© Nile Sprague CAMBOYA: ¿DESARROLLO URBANÍSTICO O REASENTAMIENTO DE VIVIENDAS PRECARIAS? LA VIVIENDA ES UN DERECHO HUMANO © Licadho CON LA EXCUSA DEL DESARROLLO URBANÍSTICO, LAS AUTORIDADES CAMBOYANAS HAN DESARRAIGADO POR LA FUERZA A MILES DE PERSONAS DE SUS CASAS EN LA CAPITAL, PHNOM PENH, Y LAS HAN REASENTADO FUERA DE LA CIUDAD, EN CONDICIONES MUCHO PEORES Y FUERA DE LA VISTA DE LA OPINIÓN PÚBLICA. LA MAYORÍA DE LAS FAMILIAS VIVÍA EN VIVIENDAS RUDIMENTARIAS EN COMUNIDADES INFORMALES, A MENUDO CON SERVICIOS SANITARIOS, SUMINISTRO DE AGUA E INFRAESTRUCTURAS PROVISIONALES. AHORA VIVEN EN ASENTAMIENTOS PRECARIOS CON MUCHAS MÁS CARENCIAS Y CON MENOS ACCESO AÚN A SERVICIOS BÁSICOS Y EMPLEOS. DE SUS CASAS EN SAMBOK CHAB… A mediados de 2006 las autoridades acordonaron Sambok Chab, un asentamiento informal establecido a principios de la década de 1990 en el centro de Phnom Penh, a orillas del río Bassac. Cientos de miembros de las fuerzas de seguridad y de trabajadores encargados de la demolición desalojaron a la fuerza a las 1.500 familias que vivían ahí. Antes del desalojo, el alcalde de Phnom Penh, Kep Chuktema, declaró a los periodistas que Sambok Chab “contamina la belleza de nuestra ciudad” y no expresó preocupación alguna por las repercusiones de desarraigar por la fuerza a miles de personas de sus hogares. La zona iba a ser reurbanizada por una empresa inmobiliaria. Las autoridades afirmaron que la empresa había obtenido la titularidad legal de las tierras y necesitaba usarlas. Ni la empresa ni las autoridades hicieron público este presunto título legal ni lo revelaron a los residentes afectados en ningún momento antes de los desalojos. El plan de reurbanización tampoco se hizo público. Casi tres años después, la tierra sigue sin ser utilizada en su mayor parte. Algunas personas que tenían casas en propiedad en Sambok Chab recibieron otra vivienda en un lugar llamado Trapeang Anhchanh, situado en las afueras de Phnom Penh. Sin embargo, la inmensa mayoría de los residentes de Sambok Chab se quedaron sin hogar, incluidos quienes tenían viviendas alquiladas. El 6 de junio de 2006, las excavadoras y los bulldozers arrasaron Sambok Chab. Las autoridades y la empresa inmobiliaria proporcionaron camiones para llevar a las consternadas víctimas a New Andong, a unos 20 kilómetros de distancia. Cuando las personas desalojadas llegaron a New Andong se encontraron con un terreno anegado y sin alojamientos, alcantarillado, suministro de agua potable, electricidad, carretera de acceso, escuelas, consultorios médicos ni mercados. New Andong está lejos de la ciudad, donde los antiguos habitantes de Sambok Chab se ganaban la vida, muchos de ellos como vendedores ambulantes o jornaleros o rebuscando en la basura. Como consecuencia del desalojo, la mayoría de las familias han perdido su medio de vida, pues el trayecto hasta Phnom Penh, dada la inexistencia de un sistema de transporte público, cuesta más de lo que la mayoría de puede ganar en un día de trabajo. Usando desechos procedentes del lugar de donde los habían desalojado y lonas facilitadas por organizaciones de la sociedad civil, las familias levantaron refugios improvisados en el terreno, proclive a las inundaciones. A pesar de las dificultades para encontrar trabajo, cientos de familias no han tenido más remedio que quedarse en New Andong. Algunas sobreviven trabajando como jornaleros en el campo y en las obras de … A UN TERRENO VACÍO LLAMADO NEW ANDONG LA VIVIENDA ES UN DERECHO HUMANO Amnistía Internacional, mayo de 2009 Un desalojo forzoso consiste en hacer salir contra su voluntad a personas de los hogares o las tierras que ocupan sin ofrecerles protección legal y otras salvaguardias. No todo desalojo llevado a cabo por la fuerza es un desalojo forzoso: con las salvaguardias adecuadas, un desalojo legal en el que se hace uso de la fuerza no viola la prohibición de llevar a cabo desalojos forzosos. Índice: ASA 23/002/2009 “La situación en aquel momento estaba fuera de control, así que me limité a hacer lo que me dijeron. Me dijeron que me encontrarían un empleo y que me darían tierras. Que construirían fábricas, hospitales, escuelas y más. Pero cuando llegué, todo estaba vacío. La tierra estaba inundada y me sentí desesperada.” Declaraciones a Amnistía Internacional de una joven madre desalojada construcción de las proximidades. Otras envían a algunos miembros a trabajar y vivir en la ciudad, mientras el resto permanece en New Andong para cuidar de los niños. Las organizaciones no gubernamentales que apoyan a los residentes del pueblo de New Andong han informado de problemas de salud generalizados, especialmente entre los niños. La incidencia de enfermedades de la piel, diarrea, dengue y desnutrición es elevada. Durante el primer año, por lo menos tres niños murieron de dengue y uno de desnutrición, según un médico que visita periódicamente la comunidad. Casi tres años después, New Andong sigue siendo una zona que sufre de graves carencias. AÚN EN PELIGRO DE DESALOJO Los residentes de New Andong todavía no han recibido ninguna documentación oficial que les garantice la seguridad de tenencia, algo que, según dicen, les prometieron antes de ser trasladados. El precio de la tierra en Phnom Penh y en sus alrededores sigue subiendo, por lo que temen que sin esa documentación podrían ser desalojados por la fuerza una vez más. Algunas personas no han tenido otra elección más que dejar New Andong por falta de comida, de trabajo o de atención médica. Entre ellas figuran quienes viven con el VIH; su necesidad de acceder periódicamente a los servicios médicos convierte New Andong en una opción imposible. Los vendedores ambulantes cuyos proveedores se mudaron de New Andong y que no encontraron un empleo alternativo también tuvieron que dejar el lugar de reasentamiento para conservar sus trabajos. Muchas de estas familias viven ahora apiñadas bajo plásticos en las calles de Phnom Penh, cerca de su antiguo barrio. Estas personas también corren el riesgo de ser desalojadas. Muchos miles de familias camboyanas han sufrido experiencias similares de desalojo forzoso sin tener acceso al debido proceso ni a una reparación, incluidas una indemnización imparcial y justa y la restitución a su situación anterior. Entre ellas figuran las comunidades que vivían en Phnom Penh en los terrenos del hospital Preah Monivong, en la calle 202, en Chong Chrouy y, más recientemente –en enero de 2009–, en Dey Kraham. Izquierda: New Andong, junio de 2006. Portada: Inquilinos de la comunidad de Sambok Chap protestan contra la decisión de desalojarlos y dejarlos sin hogar, junio de 2006. Como consecuencia de la situación de máxima miseria en la que viven, algunas de estas familias no han podido construir viviendas adecuadas en los lugares donde las han reasentado y viven en estructuras improvisadas. A principios de 2008, las autoridades locales comunicaron a algunas de estas familias que no habían utilizado adecuadamente el terreno que se les había asignado, por lo que iban a ser desalojadas. Para otras comunidades pobres urbanas de Phnom Penh que corren el riesgo de ser desalojadas, como las de Boeung Kak, Group 78 y Rik Rikreay, las alternativas que ofrecen las autoridades son inaceptables: la indemnización es insuficiente para obtener una vivienda alternativa comparable, y las condiciones en los lugares de reasentamiento que se les ofrecen están lejos de ser adecuadas. Las infraestructuras son precarias; carecen de servicios básicos como el agua potable; el acceso a oportunidades de LA VIVIENDA ES UN DERECHO HUMANO Índice: ASA 23/002/2009 Amnistía Internacional, mayo de 2009 © Amnistía Internacional ACCIÓN Amnistía Internacional pide a las autoridades camboyanas que: Pongan fin a todos los desalojos forzosos. empleo es sumamente limitado y no se da ninguna seguridad de tenencia formal a quienes acceden a trasladarse. Más de 20.000 personas que residen en torno al lago Boeung Kak de Phnom Penh podrían ser desalojadas debido a un proyecto de Garanticen que todas las personas que hayan sido víctimas de desalojos forzosos reciben un remedio efectivo, incluido el acceso a la justicia y una indemnización adecuada. Garanticen que las personas que viven en zonas desfavorecidas y asentamientos informales tienen igualdad de acceso a los servicios públicos y pueden participar en el desarrollo y la puesta en práctica de soluciones para garantizar una vivienda adecuada. Garanticen que todas las personas que puedan verse afectadas por proyectos de urbanización gocen de todas las protecciones legales a las que tienen derecho en aplicación de las normas internacionales: notificación adecuada, consulta, debido proceso y garantías de alojamiento alternativo adecuado. urbanización. SIN VOZ Las 1.500 familias de Sambok Chab, así como las muchas miles de familias más que han sido desalojadas forzosamente o podrían serlo, están excluidas de los procesos y decisiones que afectan a sus vidas. Nadie las ha consultado de forma significativa sobre posibles medidas para mejorar sus comunidades o sobre sus necesidades en caso de que sea necesario el reasentamiento. Como consecuencia, estas comunidades son más marginadas, lo que desemboca en una mayor privación. Las apropiaciones de tierras y los proyectos comerciales de urbanización amenazan a varios asentamientos informales de Camboya, por lo que es vital que se oiga la voz de quienes viven en estas comunidades. INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA El número de conflictos sobre tierras, confiscaciones de tierras y desalojos, incluidos desalojos forzosos, de los que se tiene información en Camboya viene aumentando sin cesar en los últimos años. Las víctimas son casi exclusivamente familias y personas marginadas que viven en la pobreza. Como Estado Parte en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) y de otros tratados internacionales de derechos humanos que prohíben los desalojos forzosos y las violaciones de derechos humanos relacionadas, Camboya tiene la obligación de respetar, proteger y hacer cumplir los derechos humanos previstos en dichos tratados, incluido el derecho a un nivel de vida adecuado y, concretamente, el derecho a una vivienda adecuada (artículo 11 del PIDESC). En relación con el derecho a la vivienda, Camboya tiene el deber no sólo de poner fin a los desalojos forzosos, también de proteger a las personas de estos desalojos. Sólo en 2008, Amnistía Internacional recibió informes sobre 27 desalojos forzosos que afectaron a unas 23.000 personas. Se registraron otros 22 desalojos, pero la escasez de detalles hizo imposible saber si se llevaron a cabo con las debidas garantías o no. Muchos desalojos forzosos en zonas rurales no se denuncian. Amnistía Internacional, junto con varios grupos de la sociedad civil camboyana, calculaba a principios de 2008 que por lo menos 150.000 personas podían ser víctimas de desalojo forzoso en Camboya, más de un tercio de ellas en Phnom Penh. Las autoridades niegan que se hayan realizado desalojos forzosos. WWW.DEMANDDIGNITY.AMNESTY.ORG LA VIVIENDA ES UN DERECHO HUMANO Amnistía Internacional es un movimiento global integrado por 2,2 millones de personas de más de 150 países y territorios que trabajan para poner fin a abusos graves de los derechos humanos. Mayo de 2009 Índice: ASA 23/002/2009 La visión de Amnistía Internacional es la de un mundo en el que todas las personas disfrutan de todos los derechos humanos proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otras normas internacionales de derechos humanos. Amnistía Internacional Secretariado Internacional Peter Benenson House 1 Easton Street London WC1X 0DW Reino Unido www.amnesty.org Amnistía Internacional es independiente de todo gobierno, ideología política, interés económico y credo religioso. La financiación del movimiento se sustenta, en gran medida, en la generosidad de aquellas personas que contribuyen en todo el mundo con sus cuotas de afiliación o sus donaciones.