52 Protagonistas Miguel Ángel Giraudo El cooperativismo del presente después, igual situación se crea con la Cooperativa de Servicios. Miguel Ángel Giraudo Después de vivir muchos años en Buenos Aires, en el año 1977 tomamos una decisión familiar. Volver al interior donde nací y donde viví durante varios años. Elegimos Puán por varias razones. Y no nos equivocamos. Familiares, amigos, afectos y posibilidades profesionales, motivaron la decisión. Ahí conocí el cooperativismo. Siempre mi padre, mis tíos y otros allegados me hablaban de la cooperativa. Pero realmente no tenía demasiada idea de sus valores y de su importancia. Al poco tiempo de llegar a Puán, tuve el primer ofrecimiento de asesoría letrada en la Cooperativa Agrícola. Varios meses Corría el año 1978 y había mucho por hacer. Las cooperativas de servicios crecían con rapidez y las necesidades se producían a diario. Fueron quienes trajeron en esa época el progreso y el bienestar a los pueblos. No solamente la luz. Los servicios se multiplicaban y los habitantes podían acceder a la tecnología gracias al esfuerzo en conjunto. La agrícola seguía siendo como en la vieja época, el baluarte y la referencia de los hombres de campo. También sufría un proceso de transformación. Construía su nueva sede, ampliaba su capacidad de almacenaje, mejoraba sus distintas sesiones y procuraba como siempre adaptarse a las nuevas necesidades de los productores agropecuarios. En este panorama empecé a conocer el movimiento. Diría mejor que empecé a admirarlo. Mi pueblo crecía a partir del esfuerzo de todos, pero lo hacía, fundamentalmente, gracias a ese conjunto de hombres y mujeres que vieron en el cooperativismo la herramienta suficiente para que ello ocurriera. 53 Participé como abogado de la primera Federación de Cooperativas Eléctricas de la Provincia de Buenos Aires. Fue una experiencia nueva. Encontré buenos y reconocidos profesionales, conocedores del derecho cooperativo, hombres que aún hoy continúan bregando por hacer conocer las bondades del movimiento. Rescato entre todos ellos al amigo Victorino Callejo, que en el corto tiempo de su presidencia al frente del IPAC logró imponer la participación activa de las federaciones y confederaciones cooperativas en las decisiones y políticas del organismo provincial. Con un reconocido hombre del cooperativismo urbano como lo es el contador Rubén Masón, también auditor de mi cooperativa agropecuaria, trabajamos en reformas estatutarias innovadoras. Incorporamos el concepto de “cuenta corriente cooperativa” en el Estatuto Social como derecho del asociado para peticionar su apertura y la correspondiente obligación de cancelación. Le dimos carácter de ejecutividad una vez aprobada. Definimos su contenido y tratamos de darle legalidad a un tema no resuelto. Con ese bagaje cooperativo, resumido en estas líneas, en 1997 tuve un ofrecimiento que cambió mi vida. La asesoría letrada de ConInAgro necesitaba ser cubierta luego del lamentable fallecimiento del Dr. Guillermo Armendáriz, a quien había escuchado en diversas conferencias y de quien me había nutrido intelectualmente en muchas opor- tunidades. Fue un orgullo y una terrible satisfacción. Por supuesto acepté de inmediato. Me costó mucho. Dejé mi Puán, mis amigos, mi gente. Pero desde lo afectivo la designación me permitió achicar las distancias y compartir la vida con mi familia. El estudio de mis hijos nos obligaba a que viviéramos la mayor parte del tiempo separados. El cambio me creó inquietudes, pero desaparecieron inmediatamente. Un grupo humano maravilloso me esperaba en ConInAgro. La paz de Carlos Basañes, la ejecutividad de Sarachu, la intelectualidad de Carlos, la disponibilidad de los administrativos, en fin, un conjunto de gente “con la camiseta puesta”. ConInAgro y su inserción en el sector era la meta. Aprendí mucho. Conocí un mundo nuevo. El mundo de la política, de las decisiones, de la discusión, del partidismo y de los intereses sectoriales. La presidencia de ConInAgro durante los primeros tres años estuvo a cargo de un representante de SanCor, don Valentín Levisman. En el año 2000, el hombre de ACA, don Mario Raiteri, asume la mayor representatividad de la entidad. Mario Raiteri, maestro de la dirigencia agropecuaria cooperativa, hombre del que aprendíamos conceptos y estrategias en cada reunión. Un ser humano con grandeza de espíritu y con ideas muy 54 Protagonistas claras, un amigo, un gran tipo… Su desaparición física fue un dolor inmenso para quienes apreciamos sus valores. En septiembre del año 2000 se inicia en ConInAgro una reforma institucional muy fuerte provocada por la jubilación del amigo Basañes, el inesperado fallecimiento de Osvaldo Sarachu y también por la delicada situación económica y financiera de nuestras federaciones como consecuencia de políticas adversas para el agro que provocaron la desaparición de miles de productores y de cooperativas. Asumo la Gerencia General, con el cargo de Coordinador, y mantengo la Asesoría Letrada. Fueron años de lucha y de adecuación. Los cambios coyunturales permanentes, las situaciones políticas creadas durante todo ese tiempo, las necesidades del campo prácticamente en la quiebra y luego con esperanzas de recuperación, la presión producida por decisiones de los gobernantes de turno también desorientados por las situaciones creadas, entre otras lecturas, crearon un ámbito de trabajo permanente en búsqueda de soluciones para nuestros representados. Hubo una transformación importante en el quehacer diario. Si bien las propuestas a largo plazo estuvieron en la agenda, se trabajó desde el inicio desde lo práctico, buscando soluciones coyunturales, obligados porque los hechos y las circunstancias cambiaban con mucha rapidez. Comunicados en los medios, discursos, participaciones en cuanto escenario fue posible, caracterizó la presidencia de Mario Raiteri. Y en esa vorágine fuimos creciendo y aprendiendo durante los muchos gobiernos nacionales que nos tocó vivir. Se fue Menem, asumió De La Rúa, dejó el gobierno, pasaron cinco presidentes y asumió Kirchner en el 2003. El panorama que esos cambios significaron, fueron obviamente determinantes de la tarea realizada. En el 2004 asume la presidencia de la entidad el Sr. Fernando Gioino, acompañando como Vicepresidente el Sr. Gonzalo Alvarez Maldonado. Continuamos con la idea de equipo que venimos manteniendo durante los últimos años. La tarea técnica en manos del amigo Daniel A s s e ff como economista y mía, va acompañada por una presencia política de nuestros directivos. Tratamos de aportar ideas y propuestas. Ese es el lema y así continuamos actuando. Agradezco a todos los que hicieron y hacen posible mi presencia en ConInAgro. Agradezco la confianza de los hombres que conforman o han conformado su Consejo de Administración. A todos quienes apoyan la tarea con disposición para integrar este equipo de trabajo que he procurado implementar y donde técnicos, empleados y directivos, con respeto y sin diferencias, se 55 Un recuerdo esfuerzan y ponen todo su empeño para lograr los mejor de cada uno y presentar a nuestros hombres y mujeres agropecuarios y cooperativistas un ConInAgro fuerte y con presencia en el espectro político y sectorial. Que estos primeros cincuenta años de ConInAgro -que tengo el honor de festejarsignifiquen una puerta abierta a muchos años más donde los logros sean producto del trabajo y del convencimiento de pertenecer a un movimiento que puede hacer posible un mundo mejor. Mario Augusto Raiteri había nacido en 1935. Joven se integró al movimiento cooperativo y ocupó cargos directivos en la Cooperativa Agrícola General Pueyrredón de Mar del Plata. Fue con sejero de la Asociación de Cooperativas Argentinas en varios períodos, Director del Banco Provincia de Buenos Aires en representación del cooperativismo agropecuario, Consejero de Coninagro Vicepresidente y Presidente de nuestra entidad desde 2000 hasta 2004. Impuso en su gestión al frente de ConInAgro un dinamismo en la acción gremial y apoyó el aggiornamiento del sistema. Mario supo, con simpleza, describirnos: “No somos ni mejores ni peores, somos dis tintos”, decía. Su desaparición física y sorpresiva, en marzo de 2006, no hará ensombrecer sus enseñanzas. Ha dejado una huella inmensa con su historia empapada de cooperativismo agropecuario.