HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA 2002 CONSEJO DE REDACCIÓN DIRECTORES. COMITÉ EDITORIAL: Dr. D. Rafael Peset Pérez Dr. D. Gabriel Bernat Condomina COMITÉ CIENTÍFICO ASESOR: Dr. D. Miguel Bixquert Giménez Dr. D. Enrique Castellano Vela Dr. D. Miguel Catalá Bauset Dr. D. José De Andrés Ibáñez Dr. D. Francisco Gabriel Botella Dr. D. Vicente Giner Marco Dr. D. Marcos Gómez García Dr. D. Marciano Gómez Gómez Dr. D. Santiago Grisolía García Dr. D. José Guix García Dr. D. Manuel Labiós Gómez Dr. D. Manuel Marín Ferrer Dr. D. José María Martín Moreno Dra. Dña. Asunción Perales Marín Dra. Dña. Rosa Mª Roca Castelló Dr. D. Jesús Rodríguez Marín Dr. D. Eugenio Tejerina Botella Dr. D. Ernesto Armañanzas Villena Dra. Dña. Desamparados Moral Baltuille DEDICAMOS ESTE LIBRO: A la memoria de D. Gabriel Bernat Condomina, cuyo entusiasmo hizo posible su realización. 1 TOMO VIII IX PRESENTACIÓN D. Serafín Castellano Gómez Hble. Conseller de Sanitat Generalitat Valenciana En este comienzo de siglo, la Generalitat Valenciana está trabajando en la transformación de los planteamientos y recursos sanitarios. La ingente labor que la Conselleria de Sanitat está desplegando en el campo de la planificación y la gestión tiene como meta adaptar nuestra red asistencial a la realidad social que estamos viviendo. Queremos reducir el espacio que se ha creado, en estos años, entre las expectativas del ciudadano y el nivel de prestaciones y de recursos que hemos puesto a su disposición. Para lograrlo, hemos diseñado el llamado Plan de Humanización de la Atención Sanitaria 2001-2004, a través del cual estamos coordinando todos nuestros esfuerzos para fomentar y poner al alcance de todos nuestros ciudadanos esa atención sanitaria integral, de calidad y sobretodo más humanizada y próxima a todos los pacientes. La presente publicación nace de este planteamiento. En definitiva surge de la necesidad de proporcionar, tanto al profano como al profesional, una perspectiva real y dinámica del actual marco sanitario valenciano. Un marco en proceso de transformación del que pensamos, debe ser cuidadosamente examinado y debatido si queremos impulsar con éxito, una estrategia global de cambio que mejore la calidad asistencial y humana de nuestros centros sanitarios. Con este fin, hemos reunido a más de ciento cincuenta expertos del mundo de la salud, tanto del ámbito asistencial, como del universitario; todos ellos han expuesto sus puntos de vista sobre las tendencias que están condicionando y condicionarán la consolidación y el desarrollo del sector sanitario público en nuestra Comunidad. En sus páginas, el lector va a poder descubrir a través de un centenar de estudios y análisis, el trasfondo de conceptos e ideas como humanización, atención sociosanitaria, calidad total, satisfacción del paciente, dirección por valores, bioética sanitaria, atención al paciente anciano pluripatológico o terminal, procesos sanitarios, auditoría de calidad asistencial, etc., conceptos, todos ellos, que han surgido, en las últimas décadas, como referencias obligadas de un futuro que ya es un presente preocupante para muchos de nuestros gestores sanitarios. La Generalitat Valenciana, quiere construir una sanidad con futuro y para ello ha decidido apostar por el desafío de una política de calidad responsable e incisiva. Una política que permita la adaptación de nuestros servicios y especialmente de nuestra manera de entender la atención al paciente, a ese entorno complejo y lleno de incertidumbres, que prevemos para este nuevo milenio. Serafín Castellano Gómez Conseller de Sanitat 1 TOMO X XI INTRODUCCIÓN D. Rafael Peset Pérez Ilmo. Director General para la Atención al Paciente Generalitat Valenciana La publicación de este libro se encuadra dentro de las actividades que desarrolla nuestro Plan de Humanización de la Atención Sanitaria para impulsar la formación de nuestros profesionales. Su contenido va a servir como complemento al programa de formación que, sobre humanización, está ejecutando la Conselleria de Sanitat a través de la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud. Establecer en los servicios asistenciales de nuestra red sanitaria, una filosofía de mejora continua en la calidad, constituye entre otros, uno de los objetivos más importantes que quiere trasladar a los profesionales el contenido de este libro. En él se asimila el concepto de calidad y excelencia al concepto sanitario de humanización de los servicios, estableciéndose de esta manera, una dinámica de trabajo en donde la persona, ya sea paciente o profesional del sistema, adquiere una relevancia esencial en todo el desarrollo del proceso asistencial. La apuesta decidida que la Comunidad Valenciana está realizando para humanizar sus servicios de salud, se va a ver reforzada con la publicación de este libro que va a servir como marco general de referencia para cualquier administración, institución o profesional que desee aplicar, en el ámbito de sus responsabilidades, este tipo de actividades. La faceta innovadora que aportan las ideas de humanización de los servicios, que se exponen en este libro, no sólo nos tiene que servir como instrumento de progreso y desarrollo, sino que además, tiene que constituir el elemento principal de referencia científica que nos permita liderar, desde esta Comunidad, la cultura de la mejora y la calidad en la atención y cuya máxima expresión va a tener como protagonista las políticas encaminadas a humanizar los servicios de salud. Junto a ello se han querido plasmar también en el libro los aspectos clínicos que rodean la actividad sociosanitaria. Desde una perspectiva multidisciplinar, se ofrece a los lectores una visión amplia y completa de los diferentes aspectos que conforman la atención integral de los pacientes cuyos criterios asistenciales se enmarcan dentro de la atención sociosanitaria. Muchos han sido los profesionales que han participado en la elaboración y publicación de este libro. Todos ellos, desde sus conocimientos y experiencia, han tratado de acercar el proceso de la humanización a los campos de su especialidad y el resultado de todo ello ha sido una grata experiencia, no sólo por la relación personal que hemos establecido sino también como consecuencia del alto nivel de su contenido científico. Por ello, desde la Conselleria de Sanitat queremos agradecer el trabajo, el esfuerzo y la dedicación, de todas y cada una de las personas que han colaborado en la publicación de este libro. Un agradecimiento, que si bien es expresión de reconocimiento en la figura de sus autores, queremos hacer extensivo desde la Conselleria de Sanitat, a todos los profesionales que trabajan en las diferentes instituciones sanitarias valencianas con un alto grado de exigencia y profesionalidad. Rafael Peset Pérez Director General para la Atención al Paciente 1 TOMO XII XII PRÓLOGO PATOLOGÍA DEL ANCIANO Y EL GENOMA D. Santiago Grisolía García Excmo. Presidente de la Academia de Cultura Valenciana Presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados El envejecimiento históricamente era una experiencia para pocos; su transformación para muchos en países desarrollados, debido al esfuerzo colectivo de mejorar los medios sanitarios, representa sin duda un cambio muy importante en la historia de la humanidad. En el pasado siglo se aumentó la media de vida aproximadamente 30 años en países como España; no obstante este enorme regalo se celebra poco y hasta se considera una crisis. En realidad ahora existe la oportunidad para muchos de revivir, recuperar sus vidas y que éstas sean útiles no sólo para los individuos sino para la sociedad. Se sabe que muchas personas funcionan muy bien hasta pocos años antes de su muerte y un gran número de personas de ochenta y más años viven independientemente. Si gastamos lo apropiado en ciencia y tecnología la vida para los mayores puede ser más sana y más productiva. Por ejemplo es posible que estemos cerca de evitar la pérdida de memoria con la edad, así los biólogos moleculares han descubierto que la muerte de las neuronas no nos revela enteramente la historia del envejecimiento y además hay evidencia de neurogénesis. Existe en el futuro próximo la posibilidad de evitar o controlar muchas enfermedades de los mayores tales como la osteoporosis. Con suficiente ayuda estatal y filantrópica se encontrarán cura para la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia y muchos más problemas. Además podemos mantener cuerpos viejos fuertes, móviles y ágiles. En otras palabras tenemos una posibilidad de elegir: sencillamente esperar, no hacer nada y dejar que los avances en la longitud de vida creen problemas y si hacemos esto los problemas serán cada vez mayores, o podemos deliberadamente decidir qué debe ser esta nueva fase de vida para el individuo y para la sociedad. No hay nada malo con una sociedad más vieja (madura) y desde luego es muy bueno para los niños el ser miembros de familias de varias generaciones, porque ciertos conocimientos sólo la experiencia puede proporcionar. Podemos encontrar medios para robustecer papeles sociales para mayores, es decir, con imaginación podemos rediseñar la vejez. La humanidad se ha preocupado, posiblemente desde siempre, de alargar la vida y hasta de conseguir la inmortalidad. Así no es de extrañar, que muchas religiones han intentado e intentarán confortar a sus fieles con la vida eterna en paraísos o entornos adecuados. Los nuevos conocimientos en medicina, especialmente los extraordinarios avances en genética prometen mucho en averiguar las posibles bases genéticas del envejecimiento. Como es también bien conocido, hasta hace poco no había evidencia fidedigna en muchos casos de personas a quién se les atribuía edades muy avanzadas. Ahora hay evidencia indiscutible de personas muy longevas, por ejemplo la Sra. Jeanne Calmmet que era la estrella del grupo de centenarios, aproximadamente unos 800, que estudia Jean Dausset, y que tenía 122 años cuando falleció. Esta señora incidentalmente tenía sus facultades físicas y sobre todo mentales en muy buenas condiciones. Como ejemplo en un programa de televisión, cuando tenía 112 ó 114 años se le preguntó como veía el futuro y ella dijo: “muy corto”. Casos extremos como el indicado ha existido siempre, así murió hace un par de años en España un general con 109 años, pero el hecho es que cada vez hay más centenarios y el gran aumento de la edad para un sector cada vez mayor es lo que preocupa a muchos y desde luego a la Consellería de Sanidad de la Comunidad Valenciana. Volviendo al interés en prolongar la vida, como algunos recordarán, a los 72 años el Prof. Charles-Èdouard Brown-Séquard intentó recobrar su juventud inyectándose extractos acuosos de testículos de cobayas y de perro. Curiosamente Brown-Séquard ofreció sus extractos gratis a cualquier colega interesado y en un año 1.200 médicos lo estaban probando!. Como recoge un reciente libro de Roger Gosden, estos intentos se continuarán con otros poco científicos, por ejemplo el Dr. Eugene Steinach diciendo que 1 TOMO XIV la vasectomia aumentaba la testosterona. Pero el personaje más interesante fue el de Serge Voronoff, el que produjo un verdadero impacto ya que inició trasplantes de tejido testicular de chimpancés al hombre y hablaba de grandes éxitos. Como dice Roger Gosden sería interesante saber de que murieron algunas de estas personas puesto que la identificación y aislamiento del virus del sida de chimpancés indican que estas técnicas de trasplante pudiesen haber provocado casos de sida hace ya muchos años. A mí naturalmente me ha interesado la longevidad desde hace tiempo, quizá porque la primera Cátedra de Gerontología se creó en Kansas hace unos 40 años y he conocido a sus dos primeros catedráticos, uno de los cuales trabajó conmigo, el Prof. G. Curran. Además me interesó la historia de un charlatán y una de las personas más curiosas que llegó casi a ser Gobernador de Kansas. No solamente estableció una clínica en Kansas City por los años 20, conocida como “La Clínica de las cabras”, sino que cuando empezó a hacer extensa propaganda de sus trasplantes de testículos de animales por la radio tuvo problemas con las oficinas federales reguladoras y entonces instaló en Méjico la emisora más potente del mundo desde donde siguió mandando sus mensajes a USA. Pero fuera de anécdotas, los determinantes del envejecimiento y la longevidad son muchos. La genética aunque importante no explica, estadísticamente hablando, el gran incremento del que ya hemos hablado antes. No obstante, claro está que lo mejor es que tus padres sean longevos y si no tienes accidentes y llevas una vida adecuada tus posibilidades de disfrutar de vivir una vida larga serán mayores. Sin duda la evidencia más clara de que el envejecimiento tiene unas bases genéticas lo demuestra los estudios con gemelos monocigóticos y dicigóticos, por ejemplo, cuando se comparan enfermedades comunes tal y como es la enfermedad de Alzheimer, la hipertensión o la artritis reumatoide. Aunque terminaré hablando de Genética humana, hay estudios en otras especies de enorme interés y que discutiré aunque sea brevemente. El que especies tales como los ratones sean genéticamente muy parecidos al hombre no nos debe sorprender puesto que tienen por ejemplo, sistemas muy parecidos de circulación, visuales, etc. Lo que parece más sorprendente es que otras especies más distantes en la escala evolutiva tales como demuestran los recientes estudios de secuenciación completa del Haemophilus influenzae y del Mycoplasma genitalum por Craig Venter y Hamilton Smith, tengan la mayor parte de los genes responsables para las grandes rutas metabólicas comunes a nosotros por ejemplo la mayor parte de enzimas del ciclo de Embden-Meyerhof. Es decir, como es bien conocido, las células somáticas de muchas especies incluyendo por ejemplo las del hombre, tienen una capacidad limitada de doblarse. Cuando esto ocurre hay una atricción gradual en las secuencias de los telómeros que están localizados al final de los cromosomas. Se ha propuesto que esta disminución es debida a un cambio en la transcripción, es decir, el silenciamiento de ciertos genes. Así pues, como ya he dicho, es interesante recordar brevemente algunas características genéticas del envejecimiento de otras especies. Entre las especies que interesan mucho se encuentra el gusano C. elegans. Se ha estudiado una serie de mutantes de C. elegans con alteraciones en sus genes, relacionados a la longevidad. A estos genes se les ha llamado Gerontogenes. Se conocen cerca de 10 gerontogenes en el C.elegans pero hasta ahora se han estudiado bien 5 de ellos. Las bases genéticas de la longevidad en la Drosofila no son conocidas pero parecen complejas y muy dependientes del medio ambiente. De todas formas parece que el efecto del medio ambiente en estas especies tenga alguna relación con la influencia de la restricción calórica, como lo es en ratas y ratones. También hay evidencia de la influencia de fenómenos oxidativos y efectos antioxidativos relacionados con fenotipos de larga vida, tal y como sucede en otras especies. De todas formas está claro que ciertas proteínas, que no aparecen en moscas jóvenes, si lo hacen en las moscas adultas y desaparecen en las moscas viejas. Como es bien conocido, en los últimos años ha habido un renovado interés en la posible influencia de fenómenos oxidativos en la longevidad. El genoma de la Mitocondria Humana es muy pequeño, consta de 16.659 pares de bases. Naturalmente esto indica que el número de genes es muy pequeño, aproximadamente unos 20. Todos estos genes carecen de intrones. Teniendo en cuenta que la mayor parte de transformación de energía, es decir, de los alimentos que ingerimos, ocurre por mecanismos oxidativos en la mitocondria, es lógico que el genoma mitocondrial esté sometido a degradación rápida y por tanto que tenga influencia en el envejecimiento y que también existan una XV serie de síndromes debidos a defectos genéticos, algunos de ellos muy serios tales como la neuropatía óptica hereditaria o el síndrome Pearson. En realidad es sólo la punta del iceberg lo que sabemos de las enfermedades mitocondriales y del papel de la mitocondria en el envejecimiento. Recordemos que la familia de genes que afectan los enzimas relacionados con el citocromo P450 es de importancia en la teoría del efecto de radicales libres del envejecimiento. La producción de ratones transgénicos a fin de chequear la hipótesis oxidativa está en marcha en muchos laboratorios. También están en estudio los genes que hacen a las células susceptibles a su muerte tales como bcl-2. También aquellos relacionados con la expresión del péptido de la β-amiloide, el que es de gran interés en el desarrollo de las placas del Alzheimer. También se están estudiando, especialmente por investigadores japoneses, animales con acelerada senescencia que muestran mucho antes que animales controles problemas de envejecimiento tales como cataratas, degeneración de la retina, amiloidosis y efectos en los mecanismos de la reproducción. El término “telómero”, viene del griego y significa “final” (telos) y “parte” (meros). Se observó que sin esas estructuras terminales los cromosomas se pegaban unos con otros, sufrían cambios y comportamientos extraños, que amenazan la supervivencia y fidelidad de la replicación de los cromosomas y, en consecuencia, de las células que los contienen. Se creía hace años que el ADN de los extremos de los cromosomas era estático. Sin embargo, en la mayoría de los organismos estudiados, los extremos de los cromosomas, están siempre cambiando. Se acortan y alargan sin cesar. Cabe que ciertos cambios en la longitud del telómero estén involucrados en el proceso de envejecimiento de las células humanas. El famoso codescubridor de la doble hélice del ADN, James D. Watson, observó que las polimerasas del ADN eran incapaces de copiar los extremos de los cromosomas. En teoría, los cromosomas se acortarían en cada ronda de división celular y con el tiempo, esa erosión constante terminaría por eliminar los telómeros y algunos genes decisivos. Las células implicadas morirían, lo que significaría el final de ese linaje celular. Las especies unicelulares sujetas a esa suerte de acortamiento debían tener mecanismos para contrarrestarlo. Ello resultó en el descubrimiento de un enzima alargadora de telómeros -la telomerasa-. La hipótesis de que el telómero y la telomerasa controlan el envejecimiento sirve para esclarecer algunos aspectos del cáncer. La teoría se basa en el hecho de que la erosión progresiva del telómero con la edad ocurre en células somáticas normales, en que la mayor parte de tumores humanos tienen telómeros cortos y actividad telomerasa, y que el envejecimiento esté asociado con un aumento del peligro al cáncer. A mi parecer la evidencia más clara y publicada hace años relacionando el acortamiento del telómero y la edad se demuestra en que no solamente hay acortamiento de telómeros con el aumento en la edad de personas normales sino en la muy marcada disminución de los telómeros en pacientes con síndrome de Down, que como es bien sabido tienen una vida corta. La longitud de los telómeros en las células somáticas normales que no tienen actividad telomerasa acorta progresivamente sus telómeros con el número de divisiones celulares. Por el contrario las células germinales y células primitivas madre (stem) contienen actividad telomerasa pero sólo las células germinales tienen la suficiente actividad para estabilizar la longitud de los telómeros enteramente. Los telómeros de células (stem) madre adultas, debido a cantidad o regulación de telomerasa, no están protegidos enteramente. Es decir, un nivel regulado de actividad telomerasa puede reducir la velocidad del acortamiento de telomerasa pero no prevenirlo. En otras palabras, la presencia de actividad telomerasa no establece que una célula es inmortal pero simplemente tiene el potencial de ser inmortal. El envejecimiento humano contiene aspectos muy comunes pero también muy variables y extremos, por ejemplo el síndrome de Werner, o tales como el Xeroderma pigmentoso en que solo la piel se afecta. En recientes años y especialmente debido a estudios iniciados por Dausset y colaboradores, se han identificado un número de áreas en alelos asociados con aumento de la longevidad por ejemplo el Apo Eε2, que es prevalente en centenarios y también asociado con una menor susceptibilidad a la enfermedad de Alzheimer, al contrario que el alelo ε4 que cuando es homocigoto representa la aparición temprana de la enfermedad, en unos 10 años como medio. Esto es en contraste con los homocigotos que poseen el más prevalente ε3 alelo. 1 TOMO XVI Hay una serie de problemas que tiene relativamente raras bases genéticas que causan ateromas o placas arteroesclerósicas a una edad temprana, generalmente como consecuencias de mutaciones en los receptores LDL. Mucho más corriente son las variantes genéticas de la polipoproteína (Apo E), que es una de las que transporta a los lípidos en la sangre a los receptores LDL. Aproximadamente el 5% de los europeos lleva una forma del gen llamado Apo E-4, que aumenta el peligro de infarto. Al parecer, como hemos dicho, hay una asociación muy fuerte entre el número de copias del Apo E-4 gen en una persona y su peligro de que desarrolle la enfermedad de Alzheimer. Es decir, uno puede tener ó no 1 ó 2 Apo-E genes en su forma peligrosa Apo E-4, mucho más corriente son las formas Apo E-2 y Apo E-3 que conjuntamente con el Apo E3 no aumentan el peligro de la enfermedad de Alzheimer. El 90% de los individuos con dos copias del Apo E-4 alelo desarrollan la enfermedad a los 80 años de edad. Es importante el señalar que aunque el Apo E-4 debe considerarse un factor peligroso para varias enfermedades, su presencia no es absolutamente cierta de que vaya a desarrollar una de ellas, por ejemplo, en estudios del laboratorio de Dausset se ha demostrado que varias mujeres de 100 años que tienen el doble de Apo E-4 no tienen demencia, sin embargo generalmente muchas personas con dos copias de Apo E-4 alelo mueren jóvenes y por eso el alelo es menos y menos común con el envejecimiento. Es de gran interés que el Apo E-2 es más común en centenarios; posiblemente este actúa de una forma protectora contra enfermedades vasculares. Existen otros genes que resultan en la enfermedad de Alzheimer a edades más tempranas localizados en los cromosomas 14 y 21. En el caso que se descubran más genes asociados con la enfermedad de Alzheimer esta va a ser la enfermedad genética más común del adulto. El peligro de demencia aumenta después de los 60 años y se dobla cada 5 años, para los 85 años prácticamente la mitad de nosotros ofrecerá signos de demencia. No existe indicación de una edad pasando la cuál no hay peligro, tal y como es la enfermedad de Hungtinton. Como mínimo hay dos causas que son responsables del aumento de la demencia durante el envejecimiento, los cambios vasculares que nos predisponen a los múltiples pequeños infartos cerebrales que afectan a pequeñas partes del cerebro. El resultado es frecuentemente pérdida de memoria y de algunas actividades como el hablar normalmente, en contraste los neurólogos y los patólogos están de acuerdo en que la demencia de la enfermedad de Alzheimer es debida a la degeneración de células nerviosas de partes del cerebro tales como el cortex (corteza) e hipocampo, los que están frecuentemente relacionados con la memoria. Las neuronas que están afectadas por esta enfermedad exhiben una serie de anormalidades proteicas. Ahora bien, en mi propio laboratorio, durante muchos años, hemos estado interesados en la proteína Kinasa C y la proteína TAU que tiene que ver con la enfermedad de Alzheimer. Las bases genéticas de esta enfermedad están cada vez más estudiadas y algunos casos ocurren en personas muy jóvenes, algo que ya reconoció Alois Alzheimer, aunque se ha tardado en admitir muchos años que esto era así. En Junio del 95, se anunció en Science el descubrimiento de un gen al parecer relacionado de una forma significativa con el envejecimiento. Al estudiar el síndrome de Werner, que provoca una vejez prematura (la mayoría de sus afectados suelen morir antes de los 50 años), se descubrió el defecto de un gen que regula la producción de helicasa. Se cree que una de las funciones de la helicasa es reparar mutaciones en genes y cromosomas. En opinión de algunos, las personas que padecen el síndrome de Werner no tienen suficiente helicasa, y envejecen de una forma prematura. Por lo tanto, si la función de la helicasa es reparar las células y evitar su deterioro, existe la posibilidad de que un aumento de esta enzima pueda retrasar el envejecimiento y prolongar la vida de los seres humanos. Se están intentando experimentos genéticos con ratones para intentar alargar su vida aumentando el nivel normal de helicasa. Sin embargo, otros estudios han demostrado que en el caso de otros organismos, como las bacterias, un aumento de helicasa puede provocar una muerte inmediata. Lo más probable es que el gen que regula la producción de la helicasa sea sólo uno de los muchos que están relacionados con el proceso del envejecimiento. Ya se han aislado otros genes que aparentemente provocan el deterioro gradual de la piel, y que debilitan la eficacia del sistema inmunológico. Por lo tanto, para frenar el proceso del envejecimiento sería necesario afectar un conjunto de genes. Otros científicos, sin embargo, creen que la batalla contra el envejecimiento podría ganarse de una forma totalmente distinta, como hemos dicho. Hace ya varias décadas, una serie de experimentos demostró que una reducción drástica de calorías en la dieta de las ratas y los XV ratones permitía a estos animales vivir entre un 30 y un 40% más de lo normal. Muchos investigadores creen que una de las causas fundamentales del envejecimiento es el deterioro progresivo que provoca la combustión de energía en las células de un organismo. Por lo tanto, existe la posibilidad de que una reducción masiva de calorías nos permita vivir más de 120 años. En estos momentos, un equipo de investigadores encabezado por el norteamericano George Roth está intentando verificar esta hipótesis en el National Institute on Aging, de Maryland, con un grupo de 200 monos que están comiendo muchísimo menos de lo normal. Dado que esos animales suelen vivir entre 30 y 40 años, y que el experimento comenzó a realizarse hace sólo 14, será necesario esperar mucho tiempo hasta que se pueda verificar si la reducción de calorías es capaz de prolongar la vida de un primate. Recientes investigaciones sugieren que es posible reconciliar algunas de las ideas corrientemente expresadas tales como “El hombre es tan viejo como sus arterias” y el dicho “Los intelectuales envejecen haciéndose más sabios mientras que las personas no educadas pierden su capacidad intelectual” (comentario del Talmud), es decir, es necesario conocer no solamente los genes sino también el medio ambiente en las demencias que aumentan con la edad. Sin duda alguna hay evidencia de los factores educativos en la disminución de la demencia con la edad. Recientemente varios estudios en poblaciones asiáticas, norteamericanas y europeas demuestran, comparando personas de 75 a 85 años, que el porcentaje de seres con demencia en aquellas que tienen poca educación aumenta del 20 al 60% mientras que en las personas que tienen mucha preparación intelectual aumenta desde el 10 al 35%. Es muy interesante el conocer porque la educación puede tener influencia sobre la enfermedad de Alzheimer. Quizás el intelectual muy preparado está menos expuesto a peligros del medio ambiente tales como traumas cerebrales e hipertensión, lo cuál provoca deterioro de las arterias. Es decir no solamente las personas mejor preparadas sino con mejor posición socioeconómica están más protegidas. La otra posibilidad es que la educación estimula el desarrollo de más sinapsis entre las neuronas cerebrales y por tanto este aumento puede servir como una especie de reserva que protege de la progresión en el Alzheimer con la edad, desde luego hay experimentos con animales de laboratorio que indican que el número de sinapsis está influenciado de esta forma. Y más recientemente con un modelo experimental en ratas se ha demostrado sin duda alguna el efecto protector del estímulo sobre el Alzheimer. Es importante que la estimulación para el sistema nervioso central para ratas es más efectiva cuando se empieza mucho antes, pero tiene efectos a todas las edades. Por lo tanto quizás el comentario talmúdico tiene ciertas bases pero también podemos compaginarlo con la frase de que “el hombre es tan viejo como sus arterias”, en vista de que los cambios vasculares tienen efecto en dos tipos de demencia, no solamente la demencia a un número grande de infartos, y la que se inicia debida a los genotipos de tipo Apo E-4. En otras palabras, lo que dije al principio, tener unos buenos genes combinado con una buena educación iniciada lo más pronto posible y continuada es la mejor solución para llegar a una vejez productiva y de calidad. Aunque por todos es sabido que una de mis líneas de investigación gira en torno a la genética, no hemos de olvidar la perspectiva de que, como profesionales de la comunidad científica y asistencial, podemos y debemos ayudar a cuantos enfermos lo precisen. Y ello hemos de hacerlo basándonos en un excelente trato personalizado, afectuoso y cordial, sin ignorar este Plan de Humanización de la Atención Sanitaria, cuya iniciativa pone en marcha la Generalidad Valenciana. Este Plan de Humanización, del que no existen precedentes ni existe parangón en otros puntos sanitarios que haya podido conocer en mi dilatada dedicación profesional, supone un nuevo esfuerzo de sus responsables. Es, por tanto, un éxito y un honor por mi parte, que se me haya invitado a participar en el punto de salida de esta obra, la cual, me consta, se ha realizado con un impresionante esfuerzo y una gran ilusión depositada en los resultados que de ella se esperan. Profesor D. Santiago Grisolía García Presidente de la Academia de Cultura Valenciana Presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Valencianos Enero 2002 XVIII ÍNDICE TOMO 1 PRESENTACIÓN D. Serafín Castellano Gómez. Hble. Conseller de Sanitat. Generalitat Valenciana................................................IX INTRODUCCIÓN D. Rafael Peset Pérez. Ilmo. Director General para la Atención al Paciente. Generalitat Valenciana................................................XI PRÓLOGO Excmo. D. Santiago Grisolía García. Presidente de la Academia de Cultura Valenciana. Presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados........................................................XIII HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA 1.- PLAN DE HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, D r. J o a q u í n P a l o m a r M a c i á n , D r. G a b r i e l B e r n a t Condomina.......................................................Pag.27 4.- LA SATISFACCIÓN DEL PACIENTE: ENTRE EL COMPROMISO ÉTICO Y LA EVALUACIÓN DEL RESULTADO Dr. José Joaquín Mira Solves, Dr. Jesús Rodríguez Marín, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz .........................................................................Pag.49 5.- LA RELACIÓN DE AYUDA COMO INSTRUMENTO CLAVE EN LA HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD Dr. Ernesto Armañanzas Villena, D. Elías Muñoz Cataluña, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Gabriel Bernat Condomna, Dña. Rosa Mª Roca Castelló .........................................................................Pag.59 6.- PERSPECTIVA HUMANIZADORA DE LOS VALORES COLECTIVOS EN NUESTRA SOCIEDAD Dr. Manuel Marín Ferrer, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Gloria Mengual González, Dra. Asunción Perales Marín, Dra. Rosa Mª Roca Castelló .........................................................................Pag.69 7.- NUEVAS FORMAS DE DIRECCIÓN: LA DIRECCIÓN POR VALORES Dr. Manuel Marín Ferrer, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Gloria Mengual González, Dra. Asunción Perales Marín, Dra. Rosa Mª Roca Castelló .........................................................................Pag.79 8.- MODELOS DE GESTIÓN DE LA CALIDAD APLICADOS A LA SANIDAD Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. José Alegría Castell, Dra. Amparo Flores Sarrión .........................................................................Pag.85 2.- PROGRAMA DE ATENCIÓN E INFORMACIÓN AL PACIENTE (S.A.I.P.). PROGRAMA DE ACOGIDA Y DESPEDIDA DEL PACIENTE HOSPITALIZADO Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, Dr. Joaquín Palomar Macián, Dr. Gabriel B e r n a t Condomina......................................Pag.33 9.- LA EXCELENCIA EN LA CALIDAD DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE Dña. Amparo Piera Ventura, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Rafael Díaz Bonmatí, Dr. Francisco Martos González, Dr. José Luís Ibáñez Cirión, Dra. Juana Cantero Llorca .......................................................................Pag.93 3.- POLÍTICAS DE CALIDAD DIRIGIDAS A LOS CIUDADANOS Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, D r. J o a q u í n P a l o m a r M a c i á n , D r. G a b r i e l B e r n a t C o n d o m i n a . . . . . ..................................Pag.43 10.- LA HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD EN ATENCIÓN PRIMARIA Dr. Juan Bautista Gómez Peñalva, Dr. Javier Tamarit Moradillo, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Manuel Yarza Cañellas, D r. V i c e n t e S a u r í M a r t í , D r. R a f a e l M o l i n a Alejandro..........................................................Pag.101 XIX 11.- GESTIÓN POR PROCESOS EN EL ÁMBITO SANITARIO Dr. Leopoldo Segarra Castelló, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Luís Ibáñez Gadea, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Gloria Mengual González, Dr. Ernesto Armañanzas V i l l e n a ....................................................Pag.105 12.- GESTIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS PARA LA HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA D r. L u í s Z a p a t a R a b o s o , D r. R a f a e l P e s e t P é r e z , Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Juan Bautista Gómez Peñalva, Dr. Vicente Aguilar Morellá, D. Pedro Hidalgo Caballero..........................................................Pag.115 13.- GESTIÓN DE LA CULTURA INTERNA, CLAVE DEL PROCESO DE HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Francisco Fernández Beltrán, Dra. Gloria Mengual González, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, D. Pedro Hidalgo Caballero..............................................Pag.123 14.- LA AUDITORÍA DE CALIDAD ASISTENCIAL: EVALUACIÓN AL SERVICIO DE LA SANIDAD Dr. Juan José Moreno Murcia, Dra. Amparo Flores Sarrión, Dra. Mª Antonia Marco Artal, Dr. Francisco Fernández Beltrán, Dr. Luís Zapata Raboso, Dr. Rafael Peset Pérez .......................................................................Pag.129 15.- GESTIÓN DE LA COMUNICACIÓN E IMAGEN EN EL PROCESO DE HUMANIZACIÓN Dr. Francisco Fernández Beltrán, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Manuel Marín Ferrer, Dr. Juan José Moreno Murcia, Dr. Luís Zapata Raboso, Dra. Amparo Piera Ventura .......................................................................Pag.137 16.- ESTRATEGIAS DE GESTIÓN SANITARIA Y HUMANIZACIÓN Dr. José Luís Ibáñez Cirión, D. Luís Ibáñez Company, Dr. Miguel Barceló Torrubia, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Roberto Roig Oltra, Dr. Luís Rosado Bretón.......Pag.143 17.- LA FORMACIÓN EN HUMANIZACIÓN PARA LA ATENCIÓN SANITARIA Dr. Vicente Aguilar Morellá, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Celia Quirós Bauset, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dra. Amparo Piera Ventura, Dra. Desamparados Moral Baltuille............................................................Pag.149 18.- AVANCES TECNOLÓGICOS Y HUMANIZACIÓN DE LA ASISTENCIA SANITARIA:MITOS Y REALIDADES D. José María Martín Moreno...............................Pag.157 19.- LA HUMANIZACIÓN COMO FUNCIÓN DE APOYO DE LA ENFERMERÍA EN LOS CUIDADOS A LOS PACIENTES Dña. Amparo Nogales Espert, Dña. Emilia Llorca Marqués, D. Pedro Hidalgo Caballero..................................Pag.163 TOMO 2 GERONTOLOGÍA 20.- TEORÍAS Y CAMBIOS DEL ENVEJECIMIENTO HUMANO. PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN Y CAMBIO EN LA ANCIANIDAD Dra. Mª Rosa Roca Castelló, Dr. José Garay Lillo, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Mª Antonia Marco Artal ......................................................................Pag.171 21.- BIOÉTICA NARRATIVA Y ENVEJECIMIENTO: CLAVES PARA CONOCER EL ARTE DE ENVEJECER Dr. Agustín Domingo Moratallá. ..........................Pag.177 22.- MANTENIMIENTO Y PROMOCIÓN DE LA SALUD EN EL ANCIANO, PREVENCIÓN DE LA DISCAPACIDAD Dra. Concepción Juliá Molla.................................Pag.185 23.- TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO EN EL ANCIANO. PRESCRIPCIÓN Y CUMPLIMIENTO Dra. Mª Carmen Ruiz Guinaldo............................Pag.191 24.- PSICOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO. SEXUALIDAD EN EL ANCIANO Dña. Eva Jordá Carreres, Dña. Carmen Soler Sáiz .......................................................................Pag.199 25.- RACIONALIZACIÓN EN LA ALIMENTACIÓN DEL ANCIANO Dña. Josefina Charco Izquierdo...........................Pag.209 XX METODOLOGÍA DE TRABAJO EN GERIATRÍA 26.- CARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES DEL ANCIANO ENFERMO. EL ANCIANO FRÁGIL Dr. Enrique Castellano Vela.................................Pag.219 27.- EVALUACIÓN INTEGRAL DEL PACIENTE ANCIANO Dra. Mª Rosa Roca Castelló, Dr. Gabriel Bernat Condomina, D r. R a f a e l P e s e t P é r e z , D r. V i c e n t e G i n e r M a r c o , D r. J o s é G a r a y L i l l o ......................................Pag.231 28.- PARTICULARIDADES EN LA HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA EN EL ANCIANO. IDENTIFICACIÓN Y LISTA DE PROBLEMAS Dra. Amparo Rochina Puchades...........................Pag.237 29.- VALORACIÓN FUNCIONAL GERIÁTRICA. ACTIVIDADES PARA LA VIDA DIARIA Dra. María Gil Egea.........................................Pag.247 30.- VALORACIÓN PSICOLÓGICA EN LA VEJEZ: EVOLUCIÓN DEL ESTADO MENTAL Y EMOCIONAL Dña. Carmen Soler Sáiz.....................................Pag.257 31.- PARADIGMAS DEL TRABAJO SOCIAL EN GERONTOLOGÍA Dña. Ana María Martín Pérez, Dña. Pilar Porcar Ferrer. .......................................................................Pag.267 32.- EQUIPOS INTERDISCIPLINARES EN GERIATRÍA Dr. Enrique Castellano Vela, Dña. Pilar Camarasa Niclós ...............................................................Pag.273 33.- LA FORMACIÓN DE CUIDADORES Dña. Montserrat Martínez Rodríguez. Dña. Josefina Chirivella López............................Pag.281 RECURSOS ASISTENCIALES. ATENCIÓN SOCIOSANITARIA 34.- LOS CAMBIOS EN EL ESTADO DEL BIENESTAR: NUEVAS ESTRATEGIAS SOCIOSANITARIAS SOSTENIBLES Dra. Mª Rosa Roca Castelló, Dr. Francisco Ródenas Rigla, Dr. Vicente Sanjosé López, Dr. Vicente Garcés Ferrer, Dr. Eduardo Zafra Galán....................................Pag.289 35.- LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA: UN ENFOQUE DE ACCIÓN MULTIDISCIPLINAR Dr. Eduardo Zafra Galán., Dra. María Ana Martínez Martínez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dra. Juana Cantero Llorca, Dra. Elisa Tarazona Giner .......................................................................Pag.301 36.- LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA: RECURSOS, CARTERA DE SERVICIOS Y MECANISMOS DE RELACIÓN Dr. Eduardo Zafra Galán. Dra. María Ana Martínez Martínez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Víctor Pedrera Carbonell.................................Pag.309 37.- RED DE RECURSOS SOCIALES EN LOS PACIENTES PALET Dña. Ana María Martín Pérez...............................Pag.319 38.- SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE PACIENTES PARA HOSPITALES DE MEDIA Y LARGA ESTANCIA Dr. Emilio Gosálbez Pastor. Dra. Asunción Peráles Marín, Dra. Gloria Mengual González, Dra. Mª Antonia Marco Artal................................................................Pag.327 39.- PLAN DEL SIDA EN LA COMUNIDAD V A L E N C I A N A Dra. Sofía Tomás Dolz, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Gabriel Bernat Condomina....................Pag.335 XX 40.- PLAN DIRECTOR DE SALUD MENTAL Y ASISTENCIA PSIQUIÁTRICA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Dr. Francisco Giner Zaragozá, Dra. Asunción Perales Marín, Dr. Manuel Pascual de la Torre, Dr. Marciano Gómez Gómez, D r. V í c t o r P e d r e r a C a r b o n e l l , D r. M a n u e l Ya r z a C a ñ e l l a s ........................................................Pag.345 41.- EL VOLUNTARIADO AL SERVICIO DE LA SALUD D. Tomás Trénor Puig.........................................Pag.353 TOMO 3 TRATAMIENTO MULTIDISCIPLINAR DEL DOLOR 42.- EL DOLOR COMO FENÓMENO UNIVERSAL Y MULTIDIMESIONAL. LAS UNIDADES DE DOLOR D r. J o s é D e A n d r é s I b á ñ e z ; D r. G e r m á n C e r d á Olmedo...................................................Pag.361 43.- EPIDEMIOLOGÍA DEL DOLOR: DISCAPACIDAD Y CALIDAD DE VIDA. ASPECTOS SOCIALES Y ECONÓMICOS DEL ENFERMO CON DOLOR CRÓNICO Dr. Germán Cerdá Olmedo, Dr. Vicente Monsalve Dolz, Dña. Consuelo Cabo Hernández.......................Pag.369 44.- TAXONOMÍA DEL DOLOR Y METODOS DE VALORACION Dr. Juan Carlos Valía Vera...................................Pag.377 47.- AFRONTAMIENTO PSICOLÓGICO DEL DOLOR Dr. Vicente Monsalve Dolz. Dr. José Soriano Pastor .......................................................................Pag.405 48.LA ESCALERA TERAPÉUTICA EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR CRÓNICO: EL CUARTO ESCALÓN Dr. José De Andrés Ibáñez, Dr. Roberto Roig Oltra .......................................................................Pag.419 CUIDADOS PALIATIVOS Y TRATAMIENTO DEL DOLOR EN EL PACIENTE CON CARGA DE ENFERMEDAD Y/O TERMINAL 49.- PRINCIPIOS DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS. ENFERMEDAD EN FASE TERMINAL Y MEDICINA PALIATIVA Dr. Antonio Pascual López, Dra. Amparo Gisbert Aguilar .......................................................................Pag.431 50.- EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DEL DOLOR EN CUIDADOS PALIATIVOS Dra. Amparo Gisbert Aguilar...............................Pag.439 51.- CUIDADOS PALIATIVOS EN PACIENTES GERIÁTRICOS Dr. Enrique Castellano Vela.................................Pag.449 52.- EL ALIVIO DE SÍNTOMAS FRECUENTES EN CUIDADOS PALIATIVOS Dr. Enrique Castellano Vela, Dra. Amparo Gisbert Aguilar, Dr. Antonio Pascual López................................Pag.461 45.- DOLOR AGUDO: LA URGENCIA ÁLGICA Dra. Susana Moliner Velázquez , Dra. María Dolores López Alarcón, Dra. Ana Minguez Martí, Dr. José De Andrés Ibáñez............................................................Pag.387 53.- ASPECTOS PSICOLÓGICOS EN MEDICINA PALIATIVA Dña. Eva Jordá Carreres, Dña. Carmen Soler Sáiz.....Pag.475 46.- DOLOR CRÓNICO: TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO Dr. Germán Cerdá Olmedo, Dra. Ana Minguez Martí. .......................................................................Pag.395 54.- LOS CUIDADOS PALIATIVOS DESDE LA PERSPECTIVA DEL TRABAJO SOCIAL Dña. Ana Maria Martín Pérez, Dña. Susana Sánchez F l o r e s .......................................................Pag.483 XXII 55.- CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN MEDICINA PALIATIVA Dña. Amparo Ferrer Gimeno, Dña. Josefina Chirivella López, Dña. Carmen Avila Acamer..................................Pag.491 63.- ENFERMEDADES DEGENERATIVAS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: DEMENCIAS EN EL A N C I A N O Dra. María Teresa Villarroya Pastor.......................Pag.565 56.- LA ATENCIÓN DOMICILIARIA EN EL SEGUIMIENTO Y CUIDADOS AL PACIENTE Dr. Bernardo Valdivieso Martínez, Dra. Elisa Soriano Melchor, Dr. Vicente Ruiz García, Dra. Elisa Tarazona Ginés, Dra. María Dolores Rosales Almazán, Dr. Vicente Renovell Farré..............................Pag.499 64.- LA EXPLORACIÓN NEUROPSICOLÓGICA. APORTACIONES AL DIAGNÓSTICO DE DEMENCIA Dra. Alma Bueno Cayo, Dra. Ana Mª Calero Benítez ................................................................Pag.577 EPIDEMIOLOGÍA Y TRATAMIENTO DE LAS PATOLOGÍAS MÁS FRECUENTES EN GERIATRÍA 57.CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dña. Pilar Pastor López......................................Pag.509 58.- EL SÍNDROME DE INMOVILIDAD. CUIDADOS AL PACIENTE CON INCAPACIDAD FUNCIONAL Dra. Concepción Juliá Molla, Dña. Pilar Camarasa Niclós ...................................................................Pag.519 59.- CUIDADOS AL PACIENTE CON ÚLCERAS POR PRESIÓN Dña. Pilar Camarasa Niclós, Dña. Montserrat Martínez Rodríguez.........................................................Pag.527 60.- INCONTINENCIA URINARIA EN GERIATRÍA Dr. Alfredo Tramoyeres Celma, Dr. Alfredo Tramoyeres Galvañ.............................................................Pag.537 65.-E N F E R M E D A D DE PARKINSON Y PARKINSONISMO Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal................................Pag.589 TOMO 4 66.- LAS CAIDAS EN EL ANCIANO Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. José Garay Lillo, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Vicente Giner Marco......................................Pag.601 67.- PRESBIACUSIA EN EL ANCIANO Dr. Luís Blay Galaud...........................................Pag.607 68.- ALTERACIONES OCULARES EN EL ANCIANO Dr. Marcos Gómez García....................................Pag.613 69.- TRASTORNOS AFECTIVOS EN EL ANCIANO Dr. Alberto Domínguez Carabantes, Dr. Manuel Pascual de la Torre. Dra. Asunción Perales Marín. Dra. Gloria Mengual González, Dr. Francisco Giner Zaragozá................Pag.621 61.- TRASTORNOS VERTIGINOSOS EN EL ANCIANO Dra. María Teresa Villarroya Pastor.......................Pag.547 70.- TRASTORNOS DEL SUEÑO EN EL ANCIANO Dr. Alberto Domínguez Carabantes, Dr. Manuel Pascual de la Torre, Dra. Asunción Perales Marín, Dra. Gloria Mengual González, Dr. Francisco Giner Zaragozá....Pag.629 62.- ALTERACIONES NEUROLÓGICAS DE LA MARCHA Dra. María Teresa Villarroya Pastor......................Pag.557 71.- INSOMNIO EN EL ANCIANO Dra. María Gil Egea, Dr. Enrique Errando Mariscal ....................................................................Pag.637 XXI 72.- LAS DERMATOSIS DEL ANCIANO Dr. Enrique Gimeno Carpio..................................Pag.649 73.- INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO EN LOS ANCIANOS Dra. Amparo Rochina Puchades...........................Pag.663 74.- SEPSIS EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dra. María Gil Egea, Dr. José María Errando Mariscal .......................................................................Pag.673 82.- FIBRILACIÓN AURICULAR EN EL ANCIANO Dr. José Vicente Martínez Diago, Dr. Pascual Baello Monge, Dr. Ildelfonso Roldán Torres, Dra. Begoña Sevilla Toral, Dra. Antonia Peláez González, Dr. Antonio Salvador Sanz .......................................................................Pag.741 83.- LA VASCULOPATÍA ARTERIAL PERIFÉRICA EN GERIATRÍA Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Guillermo Pou Santonja, Dr. Angel Sanahuja Santafé, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dra. Mª Antonia Marco Artal................................Pag.749 75.- INFECCIONES PARENQUIMATOSAS PULMONARES DEL ANCIANO Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal...............................Pag.681 84.- ENFERMEDADES REUMÁTICAS INFLAMATORIAS EN EL ANCIANO Dr. Francisco Pérez Torres, Dra. Paula Pérez Caballero .......................................................................Pag.757 76.- TUBERCULOSIS EN LA EDAD AVANZADA Dr. José Guix García, Dr. Federico Alcácer García, Dr. Gabriel Bernat Condomina.............................Pag.691 85.- SÍNDROMES DE DEBILIDAD Y DOLOR DIFUSO EN EL ANCIANO Dr. Francisco Pérez Torres, Dra. Paula Pérez Caballero .......................................................................Pag.769 77.- EL SÍNDROME ANÉMICO EN LA EDAD AVANZADA Dr. José Guix García, Dr. Federico Alcácer García, Dr. Gabriel Bernat Condomina.............................Pag.697 86.- INSUFICIENCIA RENAL AGUDA EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dra. Amelia Abarca González..............................Pag.779 78.- LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dr. Manuel Labiós Gómez, Dr. Francisco Gabriel Botella, Dra. Victoria Guiral Oliván, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Luís Ibáñez Gadea.........................................Pag.701 79.- EL SÍNCOPE EN EL ANCIANO Dr. Ricardo Ruiz Granell, Dr. Roberto García Civera .......................................................................Pag.713 80.-CARDIOPATÍA ISQUÉMICA EN EL ANCIANO D r. J a i m e M u ñ o z G i l , D r. J u l i o N ú ñ e z V i l l o t a , Dr. Lorenzo Fácila Rubio.....................................Pag.721 81.- INSUFICIENCIA CARDÍACA DEL ANCIANO Dr. José Vicente Martínez Diago, Dra. Begoña Sevilla Toral, Dra. Miriam Salim Martínez, Dr. Pascual Baello Monge, Dr. Ildelfonso Roldán Torres, Dr. Antonio Salvador Sanz .......................................................................Pag.729 87.- INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dra. Amelia Abarca González..............................Pag.791 88.- LA INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA EN EL ENVEJECIMIENTO Dr. Pedro Plaza Valía..........................................Pag.803 89.- LAS ENFERMEDADES OBSTRUCTIVAS DE LAS VÍAS AÉREAS: ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA EN EL ANCIANO Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Mª Antonia Marco Artal...............................Pag.811 90.- LA REHABILITACIÓN RESPIRATORIA Dr. Pedro Plaza Valía..........................................Pag.825 XXIV TOMO 5 91.- TROMBOEMBOLISMO PULMONAR Y LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Angel Sanahuja Santafé, Dr. Guillermo Pou Santonja, Dra. Eva María, Romero Puchol, Dr. Gabriel Bernat Condomina.................Pag.833 92.- ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE Y DEL EQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO Dr. Constantino Tormo Calandrín, Dr. Juan Carlos Andreu Ballester, Dr. Armando Loscos López, Dr. Vicente Masiá Pérez, Dra. Milagros Ortiz Sidera, Dr. Antonio Blanes Castillo...........................................................Pag.843 93.- HUMANIZACIÓN EN LA ATENCIÓN SANITARA PARA PACIENTES CRÍTICOS EN LAS UNIDADES DE CUIDADOS INTENSIVOS Dr. Constantino Tormo Calandrín..........................Pag.855 94.- ENFERMEDADES CEREBROVASCULARES AGUDAS Dra. Raquel Chamorro Lázaro, Dra. Mª Dolores Alonso Salvador...........................................................Pag.865 95.- LA REHABILITACIÓN EN LOS GRANDES SÍNDROMES NEUROLÓGICOS DEL ANCIANO Y READAPTACIÓN A SU ENTORNO SOCIAL Dña. Carmen Carbonell Cano..............................Pag.875 96.- CIRROSIS HEPÁTICA EN EL ANCIANO Dr. Juan del Olmo Puchalt, Dr. José Manuel Rodrigo Gómez, Dr. Miguel Angel Serra Desfilis.............................Pag.881 97.- TOXICIDAD FAMACOLÓGICA HEPÁTICA Dr. Juan del Olmo Puchalt, Dr. José Manuel Rodrigo Gómez, Dr. Miguel Angel Serra Desfilis.............................Pag.887 98.- EFECTOS ADVERSOS FARMACOLÓGICOS SOBRE EL TUBO DIGESTIVO EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dr. Rafael Gil Lita, Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dr. José Manuel Gozalvo Sorribes, Dr. Ignacio Catalán Serra..................................Pag.895 99.ESTREÑIMIENTO EN EL ANCIANO D r. M i g u e l B i x q u e r t J i m é n e z , D r. R a f a e l G i l L i t a , Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dra. Carmen Martínez Lapiedra, Dr. Héctor Tomás Ivorra.......................Pag.901 100- INCONTINENCIA FECAL EN EL ANCIANO D r. M i g u e l B i x q u e r t J i m é n e z , D r. R a f a e l G i l L i t a , Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dr. Alberto Monforte Albalat, Dr. José Manuel Gozalvo Sorribes..............Pag.907 101.- SÍNDROME DIARRÉICO EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dra. Carmen Martínez Lapiedra, Dr. Héctor Tomás Ivorra, Dr. Rafael Gil Borrás, Dr. Ignacio Catalán Serra....................................Pag.911 102.- HEMORRAGIA DIGESTIVA AGUDA EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dr. Rafael Gil Lita, Dr. José Manuel Gozalvo Sorribes, Dra. Carmen Martínez Lapiedra............Pag.917 103.- HEMORRAGIA DIGESTIVA CRÓNICA EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dra. Carmen Martínez Lapiedra, Dr. Héctor Tomás Ivorra, Dr. Rafael Gil Borrás, Dr. Ignacio Catalán Serra...................................Pag.923 104.- HUMANIZACIÓN DEL ACTO QUIRÚRGICO A TRAVÉS DE LA ANESTESIA Dr. Juan Carlos Catalá Bauset, Dr. Jose De Andrés Ibáñez, Dr. Constantino Tormo Calandrín.......................Pag.927 105.- PATOLOGÍA VASCULAR EN EL TRACTO DIGESTIVO. ISQUEMIA MESENTÉRICA Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Guillermo Pou Santonja, D r. A n g e l S a n a h u j a S a n t a f é , D r. G a b r i e l B e r n a t Condomina, Dra. Mª Antonia Marco Artal, Dr. Ernesto Armañanzas Villena......................................Pag.935 106.- OSTEOPOROSIS EN LA EDAD AVANZADA Dr. Ricardo Ruiz de la Torre y Tros de Ilarduya.....Pag.941 107.- ARTROSIS: ETIOPATOGENIA, CLÍNICA Y TRATAMIENTO Dra. Concepción Juliá Molla.................................Pag.951 XX 108.- LA DIABETES MELLITUS EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA Dr. Miguel Catalá Bauset, Dr. Francisco Javier Ampudia Blasco, Dra. Rosario Lorente Calvo, Dra. Mª José Catalá Pascual.............................................................Pag.961 116.- TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL PACIENTE GERIÁTRICO ONCOLÓGICO Dra. Asunción Albert Marí, Dr. Daniel Almenar Cubells, Dr. José Luís Ibáñez Cirión, Dr. Víctor Giménez Torres .................................................................Pag.1045 109.- HIPOTIROIDISMO E HIPERTIROIDISMO EN EL ANCIANO Dra. Rosario Lorente Calvo, Dr. Miguel Catalá Bauset, Dr. Francisco Javier Ampudia Blasco, Dr. José Tomás Real Collado.............................................................Pag.969 INDICE DE AUTORES.....................................Pag.1055 110.- ALTERACIONES LIPÍDICAS EN EL ANCIANO Dr. José Tomás Real Collado, Dra. Cintia González Blanco, Dr. Juan Francisco Ascaso Gimilio, Dr. Miguel Catalá Bauset, Dra. Rosario Lorente Calvo, Dr. Rafael Carmena Rodríguez.........................................................Pag.977 111.- INFECCIÓN POR EL VIH/SIDA: CLÍNICA Y HUMANIZACIÓN SOCIOSANITARIA Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. José Guix García, Dr. Federico Alcácer García, Dra. Mª José Galindo Puerto .....................................................................Pag.987 112.- CÁNCER EN EL ANCIANO Dr. Vicente Giner Marco, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal...........................Pag.1001 113.- TUMORES MÁS FRECUENTES EN EL ANCIANO (I): CÁNCER DE MAMA. CÁNCER DE COLON Y RECTO Dr. Daniel Almenar Cubells, Dr. José Luís Ibáñez Cirión .....................................................................Pag.1011 114.- TUMORES MÁS FRECUENTES EN EL ANCIANO (II): CÁNCER DE PULMÓN Y CÁNCER DE PRÓSTATA Dr. Vicente Giner Marco, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal...............................Pag.1023 115.- HEMOPATÍAS MALIGNAS MÁS FRECUENTES Dra. Carmen Benet Campos, Dra. Mª Luz Juán Marco, Dr. Francisco Javier Rafecas Renau, Dr. José Luís Ibáñez Cirión.......................................................Pag.1033 1 Humanización de la Atención Sanitaria 26 1 27 1 PLAN DE HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA • Mejorar las vías de comunicación entre la Administración autonómica, los servicios asistenciales y los ciudadanos. • Acercar la asistencia sanitaria al ciudadano. Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Joaquín Ibarra Huesa Dr. Vicente Saurí Martí Dra. Mercedes Casquero de la Cruz Dr. Joaquín Palomar Macián Dr. Gabriel Bernat Condomina El Plan de Humanización de la Atención Sanitaria de la Comunidad Valenciana constituye una de las bases más importantes de cambio en la cultura asistencial que pretendemos impulsar desde la Conselleria de Sanidad. Un cambio cultural basado en la mejora continua de los procesos y en la calidad de la atención que se presta en los servicios asistenciales de nuestro Sistema Valenciano de Salud, en donde la persona-paciente, constituye el eje de nuestras acciones y el centro de todas nuestras actividades. Por lo tanto, hablar en nuestra Comunidad de tener un servicio humanizado, equivale a decir tener un servicio de calidad. 1. - OBJETIVOS DEL PLAN DE HUMANIZACIÓN El Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana tiene como eje fundamental de actuación a los ciudadanos. Pensando en ellos, se centran la mayoría de las actividades que se van a desarrollar y que se van a impulsar desde este Plan de Humanización; actividades, a través de las cuales, se pretenden conseguir los siguientes objetivos: • Personalizar e individualizar la sanitaria que reciben los ciudadanos. asistencia • Incrementar la formación especifica de los profesionales en Humanización. • Contribuir en la educación sanitaria de los ciudadanos. • Impulsar nuevas formas de Dirección: Dirección por valores. 2. – LÍNEAS DE ACCIÓN DEL PLAN DE HUMANIZACIÓN Para poder lograr y alcanzar los objetivos que hemos planteado, es preciso, desarrollar una serie de actividades concretas y definidas en el tiempo. Este Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana, está estructurado en seis líneas de acción fundamentales, que a su vez incluyen, cada una de ellas, una serie de actividades especificas que habrá que desarrollar en el cuatrienio 2001-2004. El desarrollo de cada una de las líneas de acción del Plan de Humanización, quiere ser el instrumento y la guía que mejore la calidad asistencial que reciben nuestros ciudadanos, pero al mismo tiempo, quiere ser también, el vehículo que favorezca determinados cambios de actitudes en las relaciones humanas; cambios que sean capaces de consolidar la realización de las expectativas personales de todos los profesionales y trabajadores del sistema. • Mejorar el nivel de información de los pacientes. 2.1. - ATENCIÓN E INFORMACIÓN AL PACIENTE • Aumentar la confianza y la satisfacción de los ciudadanos por la atención sanitaria recibida. • Mejorar la percepción que tiene el ciudadano de la calidad asistencial que recibe. • Garantizar los derechos de los ciudadanos. • Acrecentar la comodidad de los ciudadanos cuando utilizan los servicios sanitarios. La información de los ciudadanos, es un derecho constitucional desarrollado en la Ley General de Sanidad y en nuestra propia Ley Autonómica. Fomentar, favorecer y garantizar desde la Administración los derechos de los ciudadanos, es uno de los fines que perseguimos con la implantación de este Plan de Humanización y por ello, es por lo que, la Conselleria de Sanidad, quiere poner a disposición de los pacientes toda la información que le sea posible, no sólo, a través de los medios convencionales, sino incorporando al proceso las nuevas tecnologías y Humanización de la Atención Sanitaria 28 sistemas de información. Mejorando y aumentando la información de los ciudadanos, sin duda alguna, estaremos contribuyendo a mejorar y aumentar la libertad de las personas. La información básica que queremos aportar a los pacientes se centra en: • Prestaciones sanitarias. • Servicios sanitarios por área de salud. • Proceso patológico del paciente. • Otras informaciones de interés. Pero junto a la información a los pacientes, también es importante establecer con ellos una buena comunicación. Poder llegar a resolver los problemas que pueden surgir en el complejo proceso asistencial, que es ajeno al propio paciente; poder facilitar o favorecer los trámites administrativos, y realizarlo todo ello, con un trato amable, constituyen los propósitos que queremos alcanzar con las actividades siguientes: ACTIVIDAD 1. - Creación de los Servicios de Atención e Información al Paciente (Programa S.A.I.P.). En el año 2002 todas las áreas de salud de la Comunidad Valenciana, tendrán funcionando un Servicio de Atención e Información al Paciente. ACTIVIDAD 2. - Instauración en los hospitales de un Plan de Acogida y un Plan de Despedida de los Pacientes. En el año 2002 todos los hospitales de la Comunidad Valenciana, dispondrán de un Plan de acogida y despedida de los pacientes. ACTIVIDAD 3. - Elaboración de la Carta al Paciente. Antes de finalizar el año 2001, todos los centros sanitarios de la Comunidad Valenciana tendrán a disposición de los ciudadanos la carta del paciente. ACTIVIDAD 4. - Establecer los mecanismos necesarios para poner a disposición del paciente, el derecho a la información básica acerca de su proceso patológico, diagnóstico, tratamiento y alternativas terapéuticas, así como el consentimiento informado, como mecanismo fundamental de relación entre el médico y el paciente. Antes de finalizar el año 2003, todos los servicios quirúrgicos y servicios centrales de los hospitales de la Comunidad Valenciana, estarán en condiciones de ofrecer una mejor y más completa información a los pacientes con respecto a su enfermedad, con criterios homogéneos de información a los pacientes en todos los hospitales de la Comunidad Valenciana. ACTIVIDAD 5. - Mejorar la información y la comunicación de los pacientes que presentan minusvalía sensorial: información dirigida específicamente a los pacientes ciegos y atención especial a los pacientes sordos. ACTIVIDAD 6. - Diseño de los signos identificativos en el vestuario de los diferentes estamentos que trabajan en los servicios asistenciales. Antes de finalizar el año 2001, se habrán determinado los signos identificativos en el vestuario. Antes de finalizar el año 2003 todos los hospitales aplicarán los signos identificativos en el vestuario de sus trabajadores a fin de que permitan a los ciudadanos comunicarse mejor, sabiendo el estamento sanitario al que se dirigen. 2.2. - ASISTENCIA SANITARIA Las barreras que el ciudadano encuentra para recibir atención sanitaria, en muchos casos, están al margen de la propia actividad profesional. No cabe la menor duda, que es preciso hacer un esfuerzo importante para mejorar la eficiencia de nuestro sistema sanitario. Pero al margen de las decisiones políticas que se adopten para mejorar el acceso a la atención sanitaria de los ciudadanos en condiciones de igualdad efectiva, es necesario también, centrar nuestra atención y nuestro empeño en mejorar la gestión y organización de los centros sanitarios y de los servicios asistenciales. La integración de la asistencia primaria, la especializada y las nuevas modalidades alternativas a la hospitalización tradicional, tiene que ofrecer al ciudadano una continuidad efectiva en la atención sanitaria que se le presta. ACTIVIDAD 1. - Mejorar el acceso de los ciudadanos a los servicios sanitarios eliminando las barreras administrativas y organizativas innecesarias. • Posibilitar la citación de las pruebas preoperatorias en el mismo día. • Posibilitar la realización de pruebas diagnósticas y tratamientos no demorables en menos de 7 días. • Posibilitar la realización de pruebas diagnósticas y tratamientos demorables en menos de 30 días. • Posibilitar la realización de pruebas diagnósticas y tratamientos ordinarios en menos de 90 días. ACTIVIDAD 2. - Fomentar las alternativas a la hospitalización tradicional: acercar la asistencia sanitaria al paciente ampliando la cobertura de las Unidades de Hospitalización a Domicilio y programas de Atención Domiciliaria en Atención Primaria y ampliar las Unidades de Cirugía Mayor Ambulatoria en los hospitales de la red sanitaria. ACTIVIDAD 3. - Completar en los hospitales la asistencia psicológica para los familiares del paciente crítico y para el 29 tratamiento del duelo. En el año 2003 todos los hospitales de la Comunidad Valenciana, contarán con ayuda psicológica que atenderá las necesidades de los pacientes y familiares en situación crítica. ACTIVIDAD 4. - Introducir los objetivos básicos del Plan de Humanización en las actividades asistenciales. Antes de finalizar el año 2001, se introducirán en los contratos de gestión los objetivos del Plan de Humanización, tanto en el ámbito de la asistencia especializada como en el de la asistencia primaria. Incentivar la consecución de dichos objetivos dentro de una cultura de calidad. ACTIVIDAD 5. - Facilitar el proceso de derivación entre niveles. Antes de finalizar el año 2001 se habrán elaborado protocolos de derivación entre los diferentes niveles asistenciales que incluyan las pruebas complementarias más frecuentes. Antes de finalizar el año 2003 en todas las áreas de salud de la Comunidad Valenciana se podrá realizar la citación “on line” a la asistencia especializada desde el propio centro de salud. 2.3. - FORMACIÓN El Plan de Formación, que la Conselleria de Sanidad va a diseñar a través de la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud, constituye uno de los ejes fundamentales para que el Plan de Humanización sea un éxito. Enriquecer la actividad asistencial, ampliando los conocimientos que mejoren la calidad de los servicios que se prestan a los ciudadanos, fomentando la modificación de actitudes y comportamientos en el trabajo que transmitan cortesía y buen trato; y potenciando aquellas herramientas de trabajo que sean útiles para gestionar, dirigir o tomar decisiones que tengan como fin satisfacer las demandas de los pacientes, son los objetivos que pretendemos conseguir con este Plan de Formación en Humanización de la Asistencia Sanitaria. La responsabilidad que asumen las Jefaturas de Servicio y Coordinación de Centros dentro de nuestro sistema de salud es muy importante, y esto implica necesariamente la necesidad de establecer y favorecer desde la propia Administración, una formación especifica de los profesionales en gestión y organización de los servicios. Estas actividades van a constituir una de las piezas fundamentales para lograr la eficiencia en el funcionamiento de nuestro sistema. ACTIVIDAD 1. - Elaboración y aplicación de un Plan de Formación sobre Humanización de la asistencia sanitaria dirigido a personal directivo, mandos intermedios, personal de los S.A.I.P., profesionales y trabajadores de los servicios sanitarios. • En el año 2001 se elaborara un Plan de formación en Humanización de los servicios asistenciales a través de la E.V.E.S. • En el año 2002 todos los cargos directivos y personal adscritos a los S.A.I.P. habrán realizado formación especifica en humanización de la asistencia sanitaria. • En el año 2004 se habrán ofertado un número suficiente de plazas para la formación especifica en humanización de la asistencia sanitaria de los diferentes estamentos que participan en la atención al paciente. ACTIVIDAD 2. - Publicación del primer libro sobre Humanización de la Asistencia Sanitaria. Antes de finalizar el año 2001 se habrá publicado el primer libro de Humanización de la Asistencia Sanitaria, que sirva de marco general de referencia. 2.4. - INFRAESTRUCTURAS Y HOSTELERIA La calidad que perciben los ciudadanos por la asistencia sanitaria que reciben, tiene un componente objetivo y otro subjetivo. Mejorando el componente objetivo que rodea la atención sanitaria, vamos a conseguir que los ciudadanos se sientan más cómodos y más a gusto cuando utilizan los servicios de los hospitales y de los centros de salud. ACTIVIDAD 1. - Elaboración de Plan de Señalización para los hospitales y centros de salud. Antes de finalizar el año 2001 se habrá elaborado un Plan de señalización para los hospitales y centros de salud en donde se incluirá la programación para su implantación en los centros asistenciales de la Comunidad Valenciana. ACTIVIDAD 2. - Realizar un estudio y planificación para la eliminación de barreras arquitectónicas en los centros asistenciales de la Comunidad Valenciana. Antes de finalizar el año 2001, todas las áreas de salud de la Comunidad Valenciana, tendrán elaborado un estudio y su correspondiente planificación para eliminar las barreras arquitectónicas que impidan el acceso a los servicios asistenciales a las personas discapacitadas. ACTIVIDAD 3. - Posibilidad de los pacientes ingresados en los centros hospitalarios para poder elegir menú dentro de las diferentes ofertas que presente el centro, e información sobre las dietas más aconsejables que favorezcan estilos de vida saludable. En el año 2003 todos los hospitales de la Comunidad Valenciana ofrecerán a los pacientes la posibilidad de elegir menú en la comida y en la cena, así como información nutricional al paciente. Humanización de la Atención Sanitaria 30 ACTIVIDAD 4. - Promoción de mejoras estandarizables en los servicios de urgencia de los hospitales que mejoren la información y el confort de los pacientes. Antes de finalizar el año 2001 se realizará el estudio, diseño y planificación de los espacios de espera que mejoren la confortabilidad de los pacientes en los servicios de urgencia. Creación de la imagen corporativa. ACTIVIDAD 5. - Mejorar el confort de los ciudadanos ampliando progresivamente la oferta de habitaciones individuales. Todos los planes directores que se planifiquen desde la Conselleria de Sanidad irán encaminados a aumentar la oferta de habitaciones de uso individual. A semejanza del Hospital de Alcira y La Plana, la construcción del nuevo hospital La Fe se diseñará con habitaciones para uso individual. ACTIVIDAD 6. - Incorporar en los centros de salud zonas diseñadas específicamente para la población infantil. A partir del año 2001 se habilitarán progresivamente, en los centros de salud, zonas especificas para los niños, y el diseño de los nuevos proyectos para centros de salud contemplarán espacios específicos para los niños. 2.5. - ACTIVIDADES ESPECÍFICAS Se incluyen en este grupo de acción, una serie de actividades heterogéneas, que afectan, en unos casos, a servicios muy específicos de los hospitales, y en otros casos pretenden vertebrar el Plan de Humanización en todo el territorio, conocer la opinión que los profesionales y ciudadanos tienen de sus servicios asistenciales, y establecer cauces de colaboración con las organizaciones sociales. ACTIVIDAD 1. - Elaboración de un Plan de Humanización la Asistencia Sanitaria en las áreas de salud. Antes finalizar el año 2001 todas las áreas de salud de Comunidad Valenciana tendrán elaborado un Plan Humanización de la Asistencia Sanitaria. de de la de ACTIVIDAD 2. - Interpretar las necesidades y las demandas asistenciales de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Periódicamente, se realizaran encuestas sobre: • Demandas de los ciudadanos. • Necesidades de los ciudadanos. • Satisfacción de los ciudadanos. ACTIVIDAD 3. - Fomentar la relación y la colaboración con las asociaciones de enfermos de la Comunidad Valenciana. En el año 2001, la Conselleria de Sanidad publicará una orden de subvenciones que fomente las actividades de autoayuda en el seno de las asociaciones. ACTIVIDAD 4. - Mejorar las condiciones hosteleras de los pacientes paliativos y sus acompañantes. Antes de finalizar el año 2003, todos las Unidades de Paliativos de la Comunidad Valenciana, tendrán habitaciones individuales, y se habilitará cama y manutención para el acompañante. ACTIVIDAD 5. - Creación en los hospitales de media y larga estancia de Unidades especificas para el tratamiento de las demencias. Antes de finalizar el año 2003, en todos los hospitales de media y larga estancia, dentro del desarrollo del programa P.A.L.E.T., se crearán unidades específicas para el tratamiento de las demencias, que mejoren la coordinación asistencial con los servicios sociales. ACTIVIDAD 6. - Mejorar las condiciones afectivas que rodean a la mujer en el momento del parto. Derecho de la mujer a estar acompañada durante todo el proceso del parto. ACTIVIDAD 7. - Mejorar, en el ingreso pediátrico, las condiciones de relación de los padres y el hijo y el desarrollo de las actividades propias de los niños. Antes de finalizar el año 2001, se habrán realizado los estudios necesarios que permitan elaborar un programa que mejore la atención del niño y la percepción de la calidad asistencial de los servicios de pediatría de los hospitales de la Comunidad Valenciana. Creación en los servicios de pediatría de espacios de ocio para los niños ingresados que permitan armonizar la condición de paciente con su condición de niño. ACTIVIDAD 8. - Completar la atención escolar en los servicios de pediatría de los hospitales de la Comunidad Valenciana. Antes de finalizar el año 2003, los principales servicios de pediatría de los hospitales de la Comunidad Valenciana contarán con la atención escolar al niño hospitalizado. 2.6. - VOLUNTARIADO El papel que la sociedad civil quiere jugar en la colaboración y participación de los servicios públicos, cada día que pasa es mayor. Encontrar y diseñar espacios en donde el voluntariado pueda contribuir a mejorar determinados aspectos de la atención de los servicios sanitarios, constituye una línea de acción de extraordinario interés, que sin duda, va a ayudar a conseguir algo tan necesario como es la Humanización de la asistencia sanitaria. La situación personal y psicológica en la que se encuentra el paciente y su familia cuando ingresa en un hospital o en determinados servicios sanitarios, requiere 31 labores de acompañamiento y atención que puedan calmar la ansiedad o la angustia que puedan surgir en el proceso asistencial, de tal manera, que se pueda crear un clima de afectividad que ayude al enfermo y la familia a superar con más facilidad el trance de la enfermedad. ACTIVIDAD 1. - Favorecer la colaboración de asociaciones de voluntarios en determinados servicios de la Comunidad Valenciana. Desde la Conselleria de Sanidad se fomentará la acción solidaria de los grupos de voluntarios para colaborar en el acompañamiento a los familiares en los siguientes servicios: • Acompañamiento en los servicios de urgencia de los hospitales. • Acompañamiento en los hospitales de media y larga estancia. • Acompañamiento en las áreas Quirúrgicas. 3. - EVALUACIÓN DEL PLAN DE HUMANIZACIÓN El I Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana, tiene un periodo de vigencia para su implantación de cuatro años. Durante este tiempo, es necesario realizar un control efectivo sobre la ejecución de las actividades del Plan y sobre la consecución de los objetivos que se han propuesto, así como establecer una serie de procedimientos de vigilancia que nos permitan corregir las desviaciones que se puedan producir. Por ello, para poder realizar la evaluación del Plan, es necesario crear una estructura administrativa que se encargue de diseñar el proceso de evaluación y los informes técnicos que nos permitan tomar las decisiones más convenientes, y que a su vez recoja las iniciativas que los representantes sociales realicen a través de los Consejos de Salud. Con el objetivo de conseguir todo ello, se va a crear, en la Conselleria de Sanidad, la Comisión de Evaluación del Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria, que estará compuesta por los siguientes miembros: • • • • - Presidente: Conseller de Sanitat. Vicepresidente: Subsecretario para la Agencia Valenciana de Salud. Secretario: Director General para la Atención del Paciente. Vocales: Director General para los recursos Humanos y Económicos. - Directora General de la Agencia para la Calidad, Evaluación y Modernización de los Servicios Asistenciales. - Director/a de la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud. - Un Director de Hospital de cada Área de Salud. - Cinco profesionales de reconocido prestigio. El resultado de todo el trabajo que desarrolle esta Comisión de Evaluación, tiene que servir de base para articular y elaborar el II Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria en la Comunidad Valenciana, que dé sentido a esa preocupación constante de superación que tenemos desde la Administración para mejorar, en todos los sentidos, la asistencia sanitaria de los ciudadanos, y ser útiles a la sociedad a la que tenemos que servir. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana, 2000. 2. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Formación para la Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 3. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Programa SAIP: Servicio de Información y Atención al Paciente. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 4. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana: Programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 32 2 33 2 PROGRAMA DE ATENCIÓN E INFORMACIÓN AL PACIENTE (S.A.I.P.). PROGRAMA DE ACOGIDA Y DESPEDIDA DEL PACIENTE HOSPITALIZADO Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Joaquín Ibarra Huesa Dr. Vicente Saurí Martí Dra. Mercedes Casquero de la Cruz Dr. Joaquín Palomar Macián Dr. Gabriel Bernat Condomina PROGRAMA DE ATENCIÓN E INFORMACIÓN AL PACIENTE (S.A.I.P.) El Plan de Humanización establece entre sus actividades el desarrollo de programas específicos dirigidos a mejorar la información, la comunicación y la atención de los pacientes. Uno de los programas que la Consellería de Sanidad está implantando en la red sanitaria pública, es el programa del Servicio de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.), a través del cual se vertebran actividades importantes de mejora continua de la calidad. 1.- OBJETIVOS DEL PROGRAMA S.A.I.P. La creación de los Servicios de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.), constituye la expresión de un cambio en la cultura asistencial en donde la Administración Sanitaria se aproxima a la necesidades de sus ciudadanos. Los objetivos fundamentales que pretendemos lograr con la creación y funcionamiento de los servicios de atención e información al paciente son los siguientes: • Generar confianza en las instituciones sanitarias de la Comunidad Valenciana. • Mejorar la calidad de la información sanitaria que reciben nuestros ciudadanos. • Favorecer el acceso a la información sanitaria. • Incorporar las nuevas tecnologías al proceso de la información sanitaria. • Aumentar la percepción de calidad en la atención a los pacientes. • Establecer nexos de participación de los ciudadanos en la gestión de la calidad de los servicios asistenciales, favoreciendo el acceso para realizar sugerencias que mejoren la atención sanitaria. • Garantizar el derecho de los ciudadanos a la reclamación. • Incorporar el sistema de información de los S.A.I.P como herramienta de gestión de los servicios. • Contribuir a mejorar la imagen de los servicios sanitarios. • Facilitar el trabajo de los profesionales. 2.- DESARROLLO DEL PROGRAMA S.A.I.P. La creación por la Conselleria de Sanidad de los Servicios de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.), constituye una de las actividades más importantes del Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana, encaminada, por una parte, a situar al ciudadano como eje y orientación del sistema, y por otra, a mejorar la confianza y la satisfacción de nuestros ciudadanos cuando utilizan los Servicios Sanitarios. Los Servicios de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.) nacen, no sólo con la misión de garantizar la capacidad de los ciudadanos Valencianos a ejercer su derecho a la queja o reclamación, sino que nacen también con el fin de mejorar la información y como medio para solucionar todos aquellos problemas que puedan surgir en el proceso asistencial. La puesta en funcionamiento en la Comunidad Valenciana de los Servicios de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.), va a establecer una nueva cultura en el planteamiento de las relaciones entre los Servicios Sanitarios Asistenciales y las personas que los utilizan, en donde se consolide un cambio que, además de redundar en la calidad de la atención que se presta, se adapte a las demandas y necesidades sociales de futuro. Para poder lograr los objetivos que hemos expuesto, es necesario desarrollar un modelo de Servicio que cumpla los siguientes criterios básicos: • Recurso al servicio de los ciudadanos. • Servicio integrado en el Area de Salud. • Servicio jerarquizado. • Servicio tecnológicamente avanzado. • Servicio útil como herramienta para la gestión de la calidad asistencial. Si desarrollamos las características del modelo y las hacemos compatibles, lograremos poner en marcha un Servicio de Atención e Información al Paciente moderno, dinámico y adaptado a las nuevas necesidades sociales y Humanización de la Atención Sanitaria 34 profesionales, donde sea factible, tanto la atención y la información al ciudadano, como la colaboración en la gestión de los Servicios Asistenciales. Este papel integrador en la organización de los servicios asistenciales, va a facilitar a los ciudadanos su relación con el sistema sanitario, ya que desde este servicio se va a actuar coordinadamente con los profesionales y los procesos asistenciales, alcanzando vías de comunicación y de solución a sus problemas. 2.1.- RECURSO AL SERVICIO DE LOS CIUDADANOS Los servicios de atención e información al paciente tendrán como objeto: • Atención a los ciudadanos: El S.A.I.P. tiene que ser el lugar en donde se atiendan se escuchen y se orienten las dudas que planteen los ciudadanos y donde se genere la confianza suficiente para establecer una buena relación humana. • Solucionar los problemas de los ciudadanos: El S.A.I.P. tiene que constituir el servicio preventivo de reclamaciones, en donde se puedan solucionar la mayoría de los problemas que puedan surgir en el complejo proceso asistencial, para que el ciudadano pueda sentirse contento y satisfecho. • Informar a los ciudadanos: El S.A.I.P. tiene que ser el instrumento que permita mejorar y aumentar el nivel de información de los ciudadanos en materia sanitaria, y que por tanto, sea la garantía en el cumplimiento de los derechos de los pacientes. • Favorecer las sugerencias para mejorar la atención: El S.A.I.P. tiene que ser una herramienta útil de comunicación y participación entre la Administración y los ciudadanos que permita conocer las necesidades y las demandas de los pacientes y, de esta manera, mejorar su atención y satisfacción. • Resolver las reclamaciones de los ciudadanos: El S.A.I.P. tiene que ser el servicio público catalizador de aquellas inquietudes de los ciudadanos, traducidas en reclamaciones, con el fin de servir de acicate y estimulo en el sistema, para realizar las cosas mejor y con mayor umbral de calidad. 2.2.- SERVICIO INTEGRADO EN EL ÁREA DE SALUD Dentro de la política de la Consellería de Sanidad de integración de la Asistencia Primaria y la Especializada, el Servicio de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.) va a constituirse como una unidad básica para toda el área de salud. La integración efectiva de los Servicios de Atención e Información al Paciente, va a suponer la interconexión entre todos los servicios del área de salud y la homogeneización de las actividades y criterios de actuación tanto en la Asistencia Primaria como en la Especializada. 2.3.- SERVICIO JERARQUIZADO Para alcanzar los objetivos de eficacia y eficiencia del nuevo Servicio de Atención e Información al Paciente, la estructura orgánica y funcional será jerarquizada. Para ello, se crea la figura de Coordinador de Área, responsable, entre otras funciones, del correcto funcionamiento de todos los S.A.I.P y de impulsar y hacer efectivas las actividades del Plan de Humanización en el Area de Salud. El coordinador del S.A.I.P. será un referente en la integración de la asistencia sanitaria, al desarrollar su trabajo tanto en el ámbito del hospital como de los centros de especialidades y centros de salud. Alrededor de los Servicios de Atención e Información al Paciente se aglutinarán todos aquellos recursos humanos que, en este momento, están realizando actividades de información y atención al paciente de manera dispersa e inconexa. 2.4.- SERVICIO TECNOLÓGICAMENTE AVANZADO El Servicio de Atención e Información al Paciente va a incorporar, para realizar todos sus cometidos, las nuevas tecnologías del mundo de la comunicación, como es Internet. Con ello, no sólo estaremos facilitando el trabajo de nuestros profesionales, sino que también estaremos mejorando el acceso de los ciudadanos a la información, aumentando la calidad de la información y ampliando el marco de relación entre la administración y su entorno. Los Servicios de Atención e Información al Paciente dispondrán de la siguiente información: • Información de servicios asistenciales del área de salud. • Información de prestaciones sanitarias. • Información de servicios de salud pública. • Información de servicios socio-sanitarios. • Información de servicios sociales. • Información de servicios para la mujer. • Información de servicios para el menor. • Otra información de interés sanitario. 35 Junto a esta información elaborada en formato de página Web (información estática), el Servicio de Atención e Información al Paciente, también podrá poner a disposición del ciudadano datos individuales acerca del procedimiento administrativo de su proceso patológico (información dinámica), empleando la más avanzada tecnología informática y de la comunicación. Todo este dispositivo tecnológico que conecta y enlaza los diferentes centros asistenciales, va a favorecer y mejorar la coordinación y la derivación entre los diferentes niveles asistenciales en las áreas de salud, permitiendo disponer información “on line” (por ejemplo: posibilidad de citaciones) entre la asistencia especializada y el centro de salud. 2.5.- SERVICIO ÚTIL COMO HERRAMIENTA PARA LA GESTIÓN DE LA CALIDAD ASISTENCIAL El Servicio de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.), desarrollará un Sistema de Información útil para la toma de decisiones, tanto para la atención primaria como para especializada. El Sistema de Información para la Atención al Paciente, por tanto, va a ser un instrumento al servicio de la administración sanitaria en un doble sentido: • Como herramienta para mejorar la organización y la gestión de los servicios sanitarios. • Como herramienta para mejorar la gestión de la calidad asistencial. 3.- EVALUACIÓN DEL PROGRAMA S.A.I.P. La evaluación del programa que pone en funcionamiento los Servicios de Atención e Información al Paciente en la Comunidad Valenciana, tiene como base el desarrollo de dos líneas de estudio: • Las encuestas de población dirigidas a conocer el grado de confianza y satisfacción de los ciudadanos. • El análisis de los datos obtenidos a través del sistema de información implantado en todos los Servicios de Atención e Información al Paciente de nuestro Sistema Sanitario. PROGRAMA DE ACOGIDA Y DESPEDIDA DEL PACIENTE HOSPITALIZADO 1.- INTRODUCCIÓN El ingreso de un paciente en el Hospital supone en las familias una interrupción brusca del normal funcionamiento de la vida de las personas, producida por un hecho: la enfermedad. El ingreso en un medio desconocido para el paciente representa, directa o indirectamente, una fuente de estrés importante, a la que debe añadirse la sensación lógica de preocupación que el paciente tiene por su salud. Esta situación no elegida por la persona y a la que tiene que enfrentase, provoca en el paciente una alteración generalmente importante de su estado, que se califica como un “distress”. Su grado de afectación depende de factores tales como la gravedad de la enfermedad, los factores caracterológicos y emocionales del enfermo y su familia, las circunstancias ambientales que rodean al propio paciente y del modo de actuar el personal del hospital. La sensación de angustia y ansiedad, propia de la situación de “distress”, se relaciona en los pacientes adultos con los siguientes hechos: • Temor a la gravedad de la enfermedad que le aqueja. • Inseguridad por la separación de su hogar y su familia. • Intranquilidad por la interrupción de sus actividades profesionales. • Desconcierto ante lo desconocido: vida en el hospital, posibles pruebas dolorosas, etc. • Pérdida de independencia. • Perdida de la identidad (del rol social que juega a diario). • Pérdida de intimidad. • Preocupación por la pérdida de su imagen corporal. • Temor porque no se respete su pudor. Los menores y los ancianos temen, además y especialmente, la posibilidad de la pérdida de la protección familiar cuando ese ingreso hospitalario se produce. Así pues, si el ingreso de un paciente adulto genera sensaciones afectivas incómodas, el ingreso de un menor en el hospital constituye un episodio de especial relevancia, que si no discurre por los cauces adecuados, puede afectar, no sólo en el equilibrio psico-afectivo contemporáneo del paciente pediátrico, sino también en su desarrollo futuro. En el ingreso pediátrico hay que tener en cuenta, que el crecimiento y desarrollo físico, así como el grado de la maduración psicoafectiva, son tan diferentes entre las Humanización de la Atención Sanitaria 36 distintas edades, que las formas de comportamiento de los profesionales de la salud deben adaptarse estrechamente a las peculiaridades etarias. Sin embargo, sí podemos destacar y constatar que los menores presentan, en general, una especial labilidad psicoafectiva y cualquier agresión o amenaza de agresión, reales o imaginarias como pueda ser el ingreso hospitalario, pueden provocarle un trastorno de consecuencias muchas veces difíciles de prever, puesto que ante cualquier situación de amenaza, suele responder como una caja de resonancia, magnificando los efectos. Por otra parte, nunca puede abordarse al menor de forma aislada. Los padres o las personas que le cuidan, constituyen una parte tan indisociable del mismo, que siempre deben ser considerados en conjunto. El equilibrio y la adecuada capacidad de reacción del pequeño se relacionan en gran medida con la sensación de seguridad, tranquilidad y equilibrio que sus padres le transmitan. Este tamiz o barrera que los padres o tutores constituyen entre los niños y las circunstancias medioambientales, debe ser tenido muy en cuenta por los profesionales de la salud en el momento de abordar los ingresos pediátricos. Cuando un paciente pediátrico ingresa en un hospital, actúan sobre él factores tan distintos como: • La edad del menor. • El grado de desarrollo cognoscitivo, que condicionará la conciencia de los hechos que le están ocurriendo. • El temperamento. • La intensidad de afectación por la enfermedad (debilidad, dolor, impotencia funcional), que se relacionan con la capacidad y el tipo de respuestas del paciente. • La seguridad y apoyo que proporcionan los padres o tutores, en función de la cual, las amenazas que percibe el menor se harán menos temibles, y hasta las molestias físicas y el dolor serán más soportables. Junto a ello, hay que tener en cuenta, que la sensación de temor, ansiedad e incluso angustia que experimentan los menores cuando ingresa en el hospital, dependerá de: • Los riesgos o amenazas que sea capaz de percibir con el ingreso. • La información o preparación que tenga para el ingreso. • Que perciba el ambiente como hostil. • El comportamiento del personal hospitalario frío, distante hacia el menor. • Las conversaciones referidas a él mismo y a su situación poco tranquilizadoras (o por lo menos que así las pueda interpretar el menor). • La separación de su familia y amigos. • La actitud que perciba en sus padres o tutores: si los padres permanecen tranquilos y serenos, manteniendo su comportamiento habitual, el menor se tranquilizará; por el contrario, si muestran temor, nerviosismo o angustia, el niño reaccionará negativamente. Por otra parte, también hay que tener en cuenta, que el paciente, adulto o pediátrico, que es dado de alta está viviendo, en líneas generales, un momento de esperanza, que supone su reincorporación al hogar y al ritmo habitual de la vida con mayor o menor rapidez, aunque en algunas ocasiones, cuando el enfermo ha de pasar una convalecencia prolongada, o cuando su situación y su futuro son inciertos, la despedida del hospital puede constituir una circunstancia menos alegre. Pero en cualquier caso, la despedida del hospital, es uno momento en el que el paciente y su familia se encuentran especialmente receptivos, y por tanto, es un excelente momento para reforzar su confianza en los profesionales y en la institución y asegurar que el paciente cumpla con los cuidados y tratamientos que se le han aconsejado. Todo ello, se le explicará con el detenimiento y detalle que sea necesario, puesto que esta actividad constituye uno de los elementos de mayor importancia para su buena evolución. La percepción que pueda tener el paciente de nuestra preocupación por su salud y bienestar, depende, en parte, de la atención prestada en estos momentos. 2.- OBJETIVOS DEL PROGRAMA DE ACOGIDA Y DESPEDIDA El programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado, ya sea adulto o niño, pretende alcanzar los siguientes objetivos: 2.1.- OBJETIVOS GENERALES • Aumentar la confianza de los pacientes en los servicios asistenciales y los profesionales del sistema. • Acercar, personalizar e individualizar la atención al paciente hospitalizado. • Mejorar las condiciones que rodean el ingreso en el Hospital, para que no suponga una experiencia estresante para el paciente, y le pueda ayudar para que la recuperación sea más rápida y completa. • Incrementar la calidad percibida de los servicios para conseguir, que la salida del Hospital y la recuperación de la vida normal del paciente, se realice de manera satisfactoria. 37 2.2.- OBJETIVOS INTERMEDIOS • Fomentar y promover los factores que actúanpositivamente en el equilibrio y estabilidad emocional e intelectual del paciente cuando ingresa en un hospital. • Facilitar al paciente el apoyo necesario para que alcance el máximo nivel de recuperación posible, y conseguir que reafirme las percepciones positivas, que sobre el Hospital, ha ido teniendo durante su ingreso. • Mejorar la coordinación entre los diferentes servicios asistenciales del hospital y los niveles de atención del sistema de salud. • Colaborar en la educación sanitaria de los ciudadanos. 2.3.- OBJETIVOS ESPECÍFICOS • Generar en el paciente una impresión positiva sobre la estructura del Hospital y las actividades que en él se realizan, todas ellas, encaminadas a su curación. • Apreciar el interés de los profesionales del hospital para ayudar al paciente y hacerle agradable su estancia en el hospital. • Promover actividades para evitar que el paciente tenga la sensación de sentirse extraño en un medio desconocido y hostil. • Facilitar la adaptación del paciente a la vida diaria, cuando se produzca el alta hospitalaria. • Fomentar la participación de la familia en el proceso asistencial del paciente. 3.- ACTIVIDADES DEL PROGRAMA DE ACOGIDA Y DESPEDIDA EN EL HOSPITAL El proceso de ingreso en el hospital y el alta hospitalaria requieren la intervención de personas que dependen de diversos servicios del sistema hospitalario. Esta circunstancia hace, que el tratamiento de este proceso tenga que realizarse con una proyección global, con criterios de transversalidad funcional y teniendo en cuenta, solo, la situación del paciente, de tal manera que, todos los servicios hospitalarios que participan en él, desarrollen sus actividades encaminadas a conseguir, con eficacia y eficiencia, los objetivos que persigue el programa. Las actividades que va a desarrollar el programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado se concentran en los siguientes puntos: • Actividades relacionadas con la atención al paciente y su entorno. • Actividades relacionadas con la información al paciente y su entorno. • Actividades relacionadas con la coordinación de los servicios asistenciales. • Actividades relacionadas con la formación de las personas. 3.1.- ACTIVIDADES RELACIONADAS ATENCIÓN AL PACIENTE CON LA Al margen de la asistencia estrictamente sanitaria que se le presta al paciente, cuando una persona ingresa en el hospital, el primer contacto que se produce entre el paciente y sus familiares con la estructura organizativa del sistema hospitalario, se realiza a nivel del Servicio de Admisión. Las actividades que, desde este programa se quieren fomentar, van a estar relacionadas con las informaciones y habilidades de comunicación que, tanto los profesionales del Servicio de Admisión, como el personal sanitario y no sanitario de los diferentes servicios hospitalarios, tienen que poner en práctica durante el acompañamiento del paciente hasta que se formalice el ingreso con la llegada del paciente a la habitación. Tener un especial cuidado en estos aspectos de la atención sanitaria, nos va a permitir que la primera impresión que reciba el paciente sobre el Hospital sea positiva. El desarrollo del programa de Formación en Humanización, pondrá a disposición de las personas que trabajan en la atención al paciente los conocimientos y las habilidades necesarias, para que en todo momento, la información y el trato al paciente y su familia sea correcto. Una información ajustada a las necesidades de cada paciente en cada momento y un trato que sin que resulte excesivamente formal y frío, tampoco caiga en lo exageradamente familiar o en lo inapropiadamente amistoso que pueda interpretarse de forma errónea. Cuando se formalice administrativamente el ingreso del paciente en el hospital, el traslado del mismo al área de hospitalización se realizará guiado por personal del hospital. Se le ofrecerá que pueda ser acompañado durante el recorrido con un familiar, para que el paciente no se sienta desamparado. Si el ingreso del paciente se produce a través de los servicios de urgencia del hospital, el médico responsable informará al paciente y familiares de las circunstancias que aconsejan el ingreso, indicándole el lugar en donde debe formalizarlo administrativamente. La manera de comunicar el ingreso hospitalario al paciente es muy importante para poder generar confianza y serenidad, y en todo caso se realizará, observando una actitud que evite crear alarmas innecesarias en el paciente Humanización de la Atención Sanitaria 38 o situaciones que alteren su equilibrio afectivo. Desde el servicio de admisión se le prestará al paciente, familiar o acompañante la ayuda necesaria para poder paliar las contingencias que en un ingreso de urgencia puedan aparecer. Durante el periodo de espera para ser traslado al servicio de hospitalización, el paciente podrá estar acompañado de un familiar que, en todo momento, le prestará el apoyo que necesite. Una vez trasladado al servicio de hospitalización, habrá un personal de enfermería que será el encargado de recibir al paciente. Este personal de enfermería, además de realizar las tareas de información al paciente, deberá estar especialmente adiestrado para que, en las tareas de atención al paciente, sea capaz de trasmitir las siguientes sensaciones: • Confianza en los profesionales que le van tratar su enfermedad, y confianza en la capacidad del Hospital para resolver sus problemas de salud. • Tranquilidad y sosiego en un paciente que esta preocupado. • Afectividad e interés en prestarle una correcta atención y disposición para ayudarle en todas sus necesidades. Cuando el ingreso hospitalario afecte a un paciente pediátrico, la atención que prestaremos revestirá una peculiaridades especificas: • La relación con el menor será siempre cálida, y con más expresión de afectividad, dirigiéndose a él siempre por su nombre. • La relación directa con el menor deberá mostrar una expresión sonriente, hablando en tono suave y tranquilizador. • Evitaremos en la atención, movimientos bruscos o actitudes rígidas, que puedan ser interpretadas por el menor de forma negativa. El personal de enfermería encargado de recibir al paciente pediátrico en el Área de Hospitalización además de transmitir confianza, tranquilidad y afectividad, deberá transmitir al menor y a los padres o tutores las siguientes sensaciones: • Transmitir al menor, una vez más, la seguridad de que sus padres o tutores le acompañarán de modo permanente mientras este hospitalizado. • Transmitir al menor el interés de todos los profesionales del hospital, en curarle y en que se encuentre a gusto durante su ingreso. • Transmitir a los padres o tutores, la importancia que para el menor tiene su compañía, siempre que se comporten de forma tranquila, sosegada y sean capaces de transmitirle seguridad y de crear un clima sereno y estimulante en torno a su hijo. En el caso de que el Hospital disponga de personal voluntario preparado, éste desempeñará unas actividades complementarias a las de los profesionales, sin que en ningún momento interfieran con las mismas. Estas actividades irán dirigidas a: • Realizar actividades relacionadas con el ocio de los menores. • Labores de acompañamiento a los menores y su familia. • Sustituir transitoriamente a quien acompaña al menor cuando tenga que ausentarse por razones de necesidad. Si a lo largo del ingreso hospitalario, al paciente o a sus familiares les surgiera algún tipo de incidencia, consultarán con el S.A.I.P., en donde le ayudarán y harán todo lo posible por solucionar su problema. Cuando el paciente vaya a ser dado de alta, dentro del programa de despedida del paciente hospitalizado, el personal de enfermería o supervisores del área de hospitalización recabarán la opinión del paciente sobre las condiciones en las que ha discurrido el ingreso hospitalario. 3.2.- ACTIVIDADES RELACIONADAS INFORMACIÓN AL PACIENTE CON LA La actividad informativa al paciente tiene, un amplio abanico de finalidades entre sus objetivos. En el programa de acogida y despedida al paciente hospitalizado, junto a todas estas finalidades, la actividad informativa estará dirigida, además, a lograr, lo antes posible, la adaptación del paciente a la vida diaria del hospital, ya que el ingreso hospitalario va a suponer un cambio importante en las costumbres del paciente, sometiéndose a una disciplina con la que no está familiarizado. El aspecto formal de la información requiere de aspectos formativos de las personas que trabajan en el sistema, para que adquirieran la destreza sobre cómo o de qué manera se debe de informar al paciente, para que, por una parte, sean capaces de trasmitir la información de una manera pedagógica y comprensible, y por otro, se evite herir la sensibilidad de una persona enferma que siente de manera muy especial todo aquello que le rodee. El tipo de información que reciba el paciente será diferente dependiendo del momento: 3.2.1.- Información antes del ingreso hospitalario Cuando un paciente, de manera programada ingresa en el hospital, con anterioridad a ello, el médico responsable le habrá explicado las causas que motivan el ingreso en el hospital, y todas aquellas circunstancias, ya 39 sean diagnósticas o terapéuticas, relacionadas con su enfermedad. El médico responderá todas aquellas preguntas que le realice el paciente hasta resolver todas las dudas que se pudieran haber producido. Toda esta información que el médico le dará al paciente, será la base del consentimiento que el paciente realizará para poder ser tratado y que se formalizará una vez que el paciente este ingresado en el hospital. Junto a ello, se informará también al paciente de: • El día del ingreso. • La hora que debe de acudir al hospital. • El lugar en donde debe de formalizar el ingreso. • El número de teléfono del Servicio de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.) que será utilizado por el paciente en caso de duda o por surgir alguna contingencia previa al ingreso. • Las precauciones que debe considerar para acudir al hospital (qué llevar, qué no llevar , etc.). Si el ingreso en el hospital se realiza a través del servicio de urgencias, el médico responsable, informará al paciente y a su familia de las causas que aconsejan su ingreso en el hospital. 3.2.2.- Información en el momento del ingreso hospitalario La información al paciente, una vez formalizado el ingreso hospitalario, correrá a cargo del personal de enfermería responsable del servicio de hospitalización. La información que recibirá el paciente en el momento del ingreso, se centrará esencialmente en: • El personal de enfermería entregará y explicará el contenido de la Carta al Paciente de la Comunidad Valenciana. En ella, estarán recogidos los derechos de los pacientes, la manera en que el paciente puede colaborar con el sistema para mejorar el funcionamiento de los servicios, las expectativas y compromisos que adquiere la Conselleria de Sanidad con sus ciudadanos, y aquella información general que pudiera ser de utilidad para el paciente. • La “guía del hospital”, en donde se explicarán las normas de funcionamiento, y toda aquella información relacionada con los servicios que el ciudadano puede encontrar en el hospital. Antes de finalizar el año 2004, la guía del hospital será sustituida por la Carta al Paciente del Área de Salud correspondiente, la cual contendrá un mayor nivel de información y de compromiso por parte de los gestores de las áreas de salud. • Cuando el ingreso hospitalario revista unas condiciones especiales de gravedad, el personal de enfermería responsable del servicio informará a los familiares de los pacientes, de que en el hospital pueden disponer de un psicólogo que dentro de los programas de psiquiatría de enlace, les tratará de forma precoz y con carácter preventivo cualquier proceso psicológico derivado del impacto originado por las causas del ingreso. 3.2.3.- Información durante el ingreso hospitalario La información que el paciente recibirá durante su ingreso hospitalario tendrá como objetivo, colaborar en la educación sanitaria de los ciudadanos. Para ello, el personal de enfermería encargado de prestar la atención y los cuidados al paciente, mientras éste se encuentre ingresado, realizarán actividades encaminadas a promocionar la salud del paciente fomentando hábitos y costumbres saludables que colaboren en la prevención de enfermedades de gran prevalencia entre la población general. Si el paciente, o su familia, precisara durante el ingreso algún tipo de información o surgiera algún tipo de incidencia que las personas del área de hospitalización no pueden solucionar, la consulta se remitirá a los Servicios de Atención e Información al Paciente (S.A.I.P.) en donde harán todo lo posible para resolverla. 3.2.4.- Información en el alta hospitalaria Una vez el paciente esté en condiciones de recibir el alta hospitalaria, el médico responsable del proceso le informará de todos aquellos aspectos relacionados con la causa que haya originado el ingreso hospitalario. Así mismo, el médico responsable del paciente emitirá un informe de alta en donde se especificarán con claridad: • Los datos del paciente. • El resumen de su historial clínico. • La actividad asistencial que se le ha prestado. • El diagnóstico de su patología. • Las recomendaciones terapéuticas. Cuando las instituciones sanitarias precisen la colaboración de los pacientes para realizar estudios sobre encuestas de satisfacción y calidad percibida, el personal de enfermería supervisor/a del servicio hospitalario informará al paciente de la importancia y trascendencia que estos trabajos tienen para mejorar la calidad de los servicios asistenciales, explicándole la metodología que se tiene aplicar para que la cumplimentación sea correcta. En todo caso, cuando el paciente sea dado de alta en el hospital, se adjuntará en el informe clínico un teléfono de contacto, que le pueda permitir al paciente y su familia aclarar cualquier duda que le pudiese surgir una vez llegado a su domicilio. Humanización de la Atención Sanitaria 40 3.3.-ACTIVIDADES RELACIONADAS CON LA COORDINACIÓN DE LOS SERVICIOS ASISTENCIALES La atención sanitaria constituye, en sí misma, un proceso de extraordinaria complejidad. El ingreso hospitalario, con todas las connotaciones que hemos expuesto, tiene su repercusión más importante en los resultados finales de satisfacción que el paciente va a experimentar en el momento del alta hospitalaria. El planteamiento general del programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado, coincide plenamente con el espíritu que guía al Plan de Humanización de la Atención Sanitaria, y que no es otro, que poner al paciente en el centro de todas las actividades del sistema. Para ello, y siguiendo estas indicaciones, desde los órganos de gestión, se dispondrá de los medios que sean precisos para que sean los propios servicios asistenciales los que se adapten, en el momento del ingreso, a las necesidades del paciente, evitando de esta manera, que sea el propio paciente, un agente pasivo que se adapta al complicado funcionamiento del hospital. Las actividades de coordinación, por tanto, irán encaminadas a que el proceso del ingreso hospitalario se agilice cuanto sea posible, lo cual resulta muy importante porque constituye la primera demostración de eficacia y eficiencia que el sistema hospitalario exhibe ante el paciente. Teniendo en cuenta que uno de los objetivos de este programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado es mejorar la coordinación entre los servicios para conseguir que las esperas antes del ingreso sean lo más breves posibles, tanto en el Área de Admisión como en la propia Área de Hospitalización, habrá que desarrollar actividades, por parte de todos los servicios implicados, que nos permitan mejorar la calidad del proceso que afecta al ingreso de los pacientes. El ingreso hospitalario se produce fundamentalmente de dos maneras: • Ingreso programado del paciente en un servicio de hospitalización: en este caso, el servicio de admisión del hospital se pondrá en contacto con el paciente, al menos dos días antes de que se produzca el ingreso, indicándole el día, hora y lugar en donde se tiene que personar para proceder a su ingreso hospitalario. • Ingreso hospitalario del paciente a demanda del servicio de urgencia: en este caso, una vez decidido el ingreso del paciente por el médico de urgencia en un servicio hospitalario y comunicado al servicio de admisión, el personal de enfermería del servicio de urgencia indicará a los familiares del paciente las pautas de actuación para proceder al ingreso hospitalario. Una vez se ha realizado el registro administrativo del ingreso hospitalario y la asignación de cama, desde el servicio de admisión se comunicará al personal de enfermería del área de hospitalización correspondiente, el traslado del enfermo para preparar su recepción en el servicio, facilitando que, este, se pueda realizar acompañado de un familiar que le pueda prestar su ayuda y su apoyo en todo momento. La recepción del paciente en el servicio de hospitalización estará a cargo del personal de enfermería, quién atenderá e informará la paciente y su familia siguiendo los criterios que establece este Plan de Acogida y Despedida del Paciente Hospitalizado. De la misma manera, cuando un paciente sea dado de alta en el hospital, será necesario desarrollar un protocolo de actividades en la coordinación de los servicios, que nos permita realizarla de manera más adecuada posible evitando demoras innecesarias que causen quebrantos en un paciente todavía no recuperado en su totalidad. El alta hospitalaria será indicada por el médico responsable del paciente, y salvo situaciones excepcionales, será extendida en las primeras horas de la mañana. Una vez se haya decidido el alta hospitalaria, el personal de enfermería responsable del paciente, comunicará este hecho, lo más rápidamente posible, al servicio de admisión del hospital. Si por indicación médica en el momento del alta hospitalaria, el paciente precisara transporte sanitario hasta su domicilio, será igualmente comunicado por el personal de enfermería al servicio de admisión del hospital, en donde se harán los tramites oportunos con los servicios de ambulancias para poner a disposición de los pacientes el transporte sanitario. Para ello, y para evitar esperas innecesarias de los pacientes en lugares inapropiados, el hospital se comprometerá en el traslado del enfermo a su domicilio a una hora determinada. El cumplimento de estos compromisos horarios, constituirán unos de los criterios que definan la calidad del servicio que, en materia de transporte sanitario, presta el hospital. Establecida la hora de la marcha del paciente, el personal de enfermería responsable ordenará, al personal no sanitario, el traslado al lugar de recepción para su transporte al domicilio. 3.4.- ACTIVIDADES RELACIONADAS FORMACIÓN DE LAS PERSONAS CON LA La formación especifica de todas las personas que participan en el proceso asistencial del paciente, constituye uno de los elementos esenciales, que tenemos que tener en cuenta, para poder alcanzar los objetivos que se plantean, 41 el desarrollo de cada uno de los programas que contiene el Plan de Humanización de la Atención Sanitaria de la Comunidad Valenciana. El Programa de Formación en Humanización basa una parte de su contenido en la adquisición de conocimientos, técnicas y habilidades que permitan a las personas comunicarse mejor con el entorno, teniendo en cuenta, las diversas circunstancias que rodean a la situación del paciente. El programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado, se asienta, fundamentalmente, en el desarrollo de actividades vinculadas con las relaciones humanas, la comunicación y la información al paciente. Aplicar en la práctica cotidiana el contenido de los programas que conforman la Humanización de los servicios, requiere un periodo de estudio, aprendizaje y adquisición de habilidades. La actividad formativa estará dirigida a todas las personas que, directamente o indirectamente, intervienen en el proceso que establece este programa de acogida y despedida del enfermo hospitalizado. En este sentido, el esfuerzo formativo de la Conselleria de Sanidad, irá encaminado a resaltar la importancia que tiene, en la relación con los pacientes, no sólo el hecho propio de la atención y la información que se les presta, sino también la gran importancia que tiene la manera en que se realiza para que la relación resulte satisfactoria. 4.- EVALUACIÓN DEL ACOGIDA Y DESPEDIDA PROGRAMA DE La evaluación que la Conselleria de Sanidad va a establecer para conocer y evaluar la mejora de la calidad asistencial de los servicios sanitarios, referidos al programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado, correspondientes al Plan de Humanización de la Atención Sanitaria, va a tener dos planos de actuación: • Evaluación de parámetros objetivos relacionados con la coordinación de los servicios y actividades formativas. • Evaluación subjetiva sobre la atención e información que el paciente recibe en el proceso de ingreso y alta hospitalaria a través de encuestas de satisfacción y calidad percibida. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana, 2000. 2. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Formación para la Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 3. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Programa SAIP: Servicio de Información y Atención al Paciente. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 4. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana: Programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 5. Berwick DM, Godfrey AB, Roessner J. Curing Health Care: New strategies for Quality Improvement. San Francisco: Jossey-Bas, 1990. 6. Williamson JW. Formulating priorities for quality assurace activity: description of a method and it application. JAMA 1978; 239: 631-637. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 42 3 43 3 POLÍTICAS DE CALIDAD D I R I G I D A S A L O S CIUDADANOS Si algo tiene que definir la próxima década en materia sanitaria, una de las actividades más importantes que habrá que potenciar, va a ser precisamente la participación directa e indirecta de la propia sociedad civil en la orientación que deben tener nuestros servicios asistenciales. Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Joaquín Ibarra Huesa Dr. Vicente Saurí Martí Dra. Mercedes Casquero de la Cruz Dr. Joaquín Palomar Macián Dr. Gabriel Bernat Condomina Si analizamos el resultado de los datos de la gestión realizada en nuestros hospitales y en nuestros centros de salud en la ultima década, podemos entender fácilmente, que hemos finalizado un ciclo en donde el objetivo fundamental de todas las actividades se ha centrado en la gestión de los servicios sanitarios, y cuyos resultados en nuestra Comunidad podemos catalogar como satisfactorios. - Haber disminuido en los últimos cinco años las listas de espera quirúrgica un 78 %. Es sabido que en los últimos años, nuestros servicios sanitarios han pasado de ser servicios administrados a servicios gestionados. Este cambio de cultura en el mundo sanitario constituyó un gran hito, fundamentalmente en la década de los años noventa, en donde los criterios economicistas y de racionalización de recursos constituyeron los objetivos fundamentales de las políticas sanitarias. Este cambio cultural introdujo en las administraciones públicas nuevas formas y modos de actuar que, teniendo como referencia las buenas experiencias de gestión que nos aportaba el mundo de la empresa, nos abrió y nos sigue abriendo en la actualidad expectativas en nuestras responsabilidades de trabajo. Unos nuevos horizontes de futuro que, desde las administraciones públicas, no sólo vamos a tener que afrontar, sino que en muchos casos vamos a tener que asumir. Afrontar y asumir hoy ese reto de futuro supone, sin duda alguna, trabajar para mejorar la calidad de los servicios. Porque no se trata sólo de prestar servicios, ni de ofertar nuevos servicios a los ciudadanos; se trata de establecer en un futuro próximo cómo se ofertan estos servicios y qué impacto tiene el servicio que se presta en el propio ciudadano. En este nuevo modo de entender la prestación de servicios por parte de las administraciones públicas, el papel del ciudadano se dignifica en su representación como persona. El paciente constituye el centro de nuestros objetivos y el eje de nuestras actividades, lo que supone que, junto a todas las actividades científico-técnicas que rodean a la atención sanitaria, desarrollemos y fomentemos desde la administración, políticas de salud no sólo dirigidas a los ciudadanos, sino políticas de salud con los ciudadanos, junto a los ciudadanos. - Haber aumentado la actividad quirúrgica en nuestros hospitales una media del 36%. - Haber aumentado el número de consultas en atención especializada un 35 % - Haber completado la cobertura hospitalaria de las áreas de salud de nuestra comunidad con la construcción de nuevos hospitales, y de esta manera conseguir vertebrar sanitariamente nuestra Comunidad para hacerla mas justa y equitativa, ha sido una labor de gran esfuerzo presupuestario en estos cinco últimos años. - Tener a fecha de hoy una cobertura del nuevo modelo en Atención Primaria del 86% constituye, en sí mismo, un reto que tenemos planteado en la Conselleria de Sanidad, para que antes de finalizar la legislatura, la cobertura sea total en todas las zonas que componen nuestras áreas de salud. Junto a ello, con imaginación, con mucho trabajo y muchos problemas, hemos sido capaces de poner en funcionamiento nuevas fórmulas de gestión como el Hospital de Alcira o hemos implantado un Plan de Choque Quirúrgico que ha constituido, sin duda alguna, una garantía para que nuestros pacientes, no sólo pudieran ser tratados de la forma más adecuada, sino que también lo pudieran hacer en el tiempo más adecuado. Un eslabón donde los esfuerzos se han concentrado, liderado por los magníficos profesionales del sistema, ha sido en mejorar la calidad científico-técnica de los procesos asistenciales, y otro, en la consecución de objetivos políticos importantes, tales como, haber sido capaces de Humanización de la Atención Sanitaria 44 diseñar un equitativo. sistema sanitario universal, solidario y Haber conseguido los objetivos de gestión imponen abrir un nuevo ciclo en la Sanidad Valenciana. Una nueva etapa con nuevos objetivos y nuevas actividades que nos acerquen a la nueva realidad social, que nos permitan adaptarnos con facilidad a las nuevas necesidades emergentes que se están produciendo y se van a producir en un futuro en nuestra Comunidad. Un cambio que en la Comunidad Valenciana, va a tener como protagonistas tres proyectos de gran relevancia, como son: • El Plan de Humanización de la Atención Sanitaria de la Comunidad Valenciana. • El Plan de Salud de la Comunidad Valenciana. • La Ley de Ordenación Sanitaria de la Comunidad Valenciana. En este proyecto de futuro, el Plan de Humanización de la Atención Sanitaria constituye una de las piezas fundamentales del cambio, cuyos objetivos se van a central esencialmente, en la búsqueda de la calidad en cada uno de los servicios que prestamos desde nuestros hospitales o centros de salud. Hoy la Humanización de la Atención Sanitaria pretende, ante todo, ser un objetivo utópico de calidad. ¿Qué es lo que desde la Conselleria de Sanidad queremos conseguir con el Plan de Humanización?: El Plan de Humanización lo que fundamentalmente quiere conseguir es la confianza de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana, que los pacientes tengan confianza en los profesionales que les atienden, en los servicios y en las instituciones que les atienden, y en última instancia, que los ciudadanos tengan absoluta confianza en el sistema sanitario que les atiende. Centrar nuestros esfuerzos en conseguir la confianza de los ciudadanos, es lo que confiere a este Plan de Humanización un carácter innovador. Porque intentar conseguir la satisfacción de los pacientes que atiende el sistema sanitario, sin antes haber conseguido su confianza, constituye un error importante. Un error que paradójicamente nos puede conducir a la ineficacia y a la ineficiencia. La satisfacción de los pacientes o los consumidores de cualquier servicio es una relación entre lo que uno espera encontrar y lo que verdaderamente encuentra. Pero hay que tener en cuenta que las expectativas de los pacientes son crecientes e ilimitadas y que, una vez colmadas, exigen más esfuerzos y más recursos produciéndose de esta manera, una espiral que, sin el esfuerzo necesario, podría hacernos caer en la ineficacia y a la ineficiencia. Por ello, nuestra apuesta está en la confianza. Lograr la confianza para mejorar los servicios y lograr la satisfacción de los ciudadanos, serían nuestros planteamientos de futuro; serían los fines que persigue nuestro Plan de Humanización. Un Plan, que por otra parte, tiene otros objetivos intermedios que son necesarios conseguir para llegar a la confianza. Porque difícilmente podremos alcanzar esta confianza, si no acercamos los servicios al ciudadano y desarrollamos fórmulas eficaces de comunicación interpersonal y de comunicación de nuestro propio sistema de salud con la sociedad. Difícilmente podremos alcanzar esta confianza si no reforzamos la faceta humana de nuestros profesionales y de las personas que trabajan en nuestro sistema sanitario, para que sean capaces de recuperar la ilusión en realizar su trabajo cotidiano, y donde además, sean capaces de descubrir un espacio donde puedan hacer realidad los proyectos individuales de futuro de cada una de las personas. De la misma manera, difícilmente podremos alcanzar la confianza de nuestros ciudadanos si no somos capaces, desde las direcciones de nuestros centros asistenciales, de liderar todos estos procesos y, al mismo tiempo, instaurar e implantar la dirección por valores como un instrumento esencial en la humanización de nuestros servicios. En última instancia, difícilmente podremos alcanzar la confianza de nuestros ciudadanos, si no somos capaces de establecer un marco de colaboración y de participación entre la sociedad civil y la administración, un marco que haga posible diseñar un espacio de trabajo y participación, donde la sociedad pueda desarrollarse y tenga una responsabilidad que cumplir. Para poder alcanzar estos objetivos, el Plan de Humanización desarrolla seis líneas de acción, cada una de los cuales despliega una serie de actividades muy específicas y definidas en el tiempo, que hemos desarrollado en otro capítulo. Hagamos una referencia explícita a todas aquellas actividades del Plan que desarrollan una clara voluntad de participación de la sociedad civil y de los profesionales. Partiendo de la premisa que la participación va a ser uno de los elementos más importantes que va a caracterizar la prestación de servicios públicos en los próximos años, nuestro Plan de Humanización plantea que no sólo es necesario conocer cuáles son las demandas de nuestra sociedad en materia sanitaria, y realizar encuestas u otro tipo de estudios, para conducir los servicios hacia las necesidades de los pacientes. Siendo esto importante, es preciso establecer también con las propias organizaciones sociales, vínculos de colaboración mutua y de corresponsabilidad. El vínculo de participación que estable el Plan de Humanización, lo establece fundamentalmente a dos ámbitos: 45 • En el ámbito de la información y la Comunicación. • En el ámbito de la subsidiariedad de las actividades. El Plan de Humanización de la Atención Sanitaria se refuerza mediante la insistencia en la información, que debe ser bidireccional. Una información que ha de producirse, tanto desde las instituciones al ciudadano, como del ciudadano a las instituciones. Esta información participativa tiene como centro de actividad al programa S.A.I.P. El nuevo Servicio de Atención e información al Paciente no quiere ser el muro de las lamentaciones y las quejas de los pacientes. Este programa nace con una verdadera vocación de servicio al paciente; con vocación de comunicación con el paciente para oírle atenderle y en todo caso solucionarle el problema que le pudiera preocupar. Este servicio nace con vocación de informar al paciente, pero también para ser informado por el paciente, porque con la información que el paciente nos haga llegar, queremos desarrollar una herramientas útil para mejorar la gestión de nuestros servicios asistenciales. Junto a ello, la información participativa en nuestro Plan de Humanización quiere establecer con las organizaciones sociales (asociaciones de consumidores o asociaciones de vecinos) vínculos de relación directa. Unos vínculos de colaboración, que bajo la supervisión directa de la Consellería de Sanidad, conviertan a estas organizaciones sociales en agentes de información sanitaria al servicio de los ciudadanos. A través de esta colaboración directa, nos acercaremos más a los problemas que en materia de salud tienen nuestros ciudadanos y, por tanto, nos permitirá comunicarnos mejor con ellos, permitiéndonos establecer redes de confianza y de satisfacción. La próxima década va a ser la década de la sociedad de la información y del conocimiento compartido, en donde las redes de información y la tecnología que las hace posibles van a marcar la dinámica de las propias sociedades. Es necesario que desde las administraciones públicas comencemos a comprender esta nueva dinámica que va a marcar el futuro de nuestras sociedades y comencemos también a adaptarnos a estas nuevas necesidades que, en definitiva, son demandas donde los ciudadanos quieren participar de la información y van a querer hacer partícipes a la administración de su propia información, con ese carácter bidireccional del que antes hacía referencia. El Plan de Humanización apuesta por el desarrollo de la red con la creación de un portal de información dirigido al ciudadano donde tenga una buena información; una información veraz, avalada por la autoridad sanitaria, que le haga sentirse seguro y confiado. Un portal donde el ciudadano pueda colaborar y ser útil a sus instituciones desde su experiencia como paciente. Adaptarnos desde las administraciones públicas a esta sociedad de la información y del conocimiento compartido de las próximas décadas, es el reto que también tiene planteado nuestro Plan de Humanización, para no vivir de espaldas a todas aquellas transformaciones y aquellos proyectos de futuro que van a imponerse en nuestras sociedades y que van a cambiar nuestra fórmula de convivencia. Si ahondamos en los objetivos que persigue el Plan de Humanización, si lo que queremos a través de la implantación de este Plan es lograr la confianza de nuestros ciudadanos, uno de los valores clave que tenemos que transmitir a la sociedad es el compromiso y la voluntad de hacer realidad nuestros proyectos. Por ello, con el deseo de transmitir ese compromiso y de transmitir esa voluntad, el Plan de Humanización establece un marco de relación con los ciudadanos a través de la carta al paciente. La Carta al Paciente de la Comunidad Valenciana, y las cartas locales de nuestras Áreas de Salud, van a constituir un compromiso de calidad del Gobierno Valenciano y de los gestores, con los pacientes y los ciudadanos de nuestra Comunidad. La carta al paciente de la Comunidad Valenciana y las cartas locales de las Áreas de Salud, van a constituir, por tanto, la voluntad de la Consellería de Sanidad por hacer las cosas cada vez mejor; una voluntad y un compromiso, que en ultima instancia, es un deseo de transmitir confianza en las instituciones. Junto a todo ello, una de las aportaciones importantes de este Plan de Humanización de la Atención Sanitaria, es incorporar el papel de subsidiariedad que las organizaciones sociales pueden tener en determinadas actividades de carácter sanitario. El fomento de la actividad solidaria a través del voluntariado o el desarrollo de programas de ayuda o autoayuda para enfermos (o para familiares de enfermos), constituye un marco de colaboración y de participación muy importante que se establece y se especifica en nuestro Plan de Humanización. Delimitar espacios de responsabilidad y vínculos de cooperación con las asociaciones de enfermos o asociaciones de voluntarios, no sólo nos van a ayudar a que podamos comprendernos mútuamente mejor sino que además, nos van a ayudar también a mejorar la calidad asistencial de los enfermos, porque a través de estos programas podremos prestar una atención que, de otra manera difícilmente podríamos realizar desde la administración. Otro punto de vista que tiene en cuenta el Plan de Humanización es la importancia que tiene la participación y la implicación de todos los profesionales sanitarios o no Humanización de la Atención Sanitaria 46 sanitarios del sistema, para poder ejecutar con éxito este proyecto. Porque realizar un cambio en la cultura asistencial en el sistema, difícilmente se puede realizar sin la participación y la colaboración de los profesionales. Desde la administración podemos fomentar, favorecer, sentar bases, etc., pero al final, son las personas que trabajan en el sistema, los verdaderos protagonistas y los verdaderos artífices en la implantación de los proyectos. En este sentido, hemos querido que el Plan de Humanización de la Atención Sanitaria de la Comunidad Valenciana, contara con la participación de los profesionales. Una participación que hemos podido materializar en actividades importantes, como ha sido la elaboración de la información médica de carácter básico dirigida a nuestros pacientes y ciudadanos. Una información que a través de las propias sociedades científicas estamos trabajando, y que han puesto de manifiesto la voluntad de colaboración de nuestros profesionales, en todo aquello que afecta a la sociedad. Junto a ello, también hemos querido que uno de los ejes de acción más importante en nuestro Plan de Humanización, sea la formación de todos los estamentos que integran nuestros servicios asistenciales, ya que la formación constituye uno de los pilares básicos que debe de tener una sociedad moderna para tener unos servicios asistenciales de calidad. El Plan de Humanización de la Atención Sanitaria, quiere establecer a través de la formación, un elemento catalizador del cambio cultural de las personas que trabajan en nuestra organización sanitaria. Un cambio que pretende mejorar la comunicación con los ciudadanos, estableciendo con ellos una relación más abierta, una información más fluida y un ambiente más afectivo y con mayor empatía. Si queremos conseguir que el proceso de Humanización de los servicios sea una realidad, es indispensable, que a través de la formación hagamos partícipes a las distintas personas que colaboran en el proceso asistencial. Se les debe ofrecer una formación en Humanización de todas aquellas actitudes, habilidades y técnicas asociadas a la comunicación que puedan ser útiles para mejorar el nivel de confianza de nuestros ciudadanos y nos permitan aumentar la percepción de la calidad de los servicios. Una formación, en definitiva, que sepa desarrollar y poner de manifiesto la importancia y la relevancia que tiene el capital humano en el ejercicio de nuestro trabajo asistencial; pero también, que sepa valorar la importancia que el capital humano tiene en la capacidad de poder llevar a cabo cualquier tipo de proyecto o cualquier tipo de empresa. 47 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana, 2000. 2. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Formación para la Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 3. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Programa SAIP: Servicio de Información y Atención al Paciente. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 4. Dirección General para la Atención al Paciente, Conselleria de Sanitat. Plan de Humanización de la Atención Sanitaria en la Comunidad Valenciana: Programa de acogida y despedida del paciente hospitalizado. Valencia: Generalitat Valenciana, 2001. 5. Escrihuela FJ. Responsabilidad sanitaria. Jano 1986; 751: 11-43. 6. Gallego SY. Los derechos del paciente: problemática práctica. Med Clin 1993; 14: 538-41. 7.Hayes BE. Cómo medir la satisfacción del cliente. Barcelona: Gestión 2000, 2000. 8. Eddy DM. The challenge. JAMA 1990; 263: 287290. 9. Muir Gray JA. Cómo tomar decisiones en gestión y política sanitaria. Madrid: Churchill Livingstone, 1997. 10. Hayward RS, Wilson MC, Tunis SR, Bass EB, Guyatt GH. ¿Cómo utilizar las guías de práctica clínica?. ¿Cuáles son las recomendaciones?, ¿me ayudarán en la asistencia a mis pacientes?. JAMA 1997; 83-86. 11. Lobo F. El gasto público en asistencia farmacéutica en España. En: Medicamentos: política y economía. Barcelona: Masson, 1999. 12. Mira JJ, Rodríguez-Marín J, Tirado S, Sitges E. Semejanzas y diferencias entre Satisfacción y Calidad Percibida. Rev Calidad Asistencial 2000;15: 36-42. 13. Robbins JA, Bertakis KD, Helms LJ, Azari R, Callahan EJ, Creten DA. The influence of physician practice behaviors on patient satisfaction. Fam Med 1993; 25: 17-20. 14. Mira JJ, Buil A, Vitaller J, Rodríguez-Marín J, Gosalbez C. Calidad del servicio hospitalario percibida por sus clientes potenciales y reales. Rev Calidad Asistencial 1996; 11: 208-214. 15. Mira JJ, Galdón M, Ignacio García E, Velasco MV, García S, Vitaller J, et al. ¿Qué hace que los pacientes estén satisfechos? Análisis de la opinión de pacientes y profesionales mediante la técnica Delphi. Rev Calidad Asistencial 1999; 14: 165-178. 16. Mira JJ, Aranaz J, Rodríguez-Marín J, Buil JA, Castell M, Vitaller J. SERVQHOS: un cuestionario para evaluar la calidad percibida de la asistencia hospitalaria. Medicina Preventiva 1998; IV: 12-18. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 48 4 49 4 LA SATISFACCIÓN DEL PACIENTE: ENTRE EL COMPROMISO ÉTICO Y LA EVALUACIÓN DEL RESULTADO confort, medios y capacidad organizativa se refiere. Por esta razón, se afirma que los profundos cambios culturales, económicos y tecnológicos que se iniciaron a finales del pasado siglo XX en las sociedades desarrolladas, han despertado nuevas expectativas que obligan a cambios en el diseño de los procesos asistenciales para lograr satisfacer plenamente a los pacientes. Dr. José Joaquín Mira Solves Dr. Jesús Rodríguez Marín Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Joaquín Ibarra Huesa Dr. Vicente Saurí Martí Dra. Mercedes Casquero de la Cruz En este contexto no es extraño que los gobiernos de los países de la Unión Europea se hayan fijado, entre sus objetivos, los de asegurar y aumentar la efectividad diagnóstica, terapéutica o rehabilitadora, al mismo tiempo que incrementar la confianza de los ciudadanos con sus profesionales sanitarios, dispositivos asistenciales y, en definitiva, con su Sistema de Salud. Para lograr estos objetivos, se han puesto en marcha algunas iniciativas para asegurar e incrementar los niveles de satisfacción de los pacientes con las atenciones sanitarias recibidas. 1.- INTRODUCCIÓN En 1997, según el Centro de Investigaciones Sanitarias, un 65,5% de los españoles eran de la opinión de que el funcionamiento del Sistema Sanitario público era satisfactorio. Un 26,7% creía que necesitaba cambios importantes, y sólo un 6,1% consideraba que precisaba de profundos cambios para mejorar su funcionamiento. En 1999, el 66,2% de los ciudadanos opinaban que funcionaba satisfactoriamente aunque un 6,6% creía que necesitaba cambios en profundidad. Los datos del CIS apuntan a que mientras que en 1985 un 6% de los pacientes atendidos en el Sistema Público de Salud de nuestro país habían presentado una reclamación, esta cifra se había incrementado en 2,6 puntos porcentuales en 1999, tendencia creciente que se mantiene (el INSALUD informa en su memoria anual de 1999 que en solo un año el número de reclamaciones se había incrementado en un 6,79%, abriendo 720 expedientes de indemnización económica y liquidando indemnizaciones en ese año por un importe superior a los 480 millones de pesetas). Los avances en la Medicina, el notorio incremento de los recursos del Sistema Sanitario, el esfuerzo organizativo que se ha realizado en los centros asistenciales o la evidente preocupación por satisfacer al paciente, no se han visto siempre correspondidas por una opinión lo suficientemente positiva entre los ciudadanos. Una de las razones que se aducen para explicar esta divergencia estriba en que los ciudadanos, a medida que ven incrementado su nivel de vida, se vuelven más exigentes hacia el Sistema Sanitario y demandan mayores niveles de prestaciones, especialmente en lo que a condiciones de Un ejemplo de estas iniciativas es el Plan de Humanización de la Atención Sanitaria que la Generalitat Valenciana ha decidido abordar y que responde, precisamente, a la necesidad de satisfacer las demandas ciudadanas, buscando mejorar la relación profesionalpaciente, la información y capacidad de atención, incrementar la accesibilidad a los dispositivos y el confort de las instalaciones. Ahora bien, éste, como cualquier otro planteamiento de actuaciones en este plano, requiere de una decidida voluntad de liderazgo y de suficientes recursos pero, fundamentalmente, del concurso del conjunto de profesionales del sector quienes, en definitiva, son los actores, junto a los pacientes, de los procesos asistenciales. 2.- LA IMPORTANCIA DE LA OPINIÓN DEL PACIENTE La opinión del paciente es considerada un elemento indispensable para los planes de calidad de las instituciones sanitarias por varios motivos. El primero de ellos, más tradicional, porque representa un compromiso ético inexcusable. El segundo, porque la opinión del paciente se relaciona directamente con la confianza en el profesional sanitario y en sus recomendaciones y, por tanto, con el cumplimiento terapéutico. Tercero, porque se considera una medida del resultado de la asistencia sanitaria y, como tal, un indicador básico del “output” sanitario. Cuarto, por su capacidad como “input” de información para identificar áreas de nuevo interés para los pacientes, para conocer de primera mano qué les interesa y qué les ha dejado de interesar de las atenciones que reciben. La opinión del paciente, normalmente traducida en términos de Humanización de la Atención Sanitaria 50 satisfacción, ofrece información relevante sobre la bondad de los procesos asistenciales desde un punto de vista complementario al de los profesionales. Como sucede en cualquier esfera del sector servicios, la perspectiva del cliente ha ido adquiriendo, también en el caso de la asistencia sanitaria, un mayor protagonismo como lo demuestra el hecho del creciente número de ensayos clínicos que incluyen como una medida más del resultado la satisfacción de los pacientes tratados bajo diferentes condiciones. Como medida de resultado nos ofrece información complementaria a la hora de considerar si el proceso asistencial contó con los recursos necesarios, estaba diseñado en forma aceptable y si el resultado alcanzado era el esperado. 3.- EL CONCEPTO DE SATISFACCIÓN DEL PACIENTE La satisfacción del paciente es considerada una medida de carácter individual, resultado de comparar la percepción que posee el paciente sobre el proceso asistencial del que ha sido objeto con los estándares personales de lo que él considera una atención mínimamente aceptable. El mecanismo es simple, cuando no se satisface el nivel de expectativa, el paciente experimenta insatisfacción, cuando expectativa y percepción coinciden, tiende a la satisfacción y solo se mostrará francamente satisfecho cuando la percepción del proceso clínico supere sus expectativas. En términos de la teoría de la “asimilacióncontraste”, cuando no se alcanza el nivel de expectativa del paciente, entonces éste experimenta insatisfacción (zona de contraste); cuando expectativa y percepción coinciden, el paciente tiene una cierta indiferencia tendente a la satisfacción (zona de asimilación); y solo se mostrará francamente satisfecho cuando la percepción supere su expectativa (zona de contraste). En la práctica este hecho supone que para lograr pacientes satisfechos es necesario o bien introducir mejoras apreciables o bien influir sobre sus expectativas, siendo siempre conscientes de que el incumplimiento de aquello que se promete se torna en una fuente de insatisfacción. La satisfacción, por tanto, varía no solo como consecuencia del esfuerzo profesional y organizativo sino, también, en función de las vivencias personales que forman esas expectativas. De hecho, estas expectativas pueden variar ampliamente de un tipo de paciente a otro, en función de dónde y cómo haya sido atendido en otras ocasiones, lo que imagine es un buen trato y una atención médica correcta, o por el “boca a boca”, al contar un paciente a otro cómo le ha ido con un médico (o con un dispositivo asistencial) en concreto. La satisfacción del paciente se ha relacionado con otras medidas de resultado de la intervención médica. Por ejemplo, es un antecedente de la calidad de vida que se logra tras un tratamiento y se ha asociado a la efectividad del tratamiento. Se ha comprobado que es un antecedente de la decisión por parte del paciente de cumplir con un tratamiento. También, se ha asociado la satisfacción del paciente con la mejoría clínica que experimenta el paciente tal y como es valorada por su médico (tabla I). Aunque su asociación es más robusta con el estado de salud percibido por el paciente tras el tratamiento que con el juicio del médico sobre dicha mejoría. Balance articular Spearman Sig. 0,23 0,0012 Balance muscular Spearman Sig. 0,16 0,0281 Neurológica y ortopédica Spearman Sig. 0,16 0,0283 Síntomas Spearman Sig. 0,19 0,0091 Dolor Spearman Sig. 0,17 0,0149 Actividades de la vida diaria Spearman Sig. 0,19 0,0062 Actividad principal Spearman Sig. 0,18 0,0100 Tabla I. Correlaciones entre mejoría clínica y satisfacción del paciente en rehabilitación. (Fuente:Rodríguez-Marín y colaboradores. 1999) (Sig.: Significación bilateral). En otros estudios, la satisfacción aparece relacionada con elementos de la propia interacción médicopaciente. Así por ejemplo, la satisfacción parece depender de los estilos de práctica clínica y de comunicación con el paciente, de tal modo que los pacientes están más satisfechos con los médicos que prestan mayor atención a los aspectos psicosociales de la enfermedad y los que ponen en práctica un estilo de comunicación más abierto y participativo, que invite a hablar con espontaneidad al paciente A estos datos hay que añadir que, en el ámbito hospitalario, la atención del personal de enfermería (trato, información, cuidados específicos, etc.) es un excelente predictor de la satisfacción de los pacientes hospitalizados. 51 Por último, no debemos perder de vista que en los últimos años cuando analizamos el concepto de satisfacción del paciente nos encontramos ante un cambio de enfoque y de metodología, donde se abre paso un enfoque proactivo, que procura un diseño de los procesos asistenciales ajustado a las necesidades y expectativas de los pacientes. Este enfoque, que se conoce como “cuidados centrados en el paciente” persigue asegurar la calidad de la asistencia sanitaria aplicando sistemas de gestión que aumenten la efectividad, al tiempo que se introducen cambios organizacionales que permitan personalizar el trato al paciente. Se busca proporcionar, en el momento y lugar adecuados, un diagnóstico o un tratamiento óptimos para el paciente conforme a sus necesidades de salud y sin perder de vista sus preferencias, para obtener el valor añadido de su satisfacción. Este nuevo enfoque relaciona la gestión de procesos con la satisfacción del paciente ya que supone que uno de los objetivos que deben alcanzarse es, precisamente, lograr incrementos en esa satisfacción e invita para ello a que los procesos asistenciales se diseñen contando con la información disponible sobre lo que los pacientes consideran que es un servicio aceptable. 4.- DIMENSIONES DE LA SATISFACCIÓN La mayoría de autores consideran que la satisfacción del paciente es un concepto multidimensional, en el que se han subrayado como factores importantes: las condiciones del entorno físico (incluyendo el confort), la accesibilidad Ware & Snyder (1975) Dimensiones cuestionario Satisfacción del paciente Amenidades/entorno físico Comunicación médico-paciente Competencia profesional Accesibilidad Cortesía Habilidades interpersonales Coste asistencia Resultado de la intervención sanitaria (entendida en sentido amplio y no solo física), la comunicación médico-paciente, los cuidados de enfermería que se facilitan, la competencia profesional, la cortesía y amabilidad en el trato, el coste de la asistencia y, evidentemente, el resultado alcanzado (tabla II). Otros factores que se han relacionado con la satisfacción del paciente son: cantidad y cualidad de la información, tipo y frecuencia de cuidados de enfermería, tiempo de consulta, continuidad del cuidado profesional, empatía, confianza en los profesionales, hábito prescriptor, capacidad de respuesta y valoración global del proceso. Los estudios coinciden al señalar que los aspectos de la asistencia sanitaria más positivamente valorados son accesibilidad (incluyendo el coste), competencia profesional (técnica y humana), resultado positivo de la atención prestada, fiabilidad, continuidad de los cuidados entre distintos profesionales y niveles asistenciales, empatía, confort, capacidad de respuesta, posibilidades de elección e información. Por nuestra parte, hemos encontrado que los ciudadanos asocian la calidad de la atención sanitaria a: accesibilidad, competencia profesional, aspectos de confort y apariencia física de las instalaciones, disponibilidad de equipamientos, la empatía de los profesionales, la información (cantidad y cualidad) que reciben de los profesionales, las posibilidades de elección, la capacidad de respuesta de los profesionales y la continuidad de los cuidados entre los diferentes niveles asistenciales. Al analizar las expectativas sobre una asistencia sanitaria ideal jerarquizamos la importancia relativa que los ciudadanos atribuyen a cada uno de estos aspectos y encontramos que los más importantes eran, por este orden: la atención que Nelson et al (1989) Grupo focal/análisis literatura Admisión Cuidados diarios Información Cuidados de enfermería Atención médica Personal auxiliar Comodidades Condiciones del alta hospitalaria Coste de la asistencia Valoración global del proceso Lewis (1994) Revisión literatura - predictores satisfacción del paciente Información que facilita el médico Médico resulte agradable como persona Tiempo de consulta Competencia profesional Sensación de que se toman en serio el problema del paciente Médico que aconseja Fe en el médico Accesibilidad fines de semana y vacaciones Capacidad de respuesta Hábito prescriptor (tanto por exceso como por defecto) Tiempos de espera En la tabla se identifica el autor/es, año de publicación, método de investigación y ámbito Tabla II. Dimensiones identificadas de la Satisfacción del Paciente. (En la tabla se identifica el autor/es, año de publicación, método de investigación y ámbito). Humanización de la Atención Sanitaria 52 brindaban los profesionales, el interés que demuestran al paciente por resolver sus problemas, un trato personalizado y la competencia profesional del personal. Directamente relacionado con el concepto de satisfacción del paciente se encuentra el concepto de calidad percibida, procedente del mundo del Marketing. En el caso del sector servicios, la calidad percibida por el cliente depende de su opinión con respecto a: tangibilidad, capacidad de respuesta, fiabilidad, seguridad y empatía; mientras que, en el caso de la asistencia sanitaria, se han identificado adicionalmente como dimensiones significativas: información al paciente o allegados, cuidados que se procuran, competencia profesional, continuidad del cuidado y efectividad de las intervenciones (tabla III). Bowers, Swan, Koehler (1994) Análisis Regresión SERVQUAL Mira et al (1998) Análisis factorial SERQVUAL Fiabilidad Capacidad de Respuesta Información Accesibilidad Empatía Cuidados Calidad Subjetiva Cortesía Empatía Capacidad de respuesta Competencia profesional Calidad objetiva tangibilidad Fiabilidad horaria Información Tabla III. Dimensiones identificadas de la Calidad Percibida por el paciente. (En la tabla se identifica el autor/es, año de publicación, método de investigación y ámbito). Jun, Peterson, Zsidisin (1998) Entrevistas/grupo focal Mira et al (1999) Delphi Tangibilidad Fiabilidad Capacidad de respuesta Competencia Cortesía Información Accesibilidad Cuidados Resultado de la intervención sanitaria Empatía Continuidad cuidado/trabajo en equipo Accesibilidad Competencia profesional Tangibilidad Empatía Información Capacidad de Elección Capacidad de respuesta Confort instalaciones Continuidad cuidado Tabla III (bis). Dimensiones identificadas de la Calidad Percibida por el paciente. (En la tabla se identifica el autor/es, año de publicación, método de investigación y ámbito). Por consiguiente, al abordar la evaluación sistemática de la satisfacción del paciente deberíamos considerar evaluar los siguientes aspectos de la atención sanitaria: • Cauces de comunicación e información que reciben los pacientes y sus familiares o allegados. • La competencia profesional percibida por los pacientes, donde hay que incluir el tipo de cuidados que se ofrecen y el resultado de las intervenciones a juicio de los propios pacientes. • Cortesía, amabilidad y, fundamentalmente, la empatía de los profesionales sanitarios y no sanitarios, aunque especialmente de los primeros. • La capacidad de respuesta del Sistema Sanitario o de una unidad asistencial del mismo. En relación con este punto, se valora también la continuidad de los cuidados entre los distintos niveles asistenciales. • La accesibilidad a los centros sanitarios y a los profesionales. • Y, por último, aspectos relacionados con el confort y el estado de las instalaciones (referido habitualmente como tangibilidad). 5.- ¿QUÉ OPINAN LOS PACIENTES? En nuestro país, Maderuelo y sus colaboradores, en un estudio de 1995, identificaron como motivos de insatisfacción de los ciudadanos con el sistema sanitario los siguientes: las listas de espera, la lentitud en la realización de pruebas diagnósticas, la masificación de las consultas, la escasa coordinación entre niveles la deficiente infraestructura sanitaria en el ámbito rural, la ineficacia para resolver las reclamaciones de los pacientes, las carencias de especialistas en algunos centros y la insuficiente información sobre los servicios que ofertaba el sistema sanitario público. El “barómetro sanitario” del CIS (Centro de Investigación Sociológica) de 1999 señalaba que accesibilidad, trato que dispensan los profesionales y confianza en el médico eran los factores más positivos de la asistencia primaria pública, mientras que, en el caso de los hospitales, los factores más positivos fueron las atenciones y cuidados del personal de enfermería y médico y el trato que dispensan; y los más negativos fueron: los trámites para acceder al especialista, en el primer caso, y por compartir habitación en el segundo. 53 Los últimos datos de opinión de los españoles, apuntan a que la calidad de la asistencia sanitaria percibida por los ciudadanos en 1999 se situaba (en escala de 0 a 10) en 5,13 puntos en Atención Primaria, 5,12 en el caso de hospitales y en 4,97 puntos en el caso de los centros de especialidades, mostrando una tendencia positiva en los dos primeros casos y negativa en el tercero (figura 1). Hay que subrayar que, en los últimos años, se observa un incremento en la confianza de los ciudadanos con el Sistema Público, incrementándose en un 0,7% el número de españoles que afirman que, en caso de una enfermedad grave, acudirían a un hospital público y en 1,3 puntos porcentuales el número de quienes lo harían también al Sistema Público en caso de una enfermedad leve. No hay que extrañarse de que las encuestas de opinión dirigidas a los ciudadanos reflejen menores porcentajes de satisfechos con los recursos sanitarios que cuando se pregunta a pacientes tras el alta ya que, curiosamente, conforme transcurre el tiempo desde el alta hospitalaria, la imagen positiva (calidad percibida atribuida al centro donde fueron atendidos) tiende a debilitarse (figura 2). Se ha comprobado que las percepciones varían y no son las mismas cuando nos dirigimos a pacientes potenciales o a pacientes dados de alta en un hospital (tabla IV). Los primeros suelen ser mucho más críticos que los segundos y sus prioridades (de lo que consideran una atención sanitaria de calidad) no son las mismas que las de los pacientes ingresados. Por ejemplo, para los pacientes sometidos a tratamiento es mucho más importante que para los ciudadanos (pacientes potenciales) el resultado de la asistencia sanitaria que se logra. 5,15 5,10 Reales (n:824) 5,05 1997 5,00 1999 4,95 Potenciales (n:324) ¿Cómo es su hospital ideal? Prioridad en la atención a los pacientes Interés por solucionar problemas 4,90 Trato personalizado 4,85 Atención Primaria Centros Hospitales Profesionales bien preparados especialidades Figura 1. La Calidad Percibida por los ciudadanos de los centros asistenciales (escala de 0 a 10). (Fuente: Barómetro Sanitario del CIS. 1999). Los datos de las encuestas realizadas a pacientes dados de alta arrojan cifras más positivas que reflejan su satisfacción con las atenciones médicas y de enfermería recibidas. Por ejemplo, los datos que apunta el INSALUD para la Atención Primaria reflejan un porcentaje de satisfechos entorno al 80%, muy parecidos a los de otros estudios de Cataluña. Nuestros propios datos sugieren que solo un 3% de los pacientes hospitalizados está insatisfecho y que los pacientes satisfechos oscilan entre el 50 y el 78% según los centros hospitalarios. Para los pacientes hospitalizados resulta especialmente importante la capacidad de respuesta, la accesibilidad, la información que reciben y la tangibilidad; mientras que los pacientes en atención primaria valoran sobre todo la eficacia clínica y organizativa, la capacidad de respuesta, la accesibilidad y los estilos de práctica que ponderan la información al paciente. Preocupación por los pacientes p:0.0001 Trato y cortesía p:0.0001 Buenos equipos biomédicos p:0.0001 Habitaciones bien conservadas p:0.0001 Cura eficazmente p:0.0001 1 2 3 4 5 Figura 2. Expectativas sobre una asistencia ideal de pacientes potenciales y reales. (Fuente: Mira JJ, Buil A, Vitaller J, Rodríguez-Marín J, Gosalbez C. Calidad del servicio hospitalario percibida por sus clientes potenciales y reales. Revista de Calidad Asistencial 1996; 11: 208-214). Humanización de la Atención Sanitaria 54 Pacientes Pacientes reales. potenciales.Media media Tangibilidad Equipos biomédicos Estado habitaciones Uniformidad personal Señalizaciones Cliente Hospital Sexo n.s. n.s. n.s. n.s. 3,84 3,19 4,43 4,25 3,43 2,51 4,21 3,48 0,0001 0,0001 0,0001 0,0001 0,0001 0,0001 n.s. 0,0001 Fiabilidad Promesas cumplidas 3,61 Cumplimiento de consultas médicas 3,65 2,62 0,0001 0,047 n.s. 2,81 0,0001 n.s. 0,003 2,68 0,0001 n.s. n.s. 2,19 0,0001 n.s. 0,004 3,22 0,0001 n.s. 0,006 3,29 0,0001 n.s. n.s. 3,22 0,0001 n.s. n.s. 3,84 0,0001 n.s. n.s. 3,55 2,88 0,0001 n.s. 0,014 3,61 2,99 0,0001 n.s. 0,001 Capacidades Interés por solucionar 3,38 problemas Interés por rapidez y 3,25 respuesta Disponibilidad de 3,84 ayuda Seguridad Personal que transmite 3,88 confianza Personal amable y 3,84 cortés Personal competente 4,19 Empatía Trato personalizado Personal que comprende las necesidades Tabla IV. Diferencias entre pacientes reales y potenciales en cuanto a sus expectativas y percepciones de la asistencia hospitalaria. ( Cliente, diferencias entre opinión de pacientes tras el alta y pacientes potenciales. Hospital, diferencias en las percepciones sobre distintos centros hospitalarios. Sexo. Diferencias de género en la opinión entre los centros hospitalarios. Fuente: Mira JJ, Guil A, Villater J, RodriguezMarín J, Gosalbez C. Calidad del servicio hospitalario percibida por sus clientes potenciales y reales. Revista de Calidad sistencial, 1996; 11:208-214). 6.- ¿QUÉ CAUSA SATISFACCIÓN Y QUÉ CAUSA INSATISFACCIÓN? El estudio de las causas de satisfacción (buenas experiencias) y de insatisfacción (malas experiencias) al acudir a hospitales y centros de salud constituye una forma alternativa de conocer la opinión de los pacientes y, sobre todo, de identificar puntos fuertes y áreas de mejora para un rediseño de los procesos asistenciales acorde con estas percepciones. En este caso, mediante una combinación de técnicas de Investigación Cualitativa de búsqueda de consenso, basada en las técnicas del grupo nominal y grupo focal, se recogieron y analizaron las percepciones sobre la atención sanitaria de 171 personas (108 mujeres y 63 varones) de edades entre 18 y 65 años, con residencia en zona relativamente próxima a los centros. En total se organizaron 20 grupos de trabajo contando con la colaboración de 10 hospitales y de 4 Centros de Salud. En el caso de Hospitalización (Medicina y Cirugía) los pacientes valoraron positivamente el trato que dispensa el personal sanitario (humano y personalizado) y la empatía de la que hacen gala en sus relaciones con el paciente. Así mismo, destacó el resultado final de la asistencia sanitaria, el confort (estado de las instalaciones, aspecto, limpieza, comodidad en general) y el hecho de ser informados apropiadamente (lenguaje, claridad, tiempo, etc.). Como aspectos que provocan insatisfacción señalaron las listas de espera, las -a su juicio- carencias de personal en algunos momentos (fines de semana, tardes, en determinados Servicios), la falta de información y las incomodidades de las instalaciones. Los grupos que trabajaron sobre Obstetricia consideraron como aspectos más positivos el trato que dispensa el personal, que pueda pasar un acompañante (normalmente el padre) al paritorio y el confort y estado de las instalaciones (destacando especialmente el grado de limpieza). Por el contrario, como aspectos causantes de insatisfacción, señalaron la falta de espacio, no ser informadas correctamente y las carencias en materia de limpieza y aseo. En el caso de padres que opinaron sobre causas de satisfacción en Pediatría las ideas que más se repitieron fueron: un trato humano, cortés, personalizado, la existencia de actividades lúdicas para los niños y las condiciones de confort de que disfrutan durante la estancia. Como generadoras de insatisfacción señalaron las siguientes: que en una misma habitación haya niños con muy distinta gravedad de su patología, la lentitud que, en ocasiones, encuentran en Urgencias Pediátricas y que atribuyeron a la carencia de personal, la falta de mobiliario apropiado para los niños y la carencia de facilidades para que los padres puedan asearse después de pasar la noche acompañando al niño (en definitiva, condiciones específicas de confort). En el caso de los grupos de Urgencias los pacientes destacaron como elementos más positivos la rapidez de la atención, contar con suficiente número de especialistas, amabilidad del trato y empatía, junto a la cualificación del personal. Los aspectos más negativos desde su punto de vista fueron: los excesivos tiempos de espera y la falta de información sobre el estado del paciente que se ofrece a familiares o acompañantes. 55 En Consultas Externas se destacaron como causas de satisfacción, fundamentalmente, el trato (amable y cortés), que el médico dedique suficiente tiempo al paciente y el tipo y calidad de la información que recibe. Como elementos promotores de insatisfacción se citaron la saturación de las consultas, las listas de espera para ser vistos por los especialistas y la dificultad para obtener cita por teléfono (¡siempre comunica!). Los grupos de trabajo sobre Atención Primaria coincidieron al señalar como generadores de satisfacción entre los pacientes el trato que dispensa el personal, el tiempo que dedica y las explicaciones e informaciones que facilita. También fueron señalados como importantes: empatía y ciertas condiciones de confort (fundamentalmente la limpieza). Los retrasos para entrar en la consulta, no poder obtener cita para el mismo día, los cambios de personal, la lista de espera para ser visto por un especialista y que el teléfono comunique “casi siempre”, fueron los factores causantes de insatisfacción más repetidos. Participación paciente Cambio médico malas experiencias Lista espera buenas experiencias inadecuado uso por otros pacientes Masificación Carencia personal Eficacia Accesabilidad Información Medios Capacidad respuesta Profesionalidad -30 -20 -10 0 10 20 Empatía/Trato 30 40 7.- A MODO DE CONCLUSIÓN En los últimos años, los pacientes han visto notoriamente incrementadas sus oportunidades para opinar sobre las atenciones sanitarias de las que son objeto, sin duda como consecuencia del papel más activo que los ciudadanos asumen en las sociedades desarrolladas. Procurar el bienestar de los pacientes constituye uno de los compromisos éticos de las profesiones sanitarias y un imperativo del Sistema Sanitario. La opinión de los pacientes es un aliado, ya sea en forma de valoración de la calidad de vida alcanzada tras un tratamiento, como del nivel de satisfacción con las atenciones recibidas, puesto que provee al profesional de información sobre qué aspectos de su actuación merecen ser reconsiderados (áreas de mejora), cuáles otros siendo apropiados no son entendidos correctamente por el paciente (calidad no reconocida) y qué actuaciones está poniendo en práctica con éxito (puntos fuertes). Los modelos de calidad total (ISO, Deming, Baldrige, EFQM o Iberoamericano) y los sistemas de acreditación hospitalaria (Joint Commission International Acreditation) ponderan como una medida del resultado asistencial la satisfacción del paciente, interpretando que la prestación del servicio sanitario tiene como finalidad lograr ese “bienestar” en el paciente y que las actuaciones para lograrlo pasan necesariamente por diseñar los procesos asistenciales en forma satisfactoria para quienes son objeto de dichas atenciones. Organización Confort experiencias). Las razones que con más frecuencia se han argumentado para sentirse satisfechos y reconocer experiencias positivas en los distintos dispositivos asistenciales son: empatía/trato, confort, capacidad de respuesta y profesionalidad. Por el contrario, las razones más frecuentemente comentadas como origen de experiencias negativas fueron: condiciones de confortabilidad, capacidad de respuesta, accesibilidad y problemas de índole organizativa. 50 Figura 3. Origen de buenas y malas experiencias de los pacientes en hospitales y centros de salud (datos en porcentaje). (Fuente: elaboración propia). En la figura 3 se recogen los porcentajes de las razones que generan satisfacción (buenas experiencias) y aquellas otras que causan insatisfacción (malas A la vista de los resultados obtenidos, cabe concluir que la satisfacción de los pacientes está generada fundamentalmente por elementos que están implicados en la relación profesional-sanitario-paciente, mientras que su insatisfacción se basa fundamentalmente en elementos más “materiales”. Cabe concluir, igualmente, que, como han señalado estudios anteriores, la satisfacción y la insatisfacción del paciente son factores independientes. Humanización de la Atención Sanitaria 56 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1. Centro de Investigaciones Sanitarias. Barómetro sanitario. Tercera oleada, Septiembre 1997. 2. Centro de Investigaciones Sanitarias. Barómetro sanitario. Tercera oleada, Noviembre 1999. 3. INSALUD. Memoria 1999. Nacional de la Salud, 2000. Madrid: 13.Savage R, Armstrong D. Effect of a general practitioner’s consulting style on patients’ satisfaction: a controlled study. BMJ 1990; 301: 968970. 14.Siminoff LA, Ravdin P, Colabianchi N, Sturm ChM. Doctor-patient communication patters in breast cancer adjuvant therapy discussions. Health Expectations 2000; 3: 26-36. Instituto 4. Linder-Pelz S. Toward a theory of patient satisfaction. Soc Scie Med 1982; 16: 577-582. 5. Cadotte E, Woodruff R, Jenkins R. Expectations and norms in models of consumer satisfaction. J Marketing Res 1987; 24: 305-14. 6. Oliver RL. A cognitive model of the antecedents and consequences of satisfaction decisions. J Marketing Res 1980; 42: 460-469. 7. Guldvog B. Can patient satisfaction improve health among patients with angina pectoris? International J Quality Health Care 1999; 11: 233-240. 8. Dacosta D, Clarke AE, Dobkin P, Senecal JL, Fortin P, Danoff D, Esdaile J. The relationship between health status, social support and satisfaction with medical care among patients with systemic lupus erythematous. International Journal for Quality in Health Care 1999; 11: 201-207. 9. Robbins JA, Bertakis KD, Helms LJ, Azari R, Callahan EJ, Creten DA. The influence of physician practice behaviors on patient satisfaction. Fam Med 1993; 25: 17-20. 10.Ruyter K, Bloemer J, Peeters P. Merging service quality and service satisfaction. An empirical test of an integrative model. J Economic Psychology 1997; 18: 387-406. 11.Rodríguez-Marín J, et al. Physician and patient evaluation of rehabilitation outcome. Is there agreement? The 13th Conference of the European Health Psychology Society. Florencia, Octubre 1999. 12.Kane RL, Maciejewski M, Finch M. The relationship of patient satisfaction with care and clinical outcomes. Med Care 1997; 35: 714-730. 15.Sorlie T, Sexton HC, Sorlie D. Predictors of satisfaction with surgical treatment. International J Quality Health Care 2000; 12: 31-40. 16.Goldberg MC. A new imperative for listening to patients. JONA 1994; 24: 11-12. 17.Berwick DM. The total customer relationship in health care: broadening the bandwidth. J Quality Improvement 1997; 23: 245-250. 18.Nelson E, Larson C. Patients’ good and bad surprises: How do they relate to overall patient satifaction?. QRB 1993; March: 89-94. 19.Mira JJ, Galdón M, Ignacio García E, Velasco MV, García S, Vitaller J, et al. ¿Qué hace que los pacientes estén satisfechos? Análisis de la opinión de pacientes y profesionales mediante la técnica Delphi. Rev Calidad Asistencial 1999; 14: 165-178. 20.Mira JJ, Rodríguez-Marín J, Tirado S, Sitges E. Semejanzas y diferencias entre Satisfacción y Calidad Percibida. Rev Calidad Asistencial 2000; 15: 36-42. 21.Maderuelo JA, Carriedo E, Serrano M, Almaraz A, Berjón AC. Factores de insatisfacción con el sistema sanitario. Un estudio Delphi. Aten Primaria 1996; 31: 348-352. 22.Gónzalez JC, Juandó L, Quesada M, Solanas P. Satisfacción de los usuarios en atención primaria. Aten Primaria 1998; 22: 514:520. 23.Ware J, Snyder M. Dimensions of patient attitudes regarding doctors and medical care services. Med Care 1975; 13: 669-682. 24.Nelson EC et al. The patient Judgments System: reliability and validity. QRB 1989; 15: 185-191. 57 25.Lewis JR. Patient views on quality care in general practice: literatura review. Soc Scie Med 1994; 39: 655-670. 26.Bowers MR, Swan JE, Koehler WF. What attributes determine quality and satisfaction with health care delivery? Health Care Manage Rev 1994; 19: 49-55. 27.Mira JJ, Aranaz J, Rodríguez-Marín J, Buil JA, Castell M, Vitaller J. SERVQHOS: un cuestionario para evaluar la calidad percibida de la asistencia hospitalaria. Medicina Preventiva 1998; IV: 12-18. 28.Jun M, Peterson RT, Zsidisin GA. The identification and measurement of quality dimensions in health care: focus group interview results. Health Care Manage Rev 1998; 23: 81-96. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 58 5 59 5 LA RELACIÓN DE AYUDA COMO INSTRUMENTO CLAVE EN LA HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD Dr. Ernesto Armañanzas Villena Dr. Elías Muñoz Cataluña Dr. Marciano Gómez Gómez Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Gabriel Bernat Condomina Dña. Rosa Mª Roca Castelló 1.- INTRODUCCIÓN Cuando nos planteamos reflexivamente el tema de la humanización, pronto advertimos su complejidad, antigüedad en el pensamiento occidental moderno, así como la falta de sistematización y concreción en los planteamientos y desarrollo de las acciones destinadas a lograr, e incluso mantener, ambientes humanizados en las diversas organizaciones e instituciones, tanto públicas como privadas. Especialmente en el ámbito sanitario surgen muchos interrogantes sobre su conceptualización, su definición, sus aplicaciones prácticas, e incluso su necesidad, puesto que un servicio elaborado y prestado por seres humanos para seres humanos, debería estar impregnado de esa “humanidad”. Sin embargo, diversas corrientes internacionales de opinión vienen señalando que, desde la década de los sesenta, se viene produciendo un creciente distanciamiento entre los pacientes y el sistema sanitario en sentido global, con mayor incidencia en los centros hospitalarios. Los diversos observadores y analistas del tema han indicado repetidamente la multicausalidad del fenómeno de la deshumanización. Entre las más destacadas (tabla I) están: una fuerte tendencia a la institucionalización en los hospitales modernos (sensatamente, en disminución paulatina desde hace unos años), la excesiva burocratización del sector sanitario público en general (influida por la tendencia burocratizadora en las administraciones públicas desde mitades del siglo XX), el tremendo impacto producido por la rápida introducción de las nuevas tecnologías en la asistencia sanitaria, lasí como los cambios en el propio sistema sanitario derivados de la gratuidad y universalización de la asistencia, que propician el acceso masivo de la población a sus prestaciones, y dificultan la correcta adaptación a las verdaderas necesidades sanitarias. Otros elementos como la concepción y distribución de los espacios arquitectónicos sin tener en cuenta las necesidades de intimidad, las barreras a la contaminación acústica y luminosa del ambiente, la escasez de ambientes cálidos y acogedores, los menús inadaptados a los gustos personales dentro de las necesidades derivadas de la enfermedad, etc., también son causas (y efecto) de esta deshumanización y quizás han estado demasiado extendidos durante las últimas décadas. • Tendencia a la institucionalización en hospitales modernos. • Excesiva burocratización. • Impacto nuevas tecnologías y avances científicos. • Ausencia de calor en la relación humana (frialdad profesional). • Falta de autonomía del enfermo (manipulado, libertad restringida). • Marginación social y alineación de determinados enfermos. • Cambios en el sistema sanitario • Distribución espacios arquitectónicos. • Condiciones hosteleras inadaptadas. Tabla I. Causas de deshumanización en el ámbito sanitario Bien es cierto que los nuevos descubrimientos y avances, tanto científicos como en la aplicación de las diversas tecnologías médicas, han posibilitado niveles de recuperación y curación de las enfermedades, en otras épocas impensables. Los hospitales se fueron paulatinamente convirtiendo en verdaderas factorías altamente tecnificadas y profesionalizadas, productoras de servicios asistenciales sanitarios eficaces, y con resultados terapéuticos verdaderamente espectaculares. No es de extrañar que con estos condicionantes se produjera una especie de seducción hacia la ciencia y la tecnología, que atrajo a pacientes y profesionales. Esta seducción conformó durante éstas décadas una mentalidad biologicista y técnica, reforzada por el cumplimiento de las expectativas de curación de los enfermos, así como el de las expectativas de los profesionales sanitarios, que veían en la adquisición y aplicación del conocimiento una vía de prestigio y progreso. Hasta que lo excepcional se ha convertido en normal e incluso cotidiano. Hoy día, el cumplimiento de las expectativas de curación se ha tornado en exigencia por parte de los ciudadanos, con pocas concesiones a la variabilidad en los resultados. En éste sentido puede afirmarse, a tenor de las encuestas, que la población está en términos generales muy satisfecha con la bondad de los resultados de la aplicación de la medicina en todas sus facetas. No obstante, el grado de tolerancia ante las desviaciones en las buenas prácticas es cada vez menor, tal y como prueba la tendencia al alza de las reclamaciones judiciales o administrativas. Humanización de la Atención Sanitaria 60 Simultáneamente, estos mismos ciudadanos van demandando, cada vez con mayor fuerza que además de reponerles su estatus biológico, se cubran sus necesidades psicológicas, e incluso sociales. Es una lógica reacción al alejamiento personal y cosificación que en épocas anteriores se había producido. Es en esos contactos y relaciones escasamente personalizados, donde al enfermo se le identifica con un número y una patología cuyos diagnóstico y tratamiento significan un reto profesional, más que una situación por la que pasa un ser humano en ese momento de su vida. Se observó ese alejamiento de la persona, e incluso la negación de resultados no deseados, con su máxima expresión en las actitudes de algunos profesionales ante los enfermos terminales y la propia muerte (Kuber-Ros, E). Afortunadamente, frente a ésta insensibilidad y frialdad en la relación humana (especialmente en los hospitales con los pacientes institucionalizados), con la alienación e incluso pérdida de los rasgos personales e individuales de los enfermos (como emociones, creencias, valores y necesidades), a los que se suma la falta de autonomía debida a la manipulación y restricción de sus libertades de elección (cliente cautivo), existiendo una inquietud expresada por parte de algunos profesionales sanitarios, en el sentido de aproximarse al paciente como una unidad biopsicosocial. El paciente debe considerarle como un ser humano en su totalidad, que está enfermo en su cuerpo o en su mente. Y que ésta enfermedad afecta a todos los ámbitos de su vida, aumenta su vulnerabilidad y, por tanto, su necesidad de ayuda global hasta donde ésta pueda prestarse. Volver a considerar al enfermo como persona, ya cambia por sí mismo las actitudes y comportamientos de los profesionales, impregnándoles de humanidad. Sin ser una definición, invertir las relaciones de distanciamiento en las instituciones sanitarias, ya es avanzar con pasos de gigante en la humanización de las mismas. Y no es que unas relaciones más humanas y satisfactorias se reduzcan al mero amabilismo, sirviendo de escondite a la falta de capacitación profesional. Mas bien al contrario, se trata de mantener los niveles de calidad técnica en mejora continua, a la par que se mejoran las relaciones humanas con la intención, con la intuición, y también con la aplicación de los nuevos conocimientos, avances y tecnologías que ciencias como la psicología, la sociología y la propia antropología, nos han legado durante los últimos años. Sin olvidar las aportaciones que la bioética lleva realizando al respecto desde hace mucho tiempo, con constantes llamadas al crecimiento ético como elemento compensador del imperante cientifismo. Un paso más en el incremento de ésta humanización se da al mejorar los contextos institucionales, tanto arquitectónicos como organizativos, donde tienen lugar estas relaciones humanas. Unos ambientes cálidos y acogedores, asociados a una mejor accesibilidad a los servicios y otros condicionantes similares, ya producen satisfacción por sí mismos a los usuarios, además de favorecer los buenos resultados de estas relaciones con los profesionales. Podría afirmarse, (Brusco, A), que humanizar una realidad significa hacerla digna de la persona humana, y por tanto, coherente con los valores que ésta percibe como peculiares e inalienables. En el ámbito sanitario, y sintetizando lo dicho anteriormente, humanizar significaría referirse al ser humano como elemento integrador donde los profesionales trabajan en promover y proteger la salud, curar la enfermedad y garantizar el ambiente que favorezca una vida sana y armoniosa en los ámbitos físico, mental, emocional, social, e incluso transpersonal o espiritual. La relación con los enfermos, tanto institucional como individual o profesional adquiere, desde ésta humanización, un verdadero carácter de servicio, en el sentido de ayuda al que lo necesita. Servicio que según García Férez debería cumplir las exigencias reflejadas en la tabla II. Humanización como servicio integral al ser humano. En el sentido de esforzarse por conseguir unos hospitales más humanos, donde los enfermos se encuentren en su propia casa. Preparación técnica adecuada. El enfermo nos demandará comprensión, información, amor y ayuda, pero siempre exigiendo una elevada competencia profesional. Superación de las relaciones meramente funcionales. De manera que no se realice la función médico – sanitaria sólo desde el empleo de técnicas y la aplicación de remedios, sino desde una actitud en total resonancia con la totalidad y difícil realidad de los enfermos. Armonía entre los que trabajan y rodean a los enfermos. Entendiendo que es el equipo sanitario en su conjunto el que debe atender y cuidar al enfermo. La bondad de esas atenciones depende mucho de la armonía, colaboración, mutuo respeto y consideración que existen entre todos los que trabajan juntos asistiendo al enfermo. Madurez humana. Con especial significación a la hora de acompañar a personas en situación terminal. Exige un trabajo personal continuo en aras de alcanzar y mantener el adecuado equilibrio psicológico. Preparación ética de los profesionales sanitarios. Debido a los constantes dilemas éticos que el ejercicio de la profesión les ocasiona. Independientemente de los comités de ética asistencial donde serían tratados temas más específicos y delicados para su mejor resolución. Tabla II. Exigencias del servicio a los enfermos 61 2.- RELACION DE AYUDA: CONCEPTO Tomando como referencia lo expuesto, el acercamiento al enfermo (García Férez, J) ha de realizarse entonces, para ayudarle en sus verdaderas necesidades y servirle de apoyo. Ayudarle a superar la enfermedad con todos los dispositivos científicos y técnicos a nuestro alcance. Y ayudarle a superarla cuando es superable, proporcionándole alivio y apoyo para que la viva con el mayor sentido posible, si es incurable. Lograr esto requiere una correcta capacitación técnica, desde el punto de vista médico y sanitario, a la par que una madurez humana determinada por actitudes realistas de humilde ayuda al otro, y aptitudes relacionales desarrolladas a través del trabajo personal correctamente encauzado. Carl R. Rogers, psicólogo norteamericano, fue el primer autor que se cuestionó científicamente la ayuda como elemento canalizador de conocimientos y técnicas, aplicables en la mejora de los conflictos y tribulaciones que afectaban a todos y cada uno de sus pacientes. Progresivamente fue descubriendo la verdadera influencia que las relaciones por sí mismas ejercen en las personas, tanto en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana, como en las que se establecen con los pacientes. Así como que diferentes tipos de relaciones producen diferentes tipos de efectos, algunos de ellos contrarios a los objetivos de ayuda marcados. Al principio de su carrera centró sus actuaciones profesionales en el “cómo puedo tratar, curar o cambiar a esta persona”, con un claro talante intervencionista por parte del profesional. Posteriormente, los resultados de sus observaciones le llevaron a proporcionar mayor autonomía a los pacientes, centrándose en crear una relación que éstos pudieran utilizar en su propio desarrollo. Ya no se trataba de ayudar invadiendo al otro con explicaciones, recomendaciones, e incluso fármacos, abusando inadvertidamente de su pasividad. La experiencia le demostró que la ayuda que se puede prestar a una persona con problemas no reviste la forma de un proceso intelectual ni de un entrenamiento, ya que éste enfoque producía resultados limitados, cuando no efímeros. Tal y como el propio Rogers indica,“sin duda, es posible explicar a una persona su manera de ser, indicarle los pasos que le ayudarían a progresar, hacerle conocer un modo de vida más satisfactorio; sin embargo, de acuerdo con mi experiencia son fútiles e inconsecuentes. Toda su eficacia reside en la posibilidad de introducir una modificación efímera, que pronto desaparece y no hace sino fortalecer en el indivíduo la conciencia de su propia inadaptación.” De ésta forma la verdadera ayuda posibilitaba cambios duraderos. Cambios que realizaba el propio paciente desde el ejercicio de su autonomía y su responsabilidad, en una relación con el profesional respetuosa hacia su propio ritmo de cambio y mejora. Estos descubrimientos le llevaron a emitir una hipótesis general en los siguientes términos: “Si puedo crear un cierto tipo de relación, la otra persona descubrirá en sí mismo su capacidad de utilizarla para su propia maduración y, de esa manera se producirán la mejora, el cambio y el desarrollo individual”. Con éste concepto se ponía una de las bases fundamentales, de lo que posteriormente se denominaría Relación de Ayuda, entendida como aquella relación humana en la que uno de los participantes intenta hacer surgir, de una o ambas partes, una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo y un uso más funcional de éstos. Por tanto, la expresión “relación de ayuda” se refiere específicamente, a un tipo de relación humana establecida entre una persona necesitada en alguna de las áreas de su vida, y un ayudante capacitado (Bermejo, JC). No se trata de dar consejos ni de solucionar problemas. Más bien, el ayudante recorre un largo camino en compañía del ayudado, ofreciéndole su persona, sus conocimientos, sus habilidades, sus aptitudes y sus actitudes, para que explore con mayor claridad su propia situación, y movilice sus propios recursos personales planeando unas acciones para afrontarla. Su tarea fundamental consistiría en estimular, liberar y reorganizar las funciones de aprendizaje y los contenidos de la experiencia (Dietrich, G). De ésta forma, al tomar una visión positiva de las capacidades de la persona para crecer y afrontar positivamente sus conflictos, la Relación de Ayuda se convierte en una experiencia humana privilegiada que ofrece el marco adecuado para facilitar el desarrollo de las capacidades y potencialidades bloqueadas (Madrid Soriano, J). El principio fundamental de la Relación de Ayuda es entonces que nadie mejor que el propio sujeto conoce a fondo su propia situación. Ayudarle, por tanto, consiste en favorecer la autoexploración de sus dificultades para que desarrolle una autoayuda edificante desde la autorresponsabilización. Se trataría de favorecer que el ayudado sea más dueño de sí mismo y resuelva sus dificultades, o aprenda a convivir con ellas si son insuperables. Con el transcurso del tiempo, ésta Relación de Ayuda se ha convertido en una disciplina psicológica cuya finalidad es acompañar a las personas para afrontar positivamente distintos problemas, desde la enfermedad propia o de los allegados, hasta la propia muerte (García Férez J, Pangrazzi A). Humanización de la Atención Sociosanitaria 62 El uso de ésta disciplina ha permanecido largo tiempo restringido al campo de la psicología, donde nació. Pero gracias a su demostrada utilidad, ha irrumpido con fuerza los últimos años, en todos los campos profesionales que tienen un elevado componente de relaciones humanas y ayuda. Profesiones como servicios sociales, enfermería, medicina, enseñanza, e incluso los diferentes tipos de voluntariado, se enriquecen recurriendo a la Relación de Ayuda, como elemento clave para el desarrollo de relaciones humanas fructíferas y terapéuticas. La Relación de Ayuda es un elemento terapéutico, sin ser otra cosa que el ejercicio de la propia humanidad (Alvarez, F). 3.- TIPOS DE RELACION DE AYUDA A tenor de lo que se ha estado exponiendo, puede afirmarse que ayudar es ofrecer recursos de distinto género a una persona para que pueda superar una situación difícil (Brusco A, tabla III). Cuando hablamos de Relación de Ayuda, nos referimos a un modo de ayudar en el que quien ayuda usa especialmente recursos relacionales para ayudar al otro a salir de una situación problemática, o recorrer un camino de crecimiento. Bien aplicados, estos recursos se convierten en una fuente de ayuda y transformación para la persona que se encuentra en dificultad. Podemos afirmar que estamos ejerciendo relación de ayuda cuando usamos las relaciones interpersonales para ayudar a las personas en dificultad. • Materiales: Prestar un objeto, dar una comida a un enfermo, llevarle la compra al vecino, escuchar a un familiar de un recién fallecido, etc. • Técnicos: Derivados de una habilidad particular del individuo que ayuda, como: una cura de una herida, una intervención quirúrgica, una indicación farmacológica, etc. • Relacionales: Basados en las actitudes de la persona y que permiten establecer una relación: escucha, respeto, confianza, estima, autenticidad, enfrentamiento. Tabla III. Tipos de recursos utilizados en la ayuda a las personas La Relación de Ayuda tiene aspectos comunes y aspectos diferentes de las relaciones humanas establecidas habitualmente, como las familiares o de amistad. Muchas relaciones de amistad, entre vecinos, familiares, madre hijo, etc. son relaciones de ayuda caracterizadas por un elevado grado de reciprocidad. De la misma forma que muchas de las relaciones que se establecen en diferentes contextos profesionales, como la enseñanza, el derecho, la medicina, o la enfermería, asumen frecuentemente connotaciones de relación de ayuda. Indudablemente, sin ser la relación de ayuda profesionalizada, en la que los ayudantes requieren de una preparación que les permite realizar de forma consciente, controlada, intencionada y metódica, lo que la mayoría de nosotros realizamos espontáneamente en muchas ocasiones de la vida. El trabajo que éstos últimos llevan a cabo es también diferente según los problemas que se presenten, los objetivos que se persigan, las teorías empleadas y los métodos que se utilicen. Podemos distinguir, por tanto, entre diferentes Tipos de Relación de Ayuda (tabla IV). 1. Relación de Ayuda estrictamente profesional. • Asesoramiento (counseling). • Psicoterapia. 2. Relación de Ayuda en el ejercicio de profesiones de ayuda. • Encuentro de ayuda. • Interacciones de ayuda. 3. Relación de Ayuda como forma de ser. Tabla IV. Tipos de Relación de Ayuda 3.1.- RELACIÓN PROFESIONAL DE AYUDA ESTRICTAMENTE Llevada a cabo por profesionales de la ayuda como psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y orientadores familiares, entre otros. Existen unos elementos comunes perfectamente definidos (tabla V), tales como: está claramente delimitado quien es el ayudante y quien el ayudado, se realiza en un contexto determinado, el encuentro es controlado, consciente, intencionado y metódico, el ayudante tiene desarrolladas aptitudes y habilidades específicas para establecer la relación. Se pueden distinguir dos subtipos fundamentales: a) Counseling o consejo. Donde se trata de ayudar a personas con problemas específicos, a comprender su situación y resolverlos haciéndose responsables de sus propias decisiones. Puede ser practicado por otros especialistas. b) Psicoterapia. Ayuda a personas con dificultades estructurales de su personalidad (sin ser enfermos mentales). Su ejercicio es exclusivo de profesionales. 63 • Clarificación de las funciones. • Establecimiento de la relación en un contexto específico. • Interacción relacional controlada, consciente y metódica. • Profesional competente: conocimientos, aptitudes, habilidades, actitudes específicas. Tabla V. Elementos de la Relación de Ayuda Profesional. 3.2.- RELACIÓN DE AYUDA EN EL EJERCICIO DE UNA PROFESIÓN DE AYUDA Es la relación que llevan a cabo profesionales competentes que ayudan a personas en situaciones de necesidad, mediante la interacción y la comunicación humana. Con su ejercicio, profesionales como médicos y enfermeros, dotan de competencia relacional y emocional su actividad profesional específica. En ésta relación existe, al igual que en la anterior, algunos elementos bien definidos como: la diferenciación entre el ayudante y el ayudado, se ejerce una profesión de ayuda. Contexto específico, características del encuentro referidas a la propia profesión, donde existe competencia específica del ayudante al estar adiestrado para una relación integral, evitando la parcialización de la persona al centrarse exclusivamente en el problema objeto del encuentro. Se pueden distinguir dos subtipos fundamentales: a) Encuentro de ayuda: Existen múltiples ocasiones en el ejercicio cotidiano de la profesión, en las que el encuentro adquiere connotaciones de una relación en la que se desea afrontar un problemas, y se espera que esa relación sea de ayuda. Se presenta una dificultad, como el deseo o necesidad de proporcionar un diagnóstico. Se percibe una crisis o una fuerte carga emocional. En el encuentro se ayuda a que el enfermo afronte la situación, para explorar, comprender y hacerse responsable de las decisiones que tome, y del modo de vivir la dificultad. b) Interacciones de ayuda: Mientras se ejerce la profesión, toda interacción es un elemento que puede ayudar al que está en dificultad, aunque no se afronte directa y explícitamente un problema en particular. 3.3.- LA RELACIÓN DE AYUDA COMO MODO DE SER Es el despliegue de las aptitudes, actitudes y habilidades propias de la relación de ayuda, pero en interacción normal con las personas en los ámbitos más variados, abarcando las interacciones de convivencia, de amistad y los contactos casuales. Sin tratarse de hacer de toda relación una oportunidad de ayuda, sino más bien, de desplegar el propio ser con autenticidad y naturalidad. Indudablemente, desde el autodesarrollo continuo y responsable de los valores, las actitudes y las habilidades de ayuda contribuyen a que la naturalidad en la relación exprese una competencia inconsciente y que, a través de la comunicación, fomenta un ambiente favorecedor de la autoayuda en el necesitado. 4.- ACTITUDES FUNDAMENTALES EN LA RELACION DE AYUDA Entendiendo la Relación de Ayuda como un caminar juntos, completamente respetuoso hacia el otro por parte del ayudante, este último precisa de unas actitudes básicas, que desplegará según evolucione la relación, desde una aproximación a la otra persona como un ser total y completo en sí mismo. Estas actitudes fundamentales en la Relación de Ayuda son: • La comprensión empática. • La consideración positiva o aceptación sin condiciones. • La congruencia o autenticidad. Basado en numerosos estudios procedentes de los campos de la psicología y la enseñaza, Rogers indica que las actitudes son los verdaderos elementos clave en las relaciones humanas. Tanto es así, que dependiendo del tipo de actitudes que se adopten, especialmente por parte de la persona que ayuda, una relación puede estimular o inhibir el desarrollo y maduración personales. Así pues, si los procedimientos y técnicas utilizados por la persona que ayuda son importantes, todavía lo son mucho más las actitudes y sentimientos que despliega durante la relación. Este hecho explicaría cómo diferentes orientaciones terapéuticas, obtienen similares éxitos y fracasos ante grupos de personas con características parecidas. El factor común en los éxitos parecen ser las actitudes adoptadas por los terapeutas, entre las que destacan las anteriormente indicadas, y que se pueden resumir en la comprensión del otro, la sensibilidad demostrada ante sus comportamientos y emociones, así como un interés genuino, sincero y cálido, pero exento de compromiso emocional exagerado. Para poder reflejar en la relación con otro estas actitudes, el que pretende ayudar ha de establecer una relación consigo mismo, que básicamente tendrá las presuposiciones detalladas en la tabla VI. Humanización de la Atención Sanitaria 64 4.1.- LA COMPRENSIÓN EMPÁTICA • • • • • • Confianza en la propia experiencia. No aceptar como guía las valoraciones de los demás. La experiencia propia es la máxima autoridad. Encontrar el significado interno de las experiencias. Tener confianza en los hechos. Comunicar pensamientos y sentimientos personales tiene una fuerte incidencia sobre los demás. • Como seres humanos, estamos dotados de una enorme fuerza constructiva. • La vida es un proceso fluido y mutable. Tabla VI. Características de la relación con uno mismo En lo relativo a la relación con el otro, las características esenciales que generarán las actitudes detalladas han sido resumidas por Giordani, B., tal y como se recoge en la tabla VII. • • • • • • El comportamiento debe reflejar el estado interior. Saber escucharse, aceptarse y ser uno mismo. Comprender al otro sin juzgarlo. Facilitar al otro la comunicación consigo mismo. Aceptar al otro, más que comprenderlo. Estar abiertos a la experiencia, dejando a los demás ser lo que son. Tabla VII. Características de la relación con el otro Con todo ello, ha de tenerse en cuenta que el despliegue de actitudes y habilidades se realiza de forma dinámica, dado que la relación de ayuda se establece como un proceso. Y esta dinámica ha de adaptarse a la que presenta la persona necesitada de ayuda, que como rasgos comunes presenta: el que está viviendo una situación que le supone una dificultad concreta, ésta dificultad le genera sufrimiento, y éste a su vez, se expresa en diferentes sentimientos como inseguridad, miedo, confusión, ansiedad o culpabilidad. Pero esta adaptación, para ser efectiva, ha de tener un proceso de recorrido inverso. El ayudado espera que el otro comprenda y acepte incondicionalmente los sentimientos que está experimentando, que se ponga en su lugar participando con él de su sufrimiento, que sin juzgarle busque con él el sentido de sus dificultades y, finalmente, que le ayude a encontrar pistas vitales que le posibiliten salir de la situación, o vivir de otra forma aquello que no tiene visos de poderse solucionar. Con éste término se especifica un modo particular de comprender a otra persona, que requiere la capacidad de ponerse verdaderamente en el lugar del otro, y ver el mundo tal y como él lo ve. Se trata de un concepto diferente de otras formas de comprensión y conocimiento de los demás, como los resultados de los cuestionarios, o la comprensión de su ideología, temperamento y comportamientos. Se refiere más a la capacidad de comprender con exactitud los sentimientos que mueven el comportamiento del otro, sin recurrir al método interpretativo; y ponerse en la piel del otro sin caer en la identificación (Picone R, Conte A). Es necesario distinguir la empatía de la simpatía y la perspicacia diagnóstica (Giordani B): • La simpatía se basa esencialmente en la emoción, de manera que la participación está fuertemente determinada por alguna experiencia personal similar a la que el otro experimenta. Distinto de la empatía, más relacionada con aspectos cognoscitivos y emotivos de la experiencia de los demás, que se traduce en una participación de la experiencia del otro vivida como éste la vive. • La perspicacia diagnóstica, en la que prevalece el factor intelectual, consiste en observar e interpretar las expresiones de las experiencias de los demás. Esta última puede tanto facilitar, como obstaculizar la empatía. Dado que la empatía es considerada como un proceso cerebral y emotivo, una persona que sepa leer inteligentemente en el mundo interior del otro tiene una notable ventaja para su comprensión global como persona. No obstante, ésta habilidad puede obstaculizar su empatía, caso de que se deje condicionar demasiado por los procesos mentales. Se podría decir que la comprensión empática requiere un equilibrio permanente entre el entendimiento del mundo del otro, sin interpretaciones personales, y la implicación emotiva a una distancia psicológica prudencial, exenta de identificaciones en el sentido de disolución del yo personal en el del otro (o viceversa). Esta distancia psicológica es fundamental si se quiere evitar caer en el síndrome del burn-out, derivado de mantener la simpatía o identificación emocional con los sentimientos del otro, asociada a los propios sentimientos de culpa al verse a sí mismo bien en relación con quien está en una situación de sufrimiento. No hay empatía si no existe ésta separación, ya que se trata de penetrar en el 65 mundo de los sentimientos ajenos, pero permaneciendo conscientes de uno mismo a través de los procesos mentales. Según Giordani, existen diversos factores que pueden obstaculizar la comprensión empática (tabla VIII). Estos deben ser muy tenidos en cuenta a fin de evitarlos si se quiere transmitir al interlocutor, que no sólo participamos de su experiencia como si fuera de nosotros, sino también que puede tener la certeza de que lo comprendemos ampliamente. • La rigidez mental. • La inseguridad e inmadurez afectiva por parte del ayudante. • La tendencia a expresar juicios de valor. • La postura directiva o paternalista. • La postura egocéntrica, confrontando continuamente aquello que el otro le comunica, con sus propios pensamientos y sentimientos. Tabla VIII. Factores obstaculizadores de la comprensión empática La actitud empática produce demostrados beneficios para la persona que es ayudada (tabla IX), Estos le permiten sentirse comprendida y desarrollar actitudes que promueven su crecimiento personal, ayudándole a superar las dificultades con un claro significado terapéutico. • • • • • • • • Suscita sentimientos y experiencias relevantes. Estimula la autoexploración. Favorece la autoconfrontación. Transforma constructivamente a los interlocutores. I ntensifica el dialogo crítico y constructivo con las propias vivencias. Alivia la carga afectiva, al exteriorizarla. Favorece la aceptación de sí mismo. Despoja de las apariencias y de las máscaras. Tabla IX. Beneficios de la actitud empática 4.2.- LA CONSIDERACIÓN POSITIVA O ACEPTACIÓN SIN CONDICIONES Sentirse aceptado es una necesidad experimentada por todos en cualquier relación interpersonal profunda pero, sobre todo, por quien tiene necesidad de ayuda, y establece una relación en la que se espera la superación de un sufrimiento, o la modificación de algo en su propia persona (Bermejo JC, 1996). En éste punto, ha de introducirse necesariamente la afectividad hacia el enfermo. Como Carl Rogers indica, los sentimientos de estima y aprecio tienen un papel fundamental en la maduración psicológica de quien los da y de quien los recibe. Esta afectividad ha sido considerada peligrosa por algunos autores, entendiendo que la neutralidad favorece la utilización de técnicas efectivas, además de garantizar el mantenimiento de la necesaria distancia psicológica para actuar con objetividad. No obstante, esta neutralidad puede también favorecer la indiferencia y el distanciamiento, que generarán en el paciente sentimientos de abandono, inseguridad y desconfianza. Las diferentes experiencias demuestran que la consideración positiva y afectuosa, cuando es vivida con sinceridad y madurez por parte de al persona que ayuda, trae consigo notables ventajas para el otro. Entre éstas destacan la reconstrucción de la confianza en sí mismo, mejora de la autoestima, y mayor capacidad de superar la angustia que la situación le produce. Podemos decir que la aceptación incondicional tiene unos componentes fundamentales (tabla X), que contribuyen a darle significado. En cada uno de ellos ha de hacerse hincapié y transmitirlos al otro a través del lenguaje verbal y no verbal. En la aproximación al otro, es necesario evitar proyectarle la propia escala de valores enjuiciándole, así como hacer comentarios moralizadores, utilizar etiquetas, imponer el propio criterio sobre lo bueno y lo malo, o emitir veredictos sobre la persona y su comportamiento. De ésta forma, se trata de crear un ambiente de seguridad y confianza, basados en el respeto al otro independientemente de sus comportamientos, que le ayudará a reconocerse sin disimulos, aceptarse tal cual es y afrontar la situación problemática con mayor madurez. • Respeto y ausencia de juicio moralizante hacia el enfermo. • Confianza y consideración positiva hacia el ayudado. • Acogida sin condiciones del mundo emotivo del ayudado. • Cordialidad en el trato (sin amabilismos). Tabla X. Factores fundamentales de la aceptación incondicional Sin caer en la ingenuidad, la aceptación incondicional supone confiar en las propias posibilidades y recursos internos de la persona a la que se ayuda. Para ello se ha de transmitir la sensación de certeza en sus Humanización de la Atención Sanitaria 66 potencialidades, así como de una fe incondicional en que los desarrollará por sí mismo. En este sentido, la actuación del ayudante será más o menos directiva en función de los recursos u confianza en sí mismo que el enfermo manifieste (Cian L, López-Yarto L, Marroquin M). En relación con el mundo de los sentimientos y emociones, para que la Relación de Ayuda sea eficaz han de reconocerse, identificarse, e incluso etiquetarse. Algunas personas no se dan cuanta de todo lo que sucede en su mundo emotivo, y conviene dar nombre a todos y cada uno de los estados de ánimo por los que pasa. Con ello, aunque no se pierde la influencia del sentimiento, si pueden ser más dueños de sí mismos y de la situación, aceptarlos, expresarlos, y modificar más fácilmente sus pensamientos y conductas. La aceptación incondicional o consideración positiva, conlleva afectividad y respeto hacia el ayudado, que se expresa en forma de cordialidad, afabilidad y gentileza. Por más que se esté en desacuerdo con los planteamientos, valores y comportamientos del otro. 4.3.- LA CONGRUENCIA O AUTENTICIDAD En la Relación de Ayuda la autenticidad se refiere a la coherencia que se establece entre lo que la persona que ayuda piensa, lo que siente, lo que vive y lo que expresa. En éste sentido es sinónimo de congruencia, coherencia, gentilidad y sinceridad. Expresarse con autenticidad o congruencia significa haber desarrollado la capacidad de ser uno mismo en la relación, sin máscaras ni dobleces. Para desarrollar una adecuada congruencia es necesario profundizar conscientemente en el conocimiento de uno mismo (Aceves O). Llegar al desarrollo de la habilidad de reconocimiento de las propias emociones De manera que las propias manifestaciones externas en la relación, estén en completa armonía y correspondencia con la conciencia de los sentimientos que la vivencia de ese momento nos despierta. Ha de existir entonces en el ayudante una voluntad de ser y expresar, a través de las conductas verbales y no verbales, los diversos sentimientos y actitudes que se van dando en la dinámica de la relación. Lo cual no significa en absoluto que haya que expresarlos todos, sino más bien que se establezca un adecuado equilibrio según el propio discernimiento del profesional que desea ayudar. En este aspecto siempre es un buen punto de apoyo mantener la intención y deseo de hacer crecer la relación, de crear un ambiente adecuado y reducir al mínimo las propias resistencias (Giordani B, Cian L). Una de las situaciones que suelen constituir un verdadero reto para el profesional sanitario es la conspiración del silencio, tan frecuente como no deseable. En este caso, tanto los familiares como el enfermo conocen más o menos claramente lo que sucede. Sin embargo, se establece una especie de pacto tácito, basado en el autoengaño y el falso proteccionismo, que lleva a la marginación relacional y emotiva del afectado, para quien compartir lo que vive es una verdadera necesidad (KublerRoss E, García Ferrer J). El profesional que de verdad quiere ayudar, ha de desarrollar el coraje de ofrecer una relación auténtica y a la vez cuidadosa en éstos casos. Sin inhibirse de tratar los aspectos difíciles de la situación, cuando el paciente manifiesta directa ó indirectamente, su deseo de tratarlos. No hace falta hablar de la verdad de lo que ocurre, y si es necesario abordarla, tampoco es preciso hablar de toda la verdad. Se trata más bien de mantener un diálogo con expresiones verbales y no verbales congruentes con la situación, huyendo del uso de expresiones evasivas (no pasa nada, todo irá bien) que en la mayoría de los casos no manifiestan más que la inseguridad del profesional. Gómez Sancho sugiere que la verdad es antídoto del miedo. Ser sorprendido en relaciones falsas y mentirosas suele suponer un fuerte revés para el paciente, que provoca aislamiento y desconfianza hacia los profesionales. Además de favorecer la correcta relación, la autenticidad hace posible la aplicación de las otras dos actitudes fundamentales de la relación de ayuda: la empatía y la consideración positiva. Se crea así un punto de referencia para la persona ayudada, logrando en muchas ocasiones que encuentre con éxito su propia autenticidad. 4.4.- OTRAS ACTITUDES RELACION DE AYUDA IMPORTANTES EN LA La Relación de Ayuda no ha de entenderse como una aproximación estática al enfermo sino, como un proceso dinámico (Marroquin M). Durante su desarrollo el profesional o persona que desea ayudar al otro va desplegando y utilizando las diferentes actitudes demostradas como influyentes para lograr de verdad una buena ayuda. Este despliegue lo realiza de manera muy particularizada, por lo que ha de tener desarrolladas la percepción e intuición apropiadas para utilizar y manifestar las actitudes más convenientes al momento. Destrezas como personalizar en el diálogo, concretar, ser específico y confrontar adecuadamente, (Bermejo JC, Marroquin M, Alvarez F) son favorecedoras de una buena relación en la que, además de hacer que el enfermo se sienta acompañado en la autoexploración de sus dificultades, se posibilita que posea su propio problema. Que no lo valore y perciba como algo ajeno a sí mismo, culpabilizando a las circunstancias ambientales externas (las actuaciones de los propios profesionales incluidas). 67 Para no dejar, entonces, que el lugar de control se desplace y se mantenga desplazado hacia el exterior por parte del ayudado, el profesional ha de utilizar todas sus actitudes y destrezas referidas, para que éste retome su control sobre él mismo, analice su grado de responsabilidad en el problema (en el sentido de recursos personales desarrollados para responder ante la situación, sin autoculpabilizaciones), y decida hasta qué punto desea realmente superar la afectación emocional que le produce. Carkhuff, ha descrito las fases más importantes del proceso de relación de ayuda, sincronizando el recorrido psicológico del paciente con las actuaciones del profesional que ayuda (Giordani B). Básicamente, el ayudado realiza un proceso que incluye la exploración del propio problema, la comprensión de la situación que está viviendo, y el cambio de comportamientos y actitudes necesario para superar la situación, o vivirlo de una manera más apropiada a sus valores y posibilidades reales del momento. El profesional observará o escuchará detenidamente al otro, le responderá según sus necesidades de forma personalizada y reiniciará el proceso tantas veces considere oportuno a la situación concreta. Indudablemente, estas actuaciones podrán ser llevadas a cabo con total espontaneidad, sin artificios que minen la confianza, si el profesional ha adquirido el compromiso de trabajar incansablemente en el propio desarrollo personal, elemento clave para alcanzar la genuina conexión con el enfermo y crear un verdadero ambiente que permita ver cumplida su intención de, ni más ni menos, ayudar a la otra persona. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Aceves O. Quien soy. Barcelona: Martinez Roca, 2001. 2.Alvarez F. La experiencia humana de la salud. Labor hospitalaria 1991; 1: 37. 3.Brusco A. Humanización de la asistencia al enfermo. Madrid: C.H.S, 1998. 4.Bermejo JC. Humanizar la salud. Madrid: S. Pablo, 1997. 5.Bermejo JC. Relación de ayuda. En el misterio del dolor. Madrid: S. Pablo, 1996. 6.Dietrich G. Psicología general del counseling. Barcelona: Herder, 1986. 7.García Ferrer J. Ética de la salud en los procesos terminales. Madrid: S. Pablo, 1998. 8.Giordiani B. La relación de ayuda: de Rogers a Carkhuff. Bilbao: Desclée de Brouwer, 1997. 9.López Yarto L. Dinámica de grupos. Cincuenta años después. Bilbao: Desclée De Brouwer, 1998. 10.Maslow A. El hombre autorrealizado. Madrid: Kairós, 1970. 11.Madid-Soriano J. Hombre en crisis y relación de ayuda. Madrid: Asetes, 1986. 12.Mambriani S. La comunicación en las relaciones de ayuda. Madrid: S. Pablo, 1993. 13.May R. El hombre en busca de sí mismo. Buenos Aires: Ed. Central, 1974. 14.Ribeiro L. Generar Beneficios. Barcelona: Urano, 2001. 15.Rogers C. El camino del Ser. Madrid: Kairós, 1995. 16.Rogers C. El proceso de convertirse en persona. Barcelona: Paidos, 1972. 17.Schein EH, Bennis WG. El cambio personal y organizativo a través de métodos grupales. Barcelona: Herder, 1980. 18.Torurnebise T. El arte de comunicarse. Barcelona: Robin Book, 1996. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 68 6 69 6 P E R S P E C T I V A HUMANIZADORA DE LOS VALORES COLECTIVOS EN NUESTRA SOCIEDAD Dr. Manuel Marín Ferrer Dr. Marciano Gómez Gómez Dr. Rafael Peset Pérez Dra. Gloria Mengual González Dra. Asunción Perales Marín Dra. Rosa Mª Roca Castelló 1.- ESTRATEGIAS: FORMACIÓN DE VALORES En los últimos tiempos se ha puesto de moda y está de actualidad hablar de valores. Se multiplican los cursos, las jornadas y los artículos sobre el tema. La sociedad actual manifiesta unas necesidades, de las que se intenta dar respuesta desde las instituciones. Desde los centros sanitarios se tendría que tener la formación más idónea para poder atender y tratar a la persona de manera integral. Deberíamos intentar el pleno desarrollo de la personalidad de los trabajadores en los ámbitos sanitarios, es decir, “una educación integral en conocimientos, destrezas y valores morales de todos, en la vida personal, familiar, social y profesional”. Esto supone un cambio en la organización que permite incorporar programas capaces de desarrollar en los trabajadores habilidades de conducta prosocial, actitudes favorables a la salud, normas, educación en valores... con el objeto de capacitarlos para que puedan resolver mejor los conflictos que se le presentan en su vida ordinaria. Se ha comenzado a aceptar algunas de las recomendaciones de Organismos Internacionales de Educación (UNESCO), en las que nos dicen que la clave del futuro de los sistemas educativos será la formación de actitudes y valores. Goodstadt y Michel (1990), tras una revisión de la investigación de programas educativos, proponen una serie de criterios para aumentar su eficacia: - Los programas se han de dirigir hacia subpoblaciones con un nivel uniforme o deberían incorporar elementos y procesos de acuerdo con las necesidades de estos diferentes subgrupos. - Los objetivos, contenido y procesos deberían prestar más atención a los determinantes básicos de conducta humana, en cuanto a: a) Los determinantes personales de la conducta: - Factores cognitivos: conocimientos, creencias, percepciones, etc. - Factores afectivos: actitudes, valores, aspiraciones, autoestima. - Factores relacionados con las habilidades: habilidades comunicativas, asertividad, relaciones interpersonales, toma de decisiones, etc. - Factores conductuales: intenciones de conducta, expectativas de actuación, conductas, etc. b) Los determinantes sociales de la conducta, incluyendo: - Las normas y conductas sociales: compañeros, amigos, familia, comunidad, etc. - Refuerzos y castigos sociales. - Entorno físico y social. - Los programas deberían aplicarse con la adecuada intensidad de tiempo y esfuerzo, con la adecuada preparación del personal y con el apoyo coherente de la administración y de la comunidad. - Los programas basados en la institución deberían estar integrados dentro de los programas generales, políticas y actividades de la comunidad más amplias. El objetivo de la Educación para la Salud es promover todas aquellas conductas, actitudes y valores que contribuyan a la construcción de estilos de vida saludables (positivos). Trabajamos fundamentalmente estrategias centradas en la formación de la competencia social y personal, orientadas a la adquisición de valores y desarrollo de la autonomía, a través del empleo de técnicas de clarificación y análisis de valores. El problema de los valores ha sido abordado desde muy distintos ámbitos de conocimiento: filosófico, psicológico, antropológico, sociológico, etc. No es tarea fácil trazar el camino recorrido por los valores a lo largo de la literatura científica de este siglo. Rokeach y sus colaboradores son los representantes que mejor han instrumentalizado la problemática de los valores en el campo psicológico. Como señala Garzón, la originalidad de la teoría sobre valores de Rokeach se sitúa en el hecho de atribuir a los valores un cariz autorreflexivo. Los valores, en tanto que autoconcepciones que un sujeto tiene de sí mismo, de los demás y del mundo social, adquieren un carácter de sistema personal de creencias, mediatizado por el contexto social, que ayudan al sujeto a tener un sentido de identidad, no sólo en el ámbito individual, sino también como miembro de su propia comunidad social. Para Rokeach, los valores humanos se formulan a partir de las siguientes características (Garcés, 1988): Humanización de la Atención Sanitaria 70 a) El número total de valores que una persona posee es relativamente pequeño. b) Toda persona posee, en cualquier parte, los mismos valores en diferente grado. c) Los valores están organizados dentro de un sistema. d) Los antecedentes de los valores humanos pueden ser atribuidos a la cultura, la sociedad y sus instituciones, así como, a la personalidad de los mismos. Rokeach comienza definiendo el valor como “una creencia duradera de que un específico modo de conducta o estado final de existencia es personal o socialmente preferible a otro modo de conducta o estado final de existencia”. Los valores pertenecen al ámbito del conocimiento del sujeto y son creencias, pero un determinado tipo de creencias. Rokeach distinguió tres tipo de creencias: a) Descriptivas o existenciales: las que son capaces de ser verdaderas o falsas. b) Evaluativas: cuando el objeto de creencia es bueno o malo. c) Prescriptivas: cuando algún significado o fin de la acción es considerado deseable o no deseable. En definitiva, “lo que constituye al valor es el ser una concepción de lo preferible para el sujeto, aunque esa preferibilidad respecto a algo, modo de conducta o estado final de existencia, se fundamente en creencias evaluativas, sobre si algo es bueno o malo, del sujeto en su relación con el contexto social” (Escámez, 1986). 2.- ¿QUÉ SON LOS VALORES? Importa averiguar qué son los valores y cómo se enseñan, porque al fin y al cabo, mueven toda nuestra vida. Son componentes tan inevitables del mundo humano que resulta imposible imaginar una vida sin ellos. Toda persona humana es inevitablemente moral. La coherencia entre lo que se sabe y lo que se vive es, como veremos, uno de los más apetecibles valores humanos. Y todavía más atractivo, el valor de la coherencia entre lo que se vive y lo que se enseña. Los valores morales que son los que andan en este momento en boga, es una aguda sensibilidad ante la falta de ética la que está reclamando una mayor moralidad en todos los ámbitos de la vida social: en la empresa y en la política, en los medios de comunicación, en los bancos y en las profesiones, en los hospitales, las escuelas, los institutos y la universidades, en el conjunto de nuestra vida. Porque entendemos que un aumento en moralidad es lo mismo que un crecimiento en humanidad. No quiere decir esto que no sean esenciales los valores estéticos (la belleza, la elegancia), los religiosos (lo sagrado, lo trascendente), los de la salud (la salud, la agilidad), los intelectuales (el conocimiento, la evidencia), o los de la utilidad (lo útil, lo eficaz), sino que son los morales los que parecen estar de actualidad; tal vez porque nos percatamos, con razón, de que desde ellos podremos ordenar los restantes, ya que los valores morales actúan como integradores de los demás, no como sustitutos de ellos. Por eso urge educar en este tipo de valores, sea a través de la “educación formal”, es decir, en la escuela, sea a través de la familia, la calle, las instituciones sanitarias, o los medios de comunicación. La cuestión de los valores es, pues, una cuestión, no sólo de intuición personal, de captación personal del valor, sino también de cultivo de las predisposiciones necesarias para apreciarlo, para degustarlo. La educación y dirección por valores consistiría pues, en cultivar esas condiciones que nos preparan para degustar ciertos valores. José Ortega y Gasset, que trata sobre los valores en un bello artículo (“Introducción a una estimativa”), recuerda que, cuando nos enfrentamos a las cosas, no sólo hacemos operaciones intelectuales, como comprenderlas, compararlas entre sí o clasificarlas, sino que también las estimamos o desestimamos, las preferimos o las relegamos: es decir las valoramos. Lo mismo ocurre con las cosas, con los sistemas sociales o con las instituciones; que valoramos unas positivamente (las amamos, nos atraen), mientras que valoramos otras negativamente (las odiamos, nos repugnan). Y curiosamente, ser y valer no se identifican, porque hay cosas que son y las valoramos negativamente (una enfermedad), mientras que otras no son y las valoramos positivamente, como puede ser la justicia. Si la solidaridad, por ejemplo, es en sí valiosa y por eso deseamos construir un mundo solidario, o si, por el contrario, son algunas personas las que han decidido que la solidaridad es un valor. Si una persona justa debe agradarnos porque la justicia es un valor, o si más bien ocurre que a algunos les agradan las personas justas y por eso dicen que la justicia es un valor. Como conclusión podríamos esbozar dos elementos definitorios fundamentales: • Los valores valen realmente, por eso nos atraen y nos complacen, no son una pura creación subjetiva. Son cualidades reales de las personas, las cosas, las instituciones y los sistemas. • Pero la realidad no es estática, sino dinámica, contiene un potencial de valores latentes que sólo la creatividad humana puede ir descubriendo. 71 Los valores (como la libertad, la solidaridad, la belleza) valen realmente porque, como diría Xavier Zubiri, “nos permiten acondicionar el mundo para que podamos vivir en él plenamente como personas”. El acondicionamiento de la vida sólo puede hacerse desde la creación y no desde la aberración. Podemos concluir que para acondicionar nuestra vida contando con los valores habremos de tener en cuenta al menos dos instancias: nuestro sentido creativo y el avenimiento a la realidad. Tenemos que ir reconociendo que los valores valen y que además ponen en condiciones al mundo para que lo habiten seres humanos. Porque un mundo injusto, insolidario, sin libertades, un mundo sin belleza o sin eficacia, no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad. Podemos decir pues, que los valores son cualidades reales, y lo son de las cosas, pero también de las acciones, de las sociedades y de las personas. Cuando percibimos un valor, captamos al mismo tiempo si es positivo o negativo. Valores positivos son sin duda la justicia y la igualdad en las cosas humanas, la utilidad y la belleza, la agilidad y la salud. Valores negativos, por el contrario, la injusticia y la desigualdad, la inutilidad y la fealdad, la torpeza y la enfermedad. Los valores dinamizan nuestra acción, los positivos nos incitan a tratar de alcanzarlos, mientras que los negativos nos mueven a erradicarlos. Pocas cosas hay neutrales. Desde luego, jamás lo es la enseñanza que, explícita o implícitamente, siempre es una transmisión de valores, a través de la palabra del profesor, a través de sus actitudes, a través de lo que hace o a través de lo que omite. Los valores tienen una materia, algo tienen que nos permite distinguirlos, no les podemos adjudicar tranquilamente cualquier definición. 3.- LOS VALORES MORALES: ¿QUÉ HACE MORAL UN VALOR? En la vida cotidiana suele hablarse indistintamente de moral y de ética, refiriéndose a todo un mundo de valores, actitudes, principios y normas, en el que resulta difícil establecer con claridad qué es cada cosa, y si conviene hablar de actitudes, valores y normas morales o éticas. VALORES: son proyectos globales de existencia que se instrumentalizan en el comportamiento individual a través de la vivencia de unas actitudes y del cumplimiento consciente y asumido de unas normas o pautas de conducta. ACTITUDES: son predisposiciones estables de la interioridad que el ser humano adquiere a partir de los valores en que cree y que le hacen reaccionar o comportarse favorablemente ante las realidades vividas. NORMAS (leyes, preceptos, reglas...): son pautas de conducta o criterios de actuación que dictan como debe ser el comportamiento de una persona ante una determinada situación. Las palabras ética y moral en sus respectivos orígenes griego y latino, significan prácticamente lo mismo: carácter, costumbres. Ambas expresiones se refieren a un tipo de saber que nos orienta para forjarnos un buen carácter, que nos permita afrontar la vida con altura humana. Porque se puede ser un auténtico experto en diferentes campos y, sin embargo, resultar poco aceptable como persona. Tanto la ética como la moral nos ayudan a labrarnos un buen carácter para ser personas en el pleno sentido de la palabra. Y lo que decimos de las personas podemos decirlo también de las instituciones, los sistemas y las sociedades. En el lenguaje filosófico se distingue entre estas dos expresiones -moral y ética- porque necesitamos dos términos diferentes para designar dos tipos de saber: uno que forma parte de la vida cotidiana, y que ha estado presente en todas las personas y en todas las sociedades (la moral), y otro que reflexiona sobre él filosóficamente y, por lo tanto, nació al tiempo que la filosofía (la ética o filosofía moral). José Luis Aranguren las caracteriza muy adecuadamente con dos expresiones: la moral sería “moral vivida” y la ética “moral pensada”. Existen distintos tipos de valores: • Sensibles: placer/dolor; alegría/pena. • Útiles: capacidad/incapacidad; eficacia/ineficacia. • Vitales: salud/enfermedad; fortaleza/debilidad. • Estéticos: bello/feo; elegante/inelegante; armonioso/caótico. • Intelectuales: verdad/falsedad; conocimiento/error. • Morales: justicia/injusticia, libertad/esclavitud; igualdad/desigualdad; honestidad/deshonestidad; solidaridad/insolidaridad. • Religiosos: sagrado/profano. La conducta adecuada con respecto a los valores positivos debe incluir: • Respetarlos allá donde estén ya incorporados. • Defenderlos en aquellas situaciones en que se ven en dificultades. • Tratar de introducirlos en aquellos lugares en que no se encuentren introducidos o donde dominen los valores negativos. Humanización de la Atención Sanitaria 72 Entre estos valores existen unos específicamente morales, como la libertad, la justicia, la solidaridad, la honestidad, la tolerancia activa, la disponibilidad al diálogo, el respeto a la humanidad en las demás personas y en la propia. Estos valores se especifican al menos por tres factores: • Dependen de la libertad humana, está en nuestra mano realizarlos. • Precisamente porque dependen de la libertad h u m a n a , l o s a d j e t i vo s c a l i f i c a t i vo s q u e s e construyen partiendo de valores morales no pueden atribuirse ni a los animales, ni a ni a las plantas ni a los objetos inanimados. • Una vida sin esos valores está falta de humanidad, por eso los universalizamos. Propios de la vida moral son, no sólo los valores específicamente morales, sino también la disponibilidad de la persona para realizar distintos valores, sean o no morales, integrándolos de una forma plenamente humana (“Quien se los apropia crece en humanidad”). Todo esto está relacionado con la afirmación kantiana de que hay seres que son valiosos en sí mismo, mientras que otros son valiosos para otra cosa. Una acepción distinta del término valor es la de que humanizar significa potenciar a los seres que son valiosos en sí mismos. 4.- LA EVOLUCIÓN DE LOS VALORES Conviene recordar que aunque los valores son cualidades reales de las personas, las acciones, los sistemas o las cosas, y aunque tienen un componente, de suerte que podemos distinguir unos de otros, también es verdad que a lo largo de la historia y en las diferentes culturas hemos ido dándoles cuerpo con distintos contenidos. La historicidad del contenido de los valores morales ha despertado frecuentemente la sospecha de que su valía es relativa a las distintas épocas históricas y a las diferentes culturas, de suerte que cada una de ellas ha entendido por libertad, justicia o solidaridad cosas bien distintas. Hay una evolución en el contenido de los valores morales, pero una evolución que implica un progreso en el modo de percibirlos, de suerte que en las etapas posteriores entendemos cómo los han percibido en las anteriores, pero no estamos ya de acuerdo con ellas porque nos parece insuficiente. La teoría de Lorenz Kohlberg se basa en que ni las personas ni las sociedades nacen con una conciencia ya hecha, sino que va conformándose a través de un proceso de aprendizaje que abarca, bien la propia biografía personal, bien la historia. En ambos casos se trata de un proceso de degustación, por el que vamos comprobando qué valores acondicionan mejor nuestra existencia, y sobre todo qué forma de realizar esos valores, qué forma de ponerlos en práctica. En este proceso cooperan aspectos emocionales, sentimentales y cognitivos, que siempre están estrechamente entrelazados entre sí, tanto en el caso de las personas como en el de las sociedades. Aunque Kohlberg reconoce que en el caso del proceso personal desempeñan un papel fundamental los factores socioculturales, el tipo de educación recibida y la experiencia emocional, considera que en la conformación de la conciencia es central la evolución que se produce en el aspecto cognitivo, es decir, en el modo de razonar acerca de las cuestiones morales y de juzgar sobre ellas. Por eso analiza la estructura de crecimiento moral de la persona teniendo en cuenta cómo formula juicios, y muy concretamente los juicios sobre lo que es “justo o correcto”. Kohlberg establece una secuencia en el desarrollo moral de tres niveles y seis estadios (dos por cada nivel) en la evolución moral de la persona, desde la infancia hasta la edad adulta: los niveles definen las perspectivas de razonamiento que la persona puede adoptar con relación a las normas morales de la sociedad, y los estadios expresan los criterios mediante los que la persona emite su juicio moral, lo cual muestra la evolución seguida dentro de cada nivel, que matizamos a continuación: 1. Nivel preconvencional: el egoísmo como principio de justicia. Estadio 1. Orientación a la obediencia y el castigo. Estadio 2. Orientación egoísta e instrumental. 2. Nivel convencional: conformismo con las normas sociales. Estadio 3. Orientación de “buen/a chico/a”. Estadio 4. Orientación hacia el mantenimiento del orden social. 3. Nivel postconvencional: los principios universales. Estadio 5. Orientación legalista (jurídico-contractual). Estadio 6. Orientación por principios éticos universales. 5.- VALORES UNIVERSALES Estos principios tienen en cuenta a toda la humanidad, de modo que desde ellos podemos poner en cuestión también las normas de nuestras sociedades. Y estos principios entrañan un conjunto de valores morales, que son universales: aquellos valores que exigiríamos para cualquier persona. 73 Hemos ido aprendiendo a lo largo de los siglos que cualquier ser humano, para serlo plenamente, debería ser libre y aspirar a la igualdad entre los hombres, ser solidario y respetar activamente su propia persona y a las demás personas, trabajar por la paz y el desarrollo de los pueblos, conservar el medio ambiente y entregarlo a las generaciones futuras no peor que lo hemos recibido, hacerse responsable de aquellos que le han sido encomendados y estar dispuesto a resolver mediante el diálogo los problemas que pueden surgir con aquéllos que comparten con él el mundo y la vida. Nos encontramos en tiempos de preocupación por los valores morales por parte de los más variados colectivos: políticos, empresarios, médicos, científicos, movimientos sociales y periodistas se muestran preocupados por una revitalización de sus profesiones. Tomar el pulso a distintos colectivos sociales con el objetivo de averiguar cuáles son los valores que más estiman, construir su perfil valorativo, es una de las tareas que entusiasman a los sociólogos y encandilan al público. Saber cuáles son los valores de los jóvenes, de los empresarios, de los españoles en general, de los valencianos en particular, o de los lectores de una revista, es algo que siempre despierta interés entre los ciudadanos. El perfil de una persona o de una sociedad es el de sus valores, el de sus preferencias valorativas a la hora de elegir, de tomar un camino u otro. Cuando se trata de la realidad que nos circunda, con un poco de olfato podemos descubrir lo que a los encuestadores cuesta mucho tiempo y dinero. Vamos a tomar aquí el pulso a los valores de nuestra sociedad sin someterla a encuestas, sino calándonos las antenas y percibiendo las elecciones que realmente la gente hace qué es lo que de verdad valora. Los valores que componen lo que llamamos una ética cívica, que son aquéllos que ya comparten todos los grupos de una sociedad pluralista y democrática. Que los ciudadanos los compartan no significa que vivan según ellos, o que realicen sus opciones teniéndolos por referente, porque aquí hay que distinguir entre los valores según los que realmente elegimos o aquéllos que decimos que se deben estimar. Vamos, pues, a poner a nuestra sociedad el termómetro de esos valores que componen la ética cívica, para ver cómo andamos de temperatura y qué de todo esto habríamos de transmitir en la Dirección por Valores (DpV). Los valores que componen una ética cívica y que hay que transmitir en la DpV son fundamentalmente la libertad, la igualdad, la solidaridad, el respeto activo y el diálogo (disposición a resolver los problemas comunes a través del diálogo).Son los que durante siglos hemos tenido que aprender y ya van formando parte de nuestro mejor tesoro. Los avances técnicos son valiosos, pero se pueden dirigir en un sentido u otro, se pueden encaminar hacia la libertad o la opresión, hacia la igualdad o la desigualdad, y es precisamente la dirección que les damos lo que los convierte en valiosos o en rechazables. La libertad es el primero de los valores que defendió la Revolución Francesa y uno de los más apreciados para la humanidad. Pero podemos referirnos a la libertad desde diferentes perspectivas: • Libertad como participación.- En la Atenas de Pericles, la democracia en Atenas, los ciudadanos eran hombres libres, a diferencia de los esclavos, las mujeres, los metecos y los niños, que no eran libres. Libertad significaba, pues, “participación en los asuntos públicos”, derecho a tomar parte en las decisiones comunes, después de haber deliberado conjuntamente sobre todas las posibles opciones. En nuestro tiempo y en nuestra sociedad no es apreciada positivamente esta idea de libertad. En lo que respecta a la participación política, no es un valor precisamente en alza entre nosotros. La política ha perdido el halo que le rodeara, y las gentes prefieren dedicarse a otras actividades, propias de la sociedad civil. La libertad como participación puede limitarse a la vida política o extenderse a otros ámbitos de la vida social. Todas las personas deberían estar implicadas en las decisiones que toman en algunos ámbitos públicos: la escuela, el instituto, la empresa, las asociaciones de vecinos o de consumidores, las organizaciones no gubernamentales, etc. No parece ser este un valor en alza. Es el nuestro un tiempo en que se aprecia más la privacidad, la defensa de la vida privada, que la participación. • Libertad como independencia.- Benjamín Constant recoge en su conferencia “El inicio de la Modernidad” el nacimiento de un nuevo concepto de libertad en los siglos XVI y XVII: la “libertad de los modernos” o libertad como independencia, estrechamente ligada al surgimiento del individuo. En épocas anteriores se entendía que el interés de un individuo es inseparable del de su comunidad, porque a cada uno de los individuos le interesa que subsista y prospere la comunidad en la que vive, ya que del bienestar de su comunidad depende el suyo propio. En la Modernidad empieza a entenderse que los intereses de los individuos pueden ser distintos de los de su comunidad, e incluso contrapuestos. Humanización de la Atención Sanitaria 74 Conviene establecer los límites entre cada individuo y los demás y entre cada individuo y la comunidad y asegurar que todo dispongan de un espacio en que moverse libremente sin que nadie pueda interferir. Así nace todo un conjunto de libertades que son sumamente apreciables: la libertad de conciencia, de expresión, de asociación, de reunión, de desplazamiento por un territorio, etc. Todas ellas comparten la idea de que es libre aquél que puede realizar determinadas acciones (profesar o no una determinada fe, expresarse, asociarse con otros, reunirse, desplazarse, etc.) sin que los demás tengan derecho a obstaculizarlas. A esta libertad Constant la llamó “libertad de los modernos” y consiste fundamentalmente en asegurar la propia independencia. Este es el tipo de libertad que más apreciamos en la Modernidad, porque nos permite disfrutar de la vida privada: la vida familiar, el círculo de amigos, las asociaciones en la que entramos voluntariamente, nuestros bienes económicos, garantizados por el carácter sagrado de la propiedad privada. En esta vida privada no pueden intervenir ni los demás ni el Estado. A diferencia de la democracia ateniense que identifica la auténtica libertad con la participación en la vida pública, la Modernidad estrena la libertad como independencia, como disfrute celoso de la vida privada. Que cada persona pueda gozar un amplio abanico de libertades sin que nadie tenga derecho a impedírselo es una de las grandes conquistas de la Modernidad. Un valor que no se universalice deja de estar a la altura moral de nuestro tiempo. Lo que sucede es que universalizar las libertades de todos exige solidaridad. Las personas somos desiguales, en cuanto que unas son más fuertes en unos aspectos y otras son más débiles, y si no hay ayuda mutua resulta imposible que todos podamos gozar de la libertad. Aunque es verdad que la libertad como independencia es hoy un valor muy estimado, urge en la DpV ir transmitiendo que este valor no se mantiene sin solidaridad. • Libertad como autonomía .- En el siglo XVIII, con la Ilustración, nace una tercera idea de libertad: la libertad entendida como autonomía. Libre será ahora aquella persona que es autónoma, que es capaz de darse sus propias leyes. Los que se someten a leyes ajenas son heterónomos, en definitiva, esclavos y siervos. “Dadme mis propias leyes” significa que los seres humanos, como tales, nos percatamos de que existe un tipo de acciones que nos humanizan (ser coherentes, fieles a nosotros mismos, veraces, solidarios) y otras que nos deshumanizan (matar, mentir, calumniar, ser hipócritas o serviles etc.), y también nos apercibimos de que ese tipo de acciones merece la pena hacerlas o evitarlas precisamente porque nos humanizan o porque nos deshumanizan, y no porque otros nos ordenen realizarlas o nos las prohiban. Ser libre entonces exige saber detectar qué humaniza y qué no, como también aprender a incorporarlo en la vida cotidiana, creándose una auténtica personalidad. Aun cuando todo el mundo habla de ella, y todos dicen querer ser autónomos, no siervos, no esclavos, la autonomía exige un esfuerzo que bien pocos están dispuestos a realizar. Porque tratar de discernir cuáles son las acciones que verdaderamente humanizan y optar por ellas en los casos concretos, exige un acopio de personalidad bastante considerable. Lo habitual no es optar por leyes propias, sino sumarse a las de otros. La libertad como autonomía no es fácil, exige cultivo y aprendizaje, y merece la pena realizar uno y otro, porque es uno de nuestros más preciados valores. 6.- TEORÍAS CONTEMPORÁNEAS EDUCACIÓN MORAL SOBRE Actualmente se entiende por educación moral el proceso de enseñanza-aprendizaje por el que el individuo va configurándose como una persona moral. En conclusión: • Persona moral es aquella que se ha formado un modo de ser o carácter que se refleja en sus acciones y comportamientos sociales. • Persona moral es aquella que investiga el papel de los valores y normas morales en la conducta humana. • Persona moral es aquella que tiene conciencia clara sobre sus preferencias de valor, sobre las consecuencias que se derivan de tales preferencias y que actúa de acuerdo a ellas. Coexisten en nuestro tiempo cuatro teorías según las cuales la educación moral consiste en: el proceso de formación del carácter; el proceso de adquisición de habilidades para percibir, juzgar y actuar bien en relación con el bien de todos; el proceso de desarrollo del juicio moral; y, el proceso de clarificación de valores personales y de adquisición de habilidades para la puesta en práctica de tales valores en las situaciones conflictivas de la vida. 75 La concepción de la educación moral como formación del carácter hunde sus raíces en la tradición griega (Sócrates, Plantón, Aristóteles). En nuestro tiempo ha surgido un movimiento en EE.UU. que partiendo de los problemas que actualmente presenta la sociedad, especialmente la juventud, sobre violencia, falta de respeto, crueldad, prejuicios raciales, egoísmo, descenso de responsabilidad, conductas autodestructivas como la drogadicción, etc., propone socializar a los jóvenes en aquellos valores morales que son necesarios para el mantenimiento y desarrollo de las sociedades modernas. T. Lickona, el autor más representativo de esta corriente, formula lo que él considera diez buenas razones para la educación del carácter: 1. Actualmente hay una clara y urgente necesidad de tal educación en las sociedades modernas. 2. La transmisión de valores es y ha sido siempre tarea de la civilización. 3. El papel de la escuela, como educadora moral, ha llegado a ser más vital en un tiempo en el que millones de niños y jóvenes reciben muy poca o nula enseñanza moral de los padres y otras instituciones sociales. 4. Existe un substrato ético común en nuestras sociedades, aunque en las mismas haya valores conflictivos. 5. Las democracias tienen una especial necesidad de educación moral porque la democracia es el gobierno del pueblo por el pueblo. 6. No existe, en las situaciones reales escolares, una educación libre de valores. 7. Las grandes cuestiones a las que se enfrentan tanto las personas individuales como la raza humana son cuestiones morales. 8. Hay una creciente base social que demanda una educación escolar en valores. 9. Es compartida la convicción de que la educación moral es esencial, si queremos seleccionar y mantener buenos profesores. 10.La educación alcanzable. del carácter es una meta Se establecen listados diferentes de valores según la edad de los individuos y los autores de esta corriente, los más usuales de los cuales, en los que es necesario educar, son: el respeto, la responsabilidad, la veracidad, la puntualidad, el autodominio, la solidaridad, la amabilidad, la benevolencia, la limpieza, la cortesía, la frugalidad, la autoestima, la valentía, la tolerancia, la lealtad, la ciudadanía, la alegría, la paciencia y la deportividad. Consideran que los anteriores valores, a veces interpretados de diferente modo según las sociedades, son básicos para la supervivencia de las mismas, siendo la educación, en tales valores, necesaria para evitar el peligro de su decadencia y posible desaparición. Entre los valores reseñados, el respeto a los demás y al medio natural y la responsabilidad son considerado los más importantes. Para la enseñanza y el aprendizaje de tales valores, se proponen unas estrategias que pueden concretarse así: que el profesor y/o la dirección actúe como un cuidadoso mentor y modelo tratando a los alumnos y trabajadores con amor y respeto; la creación de una comunidad moral en el aula o en la institución sanitaria en la que los estudiantes y trabajadores se cuiden y respeten unos a otros; la práctica de la disciplina moral, usando las reglas morales como oportunidades para ejercitar el autocontrol; la creación de un clima democrático en la institución, implicando a los trabajadores en el establecimiento de las normas de convivencia y en la toma de decisiones; la enseñanza de valores a través de los contenidos curriculares, usando tales contenidos como vehículos para examinar las consecuencias morales que de ellos se derivan; el uso de técnicas cooperativas de aprendizaje, para generar en las personas conciencia de superación, estimulando la responsabilidad, la promoción a la reflexión moral, a través de lecturas, escritos, discusiones y debates; con la enseñanza de procedimientos de resolución de conflictos interpersonales. Además es conveniente desarrollar otras estrategias para que la dirección por valores tenga proyecciones en la vida social, tales como que los trabajadores asuman responsabilidades de realizar servicios concretos al centro y a la comunidad social, la creación de una cultura moralmente positiva en la totalidad del centro, que sea soporte y amplifique los valores, y conseguir que los líderes comunitarios se impliquen como colaboradores en la educación en valores. Humanización de la Atención Sanitaria 76 7.- ELEMENTOS CLAVE QUE NOS AYUDAN A ENTENDER LA COMPLEJIDAD DEL VALOR • La UNESCO y el Club de Roma (1988) pueden orientarnos al respecto, desde dos perspectivas: se habla de valores económicos basados en los productos, riquezas y precio de cosas muy concretas, en tanto que, en otro contexto, los valores tienen un significado abstracto, un aspecto intangible, no mensurable: la libertad, la paz, la justicia y la equidad se manifiestan como valores interconectados que se apoyan unos en otros. Y tienen su fuente en las religiones o en el humanismo. Hay que distinguir entre valores y los medios para conseguirlos. • Desde una antropología humanística entendemos también por valor todo lo que favorece la plena realización del hombre como persona. Podemos definir el valor como un carácter de las cosas que explica el que sea más o menos estimada o deseada y que puedan satisfacer para un cierto fin. • Un valor es una prioridad significativa en la vida de una persona (Hall, 1986) que decide poner en práctica, que prevalece entre otras prioridades, que enriquece su propia vida y las de las personas con las que se relaciona. Una vez elegidas estas prioridades, la persona actúa según ellas y en consecuencia se reflejan en su vida cotidiana. Ahora bien, estas prioridades pueden cambiar según la maduración o crecimiento de la persona. • Los valores no existen como entes ideales o irreales. Se dan en la realidad natural y humana, como propiedades valiosas de los objetos de esa realidad. • Los valores tienen su utilidad en relación con la persona humana, es decir, el ser humano es el que da sentido al valor. Las cosas adquieren un sentido en cuanto que la persona los relaciona consigo mismo. Los valores descansan en la intuición, en el sentimiento de valor, pues los valores son cualidades de las cosas que promueven nuestro interés, que atraen o repelen, y solo puede tener valor aquello cuya existencia complace. El órgano de los valores era para Scheler el sentimiento. • Los valores se encuentran también en las instituciones: las leyes, la política, la religión, la educación tienen sus valores específicos. Existe entre ellos una relación, que hace posible en el individuo la elección de valores personales. Se da siempre una relación dialéctica entre los valores de la persona y los de la institución en la que vive. • La objetividad y subjetividad de los valores. El punto de vista objetivo centra su atención en los valores como algo exterior a la persona, que se puede imponer desde fuera (inculcar valores, transmitir valores). El punto de vista subjetivo emanado de la psicología existencial destaca el valor como relativo a las opciones y decisiones personales de un individuo. Se contempla el valor como una elección personal que se expresa a través de la conducta. Concluimos con una didáctica y hermosa definición de Ortega y Gasset: “Los valores son un linaje peculiar de objetos irreales que residen en los objetos reales, o cosas, como cualidades “sui generis”. No se ven con los ojos, como los colores, ni siquiera se entienden como los números y los conceptos. La belleza de una estatua, la justicia de un acto, la gracia de un perfil femenino no son cosas que quepa entender o no entender. Sólo cabe “sentirlas” y, mejor, estimarlas o desestimarlas. El estimar es función psíquica real -como el ver o el entender- en la que los valores se hacen presentes. Y viceversa, los valores no existen sino para sujetos dotados de la facultad estimativa, del mismo modo que igualdad y la diferencia sólo existen para seres capaces de comparar. En este sentido, y sólo en este sentido, puede hablarse de cierta subjetividad en el valor”. 77 BIBLOGRAFÍA RECOMENDADA 1.García S, Shirnon LD. La dirección por valores. Madrid: McGraw-Hill, 1997. 2.Blanchard K, O’Connor M. Dirección por valores. Barcelona: Gestión 2000, 1997. 3.Bermejo JC. Humanizar la salud. Madrid: San Pablo, 1997. 4.Cortina A, Escamez J, Pérez-Delgado E. Un mundo de valores. Valencia: Generalitat Valenciana, Consellería. de Cultura Educació i Ciencia, 1996. 5.Carreras L, Eijo P, Estany A, Gómez MT, et al. Cómo educar en valores. Madrid: Narcea S.A., 1995. 6.Marín MA. Crecimiento personal y desarrollo de valores: un nuevo enfoque educativo. Valencia: Promolibro, 1987. 7.Tierno B. Valores humanos. Madrid: Taller de editores, 1993. 8.Cuatrecasas L. Gestión integral de la calidad. Barcelona: Gestión 2000, 1999. 9.Doménec M. Raíces éticas del liderazgo. Barañain (Navarra): Universidad de Navarra (EUNSA), 2000. 10.Rojas E. La ilusión de vivir. Madrid: Temas de hoy S.A., 1998. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 78 7 79 7 NUEVAS FORMAS DE DIRECCIÓN: LA DIRECCIÓN POR VALORES Dr. Manuel Marín Ferrer Dr. Marciano Gómez Gómez Dr. Rafael Peset Pérez Dra. Gloria Mengual González Dra. Asunción Perales Marín Dra. Rosa Mª Roca Castelló 1.- ¿QUÉ ES LA DIRECCIÓN POR VALORES (DpV)? Todos nuestros actos en la vida, van destinados a “ser”, y para “ser algo”, de forma consciente o inconsciente, ponemos en marcha tres actos: realizar, conectar e integrar. • Realizar: hacemos algo, cualquier cosa, para “ser” algo, estudiamos para saber y aprobar unas asignaturas que nos llevarán a conseguir una licenciatura, nos unimos en pareja para compartir, para amar y formar una familia, trabajamos para desarrollarnos, para ganar dinero, para vivir en sociedad, y así un largo etc. • Conectar: continuamente estamos comunicándonos y necesitamos estar con otras personas para “ser”, el principal valor de la vida son las personas y compartimos nuestro tiempo y propias capacidades con amigos, familia u otras personas. • Integrar: permanentemente cambiamos para “ser”, los procesos y etapas de la vida constituyen un dinamismo continuo que nos obliga a integrarnos, los procesos de adaptación son continuos y el poder de adaptación al cambio nos hace más humanos e inteligentes; para ello, además del substrato biológico, la educación ocupa un lugar privilegiado. Con la combinación de estos tres actos definimos nuestros propósitos en la vida. Si somos capaces de identificar nuestros valores, sacándolos a la luz y demostrándolos en el trato diario, llegaremos a satisfacer y a satisfacernos. Para sobrevivir, competimos con nosotros mismos y con los demás y la única ventaja son la posesión y exteriorización de nuestros valores. La DpV es una nueva herramienta de liderazgo estratégico basada en valores. La DpV, es una evolución de la “Dirección por Instrucciones” y la “Dirección por Objetivos”, para absorber complejidad en la institución y/o centro de trabajo. La DpV rediseña la cultura del centro de trabajo generando compromisos colectivos con proyectos nuevos e ilusionantes para un rendimiento profesional de alta calidad, y nos hace poner en marcha los valores cualitativos como Confianza, Creatividad y Honestidad, poniéndolos a la misma altura que los valores cuantitativos económicos y técnicos. El conjunto de personas que forman una organización posee una formación estructural-técnica cognitiva y lo más valioso, un mundo emocional. La DpV constituye la base de la organización con valores como el compromiso, la honradez, integridad, equidad y cooperación, que motivan a todos para seguir creyendo y confiando. Tomando como ejemplo la Institución Sanitaria de un Hospital, en ella participan pacientes afectos de enfermedades y dolencias que desean una calidad de servicio, empleados (que con su capacitación técnica, desean buenos ambientes, imprescindibles para su calidad de vida), propietarios (responsables públicos ó privados que desean calidad rentable con ética, estando orgullosos de su integridad, no de ser especuladores), y otros grupos de la comunidad (proveedores, distribuidores, acreedores y competidores). Y de todo el conjunto organizativo que conforma el Hospital o Centro Sanitario, lo fundamental es aclarar sus prioridades, recordando la frase del abuelo “Lo más importante en la vida es resolver qué es lo importante”. Los valores guía, deben ser valores sanos y permanentes para realizar las decisiones estratégicas y las propias actuaciones del día a día. 2.- ¿PARA QUÉ UNA DpV? Existe una triple finalidad: simplificar, orientar y comprometer. Los Centros sanitarios son de una gran complejidad organizativa y necesitan fórmulas de adaptación a los cambios que continuamente se producen a todos los niveles. La visión estratégica de hacia donde quiere ir la Institución Sanitaria para el futuro, requiere sus valores propios del Centro y de los que la dinamizan. La dirección estratégica por valores hace de las personas su primer valor, desarrollando un compromiso con el rendimiento profesional de calidad. La competitividad y la mayor exigencia en los procesos sanitarios, requieren constantemente formas de adaptación y desarrollo por valores, de forma que el paciente llegue a estar plenamente satisfecho. Esto hace que los enfoques de servicio se orienten hacia el paciente y a la situación. Humanización de la Atención Sanitaria 80 La DpV se hace también necesaria para la autonomía y responsabilidad profesional. La aparición de nuevas tecnologías y de la telecomunicación en el mundo sanitario (cabe citar el moderno Hospital de La Ribera, con la historia clínica de los pacientes informatizada), hace que deba aumentar el nivel de conocimientos y habilidades profesionales, con aumento de expectativas y capacidades de ser tratados como adultos con criterio propio, y asumir los valores del Centro con conductas flexibles, autónomas y comprometidas, que hacen del trabajador sanitario un verdadero profesional. La DpV sirve para la evolución de los jefes a líderes facilitadores, que actúan con objetivos propios de los gestores y valores propios de los líderes con capacidad de ilusionar, encauzar y cohesionar equipos. Para crear estructuras organizativas más aplanadas y ágiles, con reducción del número de niveles jerárquicos, se necesita la DpV, creando equipos más eficientes. El personal directivo, para ejercer control, inspección y autoridad debe prestar confianza, colaboración, ayuda y apoyo. En la inteligencia e imaginación se encuentra la energía y el entusiasmo necesario para las grandes metas. Cuando los planteamientos del centro o empresa se basan en unos valores sólidos, la adhesión de todos los trabajadores a estos valores, constituye el factor decisivo para la supervivencia y el éxito. 3.- EL PROCESO DE LA DpV “En el momento en que uno se compromete, la providencia actúa también” (Goëthe). En la elección de valores, sensibles, éticos y rentables. tendremos que “ser” 3.1.- PRIMERA FASE: ACLARAR Tendremos que aclarar nuestra misión y nuestros valores, consiguiendo la aprobación de Directores, jefes y coordinadores, diciendo en conjunto qué valores se quieren para que sean los impulsores en nuestro Centro, Institución o Empresa y/o Servicio. Se ponen de acuerdo los objetivos con los valores. Se escriben los valores en una lista (estos deben de ser sencillos, directos y fáciles de entender). Los valores se pueden y deben expresar libremente en una primera reunión, pudiendo contar con un consultor externo y emplear la técnica de tormenta de ideas. El verdadero Jefe será los valores que ha adoptado la compañía y/o Centro, constituyendo el verdadero liderazgo. En el fondo de las personas hay algo bueno que sale a la superficie cuando se aúnan sus energías para ponerlas al servicio de algo significativo. El organigrama que se consigue es: VALORES DE LA COMPAÑIA ▼ JUNTA DE DIRECCION ▼ PRESIDENTE ▼ RESTO DE LA ORGANIZACION Lo primero que tenemos que pensar y sentir es un gran amor y respeto por nosotros mismos y, después, por la organización. Se requiere voluntad de creer en un conjunto de valores convenidos y diligencia continua para poner en práctica los valores, con perseverancia y trabajo, sabiendo que hará falta tiempo (2 - 3 años) para cosechar buenos resultados. Ante lo cual se propone un cambio de conducta: a la DpV la hacen funcionar las personas, es el verdadero poder de atracción que actúa en lo humano. Durante la sesión de aclaramiento de valores, debemos asegurarnos que los asistentes entienden, participan y aportan sugerencias. Los valores seleccionados sirven para sentirse orgullosos de la empresa, del Hospital o del Centro, ayudan a comunicarse, a la toma de decisiones, averiguar recursos y resolver problemas de tareas y de personas. Estamos ofreciendo un nuevo estilo de vida en nuestro trabajo. Este cambio consta de las siguientes fases del proceso: Quizá en esta primera fase sean elegidos valores como HONESTIDAD, CREATIVIDAD, SEGURIDAD, AMABILIDAD. • ACLARAR cuales son nuestros valores, exteriorizar lo que valemos, nuestras creencias, expresar propósitos y objetivos. • COMUNICAR a nuestros compañeros y Jefes nuestros objetivos y nuestros valores, y • ALINEAR nuestras prácticas diarias con nuestros objetivos y nuestros valores. 3.2.- SEGUNDA FASE: COMUNICAR LOS OBJETIVOS Y LOS VALORES Durante esta fase, realizaremos: • Reuniones de trabajo, donde se contarán anécdotas de cómo este tipo de Dirección nos puede ayudar a cambiar para mejorar, nos daremos cuenta de que los valores son de todos, acabaremos con muchos 81 signos de desigualdad y llegaremos a crear y comunicar nuestra declaración de objetivos. Ejemplo:“Somos trabajadores sanitarios que con nuestra preparación y conocimientos estamos al servicio de los pacientes para satisfacerles siendo sensibles a sus dolencias. En nuestro Centro tenemos un buen ambiente de trabajo para nuestra relación. Es un Centro ético, que da a sus empleados un trato justo, equitativo y rentable, por producir un rendimiento razonable. Desarrollamos un espíritu de responsabilidad compartida para con nuestros pacientes”. • Difusión de nuestros valores con carteles, Boletines, formación en actitudes y conductas, formación en calidad total y mejora continua. “El verdadero éxito no proviene de proclamar nuestros VALORES, sino de ponerlos en práctica todos los días” 3.3.- TERCERA FASE: ALINEAR La alineación es el “corazón y alma” de la DpV. “Cuando se alinean alrededor de VALORES compartidos y se unen con un objetivo común, las personas corrientes logran resultados extraordinarios” Vamos a concentrarnos en la práctica y la conducta de la organización para asegurar la compatibilidad de las intenciones declaradas con las prioridades y las metas de rendimiento. El valor ser éticos, significa hacer lo que es debido para con nosotros mismos y para con los demás, para alcanzar el éxito, nuestra supervivencia y nuestro crecimiento como profesionales y seres humanos. Todo ello representa alcanzar la excelencia y crear una herencia de calidad. Nos podemos preguntar “¿cuándo existe una desalineación?”. La respuesta es sencilla: cuando “no se siente bien”. Vendría a ser como cuando vamos conduciendo y nuestro automóvil se desvía a la derecha o a la izquierda por no tener bien alineadas las ruedas. Podemos contar con mediadores imparciales -el ombussman- que es la/s persona/s que ayuda en las situaciones conflictivas, buscando una solución que beneficie a todos los interesados o afectados. También podemos utilizar métodos de medición ya probados: a) Entrevistas de satisfacción: • Internas. • Externas. b) Evaluaciones administrativas con técnicas de retroinformación. c) Encuestas entre los trabajadores, sobre las prácticas de la compañía-empresa. d) Evaluación de los valores. e) Evaluación de los estilos de trabajo. f) Evaluación de las pautas de adaptabilidad de los directivos. Los directivos deben de conocerse y conocer a las personas que trabajan en la institución. Obtener una retroalimentación anónima es primordial, no quedándose nunca en la primera impresión. En las empresas y Centros, existen muchas y diferentes personalidades, no cerremos los círculos de comunicación, estemos abiertos a nuevas experiencias y conocimientos. Personalmente recuerdo que hace muchos años asistí a un seminario de comunicación y de interacción humana, del que recuerdo que aprendí que la mayor parte de los problemas se deben a la mala comunicación. La comunicación ocurre naturalmente cuando uno se siente seguro en el ambiente de trabajo, sin miedos. La seguridad lleva a la confianza y cuando existe confianza, las personas interaccionan y se comunican humanamente. Los responsables de los servicios, para crear confianza, pueden implantar rápidamente algunos de los cambios, acercar al lugar la toma de decisiones, dejar de pensar que las cosas tienen que ser o lo uno o lo otro, pensando que en muchas ocasiones pueden ser ambas cosas a la vez. Para efectuar este cambio, podemos hacer una sesión SPOP ( Solución de Problemas Orientada a la Persona) en donde se facilitan acuerdos en que todos salgan ganando. La sesión tiene tres fases: a) DEFINICION: Responde a la pregunta ¿Cuáles son nuestras inquietudes clave?. Se realiza la declaración de objetivos, que es lo que tenemos que lograr y se identifican los requisitos, quienes son los interesados afectados, cuáles son las expectativas de usted, de ellos y de la organización. b) BUSQUEDA DE SOLUCIONES: En esta fase debemos determinar las soluciones que se nos ocurran, evaluando las mismas para determinar cual es la mejor para alcanzar nuestro objetivo, obteniendo el acuerdo a poner en práctica. c) IMPLANTACION Y SEGUIMIENTO: En la que desarrollamos el plan, observando que funciona y realizando el seguimiento de los resultados. “Las personas que sienten que se las trata bien, trabajan mejor y se les debe reconocer” Humanización de la Atención Sanitaria 82 Otra técnica para conseguir el cambio es el GAAP (Plan de Acción para Resolver Diferencias). Si queremos tener el valor “ética”, que es una forma de hacer lo que es justo para todos los interesados clave, trataremos con seguridad pero con firmeza, observando los indicadores de los resultados mínimos aceptables, que sean satisfactorios y/o que sean progresos sobresalientes. Observaremos las medidas a poner en marcha para reducir diferencias. Estudiando los beneficios y/o consecuencias del fracaso que pueden ser personales y/o para el conjunto de la organización. “Dar la cara y no esconder nuestros sentimientos” aceptación de esos valores por parte de las partes interesadas. Durante estos tres meses llevaremos a cabo dos evaluaciones básicas, basadas en los valores: una para la dirección y otra para la Institución o Centro. Pondremos en marcha toda nuestra iniciativa de comunicación, con todas la reuniones programadas para explicar la DpV, a fin de conseguir un verdadero compromiso, compartiendo valores con todos los trabajadores del centro. En esta etapa nos encontraremos con tres tipos de personas: a) Entusiastas: son personas que aman el cambio, dispuestos a aceptar la DpV muy pronto, reconociendo los beneficios que ofrece para todos. Técnica SPOT (Solución de Problemas Orientados a la Tarea). Esta técnica ayuda a resolver los conflictos de tareas. Se realiza una declaración de metas de desarrollo personal, con la alineación de las mismas (toda persona tiene metas personales por amor propio, por tener éxito, para ser excelentes). Si lo proclamamos, nos acercaremos a actuar de acuerdo a lo dicho. b) Obstruccionistas: son los que se resisten a todo cambio, no ceden a los posibles cambios y quieren continuar como siempre. “Actuar de acuerdo con lo que proclamamos, es un viaje que no tiene fin” “El hombre es esclavo de sus palabras” Esta puesta en marcha se puede comenzar por ejemplo con todo el hospital y/o con Departamentos del mismo, se puede iniciar con el equipo Directivo, continuar con el Departamento de Cirugía, o el Servicio de Urgencia. Lo importante es iniciar la negociación sobre valores y llegar a un consenso de todos los participantes para alcanzar un compromiso. Algunas consideraciones deben tenerse siempre presentes: • Eliminar la tendencia a juzgar la información que nos llega. • Escuchar siempre el punto de vista de los demás, recogiendo ideas y datos, utilizando más el “hábleme más de eso ”o“ ¿cómo es eso?”. • Intentemos ser más entrenadores, más facilitadores. • Utilicemos la simpatía, cuando no hay nada en juego. • Utilicemos la firmeza, cuando sí hay algo en juego. • Utilicemos: La apreciación. Los elogios. La admiración. 4.- EJERCITAR LA DIRECCIÓN POR VALORES Cuando ya está entendida la DpV y las ventajas que con ella se pueden tener en la organización del Centro o Institución al que pertenecemos, uno se pregunta por dónde podemos empezar. Yo recomiendo que durante los tres próximos meses, nos dediquemos a aclarar la visión, el objetivo y los valores del Centro, lo cual incluye obtener la c) Indecisos: son los que esperan a ver qué pasa, no toman ninguna postura. Suele ser el grupo más numeroso y variable. Ejemplo práctico: En una Unidad o equipo, se inicia la sesión explicando la DpV y escribiendo una lista de valores. Cada uno de los participantes elegirá los que son importantes para él y escribirán los tres valores principales en orden de importancia, agrupando otros valores si lo creen necesario. Lista de valores: Obediencia, Alegría, Compromiso, Prosperidad, Aprendizaje, Equidad, Sensibilidad, Apoyo y Ayuda mutua, Éxito, Respeto, Autodominio, Flexibilidad, Respeto, Aventura, Iniciativa, Fortaleza, Colaboración, Inocencia, Paz, Cooperación, Influencia, Poder, Claridad, Innovación, Calidad, Incentivación Económica, Logros, Creatividad, Reconocimiento, Hedonismo, Aumento de Sueldo, Realización, Estimulación, Integridad, Orden, Novedad, Fortaleza, Paz, Humor, Independencia, Valentía, Competencia, Confianza, Comprensión, Sabiduría, Verdad, Eficiencia, Sinceridad, Benevolencia, Tolerancia, Relaciones, Trabajo en equipo, Tradición, Rentabilidad, Seguridad, Libertad, Emoción, Conformidad, Amistad, Felicidad, Honradez, Justicia, Honor. 83 Esta actividad funciona mejor con grupos de seis a treinta participantes. Después de elegir sus tres importantes valores, por parejas, vuelven a seleccionar tres valores, compartiendo sus listas, quedando al final entre todos tres valores, estando de acuerdo todos los participantes, se ha negociado y consensuado sobre los valores del Departamento, al final de la actividad se podrá observar que prácticamente todo el mundo dice “Esos son los nuestros”. Ahora hace falta incorporar los valores en la conducta: por grupos se toma un valor y se empieza a definir cómo sería su aplicación en el trabajo real, de todos las maneras que se les ocurran, habrá que poner el valor en práctica. Se debe elogiar siempre los esfuerzos y estos valores van a ser nuestros jefes, en cualquier conflicto que surja a partir de ahora, saldrán estos valores. Recuerden que es primordial el que, con la participación de todos, se elijan los tres valores esenciales y se difundan por todos los medios posibles (carteles, placas, recordatorios, prensa, radio, TV, etc.). Los nuevos trabajadores serán conocedores de los valores de la empresa: del Hospital, del Centro, del Servicio, del Departamento. Algunos autores que han escrito sobre la DpV dicen que es como encender una lámpara, que da luz al trabajo y a las personas nos hace más comunicativos y se ven más sonrisas por los pasillos. El cerebro y el corazón comienzan a ir juntos. Desde mi perspectiva particular creo que vale la pena intentarlo, funciona como atracción magnética: intentar ser buenos es una manera de vivir que nos da una gran ventaja, que nos convierte en personas que escuchan y se preocupan por los demás, nos hace más bondadosos y buenos compañeros. “Las organizaciones no hacen funcionar la DpV: ¡la hacen funcionar las personas!” BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.García S, Dolan S. La Dirección por Valores. Madrid: McGraw-Hill, 1997. 2.Blanchard K, O’Connor M. Dirección por valores. Barcelona: Gestión 2000, 1997. 3.Bermejo JC. Humanizar la Salud. Madrid: San Pablo, 1997. 4.Cortina A., Escamez J, Pérez-Delgado E. Un mundo de valores. Valencia: Generalitat Valenciana, Consellería de Cultura, Educació i Ciència, 1996. 5.Carreras L, Eijo P, Estany A, Gómez MT, et al. Como educar en Valores. Madrid: Narcea S.A., 1995. 6.Marín MA. Crecimiento personal y desarrollo de valores: un nuevo enfoque educativo. Valencia: Promolibro, 1987. 7.Tierno B. Valores humanos. Madrid: Taller de editores, 1993. 8.Cuatrecasas L. Gestión Integral de la Calidad. Barcelona: Gestión 2000, 1999. 9.Domènec MC. Raíces éticas del liderazgo, Barañain (Navarra): Ed. Universidad de Navarra (EUNSA), 2000. 10.Rojas E. La ilusión de vivir. Madrid: Ed. Temas de Hoy S.A., 1998. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 84 8 85 8 MODELOS DE GESTIÓN DE LA CALIDAD APLICADOS A LA SANIDAD Dr. Eugenio Tejerina Botella Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Marciano Gómez Gómez Dra. Rosa Mª Roca Castelló Dr. José Alegría Castell Dra. Amparo Flores Sarrión 1.- EVOLUCIÓN DEL TÉRMINO CALIDAD El término “Calidad” ha ido evolucionando desde que surgió, a finales del siglo XIX, hasta nuestros días, en función de las necesidades que ha ido planteando la sociedad. Así, podríamos distinguir las seis etapas diferenciadas que se enumeran a continuación, en las que se pueden destacar esquemáticamente los siguientes aspectos: Etapa 1.- Control de Calidad Mediante la Inspección Etapa 2.- Control Estadístico de la Calidad Etapa 3.- Aseguramiento de la Calidad Etapa 4.- La Calidad como Estrategia Competitiva Etapa 5.- La Reingeniería de Procesos Etapa 6.- Rearquitectura de la Empresa. Ruptura de las Estructuras de Mercado Etapa 1.- Control de Calidad Mediante la Inspección Cobra importancia a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Como consecuencia de la producción de artículos en serie (proceso en el cual cada operario fabrica una parte del producto, que debe encajar finalmente en un conjunto), las fábricas detectan la necesidad de definir métodos operativos y pautas de inspección que permitan examinar las piezas fabricadas y comprobar que cumplen con los estándares establecidos. Para facilitar la inspección, se introducen los instrumentos de medición, y se proponen los primeros métodos de muestreo. Lo importante es que el fabricante se ciña a las especificaciones del producto, ya que el cliente sólo juzga que el producto cumpla con los estándares establecidos. Etapa 2.- Control Estadístico de la Calidad Hacia la década de los treinta surge lo que actualmente conocemos como “Control Estadístico de la Calidad”. Diversos investigadores de la época (Juran y Dewing entre otros), trás analizar la situación en la que operaban las cadenas de producción, llegaron a la conclusión de que en la fabricación de una misma pieza, en las mismas condiciones de trabajo y con los mismos medios humanos y productivos, se observaban variaciones. Este hecho originó un cambio en la mentalidad de las empresas: ya que resulta imposible fabricar dos piezas exactamente iguales, hay que definir un rango de variación aceptable sin que se originen problemas en el producto terminado. Así se perfila el concepto de “Control del Proceso” que, junto con el “Muestreo en la Inspección”, llevan a Deming a formular la siguiente definición de Calidad:”Calidad es la aplicación de principios y técnicas en todas las etapas de producción, para lograr una manufactura económica con máxima utilidad del producto por parte del usuario”. La aplicación de técnicas de muestreo tiene su origen en Estados Unidos, promovido por su Departamento de Guerra al enfrentarse a problemas a la hora de determinar niveles de calidad aceptables en armas y otros equipamientos estratégicos. Es así, como un grupo de especialistas estadounidenses desarrolla un conjunto de tablas de muestreo, basadas en el concepto de niveles de calidad aceptables. A partir de este momento, y tras solicitar la cooperación a diversas universidades americanas, se introducen los conceptos de calidad y técnicas de control estadístico en el ámbito universitario, dando finalmente origen a la “American Soicety for Quiality Control”, entre otras asociaciones especializadas en la materia. A finales de los cuarenta, el control de calidad se considera como parte de la enseñanza en las universidades americanas, sin embargo en el ámbito de aplicación sólo se desarrollaba en el departamento de producción, dejando al margen otras áreas de la empresa, así como otros sectores que no estuvieran directamente relacionados con procesos productivos propiamente dichos (fabricación). Humanización de la Atención Sanitaria 86 Etapa 3.- Aseguramiento de la Calidad Hasta los años cincuenta, la calidad se había centrado en controlar los procesos como herramienta que facilitara la toma de medidas para prevenir los defectos, tal y como se ha detallado en la etapa anterior. A partir de esta década, y más hacia los años sesenta, surge una nueva necesidad: hay que asegurar la calidad o, dicho de otro modo, hay que proporcionar al cliente la suficiente confianza en que un producto o servicio cumple con las exigencias de calidad. Este nuevo concepto, además de abrir posibilidades a otros sectores distintos de los que desempeñaban una actividad propiamente fabril, implica un cambio de mentalidad en la alta dirección de las empresas y organizaciones. Los equipos directivos eran conscientes de que un producto defectuoso incidía en los costes de la producción, pero no asimilaban que la inversión realizada para asegurar la calidad, quedara justificada por el ahorro que significaba evitar el producto defectuoso. En línea con esta cuestión, Juran impulsa en 1955 el concepto de Aseguramiento de la Calidad, y da una respuesta valorando hasta dónde se tiene que dar calidad a los productos o servicios, para que una empresa resulte competitiva. Concluye así que los costes asociados a la calidad son de dos tipos: evitables e inevitables. Junto con Joseph Juran, formulan también sus teorías otros tres autores de relieve: Edward Deming (del que ya habíamos hablado en la etapa anterior), Armand Feingenbaum y Philip B. Crosby. Cada uno de ellos enfoca su investigación en una línea, destacando los siguientes aspectos: • Deming.- Pone de relieve la responsabilidad que tiene la alta dirección en la producción de artículos defectuosos. Su nuevo concepto de la calidad se basa en ofrecer a bajo coste productos y servicios que satisfagan a los clientes, lo que implica un compromiso con la innovación y con la mejora continua. • Juran.- Además del enfoque ya descrito en párrafos anteriores, podemos resumir que para Juran uno de los elementos clave en la definición de la calidad es “la adecuación al uso” de un producto o servicio. • Feigenbaum.- Considera que toda la empresa debe comprometerse e involucrarse con la calidad de los productos, estando todas las actividades coordinadas a través de un sistema administrativo documentado. • Crosby.Promueve el movimiento denominado“cero defectos”. Explica la calidad como el cumplimiento de unas normas y requerimientos precisos. Su lema es: “Hacerlo bien a la primera, consiguiendo cero defectos”. Etapa 4.- La Calidad como Estrategia Competitiva La etapa anterior se prolongaría hasta los años setenta, en los que la crisis económica provocó que aquellas empresas que la superaron, se replantearan su forma de actuar para ser más eficaces, pero utilizando menos recursos. Este hecho originó un cambio importante en la actitud de la alta dirección hacia la Calidad. Se pasó del entorno de las décadas de los sesenta y setenta en las que todo lo que se producía se vendía, a las décadas de los ochenta y noventa en las que dada la oferta existente en el mercado, los usuarios tienen la posibilidad de elegir productos y servicios. Este cambio profundo en la concepción que toda organización tiene sobre la Calidad, es la que se ha extendido hasta nuestros días y el que impera en el mundo de los negocios. Podemos decir que la Calidad pasa a ser una estrategia competitiva en el momento en que la alta dirección la toma como punto de partida para captar las necesidades del cliente o consumidor y para evaluar la calidad de sus productos y servicios frente a los de sus competidores. Con ello, la organización pretende planificar sus actividades de forma que consiga entregar a sus clientes y consumidores productos y servicios que respondan a sus requerimientos, con una calidad superior a la que ofrecen sus competidores. Este nuevo enfoque implica mentalizar a todo el personal de la organización en la cultura y estrategia planteadas por la alta dirección. Ello requiere la aplicación de programas específicos que cubran la captación de nuevas necesidades del cliente, y la evaluación de su satisfacción, pasando por todos los departamentos de la empresa, tanto productivos como de gestión. De esta forma, conseguimos que la Calidad llegue a ser la estrategia competitiva por excelencia. 87 Dada la importancia de esta etapa en nuestra sociedad actual, y puesto que se han desarrollado modelos que permiten planificar toda la gestión de una organización a partir de los conceptos ya expuestos, en el apartado siguiente trataremos el tema con mayor profundidad, enfocándolo hacia los “Modelos de Gestión de la Calidad” aplicados a la gestión sanitaria. Etapa 5.- La Reingeniería de Procesos Esta etapa avanza un paso más en lo que a la Gestión de la Calidad se refiere, incorporando el concepto de lo que, en el lenguaje cotidiano, se puede definir como “empezar de nuevo”. La reingeniería de procesos surge como consecuencia del entorno cambiante, la renovación de los sistemas de comunicación y la globalización del mercado. La han popularizado las empresas que la han utilizado para mejorar de forma rápida y radical sus procesos administrativos, de producción y de comercialización, ya que el no renovarlos les restaba competitividad. De manera más “formal”, Joshep Kelada define la reingeniería como “un cambio radical en la forma de pensar y actuar de una organización”. Por lo tanto, la reingeniería involucra el cambio de procesos, estructuras organizativas, estilos y comportamientos de liderazgo, sistemas de compensación y reconocimiento, así como relaciones con clientes, proveedores y otros grupos externos. Etapa 6.- Rearquitectura de la Empresa. Ruptura de las Estructuras de Mercado Esta etapa se centra en el principio de orientar la Calidad hacia el desarrollo del lado intelectual de la empresa. Lo que se pretende, es hacer una reingeniería de la mentalidad de los trabajadores y directivos, rompiendo las estructuras actuales del mercado con el fin de buscar nuevas formas de llegar al cliente. Actualmente nos enfrentamos a una época en la que el principio en el que se basan las empresas para mejorar su competitividad es la “Gestión del Conocimiento”. La gestión administrativa, el liderazgo, la información, el trabajo y hasta el capital humano de una organización, forman parte del conocimiento. La información completa y fiable se convierte en poder, ya que es una herramienta para CONOCER el mercado, la demanda y las posibilidades del negocio, que puede generar ventajas competitivas si se sabe aprovechar. Así, el concepto básico de Calidad se orienta a desarrollar el capital intelectual de la empresa. Se prevé que en la nueva economía, el conocimiento marque las posibilidades de éxito. En este breve repaso sobre la evolución de la Calidad y la situación en la que ésta se encuentra actualmente, podemos observar que la etapa 4 fue la que supuso la mayor revolución en cuanto a la aplicación de la Calidad al sector servicios. En nuestro país, la Calidad como filosofía empresarial y organizativa se incorporó a las empresas en concepto de “Aseguramiento de la Calidad” que ha evolucionado recientemente hacia la “Gestión de la Calidad”. Como podemos observar, cada etapa añade nuevos conceptos a la anterior, por lo que se podría decir que nos hemos beneficiado de la experiencia de muchas empresas, que han resultado pioneras a nivel mundial, y sin las cuales la Calidad no habría llegado a concebirse tal y como la entendemos en este momento. Por otra parte, si bien muchas empresas y organizaciones han adoptado en su funcionamiento sistemas de “Gestión de la Calidad”, sólo unas pocas han sido capaces de avanzar un paso más con modelos más complejos que implicarían la concepción de la Calidad tal y como se define en las etapas 5 y 6. El objeto del siguiente apartado es precisamente, la descripción de herramientas que permitan a las organizaciones adecuar sus estructuras a una gestión basada en la Calidad Total, y como han sido aplicadas estas herramientas en el sector sanitario. 2.- MODELOS DE GESTIÓN DE LA CALIDAD Recordemos el enfoque del concepto “Calidad” en la etapa 4. Decíamos que en la década de los setenta la Calidad pasó a ser una estrategia competitiva, cuya aplicación implica mentalizar a todo el personal de la organización en la cultura y estrategia planteadas por la alta dirección. A partir de toda la información proporcionada, el lector habrá llegado a la conclusión de que introducir en una organización una gestión basada en la Calidad, no resulta para nada intuitivo. La Calidad, tal y como la entendemos en nuestros días, resulta compleja y requiere una metodología estructurada, que ayude a la organización a desplegar su nueva filosofía de gestión a todos los niveles y a todas las personas. Humanización de la Atención Sanitaria 88 Sin una implicación de todos los empleados, resulta francamente difícil alcanzar todos los objetivos que la alta dirección de la organización establezca. Para ello, resulta imprescindible poner en funcionamiento esquemas de motivación y reconocimiento de los empleados, fomentando la participación tanto individual como colectiva. Esta nueva filosofía es lo que llamamos “Excelencia en la Gestión”. 2.1.- LA NORMA ISO 9001:2000 Los Modelos de Gestión basados en la Excelencia llegaron a Europa una década después de que se comenzaran a utilizar en Estados Unidos. Hasta su llegada, las empresas europeas basaban sus Sistemas de Aseguramiento de la Calidad en las normas internacionales ISO 9000. Un “Sistema de Aseguramiento de la Calidad” basado en las normas ISO 9000, permite asegurar que una organización es capaz de suministrar productos o servicios conformes con los requisitos acordados con sus clientes. Las Normas de la serie ISO 9000: 1994 (ISO 9001, ISO 9002, ISO 9003) para el “Aseguramiento de la Calidad”, han evolucionado hacia el concepto de “Gestión de la Calidad”. En la actualidad, la versión de las citadas Normas que está en vigor y, por lo tanto, la que están aplicando todas las organizaciones a nivel internacional que basan su Sistema de Calidad en ellas, es la Norma ISO 9001: 2000. En ella, se ha dado un giro importante hacia la satisfacción del cliente y la gestión por procesos de la organización, lo que implica una acercamiento hacia los Modelos de Excelencia. La mayor parte de las empresas que implantan en su organización un Sistema de Gestión de la Calidad basado en la Norma ISO 9001: 2000, demuestran ante terceros el cumplimiento de todos los requisitos establecidos, mediante la obtención de un certificado. Éste, es concedido por diversos organismos acreditados para ello que, tras realizar una auditoría en la que comprueban que la organización cumple con los requisitos establecidos por la norma, emite un certificado por un periodo de validez de tres años. Una vez obtenido, la empresa se verá sometida a un seguimiento por parte de la entidad certificadora quien, si transcurridos los tres años observa que la empresa continua cumpliendo con los requisitos, renovará el certificado con validez para otros tres años. Los sistemas basados en las Normas ISO 9000, han supuesto para muchas organizaciones un punto de partida hacia la excelencia. 2.2.- JOINT COMISSION ON ACCREDITATION OF HEALTHCARE ORGANIZATIONS (JCAHO) Se trata de un modelo de gestión de calidad específico para el sector sanitario, basado en el cumplimiento de unos estándares previamente establecidos por la JCAHO. Estos estándares hacen referencia a: 1.- Derechos del paciente y ética de la organización 2.- Evaluación de los pacientes 3.- Asistencia a los pacientes 4.- Educación 5.- Continuidad de la asistencia 6.- Mejora de la actuación de la organización 7.- Liderazgo 8.- Gestión del entorno de la asistencia 9.- Gestión de los recursos humanos 10.-Gestión de la información 11.- Vigilancia, prevención y control de la infección 12.- Órganos de gobierno 13.- Dirección 14.- Cuadro médico 15.- Enfermería La aplicación de este modelo parte de una evaluación del centro sanitario, comparando su situación con la de unos estándares que la JCAHO ha considerado como los más adecuados para valorar la gestión de un hospital. A diferencia del modelo basado en las Normas ISO 9000, en este caso las herramientas a aplicar están definidas, acotando así la gestión personalizada de cada centro. En cualquier caso, aporta como ventaja el valorar ciertos aspectos que, tras una análisis de gran número de centros hospitalarios, se consideran como los valores más significativos de la gestión de un hospital. Al igual que sucede con las Normas ISO 9000, la organización puede demostrar ante terceros el cumplimiento de los estándares mediante la “Acreditación de la JCAHO”. Este modelo también podría resultar de utilidad a las organizaciones sanitarias como punto de partida hacia la Excelencia. 2.3.- MODELOS DE EXCELENCIA Definiremos los “Modelos de Excelencia”, como un conjunto de criterios que cubren todas las áreas de una organización y que sirven como referencia para estructurar planes que lleven a la empresa a mejorar de forma continuada tanto su gestión como sus resultados. La herramienta principal que proporcionan estos modelos es la autoevaluación. Mediante su aplicación, la organización 89 compara los requisitos de cada criterio con su situación en un momento dado, determinando así tanto los aspectos en los que su gestión resulta excelente, como aquellos susceptibles de mejora. Estos últimos le serán de utilidad para emprender planes de acción que le ayuden a mejorar. Tras desplegar e implantar los planes diseñados como consecuencia de los resultados obtenidos, la organización se autoevaluará de nuevo, tanto para observar la mejora experimentada como para detectar otros aspectos aún mejorables. Se trata de un modelo cuyo fin no es obtener un certificado que demuestre ante terceros la excelencia de nuestra organización, sino ayudarnos a mejorar continuamente dirigiéndonos hacia una “Gestión Excelente”. El mayor reconocimiento supondría poder optar a uno de los Premios Nacionales que respalda a los distintos modelos existentes. En la actualidad se han creado unas “marcas” asociadas a algunos modelos, si bien conviene recordar que éstos persiguen un cambio más profundo en la organización del que representan los modelos basados en requisitos específicos (ISO 9001 o JCAHO). Algunos de los modelos, basados todos ellos en Premios Nacionales de Calidad, y que gozan de reconocido prestigio, se recogen en la tabla I. Modelo Deming Premio Nacional de Estados Modelo Australiano de Excelencia en la Gestión Nacional Australiano de Excelecncia Modelo Británico de Excelencia en la Gestión de Excelencia en la Gestión Modelo EFQM (European El modelo presenta unos criterios llamados “Agentes Facilitadores” que proporcionan las pautas a seguir para dirigir la gestión hacia la excelencia, y unos criterios llamados “Resultados” que facilitan la elección de aspectos a medir para ir evidenciando la evolución de la organización. Por el enunciado de los criterios, podemos adivinar que el modelo se despliega en toda la organización a todos los niveles de la misma, resultando una valiosa herramienta para gestionar organizaciones que pretendan consolidarse en el tiempo, y adaptar su estructura a los requisitos y necesidades de un entorno en continuo cambio. Si el lector tiene posibilidad de profundizar en cada uno de esos criterio, le podemos asegurar que quedará muy sorprendido con el nivel de detalle al que es capaz de llegar el modelo. Sirva como ejemplo, que la citada Norma ISO 9001 quedaría incluida dentro de este modelo, no llegando a constituir ni el 30% del mismo. En cualquier caso, y con el fin de orientar el tema que nos ocupa hacia el sector sanitario, vamos a detallar algunos aspectos que consideramos deberían tenerse en cuenta y desplegarse al aplicar el Modelo de Excelencia en una entidad hospitalaria. 3.- EL MODELO EFQM DE EXCELENCIA APLICADO A LA GESTIÓN HOSPITALARIA Premio Nacional de Japón Modelo Malcom Baldrige Unidos “excelentes”. Así, el modelo en vigor corresponde a la versión publicada en el año 2000, y que responde al siguiente esquema y contenido: Foundation Management) de Excelencia Premio Premio UK for Quality Premio Europeo de Excelencia. Tabla I. Modelos de excelencia En lo que respecta a nuestro país, nos vamos a centrar en el Modelo EFQM de Excelencia. Tiene su origen su origen en 1991, cuando se creó el primer Premio Europeo a la Calidad. Desde su nacimiento hasta nuestros días, ha sufrido variaciones adaptando su contenido tanto al entorno cambiante como a las necesidades y mejoras planteadas a la EFQM por organizaciones consideradas Un Hospital, como organización y debido a la actividad que se desarrolla en él, está sometido en todo momento al “ojo crítico” de la sociedad. Por este motivo, nuestros clientes-pacientes deben encontrarse en el centro de todos nuestros planteamientos. Así, la aplicación del Modelo EFQM de Excelencia implicaría plantear los siguientes puntos de partida: • Nuestros clientes varían en función de cambios demográficos, cambios epidemiológicos, la información que les proporcionamos y sus propias expectativas y exigencias. • Para satisfacer a todos los clientes, nuestra organización debe establecer una nueva cultura organizativa que implique una organización horizontal, con procesos enfocados al cliente y con una dirección por valores. Con todo ello, pretendemos conducir a la sanidad hacia la HUMANIZACIÓN, cuyo fin es la satisfacción de los pacientes. De esta forma, el cambio hacia un hospital del siglo XXI implica: nueva cultura de la institución, nuevos modelos de gestión y nuevo modelo de la dirección (DpV). Humanización de la Atención Sanitaria 90 A través de la “Nueva Cultura”, pretendemos dar una respuesta adecuada a las necesidades del clientepaciente dentro de nuestra organización, lo que requiere un proceso de aprendizaje de todo el personal, incluida la alta dirección, así como su involucración a la hora de poner en práctica lo aprendido. Mediante los “Nuevos Modelos de Gestión de la Calidad” pretendemos unificar criterios a la hora de tomar decisiones, centrar la elaboración de presupuestos y la asignación de recursos en los equipos de procesos y no en las funciones desempeñadas por cada puesto de trabajo, lo que implica establecer sistemas de retribución y reconocimiento con criterios basado en procesos. Con el nuevo “Modelo de Dirección”, estableceríamos una herramienta de liderazgo basada en tratar adecuadamente los “valores compartidos” con una triple finalidad: • Absorber complejidad • Orientar el desarrollo estratégico • Generar compromiso Se pretende crear una nueva cultura que potencie “los valores” de la Institución como verdadero motor de las actividades, llegando a la satisfacción de nuestros clientes tanto internos como externos consiguiendo la excelencia, motivando e implicando a todos nuestros profesionales en la nueva cultura corporativa, estableciendo el diálogo entre dirección y responsables de las partes que componen el todo, fijando y transmitiendo responsabilidades hacia cada uno de los profesionales del centro. Como conclusión, lo que demandaríamos en un hospital como el nuestro a un Plan Global de Calidad basado en un modelo como el “Modelo EFQM de Excelencia”, sería: • Que sea adecuado a los requerimientos de nuestros pacientes • Que esté coordinado, implicando a todas las partes de nuestra organización • Que funcione de forma continua, garantizando todas las necesidades de los clientes-pacientes • Que nos facilite la mejora continua de la organización, permitiéndonos: • Una respuesta inmediata ante la alerta de demandas sociales • El desarrollo de una planificación en función de las necesidades del cliente-paciente • Promover cambios y mejoras en el sistema de información, y la evaluación de los mismos • La adaptación de nuestros profesionales incrementando su formación, sus competencias técnicas y sus habilidades de gestión. 91 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Borri F, Boccaletti G. From TQM to TQEM. The TQM Magazine 1995; 7 (5). 2.Horovitz J. La calidad del servicio. A la conquista del cliente. Madrid: Mc Graw Hill, 1993. 3.Hoyle D. ISO 9000. Manual de sistemas de calidad. Ed. Paraninfo, 1994. 4.James P. Gestión de la calidad total. Un texto introductorio. Prentice Hall, 1997. 5.Johnson G, Scholes K. Dirección Estratégica. Prentice Hall, 1996. 6.Juran JM, Grym FM. Análisis y planeación de la calidad. Madrid: Mc Graw Hill, 1995. 7.Karapetrovic S, Wilborn W. Integration of quality and enviromental management systems. The TQM Magazine 1998; 10 (3). 8.Lawrence L, Andrews D, France C. Alignment and deployment of enviromental strategy throught TQM. The TQM Magazine 1998; 10 (4). 9.Pérez Fernández de Velasco JA. Gestión de la calidad empresarial. Calidad en los servicios y atención al cliente. Calidad total. Ed. ESIC, 1994. 10.Prida B, Gutiérrez Casas G. Logística de aprovisionamientos. Madrid: Mc Graw Hill, 1996. 11.Grupo INI. Prontuario de Gestión de calidad. 1992. 12.Rodriguez-R (coordinador). Costes y gestión de la calidad. Experiencias sectoriales. Ed AECA, 1997. 13.Shiba S, Graham A, Walden D. TQM: desarrollos avanzados. 1995. 14.Zeithaml VA, Parauraman A, Berry L. Calidad total en la gestión de servicios. Ed. Diaz de Santos, 1993. 15.Donabedian A. La calidad de la atención médica. México D.F: La Prensa Médica Mexicana, 1984. 16.Vuori H. El control de calidad en los servicios sanitarios. Barcelona: Masson, 1991. 17.Cuesta, Moreno, Gutiérrez. La calidad de la asistencia hospitalaria. Barcelona: Doyma, 1986. 18.Calero y Fernández. Calidad asistencial en enfermería hospitalaria. Granada: Fundación Index, 1995. 19.Fundación Avedis Donabedian. Estándares de acreditación de hospitales. Barcelona, Viena, 1997. 20.Fundación Avedis Donabedian. Manual de acreditación de hospitales. Barcelona: S.G., 1995. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 92 9 93 9 LA EXCELENCIA EN LA CALIDAD DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE Dña. Amparo Piera Ventura Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Rafael Díaz Bonmatí Dr. Francisco Martos González Dr. José Luís Ibáñez Cirión Dra. Juana Cantero Llorca 1.- INTRODUCCIÓN Pocos aspectos han cobrado tanta importancia en los últimos años como la necesidad de ofrecer servicios de la máxima calidad al paciente de un hospital o servicio de salud. Sin embargo, es difícil informar, convencer, negociar, comunicar, presentar servicios y crear un clima de trabajo agradable si no disponemos de la metodología necesaria para lograrlo. En la mayoría de las ocasiones el prestigio con que cuenta un Hospital o Servicio de Salud está en función de la imagen que transmite. La imagen la podemos definir como el conjunto de impresiones que, producidas tanto por los compañeros del centro de trabajo como por los usuarios del servicio, determinan un grado de satisfacción. Un Hospital o Servicio de Salud, es una organización que: • Está compuesta por personas o grupos de personas • Orientadas a conseguir ciertos fines y objetivos • Por medio de funciones diferenciadas • Procurando que sus actividades estén coordinadas y dirigidas • Con una cierta continuidad a través del tiempo. Un Hospital o Servicio de Salud puede presentar problemas en las relaciones personales entre sus miembros y/o pacientes. Las causas pueden ser: • Carencia de habilidades de comunicación tales como: saber establecer una comunicación positiva con los pacientes y compañeros de servicio, saber formular peticiones, expresar emociones, rechazar exigencias o sugerencias inadecuadas, verbalizar o soportar críticas, saber dar o recibir alabanzas, etc. • Necesidades del Servicio de Salud como el espacio, estructura arquitectónica, horarios, etc. • Avances tecnológicos, tales como la introducción de la informática y comunicaciones. • Promoción de los profesionales a cargos de mayor responsabilidad. • Profesionales sin experiencia, tal como ocurre en el periodo de adaptación de las personas que se integran por primera vez en la Organización. 2.- CONCEPTO DE CALIDAD EN SERVICIOS Tomando como referencia distintos términos relacionados con la definición de un Servicio, podemos entenderlo como: • El conjunto de prestaciones que el paciente espera como consecuencia de sus derechos como ciudadano. • La acción de servir. Organización y personal destinados a cuidar intereses o satisfacer necesidades del público o de alguna entidad. Función o prestación desempeñadas por estas organizaciones y su personal. • Servicial: que sirve con diligencia y obsequio. Pronto o dispuesto a complacer y servir. • Servicios Sanitarios: Organización Municipal, Provincial, Nacional, etc. destinada a vigilar y proteger la Salud Pública. Los servicios sanitarios tienen por fin último la producción de mejoras de salud en la población. La mejora de la calidad de los servicios sanitarios implica un compromiso de los profesionales. El concepto de calidad incluye la aceptación de que los profesionales evalúen y mejoren su práctica interna. Ello sin duda supone unas ventajas cualitativas y cuantitativas para los pacientes, muy sensibles a cualquier cambio que suponga unos mayores y mejores cuidados en su salud. Podemos visualizar la prestación de un servicio como una secuencia de momentos de interacción entre el paciente y la organización, usualmente representada por alguno de sus empleados. Una organización puede seleccionar un empleado, formarlo, proveerle de la tecnología necesaria, pero en muchas ocasiones el empleado está completamente solo como representante de la organización cuando aparece un paciente, y es cuando tiene que demostrar sus capacidades. Humanización de la Atención Sanitaria 94 Es entonces su “momento de verdad”. Un momento de verdad es toda ocasión en la que un usuario entra en relación con la organización y tiene una oportunidad para formarse una percepción de la bondad de la misma. Toda persona puede tener una impresión previa de cualquier organización aunque no haya tenido ninguna experiencia directa con ella, a partir de comentarios de amigos y conocidos, de información de prensa, o tan sólo a partir de prejuicios o tópicos. Esta valoración inicial poco objetiva, irá siendo ajustada por el paciente a medida que vaya recibiendo mayor información y experimentando los momentos de verdad. Como la objetividad de la valoración previa es baja, la persona tenderá a poner mucho peso en las primeras impresiones reales que perciba directamente. En cada momento de verdad, la persona valorará su percepción comparativamente a sus expectativas. Si su percepción es mejor que sus expectativas, su satisfacción aumentará, y la valoración de la organización crecerá. Todo lo contrario, si la percepción es inferior a sus expectativas. Esta relación se conoce en la literatura de gestión de servicios como la primera ley de los servicios: la satisfacción es la diferencia entre la percepción y las expectativas previas. 3.- CALIDAD DE SERVICIO Y ATENCION AL PACIENTE En un Hospital o Servicio de Salud existen varios determinantes de lo que llamamos “Calidad de servicio percibida”: • • • • • Percepción - Expectativas = Satisfacción • • Tanto la percepción como las expectativas son conceptos subjetivos. En algunas ocasiones se basan en entidades objetivas, como el tiempo de espera, pero aun así lo que cuenta no es su valor objetivo, por ejemplo diez minutos, sino el subjetivo, la espera ha pasado muy rápida/lenta. La percepción del servicio que recibe el paciente puede ser gestionada. Para ello hay que tener en cuenta que, debido a la intangibilidad del servicio, el paciente es incapaz en muchas ocasiones de evaluar la calidad de lo que recibe como servicio, por lo que tiene tendencia a poner mucho más peso en aquellos atributos que ha podido observar y que entiende. Así, la calidad médica de un servicio sanitario será percibida como alta si a lo largo del proceso el paciente ha percibido empatía con su problema, atención cariñosa, profesionalidad en los médicos y resto de personal. Por lo tanto es posible modificar la percepción de un servicio gestionando las evidencias del proceso. Para mejorar la percepción del servicio recibido, la organización puede ayudar al paciente a percibir algunos elementos del servicio en detrimento de otros. • Accesibilidad: Implica facilidad de acceso telefónico, tiempos de espera no exagerados, horario adecuado, ubicación conveniente de la sede del servicio. Comunicación: Tener a los pacientes informados en un lenguaje que puedan comprender y escucharlos. Explicar el servicio en si, asegurar al paciente que su problema será considerado. Profesionalidad: Poseer habilidades y conocimientos para realizar el servicio, implica conocimientos y habilidades del personal de contacto y personal operativo. Capacidad de estudio de la organización. Cortesía: Tener buena educación, ser atento y amable. Ser correcto y considerado, tener control sobre el estrés. Credibilidad: Que se puede aceptar como cierto, tener buen conocimiento del funcionamiento de la unidad y de la información a transmitir. Poseer habilidades sociales. Fiabilidad: Tener confianza en la información recibida. Capacidad de respuesta: Rapidez y calidad en la solución de problemas, ello implica tener entrenamiento en el puesto ocupado. Comprensión/conocimiento del paciente: Esforzarse en comprender sus necesidades, aprender sus requerimientos específicos, proporcionar atención individualizada, reconocer al paciente. 4.- LA ACOGIDA AL PACIENTE Todas las personas que componen una entidad son importantes no solo para el buen funcionamiento de la propia entidad en el ámbito interno, sino también para la impresión que el paciente percibirá de este Centro, percepción que puede ser bien positiva o negativa. El personal de contacto o de primera línea es protagonista principal de la Calidad del Servicio, ya que: • Son las personas que más cerca están del usuario. • Son las personas que predisponen de manera positiva o negativa al usuario. • Son las personas en las que el usuario más se fija. • Son las personas a las que el usuario busca. 95 Por tanto, las personas de Primera Línea son aquellas que: informan, dan seguridad, orientan, convencen, explican, resuelven, ayudan y ven al paciente. El trabajo de dar servicio al público es el trabajo más difícil que existe, porque se pueden dar miles de situaciones diferentes, hay infinitos tipos de pacientes o usuarios y todos son únicos. Se trata de un trabajo agotador que requiere de una serenidad y de un conocimiento profundo de uno mismo. Para ejercer una buena atención al paciente, una atención de calidad, es necesario desarrollar previamente una Calidad Personal. Por ello es necesario tener en cuenta estas tres afirmaciones: • Puede haber una inmensa diferencia entre lo que una persona es capaz de hacer y lo que realmente hace. • La actuación de una persona puede variar significativamente en diferentes situaciones. • Personas diferentes actúan distintamente cuando hacen lo mejor que pueden. La Calidad Personal empieza por el estándar de calidad de uno mismo. Existen dos estándares de Calidad Personal: 1. El Nivel Actual de actuación es la expresión de lo que una persona está realizando actualmente. 2. El Nivel Ideal de actuación es una expresión de los deseos, expectativas y exigencias más íntimas de una persona, con respecto a su actuación. Una persona no está verdaderamente satisfecha con sus esfuerzos hasta que el Nivel Actual está cerca del Nivel Ideal. La diferencia entre el nivel Ideal y el nivel Actual es una señal de cuánto un individuo puede mejorar su calidad personal. El Nivel Actual de actuación de una persona puede ser definido como “el nivel de calidad de su presente actuación en una situación determinada, influido tanto por lo que esta persona espera de sí mismo como por las exigencias que los demás tienen de su actuación”. El Nivel Actual no es estático, cambia constantemente y puede cambiar de manera espectacular de un minuto a otro o de una situación a otra. Una persona está constantemente sujeta a las influencias cambiantes que influyen en su nivel actual. Entre los factores que pueden influir en el Nivel Actual, el más influyente es la autoestima. El nivel de autoestima está determinado por el reconocimiento que la persona recibe. Los demás pueden darle reconocimiento y la persona puede darse reconocimiento a sí misma. El grado de reconocimiento que experimenta, en forma de atención e interés por su trabajo, más las recompensas tangibles que recibe, influirán en gran parte en su nivel actual. El reconocimiento, las recompensas, las reprimendas y las criticas pueden elevar o disminuir el nivel actual. Éstos estímulos en Psicología son los llamados “Strokes”. Hay diferentes tipos de Strokes: • Strokes Físicos: La atención mediante el contacto físico, como puede ser rozar el hombro. • Strokes Psicológicos: Cualquier otro tipo de atención sin contacto físico que demuestre empatía hacia el problema del paciente. • Strokes Condicionales: La atención dada en una situación específica o por un tipo específico de comportamiento. • Strokes Espontáneos: La atención generada por las calidades personales. Cualquiera de los diferentes tipos de Strokes puede ser negativo o positivo. Cuando predominan los positivos, el Nivel Actual de actuación será más elevado que cuando predominan los negativos. 5.- PUNTOS CLAVE EN LA CALIDAD DE ATENCION AL PACIENTE 5.1.- LA COMUNICACIÓN El ser humano es un ser para la comunicación, porque si hay algo que lo hace especialmente distinto de los demás seres es su capacidad racional para el intercambio de conocimientos, habilidades y actitudes. Las personas somos capaces de utilizar distintos tipos de lenguaje y expresión, así como medios de comunicación cada vez más complejos y elaborados para intercambiar sus impresiones y realidades cognoscitivas. No es posible concebir al ser humano desligado de su potencial de comunicación, a través del cual se plasma en realidades su capacidad de pensar, razonar, crear, expresar. La historia del ser humano es la historia de la comunicación. Posiblemente, el origen de la comunicación está en la necesidad de manifestarse por parte de los individuos de una tribu, a través de la danza, pintura, escultura, etc. Diferentes tribus, para salvar las distancias, crean los “mensajeros” y es entonces cuando aparece el medio de comunicación. Los espacios se amplían y los tiempos de transmisión de mensajes conviene acortarlos para no disminuir demasiado la eficacia de dichos mensajes. Para mantener el secreto del mensaje se crea la clave o código. Para que el mensaje se mantenga en el tiempo aparece la escritura. Fueron los romanos los primeros que colocaron letreros públicos con información, Humanización de la Atención Sanitaria 96 dando lugar a los procesos de comunicación social. La necesidad de acortar los tiempos de transmisión hace que surjan nuevos medios y canales de comunicación que sustituyen al correo: teléfono, morse, telégrafo, telex, radio, cine, vídeo, redes informatizadas de transmisión de datos. Se prevén nuevas formas de comunicación a través de la telemática, la comunicación por satélite y la fibra óptica. Estas nuevas formas ya están afectando a la educación, al ocio y a las relaciones sociales. La comunicación no verbal abarca todas las sensaciones que se perciben independientemente de las palabras. Expresa emociones, transmite actitudes, refleja en los otros la propia personalidad, acompaña al habla. Entre las señales no verbales utilizadas por las personas tenemos: • Distancia personal. Las mayores o menores distancias son las responsables de las actitudes positivas o negativas desencadenadas en la comunicación entre las personas. • Apariencia física y ropa. Ésta informa sobre la personalidad y el estado de ánimo. Tiene mucha importancia la higiene y cuidado del aspecto externo de la persona para transmitir una buena imagen. • Orientación y postura corporal. Indica el grado de relajación o tensión. • Expresión del rostro. La mirada es una respuesta afectiva de aceptación o rechazo. La sonrisa es un síntoma de aceptación, de agrado por la otra persona. De los tres modos de comunicarse las personas, el “cara a cara, el teléfono y los documentos escritos”, el primero se expresa preferentemente a través del lenguaje del cuerpo. El cuerpo habla. Es obvio, que expresamos en nuestro cuerpo las relaciones con nosotros mismos y con nuestro entorno. La primera tarea de nuestro cuerpo consiste en orientarse en el universo exterior. Pero éste universo simbólico no es el único: cada cual tiene un universo interior que también se expresa en el cuerpo. Saber describir y comprender este lenguaje silencioso en sí mismo y en los demás exige una escucha especial. Escuchar no significa forzosamente comprender. El teléfono es un medio privilegiado que establece un vínculo directo entre un Servicio de Salud y sus usuarios, garantiza la escucha del mensaje, su comprensión y una respuesta inmediata. El teléfono es una herramienta que impone un reto ante el mercado actual en evolución constante. El uso que hagan los profesionales de la salud del teléfono marcará una imagen determinada en el Servicio de Salud. El teléfono posee la ventaja de que: es más económico, más cómodo, más rápido, más directo, más eficaz y es evaluable en cuanto a resultados inmediatos. El teléfono posee los inconvenientes de que es más frío que el contacto personal, sólo se utiliza la comunicación verbal, pueden haber interferencias y puede llegar a molestar. Por ello se debería tener en cuenta ciertos matices para mantener una conversación telefónica: • La cortesía es el elemento fundamental para facilitar la relación entre las personas, es un vehículo del que nos servimos para dar una imagen en el Servicio de Salud. • El útil de trabajo esencial con el teléfono es la voz. La voz puede aportar simpatía, dinamismo y persuasión. El clima que se crea en la conversación pasa automáticamente por el timbre, la modulación, pero sobre todo por la sonrisa, que es la que crea un clima propicio para el diálogo. • Ser claro en el discurso, claro en llegar a lo esencial. • Para dirigir una conversación, es necesario que el interlocutor se explique sin interrumpirle, escuchar lo que dice y lo que no dice, saber oír entre líneas. Esto permite conocer las necesidades del interlocutor y responder en consecuencia. • Hay que asegurar la buena comprensión de los mensajes del interlocutor. No se debería dejar una pregunta sin respuesta, ya que genera inseguridad. • El éxito está en ofrecer y vender confianza. Cuando los usuarios confían en un Servicio de Salud se elimina gran parte de los problemas de comunicación. • Es conveniente ser riguroso, clasificar las fichas tratadas, notas y recados y tenerlos al día. Mejorar la eficacia del teléfono mediante un seguimiento cualitativo y cuantitativo. • Debemos aislarnos de los estímulos externos y de las presiones psicológicas tratando de concentrarnos en la conversación. • Por último, no se debe olvidar que somos los que debemos conducir la conversación al destino que interesa. 5.2.- HABILIDADES SOCIALES Podemos definir las habilidades sociales como aquellas conductas aprendidas que ponen en juego las personas en determinadas situaciones de interacción para obtener o mantener un refuerzo del ambiente. Entendidas de esta manera, las habilidades sociales pueden considerarse como vías o rutas hacia los objetivos de un individuo. Cuando hablamos de personas que pueden describirse como interpersonalmente hábiles o socialmente competentes, nos referimos a individuos que parecen 97 poseer la habilidad de relacionarse con los demás de una forma eficaz y que resultan muy reforzantes para aquellos con quienes interactúan. En un acto social, son personas que entablan relaciones con facilidad, conversan con otros, trasmiten y recaban información sin tropiezos durante las conversaciones y dejan a los demás con una agradable sensación después de la interacción. En una reunión de negocios, es la persona que expresa con claridad sus puntos de vista u opiniones personales, consigue que los otros piensen que entiende y valora sus opiniones, y expresa su desacuerdo sin que los demás se sientan atacados. Durante una entrevista de trabajo, es el aspirante que en pocos minutos logra convencer al entrevistador de que es laboralmente competente, que goza de una preparación completa, es diligente, responsable, la persona ideal a contratar para el puesto ofertado. No son muchas las personas que saben escuchar de forma eficaz. Una faceta que incide en la facultad de escuchar bien es la actitud de la persona que escucha frente al emisor. Se suele interrumpir a la otra persona por impaciencia o porque se le considera inferior. Algunas investigaciones han demostrado que una persona media retiene únicamente alrededor del 25 por ciento de lo que oye. La escucha activa es la forma de recibir, captar, definir y responder a los mensajes del emisor. Muy pocas personas tienen la facultad de saber escuchar bien. Afortunadamente, se puede aprender a escuchar mejor. El paciente se sentirá muy valorado, si además de ser “oído” es “escuchado”. La clave del éxito es la concentración, es decir, concentrarse en lo que la otra persona ha dicho, para ello es muy útil hacer un resumen mental de los puntos que expone el emisor. No cabe duda que escuchar tiene ciertas ventajas: • Dar a los enfermos la oportunidad de expresar sus opiniones y/o preocupaciones ayuda a reducir la tensión. • Escuchando se aprende, tanto del tema como de las personas. • El paciente y sus familiares se sienten a gusto con el personal del Hospital que le deja hablar y le escucha activamente. • Dar la oportunidad a los usuarios de hablar de un problema laboral, personal, familiar, puede ayudarle a clarificar sus ideas y a calmar su tensión. • No podemos estar de acuerdo o en desacuerdo con otra persona, si no entendemos su punto de vista. Sólo si se consigue un entendimiento mutuo se puede buscar una solución en común. • Cuando un paciente observa que el personal del Hospital se muestra realmente interesado por él, le respeta y se muestra más cooperativo. • Escuchar activa y atentamente anima al paciente a continuar presentando sus ideas, inquietudes, ansiedades, problemas... • Cuando uno habla antes de escuchar se arriesga a equivocarse. Es mejor escuchar antes que hablar. Este podría ser un punto de partida para la instauración de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias para fomentar la comunicación con el paciente y entre nosotros mismos como profesionales de la salud. El objetivo final está en la calidad de servicio y atención al paciente. Para su consecución se deben contemplar los siguientes objetivos prioritarios: • Sensibilizar a los profesionales sobre la importancia que tiene la comunicación y las habilidades sociales para mejorar la atención al público y fomentar unas relaciones interpersonales positivas. • Conocer las principales técnicas de comunicación verbal, no verbal, escrita, telefónica y escucha activa, para proyectar ante el paciente una imagen positiva del hospital o servicio de salud y fomentar una actitud positiva en nuestra relación personal con los compañeros de trabajo. • Aprender reglas fundamentales del comportamiento humano y saber por qué las personas se comportan como lo hacen. • Desarrollar las principales habilidades sociales para solucionar situaciones conflictivas, tanto en lo que se refiere a la relación con el paciente como en la relación con los compañeros de trabajo. Humanización de la Atención Sanitaria 98 17.Zavalloni R, Montuschi F. La personalidad en perspectiva social. Barcelona: Ed. Herder, 1977. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1. Amat O. Aprender a enseñar. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 1994. 2. Bangs D. Cómo planificar sus Recursos Humanos. Madrid: Ed. Díaz de Santos, 1995. 3. Barlow J, Moller C. Una queja es un regalo. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 1998. 4. Battegay R. El hombre en el grupo. Barcelona: Ed. Herder, 1976. 5. Besseyre Des Horts: Gestión Estratégica de los Recursos Humanos. Bilbao: Ed. Deusto, 1989. 6. Blanchard K, O´Connor M. Dirección por valores. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 1997. 7. Collier G, Minton HL, Reynolds G. Escenarios y tendencias de Psicología Social. Madrid: Ed. Tecnos, 1996. 8. Covey S. El liderazgo centrado en principios. Barcelona: Ed. Paidós Ibérica, 1991. 9. Davis F. La comunicación no verbal. Psicología. Madrid: Alianza Editorial, 1972. 10.Goleman D. Inteligencia emocional. Barcelona: Ed. Kairós, 1996. 11.Goleman D. Práctica de la inteligencia emocional. Barcelona: Ed. Kairós, 1999. 12.Hayes BE. Cómo medir la satisfacción del cliente. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 2000. 13.Musitu G. Manual de Comunicación. Valencia, 1996. Psicologia de la 14.Rodríguez Porras JM. El factor humano en la empresa. Bilbao: Ed. Deusto, 1994. 15.Sbandi P. Psicología de grupos. Barcelona: Ed. Herder, 1977. 16.Valbuena F. La comunicación y sus clases. Zaragoza, 1979. 18.Zerilli A. Fundamentos de Organización Dirección General. Bilbao: Ed. Deusto, 1994. y 99 1 Humanización de la Atención Sanitaria 100 10 10 10 LA HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD EN ATENCIÓN PRIMARIA Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Dr. Juan Bautista Gómez Peñalva Javier Tamarit Moradillo Rafael Peset Pérez Manuel Yarza Cañellas Vicente Saurí Martí Rafael Molina Alejandro Desde hace más de un cuarto de siglo, la Humanización de los Servicios de Salud viene siendo uno de los problemas más importantes en los sistemas sanitarios de Europa y Norte de América. Este planteamiento en ocasiones muy fuerte, no responde exclusivamente a motivaciones humanistas, sino que tiene connotaciones políticas y económicas. En España, desde hace años ya no es materia de disputa ideológica el tema de los derechos que asisten a todos los ciudadanos. Así lo afirma la Constitución Española, los derechos fundamentales son elementos básicos del sistema democrático que el Estado cumple a través de políticas y programas sociales que no tienen solamente objetivos cuantitativos crecientes, sino mejoramiento de la calidad de los servicios. Hoy la atención sanitaria se tiene en España no sólo como un derecho, sino como una responsabilidad de todos. Así se especifica en el documento del partido del gobierno sobre la materia: “El Sistema Nacional de Salud basado en los principios de universalidad, gratuidad y solidaridad debe orientarse a la máxima calidad y trato humano en la asistencia sanitaria, a la eficiencia y racionalidad del gasto, a una financiación pública que garantice el acceso a las generaciones futuras y a la solidaridad entre los españoles”. En los últimos tiempos tanto la sociedad como el sistema sanitario, están sufriendo cambios cualitativa y cuantitativamente fundamentales. En el primer caso, la población ha mejorado su expectativa de vida, aumentando las personas mayores de 65 años; en el segundo caso, el aumento del gasto sanitario es superior al incremento económico, los procesos que padece la población se han cronificado, y la tecnología sanitaria ha invadido nuestros hospitales y centros de salud. En la Comunidad Valenciana, nuestro sistema de salud es probablemente uno de los mejor prestigiados del Estado, con profesionales de una buena calidad científica, buena dotación tecnológica en los centros sanitarios, confort más que aceptable en los mismos, y la atención primaria posee una accesibilidad envidiable con un número de centros de salud adecuado a la dispersión y/o concentración de la población. Hecha esta resumida introducción de la situación sanitaria de nuestra comunidad, entendemos que desde el punto de vista de las infraestructuras, nuestro nivel es alto, producto de una gestión adecuada. En nuestras empresas de salud (centros de salud) trabajan hombres y mujeres que proporcionan atención sanitaria integral a hombres y mujeres de la población general y que indudablemente dan vida y rentabilidad social a estas empresas de salud. Pues un conjunto de paredes, instrumental y capital, sin el ser humano, no es nada, resulta un conjunto muerto. Definitivamente, humanizar no es otra cosa que poner los medios suficientes o, lo que es lo mismo, gestionar, para que los recursos humanos, mejoren su competencia, se realicen y desarrollen personalmente, alcanzando los objetivos, que no son otros que dar calidad al servicio sanitario, mejorando la salud de la población y aumentando la satisfacción del trabajador y del usuario. Por lo tanto, las instituciones sanitarias, como empresas de salud, deben ser protagonistas adquiriendo nuevos diseños, y estos nuevos diseños deben realizarse con las personas, es decir la organización deja de ser un elemento funcional para convertirse en un elemento básicamente humano. Sólamente son flexibles los hombres, no las máquinas; la motivación solo es posible con el hombre y nunca lo es con la máquina, por ello solo pueden lograrse éxitos de singular importancia con el aumento de la productividad logrado con el hombre. Por tanto, debemos conseguir que el hombre se vincule con la institución y con el proyecto empresarial, de una forma flexible e íntegra, evitando en lo posible la sola relación administrativa. Es decir “Las personas no son lo más importante de la empresa sino que son la propia empresa”. La sociedad está sufriendo una serie de transformaciones como consecuencia de los cambios de valores, los cuales deben también transformar nuestras empresas. Los nuevos valores sobre los que construir nuestras empresas deben ser: Confianza, Visión, Pasión, Ética, Energía, Positivismo, Comunicación, Estrategia, Flexibilidad, Innovación, Motivación o Agradecimiento. Humanización de la Atención Sanitaria 102 • Confianza: Crear un clima laboral en el que las personas se fían las unas de las otras. • Visión: Capacidad de crear nuevas expectativas. • Pasión: Sentimiento que ayuda a alcanzar metas. • Ética: Valor que conduce a las personas hacia la honradez. • Energía: Tenacidad necesaria para persistir en el trabajo. • Positivismo: Función de los empleados responsables hacia lo constructivo. • Comunicación: Proceso por el que se transmite y recibe información y que es de vital importancia para el trabajo en equipo. • Estrategia: Valor esencial para averiguar como lograr los objetivos. • Flexibilidad: Capacidad de las personas para adaptarse a las estrategias. • Innovación: Función por la cual hace que las empresas “vayan por delante”. • Motivación: Reconocimiento y agradecimiento por el logro de objetivos. Evidentemente, la humanización de la Atención Primaria de Salud pasa por crear organizaciones en donde el equilibrio entre los recursos humanos y los recursos técnicos se incline hacia los primeros, diseñando y potenciando todos los valores anteriormente mencionados, de entre los cuales uno de los que más influye en los medios humanos es la Motivación. Desde este punto de vista, todas las personas están dispuestas a efectuar una acción determinada (es decir, se motivan) siempre que su realización les permita obtener un resultado concreto, para el cual la empresa otorga un incentivo más o menos atractivo. Llegados a esta situación, estaríamos planteándonos no sólamente la recompensa monetaria sino lo que considero básico, el “salario emocional”. El enfoque “motivacional” que desde la Dirección debe predominar se resume en el siguiente decálogo: • Los colaboradores y empleados son adultos: Respetemos su dignidad. • Evaluemos objetivamente. Utilicemos el análisis y no la critica. • Convirtamos el trabajo en algo interesante. Celebremos sus éxitos. • Comuniquémonos con nuestros colaboradores y colegas. Escuchemos. • Comprometamos a nuestros colaboradores con los objetivos. • Pilotemos el cambio, estimulando la experimentación y el aprendizaje. • Respetemos la prudencia más que la astucia. • Promocionemos las ventajas materiales y sociales relacionándolas estrechamente con la contribución a los resultados. • Invertir en formación, aprendiendo a no dejar de aprender. • Basarnos en las leyes de la humanización, poniendo al paciente como eje sobre el que girará todo nuestro trabajo. Después de todo lo planteado, nos debemos preguntar hacia donde ir: hacia una nueva gestión (por contraposición a la tradicional.): • Hacia la calidad. En sentido amplio, como un valor en sí misma. Hacia un nuevo concepto de empresa, como un lugar abierto y de interrelación que nos hace desarrollarnos personal y profesionalmente. • Hacia la visión de que los servicios y productos de calidad exigen un trabajo de calidad y éste un empleado excelente, y para ello además de formación, es necesaria la implicación, la responsabilidad, el entusiasmo, el compromiso y (cuando se trata de interrelacionarse con los pacientes) la empatía, cualidades que hacen que los trabajadores que las poseen hagan que las cosas funcionen. Tras lo expuesto sobre la organización de las empresas, y más concretamente de la empresa sanitaria, desde criterios de humanización, debemos pensar en las expectativas y deseos de los pacientes y ciudadanos, así como en su satisfacción, considerando que la satisfacción humana es un concepto complejo que se relaciona con numerosos factores, que incluyen el estilo de vida, las experiencias pasadas, las expectativas futuras y los valores individuales y sociales. Los consumidores de la sanidad, evalúan la calidad de los cuidados a través de atributos considerados dimensiones humanas (humanidad), como la empatía, la confianza, o la comunicación, dejando al mismo nivel o incluso a nivel inferior los componentes técnicos. Entendiendo que la Misión en la Atención Primaria es eminentemente asistencial, preventiva, desde luego docente, y puntualmente investigadora, y considerando que es la puerta de entrada al sistema sanitario y por lo tanto donde la accesibilidad del paciente y ciudadano es uno de sus principales valores, estamos en disposición de poder aplicar un Plan Integral para la Humanización de la misma, basado en los siguientes principios de intenciones: 1º.- El paciente es el pivote sobre el que girarán todos los procesos, estructuras y acciones, tanto de la organización como del personal sanitario y asistencial. 2º.- El Centro de Salud es un ente que se debe regir por principios de servicio, rentabilidad social, y también desarrollo y calidad de vida en el trabajo para todos sus integrantes. 10 3º.- La buena imagen que se proyecta de la sanidad, debe considerarse como factor crucial, tanto fuera como dentro de los centros de salud. 4º.- La transmisión y compartición de aprendizajes, tanto en conocimientos, habilidades y actitudes es transcendental en un medio de gran dinamismo en donde existen cambios constantes. 5º.- La educación sanitario - preventiva del paciente es tan importante como la propia asistencia. 6º.- La interrelación Primaria - Especializada como eje organizativo básico hacia la humanización del sistema sanitario, mejorando la comunicación e información entre los diversos niveles: • Entre Direcciones. • Entre las Coordinaciones de los E.A.P y las Jefaturas de Servicio. • Entre el personal facultativo de una y otra organización. • Entre el personal de enfermería de Primaria y Especializada. 7º.- El efecto de sanación del paciente se debe tanto al tratamiento terapéutico suministrado como a la relación personal y de confianza que todo el personal sanitario es capaz de desarrollar en su presencia y de la imagen que permanece en él en su ausencia. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES PARA LA HUMANIZACIÓN DEL SISTEMA SANITARIO Independientemente de los recursos humanos y materiales y la capacidad de resolución que la Atención Primaria y el sistema sanitario integralmente posean, existen acciones y valores que los profesionales como seres humanos pueden aportar con su actitud, con lo que aumentará la satisfacción del paciente y sus familias. Al atender al paciente COMUNICAR E INFORMAR Al servir al paciente EMPATIZAR Al derivar al paciente COMPARTIR Para finalizar, comentar que Daniel Goleman, padre de la “Inteligencia Emocional”, concluye en uno de los capítulos de su famoso libro, que “la medicina del futuro estará basada en la ternura y la comprensión”, es decir, que debe volver a ser tremendamente humana. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.IVESP-CEU. Máster en Gestión para la Humanización de la Sanidad. Valencia: Consellería de Sanidad, 1999. 2.Parra N. La humanización en la prestación de los servicios de salud. Conferencia Máster en Humanización. Valencia. IVESP-CEU, 1999. 3.Montaner & Asociados. La gestión de recursos humanos. Máster en Gestión para la Humanización. Valencia. IVESP-CEU, 1999. 4.Hoyos Moliner A. La motivación en las organizaciones. Máster en Gestión para la Humanización. Valencia. IVESP-CEU, 1999. 5.Delgado Sanchez A. Factores asociados a la satisfacción de los usuarios. Cuadernos de Gestión 1997; 3 (2), Abril - Junio. 6.Galí y Gorina F. De la coordinación, la organización y el arte de la medicina. Cuadernos de Gestión 1997; 3 (1), Enero - Marzo. 7.Ruiz Moral R. El poder sanador del médico y los estilos de consulta. Cuadernos de Gestión 2000; 6 (3), Julio-Septiembre. 8.Atención Primaria, Dirección Area 03. Memoria de Gestión. Valencia, 1999. 9.Goleman D. La Práctica de la Inteligencia Emocional. Barcelona: Ed. Kairós, 1999. 10.Albrecht K. Servicio al Cliente Interno. Barcelona - Buenos Aires - México: Ed. Paidós, 1990. 11.Osborne D, Gaebler T. La reinvención del gobierno. La influencia del espíritu empresarial en el sector público. 2ª Reimpresión. Barcelona - Buenos Aires – México: Ed. Paidós, 1997. 12.García S, Dolan SL. La Dirección por Valores. Madrid: Ed. McGraw – Hill, 1997. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 104 11 10 11 GESTIÓN POR PROCESOS EN EL ÁMBITO SANITARIO equilibrio entre la eficacia y eficiencia creando valor tanto para los clientes como para los trabajadores y para los accionistas y otros stakeholders. La gestión de procesos, contrapuesta a la estructural, se caracteriza por cuatro orientaciones fundamentales: Dr. Leopoldo Segarra Castelló Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Luís Ibáñez Gadea Dra. Rosa Mª Roca Castelló Dra. Gloria Mengual González Dr. Ernesto Armañanzas Villena 1.- INTRODUCCIÓN El comienzo del siglo XXI, tanto en el ámbito de la economía y organización de la empresa, como en el de la gestión de la Administración, ha puesto en evidencia la crisis de las concepciones tradicionales en el planteamiento y solución de problemas induciendo la aparición de un sinfín de ideas y estrategias más o menos innovadoras. El tratamiento de esta realidad queremos orientarlo según una perspectiva sistémica y por tanto aceptando la complejidad como un hecho enriquecedor más que como una dificultad. El criterio será anti-reduccionista e intentará respetar la pluralidad de aspectos, la multidimensionalidad del escenario donde aparecen los problemas de las organizaciones y su intrínseca complejidad, muy especialmente porque nos referimos al ámbito sanitario. La complejidad del sistema sanitario actual induce a suponer, con demasiada frecuencia, que se carece de la información necesaria para actuar con eficacia. Lo que puede ocurrir en algunas áreas de nuestra organización es justamente lo contrario: disponer de excesiva información que nos abruma e impide distinguir lo relevante de lo insignificante para cada situación. Es decir, se podrían difuminar o borrar las variables decisivas que condicionan el comportamiento del sistema. El método sistémico nos da una buena solución. De hecho, la acepción “Calidad Total” lleva implícita en su filosofía una visión, un planteamiento y una respuesta sistémicos. De ahí probablemente su éxito. La Dirección por Procesos es la estructura organizacional del S.XXI porque introduce al cliente dentro de la organización, alinea los objetivos de los procesos con la misión de la empresa y estructura la cadena del cliente proveedor dentro de la organización asegurando un • El Proceso domina la Estructura. La estructura es vista como mera infraestructura. En lugar del dicho de Chandler :”structure follows strategy” se afirma: “structure follows process and processs follows strategy”. En términos administrativos podríamos decir que el organigrama se rinde al proceso. • La gestión de procesos tiene un carácter transversal que afectará necesariamente, a la organización, que será transdepartamental y de configuración matricial. A diferencia de la organización de procesos tradicional, orientada al desempeño de tareas en flujos parciales intradepartamentales (en áreas funcionales) y apoyada en la especialización de puestos y personas en determinados ámbitos de tareas, la gestión de procesos tiene como finalidad la configuración del conjunto o sistema de todos los procesos parciales y actividades integrantes para dirigirlas a su objetivo final: dar valor al cliente o receptor. El “cliente” en el sector sanitario no cumple en sentido estricto tal condición (Valor y Ribera, 1990), ya que no decide qué servicio va a adquirir, qué cantidades va a pagar por el mismo, ni puede evaluar la calidad intrínseca del servicio sanitario recibido. • Predominio de la dimensión “Informacional” en la Organización por procesos. La organización es comprendida como actividad configuradora no directamente sobre objetos, sino sobre informaciones (con soporte en datos) referentes a dichos objetos. En el ámbito sanitario la información es un elemento esencial que, con frecuencia está confundida por la profileración exhuberante de datos irrelevantes o redundantes que impiden distinguirlos de aquellos que son capaces de aportar información tanto para conocer el proceso como para medir la efectividad del mismo, no sólo sobre los enfermos sino sobre la propia organización. Con el objetivo de diseñar e implantar un Sistema de Indicadores que dé solución a las necesidades actuales de las organizaciones, se ha creado la metodología PIPE (Performance Improvement Through Process Excellence) que Humanización de la Atención Sanitaria 106 Mentalidad departamentalista Mentalidad sistémica Relevancia de objetivos y resultados (fines a corto plazo) Relevancia de los medios (camino a metas lejanas) Centrarse en las "soluciones" y métodos estándar para reducir complejidad Centrarse en el planteamiento de los términos del problema y respeto de la complejidad Valorar más la seguridad y estabilidad Valorar la agilidad, la flexibilidad, la apertura Acento en división del trabajo/ especialización / profesionalización de expertos uni-campo con saberes bien definidos Acento en la necesidad del Generalista, con perspectivas abiertas a lo no-definitivo, a la búsqueda permanente Epistemología: "Realismo": los "modelos" concebidos como fotografía de la realidad. "Fe" en la manipulabilidad de lo real si se le maneja con modelos adecuados Epistemología: "Constructivismo". Los modelos son sólo constructos mentales formulados en ciertos lenguajes, a lo más constituyen "realidad virtual" Metódica : ANÁLISIS Metódica: SÍNTESIS Dividir, descomponer, buscar los últimos elementos (átomos) Es decir: unir, combinar, relacionar - también en formas innovadoras Dimensión Social (normalmente fruto de filosofía individualista y conceptos como el de la "rational choice"): Dimensión Social (fruto de una filosofía de la solidaridad y visión del bien común - pero sin caer en "comunitarismos": La angustia ante posibles pérdidas de PODER provoca: Autoritarismo y actitudes y comportamientos típicos de estrategias defensivas, rigidices, falta de eficiencia La confianza (asumiendo riesgos en la comunicación con otros) permite actitudes de libertad y cooperación - cada uno aporta su contribución en la busca de decisiones adecuadas Prioridad de Orden y Sistemática (law & order) - Rigidez Sobre la base de la confianza se "fractaliza" el sistema, se crean unidades con auto-organización Dominio tecnocrático de los expertos Cooperación de generalistas (humanistas) con expertos Planificación centralizada: Planificación descentralizada: Se realiza a niveles jerárquicos y en ámbitos departamentalizados con objetivos parciales dificilmente coordinables La "central" sólo diseña el marco o ámbito de cooperación y objetivos muy abiertos que las distintas unidades "fractales" deben a su vez definir en metas/planes parciales Dirección centralizada Dirección descentralizada en unidades autónomas Mecanismos de Motivación: Mecanismos de Motivación: El respeto a los distintos intereses (creación de valor) de los distintos "stakeholders" promueve dentificación de éstos con el sistema y sus objetivos Económicos: incentivos y consecución de objetivos (remunerados) Mecanismos y metas del Control: Control burocrático (basado en la desconfianza) y tendencia a la imputabilidad exacta de tareas etc. Tabla I. Preferencias según enfoque (Fuente: Rodriguez de Rivera) Aceptación de la Inestabilidad básica del sistema: Renuncia a computabilidad de todo y a control de todo, a favor de flexibilidad e innovación, pero con flujos de información “feedback” que permitan que los subsistemas se autocontrolen 10 pretende ofrecer una herramienta que ayude a traducir la misión y las estrategias del negocio en un conjunto de indicadores interrelacionados y desplegados a través de la jerarquía de procesos de la compañía. La medición de la actuación es un medio, no un fin en sí misma. El sistema consiste en un conjunto integrado de indicadores para toda la empresa que incluye medidas de los distintos ámbitos de la organización (clientes, procesos, personas, impacto en la sociedad y resultados financieros), coherente con la estrategia y el largo plazo y flexible a medida que las estrategias evolucionan. El conjunto integrado de indicadores ofrece una visión más completa de la marcha y evolución de la empresa. Al lector experimentado no tendré que señalarle la similitud total con el Modelo de Excelencia de la EFQM (European Foundation of Quality Management). • De la “optimización en la combinación de factores” a la “orientación que produzca valor para los enfermos (clientes)”. En lugar de una mera optimización en la combinación de factores o de una racionalización orientada a la mejora interna en el uso y consumo de recursos, lo distintivo de la organización por procesos es su orientación al valor producido (soportado en un producto o servicio - serducto), y que dicha orientación sea el criterio fundamental para la configuración de los procesos. Los procesos, como hemos podido intuir, se desglosan en subprocesos y éstos a su vez en actividades conformadas por un conjunto de tareas. La estructura deberá permitir conocer las relaciones internas del proceso. En lugar de jerarquizar ámbitos de control (y poder), se trata de elaborar un ordenamiento de los macroprocesos, en procesos parciales, actividades, tareas o movimientos elementales. En los planteamientos ordinarios del tema “organización” -comenzando por las exposiciones del ámbito universitario-, la estructura es vista casi siempre como algo de rango superior al proceso, la arquitectura (la estabilidad) es valorada todavía como superior al flujo, a lo dinámico (y ésta es una de las diferencias básicas frente a la mentalidad oriental). El objetivo de un organizador formado en la mentalidad burocrática tradicional es mantener el orden mediante disciplina, mediante la promulgación de reglas que vinculen, que restrinjan ámbitos de libre elección. Pero esta tendencia sólo crea una red de “dependencias superestabilizada, cierra las ventanas a la creatividad e innovación, y anquilosa toda flexibilidad”. En el tabla I se resumen algunas de las más relevantes diferencias entre ambos enfoques. 2.- DEFINICIÓN DE PROCESO “Conjunto de operaciones de transformación de inputs en outputs o, también, secuencia de actividades transdepartamentales enlazadas en una lógica de orientación a producir un output pedido por un receptor (cliente)”. Son innumerables las definiciones encontradas, casi tantas como autores. Como decía el Prof. Rafael Carmena Rodríguez, cuando hay muchos tratamientos para la misma enfermedad es que no hay ninguno bueno. Tal vez tengamos que seguir esperando la definición ideal. Para Harrington los procesos son toda actividad o grupo de actividades que tiene un input, le añade valor y suministra un output a un cliente interno o externo. Los procesos usan los recursos de la organización para obtener resultados finales. Para Rodríguez de Rivera el proceso se concibe como compuesto por una secuencia ordenada de actividades (a su vez articuladas en tareas -que también podrían concebirse como conjuntos de movimientos elementales-), que se agrupan en una “lógica”, es decir, en la “intención o mente” de los planificadores, de finalidad hacia un objetivo que puede ser de creación de valor añadido (lograr un contravalor a las prestaciones propias) gracias a la mejora de competitividad o de producción de valor como satisfacción de necesidades de un cliente, solución de problemas. Esos procesos atraviesan normalmente varias áreas o departamentos, se desarrollan como flujos físicos (logísticos), de trabajo o de operaciones y también de decisiones o de informaciones concernientes al flujo de trabajo. 3.- TIPOS DE PROCESOS 3.1.- PROCESOS ESTRATÉGICOS: Son los que se enfocan al entorno y, en función de la respuesta esperada (numerador), diseñan los grandes rasgos del posicionamiento y de las necesidades (denominador). Humanización de la Atención Sanitaria 108 Su rendimiento está en función del resultado logrado. En el ámbito sanitario público la estrategia la define y la marca la directriz política como representante, en un estado de derecho, de la voluntad de los ciudadanos (clientes). 3.2.- PROCESOS V.A.C.E. (De Valor Añadido para Clientes Externos): También denominados “Core processes”. Están relacionados directamente con el cliente. Estos procesos se dividen en subprocesos que engloban: a) Desarrollo de nuevos productos (para algunos autores son procesos de apoyo al no afectar directamente a los clientes). b) Venta del servicio (de comprador potencial a pedido en firme). En el ámbito sanitario, especialmente el público, se refiere al conocimiento de la demanda para poder dotar los recursos necesarios. c) Gestión de Stocks, almacén de materiales y disponibilidad de recursos (para algunos autores son procesos de apoyo al no afectar directamente a los clientes). En el ámbito sanitario procesos que en otros sectores serían de apoyo tal vez se tengan que interpretar como VACE por la repercusión directa en la percepción del cliente (restauración, etc). d) Atención a los enfermos (prestación del servicio). e) Servicio post-venta. Es fácil descifrar, a partir de la terminología empresarial, la traducción que los conceptos mencionados tienen en el ámbito sanitario. Así el Desarrollo de Nuevos Productos comprende: • Todas las actividades dirigidas a la Investigación (Ensayos clínicos en fases III y IV, tesis doctorales, publicaciones y patentes). • Aprendizaje de nuevas técnicas y/o habilidades. • Formación continuada. Sesiones bibliográficas y clínicas. • Formacióncomplementaria (SPSS, inglés, informática, etc). • Formación regular pre y post-grado. • Detección de necesidades no satisfechas y aparición de novedades diagnóstico-terapéuticas de relevancia para nuestros enfermos. La venta del servicio es un proceso clave, esencial en muchas empresas, pero en el ámbito sanitario genera una paradoja puesto que el fin último de cualquier sistema sanitario, especialmente el público, es evitar la enfermedad y por tanto procurar tener los menos clientes posibles. .La demanda inducida sería éticamente reprobable y en el caso de España donde la financiación (no la provisión del servicio) es pública, sería una auténtica ruina. Otra peculiaridad, actualmente en fase de cambio, es que la provisión del servicio sea casi exclusivamente pública, por lo que no existe un entorno realmente competitivo y los enfermos-pacientes-clientes en muchas ocasiones son realmente rehenes en un mercado cautivo. La Gestión de Stocks, Almacén de Materiales y disponibilidad de recursos comprende: • Contratación administrativa (compras). • Suministro de material in situ en tiempo y forma. • Ejecución presupuestaria con pagos (nóminas, etc). • Contratación del personal, vacaciones y permisos. • Alimentación a enfermos, familiares y personal • Limpieza y gestión de residuos. • Gestión de los riesgos laborales. • Lavandería. • Mantenimiento y reparaciones. • Procesos complementarios al diagnóstico (RX, RM, TAC...). • Procesos complementarios al ingreso/alta (camas, secretarias). • Procesos complementarios al tratamiento (Farmacia -dosis unitariasy tratamientos externos –esterilización-). • Gestión del acceso a la información. La Atención a los enfermos (prestación del servicio) es, entre los procesos clave, el de mayor trascendencia y de mayor riesgo. Es una situación excepcional respecto a los servicios de cualquier empresa de otro sector. Es una particularidad de los sistemas asistenciales sanitarios que jamás debemos perder de vista. • Hospitalización en cualquiera de sus modalidades (médica, quirúrgica, corta estancia, Hospital de día, etc). • Consultas. • Atención urgente. • Rehabilitación. • Atención programada (programas sanitarios). El Servicio Post-venta comprende los siguientes subprocesos: • Detección de complicaciones precoces y tardías mediante sistemas de “case-finding” (infecciones, reclamaciones patrimoniales, reingresos, etc). • Reclamaciones escritas y verbales. • Encuestas post-hospitalización a enfermos y a familiares En todos los casos los subprocesos antes mencionados se complementarán con el análisis de motivos y propuesta de soluciones. 10 3.3.- PROCESOS DE APOYO (“SUPPORT PROCESSES”) O REDES DE ACTIVIDADES DE APOYO (RAA) Son procesos transversales a todos los anteriores y permiten que los procesos clave fluyan con agilidad. Están íntimamente relacionados (para algunos autores son idénticos) con los dos primeros procesos clave antes mencionados y regulan los flujos de entrada y salida. Los procesos de apoyo o redes serían: • Red de órdenes (resultan de transformar la información en acciones). • Red de información (conecta todas las demás redes). • Red de flujo de materiales. • Red de flujos activos inmovilizados (controla la dimensión óptima de la infraestructura). • Red de personal (comprende la disposición cuanti y cualitativa de personal. Es un aspecto crítico en los sistemas sanitarios públicos que funcionan por el sistema de “Plazas en propiedad” por las enormes rigideces que suponen). • Red de recursos económicos a corto y largo plazo. 4.- LAS DIMENSIONES MÁS RELEVANTES EN LA ORGANIZACIÓN POR PROCESOS 4.1.- DIMENSIÓN INFORMACIONAL Muchos enfoques sobre organización por procesos se centran aún en las “tareas” o actividades humanas. Sin embargo, la actividad configuradora del trabajo organizacional orientado a procesos debe atender no sólo a esas actividades sino también a las informaciones (también analizadas hasta sus unidades elementales y agrupadas luego según criterios que deben definirse en el marco de la estrategia de empresa). En realidad, el trabajo organizativo no se realiza sobre lo físico (actividades, procesos de generación de valor), sino en la dimensión de información y comunicación. Por tanto, es obvio que la consideración de la dimensión “informacional” sea ahora el epicentro de la definición de las exigencias planteadas a la organización. En lugar de atender sólo a la dimensión de adecuación entre tareas y sujeto que las desempeña, es decir, estudiar qué actividades deberán ser confiadas a los distintos miembros o grupos del sistema (teniendo en cuenta aspectos como tiempo de elaboración, número de acciones, etc.), ahora hay que considerar, al mismo tiempo, la dimensión “informacional” estudiando la forma de agrupar también distintas unidades mínimas informacionales (o datos) según criterios que deben ser derivados racionalmente desde los objetivos del proceso, pero también atendiendo a restricciones, posibilidades de modificación de condicionamientos etc. En este contexto, el avance de la electrónica e informática ha sido una de las primeras áreas en que se están planteando soluciones para comprender y convivir con la complejidad de los procesos. El proceso electrónico de datos aplicado a la gestión empresarial obligaba a considerar flujos de información a través de distintas áreas departamentales; aplicado a la dirección y control de la fabricación permitía avanzar en la automatización de tareas. En esas aplicaciones, el interés que guiaba el trabajo organizativo era básicamente técnico. Se trataba de lograr “modelos de datos” con los que poder manipular las informaciones sobre flujos reales (físicos en el caso de la fabricación o de la logística, nominales en el caso de la gestión financiera). Ese tratamiento informático permitía reducir la intervención manual humana y elevar la rentabilidad del conjunto. En este planteamiento, la única optimización de los procesos que se desarrollan en un sistema organizado es la que se centra en crear una estructuración de los flujos de datos (incluido su procesamiento informatizado) utilizando software estandarizado. Pero no se efectúa reestructuración alguna del sistema, sólo se configuran metaestructuras de flujos informacionales y las mejoras de eficiencia se logran gracias a la reducción de horas de trabajo en el necesario tratamiento de informaciones. 4.2.- DIMENSIÓN ECONÓMICA Respecto a la dimensión “económica” del problema de la organización de procesos, el éxito de un proceso se puede medir en referencia a varios criterios. Pero la misma determinación de estos criterios depende del enfoque o punto de vista global desde el que se “observa” el problema. Pero, como muestra la experiencia, el Management empresarial tiene que moverse en un campo de tensiones polarizado por la optimización de costes y por la optimización del valor útil creado para el cliente. En el ámbito sanitario, una vez más, la optimización del valor es muy complicada porque es difícil definir y tomar decisiones clínicas que aportando valor a los clientes estén fuera del rango de optimización (un ejemplo pueden ser las listas de fármacos no financiados). En este punto que afecta a las prestaciones (cartera de servicios) se podrían rozar aspectos anticonstitucionales. Humanización de la Atención Sanitaria 110 5.- LA CONFIGURACIÓN DE PROCESOS: OPERACIONES BÁSICAS 5.1.- IDENTIFICACIÓN DE PROCESOS RELEVANTES La complejidad del ámbito sanitario obliga a “seleccionar” y a identificar no sólo los macroprocesos asistenciales, o procesos clave y esenciales para el sistema, a mejorar, sino también a identificar los factores condicionantes (por ejemplo, de acuerdo a la metódica de las “Matrices Delta” de Battelle): necesidades y problemas a tratar en el proceso, condicionantes y restricciones a aceptar, variables modificables, medios disponibles a nivel procesual, oportunidades y riesgos, etc. 5.2.- MODELIZACIÓN DE LOS PROCESOS En la praxis del mismo proceso de implementación del cambio de procesos es necesario que el sistema observador activo supere la tradicional forma de diseñar primero estructuras (estáticas) o arquitecturas organizativas (departamental o funcional, divisional, matricial y similares), y pase a pensar en procesos. Pensar en procesos es la condición básica para observar adecuadamente todo tipo de “flujos” (precisamente ha sido el análisis de los flujos logísticos uno de los factores más importantes para el desarrollo del BPR (Bussinnes Process Reengineering). Y “pensar” implica siempre disponer de un “lenguaje” en que formular las ideas. En este caso será necesario disponer de un conjunto de conceptos bien definidos, que evidentemente no tiene por qué ser el mismo en todas las situaciones o sistemas productivos de valor. El recurso a distintas lógicas informacionales es pues posible. En algún caso será posible operar con la lógica de las bases de datos relacionales, en otro será preciso llegar a las neuronales, y muchas veces será aconsejable el uso de las elaboradas en la lógica de objetos. La formulación y descripción (también gráfica) de los procesos, el llamado “process-mapping”, constituye uno de los medios más adecuados para analizar los problemas que puede plantear una mejora de procesos. Esto plantea elevadas exigencias a la misma técnica descriptiva, por ejemplo, en lo que concierne a los tipos de diagrama y lógica informacional utilizada. Los prácticos en BPR señalan como beneficios de tales descripciones: - Permitir delimitar necesidades o dificultades más relevantes a solventar. - Mostrar lazos entre las distintas actividades. - Posibilitar detectar donde se producen retrasos y sus razones. - Registrar los esfuerzos y consumos de recursos implicados. - Mostrar en qué puntos se “añade valor”, en cuáles no se añade sino esfuerzo inútil (por burocracia, tradiciones etc.) y diferenciar esa creación de valor entre valor para el cliente o valor para la empresa (que suele ser objetivo en muchos procesos mal diseñados). - Permite señalar los puntos relevantes para el diseño de la calidad o de la formación. Para H. Hames Harrington existen 12 principios básicos para la mejora o actualización de los procesos: • Eliminación de la burocracia. El exceso de tareas burocráticas surge de la desconfianza injustificada y de la no delegación de funciones, especialmente de las que lleven decisión de gasto. • Eliminación de la duplicación. Duplicidad es cuando en el mismo proceso se repite la misma actividad, generalmente por personas diferentes, lo que lleva además a duplicidad de funciones. • Análisis de valor añadido (tabla II). • Simplificación. • Reducción del tiempo del proceso (el valor se considera desde el punto de vista de cliente final). • Prueba de errores. Principalmente en los procesos nuevos o rediseñados radicalmente conviene hacer un test de errores posibles y buscar escenarios extremos para detectar problemas. • Eficiencia en la distribución y utilización de recursos. • Lenguaje simple. • Normalización. Es una manera de reducir errores, simplificar tareas y reducir tiempos de prestación. Un ejemplo típico de normalización son las normas de la ISO (Organización Internacional de Normalizacion). • Alianza con los proveedores. • Diseño ideal, sin restricción alguna de los procesos esenciales. Se trata de conocer la eficacia del proceso para después obtener la efectividad máxima que podamos adaptar .¿Cómo sería el proceso si no tuviéramos ninguna restricción?. • Automatización y/o mecanización. Gracias a los diagramas de flujo podremos detectar operaciones que deberían automatizarse (las repititivas). Para realizar el AVPr (Análisis de valor de procesos) hay que atender a tres cuestiones como: ¿Qué procesos elevan el valor-funcional del producto? ¿Qué procesos inducen sólo aumentos de costes? ¿Qué procesos se necesitan para conseguir la “satisfacción del cliente” integral?. 11 Regla Preguntas Ejemplos Eliminar ¿Puede prescindirse de...............? ¿Qué pasa si lo eliminamos? Eliminar o acortar inspecciones Eliminar o acortar transportes por mejora de layout Simplificar ¿Puede hacerse de forma más sencilla? Queremos reducidar las complicaciones no la complejidad. Automatiza. Revisar operaciones ¿Pueden reunirse 2 o más procesos en uno sólo? Hacer dos operaciones a la vez. Combinar operación e inspección Cambiar secuencia ¿Puede cambiarse el punto de inserción de esta operación con otra? Incrementar eficiencia adelantando el momento de iniciar una operación tardía Combinar Tabla II. Reglas para analizar y añadir valor a los procesos La gestión por procesos facilitará desarrollar verdaderamente la estrategia de que hasta ahora ha estado limitada, en el casos, a la calidad de todas las partes que organización. y permitirá Calidad Total mejor de los componen la Humanización de la Atención Sanitaria 112 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 11.Carr DK, Johansson HJ. Best Practices in Reengineering: What Works and What Doesn’t in the Reengineering Process. New York: McGraw-Hill, 1995. 1.Abbot, R. The process of process improvement: Your total quality management tool bag. En: Winchell W, King RE, Skiver DA, editores. TQM: Getting Started and Achieving Results with Total Quality Management. Dear born, MI: Soc. of Manuf. Eng, 1992. 12.Colin CT. Business Process Re-engineering: myth & reality. Kogan Page Limited, 1994. 2.Andrews DC, Stalick SK. Business Reengineering: The Survival Guide. Englewood Cliffs NJ: Yourdon Press, 1994. 14.Davidson WH. Beyond Re-Engineering: The Three Phases of Business Transformation. IBM Systems Journal 1993; 32 (1), January (reprinted in IEEE Engineering Management Review 1996; 23 (2), Summer: 17-26). 3.Anónimo: Beneficios y utilidades del Data mining (En línea) http://www.edicionesdeusto.es/oficina/oidsclien4.cfm (Consulta el 20 de Septiembre de 2001). 4.Anónimo: Data mining (En la línea) http://www.ediciones-deusto.es/oficina/oidsclien2. cfm (Consulta el 20 de Septiembre de 2001). 5.Anónimo:Evaluar procesos (en línea) h t t p : //web.jet.es/amozarrain/efqm.htm (Consulta el 20 de Septiembre de 2001). 6.Anónimo: Procedimientos (en línea) http: //web.jet.es/amozarrain/procedimientos.htm 7.Arie De Geus. The living company, habits for survival in a turbulente busin enviroment. (En línea) http://www.geocities.com/wallstreet/floor/9269/e_ viviente.htm (Consulta el 25 de septiembre de 2001). 8.Brenner W, Keller G. Business Reengineering mit Standardsoftware. Frankfurt/New York: Campus Verlag, 1995. 9.Brossmann M. Neue Wege der Information und Qualifikation von Vertriebspartnern durch den Einsatz neuer Medien. En: Bullinger HJ, editores. Business Reengineering. Stuttgart: 1995: 274-288. 10.Bullinger HJ. Business Reengineering: Was ist dran am neuen Leitbild zur Organisation und Führung von Unternehmen?. En: Bullinger HJ, editores. Business Reengineering. Stuttgart: 1994: 13-35. 13.Davenport T. Process Innovation: Reengineering Work Through Information Technology. Harvard Business School Press, 1993. 15.Dean EB.The voice of the customer from the perspective of competitive advantege (En línea) http://mijuno.larc.nasa.gov/dfc/qfd/voc.html (Consultado el 27 de Septiembre de 2001). 16.Dean EB. Quality Function Deployment (QFD) from the perspective of competitive advantege (En línea) http://mijuno.larc.nasa.gov/dfc/qfd.html (Consultado el 27 de Septiembre de 2001). 17.Deming WE. Out of the Crisis. Cambridge MA: Massachusetts Institute of Technology Center for Advanced Engineering Study, 1986. 18.Fundación Navarra para la Calidad: Camino de la EFQ(Enlínea)http://www.qnqvqrrq.com/camino/ general.htm (Consulta el 20 de Septiembre de 2001). 19.Hamme M. Reengineering: The Implementation Perspective. Documentación sobre el seminario 1416 diciembre 1993, Boston: Center for Reengineering Leadership, 1993. 20.Hammer M, Champy C. Reengineering the Corporation: A Manifesto for Business Revolution. New York: Harper Business, 1993. 21.Harrington HJ. Business Process Improvement: The Breakthrough Strategy for Total Quality, Productivity, and Competitivenes. New York: McGraw-Hill, 1991. 11 22.Lalli F. Why You Should Invest In Companies That Invest In Their Workers. Money 1996, March: 11. 23.Meel JW. The Dynamics of Business Engineering. Reflections on two case studies within the Amsterdam Municipal Police Force, School of System Engineering, Policy Analysis, and Management. Delft, the Netherlands: Delft University of Technology, 1994. 24.Membrado J. Autoevaluación de organismos públicos mediante criterios del Modelo Europeo de Excelencia Empresarial. (En línea) http://www.gva.es/publicaciones/ revista/rvea23/membrado-6.html (Consultado el 25 de Septiembre de 2001). 25.Miers D. Process Product Watch: Indepth Quarterly Reports on BPR products, tools and workflow vendors. Enix Limited, 1994. 26.Morris D, Joel B. Re-Engineering Your Business. New York: McGraw-Hill, 1993. 27.Parreño A, Teixidó E. Reingeniería de procesos y costes. Introducción al Management del denominador. Valencia: Ed. Consulting Adim, 1997. 28.Rodríguez de Rivera J. Conceptos sobre organización de procesos. (En línea) http://www2.alcala.es /estudios_de_organización (Consulta 19 de julio de 2001). 1 Humanización de la Atención Sanitaria 114 12 11 12 GESTIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS PARA LA HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA Dr. Luís Zapata Raboso Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Eugenio Tejerina Botella Dr. Juan Bautista Gómez Peñalva Dr. Vicente Aguilar Morellá D. Pedro Hidalgo Caballero 1.- LA ESENCIA DE LAS ORGANIZACIONES Un país basa su prosperidad en sus empresas, que deben crecer y desarrollarse dando frutos positivos: esto es, deben ser rentables. También la administración pública debe ser rentable. Un país no puede ser competitivo si su administración pública no lo es. La esencia de cualquier organización es el beneficio propio y de sus clientes internos y externos, o el de sus usuarios y ciudadanos en el caso de la administración pública. En este sentido, sería bueno recordar que los gestores de cualquier organización tienen como misión principal: sobrevivir y crecer o desarrollar la organización, y ello no se puede conseguir si las organizaciones no son rentables, eficientes y, en definitiva, ganan dinero. Además, hoy en día todas las organizaciones desarrollan su actividad en un marco o contexto altamente competitivo y en un entorno complejo, cambiante, dinámico y con una gran incertidumbre. Por lo tanto, en esa dinámica el camino para obtener la rentabilidad y/o eficiencia pasa obligatoriamente por la búsqueda de la excelencia, la tendencia a la mejora continua y a la calidad total. Dicha rentabilidad o beneficio debe ser medida y evaluada pero no sólo desde una perspectiva egocéntrica, como podría ser la de contemplar sólo ingresos y gastos (beneficios económicos), sino también desde la perspectiva del cliente o usuario. Por lo tanto, aquí tienen cabida no sólo los componentes económicos sino también otros principios tales como la honradez, la confianza, el servicio, la ética, el respeto al medio ambiente, etc. Para que una organización sea eficiente es necesario que todo el personal esté involucrado en la búsqueda de la rentabilidad. Para conseguirlo, hay que facilitar al personal claridad en las cuentas, “números” transparentes y cada persona tiene que saber cómo y cuánto afecta su trabajo en los resultados. Esto ayuda al empleado a convertirse en auténtico propietario y gestor de su “parcela”. En definitiva, la rentabilidad de las organizaciones no es un concepto sólo económico, sino integral y a largo plazo. Por último, conviene recordar que toda empresa y/o organización para ser concebida, entendida y gestionada como tal debe cumplir una serie de requisitos. A saber: debe satisfacer las necesidades de un mercado, debe incorporar recursos (económicos, tecnológicos, financieros, humanos, materiales, etc.) y organizarlos distribuyéndolos y retribuyéndolos de forma óptima, y, debe generar riqueza (en el sentido amplio del término, no sólo beneficios económicos, sino también ser eficiente y cumplir la misión para la que ha sido creada la organización). Una organización sanitaria puede y debe gestionarse como una organización eficiente o como una empresa ya que cumple los requisitos anteriormente mencionados. Esto es: una organización sanitaria siempre satisface las necesidades de un mercado, es decir, las necesidades de unas personas de referencia. En las organizaciones sanitarias se incorporan recursos de todo tipo y deben gestionarse y organizarse para obtener el mejor resultado posible y por último, una organización sanitaria genera riqueza en sentido amplio del término, siempre y cuando realice de forma eficiente la misión para la que ha sido creada, ya que de esta manera contribuye a la mejora de una colectividad y de su entorno. 2.- ¿POR QUÉ HUMANIZAR LA SANIDAD? Toda organización -y las sanitarias tambiénpersigue y busca los beneficios, la rentabilidad, la eficiencia, en definitiva, cumplir la misión para la que ha sido creada. Esta misión última y básica de cualquier organización no se puede conseguir sin la satisfacción de los clientes o usuarios. Por eso, para conseguir la satisfacción del cliente es necesario ofrecerle un producto y un servicio adecuado a las expectativas que éste espera recibir. Además, conviene recordar que el producto es muy similar en todas las organizaciones, pero realmente es el servicio el que va a diferenciar a las organizaciones. Servicio que es prestado u ofrecido por los empleados que trabajan en las empresas. Tales trabajadores deben manifestar una serie de características personales (motivación, comunicación, implicación, responsabilidad, madurez, etc.) para que el servicio que prestan a sus clientes sea realmente un valor diferencial. Es decir, si las Humanización de la Atención Sanitaria 116 personas que trabajan en una organización no son capaces de ofrecer un servicio diferenciador y que alcance la expectativa que el cliente tiene difícilmente podremos satisfacerle y, por tanto, lograr la misión de rentabilidad y eficiencia que la organización tiene planteada. Es a partir de la implementación de una gestión correcta de recursos humanos como podemos ser capaces de crear la cultura organizativa para la satisfacción de los propios empleados y, en este sentido, un empleado motivado e implicado estará en disposición de prestar un servicio “esmerado” aportando un valor añadido al trabajo y a cada tarea que desempeña. En los análisis de la situación sanitaria actual que últimamente se han efectuado, existen unos aspectos que caracterizan e influyen en la situación del sector sanitario. Estos son: • Elevado gasto sanitario. • Existencia de una conciencia social de necesidad de cambios. • Tendencia a aumentar los costes (nuevas tecnologías, más retribuciones, envejecimiento poblacional, etc.). • Tipo de financiación en evolución. • Falta de planificación estratégica en el sector. • Escaso nivel de satisfacción de los ciudadanos. • Desfase presupuestario. Ante estos elementos que definen y describen un panorama muy específico para el sector sanitario, es necesario seleccionar unos factores claves que permitan ayudar a mejorar la gestión de las organizaciones sanitarias. Entre tales factores, sugerimos los siguientes: • • • • • • • • Liderazgo de la dirección. Orientación hacia el cliente. Gestión de los recursos humanos. Adaptación a las nuevas situaciones Estilo de gestión participativa. Sistema de calidad. Gestión de la información. Recursos materiales. En la medida que las organizaciones sanitarias implementen todos estos factores, las organizaciones progresivamente irán mejorando y “haciéndose más humanas”. 3.- ¿QUÉ SE ENTIENDE POR GESTIÓN DE LAS PERSONAS? ¿QUÉ ES GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS? 3.1.- EVOLUCIÓN HISTÓRICA La función de personal comenzó siendo puramente administrativa en el sentido de llevar los registros y controles sobre el personal y de supervisar el cumplimiento de las normas establecidas. En una primera época, predominaba el trabajador de baja cualificación, recién incorporado al proceso productivo y el jefe de personal ocupaba una posición de bisagra entre la dirección y el personal y por su intermedio circulaban las consignas y directrices hacia bajo y subían las quejas y reclamaciones hacia arriba. Para regular la situación y lograr la equidad el responsable de personal dictaba reglamentos e instrucciones: Por ejemplo, normas sobre entradas y salidas del lugar de trabajo, sobre permisos y licencias, sobre disciplina interna, sobre clasificación profesional y salarios, etc. El jefe de personal y la empresa y las organizaciones, en general, no desempeñaban un papel activo propio de una economía dinámica y de una sociedad abierta. Eso vendría después. El nacimiento de la empresa y organizaciones complejas, trae consigo la evolución de la función en la Dirección de Recursos Humanos. La complejidad representa diversidad de cualificaciones, de niveles y grupos profesionales, de formas de trabajar y, por tanto, los esquemas tradicionales -trabajo bien delimitado, supervisión rutinaria, normas establecidas- dejan de ser válidos. Tanto la relación laboral como la gestión de personal se transforman profundamente. La relación laboral se liberaliza y privatiza y la negociación colectiva adquiere protagonismo. La gestión de personal se tecnifica. Se incorporan las técnicas de valoración de puestos de trabajo, de selección y de evaluación del personal, de formación profesional, los sistemas salariales evolucionan y aparecen los conflictos inherentes a la relación jefe-colaborador. La respuesta adoptada por la función de personal se concreta en las siguientes orientaciones: 1.- El jefe de personal deja de ser un elemento solitario y se crea el departamento de personal. 2.- Este departamento o unidad funcional reúne dos grupos de competencias: • Las necesarias para la administración de la relación laboral (derecho laboral y de la seguridad social, técnicas de negociación colectiva y para la resolución de conflictos). 11 • Las llamadas técnicas de “relaciones humanas”, procedentes principalmente de la psicología industrial (tests de selección, entrevistas y evaluaciones, escalas salariales, formación). Actualmente las organizaciones se encuentran inmersas en un mercado global. La consecuencia para las organizaciones es un ajuste permanente a las cambiantes condiciones externas. Por ello, ya no es suficiente con tener un personal capaz para la realización de un trabajo, con los conocimientos, habilidades y actitudes necesarias. Además es necesario tener un personal adaptable a nuevas situaciones profesionales y organizativas. De ahí que la Dirección de Recursos Humanos, manteniendo las funciones administrativas y técnicas anteriores, ha de incorporar a sus objetivos finales una nueva dimensión, la estratégica. Sólo el enfoque estratégico, la visión a largo plazo, la revisión permanente de la situación, la gestión con previsión, la integración y circularidad del sistema de dirección y gestión, puede facilitar la mejora de la capacidad organizativa. La función de recursos humanos se integra en la estructura de la organización y son los responsables directos quienes dirigen a su propio personal, con la ayuda en forma de prestación de servicios y de asesoramiento de la Dirección de Recursos Humanos. La Dirección de Recursos Humanos se incorpora al órgano de dirección porque los recursos humanos no son ya una variable de segundo orden sino el recurso básico de la organización. 3.2.- ELEMENTOS DE LA DIRECCIÓN/GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS (DRH) trabajo del profesional independiente o del artesano, es que es un trabajo organizado o social. Existe, en consecuencia, la persona o el trabajador en sí, el grupo específico en el que habitualmente se integra y el colectivo total. • Elemento funcional La DRH comprende todas las intervenciones directivas que tienen por fin la planificación, la adquisición, el mantenimiento y el desarrollo de los recursos humanos necesarios para cumplir el proyecto empresarial. Al utilizar la expresión “recursos humanos” no se quiere decir que se considere a la persona como un mero recurso y se le dé una consideración instrumental. Lo que se quiere indicar es que la empresa, y en particular la DRH, tiene que ocuparse de conseguir las aportaciones humanas que necesita. Por eso los recursos humanos no se identifican con la persona en su integridad sino con conocimientos, habilidades o experiencias, o conjunto de competencias, o con los talentos o capital humano con que las personas contribuyen. • Elemento temporal La DRH, a semejanza del resto de las funciones directivas, estudia los datos del pasado que recibe normalizados por medio de la administración de personal en forma de cifras contables, estadísticas, índices o ratios e incluso balances sociales, o que busca directamente por medio de investigaciones sociales materializadas en encuestas, entrevistas o análisis, los utiliza en sus intervenciones ejecutivas o de asesoramiento habituales y los proyecta hacia el futuro para deducir los desarrollos y tendencias que presentan. • Elemento personal Son sujetos activos o actores directos de la dirección de personas todos los que ocupan puestos con responsabilidades humanas, que normalmente se identifican con la estructura directiva o jerárquica de la organización. Y corresponde a la DRH el ejercicio de la función especializada, que desarrolla por sí misma, principalmente en lo que se refiere a la aplicación de los conocimientos y técnicas propios, y apoyando y asesorando al resto de la estructura directiva en la dirección permanente de las personas. También es necesario introducir otra base de datos, los procedentes del entorno empresarial u organizacional. La organización es un sistema abierto y el entorno se mueve, en ocasiones violenta y aceleradamente, y obliga a la adaptación permanente. A corto plazo y a simple vista todo parece en calma, pero todo cambia continuamente, a veces repentina e inesperadamente. La DRH necesita una visión amplia, que abarque un horizonte extenso y dilatado. Tan dilatado al menos como el que la empresa se plantee en su Plan Estratégico General. • Consideración del factor humano La DRH se dirige a la totalidad del colectivo humano, que al estar unido a la empresa por un vínculo de naturaleza laboral también se llama colectivo laboral. Dicho colectivo laboral no está compuesto de elementos o piezas sustituibles o intercambiables, sino de personas. A su vez la característica del trabajo en la empresa, a diferencia del La DRH considera a la persona en su dimensión laboral como un capital necesario. La empresa necesita que ese capital no se pierda, sino que se mantenga y que se revalorice. Al fin se ha reconocido que la diferencia específica de la empresa, o, en otros términos, su ventaja Humanización de la Atención Sanitaria 118 competitiva, reside en el capital humano. La prestación laboral es voluntaria, es un compromiso moral que se adquiere más allá de la formalidad del contrato y del alta en la empresa. La relación de la persona con la empresa, por tanto, comprende prestaciones materiales e inmateriales recíprocas, que deben satisfacer a la persona, eficiencia social, y a la empresa, eficiencia económica. 3.3.DIFERENCIAS ESENCIALES DIRECCIÓN CLÁSICA Y LA ACTUAL ENTRE LA La DRH se encuentra en una fase de cambio profundo: está afectada por el cambio organizativo general pero también, especialmente, por la importancia adquirida por los recursos humanos que son considerados hoy, prácticamente sin discusión, como la verdadera ventaja competitiva de la empresa. Se dice que las organizaciones de hoy deben disponer de capacidad organizativa o de capacidad adaptativa por medio de la flexibilidad y de la innovación. Pero en el fondo lo que se quiere decir es que debe disponer de un equipo, de unos talentos humanos organizados capaces de innovar, organizar, adaptarse, pues todas estas facultades son propias del recurso humano. De estos planteamientos provienen los tres tipos de cambios más perceptibles operados en el enfoque de la función: • Del corto al largo plazo, pues al ser el recurso humano el recurso estratégico por definición se convierte en elemento básico de la visión prospectiva de la organización. • De función especializada y aislada propia de expertos con saberes especializados a función general, parte esencial de la función directiva general, en la que por tanto debe de participar activamente toda la estructura. • Como corolario de lo anterior lo que resulta evidente es la revalorización del factor humano la necesidad de disponer de un “capital” humano o capital-confianza que permita alcanzar un “valor añadido” en el producto o en el servicio superior al de la competencia. Esta evolución ha tenido su reflejo en el cambio de denominación: de Administración a Gestión, o de Dirección de Personal a Dirección-Gestión de Recursos Humanos. 3.4.- DEFINICIÓN HUMANOS DE GESTIÓN DE RECURSOS Podemos definir la gestión moderna de recursos humanos como “las acciones que se diseñan de forma estratégica en la organización para actuar sobre las personas (recursos) con la finalidad de adaptarlas y adecuarlas a las exigencias del entorno y siendo estas capaces de aportar un valor añadido al trabajo que desempeñan”. En este sentido, se desprende de la definición y de la concepción moderna de la gestión de las personas en las organizaciones, que las personas no son lo más importante, sino que las personas son la propia organización. 3.5.- OBJETIVOS Y FUNCIONES DE LA GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS Respecto a los objetivos generales de la gestión de recursos humanos, el primordial o genérico es facilitar el rendimiento organizacional, para lo cual intentará mejorar la contribución de los recursos humanos a la organización en orden a hacerlas más eficaces. Este objetivo genérico conduce a unos objetivos específicos, que serían los siguientes: • Crear, mantener y desarrollar un contingente personal capaz y dispuesto a alcanzar los objetivos de la organización. • Generar unas condiciones en la organización que favorezcan la aplicación, desarrollo y satisfacción plena de los recursos humanos y el logro de sus objetivos individuales. • Alcanzar eficiencia y eficacia con el personal disponible. A su vez, estos objetivos generales los podríamos concretar en: • Optimizar el factor humanos de la empresa. • Asegurar en el tiempo la plantilla necesaria, cualitativa y cuantitativa. • Desarrollar, formar y promocionar al personal actual, de acuerdo con las necesidades futuras de la empresa. • Motivar el factor humano de la empresa. • Mejorar el clima laboral. • Contribuir a maximizar el beneficio de la empresa. En este sentido, la misión del departamento de Recursos Humanos en una organización sanitaria está encaminada a contribuir al logro de una organización eficaz, 11 adaptando la estructura a la estrategia y consiguiendo que los empleados sean competentes y estén involucrados en un objetivo común. Para ello, la empresa debe captar, seleccionar y retener personas cualificadas, desarrollar al máximo su potencial y recompensar adecuadamente su actuación. Por otra parte, en los departamentos de RRHH existen dos grandes funciones a desempeñar, a saber: la función de empleo y la función de personal: a) Función de empleo: Tiene como objetivo suministrar a la organización el personal necesario, tanto desde una perspectiva cuantitativa como cualitativa, de tal forma que sus actividades se ejecutan con el máximo grado posible de eficacia y eficiencia. Por tanto, la función de empleo aborda el estudio de la previsión de las necesidades de recursos humanos en la empresa. b) Función de personal: Una vez que el personal ha sido seleccionado e incorporado a la empresa el departamento de recursos humanos debe desarrollarlo y potenciarlo en la empresa, para obtener de éste su máximo potencial a través de la aplicación uniforme de una serie de criterios, políticas e instrumentos de gestión, que permitan contribuir al logro de la optimización de los recursos humanos y a su vez éstos a los de la organización. Por tanto, la función de personal se convierte en una función de gestión, donde aparece la planificación y la organización. 4.- LA GESTIÓN PREVISIONAL DE LOS RECURSOS HUMANOS (GPRH) EN LAS ORGANIZACIONES SANITARIAS 4.1. ORIGEN Y NECESIDAD En economía se define el corto plazo como aquel en que no cambian las condiciones básicas del mercado (tecnologías, gustos de los consumidores). Es un concepto funcional que no admite una cuantificación teórica general. La traslación de esta noción al campo de la DRH quiere decir que a corto plazo no cambian las condiciones cualitativas de la oferta y demanda de recursos humanos. La organización conserva inalterados sus productos y sus técnicas de fabricación, su estructura y funciones básicas y sus mercados. Luego la calidad de sus recursos humanos sigue siendo básicamente la misma y los sistemas y principios de organización y de gestión aplicables también son básicamente los mismos. La noción estática, tranquilizadora, de corto plazo esconde una falsedad profunda, ya que el cambio es la auténtica realidad y la continuidad es la apariencia. La dirección, sea cual sea el sector, el tamaño, la organización o la tecnología en que se desarrolle, tiene que tener presente la realidad del cambio y en consecuencia operar también a largo plazo. En este sentido, se denomina Gestión Previsional de Recursos Humanos (GPRH) a un enfoque de la actividad directiva orientado a convertir el cambio en una oportunidad para la organización. Existen dos tipos básicos de cambio: el cuantitativo y el cualitativo. La GPRH incluye a ambos. El cambio cuantitativo afecta a la dimensión, al tamaño de la organización o de algunas de sus partes y en consecuencia a la plantilla o número de personas necesarias; a él se refieren las técnicas de planificación de plantillas. El cambio cualitativo trae su causa básicamente de la complejidad e incertidumbre del entorno que obliga a la empresa a adquirir una capacidad de adaptación permanente, debido fundamentalmente a que: • La tecnología informática ha hecho posible la difusión de datos e información prácticamente en tiempo real y sin barreras. En la empresa entra y sale un río continuo de informaciones de imposible control que altera continuamente la situación y obliga a readaptar las orientaciones y decisiones organizacionales. • Los poderes de decisión ya no residen en las posiciones tradicionales que intervenían de acuerdo con unas reglas de juego predeterminadas y conocidas. • Está desapareciendo el concepto de centro de trabajo, al menos el concepto unitario y definido de centro de trabajo, por la externalización de actividades, la integración de proveedores y clientes en el proyecto empresarial y las nuevas formas de trabajo (teletrabajo, trabajo compartido, subcontratación, etc...). • La empresa y las organizaciones, en definitiva, han entrado en el “campo de turbulencias” en que se ha convertido el planeta y su globalización. Por eso no basta con la noción tradicional de planificación que opera básicamente con lo cuantitativo y con las hipótesis elegidas a partir del análisis de los flujos y de las tendencias históricas. Con la planificación se busca la optimización de la hipótesis elegida. La noción de gestión previsional actual no establece supuestos “fuertes”, trabaja con hipótesis “blandas”, con marcos de referencia abiertos, con la prospección de varios futuros no con la certidumbre Humanización de la Atención Sanitaria 120 del camino trazado. Por eso se caracteriza por su capacidad de corregir la previsión, de prevenir el cambio de rumbo y para ello se apoya en las personas, único valor sólido a largo, más que en los datos técnicos. 4.2. EL SISTEMA DE GPRH La GPRH no es sólo una actitud, sino que debe configurarse organizativamente y dotarse de medios para hacerse efectiva. Constituye un sistema abierto y flexible, sometido a influencias internas y externas y con un ciclo de retroalimentación permanente. Su origen, como se ha dicho, reside en la realidad del cambio permanente y en la necesidad de dirigir la empresa con visión estratégica. Su objeto es la optimización de las orientaciones y decisiones organizativas adaptándolas a las condiciones cambiantes y conciliando el corto y el largo plazo. Es, por tanto, una herramienta imprescindible para la DRH si ésta realmente quiere cumplir una función directiva y participar en el gobierno del cambio estratégico y no permanecer como guardián del pasado y del orden establecido y al margen de los nuevos tiempos. El sistema de GPRH está compuesto de varias fases: 1) Información para la gestión o antecendente necesario para el conocimiento de la realidad sobre la que hay que intervenir. 2) Análisis o estudio de la evolución cuantitativa y cualitativa y de las necesidades sustanciales (personas, competencias) y de los medios instrumentales (sistemas de reclutamiento, de movilidad, de formación, etc.) para la adaptación y el desarrollo. 3) Diagnóstico de necesidades-posibilidades (o problemas-oportunidades). 4) Fase central de toma de decisiones estratégicas o criterios y directrices a seguir a la vista de la situación. 5) Planes de acción o fase final y consecuencia de la anterior. 6) Fase de control, o de evaluación y corrección, que realimenta el sistema general. BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 12 BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 1. CISS. Manual para la Dirección de RRHH. Valencia: Ed. CISS, 1995. 2. Carazo JA. La gestión del cambio en el Hospital Clínico San Carlos. Capital humano 1997; 115, Octubre. 3. Drucker P. Reflexiones para un director. Ed. APD, 1977. 4. Ernst & Young. Manual del director de RRHH. Madrid: Ed. Cinco Días, 1998. 5. Galpin TJ. La cara humana del cambio. Ed. Díaz de Santos, 1998. 6. García Noya M, Hierro E, Jiménez JJ. Selección de personal: sistema integrado. Madrid: ESIC, 1997. 7. Louart P. Gestión de los recursos humanos. Barcelona: Gestión 2000, 1994. 8. Montaner y asociados. Manual del directivo eficaz. Barcelona: Gestión 2000, 1998. 9. Olleros M. El proceso de captación y selección de personal. Barcelona: Gestión 2000, 1997. 10.Rodríguez Porras JM. El factor humano en la empresa. Bilbao: Ed. Deusto, 1994. 11.Urcola JL. Dirigir personas en tiempos de cambio. Madrid: ESIC, 1998. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 122 13 12 13 GESTIÓN DE LA CULTURA INTERNA, CLAVE DEL PROCESO DE HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD Dr. Francisco Fernández Beltrán Dr. Eugenio Tejerina Botella Dra. Gloria Mengual González Dr. Rafael Peset Pérez Dra. Mercedes Casquero de la Cruz D. Pedro Hidalgo Caballero 1.- INTRODUCCIÓN El concepto de cultura dentro de las teorías de gestión empresarial ha venido cobrando fuerza de forma paulatina en los últimos años, en especial a partir de la década de los 90 del pasado siglo XX, hasta el punto de ser considerada por algunos autores como la forma de dirección más eficiente posible. No es que con anterioridad no hubiera cultura en las organizaciones. De diferente tipo y con distintos niveles de arraigo, pero siempre ha existido una cultura en las empresas y en las instituciones, como en cualquier otro sistema o subsistema social. Se trataba de una cultura propia, de una cultura interna, que en ocasiones estaba oculta, o bien simplemente se ignoraba en cuanto a las posibilidades que brinda su gestión para alcanzar los objetivos y metas de la organización. El auge último del concepto se debe, pues, a su descubrimiento por parte de los teóricos de la gestión, que han visto en la cultura una herramienta de gran calado para la dirección de todo tipo de empresas y también de instituciones, sobre todo de aquellas en las que el factor humano representa un papel fundamental, como son especialmente las del ámbito sanitario. Esta importancia básica, casi capital, que otorgan a la cultura las últimas concepciones del management está estrechamente vinculada a la nueva estructura cambiante y variable de las organizaciones, a su flexibilidad y a su funcionamiento descentralizado, hasta el punto que Doppler y Lauterburg aseguran que “En esta situación, ya no es la estructura externa la que puede proporcionar orientación y seguridad. En su lugar, aparecen, sobre todo, normas y valores transparentes y estables. Asumen la decisiva función de la ordenación. Proporcionan una identidad a la comunidad y crean el marco dentro del cual los individuos y los grupos se pueden organizar de forma muy independiente, sin perder de vista la dirección común de la marcha”. Ahora bien, ¿cuál es el significado último de este nuevo concepto, el de la cultura? Una cultura que en muchas ocasiones se apellida como cultura empresarial, organizacional o corporativa para diferenciarla de otros usos de este vocablo que se dan en ámbitos diferentes de la socialización humana. En realidad, la idea que se encuentra detrás de este concepto es similar a la que pervive en otro tipo de acepciones de la palabra, ligada a los usos y costumbres del espacio en el que tienen influencia, en este caso el de la organización. A este respecto, resulta interesante la definición clásica del concepto general de “cultura” que José A. Garmendia recoge de A. L. Kroeber y C. Kluckhohn, quienes, tras realizar un inventario de definiciones del término, que en 1952 eran ya más de 150, concluyeron que “la cultura consiste en pautas explícitas e implícitas -de conducta y para la conducta- adquirida y transmitida por símbolos... Su núcleo consta de ideas y especialmente sus correspondientes valores derivados y seleccionados históricamente. Puede considerarse producto y condicionante de la acción”. 2.- CULTURA, ORGANIZACIÓN Y TIPOS DE DIRECCIÓN A partir de esta acepción general del término, y de las diferentes aplicaciones particulares del mismo en el ámbito de las organizaciones, Garmendia nos ofrece una definición propia de cultura corporativa o institucional, según la cual puede entenderse como tal el “sistema de valores y símbolos de la organización, más o menos compartido, históricamente determinado y determinante, relacionado con el entorno”. De todas las definiciones de cultura empresarial o corporativa, sin duda la más comúnmente aceptada es la que nos ofrece E. H. Schein, para quien es equiparable a “un modelo de presunciones básicas, inventadas, descubiertas o desarrolladas por un grupo dado al ir aprendiendo a enfrentarse con sus problemas de adaptación externa e integración interna, que hayan ejercido la suficiente influencia como para ser consideradas válidas y, en consecuencia, ser enseñadas a los nuevos miembros como el modo correcto de percibir, pensar y sentir esos problemas”. De esta forma, vemos que la cultura marca el comportamiento y la identidad de la organización. De alguna manera, puede asimilarse a la personalidad en el caso del individuo, de ahí que tenga una importancia capital a la hora de gestionar todo tipo de empresas e instituciones. Esa importancia aún es mayor cuando tratamos con organizaciones en las que los recursos humanos son el eje de su actividad, ya que en estos casos Humanización de la Atención Sanitaria 124 la cultura actúa como el equivalente a una conciencia colectiva de ese grupo humano que en su desarrollo profesional se comporta como una unidad, como una individualidad surgida de la suma de otras de carácter más personal. De esta forma, la función básica de la cultura interna, según Doppler y Lauterburg, se centra en el control de la situación actual y de la futura. En opinión de ambos autores, “el objetivo final es la reducción de la complejidad: aclaran a todos los miembros de una asociación social lo que en esta organización se considera bueno y no bueno, lo que está permitido y no permitido (...) garantizan la orientación hacia dentro y la cohesión hacia fuera”. De todo lo expuesto anteriormente, resulta evidente que la cultura juega un papel fundamental en la gestión de las organizaciones. La cultura corporativa posibilitará un modelo de dirección u otro, así como la consecución o no de los objetivos marcados por la cúpula de la organización. Pero, como ya ha quedado de manifiesto en las definiciones precedentes, la cultura no es un elemento inamovible y estático: al mismo tiempo que condiciona el comportamiento de la organización, está sujeta a ser condicionada o variada por el entorno, ya se trate éste de interno o “endoentorno”, o externo o “exoentorno”, como apunta Sanz de la Tajada. Por este motivo, al igual que la cultura influye en la gestión, el sistema de dirección puede influir en la cultura, de manera que la intente variar para alcanzar el grado adecuado de alineamiento que más le favorezca. En este sentido, resultan interesantes las diferencias que Isabel de Salas establece entre los conceptos de “dirección” y de “mando” a la hora de gestionar una organización. Así, mientras el concepto de “mandar” queda suscrito a la mentalidad taylorista que concibe al hombre como mero ejecutor sin responsabilidad plena en sus tareas, la idea de “dirección” se asocia más a la concepción de las organizaciones modernas, en las que el papel más importante del gestor es el de guiar inteligencias y voluntades. Su función básica ha de ser la de integrar y encauzar las energías procedentes de esos elementos humanos que forman la empresa o institución. Y, para ello, como nos apunta esta autora, “el que dirige, siendo consciente de la cultura empresarial, debe transmitir los valores y su sentido, pudiendo entusiasmar a los demás”. Este planteamiento cobra especial importancia en los modelos de dirección estratégica, en los que la organización requiere un nuevo conjunto de normas y valores que sea asumido por todos los miembros para alcanzar el objetivo fijado. Como apunta Schein, “cuando una empresa asume una nueva orientación estratégica, no sólo se cuestiona las estructuras adecuadas, sino también la cultura adecuada”. 3.- LA GESTIÓN DE LA CULTURA INTERNA A la hora de llevar a cabo ese cambio cultural que posibilite un nuevo marco más adecuado para la nueva estrategia general, la comunicación tiene una función determinante, ya que, en sus diversas manifestaciones, es el principal vehículo de transmisión de la cultura, su principal y casi único modo en que se comparte entre los miembros de la organización, e incluso una de sus principales vías de generación. Para poder efectuar el cambio cultural es preciso conocer en primer lugar el tipo de cultura existente en el momento de partida y determinar aquel otro que resulte adecuado para la consecución de los objetivos de la organización. En el primer caso, como apunta Schein, se trata de “obtener una reconstrucción histórica de la forma en que el grupo haya resuelto sus principales problemas de adaptación externa y de integración interna, y de la clase de soluciones que hayan funcionado repetidamente hasta quedar asumidas”. Asimismo, este autor nos muestra como otras tres grandes fuentes de datos culturales: 1. La estructura empresarial o institucional. La forma en que se organiza una empresa o institución ofrece mucha luz sobre el tipo de cultura predominante en su interior, aunque también puede inducir a errores, ya que, como afirma el propio autor, “dos empresas con idénticas estructuras pueden poseer culturas totalmente distintas. Y dos culturas similares pueden desarrollar, al menos a corto plazo, estructuras distintas”. Esto se debe principalmente a que la deducción de la cultura a partir de una estructura existente no permite descubrir las presunciones subyacentes que en principio dieron lugar a esa estructura. 2. La información formal y el sistema de control. Los sistemas formales son sin duda un artefacto de la cultura y, por consiguiente, reflejan algo, aunque en ocasiones sea simplemente el hecho de que una subcultura está actuando en pugna con otra. Al igual que ocurre con el análisis de la cultura a partir de la estructura, “a menos que se examinen los orígenes históricos y las intenciones de los creadores de sistemas y procedimientos, no se podrá llegar a saber realmente cuáles son esas presunciones”. 12 3. Mitos, leyendas, anécdotas y estatutos. Para Schein, las anécdotas suelen comunicar los valores y creencias de los fundadores o de otros personajes centrales de la organización. La mayor parte de estos elementos simbólicos tienen principalmente un valor emocional, proporcionando a los miembros de la organización un motivo de orgullo, un sentido de pertenencia y algo con lo que identificarse. Identificada la cultura actual, queda por determinar aquella que se alinee mejor con los objetivos de la organización, decisión que requiere un profundo proceso de reflexión por parte de la alta dirección y que suele llevarse a cabo en el contexto de los procesos de planificación estratégica, en los que se determinan los conceptos de visión y misión, así como los principales valores corporativos que mejor pueden servir para el cumplimiento del objetivo estratégico. A este respecto, no cabe olvidar que el desarrollo de una cultura interna sólida y coherente con la estrategia contribuye a que todo el personal que trabaja en una organización comparta una visión de la misma, frente a visiones parciales y sesgadas, y que, por tanto, todo el personal se involucre en la consecución de las finalidades determinadas por la alta dirección. Para ello, se considera vital la presentación de una imagen de futuro que resulte convincente para todos los empleados que se habrá de diseñar previamente y comunicar de manera extensa. La relación que se establece entre la cultura corporativa y la comunicación, especialmente la interna, es tan estrecha que sólo puede calificarse como de constante influencia recíproca. Así, la cultura resulta un elemento determinante del funcionamiento de toda organización y, por tanto, también del tipo de comunicación que en la misma se da. Al mismo tiempo, y como ya hemos visto, la cultura de una organización está determinada históricamente, de forma que el conjunto de presunciones básicas, valores y artefactos y creaciones que la componen pueden variar a lo largo del tiempo, hasta el punto incluso de que se intente establecer ese cambio desde la alta dirección. La cultura se genera en el proceso en el que se comparte entre los diferentes miembros de la organización y la principal vía para ello es la comunicación. Para que una cultura sea eficaz ésta debe imbuirse en toda la organización, empaparla totalmente y ello sólo se consigue a través de una comunicación constante y extensa. Por todo ello, la vehiculización de la cultura corporativa alcanza el nivel de una de las funciones básicas de la comunicación, hasta el punto de que algunos autores, como Villafañe, consideran que la principal orientación de los programas de comunicación interna ha de ser, precisamente, “estar al servicio de la cultura corporativa”. En este sentido, cabe apuntar que si el papel que juega la comunicación interna con relación a la cultura es importante cuando se trata de reforzarla, o simplemente de conseguir que sea asimilada por los nuevos miembros, todavía lo es más en el momento en el que se tiene que desarrollar y fijar una nueva cultura en función de los objetivos estratégicos. Como apuntan Doppler y Lauterburg, ésta “se debe convertir en tema de conversación en la empresa, se debe vivir de forma consecuente por la alta dirección, requerida a todos los niveles, controlada de forma sistemática y reforzada mediante premio y sanción”. La transmisión de la cultura está en relación con los diferentes niveles de percepción que presenta y que, según Schein, son básicamente tres: presunciones básicas, valores y artefactos y creaciones. La comunicación interna actúa en todos los niveles, aunque, evidentemente, en los niveles más visibles su acción resulta más fácil y evidente, mientras que en los más preconscientes su labor es más a largo plazo y, por tanto, más compleja y menos perceptible. No obstante, en todos ellos la comunicación se convierte en un elemento fundamental para la vehiculización de la cultura, para su consolidación o cambio, según el caso. La complejidad del concepto de cultura interna en las organizaciones es tal que resulta prácticamente imposible contar con un catálogo de todos los tipos de cultura que pueden llegar a darse. No obstante, y a partir del análisis de la literatura existente sobre esta materia que realiza José A. Garmendia, se puede llegar a configurar un cuadro resumen que recogería, básicamente, seis tipologías básicas, en función de las propuestas por los diferentes autores, como se muestra en la tabla I. Humanización de la Atención Sanitaria 126 1. a. b. c. d. 2. a. b. c. 3. HARRISON R (1972) Orientación al poder. Cultura que valora la dominación (competitividad y autoritarismo). Orientación al rol. Se valora la legalidad y la burocracia. Orientación a la tarea. Se valora la buena ejecución del trabajo y los resultados. Tendencia a organizarse más por productos que por funciones o procesos. Orientación al personal. Se valora satisfacer las necesidades del personal y lograr su identificación con la organización. Estilo Z. HANDY CH (1976) Zeus. Orientada al poder, sobre todo en el interior. Apolo. Orientada al rol, al orden. Atenea. Orientada a la obtención de resultados. BEAL T y KENNEDY AA (1986) a. Cultura macho. Riesgo alto y respuesta rápida (policía, cirugía). b. Cultura de trabajo y juego duro. Bajo riesgo y rápida respuesta (industria de automóvil). c. Cultura de apuesta. Riesgo alto y respuesta lenta (fondos de inversión). d. Cultura de proceso. Riesgo bajo y respuesta lenta (Administración Pública). 4. GARCIA ECHEVARRIA (1988) a. b. c. d. e. f. g. Orientación Orientación Orientación Orientación Orientación Orientación Orientación al cliente. al personal. a los resultados y prestaciones. a la innovación. a los costes. a la empresa. a la tecnología. 5. VVAA a. Tipos Z (carácter vitalista) y A (más ocasional) del empleo, que da lugar a mayor identificación con lempresa, escaso turnover del personal, mayor socialización, mejor calidad del producto, sindicalismo de empresa, etc. 6. HOFSTEDE G (1990) a. b. c. d. e. f. Orientación a procesos versus orientación a resultados. Orientación al empleado versus orientación a tareas. Estilo parroquial / estilo profesional. Estilo sistema cerrado / estilo sistema abierto. Control laxo / control rígido. Estilo normativo / estilo pragmático. Tabla I. Tipologías de cultura compartida (Fuente: elaboración propia basada en ref. 9) Tomando en primer lugar la categorización que ofrece R. Harrison, vemos que la cultura del poder se caracteriza por la jerarquía y la centralización, por lo que en las organizaciones en las que predomine los sistemas de comunicación serán preferentemente verticales y con un alto nivel de comunicación descendente en cascada. En la cultura de la función, el eje de todas las relaciones es el organigrama, que determinará asimismo el modelo de comunicación interna. En la cultura de la tarea, se tiende a generar una estructura en red y es frecuente la formación de grupos ad hoc que se disuelven cuando la función por la que se crearon ha sido satisfecha. En este caso es más habitual que se desarrollen comunicaciones transversales, aunque limitadas al grupo concreto que desarrolla una tarea, así como relaciones ascendentes y descendentes fluidas. Por último, dentro de la tipología de Harrison, la cultura de la persona determina un tipo de organización que carece prácticamente de estructura y en la que se establecen sobre todo relaciones individuales entre el líder y sus colaboradores. Aquí, la comunicación es más anárquica y depende sobre todo de los contactos uno a uno que se establecen más allá de los de todos los miembros de la organización con el máximo responsable. Al igual que en el resto de las tipologías, la influencia de la cultura corporativa en el modelo vigente de comunicación interna dependerá, en cada caso, de la concepción que cada una ellas tenga de cuestiones como la estructura de la organización y la concentración de poder. Así, por ejemplo, en la tipología que nos ofrece Ch. Handy - y que es equiparable a la de Harrison -, la estructura que predomina en la cultura Zeus es extremadamente jerárquica y autoritaria. En este caso, la comunicación se reduce a su mínima expresión, ya que se entiende que la información es poder y éste debe estar concentrado. En las culturas Apolo y Atenea, por su parte, el sistema comunicativo se abre, al igual que la estructura de la organización, aunque sea mínimamente a efectos de los distintos tipos de funciones y tareas. La cultura Dionisios, al igual que la de la persona que plantea Harrison, permite abrir el proceso comunicativo a todos los miembros de la organización. En último extremo, la influencia de la cultura en la comunicación interna dependerá del grado de participación que favorezca entre los miembros de la organización. En aquellas culturas más participativas, la comunicación extenderá su ámbito de actuación por todos los rincones y establecerá conexiones de diferente tipo, mientras que en aquellas otras que preconicen una concentración de poder en una persona o en un pequeño grupo directivo, las relaciones comunicativas serán más escasas y ligadas a esa estructura de mando. 12 Por último, y sin intentar exponer un modelo de comunicación para cada ideal de cultura - en el sentido platónico del término -, por cuanto, al ser arquetipos, nunca se van a dar en sentido puro en la realidad, cabe señalar que, en la categorización entre tipos Z y A, se favorecerán más unas relaciones comunicativas fluidas y estables en el primer caso que en el segundo. Asimismo, en la cultura Z, y debido fundamentalmente a la mayor socialización que favorece el carácter vitalista del empleo, las relaciones comunicativas que se puedan establecer entre los miembros de la organización tenderán a ser siempre más ricas y fáciles de desarrollar. A este respecto, el Plan de Humanización de las organizaciones sanitarias que está llevando a cabo la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana se inserta totalmente dentro de los programas de gestión del cambio cultural. Requerirá, para su éxito, la implantación de una cultura interna adecuada a ese objetivo, una cultura que sitúe a la persona como centro de todos los procesos y actividades, una cultura que tenga siempre presente el carácter individual de los pacientes y de los trabajadores del sistema sanitario, una cultura, en definitiva, más humana, como se pretende que sean también esas organizaciones en las que ha de desarrollarse. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Albert L. La dirección de personal. Barcelona: Ed. Herder, 1991. 2.Albrecht K. La misión de la empresa: definir el espíritu, establecer los propósitos, fijar el rumbo. Barcelona: Paidós Ibérica, 1996. 3.Andreu A. La batalla de la comunicación interna. Harvard Deusto Business Review 1998; 82: 48-60. 4.Badet R. Nueva cultura empresarial. Diseño y sistema de información para la Dirección Empresarial. Barcelona: Alta Dirección, 1991. 5.Blanchard K, O’connor M. Dirección por valores. Barcelona: Gestión 2000, 1997. 6.Doppler K, Lauterburg Ch. Change management: cómo configurar el cambio en las empresas. Barcelona: Ariel, 1998. 7.García S, Dolan SL. La dirección por valores. Madrid: Mc Graw-Hill, 1994. 8.García Echevarría J, Pumpin empresarial. Madrid: Pirámide, 1983. C. Cultura 9.Garmendia JA. Desarrollo de la organización y cultura de empresa. Madrid: ESIC Editorial, 1990. 10.Geliner O. Estrategia y motivación. Barcelona: Ed. Civilización, 1989. 11.Martínez Jiménez F. ¿Cómo cambiar la cultura de la organización?. Madird: Alta Dirección, 1989. 12.Pita, A. La Comunicación en un proceso de fusión. Capital Humano 1991; septiembre. 13.Schein EH. La cultura empresarial y el liderazgo. Una visión dinámica. Barcelona: Plaza & Janés, 1998. 14.Stankiewicz F. Las estrategias de las empresas frente a los recursos humanos. El post-taylorismo. Buenos Aires: Ed. Humanitas, 1991. 15.Villafañe J. Imagen positiva. Gestión estratégica de la imagen de las empresas. Madrid: Ediciones Pirámide, 1993. 16.Villafañe J. La gestión profesional de la imagen corporativa. Madrid: Ed. Pirámide, 1999. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 128 14 12 14 LA AUDITORÍA DE CALIDAD ASISTENCIAL: EVALUACIÓN AL SERVICIO DE LA SANIDAD Dr. Juan José Moreno Murcia Dra. Amparo Flores Sarrión Dra. Mª Antonia Marco Artal Dr. Francisco Fernández Beltrán Dr. Luis Zapata Raboso Dr. Rafael Peset Pérez Toda organización que trate de implantar un Sistema de Calidad Total se enfrenta a una importante serie de retos y dificultades, la mayoría de ellas derivadas de la necesidad de introducir cambios que afectan más pronto o más tarde a un colectivo importante de personas y a toda la organización en general. En el ámbito sanitario, no sólo las instituciones sanitarias, ya sean públicas o privadas, y los pacientes, sino toda la sociedad se verá afectada y valorará dichos cambios ya que potencialmente, en cualquier momento pueden formar parte activa del proceso asistencial. Ello implica en este sector estratégico como es el sanitario, que la importancia de la implantación de sistemas de gestión de calidad total tiene una mayor repercusión que en otros sectores más “verticales” (si así podemos denominarlos en la medida que no afectan a toda la población sino a sectores parciales de ella). En general, las personas e instituciones tienen tendencia a rechazar o a tener prevención ante cualquier tipo de cambio, porque normalmente provocan cierta inestabilidad ya sea a nivel personal, profesional, a la dinámica que había venido siendo “habitual” en la organización y a cómo los ciudadanos (pacientes o no en ese momento) percibían el funcionamiento de dicha organización. Todavía es frecuente escuchar a ciertos ciudadanos decir un ambiguo, genérico y ya no precisamente correcto término “voy a la Seguridad Social a que me vea el médico”. El análisis de este tipo de afirmaciones permitiría extraer algunas conclusiones interesantes. Una de las primeras es que seguramente no ha habido todavía suficiente información que permita que el ciudadano esté al corriente de “esos cambios” organizativos que han sido, son y serán muy importantes. También es posible que existiendo la información, no hayan tenido acceso a los canales de información o simplemente los desconocen. Por todo lo anteriormente expuesto, resulta frecuente que aparezcan rechazos ante la aplicación de nuevos procedimientos y nomenclaturas, o bien que se produzcan aplicaciones tan sólo parciales o mixtas con las anteriores. Escribir sobre auditorías de calidad suele ser más sencillo que leer sobre ellas, ya que a menudo puede resultar un tema de árida lectura. Por otra parte, existe también una cierta creencia de que cualquier profesional está capacitado para realizarlas sin tener experiencia ni formación específica al respecto. Al otro lado de la mesa, los auditados en no pocas ocasiones opinan que son un pérdida de tiempo, dinero y recursos que no aportan realmente casi nada al buen funcionamiento de una organización. No obstante, el panorama general ha ido evolucionado poco a poco hacia posiciones bastante más optimistas al respecto. Si los auditores son expertos y no se consideran los salvadores de la organización que auditan y los profesionales que trabajan en ella colaboran de forma efectiva con ellos, ambas partes podrán aprender mucho conjuntamente. Las auditorías no son una función nueva en la organización y dirección de empresas; sin embargo resulta casi imposible restarles esa connotación de espionaje periódico de la actividad laboral. Así pues, los directivos no deberían extrañarse cuando al anunciar a sus colaboradores una próxima auditoría no sea acogida con el mejor de los ánimos. Sólamente en el caso de que hayamos tenido experiencias anteriores bien gestionadas y correctamente realizadas, lograremos tranquilizar a las personas o departamentos auditados en relación al sentido, objetivos y las enormes ventajas comparativas que pueden obtenerse con ellas. Por ello el papel que desempeñan las auditorías puede ser decisivo en un proceso de aplicación y de implantación de un Sistema de Gestión de Calidad Total basado en la Mejora Continua. Con este enfoque de cultura organizativa, los órganos directivos de las instituciones sanitarias pueden conocer y evaluar el grado de aplicación de cada nuevo Proceso del Sistema de Calidad, fomentando y poniendo en práctica medidas correctoras, a modo de ajustes, si tras la evaluación se comprueba que ello es necesario. Adicional y complementariamente las denominadas auditorías internas de calidad pueden convertirse en un importante instrumento formativo para el propio personal de la Institución. A través de ellas el auditor interno, debidamente seleccionado, puede coadyuvar a la institución a la que audita y a la que pertenece, a implantar determinados procesos o aplicaciones concretas que se muestran necesarias. En general se entiende por evaluación un proceso que permite analizar de forma sistemática la capacidad de una organización para cumplir con los requisitos previamente especificados. Por su parte, las auditorias Humanización de la Atención Sanitaria 130 suponen una metodología concreta de evaluación de calidad. Consisten en exámenes, siguiendo una metodología y gozando de independencia, que se llevan a la práctica para averiguar si el conjunto de las actividades y los resultados relativos obtenidos en la prestación de un servicio cumplen con los estándares y disposiciones previamente establecidos sobre calidad. Y si estas disposiciones se encuentran implantadas de forma efectiva en una organización y son adecuadas para alcanzar los objetivos marcados. Las auditorías de calidad se llevan a cabo por personas que no tienen responsabilidad directa en las áreas que auditan. Ello garantiza precisamente la independencia del correcto desempeño de su trabajo. Los auditores trabajan conjuntamente al personal de la propia organización evaluada. Genéricamente las auditorías de la calidad pueden realizarse con un objetivo interno o externo por lo que éstas se denominan internas o externas, respectivamente. Las de tipo interno suelen realizarse a instancias de la dirección para comprobar si las actividades y los resultados derivados de éstas, cumplen con las disposiciones definidas al efecto. Por otra parte, las auditorías externas son evaluaciones realizadas en una organización a instancias de una segunda o tercera parte. Por segunda parte se entienden las que realizan los clientes a sus suministradores de productos o servicios. Cuando nos referimos a una auditoría de la calidad por tercera parte nos estamos refiriendo a aquella llevada a cabo por una organización independiente. Esta última opción, asegura el cumplimiento de los requisitos contenidos en las normas que se han seguido para la evaluación. Este método de evaluación es utilizado para otorgar el reconocimiento formal en la Acreditación y en la Certificación. Donabedian se acerca al concepto de calidad asistencial desde una perspectiva de la ponderación y combinación de todos los recursos disponibles para conseguir que el paciente pueda obtener el mayor beneficio para su salud con el menor riesgo. Las auditorías de calidad asistencial suponen un método importante en la evaluación de la garantía de la calidad sanitaria. Son un proceso o conjunto de procesos con componentes científico-técnicos y de gestión. Uno de sus principales objetivos es evaluar la calidad en la prestación de los servicios de salud, así como las repercusiones (calidad percibida) que su utilización tiene en la sociedad, en los clientes internos (profesionales sanitarios) y en los proveedores de servicios y productos. Abarcan, pues, una gran amplitud de referencia científica, profesional y social. Las auditorías de calidad asistencial en la actualidad son una necesidad creciente por parte tanto de los pacientes, como de los ciudadanos en general, de los propios profesionales de la salud y de las distintas administraciones públicas sanitarias, a través de sus diferentes departamentos específicos. Aunque definiciones de Calidad existen muchas y casi todas ellas aceptables, aquí pondremos énfasis especial en dos que son complementarias: Por una parte, por calidad entenderemos el grado de satisfacción que ofrecen las características de un servicio o producto con relación a las expectativas del cliente y/o consumidor. Por otra parte, el grado de adecuación de un determinado servicio o producto a las necesidades reales del cliente o usuario, a ciertos estándares científicos y tecnológicos que se encuentran expresamente reflejados en normativas concretas. El concepto de calidad aplicado a la atención médica no es un concepto nuevo. La preocupación por una óptima asistencia sanitaria, buscando siempre lo mejor para el paciente, es históricamente tan antigua como el propio ejercicio médico. El conocimiento de las expectativas de los pacientes y su incorporación a la oferta de servicios asistenciales resulta la mejor forma de que éstos queden satisfechos. Por ello, debemos obtener información eficaz sobre si conocemos lo que el paciente espera de la asistencia sanitaria, si sus expectativas son menores, semejantes o inferiores con referencia a los servicios sanitarios que recibe o si contamos con indicadores válidos y fiables para averiguar si se avanza en la mejora de las satisfacciones asistenciales. El concepto de calidad ha ido evolucionando a lo largo de los años y paralelamente de igual modo lo ha hecho el control de la misma. Uno y otro provienen del ámbito de la industria y posteriormente se han ido implantando, conforme se ha ido constatando que era una metodología de gestión eficaz y eficiente, a otros muchos sectores laborales. Hasta los años sesenta la casi totalidad del control de la calidad se dedicaba a inspeccionar el resultado final de un producto o servicio. Aproximadamente una década más tarde se llegó a la conclusión que lo anterior resultaba insuficiente ya que un buen servicio o producto final no garantizaba necesariamente que éste fuese de calidad para sus clientes. Entonces se focalizó la atención del control de la calidad en los procesos. Ello garantizaba mayor fiabilidad en la calidad y el objetivo se fue retrotrayendo hacia los orígenes del servicio o producto al ser diseñado o pensado. Así se potenció la calidad del diseño del proceso que hacía realidad el servicio prestado o producto sin olvidar ni descuidar la presentación final de éstos. En la última década del siglo XX los controles de calidad (que pasaron a cambiar su denominación, suavizándola semánticamente, por la de aseguramiento de la calidad) pasaron a centrarse en lo que actualmente es el pilar central de sus actuaciones: la asunción e implantación de la filosofía de la Gestión de Calidad Total. El elemento 13 diferenciador de ésta última etapa es que, sin descuidar los logros alcanzados en fases anteriores, lo importante pasa a ser la mejora continua del servicio o producto a través, fundamentalmente, de las personas y de las relaciones humanas que se producen en toda organización. Las auditorías de calidad son una función dirigida a todas las actividades y procesos de la Gestión de Calidad Total de una organización. Las auditorías de calidad asistencial son una forma de aquellas y son, como todas las auditorías en general, un instrumento más a disposición de la propia organización para evaluar la calidad del servicio que se presta. Son un tipo de inspecciones que gozan de independencia, uno de cuyos objetivos principales es comparar la calidad de la asistencia prestada con lo establecido en la normativa vigente y previamente establecida. Al decir independientes se quiere incidir, como ya se ha apuntado antes, en que los encargados de realizarlas no son los responsables de la calidad del departamento auditado. Esta independencia es completamente necesaria para poder llevar a cabo su trabajo de forma correcta, equitativa e imparcial. En todo caso, las auditorías son un instrumento importante para la garantía o el aseguramiento de la calidad. La dirección analiza los resultados obtenidos y las sugerencias reflejadas, poniendo en marcha, si así lo aconsejan las circunstancias halladas, medidas correctoras y un sistema de control que garantice el cumplimiento de éstas. Una reflexión acerca de la forma en que se está configurando la sanidad en la sociedad actual muestra que el contacto directo con el paciente y la satisfacción adecuada de sus necesidades conforman uno de los pilares básicos del entorno sanitario conjuntamente con otro que corre paralelamente y que converge con éste: la utilización de las nuevas tecnologías de la información en sanidad. Así pues, estamos, posiblemente ante un doble reto: mantener y potenciar una sanidad cada vez mejor con más medios tecnológicos para los profesionales sanitarios y los ciudadanos que son los usuarios de los servicios (el uso de internet y de algunas intranets es bidireccional y, por lo tanto, puede ser utilizado tanto por unos como por otros) aumentando a la vez el grado de humanización y de la calidad de la asistencia. En el ámbito sanitario se utilizan distintas denominaciones para identificar lo que en otro tipo de relaciones organizacionales se denomina, sin confusiones, cliente. En ámbitos relacionados con la salud se suelen emplear más comúnmente otras expresiones como paciente, usuario, asegurado, enfermo, beneficiario, etc. En términos generales el uso más frecuente es seguramente el de paciente. Este concepto denota a una persona que recibe algún tipo de asistencia sanitaria o tratamiento médico. Sin embargo, en bastantes ocasiones no resultaría fácil diferenciarlo del concepto de enfermo que sería aquella persona aquejada de una enfermedad. Un paciente no siempre es un enfermo. Se puede y se acude a un centro asistencial con fines de diversa índole como los de educación para la salud o el seguimiento de un proceso natural como es el embarazo, la pubertad o la menopausia. Además, lo que se entiende por cliente en marketing o en gestión empresarial sería alguien que acude a cualquier de tipo de profesional, especialista u organización para obtener un servicio o asesoramiento. Esta relación es usualmente remunerada. Al respecto dentro y fuera del sector sanitario hay muchas personas y colectivos que opinan que el paciente es un tipo especial de cliente tal y como, de forma análoga, un pasajero sería un cliente en el ámbito del transporte. Entre otras razones, porque no siempre resulta fácil ni sencillo e incluso apropiado adoptar y trasladar, sin más, la terminología del mundo empresarial e industrial a un ámbito tan complejo y específico como el de la salud. En lo que sí existe un consenso muy importante es en el reconocimiento cada vez mayor de que los pacientes tienen los mismos derechos que el mejor cliente y, que en definitiva, son una variante con todas las acepciones de éste. Algunos foros de salud han hecho un hincapié notorio en cuestiones semánticas (que no son cuestiones banales ni neutrales) pero han orillado el auténtico enfoque hacia la Mejora Continua y la Gestión de la Calidad Total de una institución u organismo. En todo caso, teniendo siempre en cuenta el contexto en el que se utilice y que el lenguaje no resulta casi nunca aséptico porque tiene connotaciones subjetivas, aquí en éstas páginas aludiremos como sinónimos a cualquiera de éstos términos, entendidos siempre en la acepción más positiva y respetuosa de todos ellos. La calidad sanitaria se ha convertido en un pilar estratégico en que se basa la evolución y mejora continua de los sistemas sanitarios modernos. Su estudio sistemático y riguroso supone un enfoque de análisis asistencial de primer orden y tiene generalmente significados distintos para los pacientes, los profesionales y los gestores. La calidad de los servicios de salud en todos sus ámbitos de actuación es uno de los resultados más relevantes para la evaluación de las políticas sanitarias en la actualidad. Los profesionales son los primeros clientes, los clientes internos, de las propias instituciones y aportan habitualmente una perspectiva individual de la calidad a su práctica clínica. También los pacientes tienen su propio enfoque particular. La calidad asistencial se define por un conjunto de procesos, interrelaciones y opiniones de la comunidad científica, de los profesionales, de los pacientes y de la propia sociedad. No hay que olvidar que los ciudadanos tienen unas expectativas más o menos concretas acerca de cómo debe ser la calidad asistencial Humanización de la Atención Sanitaria 132 fruto de su propia experiencia, de la información que hayan podido obtener de los medios de comunicación, a través de familiares, vecinos u otras, de los propios profesionales sanitarios o incluso del tipo de comunicación que haya establecido el Sistema Nacional de Salud o los Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas que tienen competencias sobre Sanidad. Un objetivo primordial (si no la primera meta a conseguir) es el de trabajar siempre con un espíritu de Mejora Continua. La Excelencia (término anglosajón que se tradujo literalmente y que se ha incorporado así de forma habitual cuando se habla de calidad) necesita permanentemente que ese espíritu de mejora continua alcance todas las actividades sanitarias y asistenciales de las organizaciones para así disminuir las deficiencias e ir dejando progresivamente de realizar aquellas actuaciones que verdaderamente no aporten un valor añadido a la prestación de los servicios. El concepto de Mejora Continua es un término que Europa importó de Japón y Estados Unidos en donde el paradigma de la Gestión de la Calidad tuvo sus orígenes con los parámetros actuales. Surgió para potenciar la competitividad de los objetivos, recursos y metas industriales y se reveló como uno de los ejes fundamentales. El éxito obtenido fue uno de los principales avales para que ésta metodología de gestión tuviera un amplio un amplio eco unos años más tarde en muchos otros países. Utiliza como base de trabajo un esquema que se conoce como ciclo PDCA - Plan-Do-Ckeck-Act - (planificar, realizar, comprobar, actuar). Los ciclos PDCA también se denominan en ocasiones círculos de control. El ciclo PDCA es en realidad una adaptación norteamericana de las teorías y técnicas de Deming. Se fundamenta en que cualquier proceso de fabricación o empresarial es susceptible siempre de mejora. En el sector sanitario es implementado por primera vez en 1980 por la Hospital Corporation of America para la mejora de la calidad de sus centros. Dos años después todos los centros hospitalarios de prestigio de EEUU contaban con departamentos específicos de calidad. Actualmente no se concibe allí un centro asistencial verdaderamente moderno y eficaz sin un departamento propio de calidad. Estos departamentos suelen trabajar muchas veces contando con la ayuda metodológica de los PDCA. En donde “P” implica a la dirección para que sea la responsable de la planificación de la mejora continua. “D” se refiere a que los profesionales sanitarios trabajan aplicando los métodos e instrumentos de gestión de calidad. “C” implica que la dirección es en colaboración con inspectores y auditores los estamentos encargados de evaluar los resultados obtenidos a través de comprobaciones y auditorías de calidad. Y, finalmente, en donde “A” significa que la dirección realiza ajustes si son necesarios y estandarizada los procesos que han demostrado ser eficaces. Acto seguido, de inmediato, comienza de nuevo el ciclo, intentando mejorar los estándares ya logrados. Se establecen nuevos objetivos más ambiciosos y se repite todo el ciclo partiendo de nuevo de la fase “P” (planificar). Los diferentes sistemas de salud buscan cada vez más que todos sus recursos pero especialmente el dinero de los contribuyentes (todos ellos potenciales pacientes o usuarios) esté plenamente justificado. Para ello necesitan establecer estándares mínimos que aseguren la calidad asistencial a través, entre otros instrumentos de evaluación, de las auditorías. En el proceso de mejora de la calidad resulta esencial obtener información y disponer de datos estadísticos que demuestren el rendimiento o los resultados de los procesos asistenciales. Las auditorías de calidad asistencial deben ser tanto intradepartamentales como interdepartamentales. Se deben identificar los procesos que realmente son importantes para la satisfacción de las necesidades de los pacientes; una vez hallados estos procesos son considerados como áreas o procesos críticos ya que inciden directamente en la calidad de la prestación de los servicios. Si estos procesos afectan a más de un departamento resulta evidente que deben ser analizados por representantes de todos ellos. Generalmente siempre se pueden simplificar y reducir sus costes sin detrimento de su calidad. Partiendo en todo momento de la premisa que los problemas residen en los procesos y no en las personas. La cultura de mejora continua y las auditorías de calidad asistencial no sólo evalúan un proceso sanitario o el trabajo de un servicio; deben enfocarse para que sean un análisis riguroso de los procedimientos y de las tecnologías utilizadas con el fin de mejorar la planificación estratégica. En la línea de esa mejora continua de la calidad sanitaria, especialmente desde hace aproximadamente una década se está trabajando de forma decidida por parte de las administraciones e instituciones sanitarias, tanto en la evaluación de los resultados de la calidad asistencial, como en el análisis y racionalización del gasto. Se trata de promover una serie de medidas para su contención, sin detrimento de las metas a conseguir y además mejorar los resultados. A todo ello hay que añadir el creciente reconocimiento del papel del los pacientes y ciudadanos en general como sujetos activos en las relaciones con administraciones, instituciones y profesionales sanitarios. Su opinión en cuanto a la atención a recibir y los objetivos conseguidos tiende cada vez más a ser buscada, encuestada, respetada y tenida en consideración. A comienzo de la pasada década las auditorías de calidad 13 comenzaron a instaurarse como práctica habitual y se han potenciado enormemente en los últimos cinco años. En la evaluación de la calidad se pueden distinguir dos grandes apartados: por una parte, las Metodologías de la Evaluación de Sistemas de Calidad que comprenden las Inspecciones, las Auditorías de la Calidad Sanitaria y la Autoevaluación; y por otro, los Sistemas de Autorización, Acreditación y Certificación. En ambos aspectos se puede trabajar simultáneamente y resultan complementarios. de benchmarking). Las auditorías de calidad asistencial conforman a su vez un conjunto de procesos dentro de la estructura del Sistema de Gestión de Calidad Total de cualquier organización sanitaria moderna. El objetivo de la Excelencia a través de Sistemas de Gestión de la Calidad y la filosofía de la Mejora Continua está en continuo cambio, intentando adaptarse y cumplir lo mejor posible con las expectativas de todos los sectores implicados, que son muchos, en el ámbito de la Salud. En la actualidad, las instituciones sanitarias públicas (y también las privadas) tienen la responsabilidad de aplicar mecanismos de control y evaluación durante todo el proceso de calidad asistencial. Las auditorías para la evaluación y mejora continua de la calidad asistencial son instrumentos que gestores, administraciones públicas y políticos tienen a su disposición para una valoración sistemática y metódica de los servicios sanitarios. Es una forma de análisis de la calidad que puede poner en marcha el estamento directivo entre otros grandes objetivos para medir y evaluar la efectividad de otro tipo de valoraciones. Las auditorías de la calidad asistencial permiten, además, la comparación entre la calidad percibida y la considerada como deseable de acuerdo con los criterios científicotécnicos y administrativos, de gestión e incluso políticos. Estos criterios están previamente especificados generalmente en un marco relativamente amplio normativo que debería ser lo suficientemente flexible para incorporar con rapidez, una vez que hayan sido detectadas, las nuevas expectativas que los pacientes van adquiriendo en cada momento histórico. Las auditorías de calidad asistencial potencian además tres tipos diferentes de procesos: identificar las oportunidades de mejora que se hayan detectado, colaborar en la elaboración de indicadores de calidad fiables y, por último, contribuir al diseño de nuevos servicios o la reelaboración de algunos de éstos, en función de las áreas de mejora detectadas. Las auditorías de calidad asistencial comparten con todo tipo de auditorías, elementos o características principales: forman parte de una programación de gestión conocida con antelación y tanto los resultados como las recomendaciones que se obtienen se ponen en común con los profesionales sanitarios antes de ser elevados a la dirección para su análisis. La evaluación de la calidad asistencial aporta información muy importante para la mejora continua de los procesos sanitarios. Generalmente, el impacto de los resultados en la sociedad no se pueden valorar directamente, sino que se utilizan instrumentos como las encuestas de evaluación de la satisfacción u otros relacionados con la evaluación de la calidad percibida de la atención sanitaria. Los cuestionarios, permiten efectuar inferencias estadísticas sobre la calidad de los procesos asistenciales o la estructura de la asistencia sanitaria. Por ello podemos indicar que la medición es una de los primeros pasos en la evaluación de la calidad asistencial. Existen cuatro grandes aspectos que valoran las auditorías de calidad asistencial sobre el servicio prestado: aspectos identificativos, cuantitativos, evaluativos y comparativos (estos últimos estarían en estrecha relación con las técnicas La calidad asistencial se puede evaluar mediante auditorías específicas: la médica, la del personal sanitario y la del personal auxiliar. Complementariamente resulta muy conveniente analizar también, en paralelo, los procesos de los ámbitos financiero y de gestión general de las organizaciones sanitarias, obteniendo así un análisis global de todo el conjunto auditado. Las auditorías benefician tanto a las administraciones e instituciones implicadas como a los profesionales sanitarios que trabajan en ellas. Conllevan una serie de principios que pueden resumirse en los siguientes aspectos: - Potenciar la responsabilidad de los profesionales sanitarios, de los directivos y de las administraciones públicas referentes a la calidad de la atención asistencial. - Potenciar que todo tipo de centros sanitarios puedan acogerse a una programación periódica de auditorías en las que esté representado y participe todo el personal, sanitario o no. - Sus resultados deben aportar un valor añadido al funcionamiento habitual. En otras palabras, que sean relevantes y sean objetivamente sensibles a las verdaderas necesidades que en cada momento manifieste la sociedad. La calidad no es un concepto absoluto sino que posee múltiples acepciones, todas seguramente válidas que siempre tienen en común la interrelación entre cliente y proveedor. Por calidad asistencial podemos entender genéricamente el grado de desarrollo que resulte operativo y garantice la consecución de los mayores beneficios para los pacientes, con el menor riesgo posible, teniendo en consideración los recursos disponibles y su grado de complejidad, acuerdo con unos valores éticos que sean Humanización de la Atención Sanitaria 134 plenamente aceptados por la sociedad. Si consideramos como principales características de la calidad asistencial la accesibilidad de los usuarios a los servicios que requieran, y la seguridad de que se utilizan los mejores recursos tecnológicos puestos a disposición de profesionales cualificados y altamente preparados, adicionalmente podemos citar otros atributos importantes que conformarían la calidad asistencial, como son: la eficacia, la eficiencia, la atención humanizada y la satisfacción de los pacientes con la atención recibida. Las auditorías de calidad asistencial evalúan periódica y sistemáticamente la calidad de la atención sanitaria enfocada principalmente hacia los procesos y los resultados y tienen como objetivo primordial la mejora de la calidad de la asistencia sanitaria. Las auditorías de calidad asistencial suelen centrase en una valoración del trabajo profesional y de la atención prestada a los pacientes. Una de las características principales de la calidad asistencial es que debe contar con buenos profesionales y adecuados recursos para poder atender la enorme variedad de problemas de salud que puedan presentarse, condición esta que de no cumplirse incide de inmediato en las quejas que los ciudadanos realizan. Para optimizar el análisis sanitario éstas abordan dos grandes aspectos: los procesos (en otras palabras qué procedimientos y recursos humanos intervienen e interactúan durante el diagnóstico y tratamiento de los pacientes) y los resultados (como se encuentra o ha evolucionado un paciente como consecuencia de un tratamiento específico administrado). El objetivo general es la evaluación y el aseguramiento que los pacientes han sido atendidos conforme a unos criterios, que están previamente fijados como buenos, pero que son siempre susceptibles de ser revisados y mejorados para aumentar su eficacia en beneficio tanto de los clientes internos (profesionales sanitarios) como de los clientes externos (pacientes, usuarios y sociedad en general). El interés por la calidad de la asistencia sanitaria supone una preocupación constante de todos los actores que intervienen en el proceso sanitario (consumidores, pacientes, profesionales, gestores o políticos), y ello por muy diversas razones (éticas, científicas, sociales, económicas, de efectividad de los procesos diagnósticos, terapéuticos, etc.). Esta es, posiblemente, una de las explicaciones por las que no siempre coinciden los puntos de vista sobre las cualidades de una buena calidad asistencial. Esto no representa necesariamente una contradicción, sino que muchas veces se trata de visiones legítimamente distintas acerca de qué es la calidad de la asistencia sanitaria. Todas ellas tienen cabida al gestionar una organización siguiendo los principios de la Calidad Total. La finalidad última de las todas las auditorías de calidad asistencial que forman parte de un conjunto de medidas de evaluación más amplias de un Sistema de Gestión de Calidad Total en todas las Organizaciones Sanitarias está orientado al bienestar del paciente. La satisfacción de éste es uno de los indicadores de calidad asistencial más importante. Aunque hay que reconocer que no resulta un parámetro sencillo de cuantificar ni siempre objetivo. No obstante, y contando con éstas y otras posibles dificultades que puedan añadirse en un proceso sistemático de evaluación, como son las auditorías de la calidad asistencial, existen factores que es necesario fomentar o reformular porque influyen positivamente en el bienestar del paciente: un adecuado entorno ambiental, la capacidad de transmitir la sensación de importancia que el paciente tiene en el proceso asistencial, que se sienta siempre bien y adecuadamente informado, que experimente seguridad y confianza en las instituciones y en los profesionales sanitarios que le atienden. En síntesis, como ya apuntó Donabedian, que perciban que están recibiendo una asistencia sanitaria, eficaz, eficiente y óptima. Es conocida aquella frase que afirma que lo que no se evalúa no se gestiona. Aunque se ha avanzado mucho al respecto, aún no tenemos interiorizada una cultura de la evaluación. Evaluar es, en alguna medida, medir y eso es tanto un proceso como una filosofía institucional. La evaluación y medición asistenciales suponen procesos que tiene una doble dirección: primero hacen referencia directa al nivel de desempeño profesional alcanzado y segundo, conllevan una autovaloración más de carácter personal, propia de la aceptación de asumir como propia la cultura de la evaluación de la organización en la que estamos trabajando. En resumen, se trata de dar respuesta a preguntas de la importancia de: ¿Qué estamos haciendo en la actualidad? ¿Cómo lo estamos haciendo? ¿Qué nos impide hacerlo mejor? ¿Qué cambios habría que introducir para mejorar la calidad asistencial? ¿ Qué hemos aprendido?. La calidad asistencial implica una estrecha interacción entre los pacientes y los profesionales sanitarios. Conviene tener en consideración las expectativas con las que acuden a esa relación unos y otros. Instituciones, administraciones y otros organismos deben actuar no como protagonistas principales sino como catalizadores para que cualquier tipo de progreso sanitario (científico, profesional, tecnológico, de sistemas de gestión, etc.) sirva para humanizar cada vez más un ámbito tan esencial para los seres humanos como es el de la salud, que fue creado, ante todo, por y para el bienestar de estos. 13 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1. Asociación Española para la Normalización y la Certificación AENOR. Principios de la gestión de la calidad y recomendaciones para su aplicación. Madrid, 1999. 2. Antoñazas A, Magallón R. Medición de la calidad: criterios, normas estándares, requisitos, indicadores. En: Saturno PJ, Gascón JJ, Parra P. Calidad asistencial en atención primaria. Madrid: Du Pont Pharma, 1997. 3. Aranaz J. La calidad asistencial: una necesidad en la práctica clínica. En: Matías-Guíu J, Laínez JM. Gestión Sanitaria y asistencia neurológica. JR Prous Ediciones, 1994. 4. Asenjo MA. Las claves de la gestión hospitalaria. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 1999. 5. Balbastre F. La autoevaluación de la gestión de calidad: Análisis de su aportación a la dirección estratégica. Madrid: Club de Gestión de Calidad., 1998. 6. Blanchard K, O’Connor M. Dirección por valores. Barcelona: Ediciones Gestión 2000, 1998. 7. Deming E. Quality, productivity and competitive position. Massachusetts: MIT, 1982. 8. Donabedian A.:La calidad de la asistencia. ¿Cómo podría ser evaluada?. JANO 1989; 864: 103-110. 9. Elordoy JM. Manual de la excelencia. León: Ed. Everest, 1998. 10.EFQM: New EFQM Model Draft I Testing. Bruselas, 1998. 11.European Foundation for Quality Management (EFQM). Autoevaluación. Directrices para el Sector Público: Salud. Madrid: Club de Gestión de Calidad, 1995. 12.European Foundation Quality Management: Modelo EFQM de Excelencia.. Madrid: Club de Gestión de Calidad, 1999. 13.Galloway D. Mejora continua de procesos. Barcelona: Ed. Díaz de Santos, 1998. 14.Hayes B.E. Como medir la satisfacción del cliente. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 1995. 15.Insalud: Plan de calidad total del Insalud. Madrid: Instituto Nacional de la Salud, 2000. 16.Johnson G, Scholes K. Dirección estratégica. 5ª edición castellana. Madrid: Prentice Hall. Pearson Educación, S.A., 2001. 17.Juran JM. Juran y la planificación para la calidad. Segunda impresión. Madrid: Ediciones Díaz de Santos, 1990. 18.Lamata F., Conde J, Martínez B, Horno M. Marketing sanitario. Madrid: Ed. Díaz de Santos, 1998. 19.Fundación Avedis Donabededian. Manual de Estándares de Acreditación de Hospitales. Barcelona, 1998. 20.Mills D. Manual de Auditoría de la Calidad. 2ª edición castellana. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 1999. 21.Peiró S, Lorenzo S. La difusión a los ciudadanos de los resultados de la asistencia sanitaria. Rev Calidad Asistencial 2000; 15: 391-393. 22.Senge PM. La quinta disciplina; cómo impulsar el aprendizaje en la organización inteligente. Barcelona: Ed. Granica, 1997. 23.Suñol R., Delgado R. El Audit. Médico: un método para la evaluación de la asistencia. Rev. Control de Calidad Asistencial, 1987; 2: 99-104. 24.Valls A. Guía práctica del Benchmarking. Cómo lograr el liderazgo en su empresa o unidad de negocio. 2ª edición. Barcelona: Ed. Gestión 2000, 1999. 25.Varo J. Gestión estratégica de la calidad en los servicios sanitarios: Un modelo de gestión hospitalaria. Madrid: Ed. Díaz de Santos, 1994. 26.Vila MA, Escuder R, Romero R: Auditorías internas de la calidad. Instituto Valenciano de Certificación. Madrid: Ed. Díaz de Santos, 2000. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 136 15 13 15 GESTIÓN DE LA COMUNICACIÓN E IMAGEN EN EL PROCESO DE HUMANIZACIÓN Dr. Francisco Fernández Beltrán Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Manuel Marín Ferrer Dr. Juan José Moreno Murcia Dr. Luís Zapata Raboso Dra. Amparo Piera Ventura Comunicar es un acto eminentemente humano. Tanto que hasta puede servirnos como uno de los rasgos definitorios de nuestra propia naturaleza. Y esto es así porque el ser humano, como especie, es un animal intrínsecamente social, un animal que necesita de la relación con sus semejantes para su propio desarrollo. De hecho, existen estudios que vinculan el nivel de evolución intelectual con los procesos de socialización. No en vano, de todos los grupos de primates, los humanos somos los que formamos grupos de relación más grandes y ello es así porque somos los únicos animales con cerebros lo suficientemente grandes como para manejar bien las complejidades de esa amplia relación social. En este sentido, resulta interesante la propuesta del antropólogo Robin Dunbar, quien ha llegado a elaborar una ecuación que permite calcular el tamaño máximo del grupo social para cada especie animal concreta a partir de lo que llama el ratio de neocórtex; es decir, su tamaño en relación con el del cerebro. En el caso del Homo sapiens, esta cifra se sitúa en torno a los 150 elementos. “Parece ser que la cifra de 150 representa el número máximo de individuos con los que podemos mantener una auténtica relación de tipo social, ese tipo de relaciones en que basta con saber cómo se llaman los otros y de qué los conocemos. Es decir, esas personas con las que no nos da ningún apuro tomar algo en el bar si coincidimos con ellas por casualidad”. Así pues, la comunicación forma parte de nuestra naturaleza humana. Hasta tal punto que se da incluso cuando no existe, aunque con efectos incontrolados y, en ocasiones, perjudiciales. Si esta afirmación es válida por sí misma en términos generales, aún lo es más en el caso de las organizaciones sanitarias, en las que por la propia condición de sus actividades, vinculadas claramente con las personas y con su salud presente y futura, esta función adquiere una condición básica, estratégica. Pero la comunicación por sí misma no aporta valor alguno. Requiere de un mensaje, de un contenido, de una idea que transmitir. Cuando la comunicación se lleva a cabo por parte de organizaciones, ya sean empresas o instituciones, ésta no puede darse -al menos no como una acción con un objetivo claro- si no está vinculada a la imagen que se desea transmitir, una imagen que, para alcanzarse, ha de estar asimismo relacionada con el planteamiento estratégico de su actividad, con lo que en el ámbito de la dirección ha quedado definido perfectamente por Karl Albrecht con los términos de “misión” y “visión”: un ideal que guíe el destino de todos los miembros de la organización, un “tren del norte” que, en palabras de este mismo autor, “debe ser más que la idea de una persona: debe ser la idea de todos. Debe ser la manifestación de esa idea en forma de acción”. De esta manera, para alcanzar un ensamblaje perfecto de la función de comunicación con el resto de las actividades básicas de la organización, de manera que ésta contribuya a la consecución de los objetivos generales, su desarrollo no puede limitarse a un intercambio mayor o menor de información, sin más, sino que se ha planificar, ejecutar y evaluar según la imagen corporativa que se aspire a lograr, que no puede ser otra que aquella que en mayor medida favorezca el cumplimiento de las metas de la empresa o institución. Ahora bien, ¿qué se entiende por imagen corporativa? y, sobre todo, ¿cómo es posible alcanzar aquella que mejor contribuya al cumplimiento de los objetivos de la organización? La respuesta a la primera pregunta lleva implícita la solución para la segunda. Según el catedrático Justo Villafañe, la imagen institucional o corporativa puede definirse como “la integración en la mente de sus públicos de todos los inputs emitidos por una organización en su relación cotidiana con los mismos”. Estos inputs, de naturaleza muy diversa, pueden agruparse, según este mismo autor, en tres conjuntos más o menos homogéneos con el fin de facilitar su análisis e intervención. Un primer grupo, el comportamiento de la organización, comprende todas las actuaciones en el plano operativo relacionadas con sus procesos productivos o actividades básicas, y conforma una imagen funcional u operativa. Un segundo grupo lo forman todos los elementos de la cultura corporativa; es decir, el modo de ser y de hacer propios de los miembros de cada organización, y da lugar a una imagen interna o autoimagen. Por último, el conjunto de manifestaciones que se realizan de manera voluntaria para proyectar una imagen determinada se integran en lo que Villafañe define como “personalidad corporativa”, que busca alcanzar una imagen intencional, deseada, a través de toda una serie de prácticas comunicativas, principalmente su comunicación corporativa y su identidad visual. La imagen corporativa, la imagen de la organización, es la suma de esas tres imágenes previas que se forman en la mente de sus públicos. Humanización de la Atención Sanitaria 138 Como corolario de la exposición anterior y respuesta a la segunda pregunta, resulta evidente que la gestión profesional de la imagen corporativa de cualquier organización con el fin de alcanzar un determinado posicionamiento en la mente de sus públicos va más allá del establecimiento de determinados canales de comunicación o de la emisión de mensajes específicos, y requiere, por tanto, una actuación general en los tres conjuntos de items antes descritos; es decir, una actuación global en la organización, en sus políticas funcionales, internas y comunicativas. antropológica de las compañías. Las veo como a personas sin poder remediarlo”. No está en absoluto alejada de la realidad esta visión de Bernstein, ya que como apunta el ex director de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca y actual decano de su Facultad de Ciencias de la Información, Ángel Losada Vázquez, “nos parece que, en definitiva, la comunicación institucional no surge de unas necesidades diferentes a las que dan origen a la comunicación individual o personal, ni tampoco tiene objetivos que no comparta con ésta. Varían, eso sí, por razones obvias, los procedimientos”. Este planteamiento global de la imagen corporativa conlleva que su gestión sea, cada vez más, una función estratégica dentro de la organización, una actividad básica que requiere ser abordada con profesionalidad y rigor, desde una visión de conjunto que permita su diseño, ejecución y control de planes de acción a medio y largo plazo. Definida ya la comunicación institucional o corporativa, cabría preguntarse el porqué del interés creciente que le prestan no sólo las entidades públicas, sino también las empresas. Sus motivaciones no son divergentes. En un mundo cada vez más sobrecomunicado y en el que el avance general de la tecnología homogeneiza la mayoría de los productos y de los servicios, la única posibilidad de que disponen las organizaciones para destacar frente a sus competidores pasa por explotar su propia personalidad, su identidad, para llegar así de una manera específica a la mente de sus públicos, para posicionarse, un concepto básico y fundamental dentro de toda la gestión del corporate. Hoy, el principal territorio de diferenciación de los productos, las marcas y de las propias empresas, y la construcción de posiciones competitivas sólidas en el mercado pasa por los recursos intangibles o invisibles, por la generación de espacios de diferenciación basados en la identidad, en la personalidad, en el espíritu que mueve a la actividad a cada empresa o institución. El liderazgo de las organizaciones, en palabras de Manuel Soto, “se basa, cada vez más, en un conjunto de valores compartidos por todas las personas que trabajan en las mismas. El liderazgo de quienes las dirigen deriva, por tanto, de su capacidad de comunicar, de transmitir, una visión, un ideal, de su capacidad de ilusionar. Y el denominador común de ambos liderazgos -el colectivo y el personal- es la comunicación”. Para aprehender el alcance de esa concepción universal de la gestión de la imagen en el seno de las organizaciones modernas conviene partir del planteamiento de que la comunicación institucional no nace, como se postuló durante mucho tiempo, como oposición a la comunicación comercial y que, por tanto, no es exclusiva de las entidades públicas o de aquellas sin ánimo lucrativo. Como acertadamente apunta Pascale Weil, “mientras que antes se tendía a definir la comunicación institucional a través del mensaje, es decir, el objeto del discurso, a partir de ahora se presta más atención al emisor, es decir, al sujeto del discurso, que es la institución”. Una institución que puede ser tanto una empresa como una organización no comercial. ¿Qué persigue, entonces, esa comunicación bautizada como institucional? ¿Cuál es su objetivo? Simplemente, comunicar, trasladar, la identidad de la institución, su personalidad. Parafraseando a Weil, podemos decir que la institución -la organización, si se prefiere un término menos unívoco- se presenta como un “productor” o como un “prestador de servicios” en el mercado y como “la inspiradora de un proyecto” en el terreno de la comunicación. En el primer caso, produce o presta servicios; en el segundo, proclama la idea y la ética que han presidido el nacimiento de su actividad y que guiarán su destino. Este planteamiento de la comunicación institucional está en la línea de la concepción que tiene David Bernstein de la publicidad corporativa, que, en su opinión, habría de tratar a la compañía como si fuera una persona. Este autor llega a asegurar que “me siento ligado a esta visión Llegados a este punto, resulta evidente la necesidad imperiosa de que una función tan capital como la gestión de la imagen y la comunicación de una organización sea llevada a cabo por un órgano competente y profesional, por un órgano que asuma la responsabilidad de conformar esa identidad y comunicarla adecuadamente. Como afirma Costa, este órgano, conocido habitualmente como la Dirección de Comunicación, se convierte en “el guardián de la imagen”, en el responsable de “definir la política y estrategia de comunicación, y de supervisar y coordinar todas las comunicaciones” de la organización. Desde nuestro punto de vista, el director de Comunicación, como guardián de la imagen, ha de llevar a cabo un trabajo de 13 auditoría permanente del funcionamiento de su organización, desde la perspectiva de la imagen y de la comunicación naturalmente, pero centrado en todos los aspectos relacionados con la actividad de la misma. Porque, no lo olvidemos, la institución es como un organismo vivo, en el que todo comunica, y los esfuerzos que se hagan desde una Dirección de Comunicación por desarrollar estrategias, canales y productos de una comunicación corporativa eficaz pueden resultar inútiles si la organización, a través de sus miembros y de su práctica diaria, no transmite un mensaje coherente con los objetivos marcados por la estrategia de imagen. En otras palabras, la Dirección de Comunicación no puede aspirar a transmitir una visión de su organización como una institución dinámica y ágil, por ejemplo, si en las oficinas de atención al público se acumulan las personas en cola de espera. No sólo resultarán inútiles los mensajes que se dirijan desde la Dirección de Comunicación, sino que, además, se volverán en su contra al advertir el público que la práctica diaria de la institución presenta una realidad totalmente enfrentada a esta visión que se pretende transmitir. Por tanto, el director de Comunicación, como guardián de la imagen, ha de desarrollar un trabajo de centinela o vigía del funcionamiento cotidiano de la organización, velando por la coherencia entre las políticas y las prácticas funcionales y formales de la institución. De esta forma, el trabajo del director de Comunicación se inserta en el terreno mismo de la gestión pura de la institución. Para llevar a cabo estas funciones, la política de comunicación debe cumplir una serie de requisitos, que Carrascosa concreta básicamente en tres y que nosotros compartimos: “depender del máximo órgano dentro de la organización, partir de un enfoque global de la comunicación y otorgar a la comunicación interna un carácter primordial”. La mayoría de autores (Weil, Villafañe, Costa) coinciden con el planteamiento de Carrascosa y consideran como irrenunciables tanto la única voz, única imagen y discurso único en su diversidad que se derivan del enfoque global de la comunicación, como la necesidad de que la presidencia de la organización reconozca la importancia de la función de comunicación, de modo que tanto el máximo órgano decisorio asuma responsabilidades comunicativas, como que el órgano encargado de su desarrollo ordinario ocupe un nivel de alta dirección. Un paso más allá lo da el catedrático Justo Villafañe en su libro Imagen positiva, en donde afirma que “la Dirección de Comunicación es el órgano que debe elaborar y ejecutar el Plan Estratégico de Imagen de la compañía”. Llegamos así al planteamiento de uno de los rasgos que deben marcar toda Dirección de Comunicación profesional: la planificación. Planificación, ¿para qué? Sencillamente para programar la mejor manera de hacer llegar esa personalidad de la institución a sus públicos. Como afirma el propio Villafañe, “la Dirección de Comunicación ha de ser capaz de traducir la estrategia global de la empresa -su proyecto- a un esquema de Imagen que debe ser desarrollado y controlado a través de técnicas de comunicación”. Hemos dicho que la planificación traduce en términos de imagen lo que la institución es, y, por tanto, no tanto lo que hace, sino cómo y porqué lo hace: su proyecto. De esta forma, la acción comunicativa deja de ser una comunicación de urgencia para convertirse en un programa para el medio y largo plazo. Este cambio de perspectiva otorga a la imagen de la institución un alto grado de solidez y seguridad. Como ocurre con las personas, las personalidades más sólidas responden a aquellos individuos que conocen el cauce por el que quieren transcurrir, que son conscientes de sus objetivos a medio y largo plazo y que, por tanto, planifican sus acciones en basa a la consecución de los mismos. En el caso de las instituciones ocurre exactamente igual: una identidad sólida y permanente no es fruto más que de una planificación estratégica a medio y largo plazo, de un planteamiento de sus objetivos y de un diseño de acciones para lograrlos. Así, el Director de Comunicación ha de marcar como uno de sus retos primordiales huir de esa comunicación de urgencia, del día a día -inevitable por otro modo-, para rescatar un tiempo y un espacio para la planificación, para la consecución de objetivos a medio y largo plazo. Sólo así se conseguirá una imagen corporativa sólida que responda a los objetivos estratégicos de la institución. De este modo, y como ya hemos apuntado, la comunicación queda asimilada como un proceso básico en la gestión de las organizaciones, hasta el punto de que algunos autores, como Costa, hablan ya de la Gerencia de Comunicación como paso natural en la evolución de las Direcciones de Comunicación hacia ese papel estratégico en el futuro de la entidad. A la hora de llevar a cabo este proceso, dos consideraciones nos parecen básicas. En primer lugar, la traslación en términos de imagen del proyecto institucional debe ajustarse el máximo posible a la realidad de la organización. Cualquier intento de engaño o de magnificar situaciones irreales provocará siempre, a la larga, un efecto contrario al buscado. En segundo lugar, y unido en cierta manera a la advertencia anterior, el proceso de planificación comunicativa debería partir del concepto de posicionamiento que nos enseñaron Al Ries y Jack Trout. Y es que la esencia de esta teoría comunicativa sigue plenamente vigente: hay que seleccionar el material que tiene mayor oportunidad de abrirse camino en la mente de los públicos, para lo cual no hay que “crear algo nuevo o Humanización de la Atención Sanitaria 140 diferente, sino manipular lo que ya está en la mente; reordenar las conexiones que ya existen”. Esta cita creemos que debe ser reformularla ahora, en el marco de las teorías del management que postulan por unas organizaciones más humanas, en el sentido de que el fin de la comunicación corporativa no es tanto “manipular” sino “intentar convencer”, para que sean precisamente las propias mentes de los públicos las encargadas de realizar ese trabajo de reordenación de las percepciones que tienen en su interior sobre la propia institución. De todo lo expuesto, resulta evidente que el papel de la comunicación en un proceso de humanización como el que está llevando a cabo la Consellería de Sanidad de la Generalitat Valenciana no puede limitarse a incentivar unas relaciones más fluidas en el seno de las organizaciones sanitarias, y de éstas hacia el exterior. El establecimiento de prácticas comunicativas más transparentes, próximas y constantes, es, sin duda, un ejercicio necesario en este proceso, pero no suficiente. Es más, la aplicación de estas prácticas ha de ser una de las consecuencias directas de un planteamiento más ambicioso, más global y genérico, respecto a la gestión de la imagen y la comunicación, que abarque en su totalidad esos tres ámbitos de actuación que antes se exponían: la propia actividad productiva, la cultura interna y la promoción exterior, y todo ello a partir de una idea común, única y compartida, de lo que se desea que sea la sanidad valenciana: una sanidad más próxima al usuario, más centrada en sus problemas y necesidades presentes y futuros, más humana, en definitiva. El planteamiento con el que la Consellería de Sanidad lleva a cabo este ambicioso proyecto transformador es, de por sí, una de las futuras claves de su éxito. El hecho de partir de una planificación que incluya tanto aspectos funcionales como de cultura interna y de relación con el exterior hace que esa concepción global de la imagen esté ya asumida desde el inicio y que no haya riesgo de reducir la comunicación a un mero compañero de adorno en tan interesante aventura. Antes al contrario, si, como se ha visto, el papel de la comunicación y la imagen es básico en los procesos de gestión -favoreciendo la coherencia entre las políticas funcionales y las formales, y colaborando a extender una cultura interna favorecedora del proyecto institucional-, todavía lo es más cuando se trata de llevar a cambio políticas de cambio, cambio que no sólo se ha de comunicar o publicitar al exterior, sino que se ha de ejercitar en el funcionamiento diario y en la cultura de las organizaciones sanitarias. En el primer caso, la función de vigía del gestor de la imagen será básica, pero aún mayor será su responsabilidad en el segundo caso, a través del establecimiento de programas y acciones comunicativas y formativas que ayuden a crear esa cultura común, esa visión de conjunto que cada uno de los diferentes gestores y miembros del personal de la Consellería de Sanidad deberá desarrollar en su puesto diario. La elaboración, ejecución y seguimiento del Plan de Humanización de la Sanidad, llevado a cabo por el equipo directivo nombrado al efecto por la Consellería de Sanidad, parte, por tanto, de una concepción acertada y profesional del papel de la comunicación y la imagen, y de cuál ha de ser su gestión. En este caso, la dirección máxima de la organización ha asumido con responsabilidad el desarrollo de la función comunicativa en todas sus consecuencias. La aplicación última del plan, y en gran medida su éxito, exige que esta misma responsabilidad sea aceptada por el resto de niveles directivos, desde directores de área hasta de hospital o centros de salud, que a través de una práctica diaria más comunicativa, tanto con el resto del personal sanitario como con los pacientes, así como del fomento de una cultura interna ad hoc, permitan hacer totalmente realidad esa sanidad más humana y próxima que se persigue como ideal. 14 14.Lucas Marín A. La comunicación en la empresa y en las organizaciones. Barcelona: Bosch Casa Editorial, 1997. BIBLIOGRAFíA RECOMENDADA 1.Albrecht K. La misión de la empresa: definir el espíritu, establecer los propósitos, fijar el rumbo. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 1996. 15.Martín F. Comunicación Empresarial e Institucional. Madrid: Editorial Universitas, 1998. 2.Andreu A. La batalla de la comunicación interna. Harvard Deusto Business Review 1998; 82: 48-60. 16.Piñuel JL. Teoría de la comunicación y gestión de las organizaciones. Madrid: Editorial Síntesis, 1997. 3.Bartoli A. Communication et Organisation. Pour une politique générale cohérente. París: Les Editions d’Organisation, 1991. 17.Ries A, Trout J. Posicionamiento. El concepto que ha revolucionado la comunicación publicitaria y el marketing. Madrid: McGraw-Hill, 1997. 4.Blanchard K, O’connor M. Dirección por valores. Barcelona: Gestión 2000, 1997. 18.Román Y. Los nuevos retos de la comunicación ante el exceso de información: la comunicación empresarial e institucional. Madrid: ADC Dir Com, 1998. 5.Costa J. Reinventar Fundesco, 1993. la Publicidad. Madrid: 6.Fundación para la Investigación y el Desarrollo de la Ciencia (FIDEC) La gestión de la comunicación y la nueva figura del Director de Comunicación. Córdoba(Argentina), 1999.http://www.onenet.com. ar/fidec/pagina nueva7.htm. 7.Doppler K, Lauterburg Ch. Change management: cómo configurar el cambio en las empresas. Barcelona: Ariel, 1998. 8.Dundar R. Neocortex size as a constraint on group size in primates. Journal of Human Evolution 1992; 20: 469-493. 9.Fernández del Moral J. La comunicación en la empresa. Madrid: ADC Dir Com, 1994. 10.García S, Dolan SL. La dirección por valores. Madrid: Ediciones Mc Graw-Hill, 1994. 11.Johnsson H. La gestión de la comunicación. Madrid: Ediciones Ciencias Sociales, 1991. 12.López Lita R. Comunicación de las empresas. Las nuevas obligaciones. Madrid: Ediciones de las Ciencias Sociales, 1990. 13.Losada Á. La comunicación institucional en la gestión del cambio. El modelo universitario. Salamanca: Publicaciones de la Universidad Pontificia de Salamanca: 1998. 19.Sanz de la Tajada LA. Integración de la identidad y la imagen de la empresa. Pozuelo de Alarcón (Madrid): ESIC Editorial, 1998. 20.Schein EH. La cultura empresarial y el liderazgo. Una visión dinámica. Barcelona: Plaza & Janés, 1998. 21.Villafañe J. Imagen positiva. Gestión estratégica de la imagen de las empresas. Madrid: Ediciones Pirámide, 1993. 22.Villafañe J. Manual de Gestión de Imagen y Comunicación de la Universitat Jaume I. Castellón: Universitat Jaume I, 2000. 23.Weil P. La comunicación global. Comunicación institucional y de gestión. 2ª edición. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, 1992. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 142 16 14 16 ESTRATEGIAS DE GESTIÓN SANITARIA Y HUMANIZACIÓN Dr. José Luis Ibáñez Cirión D. Luis Ibáñez Company Dr. Miguel Barceló Torrubia Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Roberto Roig Oltra Dr. Luis Rosado Bretón 1.- INTRODUCCIÓN Las organizaciones sanitarias como instituciones encargadas de proporcionar asistencia sanitaria a los ciudadanos, se esfuerzan en prestar una asistencia de calidad. Este objetivo no siempre se consigue a plena satisfacción debido a múltiples factores que intervienen en el desarrollo del proceso asistencial. Todos los gobiernos se esfuerzan por proporcionar los mejores servicios sanitarios para sus ciudadanos y, todos se enfrentan a similares problemas. En las últimas décadas, la política sanitaria en los países europeos se ha visto presionada por el aumento del coste de la asistencia. Este incremento viene explicado por factores como el envejecimiento de la población, la proliferación de nuevas tecnologías y las mayores expectativas de la población. El conflicto entre el imperativo fiscal por controlar este incremento de costes, por un lado, y por el otro, el imperativo moral por mantener la solidaridad y el carácter de bien social de la asistencia sanitaria, ha sido el hilo conductor de gran parte del debate sobre política sanitaria que se ha mantenido en Europa en la última década. 2.- LA PROMOCIÓN DE LA SALUD Y LAS ORGANIZACIONES SANITARIAS necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente. La salud se percibe pues, no como el objetivo sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana. Se trata por tanto de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y personales así como las aptitudes físicas. Por tanto, dado que el concepto salud como bienestar transciende la idea de formas de vida sana, la promoción de la salud no concierne exclusivamente al sector sanitario. 2.2.- MEDIACIÖN DEL SECTOR SANITARIO El sector sanitario no puede por sí mismo proporcionar las condiciones previas ni asegurar las perspectivas favorables para la salud y, lo que es más, la promoción de la salud exige la acción coordinada de todos los implicados: los gobiernos, los sectores sanitarios y otros sectores sociales y económicos, las organizaciones benéficas, las autoridades locales, la industria y los medios de comunicación. Todos los medios sociales están implicadas en tanto que individuos, familias y comunidades. A los grupos sociales y profesionales y al personal sanitario les corresponde especialmente asumir la responsabilidad de actuar como mediadores entre los intereses antagónicos y a favor de la salud. Las estrategias y programas de promoción de la salud deben adaptarse a las necesidades locales y a las posibilidades específicas de cada país y región y, tener en cuenta los diversos sistemas sociales, culturales y económicos. 2.3.- LA TRANSFORMACIÓN DE LOS SERVICIOS SANITARIOS El sector sanitario debe jugar un papel cada vez mayor en la promoción de la salud de forma tal que trascienda la mera responsabilidad de proporcionar servicios clínicos y médicos. Dichos servicios deben tomar una nueva orientación que sea sensible a las necesidades culturales de los individuos y las respete. Así mismo deberán favorecer la necesidad por parte de las comunidades de una vida más sana y crear vías de comunicación entre el sector sanitario y los sectores sociales, políticos y económicos. 2.1.- CONCEPTO El concepto de salud debe entenderse en todo su significado. La promoción de la salud consiste en proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mejor control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social un individuo o grupo debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, satisfacer sus La reordenación de los servicios sanitarios exige igualmente que se preste mayor atención a la investigación sanitaria, así como a los cambios en la educación y la formación profesional. Esto necesariamente ha de producir un cambio de actitud y de organización de los servicios sanitarios de forma que giren en torno a las necesidades del individuo como un todo. Humanización de la Atención Sanitaria 144 3.- LA CALIDAD ASISTENCIAL 3.1.- DEFINICIÓN DE CALIDAD Existen muchas definiciones que intentan explicar el significado del concepto Calidad: alguna muy concreta y fácil de recordar, considera que calidad es “hacer bien lo adecuado”. Hay otras más complejas que intentan definir la calidad de la asistencia sanitaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 1985, intentó definir lo más ampliamente posible la calidad de la asistencia sanitaria al considerar que es “asegurar que cada paciente reciba el conjunto de servicios diagnósticos más adecuados para conseguir una atención sanitaria óptima, teniendo en cuenta todos los factores y conocimientos del paciente y del servicio, y lograr el mejor resultado con el mínimo de riesgo de efectos yatrogénicos y la máxima satisfacción del paciente con el proceso”. La Joint Commission on Accreditation of Healthcare Organizations (JCAHO), en 1988, define la calidad asistencial como el “grado por el que los servicios de atención al paciente aumentan la probabilidad de resultados deseados y reducen la probabilidad de resultados no deseados, dado el estado actual de conocimientos”. Avedis Donabedian, define la calidad asistencial como “la obtención del máximo beneficio para el usuario mediante la aplicación del conocimiento y tecnología más avanzada, tomando en cuenta los requerimientos del paciente, así como, las capacidades y limitaciones de recursos de la institución, y de acuerdo con los valores sociales imperantes”. 3.2.- VENTAJAS DE LA CALIDAD La calidad es, sin duda, el reto más importante que una organización afronta en la actualidad. Se reconoce la calidad como un elemento esencial para la supervivencia de las organizaciones. Supone, además, una ventaja competitiva y, no debemos olvidar, que una imagen de calidad es esencial para el futuro de la organización. 3.3.- ELEMENTOS SOBRE LOS CUALES SE BASA LA MEJORA DE LA CALIDAD Se consideran cinco elementos fundamentales o pilares en los que se sustenta la calidad que son universales y deben ser aplicados por toda organización sanitaria que deba satisfacer las necesidades de sus pacientes: • Orientación al Paciente. Toda la organización debe comprometerse a satisfacer los requerimientos de los pacientes. • Compromiso total. Debe ser compartido por todos los profesionales de la organización en el desempeño de todas sus funciones. • Evaluación y Medida. Solo se puede gestionar aquello que se mide, cuando se aprende a medir la calidad, se sabe cuando y donde actuar. • Apoyo sistemático de todos los sistemas al servicio de la organización, tales como la planificación estratégica, presupuestos, programación o la gestión del rendimiento. • Mejora continua. Una organización necesita hacer las cosas hoy mejor de lo que lo hizo ayer y buscar constantemente la manera de prevenir los problemas, corregirlos y tratar de lograr continuamente nuevas y mejores formas de hacer sus trabajos. 3.4.- EL COSTE DE LA CALIDAD Al analizar los procesos, se descubren los verdaderos costes que supone no hacer un trabajo de calidad. Un trabajo defectuoso no corregido a tiempo siempre supone un coste para la organización. Los costes generados por un problema, varían en función de cuando se soluciona. A modo de ejemplo; la regla 1-10-100, establece que si un problema no se soluciona en el momento en que ocurre, será más costoso solucionarlo más tarde, bien en concepto de tiempo, de dinero o de ambos. El 1 representa el coste de detectar y solucionar los problemas en un área de trabajo determinado, que se multiplica por 10 al detectar y solucionar los problemas fuera del área de trabajo y, llegaría a 100 si es preciso reparar el daño causado una vez que el problema ha sido detectado por los clientes externos. 3.4.1.- COSTES NECESARIOS: Existen costes necesarios que son indispensables para lograr y mantener un estándar definido de trabajo, los podemos dividir en costes de prevención, producidos por toda acción destinada a asegurar que las cosas no van a fallar, y costes de inspección que se generan al intentar evaluar los resultados, con el fin de tomar medidas de prevención o corrección. 3.4.2.- COSTES EVITABLES: Los costes evitables, se generan cuando se hace lo inadecuado o cuando las cosas se hacen mal, se incluyen aquí, algunos costes de inspección y los producidos por defectos, que se generan cuando un paciente está insatisfecho y se pagan con deterioro de la imagen, trabajos repetidos, gastos adicionales y desmotivación. 14 4.- EL BINOMIO CALIDAD Y HUMANIZACIÓN La planificación estratégica de las organizaciones sanitarias, debe contemplar dentro de sus objetivos prioritarios la Calidad y la humanización de la asistencia en todos los ámbitos de actuación. Así, desde el inicio del proyecto, se debe tener en cuenta todos los factores que intervienen en la consecución de este objetivo. 4.1.- FACTORES EXTERNOS O DE IMAGEN Se refiere a aquellos que están a la vista y que son percibidos directamente por el paciente. Estos factores deben tenerse en cuenta desde el inicio del diseño del proyecto arquitectónico, con una adecuada planificación de la estructura que albergará posteriormente todos los servicios, tanto los clínicos como los complementarios, con ausencia de barreras arquitectónicas y, que cumpla todos los requisitos que determinen un ambiente acorde con las expectativas del paciente, con referencia al confort, intimidad y servicios complementarios; todo ello, con el fin de hacer de la estancia hospitalaria una situación lo más agradable posible para el paciente. No se debe olvidar aspectos que vendrán determinados por el tamaño del área de cobertura y la población asistida: número de camas, locales de consultas, quirófanos, equipamiento clínico e informático, comunicaciones, alta tecnología, cartera de servicios, etc. Otro aspecto muy importante lo constituye la imagen que refleja el personal en contacto directo con el paciente, desde el personal de limpieza, seguridad, telefonistas, personal de hostelería, administrativo, sanitario, en definitiva todo el personal de la organización. 4.2.- CALIDAD CIENTÍFICO-TÉCNICA La profesionalidad y el nivel científico alcanzado son determinantes para una asistencia de calidad. El componente científico-técnico de la calidad, también llamado calidad intrínseca, es objetivo, se puede medir, estandarizar, protocolizar y puede ser valorado por los propios profesionales. Se pueden estudiar y valorar aspectos como la competencia, la responsabilidad o la fiabilidad del servicio prestado en la realización de una intervención quirúrgica programada, una técnica diagnóstica o terapéutica, una consulta clínica o incluso la práctica de una analítica simple. 4.3.- CALIDAD PERCIBIDA La calidad percibida es otro componente de la calidad que es extrínseco e intangible, que nos indica la relación que los profesionales establecen con el paciente, es decir sus actitudes. Es el componente humano, interpersonal, es subjetivo, se percibe pero es de difícil medición cuantitativa. Ambos componentes de la calidad, la Cientificotécnica y la Percibida, resultan esenciales en el proceso asistencial para conseguir el objetivo de Calidad y humanización, y responden a un compromiso ético de todos los profesionales cuya finalidad es procurar lo mejor para el paciente. A modo de ejemplo, la Clínica Mayo de Róchester (EEUU), que lleva más de 100 años atendiendo pacientes de todo el mundo, posee una reputación y una tradición de calidad incomparables en el mundo sanitario. Las prácticas habituales de la Clínica Mayo, que han contribuido a su prestigio, son coincidentes con los principios y métodos de mejora continua de la calidad. Esta cultura de calidad está basada en una visión clara reflejada por Will Mayo cuando dijo que: “El interés del Paciente es el único interés a considerar”. 5.- SISTEMAS DE INFORMACIÓN: HERRAMIENTAS BÁSICAS PARA LA GESTIÓN DE CALIDAD Los sistemas de información se han demostrado imprescindibles para la realización de una gestión sanitaria moderna y de calidad. La información sobre la demanda de servicios y la actividad realizada, no sería posible sin la existencia de unos sistemas de información lo suficientemente desarrollados para detectar, cada vez de forma más precisa y rápida, las desviaciones en el desarrollo de la actividad y poner los medios adecuados para su corrección antes de que repercuta en la asistencia a los pacientes. En el ámbito de la gestión clínica, el análisis y control de la evolución de la demanda y de la actividad realizada, permite la toma de decisiones rápidas al objeto de adecuar los recursos disponibles a las necesidades asistenciales. El resultado de esta agilidad en la toma de decisiones determina que, en la medida de lo posible, el paciente reciba la atención oportuna en tiempo y forma. Estos sistemas resultan fundamentales en todos los niveles asistenciales y pueden ser aplicados en la gestión de consultas externas, hospitalización, programación quirúrgica, realización de técnicas diagnósticas o terapéuticas, extracciones analíticas, etc., lo cual, determina una mayor eficiencia y calidad del servicio prestado a los ciudadanos. Humanización de la Atención Sanitaria 146 6.- LAS ALTERNATIVAS A LA HOSPITALIZACIÓN CLÁSICA Estas modalidades de atención sanitaria son medidas de gestión encaminadas al aumento de la calidad y a la búsqueda de una atención más humana, destacando la hospitalización de día y la hospitalización domiciliaria. 6.1.- LOS HOSPITALES DE DÍA Los hospitales de día permiten la realización de tratamientos, técnicas diagnósticas o terapéuticas e intervenciones quirúrgicas que requieren la hospitalización del paciente, bien sea por la complejidad de la mismas, la tecnología necesaria para su realización o la capacitación técnica del equipo humano. Esta modalidad de asistencia que se ha extendido de una forma rápida y progresiva por todos los centros hospitalarios, supone una gran ventaja para el paciente pues permite la reincorporación inmediata a su entorno familiar y laboral. 6.2.- LA HOSPITALIZACIÓN DOMICILIARIA La hospitalización domiciliaria supone una medida de gestión que determina una de las fórmulas de atención sanitaria que más considera el aspecto humano del paciente, sin apartarlo de su ambiente y en su entorno familiar. Esta modalidad de la asistencia puede ser utilizada por pacientes que requieren cuidados mínimos, pero que por su estado general o su situación personal requieren el control de profesionales médicos y de enfermería. 7.- LA ASISTENCIA SOCIOSANITARIA: HOSPITALES DE MEDIA Y LARGA ESTANCIA Y RESIDENCIAS ASISTIDAS En los países desarrollados el aumento de la esperanza de vida ha supuesto que el porcentaje de personas mayores de 65 años aumente progresivamente; en España se prevé que las personas mayores de 65 años alcanzarán tasas del 17,5% para el año 2005. Los cambios en la estructura familiar con la incorporación de la mujer al mercado laboral, entre otros muchos factores, ha supuesto un aumento de la demanda sociosanitaria con un incremento de las enfermedades crónicas e incapacitantes que determinan un aumento del grado de dependencia por parte de los pacientes de la tercera edad. Todos estos factores han determinado, por parte de los gobiernos, la puesta en funcionamiento de políticas sociosanitarias que den respuesta a los retos planteados y así se han creado programas de coordinación sociosanitaria como el Programa de Atención a Pacientes Ancianos, a Pacientes de Larga Evolución y a Pacientes en Situación Terminal (PALET), desarrollado en la Comunidad Valenciana. Este programa contempla entre, otras muchas actuaciones, la coordinación entre la atención primaria, los hospitales de agudos, los hospitales de media y larga estancia, las residencias asistidas y los servicios sociales a fin de dar una cobertura global a las necesidades sociosanitarias de la población. 7.1.- FORMA DE SOCIOSANITARIOS PROVISIÓN DE CUIDADOS Se consideran, clásicamente, tres tipos de provisión de cuidados sociosanitarios: • Cuidados Domiciliarios. Es la forma más habitual de asistencia sociosanitaria (ASS). Se estima que por cada persona mayor internada en una residencia asistida, hay entre tres y cuatro en el domicilio en similares condiciones de necesidad de atención. Un aspecto fundamental de esta forma de asistencia es que es la única donde se dan conjuntamente cuidados formales e informales, estos últimos no remunerados y que suponen entre el 66 y el 80% de todos los costes de atención. • Cuidados residenciales. Están indicados para personas mayores con más fragilidad que enfermedad o dependencia. Garantizan la protección y ligera ayuda para las actividades de la vida diaria. • Cuidados institucionales asistidos (nursing care). Pueden ser de dos tipos: - En residencia asistida (nursing home), dependientes de servicios sociales y donde la persona mayor contribuye a los costes. - En hospitales de larga estancia (geriatric hospital ward), con dependencia de los servicios sanitarios y financiación totalmente pública. 7.2.- EVOLUCIÓN Y TENDENCIAS Ambas vienen marcadas por el previsible aumento progresivo de la demanda. Hay algunos datos significativos que marcan la evolución de estos servicios. En el Reino Unido en un año, entre 1995-96, disminuyeron en 2.600 el número de plazas residenciales públicas, aumentando las de iniciativa privada en 2.000 y las gestionadas por organizaciones de voluntarios en 1.200. En lo referente a plazas de nursing care, el descenso de las públicas fue de 5.400 y el incremento de las privadas de 8.800 y 1.000 más de voluntariado. Las previsiones en el Reino Unido indican que aunque aumentará un 50% la aportación pública en todas las formas de ASS entre los años 1995 y 2031, su proporción disminuirá de un 73% a un 39% en el mismo periodo, durante el cual el sector privado crecerá en un 650%. Los cambios en los cuidados informales también marcan tendencias: está aumentando la edad media del cuidador principal y el número de mujeres que trabajan, al tiempo que desciende el número de hijos que repercutirá en 14 el potencial de futuros cuidadores; también tiene su importancia la mayor dispersión geográfica de las familias y un cambio de actitudes respecto al deber de los cuidados. En el Reino Unido en 1995, el 74% del total de costes de los cuidados de larga duración en todas sus formas eran proporcionados por los cuidados informales, dicho porcentaje se estima que disminuirá al 48% en el año 2031. Las formas de provisión de ASS se están simplificando, tienden a reducirse al máximo las plazas residenciales para válidos y las plazas de larga estancia hospitalaria y están creciendo, y lo harán mucho más en el futuro, los cuidados domiciliarios y los residenciales asistidos, asumiendo entre ambos la gran mayoría de los denominados cuidados sociosanitarios. Los cuidados domiciliarios crecen a expensas de los cuidados formales. Así el coste anual de los servicios domiciliarios del Medicare norteamericano es actualmente un 900% superior al de hace diez años. Las nuevas tecnologías favorecerán este desarrollo. La calidad de los cuidados y definir claramente criterios de inclusión y exclusión, son retos permanentes. Las residencias asistidas también asumen progresivamente un mayor nivel de cuidados, y aquí la iniciativa privada juega un papel fundamental. 8.- CONCLUSIONES La promoción de la salud se centra en alcanzar la equidad sanitaria. Su acción se dirige a reducir las diferencias en el estado actual de la salud, asegurar la igualdad de oportunidades y proporcionar los medios que permitan a toda la población desarrollar al máximo su salud potencial. Esto implica una base firme en un medio que la apoye, acceso a la información y poseer las aptitudes y oportunidades que la lleven a hacer sus opciones en términos de salud. Los ciudadanos no podrán alcanzar su plena salud potencial a menos que sean capaces de asumir el control de todo lo que determina su estado de salud. La implantación y seguimiento de un programa de calidad es siempre beneficioso para la organización que puede reducir costes, obtener beneficios, aumentar la satisfacción de los pacientes, al tiempo que ocupa una posición más competitiva y se garantiza un futuro. El esfuerzo realizado para mejorar la gestión en las instituciones sanitarias debe contrastarse con la satisfacción percibida por el paciente. Unas infraestructuras de alto coste y elevada calidad y eficiencia no aseguran por sí mismas unos procesos asistenciales de calidad, ni garantizan un alto índice de satisfacción del paciente. Debe pues, contemplarse en el concepto de calidad asistencial la satisfacción del paciente, la calidad de las infraestructuras, la eficiencia y la eficacia del proceso asistencial. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Asenjo MA et al. Gestión diaria del hospital. Barcelona: Masson, 1995. 2.Campion EW. Can house calls survive? N Engl J Med 1997; 337: 1840-1. 3.Long term Care Data Pack. Swiss Re Life & Health. London, 1998. 4.Jiménez J. Manual de Gestión para Jefes de servicios Clínicos. 1ª edición. Madrid: MSD, 1997. 5.Joint Commision. Manual de Acreditación para Hospitales. Barcelona: Fundación Avedis Donabedian, 1996. 6.Joint Commision. Estándares de Acreditación de Hospitales. Barcelona: Fundación Avedis Donabedian, 1997. 7.OECD. The reform of health care:a comparative analysis of seven OECD countries. Paris: OECD, 1992. 8.OECD. The reform of health care system: A review of seventeen OECD countries. Paris: OECD, 1994. 9.Smith B, Figueras J, et al. Choices in health policy: an agenda for European Union. Dartmouth, Aldershot. England: Office for Official Publications of the European Communities and Dartmounth Publishing Company, 1995. 10.WHO. Ottawa Charter for health Promotion. Geneva: Word Health organization, 1986. 11.Saltman R, Figueras J. European Health Care Reforms: Analysis of Current Strategies. WHO Regional Publications, Europeans Series Nº 72, 1997. 12.World Bank. World Development Report 1993. Investing in health. New York: Oxford University Press, 1993. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 148 17 14 17 LA FORMACIÓN EN HUMANIZACIÓN PARA LA ATENCIÓN SANITARIA Dr. Vicente Aguilar Morellá Dr. Rafael Peset Pérez Dra. Celia Quirós Bauset Dr. Gabriel Bernat Condomina Dra. Amparo Piera Ventura Dra. Desamparados Moral Baltuille 2.- EL PROBLEMA DE LA FORMACIÓN Hay cuatro enfoques diferentes para instruir a las personas: • FORMACIÓN. Proporciona principios conceptuales que permiten a la persona pensar en términos abstractos. Forma parte de un modo de cambiar para mejorar las prestaciones de las personas. • ENTRENAMIENTO. Consiste en proporcionar alguna información teórica, dentro del contexto de valorar un procedimiento particular o alcanzar un fin específico. Es una adquisición mecánica que da respuesta a estímulos dados, es una herramienta que sólo sirve para lo que ha sido diseñada. 1.- INTRODUCCIÓN Nadie llega a convertirse en humano si está sólo, nos hacemos humanos los unos a los otros, nuestra humanidad nos la han contagiado por proximidad con nuestros semejantes, nos la hemos pasado boca a boca, formándonos. Nadie llegaría a la humanización si otros no le contagiasen la suya, puesto que hacerse humano nunca es cosa de uno solo sino tarea de varios. La sociedad moderna de masas tienden a despersonalizar las relaciones humanas, haciéndola apresurada y burocrática, es decir muy fría si se la compara con la calidez de otras sociedades menos populosas y más homogéneas. Si entendemos que la comunicación es el que los demás nos interpreten espontáneamente de modo tan exhaustivo tal y como nosotros mismos queremos expresarnos, debemos asumir que no es lo mismo pedir comprensión que hacernos comprender y que la buena comunicación tiene como requisito imprescindible el hacer un esfuerzo por comprender a ese otro mismo del que pedimos comprensión. La humanidad está entrando en la sociedad del saber (“el recurso económico ya no es el capital ni los recursos naturales, ni la mano de obras, es y será el saber”), pero, naturalmente, para llegar a una sociedad del saber es necesario mejorar la capacidad de la sociedad para aprender, por eso lo que conviene es mejorar las facilidades para que la gente pueda aprender. La realización efectiva de proyectos que en su día parecieron utópicos, nos han hecho pensar sobre las bondades de la formación en la Humanización de la Sanidad como guía de organización en un sistema sanitario. • EDUCACIÓN. Es la aceptación crítica de la información o los conocimientos en un conjunto de valores universalmente aceptados y conquistados por el ser humano a lo largo de su historia. Proporciona una regla general de comprensión de la realidad, mas unos conocimientos de cómo y donde encontrar las respuestas a problemas concretos. Se concretiza mediante la autoconciencia o afirmación de uno mismo, el autocontrol o dominio de uno mismo y la autodecisión o actuación desde o por uno mismo. • APRENDIZAJE. Consistente en la adquisición de nuevos conocimientos y habilidades que permiten encarar, con mas posibilidades de éxito, la solución a cualquier problema, mejorando las decisiones sobre la base de la experiencia. Se hace necesario adecuar los planes formativos a este nuevo milenio, donde lo único realmente permanente será el cambio. Parece ser que existe un relativo acuerdo en lo que refiere a la formación respecto a: • La falta de calidad de la enseñanza actual. De hecho, la forma de enseñar está desfasada de las necesidades y medios existentes en la sociedad actual, debido a que la didáctica va retrasada en comparación con el desarrollo técnico / tecnológico. • La desilusión creciente del alumnado (para que se produzca aprendizaje debe darse la voluntad de aprender y sólo se aprende lo que se quiere aprender). Humanización de la Atención Sanitaria 150 Es imprescindible pues, para la formación del profesional moderno, un saber fundado en la capacidad de aprender y visualizar los conocimientos a partir de las tecnologías actuales. La finalidad de la formación, actualmente, debe consistir en proporcionar capacidad en autoformación, de aprender como se aprende y de innovación y creatividad, en el plano intelectual dando una formación metodológica, es decir, una formación de los métodos de aprendizaje o de investigación, y en el plano caracterológico, desarrollando la motivación para un constante enriquecimiento personal. ordenado y crítico, la clara expresión oral, escrita y de toda índole; el planteamiento y la solución del cuestionamiento básico del hombre en el mundo, la consecuencia histórica y la congruencia entre pensamiento y conducta. El pensamiento critico es una alternativa real para la enseñanza dentro del campo de la humanización. Alude a un pacto que lleva la posibilidad de una opción comprometida ante la realidad. Propiciar esta actitud implica desarrollar las habilidades de razonamiento como fundamento para propiciar la adquisición de conocimientos y el desarrollo de habilidades. 3.- LOS EJES DE LA FORMACIÓN 4.- FORMACION INTEGRAL Uno de los mejores legados que el maestro Laín Entralgo nos ha dejado ha sido las cuatro ventanas o momentos (científico-técnico, político-social, socioeconómico y psicoético o ética médica y social) que abren al análisis y comprensión de los ejes rectores del ejercicio de la medicina, lo que nos puede permitir adentrarnos en el cómo y el porqué del próximo ejercicio de la medicina, cuyo cambio cualitativo se va a producir en el contexto en el que se desenvuelve y que se va a caracterizar por la omnipresencia de la sanidad en todas las decisiones: asistencial, docencia e investigación, como consecuencia de la influencia de la sociedad actual en el ejercicio médico. Este constante encuentro de la medicina y la sociedad que convenimos en llamar sanidad, sitúa al ejercicio médico en una permanente influencia por parte de los cuatro elementos rectores que el profesor Laín Entralgo refiere: la ciencia (pura y aplicada), la economía (nivel de ella, modo de regulación), la política (niveles y organización del poder del Estado y en la sociedad) y la ética (actitud social y personal ante el problema de la licitud y obligatoriedad de aquello que pueda hacerse). Parte de la idea de desarrollar, equilibrada y armónicamente las dimensiones de la persona que la lleven a formarse en lo intelectual, lo humano, lo social y lo profesional. Los fines sobre los que debe girar abarcan: • La Formación Intelectual, que tiende a fomentar el pensamiento lógico, crítico y creativo necesario para el desarrollo de conocimientos, así como propiciar una actitud de aprendizaje permanente que permita su autoformación. • La Formación Humana, que aborda al sujeto en sus dimensiones emocional, espiritual y corporal. • La Formación Social, que propicia la sensibilización, el reconocimiento y la ubicación de problemas sociales, fortaleciendo el trabajo en equipo y el respeto por la diversidad cultural. • La Formación Profesional, orientada hacia la generación de conocimientos, habilidades y actitudes encaminadas a saber hacer, incluyendo los nuevos saberes que fortalezcan la situación en el mundo del trabajo. Dentro de este contexto debemos considerar pues una formación profesional actualizada y en perfecta sintonía y comunicación con el entorno y la sociedad. Las preocupaciones y necesidades de la sociedad contemporánea son muy distintas a las del pasado, la sociedad actual requiere la formación de personas autónomas y críticas, capaces de respetar opiniones distintas a las propias. Toda actividad auténticamente educativa a de incluir entre sus fines el desarrollo integral de la persona, haciéndola creativa, crítica, libre, solidaria, afectivamente integrada y consciente de la naturaleza de actuar, buscando, con esta visión humanista, un aprendizaje en función del sentido y valor de la persona. Una forma de definir el humanismo sería aquella que dice que es una actitud caracterizada por el pensamiento Acertar en la relación médico - paciente es la prestación más importante de cualquier sistema de salud, es necesario que las administraciones faciliten los medios precisos para que el médico realice su actividad con el paciente de la mejor manera y de la forma más humana posible. Una buena formación de los profesionales de la salud debe comprender, además de los elementos científicos, técnicas comunicativas, como son la escucha activa, la respuesta empática o la asertividad, para garantizar una buena relación de ayuda en el encuentro con la persona que sufre. Constituye un reto para la formación de los profesionales y la humanización de las profesiones sanitarias manejar con competencia la respuesta empática, la personalización, la confrontación, la persuasión y la inmediatez, así como la formación en inteligencia emocional. 15 El conocimiento de la bioética es fundamental por la capacidad de detectar conflictos y analizarlos de forma interdisciplinar y racionalmente para la toma de decisiones responsables y no impulsivas. Sólo una formación de los profesionales de la salud, donde se integran los elementos relacionales, emocionales y éticos, además de los científicos, puede garantizar una buena relación de ayuda en el encuentro con el paciente. La reflexión sobre la propia experiencia y la capacidad de aprender de ella y confrontarla con otros constituye el elemento metodológico más importante para mejorar la calidad de la comunicación con el enfermo. En el mundo sanitario, humanizar significa hacer referencia al hombre en todo lo que se realiza para promover y proteger la salud, curar las enfermedades y garantizar un ambiente que favorezca una vida sana y armoniosa a nivel físico, emotivo, social y espiritual, es decir, humanizar significa personalizar la asistencia, sabiendo que la humanización tiene que ver no sólo con el enfermo, sino con el personal sanitario, los administradores y los políticos. Hacer medicina basada en el trato mas humano, en la amistad con el enfermo, en su dolencia por encima de cualquier conocimiento científico o avance tecnológico, es el principal objetivo de la humanización de la sanidad. Una de las constantes de la sociedad en los últimos años ha sido el tratar de humanizar la medicina. La actual medicina, más científica, participa del tecnicismo de la informatización y de métodos interdisciplinarios que aportan un verdadero caudal de seguridad de confianza para el paciente. Al tecnificarse la medicina se requiere unas dosis elevadas de cuerpos humanizadores de la vida sanitaria y concretamente de la actitud del médico para que el enfermo no se encuentre con la sensación de desamparo o angustia. Los avances de la ciencia médica entrañan desafíos que no se resuelven con verdades preestablecidas, sino que hacen urgente un compromiso social amplio e informado. La medicina debe interactuar con la sociedad en la que está inmersa. Hoy la sanidad necesita mas que nunca la integración de las distintas áreas médicas, de modo global, que alcanza desde la clásica medicina convencional a la psicosomática, pasando por la preventiva o la informatizada. Un tipo de medicina seria, profunda y actual pero que evite la sensación de desvalimiento que tantas veces sufre el enfermo. En la actualidad se debate el tema de la humanización en el servicio a los enfermos. El enfermo necesita que se escuche su llamada y las emociones que le acompañan. El problema es que la sociedad tiende a tratar el sufrimiento de un modo puramente técnico, tratando de suprimirlo sin antes comprender su sentido. El sufrimiento sacado de la conciencia de quien lo ha vivido, se convierte en un mero síntoma, y por ello es enajenado, deshumanizado. El objeto de la cura es el sufrimiento y no la persona, es muy importante que se luche contra el dolor, pero hay que acogerlo como signo que procede de la conciencia humana. En el campo académico existe una preocupación creciente, en la mayoría de los países, por la formación de la conducta y de las actitudes del personal sanitario, ya que la formación determina en alto grado el modelo de ser médico. La idea central en la formación del personal sanitario en la mayoría de los centros formadores, es que si la medicina no recobra a su sujeto que es hombre en su totalidad, volviendo al sujeto hombre no sólo como ser biológico, sino también como ser biológico humano, si no se considera a la enfermedad y a la curación como eventos humanos, si no se considera al enfermo como protagonista activo del proceso terapéutico será imposible llegar a la humanización del mundo de la salud. Se insiste en la necesidad de lograr un programa médico educacional básico esencial al que se le agregarían sucesivos elementos complementarios. Este tipo de formación médica, basada en un curriculum esencial básico, junto a estudios complementarios considerados como indispensables y a contenidos de carácter electivo, llevaría en forma Desde el siglo XIX se sabe que la salud de las personas no depende sólo de lo que pasa en sus cuerpos, también tiene que ver con lo que pasa en la comunidad en la que viven, con lo que imaginan y con sus vivencias. Debemos rescatar la dimensión humanista de la medicina para la formación, haciendo presente que no todo lo que se obtiene de bienestar para las personas depende de lo que haga la medicina. También depende de los que las propias personas hagan. En los programas de educación médica, se deberían incluir cursos de relaciones con los pacientes, proporcionar habilidades para mantener entrevistas donde la relación entre las personas fuese atractiva, interesante y descansara la una en la otra. La humanización viene apoyada en la noción de diálogo. Es decir, la sanidad debe situar la atención al paciente en el centro del trabajo de los profesionales sanitarios y hacer de la relación medico - paciente la primera exigencia de todos sus servicios, hacer una sanidad más personalizada, más confortable y con capacidad científica para satisfacer las demandas y necesidades de los ciudadanos de este siglo XXI. Los centros de formación deben asumir con responsabilidad la orientación que debe tener la enseñanza postgrado de los profesionales sanitarios, sus contenidos humanísticos, científicos y técnicos. Humanización de la Atención Sanitaria 152 progresiva a adquirir capacidad para el autoaprendizaje, para la autoevaluación, a la adquisición de actitudes profesionales, pensamiento crítico, habilidades y conocimiento en fases sucesivas, llevando a lograr la competencia profesional y el cuidado de sus pacientes. Con este tipo de formación se lograría: • Obtener la competencia de los graduados y el cuidado de la salud para sus pacientes. • Obtener una mejoría en la calidad de la práctica médica. • Obtener aceptables estándares. Humanizar la relación entre los profesionales de la salud y el enfermo es el principal problema bioético: se trata de humanizar la relación entre personas que poseen conocimientos médicos y el ser humano frágil y angustiado que vive el duro trance de una enfermedad que afecta a su ser personal. En este reto de la medicina existe una gran desproporción entre los medios técnicos sofisticados de que se dispone y los niveles de humanidad que impregnan la acción sanitaria. 5.- LA HUMANIZACIÓN DE LA ASISTENCIA SANITARIA: CLAVE PARA LA FORMACIÓN La medicina deshumanizada no solo perjudica al enfermo, sino también al sanitario. Uno de los efectos es la medicina defensiva. El objeto fundamental de la medicina es el hombre enfermo y en consecuencia el conocimiento del hombre constituye la base del saber médico. La relación médico paciente es el acto médico esencial para procurar el bien integral del paciente. Todo acto médico que no se oriente a este fin de la medicina pierde humanidad y el hombre es instrumentalizado. Las críticas de la sociedad en las últimas décadas del siglo XX hacia la medicina y los sanitarios se orientan hacia una insatisfacción generalizada en la relación médico paciente. Si desaparece de la medicina la preocupación primaria de la persona, se convierte en una biotécnica para reparar organismos descompuestos. Se puede afirmar que el rasgo que mejor define a la cultura médica moderna es la tecnología. Su portentoso desarrollo ha permitido desvelar la estructura y función macro y microbiológica de cada órgano del cuerpo, lo que transforma a la tecnología en el eje de las especialidades médicas. También se puede decir, sin dudas, que la tecnología ha tenido el mayor impacto en el cambio que ha experimentado la medicina en la segunda mitad del siglo XX. Es probable que la tecnología pueda llegar a dominar el cuidado de la salud; no obstante estos grandes avances tecnológicos pueden originar grandes desafíos con resultados no deseados para la salud de las personas. En el siglo XX se han producido acontecimientos importantes y trascendentes de gran impacto que han hecho cambiar la medicina y la relación médico - enfermo (pilar básico del acto médico). Entre estos acontecimientos destacan: la creación de sistemas masivos de salud, la incorporación de la medicina al mercado, la tecnificación, la superespecialización, etc. La relación médico - enfermo ha pasado a ser una relación técnica, fría, despersonalizada, en la que no hay tiempo para una conversación amistosa, ni para escuchar atentamente la biografía del enfermo, ni conocer sus ansiedades y angustias y los problemas que percibe en su entorno psicosocial y cultural. En este tipo de relación, el médico descuida e ignora los aspectos psicológicos, culturales y sociales, y a menudo se limita a estudiar e interpretar los exámenes que le proporcionan las máquinas o los laboratorios clínicos. Visto así se puede admitir que la medicina se va deshumanizando de forma progresiva. La humanización aplicada a la esfera de la salud significa hacer referencia al hombre en todo cuanto se cumple para fomentar y proteger la salud, cuidar las enfermedades, asegurar un ambiente que favorezca la vida sana y armónica a nivel físico, emocional, social y espiritual. El gran reto de la ética en el mundo sanitario es la humanización de la relación entre las personas que intervienen (Laín Entralgo): “...en la relación médico enfermo se genera una singular amistad hombre - hombre, que requiere el ejercicio de cuatro actividades: la benevolencia (queriendo el bien del otro), la benedicencia (hablando bien del otro), la beneficencia (haciendo bien al otro), la benefidencia (efusión hacia el otro para compartir con él algo que me pertenece íntimamente a mí, que se convierte en confidencia)”. Aunque la medicina maneje scaners o utilice pruebas de diagnóstico genético, debe existir entre los profesionales de la salud y el enfermo una verdadera amistad, que convierte al médico en un hombre bueno, perito en la ciencia y en el arte de curar. No se puede negar la existencia de una frecuente crítica a la deshumanización de la medicina, que señala aspectos como la indiferencia ante las necesidades emocionales de los pacientes, la despersonalización de lo sanitarios, el insuficiente respeto entre la autonomía y la capacidad de decisión de los enfermos, que deberían ser, sin embargo, los principales protagonistas de un proceso que a nadie le afecta tanto como a ellos mismos. 15 Deshumanización es un concepto poco delimitado, algunos se refieren a él como pérdida de atributos humanos y para otros hace referencia a la pérdida de la dignidad. La humanización o deshumanización se refiere al grado de humanismo practicado por los que se relacionan con el enfermo, porque los servicios sanitarios pueden ser despersonalizados pero, al mismo tiempo humanizados y, por el contrario, pueden darse asistencias médicas relativamente personalizadas, pero poco humanizadas. La deshumanización supone la conversión del paciente en un objeto, su “cosificación”. Aquel pierde sus rasgos personales e individuales, se prescinde de sus sentimientos y valores y se le identifica con sus rasgos externos; la misma praxis sanitaria tiende a convertir al enfermo en la patología que padece, olvidando o relegando a segundo término sus dimensiones personales, distintas y específicas en cada paciente. La deshumanización implica la ausencia de calor en la relación humana, los profesionales sanitarios necesitan mantener una distancia afectiva con los enfermos, pero estos no deben experimentar esta falta de sentimientos visibles como una negación de humanidad. No es raro que los arquitectos deshumanización al referirse a los instituciones sanitarias que fuerzan a comportarse con naturalidad y donde libertad, individualidad y complejidad. usen el término de hospitales y otras los enfermos a no se les restringe su Hay algunos factores que inciden en la tendencia hacia la deshumanización: • La presión hacia la centralización de las instituciones y del personal, resultado de la revolución tecnológica y del incremento de los costes médicos. • El rápido y masivo incremento de conocimiento médico y de la necesidad de especialización. • La burocracia, en demasiadas ocasiones se crean montones de informes en torno a los pacientes, entre los que los rasgos personales se diluyen. Una atención humanizada se caracteriza por los siguientes rasgos: • Reconocimiento de la dignidad intrínseca de todo enfermo. • Todo paciente debe ser tratado como un individuo concreto, con su historia personal, atributos, necesidades y deseos. • Todo paciente es una unidad compleja y total que desborda las actitudes reduccionistas que restringen al paciente a su dolencia o a su sintomatología. • Respeto a la libertad del paciente (básico en la humanización de la atención sanitaria). Es el reconocimiento de que el enfermo es una persona autónoma que tiene un control sobre su situación física y cultural. El reconocimiento a la libertad y autonomía de los pacientes puede liberar a los profesionales, que no son ya los únicos que deben asumir responsabilidades en la atención al propio paciente. Uno de las conquistas de la medicina del siglo XX ha sido la “Introducción de sujeto en la medicina” (Laín Entralgo), se trata de ver al paciente no como paciente sino como sujeto patogénicamente activo y por tanto creador o modulador de su enfermedad, la enfermedad no sólo consta de hechos, sino también de valores: no sólo se tiene o se padece, sino que se hace y se crea, de aquí la importancia de conocer el punto de vista del paciente, algo que se puede hacer metódicamente con técnicas como las humanidades médicas, cuya importancia en la formación de sanitario es fundamental. • El igualitarismo en la relación médico - paciente aunque pueda parecer muy difícil de realizar: ya que la ciencia y la experiencia de los profesionales dan un status social superior es necesario acentuar la conciencia de que los sanitarios servimos a la humanidad y debemos respetar los derechos de los enfermos. • Los conceptos de empatía y afecto son los dos aspectos emocionales más discutibles dentro de una atención humanizada. Una fuerte implicación de los profesionales puede quebrar su energía emocional y la implicación afectiva puede dificultar las decisiones objetivas y disminuir la autoridad necesaria para el seguimiento de las medidas terapéuticas. Se hace preciso buscar un equilibrio que permita un compromiso emocional con los pacientes, al mismo tiempo, restringido. • La amistad médica. La relación entre el médico y el enfermo puede entenderse de tres formas (Laín Entralgo): - Como una relación de dominio, en la que el médico posee unas técnicas mediante las cuales modifica la enfermedad con un límite que no existe mas que de facto. - Como una relación cooperativa, la relación médicoenfermo debe ser una “camaradería intinerante” en la que el médico y el enfermo recorren como camaradas un mismo camino hacia la meta de la curación de enfermo. Humanización de la Atención Sanitaria 154 - Laín propone que la relación médico - enfermo sea una forma singular de amistad hombre - hombre que no es sólo camaradería sino que es, además, amistad, reducida en el ejercicio a cuatro actividades: • La benevolencia: se es amigo queriendo el bien del otro. • La bendiciencia: se es amigo hablando bien del otro, en la medida que puede hacerse sin mentir. • La beneficiencia: se es amigo haciendo bien al otro. • La benefidencia: la efusión hacia el otro para compartir con él algo que me pertenece íntimamente a mí y que, en cuanto se convierte en confidencia, nos permite a los dos convertir en didáctica nuestra relación dual. La relación óptima entre el médico y el enfermo debe ser la amistad médica, es un tipo de relación por la que el médico procura el bien del enfermo, hace bien al enfermo, recibe confidencias del enfermo y lo hace situándose entre la tiranía y el paternalismo. El humanismo consiste en no sacrificar jamás un ser humano a un objetivo. Esto es lo que nunca debería olvidar una medicina que maneje scanners o utilice pruebas de diagnóstico genético: que debe existir entre los profesionales de la salud y el enfermo, no sólo una camaradería itinerante, sino una verdadera amistad, y que como decía Laín Entralgo, el médico “es un hombre bueno, perito en la ciencia y en el arte de curar”. 6.- A MODO DE CONCLUSIÓN Se reconoce por parte del colectivo médico, en general, y en diferentes países, que a pesar de los notables avances científicos y de las tecnologías diagnósticas y terapéuticas, existen amplios sectores de la sociedad insatisfechos con la atención médica que reciben. La ética y la humanización no se pregonan, se practican. En consecuencia, el abordar el cambio cualitativo del ejercicio de la medicina en el siglo XXI exige un esfuerzo en la formación continuada, además de introducir nuevos paradigmas en los programas curriculares a determinar. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 15 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Bermejo JC. Apuntes de Relación de Ayuda. Centro de Humanización de la Salud. España, 1996. 2.Buckley R, Calpe J. La Formación: Teoría y Práctica. Madrid: Diaz Santos, 1991. 3.Casse P. Instrumentos para una formación eficaz. Bilbao: Deusto, 1988. 4.Comité de Expertos en consentimiento informado del Departamento de Salud, Gobierno de Navarra. El consentimiento informado. An Sis San Navarra 1997; 20: 77-88. 5.Educación y Formación: http//www2.echo.lu/telematics/education/en/ 6.Gafo J. Fundamentación de la Bioética y Manipulación Genética. Madrid: Universidad de Comillas, 1988. 7.Gracia D. Fundamentos de Bioética. Madrid: Eudema, 1995. 8.Gracia D. Procedimientos de decisión en Ética Clínica. Madrid, 1996. 9.Guy Le Boterf. Ingeniería y evaluación de los Planes de Formación. Bilbao: Deusto, 1988. 10.Historia Universal de la Medicina. Tomo VII. Salvat Editores S.A., 1974. 11.Lyón A., Pertrucelli J. Historia de la Medicina. Mosby - Doyma Libros, 1994. 12.Laín Entralgo P. La Medicina actual: Poderío y perplejidad. En Laín P. Historia de la Medicina. Barcelona: Salvat Editores S.A., 1998. 13.Laín Entralgo P. El médico y el enfermo. Madrid: Guadarrama, 1969. 14.Libro Blanco sobre la Educación y la Formación: http://www.cc.cec:8080/en/record/white/edu9511/i ndex.htm 15.López Azpitarte E. Ética y Vida. Madrid, 1990. 16.López Piñero JM. Historia de la Medicina. Madrid: Historia 16, 1990. 17.Lorenz K. Los Ocho Pecados Mortales de la Humanidad Civilizada. Barcelona: Plaza y Janés, 1973. 18.Mayor Zaragoza F. Ciencia y Poder, hoy y mañana. An Sis San Navarra 1997; 20: 283-305. 19.Comisión Central de Ética y Deontología Médica de la OMC. Objeción de conciencia del Médico. An Sis San Navarra 1997; 20: 415-417. 20.Papert SJ. Desafío a la Mente: Computadoras y Educación. Buenos Aires: Galápagos, 1982. 21.Prieto JM.. Psicología del trabajo y formación del personal en la transformación europea. Revista de Psicología del Trabajo y de la Organizaciones; 7 (20), 207 - 215. 22.Rae L . Manual de formación de personal. Bilbao: Deusto, 1994. 23.Rodriguez JL. La formación en las organizaciones. Madrid: Díaz Santos, 1993. 24.Rodriguez JL, Medrano G. La formación en las organizaciones. Madrid: Eudema Psicología, 1993. 25.Sole F. Como confeccionar un plan de formación en una empresa. Madrid: Díaz Santos, 1994. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 156 18 15 18 AVANCES TECNOLÓGICOS Y HUMANIZACIÓN DE LA ASISTENCIA SANITARIA: MITOS Y REALIDADES quirúrgicos usados en Atención Sanitaria, así como los sistemas organizativos y de soporte dentro de los cuales se proporciona dicha atención. Al aludir, pues, al concepto de tecnología no nos referimos sólo a aparatos y dispositivos, sino también de la forma mediante la que miramos y pensamos acerca de las cosas. Una definición amplia de tecnología incluye cualquier tipo de intervención que tiene influencia en la salud y en la sociedad. Dr. José María Martín-Moreno Ahora bien, ¿es compatible el desarrollo desenfrenado de avances tecnológicos con un trato humano en el proceso de asistencia sanitaria?. Esta cuestión no es nueva, pues el debate sobre las maravillas o los peligros de la tecnología ha sido tradicional objeto de discusión que se ha dilatado a través de la historia. Multitud de obras literarias, desde “Fausto” (de Goethe) hasta “Un mundo feliz” (de Aldous Huxley), han tratado este tema. Es por ello lícito plantearse la cuestión: ¿la medicina y la tecnología médica actúan como “causante” del problema de deshumanización?. 1.- INTRODUCCIÓN El concepto de cambio o renovación en el ámbito de la salud está en gran parte ligado al constante progreso de la ciencia médica y de las tecnologías sanitarias. La mayoría de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos que hoy se utilizan no se conocían hace apenas cincuenta años y han incidido en mejoras significativas en la esperanza de vida. El progreso también busca incidir en una mayor calidad de vida, porque hoy día una mayor longevidad con discapacidades y deficiencias no es una meta de salud. Hay que tender hacia una vida no sólo más larga, sino en mejores condiciones de salud. Por otro lado es bien conocido que todos los sistemas sanitarios coinciden en ciertos fines básicos, incluyendo el facilitar el acceso a los servicios de salud y mejorar la calidad de los servicios que se ofrecen, todo ello buscando fórmulas para dotar de estabilidad financiera al sistema. En la sociedad en general, y en el mundo de la medicina y la gestión sanitaria en particular, existe un amplio debate sobre los sistemas de atención de salud, incluyendo dos grandes temas. Por un lado, ¿cómo conseguir impulsar un trato más humano a la atención sociosanitaria?. Por otro, ¿cómo asegurar la “sostenibilidad” de los sistemas sanitarios teniendo en cuenta las presiones provenientes de los cambios demográficos, los patrones de mayor demanda, y los propios avances tecnológicos?. Todo ello nos exige un cambio de situación para adaptarnos al nuevo entorno, sin dejar de orientar nuestros sistemas sanitarios hacia la satisfacción de las necesidades y preferencias de los ciudadanos. 2.- AVANCES TECNOLÓGICOS: ¿DE QUÉ HABLAMOS? Primero es importante acotar el concepto. El término “tecnologías sanitarias” incluye el conjunto de medicamentos, dispositivos y procedimientos médicos o Por un lado, es cierto que el progreso de las técnicas y sus aplicaciones ha dado lugar a una relativa sensación de dominio y distancia en el trato, habiéndose impuesto un cierto positivismo científico e ideológico que llega a hacer aparentemente innecesaria una comunicación (más allá de lo básico) con el paciente. Frente a ello, autores como Ivan Illich (teólogo y filósofo católico de origen austríaco) pusieron en el tapete los límites del biologismo, cuestionando el positivismo y legitimando la discusión sobre la eficacia real de la medicina de su época Este debate ha incluido dimensiones tales como el poder en las relaciones médico - enfermo, la cuestión de la autonomía del individuo (que retoma luego la bioética), y otros aspectos relacionados de gran interés. En cualquier caso, parece sensato afirmar que el problema no es intrínsecamente atribuible a la tecnología, sino la relación entre ésta y los que quieren hacer uso de ella. 3.- LOS PELIGROS DEL DESCONTROL EN LA INTRODUCCIÓN Y UTILIZACIÓN DE TECNOLOGÍAS El fenómeno ha sido muy bien descrito por Eric Casell en su ensayo sobre “La escoba del brujo” o el desenfreno de la tecnología médica. La tesis defendida por ese autor es que, como ocurría en el episodio sobre “El aprendiz de brujo” de la película “Fantasía” (de Walt Disney), las tecnologías pueden llegar a adquirir vida Humanización de la Atención Sanitaria 158 propia, no sólo por las características intrínsecas de las propias tecnologías, sino también debido a ciertos rasgos humanos de carácter generalizado. La idea es que una tecnología es diseñada para satisfacer las necesidades de los pacientes y usuarios pero, con posterioridad, los propios proveedores y usuarios redefinen sus objetivos en función de la tecnología, todo ello con un fin simplificador, en el que a menudo subyace una incomodidad o falta de tolerancia con el fenómeno de la falta de seguridad (ambigüedad) diagnóstica o terapéutica. El hecho que parece cierto es que si no se controla la utilización de la tecnología, lo previsible es su crecimiento cuasi-autónomo hasta niveles que pueden llegar a ser un peligro o que no se podrán asumir. Pero, ¿por qué esto es así?. Más allá de hipótesis basadas en la posible perversión del mercado, hay dos escalones reduccionistas que explican este fenómeno. Por un lado, la tendencia a reducir el problema de la enfermedad humana al problema biológico subyacente, sin tener en cuenta todos sus complejos aspectos culturales, emocionales, sociales y físicos. Por otro lado, la definición operativa que a menudo se lleva a cabo en la investigación científica de las enfermedades, simplifica la cuestión de la enfermedad reduciéndola a la existencia del microorganismo o de la anomalía anatomopatológica, lo que conduce a su vez a desarrollos tecnológicos que permiten etiquetar la entidad nosológica, reforzando así de forma cíclica la propia imagen que hemos formado de la enfermedad. Este círculo se convierte con frecuencia en una trampa de la que resulta difícil salir, aunque encontrar la salida es que debe asumirse, tanto por el bien de la propia ciencia y del adecuado desarrollo de la tecnología verdaderamente necesaria, como, sobre todo, por el bien del paciente. 4.- RAZONES DE LA ATRACCIÓN, A VECES DESMEDIDA, POR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Las tecnología diferentes siguiendo podríamos • • • • • • razones de un cierto nivel de atracción por la carente de espíritu crítico puede derivarse de características. De forma sistemática, y con cierta libertad el esquema de Cassell, identificar las siguientes: Fascinación por los nuevos aparatos. El reclamo de la inmediatez. Lo aparentemente inequívoco. La eliminación de la incertidumbre. La auto-perpetuación de la tecnología. El deseo humano de poder. La fascinación por un nuevo artilugio hace que, por ejemplo, cuando se produce la visita de una autoridad a un centro hospitalario, lo que se intente destacar por parte de los anfitriones sea el último aparato de diagnóstico por imagen. No resultaría tan atractiva la labor en una consulta común o una sesión de psicoterapia de grupo. El deslumbrarse por una consola llena de botones no deja de ser, incluso, una característica infantil del ser humano, que se deja seducir de forma inmediata ante el asombro de lo nuevo. En cuanto al sentido de la inmediatez, existe una tendencia a sentirse más seguro cuando se habla de parámetros, cifras o datos precisos, resultantes de una valoración en el momento. El paciente, así, se describe en función de variables con valores exactos definidos a partir de pruebas más o menos sofisticadas. Se olvida con frecuencia que el ser humano evoluciona de forma continua, y que tiene facetas no sólo biológicas, sino psicológicas, emotivas y sociales que pueden tener enorme trascendencia para el resultado de su proceso vital. Por ejemplo, ante un paciente terminal parece resultar más sencillo para un equipo médico estar hablando de los valores de pruebas y resultados radiográficos que del sufrimiento del paciente y de cómo aliviarlo. En definitiva, la inmediatez, la aparente objetividad del dato, minimiza el problema y facilita una cierta distancia frente al sufrimiento de la persona enferma. Una tercera dimensión, lo aparentemente inequívoco de la tecnología, hace que a veces se emplee de forma inapropiada. De hecho los dinteles de normalidad frente a anormalidad, o las características definitorias de un diagnóstico por imagen, se fijan de manera exacta para minimizar cualquier sombra de duda, cualquier ambigüedad, pese a que el fenómeno estudiado no sea tan simple, como bien queda reflejado en la distribución gaussiana de cualquier variable fisiológica. El ejemplo de la enfermedad arterial coronaria y las tecnologías utilizadas para su diagnóstico ilustran bien este problema. En otras palabras, se tiende a predominar la imagen anatómica o estructural por encima de la función, el cuerpo sobre la persona, la longitud del periodo de vida por encima de su calidad. De ello hay que ser consciente para que ese impulso autómata no se acepte sin espíritu crítico. Complementario a lo anterior es el fenómeno de la eliminación de la incertidumbre, o lo que es equivalente, la búsqueda de la certeza. La incertidumbre, la duda, es motivo de preocupación para los profesionales. La situación es entendible en el contexto del reto profesional del que hablamos, puesto que los médicos se ven sometidos a especial presión en función de las graves repercusiones que 15 sus decisiones pueden tener para la vida de otras personas. Pero hay que proclamar que el reconocer un relativo nivel de incertidumbre tiende a ser siempre inevitable, al menos por dos motivos: El primero, porque toda decisión médica se toma en relación al futuro, y el futuro está condicionado no sólo por las variables que hemos controlado hasta el momento de la decisión, sino por nuevas que puedan ir surgiendo inmediatamente después. El segundo motivo es que el conocimiento médico, o en general científico, trata de generalidades, de reglas, de situaciones promedio. Pero a la hora de trabajar estamos ante individuos, algunos de los cuales son excepciones a la regla (recuérdese el aforismo de que “no hay enfermedades sino enfermos”). Por otro lado, cuando hablamos de lo equivocado del paradigma imperante, ello no es totalmente atribuible a los profesionales clínicos. En otras palabras, no debemos ser simplistas achacando la culpa de los escenarios a los médicos. Además de las presiones de la oferta (proveedores) y del contexto de trabajo, se da la circunstancia de que los propios pacientes acceden cada vez más a información vía internet o a través de los medios de comunicación generales... y terminan creyendo que ha sido “la prueba” (y no el médico) la que hace el diagnóstico y que es el medicamento (y no el clínico a través de todo el plan terapéutico) el que cura. Por todo ello, los propios pacientes están también potenciando con frecuencia el papel de la mitología tecnológica frente a la aproximación humanista más integral. Por otro lado, se da la circunstancia de que la tecnología tiende a perpetuarse por si misma. Ciertos datos o imágenes derivados de la utilización de una técnica, son sólo interpretables con otra nueva tecnología. Se tiende a redefinir el problema para que, así, la tecnología sea la adecuada. Así, se complica el mundo de aparatos que rodea las decisiones clínicas. En cuanto al deseo humano de poder entendido como control o influencia en los acontecimientos, es algo consustancial con nuestra naturaleza y, bien entendido, hasta cierto punto legítimo. El poder de la medicina se demuestra al tratar una infección o eliminar un dolor. Antes ese poder era en gran parte fruto de un nivel de maduración complejo como médico y como persona, intentando aproximarse de forma exhaustiva al paciente como individuo en su entorno. Hoy día la tecnología permite un cierto nivel de poder con un menor nivel de implicación personal. Llega a no ser tan importante explorar las circunstancias de la persona tratada, si el paciente tiene apoyo familiar o no, dado que pensamos que puede ser suficiente la administración de una sofisticada prueba diagnóstica o un tratamiento moderno. Los estamentos organizadores refuerzan esa imagen porque, desde otra perspectiva, la tecnología tiende a conferir categoría a hospitales y otros centros médicos que son aparentemente tan mejores cuanto más sofisticados aparatos e instrumentos estén disponibles en dichos centros. Todo lo anterior ilustra cómo la tecnología influye de forma concluyente sobre la medicina y sobre los pacientes, debido a su capacidad para fascinar, dar sensación de inmediatez y certidumbre, tener tendencia a autoperpetuarse y aumentar la conciencia de poder. Es llamativo el hecho de que, como es algo relativamente desconocido, a veces, cuando surgen problemas derivados de la utilización de una tecnología, ésta sea culpada directamente de los males que haya podido generar, en lugar de responsabilizar a los que autorizaron la tecnología, a los médicos que la prescribieron, a los pacientes que la adoran y reclaman, o -en definitiva- al poco conocimiento en el que con frecuencia se sustenta. Por ello hay que avanzar hacia una mayor conciencia de la importancia de humanizar la atención, considerar que tratamos a personas y no a enfermedades, y aprender a tolerar un relativo nivel de ambigüedad o incertidumbre al abordar la complejidad de los problemas médicos a los que tenemos que enfrentarnos. 5.- ALGUNOS DILEMAS ÉTICOS EN LAS DECISIONES SOBRE TECNOLOGÍAS SANITARIAS No cabe duda que la tecnología sanitaria es uno de los elementos imprescindibles para acercar el futuro a la sanidad. La valoración de la efectividad de los cambios tecnológicos es un aspecto clave para ese futuro, puesto que un sistema con recursos limitados debe, más que racionar, racionalizar el acceso a esa tecnología, que debería contar siempre con el consenso entre profesionales. La tecnología debe ser examinada con criterios científicos y teniendo en cuenta el bien del paciente. Existe una razonable preocupación en cuanto a la amenaza de que los sistemas sanitarios, con recursos siempre limitados, puedan tener el riego de falta de sostenibilidad. En otras palabras, que el sistema llegue a no tener capacidad para comprar todas las tecnologías aparentemente útiles que salen al mercado. Ello es así porque las nuevas tecnologías son cada vez más caras y porque no suelen sustituir a otras, sino que tienden a superponerse a las ya existentes. Entre los elementos que quedan para la reflexión, pueden incluirse los siguientes: ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la ganancia de vida inmediata para pocos Humanización de la Atención Sanitaria 160 frente a mejoras de cantidad o calidad diferidas para un sector de población más amplio?; ¿Cómo identificar y controlar la pulsión por actuar frente a actitud de no intervenir en situaciones de incertidumbre?; ¿Cómo gestionar la incertidumbre, transmitir la información, mantener una adecuada cercanía en el trato al paciente, y consolidar una asistencia con continuidad (longitudinalidad)?. En definitiva, el imperativo ético y democrático de mantener la solidaridad, equidad y cohesión social, debe coexistir con la exigencia presupuestaria de llevar a cabo este servicio de forma sostenible, y ello es uno de los grandes retos que subyace en la política sanitaria española y en los países de nuestro entorno. Gran parte del debate sobre el futuro inmediato de la sanidad gira entorno a la relación entre solidaridad y contención de costes, manteniendo, en todo caso, la equidad de acceso y la asistencia universal y la incorporación de las nuevas tecnologías previa evaluación de su efectividad. Junto a todo lo anterior, hay que afrontar con valentía la caracterización de los prototipos de relación médico - paciente, tratando de aprender de ello para sacar las oportunas conclusiones. Así, dependiendo de la interacción entre el control del médico (alto, bajo) por un lado, y el control del paciente (alto, bajo) por otro, pueden darse escenarios que van desde una sinergia mutua (control y respeto tanto del médico como del paciente), al paternalismo (cuando el médico excluye al paciente del ámbito de decisiones), a una atención consumista (cuando el paciente domina y demanda por encima de lo razonable), o hasta el escenario extremo de una interrelación y atención muy deficiente (cuando hay pasividad y falta de control tanto del médico como del paciente). 6.- Y EN ESE CONTEXTO, ¿QUÉ PAPEL PUEDE JUGAR LA EVALUACIÓN DE TECNOLOGÍAS SANITARIAS? Ante todo, hemos definir el concepto de evaluación de tecnologías sanitarias (ETES), y aquí lo describiremos como el proceso de investigación y análisis, dirigido a estimar el valor y contribución relativos de cada tecnología sanitaria a la mejora de la salud individual y colectiva, teniendo, además, en cuenta su impacto económico y social. La misión de la ETES, incluye el proporcionar información fiable relevante y útil para la toma de decisiones, buscando como objetivo finalista conseguir que se haga lo apropiado y apropiadamente. Si tenemos en cuenta lo anterior, entenderemos cómo en el contexto de esa misión, la evaluación de tecnologías sanitarias puede contribuir a reducir la tensión de los dilemas éticos previamente enunciados. En España se viene trabajando desde las diversas Agencias y unidades cualificadas en esa línea. La contribución de la ETES puede llevarse a cabo, entre otras formas, proporcionando información sobre resultados globales (outcomes). Enfrente se sitúa el deslumbramiento de los resultados intermedios, estableciendo la contribución relativa de diferentes intervenciones en salud a través de la comparación de alternativas (incluyendo la de no intervenir). Se establece así la utilidad de las pruebas diagnósticas (impacto real en el manejo de pacientes), valorando la efectividad, el coste, la relación coste-efectividad y la utilidad de las tecnologías sometidas a consideración para cobertura. Con todo ello se podrán difundir guías de práctica clínica fiables disponibles para su uso en la práctica individual (bajo una perspectiva no rígida, pero que orienta hacia el buen uso apropiado). No podemos dejar de subrayar la complementariedad de la bioética (que opera en el mundo de los valores, indagando sobre su fundamento, haciendo explícito lo implícito y averiguando su nivel de racionalidad). Otro elemento a destacar es la disciplina de la evaluación de tecnologías sanitarias, que proporciona luz y conocimiento al razonamiento, permitiendo eventualmente sustentar o modificar valores, pero nunca sustituirlos, dado que siempre habrá en la toma de decisiones un componente de jerarquía de valores que la pura racionalidad no puede sustituir. 7.- A MODO DE CONCLUSIÓN Si se me permite la osadía de hacer predicciones o formular deseos, los profesionales sanitarios en el siglo XXI entenderán paulatinamente que no basta con limitarse a tratar la enfermedad, sino que tendrán que ampliar sus funciones para poder atender a la población con la mayor eficacia, bajo la filosofía de la atención basada en la persona. Los profesionales desempeñarán tareas antes alejadas de sus perfiles, entre ellas la utilización óptima de las nuevas tecnologías para mejorar la calidad asistencial, teniendo en cuenta consideraciones éticas, científicas y el beneficio final del paciente. Sabrán que, en ocasiones, el principal elemento tecnológico diagnóstico y terapéutico que tiene un médico es atender a un paciente en la consulta, escuchándole y explorándole, y desearán sacar partido de la tecnología pero con prudencia y control, mediante el fomento de la cultura de la evaluación sistemática (evaluación de tecnologías sanitarias). 16 Por otro lado, mediante técnicas de comunicación colaborarán a promover modos de vida sanos. Además, participarán en la formulación de las políticas de salud, así como en la planificación, desarrollo y puesta en práctica de la atención sanitaria. Los profesionales de la medicina y de las ciencias de la salud del siglo XXI tendrán, pues, que tomar decisiones no sólo clínicas o sanitarias, sino también económicas y sociales en relación con la atención de la salud de los ciudadanos. En definitiva, se promoverá un proceso de humanización que centre el interés en las personas. El deseo queda formulado y el reto merece la pena. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Del Llano J, Ortún V, Martín-Moreno JM, Millán J, Gené J. Gestión Sanitaria. Innovaciones y desafíos. Barcelona: Masson, 1998. 2.OTA. Assessing the efficacy and safety of medical technologies. Washington, DC: Office of Technology Assessment, 1978. 3.Berger A. The impact of new technologies in medicine. Br Med J 1999; 318: 346. 4.Illich I. Némesis médica. Barcelona: Barral editores, 1975. 5.Cassell EJ. The sorcerer’s broom. Medicine’s rampant technology. Hastings Cent Rep 1993; 23: 32-36. 6.Roter DL. Doctors talking to patients/Patients talking to doctors: Improving communication in medical visits. Westports, GT: Auburn House, 1992. 7.Muir Gray AJ. Atención Sanitaria Basada en la Evidencia. Cómo tomar decisiones en gestión y política sanitaria. Madrid: Churchill Livingstone España, 1997. 8.Granados A, Samprieto-Colom L, Asua J, Conde J, Vazquez-Albertino R. Health Technology Assessment in Spain. International Journal of Technology Assessment in Health Care 2000; 16: 532-559. 1 Humanización de la Atención Sanitaria 162 19 16 19 LA HUMANIZACIÓN COMO FUNCIÓN DE APOYO DE LA ENFERMERÍA EN LOS CUIDADOS A LOS PACIENTES Dña. Amparo Nogales Espert Dña. Emilia Llorca Marqués D. Pedro Hidalgo Caballero 1.- BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA ENFERMERÍA En el desarrollo del pensamiento enfermero, surge necesariamente la reflexión acerca del ser humano, de la salud y de la enfermedad. Ahora nos preguntamos también cómo aprender algo tan poco medible, de tan difícil comprensión y con lo que de continuo estamos en contacto; a saber, qué es la vida y qué es el sufrimiento. Una primera aproximación a la diversidad de respuestas que entraña la pregunta de qué es la vida, nos presenta a ésta con una constante, la de su transitoriedad; es decir, su limitación temporal. De manera que nuestras posibilidades de desarrollo y de creación son transitorias y a la vez presentan una gran variedad de posibilidades de actuación. Desde el punto de vista profesional, como enfermeras, podemos elegir nuestros actos, y no solo podemos, sino que decidimos a cada momento, el sentido que damos a nuestro trabajo, del que en definitiva va a depender su resultado. La libertad de nuestra vida apunta hacia la responsabilidad que representa el hecho de vivir, porque cada uno, lo que llegue a hacer en su vida y en su profesión, aquello que llegue a ser, tiene que hacerlo por sí mismo. Como enfermeras tenemos la potencialidad de actuar como profesionales que viven su trabajo como un ideal de ayuda al ser humano, o no. Se dirá que en la vida nuestras actuaciones están influenciadas por nuestras características psicológicas, biológicas y sociales. Pero por encima de los diversos condicionantes, está el potencial que nos permite la intima y definitiva elección de nuestros actos. En el desarrollo de nuestra vida profesional pueden darse varias fases. La primera cuando nos iniciamos en el primer puesto de trabajo, llena de entusiasmo por cumplir nuestro claro y decidido objetivo de servir de ayuda a la humanidad doliente. La segunda fase en la que cobran cada vez más fuerza las dificultadas encontradas en el entorno (hábitos de trabajo, sistema organizativo, presión de la propia carga asistencial); todas ellas restan fuerza a la energía inicial, que ponía por encima con toda claridad el ideal de la enfermería, basado en una asistencia fundamentalmente humanista. La tercera etapa, después de unos años de actividad profesional, puede introducirnos, sin darnos cuenta, en un estado de apatía, en el que nuestros ideales iniciales se convierten en una añoranza cada vez más lejana, condicionada por muchos por qué, entre los que tampoco falta el caparazón protector con que intentamos rodearnos para que los sufrimientos de aquellas personas cuidadas por nuestras manos nos resulten menos exigentes y más tolerables. Llegadas las cosas a este punto, resulta deseable tratar de adquirir una nueva perspectiva: la búsqueda del significado más profundo de la enfermería, intensificando la reflexión sobre el sentido del trabajo realizado, ayudando con nuestros cuidados a que tantas personas se sientan mejor. La vida es el bien más preciado del ser humano, se encuentre en la fase en que se encuentre. La observación nos permite contemplar las más diversas formas de reaccionar ante la enfermedad y el dolor, desde los gestos de la mayor valentía, aceptación, e impresionante grandeza, hasta actitudes de rechazo, terror y total depresión. La intencionalidad de nuestros actos debe dirigirse a prestar apoyo a las personas a nuestro cuidado para sobreponerse a situaciones difíciles como el sufrimiento, el dolor, la preocupación, o la desesperanza. Pero ¿cómo facilitar un soporte eficaz a los seres humanos que sufren unas condiciones vitales tan difíciles?. La dedicación, el afecto, incluso el humor transmitiendo nuestra actitud de ayuda, son suficientes para que el enfermo recupere la sensación de ser importante, de adquirir nuevas energías, de recuperar la esperanza y una actitud serena hacia un futuro que se ve menos dudoso. La enfermera que asiste a tantos destinos inciertos ¿qué puede hacer para que su trabajo no parezca inútil, para que pueda continuar en la certeza de la utilidad de sus esfuerzos al pie de la cama del enfermo cuando la vida le abandona?. Con frecuencia hemos pensado en las dificultades de la profesión de enfermería. Las enfermeras hemos de luchar contra corriente ante el impulso que, como seres humanos, nos lleva a separarnos de lo desagradable, lo triste y doloroso que rodea a la enfermedad y al ser humano enfermo, para cumplir con dignidad nuestro papel de cuidadoras técnicas y al mismo tiempo, afectivamente próximas a la sensibilidad de nuestros pacientes, tan Humanización de la Atención Sanitaria 164 vulnerable y dañada. Una forma de hacer frente a las circunstancias difíciles que rodean nuestro trabajo, y desechar las influencias negativas de un entorno de dolor y de muerte, es la apelación a la libertad interior que nos ayuda a escapar del deseo de inhibirnos, de protegernos recurriendo a la indiferencia ante el sufrimiento y ante la contemplación de los últimos instantes repetidamente presenciados de la vida humana que, de cualquier forma, se van a suceder. Si el ser humano en general y la enfermera como tal, cuenta con la libertad para elegir una conducta y para reaccionar de forma determinada ante un entorno dado; si ciertamente el ser humano no es solo un producto casual de los factores biológicos, psicológicos y sociales que tienden a conformarle y a dirigir su conducta, entonces la enfermera puede contar con la experiencia y con los principios básicos de la enfermería, para superar la difícil realidad que le invita a huir mentalmente de las circunstancias desagradables, permaneciendo en actitud de ayuda y a veces de compañía junto al paciente en momentos difíciles, o en los más dolorosos del trance final. La enfermera, como todo ser humano, tiene capacidad de elegir y se encuentra ante constantes oportunidades de tomar una decisión que finalmente determina si se somete a las circunstancias que le rodean y se deja llevar por la tendencia que le empuja hacia la indiferencia ante el dolor y la muerte pensando que su trabajo es inútil, o si por el contrario utiliza su independencia mental y por encima de las fuerzas que le piden dejarse llevar, hace uso de la oportunidad de tomar una decisión, la de elegir por encima de la apatía, el cansancio y la indiferencia. Los principios básicos de la enfermería sirven de importante pilar de soporte para nuestras actuaciones, al destacar la voluntad de ayuda y el deseo de ser útil a los seres a nuestro cuidado como factores fundamentales del ser enfermero. La enfermera es la que sirve a las necesidades de su paciente, aún en las más difíciles circunstancias de tensión física y psíquica. Para Viktor E. Frankl, “al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”. Esta actitud personal por la que siempre podemos optar, es un buen instrumento para dar sentido a la enfermería. Así, el tipo de profesional en que llega a convertirse una enfermera, es el resultado de una decisión personal, y no solo el producto de las influencias del entorno. La dignidad del ejercicio de la enfermería se encuentra en que la enfermera abandona una actitud pasiva o estereotipada y decide cuidar actuando de forma creativa, adaptándose a las necesidades del enfermo, incluso en las circunstancias más difíciles de incurabilidad y de muerte próxima. Esta actitud de plenitud de ayuda hacia su enfermo, este talante creativo adaptado a la necesidad de cada paciente, tiene también un resultado positivo para la enfermera; el de experimentar la plenitud de la belleza y el arte de la enfermería, al prestar apoyo a una vida, restringida por las fuerzas de la propia naturaleza de la enfermedad. La enfermera con su actitud de ayuda hace que el sufrimiento pueda tener sentido incluso para el paciente, quien en su destino adverso, tiene la grandeza de adoptar una actitud valerosa. La enfermera tiene la posibilidad de intervenir, con su apoyo, en el modo en que un paciente acepta sus sufrimientos, ayudándole a vivirlos como una ocasión, aunque no sea envidiable, de desarrollar una conducta meritoria y llena de fortaleza, por encima de un adverso destino. Es cierto que no resulta fácil llegar a esta actitud mental. Sin embargo, las enfermeras contamos con el pensamiento enfermero, es decir, con la posibilidad de reflexionar sobre nuestra labor presente, matizada por nuestro pasado y desde esta reflexión, trazar un futuro de actuación inmediato, que no esté marcado negativamente por las fuerzas de las circunstancias, sino que proporcione adecuada respuesta a las demandas de cuidados y asistencia solicitados por nuestra sociedad. La escritora danesa Karen Blixen, autora de Memorias de Africa, fue una enferma crónica que tuvo que soportar la enfermedad de la sífilis y sus graves secuelas, contagiada por su marido desde muy joven. En los últimos años de su vida, presa de profundos dolores, manifestaba su opinión de que existen tres formas de perfecta alegría en la vida: la desaparición del dolor, el verse rebosante de fuerza y el sentirse convencido de estar cumpliendo el propio destino. Y de estas tres formas, valoraba más la tercera, pues si bien las dos primeras podían ser un regalo de la naturaleza, en cambio la última era realmente una conquista de la voluntad. Utilizaba la frase “Navigare necesse est, vivire non necesse”, tratando de señalar que no es tan importante la vida, sino aquello que somos capaces de hacer con ella. Y ese deseo de tomar nuestro propio timón, sea cual sea la circunstancia que vivimos, puede ser contagiado por la enfermera al paciente, a quien conoce, cuida y comprende, y puede llevar a éste al convencimiento de que “la verdadera alegría no tiene que ver con la ausencia de dolor, o con la salud, sino con la decisión de estar cumpliendo el propio destino”. 16 Estar atentos al análisis de nuestra historia, de la Historia de la Enfermería como profesión, nos permite observar a través de una abundante documentación, que la enfermera, cualquiera fuera su nombre en cada época (en el caso de que lo tuviese), ha estado ahí, formando una parte indispensable de la asistencia a los enfermos, en cualquier momento de la historia. Ninguna institución asistencial hubiera podido echar a andar, o continuar su trayectoria secular, sin la aportación diaria de la enfermera a la cabecera de los pacientes. De este modo, el convencimiento de que el trabajo de enfermería constituye un acontecimiento y un recurso de primer orden en el devenir de los seres humanos, puede representar un factor decisivo para alimentar la energía de las enfermeras, en su entrega al trabajo diario en respuesta a las necesidades de la sociedad, pues como afirma el Profesor Anes “para comprender el mundo en que vivimos, es necesario estudiar y conocer el pasado”. Las enfermeras tenemos necesidad de conocer nuestro pasado histórico, pues el sentido de la vida no se configura exclusivamente con las experiencias vividas de forma individual, sino que en su totalidad se conforma también desde las experiencias que los antepasados nos transmiten. 2.- EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO “No hay ninguna situación humana que tenga un seguro contra el dolor”. El dolor se encuentra presente en la experiencia de la vida humana, bien de forma real, o bien como amenaza. Para Jünger el dolor y el sufrimiento forman una parte de la vida humana, hecho éste bien conocido por los profesionales que dedican su vida al cuidado de los enfermos. Los profesionales de enfermería precisan conocer las situaciones a las que se enfrentan en su trabajo, especialmente las difíciles y comprometidas, y para ello necesitan reflexionar sobre su tarea diaria, explorar su comportamiento, las respuestas que personalmente dan a cada situación vivida y las reacciones que las mismas provocan en su entorno, especialmente en los pacientes. El dolor y el sufrimiento, presentes en gran parte de los enfermos, crean situaciones especialmente comprometidas, sobre todo en las enfermeras seriamente entregadas al servicio de sus pacientes. Además, los llamados “Paradigmas actuales de construcción de una nueva identidad profesional” se debaten entre la racionalidad técnica y el talento o habilidad profesional, entendido como el desarrollo de actividades profesionales, nunca realizadas como rutinas, o simple aplicación de técnicas. Precisamente en los enfermos que reciben cuidados paliativos, la complejidad de los cuidados de enfermería se incrementa porque el dolor y el sufrimiento están presentes de forma intensa, y muchas veces también la proximidad de la muerte. Por ello es tan importante la actitud colaboradora y participativa de la enfermera, y sobre todo la postura reflexiva que nos lleve a plantearnos con claridad quienes somos, cuál es el bien que buscamos, qué es lo que hacemos y sobre todo, lo que perseguimos en la prestación de cuidados a los enfermos. Sufrimiento y dolor son términos muy relacionados, pero no semejantes. El primero representa una experiencia más amplia, y con más dimensiones que el dolor. El sufrimiento tiene muchas causas posibles, una de ellas es el dolor propiamente dicho, otra la percepción del sentimiento de sentirse amenazado, otra el sentimiento de indefensión. El sufrimiento se ha definido como “una respuesta negativa inducida por el dolor y también por el miedo, la ansiedad, el estrés, la pérdida de objetos afectivos y otros estados psicológicos”. Sobre el dolor se ha dado la siguiente definición: “es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a lesiones hísticas reales o probables, o descrita en función de tales daños”. Así, la enfermera cuidadora de pacientes gravemente enfermos o terminales, debe saber actuar con una especial sensibilidad, pues no será suficiente con que observe y conozca los síntomas que el enfermo manifiesta cuando percibe que su situación es terminal. Estos son datos muy importantes, pero será necesario que la enfermera conozca cuál es el significado que el enfermo y sus personas queridas atribuyen a los hechos que están ocurriendo. De este modo la enfermera podrá actuar sobre aquellos hechos concretos que son motivo de sufrimiento para el enfermo, ya sean orgánicos o psicológicos. El profesional puede procurar un medio ambiente que facilite la interacción entre el enfermo, sus familiares y el personal que lo asiste, atendiendo a los aspectos físicos, como la iluminación, temperatura, o ruidos, y los psicosociales tales como personalización, intimidad, etc, a partir de los recursos existentes, y teniendo siempre en cuenta las prioridades de los pacientes. Los tres grupos de personas que intervienen en el proceso de cuidados paliativos, interactúan afectivamente, creando situaciones de delicado equilibrio. El grado de sufrimiento, dolor, malestar o bienestar del enfermo, influye en el comportamiento y actitudes de sus familiares y de los profesionales de enfermería que le atienden. La aptitud, estabilidad y experiencia de los enfermeros, influye poderosamente sobre el estado de los enfermos y sus familiares. El equilibrio emocional y la serenidad de los familiares afectan de modo directo a enfermos y enfermeras. Así pues las Humanización de la Atención Sanitaria 166 experiencias del sufrimiento se encuentran muy relacionadas entre los tres grupos de participantes, y el bienestar o malestar percibido por uno de ellos incrementa el que es sentido por los demás. Con frecuencia los pacientes terminales se encuentran deprimidos, y es misión del cuidador transformar las expectativas negativas en positivas, y sustituir esa desesperanza por esperanza. Pero ¿cómo transformar en esperanza el estado de animo del paciente cuando la curación es ya imposible y el proceso de la muerte se ha iniciado?. Ramón Bayés dice a este respecto que, “en el caso de enfermos en fases avanzadas, hay que redefinir la esperanza”. Es posible en estas circunstancias, ofrecer al enfermo situaciones y objetivos alcanzables, como evitar la soledad mediante el acompañamiento, o bien eliminar o mejorar el malestar a través del control de los síntomas. Pueden ofrecerse pequeñas esperanzas posibles de cumplir, como el que la próxima noche el sueño será más apacible, o que el dolor podrá aliviarse, o bien anunciar la visita de un buen amigo que irá al día siguiente. La enfermera en contacto directo y sensible con el sufrimiento y el dolor del ser humano, debe hacer un esfuerzo sobrehumano para no sucumbir al desánimo y al desaliento, y puede hacerlo si su objetivo de aspirar a la excelencia está basado en un ideal de solidaridad y ayuda hasta el ultimo momento, hacia el ser humano que está muriendo. Karl Rahner se pregunta qué es la muerte, sin encontrar una respuesta satisfactoria. Para este filósofo la muerte es el destino del hombre, la consumación de su historia personal. Pero la verdadera esencia de la muerte, dice, se le escapa de toda definición, porque el hombre no es solo vida biológica y material, sino que es también libertad, fidelidad, amor, responsabilidad, autoconciencia. La muerte es incomprensible. Y con este misterio se relaciona la enfermera día a día; un fenómeno conocido, y al mismo tiempo no solo inquietante, sino también aterrador. Un hecho, el morir, presenciado por la enfermera, pero no experimentado personalmente; y desde ahí, con su única presencia, debe acompañar al enfermo en ese trance desconocido. En esta tensión entre la existencia y el final de la vida, la enfermera debe ser forzosamente una persona valerosa e inteligente, y desde luego, formada para encontrar la manera de ayudar a sentir plenamente al enfermo en el último trance la dignidad de la vida humana. 3.RASGOS ENFERMERIA DEFINITORIOS DE LA Desde finales del siglo XX, la compleja y apasionante profesión de enfermería está sometida a un minucioso análisis y, en cierto modo, redefinición. Para llegar a conocer la realidad de la enfermería, es necesario “analizar un quehacer, una tarea con una dimensión social que está determinada por la interacción con otros quehaceres profesionales en el ámbito sanitario, con los individuos en el ámbito particular y con las instituciones en las que se desarrolla”. Esta interacción tiene distintas características, para cuyo conocimiento la enfermera tiene que prepararse, adquiriendo una formación que le permita relacionarse de forma positiva y enriquecedora en el ámbito individual (con los pacientes), en el ámbito profesional (con médicos, compañeros y miembros del equipo) y en el ámbito institucional (con los grupos jerárquicos que diseñan las características de la asistencia). Especialmente importante es la relación individual con el enfermo, cuya situación de indefensión de dependencia plantea a la enfermera una exigencia, la de ser muy sensible a sus condiciones y necesidades. Comportarse con el paciente con una comprensión observadora, debe aprenderse a través de la reflexión permanente. La enfermera ha de preguntarse: ¿qué es para mí el ser humano?, ¿qué importancia tienen para mí las otras personas?, ¿cuál es mi papel en la sociedad y qué papel desempeñan las otras personas en mi propia formación y cómo influyen sobre ella?. La enfermera ha de plantearse que la profesión elegida tiene por objeto primero y fundamental al ser humano, merecedor de recibir cuidados. Por ello su tarea no consiste en actividades puramente técnicas, sino que interviene relevantemente en ella la relación humana, la comunicación con el paciente. Para realizar bien su trabajo, el profesional de enfermería ha de incorporar valores especiales que solo vocacionalmente pueden desarrollarse: solidaridad, compasión, disponibilidad, interés, atenta escucha. Las enfermeras hemos de saber que nuestra elección nos implica automáticamente en la adopción de una conducta, en la que ya no cabe el distanciamiento, la despersonalización, o el trabajo automático. Hemos adquirido un compromiso al asumir lo que es ser enfermera, con la humanidad en general y con los seres más próximos que nos rodean en primer lugar. Tratando de ver la enfermería desde dentro, se nos presenta como profesión comprometida con el cuidado del ser humano, de la mejor y mas completa forma posible. Y salen a la luz los dilemas a veces muy complejos a los que debemos enfrentarnos y la oportunidad de crear unas pautas de conducta a seguir como un hilo conductor y orientador de nuestro trabajo. Pautas de conducta que nos marquen cómo actuar en nuestra relación con el enfermo, con la familia, con los compañeros, con los miembros del sistema que nos dirigen y nos guían en nuestra actividad de 16 cuidados. La enfermería está sufriendo una transformación en los últimos tiempos. La propia sociedad nos está manifestando a través de encuestas, o por medio de peticiones directas, que no espera de nosotros únicamente que seamos buenos técnicos, sino que ejercitemos determinadas cualidades necesarias para alcanzar el objetivo de nuestra profesión. El ser humano vulnerable e indefenso espera del profesional que sepa mirar, comprender su fragilidad y tomar bajo su responsabilidad unos cuidados expertos y afectivos de los cuales, a veces, depende su vida, o en todo caso, la mayor calidad en una atención y dedicación comprensiva y solícita. No nos vale el comentario “no hay que implicarse demasiado”, pues justamente el trabajo de cuidar se transforma para la enfermera en una experiencia personal, a través de la cual presencia como testigo de excepción las más duras circunstancias de la vida, la enfermedad, la incapacidad y la muerte, y ha de ser forzosamente sensible a estas visiones sobre la vulnerabilidad, las limitaciones y la realidad del ser humano, con su destino final dispuesto a aparecer en uno u otro momento. La plenitud y justificación de la enfermería es protagonizar una tarea, un trabajo reflexionado y razonado, nacido de la convicción de sentir al ser humano merecedor de recibir cuidados; y hay que tener en cuenta que “la actitud de cuidado depende de la sensibilidad ante el sufrimiento o la necesidad de otro ser humano”. El nivel de calidad alcanzado en el trabajo es de carácter personal, y depende de los ideales y del sistema de valores construidos por cada cual en su interior. Este sistema de valores influirá, sin duda, en el desarrollo de las competencias técnicas, y desde luego, en el desarrollo de las actividades independientes de la enfermería, el apoyo emocional, la escucha, la compañía y la comunicación; en fin, en los actos de relación humana en los que se observa el valor que el ser humano tiene para la enfermera, y la manifestación práctica de su compromiso con los ideales de excelencia de la profesión. 4.- HUMANIZACIÓN DE LOS CUIDADOS La disminución en la pérdida del trato en la asistencia sanitaria es una queja frecuentemente expresada por la sociedad; los enfermos se sienten tratados a menudo de una forma impersonal, como si hubieran perdido sus atributos humanos, con una falta de reconocimiento a su dignidad. Indiferencia y despersonalización son actitudes que, como enfermeras, sabemos deben desaparecer del contexto de nuestra práctica de los cuidados. Conocemos las limitaciones afectivas con la que tristemente nos movemos en nuestra relación con los pacientes. En realidad el paciente, como verdadero protagonista de nuestros cuidados, ha de ser el centro de atracción de nuestras acciones, y es a la cabecera del enfermo donde debemos ensayar, esforzarnos y practicar actitudes de compasión y conductas de ternura en la comunicación con él. A través de la interacción con el entorno del enfermo y con éste mismo, la enfermera educada en el valor del ser humano y motivada por una educación humanista, contará con un sistema de posibilidades para actuar ante la realidad de manera que en su interacción dinámica con el entorno, consiga el mayor bien para el enfermo. Así iremos encontrando nuevas maneras de actuación, traducidas en formas más completas de cuidar a los enfermos, pues “el hombre es, lo que ha llegado a ser, a hacer consigo mismo a través de su conducta”. Se habla de indiferencia cuando en los grandes centros asistenciales el paciente experimenta frialdad en la relación entablada con los profesionales, obteniendo una sensación de desinterés y de marginación en el trato. Este sentirse objeto de un trato distante tiene interpretaciones altamente negativas para el enfermo, quien percibe esta ausencia de calor como una desconsideración hacia su persona, de la que se ignoran sus sentimientos y valores. Como el Profesor Gafo ha señalado, causas productoras de la falta de humanización asistencial son las siguientes: • La centralización de las instituciones asignando estrictamente el trabajo a su personal, debido al desarrollo de la tecnología y al fuerte incremento de los costos sanitarios. • El desarrollo de los conocimientos médicos y la necesidad creciente de especialización. • La presión hacia los profesionales por la necesidad de eficiencia en los procesos de cuidados al enfermo, con tendencia a convertir al propio paciente en una cifra. • La burocracia instalada en la normativa asistencial, con una importante rigidez en la limitación de funciones, lo que hace que el profesional se sienta presionado y con tendencia a convertir su trabajo en una rutina. • El gran número de personas diferentes que a diario pasan junto a la cama del enfermo (se han descrito hasta veinticinco), sin que ninguno de estos profesionales se sienta llamado a establecer una relación personal con el mismo. • La tendencia entre el propio personal a sentirse como profesionales exclusivamente técnicos, y no como personas que han adquirido el compromiso de su profesión, de estar al servicio de los enfermos. Humanización de la Atención Sanitaria 168 • Ciertas ideas no-facilitadoras de la humanización sanitaria que, de forma latente, se encuentran tanto en el propio sistema sanitario, como en la misma sociedad, tales como: - “El personal sanitario es omnipotente “. - “El estado terminal es motivo suficiente para dar un trato de segunda clase al enfermo”. - “La asistencia sanitaria es más bien un privilegio que un derecho”. Los rasgos fundamentales de un cuidado humanizado se traducirán en la siguiente conducta por parte de los profesionales: • Reconocimiento de la dignidad de todo ser humano, aunque se encuentre enfermo. • Trato individualizado hacia cada paciente, como ser único, con sus necesidades y sus deseos. • Respeto a la intimidad y privacidad. • Respeto a la libertad del paciente y a su autonomía personal. • Participación de los pacientes en su proceso de cuidados, cuando se encuentren en condiciones. • Igualitarismo en las relaciones del profesional con todos los enfermos. • Empatía y afecto: aspectos emocionales que deben entrar en la práctica de la enfermería humanística. Respecto a este último punto, nos encontramos ante una exigencia en los cuidados de enfermería, con planteamientos diferentes según distintos autores. Parsons sostiene que más que una fuerte implicación afectiva de los profesionales, que podría gastar su energía emocional, estos deben practicar unas relaciones afectivas neutrales con sus pacientes, aún corriendo el riesgo de incurrir en una cierta despersonalización en su trato personal. En cambio Virginia Henderson defiende que las enfermeras deben ponerse en la piel de cada paciente para conocer sus necesidades de ayuda más prioritarias, tratando de dejar muy claro lo indiscutible del trato humanizado a establecer por la enfermera, en una relación marcada profundamente por referencias afectivas y personales. Pensamos que la enfermera se ha convertido en profesional, respondiendo a una inclinación personal que le hace sentir interés por la ayuda a los seres humanos, debiendo educarse en la búsqueda de formas de ayuda, en especial dirigida a los enfermos. La enfermera se encuentra en las antípodas de la expresión de Sartre, “el infierno es los Otros”. La enfermería es una profesión fuertemente vocacional, y de ésta vocación obtiene la energía para desarrollar sus funciones marcadas por una conducta humanista y afectiva, entendiendo por vocación la llamada descrita por Laín Entralgo: “Cuando en soledad me veo a mí mismo, pronto descubro que en mi vida hay uno o varios caminos por los cuales yo soy más yo mismo que por los restantes, soy más auténticamente el que debo ser. Y puesto que eso sucede como si en mi intimidad se oyese una voz, no es extraño que haya sido llamada vocación esta esencial nota de mi realidad, en tanto que humana. Que la voz sea escuchada o desoída, no excluye su existencia, hasta en los sujetos más rudos”. Creemos que la enfermería es una profesión que entraña importantes dificultades en su ejercicio, que exige una sólida preparación en el campo técnico y humanístico, y que en su práctica permite a la enfermera incrementar constantemente sus conocimientos sobre el ser humano. “Las enfermeras tienen el privilegio de estar con personas que experimentan la diversidad de significados del ser humano, con hombres y cosas en el tiempo y el espacio de todas las edades, desde el nacimiento hasta la muerte. Ellas no solo tienen la oportunidad de experimentar y buscar junto con los pacientes el significado de la vida, del sufrimiento y de la muerte, sino que en el proceso pueden humanizarse y ayudar a otros a ser más humanos“ (Paterson JG, Zderad LT). Esta preparación especial debe llevarse a cabo desde la propia convicción de la enfermera de la necesidad de su formación, y también con el apoyo de las instituciones, que deben proporcionar los medios y el espacio adecuado desde el punto de vista asistencial, para ejercer con el tiempo necesario una tarea humanista de cuidados. En esta era tecnológica y científica que vivimos, las instituciones deben proporcionar a las enfermeras los medios para recibir formación en el pensamiento enfermero humanista y en la adquisición de valores y de estilos de vida que las preparen para desarrollar con los pacientes y con la sociedad una relación profesional afectiva y humana. Finalizamos estos comentarios sobre la función de apoyo de la enfermera en los cuidados de los pacientes, subrayando la importancia del ejercicio de la enfermera en la observación y la utilización de los sentidos, en especial la mirada, para llegar a alcanzar el arte de la plena y satisfactoria comunicación, basándonos en la aportación de Corrales: “El ojo se educa. Y el cómo miramos, la mirada con la que nos enfrentamos a lo que nos rodea, se va forjando a lo largo del tiempo de la mano, entre otros, de científicos, artistas y creadores en general. Cómo miramos condiciona lo que vemos, que a su vez hace que vaya tomando forma una manera nueva de mirar”. 16 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 14.Sartre JP. A puerta cerrada. En: Lain Entralgo P. Teatro y vida. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 1998. 1. Frankl VE. El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder, 2002. 15.Lain Entralgo P. Alma, cuerpo, Barcelona: Galaxia Gutenberg, 1998. 2. Martin Garzo G. El mito de la salud. EIDON. Revista de la Fundación de Ciencias de la Salud 2002; Nº 8, Octubre-Enero. 16.Paterson JG, Zderad LT. Enfermería Humanística. México: Limusa, 1979. 3. Nogales Espert A. El monacato medieval. Su importancia en la organización de los cuidados al enfermo. En: Hernández Martín F. Historia de la Enfermería en España. Madrid: Síntesis, 1996. 4. Anes G. Saber y conocer. EIDON. Revista de la Fundación de Ciencias de la Salud 2001; Nº 8, Octubre-Enero. 5. Moradiellos E. Las caras de Clío. Una introdución a la historia. Madrid: Siglo XXI, 2001 6. Júnger E. Sobre el dolor. Barcelona: Tusquets, 1995. 7. Dominguez Alcón C. El compromiso de los profesionales sanitarios ante la sociedad del siglo XXI. En: XII sesiones de Trabajo de la AEED. Valores e innovaciones en el umbral del siglo XXI. Su influencia en la práctica enfermera. Madrid: Fundación Mapfre Medicina, 2001 8. Bayés R. Psicología del sufrimiento y de la muerte. Barcelona: Ed. Martinez Roca, 2001. 9. Gracia Guillén D. Consideraciones éticas de la gestión sanitaria. En: Del Llano J, Ortún V, Martín JM, Millán J, Gené J. Gestión sanitaria. Innovaciones y desafíos. Barcelona: Masson., 1998. 10.Rahner K. Reflexiones sobre la muerte. En: Ética y Medicina. Madrid: Guadarrama, 1973. 11.Feito L. Ética profesional de la Enfermería. Filosofía de la Enfermería como ética del cuidado. Madrid: Ed. PPC, 2000. 12.Escámez J, Ortega P. La enseñanza de actitudes y valores. Valencia: Nau Llibres, 1995. 13.Gafo J. Ética y Legislación en Enfermería. Madrid: Universitas, 1994. persona. 17.Steiner G. La barbarie de la ignorancia. Barcelona: Taller de Mario Muchnik, 2000. 18.Corrales C. Un paseo por el siglo XX de la mano de Fermar y de Picasso. Huesca: Consejo Social Universidad Complutense de Madrid, 2001. HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA 2002 CONSEJO DE REDACCIÓN DIRECTORES. COMITÉ EDITORIAL: Dr. D. Rafael Peset Pérez Dr. D. Gabriel Bernat Condomina COMITÉ CIENTÍFICO ASESOR: Dr. D. Miguel Bixquert Giménez Dr. D. Enrique Castellano Vela Dr. D. Miguel Catalá Bauset Dr. D. José De Andrés Ibáñez Dr. D. Francisco Gabriel Botella Dr. D. Vicente Giner Marco Dr. D. Marcos Gómez García Dr. D. Marciano Gómez Gómez Dr. D. Santiago Grisolía García Dr. D. José Guix García Dr. D. Manuel Labiós Gómez Dr. D. Manuel Marín Ferrer Dr. D. José María Martín Moreno Dra. Dña. Asunción Perales Marín Dra. Dña. Rosa Mª Roca Castelló Dr. D. Jesús Rodríguez Marín Dr. D. Eugenio Tejerina Botella Dr. D. Ernesto Armañanzas Villena Dra. Dña. Desamparados Moral Baltuille ÍNDICE TOMO 1 PRESENTACIÓN D. Serafín Castellano Gómez. Hble. Conseller de Sanitat. Generalitat Valenciana................................................IX INTRODUCCIÓN D. Rafael Peset Pérez. Ilmo. Director General para la Atención al Paciente. Generalitat Valenciana................................................XI PRÓLOGO Excmo. D. Santiago Grisolía García. Presidente de la Academia de Cultura Valenciana. Presidente de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados........................................................XIII HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA 1.- PLAN DE HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, D r. J o a q u í n P a l o m a r M a c i á n , D r. G a b r i e l B e r n a t Condomina.......................................................Pag.27 4.- LA SATISFACCIÓN DEL PACIENTE: ENTRE EL COMPROMISO ÉTICO Y LA EVALUACIÓN DEL RESULTADO Dr. José Joaquín Mira Solves, Dr. Jesús Rodríguez Marín, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz .........................................................................Pag.49 5.- LA RELACIÓN DE AYUDA COMO INSTRUMENTO CLAVE EN LA HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD Dr. Ernesto Armañanzas Villena, D. Elías Muñoz Cataluña, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Gabriel Bernat Condomna, Dña. Rosa Mª Roca Castelló .........................................................................Pag.59 6.- PERSPECTIVA HUMANIZADORA DE LOS VALORES COLECTIVOS EN NUESTRA SOCIEDAD Dr. Manuel Marín Ferrer, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Gloria Mengual González, Dra. Asunción Perales Marín, Dra. Rosa Mª Roca Castelló .........................................................................Pag.69 7.- NUEVAS FORMAS DE DIRECCIÓN: LA DIRECCIÓN POR VALORES Dr. Manuel Marín Ferrer, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Gloria Mengual González, Dra. Asunción Perales Marín, Dra. Rosa Mª Roca Castelló .........................................................................Pag.79 8.- MODELOS DE GESTIÓN DE LA CALIDAD APLICADOS A LA SANIDAD Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. José Alegría Castell, Dra. Amparo Flores Sarrión .........................................................................Pag.85 2.- PROGRAMA DE ATENCIÓN E INFORMACIÓN AL PACIENTE (S.A.I.P.). PROGRAMA DE ACOGIDA Y DESPEDIDA DEL PACIENTE HOSPITALIZADO Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, Dr. Joaquín Palomar Macián, Dr. Gabriel B e r n a t Condomina......................................Pag.33 9.- LA EXCELENCIA EN LA CALIDAD DE LA ATENCIÓN AL PACIENTE Dña. Amparo Piera Ventura, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Rafael Díaz Bonmatí, Dr. Francisco Martos González, Dr. José Luís Ibáñez Cirión, Dra. Juana Cantero Llorca .......................................................................Pag.93 3.- POLÍTICAS DE CALIDAD DIRIGIDAS A LOS CIUDADANOS Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Joaquín Ibarra Huesa, Dr. Vicente Saurí Martí, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, D r. J o a q u í n P a l o m a r M a c i á n , D r. G a b r i e l B e r n a t C o n d o m i n a . . . . . ..................................Pag.43 10.- LA HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD EN ATENCIÓN PRIMARIA Dr. Juan Bautista Gómez Peñalva, Dr. Javier Tamarit Moradillo, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Manuel Yarza Cañellas, D r. V i c e n t e S a u r í M a r t í , D r. R a f a e l M o l i n a Alejandro..........................................................Pag.101 11.- GESTIÓN POR PROCESOS EN EL ÁMBITO SANITARIO Dr. Leopoldo Segarra Castelló, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Luís Ibáñez Gadea, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Gloria Mengual González, Dr. Ernesto Armañanzas V i l l e n a ....................................................Pag.105 12.- GESTIÓN DE LOS RECURSOS HUMANOS PARA LA HUMANIZACIÓN DE LA ATENCIÓN SANITARIA D r. L u í s Z a p a t a R a b o s o , D r. R a f a e l P e s e t P é r e z , Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Juan Bautista Gómez Peñalva, Dr. Vicente Aguilar Morellá, D. Pedro Hidalgo Caballero..........................................................Pag.115 13.- GESTIÓN DE LA CULTURA INTERNA, CLAVE DEL PROCESO DE HUMANIZACIÓN DE LA SANIDAD Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Francisco Fernández Beltrán, Dra. Gloria Mengual González, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Mercedes Casquero de la Cruz, D. Pedro Hidalgo Caballero..............................................Pag.123 14.- LA AUDITORÍA DE CALIDAD ASISTENCIAL: EVALUACIÓN AL SERVICIO DE LA SANIDAD Dr. Juan José Moreno Murcia, Dra. Amparo Flores Sarrión, Dra. Mª Antonia Marco Artal, Dr. Francisco Fernández Beltrán, Dr. Luís Zapata Raboso, Dr. Rafael Peset Pérez .......................................................................Pag.129 15.- GESTIÓN DE LA COMUNICACIÓN E IMAGEN EN EL PROCESO DE HUMANIZACIÓN Dr. Francisco Fernández Beltrán, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Manuel Marín Ferrer, Dr. Juan José Moreno Murcia, Dr. Luís Zapata Raboso, Dra. Amparo Piera Ventura .......................................................................Pag.137 16.- ESTRATEGIAS DE GESTIÓN SANITARIA Y HUMANIZACIÓN Dr. José Luís Ibáñez Cirión, D. Luís Ibáñez Company, Dr. Miguel Barceló Torrubia, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Roberto Roig Oltra, Dr. Luís Rosado Bretón.......Pag.143 17.- LA FORMACIÓN EN HUMANIZACIÓN PARA LA ATENCIÓN SANITARIA Dr. Vicente Aguilar Morellá, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Celia Quirós Bauset, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dra. Amparo Piera Ventura, Dra. Desamparados Moral Baltuille............................................................Pag.149 18.- AVANCES TECNOLÓGICOS Y HUMANIZACIÓN DE LA ASISTENCIA SANITARIA:MITOS Y REALIDADES D. José María Martín Moreno...............................Pag.157 19.- LA HUMANIZACIÓN COMO FUNCIÓN DE APOYO DE LA ENFERMERÍA EN LOS CUIDADOS A LOS PACIENTES Dña. Amparo Nogales Espert, Dña. Emilia Llorca Marqués, D. Pedro Hidalgo Caballero..................................Pag.163 TOMO 2 GERONTOLOGÍA 20.- TEORÍAS Y CAMBIOS DEL ENVEJECIMIENTO HUMANO. PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN Y CAMBIO EN LA ANCIANIDAD Dra. Mª Rosa Roca Castelló, Dr. José Garay Lillo, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Mª Antonia Marco Artal ......................................................................Pag.171 21.- BIOÉTICA NARRATIVA Y ENVEJECIMIENTO: CLAVES PARA CONOCER EL ARTE DE ENVEJECER Dr. Agustín Domingo Moratallá. ..........................Pag.177 22.- MANTENIMIENTO Y PROMOCIÓN DE LA SALUD EN EL ANCIANO, PREVENCIÓN DE LA DISCAPACIDAD Dra. Concepción Juliá Molla.................................Pag.185 23.- TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO EN EL ANCIANO. PRESCRIPCIÓN Y CUMPLIMIENTO Dra. Mª Carmen Ruiz Guinaldo............................Pag.191 24.- PSICOLOGÍA DEL ENVEJECIMIENTO. SEXUALIDAD EN EL ANCIANO Dña. Eva Jordá Carreres, Dña. Carmen Soler Sáiz .......................................................................Pag.199 25.- RACIONALIZACIÓN EN LA ALIMENTACIÓN DEL ANCIANO Dña. Josefina Charco Izquierdo...........................Pag.209 METODOLOGÍA DE TRABAJO EN GERIATRÍA 26.- CARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES DEL ANCIANO ENFERMO. EL ANCIANO FRÁGIL Dr. Enrique Castellano Vela.................................Pag.219 27.- EVALUACIÓN INTEGRAL DEL PACIENTE ANCIANO Dra. Mª Rosa Roca Castelló, Dr. Gabriel Bernat Condomina, D r. R a f a e l P e s e t P é r e z , D r. V i c e n t e G i n e r M a r c o , D r. J o s é G a r a y L i l l o ......................................Pag.231 28.- PARTICULARIDADES EN LA HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA EN EL ANCIANO. IDENTIFICACIÓN Y LISTA DE PROBLEMAS Dra. Amparo Rochina Puchades...........................Pag.237 29.- VALORACIÓN FUNCIONAL GERIÁTRICA. ACTIVIDADES PARA LA VIDA DIARIA Dra. María Gil Egea.........................................Pag.247 30.- VALORACIÓN PSICOLÓGICA EN LA VEJEZ: EVOLUCIÓN DEL ESTADO MENTAL Y EMOCIONAL Dña. Carmen Soler Sáiz.....................................Pag.257 31.- PARADIGMAS DEL TRABAJO SOCIAL EN GERONTOLOGÍA Dña. Ana María Martín Pérez, Dña. Pilar Porcar Ferrer. .......................................................................Pag.267 32.- EQUIPOS INTERDISCIPLINARES EN GERIATRÍA Dr. Enrique Castellano Vela, Dña. Pilar Camarasa Niclós ...............................................................Pag.273 33.- LA FORMACIÓN DE CUIDADORES Dña. Montserrat Martínez Rodríguez. Dña. Josefina Chirivella López............................Pag.281 RECURSOS ASISTENCIALES. ATENCIÓN SOCIOSANITARIA 34.- LOS CAMBIOS EN EL ESTADO DEL BIENESTAR: NUEVAS ESTRATEGIAS SOCIOSANITARIAS SOSTENIBLES Dra. Mª Rosa Roca Castelló, Dr. Francisco Ródenas Rigla, Dr. Vicente Sanjosé López, Dr. Vicente Garcés Ferrer, Dr. Eduardo Zafra Galán....................................Pag.289 35.- LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA: UN ENFOQUE DE ACCIÓN MULTIDISCIPLINAR Dr. Eduardo Zafra Galán., Dra. María Ana Martínez Martínez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dra. Juana Cantero Llorca, Dra. Elisa Tarazona Giner .......................................................................Pag.301 36.- LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA: RECURSOS, CARTERA DE SERVICIOS Y MECANISMOS DE RELACIÓN Dr. Eduardo Zafra Galán. Dra. María Ana Martínez Martínez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Víctor Pedrera Carbonell.................................Pag.309 37.- RED DE RECURSOS SOCIALES EN LOS PACIENTES PALET Dña. Ana María Martín Pérez...............................Pag.319 38.- SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE PACIENTES PARA HOSPITALES DE MEDIA Y LARGA ESTANCIA Dr. Emilio Gosálbez Pastor. Dra. Asunción Peráles Marín, Dra. Gloria Mengual González, Dra. Mª Antonia Marco Artal................................................................Pag.327 39.- PLAN DEL SIDA EN LA COMUNIDAD V A L E N C I A N A Dra. Sofía Tomás Dolz, Dr. Marciano Gómez Gómez, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Gabriel Bernat Condomina....................Pag.335 40.- PLAN DIRECTOR DE SALUD MENTAL Y ASISTENCIA PSIQUIÁTRICA DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Dr. Francisco Giner Zaragozá, Dra. Asunción Perales Marín, Dr. Manuel Pascual de la Torre, Dr. Marciano Gómez Gómez, D r. V í c t o r P e d r e r a C a r b o n e l l , D r. M a n u e l Ya r z a C a ñ e l l a s ........................................................Pag.345 41.- EL VOLUNTARIADO AL SERVICIO DE LA SALUD D. Tomás Trénor Puig.........................................Pag.353 TOMO 3 TRATAMIENTO MULTIDISCIPLINAR DEL DOLOR 42.- EL DOLOR COMO FENÓMENO UNIVERSAL Y MULTIDIMESIONAL. LAS UNIDADES DE DOLOR D r. J o s é D e A n d r é s I b á ñ e z ; D r. G e r m á n C e r d á Olmedo...................................................Pag.361 43.- EPIDEMIOLOGÍA DEL DOLOR: DISCAPACIDAD Y CALIDAD DE VIDA. ASPECTOS SOCIALES Y ECONÓMICOS DEL ENFERMO CON DOLOR CRÓNICO Dr. Germán Cerdá Olmedo, Dr. Vicente Monsalve Dolz, Dña. Consuelo Cabo Hernández.......................Pag.369 44.- TAXONOMÍA DEL DOLOR Y METODOS DE VALORACION Dr. Juan Carlos Valía Vera...................................Pag.377 47.- AFRONTAMIENTO PSICOLÓGICO DEL DOLOR Dr. Vicente Monsalve Dolz. Dr. José Soriano Pastor .......................................................................Pag.405 48.LA ESCALERA TERAPÉUTICA EN EL TRATAMIENTO DEL DOLOR CRÓNICO: EL CUARTO ESCALÓN Dr. José De Andrés Ibáñez, Dr. Roberto Roig Oltra .......................................................................Pag.419 CUIDADOS PALIATIVOS Y TRATAMIENTO DEL DOLOR EN EL PACIENTE CON CARGA DE ENFERMEDAD Y/O TERMINAL 49.- PRINCIPIOS DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS. ENFERMEDAD EN FASE TERMINAL Y MEDICINA PALIATIVA Dr. Antonio Pascual López, Dra. Amparo Gisbert Aguilar .......................................................................Pag.431 50.- EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO DEL DOLOR EN CUIDADOS PALIATIVOS Dra. Amparo Gisbert Aguilar...............................Pag.439 51.- CUIDADOS PALIATIVOS EN PACIENTES GERIÁTRICOS Dr. Enrique Castellano Vela.................................Pag.449 52.- EL ALIVIO DE SÍNTOMAS FRECUENTES EN CUIDADOS PALIATIVOS Dr. Enrique Castellano Vela, Dra. Amparo Gisbert Aguilar, Dr. Antonio Pascual López................................Pag.461 45.- DOLOR AGUDO: LA URGENCIA ÁLGICA Dra. Susana Moliner Velázquez , Dra. María Dolores López Alarcón, Dra. Ana Minguez Martí, Dr. José De Andrés Ibáñez............................................................Pag.387 53.- ASPECTOS PSICOLÓGICOS EN MEDICINA PALIATIVA Dña. Eva Jordá Carreres, Dña. Carmen Soler Sáiz.....Pag.475 46.- DOLOR CRÓNICO: TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO Dr. Germán Cerdá Olmedo, Dra. Ana Minguez Martí. .......................................................................Pag.395 54.- LOS CUIDADOS PALIATIVOS DESDE LA PERSPECTIVA DEL TRABAJO SOCIAL Dña. Ana Maria Martín Pérez, Dña. Susana Sánchez F l o r e s .......................................................Pag.483 55.- CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN MEDICINA PALIATIVA Dña. Amparo Ferrer Gimeno, Dña. Josefina Chirivella López, Dña. Carmen Avila Acamer..................................Pag.491 63.- ENFERMEDADES DEGENERATIVAS DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL: DEMENCIAS EN EL A N C I A N O Dra. María Teresa Villarroya Pastor.......................Pag.565 56.- LA ATENCIÓN DOMICILIARIA EN EL SEGUIMIENTO Y CUIDADOS AL PACIENTE Dr. Bernardo Valdivieso Martínez, Dra. Elisa Soriano Melchor, Dr. Vicente Ruiz García, Dra. Elisa Tarazona Ginés, Dra. María Dolores Rosales Almazán, Dr. Vicente Renovell Farré..............................Pag.499 64.- LA EXPLORACIÓN NEUROPSICOLÓGICA. APORTACIONES AL DIAGNÓSTICO DE DEMENCIA Dra. Alma Bueno Cayo, Dra. Ana Mª Calero Benítez ................................................................Pag.577 EPIDEMIOLOGÍA Y TRATAMIENTO DE LAS PATOLOGÍAS MÁS FRECUENTES EN GERIATRÍA 57.CUIDADOS DE ENFERMERÍA EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dña. Pilar Pastor López......................................Pag.509 58.- EL SÍNDROME DE INMOVILIDAD. CUIDADOS AL PACIENTE CON INCAPACIDAD FUNCIONAL Dra. Concepción Juliá Molla, Dña. Pilar Camarasa Niclós ...................................................................Pag.519 59.- CUIDADOS AL PACIENTE CON ÚLCERAS POR PRESIÓN Dña. Pilar Camarasa Niclós, Dña. Montserrat Martínez Rodríguez.........................................................Pag.527 60.- INCONTINENCIA URINARIA EN GERIATRÍA Dr. Alfredo Tramoyeres Celma, Dr. Alfredo Tramoyeres Galvañ.............................................................Pag.537 65.-E N F E R M E D A D DE PARKINSON Y PARKINSONISMO Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal................................Pag.589 TOMO 4 66.- LAS CAIDAS EN EL ANCIANO Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. José Garay Lillo, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Vicente Giner Marco......................................Pag.601 67.- PRESBIACUSIA EN EL ANCIANO Dr. Luís Blay Galaud...........................................Pag.607 68.- ALTERACIONES OCULARES EN EL ANCIANO Dr. Marcos Gómez García....................................Pag.613 69.- TRASTORNOS AFECTIVOS EN EL ANCIANO Dr. Alberto Domínguez Carabantes, Dr. Manuel Pascual de la Torre. Dra. Asunción Perales Marín. Dra. Gloria Mengual González, Dr. Francisco Giner Zaragozá................Pag.621 61.- TRASTORNOS VERTIGINOSOS EN EL ANCIANO Dra. María Teresa Villarroya Pastor.......................Pag.547 70.- TRASTORNOS DEL SUEÑO EN EL ANCIANO Dr. Alberto Domínguez Carabantes, Dr. Manuel Pascual de la Torre, Dra. Asunción Perales Marín, Dra. Gloria Mengual González, Dr. Francisco Giner Zaragozá....Pag.629 62.- ALTERACIONES NEUROLÓGICAS DE LA MARCHA Dra. María Teresa Villarroya Pastor......................Pag.557 71.- INSOMNIO EN EL ANCIANO Dra. María Gil Egea, Dr. Enrique Errando Mariscal ....................................................................Pag.637 72.- LAS DERMATOSIS DEL ANCIANO Dr. Enrique Gimeno Carpio..................................Pag.649 73.- INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO EN LOS ANCIANOS Dra. Amparo Rochina Puchades...........................Pag.663 74.- SEPSIS EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dra. María Gil Egea, Dr. José María Errando Mariscal .......................................................................Pag.673 82.- FIBRILACIÓN AURICULAR EN EL ANCIANO Dr. José Vicente Martínez Diago, Dr. Pascual Baello Monge, Dr. Ildelfonso Roldán Torres, Dra. Begoña Sevilla Toral, Dra. Antonia Peláez González, Dr. Antonio Salvador Sanz .......................................................................Pag.741 83.- LA VASCULOPATÍA ARTERIAL PERIFÉRICA EN GERIATRÍA Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Guillermo Pou Santonja, Dr. Angel Sanahuja Santafé, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dra. Mª Antonia Marco Artal................................Pag.749 75.- INFECCIONES PARENQUIMATOSAS PULMONARES DEL ANCIANO Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal...............................Pag.681 84.- ENFERMEDADES REUMÁTICAS INFLAMATORIAS EN EL ANCIANO Dr. Francisco Pérez Torres, Dra. Paula Pérez Caballero .......................................................................Pag.757 76.- TUBERCULOSIS EN LA EDAD AVANZADA Dr. José Guix García, Dr. Federico Alcácer García, Dr. Gabriel Bernat Condomina.............................Pag.691 85.- SÍNDROMES DE DEBILIDAD Y DOLOR DIFUSO EN EL ANCIANO Dr. Francisco Pérez Torres, Dra. Paula Pérez Caballero .......................................................................Pag.769 77.- EL SÍNDROME ANÉMICO EN LA EDAD AVANZADA Dr. José Guix García, Dr. Federico Alcácer García, Dr. Gabriel Bernat Condomina.............................Pag.697 86.- INSUFICIENCIA RENAL AGUDA EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dra. Amelia Abarca González..............................Pag.779 78.- LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dr. Manuel Labiós Gómez, Dr. Francisco Gabriel Botella, Dra. Victoria Guiral Oliván, Dr. Rafael Peset Pérez, Dr. Luís Ibáñez Gadea.........................................Pag.701 79.- EL SÍNCOPE EN EL ANCIANO Dr. Ricardo Ruiz Granell, Dr. Roberto García Civera .......................................................................Pag.713 80.-CARDIOPATÍA ISQUÉMICA EN EL ANCIANO D r. J a i m e M u ñ o z G i l , D r. J u l i o N ú ñ e z V i l l o t a , Dr. Lorenzo Fácila Rubio.....................................Pag.721 81.- INSUFICIENCIA CARDÍACA DEL ANCIANO Dr. José Vicente Martínez Diago, Dra. Begoña Sevilla Toral, Dra. Miriam Salim Martínez, Dr. Pascual Baello Monge, Dr. Ildelfonso Roldán Torres, Dr. Antonio Salvador Sanz .......................................................................Pag.729 87.- INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA EN EL PACIENTE GERIÁTRICO Dra. Amelia Abarca González..............................Pag.791 88.- LA INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA EN EL ENVEJECIMIENTO Dr. Pedro Plaza Valía..........................................Pag.803 89.- LAS ENFERMEDADES OBSTRUCTIVAS DE LAS VÍAS AÉREAS: ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA EN EL ANCIANO Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dr. Vicente Giner Marco, Dra. Mª Antonia Marco Artal...............................Pag.811 90.- LA REHABILITACIÓN RESPIRATORIA Dr. Pedro Plaza Valía..........................................Pag.825 TOMO 5 91.- TROMBOEMBOLISMO PULMONAR Y LA ENFERMEDAD TROMBOEMBÓLICA Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Angel Sanahuja Santafé, Dr. Guillermo Pou Santonja, Dra. Eva María, Romero Puchol, Dr. Gabriel Bernat Condomina.................Pag.833 92.- ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO ÁCIDO-BASE Y DEL EQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO Dr. Constantino Tormo Calandrín, Dr. Juan Carlos Andreu Ballester, Dr. Armando Loscos López, Dr. Vicente Masiá Pérez, Dra. Milagros Ortiz Sidera, Dr. Antonio Blanes Castillo...........................................................Pag.843 93.- HUMANIZACIÓN EN LA ATENCIÓN SANITARA PARA PACIENTES CRÍTICOS EN LAS UNIDADES DE CUIDADOS INTENSIVOS Dr. Constantino Tormo Calandrín..........................Pag.855 94.- ENFERMEDADES CEREBROVASCULARES AGUDAS Dra. Raquel Chamorro Lázaro, Dra. Mª Dolores Alonso Salvador...........................................................Pag.865 95.- LA REHABILITACIÓN EN LOS GRANDES SÍNDROMES NEUROLÓGICOS DEL ANCIANO Y READAPTACIÓN A SU ENTORNO SOCIAL Dña. Carmen Carbonell Cano..............................Pag.875 96.- CIRROSIS HEPÁTICA EN EL ANCIANO Dr. Juan del Olmo Puchalt, Dr. José Manuel Rodrigo Gómez, Dr. Miguel Angel Serra Desfilis.............................Pag.881 97.- TOXICIDAD FAMACOLÓGICA HEPÁTICA Dr. Juan del Olmo Puchalt, Dr. José Manuel Rodrigo Gómez, Dr. Miguel Angel Serra Desfilis.............................Pag.887 98.- EFECTOS ADVERSOS FARMACOLÓGICOS SOBRE EL TUBO DIGESTIVO EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dr. Rafael Gil Lita, Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dr. José Manuel Gozalvo Sorribes, Dr. Ignacio Catalán Serra..................................Pag.895 99.ESTREÑIMIENTO EN EL ANCIANO D r. M i g u e l B i x q u e r t J i m é n e z , D r. R a f a e l G i l L i t a , Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dra. Carmen Martínez Lapiedra, Dr. Héctor Tomás Ivorra.......................Pag.901 100- INCONTINENCIA FECAL EN EL ANCIANO D r. M i g u e l B i x q u e r t J i m é n e z , D r. R a f a e l G i l L i t a , Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dr. Alberto Monforte Albalat, Dr. José Manuel Gozalvo Sorribes..............Pag.907 101.- SÍNDROME DIARRÉICO EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dra. Carmen Martínez Lapiedra, Dr. Héctor Tomás Ivorra, Dr. Rafael Gil Borrás, Dr. Ignacio Catalán Serra....................................Pag.911 102.- HEMORRAGIA DIGESTIVA AGUDA EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dr. Juan Eduardo Alegre Martínez, Dr. Rafael Gil Lita, Dr. José Manuel Gozalvo Sorribes, Dra. Carmen Martínez Lapiedra............Pag.917 103.- HEMORRAGIA DIGESTIVA CRÓNICA EN EL ANCIANO Dr. Miguel Bixquert Jiménez, Dra. Carmen Martínez Lapiedra, Dr. Héctor Tomás Ivorra, Dr. Rafael Gil Borrás, Dr. Ignacio Catalán Serra...................................Pag.923 104.- HUMANIZACIÓN DEL ACTO QUIRÚRGICO A TRAVÉS DE LA ANESTESIA Dr. Juan Carlos Catalá Bauset, Dr. Jose De Andrés Ibáñez, Dr. Constantino Tormo Calandrín.......................Pag.927 105.- PATOLOGÍA VASCULAR EN EL TRACTO DIGESTIVO. ISQUEMIA MESENTÉRICA Dr. Eugenio Tejerina Botella, Dr. Guillermo Pou Santonja, D r. A n g e l S a n a h u j a S a n t a f é , D r. G a b r i e l B e r n a t Condomina, Dra. Mª Antonia Marco Artal, Dr. Ernesto Armañanzas Villena......................................Pag.935 106.- OSTEOPOROSIS EN LA EDAD AVANZADA Dr. Ricardo Ruiz de la Torre y Tros de Ilarduya.....Pag.941 107.- ARTROSIS: ETIOPATOGENIA, CLÍNICA Y TRATAMIENTO Dra. Concepción Juliá Molla.................................Pag.951 108.- LA DIABETES MELLITUS EN EL PACIENTE DE EDAD AVANZADA Dr. Miguel Catalá Bauset, Dr. Francisco Javier Ampudia Blasco, Dra. Rosario Lorente Calvo, Dra. Mª José Catalá Pascual.............................................................Pag.961 116.- TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DEL PACIENTE GERIÁTRICO ONCOLÓGICO Dra. Asunción Albert Marí, Dr. Daniel Almenar Cubells, Dr. José Luís Ibáñez Cirión, Dr. Víctor Giménez Torres .................................................................Pag.1045 109.- HIPOTIROIDISMO E HIPERTIROIDISMO EN EL ANCIANO Dra. Rosario Lorente Calvo, Dr. Miguel Catalá Bauset, Dr. Francisco Javier Ampudia Blasco, Dr. José Tomás Real Collado.............................................................Pag.969 INDICE DE AUTORES.....................................Pag.1055 110.- ALTERACIONES LIPÍDICAS EN EL ANCIANO Dr. José Tomás Real Collado, Dra. Cintia González Blanco, Dr. Juan Francisco Ascaso Gimilio, Dr. Miguel Catalá Bauset, Dra. Rosario Lorente Calvo, Dr. Rafael Carmena Rodríguez.........................................................Pag.977 111.- INFECCIÓN POR EL VIH/SIDA: CLÍNICA Y HUMANIZACIÓN SOCIOSANITARIA Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. José Guix García, Dr. Federico Alcácer García, Dra. Mª José Galindo Puerto .....................................................................Pag.987 112.- CÁNCER EN EL ANCIANO Dr. Vicente Giner Marco, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal...........................Pag.1001 113.- TUMORES MÁS FRECUENTES EN EL ANCIANO (I): CÁNCER DE MAMA. CÁNCER DE COLON Y RECTO Dr. Daniel Almenar Cubells, Dr. José Luís Ibáñez Cirión .....................................................................Pag.1011 114.- TUMORES MÁS FRECUENTES EN EL ANCIANO (II): CÁNCER DE PULMÓN Y CÁNCER DE PRÓSTATA Dr. Vicente Giner Marco, Dr. Gabriel Bernat Condomina, Dr. Rafael Peset Pérez, Dra. Rosa Mª Roca Castelló, Dra. Mª Antonia Marco Artal...............................Pag.1023 115.- HEMOPATÍAS MALIGNAS MÁS FRECUENTES Dra. Carmen Benet Campos, Dra. Mª Luz Juán Marco, Dr. Francisco Javier Rafecas Renau, Dr. José Luís Ibáñez Cirión.......................................................Pag.1033 2 Gerontología 170 20 17 20 TEORÍAS Y CAMBIOS DEL ENVEJECIMIENTO HUMANO. PROCESOS DE TRANSFORMACIÓN Y CAMBIO EN LA ANCIANIDAD Dra. Mª Rosa Roca Castelló Dr. José Garay Lillo Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Gabriel Bernat Condomina Dr. Vicente Giner Marco Dra. Mª Antonia Marco Artal 1.- INTRODUCCIÓN En la investigación del envejecimiento ha tenido siempre un lugar preferente el modo de envejecer de la forma más sana posible y el mantenerse independiente en cuanto a la autonomía y funcionalidad; por eso desde principio de la historia los médicos han tratado siempre de frenar el proceso de envejecimiento y de hallar el elixir de la juventud. El fenómeno del envejecimiento ocurre en el ámbito fisiológico y biológico, sin olvidar como es natural la esfera psíquica y social; el individuo envejece en un grupo familiar y social concreto con sus normas alimentarias, culturales y religiosas. Según Velasco y cols, en 1985, envejecer es un proceso natural y continuado que se inicia en el momento de la concepción y sigue hasta la muerte del individuo. Tal y como sugieren estos autores, en el siglo pasado se aplicaba el calificativo de viejo a todo aquel individuo cuya presencia física denotaba una avanzada edad (canas, arrugas, signos de decrepitud y de invalidez, etc.). Estos signos se corresponden en muchas ocasiones con la edad cronológica del individuo; sin embargo, este calificativo puede aplicarse a una persona de 45 años de edad, si no se repara en que su envejecimiento prematuro se ha originado como consecuencia de los esfuerzos realizados en los duros trabajos del campo, como consecuencia de una pobre alimentación, etc. El envejecimiento, pues, expresa los efectos del paso del tiempo al actuar sobre el organismo. Según Binet y Boulier, el envejecimiento humano consiste en todas las modificaciones morfológicas, fisiológicas, bioquímicas y psicológicas que aparecen como consecuencia de la acción del paso del tiempo sobre los seres vivos. A principios de los años 80 algunos estudios preliminares sugirieron que la vejez podría deberse a una acumulación de mutaciones genéticas, que tendría como consecuencia el dejar de producir energía alguna parte de la célula. A finales de 1999, la revista Science, publica los estudios realizados por Giuseppe Attardi y sus colaboradores del Instituto de Tecnología de California (EE.UU.) y de la Universidad de Milán en Italia. Según sus observaciones, cuando una persona envejece se generan muchos cambios genéticos anormales en el interior de la mitocondria. Sin embargo la relación específica que existe entre las mutaciones genéticas y el proceso de envejecimiento no está claro. Recientemente el Director del Instituto Scripps (California), Richard Lerner, presentaba sus avances en la investigación sobre el envejecimiento. Al parecer los responsables de este fenómeno son 61 genes que alterarían el proceso de duplicación de las células. Estos cambios en el funcionamiento de las células comienzan lentamente en la edad adulta y se aceleran a medida que pasan los años. Pero hasta la fecha no existen marcadores específicos y claros de envejecimiento. 2.- DEFINICIÓN Aún no se ha conseguido un acuerdo unánime a la hora de definir el envejecimiento. La generalidad de las definiciones coinciden en expresar dos hechos y su relación entre ellos: los efectos del paso del tiempo y las modificaciones que sobre los seres vivos conlleva. En la vejez convergen dos corrientes: la historia biológica y la propia historia personal; con todo ello las posibilidades patológicas (lo que se ha dado en llamar envejecimiento patológico) pueden ser, y de hecho son, numerosas en esa edad. En este contexto es muy difícil establecer límites entre envejecimiento fisiológico y patológico. No todos los cambios somáticos y psíquicos que aparecen inexorablemente con el paso del tiempo tienen las mismas repercusiones sobre la calidad de vida de los individuos. Los que se producen a nivel cerebral son quizá los que influyen más profundamente tanto sobre la calidad de vida de la persona considerada individualmente como sobre la vida de las personas que rodean al enfermo. El proceso normal de envejecimiento puede verse alterado por multitud de factores tanto endógenos como exógenos; y si tenemos en cuenta que estos van a actuar sobre un substrato con disminución de la capacidad de adaptación por pérdida de tejidos y/o reserva funcional de los distintos órganos como consecuencias del tiempo, es comprensible esperar “formas de envejecimiento patológico”. Gerontología 172 La duración de la vida humana no ha aumentado durante milenios; la posibilidad máxima se sitúa en torno a los 115-120 años. Lo que sí ha cambiado de forma espectacular, al menos en los países industrializados, es la esperanza de vida. En España, en 1900, esa esperanza de vida era de 36 años; en 1980 pasó a ser de 74 años. En el momento actual España es el país con mayor esperanza de vida de todo el mundo. Es evidente que esta situación ha provocado un enorme crecimiento de la población mayor de 65 años, despertando por tanto un gran interés desde un punto de vista médico, social y económico. Así, según Bellamy, la definición de la vejez no puede agruparse en una única respuesta y se utilizan muchas aproximaciones, pudiendo expresarse: a) En términos cronológicos. b) En relación a cambios físicos. c) En relación a cambios de conducta. d) En términos de ideas, conceptos y relaciones con los demás. e) En cuanto a roles sociales. f) En forma de conceptos subjetivos. g) En términos biofisiopatológicos. La vejez, es por tanto un concepto ambiguo. Es el último estadio en el proceso vital de un individuo. Comprende el grupo de individuos más viejos de una población. A pesar del desarrollo de la Geriatría y de la Gerontología los orígenes y mecanismos del envejecimiento no se conocen definitivamente. Tanto el envejecimiento como la muerte son propiedades biológicas de todos los organismos. 3.- TEORIAS DEL ENVEJECIMIENTO 3.1.- TEORIAS BIOLÓGICAS Nuestro cuerpo esta formado por células que pueden dividirse y por otras que no, y por el tejido correctivo íntercelular compuesto por colágeno y elastina. Hay quienes opinan que el envejecimiento se produce con los cambios y pérdida de permeabilidad de la sustancia rica en colágeno que rodea a las células. Otros autores, que dicho envejecimiento obedece a procesos intercelulares. Las hipótesis celulares pueden agruparse en dos: • Teoría del envejecimiento Programado. Los cuerpos envejecen de acuerdo a un patrón de desarrollo normal establecido para cada organismo (calculado genéticamente). Leonard Hay Flick, encontró que hay un número limitado de veces que las células normales se dividen, controlando así el periodo de la vida. • Teoría del Desgaste Natural del Envejecimiento. El cuerpo humano envejece debido al uso continuo y como resultado de “noxas” acumuladas en el organismo (subproductos químicos del metabolismo). De acuerdo con lo expuesto, algunos gerontólogos distinguen entre: 1.- Envejecimiento primario: Proceso gradual de deterioro corporal que se inicia a edades tempranas y continua inexorablemente a través de los años. 2.- Envejecimiento secundario: Debido a factores que se encuentran a menudo bajo nuestro propio control (estilo de vida) y de la enfermedad. 3.2.- TEORIAS PSICOLÓGICAS DEL ENVEJECIMIENTO • Teoría de Desarraigo: Planteada por Cumming y Henrry en 1961, se refiere a que el envejecimiento implica una progresiva desvinculación de la actividad y la comunicación. • Teoría de la Actividad: sostiene que el envejecimiento satisfactorio implica actividad física, social y laboral. • Teoría de la Continuidad: Sostiene que la personalidad en la vejez no es necesariamente distinta a la de la juventud o de la edad adulta. Consiste en continuar con el estilo de vida habitual. Podemos decir que los cambios psicológicos que se producen con la edad se deben estudiar con una perspectiva del ciclo vital y en un contexto multidisciplinar. Es importante considerar la formación en edades tempranas así como las circunstancias biológicas y sociales. 4.- CAMBIOS EN EL ENVEJECIMIENTO Los cambios propios del envejecimiento ocurren desde tres perspectivas: Cambios biológicos (todos los cambios orgánicos que se producen a nivel físico). Cambios psíquicos (cambios en el comportamiento, valores y creencias). Cambios sociales (se estudia el papel del anciano en la Comunidad). 17 4.1.- CAMBIOS BIOLÓGICOS 4.1.1.- Modificaciones celulares Se produce un retardo en la diferenciación y crecimiento celular lo cual provoca descenso del número de células y disminución de volumen de los tejidos, a lo que colabora un descenso del agua intracelular. 4.1.2.- Envejecimiento en la piel El envejecimiento, desde el punto de vista funcional, produce alteración de la permeabilidad cutánea, disminución de las reacciones inflamatorias de la piel y de su respuesta inmunológica, trastornos de la cicatrización de las heridas por disminución de la vascularización, pérdida de elasticidad de los tejidos y percepción sensorial disminuida. Desde el punto de vista estructural se producen cambios en la epidermis y en la dermis, que se manifiestan por disminución de la producción de la vitamina D, palidez y velocidad de crecimiento disminuída. 4.1.3.- Envejecimiento del cabello Existe una disminución de la velocidad de crecimiento del pelo, aparecen canas por la pérdida de melanina en el folículo piloso, pérdida de pelo frontotemporal, y, en las mujeres, aumento de vello facial. 4.1.4.- Envejecimiento en las uñas Pueden aparecer estrías por alteración de la matriz ungueal. 4.1.5.- Envejecimiento óseo Hay una pérdida de masa ósea por la desmineralización de los huesos (la mujer suele perder un 25% y el hombre un 12%). Este proceso, denominado osteoporosis senil o primaria, facilita las fracturas en el anciano. Existe una disminución de la talla, causada por el estrechamiento de los discos vertebrales, y un desplazamiento del triángulo de sustentación corporal que propicia la aparición de callosidades y altera el equilibrio, la alineación corporal y la marcha. 4.1.6.- Envejecimiento muscular La pérdida de fuerza es una manifestación fundamental del envejecimiento. Hay un descenso de la masa muscular y el periodo de relajación muscular es mayor que el de contracción. 4.1.7.- Envejecimiento del sistema cardiocirculatorio El corazón puede sufrir atrofia moderada o importante, con disminución de peso y volumen. El tamaño de la aurícula izquierda aumenta con la edad. Las paredes de los vasos arteriales se vuelven más rígidas y la aorta se dilata y se alarga. Aparece rigidez valvular debida al engrosamiento y pérdida de elasticidad. Existe enlentecimiento del llenado diastólico inicial atribuido a cambios estructurales en el miocardio del ventrículo izquierdo. La hemodinámica está alterada por aumento de las resistencias periféricas provocadas por la esclerosis y la disminución de la red vascular, provocando un aumento de la frecuencia cardiaca y un aumento de la presión arterial. El gasto cardiaco está disminuido y el tiempo de recuperación tras un esfuerzo aumenta. Aparecen pequeñas alteraciones del número de hematíes. La respuesta leucocitaria frente a la infección e inflamación está disminuida. 4.1.8.- Envejecimiento del sistema respiratorio Disminuye el número de alveolos y eso provoca dilatación en los bronquiolos y conductos alveolares. Hay alteraciones en el parénquima pulmonar con .pérdida de número y calibre de los capilares interalveolares, afectando a la ventilación pulmonar y difusión alveolocapilar, con una disminución del PO2 Existe una pérdida del reflejo tusígeno eficaz, que contribuye a la propensión a la neumonía, y una disminución de la inmunidad humoral y celular que facilitan la infección. 4.1.9.- Envejecimiento del aparato digestivo Se produce una disminución de los movimientos peristálticos, reducción del tono muscular de la pared abdominal, atrofia de la mucosa gástrica, y disminución de HCI, todo lo cual genera dificultades en el anciano. La pérdida de piezas dentarias dificulta la masticación. La disminución en la producción de saliva contribuye a la sequedad bucal y a la pérdida de la sensación gustativa. 4.1.10.- Envejecimento del sistema genitourinario La pérdida de masa renal es principalmente cortical. Hay reducción del número de glomérulos. Las alteraciones esclerosas de las paredes de los vasos renales grandes disminuyen el flujo sanguíneo renal. Se produce una pérdida del volumen y de la capacidad de concentrar la orina el riñón. Hay un debilitamiento del esfínter de la uretra, la vejiga pierde tono y se pierde la capacidad de la micción completa, quedando orina residual. Gerontología 174 4.1.11.- Envejecimiento del sistema endocrino La acción hormonal disminuye con la edad, por dos motivos: el descenso de la producción hormonal y la falta de respuesta de los órganos a las hormonas. 4.1.12.- Envejecimiento del sistema inmunitario Las enfermedades infecciosas en individuos de edad avanzada tienen mayor gravedad, debido a que el sistema inmunitario es menos sensible y más susceptible a la infección. Existe una notable pérdida de la capacidad funcional de la inmunidad celular, que se pone de manifiesto por un descenso de reacciones de hipersensibilidad tardía, y una disminución de la producción de los anticuerpos. 4.1.13.- Envejecimiento del sistema nervioso y de los órganos de los sentidos Las células del sistema nervioso no se pueden reproducir, y con la edad disminuyen su número. El cerebro pierde tamaño y peso, disminuye el tono al perder neuronas, existe un enlentecimiento de los movimientos y aparece el temblor senil. En la vista la agudeza y la amplitud del campo visual disminuyen con la edad. En el oído existe una pérdida de la agudeza auditiva como consecuencia de la degeneración del nervio auditivo. El gusto y el olfato suelen estar disminuidos por la disminución de papilas gustativas, atrofia de la lengua, y degeneración del nervio olfatorio. El tacto suele estar disminuido, sobre todo la sensibilidad térmica y dolorosa profundas. 4.2.- CAMBIOS PSÍQUICOS A partir de los 30 años se inicia un declive de las capacidades intelectuales que se acelera con la vejez. Existe pérdida de la capacidad para resolver problemas, falta de espontaneidad en los procesos de pensamiento, y la capacidad de lenguaje y de expresión, así como la memoria, suelen estar alteradas. La creatividad y capacidad imaginativas se conservan y la personalidad no suele alterarse, a menos que se produzcan alteraciones patológicas. 4.3.- CAMBIOS SOCIALES En la última etapa de la vida se hace patente la conciencia de que la muerte está cerca. Uno de los aspectos del desarrollo del individuo es la aceptación de la realidad de la muerte. -Las relaciones del anciano con la familia cambian, porque suelen convivir con sus hijos y nietos y su relación pasa por distintas etapas: una primera etapa, cuando el anciano es independiente y ayuda a los hijos, y una segunda etapa cuando aparecen problemas de salud. La ancianidad es una etapa caracterizada por las pérdidas afectivas y de las facultades (facultades físicas, psíquicas, económicas, roles, etc.). Las pérdidas afectivas caracterizadas por la muerte de un cónyuge o un amigo van acompañadas por gran tensión emocional y sentimiento de soledad, un sentimiento de soledad difícil de superar. Aunque la sociedad valora sólo al hombre activo, que es aquel capaz de trabajar y generar riquezas, el anciano, que suele estar jubilado y considerado como una persona no activa, tiene más posibilidades de aportar sus conocimientos y realizar nuevas tareas comunitarias. El gran cambio es la jubilación del individuo, pero el anciano debe de tomar alternativas para evitar al máximo sus consecuencias negativas. 17 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA Bellany D. Biológia del Envejecimiento. En: Pathy, MS editor. Principios y Prácticas de Medicina Geriátrica. Madrid: Ediciones C.E.A S.A., 1998. Fisiopatología del Envejecimiento. Revisión monográfica. Madrid: Jarpyo Editores, 1984. Garay-Lillo J, Garay Burdeos J. Envejecimiento cerebral. Geriátrica 1989; 5 (9): 48. Garay-Lillo J, Herreros V, Garay Burdeos M. El proceso de la arteriosclerosis en el Presente Anciano. Geriátrica 1989; 5 (2): 82. Florez Tascón FS. Avances en el Envejecimiento Cerebral. Madrid: Aula Médica, 1989. 2 Gerontología 176 21 17 21 BIOÉTICA NARRATIVA Y ENVEJECIMIENTO: CLAVES PARA CONOCER EL ARTE DE ENVEJECER Dr. Agustín Domingo Moratallá 1.- INTRODUCCIÓN El envejecimiento es una etapa de la vida que plantea numerosos desafíos a la Bioética. Uno de ellos es la necesidad de ajustar las argumentaciones sobre los principios de la Bioética a las características propias de esta edad. Nos hemos acostumbrado a juzgar los casos desde los principios, como si las edades de la vida no exigieran una modulación precisa de la Bioética. Ciertamente, cada una de las edades puede exigir una Bioética “diferente” o al menos una interpretación “diferente” en la articulación de los principios. Esto resulta evidente en el envejecimiento y la senilidad, no sólo por la aplicación del principio de autonomía porque en esta edad está más limitada que en otras, sino por la aplicación del principio de justicia cuando descubrimos que la investigación biomédica o farmacéutica, los servicios sanitarios y la atención social a los mayores condicionan la distribución de los recursos disponibles. En estas páginas no vamos a evaluar con detalle todos los desafíos que el envejecimiento plantea a la Bioética. Nos vamos a detener en aquellos que proporcionan claves para una Bioética diferenciadora y con capacidad para adaptarse a las edades de la vida, una Bioética próxima a las historias personales, a las redes sociales de experiencias compartidas y a la verdadera historia clínica del paciente; una Bioética que bien puede llamarse “narrativa” por el valor que concede a la vida biográfica, a las relaciones e historias compartidas de sus protagonistas. Más que una disciplina con capacidad para mediar, orientar y resolver conflictos, aparece como una disciplina con capacidad para generar nuevas posibilidades de comunicación entre pacientes y profesionales. La Bioética narrativa no tiene como única finalidad afrontar los conflictos que surgen en la práctica sociosanitaria, como si tratara de arbitrar una solución intermedia entre dos principios enfrentados. La Bioética narrativa no se construye desde el punto de partida del conflicto sino desde el valor del encuentro, la comunicación y el diálogo. Es una perspectiva más compleja porque requiere mayor disponibilidad de los profesionales, mayor capacidad de escucha y, también, el reconocimiento de que paciente y personal comparten un horizonte común cuando se encuentran. La praxis profesional y el ejercicio del cuidado son espacios de encuentro donde se ponen en juego no sólo necesidades de unos y capacidades profesionales de otros, sino prejuicios, expectativas y horizontes diferentes. La Bioética narrativa tiene como finalidad desentrañar este tejido de experiencias para poder entender la intervención médica y el cuidado socio-sanitario como un ejercicio de comunicación humana y profesional que teje no sólo redes de sentido y valor, sino que genera horizontes de cuidado, salud y bienestar compartida. 2.- EL DIFÍCIL ARTE DE ENVEJECER Hace varios años, en una entrevista realizada a José Luis Sampedro se le preguntaba cuál debía ser para él la relación entre viejos y jóvenes; él contestó: “Los chicos me comentan que les doy vida, que les abro ventanas. Ellos también me dan vida a mí. El viejo da horizontes a los jóvenes. He tenido la satisfacción de que muchos jóvenes me digan que cuando sean viejos quieren ser como yo. Pienso que les doy esperanza. Se dan cuenta de que lo que hay que tener a los setenta son ganas de vivir, capacidad de gozar”. Estas palabras nos descubren una imagen del envejecimiento muy diferente a la que estamos acostumbrados. En las obras de este académico, el envejecimiento desempeña un papel central porque representa una ética del ser frente al tener, de la dignidad frente al precio, de la experiencia frente a la frivolidad, de la autenticidad frente a la superficialidad. A diferencia de quienes presentan la vejez como conclusión de la vida, el momento en el que se aproxima la muerte, la edad en la que se agotan las fuerzas o se produce el hundimiento físico de la persona, Sampedro nos presenta el sentido propio de una edad difícil de entender. Descubrir este sentido propio y esta plenitud que tiene cada edad no es posible mediante ningún tipo de técnicas sino que se trata de un descubrimiento para el que hay que estar dispuesto. Mientras que para muchos mayores el envejecimiento es el momento del rencor contra la vida porque descubren con rabia que se agotan las fuerzas, se pierde el control de uno mismo y se descubre que se escapa una vida a la que los jóvenes están accediendo, para Sampedro el envejecimiento es un momento de la vida con plenitud propia. A pesar de su proximidad física a la terminación biológica de la vida, el envejecimiento forma parte de la vida y no puede valorarse sólo en términos de Gerontología 178 extinción o hundimiento sino en términos de plenitud de una historia vivida, cumplimiento de un proyecto en el que aún se está embarcado y realización de una vida que se acepta. Porque la vida humana no es sólo la suma de momentos biológicamente vividos sino una cristalización de experiencias biográficamente sentidas. De la misma forma que navegar no es sólo desplazarse en barco, envejecer no es sólo aceptar biológicamente la culminación de la vida. Precisamente, esta distinción orteguiana por la que recordamos que el hombre no es sólo un animal biológico sino un animal biográgico está en la base de la bioética narrativa que proponemos. Incluso abusando del propio Ortega, también el envejecimiento es una aventura y navegación llena de experiencias nuevas. Física y biológicamente la vida personal se agota. Esto no significa que la vida biográfica no se agote y sea interminable, significa que cada vida personal es portadora de una historia propia y singular, es una navegación y aventura única que nadie puede vivir por otro. Esta historia propia adquiere en la vejez un protagonismo que no tiene en otras etapas de la vida, pero hay que saber descubrirla, compartirla, aceptarla y expresarla. Por eso el envejecimiento es un momento óptimo para plantear la necesidad de una bioética que no sea sólo biológica sino una bioética narrativa. En el envejecimiento se hace balance de la aventura de la vida, se reconstruye el libro de la navegación, se hace memoria de las tormentas y los atardeceres, se prepara la historia que se va a contar cuando se llegue a puerto. Es un tiempo para depurar y construir la memoria, para reconstruir experiencias, para exagerarlas y para olvidarlas, en definitiva, para presentar la propia vida como aventura única e intransferible. 3.- ANCIANIDAD Y SENILIDAD En la consideración ética del envejecimiento podemos distinguir dos momentos: ancianidad y senilidad. No son dos momentos diferentes puesto que la senilidad es la culminación del envejecimiento. Al ser la última fase de la vida también está sometida, como las demás, a su propia “crisis”, es decir, a la intranquilidad que genera la transición de una edad de la vida a otra. Ahora bien, ya no se trata de una simple transición, sino de la “terminación” o “culminación” de la vida. Desde una perspectiva biológica se trata, ciertamente, de una decadencia porque disminuyen numerosas capacidades físiológicas, incluso puede interpretarse como un momento de pasividad porque la limitación de las fuerzas impide la actividad, la acción o la permanente realización de tareas. Si entendemos esta “culminación” como “decadencia” o “hundimiento” es porque estamos terriblemente condicionados por una sociedad utilitaria que prima la acción y la actividad. Desde esa óptica, ciertamente la persona anciana o senil es pasiva o inútil, lo que no significa que haya dejado de tener capacidad para actuar en otros órdenes o tener grandes valores que activistas y utilitaristas no han encontrado en ellas. La culminación no es el acabamiento de un proceso o la presencia de un destino trágico, la completitud de una vida en sí misma considerada, prescindiendo de sus logros o fracasos puntuales u ocasionales. Este “fin” no desgarra la vida sino que penetra en ella, convirtiéndose él mismo en parte de la vida. El último período de la navegación no deshace el sentido de toda la aventura y de todo el viaje, más bien lo sintetiza, lo focaliza, lo orienta hacia un puerto al que irremisiblemente se puso rumbo cuando se inició el viaje. En la edad senil todos los modos de actividad pierden originalidad e intensidad. Mengua la capacidad perceptiva de los sentidos, aparecen defectos orgánicos, baja la fidelidad y finura de la percepción. Se hace difícil acomodarse a situaciones nuevas, la vida se estanca, los procesos se inmovilizan y desaparece el impulso de luchar. El hombre senil no está poseído por el deseo irrefrenable de lo nuevo, quiere estar en paz, se desengancha progresivamente de la marcha de la vida de todos, se convierte en un pasota ejemplar, la vida como actividad se le vuelve indiferente. Así pierde el deseo de obtener estimación y simpatía por parte de otros. Como consecuencia de esto, le resulta indiferente la impresión que dejará en los demás su propia conducta. Incluso acabará desconfiando de un entorno ante el que se siente más débil y dócil. De este hecho no se desentiende sino que muchas veces busca sacar partido porque descubre que su fuerza se encuentra en su debilidad y docilidad ante los otros. Ya no tiene fuerzas para remar o plegar velas pero si las tiene para aconsejar a los nuevos capitanes. Si ya no tiene fuerzas ni imaginación para contar historias al menos aceptar formar parte de las historias que cuentan otros, se deja imaginar en las historias de otros y las acepta con asombro reconociendo papeles que nunca hubiera imaginado. En un texto breve pero lleno de significación, el profesor D. García Sabell ha logrado sintetizar esta edad y sus exigencias, a saber: “La vejez consiste, en esencia, en una serie progresiva de pérdidas cuya suma puede llamarse sin empacho regresión. Quizá de todas las disminuciones, la máxima y la más definitoria sea la soledad. Desaparecen los familiares, se van los amigos, y, al final, el anciano se 17 queda solo. Nace entonces la rigidez en la conducta, la actitud irónica ante los demás -muy especialmente ante los jóvenes- y el temple resignado, cuando no de matiz depresivo. Es el momento en el que al aislamiento no buscado se suma la soledad provocada. Es el viejo convertido en isla, enquistado, soberbio, incomprendido; en suma, mineralizado. La regresión material se complica con la regresión espiritual. Todo esto trae consigo la esterilidad. Y de la esterilidad, lo más doloroso es la renuncia a programar activamente la vida, es decir, a tener confianza en el futuro por estrecho y mínimo que pueda ofrecerse a la consideración del senecto. Hay poco margen, escasísimo margen, pero lo hay. Si entonces uno siente latir en la entraña el parpadeo de una llama, de una lucecilla, por tenue que sea, he aquí que ese hombre ya no es un viejo; es una criatura humana con muchos años encima, pero con el espíritu intocado por las miserias orgánicas de la regresión”. 4.- LA ATENCIÓN AL ENVEJECIMIENTO COMO INDICADOR DE CALIDAD EN HUMANIZACIÓN El envejecimiento de la población se está convirtiendo en uno de los problemas más importantes no sólo para la investigación, docencia y práctica biomédica, sino para el conjunto de las ciencias sociales. La mayoría de las veces estos ámbitos de conocimiento trabajan con estereotipos sobre la vejez que no siempre hacen justicia a la realidad moral de esta edad, como si todos los veleros hubiesen afrontado las mismas tormentas, hubiesen atravesado los mismos mares y se hubieran dejado llevar por las mismas corrientes. Gran parte de las veces se trata de una realidad estadística, que sólo despierta interés por la necesidad de planificar los servicios sociales o por la voluntad de prolongar técnicamente la vida. Se trata de una realidad compleja para la que las teorías éticas convencionales tampoco están preparadas, más que nada porque los problemas del envejecimiento no pueden resolverse “aplicando” una teoría ética diseñada genéricamente para todos, ni “almacenando” información de casos para establecer una reflexión general con la que elaborar estadísticas. La atención socio-sanitaria al envejecimiento requiere capacidad para descubrir en cada persona mayor una aventura propia, una navegación diferente, un rumbo único y una trayectoria irrepetible. El envejecimiento es una realidad moral que tiene su propio dinamismo y por ello requiere una Bioética propia. Esto significa que el envejecimiento, al igual que las otras edades de la vida, tiene un sentido singular y su consideración moral no puede estar determinada por el declive biológico que se produce o por el aislamiento sociológico al que se tiende en sociedades modernas. Además, no se trata de un sentido o valor que el “viejo” o “mayor” esté obligado a conquistar con su propio esfuerzo, sino de un sentido descubierto y encontrado junto a los otros. En esto, el envejecimiento no es una edad diferente a las demás. Ahora bien, si hoy nos cuesta más trabajo determinarlo y precisar sus dimensiones éticas es por una razón muy sencilla, a saber: porque pone en cuestión, y de una forma radical, el canon de una moral occidental presidido por ideales de utilidad, eficiencia y rentabilidad. En este sentido, una Bioética de la ancianidad tiene que plantearse como un ejercicio de resistencia reflexiva y contracultural ante sistemas socio-sanitarios que tienden hacia la despersonalización y el funcionamismo deshumanizante, como todas las navegaciones hubieran sido iguales, como si todos desearan llegar al mismo puerto arrastrados por los mismos remolcadores, desconociendo que este último momento de la travesía no es ninguna llegada a puerto sino la culminación de una aventura. Este ejercicio de reflexión es una oportunidad para revisar no sólo la calidad de los servicios socio-sanitarios, sino para evaluar el conjunto de valores sociales con los que hemos organizado una vida en común que tiene más de supervivencia, coexistencia (o rutina naviera) que de convivencia, “encuentro” y aventura propia. La atención al envejecimiento no sólo nos permite evaluar los viajes de maduración y crecimiento personal en una sociedad utilitaria, sino evaluar las aventuras de atención personalizada con las que organizamos los procesos de humanización. Es una oportunidad para plantear diferenciadamente los servicios, buscar una verdadera atención integral que no se reduzca a cada una de las funciones técnicas y establecer indicadores de calidad que valoren la comunicación, sensibilidad y el cuidado inteligente. 5.- LOS LÍMITES DE LA MODERNIZACIÓN Y LA MEDICALIZACIÓN Uno de los rasgos que caracterizan la modernización de nuestras sociedades es el poder alcanzado por la técnica. Aplicada a la intervención y el cuidado médico ha permitido no sólo un aumento de del bienestar y la calidad de vida, sino un aumento de la edad media de la población. Ahora bien, el ritmo en el que han crecido los procesos de modernización no es el mismo con el que han transformado los procesos de simbolización y sentido de las personas. Se ha producido un desfase de consecuencias aún imprevisibles porque las sociedades modernas se han despegado de las creencias simbólico-religiosas como fuente de sentido y han depositado una ciega confianza en la técnica como nuevo instrumento de salvación. Este Gerontología 180 desfase entre la modernización de la medicina y la modernización de las creencias tiene un gran alcance, no sólo porque la modernización de la medicina puede despreciar cualquier modernización de las creencias, sino porque la modernización de las creencias puede olvidar los límites antropológicos de la modernización de la medicina. Los unos porque conciban como irracionales, arbitrarias o trasnochadas las creencias; los otros porque conciban como omnipotente la medicina y sus técnicas. Una de las consecuencias de este desfase es el permanente recurso a la judicialización de la vida sociosanitaria. Con ello no nos referimos únicamente al espectacular aumento de la medicina legal o el bioderecho, sino al recurso cada vez más habitual a las leyes, las normas y los tribunales para resolver los conflictos entre los profesionales del cuidado o la medicina y los ciudadanos. Aplicado este proceso al dinamismo del envejecimiento nos encontramos ante personas mayores jurídicamente ignorantes, familiarmente aisladas, administrativamente vulnerables y sanitariamente olvidadas. Cuando hoy el ciudadano adulto se siente un verdadero sujeto de derecho, la persona mayor corre el peligro de ser un objeto del derecho. Son los verdaderos “pacientes” en unos sistemas sociales y sanitarios donde los adultos y contribuyentes son los verdaderos “agentes”. Este desfase ha sacado a la superficie dos deficiencias importantes. Por un lado, la deficiencia de una ética social de corte moderno e ilustrado donde la modernización se planteaba como igualación en la atención, uniformidad en los servicios y estandarización taylorista en el cuidado. Las potencialidades éticas de ésta modernización se han visto eclipsadas por unos modelos de gestión de instituciones públicas más atentos a programas políticos que a la calidad en el servicio. Por otro lado, la deficiencia de una ética médica seducida por las tecnologías y desraizada de una mínima antropología diferenciadora de edades, estados y personas. Las potencialidades antropológicas de la modernización tecnológica se han visto eclipsadas por una industria biomédica y socio-sanitaria más atenta a las oportunidades de negocio con la salud pública de los consumidores que a las oportunidades de servicio integral con las personas. Así pues, una de las tareas prioritarias de la ética de la ancianidad es afrontar este desfase entre los procesos de modernización y medicalización. Será difícil porque tanto en unos como otros hay temor a plantear de frente lo que técnicamente se llama “problema” de la muerte pero que antropológicamente llamamos “misterio”. A todos nos convendría empezar mirando de frente esta cuestión y elaborar un “ars moriendi” para vivir en plena forma. 6.- EL ENVEJECIMIENTO BIOÉTICA NARRATIVA EN CLAVE DE 1.- Una bioética narrativa no puede resignarse ante la muerte injustificada, prematura o evitable, de ahí que la batalla médica a estas formas de morir no sólo sea un imperativo médico, sino una exigencia de ética social para la que no podemos escatimar recursos. No podemos olvidar que la muerte empieza cuando menguan las fuerzas, cuando se estrecha nuestro campo vital. Hasta ahora, en una sociedad utilitarista y activista, la muerte tiene significado en tanto que muerte heróica o trágica, en tanto que muerte ligada a una cultura de la acción y la voluntad. Se ve como un mero “cese” de la vida y por ello se la expulsa del campo visual. Una bioética del bien morir exige una integración de la muerte biológica dentro de la vida narrativa, para ello necesitamos enfocar la cultura socio-sanitaria desde una nueva perspectiva donde la muerte no llegue “desde fuera”, como algo extraño a la vida sino como parte de la vida. 2.- Una ética del bien morir es una expresión de una ética de la comunicación donde puede haber un gesto, un signo o una palabra que mantiene, sostiene y acompaña el morir como proceso. Con la palabra se sostiene el tiempo, lo biológico se convierte en biográfico y la pregunta “¿para qué vivir?” es desplazada por otra más importante: “¿para quién vivir?”. Desde aquí cobran justas dimensiones el respeto, la verdad y la información apropiada a los pacientes. Desde esta clave la apelación a la soledad no se confunde con el aislamiento porque la soledad puede llegar a ser un momento de comunicación, reconciliación y encuentro con el otro de uno mismo. 3.- El principio de no-maleficencia puede mediar entre las inercias paternalistas y las inercias juridificantes de la ética médica. Si la ética médica tradicional no distinguía entre beneficencia y no-maleficencia es hora de considerar esta delimitación para que no se sustraigan con facilidad las competencias y capacidades que el paciente tiene. Esto significa que en el envejecimiento y la senilidad tan importante como evitar hacer daño o no hacer mal es plantear una nueva forma de hacer el bien que consiste en respetar, cuidar, acompañar y considerar que el paciente sigue siendo agente, y sigue reclamando de nosotros respeto a una autonomía propia que no sólo se traduce en su capacidad para decidir, sino en su capacidad para aceptar. 4.- La necesidad de una bioética narrativa que no confunda igualdad con homogeneidad, sobre todo en 18 ámbitos donde es relevante la edad y el género. La igualdad y la universalidad en la atención o servicio tiene que ser compatible con la atención a la diferencia biológica y heterogeneidad cultural de pacientes. El envejecimiento no puede ser analizado únicamente como un retroceso en la inteligencia mecánica del ser humano, sino como un proceso con posibilidades éticas para una inteligencia pragmática fundada en el valor de la experiencia humana vivida y compartida. 5.- Debemos desechar la idea de que sabemos lo bastante para determinar hasta qué punto hay que seguir un tratamiento y no arriesgar un paso más. Debemos evitar lo que Callahan llama la estrategia de incrementalismo tecnológico por la que -supuestamente- el límite de un tratamiento se puede conocer con perfección. Necesitamos encontrar formas para evaluar con mayor precisión los tratamientos y suspenderlos antes de llegar a un límite “teóricamente controlable” pero “éticamente incontrolado”. 6.- La medicina está obligada a replantearse en profundidad sus fines y valores fundamentales en su moderna “guerra a la muerte”. Los enfermos o pacientes no son “objetos” para los tratamientos, sino “sujetos” que pueden exigir que no se cumpla un determinado tratamiento médico. Las dudas razonables, en determinado tipo de enfermos, no son un argumento para iniciar un tratamiento, sino para evitar su aplicación. 7.- La investigación, docencia y práctica sanitaria necesita especialistas en la ancianidad, la muerte y atención a los moribundos no como un proceso biológico irreversible sino como oportunidades biográficas para la plenitud personal y maduración social. 8.- La eutanasia y el suicidio asistido se plantean como soluciones seductoras para quienes están obsesionados por reducir la racionalidad biomédica a sus dimensiones técnicas, jurídicas, administrativas o políticas, arrinconando las dimensiones antropológicas, organizativas, sociales y éticas de la muerte. La ética moderna sobredimensiona el momento de la decisión en la valoración de la vida moral por encima del momento de la deliberación y ello contribuye a buscar una muerte “perfecta”, resultado de una decisión “perfecta”. Más que una muerte “perfecta” deberíamos empezar a pensar una ética de la “buena muerte” donde la dignidad humana sea planteada en un “proyecto global de vida buena”. 9.- El dolor y el sufrimiento son social, farmacológica y médicamente evitables. La ética no puede estar a favor del dolor y el sufrimiento cuando estos pueden evitarse; puede encontrase un sentido a la vida en medio del sufrimiento, pero no en el sufrimiento o el dolor. Aderezados con una palabra de consuelo que prolongue y mantenga la vida de los unos en la amorosa y consoladora memoria de los otros. Gabriel Marcel nos decía que el amor trasciende la muerte, “lo que llamamos sobrevivir es en realidad subvivir; aquellos a quienes no hemos dejado de amar con lo mejor de nosotros mismos se convierten en una especie de bóveda palpitante, invisible, pero presentida e incluso, rozada, bajo la cual avanzamos cada vez más encorvados, con más desapego de nosotros mismos, hacia el instante en el que todo quedará en el amor”. O, como recuerda uno de sus personajes, “Amar a otra persona es decirle: Tú no morirás”. 10.- La reflexión ética sobre el envejecimiento no puede ser catastrofista. A pesar de todas las limitaciones que esta edad pueda plantear a la medicina y las ciencias sociales, estamos ante una ocasión bioética y socio-política privilegiada para generar nuevas oportunidades de calidad y cuidado asistencial. Es una ocasión para recordarnos a investigadores y pacientes que “Hoy es siempre todavía”. Gerontología 182 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Callahan D. Setting Limits: Medical Goals in a Aging Society. New-York: S. and Schuster, 1987. 2.Callahan D.;Aging and the Goals of Medicine. Hastings Center Report 1994; 24 (4): 1-28. 3.Domingo A. Ética y Ancianidad: entre la tutela y el respeto. En: Gafo J (ed.). Ética y Ancianidad. 4.Madrid: Publicaciones de la UPCO, 1996: pp. 67-95. Domingo A. Ética y Voluntariado. Madrid: PPC, 1998. 5.Domingo A. Ética. Una introducción. Madrid: Acento editorial, 2001. 6.Gafo J. (ed.). Ética y Ancianidad. Madrid: Publicaciones de la UPCO, 1996. 7.García-Sabell D. La vejez. El País, 20-Junio-1990. Gracia D. Fundamentos de Bioética. Madrid: Eudema, 1989. 8.Guardini R. Las edades de la vida. Madrid: Cristiandad, 1981. 9.De Hennezel M. La mort intime. Paris: R. Laffont, 1991. 10.Lamour Y. L´âge de la deraison. Paris: Plon, 1990. López-Aranguren JL. Ética y envejecimiento: Obras Completas III. Madrid: Trotta, 1999. 11.Palacios G. José Luis Sampedro. La escritura necesaria. Madrid: Siruela, 1996. 12.VV.AA. Con otra mirada. Una visión de la enfermedad desde la literatura y el humanismo. Madrid: Taurus-Fundación Ciencias de la Salud, 2001. 18 2 Gerontología 184 22 18 22 M A N T E N I M I E N T O Y PROMOCIÓN DE LA SALUD EN EL ANCIANO, PREVENCIÓN DE LA DISCAPACIDAD Dra. Concepción Juliá Molla En poco más de una década, se ha pasado en España, de una despreocupación respecto a las consecuencias económicas, sanitarias, asistenciales o familiares del envejecimiento, a una toma de conciencia e incluso a una alarma ante la realidad de que tanto la sociedad como nosotros como individuos, no estábamos preparados para vivir tanto tiempo, ni para asumir los cambios en la familia, la incorporación de la mujer al mundo laboral, la vida en los grandes centros urbanos, que dificultan cada vez más , la atención a los mayores. La población española está sufriendo un claro aumento del envejecimiento, consecuencia tanto de la disminución de la natalidad, como de la disminución de las tasas de mortalidad y el aumento espectacular de la esperanza de vida, estimándose que el 17,4% de la población española, en el año 2005, tendrá mas de 65 años. De hecho, el crecimiento de la población mayor de 85 años supera en velocidad al resto de grupos de población. Alargar y mejorar la vida humana ha sido siempre un objetivo de la humanidad, pero no hay que olvidar que el envejecimiento es inseparable de nuestra naturaleza y también el hecho de la muerte, por lo que nuestra meta debe ser no sólo el conseguir una mayor duración de la vida, sino además el mejoramiento de nuestra calidad de vida también en la ancianidad. El siglo que ha concluido se caracteriza precisamente por ese espectacular aumento de la esperanza de vida, como resultado de los avances de la medicina, el mejoramiento de la nutrición y la vivienda, de la difusión de la información sobre la prevención de las enfermedades, así como por el mejoramiento de los genes humanos. Pero el hecho del crecimiento de la población anciana, se acompaña del aumento de las enfermedades crónicas incapacitantes, así como de la comorbilidad y la pluripatología, conforme avanza la ancianidad, con el consiguiente aumento de las cargas para la sociedad. Otro hecho destacable es que el 70% de la población anciana son mujeres y si bien es cierto que en los países desarrollados las mujeres viven más, también es cierto que es a costa de una mayor morbilidad y una mayor discapacidad y dependencia. El año 1993 fue declarado por el Consejo de las Comunidades Europeas como “Año Europeo de las Personas Mayores y de la Solidaridad entre Generaciones” (D.O. nº 245/43, 1992) teniendo como objetivo el sensibilizar a la sociedad de la situación de las personas de edad avanzada y detectar las necesidades en cuanto a la atención integral del anciano, ya que dada la evolución de la población hacia el envejecimiento, se ha convertido en un verdadero problema de salud en todo el mundo. En el paciente anciano se concatenan una serie de factores que lo hacen más vulnerable que cualquier otro grupo de población: I.- Los cambios propios del envejecimiento: • A nivel del sistema cardiovascular hay modificaciones en la composición de los tejidos, con aumento del colágeno, depósito de sustancia amiloide, depósitos de calcio, fosfolípidos, colesterol, zonas de fibrosis, alteración valvular, alteración de la conducción, deterioro de la circulación coronaria. Estos cambios se traducen en una pérdida de la capacidad de adaptación a la actividad física y por tanto disminuye la capacidad funcional. A nivel del sistema vascular periférico se produce un déficit arterial, venoso y linfático, de predominio en miembros inferiores, que de alguna manera van a disminuir su capacidad de marcha. • A nivel del sistema nervioso, consecuencia de la degeneración neuronal y los problemas de déficit de riego sanguíneo, se producen trastornos como pérdida de memoria, alteración de reflejos, falta de concentración, alteraciones de la conducta, etc., que determinan pérdida de la capacidad psicofísica del anciano con merma de su autonomía. • A nivel del aparato respiratorio se produce una mayor rigidez traqueal, disminuye el número y la motilidad de los cilios, se pierde elasticidad en todos los tejidos pulmonares, se reduce la superficie alveolar, se altera la circulación pulmonar, aumentando el tejido fibroso, afectando a la relación ventilación/ perfusión. Así mismo, disminuye la capacidad vital y el volumen de reserva espiratorio. • En el aparato locomotor, por los cambios en la musculatura, con pérdida del agua corporal, de fibras musculares, depósitos de grasa Gerontología 186 intramuscular y los cambios en la masa ósea (osteoporosis senil) que conlleva mayor fragilidad y mayor riesgo de fracturas, así como la existencia de enfermedades degenerativas, va a desencadenarse una merma en la función motora y en la capacidad de movilización. • Los cambios en las estructuras del ojo y del oído conducen a una disminución de la capacidad visual y a una hipoacusia neurosensorial a partir de los 60 años. II.- Los grandes síndromes incapacitantes: • Síndromes neurológicos: No hay que olvidar que el 90% de los pacientes totalmente incapacitados son pacientes neurológicos. - Enfermedad cerebro-vascular, como expresión del fracaso en las medidas preventivas, cuya prevalencia aumenta con la edad. - Enfermedad de Parkinson, cuya evolución es lenta pero progresiva, disminuyendo la esperanza de vida y enormemente la calidad de vida. - Arterioesclerosis, neuropatías. • Síndromes del aparato locomotor: la mayor prevalencia de reumatismos degenerativos, inflamatorios, fracturas (vertebrales, de cadera, humerales) en edades avanzadas, condiciona compromiso de la movilidad. La disminución de la movilidad tiene unas consecuencias importantes, no sólo en el estado físico, sino también en la capacidad para mantener un contacto social adecuado, un equilibrio y bienestar mental y social. Pero debido a que la mayoría de los problemas osteoarticulares no son causa de muerte, no se ha estudiado bien su importante repercusión en la calidad de vida, si bien parece que en el momento actual existe ya una sensibilidad respecto a éste aspecto de la salud. • Síndromes cardiorespiratorios: EPOC, enfisema, insuficiencia cardiaca, cardiopatía isquémica, hipertensión arterial. La gran prevalencia de los factores de riesgo que determinan el desarrollo de estas patologías, como el tabaquismo, la dieta rica en grasa, el sedentarismo y la obesidad, van a permitir acciones eficaces para su prevención. • Déficits sensoriales y de percepción. • Síndromes psiquiátricos: los problemas de salud mental en el anciano derivan de los déficits cognitivos. Las demencias (fundamentalmente el Alzheimer), cuya prevalencia aumenta significativamente con la edad, alcanzando el 25% a partir de los 85 años, siendo causa principal de ingreso en residencias en los países desarrollados, sobre todo cuando falla el apoyo familiar. - Los transtornos psiquiátricos desarrollados en la edad adulta y que persisten en edades avanzadas (psicóticos crónicos). - La depresión en los ancianos, de alta prevalencia, mayor en las mujeres que en los hombres, llegando a tener el doble de posibilidades de padecer depresión una mujer que un hombre, aunque el conjunto de enfermedades mentales es más prevalente en los hombres. La depresión lleva de la mano un elevado riesgo de mal pronóstico físico y vital del paciente. • Incontinencia urinaria: repercute directamente en la calidad de vida de quien la padece, en el aspecto de salud, de autoestima y de relación con los demás. • Transtornos de la marcha: tienen una base neurológica: se produce una degeneración del sistema tálamo-corteza-ganglios basales. Se expresan por pasos cortos, rigidez y torpeza al caminar y mover el tronco e incluso con imposibilidad de cambiar de postura cuando están acostados. III.- Las enfermedades tanto agudas como crónicas: cáncer, infecciones urinarias, neumonías, infartos... (o sea, el estado de salud del anciano). IV.- El nivel socioeconómico: esta ampliamente estudiado y referenciado el papel del bajo nivel cultural y los escasos recursos económicos en la morbilidad de numerosas enfermedades y su repercusión en la calidad de vida. V.- Los hábitos de vida: los modelos de vida sociales, económicos y culturales, propias de los países desarrollados, contribuyen a un riesgo elevado de enfermedades (sedentarismo, mala nutrición, tabaquismo). VI.- La situación familiar: en el paciente anciano, adquiere gran importancia la situación familiar, tanto por la posibilidad del abandono , como por la hiperprotección a que pueden verse sometidos. 18 VII.- El entorno en que vive el anciano: la tendencia en los países desarrollados a la despoblación del medio rural y la concentración de la población en los grandes centros urbanos, favorece el aislamiento social. Lo cierto es que la ancianidad conlleva una mayor incapacidad y dependencia, siendo un problema a resolver, no ya el aumento de la esperanza de vida, sino la esperanza de vida activa ( el número de años de vida independiente con autonomía funcional). A los 65 años, la expectativa de vida activa se extiende al 70% de la población y a los 85 años sólo alcanza al 30%. A pesar de todo, no se ha sistematizado el estudio de los factores de riesgo en personas de edad avanzada, por lo que no se ha determinado con certeza cuales son estos factores y cual es su peso en cuanto al estado de salud y grado de incapacidad del anciano, por lo que no se han establecido adecuados programas de detección y de intervención, ni se conoce a ciencia cierta la relación costebeneficio de las medidas para promocionar la salud en el anciano. Uno de los problemas básicos que nos encontramos para la detección de estos riesgos es de tipo conceptual ya que el planteamiento de la enfermedad y de las medidas de prevención en la medicina clásica, no son válidas cuando se trata del paciente anciano. En la atención del anciano las medidas de prevención deben dirigirse fundamentalmente a la prevención de la invalidez, lo que entra de lleno en el concepto de Rehabilitación, donde la prevención se centra en prevenir, mantener y modificar la pérdida de función como resultado de deterioros físicos, mentales o sociales. En un estudio sociológico de la asistencia geriátrica realizado en España en 1986, se concluye que la situación de incapacidad severa por problemas físicos alcanza a un 7% de la población anciana, mientras que las de origen psíquico alcanza al 10% de los mayores de 65 años. De la última Encuesta Nacional de Salud se extraen algunos datos muy demostrativos: en España, el incremento de la tasa de discapacidad en los mayores de 75 años, supera el 200% anual. Sólo el 42% de las personas mayores disfruta de buena salud, frente al 68,5% de la población general. La estancia media de una persona mayor en el hospital es un 32% superior a la media general de la población. El número de estancias hospitalarias de las personas mayores, representa el 47% del total. El 44% del gasto sanitario se atribuye directamente a las personas mayores. La población anciana es un grupo heterogéneo y variable en cuanto a número, expectativa de vida, situación social y de salud, por lo que obliga a replantear nuevos estudios de identificación de los problemas de salud en el mayor de 65 años, para poder desarrollar estrategias de prevención y de intervención adecuadas. Hoy, de acuerdo con la carta de Ottawa (Conferencia Internacional para la Promoción de la Salud. Ottawa 1996) “La Salud es el proceso que confiere a las poblaciones los medios de asegurar un mayor control sobre su propia salud y mejorarla. Este proceso supone que un grupo o un individuo puede realizar su proyecto de vida y al mismo tiempo evolucionar con el medio o adaptarse a él”, queda patente que la promoción de la salud y la prevención de la incapacidad han dejado de ser un problema puramente sanitario para convertirse en un problema que afecta a la sociedad entera ya que la salud como recurso de la vida cotidiana debe estar al alcance de todos. En el anciano va a darse con mayor facilidad que en otros grupos de población, la situación de incapacidad, lo que representa no solo el hecho de padecer un defecto físico, sino que puede expresarse como un trastorno funcional que incapacita al individuo para desempeñar una vida autosuficiente en alguno o todos los órdenes (personal, social, profesional). En mayo de 1999, se celebró en Atenas la 6ª Conferencia Europea de Ministros de Sanidad, con motivo del Año Internacional de las Personas Mayores. Todos los países asistentes redactaron y suscribieron una declaración política en la que se recogen los principales criterios de actuación para los Estados Europeos (tabla I). La incapacidad en el anciano hemos de valorarla fundamentalmente en cuanto a su suficiencia para el autocuidado y para mantener su relación con el medio, por lo que es fundamental valorar sus capacidades de movilidad y sensoriales, la pluripatología que con frecuencia padece y la situación familiar, social y económica en que está inmerso. Los principales problemas de salud de la población anciana provienen de enfermedades no contagiosas. Las estrategias de prevención primaria y secundaria son ventajosas, siendo el método más válido y fiable la existencia de una buena asistencia sanitaria primaria. Los principales problemas de salud en la población que envejece, son consecuencia de factores económicos, sociales, culturales y políticos, así como de factores biológicos. Gerontología 188 • Es necesario que todos los estados realicen un ajuste de las prioridades en materia de servicios sanitarios y sociales. • La autonomía de las personas mayores debe considerarse como un factor esencial de su dignidad. • Debe tenerse el cuidado de la salud como un derecho social fundamental y, en consecuencia, garantizar la igualdad de acceso a la asistencia sanitaria y a los cuidados específicos que se requieran en cada momento. • Hay que orientar la atención a las personas mayores hacia su domicilio, ayudándoles en las tareas cotidianas mediante una adecuada organización de los cuidados comunitarios, que garantice la atención social en cada caso. • Deben estudiarse con detenimiento los problemas éticos, sociales, sanitarios y económicos que afectan a un número creciente de personas mayores. • Se requiere el desarrollo de políticas coherentes para las personas mayores, en estrecha colaboración con los organismos internacionales interesados en la salud y el envejecimiento saludable. • Debe establecerse un intercambio contínuo de información sobre los aspectos científicos y sociales, creando incluso un espacio propio en las nuevas redes de información. Tabla I: Declaración de Atenas De todo lo expuesto puede inferirse una serie de medidas conducentes a la promoción y mantenimiento de la salud y prevención de la incapacidad en el anciano: a.- Implicar a los políticos y gobernantes que han de legislar y tomar decisiones de tipo económico, educacional y sanitario, para que elaboren estrategias poblacionales de promoción de la salud, centrados en los principales problemas de salud evitables, desarrollando medidas preventivas globales, mejorando los conocimientos básicos mediante programas educativos, así como desarrollando indicadores apropiados y relevantes para la salud y métodos de evaluación de los protocolos y de las directrices existentes dentro del proceso de mejora contínua de la asistencia. b.- Implicar a los medios de comunicación, tanto para sensibilizar a la población en la problemática que plantean las personas ancianas, como para difundir los conocimientos en materia de prevención y de atención sanitaria, social y familiar. c.- Elaboración de programas de educación para la salud en todos los grupos de edad, aprovechando las estructuras de la sociedad (escuela, universidad, asociaciones...) incidiendo principalmente en la enseñanza de hábitos de vida saludables (higiene, nutrición, actividad física, autonomía, toxicomanías). d.- Formación de equipos multidisciplinares para la atención del paciente anciano (médicos, trabajadores sociales, enfermería, educadores, farmacéuticos, psicólogos, sociólogos). e.- Realización de exámenes de salud en la población anciana para la detección precoz de enfermedades e incapacidades tanto físicas como psíquicas, para lo cual deben incluirse escalas de valoración funcional para detectar no solo el grado de incapacidad sino las capacidades que mantiene y poder elaborar un programa específico de rehabilitación que permita recuperar el máximo de autonomía. f.- Facilitar el acceso de las personas mayores a los servicios de Rehabilitación para la mejora de las capacidades residuales. g.- Facilitar estructuras e instalaciones donde puedan realizarse programas de actividades físicas, lúdicas y de apoyo, planificadas y personalizadas, para la atención de los ancianos, tanto sanos como con problemas de discapacidad. h.- Eliminar las barreras arquitectónicas. i.- Fomentar la integración de las personas ancianas con los otros grupos de edad para evitar el aislamiento familiar y social que padece un gran número de ancianos y que constituye uno de los grandes pilares donde asienta la incapacidad en la población anciana. 18 14.Chumlea WMC, Guo SS, Vellas B. Cambios en la composición corporal con el envejecimiento y la sarcopenia. En: Mujeres: Envejecimiento y Salud. Barcelona: Ed. Glosa SL, 1998. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Caballé Lancry C. Incapacidad y Tercera Edad. Discurso de recepción. Valencia: Real Academia Medicina, 1981. 2.Jornadas de promoción y educación de la salud en el medio urbano (Conclusiones y Conferencias). Universidad de Valencia. Ayuntamiento de Valencia. 1993. 3.De la Fuente M. Deficiencias, discapacidades y minusvalías en España. Datos de una encuesta. Medicina de Rehabilitación 1988; I (2): 22-26. 4.Libro Blanco. El médico y la Tercera Edad. Estudio sociológico. Madrid: Graf.Nilo, 1986. 15.Freíd LP, Guralnik JM, Simonsick E, Kasper JD. Discapacidad en las mujeres ancianas: características y consecuencias. En: Mujeres: Envejecimiento y Salud. Barcelona: Ed. Glosa SL, 1998. 16.Rojas Marcos L. Aprender a vivir. Barcelona: Fundación “la Caixa”, 1999. 17.Iturria JA, Marquez S. Situación de los ancianos tras un período de hospitalización: estado de salud, recursos materiales y apoyo social. Rev Geront 1996; 6: 92-97. 5.Medina M, Sanz P, Someira I. Papel del ejercicio físico regular en la Rehabilitación del anciano. Rehabilitación 1994; 28 (3): 170-173. 18.Instituto Nacional de Estadística. Proyecciones de la población española calculada a partir del Censo de Población de 1991. Madrid: INE, 1995. 6.Parreño JR. La Incapacidad en Rehabilitación 1991; 25 (6): 382-389. 19.Furner SE, Rudberg MA, Cassel CK. Medical conditions differentially affect the developpement of IADL disability: implications for medical care and research. Gerontologist 1995; 35 (4): 444-450. Geriatría. 7.Parreño JR. Rehabilitación en Geriatría. Madrid: Editores Médicos S.A, 1990. 8.Rapado A, Guillem P. Osteoporosis y caídas en el anciano. Barcelona: Fahoemo, 1994. 9.Durante P, Pedro P. Terapia ocupacional en geriatría: principios y práctica. Barcelona: Masson, 2000. 10.Rowe J. Falls prevention, a way forward. Age Ageing 1999; 28: 505-509. 11.Di Carlo A, Lamasa M, Pracucci G, Basile AM, Trefoloni G, Vanni P et al. Stroke in the very old. Clinical Presentation and determinants of 3 Month Functional Outcome: a European Perspective. Stroke 1999; 30: 231-39. 12.Espallargués M, Alonso J, Ruigómez A, Antó JM. Los transtornos osteoarticulares en los ancianos: una aproximación a su impacto poblacional. Med Clin 1996; 106: 601-6. 13.Organización Mundial de la Salud. Mujeres, envejecimiento y salud. La mejora de la salud durante la vida. En: Mujeres: Envejecimiento y Salud. Barcelona: Ed. Glosa SL, 1998. 20.Mulrow CD, Gerety MB, Cornell JE, Lawrence VA, Kanten DN. The relationship between disease and function and perceveid health in very frail elders. J Am Geriatr Soc 1994; 42: 374-380. 21.Béland F, Zunzúnegui MV. La salud y las incapacidades funcionales. Elaboración de un modelo causal. Rev Gerontol 1995; 5: 259-273. 2 Gerontología 190 23 19 23 T R A T A M I E N T O FARMACOLÓGICO EN EL ANCIANO. PRESCRIPCIÓN Y CUMPLIMIENTO Dra. Mª Carmen Ruiz Ginaldo 1.- INTRODUCCIÓN La población está envejeciendo globalmente y el número de ancianos que requieren cuidados médicos está aumentando, como lo demuestra el hecho de que la esperanza de vida en España ha cambiado en el último siglo drásticamente, constituyendo los mayores de 65 años, en el año 2.000, el 17% de la población (6 millones), con expectativas de llegar al 22% (8,5 millones) en el 2.025. El grupo de los mayores de 80 años es el que más crece, siendo además el que más recursos sanitarios precisan: esto se ha llamado envejecimiento del envejecimiento. El consumo de fármacos en los pacientes mayores es muy superior al del resto de la población: en el año 2.000, el 22,6% del consumo de medicamentos corresponde a los trabajadores activos y el 77,4 % restante a los pensionistas, según datos de la Seguridad Social. Y además este consumo tiende a ser tanto más alto cuanto mayor es la edad de la muestra de población analizada y más institucionalizado (residencia y hospital) es el medio en el que se ha llevado a cabo el estudio. Medio ambulatorio: 2-4 medicamentos / paciente. Residencias: 6-8 medicamentos / paciente. Hospitales: 8 medicamentos / paciente. - Dificultad diagnóstica: por presentación atípica de la enfermedad en cuanto a síntomas, signos clínicos y parámetros bioquímicos. - Pluripatología: un suceso trivial (una caída) o una enfermedad aislada provoca la descompensación de un estado hasta entonces en equilibrio. - Capacidad funcional: la salud en el anciano no es la ausencia de enfermedad sino el estado óptimo con el que se enfrenta a los problemas de la vida diaria. Hay que valorar el pronóstico funcional al elegir la terapéutica. - Cuidados en geriatría: no es sólo curar al paciente sino cuidarlo, con medidas de prevención y apoyo (hay que evitar el encamamiento injustificado, atender la nutrición e hidratación, la higiene corporal, la orientación en la realidad, los aspectos sociales, etc.). 2.PROBLEMAS ASOCIADOS TERAPÉUTICA EN EL ANCIANO A LA La mayoría de los médicos que tratan a los pacientes ancianos conocen los problemas de los fármacos en este grupo de edad. Sin embargo una información pertinente referente a la prescripción, como por ejemplo el régimen de dosificación óptimo o la relación beneficio/riesgo de la terapia, no siempre es fácilmente disponible, aunque es fundamental para conseguir el máximo beneficio del tratamiento con los menores efectos adversos. La instauración de un tratamiento farmacológico en pacientes geriátricos ha de valorar, tanto las modificaciones que la edad puede producir en el comportamiento de los medicamentos, como las características peculiares de estos pacientes respecto al uso de los mismos. Existen, por tanto, aspectos que presentan una especial importancia en la terapéutica en el anciano y que deberán tenerse en cuenta en todo momento. 2.1.- FALTA DE ADECUACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS La atención al paciente anciano no supone únicamente diagnosticar la enfermedad y prescribir los correspondientes medicamentos, como ocurre en el adulto joven, sino que es fundamental cuidarlo de una manera integral, atendiendo los aspectos médicos, psicológicos, emocionales y sociales. Hay que valorar cada situación de enfermedad de manera individual, pues los factores que influyen en la respuesta del anciano a las medidas terapéuticas son múltiples y relacionados entre sí. Entre estos factores destacan: En muchas ocasiones los tratamientos prescritos a este grupo de población no son los adecuados, siendo los principales motivos: a) La demanda de prescripción: frecuentemente el anciano pretende que situaciones propias del envejecimiento sean tratadas farmacológicamente. Ceder a estas expectativas supone, en muchos casos, la instauración de tratamientos de eficacia no probada y Gerontología 192 exponer al paciente a los riesgos de un tratamiento no necesario (mayor riesgo de interacciones y reacciones adversas). b) La no retirada de tratamientos prescritos para procesos agudos. c) La no utilización de otras medidas como el consejo, soporte social y terapia física por precisar de una mayor inversión de tiempo frente a la rapidez que supone emitir una prescripción farmacológica. d) La autoprescripción y los tratamientos en curso: el desconocimiento, por parte del facultativo, de los medicamentos utilizados por el anciano puede dar lugar a la aparición de efectos secundarios o interacciones no esperados, ante la instauración de un tratamiento. Debe, por tanto, efectuarse una cuidadosa historia medicamentosa que recoja todos los medicamentos tomados por el anciano (los prescritos por otros especialistas, los no prescritos por el médico y los de uso social, como alcohol, tabaco, cafeína, etc.). e) La ausencia de un diagnóstico previo a la prescripción: El anciano presenta enfermedades múltiples o manifestaciones inusuales que dificultan el diagnóstico clínico. El inicio de un tratamiento farmacológico previo al diagnóstico puede dificultar aún más el establecimiento del mismo. albúmina puede dar lugar, en ocasiones, a efectos inmediatos más intensos con una eliminación más rápida. En la eliminación (metabolismo y excreción), los principales órganos implicados son el hígado y los riñones. Con la edad, el hígado experimenta una reducción del flujo sanguíneo del 40 al 45%, así como de la actividad enzimática, produciéndose también pérdida o lesión del parénquima hepático. La funcionalidad de las nefronas también disminuye con la edad y el aclaramiento de creatinina pasa de 140 ml/min.1,73 m2 a los 30 años, a aproximadamente 97 ml/min.1,73 m2 a los 80 años. Puesto que las concentraciones plasmáticas de urea y creatinina no permiten establecer una aproximación al funcionalismo renal del anciano por su menor producción de creatinina debido a la pérdida de masa muscular, hay que determinar el aclaramiento de creatinina con el fin de evitar problemas de sobredosificación o toxicidad con medicamentos que se excreten principalmente por vía renal. PROCESO ABSORCION CAMBIO FISIOLOGICO MODIFICACIONES FARMACOCINÉTICAS distinta biodisponibilidad en algunas formas orales sólidas tiempo de absorción motilidad gástrica flujo sanguíneo intestinal absorción pH gástrico DISTRIBUCION gasto cardíaco 2.2.- CAMBIOS FARMACOCINÉTICOS FARMACODINÁMICOS Y El envejecimiento se asocia a una serie de cambios en el organismo que van a tener una influencia decisiva en el comportamiento de los medicamentos en el anciano. Estos cambios pueden ser englobados como modificaciones farmacocinéticas (variaciones de la concentración plasmática del fármaco) y farmacodinámicas (respuestas distintas al fármaco), que aparecen esquemáticamente en las Tablas I y II. En general se considera que los cambios en la absorción raramente presentan una significación clínica. Respecto a la distribución, en el envejecimiento se produce una disminución del agua corporal total y de la masa muscular, aumentando la relación grasa/músculo. Así, los medicamentos que se distribuyen principalmente en la masa muscular, como la digoxina, presentan mayores niveles plasmáticos en el anciano, especialmente si la dosis se ha calculado a partir del peso corporal total o de la superficie corporal. La disminución de la concentración de agua y masa magra albúmina sérica grasa corporal METABOLISMO masa, flujo y actividad enzimática del hígado ELIMINACION flujo sanguíneo renal, tasa de filtración glomerular y secreción tubular perfusión a tejidos y órganos Vd y concentración sérica de fármacos hidrosolubles toxicidad de fármacos con alto % de unión a proteínas Vd t1/2 y duración de efectos de fármacos liposolubles efecto de 1er paso con niveles y duración de los efectos concentración sérica de fármacos con eliminación renal (Vd : Volumen de distribución; t1/2 : Semivida biológica) TABLA I.- Alteraciones farmacocinéticas en ancianos 19 La farmacodinamia en el anciano ha sido menos estudiada que la farmacocinética, aunque sí se ha establecido que el envejecimiento puede alterar la respuesta a nivel de los órganos (variaciones en el número y afinidad de los receptores). También se ha observado una reducción de la eficacia de determinados mecanismos homeostáticos (funciones cognitivas superiores, control postural, termorregulación y respuesta circulatoria ortostática), lo que hace al anciano más vulnerable a los efectos adversos de los medicamentos. MODIFICACIONES DE LOS RECEPTORES: Sensibilidad del receptor. Número de receptores. MODIFICACIONES EN LOS MECANISMOS DE LA HOMEOSTASIS: Barorreceptores. Quimiorreceptores. Sistema inmunológico. Centro termorregulador. Tabla II: Factores farmacodinámicos en la respuesta farmacológica 2.3.- ACONTECIMIENTOS A MEDICAMENTOS (AAM) ADVERSOS El porcentaje de personas mayores que sufre un acontecimiento adverso a un medicamento a lo largo de un año es del 10-35% en el medio ambulatorio (correspondiendo los valores más altos a la polifarmacia) y hasta del 67,4% en las residencias. Como consecuencia de sufrir un AAM: • Aumenta la estancia hospitalaria. • Aumenta el coste económico. • Aumenta 1,8 veces el riesgo de muerte. Se pueden identificar tres tipos de acontecimientos adversos a medicamentos: • Efecto adverso: es el efecto no esperado ni deseado que produce un medicamento. La mayor parte de ellos son prolongación de la acción farmacológica conocida del medicamento, siendo unos pocos imprevisibles. • Interacción farmacológica: es la modificación cualitativa o cuantitativa del efecto de un fármaco por la administración simultánea de otro. Nos estamos refiriendo a la interacción medicamento-medicamento, ya que, en sentido amplio, habrá que tener en cuenta también la interacción medicamento-alimento (IMAO con alimentos ricos en tiramina) y la interacción medicamento-planta medicinal. • Error de medicación: es la utilización indebida de un medicamento. Puede ser potencial, si no llega al paciente, o real. Está fehacientemente demostrado que los AAM son más frecuentes cuanto mayor es el número de medicamentos administrados. En el caso de los ancianos, debido a que la pluripatología y las enfermedades crónicas son frecuentes, el empleo de medicamentos abarca períodos de tiempo prolongados. Así, entre el 67 y el 87% de personas de edad superior a 65 años siguen tratamiento farmacológico, siendo el número de medicamentos por paciente (de 1,7 a 8,4) muy superior al resto de la población. Los tratamientos farmacológicos múltiples, junto con la falta de adecuación de la posología a las modificaciones farmacocinéticas y farmacodinámicas asociadas al envejecimiento y los errores en la administración, son los responsables de la mayor incidencia de efectos adversos en estos pacientes. En muchos casos son difíciles de identificar al confundirse con patologías presentes, como confusión mental, anorexia o debilidad. Entre los que hay que vigilar especialmente se encuentran la hipotensión ortostática, la confusión y la diuresis nocturna, por el mayor riesgo de dar lugar a caídas y las consiguientes fracturas. En la bibliografía recomendada se describen con detalle los medicamentos más implicados y las reacciones adversas más importantes, para los que estén interesados en profundizar un poco más en este tema. Las interacciones medicamentosas son también frecuentes en ancianos porque, por una parte, la disminución de la función renal y hepática favorece que el medicamento permanezca más tiempo en el organismo y, por otra, en estos pacientes es muy frecuente el empleo simultáneo de varios medicamentos. En general son difíciles de diagnosticar, pero debe sospecharse la existencia de interacción cuando la introducción de un nuevo fármaco en el tratamiento de un paciente le produce a éste una respuesta inesperada. Son importantes si influyen en la eficacia o seguridad del tratamiento. Hay que dedicar especial atención a aquellos fármacos que tienen un rango terapéutico estrecho o que se comportan como inductores o inhibidores enzimáticos. En la práctica, es muy difícil aún predecir qué ocurrirá cuando un paciente concreto reciba dos fármacos potencialmente interactivos. Una solución Gerontología 194 fácil es optar por una alternativa que no produzca la interacción, pero, si ninguna está disponible, es posible frecuentemente dar medicamentos que interactúen tomando las precauciones adecuadas: si se monitorizan bien los efectos y se ajustan correctamente las dosis, los efectos de la interacción pueden a menudo ser soslayados. Como en el caso de las reacciones adversas, remitimos al lector interesado a la bibliografía específica. Existen dos documentos de consenso de expertos (Beers MH y McLeod PJ, 1997), que establecen criterios explícitos para determinar prácticas inapropiadas al prescribir medicamentos a los ancianos. Por un lado indican los que están prohibidos para todos ellos por existir alternativas más seguras y por otro los que están prohibidos si se da alguna patología asociada. El error de medicación es seguramente la equivocación más frecuente en los hospitales, aunque pocas veces se traduzca en la pérdida de una función o cause la muerte del paciente. Es necesario asumir que el error es humano y que lo importante es construir un sistema sanitario seguro, ya que no sólo se trata de hacerlo bien, sino de construir las herramientas necesarias para evitar hacerlo mal. Para ello los pasos fundamentales a seguir son: 2.4.- INCUMPLIMIENTO DE LA PRESCRIPCIÓN La prescripción es un acto muy importante de relación entre el médico y el paciente. Si no se redacta correctamente y se informa al paciente de manera adecuada (adaptada a su problemática física e intelectual) puede contribuir a la falta de cumplimiento y a las enfermedades yatrogénicas. En el anciano es relativamente frecuente la falta de cumplimiento, influyendo en ello aspectos como su incapacidad o poca destreza visual y manual, sus dificultades para comprender y recordar las instrucciones que recibe y los hábitos adquiridos, muchos de ellos erróneos y difíciles de erradicar. En la Tabla III se recogen los tipos de incumplimiento de la prescripción y sus principales causas. - Con tratamientos complicados. No intencionada - Cuando se instruye al paciente de forma indebida. - En enfermos de personalidad estoica. Intencionada • Detección y comunicación de los errores que se produzcan. • Estudio de las causas que los han producido. • Búsqueda de soluciones que ayuden a prevenirlos y evitarlos. Se pueden producir distintos tipos de error de medicación que pueden originar situaciones con distintos niveles de gravedad, desde error potencial (que no llega al paciente), error sin lesión, con lesión e incluso con muerte del paciente. Entre los distintos tipos de errores cometidos citaremos el error por omisión, por error en la preparación, dosificación, forma farmacéutica, técnica de administración o intervalo de dosis, o por administración de fármacos no prescritos, caducados o deteriorados, además del incumplimiento de la prescripción por parte del paciente. Es importante conseguir un sistema de notificación de errores de medicamentos con información suficiente para poder analizar todas las causas que han motivado el error y todos los factores que han contribuido al mismo. De este modo se pueden encontrar las soluciones que ayuden a prevenirlos en el futuro. - Cuando el paciente no comprende bien su enfermedad, la posología o la medicación. - Por negación de la enfermedad. - Por insatisfacción con el médico. - Por efectos adversos desagradables. Tabla III: Tipos y causas de incumplimiento de la prescripción Este problema es grave por las repercusiones sanitarias y económicas que origina, ya que de poco valen un diagnóstico correcto y una prescripción farmacológica adecuada si el paciente no sigue adecuadamente el tratamiento. Las estrategias para mejorar el cumplimiento de la prescripción, incluyen: - Valorar la relación efecto clínico deseado/efectos secundarios antes de prescribir un medicamento. - Reducir al máximo el número de medicamentos y emplear regímenes posológicos sencillos haciéndolos coincidir, cuando sea posible, con los hábitos del paciente. 19 - Informar al anciano, familiar o responsable mediante instrucciones orales y escritas, asegurando la comprensión del tratamiento y de los efectos adversos. Para conseguir una buena información es necesaria la intervención de los distintos profesionales de la salud. - Seguir y reevaluar los tratamientos crónicos ante cambios de dieta, actividades, evolución de la enfermedad, manifestación de otras enfermedades o instauración de nuevos tratamientos. - Animar al paciente a que coopere en la medida de la respuesta clínica, en la detección de efectos secundarios y a que proponga cambios terapéuticos (modificación u omisión de dosis, autoprescripción, etc.) antes de hacerlos por su cuenta. - Buscar y reconocer las causas de incumplimiento, considerando que éste puede ser una decisión racional ante la falta de efectividad o la aparición de efectos secundarios al tratamiento prescrito. 2.5.- ENSAYOS CLINICOS Y COMERCIALIZACION DE MEDICAMENTOS Los estudios que se realizan antes de la comercialización de nuevos medicamentos no suelen incluir población geriátrica, a pesar de que muchos de ellos están dirigidos al tratamiento de patologías o síntomas propios de este grupo de edad. Debe adoptarse como principio básico que, antes de su comercialización, todos los medicamentos se estudien de manera específica en personas de edad, a menos que pueda demostrarse la improbabilidad de que el producto en cuestión vaya a emplearse en ellas. El uso de medicamentos cuyas indicaciones van dirigidas exclusivamente a la población geriátrica parece no estar siempre justificado y, a menudo, se utilizan como alternativa a otras acciones que suponen una mayor inversión de tiempo y que están relacionadas con la prevención, rehabilitación y atención social. El concepto de “medicamento geriátrico”, no definido en la legislación, ha surgido por la existencia de medicamentos específicos para su uso en ancianos y cuyas indicaciones se relacionan con la mejora de uno o varios trastornos asociados al envejecimiento (ej.: fosfolípidos, ácidos grasos insaturados, esteroides anabolizantes, calcio, vitaminas y antioxidantes). La escasez de estudios al respecto, la no regulación de su utilización y la promoción que se hace de sus propiedades antienvejecimiento, conduce al uso indiscriminado de estos medicamentos y a su conversión en placebos, siendo difícilmente evaluable su efectividad. 3.- UTILIZACIÓN RACIONAL DE MEDICAMENTOS EN GERIATRÍA La utilización racional de medicamentos incluye la monitorización de la terapia farmacológica, la prevención de duplicidades y de polifarmacia, la coordinación de múltiples prescriptores, la vigilancia de los acontecimientos adversos a medicamentos, la educación del paciente para mejorar el cumplimiento y la evaluación coste/efectividad de los posibles tratamientos. En un estudio de utilización de medicamentos realizado en un Centro Geriátrico Asistido con 550 ancianos se detectó que los fármacos más consumidos pertenecían a los grupos terapéuticos de SNC y cardiovascular, destacando el amplio uso de nootropos, ansiolíticos, vasodilatadores cerebrales y periféricos y psicoestimulantes. La medicación de uso injustificado, indiscriminado y de efectividad dudosa, no sólo aumenta los costes (representó el 44,6% de los costes), sino que también da lugar a un mayor número de reacciones adversas, interacciones y errores de medicación. En geriatría, los principios de la prescripción a considerar por el médico, para que el tratamiento farmacológico sea eficaz y seguro, son: - Establecer un diagnóstico previo, eliminando otros problemas (sociales, de malnutrición, mal uso de la medicación, etc.). - Elaborar una buena historia clínica, incluyendo todos los medicamentos que tome el anciano. - Conocer la farmacología de los medicamentos prescritos. - Establecer el tipo de monitorización clínica a seguir: sintomatológica, analítica o farmacocinética. - Utilizar pequeñas dosis (reducciones del 25-50% de la dosis estándar). - Simplificar el régimen terapéutico. - Informar al paciente de manera adecuada y suficiente. - Revisar periódicamente los tratamientos. Gerontología 196 BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 1.Ronda J, Martínez MA. Geriatría. En: Farmacia Hospitalaria, 2ª edición. De Emisa, 1992: 1229-70. 2.Anónimo.Criterios para la utilización de medicamentos en ancianos. Bol Ter Val 1995; 9: 912. 3.Anónimo. Tratamiento farmacológico en el paciente geriátrico. Boletín Farmacoterapéutico Valenciano 2000; 1: 25-28. 4.Fernández de Gatta MM, Gutiérrez JR. Psiquiatría. En: Farmacia Hospitalaria, 2ª edición. De Emisa, 1992: 1570-2. 5.Ives TJ. Farmacoterapia. En: Ham RJ, Sloane PD eds. Atención Primaria en Geriatría. Casos clínicos, 2ª edición. Mosby/Doyma Libros SA, 1995: 194208. 6.Salgado A, Guillén F. Terapéutica en Geriatría. En: Manual de Geriatría, Salvat Editores S.A., 1990: 511-23. 7.Oskvig RM. Special problems in the elderly. Chest 1999; May 115 (5 Suppl): 158S-164S. 8.Lázaro del Nogal M, Ribera Casado JM. Tratamiento del paciente anciano con problemas médicos múltiples. Inf Ter Sist Nac Salud 1994; 18: 109-20. 9.Klein-Schwartz W, Oderda GM. Poisoning in the elderly: epidemiological, clinical and management considerations. Drugs and Aging 1991; 1: 67-89. 10.Classen DC. Adverse drug events in hospitalized patients. Excess length of stay, extra costs, and attributable mortality. JAMA 1997; 277 (4): 301-6. 11.Otero MJ, Valverde MP. Acontecimientos adversos por medicamentos en personas mayores. Noticias Farmacoterapéuticas 2000; 27: 1-3. 12.Anónimo. Notas sobre medicamentos: Interacciones farmacológicas. Boletín de Farmacovigilancia de la Comunidad Valenciana 1992; 21: 302-4. 13.Anónimo. Las plantas medicinales. Boletín de Farmacovigilancia de la Comunidad Valenciana 1995; 32: 461-6. 14.OMS. Medicamentos para el anciano. Edita Ministerio de Sanidad y Consumo. Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios, 1987. 15.Winstanley PA, Orme ML’E. Which adverse drug interactions are relly important?. Adverse Drug React Bull 1988; 130: 488-91. 16.Kroner BA, Kelley CL, Baranowski EM. Labelling deficiencies and communication problems leading to medication misuse in the elderly. Drugs and Aging 1994; 5: 403-10. 17.Beers MH. Explicit criteria for determining potentially inappropiate medication use by the elderly. Arch Intern Med 1997; 157: 1531-6. 18.McLeod PJ, Allen RH, Tamblyn RM, Gayton DC. Defining inappropriate practices in prescribing for elderly people: a national consensus panel. Can Med Assoc J 1997; 156: 385-391. 19 2 Gerontología 198 24 19 24 P S I C O L O G Í A D E L E N V E J E C I M I E N T O . SEXUALIDAD EN EL ANCIANO Dña. Eva Jordá Carreres Dña. Carmen Soler Sáiz 1.- INTRODUCCIÓN La vejez, entendida como un periodo físico de la vida, no debe confundirse con la senilidad que es la transformación patológica de este momento evolutivo. El hecho de envejecer no implica necesariamente una alteración clínica de las operaciones intelectuales o la aparición de lesiones anatómicas en el cerebro. La involución psicológica normal de las personas de edad avanzada presenta características tales como afectación de la capacidad de aprendizaje y memoria, y problemas de adaptación a situaciones nuevas, pudiendo interferir en sus hábitos. Si bien es cierto que puede aparecer una crisis de adaptación a la vejez que dependerá de los factores personales, psicológicos y físicos, así como de los ambientales. Nuestro objetivo como profesionales dedicados al cuidado del paciente geriátrico será el de conocer los trastornos del anciano, sus comportamientos y qué factores mantienen o instauran conductas desadaptadas para de este modo saber detectarlos y a su vez intervenir en los mismos. 2.- CAMBIOS PSICOLÓGICOS EN LA VEJEZ Uno de los criterios que definen al enfermo geriátrico es la detección de un trastorno mental o psicológico. No todas las personas envejecen a la misma velocidad, se producen una serie de cambios por adaptación en el proceso dinámico vital. Tres son las áreas en las que estos aparecen: • A nivel somato - sensorial se aprecia una disminución de la capacidad de discriminación, afectando a la información procedente de ojos y oídos, así como una alteración en la coordinación motriz dando lugar a un enlentecimiento psicomotor. • La memoria, la capacidad de aprendizaje y la inteligencia son las variables cognitivas que aparecen alteradas, siendo la capacidad manipulativa y el razonamiento abstracto los dos aspectos que definen el patrón clásico del envejecimiento. • Por último, tendremos que conocer los cambios que se producen en el ámbito de la personalidad. Debemos tener en cuenta que el enfermo geriátrico es una persona frágil ya que durante esta etapa sufre pérdidas de diverso índole (personal, afectivo), creando un vínculo de dependencia y desarrollando un estado de ánimo deprimido que puede llegar a ocasionar manías y una mayor frecuencia de paranoias y quejas hipocondríacas. El egoísmo, al que hacen referencia los familiares, no es sino una mutación entre los valores del mundo exterior con el interior, propio de una adecuación en el plano social. Entre los rasgos positivos mencionaremos la prudencia, la reflexión y la serenidad (valoran más las decisiones difíciles pero tienen menos energía para actuar y se agotan antes), así como la aplicación de la lógica (de su propia experiencia), aunque no se adapten a lo nuevo por problemas de Memoria a Corto Plazo (M.C.P.) y el esfuerzo que ello supone. Las conductas del anciano se caracterizan en general por evitación de situaciones nuevas, tendencia a la rutina (viendo sus déficits), estado de ánimo decaído (la suma de pérdidas, humor sombrío, falta de contenido en sus actuaciones), tendencia a la soledad (baja autoestima) y miedos (invalidez, dependencia, muerte de un familiar). Como problemas principales aparecen trastornos de ansiedad y depresión, déficits cognitivos ó demencias, y trastornos del sueño. 3.- MODIFICACIÓN DE CONDUCTA Como hemos visto, esta etapa puede suponer un reajuste difícil, incluso conflictivo, requiriendo cambios en la conducta del anciano que nosotros como profesionales debemos orientar hacia nuevas conductas más adaptativas. Para ello, es necesario realizar un análisis funcional (A.F.) de las conductas del anciano, es decir conocer qué estímulo o situación externa/interna que provocan unas respuestas (cognitivas, fisiológicas y motoras), son mantenidas o extinguidas por una serie de consecuencias internas / externas. Con el A.F. conseguiremos detectar dónde se encuentra el problema dentro de la cadena conductual y posteriormente introducir una modificación de la misma. No debemos olvidar la variable organismo, en la que II Gerontología 200 incluiremos la historia de aprendizaje (experiencia previa, grado de autonomía, situaciones similares), habilidades de afrontamiento y actitud del grupo de referencia. La cadena del A.F. es observable, objetiva, sucede aquí y ahora, y tiene en cuenta las conductas motoras, fisiológicas cognitivas así como los estímulos y consecuencias externas e internas que influyen sobre ellas. A partir del A.F., las técnicas de modificación de conducta aplican los principios del aprendizaje a las situaciones problema con el fin de suplir las conductas inadaptadas en la actualidad que en su momento fueron útiles al sujeto, con un nuevo bagaje de conductas más adaptadas a la nueva situación. Refuerzo negativo: quitar un estímulo (aversivo) aumenta la probabilidad de respuesta evitación escape. Castigo: presentación de un estímulo aversivo, eliminación de estímulos positivos disminuyen la frecuencia de la respuesta. Castigo positivo: consecuencia desagradable. Castigo negativo: retirar un estimulo positivo porque hace algo mal, pérdida de privilegio. Generalización: reforzar un estímulo o una respuesta y con el tiempo se dará en muchas situaciones. Con este tipo de aproximación aprendemos conductas que nos son reforzadas y extinguimos aquellas que son castigadas. 4.- LEYES DEL APRENDIZAJE 4.3.- APRENDIZAJE VICARIO Para el entrenamiento en nuevas conductas y la introducción de técnicas se deben conocer los principios básicos del aprendizaje ya que estos explican la presencia y mantenimiento de las cadenas conductuales. Ello permitirá tanto al anciano como al personal que convive con él, una buena relación y una eficaz adaptación al medio. Se trata de la adquisición de conductas nuevas mediante la observación o la imitación. 4.1.- CONDICIONAMIENTO CLÁSICO (PAVLOV) La conexión entre el estímulo y la respuesta es automática, no es aprendida. El aprendizaje se produce por apareamiento de un estímulo incondicionado (EI) con un estímulo neutro (EN), siendo los estímulos que preceden la conducta los que controlan la respuesta. EI provoca una respuesta refleja condicionada que no está bajo control voluntario. EI asociado a EN provoca una respuesta incondicionada (RI). Después de varias presentaciones, el EN se convierte en estímulo condicionado (EC). Este da la respuesta condicionada (RC). La RC se debilita si no se produce el apareamiento EC+ EI en repetidas ocasiones. 4.2.CONDICIONAMIENTO INSTRUMENTAL (SKINNER) OPERANTE O Se basa en la ley de Thorndike. Una respuesta será aprendida si es reforzada inmediatamente y se extinguirá si no es seguida por consecuencias positivas o alivio de un malestar. Hablamos de contingencias: Refuerzo: estímulo que aumenta la probabilidad de que una respuesta se dé. Refuerzo positivo: la presentación de un estímulo aumenta la probabilidad de respuesta (social, material). 5.- TÉCNICAS DE INTERVENCIÓN Pese a la actitud social con relación al aprendizaje en la vejez, los estudios confirman que adquirir y asimilar nuevas conductas se puede dar a cualquier edad; a mayor o menor tiempo de asimilación mayor o menor rendimiento. 5.1.PROGRAMAS DE PSICOTERAPIA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA Y 5.1.1.- Para el fomento de conductas adecuadas mediante la estimulación Control de estímulos: eliminar y restringir los estímulos desencadenantes de las conductas problema. Instigación: estímulos que ayudan a iniciar una respuesta (guiar, indicar). Modelado: aprendizaje vicario. Desvanecimiento: eliminar instigadores para que la conducta se mantenga únicamente con estímulos ambientales. Moldeamiento: la respuesta final deseada se logra mediante el refuerzo de aproximaciones hacía ésta. Para implementare conductas básicas (comer, aseo, lenguaje) y nuevas. Encadenamiento: dividir una conducta en una serie de conductas, se ordenan de forma que la última respuesta actúa como refuerzo de la siguiente. A diferencia de la anterior, esta se emplea para desarrollar conductas más complejas a partir de unas más simples que ya existen en el repertorio del sujeto. 20 Refuerzos: ya comentado en el apartado anterior. Contrato de contingencia: acuerdo negociado, para un tiempo corto que se revisa periódicamente por ambas partes. Economía de fichas: modalidad de refuerzo positivo en el que ganan fichas (reforzantes en sí mismas) y que luego se cambian por algo ya pactado. 5.1.2.- Para reducir / extinguir las conductas inadecuadas mediante la suspensión de refuerzos Coste de respuesta: pérdida de un refuerzo positivo contingentemente a una conducta inadecuada (el sujeto previamente conoce las “reglas del juego”), a la vez sigue apareciendo las recompensas. Time-out: privar temporalmente (5-20 minutos) de poder acceder a un refuerzo retirándolo del medio que le premia. Castigo: ya comentado en apartados anteriores. Desvanecimiento: eliminación gradual de un instigador. 5.2.- PROGRAMA DE ENTRENAMIENTO EN LENGUAJE Y MEMORIA En un programa de entrenamiento en ancianos debemos tener en cuenta: 5.2.1.- Con relación a la tarea • Estímulos claros, no ambiguos. • Un solo tipo de problema. • Con una solución óptima. • Que tenga una dificultad media para el anciano. • Que sea capaz de plantear un ánalisis de dicho problema. 5.2.2.- Con relación al entrenamiento • Que el anciano actúe, sea activo. • Preguntar sobre el plan que sigue. • Dar un mínimo de señales. • Que el anciano sea capaz de resolver por sí solo la tarea. Sentimiento de éxito. • Planificar la generalización. 5.3.- PROGRAMAS PARA LA PREVENCIÓN DE LA SALUD 5.4.- PROGRAMA PARA LA JUBILACIÓN 6.- SEXUALIDAD EN EL ANCIANO Hasta hace poco tiempo se creía que la sexualidad era una función propia de la juventud y la edad madura que desaparecía al llegar a la vejez. En la actualidad se acepta que la satisfacción y la función sexual son deseables y posibles en la mayoría de los adultos. En un estudio realizado en 1979 en una población entre 65-71 años se concluyó que el 90% de hombres y el 50% de mujeres mantienen sus deseos sexuales. Para Maslow, la sexualidad en geriatría sería expresar emociones y compromisos: comunicar, confianza, amor, compartir y placer con o sin coito. La sexualidad es una de las formas más vitales y compleja de la relación humana. Se define como la integración de la aproximación física (tocar, acariciar, con o sin coito), aspectos sociales, románticos e intelectuales. La edad no supone una barrera para la satisfacción sexual. En general con la vejez disminuye el apetito sexual pero no la atracción ni la necesidad afectiva. Hay muchos otros aspectos a tener en cuenta que pueden suponer dificultades sobreañadidas: • Problemas físicos: enfermedad / salud, cambios físicos propios del envejecimiento, medicación. • Problemas culturales y educacionales: información, tabúes y creencias irracionales. • La dificultad de encontrar un compañero disponible. En esta parte desarrollaremos por un lado los cambios propios del envejecimiento así como las disfunciones multifactoriales causadas por enfermedades crónicas, intervenciones, medicamentos o trastornos mentales para finalmente enfocar los modelos terapéuticos y consejos prácticos en ancianos. 6.1.CAMBIOS ENVEJECIMIENTO FÍSICOS PROPIOS DEL La respuesta sexual envejece para todos según Masters y Johnson (1966-70). El comportamiento del varón evidencia más cambios ya que este manifiesta ser el causante de la interrupción de la actividad sexual por: monotonía, preocupaciones laborales, económicas, abuso de comidas y alcohol, fatiga física y psíquica (Pfeiffer, Verwoerdt y Wang, 1968). Estos cambios no conllevan un cese en la actividad sexual pero pueden ser interpretados como invalidantes por los ancianos. Si disponen de la información necesaria para la readaptación conseguirán una sexualidad no como la de un joven pero sí que será satisfactoria. II Gerontología 202 HOMBRE CAMBIO ETIOLÓGICO CAMBIO FUNCIONAL CONSECUENCIAS Disminución de la producción de Testosterona. Atrofia testicular (disminuye el tamaño del pene: - enlentecimiento de la erección, ésta dura menos tiempo: 60 a. 1/4 h 30 a. 1/2 h. - impotencia. - retraso en la eyaculación. - eyaculación precoz, sensación inminente - Menor volumen de semen. - Aumento del periodo refractario: 12-24 h en mayores de 70 a. - Disminuye la sensibilidad peneana. - Disminuye la respuesta al estímulo visual y táctil. Dispareunia: visita al urólogo (frenillo, infección, fimosis mal hecha Esclerosis en venas y arterias del pene. Déficits en los órganos sensoriales. Esperma menos viable. Disminuye la relación sexual: inseguridad, ansiedad. MUJER Menopausia: disminución de estrógenos y progesterona. - Disminuye el tamaño de la vagina, ovarios, trompa... - Atrofia de los labios mayores, endometrio, mucosa vaginal. - Menor lubrificación, vagina más seca - Disminuye la grasa pubiana. - Disminuye la relación sexual. - Disminuyen las contracciones orgánicas. - Fase de excitación: más lenta. - Fase del orgasmo: puede ser más corta y menos intensa. Dispareunia: cremas. Vaginismo: mayor contracción vaginal. Anorgasmia: más dificultad física en adaptarse al acto sexual. Pérdida del rol de mujer. Irritabilidad, depresión. Tabla I: Cambios físicos y funcionales en el envejecimiento Los cambios en el hombre se dan de manera más lenta y progresiva (algunos cambios empiezan a los 30 años), mientras que en la mujer los cambios se dan de manera más brusca, con la menopausia, pudiéndose modificar, en muchas ocasiones, con un tratamiento hormonal. Tanto el hombre como la mujer necesitarán de mayor estimulación ya que la excitación es más lenta. Del mismo modo, la intensidad del orgasmo es menor, alargándose el periodo refractario. En la tabla I vemos los cambios que se producen a nivel fisiológico y su repercusión sobre los órganos y la conducta sexual. 6.2.- DISFUNCIONES MULTIFACTORIALES Si bien es cierto que una buena salud puede ayudar a que se goce de una vida sexual activa, no es concluyente que sea la base de una relación sexual satisfactoria en ancianos. Se ha visto en los estudios realizados en una población comprendida entre 65-70 años que el estado mental, la actitud positiva hacia el sexo y el estilo de vida sexual en la juventud incrementan la actividad sexual. Por otra parte, es bien seguro que una salud deteriorada afecta la libido y altera negativamente la respuesta sexual, al igual que las intervenciones quirúrgicas, medicamentos. 20 6.2.1.- Enfermedades crónicas Más del 80% de ancianos padecen enfermedades crónicas que afectan a su función sexual. Las enfermedades que afectan a la circulación periférica como la diabetes mellitus (DM) pueden condicionar la erección. El 90% de hombres sufren impotencia orgánica a los 70 años, eyaculación retrograda o prematura y entre un 1835% de mujeres que sufren DM tipo II presentan dificultades en el orgasmo porque lubrican menos. De entre las enfermedades crónicas cabe destacar las enfermedades coronarias. En el hombre aparece un retraso en la erección y una dificultad en su mantenimiento, disminuyendo la líbido, provocando impotencia, eyaculación. Estas pueden ser la excusa para no reiniciar la relación sexual si la pareja estaba previamente deteriorada. Hay que tener en cuenta que algunos medicamentos producen efectos negativos (IECA´s, atenolol, nifedipina, diltiazen). De igual modo, se sabe que el infarto produce miedo y limita físicamente, por lo que en función de sus preferencias les orientaremos para el mantenimiento de su vida sexual. Les informaremos de que: • A menos que queden dañadas las neuronas que atañen a la excitación sexual, después de un tiempo se vuelve al nivel premórbido de funcionamiento (Kalliomäki, 1963). • La cafinitrina antes del coito disminuye el riesgo de dolor precordial. • La conveniencia de una pareja estable. • La necesidad de comunicación. • Existen medidas preventivas tales como: dieta, reducción del consumo de alcohol y tabaco, control de la obesidad, ejercicio (aumenta la flexibilidad articular y la capacidad física con lo que disminuiremos hasta un 5% la frecuencia cardiaca). En distintas enfermedades pulmonares (EPOC, disnea) es necesario buscar alternativas en la actividad sexual, mejorar la situación pulmonar e individualizar según los casos. Las enfermedades reumatológicas suelen producir dolor y problemas de movilidad por lo que habrá que aconsejarles las posturas laterales. La enfermedad de Parkinson produce rigidez, fallo eréctil y problema eyaculatorio. Se les entrenará en relajación, y en las fases más severas aprovechar los momentos de mayor movilidad. La hipertrofia prostática provoca impotencia en 5-49% después de la cirugía transuretral por la ansiedad debida al miedo de perder potencia. El tratamiento irá dirigido a psicoterapia, información sobre la necesidad de erección total. La incontinencia urinaria en la mujer provoca pérdida de confianza y miedo a tener una pérdida en el momento de intimidad. El tratamiento va dirigido a la comunicación porque se considera que uno de los órganos principales en la relación sexual es la transmisión de sentimientos a través de la piel; a desdramatizar el miedo al contagio a su pareja: hay que aclarar siempre que las enfermedades no son siempre contagiosas. En las infecciones urinarias es fundamental el entrenamiento vesical, que intente la micción cada 30 minutos e ir aumentando el intervalo hasta 24 horas (nunca ir hacia atrás), entrenamiento en hábito cada 2 horas: ir y recordar si quiere ir al baño (sí se puede ir hacia atrás); que orine, se lave y beba para eliminar bacterias; ejercicios de Heggel, la postura misionera, y por último reorganizar le ambiente en el sentido de facilitar el traslado desde la cama, el camino al W.C., los soportes adecuados. El alcoholismo: produce ansiedad e impotencia psicógena secundaria, atrofia testicular, interrupción de testosterona en el hígado con feminización secundaria. 6.2.2.- Intervenciones quirúrgicas La histerectomía, vulvectomía, mastectomía, cirugía neoplásica, cistectomía radical, etc, pueden provocar problemas psicológicos como consecuencia de la autoimagen tras la intervención, sentimientos de mutilación, dispareunia, incontinencia y alteración de la imagen corporal. 6.2.3.- Trastornos mentales Entre un 37-88% de los pacientes con enfermedades mentales tienen disfunciones sexuales. En las demencias los problemas de memoria y de confusión producen una conducta sexual desinhibida: masturbación en público, persecución sexual, agresión verbal lo hace porque le da placer y no discrimina lo bueno de lo malo socialmente; debemos distraerlo hacia otras conductas o llevarlo a un sitio privado. II Gerontología 204 La depresión produce en el hombre una erección retardada y eyaculación precoz. En la mujer, anorgasmia, dispareunia y vaginismo. En general, los antidepresivos disminuyen el deseo sexual. Es útil el tratamiento con anticolinérgicos como la trazodona o la desipramina. La ansiedad disminuye la excitación y el tratamiento utilizará técnicas de aproximación sucesivas y técnicas de terapia sexual. Las cogniciones irracionales producen expectativas erróneas, baja autoestima, estrés (por ejemplo “no me va a salir bien”). 6.2.4.- Otros Los ancianos es la población que más fármacos consumen apareciendo con mayor frecuencia los efectos secundarios. La polifarmia da lugar a interacciones medicamentosas. Distintos factores interpersonales (jubilación, menopausia), originan cambios de roles por el estilo de vida o de salud. La intervención irá dirigida a potenciar entre la pareja más comunicación. 6.3.- CONDICIONANTES DEL SEXO EN LA VEJEZ El envejecimiento no es más que una etapa en el proceso de la vida (Atchley, 1989). El anciano, como tal, tiene que pasar su momento de crisis al igual que en la adolescencia. Lo realmente importante es ayudarle a concentrarse en que quedan muchas cosas por hacer y vivir; y que el término vejez no es sinónimo de senilidad, decrepitud. Existe una correlación directa entre el estilo de vida sexual en la juventud y el mantenimiento de esta actividad en la senectud (Mc Coy). Aunque psicológicamente existen otros factores que condicionan la mayor o menor satisfacción de la vida, sexual, la motivación hacia el sexo y el mantenerse activo son variables importantes. La autoestima y autoaceptación de su imagen corporal son fundamentales en el comportamiento sexual. Hay que explicar a los ancianos que es una falacia el estereotipo cultural actual que identifica sexo con juventud. Los jóvenes con el mito del “viejo verde” coartan las posibles relaciones sexuales de sus abuelos, incluso que tras un periodo de viudedad reinicien una relación sentimental. Otros condicionantes sociales como por ejemplo alternancia de vivienda, residencia, pueden coartar su intimidad. 20 CAMBIO SOCIAL EN LAS ACTITUDES SOBRE LA SEXUALIDAD "Revolución sexual" OTROS CAMBIOS SOCIALES Aceptación de la sexualidad en la vejez a) Mayor bienestar socioeconómico b) Política preventiva de salud física y mental c) Mejora de la salud del anciano: avances médicos d) Avances tecnológicos en cirugía médica, prótesis.. e) Mayor tiempo de ocio en la vejez f) Ante un aumento de la población anciana, política BENEFICIOS PARA LA VEJEZ a) Actitud positiva de los ancianos hacia la sexualidad b) La sexualidad: necesaria y placentera c) Adaptación a los cambios fisiológicos (informar) d) Numerosas formas de expresar la sexualidad, no exclusivamente coital LA VEJEZ NO ES UN DECLIVE SINO UNA ETAPA MÁS DE LA VIDA CONSECUENCIAS DEL CAMBIO * Los falsos tabúes quedan desterrados. * Se propician programas informativos y de intervención adecuados. * Aumentan las investigaciones en este campo. CONSECUENCIAS PARA EL FUTURO * Mayor número de especialistas que harán frente a las demandas y problemas de los ancianos. * Mayor libertad sexual y amplio abanico de posibilidades. • En una muestra de edades comprendidas entre 65 y 94 años vieron que un 21’8% tienen relaciones sexuales (mas los hombres que las personas conviviendo en la comunidad que en las residencias). Gran parte de las mujeres carecen de las relaciones por ser viudas, sus creencias religiosas, estar en una institución y /o sufrir depresión. Los que las mantienen tienen mayor bienestar siendo relevante la frecuencia de las mismas (Reig y Ribera, 1991). • En una muestra de ancianos entre 66 y 88 años que gozan de buena salud y con autonomía para viajar, se concluye que el 76% de los hombres y el 43% de las mujeres tienen relación con coito; el 18’6% de hombres y el 6’1 de las mujeres se masturban; y son factores importantes disponer de pareja, nivel de estudios y edad en este orden (Reig et al.1992). Las conclusiones a las que se llegan en la población española son que la actividad depende de características culturales y sociodemográficas y que la forma en que se vive y la sexualidad depende de variables individuales de edad y proceso de envejecimiento. De todo lo dicho se perfilan dos modelos de sexualidad. El primero ve la sexualidad como algo propio de la juventud (figura 1). Este modelo impedirá a la persona mayor desarrollar su vida según un modelo evolutivo de la misma: “las personas de edad no son sexualmente deseables”, “no tienen deseos sexuales” (Hotvetds, 1983) incapacitándolo y viendo la vejez como una etapa declive de la vida. El segundo modelo (figura 2), más adaptativo, supera los mitos y da un enfoque de la vida sexual de la persona mayor. Para ello, sería necesario educar a la sociedad y que así aceptasen el sexo en los ancianos. 6.5.- CONSEJOS TERAPÉUTICOS 6.5.1.- Informar y formar Figura 2. Visión positiva del cambio social para la vejez La viudedad y la soltería conllevan un desinterés sexual por el “desuso” y los sentimientos de culpa de “haberse quedado”. 6.4.- MODELOS DE SEXUALIDAD Todas estas situaciones han llevado al desarrollo de diferentes investigaciones en España: Es necesario establecer una comunicación abierta, distendida entre los facultativos y los pacientes para permitirles preguntar sobre aquellas dudas que les surgen en el tema del sexo. - Hay que aceptar la masturbación como una forma más de sexualidad. - El sexo también es deseo, caricias y abrazos. - La mejora de la apariencia, la autoestima. - Es necesario incrementar el uso de lubrificantes (agua con gelatina o vaselina). II Gerontología 206 - Las mujeres se benefician a corto y largo plazo de estrógenos. - En esta etapa es igual de importante o más el preocuparse por la pareja durante la relación sexual. - Ayuda a la relación sexual no tener falsas expectativas (cambios de roles, miedos, ansiedad). - Conviene adecuar las posturas a las condiciones personales. - El orgasmo es el mismo aunque la erección sea incompleta y haya menor cantidad de semen, incluso, puede existir un orgasmo seco. - Es importante aumentar el repertorio sexual mediante fantasías, juegos sexuales, masajes, mayor estimulación física por parte de los dos, imaginación, tacto, y buen humor. - Conviene potenciar la gimnasia para aumentar la flexibilidad y prevenir problemas musculares. - El sangrado posmenopáusico, después del coito, puede darse y es conveniente utilizar una crema de estrógenos. 6.5.2.- Profesional especializado En ocasiones será necesario iniciar una terapia sexual para corregir la dispareunia, la tardanza en la erección o el síndrome del viudo entre otras, introduciendo nuevas posturas, técnicas de focalización, entrenamiento vesical, técnicas de estimulación. También será necesaria la terapia individual o de pareja si existe un trastorno en uno de los miembros de la pareja incluyendo el entrenamiento en habilidades tales como la relajación y la comunicación. 7.- CONCLUSIÓN La sexualidad en los ancianos es posible y deseable. El interés, la identidad sexual o capacidad de enamorar no involucionan con la edad. Es necesario readaptarse y asimilar los cambios. Es posible una relación sexual normal en las personas de edad avanzada, incluso después de los 80 años, siempre que gocen de buena salud y conserven una sana orientación psicológica. Es importante concienciar a la sociedad, tanto a los jóvenes como a los adultos, que las personas mayores no son seres carentes de deseos sexuales. 20 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Fernández A. Proceso del envejecimiento psíquico. En: Ribera Casado. Patología neurológica y psiquiátrica en geriatría, 1989: 35. 2.Ferro Hurtado N. Modificación de conducta en el anciano. En: Rodríguez Moreno S. Intervención clínica y psicosocial en el anciano. Canarias: ICEPSS, 1995: 277-300. 3.D.S.M.IV. Barcelona: Ed. Masson, 1995. 4.Kazdin A. Modificación de conducta y sus aplicaciones prácticas. Ed. El manual moderno, 1987. 5.Camino Ramos S. Cambios psicológicos en la vejez. En: Rodríguez Moreno S. Intervención clínica y psicosocial en el anciano. Canarias: ICEPSS, 1995: 271-277. 6.Cruz A, Verdejo C. Edad y función sexual. Revista Española de Geriatría 1995; 30: 5-10. 7.Barcena A. Sexo en valoración global del anciano. Revista Española de Geriatría 1995; 30: 11-20. 8.Ramos F, González H. La sexualidad en la vejez. En: Buendía J, ed. Envejecimiento y salud. Ed. Siglo XXI: 151-178. 9.King RB. Sexo e incontinencia. En: Gartley Ch, ed. Cómo tratar una incontinencia.. Ed. Ancora. 10.Comfort A. The joy of sex: guía ilustrada del amor. Ed. Grijalbo, 1981. 11.Levy J. Sexuality and aging. En: Principals of geriatric medicine and gerontology. Ed. Mac Graw Hill. 12.Bohóquez A. La sexualidad en al anciano. En: Guillén Llera, ed. Síndromes y cuidados en el paciente geriátrico. Ed. Masson: 285-293. 13.Jiménez T. Psicología del anciano. Trastornos psicológicos menores. En: Salgado Guillén, ed. Manual de Geriatría. Ed. Salvat. 14.Ribera JM. Manual práctico en psicogeriatría. Ed: Aula médica. 15.Reig A. Psicología de la vejez. Comportamiento y adaptación. En: Fdz-Ballesteros R, ed. Gerontología social. Madrid: Psicología Pirámide, 2000: 167-195. 16.Calero MD. Psicología de la vejez: funcionamiento cognitivo. En: Fdz-Ballesteros R, ed. Gerontología social. Madrid: Psicología Pirámide, 2000. 2 Gerontología 208 25 20 EN LA 25 RACIONALIZACIÓN ALIMENTACIÓN DEL ANCIANO Dña. Josefina Charco Izquierdo 1.- INTRODUCCIÓN La vejez es una etapa del ciclo vital humano que se inicia en la fase final del periodo de madurez en la edad adulta y se caracteriza por un deterioro progresivo de las funciones orgánicas y una acumulación de enfermedades y limitaciones crónicas. El ritmo de la velocidad de envejecimiento se ve influenciado por factores genéticos y ambientales, siendo diferente en cada individuo desde el punto de vista fisiológico, cronológico, psicológico y social. Este complejo problema produce un grupo muy heterogéneo de personas con grandes variaciones individuales, donde en algunos casos no coincide la edad cronológica con la biológica. Se consideran países con población anciana a aquellos que poseen más del 10% de población mayor de 65 años. España alcanzó el índice del 10% en el año 1975. En la actualidad la población mayor de 65 años supera el 14% y se estima que para el año 2020 se alcanzará un porcentaje del 16%. La importancia de una buena nutrición es fundamental a lo largo de toda la vida, en el crecimiento y en el desarrollo, en la prevención de enfermedades y en la recuperación de la salud y aun más en los ancianos, puesto que las alteraciones nutricionales aumentan la susceptibilidad a las agresiones y disminuye su capacidad de respuesta y recuperación. En los países industrializados las personas mayores son los que presentan mayores deficiencias nutricionales, aumentando estas alteraciones en los ancianos institucionalizados y hospitalizados, así como los que viven solos o no tienen a nadie que se ocupe de ellos. El mantenimiento de un estado nutricional óptimo en los ancianos retrasaría el comienzo de las enfermedades degenerativas, disminuiría la morbilidad y mejoraría su calidad de vida. El incremento de la población anciana se debe al aumento de la esperanza de vida, consecuencia del progreso de la Medicina, la higiene y la alimentación, a pesar de lo cual se debe seguir avanzando en los siguientes factores para conseguir un envejecimiento saludable: • Interacción nutrición-envejecimiento. • Relación entre dieta y distintas enfermedades crónicas. • Esquemas dietéticos para personas de edad avanzada, suplementos dietéticos, intervenciones nutricionales y calidad de vida. • Restauración colectiva y aportes dietéticos a personas mayores institucionalizadas y no institucionalizadas. 2.- MODIFICACIONES BIOQUÍMICAS FISIOLÓGICAS ASOCIADAS A LA EDAD Y Los cambios que comporta el proceso normal de envejecimiento que se produce en el cuerpo humano, unidos a factores individuales y generales, pueden influir negativamente sobre la ingesta, la absorción o utilización de los nutrientes, determinando las necesidades de los mismos (tabla I). Los principales cambios se producen en: 2.1.- REACCIONES DE RADICALES LIBRES En los procesos oxidativos, cuando la producción de radicales libres excede a los mecanismos antioxidantes se produce la lesión celular, pudiéndose originar alteraciones del DNA así como de los lípidos de la membrana (ácidos grasos poliinsaturados). Actualmente la atención científica se ha centrado en diversas enfermedades en cuya génesis está implicada la producción de radicales libres: isquemia miocárdica, ateroesclerosis, enfermedades pulmonares crónicas, enfermedades inflamatorias generalizadas y diversos cánceres, además del envejecimiento. Los sistemas de defensa antioxidante que protegen al organismo contra el daño por radicales libres, actuando como secuestradores de los mismos, son principalmente la vitamina E, que ofrece una protección bioquímica contra la peroxidación de los lípidos celulares, la vitamina C, que ejerce un papel protector debido a su capacidad sinérgica con la vitamina E, y los beta-carotenos. 2.2.- CAMBIOS EN LA COMPOSICIÓN CORPORAL Como consecuencia del envejecimiento la distribución de los principales componentes del cuerpo sufren modificaciones: Gerontología 210 CAMBIOS FISIOLÓGICOS CONSECUENCIAS NUTRICIONALES Disminución del índice metabólico Disminución de las necesidades calóricas diarias, posibilidad de basal (IMB) del 2% por decenio después de los 30 años. Disminución obesidad. de la actividad corporal. Disminución de la sensación olfatoria Pérdida o atrofia de las papilas gustativas, reducción de la agudeza y gustativa. Algunas personas salan y del gusto. Atrofia de los receptores edulcoran en exceso para compensar la falta de gusto. olfatorios. Dificultad para comer, restricción de Pérdida de piezas dentarias; periodontitis (alrededor del 80% de la variedad de alimentos. Las dentaduras interfieren el sentido del los pacientes mayores). gusto, el alimento pierde atractivo; menor ingesta. Deterioro de la visión y la audición. Dificultad en la preparación de alimentos; interfiere con las relaciones sociales durante la comida. Disminución de las secrecciones del Menor digestión y absorción de algunos ácido gástrico, enzimas del intestino nutrientes: calcio, hierro, vitaminas liposolubles. delgado y disminución de la peristalsis. Estreñimiento crónico, hemorroides, Disminución de la motilidad gastrointestinal; uso frecuente de diverticulosis, disminución de la ingesta o alteración de la misma. medicaciones. Deshidratación y necesidad de mayor cantidad de agua para prevenir la uremia. Disminución de la capacidad renal Vulnerables a la obesidad. para concentrar orina. Disminución de la masa corporal magra, incremento del tejido adiposo, menor índice metabólico. Deterioro de la capacidad motora Dificultad para comprar o preparar (no es problema de todos los alimentos. ancianos). Dificultad de comer por sí mismos. Disminución en la tolerancia a la glucosa. CAMBIOS PSICOLÓGICOS Vulnerables al desarrollo de diabetes, limitación de la selección alimentaria, disminución de la ingesta alimentaria. CONSECUENCIAS NUTRICIONALES Ingresos limitados. Reducción del consumo alimentario especialmente: leche, carnes y frutas. Carencias de relaciones sociales; soledad. Apatía respecto a las comidas; ingesta pobre. Vulnerabilidad ante anuncios, trucos Gasto económico en ayudas a la dieta publicitarios y modas dietéticas. y a la salud de escaso valor. Tomas imprudentes e inecesarias de vitaminas, especialmente A y D. Tabla I: Consecuencias nutricionales de las características del anciano Hay una pérdida progresiva de la masa magra corporal, disminuyendo especialmente la masa muscular, aumentando el porcentaje de grasa que envuelve los órganos. Disminuye la grasa subcutánea, aunque se mantenga el peso estable, y se produce una redistribución con desviación progresiva de la grasa subcutánea de los miembros al tronco. Estas modificaciones están influenciadas por la actividad física y por la alimentación, no estando demostrado si la pérdida de masa magra es un mecanismo adaptativo para disminuir el nivel de actividad física o si por el contrario es consecuencia de la menor actividad a medida que va aumentando la edad. La vida sedentaria conlleva una atrofia muscular por falta de actividad, con disminución de la fuerza muscular, y un aumento de la fragilidad ósea con mayor riesgo de caídas y fracturas. El agua corporal total disminuye a consecuencia del compartimento intracelular, manteniéndose constante el extracelular y el volumen plasmático, lo que hace que las personas mayores sean más susceptibles a la deshidratación y a la sobrehidratación. La masa ósea disminuye a partir de los 65 años, cada 10 años un 25% de masa ósea en el varón y un 35% en la mujer, siendo en éstas especialmente importante en los años posteriores a la menopausia. También se producen modificaciones óseas de la columna vertebral. El acortamiento de la misma provoca una disminución progresiva de la talla, de 2 cm por década a partir de los 60 años. 2.3.- CAMBIOS SENSORIALES En la mayor parte de las personas mayores los sentidos del gusto, olfato, la vista, oído y tacto disminuyen a velocidades individuales. La alteración del gusto y el olfato tiende a comenzar alrededor de los 60 años de edad y llega a ser más grave en las personas de 70 años (Schiffmam 1994). La disminución y atrofia de las papilas gustativas produce un descenso de la sensibilidad a los sabores salado y dulce. Esta pérdida de palatabilidad, unida al deterioro olfativo, induce a los ancianos a tomar los alimentos fuertemente sazonados con sal o azúcar. Así mismo, la pérdida de sensibilidad les puede impedir detectar si los alimentos están muy fríos o muy calientes, aumentando el riesgo de sufrir lesiones en la mucosa oral. El umbral del olfato aumenta diez veces en relación con las personas de edad media, lo cual puede influir también en una menor apreciación organoléctica de los alimentos, que podría hacer perder el gusto por la comida 21 y no detectar los alimentos que se encuentran en mal estado. La vista se deteriora de manera importante en más de la mitad de los ancianos, dificultando la capacidad de selección, reconocimiento de los alimentos y normas de elaboración, pudiendo hacer peligrosa la preparación de las mismas y la capacidad de alimentarse por sí mismos. La capacidad auditiva sufre una pérdida importante en el 30% de las personas mayores de 65 años. Ésta pérdida de agudeza auditiva incrementa el riesgo y la dificultad de los ancianos para alimentarse, ya que muchos utensilios de cocina utilizan señales acústicas en su funcionamiento. Todas estas modificaciones pueden interferir el comportamiento alimentario del anciano, produciendo una disminución cuantitativa y cualitativa de la ingesta de alimentos. 2.4.- ALTERACIONES GASTROINTESTINALES La mayor parte de los ancianos presenta problemas en la masticación como consecuencia de los cambios que se producen en la estructura ósea; atrofia mandibular, pérdida de dientes, caries y dentaduras postizas mal ajustadas por el deterioro de las encías. Como consecuencia, la masticación se hace dolorosa y difícil y los ancianos tienden evitar la ingesta de determinados alimentos (como las carnes, el pan, las frutas y verduras crudas que exigen masticación y escogen los más blandos o preparaciones culinarias de larga cocción para que los ablanden (con pérdida importante de vitaminas hidrosolubles y fibra). Con el paso de los años, el flujo salival disminuye y la saliva se hace viscosa y espesa, produciendo sequedad bucal y sensación de ardor que dificulta la masticación y la formación del bolo alimenticio y por tanto la deglución. También se observa una progresiva disminución de las secreciones gástricas y la mayoría de los enzimas digestivos y sales biliares, lo que se traduce en una difícil digestión de las grasas y proteínas. Esto unido a la disminución de la superficie de absorción puede dificultar la absorción de hierro, vitamina B12, calcio y ácido fólico. Por otra parte, la ingesta deficiente de lípidos, la dieta pobre en fibra, la disminución de la motilidad intestinal, la atrofia de la musculatura propulsora, el sedentarismo o la inmovilidad prolongada, contribuyen a la aparición de estreñimiento. 2.5.- CAMBIOS METABÓLICOS Con el incremento de la edad, un gran número de personas presenta una disminución de tolerancia a la glucosa. No se sabe si obedece a un fenómeno fisiológico característico del proceso de envejecimiento o si se trata de una situación patológica. A partir de los 40 años los niveles de glucemia en ayunas aumentan cada década 1,5 - 2 mg/dl y los de glucemia postpandrial 10 mg/dl. Ésta alteración podría ser la consecuencia de una menor secreción de insulina en respuesta a la presencia de glucosa o de una menor respuesta tisular a la acción insulínica. 2 . 6 . - A L T E R A C I O N E S CARDIOVASCULARES R E N A L E S Y Entre los 30-80 años la función renal puede disminuir en un 50% debido principalmente a la pérdida de nefronas que hace disminuir el flujo renal así como el filtrado glomelular. Además las personas mayores necesitarán más agua para excretar la misma cantidad de urea y sodio. Si tenemos en cuenta que los ancianos no parecen tener sed, incluso en situaciones de patente necesidad fisiológica de agua, es necesario concienciarlos de la necesidad de la ingesta diaria de la misma. Durante el proceso de envejecimiento, los vasos sanguíneos se vuelven menos elásticos y aumentan las resistencias periféricas, lo que favorece la mayor prevalencia de hipertensión. 2.7.- CAMBIOS EN EL SISTEMA INMUNE Con la edad disminuye la formación de leucocitos y la capacidad de respuesta eficaz frente a las infecciones. Así mismo hay un incremento en la producción de anticuerpos que no reconoce el propio tejido de la persona y que provoca una presencia cada vez mayor de enfermedades autoinmunes (Burns y Goodwin 1990). Esto explicaría la mayor susceptibilidad de los ancianos a las infecciones y a ciertos cánceres. 3.- FACTORES DE RIESGO QUE AFECTAN AL ESTADO NUTRICIONAL EN LOS ANCIANOS Las personas de edad avanzada tienen diversos factores de naturaleza no fisiológica que dificultan la forma saludable de alimentarse (tabla II). 3.1.- FACTORES PSICOSOCIALES El aislamiento social, los escasos medios económicos, la soledad, los hábitos dietéticos erróneos, la ausencia de apoyo familiar, pérdida de sus seres queridos así como de personas encargadas de su cuidado, son factores que contribuyen a disminuir la disponibilidad de diversos alimentos. Frecuentemente compran alimentos Gerontología 212 poco nutritivos, elaboran dietas monótonas o consumen comidas preparadas con alto contenido en sal y grasas. También los ancianos son más susceptibles a la publicidad engañosa sobre determinados productos alimenticios de dudosos efectos beneficiosos, éstos tienen costes elevados y pueden producirles efectos adversos a su salud. 3.2.- PROBLEMAS DE SALUD La depresión es un problema cada vez más frecuente en las personas de edad avanzada que suele producirles disminución del apetito o rechazo completo de la comida. Se debe a la menor actividad, a un mayor aislamiento, cambio de domicilio e institucionalización del anciano donde el ambiente y las comidas les resultan diferentes a sus hábitos alimentarios, ocasionando disminución de la ingesta y deficiencias nutricionales. Los cambios ocasionales en la movilidad de las personas mayores, la dificultad para la compra y preparaciones culinarias adecuadas, pueden provocar una falta de interés en la planificación de la comida, disminución del apetito y como consecuencia una incorrecta alimentación. 3.3.- CONSUMO DE MEDICAMENTOS Con frecuencia los ancianos tienen una o varias enfermedades crónicas que necesitan tratamientos farmacológicos. Éstos pueden afectar a la ingesta de alimentos y alterar la absorción, metabolismo y excreción de algunos nutrientes. Además está la práctica generalizada de automedicarse, o de tomar suplementos dietéticos como forma de “seguro nutricional” desconociendo las interacciones negativas entre estos suplementos, los nutrientes y demás medicamentos. CUESTIONARIO PARA IDENTIFICAR AL ANCIANO DE RIESGO NUTRICIONAL Dibuje un círculo en la columna del SI para aquellas que resulten válidas para Vd. para cada respuesta afirmartiva, anote el número del recuadro. Sume y obtenga el valor total de su nivel nutricional. SI Sufre alguna enfermedad o trastorno que le ha hecho cambiar el tipo y/o la cantidad de alimentos que ingiere 2 Come menos de dos veces al día. 3 Come pocas frutas o verduras o productos lácteos. 2 Toma tres o más copas de cerveza, licor o vino prácticamente todos los días. 2 Tiene problemas en la boca o en los dientes que le molestan al comer. 2 No siempre tiene suficiente dinero para comprar la comida que necesita. 4 Casi todo el tiempo come solo. 1 Cada día consume tres o más fármacos con o sin receta. 1 Sin desearlo ha ganado o perdido 4.5 Kg durante los últimos seis meses. 2 No se encuentra siempre físicamente capaz de comprar,cocinar y/o alimentarse 2 TOTAL Calcule el total de su puntuación nutricional. Si es de: * 0-2 ¡Bien! Vuelva a calcular su estado nutricional en seis meses. * 3-5 Corre un riesgo nutricional moderado. Vea qué puede hacer para mejorar su estilo de vida y sus hábitos alimentarios. Su programa nutricional para ancianos o departamento de sanidad pueden resultarles útiles. Vuelva a calcular su estado nutricional en tres meses. 4.- NECESIDADES NUTRICIONALES * 6 o más Corre un alto riesgo nutricional. Lleve este cuestionario a la próxima consulta con su médico, dietista o algún otro profesional Las necesidades nutricionales y el estado nutricional de los ancianos se hace cada vez más importante, por el aumento del número de personas mayores y también por el alto coste de las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición. La buena alimentación y el ejercicio adecuado pueden mejorar la calidad de vida y salud de las personas mayores. Tabla II: Cuestionario para identificar al anciano de riesgo nutricional (Fuente: The American Dietetic Association) Las ingestas recomendadas están basadas generalmente en las recomendaciones para la población joven, ajustadas a los cambios relacionados con la edad (tabla III), tales como disminución en el metabolismo basal y la reducción de la actividad física. Sin embargo estas recomendaciones son aplicadas a adultos sanos sin tener en cuenta las amplias variaciones de salud asociadas a la edad, siendo cada vez más importante tener en cuenta la individualidad del anciano. 21 Para una mejor individualización de las recomendaciones y especificar mejor las necesidades nutricionales de los ancianos, es necesario tener en cuenta los siguientes objetivos: • Una valoración completa de la situación fisiológica y problemas de salud que presenta el anciano. • Las recomendaciones para cada nutriente deberían individualizarse, incluyendo coeficientes para distintos factores: edad, enfermedad e información sobre interacción entre nutrientes y medicamentos. • Describir las normas de ingestión de medicamentos, suplementos de vitaminas y minerales ya que estos aumentan el riesgo de toxicidad en las personas mayores. 4.1.- ENERGÍA Las necesidades energéticas están condicionadas por el metabolismo basal, la termogénesis inducida por la dieta y el ejercicio físico. La disminución de las necesidades energéticas asociadas al envejecimiento se debe al descenso de la masa corporal magra, del índice metabólico en reposo (disminuye un 2% por decenio después de los 30 años) y de la actividad física, siendo este último factor el que tiene más impacto en las diferencias energéticas de los ancianos. Distintos autores recomiendan la práctica regular del ejercicio físico como medida para evitar en parte la disminución de la masa muscular y con ello el metabolismo basal. Las Recommended Dietary Allowange (RDA) solicitan en su ultima edición una reducción de las raciones energéticas a partir de los 51 años de edad de 600 Kcal/día para los hombres y de 300 Kcal/día en las mujeres. Sin embargo el estilo de vida y la salud de los ancianos varía de manera notable en las distintas edades. Otros organismos internacionales recomiendan que a partir de los 60 años el aporte energético sea de 30 Kcal/Kg de peso/día de acuerdo con un menor gasto energético en reposo y una menor actividad física, estableciendo una relación promedio de 2100 Kcal/día para los hombres y de 1900 Kcal/día para las mujeres. Las recomendaciones energéticas deben proporcionar el mantenimiento de un peso corporal estable como signo de equilibrio alimentario. 4.2.- CARBOHIDRATOS No existen recomendaciones específicas de carbohidratos para los ancianos, siendo las mismas (RDA) que para los adultos en general. Deben representar el 5060% del aporte energético total, con predominio de hidratos de carbono complejos a razón del 55% y entre 510% de hidratos de carbono simples. Estos porcentajes se cubrirán con seis o más raciones diarias de pan, pastas u otros cereales, así como cuatro o más raciones de fruta y verdura fresca o cocida. La cantidad de azúcares o derivados se recomienda que sea inferior al 10% de la energía total de la dieta (no conviene eliminarlos totalmente debido a la gran aceptación que estos alimentos tienen en la población anciana, a la que bastantes limitaciones se les imponen ya). La cantidad de fibra debe ser de 25-30 g/día para asegurar la motilidad intestinal normal y evitar la tendencia al estreñimiento en los mayores. En la población española los adultos jóvenes presentan un déficit de lactasa de un 15-30% mientras que en los mayores de 65 años los porcentajes aumentan entre un 50-60%. Esta alactasia favorece la intolerancia a la lactosa, que les puede producir flatulencia, cólicos y diarreas, y como consecuencia se observa en los ancianos una disminución en el consumo de leche. Se recomienda para evitar estos problemas que consuman leches fermentadas de manera que tengan el aporte de calcio necesario. 4.3.- LÍPIDOS Los lípidos incluyen las grasas y los aceites. Dan a los alimentos el sabor y la capacidad de saciar y facilitan la absorción de las vitaminas liposolubles. La proporción de la grasa en la dieta no debe sobrepasar el 30% del total calórico, dividida en un 7-10% de poliinsaturadas, inferior al 10% de la saturada y alrededor del 15% monoinsaturada, y si es posible que provengan mayoritariamente del aceite de oliva. La ingesta diaria de colesterol no debe superar los 300 mg./día. La disminución de la cantidad de grasa y colesterol puede conseguirse limitando los fritos, quitando la grasa visible de la carne, utilizando leche y derivados lácticos desnatados, reduciendo las cremas para untar y la grasa en aliñar las ensaladas. 4.4.- PROTEÍNAS Las proteínas corporales en los ancianos sanos representan el 60-70% de las de los adultos jóvenes. Esto podría sugerir una menor necesidad de proteínas de la dieta, pero las necesidades proteicas aumentan en relación con la gravedad y duración de los procesos patológicos, por lo que las personas mayores deben aumentar la ingesta ya que frecuentemente tienen problemas de salud. Gerontología 214 INGESTAS RECOMENDADAS DE ENERGÍA Y NUTRIENTES PARA LA POBLACIÓN ESPAÑOLA. DEPARTAMENTO DE NUTRICION. UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID (1994) EDAD ENERGÍA PROTEINA CALCIO HIERRO YODO ZINC MAGNESIO VIT.C (AÑOS) (1) (2) (3) (4) (4) kcal kJ (g) (mg) (mg) (µg) (mg) (mg) (mg) 60-69 2.400 10.042 54 800 10 140 15 350 60 70+ 2.100 8.756 54 800 10 125 15 350 60 60-69 1.875 7.845 41 800 10 110 15 350 60 70+ 1.700 7.113 41 800 10 95 15 350 60 EDAD TIAMINA RIBOFLAVINA EQ. VIT. B6 VIT.D VIT.D Hombres Mujeres (AÑOS) NIACINA AC. VIT. EQ. FOLICO B12 RETINOL (4) (4) (5) (6) (7)(8) (9) (mg) (mg) (mg) (mg) (µg) (µg) (µg) (µg) (mg) 60-69 1.0 1.4 16 1.8 200 2.0 1.000 5 12 70+ 0.8 1.3 14 1.8 200 2.0 1.000 5 12 60-69 0.8 1.1 12 1.6 200 2.0 800 5 12 70+ 0.7 1.0 11 1.6 200 2.0 800 5 12 (4) Hombres Mujeres (1) Las necesidades energéticas estan calculadas para una actividad moderada. Para una actividad ligera reducir en un 10% las necesidades de energía y para actividad alta aumentarlas en un 20%. Las necesidades individuales de energía se estiman a partir de la tasa metabólica basal (TMB) empleando las ecuaciones propuestas por la OMS (1985). (2) No se señalan ingestas recomendadas de grasa, pero se aconseja que el aporte de energía total no sobrepase el 30-35%. El ácido linoleico debe suministrar entre el 2-6% de la energía. (3) Las ingestas recomendadas de proteína se calculan para la calidad media de la proteína de la dieta española: NPU= 70. (4) Calculadas en función de la ingesta energética recomendada en estas tablas según los siguientes coeficientes: tiamina 0.4 mg, riboflavina 0.6 mg y equivalentes de niacina 6.6 mg por 1000 Kcal. (5) 1 equivalente de niacina = 1 mg de niacina o 60 mg de triptófano dietético. (6) 1 equivalente de retinol = 1 µp de retinol o 6 µq de β-caroteno. (7) Expresada como colecalciferol. (8) Para las personas de edad con baja exposición al sol se recomiendan 10 µg/dia. (9) Expresada como α-tocoferol. Tabla III: Ingestas recomendadas para población española. Fuente: Departamento de Nutrición, Universidad Complutense, 1994 21 En el adulto de cualquier edad la cantidad recomendada de proteínas es de 0,8 g/Kg/día. En estudios recientes se recomienda que el consumo proteico en las personas mayores de sesenta años sea de 1-1,25 g/Kg/día y represente un mínimo del 12% del total calórico, evitando un balance negativo de nitrógeno (Campbell y Col 1994). Los requerimientos diarios de proteínas de los mayores se pueden cubrir con 100 g de pescado, carne o pollo, más 50 cc de leche ó 75 g de queso; en varones se aumentará 50 g más de carne. La proporción de aminoácidos esenciales no es diferente a la de los adultos jóvenes, representa el 19% de las necesidades proteicas, el 50% proveniente de proteínas de elevada calidad (leche, huevos, carne y pescado) y el resto de menor calidad de origen vegetal (legumbres y cereales). 4.5.- VITAMINAS Las necesidades de vitaminas de las personas mayores de 50 años no difieren mucho de las edades comprendidas entre 25-50 años. Diferentes estudios demuestran que el estado vitamínico de los ancianos presenta deficiencias clínicas o subclínicas de algunas de ellas como la vitamina D, tiamina, riboflavina, piridoxina y el ácido fólico. En los hombres los niveles de vitamina C son más bajos que en las mujeres con la misma dieta, los mismos estudios indican que los fumadores requieren una mayor ingesta de vitamina C. Las deficiencias encontradas pueden ser debidas a la baja ingesta o alteraciones de la absorción y metabolismo por la edad o enfermedad, como ocurre con deficiencias de B12 y folatos, debido a la disminución de su absorción por reducción de la secreción del factor intrínseco y de ácido clorhídrico en muchos ancianos con gastritis atrófica. Los menores niveles de vitamina D en los ancianos, se relacionan parcialmente con la disminución en la piel del factor 25-Dehidroxivitamina D que se necesita para sintetizar dicha vitamina mediante la acción de los rayos solares. Por esta razón los ancianos (y aún más los confinados en las casas o institucionalizados) tienen mayores deficiencias de esta vitamina. Para cubrir las necesidades deben consumir dos raciones diarias de verduras y dos de frutas. Si tienen problemas de masticación se pueden ingerir en cremas o purés (en el caso de las verduras) y las frutas en macedonias y zumos. Es conveniente la exposición al sol especialmente de los ancianos que están en instituciones y, si no es posible, darles dosis profilácticas de vitamina D. 4.6.- MINERALES En general no existe una marcada diferencia de las necesidades de minerales en los ancianos, aunque hay que hacer algunas consideraciones especiales. La pérdida ósea por osteoporosis, la presencia de hipocloridia y la disminución de absorción de calcio, sugiere la necesidad de incrementar el consumo de este mineral por encima de las recomendaciones actuales (600-800 mg diarios), especialmente en las mujeres después de la menopausia que sería necesario incrementar hasta 1500 mg para evitar un balance negativo. Diferentes estudios parecen demostrar que aumentando la ingesta de calcio, disminuye la pérdida de masa ósea, que al envejecer se produce en hombres y mucho más pronunciado en las mujeres. La mejor forma de conseguir un aporte adecuado es mediante la dieta, consumiendo de dos a cuatro raciones diarias de leche, queso o yogur. La sustitución o complementación de las raciones de leche por leches fermentadas o yogur, tiene importantes consecuencias en la alimentación de los ancianos: evita los síntomas digestivos motivados por la alactasia que les produce la ingestión de leche, mejora sustancialmente la digestibilidad y por tanto la absorción proteica (el descenso del pH de la leche frecuentemente favorece la peptomización de la caseína), modula el tránsito intestinal al añadirle bífidobacterias o lactobacillus casei beneficiosos sobre la flora intestinal, y por otra parte el calcio contenido en dos yogures de 125 g (250-270 mg) es de una biodisponibilidad muy superior a la de otros alimentos. Además posee otras características organolépticas muy aconsejables para la alimentación de los mayores: un buen sabor, textura, no necesita masticación y su administración es sencilla. En las personas mayores puede existir una alteración en la absorción de hierro, como resultado de la disminución de la secreción de ácido clorhídrico necesario para convertir el hierro en forma utilizable para el organismo. Aunque puede suponer un déficit de hierro, no existen evidencias de que la disminución de ingesta o absorción sea una causa frecuente de anemia ferropénica en los ancianos. La anemia está relacionada más frecuentemente con hemorragias por diversas causas: uso crónico de aspirina o fármacos similares, úlcera péptica, etc. y que requieren atención médica. El zinc es deficiente en los ancianos, relacionando esta deficiencia con alteraciones de la función inmunológica, retraso en la cicatrización de las heridas y presencia de úlceras por decúbito, y pérdida del gusto y del olfato. Gerontología 216 La hipertensión es frecuente en las personas de edad, por lo que la ingesta de sodio se debe reducir a la menor cantidad posible: una ingesta entre 2-4 g/día, procedente del contenido de los alimentos, la condimentación de los mismos y sal de mesa. • 4.7.- AGUA • El agua es necesaria en el organismo para evitar la deshidratación y mantener la filtración glomelular. La sensación de sed esta disminuida en las personas mayores y algunas, intencionadamente, evitan beber por falsas creencias (miedo a la incontinencia), o no pueden hacerlo sin ayuda debido a sus problemas médicos. Los ancianos deben beber al menos 1,5 l de agua al día, aproximadamente 1 ml/Kcal ó 30-35 ml/Kg/día. Los ancianos suelen aceptar los líquidos en forma de zumos de frutas, productos lácteos, refrescos, té o café. Se debe favorecer que tomen estos productos para mejorar la ingesta de líquidos teniendo cuidado de evitar el exceso de bebidas muy calóricas. • • • • • 5.- RECOMENDACIONES ALIMENTACIÓN DEL ANCIANO PARA LA Las orientaciones para el planteamiento de la alimentación de las personas mayores deben tener en cuenta, las necesidades personales de cada individuo (situación socioeconómica, estado nutricional y problemas físicos) e irá dirigido al propio anciano o a la persona dedicada a su cuidado, con el fin de asegurar una buena disponibilidad de nutrientes, unas preparaciones culinarias agradables y un marco físico acogedor y sin tensiones. • Las dietas serán sencillas y de fácil preparación siendo las más adecuadas horno, plancha, hervido y vapor. • Potenciar la variedad de los alimentos. Un sólo alimento no aporta todos los nutrientes necesarios y la elección de varios alimentos de los distintos grupos es la mejor forma de garantizar una ingesta equilibrada. • No realizar comidas muy abundantes. Se debe fraccionar la dieta en cinco o seis comidas y tendrán una presentación vistosa y agradable. • Dietas de fácil masticación de las mismas características de la dieta normal en cuanto a calorías, nutrientes y formas de cocción. Los alimentos de difícil masticación se prepararán como carne picada, purés de verduras, fruta troceada o triturada. • Moderar el consumo de grasas, especialmente de grasa saturada y el colesterol. Consumir la carne magra, el pollo sin piel y evitar la ingesta de fiambres, salchichas, beicon, salsas y mantequillas. Para cocinar se aconseja el aceite de oliva. Fomentar la ingesta de cereales integrales, ricos en fibra, evitando los azúcares (dulces, helados) que solo aportan calorías vacías. Usar la sal con moderación, pero sin disminuir la palatabilidad de los alimentos. Los alimentos ahumados, curados y a la parrilla deben tomarse con poca frecuencia porque se relacionan con el aumento de riesgo de cáncer gastrointestinal. Se moderará el consumo de café y bebidas excitantes y refrescos edulcorados o con gas. Las bebidas alcohólicas de poca graduación se pueden tomar con moderación. Los ancianos que tienen la costumbre y no tienen contraindicación médica pueden tomar un vaso de vino en las comidas. Estimular la ingesta de agua hasta un mínimo de 1500 ml/día. Se recomienda que la comida sea un acto de convivencia y relación social y el anciano la realice con otras personas, miembros de la familia o coetáneos. En resumen una alimentación equilibrada y saludable debe procurar el mantenimiento del peso corporal adecuado con una dieta alta en carbohidratos, pobre en grasa y con porcentaje equilibrado de proteínas de buena calidad. 21 BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 14.Mataix J. Leches fermentadas en la dieta de las personas mayores. Yogur vivo 1999; 4: 10-11. 1.Alfredo Martínez J. Fundamentos teórico-prácticos de nutrición y dietética. Madrid: Ed. Mc Graw-Hill, 1998: 75-82. 15.Moreras O. Problemas nutricionales de las personas de edad avanzada. Bilbao: Fundación BBV, 1993. 2.Aranceta J. Nutrición y vejez. En : Serra LL, Mataix J. Nutrición y salud: métodos, bases científicas y aplicaciones. Barcelona: Ed. Masson, 1995: 193200. 16.Martín C, Diaz S, Motilla T, Martinez P. Nutrición y dietética. En: Alimentación en la edad avanzada. Madrid: Ed. D. A. E. (Grupo Paradigma), 2000. 3.Bixquert M. Yogur y estado nutricional en el anciano. Yogur vivo 1999; 1: 7-9. 4.Burke M. Enfermería gerontológica. En: Cuidados integrales del adulto mayor. Barcelona: Ed. Harcoult Brace, 1998: 387-407. 5.Cervera P, Clapes J, Rigolfas R. Alimentación y dietoterapia. Madrid: Ed. Mc Graw-Hill, 1998: 143146. 6.Cuesta F, Matia P, Cruz AJ. Nutrición hospitalaria en el anciano: Alimentación, nutrición y salud 1999; 6 (1): 7-17. 7.Chapuy PM. Cuadernos de dietética: Alimentación de las personas de edad avanzada. Barcelona: Ed. Masson, 1999. 8.Entrala A. Alimentación en personas mayores. En: Vázquez C., López Mondeu C. Alimentación y nutrición. Manual teórico-práctico. Madrid: Ed. Díaz de Santos, 1998. 9.Hosgstel D. Enfermería geriátrica: Cuidados a personas ancianas. Ed. Paraninfo, 1998: 77-104. 10.Hernández M, Sastre A. Nutrición y envejecimiento. En: Tratado de nutrición. Madrid: Ed. Díaz de Santos, 1999: 721-725. 11.García M, Torres MP. Enfermería geriátrica. Barcelona: Ed. Masson, 2000: 49-52. 12.Kalis H., Richaud A. La vejez : Procesos bióticos y envejecimiento individual. Madrid: Ed. Mc Graw-Hill, 1999: 41-70. 13.Kathleen L, Escott-Stump S. Nutrición y diototerapia de Krause. México: Ed. Mc Graw-Hill, 2000: 295-310. 17.National Research Council. Recommended dietary allowances (RDA). Washintong, 1989. 18.Nelson JK, Moxness KE, Jensen MD, Gastineau CF. Dietética y nutrición. Manual de la Clínica Mayo. Madrid: Ed. Mosby / Doyma, 1996: 65. 19.Rojas E. Dietética: principios y aplicaciones. Madrid: Ed. Aula Médica, 1998: 125-134. 20.Tufs University Nutrition Commentator. Modified food guide pyramid people over 70 years. Nutrition Guidelines, 1999. 21.Varela G. Ingestas recomendadas para la población española. Madrid: Departamento de Nutrición Universidad Complutense, 1994. 2 Metodología de trabajo en Geriatría 218 26 21 26 CARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES DEL ANCIANO ENFERMO. EL ANCIANO FRÁGIL Dr. Enrique Castellano Vela 1.- EL CONCEPTO DE FRAGILIDAD EN EL ANCIANO ENFERMO: UTILIDAD Y CONSECUENCIAS El envejecimiento humano es un proceso heterogéneo, que se inicia en el mismo momento en que el organismo alcanza la capacidad funcional máxima (habitualmente alrededor de los 30 años). Su desarrollo está influido por diversos factores que acaban transformando a un adulto sano en un individuo frágil. El envejecimiento se caracteriza, por lo tanto, por cursar con una disminución progresiva de la reserva fisiológica y de la capacidad funcional de la mayoría de los órganos y sistemas del cuerpo, aunque con una velocidad variable para cada individuo e incluso para cada órgano dentro de un mismo individuo. Ello conduce a una progresiva incapacidad del organismo para poder mantener su equilibrio interno u homeostasis. Esto, que podríamos denominar “homeoestenosis”, aumenta de forma exponencial, a partir de un determinado umbral, la vulnerabilidad del individuo a la mayoría de agresiones. Esta vulnerabilidad conduce a un aumento del riesgo de que se produzca un deterioro funcional para la realización de las actividades de la vida diaria con la consiguiente dependencia y, en última instancia, a la muerte. Por ello, la mayoría de estrategias encaminadas a intentar conseguir un envejecimiento exitoso van dirigidas a potenciar la capacidad funcional máxima de los diferentes órganos y sistemas del cuerpo humano para retardar lo mas posible la llegada al umbral de vulnerabilidad por el deterioro progresivo e inevitable que se produce en dicha capacidad con el paso del tiempo. Muy diversos factores influyen en la velocidad con que se produce el envejecimiento y, por lo tanto, en la presencia de fragilidad y de dependencia a una edad mas o menos temprana, distinguiéndose así entre edad cronológica y edad funcional. Entre ellos podemos destacar: • La comorbilidad o presencia de enfermedades concurrentes, tanto agudas como crónicas, con sus secuelas. • La propia edad avanzada, por si misma. • El grado de actividad física (el uso o desuso). • Los factores nutricionales, que en caso de ser inadecuados lo pueden ser tanto en exceso como en defecto. • La calidad de los autocuidados y de los cuidados sanitarios. • Los factores genéticos, actualmente no modificables pero quizás si en un futuro. • La presencia o no de hábitos tóxicos, sobre todo alcohol y tabaco. • Los factores o agresiones ambientales. • Y las adaptaciones del entorno y grado de soporte social, que influyen en las distintas manifestaciones de la dependencia ante un mismo grado de fragilidad. El concepto de fragilidad es muy útil para entender tanto la manera que tienen de enfermar los ancianos, como las manifestaciones clínicas de las enfermedades y las necesidades de cuidados que precisan. En último término, nos ayuda a definir aquel grupo de ancianos enfermos que precisan de un mayor grado de control por el geriatra al requerir una intervención mas específica, diferenciada y exhaustiva para su manejo. Por ello, el anciano frágil va a ser mayoritariamente el paciente diana de la medicina geriátrica, sobre el que la intervención del geriatra, como especialista diferenciado, es más necesaria y sobre el que este despliega de forma más extensa todos sus conocimientos clínicos y asistenciales. Estos ancianos frágiles son en la actualidad los principales consumidores, por su situación, de los distintos recursos sociosanitarios. Su prevalencia oscila entre el 20 a 30% de los ancianos en el ámbito comunitario y sobre el 20% en el hospitalario, llegando a alcanzar a más del 50% en los mayores de 85 años. La identificación precoz del anciano frágil permite la selección de un subgrupo de ancianos que se pueden beneficiar de unas medidas de soporte que retrasen al máximo la progresión de dicha fragilidad a grados mas avanzados con mayores posibilidades de dependencia. La fragilidad, y la dependencia subsiguiente, es una situación dinámica con un espectro clínico que abarca, cuando se produce de forma progresiva y mas o menos insidiosa, desde una fase inicial sin casi manifestaciones clínicas (una disminución de leve a moderada de la actividad física y ciertos trastornos de la marcha), pasando por una fase intermedia ya con manifestaciones clínicas mas evidentes (disminución de peso, anorexia, progresiva dependencia para las actividades de la vida diaria, inicio de cierto deterioro cognitivo y aparición de algunos síndromes geriátricos), hasta llegar a una fase final irreversible con deterioro funcional, nutricional y cognitivo severos junto a Metodología de trabajo en Geriatría 220 múltiples síndromes geriátricos y complicaciones (sobre todo infecciosas) con difícil control de la pluripatología de base, que conducen finalmente a la muerte (el conocido como síndrome del declinar o failure to thrive anglosajón). En este caso el deterioro funcional es el mejor y mas temprano marcador de fragilidad. En otros casos la fragilidad se produce de forma brusca tras la aparición de una enfermedad aguda de consecuencias catastróficas para el individuo, como puede ser un ictus severo o una fractura de cadera, que previamente mantenía una situación de escasa o nula dependencia. Las enfermedades crónicas, de alta prevalencia en los ancianos, que mas incapacidad producen son las enfermedades cardiovasculares (cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, enfermedad cerebrovascular y arteriopatía periférica), las enfermedades osteoarticulares (artrosis, osteoporosis, fractura de cadera y artritis diversas), las enfermedades neurológicas degenerativas (demencia y enfermedad de Parkinson), las enfermedades neoplásicas , las neumopatías (sobre todo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y la diabetes con sus complicaciones tardías. Existen en el anciano unas manifestaciones sindrómicas de enfermedad cuyo nexo común es la fragilidad, son los llamados síndromes geriátricos. Dentro de ellos se incluyen primordialmente: el deterioro cognitivo (demencia y síndrome confusional agudo), la depresión, la comorbilidad o pluripatología, la polifarmacia, la malnutrición, las caídas, las alteraciones sensoriales (pérdidas de vista o de audición), la inmovilidad, las úlceras por presión y la incontinencia urinaria y/o fecal. La definición concreta de lo que se considera fragilidad es difícil por la amplitud de dicho término, aunque los profesionales que trabajan con pacientes ancianos lo suelen reconocer con mas facilidad que otros profesionales, sobre todo en estadios menos avanzados. Existen una serie de marcadores de la presencia de fragilidad y de su grado que habitualmente se suelen poner en evidencia cuando se realiza la llamada valoración geriátrica, el instrumento técnico específico de la medicina geriátrica. La valoración geriátrica es una evaluación integral y sistemática que se realiza sobre el anciano enfermo y que complementa a la historia clínica habitual. Abarca evaluaciones médica (sin olvidar incluir en ella las valoraciones nutricional, farmacológica y de comorbilidad), cognitiva, emocional, social y funcional. Su realización es obligada en el anciano frágil, no solo para identificarlo sino porque además conlleva unos claros beneficios para su manejo, como son: aumentar la precisión diagnóstica y la validez pronóstica al reconocer mejor la repercusión real de la enfermedad, servir para establecer un plan de cuidados mas certero y mejorar la utilización de recursos sociosanitarios. Se citan como marcadores de fragilidad, sobre todo si concurren varios de ellos al mismo tiempo, los siguientes: la edad avanzada (superior a 80 años), la comorbilidad importante (presencia de dos o mas enfermedades crónicas en un individuo), la polifarmacia (toma de cuatro mas fármacos a la vez), la anorexia con ingesta escasa y pérdida significativa de peso, la escasa actividad física, la disminución de la movilidad, los trastornos de la marcha, la incapacidad funcional significativa, el deterioro cognitivo, la alteración emocional (sobre todo presencia de depresión), la presentación atípica de las enfermedades, la presencia de otros de los llamados síndromes geriátricos (caídas, incontinencia, úlceras por presión, alteraciones sensoriales,...), los hábitos tóxicos (abuso importante de alcohol y/o tabaco), la albúmina sérica inferior a 3 g/dl y ciertos condicionantes sociales (vivir solo, viudedad o cambio de entorno recientes,...). Los cuidados asistenciales inadecuados (sobre todo durante la hospitalización) pueden acelerar el deterioro funcional de los ancianos frágiles. Dado, como vemos, que la evaluación y, por tanto, también el tratamiento y el seguimiento deben ser integrales (de muy diversas áreas) es imprescindible para el manejo de este tipo de ancianos la creación de un equipo multidisciplinario que trabaje de forma interdisciplinar (coordinados) y con reuniones periódicas conjuntas. El objetivo final de dicha forma de trabajo y de dicho equipo debe ser intentar conseguir la recuperación funcional máxima de los efectos del deterioro sobre el anciano frágil para facilitar la permanencia en su entorno habitual el mayor tiempo posible y en las mejores condiciones posibles. Los cuidados que precisa el anciano enfermo han de ser de tres tipos: • Preventivos: mediante la detección y el tratamiento precoz del deterioro funcional, para así frenar su progresión hacia la dependencia. • Progresivos: incluyendo todas las fases de la enfermedad, desde la atención aguda hasta los cuidados de soporte. • Continuados: desde el hospital al domicilio y viceversa, sin solución de continuidad y sin fracturas en los cuidados Las diferentes necesidades de cuidados y la continuidad de estos según la situación de enfermedad (aguda, subaguda o con incapacidad crónica y establecida) hace que el anciano enfermo precise de la creación de diversos niveles asistenciales específicos en relación al tipo de cuidados requeridos en cada una de las distintas fases del proceso. Así se precisan unidades de agudos (con estancias cortas), equipos consultores o de valoración 22 geriátrica (tanto hospitalarios como comunitarios), unidades de recuperación funcional (de media estancia, llamadas de convalecencia o de rehabilitación), unidades de crónicos (también llamadas de cuidados de larga duración o continuados), hospitales de día y consultas externas. Todo esto complementado con la atención primaria, las residencias, los centros de día y los recursos sociales, incluyendo el voluntariado. Cada nivel tiene unos objetivos claramente definidos, adaptados a las necesidades cambiantes del estado de salud del anciano. Dichos niveles, de forma obligada, deben estar coordinados e interrelacionados entre sí para poder ubicar o trasladar al paciente al lugar terapéutico más apropiado a la situación evolutiva que presente en cada momento. Para conseguir el mayor rendimiento de cada nivel se debe realizar una selección adecuada del paciente que más se puede beneficiar de cada uno, requiriéndose para ello, de nuevo, una valoración integral por un equipo multidisciplinar. La buena ubicación del anciano frágil es esencial, ya que tan malo puede ser colocarlo en un nivel demasiado tecnificado para su situación y necesidades (gasto y sufrimiento innecesarios) como en uno poco tecnificado, por una actitud falsamente nihilista, si su estado de enfermedad y dependencia es potencialmente mejorable, ya que se le esta condenando, en este caso, a un grado de deterioro que no le correspondería tener. La eficiencia o la no existencia de los distintos niveles asistenciales referidos repercuten sobre los otros, así por ejemplo si las unidades de agudos o los equipos consultores hospitalarios no consiguen buenos resultados en cuanto a prevenir el deterioro funcional de los pacientes durante su ingreso hospitalario se precisarán mas camas de recuperación funcional y mas recursos dirigidos al cuidado continuado sociosanitario tanto institucional como domiciliario. Lo mismo pasará, pero más agudizado todavía, si en los hospitales de agudos no existen las estructuras especializadas adecuadas para una atención de calidad a los pacientes ancianos frágiles y, en general, a los pacientes con riesgo de dependencia que puedan optimizar la prevención del deterioro funcional durante la hospitalización. Ello debe obligar a que los análisis de costeefectividad, para ser mas reales, deben incluir todos los servicios sociosanitarios necesarios en relación al manejo de un proceso concreto y no solo una parte de los mismos, prioritariamente la hospitalización, como se hace ahora. necesidades del anciano frágil, y no al revés, si queremos que las soluciones sean realmente operativas para el paciente. El anciano enfermo, y sobre todo el frágil, precisa de una atención clínica específica y de una estrategia asistencial diferenciada que deben ser incorporadas e integradas al sistema sanitario actual, al estar claramente avaladas por las evidencias científicas (eficacia y eficiencia), para proporcionarle de esta manera una asistencia sanitaria de calidad. El sistema de salud se debe adaptar a las La filosofía y la estructura asistenciales de la medicina geriátrica puede ser aprovechada por otros pacientes con procesos crónicos generadores de dependencia que aunque por edad no sean geriátricos si lo son por el tipo de necesidades que presentan en relación a su situación de enfermedad y dependencia. El principal objetivo asistencial de la medicina geriátrica es, mas que el aumento de la expectativa de vida, el aumento de la expectativa de vida activa o libre de incapacidad. Esto hace que el parámetro prioritario en la evaluación tanto del estado de salud del anciano como de su calidad de vida y de los cuidados que precisa sea su situación funcional. Está claramente demostrado que dicha situación es el determinante más importante en el anciano frágil del desarrollo de dependencia, de la posibilidad de institucionalización, del grado de consumo de recursos sociosanitarios y de su mortalidad. El deterioro funcional es además la vía final común de las consecuencias de las distintas enfermedades y de la fragilidad del anciano. Así, un proceso patológico originará un deterioro en la función de un órgano o sistema que producirá una limitación funcional para realizar acciones físicas o mentales en un rango normal, lo que a su vez se manifestará (según el grado de adaptación o capacidad de compensación individual) como discapacidad (dificultad para realizar las actividades de la vida diaria) o, en último término, como dependencia (necesidad de ayuda de otras personas para le realización de dichas actividades). La calidad de los cuidados debe plantearse como objetivo fundamental la repercusión sobre la situación funcional del anciano, quedando otros mas clásicos (mortalidad, estancia hospitalaria, institucionalización) en un segundo plano, dado que mayoritariamente están condicionados por la situación funcional. De esta forma, la efectividad de cualquier intervención sobre el anciano frágil vendrá dada principalmente por su capacidad para disminuir el deterioro funcional y la dependencia subsiguiente, mejorando de esta manera su calidad de vida, y su eficiencia dependerá de que dichos objetivos se preserven. Tampoco desde el punto de vista de la gestión sanitaria se puede obviar la repercusión funcional de la enfermedad sobre el anciano frágil para explicar la variabilidad en el consumo de recursos y para así poder guiar la asignación de recursos y la creación o potenciación de nuevos servicios. Metodología de trabajo en Geriatría 222 2.- FORMAS DE PRESENTACIÓN DE LAS ENFERMEDADES EN EL ANCIANO FRÁGIL Las formas de presentación de las enfermedades en el anciano enfermo, sobre todo en el frágil, tiene unas características diferenciales respecto a las habituales en el paciente mas joven o en el anciano sin fragilidad, en relación con los marcadores de dicha fragilidad (pluripatología y polifarmacia, deterioro cognitivo y funcional, deficiencias sensoriales o sociales, depresión,...) y en como se ven y sienten los propios ancianos (menor grado de percepción de los síntomas por degeneración neuronal con el envejecimiento, temor a la enfermedad o a su tratamiento, actitud conformista al atribuir los problemas a la edad,...) y como los trata y los ve la sociedad (actitud nihilista y también conformista). Si no son conocidas por los profesionales sanitarios que entran en contacto con los ancianos se hace muy difícil el diagnóstico adecuado de los procesos en ellos, con las graves consecuencias que esto puede acarrear. Las formas más frecuentes de estas presentaciones tan características del anciano frágil son: • Presentación inespecífica o vaga: es muy frecuente que muchos procesos , mas o menos graves, se presenten en estos ancianos con síntomas poco específicos o generales de desarrollo agudo o subagudo como alteración del estado general, confusión, desorientación, agitación, disminución del nivel de relación con el entorno, apatía y negativismo, disminución de la ingesta, inestabilidad y caídas o cualquier deterioro del estado funcional basal (pérdida de una función que el paciente tenía previamente). Cualquiera de estos síntomas deben alertarnos sobre la presencia de algún problema en el paciente (no solo físico sino también cognitivo, emocional o incluso social) para iniciar una investigación completa que nos evidencie su causa para ponerle remedio, lo que revertirá los síntomas referidos. • Presentación en un órgano diferente: en esta forma de presentación un proceso en un órgano concreto se manifiesta con síntomas en otro distinto en vez de con los suyos propios. Habitualmente los síntomas de presentación son los del órgano con menor reserva (con frecuencia el cerebro en el anciano frágil), porque es el primero en claudicar ante cualquier tipo de agresión aunque no lo afecte directamente. Así una enfermedad tiroidea se puede presentar con síntomas de predominio o únicamente cardiacos, cerebrales o digestivos, o una anemia severa o una infección pueden debutar con síntomas cardiovasculares por el estado hiperdinámico que producen. Esta forma de presentación también explica la presentación de muchas enfermedades en forma de síndromes geriátricos (caídas, incontinencia urinaria o síndrome confusional agudo). • Presentación atípica: los procesos se presentan con signos y síntomas que no son los clásicos que se describen en los libros de texto y que lo definen de forma característica. Los ejemplos de este tipo de presentación son múltiples y variados: depresión sin tristeza (mas como síntomas somáticos), enfermedades infecciosas silentes (neumonía sin fiebre, tos y expectoración o dolor torácico), infarto agudo de miocardio sin dolor torácico (silente o con fallo cardiaco), insuficiencia cardiaca sin disnea (se presenta como debilidad o delirium), abdomen agudo silente (sin dolor abdominal ni signos de peritonismo), tromboembolismo pulmonar sin disnea ni dolor torácico (se presenta con clínica inespecífica o como un síncope), hipertiroidismo con síntomas de bradipsiquia y apatía o hipotiroidismo que se confunde con el propio envejecimiento. • Presentación en forma de enfermedad oculta o silente: así se presentan ciertos problemas que el anciano no consulta con el médico al considerarlos debidos simplemente al envejecimiento y, por lo tanto, sin solución; otras veces porque le da vergüenza contárselos al médico (también suele pensar así la familia). Todo ello hace que no sean evaluados ni tratados, soportándolos el paciente estoicamente. Todavía es mas grave que el profesional que lo atiende o al que consulta también piense de esa manera, porque entonces todavía será más difícil que sea solucionado. Esto hace que cualquier profesional sanitario que entre en contacto o sea responsable de pacientes ancianos les pregunte o busque sistemáticamente este tipo de problemas para así impedir que queden ocultos, y si están presentes evaluarlos y buscarles solución. Algunos de los problemas que con mas frecuencia se presentan de esta forma son el deterioro cognitivo, la depresión, las alteraciones de la visión o la audición, los procesos osteomusculares, la patología de los pies, los problemas odontológicos, el alcoholismo, la incontinencia urinaria, las caídas, el insomnio, etc. Con frecuencia un proceso silente queda al descubierto (emerge a la superficie y se hace evidente para todos) en un momento determinado al variar las circunstancias que impedían o dificultaban su reconocimiento (una demencia tipo Alzheimer ya presente hace meses o años en una paciente se diagnostica al fallecer su marido que actuaba supliendo todos las deficiencias de la anciana y ocultándolas al resto de familia y vecinos). 22 • Presentación de ciertos procesos agudos de forma tanto enmascarada provocada por la pluripatología y/o la polifarmacia. De esta forma los síntomas o signos de un proceso agudo se pueden confundir o pueden ser difíciles de diferenciar de los de la agudización de uno crónico, llegándose a un diagnóstico erróneo. En otras ocasiones los fármacos que toma el paciente pueden tanto ocultar (por ejemplo si el paciente está tomando corticoides, estos pueden enmascarar un proceso infeccioso o un abdomen agudo) como desencadenar un nuevo proceso que con frecuencia se intenta solucionar añadiendo otro nuevo fármaco a los muchos que ya toma (la administración de un diurético para tratar una hipertensión puede desencadenar una incontinencia urinaria en una paciente con problemas de movilidad por una artrosis severa de rodillas que le impiden un acceso rápido al baño). El modelo clásico o típico de cualquier enfermedad en el adulto, donde un grupo característico de síntomas y signos se relaciona con un proceso concreto, sólo se cumple en menos de la mitad de los pacientes geriátricos afectos de un determinado proceso. Reseñar también, que no siempre se cumple en el anciano enfermo, como sí pasa con frecuencia en el adulto, que los diferentes síntomas y signos que presenta se expliquen por un mismo proceso (por ejemplo, en un anciano la presencia de fiebre, un soplo cardíaco y una esplenomegalia moderada puede deberse a problemas distintos no relacionados entre sí y no a una endocarditis infecciosa que sería lo mas probable en un adulto). Conocer estas formas de presentación es de extraordinaria importancia para que no pasen desapercibidos con facilidad procesos que pueden ser graves, además de molestos, en el anciano frágil y así poder iniciar con prontitud la búsqueda de una causa poco evidente que es la que motiva la clínica. A pesar de ello y para evitar errores es recomendable realizar una historia muy dirigida al paciente y a la familia complementada sistemáticamente con una valoración geriátrica global, hacer una exploración física completa al ingreso y repetirla ante la parición de cualquier alteración por inespecífica que sea. En caso de que todo lo anterior no oriente hacia ningún proceso concreto, se deben realizar unas exploraciones complementarias mínimas (analítica básica, radiografías de tórax y abdomen simple y ECG) para descartar cualquier patología grave con poca expresividad clínica. De esta manera, el reconocimiento rápido de cualquier proceso hará que se inicien de forma precoz las medidas terapéuticas oportunas, ya que esta comprobado que la respuesta al tratamiento y el curso evolutivo del anciano frágil dependerán mucho de ello. En estos casos, en la recuperación (sobre todo la funcional) del paciente influye no solo el poner un tratamiento correcto sino en hacerlo con rapidez, ya que cuando más se tarde en ello más lenta y difícil será aquella. 3.- LA HOSPITALIZACIÓN EN EL ANCIANO FRÁGIL El progresivo envejecimiento de los enfermos adultos que ingresan en los distintos Servicios médicos o quirúrgicos de cualquier hospital, es un hecho incuestionable, que se ha hecho más evidente en esta última década. La población mayor de 65 años ingresa en los hospitales con mas frecuencia que la población mas joven por su mayor morbilidad, presentando durante su estancia hospitalaria una mayor morbimortalidad relacionada con su peor situación de base y su mayor fragilidad, como ya hemos comentado ampliamente en párrafos anteriores. El hospital es el lugar donde se producen en el anciano, sobre todo en el frágil, las transiciones más agudas y graves entre los binomios salud - enfermedad y capacidad - incapacidad. El ingreso hospitalario de un anciano frágil (con sus características ya señaladas sintetizadas en la fragilidad) por un proceso agudo puede ocasionar con facilidad una serie de acontecimientos que conduzca a la denominada cascada de dependencia, que puede llevar a la institucionalización del anciano si la familia no puede asumir la nueva situación de dependencia severa del paciente. Dicha dependencia se producirá por la aparición de múltiples síndromes geriátricos (inmovilidad y desacondicionamiento, pérdida de capacidad funcional, caídas y fracturas, delirium, malnutrición, incontinencia funcional o úlceras por presión) en relación con las complicaciones médicas que se pueden presentar (deshidratación, infecciones nosocomiales, insuficiencia renal, insuficiencia cardiaca, insuficiencia respiratoria, yatrogenia farmacológica, broncoaspiración,...) y con la propia hospitalización (separación del entorno habitual al que se encuentran adaptados, actuaciones diagnósticas y terapéuticas, barreras arquitectónicas,...) junto a su pluripatología crónica previa y el proceso agudo referido. Todo ello hace que la situación del anciano quede muy deteriorada o no se recupere por completo respecto a la situación previa al ingreso (estado previo funcional, cognitivo y emocional, y sobre todo de calidad y estilo de vida) y acabe en el peor de los casos en un deterioro funcional severo e irreversible y en la muerte del paciente. Por esto, el tratamiento de los ancianos frágiles hospitalizados con relativa frecuencia no acaba tras superar o resolver el proceso agudo, por lo que para volver a su Metodología de trabajo en Geriatría 224 domicilio precisan completar su recuperación funcional, si existen probabilidades de ello en un tiempo asumible, en las llamadas unidades de convalecencia y rehabilitación, ya comentadas previamente. De todo esto se deduce que es básico en los hospitales de agudos potenciar las intervenciones especializadas (unidades de agudos y equipos de valoración) a realizar sobre este tipo de ancianos hospitalizados si queremos disminuir la morbimortalidad e incapacidad que con facilidad puede producir su hospitalización. Es precisamente sobre estos ancianos en los que más tienen que incidir las acciones especializadas geriátricas si queremos disminuir la dependencia y los costes económicos y sociales que trae aparejada. Para intentar evitar, o al menos disminuir al máximo, los efectos deletéreos de la hospitalización en estos ancianos, los diferentes profesionales sanitarios que los atienden deben iniciar desde el mismo momento del ingreso en el hospital una serie de medidas e intervenciones en distintas áreas (habitualmente incluidas dentro de la valoración geriátrica) de actuación tendentes a prevenir la aparición de dicha cascada de dependencia. Como complemento a todo esto, es necesario ir adaptando el ámbito arquitectónico hospitalario a la población anciana para hacerlo así mas confortable y seguro en relación a las necesidades de los ancianos, facilitando de esta manera también su recuperación funcional (iluminación, pasamanos en pasillos, suelos antideslizantes, camas regulables en altura, agarradera en el baño, baños asistidos, elevadores de WC, puertas anchas, supresión de barreras arquitectónicas,...). Es imprescindible realizar a cualquier anciano que ingrese en el hospital una valoración geriátrica, que será mas o menos extensa dependiendo del grado de fragilidad, de las alteraciones detectadas en la valoración mínima inicial y de la evolución que presente. Las áreas de intervención más destacables para prevenir la dependencia son: • Comorbilidad: valoración exhaustiva de las distintas patologías médicas que presenta el paciente, evaluando sus complicaciones, la fase evolutiva de cada una y el impacto que producen sobre la situación general del paciente. • Farmacológica: será exhaustiva, tanto previa como en el momento de la evaluación, con un seguimiento periódico de los posibles efectos adversos y de la indicación de su mantenimiento. • Nutricional y del grado de hidratación: valorando la situación actual en cuanto a la ingesta de alimentos y de líquidos, la diuresis, la presencia de falta de apetito y el peso y la talla. Posteriormente realizaremos evaluaciones frecuentes de estos datos. Podemos complementar la valoración con la determinación de parámetros bioquímicos nutricionales sencillos (albúmina, transferrina, colesterol total o linfocitos totales). • Sondas y catéteres: intentaremos evitar en lo posible su colocación inicial y si los hemos colocado revisaremos con frecuencia su indicación y la aparición de complicaciones relacionados con ellos. • Infecciones nosocomiales (de orina, neumonías, bacteriemias, de herida quirúrgica o de úlceras por presión): revisar en el momento de la evaluación los factores de riesgo para su aparición e intentar su control. Posteriormente revisar con frecuencia la aparición de fiebre o de síntomas o signos focales y la retirada de sondas y catéteres. • Funcional: valorar la situación previa y actual en cuanto a la realización de actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, con un seguimiento cercano de la recuperación de las básicas. Intentaremos que el anciano recupere lo mas rápidamente posible la movilidad sacándolo con prontitud de la cama y haciendo que camine en cuanto pueda y que realice por el mismo todo aquello que sea capaz de hacer, colaborando activamente en su realización. También valoraremos y vigilaremos el riesgo de caídas. Valorar la indicación de profilaxis con heparina subcutánea para prevenir la aparición de enfermedad tromboembólica secundaria a la inmovilidad. • Riesgo de desarrollo de úlceras por presión: revisaremos dicho riesgo en la primera evaluación y emprenderemos las medidas preventivas necesarias para minimizar dicho riesgo (movilización precoz, cambios posturales, colchón antiescaras, protección y revisión frecuente de puntos de apoyo, mantener un buen estado nutricional,...) con vigilancia posterior periódica. • Esfínteres: revisaremos la presencia de incontinencias (urinaria y fecal) y de estreñimiento, potenciando la continencia en lo posible con ayuda del personal de enfermería, celadores y familiares. Evitar la colocación sistemática de pañales por 22 comodidad para la familia y para enfermería. Potenciar la movilización precoz y la ingesta de fibra, utilizando en caso necesario laxantes y enemas. Llevar un control adecuado de las deposiciones (número, volumen, consistencia,...). Vigilar la posibilidad de falsa diarrea por impactación fecal. Tener en cuenta el uso de fármacos que inducen estreñimiento y valorar la posibilidad de retirarlos, sustituirlos o reducir la dosis. • Comunicación e información: intentar mantener desde el ingreso un buen nivel de comunicación, dando en todo momento una información real que el paciente y su familia puedan entender, lo que nos ayudará a tomar decisiones conjuntas razonables sobre las posibles medidas diagnósticas y terapéuticas a realizar. También deberemos conocer si el paciente ha realizado directrices avanzadas y cuales son estas. • Cognitiva: valoración inicial y luego periódica de la orientación y la memoria mediante escalas sencillas. Valorar el estado cognitivo previo preguntando a los familiares y los supuestos diagnósticos de demencia sin estudios adecuados. Ciertas escalas (por ejemplo el Hospital Admission Risk Profile, HARP) o ciertos datos recogidos de forma rápida al ingreso (edad avanzada, pluripatología y polifarmacia, deterioro cognitivo, grado de dependencia previo,..) pueden ayudar a seleccionar a aquellos ancianos subsidiarios de una valoración más exhaustiva y de precisar unas medidas preventivas más intensivas y frecuentes al tener un mayor riesgo de deterioro funcional durante la hospitalización. • Síndrome confusional agudo: valoración inicial y periódica de datos clínicos sugestivos de ello, como cambios agudos en el estado mental basal, conductas anómalas fluctuantes a lo largo del día y la noche, dificultad para estar atento o facilidad para distraerse, dificultad para recordar hechos recientes, pensamiento incoherente o desorganizado y alteración del nivel de conciencia y de la actividad motora (tanto en exceso como en defecto). • Riesgo de aparición de fallo cardíaco: valorar el riesgo inicial y su presencia y luego hacerlo periódicamente. Evitar la sobrehidratación del paciente y vigilar el empleo de fármacos depresores de la contractibilidad cardíaca. • Emocional: valorar el estado anímico y la presencia de ansiedad al ingreso mediante impresión clínica o escalas de cribaje y en caso de dudas hacer pruebas más específicas o consultar al especialista. Revisar periódicamente el deterioro del estado de ánimo o la aparición de ansiedad. • Organos de los sentidos: hacer una valoración grosera de la vista y el oído para descartar problemas importantes, que requieran una valoración especializada preferente, o fácilmente solucionables (tapones de cera). • Social: valorar la posibilidad de situaciones de claro riesgo social (falta o sobrecarga importante del cuidador principal, red social escasa, mala situación económica, problemas graves en la vivienda, ...) para buscar posibles soluciones desde el momento del ingreso, con mas tiempo por delante, consultando con la trabajadora social para valoración especializada. Preservar en la medida de lo posible las capacidades funcionales previas al ingreso de los ancianos hospitalizados, evitando su pérdida innecesaria, es uno de los objetivos básicos de una atención sanitaria de calidad a estos pacientes. Ingresos por enfermedades médicas agudas no incapacitantes por ellas mismas pueden provocar pérdidas funcionales desproporcionadas en ancianos frágiles, que pueden no ser totalmente reversibles tras el alta. Los ancianos con mas riesgo de presentar esta evolución son los más mayores, con deterioro previo al ingreso en las actividades instrumentales de la vida diaria, con deterioro cognitivo detectado durante la hospitalización o que reingresan durante los tres meses posteriores a un alta hospitalaria. La presencia de estos datos se relaciona claramente con estancias más largas, mayor mortalidad, menor recuperación funcional en relación a su situación previa y mayor necesidad de recursos sociosanitarios. Por ello la implementación en estos pacientes de riesgo para pérdida funcional durante su hospitalización de las medidas necesarias para disminuir al máximo dicha pérdida producirá una menor estancia hospitalaria, menor morbimortalidad y menor necesidad posterior de recursos sociosanitarios. Con relación al síndrome confusional agudo, comentar que es una complicación frecuente y habitualmente grave en los ancianos hospitalizados, sobre todo si son frágiles. Su prevalencia varía entre el 15 y el 50% y su aparición también se relaciona con peores resultados asistenciales (mortalidad, pérdida cognitiva y funcional al alta, estancia media, necesidad de recursos sociosanitarios). En su etiopatogenia se combinan tres tipos de factores en mayor o menor medida según cada caso: Metodología de trabajo en Geriatría 226 predisponentes o de riesgo (relacionados con la fragilidad basal del anciano) , desencadenantes (noxa por enfermedad, fármacos, traumatismo, cirugía,...) y relacionados con la hospitalización. Esto explica la gran variabilidad clínica que presenta este síndrome, que va desde cuadros mínimos (con frecuencia pasan desapercibidos sino se tiene una alta sospecha clínica y se hace una evaluación exhaustiva) hasta cuadros floridos e incluso persistentes en el tiempo (tendencia a cronificación) con graves consecuencias para el paciente y su familia, que pueden acabar con el fallecimiento del anciano. Existen ciertos marcadores de alto riesgo para el desarrollo de este síndrome en ancianos hospitalizados: aplicación de contención física, malnutrición, consumo de tres o mas fármacos, colocación de sondaje uretral, inmovilidad, cualquier complicación yatrógena (sobre todo las infecciones), demencia previa, enfermedad aguda grave, comorbilidad importante, alcoholismo, elevación de la urea (sobre todo por deshidratación), depresión, deficiencias visuales y/o auditivas, postoperatorio e insomnio (puede ser un marcador precoz del síndrome confusional agudo). Es importante para evitar cuadros severos de síndrome confusional agudo su detección y tratamiento precoces, buscando los factores precipitantes y corrigiéndolos. En pacientes con claros factores de riesgo ya de base se pueden plantear medidas preventivas primarias desde el primer momento del ingreso para evitar su aparición o hacerlo mas leve (orientación, estimulación cognitiva, evitar el insomnio con medidas no farmacológicas, movilización precoz, uso de gafas y audífonos, ingesta de alimentos y líquidos adecuada, revisión frecuente de la indicación tanto de ciertos fármacos de riesgo como de catéteres y de sondas, acompañamiento familiar, luz nocturna,...). los antibióticos, los cardiovasculares, los gastrointestinales, los analgésicos - narcóticos y los tranquilizantes e hipnóticos. La prevención de estos problemas en relación con el consumo de fármacos en el anciano hospitalizado ha de ser una de las áreas de intervención durante su estancia hospitalaria para evitar en lo posible la cascada de dependencia, primordialmente en el anciano frágil. Para ello hemos de aumentar nuestra sensibilidad con respecto a la aparición de reacciones adversas a medicamentos, reseñándolas en los informes de alta y notificándolas a los sistemas de farmacovigilancia. Es esencial hacer revisiones frecuentes de las indicaciones de los medicamentos, de su dosificación, de su vía de administración y de sus interacciones, intentando utilizar aquellos con indicaciones claramente establecidas y retirando todos los innecesarios o con indicación o eficacia dudosa o no comprobada. No está claro si la mayor presencia de reacciones adversas a medicamentos en ancianos está en relación con el propio envejecimiento o con la presencia en ellos de mas enfermedades, de mayor consumo de fármacos o de estancias hospitalarias mas prolongadas, factores todos ellos relacionados con una mayor incidencia de dichas reacciones independientemente de la edad. La incidencia de reacciones adversas a medicamentos en pacientes hospitalizados es un problema clínico relativamente frecuente y de gran importancia, que a veces puede provocar complicaciones graves e incluso la muerte. De hecho están situadas entre la cuarta y la sexta causas de muerte en ellos. También son importantes otros problemas relacionados con el consumo de fármacos, como la infra o la sobredosificación, el infratratamiento, los errores de administración, la selección inadecuada del fármaco o las interacciones farmacológicas. Los fármacos mas frecuentemente implicados en todos estos problemas son La desnutrición es frecuente en pacientes hospitalizados y su presencia es predictora de mayor morbimortalidad y de estancias mas prolongadas. Los ancianos frágiles presentan o están en riesgo de desnutrición con mas frecuencia (anorexia mas frecuente, polifarmacia, problemas con dentadura, trastornos mas frecuentes de deglución, deterioro cognitivo, dependencia funcional,...) y al ingresar es habitual que empeore su estado nutricional basal por múltiples motivos (fármacos, enfermedad aguda, intervenciones diagnósticas y/o terapéuticas, dietas menos apetecibles o mas estrictas, ambiente menos propicio para comer,...). Es imprescindible para intentar evitar en lo posible un deterioro del estado nutricional durante la hospitalización de estos ancianos realizar valoraciones e intervenciones nutricionales sistemáticas y periódicas (seguimiento de la respuesta). Los ancianos hospitalizados son un grupo claro de riesgo para el desarrollo de infecciones nosocomiales en relación al propio envejecimiento y a factores dependientes tanto del paciente (enfermedades crónicas, malnutrición, imcontinencia,...) como de la hospitalización (exploraciones diagnósticas o terapéuticas). Mas que la edad en si misma, parecen influir en mayor medida los otros dos factores referidos. La estancia hospitalaria prolongada (mayor de 15 días) independientemente de la edad aumenta el riesgo de infección nosocomial. Diversas medidas pueden disminuir en los ancianos hospitalizados la frecuencia de estas infecciones: revisión frecuente de la indicación de catéteres y sondas, alternativas al uso de sondas uretrales, una política estricta del uso de antibióticos que evite la aparición o el aumento de la presencia de gérmenes multirresistentes, una indicación razonable de las instrumentalizaciones, un lavado frecuente de manos, ... 22 Dada la mayor prevalencia y riesgo de desarrollo de úlceras por presión en los ancianos frágiles es esencial hacer desde el momento del ingreso una valoración de dicho riesgo e iniciar si es alto una serie de medidas preventivas de manera precoz tendentes a disminuir o impedir su desarrollo (deambulación rápida, cambios posturales frecuentes en la cama, sedestación, protección de puntos de presión, uso de colchones antiescaras, ingesta adecuada de alimentos y de líquidos, higiene exquisita con cambios frecuentes de pañales en incontinentes,...). Las caídas son un problema en aumento en los hospitales en relación con el envejecimiento de la población hospitalizada . En los ancianos hospitalizados su presencia se ha relacionado con debilidad de los miembros inferiores y dificultades para la marcha. El uso de barandillas en las camas no disminuye el número de caídas pero si aumenta el de ellas que producen lesiones graves. Incluso proporcionando a los ancianos frágiles hospitalizados unas intervenciones geriátricas de calidad puede ocurrir que con relativa frecuencia acaben presentando un deterioro de su situación funcional respecto a la anterior al ingreso junto a la aparición de mayor o menor número de síndromes geriátricos. En estos casos la recuperación de dicha pérdida de capacidad funcional y la resolución de los síndromes geriátricos asociados es mucho mas lenta y con frecuencia incompleta. No obstante, es obligatorio poder ofertar a los pacientes con potencialidad de mejora de dicha pérdida la posibilidad de recuperar lo máximo posible de su situación funcional previa durante un tiempo prudencial en unidades de convalecencia y rehabilitación. Con ello conseguiremos reducir al mínimo los efectos de la hospitalización en los ancianos frágiles y disminuir por tanto la sobrecarga de sus cuidadores y los costes sociosanitarios. Para conseguir estos objetivos se precisa hacer una selección adecuada de los pacientes con posibilidades razonables de mejora mediante una valoración geriátrica integral y disponer de un número adecuado de camas en las unidades hospitalarias referidas (habitualmente cifradas en un 10% del total de las camas de agudos existentes). Los beneficios de estas unidades de convalecencia y rehabilitación están claramente demostrados en estudios bien desarrollados por lo que es imprescindible su creación. La actitud terapéutica también suele presentar características diferenciales en el anciano hospitalizado, siendo difícil en muchas ocasiones discernir cuando seguir con un enfoque curativo y cuando uno paliativo. Debemos intentar huir tanto del encarnizamiento terapéutico como de un tratamiento subóptimo cuando este va a tener unas altas posibilidades de mejorar la situación del paciente. Para ello es esencial, como ya hemos señalado antes, mantener un buen nivel de comunicación e información con el paciente y su familia, y si es posible tener decididas de antemano las actitudes a seguir cuando aparezcan complicaciones en las que haya que tomar decisiones sobre niveles de actuación tanto diagnóstica como terapéutica. Metodología de trabajo en Geriatría 228 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Gracia JL. Características de las enfermedades en Geriatría. En: Salgado A, Guillen F. Manual de Geriatría. Barcelona: Salvat, 1990; 157-161. 2.Williams ME. Clinical management of the elderly patient. En: Hazzard WR, Bierman EL, Blass JP, Ettinger WH, Halter JB. Principles of Geriatric Medicine and Gerontology. 3ª ed. New York: Mc Graw-Hill, 1994: 195-201. 3.Ham RJ. Características del anciano enfermo. En: Ham RJ, Sloane PD. Atención Primaria en Geriatría. Madrid: Mosby/ Doyma, 1995: 41-63. 4.Lázaro M, Ribera JM. Tratamiento del paciente anciano con problemas médicos múltiples. Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud 1994; 18 (5): 109-120. 5.Selva A, San José A., Solans R, Vilardell M. Características diferenciales de la enfermedad en los ancianos. Fragilidad. Medicine 1999; 7 (124): 57895796. 6.Alarcón MT, González JI. Fragilidad y envejecimiento. En: Riobó P, Rapado A (eds). Papel de la nutrición en el hueso durante la vejez. Madrid: FHOEMO, 1998: 39-51. 7.Lebel P, Leduc N, Kergoat MJ, Latour J, Leclerc C. Un modelo dinámico de la fragilidad. En: Vellas B, Albarade JL, Garry PJ (eds). Año Gerontológico. Barcelona: Glosa, 1999: 243-253. 8.Valderrama E, Pérez del Molino J. Prevalencia del anciano frágil o de riesgo en el medio rural. Rev Esp Geritr Gerontol 1998; 33 (5): 272-276. 9.Baztán JJ, González JI, Solano JJ, Hornillos M. Atención sanitaria al anciano frágil: de la teoría a la evidencia científica. Med Clin 2000; 115: 704-717. 10.Hébert R. Pérdida de autonomía: definición, epidemiología y prevención. En: Vellas B, Albarade JL, Garry PJ (eds). Año Gerontológico. Barcelona: Glosa, 1996: 39-49. 11.San José A, Selva A, Solans R, Jacas C, Padrós J, Vaqué J. Actividades preventivas en las personas mayores hospitalizadas. Med Clin 2001; 116 (Supl 1): 146-152. 22 2 Metodología de trabajo en Geriatría 230 27 23 27 EVALUACIÓN INTEGRAL DEL PACIENTE ANCIANO Dra. Mª Rosa Roca Castelló Dr. Gabriel Bernat Condomina Dr. Rafael Peset Pérez Dr. Vicente Giner Marco Dr. José Garay Lillo 1.- INTRODUCCIÓN Uno de los principales objetivos de la medicina geriátrica es mantener la independencia del anciano en la comunidad el máximo tiempo posible. Se debe hacer hincapié en la calidad de vida y no en la cantidad de vida en la vejez. La proporción de personas mayores de 65 años se incrementa con rapidez. En 1995 alcanzaba en nuestro país el 15 % de la población total y se prevé que estas cifras lleguen al 21% en el año 2025. La proporción de personas mayores de 75 años con riesgo de padecer problemas de salud va en aumento. La prolongación de la supervivencia de personas con enfermedades crónicas relacionadas con la mejora de los tratamientos específicos y de soporte, aumenta la prevalencia y la demanda de atención sanitaria y social de estos colectivos. El creciente número de personas mayores plantea un desafío y una responsabilidad para el profesional sanitario. En los años venideros, la cifra de trabajadores que alcanzará la edad de jubilación excederá el número de individuos jóvenes que accederán a la fuerza del trabajo. Como resultado de ello se alentará a los trabajadores mayores que gocen de buena salud a que continúen trabajando y la educación nutricional y sanitaria que promueve el bienestar físico se convertirá en una prioridad. La expectativa de vida, el promedio de años de vida que le quedan a una persona en una edad determinada, han aumentado en todos los grupos de edad desde 1900. Los incrementos más llamativos tuvieron lugar durante la primera mitad del presente siglo como resultado del descenso de las tasas de mortalidad infantil y el desarrollo de antibióticos capaces de controlar la neumonía, la gripe y otras enfermedades infecciosas. El descenso de la mortalidad de las enfermedades cardiacas y hemorragia cerebral logrado a través de una mejoría en el tratamiento de la hipertensión y el énfasis puesto en las dietas apropiadas, el ejercicio físico y los estímulos saludables de vida han contribuido al incremento de expectativa de vida en los últimos años. La expectativa de vida global en el momento del nacimiento ha aumentado desde una media de 47 años en 1900 a cerca de los 75 años en 1990. Desde 1900, la expectativa de vida a la edad de 65 años se ha incrementado en 3,3 años para los hombres y en 6,5 años para las mujeres. En la actualidad el 20% de la población en Estados Unidos vivirá hasta los 85 años o más. Si persisten las actuales tendencias en el 2010 la mitad de la población sobrevivirá al menos hasta los 85 años. Esto tiene importantes implicaciones para las Instituciones Sanitarias, ya que las personas de más de 85 años es más probable que presenten incapacidades funcionales o que precisen una atención sanitaria especializada. 2.- ENVEJECIMIENTO Y PATOLÓGICO NORMAL Los investigadores han intentado diferenciar los cambios que se producen en todas las personas y por tanto considerados como representativas de un envejecimiento normal de los cambios asociados en el desarrollo de la enfermedad crónica. La progresión de los acontecimientos biológicos y fisiológicos que se producen a lo largo de la vida se ha venido observando durante siglos, pero sólo en los últimos años ha empezado a emerger como ciencia el estudio del envejecimiento. En los últimos años el estudio del envejecimiento se ha centrado en la célula y en los mecanismos internos que ponen en marcha los cambios relacionados con la edad observados en los órganos, tejidos y funciones. La identificación de mecanismos biológicos responsables de estos acontecimientos relacionados con la edad nos permitirá desarrollar estrategias para retrasar o minimizar sus efectos. Envejecimiento incluye todos los cambios estructurales y funcionales que se producen a lo largo de la vida, desde el desarrollo embriogénico hasta la senescencia, pasando por la maduración. La gereontología o estudios del envejecimiento, abarca no sólo los cambios físicos o conductuales observados, sino también los factores ambientales (biológicos, sociológicos o psicológicos) que influyen en dichos cambios. La frecuencia de los cambios relacionados con la edad tiende a ser la misma en todos los miembros de una especie en concreto, aunque el ritmo al cual se producen dichos cambios difiere ampliamente de un individuo a otro. La geriatría en contraste con la Metodología de trabajo en Geriatría 232 gereontología, es el estudio de los problemas médicos de las personas de edad avanzada. La investigación del envejecimiento ha tendido a poner de relieve las pérdidas relacionadas con la edad y los cambios dependientes del tiempo que incrementan la vulnerabilidad personal a la enfermedad. El envejecimiento normal nos ha permitido evaluar las diferencias físicas y psicológicas entre adultos de diferentes edades. El énfasis puesto en el envejecimiento normal ha implicado que tales cambios son naturales y por tanto refractarios para modificación. Diversos autores introducen el concepto de envejecimiento habitual versus envejecimiento satisfactorio. El envejecimiento habitual se refiere a los cambios producidos en las personas mayores y representa el proceso de envejecimiento exacerbado por la enfermedad y los factores medioambientales además de los estilos de vida adversos. El envejecimiento satisfactorio se manifiesta en individuos en quién los cambios habituales relacionados con la edad no se han visto aumentados o acelerados como resultado de la enfermedad, las influencias medioambientales o el estilo de vida. La intervención positiva y las estrategias de promoción de la salud han reducido o retrasado en la práctica los cambios relacionados con la edad en la composición corporal, la tolerancia a la glucosa o la función cardiovascular. Existen diversos factores que influyen en el proceso del envejecimiento. Dentro de los factores intrínsecos describiríamos el material genético que combinado en el momento de la fertilización junto con las influencias ambientales determina el ritmo de envejecimiento y duración total de la vida. Las personas que viven hasta los 70 años o más en más probable que hayan tenido padres que también alcanzaran dicha edad. El sistema inmunitario y los mecanismos corporales de defensa se encuentran bajo control genético. Dentro de los factores extrínsecos vemos como los factores ambientales pueden modificar el programa genético de los humanos y en los modelos animales. En los animales por ejemplo expuestos a radiaciones el envejecimiento se acelera como resultado de la mutación genética y la subsiguiente replicación de proteínas imperfectas. La intervención de la dieta puede no sólo ampliar la duración de la vida, sino también fomentar un envejecimiento satisfactorio y una mejor calidad de vida. 3.- VALORACIÓN GERIÁTRICA INTEGRAL El convencimiento de aplicar un sistema especial de valoración al paciente geriátrico, llevó a la Dra. Marjos Warren en los años 40 a establecer un programa de detección sistemática de problemas geriátricos que hace que se incluya la medicina especializada Geriátrica en el Sistema Nacional de Salud del Reino Unido. Estos programas se extienden no solo geográficamente a lo largo de todos los países desarrollados, sino que trascienden del ámbito hospitalario para ser puesto en marcha en el ámbito ambulatorio y a nivel de la atención domiciliaria. La aplicación de los programas de valoración, demostrará su utilidad analizando los resultados y comprobando una reducción de la mortalidad, mejoría funcional, disminución de la tasa de reingresos hospitalarios e institucionalización, además de una mejor utilización de los recursos. Actualmente, se considera la Valoración Geriátrica Integral (V.G.I.) como la herramienta fundamental en la que se basa la clínica geriátrica a todos los niveles asistenciales. Se ha de resaltar el carácter multidisciplinar en la aplicación de la V.G.I., con participación de diferentes profesionales (médicos, enfermeros, trabajadores sociales, psicólogos, etc.). Podemos definir la Valoración Geriátrica Integral como un proceso multidisciplinario diagnóstico, diseñado para cuantificar las capacidades y los problemas médicos, psicosociales y funcionales de un individuo anciano. Va a consistir en desarrollar un plan completo para la terapia y la vigilancia a largo plazo. Los beneficios que podemos obtener de la V.I.G. podemos enumerarlos: • • • • • • Mayor precisión diagnóstica. Reducción de la mortalidad. Mejoría del estado funcional. Utilización correcta de recursos. Disminución de institucionalización. Disminución de hospitalización. Las disminuciones graduales y variables de la capacidad funcional constituyen una parte normal del proceso de envejecimiento. Hacia los 75 años se produce una pérdida definida de la reserva funcional que varía enormemente tanto entre los distintos órganos del cuerpo como de un individuo a otro. A esta merma funcional se añade el impacto causado por la enfermedad. En el anciano la enfermedad puede manifestarse inicialmente en forma de pérdida de función. El término función puede hacer referencia a la actividad celular de un tejido o de un órgano más complejo o incluso a niveles de complejidad muy superior. La atención del paciente anciano incluye todos 23 estos niveles pero en especial las funciones de nivel superior, como recordar los fármacos que debe tomar, realizar las actividades de la vida diaria, etc. La evaluación precisa de un paciente determinado se consigue mediante el diagnóstico médico y la descripción de su capacidad funcional. Así pues podemos decir que la pérdida de la capacidad funcional constituye el indicador más sensible para identificar una nueva enfermedad y vigilar el proceso de tratamiento instaurado. En el modelo biomédico tradicional de atención la evaluación hace hincapié en las alteraciones biológicas y fisiológicas de los órganos y sistemas. En la evaluación funcional exhaustiva el modelo biopsico-social incluye la valoración de todas las variables descriptivas y tiene en consideración la interacción existente entre ellas. La base de datos del paciente se divide en las 3 principales esferas del modelo bio-psicosocial (biomédica, psicológica y social) y en las dos escalas funcionales de las actividades de la vida diaria: la básica y la instrumental. Las actividades de la vida diaria ofrecen un resumen de su impacto sobre la vida habitual del paciente. Los diferentes datos de cada una de las esferas principales tienen especial importancia respecto a los pronósticos de salud de los pacientes ancianos. La realización de la evaluación funcional proporciona un abordaje sistemático de atención del paciente y además una base para los estudios científicos de las características humanas y las conductas que influyen sobre los pronósticos de salud. Se ha de establecer la mejora de la función con un objetivo terapéutico, aumentando el grado de satisfacción alcanzado tanto por el médico como por su paciente. 4.- VALORACIÓN CLÍNICA DEL PACIENTE ANCIANO La mayoría de los profesionales sanitarios cuantifican la salud física de un paciente recogiendo una lista tradicional de diagnósticos complejos sintomáticos definidos. A parte de esta documentación, sólo existen unos pocos indicadores de severidad conocidos por la mayoría de los clínicos. El número de días de hospitalización e incapacidad y el grado de utilización de los servicios sanitarios también pueden ser útiles para definir la severidad de los problemas que presentan este conjunto de población. La capacidad funcional suele medirse por separado de la salud física aunque pueden existir ciertas superposiciones entre ambas. En este dominio se incluyen los aspectos medibles de las actividades de la vida diaria básicas y las actividades de la vida diaria instrumentales avanzadas. La medición de las actividades básicas de la vida diaria se encuentran en las capacidades requeridas para cubrir las necesidades personales habituales (comer, levantarse de la cama, mantener la bipedestación, etc.). La medición de las actividades de la vida diaria instrumentales se centra en las capacidades necesarias para vivir con independencia en la comunidad, incluyendo aspectos como cocinar, hacer la compra, controlar la economía, etc. Se dispone de varios instrumentos bien comprobados para medir estas capacidades. Dentro de los aspectos medibles de la evaluación geriátrica encontraremos: 4.1.- SALUD FÍSICA: • Lista de problemas tradicionales. • Indicadores de severidad de enfermedad. • Cuantificación de los servicios usados. • Escalas para enfermedades inespecíficas. 4.2.- CAPACIDAD FUNCIONAL GENERAL: • Escalas de actividades de la vida diaria. • Escalas de las actividades de la vida diaria instrumentales. 4.3.- SALUD PSICOLÓGICA: • Pruebas cognitivas (estado mental). • Escalas de afecto (depresión). 4.4.- FACTORES SOCIOAMBIENTALES: • Red de interacciones sociales. • Recursos de soporte social y necesidades especiales. • Adecuación y seguridades ambientales. Aunque las escalas y los formularios no son esenciales para analizar la evolución geriátrica, el uso de instrumentos fáciles de emplear y bien comprobados que abarcan los aspectos fundamentales de la evaluación, convierte el proceso en más fiable y considerablemente más sencillo. Estos formularios facilitan la transmisión de información relevante desde el punto de vista clínico entre los cuidadores sanitarios y permiten la tabulación de los datos clínicos y la medición de las respuestas del paciente al tratamiento a largo plazo. Se dispone de un número de escalas detalladas específicas para cada enfermedad cuantificando los niveles de función, disfunción, incapacidad y minusvalía atribuidas a enfermedades concretas. Las disminuciones graduables y variables de la capacidad funcional constituyen una parte normal del proceso de envejecimiento. Metodología de trabajo en Geriatría 234 13.Fernández-Ballesteros R, Calero MD. Training effects on intelligence of older persons. Archives of Gerontology and Geriatrics 1995; 20: 135-148. BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1. Pérez del Molino J, Moya MJ. Valoración Geriátrica: conceptos generales. En: Guillem F, Pérez del Molino J. Síndromes y Cuidados en el Paciente Geriátrico. Barcelona: Masson SA, 1994: 49-57. 2. Salgado A. Historia clínica en los ancianos. En: Salgado A, Guillén F. Manual de geriatría. Salvat ed., 1990: 163-167. 3. Caballete C. Incapacidad y Tercera Edad. Discurso de recepción Real Academia de Medicina de Valencia 19817. 4. Parreño JR. La Incapacidad en Rehabilitación 1991; 25 (6): 382-389. Geriatría. 5. Kroner BA, Kelley CL, Baranowski EM. Labelling deficiencies and communication problems leading to medication misuse in the elderly. Drugs and Aging 1994; 5: 403-410. 6. Alfaro R. Aplicación del proceso de enfermería. Guía práctica. Barcelona: Doyma, 1988. 7. Garay-Lillo J, Herreros V, Garay Burdeos M. El proceso de la arterioesclerosis en el Presente Anciano. Geriátrica 1989; 5 (2): 82. 8. Consellería de Sanitat i Consum. Encuesta de salud de la Comunidad Valenciana. 1990-1991. Los hábitos de salud. Avances de resultados. Valencia: Generalitat Valenciana, 1991. 9. Rubenstein I, Abrass I. Valoración Geriátrica. En: Exton-Smith AN, Weksler ME. Tratado de Geriatría. Barcelona: Pediátrica, 1988: 20-30. 10.Kaschak D, Jakovac Smith DA. Planes de cuidados en geriatría. Barcelona: Doyma, 1994. 11.INE. Encuesta sobre incapacidades, deficiencias y minusvalías. Madrid: Instituto Nacional de Estadística, 1986. 12.Fernández-Ballesteros R. La demanda de servicios sociales. En Diez Nicolás J. Los mayores en la comunidad de Madrid. Madrid: Fundación Caja de Madrid, 1996. 14.Pineault R. Daveluy C. La Planificación Sanitaria: conceptos, métodos, estrategias. Barcelona: Masson SA, 1990. 15.Schmitz P, Lynn J, Cobbs E. The care of the dying patient. En: Hazzard Wh, Bierman EL, Blass JP, Ettinger WH JR, Halter JB. Principles of Geriatric Medicine and Gerontology. 3ª Ed. Mc Graw-Hill Inc, 1994: 383-390. 16.Novellas A, Gómez-Batiste X, Guerra R, Salvador G. Atención a la familia. En: Gómez-Batiste X, Planas J, Roca J, Viladiu P, editores. Cuidados paliativos en oncología. Barcelona: Editorial JIMS, 1996: 299-312. 17.Ham RJ. Características del anciano enfermo. En: Ham RJ, Sloane PD. Atención Primaria en Geriatría. Mosby/Doyma, 1995: 41-63. 18.Núñez Olarte SM. Consideraciones acerca del enfermo terminal geriátrico. Medicina Paliativa 1995; 2 (3): 130-136. 19.Williams ME. Clinical management of the elderly patient. En: Hazzard WR, Bierman EL, Blass J, Ettinger W, Halter JB. Principles of Geriatric Medicine and Gerontology. 3ª Ed. Mc Graw-Hill, 1994: 195201. 23 2 Metodología de trabajo en Geriatría 236 28 23 28 PARTICULARIDADES EN LA HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA EN EL ANCIANO. IDENTIFICACIÓN Y LISTA DE PROBLEMAS Dra. Amparo Rochina Puchades • • La historia clínica en geriatría, al igual que en otras etapas del individuo, es el pilar más importante a la hora de sentar un diagnóstico, planificar unos cuidados generales e indicar los tratamientos específicos que va a precisar el paciente. 1.- ANAMNESIS La anamnesis va a presentar una mayor complejidad y laboriosidad, precisando en ocasiones más de una visita; a menudo una valoración inicial se puede dividir en dos sesiones y por ello, en ocasiones, se han de tomar decisiones antes de disponer de toda la información. Los factores que van a determinar el que esto sea así son: • Aumento del número de patologías con imbricación de los síntomas atribuibles a cada una de ellas, lo que requerirá de una mayor habilidad para diferenciarlas y poder establecer prioridades. • Déficits sensoriales (auditivos, lenguaje) que van a dificultar el curso de la entrevista. • Omisión de la sintomatología, dado que el paciente considera muchos de sus síntomas consecuencia lógica e irremediable del envejecimiento y duda del interés que susciten en su médico, de las alternativas terapéuticas disponibles para su problema y por último que se le ingrese o institucionalice por ello. Aquí cobra especial significado la anamnesis inducida por aparatos. Hay que insistir, una vez más, que ninguna enfermedad debe atribuirse de entrada al proceso “normal” de envejecimiento. • La terminología empleada por los ancianos requiere con frecuencia de una cuidadosa interpretación (por ej.: “ataque cerebral”, “ataque al corazón”, “mareos”). El término estreñimiento tanto es utilizado para describir heces compactas, • • • • como escasas, como sensación de defecación incompleta. Las limitaciones funcionales hacen que las preguntas clásicas no sean siempre aplicables (por ejemplo, interrogar acerca de la presencia de disnea de esfuerzo a un anciano con un síndrome de inmovilidad). Hay que asumir que cuando debute el síntoma (disnea) la enfermedad cardiovascular o respiratoria va a estar más evolucionada. Aunque algunos ancianos van a ser incapaces de relatar sus problemas y su acompañante será quién aportará estos datos, otros se van a sentir molestos con la intervención de un familiar. En general hay que demostrar claramente la prioridad otorgada al paciente y dejar que exprese sus propias dolencias, lo que facilitará, por otro lado, la identificación de los posibles déficits sensoriales y alteraciones cognitivas. Siempre que sea posible facilitaremos que la entrevista se haga en solitario para evitar que el anciano se inhiba al tratar sobre aspectos personales. Con frecuencia la principal molestia que refiere el paciente, difiere de la que su familia considera el problema más importante. No obstante, y dado que la pérdida de memoria, en mayor o menor grado, es una constante, es necesario contrastar los datos obtenidos. Siempre de forma inadvertida a fin de evitar actitudes defensivas o recelosas que dificulten posteriores encuentros. En muchas ocasiones habrá que solicitar informes a otros centros donde haya estado ingresado el paciente y si es posible se revisará su historia clínica. Por último, los patrones de presentación de la enfermedad van a ser diferentes y gran parte de las veces silentes o inespecíficos. La sintomatología que en un joven puede hacer pensar en una viriasis, va a ser con frecuencia en una persona de edad avanzada una enfermedad maligna. Por todo ello, los principales puntos a tener en cuenta para la obtención de una buena historia clínica son: a) Dar tiempo: a pensar, a responder, a correlacionar con su biografía “batallitas”. La interrupción puede ser interpretada como signo de desinterés, y deben dejarse intervalos suficientes entre las preguntas. b) Hablar claro y preferentemente de usted (es una deferencia que hace alusión a un tratamiento que es considerado como correcto por las personas de edad), con terminología accesible (“fatiga” o Metodología de trabajo en Geriatría 238 “cansancio” en lugar de “disnea”), con un tono de voz adecuado (no todos los ancianos son sordos y a algunos les molesta que se les eleve la voz asumiéndoles dicho déficit). c) Asegurar que se enfrentan a la entrevista en condiciones óptimas (lentes, audífono, prótesis dental). Esto tiene relevancia en los ancianos que están en cama en el contexto de un ingreso hospitalario. d) Demostrar siempre que son nuestra fuente de información principal. e) Ambiente adecuado: incluye temperatura (importante en la exploración), ruido y, sobretodo, ambiente “emocional”: se dice que el anciano tiene hambre de tacto y la proximidad física (tomar su mano) va a facilitar la recogida de datos. f) El médico debe saludar al inicio y presentar a la personas presentes (enfermera o auxiliar). La clásica separación por apartados utilizada en el modelo convencional, será útil en la confección de la historia clínica el anciano, pero reviste unas peculiaridades que vamos a describir a continuación. A) Motivo de consulta.- Aunque en ocasiones será una enfermedad aguda como neumonía, infección urinaria, hemorragia digestiva, etc., siempre existirán asociados e incluso constituirán el auténtico motivo de consulta, una serie de problemas que representan el conjunto de molestias y preocupaciones, atribuibles a su vez a diferentes causas, que afectan al paciente. Para su manejo convendrá elaborar una lista de problemas. Posteriormente analizaremos este punto. En el caso de que se trate de un ingreso secundario a reagudización de una enfermedad crónica, conviene recoger el número de ingresos previos y consultas a urgencias por esta causa, días de estancia, periodos intercríticos y fármacos utilizados en ellos. B) Antecedentes personales.- Se anotarán ingresos por causas quirúrgicas o médicas. Se indicará al paciente que aporte documentos como electrocardiogramas, radiografías e informes clínicos, si bien, con éstos últimos, una actitud “sanamente escéptica” nos será muy útil (el diagnóstico de un informe clínico de “demencia senil” puede ser en realidad un episodio confusional agudo o una depresión). Los antecedentes más remotos pueden ser de patologías poco prevalentes, tipo tuberculosis o fiebre reumática, que han sido tratadas con métodos en desuso como neumotórax terapéutico, agentes mercuriales para la sífilis, etc. Deben registrase inmunizaciones previas y fechas (antineumocócica, antigripal, antitetánica). C) Antecedentes familiares.- Se puede pensar que las enfermedades hereditarias que no se hayan presentado, probablemente ya no van a tener oportunidad de hacerlo. Sin embargo, el conocer su existencia nos ayudará a comprender la angustia desencadenada ante la aparición de ciertos síntomas, que han presentado previamente sus familiares y han conducido a un desenlace fatal. El rechazo a padecer ciertas enfermedades va acondicionar la negación de ciertos síntomas. D) Historia medicamentosa.- Recogerá todas las reacciones adversas y no sólo las alérgicas. Los efectos secundarios tras la toma de algún fármaco, nos encaminará a hacer prescripciones prudentes. E) Medicación actual.- La suposición de que las personas mayores nunca se curan, hace que se mantenga medicación a largo plazo sin revisar. Los diferentes fármacos, con sus respectivas interacciones y efectos secundarios, unidos a una menor tolerancia y probables errores en la cumplimentación, van a condicionar un aumento de la toxicidad. Los efectos secundarios de la medicación constituyen una de las causas más habituales y verdaderamente reversibles de demencia aparente (disfunción cognitiva) y producen algunos problemas como inestabilidad, caídas, cambios cognitivos sutiles, variabilidad del estado de ánimo, apetito y rendimiento personal, fáciles de resolver tras su retirada. También se deben revisar los fármacos tópicos y en especial los colirios como los utilizados en el glaucoma cuya distribución sistémica puede ocasionar problemas bronquiales y cardiovasculares. La denominada por algunos profesionales “prueba de la bolsa o saquito” consistente en que algún familiar aporte los medicamentos recomendados en otras ocasiones por otros médicos y los autoprescritos, nos va a proporcionar datos indirectos de especial utilidad: necesidad de analgesia, toma de medicamentos de eficacia no probada prescritos por insistencia, etc. F) Transfusiones.- Se constatarán número y fecha. Las practicadas en periodos remotos pueden justificar hepatopatías crónicas. Aunque con poca frecuencia, se ha diagnosticado síndrome de inmunodeficiencia adquirida en ancianos, más frecuentemente asociado a la práctica de relaciones homosexuales no aparentes o de relaciones heterosexuales con profesionales del sexo. 23 G) Historia social y modo de vida.- Interesa registrar las respuestas acerca de hábitos tóxicos, ocupación, intereses, aficiones, religión, pertenencia a asociaciones (tercera edad), estado (soltero, casado, viudo, relación fija extramatrimonial). Hay que valorar actitudes del paciente hacia su familia y de ésta hacia él, así como determinar el estado de salud de sus familiares (dispersión de cuidadores). La valoración social junto con el perfil funcional del paciente nos aportan una idea acerca del grado de soporte que éste tiene, al mismo tiempo que nos ayuda a identificar al cuidador principal. Algunos autores proponen recoger en este apartado los deseos del anciano y sus actitudes acerca de las decisiones médicas de prolongar la vida en situaciones agudas ó crónicas teniendo en cuenta sus preferencia vitales y escala de valores. En esta época se sufren muchas pérdidas de gran impacto para la salud y el bienestar (cónyuge, hermanos, mascotas). Incluso, en ocasiones, la jubilación del médico que previamente se había encargado del paciente repercute en el estado de salud por falta de confianza en su relevo. H) Situación funcional y valoración cognitiva.Se analizan de forma detallada en otros capítulos. Conviene en ocasiones realizar una prueba de memoria rápida durante la primera entrevista (test de Pffeifer, por ejemplo) para comprobar la fiabilidad de los datos registrados. Se puede justificar ante el paciente como un “ análisis de la memoria”, dado que posiblemente también se le solicitará a lo largo de la visita una analítica básica. I) Historia nutricional.- De menos importancia en jóvenes, pero relevante en ancianos. Se interrogará acerca de qué come (alimentos, menús), cómo (triturado, blando), cuanto y cuando (frecuencia, número de comidas), así como todo tipo de regímenes recomendados por otros profesionales (bajo en hidratos de carbono, hiposódico, etc). Aprovecharemos para ver su capacidad de deglución y masticación y extraer datos indirectos de su situación económica, funcional y cognitiva (capacidad o no de cocinar). A veces, el placer de la comida disminuye porque presentan una reducción de los sentidos del gusto y del olfato. J) Interrogatorio por aparatos.- Se basa en preguntas concretas y sistematizadas a fin de descartar enfermedades ocultas, es decir, todos aquellos síntomas que no son mencionados de forma espontánea por una combinación de ignorancia, temor o negación. Se deben preguntar cuestiones relativas a: • Síntomas generales: fatiga, anorexia, adelgazamiento, sed, astenia, fiebre. • Síntomas osteoarticulares: especialmente frecuentes en los ancianos. • Síntomas endocrinos: por la incidencia de diabetes, dislipemia y afectación de la glándula tiroidea. • Síntomas neurológicos o psiquiátricos: ictus, parkinsonismo, depresión, síndrome vertiginoso / inestabilidad. • Síntomas cardiorrespiratorios: tos, diseña, ortopnea, hemoptisis y dolor torácico, entre otros. • Síntomas gastrointestinales: pirosis, epigastralgia, vómitos, ritmo intestinal, rectorragia, hemorroides. • Síntomas genitourinarios: frecuencia, nicturia, incontinencia, cólicos nefríticos, infecciones urinarias o de transmisión sexual. • Síntomas de afectación de los órganos de los sentidos. 2.- EXPLORACIÓN FÍSICA En este examen es necesario, también, emplear más tiempo que en el adulto de edad madura. Serán imprescindibles paciencia y cuidado, además de un buen conocimiento de la semiología del anciano, que nos haga ser capaces de diferenciar lo que puede ser considerado como un patrón de normalidad de lo que en realidad es un hallazgo patológico. La propia inspección externa revelará si el paciente se encuentra incómodo, intranquilo, malnutrido, distraído, pálido o cianótico. Una exploración sistematizada nos facilitará el que no omitamos ningún aspecto. Por ello y con tal fin dividiremos el examen físico en los siguientes apartados: 2.1.- REGISTROS GENERALES Talla, peso, índice de masa corporal, medición del perímetro braquial y de la pierna, medición de pliegues corporales (cálculo de la proporción grasa del paciente). La talla nos servirá para valorar la disminución de altura, siendo en parte una medición indirecta de existencia de osteoporosis. En pacientes encamados el cálculo de la altura se realizará a través de la distancia talón-rodilla. Metodología de trabajo en Geriatría 240 2.2.- SIGNOS VITALES 2.2.1. Temperatura: el anciano enfrentado a una situación de estrés puede manifestar tanto hipo como hipertermia. Rutinariamente se tomará este valor en la boca o en la axila. Siempre que se obtengan cifras inferiores a 35ºC, deberá medirse la temperatura rectal con un termómetro especial para bajas temperaturas. De confirmarse este hallazgo podemos encontrarnos ante una hipotermia, que a menudo es pasada por alto y que se asocia a situaciones graves como enfermedades tiroideas o que se da en el anciano inmovilizado especialmente si está expuesto al frío o a tranquilizantes mayores. 2.2.2. Frecuencia respiratoria: la cifra normal es de 1625 respiraciones / minuto. Su aumento puede implicar tanto infección del tracto respiratorio inferior, como ser un signo más de enfermedad aguda. 2.2.3. Tensión arterial: se tomará tanto acostado como de pie, para descartar la posible existencia de hipotensión postural (caída superior a 20 mm Hg), presente hasta en un 20% de los ancianos y que se puede traducir en forma de síntomas tales como caídas o mareos. La toma requiere más de una medición, dada su habitual variación ante circunstancias como estrés, periodo postprandial y cambios de temperatura ambiental. Además, para obtener un registro fiable hay que tener en cuenta que el manguito debe cubrir dos terceras partes del perímetro braquial (de espacial consideración en obesos). Los muy delgados precisarán manguito pediátrico. El paso de los años conduce a un envejecimiento del colágeno de la pared arterial y a una rigidez de ésta, con aumento de las resistencias periféricas. Por lo que se consideran valores elevados a partir de 160 y 95 mm Hg de tensión sistólica y diastólica respectivamente. Conviene establecer la cifra de presión máxima mediante palpación arterial, puesto que el vacío sistólico (desaparición y reaparición de los ruidos de Korotkoff) tiene una prevalencia muy alta y da lugar a subestimaciones considerables de la tensión arterial. Las arterias arterioscleróticas no elásticas obligan a aumentar excesivamente la presión del manguito, a fin de constreñir los vasos, con lo que se obtienen cifras inadecuadamente altas. Es lo que se conoce como seudohipertensión. Se sospechará en el caso de ser posible palpar la arteria radial tras insuflar el manguito por encima de la presión sistólica (signo de Osler). Se presenta en arteriosclerosis generalizadas y debe sospecharse ante cifras muy elevadas sin que coexistan con hallazgos en órganos diana. 2.2.4. Pulso: en ancianos puede incluso ser normal una frecuencia cardiaca baja del orden de 40 latidos / minuto. El hallazgo de una bradicardia sinusal inexplicada en personas aparentemente sanas no presenta efectos significativos a largo plazo sobre la morbimortalidad cardiovascular pero se asocia a trastornos de conducción auriculoventriculares o intraventriculares. 2.3.- EXAMEN DE PIEL Y FANERAS La piel pierde fuerza y elasticidad, lo que se manifiesta mediante pliegues y arrugas. Son frecuentes áreas hiperpigmentadas y púrpura senil que se da hasta en un 78% de los ancianos y es debida a fragilidad capilar. Las equimosis, en cambio, pueden indicar malos tratos o minitraumatismos constantes en áreas sometidas a roce (antebrazo). La queratosis seborréica se presenta con asiduidad y aparece como áreas verrugosas algo elevadas, marrones u oscuras. Las úlceras (varicosas, isquémicas o por presión), por su importancia, merecen una consideración extensa como se verá en otro capítulo. Es importante recordar que el tamaño de la úlcera subestima el tamaño real de la lesión subyacente de los tejidos blandos, ya que el aumento de presión sobre una prominencia ósea produce un gradiente de presión cuya base está localizada sobre el hueso. 2.4.- CABEZA 2.4.1. Cara: con el paso de los años las cejas se espesan progresivamente por debajo del reborde orbitario superior, el mentón desciende, y desaparece el ángulo formado por la línea submandibular. 2.4.2. Ojos: hay un desplazamiento de éstos hacia la parte posterior de la órbita (enoftalmía) lo que conviene tener en cuenta porque no siempre será signo de deshidratación. Se debe a pérdida de la grasa periorbitaria y conlleva una discreta reducción obstructiva de la visión periférica. Miosis senil, pseudoptosis, cierto grado de ectropion del párpado inferior y de entropión del superior, pueden ser hallazgos de especial incidencia. El arco senil o gerontoxon se debe a un acúmulo lipídico en el estroma limbal corneal y no tiene significado patológico. 2.4.3. Oídos: sigue siendo frecuente el tapón de cerumen como causa común de sordera reversible. Aparece una pérdida selectiva de frecuencias auditivas que afectan a las consonantes y ocasionan un déficit en la percepción del lenguaje. 24 2.4.4. Boca: tras retirar la prótesis, si la hay, inspeccionaremos la posible existencia de encías tumefactas y hemorrágicas, piezas dentarias flojas o rotas, infecciones micóticas o signos de cáncer oral (leucoplasia, eritoplasia, ulceraciones y masas tumorales). La presencia de alguna de estas últimas, obligará a su estudio ante la posibilidad de malignidad. Las prótesis constituyen un riesgo de resorción de los senos alveolares y también de candidiasis oral. 2.4.5. Lengua: deben examinarse las superficies ventral y dorsal. En esta última son frecuentes las venas varicosas. La glosomegalia además de poder indicar amiloidosis o hipotiroidismo, puede simplemente ser debida al aumento que sufre la lengua para, en ausencia de dientes, satisfacer las necesidades de masticación. El eritema migratorio (lengua geográfica) considera un cambio normal del envejecimiento. se Una lengua lisa y dolorosa puede revelar una deficiencia de vitamina B12. 2.4.6. Nariz: se produce agrandamiento y alargamiento de ésta, así como reducción de la olfación. Cuando esta reducción es asimétrica hay que considerarla anormal. 2.5-CUELLO No hay diferencias significativas con la exploración practicada, a este nivel, en adultos jóvenes. Revisaremos tiroides, excluiremos la presencia de adenopatías y soplos carotídeos. Los ancianos deshidratados presentan con cierta frecuencia parotiditis, que se expresa como dolorimiento al tacto de la parótida, que se muestra firme y tumefacta y emite pus a la expresión a través del conducto de Sten. 2.6.- TÓRAX De las 4 fases que componen este examen (inspección, percusión, palpación y auscultación), la auscultación es con diferencia la más compleja por la dificultad que entraña en el paciente encamado que realiza inspiraciones y espiraciones incompletas. Un medidor de flujo pico puede ser muy útil en el diagnóstico de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, además de permitirnos evaluar la reversibilidad o no de ésta, para evitar el uso innecesario de broncodilatadores 2.7.- CORAZÓN Los ruidos cardiacos suelen ser más suaves en el anciano que en el joven, debido probablemente a un aumento del tejido cardiaco entre el corazón y la pared torácica. El desdoblamiento del segundo tono cardiaco (incremento de la distancia entre los componentes aórtico y pulmonar), que aumenta con la inspiración, es relativamente frecuente en individuos de edad avanzada. Sin embargo, al igual que ocurre en población más joven, el estrechamiento del mismo durante la inspiración sugiere sobrecarga del ventrículo izquierdo o una disfunción del mismo, como ocurre tras el infarto. Otro hallazgo habitual es la detección de un soplo. Se define como “normal” el que presenta las siguientes características: ser suave, eyectivo, no irradiado, grado I-II /VI. Posiblemente se debe a las turbulencias generadas por la sangre a su paso a través de las válvulas aórticas esclerosadas y carece de importancia hemodinámica. Algunos enfermos requerirán, no obstante, ecocardiografía para descartar enfermedad valvular, siendo además la prueba más fiable para valorar el tamaño del ventrículo izquierdo (de valor pronóstico), dado que la palpación del latido de la punta puede, en ocasiones, dar idea de la existencia de hipertrofia del ventrículo izquierdo o de cardiomegalia, pero su presencia también puede estar interferida por escoliosis o interposición del tejido pulmonar. 2.8.- ABDOMEN Exploraremos los orificios herniarios por su frecuente ocupación por asas intestinales. Las enfermedades malignas del tracto gastrointestinal se diagnostican, en ocasiones, tras descubrir por palpación un abultamiento asintomático, pero también las masas fecales pueden expresarse de la misma forma. La aorta se palpa frecuentemente en individuos delgados y puede ser confundida con un aneurisma, si bien rara vez tiene más de 3 cm. La percusión suprapúbica nos ayudará a excluir la presencia de globo vesical. A menudo la perforación visceral o hemorragia en cavidad peritoneal debuta con ausencia de signos sistémicos y con una distensión abdominal en vez de la clásica rigidez que presentan los pacientes más jóvenes. Si se observa dolor a la palpación o reflejo, la sospecha será máxima. Ninguna exploración abdominal estará completa si se omite el tacto rectal, imprescindible para detectar posibles fisuras, hemorroides, impactación fecal, masas rectales, hemorragias gastrointestinales y para delimitar el tamaño, regularidad y consistencia de la glándula prostática. Metodología de trabajo en Geriatría 242 2.9.- EXAMEN GINECOLÓGICO Aunque las ancianas deben someterse a revisiones periódicas por su especialista (cada 3 años), en ocasiones nos vamos a encontrar con la indicación de practicar esta exploración, que se realiza en decúbito lateral izquierdo, con las rodillas flexionadas como para tacto rectal, pero con la cadera superior más flexionada y el hombro derecho (superior) algo inclinado hacia el plano de la cama. La postura en decúbito utilizada en mujeres jóvenes, puede ser violenta en ancianas poco habituadas a esta exploración, además de ser, a veces, impracticable por las limitaciones funcionales impuestas por el sistema osteoarticular. No serán palpables útero ni ovarios salvo si existe patología y en algunas ocasiones en mujeres obesas, con retención urinaria o muy tensas. El uso de espéculo facilitará la valoración de la presencia de prolapso y lesiones evidentes, dejando las demás patologías por su mayor dificultad para el especialista. Las mamas, ante la frecuencia con la que se presenta cáncer en ellas y que su pronóstico depende de la precocidad del diagnóstico, se examinarán siempre. La involución, inherente a la edad, hace más fácil su examen que en pacientes más jóvenes. 2.10.- EXTREMIDADES En las extremidades superiores requerirá especial atención la existencia de temblor. En la tabla I se describen los diferentes tipos que vamos a encontrar en el anciano. En las extremidades inferiores exploraremos los signos de enfermedad arterial periférica y de retorno venoso inadecuado, así como signos de trombosis venosa profunda. Los pies, sobre todo en pacientes diabéticos, deben inspeccionarse con atención para excluir lesiones cutáneas que se dan como consecuencia de los problemas circulatorios. La onicomicosis consiste en la infección fúngica de las uñas de los dedos del pie, que se engruesan y se vuelven amarillas. La uña encarnada (onicocriptosis) es una incurvación de los bordes de la uña hacia dentro, siguiendo la línea media y la cara plantar del dedo. El hallux valgus o juanete es la prominencia de la cabeza del primer metatarsiano con desviación lateral y rotación del primer dedo. La deformidad en bunionette consiste en una prominencia lateral de la cabeza del quinto metatarsiano. La hiperflexión de las AIFP produce el dedo en martillo y la hiperflexión de las AIFP y AIFD el denominado dedo en garra. TIPOS DE TEMBLOR TIPO CARACTERÍSTICAS SENIL / ESENCIAL Desaparece con la ingesta de alcohol. Es de acción. Frecuencia variable. Puede ser familiar CEREBELOSO Intencinal. Gran intensidad. Frecuencia Variable. Unilaterial. METABÓLICO Aleteante. Se da en la insuficiencia renal o hepática. PARKINSONIANO Aparece en reposo y desaparece con el movimiento es regular lento y tosco. ANSIEDAD / Fino, rápido. Aumenta con la actividad HIPERTIROIDISMO y se reduce con la relajación. Tabla I: Tipos de temblor en el paciente anciano Por último, tanto a nivel de extremidades superiores como inferiores, se palparán los pulsos periféricos en busca de asimetrías o ausencias. 2.11.- SISTEMA ARTICULAR Los límites de movilidad de las articulaciones afectas se registrarán como grados de angulación con respecto a la posición horizontal o erecta. Buscaremos los signos correspondientes a las enfermedades que más frecuentemente se dan en ancianos, como la polimialgia reumática o la artrosis (nódulos de Heberden y de Bouchard). Los enfermos con artritis reumatoidea crónica presentan a veces subluxación de las articulaciones metacarpofalángicas y desviación cubital de los dedos de la mano. La hiperextensión de las AIFP con flexión de las AIFD produce la denominada deformidad en cuello de cisne. La hiperextensión de las AIFD con flexión de las AIFP constituye la deformidad en ojal. 24 La articulación témporo-mandibular, a medida que se pierden piezas dentarias y aparecen sobre ellas fuerzas compresivas, degenera, produciendo una crepitación con los movimientos de apertura y cierre bucal, signo que encontraremos a menudo en el anciano. 2.12.- SISTEMA NERVIOSO CENTRAL Comprenderá la evaluación de: • Nivel de conciencia y orientación. • Marcha y equilibrio. • Pares craneales. • Reflejos osteotendinosos. • Reflejos arcaicos. • Tono y potencia muscular. • Sensibilidad (nociceptiva, térmica, posicional y vibratoria). En la tabla II se describen las variaciones de los signos neurológicos, que cabe esperar y que no van a implicar patología como en edades anteriores. El examen de la marcha y el equilibrio, se realizará solicitando al paciente que se levante de la silla sin ayuda, gire la cabeza en toda la gama de movimientos, camine al otro extremo y se siente de nuevo. Hay unos cambios en la manera de andar que se suelen observar a estas edades, consistentes en marcha lenta y cautelosa, con cierta inseguridad, pasos cortos, aumento de la base de sustentación y tendencia a desplazarse hacia atrás. En la tabla III se describen otras características de la marcha del anciano y en la tabla IV las marchas patológicas más relevantes. 3.- IDENTIFICACIÓN PROBLEMAS Y LISTA SIGNOS OCULARES Pupilas de menor tamaño, frecuentemente irregulares. Disminución de los reflejos fotomotor y de acomodación. Lentitud de movimientos de seguimiento ocular con fenómeno de rueda dentada. Rango de movimientos disminuido para la mirada de convergencia y hacia arriba. SIGNOS MOTORES Actitud en flexión. Tendencia al temblor (manos el 65% , cabeza el 7%). Marcha de pasos cortos, base amplia y disminución de movimientos asociados. Dismetría (en mayores de 65 años). Disdiadococinesias. Atrofia de interóseos, eminencia tenar y tibial posterior. Tono muscular aumentado de predominio en miembros inferiores y sobre todo proximal. Fuerza muscular disminuida de igual predominio. SIGNOS SENSORIALES Disminución del sentido vibratorio distal sobre todo en miembros inferiores. Posible cambio en la propiocepción. Umbral del tacto superficial, dolor y temperatura, discretamente aumentado. Prueba del estímulo cutáneo doble deteriorada. SIGNOS REFLEJOS Disminución e incluso abolición del reflejo aquíleo. Cierto grado de disminución del reflejo patelar, bicipital y tricipital. Posible abolición de reflejos abdominales. Puede no existir signo de Babinsky en las situaciones patológicas en que debía estar presente. Aparición de reflejos primitivos hasta en un 20-25%. DE Se elabora con los datos recogidos en los apartados anteriores (tanto anamnesis como exploración). Esta lista trasciende mas allá del diagnóstico formal y de las enfermedades tradicionales e incluirá problemas médicos, psicológicos y sociales, tanto a corto como a largo plazo, e incluso los problemas potenciales. Es preferible hacer referencia al nivel de incapacidad funcional que a un diagnóstico concreto. Por ejemplo, preferiremos registrar diarrea que colon irritable, para enfatizar que la molestia es ésta frente a otras posibles como malestar abdominal o estreñimiento, que no causan en ese momento problemas al paciente. Tabla II: Cambios neurológicos en pacientes ancianos Junto a cada problema se anotará el plan para su control que en ocasiones serán medidas generales y en otras incluirán pruebas diagnósticas o tratamientos médicos. Las ventajas aportadas por estas listas son las de establecer prioridades en el manejo del paciente y constituir un registro valioso y lineal del curso evolutivo. Metodología de trabajo en Geriatría 244 Pero, dado que hasta la anamnesis y exploración más exhaustiva pueden no detectar todos los problemas, los anglosajones proponen un listado para pasar de forma sistemática a los pacientes, que denominan como regla nemotécnica de “las ies” (considerar las variedades idiomáticas): • • • • • • • • • • • • • Incontinencia Inmovilidad Isolation (depresión) Inestabilidad Infección Impotencia Incapacidad (de los sentidos) Intestino (cambio de ritmo) Inanición Intelectual (deterioro) Insolvencia (económica) Insomnio Iatrogenia MARCHA CAUSA Apráxica Afectación lóbulo frontal Se inclina hacia atrás Tarde en comenzar a andar. Hipercinética/ hipotónica Disfunción extrapiramidal Paos lentos, cortos, con rigidez muscular. Macha a pasos cortos Degeneración arterial Pasos cortos e inseguros. Parkinsoniana Enfermedad de Parkinson Arrastra los pies y camina a la carrera Tabla IV: Marchas patológicas del anciano - Lentitud en los desplazamientos. - Disminución de movimientos de rotación del tronco y de balanceo de brazos. - Ausencia de levantamiento del talón al final del paso. - Levantamiento insuficiente de la punta del pie. - Disminución del tiempo de apoyo unipodal. Tabla III: Características de la marcha del anciano El pasar de forma sistemática este cuestionario evitará que se nos olviden puntos relevantes de la valoración de nuestros pacientes ancianos. CARACTERÍSTICAS 24 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.García JL. Características de las enfermedades en Geriatría. Enfermedades más frecuentes. Complicaciones de las enfermedades geriátricas. Historia clínica en los ancianos. En: Salgado A, Guillem F. Manual de Geriatría. Ed. Masson, 1999: 165-175. 2.Salgado A. Valoración geriátrica integral. Valoración clínica. En: Salgado A, González JL, Alarcón MT. Fundamentos prácticos de la asistencia al anciano. Ed. Masson, 1996: 44-55. 3.Historia clínica y exploración física. En: Beers MH, Berkow R. El manual Merck de Geriatría. Ed. Harcourt, 2001: 24-40. 4.Salgado A, González JI. Geriatría. En: Rodes J, Guardia J. Medicina Interna. Ed. Masson, 1998: 1873-1923. 5.Starter PJ, Libow LS. Historia clínica y exploración física. En: Abrams WB, Berkow R. El manual Merck de Geriatría. EDIM, 1998: 166-190. 6.Richard JH. Valoración. En: Atención Primaria en Geriatría. 2ª ed. Mosby/ Doyma: 64-92. 7.Mark EW. Clinical Manegement of the Elderly Patient. En: Hazzard WR, Bierman EL, Blass JP, Ettinguer WH, Halter JB. Principles of Geriatric Medicine and Gerontology. 3ª ed. Mc Graw-Hill, 1994: 195-201. 8.Gómez FJ, Pérez Jara FJ, Zamorano J, Mena JR, Cruz A, Ribera JM. Alteraciones más frecuentes en la exploración cardiovascular del anciano sano. Rev Esp Geriatr Gerontol 1994; 29 (6): 337-342. 2 Metodología de trabajo en Geriatría 246 29 24 29 VALORACIÓN FUNCIONAL GERIÁTRICA. ACTIVIDADES PARA LA VIDA DIARIA Dra. María Gil Egea La función de un individuo consiste en su capacidad para realizar las actividades que le son requeridas en su entorno inmediato y en la comunidad. El que pueda realizar todas esas actividades “en plenitud” depende de la integridad de sus capacidades físicas, mentales y psíquicas. La “Valoración funcional geriátrica” (VFG) es el procedimiento por el que recogemos e interpretamos todos los datos que se refieren al nivel de capacidad funcional de un anciano. La recogida cuidadosa y sistemática de estos datos es esencial para establecer un diagnóstico, un pronóstico y un juicio clínico sobre el que se basarán las decisiones terapéuticas y de cuidados geriátricos. Esta forma de estudio sistemático de las capacidades de un anciano, que debe incluir, como mínimo, el estudio de los problemas médicos, la función física, psíquica y mental y la situación social, es el pilar básico de la práctica diaria en la Geriatría. Para realizarlo se han diseñado múltiples instrumentos de valoración que pretenden ser exactos en la descripción de la funcionalidad que, en definitiva, nos da idea de la cuestión crucial de la independencia vs dependencia del anciano. Por lo tanto, cuando hablamos aquí de “Valoración Geriátrica” (VG) nos referimos a una serie de instrumentos de valoración o “cuestionarios” que nos sirven para llevar a cabo ese estudio de una forma protocolizada y estandarizada. De todos esos aspectos, el contenido de este capitulo va a referirse solamente al estudio de la funcionalidad física, ya que la función mental psíquica y social, se abordan en otros capítulos del libro. 1.- IMPORTANCIA FUNCIONAL DE LA VALORACIÓN Las personas mayores de 65 años constituyen el grupo de edad en el que se dan las mayores diferencias individuales en cuanto a salud y capacidad funcional. Los diagnósticos, por si solos, no nos informan de la situación de salud y funcionalidad de un individuo determinado. Así, un paciente con diagnóstico de diabetes, hipertensión y artrosis, puede ser un activo líder político o una persona severamente enferma y discapacitada. Por otra parte la VFG se convierte también en un parámetro de la eficacia y la eficiencia de la intervención médica, junto a otros indicadores como la morbilidad o la mortalidad. En ese sentido es también un indicador sensible y relevante para evaluar necesidades y determinar la adjudicación de recursos. 2.- NIVELES DE CAPACIDAD FUNCIONAL Se refieren a la capacidad de ejecución de las tareas necesarias para conseguir diferentes niveles de autonomía: • Actividades básicas de la vida diaria (ABVD): se refieren a las habilidades propias del autocuidado, como, por ejemplo, vestirse, asearse, bañarse, alimentarse, control de esfínteres y deambulación. • Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD): como por ejemplo, tareas del hogar, realizar compras, manejar la medicación y los asuntos económicos, y comunicación y transporte. • Actividades avanzadas de la vida diaria (AAVD): son actos complejos que pueden realizar los individuos en plenitud de sus capacidades como, por ejemplo, empleo, tareas de tiempo libre, relaciones sociales, ejercicio, etc. 3.- NECESIDAD DE LA VALORACIÓN GERIÁTRICA Puesto que, como decíamos, dentro de las personas mayores de 65 años se dan grandes diferencias en cuanto a salud y capacidad funcional, es útil dividir a esta población en tres grandes grupos: 1. Personas mayores con estado de salud estable y capacidad funcional preservada. Se trata de personas que pueden presentar varias enfermedades crónicas, habitualmente bien controladas, y cuya capacidad funcional se halla intacta. Metodología de trabajo en Geriatría 248 2. Anciano frágil: Se trata de un paciente que presenta dos o más de las siguientes características: • Edad generalmente por encima de 75 años. Al parámetro de la edad se le da cada vez menos importancia, puesto que por encima de él, están, sin duda, el estado de salud y de capacidad funcional. • Pluripatología • Alguno de los síndromes geriátrico (incontinencia, caídas, síndrome confusional, síncopes, vértigo, etc.). • Discapacidad leve o moderada para las AIVD o las ABVD. • Riesgo de deterioro cognitivo. • Riesgo de problema social o institucionalización. 3. Anciano severamente discapacitado. Presenta las siguientes características: • Edad generalmente mayor de 75-80 años. • Suelen existir enfermedades del SNC, degenerativas o vasculares, insuficiencias de órgano avanzadas o enfermedades osteoarticulares avanzadas. • Discapacidad severa para las ABVD. • Deterioro cognitivo que puede ser leve. • Alto riesgo o presencia de problema social. De los múltiples estudios realizados hasta la fecha, ha ido emergiendo una conclusión: la VFG y el plan de actuación que conlleva, es útil en los pacientes “ni demasiado sanos ni demasiado enfermos”, es decir, en el grupo de ancianos frágiles. Cuando se aplica de forma preventiva al grupo de personas mayores con estado de salud estable y capacidad funcional preservada, los resultado son todavía poco claros. 4.- ANCIANO FRÁGIL: OBJETIVOS DE LA VALORACIÓN GERIÁTRICA Puesto que el objetivo óptimo de la VFG es el anciano frágil, vale la pena analizar brevemente, cual es la secuencia de acontecimientos que suelen tener lugar en este grupo y que van a conducir al paciente a una situación funcional, cognitiva y social, precaria. La enfermedad aguda, que suele ser una infección urinaria o respiratoria, o una fractura de cadera, produce casi siempre una discapacidad para las AVD de carácter más o menos severo que, si no se rehabilita, se hace irreversible. Al mismo tiempo, con mucha frecuencia, se produce deterioro cognitivo temporal o permanente. Discapacidad y deterioro cognitivo tienden a desbordar la capacidad de los cuidadores (esposas/os mayores, hijas/os que trabajan, etc.) conduciendo al problema social y, en último caso, a la institucionalización del paciente. La recogida de información protocolizada y sistemática que se propone nos servirá fundamentalmente para la elaboración de una “lista de problemas” que nos permita la realización de un “plan de cuidados”. Como hemos visto, la lista de problemas no se limita a los diagnósticos sino que incluye déficits detectados en la investigación de otras áreas que hubieran podido pasar desapercibidos. Todo ello nos permite una “intervención terapéutica” eficaz para intentar detener la cascada de acontecimientos que llevan al anciano frágil al deterioro funcional y, en última instancia, a la institucionalización. Los principales objetivos de la VFG son: • Detectar, describir y cuantificar la funcionalidad (y, por tanto, la discapacidad). • Medir diferencias entre personas o grados diferentes de una misma variable. • Objetivar los cambios de función en un mismo paciente a lo largo del tiempo. • Planificar la mejor intervención terapéutica (sobre diagnósticos y problemas). • Mejorar la predicción del curso de las enfermedades crónicas. “Evitar la institucionalización siempre que se pueda” sería un importante objetivo que no puede enunciarse como tal, puesto que la institución es en muchos casos “el mejor lugar terapéutico” para los ancianos. Sin embargo, es evidente que marca una inflexión no deseable en el binomio “independencia/dependencia” a favor de esta última. 5.- DÓNDE, QUIÉN REALIZAR LA VG Y CÓMO SE DEBE La VG puede realizarse en cualquiera de los ámbitos asistenciales. Históricamente nació en las unidades de geriatría de los hospitales del Reino Unido pero actualmente se realiza también en Atención Primaria, Atención Domiciliaria, Consultas externas de Geriatría y Residencias asistidas, aunque como es obvio los instrumentos de valoración serán distintos en función de los diferentes enfoques, recursos y objetivos propios de cada nivel asistencial. Puesto que la Geriatría es una disciplina multidisciplinar, de una forma ideal, podríamos decir que la VG debe ser realizada por un equipo multidisciplinar. El equipo multidisciplinar básico está formado por médica/o, enfermera/o, fisioterapeuta, auxiliar de clínica y trabajador/a social. El equipo multidisciplinar amplio incluye también a psicóloga/o y trabajador ocupacional. 24 La VG podría hacerse de forma no estructurada, pero cuando nos referimos a ella dentro de un concepto moderno de la Geriatría, nos referimos al uso de instrumentos de valoración o “escalas”, más acordes con la “medicina basada en la evidencia”. El empleo de las escalas de valoración es importante porque: • Ayudan a no olvidar items, a sistematizar la información. • A valorar la evolución del paciente a lo largo del tiempo. • Favorecen la comunicación entre profesionales. • Permiten manejar números, lo que es imprescindible para el tratamiento estadístico. No se ha llegado a un consenso sobre que instrumentos de valoración son los más útiles para cada nivel ni cuáles de ellos cumplirían, además, la función, de ser útiles en varios niveles, cumpliendo con ello el objetivo de “herramienta eficaz de comunicación entre profesionales” y el de “valorar los cambios en un mismo paciente a lo largo del tiempo”. Dada la gran heterogeneidad de los pacientes geriátricos y la mayor susceptibilidad de sufrir patologías agudas o descompensaciones de las crónicas, hay que prever que van a ser frecuentes los cambios de uno a otro nivel (hospital/atención primaria/residencia, etc). Una escala que fuese útil en varios niveles asistenciales sería la ideal para este tipo de pacientes. Existen multitud de escalas para medir la funcionalidad de un anciano con respecto a las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. Comentaremos las que están mas consensuadas y nos parecen más útiles en nuestro medio. Las escalas más utilizadas para medir las actividades instrumentales de la vida diaria son el índice de Lawton y la escala de Frenchay. El índice de Lawton (tabla I) es la escala más usada para medir las AIVD. Valora la capacidad de realizar ocho actividades: usar el teléfono, ir de compras, preparar una comida, realizar tareas del hogar, lavar la ropa, utilizar un medio de transporte, manejar la medicación correctamente y los asuntos económicos. Tiene la ventaja de ser sencilla y rápida de realizar y el inconveniente de que, en nuestro medio, muchos sujetos de sexo masculino no han realizado las tareas del hogar, preparado una comida ni lavado la ropa nunca y, en ese sentido, no valoran habilidades perdidas, lo que supone un artefacto importante. La escala de Frenchay (tabla II) tiene la ventaja de salvar esas diferencias culturales y además discrimina en el tiempo, valorando las actividades que el sujeto era capaz de realizar en los últimos 3 y 6 meses. Valora la capacidad de cocinar, lavar platos, lavar ropa, trabajo doméstico ligero, trabajo doméstico pesado, hacer la compra semanal, salir con amigos (cine), paseo de más de 15 minutos, tener un hobby y conducir/viajar en autobús, en los últimos 3 meses. En los últimos 6 meses valora: salir con amigos/conducir, paseo en coche, jardinería, trabajo de bricolage y/o cuidado del coche, lectura de libros y trabajo remunerado (de 0 a 3). Capacidad para usar el teléfono 1. Utiliza el teléfono por iniciativa propia y sin ayuda 2. Marca sólo números conocidos 3. Contesta el teléfono, pero no marca 4. No usa el teléfono Ir de compras 1. Realiza todas las compras necesarias sin ayuda 2. Compra cosas pequeñas 3. Necesita compañía para realizar compras 4. Es incapaz de ir de compras Preparar la comida Planea, prepara y sirve la comida Es capaz de calentar alimentos preparados Es capaz Necesita que se le prepare y sirva la comida Cuidar de la casa Cuida la casa sin ayuda o con ayuda esporádica. Realiza tareas domésticas ligeras Realiza tareas ligeras pero no mantiene un nivel de limpieza aceptable. No realiza ninguna tarea doméstica Lavado de la ropa Lo realiza sin ayuda Lava o aclara algunas prendas Necesita que otro se ocupe del lavado Medio de transporte Utiliza medio de transporte independientemente No usa transporte público salvo taxis Usa transporte público pero acompañado No utiliza ningún transporte público Manejo de la medicación La toma correctamente sin ayuda Necesita ayuda para preparar las dosis de medicación No es capaz de manejar la medicación sin ayuda. Manejo de asuntos económicos: Los maneja de forma independiente (cuentas, bancos) Necesita ayuda para ir al banco, grandes gastos Incapaz de manejar dinero Tabla I: Indice de Lawton Metodología de trabajo en Geriatría 250 Últimos 3 meses Cocinar 0: nunca Lavar platos 1: < de una vez/semana 2: 1-2 veces por semana 3: la mayor parte de los días Lavar ropa Trabajo doméstico ligero 0: nunca 1: 1-2 veces en 3 meses Trabajo doméstico pesado 2: 3-12 veces en 3 meses Hacer la compra semanal Salir con amigos, ir al cine Paseo de + de 15 minutos Tener un hobby Conducir, viajar en autobús Últimos 6 meses Salir con amigos, conducir 0: Nunca Paseo en coche 1: 1.2 veces en 6 meses 2: 3-12 veces en 6 meses 3: al menos una vez a la semana Jardineria 0: nunca Trabajo de bricolage/ cuidado del coche 1: ligero 2: moderado 3: todo lo necesario Lectura de libros 0: ninguno 1: 1 en 6 meses 2: < de 1 en 2 semanas 3: > de 1 en 2 semanas Trabajo remunerado 0: ninguno 1: hasta 10 horas por semana 2: 10-30 horas por semana 3: >de 30 horas por semana Tabla II: Escala de AIVD de Frenchay Bañarse: Independiente: sólo o si necesita ayuda con una parte del cuerpo. Dependiente: Incluye necesidad de ayuda para entrar/salir de la bañera. Vestirse: Independiente: Incluye coger la ropa del armario. Dependiente: Necesita ayuda. Uso del retrete: Independiente: incluye entrar y salir del baño. Dependiente: Incluye usar orinal o cuña. Movilidad: Independiente: no requiere ayuda para acostarse o levantarse de la cama. Dependiente Continencia: Independiente: Control completo de la micción y defecación. Dependiente: Incluye no comer y la nutrición enteral por sonda o parenteral. Alimentación: Independiente: No necesita ayuda. Dependiente: Precisa ayuda. Incluye nutrición enteral por sonda o parenteral. Clasificación: A: Independiente en todas las actividades. B: Independiente en todas las actividades menos una. C: Independiente en todas las actividades, excepto bañarse u otra adicional. D: Independiente en todas las actividades, excepto bañarse, vestirse y otra adicional. E: Independiente en todas las actividades excepto bañarse, vestirse, uso del retrete, movilidad u otra función adicional. G: Dependiente en las 6 funciones. Otros: Dependiente en al menos dos funciones pero no clasificables como C, D E o F. Tabla III: Indice de Katz En cuanto a las ABVD, los índices más usados son el índice de Katz y el índice de Barthel. El índice de Katz (tabla III) evalúa seis actividades básicas de la vida diaria: lavarse, vestirse, manejarse en el cuarto de baño, movilizarse, continencia de esfínteres y alimentarse. Cada actividad se valora con respecto a dependencia/independencia y esto se traslada a un índice alfabético jerárquico. Es concisa y fácil de realizar pero no tiene la posibilidad de matizar una situación de “independencia parcial” y además es la única que no se puntúa numéricamente lo que es un inconveniente a la hora de hacer el seguimiento del paciente en el tiempo y comparar estudios. El índice de Barthel (tabla IV) evalúa diez ABVD: alimentación (10), vestirse (10), aseo (5), baño (5), uso del cuarto de baño (10), continencia fecal (10), continencia urinaria (10), traslado cama-sillón (15), deambulación (15) y subir escaleras (10). Es importante resaltar que discrimina con 15 puntos dos actividades que son fundamentales, no sólo para la independencia del sujeto que estamos valorando sino para la carga de los cuidadores. Si el sujeto es dependiente para esas dos actividades, necesitará dos cuidadores para manejarlo. La puntuación máxima son 100 puntos y 65 puntos es el punto de corte para la independencia/dependencia. 25 1. Alimentación 10: Independiente 5: Necesita ayuda (Ej: cortar los alimentos, extender la mantequilla). 0: Dependiente 2. Vestido 10: Independiente: se viste y desnuda, escoge la ropa del armario, se ata los zapatos, se abrocha los botones. 5: Necesita ayuda: hace, al menos, la mitad de las tareas en un tiempo razonable. 0: Dependientre 3. Baño 5: Independiente: capaz de entrar y salir solo de la ducha/baño, enjabonarse, etc. 0: Dependiente 4. Arreglo personal 5: Independiente (aseo personal, afeitarse, lavarse los dientes, manejar el enchufe si es una maquinilla eléctrica). 0: Dependiente 5. Deposición 10: Continente 5: Accidente ocasional, menos de 1 vez/semana o necesita ayuda para enemas, supositorios. 0: Incontinente. 6. Micción 10: Continente. 5: Accidente ocasional, menos de 1 vez/semana. Necesita ayuda con instrumentos. 0: Incontinente. 7. Uso del retrete 10: Independiente; entra y sale solo, se siente, se levanta, se limpia sin ayuda. 5: Necesita ayuda. Capaz de manejarse con pequeña ayuda para mantener el equilibrio, usar el papel, etc. 0: Dependiente. 8. Traslado sillón-cama 15: Independiente en todas las fases, incluso aunque sea en silla de ruedas. 10: Mínima ayuda: supervisión verbal o la que puede proporcionar un conyuge no muy fuerte. 5: Gran ayuda: es capaz de mantenerse sentado pero necesita mucha ayuda para salir de la cama o desplazarse. 0: Dependiente: necesita 2 personas para desplazamiento. 9. Deambulación 15: Independiente: aunque necesite prótesis, bastones, etc., es capaz de caminar, al menos, 50 m. sin supervisión ni ayuda. 10: Necesita ayuda o supervisión física o verbal, aunque puede caminar 50 m. 5: Independiente en silla de ruedas en 50 m. Deber ser capaz de girar esquinas solo. 10. Escalones 10: Independiente. Capaz de subir y bajar un piso sin supervisión aunque puede utilizar el apoyo que precise (bastón, muleta, pasamanos). 5: Necesita ayuda: supervisión física o verbal. 0: Incapaz: necesita ascensor. Grados de dependencia: • Independiente: > 80 puntos • Leve: 60-80 puntos • Moderada: 40-55 puntos • Severa: 20-35 puntos • Total: <20 puntos Tabla IV: Escala de Barthel 6.- UN EJEMPLO DE EVALUACIÓN DE BATERIA GERIÁTRICA En el Hospital Malva-Rosa, el Dr. E. Castellano Vela, elaboró un documento para la evaluación de los pacientes, al ingreso y al alta. El objetivo fue facilitar la recogida de datos y homogeneizar el estudio de los pacientes por todos los médicos de la Unidad. A continuación se expone la “Evaluación al ingreso” y “Evaluación al alta” como ejemplo de una batería de Valoración geriátrica. 6.1.- EVALUACIÓN AL INGRESO • Datos de identificación: Nº Historia Clínica. Fecha de ingreso. Sexo. Fecha de nacimiento. Estado civil. Convivencia (pareja, solo, hijo fijo, hijos rotando, residencia, indigente, otros). Estudios (ninguno, primarios, Bachiller/Formación profesional, Universitarios). Años de escolarización (<5, 5-10, >10). Ingreso (programado, nuevo, urgente, reingreso). Metodología de trabajo en Geriatría 252 • Datos de remisión: Procedencia (Hospital, Atención Primaria, Consultas externas, otros). Fecha de petición de traslado, días de retraso. Diagnóstico principal motivo de remisión. Objetivos de remisión (estudio de proceso nuevo, convalecencia, rehabilitación, cuidado de estado vegetativo, cuidados paliativos, curas, problema social, no reseñado o poco claro). Adecuación del ingreso (si/no). • Valoración farmacológica: Fármacos (tipo y dosis). Nº total. Alergias o reacciones graves previas. • Valoración de comorbilidad: Cardiovascular. Respiratoria. Digestiva. Endocrinológica. Musculoesquelética. Neurológica. Psiquiátrica. Infecciosa. Sensorial. Miscelánea. Ingresos hospitalarios y visitas al SUH en el último año. Índice de Charlson (puntuación y causas). • Valoración de síndromes geriátricos: Incontinencia. Caídas. Mareo/inestabilidad. Anorexia. Pérdida de peso significativo. Insomnio. Nicturia (>2 veces). Polifarmacia (>3). Depresión/ansiedad.Problemas masticación/disfagia. Problemas podológicos. Enfermedad terminal. Problema social. Inmovilidad severa. UPP. Pérdida de visión/audición. Temblor. Alteración c o g n i t i v a / c o m p o r t a m i e n t o . Confusión/desorientación/olvidos. Estreñimiento. Alcoholismo. Maltrato. Dolor (motivo). Ingesta líquidos escasa. • Valoración nutricional: Peso (Kg): habitual, actual. IMC. Parámetros bioquímicos: albúmina, transferrina, linfocitos totales, colesterol total. MNA (puntuación). • Valoración emocional: Goldberg: puntuación para ansiedad y depresión (se realiza de screening. Si es positivo se pasa a los siguientes). Yesevage reducido (puntuación). Zigmond-Snaith (puntuación para ansiedad y para depresión). • Valoración funcional: Barthel (puntuación previa y actual: grado de pérdida). Lawton. • Valoración cognitiva: Pfeiffer (nº errores). MEC de Lobo (puntuación y áreas de afectación). Grado de deterioro: leve, moderado, severo. Capacidad de tomar decisiones y hacerse entender (si/no) • Valoración social: Escala de Gijón (puntuación). Cuidador principal. Problemas de apoyo social o vivienda que dificultan el retorno a su domicilio. Apoyos sociales formales (describir si existen). • Miscelánea: Ayudas para desplazamientos (andador, bastón, muletas, silla de ruedas, prótesis de miembros inferiores, otras). Portador (sonda uretral, SNG PEG, audífono, prótesis dental, gafas, ostomía, restricciones físicas, paquetes, vía venosa/medicación IV, oxígeno, traqueotomía, barandillas, aspiración secreciones, otras). UPP, otras úlceras y/o heridas (describir localización, grado, tamaño). Reciente viudez, cambio domicilio, ingreso en Residencia. 6.2.- EVALUACIÓN AL ALTA • Datos administrativos: Nª Historia Clínica. Fecha de alta y días de estancia. Destino: domicilio familiar (con quien), domicilio solo, residencia (pública, privada), hospital, UHD, éxitus. • Evaluación farmacológica: Nº de fármacos al alta. Tipo/dosis. • Evaluación nutricional: Peso al alta. IMC. MNA. Albúmina, transferrina, colesterol. • Evaluación Funcional: Barthel al alta. Grado de mejoría (Barthel alta menos Barthel ingreso). Grado de recuperación (Barthel previo menos Barthel alta). • Evaluación mental: Pfeiffer al alta. MEC de Lobo (si previo). • Evaluación emocional: Goldberg al alta. Yesevage reducido (si se hizo al alta). ZigmondSnaith (si se hizo). • Consultas efectuadas: Rehabilitación, Trabajo Social, Psicología, Cirugía, Traumatología, Oftalmología, otras. • Complicaciones durante el ingreso: Infección nosocomial (foco, antibiótico). Síndrome confusional agudo. Caídas (número y tipo lesión). Estreñimiento. Insomnio (tratamiento). Desarrollo nuevo de UPP (dónde). Fecalomas. Dolor (foco y tratamiento). Transfusión (nº unidades). Deshidratación. Otras. Restricciones físicas. 25 • Diagnósticos: Tipos. Nº (total Enfermedad en situación terminal. y nuevos). • Cuidados al alta: Oxígeno. Sonda uretral. SNG/PEG. Paquetes. UPP (localización, tamaño, grado). Inmovilidad. Ayudas. Otros. • Exploraciones practicadas: Analítica (número y tipo). RX (número y tipo). ECG (número). Exploraciones remitidas a Hospital de referencia (microbiología, laboratorio Central, Anatomía Patológica, Rx, otras). Punciones (tipo, número). Otras. • Problemas sociales para el alta: Negativa familiar al alta (motivo). Retraso acceso a residencia (días de retraso). • Exitus: Causa inmediata. Infusor sc (si empleo: Fármacos, días, síntomas, zona) Tratamiento paliativo (días antas). Hidratación sc (si empleo: volumen, días, zona). Sedación terminal (si empleo: motivo, días, fármacos, consentimiento). Limitaciones de tratamiento: RCP, traslado hospital agudos, uso fármacos vasoactivos, uso vías venosas, uso antibióticos iv/vo, SNG, fluidoterapia iv. Metodología de trabajo en Geriatría 254 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Achterberg WP, Van Campen C, Margriet A, Kerkstra A, Ribbe M. Effects of the resident assesmant instrumenten on the care process and health outcomes in nursing homes. A review of the literature. Scan J Rehab Med. 1999; 31: 131-137. 2.Byles. A thorough going over: evidence for health assesments for older persons. Aust NZ J Public Health 2000; 24: 117-123. 3.Abizanda Soler P, Gallego Moreno J, Sánchez Jurado P, Dias Torres C. Instrumentos de Valoración geriátrica integral en los servicios de Geriatría de España: uso heterogéneo de nuestra principal herramienta de trabajo. Rev Esp Geriatr Gerontol 2000; 35 (5): 261-268. 4.Escribano Aparicio MV, Perez Dively M, Garcia Garcia FJ, Perez Martin A, Romero L, Ferrer G et al. Validación del MMSE de Folstein en una población española de bajo nivel educativo. Rev Esp Geriatr Gerontol 1999; 34: 319-25. 5.Curcio CL, Gomez JF, Galeano IC. Validez y reproductibilidad de medidas de evaluación funcional basadas en la ejecución. Rev Esp Geriatr Gerontol 2000; 35: 82-88. 6.Perlad F, Alastuey C, Espinosa C, Clerencia M, Ochoa P, Domingo D. Valoración del estado funcional en pacientes ancianos hospitalizados: la escala de Plutchick. Med Clin 1996; 107: 45-9. 11.Stuck AE, Siu AL, Wieland D, Adams J, Rubenstein LZ. Comprehensive geriatric assessment: a meta-analysis of controlled trials. Lancet 1993; 342: 1032-36. 12.Applegate WB, Miller ST, Graney MJ, Elam JT, Burns R, Akins DE. A randomized, controlled trial of a geriatric assessment unit in a community rehabilitation hospital. N Engl J Med 1990; 322: 1572-78. 13.Naughton BJ, Moran MB, Feinglass J, Falconer J, Williams ME. Reducing hospital costs for the geriatric patient admitted from the emergency department: a randomized trial. J Am Geriatr Soc 1994; 42: 104549. 14.Brown K, Williams EI, Groom L. Health cheks on patients 75 years and over in Nottinghamshire after the new GP contract. BMJ 1992; 305: 619-621. 15.Tremellen J. Assessment of patients aged over 75 in general prctice. BMJ 1992; 305: 621-624. 16.Williams EI. Screening in the elderly. Reviews in Clinical Gerontology 1994; 4: 180-184. 17.Rubenstein LV, Calkins DR, Greenfield S, Jette AM, Meenan RF, Nevins MA, et al. Health status assessment for elderly patients. Report of the society of General Internal Medicine Task Force on Health Assessment. J Am Geriatr Soc 1989; 37: 562-569. 7.Ruiperez I. Calidad en la asistencia a personas mayores. Rev Esp Geritr Gerontol 1998; 33: 63-66. 18.Solomon D et al. National Institutes of Health consensus development conference statement: Geriatric assessment methods for clinical decisionmaking. J Am Geriatr Soc 1988; 36: 342-347. 8.Batzan JJ. Efectividad y eficiencia de la atención hospitalaria a ancianos con enfermedad aguda. Med Clin 1996; 107: 437. 19.Rubenstein LV. Improving patient function: a randomized trial of functional disability screening. Ann Int Med 1989; 111: 836-842. 9.Fried LP. Fraility. In: Hazzard WR et al (eds). Principles of Geriatric Medicine and Gerontology. 3d ed. New York: McGaw-Hill, 1994. 20.Health and Public Policy Committee, American College of Physicians. Comprehensive functional assessment for elderly patients. Ann Int Med 1988; 109: 70-72. 10.Errando E. Introducción a la evaluación del paciente geriátrico. II Curso básico interdisciplinario sobre la atención sanitaria y social a pacientes ancianos, enfermos crónicos y terminales. Valencia: Generalitat Valenciana, 1994. 21.Rubenstein LZ. The efficacy of geriatric assessment programmes. In Kane RL, Evans JG, Macfadyen D (eds). Improving the health of older people: a world view. World Health Organization, Oxford: Oxford University Press, 1990. 25 22.Reuben DB, Wolde-Tsadik G, Pardamean B, Hammond B, Borok GM, Rubenstein LZ, et al. The use of targeting criteri in a hospitalized HMO patients: results from the demonstration phase of the hospitalized older persons evaluation (HOPE) study. J Am Geriatr Soc 1992; 40: 482-488. 23.Applegate WB, Blass JP, Williams TF. Instruments for the functional assessment of older patients. N Engl J Med 1990; 322: 1207-14. 24.Hopkins A. Standardised assessment scales for elderly. London: The Royal College of Physicians of London and The British Geriatrics Society, 1992. 25.Gonzalez JI, Salgado A. La evaluación de la “calidad de vida”: una nueva dimensión de la valoración geriátrica integral. Rev Esp Geriatr Gerontol 1995; 30: 9-15. 26.Guillen Lera F, Ribera Casado JM. Geriatría XXI. Editores médicos, 2000. 27.Hazzard WR, Bierman EL, Blass JP, Ettinger WH, Halter J. Principles of Geriatric Medicine and Gerontology. 3ª ed. New York: McGraw-Hill, 1994. 2 Metodología de trabajo en Geriatría 256 30 25 30 VALORACIÓN PSICOLÓGICA EN LA VEJEZ: EVOLUCIÓN DEL ESTADO MENTAL Y EMOCIONAL Dña. Carmen Soler Sáiz 1.- INTRODUCCIÓN Con los conocimientos de que disponemos en la actualidad, resulta inaceptable intervenir en la población anciana sin partir de un enfoque bio-psico-social tanto en el momento de la valoración como en el tratamiento si este fuera preciso. Como los aspectos biológicos, psicológicos y sociales interactuan entre sí favoreciendo o entorpeciendo el bienestar de la persona anciana, todos ellos deben ser tenidos en cuenta. Sin lugar a dudas, no podemos proporcionar una asistencia de máxima calidad si no partimos de este presupuesto. Por otra parte, la evaluación y/o intervención puede ser preventiva (antes de que los problemas aparezcan o lo más pronto posible) o terapéutica y debemos disponer de instrumentos que nos proporcionen información útil y relevante en ambos procesos. abordarlos y la valoración del estado mental y emocional del anciano aportando tests útiles y de eficacia probada. 2.- LA EVALUACIÓN CON INSTRUMENTOS Las ventajas principales de la utilización de instrumentos en la valoración se resumen en: • Favorece la comparación entre sujetos posibilitando la investigación. • Estandariza la evaluación. • Proporciona información sobre problemas en distintas áreas. • Completa la evaluación clínica. • Ayuda a establecer los objetivos terapéuticos. • Contribuye a monitorizar los cambios producidos en el tiempo permitiendo valorar la eficacia del tratamiento. De todos modos, cuando aplicamos los instrumentos de medida a la población anciana hemos de tener en cuenta las pérdidas sensoriales, la lentitud perceptiva, los niveles culturales bajos, la tendencia a responder de acuerdo con lo deseable socialmente y la baja motivación o colaboración con la que nos podemos encontrar a la hora de realizar las pruebas. Estos problemas pueden subsanarse estableciendo una buena relación con el anciano, hablando despacio y de frente, teniendo paciencia, respetando su pudor e intimidad, comportándose de forma firme pero amable y eligiendo escalas de valoración adecuadas. Rubensteins y Abrass (1986) definieron la valoración geriátrica como “la cuantificación de todos los atributos y déficits importantes médicos, funcionales y psicosociales, con el fin de seguir un plan racional de tratamiento y utilización de recursos” y, por tanto, exige la inclusión de la evaluación de los aspectos relevantes en el ámbito psicológico. A la hora de seleccionar los instrumentos hemos de procurar que sean válidos, fiables, breves para evitar el cansancio, sencillos debido al nivel cultural y los déficits, conocidos por el profesional que atiende al anciano y capaces de medir pequeños cambios permitiéndonos plantear los objetivos y evaluar la intervención realizada. Las ventajas atribuibles a la valoración geriátrica son al menos las siguientes: disminución de la mortalidad, mejoría de la capacidad funcional y del estado mental, aumento de la utilización de los servicios comunitarios y disminución de la hospitalización, de los reingresos, de la institucionalización de larga duración y del consumo de medicamentos. 3.- VALORACIÓN DEL ESTADO MENTAL La valoración geriátrica debe ser conocida y utilizada por todos los profesionales que se ocupan de los ancianos para que estos puedan beneficiarse de la misma. En capítulos anteriores, se ha hablado de la valoración clínica y funcional y, en el presente, hablaremos de los problemas específicos de la evaluación en la vejez, la forma de Si definimos el funcionamiento intelectual como el producto de una serie de operaciones internas (ejecuciones) ante determinados test y tareas de las cuales inferimos ciertas habilidades, las investigaciones desarrolladas en la vejez nos permiten extraer las conclusiones mostradas a continuación: • En la vejez existe un declive del funcionamiento intelectual. • Este declive se produce en edades avanzadas (al final de la década de los 60). • No es un declive homogéneo siendo mayor en la rapidez, la atención y el razonamiento inductivo. Metodología de trabajo en Geriatría 258 • Parece existir gran consistencia intraindividual (intelectualmente, se envejece como se ha vivido) y gran variabilidad interindividual. • Existen variables moduladoras del funcionamiento intelectual siendo las más relevantes la salud y la educación. electrolíticas), puesto que el tratamiento y las posibilidades de recuperación varían considerablemente. Para el diagnóstico diferencial va a ser necesaria la experiencia clínica y la utilización de pruebas e instrumentos estandarizados de los que hablaremos a lo largo del presente trabajo. Orientación 1. Día Fecha Mes Estación* Año * (En marzo, junio, septiembre y diciembre se dan válidas cualquiera de las dos estaciones del mes) 2. Lugar Planta Ciudad Preovincia Nación Memoria de fijación 3. Repita estas tres palabras: “peseta – caballo – manzana” (Repetir hasta que las aprenda y anotar número de intentos) Concentración y cálculo 4. Si tiene 30 pesetas y me va dando de 3 en 3, ¿Cuántas le van quedando? (Anote 1 punto cada respuesta correcta aunque la anterior no lo fuera. Máximo: 5) 5.Repita estas tres cifras: “5 – 9 – 2” (Anotar número de intentos) Ahora hacia atrás (1 punto por cada cifra en orden correcto) Memoria 6. ¿Recuerda las tres palabras que le dije antes? Lenguaje y construcción 7. Mostrar un bolígrafo y preguntar “¿qué es esto?”. Repetir con un reloj. 8. Repita esta frase: “En un trigal había cinco perros” 9. Una manzana y una pera son frutas, ¿verdad?. ¿Qué son el rojo y el verde? ¿Y un perro y un gato? 10. Coja un papel con su mano derecha, dóblelo por la mitad y póngalo en el suelo 11. Lea esto y haga lo que dice: “CIERRE LOS OJOS” 12. Escriba una frase completa (debe tener sujeto, verbo. Es aceptable solicitud de ayuda) 13. Copie este dibujo: cada pentágono debe tener 5 lados, 5 vértices y la intersección forma de diamante* (5)………. (5)………. (3)………. (5)………. (3)………. (3)………. (2)………. (1)………. (2)………. (3)………. (1)………. (1)………. (1)………. NOTA: Tanto la frase como los pentágonos conviene tenerlos en tamaño suficiente para poder ser leidos con facilidad. El paciente utilizará las gafas si las precisa. Punto de corte: 23 / 24 Grado de deterioro cognitivo: Leve: 19 – 23 Moderado: 14 – 18 Grave: < 14 Tabla I: Miniexamen cognitivo (Lobo et al, 1979) Con respecto al deterioro de la función intelectual, resulta imprescindible diferenciar entre el “normal” o declive benigno, el “patológico extremo” (por ejemplo, la demencia, el delirio, las lesiones focales cerebrales y las entidades neuropatológicas) y el “aparente” (por ejemplo, el pseudodeterioro producido por la depresión, cambios ambientales muy negativos o descompensaciones La evaluación del funcionamiento intelectual en ancianos tiene unas características propias además de las ya comentadas en el apartado anterior: • La evaluación intelectual suele tener en cuenta la velocidad en la resolución de las tareas y las personas ancianas son más lentas a nivel perceptivo y motor. 25 • Los instrumentos de evaluación plantean problemas técnicos para su utilización en la vejez en cuanto a las normas de aplicación, baremos y materiales. 0. Totalmente normal. 1. Ligera desorientación en el tiempo. Mantiene correctamente una conversación. 2. Desorientación en el tiempo. Conversación posible, pero no perfecta. En líneas generales, conviene iniciar la valoración con exámenes del estado mental y escalas de apreciación como técnicas de cribaje y continuar con procedimientos más complejos en caso de observarse deterioro. Seguidamente comentaremos las escalas más útiles. 3. Desorientación. No puede mantener una conversación lógica. Confunde a las personas. Trastornos del humor. Frecuente incontinencia. 4. Desorientación. Claras alteraciones mentales. Incontinencia habitual o total. 5. Vida vegetativa con o sin agresividad. Incontinencia total. El Miniexamen Cognoscitivo de Folstein es una escala clásica y mundialmente conocida (validada en nuestro medio por Lobo - tabla I -) siendo buena si los sujetos tienen un cierto nivel de escolarización y no son demasiado mayores (en estos casos dará un alto número de falsos positivos). Para minimizar este problema, EscribanoAparicio et al. recomendaron para personas analfabetas que el punto de corte se sitúe en 17/18, para los que no tienen estudios en 20/21 y para las personas con estudios primarios o superiores en 23/24. El Cuestionario Abreviado de Pfeiffer (tabla II) es muy breve y no se ve prácticamente influenciado por el nivel cultural del sujeto. Con cinco o más errores es difícil que dé falsos positivos siendo especialmente útil en los grupos muy ancianos, institucionalizados o con problemas de salud o dependencia. 1. ¿Qué día es hoy? (día, mes y año.)...........................................( 2. ¿Qué día de la semana es hoy?................................................( 3.¿Cuál es el nombre de este lugar?............................................( 4.¿Cuál es su número de teléfono? (si no tiene teléfono preguntar su dirección.)............................................................................( 5. ¿Qué edad tiene?...................................................................( 6. ¿Cuándo nació?.....................................................................( 7. ¿Quién es ahora el presidente del gobierno?..............................( 8. ¿Quién fue el presidente anterior?............................................( 9. ¿Cuál es el primer apellido de su madre?...................................( 10. Reste de 3 en 3 a partir de 20................................................( Anotar 1 punto por cada ítem no respondido correctamente en su totalidad. Punto de corte de deterioro cognitivo: 5 ó más errores. Tabla II: Cuestionario abreviado de Pfeiffer ) ) ) ) ) ) ) ) ) ) 2 ó más sugiere deterioro cognitivo. Tabla III: Escala de incapacidad mental de Cruz Roja (Salgado y Guillén, 1986) Por último, la Escala de Blessed es una escala de apreciación formada por 50 elementos. Está dividida en dos partes fundamentales, a saber, memoria e información. Su puntuación parece covariar con el número de placas seniles obtenidas en la autopsia realizada a los pacientes demenciados y previamente evaluados. Dentro del funcionamiento intelectual vamos a dedicar unos comentarios específicos para la memoria por ser un área especialmente relevante en ancianos. Las técnicas elegidas para evaluarla convendrían que fuesen “ecológicamente” representativas, es decir, relacionadas con las tareas cotidianas de memoria (por ejemplo, recordar lugares donde dejan los objetos, la compra a realizar, etc.). Además, deberían de haber formas alternativas para los que no puedan emitir respuestas motoras o verbales, ser breves y fáciles de aplicar, proporcionar el tiempo suficiente para su realización y resultar válidas, fiables y con baremos para ancianos. Para finalizar queremos comentar un instrumento útil para valorar la capacidad de aprendizaje (aspecto importantísimo a la hora de iniciar un tratamiento). Nos referimos a la Evaluación del Potencial de Aprendizaje de Fernández Ballesteros et al. Dicha prueba consiste en aplicar un test de inteligencia, incorporar al sujeto a un entrenamiento en tareas similares a las del test y repetir la prueba de inteligencia. La diferencia entre la primera y la segunda aplicación informa sobre la capacidad de aprendizaje del sujeto. Metodología de trabajo en Geriatría 260 4.- VALORACIÓN DE LAS ALTERACIONES EMOCIONALES Como hemos visto en otro capítulo, son muchos los cambios producidos por el envejecimiento. Si a ello añadimos que muchos de ellos son irreversibles no resulta extraño que al encontrarse en estas circunstancias el anciano no pueda quedarse impasible y su organismo reaccione de acuerdo con los procesos habituales, como son las respuestas de ansiedad y tristeza aunque la intensidad y/o duración de las mismas serán modificadas por variables personales. Como factores biopsicosociales indicadores de “buen pronóstico” (respecto a la adaptación a esta etapa de la vida) hemos de señalar la ausencia de enfermedades crónicas; las circunstancias ambientales favorables tales como el status socioeconómico y nivel educativo altos, el nivel de estimulación intelectual, el estilo personal e intelectual flexibles, la velocidad de procesamiento perceptivo y la satisfacción de los propios logros. La adquisición de respuestas depresivas se ve favorecida por la pérdida o disminución de reforzadores (aquellos eventos, situaciones, personas, etc. que el sujeto percibe como agradables), por el aumento de experiencias desagradables y estilos de pensamiento “pesimistas”. De todos modos, la mayor prevalencia de depresión se sitúa antes de los 65 años encontrándose las tasas más altas de “sintomatología” asociada en ancianos. La prevalencia estimada de depresión en sujetos mayores en la comunidad varía entre el 1 y el 7% siendo su prevalencia y la de sintomatología depresiva en ancianos institucionalizados significativamente mayor (estimaciones del 80%). Al hablar de depresión en la vejez hemos de considerar las siguientes características: • El sentimiento predominante ha de ser la disforia. • Es necesaria una duración de dos o más semanas. Características Clínicas Inicio Petición de ayuda Progresión Quejas Esfuerzo en las tareas Ejecución Afecto Problema de memoria Habilidad social Tabla IV: Diagnóstico diferencial entre demencia y depresión • Es imprescindible descartar otras causas de los síntomas (por ejemplo, medicación o trastornos neurológicos). • Debe evaluarse la presencia continua de cuatro de las siguientes manifestaciones: • Aumento o descenso del apetito y/o sueño. • Fatiga, cansancio o descenso de la energía. • Pérdida o disminución del interés. • Sentimientos de autorreproche. • Enlentecimiento o agitación psicomotora. • Quejas o evidencia de problemas de atención. • Ideas de suicidio (tener especial precaución en varones ya que éstos tienen una tasa más alta de autolisis). 5. Si el funcionamiento cotidiano está alterado es más probable que se trate de una depresión. Ante un anciano con síntomas depresivos, tendremos que realizar el diagnóstico diferencial considerando en primer lugar, que no está tomando medicamentos que los causen (por ejemplo, fármacos para la hipertensión, la enfermedad de Parkinson o el cáncer, los neurolépticos y los tranquilizantes); en segundo lugar, que no padece una enfermedad de las que cursan con síntomas de depresión como ocurre con determinados problemas neurológicos (por ejemplo, los tumores cerebrales o la esclerosis múltiple), problemas endocrinos (como el hiper e hipotiroidismo), las neoplasias abdominales, la artritis reumatoide o deficiencias vitamínicas (por ejemplo, la anemia perniciosa), y, en tercer lugar, asegurarse de que no es una demencia (la tabla IV resume las características clínicas más útiles en la diferenciación entre demencia y depresión o pseudodemencia). Al igual que ocurría en el estado mental, la evaluación de la depresión en la vejez exige tener en cuenta unas consideraciones específicas resumidas a continuación: • Al igual que con cualquier conducta problemática, habrá de realizarse el análisis funcional de las respuestas depresivas, es decir, detectar los diferentes problemas así como los elementos que influyen sobre ellos. Demencia Límites amplios Después de tiempo Lenta Pocas y vagas Suelen esforzarse Baja Lábil y superficial Mayor la reciente Al inicio, intacta Depresión Específico Pronto Rápida Muchas y precisas Mínimo esfuerzo Muy variable Mucho malestar Reciente y remota Pérdida notable 26 • Junto con la deseabilidad social, ya comentada, es necesario tener presente la tendencia de respuesta por ser importante en la población anciana. La modalidad principal es la contestación en función de la forma de las respuestas y no del contenido (por ejemplo, siempre la respuesta afirmativa). • Conviene excluir las manifestaciones somáticas de la depresión (ya que pueden ser debidas a una enfermedad concreta), la preocupación por la salud o la muerte (que en esta etapa de la vida pueden considerarse como normales) y las referencias al sexo o la disminución del deseo sexual (debidas a factores hormonales y culturales). • Deberemos considerar el nivel de vocabulario, la dificultad para comprender las instrucciones, los problemas sensoriales y la reticencia a contestar. • Previamente, hemos de detectar una potencial demencia y la existencia de algún otro componente físico o farmacológico asociado al cuadro depresivo. • • Los trastornos de ansiedad se inician principalmente en la edad adulta aunque tienden a cronificarse, con remisiones y recaídas de diversos grados en la vejez. Su inicio en esta etapa de la vida es posible pero muy poco común. Es necesario efectuar una cuidadosa historia clínica y un examen médico exhaustivo estableciendo la relación temporal entre el cuadro ansioso y la presencia de otros trastornos físicos, la toma de medicación y/o cambios en el entorno del anciano. Si se demuestra que hay algún factor físico, químico o yatrogénico, el diagnóstico será de “trastorno de ansiedad de origen orgánico”; si coexiste la ansiedad con un trastorno orgánico que puede exacerbarla pero no es la causa lo diagnosticaremos como “trastorno de ansiedad”. La Epidemiologic Catchment Area publicó en 1998 que los trastornos de ansiedad son los de mayor prevalencia pero en ancianos se recogen valores más bajos (el 3.6% de los hombres y el 6.8% de las mujeres). Dentro de este grupo de edad, la ansiedad generalizada se da en el 1.9% de los hombres y 2 ó 3 veces más en las mujeres; los trastornos de pánico son raros 0.04%; las fobias en un 4.8% y el trastorno obsesivo-compulsivo en el 0.8%. Ante un anciano con síntomas de ansiedad, tendremos que realizar el diagnóstico diferencial considerando los siguientes aspectos: • En primer lugar, que no está tomando medicamentos que los causen (por ejemplo, analgésicos, simpaticomiméticos y otros broncodilatadores, anticolinérgicos, insulina, preparados tiroideos, antihistamínicos, corticoides, fármacos para la hipertensión y • • cardiovasculares, antiparkinsonianos, anticomiciales, carbonato de lítio, fármacos antipsicóticos y antidepresivos). En segundo lugar, que no padece una enfermedad de las que cursan con síntomas de ansiedad como ocurre con determinados problemas neurológicos (por ejemplo, los tumores cerebrales, la migraña, la enfermedad de Parkinson, el inicio de un cuadro demencial o trastornos vestibulares), problemas endocrinos (como el hiper e hipotiroidismo, la hipoglucemia o el síndorme carcinoide), problemas cardiovasculares (por ejemplo, la insuficiencia cardiaca congestiva, el infarto de miocardio, la angina de pecho, la arritmia o la hipotensión ortostática), problemas pulmonares (el asma, la obstrucción crónica al flujo aéreo o la neumonía) y problemas renales (como la insuficiencia renal). En tercer lugar, asegurarse de que no es un delirium, explorando el nivel de conciencia, la orientación y el inicio brusco de los síntomas. En cuarto lugar, la ansiedad que acompaña a una depresión, disforia o manía suele ser intermitente y autolimitada. En quinto lugar, en la esquizofrenia el enfermo esconde sus vivencias psicóticas apreciándose solo las conductas ansiosas, por tanto, estableciendo una buena relación con el paciente habría que explorar aquellas vivencias originarias de la ansiedad. La evaluación de la ansiedad exige además tener en cuenta una serie de consideraciones: • La información adecuada y el apoyo al paciente en el marco de la relación médico-enfermo palia los síntomas disminuyendo la ingesta de ansiolíticos. • Al igual que en la depresión, hay que realizar el análisis funcional que permita detectar los diferentes problemas así como los elementos que influyen sobre ellos, los antecedentes de enfermedad psiquiátrica y los tratamientos que este tomando. • La ansiedad se caracteriza por una situación de “hiperalerta” lo cual explica que la persona permanezca tensa e inmóvil, se aferre a cada palabra del médico y/o preste atención con dificultad al estar extremadamente preocupado por sus aflicciones. • El disponer de información sobre la situación sociofamiliar, los acontecimientos vitales recientes y los recursos personales para afrontar las situaciones difíciles resulta de gran importancia de cara al tratamiento. Metodología de trabajo en Geriatría 262 Las técnicas de evaluación de la depresión y la ansiedad más relevantes en ancianos las resumimos seguidamente. • La entrevista estructurada es un instrumento imprescindible además de ser el más utilizado en ancianos. • Los autorregistros nos permiten recoger información muy variada y en el momento en que ocurre. Conviene diseñarlos de forma personalizada y en función de los datos que queramos obtener. • La observación es un instrumento potencialmente útil en ancianos institucionalizados. • Los autoinformes dan buena cuenta de problemas tales como la depresión y la ansiedad. A continuación, enumeramos los más útiles en la población anciana: • La Escala de Depresión Geriátrica de Brink et al. (tabla V) es la única escala de depresión construida específicamente para personas mayores. Consta de 30 ítems no somáticos y los autores sugieren que una puntuación de 0 a 10 debe ser considerada normal y de 11 ó superior como un posible indicador de depresión. • La Versión Abreviada de la Escala de Depresión Geriátrica realizada por Yesavage y Sheik resulta muy útil aunque no todos los estudios arrojan una correlación que permita afirmar categóricamente que la forma abreviada pueda sustituir a la original. Una puntuación de 0 a 5 debe ser considerada normal y de 6 ó superior como un posible indicador de depresión. • La Escala de Valoración de Ansiedad y Depresión Hospitalaria de Zigmond y Snaith (tabla VI) se construyó para evaluar ambos problemas en pacientes ingresados en instituciones sanitarias suprimiendo los síntomas somáticos con la finalidad de evitar confundir las manifestaciones de los problemas físicos que justifican un ingreso hospitalario con síntomas depresivos o de ansiedad. • Aunque escapa a la finalidad del presente capítulo, no queremos dejar de mencionar la evaluación de variables asociadas a la depresión como son las habilidades sociales, los eventos y actividades agradables y los acontecimientos vitales. Elija la mejor respuesta acerca de cómo se sintió usted la semana pasada * 1. 2. 3. 4. * 5. 6. ¿Está usted básicamente satisfecho con su vida? ¿Ha abandonado muchas de sus actividades e intereses? ¿Siente que su vida está vacía? ¿Se aburre con frecuencia? ¿Se siente esperanzado respecto al futuro? ¿Le preocupan pensamientos que no puede quitarse de la cabeza? * 7. ¿Se encuentra animado la mayor parte del tiempo? 8. ¿Teme usted que le vaya a pasar algo malo? * 9. ¿Se siente feliz la mayor parte del tiempo? 10. ¿Se siente desamparado con frecuencia? 11. ¿Se siente intranquilo y nerviosos con frecuencia? 12. ¿Prefiere permanecer en su casa, en vez de salir y hacer cosas nuevas? 13. ¿Se preocupa con frecuencia por el futuro? 14. ¿Cree usted que tiene más problemas de memoria que las demás personas? * 15. ¿Cree que es maravilloso estar vivo? 16. ¿Se siente con frecuencia triste y deprimido? 17. ¿Piensa con frecuencia que su vida no tiene sentido? 18. ¿Se preocupa mucho por el pasado? * 19. ¿Encuentra que la vida es muy interesante? 20. ¿Le resulta difícil poner en marcha nuevos proyectos? * 21. ¿Se siente lleno de energía? 22. ¿Piensa que su situación es desesperada? 23. ¿Piensa que la mayoría de personas están mejor que usted? 24. ¿Se enfada con frecuencia por cosas pequeñas? 25. ¿Siente con frecuencia ganas de llorar? 26. ¿Le resulta difícil concentrarse? * 27. ¿Se siente feliz al levantarse por la mañana? 28. ¿Prefiere evitar los contactos sociales? * 29. ¿Le resulta fácil tomar decisiones? * 30. ¿Conserva una mente tan clara como antes? Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí No No No No No No No No No No No No Sí Sí No No Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí No No No No No No No No No Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí Sí No No No No No No No No * Respuestas apropiadas no indicadoras de depresión :SI (en todas las demás: NO). Puntuación (número de respuestas "deprimidas") Interpretación: Normal Depresión leve Depresión intensa 5±4 14 ± 6 23 ± 5 Tabla V: Escala de depresión geriátrica (Brink et al, 1982) 26 Este cuestionario se ha construido para ayudar a quien le trata a saber cómo se siente usted. Lea cada frase y marque la respuesta que más se ajusta a cómo se sintió usted durante la semana pasada. No piense mucho las respuestas. Lo más seguro es que si contesta deprisa, sus respuestas podrán reflejar mejor cómo se encontraba usted durante la semana pasada. A1. Me siento tenso o “molesto”. 3 Todos los días 2 Muchas veces 1 A veces 0 Nunca D8. Me siento como si cada día estuviera más lento. 3 Por lo general, en todo momento 2 Muy a menudo 1 A veces 0 Nunca D2. Todavía disfruto con lo que antes me gustaba. 0 Como siempre 1 No lo bastante 2 Sólo un poco 3 Nada A9. Tengo sensación de miedo, como de “aleteo” en el estómago. 0 Nunca 1 En ciertas ocasiones 2 Con bastante frecuencia 3 Muy a menudo A3. Tengo una gran sensación de miedo, como si algo horrible me fuera a suceder. 3 Totalmente, y es muy fuerte 2 Sí, pero no es muy fuerte 1 Un poco pero no me preocupa 0 Nada D10. He perdido el interés por mi aspecto físico. 3 Totalmente 2 No me preocupo tanto como debiera 1 Podría tener un poco más de cuidado 0 Me preocupa igual que siempre D4. Puedo reirme y ver el lado divertido de las cosas. 0 Igual que lo hice siempre 1 Ahora no tanto 2 Casi nunca 3 Nunca A11. Me siento inquieto, como si estuviera continuamente en movimiento. 3 Mucho 2 Bastante 1 No mucho 0 Nada A5. Tengo la cabeza llena de preocupaciones. 3 La mayoría de las veces 2 Con bastante frecuencia 1 A veces, aunque no muy a menudo 0 Sólo en ocasiones D12. Me siento optimista respecto al porvenir. 0 Igual que siempre 1 Menos de lo que acostumbraba 2 Mucho menos de lo que acostumbraba 3 Nada D6. Me siento alegre. 3 Nunca 2 No muy a menudo 1 A veces 0 Casi siempre A13. Me asaltan sentimientos repentinos de pánico. 3 Muy frecuentemente 2 Bastante a menudo 1 No muy a menudo 0 Nada A7. Puedo estar sentado tranquilamente y sentirme relajado. 0 Siempre 1 Por lo general 2 No muy a menudo 3 Nunca D14. Me divierto con un buen libro, la radio, o un programa de televisión. 0 A menudo 1 A veces 2 No muy a menudo 3 Rara vez Corrección: se suman por separado los puntos correspondientes a cada una de las preguntas correspondiente a ansiedad (A) y depresión (D) de forma que se obtienen dos puntuaciones. Punto de corte: 8 / 10 (11 Presencia de ansiedad y/o depresión). Tabla VI: Escala de valoración de ansiedad y depresión hospitalaria (Zigmond y Snaith, 1983) 5.- CONCLUSIONES La evaluación del paciente anciano debe considerar las condiciones biológicas, psicológicas y sociales, siendo imprescindible cuando han de tomarse decisiones sobre el paciente y si deseamos brindar una atención de calidad. Los instrumentos de evaluación deben tener en cuenta las características de la población a la que se dirigen para resultar adecuados. Aunque las escalas básicas de la valoración geriátrica son de fácil administración y aparentemente sencillas, el profesional que las emplee debe estar formado en su aplicación. En líneas generales, conviene iniciar la valoración con exámenes del estado mental, escalas de apreciación y autoinformes abreviados como técnicas de cribaje y continuar con procedimientos más complejos en caso de observarse deterioro cognitivo y/o alteración emocional. Metodología de trabajo en Geriatría 264 BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 1.Blessed G, Tomlinson BE, Roth M. The association between quantitative measures of dementia and of senile change in the cerebral gray matter of elderly subjets. British Journal Psychiatry 1968; 114: 797811. 2.Brink TL, Yesavage JA, Lum O, Heersema PH, Rose TL. Screening test for geriatric depression. Clin Gerontol 1982; 1: 37-43. 3.Camino S. Cambios psicológicos en la vejez. En: Rodríguez S, Castellano A. Intervención clínica y psicosocial en el anciano. Las Palmas: Instituto Canario de Estudios y Promoción Social y Sanitaria, 1995. 4.Escribano MV, Pérez-Dively M, García-García FJ, et al. Validación del MMSE de Folstein en una población española de bajo nivel educativo. Revista Española de Geriatría y Gerontología 1999; 34(6): 319-326. 5.Fernández-Ballesteros, Calero, Campllonch, Belchi Evaluación del Potencial de Aprendizaje. Madrid: EPA. MEPSA, (1987-1990). 6.Fernández-Ballesteros R, Izal M, Montorio I, González J, Díaz P. Evaluación e intervención psicológica en la vejez. Barcelona: Martínez Roca, 1991. 7.Fernández-Ballesteros R, González Sánchez JL. Evaluación del envejecimiento. En: FernándezBallersteros R. Psicodiagnóstico. Madrid: UNED, 1983. 8.Folstein MF, Folstein SE, McHugh PR. “Mini-Mental State”. A practical method for grading the cognitive state of patients for the clinical. J Psychiatr Res 1975; 12: 189-198. 9.Lobo A, Ezquerra J. El mini examen cognitivo: un test sencillo y práctico para detectar alteraciones intelectivas en los pacientes médicos. Actas luso-esp Neurol Psiquiatría 1979; 3: 189-202. 10.Pfeiffer E. A Short Portable Mental Status Questionaire for the assessment of organic brain deficit in elderly patients. J Am Geriatr Soc 1975; 23: 433-441. 11.Rubensteins LZ, Abrass IB. Geriatric assessment. En: Exton-Smith A, Wksler ME. Practical geriatric medicine. Nueva York, 1986. 12.Ruipérez I. Escalas de valoración en contextos geriátricos. En: Fernández-Ballesteros R. Gerontología social. Madrid: Pirámide, 2000. 13.Salgado A, Guillen F. Geriatría, especialidad médica. En: Salgado A, Guillen F, Díaz J. Tratado de geriatría y asistencia geriátrica. Barcelona: Salvat, 1986. 26 2 Metodología de trabajo en Geriatría 266 31 26 31 PARADIGMAS DEL TRABAJO SOCIAL EN GERONTOLOGÍA Dña. Ana María Martín Pérez Dña. Pilar Porcar Ferrer La estrecha relación entre los factores sociales y sanitarios en el desarrollo integral de una Geriatría de calidad es considerada fundamental para el buen desarrollo de programas específicos. Las posiciones del trabajo social están condicionadas por influencias de carácter social y por los posicionamientos ideológicos. El conocimiento del cliente, de la sociedad, la definición de necesidad, el refuerzo al mantenimiento de las estructuras sociales, el carácter reformista para mejor funcionamiento del sistema y la defensa del cliente, son las bases en las que descansa el trabajo social. El envejecimiento de la población que se está produciendo en todos los países desarrollados, convierte a la tercera edad en objeto de especial atención y de intervención de todas las disciplinas humanas por su repercusión económica y social. Los avances médicos han prolongado la esperanza de vida con lo que la tercera edad se ha convertido en un periodo mucho más prolongado con una buena calidad de vida y en muchos casos de realización personal. En este sentido, la tercera edad tiene dos escalones diferenciados por unas condiciones de dependencia que marcarían unas características y necesidades específicas en cada grupo. A fin de sintetizar las diferentes investigaciones al respecto se podrían afirmar que los dos grupos a los que nos referimos comprenderían aproximadamente desde 65 a 79 y de 80 años en adelante. La mayor parte de las personas de edad avanzada disfrutan de una salud que les permite vivir de forma independiente y realizar múltiples actividades y tareas sin depender de nadie. Sin embargo algunas requieren ayuda para determinadas actividades necesarias para su vida diaria. Las necesidades de estas personas pueden incluir desde una ayuda mínima, por ejemplo el acompañamiento en desplazamientos complicadas, hasta un grado importante y continuado de ayuda; también puede ser necesario proporcionarles ayuda para mantener una adecuada relación con sus semejantes y con el mundo les rodea. En general se puede decir que la gente que vive hasta edad muy avanzada suele acabar requiriendo algún tipo de ayuda de los miembros de su familia, amigos o vecinos, instituciones, etc., para distintas facetas de su vida diaria. La calidad de vida de estas personas va a depender, en gran medida, de la forma de prestar esta ayuda y el compromiso familiar. En el primer periodo nos encontramos con un grupo de población que se ha visto apartada del mercado laboral a pesar de presentar, en muchas ocasiones y cada vez más, unas condiciones físicas e intelectuales suficientemente aptas para seguir contribuyendo al desarrollo social. Sus funciones pasan a ser relegadas al ámbito familiar ejerciendo de cuidadores en muchos casos por necesidades económicas de los hijos, etc. produciendo en estas personas una serie de consecuencias que dan lugar a baja autoestima, marginalidad social, deterioro de relaciones familiares y sociales,... En este contexto, el Trabajo Social constituye una disciplina necesaria para garantizar una buena distribución de los recursos existentes de una manera profesional. Los recursos sociales existentes son costosos y escasos y se pretende que lleguen a un mayor número de personas, por lo que la valoración del trabajador social debe de ser lo más ajustada posible. Con esto se pretende, además de la satisfacción de una necesidad, calidad mediante la inspección, participación en la toma de decisiones y el conocimiento del coste real de todos los servicios utilizados. La adecuada aplicación de un recurso social constituye una medida eficaz de prevención social (puesto que al intervenir de manera adecuada se puede evitar que las condiciones que originan el problema no se desarrollen), se consigue una mayor satisfacción personal ya que se mejora la calidad de vida y, económicamente, se produce una reducción del gasto social ya que si el recurso aplicado es el adecuado no es necesario realizar otras intervenciones. Desde el funcionamiento social en un sentido amplio distinguimos tres áreas: AREA 1: Interacciones sociales: Redes Sociales “La red social en su acepción común describe los lazos directos e indirectos que unen a un grupo de individuos a partir de determinados criterios como el parentesco, la amistad, las relaciones, etc., proporcionando el marco estructural dentro del cual el individuo puede o no tener acceso al apoyo”. Una red social proporciona los cimientos del sistema de apoyo social. Metodología de trabajo en Geriatría 268 Las características de las redes sociales son: a) Tamaño (cónyuge, familiares, amigos, vecinos, asociaciones...) b) Frecuencia de los contactos c) Intensidad de las interacciones, duración. d) Homogeneidad proporcionar funciones sociales importantes para los ancianos: la oportunidad de crear y mantener amistades, la posibilidad de ayuda y apoyos mutuos para los individuos y grupos dependientes. Los hallazgos indican que estas funciones ocurren con mayor probabilidad cuando la proporción de ancianos en el área alcanza un 50% ó más. Los recursos son: individuales, familiares, del grupo e institucionales desde aspectos económicos y sociales. ÁREA 2: Adaptación personal frente a los cambios en las condicionales de vida y ajustes A. Sanvy ha dicho al respecto: “de todos los fenómenos contemporáneos, el de paso más firme y seguro, el más fácil de prever con larga antelación y quizá el de más profundas consecuencias, es el del envejecimiento de la población.” Hay sectores de la población anciana cuyas necesidades no son atendidas porque por razones sociales o personales se resisten a la idea de dirigirse a los organismos que podrían proporcionarles la ayuda. Hay ejemplos de tal situación en personas de clase media que no están acostumbradas a depender de los organismos sociales y también en ciertas personas de clase baja, particularmente de grupos étnicos, que pueden sentir desagrado ante la perspectiva de tratar con extraños. Por todo ello se considera a la Tercera Edad como zona vulnerable de especial atención y receptora de recursos y ayudas. En principio, y por el ordenamiento Jurídico Civil, la protección la ofrece la familia y después el Estado. Cuando se demuestra que el núcleo familiar es insuficiente o existen problemas que aconsejan no utilizarlo, serían las Instituciones Publicas las encargadas de resolver el conflicto. Este hecho se incrementa en las zonas rurales donde la perpetuación de la intimidad es aún más palpable y existe un rechazo a solicitar determinadas informaciones o ayudas que se pueden necesitar en un momento determinado (especialmente ayudas de apoyo a domicilio) por el temor de que su problemática o forma de vida pueda trascender más allá del nivel profesional. Esto es como consecuencia de las estrechas relaciones personales y sociales que se establecen en estas zonas. En aquellos casos de dependencia física, estas zonas, por sus especiales características, ofrecen una serie de ventajas y desventajas que no encontramos en las zonas urbanas. En este sentido, en las zonas rurales existe una mayor concienciación y compromiso social de las necesidades de un vecino del municipio, hay una mayor colaboración e incluso involucración personal en la prestación de ayuda, convirtiéndose, en algunas ocasiones, el propio municipio, en una recurso más. Por otra parte, este contacto estrecho, también produce a la inversa una mayor reticencia a la hora de manifestar una necesidad o problemática debido a que, para algunas personas, eso puede ser negativo para su imagen pública. ÁREA 3: Ajuste ambiental Investigaciones efectuadas en el campo de la vivienda señalan la importancia de los actores sociales de la misma y un dato importante de la investigación, dado a conocer por Irving Rosow, sociólogo, es la densidad de la población anciana por área. Las áreas densas pueden Hay que señalar tres factores en esta situación de vulnerabilidad: • Se ha producido una progresiva reducción de la capacidad funcional de la familia por la incorporación de la mujer al ámbito laboral, la baja natalidad, y las fluctuantes situaciones económicas por las que a veces pasa la familia (situaciones de paro, dificultades de vivienda, etc). El declive de la familia tradicional, hace muy difícil la convivencia de las tres generaciones, especialmente cuando el anciano pasa de cuidador y ayuda a ser receptor. En este sentido también se produce un cambio en el rol que tradicionalmente ha desempeñado el anciano en su unidad familiar ya que pasa de tener una responsabilidad para el mantenimiento de la familia a adaptarse a un paulatino decaimiento de sus condiciones vitales (económicas, de residencia, cuidados. etc). • El aumento considerable de ancianos. El volumen demográfico de población mayor de 65 años por Comunidades Autónomas, según el Padrón de 1998, está encabezado por Cataluña con 1.036.629, seguida de Andalucía con 999.588, Madrid con 725.849 y la Comunidad Valenciana con 639.054. • El grado de dependencia. En España según los datos disponibles se reconocen aproximadamente 170.000 ancianos con diferentes grados de dependencia y 775.000 viven solos. 26 El funcionamiento social del anciano es un concepto amplio que debe ser valorado y monitorizado por distintas razones: • El funcionamiento social se correlaciona con el funcionamiento físico y mental. Es decir, el cambio en las formas o patrones de actividad o relaciones puede afectar de modo adverso a la salud. Para determinar este funcionamiento se necesita proceder de forma estructurada en las observaciones y una interpretación de los datos sujeta a fundamento. • El bienestar social mejora la capacidad de manejar los problemas relacionados con la salud y favorece la autonomía a pesar de las limitaciones funcionales. Determinar los recursos y apoyos sociales adecuados, propicia, en una hipotética situación, tomar medidas de prevención social. • El funcionamiento social adecuado es en sí mismo un resultado adecuado. Pero no se puede esperar que la intervención social trasforme a personas solitarias en populares. En las situaciones de cambio debido a institucionalización, el trabajo social se debe hacer responsable sobre el funcionamiento social del paciente y moralmente obligado a considerar las repercusiones sobre la calidad de vida y la prolongación de la misma y su sentido. George y Bearon en 1.980 apuntan cuatro dimensiones a la calidad de vida: mediciones sobre la satisfacción, la autoestima, la salud en general y el status socioeconómico. A la hora de intervenir sobre unidades familiares con pacientes dependientes, el trabajador social debe de utilizar un enfoque metodológico centrado en el entorno del paciente y analizar todas las relaciones y los recursos que existen en su seno. Cuando la unidad familiar se pone en contacto con el trabajador social por primera vez, realiza una demanda que en ocasiones suele ser de manera explícita pero, implícitamente, y debido a la falta de información de recursos sociales, están realizando otras demandas que el trabajador social también debe valorar. En la primera entrevista, el trabajador social realiza una primera valoración social de la situación planteada con el objeto de dar una respuesta a las demandas expresadas y/o no expresadas, desarrollando una valoración del grado de dependencia y necesidad que presenta la unidad familiar con la que estamos interviniendo en aspectos de alimentación (come solo, necesita ayuda y es dependiente), aseo personal (se baña o ducha solo, recibe ayuda por partes, o es totalmente dependiente), vestido (sin ayuda, ayuda parcial para zapatos, botones, etc, o dependiente), movilización (se levanta y se acuesta solo; en la casa se maneja solo, con bastones, andador, silla, o está encamado; para las escaleras se maneja solo, con ayuda, o es dependiente), control de esfínteres (enuresis, encopresis), realización de tareas de limpieza de la casa (solo, recibe ayuda esporádica o sistemática), cocina (comidas y cenas, le llevan parte de la comida, depende de otros), manejo del dinero, utilización de electrodomésticos y teléfono, mantenimiento de relaciones sociales. Todos estos aspectos hay que tenerlos registrados siempre en relación con el domicilio habitual y ajustarlo en caso de variación en la ubicación, y para la implantación de servicios de Ayuda a domicilio. Una vez analizadas estas variables, el trabajador social analiza las necesidades sociales detectadas (falta de apoyos familiares, limitación de la autonomía personal, dificultades para la realización de actividades domésticas, unidad familiar integrada por personas de edad avanzada con dificultades de atender atenciones específicas, carencia de recursos económicos, inadecuación de la vivienda, condiciones de habitabilidad...). Con esta valoración social se pretende aplicar un recurso a la situación objeto de intervención que suponga además el recurso idóneo para la satisfacción de las necesidades. En ocasiones, sin embargo, no coincide el recurso idóneo con el recurso aplicado, no tanto por una errónea valoración sino, sobretodo, por la indisponibilidad o inexistencia de éste ya que nos encontramos en la realidad con numerosos vacíos en las respuestas que la Administración ofrece a determinadas situaciones de necesidad, además de poca flexibilidad en el acceso a ellos. El recurso a aplicar estará determinado por la valoración realizada por el profesional y responderá a las Prestaciones Básicas del Sistema Público de Servicios Sociales: • Prestaciones y Actuaciones de Información, Orientación, Valoración y movilización de recursos sociales. • Prestaciones y Actuaciones de Apoyo a la Unidad Convivencial y de Ayuda a Domicilio. • Prestaciones, Actuaciones y Medidas de Alojamiento Alternativo. • Prestaciones y Actuaciones de Prevención e Inserción Social. • Prestaciones Económicas y Recursos Complementarios para la Cobertura de las Necesidades de Subsistencia. Metodología de trabajo en Geriatría 270 La tendencia actual en los servicios sociales (y también en muchas otras disciplinas como consecuencia de los avances de la era de la información) va dirigida a la informatización de datos y expedientes con el objeto de conseguir una mayor eficacia y rapidez en la gestión y una mayor objetividad y concreción en la evaluación. Este sistema de información de usuarios de servicios sociales contiene una codificación de valoraciones realizadas a priori y recursos a los que se ha de ajustar la intervención realizada por el profesional. En él quedan archivados todos los expedientes de los usuarios de servicios sociales con todas las intervenciones realizadas a la unidad familiar, así como las gestiones. Este sistema se está utilizando en las Unidades de Trabajo Social de muchas Administraciones a nivel nacional. De esta manera, se produce una mayor eficacia en el archivo y análisis de datos además de un ahorro de tiempo, pero disminuye la calidad de datos de la intervención profesional o, en ocasiones, no se ajusta a lo codificado. 6.Bazo M, García Sanz B, Maiztegui C, Martínez P. Envejecimiento y sociedad: una perspectiva internacional. Madrid: Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, 1998. 7.Casado M. Vejez, dependencia y cuidados larga duración. Fundación “La Caixa”, 2001. 8.Castro C, Carrasco VH, Bravo G, García Martín R, Guillén Llera E. Modificación de los indicadores asistenciales de pacientes ingresados en unidades geriátricas de agudos entre 1992 y 1998. Rev Esp Geriatría 1999. 9.Comín E. Las formas históricas del Estado del Bienestar: el caso español. En: Dilemas del Estado del Bienestar. Madrid: Fundación Argentaria y Visor Distribuciones, 1996. 10.Consejo Económico y Social. Informe sobre la protección social de las mujeres. Madrid: CES, 2000. 11.Fundación Hogar del Empleado. Políticas Sociales y Estado de Bienestar en España. Informe 1999. Madrid: Ed. Trotta, 1999. BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 1.Alarcón JI, predictivo de hospitalaria y ingresados por Gerontol 1998. Bárcena A, Salgado A. Estudio las necesidades sociales al alta a los seis meses en ancianos enfermedad aguda. Rev Esp Geriatr 2.Alvarez E, Jiménez F, López E, Virgós MJ, Martínez M, Solano JJ. Grupos de utilización de recursos y adecuación de estancias en un servicio de geriatría. Rev Esp Geriatr Gerontol 1998. 3.Andrés A, Zafra EM, Guillén E. Tipología de los pacientes con reingresos múltiples en unidades geriátricas de agudos. Rev Esp Geriatr Gerontol 1998. 4.Arranz LC, Rebollo A, Montes M, García R, Fernández N, Guillén E. Utilización de camas y servicios hospitalarios centrales por mayores de 65 y 80 años. Rev Esp Geriatr Gerontol 1998. 5.Aznar López M. Los servicios sociales públicos para mayores. Balance y prospectiva. Documentación Social 1998. 12.García Sanz B. El envejecimiento demográfico: tendencias y consecuencias. En: Lecturas sobre Envejecimiento. Madrid: Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1999. 13.García Sanz B. Envejecimiento en el mundo rural. En: Sociología Rural, Desarrollo y bienestar. Vitoria: Escuela Universitaria de Trabajo Social, 1998. 14.Golden AG, Preston RA, Bennet SD. Inapropiate medication prescribing in housebond older adults. J Am Geriatr Soc 1999. 15.IMSERSO-SEGG. Atención a personas mayores que viven en Residencias. Protocolos de intervención psicosocial y sanitaria. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1998. 16.IMSERSO-CIS. La protección dependencia. Madrid, 1999. social de la 17.Junta de Andalucía. Plan de Atención Integral a los Mayores en Andalucía, 1999. 18.Plan de Atención a las Personas Mayores en Castilla-La Mancha: 1998-2002. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 27 19.Rodríguez P. El problema de la dependencia en las personas mayores. Documentación Social, 1998. 20.INE. Encuesta Panel Hogares de la Unión Europea. Madrid, 1999. 32.Rodríguez Baciero G, Gofriena EJ, Mallo 1. Patología de la mucosa bucal en los ancianos españoles. Bilbao: EGUIA SL, 1999. 21.INE. Anuario Estadístico 1997. Madrid: INE, 1998. 33.Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Geriatría XXI: Análisis de necesidades y recursos en la atención a las personas mayores en España. Madrid: Edimsa, 2000. 22.INE. Anuario Estadístico 1998. Madrid: INE, 1999. 34.Tortella G. La revolución del siglo XX. Madrid: ed. Taurus, 2000. 23.INE. Estadística de Establecimientos Sanitarios con Régimen de Internado 1995. Madrid: INE, 1999. 35.WHO. Health Care Systems in Transition. Germany: European Observatony on Heaith Care Systems, 2000. 24.INE. Estadística del Movimiento Natural de la Población. Madrid: INE, 1998. 25.INSALUD. Asistencia especializada. Actividad 1997. Evolución de indicadores 91-97. Madrid: Insalud, 1999. 26.Jacobzone. The health of older persons in OECD countries: Is it improving fast enough to compensate for population ageing?. OECD: Labour Market and Social Policy. Occasional Papers 37, 1999. 27.Jeson J, Jacobzone. Care allowances for the ftail elderly people and their impact on women caregivers. OECD: Labour market and Social. Occasional papers 41, 2000. 28.Martínez Zahonero JL. Economía del Envejecimiento. Calidad y financiación de los cuidados prolongados para los ancianos. Consejo Económico y Social, 2000. 29.Pacolet J. Social protection for dependency in old age in the 15 EU member states and Norway. Luxembourg: Office for official publications in the European Communities, 1999. 30.Pérez Díaz J. La demografia y el envejecimiento de las poblaciones. En Staab A, Hodges LC. Enfermería Gerontológica. México DF: McGraw Hill, 1998. 31.Porto y Rodríguez P (editores). Evolución y extensión del SAD en España. Madrid: IMSERSO, 1998. 2 Metodología de trabajo en Geriatría 272 32 27 32 EQUIPOS INTERDISCIPLINARES EN GERIATRÍA Dr. Enrique Castellano Vela Dña. Pilar Camarasa Niclós 1.- INTRODUCCIÓN El modelo de atención recomendado en el paciente geriátrico, de evaluación y tratamiento globales (modelo biopsicosocial), hace necesario el trabajo en equipo. Esta forma de trabajo se utiliza en Medicina primordialmente en la atención de pacientes con enfermedades múltiples, a menudo crónicas, incurables e incapacitantes (Geriatría, Rehabilitación) o con procesos en situación terminal (Cuidados Paliativos). De todo esto se desprende que el modelo de trabajo a imponer en el programa PALET sea éste. No obstante, el trabajo en equipo es una de las actividades más difíciles de conseguir en nuestro quehacer diario por la escasa formación y práctica que se tiene en esta forma de trabajo en el ámbito sanitario. Con frecuencia el tipo de organización sanitaria, excesivamente vertical, no facilita el trabajo en equipo. Las principales actuaciones a desarrollar en el paciente geriátrico abarcan: • El diagnóstico y tratamiento de procesos orgánicos (valoración médica), incluyendo una evaluación farmacológica y nutricional. • Los cuidados físicos, donde se incluyen los de higiene, movilización, curas, alimentación, etc (valoración de enfermería). • Los cuidados psíquicos (comunicación con el paciente y su familia). • La evaluación de la función física (actividades básicas e instrumentales de la vida diaria). • La evaluación neuropsicológica (mental y emocional). • La evaluación socioeconómica (trabajo social). • La reeducación de la función física (fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, médico rehabilitador) o psíquica (psicólogo, psiquiatra). • La prevención de las deficiencias, discapacidades y minusvalías. • El acompañamiento hacia la muerte (cuidados paliativos). • La formación del paciente y de los cuidadores para implicarles en el plan de cuidados. El ser humano es entendido como una estructura pluridimensional. En el ámbito de la salud, habitualmente lo sintetizamos en cuatro dimensiones: física, emocional, social y espiritual. Como vemos, es imposible que una sola disciplina o un solo profesional, por muy bien formado que esté, pueda ser capaz de dar una respuesta específica y abordar de forma adecuada los múltiples problemas y necesidades que deben ser considerados en un paciente geriátrico. De ahí la necesidad de trabajar en equipo multidisciplinar de forma interdisciplinar, tanto en el hospital como en la comunidad. El objetivo de este equipo será desarrollar de forma conjunta un plan asistencial integral (global, activo y continuado) que intente cubrir y resolver, por lo menos, los problemas y necesidades más importantes de cada paciente, determinando además su ubicación más adecuada y asegurando así un uso racional de los recursos sociosanitarios existentes. Habitualmente hablamos indistintamente de equipo multidisciplinar e interdisciplinar, pero no son sinónimos, sino que constituyen dos modelos de organización diferente. El término multidisciplinario meramente define la composición del grupo y, así, los distintos profesionales concurren de forma circunstancial, aportando cada uno de ellos sus conocimientos y habilidades, quedando su intervención en una coordinación de esfuerzos. Sólo cuando en dicho grupo sus miembros, aunque sus valoraciones sean independientes, interaccionan formal o informalmente e intercambian la información de forma sistemática se habla de actuación interdisciplinaria. Esto obliga a trabajar con una metodología común, compartiendo un proyecto asistencial y unos objetivos de atención. La composición de un equipo, por muy variada y numerosa que sea, no es suficiente para que este funcione con eficacia si no hay actuación interdisciplinaria y una organización dentro de él. Para ello es necesario que exista una dinámica y voluntad comunes. Los principales elementos que definen esta dinámica son: • El respeto al paciente y su participación en las decisiones que le afectan. • El reconocimiento recíproco de las competencias complementarias, aceptando cada miembro del equipo tanto su papel como el de los demás, previa delimitación de las funciones de cada miembro. • La reunión periódica de los miembros del equipo, para que se produzca un intercambio de información y la comunicación necesaria, utilizando para ello un Metodología de trabajo en Geriatría 274 lenguaje común. Esta puede hacerse de manera informal (durante el trabajo diario), formal (reuniones con fecha fija, habitualmente semanales) o excepcional (a demanda de algún miembro del equipo). • El establecimiento de unos objetivos comunes bien definidos y la toma de decisiones conjuntas para establecer el hilo conductor del proyecto particular que se establece para cada paciente. • La existencia de un responsable del equipo que vele por su buen funcionamiento. • La revisión periódica de los objetivos y resultados. La composición de un equipo multidisciplinar geriátrico es muy variable y dependerá del nivel sanitario (hospital general, hospital geriátrico, hospital de medialarga estancia, centro sociosanitario, hospital de día, ambulatorio, asistencia a domicilio o residencia), los objetivos previstos (evaluadores, rehabilitación, tratamiento agudo o crónico, investigación, educación, ubicación) y el desarrollo de los programas de atención geriátrica. Los elementos imprescindibles del equipo (núcleo básico) son el diplomado de enfermería, el trabajador social y el médico. En el ambiente institucional (hospital o residencia) también es imprescindible la inclusión en este núcleo básico del auxiliar de enfermería. Este equipo básico puede ampliarse idealmente a otros profesionales muy implicados en la atención del anciano como médico rehabilitador, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional y psicogeriatra. Otros especialistas desempeñan un papel de asesoramiento puntual sin formar parte de forma habitual del equipo (dietista, dentista, oftalmólogo, ORL, podólogo, etc.). También pueden participar en el equipo los voluntarios siempre que hayan recibido una formación básica, alguien del equipo los controle y exista un proyecto sobre sus funciones, objetivos y actividades, con mecanismos de seguimiento y apoyo. Cada miembro del equipo ocupa su posición en relación con los otros, diferente según su profesión o competencia. Con frecuencia es difícil definir y llegar a acuerdos sobre las competencias de ciertos miembros del equipo, pero es necesario hacerlo para evitar interferencias, suspicacias y superposiciones de actividades, que puedan originar conflictos internos. Dichas competencias deben ser aceptadas y respetadas por todos los miembros. Es esencial la utilización de instrumentos de evaluación geriátrica (funcional, mental, emocional y social) validados y reproducibles para facilitar el seguimiento de los pacientes, ya que sirven para determinar de forma objetiva los cambios evolutivos y permitir la circulación de la información tanto dentro del equipo como entre los diferentes equipos o niveles asistenciales. Aunque la relación coste / eficacia de este tipo de atención en el paciente geriátrico en comparación con el modelo clásico está en discusión, cada vez parece inclinarse más la balanza a su favor. Con este modelo se han constatado mejorías, respecto al modelo clásico, en: a) Diagnósticos más acertados y completos (problemas tratables y no diagnosticados antes), con lo que mejora el tratamiento. b) Mejora de la función física, cognitiva y afectiva (mejora de la calidad de vida y de la sensación de bienestar). c) Reducción de la medicación y su uso más racional (disminución de la yatrogenia y del coste). d) Reducción de los ingresos en residencias. e) Disminución del uso de servicios hospitalarios. f) Mejora en la ubicación del anciano y uso más adecuado de los servicios sociosanitarios (reducción de costes). g) Aumento de la supervivencia. h) Aumento de la utilización de las ayudas domiciliarias. Lo ideal sería que no sólo la atención geriátrica fuera interdisciplinaria, sino también la formación y la investigación. 2.- EL TRABAJO EN EQUIPO. EL EQUIPO INTERDISCIPLINARIO DE TRABAJO Previo a cualquier trabajo en equipo es necesaria la formación de un equipo de trabajo. Es importante saber que el trabajo en equipo ayuda al desarrollo personal. Cuando uno se integra en un equipo se siente responsable de algo, es estimado y valorado y al mismo tiempo transmite afecto, se siente unido a otros y descubre sus propias limitaciones, aptitudes y posibilidades. Con esta integración uno consigue confianza en sí mismo y en los demás. Todos los componentes participan para dar y recibir. Un equipo de trabajo es, antes que nada, un grupo de personas y no puede existir el primero sin el segundo. Su origen surge de la necesidad de conseguir resultados u objetivos que difícilmente se podrían lograr con acciones aisladas o individualmente (efecto sinergia). Por ello una suma de personas no constituyen un grupo. Tampoco un conjunto de personas reunidas, motivadas e interesadas, 27 formadas y con medios acabarán formando un equipo, incluso aunque su intención sea de funcionar como tal, si no recorren juntos un camino necesario para conseguir su funcionamiento como grupo. Un grupo de trabajo es un conjunto de personas organizadas para conseguir una meta en común y, de alguna manera, compartida. En un grupo de trabajo la palabra organización se refiere a una división de tareas o actividades. La clave es unir personas, dividiendo tareas, para lograr objetivos en común, encargando metas a cada uno de los componentes del grupo. Al dividir tareas deberemos delegar funciones entre dichos componentes, teniendo una mínima confianza en su cualificación y motivación para lograr los objetivos encomendados. No habrá grupo si no existe una confianza razonada entre sus miembros y todos asumen que todas las tareas tienen su importancia y que son necesarias para poder alcanzar la meta fijada. No obstante, la confianza sin responsabilidad, exigible a cada miembro, no sirve de nada y puede hacer fracasar el trabajo en equipo. Cada miembro del equipo ejerce las actividades delegadas según su competencia y preparación, y si lo hace de forma adecuada contribuirá al objetivo común planteado. Al entrar en un grupo de trabajo perderemos parte de nuestra libertad personal, ya no podremos actuar por libre, estando nuestra libertad sometida a la de los otros y viceversa. Por ello para que un grupo de personas permanezcan juntas es básica la disciplina. Todos los miembros de un equipo de trabajo deben seguir la misma dirección, con un buen consenso interno primero, y luego externo con otros grupos. Las personas se unen para lograr objetivos compartidos, prevaleciendo la coordinación sobre la competición entre los miembros de un equipo. Los equipos de trabajo desarrollan unas funciones que son la base de su trabajo: valoración, programación de objetivos, realización de actividades, definición de funciones, coordinarse y autodirigirse, interconexión y proyección al exterior, evaluación y seguimiento, formación, protocolización, toma de decisiones éticas e investigación. Los equipos de trabajo se fabrican mientras que el trabajo en equipo se organiza. Es fundamental para el nacimiento, la organización y al mantenimiento del equipo, la figura del jefe o responsable y que este tenga claro su papel. 3.- FORMACIÓN DE UN EQUIPO DE TRABAJO Es un proceso lento y complejo, pero con vida propia, en el que se enseña y se aprende con la experiencia. Cada equipo tiene su proceso propio y su evolución será distinta según las personas que lo formen, el entorno donde se desarrollen y el momento y consolidación del proyecto. Las personas son la base fundamental de cualquier equipo. Es esencial para el buen funcionamiento de los equipos que las personas que lo formen tengan un mínimo de estabilidad y madurez en su situación personal. Debe existir una actitud para la cooperación y aceptar la pérdida de un poco de libertad personal. Todos los miembros del equipo deben tener claro que existe un responsable que coordina y fomenta actitudes de cooperación, conformidad y cohesión. Existen una serie de actitudes, tanto negativas como positivas, en los componentes del equipo que van a facilitar o dificultar la buena marcha del equipo. Entre las positivas hay que señalar: comunicación, respeto, madurez, profesionalidad y personalidad, paciencia, sensibilidad, dar soporte, analizar o flexibilidad. Y entre las negativas: individualismo, superficialidad, competición, rigidez, intolerancia, falta de implicación, no adquirir compromisos o no compartir conocimientos. Así ciertas actitudes pueden hacer fracasar la formación del equipo, como las ambiciones personales no integradas, afán de poder o de competición, afán de personalismo o de protagonismo o falta de paciencia. El responsable debe intervenir para corregir estas desviaciones, ya que si estas se prolongan en el tiempo pueden acabar rompiendo el equipo. Ciertas consideraciones son esenciales para el buen funcionamiento del equipo, tales como: • Posibilidad de cierta amistad, de tener cierta relación emocional entre los miembros del equipo para poder fomentar así la amistad. Para ello es esencial la selección de los miembros, habitualmente algo muy complicado en la sanidad pública. • Los miembros del equipo deben de estar convencidos de que la cohesión es básica para la formación del equipo, siendo fundamental que todos respeten las reglas establecidas. Es responsabilidad del jefe el hacer que se respeten, siendo él el primero que lo hará. • La participación en un equipo es un bien limitado y todos los miembros deben participar, no rechazando ninguna opinión. Metodología de trabajo en Geriatría 276 • Todo el equipo sufre un desgaste inevitable con el tiempo que debe ser asumido, manteniendo un esfuerzo constante para ir corrigiendo las desviaciones que vayan surgiendo. Debemos aprender poco a poco a trabajar en equipo, sólo la experiencia diaria y su análisis compartido ayudará a asentar, difundir y mejorar este método de trabajo. Son el enfermo y después su familia quienes mejor detectan los beneficios del trabajo en equipo bien hecho. El número de los componentes de un equipo no debe ser muy alto, lo ideal es entre siete y diez. Si se excede este número es aconsejable hacer subgrupos y que cada uno funcione como un equipo, ya que si no es muy difícil mantener una cohesión adecuada del equipo. Una vez formado el equipo hemos de conseguir trabajar en equipo. Para ello, es muy importante el papel del jefe. Trabajar en equipo implica que las actuaciones de cada miembro deben estar dirigidas a tratar de conseguir los objetivos comunes y compartidos sin poner en peligro la cooperación y robusteciendo la cohesión al mismo tiempo. La forma en que cada equipo lo consigue, le da carácter al grupo y diferencia unos equipos de otros. Para trabajar en equipo, y en vistas a conseguir los objetivos comunes, son fundamentales una serie de puntos: • La división adecuada del trabajo, para no sobrecargar en exceso a ciertos miembros, es imprescindible, siendo esto responsabilidad del jefe. • Recordar constantemente los objetivos a compartir, revisando los consensos internos y cambiándolos si es preciso. • Fomentar la relación entre los miembros del equipo (fiestas, salidas conjuntas). También sirve para combatir el estrés ocupacional. • Presencia de canales de comunicación continua entre los miembros del equipo. • Repartir los resultados buenos y malos, y procurar que no nos afecte la crítica destructiva. Una vez formado el equipo, ciertos factores pueden hacer que fracase la consecución de objetivos: • Competencia dentro del grupo o con otros grupos. • Celos o falta de lealtad (por ambiciones personales o afán de protagonismo). • Objetivos contradictorios o poco claros. Cuando uno no está de acuerdo con alguno de los objetivos o con la manera de conseguirlos debe luchar por aportar sus ideas para enriquecer a todos los miembros del equipo pero sin querer hacerlo a cualquier precio. Si en algún momento no entramos en la dinámica del grupo debemos plantearnos salir de él, ya que lo prioritario es el bien común. El trabajo en equipo presenta toda serie de dificultades como: • Problemas de comunicación entre sus miembros. • Exigencia en la dedicación y corresponsabilización. • El objetivo común es antes que los proyectos personales. • Confusión y conflictos de funciones. • Competitividad. • Confidencialidad. • Distintas condiciones de trabajo. • Lentitud, a veces, en la toma de decisiones. • Necesidad de más información escrita para que todos los miembros conozcan las valoraciones y las actividades de los demás. Pero estas dificultades quedan contrarrestadas por las ventajas: • Éxito mayor de la atención global. • Apoyo mutuo. • Corresponsabilización. • Formación. • Reconocimiento. • Compartir profesionalidad y experiencia. • Mejora de la profesionalidad. • Compartir decisiones difíciles. • Revisiones formales para la mejora continuada. Los equipos con un alto rendimiento se caracterizan porque todos sus miembros tienen claros sus objetivos (consensuados) y por qué son importantes, tienen confianza en su capacidad para conseguirlos, se ayudan y estimulan mutuamente, se apoyan y se respetan, la comunicación entre ellos es abierta (sin ningún temor para expresar sus opiniones, escuchar es tan importante como hablar, resolución razonada de los conflictos,...), son flexibles en sus funciones, disfrutan con su trabajo, cumplen sus metas en los plazos previstos y se sienten optimistas respecto al futuro y orgullosos de pertenecer al grupo y de los logros conseguidos (todos se sienten partícipes de ellos). 27 4.- FASES FUNCIONALES EVOLUTIVAS EN EL DESARROLLO DE UN EQUIPO DE TRABAJO El proceso de construcción de un equipo es largo y complejo, con distintas fases evolutivas, teniendo cada una unos objetivos, prioridades y actividades diferentes. 4.1. Proyecto inicial: En esta fase se lleva a cabo la elaboración de un proyecto funcional (situación y necesidades actuales, usuarios a los que se dirige, recursos estructurales y humanos, actividades previsibles e implementación esperable), la creación del núcleo inicial de profesionales, la selección del líder, las medidas iniciales de formación y el inicio de las actividades específicas y del trabajo en equipo. La duración habitual de esta fase es de entre uno y dos años. 4.2. Puesta en marcha: Ya existe un pequeño núcleo estable de profesionales, con metodología y organización y trabajando la incorporación de más miembros (equipos completos). Se desarrolla el consenso interno (objetivos, métodos terapéuticos, organización, roles, actividades y necesidades de formación) y externo (relación con otros niveles asistenciales y organizaciones). Se inicia la relación con otros equipos, la investigación (básica descriptiva) y las actividades de evaluación de resultados y de formación. La duración habitual de esta fase es de entre uno y dos años. 4.3. Consolidación: El núcleo de profesionales ya está completo y se ha conseguido un consenso interno y externo. La formación, evaluación e investigación son ya actividades regulares. Se suele iniciar la formación externa regular. Se puede empezar a incorporar voluntariado. La duración habitual es de entre uno y dos años. 4.4. Fase avanzada-estable: La dinámica y organización del equipo son muy estables y ya no depende de personas concretas, esto es uno de los indicadores de madurez de los equipos el que no haya crisis en su dinámica ante los cambios de las personas que lo forman. Existen programas específicos de intervención y relación con la sociedad. El tiempo de llegada a esta fase oscila entre cuatro y ocho años. El equipo no sólo desarrolla una función asistencial, sino que además debe desarrollar funciones de docencia, soporte e investigación. Para ello es necesario un espacio físico y temporal claramente establecido y respetado por sus miembros. 5.- PAPEL DEL RESPONSABLE O JEFE DE GRUPO Para que el equipo funcione correctamente debe quedar explícita la figura del líder. Su figura es fundamental en el equipo. Debe tener el suficiente carisma entre los miembros del equipo, como para tener una cierta autoridad moral, tanto por su competencia profesional como por su madurez personal. Su papel debe ser mas facilitador que supervisor, actuando como mediador en caso de conflictos interpersonales. Debe saber escuchar a todos y hacerse entender con claridad. Debe facilitar, coordinar, asesorar, definir tareas y organizar el trabajo colectivo, y así conseguir una alta productividad del equipo en un ambiente de satisfacción del grupo. Debe acabar consiguiendo una dinámica de trabajo que casi no requiera de su presencia para que funcione. Debe saber reconducir la fuerza del grupo hacia labores constructivas (actividad creadora), evitando actitudes destructivas. Se debe preocupar de que el equipo sea un instrumento eficaz para conseguir los objetivos compartidos, estar atento para lograr el ensamblaje entre los diferentes miembros y jugar un papel decisivo en la selección de los miembros. Debe influir decisivamente en la motivación y cohesión del equipo, evitando personalismos. 6.- DECÁLOGO PARA CONSEGUIR UN CAMBIO DE ACTITUD EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES PREVIO A TODO TRABAJO EN EQUIPO 1. No se trata de demostrar nada a los demás. No es un debate. 2. No se trata de ganar o perder uno. Ganamos o perdemos todos. 3. No se descalifica una aportación. Se rebate con hechos. 4. No tomar como algo personal el hecho de que no se acepte nuestra opinión. 5. Se usa la palabra con sobriedad. Debiendo esperar a que acabe el que tiene uso de la palabra. 6. Se buscan causas y no culpables. Para mantener posturas, no se deben forzar argumentos. 7. Se busca descubrir y aprender, no necesariamente demostrar y probar. 8. Datos y hechos valen más que juicios, sin despreciar las opiniones. Metodología de trabajo en Geriatría 278 9. Escuchar no es oír. Intentar comprender. Preguntas inteligentes pueden más que afirmaciones sin pruebas. 10. Aceptar que el responsable tiene derecho a la última palabra. 7 . - R E U N I Ó N D E L E Q U I P O INTERDISCIPLINAR Y SUS OBJETIVOS La reunión del equipo interdisciplinar es una reunión participativa, en la que el coordinador actúa como emisor el 20% del tiempo para conseguir implicar e interesar a los participantes, plantear, preguntar y hacer síntesis; y como receptor el 80% del tiempo, para escuchar y ayudar a llegar a conclusiones operativas en torno al tema. El papel del coordinador será: • Asegurarse de que todas las intervenciones sean tenidas en cuenta. • Reformular cada vez que sea necesario. • Asegurarse una buena comprensión por parte del grupo. • Efectuar síntesis periódicas. • Hacer cierres lo más a menudo posible, en el mismo momento en que se obtenga un punto de acuerdo. • En el caso de toma de decisiones, evaluar las consecuencias y consensuar un plan de acción. El objetivo de la reunión es ofrecer al paciente una atención de calidad a través de: • Cuidados individualizados para cada paciente. • Continuidad de los cuidados. • Comunicación entre disciplinas. • Evaluación de la consecución de objetivos fijados. La formalización de la reunión es muy importante. Se deberá redactar en una hoja multidisciplinar para que de forma estructurada quede registrado: el título de la reunión, el coordinador, los participantes, los problemas, diagnósticos y causas, los objetivos, las acciones y la fecha de la próxima reunión. 8.- PROCEDIMIENTO CUIDADOS DE UN PLAN DE Existe una conexión entre las etapas del proceso de elaboración de un Plan de Cuidados. Cada una de ellas depende de la precisión de la que la ha precedido (además se superponen ligeramente), teniendo en cuenta que la evaluación no significa el final del proceso, sino que continuamente deberemos volver a las distintas etapas del mismo, por si fueran susceptibles de modificación. Las etapas del proceso (Fig. 1) son: 8.1.-VALORACIÓN INICIAL. Se hará una valoración geriátrica integral (paciente y familia) a fin de identificar los problemas de salud reales o potenciales. 8.2.-PROBLEMAS / DIAGNÓSTICOS. Una vez recogidos los datos se realizará un análisis de los mismos para: • Identificar problemas o diagnósticos reales o potenciales de las diferentes disciplinas. • Determinar qué problemas pueden ser tratados de forma independiente y cuáles requieren el tratamiento interdisciplinar. • Identificar el estilo de vida habitual del paciente y su forma de afrontar los problemas. • Establecer prioridades, para tratar los problemas que son más importantes en primer lugar. Debemos tener muy en cuenta las prioridades que el propio paciente haga de sus necesidades, lo que debe marcar la pauta. 8.3.-PLANIFICACIÓN DE CUIDADOS. Una vez identificados los problemas o diagnósticos se elaborará un plan de actuación individualizado, tendente a reducir o eliminar dichos problemas y promover la salud. Es importante crear un clima de confianza que facilite nuestra actuación y que mejore la comunicación para la elaboración de un Plan de Cuidados de forma conjunta con el paciente y la familia, compartiendo las decisiones y problemas con ellos. Este plan de actuación debe incluir los siguientes aspectos: • Fijación de objetivos. Resultados deseados a los problemas del paciente que se pretenden conseguir y cuándo. La formulación de un objetivo se realizará: Verbo + Modificador (si es necesario) + Tiempo. • Prescripción de actividades. Se han de decidir las acciones específicas y concretas que el personal realizará para alcanzar los objetivos propuestos y las instrucciones para realizar los cuidados y su continuidad. Las actividades deben de ir dirigidas a fomentar la participación del paciente en la promoción, mantenimiento y recuperación de la salud; así como a ayudar a potenciar al máximo sus capacidades, proporcionándole un bienestar físico, psíquico y espiritual óptimo. Se deberá registrar: quién, qué, dónde, cómo, cuándo y los tipos de actuaciones a realizar. 8.4.-EVALUACIÓN. Tiene como finalidad realizar una revisión del proceso del paciente, plan de cuidados y calidad de los cuidados realizados, mediante unos criterios o estándares 27 de resultados en base a los objetivos formulados (del cómo se están realizando los cuidados, del resultado que estamos obteniendo y de la percepción de mejoría del propio paciente, de la familia y de su entorno). El proceso o no del paciente hacia la consecución de los objetivos establecidos determina la necesidad de una valoración, reordenación de prioridades, objetivos y replanificación de los cuidados. 6.Ojeda Martín M, Gómez Sancho M. La formación de equipos de trabajo. El trabajo en equipo. En: Gómez Sancho M. Cuidados Paliativos: Atención integral a enfermos terminales. Las Palmas: Instituto Canario de Estudios y Promoción Social y Sanitaria (ICEPSS) 1998; 785-796. 7.Ojeda M, Guerra A. El trabajo en equipo. Interdisciplinaridad. Coordinación. En: Gómez Sancho M. Cuidados Paliativos e intervención psicosocial en enfermos terminales. Las Palmas: Nilo Ind. Gráficas 1994; 255-266. VALORACIÓN DIAGNÓSTICOS/ PROBLEMAS PLANIFICACIÓN OBJETIVOS/ACTIVIDADES 8.Palomar C, Nabal M, Naudí MC. El equipo interdisciplinar. La Formación de Equipos. En: López E. Enfermería en Cuidados Paliativos. Madrid: Médica Panamericana S.A. 1998; 257-261. 9.Pérez del Molino J, Moya M. Valoración Geriátrica: Conceptos Generales. En: Guillem F, Pérez del Molino J. Síndromes y Cuidados en el Paciente Geriátrico. Barcelona: Masson S.A. 1994; 49-57. EVALUACIÓN Figura 1: Etapas del Plan de cuidados BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Alfaro R. Aplicación del proceso de enfermería. Guía práctica. 2ª Edic. Barcelona: Doyma, 1992. 2.Bayés R, Barreto P. Las unidades de Cuidados Paliativos como ejemplo de interdisciplinariedad. Clínica y Salud 1992; 3: 1-19. 3.Castellano E, Camarasa P. Equipos interdisciplinarios en Geriatría. En: Peset R, Bernat G. PALET: cuidados y calidad de vida. Valencia: Consellería de Sanitat, 1998. 4.Gorchs N, Roca J. Equipos interdisciplinares. En: Gomez-X, Planas J, Roca J, Viladiu P. Cuidados Paliativos Oncología. Barcelona: Jims 1996; 355363. 5.Ojeda M, Gómez Sancho M. El equipo multidisciplinario en medicina paliativa. En: Gómez Sancho M. Medicina paliativa en la Cultura Latina. Arán Editores SA 1999; 917-926. 10.Rubenstein I.Z, Abrass IB. Valoración Geriátrica. En: Exton-Smith AN, Weksler M.E. Tratado de Geriatría. Barcelona: Pediátrica, 1988; 20-30. 11.Sáez Cárdenas S, Marques Molías F, Colell Brunet R. El grupo y su dinámica. En: Sáez Cárdenas S, Marques Molías F, Colell Brunet R. Educación para la salud. Lérida: Pages Editors 1995; 19-35. 12.San José A, Michel J.P. Modelo Interdisciplinario y equipos multidisciplinarios en la atención geriátrica. Med. Clin 1993; 101: 455-456. 2 Metodología de trabajo en Geriatría 280 33 28 33 LA FORMACIÓN DE CUIDADORES Dña. Montserrat Martínez Rodríguez Dña. Josefina Chirivella López 1.- INTRODUCCIÓN Todos los profesionales sanitarios (enfermeras, médicos, fisioterapeutas, etc) intentamos día a día promover la salud y mantener la calidad de vida. En este contexto hemos querido que este articulo resalte la importancia que tiene formar a los cuidadores y el papel relevante que tenemos los profesionales de la Sanidad en ser capaces de transmitir, concienciar y preparar al familiar o cuidador en la atención al paciente con necesidades de cuidado personal o instrumental en actividades de la vida cotidiana para que pueda seguir permaneciendo en su hogar. 2.- CUIDAR Y EDUCAR: CONCEPTOS INSEPARABLES Tenemos el convencimiento de que en la práctica habitual las enfermeras/os hacen siempre actividades de información y educación sanitaria, aunque en muchas ocasiones, no se tenga conciencia de ello. Podríamos escoger tres principios básicos que rigen el oficio y el Arte de Cuidar: • Para cuidar, hay que querer (vocación): querer cuidar es la primera condición para pasar a la acción. • Para cuidar, hay que saber (técnicas y cualidades personales). • Para cuidar, hay que tener los medios y los recursos apropiados (organización). La intervención de enfermería en el nivel de asistencia hospitalaria referida a Educación para la Salud, no tiene una estructura ni planificación adecuada. Cada institución o profesional tendrá que identificar aquellas estrategias que sean más efectivas en su entorno, teniendo en cuenta las necesidades de la comunidad, los recursos, las características socio-culturales de la población y la administración educativa y sanitaria. Dichas actuaciones deben ser programadas y sistematizadas por objetivos si queremos que incidan produciendo cambios de conducta y, por otra parte, que conformen un proceso evaluable. Planificar las actuaciones es simplemente, estructurar el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera que resulte lo más efectivo posible para alcanzar el fin buscado. Dentro del equipo hay que destacar la importancia de la colaboración del cuidador familiar, que es la persona o personas que atienden directamente al individuo dentro de la propia familia. Es del todo indispensable hacer una buena recogida de datos para conocer a esta familia y especialmente, todos los cambios que la situación de la enfermedad haya generado. Cambios de tipo práctico organizativo, relacional, emocional y afectivo. Una buena historia familiar nos va a permitir detectar al cuidador familiar y valorar sus posibilidades de colaboración y capacidad en resolver problemas prácticos, así como la historia de vida del anciano y los acontecimientos más significativos de la familia. Ello va a ayudar al equipo a comprender la situación y emprender el cambio de intervención y prevención más eficaz en cada familia. El cuidador debe encontrar en el resto del equipo el apoyo necesario que le ayude a superar la situación de angustia que supone en ocasiones la presencia de la enfermedad. Por ello, aparte del soporte emocional, los profesionales sanitarios deberán proporcionarle una Educación sanitaria que incluya todos aquellos conocimientos que le permitan llevar a cabo todas aquellas actividades que el equipo delegue en él. Esto implica además, que deberá conocer el plan terapéutico que se va a seguir con el paciente para saber cuales serán sus competencias dentro del mismo. La Educación Sanitaria por tanto, debe constituirse en un método de trabajo en la actividad de los educadores y de los profesionales sanitarios que se propone implicar responsablemente al individuo y al grupo en las acciones de defensa de la salud. Consiste en capacitar al paciente y/o cuidador en la vigilancia del tratamiento y prevención de las complicaciones derivadas de su propia enfermedad. Está demostrado que una buena educación sanitaria contribuye a reducir complicaciones a corto plazo, facilita un control metabólico más ajustado, una disminución de ingresos hospitalarios y es rentable. Metodología de trabajo en Geriatría 282 De acuerdo con Hjort, la Educación sanitaria es un instrumento indispensable de la promoción de la Salud, que además de modificar comportamientos, ha de aumentar la capacidad critica de los individuos. La Educación para la Salud, exige programación y es un proceso en el que intervienen el Educador y el Educando (que es el que recibe la Educación, en este caso el cuidador). Tanto uno como el otro deben de cumplir una serie de premisas para que el proceso se produzca y sea efectivo. Para este autor, el proceso de la Educación para la Salud es una escalera en la que cada peldaño es más difícil de remontar y que sirve tanto para el Educador como para el Educando (figura 1). ACTUAR CREER COMPRENDER SABER Figura 1: Proceso de la Educación para la Salud (Hjort PF) El educador debe reunir una serie de habilidades: • Habilidad para enseñar • Seguridad en el conocimiento del material que debe enseñar. • Introspección de las necesidades individuales del paciente o cuidador. • Percepción de las necesidades expresadas y no expresadas del paciente o cuidador. • Capacidad para valorar la disponibilidad del paciente o cuidador para aprender. • Conocimiento de sus propios puntos fuertes y débiles. • Seguridad al abordar a los pacientes. • Capacidad para ser flexible. • Capacidad para escuchar y oír. • Capacidad de presentar la información de forma tranquila, calmada, lógica e interesante. Respecto al cuidador, deben valorarse una serie de variables: • • • • • • • • • Quien es el cuidador o cuidadores principales. Estado físico y mental del cuidador. Estado civil, rol, relación familiar. Ocupación, edad, sexo. Antecedentes socio-económicos, culturales, valores étnicos. Falta de conocimientos o habilidades. Deseos, capacidad y disponibilidad para aprender. Incapacidad para cumplir con los cuidados sanitarios prescritos. Agentes estresantes, mecanismos de adaptación. Existen muchas teorías sobre el aprendizaje, y por tanto muchas definiciones del mismo pero puede enunciarse como “un cambio de conducta, más o menos permanente, debido a la práctica o a la experiencia, que permite un cambio de actuación”. Esta definición convierte el aprendizaje en un proceso personal que depende del propio aprendiz y que será facilitado o entorpecido por influencias y factores externos. Antes de que pueda realizarse el aprendizaje debe existir el deseo de aprender, cada individuo aprende a su propio ritmo y sólo si co prenden el valor de la información. La información se aprende mejor si es importante, organizada y si tiene significado. El entorno debe estar libre de agentes estresantes, malestar, dolor o agentes de distracción. La enseñanza es, en este modelo pedagógico, el conjunto de medios que hay que poner en práctica para facilitar los cambios previstos en la conducta del educando. Según Blight, el Educador debe conseguir del Educando que, conociendo hechos y datos, piense y reaccione, comprenda, y, por último, actúe. Las habilidades prácticas son un conjunto de movimientos que conducen a la realización precisa y segura de un acto. Implica siempre una acción manual y requiere varios niveles de aprendizaje: • El primer nivel es la imitación. El cuidador, frente a una acción que puede observar, la repite elemento por elemento, hasta que es capaz de realizarla. • El segundo nivel es el de control. El cuidador es capaz de realizar un acto siguiendo las instrucciones y no solamente sobre la base de la observación. • El tercer nivel es el automatismo. La destreza en la ejecución alcanza el grado supremo de eficacia y los movimientos se realizan de forma automática, sin plantearse los pasos a seguir. 28 Una serie de interrogantes previos (“buscar interrogantes, implica encontrar soluciones”) son necesarios para elegir el método de enseñanza en cada caso concreto: ¿Es solo información?¿Requiere el aprendizaje de alguna técnica?¿Necesita motivación previa?¿Que nivel de información tienen?¿Cual es su forma de aprendizaje ?¿Cual es el presupuesto?. La comunicación es un proceso vital que constituye la base de las relaciones humanas e implica la totalidad del ser humano; es por tanto comprensible que desde la atención de enfermería, centrada en la respuesta humana y no en la respuesta celular, centrada en la respuesta del enfermo y no de la enfermedad, la comunicación sea un instrumento básico. Por ello la enfermería tiene que poseer además de intuición y de buena actitud, conocimientos y habilidades específicos en las técnicas de comunicación que irá adquiriendo a través de la formación y de la reflexión en la práctica diaria. La base de una buena comunicación, la constituye el arte y la ciencia de saber hablar, pero sobre todo, de saber escuchar, que no es lo mismo que oír: la escucha activa, la creación de un clima de confianza y compromiso, medidas verbales y no verbales, constituyen los principios básicos de la comunicación.. Cuando utilizamos la comunicación verbal, debemos tener en cuenta la capacidad de comprensión del interlocutor, porque difícilmente podremos comunicar bien si utilizamos demasiadas palabras técnicas, y tener en cuenta no sólo lo que se dice, sino cómo se dice, sin olvidar que el silencio en un momento determinado es más comunicativo que la palabra. “Una actitud cálida, una mirada atenta, una sonrisa franca son las puertas de entrada que hacen posible una buena relación”. La comunicación verbal permite atender a las necesidades individuales, es flexible e informal, a veces obliga a improvisar., y existe posibilidad de corrección. La comunicación escrita permite la repetición a voluntad, da una información altamente concentrada y exige una actitud cuidadosa y responsable al escribir. La información visual es una información estructurada que da lugar a muchas interpretaciones, motiva el interés y es un método óptimo para presentar la realidad. La información y comunicación son un proceso multidireccional, complejo y sujeto a muchas variaciones en función del ajuste del enfermo y la familia. Dentro de la comunicación hay una serie de comportamientos que la limitan y que se producen con frecuencia: • EGOCENTRISMO: El hablar constantemente de uno mismo. • TACITURNISMO: Estar constantemente en silencio. • LOGORREA: Hablar constantemente y rápido sin dar tiempo al paciente a expresarse. • HUMORISMO: Es tomarse todo a broma fuera de lugar y contexto. • FALSEDAD: Es presentar a los otros una realidad inexistente. • LA PRISA: El estar constantemente mirando el reloj estar expresando la falta de tiempo. • CAMBIO DE ARGUMENTO: Cuando un tema nos parece delicado o no sabemos afrontar. • DESDRAMATIZAR: Restar importancia a los problemas o sentimientos emotivos del otro. • TECNIFICACIÓN de la información. • PATERNALISMO, infantilización, familiaridad. Podemos resumir como principios de la enseñanza los siguientes: presentar la información utilizando métodos educativos bidireccionales, usar un lenguaje fácilmente comprensible, evitar la jerga técnica, usar pocas frases, enseñar desde un plan bien organizado, dar nociones elementales de Salud, permitir tiempo para la formulación de preguntas, no dar muchos mensajes al mismo tiempo, comprobación retroactiva después de presentar cada parte de la información, continuar con el plan solo después de asegurarse de la comprensión, mantener el contacto visual durante la presentación, así como una actitud amistosa y cercana, presentar la información gradualmente y obtener una demostración de retorno cuando se enseña un procedimiento, usar tantas ayudas audio-visuales como sea posible (películas, diapositivas, folletos,...), brindar alabanzas cuando se produzca el aprendizaje, comprender que el plan de Educación Sanitaria es más efectivo cuando se inicia tan inmediatamente después del ingreso como sea posible, basándose en la condición y disponibilidad del paciente o cuidador. 3.- METODOLOGÍA DE TRABAJO La enfermera/o deberá utilizar el Proceso de Atención de Enfermería para valorar, planificar, intervenir y evaluar los cuidados del paciente desde el ingreso hasta el alta hospitalaria. El registro en la gráfica del paciente debería reflejar el plan de cuidados incluyendo las actividades de enfermería en Educación Sanitaria y la respuesta del paciente o cuidador. Además deberían registrarse las instrucciones dadas al paciente y/o familia (cuidador) en cuanto a los auto-cuidados después del alta, así como también la comprensión de estas actividades. Metodología de trabajo en Geriatría 284 3.1.- VALORACIÓN APRENDIZAJE DE LAS NECESIDADES DE • Utilizar el Diagnóstico de enfermería “Deficiencia de Conocimientos” en los estándares apropiados. • Incorporar las necesidades de aprendizaje individuales tanto si han sido expresadas por el paciente como si las ha observado el profesional. • Valorar las necesidades diariamente o a medida que el estado del paciente cambia y tiene lugar el aprendizaje. • Comunicar el plan a todos los miembros del Equipo Multidisciplinar a través de reuniones del equipo y plan de cuidados. 3.2.ESTABLECIMIENTO APRENDIZAJE DE OBJETIVOS DE • Utilizar la información obtenida en la valoración. • Establecer objetivos de acuerdo a las prioridades, necesidades del paciente y disponibilidad de aprender. • Fijar objetivos pequeños, específicos y realistas para proporcionar al paciente o cuidador la sensación de que los esta logrando. • Documentar los objetivos en el Plan de Cuidados. 3.3.- EJECUCIÓN DEL PLAN • • • • ¿Quién realizará la Educación Sanitaria? ¿Cómo se presentará la información? ¿Cuál es el mejor momento de presentarla? ¿Qué instrumentos serán necesarios para aumentar la presentación? • ¿Cómo se obtendrá la retroacción? 3.4.- INTERVENCIONES DE ENFERMERIA • Según las necesidades identificadas, la enfermera/o actuará sobre: • La prevención. • El tratamiento. • La readaptación. • El orden de las intervenciones se establecerá en función de: • La importancia del problema en el estado de salud del usuario. • La importancia que el paciente / familia concede a sus problemas. • La influencia que estos problemas tienen entre sí. • El objetivo general será enseñar al paciente y/o cuidador todo lo relacionado con la enfermedad, incluyendo su tratamiento y complicaciones y enseñar los distintos modos de control. • Favorecer la participación y la implicación del paciente y/o cuidador principal. • Explicar y hacer demostración de los cuidados necesarios (instrucción detallada). • Corregir conceptos erróneos. • Reforzar la enseñanza según necesidades. • Sugerir alternativas para que los familiares aumenten su comprensión del problema (grupos de apoyo, asociaciones, bibliografía....) • Estimular a la familia y al cuidador a expresar sus sentimientos, frustraciones y problemas. • Ofrecer apoyo, comprensión y seguridad a los familiares. • Ayudar al cuidador aprender las responsabilidades que acaba de asumir. • Identificar sistemas de apoyo alternativos para la familia, de modo que el cuidador pueda mantener una vida social. • Instruir a los familiares sobre la enfermedad. • Educar al paciente / familia sobre la importancia que tiene el ajuste de su estilo de vida para reducir riesgos. • Enseñar al paciente y al cuidador qué signos y síntomas hay que notificar al médico. 3.5.- EVALUACIÓN El paciente y/o cuidador demostrará el conocimiento y comprensión de lo enseñado. Cuando el paciente deja el centro sanitario para volver a su casa, la enfermera/o debe prepararle para la salida, asegurándose de que conoce los cuidados y tratamientos que debe de continuar en su domicilio. Se hace necesario para que haya una continuidad en los cuidados, que los profesionales de enfermería preparen un resumen escrito que proporcione una visión suficiente a la próxima persona que debe cuidarlo, especialmente cuando han ocurrido acontecimientos significativos durante la permanencia del paciente en el hospital. En este informe debe figurar: • Estado del paciente al ser dado de alta (físico, psicológico y emocional). • Comprensión de las instrucciones relativas a las necesidades o los problemas asociados, por parte del paciente o sus cuidadores. 28 • Identificación de cualquier necesidad o problema no resuelto y manifestación del estado actual con los posibles planes alternativos. Por otra parte, es muy útil la elaboración de documentos dirigidos a la familia con información relativa al conocimiento y cuidados propios de cada caso. Todos estos documentos servirán de apoyo al paciente y/o cuidador y recordarán aspectos de los cuidados que pueden ser olvidados. Sería conveniente diseñar folletos estandarizados que sean de fácil manejo para todo el equipo multidisciplinar, teniendo siempre en cuenta la individualidad de cada paciente. En términos generales, los más necesarios son: - Dietas adaptadas a cada patología. - Rehabilitación en A.C.V. - Oxigenoterapia domiciliaria: manejo, cuidados y precauciones del uso. - Técnicas, drenajes y ejercicios respiratorios. - Higiene y cuidados de la sonda vesical. - Cuidados y alimentación por sonda nasogástrica. - Cuidados en patologías crónicas: H.T.A, Diabetes, etc. - Cuidados de la piel, boca e higiene general. Metodología de trabajo en Geriatría 286 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Kaschak D, Jakovac DA. Planes de Cuidados en Geriatría. Barcelona: Edic. Doyma, 1994. 2.Buendía J. Envejecimiento y Psicología de la Salud. Madrid: Edic. Siglo XXI, 1994. 3.Holloway NM. Planes de Cuidados de Enfermería Medico Quirúrgica. Barcelona: Edic. Doyma, 1990. 4.Chalifour J. La relación de ayuda en cuidados de enfermería una perspectiva holística y humanista. Barcelona: Edic.SG, 1994. 5.Gordon M. Diagnóstico Enfermero, Proceso y Aplicación. Madrid: Edic. Doyma, 1996. 14.Gómez Sancho M. Cuidados Paliativos e Intervención Psicosocial en Enfermos Terminales. Las Palmas: Edic. I.C.E.P.S.S., 1994. 15.García M, Alfonso MT, Cancillo J, Castejón JV. Planificación Educativa en Ciencias de la Salud. Barcelona: Edic. Masson, 1995. 16.García Barbero M, Cancillo J, Castellón J, Sánchez SP. Como confeccionar preguntas Test y Prac. En: IVESP. Cuadernos de Educación en Ciencias de la Salud, Nº2. Valencia, 1987. 17.Brosa Xalma F. Del Síntoma al Diagnóstico en Asistencia Primaria. Barcelona: New Advise, 2000. 18.Collière MF. Encontrar el sentido original de los cuidados enfermeros. Rev ROL Enf 1999; 22: 27-31. 6.Wesorick B. Estándares de Calidad para Cuidados de Enfermería. Barcelona: Edic. Doyma, 1993. 19.Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Análisis de Necesidades y Recursos en la Atención a las Personas Mayores en España. Madrid: EDIMSA, 2000. 7.Martín Zurro A, Cano Pérez JF. Manual de Atención Primaria. Organización y Pautas de Actuación en la Consulta. Barcelona: Edic. Doyma, 1989. 20.López i Ester MA. El arte de la enfermería. Rev. Enfermería Clínica 2000; 10: 232. 8.Piedrola Gil G. Medicina Preventiva y Salud Pública. Barcelona: Masson-Salvat, 1991. 9.Martín S, Canobbio M, Vargo E, Fyfe M. Normas para el Cuidado de Pacientes, Procesos de Enfermería, Diagnósticos y Resultados. Barcelona: Edic. Doyma, 1988. 10.Zabala J. La Educación para la Salud en los textos de Enseñanza Primaria (1940-1985). Valencia: Conselleria de Sanitat i Consum, Generalitat Valenciana., 1990. 11.Conselleria de Sanitat i Consum. II Jornadas de Enfermería de la III Sectorial de Ambulatorios. Educación para la Salud. Valencia: Generalitat Valenciana., 1990. 12.Doenges M, Francés M. Guía de Bolsillo de Diagnósticos y Actuaciones de Enfermería. Barcelona: Edic. Doyma, 1992. 13.Gil B. Enfermería Geriátrica Clínica y Practica, Tomo I. Madrid: Paradigma Tec, 1994. 28 2 Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 288 34 28 34 LOS CAMBIOS EN EL ESTADO DEL BIENESTAR: NUEVAS ESTRATEGIAS SOCIOSANITARIAS SOSTENIBLES En este sentido, creemos que la innovación y la creatividad en el ámbito de los servicios sociales va a tener importantes implicaciones para las políticas sociales, en tanto que parece improbable, como apunta Donati (1999), que pueda sostenerse el crecimiento lineal y progresivo de los derechos sociales según la secuencia: “Más democracia = más derechos sociales = más políticas sociales”. Dra. Mª Rosa Roca Castelló Dr. Francisco Ródenas Rigla Dr. Vicente Sanjosé López Dr. Vicente Garcés Ferrer Dr. Eduardo Zafra Galán El presente documento tiene el objetivo de plantear algunas ideas previas que constituirían las bases de un nuevo modelo teórico ubicado entre el sistema sanitario y el de servicios sociales. Trata de esbozar las características del modelo sociosanitario partiendo de una perspectiva heurística y argumentando sobre datos demográficos y proyecciones acerca de la dependencia, el aumento de la demanda y la externalización de servicios sociosanitarios de la población española en los próximos años. 1.- INTRODUCCIÓN La extensa bibliografía que en la década de los noventa se ha generado en torno a la política social y los servicios sociales en España ha posibilitado analizar con precisión los aspectos administrativos, jurídico-sociales, programas y recursos que estructuran y definen el sistema público de servicios sociales. En estos últimos años también se han introducido debates, especialmente en el ámbito académico, sobre aportaciones teóricas como la tercera vía de Giddens (1999) o la cuadratura del círculo de bienestar de George y Miller (1994). Ha sido una etapa muy prolífica en publicaciones descriptivas, sin duda inductoras de la conciencia política hacia problemas todavía sin resolver en el campo jurídico-administrativo de los servicios sociales, tales como: • La falta de codificación de derechos subjetivos. • El desplazamiento progresivo de lo contributivo a favor de lo meramente asistencial en el sistema público. • La indemorable descentralización hacia las administraciones locales de los sistemas públicos de servicios sociales autonómicos, así como la solución de severas desigualdes sociales interterritoriales entre los sistemas autonómicos que están creando agravios comparativos en prestaciones y servicios. Sin embargo, ello no debe ser obstáculo para que nos planteemos nuevos retos que tienen que ver más con la investigación del diseño de servicios sociales y de bienestar en general que, sin lugar a dudas, ayudarán a sentar las bases epistemológicas y metodológicas en esta área de conocimiento y a la sostenibilidad económica, social y política del sistema público de servicios sociales. El problema de la dependencia no es estrictamente de naturaleza social ni de carácter exclusivamente sanitario, sino que plantea la convergencia de servicios e implica la necesidad de coordinación entre ambos ámbitos. También nos disponemos a introducir el concepto de sostenibilidad desde un enfoque social, en tanto que el concepto abarca no únicamente aspectos de naturaleza ambiental sino también socioeconómica y, por supuesto, humana, trascendentales para diseñar la perdurabilidad de las políticas sociales y los recursos futuros del ámbito sociosanitario. El diseño de recursos y programas capaces de afrontar con éxito los problemas de la dependencia, difícilmente podrá escapar a variables tales como la intervención sociosanitaria, la calidad del servicio y la proximidad del mismo respecto de sus destinatarios con el fin de vertebrar y objetivar su eficacia. 2.- LOS CUIDADOS DE LARGA DURACIÓN: UN PROBLEMA ASOCIADO A LA DEPENDENCIA La atención sociosanitaria es sustancialmente un problema de organización de cuidados de larga duración. A principios de la década de los 80 la preocupación sobre este tipo de cuidados comienza a ocupar un espacio en los debates que sobre políticas de bienestar mantienen los países miembros de la OCDE. Aunque de hecho durante esta etapa no se contempla todavía la provisión futura de los cuidados como un problema especialmente significativo, si se plantean las considerables implicaciones que para la política social tiene el envejecimiento poblacional de las sociedades más desarrolladas. Las proyecciones que entonces se realizaron auguraban un declive de la proporción de personas en edad laboral y un aumento Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 290 significativo del grupo de población que comenzaría a recibir pensiones de jubilación y demandaría una cantidad de cuidados sanitarios por encima de la media. Finalmente, en 1985, la OECD reconoce el problema de la provisión futura de los cuidados personales a los ancianos como un problema a tener en cuenta en el diseño de la política social. En la década de los 90, estos temas son eclipsados por las condiciones económicas de esos años que ponen a la cabeza de la agenda política el déficit público y el creciente desempleo estructural. El problema sobre la provisión futura de los cuidados de larga duración se irá configurando a medida que los países necesitan aumentar el control sobre los costes sanitarios y sociales, una mayor eficiencia en la utilización de estos servicios y mayor atención a las necesidades más urgentes (OECD, 1995). La justificación de la necesidad de atención sociosanitaria de larga duración para personas con enfermedades crónicas y terminales, discapacitados y mayores dependientes, y la consiguiente permeabilidad entre los diques que separan actualmente el sistema sanitario y el de servicios sociales podemos encontrarlas, en parte, en determinados indicadores demográficos y factores sociales vinculados con la supervivencia y la longevidad en España. Entre estos indicadores destacamos los siguientes: (a) Envejecimiento de la población (en especial, crecimiento de los mayores de 80 años).- En 1999 había en España 40.202.160 habitantes, el 16.2% de los mismos tenía 65 ó más años, y las previsiones para los próximos años indican un crecimiento constante. Así, en el año 2010 los mayores representarían el 18% del total de población, en 2025 el 22% y casi el 30% en 2040. Las previsiones para la población mayor de 80 años, que constituían el 3.5% en 1999, establecen cifras del 5% en el año 2010, 6% en 2025 y 8% en 2040 (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2001). El ritmo de crecimiento de la población con 80 y más años supera en gran medida al conjunto de la población de 65 y más años; de tal forma, que mientras entre 2001 y 2026 se espera un crecimiento del 29.5% para el grupo de mayores de 65 años, la población de 80 y más años crecería un 58.7% (proyecciones de la Población Española, Instituto de Demografía del CSIS, citado en el Informe del Defensor del Pueblo, 1999). Los datos de distribución geográfica de la población con 65 ó más años por Comunidades Autónomas muestran grandes diferencias territoriales (figura 1). Así, las Comunidades con menor porcentaje de mayores de 65 años, en torno al 10%, son Melilla, Canarias y Ceuta. Por debajo de la media nacional (16% en 1998) también se encuentran Andalucía, Madrid, Baleares y la Comunidad Valenciana. Por el contrario, Castilla y León, Aragón y Asturias presentan porcentajes superiores al 20%. Por otra parte, aunque el mayor número de personas mayores de 65 años vive en ciudades (4.2 millones), el problema del envejecimiento se acentúa en los municipios de menos de 2000 habitantes dónde este grupo supera el 25% de la población total (IMSERSO, 2001). Total España Melilla Ceuta C. Valenciana País Vasco Navarra Murcia Madrid La Rioja Galicia Extremadura Cataluña Castilla y León Castilla-Mancha Cantabria Canarias Baleares Asturias Aragón Andalucia 0 5 10 15 20 25 Figura 1. Población con 65 ó más años en 1998, por Comunidades Autónomas (Fuente: Elaboración propia con datos del IMSERSO, 1999) El envejecimiento está motivado, por una parte, por el descenso de las tasas de mortalidad infantil y general (más personas llegan a los 65 ó más años) y, por otra, por el descenso de la población joven a consecuencia de la fuerte caída de la fecundidad. Con relación a este último aspecto, España es un país con una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo, siendo 1.07 el número medio de hijos por mujer, mientras que el umbral de reemplazo generacional (2.1) no se alcanza desde 1981 (IMSERSO, 2001). Con el actual ritmo de nacimientos y defunciones, se calcula que España empezará a perder población hacia el año 2010, si no se modifican los comportamientos reproductores o se incrementa el crecimiento de la población inmigrante. La Unión Europea también envejece rápidamente. La oficina europea Eurostat ha venido observando que el crecimiento natural es muy bajo; en 1999 nacieron 29 50 40 30 20 10 0 UE- AlemAust Bélgi Dina Espa Finla Fra Grec Irlan Ita Luxe País Port Rein Sue 15 ania ria ca marc ña ndia cia ia da lia mbur es ugal o cia 2020 20,6 21,7 19,9 19,8 18,6 19,8 23,1 20,6 20,6 14,5 23,2 17,9 18,9 17,9 18,9 22,1 2000 16,2 16,1 15,4 16,7 14,7 16,7 14,9 15,9 17,1 11,2 18 14,6 13,6 15,3 15,6 17,3 2000 2020 Figura 2. Estimación del crecimiento de la población con 65 ó más años en la Unión Europea, 2000-2020 (% sobre la población total). (Fuente: Eurostat, 1999) Por último, entre las tendencias relacionadas con los cambios demográficos y sociales que van a afectar al cuidado de las personas dependientes en los países más 82 80 78 76 74 72 70 68 Varones Suecia Reino Unido Portugal Países Bajos Luxemburgo Italia Irlanda Grecia Francia Finlandia España Dinamarca Bélgica Austria 66 Alemania Otro factor vinculado con el envejecimiento de la población es la esperanza de vida al nacer. En la UE, entre 1980 y 1997 dicha esperanza ha aumentado en 3.6 años para los varones y 3.4 años para las mujeres, situándose en 1997 en 74.1 años para los primeros y 80.5 años para las mujeres (figura 3). En España la esperanza de vida al nacer pasó de 33.9 y 35.7 años en 1900 para varones y mujeres, respectivamente, a 74.4 y 81.6 en 1997. La esperanza de vida para las personas de 65 años alcanza los 16 años para varones y los 19.8 para mujeres. Ante esta situación, la mujer en España puede encontrarse con una viudedad media de 7 a 10 años, como consecuencia no sólo de su menor mortalidad sino también de un efecto cultural, la costumbre social de separación de varios años con el varón al casarse (IMSERSO, 2001). 84 UE-15 alrededor de 4 millones de personas y murieron 3.7 millones. A éstas 300.000 personas resultantes de este crecimiento natural de la población se unieron aproximadamente 700.000 inmigrantes. La UE necesitaría el doble de inmigrantes, 1.4 millones al año, para reponer su población activa y seguir manteniendo las pensiones de su población inactiva. En el año 2000 entre los países en los que el porcentaje de personas de 65 y más años superaba la media europea (16.2%) se encontraban, además de España (16.7%), Italia (18%), Suecia (17.3), Grecia (17.1) y Bélgica (16.7%) (figura 2). La proyección para 2020 sitúa dichos porcentajes en el 23.2% para Italia, 23.1% en Finlandia y 22.1% en Suecia. Mujeres Figura 3. Esperanza de vida al nacer en los países de la Unión Europea en 1997, en función del sexo. (Fuente: Elaboración propia con datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1999) desarrollados, entre ellos los de la UE, analizadas por organismos internacionales como la OECD (1998) podríamos destacar las dos siguientes: el aumento en las tasas de dependencia de las personas mayores y el incremento en el número de personas mayores que viven solas. Las personas viven más años, como ya hemos señalado, y las tasas de dependencia de las personas mayores aumentan. En el contexto europeo, la tasa de dependencia de la población joven descenderá en tres puntos, de un 35% para el año 2000 a un 32% para el 2020. Mientras, la tasa de dependencia de la población europea de más edad soportará un incremento progresivo, pasando del 26.7% en el año 2000 a más del 52% en 2040. Estas cifras ocultan importantes diferencias entre los países miembros de la UE, en cuanto al tamaño y ritmo de crecimiento de las tasas de dependencia. Así, en el año 2040 las tasas varían entre el 36% de Irlanda y el 64% de Italia, seguida de España con el 55.7%. Esta situación implica que dentro de 40 años habría menos de dos personas en edad laboral para mantener a cada jubilado, aumentando los problemas de financiación de los gastos destinados a hacer frente a las necesidades sociosanitarias de los mayores (OECD, 1998). Pero también alteran el proceso de provisión de cuidados sociales con la aparición de familias de cuatro generaciones (hijos, padres, abuelos y bisabuelos) que reemplaza el modelo de tres generaciones de la segunda mitad del siglo. Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 292 El aumento de las personas mayores que viven solas eleva la demanda de servicios de proximidad. Respecto a este último dato, en el conjunto de la UE en 1995 el 28% de las personas de 65 a 79 años vivían solas, porcentaje que alcanza el 45% entre los mayores de 80 y más años (Eurofocus, 1999). De media, uno de cada tres ancianos vive solo en la Unión Europea, aunque en países como Dinamarca, Suecia, Finlandia y Alemania el porcentaje de hogares unifamiliares con un anciano alcanza el 40%. Por el contrario, en los países meridionales con una presencia social mayor de la familia, como España y Portugal, el porcentaje de mayores que viven solos es el más bajo de la UE (inferior al 20%). Concretamente en España, entre el 14 y 16% de los mayores viven solos, lo que supone aproximadamente un millón de mayores viviendo solos (IMSERSO, 2001). (b) Incremento del número de personas dependientes.- Cada vez es más patente en nuestra sociedad un incremento del número de personas dependientes (la dependencia como nueva necesidad social sobrevenida). El término dependencia se refiere, en el contexto de la protección social, a la necesidad de atención y cuidados que precisan las personas que no pueden hacer por sí mismas las actividades de la vida diaria (AVD). El Consejo de Europa propuso en 1998 la siguiente definición: “son personas dependientes quienes, por razones ligadas a la falta o a la pérdida de capacidad física, psíquica o intelectual, tienen necesidad de una asistencia y/o ayuda importante para la realización de las actividades de la vida diaria” (citado en Defensor del Pueblo, 1999). Los países que han desarrollado sistemas de protección vinculados con la dependencia suelen identificar “ayuda importante” con “ayuda de otra persona”. Debido al escaso desarrollo teórico del término dependencia, en algunos contextos, se ha equiparado dicho término con discapacidad. Las diferentes definiciones que existen sobre discapacidad se centran en las limitaciones que ésta puede tener sobre la actividad diaria de un individuo. Hasta el momento, la definición general de discapacidad más comúnmente aceptada es la propuesta por la OMS en la Clasificación Internacional de Deficiencia, Discapacidad y Minusvalía: “una discapacidad es cualquier restricción o falta de capacidad (resultado de una deficiencia) para realizar una actividad considerada normal para un ser humano” (citado en Gudex & Lafortune, 2000, p. 13). Esta definición se enfrenta a problemas como “qué actividades” y “qué grado de limitación” debería utilizarse en la operativización de la misma. En la Unión Europea se estima que el número de personas afectadas directamente por alguna forma de discapacidad está próximo al 10% de la población, porcentaje que representa en la actualidad unos 37 millones de personas (Comisión Europea, 2000). En España, la Encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999, publicada por el Instituto Nacional de Estadística en 2000, calcula que el número de personas discapacitadas es de 3.528.221, lo que supone un 9% de la población total. Existen grandes diferencias por grupos de edad, así la tasa de discapacidad por cada 1000 habitantes entre 6 y 64 años es del 45.9, mientras que entre la población de 65 y más años alcanza el 322.1 (figura 4). Con el crecimiento de la población de más edad aumenta la proporción de personas dentro de este grupo que se encuentran en situación de riesgo con respecto a su salud; ello no se debe a la edad en sí misma, sino a la 80 y más años 65-79 años 45-64 años 16-44 años 0-15 años 0% 20% 40% 60% 80% 100% 0-15 años 16-44 años 45-64 años 65-79 años 80 o más años Mujeres 57.077 220.769 438.561 818.137 520.707 Varones 60.783 298.726 379.652 502.396 231.413 Figura 4:Personas discapacitadas en España (Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta sobre Discapacidades, Deficiencias y Estado de Salud 1999, INE 2000) 29 mayor incidencia de enfermedades invalidantes y de la discapacidad. Si la reducción de la mortalidad es mayor que la reducción de la morbilidad, entonces el aumento de la esperanza de vida conduce a un aumento de la dependencia (Jacobzone, 1999). Sin embargo, se prevé que la dependencia grave dentro de este grupo de edad no aumente en las próximas décadas, como consecuencia de una mayor y mejor atención sanitaria así como por la inmediata accesibilidad a estos servicios; pero, la dependencia moderada podría convertirse en una carga y obstaculizar que las personas mayores puedan vivir de forma independiente y autónoma. grupo de edad), del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo y del aparato digestivo (figura 6). Mientras que entre los mayores de 65 años predominan las enfermedades relacionadas con los órganos de los sentidos (por ejemplo, cataratas) y el aparato circulatorio. En los mayores también destacan enfermedades relacionadas con tumores malignos y enfermedades respiratorias. Anomalias congénitas Enfermedades del sistema osfeomuscular y del tejido conjuntivo Enfermedades aparato digestivo Tanto entre la población mayor de 65 años con entre los menores de esta edad el desarrollo de las enfermedades crónicas y degenerativas ha pasado a constituir una de las causas más frecuentes de dependencia. En todas las regiones más desarrolladas del planeta se pasa actualmente por una transición epidemiológica donde las principales causas de mortalidad están variando desde el predominio de las enfermedades infecciosas y parasitarias hacia las enfermedades crónicas y degenerativas en la edad adulta (ONU, 1999). Lo cierto es que el éxito en el tratamiento médico de algunas enfermedades como el SIDA o el cáncer transforma la enfermedad mortal en problemas de salud, que implican cuidados de larga duración para ayudar a la persona a que pueda desempeñar algunas de sus principales actividades personales y domésticas diarias. Las personas que se encuentran en esta situación utilizan en mayor medida recursos sociales y sanitarios. Estas enfermedades vinculadas a otras patologías como la hipertensión, diabetes, enfermedades crónicas respiratorias, problemas musculares y óseos, así como la depresión y otros trastornos mentales, exigen importantes recursos adicionales. En el contexto español, si consideramos los diagnósticos definitivos de las personas que pasaron por centros hospitalarios, las enfermedades vinculadas con el aparato digestivo, las enfermedades del aparato circulatorio y respiratorio suponen casi el 300 ‰ del total de patologías (afectaron a 1.359.327 personas de un total de 4.422.263 enfermos). Los tumores malignos afectaron a más de 241.000 personas (54.7 ‰) y las enfermedades mentales a 105.284 (23.8 ‰) (Figura 5). De cada 1000 diagnósticos de anomalías congénitas 644 hacen referencia a menores de 14 años. El grupo de población más amplio, de 15 a 64 años, está más representado en enfermedades mentales (de cada 1000 diagnósticos de trastorno mental 813 pertenecen a este Enfermedades aparato respiratorio Enfermedades aparato circulatorio Enfermedades del ojo y sus anexos Trastornos mentales Tumores malignos 0 20 40 60 80 100 120 Figura 5: Distribución de enfermos dados de alta en 1997 en centros hospitalarios, según su diagnóstico definitivo (Fuente: Elaboración propia con datos dela encuesta de morbilidad hospitalaria, INE 2000). Con relación a la percepción de salud, sólo un 38.2% de los mayores de 65 años afirma no tener enfermedades crónicas, frente a un 73.5% del grupo de población activa (16-64 años). Un 27.3% de los mayores de 65 años dicen tener dos o más enfermedades crónicas, frente a un 6.9% de la población de entre 16 y 64 años (figura 7). Entre las personas que declararon tener alguna enfermedad crónica, casi el 40% de los mayores de 75 años encontraron limitaciones para desarrollar sus actividades habituales, frente al 24.2% de la población de entre 16 y 64 años (figura 8). En el informe del Defensor del Pueblo (1999) se cuantifica el riesgo de dependencia en España en 1.839.000 personas, de las que aproximadamente un millón estaría en una situación de dependencia grave. Entre la población mayor de 75 no institucionalizada, según datos de la Encuesta Nacional de Salud 1997, el 12.6% necesita ayuda para ducharse o bañarse (un 2.6% no puede hacerlo), el 6.2% para preparar su propia comida (un 4.1% no puede hacerlo), el 5.4% para andar (el 12.9% para andar durante una hora seguida) y el 3.4% para levantarse de la cama y acostarse (un 1% no puede hacerlo). Otros informes, en concreto el del IMSERSO (1999), establecen que la población mayor de 65 años que necesitaría ayuda de terceras personas para la realización de alguna actividad de la vida diaria en el año 2000 ascendía a 2.3 millones de Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 294 Anomalías congénitas Enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conjuntivo Enfermedades aparato digestivo 65 o más años Enfermedades aparato respiratorio 15-64 años Enfermedades aparato circulatorio 0-14 años Enfermedades del ojo y sus anexos transtornos mentales Tumores malignos 0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 Figura 6: Distribución de enfermos dados de alta en 1997 en hospitales, por cada 1000 diagnósticos referidos a cada grupo de enfermedad, en función de la edad (Fuente: Elaboración propia con datos dela encuesta de morbilidad hospitalaria, INE 2000) personas, mientras que la dependencia grave alcanzaría a 764.624 personas. A estas cifras habría que sumar unas 550.000 personas de entre 15 y 64 años con algún tipo de dependencia, de las que aproximadamente 137.500 tendrían una dependencia grave para cuidados personales, tareas domésticas o asuntos propios. 65 Ninguna Una Dos Tres o más N/C 65 o más años 16-64 0% 20% 40% 60% 80% 100% Figura 7: Número de enfermedades crónicas diagnosticadas según grupos de edad (percepción de estado de salud) (Fuente: Elaboraciónpropia con datos de la encuesta Nacional de Salud 1997, Ministerio de Sanidad y Consumo 1999) (c) Crisis del apoyo informal.- En el marco de la Unión Europea, la organización de la atención a las personas dependientes difiere enormemente entre los Estados miembros, aunque en todos ellos la mayoría de las personas que necesitan asistencia y cuidado permanente reciben atención en el hogar por parte de sus familiares, principalmente por mujeres. En España, la mayoría de los cuidados que precisan las personas dependientes es asumido por familiares y allegados, es decir, que los realiza el denominado apoyo informal, que ha permanecido en la invisibilidad durante mucho tiempo. En el caso de personas mayores, el 86.5% del total de cuidados que reciben provienen de este tipo de apoyo, situación que cambiará en los próximos años de forma radical. En nuestro país, según datos del último informe del IMSERSO (2001), el apoyo informal es prestado dentro de la familia principalmente por mujeres, y sobre todo por hijas, en la mayoría de los casos a diario. El perfil de cuidadora (82%) es una mujer adulta (45-64 años), con escaso nivel de instrucción y dedicada a las actividades domésticas. Esta situación ha acarreado diversos problemas en el núcleo familiar, reduciendo el tiempo dedicado a un trabajo remunerado o incluso propiciando su abandono (y por lo tanto perdiendo poder adquisitivo), interrumpiendo el curso normal de su vida familiar y soportando fuertes estados de estrés. Tal como plantea Durán (2000), en sólo 10 años el número de “amas de casa” ha descendido en un millón, por lo que, si la atención de los enfermos ha de planificarse a corto y medio plazo, el sistema de cuidados de larga estancia no puede seguir descansando, como lo ha hecho tradicionalmente, en la reserva estructural de una mano de obra femenina en los hogares, porque esta reserva ya no existe en la mayoría de los hogares jóvenes. Es más, otros autores como Peñalver (2000) afirman que hacia el año 2040 este sistema de cuidados habrá desaparecido, derivando en un incremento de la externalización de servicios sociosanitarios. Otras cuestiones que influyen considerablemente en la provisión futura de cuidados de personas dependientes son la reducción progresiva del tamaño de las viviendas y, sobre todo, las grandes transformaciones ocurridas en los modelos de familia. Crece la proporción de niños de familias “monomarentales” 29 80,0% 60,0% 16-64 64-74 40,0% 75 o más años 20,0% 0,0% Si No N/C 16-64 24,2% 75,7% 0,2% 64-74 31,6% 67,9% 0,5% 75 o más años 39,0% 61,0% 0,0% Figura 8: Limitaciones de las actividades en los últimos 12 meses por enfermedades crónicas diagnosticadas (percepción estado de salud) (Fuente: Elaboraciónpropia con datos de la encuesta Nacional de Salud 1997, Ministerio de Sanidad y Consumo 1999) y los cuidados a la infancia y las políticas de apoyo por paternidad/maternidad cobran importancia para el bienestar de las mismas, debido al aumento de los hogares donde los dos miembros aportan un salario. La disponibilidad de cuidadoras informales potenciales de enfermos se reduce, en parte, como consecuencia de la creciente incorporación de la mujer a la población activa y al mercado laboral. De hecho, la mejora global de la tasa de actividad en España se debe principalmente a la incorporación de población femenina, ya que se ha pasado de una tasa de actividad en mujeres del 34.8% en 1993 al 39.9% en 2000 (figura 9); si bien la tasa de paro femenina sigue siendo muy alta (19.9%, en el IVº Trimestre de 2000, frente al 9.5% en los varones). No obstante, la diferencia con la tasa media de actividad femenina de la UE es aún elevada (dicha tasa era del 46.5% en 1999, según el último dato disponible en Eurostat, aunque en países como Dinamarca alcanza el 60%), así como las tasas de paro femenino (9.6% en la UE-15). Estas cifras denotan que el proceso de incorporación de la mujer a la actividad laboral aún se encuentra en fase de expansión en nuestro país (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2001). Las mujeres que trabajan fuera del hogar se ven sobrecargadas al asumir roles y responsabilidades tanto económicas como de cuidadoras (Nakano, 2000). Paralelamente, son muchas las familias que no poseen los suficientes recursos económicos para poder pagar a un cuidador, ya que los principales proveedores de estos cuidados son entidades privadas, y los servicios de las administraciones central y autonómica son inadecuados e insuficientes, produciéndose una situación de quiebra de la solidaridad familiar. La mayoría de familias que buscan ayuda pública en el sistema de servicios sociales chocan, como se señala en el Informe del Defensor del Pueblo (1999), con el “muro de los baremos”. Éstos suelen establecer requisitos muy rigurosos para poder acceder a los servicios públicos, pero que nada tienen que ver con la circunstancia objetiva de necesitar ayuda para desarrollar las actividades de la vida diaria, lo que provoca que el destino final de las solicitudes en muchos casos sea una lista de espera. De esta forma, las actuales políticas sociales han marginado la incalculable contribución socioeconómica al bienestar de las familias, que han proporcionado cuidados y atención a las personas dependientes y que no han supuesto coste alguno para el erario público. El desafío futuro para los cuidados de larga duración de personas dependientes debería obligar a una mejor integración y coordinación de los servicios formales (sociales y sanitarios) y de la ayuda informal que garantice un nivel de atención digna y equilibrada para todos, personas dependientes y cuidadores. Además de los problemas asociados a la financiación futura para las personas que necesitan cuidados de larga duración, se hace patente la necesidad de introducir cambios sustanciales que reorganicen los sistemas tradicionales de servicios que hasta ahora han proporcionado los cuidados de larga duración. Los sistemas sociales y sanitarios están resultando insuficientes para cubrir las actuales demandas crecientes y se percibe un desequilibrio en los servicios existentes. Respecto a este Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 296 80,0% 60,0% 40,0% 4º Trim. 1993 20,0% 4º Trim. 1997 4º Trim. 2000 0,0% Ambos sexos Varones Mujeres 4º Trim. 1993 49,0% 64,3% 34,8% 4º Trim. 1997 50,0% 63,1% 37,8% 4º Trim. 2000 51,4% 63,9% 39,9% Figura 9: Tasa de actividad en España en función del sexo (Fuente: Elaboración propia con datos de la encuesta de población activa, INE 2001) último aspecto, en España contamos con fuertes desequilibrios en cuanto a presupuesto, recursos humanos, técnico-científicos y de organización entre el sistema de salud y el de servicios sociales, tanto en la administración central como autonómica y local. Asimismo, se asume que los sistemas tradicionales existentes se han inclinado demasiado hacia soluciones institucionales que han derivado la provisión de cuidados de larga duración hacia hospitales y residencias, soluciones que no han demostrado ser las más apropiadas desde una perspectiva técnica, financiera y humana. 3.- BASES TEÓRICAS DEL MODELO SOCIOSANITARIO SOSTENIBLE El modelo sociosanitario sería capaz de ofrecer atención social y sanitaria al mismo tiempo, atendiendo a personas ancianas con múltiples patologías degenerativas, personas discapacitadas, enfermos crónicos graves con un elevado grado de deterioro o terminales, disminuyendo significativamente su coste al invertir más en lo socioasistencial que en diagnóstico, tratamiento médico y estancia hospitalaria. Este nuevo sistema lo constituirían un conjunto de recursos y acciones que tienen el objetivo de organizar, planificar, financiar y proveer cuidados y acciones dirigidos a atender de forma integral a personas dependientes. Este modelo tendría que ahondar sus raíces en las siguientes bases: proyección de desarrollo sostenible, máxima eficiencia, innovación y calidad total, y proximidad. 3.1.- PROYECCIÓN DE DESARROLLO SOSTENIBLE Las consecuencias derivadas de factores sanitarios, laborales y sociodemográficos expuestas explican, parcialmente, que tanto el sistema de pensiones, el sistema público de salud y el sistema público de servicios sociales sean insostenibles en el tiempo; es decir, son susceptibles de entrar en quiebra tanto desde un punto de vista social como económico al no poder seguir manteniendo el principio de universalidad. Sus costes se dispararán, a no ser que encontremos recursos heurísticos capaces de mejorar su eficiencia, manteniendo su sostenibilidad económica, social y política. Ello implica una revisión de los modelos económicos clásicos, posicionándose a favor de otros alternativos basados en la prevención e innovación, con el fin de superar aspectos de masificación sanitaria, como sucede con el modelo hospitalocéntrico. La justificación previa nos lleva a la siguiente conjetura: el crecimiento exponencial y en paralelo de nuestros sistemas social y sanitario por separado, ¿no llevará a una satisfacción de las necesidades de la generación presente, comprometiendo la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas propias?, ¿no sería un planteamiento estrictamente algorítmico apartado del concepto de desarrollo humano? El modelo sociosanitario sostenible no parte de la premisa de que el crecimiento económico conlleva directamente un incremento del bienestar material y logro económico, sino que asume que a partir de unos recursos que se prevén limitados, el ser humano debe ser capaz de reasignarlos racionalmente con el fin de maximizar sus necesidades. 29 3.2.- MÁXIMA EFICIENCIA ¿Cómo podemos ser eficientes dentro de un modelo sociosanitario? La respuesta se dirige, en la actualidad, a la posibilidad de medición y evaluación económica, conociendo los costes e incrementando la eficacia. ¿Cómo estamos resolviendo ahora las situaciones de dependencia? Por parte de la Administración pública por medio de dos sistemas de protección que funcionan independientemente cuando no de forma solapada: • El sistema público de salud, a través de prestaciones económicas y en especie y de la hospitalización. • El sistema público de servicios sociales, a través de recursos de atención primaria y especializada, como la ayuda a domicilio, teleasistencia, residencias, viviendas tuteladas y centros de día, fundamentalmente. El gasto social residencial, que podría situarse en torno a las 5.000 pesetas/día (aproximadamente 1.800.000 pesetas por plaza al año) y domiciliario, estimado en unas 60.000 pesetas por persona al mes con dos horas de asistencia diaria (unas 720.000 pesetas por persona y año), se dispara si tomamos como referencia el número de personas con problemas de dependencia. Pero lo que realmente se incrementa de forma insostenible en casi seis veces más es el gasto hospitalario, ya que una hospitalización en un centro de agudos viene a costar al sistema público de salud entre 40 y 60.000 pesetas por día lo que significa un coste anual medio de 14 ó 15 millones ; sobre todo para el caso de enfermedades crónicas, terminales y degenerativas. El problema es que no tenemos realmente previstos recursos sociosanitarios alternativos que cubran las necesidades de estas personas. 3.3.- INNOVACIÓN Y CALIDAD TOTAL La teoría del caos o de la complejidad constituye un ejemplo significativo susceptible de ser aplicado a la construcción y el diseño de recursos sociosanitarios desde una perspectiva innovadora. No descubrimos nada nuevo si afirmamos que para la innovación es requisito imprescindible buscar interdependencias entre disciplinas, lejos de la linealidad causa-efecto determinista y de la unidimensionalidad monodisciplinar que chocaría contra la dinámica compleja de los sistemas. Aplicando la teoría de la complejidad al modelo sociosanitario, tanto pacientes, médicos, personal de enfermería, dirección del centro, así como la familia, representan modelos internos y agentes en movimiento que están condicionando el proceso y el resultado final relativo a la eficiencia y satisfacción del paciente. En el modelo sociosanitario valoramos tanto los aspectos de apoyo social y psicológico como los factores médicos y paliativos. Existe un principio de validez, fundamental para la eficacia y la efectividad del mismo, de ambos conocimientos y, además, asume que la ausencia de uno u otro interfiere negativamente en la recuperación del enfermo. Desde el modelo sociosanitario, efectividad e innovación constituyen dos características que forman un híbrido. Sin la innovación sociosanitaria no habrá reducción de costes sanitarios, difícilmente podrá cumplirse el criterio de sostenibilidad, y el sistema de servicios sociales ocupará cada día un papel recesivo y subsidiario. Tanto la reducción de costes como la innovación, dentro de un modelo de calidad total, podrían impulsarse a través de tres vías: • Creando programas y recursos de naturaleza sociosanitaria localmente accesibles, disminuyendo el gasto sanitario y aumentado la prevención a través de recursos sociales y sanitarios combinados • Extendiendo la red de programas y recursos del sistema público de servicios sociales. • Impulsando la investigación en el área de Trabajo Social y Servicios Sociales. 3.4.- PROXIMIDAD El último de los pilares cruciales del modelo sociosanitario que proponemos es la implementación de dichos recursos y su inversión en el ámbito local, con lo que, de hecho, no se hace sino seguir las recomendaciones de la Comisión Europea para crear empleos y servicios de proximidad. La proximidad podría definirse como el criterio que posibilita que el espacio entre el que recibe el servicio y el que lo presta sea inexistente. Este criterio es tan imprescindible para diseñar los servicios sociosanitarios de asistencia y de relación personal, como los relativos a las comunicaciones, los equipamientos y espacios públicos en general. En realidad, la proximidad supone una característica del modelo que tiene que ver directamente con su eficacia y su eficiencia. La eficacia del modelo sociosanitario se alcanza cuando la persona consigue mejorar su salud y su bienestar permaneciendo en su contexto vital. Ello va directamente unido a la eficiencia, es decir, la relación entre el impacto real del servicio y su coste de producción; la idoneidad y el coste son los factores que vertebran la eficiencia. Si la utilización del recurso no ha sido idónea el coste se incrementa y baja la efectividad. La idoneidad está a su vez vinculada con una metodología de intervención totalmente integrada y con la accesibilidad del recurso. Este último criterio guarda estrecha relación con la posibilidad de que el consumidor potencial obtenga el servicio en el lugar, Humanización de la Atención Sociosanitaria 298 momento, cantidad y coste razonable que necesita, y en la eliminación de barreras geográficas, organizativas, sociales y culturales de los recursos. Si las autoridades políticas son capaces de legislar procesos de transferencia relativa a infraestructura administrativa y financiera hacia los entes locales, la creatividad, la prevención, la coordinación sociosanitaria, la participación y la autogestión serán más factibles y más efectivas. El ente local pasa así a ser el contexto donde los problemas sociosanitarios pueden ser resueltos de forma holística e integrada, desde una perspectiva ecológica en servicios de bienestar, es decir, compactando los programas sociales como son los de trabajo, educación, salud, vivienda, justicia, maximizando objetivos y rentabilizando recursos. 4.- CONCLUSIONES Nuestro punto de vista enfatiza que es necesario superar el debate entre Estado del bienestar y Sociedad del bienestar y ubicarse en la realidad del pluralismo del bienestar, apostando por las actuaciones eficientes con participación del Estado, sociedad y mercado, pero donde el primero arbitre y controle a los restantes. La propuesta que hacemos es la de un modelo sociosanitario capaz de ejercer transveralidad y transdisciplinariedad entre el sistema de salud y los servicios sociales en programas y recursos para personas dependientes y enfermas que necesitan cuidados de larga duración. El modelo sociosanitario se asienta en una serie de pilares: (1) La sostenibilidad, que como paradigma emergente constituye una nueva forma de entender las relaciones entre las personas y su entorno, y que desde una perspectiva social implica priorizar la satisfacción psicológica y social de las personas y su calidad de vida, por encima de procesos algorítmicos. (2) La eficiencia, a través de la reordenación y coordinación de los recursos y programas de los sistemas social y sanitario. (3) La innovación, por medio de aportaciones teórico-prácticas recíprocas desde distintas disciplinas, siempre contando con la aplicación de programas de evaluación de la calidad total y la excelencia de recursos. (4) La proximidad. Este modelo intenta aportar ideas para diseñar nuevos programas comunitarios que podrían aplicarse desde un ámbito local, lo que haría del programa o del recurso un instrumento humano, sostenible y eficiente. 29 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Gutiérrez A, Garcés J. Los Servicios Sociales en las Comunidades y Ciudades Autónomas. Valencia: Tirant Lo Blanch, 2000. 2.Muñoz S, García Delgado JL, González Seara L. Las estructuras del bienestar en Europa. Madrid: Escuela Libre Editorial y Civitas, 2000. 3.Alemán C. Fundamentos de Bienestar Social. Valencia: Tirant Lo Blanch, 1999. 4.Muñoz S, García Delgado JL, González Seara L. Las estructuras del bienestar. Madrid: Escuela Libre Editorial y Civitas, 1997. 5.Alonso JM, Gonzalo B. La asistencia social y los servicios sociales en España. Madrid: Boletín Oficial del Estado, 1997. 6.Alemán C, Garcés J. Política Social. Madrid: McGraw-Hill Interamericana, 1997. 7.Alemán C, Garcés J. Fundamentos de Bienestar Social. Valencia: Tirant Lo Blanch, 1996. 8.Giddens A. La tercera vía. La renovación de la socialdemocracia. Madrid: Taurus, 1999. 9.George V, Miller S. Social Policy towards 2000: Squaring the welfare circle. Londres: Routledge, 1994. 10.OECD. Social protection for dependent elderly people: Perspectives from a review of OECD contries, in Labour market and social policy. Occasional Paper, nº 16. París: 1995. 11.Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Guía de Ayudas Sociales para las Familias. Madrid, 2001. 12.Defensor Del Pueblo, Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y Asociación Multidisciplinaria de Gerontología. La atención sociosanitaria en España: perspectiva gerontológica y otros aspectos conexos. Madrid, 1999. 13.IMSERSO. Las personas mayores en España: Informe 2000. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2001. 14.OECD. Long term care services to older people, a perspective on future needs: The impact of an improving health of older persons. In: Ageing Working Papers, 4.2. París, 1998. 15.Eurofocus, nº 36/99, 8-15 noviembre de 1999. 16.Gudex C, Lafortune G. An Inventory of Health and Disability-Related Surveys in OECD Countries, in OECD. Labour Market and Social Policy, Occasional Papers, 44. Paris, 2000. 17.Comisión Europea. Hacia una Europa sin barreras para las personas con discapacidad. Bruselas: COM, 2000. 18.ONU (Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, División de Población). Salud y mortalidad: Informe conciso. Nueva York, 1999. 19.Biglino L. Encuesta Nacional de Salud 1997. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo, 1999. 20.IMSERSO. La protección social de la dependencia. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1999. 21.Durán MªA. Los costes invisibles enfermedad. Bilbao: Fundación BBV, 2000. de la 22.Miller WL. Understanding Change in Primary Care Practice Using Complexity Theory. Journal of Family Practice 1998; 6 (5). 2 Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 300 35 30 35 LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA: UN ENFOQUE DE ACCIÓN M U L T I D I S C I P L I N A R Dr. Eduardo Zafra Galán Dra. María Ana Martínez Martínez Dra. Rosa Mª Roca Castelló Dr. Marciano Gómez Gómez Dra. Juana Cantero Llorca Dra. Elisa Tarazona Giner 1.- INTRODUCCIÓN El desarrollo tecnológico y científico ha mejorado nuestras vidas pero plantea también nuevas consecuencias, entre otras, la hegemonía de las enfermedades crónicas. Muchos procesos patológicos que actualmente constituyen causas de muerte importante, como los cánceres o enfermedades de alta letalidad y rápida progresión como el SIDA, con el avance científico pasarán cada vez más a ser consideradas enfermedades crónicas, alargándose la vida de estos pacientes y llegando a estar controladas en muchos casos, aunque no se pueda hablar claramente de curación. Por otra parte, en todos los países desarrollados, fruto de una mejor distribución de la riqueza, la esperanza de vida ha crecido de manera notable, siendo España uno de los países con una mayor esperanza de vida del planeta. Esta situación, en un principio muy favorable desde el punto de vista de la calidad de vida de un país, provoca, sin embargo, problemas emergentes como es el aumento de la dependencia y la falta de autonomía, puesto que a partir de los 80 años aumentan de manera exponencial las dolencias osteoarticulares invalidantes o las demencias que conllevan una gran dependencia de las personas que las padecen, con mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres. Otros problemas emergentes y que requieren respuestas coordinadas son los derivados del consumo de productos adictivos, asentados en población joven y que van acompañados de otros problemas de salud (SIDA, hepatitis, infecciones, etc.) y problemas de marginación social. El aumento de la inmigración, con las malas condiciones de trabajo y vivienda de los emigrantes, a las que se añaden en algunos casos la presencia de enfermedades de sus países de origen y una situación social de extrema precariedad, también es origen de atención desde la perspectiva sociosanitaria. Por tanto, en la sociedad actual existen múltiples colectivos con problemas de salud, en general crónicos, que afectan a la autonomía de las personas y que requieren abordajes más globales. Si repasamos los distintos planes sociosanitarios de las comunidades autónomas, las directrices de los organismos internacionales o la opinión de los expertos, los grupos susceptibles de atención sociosanitaria serían: • los ancianos frágiles, personas mayores de 65 años sobre todo los de 80 años y más con pluripatología y dependencia. • las personas con alguna enfermedad crónica, grave y problema social añadido. • las personas con enfermedad mental crónica. • las personas con una enfermedad degenerativa en estadíos avanzados en los que se desaconsejan los tratamientos activos y requieren de paliación. • las personas con minusvalía física, psíquica o sensorial. • los grupos de riesgo específicos como menores o mujeres maltratadas. • las personas con problemas de adicción a drogas y que por su situación social presenta problemas de marginalidad. • los emigrantes ilegales, que han quedado en una situación de desprotección social. La característica común de estos colectivos para su atención es la enfermedad y la dependencia y a esta situación de gran desvalimiento se añade una situación social precaria bien por falta de apoyo familiar, bien por falta de recursos económicos. El espacio sociosanitario pretende constituirse en un espacio de referencia de la atención del futuro ya que por una parte aboga por una atención continuada, habida cuenta que los problemas que plantea este tipo de atención son de evolución crónica y por otra parte requiere de una confluencia de distintos conocimientos, servicios y recursos que no puede aportar un solo proveedor. A estas dos características fundamentales de la atención sociosanitaria es necesario añadir un tercer componente, la calidad de atención. Esta tercera característica conlleva necesariamente una formación específica sobre las patologías a tratar, una formación específica en metodología de trabajo interdisciplinar y en manejo de instrumentos de valoración. La formación y los profesionales son el activo más importante de la atención sociosanitaria. La atención sociosanitaria no es una novedad de estos últimos años: ya a finales de los 80 se empezaron a Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 302 alzar voces desde organismos internacionales haciendo una llamada de reflexión sobre el envejecimiento de la población en los países europeos y el aumento de la dependencia que conllevaría las enfermedades crónicas. En nuestra Comunidad se han elaborado distintos planes globales o parciales de atención sociosanitaria que pasamos a enumerar para indicar la trascendencia del tema y la importancia que los poderes públicos le otorgan: • Plan integral de atención sociosanitaria: El plan integral de atención sociosanitaria es el primer intento del gobierno valenciano por diseñar un plan integral de asistencia sociosanitaria, limitado en este caso a la tercera edad. Este plan es del año 1991 y realiza una descripción de los recursos disponibles estableciendo la necesidad de desarrollar planes de formación para los profesionales y sistemas de evaluación del plan, proponiendo la participación comunitaria en su desarrollo. creación y diversificación de otros nuevos y la concienciación de la sociedad acerca del concepto auténtico de la persona mayor, asumiendo el nuevo reto que plantea el cambio de edad de la población. Sus principales líneas de actuación son la integración de los ancianos en el ambiente familiar, las iniciativas para facilitar la permanencia de los mayores en su entorno más próximo, promoción de la salud y tiempo libre y atención institucionalizada a los mayores. Este plan incluye un apartado dedicado a los programas sociosanitarios. • Acuerdo sociosanitario Generalitat Valenciana 2001: Tiene como objetivo fijar las bases necesarias en el ámbito de la Comunidad Valenciana, estableciendo las áreas de actuación (usuario sociosanitario), líneas de actuación de carácter educativo y preventivo, de carácter asistencial, programas de coordinación, programas de Formación e Investigación, programas de acreditación. • PALET: El programa PALET (paciente anciano, paciente no anciano con enfermedad de larga evolución y paciente terminal) es el primer programa que reorganiza los servicios sanitarios estableciendo circuitos asistenciales para la atención integral de los tipos de pacientes subsidiarios del mismo. Define la aparición de determinados dispositivos asistenciales (unidades médicas de corta estancia, unidades de hospitalización domiciliaria) y la reorganización de otros ya existentes (hospitales de media y larga estancia). Este programa está en funcionamiento desde el año 1993 y se considera como uno de los programas sociosanitarios pioneros en España (Informe del defensor del pueblo sobre atención sociosanitaria, 1999). Como vemos existe un esfuerzo de las administraciones públicas por dar respuesta a las necesidades crecientes de un colectivo que durante muchos años ha formado parte de la periferia del sistema sanitario. • Acuerdo sociosanitario 1995: Este acuerdo se aprueba por las Consellerías de Sanidad y Trabajo y Servicios Sociales con el objetivo de protocolizar la asistencia de determinados colectivos favoreciendo la coordinación entre ambas administraciones. Los colectivos contemplados dentro de este acuerdo son enfermos mentales, minusválidos, tercera edad y sectores en situación de riesgo (mujer, menor). 2.1.- CONCEPTO • Plan de Salud Mental 1993 y Plan de Salud Mental 2001: Ambos planes desarrollan todas la oferta de servicios y la reorganización de estructuras para uno de los colectivos fundamentales de la atención sociosanitaria como son los enfermos mentales. • Plan de calidad asistencial gerontológica 19982003: La finalidad de este plan es poner en marcha una política que permita abordar el problema del envejecimiento y sus consecuencias mediante una actualización y modernización de los recursos existentes, la Dentro de la Atención sociosanitaria en la Comunidad Valenciana se ha desarrollado el programa PALET, un programa dirigido a los grupos que según la literatura nacional e internacional, son los más relevantes de la atención sociosanitaria. 2.- EL PROGRAMA PALET Actualmente se acepta que el mayor reto para los servicios sanitarios y sociales de los países desarrollados, consiste en proporcionar a las personas ancianas con pluripatología y discapacidades, a los enfermos crónicos evolucionados y a los pacientes en situación terminal, una atención específica, de calidad y a un coste razonable. Existen poderosas razones demográficas, epidemiológicas y sociales que avalan este juicio de valor. En primer lugar, el porcentaje de personas mayores de 65 años se situará en el 15% a 10 años vista. En segundo lugar, este segmento de población tiene un riesgo mucho mayor que el resto de padecer todo tipo de enfermedades y discapacidades. Por otra parte, los avances de las ciencias biológicas y médicas producen un aumento creciente de la supervivencia en muchas patologías, lo que conlleva una tasa más alta de cronicidad, incluso en enfermedades que en principio presentaban cursos agudos o subagudos, como el SIDA. Finalmente, la acumulación de cambios en la estructura 30 familiar, relacionados con la familia nuclear y el papel de la mujer en el mundo laboral, reducen muy significativamente la tradicional capacidad asistencial de la familia. El programa PALET, es un proyecto innovador de la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana, que tiene como misión proporcionar unos cuidados de salud integrales al colectivo antes citado, con un nivel de calidad en la atención muy elevado y al menor coste posible. El Programa PALET cubre la asistencia socio-sanitaria a los pacientes que, en el ambiente sanitario, se han venido denominando “enfermos crónicos” y “enfermos terminales” y cuyo número se ha estimado entre 100.000 y 200.000 en el ámbito de la Comunidad Valenciana. La experiencia y la bibliografía demuestran que se trata de tres grupos de pacientes: ancianos con pluripatología y discapacidad de leve a severa, adultos con enfermedad crónica de un órgano en estadio avanzado, y pacientes con enfermedad, neoplásica o no, en fase terminal. 2.1.1.-Ancianos con pluripatología y discapacidad de leve a severa. 2.1.1.1.-Anciano frágil. Es aquella persona que presenta dos o más de las siguientes condiciones: • Edad generalmente mayor de 75 años. • Comorbilidad, pluripatología crónica. • Discapacidad para las actividades de la vida diaria leve o moderada. • Deterioro cognitivo leve o moderado. • Malnutrición. • Algunos de los síndromes geriátricos: caídas, incontinencia, síndrome confusional, síncope, etc... • Riesgo clínicamente evidente de hospitalización, institucionalización, discapacidad grave o muerte. • Riesgo de problema social. • Consumo habitual de servicios sanitarios. • Polimedicación: toma más de tres fármacos. 2.1.1.2.-Anciano severamente discapacitado. Suele presentar las siguientes características: • Edad generalmente mayor de 75 años • Discapacidad total para las actividades de la vida diaria. (inmovilizado) • Deterioro cognitivo moderado o severo añadido. • Complicaciones de la inmovilidad: úlceras por presión, neumonías por aspiración, infecciones urinarias, rigidez de miembros. 2.1.2.-Adultos con enfermedad crónica de un órgano en estadio avanzado. Las patologías más frecuentes son OCFA, Cardiopatías, Cirrosis, Insuficiencia renal crónica. Además de las patologías presenta otros criterios a considerar: • No reunir criterios de UCI. • No reunir criterios de trasplante. • Un ingreso hospitalario o más en el último año por descompensación de su enfermedad. • Problema social concomitante. 2.1.3.-Pacientes con enfermedad neoplásica o no, en fase terminal. Puede tratarse de las siguientes condiciones: • Neoplasias. • Ancianos severamente discapacitados (paciente geriátrico terminal). • Enfermedad crónica de un órgano en estadio terminal. • SIDA en estadio terminal. Estos pacientes tienen una serie de características comunes en cuanto a su estado de salud, el pronóstico de su enfermedad y sus necesidades de atención sociosanitaria. Estas características son: • Pronóstico: estos enfermos presentan una o varias enfermedades crónicas. En la mayoría de ellos, no puede hablarse propiamente de “curación”. Sí debemos plantearnos “compensar”, “mejorar” o “aliviar”. • Capacidad funcional disminuida para las AVD. Casi todos estos pacientes sufren discapacidad para una o varias actividades básicas de la vida diaria. La discapacidad suele tener, en muchas ocasiones, mayor transcendencia para el futuro del paciente que la patología. Por ello es de la mayor importancia detectar los casos en que la discapacidad sea reversible. • Complicaciones cognitivas y/o emocionales. No sólo en los ancianos, sino también en los otros grupos descritos, la patología y la discapacidad funcional producen deterioros cognitivos y alteraciones emocionales con gran frecuencia. Ello suele empeorar el curso de la patología y de la discapacidad, cerrándose así el círculo vicioso. • Complicaciones Sociales. Como resultado de todo lo anterior y de los grandes cambios sociales ocurridos en nuestro país, estos pacientes sufren con gran frecuencia falta de apoyo socio-familiar, a veces se añaden problemas económicos. Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 304 • Utilización de Recursos. Por todo lo anterior la demanda de atención socio-sanitaria es mayor que la del resto de la población, siendo el grupo que consume más recursos socio-sanitarios institucionales y domiciliarios. Esta coincidencia en las características de los pacientes y la necesidad de definir un modelo de atención a seguir, es lo que ha aconsejado la elaboración de un programa común y específico. Podríamos concluir que PALET es: “Toda persona que tiene al menos una enfermedad de evolución crónica o en estadio terminal y que necesita apoyo para la realización de actividades de la vida diaria de manera continua, con o sin deterioro cognitivo”. 2.2.- OBJETIVOS DEL PROGRAMA 2.2.1.- Objetivos generales • Aumenar la supervivencia de los pacientes (añadir años a la vida). • Aumentar la calidad de vida de los pacientes (añadir vida a los años). • Aumentar los periodos libres de enfermedad (añadir vida a los años). • Ayudar a los pacientes terminales a tener una muerte digna. Para alcanzar estos objetivos es necesario emprender la reorientación y coordinación de los recursos sanitarios y sociales existentes, creando circuitos asistenciales que, estando integrados en la red pública asistencial normal, coordinen sus esfuerzos para proporcionar una atención de calidad al paciente PALET. 2.2.2.- Objetivos específicos • Proporcionar atención integral a los pacientes de estas características. • Hacer una valoración integral del estado de salud de los pacientes. • Ubicar los pacientes en el mejor lugar terapéutico, según el estadio de la enfermedad. • Coordinar las actuaciones sanitarias con los servicios sociales. • Proporcionar un soporte emocional de los pacientes y familiares. • Evitar ingresos innecesarios en el hospital de agudos 2.3.- CARACTERÍSTICAS DEL MODELO ASISTENCIAL El modelo asistencial hegemónico en los servicios sanitarios es el modelo curativo, donde prevalece el curar sobre el cuidar y donde el objetivo prioritario es llegar a un diagnóstico certero. Sin embargo en el paciente PALET, se presentan enfermedades irreversibles a las que se une una situación de incapacidad y dependencia, y para las que el objetivo primordial no es curar sino aliviar y mejorar la calidad de vida. Los servicios sanitarios tienen un papel de apoyo y de cuidados tan importante como sería el curar la enfermedad. Los atributos descritos, más arriba, implican un modelo asistencial nuevo y común a todos ellos. Los rasgos diferenciales de este modelo asistencial son: • Integral.- El paciente debe ser valorado desde una perspectiva bio - psico - social. • Interdisciplinar.- Con la participación de distintos profesionales sanitarios y no sanitarios. • Intersectorial.- La intersectorialidad requiere la implicación de distintos departamentos o áreas administrativas, que orienten sus políticas hacía las personas con necesidades sociales y sanitarias. • Rehabilitador.- Pese a la irreversibilidad de las enfermedades que padecen estos pacientes, se puede mejorar sus capacidades y su calidad de vida. • Continuo.- Es necesario garantizar la continuidad asistencial. En general son personas con necesidad de una atención longitudinal continua. • Orientado al ciudadano.- El modelo que se propone requiere de la organización el que oriente su gestión no a los recursos sino a los casos. • Mejor Lugar Terapéutico.- Se basa en la concepción de que para determinadas enfermedades y en determinados momentos evolutivos de ellas existe una ubicación asistencial que incrementa la probabilidad de conseguir el objetivo terapéutico con menos efectos indeseables y al menor coste. 2.4.- APROXIMACIÓN A LA CUANTIFICACIÓN DEL PALET No es fácil en ausencia de registros específicos cuantificar la realidad de las personas que podríamos clasificar como PALET en la C.V. Para ello vamos a utilizar diferentes fuentes de datos: la primera aproximación la haremos con datos procedentes de la Encuesta de Salud de la Comunidad Valenciana (ESCV), el Registro de Mortalidad y el Registro Autonómico del SIDA. Para aproximarse al número de pacientes crónicos avanzados menores de 65 30 años, las dificultades son aún mayores: hemos recurrido a la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) por ser la patología más frecuente en hospitales de media-larga estancia y porque cuenta con amplia bibliografía epidemiológica (prevalencia en la comunidad, morbilidad hospitalaria, oxígenoterapia a domicilio). La segunda aproximación la haremos a partir del estudio llevado a cabo por la Unidad de investigación de Políticas Sociales de la Universidad de Valencia, que ha realizado un estudio de la demanda sociosanitaria de la C.V. financiado por la Conselleria de Sanidad, teniendo en cuenta que son datos provisionales 2.4.1.- Pacientes de 65 y más años • El 20 % padecen enfermedades crónicas. • Padecen enfermedades crónicas 1‘4 veces más que el resto de la población. • El 10 % de las personas mayores de 75 años, padecen incapacidades graves. • En la Comunidad Valenciana, según la ESCV, de 520.210 personas mayores de 64 años, el 30’2 % padecen restricción crónica de su actividad, el 10’7 % necesitan ayuda de otra persona para valerse por sí mismos dentro del domicilio y el 6’5 % permanecen confinados en el domicilio. • En el estudio de la Unidad de investigación de políticas sociales de la Universidad existen 117.000 personas mayores de 64 años con riesgo de dependencia en la C.V. de los que aproximadamente el 55% presentan un riesgo de dependencia grave, lo que representa casi un 11 % de los mayores de 65 años (como se observa cifras similares a las de la encuesta de salud). 2.4.2.- Pacientes PALET menores de 65 años Según datos aceptados, podemos considerar que un 8 por mil de las personas entre 55 y 65 años son enfermos con EPOC avanzada. Ello nos daría una cifra aproximada de 1.000 pacientes. En el estudio de la Unidad de Investigación de política social de la Universidad, habría 138.000 personas menores de 65 años con riesgo de dependencia, lo que representa un 4 % de ese segmento de población, siendo el riesgo de dependencia grave la mitad. 2.4.3.- Pacientes terminales • Oncológicos: En 1.990, encontramos 11.084 menciones de muerte. Teniendo en cuenta que el 80 % requieren algún tipo de cuidado paliativo, nos daría una cifra de 8.867 pacientes oncológicos susceptibles de cuidados paliativos. • SIDA: Según los datos más actuales, en la Comunidad Valenciana pueden ocurrir anualmente un mínimo de 150 a 200 muertes 1 año. Hay que tener en cuenta la baja tasa de declaración de esta enfermedad. • Otras patologías: Carecemos de estimaciones al respecto. En conclusión, de las cifras anteriores podemos deducir que entre 100.000 y 200.000 personas podrían incluirse dentro del perfil PALET en la Comunidad Valenciana. Todo ello con la máxima cautela dada la falta de registros poblacionales específicos. 2.5.- IMPACTO SOBRE LOS SERVICIOS SANITARIOS Los datos referentes a la demanda sanitaria de las personas mayores de 65 años, se han extraído de las siguientes fuentes: a) Informe de la Comisión para el Análisis y Evaluación del Sistema Nacional de Salud. b) Encuesta de Salud de la Comunidad Valenciana. c) Explotación del CMBD del SVS. d) Trabajo realizado por la Unidad de Investigación en políticas sociales de la Universidad de Valencia 2.5.1.- Demanda de atención primaria y gasto farmacéutico • En España, los pensionistas suponen un 21 % de la población total y consumen el 68% del gasto farmacéutico. • Consultan un 60 % más que la población general. 2.5.2.- Demanda de hospitalización • Se hospitalizan 1‘6 veces más. • Representan el 20 % de las consultas en puertas de urgencias. • Representan del 35 al 50 % de las estancias hospitalarias. • Su estancia es 2’5 veces mayor que la media de la población total: 21 días para el grupo de 65-74 años y 23 días para el grupo de 75 y más años. • En la Comunidad Valenciana, según el análisis del CMBD, los mayores de 65 años consumen de un 37’7 a un 51’9% de las estancias en hospitales generales del SVS, si descontamos las estancias pediátricas. Globalmente han sido atendidas en los recursos sociales y sanitarios de la C.V. un total de 112.000 pacientes con problemas sociosanitarios, siendo atendidos en los recursos sanitarios el 70 % del total. Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 306 2.6.- EVOLUCIÓN CUANTITATIVA PREVISIBLE Las tendencias previstas para los próximos años son las siguientes: 2.6.1.- Demografía • Aumento absoluto y relativo de las personas mayores de 65 años. En la Comunidad Valenciana, el año 1996, los mayores de 65 años suponen 613.631 personas, lo que representa el 15’30 %, mientras que en el año 1991 eran el 13’4 % de la población. • Aumento absoluto y relativo del grupo llamado “cuarta edad” (mayores de 75 años), donde es mucho más alta la incidencia de enfermedades e incapacidades. Un 10% de este grupo, tiene incapacidades graves y un 33% incapacidad leve. • Aumento dentro de la “cuarta edad”, de la relación mujeres/hombres, acercándose a la proporción 3’5/l. 2.6.2.- Morbilidad En general, se prevé un acusado aumento, relacionado con las tendencias demográficas, de las patologías crónicas y de los pacientes en situación terminal. Pondremos algunos ejemplos: • Aumento de las demencias tipo Alzheimer y vasculares. Dicha patología afecta al 25% de personas mayores de 75 años. En Estados Unidos, se calcula que dentro de 10 años el número de pacientes con enfermedad de Alzheimer llegará a 2’5 millones. Ello engendra una importante demanda socio-sanitaria, dado que se trata de una patología de larga evolución y altamente invalidante. • Aunque la aparición de casos nuevos de SIDA se ha desacelerado, seguirá creciendo, lo que planteará necesidades derivadas de su conversión en enfermedad crónica y del número de pacientes que requieran cuidados paliativos. • Aumento relacionado con las tendencias demográficas, de los accidentes vasculares encefálicos y enfermedades degenerativas del SNC. Ello supone una gran demanda de rehabilitación específica para personas mayores, así como de atención sociosanitaria en general. 2.6.3.- Sociedad • Acentuación de la familia nuclear. • Mayor incorporación de las mujeres al mundo laboral. • Probable aumento de la dispersión geográfica de la familia. • Tendencia sostenida a las viviendas de tamaño reducido. • El fallecimiento en el hospital se establece como norma social mayoritaria (el 70% de los fallecimientos en España ocurren en el hospital). • En la Comunidad Valenciana, según la ESCV, la ayuda familiar y social a las personas mayores de 65 años no llega al 11,5 % , lo que representa casi 60.000 personas. • El aumento de la inmigración cambiará el perfil de cuidador principal. 2.7.- IDENTIFICACIÓN DEL PACIENTE PALET El primer paso a dar es la identificación del paciente con características PALET en las dos “puertas de entrada” al circuito asistencial, es decir: atención primaria y urgencias hospitalarias. La propuesta para la identificación del PALET se hace en base una serie de criterios recogidos en la literatura científica. 1. Paciente Encamado de larga duración (2 meses o más), puesto que la mayoría de pacientes encamados serán pacientes PALET. 2.-Anciano Frágil. Se establecería su identificación mediante el cumplimiento de alguna de las siguientes condiciones: a) Pluripatología de evolución crónica. b) Escala de Barthel para ABVD. c) Contestación no correcta a tres de la siguientes preguntas: ¿Qué día es hoy? ¿Qué mes? ¿Qué año? ¿Sale a la calle? ¿Maneja dinero?. d) Si vive solo o no tiene quien le cuide. 3.-Anciano severamente discapacitado (bastantes de los pacientes encamados pertenecerán a esta categoría). Las dos cuestiones a valorar fundamentalmente son: a) Tiempo de evolución de la discapacidad y del deterioro cognitivo (mayor de 2 meses). b) Complicaciones: número y extensión. 4.-Paciente con enfermedad crónica evolucionada de un órgano. Probablemente fuera suficiente con lo siguiente: a) Ha acudido a urgencias en el último año dos o más veces. b) Ha tenido al menos un ingreso hospitalario en el último año. 5.-Paciente con enfermedad terminal. En el caso de las neoplasias, los especialistas suelen catalogar al paciente. En el caso de ancianos severamente discapacitados, pacientes con enfermedad crónica de un órgano o pacientes con infección por VIH, al no existir actualmente criterios aceptados, se valorará el caso individualmente. 30 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA 1.Dirección General de Planificación Sanitaria. Informe del GAT sobre Enfermos Crónicos. Programa P.A.L.E.T. Valencia: Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana, 1993. 2.Oficina del Defensor del Pueblo. La Atención Sociosanitaria en España: Informe. Madrid, 1999. 3.Rodríguez Cabrero G. La protección social de la dependencia. Madrid: Instituto de Migraciones y Servicios Sociales, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 1999. 4.Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Geriatría XXI: Análisis de necesidades y recursos en la atención a las personas mayores en España. Madrid: Edimsa, 2000. 5.Casado Marín D, López Casasnovas G. Vejez, dependencia y cuidados de larga duración. Barcelona: Fundación La Caixa. Colección Estudios Sociales, 2001. 6.Martínez Zahonero JL. Economía del Envejecimiento. Calidad y financiación de los cuidados prolongados para los ancianos. Consejo Económico y Social, 2000. 7.Ruigómez A, Alonso J. Validez de la medida de capacidad funcional a través de las actividades básicas de la vida diaria en la población anciana. Rev Gerontología 1996; 6. 8.Elkan R, Kendrick D. Efectiveness of home based support for older people: systematic review and meta-analysis. Commentary. British Medical Journal, 2001; 323. 9.Zunzunegui MªV, Béland F. Envejecer en Leganés. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 1995; 4 (Número monográfico). 10.Fundación Salud, Innovación y Sociedad. Envejecimiento y Dependencia: Futuros deseables y Futuros posibles. Análisis prospectivo. Barcelona, 2000. 11.Dirección General de Organización y Planificación Sanitarias. Programa de Atención a las personas mayores. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Instituto Nacional de la Salud, 1999. 12.Servicio Canario de Salud. Programa de Atención a las personas mayores en Atención Primaria. 1999. 13.Consejería de Sanidad y Consumo de Cantabria. Plan de Acción sociosanitario para el Mayor. Cantabria: Fundación Marcelino Botín, 2000. 14.INSALUD. Criterios de ordenación de servicios para la atención sanitaria en las personas mayores. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Instituto Nacional de la Salud, 1995. 15.Conselleria de Bienestar Social. Plan de Calidad Asistencial Gerontológica 1998-2003. Valencia: Generalitat Valenciana, 1998. 16.Subdirección Xeral do Programa de Atención Sociosanitaria. Programa de Atención Sociosanitaria. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia, 1999. 17.Ministerio de Sanidad y Consumo. Bases para un modelo de Atención Sociosanitaria (borrador). Madrid, 2001. 18.Departament de Benestar Social. Avaluació externa de qualitat dels centres de l’ICASS: Area de serveis: centres de día de gent gran. Generalitat de Catalunya, 1999. 19.Departament de Benestar Social. Avaluació externa de qualitat dels centres de l’ICASS: Area de serveis: residències assistides de gent gran. Generalitat de Catalunya, 1999. 2 Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 308 36 30 36 LA ATENCIÓN SOCIOSANITARIA: RECURSOS, CARTERA DE SERVICIOS Y MECANISMOS DE RELACIÓN Dr. Eduardo Zafra Galán Dra. María Ana Martínez Martínez Dra. Rosa Mª Roca Castelló Dr. Marciano Gómez Gómez Dr. Víctor Pedrera Carbonell 1.- RECURSOS ASISTENCIALES DE ATENCIÓN SANITARIA AL PALET 1.1. HOSPITALES DE ATENCIÓN A CRÓNICOS Y LARGA ESTANCIA (HACLE) Su misión es proporcionar a los pacientes una atención integral en régimen de institucionalización. La organización es diferente al hospital de agudos. En este caso los servicios tradicionales del hospital de agudos están sustituidos por unidades funcionales, que agrupan a los pacientes en función de las necesidades de cuidados que requieren en vez de agruparlos por diagnósticos. Las unidades funcionales que los componen son: • Unidad de convalecencia. También de subagudos, pacientes con estancias no superiores a los 30 días. Tienen el objetivo de estabilizar al paciente y reintegrarlo a su entorno habitual. Las patologías más frecuentes son las EPOC, insuficiencia cardiaca, infecciones, AVC transitorios, diabetes, insuficiencia renal crónica. Igualmente, el tratamiento de pluripatología descompensada y las convalecencias complicadas en el enfermo anciano. El objetivo específico de estas unidades sería el manejo multidisciplinar en dos etapas evolutivas del paciente: en la primera etapa, control médico-farmacológico de la enfermedad, diagnóstico y tratamiento de las complicaciones y elaboración del plan de cuidados de enfermería; la segunda etapa se caracteriza por las intervenciones encaminadas a recuperar la capacidad funcional previa al ingreso. • Unidad de rehabilitación. Es también una Unidad de media estancia como la anterior, alrededor de 30 días, para pacientes que necesitan hospitalización por rehabilitación específica. Su objetivo es la rehabilitación precoz postraumática, postquirúrgica, AVC, EPOC. Como objetivo específico tendríamos la rehabilitación funcional, la fisioterapia y la adaptación a las actividades de la vida diaria. • Unidad de cuidados paliativos. Para pacientes en estadio terminal con objeto de estabilizar posibles descompensaciones o para descarga familiar por claudicación de ésta. La estancia media es alrededor de 15-20 días. Como objetivos específicos estarían el control de síntomas, el apoyo emocional al paciente, así como el soporte a la familia y al equipo terapéutico. Al igual que en el caso de la Unidad de rehabilitación, existe la necesidad de poner en marcha el hospital de día como oferta de servicios ambulatorios. • Unidad de larga estancia. Para pacientes con graves problemas de salud y grandes discapacitados, muchos de ellos con problema social añadido. La estancia en esta Unidad estaría alrededor de los 120 días. Los objetivos específicos de esta Unidad serían los cuidados de enfermería, el control y prevención de complicaciones y la mejora de las capacidades funcionales. Esta Unidad debe de tener una correspondencia directa con las Residencias asistidas o acceder de manera rápida a los programas de ayuda a domicilio para evitar enquistamiento de los pacientes. La tendencia generalizada en los países desarrollados es el paso de la Larga Estancia a Servicios Sociales adecuadamente acreditados • Unidad de demencias. Aunque están poco desarrolladas en los HACLES su inclusión va a ir en aumento. Su estancia se podría fijar en 90 días. Al igual que en el caso anterior debería haber una correspondencia fluida entre esta Unidad y camas en las residencias asistidas, donde como luego se comentará se van a desarrollar unidades de demencia. Los objetivos específicos serían el control de síntomas, la estimulación y el mantenimiento de las capacidades y el soporte familiar. Un aspecto fundamental de estas unidades es evitar la claudicación de los cuidadores, para lo que es necesario habilitar las camas de fin de semana o vacaciones para descarga familiar. La oferta de servicios de los recursos de atención al PALET, debe hacerse explícita para conjugar los diferentes intereses de los centros y formalizar, mediante el ajuste necesario, una continuidad de cuidados que ofrezca una imagen integral de la atención al PALET. La cartera de servicios que aquí se recoge de cada recurso asistencial, no pretende ser exhaustiva ni tampoco rígida, algunas de Recursos Asistenciales. Atención Sociosanitaria 310 las propuestas han sido y siguen siendo motivo de controversia por ser reivindicadas por más de un dispositivo asistencial. La solución no está en la reivindicación exclusiva de determinada técnica o determinada actividad, sino en compartir y mejorar la atención continuada de estos pacientes. • Rehabilitación: personas que precisan institucionalización. • Politraumatizados • Reumatológicos • Secuelas de ACVA y TCE • Terapia ocupacional • Convalecencia de procesos agudos una vez estabilizados. Provienen del hospital de agudos y deben ser remitidos desde este en un plazo menor de 4 días. • Cuidados paliativos en régimen de institucionalización • Tratamiento del dolor y síntomas asociados al estadio terminal. • Apoyo emocional y psicológico al paciente y a la familia. • Ingreso por claudicación familiar. • Preparación del duelo. • Asistencia por problemas de salud y/o patologías adicionales al estadio terminal de la enfermedad. • Larga Estancia • Necesidad de cuidados especiales en larga estancia. • Psicogeriatría • Demencias. • Delírium. • Trastornos afectivos. • Trastornos de ansiedad. • Estados paranoides. • Hospital de Día • Rehabilitación (secuelas de ACVA, politraumatizados, reumatismo degenerativo, enfermedades respiratorias, síndromes neurológicos, fracturas en ancianos, etc...) • Terapia ocupacional (para recuperación de AVD). • Tratamientos intensivos (transfusiones, quimioterapia, antibioterapia i.v., curas complicadas, etc...). • Curas paliativas de control del dolor y demás sintomatología, apoyo emocional, etc... • Patología psiquiátrica menor. • Soporte para claudicación familiar • Ingreso programado y temporal para evitar claudicación familiar, previa valoración sociosanitaria de la solicitud y para pacientes ya identificados como PALET por dispositivo asistencial. • Servicios Centrales de soporte hospitalario • Laboratorio de análisis clínicos • Microbiología • Radiodiagnóstico • Nutrición y dietética • Admisión y documentación • Cuidados especiales • Aspiración endotraqueal. • Cuidados de traqueotomía. • Nutrición enteral y parenteral. • Medicación intravenosa por vía central. • Oxigenoterapia. • Ulceras de estasis o presión. • Fisioterapia respiratoria o general. • Pruebas funcionales respiratorias. • Se pueden realizar transfusiones, ya que el hospital está en relación con el Banco de Sangre del hospital de agudos de su Área de Salud. • Complejidad clínica de patologías mas frecuentes en el PALET. Los requisitos para institucionalización son: • Intensidad de cuidados 1 vez cada 8 horas. • Situación que necesite de hospitalización. • Enfermedad con necesidad social añadida. • Descarga familiar. La estancia media depende de: • Las necesidades del paciente: desde los 15 días (paliativos) hasta los 6 meses máximo (larga estancia). • Por motivos sociales: 15 días más de dar