8 de Marzo Día Internacional de la Mujer En el marco de la implementación del Departamento de Técnicas Aplicadas de la Oficina Nacional del Servicio Civil y en especial de la unidad de desarrollo de las personas, y con motivo de celebrarse el Día Internacional de la Mujer, se realizaron, en el mes de marzo de 2011, una serie de charlas relacionadas con la problemática de la mujer desde una perspectiva de género. En ese sentido, y con el fin de promover actividades no realizadas por la oficina hasta el momento, es que tuvieron lugar dichas charlas los días 25 y 30 de marzo en el Edificio José Artigas. Las charlas fueron las siguientes: • Palabras de la Sra. Sub Directora de la ONSC - Dra. Ana Ferraris • Sexualidad de los y las uruguayas desde una perspectiva de género Prof. Susana Rostagnol. • La perspectiva de género en la política de Gestión Humana del Estado Lic. Analía Corti. • Mujeres de ayer, de hoy y de siempre - Lic Andrea Batista y Cra. Adriana Doglio. • Género, trabajo no remunerado y bienestar Social - Dra. Mag. Karina Batthyány. • Normas para la protección de la maternidad y paternidad. Comparación entre países - Psic. Ma. Cecilia Clara. • Violencia Doméstica - Psic. Magela Batista, Psic. Carina Bordes. Mujer es de a yer y y de siempr e Mujeres ay er,, de ho hoy siempre Lic. Andrea Batista* Cra. Adriana Doglio** Queremos acercarles las historias de las mujeres: PAULINA LUISI, SARA FERNANDEZ, MARÍA RODRÍGUEZ y NANCY MUGRIDGE, que se atrevieron, que apostaron y que se animaron a cambiar las cosas. Elegimos estas cuatro mujeres porque de alguna manera cada una ha dejado o algunas de ellas lo continúan haciendo, un camino en el cual podemos mirarnos, para aprender, descubrir, encontrar y por sobre todas las cosas para no dejar de soñar. * Licenciada en Ciencias de la Comunicación, egresada de la UDELAR, actualmente desempeña funciones en el área de Administración de la Oficina Nacional del Servicio Civil. ** Contadora Pública, egresada de la UDELAR, actualmente desempeña funciones en el área de Técnicas Aplicadas de la Oficina Nacional del Servicio Civil. 124 ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) Prof. Rosana Rostagnol, Cra. Adriana Doglio, Dra. Ana Ferraris, Lic. Analía Corti, Lic. Andrea Batista. Paulina Luisi Ángel Luisi nació en la ciudad de Pisa, Italia en el año 1846, época donde en Europa los problemas sociales y el descontento popular debido a la revolución industrial, comenzaban a sembrar lo que más tarde se convertiría en los grandes movimientos revolucionarios que sacudirían a un continente donde los ideales democráticos, liberales y nacionalistas buscaban su camino. Estudió derecho y predicó ideas masónicas de libertad, igualdad y fraternidad, por las cuales luchó durante toda su vida, tanto en Europa como en América. María Teresa Janicki, hija de polacos exiliados en Francia, fue maestra e inspectora, estudió en la Sorbona y luchó por el voto femenino y la enseñanza laica. El matrimonio fundó el Instituto Luisi impartiendo conocimientos pedagógicos y sociológicos, orientando su ideología pro- gresista y de libertad, contra todo lo establecido como convencional para la época. En el año 1875 nació Paulina, la primera hija de 8 hermanos, en la ciudad de Entre Ríos, Argentina, país al que la familia había decidido trasladarse en busca de nuevos destinos. Al cumplir los 5 años cruzan el Río Uruguay y se instalan en la ciudad de Paysandú. En dicha ciudad Paulina va a la escuela, hace sus primeros amigos y comienza a desarrollar una personalidad que la llevará por un camino que trascenderá el tiempo. Con doce años, la familia Luisi- Janicki decide emigrar hacia la capital, para poder darles la oportunidad a sus hijos de avanzar en los estudios y en un futuro poder elegir carreras universitarias, algo que para sus padres era un objetivo a cumplir con cada uno de sus hijos. ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) 125 Al finalizar la carrera Paulina regresa a Europa, más específicamente a Francia a especializarse en dermatología y enfermedades venéreas. Así como de su padre recibió, al igual que sus hermanos, claras convicciones de estudio, de independencia económica, ideales emancipadores y vocación por la enseñanza; de su madre hereda el gusto por el arte, la cultura y el amor por Europa. Y esto último quizás haya sido lo que la llevó a Francia en busca de un perfeccionamiento laboral y personal. La vida de esta incansable mujer muestra sus diferentes inquietudes y necesidades, no solo como maestra o médica sino también en el ámbito social y político. Su entusiasmo por la política la lleva a fundar junto con otros militantes el Partido Socialista del Uruguay. Su postura como mujer en la sociedad la lleva a movilizar a otras mujeres, creando organizaciones sociales y sindicatos para ellas. Paulina Luisi En ese entonces Uruguay transitaba el período de modernización y militarismo con Latorre, Santos y Tajes al frente. El proyecto ley de educación promovido por J. P. Varela de laicidad, gratuidad y obligatoriedad fue uno de los puntos más altos en la enseñanza pública. Paulina comienza a estudiar magisterio con tan solo quince años y a los dieciocho se recibe de maestra de primer grado. Con veinticinco años y en su más plena juventud, ingresa a la Facultad de Medicina y con treinta y tres ya obtiene el título, convirtiéndose así en la primera mujer médica del Uruguay. El ámbito hostil en el que desarrolló sus estudios no fue impedimento para que Paulina con sus ideales y su gran corazón lograra sobreponerse a los múltiples obstáculos a los que la enfrentaron. 126 A lo largo de su vida Paulina participa en congresos, dicta conferencias, se inmiscuye en cada lugarcito por el que siente que puede mejorar la calidad de vida de las mujeres. Seguramente todo esto fue demasiado y de alguna manera la hizo olvidarse de que ella también era una mujer, en el sentido más literal de la palabra, una mujer que no pudo encontrar el amor en una sociedad que no le permitía amar bajo sus parámetros, por lo que sus amores se limitaron a relaciones sentimentales sin ser reconocidas y aceptadas como tales en la sociedad patriarcal de la época. A los setenta y cinco años fallece en la ciudad de Montevideo, habiendo transitado una vida, honrado su nombre y dejando un legado a cada una de las mujeres del mundo: luchar por nuestros objetivos, alcanzarlos, disfrutarlos y seguir adelante. ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) Mujer es de a yer y y de siempr e - Andrea Batista, Adriana Doglio Mujeres ay er,, de ho hoy siempre Sara Fernández Sara nació en el año 1892 en Montevideo. Cursó hasta séptimo año en la vieja escuela República Argentina bajo la dirección de Leonor Horticou. Luego ingresó al magisterio pero tuvo que dejar de estudiar para emplearse. A pesar de que en esa época, no era común que las mujeres trabajaran, Sara comenzó a trabajar siendo muy joven debido a problemas familiares. Así fue que trabajó para la empresa francesa que construyó el Puerto de Montevideo. El Sr. Juan Marchesi, que había hecho el empedrado, la recomendó a Joaquín Márquez, presidente del Banco República de esa época, quien logró su nombramiento bajo la firma de Batlle. Coincidiendo con un incentivo por parte del gobierno del momento, hacia la posibilidad de que las mujeres podían desempeñar puestos en la Administración Pública, Sara fue designada por decreto del Poder Ejecutivo de fecha 27 de junio de 1911, durante la segunda presidencia de Batlle. Su cargo era de auxiliar de 2da clase en la Secretaría General del Consejo de Administración del Puerto de Montevideo. Tenía 19 años y entró ganando 30 pesos mensuales. impedían cumplir con su función. Ella siempre conservó un pergamino que le fue entregado por el presidente del Puerto de esa época, el Sr. Alfredo Labadie, en oportunidad de su retiro. Cuando se jubiló, aún no tenía beneficios sociales, horario de verano, ni sábado inglés y que trabajaba de nueve y media a 12 y de 2 de la tarde hasta que terminaba la sesión del directorio. Luego de que perdiera la visión por completo, se sometió a una operación que le devolvería la vista, retomando el hábito de ir al cine, una de sus grandes pasiones, pero paulatinamente fue perdiéndola nuevamente sin volverla a recuperar. A los 82 años, expresaba su gran amor hacia la función pública : “Quiero dejar constancia de que adoro a la Administración Nacional de Puertos… añoro aquella pequeña oficina de la calle Piedras 375, donde empecé mi carrera administrativa. Y allí entré, El hecho de ser mujer y ocupar un cargo público tuvo sus repercusiones y un diario de la época criticó a Batlle por poner a una mujer a trabajar entre tantos hombres. Pero Sara continuó adelante, a pesar de los comentarios y se abrió camino haciendo carrera en un territorio predominantemente masculino, llegando a ser Oficial Taquígrafo. Por ese entonces, vivía en la calle Zabala, cerca del Puerto y se casó con Eduardo Mazzara, con quien tuvo 5 hijos. En 1924, se mudó a Colón debido a una recomendación médica ya que uno de sus hijos tenía problemas respiratorios y necesitaba vivir en una zona arbolada y con aire puro. Un año antes, en octubre de 1923, se jubila de su cargo de Oficial Taquígrafo ya que comenzó a tener problemas de visión que le ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) Sara Fernández 127 en una o dos oportunidades, a tomar la versión taquigráfica de un discurso de don Antonio Piaggi, representante del “Lloyd Brasileiro”, oportunidad en que me nombraron Oficial Taquígrafo…” Luego de jubilada, dedicó su vida a sus hijos, nietos y bisnietos. A pesar de su ceguera, siempre estaba tejiendo algo para algún bisnieto que estaba por nacer. Tenía las manos muy suaves y las utilizaba para reconocer a los suyos cuando éstos iban a visitarla. Sara murió a los 100 años, en 1992, rodeada de todos sus seres queridos y con la tranquilidad de haber cumplido su misión en la vida. María Rodríguez María Rodríguez Nancy Mugridge No fue la primera mujer en estudiar una carrera universitaria o escribir o pintar o trabajar en lugares donde hasta ese momento solo los hombres tenían ese derecho… María es una mujer que está acercándose a cumplir sus 100 años en este mundo y como una “María” más de todas las que habemos en esta Tierra cuento su historia como un homenaje a una vida de las que se catalogan como hay miles en este mundo, pero que pretendo represente la vida de muchas Marías del siglo pasado y de este, de cualquier parte del mundo… El 2 de septiembre de 1912 en Praducelo, Lugo, Galicia, nace la cuarta hija y única mujer de 6 hermanos. Su infancia transcurrió haciendo las tareas del campo, llevando la comida a su padre y sus hermanos, jugando con los animales y ayudando en las tareas de la casa. Esta familia, como todas las de esta aldea, de tan solo doce o trece casas, colgadas al borde de la montaña, tenían su parcela y se 128 ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) Mujer es de a yer y y de siempr e - Andrea Batista, Adriana Doglio Mujeres ay er,, de ho hoy siempre dedicaban a cuidar la tierra y los animales que eran su forma de vida y la posibilidad de sobrevivencia. Solo compraban azúcar, aceite y vino. Tres meses al año en Praducelo nevaba y eran esos meses cuando María tenía la oportunidad tan ansiada de ir a la escuela. A caballo o en carro cruzando arroyos, María llegaba a encontrarse con el vecino de la Aldea qué más conocimientos tenía… Durante muchos años, en esos tres meses, María aprendió a leer, escribir y a realizar las 4 operaciones matemáticas básicas. A partir de ahí ya se consideraba que los niños o adolescentes no debían concurrir más ya que con esa información era suficiente. Mucho más para una mujer donde se consideraba no era necesario que lo hiciera. Pero tantas eran sus ganas, que vaya a saber por qué tres meses al año María luchaba por acercarse al mundo que sabía existía fuera de su Praducelo. Su ilusión, como la de sus hermanos y demás jóvenes de la época era irse a Cuba, porque se decía que desde allí se regresaba con monedas de oro y de esa manera podían ayudar a sus padres; salvo el hermano mayor que por tradición debía casarse y permanecer junto a sus padres para cuidarlos en su vejez…. Así fue como fue reclamada como solía decirse para venir a América. La idea era hacer dinero y volver. Pero las ideas, como las palabras, muchas veces se las lleva el viento o deben quedar guardas en el corazón. Cumplidos los 18 años y tras 31 días de travesía llega a Argentina. Hasta el día de hoy ver “taaaanta agua”, como dice ella, la asusta… Llegó con su bolso a cuestas, con la alegría de ser recibida por familiares y con el deseo de ganar mucho dinero para volver a encontrarse con sus padres, sus hermanos, su patria… Después la historia es tan normal y corriente como fue su vida, trabajar en casas como empleada doméstica, conocer a un hombre, compatriota, que también había dejado su país escapando al servicio militar y a la lucha en la guerra… Llegan los hijos: tres, dos hombres y una mujer; y cuatro años más tarde la posibilidad de irse para Uruguay, al departamento de Durazno, donde uno de sus cuñados tenía un hotel y la posibilidad de darle a su familia una mejor vida. Los años pasan y esta familia de 5 regresa a Argentina, pero ahora a Mar del Plata para seguir cumpliendo casi todos sus sueños: esposa, madre, abuela y bisabuela. Cuáles quedaron atrás? Por cuáles luchó? Ser enfermera y volver a su patria a ver a sus padres. Nunca los logró… Cuando pudo, ya con muchos años encima decidió que sino había vuelto para ver a sus padres ya nunca más lo haría…. Ve su patria por la televisión o por internet y todavía no sabe si le hace bien o mal y su corazón llora porque esta maravilla de la comunicación haya llegada, para ella, tan tarde… Hoy con 98 años, lamenta no poder leer y tejer y cuida cada parte de su cuerpo día a día para celebrar en el 2012 sus cien años de vida, con sus 3 hijos, sus 8 nietos y 5 bisnietos y quizás esa día dejar de “luchar” y partir al encuentro que le quedó pendiente desde hace muchísimos años: con sus padres !!! Nancy Mugridge Por último queremos acercarles la historia de Nancy Mugridge, una mujer de 36 años, que actualmente vive en Australia. Consideramos que esta historia valía la pena ser contada desde otra perspectiva, y ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) 129 Mujer es de a yer y y de siempr e - Andrea Batista, Adriana Doglio Mujeres ay er,, de ho hoy siempre dada la naturalidad, frescura y dedicación con la que “nos acercó” su vida, aquí va la vida de Nancy contada por ella misma…. Mis padres, origen de mi educación y la enciclopedia a la que aún recurro con frecuencia, son una suma exótica de mate, asado, fútbol, escollera y carnaval. En el orillo de cada uno de ellos se puede ver orgullosa, una etiqueta que dice «Made in Uruguay», y como no podía ser de otra manera, me cosieron una idéntica que, como al descuido, la llevo por el lado de afuera para que los demás se enteren. Papá, es un palermitano que nació a pocos metros de la calle Ansina, en el barrio Sur de Montevideo, arrullado por el chas chas del tamboril, y el remecer del Río de la Plata. Asegura además, y le creo, que es uruguayo hasta la médula. Mami, es la clásica uruguaya que se desvive por mi y ahora por sus nietos, oriunda de Las Piedras, departamento de Canelones, también mi ciudad natal. En nuestras maletas hay poco equipaje y un par de inmigraciones, primero a la Argentina, cuando era chica, y luego a este país, Australia. El Río de la Plata por aire, tierra o mar, lo cruzamos más de «mil veces». Si bien vivíamos en Buenos Aires (Avellaneda), viajábamos frecuentemente a Uruguay a ver a los abuelos y tomar nuestras vacaciones. Mi tía Teresa (mi madrina), era el complemento que aderezaba esas escapadas, punto de salida a playas montevideanas o del este, y esos encantadores lugares son los que aún añoro de mi país, que uno llega a valorar cuando te encuentras lejos. Luego, un cáncer de seno que le fue diagnosticado, fue apagando su vida lentamente. Sin embargo, su enfermedad nunca pudo cambiar su trato inolvidable, y su mirada dulce y alegre. Ser hija única, y el amor de mis padres, me dio la grata oportunidad de crecer en un ambiente saludable. Lleno de mimos y cariño que recuerdo constantemente y trato de aplicar en mis hijos. 130 Mi educación primaria transcurrió en el Colegio Católico «Pío XII» en Buenos Aires, y se completó en el «Sacred Heart» del suburbio de Canley Vale en Sydney, Australia. El secundario en el «Rosary School» del suburbio de Fairfield y el terciario en el Colegio «Our Lady of Nazareth» ambos de Sydney y finalmente asumí el doctorado en la «University of Technology of Sydney». Cuando llegamos en 1982 (tenía 8 años) a tierras de koalas y canguros la barrera idiomática era insalvable. Cientos de miles de emigrantes forman un abanico cultural y de naciones imposible de detallar. Se puede ver por las calles de todos los suburbios gente de los rincones más insospechables del mundo. Vietnamitas, africanos, indios, chinos, afganos, iraquíes, y un interminable número de etcéteras que sorprenderían. Australia es reconocida internacionalmente por albergar a casi todas las razas del planeta, y por la suma de derechos humanos que rigen sus leyes. Este país es, hoy por hoy, un paraíso acogedor, con una economía fuerte y estable, lo que la convierte en un lugar ideal para fijar residencia y formar una familia con promisorio futuro. Los niños que como yo, no hablaban inglés cuando llegamos al país, dialogábamos uno al otro en nuestra lengua nativa mientras jugábamos. Lo real era que aún así nos entendíamos perfectamente. De todas formas creo que hay una universalidad en cuanto a los juegos y esparcimiento de los niños. La rayuela, la Mancha, la Payana, las escondidas y decenas de «la» junto a las muñecas, formaban ese otro mundo lleno de ilusiones, que estimo tienen todos los chicos del Uruguay y que, con algunas variantes, compartíamos aquí. Muchas veces, como los niños aprenden más rápido el idioma, los australianos se dirigían a nosotros para que oficiáramos de intérpretes con nuestros padres. Algo gracioso, porque nosotros tampoco les entendíamos! ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) Mujer es de a yer y y de siempr e - Andrea Batista, Adriana Doglio Mujeres ay er,, de ho hoy siempre Por suerte superamos ese lapso sin contratiempos. Fui quemando etapas y creciendo, repartiendo mis tiempos entre estudios, sanas diversiones y deporte (practiqué «netball»). Pero por sobre todo estudiar. No solo era un compromiso personal, sino que era todo un desafío. Claro que, al ir creciendo, también nos dábamos un tiempo para asistir a reuniones socio- deportivas. Solíamos ir a clubes que nucleaban a la comunidad uruguaya como el Welcome, Club Uruguayo, etc., donde además de compartir con tus congéneres, suelen tener música latina y contratan orquestas sudamericanas, en los que abundan las plenas y las cumbias. También algunos buenos y selectos Pub y “Discos” de la ciudad de Sidney. El amor llamó a mi puerta antes de terminar mi tesis, así que mientras daba clases como profesora en la Universidad donde me había graduado, me casé con Andrew, mi actual esposo, con quien tengo dos traviesos y amorosos hijos, Luke de 5 años y Kayla de dos. Una de las normativas que me he impuesto en todos estos años es no perder mi identidad. Es muy difícil vivir en un medio anglosajón, tener un esposo australiano y mantener a la vez idioma y costumbres. Sin embargo, me siento orgullosa de haberlo podido lograr. Hoy mis hijos hablan y entienden el español correctamente a pesar de su corta edad. Y si me pregunto cómo puede ser, diría que en todo momento, incluso en mi casa y en presencia de mi esposo el español es nuestro medio de comunicación. Yo no hablo inglés con mis hijos, mi padre les enseña el lunfardo y los modismos típicos, y la comida de la abuela, preferentemente los ñoquis, el asado, los chorizos y el puchero, que se han agregado naturalmente al menú de estos pagos. Es tanta la influencia «spanish» que mi esposo inclusive toma mate. La yerba no nos falta, e incluso, una gran cantidad de productos sudamericanos pueblan las es- tanterías de confiterías, carnicerías, fiambrerías de habla hispana, gracias a la tenaz actitud de algunos comerciantes tan fanáticos como nosotros. El asado de los domingos o el choripán, también están integrados a nuestra dieta familiar, y cuando tenemos alguna reunión de amigos, la «chorizada» y las empanadas son las atracciones de la fiesta. Para colmo, vinos «Don Pascual» y hasta la cerveza Pilsen ya llegaron al país. Cartón lleno! Por si esto fuera poco, no necesitamos viajar a Uruguay para tener un desfile de «Llamadas» o vivir parte del Carnaval, pues tenemos grupos de candombe, murgas y hasta parodistas. Es asombroso, pero casi cada uruguayo que conozco toca el tambor y tiene alguno en su casa. .Cada uno está enterado de todo lo que pasa por allí y lo que sucede hasta en el fútbol en el más mínimo detalle. NUESTROS DÍAS Australia te da y te quita. Pienso que las facilidades de empleo, las leyes de protección social, el sistema de salud, la educación y muchas cosas más, sitúan a este país entre los más avanzados del mundo. Aquí se podría decir que nadie pasa hambre. Si no tienes trabajo te pagan el desempleo todo el tiempo que lo necesites y mientras, te dan la posibilidad de aprender alguna ocupación diferente para facilitarte la búsqueda de trabajo. Todo el mundo tiene derecho al MEDICARE, un servicio de salud en la que se puede visitar hospitales, médicos o especialistas privados cuando así lo necesites sin que te cobren un vintén. Por otro lado la vida es (según el estilo de vida sudamericano) un poco bastante aburrida. Sales en tu auto, todo el mundo lo hace, mientras conduces ves eso, solo autos. Llegas al trabajo, te encierras ahí, trabajas un promedio de ocho horas y vuelta a casa. Excepto un par de veces a la semana ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132) 131 Mujer es de a yer y y de siempr e - Andrea Batista, Adriana Doglio Mujeres ay er,, de ho hoy siempre que rompo la rutina para ir al gimnasio y mantenerme en forma. Casi que no se tiene relación con los vecinos (en muchos casos ni los ves o los conoces) te metes a tu casa, haces las tareas típicas del hogar, un poco de televisión y al sobre. Al día siguiente hay que madrugar. Esta ciudad echa a andar temprano. Los fines de semana son más parecidos a los de ahí, uno puede visitar amigos o familiares, llevar los niños a parques o lugares de esparcimiento, cines, juegos etc. Y si podes dejar los chicos con los abuelos, ir con tu pareja a algún pub, cine o teatro. Australia también tiene hermosas playas, espacios verdes, y un territorio de una gran belleza con cientos de lugares por descubrir; solo falta tiempo. Mi carrera como científica La ocupación de las personas (al menos eso creo) es guiada por cierta afinidad, gustos o necesidades. En mi caso, y cuando elegí esta carrera, lo hice porque simplemente me subyugaba. Luego de completar las etapas correspondientes a mi doctorado ingresé en el Departamento de Investigaciones Científicas de la University of Technology of Sydney, siempre manteniendo mi especialidad en «Microbiología Molecular», pero más adelante decidí optar por una ocupación más estable en un laboratorio privado. 132 El por qué es simple: los presupuestos gubernamentales suelen ser un poco caprichosos y limitados, y la mayoría de las veces no cubren las necesidades y gastos de las investigaciones que desarrollan las universidades, por lo cual siempre te estás preguntando que pasará el año próximo. El riesgo es que mucho trabajo puede quedar inconcluso por falta de continuidad en el presupuesto y eso es algo muy doloroso cuando uno ha invertido mucho tiempo y sacrificio. Por suerte hoy día formo parte de un equipo de «Biotechnology», en una compañía (EnGeneIC) dedicada a diversos proyectos científicos en el campo de la medicina. Uno de estos incluye la utilización de vectores para transportar quimioterapia en forma más directa a las células cancerosas sin ocasionar daños colaterales y afectar células sanas, como suele hacerlo la quimioterapia convencional. Un estudio que está en su fase experimental en estos momentos. Mi posición dentro de la empresa es de Senior Scientist/Alliances, Ph.D., y me encuentro más involucrada en el momento, de diseñar y delegar experimentaciones al grupo de científicos que trabajan en nuestro equipo. Así es la vida de una uruguaya que a los ocho años llegó a Australia y hoy en día transita un camino que dejará su huella para siempre. ISSN 1688- 2889 - AÑO 6 - Nº 46 - 2011 (124-132)