El síndrome de Down: educación y futuro de los niños Educación adaptada para niños con síndrome de Down Todos los niños en general precisan de estímulos para el aprendizaje y para potenciar sus capacidades motrices, cognitivas y emocionales. Los niños con síndrome de Down no son una excepción, pero debido a sus características especiales necesitan un entrenamiento distinto. La atonía muscular determina diferencias en el desarrollo de la habilidad de caminar, o en la motricidad fina de los niños con síndrome de Down. Pero por otro lado, las capacidades visuales de los niños con síndrome de Down son, en general, superiores a las auditivas, y su capacidad comprensiva es superior a la de expresión, por lo que su lenguaje es escaso y aparece con cierto retraso, aunque compensan sus deficiencias verbales con aptitudes más desarrolladas en lenguaje no verbal como el contacto visual, la sonrisa social o el empleo de señas para hacerse entender. Educación adaptada para niños con síndrome de Down En general, los niños con síndrome de Down pueden hacer la mayoría de las cosas que cualquier niño pequeño como hablar, caminar, vestirse y aprender a ir al baño. Sin embargo, generalmente aprenden más tarde que otros niños. La inserción de los niños con síndrome de Down en programas especiales, a partir de la edad preescolar, les ayuda a desarrollar sus destrezas, a beneficiarse de la intervención temprana y la educación especial. Los programas específicos de atención temprana (durante los primeros seis años de vida) diseñados especialmente para los niños con síndrome de Down pretenden estimular al máximo sus mecanismos adaptativos y de aprendizaje. Así, por ejemplo, para ntentar enseñar a leer a un niño con síndrome de Down no se utilizan los métodos convencionales, sino los métodos gráficos (a partir de tarjetas, o fichas, que asocian imagen y palabra) que tienen en cuenta su mayor capacidad visual y que están consiguiendo excelentes resultados. Además estos programas permiten que la adquisión de estas habilidades se alcance mucho antes, para continuar con programas educativos que integren al máximo a la persona con síndrome de Down en un entorno laboral en un futuro. Si bien hay programas de trabajo especiales diseñados para adultos con síndrome de Down, mucha gente afectada por este trastorno es capaz de trabajar regularmente. Hoy en día, la cantidad de adultos con síndrome de Down que viven de forma casi independiente, en hogares comunitarios, cuidando de sí mismos, participando en las tareas del hogar, haciendo amistades, tomando parte en las actividades recreativas y trabajando en su comunidad, es cada vez mayor.