14-04 Investigaciones

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GPP Mexicana / Reliable de México / Juama / Kodak Mexicana*
Expediente
RA-81-2002
México, Distrito Federal, a quince de agosto de dos mil dos.- Visto el recurso de reconsideración interpuesto por el representante legal de la empresa Juama, S.A. de C.V., el catorce de junio de dos mil dos,
registrado bajo el número de expediente al rubro indicado, en contra de la resolución dictada en el expediente número DE-57-2000. Con fundamento en lo dispuesto por los artículos 1º, 2º, 3º, 23, 24, fracciones III y IX, 25 y 39 de la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE), 1º, 3º, 52 y 53 de su
Reglamento (RLFCE), así como 1º, 8º, fracciones I y III, 13, 14, fracciones VIII y XII, y 15 del Reglamento Interior de la Comisión Federal de Competencia, en la sesión celebrada con esta misma fecha, el
Pleno de la Comisión Federal de Competencia (CFC o Comisión) resolvió de acuerdo con los antecedentes, consideraciones de derecho y resolutivos que a continuación se expresan.
ANTECEDENTES
Primero. El treinta y uno de octubre de dos mil, el representante legal de la empresa Reliable de México,
S.A. de C.V., (Reliable) presentó escrito de denuncia en contra de GPP Mexicana, S.A. de C.V. (GPP),
Juama, S.A. de C.V. (Juama) y Kodak Mexicana, S.A. de C.V. (Kodak), por la presunta comisión de
prácticas monopólicas sancionadas por la LFCE, consistentes en el establecimiento, concertación o coordinación de posturas o abstención en licitaciones públicas convocadas por el sector salud para la adquisición de material radiográfico, asignándole el número de expediente DE-57-2000.
Segundo. El diecisiete de abril de dos mil dos, el Pleno de esta Comisión dictó resolución que puso fin
para Juama y GPP al procedimiento a que se refiere el numeral primero cuyos puntos resolutivos a
continuación se transcriben:
Primero. Juama, S.A. de C.V. y GPP Mexicana, S.A. de C.V., son responsables de la comisión de
la práctica monopólica violatoria de la fracción IV del artículo 9° de la Ley Federal de Competencia Económica, consistente en los contratos, convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo objeto o efecto sea establecer, concertar o coordinar posturas o la abstención en las licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas
convocadas por las instituciones del sector salud para la adquisición de material radiográfico.
Segundo. Se ordena a Juama, S.A. de C.V. y GPP Mexicana, S.A. de C.V., suprimir la práctica
monopólica violatoria del artículo 9º, fracción IV, de la LFCE, consistente en los contratos,
convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo
objeto o efecto sea establecer, concertar o coordinar posturas o la abstención en las
licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas convocadas por las instituciones del
sector salud para la adquisición de material radiográfico.
Tercero. Se impone en lo individual a Juama, S.A. de C.V. y a GPP Mexicana, S.A. de C.V.,
como sanción por haber incurrido en la realización de la práctica monopólica absoluta a la
que se refiere el resolutivo anterior, una multa equivalente a $5,479,500.00 (cinco millones
cuatrocientos setenta y nueve mil quinientos pesos 00/100 M/N), en términos de la séptima
consideración de derecho de la presente resolución.
Cuarto. Notifíquese personalmente. (...)
*
Recurso de
reconsideración
presentado
contra la
resolución del
expediente
DE-57-2000.
450
Tercero. El catorce de junio de dos mil dos, el representante legal de Juama, interpuso recurso de
reconsideración en contra de la resolución a que se refiere el numeral anterior.
Cuarto. Mediante acuerdo de diecisiete de junio del año en curso, el Presidente de esta Comisión admitió
a trámite el recurso a que se refiere el numeral anterior.
Quinto. En el mismo acuerdo, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 53 del RLFCE, se dio vista a
la denunciante para que manifestara lo que a su derecho convenía, la cual no fue desahogada por Reliable.
CONSIDERACIONES DE DERECHO
Primera. El Pleno de la Comisión, con fundamento en los artículos citados en el proemio de esta
resolución, es autoridad competente para resolver los recursos de reconsideración interpuestos ante
esta autoridad.
Segunda. En su primer concepto de agravio alega la recurrente que la resolución combatida viola en su
perjuicio el artículo 24, fracción III, de la LFCE, ya que esta Comisión es incompetente para sancionar
aspectos contemplados en la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público (Ley
de Adquisiciones), la Ley de Profesiones y su libre ejercicio (Ley de Profesiones), así como aquellos
relativos a la libertad de asociación. Al respecto, señala una incongruencia por parte de esta autoridad,
que consiste por un lado, en que esta Comisión afirma que no se ha pronunciado sobre las materias a que
se refiere Juama y por otro, que la contratación de servicios profesionales del XXX por parte de Juama y
GPP; el hecho de que el accionista de Juama y el representante legal de GPP hayan sido o sean parte del
consejo directivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Material Radiológico, A.C. (Anfamar); así
como un acuerdo colusivo pudiese haberse creado a través de tal asociación, hacen presumir que existen
indicios suficientes para sostener que la coincidencia en las ofertas de las licitaciones referidas en la
resolución combatida. De tal forma, Juama considera que esta Comisión pone en riesgo las garantías de
libre asociación y libre ejercicio profesional.
De ahí que la recurrente estime que las consideraciones referidas contenidas en la resolución que combate le causen agravio al ser presunciones utilizadas para invocar la violación de la fracción IV del artículo
9º de la LFCE e imponerle una sanción.
Resulta infundado este agravio, toda vez que las consideraciones a que hace alusión Juama no son los
únicos elementos por los cuales se acredita la comisión de la práctica monopólica absoluta contemplada
en el precepto indicado. En efecto, en la resolución emitida en el procedimiento DE-57-2000 se comprueba que en veintiséis licitaciones para la adquisición de material radiográfico convocadas por diversas instituciones de salud, las emplazadas ofertaron precios iguales por lo menos con una de las otras dos
empresas emplazadas, sin que tal situación pudiese justificarse, por lo cual se advierte una violación de
la fracción IV del artículo 9º de la LFCE, el cual establece que son prácticas monopólicas absolutas los
contratos, convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo
objeto o efecto sea establecer, concertar o coordinar posturas o la abstención en las licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas. Es importante hacer hincapié en que los acuerdos de voluntades a
que se refiere el artículo en comento, no necesitan constar por escrito o estar atestiguados por alguien,
pues es de explorado derecho que para que existan únicamente se requiere el consentimiento y el objeto
materia del contrato.1 En este sentido, los acuerdos de voluntades pueden ser verbales e incluso inferidos
desde acciones paralelas que hacen suponer que hubo un convenio, lo que en el caso concreto se derivó
de la coincidencia en las propuestas económicas que fueron señaladas en la resolución impugnada, en la
contratación de un mismo abogado y en la participación de personas relacionadas con Juama y GPP en
una misma asociación.
Ahora bien, las consideraciones que hacen referencia a la prestación de servicios profesionales por un
mismo individuo a Juama y GPP, así como la participación de los XXX y XXX en la Anfamar constituyen presunciones que refuerzan la existencia de un acuerdo de voluntades entre tales empresas por lo que
respecta a su participación en las licitaciones para la adquisición de material radiográfico, lo cual está
plenamente reconocido en los artículos 93, fracción VIII, y 218 del Código Federal de Procedimientos
Civiles (CFPC), de aplicación supletoria en la materia. En efecto, el primero de tales preceptos reconoce
como medio de prueba a las presunciones y el segundo le otorga al tribunal la facultad de darles, a las
denominadas humanas, el valor probatorio que a su prudente arbitrio convenga.
1
Artículo 1794 del Código Civil Federal.
451
No pasa desapercibido para esta autoridad el hecho de que la contratación profesional de XXX por
Juama y GPP y la vinculación de los XXX y XXX con la Anfamar, son hechos que han logrado reafirmar
la acreditación a cargo de las emplazadas de la comisión de la práctica monopólica absoluta imputada,
porque constituyen elementos adicionales que hacen presumir el acuerdo de voluntades previsto en el
artículo 9º, fracción IV, de la LFCE y que al analizarlos en forma conjunta corroboran y respaldan la
actualización de la violación de tal precepto. Sustentan lo anterior las tesis jurisprudenciales cuyos rubros
se señalan a continuación:
CONFESIÓN FICTA. NO CONSTITUYE PRESUNCIÓN LEGAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO. Novena época. Instancia: Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Segundo Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, tomo XII,
agosto de 2000, tesis II.3o.C.14 C, página 1184. Amparo directo 563/99. Luis Manuel
Hernández Ortiz. 3 de mayo de 2000. Unanimidad de votos. Ponente: Ana María Serrano
Oseguera de Torres, Secretario: José Antonio Franco Vera.
NACIONALIZACIÓN, PRESUNCIÓN EN LOS JUICIOS DE. Quinta época. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación, tomo L, página 174. Amparo civil
directo 6278/34. Ortiz Morfín Jesús. 12 de noviembre de 1938. Mayoría de tres votos. El
Ministro Abenamar Eboli Paniagua, no intervino en este negocio, por las razones que constan en el acta del día. Disidente: Alfonso Pérez Gasga. La publicación no menciona el nombre del ponente.
PRUEBA PRESUNTIVA, LA SUPREMA CORTE NO PUEDE SUBSTITUIRSE AL CRITERIO DEL JUEZ. Quinta época. Instancia: Tercera Sala. Fuente: Semanario Judicial de la
Federación, tomo CXX, página 279. Amparo civil directo 795/54. Legorreta vda. de Labardini
Carmen. 19 de abril de 1954. Unanimidad de cinco votos. Relator: José Castro Estrada.
ACTO RECLAMADO, CARGA DE LA PRUEBA DE SUS FUNDAMENTOS Y MOTIVOS.
Sexta época. Instancia: Segunda Sala. Fuente: Semanario Judicial de la Federación, tomo
tercera parte, LII, página 9. Amparo en revisión 7066/60. Aceros Comerciales y Construcciones, S.A., 19 de octubre de 1961. Cinco votos. Ponente: Felipe Tena Ramírez.
De lo anterior que resulte infundado el agravio de Juama, pues esta Comisión no se pronunció sobre
materias para las cuales carece de competencia, sino que se apegó a las que le otorga la LFCE, con lo cual
tampoco violentó el artículo 35 de la LFCE como lo asegura la recurrente.
Por otro lado, la recurrente estima que se viola el artículo 1º del RLFCE con relación al artículo 334 del
CFPC, al abstenerse de emitir la correspondiente declaratoria de incompetencia para conocer de la Ley
de Adquisiciones y de la Ley de Profesiones, declaratoria que estima es de previo y especial pronunciamiento. Es infundado este argumento, toda vez que como ha quedado asentado esta Comisión no ha
invadido las esferas competenciales a que se refiere la recurrente, por lo cual no se le causa perjuicio
alguno.
En otro punto, Juama afirma que esta Comisión en su carácter de denunciante y juzgadora viola el
artículo 17 constitucional dejándola en total estado de indefensión. Resulta infundado este agravio ya
que esta CFC no tiene el carácter de denunciante, pues como se establece en el antecedente primero de
esta resolución, el procedimiento del cual deriva la resolución recurrida se inició por una denuncia presentada por Reliable. Adicionalmente, es importante destacar que esta autoridad tiene a su cargo la facultad para prevenir, investigar y combatir las prácticas monopólicas y que es imposible que se haga justicia
por sí misma, por la propia naturaleza de su actuación.
Juama estima que le causa agravio la resolución al violar el artículo 190, fracción II, del CFPC con
relación al artículo 1º del RLFCE, ya que afirma que se emitió basándose exclusivamente en presuncio452
nes e indicios de hechos no comprobados, sin haberse acreditado el acuerdo de voluntades a que se
refiere la fracción IV del artículo 9º de la LFCE. Es infundado este agravio, toda vez que en la resolución
recurrida se identifican las múltiples licitaciones públicas para la adquisición de material radiológico, en
las cuales se advierte la coincidencia de posturas u ofertas económicas por parte de Juama y GPP. Es de
reiterar la validez jurídica que tienen las presunciones humanas, reconocidas en los artículos 190, 191 y
218 del CFPC, en la emisión de las resoluciones de esta autoridad y la forma en que pueden realizarse los
acuerdos a que se refieren las prácticas monopólicas absolutas sancionadas por la LFCE.
Por todo lo anterior que resulte infundado el agravio analizado.
Tercera. En su segundo agravio argumenta la recurrente que la resolución combatida, específicamente en
su foja 24 le causa perjuicio, al considerar que las pruebas que ofreció no acreditaron los hechos para los
cuales fueron ofrecidas, con lo cual no se desvirtuó la imputación hecha en el oficio de presunta responsabilidad. Con relación a ello menciona que esta Comisión omite señalar a qué pruebas se refiere y si
éstas son confrontadas unas contra otras, de donde afirma que se parte de presunciones e indicios valorados subjetivamente.
Es infundado este concepto de agravio, ya que en la resolución recurrida se especificó qué pruebas se admitieron de las ofrecidas por Juama y se valoraron conforme a derecho, tal como a continuación se refiere:
(...) A fin de acreditar que Juama cumple con los requisitos que establece la LFCE y su
Reglamento y que apega su actuación a tal normatividad, tal agente económico ofreció la
documental pública consistente en copia certificada del oficio número 311.6000.00-4280 de
veinticinco de agosto de dos mil, emitido por el Director General de la Dirección General de
Industrias de la entonces Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, la cual tiene el valor
probatorio que le otorgan los artículos 197 y 202 del Código Federal de Procedimientos
Civiles (CFPC) y de la cual se deriva que el titular de la mencionada Dirección informó que
las placas de película radiográfica ofertadas por Juama en las licitaciones públicas nacionales convocadas por el sector salud cumplen con el grado de integración nacional que determina la normatividad aplicable. En adición a tal probanza, la responsable ofreció las documentales públicas consistentes en copia certificada de las constancias de verificación de
producción en México y del grado de integración nacional de productos auxiliares para la
salud, emitidas por Normex a Juama correspondientes a los años de mil novecientos noventa
y siete, mil novecientos noventa y ocho, mil novecientos noventa y nueve y dos mil, las cuales
tienen el valor probatorio que les otorgan los artículos 197 y 202 del CFPC y de las cuales se
derivan los resultados que se obtuvieron durante los períodos aludidos respecto a las visitas
de verificación que realiza Normex, cuestiones que no forman parte de las prácticas
monopólicas materia del procedimiento que se analiza. Ahora bien, con la finalidad de acreditar que Juama se apegó a los precios tope fijados por el IMSS sin manipulación ni
concertación de precios en las licitaciones en las que participó, el referido agente económico
ofreció como prueba la copia obtenida de la página de Internet del IMSS, la cual tiene el
valor probatorio que le otorgan los artículos 197 y 217 del CFPC y de la que se aprecia que
en esa página se publicó un cuadro comparativo de precios de diversos productos, en el que
aparecen las claves que los identifican, la referencia a las delegaciones del IMSS donde se
reportaron los precios más altos y más bajos, así como la diferencia entre estos últimos y los
precios de referencia. Por último, Juama ofreció a fin de acreditar que no ha concertado o
coordinado posturas o la abstención en licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas, ni establecido los mismos precios máximos o mínimos para un bien o servicio, ni que se
ha adherido a los precios de venta o compra que emita una asociación o cámara empresarial
o cualquier otro competidor, la prueba consistente en copia simple de la escritura del contrato constitutivo de la Anfamar, la cual tiene el valor probatorio que se establece en los artículos 107 y 217 del CFPC y de la cual se derivan el domicilio, la duración, el objeto, la nacionalidad, el órgano supremo, las votaciones, la administración y otros términos de la referida
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persona moral, por lo cual se concluye que las pruebas que fueron ofrecidas por Juama no
acreditaron los hechos para los cuales fueron ofrecidas con lo que no se desvirtuó la imputación que le fue hecha mediante el oficio de presunta responsabilidad emitido en el expediente
DE-57-2000 (...).
Ahora bien, en la misma tesitura, Juama argumenta que la resolución le perjudica toda vez que omite la
referencia a la prueba confesional ofrecida de su parte a cargo del C. XXX y desechada por esta Comisión. Al efecto argumenta que es insuficiente la forma en la cual fue desechada la probanza en comento,
toda vez que se relacionó con todos y cada uno de los hechos de la denuncia y con el décimo tercer
antecedente del oficio de presunta responsabilidad y tenía por objeto acreditar que la actuación de Juama
estaba adecuada a la ley. En tal sentido, la recurrente estima que para desechar la mencionada confesional
debió mediar un procedimiento seguido en forma de juicio y que al no haber sido así se violaron en su
perjuicio los artículos 14 constitucional, 1º, 79, 87, 94 y 102 del CFPC, 31 de la LFCE, así como 34 y 36
de su Reglamento.
Lo anterior es infundado ya que con fundamento en el artículo 34 del RLFCE, esta autoridad cuenta con
las facultades para admitir o desechar las pruebas que son ofrecidas por los agentes económicos emplazados en un procedimiento iniciado por denuncia, después de que éstos han realizado su contestación al
oficio de presunta responsabilidad. Las pruebas que son susceptibles de desecharse son las que no se
ofrecen conforme a derecho, no tienen relación con el fondo del asunto, son improcedentes o innecesarias. En el caso concreto, Juama ofreció como prueba la confesional personalísima a cargo del C. XXX,
con el fin de acreditar la presentación en diversas ocasiones a concurso por parte de Reliable para suministrar el material radiológico a distintas instituciones públicas, cuestión que no guarda relación con la
materia del procedimiento administrativo que constituye la violación del artículo 9°, fracción IV, de la
LFCE consistente en los contratos, convenios, arreglos o combinaciones entre agentes económicos competidores entre sí, cuyo objeto o efecto sea establecer, concertar o coordinar posturas o la abstención en
las licitaciones, concursos, subastas o almonedas públicas convocadas por las instituciones del sector
salud para la adquisición de material radiográfico por parte de Juama y GPP, pues no se puede acreditar
o desvirtuar la práctica aludida a partir de la confesión a cargo de un tercero que no realizó la conducta
investigada, por lo cual, al no tener relación con el fondo del asunto y ser improcedente e innecesaria, fue
desechada por esta autoridad en el momento procesal correspondiente, sin que lo anterior haya significado una negativa o limitación al derecho de ofrecer pruebas por parte de la recurrente.
Con relación a los diversos artículos que estima violados es de indicar que el artículo 1º del CFPC,
referente a las personas legitimadas para ser parte en un procedimiento, ha sido respetado por esta autoridad al considerar parte a Juama por lo que resulta infundada su argumentación, máxime cuando carece
de un razonamiento lógico jurídico que haga posible estimar en qué consiste específicamente la supuesta
violación al citado ordenamiento.
El artículo 79 del ordenamiento indicado se refiere a la facultad del juzgador de valerse de cualquier
persona o cosa, sin más limitaciones que las pruebas estén reconocidas por ley y tengan relación inmediata con los hechos controvertidos para conocer la verdad, por lo cual, tal precepto no se violó al no
admitir la confesional ofrecida por parte de la hoy recurrente, pues en todo caso se trata de facultades, no
de obligaciones atribuidas a esta autoridad y la probanza no guardaba relación con la materia del procedimiento administrativo.
Juama también hace referencia a una supuesta violación del artículo 94 del CFPC, el cual considera
aplicable lo dispuesto en el título cuarto de ese código procesal, relativo a la prueba en general, sin
embargo de sus manifestaciones no puede desprenderse un argumento en el que sostenga la violación a
que hace referencia, por lo cual su afirmación carece de sustento.
Por lo que hace al artículo 102 del CFPC, el cual indica que desde que se abre el juicio a prueba, hasta
antes de la audiencia final, todo litigante está obligado a absolver posiciones personalmente, cuando así
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lo exija el que las articula, es de indicar que resulta infundada la violación que reclama Juama, toda vez
que ese precepto, ubicado en el capítulo relativo a la confesión es aplicable ya que ha sido admitida la
prueba correspondiente y como en el caso concreto tal situación no sucedió por las razones que fueron
expuestas anteriormente, no es posible que se haya violado una norma procesal que no podía aplicarse.
Adicionalmente, Juama estima que se violó en su perjuicio el artículo 87 del código citado, pues éste
indica que el tribunal debe recibir las pruebas que le presenten las partes, siempre que se encuentren
reconocidas por la ley. Lo anterior es infundado, ya que como se ha explicado la prueba confesional fue
desechada conforme con lo establecido en el artículo 34 del RLFCE de una manera fundada y motivada.
Respecto al artículo 31 de la LFCE, así como 34 y 36 del RLFCE relativo a las atribuciones con las que
cuenta esta Comisión al realizar sus investigaciones, la admisión y desechamiento de pruebas, así como
las facultades para allegarse de medios de convicción y tramitar debidamente el procedimiento, es aplicable lo establecido para el artículo 79 del CFPC.
Por todo lo anterior que resulte infundado el agravio estudiado.
Cuarta. En un tercer concepto de agravio, la recurrente manifiesta que le causa perjuicio la resolución
combatida al haber sido omisa respecto a la reconvención planteada en su contestación al oficio de
presunta responsabilidad, por lo que estima que se violaron en su perjuicio los artículos 14, 16 y 17
constitucionales, con relación al 3º y 21 del CFPC, 30 de la LFCE, así como 23 del RLFCE. Al respecto
argumenta ilegalidad del acuerdo emitido el treinta de octubre de dos mil uno, por virtud del cual se
estableció que no había lugar a acordar de conformidad la reconvención planteada, toda vez que la naturaleza de los procedimientos administrativos tramitados ante esta autoridad no es contenciosa y que no
obstante ello se dejaban a salvo sus derechos para que según lo establecido en los artículos 30 de la LFCE
y 24 de su Reglamento, denunciase las conductas realizadas por cualquier agente económico que estimara violatorias a la normatividad aplicable. Es infundado este agravio por las consideraciones que se
realizan a continuación.
El artículo 3º del CFPC establece que las relaciones recíprocas de las partes dentro del proceso, sus
facultades, obligaciones, términos, recursos y toda clase de medios que el CFPC concede para hacer
valer los contendientes sus pretensiones, no pueden modificarse y que en todo caso, debe observarse la
igualdad entre las partes dentro del proceso. Es de indicar que tal artículo no fue transgredido por esta
autoridad, en virtud de que éste se refiere a los procedimientos en los cuales existe una litis contenciosa
en la cual existen partes que tienen intereses antagónicos, situación que no se actualiza en los procedimientos administrativos tramitados ante esta CFC, ya que en éstos, la autoridad emite un oficio de presunta responsabilidad y lo notifica al agente económico correspondiente a fin de que éste manifieste lo
que a su derecho convenga y ofrezca las pruebas que estime pertinentes. Es de enfatizar que esta Comisión no resguarda los intereses del agente económico denunciante, sino el proceso de competencia y libre
concurrencia, ante lo cual el procedimiento tiene la característica de ser de orden público e interés social
y no existen contrapartes, por lo cual es inaplicable el principio de igualdad de partes. Además, la ausencia de un pronunciamiento en la resolución del procedimiento DE-57-2000 no le causó perjuicio a Juama,
ya que en el acuerdo que recayó a su contestación al oficio de presunta responsabilidad se le dijo que si
quería denunciar ante esta autoridad la conducta que alegaba violatoria de la normatividad de competencia económica por parte de Reliable o de cualquier otro agente económico, se dejaban a salvo sus derechos para que así lo hiciera, situación que a la fecha no ha sucedido. Se reitera que no hay cabida a la
figura de la reconvención en los procedimientos administrativos que nos ocupan, pues ella se refiere al
acto jurídico procesal que realiza la parte demandada, de manera simultánea a su contestación, por la
cual reclama al juez y en el mismo juicio diversas prestaciones a la parte actora; mientras que en los
procedimientos tramitados ante esta CFC no existe una demanda presentada por un particular contra otro
particular, sino una denuncia de hechos, que puede dar inicio a una investigación, tras la cual si se
determina que existen elementos suficientes que sustenten la presunta responsabilidad de un agente económico, se emite el oficio de presunta responsabilidad, con el que se emplaza al presunto responsable, el
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cual debe contestar lo que a su derecho corresponda, sin que sea posible denunciar en ese acto conductas
atribuidas al denunciante, pues esto no se podría tramitar en un mismo procedimiento, ya que previamente es necesario analizar la eventual admisión de esa nueva denuncia y posteriormente realizar la investigación correspondiente.
Ahora bien, el artículo 21 del CFPC indica que es competente para conocer de la reconvención el juez
competente para conocer de la demanda original. Tal precepto no se violó por esta Comisión por la
imposibilidad de actualizarse la figura procesal en comento por las razones expuestas en el párrafo precedente.
Por otro lado, el artículo 30 de la LFCE establece que el procedimiento tramitado ante esta Comisión se
inicia de oficio o a petición de parte y el 23 del RLFCE señala que esta CFC iniciará una investigación
por la presunta comisión de prácticas monopólicas, concentraciones prohibidas o el incumplimiento de
la obligación de realizar una notificación en términos del artículo 20 de la LFCE, cuando tenga conocimiento de hechos de los que pueda deducirse su existencia. En virtud de lo anterior resulta infundado el
agravio en estudio ya que esta autoridad en ningún momento transgredió los artículos señalados, pues de
las manifestaciones realizadas por Juama al dar contestación al oficio de presunta responsabilidad no se
desprendieron elementos que puedan ser considerados como una denuncia ya que no se reúnen los extremos que exigen los artículos 32 de la LFCE y 24 del RLFCE.
Con relación a la supuesta violación de los artículos 135 y 323 del CFPC, relativos al ofrecimiento de
documentales que no obran en el poder de quien pretende aportarlas al procedimiento, por no haberse
admitido el punto petitorio quinto de su contestación al oficio de presunta responsabilidad, en el cual
solicitó se girara atento oficio al gerente de Inconformidades de la Subcontraloría Corporativa de Responsabilidades y Atención Ciudadana de la Contraloría General Corporativa en Petróleos Mexicanos a
fin de que remitiera copia certificada del escrito de inconformidad presentado por Agfa de México, S.A.
de C.V., con relación a la licitación pública nacional número 18572011-003-01, es de mencionar que es
insuficiente su argumento, toda vez que tal elemento no guardaba relación con la materia del procedimiento en el que se emitió la resolución combatida.
De todo lo anterior que resulte infundado el tercer agravio del recurso de reconsideración.
Quinta. En su cuarto agravio, Juama aduce que se violó en su perjuicio el artículo 41 del RLFCE y en
consecuencia las garantías consagradas por los artículos 14, 16 y 17 constitucionales, y 3º del CFPC, al
fundar y motivar indebidamente la resolución recurrida pues considera que esta autoridad se excedió en
el ejercicio de sus atribuciones al emplear criterios distintos a los utilizados para resolver los compromisos propuestos por Kodak con base en el artículo 41 citado.
Resulta inoperante el agravio en estudio, toda vez que en ningún momento se aplicó en perjuicio de la
recurrente el artículo 41 citado, razón por la cual el argumento hecho valer por Juama no reúne los
elementos que conforme con la técnica jurídico procesal debe contener un agravio, ya que éste debe
ser personal y directo y debe estar relacionado directamente con violaciones legales específicas contenidas en la resolución recurrida. En otras palabras, no le puede causar agravio la relación jurídico
procesal de un tercero. Sirven de apoyo a lo anterior las tesis jurisprudenciales identificadas con los
siguientes rubros:
AGRAVIOS INOPERANTES. Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la
Federación. 8ª época, tomo V, segunda parte-1, tesis 61, página. 57.
AGRAVIOS INOPERANTES. 8ª época. Tribunales Colegiados de Circuito. Semanario Judicial de la Federación, tomo I-segunda parte-1, tesis 20, página 80.
En conclusión, es inoperante el agravio analizado en esta consideración.
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Sexta. En su quinto agravio Juama señala que la resolución recurrida le causa un perjuicio al haberse
violado los artículos 35, fracciones I y IV, así como 36 de la LFCE e imponerse una multa equivalente a
130 mil veces el salario mínimo general vigente en el Distrito Federal a razón de $42.15, es decir
$5,479,500.00 (cinco millones cuatrocientos setenta y nueve mil quinientos pesos 00/100 M/N), por la
conducta violatoria del artículo 9º, fracción IV, de la LFCE.
A tal efecto, la recurrente considera que en materia de sanciones no puede haber interpretación por
analogía y que las sanciones administrativas son un medio represivo y disuasivo, un castigo que presupone la existencia de actos contrarios al proceso de competencia y libre concurrencia, ante lo cual estima
que la resolución citada resulta infundada e inmotivada al caer en la arbitrariedad y desvío de poder, y
cita diversas tesis jurisprudenciales. En la misma tesitura, Juama argumenta que esta Comisión aplicó
parcialmente el artículo 36 de la LFCE en su perjuicio pues calificó de grave la infracción cometida por
obstaculizar la competencia en diversas licitaciones convocadas por el sector salud, lo que a su entender,
resulta una afirmación vaga, obscura, general e imprecisa, pues no se señalan las conductas que realizaron tal obstaculización y al efecto menciona que en la propia denuncia se establece que Reliable participó en las licitaciones. Resulta infundado tal argumento ya que la apreciación del carácter grave de la
conducta se motiva debidamente en la resolución combatida, la cual ha de entenderse en su conjunto,
como un todo y no parcialmente a fin de hallar los elementos que sustentaron la decisión de esta Comisión; entre otros, las licitaciones mencionadas en los cuadros que se reproducen en la cuarta consideración de la resolución impugnada. Ahora bien, el hecho de que haya concurrido Reliable en las licitaciones
que fueron analizadas en el procedimiento DE-57-2000 no implica que no se haya obstaculizado el
proceso de competencia y libre concurrencia, pues éste se afectó desde el momento en el que los agentes
económicos emplazados se pusieron de acuerdo para hacer ofertas económicas idénticas, pues se rompió
el principio de autonomía de decisiones que debe regir en la materia.
En otro punto, Juama afirma que son inexactas las consideraciones contenidas en la resolución combatida referentes al daño, toda vez que no se afectó ni a los convocantes ni a la sociedad, además de que no
se cuantificó el daño causado. Enfatiza que la población afectada es únicamente la que cuenta con los
servicios de seguridad social. Al respecto, es igualmente infundado el agravio en esta parte, toda vez que
del último párrafo del artículo 9º de la LFCE se desprende que siempre existe un daño al actualizarse
cualquiera de las prácticas monopólicas absolutas, el cual se da por la afectación al proceso de competencia y libre concurrencia, daño que difiere del previsto en materia civil, el cual se refiere a la pérdida o
menoscabo sufrido en el patrimonio por falta de cumplimiento de una obligación,2 pues en materia de
competencia económica el daño es social, pues se restringe la oferta o se elevan los precios, lo que
redunda en perjuicio de los consumidores, en este caso las instituciones de salud convocantes y de manera indirecta a toda la sociedad, que es la que aporta los recursos, a través de sus contribuciones para que
el sector salud pueda contar con medios económicos.
Por otro lado, la recurrente esgrime que esta autoridad estableció en la resolución recurrida la posibilidad
de considerar a la intencionalidad para aplicar una sanción permitida por la LFCE derivada de conductas
activas por parte de Juama y GPP, lo que se contradice con la afirmación de que la intencionalidad debe
considerarse como agravante por el acuerdo de tales empresas de actuar concertadamente, ante lo cual
argumenta un estado de indefensión al emplear criterios subjetivos y abstractos, específicamente en la frase
“es posible considerar la intencionalidad (...) para aplicar una sanción de las permitidas por la LFCE”.
Es infundado este agravio ya que si bien esta autoridad utilizó una palabra que denota probabilidad o
posibilidad, del resto del texto se desprende efectivamente la intención con la que se condujeron las
empresas que resultaron responsables, lo anterior en virtud de la propia naturaleza de la práctica acreditada que requiere necesariamente de un acuerdo de voluntades entre competidores, de donde se advierte
su intención.
2
Artículo 2108 del Código Civil Federal.
457
Con relación a la evaluación de la participación de Juama en el mercado y el tamaño de éste, la recurrente
manifiesta que es indebida la afirmación de esta autoridad en el sentido de que tanto ella como GPP
tienen alta participación en el mercado de material radiográfico, tal como lo reconocen a fojas 9884 y
10052 del expediente DE-57-2000. Es infundado este argumento ya que tal como se aprecia en la primera de esas fojas Juama manifiesta que en el mercado de placas radiográficas el sector público representa
un setenta y cinco por ciento de las ventas y que en él, los fabricantes nacionales, entre los que se
encuentra ella, cuentan con el ochenta por ciento de la participación que se da en las licitaciones correspondientes, ante lo cual la hoy recurrente no puede alegar en contrario, pues la máxima jurídica reza “a
confesión de parte relevo de prueba”.
En otro punto, la recurrente esgrime que establecer que las prácticas monopólicas imputadas se realizaron de mil novecientos noventa y ocho a dos mil carece de seriedad pues no se señala con base a qué o
por qué se calculó tal duración. Es infundado tal agravio, toda vez que la duración de la comisión de la
práctica monopólica en cuestión, tiene su fundamento en las licitaciones públicas analizadas en la resolución combatida, las cuales de conformidad con las constancias de autos se llevaron a cabo durante el
período referido.
En cuanto a los antecedentes del infractor, Juama estima que esta Comisión confunde tal término con los
precedentes, pues hay prejuzgamiento al indicar en el apartado correspondiente, el diverso procedimiento
que se tramita ante esta autoridad bajo el índice DE-10-2001, en el cual Juama y GPP son presuntas responsables de la comisión de la misma práctica respecto a licitaciones convocadas por instituciones de salud
para la adquisición de químicos reveladores para placa radiográfica. Es infundado este argumento, ya que
esta autoridad no está adelantándose a resolver respecto al expediente DE-10-2001 y de ninguna manera se
cita ese procedimiento para acreditar una reincidencia, sino como un antecedente, toda vez que el oficio de
presunta responsabilidad correspondiente es previo a la emisión de la resolución que se combate.
Por otro lado, la recurrente considera, en primer lugar, que se estimó indebidamente su capacidad económica a partir de los estados financieros al treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y nueve,
los cuales obran en el expediente DE-57-2000 ya que el período de duración de la comisión de las
prácticas es mayor y, en segundo lugar, porque no se tomaron en cuenta los gastos de operación, con lo
que estima que se transgreden los principios de legalidad y seguridad jurídica, para lo cual hace referencia a diversas tesis de jurisprudencia.
Es infundado este agravio, ya que los estados financieros son un instrumento que expresa la situación
financiera, resultados de operación y cambios en la situación financiera de una empresa. Así, comprenden
el balance general, los estados de resultados, de variaciones en el capital contable y de cambios en la
situación financiera. Entre la información que se transmite a partir de los estados financieros se encuentra la
capacidad de crecimiento y estabilidad de la empresa, la solvencia y liquidez de la empresa, el origen y las
características de los recursos financieros del negocio, así como su rendimiento, entre otros.7 En el caso
concreto, los estados financieros de la recurrente que fueron tomados en cuenta para determinar su capacidad económica se constituyen por el balance general, que muestra los activos, pasivos y capital contable al
treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y ocho y mil novecientos noventa y nueve; el estado
de resultados, que muestra los ingresos, costos y gastos y la utilidad o pérdida resultante para tales períodos;
y el estado de variaciones en el capital contable al treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y
nueve. Ahora bien, esa información incluye la relativa a los gastos de operación, razón por la cual carece de
sustento el agravio de la recurrente, ya que sus estados financieros son el medio idóneo para evaluar y
acreditar su capacidad económica. En este sentido, esta autoridad determinó la multa que le fue impuesta a
la hoy recurrente con base en los estados financieros referidos por ser ellos los que obran en el expediente,
razón por la cual la multa aludida se impuso con apego a los principios de legalidad y seguridad jurídica
consagrados por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
3
Al respecto ver Principios de contabilidad generalmente aceptados, Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C., 16ª edición,
México, 2001.
458
Por todo lo antes expuesto que resulte infundado este agravio.
Séptima. En su sexto agravio la recurrente aduce que le causa perjuicio el monto excesivo de la sanción
impuesta y considera que la motivación al respecto contenida en la resolución, la deja en estado de
indefensión y viola en su perjuicio las garantías de legalidad y aplicación de la ley. Lo anterior en virtud
de que esta CFC no tomó en cuenta que las multas excesivas están prohibidas por el artículo 22 constitucional y fundó y motivó de forma subjetiva y abstracta la referida multa.
Resulta infundado este agravio ya que en la resolución combatida, específicamente en la consideración
séptima, se fundó y motivo la imposición de la multa correspondiente bajo diversos elementos entre los
que destacan la acreditación de la práctica monopólica absoluta prevista en el artículo 9°, fracción IV, de
la LFCE y la facultad que otorga el artículo 35, fracciones I y IV, de la LFCE a esta CFC, para ordenar la
suspensión, corrección o supresión de tal práctica e imponer una multa hasta por el equivalente a 375 mil
veces el salario mínimo general vigente para el Distrito Federal.
En tal virtud se sancionó a Juama tomando en cuenta los siguientes elementos: la gravedad de la infracción, el daño causado, los indicios de intencionalidad, la participación de dicha empresa en el mercado,
el tamaño del mercado afectado, la duración de la práctica, sus antecedentes y capacidad económica, por
lo tanto se concluye la legalidad de la referida sanción.
Por lo anteriormente expuesto se emiten los siguientes:
RESOLUTIVOS
Primero. Es infundado el recurso de reconsideración interpuesto por la empresa Juama, S.A. de C.V.
Segundo. Se confirma en sus términos la resolución de diecisiete de abril de dos mil dos dictada en el
expediente DE-57-2000.
Tercero. Notifíquese personalmente.
Así lo resolvió el Pleno de la Comisión Federal de Competencia, por unanimidad de votos, en sesión
ordinaria de quince de agosto de dos mil dos ante la fe del Secretario Ejecutivo, de conformidad con los
artículos 29 de la Ley Federal de Competencia Económica y 23, fracciones I y IV, del Reglamento
Interior de la Comisión Federal de Competencia.
El Presidente de la Comisión Federal de Competencia, Fernando Sánchez Ugarte.- Rúbrica. Los Comisionados: Pascual García Alba Iduñate, Adalberto García Rocha y José Agustín Navarro Gergely.- Rúbricas. El Secretario Ejecutivo, Luis A. Prado Robles.- Rúbrica.
15 de agosto de 2002.
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