No se protegen adecuadamente los derechos económicos, sociales

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No se protegen adecuadamente los derechos económicos,
sociales y culturales
Manifestación por una vivienda digna en la plaza de Cibeles de Madrid. © Aldea Social, 2010
El acceso a una vivienda digna o el derecho a la salud no son meras prestaciones sociales, son
derechos humanos
Madrid.- En España existe un déficit en la protección jurídica de los derechos económicos, sociales y
culturales (DESC). Tanto las leyes como las actuaciones de las autoridades administrativas y judiciales,
reflejan que estos derechos son tratados como meras prestaciones sociales, lo que se traduce en graves
impactos en las vidas de las personas. Especialmente en los 9 millones de personas que viven en la
pobreza, en las cerca de 200.000 personas que no tienen cobertura sanitaria pública porque ya no
reciben ningún tipo de subsidio de desempleo o porque no han trabajado nunca, o en las miles de
personas que pueden ser desalojadas forzosamente de sus casas. Sólo en Cañada Real (Madrid), entre
25.000 y 40.000 personas, según las fuentes, podrían ser desalojadas sin ningún tipo de garantías.
La indefensión se produce en el plano más básico como es el acceso a la información y se agrava cuando
se limita seriamente la posibilidad de que si estos derechos son vulnerados puedan ser reclamados ante
la justicia y se pueda obtener reparación. Esta es una de las principales conclusiones del
informe Derechos a la intemperie. Dificultades para hacer valer los derechos económicos, sociales
y culturales en España, que Amnistía Internacional ha presentado hoy.
“Estamos hablando del derecho a una vivienda digna y del derecho a la salud, entre otros. Estos no son
derechos inferiores a otros derechos humanos. Sin embargo su fuerza legal se ve reducida cuando son
regulados con menores garantías y mecanismos para reclamarlos. No proteger estos derechos produce
verdaderos dramas humanos”, destacó Esteban Beltrán, director de Amnistía Internacional España.
El hecho de no disfrutar del derecho a una vivienda adecuada o no tener acceso a la atención en salud,
puede minar además otros derechos, incluso la vida. Exigirlos ante las administraciones y acceder a la
justicia cuando son vulnerados son experiencias que para millones de personas enEspaña son
completamente ajenas a su realidad
España ha ratificado entre otros, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
lo que conlleva el deber de respetarlos, protegerlos y hacer que sean realidad para todas las personas.
“Ante el potencial incumplimiento de estas obligaciones las personas deben estar protegidas. Las
autoridades deben instaurar mecanismos claros de rendición de cuentas, que incluyan recursos efectivos,
acceso a la justicia y tutela efectiva. La indefensión y los obstáculos legales o en la práctica para exigir
estos derechos producen y agravan la pobreza. Esta desprotección nos hace a todas las personas mucho
más vulnerables”, señaló Esteban Beltrán.
Derecho a una vivienda adecuada
Diferentes organismos internacionales llevan años alertando a España sobre la situación de la vivienda.
En 2004, el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales alertaba de la situación de las
personas sin hogar, y de las personas afectadas por los desalojos forzosos.
“Miles de personas son desalojadas forzosamente de sus viviendas o están en riesgo inminente de serlo
sin que se les informe previamente, sin permitirles participar en decisiones que afectan a su vida y sin
ofrecerles alojamientos alternativos. Estas personas, además de quedarse sin hogar, sin duda, verán
como sus condiciones de vida empeoran”, manifestó Esteban Beltrán.
Amnistía Internacional recuerda que los desalojos forzosos, que se realizan sin protección legal y sin otras
garantías, están prohibidos por el derecho internacional y son considerados como graves violaciones de
derechos humanos.
En 2008, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre una vivienda adecuada llamó la atención
aEspaña sobre la necesidad de adoptar una política nacional de vivienda basada en los derechos
humanos y en la protección de los grupos más vulnerables, de evaluar los efectos de los desalojos
forzosos sobre las personas y garantizar la posibilidad de invocar ante los tribunales el derecho a una
vivienda adecuada.
Se ocupó también de la relación entre este derecho y la violencia contra las mujeres, al ser ellas las que
para ponerse a salvo de sus agresores habitualmente abandonan sus viviendas. Para el relator, la falta de
acceso a la vivienda en España puede afectar las posibilidades de estas mujeres para salir de la
violencia.
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