Jurisdicción: Social Recurso núm. 999/2006. Ponente: Ilma. Sra. Dª. Garbiñe Biurrun Mancisidor CONTRATO DE TRABAJO: naturaleza jurídica: sinalagmática: efectos. DESPIDO: incumplimiento grave y culpable: necesidad; trasgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza: realización de otros trabajos durante la situación de baja: causa de despido: excepciones; procedente: realización de otros trabajos durante situación de baja: prestación de servicios para la empresa en la aparece como administradora; calificación del despido: forma de efectuarla: actividades desarrolladas durante enfermedad o accidente: ponderación: factores a tener en cuenta. El TSJ desestima el Recurso de Suplicación interpuesto por la demandante, contra la Sentencia de 23-12-2005 del Juzgado de lo Social núm. 2 de los de Gasteiz, dictada en autos promovidos en reclamación por despido. En la Villa de Bilbao, a veinte de junio de dos mil seis. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Autónoma del País Vasco, formada por los Ilmos. Sres. Don Manuel Diaz de Rabago Villar, Presidente, Doña Garbiñe Biurrun Mancisidor y Doña Ana Isabel Molina Castiella, Magistrados, ha pronunciado, EN NOMBRE DEL REY la siguiente, SENTENCIA En el Recurso de Suplicación interpuesto por Doña Andrea, contra la Sentencia del Juzgado de lo Social núm. 2 de los de Alava, de fecha 23 de diciembre de 2005, dictada en proceso que versa sobre DESPIDO (DSP), y entablado por la hoy recurrente, Doña Andrea, frente a la Empresa «Garaje Barazar, SA», es Ponente la Ilma. Sra. Magistrada Doña Garbiñe Biurrun Mancisidor, quien expresa el criterio de la SALA. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO La única instancia del proceso en curso se inició por Demanda y terminó por Sentencia, cuya relación de Hechos Probados es la siguiente: I.?«Que Dª Andrea, viene prestando sus servicios por cuenta y orden de la empresa "Garaje Barazar, SA", con antigüedad desde el 2 de octubre de 1975, ostentando la categoría profesional de Oficial Administrativa de 1ª y percibiendo un salario mensual de 1591,14 euros. II.?Que con fecha 13 de septiembre de 2005, la empresa demandada remite carta a la actora cuyo contenido literal es el siguiente: «Muy Sra. nuestra: El motivo de la presente es para comunicarle que con fecha 14 de septiembre de 2005 la empresa procede a su despido disciplinario, de acuerdo con lo establecido en el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores (RCL 1995, 997). El motivo último que nos ha conducido a adoptar esta decisión se concreta en que hemos tenido conocimiento de que Vd., que se encuentra dada de alta en la Seguridad Social como empleada de esta empresa, simultanea el trabajo con otro en la empresa "Feval", al parecer propiedad de su marido. Esta situación de pluriempleo, que nunca nos ha sido comunicada, y precisamente por este motivo, supone un perjuicio en las cotizaciones que debamos efectuar por Vd. Pero además, encontrándose Vd. en situación de Incapacidad Temporal desde hace más de un año, parece ser que ha estado y sigue estando trabajando en la empresa "Feval". Si Vd. se encuentra apta para el desempeño de una actividad laboral, el hecho de estar de baja supone un fraude para la Seguridad Social y para esta empresa que está pagando la cotización correspondiente por Vd.Este hecho de estar trabajando en otra empresa durante su situación de Incapacidad Temporal, nos fue comunicado el pasado día 16 de julio de 2005 por parte de los profesionales contratados por la empresa para la confirmación de las noticias que nos habían llegado, quienes estuvieron con Vd. durante su jornada laboral del pasado día 12 de julio de 2005. En cualquier caso son varias las personas que nos han indicado que la han visto trabajar en la empresa de su marido en distintas fechas, siempre durante el período de Incapacidad Temporal. Estos hechos, en definitiva, suponen abuso de confianza, mala fe y un perjuicio económico continuado a la empresa que son merecedores de la sanción de despido conforme establece el artículo 54 del Estatuto de los Trabajadores. Lamentando haber tenido que adoptar esta decisión de rescisión de su relación laboral por despido disciplinario con efectos desde el 14 de septiembre de 2005, le comunicamos que está a su disposición en nuestras oficinas su liquidación. Atentamente». III.?Que la actora es administradora de la empresa «Feval Construcciones en General Feval, SL», habiendo quedado acreditados los hechos recogidos en la carta de Despido. Que la actora se encontraba en situación de Incapacidad Temporal desde el 5 de julio de 2004, con el diagnóstico de depresión, prestando servicios durante el período en que se encontraba en situación de IT, en varias fechas en la empresa «Feval». IV.?Con fecha 06 de octubre de 2005 tuvo lugar el acto de conciliación ante el Servicio de Conciliación de la Delegación Territorial de Alava del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco, con el resultado de intentado sin avenencia». SEGUNDO La Parte Dispositiva de la Sentencia de Instancia dice: «Que desestimando la demanda interpuesta por el letrado Don Raul Barambones Gibello, en nombre y representación de Doña Andrea, contra la empresa "Garaje Barazar, SA", debo declarar y declaro la procedencia del despido verificado el 14 de septiembre de 2005, absolviendo a la empresa demandanda de los pedimentos formulados en su contra». TERCERO Frente a dicha Resolución se interpuso el Recurso de Suplicación por Doña Andrea, que fue impugnado por la parte demandada, «Garaje Barazar, SA». CUARTO Elevados los autos a este Tribunal y comunicada a las partes personadas en la presente instancia la designación de Ponente, se dispuso el pase del procedimiento a la Ilma. Sra. Magistrada nombrada a tal efecto, para el examen y subsiguiente resolución por la Sala de la cuestión suscitada. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO El artículo 191-c) de la Ley de Procedimiento Laboral (RCL 1995, 1144, 1563) recoge, como otro motivo para la interposición del Recurso de Suplicación, el examen de las infracciones de normas sustantivas o de la Jurisprudencia, debiendo entenderse el término «norma» en sentido amplio, esto es, como toda norma jurídica general que traiga su origen en autoridad legítima dentro del Estado (incluyendo la costumbre acreditada, las normas convencionales y, naturalmente, los Tratados Internacionales ratificados y publicados en el Boletín Oficial del Estado). Debe matizarse, por otra parte, la referencia legal a las «normas sustantivas», en el sentido de que existen supuestos en los que la norma procesal determina el Fallo de la Sentencia de instancia, sin que pueda alegarse su infracción por la vía de la letra a) del ya precitado artículo 191 de la Ley de Procedimiento Laboral, lo que ocurre en los casos de cosa juzgada, incongruencia, contradicción en el Fallo y error de derecho en la apreciación de la prueba. Ha de remarcarse también que la infracción ha de cometerse en el Fallo de la Sentencia, lo que significa que la Suplicación no se da contra las argumentaciones empleadas en su Fundamentación, sino contra la Parte Dispositiva que, al entender del recurrente, ha sido dictada infringiendo determinadas normas sustantivas, que deben ser citadas, por lo que no cabe admitir la alegación genérica de una norma, sino que debe citarse el concreto precepto vulnerado, de manera que si el derecho subjetivo contrariado se recoge en norma distinta de la alegada, la Sala no podrá entrar en su examen, cuyo objeto queda limitado al estudio y resolución de los temas planteados. SEGUNDO Con amparo en el precitado artículo 191-c) de la Ley de Procedimiento Laboral (RCL 1995, 1144, 1563), impugna la trabajadora demandante, Sra. Andrea, la Sentencia de instancia que ha desestimado su demanda de despido, alegando en su recurso, en esencia, la infracción de los artículos 54.1 y 2 ET (RCL 1995, 997) y la doctrina gradualista que la jurisprudencia ha asentado en la interpretación de tales preceptos. Argumenta la demandante que no se ha vulnerado la buena fe contractual; que su situación personal como partícipe en una sociedad mercantil es compatible con una situación laboral de incapacidad temporal si su actividad para esa mercantil no afecta a su patología; que la demandante no ha prestado trabajo para la mercantil en cuestión, sino que ha realizado meras actividades esporádicas en el ejercicio de sus funciones de socia de la misma y que estas actividades no sólo no son inadecuadas para su padecimiento, sino que eran convenientes para ayudarla a olvidarse del acoso sufrido en su trabajo, por el que se hallaba en la situación de incapacidad temporal; que el detective privado sólo ha documentado veintitrés minutos de comprobación de la actividad de la trabajadora; que la empresa de la que es socia es una empresa dedicada a la actividad de construcción y que la demandante no ha realizado ninguna tarea relacionada con esa actividad, sino que ha realizado tareas de socia y que ha acudido a sus locales a estar con su marido y su hijo, que trabajan en dicha empresa. Recordemos ahora los hechos acreditados, tal como nos los ha proporcionado la instancia, en relato no combatido en el recurso y al que la Sala debe someterse de manera estricta. Son los siguientes, resumidamente relatados: la demandante Sra. Andrea trabaja para la empresa «Garaje Barazar, SA» ?en adelante, «Barazar»? desde 1975 con la categoría de Oficial Administrativa; el 13 de septiembre de 2005 la empresa le ha remitido carta de despido disciplinario entendiendo se ha producido un abuso de confianza, mala fe y perjuicio económico por haber trabajado para otra empresa ?«Feval»? durante su situación de IT y por haber mantenido una situación de pluriempleo no comunicada con perjuicio en las cotizaciones que por ella han debido realizarse; la actora se hallaba en situación de IT desde el 5 de julio de 2004 por depresión y durante este tiempo ha prestado servicios en varias fechas para la empresa «Feval», de la que es administradora. TERCERO El ordenamiento jurídico regula el contrato de trabajo como un contrato eminentemente sinalagmático, con derechos y obligaciones cuasi ?recíprocos para las partes trabajador y empleador y, en consecuencia, prevé la posibilidad de su resolución por la unilateral voluntad de cualquiera de ambas partes? bien que con diferente regulación. Resolución que, para el caso de la voluntad empresarial ha de basarse necesariamente en alguna de las causas legalmente previstas ?de carácter objetivo o disciplinario?. Las causas disciplinarias que permiten al empresario dar por extinguido el contrato de trabajo están constituidas en todo caso por incumplimientos contractuales graves y culpables imputables a la persona trabajadora. De entre ellas, una de las causas previstas en el artículo 54.2 ET (RCL 1995, 997) es la de trasgresión de la buena fe contractual y abuso de confianza en el desempeño del trabajo. A su vez, una de las causas más frecuentes de imputación a los trabajadores de la amplísima falta de trasgresión de la buena fe contractual que el artículo 54.2.d) ET recoge como causa de despido disciplinario es la de la realización de trabajos durante la situación de Incapacidad Temporal, siempre que, como los Tribunales vienen exigiendo, la actividad desempeñada evidencie la aptitud para el trabajo o sea de tal naturaleza que impida o dilate la curación (TS 23-1-90 [RJ 1990, 198]; TSJ Canarias 28-9-93 [AS 1993, 3782]; TSJ País Vasco 3-2-98 [AS 1998, 766]). De ahí que no se considere, por tanto, trasgresión de la buena fe contractual, la realización de ejercicios físicos (TS 4-5-90 [RJ 1990, 3960] o de actividades que no sean perjudiciales para el curso de la enfermedad (TS 18-7-90 [RJ 1990, 6423]); ni de actividades lúdicas (TSJ Andalucía 16-5-94 [AS 1994, 2228]; TSJ C. Valenciana 4-3-98 [AS 1998, 996]), salvo que atenten contra el tratamiento (TSJ Madrid 28-4-94 [AS 1994, 1612]); o se trate de la realización de actividades incompatibles con la situación de IT (TSJ C. Valenciana 13-1-98 [AS 1998, 82]). Esta Sala ha tenido ocasión de analizar casos en los que ha aplicado la normativa cuya infracción denuncia la recurrente. Bastará citar, al efecto, la más reciente sentencia de 25 de abril de 2006 ?Rec. 737/06 (AS 2006, 1778), y los precedentes que en ella se citan. En todas estas resoluciones se parte de la exigencia de la buena fe de que quien está de baja por incapacidad temporal no pueda desarrollar realmente las tareas propias de su trabajo habitual por razón de tal situación, pero también de que en esa situación no se efectúen actividades inadecuadas para lograr lo antes posible la reincorporación al trabajo, puesto que se ha dejado de cumplir con la principal prestación del contrato, esto es, la de prestar trabajo. Se defraudaría así el legítimo interés del empresario de recibir el trabajo del trabajador cuando se aparenta una causa que justifica la falta de prestación de servicios o cuando se dilata innecesariamente esta situación, algo que sólo está justificado por la prioridad que nuestro ordenamiento concede al derecho a la salud que reconoce el artículo 43.1 CE (RCL 1978, 2836). En supuestos de pluriempleo la Sala ha dictado la sentencia mencionada, así como otra de 10 de junio de 2003 (AS 2003, 2354), analizándose en ambas supuestos en los que el trabajador estaba en situación de IT para uno de los empleos y seguía prestando los restantes. La Sala ha decidido en esos casos la improcedencia del despido del trabajador pluriempleado a quien su médico de cabecera da de baja laboral en uno de los empleos pero no en el otro, entendiéndose que no había incumplimiento laboral del trabajador. Por otra parte, hay que recordar también, como lo hace la mentada Sentencia de 25 de abril de 2006, que el TS ha dictado Sentencia de 29 de enero de 1987 (RJ 1987, 177), en la que se confirmó la improcedencia del despido de quien, estando en situación de baja laboral por depresión, asesoraba o supervisaba el puesto de castañas de su esposa y hacía alguna tarea como compra de pan o conducción de vehículo, por no revelar ello simulación ni poner en peligro su curación. O la STS de 4 de octubre de 1985 (RJ 1985, 4662), en la que también se confirmó la improcedencia del despido de un empleado bancario que, en situación de baja por depresión, intervino como profesor en un cursillo en localidad y marco distintos de los habituales y lo hizo con recomendación médica. En el presente caso dos son los fundamentales datos a tener en cuenta para la resolución de la litis: a) que la enfermedad de la actora era de carácter psíquico, consistiendo en un cuadro depresivo; b) que la actora es administradora de la empresa «Feval»; que ha acudido a esta empresa en diversas fechas durante el período de IT y que quienes la han visto han llegado a la conclusión de que estaba trabajando. Pues bien, cojamos los hechos anteriormente descritos. Tenemos una trabajadora que causa baja por IT a consecuencia de un cuadro depresivo y que durante la baja acude en varias fechas a la empresa de la que es administradora. De tales hechos se puede deducir que la actora hubiera tenido realmente durante ese período aptitud para el trabajo, o bien que su actividad en la empresa de la que es administradora hubiera podido retardar su curación. Los hechos y la convicción de la instancia son claros en cuanto que la demandante realmente ha prestado servicios en otra empresa mientras se hallaba en situación de IT, sin que pueda entenderse ni que ese trabajo ayudaba a la misma en su problema psíquico por no haber indicio alguno al respecto, ni que fuera compatible con la IT ni que tuviera características esencialmente distintas a las del trabajo que prestaba para la demandada. Lo cierto es que mientras la demandante ha estado de baja por IT ha desarrollado una actividad normal para otra empresa en la que tiene importantes intereses personales, y lo ha hecho de una manera importante en el tiempo, tal como se desprende de la conclusión fáctica de la instancia. Así, de las dos manifestaciones jurisprudencialmente construidas como exteriorización de la transgresión de la buena fe contractual respecto al desempeño de actividad por un trabajador en el período de IT, las dos concurren en el presente caso. En efecto, los hechos que la actora tenía realmente aptitud para su trabajo durante el período de IT, porque así lo vino desempeñando en la otra empresa y, de no ser así, la realización de esa actividad ha podido objetivamente retardar o dificultar su curación. Por otra parte, no puede en modo alguno afirmarse, por no existir indicio fáctico alguno para ello, que el hecho de dedicarse a una actividad concreta en una situación de depresión, hubiera podido contribuir a mejorar su estado psíquico. En consecuencia, el recurso ha de ser desestimado y la sentencia confirmada. CUARTO No procede hacer declaración sobre costas, por gozar la recurrente, en su condición de trabajadora, del beneficio de justicia gratuita. FALLAMOS Que desestimamos el Recurso de Suplicación interpuesto por Doña Andrea, frente a la Sentencia de 23 de diciembre de 2005, del Juzgado de lo Social núm. 2 de Gasteiz, en autos núm. 694/05, confirmando la misma en su integridad. Notifíquese esta Sentencia a las partes intervinientes en el proceso y al Ministerio Fiscal. Una vez FIRME lo acordado, devuélvanse las actuaciones al Juzgado de lo Social de procedencia del Recurso, junto con Testimonio de la presente Resolución, para dar cumplimiento al Fallo recaído, expidiéndose otra certificación que se unirá al Rollo a archivar por esta SALA, incorporándose el original al correspondiente Libro de Sentencias. Así, por esta nuestra sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACIÓN.?Leída y publicada fue la anterior Sentencia en el mismo día de su fecha por la Ilma. Sra. Magistrada-Ponente que la suscribe, en la Sala de Audiencias de este Tribunal. Doy fe. ADVERTENCIAS LEGALES.- Contra esta sentencia cabe recurso de casación para la unificación de doctrina ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, que necesariamente deberá prepararse por escrito firmado por Letrado dirigido a esta Sala de lo Social y presentado dentro de los 10 días hábiles siguientes al de su notificación. Además, si el recurrente hubiere sido condenado en la sentencia, deberá acompañar, al preparar el recurso, el justificante de haber ingresado en la cuenta de Depósitos y Consignaciones abierta en el grupo Banesto (Banco Español de Crédito) cta. número 4699000-66-999/2006, a nombre de esta Sala el importe de la condena, o bien aval bancario en el que expresamente se haga constar la responsabilidad solidaria del avalista. Si la condena consistiere en constituir el capital-coste de una pensión de Seguridad Social, el ingreso de éste habrá de hacerlo en la Tesorería General de la Seguridad Social y una vez se determine por éstos su importe, lo que se le comunicará por esta Sala. El recurrente deberá acreditar mediante resguardo entregado en la secretaría de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo al tiempo de la personación, la consignación de un depósito de 300,51 euros en la entidad de crédito grupo Banesto (Banco Español de Crédito) c/c 2410-000-66-999/2006 Madrid, Sala Social del Tribunal Supremo. Están exceptuados de hacer todos estos ingresos las Entidades Públicas, quiénes ya tengan expresamente reconocido el beneficio de justicia gratuita o litigasen en razón a su condición de trabajador o beneficiario del régimen público de la Seguridad Social (o como sucesores suyos), aunque si la recurrente fuese una Entidad Gestora y hubiese sido condenada al abono de una prestación de Seguridad Social de pago periódico, al anunciar el recurso deberá acompañar certificación acreditativa de que comienza el abono de la misma y que lo proseguirá puntualmente mientras dure su tramitación.