A.- FÁBULAS DE AGUA DULCE Y SALADA I. QUÉ CUENTAN LAS FÁBULAS El agua es un elemento más dentro de las fábulas. Tienen relación con los animales; los peces, a los que se dedica un capítulo; los reptiles, los anfibios, las aves. Igualmente, se asocia a los seres humanos en varias de sus profesiones, marineros, pescadores, navegantes, comerciantes; y por supuesto, también la encontramos según sus características físicas: saladas o dulces, potables o no potables, mansas y bravas. Y de ella, del agua, también se habla como agente externo que influye por ejemplo en la erosión. Por otro lado, las leyendas y los mitos están llenos de historias de divinidades o seres mitológicos que pueblan y guardan las aguas -sean mares, ríos o fuentescomo las sirenas, las ninfas, las xanas, etc., y que, a menudo, tienen un aspecto zoomórfico (cf. Tomo I de esta colección, Mitos y Leyendas de Europa). 1.- Fábulas de agua salada. El mar “Mar, ¿qué hiciste de tu calma y tu suave agitación?” “Tanto me azotaron los vientos, que he sentido exaltación.” “Pues los fuertes no debieran perder nunca la razón.” (Gottlieb E. Lessing) 2.- Fábulas de agua dulce. La Inundación. Alegres y contentos En una corta y apacible aldea Vivían sin envidia Los labradores y vecinos de ella. Llegó el mes en que Febo, Cansado de morar en nuestras tierras, Suele al tostado sirio Hacer una visita muy completa; Y , amigo de mi alma , Vieron mis labradores que la tierra , Muerta de sed , por agua Clamaba ya con tanta boca abierta. Juntóse , como suele , El gran concejo , y tras de mil arengas En que , según costumbre , Se habló mucho , mas nada en la materia , Cierto padre conscripto De los que deletrean la gaceta Les dijo : Compañeros : Ya sabéis que en la cima de esa sierra Hay una gran laguna , Y sangrándola es fácil traer de ella El agua necesaria , Volviéndola á cerrar después la vena. ¡ Oidos que tal oyen ! Sin atender á mas , allá enderezan ; Y con picos y azadas Por mas de veinte baste á contenerla , En crecidos torrentes Baja inundando campos y praderas. Viéndose así perdidos , Maldicen al consejo, y la mollera Del padre de la patria , Á quien por poco arañan y repelan; Pero él, alzando el grito : --Mi consejo , les dice , sano fuera Si supierais usarle , Sacando de ese lago con prudencia El agua necesaria Para regar sin riesgo nuestras tierras , Y no para inundarlas : Con que para otra vez sírvaos de regla, Que hasta el bien con esceso Á ser un mal irremediable llega ; Y que así como el fátuo Lo inunda todo , el sabio solo riega. (Florián, Fábula núm. XXX) Tanto en una fábula como en la otra, la acción del agua tiene resultados catastróficos. En la primera pese a no tener unos efectos directos, incide en la fuerza de las olas, en la tempestad y en casi en la galerna. En la segunda fábula, la acción del agua se vuelve contra la necesitada tierra. Esa necesidad se ve desbordada por gotas frías, torrenciales aguaceros, tormentas desastrosas o por roturas de presas; y entre todos, la inconsciente utilización de la razón para conseguir un objetivo inmediato. Hay otras fábulas que en vez de tener esos efectos catastróficos adquiere facultades purificadoras: amainando la sed, blanqueando la suciedad anímica o física, facilitando el crecimiento, prolongando o dando vida. J. E. HARTZENBUSCH en la fábula el espejo y el agua ilustra una disputa entre ambos protagonistas con la advertencia del efecto que produce una amonestación para enmendarse de un error. 3.- El agua y las cosas. Disputaron el agua y el espejo, y fue la riña del tenor siguiente: - El: Yo, de genio duro, lo reflejo todo sin aprensión exactamente. - Ella: Pues yo, con mi carácter blando, todo lo pinto a medias y jugando. - El defecto menor, el más pequeño tizne que manche el rostro, yo lo enseño. - La mancha enseñarás; pero, amiguito, Hago yo más que tú, pues yo la quito. Enoja la desnuda reprimenda: dulce amonestación produce enmienda. HARTZENBUSCH en la fábula la lluvia de verano incluye el tema de la tormenta, inconveniente de caminantes y labriegos; pero es el elemento salvador ya que el poder del agua es superior al de la pólvora humedecida; finalizando la fábula con el refrán no hay mal que por bien no venga. En la fábula la fuente mansa HARTZENBUSCH une dos aspectos fundamentales de las cualidades del agua, por una parte el sentido poético que posee el sustantivo; y por otra, su efecto físico de sustento imprescindible para el crecimiento de la hierba. De estos dos aspectos el autor culmina la fábula con un refrán; pero leamos la fábula. Mira esa fuente plácida, Florencio, que fluye sin rumor y baña el prado. Con su ejemplo enseñado, Haz al prójimo bien, y hazlo en silencio. II. TIPO DE FÁBULA La clasificación de estas fábulas desde la perspectiva que se propone en este álbum corresponden con el Tipo 2 E. Son las cosas y los seres humanos quienes adquieren protagonismo dentro de las mismas. En la primera no hay constancia nada más que del mar, objeto o cosa inanimada, que dialoga con alguien o algo y en la sí se propone una enseñanza o moraleja, como es costumbre. La segunda tiene un mayor abanico de protagonistas como son los hombres, el agua y donde el sabio de turno da razones de peso de cómo obtener ese bien que tan necesario se hace. El resultado por una evidente avaricia acaba con las pretensiones de los necesitados y la enseñanza moral del consejo de prudencia. A pesar de la anterior clasificación podemos observar que las fábulas adquieren formas diversas y pasan a ser conceptuadas desde fábula mitológicas, etiológicas, apólogas, de situación o literarias en sus más diversas expresiones. Unas u otras formas están presentes en todos los autores fabuladores; entiéndase éstos como los que fueron capaces de dar forma a expresiones populares, estando muy próximos al origen de las fábulas y otros que imitaron a los anteriores; y así mismo, han sido capaces de descubrir o dar un nuevo rumbo a las fábulas utilizando nueva animación como ocurre a partir del Renacimiento y más tarde con la revolución industrial. De las fábulas mitológicas y por el interés que suscita en este apartado, merece la pena destacar la fábula de Hero y Leandro donde el agua es el espacio que separa a ambos amantes y a su vez hace de nexo para unirlos en ardiente pasión durante los atardeceres y horas nocturnas. De esta forma Leandro cada tarde nadaba desde una orilla del estrecho del Helesponto para visitar a su amada Hero que moraba en la otra orilla. Transcurrió todo el estío sin novedad, pero cuando llegó el otoño el mar se hacía cada día más peligroso. Llevaba Leandro una semana sin visitar a su amada y tal era su necesidad de visitarla que no pudo esperar a que el mar se calmase. La tempestad y sus impetuosas olas agotaron al joven Leandro que pese a sus esfuerzo desapareció entre las olas. Al cabo de un tiempo el mar arrastró el cuerpo de Leandro junto a la torre desde la cual Hero guiaba a su amado. No pudiendo superar su desgracia por la desaparición de su amor, Hero se dio muerte. III. MOTIVO, TEMAS, PERSONAJES El agua es el centro de todas las fábulas de este capítulo y a su vez tiene conexiones con otros personajes, protagonistas secundarios de ellas. Entre estos personajes de segundo orden encontramos a los hombres, otros animales mamíferos y aves; y por supuesto, los peces. Una vez más hay que recordar el objetivo didáctico de las fábulas y los mensajes que intentan proporcionar a los más necesitados para no verse influidos por defectos innatos a la condición humana. Estos defectos o peligros son anunciados con una moraleja de manera muy diversa con la necesidad del agua como nexo de otros protagonistas: el pez volador entre el águila y el tiburón para resolver una situación entre dos peligros; prevenir la fanfarronería por la enseñanza de una zorra en aguas tormentosas; proceder a destiempo como el pescador flautista; obtener un beneficio por el engaño, o la mentira, como ocurre en los peces y el cormorán; como el perro que bebe a la carrera en río Nilo que no hace caso del consejo del enemigo. Muchos son y muy diversos los temas que presentan las fábulas con el agua como continente de elocuciones morales y sino veamos el ejemplo que François COPPÉE nos propone en la fábula El arroyo y la alondra. Cierto Arroyo cenagoso dijo a la Alondra en su vuelo: “¿Cómo para ataviarte no te miras en mi seno?” “Porque son turbias tus aguas y yo me miro en el cielo.” El vicioso en su conducta es el arroyo de cienos; sus obras son aguas turbias que no sirven para el espejo. IV. ANÁLISIS SIMBÓLICO El elemento agua, imprescindible en la vida del ser humano, “El agua simboliza la vida terrestre, la vida natural, nunca la vida metafísica”. Existe además, respecto del agua, dos procesos opuestos de involución y evolución representados en la lluvia y la evaporación respectivamente. Del agua se tiene un concepto positivo, esto es, de hacer el bien aunque en ocasiones parezca todo lo contrario y los efectos devastadores de ella se encuentran con la bondad de las aguas tranquilas y plácidas que son objeto de disfrute del ser humano. De los elementos de la naturaleza dos de ellos se contraponen de manera sobresaliente: el agua y el fuego; así, LORRIN, fabulista francés escribe de ellos para concluir con un refrán. Del hogar, con Agua escasa, la Lumbre pretende en vano apagar trémula mano que huye a la ardiente brasa. ¡”Te desprecio! ¿Cuándo alzarse -dice aquélla-, a mí se atreven?” A grandes defectos deben Grandes batallas librarse. El psicólogo C. JUNG divide los elementos de la naturaleza en dos grupos: activos y pasivos. El agua junto a la tierra pertenecen al segundo grupo con caracteres más femeninos y receptivos que pueden ser los otros dos. La receptividad del agua podemos observarla en muchas fábulas; aunque no sea su objetivo final que es el de la enseñanza. En la fábula de ESOPO Las raposas a orillas del meandro, la raposa atrevida que se mete en el río a beber es engullida y arrastrada por las aguas ante la presencia atónita de sus compañeras que esperan impacientes en la orilla que les diga la forma de beber sin peligro. V. LITERATURA COMPARADA. CON QUÉ OTROS TEXTOS PUEDE RELACIONARSE “Los literatos no dejan de describir el agua, que bajo sus hábiles plumas se presenta tan pura como la saliva del dragón o el rocío de la madrugada”. No habría que hacer un gran esfuerzo mental para recordar un poema o una novela en la que el agua tuviera un reconocimiento solemne. En la tradición portuguesa existe un cuento que alude a los tres grandes ríos que atraviesan sus campos con posibilidad de irrigar toda su geografía. De cada uno de ellos hay una leyenda que por su brevedad queda recogida en este álbum. La leyenda de los tres ríos. Había tres ríos hermanos: el Tajo, el Guadiana y el Douro, que acordaron acostarse a dormir diciendo que el que primero se despertase partiría hacia el mar. El Guadiana fue el primero que se despertó: escogió lindos sitios y se fue con calma. El Tajo despertó después, y como quería llegar al mar antes que el Guadiana, se fue más aprisa y por eso sus márgenes no son tan bellas como las de aquél. El Douro fue el último en despertar; por eso salió por donde pudo, sin preocuparse por escoger los lugares y de ahí por qué sus márgenes son tristes y pedragosos. De la misma forma que el conocimiento popular nos regala estas leyendas, cuento o historias, otros autores se contagian del poder de ellas; dándonos nuevas versiones de las clásicas de Esopo o de nueva inspiración como podemos contemplar en algunas de LEONARDO DA VINCI, LOPE DE VEGA, TIRSO DE MOLINA por citar autores clásicos. O Riacho Um riacho da montanha, esquecendo-se de que devia sua água à chuva e a pequenos córregos, resolveu crescer até ficar do tamanho de um rio. Pôs-se então a atirar-se violentamente de encontro às suas margens, arrancando terra e pedras a fim de alargar seu leito. Mas quando a chuva acabou a água diminuiu. O pobre riacho viu-se preso entre as pedras que arrancara de suas margens e foi forçado a, com grande esforço, encontrar outro caminho para descer até o vale. Moral: Quem tudo quer tudo perde. (Fábulas, Ar. 42 v) EL SINDROME DEL NADADOR AHOGADO Cuentan que hubo un hombre que recibió un doctorado en natación. Se sabía la teoría, conocía las leyes físicas de la flotación, la relación entre movimiento sincronizado y desplazamiento, la historia de las competencias más importantes, los nombres de todos los campeones en todos los estilos. Pero un día, en una travesía, cayó al agua y se ahogó pues no sabía nadar. Moraleja: Sólo participando se aprende a participar. Las fábulas son una expresión que han tenido repercusión en todas las culturas occidentales y las versiones que de ellas se han realizado de las escritas por Esopo se puede ver en todas las lenguas. Ilustra este apreciación la fábula O Riacho de Leonardo Da Vinci en lengua portuguesa. VI. LA FÁBULA EN LA LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL La presencia del agua no suele ser un elemento de primer orden en el corpus de los cuentos de animales o de las fábulas. Así pues, el agua se utiliza como aspecto adyacente para dar el sentido completo a los textos. Simplemente ilustrar con algunos ejemplos de cuanto se dice: la niña del zurrón que fue secuestrada cuando va a la fuente a recoger unos zapatos olvidados; la forma de engañar la zorra al lobo en el cuento “la pesca con la cola”; en el cuento del gato con botas la presencia del agua se hace imprescindible para que se bañe el amo del gato y acercar al rey a la personalidad del joven. Son algunos ejemplos que el agua se anuncia como elemento de unión entre los verdaderos protagonistas del cuento; pero que sin ella el texto sería otro. El único centro de interés del agua con carácter importante se encuentra en las fábulas mitológicas como hemos visto en la de Hero y Leandro, pasajes de Ulises en la Iliada, las Sirenas, entre otras. En el Quijote, en su capítulo XXIX, de la segunda parte, en la que se cuenta la aventura del barco encantado. ...”Yendo, pues, desta manera, se le ofreció a la vista un pequeño barco sin remos ni otras jarcias algunas, que esta atado en la orilla a un tronco de un árbol que en la ribera estaba. Miró don Quijote a todas partes, y no vio persona alguna; y luego, sin más ni más, se apeó de Rocinante y mandó a Sancho que lo mesmo hiciese del rucio, y que a entrambas bestias las atase muy bien, juntas, al tronco de un álamo o un sauce que allí estaba. Preguntóle Sancho la causa de aquel súbito apeamiento y de aquel ligamento. Respondió don Quijote: -Has de saber, Sancho, que este barco que aquí está, derechamente y sin poder ser otra cosa en contrario, me está llamando y convidando a que entre en él, y vaya en él a dar socorro a algún caballero o a otra persona necesitada principal persona, que debe estar puesta en alguna grande cuita; porque éste es estilo de los libros de historias caballerescas”... Así vemos a don Quijote embarcado en una nueva aventura que junto a Sancho navegan por el río hasta llegar a unas aceñas y lo que allí ocurre con los molineros y los pescadores dueños del barco. En cambio, en la narrativa que pudiéramos llamar juvenil -rescatando todo el acervo de la novela de aventuras- hay una presencia destacada del mar y de sus criaturas como horizonte donde se desarrolla toda clase de peripecias heroicas. Por citar un botón de muestra, la ballena, es lo que vemos en Moby Dick de HERMAN MELVILLE, donde asistimos a una lucha encarnizada entre el capitán Ajab y la Ballena Blanca, ante la mirada atónita de Ismael. El mar, como en las novelas de CONRAD, es el marco épico donde viven estos cetáceos legendarios y por donde navegan los barcos en busca de tesoros, como La Española de La Isla del Tesoro. De ese afán de aventuras se ha pasado a otras fábulas o historias en tono más actual, como la vertiente ecologista que observamos en narraciones del tipo La Ballena varada, de Óscar COLLAZOS, o la didáctica de Ángelita, la ballena pequeñita, de Lolo RICO. VII. AMPLIAR LA INFORMACIÓN A. BIBLIOGRAFÍA REPOLLÉS, J. La mejores fábulas (Selección). Editorial Óptima. HARTZENBUSCH, Juan E. Fábulas. Ediciones Internacionales Universitarias. CIRLOT, Juan E. Diccionario de Símbolos. Editorial Labor. BERGUA, Juan B. Fábulas completas. Clásicos Bergua. CALZADILLA, J. Cuentos tradicionales portugueses (Selección). Editorial Arte y Literatura. ZHANG CHENZHI, S. El agua más pura. Artículo. (ver internet) FLORIÁN. Fábulas. Editorial Espasa Calpe. GRAVES. R. Los mitos griegos. Alianza Editorial B. INTERNET Los ríos y el mar (Esopo): http://edyd.com/Fabulas/Esopo/E294Losriosyelmar.htm La zorra y el cangrejo de mar: http://edyd.com/Fabulas/Esopo/E23ZorraCangrejo.htm El náufrago y el mar: http://edyd.com/Fabulas/Esopo/E188Elnaufragoyelmar.htm El pastor y el mar: http://edyd.com/Fabulas/Esopo/E292Elpastoryelmar.htm www.favoleclassiche.htm C. CORRESPONDENCIAS Capítulo F – N ( los nautas) Relación de hombre viajes y mar. Capítulo F – H (las fábulas y los hombres) Los viajes del hombre por la tierra: caminantes. Capítulo F – D (animales del mar) peces y animales mitológicos. La fábula de Hero y Leandro hace de tronco común para otras fábulas por los elementos comunes entre ellas: agua, mitos, navegantes, amor, etc.