TALLER VOCACIONAL SESIÓN 9 ALPAFJ ETAPA: Discernimiento de la Vocación OBJETIVO: Descubrir e identificar cómo debe ser la respuesta del hombre y de la mujer que Dios espera a la llamada a la vida consagrada. TÍTULO: El Discernimiento espiritual (Discernimientos bíblicos) DESARROLLO El ser humano busca… busca continuamente, lucha por encontrar hacia dónde caminar y para qué se camina, por lo que necesitamos descubrir la verdad y encontrar el sentido de la vida y con ello la felicidad. Sólo la verdad nos hará libres (Jn 8,32). Dios, nuestro Padre, nos creó libres, y es el único que nos puede comunicar la Verdad. Por lo tanto esa búsqueda es un don que Él nos ofrece y debemos corresponder con nuestro esfuerzo personal. El Dios de la vida está más deseoso, que nosotros mismos, de que encontremos la felicidad en este mundo. Esta búsqueda se llama DISCERNIMIENTO, es decir, distinguir una cosa de otra señalando sus diferencias. Es una gran aventura hacia el interior de nosotros mismos junto con el Espíritu Santo y también prestando atención en nuestros sentimientos. El hombre no es solamente inteligencia e ideas, es también vida, pasión, amor. Conocer la voluntad de Dios no es tan difícil, cuando conocemos a Dios, sus caminos deseados para nosotros, pero conocernos a nosotros mismos y aceptarnos con amor, eso sí es lo difícil. La Sagrada Escritura es también la gran aventura de los hombres que buscan encontrar a Dios y su voluntad. La historia de tales personajes hombres y mujeres, está llena de búsqueda apasionada, como es la de Moisés y los Profetas o de mujeres maravillosas como Rut o Esther. El pueblo de Israel fue aprendiendo a discernir entre los verdaderos y falsos profetas, entre la Palabra de Dios y la mentira humana, entre la vida y la muerte, hasta que Israel encontró la Tierra Prometida y descubrió que no era un lugar, sino una persona: ¡El Señor Jesucristo! Jesús es el camino, la verdad y la vida, es el verdadero maestro de todo discernimiento. Nos mostró el camino de la felicidad no sólo con sus palabras sino con su manera de vivir. Jesús estuvo totalmente abierto a la voluntad de su Padre, que siempre buscó y encontró. Cuando uno está dispuesto, el discernimiento no es complicado ni angustioso, o exclusivo de las personas muy espirituales que logran alcanzar las alturas de la contemplación. El discernimiento brota de la vida y la vida es sencilla y alegre, es como quien dice es un poner luces y sombras en que al final siempre gana la Luz. Como el discernimiento es algo espiritual, siempre necesitaremos estar en comunión con Dios, en gracia para que fluya primero el amor y no nuestro egoísmo, es decir buscar siempre hacer la Voluntad de nuestro Padre Dios y no nuestra propia voluntad que nos quedaríamos muy cortos. Para poder llevarlo a cabo algunas personas de la biblia nos pueden ayudar: 1. Salomón (1Re, 3ss): Gracias a que le pide a Dios tener “un corazón que sepa escuchar”, Dios le da la sabiduría necesaria para gobernar bien a su pueblo. Salomón supo escuchar lo que los demás sentían, comprendía la situación y actuó con rectitud. A veces hemos recibido tantas ideas de las demás personas sobre nuestra vocación: “tú quéee quieres ser sacerdote así como tú eres???”… etc. Las ideas nos pueden engañar Para encontrar la verdad no hay que fijarnos tanto en lo que pensamos o en lo que decimos, también hay que saber lo que realmente sentimos. Para no ser engañados por las ideas de otros hay que también escuchar los que de veras sentimos en la vida. 2. Amós (Am 5,7 ss): Este profeta era pobre y lograba percibir la realidad de su pueblo Israel en la que sólo algunas personas se enriquecían y cuando descubrió la voz de Dios, en vez de quedarse callado como los demás, comenzó a salir a los otros poblados para platicar con la gente acerca del mensaje de Dios. En ese mismo tiempo había un sacerdote del templo que decía lo contrario pero con grandes consecuencias negativas para el pueblo, pues sólo veía lo que le convenía. Para poder ESCUCHAR la voz de Dios, primero hay que VER BIEN. Dios habla en la vida misma, en la realidad. Cuando sólo se ve su propia realidad se le puede estar cerrando la puerta a Dios. Hay que ver más allá de lo mío. 3. Elías (1 Re 17, 1-19): Fue uno de los más grandes profetas en la Biblia y de él podemos sacar algunas reglas para hacer el discernimiento espiritual. Cuando andas mal, el Espíritu de Dios te hará sentir INTRANQUILO, incómodo, porque la conciencia actuará porque Dios habla en ella. Cuando andas bien (buscando sinceramente la voluntad de Dios) el Espíritu de Dios te dará ÁNIMO, FUERZA Y PAZ. (Cuidado con los propios pensamientos que nos hacen retroceder cuando no le creemos a Dios) Cuando te sientas DESANIMADO: No hagas ningún cambio fuerte en tu vida; sigue firme en tus propósitos (aunque te cueste) y piensa en que pronto el Espíritu te dará el ánimo para seguir adelante. Date cuenta que también habrá fuerzas negativas que te invadirán con tristeza y que te darán ganas de dejarlo todo (incluyendo tu propia vida) Cuando te sientas MUY ANIMADO: no hagas ningún compromiso fuerte en tu vida, espera hasta que estés EN PAZ para tomar tu decisión porque si no tomas una buena decisión dejarás todo al llegar el desánimo. NO GUARDES EN SECRETO tus grandes ánimos y desánimos, platícaselos a quienes te conocen y te quieren. Sus consejos te ayudarán a hallar la voluntad de Dios. Si no lo haces te puedes engañar a ti mismo y fácilmente puedes destruir tu vida y la vida de otros. Ojo con tus puntos flacos, de ahí sobre todo vienen tus desánimos y difícilmente harás la voluntad de Dios. La fuerza del pecado nos desanima; al fijarnos sólo en nuestras debilidades y errores decimos “yo no estoy bien”, “yo no puedo”, “yo no sirvo para nada” y no crecemos nada. La fuerza del Espíritu nos anima, al fijarnos en el Dios en quien creemos y de lo mucho que nos ama decimos: “yo estoy bien en Cristo”, “yo puedo en Cristo”, “yo puedo servir como Cristo” y crecemos juntos con el Espíritu. POR LO TANTO NECESITAMOS: ORAR – VER – ESCUCHAR – COMPRENDER – DISCERNIR – ACTUAR TAREA: En oración, practica algún discernimiento de alguna decisión por sencilla que sea para ir practicando aún más el discernimiento y encontrar la Voluntad de nuestro Padre Dios.