Policía en Democracia Más allá de una Policía ordenada: Las transformaciones de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal en las últimas décadas. Sergio Padilla Oñate* * Maestro en Sociología Política por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora e Investigador de Causa en Común A.C [email protected] / [email protected] Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 11 1. Resumen El presente ensayo aborda las transformaciones que la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal ha experimentado, a partir de la instauración del primer gobierno electo hasta el momento actual. A través de la revisión de informes institucionales e investigaciones sobre la policía capitalina se identifican los alcances y limitaciones de la institución para responder a las demandas ciudadanas. A partir de la década de los noventas la inseguridad emergió como una de las principales preocupaciones ciudadanas en el Distrito Federal. De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 1998) existió un aumento considerable en las denuncias por delitos violentos, en contra de la propiedad, delitos sexuales, violencia intrafamiliar, secuestro y homicidios; acompañado de un incremento en los abusos policiacos. El punto más álgido de la escalada en los índices delictivos, de acuerdo a las cifras del INEGI, se alcanzó en el Distrito Federal en 1996. En ese año se registraron un total de 2,193 delitos por cada 100,000 habitantes, mientras que la tasa promedio nacional fue de 1,532. La crisis de inseguridad de finales de la década de los noventa coincidió con el inicio de la vida democrática en el Distrito Federal. En 1997 se realizaron las primeras elecciones para Jefe de Gobierno en la entidad1. A partir de ese proceso el Partido de la Revolución Democrática (PRD) se ha mantenido al frente del gobierno. Tanto el alza estrepitosa de los índices delictivos como los cambios en la forma de gobierno favorecieron a que la inseguridad se convirtiera en 2. Introducción un tema prioritario de la agenda política y ciudadana. En consecuencia, a partir de la instauración del primer gobierno electo la Secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) ha sufrido cambios considerables con el fin de responder al reto de mejorar las condiciones de seguridad pública en un entorno democrático. Acorde con lo anterior en el presente ensayo se reflexiona en torno a las transformaciones que ha experimentado la SSPDF, sus alcances, limitaciones, así como el rumbo que deben tomar los gobernantes y ciudadanos para lograr tener una policía que responda de manera adecuada a las necesidades ciudadanas. 1 Antes de 1997 existía una estructura de gobierno presidencialista. La capital de la república era administrada a través del Departamento del Distrito Federal. El jefe de este departamento mejor conocido como Regente de la Ciudad era nombrado por el presidente de la república. Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 12 3. Las transformaciones de la SSPDF en las últimas décadas Las cuatro administraciones perredistas han mostrado cierta continuidad en cuanto a las políticas de seguridad que se han llevado a cabo. No obstante, es necesario precisar que la evolución de la policía capitalina ha sido un proceso lento de ensayo-error que ha enfrentado grandes dificultades, algunas de ellas derivadas de una reforma política inconclusa2. La forma de operación policial ejercida antes de la instauración del primer gobierno electo se caracterizaba por basarse en la reacción inmediata frente a los hechos delictivos y en la atención a los reportes específicos provenientes de la ciudadanía. Ese modelo se encontraba en grandes desventajas respecto a las estrategias utilizadas por los delincuentes ya que la policía no contaba con un conocimiento sistematizado de las dinámicas delictivas de la ciudad. Por lo tanto, no podía desplegar estrategias efectivas para contener o prevenir el crimen. De acuerdo con los informes de la SSPDF durante los primeros años (1997-2000) se realizaron cambios de estructura. La SSPDF delimitó responsabilidades específicas en las áreas de mayor interés. Se separaron los mandos de la policía de tránsito y de la policía preventiva en dos subsecretarías distintas, la Subsecretaría de Control de Tránsito y la Subsecretaría de Operación Policial. Las otras subsecretarías que se crearon y que continúan en funcionamiento son: participación ciudadana y prevención del delito, desarrollo institucional, información e inteligencia policial y el estado mayor policial. A partir del 2002 la policía se fue reorganizando en el aspecto operativo, centrando su atención en la persecución de delitos de alto impacto y las faltas cívicas3. Los años subsecuentes se caracterizaron por la instauración de diversos programas como policía de barrio o las Unidades de Protección Ciudadana, con los que se intentó lograr esquemas operativos más cercanos a la ciudadanía. Sin embargo, ninguno de esos programas ha logrado consolidarse, es decir, mantenerse en el tiempo y concretar acciones contundentes en pro de la seguridad de los ciudadanos. Ante la falta de una reforma política completa, en el Distrito Federal aún existen ciertas restricciones para que el gobierno capitalino tenga una incidencia total dentro de las políticas de seguridad pública. Por disposiciones expresas en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (arts. 115 y 122), en el Estatuto de Gobierno del Distrito Federal (art. 34) y la Ley de Seguridad Pública del Distrito Federal; corresponde al Presidente de la República el mando de la fuerza pública y la designación del servidor público que la tenga a su cargo, a propuesta del Jefe de Gobierno del Distrito Federal dicho servidor público podrá ser removido libremente por el Presidente de la República o a solicitud del Jefe de Gobierno. 2 La SSPDF contempla como delitos de alto impacto los siguientes: Robo en todas sus variantes tanto con violencia y sin violencia; violación, homicidio doloso y lesiones dolosas por disparo de arma de fuego. De acuerdo con la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal las faltas cívicas son aquellas que atentan contra la dignidad y tranquilidad de la persona, la seguridad ciudadana y el entorno urbano. La sanción por incurrir en alguna de esas faltas determinar van desde multas hasta arrestos de treinta y seis horas. Las faltas cívicas más comunes son: estorbar o impedir el paso en la vía pública, ingerir bebidas alcohólicas en la vía, pública, conducir en estado de ebriedad, usar áreas o vías públicas sin autorización, orinar en vía pública, maltratar a una persona, tirar basura en vía pública, lesiones leves y propaganda sin autorización. 3 Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 13 Mientras que la SSPDF se reorganizaba para brindar un mejor servicio, la situación de inseguridad en la entidad continuaba siendo la principal preocupación ciudadana. El inicio del siglo XXI estuvo marcado por un constante activismo ciudadano que desde diferentes frentes busco incidir en las políticas públicas y lograr que las autoridades atendieran de mejor manera el problema. El 27 de junio de 2004, asociaciones civiles como México Unido Contra la Delincuencia (presidida en ese entonces por María Elena Morera) A Favor de lo Mejor, Movimiento Pro Vecino, y asociaciones empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) convocaron a una marcha para exigir a las autoridades acciones contundentes para combatir la inseguridad. La marcha logró aglutinar a diversos sectores de la sociedad. Los medios declararon que habían asistido entre 350,000 y un millón de habitantes, lo que puso de manifiesto que se trataba de una demanda generalizada por parte de los capitalinos. Poco más de cuatro año después, el 30 de agosto de 2008 se llevó a cabo la marcha conocida como “Iluminemos México” con demandas muy similares y con un descontento que se extendió por varios estados de la república donde la marcha fue replicada. Después de los reacomodos estructurales de los primeros años y de varios intentos por consolidar distintos modelos de operación policial, en 2011 la SSPDF puso en marcha un sistema de patrullaje por cuadrantes. Dicha estrategia consistió en dividir la ciudad en pequeños bloques y designar a una patrulla con un grupo de policías como responsables de las emergencias que ocurren en cada uno de los cuadrantes. Los principales objetivos de dicha división territorial son: que los policías respondan a cualquier tipo de problemática en el menor tiempo posible y los ciudadanos conozcan a los policías que patrullan su colonia. A través de dicha organización la institución ha logrado cubrir toda la entidad y además establecer un mayor control sobre las acciones que realizan los policías a nivel de calle. Actualmente después de todo el proceso de reorganización, el Distrito Federal se encuentra dividido en 5 zonas, 15 regiones, 73 sectores y 865 cuadrantes. (SSPDF, 2012) Para fortalecer el sistema de cuadrantes la SSPDF ha desarrollado una serie de dispositivos tecnológicos que permiten mantener comunicados a los uniformados y generar información tanto de su desempeño como de las fluctuaciones en los índices delictivos. Dentro de los mecanismos más destacados se encuentran las cámaras de video-vigilancia, así como una base de datos de conocida como el Sistema de Información Policial (SIP). Con la información proporcionada por ambos sistemas se diseñan estrategias para combatir los delitos y conflictos en cada sector4. El sistema de cuadrantes cuenta con una serie de directrices generales que favorecen a que el patrullaje que se realiza en la ciudad tenga características similares independientemente del sector en donde se desarrolle. Los cuadrantes se patrullan a través de tres medios: patrulla, motocicleta y pie tierra. Cada sector (grupo de cuadrantes) varía las estrategias de patrullaje de acuerdo a las condiciones territoriales y dinámicas sociales que se desarrollan en el mismo. 4 El Distrito Federal cuenta con 11,400 cámaras 8,088 se encuentran distribuidas en diferentes puntos de la ciudad y 3,312 se encuentran dentro del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Por otro lado, el Sistema de Información policial (SIP) incorpora y sistematiza información diaria sobre remisiones, detenidos, descripción de hechos, víctimas, vehículos, armas, objetos relacionados con delitos, así como policías que realizan las detenciones. El SIP se complementa con un sistema de bitácora policial en el que se reportan de manera detallada las actividades realizadas por los policías diariamente incluyendo el registro diario de control de asistencia, tareas, servicios, asignación vehículos, radios y armas. Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 14 La asignación del personal que labora en cada uno de los sectores se define de acuerdo a dos criterios principales. Por un lado, cada sector tiene un cierto número de personal asignado de acuerdo a su extensión; sin embargo, la SSPDF puede removerlos para que brinden servicios fuera de su sector y colaboren cubriendo eventos de asistencia masiva como informes de gobierno, competencias deportivas, conciertos, marchas, manifestaciones, operativos especiales, etc. Por otro lado, la distribución de la fuerza a nivel sector dependerá del jefe del mismo, quien reacomoda diariamente a sus subordinados acorde con la incidencia delictiva, las demandas ciudadanas y de grupos influyentes, así como los recursos con los que cuenta. Existen una serie de labores rutinarias que los policías tienen que desempeñar cuando no están atendiendo alguna emergencia. Tal es el caso de las visitas domiciliarias y los códigos águila (visitas a comercios)5. Los oficiales realizan un cierto número de visitas y códigos águila que es determinado por el Jefe de Sector. Si los oficiales no cumplen con todas las visitas que se les asignan no pueden retirarse hasta concluirlas o se hacen acreedores a arrestos. Además de toda la organización para mantener un estado de fuerza distribuido y comunicado en toda la ciudad, existe un sistema disciplinario por medio del cual se presiona a los policías para lograr que atiendan las emergencias que surgen en su cuadrante en el menor tiempo posible. En caso de que se cometa un delito en un cuadrante, o que los policías tarden mucho tiempo en acudir a una emergencia los uniformados se hacen acreedores a un arresto que puede tener una duración de 12 a 36 horas de acuerdo a la gravedad de la falta. El jefe de sector es el encargado de determinar quiénes son los acreedores de los arrestos y la duración de los mismos. Este aspecto representa una de las problemáticas centrales del sistema de cuadrantes, debido a que los arrestos consisten en una estrategia discrecional para mantener el control de los uniformados, lo que muchas veces se puede traducir en abusos o violaciones a sus derechos. De manera general los cambios que ha experimentado la SSPDF desde finales de los noventas han contribuido a la transformación de una policía desorganizada y exclusivamente reactiva a una institución que planea sus estrategias con base en estadísticas delictivas y un modelo de patrullaje claramente establecido. Existen varias investigaciones que han analizado el trabajo de la policía en los últimos años, dando cuenta que pese a los avances relatados el proceso de transformación de la policía para responder a las exigencias ciudadanas tiene varios temas pendientes. De acuerdo con Azaola (2006) los policías capitalinos reconocen que los ciudadanos tienen una imagen negativa de ellos, pues constantemente son homologados con delincuentes. Dicha percepción ha sido alimentada por una serie de prácticas irregulares por parte de los uniformados que ha sido reconocida en otras pesquisas6. 5 En el caso de la visita domiciliaria, el policía acude a las casas de los habitantes de su sector y pide que se llene una encuesta de percepción acerca del servicio de la policía, además brinda su número nextel para que el vecino lo contacte en caso de requerir alguna emergencia. En el caso del código águila, el policía acude a los comercios a verificar si hay alguna novedad y el encargado le firma una hoja donde apunta la hora en la que fue visitado. 6 El estudio de Azaola (2006) también afirma que los ciudadanos no son los únicos que sufren las consecuencias de una institución de seguridad pública deficiente. Dentro de la corporación los policías se desempeñan bajo condiciones laborares poco adecuadas como: falta de regulaciones en la contratación que defina claramente su relación con sus superiores; falta de condiciones dignas de trabajo, así como corrupción en todos los niveles de la corporación. López (2003) coincide en este punto argumentando que los policías sufren malos tratos, principalmente las mujeres. La institución no cuenta con mecanismos adecuados para defender y proteger a los oficiales y en caso de que ellos hayan sido los ofensores cumplan sus faltas respetando su dignidad humana. Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 15 Salgado y Naval (2006) señalan que casi todos los contactos entre los ciudadanos y policías o agentes del ministerio público incluyen alguna clase de abuso leve, aunque siguen existiendo faltas graves. Los autores distinguen la existencia de patrones de abuso relacionados con cada tipo de autoridad. Los policías cometen abusos más graves durante el tiempo que el detenido pasa en la patrulla, mientras que los agentes del ministerio público cuando el supuesto infractor se encuentra en los separos. Acorde con lo anterior, Alvarado y Silva (2011) quienes analizaron los encuentros entre policías y ciudadanos en el Distrito Federal y el municipio de Nezahualcóyotl coinciden en que existe una alta frecuencia de interacciones entre la policía y los ciudadanos que no tienen vínculos directos con delitos, sino con situaciones de abuso policial y corrupción. En estrecha relación con el abuso policial se encuentra el tema de los Derechos Humanos. Silva (2003) a partir de la revisión de las recomendaciones emitidas por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) distingue tres lógicas de abuso policial: 1.-como sustituto de la investigación y de la prevención, 2. como búsqueda de ganancias económicas ilegales y 3.- como castigo por retar o hacerle frente al poder de la policía. Por su parte, López (2003) recurriendo a las mismas fuentes, señala que la policía ya no comete de manera sistemática violaciones consideradas como muy graves; no obstante, continúan existiendo comportamientos que atentan contra los derechos a la libertad personal, la integridad física y psicológica, así como la igualdad e inviolabilidad del domicilio de los ciudadanos. En cuanto al sistema de patrullaje por cuadrantes, Padilla (2014) señala que se ha logrado un mayor control sobre las acciones que realizan los policías. Los mandos tienen claridad de donde se ubican sus elementos y que actividades realizan, lo que ha permitido reducir algunas actividades de tipo discrecional. Empero, el esquema de patrullaje sigue siendo limitado para atender de manera efectiva las demandas ciudadanas. Un ejemplo de las limitantes que los policías tienen para relacionarse con la ciudadanía nos lo ofrecen las investigaciones de Alvarado (2010) y Padilla (2012) quienes analizaron el trabajo que los comités ciudadanos desarrollaron en los temas relacionados con la seguridad pública7. Los autores coinciden en que los comités ciudadanos han tenido una escasa capacidad para incidir en las políticas de seguridad pública debido a varios factores. En primer lugar, las juntas de seguridad en donde los miembros de los comités se reúnen con las autoridades encargadas de la seguridad pública a nivel local, no se llevaban con regularidad (salvo contadas excepciones) este hecho dificultó en gran medida generar un vínculo efectivo entre autoridades y vecinos para implementar acciones que respondieran a las problemáticas de las colonias. En segundo lugar, los programas que la SSPDF diseño para lograr una vinculación con la ciudadanía como el policía de barrio o las Unidades de Protección Ciudadana, no lograron consolidarse ni ser reconocidos por la ciudadanía. Si bien los miembros de los comités establecieron contactos con los policías que patrullaban sus colonias y les comunicaban sus inquietudes, no se logró que las necesidades ciudadanas fueran tomadas como una prioridad. A pesar de que los comités ciudadanos no han logrado ser una instancia efectiva para / Los comités vecinales son instancias de participación ciudadana que fueron creadas e impulsadas desde el gobierno a partir de 1999, donde los ciudadanos pueden entablar diálogos con los funcionarios públicos para encontrar soluciones a las problemáticas que los vecinos experimentan de manera cotidiana. Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 16 que los ciudadanos incidan en las políticas de seguridad pública a nivel local, Alvarado (2010) argumenta que el trabajo que han realizado desde su creación ha favorecido para que los vecinos formen otro tipo de asociaciones y desde distintos frentes sigan presionando al gobierno para mejorar las condiciones de inseguridad en la entidad. 4. Conclusiones Es inegable que la SSPDF ha sufrido cambios sustanciales en su forma de actuación que han derivado en una policía más ordenada. A su vez es importante resaltar que el modelo que de patrullaje que se ha logrado construir se encuentra en proceso de consolidación, es decir, aun presenta inconsistencias importantes. En términos generales, las investigaciones citadas ponen de manifiesto que los abusos y acciones discrecionales por parte de la policía siguen reproduciéndose con regularidad, aunque reconocen que estos han bajado en su nivel de intensidad. También dan cuenta de una policía mejor ordenada pero que aún presenta serias deficiencias en cuanto a su capacidad para responder a las problemáticas que los ciudadanos identifican como prioritarias. A su vez es trascendental resaltar que la participación ciudadana desde diferentes vías (institucionalizadas y no institucionalizadas) ha contribuido a que se abran espacios y se demande con mayor frecuencia y rigurosidad un trabajo policial profesional. Tomando en cuenta lo anterior, el gran reto que tiene que enfrentar tanto la SSPDF como la ciudadanía organizada; por un lado, es el de la creación de mecanismos efectivos de relación a nivel local, para que los policías puedan responder a las preocupaciones ciudadanas y de esta forma se avance en el tema de la confianza. Por otro lado el del fortalecimiento de la unidad de asuntos internos de la institución para que los policías (de cualquier nivel) que cometen abusos puedan ser castigados de manera adecuada. Aunado a ese punto, es necesario también que se impulse la creación de un organismo de supervisión externa que realice investigaciones paralelas a las de la institución en lo referente a abusos o conductas inapropiadas por parte de la policía, dicho tema ha quedado en el tintero desde que se propuso en la consulta ciudadana “la policía que queremos”. Mientras que los ciudadanos no nos organicemos y participemos de forma conjunta con las instituciones de seguridad pública trascendiendo la indignación y la queja será difícil que las instituciones de seguridad se transformen para ser más receptivas ante las demandas ciudadanas y más efectivas en la solución de las mismas. Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 17 5. Referencias Alvarado, A. (2010), “Inseguridad pública, participación ciudadana y gobernanza en la Ciudad de México en la última década”, Estudios Sociológicos, vol:28 núm. 84, pp.941-963. Alvarado, A. y Silva C. (2011), “Relaciones de autoridad y abuso policial en la Ciudad de México” en Revista Mexicana de Sociología, vol. 73 núm3 pp. 445-473. Azaola, E. (2006), Imagen y autoimagen de la Policía de la Ciudad de México. México, FLADUD, CIESAS, Ediciones Coyoacán. BID, (1998) Análisis de la magnitud y costos de la violencia en la Ciudad de México. Washington D.C, Banco Interamericano de Desarrollo. López, A. (2003), La violación de los derechos humanos en el ámbito de la seguridad publica en el Distrito Federal, Análisis y propuestas. México, Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. Salgado, J. y Naval C. (2006) Irregularidades, abusos de poder y maltratos en el Distrito Federal: la relación de los agentes policiales y del Ministerio Público con la población. México, Fundar Centro de Análisis e Investigación Padilla, S. (2012) Participación Ciudadana en Seguridad Pública: La experiencia de los comités vecinales de la Ciudad de México. Tesis para obtener el grado de Licenciado en Sociología, FCPyS-UNAM. _______ (2014) Variación del Trabajo Policial en el Distrito Federal: Estudio comparativo entre el sector Roma y el sector Morelos. Tesis para obtener el grado de Maestro en Sociología Política. Instituto de Investigaciones “Dr. José María Luis Mora” Informes institucionales SSPDF (2007) Informe de labores, México, Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. ______ (2009) Informe de labores, México, Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. ______ (2010) Informe de labores, México, Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. ______ (2011) Informe de labores, México, Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. ______ (2012) Informe de labores, México, Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal. Revista Virtual Ciudadanos + Policías Marzo 2015 18 Ciudadanos por una Causa en Común A.C. Suderman 404-503, Col. Chapultepec Morales Miguel Hidalgo, México DF Derechos reservados