¿Es segura la carne de caza? La carne cazada que se comercializa tiene los mismos controles después de muertos, pero carece de los controles en vida. La caza menor destinada a consumo propio no tiene control ninguno y la mayor solo el examen de triquina. Es más saludable por ser menos grasa, pero es imposible saber si el animal ha pasado por enfermedades o acumulado contaminantes en vida. Sanidad aconseja a niños y embarazadas no comer carne cazada con plomo. www.20minutos.es Un informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad, ha recomendado este miércoles que los niñosmenores de seis años, las mujeres embarazadas o aquellas que planeen quedarse en estado no deben consumir carne procedente de animales cazados con munición de plomo, porque este metal afecta al sistema nervioso central en desarrollo. Recomienda además a cualquier adulto limitar el consumo de estos productos a un máximo de una ración —aproximadamente 150 gramos— por semana y recomienda eliminar la zona de piel y carne cercana a la herida y limpiar a conciencia picadoras y utensilios que hayan entrado en contacto con el plomo. También recuerda la conveniencia de sustituir el tradicional plomo por el acero o el tungsteno. La intoxicación por plomo se denomina saturnismo, se sospecha causó la sordera de Bethoveen, puede causar graves anemias, fallos orgánicos y es neurotóxica. Al consumir carne de caza hay que asumir ciertos riesgos Juan Revenga, nutricionista y autor del blog El nutricionista de la general, sostiene que la posible intoxicación por plomo de la carne de caza es un asunto que viene de lejos y puntualiza que: "El problema es la alimentación repetida y continuada de ese tipo de alimentos, no que un día te comas una paloma cazada, sino cuando existe una alimentación reiterativa de este tipo de productos cárnicos”. Por eso el aviso de Sanidad va dirigido especialmente a se dirige fundamentalmente "a sus cazadores y a sus familias", cuya ingesta de este tipo de carnes no se restringe a la temporada de caza, de agosto a febrero, puesto que las piezas puede ser congeladas y consumidas a lo largo de todo el año. Pero, más allá de la posible intoxicación por plomo. ¿Es seguro consumir carne de caza? Los cazadores defienden su consumo, sostienen que es una carne más saludable. Juan Revenga reconoce que "desde el punto de vista nutricional, efectivamente la carne de caza es menos grasa que la de un animal criado. Si un cerdo procedente de un matadero municipal tiene como un 14% o un 15% de grasa, un jabalí puede tener en torno a un 8% o un 10%. Así que nutricionalmente se podría decir que es más sano". El inconveniente que apunta el nutricionista para poder recomendar su consumo es que "no se sabe los contaminantes que ha podido ir acumulando en su vida no controlada". Y explica que esos contaminantes se suelen acumular en el tejido graso de los animales en mayor medida "cuanto más grandes, más viejos y más grasa tengan". “Además, la carne de caza no lleva etiquetado", explica Revenga. "Una perdiz de granja, envasada o no, habrá pasado en vida por todos los requisitos sanitarios pertinentes. En cambio la caza no tiene control ninguno. Al consumir carne de caza, desde siempre, hay que asumir ciertos riesgos. Son animales salvajes, no sabemos qué vida han llevado, si están enfermos, los conejos pueden ser portadores de la toxoplasmosis por ejemplo, o si han tomado veneno justo antes de ser cobrados”. La caza menor para consumo propio no pasa ningún control Un veterinaria con experiencia en la inspección de animales para consumo consultada por 20minutos.es confirma que los animales típicos de la caza menor como las perdices o codornices procedentes de granjas (caza menor controlada, es el nombre técnico) “tienen todos los controles, igual que en una granja de gallinas, los animales están desparasitados, controlados, sabes si han tomado antibióticos y entran en cadena alimentaria con su trazabilidad”. Esta veterinaria explica los controles veterinarios que pasan las piezas de caza: "Si la carne se va a comercializar, sea caza menor o mayor, debe pasar un examen postmorten. Ese examen es el mismo que se hace al ganado en el matadero. Y en cacerías de caza mayor tiene que acompañar un veterinario o una persona formada, normalmente un cazador que ha recibido un curso, y se hace además el examen de triquina. Lo que nunca puede haber en la caza, obviamente, es un examen antemorten". Esos controles desaparecen totalmente cuando se trata de caza menor para consumo propio: "Con la caza menor dedicada a consumo propio no se hace ningún control. La caza mayor debe pasar un examen de triquina, basta con acercar un trozo de carne al veterinario y es algo que se detecta muy fácilmente con el microscopio". Recalca que es muy importante hacerlo, porque este parásito que deposita sus larvas en el tejido muscular de los animales no está erradicado: "sí que se detecta a veces triquina en los mataderos municipales, es un control que se lleva a rajatabla".