PINCELADAS SOBRE EL ESTOICISMO Doctrina filosófica iniciada por Zenón de Citio en el años 300 a C y pervive hasta el s. III d. C en el imperio romano representado por Séneca, Epicteto y Marco Aurelio. Los rasgos característicos de esta doctrina son: Creen que el universo es un todo ordenado, es decir, es un cosmos y un caos, y lo es porque está dirigido por una ley o logos (razón, inteligencia) que lo rige todo. Todo lo que ocurre, ocurre por algo y tiene sentido (Son deterministas) Piensan que el comportamiento de los hombres debe ir encaminado a conseguir la apatía (ausencia de perturbación, inquietud, ansiedad, preocupación, temor…) El lema estoico es “abstine et sustine” que significa “abstente y aguanta” Su recomendación es : o Abstente de las pasiones que perturban tu espíritu, o lo que es lo mismo, elimina de tu vida las pasiones y emociones que nublan tu razón como la ira, el temor, la envidia, la preocupación por lo que no depende de ti Aguanta con fortaleza y valor aquello que la providencia -el destino- te traiga, acéptalo, levántate y sigue, no te hundas lamentándote puesto que todo lo que ocurre, incluso aquello que puede parecer terrible e injusto tiene sentido, tiene un porqué, es justo, necesario e inevitable, aunque nosotros no lo entandamos. CURIOSIDADES: El estoico considera que si ya no es capaz de afrontar con dignidad las afrentas del destino, una salida digna es el suicidio. Resulta sorprendente que a pesar de su determinismo no son conformistas, pues fueron activistas políticos defendiendo la abolición de la esclavitud (se trata, pues, solo de aceptar aquello que no depende de nosotros y no podemos cambiar, pero se puede lucha por lo que se puede cambiar y depende de nosotros) TEXTOS CON IDEAS DEL ESTOICISMO Las cosas son de dos maneras, algunas dependen de nosotros, otras no. Nosotros somos los dueños de nuestras opiniones, de nuestros deseos, de nuestras aversiones, en una palabra, de todas nuestras obras, mas no depende de nosotros nuestro cuerpo, ni las riquezas, ni la reputación, ni las dignidades, en una palabra, nada de lo que no sea una de nuestras obras personales. Las cosas que dependen de nosotros son libres, no pueden ser impedidas ni detenidas. Aquellas otras, en cambio, son esclavas, sujetas a impedimentos y por último ajenas a nosotros, muchas veces expuesto a los caprichos de otro”… Recuerda, pues, que si tomas por libres aquellas cosas que son esclavas y por tuyas las que son ajenas, te sobrevendrán continuamente obstáculos tras obstáculos y te hallarás afligido, turbado… Por el contrario, si no tomas por tuyo sino aquello que verdaderamente te pertenece y consideras ajeno lo que realmente pertenece a otros, nadie podrá jamás coaccionarte, nadie podrá obstaculizarte, nadie te dañará, puesto que, en efecto, jamás recibirás daño alguno” Séneca “De la providencia “ (Manual 1) En las cartas que escribió a su discípulo Lucilio, Séneca le da consejos para que no se deje llevar por los miedos imaginados. “Te mando que no seas desgraciado antes de tiempo. Cosas hay que nos atormentan más de lo razonable. Y otras que nos atormentan con total sinrazón. Al dolor, o lo exageramos, o nos lo inventamos, o lo anticipamos (…) Examina primero si son ciertos los indicios de la desazón. Pronto sucumbimos a las imaginaciones; no sujetamos a examen las cosas que nos inducen al miedo; lo que hacemos es ponernos a temblar y volver la espalda, con el mismo terror de aquellos soldados en quienes produjo desbandada la lejana polvareda de un rebaño suelto.” SÉNECA. Cartas a Lucilio No puede llevar gran espíritu al combate el atleta que no sufrió jamás rozadura; en cambo, aquel que vio correr su sangre, aquel cuyos dientes crujieron al golpe del puño, aquel que todas las veces que cayó tornó a levantarse con multiplicado ánimo, este desciende a la arena con esperanza grande. SÉNECA. Cartas a Lucilio “Ser igual que el promontorio contra el que sin interrupción se estrellan las olas. Éste se mantiene firme, y en torno a él se adormece la espuma del oleaje. «¡Desdichado de mí, porque me aconteció eso!» Pero no, al contrario: «Soy afortunado, porque, a causa de lo que me ha ocurrido, persisto hasta el fin sin aflicción, ni abrumado por el presente ni asustado por el futuro.» Porque algo semejante pudo acontecer a todo el mundo, pero no todo el mundo hubiera podido seguir hasta el fin, sin aflicción, después de eso. (…) Acuérdate, a partir de ahora, en todo suceso que te induzca a la aflicción, de utilizar este principio: No es eso un infortunio, sino una dicha soportarlo con dignidad.” Marco Aurelio Invictus es un emocionante poema de William Henley escrito en 1875, desde la cama de un hospital, tras serle amputada una pierna y una fallida lucha contra la tuberculosis. Y estas palabras se recitaba a sí mismo Nelson Mandela en sus largos días de condena y soledad. INVICTUS Desde la noche que sobre mi se cierne, negra como su insondable abismo, agradezco a los dioses si existen por mi alma invicta. Caído en las garras de la circunstancia no me he estremecido ni llorado en voz alta. Bajo el vapuleo del azar, mi cabeza está ensangrentada, más no inclinada. Más allá de este lugar de lágrimas e ira yacen los horrores de la sombra, pero la amenaza de los años me encuentra, y me encontrará, sin miedo. No importa cuán estrecho sea el camino, cuán cargada de castigo la sentencia. Soy el amo de mi destino, Soy el capitán de mi alma. SÉNECA Y LA IRA ” Hay personas que son incapaces de sobrellevar con paciencia los pequeños contratiempos que constituyen, si se lo permitimos, una parte muy grande de la vida. Se enfurecen cuando pierden un tren, sufren ataques de rabia si la comida está mal cocinada, se hunden en la desesperación si la chimenea no tira bien y claman venganza contra todo el sistema industrial cuando la ropa tarda en llegar de la lavandería. Con la energía que estas personas gastan en problemas triviales, si se empleara bien, se podrían hacer y deshacer imperios. El sabio no se fija en el polvo que la sirvienta no ha limpiado, en la patata que el cocinero no ha cocido, ni en el hollín que el deshollinador no ha deshollinado. No quiero decir que no tome medidas para remediar estas cuestiones, si tiene tiempo para ello; lo que digo es que se enfrenta a ellas sin emoción. La preocupación, la impaciencia y la irritación son emociones que no sirven para nada. Los que las sienten con mucha fuerza pueden decir que son incapaces de dominarlas, y no estoy seguro de que se puedan dominar si no es con esa resignación fundamental de que hablábamos antes. Ese mismo tipo de concentración en grandes proyectos no personales, que permite sobrellevar el fracaso personal en el trabajo o los problemas de un matrimonio desdichado, sirve también para ser paciente cuando perdemos un tren o se nos cae el paraguas en el barro. BERTRAND RUSSELL “La conquista de la felicidad” Estoicismo y suicidio Es debilidad ceder a los males, mas es locura alimentarlos . Dicen los estoicos que para el sabio es vivir conforme a la naturaleza, el dejar la vida, aun cuando esté en plenitud si lo hace oportunamente; y para el loco el conservar la vida, aun siendo un desgraciado, con tal de estar en la mayor parte de las cosas consideradas según la naturaleza... Monaigne III el suicidio