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El interés nacional, la jerarquía en el orden internacional –en realidad, un mero sistema semiformal de reconocimiento de la influencia relativa de cada Estado -, la condición y tipología de los Estados – identificados como potencias-, el equilibrio o desequilibrio entre éstas, la distribución, la difusión, la naturaleza misma del poder internacional han construido una narrativa de las Relaciones Internacionales en las que todo emana del poder. Joseph Nye Jr., el autor que en los últimos años más ha escrito las características del poder, lo ha definido como “la capacidad de obtener los resultados que uno quiere, y en caso necesario, de cambiar el comportamiento de otros para que esto suceda”. La aportación más mencionada de Nye es la distinción entre poder duro –el poder clásico, que incluye las dimensiones militar, económico, diplomático- y poder blando, -la capacidad de incidir en las decisiones de otros por medio de la atracción cultural, ideológica que apela a una condición más consensual del poder(La paradoja del poder norteamericano, Madrid, 2003). Una de las implicaciones esenciales del análisis de Nye es que el uso de los distintos medios asociados a cada tipología de poder debe ponerse en relación a los fines, por lo que una de las principales destrezas de los gobernantes deben ser capaces de comprender que vertiente del poder requiere cada situación. Los errores de juicio en el uso del poder coercitivo o el consensual resultan críticos, no sólo porque pueden desembocar en fracaso, sino porque incluso pueden tener efectos contraproducentes y causar una disminución del propio poder. Y es el desajuste en el uso del poder realizado por Washington en la Posguerra Fría y los objetivos, con sus efectos negativos en la proyección internacional presente y futura de los Estados Unidos, lo que The frugal Superpower y The Limits of power analizan. De algún modo, ambos textos, de 2010 y 2008 respectivamente, anticipaban, el recorte en el presupuesto del Departamento de Defensa de cerca de 500.000 millones de dólares anunciado por el presidente Barack Obama el pasado 5 de enero de 2012. Esta decisión envía un mensaje claro, al que la política exterior #'()*#$%%"%& !"# !!!"#$%%"%& !"#$%&'(&)#*)+!,%&-&. &(!#*/&01&2*3&'4$5$26+/$1$(4*&. !"#$%&'$&("&"(")$'"&'$&%#*+" /0&1"2%&1&)"'3.'&45674 ,$($=%+%>="?&@7AB</7567/B #"+,"&"+"&%--.'$+,"( -89&5+:;&<65"&/6 ,$(&0@//<6C&&&&@<6/C5B50C !"#$%&'()*%&$&+&,(-"(./&,%(0%&+-$,%(0+1,2",% $%&'( !&'(( transiciones hacia la democracia y el capitalismo que se produjo en Europa del Este, Asia e Hispanoamérica parecían corroborar este estado de opinión. Parecía que llegaba una etapa de “larga paz” (usando el término de John Lewis Gaddis) en el que Estados Unidos podría recibir el dividendo de la paz. Michael Maldembaum sostiene que este tipo de decisiones, si bien ahora son percibidas como una anomalía, se convertirán en la norma en los próximos años. La consecuencia inmediata es que con la reducción de los fondos disponibles debe llegar un replanteamiento de la acción exterior estadounidense, hacia un enfoque más limitado de su alcance y un cambio en sus misiones. Para Mandelbaum y Bacevich esa limitación supone una modificación esencial en la realidad de la política global de los Estados Unidos: el fin del excepcionalismo americano. No obstante, una serie de errores críticos frenaron estas expectativas y deterioraron el poderío de Estados Unidos e iniciaron un período de reducción del poder y del prestigio estadounidense en el mundo. El desequilibrio de poder, especialmente militar, del que gozaba Estados Unidos y el consenso entre los analistas de la ausencia de posibles rivales fomentaron en Washington un pensamiento contrario al retraimiento. Era necesario aumentar el involucramiento estadounidense en el mundo, para aprovechar la oportunidad para moldear el orden internacional como un orden norteamericano. Así la larga paz ha sido sustituida por una espiral de intervencionismo militar cuasipermanente, que ha conducido a los conflictos en Afganistán, Iraq y en la Guerra Contra el Terror. Este fin se ha producido cuando las expectativas no podían ser mejores para la consolidación de un orden internacional regido por los principios de democracia y libre mercado, en el que Estados Unidos estaría libre de las exigencias de contención y disuasión. La comunidad de expertos en política exterior coincidió en este diagnóstico. Francis Fukuyama predijo el advenimiento del fin de la Historia, consecuencia de la inevitable extensión mundial del modelo de democracia estadounidense. Esta época de hegemonía norteamericana sin rival, el ministro de Asuntos Exteriores francés Hubert Védrine habló de la hiperpotencia (hyperpuissance) y Charles Krauthammer declaró la llegada del “momento unipolar”. La Globalización y las !"#"$%# estadounidense ha sido ajena en cerca de setenta años: los objetivos deben ajustarse a costes asumibles y que hay que equilibrar entre la acción exterior y los programas internos. En conclusión, que, por primera vez, la política de Seguridad Nacional está atada a la economía. Para Mandelbaum la conducción de la política exterior estadounidense tras el colapso del bloque soviético fue negligente (carelessness). Para Bacevich la palabra que define esta etapa es arrogancia (hubris). En ambos casos, esa actitud ha sido resultado del exceso de confianza que alimentó errores como la inclusión en la OTAN de países del antiguo bloque soviético y la invasión de Iraq (los dos más costosos ejemplos de ese descuido o soberbia), cuyo resultado ha sido la erosión del propio poder por su mal uso. !!!"#$%%"%& #'()*#$%%"%& !"#$%&'(&)#*)+!,%&-&. &(!#*/&01&2*3&'4$5$26+/$1$(4*&. !"#$%&'$&("&"(")$'"&'$&%#*+" /0&1"2%&1&)"'3.'&45674 ,$($=%+%>="?&@7AB</7567/B #"+,"&"+"&%--.'$+,"( -89&5+:;&<65"&/6 ,$(&0@//<6C&&&&@<6/C5B50C !"4 !"#$%&'()*%&$&+&,(-"(./&,%(0%&+-$,%(0+1,2",% $%&'( !"#"$%# !&'(( Sobre las causas profundas de esta situación ambos autores discrepan, al igual que lo hacen sobre el rol que Estados Unidos juega hoy en el mundo, punto sobre el que volveremos más adelante. Para Bacevich hay motivos económicos y culturales en el comportamiento estadounidense que se remontan a la fundación de la República. Según Bacevich, la mentalidad americana está marcada por la necesidad constante de más, una demanda constante de satisfacción. Ese comportamiento afecta todos los ámbitos de la experiencia americana, incluida la política exterior. Para el profesor de la Universidad de Boston, toda la historia de la conquista del oeste y del Destino Manifiesto responde a esta lógica. Tras la consolidación del espacio continental estadounidense, la misma lógica fue marcando la creciente participación en los asuntos mundiales. Esa ampliación del espacio geográfico necesario para aplacar los apetitos norteamericanos no se ha traducido en una percepción realista, sino que ha quedado difuminada por una narrativa autojustificativa, según la cual son las demás naciones las que obligan a Estados Unidos a poner orden en el mundo. En esta lógica, todas las guerras en las que ha participado la superpotencia habrían sido causadas por sus enemigos. El análisis de Bacevich se opone a esta autopercepción de potencia renuente que albergan los estadounidenses de su participación en el orden internacional. De hecho, para el autor ha habido un fuerte consenso ideológico entre demócratas y republicanos sobre esa proyección global. Para Mandelbaum las causas del declive norteamericano son más recientes y más apegadas a los números –el primer capítulo no en balde se llama The tiranny of numbers- que las que expuestas por Bacevich. La demografía, un sistema impositivo inadecuado y el coste de los servicios públicos de salud y seguridad social (entitlements), están expandiendo el déficit público estadounidense. El efecto de la crisis financiera que se inició en 2008 y la financiación del gasto por medio de endeudamiento, presentan un escenario en el que los recursos disponibles para diseñar y ejecutar la política exterior se ven reducidos significativamente. El principio económico de la escasez fuerza a aumentar la cautela y maximizar los resultados. La decisión más importante en la política exterior estadounidenses, con implicaciones globales, será elegir que hacer y que no hacer. El desafío para los Estados Unidos reside en que su retraimiento es, inevitablemente, limitado. Según la narrativa de Bacevich las inclinaciones y apetitos de la superpotencia –lo que el autor denomina consumerism- le obligan a buscar en el mundo su satisfacción. Para Bacevich el límite del poder estadounidense tiene tres dimensiones: económica-cultural, política y militar. Según Mandelbaum el orden internacional depende de Estados Unidos, que provee una serie de bienes públicos internacionales. O sea, que la escasez de Estados Unidos, reducirá el nivel de la gobernanza global. En el ámbito militar el recorte presupuestario supondrá la reducción –sino desaparición- de las intervenciones en otros países, especialmente las operaciones de state building y peace keeping. Hay compromisos que se mantendrán más o menos inalterables –cierto nivel de presencia en Europa y Asia, combatir la #'()*#$%%"%& !"5* !!!"#$%%"%& !"#$%&'(&)#*)+!,%&-&. &(!#*/&01&2*3&'4$5$26+/$1$(4*&. !"#$%&'$&("&"(")$'"&'$&%#*+" /0&1"2%&1&)"'3.'&45674 ,$($=%+%>="?&@7AB</7567/B #"+,"&"+"&%--.'$+,"( -89&5+:;&<65"&/6 ,$(&0@//<6C&&&&@<6/C5B50C !"#$%&'()*%&$&+&,(-"(./&,%(0%&+-$,%(0+1,2",% $%&'( !&'(( Para Bacevich, Estados Unidos de facto es un imperio y actúa como tal, prestando más atención a su proyección, se ha visto en la necesidad de responder a las exigencias imperiales y a un permanente compromiso (“engagement”) más allá de sus fronteras. Mandelbaum, por el contrario, no cuestiona el orden internacional y el papel estadounidense en el mundo. Para él, Estados Unidos es un poder benevolente que lidera, un hegemón pero no un imperio, que asume la mayor parte de la responsabilidad de mantener el sistema internacional estable, proveyendo una serie de bienes públicos globales, del que se benefician prácticamente la totalidad de las naciones del orbe. Sin embargo, Andrew Bacevich cree que la crisis de política exterior estadounidense es mas profunda. Los acontecimientos de la Posguerra Fría, y especialmente la Globalización, le otorgaron a Estados Unidos el status de imperio. Las profecías sobre el poder global indiscutible, se hicieron ciertas. El problema es que ese poder, necesita ser demostrado. Eso ha convertido a las Fuerzas Armadas estadounidenses en fuerzas de proyección, realmente no habilitadas para la defensa. Entre otras cosas, Bacevich crítica la confianza casi exclusiva en el poder militar, convertido en el instrumento casi único de la política exterior norteamericana. Una simple comparación de los presupuestos del presupuesto de los Departamentos de Estado y Defensa, confirma este diagnóstico. Buena parte de los especialistas en política exterior, especialmente entre los políticos, se ha sobrevalorado el efecto del uso de la fuerza. Esta realidad se debe al profundo desconocimiento de la vida castrense. El militarismo habría sustituido en la mentalidad estadounidense una verdadera política exterior. !"#"$%# proliferación nuclear y preservar las principales rutas de comercio internacional, incluyendo el acceso al petróleo- y Estados Unidos deberá conservar capacidad disuasiva suficiente para enfrentar cualquier desafío que Rusia, China o Irán pudieran lanzar aprovechando la debilidad estadounidense. Para Mandelbaum estas tareas determinarán que Washington deberá continuar presente en Oriente Medio, aunque una de las recomendaciones en las que es más insistente –y en la que coincide con Bacevich- es la reducción del consumo de petróleo –de auténtica adicción estadounidense la calificó George Bush- y una apuesta por energías renovables. De este modo, Estados Unidos lograría reducir su vulnerabilidad, su necesidad de mantener tropas en la región. El límite del poder ha llegado, para Mandelbaum por las obligaciones interiores de los Estados Unidos. Para Bacevich, aunque los estadounidenses no lo han querido aceptar, el límite de su poder ha llegado por el autoengaño y la renuncia al control ciudadano sobre su política exterior. En el fondo, el límite de su poder está en el desajuste entre una idea de libertad construida sobre el consumismo y los sacrificios que suponen mantener un imperio para lograrlo. Las diferencias entre ambos autores responden, entre otras cosas a un aspecto clave: su destinatario. El libro de Bacevich busca alertar a los ciudadanos de los riesgos de una !!!"#$%%"%& #'()*#$%%"%& !"#$%&'(&)#*)+!,%&-&. &(!#*/&01&2*3&'4$5$26+/$1$(4*&. !"#$%&'$&("&"(")$'"&'$&%#*+" /0&1"2%&1&)"'3.'&45674 ,$($=%+%>="?&@7AB</7567/B #"+,"&"+"&%--.'$+,"( -89&5+:;&<65"&/6 ,$(&0@//<6C&&&&@<6/C5B50C !6( !"#$%&'()*%&$&+&,(-"(./&,%(0%&+-$,%(0+1,2",% $%&'( !"#"$%# !&'(( mentalidad que ha lanzado a los Estados Unidos por una espiral de intevencionismo sin precedentes y señalar que la culpa no es de los políticos, sino de los ciudadanos que buscan la satisfacción, rápida, a través del consumo constante, y que por ello se han dejado las decisiones en el establishment de Washington. El objetivo de Mandelbaum es la comunidad de expertos en política exterior, los policy y opinion makers de Washington, precisamente esos de cuya habilidad y disposición Bacevich, duda. Y esa diferencia dice también mucho. En todo caso, dos recomendables lecturas, que miran hacia el futuro del poder y de la política exterior de Estados Unidos, constatando que se ha llegado al final de una era, la del excepcionalismo norteamericano, la de las políticas de Seguridad Nacional sin limintaciones, y se abre una nueva en la que Estados Unidos debe asumir que es una nación, todavía la mas poderosa, pero sujeta al mismo tipo de restricciones que el resto. Esta transición no será fácil. Ni para Estados Unidos ni para el orden internacional. SOBRE LOS AUTORES: MICHAEL MANDELBAUM Y ANDREW J. BACEVICH SR. Michael Mandelbaum, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard. Desde 1984 y hasta 2005 estuvo vinculado a Aspen Institute, en el programa de relaciones del Congreso con el mundo comunista y postcomunista. Entre 1986 y 2003 fue Senior Fellow en el Council on Foreign Relations. Después formó parte de la Carnegie Corporation (2004-5). Ha sido profesor en Harvard, Columbia, la Academia Naval de Estados Unidos, la Universidad de Pennsylvania y, en la actualidad lo hace en la Universidad Johns Hopkins, en la que es director de la Escuela Avanzada de Estudios Internacionales y del Programa de Política Exterior. Mandelbaum trabajó en asuntos de seguridad para el Departamento de Estado entre 1982-83, al servicio de Lawrence S. Eagleburger. También fue asesor de Bill Clinton. En representación de la United States Information Agency ha viajado por Europa, Lejano Oriente, Australia, Nueva Zelanda, India y Oriente Medio, explicando la política exterior estadounidense. Además de The Frugal Superpower, por el cual la revista Foreign Policy le situó entre los 100 Pensadores Globales de 2011 por enseñar a los Estados Unidos a ser un hegemon en medio de restricciones económicas y crisis, Mandelbaum ha escrito numerosas publicaciones académicas y columnas de opinión en diversos medios, y los libros: The Nuclear Question: The United States and Nuclear Weapons (1979), The Nuclear Revolution (1981), The Nuclear Future (1983), Reagan and Gorbachev (Co-escrito con Strobe Talbott, 1987), The Global Rivals (Co-escrito con Seweryn Bialer, 1988), The Fate of Nations: The Search for National Security in the 19th and 20th Centuries (1988), The Dawn of Peace in Europe (1996), The Ideas That Conquered the World: Peace, Democracy and Free Markets in the Twenty-first Century (2002), The Meaning of Sports: Why Americans Watch Baseball, Basketball and Football and What They See When They Do (2005), The Case For #'()*#$%%"%& !6! !!!"#$%%"%& !"#$%&'(&)#*)+!,%&-&. &(!#*/&01&2*3&'4$5$26+/$1$(4*&. !"#$%&'$&("&"(")$'"&'$&%#*+" /0&1"2%&1&)"'3.'&45674 ,$($=%+%>="?&@7AB</7567/B #"+,"&"+"&%--.'$+,"( -89&5+:;&<65"&/6 ,$(&0@//<6C&&&&@<6/C5B50C !"#$%&'()*%&$&+&,(-"(./&,%(0%&+-$,%(0+1,2",% $%&'( !&'(( en Iraq en 2007. A él está dedicado The Limits of Power. !"#"$%# Goliath: How America Acts As The World's Government in the Twenty-first Century (2006) y That Used to be Us: How America Fell Behind in the World It Invented and How We Can Come Back (Co-escrito con Thomas Friedman, 2011) Andrew J. Bacevich, Sr. es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston, donde dirigió el Centro de Relaciones Internacionales entre 1998 y 2005. EN 1969 se graduó en West Point, sirvió en el Ejército de Estados Unidos hasta su retiro a principios de los años noventa. Durante sus años en las Fuerzas Armadas sirivió en Vietnam y en la Primera Guerra del Golfo. Tras licenciarse con rango de coronel obtuvo un Doctorado en Historia Diplomática estadounidense en Princenton y fue profesor en West Point y la Universidad Johns Hopkins, antes de incorporarse como docente a la Universidad de Boston. Ha publicado múltiples textos de opinión y análisis en publicaciones académicas y periodísticas. Entre sus libros se incluyen American Empire: The Realities and Consequences of US Diplomacy (2002), The New American Militarism: How Americans are Seduced by War (2005), The Long War: A New History of U.S. National Security Policy Since World War II (2007). Su más reciente texto es Washington Rules: America's Path to Permanent War (2010). Esta breve nota biográfica sobre Andrew Bacevich no estaría completa si no mencionásemos que su hijo, Andrew Bacevich Jr., teniente del Ejército, murió !!!"#$%%"%& #'()*#$%%"%& !"#$%&'(&)#*)+!,%&-&. &(!#*/&01&2*3&'4$5$26+/$1$(4*&. !"#$%&'$&("&"(")$'"&'$&%#*+" /0&1"2%&1&)"'3.'&45674 ,$($=%+%>="?&@7AB</7567/B #"+,"&"+"&%--.'$+,"( -89&5+:;&<65"&/6 ,$(&0@//<6C&&&&@<6/C5B50C !6"