UNIVERSIDAD VERACRUZANA FACULTAD DE NUTRICIÓN CAMPUS VERACRUZ “Importancia de la nutrición en la diabetes mellitus tipo 1” MODALIDAD DEL TRABAJO Monografía QUE PARA ACREDITAR LA EXPERIENCIA RECEPCIONAL PRESENTA: Enríquez Luna Viridiana Angélica ASESOR: L.N. Raymundo Guillermo Pineda Arriaga H.VERACRUZ, VER. 2011. 1 INDICE INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................................... 3 JUSTIFICACIÓN ....................................................................................................................................... 4 OBJETIVO GENERAL ............................................................................................................................... 5 DESARROLLO DEL TEMA......................................................................................................................... 6 CAPÍTULO 1 CONCEPTO Y CLASES CLÍNICAS DE LA DIABETES MELLITUS ……………………………………………….....6 1.1 CONCEPTO DE LA DIABETES MELLITUS .................................................................................... 6 1.2 CLASES CLÍNICAS DE LA DIABETES MELLITUS ........................................................................... 6 1.2.1DIABETES MELLITUS TIPO 1(DMID) ....................................................................................... 7 CAPÍTULO 2 ANTECEDENTES DE LA DIABETES MELLITUS ....................................................................... 8 CAPÍTULO 3 EPIDEMIOLOGÍA DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 1 .......................................................... 10 3.1 TENDENCIAS DE LA INCIDENCIA ............................................................................................ 10 CAPÍTULO 4 MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES TIPO 1 ........................... 11 4.1 PRESENTACIÓN METABÓLICA................................................................................................ 11 4.2 EXPLORACIÓN FÍSICA ............................................................................................................ 12 4.3 DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES TIPO 1 .................................................................................. 12 4.4 CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO ................................................................................................. 12 CAPÍTULO 5 DESCUBRIMIENTO Y TRATAMIENTO CON INSULINA ......................................................... 13 5.1 ANTECEDENTES DE LA INSULINA ........................................................................................... 14 5.2 TIPOS DE INSULINA ............................................................................................................... 15 5.4 DISTRIBUCIÓN ....................................................................................................................... 16 5.5METABOLISMO Y ELIMINACIÓN ............................................................................................. 16 5.6 INTERACCIONES CON OTRO MEDICAMENTO ......................................................................... 16 5.7 SOBREDOSIFICACIÓN ............................................................................................................ 17 5.8 ALMACENAMIENTO .............................................................................................................. 17 CAPÍTULO 6 TRATAMIENTO NUTRICIO ................................................................................................ 18 6.1 OBJETIVOS GENERALES DEL TRATAMIENTO NUTRICIO: ......................................................... 20 6.2 APORTE DE ENERGÍA Y NUTRIENTES ..................................................................................... 20 6.2.1 HIDRATOS DE CARBONO .................................................................................................... 21 6.2.2 FIBRA ................................................................................................................................. 21 6.2.3 PROTEÍNAS ......................................................................................................................... 23 6.2.4 LÍPIDOS .............................................................................................................................. 23 6.2.5 VITAMINAS ........................................................................................................................ 25 6.2.6 MINERALES ........................................................................................................................ 25 6.3 DISTRIBUCIÓN DE LA INGESTA DIARIA .................................................................................. 25 6.5 VIGILANCIA DEL GRADO DE CONTROL DE LA GLUCEMIA ....................................................... 26 6.6 AUTOVIGILANCIA DE LA GLUCOSA SANGUÍNEA .................................................................... 26 CAPÍTULO 7 CONCLUSIÓN ................................................................................................................... 28 CAPÍTULO 8 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS ....................................................................................... 29 2 INTRODUCCIÓN La diabetes mellitus tipo I o también conocida como diabetes infantil, juvenil o diabetes mellitus insulinodependiente, es una enfermedad metabólica caracterizada por una destrucción autoinmune de las células β del páncreas y desarrollo de cetoacidosis. La diabetes mellitus tipo 1 es una enfermedad crónica que requiere asistencia médica continua con una educación del paciente y su familia para que comprendan la enfermedad, las medidas de prevención y el tratamiento, con el fin de responsabilizarse para alcanzar las metas y prevenir o retardar el desarrollo de complicaciones agudas y crónicas. Atendiendo el cuidado del niño o joven diabético, puesto que en la etapa en la que se encuentran estos pacientes es muy compleja y requiere del abordaje de variados aspectos sumados al control de la glucemia. 3 JUSTIFICACIÓN Hasta hace algunos años la diabetes era considerada una enfermedad de adultos, sin embargo, hoy en día se considera la segunda enfermedad crónica más común en la infancia, que incluso puede afectar a los recién nacidos. El número de niños afectados con diabetes en el mundo es alarmante, el mayor porcentaje de casos de diabetes es de tipo 1 no obstante se sabe que el incremento de la obesidad infantil, los malos hábitos alimenticios y la vida sedentaria, pueden disparar a problemas adversos a la salud. Por lo cual es importante que la intervención nutricia sea practicada de la manera correcta dentro del tratamiento integral, con la pretensión de mejorar las condiciones de vida del paciente. Por lo expuesto anterior es importante una publicación que sea útil como fuente especifica de consulta sobre el tema. Por lo cual se presenta el siguiente trabajo de investigación documental. 4 OBJETIVO GENERAL Analizar la importancia de la nutrición en la Diabetes Mellitus Tipo I como un problema de salud pública y un asunto prioritario por parte del Licenciado en nutrición. 5 DESARROLLO DEL TEMA CAPÍTULO 1 CONCEPTO Y CLASES CLÍNICAS DE LA DIABETES MELLITUS 1.1 CONCEPTO DE LA DIABETES MELLITUS La diabetes mellitus es un trastorno endocrino-metabólico complejo, en el que predomina una alteración del metabolismo de los hidratos de carbono, por disminución de la secreción pancreática de insulina, disminución de la sensibilidad de los receptores periféricos a la hormona, o ambas. Cursa además con alteraciones del metabolismo lipídico y proteico, con el desarrollo de complicaciones vasculares especificas a largo plazo. Las manifestaciones clínicas clásicas de la diabetes mellitus, la poliuria y la polidipsia, son consecuencias de la hiperglucemia, mientras que las manifestaciones crónicas que afectan a la mayor parte de los pacientes son el resultado anormal tanto de la glucosa, como de los lípidos y proteínas. Entre las manifestaciones crónicas más importantes están las que resultan de los daños de los nervios (neuropatía), de los vasos sanguíneos pequeños (microangiopatía), tanto en riñones (nefropatía) y las que son consecuencia de un proceso aterogénico acelerado (macroangiopatía). 1.2 CLASES CLÍNICAS DE LA DIABETES MELLITUS Al revisar la clasificación de la diabetes mellitus se hacen evidentes dos hechos, el primero es que la diabetes es en verdad un síndrome clínico que puede obedecer a distintas causas y el segundo es que existen tanto formas primarias como formas secundarias de la enfermedad. Las formas primarias son aquellas en las que no hay asociación con otra condición que las cause o las modifique, es decir que son el resultado de una susceptibilidad individual determinada genéticamente para expresar la enfermedad. Estas formas primarias corresponden a las subclases de: diabetes mellitus insulinodependiente y diabetes mellitus no insulinodependiente. 6 1.2.1 DIABETES MELLITUS TIPO 1(DMID) Sinónimos: diabetes infantil, juvenil, de inicio en la juventud, con tendencia a la cetosis, o inestable. Esta es la forma más grave de la diabetes mellitus primaria, suele afectar a individuos jóvenes incluso niños; puede iniciarse a cualquier edad, se caracteriza por la falla de administración exógena de insulina en su forma típica tiene un inicio súbito y con frecuencia su primera manifestación es la cetoacidosis. Por lo general, afecta a individuos que están en su peso normal. Se consideran dos subtipos de DM1: 1. AUTOINMUNITARIA: en la que la destrucción se atribuye a un proceso de estas características. Se define por la presencia de anticuerpos anticélulas insulares (ICA o islet cell antibodies), antiinsulina ( IAA o insulin autoantibodies) y anti-GAD. La velocidad de la destrucción celular es variable, rápida en algunas personas y lenta en otras. La forma de destrucción rápida se observa comúnmente en niños, la forma de destrucción lenta en general ocurre en adultos y se denomina diabetes autoinmunitaria latente en adultos (LADA). 2. IDIOPÁTICA: en la que se desconoce la etiología o la patogenia de la destrucción, no pudiéndose mostrar la presencia de trastornos autoinmunitarios (no incluye las formas de destrucción de la célula beta en las que se pueda identificar una causa específica). 1.2.2 DIABETES TIPO 2 Sinónimos: diabetes del adulto, de inicio en la madurez, resistente a la cetosis o estable. Es la clase más común de diabetes y resulta de una secreción defectuosa de la insulina. Se pude diferenciar dos subtipos de diabetes mellitus tipo 2: 1. Con predominio de insulinorresistencia 2. Con predominio de defectos de la secreción de insulina 7 1.2.3 DIABETES GESTACIONAL Se trata de un trastorno del metabolismo de la glucosa que ha comenzado o ha sido reconocido por primera vez durante el embarazo. El concepto de diabetes gestacional es independiente de que persista o no después del embarazo o de la necesidad de tratamiento con insulina. Tienen más riesgo a desarrollar diabetes gestacional las mujeres de mayor edad. Las que tienen historia previa de intolerancia a la glucosa, mujeres con antecedentes de fetos grandes para su edad gestacional, y las que pertenecen a grupos étnicos de alto riesgo. CAPÍTULO 2 ANTECEDENTES DE LA DIABETES MELLITUS La primera referencia a la diabetes se encuentra en el papiro de Ebers (hacia 1550 aC), encontrado en 1862 en Tebas (hoy Luxor), en Egipto. En el papiro se recoge una sintomatología que recuerda a la diabetes y unos remedios a base de determinadas decocciones. La antigua literatura hindú en los Vedas describe la orina pegajosa, con sabor a miel y que atrae fuertemente a las hormigas, de los diabéticos. Súsruta, el padre de la medicina hindú, describió la diabetes mellitus y llegó incluso a diferenciar una diabetes que se daba en los jóvenes que conducía a la muerte y otra que se daba en personas de cierta edad. Demetrio de Apamea (270 aC) refinó el diagnóstico de la diabetes mellitus. Apolonio de Memfis acuñó el término de diabetes (a partir de Dia “a través” y Betes “pasar”) para definir un estado de debilidad, intensa sed y poliuria. Apolonio creía que era una forma de hidropesía. Siglos después, en su obra "De Medicina" Aulio Cornelio Celso (30 aC – 50 dC) conoce ya dos principios fundamentales del tratamiento de la diabetes: la dieta y el trabajo muscular. Claudio Galeno (129-200 dC) pensaba que la diabetes era una enfermedad muy rara, utilizando términos alternativos como “diarrea urinosa” y “dypsacus” este último término para enfatizar la extremada sed asociada a la enfermedad. Pablo de Egina (625-690 dC), que ejerció en Alejandría, refinó más aún el diagnóstico de “dypsacus” (diabetes) asociada a un estado de debilidad de los riñones, exceso de micción que conducía a la deshidratación. Areteo de Capadocia (50-130 dC), quien también describió el tétanos, utilizó el término de diabetes para describir la condición que conducía a un aumento de cantidad de orina. Maimónides (1135-1204) en sus escritos médicos se refiere a la diabetes, en varios pasajes. En su obra dedica especial atención a los escritos de Hipócrates, como también a los de Galeno, con quien marca sustanciales diferencias y errores. A partir del siglo XVI comienzan a sucederse descubrimientos médicos, principalmente en Europa. 8 Paracelso (1491-1541) escribió que la orina de los diabéticos contenía una sustancia anormal que quedaba como residuo de color blanco al evaporar la orina, creyendo que se trataba de sal y atribuyendo la diabetes a una deposición de ésta sobre los riñones causando la poliuria y la sed de estos enfermos. Guillaume Rondelet (1507-1566), de Montpellier, médico del cardenal de Tournon, detectó el carácter hereditario de la diabetes. W.H.W. Wollaston, un médico y químico famoso en su época, desarrolló un método para la determinación de glucosa en sangre, parecido a la cromatografía en papel. Unos 100 años más tarde, Mathew Dobson (1725-1784) médico inglés de Liverpool, hizo por primera vez estudios en grupos de pacientes. Después de tratar un grupo de pacientes, Dobson informó que estos pacientes tenían azúcar en la sangre y en la orina y describió los síntomas de la diabetes. Dobson pensaba que el azúcar se formaba en la sangre por algún defecto de la digestión limitándose los riñones a eliminar el exceso de azúcar. William Cullen (1712-1790), estableció por primera vez la distinción entre diabetes mellitus y diabetes insípida. La primera observación necrópsica de un diabético fue realizada por Cawley y publicada en el London Medical Journal en 1788. Algúnos años más tarde otro médico inglés, John Rollo (1740-1809) publicó sus observaciones sobre dos casos diabéticos, describiendo muchos de los síntomas y el olor a acetona (que confundió con olor a manzana) y proponiendo una dieta pobre en hidratos de carbono y rica en carne, con complementos a base de antimonio y opio. Con esta dieta, Rollo observó que se reducía el azúcar en la sangre y consiguió una mejora en la sintomatología en algunos casos. Fue el primero en acuñar el término de diabetes mellitus para diferenciar la enfermedad de otras formas de poliuria. También es de esta época la observación de Thomas Calley en 1788 de que la diabetes mellitus tenía su origen en el páncreas, “por ejemplo por la formación de un cálculo”. En 1857, Wilhelm Petters notó en la orina de una paciente un olor parecido a las violetas; recolectó 700 litros de orina a partir de los cuales pudo obtener acetona. Comprobó que en la diabetes grave, la acetona se produce y se elimina como producto intermedio. Las funciones del páncreas como glándula capaz de reducir los niveles de glucosa en sangre comenzaron a aclararse en la segunda mitad del siglo XIX. En 1889, Oskar Minkowski (1858-1931) y Josef von Mering (1849-1908), tratando de averiguar sí el páncreas era necesario para la vida. La búsqueda de la presunta hormona producida por las células descritas en el páncreas, en 1869, por Langerhans, se inició de inmediato. Hedon, Gley, Laguesse y Sabolev estuvieron muy cerca del ansiado triunfo, pero éste correspondió, en 1921, a los jóvenes canadienses Banting y Best, quienes consiguieron aislar la insulina y demostrar su efecto hipoglucemiante. Este descubrimiento significó una de las más grandes conquistas médicas del siglo XX, porque transformó el porvenir y la vida de los diabéticos y abrió amplios horizontes en el campo experimental y biológico para el estudio de la diabetes y del metabolismo de los glúcidos. 9 CAPÍTULO 3 EPIDEMIOLOGÍA DE LA DIABETES MELLITUS TIPO 1 3.1 TENDENCIAS DE LA INCIDENCIA El mestizaje y la predisposición genética han favorecido el aumento en el número de personas que padecen diabetes tipo 1, enfermedad propia de la infancia. En México, alrededor de 400 mil menores de 15 años tienen esta alteración metabólica, por la cual vivirán de seis a ocho años menos con respecto a la esperanza de vida de los individuos sanos. Hasta agosto del 2009, datos del IMSS arrojan que en el país hay más de 400 mil niños que padecen diabetes tipo 1, menores a 15 años. Dos proyectos internacionales en colaboración, el estudio “Diabetes Mondiale” (DiaMond) 1 y el Estudio "Europe and Diabetes" (EURODIAB) 2 han sido fundamentales a la hora de monitorizar las tendencias de la incidencia mediante la creación de registros de población regionales o nacionales mediante el uso de definiciones estandarizadas, formularios para la recopilación de datos y métodos de validación. La incidencia de diabetes tipo 1 en la infancia está en aumento en muchos países del mundo, al menos en el grupo de edad de menos de 15 años. Hay fuertes indicios de que existen diferencias geográficas en las tendencias, pero el aumento general anual se calcula que ronda el 3%. Hay pruebas de que la incidencia está aumentando en algunos de los países de baja prevalencia, como los de Europa central y occidental. Además, varios estudios europeos sugieren que en términos relativos el aumento es mayor entre los niños de más corta edad. Existen claros indicios de que existen tendencias similares en muchas otras partes del mundo, pero en África Subsahariana los datos sobre incidencia son escasos o inexistentes. Se debe hacer un esfuerzo especial por recopilar datos, especialmente en aquellos países en donde el diagnóstico podría ser inexistente o fallido y, como resultado, los niños mueren debido a que no reciben insulina. 3.2 PREVALENCIA DE DIABETES TIPO 1 EN NIÑOS Se calcula que, anualmente, alrededor de 76,000 niños de menos de 15 años, desarrollan diabetes tipo 1 en el mundo. De los 480,000 niños que se calcula, tienen diabetes tipo 1, el 24% procede de la región del Sudeste Asiático, pero la región Europea, en donde disponemos de las cálculos más fiables y actualizados sobre incidencia, se le aproxima estrechamente, ocupando el segundo lugar (23%). 10 CAPÍTULO 4 MANIFESTACIONES CLÍNICAS Y DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES TIPO 1 4.1 PRESENTACIÓN METABÓLICA Los síntomas más frecuentes de la diabetes mellitus tipo 1 son poliuria, polidipsia y polifagia con astenia, náuseas y visión borrosa causados por la hiperglucemia. La aparición de la enfermedad puede ser repentina en forma de una infección. No es infrecuente que debute como cetoacidosis espontánea o por la sobrecarga provocada por una enfermedad o intervención quirúrgica. La aparición brusca de síntomas en un paciente joven y delgado con cetoacidosis siempre se ha considerado característica de la diabetes mellitus tipo 1. Poliuria y sed: la poliuria se debe a la diuresis osmótica secundaria a la hiperglucemia. La sed es consecuencia de la hiperosmolaridad y la deshidratación. Polifagia con pérdida de peso: la pérdida de peso con apetito normal o aumentado se debe a una depleción de agua y a un estado catabólico con disminución de glucógeno, proteínas y triglicéridos. Fatiga y debilidad: se deben a la atrofia muscular provocada por el estado catabólico por el déficit de insulina, la hipovolemia y la hipopotasemia. Calambres musculares: son producto del desequilibrio electrolítico. Enuresis o micción involuntaria nocturna: la enuresis profusa secundaria a poliuria en menores puede ser un signo de diabetes. Visión borrosa: se debe al efecto de la hiperosmolaridad en el cristalino y el humor vítreo. La glucosa y sus metabolitos dilatan el cristalino alterando la distancia focal normal. Síntomas digestivos: la cetoacidosis aguda puede acompañarse de náuseas, molestias o dolor abdominal e irregularidad en las deposiciones. La esteatosis hepática aguda puede producir una distensión de la cápsula hepática que origina dolor en el hipocondrio derecho. La presencia de dolor abdominal persistente puede apuntar a otra causa abdominal grave además de la cetoacidosis diabética, como pancreatitis. Los síntomas digestivos crónicos en la fase avanzada de la diabetes se deben a la neuropatía neurovegetativa visceral. Los pacientes pueden conservar su peso o adelgazar de forma progresiva en función del intervalo de tiempo trascurrido, entre el inicio de la enfermedad y la instauración del tratamiento. Neuropatía periférica: provoca entumecimiento y hormigueo en manos y pies. La neuropatía es bilateral, simétrica y ascendente, y se debe a muchos factores, como la acumulación de sorbitol en los nervios sensitivos periféricos causada por una hiperglucemia mantenida. Por lo general, los síntomas están presentes durante días o semanas antes de alcanzar el diagnóstico. Sin embargo, la destrucción de células beta puede haber comenzado meses o incluso años antes de la aparición de los síntomas clínicos. 11 4.2 EXPLORACIÓN FÍSICA En la diabetes de corta evolución la exploración física suele ser normal, excepto en la cetoacidosis diabética, que provoca signos como respiración de Kussmaul, deshidratación, hipotensión y en algunos casos alteración del estado mental. Los pacientes, en los casos de diabetes establecida, deben ser explorados cada dos meses para detectar complicaciones micro y macrovasculares. Se les debe realizar una exploración del fondo de ojo para descartar retinopatías y una prueba con monofilamento para la neuropatía periférica. 4.3 DIAGNÓSTICO DE LA DIABETES TIPO 1 El diagnóstico de la diabetes tipo 1 se define por las características clínicas de la enfermedad, estado nutricio generalmente bajo peso, e inestabilidad metabólica con tendencia a la cetoacidosis. La mayoría de los pacientes debutan con cuadro clínico de rápida evolución, presentando sintomatología clásica (poliuria, polidipsia y bajo peso) y una marcada hiperglicemia. 4.4 CRITERIOS DE DIAGNÓSTICO Síntomas clásicos de diabetes más una glicemia casual igual o mayor a 200 mg/dl. (Casual se define como a cualquier hora del día, sin relación con el tiempo transcurrido desde la última comida), o glicemia en ayunas igual o mayor a 126 mg/dl. (Ayuno se define como un período sin ingesta calórica de por lo menos ocho horas), o glicemia igual o mayor a 200 mg/dl dos horas después de una carga de glucosa durante una prueba de tolerancia a la glucosa oral. Los niños normalmente presentan síntomas de gravedad y con una forma rápidamente progresiva de destrucción de la célula beta. Estos pacientes pueden presentar cetoacidosis insaturada en pocos días, como primera manifestación de la enfermedad. La secreción de la insulina está francamente disminuida, tanto en ayunas como en respuesta a los distintos estímulos. Estos escasos o nulos niveles de insulina endógena son responsables de la gravedad de las manifestaciones clínicas y de la tendencia a la aparición de acetona. En estos casos el tratamiento con insulina debe instaurarse precozmente y los síntomas mejorarán con rapidez. 12 CAPÍTULO 5 DESCUBRIMIENTO Y TRATAMIENTO CON INSULINA La insulina es un polipéptido formado por 51 residuos de aminoácidos y fue la primera estructura primaria de proteína que se determinó (Sanger y cols., 1951) y la primera proteína sintetizada (Katsoyannis, 1961; Zanh y cols., 1964; Niu y cols., 1963). Esta sustancia se segrega en el páncreas, más concretamente en las células b en los llamados islotes de Langerhans, en forma de precursor inactivo, la proinsulina, que una vez sintetizada se transfiere, en un proceso dependiente de energía, al aparato de Golgi. La estructura activa está compuesta de dos cadenas unidas por dos puentes de disulfuro. Una vez en el aparato de Golgi, se almacena en forma de gránulos y es liberada por medio de un proceso de emiocitosis. De la insulina que llega al hígado, prácticamente la mitad es eliminada y la que alcanza la circulación periférica tiene una vida media de unos 20 minutos y es, posteriormente destruida por la insulinasa del hígado y del riñón. La secreción de insulina en respuesta a la glucosa se realiza en dos pasos, en el primero se libera la hormona previamente sintetizada y, en el segundo, se debe a la conversión de precursores. La liberación de la insulina se halla bajo la acción de los estimulantes de los receptores b, como el isoprotenerol, y es inhibida por agentes bloqueantes b, como el propanolol. Su liberación se inhibe por los estímulos vagales, por la Adrenalina, noradrenalina, serotonina y por la 2-desoxiglucosa. La insulina es la principal hormona encargada de disminuir los niveles de glucosa en sangre. Esta hormona aumenta el transporte de glucosa al interior de las células y su conversión a glucógeno; además aumenta la oxidación del azúcar. Favorece el proceso de síntesis de lípidos y disminuye tanto la movilización de grasa de los depósitos, como su oxidación en el hígado; además, aumenta el transporte de algunos aminoácidos en las células blanco. Estas acciones ocurren rápidamente, no obstante, se sabe que la insulina ejerce acciones más tardías, por ejemplo el ser un factor de crecimiento celular. El conocimiento de la estructura del receptor de la insulina ha sido muy importante, es una proteína de peso molecular aproximado de 310.000 Daltones que está formada por dos subunidades llamadas alfa con peso de 125.000 y dos beta con peso aproximado de 90.000 Daltones, enlazadas por uniones disulfuro. Parece existir sólo un gen para el receptor de la insulina, pero por procesamiento alternativo del ARN que lo codifica, da origen a los dos subtipos de receptores para la hormona. Hay evidencia de que el receptor es sintetizado como una sola proteína y posteriormente es dividido y procesado. El procesamiento de este precursor del receptor no sólo involucra el fraccionamiento en sus subunidades, sino que además participan otros procesos como la incorporación de azúcares. Parece que este procesamiento ocurre en vesículas especializadas del aparato de Golgi. 13 Las subunidades alfa contienen el sitio de fijación de la insulina. Hay evidencia de que podría existir más de un sitio para la hormona y de que quizá haya cierta interacción de un sitio con el otro. Kasuga y Kahn demostraron que el receptor tiene actividad de proteína quinasa de tirosina. Posteriormente el gen que codifica el receptor de la insulina fue clonado y ha sido expresado en muchos sistemas, así como sujeto a diferentes manipulaciones (mutaciones, formación de quimeras, etc.) para avanzar en el mecanismo de su acción. El receptor se fosforila tanto por su propia actividad de tirosina quinasa (autofosforilación) como por otras quinasas (fosforilación heteróloga). Una las principales acciones de la insulina es disminuir la concentración de glucosa en la sangre, lo cual se logra al aumentar el transporte de azúcar al interior de las células. En cuanto a los mecanismos por los que esto se produce, se sabe que el transporte de la glucosa se lleva a cabo por medio de un transportador específico, el cual se ha aislado, e incluso reconstituido, en membranas artificiales. El cómo aumenta la insulina el transporte del azúcar, se han buscado posibles activadores sin encontrarse ninguno. Recientemente se ha descubierto que el número de transportadores en la membrana plasmática aumenta considerablemente bajo la acción de la insulina. Al igual que con los receptores, los transportadores se localizan no sólo en la membrana plasmática, sino también en vesículas intracelulares. Además se ha visto que bajo la acción de la insulina los transportadores intracelulares de glucosa se incorporan a la membrana plasmática; por lo tanto, el número de transportadores disminuye en las vesículas intracelulares y aumenta en la membrana plasmática. Al terminar la acción de la insulina el proceso se revierte. 5.1 ANTECEDENTES DE LA INSULINA Durante muchos años la insulina que se ha empleado para el tratamiento de la diabetes, se extraía del páncreas de diversos animales, principalmente del buey (Insulina bovina), y sobre todo del cerdo (Insulina porcina). La insulina porcina es casi idéntica a la insulina humana y posee el mismo efecto sobre el azúcar en sangre. En la actualidad las insulinas que se tiende a emplear son las denominadas humanas, que son químicamente iguales a la del hombre y se obtienen bien de ciertas bacterias y levaduras mediante técnicas de ingeniería genética o bien a partir de la insulina de cerdo, que mediante un proceso químico adecuado se transforma en insulina exacta a la del hombre. Es importante señalar que el término insulina humana, se refiere a que su estructura es idéntica a la insulina producida por los seres humanos, aunque no se obtenga a partir de ellos. La pureza de las insulinas actuales es muy superior a las primitivas, lo que evita reacciones indeseables. 14 5.2 TIPOS DE INSULINA La inyección de insulina se usa para controlar el nivel de azúcar en la sangre en personas que tienen diabetes tipo 1 (una condición en la cual el cuerpo no produce insulina y como consecuencia, no puede controlar el nivel de azúcar en la sangre) o en personas que tienen diabetes tipo 2 (una condición en la cual el nivel de azúcar en la sangre es demasiado alto porque el cuerpo no produce insulina o no la usa normalmente) que no puede ser controlada solamente con medicamentos orales. La inyección de insulina pertenece a una clase de medicamentos llamados hormonas. Es usada para reemplazar la insulina que es normalmente producida por el cuerpo. Funciona al ayudar a mover el azúcar desde la sangre hacia otros tejidos del cuerpo donde es usada para producir energía. También impide que el hígado produzca más azúcar. Todos los tipos de insulina disponible funcionan de la misma manera. Los tipos de insulina difieren solamente en la rapidez con la que comienzan a funcionar y en el tiempo en que controlan el azúcar en la sangre. Hay tipos diferentes de insulina, que pueden dividirse en cuatro categorías, las categorías se basan en el comienzo (cuando empieza a hacer efecto), en el pico máximo (cuando funciona mejor) y en la duración (cuanto dura) de la insulina. La insulina de acción rápida comienza a funcionar a los 15 minutos de su inyección, el pico máximo tiene lugar entre los 30 y los 90 minutos tras el comienzo de la acción y su duración es de hasta 5 horas. La insulina de acción corta comienza a funcionar a los 30 minutos, el pico máximo tiene lugar entre 2 y 4 horas después del comienzo, y la duración oscila entre 4 y 8 horas. La insulina de acción intermedia tiene un comienzo entre las 2 y las 6 horas, un pico máximo que tiene lugar entre 4 y 14 horas tras el comienzo, y dura entre 14 y 20 horas. La insulina de acción prolongada tiene un comienzo de 6 a 14 horas, el pico máximo es muy débil y tiene lugar entre 10 y 16 horas después de la inyección, y la duración es de entre 20 y 24 horas. Existen fundamentalmente dos tipos de insulina: De acción rápida, que tiene un aspecto claro, como el agua. Su acción dura de 4 a 6 horas. De acción retardada, con aspecto lechoso, turbio. Su acción dura entre 22 a 24 horas. La insulina se puede inyectar con tres tipos de jeringa: La jeringa de toda la vida, casi siempre de un solo uso, graduada en unidades internacionales entre 0 y 40. 15 La pluma para inyección de insulina. Es un aparato con el aspecto de una pluma que tiene en su interior un cartucho que contiene la insulina. El cartucho se cambia cuando la insulina se acaba, pero la pluma dura para siempre. La jeringa precargada. Es un aparato parecido al anterior, pero está previamente cargado de insulina. Una vez que se acaba la insulina se tira toda la jeringa. También existen otros tipos de insulina: 1. Insulina de acción ultrarrápida que comienza a hacer efecto a los 15 minutos de haberse inyectado, actuando con mayor intensidad entre los 30 y los 70 minutos. 2. Insulina de acción rápida que empieza a hacer efecto a los 30 minutos de haberse inyectado, actuando con mayor intensidad entre la primera y tercera hora, después de la inyección. 3. Insulinas de acción intermedia o lenta. Que empieza a hacer efecto a los 60 minutos de haberse inyectado, actuando con mayor intensidad entre la tercera y sexta, hora después de la inyección. 5.4 DISTRIBUCIÓN La insulina circula en sangre como monómero libre y su volumen de distribución se aproxima al del volumen extracelular. La vida media en plasma es de 5 a 8 minutos. 5.5 METABOLISMO Y ELIMINACIÓN Se degrada principalmente en hígado, riñón y músculo. Alrededor de un 50% se metaboliza en hígado. La insulina se filtra en los glomérulos renales y se reabsorbe en los túbulos, lugar donde también sufre desintegración. El deterioro de la función renal prolonga la vida media de la insulina. 5.6 INTERACCIONES CON OTRO MEDICAMENTO Los requerimientos de insulina pueden aumentar si el paciente está recibiendo medicamentos con actividad hiperglucémica. Los requerimientos de insulina se pueden reducir si el niño está recibiendo medicamentos con actividad hipoglucémica como hipoglucemiantes orales, salicilatos, antibióticos del tipo de las sulfas, ciertos antidepresivos (inhibidores de la monoamino-oxidasa), inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y bloqueadores de los receptores de angiotensina II. 16 5.7 SOBREDOSIFICACIÓN La sobredosis causa hipoglucemia con síntomas que incluyen astenia, confusión, palpitaciones, transpiración, vómito y cefalea. La hipoglucemia puede presentarse como resultado de un exceso de insulina humana en relación con la ingesta de alimento, gasto de energía o ambos. Los episodios leves de hipoglucemia responden a la administración oral de glucosa. Se pueden requerir ajustes en la dosis de insulina, patrones de alimentación o ejercicio. Los episodios más severos son coma, convulsiones o alteraciones neurológicas pueden tratarse mediante la administración intramuscular o subcutánea de glucagón o de glucosa concentrada por vía intravenosa. La ingesta sostenida de carbohidratos y la observación pueden ser necesarias debido a que la hipoglucemia puede recurrir después de una mejoría clínica aparente. 5.8 ALMACENAMIENTO Se debe almacenar los frascos de insulina, dispositivos dosificadores desechables precargados y los lapiceros de insulina sin abrir en la heladera. No se debe congelar la insulina y no se use si ha estado congelada. Los frascos de insulina abiertos deben ser almacenados en el refrigerador, pero también pueden ser almacenados a temperatura ambiente, en un lugar fresco que esté alejado del calor excesivo y la luz solar directa. La absorción por vía subcutánea puede variar hasta en un 25% y esto puede ser por la concentración de insulina y la dosis; también los masajes en la zona de inyección, el ejercicio y el calor pueden aumentar su absorción por aumentar el flujo sanguíneo. En la actualidad, existen varios sistemas que se están desarrollando para la administración de insulina por vía inhalatoria. Hasta el momento, según los resultados, esta vía ha demostrado ser efectiva y segura, pero aún no se dispone para el uso generalizado. 17 CAPÍTULO 6 TRATAMIENTO NUTRICIO Las necesidades nutricias de niños y adolescentes con diabetes tipo 1 son iguales a las del resto de sus compañeros y familiares; por tanto no se aconsejará una pauta de alimentación especial, exclusiva o diferente de la del resto de los niños o adolescentes. Para seguirlo es básico entender que en el tratamiento dietético de la diabetes tipo 1 el objetivo será, adaptar la insulina a la alimentación y no la alimentación a la pauta de la insulina utilizada. De esta forma se podrá conseguir una alimentación variada, equilibrada y adaptada a las necesidades de cada niño. Es importante asegurar un equilibrio nutricio correcto para mantener el peso y favorecer el crecimiento normal del paciente; para ello deberá aportarse la adecuada cantidad de macro y micro nutrimentos, a estos pacientes que están en la etapa plena de crecimiento y desarrollo. En la actualidad hay evidencias de que la mala calidad del tratamiento para la diabetes tipo 1 durante la etapa de la preadolescencia influye de manera importante en el desarrollo de enfermedades en el hígado y ceguera después de la pubertad; por ello, cuando un pequeño es diagnosticado con dicha afección resulta indispensable que reciba atención temprana, la cual deberá seguirse lo más estrictamente posible, y tomar en cuenta la importancia de la nutrición aunque se diga que no se requiere. Para que el organismo absorba el azúcar de los alimentos requiere de la acción de la insulina. Sin embargo, quienes padecen diabetes tipo 1, no generan dicha sustancia, por lo que la glucosa se acumula en la sangre y daña vasos sanguíneos, nervios y órganos. Los alimentos que consumimos son digeridos en el estómago, y cuando pasan al intestino se transforman en glucosa, aminoácidos (fragmentos de proteínas) y grasas; una vez que el azúcar ingresa al torrente sanguíneo se convierte en la principal fuente de energía de la mayoría de las células. Para que esto último pueda lograrse es necesaria la acción de la insulina (producida por las denominadas células beta del páncreas). Si se tiene deficiencia de dicha hormona la glucosa es incapaz de entrar en las células y permanece en la sangre, lo que a su vez ocasiona que el niño no adquiera la energía necesaria para funcionar correctamente por ello, se siente cansando, con sensación de hambre, irritabilidad, náuseas y vómito. Por otra parte, el azúcar contenida en el fluido vital supera la capacidad del riñón para retenerla y se empieza a excretar por la orina, proceso que se acompaña de micciones abundantes y frecuentes, sed excesiva y pérdida de peso. Es importante saber que la diabetes tipo 1 suele presentarse cuando se tienen antecedentes familiares del padecimiento, lo que aunado a infecciones por virus, acumulación de toxinas y estrés puede desencadenar equivocada respuesta inmunológica, la cual "da la orden" de destruir las células productoras de insulina. 18 La alimentación del niño diabético forma parte central de una problemática dentro del tratamiento de la enfermedad, sumado a la incertidumbre que genera el cómo llevar a la práctica diaria la alimentación del paciente. El tratamiento nutricio para la diabetes, no debería ser un motivo de inquietud o incertidumbre, ya que permite la inclusión de todos los grupos de alimentos a los cuales se les considera prohibidos. Cuestionemos primero que hay en verdad en este punto de los alimentos prohibidos en el tratamiento nutricio para la diabetes. Por ejemplo el azúcar de mesa, las gaseosas o jugos comunes estuvieron prohibidos, en situaciones como una hipoglucemia no deberían estos alimentos ser ingeridos. Al decir prohibidos nos referimos a censurar estos alimento de por vida, pero en la diabetes esta situación no pareciera ocurrir. Entonces deberíamos pensar en un cambio al concepto de los alimentos prohibidos para la diabetes, como alimentos “no permitidos;” e incorporar para la selección de los mismos, “como me conviene”, o “no me conviene”, teniendo en cuenta la situación metabólica de la persona. Por tanto, la modificación dietética se basaría en la calidad de los hidratos de carbono y nunca en la cantidad de los mismos. Aunque esto es común para todos los diabéticos, no todas las diabetes son iguales, la base nutricia es la misma pero existen unas características fisiopatológicas que las diferencian y que dietéticamente hay que tener en cuenta a la hora de elaborar el plan alimentario. Los pacientes que dependen de la insulina para sobrevivir, porque no la fabrican, necesitan una dieta individualizada con una adecuada distribución de carbohidratos a lo largo del día para conseguir un control estable y evitar oscilaciones glucémicas. CONSIDERACIONES PARA LA ALIMENTACIÓN: Debe hacerse de forma individualizada. Aportar los requerimientos calóricos suficientes para mantener el peso adecuado mediante el suministro equilibrado de carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. Tener en cuenta etapas de la vida como el crecimiento; para satisfacer las necesidades complementarias que necesite el paciente. Modificar la dieta cuando sea necesario para adaptarla a las posibles complicaciones asociadas a la diabetes como la hipertensión, hiperlipemia e insuficiencia renal que nuestro paciente presente. El conocimiento sobre los distintos aspectos y características del plan de alimentación en una persona con diabetes, es fundamental para lograr un buen control metabólico. 19 6.1 OBJETIVOS GENERALES DEL TRATAMIENTO NUTRICIO: Lograr una alimentación variada, equilibrada, con la inclusión de todos los nutrientes que el cuerpo necesita. Monitorear el adecuado crecimiento y desarrollo del paciente. Recuperar y mantener un peso adecuado Nivelar y mantener las glucemias Preservar la función de los distintos órganos. La diabetes es una enfermedad que contempla varias vías de abordaje terapéutico para el control de las glucemias y por ende, para lograr retrasar o evitar las complicaciones. Estas vías se refieren a los llamados “pilares del tratamiento” como la medicación, la alimentación, la actividad física y el automonitoreo. Remarcando el rol de educación y el apoyo psicológico en la concentración en forma individual o a través de la participación en grupos. En este punto se tiene que sumar las diferencias del estado nutricio que presenta cada persona, teniendo en cuenta la edad biológica (niño, o adolescente), como el tipo de tratamiento que adopte, y su actividad física. En este tipo de diabetes la alimentación es normocalórica o hipercalórica; es verdad que pensar en una alimentación equilibrada y saludable es esencial para mantener un adecuado control glucémico, pero no solo debemos estar atentos a la cantidad, si no a la calidad de los nutrientes. 6.2 APORTE DE ENERGÍA Y NUTRIENTES Una alimentación equilibrada es aquella que aporta todos los nutrientes necesarios para el correcto desarrollo y mantenimiento de cada individuo. En ocasiones se tiende a simplificar la alimentación de los niños con diabetes, dando una atención exclusiva a los hidratos de carbono, no excluyéndolo, sino abordando la importancia de la calidad de este macronutriente. 20 6.2.1 HIDRATOS DE CARBONO Los hidratos de carbono proveen de energía de acción rápida y en forma de glucosa a cada una de las células del cuerpo y a las distintas funciones de los tejidos. La glucosa es el componente inmediato que necesita nuestro sistema nervioso, muscular y cardiaco. Los hidratos de carbono; luego de pasar por la digestión gástrica y la absorción intestinal, se transforman en glucosa, son los responsables directos del nivel de azúcar en sangre (glucemia). La persona con diabetes, debe ingerir entre 40 a 60 % de las calorías aportadas por el plan nutricio. CLASIFICACIÓN DE LOS HIDRATOS DE CARBONO Azúcares simples: son los que tienen una estructura sencilla que cuando los digerimos se desdoblan rápidamente a glucosa promoviendo un rápido aumento de las glucemias. Los encontramos en el azúcar de mesa, la miel, los dulces, los caramelos, los helados, las gaseosas comunes, los jugos naturales e industriales, golosinas y postres entre otros. Almidones o polisacáridos: con el consumo de los almidones, se observa un impacto metabólico más sincronizado con el ritmo de secreción del páncreas, por tener una absorción más lenta que los de estructura simple. Estos por ser más complejos. 6.2.2 FIBRA La fibra alimentaria, tradicionalmente se considerada como un hidrato de carbono complejo, se ha dividido en dos grupos principales según sus características químicas y sus efectos en el organismo humano. Esta clasificación es arbitraria y tan solo se basa en la separación química manteniendo unas condiciones controladas de pH y de enzimas que intentan simular las condiciones fisiológicas. Se obtienen así dos fracciones: fibra insoluble y fibra soluble. La fibra insoluble: está integrada por sustancias (celulosa, hemicelulosa, lignina y almidón resistente) que retienen poca agua. Este tipo de fibra predomina en alimentos como el salvado de trigo, granos enteros, algunas verduras y en general en todos los cereales. Los componentes de este tipo de fibra son poco fermentables y resisten la acción de los microorganismos del intestino. Su principal efecto en el organismo es el de limpiar, como un cepillo natural, las paredes del intestino desprendiendo los desechos adheridos a ésta; además de aumentar el volumen de las heces y disminuir su consistencia y su tiempo de tránsito a través del tubo digestivo. Como consecuencia, este tipo de fibra, al ingerirse diariamente, facilita las deposiciones y previene el estreñimiento. La fibra soluble: está formada por componentes (inulina, pectinas, gomas y fructooligosacáridos) que captan mucha agua y son capaces de formar geles viscosos. Es muy fermentable por los microorganismos intestinales, por lo que 21 produce gran cantidad de gas en el intestino. Al ser muy fermentable favorece la creación de flora bacteriana que compone 1/3 del volumen fecal, por lo que este tipo de fibra también aumenta el volumen de las heces y disminuye su consistencia. Este tipo de fibra predomina en las legumbres, en los cereales (avena y cebada) y en algunas frutas. La fibra soluble, además de captar agua, es capaz de disminuir y ralentizar la absorción de grasas y azucares de los alimentos (índice glucémico), lo que contribuye a regular los niveles de colesterol y de glucosa en sangre). INDICE GLUCEMICO El concepto de Índice Glucémico (IG) surgió en los años ochenta cuando se observó que distintos alimentos con la misma cantidad de carbohidratos tenían efectos diferentes en el nivel de azúcar en la sangre. Así, 30 g de los carbohidratos que contiene el pan pueden no tener el mismo efecto que 30 g de los carbohidratos de la de fruta o la pasta. En efecto, el IG es un modo de valorar los alimentos que contienen carbohidratos según el grado en el que se eleva la glucemia sanguínea tras su consumo. Se clasifican en una escala de 0 a 100, en la que 100 es la respuesta a un alimento de referencia como la glucosa o el pan blanco. Con el mismo nivel de carbohidratos, los alimentos con un IG elevado producen fluctuaciones notables en el nivel de azúcar en la sangre, mientras que los alimentos con IG reducido provocan un aumento menor del mismo. Factores que influyen en el Índice Glucémico (IG) Durante muchos años los científicos han creído que los carbohidratos en forma de almidón se digerían y absorbían con lentitud, y que en el caso de los carbohidratos en forma de azúcares estos procesos eran rápidos. Sin embargo, esto no es cierto. Los refrescos y el puré de patatas, por ejemplo, tienen un IG similar. ¿Qué factores intervienen entonces? La forma exterior de un alimento, el modo de procesarlo, el tipo de fibra, de almidón o de azúcar que contiene y la manera de cocinarlo son factores que influyen en su IG final. En general, la estructura del alimento es tan importante como el tipo de carbohidrato que contiene. Por ejemplo, los granos de trigo enteros son relativamente resistentes a la digestión, pero una vez molidos y horneados son fáciles de digerir. Por esta razón, el pan blanco y el integral de textura fina tienen un IG elevado, mientras que los panes con varios cereales tienen un IG medio. Algunos alimentos como la avena, las manzanas y las alubias contienen fibra soluble, que espesa y ralentiza el paso de los alimentos por el tracto digestivo. Estos alimentos tienen un IG reducido. El tipo de azúcar presente en un alimento también es relevante; la glucosa es el que mayor impacto tiene sobre la glucemia sanguínea, seguida de la sacarosa (azúcar de mesa). 22 En la práctica, la mayoría de los alimentos con carbohidratos no se consumen por separado, sino como parte de un aperitivo o de una comida, y esto tiene un efecto en el perfil glucémico. Por ejemplo, el pan puede comerse con mantequilla o aceite y las patatas con carne y verdura. La combinacíon de alimentos ricos en grasas y proteínas ralentiza de forma significativa la digestión de la comida y reduce el IG global. 6.2.3 PROTEÍNAS Las proteínas tienen una función estructural, es decir forman tejidos y estructuras en el cuerpo. Para cubrir los requerimientos diarios de las proteínas se debe ingerir una cierta cantidad que garantice la reposición de lo que el cuerpo utiliza cada día, para contribuir a mantener el pool de aminoácidos, es decir, las reservas proteicas. Los alimentos fuentes o ricos en proteínas de buena calidad para la formación de los tejidos se encuentran en el reino animal, pero también existen proteínas de origen vegetal, las cuales tienen una menor calidad nutricional por su baja biodisponibilidad (excepto la proteína de soya) y están presentes en alimentos que contienen mayoritariamente carbohidratos (cereales y derivados, semillas, legumbres, frutas secas y en mínima cantidad en frutas y verduras). En la digestión de las proteínas, nuestro cuerpo produce determinados elementos derivados del metabolismo proteico que posteriormente se desechan a través de la orina. Estos elementos son transportados a la sangre, y cuando no son eliminados por el riñón son tóxicos como ocurre con el acido úrico, la urea, el amoniaco y las purinas. Es importante controlar la ingesta diaria de proteína, para preservar el funcionamiento del riñón de las complicaciones y mantener un filtrado renal sin pérdida de nutriente del niño. 6.2.4 LÍPIDOS Las grasas proveen al organismo de reserva energética y tienen una función constitutiva de cada una de las células que forman los tejidos partiendo de la clasificación de las grasas según su origen, están las que provienen de los animales (carnes, embutidos, fiambres, vísceras manteca, huevo, lácteos y derivados) y las de origen vegetal (aceites comestibles, aceitunas, palta, margarinas, frutos secos, cacao, coco, semillas de todo tipo). Las primeras son las que aportan mayor contenido de grasa saturada y colesterol. Por lo cual debemos disminuir la ingesta diaria para no superar los requerimientos que el organismo necesita. Pero no todo las grasas de origen animal tienen un impacto metabólico negativo, cabe mencionar que la grasa proveniente del pescado de mar o de 23 aguas profundas, llamada omega 3, está en relación con buen efecto cardiovascular, y daño glucotóxico de la hiperglucemia. Los ácidos grasos omega-3 (ω-3) y omega-6 (ω-6) son componentes importantes de las membranas de las células y los precursores de muchas otras sustancias del organismo, como las que regulan la presión arterial y la respuesta inflamatoria. Cada vez hay más pruebas que indican que los ácidos grasos omega-3 nos protegen de las enfermedades cardíacas, y también se conoce su efecto antiinflamatorio, importante para estas enfermedades y muchas otras. También hay un interés creciente en el papel que pueden desempeñar los ácidos grasos omega-3 en la prevención de la diabetes y ciertos tipos de cáncer. El cuerpo humano es capaz de producir todos los ácidos grasos que necesita, excepto dos: el ácido linoléico (LA), un ácido graso omega-6, y el ácido alfalinolénico (ALA), un ácido graso omega-3, que deben ingerirse a través de la alimentación y que por ello se conocen como “ácidos grasos esenciales”. Ambos son necesarios para el crecimiento y la reparación de las células, y además pueden utilizarse para producir otros ácidos grasos (como el ácido araquidónico (AA) que se obtiene del LA). Sin embargo, como la conversión en ciertos ácidos grasos es limitada, se recomienda incluir fuentes de ácido eicosapentanoico (EPA) y ácido docosahexanoico (DHA). El LA y el ALA se encuentran en los aceites vegetales y de semillas. Aunque en general la cantidad de LA sea muy superior a la de ALA, el aceite de colza y el de nuez son excelentes fuentes de este último. El EPA y el DHA se encuentran en el pescado graso (Ej. salmón, caballa, arenque). El ácido araquidónico puede obtenerse de fuentes animales como la carne y la yema de huevo. La recomendación para la diabetes del consumo de pescado fresco, se orienta a 3 veces por semana para obtener los beneficios. En los alimentos vegetales encontramos la mayor fuente de omega 9, también llamada grasa oleica y se caracteriza por ser una grasa muy estable y resistente a los procesos de lipotoxicidad, consecuente del daño producido por la hiperglucemia. El consumo diario de omega 9, contribuye a formar parte de los lípidos de las membranas celulares y esto ayuda a constituir células más fuertes y sanas. La recomendación va dirigida al aumento de los alimentos ricos en omega 9; por ejemplo en los aceites de girasol, alto oleico; de canola; aceitunas y frutas secas. Un buen aporte de omega 3 de origen vegetal se logra con la elección de los siguientes alimentos: semillas de lino, aceite de soya, nueces, germen de trigo. Los alimentos de origen vegetal no contienen colesterol pero hay algunos de ellos que no están recomendados por el aporte elevado de grasa saturada por ejemplo: el coco, el cacao y los productos derivados de ellos. 24 Las grasas trans, deben evitarse por tener un efecto aterogénico similar al de las grasas saturadas, se encuentran en todo producto industrializado donde tiene lugar la manipulación de los aceites vegetales con el proceso de hidrogenación de los mismos (margarinas, panificados y derivados). 6.2.5 VITAMINAS Son sustancias nutritivas esenciales para la vida, se encuentran diversas en los alimentos. Las necesidades de vitaminas son iguales en la diabetes que en la población general. 6.2.6 MINERALES De igual forma que las vitaminas, las necesidades de minerales son las mismas que para la población general, los minerales son esenciales para la vida, requiriéndose diariamente su aporte en pequeñas cantidades. 6.3 DISTRIBUCIÓN DE LA INGESTA DIARIA Se establecerá el reparto de las comidas según el régimen de vida del niño, y de la pauta del tratamiento que lleve. En general su alimentación se fraccionara en 4-6 tomas al día, los componentes alimentarios de cada una de las tomas de alimentos deberán adaptarse a las características propias del niño. Se realiza partiendo de las 100 calorías por cada año de edad que tenga el paciente. A partir de los 10 años, las niñas no precisan en general superar los 1800 a 2000 calorías al día, los niños tienen necesidades calóricas mayores, según el estado de desarrollo y ejercicio que realicen; esta distribución proveerá del 50 al 60 % de hidratos de carbono; los lípidos deberán aportar del 30 al 35 % con menos de 300 mg del colesterol total de calorías, mientras que las proteínas deberán incorporarse con un 10 al 15 % del total de la distribución. 6.4. EJERCICIO FÍSICO El ejercicio físico es un complemento esencial de una alimentación saludable para promover la salud y proteger a la población infantil y adolescente en la vida adulta. 25 El ejercicio físico tiene múltiples beneficios, entre ellos descenso del riesgo cardiovascular, decremento de la presión arterial, conservación de la masa muscular, reducción de la grasa corporal y pérdida de peso. Tanto en los diabéticos de tipo 1 como en los de tipo 2, el ejercicio también resulta útil para disminuir la glucosa plasmática (durante el ejercicio y después de él) y aumentar la sensibilidad a la insulina. No obstante el ejercicio físico debe ser tenido en cuenta y adecuar la dosis de insulina y la utilización de hidratos de carbono extras para prevenir la hipoglucemia, durante y después a la realización del mismo, en este sentido es importante conocer el efecto de los diferentes tipos de ejercicio sobre la glucemia. Consumo de glucosa elevado: ejercicios de larga duración y alta intensidad. (Más de 2 horas). Consumo de glucosa moderado: ejercicios de intensidad media-alta con duración intermedia (30 minutos a 2 horas). Consumo de glucosa bajo: ejercicio de intensidad media-baja y duración corta de menos de 30 minutos. La práctica del ejercicio físico suele necesitar un periodo de adaptación a la actividad, durante el cual suele ser necesaria la realización de mas controles de glucemia, hasta adaptar con éxito la dosis de insulina y la alimentación en cada tipo de ejercicio. 6.5 VIGILANCIA DEL GRADO DE CONTROL DE LA GLUCEMIA La vigilancia óptima del control de la glucemia implica la realización de determinaciones de la glucosa plasmática por el paciente y la valoración del control a largo plazo por el médico (determinación de la A1C y revisión de las mediciones de glucosa realizadas por el paciente). Estas determinaciones son complementarias, las realizadas por el paciente proporcionan una panorámica del control glucémico a corto plazo, mientras que la A1C refleja el control medio de la glucemia a lo largo de los dos o tres meses previos. 6.6 AUTOVIGILANCIA DE LA GLUCOSA SANGUÍNEA La autovigilancia de la glucosa sanguínea (self-monitoring of blood glucose, SMBG) es la norma de la atención de la diabetes y permite al paciente controlar su glucemia en cualquier momento. En la SMBG basta una pequeña gota de sangre y una reacción enzimática fácil de detectar para medir la glucosa plasmática capilar. Se cuenta con varios dispositivos que miden de manera precisa la glucosa en sangre obtenida mediante pinchazo de la punta de un dedo; son menos dignos de confianza otros sitios de punción (p. ej., el antebrazo). 26 Combinando las determinaciones de glucosa con la historia dietética, las variaciones de la medicación y los antecedentes de ejercicio, el médico y el paciente pueden mejorar el programa de tratamiento. Se debe individualizar la frecuencia de la SMBG adaptándola a los objetivos del tratamiento. Los diabéticos de tipo 1 deben medir su glucosa plasmática entre cuatro y ocho veces al día para calcular y seleccionar los bolos de insulina de acción corta de las comidas y modificar las dosis de insulina de acción prolongada. 27 CAPÍTULO 7 CONCLUSIÓN La importancia de la nutrición en la diabetes infantil centra su atención en el control de la glucemia, esto para poder lograr los valores recomendados; pero también toma importancia dentro de la vigilancia del adecuado crecimiento del niño puesto que esta enfermedad es una de las afecciones endocrinas y metabólicas más frecuentes en la infancia su incidencia está creciendo muy rápidamente especialmente entre los niños de menor edad por lo que se necesitan de un tratamiento con insulina para sobrevivir el resto de vida. La autodisciplina y la observancia de una dieta equilibrada son necesarias para el adecuado control de la enfermedad. Es importante vigilar la nutrición y crecimiento del paciente; en esta edad, puesto que su tratamiento radica en la insulina y tener en cuenta la relación de esta hormona con las necesidades nutricias del niño. El niño con diabetes debe recibir también educación sobre el ejercicio, atención a la diabetes durante otras enfermedades y medicamentos que disminuyen la glucosa plasmática. Además de mejorar el cumplimiento, la educación del paciente permite a los diabéticos asumir mayores cuotas de responsabilidad en su auto cuidado. La educación del paciente debe concebirse como un proceso continuado y delicado. 28 CAPÍTULO 8 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. Avances en diabetes Dr. Francisco J. Gómez Pérez, tomo II Alimentación en la Diabetes; Griselda x. Brito Córdova. Interamericana Atención Integral del paciente diabético 2da edición Lerman. 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