa la posibilidad de otorgar la libertad provisional, con limitantes, con el desarrollo marcado en la obstrucción de la vigencia pero con la salvedad de encontrarse viva. La deconstrucción ha impuesto un nuevo camino teórico, se ha envuelto la confianza en papel del pasado, se logró lavar cabezas en el cuerpo legislativo y con ello la promulgación de juicios orales que trajeron bajo la manga un medio punitivo agresivo en contra del sujeto, el recurso para obtener la excarcelación ha sido desterrado sin que sus huesos puedan ser encontrados por arqueólogos del presente, se deja ver una silueta de opresión que abarca casi todos los niveles sociales, la crítica permanecerá vigente en tanto existan ojos y oídos con los cuales plasmar el lado dubitativo que se esconde detrás de la norma. ¿QUIERES SABER QUÉ SERVICIOS PRESTA EL PODER JUDICIAL? Acude a nuestros Módulos de Orientación Ciudadana. BIBLIOGRAFÍA Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Disponible en World Wide Web http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ DERRIDA, Jaques. La palabra soplada. Barcelona, 1989. Disponible en World Wide Web http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm DERRIDA, Jaques. El Derecho a la Justicia. Madrid, 1997. Disponible en World Wide Web http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm Municipios de Tolimán, Colón y Peñamiller Independencia núm. 4, Tel. 01 (441) 296 70 18 Municipios de Querétaro, El Marqués y Corregidora, 5 de mayo núm. 49 Centro Histórico Tel. 224 08 64 y 2 12 83 03 Ext. 143 Circuito Moisés Solana núm. 1001 Col. Prados del Mirador Tel. 238 79 20 y 238 79 00 Ext. 177 REFERENCIAS NO TEXTUALES FOUCAULT Michel. La verdad y las formas jurídicas. Disponible en World Wide Web http://ar.geocities.com/proyectoinacayal/cuerpo_BibliotecaInacayal.ht ml#A FOUCAULT Michel. El pensamiento del afuera. Disponible en World Wide Web http://ar.geocities.com/proyectoinacayal/cuerpo_BibliotecaInacayal.ht ml#A FOUCAULT Michel. Vigilar y Castigar. Disponible en World Wide Web http://ar.geocities.com/proyectoinacayal/cuerpo_BibliotecaInacayal.ht ml#A Municipios de Jalpan de Serra, Pinal de Amoles, Landa de Matamoros y Arroyo Seco Calle Chiapas s/n, Col. Puerto de San Nicolás Tel. 01 (441) 296 00 76 Municipios de San Juan del Río, Tequisquiapan y Pedro Escobedo Boulevard Hidalgo núm. 103, Tel. 01 (427) 272 12 42 Municipios de Amealco y Huimilpan Plaza de Constitución núm. 20, Tel. 01 (448) 278 00 66 22 EL DERECHO CANÓNICO, PRIMER SISTEMA JURÍDICO Dr. José Carlos Rojano Esquivel INTRODUCCIÓN El problema del Derecho Canónico en sentido moderno se presenta a partir del siglo XXI de nuestra era, ya que este derecho es fruto del movimiento universitario medieval. Como consecuencia de lo anterior, el derecho comienza a revelar su importancia en la vida cultural europea de una manera notablemente rápida. Es la iglesia quien restaura en el medioevo el orden romano jugando la ciencia un importante papel en la herencia recibida del Imperio de Roma. A partir de Graciano, la naciente ciencia canónica va a girar sobre dos polos: uno de ellos, el Derecho romano y la Ciencia Jurídica medieval como instrumentos técnicos al servicio de la sociedad eclesiástica, que se encuentra en la doble necesidad por un lado de organizarse para consolidar el orden papal-episcopal que se establece en la Edad Media –una vez que la tensión Roma-Bizancio se destruye con el cisma y con los primeros concilios ecuménicos occidentales– y por otro lado de enfrentarse al nuevo Imperio Germánico en condiciones de igualdad para el cumplimiento de la común tarea directiva de la Cristiandad, el segundo polo lo será la Teología, como fundamento tradicional del orden de la misma sociedad eclesiástica. La distinción entre Teología y Derecho Canónico, separados por el fin inmediato, el contenido y los métodos de trabajo, se hace ineludible; pero perder de vista el imprescindible apoyo e inspiración teológica sería para la ciencia canónica equivocar el camino y auto-esterilizarse. Los maestros de Bolonia son quienes poseen, en la técnica jurídica que se desenvuelve en su Universidad y en el Derecho Romano, que allí alcanza la época de su renacimiento, los medios para separar el Derecho Canónico de la Teología, sin perder el fundamento que esta significa para el orden externo de la Iglesia. Bolonia, pues, afirma al Derecho Canónico como ciencia autónoma y, correspondientemente, el nacimiento del Derecho común europeo, así como la necesidad en que los juristas se encuentran de conocer tanto el Derecho Canónico como el civil, y la mutua y correlativa interdependencia entre los cultivadores de ambos Derechos y de todos con respecto al Derecho Romano. Espero no equivocar el camino, y más bien dar la oportunidad al lector de adentrarse en el laberinto de la ciencia canónica, la cual requiere de estudio y reflexión, este es el fruto de una temática quizá incomprendida en el derecho mexicano actual. Este Ensayo está inspirado en el humanismo clásico, interpretador fiel de la norma canónica. y pretendo ser 1. GÉNESIS DEL DERECHO CANÓNICO Sin duda alguna, el Derecho Romano es la mayor contribución a la civilización occidental, de tal manera que el pensamiento jurídico clásico ha logrado permear en la gran mayoría de los sistemas legales contemporáneos. Así, existe una influencia más generalizada, directa y concreta que en la familia del derecho común o common law. En este sentido, uno de los componentes legales más antiguos de la tradición neorrománica es el Derecho Canónico de la Iglesia Católica. Se trata de un régimen jurídico de derecho sustantivo como de derecho adjetivo para el propio gobierno de esta Iglesia; se regulan a la vez los derechos y obligaciones de sus integrantes, tanto ministros como fieles. Por consiguiente, se advierten dos derechos cuasiuniversales, con esferas y ámbitos de aplicación propios.1 23 los Papas y los cánones de los Concilios5. Agrega dicha investigadora que la primera colección de Cánones se debe al monje Dionisio El Exiguo, que se integraban por disposiciones de orden apostólico y conciliares, además de los decretos que van desde Siricio I hasta Anastacio II. Sin embargo, en los Hechos de los Apóstoles se encuentran disposiciones normativas de naturaleza moral y legal, la existencia misma de una jerarquía y organización, hasta el modo de comportamiento y actuación de los miembros de la comunidad cristiana6; igualmente el primer Concilio apostolar ocurrido en el año 50 d.C., se tratan diversas cuestiones, como la de la autoridad de Pedro. Con el curso de los años y con la expansión religiosa, aumentaron las leyes y costumbres canónicas, creando un cuerpo legal muy elemental a final de la era de la revelación7. Otras reglas eclesiales anticas, son la Doctrina de los Doce Apóstoles o Didajé (Didaché, a.100 ó 140 d.C.); la Traditio Apostolica, de Hipólito de Roma (218 d.C.); Discalia Apostolorum (250 d.C.); los Cánones Ecclesiastici Apostolorum (300 d.C.). No obstante, durante algunos siglos, ambos derechos sobrevivieron juntos, en donde el derecho civil estaba en una situación simbiótica con el Derecho Canónico. Con la secularización de los sistemas de justicia, y después de la Reforma, el Derecho Romano se enriquecería y el Derecho Canónico, perdería su importancia temporal, según algunos iuscomparativistas. En respuesta, se dicta un nuevo Código en 1983. El Derecho Canónico surge a principios de la era cristiana y tiene una vasta historia, misma que incluye, a decir de John Henry Merryman, documentos falsificados que durante siglos se consideraron genuinos. En cuanto a su origen, señala Ponciano Octavio Martínez que es hasta la época del Imperio Romano absoluto, cuando el cristianismo generó temor entre los emperadores, particularmente en Dioclesiano; en la tetrarquía constantina2, se inclina la balanza a favor de dicha religión pero es con Justiniano que la unidad religiosa del catolicismo cobra mayor auge3. Más adelante haremos referencia cronológica a la génesis y evolución del Derecho Canónico Católico. Con el Edicto de Milán y a partir del año 313, la Iglesia Católica deja de ser perseguida por el imperio romano; alcanza personalidad y libertad propias; es en el Concilio de Nicea, primer reunión ecuménica, donde surge la unificación doctrinaria en el 325 de nuestra era. Finalmente, en el 380 d.C., se reconoce al catolicismo como religión del Estado romano. Posteriormente se dieron más Concilios en Constantinopla, Éfeso, y Calcedonia. El Derecho Comparado ofrece una inmejorable oportunidad para analizar el Derecho Canónico a la luz de la ciencia jurídica. Este último derecho está inmerso en la tradición neorromanista, constituida ésta en la base romana-justiniana; la cual se enriquece por las aportaciones germanas y canónicas a partir de la Edad Media, que más adelante identificamos como Corpus Iuris Canonici y en el Corpus Iuris Civile, respectivamente. Lo anterior, ya sea mediante reuniones universales, ecuménicas o particulares entre los siglos IV y XI d.C. El Derecho Canónico contemporáneo es el resultado de dos mil años de desarrollo religioso y jurídico. Desde la llamada era de la Revelación, ya existieron normas y reglas rudimentarias, que surgen con la fundación del cristianismo. Al igual que el derecho romano, contiene una etapa clásica que parte del siglo XII al XV; igualmente, podemos afirmar la existencia de un Neo Derecho Canónico. Para formar época, sostiene el canonista Pedro Benito Golmayo, es preciso que haya ocurrido algo notable, algún cambio muy señalado por su importancia, y que sea como el principio de una nueva situación. Considerado bajo este aspecto, el Derecho Canónico podría dividirse en antiguo, nuevo y novísimo4 , por su parte, Ghirlanda hablaba de 7 etapas de conformación de este derecho. Entre otros documentos de importancia están Syntagma Canonum (S.V d.C.); Collectio 50 Titulorum (550 d.C.8); Dionysiana-Hadriana (774 d.C.) y, Dacheriana (800 d.C.); el Decreto de Buchardo, de Worms (1010); las Recopilaciones de Ivo de Chartres (1090 d.C.). Dicha época preliminar basada en la tradición apóstólica, ofrece una Iglesia rudimentaria pero completa, con jerarquías y la existencia de la comunidad de fieles; las normas eclesiales se fijan en la doctrina y la celebración litúrgica. Algunos historiadores las codifican en las colecciones Dionisiana del 496 ó 520 y la Hispana de 6339. También subraya Floris Margadant, que Gregorio I y Gregogio VII, trataron de ordenar el Derecho Canónico imperante; esto en los siglos VI y XI respectivamente, sin olvidar previamente las Decretales de Dámaso I. Por igual, están la colección de Isidoro de Según Consuelo Sirvent, el origen y fundamento del Derecho Canónico está en la propia Biblia, sumándose después la influencia de la Patrística, los derechos de 1 Antes de la Reforma, se encontraron tribunales eclesiásticos que ejercían jurisdicción civil, en especial sucesiones y familia; igualmente, algunas figuras de derecho penal. 2 Merryman, John Henry, La Tradición Jurídica Romano-Canónica, Breviarios, Fondo de Cultura, México, 4ª. Reimpresión, 1998, p.33. 3 Zárate, José Humberto,et al., Op.Cit. P.175-176. 4 www. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, España. 15-enero-2002; 22.00 pm hrs. 5 Op.Cit. p.14-15 6 Vid: Ghirlanda, Gianfranco, Introducción al Derecho Eclesial, Ed.Verbo Divino, España, 1995, pp.37-46, expone que en el Nuevo Testamento hay una diversidad de enseñanzas y que al final, la obligación de la ley eclesiática no deriva de la voluntad del legislador, sino de la propia Divinidad. Entre las págs. 73-92 describe el excursus histórico del Derecho Canónico en 7 etapas como señalamos. 7 Martínez G., J. Francisco, Panorámica del Derecho Canónico, Ed. San Pablo,2001, México, p.17-22. 8 Colección atribuida al abogado Joannes Scholasticus, conjuntando 50 títulos de las leyes de la Iglesia. 24 Sevilla en el siglo VI y la aportación de Hincmaro, obispo de Reims en el siglo IX y la del Obispo de Womrs; asimismo, cierran este período tres importantes reformas en la normatividad canónica: la Carolingia, la Gregoriana y la de Chartres del siglo XI. Esta última, hecha por el obispo Ivo, refiere la primacía Papal con sus Tripartita, Decretum y Panormia. las Decretales y las Clementinas, se comparan al Corpus Iuris Civilis de Justiniano. Además hay colecciones privadas, como las Extravagantes16 de Juan XII. El Derecho Canónico clásico, es revisado y publicado, en 1582, por Gregorio XIII por encargo del Papa anterior, Pío IV, veinte años atrás17 . Se puede afirmar que la época clásica concluye con un derecho romano hecho nugatorio por el Derecho Canónico, llegando este último a contemplar situaciones civiles y familiares; inclusive los procedimientos canónicos influyeron en Francia, Alemania e Italia, distintos al sistema del common law inglés.18 Hasta aquí se tiene un Derecho Canónico compuesto por Concilios, Sínodos, iniciativas Papales, aportaciones monásticas y hasta falsificaciones10. 2. DESARROLLO DEL DERECHO CANÓNICO Con el objeto de unificar todo el Derecho Canónico desarrollado hasta la alta edad media, en 1140 o quizás 1120 d.C., surgió el Decretum Gratianum, y consta como uno de los elementos fundamentales del Derecho Canónico hasta su codificación en 1917. Graciano, su autor, era un monje toscano o camaldulense en Bolonia, la que con los trabajos de Irnerio, dan lugar al ius canonici (resultó ser una elaboración similar al ius civilis) constituye con el derecho neoromano el pilar del derecho medieval, como afirma Rolando Tamayo11. Esta obra canónica pasará a ser la columna del derecho de la Iglesia, misma que contiene 3458 cánones, los cuales congregaban lo que la tradición conservaba del derecho antiguo12. En 1500 aparece el Corpus de Jean Chapuis, con lo cual se concluye la obra de Graciano. Es a partir del Concilio de Trento (1545-1563), cuya naturaleza es estrcitamente legislativa al regular la vida ministerial, la defensa de dogmas, se incluyó una reforma en diversas materias, en especial a cuestiones disciplinarias y a la celebración de matrimonios. Es en suma, una forma de organizar a la Iglesia, además de contarse con publicaciones de Congregaciones, tribunales y las bulas Papales, entre otros. La cantidad y dispersidad de normas y cánones, más el surgimiento de los Estados nacionales en el Renacimiento, al igual que la Reforma y el cisma anglicano, fueron perjudiciales para el Derecho Canónico, a tal grado que los tribunales eclesiásticos dejaron de conocer asuntos que pasaron a la competencia de los tribunales civiles19. No existe una actualización del Corpus Iuris Canonici, es más, existió una obra paralela Magnum Vulgarium; más adelante, la Bullarii Romani Continuatio. Ambos textos han sido duramente criticados por los especialistas, según señala Floris Margadant20. El Decreto popularizado con el nombre de Concordia discordantium canonm, se compone de tres partes: a) fuentes del Derecho Canónico y estatutos de los clérigos; b) la matria eclesiastica heterogénea o casuística y, c) la materia sacramental y litúrgica. Dicha obra monumental expone doctrinalmente el Derecho Canónico y sirvió de base para crear el Corpus Iuris Canonici,13 en donde la labor de Graciano llegó a tal que se utilizó el documento como libro de texto y de gran prestigio académico; sin embargo, no fue reconocida por el Papa ni se usó para efectos forenses en los tribunales eclesiásticos. Aunque los estudiosos de los cánones se les identificaron como decretistas14. Otra obra clásica es la de Bonifiacio VII, en 1298, conocida como Libere Sextas Decretalium y la Septimus de Juan XXII. Posteriormente siguen las Decretales de Gregorio IX y las Clementinas de Clemente V al final del medioevo, las que codifican cánones del Concilio de Viena de 131315. El Corpus Iuris Canonici integrado por Esto generó un reclamo para compilar las normas canónicas desarrolladas hasta entonces, situación que se ventilaría en el Concilio Vaticano I, que al igual se enfrentaría a la guerra italiana de reunificación. Con la creación de una comisión especial encabezada por el cardenal Pietro Gasparri, en 1904 Pío X inicia la ardua labor, para que finalmente, Benedicto XV promulgue el 27 de mayo de 1917, entrando en vigor al siguiente año, el Nuevo Código21. 9 Zárate, J.Humberto, et. al, Op.Cit. p.176. Vid Supra: n. 27.- Se refiere a las falsas decretales del 850 d.C. 11 Tmayo y Salnorán, Rolando, La Universidad epopeya medieval, IIJ.-UNAM,, 2006, México, pp.46-47. 12 Chiovaro F. & Bessiere G.,Urbi et Orbi 2000 mil años de Papado, Ed. BSA, Madrid, 1997, p. 57. 13 Este monje del convento de Sts. Nabor y Félix, armonizó y sistematizó los cánones a la manera de codificar el ius civile romano. 14 Sirvent, C. ,Op. Cit. P. 16 15 Idem. 16 Señala Floris Margadant en su obra señalada, que este concepto es por lo vagarosos de los cánones, que no formaban parte de colección alguna. Vid: Op. Cit. P.198. 17 Martínez G., J. Francisco, Op.Cit. p. 21. 18 Sirvent, C. ,Op. Cit. P. 16. 19 Floris Margadant, G. Op.Cit.,p.199. 20 Id p. 201. 21 McKenna,Kevin E., Cómo usar el Derecho Canónico, Buena Prensa, México, 2000, p.21. 10 25 Al margen, debemos recordar que a final de los años 20´s, el Vaticano enfrentó la problemática del fascismo de Mussolini, conflicto que finalizó con la firma de los acuerdos de Letrán del 11 de febrero de 1929; estos documentos constituidos por un Tratado y el Concordato. En el primero, Italia reconoció la soberanía y la independencia del propio Vaticano; mientras que en el último acuerdo, se reglamentaban las relaciones entre la Iglesia y el Estado22. a) Es una colección legal y sistematizada; b) Es auténtico por ser la Ley de la Iglesia Católica y expedida por sus órganos de autoridad; c) Forma parte de un sólo cuerpo jurídico; d) Es universal al dirigirse a la Iglesia Latina. e) Niega validez a derechos extraños que se opongan a su esencia. Podemos agregar que se trata de una normatividad racional, cuasiuniversal ya que es destinada a la comunidad católica y no a otras comunidades religiosas; asimismo, guarda la idea y sentido de obligatoriedad, las formalidades de expedición y promulgación por una autoridad legítima. Décadas después, Juan XXII, en 1959, manifestaría su intención de convocar a un nuevo Concilio Ecuménico, inaugurado finalmente en 1962, con miras de actualizar las leyes de la Iglesia Católica; este sería el Concilio Vaticano II, que ahora continuaría Paulo VI, quien determinó que la comisión revisora iniciara sus quehaceres hasta concluir dicho evento. También, como en el Derecho Positivo, este derecho se alimenta de diversas fuentes materiales, históricas y formales.26 El canonista J. Lapin señala que los Códigos de leyes suelen ser cansados, enredosos, confusos, detallistas, con muchas salvedades y multiplicidad de interpretaciones. Hay que estudiar punto por punto, palabra por palabra como si se tratara de un laberinto o complicada y enredada madeja27. Agrega este autor, que las leyes y códigos son objeto de los estudiosos del derecho y los especialistas. Ojalá que el lector al igual que el suscrito, tengamos esta grata y fascinante oportunidad de adentrarse a una rama del derecho pocas veces tratada por la ciencia jurídica positiva, y que es expresión de una enorme comunidad de fieles católicos. La tarea de continuidad se da con Juan Pablo II, quien durante este último pontificado se completaron los trabajos pendientes y se promulgó finalmente otro nuevo Código el 25 de enero de 1983. Este documento legislativo es distinto en estructuras y distribución de temas, debido al Concilio de referencia, y continuando con la tarea ecuménica, en octubre de 1990, el Papa Karol Wojtyla promulga el Código de Cánones para las Iglesias Orientales23. El Código de 1983 contiene 7 Libros subdivididos en títulos, éstos en capítulos y a su vez, en cánones, que suman 1752 preceptos24. Los Libros son: I. II. III. IV. V. VI. VII. 3. EL DERECHO CANÓNICO EN EL DERECHO MEXICANO Normas generales; Del Pueblo de Dios; De la función de enseñar en la Iglesia; De la función santificadora de la Iglesia; De los bienes temporales de la Iglesia; De las sanciones y, De los Procesos. El problema de la relación entre Estado e Iglesia es remoto, incluso basta recordar el pasaje bíblico cuando a Jesucristo se le cuestiona el tema tributario, contestando: Dad a César lo que corresponde al César, y a Dios lo que es de Dios28. Podemos decir que esto sería una primera actitud laicista, aunque vale la pena reflexionar acerca de los fines de ambas instituciones, los cuales reclaman recursos financieros, estructurales y jurídicos. El documento recoge la legislación canónica actual, pero introduce disposiciones de orden consuetudinario y estatutario; regula el derecho de los fieles a la espiritualidad propia, al igual que en temas sobre canonización y deroga las normas para el procedimiento de la disolución matrimonial. El papel de la Iglesia Católica a lo largo de los siglos ha resultado muy variada, desde posiciones muy cómodas hasta otras que la dejan relegada, manifestando a veces una actitud anticlerical por parte de varios gobiernos, de tal manera que el Derecho Canónico ha ocupado diversos sitiales. Desde el siglo XII hasta el comienzo En resumen, el Corpus Iuris Canonici tiene como principales características25: 22 El Tratado lo firmaron Mussolini y el Secretario de Estado Vaticano: Pietro Gasparri. Ibidem. 24 Los cánones contenidos cronológicamente son: Libro I ( cc.1-203; L.II (cc.204-746); L.III (cc.747-8339;L.IV (cc.834-1253); L. V (cc.1254-1310); L. VI (cc.1311-1399); L. VII ( cc.1400-1752). 25 Cfr. Zárate, Francisco, et.al., Op.Cit,p.177. 26 Bien señala el jurista e historiador, Guillermo Floris Margadant, como más adelante se señalará, que el Derecho Canónico, es utilizado para identificar al cuerpo normativo o legal de la Iglesia Católica; esto implica una reflexión de orden jurídico: al hablar de Derecho Canónico, puede referirse al derecho de otras comunidades religiosas distintas a la Católica. Por ello el jurista mencionado agrega que debe identificarse a esta materia como DERECHO CANÓNICO CATÓLICO. 27 Lapín, J., El Nuevo Derecho Canónico al alcance de los seglares, SECAM, México, 1984. P.5. 28 MARCO, XII.17. 23 26 del siglo XIX, el derecho romano tuvo que imponerse al tradicionalismo de los campesinos y de las clases feudales y encontró cierto apoyo en frecuente alianza con el derecho canónico. Éste había recibido más consistencia por la elaboración del Decreto de Graciano, y más tarde por las decretales, como una de las obras importantes bases jurídicas de la Iglesia y como ésta aceptó el Derecho Romano como derecho supletorio, la alianza jurídica logró cambiar el tono del sistema jurídico español de la edad media. PODER JUDICIAL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA CONSEJO DE LA JUDICATURA Si tienes dudas sobre tu procedimiento legal, solicita audiencia directamente con el juez. De ahí que el Derecho Mexicano ha recibido la herencia del derecho novohispano hasta las llamadas Leyes de Reforma, que vendrán a cambiar el panorama y el lugar que el derecho canónico ocupa en el derecho mexicano contemporáneo. Señala Guillermo Floris Margadant que los vínculos con la Iglesia y su derecho con América, datan desde el siglo XV con los instrumentos alejandrinos o bulas, que pretendieron resolver las disputas territoriales entre España y Portugal, destacando la famosa Inter Caetera del 3 de mayo de 1493, documento que resultó por demás confuso para llegar a la firma del Tratado de 1494.29 De ahí que gracias a la relación entre el Papa Alejandro VI y la Corona española, hizo que las autoridades centrales intervinieran en el nombramiento de clérigos como en la construcción de templos o capillas, surgiendo el Real Patronato de las Indias, en donde se dio plena injerencia irreversible, en los asuntos eclesiales en la Nueva España, en donde inclusive las causas judiciales de esta institución terminaban resolviéndose en los tribunales del Estado, con lo cual, en ocasiones, se perdía la autoridad papal. 30 Independientemente de ello, diversas órdenes clericales se afianzaban paulatinamente durante la colonia, tales como los franciscanos, agustinos, dominicos, mercedarios, carmelitas, benedictinos y jesuitas; aunque éstos expulsados en 1767 por el Virrey de Croix. No puede omitirse el paso de la Inquisición en México desde 1532, subrayando que en la época colonial solamente 50 o 60 personas fueron privadas de la vida por ese tribunal, ya que el resto de las penas fue variante a decir de Floris Margadant, destacando que la autoridad estatal era el brazo ejecutor de tales resoluciones, hasta que en 1813 y en 1820 las cortes gaditanas suprimieron definitivamente ese tribunal.31 Llama la atención que, al final de colonia, el patrimonio eclesial reportara 1935 casas en la ciudad de México, así como diversas tierras en donde se construyeron monasterios e instituciones diversas, amparándose en normas canónicas que disponían que la Iglesias adquiere, pero no enajena, sumando los privilegios fiscales, que en la segunda mitad del siglo XIX habrán de concluir. Entretanto, en la fase previa al México independiente, la división entre el clero era manifiesta, el llamado clero bajo y el criollo, cada vez más apuntaban su separatismo con el clero alto y peninsular, mientras que en 1815 regresan los jesuitas a la todavía colonia para ser otra vez excluidos en 1820; en estas fechas, en un cambio radical, el alto clero se pondrá a favor de la emancipación, posición que sin duda alguna favoreció a la consecución de la lucha por la independencia. Ten confianza, él te atenderá. En el imperio iturbidista parecía la existencia de una religión oficial, lo cual se reproduce en la constitución de 1824 ya que tolera el fuero religioso y la alta concentración inmobiliaria por parte de la Iglesia, basta recordar que en Miguel Ramos Arizpe como Servando de Teresa y Mier, además de clérigos fueron líderes políticos, siendo que la logia masona yorkina simpatizaría con los republicanos, generando un breve clima de anticlericalismo. Después de 29 FLORIS MARGADANT, Guillermo, La Iglesia ante el derecho Mexicano, Porrúa-UNAM, México, 1991, pp. 119-121. 30 Idem, pp. 122-142. 31 Idem, p. 151. 27 una crisis de funcionarios en las estructuras clericales mexicanas, la Iglesia logra la libre designación de clérigos sin intervención estatal, empero, pronto comenzaría una reforma preliminar para 1833 con Gómez Farías con la secularización de las misiones californianas y de la educación mediante diversas leyes, que además anotaban el retiro de la coacción del Estado para el cobro de los diezmos así como la no represión en caso de abandono de las órdenes monásticas32. Santa Anna trató de conciliarse con el clero con las Siete Leyes en el sentido de que no podía legislarse acerca de las propiedades eclesiales, aunque se privaban de derechos políticos a los clérigos, y pese a ello, el Vaticano accedió finalmente a reconocer la independencia de México, pero sin firmar concordato alguno. Con las Bases Orgánicas de 1843 se respetó la oficialidad del catolicismo, pero en la crisis de 1847 vino la hipoteca de los bienes eclesiásticos, para posteriormente restaurar el clima entre autoridades estatales y eclesiales, a tal grado que se invitó a Pío IX a trasladar la Santa Sede a nuestro país; es más, el clero pugnaría en 1852 para que Santa Anna retomara el poder y se regresan ciertas concesiones al clero. Sin embargo, el panorama sería sombrío de nueva cuenta, la Reforma era inminente con la llegada de Juárez quien, en 1855, eliminaba el fuero eclesial, siguiendo por la Ley Lerdo de 1856 sobre la amortización de los bienes eclesiales, en donde la Iglesia solamente perdería el 10% de sus bienes inmobiliarios. La Ley de 1857 reprime los ingresos de los clérigos sobre el pueblo, y será con la nueva Constitución cuando sobreviene el Estado laico, eliminando del texto el monopolio religioso imperante, con un derecho implícito de plena libertad religiosa a favor de los gobernados. El remate se da con la Ley de 1859 sobre la confiscación de bienes eclesiales sin mediar indemnización alguna, a la que se suman actos de secularización como la de los actos del estado civil. Mediante Ley del 4 de diciembre de ese año, se da la abolición del juramento religioso en los actos de Estado, así como reglas de control en los actos de culto público.33 La Iglesia vio, con la llegada de Maximiliano, la posibilidad de recuperar su posición en el país, pero el liberalismo del emperador desilusionó al clero, otorgando unas cuantas concesiones pero sin dar marcha atrás a la secularización como se dispuso en el Estatuto del Imperio, pero con el triunfo juarista, el Estado laico, o quizá anticlerical, finalmente se consumaría. Juárez intento conciliarse, pero es hasta el porfiriato cuando el ambiente será más favorecedor, mermando el rigor de la normatividad vigente entonces. Nuevas órdenes clericales aparecen y el poder inmobiliario de la Iglesia se duplica, reanudando a la vez labores las comunidades clericales pero sin reponer 34 relaciones con el Vaticano, tolerando un Delegado Apostólico y no un Nuncio. Es de mencionar que, dentro de los regímenes juarista y porfirista se sancionaba con excomunión a quien protestase la Constitución de 1857 así como la fricción entre los matrimonios civil y canónico. Con el movimiento revolucionario, un breve sentimiento anticlerical renace en el Programa del Partido Liberal Mexicano en 1906 el cual crecerá con el carrancismo, atrayendo un clima violento y antirreligioso. La ley del 22 de julio de 1916 incorporaría los templos al patrimonio estatal, y la Constitución de 1917, subrayaría el rumbo a seguir en las siguientes décadas; los artículos 3º, 5º, 6º, 7º, 27 y 130 serían del desagrado total de la Iglesia como del Vaticano, al nugar y mermar la injerencia eclesial en la educación, el declarar incompatibles los votos monásticos con la libertad personal y suprimir la personalidad jurídica a toda Iglesia, pese a reconocer libertad religiosa en el artículo 24. 32 Idem, p. 167. Se prohibieron los actos religiosos públicos fuera de los templos, hubo reducción de fiestas religiosas, se reglamentó el uso de las campanas y se prohibió a los servidores públicos coadyuvar en actos eclesiales; se secularizan hospitales, panteones, comunidades religiosas. Asimismo se cerró la Universidad y cabe señalar que en esta época se cerró la Legación de México ante el Vaticano. 34 FLORIS MARGADANT, Op. Cit., p. 182. 33 28 H TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA Q U E R É T A R O Humaniverso es una publicación electrónica científica con periodicidad semestral, publicada por el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro y su Archivo Histórico del Poder Judicial. Humaniverso busca servir como foro para trabajos de alto perfil académico El artículo 130 fue el más explosivo, en virtud de impedir a clérigos extranjeros participar en actos religiosos así como restringir derechos políticos o controlar el número de sacerdotes en el país. Cabe señalar que la aplicación material de la nueva ley fundamental fue gradual, lo que permitió una relación de cierta calma con el gobierno nacional, el cual, en el mandato de Elías Calles con leyes dictadas en 1926, reafirmaría los postulados constitucionales en un contexto anticlerical, que remató con el llamado movimiento Cristero, que gracias a la intervención del embajador norteamericano, tal lucha culminaría. 35 Así se dictaría la Ley Reglamentaria del artículo 130, ordenamiento que sigue el mismo tono antieclesial hasta un aparente armisticio con la Iglesia en 1929, en donde la diplomacia imperaría para una reanudación de los servicios religiosos en los templos. Para 1933 las discusiones ideológicas se retoman debido al socialismo pregonado por Cárdenas, siendo que en ley de 1935 se prohíbe el uso del correo para propaganda religiosa y el llevar hábitos en la vía pública, y en la encíclica de Pío XI de 1937, logra un ambiente más favorable y tolerante. Relata Floris Margadant que en la era del presidente Camacho, en son de broma, se hablaba de un concordato secreto con el Vaticano para dejar inaplicables los preceptos constitucionales por ambas partes. 36 A partir de la declaración presidencial de decirse creyente, la participación eclesial católica crecerá, sobretodo en comunidades y centros educativos así como de una disfrazada relación con el Vaticano -subsistiendo la ausencia de relación diplomática formal- ya que en 1979 el presidente López Portillo recibe al Papa Wojtyla, lo cual generó diversas reacciones. Al tiempo, una dualidad por demás curiosa impera en nuestro Estado laico: en las escuelas públicas los temas religiosos son ajenos, clérigos extranjeros celebran oficios religiosos, aumentan las escuelas auspiciadas por órdenes eclesiales (maristas, salesianos, agustinos, jesuitas, legionarios, i.a.) Bien refieren que la eclesiofobia es explicable a la luz de la historia y que no es posible vivir de recuerdos, lo que exige un nuevo panorama y marco jurídico, como se apuntará a partir de 1982, siendo que en el mandato de De la Madrid el tema sería reabordado.37 Las relaciones diplomáticas con el Vaticano, la educación, la falta de personalidad de la Iglesia y los derechos políticos serán el centro de la modernización constitucional y de un trato recíproco más comprensivo entre Estado e Iglesia. No obstante, una crisis en 1986, ante la participación de clérigos en lo electoral, exigió que el art. 343 del Código electoral sancionara económicamente a los clérigos, inclusive con pena corporal, en caso de injerencia. Las visitas de Juan Pablo II en 1990 y 1992, acelerarán, finalmente, la reforma constitucional del artículo 130 en la presidencia de Carlos Salinas. Seguramente, en el Derecho Mexicano, poco conocemos de los cánones que rigen a la Iglesia Universal y que es el primer sistema jurídico contemporáneo. Concluimos esperando no se exprese sobre este ensayo: NON LIQUET, que significa: NO ESTÁ CLARO.38 35 dem, p.186. Idem, p. 193. Refiere el autor que se decía que el Estado permite a la Iglesia violar tales artículos, y al estado violar todos los demás. 37 Ibidem. 38 Esta alusión la hace J. Lapín, en su obra multicitada, precisamente en su inicio; vid: p.5. Preferimos hacer uso de ella en el final de nuestro trabajo, por considerarlo más ad hoc. 36 www.tribunalqro.gob.mx/humaniverso 29 CALENDARIO DE GUARDIAS DE JUZGADOS FAMILIARES DE LOS DISTRITOS JUDICIALES DE QUERÉTARO Y SAN JUAN DEL RÍO sábados de 9:00 a 13:00 horas domingos y días festivos de 10:00 a 13:00 horas Santiago de Querétaro, Qro. 2009 JULIO 04 05 6° Fam. Qro 2° Civil SJR 11 12 1° Fam. Qro 2° Civil SJR 18 19 1° Fam. Qro 3° Civil SJR 20 - 31 3° Fam. Qro 1° Civil SJR AGOSTO 01 02 3° Fam. Qro 1° Civil SJR 08 09 2° Fam. Qro 3° Civil SJR 15 16 2° Fam. Qro 2° Civil SJR 22 23 4° Fam. Qro 2° Civil SJR SEPTIEMBRE 05 06 5° Fam. Qro 3° Civil SJR 12 13 5° Fam. Qro 1° Civil SJR 16 19 20 6° Fam. Qro 1° Civil SJR 26 27 6° Fam .Qro 2° Civil SJR 29 30 1° Fam. Qro 3° Civil SJR GARANTÍA DE “DEFENSA ADECUADA” EN JUSTICIA PARA ADOLESCENTES Lic. Rebeca A. Schmitter Tello I. INTRODUCCIÓN La reforma al artículo 18 Constitucional -publicada en el Diario Oficial de la Federación el 12 de diciembre de 20051 y que entrara en vigor el 12 de marzo de 2006- entre otros de los puntos que toca su iniciativa lo es el relativo a la implementación del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes, diferente de aquella prevista para los adultos, que de conformidad con lo establecido por el artículo 4º Constitucional, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley para la Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, encuentra su fundamento en la concepción de las personas menores de edad como sujetos de derechos y, por tanto, también de responsabilidades, y su justificación en la necesidad de concederles un trato diferenciado en razón de su condición de personas en desarrollo. II. ALGUNAS GARANTÍAS PROCESALES DE LOS ADOLESCENTES SUJETOS A PROCEDIMIENTOS JUDICIALES Y ADMINISTRATIVOS. Dentro de los procedimientos tanto judiciales como administrativos seguidos a los adolescentes, se deben de respetar las garantías contenidas en la Constitución Federal, Estatal, en la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y en los tratados internacionales, tal y como lo ha establecido la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la opinión consultiva 17/2002, así como lo dispone el artículo 6 de la Ley de Justicia para Menores para el Estado de Querétaro, dentro de los cuales se encuentra la garantía de defensa adecuada y a ser defendidos en igualdad de circunstancias que su acusador, mismas que se analizarán a continuación. III. GARANTÍA DE DEFENSA ADECUADA Y DERECHO A SER DEFENDIDO EN IGUALDAD DE CIRCUNSTANCIAS QUE SU ACUSADOR. Uno de los pilares fundamentales dentro del procedimiento de Justicia para menores de edad es, sin duda, el tema relativo a la garantía de “defensa adecuada”, contemplada dentro de la fracción IX del artículo 20 Constitucional (para los procedimientos de adultos, pero como se mencionó, también para los procedimientos seguidos a los adolescentes), entendida dicha defensa, según se desprende del criterio de jurisprudencia 1ª./J.31/20032, emitido por la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como dar oportunidad a todo inculpado de aportar pruebas, promover los medios de impugnación frente a los actos de autoridad que afecten los intereses legítimos de la defensa, exponer la argumentación sistemática del derecho aplicable al caso concreto y utilizar todos los beneficios que la legislación procesal establece para la defensa. Asimismo, en la jurisprudencia 1ª./J.23/20063 se estableció que la asistencia que comprende ese derecho fundamental no sólo debe de estar relacionada con la presencia física del defensor, sino que la misma debe de interpretarse en el sentido de que la persona que es puesta a disposición de una autoridad cuente con la ayuda “efectiva” del asesor legal. 1 Diario Oficial de la Federación, 12 de diciembre de 2005. Suprema Corte de Justicia de la Nación, Primera Sala, rubro: “DEFENSA ADECUADA. DIFERENCIAS ENTRE LOS ALCANCES Y EFECTOS DE LAS GARANTÍAS CONSAGRADAS EN LAS FRACCIONES IX Y X, PÁRRAFO CUARTO, APARTADO A, DEL ARTÍCULO 20 CONSTITUCIONAL”. 3 Suprema Corte de Justicia de la Nación, Primera Sala, rubro: “DEFENSA ADECUADA, ALCANCE DE DICHA GARANTIA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL).” 2 31 En las relatadas condiciones, cabría preguntarse: ¿ se respeta la garantía de defensa adecuada cuando quien asiste al adolescente no cuenta con los conocimientos básicos o la especialización en la materia de justicia de adolescentes o, en su caso, la certificación?. La respuesta casi obligada, es a juicio de la que realiza el presente trabajo, que no. En primer término, porque según se estableció al momento de interpretar los alcances del artículo 20, apartado A, fracción IX, de la Constitución, parte del contenido del derecho fundamental de defensa lo es que ésta sea “eficaz”. Sobre el particular, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en los casos Kamasinski contra Austria, Stanford contra Reino Unido y Tripoid contra Italia, al interpretar el artículo 6.34 del Convenio Europeo de Derechos Humanos -que tiene un gran parecido al artículo 8.25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, refiriéndose ambos a las garantías judiciales-, estableció que dicha disposición legal no concede simplemente un derecho a que el Estado designe un abogado a falta de un defensor particular, sino que concede un derecho a la asistencia real y cierta. Por otro lado, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha reconocido a través de su jurisprudencia el derecho del imputado a una representación eficaz, sinónimo de defensa adecuada como derecho fundamental, conforme al interés de la justicia según lo estableció en el caso Little6 y en el caso Collins, Trevor7. En el mismo sentido, lo señaló en el informe 41/00 Casos 12.023 (Desmond Kenzie), 12044 (Andrew Donner y Alphonso Tracey), 12, 107 (Carol Baker), 12.126 (Dwight Fletcher) y 12.146 (Anthony Rose), Jamaica, 13/4/2000, en especial 313). En el mismo sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Hilaire, Constantine y Benjamín y otros, estableció que para que en un proceso existan verdaderas garantías judiciales, es preciso que en él se observen todos los requisitos que sirvan para proteger, asegurar o hacer valer la titularidad o el ejercicio de un derecho, es decir, las condiciones que deben de cumplirse para asegurar la adecuada defensa de aquellos cuyos derechos u obligaciones están bajo consideración judicial8. Asimismo, el artículo 12.2 de la Convención sobre los Derechos del Niño9, establece lo siguiente: “ ARTICULO 12. 2. Con tal fin, se dará en particular al niño la oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.”. En segundo lugar, en virtud de que uno de los derechos y garantías reconocidos a los adolescentes, lo es el de “ser defendido en igualdad de circunstancias respecto de su acusador”, cabiendo también preguntarse en este aspecto lo 4 Todo acusado tiene, como mínimo, los siguientes derechos: A) A ser informado, en el más breve plazo, en una lengua que comprenda y detalladamente, de la naturaleza y de la causa de la acusación formulada contra él; B) A disponer del tiempo y de las facilidades necesarias para la preparación de su defensa; C) A defenderse por sí mismo o a ser asistido por un defensor de su elección y, si no tiene medios para pagarlo, poder ser asistido gratuitamente por un abogado de oficio, cuando los intereses de la justicia lo exijan. 5 Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas:... D) Derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor. 6 Comité de Derechos Humanos, caso Little c. Jamaica, párr.8.4 (1991) 7 Comité de Derechos Humanos, caso Collins, Trevor c. Jamaica, párr.9 8 Corte IDH. Caso Hilaire, Constantine y Benjamín y otros vs. Trinidad y Tobago. Sentencia de 21 de junio de 2002. Serie C No. 94, párrf.147 9 Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Compilación de Instrumentos Internacionales. 32 siguiente: ¿el adolescente que es asistido por un defensor que no tiene conocimientos básicos, especialización en la materia de Justicia para adolescentes o en su caso, que cuente con la certificación respectiva, será defendido en igualdad de circunstancias respecto del Agente del Ministerio Público que se encuentra especializado?, yo considero que no. En primer término, porque el defensor particular que no cuenta con conocimientos básicos, especialización en Justicia para Adolescentes (que no cuente con apoyo de algún defensor de oficio especializado) o en su caso, la certificación respectiva, no puede llevar a cabo la defensa eficaz a favor del adolescente simplemente por no conocer los aspectos básicos del Sistema Integral del Justicia para Adolescentes que difiere del procedimiento de adultos, lo que demeritaría, en dado caso, la “defensa adecuada” de aquel. Y por el contrario, el órgano acusador llevaría su acusación ante el juzgador, sin que pudiera ser debatida correcta o deficientemente. PROGRAMA DE DEPÓSITOS EN BANCO PARA COBRO CON TARJETA DE DÉBITO Oficina Central de Consignaciones Sin que se pase por alto lo dispuesto en el artículo 18 Constitucional, en el sentido de que se establece la especialización solo para las autoridades, organismos e instituciones encargadas de aplicar el sistema; sin embargo, lo anterior no sería obstáculo para que pudiera darse una reforma en las legislaciones estatales a fin de ampliar en estas las garantías y derechos de los adolescentes que la propia constitución establece. Aunado a lo anterior, a que la garantía de defensa se encuentra sobre otras contempladas en nuestra carta magna y que lo pudiera ser la de libertad de profesión contemplada en el artículo 5º Constitucional. IV. CONCLUSIÓN Considero que a fin de que se cumpla con la garantía de “defensa adecuada”, contemplada en el artículo 20 Constitucional y al derecho que tienen los adolescentes de ser defendidos en igualdad de circunstancias que su acusador, deben de ser asistidos por defensor que tenga conocimientos básicos sobre las materias de especialización, que esté especializado, que cuente con la certificación respectiva, o bien, designársele, además, al defensor de oficio especializado para que apoye en la defensa y así dar cumplimiento real al equilibrio entre las partes. Querétaro Fecha de inicio segunda quincena de agosto 2008 Personas beneficiadas con el programa 570 personas San Juan del Río, Qro Fecha de inicio marzo 2009 Personas beneficiadas con el programa 27 personas Lo que implica una reducción de trámites de Querétaro 2280 San Juan del Río, Qro. 180 DEPÓSITOS Y RETIROS EN VENTANILLA DURANTE UN MES 33 LA TEORÍA DEL CASO Y LA APOLOGÍA DE SÓCRATES Arturo Flores Velázquez I. INTRODUCCIÓN. Las reformas constitucionales en materia penal, que establecen el sistema procesal acusatorio, nos obligan a conocer las técnicas de la litigación oral. El juicio de Sócrates es uno de los juicios célebres de la historia, perpetuado por las obras de Platón y Jenofonte con sendos escritos titulados “Apología de Sócrates”, las cuales nos ofrecen una oportunidad de estudio de estas técnicas mediante la aplicación de la teoría del caso a través del análisis, principalmente, del texto del primero, que nos lleve a comprender, de manera objetiva, cómo se defendió el ilustre filósofo acusado de corromper a la juventud e impiedad. Conciente que este juicio y las modernas técnicas de litigación oral están separadas por el tiempo, pero que les une la búsqueda de mejorar la justicia, se aborda la defensa de Sócrates desde la perspectiva de la teoría del caso. II. UN HECHO INDISCUTIBLE Y UNA CONTROVERSIA. Resulta indiscutible el hecho de que Sócrates fue condenado, que perdió el juicio. Las obras mencionadas de Platón y Jenofonte coinciden en ello y ningún historiador duda que la muerte del filósofo fue consecuencia de la sentencia condenatoria. La controversia se suscita en cuanto a la causa por la cual Sócrates perdió el juicio; pues las opiniones van desde que Sócrates buscó deliberadamente que lo condenaran para, de esta manera, evitar la decrepitud de la vejez1, hasta que la defensa fracasó por ser demasiado buena2, pasando por las opiniones que dicen que Sócrates se defendió de la mejor manera que pudo dentro de lo que le permitían sus convicciones éticas3. La alternativa a las causas por las cuales Sócrates perdió el juicio viene de aplicar las técnicas de la teoría del caso, de donde resulta que el juicio se pierde por ser mala la defensa, si bien fue lo mejor que pudo hacer el acusado de acuerdo con su propio método filosófico. En la Apología de Sócrates -diálogo platónico que, junto con los diálogos Critón y Fedón, constituyen un monumento inmortal que Platón levantó a su maestro4, si es que esto puede expresarse, pues Sócrates insistió en que nunca tuvo discípulos(19e)-, encontraremos aciertos y errores que nos permiten tener una lección más del filósofo, como si nos hablara desde su época para darnos consejos útiles para las modernas técnicas de litigación en los juicios orales; encontraremos que se defendió de la mejor manera que pudo, en ocasiones de manera acertada y en otras desacertada; en éste caso, tal vez, como él mismo reconoce, por serle desconocido el lenguaje empleado en los procesos legales. III. ANTECEDENTES. Debemos tener presente que Sócrates tenía en su contra la idea preconcebida de la sociedad de su época de que él corrompía a la juventud, pues así lo tenía presente todo ateniense debido a la comedia Las Nubes de Aristófanes, en donde con escarnio de la manera de educar de Sócrates, se narra que un padre envía a su hijo con éste para que lo eduque, con el resultado contraproducente de que el 1 Jenofonte, Apología de Sócrates, 1-8 Burnet, citado por Taylor, El pensamiento de Sócrates, Pág. 20 3 Op. Cit. Pág. 96. Dice este autor: “Sócrates no cortejaba la muerte; por el contrario decía llanamente que deseaba una absolución honrosa, siempre que el fallo no comprometiera la verdad”. 4 Hirschberger, Historia de la filosofía, I, Pág. 77 2 34 hijo emplea lo aprendido en contra de su padre. El hijo, empleando un sofisma, llega a golpear a su padre, pues dice que éste le pegó cuando niño, ya que le quería y le pegaba para corregirlo, por lo tanto, y de la misma manera, ahora el hijo le pega al padre porque le quiere. Sin embargo, no todo es la ficción de una comedia, más o menos apegada a la realidad, sino que el prejuicio de la sociedad ateniense tiene refuerzo en la vida real, pues todos los atenienses saben que Sócrates tuvo como discípulos a Critias y a Alcibíades, personajes que le hicieron daño a la ciudad y sus ciudadanos, el primero participando en un hecho sacrílego, el haber mutilado un busto del dios Hermes, e integrante de los Treinta Tiranos que cometieran atrocidades como ejecuciones sumarias e incautaciones de bienes; el segundo cambió su lealtad en varias ocasiones: de Atenas a Esparta, de ésta a Persia y de nuevo a Atenas. Estos hechos integran una prueba preconstituida que los acusadores del filósofo no tienen necesidad de ofrecer, pues todos los tienen presentes en su memoria y que, por otra parte, lejos de ser subjetiva, la apreciación se torna objetiva por ser hechos conocidos de todos; además de que los jueces consideran no solo el presente, sino también el pasado, según lo señala Esquines: “Pues no es por el discurso sólo ni por los testimonios, sino por lo que ellos [los jueces] saben y han indagado, por lo que emiten su voto5”. discursos, han hecho perecer muchos inocentes y han absuelto no pocos culpables?”9. Sócrates sabía que debía preparar su defensa, pues era de su conocimiento que “Homero llamaba a Ulises 'orador' seguro, porque sabía conducir sus discursos según las opiniones comúnmente aceptadas por los hombres”, lo que implica un conocimiento de las opiniones de los ciudadanos atenienses y un plan para conducir el discurso según estas opiniones; planeación que Sócrates debió realizar sobre todo si consideramos que, en su caso, la opinión común aceptada era que sus acusadores tenían razón. El no llevar un plan de defensa, o el no elaborar una teoría del caso, es un error de Sócrates, lo cual podemos constatar a través del juicio, al dar muestras de duda cuando el juicio tomó un rumbo distinto del que él esperaba y que veremos más adelante en el desarrollo del interrogatorio. El acusado se presentó al juicio confiando en sus habilidades dialécticas, pero por su manera de conducir el interrogatorio puede pensarse que no tuvo un plan, lo que de por sí hace que su defensa sea mala. De acuerdo con la teoría del caso, debemos conocer la ley y a nuestros jueces10, respecto a lo cual, no obstante la falta de planeación de su defensa, Sócrates revela un conocimiento de la legislación y de sus juzgadores. Respecto a la ley, es manifiesto que la conoce pues en todo su proceso no dice nada referente a Critias y Alcibíades, quienes son causa de que tenga fama de corromper a la juventud, pues ambos fueron sus discípulos, o al menos se les tenía por tales, y ambos dieron muestras de corrupción, como ya se mencionó, al ser un tirano que mandó ejecutar a muchos ciudadanos y al traicionar a Atenas entregándola al mejor postor, respectivamente. Con posterioridad a estos hechos fue expedida la ley de amnistía11, por la cual eran perdonados a todos los involucrados en estos hechos ilícitos los de Critias y Alcibíades, a la vez que prohibían traer a juicio su recuerdo, por lo cual Sócrates no los menciona, pero está consciente que tanto sus jueces como sus acusadores lo saben y, aunque no lo digan, está en la memoria de todos. Con todo esto tiene que luchar Sócrates para demostrar que no corrompe a la juventud ni desconoce a los dioses de la ciudad. IV. PREPARACIÓN DEL JUICIO. Todo juicio debe ser preparado, ya sea la acusación o la defensa, no improvisar confiando en la intuición, sino que debemos llevar preparada la manera en que probaremos nuestra versión de los hechos, así como las alternativas que tomaremos en caso de que se desvíe de lo planeado, esto es, debemos llevar una teoría del caso, entendida ésta como “la estrategia, plan o visión que tiene cada parte sobre los hechos que va a probar6”. La planeación de la defensa no puede dejarse al azar o a la improvisación7, planeación que no realizó Sócrates8. Jenofonte nos relata cómo Sócrates se desatendió de preparar su defensa, al preguntarle Hermógenes por qué no preparaba su apología, contestó: “¿No te parece que me he ocupado de ella toda mi vida?”, refiriendo que durante toda su vida había procurado lo justo y evitado lo injusto, pero Hermógenes le replicó: “¿No ves, Sócrates, que los jueces de Atenas, según sean los Precisamente contra esta memoria colectiva consistente en el mal recuerdo de sus discípulos es a lo que se enfrenta Sócrates y a la que deberá desvirtuar en juicio; Sócrates lo sabe y por ello tiene como objetivo el desvirtuar esta mala fama. 5 Esquines, Discursos, I, 92 Neyra Flores, Manual de Juzgamiento, Prueba y Litigación Oral en el Nuevo Modelo Procesal Penal, Pág. 23 7 Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID, Técnicas del Juicio oral en el Sistema Penal Colombiano, Módulo instruccional para Defensores. Pág. 59 8 Emilio Lledó considera que Sócrates planeó su defensa diciendo: “No improvisó Sócrates ni ordenó las ideas sobre la marcha”, aún cuando Sócrates dice “...vais a oír frases dichas al azar con las palabras que me vengan a la boca...” (17c), sostiene que se refería a la forma y no al contenido (Lledó, 1981:143), sin embargo, Jenofonte señala lo contrario, según se establece a continuación. 9 Jenofonte, Op. Cit. Pág. 235 10 Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID. Op. Cit. Pág. 112 11 Conocido como decreto de Patroclides, que, entre otras cosas, decía: “...nadie deberá... realizar maliciosa referencia al pasado”. (Anócides, I, 7780) citado por Palao Herrero, 2007: 91. 6 35 V. JUICIO. b) Apertura “Este alegato de apertura tiene como finalidad el dar a conocer al juez lo sucedido y una visión de lo que se va a hacer durante el juicio16”, es “una promesa de lo que se presentará en el juicio”. Sócrates presenta como alegato de apertura, ante la advertencia a los jueces, por parte de su acusador, de “precaveros de ser engañados” (17a) por su elocuencia, la promesa de que no va a ser elocuente, a menos que la elocuencia sea decir la verdad. Promete la verdad sin adornos: “ciertamente, por Zeus, atenienses, no oiréis bellas frases, como las de éstos, adornadas cuidadosamente con expresiones y vocablos, sino que vais a oír frases dichas al azar con las palabras que me vengan a la boca” (17b). Los procesos legales, en la Grecia del siglo V a. C. y aún ahora, no resultan fáciles para quien no domina el lenguaje forense y, además, no tiene desarrolladas las habilidades necesarias para llevar a buen término un juicio, es decir, si no se conoce la teoría del caso. Particularmente, en la apología de Sócrates se revela un desconocimiento de las técnicas del interrogatorio, pues es necesario saber cuándo preguntar, cuándo no hacerlo, cómo preguntar, qué preguntar y, por supuesto, cómo responder, entre otras habilidades. Sócrates formula sus preguntas como si lo hiciese en la plaza pública, en el ágora con sus amigos a quienes interroga para encontrar lo que es la justicia, la idea de justicia; y no como efectivamente lo hacía: frente a sus jueces; debió conducirse como abogado que pretende la absolución del acusado, y no como filósofo que pretende la verdad. A continuación Sócrates hace referencia a la acusación presente y a las acusaciones antiguas, entre éstas, la hecha por un autor de comedias: Aristófanes, quien, en una comedia representa “a cierto Sócrates que era llevado de un lado a otro afirmando que volaba y diciendo otras muchas necedades” (19c), y procede a defenderse de esta acusación recurriendo a la reputación de sabio ganada después de haber consultado el oráculo de Delfos, del cual se dice que, ante la pregunta de si hay un hombre más sabio que Sócrates, dijo que no había ninguno, lo que le lleva a reflexionar y concluir que, efectivamente, él es el más sabio, pues no sabiendo nada, “tampoco creo saber” (21d). En esta parte Sócrates se aparta de lo que debe ser un alegato de apertura, pues en éste no se puede argumentar, ya que aún no se han ofrecido pruebas18. Para ubicarnos en la época del juicio en contra de Sócrates, debemos establecer que el procedimiento legal consistía en preguntas que se realizaban mutuamente las partes, quienes estaban obligados a responder. No existía interrogatorio de los testigos12. En este contexto, Sócrates emplea en su defensa su propio método, el filosófico13, el cual consiste en dos partes: la ironía y la mayéutica; la primera hace ver a su interlocutor que no sabe aunque crea que sí sabe; y en el segundo, el interlocutor da a luz las ideas. Este método que le fue útil en la filosofía no le resulta de la misma manera para su defensa legal; para utilizar su analogía, la parturienta no es el interlocutor, pues no es el objetivo que este llegue a la verdad, sino que la parturienta es un sujeto plural que está constituido por los jueces, quienes deben parir una sentencia. Es de entenderse que Sócrates no sepa como actuar ante un jurado, pues es la primera vez que es llevado a juicio a sus más de setenta años de edad, por lo que no habla el lenguaje jurídico, lo que le produce la sensación de ser un extranjero pues, dice, que no habla su idioma. a) Litis Sócrates es acusado de corromper a la juventud y de no creer en los dioses. Esta acusación, consideran algunos14, es resultado de haber educado mal a sus discípulos Alcibíades, personaje de contrastes en la historia de Grecia: en momentos amado y en otros odiado, a quien se acusó de impiedad y traición; y Critias, tirano que ejecutó a muchos y mandó confiscar sus bienes, pruebas ambas de que Sócrates mal educa a la juventud15. c) Interrogatorio En relación con la acusación de corromper a la justicia, Sócrates se defiende interrogando19 a su acusador mediante un argumento ad hominem, atacando al persona que acusa, no lo que éste dice en su acusación: Pregunta 1: Melito, dime ¿ha habido nada que te haya preocupado más que el hacer a los jóvenes lo más virtuosos posible20? 12 Taylor, Op. Cit. Pág. 87 Se podría anotar como un error de Sócrates el emplear un discurso filosófico y no jurídico, según señala Diógenes Laercio: “habiéndole leído Lisias (a Sócrates) una apología que había escrito en su defensa, respondió: 'La pieza es buena, Lisias; pero no me conviene a mí'. Efectivamente, ella era más una defensa jurídica que filosófica.” (1984:48). 14 Taylor, Op. Cit. Pág. 80 y Copleston, Historia de la Filosofía. Pág. 125 15 No debemos soslayar el comentario de Esquines: “¿O sea que vosotros, atenienses, al sofista Sócrates lo matasteis porque se puso de manifiesto que había educado a Critias...?” (Discursos 1:173) o lo dicho por Jenofonte: “con Sócrates vivieron en familiaridad Critias y Alcibíades, causas de tantos y tan grandísimos males para la ciudad. (1984:130). 16 Consejo de la Judicatura del P. J. del Estado de Nuevo León, Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal de Nuevo León. Pág. 49 17 Neyra Flores, Op. Cit. Pág. 41 18 Ídem. Pág. 42 19 El análisis del interrogatorio se basa en la descripción hecha por Platón en la Apología de Sócrates, del cual dice A.E. Taylor que reproduce con exactitud el juicio. Op. Cit. p. 96. 20 El interrogatorio tiene como propósito el “revelar todas aquellas debilidades, intereses, errores, prejuicios y contradicciones” de su acusador, lo que en la actualidad corresponde a las técnicas del contrainterrogatorio. (Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Nuevo León:49). En adelante, los textos en cursiva corresponden a transcripciones de la Apología de Sócrates, Platón, Porrúa, México 1984. 13 36 En lo general, el plan es crear una duda razonable en los jueces mediante la demostración de que Melito no se ha ocupado de la educación de los jóvenes, lo que traería como consecuencia que no puede opinar sobre quién los mal educa y, por lo tanto, la acusación es infundada. La pregunta está bien formulada. Melito no tiene opción en la respuesta, pues si dice que no le preocupa la educación de los jóvenes, inmediatamente Sócrates pasaría a la conclusión: ¿como te atreves a acusarme de corromper a la juventud si no te has ocupado de la educación de los jóvenes? En otras palabras, si no se ha ocupado de la educación de los jóvenes, entonces, cómo sabe quien los mal educa. La respuesta es predecible. Respuesta: Nada, indudablemente. Melito cae en la respuesta inducida por la pregunta cerrada afirmando que nada le ha preocupado más que el hacer a los jóvenes virtuosos, pues su opción es aceptar que no le ha preocupado la educación de los jóvenes atenienses, con la consecuencia ya apuntada. Pregunta 2: Pues bien, di a los jueces cuál será el hombre que mejorará la condición de los jóvenes. Porque no puede dudarse que tú lo sabes, puesto que tanto te preocupa esa idea. Aquí está el primer error de Sócrates al formular la pregunta de manera tan abierta que pueda ser respondida de diversas formas. Ya está claro que Melito es quien se ha ostentado como el hombre que procura mejorar la condición de los jóvenes. La forma de preguntar debió ser del tipo cerrada, pues ésta permite que quien responde lo haga centrándose en un tema, en el caso, en si es cierto que Melito se ha ocupado de la educación de los jóvenes. En este sentido, las preguntas van encaminadas a desacreditar la persona del acusador, no lo que dice, por ello, la pregunta debió ser en el sentido de hacer evidente que Melito no tiene conocimiento sobre cómo educar a la juventud, preguntando, por ejemplo, y siguiendo la costumbre de Sócrates: “si nada te ha a preocupado más que el hacer a los jóvenes virtuosos, dime, Melito, ¿qué es la virtud?”, u otra pregunta que llevara al acusador a evidenciar su ignorancia en la educación de los jóvenes para, de ahí, concluir que, puesto que no sabe como educarlos, luego entonces no se ha preocupado por la educación de ellos y, por lo mismo, no sabe quién los educa bien y quién los educa mal. Melito no sabe qué responder, pues intuye las intenciones de Sócrates: que él mismo acepte ser el hombre que mejorará la condición de los jóvenes. Ante el silencio de Melito, Sócrates pone énfasis en ello para que los jueces se den cuenta que la educación de la juventud jamás ha sido objeto de su cuidado diciendo: Lo ves ahora, Melito, tú callas; estás perplejo y no sabes que responder. ¿Y no te parece esto vergonzoso? ¿No es una prueba cierta de que jamás ha sido objeto de tu cuidado la educación de la juventud? El silencio de Melito fue bien aprovechado; pero Sócrates no supo callar, debió dejar de formular preguntas al respecto y pasar a otro tema, sin embargo comete su segundo error, le repite la pregunta: ¿Quién es el que puede hacer mejor a los jóvenes? Respuesta: Las leyes. Melito se equivoca nuevamente, lo que no es aprovechado por el acusado, sino que le endereza su respuesta diciéndole que no le preguntó qué es lo que deben saber los jóvenes sino quién es el hombre que debe enseñarles. Melito no desaprovecha la nueva oportunidad que le brinda Sócrates y le responde. Respuesta: Son, Sócrates, los jueces aquí reunidos. Debido a la falta de planeación de la defensa, que deja en evidencia que no estaba preparado para la manera en que fue contestada la pregunta, la respuesta se torna excelente. Si la defensa hubiera sido planeada, 37 entonces estaría preparado para reaccionar adecuadamente a la estrategia de la contraparte, minimizando o anulando el peligro en el que se ha colocado. Sócrates tendrá que pensar pronto para corregir el rumbo que ha tomado su defensa, pues ya no puede demostrar que los jueces ignoran cómo educar a la juventud, de lo que Sócrates se da cuenta y, con la siguiente pregunta, pretende que Melito diga que no todos los jueces pueden educar a la juventud. ante el tribunal por faltas involuntarias, y si él corrompe a la juventud, lo hace de manera involuntaria, pues, al hacerlo, los hace malos y se expone a recibir mal, y nadie quiere recibir mal de manera voluntaria. Pregunta 3: ¿Pero son todos estos jueces o hay entre ellos unos que pueden y otros que no pueden? Pregunta 7: ¿Sostienes que lo hago (corromper a la juventud) con conocimiento o sin quererlo? Respuesta: Todos pueden. Respuesta: Con conocimiento. Melito no tiene porqué cambiar su respuesta, los jueces son peritos en la materia, por eso pueden juzgar a quien corrompe a la juventud. Como Sócrates no consigue que Melito acepte que su actuar ha sido de manera involuntaria, entonces se vale de las respuestas para concluir que, dado que los que actúan de manera involuntaria no merecen castigo sino educación, y como Melito lo ha llevado a juicio en vez de instruirlo para que no haga más mal, demuestra que no ha sido del cuidado de Melito la educación. ¡Esta conclusión la tuvo desde la segunda pregunta, con el silencio de Melito al no saber quien es el hombre que mejorará la condición de los jóvenes! Pregunta 6: ¿Hay alguno que quiera más recibir mal que bien? Respuesta: No; no hay nadie. Por su parte, Sócrates insiste con las preguntas que se alejan del propósito de demostrar que Melito no sabe cómo educar a la juventud para tener, como nuevo objetivo, al menos en apariencia, encontrar entre sus jueces a quien no sabe hacerlo. Pregunta 4: Estos oyentes que nos escuchan ¿pueden también hacer a los jóvenes mejores o no pueden? Al no saber Sócrates conducir el interrogatorio, llega a una mala posición respecto a su inocencia, pues él mismo concluyó que sí corrompe a los jóvenes. Cabe mencionar que la teoría del caso debe ser “flexible”22, es decir, debe contemplar la posibilidad de cambiar de acuerdo con el desarrollo del juicio, pero sin hacerlo de manera radical, sin cambiar de teoría del caso, tal y como, aparentemente, lo hace Sócrates, pues parece que mantiene el objetivo: demostrar que su acusador nunca ha tenido interés por la educación de los jóvenes; sin embargo, de su interrogatorio se infiere que cambia de objetivo, pues ahora quiere demostrar que, si bien es cierto que corrompe a la juventud, pues esto ha quedado demostrado porque él mismo así lo concluye, lo hace involuntariamente; el tema central es modificado de manera que se puede considerar un error más en la defensa, pues debió mantener el objetivo aún cuando cambiara de estrategia. Aún más, Sócrates regresa al tema inicial e insiste que su acusador no se ha ocupado de la educación y por ello no puede saber quien mal educa a los jóvenes atenienses, lo que agrava el error, pues hay una confusión entre los cambios de estrategia y los cambios de tema. Con esto termina la defensa respecto a esta acusación y continúa con la de desconocer a los dioses. Respuesta: Pueden. Vaya pregunta, ¿qué pretendía Sócrates con ella? ¿quería enemistarse con sus jueces? Es un error más, al igual que la siguiente pregunta. Pregunta:5: ¿Y los senadores? Respuesta: Los senadores lo mismo. La respuesta consigue simpatía de los jueces y de la audiencia en general con la acusación de Melito. Por su parte Sócrates ya no pregunta; concluye, y concluye en contra de sí mismo: Se sigue de ahí que todos los atenienses pueden hacer a los jóvenes mejores, menos yo; sólo yo los corrompo. Sócrates debió callar nuevamente, dejando que los jueces o su acusador concluyeran, pero no él, y menos como lo hizo: en contra de sí mismo. A continuación cambia de estrategia, ya no pretende convencer a los jueces que no corrompe a la juventud, pues ya aceptó que sí lo hace, sino de que lo hace de manera involuntaria. La forma de interrogar se enfoca en desacreditar el contenido de la acusación: que él no corrompe a la juventud de manera voluntaria, dejando la forma encaminada a desacreditar a la persona del acusador. Parte de la ley, la cual no permite citar a nadie Respecto a la acusación de desconocer a los dioses, Sócrates, se defiende diciendo que la acusación es falsa, pues su acusador le reconoce que cree en los demonios, que son semidioses, hijos de un dios, y por lo tanto no es posible que no crea en los dioses: Pregunta 1: ¿Pretendes que yo no reconozco ningún dios? Respuesta: Sí, ¡por Zeus!, tú no reconoces ninguno. 21 Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID. Op. Cit. Pág. 59 22 Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Nuevo León, Op. Cit. Pág. 71 38 Se ha fijado la litis respecto de esta segunda acusación. humanos”, y es precisamente lo que le ha reconocido Melito: que Sócrates cree en las cosas de los dioses y, por lo tanto, hay dioses, con lo que la acusación queda desmentida. Pregunta 2: ¿Hay alguno en el mundo que crea que hay cosas humanas y que no hay hombres? Melito no responde y, en vez de ello, hace ruido, por lo que Sócrates le pide a los jueces: “mandad que responda y que no haga tanto ruido” Adelantado a su tiempo, Sócrates hace un complicado razonamiento, sobre todo si consideramos que la lógica, tal como la conocemos, es desarrollada por el discípulo de su discípulo, Aristóteles, por lo que cabría preguntarse si los jueces comprenderían su razonamiento. En este caso, como lo señala Burnet24 la defensa fue demasiado buena. Agregaría que, además, difícil de ser comprendida por sus jueces, lo que la convierte en mala defensa, pues la persuasión está ligada a la capacidad del juez de asimilar la información, según se señala en las Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal de Nuevo León: “La capacidad de persuasión está ligada a la credibilidad de la persona que transmite la información, a su capacidad de comunicación y a la capacidad del juzgador para asimilarla y procesarla”25, debido a ello, una de las características de la teoría del caso es la sencillez, la cual prometió Sócrates en su alegato de apertura, y que incumple con el complicado raciocinio. El incumplimiento de esta promesa le generó un costo de credibilidad. Esto no significa que no debamos de ser lógicos, pues la lógica también es una característica de la teoría del caso, pero tampoco debemos usar palabras rebuscadas, “ya que corremos el riesgo de que el mensaje no llegue correctamente26”. No hay información de cuál era la manera en que Melito hacía ruido, por lo que no podemos decir el significado de este lenguaje no verbal; sin embargo, podemos saber sus efectos: Sócrates se molesta con el ruido a tal grado que pide a sus jueces que le manden callar, lo cual es un hecho que molestó a Sócrates y, muy probablemente, lo sacó de concentración. De manera intencional o no, lo cierto es que Melito emplea un consejo que siglos después daría Quintiliano: “es necesario conocer la persona del testigo y su carácter. Porque al cobarde se le puede intimidar; al ignorante, engañar; al iracundo, irritarle”23. Sócrates reformula su pregunta: ¿Hay quien crea que hay reglas para enseñar a los caballos y que no hay caballos? ¿Qué hay tocadores de flauta y que no hay aires de flauta? ¿Hay alguno que crea en cosas propias de los demonios y que, sin embargo, crea que no hay demonios? Respuesta: No, sin duda. Pregunta 3: No estamos convencidos de que (los demonios) son dioses o hijos de los dioses? A mi parecer, debió ser más claro siendo más sencillo; por ejemplo, como lo hace Agustín de Hipona en una acusación similar: Agustín de Hipona es acusado por Petiliano de ser maniqueo; de lo cual se defiende diciendo: “Petiliano afirma que soy maniqueo, hablando de una conciencia que es ajena, yo digo que no lo soy, hablando de mi conciencia. Elegid a quién debéis dar fe27”. En este caso se emplea el argumento ad hominem, en donde no se atacan los argumentos de Petiliano, sino que se defiende de acuerdo a la persona propia de quien sostiene una afirmación. Respuestas: Sí. Sócrates razona empleando el silogismo hipotético de la siguiente manera: Si A entonces B. En donde A es “cosas humanas” o “ cosas propias de los demonios”; y B, “hombres” o “demonios” VI. CONCLUSIÓN DEL JUICIO. El silogismo hipotético del modo ponendo ponens se enuncia de la siguiente manera: Regresando al juicio de Sócrates, éste concluye: “...no tengo necesidad de extenderme más en mi defensa, atenienses, y lo que acabo de decir basta para hacer ver que no soy culpable y que la acusación de Melito carece de fundamento”. Si hay cosas humanas, entonces hay humanos. Si hay cosas de los demonios, entonces hay demonios. Analizando esto tenemos que sería falso si afirmamos el consecuente para firmar el antecedente. No podemos partir de la afirmación: “hay humanos” para concluir “hay cosas humanas”, sería falaz. Tampoco podemos invertir el silogismo: Si hay hombres entonces hay cosas humanas, pues no es necesario; esto es: la relación es de sustancia y accidente, en donde el accidente presupone la sustancia y no al contrario. Como ya se mencionó, Sócrates concluye, en lo que respecta a la acusación de corromper a la juventud, en su contra, al señalar que todos, menos él, saben educar a la juventud; en cuanto a desconocer a los dioses, 23 Quintiliano, Instituciones Oratorias. Pág. 244 Ver nota 1. 25 Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Nuevo León. Op. Cit. Pág. 48 26 Neyra Flores. Op. Cit. Pág. 40 27 Agustín de Hipona, Réplica a las cartas de Petiliano. Pág. 93 24 Es necesario afirmar el antecedente para afirmar el consecuente: “Si hay cosas humanas, entonces hay 39 concluye que, como cree en las cosas de los dioses, entonces cree en los dioses, que como ya se señaló, es un razonamiento poco claro y, por ello, poco convincente para sus jueces. REFERENCIAS ELECTRÓNICAS: Agustín de Hipona (2009), “Réplica a las cartas de Petiliano”. Sitio Consultado: http://www.upasika.com/docs/catolicismo/Agustin%20 de%20Hipona%20-%20Petiliano.pdf ¿Qué fue lo que provocó la sentencia a muerte de Sócrates, su impericia ante los tribunales o fue deliberadamente buscada, provocada y casi forzada mediante su altivez y desprecio por la muerte para, como señala Jenofonte, evitar los achaques de la vejez? De lo analizado se puede notar que en varias ocasiones S ó c r a t e s c o m e t e e r r o r e s q u e l e r e s u l ta n contraproducentes, de tal manera que, incluso él mismo, concluye su culpabilidad. Ahora podemos decir que, desde el presente, Sócrates fue condenado por no seguir una teoría del caso. Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal de Nuevo León, Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Nuevo León. Sitio consultado: http://www.pjenl.gob.mx/ConsejoJudicatura/Publicacio nes/Libros/5_LibroDiscente.pdf. (19 de enero de 2009) Técnicas del Juicio oral en el Sistema Penal Colombiano, Módulo instruccional para Defensores, Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID. Sitio consultado: http://www.pfyaj.com/checchi/Fortalecimiento/Mxdulo_ Instruccional_para_Defensoresx_para_web.pdf. (19 de enero de 2009). Sócrates finaliza su apología diciendo: “ya es hora de marcharnos, yo a morir y vosotros a vivir. Quién de nosotros se dirige a una situación mejor es algo oculto para todos, excepto para el dios” (42a). Marco Fabio Quintiliano, Instituciones Oratorias, Versión digital en Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Sitio consultado: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/24 616141101038942754491/index.htm. (1 de marzo de 2009). Por mi parte, concluyo con el epitafio que Diógenes Laercio escribió a Sócrates: “Tú bebes con los dioses, oh Sócrates, ahora. Sabio te llamó Dios, que es sólo él sabio. Y si los atenienses la cicuta te dieron, brevemente se la bebieron ellos por tu boca28”. Neyra Flores, José Antonio, Manual de Juzgamiento, Prueba y Litigación Oral en el Nuevo Modelo Procesal Penal. Sitio consultado: http://cejamericas.org/doc/documentos/ManualJuzgamiento.pdf. (19 de enero de 2009). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: Aristófanes (1972), “Las Once Comedias”, México: Porrúa. Copleston, Frederick. (1983), “Historia de la Filosofía”, Tomo I, México: Ariel. Diógenes Laercio (1984), “Vida de los filósofos más ilustres”, México: Porrúa. Esquines (2002), “Discursos”, Madrid: Gredos. Hirschberger, Johannes (1985). “Historia de la Filosofía”, I, España: Herder. Jenofonte (1984), “Apología de Sócrates”, México: Porrúa. Lledó, Emilio (1981), En introducción, “Diálogos de Platón,” I, Apología, España: Gredos. Palao Herrero, Juan (2007), “El Sistema Jurídico Ático Clásico”, Dykinson. Platón (1984), Diálogos, “Apología de Sócrates”, México: Porrúa. Taylor, A. E.(1988), “El Pensamiento de Sócrates”, México: Fondo de Cultura Económica. 28 Diógenes Laercio, Vida de los filósofos más ilustres. Pág. 50 40