LOS UNIVERSOS DE MARISA MONTE La "tribalista" acaba de sacar dos discos en forma simultánea. Aquí habla de sus colaboraciones con David Byrne, de su maternidad y de la bossa nova. Sandra de la Fuente Clarín / Março de 2006 Después de tres años de ausencia —tres años cumplió el exitoso proyecto Tribalistas, con Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown, y tres años también tiene su primogénito—, la cantante brasileña Marisa Monte vuelve al ruedo con dos discos. Universo ao meu redor es el título del álbum que contiene canciones de ella y otros autores de diversas épocas. El disco "enfoca la atmósfera del samba antes que el samba", según sus palabras. Infinito Particular reúne piezas que Monte creó en distintos momentos de su vida. La recopilación del material significó la revisión de casi cien cintas. "No siento que haya dejado de hacer nada indispensable desde que nació mi hijo", afirma Monte en diálogo con Clarín. El 28 de abril la artista retomará el ritmo de giras que había perdido desde el nacimiento de su primer hijo. Los años de crianza le permitieron encontrar tiempo para recopilar material y grabarlo en estudio. "Me gusta relacionarme con gente, elaborar arreglos musicales en esa ambiente confortable e íntimo del estudio de grabación", reconoce. "No está el calor del público pero hay un clima de concentración que permite aprender mucho." A muchos cantantes les cuesta escuchar su propia voz después de haber grabado y esa es otra razón por la que suelen sufrir en el estudio. No tengo ese problema. Por supuesto que después de haber grabado un disco —¡y en este caso fueron dos!— necesito una pausa, pero nunca sentí incomodidad al escuchar mi voz grabada. En "Universo ao meu redor" hay canciones recientes y sambas antiguos. ¿Qué te llevó a reunir ese repertorio? Lo que las une es que todas eran inéditas. Hice una pesquisa de canciones antiguas que sólo existían en la tradición oral. De algún modo, esas canciones antiguas son nuevas para el gran público. El disco incluye una canción que hiciste junto con David Byrne. ¿Cómo compusieron juntos? Ya habíamos trabajado juntos en el proyecto Red, Hot & Rio en 1995, donde grabamos Aguas de Marzo, de Jobim. Fue una experiencia intensa. David está muy interesado en la música brasileña. Lo reencontré después de su concierto del año pasado en Río y lo invité a hacer una canción juntos sobre una base rítmica compuesta por Fernando Beatbox, un músico de hip hop. La idea era que solamente utilizara su propia voz. Nos reunimos, hicimos la melodía y después él escribió un texto en inglés y yo otro en portugués. Desde el inicio pensamos que la canción podía albergar los dos idiomas. La bossa ha ganado timbres y textos más fuertes y menos armoniosos, sin embargo la expresión de las cantantes mantiene una cierta exacerbación de la femeneidad, no se atreve a afearse. Muchas canciones de la bossa nova son confesionales, hablan de sentimentos comunes a todos nosotros; es allí donde revelan su humanidad. Por supuesto que el estilo musical tiene una elegancia, del mismo modo que sucede con el jazz, pero por detrás de esa elegancia aparece un universo de sentimientos humanos y situaciones existenciales, con cosas bellas y no tan bellas que están allí para ser oídas.