Parte II - Tribunal Superior de Justicia del Estado de Querétaro

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DE LA DIALÉCTICA PUNITIVA A LA DECONSTRUCCIÓN DE LA LIBERTAD
Lic. Oscar Huicochea García
Deconstrucción... término suave y elegante utilizado recientemente por un autor
que creía en la no escritura, sujeto incrustado por infinidad de características poco
reales que adquirían vigencia por el propio verso de las ideas, de-construir algo es
probablemente el acto que mejor hacemos los seres humanos, fijamos el intelecto
en lugares en los que la imaginación no puede llegar, adquirimos certezas de un
entramado conceptual que pocas veces es entendido pero que en la mayoría de
las oportunidades sirve como bagaje cognitivo, debo admitir que el encuentro con
el autor se fijó en innumerables tardes porteñas en las cuales prevalecía una
inquietud por desaparecer cualquier grafo y es que anhelar el sentir honesto de
cada sujeto es una esperanza que se mantendrá viva por mucho tiempo, Derrida
clasificó la postura lógica de la lingüística en una metáfora variable, supo
determinar las consecuencias del uso y el resultado ante dicho evento, la
deconstrucción de la realidad se sumó a la teoría del concepto mismo y es ahí
donde vislumbré un espacio nuevo para trabajar, tomar como bastión principal a la
libertad y hacer de ésta una herramienta útil en la excarcelación, retomé figuras
arraigadas a mi idiosincrasia, es decir, robé conceptos mexicanos para
transformarlos en comparativa viva en la Argentina, el resultado es un cúmulo de
dudas que tienen a bien vivir en el paralelismo entre facto e intelecto.
Deconstrucción... De nueva cuenta nos acercamos a un panorama que luce
desolado, un terreno que se deja influenciar por la capacidad retórica de cada uno
de los integrantes de esta polis, de-construir viene entonces a suplir lo no
agotable, el término se vuelve fino y permite la variabilidad en su andar, existen
millones de acepciones a las ideas como intentos por significarlas, de-construyo
un instante para impregnarlo de supuesta verdad, sacrifico miles de historias por
una opción que se presente ante todos como un añadido mentiroso, titulo
nombres en nombre de lo abstracto sin saber a ciencia cierta qué se esconde
detrás del relato, incontables episodios de nostalgia permiten revivir lo que algún
día fue considerado como justo y que en la actualidad toma tintes de utopía, la
libertad es aquella quimera con la cual se construyen los sueños más
superficiales, en su nombre se han adquirido modelos de pensamiento que
tienden a unificar criterios, somos testigos natos de lo que nos rodea, respiramos
letras que poco contienen y expulsamos certezas ante lo sublime del momento, la
materia penal trabaja de forma rigurosa con el imaginario social, su principal
fuerza esta ubicada en la consciencia del “otro” y es por eso que en un tema tan
específico como la excarcelación abrimos el panorama para mencionar lo
indecible, aquel eslabón de lingüística que con su eterna figura universal moldea
a cuanto mecanismo de elaboración se refiere, la libertad será el punto toral con el
cual trataremos de idear una deconstrucción que vaya acorde con lo superlativo
de su planteamiento.
En los inicios del presente proyecto, se pensó realizar una comparativa entre la
semántica penal mexicana y la argentina, dicho paralelismo viviente se sabía
deudor de una comprensión ecléctica pero garante de una mirada diferente con la
cual construir nuevos silogismos tendientes a indagar un poco más en los
diferentes laberintos casuísticos que atrapan a la norma; la tarea resultó
compleja, ya que no hay similitudes cognitivas que permitan una unión específica
entre el lado causal de la extradición argentina y el similar ideológico en el
proceso penal mexicano; sin embargo, la epistemología conserva muestras
arcaicas que brindan una respuesta cercana ante el entendimiento de ambos
fenómenos, la libertad fue tomada entonces como espejo de dos vistas ya que a
través de su cromo se pudieron hacer patentes las diferencias y similitudes que
envuelven a la creación de un medio legal que permite sujetar el continuo andar
del individuo en la sociedad, de esta forma, resultó interesante inmiscuirse en las
profundidades que atrapan a la excarcelación, hacernos sabedores de un
complejo institucional que trabaja en actividad consciente siendo que su principal
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arma será el aspecto indecible. Recuerdo que en las
primeras clases se instaló un relato tendiente a
retrotraernos, a profundizar en cuestiones temporales
que dieron vida o vigencia al concepto mismo de
excarcelación, mi realidad provocó que en cada
derramamiento del discurso hablado se inscribiera una
duda metódica que iba más allá de la simple curiosidad,
debo ser sincero y admitir que en la mayoría de las
ocasiones me encontraba inmerso entre mil puertas
interpretativas y es que asimilar la historia ajena resulta
comprometedor tanto en el aspecto de entendimiento
como de creación literaria, el punto es que, tomando
como referencia al movimiento mismo de lo
excarcelable, pude vislumbrar un foco de interés, un
espacio que se esconde por ser tan evidente, esa ironía
que nos ataca y que provoca opacidad en la comunidad,
a mi mente vino uno de los principales representantes de
la corriente del poder: Foucault brindó la hermosa
oportunidad de analizar al poder mismo como una
estructura movible tendiente a controlar cada sector de
la sociedad y a clasificar aquellos puntos en donde se
concentra el imaginario social, de esta forma, se crearon
hospitales, fábricas, universidades, cárceles, lugares
destinados al sometimiento público con la variante de
suministrar beneficio a la polis, la trama pareciera ser
materia de ficción pero la “realidad” (como causa) es la
encargada de ausentar cualquier aspecto dubitativo, la
excarcelación pertenece de lleno al campo penal, a la
supresión de la voluntad por parte de un cuerpo
abstracto y es ahí donde retomé el lado histórico de la
evolución en México para circunscribir los aspectos que
matizan lo moldeable, descubrir la falacia simulada en
verdad y postular nuevas tendencias que ayuden a
desaparecer el velo eterno de ignorancia que se postra
sobre las cabezas de miles de personas que se
posicionan en la silueta trasera entre el objeto y la luz.
comerciales y el hecho de posicionarme en su intensión
de expandir las leyes hacia otras naciones, su fino trazo
beligerante sería tomado como representante de miles
de costumbres, sus conceptos serían robados para
nunca devolverlos, resulta extraño que tantas
comunidades hayan hecho suyas las inagotables
estrategias plasmadas en los códigos antes
mencionados, el articulado impuesto en el derecho civil
pareciera ser la esencia de una constitución burguesa
protectora de los derechos de propiedad, un código
penal que era muestra de los diferentes movimientos
sociológicos en Francia, la parte causal que impulsó a la
elaboración de distintos cuerpos normativos no podría
encontrar eco en las distintas naciones de América; la
sociedad mexicana mantenía poca regularidad política
en virtud de carecer de medios con los cuales ejercer la
opinión; el cura Miguel Hidalgo luchaba
incansablemente por expulsar a todos los españoles
nacidos en el viejo continente, su postura eclesiástica
producía que la mayoría de la población siguiera sus
instrucciones con la fe que la misma iglesia imponía,
parecía ser un movimiento de independencia puro; sin
embargo, en el momento de modificar los distintos
cuerpos normativos se carecía de fuerza para otorgar
derechos a la colectividad, los procesos penales
desconocían cualquier figura que fuera garante de la
libertad y en la mayoría de las ocasiones se continuaba
con un sistema inquisitorial de pena inmediata a la
conducta cometida; los tiempos, según hacen
referencia los relatos, eran extremadamente difíciles, la
parte venidera resultaba comprometida para ejercer de
una buena vez los cambios al interior de lo que todavía
no se podía titular República Mexicana.
El sistema procesalista penal en México ha tomado
como principal fundamento cognitivo de libertad
(excarcelación) a la fuga; en el año de 1857 se promulga
la Constitución mexicana, documento legal que fija por
primera vez las garantías del ciudadano aunque de
forma muy escueta; dicha carta magna constituía el
principal referente de la lucha entre liberales y
conservadores. Diferentes intentos por copiar modelos
europeos habían ocasionado que, en casi todo el
territorio nacional, se suscitaran revueltas con las que
se pretendía tomar el poder presidencial, la división de
facultades políticas entre la Iglesia y el Estado era
inexistente, la religión católica se hacía cargo de
“solucionar” los principales problemas del País a cambio
de constantes beneficios territoriales y económicos. Fue
hasta la aparición de Benito Juárez cuando la mirada
sociológica de los grandes jerarcas puso en entredicho
el poder excesivo por parte de la congregación cristiana,
se crearon diversas leyes de reforma que tenían por
objetivo principal la deconstrucción del poder a manos
de la Iglesia Católica; de esta forma, se aspiró a un
nuevo sistema de conocimiento postulante de variables
en el entendimiento, se importaron teorías civiles,
penales, laborales y administrativas de Europa con la
salvedad de no representar un paralelismo entre la
sociedad mexicana. En cuanto al Código Penal, se hace
referencia a la creación de procedimientos específicos
para juzgar la conducta de los ciudadanos sin que se
Dentro del gran cúmulo de relatos que forman el
engranaje histórico en México, hay algunos que
representan el grado primario que reinaba en el nuevo
continente. Hacia el año 1810, México declara su
“independencia” a manos de liberales, criollos míticos
elaboraban diferentes teorías en las principales plazas
públicas del Estado de Guanajuato manteniendo de
forma firme la consigna de erradicar a los gachupines
(españoles natos) sin dejar de alabar a la figura del Rey
de España, este hecho en particular representa la
dualidad cultural que ha permanecido de forma vigente
a lo largo de cientos de años en lo que actualmente se
conoce con el nombre de México, se construían ideales
que solo servían como apariencia ante la colectividad,
miles de personas murieron en el proceso de
independencia sin que ésta cobrara vida en la “realidad”,
los llamados virreyes de la Nueva España continuaban
en sus cargos realizando las mismas actividades,
México se declaraba “independiente” en forma pero no
de ipso; como correspondencia legal, en todo el territorio
mexicano seguía rigiendo la constitución de Cádiz
(1812) y con ella, todo el cúmulo de códigos penales
inspirados principalmente por la mano lejana de
Napoleón Bonaparte, siempre imaginaba el momento
en el que Napoleón elaboraba las leyes civiles, penales,
18
relativismo temporal que pocas veces es observado
pero que en la mayoría de ocasiones es impuesto como
resultado de las múltiples regiones del poder; así, el
modelo de conducta y represión dio una vuelta de tuerca
que trajo consigo un nuevo estilo de sujeción, la
lingüística se posicionó a la vanguardia para elaborar un
complejo sistema de entendimiento mediante el cual los
sujetos se harían esclavos del límite expresivo, un
medio que dejaría a un lado el análisis y comprensión
del fenómeno mismo, lo visible se mantendría en el
terreno de la opacidad, aquello que de tan evidente es
poco entendido, la libertad fue modificada en su parte
conceptual por el término cronos, millones de sujetos
esperaron condenas en lugares que estaban diseñados
para el letargo de las actividades, innumerables fuentes
de aprendizaje se posicionaron en los centros de
readaptación para crear el nuevo lazo entre
delincuencia y riqueza, los reos que en su mayoría
pertenecen a las clases más necesitadas eran (son)
utilizados en nombre del engranaje económico reinante
en las grandes urbes, la parte visual del castigo o pena
se vio claramente cubierta por factores inconscientes
que eran acompañados por leyes que en su espíritu
contemplaban lo cierto, en México se alcanzaron sumas
infinitas en las cuales se negaba el privilegio de la
libertad provisional, el motivo siempre era escondido y
aletargado en la secuencia temporal del proceso, era
claro que ante la gran derrama económica por parte del
Estado al mantener en las cárceles a millones de sujetos
tendría que existir un beneficio de mayor jerarquía, tal
referente se encontraba implícito en la nueva “clase
social” creada con base en la dialéctica de la pena, un
nuevo estrato de pensamiento con el cual se fijaba
desde el interior el conocimiento hacia la repetición del
iter criminis. Proceso o recorrido criminal que no
encontraba su razón de ser en la parte educativa sino en
la eliminación de toda posibilidad de resurgimiento
social, se acotaban los derechos del ciudadano y con
ello la negativa a un futuro, se fabricaban nuevos sujetos
que servían como instrumentos en el círculo temático de
la pobreza y riqueza.
argumente algo con relación a la libertad. Fue hasta el
año de 1917 cuando de forma expresa el Presidente
Venustiano Carranza decretó, a través de distintos
artículos, la necesidad de otorgar libertad al procesado
hasta en tanto no se determinara su responsabilidad en
el delito imputado; con esto, el Estado se hacia garante
de la libertad en cada sujeto y bastaba solicitarla para
que fuera obsequiada, el único requisito era que no
hubiera motivos fundados con los cuales sospechar que
el procesado se daría a la fuga, cabe destacar que este
momento marca un simbolismo de poder en la historia
penal de México ya que a partir de este instante la
política criminal le dio entrada al movimiento carcelario
de control laboral ejercido en casi todas las ciudades
importantes del planeta. La dialéctica de la pena fue
impuesta a través de distintas ideologías que
incrustaron el lenguaje de lo cotidiano ocasionando que
millones de causas mantuvieran el acatamiento de lo
oculto, resulta asombroso observar la gran cantidad de
expedientes judiciales en los que se negaba la libertad
provisional sin que existiera alguna razón de peso para
negarla; a esto se suma la terrible propuesta legislativa
que en la mayoría de las ocasiones parecía buscar
pretextos para aumentar el número de requisitos con los
cuales obsequiaría la excarcelación, de contar con el
supuesto de fuga se contempló la gravedad en los
delitos, pero eso no fue suficiente, ya que en las últimas
épocas se le dio intervención al Ministerio Público,
personaje mítico que con la fuerza de su discurso podía
juzgar a una persona antes de que el Juez emitiera
resolución. Se le otorgó tanto poder al “representante de
la sociedad” que, en la mayoría de casos, sirvió como
pretexto para el control de la propia actividad judicial,
dicho ente, que suele rondar en los pasillos donde la
retórica es doblemente utilizada con fines persuasivos,
hacía gala de un entendimiento poco comprendido, el
discurso tenía el compromiso moral del respaldo pero en
la realidad se podía percibir un conflicto entre lo que la
boca pronunciaba y lo que la mente sabía que iba a
enfatizar, la libertad misma era sacrificada en nombre de
los intereses de pocas personas, relaciono el calificativo
en virtud de la escasa concentración de riqueza en el
mundo y más allá de eso por la logística estructurada y
meditada por algunas cabezas sagradas, a mi mente
viene una frase del autor Derrida en el libro titulado “ Dar
(El) tiempo” que más o menos contempla el siguiente
trazo:
La novela narrativa marcaba imperiosos cambios en el
trazo argumentativo, el factor de legitimación se
importaba desde tierras europeas sin que existiera algo
o alguien que le diera una connotación con base en las
costumbres del país; de esta forma, se presentaba un
cuerpo abstracto de normas que poco sabían de
identidad y nacionalismo, la letra imperante carecía de
representatividad al interior de la semántica vigente en
territorio azteca. Por muchos años se derramaron
ilusiones en terrenos que ocupaban las cárceles,
constantes movimientos políticos se vieron inmersos en
ocultar la tendencia de opresión que circundaba a todos
los Países de América sin que alguien levantara la mano
para hacer callar las voces tiranas, el aspecto medular
de la teoría consistía en otorgar supuestos beneficios al
interior de los centros de detención, se innovaba con la
alegría de cientos de familias que admitían un proceso o
“…Pues al dar todo el tiempo de uno mismo se da
todo, se da el todo, si todo lo que se da está en el
tiempo y si se da todo el tiempo de uno mismo…” 1
El lector (imagino) se formulará una pregunta sobre la
relación que guarda la anterior cita con el cuerpo del
presente trabajo, dicha duda revela la parte teleológica
por parte del autor, el tiempo trae consigo la marcha
considerable y permanente de los actuales modelos
económicos de explotación, lo que antes era medido en
términos de mercancía ahora es graduado por el
1
DERRIDA, Jaques. La palabra soplada. Barcelona, 1989. Disponible en World Wide Web http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm
19
evolución al estar en contacto con el cuerpo educativo
carcelario, Foucault retoma desde el origen el trayecto
de la pena, contempla lo variable de su imposición y la
forma en la que ha evolucionado con el paso de los
años, la principal estrategia consistió en eliminar el
método público de ejecución por uno constante e
inconsciente, con base en el discurso descentralizado
de poder se lograron mayores beneficios que cuando se
hacía de forma central, la pena dejó de ser el lado físico
de sufrimiento para transformarse en el nuevo aparato
de crecimiento económico, algunos intelectuales
creyeron que la rebelión por parte de los reos sería un
elemento de peso para acabar con el silogismo
educativo, aunque el resultado se puede observar
todavía en todos los procedimientos penales que
concluyen con pena privativa de libertad, vivimos
inmersos en terminologías vagas que deforman el
proceso cognitivo, el reo (aquel que cuenta los días) no
solo es secuestrado en su parte afectiva sino que es
limitado en su accionar futuro, interminables sanciones
se presentan en la misma sentencia, el campo temporal
es fijado por el juez en tiempo presente sin que exista
alguna reflexión sobre la ejecución y sus continuos
efectos en la línea cronológica; la excarcelación se
presenta así como un punto focal con el cual entender
que la libertad del sujeto se tiene que rescatar a toda
costa, que su vigencia no puede estar indefinida en
numerus apertus y que el concepto mismo tendrá que
ser materia de facto y no de jure.
resulta incomprensible en un esquema lógico de
conocimiento, lo intangible comprende el no-derecho, lo
construido por el hombre a través de un conglomerado
intelectual contiene límites que están fijados por la
propia existencia del ser humano y no por la decisión
cambiante en cada Tribunal, con lo anterior pretendo
decir que el ser mantiene la carencia del propio
concepto libertad; en si, resulta un intrincado filosófico
que no esta en manos del juez (o de cualquier sujeto)
por la dualidad vigente en su esencia, dicho bagaje
argumentativo vio luz por el hecho de ser parte causal
de lo indecible, la libertad se mantenía condenada a un
destino imperante en la longitud fonética del término, su
eficacia se postularía en teleologías teóricas
moldeadoras de instantes, con esto se dio paso a una
corriente codificadora que actuaba en nombre de ella,
miles de artículos y sentencias judiciales legitimaban su
discurso entre letras de ficción y apartados
vanguardistas, el poder legislativo tendía a la unificación
de criterios con base en la sujeción a la conducta,
México retomaba el relato de lo crítico, la perfecta
enseñanza que cubría plazas públicas en el este de
Europa se constituía en el perfecto espejo para la
mirada del “otro”, un “otro” que se sabía deudor de ideas
y de proyecciones hacia un destino más amable, el
territorio que había sido saqueado años atrás era de
nuevo conquistado por cuenta propia en nombre de la
educación carcelaria.
“…El instante de la decisión es una locura, dice
Kierkegaard. Es cierto, en particular con respecto al
momento de la decisión justa que debe desgarrar el
tiempo y desafiar las dialécticas. Es una locura. Una
locura, ya que tal decisión es a la vez sobreactiva y
padecida, encierra algo de pasivo, por no decir de
inconsciente, como si el que decide fuera libre sólo
si se dejara afectar por su propia decisión y como si
ésta le viniera de otro…”3
“…El segundo gran momento en la imposición fue la
Revolución francesa, cuando la unificación
lingüística adquirió los tintes pedagógicos más
represivos, en todo caso los más autoritarios…” 2
Que lejanos y distantes de razón nos encontramos los
mexicanos en aquellos años donde las normas eran
vistas como simple reflejo de una supuesta realidad,
cronistas de casi toda la República se constituían en
asambleas minoritarias que tenían por finalidad
elucubrar el destino de una sociedad altamente
productora de economía, personajes con nombre de
presidente se postraban en la silla presidencial para
repetir lo que el oráculo de Delfos había previsto, la
psique colectiva era tomada como rehén ante millones
de sujetos que se encontraban inmersos en caminos de
opacidad, la libertad provisional podía encontrar
fundamento y respaldo en diversas teorías
proteccionistas de la sociedad, las mentiras eran
pintadas en cuadros de verdad sin que se pudiera
elaborar una comprensión tras el escenario de la
fantasía. Derrida argumenta que en todo proceso
lingüístico existe violencia como argumento legitimador,
la educación es una de las armas con las cuales se
consagró la especulación del reo dentro de las cárceles
y es que ampliar los requisitos para otorgar la libertad
provisional resultaba una típica muestra de lo que la
deconstrucción hace en cada argumento indecible,
imaginar el otorgamiento abstracto del término libertad
“El momento de la decisión”, aquella etapa mental en
la cual todo constructo toma vida por la parte frontal del
encadenamiento lógico, las diversas posturas se anclan
para limitar el acto mismo, el fallo siempre ha significado
el lado secuencial de un proceso temporal por parte de
quien detenta el poder; el Juez, personaje protagónico
en la creación literaria, produce en el “instante”
complejos laberintos de razón que tienen a bien
representar lo impregnado en la norma o en su voluntad,
fabrica en el acto un cúmulo de resultados que tendrán
como lado casuístico a la deconstrucción propia del
concepto, la libertad estará por lo tanto sometida a un
engranaje narrativo que será validado por el supuesto
normativo titulado ley y es justo aquí donde la
excarcelación funda el punto mas álgido en la pirámide
ficcional de la norma, ésta instala hipótesis que tienen
por finalidad la eliminación del término para después
provocar el nacimiento de nuevos clausulados técnicos
portadores de sujeción al interior de la psique de la
persona, México trató por muchos años de formalizar
2
Ibídem.
DERRIDA, Jaques. El Derecho a la Justicia. Madrid, 1997. Disponible en World Wide Web http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm
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todo tipo de conductas en la norma, imagino que al establecer un interminable
número de supuestos a acontecer se estaría previniendo el cumplimiento del
supuesto hipotético, dicha mentalidad ha provocado mutaciones
conceptuales o dualidad en el contenido de las mismas, el proceso penal ha
incrementado los incisos mediante los cuales se controla al ciudadano, lo que
antes representaba evasión de “Justicia” ahora es contemplado como método
mediato de enseñanza en el complicado desarrollo teórico de la economía,
dicha hipótesis estaba respaldada por el grupo político sin que en el terreno de
la forma se vislumbrara una razón de peso que pudiera soportar el andamiaje
de la negatividad. La excarcelación se presenta entonces como un medio de
acoplamiento a la teoría del delito vigente en el territorio a regir, con esto se
quiere dejar en claro que los medios lingüísticos sirven como fundamento a las
ideologías políticas detentadoras del discurso de unos cuantos, en el territorio
mexicano se observa de forma clara que lo importante no ha sido la
readaptación del sujeto a la sociedad sino el cumplimiento del proceso de
pena en su etapa de entroncamiento con el sistema de clases sociales bajas,
la decisión pasa por el camino político-social y no por el epistémico.
Expectante ante lo venidero me posiciono en un espectro de oportunidades
cronológicas que me remiten a un pasado conquistado por el discurso del
“otro”, cientos de hipótesis se han impuesto en sujetos que carecen del código
para entenderlas, observo la “realidad” de mi pueblo sin que encuentre ojos
llenos de esperanza, se nota en la proximidad, un cansancio que sabe a
presente arcaico, el cuerpo legislativo ha fungido tareas de repetición, las
teorías penales no responden al llamado de la “costumbre” y se concretan en
situaciones idílicas de conducta provenientes de otras esferas de acción, se
ha derrochado gran cantidad de léxico tratando de legitimar los distintos
postulados de unos cuantos sin que exista una lógica en la estructura de las
premisas que la fundan, el desarrollo del presente trabajo tuvo a bien ser una
muestra de los factores políticos que han limitado el concepto mismo de
libertad, la deconstrucción del término se sabe constante y es por ello que en la
menor oportunidad alzamos las manos para expresar con lo que queda
(palabras) el rechazo total a un Estado de Derecho no emancipado, a un
sistema jurídico que participa del oleaje eterno de lo no consciente, las
parodias se han convertido en las figuras externas de representación, el mejor
ejemplo lo encontramos en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos reformada en marzo del año 2008, una muestra que clarifica todo
lo enunciado, una clara manifestación para denostar el nulo interés por hacer
de la libertad un concepto vigente.
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Reforma Marzo
20084
Artículo 18. Sólo por delito que merezca pena privativa de libertad habrá lugar
a prisión preventiva. El sitio de ésta será distinto del que se destinare para la
extinción de las penas y estarán completamente separados.
Fotocopiado, impresión,
exportación
Horario corrido de lunes a viernes,
de las 08:00 a las 19:00 hrs.
Artículo 19.- El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión
preventiva cuando otras medidas cautelares no sean suficientes para
garantizar la comparecencia del imputado en el juicio, el desarrollo de la
investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la comunidad,
así como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado
previamente por la comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión
preventiva, oficiosamente, en los casos de delincuencia organizada,
homicidio doloso, violación, secuestro, delitos cometidos con medios
violentos como armas y explosivos, así como delitos graves que determine la
ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la personalidad
y de la salud.
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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Disponible en World Wide Web
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/
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D
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IE N T
A
AD
OR
AN I
A
Artículo 20.- B.I. A que se presuma su inocencia
mientras no se declare su responsabilidad mediante
sentencia emitida por el juez de la causa;
La anterior transcripción contiene un clima temporal
vigente, uno se encuentra imposibilitado para encontrar
una vía legal con la cual solicitar la excarcelación, se ha
dejado ausente su respirar provocador de ilusiones
antes las cuales poder vencer el lado opresivo del
sistema estatal, el antiguo artículo 20 de la Constitución
otorgaba al imputado el derecho de permanecer en
libertad en tanto se desarrollaba el proceso, ahora, en
tiempos que recubren presente nos topamos con una
iniciativa que no sólo dejó de lado la posibilidad de
solicitar la excarcelación sino que aumentó las
facultades de decisión para que el Ministerio Público
pueda solicitar la prisión preventiva.
C
CI
ON
A
I
LA
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA
¿NECESITAS ORIENTACIÓN JURÍDICA?
A través de las múltiples hojas que envuelven la historia
del pueblo mexicano se han establecido pautas poco
lógicas de comportamiento, interminables relatos que
acontecen en tardes sin tiempo y en noches opacadas
por la desesperación se han delimitado los
pensamientos de unos cuantos, lo que al principio era
contemplado como riesgo de fuga, protección a la
sociedad ahora es mostrado en su etapa de silencio, el
viejo artículo 20 de la Constitución mexicana establecía
de forma expresa la posibilidad de otorgar la libertad
provisional, con limitantes, con el desarrollo marcado en
la obstrucción de la vigencia pero con la salvedad de
encontrarse viva. La deconstrucción ha impuesto un
nuevo camino teórico, se ha envuelto la confianza en
papel del pasado, se logró lavar cabezas en el cuerpo
legislativo y con ello la promulgación de juicios orales
que trajeron bajo la manga un medio punitivo agresivo
en contra del sujeto, el recurso para obtener la
excarcelación ha sido desterrado sin que sus huesos
puedan ser encontrados por arqueólogos del presente,
se deja ver una silueta de opresión que abarca casi
todos los niveles sociales, la crítica permanecerá
vigente en tanto existan ojos y oídos con los cuales
plasmar el lado dubitativo que se esconde detrás de la
norma.
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BIBLIOGRAFÍA
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, Disponible en
World Wide Web http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/
DERRIDA, Jaques. La palabra soplada. Barcelona, 1989. Disponible
en World Wide Web
http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm
DERRIDA, Jaques. El Derecho a la Justicia. Madrid, 1997. Disponible
en World Wide Web
http://www.jacquesderrida.com.ar/textos/artaud.htm
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núm. 4, Tel. 01 (441) 296 70 18
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REFERENCIAS NO TEXTUALES
FOUCAULT Michel. La verdad y las formas jurídicas. Disponible en
World Wide Web
http://ar.geocities.com/proyectoinacayal/cuerpo_BibliotecaInacayal.ht
ml#A
FOUCAULT Michel. El pensamiento del afuera. Disponible en World
Wide Web
http://ar.geocities.com/proyectoinacayal/cuerpo_BibliotecaInacayal.ht
ml#A
FOUCAULT Michel. Vigilar y Castigar. Disponible en World Wide Web
http://ar.geocities.com/proyectoinacayal/cuerpo_BibliotecaInacayal.ht
ml#A
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Matamoros y Arroyo Seco Calle Chiapas s/n, Col. Puerto de
San Nicolás Tel. 01 (441) 296 00 76
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núm. 20, Tel. 01 (448) 278 00 66
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EL DERECHO CANÓNICO, PRIMER SISTEMA JURÍDICO
Dr. José Carlos Rojano Esquivel
INTRODUCCIÓN
El problema del Derecho Canónico en sentido moderno se presenta a partir del
siglo XXI de nuestra era, ya que este derecho es fruto del movimiento universitario
medieval. Como consecuencia de lo anterior, el derecho comienza a revelar su
importancia en la vida cultural europea de una manera notablemente rápida.
Es la iglesia quien restaura en el medioevo el orden romano jugando la ciencia un
importante papel en la herencia recibida del Imperio de Roma.
A partir de Graciano, la naciente ciencia canónica va a girar sobre dos polos: uno
de ellos, el Derecho romano y la Ciencia Jurídica medieval como instrumentos
técnicos al servicio de la sociedad eclesiástica, que se encuentra en la doble
necesidad por un lado de organizarse para consolidar el orden papal-episcopal
que se establece en la Edad Media –una vez que la tensión Roma-Bizancio se
destruye con el cisma y con los primeros concilios ecuménicos occidentales– y
por otro lado de enfrentarse al nuevo Imperio Germánico en condiciones de
igualdad para el cumplimiento de la común tarea directiva de la Cristiandad, el
segundo polo lo será la Teología, como fundamento tradicional del orden de la
misma sociedad eclesiástica. La distinción entre Teología y Derecho Canónico,
separados por el fin inmediato, el contenido y los métodos de trabajo, se hace
ineludible; pero perder de vista el imprescindible apoyo e inspiración teológica
sería para la ciencia canónica equivocar el camino y auto-esterilizarse.
Los maestros de Bolonia son quienes poseen, en la técnica jurídica que se
desenvuelve en su Universidad y en el Derecho Romano, que allí alcanza la
época de su renacimiento, los medios para separar el Derecho Canónico de la
Teología, sin perder el fundamento que esta significa para el orden externo de la
Iglesia. Bolonia, pues, afirma al Derecho Canónico como ciencia autónoma y,
correspondientemente, el nacimiento del Derecho común europeo, así como la
necesidad en que los juristas se encuentran de conocer tanto el Derecho
Canónico como el civil, y la mutua y correlativa interdependencia entre los
cultivadores de ambos Derechos y de todos con respecto al Derecho Romano.
Espero no equivocar el camino, y más bien dar la oportunidad al lector de
adentrarse en el laberinto de la ciencia canónica, la cual requiere de estudio y
reflexión, este es el fruto de una temática quizá incomprendida en el derecho
mexicano actual.
Este Ensayo está inspirado en el humanismo clásico,
interpretador fiel de la norma canónica.
y pretendo ser
1. GÉNESIS DEL DERECHO CANÓNICO
Sin duda alguna, el Derecho Romano es la mayor contribución a la civilización
occidental, de tal manera que el pensamiento jurídico clásico ha logrado permear
en la gran mayoría de los sistemas legales contemporáneos. Así, existe una
influencia más generalizada, directa y concreta que en la familia del derecho
común o common law.
En este sentido, uno de los componentes legales más antiguos de la tradición
neorrománica es el Derecho Canónico de la Iglesia Católica. Se trata de un
régimen jurídico de derecho sustantivo como de derecho adjetivo para el propio
gobierno de esta Iglesia; se regulan a la vez los derechos y obligaciones de sus
integrantes, tanto ministros como fieles. Por consiguiente, se advierten dos
derechos cuasiuniversales, con esferas y ámbitos de aplicación propios.1
23
los Papas y los cánones de los Concilios5. Agrega dicha
investigadora que la primera colección de Cánones se
debe al monje Dionisio El Exiguo, que se integraban por
disposiciones de orden apostólico y conciliares, además
de los decretos que van desde Siricio I hasta Anastacio
II. Sin embargo, en los Hechos de los Apóstoles se
encuentran disposiciones normativas de naturaleza
moral y legal, la existencia misma de una jerarquía y
organización, hasta el modo de comportamiento y
actuación de los miembros de la comunidad cristiana6;
igualmente el primer Concilio apostolar ocurrido en el
año 50 d.C., se tratan diversas cuestiones, como la de la
autoridad de Pedro. Con el curso de los años y con la
expansión religiosa, aumentaron las leyes y costumbres
canónicas, creando un cuerpo legal muy elemental a
final de la era de la revelación7. Otras reglas eclesiales
anticas, son la Doctrina de los Doce Apóstoles o Didajé
(Didaché, a.100 ó 140 d.C.); la Traditio Apostolica, de
Hipólito de Roma (218 d.C.); Discalia Apostolorum (250
d.C.); los Cánones Ecclesiastici Apostolorum (300 d.C.).
No obstante, durante algunos siglos, ambos derechos
sobrevivieron juntos, en donde el derecho civil estaba en
una situación simbiótica con el Derecho Canónico. Con
la secularización de los sistemas de justicia, y después
de la Reforma, el Derecho Romano se enriquecería y el
Derecho Canónico, perdería su importancia temporal,
según algunos iuscomparativistas. En respuesta, se
dicta un nuevo Código en 1983.
El Derecho Canónico surge a principios de la era
cristiana y tiene una vasta historia, misma que incluye, a
decir de John Henry Merryman, documentos falsificados
que durante siglos se consideraron genuinos. En
cuanto a su origen, señala Ponciano Octavio Martínez
que es hasta la época del Imperio Romano absoluto,
cuando el cristianismo generó temor entre los
emperadores, particularmente en Dioclesiano; en la
tetrarquía constantina2, se inclina la balanza a favor de
dicha religión pero es con Justiniano que la unidad
religiosa del catolicismo cobra mayor auge3. Más
adelante haremos referencia cronológica a la génesis y
evolución del Derecho Canónico Católico.
Con el Edicto de Milán y a partir del año 313, la Iglesia
Católica deja de ser perseguida por el imperio romano;
alcanza personalidad y libertad propias; es en el
Concilio de Nicea, primer reunión ecuménica, donde
surge la unificación doctrinaria en el 325 de nuestra era.
Finalmente, en el 380 d.C., se reconoce al catolicismo
como religión del Estado romano. Posteriormente se
dieron más Concilios en Constantinopla, Éfeso, y
Calcedonia.
El Derecho Comparado ofrece una inmejorable
oportunidad para analizar el Derecho Canónico a la luz
de la ciencia jurídica. Este último derecho está inmerso
en la tradición neorromanista, constituida ésta en la
base romana-justiniana; la cual se enriquece por las
aportaciones germanas y canónicas a partir de la Edad
Media, que más adelante identificamos como Corpus
Iuris Canonici y en el Corpus Iuris Civile,
respectivamente.
Lo anterior, ya sea mediante reuniones universales,
ecuménicas o particulares entre los siglos IV y XI d.C.
El Derecho Canónico contemporáneo es el resultado de
dos mil años de desarrollo religioso y jurídico. Desde la
llamada era de la Revelación, ya existieron normas y
reglas rudimentarias, que surgen con la fundación del
cristianismo. Al igual que el derecho romano, contiene
una etapa clásica que parte del siglo XII al XV;
igualmente, podemos afirmar la existencia de un Neo
Derecho Canónico. Para formar época, sostiene el
canonista Pedro Benito Golmayo, es preciso que haya
ocurrido algo notable, algún cambio muy señalado por
su importancia, y que sea como el principio de una
nueva situación. Considerado bajo este aspecto, el
Derecho Canónico podría dividirse en antiguo, nuevo y
novísimo4 , por su parte, Ghirlanda hablaba de 7 etapas
de conformación de este derecho.
Entre otros documentos de importancia están
Syntagma Canonum (S.V d.C.); Collectio 50 Titulorum
(550 d.C.8);
Dionysiana-Hadriana (774 d.C.) y,
Dacheriana (800 d.C.); el Decreto de Buchardo, de
Worms (1010); las Recopilaciones de Ivo de Chartres
(1090 d.C.).
Dicha época preliminar basada en la tradición
apóstólica, ofrece una Iglesia rudimentaria pero
completa, con jerarquías y la existencia de la comunidad
de fieles; las normas eclesiales se fijan en la doctrina y la
celebración litúrgica. Algunos historiadores las codifican
en las colecciones Dionisiana del 496 ó 520 y la Hispana
de 6339. También subraya Floris Margadant, que
Gregorio I y Gregogio VII, trataron de ordenar el
Derecho Canónico imperante; esto en los siglos VI y XI
respectivamente, sin olvidar previamente las Decretales
de Dámaso I. Por igual, están la colección de Isidoro de
Según Consuelo Sirvent, el origen y fundamento del
Derecho Canónico está en la propia Biblia, sumándose
después la influencia de la Patrística, los derechos de
1
Antes de la Reforma, se encontraron tribunales eclesiásticos que ejercían jurisdicción civil, en especial sucesiones y familia; igualmente, algunas
figuras de derecho penal.
2
Merryman, John Henry, La Tradición Jurídica Romano-Canónica, Breviarios, Fondo de Cultura, México, 4ª. Reimpresión, 1998, p.33.
3
Zárate, José Humberto,et al., Op.Cit. P.175-176.
4
www. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, España. 15-enero-2002; 22.00 pm hrs.
5
Op.Cit. p.14-15
6
Vid: Ghirlanda, Gianfranco, Introducción al Derecho Eclesial, Ed.Verbo Divino, España, 1995, pp.37-46, expone que en el Nuevo Testamento hay
una diversidad de enseñanzas y que al final, la obligación de la ley eclesiática no deriva de la voluntad del legislador, sino de la propia Divinidad. Entre
las págs. 73-92 describe el excursus histórico del Derecho Canónico en 7 etapas como señalamos.
7
Martínez G., J. Francisco, Panorámica del Derecho Canónico, Ed. San Pablo,2001, México, p.17-22.
8
Colección atribuida al abogado Joannes Scholasticus, conjuntando 50 títulos de las leyes de la Iglesia.
24
Sevilla en el siglo VI y la aportación de Hincmaro, obispo
de Reims en el siglo IX y la del Obispo de Womrs;
asimismo, cierran este período tres importantes
reformas en la normatividad canónica: la Carolingia, la
Gregoriana y la de Chartres del siglo XI. Esta última,
hecha por el obispo Ivo, refiere la primacía Papal con sus
Tripartita, Decretum y Panormia.
las Decretales y las Clementinas, se comparan al
Corpus Iuris Civilis de Justiniano. Además hay
colecciones privadas, como las Extravagantes16 de
Juan XII.
El Derecho Canónico clásico, es revisado y publicado,
en 1582, por Gregorio XIII por encargo del Papa
anterior, Pío IV, veinte años atrás17 . Se puede afirmar
que la época clásica concluye con un derecho romano
hecho nugatorio por el Derecho Canónico, llegando este
último a contemplar situaciones civiles y familiares;
inclusive los procedimientos canónicos influyeron en
Francia, Alemania e Italia, distintos al sistema del
common law inglés.18
Hasta aquí se tiene un Derecho Canónico compuesto
por Concilios, Sínodos, iniciativas Papales,
aportaciones monásticas y hasta falsificaciones10.
2. DESARROLLO DEL DERECHO CANÓNICO
Con el objeto de unificar todo el Derecho Canónico
desarrollado hasta la alta edad media, en 1140 o quizás
1120 d.C., surgió el Decretum Gratianum, y consta como
uno de los elementos fundamentales del Derecho
Canónico hasta su codificación en 1917. Graciano, su
autor, era un monje toscano o camaldulense en Bolonia,
la que con los trabajos de Irnerio, dan lugar al ius
canonici (resultó ser una elaboración similar al ius civilis)
constituye con el derecho neoromano el pilar del
derecho medieval, como afirma Rolando Tamayo11.
Esta obra canónica pasará a ser la columna del derecho
de la Iglesia, misma que contiene 3458 cánones, los
cuales congregaban lo que la tradición conservaba del
derecho antiguo12.
En 1500 aparece el Corpus de Jean Chapuis, con lo cual
se concluye la obra de Graciano. Es a partir del Concilio
de Trento (1545-1563), cuya naturaleza es
estrcitamente legislativa al regular la vida ministerial, la
defensa de dogmas, se incluyó una reforma en diversas
materias, en especial a cuestiones disciplinarias y a la
celebración de matrimonios. Es en suma, una forma de
organizar a la Iglesia, además de contarse con
publicaciones de Congregaciones, tribunales y las bulas
Papales, entre otros.
La cantidad y dispersidad de normas y cánones, más el
surgimiento de los Estados nacionales en el
Renacimiento, al igual que la Reforma y el cisma
anglicano, fueron perjudiciales para el Derecho
Canónico, a tal grado que los tribunales eclesiásticos
dejaron de conocer asuntos que pasaron a la
competencia de los tribunales civiles19. No existe una
actualización del Corpus Iuris Canonici, es más, existió
una obra paralela Magnum Vulgarium; más adelante, la
Bullarii Romani Continuatio. Ambos textos han sido
duramente criticados por los especialistas, según
señala Floris Margadant20.
El Decreto popularizado con el nombre de Concordia
discordantium canonm, se compone de tres partes: a)
fuentes del Derecho Canónico y estatutos de los
clérigos; b) la matria eclesiastica heterogénea o
casuística y, c) la materia sacramental y litúrgica.
Dicha obra monumental expone doctrinalmente el
Derecho Canónico y sirvió de base para crear el Corpus
Iuris Canonici,13 en donde la labor de Graciano llegó a tal
que se utilizó el documento como libro de texto y de gran
prestigio académico; sin embargo, no fue reconocida
por el Papa ni se usó para efectos forenses en los
tribunales eclesiásticos. Aunque los estudiosos de los
cánones se les identificaron como decretistas14. Otra
obra clásica es la de Bonifiacio VII, en 1298, conocida
como Libere Sextas Decretalium y la Septimus de Juan
XXII. Posteriormente siguen las Decretales de Gregorio
IX y las Clementinas de Clemente V al final del
medioevo, las que codifican cánones del Concilio de
Viena de 131315. El Corpus Iuris Canonici integrado por
Esto generó un reclamo para compilar las normas
canónicas desarrolladas hasta entonces, situación que
se ventilaría en el Concilio Vaticano I, que al igual se
enfrentaría a la guerra italiana de reunificación. Con la
creación de una comisión especial encabezada por el
cardenal Pietro Gasparri, en 1904 Pío X inicia la ardua
labor, para que finalmente, Benedicto XV promulgue el
27 de mayo de 1917, entrando en vigor al siguiente año,
el Nuevo Código21.
9
Zárate, J.Humberto, et. al, Op.Cit. p.176.
Vid Supra: n. 27.- Se refiere a las falsas decretales del 850 d.C.
11
Tmayo y Salnorán, Rolando, La Universidad epopeya medieval, IIJ.-UNAM,, 2006, México, pp.46-47.
12
Chiovaro F. & Bessiere G.,Urbi et Orbi 2000 mil años de Papado, Ed. BSA, Madrid, 1997, p. 57.
13
Este monje del convento de Sts. Nabor y Félix, armonizó y sistematizó los cánones a la manera de codificar el ius civile romano.
14
Sirvent, C. ,Op. Cit. P. 16
15
Idem.
16
Señala Floris Margadant en su obra señalada, que este concepto es por lo vagarosos de los cánones, que no formaban parte de colección alguna.
Vid: Op. Cit. P.198.
17
Martínez G., J. Francisco, Op.Cit. p. 21.
18
Sirvent, C. ,Op. Cit. P. 16.
19
Floris Margadant, G. Op.Cit.,p.199.
20
Id p. 201.
21
McKenna,Kevin E., Cómo usar el Derecho Canónico, Buena Prensa, México, 2000, p.21.
10
25
Al margen, debemos recordar que a final de los años
20´s, el Vaticano enfrentó la problemática del fascismo
de Mussolini, conflicto que finalizó con la firma de los
acuerdos de Letrán del 11 de febrero de 1929; estos
documentos constituidos por un Tratado y el
Concordato. En el primero, Italia reconoció la soberanía
y la independencia del propio Vaticano; mientras que en
el último acuerdo, se reglamentaban las relaciones entre
la Iglesia y el Estado22.
a) Es una colección legal y sistematizada;
b) Es auténtico por ser la Ley de la Iglesia Católica y
expedida por sus órganos de autoridad;
c) Forma parte de un sólo cuerpo jurídico;
d) Es universal al dirigirse a la Iglesia Latina.
e) Niega validez a derechos extraños que se opongan
a su esencia.
Podemos agregar que se trata de una normatividad
racional, cuasiuniversal ya que es destinada a la
comunidad católica y no a otras comunidades
religiosas; asimismo, guarda la idea y sentido de
obligatoriedad, las formalidades de expedición y
promulgación por una autoridad legítima.
Décadas después, Juan XXII, en 1959, manifestaría su
intención de convocar a un nuevo Concilio Ecuménico,
inaugurado finalmente en 1962, con miras de actualizar
las leyes de la Iglesia Católica; este sería el Concilio
Vaticano II, que ahora continuaría Paulo VI, quien
determinó que la comisión revisora iniciara sus
quehaceres hasta concluir dicho evento.
También, como en el Derecho Positivo, este derecho se
alimenta de diversas fuentes materiales, históricas y
formales.26 El canonista J. Lapin señala que los
Códigos de leyes suelen ser cansados, enredosos,
confusos, detallistas, con muchas salvedades y
multiplicidad de interpretaciones. Hay que estudiar
punto por punto, palabra por palabra como si se tratara
de un laberinto o complicada y enredada madeja27.
Agrega este autor, que las leyes y códigos son objeto de
los estudiosos del derecho y los especialistas. Ojalá que
el lector al igual que el suscrito, tengamos esta grata y
fascinante oportunidad de adentrarse a una rama del
derecho pocas veces tratada por la ciencia jurídica
positiva, y que es expresión de una enorme comunidad
de fieles católicos.
La tarea de continuidad se da con Juan Pablo II, quien
durante este último pontificado se completaron los
trabajos pendientes y se promulgó finalmente otro
nuevo Código el 25 de enero de 1983. Este documento
legislativo es distinto en estructuras y distribución de
temas, debido al Concilio de referencia, y continuando
con la tarea ecuménica, en octubre de 1990, el Papa
Karol Wojtyla promulga el Código de Cánones para las
Iglesias Orientales23.
El Código de 1983 contiene 7 Libros subdivididos en
títulos, éstos en capítulos y a su vez, en cánones, que
suman 1752 preceptos24. Los Libros son:
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
VII.
3. EL DERECHO CANÓNICO EN EL DERECHO
MEXICANO
Normas generales;
Del Pueblo de Dios;
De la función de enseñar en la Iglesia;
De la función santificadora de la Iglesia;
De los bienes temporales de la Iglesia;
De las sanciones y,
De los Procesos.
El problema de la relación entre Estado e Iglesia es
remoto, incluso basta recordar el pasaje bíblico cuando
a Jesucristo se le cuestiona el tema tributario,
contestando: Dad a César lo que corresponde al César,
y a Dios lo que es de Dios28. Podemos decir que esto
sería una primera actitud laicista, aunque vale la pena
reflexionar acerca de los fines de ambas instituciones,
los cuales reclaman recursos financieros, estructurales
y jurídicos.
El documento recoge la legislación canónica actual,
pero introduce disposiciones de orden consuetudinario
y estatutario; regula el derecho de los fieles a la
espiritualidad propia, al igual que en temas sobre
canonización y deroga las normas para el procedimiento
de la disolución matrimonial.
El papel de la Iglesia Católica a lo largo de los siglos ha
resultado muy variada, desde posiciones muy cómodas
hasta otras que la dejan relegada, manifestando a veces
una actitud anticlerical por parte de varios gobiernos, de
tal manera que el Derecho Canónico ha ocupado
diversos sitiales. Desde el siglo XII hasta el comienzo
En resumen, el Corpus Iuris Canonici tiene como
principales características25:
22
El Tratado lo firmaron Mussolini y el Secretario de Estado Vaticano: Pietro Gasparri.
Ibidem.
24
Los cánones contenidos cronológicamente son: Libro I ( cc.1-203; L.II (cc.204-746); L.III (cc.747-8339;L.IV (cc.834-1253); L. V (cc.1254-1310);
L. VI (cc.1311-1399); L. VII ( cc.1400-1752).
25
Cfr. Zárate, Francisco, et.al., Op.Cit,p.177.
26
Bien señala el jurista e historiador, Guillermo Floris Margadant, como más adelante se señalará, que el Derecho Canónico, es utilizado para
identificar al cuerpo normativo o legal de la Iglesia Católica; esto implica una reflexión de orden jurídico: al hablar de Derecho Canónico, puede
referirse al derecho de otras comunidades religiosas distintas a la Católica. Por ello el jurista mencionado agrega que debe identificarse a esta
materia como DERECHO CANÓNICO CATÓLICO.
27
Lapín, J., El Nuevo Derecho Canónico al alcance de los seglares, SECAM, México, 1984. P.5.
28
MARCO, XII.17.
23
26
del siglo XIX, el derecho romano tuvo que imponerse al tradicionalismo de los
campesinos y de las clases feudales y encontró cierto apoyo en frecuente
alianza con el derecho canónico. Éste había recibido más consistencia por la
elaboración del Decreto de Graciano, y más tarde por las decretales, como
una de las obras importantes bases jurídicas de la Iglesia y como ésta aceptó
el Derecho Romano como derecho supletorio, la alianza jurídica logró cambiar
el tono del sistema jurídico español de la edad media.
PODER JUDICIAL
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA
CONSEJO DE LA JUDICATURA
Si tienes dudas
sobre tu
procedimiento legal,
solicita audiencia
directamente con
el juez.
De ahí que el Derecho Mexicano ha recibido la herencia del derecho
novohispano hasta las llamadas Leyes de Reforma, que vendrán a cambiar el
panorama y el lugar que el derecho canónico ocupa en el derecho mexicano
contemporáneo.
Señala Guillermo Floris Margadant que los vínculos con la Iglesia y su derecho
con América, datan desde el siglo XV con los instrumentos alejandrinos o
bulas, que pretendieron resolver las disputas territoriales entre España y
Portugal, destacando la famosa Inter Caetera del 3 de mayo de 1493,
documento que resultó por demás confuso para llegar a la firma del Tratado de
1494.29
De ahí que gracias a la relación entre el Papa Alejandro VI y la Corona
española, hizo que las autoridades centrales intervinieran en el nombramiento
de clérigos como en la construcción de templos o capillas, surgiendo el Real
Patronato de las Indias, en donde se dio plena injerencia irreversible, en los
asuntos eclesiales en la Nueva España, en donde inclusive las causas
judiciales de esta institución terminaban resolviéndose en los tribunales del
Estado, con lo cual, en ocasiones, se perdía la autoridad papal. 30
Independientemente de ello, diversas órdenes clericales se afianzaban
paulatinamente durante la colonia, tales como los franciscanos, agustinos,
dominicos, mercedarios, carmelitas, benedictinos y jesuitas; aunque éstos
expulsados en 1767 por el Virrey de Croix. No puede omitirse el paso de la
Inquisición en México desde 1532, subrayando que en la época colonial
solamente 50 o 60 personas fueron privadas de la vida por ese tribunal, ya que
el resto de las penas fue variante a decir de Floris Margadant, destacando que
la autoridad estatal era el brazo ejecutor de tales resoluciones, hasta que en
1813 y en 1820 las cortes gaditanas suprimieron definitivamente ese tribunal.31
Llama la atención que, al final de colonia, el patrimonio eclesial reportara 1935
casas en la ciudad de México, así como diversas tierras en donde se
construyeron monasterios e instituciones diversas, amparándose en normas
canónicas que disponían que la Iglesias adquiere, pero no enajena, sumando
los privilegios fiscales, que en la segunda mitad del siglo XIX habrán de
concluir. Entretanto, en la fase previa al México independiente, la división
entre el clero era manifiesta, el llamado clero bajo y el criollo, cada vez más
apuntaban su separatismo con el clero alto y peninsular, mientras que en 1815
regresan los jesuitas a la todavía colonia para ser otra vez excluidos en 1820;
en estas fechas, en un cambio radical, el alto clero se pondrá a favor de la
emancipación, posición que sin duda alguna favoreció a la consecución de la
lucha por la independencia.
Ten confianza,
él te atenderá.
En el imperio iturbidista parecía la existencia de una religión oficial, lo cual se
reproduce en la constitución de 1824 ya que tolera el fuero religioso y la alta
concentración inmobiliaria por parte de la Iglesia, basta recordar que en
Miguel Ramos Arizpe como Servando de Teresa y Mier, además de clérigos
fueron líderes políticos, siendo que la logia masona yorkina simpatizaría con
los republicanos, generando un breve clima de anticlericalismo. Después de
29
FLORIS MARGADANT, Guillermo, La Iglesia ante el derecho Mexicano, Porrúa-UNAM, México,
1991, pp. 119-121.
30
Idem, pp. 122-142.
31
Idem, p. 151.
27
una crisis de funcionarios en las estructuras clericales mexicanas, la Iglesia logra
la libre designación de clérigos sin intervención estatal, empero, pronto
comenzaría una reforma preliminar para 1833 con Gómez Farías con la
secularización de las misiones californianas y de la educación mediante diversas
leyes, que además anotaban el retiro de la coacción del Estado para el cobro de
los diezmos así como la no represión en caso de abandono de las órdenes
monásticas32. Santa Anna trató de conciliarse con el clero con las Siete Leyes en
el sentido de que no podía legislarse acerca de las propiedades eclesiales,
aunque se privaban de derechos políticos a los clérigos, y pese a ello, el Vaticano
accedió finalmente a reconocer la independencia de México, pero sin firmar
concordato alguno.
Con las Bases Orgánicas de 1843 se respetó la oficialidad del catolicismo, pero
en la crisis de 1847 vino la hipoteca de los bienes eclesiásticos, para
posteriormente restaurar el clima entre autoridades estatales y eclesiales, a tal
grado que se invitó a Pío IX a trasladar la Santa Sede a nuestro país; es más, el
clero pugnaría en 1852 para que Santa Anna retomara el poder y se regresan
ciertas concesiones al clero. Sin embargo, el panorama sería sombrío de nueva
cuenta, la Reforma era inminente con la llegada de Juárez quien, en 1855,
eliminaba el fuero eclesial, siguiendo por la Ley Lerdo de 1856 sobre la
amortización de los bienes eclesiales, en donde la Iglesia solamente perdería el
10% de sus bienes inmobiliarios. La Ley de 1857 reprime los ingresos de los
clérigos sobre el pueblo, y será con la nueva Constitución cuando sobreviene el
Estado laico, eliminando del texto el monopolio religioso imperante, con un
derecho implícito de plena libertad religiosa a favor de los gobernados. El remate
se da con la Ley de 1859 sobre la confiscación de bienes eclesiales sin mediar
indemnización alguna, a la que se suman actos de secularización como la de los
actos del estado civil. Mediante Ley del 4 de diciembre de ese año, se da la
abolición del juramento religioso en los actos de Estado, así como reglas de
control en los actos de culto público.33
La Iglesia vio, con la llegada de Maximiliano, la posibilidad de recuperar su
posición en el país, pero el liberalismo del emperador desilusionó al clero,
otorgando unas cuantas concesiones pero sin dar marcha atrás a la
secularización como se dispuso en el Estatuto del Imperio, pero con el triunfo
juarista, el Estado laico, o quizá anticlerical, finalmente se consumaría. Juárez
intento conciliarse, pero es hasta el porfiriato cuando el ambiente será más
favorecedor, mermando el rigor de la normatividad vigente entonces. Nuevas
órdenes clericales aparecen y el poder inmobiliario de la Iglesia se duplica,
reanudando a la vez labores las comunidades clericales pero sin reponer
34
relaciones con el Vaticano, tolerando un Delegado Apostólico y no un Nuncio.
Es de mencionar que, dentro de los regímenes juarista y porfirista se sancionaba
con excomunión a quien protestase la Constitución de 1857 así como la fricción
entre los matrimonios civil y canónico.
Con el movimiento revolucionario, un breve sentimiento anticlerical renace en el
Programa del Partido Liberal Mexicano en 1906 el cual crecerá con el
carrancismo, atrayendo un clima violento y antirreligioso. La ley del 22 de julio de
1916 incorporaría los templos al patrimonio estatal, y la Constitución de 1917,
subrayaría el rumbo a seguir en las siguientes décadas; los artículos 3º, 5º, 6º, 7º,
27 y 130 serían del desagrado total de la Iglesia como del Vaticano, al nugar y
mermar la injerencia eclesial en la educación, el declarar incompatibles los votos
monásticos con la libertad personal y suprimir la personalidad jurídica a toda
Iglesia, pese a reconocer libertad religiosa en el artículo 24.
32
Idem, p. 167.
Se prohibieron los actos religiosos públicos fuera de los templos, hubo reducción de fiestas
religiosas, se reglamentó el uso de las campanas y se prohibió a los servidores públicos coadyuvar en
actos eclesiales; se secularizan hospitales, panteones, comunidades religiosas. Asimismo se cerró la
Universidad y cabe señalar que en esta época se cerró la Legación de México ante el Vaticano.
34
FLORIS MARGADANT, Op. Cit., p. 182.
33
28
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TRIBUNAL SUPERIOR
DE JUSTICIA
Q
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T A
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O
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publicación electrónica
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periodicidad semestral,
publicada por el
Tribunal Superior de
Justicia del
Estado de Querétaro
y su Archivo Histórico del
Poder Judicial.
Humaniverso
busca servir como
foro para trabajos de
alto perfil académico
El artículo 130 fue el más explosivo, en virtud de impedir a clérigos extranjeros
participar en actos religiosos así como restringir derechos políticos o controlar
el número de sacerdotes en el país. Cabe señalar que la aplicación material de
la nueva ley fundamental fue gradual, lo que permitió una relación de cierta
calma con el gobierno nacional, el cual, en el mandato de Elías Calles con
leyes dictadas en 1926, reafirmaría los postulados constitucionales en un
contexto anticlerical, que remató con el llamado movimiento Cristero, que
gracias a la intervención del embajador norteamericano, tal lucha culminaría. 35
Así se dictaría la Ley Reglamentaria del artículo 130, ordenamiento que sigue
el mismo tono antieclesial hasta un aparente armisticio con la Iglesia en 1929,
en donde la diplomacia imperaría para una reanudación de los servicios
religiosos en los templos. Para 1933 las discusiones ideológicas se retoman
debido al socialismo pregonado por Cárdenas, siendo que en ley de 1935 se
prohíbe el uso del correo para propaganda religiosa y el llevar hábitos en la vía
pública, y en la encíclica de Pío XI de 1937, logra un ambiente más favorable y
tolerante. Relata Floris Margadant que en la era del presidente Camacho, en
son de broma, se hablaba de un concordato secreto con el Vaticano para dejar
inaplicables los preceptos constitucionales por ambas partes. 36
A partir de la declaración presidencial de decirse creyente, la participación
eclesial católica crecerá, sobretodo en comunidades y centros educativos así
como de una disfrazada relación con el Vaticano -subsistiendo la ausencia de
relación diplomática formal- ya que en 1979 el presidente López Portillo recibe
al Papa Wojtyla, lo cual generó diversas reacciones. Al tiempo, una dualidad
por demás curiosa impera en nuestro Estado laico: en las escuelas públicas
los temas religiosos son ajenos, clérigos extranjeros celebran oficios
religiosos, aumentan las escuelas auspiciadas por órdenes eclesiales
(maristas, salesianos, agustinos, jesuitas, legionarios, i.a.)
Bien refieren que la eclesiofobia es explicable a la luz de la historia y que no es
posible vivir de recuerdos, lo que exige un nuevo panorama y marco jurídico,
como se apuntará a partir de 1982, siendo que en el mandato de De la Madrid
el tema sería reabordado.37 Las relaciones diplomáticas con el Vaticano, la
educación, la falta de personalidad de la Iglesia y los derechos políticos serán
el centro de la modernización constitucional y de un trato recíproco más
comprensivo entre Estado e Iglesia. No obstante, una crisis en 1986, ante la
participación de clérigos en lo electoral, exigió que el art. 343 del Código
electoral sancionara económicamente a los clérigos, inclusive con pena
corporal, en caso de injerencia. Las visitas de Juan Pablo II en 1990 y 1992,
acelerarán, finalmente, la reforma constitucional del artículo 130 en la
presidencia de Carlos Salinas.
Seguramente, en el Derecho Mexicano, poco conocemos de los cánones que
rigen a la Iglesia Universal y que es el primer sistema jurídico contemporáneo.
Concluimos esperando no se exprese sobre este ensayo: NON LIQUET, que
significa: NO ESTÁ CLARO.38
35
dem, p.186.
Idem, p. 193. Refiere el autor que se decía que el Estado permite a la Iglesia violar tales artículos,
y al estado violar todos los demás.
37
Ibidem.
38
Esta alusión la hace J. Lapín, en su obra multicitada, precisamente en su inicio; vid: p.5.
Preferimos hacer uso de ella en el final de nuestro trabajo, por considerarlo más ad hoc.
36
www.tribunalqro.gob.mx/humaniverso
29
CALENDARIO DE GUARDIAS DE
JUZGADOS FAMILIARES
DE LOS DISTRITOS JUDICIALES DE QUERÉTARO Y SAN JUAN DEL RÍO
sábados de 9:00 a 13:00 horas
domingos y días festivos de 10:00 a 13:00 horas
Santiago de Querétaro, Qro. 2009
JULIO
04
05
6° Fam. Qro
2° Civil SJR
11
12
1° Fam. Qro
2° Civil SJR
18
19
1° Fam. Qro
3° Civil SJR
20 - 31
3° Fam. Qro
1° Civil SJR
AGOSTO
01
02
3° Fam. Qro
1° Civil SJR
08
09
2° Fam. Qro
3° Civil SJR
15
16
2° Fam. Qro
2° Civil SJR
22
23
4° Fam. Qro
2° Civil SJR
SEPTIEMBRE
05
06
5° Fam. Qro
3° Civil SJR
12
13
5° Fam. Qro
1° Civil SJR
16 19 20
6° Fam. Qro
1° Civil SJR
26
27
6° Fam .Qro
2° Civil SJR
29
30
1° Fam. Qro
3° Civil SJR
GARANTÍA DE “DEFENSA ADECUADA” EN
JUSTICIA PARA ADOLESCENTES
Lic. Rebeca A. Schmitter Tello
I.
INTRODUCCIÓN
La reforma al artículo 18 Constitucional -publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 12 de diciembre de 20051 y que entrara en vigor el 12 de marzo de
2006- entre otros de los puntos que toca su iniciativa lo es el relativo a la
implementación del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes, diferente de
aquella prevista para los adultos, que de conformidad con lo establecido por el
artículo 4º Constitucional, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley para
la Protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, encuentra su
fundamento en la concepción de las personas menores de edad como sujetos de
derechos y, por tanto, también de responsabilidades, y su justificación en la
necesidad de concederles un trato diferenciado en razón de su condición de
personas en desarrollo.
II. ALGUNAS GARANTÍAS PROCESALES DE LOS ADOLESCENTES
SUJETOS A PROCEDIMIENTOS JUDICIALES Y ADMINISTRATIVOS.
Dentro de los procedimientos tanto judiciales como administrativos seguidos a los
adolescentes, se deben de respetar las garantías contenidas en la Constitución
Federal, Estatal, en la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y
Adolescentes y en los tratados internacionales, tal y como lo ha establecido la
Corte Interamericana de Derechos Humanos en la opinión consultiva 17/2002, así
como lo dispone el artículo 6 de la Ley de Justicia para Menores para el Estado de
Querétaro, dentro de los cuales se encuentra la garantía de defensa adecuada y a
ser defendidos en igualdad de circunstancias que su acusador, mismas que se
analizarán a continuación.
III. GARANTÍA DE DEFENSA ADECUADA Y DERECHO A SER DEFENDIDO
EN IGUALDAD DE CIRCUNSTANCIAS QUE SU ACUSADOR.
Uno de los pilares fundamentales dentro del procedimiento de Justicia para
menores de edad es, sin duda, el tema relativo a la garantía de “defensa
adecuada”, contemplada dentro de la fracción IX del artículo 20 Constitucional
(para los procedimientos de adultos, pero como se mencionó, también para los
procedimientos seguidos a los adolescentes), entendida dicha defensa, según se
desprende del criterio de jurisprudencia 1ª./J.31/20032, emitido por la primera
sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como dar oportunidad a todo
inculpado de aportar pruebas, promover los medios de impugnación frente a los
actos de autoridad que afecten los intereses legítimos de la defensa, exponer la
argumentación sistemática del derecho aplicable al caso concreto y utilizar todos
los beneficios que la legislación procesal establece para la defensa.
Asimismo, en la jurisprudencia 1ª./J.23/20063 se estableció que la asistencia que
comprende ese derecho fundamental no sólo debe de estar relacionada con la
presencia física del defensor, sino que la misma debe de interpretarse en el
sentido de que la persona que es puesta a disposición de una autoridad cuente
con la ayuda “efectiva” del asesor legal.
1
Diario Oficial de la Federación, 12 de diciembre de 2005.
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Primera Sala, rubro: “DEFENSA ADECUADA.
DIFERENCIAS ENTRE LOS ALCANCES Y EFECTOS DE LAS GARANTÍAS CONSAGRADAS EN
LAS FRACCIONES IX Y X, PÁRRAFO CUARTO, APARTADO A, DEL ARTÍCULO 20
CONSTITUCIONAL”.
3
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Primera Sala, rubro: “DEFENSA ADECUADA, ALCANCE DE
DICHA GARANTIA EN LA AVERIGUACIÓN PREVIA (INTERPRETACIÓN DE LA FRACCIÓN II, EN
RELACIÓN CON LAS DIVERSAS IX Y X DEL ARTÍCULO 20, APARTADO A, DE LA CONSTITUCIÓN
FEDERAL).”
2
31
En las relatadas condiciones, cabría preguntarse: ¿ se respeta la garantía de
defensa adecuada cuando quien asiste al adolescente no cuenta con los
conocimientos básicos o la especialización en la materia de justicia de
adolescentes o, en su caso, la certificación?. La respuesta casi obligada, es a
juicio de la que realiza el presente trabajo, que no. En primer término, porque
según se estableció al momento de interpretar los alcances del artículo 20,
apartado A, fracción IX, de la Constitución, parte del contenido del derecho
fundamental de defensa lo es que ésta sea “eficaz”.
Sobre el particular, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en los casos
Kamasinski contra Austria, Stanford contra Reino Unido y Tripoid contra Italia, al
interpretar el artículo 6.34 del Convenio Europeo de Derechos Humanos -que
tiene un gran parecido al artículo 8.25 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, refiriéndose ambos a las garantías judiciales-, estableció
que dicha disposición legal no concede simplemente un derecho a que el Estado
designe un abogado a falta de un defensor particular, sino que concede un
derecho a la asistencia real y cierta.
Por otro lado, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha
reconocido a través de su jurisprudencia el derecho del imputado a una
representación eficaz, sinónimo de defensa adecuada como derecho
fundamental, conforme al interés de la justicia según lo estableció en el caso Little6
y en el caso Collins, Trevor7. En el mismo sentido, lo señaló en el informe 41/00
Casos 12.023 (Desmond Kenzie), 12044 (Andrew Donner y Alphonso Tracey),
12, 107 (Carol Baker), 12.126 (Dwight Fletcher) y 12.146 (Anthony Rose),
Jamaica, 13/4/2000, en especial 313).
En el mismo sentido, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso
Hilaire, Constantine y Benjamín y otros, estableció que para que en un proceso
existan verdaderas garantías judiciales, es preciso que en él se observen todos
los requisitos que sirvan para proteger, asegurar o hacer valer la titularidad o el
ejercicio de un derecho, es decir, las condiciones que deben de cumplirse para
asegurar la adecuada defensa de aquellos cuyos derechos u obligaciones están
bajo consideración judicial8.
Asimismo, el artículo 12.2 de la Convención sobre los Derechos del Niño9,
establece lo siguiente:
“ ARTICULO 12. 2. Con tal fin, se dará en particular al niño la oportunidad de ser
escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya
sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en
consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional.”.
En segundo lugar, en virtud de que uno de los derechos y garantías reconocidos
a los adolescentes, lo es el de “ser defendido en igualdad de circunstancias
respecto de su acusador”, cabiendo también preguntarse en este aspecto lo
4
Todo acusado tiene, como mínimo, los siguientes derechos:
A) A ser informado, en el más breve plazo, en una lengua que comprenda y detalladamente, de la
naturaleza y de la causa de la acusación formulada contra él; B) A disponer del tiempo y de las
facilidades necesarias para la preparación de su defensa; C) A defenderse por sí mismo o a ser
asistido por un defensor de su elección y, si no tiene medios para pagarlo, poder ser asistido
gratuitamente por un abogado de oficio, cuando los intereses de la justicia lo exijan.
5
Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena igualdad, a las
siguientes garantías mínimas:... D) Derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser
asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor.
6
Comité de Derechos Humanos, caso Little c. Jamaica, párr.8.4 (1991)
7
Comité de Derechos Humanos, caso Collins, Trevor c. Jamaica, párr.9
8
Corte IDH. Caso Hilaire, Constantine y Benjamín y otros vs. Trinidad y Tobago. Sentencia de 21 de
junio de 2002. Serie C No. 94, párrf.147
9
Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
Compilación de Instrumentos Internacionales.
32
siguiente: ¿el adolescente que es asistido por un
defensor que no tiene conocimientos básicos,
especialización en la materia de Justicia para
adolescentes o en su caso, que cuente con la
certificación respectiva, será defendido en igualdad de
circunstancias respecto del Agente del Ministerio
Público que se encuentra especializado?, yo considero
que no. En primer término, porque el defensor particular
que no cuenta con conocimientos básicos,
especialización en Justicia para Adolescentes (que no
cuente con apoyo de algún defensor de oficio
especializado) o en su caso, la certificación respectiva,
no puede llevar a cabo la defensa eficaz a favor del
adolescente simplemente por no conocer los aspectos
básicos del Sistema Integral del Justicia para
Adolescentes que difiere del procedimiento de adultos,
lo que demeritaría, en dado caso, la “defensa adecuada”
de aquel. Y por el contrario, el órgano acusador llevaría
su acusación ante el juzgador, sin que pudiera ser
debatida correcta o deficientemente.
PROGRAMA DE DEPÓSITOS EN BANCO
PARA COBRO CON TARJETA DE DÉBITO
Oficina
Central de Consignaciones
Sin que se pase por alto lo dispuesto en el artículo 18
Constitucional, en el sentido de que se establece la
especialización solo para las autoridades, organismos e
instituciones encargadas de aplicar el sistema; sin
embargo, lo anterior no sería obstáculo para que pudiera
darse una reforma en las legislaciones estatales a fin de
ampliar en estas las garantías y derechos de los
adolescentes que la propia constitución establece.
Aunado a lo anterior, a que la garantía de defensa se
encuentra sobre otras contempladas en nuestra carta
magna y que lo pudiera ser la de libertad de profesión
contemplada en el artículo 5º Constitucional.
IV. CONCLUSIÓN
Considero que a fin de que se cumpla con la garantía de
“defensa adecuada”, contemplada en el artículo 20
Constitucional y al derecho que tienen los adolescentes
de ser defendidos en igualdad de circunstancias que su
acusador, deben de ser asistidos por defensor que
tenga conocimientos básicos sobre las materias de
especialización, que esté especializado, que cuente con
la certificación respectiva, o bien, designársele,
además, al defensor de oficio especializado para que
apoye en la defensa y así dar cumplimiento real al
equilibrio entre las partes.
Querétaro
Fecha de inicio
segunda quincena de agosto 2008
Personas beneficiadas
con el programa
570 personas
San Juan del Río, Qro
Fecha de inicio marzo 2009
Personas beneficiadas
con el programa
27 personas
Lo que implica
una reducción de trámites de
Querétaro
2280
San Juan del Río, Qro.
180
DEPÓSITOS Y RETIROS
EN VENTANILLA DURANTE UN MES
33
LA TEORÍA DEL CASO Y LA APOLOGÍA DE SÓCRATES
Arturo Flores Velázquez
I. INTRODUCCIÓN.
Las reformas constitucionales en materia penal, que establecen el sistema
procesal acusatorio, nos obligan a conocer las técnicas de la litigación oral. El
juicio de Sócrates es uno de los juicios célebres de la historia, perpetuado por las
obras de Platón y Jenofonte con sendos escritos titulados “Apología de Sócrates”,
las cuales nos ofrecen una oportunidad de estudio de estas técnicas mediante la
aplicación de la teoría del caso a través del análisis, principalmente, del texto del
primero, que nos lleve a comprender, de manera objetiva, cómo se defendió el
ilustre filósofo acusado de corromper a la juventud e impiedad. Conciente que
este juicio y las modernas técnicas de litigación oral están separadas por el
tiempo, pero que les une la búsqueda de mejorar la justicia, se aborda la defensa
de Sócrates desde la perspectiva de la teoría del caso.
II. UN HECHO INDISCUTIBLE Y UNA CONTROVERSIA.
Resulta indiscutible el hecho de que Sócrates fue condenado, que perdió el juicio.
Las obras mencionadas de Platón y Jenofonte coinciden en ello y ningún
historiador duda que la muerte del filósofo fue consecuencia de la sentencia
condenatoria.
La controversia se suscita en cuanto a la causa por la cual Sócrates perdió el
juicio; pues las opiniones van desde que Sócrates buscó deliberadamente que lo
condenaran para, de esta manera, evitar la decrepitud de la vejez1, hasta que la
defensa fracasó por ser demasiado buena2, pasando por las opiniones que dicen
que Sócrates se defendió de la mejor manera que pudo dentro de lo que le
permitían sus convicciones éticas3.
La alternativa a las causas por las cuales Sócrates perdió el juicio viene de aplicar
las técnicas de la teoría del caso, de donde resulta que el juicio se pierde por ser
mala la defensa, si bien fue lo mejor que pudo hacer el acusado de acuerdo con su
propio método filosófico.
En la Apología de Sócrates -diálogo platónico que, junto con los diálogos Critón y
Fedón, constituyen un monumento inmortal que Platón levantó a su maestro4, si
es que esto puede expresarse, pues Sócrates insistió en que nunca tuvo
discípulos(19e)-, encontraremos aciertos y errores que nos permiten tener una
lección más del filósofo, como si nos hablara desde su época para darnos
consejos útiles para las modernas técnicas de litigación en los juicios orales;
encontraremos que se defendió de la mejor manera que pudo, en ocasiones de
manera acertada y en otras desacertada; en éste caso, tal vez, como él mismo
reconoce, por serle desconocido el lenguaje empleado en los procesos legales.
III. ANTECEDENTES.
Debemos tener presente que Sócrates tenía en su contra la idea preconcebida de
la sociedad de su época de que él corrompía a la juventud, pues así lo tenía
presente todo ateniense debido a la comedia Las Nubes de Aristófanes, en donde
con escarnio de la manera de educar de Sócrates, se narra que un padre envía a
su hijo con éste para que lo eduque, con el resultado contraproducente de que el
1
Jenofonte, Apología de Sócrates, 1-8
Burnet, citado por Taylor, El pensamiento de Sócrates, Pág. 20
3
Op. Cit. Pág. 96. Dice este autor: “Sócrates no cortejaba la muerte; por el contrario decía
llanamente que deseaba una absolución honrosa, siempre que el fallo no comprometiera la
verdad”.
4
Hirschberger, Historia de la filosofía, I, Pág. 77
2
34
hijo emplea lo aprendido en contra de su padre. El hijo,
empleando un sofisma, llega a golpear a su padre, pues
dice que éste le pegó cuando niño, ya que le quería y le
pegaba para corregirlo, por lo tanto, y de la misma
manera, ahora el hijo le pega al padre porque le quiere.
Sin embargo, no todo es la ficción de una comedia, más
o menos apegada a la realidad, sino que el prejuicio de
la sociedad ateniense tiene refuerzo en la vida real, pues
todos los atenienses saben que Sócrates tuvo como
discípulos a Critias y a Alcibíades, personajes que le
hicieron daño a la ciudad y sus ciudadanos, el primero
participando en un hecho sacrílego, el haber mutilado un
busto del dios Hermes, e integrante de los Treinta
Tiranos que cometieran atrocidades como ejecuciones
sumarias e incautaciones de bienes; el segundo cambió
su lealtad en varias ocasiones: de Atenas a Esparta, de
ésta a Persia y de nuevo a Atenas. Estos hechos
integran una prueba preconstituida que los acusadores
del filósofo no tienen necesidad de ofrecer, pues todos
los tienen presentes en su memoria y que, por otra parte,
lejos de ser subjetiva, la apreciación se torna objetiva
por ser hechos conocidos de todos; además de que los
jueces consideran no solo el presente, sino también el
pasado, según lo señala Esquines: “Pues no es por el
discurso sólo ni por los testimonios, sino por lo que ellos
[los jueces] saben y han indagado, por lo que emiten su
voto5”.
discursos, han hecho perecer muchos inocentes y han
absuelto no pocos culpables?”9.
Sócrates sabía que debía preparar su defensa, pues era
de su conocimiento que “Homero llamaba a Ulises
'orador' seguro, porque sabía conducir sus discursos
según las opiniones comúnmente aceptadas por los
hombres”, lo que implica un conocimiento de las
opiniones de los ciudadanos atenienses y un plan para
conducir el discurso según estas opiniones; planeación
que Sócrates debió realizar sobre todo si consideramos
que, en su caso, la opinión común aceptada era que sus
acusadores tenían razón.
El no llevar un plan de defensa, o el no elaborar una
teoría del caso, es un error de Sócrates, lo cual
podemos constatar a través del juicio, al dar muestras
de duda cuando el juicio tomó un rumbo distinto del que
él esperaba y que veremos más adelante en el
desarrollo del interrogatorio. El acusado se presentó al
juicio confiando en sus habilidades dialécticas, pero por
su manera de conducir el interrogatorio puede pensarse
que no tuvo un plan, lo que de por sí hace que su
defensa sea mala.
De acuerdo con la teoría del caso, debemos conocer la
ley y a nuestros jueces10, respecto a lo cual, no obstante
la falta de planeación de su defensa, Sócrates revela un
conocimiento de la legislación y de sus juzgadores.
Respecto a la ley, es manifiesto que la conoce pues en
todo su proceso no dice nada referente a Critias y
Alcibíades, quienes son causa de que tenga fama de
corromper a la juventud, pues ambos fueron sus
discípulos, o al menos se les tenía por tales, y ambos
dieron muestras de corrupción, como ya se mencionó, al
ser un tirano que mandó ejecutar a muchos ciudadanos
y al traicionar a Atenas entregándola al mejor postor,
respectivamente. Con posterioridad a estos hechos fue
expedida la ley de amnistía11, por la cual eran
perdonados a todos los involucrados en estos hechos
ilícitos los de Critias y Alcibíades, a la vez que prohibían
traer a juicio su recuerdo, por lo cual Sócrates no los
menciona, pero está consciente que tanto sus jueces
como sus acusadores lo saben y, aunque no lo digan,
está en la memoria de todos.
Con todo esto tiene que luchar Sócrates para demostrar
que no corrompe a la juventud ni desconoce a los dioses
de la ciudad.
IV. PREPARACIÓN DEL JUICIO.
Todo juicio debe ser preparado, ya sea la acusación o la
defensa, no improvisar confiando en la intuición, sino
que debemos llevar preparada la manera en que
probaremos nuestra versión de los hechos, así como las
alternativas que tomaremos en caso de que se desvíe
de lo planeado, esto es, debemos llevar una teoría del
caso, entendida ésta como “la estrategia, plan o visión
que tiene cada parte sobre los hechos que va a probar6”.
La planeación de la defensa no puede dejarse al azar o a
la improvisación7, planeación que no realizó Sócrates8.
Jenofonte nos relata cómo Sócrates se desatendió de
preparar su defensa, al preguntarle Hermógenes por
qué no preparaba su apología, contestó: “¿No te parece
que me he ocupado de ella toda mi vida?”, refiriendo que
durante toda su vida había procurado lo justo y evitado lo
injusto, pero Hermógenes le replicó: “¿No ves,
Sócrates, que los jueces de Atenas, según sean los
Precisamente contra esta memoria colectiva
consistente en el mal recuerdo de sus discípulos es a lo
que se enfrenta Sócrates y a la que deberá desvirtuar en
juicio; Sócrates lo sabe y por ello tiene como objetivo el
desvirtuar esta mala fama.
5
Esquines, Discursos, I, 92
Neyra Flores, Manual de Juzgamiento, Prueba y Litigación Oral en el Nuevo Modelo Procesal Penal, Pág. 23
7
Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID, Técnicas del Juicio oral en el Sistema Penal Colombiano, Módulo instruccional para Defensores. Pág.
59
8
Emilio Lledó considera que Sócrates planeó su defensa diciendo: “No improvisó Sócrates ni ordenó las ideas sobre la marcha”, aún cuando Sócrates
dice “...vais a oír frases dichas al azar con las palabras que me vengan a la boca...” (17c), sostiene que se refería a la forma y no al contenido (Lledó,
1981:143), sin embargo, Jenofonte señala lo contrario, según se establece a continuación.
9
Jenofonte, Op. Cit. Pág. 235
10
Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID. Op. Cit. Pág. 112
11
Conocido como decreto de Patroclides, que, entre otras cosas, decía: “...nadie deberá... realizar maliciosa referencia al pasado”. (Anócides, I, 7780) citado por Palao Herrero, 2007: 91.
6
35
V. JUICIO.
b) Apertura
“Este alegato de apertura tiene como finalidad el dar a
conocer al juez lo sucedido y una visión de lo que se va a
hacer durante el juicio16”, es “una promesa de lo que se
presentará en el juicio”. Sócrates presenta como
alegato de apertura, ante la advertencia a los jueces, por
parte de su acusador, de “precaveros de ser
engañados” (17a) por su elocuencia, la promesa de que
no va a ser elocuente, a menos que la elocuencia sea
decir la verdad. Promete la verdad sin adornos:
“ciertamente, por Zeus, atenienses, no oiréis bellas
frases, como las de éstos, adornadas cuidadosamente
con expresiones y vocablos, sino que vais a oír frases
dichas al azar con las palabras que me vengan a la
boca” (17b).
Los procesos legales, en la Grecia del siglo V a. C. y aún
ahora, no resultan fáciles para quien no domina el
lenguaje forense y, además, no tiene desarrolladas las
habilidades necesarias para llevar a buen término un
juicio, es decir, si no se conoce la teoría del caso.
Particularmente, en la apología de Sócrates se revela un
desconocimiento de las técnicas del interrogatorio, pues
es necesario saber cuándo preguntar, cuándo no
hacerlo, cómo preguntar, qué preguntar y, por supuesto,
cómo responder, entre otras habilidades. Sócrates
formula sus preguntas como si lo hiciese en la plaza
pública, en el ágora con sus amigos a quienes interroga
para encontrar lo que es la justicia, la idea de justicia; y
no como efectivamente lo hacía: frente a sus jueces;
debió conducirse como abogado que pretende la
absolución del acusado, y no como filósofo que
pretende la verdad.
A continuación Sócrates hace referencia a la acusación
presente y a las acusaciones antiguas, entre éstas, la
hecha por un autor de comedias: Aristófanes, quien, en
una comedia representa “a cierto Sócrates que era
llevado de un lado a otro afirmando que volaba y
diciendo otras muchas necedades” (19c), y procede a
defenderse de esta acusación recurriendo a la
reputación de sabio ganada después de haber
consultado el oráculo de Delfos, del cual se dice que,
ante la pregunta de si hay un hombre más sabio que
Sócrates, dijo que no había ninguno, lo que le lleva a
reflexionar y concluir que, efectivamente, él es el más
sabio, pues no sabiendo nada, “tampoco creo saber”
(21d). En esta parte Sócrates se aparta de lo que debe
ser un alegato de apertura, pues en éste no se puede
argumentar, ya que aún no se han ofrecido pruebas18.
Para ubicarnos en la época del juicio en contra de
Sócrates, debemos establecer que el procedimiento
legal consistía en preguntas que se realizaban
mutuamente las partes, quienes estaban obligados a
responder. No existía interrogatorio de los testigos12. En
este contexto, Sócrates emplea en su defensa su propio
método, el filosófico13, el cual consiste en dos partes: la
ironía y la mayéutica; la primera hace ver a su
interlocutor que no sabe aunque crea que sí sabe; y en el
segundo, el interlocutor da a luz las ideas. Este método
que le fue útil en la filosofía no le resulta de la misma
manera para su defensa legal; para utilizar su analogía,
la parturienta no es el interlocutor, pues no es el objetivo
que este llegue a la verdad, sino que la parturienta es un
sujeto plural que está constituido por los jueces, quienes
deben parir una sentencia.
Es de entenderse que Sócrates no sepa como actuar
ante un jurado, pues es la primera vez que es llevado a
juicio a sus más de setenta años de edad, por lo que no
habla el lenguaje jurídico, lo que le produce la sensación
de ser un extranjero pues, dice, que no habla su idioma.
a) Litis
Sócrates es acusado de corromper a la juventud y de no
creer en los dioses. Esta acusación, consideran
algunos14, es resultado de haber educado mal a sus
discípulos Alcibíades, personaje de contrastes en la
historia de Grecia: en momentos amado y en otros
odiado, a quien se acusó de impiedad y traición; y
Critias, tirano que ejecutó a muchos y mandó confiscar
sus bienes, pruebas ambas de que Sócrates mal educa
a la juventud15.
c) Interrogatorio
En relación con la acusación de corromper a la justicia,
Sócrates se defiende interrogando19 a su acusador
mediante un argumento ad hominem, atacando al
persona que acusa, no lo que éste dice en su acusación:
Pregunta 1: Melito, dime ¿ha habido nada que te haya
preocupado más que el hacer a los jóvenes lo más
virtuosos posible20?
12
Taylor, Op. Cit. Pág. 87
Se podría anotar como un error de Sócrates el emplear un discurso filosófico y no jurídico, según señala Diógenes Laercio: “habiéndole leído Lisias
(a Sócrates) una apología que había escrito en su defensa, respondió: 'La pieza es buena, Lisias; pero no me conviene a mí'. Efectivamente, ella era
más una defensa jurídica que filosófica.” (1984:48).
14
Taylor, Op. Cit. Pág. 80 y Copleston, Historia de la Filosofía. Pág. 125
15
No debemos soslayar el comentario de Esquines: “¿O sea que vosotros, atenienses, al sofista Sócrates lo matasteis porque se puso de manifiesto
que había educado a Critias...?” (Discursos 1:173) o lo dicho por Jenofonte: “con Sócrates vivieron en familiaridad Critias y Alcibíades, causas de
tantos y tan grandísimos males para la ciudad. (1984:130).
16
Consejo de la Judicatura del P. J. del Estado de Nuevo León, Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal de Nuevo León. Pág. 49
17
Neyra Flores, Op. Cit. Pág. 41
18
Ídem. Pág. 42
19
El análisis del interrogatorio se basa en la descripción hecha por Platón en la Apología de Sócrates, del cual dice A.E. Taylor que reproduce con
exactitud el juicio. Op. Cit. p. 96.
20
El interrogatorio tiene como propósito el “revelar todas aquellas debilidades, intereses, errores, prejuicios y contradicciones” de su acusador, lo que
en la actualidad corresponde a las técnicas del contrainterrogatorio. (Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Nuevo León:49). En
adelante, los textos en cursiva corresponden a transcripciones de la Apología de Sócrates, Platón, Porrúa, México 1984.
13
36
En lo general, el plan es crear una
duda razonable en los jueces
mediante la demostración de que
Melito no se ha ocupado de la
educación de los jóvenes, lo que
traería como consecuencia que no
puede opinar sobre quién los mal
educa y, por lo tanto, la acusación es
infundada. La pregunta está bien
formulada. Melito no tiene opción en
la respuesta, pues si dice que no le
preocupa la educación de los
jóvenes, inmediatamente Sócrates
pasaría a la conclusión: ¿como te
atreves a acusarme de corromper a la
juventud si no te has ocupado de la
educación de los jóvenes? En otras
palabras, si no se ha ocupado de la
educación de los jóvenes, entonces,
cómo sabe quien los mal educa. La
respuesta es predecible.
Respuesta: Nada, indudablemente.
Melito cae en la respuesta inducida
por la pregunta cerrada afirmando
que nada le ha preocupado más que
el hacer a los jóvenes virtuosos, pues
su opción es aceptar que no le ha
preocupado la educación de los
jóvenes atenienses, con la
consecuencia ya apuntada.
Pregunta 2: Pues bien, di a los jueces
cuál será el hombre que mejorará la
condición de los jóvenes. Porque no
puede dudarse que tú lo sabes,
puesto que tanto te preocupa esa
idea.
Aquí está el primer error de Sócrates
al formular la pregunta de manera tan
abierta que pueda ser respondida de
diversas formas. Ya está claro que
Melito es quien se ha ostentado como
el hombre que procura mejorar la
condición de los jóvenes. La forma de
preguntar debió ser del tipo cerrada,
pues ésta permite que quien
responde lo haga centrándose en un
tema, en el caso, en si es cierto que
Melito se ha ocupado de la educación
de los jóvenes. En este sentido, las
preguntas van encaminadas a
desacreditar la persona del acusador,
no lo que dice, por ello, la pregunta
debió ser en el sentido de hacer
evidente que Melito no tiene
conocimiento sobre cómo educar a la
juventud, preguntando, por ejemplo,
y siguiendo la costumbre de
Sócrates: “si nada te ha a
preocupado más que el hacer a los
jóvenes virtuosos, dime, Melito, ¿qué
es la virtud?”, u otra pregunta que
llevara al acusador a evidenciar su
ignorancia en la educación de los
jóvenes para, de ahí, concluir que,
puesto que no sabe como educarlos,
luego entonces no se ha preocupado
por la educación de ellos y, por lo
mismo, no sabe quién los educa bien
y quién los educa mal.
Melito no sabe qué responder, pues
intuye las intenciones de Sócrates:
que él mismo acepte ser el hombre
que mejorará la condición de los
jóvenes.
Ante el silencio de Melito, Sócrates
pone énfasis en ello para que los
jueces se den cuenta que la
educación de la juventud jamás ha
sido objeto de su cuidado diciendo:
Lo ves ahora, Melito, tú callas; estás
perplejo y no sabes que responder.
¿Y no te parece esto vergonzoso?
¿No es una prueba cierta de que
jamás ha sido objeto de tu cuidado la
educación de la juventud?
El silencio de Melito fue bien
aprovechado; pero Sócrates no supo
callar, debió dejar de formular
preguntas al respecto y pasar a otro
tema, sin embargo comete su
segundo error, le repite la pregunta:
¿Quién es el que puede hacer mejor
a los jóvenes?
Respuesta: Las leyes.
Melito se equivoca nuevamente, lo
que no es aprovechado por el
acusado, sino que le endereza su
respuesta diciéndole que no le
preguntó qué es lo que deben saber
los jóvenes sino quién es el hombre
que debe enseñarles. Melito no
desaprovecha la nueva oportunidad
que le brinda Sócrates y le responde.
Respuesta: Son, Sócrates, los
jueces aquí reunidos.
Debido a la falta de planeación de la
defensa, que deja en evidencia que
no estaba preparado para la manera
en que fue contestada la pregunta, la
respuesta se torna excelente. Si la
defensa hubiera sido planeada,
37
entonces estaría preparado para reaccionar
adecuadamente a la estrategia de la contraparte,
minimizando o anulando el peligro en el que se ha
colocado. Sócrates tendrá que pensar pronto para
corregir el rumbo que ha tomado su defensa, pues ya no
puede demostrar que los jueces ignoran cómo educar a
la juventud, de lo que Sócrates se da cuenta y, con la
siguiente pregunta, pretende que Melito diga que no
todos los jueces pueden educar a la juventud.
ante el tribunal por faltas involuntarias, y si él corrompe a
la juventud, lo hace de manera involuntaria, pues, al
hacerlo, los hace malos y se expone a recibir mal, y
nadie quiere recibir mal de manera voluntaria.
Pregunta 3: ¿Pero son todos estos jueces o hay entre
ellos unos que pueden y otros que no pueden?
Pregunta 7: ¿Sostienes que lo hago (corromper a la
juventud) con conocimiento o sin quererlo?
Respuesta: Todos pueden.
Respuesta: Con conocimiento.
Melito no tiene porqué cambiar su respuesta, los jueces
son peritos en la materia, por eso pueden juzgar a quien
corrompe a la juventud.
Como Sócrates no consigue que Melito acepte que su
actuar ha sido de manera involuntaria, entonces se vale
de las respuestas para concluir que, dado que los que
actúan de manera involuntaria no merecen castigo sino
educación, y como Melito lo ha llevado a juicio en vez de
instruirlo para que no haga más mal, demuestra que no
ha sido del cuidado de Melito la educación. ¡Esta
conclusión la tuvo desde la segunda pregunta, con el
silencio de Melito al no saber quien es el hombre que
mejorará la condición de los jóvenes!
Pregunta 6: ¿Hay alguno que quiera más recibir mal que
bien?
Respuesta: No; no hay nadie.
Por su parte, Sócrates insiste con las preguntas que se
alejan del propósito de demostrar que Melito no sabe
cómo educar a la juventud para tener, como nuevo
objetivo, al menos en apariencia, encontrar entre sus
jueces a quien no sabe hacerlo.
Pregunta 4: Estos oyentes que nos escuchan ¿pueden
también hacer a los jóvenes mejores o no pueden?
Al no saber Sócrates conducir el interrogatorio, llega a
una mala posición respecto a su inocencia, pues él
mismo concluyó que sí corrompe a los jóvenes. Cabe
mencionar que la teoría del caso debe ser “flexible”22, es
decir, debe contemplar la posibilidad de cambiar de
acuerdo con el desarrollo del juicio, pero sin hacerlo de
manera radical, sin cambiar de teoría del caso, tal y
como, aparentemente, lo hace Sócrates, pues parece
que mantiene el objetivo: demostrar que su acusador
nunca ha tenido interés por la educación de los jóvenes;
sin embargo, de su interrogatorio se infiere que cambia
de objetivo, pues ahora quiere demostrar que, si bien es
cierto que corrompe a la juventud, pues esto ha
quedado demostrado porque él mismo así lo concluye,
lo hace involuntariamente; el tema central es modificado
de manera que se puede considerar un error más en la
defensa, pues debió mantener el objetivo aún cuando
cambiara de estrategia. Aún más, Sócrates regresa al
tema inicial e insiste que su acusador no se ha ocupado
de la educación y por ello no puede saber quien mal
educa a los jóvenes atenienses, lo que agrava el error,
pues hay una confusión entre los cambios de estrategia
y los cambios de tema. Con esto termina la defensa
respecto a esta acusación y continúa con la de
desconocer a los dioses.
Respuesta: Pueden.
Vaya pregunta, ¿qué pretendía Sócrates con ella?
¿quería enemistarse con sus jueces? Es un error más, al
igual que la siguiente pregunta.
Pregunta:5: ¿Y los senadores?
Respuesta: Los senadores lo mismo.
La respuesta consigue simpatía de los jueces y de la
audiencia en general con la acusación de Melito. Por su
parte Sócrates ya no pregunta; concluye, y concluye en
contra de sí mismo:
Se sigue de ahí que todos los atenienses pueden hacer
a los jóvenes mejores, menos yo; sólo yo los corrompo.
Sócrates debió callar nuevamente, dejando que los
jueces o su acusador concluyeran, pero no él, y menos
como lo hizo: en contra de sí mismo.
A continuación cambia de estrategia, ya no pretende
convencer a los jueces que no corrompe a la juventud,
pues ya aceptó que sí lo hace, sino de que lo hace de
manera involuntaria. La forma de interrogar se enfoca en
desacreditar el contenido de la acusación: que él no
corrompe a la juventud de manera voluntaria, dejando la
forma encaminada a desacreditar a la persona del
acusador. Parte de la ley, la cual no permite citar a nadie
Respecto a la acusación de desconocer a los dioses,
Sócrates, se defiende diciendo que la acusación es
falsa, pues su acusador le reconoce que cree en los
demonios, que son semidioses, hijos de un dios, y por lo
tanto no es posible que no crea en los dioses:
Pregunta 1: ¿Pretendes que yo no reconozco ningún
dios?
Respuesta: Sí, ¡por Zeus!, tú no reconoces ninguno.
21
Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID. Op. Cit. Pág. 59
22
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Nuevo
León, Op. Cit. Pág. 71
38
Se ha fijado la litis respecto de esta segunda acusación.
humanos”, y es precisamente lo que le ha reconocido
Melito: que Sócrates cree en las cosas de los dioses y,
por lo tanto, hay dioses, con lo que la acusación queda
desmentida.
Pregunta 2: ¿Hay alguno en el mundo que crea que hay
cosas humanas y que no hay hombres?
Melito no responde y, en vez de ello, hace ruido, por lo
que Sócrates le pide a los jueces: “mandad que
responda y que no haga tanto ruido”
Adelantado a su tiempo, Sócrates hace un complicado
razonamiento, sobre todo si consideramos que la lógica,
tal como la conocemos, es desarrollada por el discípulo
de su discípulo, Aristóteles, por lo que cabría
preguntarse si los jueces comprenderían su
razonamiento. En este caso, como lo señala Burnet24 la
defensa fue demasiado buena. Agregaría que, además,
difícil de ser comprendida por sus jueces, lo que la
convierte en mala defensa, pues la persuasión está
ligada a la capacidad del juez de asimilar la información,
según se señala en las Técnicas del Juicio Oral en el
Sistema Penal de Nuevo León: “La capacidad de
persuasión está ligada a la credibilidad de la persona
que transmite la información, a su capacidad de
comunicación y a la capacidad del juzgador para
asimilarla y procesarla”25, debido a ello, una de las
características de la teoría del caso es la sencillez, la
cual prometió Sócrates en su alegato de apertura, y que
incumple con el complicado raciocinio. El
incumplimiento de esta promesa le generó un costo de
credibilidad. Esto no significa que no debamos de ser
lógicos, pues la lógica también es una característica de
la teoría del caso, pero tampoco debemos usar palabras
rebuscadas, “ya que corremos el riesgo de que el
mensaje no llegue correctamente26”.
No hay información de cuál era la manera en que Melito
hacía ruido, por lo que no podemos decir el significado
de este lenguaje no verbal; sin embargo, podemos
saber sus efectos: Sócrates se molesta con el ruido a tal
grado que pide a sus jueces que le manden callar, lo cual
es un hecho que molestó a Sócrates y, muy
probablemente, lo sacó de concentración. De manera
intencional o no, lo cierto es que Melito emplea un
consejo que siglos después daría Quintiliano: “es
necesario conocer la persona del testigo y su carácter.
Porque al cobarde se le puede intimidar; al ignorante,
engañar; al iracundo, irritarle”23.
Sócrates reformula su pregunta: ¿Hay quien crea que
hay reglas para enseñar a los caballos y que no hay
caballos? ¿Qué hay tocadores de flauta y que no hay
aires de flauta? ¿Hay alguno que crea en cosas propias
de los demonios y que, sin embargo, crea que no hay
demonios?
Respuesta: No, sin duda.
Pregunta 3: No estamos convencidos de que (los
demonios) son dioses o hijos de los dioses?
A mi parecer, debió ser más claro siendo más sencillo;
por ejemplo, como lo hace Agustín de Hipona en una
acusación similar: Agustín de Hipona es acusado por
Petiliano de ser maniqueo; de lo cual se defiende
diciendo: “Petiliano afirma que soy maniqueo, hablando
de una conciencia que es ajena, yo digo que no lo soy,
hablando de mi conciencia. Elegid a quién debéis dar
fe27”. En este caso se emplea el argumento ad hominem,
en donde no se atacan los argumentos de Petiliano, sino
que se defiende de acuerdo a la persona propia de quien
sostiene una afirmación.
Respuestas: Sí.
Sócrates razona empleando el silogismo hipotético de la
siguiente manera:
Si A entonces B.
En donde A es “cosas humanas” o “ cosas propias de los
demonios”; y B, “hombres” o “demonios”
VI. CONCLUSIÓN DEL JUICIO.
El silogismo hipotético del modo ponendo ponens se
enuncia de la siguiente manera:
Regresando al juicio de Sócrates, éste concluye: “...no
tengo necesidad de extenderme más en mi defensa,
atenienses, y lo que acabo de decir basta para hacer ver
que no soy culpable y que la acusación de Melito carece
de fundamento”.
Si hay cosas humanas, entonces hay humanos.
Si hay cosas de los demonios, entonces hay demonios.
Analizando esto tenemos que sería falso si afirmamos el
consecuente para firmar el antecedente. No podemos
partir de la afirmación: “hay humanos” para concluir “hay
cosas humanas”, sería falaz. Tampoco podemos invertir
el silogismo: Si hay hombres entonces hay cosas
humanas, pues no es necesario; esto es: la relación es
de sustancia y accidente, en donde el accidente
presupone la sustancia y no al contrario.
Como ya se mencionó, Sócrates concluye, en lo que
respecta a la acusación de corromper a la juventud, en
su contra, al señalar que todos, menos él, saben educar
a la juventud; en cuanto a desconocer a los dioses,
23
Quintiliano, Instituciones Oratorias. Pág. 244
Ver nota 1.
25
Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado de Nuevo
León. Op. Cit. Pág. 48
26
Neyra Flores. Op. Cit. Pág. 40
27
Agustín de Hipona, Réplica a las cartas de Petiliano. Pág. 93
24
Es necesario afirmar el antecedente para afirmar el
consecuente: “Si hay cosas humanas, entonces hay
39
concluye que, como cree en las cosas de los dioses,
entonces cree en los dioses, que como ya se señaló, es
un razonamiento poco claro y, por ello, poco convincente
para sus jueces.
REFERENCIAS ELECTRÓNICAS:
Agustín de Hipona (2009), “Réplica a las cartas de
Petiliano”. Sitio Consultado:
http://www.upasika.com/docs/catolicismo/Agustin%20
de%20Hipona%20-%20Petiliano.pdf
¿Qué fue lo que provocó la sentencia a muerte de
Sócrates, su impericia ante los tribunales o fue
deliberadamente buscada, provocada y casi forzada
mediante su altivez y desprecio por la muerte para,
como señala Jenofonte, evitar los achaques de la vejez?
De lo analizado se puede notar que en varias ocasiones
S ó c r a t e s c o m e t e e r r o r e s q u e l e r e s u l ta n
contraproducentes, de tal manera que, incluso él mismo,
concluye su culpabilidad. Ahora podemos decir que,
desde el presente, Sócrates fue condenado por no
seguir una teoría del caso.
Técnicas del Juicio Oral en el Sistema Penal de
Nuevo León, Consejo de la Judicatura del Poder
Judicial del Estado de Nuevo León. Sitio consultado:
http://www.pjenl.gob.mx/ConsejoJudicatura/Publicacio
nes/Libros/5_LibroDiscente.pdf. (19 de enero de 2009)
Técnicas del Juicio oral en el Sistema Penal
Colombiano, Módulo instruccional para Defensores,
Defensoría del Pueblo de Colombia y USAID. Sitio
consultado:
http://www.pfyaj.com/checchi/Fortalecimiento/Mxdulo_
Instruccional_para_Defensoresx_para_web.pdf.
(19 de enero de 2009).
Sócrates finaliza su apología diciendo: “ya es hora de
marcharnos, yo a morir y vosotros a vivir. Quién de
nosotros se dirige a una situación mejor es algo oculto
para todos, excepto para el dios” (42a).
Marco Fabio Quintiliano, Instituciones Oratorias,
Versión digital en Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes, Sitio consultado:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/24
616141101038942754491/index.htm. (1 de marzo de
2009).
Por mi parte, concluyo con el epitafio que Diógenes
Laercio escribió a Sócrates: “Tú bebes con los dioses,
oh Sócrates, ahora. Sabio te llamó Dios, que es sólo él
sabio. Y si los atenienses la cicuta te dieron, brevemente
se la bebieron ellos por tu boca28”.
Neyra Flores, José Antonio, Manual de Juzgamiento,
Prueba y Litigación Oral en el Nuevo Modelo Procesal
Penal. Sitio consultado:
http://cejamericas.org/doc/documentos/ManualJuzgamiento.pdf. (19 de enero de 2009).
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Aristófanes (1972), “Las Once Comedias”, México:
Porrúa.
Copleston, Frederick. (1983), “Historia de la Filosofía”,
Tomo I, México: Ariel.
Diógenes Laercio (1984), “Vida de los filósofos más
ilustres”, México: Porrúa.
Esquines (2002), “Discursos”, Madrid: Gredos.
Hirschberger, Johannes (1985). “Historia de la
Filosofía”, I, España: Herder.
Jenofonte (1984), “Apología de Sócrates”, México:
Porrúa.
Lledó, Emilio (1981), En introducción, “Diálogos de
Platón,” I, Apología, España: Gredos.
Palao Herrero, Juan (2007), “El Sistema Jurídico Ático
Clásico”, Dykinson.
Platón (1984), Diálogos, “Apología de Sócrates”,
México: Porrúa.
Taylor, A. E.(1988), “El Pensamiento de Sócrates”,
México: Fondo de Cultura Económica.
28
Diógenes Laercio, Vida de los filósofos más ilustres. Pág. 50
40
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