Miércoles 5 de Junio de 2013 Libertad de expression: La Jornada contra Letras Libres No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo. Por: José Luis Huape Rodríguez Para conmemorar el Día de la Libertad de Expresión en México (7 de junio de 2013), relataré un asunto judicial emblemático que se inscribe en los anales de nuestra historia contemporánea. Me refiero a la controversia judicial que protagonizaron dos medios de comunicación escritos: El periódico La Jornada y la revista Letras Libres. Las personas poco familiarizadas con asuntos judiciales son reacias a escuchar relatos de temas que se ventilan ante tribunales. En parte tienen razón de asumir esa actitud, los abogados nos hemos encargado de alejar el lenguaje judicial de la comprensión ciudadana. Quien ha tenido la oportunidad de leer una sentencia judicial encontrará una redacción llena de barroquismos, arcaísmos o expresiones oscuras, con extensión kilométrica y cita de precedentes judiciales igualmente ininteligibles. La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hace un esfuerzo loable por desterrar esa práctica de la justicia mexicana, lo hace de la mejor manera: Predica con el ejemplo. Ello se constata en la sentencia que emitió la SCJN al resolver el caso de La Jornada contra Letras Libres. El antecedente del asunto fue el siguiente: El columnista Fernando García Ramírez escribió en la revista Letras Libres del mes de marzo de 2004 un artículo titulado CÓMPLICES DEL TERROR. En él señala que Gara (periódico de ideología socialista con línea editorial afín a la izquierda independentista vasca) es partidaria de la organización terrorista ETA y La Jornada está colaborando con Gara, pues firmaron un acuerdo de cooperación en proyectos informativos de interés común, sin transparentar a los lectores ese hecho. La Jornada demandó civilmente a Letras Libres por lesionar la imagen, reputación, honor de la empresa periodística y de sus colaboradores. El asunto se tramitó ante un juzgado del orden civil, después ante el Tribunal Superior de Justicia y finalmente llegó a los estrados de la SCJN. Miércoles 5 de Junio de 2013 En noviembre de 2011, la SCJN falló a favor de la revista Letras Libres. La sentencia medularmente sostiene: “Hay fricción entre el derecho a la imagen, reputación, honor que estima violado en su agravio La Jornada y el derecho a la libertad de expresión que argumenta Letras Libres, lo conveniente es que prevalezca este último porque La Jornada, en ejercicio de su actividad informativa, goza de la mayor libertad y amplio grado de protección al derecho a criticar a personas o empresas de proyección pública. Por lo tanto, es necesario proteger también el derecho de Letras Libres a criticar la labor periodística de La Jornada. De esa manera se privilegian los pesos y contrapesos en la información, necesarios en toda sociedad democrática”. Si se me permite abusar de una frase coloquial, en buen español la Corte dijo a La Jornada: “El que se ríe se lleva…y… se aguanta”. Sin duda la sentencia representa un triunfo para la libertad de expresión. Ello se debe conmemorar todos los días, no con una visión reduccionista de quién ganó o quién perdió en esa controversia específica, sino considerando los aportes de la sentencia al tejido social. Hay que enfatizar más la función social de las sentencias. La que decidió la contienda entre los medios de comunicación deja claro que el mensaje enviado a la ciudadanía es: “Mayor respeto a la libertad de expresión de las ideas y opiniones”. La enseñanza también va en el sentido de que los actores públicos, es decir, quienes ejercen actividad pública no sólo de gobierno, están sujetos en mayor medida al escrutinio público y a la crítica abierta. La sentencia además fortalece la tendencia legislativa federal y estatal de despenalización de los delitos tales como la difamación, injurias y calumnia, porque su vigencia en Códigos Penales propicia que las personas se inhiban de expresar sus ideas y opiniones por temor de ir a la cárcel. Lo anterior es de gran importancia, ya que de esa manera se garantizan principios fundamentales consignados en la Constitución y se contribuye a la consolidación de la democracia, como en otros países en donde la protección a la privacidad, al honor y a la reputación de las personas está garantizada a través de sanciones civiles y económicas y no a través de sanciones privativas de la libertad. Además esas acciones retoman las exigencias internacionales de potencializar el respeto al derecho humano de libre expresión e intervención mínima del derecho penal en la vida social. PD. OBSERBC felicita a LA VOZ DE LA FRONTERA por ser un espacio plural y libre que promueve la vida democrática de la sociedad mexicana.